Informe de La Comisión de Derecho Internacional: Naciones Unidas
Informe de La Comisión de Derecho Internacional: Naciones Unidas
Naciones Unidas
Informe de la Comisión de
Derecho Internacional
56º período de sesiones
(3 de mayo a 4 de junio y 5 de julio
a 6 de agosto de 2004)
Asamblea General
Documentos Oficiales
59º período de sesiones
Suplemento Nº 10 (A/59/10)
Asamblea General
Documentos Oficiales
59º período de sesiones
Suplemento Nº 10 (A/59/10)
Informe de la Comisión de
Derecho Internacional
56º período de sesiones
(3 de mayo a 4 de junio y 5 de julio a 6 de agosto de 2004)
ii
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN.............................................................................. 1 - 11 1
A. Composición ............................................................................... 2 1
E. Secretaría .................................................................................... 10 5
F. Programa..................................................................................... 11 5
A. Introducción ................................................................................ 38 - 52 16
iii
ÍNDICE (continuación)
IV. (continuación)
Comentario ................................................................ 29
Comentario ................................................................ 31
NACIONALIDAD .............................................................................. 33
Comentario .......................................................... 34
Comentario .......................................................... 34
iv
ÍNDICE (continuación)
IV. C. (continuación)
Comentario ........................................................ 39
Comentario ........................................................ 43
Comentario ........................................................ 46
Comentario ........................................................ 51
Comentario ........................................................ 56
Comentario ........................................................ 60
Comentario ........................................................ 63
Comentario ........................................................ 72
Comentario ........................................................ 74
v
ÍNDICE (continuación)
IV. C. (continuación)
Tercera parte........................................................................................ 77
Comentario .............................................................. 77
Comentario .............................................................. 81
Comentario .............................................................. 85
Comentario .............................................................. 95
Comentario .............................................................. 99
vi
ÍNDICE (continuación)
V. (continuación)
vii
ÍNDICE (continuación)
VI. B. (continuación)
B. Examen del tema en el actual período de sesiones .................... 169 - 174 163
viii
ÍNDICE (continuación)
VII. C. 2. (continuación)
B. Examen del tema en el actual período de sesiones .................... 192 - 247 247
B. Examen del tema en el actual período de sesiones .................... 269 - 293 267
ix
ÍNDICE (continuación)
IX. B. (continuación)
x
ÍNDICE (continuación)
B. Examen del tema en el actual período de sesiones .................... 298 - 299 312
xi
ÍNDICE (continuación)
B. Fecha y lugar del 57º período de sesiones de la Comisión ........ 370 339
xii
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
A. Composición
1
Sr. Roman Anatolyevith Kolodkin (Federación de Rusia)
Sr. Martti Koskenniemi (Finlandia)
Sr. William R. Mansfield (Nueva Zelandia)
Sr. Michael Matheson (Estados Unidos)
Sr. Theodor Viorel Melescanu (Rumania)
Sr. Djamchid Momtaz (República Islámica del Irán)
Sr. Bernd H. Niehaus (Costa Rica)
Sr. Didier Opertti Badan (Uruguay)
Sr. Guillaume Pambou-Tchivounda (Gabón)
Sr. Alain Pellet (Francia)
Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao (India)
Sr. Víctor Rodríguez Cedeño (Venezuela)
Sr. Bernardo Sepúlveda (México)
Sra. Hanqin Xue (China)
Sr. Chusei Yamada (Japón)
4. La Mesa ampliada de la Comisión estuvo integrada por los miembros de la Mesa del actual
período de sesiones, los anteriores Presidentes de la Comisión1 y los Relatores Especiales2.
1
Sr. J. C. Baena Soares, Sr. E. Candioti, Sr. Z. Galicki, Sr. P. C. R. Kabatsi, Sr. A. Pellet,
Sr. P. S. Rao y Sr. C. Yamada.
2
Sr. C. J. R. Dugard, Sr. G. Gaja, Sr. A. Pellet, Sr. P. S. Rao, Sr. V. Rodríguez Cedeño y
Sr. C. Yamada.
2
5. Por recomendación de la Mesa ampliada, la Comisión estableció un Grupo de
Planificación integrado por los miembros siguientes: Sra. H. Xue (Presidenta), Sr. I. Brownlie,
Sr. E. Candioti, Sr. C. I. Chee, Sr. C. J. R. Dugard, Sr. S. Fomba, Sr. G. Gaja, Sr. Z. Galicki,
Sr. P. C. R. Kabatsi, Sr. J. L. Kateka, Sr. F. Kemicha, Sr. R. A. Kolodkin, Sr. M. Koskenniemi,
Sr. W. R. Mansfield, Sr. M. J. Matheson, Sr. T. V. Melescanu, Sr. B. H. Niehaus,
Sr. G. Pambou-Tchivounda, Sr. A. Pellet, Sr. P. S. Rao, Sr. V. Rodríguez Cedeño,
Sr. B. Sepulveda, Sr. C. Yamada y Sr. P. Comissário Afonso (ex officio).
C. Comité de Redacción
6. En sus sesiones 2792ª, 2803ª, 2808ª y 2815ª, celebradas respectivamente los días 4 y 25 de
mayo, 2 de junio y 9 julio de 2004, la Comisión estableció un Comité de Redacción integrado
por los siguientes miembros para los temas que se indican a continuación:
c) Reservas a los tratados: Sr. V. Rodríguez Cedeño (Presidente), Sr. A. Pellet (Relator
Especial), Sr. H. M. Al-Baharna, Sr. E. Candioti, Sr. C. P. Economides,
Sr. S. Fomba, Sr. G. Gaja, Sr. R. A. Kolodkin, Sr. M. J. Matheson, Sr. G. Pambou-
Tchivounda y Sr. P. Comissário Afonso (ex officio).
3
Sr. C. P. Economides, Sr. G. Gaja, Sr. Z. Galicki, Sr. J. L. Kateka,
Sr. R. A. Kolodkin, Sr. M. Koskenniemi, Sr. W. R. Mansfield, Sr. M. J. Matheson,
Sr. D. Momtaz, Sra. H. Xue, Sr. C. Yamada y Sr. P. Comissário Afonso (ex officio).
7. El Comité de Redacción celebró un total de 17 sesiones sobre los cuatro temas indicados.
D. Grupos de Trabajo
8. En sus 2796ª, 2797ª, 2809ª y 2818ª sesiones, celebradas respectivamente los días 11
y 12 de mayo, 3 de junio y 16 de julio de 2004, la Comisión también estableció los siguientes
Grupos de Trabajo y Grupo de Estudio de composición abierta:
9. Se reconstituyó el Grupo de Trabajo sobre el programa de trabajo a largo plazo, que estuvo
integrado por los siguientes miembros: Sr. A. Pellet (Presidente), Sr. J. C. Baena Soares,
Sr. Z. Galicki, Sr. M. Kamto, Sr. M. Koskenniemi, Sra. H. Xue y Sr. P. Comissário Afonso
(ex officio).
4
E. Secretaría
10. El Sr. Ralph Zacklin, Subsecretario General de Asuntos Jurídicos, Asesor Jurídico interino,
representó al Secretario General. El Sr. Václav Mikulka, Director de la División de Codificación
de la Oficina de Asuntos Jurídicos, hizo las veces de Secretario de la Comisión y, en ausencia del
Asesor Jurídico interino, representó al Secretario General. La Sra. Mahnoush H. Arsanjani,
Directora Adjunta de la División de Codificación, desempeñó la función de Secretaria Adjunta
de la Comisión. El Sr. George Korontzis, oficial jurídico superior, desempeñó la función de
Secretario Auxiliar Superior de la Comisión; el Sr. Trevor Chimimba, el Sr. Renan Villacis y
el Sr. Arnold Pronto, oficiales jurídicos, desempeñaron las funciones de Secretarios Auxiliares
de la Comisión.
F. Programa
3. Protección diplomática.
5
9. Programa, procedimientos, métodos de trabajo y documentación de la Comisión.
6
CAPÍTULO II
7
Económica para Europa (CEPE), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) y la Asociación Internacional de Hidrogeólogos (AIH) (cap. VI).
16. En cuanto al tema "Actos unilaterales de los Estados", la Comisión examinó el séptimo
informe del Relator Especial (A/CN.4/542 y Corr.1 (en francés solamente), Corr.2 y Corr.3), en
el que figuraba un análisis de la práctica de los Estados en materia de actos unilaterales. Se
volvió a constituir el Grupo de Trabajo sobre los actos unilaterales, que centró su labor en el
examen detallado de ejemplos concretos de tales actos (cap. VIII).
17. En lo que se refiere al tema "Reservas a los tratados", la Comisión aprobó cinco proyectos
de directriz, que versaban sobre la ampliación del alcance de una reserva y sobre la modificación
y el retiro de las declaraciones interpretativas. La Comisión examinó también el noveno informe
del Relator Especial (A/CN.4/544) y remitió al Comité de Redacción dos proyectos de directriz
sobre la "Definición de las objeciones a las reservas" y la "Objeción a la formulación o la
ampliación tardías de una reserva" (cap. IX).
18. En relación con el tema "Fragmentación del derecho internacional: dificultades derivadas
de la diversificación y expansión del derecho internacional", el Grupo de Estudio de la Comisión
examinó el informe preliminar relativo al Estudio de la función y el alcance de la norma de la
lex specialis y los regímenes autónomos (self-contained regimes) y los esquemas relativos al
Estudio de la aplicación de tratados sucesivos concernientes a la misma materia (artículo 30 de la
8
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados), el Estudio de la modificación de
tratados multilaterales entre algunas de las partes únicamente (artículo 41 de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados), el Estudio de la interpretación de los tratados a la luz de
"toda norma pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes"
(apartado c) del párrafo 3 del artículo 31 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados) y el Estudio de la jerarquía normativa en derecho internacional: el jus cogens, las
obligaciones erga omnes, el Artículo 103 de la Carta de las Naciones Unidas como normas de
conflicto (cap. X).
9
21. Se celebró un seminario de capacitación en el que participaron 24 personas de diferentes
nacionalidades (cap. XI, sec. E).
22. La Comisión decidió que su próximo período de sesiones se celebrase en la Oficina de las
Naciones Unidas en Ginebra, en dos partes, del 2 de mayo al 3 de junio y del 4 de julio al 5 de
agosto (cap. XI, sec. B).
10
CAPÍTULO III
A. Protección diplomática
25. En 2003 la Comisión aprobó tres proyectos de artículo referentes a los principios generales
relativos a la responsabilidad de las organizaciones internacionales y en 2004 cuatro proyectos
de artículo sobre la atribución de un comportamiento. Para ello, la Comisión siguió el esquema
general de los artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente
ilícitos. Siguiendo en líneas generales el mismo esquema, el Relator Especial tiene intención de
abordar en su tercer informe, previsto para 2005, los temas siguientes: violación de una
obligación internacional; circunstancias que excluyen la ilicitud; responsabilidad de la
organización internacional en relación con el hecho ilícito de un Estado o de otra organización.
A tal efecto sería especialmente útil conocer las opiniones expresadas sobre las cuestiones
siguientes:
a) Las relaciones entre una organización internacional y sus Estados miembros y entre
una organización internacional y sus agentes se rigen sobre todo por las reglas de la
organización, que, según se definen en el párrafo 4 del artículo 4, comprenden
"en particular: los instrumentos constitutivos; las decisiones, resoluciones y otros
actos adoptados por la organización de conformidad con esos instrumentos; y la
práctica establecida de la organización". La naturaleza jurídica de las reglas de la
organización en relación con el derecho internacional es objeto de controversia.
11
En cualquier caso puede discutirse en qué medida la Comisión, al estudiar la
responsabilidad de las organizaciones internacionales en virtud del derecho
internacional, debería ocuparse de la violación de las obligaciones que una
organización internacional puede tener con sus Estados miembros o sus agentes.
¿Qué alcance debería dar la Comisión a su estudio de esta cuestión?
26. En lo que respecta a este tema, la Comisión se centra ahora de momento en la cuestión de
las aguas subterráneas transfronterizas.
27. El próximo año el Relator Especial tiene previsto presentar su tercer informe, que
comprenderá toda una serie de proyectos de artículo sobre el derecho de los sistemas acuíferos
transfronterizos basados en el marco general propuesto en su segundo informe, que figura en la
nota a pie de página del párrafo 86 del capítulo VI del presente informe. La Comisión
agradecería recibir las opiniones de los gobiernos sobre ese marco general.
12
28. La Comisión agradecería también recibir la información detallada y precisa que los
gobiernos pudieran facilitarle sobre los aspectos de su práctica que puedan ser pertinentes en
relación con los principios que figurarán en el proyecto de artículos, en particular:
31. La Comisión consideró, en general, que el estudio de la práctica iniciado este año debía
abarcar también la evolución o la vida del acto unilateral del Estado. En particular, estimó que
debían estudiarse más detenidamente diversos aspectos conexos, entre los cuales: la fecha, el
autor/órgano y su competencia, la forma, el contenido, el contexto y las circunstancias, los
objetivos perseguidos, los destinatarios, la reacción del destinatario o los destinatarios y de los
13
terceros, el fundamento, la ejecución, la modificación, la terminación/revocación, el alcance
jurídico y las decisiones judiciales o arbitrales que hubieren podido adoptarse en materia de actos
unilaterales. Ello podría permitir establecer la existencia de normas o principios generales
posiblemente aplicables al funcionamiento de estos actos.
33. El Relator Especial se propone abordar en su informe del año próximo la cuestión de la
"validez" de las reservas.
34. En las Convenciones de Viena sobre el Derecho de los Tratados se indican los casos en que
un Estado o una organización internacional no "podrá" formular una reserva (art. 19), pero no se
utiliza un adjetivo para calificar a las reservas que a pesar de todo pudieran hacerse en uno de
esos casos. La terminología utilizada por los Estados en la práctica dista mucho de ser uniforme
al respecto.
35. La terminología que debe utilizarse a este respecto ha sido objeto de controversias y de
debates reiterados tanto en la Comisión de Derecho Internacional como en la Sexta Comisión.
Se ha señalado en particular que la palabra "licitud" (lawfulness, licéité) tiene el inconveniente
de remitir al derecho de la responsabilidad internacional, aunque la Comisión no ha examinado
todavía la cuestión de si una reserva prohibida o formulada de manera irregular entraña la
responsabilidad de su autor. Por otra parte, además de que convendría decidir entre las palabras
inglesas admissibility y permissibility ("admisibilidad"), su equivalente francés ("recevabilité")
no es satisfactorio. En cuanto al término "validez" (validity, validité), que le parecía neutro y
bastante amplio al Relator Especial y ofrecía la ventaja de tener un equivalente en todos los
14
idiomas de trabajo de la Comisión, fue criticado so pretexto de que creaba confusión entre la
nulidad de una reserva y su oponibilidad3.
36. En 2002 la Comisión "decidió dejar el problema pendiente hasta haber adoptado una
posición definitiva sobre el efecto" de las reservas a las que se aplican las disposiciones del
artículo 19 de las Convenciones de Viena4.
37. Antes de adoptar una posición definitiva, la Comisión agradecería recibir de los gobiernos
comentarios y observaciones acerca de esta cuestión.
3
Véase el primer informe sobre la ley y la práctica en materia de reservas a los tratados,
A/CN.4/470, párrs. 97 y ss.
4
Véase Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo séptimo período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/57/10, comentario al proyecto de directriz 2.1.8 [2.1.7 bis],
párr. 7).
15
CAPÍTULO IV
PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA
A. Introducción
38. En su 48º período de sesiones, celebrado en 1996, la Comisión consideró que el tema de la
"Protección diplomática" era uno de los tres temas idóneos para su codificación y desarrollo
progresivo5. Ese mismo año la Asamblea General, en su resolución 51/160, de 16 de diciembre
de 1996, invitó a la Comisión a que examinara el tema e indicara su alcance y contenido a la luz
de las observaciones formuladas en el curso del debate en la Sexta Comisión y de las
observaciones que los gobiernos presentaran por escrito. En su 49º período de sesiones,
celebrado en 1997, la Comisión, de conformidad con la citada resolución de la Asamblea
General, estableció en su 2477ª sesión un grupo de trabajo sobre el tema6. En el mismo período
de sesiones el Grupo de Trabajo presentó un informe que fue aprobado por la Comisión7.
El Grupo de Trabajo trató de: a) aclarar, en todo lo posible, el alcance del tema; y b) determinar
las cuestiones que deberían estudiarse en el contexto de dicho tema. El Grupo de Trabajo
propuso un esquema para el examen del tema y, por su parte, la Comisión recomendó al Relator
Especial que adoptase ese esquema como base para la presentación de un informe preliminar8.
39. En su 2501ª sesión, el 11 de julio de 1997, la Comisión nombró al Sr. Mohamed Bennouna
Relator Especial para el tema.
5
Ibíd., quincuagésimo primer período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/51/10), párr. 249 y
anexo II, adición 1.
6
Ibíd., quincuagésimo segundo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/52/10), cap. VIII.
7
Ibíd., párr. 171.
8
Ibíd., párrs. 189 y 190.
16
41. En su 50º período de sesiones, celebrado en 1998, la Comisión tuvo ante sí el informe
preliminar del Relator Especial9. En el mismo período de sesiones, la Comisión estableció un
Grupo de Trabajo de composición abierta para que examinara las conclusiones que pudieran
extraerse del debate en cuanto al enfoque del tema10.
43. En su 52º período de sesiones, celebrado en 2000, la Comisión tuvo ante sí el primer
informe del Relator Especial (A/CN.4/506 y Corr.1 y Add.1). Por falta de tiempo, la Comisión
aplazó el examen del documento A/CN.4/506/Add.1 hasta su siguiente período de sesiones.
En el mismo período de sesiones, la Comisión inició unas consultas oficiosas de composición
abierta, presididas por el Relator Especial, sobre los proyectos de artículo 1, 3 y 612.
Posteriormente la Comisión decidió, en su 2635ª sesión, remitir los proyectos de artículo 1, 3
y 5 a 8 al Comité de Redacción junto con el informe de las consultas oficiosas.
44. En su 53º período de sesiones, celebrado en 2001, la Comisión tuvo ante sí el resto del
primer informe del Relator Especial (A/CN.4/506/Add.1), así como su segundo informe
(A/CN.4/514 y Corr.1 y 2 (en español solamente)). Por falta de tiempo, la Comisión sólo pudo
examinar las partes del segundo informe relativas a los proyectos de artículo 10 y 11, y aplazó
hasta su siguiente período de sesiones el examen del resto del documento A/CN.4/514, acerca de
los proyectos de artículo 12 y 13. En su 2688ª sesión, celebrada el 12 de julio de 2001, la
Comisión decidió remitir el proyecto de artículo 9 al Comité de Redacción, y en su 2690ª sesión,
el 17 de julio de 2001, decidió remitirle los proyectos de artículo 10 y 11.
9
A/CN.4/484.
10
Las conclusiones del Grupo de Trabajo figuran en Documentos Oficiales de la Asamblea
General, quincuagésimo tercer período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/53/10), párr. 108.
11
Ibíd., quincuagésimo cuarto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/54/10), párr. 19.
12
El informe de las consultas oficiosas figura en ibíd., quincuagésimo quinto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/55/10), párr. 495.
17
45. En su 2688ª sesión, la Comisión inició unas consultas oficiosas de composición abierta,
presididas por el Relator Especial, sobre el artículo 9.
46. En su 54º período de sesiones, celebrado en 2002, la Comisión tuvo ante sí el resto del
segundo informe del Relator Especial (A/CN.4/514 y Corr.1 y 2 (en español solamente)),
relativo a los proyectos de artículo 12 y 13, así como su tercer informe (A/CN.4/523 y Add.1),
que trataba de los proyectos de artículo 14 a 16. En su 2719ª sesión, el 14 de mayo de 2002, la
Comisión decidió remitir los apartados a), b), d) (para su examen en relación con el apartado a))
y e) al Comité de Redacción. En su 2729ª sesión, el 4 de junio de 2002, decidió además, remitir
el apartado c) del artículo 14 al Comité de Redacción, para su examen en relación con el
apartado a).
47. En sus sesiones 2730ª a 2732ª, celebradas del 5 al 7 de junio de 2002, la Comisión
examinó el informe del Comité de Redacción sobre los proyectos de artículo 1 a 7 [8]. Aprobó
los artículos 1 a 3 [5] en su sesión 2730ª, 4 [9], 5 [7] y 7 [8] en su sesión 2731ª, y 6 en su
sesión 2732ª. En sus sesiones 2745ª y 2746ª, celebradas el 12 y 13 de agosto de 2002, la
Comisión aprobó los comentarios de los proyectos de artículo mencionados.
48. En su 2740ª sesión, celebrada el 2 de agosto de 2002, la Comisión estableció una consulta
oficiosa de composición abierta, presidida por el Relator Especial, sobre la cuestión de la
protección diplomática de las tripulaciones y de las sociedades y sus accionistas.
49. En su 55º período de sesiones, celebrado en 2003, la Comisión tuvo ante sí el cuarto
informe del Relator Especial (A/CN.4/530 y Corr.1 (en español solamente) y Add.1).
La Comisión examinó la primera parte del informe, relativa a los proyectos de artículo 17 a 20,
en sus sesiones 2757ª a 2762ª, 2764ª y 2768ª, celebradas del 14 al 23 de mayo, el 28 de mayo y
el 5 de junio de 2003, respectivamente. Ulteriormente examinó la segunda parte del informe,
relativa a los proyectos de artículo 21 y 22 en sus sesiones 2775ª a 2777ª celebradas los
días 15, 16 y 18 de julio de 2003.
18
50. En su 2762ª sesión, celebrada el 23 de mayo de 2003, la Comisión decidió establecer un
Grupo de Trabajo de composición abierta, presidido por el Relator Especial, sobre el párrafo 2
del artículo 1713. La Comisión examinó el informe del Grupo de Trabajo en su 2764ª sesión,
el 28 de mayo de 2003.
51. En su 2764ª sesión, la Comisión decidió remitir al Comité de Redacción el artículo 17,
propuesto por el Grupo de Trabajo14, y los artículos 18, 19 y 20. Posteriormente en
su 2777ª sesión, la Comisión decidió también remitir al Comité de Redacción los
artículos 21 y 22.
52. La Comisión examinó el informe del Comité de Redacción sobre los proyectos de
artículo 8 [10], 9 [11] y 10 [14] en su 2768ª sesión, celebrada el 5 de junio de 2003. En la misma
sesión, aprobó provisionalmente los proyectos de artículo 8 [10], 9 [11] y 10 [14].
53. En el actual período de sesiones, la Comisión tuvo ante sí el quinto informe del Relator
Especial (A/CN.4/538). La Comisión examinó el informe en sus sesiones 2791ª a 2796ª,
celebradas del 3 al 11 de mayo de 2004.
54. Durante el examen del quinto informe, la Comisión pidió al Relator Especial que estudiara
si la doctrina de las manos limpias guardaba relación con el tema de la protección diplomática y,
en caso afirmativo, si había que dedicarle un artículo. El Relator Especial preparó un
memorando sobre esta cuestión (ILC(LVI)/DP/CRP.1), pero la Comisión no tuvo tiempo de
examinarlo y decidió retomar este tema en su próximo período de sesiones.
55. En su 2794ª sesión, celebrada el 6 de mayo de 2004, la Comisión decidió remitir al Comité
de Redacción el proyecto de artículo 26, junto con la variante del proyecto de artículo 21
propuesta por el Relator Especial. Además, la Comisión, en su 2796ª sesión, celebrada el 11 de
13
Véase Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo octavo período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/58/10), párrs. 90 a 92.
14
Ibíd., párr. 92.
19
mayo de 2004, decidió que el Comité de Redacción examinara la posibilidad de elaborar una
disposición sobre la conexión entre la protección de las tripulaciones de los buques y la
protección diplomática.
56. En su 2806ª sesión, celebrada el 28 de mayo de 2004, la Comisión examinó el informe del
Comité de Redacción y aprobó en primera lectura un total de 19 proyectos de artículo sobre la
protección diplomática (véase la sección C infra).
58. En su 2827ª sesión, celebrada el 3 de agosto de 2004, la Comisión expresó a los dos
Relatores Especiales, el Sr. Mohamed Bennouna y el Sr. John Dugard, su profundo
reconocimiento por la notable contribución que habían aportado al estudio del tema mediante su
erudita labor de investigación y su vasta experiencia, lo que había permitido a la Comisión
concluir con éxito la primera lectura del proyecto de artículos sobre la protección diplomática.
59. A continuación se trascribe el texto del proyecto de artículos aprobado por la Comisión en
primera lectura.
20
PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA
Primera parte
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1
Definición y alcance
Artículo 2
Segunda parte
NACIONALIDAD
Capítulo I
PRINCIPIOS GENERALES
Artículo 3
21
Capítulo II
PERSONAS NATURALES
Artículo 4
Artículo 5
Continuidad de la nacionalidad
Artículo 6
1. Todo Estado del que sea nacional una persona que tenga doble o múltiple
nacionalidad podrá ejercer la protección diplomática con respecto a esa persona frente a un
Estado del que ésta no sea nacional.
22
Artículo 7
Artículo 8
Apátridas y refugiados
Capítulo III
PERSONAS JURÍDICAS
Artículo 9
Artículo 10
23
2. No obstante lo dispuesto en el párrafo 1, un Estado seguirá teniendo derecho a
ejercer la protección diplomática con respecto a una sociedad que tenía su nacionalidad en
el momento del perjuicio y que, de resultas de ese perjuicio, ha dejado de existir según la
legislación de ese Estado.
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
24
Tercera parte
RECURSOS INTERNOS
Artículo 14
2. Por "recursos internos" se entiende los recursos legales que puede interponer
una persona lesionada ante los tribunales u órganos, sean éstos judiciales o administrativos,
ordinarios o especiales, del Estado cuya responsabilidad por el perjuicio se invoca.
Artículo 15
Tipo de reclamaciones
Se deberán agotar los recursos internos cuando una reclamación internacional, o una
petición de sentencia declarativa relacionada con la reclamación, se funde
predominantemente en un perjuicio causado a un nacional o a una de las personas a que se
refiere el proyecto de artículo 8.
Artículo 16
25
Cuarta parte
DISPOSICIONES VARIAS
Artículo 17
El presente proyecto de artículos se entiende sin perjuicio del derecho de los Estados,
las personas naturales u otras entidades a recurrir, de conformidad con el derecho
internacional, a acciones o procedimientos distintos de la protección diplomática para
obtener la reparación del perjuicio sufrido como resultado de un hecho internacionalmente
ilícito.
Artículo 18
Artículo 19
Tripulación de un buque
PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA
26
posterior de la responsabilidad de los Estados se prestó poca atención a la protección diplomática y
en el texto definitivo del proyecto de artículos sobre el tema se afirma expresamente que los dos
elementos centrales de la protección diplomática -la nacionalidad de las reclamaciones y el
agotamiento de los recursos internos- serían examinados en detalle por la Comisión en otro
marco15. No obstante, hay una estrecha conexión entre el proyecto de artículos sobre la
responsabilidad del Estado y el presente proyecto de artículos. Muchos de los principios que
figuran en el proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado guardan relación con la
protección diplomática y, por consiguiente, no se repetirán en esta ocasión. Esto se aplica en
particular a las disposiciones que tratan de las consecuencias jurídicas de un hecho
internacionalmente ilícito. El Estado responsable del daño causado a un nacional extranjero está
obligado a poner fin al comportamiento ilícito y a reparar íntegramente el perjuicio causado por el
hecho internacionalmente ilícito. Esta reparación puede adoptar la forma de restitución, de
indemnización o de satisfacción, de un modo separado o conjuntamente. Todas estas cuestiones se
tratan en el proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado16. Algunos miembros de la
Comisión opinaron que el presente proyecto de artículos tendría que haber regulado las
consecuencias jurídicas de la protección diplomática y que no se debería haber centrado la atención
en la admisibilidad de las reclamaciones.
2) La protección diplomática pertenece al tema del "Trato de los extranjeros". Sin embargo
no se intenta abordar las normas primarias a este respecto, es decir, las que rigen el trato de la
persona y los bienes de los extranjeros, cuya violación da lugar a la responsabilidad del Estado
de la nacionalidad de la persona lesionada. En lugar de ello, el presente proyecto de artículos se
limita solamente a las normas secundarias, a saber, las que se refieren a las condiciones que
deben satisfacerse para presentar una petición de protección diplomática. En general, se trata de
las normas que rigen la admisibilidad de las reclamaciones. El artículo 44 del proyecto de
artículos sobre la responsabilidad del Estado establece lo siguiente:
15
Ibíd., quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), comentario al
artículo 44, notas de pie de página 722 y 726.
16
Arts. 28, 30, 31 y 34 a 37. Gran parte del comentario sobre la indemnización (art. 36) está
dedicado a un examen de los principios que se aplican a las reclamaciones relativas a la
protección diplomática.
27
"La responsabilidad del Estado no podrá ser invocada:
El presente proyecto de artículos da contenido a esa disposición al tratar con detalle las normas
relativas a la nacionalidad de las reclamaciones y al agotamiento de los recursos internos.
17
I.C.J. Reports 1949, pág. 174, especialmente págs. 185 y 186.
28
Primera parte
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1
Definición y alcance
Comentario
2) En derecho internacional, un Estado es responsable del daño que cause a un extranjero por
una acción o una omisión ilícitos. La protección diplomática es el procedimiento que emplea el
Estado de la nacionalidad de la persona lesionada para garantizar la protección de esa persona y
obtener reparación del perjuicio causado por el hecho internacionalmente ilícito. El presente
proyecto de artículos se ocupa sólo de las normas que regulan las circunstancias en que puede
ejercerse la protección diplomática y las condiciones que deben darse para ejercerla. No trata de
definir ni describir los hechos internacionalmente ilícitos que dan origen a la responsabilidad del
Estado por un perjuicio causado a un extranjero. El proyecto de artículos, lo mismo que el
proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente
ilícitos18, mantiene la distinción entre normas primarias y secundarias y trata sólo de estas
últimas.
18
Véase Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 77, comentario general, párrs. 1) a 3).
29
por la Corte Internacional de Justicia en el asunto Interhandel, al decir que el Estado demandante
se había "hecho cargo de la causa de uno de sus nacionales"19, cuyos derechos habían sido
lesionados. El interés jurídico del Estado por ejercer la protección diplomática se deriva del
daño causado a un nacional a consecuencia del hecho ilícito de otro Estado.
19
I.C.J. Reports 1959, pág. 6, especialmente pág. 27. Véase también Mavrommatis Palestine
Concession, P.C.I.J. Reports, Series A, Nº 2.
20
Asunto Mavrommatis Palestine Concession, Ibíd., asunto Panevezyś-Saldutiskis Railway,
P.C.I.J. Reports, Series A/B, Nº 76, pág. 4, especialmente pág. 16; asunto Nottebohm, I.C.J.
Reports 1955, pág. 24.
30
6) El artículo 1 deja en claro la cuestión, ya planteada en el comentario general21, de que los
presentes artículos se ocupan sólo del ejercicio de la protección diplomática por un Estado y no
de la protección dada por una organización internacional a sus agentes, reconocida por la Corte
Internacional de Justicia en su opinión consultiva sobre el asunto de la Reparación por daños
sufridos al servicio de las Naciones Unidas22.
Artículo 2
Comentario
21
Véase el comentario general, supra, párr. 3.
22
I.C.J. Reports 1949, pág. 174.
23
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 500, pág. 162.
24
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 596, pág. 392.
25
En El derecho de gentes (1758) Emmerich de Vattel señalo: "Quien maltrate a un ciudadano
lesiona indirectamente al Estado, el cual debe protegerlo" (cap. VI, pág. 136).
31
"Al asumir la causa de uno de los suyos, al poner en marcha, en su favor, la acción
diplomática o la acción judicial internacional, ese Estado hace valer, en realidad, su propio
derecho, el derecho que tiene a hacer respetar en la persona de sus súbditos el derecho
internacional."26
Esta opinión se critica con frecuencia como ficción difícil de reconciliar con las realidades de la
protección diplomática, que requieren la continuidad de la nacionalidad para poder presentar una
reclamación diplomática27, el agotamiento de los recursos internos por el nacional lesionado y la
evaluación de los daños sufridos de conformidad con la pérdida sufrida por el individuo.
No obstante, el "principio Mavrommatis" o la "ficción de Vattel", como se ha llamado al
concepto de que el perjuicio causado al nacional es un perjuicio causado al Estado, sigue siendo
la piedra angular de la protección diplomática28.
"... dentro de los límites establecidos por el derecho internacional, un Estado puede ejercer
la protección diplomática por los medios y en la medida en que considere adecuado, puesto
que es su propio derecho lo que el Estado está haciendo valer. Si las personas naturales o
jurídicas por cuenta de las cuales actúa estiman que sus derechos no están suficientemente
protegidos, no existe recurso en el derecho internacional. Todo lo que pueden hacer es
recurrir al derecho interno, si éste les ofrece los medios para ello, con objeto de promover
26
P.C.I.J. Reports, Series A, Nº 2, 1924, pág. 12.
27
Véanse los artículos 5 y 10.
28
Véase un examen de este concepto y de las críticas al respecto en el primer informe del
Relator Especial sobre protección diplomática, A/CN.4/506, párrs. 61 a 74.
29
Véase un examen de la legislación nacional al respecto, en ibíd., párrs. 80 a 87.
32
su causa y obtener desagravio... El Estado debe ser considerado como único juez para
decidir si otorgará su protección, en qué medida lo hará, y cuándo le pondrá fin. Posee a
este respecto un poder discrecional cuyo ejercicio puede estar determinado por
consideraciones políticas o de otra índole, que no guardan relación con el caso
en particular."30
Segunda parte
NACIONALIDAD
Capítulo I
PRINCIPIOS GENERALES
Artículo 3
30
I.C.J. Reports 1970, pág. 44.
31
Véase el artículo 4 del primer informe del Relator Especial sobre la protección diplomática,
A/CN.4/506. Véase también el debate en la Comisión en Documentos Oficiales de la Asamblea
General, Suplemento Nº 10 (A/55/10), párrs. 447 a 456.
33
Comentario
1) Mientras que el artículo 2 afirma el derecho discrecional del Estado a ejercer la protección
diplomática, el artículo 3 afirma el principio de que el Estado de la nacionalidad de la persona
lesionada tiene derecho, aunque no está obligado, a ejercer la protección diplomática a favor de
esa persona. El acento en este artículo se carga en el vínculo de nacionalidad entre el Estado y el
individuo, que da derecho al Estado para ejercer la protección diplomática. Este vínculo difiere
según se trate de personas naturales o personas jurídicas. Por consiguiente, se dedican capítulos
distintos a estos diferentes tipos de personas.
Capítulo II
PERSONAS NATURALES
Artículo 4
Comentario
34
2) El principio de que incumbe a cada Estado decidir quiénes son sus nacionales ha sido
respaldado tanto por las decisiones judiciales como por los tratados. En 1923, el Tribunal
Permanente de Justicia Internacional declaró en el asunto relativo a los Decretos de
Nacionalidad promulgados en Túnez y Marruecos:
Ese principio fue confirmado por el artículo 1 del Convenio de La Haya sobre ciertas cuestiones
relativas al conflicto de leyes de nacionalidad:
"Incumbirá a cada Estado determinar con arreglo a su propio ordenamiento quiénes serán
nacionales suyos."33
En fecha más reciente, el principio ha sido respaldado por el Convenio Europeo sobre la
Nacionalidad, de 199734.
32
P.C.I.J. Reports, Series B, Nº 4, 1923, pág. 24.
33
179 L.N.T.S., pág. 89.
34
E.T.S., Nº 166, art. 3.
35
respecto a la compatibilidad de esa adquisición con el derecho internacional35. La nacionalidad
también puede adquirirse como consecuencia de la sucesión de Estados36.
4) Los elementos de conexión enumerados en el artículo 4 son los utilizados con más
frecuencia por los Estados desarrollados para determinar la nacionalidad. En algunos países, en
donde no existen registros de nacimiento claros, quizá sea difícil probar la nacionalidad. En esos
casos, la residencia puede proporcionar una prueba de nacionalidad aunque no constituya la base
para la nacionalidad misma. Sin embargo, un Estado podrá conferir la nacionalidad a esas
personas por medio de la naturalización.
35
Véase, por ejemplo, el párrafo 1 del artículo 9 de la Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1249, pág. 13,
que prohíbe la adquisición de la nacionalidad en esos casos. Véase infra, párr. 6).
36
Véanse los proyectos de artículo sobre la nacionalidad de las personas naturales en relación
con la sucesión de Estados, Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo
cuarto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/54/10), párr. 47.
37
En el asunto Nottebhm, la Corte Internacional de Justicia declaró: "Según la práctica de los
Estados, los laudos arbitrales y las decisiones judiciales y la opinión de los tratadistas, la
nacionalidad es el lazo jurídico que tiene como fundamento un hecho social que constituye un
vínculo, una comunidad auténtica de vida, intereses y sentimientos, así como la existencia de
derechos y deberes mutuos. Cabe decir que constituye la expresión jurídica del hecho de que la
persona a quien se le otorga, bien directamente por ley o como resultado de un acto de las
autoridades, está, en la práctica, ligada más estrechamente con la población del Estado otorgante
de la nacionalidad que con la de cualquier otro Estado. Al ser otorgada por un Estado, sólo
legitima a éste para ejercer la protección frente a otro Estado, si constituye la traducción, en
términos jurídicos, de la conexión que tiene con aquél la persona y que lo convierte en nacional
suyo" (I.C.J. Reports 1955, pág. 23).
36
Sr. Nottebohm y Liechtenstein (el Estado demandante) eran "extremadamente tenues"38, en
comparación con los estrechos vínculos entre el Sr. Nottebohm y Guatemala (el Estado
demandado) durante un período de más de 34 años, lo que llevó a la Corte Internacional de
Justicia a afirmar reiteradamente que Liechtenstein "no estaba legitimado para dispensar a
Nottebohm protección contra Guatemala"39. Esto indica que la Corte no tenía intención de
enunciar una norma general40 aplicable a todos los Estados sino sólo una norma según la cual un
Estado en la situación de Liechtenstein debía demostrar la existencia de un vínculo auténtico
entre él y el Sr. Nottebohm para poder hacer suya su causa frente a Guatemala, con la que
el Sr. Nottebohm tenía lazos sumamente estrechos. Además, la Comisión tuvo en cuenta el
hecho de que si el requisito del vínculo auténtico propuesto en el asunto Nottebohm se aplicara
estrictamente, excluiría a millones de personas de los beneficios de la protección diplomática, ya
que en el mundo de hoy, de mundialización económica y migración, había millones de personas
que dejaban sus Estados de nacionalidad para rehacer su vida en Estados cuya nacionalidad
nunca adquirían, o bien que habían adquirido la nacionalidad, por nacimiento o filiación, de
Estados con los que tenían una conexión tenue41.
38
Ibíd., pág. 25.
39
Ibíd., pág. 26.
40
Esta interpretación fue la que dio al asunto Nottebohm la Comisión de Conciliación
Italia-Estados Unidos, en el asunto Flegenheimer, 25 I.L.R. (1958), pág. 148.
41
Véase una argumentación más amplia a favor de limitar el ámbito del asunto Nottebohm en el
primer informe del Relator Especial sobre la protección diplomática, documento A/CN.4/506,
párrs. 106 a 120.
37
internacionales, el derecho consuetudinario internacional y los principios de derecho
generalmente reconocidos en materia de nacionalidad"42. Hoy en día, en los convenios, y sobre
todo en materia de derechos humanos, se exige a los Estados que observen las normas
internacionales al conceder la nacionalidad43. Por ejemplo, el párrafo 1 del artículo 9 de la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
dispone que:
"Los Estados Partes otorgarán a las mujeres iguales derechos que a los hombres para
adquirir, cambiar o conservar su nacionalidad. Garantizarán, en particular, que ni el
matrimonio con un extranjero ni el cambio de nacionalidad del marido durante el
matrimonio cambien automáticamente la nacionalidad de la esposa, la conviertan en
apátrida o la obliguen a adoptar la nacionalidad del cónyuge."44
7) Por consiguiente, el artículo 4 reconoce que un Estado contra el que se formule una
reclamación en nombre de un nacional extranjero lesionado puede impugnar la nacionalidad de
esa persona cuando ésta haya adquirido la nacionalidad en contra del derecho internacional.
El artículo 4 requiere que la nacionalidad se adquiera de un modo que "no esté en contradicción
con el derecho internacional". Esa afirmación subraya que la carga de probar que la
nacionalidad se ha adquirido en violación del derecho internacional recaerá sobre el Estado que
impugne la nacionalidad de la persona lesionada. El hecho de que la carga de la prueba recaiga
42
Véase también el párrafo 2 del artículo 3 del Convenio Europeo sobre la Nacionalidad.
43
La Corte Interamericana de Derechos Humanos insistió en ello en la opinión consultiva
emitida en el asunto de la Propuesta de modificación a la Constitución política de Costa Rica
relacionada con la naturalización (opinión consultiva OC-4/84 del 19 de enero de 1984), en la
que dijo que era necesario conjugar armoniosamente, por un lado, la consideración de que la
determinación y regulaciones de la nacionalidad eran competencia de cada Estado y, por el otro,
"que las disposiciones de derecho internacional limitan, en alguna forma, esta facultad de los
Estados en razón de exigencias de la protección internacional de los derechos humanos"
(79 I.L.R., pág. 296).
44
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1249, pág. 13. Véanse también el artículo 20 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1144,
pág. 123, y el artículo 5 d) iii) de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación Racial, Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 660, pág. 195.
38
sobre el Estado que impugne la nacionalidad es consecuencia del reconocimiento de que debe
darse al Estado que confiere la nacionalidad un "margen de apreciación" al decidir la concesión
de la nacionalidad45 y de que existe una presunción a favor de la validez de la concesión de la
nacionalidad por el Estado46.
Artículo 5
Continuidad de la nacionalidad
Comentario
45
Véase la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el asunto de
la Propuesta de modificación a la Constitución política de Costa Rica relacionada con la
naturalización, 79 I.L.R., págs. 302 y 303.
46
R. Y. Jennings y A. Watts (eds.), Oppenheim's International Law, novena edición (1992),
pág. 856.
47
Véase, por ejemplo, la decisión de los Estados Unidos, International Claims
Commission 1951-54 Kren, 20 I.L.R., pág. 233 especialmente pág. 234.
48
Véase la observación del magistrado Sir Gerald Fitzmaurice en el asunto de la Barcelona
Traction, I.C.J. Reports 1970, págs. 101 y 102; véase asimismo E. Wyler, La Règle Dite de la
Continuité de la Nationalité dans le Contentieux International (1990).
39
casos en que un individuo cambie de nacionalidad por razones sin relación con la presentación
de una reclamación diplomática. No se han atendido las sugerencias de que se abandonara esa
norma, por temor a que se produjeran abusos y a que ello condujera al "nationality shopping"
(búsqueda de la nacionalidad conveniente) a efectos de la protección diplomática49.
La Comisión estima que la norma de la continuidad de la nacionalidad debe mantenerse, pero
permitiendo excepciones para atender a los casos en que, de otro modo, se produciría una
injusticia.
49
Véase el pronunciamiento del árbitro Parker en Opinion dealing with Germany's obligations
and jurisdiction of the Commission as determined by the Nationality of claims and
Administrative Decision Nº V, de 31 de octubre de 1925, A.J.I.L. (1925), vol. 19, pág. 612
especialmente pág. 614: "cualquier otra regla abriría la puerta de par en par a los abusos y
podría tener el resultado de convertir a una nación fuerte en una agencia de reclamaciones en
nombre de las personas que, tras sufrir perjuicios, asignaran sus reclamaciones a nacionales de
esa nación o aprovecharan sus leyes de naturalización para obtener el patrocinio de sus
reclamaciones".
50
H. Briggs, "La Protection Diplomatique des Individus en Droit International: La Nationalité
des Réclamations", Annuaire de l'Institut de Droit International (1965 I), págs. 72 y 73.
51
La misma posición adoptó el Instituto de Derecho Internacional en su período de sesiones
de Varsovia, en 1965: Annuaire de l'Institut de Droit International, vol. 51, (1965 II),
págs. 260 a 262.
40
3) El primer requisito es que el nacional lesionado sea nacional del Estado demandante en el
momento de producirse el perjuicio. Normalmente, la fecha del perjuicio que da origen a la
responsabilidad del Estado por un hecho internacionalmente ilícito coincidirá con la fecha en que
se produjo el hecho lesivo.
52
Véase el pronunciamiento del árbitro Parker en Administrative Decisions Nº V, 19 A.J.I.L.,
(1925), págs. 616 y 617.
53
Oppenheim's International Law, R. Y. Jennings and A. Watts (eds.), novena edición (1992),
pág. 512.
41
6) La palabra "reclamación" del párrafo 1 comprende tanto la presentada por la vía
diplomática como la interpuesta ante un órgano jurisdiccional. Esa reclamación puede
especificar el comportamiento que deberá observar el Estado responsable para poner fin al hecho
ilícito, si es de carácter continuado, y la forma que deberá adoptar la reparación. La cuestión se
trata más detenidamente en el artículo 43 del proyecto de artículos sobre la responsabilidad del
Estado por hechos internacionalmente ilícitos, de 2001, y en su comentario54.
54
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), pág. 327.
55
Véase el párrafo 1) del comentario a este proyecto de artículo.
42
determinar que la persona respecto de la cual se ejerza la protección diplomática debe haber
adquirido su nueva nacionalidad por alguna razón no relacionada con la presentación de la
reclamación. Esta condición tiene por objeto limitar las excepciones a la norma de la
continuidad de la nacionalidad a los casos que implican la imposición forzosa de la nacionalidad,
como los de que la persona haya adquirido la nueva nacionalidad como consecuencia necesaria
de factores como el matrimonio, la adopción o la sucesión de Estados.
10) La tercera condición que debe cumplirse para que la norma de la continuidad de la
nacionalidad no se aplique es que la nueva nacionalidad se haya adquirido de un modo que no
esté en contradicción con el derecho internacional. Esta condición debe leerse conjuntamente
con el artículo 4.
Artículo 6
1. Todo Estado del que sea nacional una persona que tenga doble o múltiple
nacionalidad podrá ejercer la protección diplomática con respecto a esa persona frente a un
Estado del que ésta no sea nacional.
Comentario
43
no implique la renuncia a la nacionalidad anterior. El derecho internacional no prohíbe la doble
o múltiple nacionalidad: de hecho tal tipo de nacionalidad fue aprobada en el artículo 3 del
Convenio de La Haya de 1930 concerniente a determinadas cuestiones relativas a conflictos de
leyes de nacionalidad, que dispone que:
"... una persona que tenga dos o más nacionalidades podrá ser considerada nacional por
cada uno de los Estados cuya nacionalidad posea."
Por consiguiente, es necesario abordar la cuestión del ejercicio de la protección diplomática por
el Estado de la nacionalidad respecto de la persona que tenga doble o múltiple nacionalidad. El
artículo 6 se limita al ejercicio de la protección diplomática por uno de los Estados del que la
persona lesionada es nacional frente a un Estado del que esa persona no es nacional. El ejercicio
de la protección diplomática por un Estado de la nacionalidad frente a otro Estado de la
nacionalidad está comprendido en el artículo 7.
56
Véase la decisión adoptada por el Tribunal Arbitral Mixto yugoslavo-húngaro en el asunto
de Born, Annual Digest of Public International Law Cases, vol. 3, 1925-1926, asunto Nº 205,
de 12 de julio de 1926.
57
Véase el artículo 5 del Convenio de La Haya de 1930 concerniente a determinadas cuestiones
relativas a conflictos de leyes de nacionalidad; la resolución sobre "Le caractère national d'une
réclamation internationale présentée par un Etat en raison d'un dommage subi par un individu"
(El carácter nacional de una reclamación internacional presentada por un Estado en razón de un
daño sufrido por un individuo) adoptada por el Instituto de Derecho Internacional en su reunión
de Varsovia en 1965: Résolutions de l'Institut de Droit International, 1957-1991 (1992), pág. 56
(art. 4 b)); 1960 Harvard Draft Convention on the International Responsibility of States for
44
condición. En el asunto Salem, un tribunal arbitral sostuvo que Egipto no podía aducir el hecho
de que la persona lesionada tuviese efectivamente la nacionalidad persa frente a una reclamación
de los Estados Unidos, otro Estado de la nacionalidad. El tribunal afirmó que:
Esta norma se ha seguido en otros casos59 y ha sido reafirmada en época más reciente por el
Tribunal de Reclamaciones Irán-Estados Unidos60. La decisión de la Comisión de no exigir un
vínculo auténtico o efectivo en esas circunstancias es razonable. A diferencia de la situación en
la que un Estado de la nacionalidad formula una reclamación contra otro Estado de la
nacionalidad respecto de una persona que tenga doble nacionalidad, no hay un conflicto de
nacionalidades cuando un Estado de la nacionalidad trata de proteger a una persona que tenga
doble nacionalidad frente a un tercer Estado.
4) En principio, no hay motivo para que dos Estados de la nacionalidad no puedan ejercer
conjuntamente un derecho atribuido a cada uno de ellos. Por consiguiente, en el párrafo 2 se
reconoce que dos o más Estados de la nacionalidad podrán ejercer conjuntamente la protección
diplomática con respecto a una persona que tenga doble o múltiple nacionalidad frente a un
Estado del que esa persona no sea nacional. Si bien el Estado responsable no puede oponerse a
Injuries to Aliens, art. 23 3), en L. B. Sohn y R. R. Baxter, "Responsibility of States for Injuries
to the Economic Interests of Aliens" 55 A.J.I.L. (1961), pág. 548; y García Amador, Tercer
informe sobre la responsabilidad de los Estados, en Anuario..., 1958, vol. II, pág. 66,
documento A/CN.4/111 (art. 21 3)).
58
Laudo de 8 de junio de 1932, U.N.R.I.A.A., vol. II, pág. 1165, especialmente pág. 1188.
59
Véanse las decisiones de la Comisión de Conciliación Italia-Estados Unidos en la reclamación
Mergé de 10 de junio de 1955, 22 I.L.R. 1955, pág. 443 especialmente pág. 456, la reclamación
Vereanu, decisión Nº 172, de 17 de mayo de 1957, 24 I.L.R. (1957), págs. 464 y 465; y la
reclamación Stankovic, de 26 de julio de 1963, 40 I.L.R. (1963), pág. 155.
60
Véase Dallal v. Iran, 3 I.U.S.C.T.R. (1983) pág. 23.
45
tal reclamación presentada por dos o más Estados que actúan simultáneamente y de concierto,
puede suscitar objeciones cuando los Estados reclamantes formulan reclamaciones separadas
bien ante el mismo foro o ante foros diferentes o cuando un Estado de la nacionalidad formula
una reclamación después de que otro Estado de la nacionalidad haya recibido ya satisfacción
respecto de esa reclamación. También pueden surgir problemas cuando un Estado de la
nacionalidad renuncia al derecho a la protección diplomática mientras que otro Estado de la
nacionalidad persevera en su reclamación. Es difícil codificar las normas que regulan diversas
situaciones de este tipo. Dichas situaciones deben tratarse de conformidad con los principios
generales del derecho concernientes a la satisfacción de las reclamaciones conjuntas.
Artículo 7
Comentario
46
"Un Estado no podrá conceder protección diplomática a uno de sus nacionales contra
otro Estado cuya nacionalidad esa persona también posea."61
3) Sin embargo, incluso antes de 1930 había decisiones arbitrales que sostenían otra posición,
a saber que el Estado de la nacionalidad dominante o efectiva podía emprender acciones legales
con respecto a un nacional frente a otro Estado de la nacionalidad65. Esta jurisprudencia sirvió
61
Véase también el artículo 16 a) del proyecto de convención de Harvard sobre la
responsabilidad internacional de los Estados por daños causados en su territorio a la persona o
bienes de extranjeros, 23, A.J.I.L. (1929). Special Supplement 22.
62
Véase el párrafo 5 del artículo 23 del proyecto de convención de Harvard de 1960 sobre
la responsabilidad internacional de los Estados por daños causados a los intereses económicos de
los extranjeros, 55 A.J.I.L. (1961), pág. 545; el apartado a) del artículo 4 de la resolución sobre
"Le caractère national d'une réclamation internationale présentée par un Etat en raison d'un
dommage subi par un individu" aprobada por el Instituto de Derecho Internacional en su período
de sesiones de Varsovia de 1965, Résolutions de l'Institut de Droit International, 1957-1991
(1992) 56; Annuaire de l'Institut de Droit International, 1985 (II), 260 a 262.
63
Véase el asunto Alexander (1898) 3 Moore, International Arbitrations, pág. 2529 (Comisión
de Reclamaciones Británico-estadounidense); asunto Oldenbourg, Decisions and Opinions of
Commissioners, 5 de octubre de 1929 a 15 de febrero de 1930, pág. 97, y asunto Honey. Further
Decisions and Opinions of the Commissioners, posteriores al 15 de febrero de 1930, pág. 13
(Comisión de Reclamaciones Británico-mexicana); y asunto Adams and Blackmore, decisión
Nº 64, de 3 de julio de 1931, U.N.R.I.A.A., vol. V, págs. 216 y 217 (Comisión de Reclamaciones
Británico-mexicana).
64
I.C.J. Reports 1949, pág. 186.
65
Asunto James Louis Drummond 2 Knapp, P.C. Rep. pág. 295, 12 Eng. Rep. pág. 492; asuntos
Milani, Brignone, Stevenson y Mathinson (Comisión Mixta de Reclamaciones
Británico-venezolana) en Ralston, Venezuelan Arbitrations of 1903, págs. 429 a 438, 710, 754
a 761 y 438 a 455, respectivamente; asunto Carnevaro (Tribunal Permanente de
Arbitraje, 1912) en Scott, The Hague Court Reports, vol. 1, en pág. 284; asunto Hein, de 26 de
abril y 10 de mayo de 1922 (Tribunal Mixto de Arbitraje Anglo-alemán), Annual Digest of
47
de base a la Corte Internacional de Justicia en otro contexto en el asunto Nottebohm66 y recibió la
aprobación explícita de la Comisión de Conciliación Italia-Estados Unidos en el asunto Mergé
en 1955. En este caso esa Comisión afirmó lo siguiente:
Public International Law Cases, vol. 1, 1919-1922, asunto Nº 148, pág. 216; asunto Blumenthal
(Tribunal Mixto de Arbitraje Franco-alemán), Recueil des Décisions des Tribunaux Mixtes,
vol. 3 (1924), pág. 616; asunto de Montfort, de 10 de julio de 1926 (Tribunal Mixto Franco-
alemán), Annual Digest and Reports of Public International Law Cases, vol. 3, 1925-1926,
asunto Nº 206, pág. 279; y asunto Pinson (Comisión Mixta de Reclamaciones Franco-mexicana),
Annual Digest of Public International Law Cases, vol. 4, 1927-1928, asuntos Nos. 194 y 195,
de 19 de octubre de 1928, págs. 297 a 301; y asunto Tellech, de 25 de mayo de 1928 (Comisión
Tripartita de Reclamación de los Estados Unidos, Austria y Hungría) U.N.R.I.A.A., vol. VI,
pág. 248.
66
I.C.J. Reports 1955, págs. 22 y 23. El asunto Nottebohm no guardaba relación con la doble
nacionalidad pero la Corte basó su conclusión en que Nottebohm no tenía ningún vínculo
efectivo con Liechtenstein. Véanse también las resoluciones judiciales mencionadas en la
nota 65.
67
22 I.L.R. (1955), pág. 443, especialmente pág. 455 (párr. V.5). Véase también el asunto de
León, Nº 218 y 227, de 15 de mayo de 1962 y 8 de abril de 1963. U.N.R.I.A.A. vol. XVI,
pág. 239 especialmente pág. 247.
68
Véanse, por ejemplo, la reclamación Spaulding, decisión 149, 24 I.L.R. (1957), pág. 452; la
reclamación Zangrilli, de 21 de diciembre de 1956, 24 I.L.R. (1957), pág. 454; la reclamación
Cestra, decisión 165, de 28 de febrero de 1957, 24 I.L.R. (1956), pág. 454; la reclamación
Puccini, decisión 173, de 17 de mayo de 1957, 24 I.L.R. (1957), pág. 454; la reclamación Salvoni
48
asuntos, el Tribunal de Reclamaciones de Estados Unidos-Irán ha aplicado el principio de la
nacionalidad dominante y efectiva en varios asuntos69. Otra institución que apoya el principio de
la nacionalidad dominante es la Comisión de Indemnización de las Naciones Unidas establecida
por el Consejo de Seguridad para la indemnización de los daños causados por la ocupación de
Kuwait por el Iraq. La condición exigida por esa Comisión para examinar las reclamaciones de
personas con doble nacionalidad que poseen la nacionalidad iraquí es que tengan de buena fe la
nacionalidad de otro Estado70. En recientes propuestas de codificación se ha aprobado este
enfoque. En su tercer informe sobre la responsabilidad de los Estados presentado a la Comisión,
García Amador propuso lo siguiente:
Orrego Vicuña expuso una opinión análoga en su informe de 2000 a la Asociación de Derecho
Internacional72.
Estate decisión 169, de 9 de mayo de 1957, 25 I.L.R. (1957), pág. 455; la reclamación Ruspoli
decisión 170, de 15 de mayo de 1957, 25 I.L.R. (1957), pág. 457; la reclamación Ganapini,
decisión 196, de 30 de abril de 1959, 30 I.L.R. (1959), pág. 366; la reclamación Turri,
decisión 209, de 14 de junio de 1960, 30 I.L.R. (1960)., pág. 371; la reclamación Graniero,
decisión 186, de 20 de enero de 1959, 30 I.L.R. (1959), pág. 451; y la reclamación Di Cicio,
decisión 226, de 9 de noviembre de 1962, 40 I.L.R. (1962), pág. 148.
69
Véanse, en particular, Esphahanian v. Bank Tejarat 21 I.U.S.C.T.R. (1983), pág. 166; asunto
Nº A/18 5 I.U.S.C.T.R. (1984), pág. 251.
70
Documento de las Naciones Unidas S/AC.26/1991/Rev.1, párr. 11.
71
A/CN.4/111, en Anuario..., 1958, vol. II, pág. 66.
72
"Interim Report on the "The Changing Law of Nationality of Claims"" en International Law
Association, Report of the 69th Conference (2000), pág. 646 (párr. 11).
49
5) La doctrina utiliza los términos "efectiva" o "dominante" para describir el vínculo
necesario entre el Estado reclamante y su nacional en situaciones en las que un Estado de la
nacionalidad presenta una reclamación frente a otro Estado de la nacionalidad. La Comisión
decidió no utilizar ninguna de esas palabras para describir el vínculo necesario sino el término
"predominante", ya que da una idea de relatividad e indica que la persona mantiene vínculos más
estrechos con un Estado que con otro. Los tribunales que examinen esta cuestión tendrán que
ponderar la fuerza respectiva de las nacionalidades concurrentes y esa comparación se define con
mayor precisión mediante el término "predominante" aplicado a la nacionalidad que con las
palabras "efectiva" o "dominante". Además, es el término utilizado por la Comisión de
Conciliación Italia-Estados Unidos en el asunto Mergé, que puede considerarse el punto de
partida para el desarrollo de la actual norma consuetudinaria73.
6) La Comisión no pretende describir los factores que deben tenerse en cuenta al decidir cuál
es la nacionalidad predominante. Según la doctrina, esos factores comprenden la residencia
habitual, el tiempo pasado en cada país de nacionalidad, la fecha de naturalización (es decir, el
tiempo durante el cual la persona era nacional del Estado protector antes de que se presentara la
reclamación); el lugar, los programas de estudio y el idioma de la enseñanza recibida; el empleo
y los intereses financieros; el lugar de la vida familiar; los vínculos familiares en cada país; la
participación en la vida pública y social; la utilización del idioma; la tributación, las cuentas
bancarias, la seguridad social; las visitas al otro Estado de la nacionalidad; la posesión y
utilización del pasaporte del otro Estado; y el servicio militar. Ninguno de esos factores es
decisivo y el peso que debe atribuirse a cada factor variará según las circunstancias del caso.
73
22 I.L.R. (1995), pág. 455.
50
8) La principal objeción a la presentación de una reclamación por un Estado de la
nacionalidad frente a otro Estado de la nacionalidad es que eso podría permitir a un Estado a
cuya nacionalidad hubiese dado predominancia el individuo después de haber sufrido un
perjuicio infligido por el otro Estado de la nacionalidad presentar una reclamación contra este
Estado. Esta objeción queda salvada mediante el requisito de que la nacionalidad del Estado
reclamante sea predominante tanto en el momento del perjuicio como en la fecha de la
presentación oficial de la reclamación. Esta exigencia refleja el principio enunciado en el
párrafo 1 del artículo 5 sobre la cuestión de la continuidad de la nacionalidad. Las expresiones
"en el momento del perjuicio" y "en la fecha de la presentación oficial de la reclamación" se
explican en el comentario a ese artículo. La excepción a la norma de la continuidad de la
nacionalidad que figura en el párrafo 2 del artículo 5 no se aplica en este caso, ya que la persona
lesionada a la que se refiere el artículo 7 no habrá perdido su otra nacionalidad.
Artículo 8
Apátridas y refugiados
Comentario
1) La norma general era que un Estado sólo podía ejercer la protección diplomática en favor
de sus nacionales. En 1931, la Comisión de Reclamaciones Estados Unidos-México sostuvo, en
el asunto Dickson Car Wheel Company c. los Estados Unidos Mexicanos, que los apátridas no
podían beneficiarse de la protección diplomática, al afirmar que:
51
"Un Estado... no infringe las leyes internacionales al causar un perjuicio a un
individuo carente de nacionalidad y, en consecuencia, ningún Estado está facultado para
intervenir o presentar una denuncia en nombre de ese individuo antes o después de que se
haya causado el daño."74
2) El artículo 8, que corresponde a la esfera del desarrollo progresivo del derecho, se separa
de la norma tradicional según la cual sólo los nacionales pueden beneficiarse del ejercicio de la
protección diplomática y permite que un Estado ejerza esa protección con respecto a una persona
que no sea nacional suyo, cuando esa persona sea apátrida o refugiado. Aunque la Comisión ha
actuado dentro del marco de las normas que rigen la condición de apátrida o de refugiado, no ha
querido pronunciarse sobre la condición de esas personas. Se ocupa sólo de la cuestión del
ejercicio de la protección diplomática de esas personas.
74
U.N.R.I.A.A. vol. IV, pág. 669, especialmente pág. 678.
75
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 989, pág. 221.
76
ibíd., vol. 189, pág. 151.
77
Ibíd., vol. 300, pág. 174.
78
Art. 1.
52
tenga residencia legal y habitual en ese Estado en el momento del perjuicio y en la fecha de la
presentación oficial de la reclamación.
4) La exigencia de la residencia tanto legal como habitual fija un umbral elevado79. Mientras
que algunos miembros de la Comisión pensaron que este umbral era demasiado alto y podía
llevar a una situación en la que los individuos implicados carecieran de protección efectiva, la
mayoría opinó que la combinación de la residencia legal con la residencia habitual estaba
justificada en el caso de una medida excepcional introducida de lege ferenda.
79
Los términos residencia "legal y habitual" se basan en el apartado g) del párrafo 4 del
artículo 6 del Convenio Europeo sobre la Nacionalidad, de 1997, en el que se emplean en el
contexto de la adquisición de la nacionalidad. Véase también el proyecto de convención de
Harvard sobre la responsabilidad internacional de los Estados por los daños causados a
extranjeros, de 1960, en el que se incluye a efectos de la protección con arreglo a esa convención
a "una persona apátrida que tenga su residencia habitual en ese Estado", art. 21 3) c).
80
Artículo 1 A 2) de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados.
53
los apátridas, pese a que el artículo 28 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados fija
el umbral más bajo de que "se encuentren legalmente"81, en lo que respecta a la expedición de
documentos de viaje a los refugiados por los Estados Contratantes. La Comisión se vio influida
por dos factores para llegar a esta decisión. En primer lugar, el hecho de que la expedición de
documentos de viaje, según los términos de la Convención, no da al titular derecho alguno a la
protección diplomática82. En segundo lugar, la necesidad de fijar un umbral elevado al
introducir una excepción de lege ferenda a una norma tradicional. Algunos miembros de la
Comisión adujeron que el umbral de la residencia legal y habitual como condición para el
ejercicio de la protección diplomática era demasiado elevado también en el caso de los
refugiados83.
81
Los trabajos preparatorios de la Convención dejan bien sentado que "encontrarse" (stay)
supone menos que una residencia duradera.
82
Véase el párrafo 16 del anexo a la Convención.
83
Véase el párrafo 4) del comentario al presente proyecto de artículo.
84
Art. 6 4) g).
85
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1001, pág. 45. Dicha Convención amplía la definición de
refugiado para incluir "a toda persona que, a causa de una agresión, una ocupación o una
dominación extranjera o acontecimientos que perturben gravemente el orden público en una
parte o en la totalidad de su país de origen, o de su país de nacionalidad, está obligada a
abandonar su residencia habitual para buscar refugio en otro lugar fuera de su país de origen o de
su país de nacionalidad".
54
considera en general el modelo para la protección internacional de los refugiados86, y la
Declaración de Cartagena de 1984 sobre la protección internacional de los refugiados en
Centroamérica, aprobada por la Asamblea General de la OEA en 198587. Sin embargo, la
Comisión prefirió no poner límites al término para que cualquier Estado pudiera otorgar la
protección diplomática a cualquier persona a la que considerase y tratase como refugiado. Esto
tendría especial importancia para los refugiados en Estados que no son partes en los instrumentos
internacionales o regionales existentes.
9) Los requisitos temporales para presentar una reclamación que figuran en el artículo 5 se
repiten en el párrafo 2. El refugiado debe ser un residente legal y habitual del Estado reclamante
tanto en el momento del perjuicio como en la fecha de la presentación oficial de la reclamación.
10) El párrafo 3 dispone que el Estado de refugio no podrá ejercer la protección diplomática
respecto de un refugiado frente al Estado de la nacionalidad del refugiado. Si se hubiera
permitido esto, se habría contradicho el criterio básico de los presentes artículos, según el cual la
nacionalidad es la base predominante para el ejercicio de la protección diplomática. Este párrafo
se justifica también por motivos políticos. La mayoría de los refugiados tienen serias quejas
sobre la manera en que han sido tratados por su Estado de la nacionalidad, del que han huido
para evitar la persecución. Si se autorizara la protección diplomática en esos casos, se abrirían
las compuertas a la litigación internacional. Además, el temor a las exigencias de tal acción por
los refugiados podría disuadir a los Estados de aceptar refugiados.
11) Tanto el párrafo 1 como el párrafo 2 disponen que un Estado de refugio "podrá ejercer la
protección diplomática". Esto pone de relieve el carácter discrecional del derecho. Un Estado
puede discrecionalmente, en derecho internacional, ejercer la protección diplomática respecto de
86
Nota sobre Protección Internacional presentada por el Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados, Documentos Oficiales de la Asamblea General, cuadragésimo
quinto período de sesiones, documento A/AC.96/830, pág. 20, párr. 35.
87
Asamblea General de la OEA, 15º período ordinario de sesiones (1985), resolución aprobada
por la Comisión General en su quinta sesión, celebrada el 7 de diciembre de 1985.
55
un nacional88. A fortiori, puede discrecionalmente hacer extensiva esa protección a un apátrida o
refugiado.
12) La Comisión subraya que el artículo 8 se ocupa sólo de la protección diplomática de los
apátridas y refugiados. No se ocupa de la concesión de la nacionalidad a esas personas.
No puede ni debe considerarse que el ejercicio de la protección diplomática respecto de un
apátrida o refugiado cree una expectativa legítima de que se le va a conceder la nacionalidad.
El artículo 28 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, de 1951, junto con el
párrafo 15 de su anexo, ponen en claro que la expedición de un documento de viaje a un
refugiado no afecta a la nacionalidad del titular. A fortiori, el ejercicio de la protección
diplomática respecto de un refugiado, o de un apátrida, no debe en absoluto interpretarse en el
sentido de que afecte a la nacionalidad de la persona protegida.
Capítulo III
PERSONAS JURÍDICAS
Artículo 9
Comentario
88
Véase el artículo 2 y su comentario.
56
2) La práctica de los Estados gira en gran parte en torno de la protección diplomática de las
sociedades de capitales, empresas con un fin lucrativo que adoptan la forma de sociedades
anónimas, cuyo capital está dividido en acciones, y no de otras personas jurídicas. Ello explica
por qué el presente artículo y los artículos siguientes tratan de la protección diplomática de esas
sociedades y de sus accionistas. El proyecto de artículo 13 versa sobre la situación de las
personas jurídicas que no son sociedades de capitales.
89
Nationaliy Decrees in Tunis and Morocco, 1923, P.C.I.J. Reports, Series B, Nº 4, pág. 24.
90
The Case Concerning the Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited
(en adelante asunto de la Barcelona Traction), I.C.J. Reports 1970, pág. 3, especialmente
pág. 42, párr. 70.
91
Ibíd., pág. 42, párr. 70.
57
hecho creaba, con otros factores, un "vínculo estrecho y permanente" entre el Canadá y la
sociedad Barcelona Traction92.
92
Ibíd., pág. 42, párr. 71.
93
En el asunto de la Barcelona Traction la Corte dejó en claro que no hay normas de derecho
internacional relativas a la constitución de sociedades. En consecuencia, era necesario recurrir al
derecho interno para cerciorarse de que se habían cumplido las condiciones necesarias para la
constitución. La Corte declaró: "Lo que esto significa es simplemente que el derecho
internacional ha debido reconocer a la sociedad anónima como institución creada por los Estados
en una esfera que pertenece esencialmente a su jurisdicción interna. Ello a su vez exige que el
derecho internacional se remita a las normas pertinentes del derecho interno cada vez que se
58
5) En el asunto de la Barcelona Traction, el Estado de la nacionalidad de la mayoría de los
accionistas (Bélgica) adujo que tenía derecho a ejercer la protección diplomática con respecto a
la sociedad porque su accionariado hacía que tuviera con ella un vínculo efectivo de la misma
naturaleza que el que había sido reconocido en el asunto Nottebohm94. Al rechazar el argumento,
la Corte no desestimó la aplicación a las sociedades del criterio del vínculo efectivo, ya que
consideró que en aquel caso había un vínculo "estrecho y permanente" entre la Barcelona
Traction y el Canadá, en donde se encontraba su domicilio social y en donde se habían celebrado
durante muchos años las reuniones de su consejo de administración95. El artículo 9 no exige la
existencia de una relación auténtica o vínculo efectivo entre la sociedad y el Estado protector de
la índole del que Bélgica propugnaba en el asunto de la Barcelona Traction. Además, rechaza la
noción de un vínculo efectivo como factor de conexión necesario en el contexto de la protección
diplomática de las sociedades, ya que ello podría traducirse en la apatridia de las sociedades
fundadas en un Estado y con una mayoría de accionistas en otro Estado. La opinión
predominante en la Comisión fue la de que el domicilio social, la sede de la administración de la
sociedad "o... un vínculo análogo" no debían considerarse, pues, como formas de una relación
auténtica o vínculo efectivo, en particular en la medida en que se entienda que esa expresión
requiere una mayoría de accionistas como factor de conexión.
6) Las palabras "o... un vínculo análogo" deben leerse en el contexto "su domicilio social o la
sede de su administración", de conformidad con la regla de interpretación eiusdem generis, que
requiere que una proposición general de esa índole se interprete restrictivamente para que
concuerde con la que la antecede. Eso significa que no tendrá vida propia. Debe necesariamente
designar un vínculo análogo al del "domicilio social" o la "sede de su administración".
plantean problemas jurídicos relativos a los derechos de los Estados que conciernen al
tratamiento de las sociedades y los accionistas, y respecto de los cuales el derecho internacional
no ha establecido sus propias normas" (ibíd., I.C.J. Reports, pág. 33, párr. 38).
94
I.C.J. Reports 1955, pág. 4.
95
I.C.J. Reports 1970, pág. 42, párrs. 70 y 71.
59
7) A diferencia del artículo 4, el artículo 9 habla de "el" Estado de la nacionalidad en el
sentido de "el" Estado con arreglo a cuya legislación se ha fundado la sociedad. Esa fórmula
sirve para evitar toda sugerencia de que una sociedad podría tener doble nacionalidad. Como la
nacionalidad múltiple es posible en el caso de las personas naturales, el artículo 4 habla de "un"
Estado de la nacionalidad. Algunos miembros de la Comisión no estaban de acuerdo con la
opinión de que las sociedades sólo pueden tener una nacionalidad.
Artículo 10
Comentario
96
Véase Comisión Mixta de Reclamaciones Estados Unidos-Venezuela, constituida en virtud del
Protocolo de 17 de febrero de 1903, asunto Orinoco Steamship Company, U.N.R.I.A.A., vol. IX,
pág. 180 (1903). En este caso, una sociedad constituida en el Reino Unido transfirió su
reclamación contra el Gobierno de Venezuela a una sociedad sucesora, constituida en los
Estados Unidos. Debido a que el tratado por el que se estableció la Comisión permitía a los
Estados Unidos presentar una reclamación a favor de su nacional en esas circunstancias, se
60
caso puede quizá una sociedad cambiar de nacionalidad sin cambiar de personalidad jurídica, y
es el de la sucesión de Estados.
admitió la reclamación. Sin embargo, el árbitro Barge dejó en claro que, de no haber sido por
ese tratado, la reclamación no se habría admitido: ibíd., especialmente pág. 192.
97
El Tribunal Permanente de Justicia Internacional dejó la cuestión sin decidir en el asunto
Panevezyś-Saldutiskis Railway, P.C.I.J. Reports 1939, Series A/B 76, pág. 4, especialmente
pág. 17. Véase también el Cuarto informe sobre la nacionalidad en relación con la sucesión de
Estados, A/CN.4/489, que subraya las dificultades que rodean a la nacionalidad de las personas
jurídicas en relación con la sucesión de Estados.
98
Véase Kren Claim, 20 I.L.R., (1953), pág. 233, especialmente pág. 234.
61
aquel en que se dicta el fallo"99. Como en la práctica son pocos los casos de este género,
la Comisión se ha inclinado por mantener la posición reflejada en el proyecto de artículo 10100.
99
Oppenheim's International Law, R. Jennings y A. Watts (eds.), novena edición (1992),
pág. 512.
100
Véase un ejemplo reciente en The Loewen Group Inc. and Raymond L. Loewen v. US, Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a inversiones, 26 de junio de 2003, asunto
Nº ARB(AF)/98/3.
101
Véase además el artículo 43 del proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado por
actos internacionalmente ilícitos de 2001 y su comentario, Documentos Oficiales de la Asamblea
General, quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 77.
102
Magistrados Jessup (I.C.J. Reports 1970, pág. 193), Gross (ibíd., pág. 277) y Fitzmaurice
(ibíd., págs. 101 y 102) y magistrado ad hoc Riphagen (ibíd., pág. 345).
103
Véase la reclamación Kunhardt (Votos particulares en la Comisión Estados Unidos-Venezuela
de 1903), U.N.R.I.A.A., vol. IX, pág. 171 y, en particular, el voto particular disconforme del
Comisionado de Venezuela, Sr. Paúl, especialmente pág. 180; F. W. Flack, on behalf of the
Estate of the Late D. L. Flack (Great Britain) v. United Mexican States, decisión Nº 10, de 6 de
diciembre de 1929, U.N.R.I.A.A., vol. V, pág. 61, especialmente pág. 63.
62
pragmático y permite al Estado de la nacionalidad de una sociedad ejercer la protección
diplomática en razón de un perjuicio sufrido por la sociedad cuando tenía su nacionalidad,
aunque ha cesado de existir -y por consiguiente ha dejado de tener esa nacionalidad- como
resultado del perjuicio. A fin de poder hacerlo, el Estado reclamante deberá probar que fue el
perjuicio en razón del cual se formula la reclamación el que hizo que la sociedad dejara de
existir. El párrafo 2 debe leerse conjuntamente con el apartado a) del artículo 11, que deja en
claro que el Estado de la nacionalidad de los accionistas no tendrá derecho a ejercer la protección
diplomática en razón de un perjuicio causado a una sociedad que llevó a su desaparición.
Artículo 11
Comentario
104
L. Caflisch, La protection des sociétés commerciales et des intérêts indirects en droit
international public (1969), págs. 206 y 207; W. E. Beckett, "Diplomatic Claims in Respect of
Injuries to Companies", 17 Transactions of the Grotus Society, (1932), pág. 158, especialmente
pág. 191; y E. Wyler, La Règle Dite de la Continuité de la Nationalité dans le Contentieux
International (1990), págs. 197 a 202.
63
accionistas de "una sociedad anónima, cuyo capital está dividido en acciones"105. Este tipo de
sociedades se caracteriza por una clara distinción entre la sociedad y los accionistas106. Cuando
los intereses de un accionista son lesionados por un perjuicio causado a la sociedad, es a la
sociedad a la que el accionista debe dirigirse para que ésta ejercite la acción correspondiente,
dado que "aunque dos entidades distintas puedan sufrir el mismo perjuicio, sólo una de ellas ha
visto vulnerados sus derechos "107. Sólo en el caso de que el acto por el que se presente la
reclamación vulnere directamente los derechos de los accionistas tiene un accionista un derecho
de accionar independiente108. Los principios que rigen la distinción entre la sociedad y los
accionistas, dijo la Corte, se derivan del derecho interno y no del derecho internacional109.
105
I.C.J. Reports 1970, pág. 34, párr. 40.
106
Ibíd., pág. 34, párr. 41.
107
Ibíd., pág. 35, párr. 44.
108
Ibíd., pág. 36, párr. 47.
109
Ibíd., pág. 37, párr. 50.
110
Ibíd., pág. 35 (párr. 43), pág. 46 (párrs. 86 y 87) y pág. 50 (párr. 99).
111
Ibíd., págs. 48 y 49, y párrs. 94 a 96.
64
competencia para actuar por cuenta de éste, no había razón para que cada accionista no gozara de
ese derecho112. En tercer lugar, la Corte se mostró renuente a aplicar por analogía las normas
relativas a la doble nacionalidad a las sociedades y a los accionistas y a permitir que los Estados
de la nacionalidad de ambos ejerciesen la protección diplomática113.
4) El apartado a) del artículo 11 requiere que la sociedad "haya dejado de existir" para que el
Estado de la nacionalidad de los accionistas tenga derecho a intervenir en favor suyo. Antes del
asunto de la Barcelona Traction, la mayor parte de la doctrina estaba a favor de un criterio
menos estricto, que permitiera la intervención en favor de los accionistas cuando la sociedad
estuviera "prácticamente extinta"116. En el asunto de la Barcelona Traction, sin embargo, la
112
Ibíd., pág. 48, párrs. 94 y 95.
113
Ibíd., pág. 38 (párr. 53), pág. 50 (párr. 98).
114
Ibíd., págs. 40 y 41, párrs. 65 a 68.
115
Ibíd., pág. 48, párr. 92.
116
Delagoa Bay Railway Co. Case, B. J. Moore, Digest of International Law, vol. VI, (1906),
pág. 648; reclamación El Triunfo; B. J. Moore, Digest of International Law, vol. VI, (1906),
65
Corte fijó un umbral más alto para determinar la desaparición de una sociedad. Las expresiones
"parálisis" o "situación financiera precaria" se desecharon por estimarlas inadecuadas117. El
criterio de que la sociedad estuviera "prácticamente extinta" se rechazó igualmente por
considerar que "carece de toda precisión jurídica"118. Considerando que "sólo la situación
jurídica de la sociedad es pertinente", la Corte declaró que: "Sólo la desaparición jurídica de la
sociedad priva a los accionistas de la posibilidad un recurso por intermedio de la sociedad;
únicamente cuando se les cierra toda posibilidad en ese sentido podría plantearse la cuestión de
un derecho de acción independiente para ellos y para su gobierno"119. Ulteriormente, el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos ha apoyado este criterio120.
pág. 649; y reclamación Baasch & Romer, U.N.R.I.A.A., vol. X, pág. 713, especialmente
pág. 723.
117
I.C.J. Reports 1970, págs. 40 y 41, párrs. 65 y 66.
118
Ibíd., pág. 41, párr. 66.
119
Ibíd.; véanse también los votos particulares de los magistrados Nervo (ibíd., pág. 256) y
Ammoun (ibíd., págs. 319 y 320).
120
Asunto Agrotexim, E.C.H.R., Series A, Nº 330-A, pág. 25, párr. 68.
121
I.C.J. Reports 1970, pág. 40, párr. 65. Véanse también los votos particulares de los
magistrados Fitzmaurice (ibíd., pág. 75) y Jessup (ibíd., pág. 194).
66
existiendo"122. Una sociedad "nace" en el Estado de constitución cuando se funda o constituye
allí. Por el contrario, "muere" cuando se disuelve en el Estado en que ha sido constituida, el
Estado que le dio existencia. En consecuencia, parece lógico que la cuestión de si una sociedad
ha dejado de existir y ya no está en condiciones de funcionar como persona jurídica debe
decidirse con arreglo al derecho del Estado en que la sociedad fue constituida.
6) Las palabras "por algún motivo no relacionado con el perjuicio" tienen por objeto asegurar
que el Estado de la nacionalidad de los accionistas no pueda iniciar un procedimiento con
respecto al perjuicio causado a la sociedad que sea la causa de la desaparición de ésta.
Este derecho, de conformidad con el artículo 10, sigue correspondiendo al Estado de la
nacionalidad de la sociedad. Por consiguiente, el Estado de la nacionalidad de los accionistas
sólo podrá ejercer la protección diplomática con respecto a los accionistas que hayan sido
lesionados de resultas de los daños sufridos por la sociedad sin relación con el perjuicio que
pudiera haber dado lugar a la desaparición de ésta. La finalidad de esa puntualización es limitar
los casos en que el Estado de la nacionalidad de los accionistas podrá intervenir a favor de éstos
por un perjuicio causado a la sociedad.
8) Hay indicios de un apoyo vacilante a una excepción más amplia, sin la condición
restrictiva que figura en el apartado b), en la práctica de los Estados, los laudos arbitrales123 y la
122
Ibíd., pág. 41, párr. 67.
123
Delagoa Bay Railway Company, J. B. Moore, Digest of International Law (1906), vol. VI,
pág. 648; Mexican Eagle (El Águila), M. Whiteman, Digest of International Law, vol. VIII,
págs. 1272 a 1274; Romano-Americano, Hackworth, Digest of International Law, vol. V,
pág. 841; El Triunfo, laudo de 8 de mayo de 1902, U.N.R.I.A.A., vol. XV, pág. 467;
Deutsche Amerikanische Petroleum Gesellschaft Oil Tankers, laudo de 5 de agosto de 1926,
67
doctrina. Resulta significativo, sin embargo, que el apoyo más decidido en favor de la
intervención del Estado de la nacionalidad de los accionistas se encuentre en tres reclamaciones
en que la sociedad perjudicada había sido obligada a constituirse en el Estado autor del hecho
lesivo: Delagoa Bay Railway124, Mexican Eagle125 y El Triunfo126. Aunque en el texto de esas
reclamaciones no hay ninguna indicación de que la intervención haya de limitarse a esos casos,
no cabe duda de que es en ellos cuando es más necesaria. Como respondió el Gobierno del
Reino Unido al argumento de México en el asunto de la Mexican Eagle de que un Estado no
podría intervenir en favor de sus accionistas en una sociedad mexicana:
"Si se aceptara la doctrina de que un gobierno puede decidir que una sociedad
extranjera sólo puede realizar actividades en sus territorios si se constituye de conformidad
con la legislación local, y desde luego puede alegar esa constitución como justificación
para rechazar la intervención diplomática extranjera, es evidente que jamás faltarían
medios para impedir a los gobiernos extranjeros el ejercicio del indudable derecho que los
asiste, con arreglo al derecho internacional, de proteger los intereses comerciales de sus
nacionales en el extranjero."127
U.N.R.I.A.A., vol. II, pág. 779, especialmente pág. 790. Véase un amplio examen de la doctrina
en L. Caflisch, La protection des sociétés commerciales et des intérêts indirects en droit
international public (1969); M. Jones, "Claims on Behalf of Nationals who are Shareholders
in Foreign Companies" 26 B.Y.I.L. (1949), pág. 225. Véase también E. Jiménez de Aréchaga
"International Responsability", en Max Sørensen (ed.) Manual of International Law, (1968),
pág. 531, especialmente págs. 580 y 581.
124
Ibíd.
125
Ibíd.
126
Ibíd.
127
M. Whiteman, Digest of International Law, vol. VIII, págs. 1273 y 1274.
68
"Es exacto que se ha sostenido que, por motivos de equidad, un Estado debería poder
asumir en ciertos casos la protección de sus nacionales accionistas de una sociedad que
hubiera sido víctima de una violación del derecho internacional. Es así como se ha
desarrollado una teoría según la cual el Estado de los accionistas tiene derecho a ejercer su
protección diplomática cuando el Estado cuya responsabilidad se invoca es el Estado de la
nacionalidad de la sociedad. Cualquiera que sea la validez de esta teoría, ciertamente no se
aplica en el caso que nos ocupa, pues España no es el Estado de la nacionalidad de la
sociedad Barcelona Traction."128
128
I.C.J. Reports 1970, pág. 48, párr. 92.
129
Ibíd., págs. 72 a 75.
130
Ibíd., pág. 134.
131
Ibíd., págs. 191 a 193.
132
El magistrado Wellington Koo apoyó igualmente esta posición en el asunto de la
Barcelona Traction (Preliminary Objections), I.C.J. Reports 1964, pág. 58, párr. 20.
133
I.C.J. Reports 1970, pág. 73, párrs. 15 y 16.
134
Ibíd., págs. 191 y 192.
135
Ibíd., págs. 257 a 259.
136
Ibíd., págs. 240 y 241.
69
10) En el período posterior al asunto de la Barcelona Traction se han producido algunos
cambios en lo que concierne a la excepción propuesta, principalmente en el contexto de los
tratados. De ellos no obstante se desprende una tendencia favorable a la idea de que los
accionistas de una sociedad pueden intervenir frente al Estado en que se ha constituido la
sociedad cuando éste es responsable del perjuicio causado a esa sociedad138. En el asunto de la
Elettronica Sicula S.p.A. (ELSI)139, una sala de la Corte Internacional de Justicia permitió a los
Estados Unidos presentar una reclamación contra Italia por los daños sufridos por una sociedad
italiana, la totalidad de cuyas acciones era de propiedad de dos sociedades estadounidenses. La
Corte evitó pronunciarse sobre la compatibilidad de su conclusión con la del asunto de la
Barcelona Traction, a pesar de que Italia opuso la objeción de que la sociedad cuyos derechos
presuntamente se habían violado se había constituido en Italia y que los Estados Unidos trataban
de proteger los derechos de los accionistas de esa sociedad140. Ese silencio podría explicarse por
el hecho de que la Sala no se ocupaba de la evaluación del derecho internacional consuetudinario
sino de la interpretación de un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación bilateral, en que se
preveía la protección de los accionistas estadounidenses en el extranjero. Por otra parte, es
evidente que la excepción propuesta se había planteado ante la Sala141. Por consiguiente, puede
inferirse un apoyo a la excepción en favor del derecho del Estado de los accionistas de una
137
Ibíd., pág. 318.
138
Véase SEDCO Inc. v. National Iranian Oil Company and the Islamic Republic of Iran, asunto
Nº 129, de 24 de octubre de 1985, 84 I.L.R., págs. 484 y 496 (interpretación del artículo VII 2)
de la Declaración de Argel relativa a la solución de las reclamaciones); Liberian Eastern Timber
Corporation (LETCO) v. The Government of the Republic of Liberia 26 I.L.M., (1987), págs. 647
y 652 a 654 (interpretación del artículo 25 del Convenio sobre arreglo de diferencias relativas a
inversiones entre Estados y nacionales de otros Estados).
139
I.C.J. Reports 1989, pág. 15.
140
Ibíd., págs. 64 (párr. 106) y 79 (párr. 132).
141
Esto se deduce claramente del intercambio de opiniones al respecto entre los magistrados Oda
(ibíd., págs. 87 y 88) y Schwebel (ibíd., pág. 94).
70
sociedad a intervenir frente al Estado de constitución si éste es responsable del perjuicio causado
a la sociedad142.
11) Antes del asunto de la Barcelona Traction, la excepción propuesta gozaba de cierto apoyo,
aunque las opiniones estaban divididas en cuanto a si la práctica de los Estados y las decisiones
arbitrales la reconocían, y hasta qué punto. El obiter dictum emitido por la Corte en su sentencia
dictada en el asunto de la Barcelona Traction y los votos particulares de los magistrados
Fitzmaurice, Jessup y Tanaka han conferido incontestablemente mayor peso a los argumentos a
favor de la excepción. La evolución posterior, aunque sólo sea en el contexto de la
interpretación de los tratados, han confirmado esta tendencia143. En esos casos sería posible
defender una excepción general basada en la jurisprudencia. Sin embargo, el apartado b) del
artículo 11 no va tan lejos. En lugar de ello, limita la excepción a la que se ha denominado una
"sociedad Calvo", es decir, una sociedad cuya constitución, al igual que la cláusula Calvo, tiene
por objeto preservarla de las normas de derecho internacional relativas a la protección
diplomática. Limita la excepción al supuesto en que la sociedad, en el momento del perjuicio
(otro rasgo restrictivo) tenga la nacionalidad del Estado supuestamente responsable de haber
causado el perjuicio y la constitución de la sociedad de conformidad con la legislación de ese
Estado sea exigida por éste como condición previa para realizar actividades empresariales en él.
Sin duda habrá casos en que se ejerza presión política sobre los inversores extranjeros para que
constituyan una sociedad en el Estado en que deseen realizar actividades empresariales. Con
arreglo a la excepción que figura en el apartado b), ello no será suficiente: la legislación del
Estado deberá exigir la constitución como condición previa para realizar actividades
empresariales en ese Estado.
142
Opinión expresada por Yoram Dinstein en "Diplomatic Protection of Companies under
International Law", en K. Wellens (ed.), International Law: Theory and Practice (1988)
pág. 505, especialmente pág. 512.
143
De conformidad con sus Normas aplicables a las reclamaciones internacionales, aprobadas
por el Reino Unido en 1985, "en los casos en que un nacional del Reino Unido tenga intereses,
como accionista o en otra calidad, en una sociedad constituida en otro Estado y del cual es,
por consiguiente, nacional, y ese Estado cause un perjuicio a la sociedad, el Gobierno de
71
Artículo 12
Comentario
"... un acto dirigido contra los derechos de la sociedad y que sólo lesiona esos derechos no
implica responsabilidad alguna hacia los accionistas, aunque sus intereses resulten
afectados. ... La situación es diferente si el acto objeto de reclamación está dirigido contra
los derechos propios de los accionistas como tales. Es bien sabido que el derecho interno
confiere a los accionistas derechos distintos de los de la sociedad, entre ellos el derecho a
los dividendos declarados, el derecho de asistir a las juntas generales y votar en ellas y el
derecho a una parte del haber social existente en el momento de la liquidación. Si se
vulnera uno de sus derechos propios, el accionista tiene un derecho de accionar
independiente."144
No obstante, la Corte no tuvo que examinar más a fondo esta cuestión porque Bélgica había
indicado claramente que no basaba su reclamación en una vulneración directa de los derechos de
los accionistas.
Su Majestad podrá intervenir para proteger los intereses del nacional del Reino Unido".
(Regla VI), reimpresas en 37 I.C.L.Q. (1988) 1007.
144
I.C.J. Reports 1970, pág. 36, párrs. 46 y 47.
145
I.C.J. Reports 1989, pág. 15.
72
este caso, los derechos en cuestión, como los derechos de los accionistas de organizar, controlar
y administrar la sociedad, figuraban en el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación que se
pedía a la Sala que interpretara, y ésta no expuso en detalle las normas de derecho internacional
consuetudinario sobre esta materia. En el asunto Agrotexim146, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, al igual que la Corte en el asunto de la Barcelona Traction, reconoció el derecho de
los accionistas a gozar de protección con respecto a la violación directa de sus derechos, pero
falló que en el caso considerado no se había producido tal violación147.
3) El artículo 12 no intenta ofrecer una relación exhaustiva de los derechos de los accionistas
como derechos distintos de los de la propia sociedad. En el asunto de la Barcelona Traction la
Corte mencionó los derechos más evidentes de los accionistas -el derecho a los dividendos
declarados, el derecho a asistir a las juntas generales y a votar en ellas y el derecho a una parte del
haber social existente en el momento de la liquidación-, pero dejó en claro que la lista no era
exhaustiva. Ello significa que incumbirá a los tribunales determinar, sobre la base de los hechos
de cada caso, los límites de esos derechos. Sin embargo, será preciso cuidar de delimitar
claramente los derechos de los accionistas y los derechos de la sociedad, especialmente en lo que
respecta al derecho a participar en la gestión de las sociedades. Que el artículo 12 debe
interpretarse restrictivamente se subraya con las fórmulas "los derechos de los accionistas como
tales" y "distintos de los derechos de la propia sociedad".
4) El artículo 12 no especifica qué ordenamiento jurídico determinará cuáles son los derechos
que corresponden a los accionistas distintos de los derechos de la sociedad. En la mayoría de los
casos, la cuestión deberá decidirse por el derecho interno del Estado de constitución. Sin
embargo, si la sociedad ha sido constituida en el Estado autor del hecho lesivo, tal vez se
justifique invocar los principios generales del derecho de sociedades a fin de asegurarse de que
los derechos de los accionistas extranjeros no sean objeto de un trato discriminatorio148.
146
Series A, Nº 330-A.
147
Ibíd., pág. 23, párr. 62.
148
En su voto particular emitido en el asunto de la sociedad ELSI, el magistrado Oda habló de
"los principios generales de derecho relativos a las sociedades" en el contexto de los derechos de
los accionistas; I.C.J. Reports 1989, págs. 87 y 88.
73
Artículo 13
Comentario
1) Las disposiciones de este capítulo han versado hasta ahora sobre un tipo particular de
persona jurídica, la sociedad. Ello se explica por dos motivos. En primer lugar, las sociedades, a
diferencia de otras personas jurídicas, tienen ciertas características comunes y uniformes: son
empresas con un fin lucrativo cuyo capital generalmente está dividido en acciones y en las que se
hace una clara distinción entre la sociedad como entidad separada y los accionistas, a quienes
incumbe una responsabilidad limitada. En segundo lugar, es principalmente la sociedad, y no la
empresa pública, la universidad, el municipio, la fundación y otras personas jurídicas del mismo
género la que participa en el comercio y las inversiones extranjeras y la que con sus actividades
no sólo anima la economía internacional, sino también el mecanismo de solución de las
controversias internacionales. La protección diplomática de las personas jurídicas atañe
principalmente a la protección de las inversiones extranjeras. De ahí que la sociedad sea la
persona jurídica de mayor importancia en el ámbito de la protección diplomática y que sea y
deba ser el principal objeto del presente proyecto de artículos.
74
quiere decir que un ente que no sea una persona física puede adquirir los atributos de la
personalidad por un acto del Estado que lo asimile en virtud de una ficción jurídica a una persona
física, con sujeción a las limitaciones que la ley imponga. Por otra parte, según la teoría realista,
la existencia de la personalidad jurídica es un hecho y no depende del reconocimiento del
Estado. Si una asociación o ente actúa de hecho como una entidad jurídica separada, se
convierte en una persona jurídica con todos sus atributos, sin necesidad de que el Estado le
otorgue la personalidad jurídica. Independientemente de los méritos de la teoría realista, está
claro que, para poder existir, una persona jurídica debe gozar de cierto reconocimiento jurídico,
es decir, en un ordenamiento jurídico nacional, como han subrayado el Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas149 y la Corte Internacional de Justicia150.
4) Puesto que las personas jurídicas son creación del derecho interno, es lógico que hoy exista
una gran variedad de personas jurídicas con características diferentes, entre ellas las sociedades,
las empresas públicas, las universidades, las escuelas, las fundaciones, las iglesias, los
municipios, las asociaciones sin ánimo de lucro, las organizaciones no gubernamentales e
incluso (en algunos países) las sociedades personalistas (partnerships). La imposibilidad de
encontrar rasgos comunes y uniformes en todas esas personas jurídicas explica que los
estudiosos del derecho internacional público y privado, a la hora de examinar las personas
jurídicas en el marco del derecho internacional, se limiten principalmente a la sociedad. No
obstante, es necesario tener en cuenta las personas jurídicas distintas de las sociedades en el
contexto de la protección diplomática. La jurisprudencia de la Corte Permanente de Justicia
Internacional demuestra que en determinados casos un municipio151 (comuna) o una
149
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, asunto 81/87 The Queen v. Treasury and
Commissioners of Inland Revenue, ex parte Daily Mail and General Trust, [1988] ECR 5483, en
el párr. 19.
150
Barcelona Traction, I.C.J. Reports 1970, págs. 34 y 35 (párr. 38).
151
En el asunto Certain German Interests in Polish Upper Silesia, la Corte Permanente estatuyó
que el municipio de Ratibor pertenecía a la categoría de "nacional alemán" en el sentido del
Convenio germanopolaco de 1922 relativo a la Alta Silesia, P.C.I.J. Reports, Series A, Nº 7,
págs. 73 a 75.
75
universidad152 puede ser considerado como una persona jurídica y como nacional de un Estado.
No hay motivo para que dichas personas jurídicas no puedan acogerse a la protección
diplomática si resultan lesionadas en el extranjero, a condición de que sean entidades autónomas
que no formen parte del aparato del Estado protector153. Las fundaciones con fines no lucrativos,
cuyos bienes han sido destinados por un donante o testador a un fin caritativo, constituyen
personas jurídicas sin miembros. Actualmente muchas fundaciones financian proyectos en el
exterior para promover la salud, el bienestar, los derechos de la mujer, los derechos humanos y el
medio ambiente en los países en desarrollo. Si una persona jurídica de esa índole es víctima de
un hecho internacionalmente ilícito por parte del Estado anfitrión, es probable que goce de
protección diplomática por parte del Estado en virtud de cuyo ordenamiento jurídico ha sido
creada. Podría parecer que las organizaciones no gubernamentales que realizan actividades en el
exterior en favor de una buena causa pertenecen a la misma categoría que las fundaciones154.
5) La diversidad de metas y estructuras de las distintas clases de personas jurídicas que no son
sociedades hace imposible elaborar disposiciones separadas e independientes relativas a su
protección. La única opción realista, y la más sensata, es elaborar una disposición que haga
extensivos los principios de la protección diplomática adoptados para las sociedades a otras
personas jurídicas, con sujeción a los cambios necesarios en función de las distintas
características de cada persona jurídica. La disposición propuesta, que apunta a ello, establece
152
En Appeal from a Judgement of the Czechoslovak-Hungarian Mixed Arbitral Tribunal
(Peter Pázmány University v. Czechoslovakia), la Corte Permanente declaró que la Universidad
Peter Pázmány era de nacionalidad húngara, a tenor del artículo 250 del Tratado de Trianón y
que, por lo tanto, tenía derecho a la restitución de bienes de su propiedad, P.C.I.J. Reports,
Series A/B, Nº 61, págs. 208 y 227 a 232.
153
Si la protección diplomática es un proceso reservado para la protección de personas naturales
o jurídicas que no forman parte del Estado, se deduce que, en la mayoría de los casos, el
municipio, como subdivisión de la administración local, y la universidad, financiada y en última
instancia controlada por el Estado, no tienen derecho a la protección diplomática. Sin embargo,
las universidades privadas tendrían derecho a la protección diplomática, al igual que las escuelas
privadas, si gozan de personalidad jurídica en virtud del derecho interno.
154
Véase además K. Doehring, "Diplomatic Protection of Non-Governmental Organizations"
en El derecho internacional en un mundo en transformación: liber amicorum: en homenaje al
profesor Eduardo Jiménez de Aréchaga (1994), págs. 571 a 580.
76
que los principios que rigen el Estado de la nacionalidad de las sociedades y la aplicación a estas
últimas del principio de la continuidad de la nacionalidad se aplicará, "en cuanto sea apropiado",
a la protección diplomática de las personas jurídicas distintas de las sociedades. En un comienzo
se utilizó la expresión mutatis mutandis, pero la Comisión decidió no emplear una expresión
latina dado que la frase "en cuanto sea apropiado" reflejaba en un todo el significado que deseaba
darle la Comisión. No se hace referencia a los artículos 11 y 12 puesto que éstos se ocupan
únicamente de los derechos de los accionistas.
Tercera parte
RECURSOS INTERNOS
Artículo 14
2. Por "recursos internos" se entiende los recursos legales que puede interponer
una persona lesionada ante los tribunales u órganos, sean éstos judiciales o administrativos,
ordinarios o especiales, del Estado cuya responsabilidad por el perjuicio se invoca.
Comentario
155
Interhandel case (Switzerland v. United States of America), objeciones preliminares,
I.C.J. Reports 1959, pág. 6, especialmente pág. 27.
77
consuetudinario"156. El agotamiento de los recursos internos garantiza que "el Estado en que
había tenido lugar la infracción tuviera la oportunidad de rectificarla por sus propios medios y en
el marco de su propio ordenamiento interno157. La Comisión de Derecho Internacional ha
examinado anteriormente el agotamiento de los recursos internos en el contexto de su labor sobre
la responsabilidad de los Estados, llegando a la conclusión de que es un "principio de derecho
internacional general" apoyado por las decisiones judiciales, la práctica de los Estados, los
tratados y la doctrina158.
2) Tanto las personas naturales como las jurídicas deben agotar los recursos internos.
También las sociedades extranjeras financiadas en parte o principalmente con fondos públicos
deben agotar los recursos internos cuando realizan acta jure gestionis. Igualmente, los no
nacionales del Estado que ejerce la protección, con derecho a protección diplomática en las
circunstancias excepcionales previstas en el artículo 8, deben agotar los recursos internos.
4) La expresión "todos los recursos internos" debe interpretarse en relación con el artículo 16,
que enuncia las circunstancias excepcionales en que no es preciso agotar los recursos internos.
Las sugerencias de que se aludiera en esta disposición a la necesidad de agotar sólo los recursos
internos "adecuados y eficaces" no se recogieron por dos razones. En primer lugar porque esa
salvedad del requisito del agotamiento de los recursos internos requiere atención especial en una
156
Case concerning Elettronica Sicula S.p.A. (ELSI) (United States of America v. Italy),
sentencia, I.C.J. Reports 1989, pág. 15, especialmente pág. 42, párr. 50.
157
Asunto Interhandel, I.C.J. Reports 1959, pág. 6, especialmente pág. 27.
158
Artículo 22 en primera lectura, véase Documentos Oficiales de la Asamblea General,
quincuagésimo primer período de sesiones, Suplemento Nº 10 y Corr. (A/51/10 y Corr.7),
cap. III D 1; Anuario..., 1977, vol. II (segunda parte), págs. 30 a 50; comentario del artículo 44
en segunda lectura, Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período
de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), págs. 331 a 334.
78
disposición separada. En segundo lugar, el hecho de que recaiga generalmente en el Estado
demandado la carga de probar que existen recursos internos, mientras que incumbe generalmente
al Estado demandante la de probar que la persona lesionada no tiene a su disposición vías de
recurso efectivas159, requiere tratar por separado estos dos aspectos de la regla de los recursos
internos.
5) Los recursos disponibles para un extranjero, que deben ser agotados antes de formular una
reclamación internacional, varían inevitablemente según los Estados. Por ello, ninguna
codificación puede ofrecer una norma absoluta por la que se rijan todas las situaciones.
El párrafo 2 trata de describir, en términos generales, las principales clases de recursos que deben
agotarse160. En el primer caso, es evidente que el nacional extranjero debe agotar todos los
recursos judiciales disponibles en el derecho interno del Estado demandado. Si ese derecho
autoriza a apelar en las circunstancias del caso al más alto órgano jurisdiccional, habrá que
interponer esa apelación a fin de obtener una decisión firme sobre la cuestión. Aun si no existe
el derecho de apelación a un tribunal superior, pero éste tiene la facultad discrecional de
autorizar la apelación, el nacional extranjero deberá solicitar la autorización para interponer un
recurso ante ese tribunal161. A ese respecto, los tribunales incluyen tanto los ordinarios como los
especiales, porque "la cuestión esencial no es saber si se trata de un recurso ordinario o
extraordinario, sino si ofrece un remedio eficaz y suficiente"162.
159
La cuestión de la carga de la prueba fue examinada por el Relator Especial en su tercer
informe sobre la protección diplomática (A/CN.4/523 y Add.1), párrs. 102 a 118. La Comisión
decidió no incluir un proyecto de artículo sobre ese tema: Documentos Oficiales de la Asamblea
General, quincuagésimo séptimo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/57/10), párrs. 240
a 252. Véase también el asunto Elettronica Sicula (ELSI), I.C.J. Reports 1989, pág. 15,
especialmente págs. 46 a 48 (párrs. 59 a 63).
160
En el asunto Ambatielos, de 6 de marzo de 1956, el tribunal arbitral declaró que "se tiene que
haber puesto a prueba todo el sistema de protección jurídica previsto en el derecho interno":
U.N.R.I.A.A., vol. XII, pág. 83, especialmente pág. 120. Véase además sobre este tema,
C. F. Amerasinghe, Local Remedies in International Law (2004), segunda edición.
161
Esto incluiría el recurso de certiorari ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.
162
B. Schouw Nielsen v. Denmark, Application No. 343/57, (1958-1959) 2 Yearbook of the
European Convention on Human Rights, pág. 412, especialmente pág. 438 (en relación con las
79
6) Hay que agotar también los recursos administrativos. Sin embargo, el extranjero lesionado
sólo está obligado a agotar los recursos que pueden llevar a una decisión vinculante. No está
obligado a dirigirse al poder ejecutivo para que éste le conceda una reparación en el ejercicio de
su poder discrecional. Los recursos internos no incluyen los recursos a título de gracia163 ni
aquellos "cuyo objeto es obtener un favor y no hacer valer un derecho"164. Las peticiones de
indulto y el recurso a un ombudsman generalmente pertenecen a esta categoría165.
"para que una demanda internacional sea admisible, basta que se haya sometido el fondo
de la demanda a los órganos jurisdiccionales competentes y que se haya perseverado hasta
donde lo permitan las leyes y los procedimientos locales, y ello sin éxito."166
Este criterio es preferible al criterio más estricto enunciado en el Arbitraje relativo a los buques
finlandeses, según el cual:
80
"[t]odos los argumentos de hecho y de derecho aducidos por el gobierno demandante...
deben haber sido examinados por los tribunales internos, que deben haber estatuido al
respecto."167
8) Por consiguiente, el litigante extranjero debe presentar todas las pruebas de que disponga
en apoyo del fondo de su demanda durante el proceso de agotamiento de los recursos internos168.
No puede acogerse a la vía de recurso internacional que le ofrece la protección diplomática para
compensar la mala preparación o la mala presentación de su demanda en el ámbito interno169.
Artículo 15
Tipo de reclamaciones
Se deberán agotar los recursos internos cuando una reclamación internacional, o una
petición de sentencia declarativa relacionada con la reclamación, se funde
predominantemente en un perjuicio causado a un nacional o a una de las personas a que se
refiere el proyecto de artículo 8.
Comentario
1) El agotamiento de los recursos internos sólo se aplica en los casos en que el Estado que
formula la reclamación ha sido perjudicado "indirectamente", es decir, en la persona de su
nacional170. No es aplicable cuando el Estado autor de la reclamación es perjudicado
directamente por el hecho ilícito de otro Estado, por cuanto en este caso el Estado tiene
claramente una razón propia para presentar una reclamación internacional.
167
U.N.R.I.A.A., vol. III, especialmente pág. 1502.
168
Ambatielos claim, U.N.R.I.A., vol. XII, pág. 83, especialmente pág. 120.
169
D. P. O'Connell, International Law, vol. 2, pág. 1059.
170
Esto concuerda con el principio expuesto por la Corte Permanente de Justicia Internacional en
el asunto Concesiones Mavrommatis en Palestina, según el cual "[a]l asumir la causa de uno de
los suyos, al poner en marcha, en su favor, la acción diplomática o la acción judicial
internacional, ese Estado hace valer, en realidad, su propio derecho, el derecho que tiene a hacer
respetar el derecho internacional en la persona de sus súbditos": P.C.I.J., Series A, 1924, Nº 2,
pág. 12.
81
2) En la práctica, es difícil decidir si la reclamación es "directa" o "indirecta" cuando es
"mixta", en el sentido de que contiene elementos tanto de perjuicio para el Estado como de
perjuicio para los nacionales del Estado. Muchas controversias sometidas a los tribunales
internacionales corresponden al fenómeno de la reclamación mixta. En el asunto de los
Rehenes171, hubo una violación directa por parte de la República Islámica del Irán de la
obligación de proteger a los diplomáticos y cónsules de los Estados Unidos de América, pero al
mismo tiempo hubo un perjuicio para la persona de los nacionales (diplomáticos y cónsules)
retenidos como rehenes; y en el asunto Interhandel172, Suiza alegó haber sido lesionada
directamente, por la violación de un tratado, y también indirectamente, por el perjuicio causado a
una sociedad suiza. En el asunto de los Rehenes, la Corte trató la reclamación como una
violación directa del derecho internacional; y en el asunto Interhandel decidió que la
reclamación era preponderantemente indirecta y que Interhandel no había agotado los recursos
internos.
3) En caso de una reclamación mixta, incumbe al tribunal examinar los diferentes elementos
de la reclamación y decidir si es el elemento directo o el elemento indirecto el preponderante.
En el asunto ELSI, una Sala de la Corte Internacional de Justicia rechazó el argumento de los
Estados Unidos de que parte de su reclamación se basaba en la violación de un tratado y, por lo
tanto, era innecesario agotar los recursos internos, sosteniendo que:
"la Sala no duda que la cuestión que predominantemente influye en la demanda de los
Estados Unidos en su conjunto es el presunto perjuicio sufrido por Raytheon y Machlett
[sociedades estadounidenses]."173
171
United States Diplomatic and Consular Staff in Tehran case (United States v. Iran),
I.C.J. Reports 1980, pág. 3. Véase también Avena and Other Mexican Nationals
(Mexico v. United States of America), fallo de la Corte Internacional de Justicia de 31 de marzo
de 2004, párr. 40, en que la Corte Internacional consideró que México había sido lesionado
directamente al haber sufrido un perjuicio sus nacionales en virtud del párrafo 1 del artículo 36
de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963.
172
I.C.J. Reports 1959, pág. 6.
173
I.C.J. Reports 1989, pág. 15, especialmente pág. 43, párr. 52. Véase también el asunto
Interhandel, I.C.J. Reports 1980, pág. 28.
82
Muy próximo al criterio de la preponderancia, el criterio de la condición sine qua non, o "a falta
de", según el cual hay que preguntarse si la reclamación que comprende elementos de perjuicio
tanto directo como indirecto se habría presentado si no fuera por la demanda por cuenta del
nacional lesionado. Si la respuesta es negativa, la reclamación es indirecta y deben agotarse los
recursos internos. No es mucho, sin embargo, lo que distingue el criterio de la preponderancia
del criterio "a falta de". Si una reclamación se basa preponderantemente en el perjuicio sufrido
por un nacional, ello indica que la reclamación no se habría presentado a falta de ese perjuicio.
En vista de eso, la Comisión ha preferido adoptar un solo criterio, es decir, el de la
preponderancia.
5) El artículo 15 deja en claro que los recursos internos deben agotarse no sólo con respecto a
una reclamación internacional sino también con respecto a una petición de sentencia declarativa
que se base predominantemente en un perjuicio causado a un nacional. Aunque se pueda
considerar que si el Estado no pide una indemnización de daños y perjuicios para un nacional
lesionado, sino simplemente una decisión sobre la interpretación y aplicación de un tratado, no
hay necesidad de agotar los recursos internos176, hay casos en que se ha exigido a un Estado que
174
Hostages case, I.C.J. Reports 1980, pág. 3.
175
Corfu Channel case (United Kingdom v. Albania), fondo, I.C.J. Reports 1949, pág. 4.
176
Asunto relativo al Air Services Agreement of 27 March between the United States of America
and France, decisión de 9 de diciembre de 1978, U.N.R.I.A.A., vol. XVIII, 415; Applicability of
83
agote los recursos internos cuando pedía una sentencia declarativa relativa a la interpretación y
aplicación de un tratado supuestamente violado por el Estado demandado en relación o con
ocasión del trato ilícito dado a un nacional del Estado demandante177. El artículo 15 deja en
claro que una petición de sentencia declarativa no supone en sí exención de la regla del
agotamiento de los recursos internos. Cuando la petición de sentencia declarativa es accesoria a
una reclamación en que se alega un perjuicio a un nacional o está relacionada con ella -vinculada
o no a una demanda de indemnización o restitución en favor del nacional lesionado- sigue
siendo posible que un tribunal falle que, dadas las circunstancias del caso, la petición de
sentencia declarativa se basa principalmente en el perjuicio causado al nacional. Una decisión de
esa índole sería justa y razonable en los casos en que se hubiera probado que el Estado
demandante había pedido deliberadamente una sentencia declarativa a fin de evitar el
cumplimiento de la regla del agotamiento de los recursos internos.
Artículo 16
the Obligation to Arbitrate under Section 21 of the United Nations Headquarters Agreement,
I.C.J. Reports 1988, pág. 29, párr. 41.
177
Véase el asunto Interhandel, I.C.J. Reports 1959, págs. 28 y 29; y el asunto ELSI,
I.C.J. Reports 1989, pág. 43.
84
Comentario
1) El artículo 16 trata de las excepciones a la regla del agotamiento de los recursos internos.
Los apartados a) a c), que tratan de las circunstancias que hacen injusto o poco razonable exigir a
un extranjero lesionado que agote los recursos internos como condición previa para formular una
reclamación son claras excepciones a la regla de agotamiento de los recursos internos. El
apartado d) trata de un caso diferente, que se produce cuando el Estado demandado ha
renunciado a exigir la observancia de esa regla.
Apartado a)
2) El apartado a) versa sobre la excepción a la regla del agotamiento de los recursos internos
que a veces se denomina, en términos generales, excepción de "inutilidad" o de "ineficacia". La
Comisión examinó tres opciones para formular una norma que recogiera las circunstancias en
que no sería necesario agotar los recursos internos:
iii) Los recursos internos no ofrecen ninguna posibilidad razonable de reparación eficaz.
Las tres opciones cuentan con cierto apoyo entre los autores.
178
3 U.N.R.I.A.A., vol. III, especialmente pág. 1504.
179
Retimag S.A. v. Federal Republic of Germany, Application No. 712/60, 4 Yearbook of the
European Convention on Human Rights, pág. 385, especialmente pág. 400; X, Y and Z v. UK,
Application Nos. 8022/77, 8027/77, pág. 18, European Commission of Human Rights, Decisions
and Reports, pág. 66, especialmente pág. 74. Véase también el comentario al artículo 22 del
85
opción que evita los términos rigurosos de "inutilidad manifiesta", pero impone sin embargo una
pesada carga al demandante al exigirle que pruebe que, en las circunstancias del caso, y
atendiendo al ordenamiento jurídico del Estado demandado, no hay una posibilidad razonable de
obtener una reparación eficaz. Este criterio tiene su origen en el voto particular de Sir Hersch
Lauterpacht en el asunto de los Empréstitos noruegos180 y es apoyado por una parte de la
doctrina181. Además, concuerda con las decisiones judiciales que han mantenido que no han de
agotarse los recursos internos cuando el tribunal interno no sea competente para conocer de la
controversia de que se trate182; cuando la legislación nacional que justifica los actos impugnados
por el extranjero no sea examinada por el tribunal interno183; cuando sea notorio que los
tribunales internos carecen de independencia184; cuando haya una serie constante y bien
establecida de precedentes contrarios al extranjero185; cuando los tribunales internos no ofrezcan
proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado aprobado por la Comisión en primera
lectura: Anuario..., 1977, vol. II (Segunda parte), pág. 47, párr. 48.
180
Certain Norwegian Loans (France v. Norway), I.C.J. Reports 1957, pág. 9, especialmente
pág. 39.
181
Véase el tercer informe sobre la protección diplomática, de 2002 (A/CN.4/523 y Add.1),
párr. 35.
182
Asunto Panevezyś-Saldutiskis Railway, P.C.I.J. Series A/B, 1939, Nº 76, pág. 4,
especialmente pág. 18, Arbitration under Article 181 of the Treaty of Neuilly, recogido
en 28 A.J.I.L. 1934, pág. 760, especialmente pág. 789; R. Gelbtrunk, "Salvador Commercial Co."
y otros, U.N.R.I.A.A., vol. XV, pág. 467, especialmente págs. 476 y 477; "The Lottie May"
Incident (Arbitraje entre Honduras y el Reino Unido de 18 de abril de 1899), U.N.R.I.A.A.,
vol. XV, pág. 29, especialmente pág. 31; voto particular del magistrado Lauterpacht en el asunto
de los Empréstitos noruegos, I.C.J. Reports 1957, págs. 39 y 40; y Finnish Ships Arbitration
U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1535.
183
Arbitration under Article 181 of the Treaty of Neuilly, 28 A.J.I.L. 1934, pág. 789. Véase
también Affaire des Forêts de Rhodope Central, fondo, 1933, U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1405;
reclamación Ambatielos, U.N.R.I.A.A., vol. XII, pág. 119; y asunto Interhandel,
I.C.J. Reports 1959, pág. 28.
184
Robert E. Brown Claim, de 23 de noviembre de 1923, U.N.R.I.A.A., vol. VI, pág. 120; asunto
Velásquez Rodríguez, 28 I.L.M. 1989, pág. 291, especialmente págs. 304 a 309.
185
Asunto Panevezylś-Saldutiskis Railway, P.C.I.J. Series A/B, 1939, Nº 76, pág. 4,
especialmente pág. 18; "S.S. Lisman", 1937, U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1769, especialmente
86
al extranjero una vía de recurso apropiada y suficiente186; o cuando el Estado demandado no
tenga un sistema adecuado de protección judicial187.
Apartado b)
5) La posible exención del requisito de agotar los recursos internos en los casos en que el
Estado demandado sea responsable de una demora excesiva en la tramitación de un recurso
interno se encuentra confirmada en los intentos de codificación189, los instrumentos y prácticas
pág. 1773; "S.S. Segurança", 1939, U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1861, especialmente pág. 1868;
Finnish Ships Arbitration, U.N.R.I.A.A, vol. III, especialmente pág. 1495; X. v. Federal Republic
of Germany, 1956, 1 Yearbook of the European Convention on Human Rights, pág. 138; X. v.
Federal Republic of Germany, 1958-1959, 2 Yearbook of the European Convention on Human
Rights, pág. 342, especialmente pág. 344; y X. v. Austria, 1960, 3 Yearbook of the European
Convention on Human Rights, pág. 196, especialmente pág. 202.
186
Finnish Ships Arbitration, U.N.R.I.A.A., vol. III, págs. 1496 y 1497; asunto
Velásquez Rodríguez, 1989, 28 I.L.M., págs. 304 a 309; Yağci and Sargin v. Turkey, sentencia
de 8 de junio de 1995, European Court of Human Rights, Reports and Decisions, Nº 319, pág. 3,
especialmente pág. 17, párr. 42; Hornsby v. Greece, sentencia de 19 de marzo de 1997, 1997-II,
European Court of Human Rights, Reports and Decisions, Nº 33, pág. 495, especialmente
pág. 509, párr. 37.
187
Mushikiwabo and others v. Barayagwiza, 9 de abril de 1997, 107 I.L.R., pág. 457,
especialmente pág. 460. Durante la dictadura militar en Chile, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos resolvió que las irregularidades intrínsecas de los procedimientos jurídicos
de la justicia militar obviaban la necesidad de agotar los recursos internos; resolución 1a/88,
asunto 9755, Ann.Rep 1 A Com HR 1987/88.
188
Finnish Ships Arbitration, 3 U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1504; reclamación Ambatielos 12
U.N.R.I.A.A., vol. XII, págs. 119 y 120.
189
Véase el análisis de los primeros intentos de codificación por F. V. García Amador en su
primer informe, Anuario..., 1956, vol. II, pág. 171, especialmente págs. 219 a 222; art. 19, 2) del
proyecto de convención sobre la responsabilidad internacional de los Estados por daños causados
87
de derechos humanos190, las decisiones judiciales191 y la doctrina. La Comisión tuvo conciencia
de la dificultad de dar un contenido objetivo al significado de "dilación indebida", o de tratar de
establecer un plazo fijo para hacer efectivos los recursos internos. Cada asunto debe juzgarse
por separado. Como declaró la British Mexican Claim Commission en el asunto El Oro Mining:
6) El apartado b) deja en claro que la demora en la tramitación del recurso debe ser atribuible
al Estado presuntamente responsable de un perjuicio causado a un extranjero. Se prefiere la
expresión "tramitación del recurso" a "recursos internos" para incluir todo el proceso mediante el
cual se ejercitan y ejecutan los recursos internos y a través del cual se encauzan esos recursos.
Apartado c)
7) La excepción a la regla del agotamiento de los recursos internos que figura en el apartado
a) del artículo 16, según la cual no habrán de agotarse los recursos internos cuando "no ofrezcan
a los extranjeros, preparado en 1960 por Harvard Research on International Law y reproducido
en 55 A.J.I.L. 1961, pág. 545, especialmente pág. 577.
190
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 41, párr. 1, apartado c)); Convención
Americana sobre Derechos Humanos (art. 46, párr. 2, apartado c)); Weinberger v. Uruguay,
comunicación Nº 28/1978, Comité de Derechos Humanos, Selección de decisiones, vol. 1,
pág. 57, especialmente pág. 59; Las Palmeras, Corte Interamericana de Derechos Humanos,
Serie C, Resoluciones y sentencias, Nº 67, párr. 38 (4 de febrero de 2000); Erdogan v. Turkey,
Application Nº 19807/92, Nº 84 A, Comisión Europea de Derechos Humanos (1996), Decisions
and Reports, pág. 5, especialmente pág. 15.
191
El Oro Mining and Railway Company (Limited) (Great Britain) v. United Mexican States,
decisión Nº 55 de 18 de junio de 1931, U.N.R.I.A.A., vol. V; pág. 191, especialmente pág. 198.
Administration of the Prince von Pless, P.C.I.J. Series A/B, 1933, Nº 52, pág. 11, especialmente
pág. 16.
192
U.N.R.I.I.A., vol. V, especialmente pág. 198.
88
ninguna posibilidad razonable de obtener una reparación eficaz", no incluye los supuestos en que
esos recursos internos podrían ofrecer una posibilidad razonable de reparación, pero sería poco
razonable o causaría grandes dificultades al extranjero lesionado agotar los recursos internos.
Por ejemplo, aunque existan recursos internos eficaces, sería poco razonable e injusto exigir a
una persona lesionada que agotase esos recursos cuando sus bienes hubieran sufrido daños
ambientales causados por la contaminación, la lluvia radiactiva o la caída de objetos espaciales
procedentes de un Estado en el que no estuvieran situados sus bienes; o si se encuentra a bordo
de una aeronave derribada por un Estado cuyo espacio aéreo haya sido violado accidentalmente;
o cuando el Estado demandado u otro órgano pone graves obstáculos para utilizar sus recursos
internos. Se ha sugerido que en tales casos los recursos internos no deben agotarse, por la falta
de un vínculo voluntario o conexión territorial entre el individuo lesionado y el Estado
demandado, o por la existencia de la excepción de dificultades especiales.
8) Hay apoyo en la doctrina para la tesis de que en todos los casos en que se ha exigido el
agotamiento de los recursos internos ha habido algún vínculo entre el particular agraviado y el
Estado demandado, como por ejemplo la presencia física voluntaria, la residencia, la propiedad
de bienes o una relación contractual con ese Estado193. Los que defienden este punto de vista
sostienen que la naturaleza de la protección diplomática y la regla del agotamiento de los
recursos internos han experimentado cambios sustanciales en los últimos tiempos. Mientras que
en los inicios de su historia la protección diplomática se caracterizaba por situaciones en que un
nacional extranjero que residía y realizaba actividades comerciales en un país extranjero era
lesionado por la actuación de ese Estado y, por consiguiente, cabía esperar que agotara los
recursos internos de acuerdo con el razonamiento de que debe considerarse que el nacional que
se traslada al extranjero aceptará normalmente el derecho del país tal como lo encuentra,
incluidos los medios que le ofrezca para la reparación de la injusticia, en la actualidad puede
ocurrir que un particular sea lesionado por la actuación de un Estado extranjero fuera de su
territorio, o por algún acto cometido en el territorio de ese Estado en circunstancias en que el
193
Véase Amerasinghe, Local Remedies in International Law (2004), pág. 169; T. Meron,
"The Incidence of the Rule of Exhaustion of Local Remedies", 35 B.Y.I.L.1959, pág. 83,
especialmente pág. 94.
89
particular no tenga conexión con ese territorio. Son ejemplos los daños ambientales
transfronterizos (como la explosión de la central nuclear de Chernobyl cerca de Kiev, en
Ucrania, que causó una lluvia radiactiva que llegó hasta el Japón y Escandinavia) y el hecho de
derribar una aeronave que ha penetrado accidentalmente en el espacio aéreo de un Estado (como
el asunto Incidente aéreo, en el que Bulgaria abatió un avión de la compañía El Al que había
penetrado por accidente en su espacio aéreo). La base de esa norma del vínculo voluntario o
conexión territorial es que el extranjero asume el riesgo en un Estado extranjero. Sólo cuando se
ha sometido voluntariamente a la jurisdicción del Estado demandado cabe esperar de él que
agote los recursos internos.
194
En este asunto, la Corte Internacional de Justicia declaró: "... se ha considerado en tal caso
necesario que el Estado en que tuvo lugar la infracción tenga también una oportunidad de
subsanarla por sus propios medios", I.C.J. Reports 1959, especialmente pág. 27. La cursiva es
añadida.
195
En el asunto Salem, un tribunal arbitral declaró que "por norma, todo extranjero debe
reconocer que el tipo de justicia que esté instituido en el país en que ha decidido residir es
aplicable a su propia persona", U.N.R.I.A.A., vol. II, pág. 1165, especialmente pág. 1202.
196
Finnish Ships Arbitration, U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1504; reclamación Ambatielos,
U.N.R.I.A.A., vol. XII, pág. 99.
197
Alegaciones orales de Francia, I.C.J. Pleadings 1957, vol. I, pág. 408.
198
Case concerning the Aerial incident of 27 july 1955 (Israel v. Bulgaria), objeciones
preliminares, alegaciones orales de Israel, I.C.J. Pleadings 1959, págs. 531 y 532.
90
Justicia adoptó una decisión al respecto. En el asunto de la Fundición de Trail199, relativo a una
contaminación transfronteriza en que no había un vínculo voluntario ni una conexión territorial,
el Canadá no insistió en el agotamiento de los recursos internos. Este asunto y otros200, en que se
prescindió de los recursos internos por no haber ningún vínculo voluntario, se han interpretado
como precedentes que apoyan la exigencia de que haya una aceptación voluntaria de la
jurisdicción como condición previa para que se aplique la regla del agotamiento de los recursos
internos. La falta de insistencia en la aplicación de esa regla en estos casos, sin embargo, puede
explicarse como ejemplo de daño directo, en que no es necesario que se agoten los recursos
internos, o basada en que en el compromiso arbitral de que se trataba no se exigía ese
agotamiento.
10) Aunque la Comisión estimó que era necesario prever expresamente esta excepción a la
regla del agotamiento de los recursos internos, prefirió no utilizar la expresión "vínculo
voluntario" para describirla, ya que esta expresión subraya la intención subjetiva del individuo
lesionado y no la falta de una conexión objetivamente determinable entre el particular y el
Estado de acogida. Además, sería difícil probar ese criterio subjetivo en la práctica. De ahí la
decisión de la Comisión de exigir la existencia de un "vínculo pertinente" entre el extranjero
lesionado y el Estado que lo acoge. Ese vínculo debe ser "pertinente" en el sentido de que debe
referirse de algún modo al perjuicio sufrido. El tribunal no sólo tendrá que examinar si el
particular lesionado estaba presente, residía o realizaba actividades comerciales en el territorio
del Estado de acogida, sino también si, dadas las circunstancias, el particular, con su conducta,
había asumido el riesgo de que, de sufrir un perjuicio, quedaría sometido a la jurisdicción de ese
Estado. Se decidió que la palabra "pertinente" sería la que mejor permitiría a un tribunal
examinar los elementos esenciales de la relación entre el extranjero lesionado y el Estado de
acogida en el contexto del perjuicio, a fin de determinar si había habido una asunción del riesgo
por parte de ese extranjero lesionado.
199
1935, U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1905.
200
Asunto Virginius, recogido en J. B. Moore, A Digest of International Law, 1906, vol. II,
pág. 895, especialmente pág. 903; y asunto Jessie, recogido en 16 A.J.I.L. 1922, págs. 114 a 116.
91
11) La segunda parte del apartado c) tiene por objeto dar a un tribunal la potestad de prescindir
de la necesidad de agotar los recursos internos cuando, dadas las circunstancias del caso, no sería
razonable esperar la observancia de esa regla. Al hacer esa determinación, habrá que examinar
evidentemente cada caso de forma individual, y no sería prudente tratar de ofrecer una lista
amplia de los factores que podrían matizar esa excepción. No obstante, se sugiere que la
excepción podría invocarse cuando un Estado impidiera a un extranjero lesionado el acceso de
hecho a sus tribunales, por ejemplo, denegándole la entrada en su territorio o exponiéndole a
peligros que hicieran para él inseguro tratar de entrar en su territorio; o cuando conspiraciones
delictivas dentro del Estado de acogida obstaculicen la interposición de una demanda ante los
tribunales internos; o cuando el costo del agotamiento de los recursos internos resulte
prohibitivo.
Apartado d)
12) Un Estado puede estar dispuesto a renunciar a exigir el agotamiento de los recursos
internos. Como la finalidad de esa regla es proteger los intereses del Estado acusado de tratar
indebidamente a un extranjero, se deduce que el Estado puede renunciar a esa protección.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha declarado:
"En este caso, según los principios del derecho internacional generalmente
reconocidos y la práctica internacional, la regla que exige el previo agotamiento de los
recursos internos está concebida en interés del Estado, pues busca dispensarlo de responder
ante un órgano internacional por actos que se le imputen, antes de haber tenido la ocasión
de remediarlos con sus propios medios. Se la ha considerado así un medio de defensa y,
como tal, renunciable, aun de modo tácito."201
201
Asunto del Gobierno de Costa Rica (Asunto de Viviana Gallardo y otras), de 13 de
noviembre de 1981, Corte Interamericana de Derechos Humanos, 67 I.L.R. pág. 578,
especialmente pág. 587, párr. 26. Véase asimismo 20 ILM (1981), pág. 1057. Véase también el
asunto ELSI, I.C.J. Reports 1989, pág. 42, párr. 50 y los asuntos De Wilde, Ooms y Versyp
("Belgian vagrancy cases"), Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 1971, 56 I.L.R., pág. 337,
especialmente pág. 370, párr. 55.
92
13) La renuncia al requisito del agotamiento de los recursos internos puede revestir muchas
formas distintas. Puede aparecer en un tratado bilateral o multilateral concertado antes o después
de que se suscite la controversia; puede aparecer en un contrato entre el extranjero y el Estado
demandado; puede ser expresa o tácita; o puede inferirse del comportamiento del Estado
demandado en circunstancias en que pueda ser calificado de estoppel (regla de los actos propios)
o de caducidad o pérdida de derechos.
202
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 575, pág. 159.
203
Asunto del Gobierno de Costa Rica, 67 I.L.R. 140, pág. 587, párr. 26; "Belgian vagrancy
cases", 56 I.L.R. 140, pág. 370, párr. 55.
93
15) No se puede interpretar con demasiada facilidad que haya una renuncia tácita al
agotamiento de los recursos internos. En el asunto de la sociedad ELSI, una Sala de la Corte
Internacional de Justicia declaró a este respecto que no podía:
16) Sin embargo, cuando esté clara la intención de las partes de renunciar al agotamiento de los
recursos internos, es preciso darle efectividad. Esta conclusión es corroborada tanto por la
jurisprudencia205 como por la doctrina. No es posible enunciar una norma general que establezca
los supuestos en que se puede inferir tácitamente la intención de renunciar al agotamiento de los
recursos internos. Cada caso deberá resolverse conforme a los términos del instrumento y las
circunstancias de su aprobación. Cuando el Estado demandado ha aceptado someter al arbitraje
las controversias que se susciten en el futuro con el Estado demandante, cabe considerar que ese
acuerdo "no implica la renuncia a exigir el agotamiento de todos los recursos internos cuando
una de las partes contratantes hace suya la demanda de su nacional"206. La Sala de la Corte
Internacional de Justicia confirmó en el asunto de la sociedad ELSI que había una fuerte
presunción contra la renuncia implícita o tácita en un caso de esa índole207. Es sin duda más fácil
admitir una renuncia implícita en el caso de un compromiso de arbitraje concertado después de
204
I.C.J. Reports 1989, especialmente pág. 42, párr. 50.
205
Véase, por ejemplo, Steiner and Gross v. Polish State, de 30 de marzo de 1928, 1927-1928,
Annual Digest of Public International Law Cases, vol. 4, pág. 472; American International
Group Inc. v. Iran, Laudo Nº 93-2-3, (1983) 4 Iran-US CTR, pág. 96.
206
F. A. Mann, "State contracts and international arbitration", 42 B.Y.I.L. 1967, pág. 1,
especialmente pág. 32.
207
I.C.J. Reports 1989, pág. 15. En el asunto Panevezyś-Saldutiskis Railway, la Corte
Permanente de Justicia Internacional sostuvo que la aceptación de la cláusula facultativa a tenor
del párrafo 2 del artículo 36 del Estatuto de la Corte no constituía una renuncia implícita a la
regla del agotamiento de los recursos internos; P.C.I.J. Series A/B, 1939, Nº 76, pág. 19, (como
sostuvo el magistrado van Eysinga en su voto particular disconforme, ibíd., págs. 35 y 36) .
94
haber surgido la controversia. En tal caso, se puede sostener que la renuncia puede ser
considerada implícita si el Estado demandado concertó un convenio arbitral con el Estado
demandante para resolver las controversias relativas al trato de los nacionales después de haber
causado al nacional el perjuicio que es objeto de la controversia, y si el convenio no dice nada
acerca del mantenimiento de la regla del agotamiento de los recursos internos.
Cuarta parte
DISPOSICIONES VARIAS
Artículo 17
Comentario
208
Véase el asunto ELSI, I.C.J. Reports 1989, especialmente pág. 44, párr. 54;
United States-United Kingdom Arbitration concerning Heathrow Airport User Charges, laudo
de 30 de noviembre de 1992 (Tribunal arbitral), 102 I.L.R., pág. 216, especialmente pág. 285,
párr. 6.33; Foti and others, sentencia de 10 de diciembre de 1982 (fondo), 71 I.L.R., pág. 366,
especialmente pág. 380, párr. 46.
95
protección de los derechos humanos se complementan y, en última instancia, tienden a un
objetivo común: la protección de los derechos humanos209. Por lo tanto, los presentes artículos
no tienen por objeto excluir ni dejar sin efecto el derecho de los Estados, bien el Estado de la
nacionalidad o bien Estados que no son el Estado de la nacionalidad de una persona lesionada, a
proteger a esa persona en virtud del derecho internacional consuetudinario, o un tratado
multilateral o bilateral de derechos humanos o de cualquier otro tratado. Tampoco tienen por
objeto obstaculizar el derecho de las personas naturales o de otras entidades, como las
organizaciones no gubernamentales, a recurrir de conformidad con el derecho internacional a
acciones o procedimientos distintos de la protección diplomática para obtener la reparación del
perjuicio sufrido como resultado de un hecho internacionalmente ilícito.
2) Un Estado puede proteger a una persona que no es nacional suyo frente al Estado de la
nacionalidad de una persona lesionada o frente a un tercer Estado en el marco del procedimiento
entre Estados establecido a tenor del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos210, la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial211, la
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes212, la
Convención Europea sobre Derechos Humanos213, la Convención Americana de Derechos
Humanos214, y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos215. Las mismas
convenciones permiten que un Estado proteja a sus propios nacionales en el marco de
procedimientos interestatales. Además, el derecho internacional consuetudinario autoriza a los
Estados a proteger los derechos de no nacionales mediante protesta, negociación y, si un
209
Véase el primer informe sobre la protección diplomática, de 7 de marzo de 2000,
A/CN.4/506, especialmente párrs. 22 a 32.
210
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 999, pág. 171, art. 41.
211
Art. 11.
212
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1465, pág. 85, art. 21.
213
Art. 24.
214
Art. 45.
215
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1520, pág. 217, arts. 47 a 54.
96
instrumento jurisdiccional lo permite, en el marco de un procedimiento judicial. La decisión de
la Corte Internacional de Justicia en los asuntos del África Sudoccidental216 de 1966, a tenor de
la cual un Estado no podría incoar un procedimiento judicial para proteger los derechos de no
nacionales, se considera hoy no ajustada a derecho y fue repudiada expresamente por la
Comisión en sus artículos sobre la responsabilidad del Estado217. Además, el artículo 48 de ese
proyecto de artículos autoriza a un Estado que no sea un Estado lesionado a invocar la
responsabilidad de otro Estado si la obligación violada existe con relación a la comunidad
internacional en su conjunto218.
3) El individuo también puede ejercitar derechos y recursos para protegerse frente al Estado
autor del hecho lesivo, sea su Estado de la nacionalidad u otro Estado, a tenor de lo dispuesto en
las convenciones internacionales de derechos humanos. Ese ejercicio suele adoptar la forma de
una petición dirigida a un órgano internacional de supervisión de los derechos humanos219. En el
derecho internacional, también pueden surgir derechos individuales fuera del marco de los
derechos humanos. En el asunto La Grand, la Corte Internacional de Justicia determinó que el
artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares "crea derechos individuales
que, en virtud del artículo 1 del Protocolo de firma facultativa, pueden ser invocados ante la
Corte por Estado del que la persona detenida es nacional"220; en el asunto Avena la Corte señaló
además "que toda violación de los derechos de que es titular el individuo en virtud del
artículo 36 puede dar lugar a una violación de los derechos del Estado que envía, y que toda
216
South West Africa (Ethiopia v. South Africa; Liberia v. South Africa), Segunda fase,
I.C.J. Reports 1966, pág. 6.
217
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), comentario al artículo 48, nota de pie de página 766.
218
Ibíd.
219
Véase, por ejemplo, el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 999, pág. 171; el artículo 14 de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; y el artículo 22
de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
220
La Grand (Germany v. United States of America), Fondo, I.C.J. Reports 2001, pág. 466,
especialmente pág. 494, párr. 77.
97
violación de los derechos de éste puede dar lugar a una violación de los derechos del
individuo"221. En el proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado se incluyó una
cláusula de salvaguardia -el artículo 33- para tener en cuenta esta evolución del derecho
internacional222.
4) Entre las acciones o procedimientos a que se refiere el artículo 17 se encuentran los que
ofrecen tanto los tratados de derechos humanos de ámbito universal y regional como cualquier
otro tipo de tratado pertinente, por ejemplo diversos tratados sobre la protección de las
inversiones. Sin embargo, el artículo 17 no se refiere a las vías de recurso internas.
6) El artículo 17 deja bien sentado que el presente proyecto de artículos se entiende sin
perjuicio del derecho que tengan los Estados, las personas naturales u otras entidades a obtener la
reparación del perjuicio sufrido como resultado de un hecho internacionalmente ilícito mediante
procedimientos distintos de la protección diplomática. No obstante, un Estado, cuando recurre a
esos procedimientos, no abandona su derecho a ejercer la protección diplomática con respecto a
una persona si ésta tiene su nacionalidad223.
221
Case Concerning Avena and Other Mexican Nationals (Mexico v. United States of America),
sentencia de 31 de marzo de 2004, pág. 26, párr. 40.
222
Este artículo dice: "La presente parte se entiende sin perjuicio de cualquier derecho que la
responsabilidad internacional del Estado pueda generar directamente en beneficio de una persona
o de una entidad distinta de un Estado", Documentos Oficiales de la Asamblea General,
quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 76.
223
En el asunto Selmouni c. Francia, demanda Nº 25803/94, sentencia de 28 de julio de 1999,
ECHR, 1999-V, pág. 149, los Países Bajos intervinieron para apoyar la demanda individual
interpuesta por uno de sus nacionales contra Francia ante el Tribunal Europeo de Derechos
98
7) Un miembro de la Comisión opinó que los recursos ejercitados a tenor de tratados de
derechos humanos eran lex specialis y que tenían prioridad respecto de los recursos ejercitados
en virtud de la protección diplomática. Algunos miembros de la Comisión también expresaron la
opinión de que habría que refundir el texto de los artículos 17 y 18.
Artículo 18
Comentario
Humanos. Eso no habría impedido a los Países Bajos formular una reclamación en ejercicio de
su protección diplomática en favor de la persona lesionada, si así lo hubiera decidido.
224
Así lo reconoció la Corte Internacional de Justicia en el asunto de la Barcelona Traction,
I.C.J. Reports 1970, págs. 3 a 47, párr. 90.
225
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 575, pág. 159.
99
sistema de la protección diplomática regido por el derecho internacional consuetudinario, ya que
le proporcionan acceso directo al arbitraje internacional y permiten evitar la incertidumbre
política inherente al carácter idscrecional de la protección diplomática.
Artículo 19
Tripulación de un buque
Comentario
1) El artículo 19 tiene por objeto afirmar el derecho del Estado o los Estados de la
nacionalidad de los miembros de la tripulación de un buque a ejercer la protección diplomática
226
El artículo 27 (1) del Convenio sobre arreglo de diferencias relativas a inversiones entre
Estados y nacionales de otros Estados dispone lo siguiente: "Ningún Estado Contratante
concederá protección diplomática ni promoverá reclamación internacional respecto de cualquier
diferencia que uno de sus nacionales y otro Estado Contratante hayan consentido en someter o
hayan sometido a arbitraje conforme a este Convenio, salvo que este último Estado Contratante
no haya acatado el laudo dictado en tal diferencia o haya dejado de cumplirlo".
100
en favor de ellos, y reconocer al mismo tiempo que el Estado de la nacionalidad del buque tiene
también derecho a exigir reparación en favor de los miembros de la tripulación,
independientemente de su nacionalidad, cuando hayan sufrido un daño como consecuencia de un
perjuicio causado al buque por un hecho internacionalmente ilícito. Ha sido necesario afirmar el
derecho del Estado de la nacionalidad a ejercer la protección diplomática en favor de los
miembros de la tripulación de un buque para excluir totalmente la idea de que ese derecho
quedaba sustituido por el del Estado de la nacionalidad del buque. Al mismo tiempo, es preciso
reconocer el derecho del Estado de la nacionalidad del buque a exigir reparación en favor de los
miembros de la tripulación. Aunque ello no se puede considerar protección diplomática a falta
del vínculo de la nacionalidad entre el Estado del pabellón del buque y los miembros de su
tripulación presenta con todo una gran semejanza con dicha institución.
2) La tesis de que el Estado de la nacionalidad de un buque (el Estado del pabellón) puede
exigir reparación en favor de los miembros de la tripulación del buque que no tengan su
nacionalidad encuentra apoyo en la práctica de los Estados, la jurisprudencia y la doctrina227.
También hay consideraciones de orden práctico a favor de esa tesis.
227
H. Myers, The Nationality of Ships (1967), págs. 90 a 108; R. Dolzer, "Diplomatic Protection
of Foreign Nationals", en Encyclopaedia of Public International Law (1992), vol. 1, pág. 1068; I.
Brownlie, Principles of Public International Law, 6ª ed. (2003), pág. 460.
228
Ross v. McIntyre, 140 U.S. 453 (1891).
229
G. H. Hackworth, Digest of International Law (1942), vol. 3, pág. 418, vol. 4,
págs. 883 y 884.
101
Comisión con fecha de 20 de mayo de 2003230, ponen en duda que esta práctica constituya la
prueba de la existencia de una norma consuetudinaria.
5) En 1999, el Tribunal Internacional del Derecho del Mar dictó una decisión en el asunto del
buque "Saiga" (Nº 2) (San Vicente y las Granadinas c. Guinea)234 que sostiene, aunque no sin
ambigüedad, el derecho del Estado del pabellón a exigir reparación en favor de los miembros
extranjeros de la tripulación. El litigio se había planteado en este caso por el apresamiento e
230
Esa comunicación se encuentra en los archivos de la División de Codificación de la Oficina
de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas. La comunicación de los Estados Unidos se basa
en gran medida en un artículo crítico de Arthur Watts, "The Protection of Alien
Seamen", 7 I.C.L.Q. (1958), pág. 691.
231
J. B. Moore, International Arbitrations, vol. 3, pág. 2536.
232
29 A.J.I.L. (1935) 326.
233
I.C.J. Reports 1949, pág. 174, especialmente págs. 202 y 203 (magistrado Hackworth) y las
págs. 206 y 207 (magistrado Badawi Pasha).
234
Sentencia, I.T.L.O.S. Reports 1999, pág. 10.
102
inmovilización del Saiga por Guinea cuando el buque estaba abasteciendo de combustible a
barcos de pesca frente a la costa de Guinea. El Saiga estaba matriculado en San Vicente y las
Granadinas ("San Vicente") y su capitán y tripulación eran nacionales de Ucrania. En el
momento del apresamiento había también a bordo tres trabajadores senegaleses. Después del
apresamiento del buque, Guinea lo inmovilizó y mantuvo en prisión preventiva a su tripulación.
En el procedimiento incoado ante el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, Guinea
impugnó la admisibilidad de la demanda de San Vicente aduciendo, entre otras cosas, que los
miembros de la tripulación lesionados no eran nacionales de San Vicente. El Tribunal desestimó
las excepciones de inadmisibilidad de la demanda y falló que Guinea había violado los derechos
de San Vicente al apresar e inmovilizar el buque y al mantener a la tripulación en prisión
preventiva. Ordenó a Guinea que pagara una indemnización a San Vicente en reparación de los
daños causados al Saiga y del perjuicio sufrido por la tripulación.
235
Ibíd., párr. 98.
236
Ibíd., párr. 103.
237
Ibíd., párr. 104.
238
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1833, pág. 3.
239
Supra nota 234, párr. 105.
103
consideradas como una entidad vinculada al Estado del pabellón. La nacionalidad de esas
personas no es pertinente"240.
7) Hay razones prácticas que abogan de modo convincente por que se permita al Estado del
pabellón exigir reparación en favor de la tripulación del buque. Así lo reconoció el Tribunal del
Derecho del Mar en el asunto del Saiga cuando destacó "la composición cambiante y
plurinacional de las tripulaciones de los buques" y dijo que los buques de gran tonelaje "podían
tener una tripulación compuesta de personas de nacionalidades diversas. Si cada una de las
personas que hubiera sufrido un perjuicio estuviera obligada a recabar la protección del Estado
de su nacionalidad, ello daría lugar a dificultades injustificadas"241. No deben pasarse por alto
las consideraciones prácticas relativas a la formulación de las reclamaciones. Es mucho más
fácil y eficiente que un Estado exija reparación en nombre de todos los miembros de la
tripulación que obligar a los Estados de la nacionalidad de todos los miembros de la tripulación a
formular por separado reclamaciones en nombre de sus nacionales.
8) El derecho del Estado del pabellón a exigir reparación a favor de la tripulación del buque
cuenta con un apoyo importante y justificado. No puede, con todo, calificarse de protección
diplomática, como tampoco debería considerarse que la ha sustituido. A juicio de la Comisión,
tanto la protección diplomática ejercida por el Estado de la nacionalidad como el derecho del
Estado del pabellón a exigir reparación a favor de la tripulación deberían reconocerse sin otorgar
prioridad ni a una ni al otro. Las tripulaciones de buques están expuestas con frecuencia a
dificultades emanadas del Estado del pabellón, en forma de malas condiciones de trabajo, o de
terceros Estados, en caso de apresamiento del buque. En estos casos deberían gozar de la
máxima protección que pueda ofrecerles el derecho internacional.
240
Ibíd., párr. 106.
241
Ibíd., párr. 107.
104
CAPÍTULO V
A. Introducción
61. En su 52º período de sesiones, celebrado en 2000, la Comisión decidió incluir el tema
"Responsabilidad de las organizaciones internacionales" en su programa de trabajo a largo
plazo242. La Asamblea General, en el párrafo 8 de su resolución 55/152, de 12 de diciembre
de 2000, tomó nota de la decisión de la Comisión relativa a su programa de trabajo a largo plazo
y del plan de estudios del nuevo tema anexo al informe de la Comisión correspondiente a ese
año. La Asamblea General, en el párrafo 8 de su resolución 56/82, de 12 de diciembre de 2001,
pidió a la Comisión que iniciara su labor sobre el tema de la "Responsabilidad de las
organizaciones internacionales".
242
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo quinto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/55/10), cap. IX, sec. A, párr. 729.
243
Ibíd., cap. VII, sec. C, párrs. 465 a 488.
244
Ibíd., cap. VII, sec. B, párr. 464.
105
63. En su 55º período de sesiones, celebrado en 2003, la Comisión tuvo ante sí el primer
informe del Relator Especial245, en el que éste proponía tres artículos, los artículos 1 a 3, que
versaban sobre el ámbito del proyecto de artículos, los términos empleados y los principios
generales. En ese mismo período de sesiones, la Comisión examinó esos artículos y los remitió
al Comité de Redacción. En su 2776ª sesión, celebrada el 16 de julio de 2003, la Comisión
examinó y aprobó el informe del Comité de Redacción sobre los proyectos de artículo 1, 2 y 3.
64. En el actual período de sesiones, la Comisión tuvo a su disposición el segundo informe del
Relator Especial (A/CN.4/541).
245
Documento A/CN.4/532.
246
El proyecto de artículo 4 decía lo siguiente:
106
organización internacional por un Estado u otra organización internacional"247, el artículo 6,
"Extralimitación en la competencia o contravención de instrucciones"248, y el artículo 7,
"Comportamiento que la organización internacional reconoce y adopta como propio"249.
Los artículos correspondían al capítulo II de la primera parte del proyecto de artículos sobre la
responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos. Si bien ese capítulo incluía
ocho artículos sobre la cuestión de la atribución del comportamiento, la misma cuestión en el
caso de las organizaciones internacionales sólo necesitaba cuatro. El Relator Especial hacía
observar que, si bien algunas de las cuestiones relativas a la atribución de un comportamiento a
un Estado tenían una aplicación equivalente o similar en lo referente a la atribución de un
247
El proyecto de artículo 5 decía lo siguiente:
107
comportamiento a una organización internacional, otras eran propias de los Estados o sólo
podían aplicarse a una organización internacional en casos excepcionales.
66. El Relator Especial señalaba también que la Secretaría, atendiendo a las recomendaciones
de la Comisión250, había distribuido el capítulo correspondiente del informe de la Comisión a
organizaciones internacionales pidiéndoles que hiciesen observaciones y proporcionasen a la
Comisión toda la información pertinente de que dispusieran. En el párrafo 5 de su
resolución 58/77, aprobada el 9 de diciembre de 2003, la Asamblea General había formulado una
petición similar. La resolución también invitaba a los Estados a que proporcionaran información
sobre su práctica en esta materia. El Relator Especial decía que, salvo algunas excepciones
dignas de mención, las respuestas aportadas habían añadido poco al material ya publicado.
El Relator Especial expresaba la esperanza de que la continuación del debate en la Comisión
alentase a las organizaciones internacionales a aportar nuevas contribuciones, de forma que el
estudio de la Comisión pudiera ajustarse mejor a la práctica y, por tanto, ser más útil.
67. La Comisión examinó el segundo informe del Relator Especial en sus sesiones 2800ª
a 2803ª, celebradas del 18 al 25 de mayo de 2004.
69. La Comisión examinó y aprobó el informe del Comité de Redacción sobre los proyectos de
artículo 4 a 7 en su 2810ª sesión, el 4 de junio de 2004 (véase infra sec. C.1).
70. En sus sesiones 2826ª y 2827ª, celebradas el 3 de agosto de 2004, la Comisión aprobó los
comentarios de los proyectos de artículo antes mencionados (véase infra sec. C.2).
250
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo séptimo período de sesiones,
Suplemento Nº 10, y corrección (A/57/10 y Corr.1), cap. VIII, párrs. 464 y 488 e ibíd.,
quincuagésimo octavo período de sesiones (A/58/10), cap. IV, párr. 52.
108
C. Texto de los proyectos de artículo sobre la responsabilidad
de las organizaciones internacionales aprobados
provisionalmente hasta ahora por la Comisión
71. El texto de los proyectos de artículo aprobados hasta ahora por la Comisión se reproduce a
continuación.
Artículo 1251
Artículo 2252
Términos empleados
251
Por lo que respecta al comentario de este artículo, véase ibíd., quincuagésimo octavo período
de sesiones (A/58/10), cap. IV, págs. 17 a 21.
252
Ibíd., págs. 21 a 29.
109
Artículo 3253
Principios generales
Artículo 4254
253
Ibíd., págs. 29 a 33.
254
Por lo que respecta al comentario, véase infra sec. C.2.
255
El lugar que ocupará el párrafo 2 se podrá volver a examinar más tarde con miras a reunir,
llegado el caso, todas las definiciones en el artículo 2.
256
El lugar que ocupará el párrafo 4 se podrá volver a examinar más tarde con miras a reunir,
llegado el caso, todas las definiciones en el artículo 2.
110
Artículo 5257
Artículo 6258
Artículo 7259
257
Por lo que respecta al comentario, véase infra sec. C.2.
258
Por lo que respecta al comentario, véase infra sec. C.2.
259
Por lo que respecta al comentario, véase infra sec. C.2.
111
Atribución de un comportamiento a una organización internacional260
3) Al igual que los artículos 4 a 11 sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos263, los artículos 4 a 7 del presente proyecto tratan de la atribución de
un comportamiento y no de la atribución de la responsabilidad. En la práctica suele fijarse la
atención sobre la atribución de responsabilidad, más que sobre la atribución de un
comportamiento. Así ocurre también en varios instrumentos jurídicos. Por ejemplo, el anexo IX
de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, tras establecer que las
organizaciones internacionales y sus Estados miembros deben declarar sus competencias
respectivas en relación con las materias que rige la Convención, regula en el artículo 6 la
cuestión de la atribución de la responsabilidad de la manera siguiente:
260
El título no ha sido aprobado todavía por el Comité de Redacción ni por la Comisión.
261
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo octavo período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/58/10), pág. 29.
262
Ibíd., párrafo 1) del comentario al artículo 3, pág. 29.
263
Ibíd., quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), págs. 63 a 113.
112
"La responsabilidad por el incumplimiento de obligaciones establecidas en la
Convención o por cualquier otra trasgresión de ésta incumbirá a las Partes que tengan
competencia con arreglo al artículo 5 de este Anexo."264
4) Aunque no ocurra muy a menudo en la práctica, no puede excluirse una atribución doble o
incluso múltiple de un comportamiento. Por ejemplo, la atribución de cierto comportamiento a
una organización internacional no significa que el mismo comportamiento no pueda atribuirse a
un Estado y, a la inversa, la atribución de un comportamiento a un Estado no excluye la
atribución del mismo comportamiento a una organización internacional. También cabe imaginar
que un comportamiento se atribuya simultáneamente a dos o más organizaciones internacionales,
por ejemplo, cuando esas organizaciones establecen un órgano común y actúan por medio de ese
órgano.
5) Como se hizo en segunda lectura con respecto a los artículos sobre la responsabilidad del
Estado, los presentes artículos sólo establecen criterios positivos de atribución. No indican,
pues, los supuestos en que un comportamiento no puede atribuirse a la organización. Por
ejemplo, los artículos no dicen -limitándose a dar a entender- que el comportamiento de las
fuerzas militares de Estados o de organizaciones internacionales no es atribuible a las Naciones
Unidas cuando el Consejo de Seguridad autoriza a Estados o a organizaciones internacionales a
tomar medidas fuera de la jerarquía de mando que vincula esas fuerzas con las Naciones Unidas.
Este extremo, que difícilmente se presta a controversia, fue expuesto recientemente por el
Director de la División de Administración y Logísticas de Actividades sobre el Terreno del
Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas en una carta
dirigida al Representante Permanente de Bélgica ante las Naciones Unidas, en relación con una
reclamación resultante de un accidente de automóvil ocurrido en Somalia, en los términos
siguientes:
264
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1834, pág. 371 y ss., especialmente pág. 542.
113
"Los contingentes de la UNITAF no se hallaban bajo el mando de las Naciones
Unidas y la Organización se ha negado sistemáticamente a aceptar responsabilidades en
todas las reclamaciones formuladas con respecto a incidentes en los que hubieran
participado esos contingentes."265
6) En los artículos 4 a 7 del presente proyecto se trata la mayoría de las cuestiones que, en el
caso de los Estados, se regulan en los artículos 4 a 11 del proyecto sobre la responsabilidad del
Estado por hechos internacionalmente ilícitos. Sin embargo, en el presente proyecto no hay
ningún texto que trate los aspectos a que se refieren los artículos 9 y 10 sobre la responsabilidad
del Estado266, los cuales se refieren al comportamiento en caso de ausencia o en defecto de las
autoridades oficiales y al comportamiento de un movimiento insurreccional o de otra índole,
respectivamente. No es probable que se den estos supuestos en relación con las organizaciones
internacionales, pues presuponen que la entidad a la que se atribuye el comportamiento ejerce su
control sobre un territorio. Aunque pueden encontrarse algunos raros ejemplos de una
organización internacional que administra un territorio267, la probabilidad de que se plantee en
ese contexto alguna de las cuestiones antes mencionadas parece demasiado remota para justificar
la inclusión de una disposición específica. Con todo, se entiende que, si a pesar de todo se
plantease una cuestión de ese género con respecto a una organización internacional, habría que
aplicar a ésta, por analogía, la norma generalmente aplicable a los Estados, o sea, el artículo 9 o
el artículo 10 del proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos.
265
Carta sin publicar de 25 de junio de 1998.
266
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), págs. 98 a 100.
267
Por ejemplo, en virtud de la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad, de 10 de junio
de 1999, por la que se autorizó "al Secretario General, con la asistencia de las organizaciones
internacionales pertinentes, a establecer una presencia civil internacional en Kosovo a fin de
estructurar una administración provisional para Kosovo [...]".
114
en el de la responsabilidad por hechos internacionalmente ilícitos. Esa práctica, sin embargo, es
pertinente a efectos de la atribución de un comportamiento según el derecho internacional
cuando enuncia o aplica un criterio que no se considera válido únicamente para la cuestión
concreta que se examina.
Artículo 4
Comentario
1) Según el artículo 4 del proyecto sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos268, la atribución de un comportamiento a un Estado descansa
básicamente en la condición de "órgano del Estado" que caracteriza a la persona o entidad que
actúa. Sin embargo, como puntualiza el comentario269, la atribución difícilmente puede depender
del empleo de una terminología determinada en el derecho interno del Estado. Un razonamiento
268
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), pág. 68.
269
Ibíd, págs. 75 y 76.
115
similar vale con respecto al sistema jurídico correspondiente a las organizaciones
internacionales.
2) Cabe señalar que, si bien algunas disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas utilizan
el término "órganos"270, la Corte Internacional de Justicia, al examinar la condición de las
personas que actúan en nombre de las Naciones Unidas, sólo ha atribuido importancia al hecho
de que un órgano de las Naciones Unidas haya conferido funciones a una persona. La Corte ha
utilizado el término "agentes" y no da importancia al hecho de que esa persona haya tenido o no
una condición oficial. En su opinión consultiva sobre la Reparación por los daños sufridos al
servicio de las Naciones Unidas, la Corte observó que la cuestión abordada por la Asamblea
General se refería a la capacidad de las Naciones Unidas para presentar una reclamación en caso
de perjuicio causado a uno de sus agentes y dijo:
"La Corte entiende el término "agente" en el sentido más amplio, es decir, cualquier
persona, sea o no funcionario remunerado y tenga o no un contrato permanente, a la que un
órgano de la Organización ha encomendado que ejerza, o que ayude a ejercer, una de sus
funciones, en resumen, toda persona por medio de la cual la Organización actúa."271
Posteriormente, en la opinión consultiva sobre la Aplicabilidad del artículo VI, sección 22, de la
Convención sobre privilegios e inmunidades de las Naciones Unidas, la Corte señaló que:
270
El Artículo 7 de la Carta de las Naciones Unidas hace referencia a "órganos principales" y a
"órganos subsidiarios". Este último término aparece también en los Artículos 22 y 30 de la
Carta.
271
Reparation for Injuries Suffered in the Service of the United Nations, I.C.J. Reports 1949,
págs. 174 y ss., especialmente pág. 177.
272
Applicability of Article VI, Section 22, of the Convention on the Privileges and Immunities of
the United Nations, I.C.J. Reports 1989, págs. 177 y ss., especialmente pág. 194, párr. 48.
116
En cuanto a los privilegios e inmunidades, la Corte dijo también en la misma opinión:
"[...] perjuicio sufrido como resultado de actos realizados por las Naciones Unidas o por
sus agentes en el ejercicio de sus funciones oficiales [l]a Organización puede ciertamente
verse obligada a soportar las consecuencias perjudiciales de tales actos."275
Así, pues, según la Corte, el comportamiento de las Naciones Unidas incluye, aparte del de sus
órganos principales y subsidiarios, las acciones y omisiones de sus "agentes". Este término se
refiere no sólo a los funcionarios, sino también a otras personas que actúan en nombre de las
Naciones Unidas en el desempeño de funciones que les hayan sido asignadas por un órgano de la
Organización.
4) Lo manifestado por la Corte Internacional de Justicia en relación con las Naciones Unidas
es aplicable de manera más general a las organizaciones internacionales, la mayoría de las cuales
273
Ibíd, pág. 194, párr. 47.
274
Difference relating to immunity from legal process of a Special Rapporteur of the
Commission on Human Rights, I.C.J. Reports 1999, págs. 62 y ss., especialmente pág. 88,
párr. 66.
275
Ibíd, págs. 88 y 89, párr. 66.
117
actúa a través de sus órganos (se definan o no de esta manera) y de diversos agentes a los que se
encomiendan funciones de la organización. Como se decía en la decisión del Consejo Federal
Suizo de 30 de octubre de 1996:
"Por regla general, son atribuibles a una organización internacional las acciones y
omisiones de sus órganos de cualquier rango y naturaleza y de sus agentes en el ejercicio
de sus competencias."276
6) La naturaleza jurídica de una persona o entidad tampoco es decisiva para la atribución del
comportamiento. Los órganos y agentes no son necesariamente personas naturales. Pueden ser
personas jurídicas u otras entidades por medio de las cuales la organización realiza sus
actividades. Por ello en el párrafo 2 se especifica que el término "agente" "comprende a los
funcionarios y a otras personas o entidades por medio de las cuales la organización actúa".
276
Traducción del original francés, que dice: "En règle générale, sont imputables à une
organisation internationale les actes et omissions de ses organes de tout rang et de toute nature
et de ses agents dans l'exercice de leurs compétences". Doc. VPB 61.75, publicado en el sitio
del Consejo Federal Suizo en la Web.
277
I.C.J. Reports 1949, pág. 174.
118
7) La referencia, en el párrafo 1, al hecho de que el órgano o agente actúa "en el ejercicio de
las funciones" que le incumben tiene por objeto indicar claramente que el comportamiento es
atribuible a la organización internacional cuando el órgano o el agente ejerce las funciones que le
han sido conferidas y, en cualquier caso, no le es atribuible cuando el órgano o el agente actúa a
título privado. La cuestión de la atribución de un comportamiento ultra vires se trata en el
artículo 6.
10) La definición de las "reglas de la organización" que figura en el párrafo 4 recoge en gran
medida la que se incluyó en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre
278
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), pág. 64 y párrs. 6) y 7) del comentario correspondiente,
págs. 70 a 72.
119
Estados y organizaciones internacionales o entre organizaciones internacionales279, de 1986.
Salvo unos leves cambios de forma, la definición del párrafo 4 difiere de la que figura en la
convención de codificación únicamente en que hace referencia, junto a las "decisiones" y
"resoluciones", a "otros actos de la organización". Esta adición tiene por finalidad abarcar de
manera más completa la gran variedad de actos que adoptan las organizaciones internacionales.
A los efectos del artículo 4, esas decisiones, resoluciones y otros actos son pertinentes,
independientemente de que se consideren vinculantes o no, en la medida en que confieren
funciones a órganos o agentes de conformidad con los instrumentos constitutivos de la
organización. Estos instrumentos se mencionan en plural, como en la redacción de la
disposición modelo280, aunque lo más probable es que una organización dada sólo tenga un
instrumento constitutivo.
12) El artículo 5 del proyecto sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos se refiere al "comportamiento de una persona o entidad [...] facultada
279
A/CONF.129/15. A tenor del apartado j) del párrafo 1 del artículo 2, "se entiende por "reglas
de la organización" en particular los instrumentos constitutivos de la organización, sus
decisiones y resoluciones adoptadas de conformidad con éstos y su práctica establecida".
280
Ibíd.
281
I.C.J. Reports 1949, págs. 174 y ss., especialmente pág. 180.
120
[...] para ejercer atribuciones del poder público"282. Esta terminología no suele ser apropiada en
el caso de las organizaciones internacionales. Habría que expresar de manera diferente el
vínculo que una entidad puede mantener con una organización internacional. Resulta superfluo,
sin embargo, incluir en los presentes artículos una disposición adicional para tener en cuenta a
las personas o entidades que se hallan en una situación correspondiente a la que se prevé en el
artículo 5 del proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos. En el párrafo 2 se da del término "agente" una definición muy
amplia que abarca suficientemente todas esas personas o entidades.
13) Se llega a una conclusión análoga con respecto a las personas o grupos de personas a que
se refiere el artículo 8 del proyecto sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos283. Esa disposición trata de las personas o grupos de personas que
actúan de hecho por instrucciones o bajo la dirección o el control de un Estado. Las personas o
grupos de personas que actuasen siguiendo las instrucciones o bajo la dirección o el control de
una organización internacional tendrían que considerarse como agentes de la organización a
tenor de la definición que figura en el párrafo 2 del proyecto de artículo 4. Como se señala en el
párrafo 9) del presente comentario, en casos excepcionales podría considerarse, a los efectos de
la atribución de un comportamiento, que se han confiado funciones de la organización a una
persona o entidad, aun cuando ello no se haya hecho de conformidad con las reglas de la
organización.
14) En los párrafos 2 y 4 se incluyen definiciones que se dan explícitamente a efectos del
artículo 4, pero que tienen repercusiones más amplias. Por ejemplo, el término "agente" figura
también en los artículos 5 y 6 y, a todas luces, conserva el mismo significado. Asimismo, las
"reglas de la organización", aunque no se mencionan en los artículos 6 y 7, también son
pertinentes, en cierta medida, a los efectos de esas disposiciones (véanse los párrafos 2) y 5) del
comentario al artículo 6 y el párrafo 5) del comentario al artículo 7). Es posible que se haga
282
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), pág. 78.
283
Ibíd., pág. 91.
121
mención de los "agentes" o de las "reglas de la organización" en otros artículos del proyecto.
Por ello quizá sea preferible trasladar, en una fase ulterior de la primera lectura, los actuales
párrafos 2 y 4 del artículo 4 al artículo 2 ("Términos empleados")284, con los necesarios cambios
de redacción.
Artículo 5
Comentario
284
Ibíd., quincuagésimo octavo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/58/10), pág. 21.
285
Esta circunstancia en general queda especificada en el acuerdo que las Naciones Unidas
celebra con el Estado contribuyente. Véase el informe del Secretario General (A/49/681),
párr. 6.
122
comportamiento concreto del órgano o agente prestado debe atribuirse a la organización que lo
recibe o al Estado u organización que prestan el órgano o agente.
286
Artículo 9 del modelo de acuerdo de contribución (A/50/995, anexo; A/51/967, anexo).
287
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), pág. 81.
123
bien que en cumplimiento de instrucciones del Estado que envía"288. De todos modos, la
formulación del artículo 6 no puede repetirse aquí, porque la referencia al "ejercicio de
atribuciones del poder público" no es apropiada en el caso de las organizaciones internacionales.
5) Las Naciones Unidas dan por supuesto que, en principio, tienen el control exclusivo
del despliegue de los contingentes nacionales de una fuerza de mantenimiento de la paz.
Este supuesto llevó al Asesor Jurídico de las Naciones Unidas a declarar:
Esa afirmación resume la práctica de las Naciones Unidas respecto de las operaciones de
las Naciones Unidas en el Congo (ONUC)291, la Fuerza de las Naciones Unidas para el
288
Párrafo 2) del comentario al artículo 6, ibíd., pág. 81.
289
Ibíd., págs. 91 a 97.
290
Carta no publicada de 3 de febrero de 2004 dirigida por el Asesor Jurídico de las
Naciones Unidas al Director de la División de Codificación.
291
Véanse los acuerdos de indemnización que celebraron las Naciones Unidas con Bélgica
(Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 535, pág. 191), Grecia (ibíd., vol. 565, pág. 3), Italia
(ibíd., vol. 588, pág. 197), Luxemburgo (ibíd., vol. 585, pág. 147) y Suiza (ibíd., vol. 564,
pág. 193).
124
Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP)292 y otras fuerzas de mantenimiento de la paz
posteriores293.
292
Anuario Jurídico de las Naciones Unidas (1980), pág. 205.
293
Véase el informe del Secretario General sobre la financiación de las operaciones de
mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (A/51/389), pág. 5, párrs. 7 y 8.
294
Véanse supra, párr. 1) y nota 285.
295
Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 993, pág. 243.
296
Anuario Jurídico de las Naciones Unidas (1994), pág. 478.
297
J. P. Ritter, "La protection diplomatique à l'égard d'une organisation internationale", Annuaire
français de droit international, vol. 8 (1962), págs. 427 y ss., especialmente pág. 442;
125
de un comportamiento determinado es, al parecer, quién ejerce efectivamente el control sobre el
comportamiento. Por ejemplo, sería difícil atribuir a las Naciones Unidas el comportamiento de
las fuerzas en circunstancias como las descritas en el informe de la comisión de investigación
creada para hacer indagaciones acerca de los ataques armados contra el personal de la
ONUSOM II:
R. Simmonds, Legal Problems Arising from the United Nations Military Operations (La Haya,
Nijhoff, 1968), pág. 229; B. Amrallah, "The International Responsibility of United Nations for
Activities Carried Out by U.N. Peace-Keeping Forces", Revue égyptienne de droit international,
vol. 32 (1976), págs. 57 y ss., especialmente págs. 62 y 63 y 73 a 79; E. Butkiewicz,
"The Premisses of International Responsibility of Inter-Governmental Organizations",
(Polish Yearbook of International Law, vol. II (1981-1982), págs. 117 y ss., especialmente
págs. 123 a 125 y 134 y 135; M. Pérez González "Les organisations internationales et le droit de
la responsabilité", Revue générale de droit international public, vol. 99 (1988), págs. 63 y ss.,
especialmente pág. 83; M. Hirsch, The Responsibility of International Organizations toward
Third Parties (Dordrecht/Londres: Nijhoff, 1995), págs. 64 a 67; C. F. Amerasinghe, Principles
of the Institutional Law of International Organizations, (Cambridge, Cambridge University
Press, 1966), págs. 241 a 243; P. Klein, La responsabilité des organisations internationales dans
les ordres juridiques internes et en droit des gens (Bruselas, Bruylant/Éditions de l'Université de
Bruxelles, 1988), págs. 379 y 380; I. Scobbie, "International Organizations and International
Relations", en R. J. Dupuy (ed.), A Handbook of International Organizations, 2ª ed.
(Dordrecht/Boston/Londres, Nijhoff: 1998), pág. 891; C. Pitschas, Die völkerrechtliche;
Verantwortlichkeit der europaïschen Gemeinschaften und ihrer Mitgliedstaaten (Berlín Duncker
y Humblot, 2001), pág. 52; J.-M. Sorel, "La responsabilité des Nations Unies dans les opérations
de maintien de la paix", International Law Forum, vol. 3 (2001), págs. 127 y ss., especialmente
pág. 129. Algunos autores se refieren al "control efectivo" y otros al "control operacional".
Este último concepto fue utilizado también por M. Bothe, Streikräfte Internationaler
Organisationen (Colonia/Berlín), Heymanns Verlag, 1968), pág. 87. L. Condorelli en
"Le statut des forces de l'ONU et le droit international humanitaire", Rivista di Diritto
Internazionale, vol. 78 (1995), págs. 881 y ss., especialmente págs. 887 y 888, subrayó la
dificultad de trazar una frontera entre el control operacional y el organizativo. El proyecto
propuesto por el Comité de la Asociación de Derecho Internacional que se ocupa de la
responsabilidad de las organizaciones internacionales mencionaba el criterio del "control
efectivo (mando y control operacionales)". Asociación de Derecho Internacional, Report of the
Seventieth Conference held in New Delhi, 2 a 6 de abril de 2002 (2002), pág. 797.
126
contexto del mandato de la ONUSOM escapaban totalmente al mando y control de las
Naciones Unidas, aun cuando tenían repercusiones cruciales en la labor de la ONUSOM y
en la seguridad de su personal."298
8) El Secretario General de las Naciones Unidas sostuvo que el criterio del "grado de control
efectivo" era decisivo para las operaciones conjuntas:
"La responsabilidad internacional de las Naciones Unidas por las actividades de sus
fuerzas en un conflicto armado se basa en la suposición de que la operación de
mantenimiento de la paz se realiza bajo el mando y control exclusivos de las Naciones
Unidas. [...] Cuando se realizan operaciones conjuntas, la responsabilidad internacional
por la conducta de las tropas incumbe a la entidad a la que se hayan encomendado el
mando y el control de las operaciones, de conformidad con las disposiciones que
establecen las modalidades de cooperación entre el Estado o Estados que aportan
contingentes y las Naciones Unidas. Cuando no se han adoptado disposiciones oficiales
entre las Naciones Unidas y el Estado o Estados que aportan contingentes, la
responsabilidad se determinará en cada caso según el grado de control efectivo ejercido por
las partes en la operación."299
Lo que se ha sostenido con respecto a las operaciones conjuntas, como aquellas en las que
participaron la ONUSOM II y la Fuerza de Reacción Rápida en Somalia, debería aplicarse
igualmente a las operaciones de mantenimiento de la paz, siempre que sea posible distinguir al
respecto esferas de control efectivo que correspondan efectivamente a las Naciones Unidas y al
Estado que aporta los contingentes. Si bien es comprensible que, en pro de la eficacia de las
operaciones militares, las Naciones Unidas insistan en reivindicar el mando y control exclusivos
sobre las fuerzas de mantenimiento de la paz, también en este ámbito la atribución de
comportamiento se debería basar en un criterio fáctico.
298
S/1994/653, pág. 40, párrs. 243 y 244.
299
A/51/389, pág. 7, párrs. 17 y 18.
127
9) Los principios aplicables a las fuerzas de mantenimiento de la paz se pueden hacer
extensivos a otros órganos del Estado puestos a disposición de las Naciones Unidas, como por
ejemplo los grupos de socorro para casos de desastres naturales; con respecto a éstos, el
Secretario General de las Naciones Unidas manifestó lo siguiente:
"Si el grupo de socorro para casos de desastres naturales fuera establecido por las
Naciones Unidas, el órgano sería un órgano subsidiario de las Naciones Unidas. Un grupo
de socorro de esta naturaleza estaría en una situación jurídica similar, por ejemplo, a la
Fuerza de las Naciones Unidas en Chipre (UNFICYP) [...]."300
10) Se habría de llegar a las mismas conclusiones en el caso más infrecuente de una
organización internacional que pone uno de sus órganos a disposición de otra organización
internacional. Encontramos un ejemplo de ello en la Conferencia Sanitaria Panamericana, la
cual, de resultas de un acuerdo entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la
Organización Panamericana de la Salud, sirve, "respectivamente, como el Comité Regional y la
Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud en el hemisferio occidental dentro de
los términos de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud"301. El Asesor Jurídico
de la OMS señaló que:
Artículo 6
300
Anuario Jurídico de las Naciones Unidas (1971), pág. 187.
301
Artículo 2 del Acuerdo de 24 de mayo de 1949, que se reproduce en la siguiente dirección:
http://intranet.who.int
302
Carta sin publicar de 19 de diciembre de 2003, dirigida al Asesor Jurídico de las Naciones
Unidas por el Asesor Jurídico de la OMS.
128
Comentario
1) El artículo 6 versa sobre el comportamiento ultra vires de los órganos o agentes de una
organización internacional. Ese comportamiento puede consistir en actos que excedan de la
competencia de la organización303. También puede ocurrir que el acto esté comprendido en la
esfera de competencia de la organización, pero exceda de las facultades del órgano o el agente
que actúa. El texto se refiere únicamente al segundo supuesto, aunque el primero también está
comprendido ya que un acto que exceda de la competencia de la organización excede
necesariamente de las facultades de su órgano o agente.
3) El texto del artículo 6 se ciñe muy estrechamente al del artículo 7 del proyecto sobre la
responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos304. La principal diferencia
estriba en que este último artículo tiene en cuenta el enunciado de los artículos 4 y 5 sobre la
303
Como dijo la Corte Internacional de Justicia en su opinión consultiva sobre la Licitud de la
utilización de armas nucleares por un Estado en un conflicto armado:
129
responsabilidad del Estado y versa, pues, sobre el comportamiento ultra vires de "un órgano del
Estado o de una persona o entidad facultada para ejercer atribuciones del poder público",
mientras que el presente artículo sólo tiene que ceñirse al artículo 4 y, por consiguiente, se
refiere simplemente a "un órgano o un agente de una organización internacional".
"Si se admite que la acción de que se trata entra dentro del ámbito de las funciones
de la Organización pero se alega que ha sido iniciada o ejecutada de un modo no conforme
a la separación de funciones entre los distintos órganos, establecida en la Carta, se produce
un desplazamiento hacia el plano interno, hacia la estructura interna de la Organización.
Si la acción fue decidida por un órgano que no era competente para ello, se trataría de una
irregularidad desde el punto de vista de esa estructura interna, pero eso no supondría
305
Párrafo 8) del comentario al artículo 7, ibíd., pág. 90.
130
necesariamente que los gastos en que se hubiera incurrido no fueran gastos de la
Organización. Tanto el derecho nacional como el derecho internacional prevén casos en
los que una persona jurídica o una entidad política pueden quedar obligados frente a
terceros por el acto ultra vires de uno de sus agentes."306
El hecho de que la Corte considerase que las Naciones Unidas tendrían que sufragar los gastos
resultantes de actos ultra vires de uno de sus órganos responde a consideraciones de principio
que parecen todavía más sólidas cuando se trata de un comportamiento ilícito. Negar la
atribución del comportamiento puede privar a terceros de la posibilidad de obtener una
reparación, a menos que el comportamiento pueda ser atribuido a un Estado o a otra
organización.
"[...] huelga decir que todos los agentes de las Naciones Unidas, sea cual fuere la capacidad
oficial en que actúen, deben procurar no extralimitarse en el ejercicio de sus funciones y
306
Certain Expenses of the United Nations, I.C.J. Reports 1962, pág. 168.
307
El Comité sobre la Responsabilidad de las Organizaciones Internacionales de la Asociación
de Derecho Internacional propuso la siguiente norma:
"El comportamiento de órganos de una organización internacional o de sus
funcionarios o agentes se considerará un hecho de esa organización según el derecho
internacional si el órgano, el funcionario o el agente actúan a título oficial, aunque ese
comportamiento exceda de las competencias conferidas o contravenga a las instrucciones
dadas (ultra vires)."
Asociación de Derecho Internacional, Report of the Seventieth Conference held in
New Delhi, 2-6 April de 2002 (2002), pág. 797.
131
comportarse de modo que eviten cualquier demanda dirigida contra las
Naciones Unidas."308
El motivo evidente por el que un agente -en ese caso un experto en misión- debe procurar no
extralimitarse en sus funciones para evitar posibles demandas contra la organización es que es
perfectamente posible que esa organización sea tenida por responsable del comportamiento del
agente.
"La política de las Naciones Unidas en materia de actos efectuados fuera de servicio
por los miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz es que la Organización no
asume ninguna responsabilidad jurídica o financiera en caso de fallecimiento, lesiones o
daños derivados de dichos actos [...]. Estimamos que el factor principal para determinar
una situación "fuera de servicio" consiste en saber si el miembro de una misión de
mantenimiento de la paz estaba actuando en capacidad no oficial/no operacional cuando
308
I.C.J. Reports 1999, págs. 62 y ss., especialmente pág. 89 (párr. 66).
309
Carta sin publicar de 7 de febrero de 2003 dirigida al Secretario de la Comisión de Derecho
Internacional por el Consejero Jurídico del Fondo Monetario Internacional.
132
ocurrió el incidente y no el hecho de que dicha persona fuera de uniforme o de paisano en
el momento del incidente o el hecho de que el incidente ocurriera dentro o fuera de la zona
de operaciones [...]. Por lo que se refiere a la responsabilidad jurídica y financiera de las
Naciones Unidas, un miembro de la fuerza que se halle en estado de alerta puede estar no
obstante en situación de fuera de servicio si actúa por su cuenta a título individual y realiza
un acto que no se pueda atribuir al cumplimiento de obligaciones oficiales, durante el
período designado como "estado de alerta". [...] Queremos hacer constar que [...] las
circunstancias fácticas de cada caso varían y que, por lo tanto, una determinación de si un
miembro de una misión de mantenimiento de la paz se halla en situación de servicio o de
fuera de servicio puede depender en parte de los factores particulares del caso, habida
cuenta de la opinión del Comandante de la Fuerza o del Jefe del Estado Mayor."310
Aunque los actos realizados "fuera de servicio" por un miembro de un contingente nacional no
serían atribuibles a la organización311, sí podría atribuírsele un acto que ese miembro hubiera
realizado mientras se hallaba "en situación de servicio". En tal caso habría que examinar, en el
caso de un comportamiento ultra vires, si guardaba relación con las funciones conferidas a esa
persona.
Artículo 7
310
Anuario Jurídico de las Naciones Unidas (1986), págs. 337 y 338.
311
En una sentencia de 10 de mayo de 1979, el Tribunal de Distrito de Haifa se pronunció sobre
un claro ejemplo de acto realizado "fuera de servicio" por un miembro de la FPNUL, que había
participado en el traslado de explosivos al territorio de Israel. Anuario Jurídico de las
Naciones Unidas (1979), pág. 221.
133
Comentario
3) Hay ejemplos de práctica, que tienen que ver tanto con los Estados como con las
organizaciones internacionales, en los que no se ve claramente si el reconocimiento se refiere
a la atribución de un comportamiento o a la atribución de responsabilidad. Esto no queda nada
claro, por ejemplo, en lo que se refiere a la afirmación siguiente, hecha en nombre de la
Comunidad Europea en el informe oral presentado ante un grupo especial de la OMC en el
asunto Comunidades Europeas - Clasificación aduanera de determinado equipo informático. La
Comunidad Europea declaró que estaba:
312
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), pág. 109.
313
Párrafo 1) del comentario al artículo 11, ibíd., pág. 109.
134
objeto de la denuncia se haya tomado a nivel de la CE o a nivel de los Estados
miembros."314
"La Sala de Primera Instancia observa que las dos Partes utilizan los mismos criterios
de "reconocimiento", "adopción", "admisión", "aprobación" y "ratificación", que la
Comisión de Derecho Internacional. Por consiguiente, la cuestión consiste en determinar
si, basándose en los hechos que se dan por probados, puede entenderse que la SFOR
"reconoció y adoptó" el comportamiento de los desconocidos "como propio"."318
314
Documento no publicado.
315
"Decision on defence motion challenging the exercise of jurisdiction by the Tribunal"
(Decisión relativa a la excepción de incompetencia del Tribunal planteada por la defensa), 9 de
octubre de 2002, asunto Nº IT-94-2-PT, párr. 60.
316
Ibíd., párr. 61.
317
Ibíd., párrs. 62 y 63.
318
Ibíd., párr. 64.
135
La Sala concluyó que el comportamiento de la SFOR no "equivalía a una "adopción" o
"reconocimiento" del comportamiento ilícito "como propio""319.
319
Ibíd., párr. 106. La apelación fue desestimada por otros motivos. En relación con el extremo
que aquí nos ocupa, la Sala de Apelaciones se limitó a observar que "no ha lugar a declinar la
competencia en el caso de secuestros perpetrados por particulares cuyos actos, salvo si son
instigados, reconocidos o tolerados por un Estado, una organización internacional u otra entidad,
de por sí no violan necesariamente la soberanía del Estado". Decision on interlocutory appeal
concerning legality of arrest (Decisión relativa a la apelación interlocutoria concerniente a la
legalidad de la detención), 5 de junio de 2003, asunto Nº IT-94-2-AR73, párr. 26.
136
CAPÍTULO VI
A. Introducción
74. En su 2727ª sesión, el 30 de mayo de 2002, la Comisión decidió además nombrar Relator
Especial al Sr. Chusei Yamada321.
76. La Comisión examinó el primer informe del Relator Especial (A/CN.4/533 y Add.1) en
su 55º período de sesiones, celebrado en 2003.
77. En el actual período de sesiones la Comisión tuvo ante sí el segundo informe del Relator
Especial (A/CN.4/539 y Add.1).
320
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo séptimo período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/57/10); cap. X.A.1, párr. 518.
321
Ibíd., párr. 519.
137
80. La Comisión celebró también, los días 24 y 25 de mayo de 2004, dos reuniones oficiosas de
información con la participación de expertos en aguas subterráneas de la Comisión Económica
para Europa (CEPE), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) y la Asociación Internacional de Hidrogeólogos (AIH). Su asistencia fue organizada por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
81. En su 2828ª sesión, el 4 de agosto de 2004, la Comisión, a petición del Relator Especial,
acordó transmitir a los gobiernos y a las organizaciones internacionales competentes un
cuestionario, preparado por el Relator Especial, para pedirles que manifestaran su opinión y
facilitaran información con respecto a las aguas subterráneas.
84. Si bien el segundo informe contenía varios proyectos de artículo, el Relator Especial
subrayó que ello no debía interpretarse como un indicio de la forma definitiva que adoptaría la
labor de la Comisión. En esta primera etapa, el Relator Especial no se proponía recomendar la
remisión de ninguno de esos proyectos de artículo al Comité de Redacción; los había elaborado
con miras a suscitar observaciones, recibir propuestas más concretas y hacer una relación de los
aspectos adicionales que convendría examinar.
138
85. El Relator Especial manifestó que aceptaba algunas de las críticas que se le habían dirigido
cuando declaró en 2003 que prácticamente todos los principios enunciados en la Convención
sobre el derecho de los usos de los cursos de agua internacionales para fines distintos de la
navegación (en adelante la "Convención de 1997") también serían aplicables a las aguas
subterráneas, reconociendo, de ese modo, la necesidad de modificar esos principios.
No obstante, seguía opinando que la Convención de 1997 ofrecía la base en que fundar la
elaboración de un régimen de las aguas subterráneas.
86. En el párrafo 8 del informe, el Relator Especial proponía un marco general para la
redacción de los proyectos de artículo322. Ese marco reproducía más o menos el de la
Convención de 1997 y también tenía en cuenta el proyecto de artículos sobre la prevención del
daño transfronterizo resultante de actividades peligrosas, aprobado por la Comisión en 2001.
322
El marco general preparado por el Relator Especial es el siguiente:
Parte I. Introducción
Ámbito de aplicación de la Convención
Términos empleados (definiciones)
Parte II. Principios generales
Principios que rigen los usos de las aguas subterráneas transfronterizas
Obligación de no causar daños
Obligación general de cooperar
Intercambio regular de datos e información
Relaciones entre las diferentes clases de usos
Parte III. Actividades que afectan a otros Estados
Evaluación del impacto
Intercambio de información
Consultas y negociaciones
Parte IV. Protección, preservación y gestión
Vigilancia
Prevención (Principio de precaución)
Parte V. Disposiciones diversas
Parte VI. Solución de controversias
Parte VII. Cláusulas finales
Documento A/CN.4/539, párr. 8.
139
87. Los proyectos de artículo que proponía el Relator Especial en su segundo informe eran los
de la parte I (Introducción) y de la parte II (Principios generales). Tenía previsto presentar los de
todas las demás partes en 2005 y pidió que se formularan observaciones sobre el marco general
propuesto, así como sugerencias de enmiendas, adiciones o supresiones.
88. En lo que concierne a la parte I (Introducción), el Relator Especial señaló que seguía
utilizando la expresión "aguas subterráneas" en el informe, aunque había optado por emplear en
el proyecto de artículos el término "acuífero", que era un término científico y más preciso.
90. En primer lugar, los especialistas de las aguas subterráneas empleaban el término en un
sentido totalmente diferente. Para ellos, el término "confinado" designaba un estado hidráulico
en el que las aguas estaban almacenadas bajo presión. Por consiguiente, era preferible omitir el
término "confinadas" para evitar toda confusión entre juristas y especialistas de las aguas
subterráneas, ya que éstos debían participar en la aplicación de la convención propuesta.
91. Otra razón importante para suprimir el término "confinadas" en lo que se refería al ámbito
de aplicación de la convención propuesta era el punto de partida erróneo según el cual la
Comisión debía ocuparse exclusivamente de las aguas subterráneas que no se regían por la
323
A/CN.4/539. El proyecto de artículo 1 dice lo siguiente:
140
Convención de 1997. El Relator Especial explicó por qué no era conveniente adoptar ese
planteamiento refiriéndose al Acuífero de Arenisca Nubio, inmenso sistema acuífero compartido
por cuatro Estados: Chad, Egipto, Jamahiriya Árabe Libia y Sudán. Aunque ese sistema estaba
conectado con el río Nilo en las proximidades de Jartum, lo que hacía aplicable la Convención
de 1997 al sistema acuífero en su conjunto, la conexión con el Nilo en realidad era mínima.
La recarga del acuífero era prácticamente nula y éste presentaba todas las características de las
aguas subterráneas y no de las aguas de superficie. La situación era la misma en el caso del
Acuífero Guaraní (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Los casos de esos dos sistemas
acuíferos se estudiaban en la adición al informe.
92. El Relator Especial opinó que la Comisión debía ocuparse de esos dos importantes acuíferos y,
por lo tanto, decidió suprimir de la definición del ámbito de aplicación del proyecto de convención el
criterio restrictivo expresado por las palabras "no relacionado con las aguas de superficie".
93. Esta decisión podría dar lugar en muchos casos a una situación de doble aplicación en la
que el mismo sistema acuífero estaría sujeto tanto a la convención propuesta como a la
Convención de 1997. A ese respecto, el Relator Especial opinó que esa aplicación paralela no
debería plantear problemas y que, en todo caso, podía considerarse la posibilidad de elaborar un
proyecto de artículo que concediera primacía a una de ellas a fin de salvar cualquier dificultad.
94. En relación con su propuesta de regular actividades distintas de los usos de las aguas
subterráneas transfronterizas, el Relator Especial explicó que esa reglamentación era necesaria
para proteger las aguas subterráneas contra la contaminación causada por las actividades de
superficie, como las industriales, agrícolas y forestales.
95. Con respecto al proyecto de artículo 2 sobre las definiciones324, señaló que contenía, entre
otras cosas, definiciones técnicas de los términos "acuífero" y "sistema acuífero". En el caso de
324
Ibíd. El proyecto de artículo 2 dice lo siguiente:
Términos empleados
A los efectos de la presente Convención:
141
las aguas subterráneas, el concepto de acuífero comprendía tanto las formaciones rocosas que
almacenaban agua como las aguas de esas formaciones, con lo cual bastaba con referirse a los
usos de los acuíferos para abarcar todas las categorías de usos. A ese respecto, el Relator
Especial se refirió al caso 4 del anexo de la adición al informe en el que un acuífero del Estado A
y un acuífero del Estado B, aun siendo acuíferos nacionales, estaban vinculados
hidrológicamente y, por lo tanto, los dos acuíferos deberían ser tratados como un solo sistema
para una gestión adecuada. Ese sistema acuífero era transfronterizo; por ello, consideró
necesario dar una definición de sistema acuífero y propuso incluir en todo el proyecto de
convención disposiciones que rigieran tales sistemas.
96. El Relator Especial se refirió también al caso 3 del anexo a la adición y señaló que podía
darse también un caso 3 bis, en que un acuífero nacional estuviera conectado hidrológicamente a
un curso de agua nacional del Estado B. Si bien en el párrafo 2 de la adición al informe había
señalado que tanto la Convención de 1997 como la convención propuesta serían aplicables al
caso 3, pensándolo bien, ya no estaba seguro de si ese vínculo hidrológico era la conexión con
las aguas de superficie que los redactores de la Convención de 1997 tenían presente. Si lo era,
y si se aplicaba la Convención de 1997, el artículo 7 de dicha Convención, que enunciaba el
principio de no causar daños, permitiría solucionar algunos de los problemas. Sin embargo, la
formulación propuesta para el proyecto de artículo 2 no definía tal acuífero como transfronterizo;
por lo tanto, era necesario buscar una solución que permitiese resolver este caso
satisfactoriamente.
142
97. En cuanto al caso 5 del anexo de la adición, el Relator señaló que las definiciones de acuífero
y sistema acuífero excluían de éstos las zonas de recarga y descarga. En vista de que esas zonas
también debían regularse para una adecuada gestión de los acuíferos, tenía previsto formular
proyectos de artículo con ese fin, posiblemente en la parte IV del marco general propuesto.
99. En cuanto a otro principio fundamental, la obligación de no causar daños a otros Estados
del acuífero, el Relator Especial se refirió a su proyecto de artículo 4325, cuyos párrafos 1 y 2
325
Ibíd. El proyecto de artículo 4 dice lo siguiente:
143
disponían que se tomaran disposiciones para impedir que se causasen "daños sensibles" a otros
Estados del sistema acuífero. Tanto en los debates de la Comisión como en los de la Sexta
Comisión se había expresado la opinión de que se requería un umbral inferior al "daño sensible"
debido a la fragilidad de las aguas subterráneas. Sin embargo, el Relator Especial había decidido
mantener el umbral de daños sensibles, adoptado en el artículo 7 de la Convención de 1997 y en
el artículo 3 del proyecto de artículos sobre la prevención del daño transfronterizo resultante de
actividades peligrosas, ya que el concepto de "sensible" era lo suficientemente flexible como
para garantizar la viabilidad de los acuíferos.
100. Con respecto a la ubicación del párrafo 3 del proyecto de artículo 4, que versaba sobre el
supuesto en que un sistema acuífero pudiera quedar destruido para siempre, el Relator consideró
que podía trasladarse a la parte IV.
transfronterizo, adoptarán todas las medidas apropiadas para impedir que se causen daños
sensibles por intermedio de ese sistema a otros Estados del sistema acuífero.
4. Cuando a pesar de ello se causen daños sensibles a otro Estado del sistema
acuífero, el Estado cuya actividad los cause deberá, a falta de acuerdo con respecto a esa
actividad, adoptar todas las medidas apropiadas en consulta con el Estado afectado para
eliminar o mitigar esos daños y, cuando proceda, examinar la cuestión de la
indemnización.
144
102. El Relator Especial indicó que los proyectos de artículo 5326, 6327 y 7328 eran muy claros.
Señaló que el intercambio regular de datos e información era un requisito indispensable para una
326
Ibíd. El proyecto de artículo 5 dice lo siguiente:
145
eficaz cooperación entre los Estados del sistema acuífero y que había elaborado el párrafo 2 del
proyecto de artículo 6 debido a la falta de información científica sobre los sistemas acuíferos.
103. El proyecto de artículo 7 se refería a la relación entre las diferentes clases de usos de los
sistemas acuíferos y seguía el precedente del artículo 10 de la Convención de 1997.
Con respecto a la expresión "la satisfacción de las necesidades humanas vitales", que figuraba al
final del párrafo 2 del proyecto de artículo 4, el Relator recordó que había quedado entendido,
como señaló el Presidente del Grupo de Trabajo Plenario durante la elaboración de la
Convención de 1997, que "al determinar las necesidades humanas esenciales se [había] de
prestar especial atención al suministro suficiente de agua para sostener la vida humana, incluidos
el agua potable y el agua necesaria para la producción de alimentos a fin de impedir la
hambruna".
104. Los miembros de la Comisión felicitaron al Relator Especial por su segundo informe en el
que, dado el carácter especializado del tema, había introducido cambios terminológicos a la luz
de los datos científicos disponibles. Los miembros expresaron también satisfacción por la
asistencia que venía recibiendo de expertos técnicos. Varios miembros manifestaron que era
necesario profundizar el estudio, especialmente con respecto a la interacción entre las aguas
subterráneas y otras actividades. Sin embargo, se planteó el interrogante de cuánta información
técnica adicional era necesaria antes de abordar la elaboración de un marco jurídico.
105. Se señaló también que la Comisión no debía exagerar la importancia de las aguas
subterráneas y que algunas de las aguas subterráneas que debían ser objeto de estudio podían
encontrarse muy por debajo de la superficie donde tal vez no fuera posible determinar con
seguridad su existencia misma.
146
106. Se expresó cierta preocupación acerca del supuesto mencionado en el párrafo 14 según el
cual la Convención de 1997 no regulaba adecuadamente algunos problemas relacionados con las
aguas subterráneas. No era deseable que la Comisión hiciera una interpretación restrictiva de la
Convención de 1997; las cuestiones planteadas quizás podían tratarse en un nuevo instrumento,
que no tuviera necesariamente carácter obligatorio, o en un protocolo a la Convención de 1997.
107. Algunos miembros estuvieron de acuerdo con el Relator Especial en que los trabajos no
debían centrarse sólo en las aguas subterráneas que no se regían por la Convención de 1997,
mientras que otros consideraron necesario obtener una explicación más detallada sobre las aguas
subterráneas que quedarían excluidas de la presente labor.
108. Con respecto al alcance de la labor de la Comisión, se expresó apoyo a la posición del
Relator Especial de excluir los acuíferos que no eran de carácter transfronterizo. Se señaló
también que en alguna parte del proyecto de artículos debía hacerse referencia a las aguas
subterráneas que quedaban excluidas del ámbito de aplicación del proyecto de convención.
Por otra parte, se indicó también que sería interesante conocer las razones por las cuales los
expertos técnicos consideraron que todos los tipos de aguas subterráneas, no sólo las de carácter
transfronterizo, debían ser objeto de reglamentación. Además, se planteó la cuestión de si la
comunidad internacional debía interesarse en velar por que cada Estado actúe de manera
responsable frente a las futuras generaciones de ciudadanos con respecto a un elemento
fundamental para la vida como es el agua.
110. Se señaló que en el informe no se hacía referencia concretamente a los Estados en que se
formaban las aguas subterráneas, cuando era precisamente a esos Estados a los que debía
referirse el proyecto de artículos.
147
111. Se señaló que cada Estado tenía la responsabilidad primordial de decidir cómo utilizaría
sus recursos de aguas subterráneas, una responsabilidad que tenía precedencia sobre la
responsabilidad del Estado a nivel internacional. Por consiguiente, los Estados debían adoptar
las normas de conducta correspondientes, mediante acuerdos entre ellos y con ayuda de la
comunidad internacional, en los cuales los mecanismos regionales desempeñarían una función
particular. A ese respecto, se hizo referencia al enfoque adoptado por los Estados del Mercado
Común del Sur (MERCOSUR), la Argentina, el Brasil, el Paraguay y el Uruguay, con respecto al
Acuífero Guaraní.
113. Como ejemplo de la labor realizada a nivel regional se mencionaron los dos proyectos
del MERCOSUR relacionados con el Acuífero Guaraní. El primero era un estudio técnico que
examinaba cuestiones tales como el acceso y los usos potenciales, mientras que el segundo
pretendía establecer normas jurídicas que regularan los derechos y obligaciones de los Estados
en cuyo territorio se encontraba el recurso. Se señaló que los países del MERCOSUR habían
adoptado ciertos principios básicos en relación con el Acuífero Guaraní: las aguas subterráneas
pertenecían al dominio territorial del Estado bajo cuyo suelo estaban localizadas; las aguas
subterráneas eran aguas que no estaban conectadas con las aguas de superficie; el Acuífero
Guaraní era un acuífero transfronterizo perteneciente exclusivamente a los cuatro países
del MERCOSUR; éstos consideraban el desarrollo del acuífero como un proyecto regional de
integración de infraestructuras comprendido dentro de la esfera de competencia del MERCOSUR,
como organización regional de integración económica. Los países del MERCOSUR prestaban
especial atención a la conservación, el desarrollo controlado y la gestión compartida del Acuífero
Guaraní, en estrecha cooperación con las organizaciones internacionales, aunque la propiedad, la
gestión y la vigilancia del acuífero seguirían siendo responsabilidad exclusiva de los propios
148
países del MERCOSUR. Por lo tanto, se desarrollarían dos procedimientos simultáneamente:
por una parte, la Comisión proseguiría su labor de codificación, mientras que, por otra, la
ejecución del acuerdo regional relativo al Acuífero Guaraní seguiría avanzando a un ritmo más
acelerado. Un proceso de intercambio recíproco de información sería de gran utilidad.
114. Sin embargo, se expresó también la opinión de que un proyecto de convención no sería
incompatible con un planteamiento regional o nacional de la cuestión. Además, el hecho de que
la Comisión estableciera las obligaciones generales de los Estados con respecto a la gestión de
las aguas subterráneas podía alentar a los Estados a concertar acuerdos regionales.
115. Se hizo hincapié en que las aguas subterráneas debían considerarse como un recurso
perteneciente al Estado en el que se encontraban, al igual que el petróleo y el gas, que se
reconocía que eran recursos sujetos al ejercicio de la soberanía. No podían ser consideradas
como un recurso universal, y los trabajos de la Comisión no debían dar la impresión de que las
aguas subterráneas estaban sujetas a un trato especial distinto del que se aplicaba al petróleo y al
gas. Se sugirió también que se indicara claramente en el texto, quizás en el preámbulo, que no se
cuestionaba de manera alguna la soberanía sobre las aguas subterráneas.
116. Se recomendó cierta cautela al utilizar la Convención de 1997 como base de los trabajos de
la Comisión sobre las aguas subterráneas, puesto que esa Convención aún no había entrado en
vigor y sólo había obtenido un pequeño número de firmas y ratificaciones. Se señaló también
que era necesario proceder con la misma cautela al utilizar como guía el proyecto de artículos
sobre la prevención del daño transfronterizo resultante de actividades peligrosas, ya que no había
sido aprobado todavía por la Asamblea General.
117. Se apoyó la sugerencia del Relator Especial de que se elaborara una disposición sobre una
posible duplicación entre la Convención de 1997 y el proyecto de la Comisión sobre el subtema.
118. Se señaló que se habían recibido pocas respuestas de los Estados a las peticiones de
información formuladas por la Comisión acerca del uso y la gestión de las aguas subterráneas
transfronterizas. La escasez de la práctica de los Estados se consideró otro motivo para adoptar
un enfoque prudente al establecer un marco jurídico relativo al subtema. Sin embargo, se señaló
149
también que la Comisión debía alentar al Relator Especial a seguir examinando la cuestión
puesto que su mandato no se limitaba a la codificación de la práctica existente.
120. Se sugirió que se elaborara un artículo en que se destacaran los tres elementos que
constituían el ámbito de aplicación del proyecto de convención. En esa disposición se
establecería la aplicabilidad del proyecto de convención a los sistemas acuíferos transfronterizos
y a: a) los usos de esos sistemas; b) las actividades que tuvieran o era probable que tuvieran un
impacto en esos sistemas; y c) las medidas de protección, conservación y gestión relacionadas
con los sistemas acuíferos transfronterizos.
122. Con respecto a la forma que habría de adoptar el producto final de la Comisión, se
expresaron opiniones divergentes. Se señaló que si no existía suficiente práctica de los Estados
que sirviera de base, un proyecto de convención no sería aceptable para los Estados y, por lo
tanto, según esa opinión, sería preferible elaborar directrices con recomendaciones para la
elaboración de convenios bilaterales o regionales. Se sugirió también que se elaborara una ley
tipo o una convención marco. Además, se expresó apoyo al método adoptado por el Relator
Especial de elaborar proyectos de artículo que ayudaran a la Comisión en su labor, dejando la
cuestión de la forma definitiva para más adelante.
150
123. Por lo que hace al marco general propuesto por el Relator Especial en los párrafos 8 y 9 del
segundo informe, se indicó que, según los resultados de los estudios que debían llevarse a cabo,
quizás fuese necesario revisarlo más tarde.
125. Se sugirió que el objeto del término "usos" debían ser las aguas subterráneas y no los
"acuíferos".
126. Se expresaron algunas reservas con respecto a la propuesta que se hacía en el párrafo 15
del segundo informe de sustituir las palabras "que tengan o es posible que tengan" por "que
entrañen el riesgo de causar", ya que ese nuevo texto no se aplicaría a las actividades que
actualmente tenían un impacto en un sistema acuífero transfronterizo. También se apoyó el
presente enunciado porque permitía tener en cuenta los aspectos ambientales.
127. Con respecto a las definiciones enunciadas en el proyecto de artículo 2, se consideró que,
por su carácter técnico, constituían una base sólida para las deliberaciones de la Comisión.
El apartado a) del proyecto de artículo 2 requería aclaraciones con respecto a dos cuestiones.
La primera era determinar si la referencia a la explotabilidad debía interpretarse exclusivamente
a la luz de la tecnología actual o si implicaba que otros acuíferos podrían quedar comprendidos
en el ámbito de aplicación de la convención a medida que se desarrollara la tecnología.
La segunda era si el concepto de explotabilidad se refería a las cantidades de agua que se podían
utilizar o aludía a la viabilidad comercial.
128. Además, se planteó la cuestión de si, según las definiciones del proyecto de artículo 2,
consideradas conjuntamente con los párrafos 2 y 3 del proyecto de artículo 4, los Estados del
sistema acuífero estaban obligados a proteger los acuíferos que podrían ser utilizados en el
futuro; se estimó que había que establecer una protección adecuada de tales acuíferos.
151
129. Con respecto a la definición de "sistema acuífero", que figuraba en el apartado b) del
artículo 2, se expresó la opinión de que no estaba claro por qué los acuíferos debían estar
asociados con formaciones rocosas específicas, ya que bastaba el hecho de que estuvieran
conectados hidráulicamente.
130. Se señaló, además, que la definición de "acuífero" podría resultar insuficiente o imprecisa
con respecto a las obligaciones relacionadas con la explotación del acuífero, lo que haría
necesario formular una definición de "aguas del acuífero".
132. Por lo que respecta a los principios que debían regir el proyecto de convención, se
mencionó la necesidad de incluir más principios que los que figuraban en la Convención
de 1997, especialmente en la esfera de la protección ambiental y el uso sostenible de los
acuíferos; se estimó que la protección de las necesidades humanas vitales era uno de los
principios que había que enunciar en el proyecto. Habría que examinar la posibilidad de incluir
algunos principios aplicables al petróleo y el gas, debido al carácter agotable del recurso, aunque
se señaló que las aguas subterráneas no podían recibir el mismo trato que el petróleo y el gas a
causa de sus características especiales. También se señaló que los principios de la utilización
equitativa y razonable y la participación, que figuraban en la Convención de 1997, debían
integrarse en el proyecto de artículos. Sin embargo, se indicó también que al incorporar esos
principios debía procederse con mucha cautela en vista de las diferencias que existían entre las
aguas subterráneas y los cursos de agua. Para responder a algunas de las preguntas planteadas
por el Relator Especial en el párrafo 23 era necesario remitirse a la práctica de los Estados en
esta materia.
152
mencionadas también debían ser aplicables a los Estados que, si bien no eran en sí Estados del
sistema acuífero, realizaban actividades que podían tener un impacto en el acuífero, observación
que era igualmente válida en relación con el párrafo 1 del proyecto de artículo 5 y el párrafo 3
del proyecto de artículo 6.
134. En relación con la obligación de no causar daños, enunciada en los párrafos 1 y 2 del
proyecto de artículo 4, se señaló que las consideraciones de equidad entre las generaciones y de
respeto de la integridad del medio ambiente justificaban una obligación de no causar daños al
acuífero propiamente dicho, y no al Estado del acuífero como establecían esas disposiciones.
A ese respecto, se sugirió que los proyectos de artículo 4 a 7 se examinaran una vez que se
hubiera definido el contexto adecuadamente y se hubieran elaborado los principios pertinentes.
135. En relación con la palabra "daño", se señaló que, si bien era útil, el término abarcaba un
concepto vago que requería la prueba de que se había infligido cierto grado de daño.
Por consiguiente, la Comisión debía estudiar más a fondo a qué tipo de daños se refería.
136. Además, se expresó cierta preocupación por el hecho de que el concepto de "daños
sensibles" no fuera aplicable a los problemas planteados por el uso no sostenible de las aguas
subterráneas, aunque el párrafo 3 del proyecto de artículo 4 quizás fuera un intento de
reglamentación de las tasas de extracción. Se señaló también que el concepto de daño sensible
variaba según distintos factores, como el paso del tiempo y el nivel de desarrollo económico,
entre otros, y que era preferible evitar una definición de daño sensible, cuestión sobre la cual los
Estados podían ponerse de acuerdo a nivel regional. Se planteó también la cuestión de que
quizás se requería un umbral inferior al daño sensible, ya que las aguas subterráneas eran mucho
más vulnerables a la contaminación que las aguas de superficie.
137. Se indicó que el texto del párrafo 3 del proyecto de artículo 4 no era bastante preciso y que
era necesario aclarar mejor el significado del término "perturbar"; parecía que ese párrafo
versaba sobre una situación distinta de la expuesta en el párrafo 27 del informe. También se
señaló que la expresión "daños sensibles" debía incluirse en la disposición.
153
138. Se observó también que el término "medidas", que podía abarcar, entre otras cosas, la
formación, la protección o la conservación de las aguas subterráneas, adolecía de cierta
ambigüedad.
139. En relación con las cuestiones de la responsabilidad por el daño causado (liability) y los
mecanismos de solución de controversias, mencionadas en el párrafo 28 del segundo informe, se
señaló que la indemnización probablemente no sería nunca una forma de reparación adecuada y
que, por lo tanto, la prevención era fundamental. Por consiguiente, la Comisión podría elaborar
disposiciones que alentaran a los Estados a cooperar entre sí, a reconocer su interdependencia
respecto de los recursos de aguas subterráneas y a determinar los medios de obtener asistencia
para la solución de las controversias que pudieran surgir. También se señaló que un Estado que
hubiera perturbado el funcionamiento de un acuífero transfronterizo debería tener la obligación
de hacer más que simplemente examinar la cuestión de la indemnización, como disponía el
párrafo 4 del proyecto de artículo 4. Además, esa situación podría plantear la cuestión de la
responsabilidad por hecho ilícito (responsibility) si tal perturbación se producía como resultado
de un hecho de esa naturaleza. Según otra opinión, era preferible tratar la cuestión de la
responsabilidad (liability), como sugería el Relator Especial, en el marco del tema de la
"Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el
derecho internacional".
141. En relación con el párrafo 2 del proyecto de artículo 6, se indicó que su contenido parecía
estar incluido implícitamente en el párrafo 1 del mismo artículo, por lo cual resultaba
innecesario; además, la Convención de 1997 no contenía una disposición similar a la del
párrafo 2. Se sugirió también que se incluyera en el proyecto una disposición sobre datos e
154
información vitales para la defensa y la seguridad nacionales, inspirada quizás en el artículo 31
de la Convención de 1997.
142. Con respecto al proyecto de artículo 7, se señaló que no estaba claro en qué medida las
necesidades humanas vitales mencionadas en el párrafo 2 tendrían prioridad sobre la existencia
de un acuerdo o una costumbre, a los que se refería el párrafo 1. Según otra opinión, los dos
párrafos podían refundirse, concediendo primacía a las necesidades humanas vitales. Se observó
que si un Estado se veía obligado a poner fin a la explotación de las aguas subterráneas para
atender a necesidades humanas vitales, podría exigir una indemnización. Sin embargo, se indicó
también que las necesidades humanas vitales no correspondían a la esfera del jus cogens y que,
por lo tanto, no podían prevalecer sobre las obligaciones dimanantes de un tratado. Además, se
sugirió que se dejara que los Estados del sistema acuífero interesados resolvieran la cuestión del
orden de prioridad de los usos.
143. En lo que concierne a las graves dificultades que planteaba la escasez de la práctica de los
Estados, el Relator Especial indicó que haría todo lo posible por extraer esa práctica de las
actividades de cooperación internacional dirigidas a una gestión adecuada de las aguas
subterráneas, en particular las actividades que se realizaban a nivel regional, y reconoció que la
mayoría de los tratados vigentes se referían a las aguas subterráneas sólo de manera tangencial.
144. El Relator Especial subrayó la importancia que atribuía a los acuerdos regionales sobre las
aguas subterráneas, acuerdos que tenían debidamente en cuenta las características históricas,
políticas, sociales y económicas de la región. Indicó que las normas de carácter universal que
formulase la Comisión tendrían por objeto proporcionar unas pautas para los acuerdos
regionales.
145. En relación con la forma definitiva que se daría a los trabajos de la Comisión, se habían
expresado opiniones divergentes, pero el Relator Especial esperaba que la decisión podría
aplazarse hasta que se lograran progresos sobre los principales aspectos de fondo. Reiteró que si
bien las propuestas de su informe se habían formulado como proyectos de artículo, y que a
155
menudo se hacía referencia a un proyecto de convención, no excluía cualquier otra forma
posible.
146. El Relator Especial había acogido con agrado las sugerencias y preguntas concretas
formuladas por los miembros e indicó que algunas de ellas podrían aclararse con la ayuda de
expertos.
147. En su opinión, la nueva redacción propuesta del proyecto de artículo 1 era muy útil.
El Relator Especial también consideraba que la situación de un acuífero que no se explotaba por
el momento pero que podía explotarse en el futuro estaba comprendido en la definición.
148. Con respecto al concepto de aguas subterráneas, el Relator Especial explicó que no todas
las aguas que se encontraban en el subsuelo eran aguas subterráneas. Las aguas que
permanecían en la zona no saturada de la formación rocosa, que terminaban por llegar a ríos o
lagos o que eran reabsorbidas por la vegetación, no constituían aguas subterráneas sino que
correspondían a la escorrentía subsuperficial o interflujo. Sólo las aguas que llegaban a la zona
saturada pasaban a ser aguas subterráneas. Por lo tanto, un acuífero era una formación geológica
que contenía una cantidad de material permeable saturado suficiente para producir cantidades
considerables de agua. A juicio del Relator Especial, se podría incluir en el comentario una
explicación detallada al respecto.
149. La necesidad de definir el término "transfronterizo", no sólo en relación con los acuíferos
transfronterizos sino también en relación con el daño transfronterizo, merecía la debida atención.
150. El Relator Especial no estaba seguro de que fuera necesario definir por separado el término
"aguas", ya que bastaba con centrarse en el uso de las aguas almacenadas en las formaciones
rocosas.
151. Con respecto a la pregunta de por qué los daños a los otros Estados debían limitarse a los
causados a través del sistema acuífero, el Relator Especial opinó que otros daños, como los
causados a través de la atmósfera, quedarían comprendidos en los trabajos realizados en el marco
del tema de la "Responsabilidad internacional" por las consecuencias perjudiciales de actos no
prohibidos por el derecho internacional.
156
152. En cuanto a la relación entre la perturbación del funcionamiento de un sistema acuífero, a
que se refería el párrafo 3 del proyecto de artículo 4, y la destrucción definitiva de un acuífero, el
Relator Especial tenía entendido que más allá de cierto grado de explotación del acuífero, la
formación rocosa perdía su capacidad de producir agua; por lo tanto, dejaba de ser un acuífero en
el sentido del proyecto de artículo 2.
153. Con respecto a la cláusula de prohibición de causar daños, varios miembros se habían
referido a la cuestión de los "daños sensibles" desde perspectivas distintas. El Relator Especial
hizo una recapitulación de los antecedentes del debate a que había dado lugar ese concepto en la
Comisión, que finalmente había convenido en utilizar la expresión "daño sensible" al aprobar en
segunda lectura el proyecto de artículos sobre el derecho de los usos de los cursos de agua
internacionales para fines distintos de la navegación. El consenso a que entonces se llegó fue
que el daño era "sensible" si no era de poca importancia o insignificante, pero sin llegar a ser
"sustancial" o "grave". La Comisión también adoptó esa posición cuando aprobó el proyecto de
artículo 3 sobre la prevención del daño transfronterizo. Además, recordó que la Comisión había
recomendado a la Asamblea General el umbral del daño sensible dos veces en proyectos
similares y que, por lo tanto, debían aducirse motivos de peso para modificar ese umbral.
Acogería con interés cualquier otra sugerencia a este respecto.
154. En relación con el aparado b) del proyecto de artículo 2, el Relator Especial reconoció que
se podía prescindir de las palabras "cada uno de ellos asociado con formaciones rocosas
específicas", puesto que constituían una descripción científica de un sistema acuífero, que no
tenía efectos jurídicos.
156. Varios miembros habían hecho alusión a las relaciones entre las diferentes clases de usos a
que se refería el proyecto de artículo 7. El Relator Especial estimaba que ese artículo dependía
de la formulación definitiva de los principios que regían los usos de los sistemas acuíferos.
No consideraba que el párrafo 2 fuera una excepción al párrafo 1. El párrafo 2 significaba que
157
en caso de conflicto entre la extracción de agua para beber y la extracción con fines recreativos,
habría que dar prioridad al primer uso.
157. El Relator Especial señaló también que se referiría y, cuando fuera procedente, tendría en
cuenta las normas relativas al agua que la Asociación de Derecho Internacional terminaría de
elaborar en agosto de 2004.
158
CAPÍTULO VII
A. Introducción
158. En su 30º período de sesiones, celebrado en 1978, la Comisión incluyó en su programa de trabajo
el tema "Responsabilidad internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por
el derecho internacional" y nombró Relator Especial al Sr. Robert Q. Quentin-Baxter329.
159. La Comisión recibió y examinó, entre su 32º período de sesiones (1980) y su 36º período
de sesiones (1984), cinco informes del Relator Especial330. Los informes tenían por objeto
elaborar una base teórica y un plan esquemático del tema y contenían propuestas relativas a
cinco proyectos de artículo. El plan esquemático figuraba en el tercer informe presentado por el
Relator Especial a la Comisión en su 34º período de sesiones, en 1982. Los cinco proyecto de
artículo se proponían en el quinto informe presentado por el Relator Especial a la Comisión en
su 36º período de sesiones, en 1984. Esos proyectos de artículo fueron examinados por la
Comisión, pero no se acordó remitirlos al Comité de Redacción331.
329
En ese período de sesiones la Comisión constituyó un grupo de trabajo para que procediera a
un examen preliminar del alcance y la naturaleza de este tema. Véase el informe del Grupo de
Trabajo en Anuario..., 1978, vol. II (Segunda parte), págs. 147 a 149.
330
Los cinco informes del Relator Especial figuran en: Anuario..., 1980, vol. II (Primera parte),
pág. 259, documento A/CN.4/334 y Add.1 y 2; Anuario..., 1981, vol. II (Primera parte),
pág. 113, documento A/CN.4/346 y Add.1 y 2; Anuario..., 1982, vol. II (Primera parte),
pág. 61, documento A/CN.4/360; Anuario..., 1983, vol. II (Primera parte), pág. 213,
documento A/CN.4/373; y Anuario..., 1984, vol. II (Primera parte), pág. 162,
documento A/CN.4/383 y Add.1.
331
En ese mismo 36º período de sesiones, la Comisión dispuso también de las respuestas a un
cuestionario que el Asesor Jurídico de las Naciones Unidas había dirigido en 1983
a 16 organizaciones internacionales con objeto de determinar, entre otras cosas, hasta qué punto
las obligaciones que los Estados habían contraído recíprocamente y cumplían como miembros de
159
160. En su 37º período de sesiones, celebrado en 1985, la Comisión nombró Relator Especial
del tema al Sr. Julio Barboza. La Comisión recibió, entre su 37º período de sesiones (1985) y
su 48º período de sesiones (1996), 12 informes del Relator Especial332.
161. En su 44º período de sesiones, en 1992, la Comisión estableció un Grupo de Trabajo para
que examinara algunas de las cuestiones generales relacionadas con el alcance, el planteamiento
y la posible orientación de los trabajos futuros sobre el tema333. Sobre la base de las
recomendaciones del Grupo de Trabajo, la Comisión, en su 2282ª sesión, el 8 de julio de 1992,
adoptó la decisión de continuar gradualmente la labor sobre este tema. Finalizar primero la labor
sobre la prevención de los daños transfronterizos y seguir con las medidas correctivas334.
La Comisión decidió, habida cuenta de la ambigüedad del título del tema, mantener su hipótesis
de trabajo de que el tema se refería a "actividades" y aplazar todo cambio oficial del título.
160
162. En su 48º período de sesiones, en 1996, la Comisión restableció el Grupo de Trabajo para
que examinara el tema en todos sus aspectos a la luz de los informes del Relator Especial y de
los debates celebrados a lo largo de los años en la Comisión y para que formulara
recomendaciones a ésta. El Grupo de Trabajo presentó un informe335 que ofrecía un cuadro
completo del tema en relación con el principio de prevención y la obligación de conceder una
indemnización u otra reparación y presentaba artículos y comentarios al respecto.
163. En su 49º período de sesiones, en 1997, la Comisión estableció un Grupo de Trabajo para
que examinara cómo debería proceder la Comisión en su labor relativa al tema. El Grupo de
Trabajo examinó la labor realizada por la Comisión sobre el tema desde 1978. Señaló que el
ámbito y el contenido del tema seguían sin ser claros debido a factores como dificultades
conceptuales y teóricas, la idoneidad del título y la relación de la cuestión con la
"responsabilidad de los Estados". El Grupo de Trabajo señaló además que la Comisión había
tratado de dos cuestiones dentro del tema: la "prevención" y la "responsabilidad internacional"
(international liability). En opinión del Grupo de Trabajo, esas dos cuestiones eran distintas
entre sí, aunque estuvieran relacionadas. Por consiguiente, el Grupo de Trabajo convino en que
las cuestiones de la prevención y de la responsabilidad deberían tratarse en adelante por
separado.
164. En consecuencia, la Comisión decidió proseguir su labor sobre el tema y tratar en primer
lugar la cuestión de la prevención en una sección subtitulada "Prevención de daños
transfronterizos causados por actividades peligrosas"336. La Asamblea General tomó nota de esa
decisión en el párrafo 7 de su resolución 52/156. En el mismo período de sesiones, la Comisión
nombró Relator Especial encargado de esta parte del tema al Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao337.
335
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo octavo período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/51/10), anexo.
336
Ibíd., quincuagésimo segundo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/52/10), párr. 168.
337
Ibíd.
161
La Comisión recibió, entre su 50º período de sesiones (1998) y su 52º período de sesiones
(2000), tres informes del Relator Especial338.
165. En su 50º período de sesiones, en 1998, la Comisión aprobó en primera lectura una serie
de 17 proyectos de artículo sobre prevención del daño transfronterizo resultante de actividades
peligrosas339. En su 53º período de sesiones, en 2001, aprobó el texto definitivo de un proyecto
de preámbulo y un total de 19 proyectos de artículo sobre la prevención del daño transfronterizo
resultante de actividades peligrosas340, concluyendo así su labor sobre la primera parte del tema.
Además, la Comisión recomendó a la Asamblea General que elaborase una convención basada
en ese proyecto de artículos.
338
A/CN.4/487 y Add.1, A/CN.4/501 y A/CN.4/510. La Comisión dispuso también de los
comentarios y observaciones de los gobiernos, A/CN.4/509 y A/CN.4/516, este último recibido
en 2001.
339
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo tercer período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/53/10), párr. 52.
340
Ibíd., quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 97.
162
alcance y el planteamiento que había que adoptar. La Comisión aprobó el informe del Grupo de
Trabajo y nombró Relator Especial del tema al Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao341.
168. En el 55º período de sesiones, en 2003, la Comisión examinó el primer informe del Relator
Especial sobre el régimen jurídico aplicable a la asignación de la pérdida en caso de daño
transfronterizo resultante de actividades peligrosas (A/CN.4/531) y estableció un Grupo de
Trabajo de composición abierta, presidido por el Sr. Pemmaraju Sreenivasa Rao, para que
ayudara al Relator Especial a estudiar la futura orientación del tema a la luz de su informe y del
debate de la Comisión.
169. En el actual período de sesiones, la Comisión dispuso del segundo informe del Relator
Especial sobre el régimen jurídico aplicable a la asignación de la pérdida en caso de daño
transfronterizo resultante de actividades peligrosas (A/CN.4/540). En el informe se analizaban
las observaciones de los Estados con respecto a las principales cuestiones relativas a la
asignación de la pérdida. En él se sacaban conclusiones generales a la luz de las mencionadas
observaciones y de los debates anteriores de la Comisión. El Relator Especial presentó también
en su informe una serie de 12 proyectos de principio342. La Comisión examinó el informe en sus
341
Ibíd., quincuagésimo séptimo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/57/10), párr. 441.
342
Los proyectos de principio propuestos por el Relator Especial decían así:
1. Ámbito de aplicación
El presente proyecto de principios se aplica a los daños causados por las actividades
peligrosas comprendidas en el ámbito del proyecto de artículos sobre la prevención del
daño transfronterizo resultante de actividades peligrosas, es decir, las actividades no
prohibidas por el derecho internacional que entrañan el riesgo de causar, por sus
consecuencias físicas, un daño transfronterizo sensible.
2. Términos empleados
A los efectos del presente proyecto de artículos:
a) Se entiende por "daño" un daño sensible causado a las personas, los bienes o el
medio ambiente, que comprende:
163
i) La muerte o las lesiones corporales;
ii) La pérdida de un bien o los daños causados a un bien distinto de los bienes de
propiedad de la persona responsable del daño de conformidad con los presentes
artículos;
iii) La pérdida de ingresos procedentes de un interés económico, directamente
derivada de un menoscabo producido en el uso de los bienes o en los recursos
naturales o el medio ambiente, teniendo en cuenta los ahorros y los costos;
iv) El costo de las medidas de restablecimiento de los bienes, o de los recursos
naturales o el medio ambiente, limitado al costo de las medidas efectivamente
adoptadas;
v) El costo de las medidas de respuesta, incluida toda pérdida o daño causado por
tales medidas, en cuanto el daño se derive o resulte de la actividad peligrosa;
b) Se entiende por "daño al medio ambiente" la pérdida o daño resultante de los
menoscabos producidos en el medio ambiente o los recursos naturales;
c) El "medio ambiente" comprende: los recursos naturales tanto abióticos como
bióticos, tales como el aire, el agua, el suelo, la fauna y la flora y la interacción entre esos
factores; los bienes que forman parte del patrimonio cultural; y los aspectos característicos
del paisaje;
d) Se entiende por "actividad peligrosa" una actividad que entrañe un riesgo de
causar daños sensibles o catastróficos;
e) Se entiende por "explotador" toda persona que dirija o controle la actividad en
el momento de producirse el incidente causante del daño transfronterizo, incluido una
sociedad matriz u otra entidad conexa, dotada o no de personalidad jurídica;
f) Se entiende por "daño transfronterizo" el daño causado en el territorio o en
otros lugares bajo la jurisdicción o el control de un Estado distinto del Estado de origen, o
en otros lugares que estén fuera de la jurisdicción o el control de cualquier Estado, incluido
el Estado de origen, tengan o no los Estados interesados o las zonas una frontera común;
g) Se entiende por "medidas de restablecimiento" todas las medidas razonables
encaminadas a evaluar, restablecer o rehabilitar los elementos del medio ambiente dañados
o destruidos o, cuando esto no sea posible, a introducir, cuando proceda, el equivalente de
esos elementos en el medio ambiente. El derecho interno podrá indicar quién estará
facultado para adoptar tales medidas;
h) Se entiende por "medidas de respuesta" todas las medidas razonables adoptadas
por cualquier persona, incluidos los poderes públicos, después de haberse producido el
daño transfronterizo, para prevenir, minimizar o aminorar las posibles pérdidas o daños, o
164
proceder al saneamiento ambiental. El derecho interno podrá indicar quién estará facultado
para adoptar tales medidas;
i) Se entiende por "Estado de origen" el Estado en cuyo territorio, o bajo cuya
jurisdicción o control en otros lugares, se realicen las actividades a que se refiere el
principio 1;
j) Se entiende por "Estado del daño" el Estado en cuyo territorio o bajo cuya
jurisdicción o control en otros lugares, se produzca el daño transfronterizo;
k) Se entiende por "Estado que pueda resultar afectado" el Estado en cuyo
territorio exista el riesgo de daño transfronterizo sensible o que tiene jurisdicción o control
sobre cualquier otro lugar en que exista ese riesgo;
l) Se entiende por "Estados interesados" el Estado de origen, el Estado que pueda
resultar afectado y el Estado del daño.
165
4. Al examinarse los elementos de prueba del vínculo causal entre la actividad
peligrosa y el daño transfronterizo se tendrá [debidamente] en cuenta el riesgo de causar un
daño sensible, inherente a la actividad peligrosa.
Variante B
1. El explotador de una actividad peligrosa realizada en el territorio o en lugares
que se encuentren bajo la jurisdicción y el control de un Estado será responsable de los
daños transfronterizos causados por esa actividad a las personas, o al medio ambiente o los
recursos naturales, en el territorio o en lugares que se encuentren bajo la jurisdicción y el
control de cualquier otro Estado, o al medio ambiente o los recursos naturales de zonas
situadas fuera de la jurisdicción y el control de cualquier Estado.
2. La responsabilidad del explotador está sujeta a las condiciones, limitaciones o
excepciones aplicables con arreglo a la legislación del Estado de origen que haya
autorizado la actividad.
3. Al examinarse los elementos de prueba del vínculo causal entre la actividad
peligrosa y el daño transfronterizo, se tendrá [debidamente] en cuenta el riesgo de causar
un daño sensible, inherente a la actividad peligrosa.
5. Indemnización complementaria
1. Los Estados interesados adoptarán las medidas necesarias para establecer de
mecanismos de financiación complementaria con objeto de indemnizar a las víctimas de
daños transfronterizos que no puedan obtener del explotador una indemnización pronta y
adecuada por los daños y perjuicios reclamados [judicialmente] en virtud de los presentes
principios.
2. Los mecanismos de financiación se podrán crear con cargo a las contribuciones
aportadas por los principales beneficiarios de la actividad, la misma categoría de
explotadores, los fondos estatales afectados a este fin específico o una combinación esas
fuentes.
3. Los Estados interesados establecerán criterios para determinar qué se debe
entender por indemnización insuficiente con arreglo al presente proyecto de principios.
7. Medidas de respuesta
1. Los Estados exigirán a todos los explotadores que lleven a cabo actividades
comprendidas en el ámbito de los presentes principios que adopten sin demora medidas
166
eficaces para hacer frente a cualquier incidente relacionado con esas actividades, con vistas
a minimizar los daños que se puedan derivar del incidente, incluido todo daño
transfronterizo. Tales medidas de respuesta comprenden la pronta notificación, consulta y
cooperación con todos los Estados que puedan resultar afectados.
2. En el caso de que el explotador no adopte con prontitud las medidas eficaces
necesarias, el Estado de origen, cuando proceda y en consulta con los Estados que puedan
resultar afectados, dispondrá lo necesario para la adopción de tales medidas.
167
sesiones 2804ª, 2805ª, 2807ª, 2808ª y 2809ª, celebradas los días 26 y 27 de mayo y 1º, 2 y 3 de
junio de 2004. La Comisión tuvo también ante sí, como documento oficioso, el estudio de los
regímenes de responsabilidad relacionados con el tema, actualizado por la Secretaría343.
12. Aplicación
1. Los Estados adoptarán las medidas legislativas, reglamentarias y
administrativas necesarias para aplicar las disposiciones que anteceden.
2. Las presentes disposiciones y las disposiciones que se adopten para llevarlas a
efecto serán aplicadas por todos los Estados sin discriminación alguna por razón de
nacionalidad, domicilio o residencia.
3. Los Estados cooperarán entre sí en la aplicación de las disposiciones, de
conformidad con las obligaciones que les incumben en virtud del derecho internacional.
343
Estudio de los regímenes de responsabilidad relacionados con el tema de la responsabilidad
internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho
internacional (responsabilidad internacional en caso de pérdida causada por un daño
transfronterizo resultante de actividades peligrosas), que se publicará como documento
A/CN.4/543.
168
171. En su 2815ª sesión, el 9 de julio de 2004, la Comisión escuchó el informe oral del
presidente del Grupo de Trabajo y decidió remitir los ocho proyectos de principio al Comité de
Redacción. La Comisión pidió también al Comité de Redacción que preparase un texto como
preámbulo.
172. En su 2822ª sesión, el 23 de julio de 2004, la Comisión examinó el informe del Comité de
Redacción y aprobó en primera lectura una serie de ocho proyectos de principio sobre la
asignación de la pérdida en caso de daño transfronterizo resultante de actividades peligrosas
(véase infra sec. C).
173. En su 2828ª sesión, el 4 de agosto de 2004, la Comisión decidió, de conformidad con los
artículos 16 y 21 de su Estatuto, remitir a los gobiernos el proyecto de principios (véase infra,
sec. C), por intermedio del Secretario General, para que formularan comentarios y
observaciones, con el ruego de que esos comentarios y observaciones se comunicaran al
Secretario General antes del 1º de enero de 2006.
175. A continuación se reproduce el texto del proyecto de principios aprobado por la Comisión
en primera lectura.
169
Proyecto de principios sobre la asignación de la pérdida en caso
de daño transfronterizo resultante de actividades peligrosas*
La Asamblea General,
Observando que como resultado de esos incidentes otros Estados y/o sus nacionales
pueden sufrir daños y graves pérdidas,
...
*
La Comisión se reserva el derecho de volver a examinar en segunda lectura la cuestión de la
forma definitiva del instrumento, a la luz de los comentarios y observaciones de los gobiernos.
En el caso de que la Comisión tuviera que preparar un proyecto de convención marco, habría que
introducir algunos cambios en el texto de los proyectos de principio 4 a 8 y efectuar algunas
adiciones, sobre todo en lo que respecta a la solución de controversias y a la relación entre el
proyecto de convención y otros instrumentos internacionales.
170
Principio 1
Ámbito de aplicación
Principio 2
Términos empleados
a) Se entiende por "daño" un daño sensible causado a las personas, los bienes o el
medio ambiente; el daño comprende:
iv) Los costos de las medidas razonables de restablecimiento del bien o del medio
ambiente, incluidos los recursos naturales;
171
Principio 3
Objetivo
Principio 4
1. Cada Estado debería adoptar las medidas necesarias a fin de que las víctimas
de daños transfronterizos causados por actividades peligrosas realizadas en su territorio o
en otros lugares bajo su jurisdicción o control reciban una pronta y adecuada
indemnización.
Principio 5
Medidas de respuesta
172
Principio 6
Principio 7
Principio 8
Aplicación
173
3. Los Estados deberían cooperar entre sí en la aplicación del presente proyecto
de principios, de conformidad con las obligaciones que les incumben en virtud del derecho
internacional.
Comentario general
2) Como punto de partida fundamental establece en sustancia que, aun cuando el Estado
involucrado cumpla fielmente las obligaciones de prevención que le incumben en virtud de ese
proyecto de artículos, cabe sin embargo que se produzcan accidentes u otros incidentes y que
éstos tengan consecuencias transfronterizas que causen daños y graves pérdidas a otros Estados y
a sus nacionales.
3) Es importante, como indica el preámbulo, que quienes sufran daños o pérdidas como
resultado de tales incidentes ocurridos con ocasión de actividades peligrosas no tengan que
soportar esas pérdidas y puedan obtener una pronta y adecuada indemnización.
∗
La Comisión se reserva el derecho de volver a examinar en segunda lectura la cuestión de la
forma definitiva del instrumento, a la luz de los comentarios y observaciones de los gobiernos.
En el caso de que la Comisión tuviera que preparar un proyecto de convención marco, habría que
introducir algunos cambios en el texto de los proyectos de principio 4 a 8 y efectuar algunas
adiciones, sobre todo en lo que respecta a la solución de controversias y a la relación entre el
proyecto de convención y otros instrumentos internacionales.
174
4) Este proyecto de principios establece los medios por los cuales esto puede lograrse.
7) El preámbulo también deja bien sentado que los Estados son responsables en derecho
internacional del cumplimiento de sus obligaciones de prevención. Por ello, el proyecto de
principios se entiende sin perjuicio de las normas relativas a la responsabilidad del Estado por
hecho ilícito (State responsibility) y de cualquier pretensión aducida al amparo de esas normas
en caso de violación de las obligaciones de prevención.
344
El texto y los comentarios de los artículos sobre la responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos figuran en Documentos Oficiales de la Asamblea General,
quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 77.
345
Ibíd., párr. 98.
175
mismo que en el caso del régimen de prevención del daño transfronterizo ("transboundary
harm"), es decir, "sensible" ("significant"). La Comisión también estudió atentamente la
conveniencia de examinar las cuestiones relativas a los espacios públicos internacionales (global
commons). Tras observar que las cuestiones relacionadas con ese tema son diferentes y tienen
sus propias características particulares, la Comisión llegó a la conclusión de que requería un
tratamiento separado346. En tercer lugar, también hay acuerdo en proceder sobre la base de
determinadas consideraciones de principio: a) que si bien las actividades que se prevé incluir en
el presente tema son indispensables para el desarrollo económico y beneficiosas para la sociedad,
el régimen debe prever una indemnización pronta y adecuada para las víctimas inocentes en caso
de que tales actividades den lugar a daños transfronterizos; y b) que los planes para hacer frente
a situaciones imprevistas y las medidas de respuesta que se establezcan deben ser superiores a
los previstos en el proyecto de artículos sobre la prevención.
10) En quinto lugar, cabe señalar que existe consenso en favor de que, sea cual sea el sistema
de asignación de la pérdida, se establezca una financiación complementaria y que esa
financiación sea particularmente importante si se adopta el concepto de responsabilidad limitada.
346
Véase también ibíd., quincuagésimo séptimo período de sesiones, Suplemento Nº 10
(A/57/10), párr. 447.
176
Hay consenso en adoptar un régimen de asignación de la pérdida por el que ésta se distribuya
entre varios sujetos, incluido el Estado. Dado el carácter general y supletorio de este régimen, no
se considera necesario determinar de antemano la cuota correspondiente a cada sujeto ni definir
con exactitud la función que ha de atribuirse al Estado. Se reconoce al mismo tiempo que
incumben al Estado, según el derecho internacional, obligaciones de prevención, y que esas
obligaciones suponen ciertos estándares mínimos de diligencia347. En virtud de esas
obligaciones, los Estados deben permitir actividades peligrosas que entrañan el riesgo de causar
un daño transfronterizo sensible sólo previa autorización, basándose en la determinación de los
efectos transfronterizos y ambientales, según proceda, para evaluar las solicitudes de
autorización y establecer los mecanismos de vigilancia apropiados. Es decir que la atribución de
la responsabilidad principal al explotador no dispensa al Estado de cumplir sus obligaciones de
prevención de conformidad con el derecho internacional.
11) En sexto lugar, se ha llegado a un amplio acuerdo sobre los elementos básicos que han de
incorporarse al régimen aplicable al sistema de asignación de la pérdida en caso de daños
resultantes de actividades peligrosas. Se entiende que, en la mayoría de los casos, la ley
sustantiva o aplicable a la solución de las demandas de indemnización puede implicar bien la
responsabilidad civil, bien la responsabilidad criminal o ambos tipos de responsabilidad, lo cual
dependerá de una serie de variables. Según el contexto y la jurisdicción implicada serán los
principios de los ordenamientos jurídicos de inspiración romanista, del derecho anglosajón o del
derecho internacional privado los que rijan la determinación del foro o la ley aplicable.
Por consiguiente, el régimen propuesto no es sólo general y supletorio sino también flexible, sin
perjuicio de las reclamaciones que surjan ni de los procedimientos y la ley aplicables.
347
Birnie y Boyle han señalado, con respecto al proyecto de artículos sobre la prevención, que
"... existen abundantes precedentes en los tratados y la jurisprudencia y en la práctica de los
Estados que inducen a considerar... que las disposiciones del proyecto de convención de la
Comisión constituyen una codificación del derecho internacional existente. Dichas disposiciones
representan el estándar mínimo exigido a los Estados al gestionar riesgos transfronterizos y dar
efectividad al principio 2 de la Declaración de Río", Patricia Birnie y Alan Boyle, International
Law & The Environnement (Oxford, 2002), (segunda ed.), pág. 113.
177
12) Por último, en lo concerniente a la forma del instrumento, se han expuesto hasta ahora
opiniones diferentes. Por una parte, se ha propuesto que se redacte como un proyecto de
artículos y represente así el equivalente del proyecto de artículos sobre la prevención tanto con
respecto a la forma como al fondo.
13) Por otra parte, se ha señalado que, dado el carácter inevitablemente general y supletorio de
sus disposiciones es más apropiado formularlas como un proyecto de principios.
Las características diferentes de cada actividad peligrosa quizá requieran la adopción de
planteamientos distintos con respecto a disposiciones concretas. Además, las opciones o
planteamientos pueden variar según los distintos ordenamientos jurídicos. Asimismo, las
opciones y planteamientos que se adopten y su aplicación también pueden resultar influidos por
las diferentes etapas de desarrollo económico de los países de que se trate.
Preámbulo
La Asamblea General,
Observando que como resultado de esos incidentes otros Estados y/o sus nacionales
pueden sufrir daños y graves pérdidas,
178
Preocupada por que se pongan en práctica medidas apropiadas y eficaces a fin de
garantizar, en cuanto sea posible, que las personas naturales y jurídicas, entre ellas los
Estados, que sufran daños o pérdidas como resultado de esos incidentes obtengan una
pronta y adecuada indemnización,
...
Comentario
348
Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,
Río de Janeiro, 3 a 14 de junio de 1992 (publicación de las Naciones Unidas Nº de
venta: S.93.I.8 y correcciones), vol. I, Resoluciones aprobadas por la Conferencia, resolución 1,
anexo I.
179
del fomento de la internalización de los costos ambientales, teniendo en cuenta el principio de
quien contamina paga.
5) Los tres últimos párrafos del preámbulo no necesitan explicación. El séptimo párrafo del
preámbulo reconoce la importancia de la cooperación internacional en esta esfera. El octavo
párrafo del preámbulo reconoce la existencia de acuerdos internacionales relativos a categorías
específicas de actividades peligrosas. El último párrafo del preámbulo destaca la importancia de
la presente labor para promover aún más el desarrollo del derecho internacional en este campo.
Principio 1
Ámbito de aplicación
Comentario
180
Comisión349. El proyecto de principio 1 determina que la materia objeto de los presentes
principios son los daños transfronterizos (transboundary damage). El concepto de "daño
transfronterizo" (tanto si se refiere al "transboundary damage" como al "transboundary harm")
gira en torno a los daños causados en la jurisdicción de un Estado por actividades realizadas en
otro Estado.
349
Véase la recomendación del Grupo de Trabajo de la Comisión de 2002, Documentos Oficiales
de la Asamblea General, quincuagésimo séptimo período de sesiones, Suplemento Nº 10 y
corrección (A/57/10 y Corr.1), párrs. 447 y 448.
181
elementos. No obstante, las actividades comprendidas en el ámbito del presente proyecto de
principios ya están sujetas al requisito de autorización previa en virtud del proyecto de artículos
sobre la prevención.
4) Por otra parte, los Estados siempre tienen la posibilidad de indicar las actividades que caen
dentro del ámbito del presente proyecto de principios mediante acuerdos bilaterales, regionales o
multilaterales o de hacerlo en su legislación nacional350.
5) Las palabras "actividades no prohibidas por el derecho internacional que entrañen el riesgo
de causar, por sus consecuencias físicas, un daño transfronterizo sensible" tienen un significado
particular, que se entiende que abarca cuatro elementos: a) que las actividades no están
prohibidas por el derecho internacional, b) que las actividades entrañan el riesgo de causar un
daño sensible, c) que ese daño ha de ser transfronterizo y d) que el daño transfronterizo debe ser
causado por esas actividades por sus consecuencias físicas. Todos esos elementos -el elemento
de causa humana, el elemento de riesgo, el elemento (extra)territorial y el elemento físico-,
350
Por ejemplo, varios regímenes de responsabilidad regulan el tipo de actividades comprendidas
dentro de su ámbito de aplicación: el Convenio sobre la protección del medio marino de la zona
del mar Báltico, de 1992 [OMI 1] LDC.2/Circ.303; la Convención sobre los Efectos
Transfronterizos de los Accidentes Industriales, de 1992 (doc. ENOBWA/R.54 y Add.1),
reproducida en I.L.M., vol. 31 (1992), pág. 1333; el anexo I del Protocolo sobre la
responsabilidad civil y la indemnización en caso de daños causados por los efectos
transfronterizos de accidentes industriales sobre las aguas transfronterizas, de 2003 (Protocolo
de Kyiv de 2003), documento de la Comisión Económica para Europa, MP/WAT/2003/1 -
CP.TEIA/2003/3, de 11 de marzo de 2003; el anexo II de la Convención sobre responsabilidad
civil por daños resultantes de actividades peligrosas para el medio ambiente (Convención de
Lugano) (European Treaty Series, Nº 150. Véase también I.L.M., vol. 32 (1993), pág. 128), en
el que se han identificado como actividades peligrosas las realizadas en las instalaciones o
lugares para la eliminación total o parcial de desechos sólidos, líquidos o gaseosos mediante
incineración en tierra o en el mar, las instalaciones o lugares para la degradación térmica de
desechos sólidos, líquidos o gaseosos mediante la reducción de oxígeno, etc.; en el anexo I de
esta Convención figura también una lista de sustancias peligrosas. Véase también la
Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de abril de 2004, sobre
responsabilidad medioambiental en relación con la prevención y reparación de daños
medioambientales (Diario Oficial, L 143/56, 30.4.2004, vol. 47).
182
basados en el proyecto de artículos sobre la prevención y explicados en el contexto de éste,
tienen que mantenerse351.
351
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 98, comentario del proyecto de artículo 1.
352
Anuario de la Comisión de Derecho Internacional..., 1973, vol. II, párr. 38.
353
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo séptimo período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 98, comentario del artículo 1, párr. 6), pág. 423.
Véase también M. B. Akehurst, "International Liability for Injurious Consequences Arising out
of Acts not Prohibited by International Law", Netherlands Yearbook of International Law,
vol. 16 (1985), págs. 3 a 16; Alan E. Boyle, "State Responsibility and International Liability for
Injurious Consequences of Acts not Prohibited by International Law: A necessary distinction?",
International and Comparative Law Quarterly, vol. 39 (1990), págs. 1 a 25; Karl Zemanek,
"State Responsibility and Liability", en W. Lang, H. Neuhold, K. Zemanek (eds.),
Environmental Protection and International Law (1991), pág. 197; P. S. Rao, segundo informe
183
responsabilidad del Estado (State responsibility) para obtener el cumplimiento, no sólo de las
obligaciones del Estado mismo, sino también de la responsabilidad civil u obligación del
explotador354. En efecto, así quedó entendido con ocasión de los trabajos relativos al proyecto de
artículos sobre la prevención355.
8) Se reconoció que podía producirse un daño a pesar del fiel cumplimiento de las
obligaciones de prevención. El daño transfronterizo podía producirse por otras razones que no
entrañaban la responsabilidad del Estado por hecho ilícito (State responsibility). Por ejemplo,
podía haber situaciones en que se hubieran adoptado medidas preventivas pero que, llegado el
momento, éstas resultasen insuficientes, o en que el riesgo concreto que causaba el daño
184
transfronterizo no se hubiese identificado en el momento de la autorización inicial y, por lo tanto,
no se hubiesen adoptado las medidas preventivas apropiadas356. Dicho de otro modo, el daño
transfronterizo podía producirse accidentalmente o podía tener lugar en circunstancias no
previstas originalmente. Además, el daño podía producirse por haberse acumulado gradualmente
efectos perjudiciales durante cierto período. Esta distinción ha de tenerse presente a los efectos
de la indemnización. A causa de los problemas que implica probar el vínculo causal entre la
actividad peligrosa y el daño sufrido, las demandas en este último caso no son corrientes357.
10) El segundo criterio es que las actividades a que se refiere este proyecto de principios son
las que originalmente entrañaban el "riesgo de causar un daño transfronterizo sensible".
La expresión "riesgo de causar un daño tranfronterizo sensible" se define en el comentario al
apartado a) del artículo 2 del proyecto de artículos sobre la prevención como "el que es poco
probable que cause un daño tranfronterizo catastrófico o el que es muy probable que cause un
daño transfronterizo sensible"358. Así, pues, la expresión se refiere al efecto combinado de la
probabilidad de que se produzca un accidente y de la magnitud de los efectos perjudiciales. Por
356
Ibíd., párr. 444.
357
Véase Peter Wetterstein "A Proprietary or Possessory Interest: A Condition sine qua non for
claiming damage for environmental impairment", en Peter Wetterstein, Harm to the
Environment: the Right to Compensation and Assessment of Damage, Clarendon Press,
Oxford (1997), pág. 30. Véase también Xue Hanquin, Transboundary Damage in International
Law, Cambridge University Press, 2003, págs. 19 a 105 y 113 a 182.
358
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 98, párrafo 1) del comentario del artículo 2, pág. 429.
185
consiguiente es el efecto combinado del "riesgo" y el "daño" el que produce un efecto que se
considera sensible.
11) Se entiende que "sensible" es algo más que "detectable" pero sin necesidad de alcanzar el
nivel de "grave" o "sustancial"359. El daño debe producir un efecto perjudicial real en esferas
como, por ejemplo, la salud humana, la industria, los bienes, el medio ambiente o la agricultura
en otros Estados. Esos efectos perjudiciales deben poder medirse mediante criterios fácticos y
objetivos. La unidad ecológica del planeta no coincide con sus fronteras políticas.
Las actividades lícitas que los Estados realizan en su territorio tienen repercusiones en los demás
Estados. Esos efectos mutuos, mientras no puedan ser calificados de "sensibles", se consideran
tolerables y no están comprendidos en el ámbito de aplicación del presente proyecto de
principios.
12) El tercer criterio se refiere al carácter transfronterizo de los daños causados por las
actividades realizadas. El "daño transfronterizo" se define en el proyecto de principio 2, que
relaciona el daño transfronterizo con el territorio u otros lugares bajo la jurisdicción o el control
de un Estado distinto del Estado en el que se lleva a cabo la actividad. De ese modo, este criterio
abarca tres conceptos, es decir, el "territorio", la "jurisdicción" y el "control". Esos conceptos se
definen en el proyecto de artículos sobre la prevención360. Las actividades deben realizarse en el
territorio o, si no, en lugares bajo la jurisdicción o el control de un Estado y tener repercusiones
en el territorio o en otros lugares bajo la jurisdicción o el control de otro Estado.
13) El cuarto criterio para delimitar el ámbito de aplicación del tema es que el daño
transfronterizo sensible debe haber sido causado por las "consecuencias físicas" de las
actividades realizadas. Así, el daño transfronterizo causado por las políticas del Estado en las
esferas monetaria, socioeconómica u otras similares quedan excluidas del ámbito del tema361.
359
Ibíd., párrs. 4) y 5), págs. 430 y 431.
360
Ibíd., párr. 98, párrafos 7) a 12) del comentario del artículo 1, págs. 425 a 427.
361
Ibíd., párrs. 16) y 17), pág. 428.
186
14) Por último, el proyecto de principios versa sobre los "daños... causados"
("damage caused") por actividades peligrosas. En el presente contexto, la mención en el texto
inglés del concepto más amplio de "transboundary harm" se ha mantenido cuando sólo se hace
referencia al riesgo de daño y no a la fase ulterior en que el daño se ha producido efectivamente.
En este último caso se emplea el término "damage". En inglés se introduce el término "damage"
("daño") para designar la especificidad del daño ("harm") transfronterizo que se ha producido
efectivamente. Ese vocablo también tiene la ventaja de ser de uso común en inglés. Es el
término empleado habitualmente en los regímenes de responsabilidad civil362. La palabra
362
El término "daño" ("damage") se define en el apartado c) del párrafo 2 del artículo 2 del
Protocolo de Basilea sobre responsabilidad e indemnización por daños resultantes de los
movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación (documento
UNEP-CHW.5/29); en el apartado d) del párrafo 2 del artículo 2 del Protocolo de Kyiv de 2003;
en el párrafo 7 del artículo 2 de la Convención de Lugano de 1993; en el párrafo 6 del artículo 1
del Convenio internacional sobre responsabilidad e indemnización de daños en relación con el
transporte marítimo de sustancias nocivas y potencialmente peligrosas, 1996 (Convenio SNP)
(documento de la OMI, LEG/CONF.10/8/2. Véase también I.L.M., vol. 35 (1996), pág. 415), en
el párrafo 10 del artículo 1 de la Convención sobre la responsabilidad civil por daños causados
durante el transporte de mercaderías peligrosas por carretera, ferrocarril y buques fluviales,
de 1989 (documento ECE/TRANS/79; véase también el texto en Revue de droit uniforme
(UNIDROIT) 1989 (I), pág. 280). Véase asimismo el párrafo 2 del artículo 2 de la
directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 21 de abril de 2004 sobre la
responsabilidad medioambiental en relación con la prevención y la reparación de daños
medioambientales (Diario Oficial, L 143/56, 30.4.2004, vol. 47); y el apartado a) del artículo I
del Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos espaciales,
de 1972 (Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 961, pág. 187).
Los daños causados por la contaminación (pollution damage) se definen en el párrafo 6 del
artículo 1 del Convenio internacional sobre responsabilidad civil por daños causados por la
contaminación de las aguas de mar por hidrocarburos (Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 973,
pág. 3); en el párrafo 6 del artículo 1 del Convenio internacional sobre responsabilidad civil
nacida de daños debidos a contaminación por los hidrocarburos, de 1992 (documento de la OMI,
LEG/CONF.9/15. Véase también Birnie and Boyle, Basic Documents on International Law and
the Environment (Oxford, 1995, págs. 91 a 106); en el párrafo 9 del artículo 1 del Convenio
internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por los
hidrocarburos para combustible de los buques, de 2001 (documento de la OMI,
LEG/CONF.12/DC/1); en el párrafo 6 del artículo 1 del Convenio sobre responsabilidad civil por
los daños de contaminación por hidrocarburos resultantes de la exploración y explotación de los
recursos minerales de los fondos marinos, de 1997 (I.L.M., vol. 16 (1977), pág. 1451).
187
"transfronterizo" califica a "daño" para poner de relieve la orientación transfronteriza del ámbito
de aplicación del presente proyecto de principios. En el texto inglés, la expresión "in relation to"
referida a "transboundary damage" tiene como finalidad subrayar la amplia variedad de
cuestiones relativas al daño que se abordan en el presente proyecto de principios y que van más
allá del principio de la prestación de una pronta y adecuada indemnización.
Principio 2
Términos empleados
a) Se entiende por "daño" un daño sensible causado a las personas, los bienes o el
medio ambiente; el daño comprende:
Véase además el párrafo 15) del artículo 1 de la Convención para Regular las Actividades
Relacionadas con los Recursos Minerales Antárticos de 1988 (I.L.M., vol. 27 (1988), pág. 859)
en el que se definen los daños (damage) al medio ambiente antártico y los ecosistemas
dependientes y asociados; y la Convención sobre el derecho de los cursos de agua
internacionales con fines distintos de la navegación, de 1997 (resolución 51/229, de 21 de mayo
de 1997, de la Asamblea General); véase el texto en el documento de las Naciones Unidas
A/51/869. Véase también I.L.M., vol. 36 (1997), pág. 700), que en el artículo 7 trata de "impedir
que se cause un daño sensible".
188
iv) Los costos de las medidas razonables de restablecimiento del bien o del medio
ambiente, incluidos los recursos naturales;
Comentario
363
Trail Smelter Arbitration, U.N.R.I.A.A., vol. III, pág. 1965.
364
Lake Lanoux Arbitration (France v. Spain), ibíd., vol. XII, pág. 281.
189
jurídicas365. El vocablo "sensible" ("significant") se ha utilizado asimismo en otros instrumentos
jurídicos y leyes nacionales366.
2) La determinación del "daño sensible" ("significant damage") supone tanto unos criterios
fácticos y objetivos como un juicio de valor que depende de las circunstancias del caso y del
momento en que se formó ese juicio. Por ejemplo, una pérdida determinada, en un momento
determinado, podría no considerarse "sensible" porque, en ese momento preciso los
conocimientos científicos o la valoración hecha por el hombre tal vez han considerado tolerable
esa pérdida. Sin embargo, algún tiempo más tarde esta opinión podría cambiar y la misma
pérdida ser considerada entonces un "daño sensible". La sensibilidad de la comunidad
internacional a los niveles de contaminación del aire y el agua ha experimentado continuos
cambios.
365
Véase, por ejemplo, el párrafo 2 del artículo 4 de la Convención para Regular las Actividades
relacionadas con los Recursos Minerales Antárticos (I.L.M., vol. 27 (1988), pág. 868); los
párrafos 1 y 2 del artículo 2 de la Convención sobre evaluación del impacto ambiental en un
contexto transfronterizo (I.L.M., vol. 30 (1991), párr. 802); y el artículo 7 de la Convención
sobre el derecho de los usos de agua internacionales para fines distintos de la navegación.
366
Véase, por ejemplo, el artículo 5 del proyecto de convención sobre el uso industrial y agrícola
de los ríos y lagos internacionales, preparado por el Comité Jurídico Interamericano en 1965
(Organización de los Estados Americanos, Ríos y Lagos Internacionales, 4ª ed., en 1971),
pág. 132; el artículo 10 de las Normas de Helsinki sobre el uso de las aguas de los ríos
internacionales, Asociación de Derecho Internacional, Report of the Fifty-second Conference
(Helsinki, 1966), pág. 496; el artículo 21 de las Normas [revisadas], de la Asociación de Derecho
Internacional sobre la utilización equitativa y el desarrollo sostenible de las aguas (décimo
proyecto, de febrero de 2004), www.ila.hq.org/pdf/water; los párrafos 1 y 2 de la resolución 2995
(XXVII) de la Asamblea General, de 15 de diciembre de 1972, relativa a la cooperación entre los
Estados en el campo del medio ambiente; la recomendación del Consejo de la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) sobre los principios relativos a la contaminación
transfronteriza, 1974, párr. 6, OCDE, Non-Discrimination in Relation to Transfrontier Pollution:
Leading OECD Documents, pág. 35, reproducido en I.L.M., vol. 14 (1975), pág. 246;
el Memorando de Intenciones entre los Estados Unidos y el Canadá sobre la contaminación
atmosférica transfronteriza, de 1980, 32 U.S.T., pág. 2541, T.I.A.S. Nº 9856; y el artículo 7 del
Acuerdo de 1983 entre México y los Estados Unidos para cooperación en la solución de los
problemas ambientales en la zona fronteriza, I.L.M., vol. 22 (1983), pág. 1025. Los Estados
Unidos han utilizado asimismo el término "significant" ("sensible") en su derecho interno al
tratar de cuestiones ambientales. Véase American Law Institute, Restatement of the Law,
sec. 601, Reporter's Note 3, págs. 111 y 112.
190
3) El apartado a) define el "daño" ("damage") como un daño sensible causado a las personas,
los bienes o el medio ambiente. Los incisos i) y ii) versan sobre los daños personales y
materiales y los aspectos de pura pérdida económica, así como sobre los aspectos del patrimonio
cultural nacional, que puede ser patrimonio del Estado. El daño no se produce aisladamente ni
en un vacío sino que se irroga a alguien o a algo.
4) Así, en el inciso i) el daño a las personas comprende los supuestos de muerte o lesiones
corporales, de lo que hay ejemplos en el derecho interno367 y en la práctica convencional368.
Incluso los regímenes de responsabilidad que tratan sólo de los daños ambientales, que no versan
directamente sobre los daños causados a las personas, reconocen que se aplicarían otras
367
La Ley de responsabilidad ambiental de Alemania, por ejemplo, se aplica a todas las personas
en caso de muerte o lesión corporal. La Ley de indemnización de daños y perjuicios ambientales
de Finlandia, el Código Ambiental de Suecia, la Ley de indemnización de daños y perjuicios
ambientales de Dinamarca comprenden las lesiones corporales.
368
Algunos regímenes de responsabilidad disponen lo siguiente: en el apartado k) del párrafo 1
del artículo I de la Convención de Viena sobre Responsabilidad Civil por Daños Nucleares,
de 1963, se define la expresión "daños nucleares" de modo que incluye "i) la pérdida de vidas
humanas, las lesiones corporales y los daños y perjuicios materiales..."; el Protocolo de 1997 de
enmienda de la Convención de Viena sobre Responsabilidad Civil por Daños Nucleares de 1963
(Convención de Viena de 1997) se refiere también, en relación con el apartado k) del párrafo 1
del artículo I de la Convención, a "i) la pérdida de vidas humanas o las lesiones corporales;
ii) los daños o perjuicios materiales"; el inciso vii) del apartado a) del artículo I del Convenio de
París sobre la Responsabilidad Civil en materia de Energía Nuclear, de 2004, define el daño
nuclear como: "1. muerte o daño físico a las personas; 2. pérdida o daño de los bienes ...;"
la Convención sobre la responsabilidad civil por daños causados durante el transporte de
mercaderías peligrosas por carretera, ferrocarril y buques fluviales define el concepto de "daño"
en el párrafo 10 del artículo 1 como: "a) muerte o lesiones corporales...; b) pérdidas o daños
sufridos por los bienes..."; el Protocolo de Basilea define el daño en el apartado c) del párrafo 2
del artículo 2 como: "i) Muerte o lesiones corporales; ii) Daños o perjuicios materiales, salvo a
los bienes de propiedad de la persona responsable de los daños de conformidad con el presente
Protocolo"; el Protocolo de Kyiv define el daño en el apartado d) del párrafo 2 del artículo 2
como: "i) La pérdida de vidas humanas o todo perjuicio corporal; ii) La pérdida de bienes o los
daños causados a bienes distintos de los bienes pertenecientes a la persona responsable de
conformidad con el Protocolo"; la Convención de Lugano define el daño en el párrafo 7 del
artículo 2 como: "a. La muerte o las lesiones corporales; b. Toda pérdida o todo daño causado a
bienes distintos de la instalación misma o de los bienes que se hallen en el lugar de la actividad
peligrosa y estén bajo el control del explotador".
191
normas369. Los regímenes que hacen caso omiso de esta cuestión tampoco parecen excluir
totalmente la posible presentación de una demanda en relación con esta clase de daño370.
5) En el inciso ii) el daño a los bienes comprende las pérdidas o daños sufridos por los bienes.
Éstos comprenden tanto los muebles como los inmuebles. Hay ejemplos en el derecho interno371
y en la práctica convencional372. Por consideraciones de principio, algunos regímenes de
responsabilidad excluyen los daños causados a los bienes de la persona responsable. El autor de
un hecho ilícito no puede beneficiarse de su propio hecho. El inciso ii) del apartado c) del
párrafo 2 del artículo 2 del Protocolo de Basilea, el apartado b) del párrafo 7 del artículo 2 de la
Convención de Lugano y el inciso ii) del apartado d) del párrafo 2 del artículo 2 del Protocolo de
Kyiv contienen disposiciones al efecto.
6) Tradicionalmente, los derechos reales se refieren más a los derechos privados de los
individuos que a los derechos públicos. Un particular no tendría dificultad para interponer una
demanda relativa a sus derechos personales o reales. Se trata de demandas relacionadas con la
posesión o la propiedad en caso de muerte o lesiones corporales, o de pérdida de bienes o daños
causados a los bienes. Además, la legislación sobre los actos ilícitos civiles suele aplicarse
también a los daños que pueden tener relación con el medio ambiente. Así ocurre con los daños
a los bienes, las lesiones corporales o algunos aspectos de las pérdidas puramente económicas
369
La directiva 2004/35/CE sobre responsabilidad medioambiental no se aplica a las lesiones
causadas a las personas, a los daños causados a la propiedad privada o a ningún tipo de pérdida
económica ni afecta a ningún derecho relativo a este tipo de daños.
370
Los daños de contaminación se definen en el párrafo 6 del artículo 1 del Convenio
Internacional sobre Responsabilidad Civil por Daños Causados por la Contaminación de las
Aguas del Mar por Hidrocarburos (Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 973, pág. 3); y en el
párrafo 9 del artículo 1 del Convenio sobre responsabilidad civil por los daños de contaminación
por hidrocarburos, de 1992 (documento de la OMI LEG/CONF.9/15).
371
Por ejemplo, la Ley finlandesa de indemnización de los daños causados al medio ambiente,
comprende los causados a los bienes; el capítulo 32 del Código sueco del medio ambiente prevé
también la indemnización de los daños causados a los bienes; y la Ley danesa de indemnización
de los daños causados al medio ambiente comprende los causados a los bienes.
372
Véase supra los ejemplos mencionados en la nota 368.
192
sufridas como consecuencia de un daño causado al medio ambiente. A este respecto, con
frecuencia se distingue entre las pérdidas consecuentes y las puramente económicas373.
7) Las pérdidas económicas consecuentes son resultado de una muerte o lesiones corporales,
o de daños causados a los bienes. Por ejemplo, con arreglo a la sección 2702 b) de la Ley de
contaminación por hidrocarburos de los Estados Unidos, cualquier persona puede exigir
reparación por todo daño o la pérdida económica resultante de la destrucción de bienes reales o
personales, que serán recuperables por un demandante que sea propietario o arrendatario de esos
bienes. Esa subsección establece igualmente que cualquier persona podrá obtener "una
indemnización de daños y perjuicios equitativamente al lucro cesante o a la disminución de su
capacidad para obtener ingresos debido al daño, la destrucción o la pérdida de bienes reales,
bienes personales...". De igual modo, el artículo 252 del Código Civil alemán prevé la
indemnización de toda pérdida de ganancias. A los efectos del presente proyecto de principios,
ese tipo de daño quedará comprendido en los incisos i) y ii)374. Hay, pues, diferentes maneras de
373
Bjorn Sandvik y Satu Suikkari, "Harm and Reparation in International Treaty regimes:
An Overview", en Peter Wetterstein, Harm to the Environment… op. cit., pág. 57. Véase en
general Edward H. P. Brans, Liability for Damage to Public Natural Resources: Standing,
Damage and Damage Assessment (2001), Kluwer Law International, págs. 9 a 63. Véase
también Julio Barboza, Relator Especial, 11º informe, documento A/CN.4/468 (1995).
374
Véase, por ejemplo, el apartado k) del párrafo 1 del artículo I del Protocolo de enmienda
de 1997 de la Convención de Viena sobre responsabilidad civil por daños nucleares de 1963, que
dice que se entenderá por daños nucleares... cada uno de los daños que se indican a continuación
en la medida determinada por la legislación del tribunal competente: iii) la pérdida económica
derivada de la pérdida o los daños a que se hace referencia en los apartados i) o ii), en la medida
en que no esté incluida en esos apartados, si la sufriere una persona con derecho a entablar una
demanda con respecto a dicha pérdida o daños; ... vii) cualquier otra pérdida económica que no
sea una pérdida causada por el deterioro del medio ambiente, si ello estuviese autorizado por la
legislación general sobre responsabilidad civil del tribunal competente... Véase también el
artículo 1 de la Convención sobre la indemnización suplementaria por daños nucleares, que
comprende cada uno de los daños que se indican a continuación en la medida determinada por la
legislación del tribunal competente: ... iii) la pérdida económica derivada de la pérdida o los
daños a que se hace referencia en los apartados i) y ii), en la medida en que no esté incluida en
esos apartados, si la sufriere una persona con derecho a entablar una demanda con respecto a
dichas pérdidas o daños; ... vii) cualquier otra pérdida económica que no sea una pérdida
causada por el deterioro del medio ambiente, si ello estuviese autorizado por la legislación
general sobre responsabilidad civil del tribunal competente. El inciso vii) del artículo I del
Protocolo que modifica el Convenio de París de 1960 sobre la responsabilidad civil en materia de
193
enfocar la indemnización por lucro cesante. Sin embargo, a falta de una disposición legal
específica sobre las reclamaciones por pérdida de beneficios, sería razonable esperar que si un
incidente relativo a una actividad de riesgo causara directamente una grave pérdida de ingresos a
una víctima, el Estado interesado actuase para que la víctima no tuviera que soportar sin ayuda
esa pérdida.
energía nuclear dice que daño nuclear significa: cada una de las siguientes categorías de daños
en la media que determine la legislación del tribunal competente, ... 3) toda pérdida económica
que se derive de un daño incluido en los apartados 1 y 2 anteriores, siempre que no esté
comprendida en dichos apartados, si dicha pérdida ha sido sufrida por una persona que
legalmente esté facultada para demandar la reparación de los daños citados.
375
Véase en general Peter Wetterstein, "Environmental Damage in the Legal Systems of the
Nordic Countries and Germany", en Michael Bowman y Alan Boyle, Environmental Damage in
194
9) El inciso iii) del apartado d) del artículo 2 del Protocolo de Kyiv y el inciso iii) del
apartado d) del párrafo 2 del artículo 2 del Protocolo de Basilea comprenden las pérdidas de
ingresos directamente derivadas de un interés económico en el uso del medio ambiente en que se
incurre como resultado de un deterioro ambiental, teniendo en cuenta los ahorros y los costos. A
los fines del presente proyecto de principios, este tipo de daños queda comprendido en el
inciso iii)376.
10) El inciso ii) comprende también los bienes que formen parte del patrimonio cultural.
Los bienes del Estado incluyen el patrimonio cultural nacional. Éste abarca elementos muy
diversos, entre ellos monumentos, edificios y lugares, mientras que el patrimonio natural denota
accidentes y lugares naturales y formaciones geológicas y fisiológicas. Su valor estriba en su
importancia histórica, artística, científica, estética, etnológica o antropológica, o en su estado de
conservación o belleza natural. La Convención para la protección del patrimonio mundial
cultural y natural, de 1972, da una amplia definición de patrimonio cultural377. Sin embargo, no
International Law and Comparative Law: Problems of Definition and Evaluation (Oxford,
University Press), 2002, págs. 222 a 242.
376
Véase también el apartado k) del párrafo 1 del artículo I del Protocolo de enmienda de 1997
de la Convención de Viena sobre responsabilidad civil por daños nucleares de 1963, que dice
que se entenderá entre ellos cada uno de los daños que se indican a continuación en la medida
determinada por la legislación del tribunal competente: ... v) el lucro cesante derivado del
interés económico en algún uso o goce del medio ambiente que se produzca como resultado de
un deterioro significativo del medio ambiente, y en la medida en que no está incluido en el
inciso ii). Véase también el artículo 1 de la Convención sobre indemnización suplementaria por
daños nucleares, que comprende cada uno de los daños que se indican a continuación en la
medida determinada por la legislación del tribunal competente: ... v) el lucro cesante derivado
del interés económico en algún uso o goce del medio ambiente que se produzca como resultado
de un deterioro significativo del medio ambiente, y en la medida en que no esté incluido en el
inciso ii). El inciso vii) del artículo I del Protocolo que modifica el Convenio de París de 29 de
julio de 1960 sobre la responsabilidad civil en materia de energía nuclear dice que daño nuclear
significa cada una de las siguientes categorías de daños en la medida que determine la legislación
del tribunal competente: ... v) el lucro cesante directamente relacionado con un uso o disfrute del
medio ambiente que resulte de una degradación significativa del mismo, siempre que no esté
incluido en el párrafo 2 anterior; ...
377
11 I.L.M. (1972) 1294. El artículo 1 dice que, a los efectos de la Convención, se considerará
"patrimonio cultural":
195
todos los regímenes de responsabilidad civil incluyen los aspectos relativos al patrimonio
cultural en este apartado. Por ejemplo, la Convención de Lugano incluye en su definición de
"medio ambiente" los bienes que forman parte del patrimonio cultural378.
- Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, así como
las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal
excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.
196
12) El inciso iii) se ocupa de las cuestiones relativas a los daños al medio ambiente per se.
Se trata de los daños causados al medio ambiente mismo, sin relacionarlos en modo alguno con
los daños causados a las personas o los bienes. En el caso de los daños causados al medio
ambiente per se no es fácil determinar la capacidad procesal. El medio ambiente no pertenece a
nadie. En general se considera bien común (res communis omnium) y no de libre posesión
privada, en contraposición a la res nullius, es decir, el bien que no pertenece a nadie sino que es
de libre posesión privada. Una persona no tiene un derecho individual sobre esos bienes
comunes y normalmente no tendría capacidad para interponer una demanda con respecto a los
daños causados a esos bienes381. Además, no siempre resulta fácil determinar quién puede
resultar lesionado por la pérdida de valores ecológicos o estéticos, a los efectos de presentar una
demanda. Por el contrario, los Estados tienen esos bienes en fideicomiso y, normalmente, se ha
reconocido capacidad para interponer este tipo de demandas a los poderes públicos o, más
recientemente, a los grupos de interés382.
13) Los incisos iii) a v) tratan de las reclamaciones que normalmente guardan relación con los
daños ambientales. En el apartado b) figura una definición del medio ambiente. Puede
considerarse que todas estas disposiciones forman parte de un concepto único. En conjunto,
constituyen los elementos esenciales de una definición de daños al medio ambiente. El concepto
197
de daño al medio ambiente se recoge en varios regímenes de responsabilidad por el daño
causado383. El medio ambiente puede definirse de diferentes formas para fines diferentes, y es
aconsejable tener en cuenta que no existe una definición universalmente aceptada. No obstante,
se considera útil dar una definición de trabajo a los efectos del presente proyecto de principios, lo
que servirá para situar en perspectiva el ámbito de las medidas correctivas necesarias con
respecto a los daños ambientales384.
14) El apartado b) define el "medio ambiente". El medio ambiente podría definirse de una
forma restringida, limitada exclusivamente a los recursos naturales, como el aire, el suelo, el
agua, la fauna y la flora, y su interacción. Una definición más amplia podría abarcar también los
valores ambientales. La Comisión ha optado por incluir en la definición estos últimos, incluidos
los que no tienen una utilidad práctica, como los aspectos estéticos del paisaje385. Ello incluye el
disfrute de la naturaleza por su belleza natural y los atributos y oportunidades de recreo que la
383
Véase, por ejemplo, la Convención de Lugano (art. 2, párr. 7 d)); la Convención sobre
los efectos transfronterizos de los accidentes industriales (art. 1 c), 31 I.L.M. (1992), 818);
la Convención de 1992 de la CEE sobre la protección y utilización de cursos de agua
transfronterizos y lagos internacionales (art. 1, 2), I.L.M. (1992) 1312); la Convención para
regular las actividades relacionadas con los recursos minerales antárticos (CRAMRA) (art. 8, 2)
a), b) y d)); el Convenio sobre responsabilidad civil por daños causados durante el transporte de
mercancías peligrosas por carretera, ferrocarril y vías navegables (CRTD) (art. 9, c) y d)); el
Protocolo de Basilea (art. 2, 2) c) iv) y v)); y el Protocolo de Kyiv (art. 2, d), iv) a v).
384
Véase el Libro verde de las Comunidades Europeas sobre reparación del daño ecológico,
COM (93) 47 final, 14 de mayo de 1993, pág. 10. Véase también el artículo 2 de la
directiva 2004/35/CE sobre responsabilidad ambiental.
385
Véase un análisis de los principios que inspiran los regímenes de reparación de los daños
causados a la biodiversidad en Michael Bowman, "Biodiversity, Intrinsic Value and the
Definition and Valuation of Environmental Harm", Michael Bowman y Alan Boyle,
Environmental Damage... op. cit., págs. 41 a 61. El artículo 2 de la Convención de 1972 para la
protección del patrimonio mundial cultural y natural dice que se considerará "patrimonio natural"
los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o los grupos de esas
formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o
científico; las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que
constituyan el hábitat de especies animales y vegetales amenazadas, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista estético o científico; y los lugares naturales o las
zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor universal excepcional desde el
punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural".
198
acompañan. Este enfoque más amplio se justifica por el carácter general y supletorio del
presente proyecto de principios386.
15) Además, al adoptar ese enfoque holístico, la Comisión, por utilizar las palabras de la Corte
Internacional de Justicia en el asunto relativo al Proyecto Gabcikovo-Nagimaro387:
16) Por otra parte, una definición más amplia atenuaría toda limitación impuesta por los
regímenes de responsabilidad a las medidas correctivas aceptables, como reflejan los
incisos iv) y v).
17) Así, la referencia hecha en el apartado b) a "los recursos naturales... y la interacción" entre
esos factores remite al concepto habitual del medio ambiente dentro de un ecosistema
protegido389, mientras que la referencia a "los aspectos característicos del paisaje" denota un
386
Véase un examen conciso de los diferentes enfoques de la definición de daños ambientales
en Philippe Sands, Principles of Environmental Law, segunda edición (2003), págs. 876 a 878.
387
Case concerning the Gabcikovo-Nagymaros Project (Hungary v. Slovakia), I.C.J.
Reports 1997, pág. 7.
388
Ibíd., párrs. 141 y 142. A este respecto, la Corte mencionó también la necesidad de tener
presentes los intereses generacionales e intrageneracionales y la exigencia contemporánea de
promover el concepto de desarrollo sostenible.
389
Con arreglo al artículo 2 del Convenio sobre la diversidad biológica, "por "ecosistema" se
entiende un complejo dinámico de comunidades vegetales, animales y de microorganismos y
su medio no viviente que interactúan como una unidad funcional". De conformidad con la
Convención para regular las actividades relacionadas con los recursos minerales antárticos
(CRAMRA):
199
concepto más amplio del medio ambiente390. La definición de recursos naturales comprende los
recursos naturales vivos y no vivos, incluidos sus ecosistemas.
18) El inciso iii) se refiere a la forma que el daño sufrido por el medio ambiente podría
adoptar. Esa forma comprende "[u]na pérdida o un daño resultante del deterioro". Por deterioro
se entiende un perjuicio, una modificación, una alteración, un menoscabo, una destrucción o una
pérdida. Todo lo cual implica una disminución perjudicial de la calidad, el valor o la excelencia.
Como se señala en el párrafo 9) supra, las reclamaciones por lucro cesante directamente
derivado de un interés económico en el uso del medio ambiente en que se incurre como resultado
de un deterioro ambiental pueden quedar comprendidas en este apartado.
19) Cabe señalar que la referencia a "los costos de las medidas razonables de restablecimiento"
del inciso iv), y los costos razonables de "limpieza", relacionados con "los costos de medidas
razonables de respuesta" del inciso v) son conceptos modernos. Esos elementos del daño han
sido reconocidos más recientemente porque, como señala un tratadista, "hay un desplazamiento
Véase también el artículo 3, párr. 1, del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del
Medio Ambiente, 30 I.L.M. (1991) 1461.
390
El párrafo 10 del artículo 2 de la Convención de Lugano contiene una lista no exhaustiva de
componentes del medio ambiente que incluye: "los recursos naturales tantos abióticos como
bióticos, tales como el aire, el agua, el suelo, la fauna y flora, y la interacción entre esos factores;
los bienes que forman parte del patrimonio cultural; y los aspectos característicos del paisaje";
el apartado c) del artículo 1 de la Convención sobre los efectos transfronterizos de los accidentes
industriales se refiere a las consecuencias nocivas de los accidentes industriales sobre: "i) los
seres humanos, la flora y la fauna; ii) el suelo, el agua, el aire y el paisaje; iii) la interacción
entre los factores a que se refieren los puntos i) y ii); iv) los bienes materiales y el patrimonio
cultural, incluidos los monumentos históricos"; el párrafo 2 del artículo 1 de la Convención sobre
la protección y utilización de cursos de agua transfronterizos y lagos internacionales dice que
"esos efectos sobre el medio ambiente incluyen los efectos sobre la seguridad y la salud
humanas, la flora, la fauna, el suelo, el aire, el agua, el clima, el paisaje y monumentos históricos
u otras estructuras físicas o la interacción entre los mencionados factores; también incluyen
efectos sobre el patrimonio cultural o las condiciones socioeconómicas que se deriven de
alteraciones de dichos factores". Véase también el artículo 2 de la directiva 2004/35/CE sobre
responsabilidad ambiental.
200
de la atención hacia el daño al medio ambiente en sí mismo, en lugar de centrarse principalmente
en el daño a las personas y los bienes"391. El inciso iv) aclara que los costos de las medidas
razonables de restablecimiento serán reembolsables como parte de las demandas de
indemnización con respecto a los daños transfronterizos. La práctica convencional reciente suele
reconocer la importancia de esas medidas, pero deja al derecho interno la tarea de determinar
quién puede estar facultado para adoptarlas. Estas medidas se han descrito como toda medida
razonable orientada a evaluar, restablecer o rehabilitar los elementos dañados o destruidos del
medio ambiente o, cuando no sea posible, introducir en el medio ambiente, si resulta adecuado,
el equivalente de esos elementos392.
20) El adjetivo "razonable" tiene por objeto indicar que los costos de esas medidas no deberían
ser excesivamente desproporcionados con respecto a la utilidad resultante. En el asunto Estado
Libre Asociado de Puerto Rico c. Zoe Colocotroni, el Tribunal de Apelación del Primer Circuito
de los Estados Unidos manifestó:
391
Louise de la Fayette, "The Concept of Environmental Damage in International Law", en
Michael Bowman y Alan Boyle, Environmental Damage… op. cit., págs. 149 a 190, en las
págs. 166 y 167.
392
Véase, por ejemplo, el inciso iv) del apartado k) del párrafo 1 del artículo I del Protocolo de
enmienda de 1997 de la Convención de Viena sobre responsabilidad civil por daños nucleares,
de 1963, que dice: "el costo de las medidas para rehabilitar el medio ambiente deteriorado, a
menos que el deterioro sea insignificante, siempre que esas medidas realmente se hayan
adoptado o hayan de adoptarse, y en la medida en que no esté incluido en el apartado ii)"; el
artículo 1 v) de la Convención sobre indemnización suplementaria por daños nucleares de 1997
dice: "el lucro cesante derivado del interés económico en algún uso o goce del medio ambiente
que se produzca como resultado de un deterioro significativo del medio ambiente, y en la medida
en que no esté incluido en el apartado ii)"; el Convenio de París de 2004 sobre la responsabilidad
civil en materia de energía nuclear (art. I, vii), 4)) dice: "el coste de las medidas de restauración
del medio ambiente degradado, excepto si dicha degradación es insignificante, si tales medidas
han sido efectivamente adoptadas o deban serlo y en tanto dicho coste no esté incluido en el
apartado 2 anterior". El artículo 1, párr. 6, del Convenio de 1992 sobre responsabilidad civil
nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos se refiere al deterioro del medio,
aparte de la pérdida de beneficios resultante de dicho deterioro, y dice que estará limitada al
costo de las medidas razonables de restauración efectivamente tomadas o que vayan a tomarse.
Véase también el artículo 2, 2), c), iv) y d) del Protocolo de Basilea, el artículo 2, 7), c) y 8) de la
Convención de Lugano y el artículo 2, 2), d), iv) y g) del Protocolo de Kyiv.
201
"[Los costos resarcibles son costos] en que se ha incurrido razonablemente... para
restaurar o rehabilitar el medio ambiente en la zona afectada hasta que recupere su estado
anterior o el estado más cercano posible al anterior, sin que se efectúen unos gastos
considerablemente desproporcionados. Al determinar ese remedio se deben tener en
cuenta las medidas que un soberano u organismo razonable y prudente tomaría para
mitigar el daño causado por la contaminación, prestando atención a factores como la
viabilidad técnica, los efectos secundarios nocivos, la compatibilidad con esa regeneración
o la duplicación de esa regeneración que se prevea naturalmente, y el grado en que los
esfuerzos más allá de cierto punto resultarían redundantes o desproporcionadamente
caros."393
21) El inciso v) incluye los costos de medidas razonables de respuesta como elemento
admisible de las demandas de reparación de los daños transfronterizos. La práctica convencional
reciente tiende a reconocer la importancia de esas medidas, pero deja al derecho interno la
determinación de quién tendrá derecho a adoptarlas394. Esas medidas comprenden todas las
medidas razonables adoptadas por cualquier persona, incluidos los poderes públicos, a raíz de
haberse producido un daño transfronterizo, para prevenir, minimizar o mitigar las posibles
393
628 F. 2 d, pág. 652 (Primer Circuito, 1980), citado en Colin de la Rue, "Environmental
Damage Assessment", en Ralph P. Kroner (eds.), Transnational Environmental Liability and
Insurance, (1993), pág. 71.
394
Véase, por ejemplo, el Protocolo de enmienda de 1997 de la Convención de Viena sobre
responsabilidad civil por daños nucleares de 1963, artículo I, párrafo 1, k) vi): "los costos de las
medidas preventivas y otros daños y perjuicios causados por esas medidas"; la Convención sobre
indemnización suplementaria por daños nucleares, artículo 1, vi): "los costos de las medidas
preventivas y otros daños y perjuicios causados por esas medidas"; el Protocolo que modifica el
Convenio sobre la responsabilidad civil en materia de energía nuclear de 1960, artículo I, vii), 6):
"el coste de las medidas preventivas y cualquier pérdida o daño causado por tales medidas,
tratándose de los apartados 1 a 5 anteriores, en la medida en que la pérdida o daño se derive o
resulte de radiaciones ionizantes emitidas por una fuente de radiaciones que se encuentre en el
interior de una instalación nuclear, o emitidas por combustibles nucleares o productos de
desechos radiactivos". El artículo 1, párrafo 6 del Convenio internacional sobre responsabilidad
civil nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos de 1992 se refiere al costo de
las medidas preventivas y las pérdidas o los daños ulteriormente ocasionados por tales medidas.
Véase también el artículo 2, 2), c) v) y d) del Protocolo de Basilea, el artículo 2, 7), d) y 9) de la
Convención de Lugano, y el artículo 2, 2), d) v) y h) del Protocolo de Kyiv.
202
pérdidas o daños o para realizar una limpieza ambiental. Las medidas de respuesta deben ser
razonables.
23) Se pretende que la definición delimite y distinga claramente el Estado bajo cuya
jurisdicción o control se realice una actividad comprendida en el ámbito de este proyecto de
principios del Estado que haya sufrido los efectos nocivos. A los efectos de los presentes
principios podrían utilizarse distintas expresiones. Entre ellas, las definidas en el proyecto de
artículos sobre prevención, como la de "Estado de origen" (el Estado en cuyo territorio, o bajo
cuya jurisdicción o control en otros lugares, se realizan las actividades a las que se refiere el
artículo 1), y la de "Estado que pueda resultar afectado" (el Estado en cuyo territorio o en otros
lugares sujetos a su jurisdicción o control existe el riesgo de daño transfronterizo sensible, y
puede haber más de un Estado que pueda resultar afectado en virtud de una actividad
determinada). Además, podrían usarse también la de "Estado del daño" (el Estado en cuyo
territorio o bajo cuya jurisdicción o control en otros lugares se produzca el daño transfronterizo)
y la de "Estados interesados" (el Estado de origen, el Estado que pueda resultar afectado y el
Estado del daño). Esas expresiones no se han empleado en el presente proyecto de principios,
pero se han utilizado en distintos pasajes del comentario cuando era procedente.
24) Como ocurre con frecuencia, los incidentes comprendidos en el ámbito del presente
proyecto de principios pueden producir víctimas tanto en el Estado de origen como en los otros
203
Estados del daño. Con respecto a la indemnización, especialmente en lo que se refiere a los
fondos que hay que crear en beneficio de las víctimas, de conformidad con el principio 4 infra,
cabría prever una indemnización por los daños sufridos en el Estado de origen. El artículo XI
del Convenio de Viena de 1997 sobre la responsabilidad civil en materia de energía nuclear
prevé ese sistema395.
25) El apartado d) define la expresión "actividad peligrosa" como una actividad que entrañe un
riesgo de causar daños transfronterizos por sus consecuencias físicas. En el comentario del
proyecto de principio 1 se ha explicado el sentido y alcance de esos términos.
27) No existe una definición general de "explotador" en derecho internacional. El término, sin
embargo, se emplea en el derecho interno396 y en la práctica convencional. En ésta, los
regímenes de reparación de los daños nucleares imponen la responsabilidad al explotador397. Sin
395
36 I.L.M. (1997) 1473.
396
Véase por ejemplo la Ley sobre la contaminación causada por hidrocarburos de los Estados
Unidos de 1990 (OPA), con arreglo a la cual se puede considerar responsables a las personas
siguientes: a) las partes responsables como el propietario o el explotador de un buque, una
instalación costera o en alta mar, un puerto de aguas profundas o unas tuberías; b) el "garante",
la "persona distinta de la parte responsable que avala pruebas de la responsabilidad financiera de
una parte responsable"; y c) los terceros (personas distintas de las mencionadas en las dos
primeras categorías, sus agentes o empleados o sus contratistas independientes, cuya conducta
sea la causa única de los perjuicios). Véase también la CERCLA (42 U.S.C.A., sec. 9601 2) A)).
397
Véase, por ejemplo, el Convenio de París de 1960 sobre la responsabilidad civil en materia de
energía nuclear y Protocolo que modifica el Convenio sobre la responsabilidad civil en materia
de energía nuclear de 2004 (explotador de una instalación nuclear) (art. 1 común, párr. 2):
explotador con respecto a una instalación nuclear significa la persona designada por la autoridad
pública competente como explotador de dicha instalación nuclear (art. 1 común, vi));
la Convención de Viena sobre responsabilidad civil por daños nucleares (explotador) (art. IV);
el Protocolo de enmienda de 1997 de la Convención de Viena sobre responsabilidad civil por
daños nucleares de 1963 ("explotador") (art. 1 c)); y la Convención sobre la responsabilidad de
los explotadores de buques nucleares (explotador de buques nucleares) (art. II). Véase también
el Convenio sobre responsabilidad civil por daños causados durante el transporte de mercancías
peligrosas por carretera, ferrocarril y vías navegables que define al transportista en relación con
204
embargo, la definición de explotador varía según la naturaleza de la actividad. La atribución de
la responsabilidad a una sola entidad, el propietario o el explotador, es lo que caracteriza a los
regímenes de responsabilidad causal. Por ello, puede señalarse específicamente a una persona
distinta del explotador como responsable, en función de los intereses que intervienen en una
actividad peligrosa determinada. Por ejemplo, en la Conferencia de 1969 que condujo a la
aprobación del Convenio internacional sobre responsabilidad civil por daños causados por la
contaminación de las aguas del mar por hidrocarburos, existía la posibilidad de imputar la
responsabilidad al propietario del buque, al propietario de la carga o a ambos398. Sin embargo,
en virtud de un acuerdo de transacción, se convino en establecer la responsabilidad objetiva del
propietario del buque. La expresión "que dirija" connota la capacidad para utilizar o controlar
algún medio. Puede incluir a la persona que utilice una aeronave en el momento del daño, o al
propietario de la aeronave si ha conservado los derechos de navegación399.
los buques de navegación interior como la persona que en el momento del incidente controle la
utilización del vehículo a bordo del cual se transportan las mercancías peligrosas (art. 1, párr. 8);
el Convenio sobre responsabilidad civil por los daños de contaminación por hidrocarburos
resultantes de la exploración y explotación de los recursos minerales de los fondos marinos que
define al explotador de una instalación en la plataforma continental de forma que incluye,
a falta de una designación por una de las partes contratantes, a la persona que ejerza el control
general de las actividades realizadas en la instalación (art. 1, párr. 3); y en virtud de la
directiva 2004/35/CE de la Unión Europea sobre responsabilidad medioambiental, que atribuye
la responsabilidad al operador, este término incluye a cualquier persona física o jurídica, privada
o pública, que desempeñe o controle la actividad profesional.
398
Véase LEG/CONF/C.2/SR.2 a 13, citado en David W. Abecassis y Richard L. Jarashow, Oil
Pollution from Ships, segunda edición (1985), pág. 253. Algunos regímenes que atribuyen la
responsabilidad al propietario del buque son el Convenio internacional sobre responsabilidad
civil nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos, de 1992 (art. III, párr. 1); el
Convenio internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por
los hidrocarburos para combustible de los buques, de 2001 (art. III); y el Convenio internacional
sobre responsabilidad e indemnización de daños en relación con el transporte marítimo de
sustancias nocivas y potencialmente peligrosas, de 1966 (art. 7, párr. 1).
399
Convenio sobre daños causados a terceros en la superficie por aeronaves extranjeras, de 1952,
art. 12.
205
28) El término "control" denota la facultad o la autoridad para gestionar, dirigir, regular,
administrar o supervisar400. Puede incluir a la persona que ostente, por delegación, un poder
económico determinante sobre el funcionamiento técnico de esa actividad, incluido el titular de
un permiso o autorización para ella, o la persona que registre o notifique tal actividad401. Puede
incluir también a una empresa matriz u otra entidad conexa, persona jurídica o no, si esa entidad
dirige realmente la explotación402. Un explotador puede ser una entidad pública o privada. Se
prevé que un Estado pueda ser explotador a los efectos de la presente definición.
29) La frase "en el momento en que se produzca el incidente" tiene por objeto establecer una
conexión entre el explotador y el daño transfronterizo.
Principio 3
Objetivo
El presente proyecto de principios tiene por objeto garantizar una pronta y adecuada
indemnización a las personas naturales o jurídicas, incluidos los Estados, que sean víctimas
de un daño transfronterizo, incluidos los daños al medio ambiente.
400
La definición de propietario del buque del Convenio de responsabilidad civil por daños
debidos a contaminación por los hidrocarburos para combustible de los buques es amplia.
Incluye al propietario inscrito, el fletador a casco desnudo, el armador gerente y el explotador del
buque (art. 1, párr. 3).
401
Directiva sobre responsabilidad medioambiental de la Unión Europea, art. 2, párr. 6.
402
En virtud del artículo 8 de la CRAMRA, la responsabilidad principal corresponde al
explotador, que se define como una parte o agencia o instrumento de una parte, o una persona
jurídica establecida en virtud del derecho de una parte, o una empresa mixta compuesta
exclusivamente de cualquier combinación de esos elementos (art. 1, 11)). De conformidad con
la sección 16.1 de las Cláusulas uniformes del contrato para la exploración anexo al Reglamento
sobre prospección y exploración de nódulos polimetálicos en la Zona, de 13 de julio de 2000,
el contratista será responsable del monto efectivo de los daños y perjuicios, incluidos los
causados al medio marino, derivados de actos u omisiones ilícitos cometidos por él o por su
empleados, sus contratistas, agentes y personas que trabajen para ellos o actúen en su nombre
(ISBA/6/A/18, anexo, cláusula 16).
206
Comentario
3) No se consideró necesaria una definición formal del término "víctima", pero, a los efectos
de los presentes principios, ese término comprende a las personas naturales y jurídicas, incluidos
los Estados como custodios de los bienes públicos. Esta excepción está relacionada con la
definición de daño que figura en el proyecto de principio 2, que incluye el daño causado a las
personas, los bienes o el medio ambiente, y puede deducirse de ella404. Un grupo de personas o
municipios también puede ser víctima. En el asunto In the Matter of the people of Enewetak
403
Anuario..., 1982, vol. II (Primera parte), pág. 76, documento A/CN.4/360*, párr. 53, sec. 5
(párrs. 2 y 3).
404
Con respecto a la definición de víctima en el derecho penal internacional, véase, por ejemplo,
la Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delito y de
Abuso de Poder, resolución 40/34 de la Asamblea General, de 29 de noviembre de 1985. Véase
también el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, art. 79.
207
sustanciado ante el Tribunal de Reclamaciones Nucleares de las Islas Marshall, establecido con
arreglo a la Ley del Tribunal de Reclamaciones Nucleares de las Islas Marshall de 1987, el
Tribunal examinó las cuestiones de la indemnización a los habitantes de Enewetak con respecto
a: la privación pasada y futura del uso del atolón de Enewetak; la recuperación de Enewetak
hasta devolverlo a un estado seguro y productivo; las dificultades que había padecido la
población de Enewetak como resultado de su reubicación derivada de la privación de uso
ocasionada por los ensayos nucleares realizados en el atolón405. En el litigio relativo al Amoco
Cádiz, después del naufragio del superpetrolero Amoco Cádiz frente a las costas de Bretaña, los
departamentos administrativos de Côtes du Nord y Finistère y muchos municipios
("communes"), así como varias empresas, asociaciones y particulares franceses, demandaron al
dueño del Amoco Cádiz y su sociedad matriz en los Estados Unidos. Las demandas
comprendían el lucro cesante. El propio Gobierno francés presentó demandas para el
resarcimiento de los daños causados por la contaminación y del costo de la limpieza de las
costas406.
405
39 I.L.M. (2000) 1214. En diciembre de 1947 la población fue trasladada desde el atolón
de Enewetak al atolón de Ujelang. En el momento del traslado el atolón contaba
con 1.919,49 acres. A la fecha del regreso, el 1º de octubre de 1980, se habían
efectuado 43 ensayos de dispositivos atómicos, y en ese momento 815,33 acres se devolvieron
al uso, otros 949,8 acres no estaban disponibles para el uso o los 154,36 acres restantes se habían
evaporado.
406
Re Oil Spill by the Amoco Cadiz off the coast of France on 16 March 1978, MDL Docket
Nº 376 NDIll, 1984, American Maritime Cases, 2123-2199. Véanse Maria Clara Maffei, "The
Compensation for Ecological Damage in the "Patmos" case"; Francesco Francioni y Tullio
Scovazzi, International Responsibility for Environmental Harm (1991), pág. 381. Véase
también, con respecto a la cuestión del vertimiento de petróleo por el Amoco Cádiz frente a las
costas de Francia el 16 de marzo de 1978, United States Court of Appeals for the Seventh
Circuit. 954 F.2d 1279; 1992 U.S. App. LEXIS 833; 1992 AMC 913; 22 ELR 20835. 12 de
junio de 1991.
208
organizaciones no gubernamentales407. La Convención de Aarhus sobre acceso a la información,
participación del público en la adopción de decisiones y acceso a la justicia en cuestiones
ambientales, de 1998, también otorga capacidad procesal a las organizaciones no
gubernamentales para actuar en defensa de los intereses medioambientales públicos408. Víctimas
pueden ser también las personas designadas por las leyes nacionales para actuar como
fideicomisarios públicos para salvaguardar esos recursos y que, por lo tanto, tienen capacidad
para litigar. El concepto de fideicomiso público (public trust) ha permitido, en muchos países,
conferir a diferentes personas determinada capacidad procesal para obtener la rehabilitación y
limpieza en caso de daño transfronterizo409. Por ejemplo, de conformidad con la Ley de los
Estados Unidos sobre contaminación por hidrocarburos (Oil Pollution Act) de 1990, se concede
ese derecho al Gobierno de los Estados Unidos, a un Estado, a una tribu indígena o a un gobierno
extranjero. En virtud de la Comprehensive Environmental Response, Compensation and
Liability Act (CERCLA) de 1980, enmendada en 1986 por la Superfund Amendments and
Reauthorization Act, se ha concedido locus standi únicamente al Gobierno federal, a los
representantes autorizados de los Estados en su calidad de fideicomisarios de los recursos
naturales, o a fideicomisarios designados por las tribus indias. En algunos otros países se ha
concedido el mismo derecho de accionar a las autoridades públicas. Por ejemplo, la ley noruega
otorga capacidad procesal a las organizaciones y sociedades privadas para ejercitar acciones de
resarcimiento de los costos de rehabilitación. En Francia, se ha dado a algunas asociaciones
sobre el medio ambiente el derecho a pedir indemnización en asuntos penales relativos a la
violación de ciertas leyes sobre el medio ambiente.
407
Véase el artículo 18 del Convenio de Lugano y el artículo 12 de la directiva 2004/35/CE de la
Unión Europea.
408
Véase el texto en 38 I.L.M. (1999), 517.
409
Peter Wetterstein, "A Proprietary or Possessory Interest: ..." op. cit., págs. 50 y 51.
209
"Los Estados deben cooperar para continuar desarrollando el derecho internacional
en lo que se refiere a la responsabilidad y a la indemnización a las víctimas de la
contaminación y otros daños ambientales que las actividades realizadas dentro de la
jurisdicción o bajo el control de tales Estados causen a zonas situadas fuera de su
jurisdicción."410
410
Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, Estocolmo, 5
a 16 de junio de 1972 (publicación de las Naciones Unidas, Nº de venta: S.73.II.A.14).
411
M. Smets, "Le principe pollueur-payeur", R.G.D.I.P. 1993, págs. 339 a 364; N. de Sadeleer,
Les principes du pollueur-payeur, de prévention et de précaution, Bruylant, Bruselas, 1999,
págs. 157 y ss.
210
"Las autoridades nacionales deberían procurar fomentar la internalización de los
costos ambientales y el uso de instrumentos económicos, teniendo en cuenta el criterio de
que el que contamina debe, en principio, cargar con los costos de la contaminación,
teniendo debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las
inversiones internacionales."412
412
En su informe sobre la ejecución del Programa 21, las Naciones Unidas señalaron:
211
9) Algunos órganos judiciales nacionales también han reconocido el principio. Por ejemplo,
el Tribunal Supremo de la India en el asunto Vellore Citizens Welfare Forum v. Union of
India414, considerando el principio como parte del derecho internacional general, intimó al
Gobierno de la India que estableciera un servicio encargado de hacer frente a la situación de
deterioro medioambiental resultante de las actividades de la industria del curtido en el Estado de
Tamil Nadu. En este asunto, se estimó que 35.000 ha de tierra agrícola situadas en el cinturón de
las curtidurías habían quedado total o parcialmente inaptas para el cultivo y que los 170 tipos de
productos químicos que se utilizaban en el proceso de curtido con cromo habían contaminado
gravemente el agua potable de la zona. El Tribunal multó a cada curtiduría con 10.000 rupias
que debían depositarse en un Fondo de Protección Ambiental. También ordenó a las curtidurías
contaminantes que pagaran indemnizaciones y responsabilizó a los magistrados recaudadores de
distrito del Estado de Tamil Nadu del cobro de la indemnización que debía calcularse y de los
gravámenes que la autoridad debía fijar conforme a las instrucciones del Tribunal415.
10) En el arbitraje entre Francia y los Países Bajos relativo a la aplicación del Convenio para la
protección del Rhin contra la contaminación de cloruros, de 3 de diciembre de 1976, y del
Protocolo adicional de 25 de septiembre de 1991 (Francia/Países Bajos), el Tribunal Arbitral
adoptó no obstante un criterio diferente cuando se le pidió que tuviera en cuenta el principio de
414
All India Reports 1996, SC 2715.
415
Un breve resumen del asunto Vellore Citizens Welfare Forum puede encontrarse
en Donald Kaniaru, Lal Kurululasuriya y P. D. Abeyegunawardene (eds.), Compendium
of Summaries of Judicial Decisions in Environment Related Cases (with special reference to
countries in South Asia), (South Asia Co-operative Environment Program, Colombo
(Sri Lanka), 1997). El Tribunal Supremo de la India en el asunto posterior Andhra Pradesh
Pollution Control Board v. Prof. M. V. Naidu (retired) and others abundó en las obligaciones de
prevención, haciendo hincapié en el principio de precaución (en el lugar del principio de
capacidad de asimilación enunciado en la Declaración de Estocolmo), en la imposición de la
carga de la prueba al acusado, y en el principio de la buena administración de los asuntos
públicos, que incluye la necesidad de adoptar las medidas legislativas, administrativas y de otra
índole que sean necesarias (a este respecto, el Tribunal Supremo se basó en P. S. Rao, Primer
informe sobre la prevención, de los daños transfronterizos causados por actividades peligrosas,
documento A/CN.4/487/Add.1, párrs. 103 y 104), AIR 1999 SC 812. Véase también Andhra
Pradesh Pollution Control Board II v. Prof. M. V. Naidu (retired), 2000 SOL Nº 673, en el que
se reiteraron esos principios. Véase también: www.SupremeCourtonline.Com/cases.
212
"quien contamina paga" en su interpretación del Convenio, aunque no se mencionaba
expresamente en él. En su laudo de 12 de marzo de 2004 el Tribunal concluyó que a pesar de su
importancia en el derecho de los tratados el principio de quien contamina paga no formaba parte
del derecho internacional general. Por lo tanto, no lo estimó pertinente a su interpretación del
Convenio416.
11) Además se ha observado que "es dudoso que (el principio de "quien contamina paga") haya
alcanzado el rango de norma de derecho internacional consuetudinario generalmente aplicable,
excepto tal vez en relación con los Estados de la CE, de la Comisión Económica de las Naciones
Unidas para Europa y de la OCDE"417.
416
Asunto relativo a la intervención de cuentas entre el Reino de los Países Bajos y la República
Francesa de resultas de la aplicación del Protocolo de 25 de septiembre de 1991 adicional del
Convenio para la protección del Rhin contra la contaminación de cloruros, de 13 de diciembre
de 1976. El Tribunal declaró en la parte pertinente, párrs. 102 y 103:
"102. ... El Tribunal toma nota de que los Países Bajos han hecho referencia, en
apoyo de su demanda, al principio de "quien contamina paga".
213
no en los casos en que la cuantía se encuentre limitada, como sucede en los sistemas
aprobados internacionalmente con respecto a los buques petroleros o las instalaciones
nucleares. Además, una definición estrecha del daño puede excluir las pérdidas
medioambientales que no se puedan cuantificar fácilmente en términos monetarios, como
es el caso de las especies silvestres, o que afecten a la calidad del medio ambiente sin
causar daño físico real."418
13) Se ha afirmado asimismo que el principio no se puede tratar como una "norma rígida de
aplicación universal, ni los medios que se utilicen para ponerlo en práctica serán los mismos en
todos los casos"419. Se sugiere que "una gran flexibilidad será inevitable, teniendo plenamente
en cuenta las diferencias en la naturaleza del riesgo y la viabilidad económica de una íntegra
internalización de los costos medioambientales por parte de las industrias cuya capacidad para
sufragarlos variará según los casos"420.
14) El proyecto de principio 3 también hace hincapié en que el daño al "medio ambiente" per
se crea un derecho de accionar que obliga a una pronta y adecuada indemnización. Como se
observa en el comentario al proyecto de principio 2, esa indemnización no sólo puede incluir una
compensación monetaria al demandante, sino que ciertamente también permite el reembolso de
los costos de las medidas razonables de rehabilitación y respuesta.
418
Birnie y Boyle, International Law... op. cit., págs. 93 y 94.
419
Ibíd., págs. 94 y 95. Véase también el estudio de la Secretaría de las Naciones Unidas sobre
los regímenes de responsabilidad que guardan relación con el tema de la responsabilidad
internacional por las consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos por el derecho
internacional (responsabilidad internacional en caso de pérdida causada por un daño
transfronterizo resultante de actividades peligrosas), A/CN.4/543, cap. II.
420
Birnie y Boyle, International Law…; op. cit., pág. 95. Los autores señalan que la referencia
al "interés público" en el principio 16 de la Declaración de Río deja "amplio campo" para las
excepciones y, en la forma en que se aprobó en Río, el principio "no es ni absoluto ni
obligatorio", pág. 93. También señalan que en el caso de las instalaciones nucleares de Europa
oriental, los gobiernos de Europa occidental, que representan a un amplio grupo de víctimas
potenciales, han financiado los trabajos necesarios para elevar los niveles de seguridad, pág. 94.
214
15) En términos generales, ha habido renuencia a aceptar la responsabilidad por daños al
medio ambiente per se, a menos que personas o bienes resulten afectados a consecuencia de tales
daños421. La situación está cambiando gradualmente422. En el caso del daño a los recursos
421
Pueden verse resultados contrapuestos en Blue Circle Industries Plc. v. Ministry of Defence,
[1998], 3 All ER y Merlin v. British Nuclear Fuels, Plc. [1990], 3 All ER 711.
422
Por lo que respecta a las dificultades relativas a las demandas por daños y posibles
consecuencias para el medio ambiente, véanse los asuntos Patmos y Haven. Véase, en general:
Andrea Bianchi, "Harm to the Environment in Italian Practice: The Interaction of International
Law and Domestic Law"; en Peter Wetterstein, "Harm to the Environment…" op. cit., pág. 103,
especialmente págs. 113 a 129. Véase también Maria Clara Maffei, "The Compensation for
Ecological Damage in the "Patmos" case", Francioni y Scovazzi, International Responsibility…,
op. cit., pág. 381 especialmente págs. 383 a 390; y David Ong, "The Relationship between
Environmental Damage and Pollution: Marine Oil Pollution Laws in Malaysia and Singapore",
en Bowman y Boyle, Environmental Damage… op. cit., pág. 191, especialmente págs. 201 a
204. Véase también Sands, Principles…, op. cit., págs. 918 a 922. Véase también el incidente
Antonio Gramsci de 1979 y el incidente Antonio Gramsci de 1987, IOPC Fund Annual
Report, 1980, pág. 2; 1989, pág. 31; 1990, págs. 28 y ss. Véase también, en general: Wu Chao,
Pollution from the Carriage of Oil by Sea: Liability and Compensation (1996) págs. 361 a 366:
La resolución Nº 3 de 1980 del Fondo Internacional de Indemnización de Daños Debidos a la
Contaminación por Hidrocarburos (FIDAC) no permitió al tribunal evaluar la indemnización que
había de pagar el Fondo "sobre la base de una cuantificación abstracta del daño calculado de
acuerdo con modelos teóricos". En el caso del Amoco Cádiz, el Tribunal del Distrito Norte de
Illinois ordenó a la Amoco Oil Corporation el pago de 85,2 millones de dólares en
multas: 45 millones de dólares por los costos del derrame y 39 millones de intereses. Denegó la
indemnización de los daños no económicos. Así pues, rechazó las demandas por daños a la
imagen y daños ecológicos. El Tribunal observó: "Es verdad que durante un tiempo el
municipio no pudo ofrecer playas limpias a sus ciudadanos y que no se pudo preservar la paz, la
quietud y la libertad normales debido al denso tráfico, condiciones que habrían existido en el
municipio en ausencia de las actividades de limpieza", pero llegó a la conclusión de que la
"reclamación por pérdida del disfrute por parte de los municipios no es sostenible según el
derecho francés". Véase la cita en la nota 406. Véase también Maria Clara Maffei,
"The Compensation for Ecological Damage in the "Patmos" case"; Francioni and Scovazzi,
International Responsibility..., op. cit., pág. 381, especialmente pág. 393. Con respecto al daño a
la imagen, el Tribunal señaló que la reclamación de los demandantes puede indemnizarse
tratándose de un daño cuantificable en la medida en que pueda demostrarse que ese daño a la
imagen se tradujo en un daño consecuente específico para el municipio por el hecho de que los
turistas y visitantes que en otras circunstancias pudieran haber venido, dejaron de acudir. Este es
precisamente el fondo de las demandas individuales por daños presentadas por hoteles,
restaurantes, campamentos de vacaciones y otros negocios de los municipios. Con respecto al
daño ecológico, el Tribunal tuvo el problema de evaluar "las especies muertas en las aguas
costeras a causa del derrame de petróleo" y observó que "este daño que se alega está sujeto al
principio de la res nullius y no es indemnizable por falta de capacidad procesal de las personas o
215
naturales o al medio ambiente, existe el derecho a indemnización o reembolso de los gastos en
que se hubiese incurrido para la aplicación de medidas de prevención, rehabilitación o
restablecimiento razonables. En el caso de algunos instrumentos internacionales esto se limita
aún más sólo a las medidas realmente adoptadas, lo que excluye el lucro cesante por deterioro
del medio ambiente423.
17) El Estado o cualquier otro organismo público que intervenga en la adopción de medidas de
rehabilitación o respuesta puede recuperar más tarde los costos del explotador. Por ejemplo, tal
es el caso de la Ley general de respuesta, indemnización y responsabilidad ambientales de los
entidades para formular la reclamación", ibíd., especialmente pág. 394. Véase también Matter of
the People of Enewetak 39 I.L.M. (2000), pág. 1214, especialmente pág. 1219, ante el Tribunal
de Reclamaciones Nucleares de las Islas Marshall, asunto en que el Tribunal tuvo la oportunidad
de estudiar la cuestión de si la rehabilitación era una solución apropiada para las pérdidas
padecidas por la población del atolón de Enewetak de resultas de los ensayos nucleares
realizados por los Estados Unidos. Su fallo condenó al pago de los costos de limpieza y
rehabilitación según el siguiente detalle: 22,5 millones de dólares para la remoción de
tierra; 15,5 millones de dólares para el tratamiento con potasio; 31,5 millones de dólares para la
construcción de terraplenes; 10 millones de dólares para limpieza de plutonio; 4,51 millones de
dólares para estudios; 17,7 millones de dólares para rehabilitación del suelo y reposición de la
vegetación.
423
Con respecto a los aspectos generales, véase el comentario del principio 2, párrs. 8), 9) y 18)
a 21).
424
Con respecto al análisis de la definición de medio ambiente y de los elementos del daño al
medio ambiente que son indemnizables, véase Barboza, 11º informe sobre la responsabilidad
internacional, documento A/CN.4/468, págs. 1 a 17, especialmente párr. 28, en la pág. 12. Para
una interesante descripción del problema del daño, su definición, los efectos adversos y la
evaluación del daño, véase M. A. Fitzmaurice, "International Protection of the Environment",
Recueil des Cours, vol. 293 (2001) págs. 225 a 233.
216
Estados Unidos, de 1980 (CERCLA o Superfund). La ley crea el "superfondo" con dólares
provenientes de los impuestos; dicho superfondo deberá reponerse con el reembolso de los
gastos que han de sufragar las partes responsables para pagar la limpieza de ser necesario. El
Organismo de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos administra el superfondo y
tiene amplios poderes para investigar la contaminación, escoger las medidas correctivas
adecuadas e incluso ordenar a las partes responsables las labores de limpieza, o efectuar el
trabajo directamente y recuperar luego sus costos425.
Principio 4
1. Cada Estado debería adoptar las medidas necesarias a fin de que las víctimas
de daños transfronterizos causados por actividades peligrosas realizadas en su territorio o
en otros lugares bajo su jurisdicción o control reciban una pronta y adecuada
indemnización.
425
Un análisis de la CERCLA figura en Brighton y Askman, "The Role of the Government
Trustees in Recovering Compensation for Injury to Natural Resources", en Peter Wetterstein
(ed.), Harm to the Environment…, op. cit., págs. 177 a 206, 183 y 184.
217
Comentario
2) El párrafo 1 se refiere al primer requisito. Es preciso que el Estado de origen adopte las
medidas necesarias para garantizar una pronta y adecuada indemnización a las víctimas de daños
transfronterizos causados por actividades peligrosas realizadas dentro de su territorio o bajo su
jurisdicción. La parte final del párrafo dice "en su territorio o en otros lugares bajo su
jurisdicción o control", terminología equivalente a la empleada en el apartado a) del párrafo 1 del
artículo 6 del proyecto de artículos sobre la prevención. Se supone naturalmente que se
concedería una indemnización análoga por los daños causados dentro del Estado de origen de
resultas de un incidente de ese tipo.
218
limitaciones a la responsabilidad. Sin embargo, a fin de estar seguros de que esas condiciones y
excepciones no alteran en lo fundamental la naturaleza del requisito de proporcionar una pronta
y adecuada indemnización, se ha subrayado que tales condiciones o excepciones deberían ser
compatibles con la exigencia de una indemnización pronta y adecuada prevista en el proyecto de
principio 3.
4) En el párrafo 3 se dispone que entre las medidas adoptadas por el Estado de origen debería
incluirse la obligación a cargo del explotador o, cuando proceda, de otra persona o entidad, de
constituir y mantener un seguro, una fianza u otras garantías financieras para hacer frente a las
demandas de indemnización.
6) En el párrafo 5 se dispone que, en caso de que las medidas mencionadas en los párrafos
anteriores resulten insuficientes para proporcionar una indemnización adecuada, el Estado de
origen debería velar por que se asignaran recursos financieros adicionales. En cuanto a cómo
lograr que se presten garantías financieras para garantizar una pronta y adecuada indemnización,
en los tres últimos párrafos se deja que el Estado de origen decida libremente. Este proyecto de
principio requiere asimismo que el Estado de origen se mantenga vigilante para revisar
constantemente el derecho nacional a fin de que sus normas estén al corriente de la evolución de
la tecnología y la práctica de la rama de actividad de que se trate en el propio país y en otros
lugares. En el párrafo 5, aunque no se exige al Estado de origen que reserve fondos públicos
para garantizar una pronta y adecuada indemnización, sí se prevé que el Estado de origen deberá
encargarse de que estén disponibles dichos recursos financieros adicionales.
7) El párrafo 1 hace hincapié en todas las "medidas necesarias" y concede a cada Estado la
suficiente flexibilidad para alcanzar el objetivo de garantizar el pago de una pronta y adecuada
indemnización. Se destaca esa exigencia sin perjuicio de los pagos ex gratia que puedan
efectuarse o de las medidas para casos de emergencia o de socorro que los Estados u otras
entidades responsables puedan contemplar en favor de las víctimas.
219
8) Además, a efectos del presente proyecto de principios, como se señaló anteriormente, se
supone que el Estado de origen ha cumplido debidamente con todas las obligaciones que le
incumben en virtud del proyecto de artículos sobre la prevención, en particular del artículo 3. En
el contexto del presente proyecto de principios no se toma en consideración la responsabilidad
del Estado por hechos ilícitos. Ahora bien, ello debe entenderse sin perjuicio de las
reclamaciones que puedan presentarse en virtud del derecho de la responsabilidad de los Estados
y otros principios de derecho internacional.
426
Véanse también la Declaración Ministerial de Malmö de 2000 y el Programa III de
Montevideo de 2001 aprobados y adoptados en la decisión 21/23 del 21º período de sesiones del
Consejo de Administración del PNUMA y el Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre
Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, A/CONF.199/20, resolución 2, de 2 de septiembre
de 2002, anexo.
427
Birnie y Boyle, International Law..., op. cit., observan en la página 105 que "todos estos
principios reflejan la evolución más reciente del derecho internacional y la práctica de los
Estados; su rango actual de principios de derecho internacional general es más dudoso; pero el
apoyo consensual de que gozan como demuestra la Declaración de Río es un indicio importante
de su creciente significación jurídica".
220
11) Los supuestos en que se basa el presente proyecto de principio se remontan al arbitraje de
la Fundición de Trail. Aunque en ese caso el Canadá asumió la obligación de pagar la
indemnización necesaria por cuenta de la empresa privada, el principio básico establecido
preveía la obligación del Estado de garantizar el pago de una pronta y adecuada indemnización
en caso de daño transfronterizo.
12) En el párrafo 2 se enuncia la primera medida importante que cada Estado debería adoptar,
a saber: la asignación de la responsabilidad al explotador o, cuando proceda, a otra persona o
entidad. En el comentario al proyecto de principio 1 ya se ha explicado lo que significa el
término "explotador". Sin embargo, cabe destacar que en caso de daño sensible la
responsabilidad incumbe428 al explotador de la instalación. Existen, no obstante, otras
posibilidades. En el caso de los buques, la responsabilidad corresponde al propietario, no al
explotador. Eso significa que los fletadores, que pueden ser los explotadores efectivos, no son
responsables en virtud, por ejemplo, del Convenio internacional sobre responsabilidad civil
nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos, de 1992. En otros casos, la
responsabilidad se asigna a más de una entidad. Según el Protocolo de Basilea, los generadores,
los exportadores, los importadores y los eliminadores de desechos pueden ser responsables en las
diversas fases del tránsito de los desechos. El principio real subyacente no es que los
"explotadores" son siempre responsables, sino que la responsabilidad primordial incumbe a la
parte que tiene un control más efectivo del riesgo en el momento del accidente o dispone de una
capacidad más efectiva para proporcionar una indemnización.
428
Según Goldie, los convenios sobre responsabilidad nuclear iniciaron la nueva tendencia de
asignar la responsabilidad al explotador "por larga que fuera la cadena causal y por nuevos que
fueran los factores implicados (excepto un número muy limitado de factores exculpatorios)".
Véase L. F. E. Goldie, "Concepts of Strict and Absolute Liability and the Ranking of Liability in
terms of Relative Exposure to Risk", XIV Netherlands Yearbook of International Law, 174 a 248
(1985), pág. 196. Sobre esta cuestión véase también Goldie, "Liability for Damage and the
Progressive Development of International Law", 14 I.C.L.Q. (1965), pág. 1189,
págs. 1215 a 1218.
221
comentario al proyecto de principio 3 supra, dicho principio tiene sus propias limitaciones y ha
de aplicarse con flexibilidad. A pesar de su repercusión en la tendencia actual de los Estados a
internalizar progresivamente los costos de las industrias contaminantes, el principio no se suele
considerar todavía parte del derecho internacional general.
14) El párrafo 2 dispone también que la responsabilidad no debe basarse en la prueba de culpa.
Las actividades peligrosas y extremadamente peligrosas, que constituyen la materia objeto del
presente proyecto de principios, entrañan operaciones complejas y conllevan ciertos riesgos
inherentes de causar daños sensibles. En tales asuntos, se reconoce en general que no debería
exigirse la prueba de culpa o negligencia y que la persona debería ser tenida por responsable aun
cuando hubiera empleado toda la diligencia necesaria que cabía esperar de una persona prudente.
La responsabilidad objetiva se ha reconocido en muchas jurisdicciones al asignar la
responsabilidad con respecto a actividades que conllevan un peligro o un riesgo inherente429.
En cualquier caso, puede considerarse que se trata de una medida de desarrollo progresivo del
derecho internacional. La responsabilidad objetiva se ha adoptado como base del régimen de
responsabilidad en varios instrumentos, entre los que figuran convenios negociados
recientemente, como por ejemplo en el artículo 4 del Protocolo de Kyiv, el artículo 4 del
Protocolo de Basilea y el artículo 8 del Convenio de Lugano.
15) Existen varias razones para esta adopción de la responsabilidad objetiva. Libera a los
demandantes de la carga de la prueba cuando se trata de actividades que entrañan riesgo y que
conllevan procesos e instalaciones industriales relativamente complejos desde el punto de vista
técnico. Sería injusto e inapropiado imponer al demandante la pesada carga de probar la culpa o
negligencia con respecto a actividades tecnológicas altamente complejas, cuyos riesgos y
procedimientos la industria interesada guarda celosamente secretos.
16) Además, como los beneficios relacionados con la actividad de riesgo constituyen una de
las motivaciones para que el explotador emprenda esa actividad, en general se supone que los
regímenes de responsabilidad objetiva proporcionan incentivos para una mejor gestión de los
riesgos creados. Esta es una suposición que puede no ser siempre válida. Dado que estas
429
Véase Secretaría de las Naciones Unidas, Estudio..., op. cit., cap. I.
222
actividades se han aceptado sólo debido a su utilidad social y al hecho de ser indispensables para
el crecimiento económico, los Estados quizás deseen, en cada momento oportuno, estudiar la
posibilidad de reexaminar si siguen siendo indispensables y explorar soluciones más respetuosas
con el medio ambiente y que al mismo tiempo presenten menos riesgos.
18) Cabe aducir que el sistema de responsabilidad limitada es insatisfactorio, ya que no puede
proporcionar incentivos suficientes al explotador para que adopte medidas de prevención más
estrictas. Si los límites se fijan muy bajos, el sistema podría incluso convertirse en una licencia
para contaminar o causar daños a otros y para externalizar los costos reales del explotador.
Además, el sistema puede no estar en condiciones de satisfacer todas las demandas y
reclamaciones legítimas de las víctimas inocentes para la reparación en caso de daño. Por tal
razón, es importante fijar los límites de la responsabilidad financiera a un nivel suficientemente
alto, teniendo presentes la magnitud del riesgo que entraña la actividad y la razonable posibilidad
de que los seguros cubran una parte importante del mismo.
19) Una de las ventajas de la responsabilidad objetiva pero limitada, desde el punto de vista de
la víctima, consiste en que la persona interesada no necesita probar que ha habido negligencia y
también sabe precisamente contra quién dirigir su demanda.
430
Véase Robin R. Churchill, "Facilitating (Transnational) Civil Liability Litigation
for Environmental Damage by Means of Treaties: Progress, Problems, and
223
20) En los casos en que el perjuicio es causado por más de una actividad y no puede
razonablemente atribuirse a una de ellas o no puede efectuarse una separación con un grado de
certidumbre suficiente, las leyes nacionales han tendido a imponer una responsabilidad
solidaria431. Algunos instrumentos internacionales vigentes también prevén este tipo de
responsabilidad432.
21) Los límites son bien conocidos en el caso de los regímenes por los que se rige la
contaminación por hidrocarburos en el mar y los incidentes nucleares. Por ejemplo, en virtud del
Convenio internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por
hidrocarburos, de 1992, el límite máximo de la responsabilidad del propietario del buque es
de 59,7 millones de derechos especiales de giro; más allá de ese límite, el Fondo Internacional de
Indemnización de Daños Causados por la Contaminación de Hidrocarburos está obligado a
indemnizar a la víctima del daño hasta un total de 135 millones de DEG (incluidas las cantidades
recibidas del propietario), o si se trata de daños resultantes de fenómenos naturales, 200 millones
224
de DEG433. De manera análoga, en la Convención de Viena sobre responsabilidad civil por
daños nucleares, de 1997, se prescriben también límites apropiados de la responsabilidad del
explotador434.
433
Párrafo 1 del artículo V del Protocolo de 1992 y artículo 4 del Convenio internacional sobre
la constitución del Fondo. Tras el hundimiento del Erika cerca de la costa francesa en diciembre
de 1999, el límite máximo se elevó a 89,77 millones de DEG, con efecto a partir del 1º de
noviembre de 2003. En virtud de las enmiendas de 2000 al Protocolo, de 1992 relativo al Fondo,
que iban a entrar en vigor en noviembre de 2003, la suma se ha elevado de 135 millones de DEG
a 203 millones de DEG. Si tres Estados contribuyentes al Fondo reciben más de 600 millones
de toneladas de petróleo al año, la suma máxima se eleva de 200 millones de DEG
a 300.740.000 DEG. Véase Sands, Principles ..., op. cit. págs. 915 y 917.
434
Para el texto, véase 36 I.L.M. (1997) 1473. El Estado donde está la instalación tiene que
garantizar que el explotador se hace responsable por cualquier incidente que se produzca hasta
una cantidad no inferior a 300 millones de DEG o por un período de transición de diez años;
además dicho Estado debe garantizar una suma provisional de 150 millones de DEG. En la
Convención sobre indemnización suplementaria por daños nucleares de 1997 se prevé una suma
adicional que puede superar los 1.000 millones de dólares. Véanse los artículos III y IV. Para el
texto, véase 33 I.L.M. (1994) 1518.
225
derechos de las víctimas podrían salvaguardarse mejor de varias maneras. Por ejemplo, se puede
invertir la carga de la prueba, exigiendo al explotador que pruebe que no ha habido negligencia
ni conducta dolosa. Pueden sacarse amplias inferencias del hecho de que se trata de una
actividad intrínsecamente peligrosa. Podría imponerse al explotador la obligación legal de
permitir que las víctimas o el público tengan acceso a la información relativa a las actividades
correspondientes.
24) La responsabilidad objetiva puede aliviar la carga que, de lo contrario, deberían soportar
las víctimas para probar la culpa del explotador, pero no elimina las dificultades que entraña el
establecer el nexo causal necesario entre el daño y el origen de la actividad. El principio de la
causalidad está ligado a las cuestiones de previsibilidad y proximidad o pérdida directa. En los
casos en que se prefiere la responsabilidad por culpa, cabe señalar que sería posible interponer
una demanda por negligencia para obtener la indemnización de un daño si el demandante
demuestra que: a) el demandado se había obligado respecto de él a emplear un determinado
grado de diligencia; b) el demandado incumplió tal obligación; c) el incumplimiento del
demandado fue la causa inmediata del daño causado al demandante; y d) el demandante sufrió
un perjuicio.
25) Tribunales de distintos países han aplicado el principio y las nociones de causa próxima,
causalidad adecuada, previsibilidad y probabilidad del daño. Esta rama del derecho es muy
discrecional e impredecible. Distintos países han aplicado esas nociones con resultados diversos.
Se puede indicar que el criterio de la proximidad parece haberse suavizado progresivamente en
la moderna doctrina de la responsabilidad extracontractual. Ha habido una evolución desde la
estricta teoría de la condición sine qua non pasando por el criterio de la previsibilidad
("adecuación") hasta un criterio de causalidad menos riguroso, que tan sólo requiere una
"imputación razonable" del perjuicio. Además, el criterio de la previsibilidad podría perder cada
vez más importancia con los avances en los campos de la medicina, la biología, la bioquímica, la
estadística y otras disciplinas pertinentes. Teniendo en cuenta todas estas razones, cabe pensar
que sería difícil incluir esos criterios en un modelo analítico más general de la asignación de la
226
pérdida435. No obstante, cada Estado debe abordar todas estas cuestiones al elaborar su régimen
de responsabilidad.
26) Incluso cuando existe un nexo causal, pueden plantearse cuestiones difíciles en relación
con las demandas que pueden dar derecho a indemnización, como la pérdida financiera, el
pretium doloris, la incapacidad permanente, los perjuicios de disfrute o la pérdida de relaciones
maritales y la evaluación del daño. De forma similar, el daño causado a un bien que pueda ser
reparado o sustituido puede ser indemnizado teniendo en cuenta el valor de reparación o de
sustitución. Pero es difícil indemnizar los daños causados a objetos de valor histórico o cultural
si no es sobre la base de una evaluación arbitraria adaptada a cada caso. Además, cuanto más
débil y vago sea el vínculo con el bien dañado, menor será la certeza de que existe un derecho a
indemnización. También se discute si una pérdida puramente económica que implique para el
perjudicado la pérdida del derecho a disfrutar de un equipamiento colectivo, pero que no le
suponga una pérdida personal directa o una lesión a un derecho patrimonial, podría dar derecho a
indemnización436. No obstante, las pérdidas estrictamente económicas, como las sufridas por un
hotel son indemnizables, por ejemplo en Suecia y Finlandia, pero no en otros países437.
27) El párrafo 2 también trata la cuestión de las condiciones de exoneración. Es también usual
que los regímenes y leyes nacionales que establecen la responsabilidad objetiva especifiquen un
conjunto limitado de excepciones bastante uniformes a la responsabilidad del explotador. Un
ejemplo típico de las excepciones a la responsabilidad puede hallarse en los artículos 8 y 9 del
Convenio de Lugano, en el artículo 3 del Convenio de Basilea o en el artículo 4 del Protocolo de
435
Véase Peter Wetterstein "A Proprietary or Possessory Interest…" págs. 29 a 53,
especialmente pág. 40.
436
Ibíd, pág. 32.
437
Jan M. Van Dunne, "Liability for Pure Economic Loss: Rule or Exception? A Comparatist's
View of the Civil Law -Common Law split on compensation of Non-Physical Damage in Tort
Law", Revue européenne de droit privé 1999, págs. 397 a 428. Véase también Weller and
Company c. Foot and Mouth Disease Research Institute, 1 QB, 1966, pág. 569.
227
Kyiv438. Se está exento de responsabilidad si, a pesar de haberse adoptado todas las medidas
apropiadas, el daño fue resultado de: a) un acto derivado de un conflicto armado, hostilidades,
guerra civil o insurrección; o b) un fenómeno natural de carácter excepcional, inevitable,
imprevisible e irresistible; o c) exclusivamente del cumplimiento de una disposición obligatoria
de una autoridad pública del Estado donde se haya producido el daño; o d) exclusivamente de la
conducta ilícita internacional de un tercero.
438
Con arreglo a los párrafos 2 y 3 del artículo III del Convenio internacional sobre
responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos, de 1992, los
actos de guerra, hostilidades, guerra civil e insurrección o un fenómeno natural de carácter
excepcional, inevitable e irreversible son elementos que exoneran de responsabilidad al
propietario, independientemente de la negligencia de parte del demandante. Véanse también el
artículo III del Convenio Internacional sobre Responsabilidad Civil por Daños Causados por la
Contaminación de las Aguas del Mar por Hidrocarburos, de 1969; el artículo 3 del Convenio
Internacional de 2001 sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por
los hidrocarburos para combustible de los buques; el artículo 7 del Convenio internacional
de 1996 sobre responsabilidad e indemnización de daños en relación con el transporte marítimo
de sustancias nocivas y potencialmente peligrosas; el artículo 3 del Convenio de 1977 sobre
responsabilidad civil por los daños de contaminación por hidrocarburos resultantes de la
exploración y explotación de los recursos minerales de los fondos marinos se refiere en términos
similares al explotador de una instalación; el artículo 3 de la Convención de 1989 sobre la
responsabilidad civil por daños causados durante el transporte de mercaderías peligrosas por
carretera, ferrocarril y buques fluviales.
228
28) Si, no obstante, la persona que ha sufrido el daño lo ha causado, o ha contribuido a él, por
su propia culpa, la indemnización puede denegarse o reducirse teniendo en cuenta todas las
circunstancias.
29) Si el explotador está exento de responsabilidad por cualquiera de las razones señaladas
anteriormente, ello no significa sin embargo que las víctimas deban afrontar las pérdidas por sí
solas. Es habitual que los Estados otorguen a las víctimas pagos ex gratia, además de
proporcionarles socorro y asistencia para la rehabilitación. Por otra parte, también podría
obtenerse indemnización gracias a mecanismos de financiación complementarios. En el caso de
exención de responsabilidad del explotador fundada en la excepción relativa a la observancia del
ordenamiento jurídico del Estado, existe también la posibilidad de presentar una demanda de
indemnización contra el Estado de que se trate.
30) El párrafo 3 se refiere a otra medida importante que debería adoptar el Estado. Debería
obligar al explotador (o, si procede, a otra persona o entidad) a disponer de fondos suficientes no
sólo para gestionar la actividad peligrosa con seguridad y con toda la precaución que quepa
esperar de una persona prudente en las circunstancias del caso, sino también para poder hacer
frente a las demandas de indemnización, en caso de accidente o incidente. A tal efecto, se puede
exigir al explotador que cuente con las garantías financieras necesarias.
31) El Estado interesado puede fijar límites mínimos a las garantías financieras constituidas
con ese propósito, teniendo en cuenta los recursos de capital de que se dispone a través de los
bancos u otros organismos financieros. Incluso los planes de seguros pueden exigir un mínimo
de solvencia financiera del explotador para otorgar cobertura. Con arreglo a la mayoría de los
regímenes de responsabilidad, el explotador está obligado a contratar un seguro y constituir otras
garantías financieras adecuadas439. Ello puede ser especialmente necesario para poder acogerse
439
En cuanto a la práctica de los tratados, véase, por ejemplo, el artículo III de la Convención
de 1962 sobre la Responsabilidad de los Explotadores de Buques Nucleares; el artículo VII del
Protocolo de 1997 de la Convención de Viena de 1963 sobre responsabilidad civil por daños
nucleares; el artículo VII de la Convención de Viena de 1963 sobre responsabilidad civil por
daños nucleares; el artículo 10 del Convenio de 1960 acerca de la responsabilidad civil en
materia de energía nuclear; y el artículo 10 del Protocolo de 2004 de enmienda del Convenio
de 1960 acerca de la responsabilidad civil en materia de energía nuclear. Véase asimismo el
229
al régimen de responsabilidad financiera limitada, en los casos en que éste existe. Sin embargo,
en vista de la diversidad de sistemas jurídicos y de las diferencias de situación económica, se
podría dejar a los Estados cierta flexibilidad con respecto a los requisitos exigidos en materia de
garantías financieras adecuadas y los medios para constituirlas440. Además, para que un sistema
de seguros sea eficaz, puede ser necesaria una amplia participación de los Estados
potencialmente interesados441.
33) La experiencia adquirida en los mercados de seguros, que en los Estados Unidos están muy
desarrollados, se puede transferir rápidamente a otros mercados, ya que el sector de los seguros
es un mercado cada vez más globalizado. El artículo 14 de la Directiva 2004/35/CE de la Unión
artículo V del Convenio internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a
contaminación por hidrocarburos de 1992; el artículo 12 del Convenio internacional sobre
responsabilidad e indemnización de daños en relación con el transporte marítimo de sustancias
nocivas y potencialmente peligrosas, de 1996; el artículo 7 del Convenio internacional sobre
responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por los hidrocarburos para
combustibles de los buques; el artículo 14 del Protocolo de Basilea; el artículo 11 del Protocolo
de Kyiv; y el artículo 12 del Convenio de Lugano.
440
Véase, por ejemplo, la declaración de China, en Documentos Oficiales de la Asamblea
General, quincuagésimo octavo período de sesiones, Actas resumidas de la Sexta Comisión,
A/C.6/58/SR.19, párr. 43.
441
Véase por ejemplo, la declaración de Italia, ibíd., A/C.6/58/SR.17, párr. 28.
442
Véase Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre responsabilidad
ambiental en relación con la prevención y reparación de daños ambientales, Bruselas, 23 de
enero de 2002, COM (2002) 17 final, págs. 8 a 10.
230
Europea sobre responsabilidad medioambiental en relación con la prevención y reparación de
daños medioambientales, por ejemplo, dispone que los Estados miembros adoptarán medidas
para fomentar el desarrollo, por parte de los operadores económicos y financieros
correspondientes, de mercados e instrumentos de garantía financiera, incluyendo mecanismos
financieros en caso de insolvencia, con el fin de que los operadores puedan recurrir a garantías
financieras para hacer frente a sus responsabilidades en virtud de la Directiva.
35) Los párrafos 4 y 5 versan sobre las otras medidas igualmente importantes a las que el
Estado debería otorgar una atención prioritaria. Se trata de la creación en el ámbito nacional de
un fondo complementario. Naturalmente ello no impide que asuman las responsabilidades
entidades subordinadas de la administración si se trata de un Estado con sistema federal. Todos
los sistemas existentes de asignación de pérdidas prevén algún tipo de financiación
complementaria para atender las demandas de indemnización cuando el explotador no disponga
de fondos suficientes para indemnizar a las víctimas. La mayoría de los regímenes de
responsabilidad relativos a actividades peligrosas prevén fuentes adicionales de recursos para
hacer frente a las demandas de daños y perjuicios, y en especial para sufragar los costos de las
medidas de respuesta y rehabilitación que son indispensables para contener el daño y para
restablecer el valor de los recursos naturales y los equipamientos colectivos afectados.
231
palabras, el Estado asumiría una parte de la carga de la pérdida creada por el daño. La segunda
partida se imputaría a un fondo común financiado mediante las contribuciones de los
explotadores del mismo tipo de actividades peligrosas o de entidades en cuyo beneficio directo
se realizara la actividad peligrosa o de riesgo. No suele indicarse expresamente qué tipo de
fondo -el creado por los explotadores, o los beneficiarios o el creado por el Estado- prestaría, con
carácter prioritario, la reparación cuando se hubieran alcanzado los límites de la responsabilidad
del explotador.
Principio 5
Medidas de respuesta
Comentario
232
casos. Por otra parte, no se pretende excluir la posibilidad de que el primero en reaccionar sea
un explotador, por ejemplo una sociedad transnacional.
443
Para el texto y los comentarios de los artículos 16 y 17 del proyecto de artículos sobre la
prevención, véase Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo tercer período
de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56//10), párr. 370 a 436, especialmente págs. 429 a 433.
El punto de vista de que las obligaciones impuestas por tratados de mantener planes para
situaciones imprevistas y responder a situaciones de emergencia debidas a la contaminación del
medio ambiente deben considerarse parte del deber del Estado de actuar con la debida diligencia
en el control de las fuentes de daños conocidos al medio ambiente se expresa en Birnie y Boyle,
International Law..., op. cit., pág. 137. Los autores señalan también en la página 136 que
"es legítimo considerar que el asunto del Estrecho de Corfú hace jurisprudencia en lo que
respecta a la obligación de derecho consuetudinario de avisar de los riesgos conocidos de daños
ambientales".
444
Véase Corfu Channel, ICJ Reports 1949, pág. 4, especialmente pág. 22. Con respecto a ese
concepto particular como parte de las "obligaciones... basadas... en ciertos principios generales y
bien reconocidos", distintos de las fuentes tradicionales de derecho internacional enumeradas en
el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, véase Bruno Simma, "From
233
consulte a los Estados que pueden resultar afectados para determinar cuáles son las medidas de
respuesta más adecuadas para prevenir o aminorar el daño transfronterizo445. En la segunda
oración del presente proyecto de principio cabe distinguir diversos niveles de interacción, a
saber, la notificación, la consulta y la cooperación. Se considera que la palabra "pronta" es más
apropiada para "notificación", pero puede no ser del todo adecuada en una situación de
emergencia con referencia a la "consulta" y la "cooperación", que tienen un carácter más
consensual, se basan en la buena fe y por lo general responden a una solicitud. Se considera que
la expresión "cuando proceda" responde adecuadamente a esas necesidades y es suficientemente
flexible para abarcar una gran diversidad de procesos de interacción según las circunstancias de
cada caso.
5) A la inversa, se supone que los Estados que puedan resultar afectados cooperen plenamente
con el Estado de origen. Queda entendido que adoptar medidas de respuesta es también
importante para los Estados que se han visto o pueden verse afectados por el daño
transfronterizo. Estos Estados deberían adoptar las medidas de respuesta que estén a su alcance
en las zonas bajo su jurisdicción a fin de contribuir a prevenir o aminorar el daño transfronterizo.
Dichas medidas de respuesta son esenciales no sólo en el interés público sino también para que
las autoridades y tribunales competentes puedan tramitar las subsiguientes demandas de
indemnización y reembolso de los gastos efectuados para adoptar medidas de respuesta
consideradas razonables446.
Bilateralism to Community Interest in International Law", Recueil des Cours, vol. 250
(1994-VI), págs. 291 y 292.
445
Acerca de la obligación de los Estados de notificar y de consultarse con miras a adoptar
medidas apropiadas para aminorar el daño, véase el principio 18 de la Declaración de Río; la
Convención sobre los efectos transfronterizos de los accidentes industriales, de 1992; el
Convenio sobre la diversidad biológica, de 1992; y el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad
de la Biotecnología, de 2000, y los tratados sobre accidentes nucleares y la Convención del
OIEA sobre la pronta notificación de accidentes nucleares, de 1986. Véase también Sands,
Principles..., op. cit., págs. 841 a 847.
446
En general, en lo que respecta al carácter razonable como criterio para calcular los gastos que
pueden recuperarse, véase Peter Wetterstein, "A Proprietory or Possessory Interest...", op. cit.
págs. 47 a 50.
234
6) Ninguna medida que el Estado adopte en respuesta a la emergencia creada por la actividad
peligrosa relega ni debe relegar al explotador a un papel secundario o supletorio. El explotador
está igualmente obligado a mantenerse dispuesto a intervenir en caso de emergencia y de poner
en práctica medidas de respuesta en cuanto se produce el incidente. El explotador puede y debe
dar al Estado toda la asistencia necesaria para que cumpla con sus obligaciones. En particular, el
explotador está en la situación mejor para indicar los detalles del accidente, su naturaleza, el
momento y el lugar exactos en que se ha producido y las medidas que las partes que puedan
resultar afectadas podrían adoptar para reducir al mínimo las consecuencias del daño447. En caso
de que el explotador no pueda adoptar las medidas de respuesta necesarias, el Estado de origen
debería tomar las disposiciones precisas para adoptar tales medidas448. Para ello puede recabar la
ayuda necesaria y disponible de otros Estados u organizaciones internacionales competentes.
Principio 6
235
Comentario
449
En el caso de los daños causados a pescadores japoneses por los ensayos nucleares
llevados a cabo por los Estados Unidos de América en 1954 cerca de las Islas Marshall, este
último país pagó al Japón 2 millones de dólares de los EE.UU. Whiteman, Digest of
International Law, vol. 4, pág. 565. Véase también en E. Margolis, "The Hydrogen Bomb
Experiments and International Law", 64 Yale Law Journal (1955), pág. 629, especialmente
págs. 638 y 639. Acerca de los 3 millones de dólares canadienses pagados en concepto de
indemnización por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas al Canadá tras el accidente del
Cosmos 954 ocurrido en enero de 1978, véase Sands, Principles..., op. cit., pág. 887. Véase
también 18 I.L.M. (1979) 907. El autor señala asimismo que, aunque varios Estados europeos
pagaron indemnizaciones a sus nacionales por los daños sufridos a consecuencia del accidente
nuclear de Chernobyl, no intentaron presentar oficialmente una demanda de indemnización, aun
cuando se reservaron el derecho a hacerlo, ibíd., págs. 886 a 889. Cabe mencionar también los
proyectos de artículo 21 y 22 aprobados por el Grupo de Trabajo de la Comisión en 1996. En el
artículo 21 se recomendaba que el Estado de origen y los Estados afectados negociaran a petición
de cualquiera de las partes la naturaleza y la cuantía de la indemnización u otra forma de
reparación. El artículo 22 hacía referencia a varios factores que los Estados debían tener en
cuenta para determinar el monto más equitativo de la indemnización. Para el informe del Grupo
de Trabajo de la Comisión, de 1996, véase Documentos Oficiales de la Asamblea General,
quincuagésimo primer período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/51/10), págs. 320 a 327.
236
particulares afectados y entre esos particulares y la persona responsable de la actividad que ha
causado el daño sensible. Podría acordarse el pago de una suma global como indemnización, ya
sea de resultas de un juicio, ya sea mediante un arreglo extrajudicial450. Las víctimas podrían
recibir inmediatamente una indemnización razonable con carácter provisional, en espera de la
decisión sobre la admisibilidad de la reclamación y sobre la cuantía efectiva de la indemnización
pagadera. Las comisiones nacionales o mixtas de reclamaciones establecidas con ese fin podrían
examinar las reclamaciones y decidir la cuantía definitiva de las indemnizaciones451.
3) La Comisión de Indemnización de las Naciones Unidas452 puede servir de modelo útil para
algunos de los procedimientos a que se refiere el párrafo 2. En este caso, las víctimas son
autorizadas a recurrir al procedimiento internacional establecido sin estar obligadas a agotar los
recursos internos. Ello permite satisfacer las reclamaciones en un corto período de tiempo.
450
En relación con la catástrofe causada por la fuga de gases en Bhopal, el Gobierno de la India
intentó acumular las reclamaciones de las víctimas. Procuró obtener indemnización en primer
lugar ante los tribunales de los Estados Unidos, pero, por motivo de forum non-conveniens, el
asunto se dirimió ante la Corte Suprema de la India. La Ley relativa a la catástrofe causada por
la fuga de gases en Bhopal (Sustanciación de reclamaciones), de 1985, sienta las bases para la
acumulación de las demandas de indemnización. La Corte Suprema de la India, en el asunto
Union Carbide Corporation v. Union of India and others, All India Reports 1990 SC 273, dictó
una orden en la que fijaba la cuantía de la indemnización global que debía pagarse. Dispuso que
Union Carbide pagara una suma global de 470 millones de dólares a la Unión de la India como
liquidación total de todas las reclamaciones, derechos y obligaciones relacionados con la
catástrofe de Bhopal o derivados de él. La demanda de indemnización original del Gobierno de
la India era de más de 1.000 millones de dólares.
451
Con respecto a la concesión en abril de 2002 de 324.949.311 dólares a la población de
Enewatak en concepto de daños a la tierra resultantes del programa nuclear llevado a cabo por
los Estados Unidos de América entre 1946 y 1958, véase 39 I.L.M. (2000) 1214.
452
Creada en cumplimiento de la resolución 687 (1991) del Consejo de Seguridad. Véanse
asimismo las resoluciones 674 (1990) y 692 (1991) del Consejo de Seguridad y el Informe del
Secretario General presentado en cumplimiento del párrafo 19 de la resolución 687 (1991) del
Consejo de Seguridad, documento 5/22559. Sobre el procedimiento adoptado por la Comisión
de Indemnización de las Naciones Unidas, véase Mojtaba Kazazi, "Environmental Damage in
the Practice of the UN Compensation Commission", en Michel Bowman y Alan Boyle,
Environmental Damage..., op.cit., págs. 111 a 113.
237
4) La Comisión es consciente de los elevados costos y gastos que entraña presentar
reclamaciones en el plano internacional. También sabe que se tarda mucho tiempo en resolver
algunas reclamaciones internacionales. La referencia a que los procedimientos tienen que ser
rápidos y entrañar unos gastos mínimos obedece al deseo de no sobrecargar a la víctima con un
largo procedimiento similar a un proceso judicial que pueda disuadirla de presentar su
reclamación.
238
prevención, en la cual los Estados están obligados a gestionar con la diligencia debida el riesgo
que entrañan las actividades peligrosas. En el artículo 32 de la Convención sobre el derecho de
los usos de los cursos de agua internacionales para fines distintos de la navegación, de 1997,
figura una disposición análoga relativa a las demandas de indemnización del daño efectivamente
sufrido a pesar de todos los esfuerzos realizados para prevenirlo.
453
K. W. Cuperus y Alan E. Boyle, "Articles on Private Law Remedies for Transboundary
Damage in International Watercourses", en Report of the Sixty-Seventh Conference, Helsinki
(Finlandia), (1996), pág. 407.
454
Ibíd., págs. 403 a 411, especialmente pág. 406.
239
residencia habitual en el territorio de esa parte; o c) el explotador tiene su establecimiento
principal en ese territorio. El artículo 19 de la Convención de Lugano de 1993, el artículo 17 del
Protocolo de Basilea y el artículo 13 del Protocolo de Kyiv ofrecen una elección de foros similar.
Principio 7
Comentario
240
independientemente de lo que los Estados deban hacer en el ámbito interno para cumplir sus
obligaciones en materia de medidas de respuesta y de indemnización, la certidumbre y la
coherencia de la práctica en esta esfera requieren también acuerdos internacionales. Este
principio señala la necesidad de que los Estados concierten acuerdos específicos y los adapten a
las circunstancias particulares de las diversas actividades peligrosas. También reconoce que, en
el régimen de responsabilidad por daños transfronterizos, hay diversas variables cuya selección o
elección es preferible dejar a discreción de los distintos Estados o a su legislación o práctica
nacionales, teniendo en cuenta sus propias necesidades, realidades políticas y fases de desarrollo
económico. Es probable que unos acuerdos concertados en el plano regional con respecto a
categorías específicas de actividades peligrosas sean más productivos y duraderos en lo que
concierne a proteger los intereses de sus ciudadanos, el medio ambiente y los recursos naturales
de los que dependen.
3) También cabe recordar que desde que empezó a examinarse el tema la Comisión partió del
supuesto de que su finalidad primordial era "fomentar la elaboración de regímenes para regular,
sin recurrir a la prohibición, la realización de cualquier actividad concreta que se advierta que
entraña peligros reales o potenciales de carácter esencial y que tenga efectos transnacionales"455.
Según este punto de vista, el término liability entrañaba "un deber de prestación, una obligación
(en contraposición a un derecho)"456 y, por consiguiente, designaba no sólo las consecuencias del
incumplimiento de una obligación, sino también la obligación misma. Este tema, así
considerado, trataba de las responsabilidades primordiales del Estado, al tiempo que tenía en
cuenta la existencia y la conciliación de "intereses legítimos y de múltiples factores"457.
Quedaba entendido además que se trataba no sólo de elaborar principios de prevención como
parte de una obligación de diligencia debida y razonable, sino también de establecer un régimen
adecuado y acordado de indemnización, como reflejo de la aplicación de principios de equidad.
455
Anuario..., 1980, vol. II (Primera parte), pág. 259, informe preliminar, documento
A/CN.4/334, pág. 262, párr. 9.
456
Ibíd., párr. 12.
457
Ibíd., párr. 38.
241
Esta es la filosofía que impregnaba todo el plan, cuya designación más apropiada es la de plan de
"expectativas compartidas"458 con "posibilidades ilimitadas" para los Estados459.
Principio 8
Aplicación
Comentario
458
Las "expectativas compartidas" son aquellas que: a) "se han expresado en la correspondencia
u otras comunicaciones entre los Estados interesados o, en la medida en que no se hayan
expresado de ese modo, b) pueden deducirse implícitamente de principios comunes, legislativos
o de otro carácter, o de normas de conducta normalmente observadas por los Estados interesados
o en cualquier agrupación regional o de otro tipo a que ambos pertenezcan o en la colectividad
internacional". Anuario..., 1982, vol. II (Primera parte), pág. 61, especialmente pág. 76,
documento A/CN.4/360. Plan esquemático, sec. 4, párr. 4. En cuanto a la naturaleza de las
"expectativas compartidas", Barboza explicó que "tienen cierta fuerza de creación de derechos".
"Eso cae dentro de la aplicación del principio de la buena fe, del estoppel, o de lo que suele
llamarse, en algunos sistemas jurídicos, la doctrina de los actos propios." Véase el segundo
informe sobre el tema de la responsabilidad internacional, Anuario..., 1986, vol. II (Primera
parte), documento A/CN.4/402, párr. 22.
459
Informe preliminar, Anuario..., 1980, vol. II, (Primera parte), párr. 48.
242
disposiciones de aplicación deberían llevarse a efecto sin discriminación alguna. El término
"alguna" indica que ninguna discriminación, cualquiera que sea el motivo es válida. Las
referencias a la nacionalidad, el domicilio o la residencia son sólo ejemplos, aunque ejemplos
frecuentes y pertinentes de estos motivos de discriminación, en el contexto de la resolución de
reclamaciones relativas a daños transfronterizos.
2) El párrafo 3 es una cláusula general, que dispone que los Estados deberían cooperar entre
sí en la aplicación del presente proyecto de principios, de conformidad con las obligaciones que
les incumben en virtud del derecho internacional. Esta disposición se basa en el artículo 8 del
Protocolo de Kyiv. Es imposible exagerar la importancia de los mecanismos de aplicación.
Desde la perspectiva del derecho internacional general y convencional, esta disposición se aplica
en el plano internacional esencialmente entre Estados y se debe llevar a efecto en el plano
nacional mediante técnicas internas específicas, constitucionales, legislativas y de otro tipo. El
artículo 26 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados enuncia el principio
fundamental pacta sunt servanda. El artículo 27 de la misma Convención recuerda el conocido
principio según el cual los Estados no pueden invocar las disposiciones de su derecho interno ni
las lagunas de ese derecho como justificación del incumplimiento de sus obligaciones
convencionales460. Es importante que los Estados promulguen leyes nacionales adecuadas para
aplicar estos principios, a fin de que las víctimas de daños transfronterizos no se queden sin el
debido amparo legal.
460
Anthony Aust, Modern Treaty Law and Practice (Cambridge, 2000), cap. 10,
págs. 143 a 161, especialmente pág. 141. Sobre la aplicación de las decisiones internacionales a
nivel nacional, hay numerosas publicaciones referentes a la experiencia de distintos países.
Véase Naciones Unidas, International Law: Collection of Essays (Nueva York, 1999), cap. III,
págs. 165 a 221.
243
CAPÍTULO VIII
A. Introducción
177. En el informe sobre la labor realizada en su 48º período de sesiones, celebrado en 1996, la
Comisión propuso a la Asamblea General que se incluyera, como tema apropiado para la
codificación y el desarrollo progresivo del derecho internacional, el derecho de los actos
unilaterales de los Estados461.
178. La Asamblea General, en el párrafo 13 de su resolución 51/160, entre otras cosas invitó a
la Comisión a que prosiguiera el examen del tema titulado "Actos unilaterales de los Estados" e
indicara su alcance y contenido.
179. En su 49º período de sesiones, en 1997, la Comisión estableció un Grupo de Trabajo sobre
ese tema, que informó a la Comisión sobre la oportunidad y viabilidad de su estudio, el posible
alcance y contenido del tema y el esquema del estudio. En el mismo período de sesiones, la
Comisión examinó e hizo suyo el informe del Grupo de Trabajo462.
180. También en su 49º período de sesiones la Comisión nombró Relator Especial del tema
al Sr. Víctor Rodríguez Cedeño463.
461
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo primer período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/51/10), págs. 249 y 250, y 357 a 359.
462
Ibíd., quincuagésimo segundo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/52/10),
párrs. 196 a 210, y 194.
463
Ibíd., párrs. 212 y 234.
244
182. En su 50º período de sesiones, en 1998, la Comisión tuvo ante sí y examinó el primer
informe del Relator Especial sobre el tema464. De resultas del debate, la Comisión decidió volver
a constituir el Grupo de Trabajo sobre los actos unilaterales de los Estados.
183. El Grupo de Trabajo informó a la Comisión sobre las cuestiones relacionadas con el
alcance del tema, su enfoque, la definición del acto unilateral y la futura labor del Relator
Especial. En el mismo período de sesiones, la Comisión examinó e hizo suyo el informe del
Grupo de Trabajo465.
184. En su 51º período de sesiones, en 1999, la Comisión tuvo ante sí y examinó el segundo
informe del Relator Especial sobre el tema466. A raíz de las deliberaciones, la Comisión decidió
reconstituir el Grupo de Trabajo sobre los actos unilaterales de los Estados.
185. El Grupo de Trabajo informó a la Comisión acerca de: a) los elementos básicos de
una definición operativa de los actos unilaterales como punto de partida de los trabajos
ulteriores sobre el tema y de la recopilación de la práctica de los Estados en esta materia;
b) el establecimiento de directrices generales para la recopilación de la práctica de los Estados,
y c) la dirección en que había de desarrollarse la labor futura del Relator Especial. En relación
con el punto b), el Grupo de Trabajo estableció las directrices para un cuestionario que la
Secretaría había de enviar a los Estados, en consulta con el Relator Especial, para pedirles
materiales e información sobre su práctica en la esfera de los actos unilaterales, así como su
parecer respecto de determinados aspectos del estudio de la Comisión sobre el tema.
186. En su 52º período de sesiones, en 2000, la Comisión examinó el tercer informe del Relator
Especial sobre el tema467, junto con el texto de las respuestas recibidas de los Estados468 al
464
A/CN.4/486.
465
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo tercer período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/53/10), párrs. 192 a 201.
466
A/CN.4/500 y Add.1.
467
A/CN.4/505.
468
A/CN.4/500 y Add.1.
245
cuestionario sobre el tema distribuido el 30 de septiembre de 1999. En su 2633ª sesión,
celebrada el 7 de junio de 2000, la Comisión decidió remitir los proyectos revisados de los
artículos 1 a 4 al Comité de Redacción y el proyecto revisado del artículo 5 al Grupo de Trabajo
sobre el tema.
187. En su 53º período de sesiones, en 2001, la Comisión examinó el cuarto informe del Relator
Especial469 y estableció un Grupo de Trabajo de composición abierta. Por recomendación del
Grupo de Trabajo, la Comisión pidió a la Secretaría que distribuyera a los gobiernos un
cuestionario invitándolos a dar más información acerca de su práctica en materia de formulación
e interpretación de actos unilaterales.
188. En su 54º período de sesiones, en 2002, la Comisión examinó el quinto informe del Relator
Especial470, y el texto de las respuestas recibidas de los Estados al cuestionario sobre el tema
distribuido el 31 de agosto de 2001471. La Comisión estableció también un Grupo de Trabajo de
composición abierta.
189. En su 55º período de sesiones, en 2003, la Comisión examinó el sexto informe del
Relator Especial472.
191. En su 2783ª sesión, celebrada el 31 de julio de 2003, la Comisión examinó y aprobó las
recomendaciones que figuraban en las secciones 1 y 2 del informe del Grupo de Trabajo sobre el
alcance del tema y el método de trabajo473.
469
A/CN.4/519.
470
A/CN.4/525 y Add.1, Corr.1, Corr.2 (en árabe e inglés solamente) y Add.2.
471
A/CN.4/524.
472
A/CN.4/534.
246
B. Examen del tema en el actual período de sesiones
192. En el actual período de sesiones la Comisión tuvo ante sí el séptimo informe del Relator
Especial (A/CN.4/542 y Corr.1 (en francés solamente) y Corr.2 y 3), que examinó en sus
sesiones 2811ª a 2813ª y 2815ª a 2818ª, los días 5 a 7 y 9, 13, 14 y 16 de julio de 2004.
193. El Relator Especial indicó que, de conformidad con las recomendaciones hechas por la
Comisión en 2003 (en particular la Recomendación 4), el séptimo informe trataba de la práctica
de los Estados en materia de actos unilaterales, tomando en consideración no obstante la
necesidad de determinar las normas pertinentes que se prestaran a la codificación y el desarrollo
progresivo. Quiso agradecer muy especialmente a la Facultad y a los estudiantes de la
Universidad de Málaga su valiosa colaboración en la preparación del informe. Éste se basaba
tanto en la documentación procedente de diversas regiones y sistemas jurídicos, como en las
declaraciones de los representantes de los gobiernos o de las organizaciones internacionales o en
las decisiones de los tribunales internacionales. También se tomaron en consideración los
comentarios formulados por los gobiernos en la Sexta Comisión. En cambio, pocos gobiernos
habían contestado al cuestionario que se les dirigió.
194. El estudio se refería en particular a los actos y declaraciones que producían efectos
jurídicos y sólo constituía un examen inicial que podría en su momento profundizarse si la
Comisión lo estimara necesario.
195. El Relator Especial, a fin de establecer los criterios de clasificación de los actos y las
declaraciones, recurrió a las tres categorías generalmente admitidas: los actos por los cuales un
Estado asume obligaciones (promesa y reconocimiento); los actos por los cuales un Estado
renuncia a un derecho (renuncia); y los actos por los cuales un Estado reafirma un derecho o una
pretensión jurídica (protesta). Por lo que respecta a la notificación, aunque formalmente era un
473
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo octavo período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/58/10), párrs. 304 a 308.
247
acto unilateral, producía efectos que variaban según la situación a la que se refería (protesta,
promesa, reconocimiento, etc.), incluso en el marco de los regímenes convencionales.
196. El comportamiento que podía tener efectos jurídicos similares a los actos unilaterales se
trataba en una sección distinta, que comprendía un breve examen del silencio, el consentimiento
y el estoppel y su relación con los actos unilaterales, y en la que se describía la práctica de
ciertos tribunales internacionales.
197. La promesa y el reconocimiento figuraban entre los actos en virtud de los cuales los
Estados asumían obligaciones. Constituían declaraciones unilaterales formuladas por un Estado
a título individual, o por varios Estados a título colectivo, mediante las cuales se asumían
obligaciones y se atribuían derechos a otros Estados, organizaciones internacionales u otras
entidades. Se mencionaban varios ejemplos de esas declaraciones (algunas muy discutidas,
como la declaración hecha por Egipto el 26 de julio de 1956 respecto del Canal de Suez), que
demostraban que la promesa constituía una manifestación unilateral de voluntad formulada en
público por un Estado con una intención y un fin concretos. Esas declaraciones podían abarcar
un ámbito muy amplio que iba de la defensa o las cuestiones monetarias hasta el compromiso de
no aplicar reglamentos internos que pudieran tener efectos perjudiciales para terceros Estados.
No se incluían en el estudio las promesas, como la de ayudar a las negociaciones en curso entre
dos Estados, que no creaban obligaciones jurídicas.
198. Algunas promesas provocaban reacciones de parte de los Estados que, considerándose
afectados, les daban la forma de protesta o de reconocimiento de una determinada situación.
Otras se hacían bajo condiciones especiales, lo que podía llevar a preguntarse si constituían actos
unilaterales stricto sensu.
199. En el contexto de las negociaciones de desarme se habían hecho algunas declaraciones que
podían tener interés para la Comisión. Algunas de esas declaraciones fueron hechas por
personas autorizadas para representar al Estado en el plano internacional (ministros de relaciones
exteriores, embajadores, jefes de delegación, etc.) y planteaban cuestiones delicadas en cuanto al
alcance de sus efectos. Cabía preguntarse si se trataba de declaraciones políticas o de
declaraciones hechas con intención de crear obligaciones jurídicas. El contexto en que se
248
hicieron esas declaraciones podía constituir un elemento para determinar su alcance y sus
consecuencias.
200. Por razones metodológicas, el reconocimiento se incluía entre los actos en virtud de los
cuales los Estados asumían obligaciones. Aunque no se hacía un estudio exhaustivo, el informe
señalaba que el reconocimiento se basaba a menudo en un hecho preexistente y no creaba él
mismo ese hecho. La mayoría de los tratadistas consideraban no obstante que el reconocimiento
era una manifestación de voluntad de un sujeto de derecho internacional por la que éste tomaba
nota de una determinada situación y manifestaba su intención de considerarla legal.
El reconocimiento, que podía expresarse mediante una declaración explícita o implícita,
oral o escrita (o incluso mediante actos que no constituían actos unilaterales stricto sensu),
afectaba a los derechos, obligaciones e intereses políticos del Estado que "reconoce".
Además, no tenía efecto retroactivo, como se desprendía de la jurisprudencia
(asunto Eugène L. Didier, adm. et al. c. Chile)474.
202. En cambio, los casos de reconocimiento de gobiernos eran menos frecuentes y menos
precisos. El mantenimiento o no de las relaciones diplomáticas o la retirada de embajadores
constituían indicios en la práctica del reconocimiento.
203. El informe trataba también de las declaraciones formales o actos por los cuales los Estados
expresaban su posición en relación con territorios cuyo estatuto era controvertido (República
turca de Chipre septentrional, Timor Oriental, etc.) o en relación con un estado de guerra.
474
V. Coussirat-Constère y P. M. Eisemann, Répertoire de la jurisprudence arbitrale
internationale, T. 1, 1784-1918 (Dordecht, Boston, Londres), pág. 54.
249
204. Otra categoría de actos se refería a aquéllos por los cuales el Estado renunciaba a un
derecho o una pretensión jurídica, incluidas la renuncia extintiva y la renuncia traslativa.
206. Una tercera categoría era la de la protesta, es decir, la declaración unilateral por la cual el
Estado que formulaba la protesta hacía saber que no reconocía la legalidad de los actos que eran
objeto de la protesta o que no aceptaba la situación que esos actos habían creado o amenazaban
con crear. Por consiguiente, la protesta tenía el efecto contrario al del reconocimiento; podía
consistir en actos reiterados y debía ser especificada, excepto los casos de violaciones graves de
obligaciones internacionales o derivados de normas imperativas de derecho internacional.
El informe citaba varios ejemplos de protestas, algunas de ellas relacionadas con la existencia de
una controversia territorial o de otro tipo entre los Estados.
208. El informe consideraba también el silencio y el estoppel, estrechamente ligados a los actos
unilaterales aun cuando los efectos jurídicos del silencio eran muchas veces cuestionados.
209. Las conclusiones del informe trataban de facilitar el examen del tema y de establecer
principios aplicables de una manera general. Aunque los ejemplos citados se basaban en las
475
Ressortissants des Etats-Unis au Maroc, C.I.J. Recueil 1952.
476
Zones franches de la Haute Savoie et du pays de Gex, C.P.J.I., Series A/B, Nº 46, pág. 96.
250
categorías generalmente aceptadas de actos unilaterales, el Relator Especial proponía que se
preparara una definición de los actos unilaterales, tomando como punto de partida la definición
aprobada provisionalmente en el 55º período de sesiones y teniendo en cuenta también las
formas de comportamiento de los Estados que producían efectos jurídicos similares a los actos
unilaterales.
211. Se manifestó la opinión de que ciertas categorías de actos unilaterales, como la promesa,
seguían planteando problemas y que convenía no tener en cuenta el término utilizado por el
Estado autor para calificar su comportamiento. Las categorías escogidas no estaban en efecto
delimitadas de manera tan clara. Se expresó la opinión de que el reconocimiento y el
reconocimiento de Estados o de gobiernos debían excluirse del estudio porque no había que
suponer que la Asamblea General considerase que esta delicada cuestión formara parte del tema
de los actos unilaterales. A este respecto, se señaló que el reconocimiento de Estados y de
gobiernos constituía un tema separado en la lista original de temas apropiados para la
codificación. En cambio, según otro punto de vista, los efectos jurídicos del reconocimiento y
del no reconocimiento debían incluirse en el estudio.
212. Se señaló que debía tomarse como criterio la noción de las obligaciones jurídicas
internacionales asumidas por el Estado autor de la declaración respecto de uno o varios Estados,
mejor que la de los efectos jurídicos, que era más amplia. Había, pues, que estudiar el acto
251
unilateral como fuente de derecho internacional; desde este punto de vista la práctica no era muy
abundante y la decisión de la Corte Internacional de Justicia en el asunto de los Ensayos
nucleares477 era un caso aislado.
213. También se dijo que el Relator Especial había cumplido el mandato que le había asignado
la Comisión. No obstante, cabía sentir cierta confusión y preguntarse si la Comisión no había
llegado a un callejón sin salida. Más hubiera valido evitar el error metodológico de abordar el
examen de los actos unilaterales sobre las mismas bases que los tratados.
214. Se señaló que cabía cuestionar la manera como se utilizaba la clasificación, en particular la
tendencia del Relator Especial a presentar como actos unilaterales stricto sensu formas de
comportamiento que tenían consecuencias jurídicas similares a los actos unilaterales.
215. Según algunos miembros, lo que faltaba en el informe, lleno de ejemplos de situaciones de
facto et de jure (algunas de las cuales no eran forzosamente pertinentes) tomados de la práctica,
era el análisis de los ejemplos citados. El informe no contestaba la pregunta que se hacía en la
Recomendación 6 del Grupo de Trabajo, esto es, cuáles eran los motivos a que respondía el acto
o el comportamiento unilateral del Estado. No se habían abordado las demás cuestiones
incluidas en la recomendación, es decir, cuáles eran los criterios de validez del compromiso
expreso o tácito del Estado y en qué circunstancias y con qué condiciones se podía modificar o
retirar el compromiso unilateral. Para poder contestar a esas preguntas se necesitaban más datos
y un análisis a fondo, incluso si la práctica pertinente no era abundante. Algunos ejemplos
recientes tomados de las actuaciones ante la Corte Internacional de Justicia en el asunto relativo
a la Aplicación de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio
(Bosnia y Herzegovina c. Serbia y Montenegro)478 ponían de manifiesto que la cuestión de la
competencia de los órganos estatales para obligar al Estado mediante actos unilaterales era
compleja.
477
Essais nucléaires (Nouvelle-Zélande c. France), C.I.J. Recueil 1974.
478
Application de la convention pour le prévention et la répression du crime de génocide
(Bosnie-Herzégovine c. Serbie et Montenegro), C.I.J. Recueil 1996, pág. 595.
252
216. Otros miembros también se preguntaban si entre la multitud de ejemplos citados algunos
casos no constituían actos políticos. A este respecto se admitió que a falta de criterios objetivos
era muy difícil hacer una distinción entre actos políticos y actos jurídicos, y que ésta debía ser
una de las tareas de la Comisión. El elemento principal de la definición adoptada en la
Recomendación 1, a saber, la intención del Estado que pretendía crear obligaciones o producir
otros efectos jurídicos en virtud del derecho internacional, era de carácter subjetivo. ¿Cómo
determinar objetivamente esa intención? Desde este punto de vista, varios de los ejemplos
citados en el informe resultaban ser simplemente actos o declaraciones de naturaleza política
cuyo fin no era producir efectos jurídicos. El fin del acto sería un factor importante para
determinar su naturaleza, lo que ocurría en el caso del reconocimiento de Estados o gobiernos.
Si no hubiera medio de determinar el carácter del acto, debería tomarse en consideración el
principio de no limitación de la soberanía o de interpretación restrictiva. Era difícil, por no decir
imposible, identificar los actos unilaterales stricto sensu (una parte de la doctrina consideraba
que no constituían una fuente de derecho en la medida en que siempre había aceptación de parte
de su destinatario); no obstante, parecía digna de consideración la idea de preparar un estudio
temático o expositivo. En cuanto a los criterios de la validez de los actos unilaterales o de las
condiciones de su modificación o revocación, cabía preguntarse si la analogía con los tratados
era totalmente pertinente o satisfactoria, teniendo en cuenta que, por ejemplo, los conceptos de
jus dispositivum o de reciprocidad no desempeñarían la misma función. La flexibilidad de los
compromisos unilaterales era algo que se podía examinar más detenidamente.
217. Según otro punto de vista, la expresión "acto unilateral" abarcaba una amplia gama de
relaciones jurídicas o de procedimientos que los Estados utilizaban en su comportamiento
respecto de los demás Estados. Acto significa comportamiento, y el comportamiento incluía el
silencio y la aquiescencia. Por otra parte, el comportamiento podía estar dirigido a crear
relaciones jurídicas o poner en juego el principio de la buena fe. El reconocimiento podía incluir
el reconocimiento jurídico o político. La terminología habitual no era muy útil; un posible
enfoque podía consistir en buscar criterios pertinentes. A este respecto había que tomar en
consideración el silencio y el estoppel, que había sido invocado en algunos asuntos sometidos
253
a la Corte Internacional de Justicia, por ejemplo el asunto de la Delimitación de la frontera
marítima en la región del golfo del Maine)479.
218. Por otra parte, se recordó que la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia,
tanto en el asunto de los Ensayos nucleares como en el de la Controversia fronteriza
(Burkina Faso c .la República de Malí)480 destacaba de manera invariable la intención del Estado
autor de declaraciones que podían crear obligaciones jurídicas. Era innegable que los actos
unilaterales existían y podían crear todo un sistema bilateral o multilateral de relaciones cuyo
mecanismo no era siempre claro ni siquiera evidente. Había que proseguir el estudio para
deducir normas jurídicas de la documentación examinada; el proyecto de definición del acto
unilateral ofrecía una base útil, pero habría que volver a examinar a estos efectos todas las
categorías mencionadas por el Relator Especial. En cuanto a la forma final del estudio,
dependería de la evaluación que se hiciera de la práctica de los Estados y de las consecuencias
que cabía deducir; si no un proyecto de convención, podría pensarse en formular unas directrices
flexibles.
219. Las conclusiones preliminares del Relator Especial contenían algunas indicaciones útiles
pero hacía falta un análisis más exhaustivo para llegar a la conclusión de que había normas
generalmente aplicables o un régimen jurídico comparable al establecido por la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados.
479
Délimitation de la frontière maritime dans la région du golfe du Maine (Canada/Etats Unis
d'Amérique), C.I.J. Recueil 1984.
480
Différend frontalier (Burkina Faso c. République du Mali), C.I.J. Recueil 1986, pág. 554.
254
Todo régimen futuro debería contener una disposición equivalente al artículo 18 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados a fin de establecer un equilibrio entre la
libertad de acción y la seguridad en las relaciones entre los Estados. También cabía examinar
otros aspectos como el del retiro del acto unilateral con la posible condición del consentimiento
del beneficiario.
221. La autonomía del acto unilateral excluía, pues, todo acto realizado en el marco de
relaciones convencionales o conjuntas o relacionado con el derecho consuetudinario o
institucional. El carácter específico del acto unilateral como fuente de derecho internacional
dependía de criterios como la intención del Estado autor y la condición del destinatario en cuanto
sujeto de derecho internacional, así como de las modalidades y el contexto en el que se
formulaba el acto.
222. También se señaló que, por muy rica que fuera la práctica presentada, que en adelante
constituiría una referencia insoslayable, seguía siendo necesario examinar las reacciones que
provocaban tales actos, en particular las promesas, sobre todo en caso de que no se cumplieran.
¿Podría invocarse la responsabilidad internacional del autor de la promesa? Un examen de la
práctica desde este punto de vista podría poner de manifiesto si los actos unilaterales podían
crear obligaciones jurídicas internacionales para el Estado autor del acto. La Corte Internacional
de Justicia había examinado el alcance jurídico de tales actos (el asunto de las Actividades
militares y paramilitares en Nicaragua y contra Nicaragua481 o el asunto de la Controversia
fronteriza Burkina Faso c. República de Malí)482. También debería examinarse más a fondo la
protesta contra actos unilaterales, como la formulada por los Estados Unidos de América en 1993
contra las reivindicaciones marítimas que figuraban en la legislación iraní. Incluso si las
protestas se formulasen en el marco de un tratado (por ejemplo, la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar) no por ello dejarían de ser, en ciertos casos, una fuente de
derecho internacional. Un estudio completo de la "vida" o de la evolución de un acto unilateral
481
Activités militaires et paramilitaires au Nicaragua et contre celui-ci (Nicaragua c. Etats-Unis
d'Amérique), C.I.J. Recueil 1984, 1986.
482
Différend frontalier (Burkina Faso c. République du Mali), C.I.J. Recueil 1986, pág. 554.
255
permitiría así comprender sus aspectos particulares y, de ser posible, determinar las normas
jurídicas que les fueran aplicables.
223. A este respecto, habría que tratar de los actos unilaterales stricto sensu, es decir, los actos
destinados a producir efectos jurídicos. No era preciso seguir escrupulosamente las categorías de
actos unilaterales mencionadas por el Relator Especial sino más bien determinar la manera en
que convenía proseguir el estudio de los actos unilaterales.
224. También se señaló que era el concepto de obligación jurídica internacional lo que debería
constituir el criterio del acto unilateral, y no el de sus efectos jurídicos, que era un concepto más
amplio y más vago que se aplicaba a todos los actos unilaterales del Estado, autónomos o no,
dado que todos esos actos producían efectos jurídicos que variaban considerablemente de un acto
a otro.
225. Se manifestó la opinión de que quizá hubiera que hacer una distinción entre los actos que
creaban obligaciones y los actos que confirmaban derechos. La falta de un concepto unitario en
materia de actos unilaterales hacía problemática su clasificación. Quizás sería más útil una
tipología consistente en una lista ad hoc de subprincipios, que deberían estudiarse por separado.
226. Por otra parte, la Comisión debería tranquilizar a los Estados acerca de sus intenciones,
aunque al mismo tiempo debería tratar escrupulosamente el tema. A este respecto, haría falta
que la intención del Estado de obligarse unilateralmente en el plano internacional fuera
perfectamente límpida e inequívoca.
227. Según otro punto de vista sería lamentable excluir a priori los actos unilaterales adoptados
en el marco del régimen de los tratados (por ejemplo, las prácticas siguientes a la ratificación).
256
229. Otras cuestiones, como la relativa a los órganos competentes para obligar al Estado
mediante actos unilaterales o la referente a las condiciones de validez de esos actos, podrían
resolverse inspirándose en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
230. También se manifestó la opinión de que varias declaraciones mencionadas como ejemplo
en el informe no eran más que declaraciones políticas que no tenían por objeto producir efectos
jurídicos y que formaban parte integrante de la diplomacia y de las relaciones interestatales.
231. Por otra parte, la simple exposición de la práctica de los Estados en el informe mostraba
hasta qué punto sería difícil deducir conclusiones generales aplicables a todos los diferentes tipos
de actos mencionados. Por ejemplo, los actos de reconocimiento tenían consecuencias jurídicas
específicas que los distinguía de otras categorías de actos. Por ello la Comisión debería analizar
cada uno de los actos por separado y sacar conclusiones distintas, teniendo en cuenta el carácter
específico de cada uno.
232. En lo que se refiere a los comportamientos unilaterales, no estaba claro en qué medida
sería posible deducir consecuencias jurídicas precisas. La Comisión, teniendo en cuenta la gran
diversidad de esos comportamientos, debería ser muy prudente al formular recomendaciones al
respecto. Según otro punto de vista, los actos unilaterales no constituían una institución ni un
régimen jurídico y por ello no se prestaban a la codificación, dado que ésta consistía en la
formulación de los conceptos pertinentes. Justamente faltaban esos conceptos tratándose de
actos unilaterales, porque cada acto se presentaba como un hecho separado e independiente
de otro.
234. También se señaló que no era totalmente exacto afirmar que las declaraciones solemnes
hechas ante el Consejo de Seguridad en relación con las armas nucleares carecieran de efectos
257
jurídicos. Esto demostraba claramente la complejidad y la dificultad del tema. Por otra parte,
incluso si el informe presentaba ejemplos de varios tipos de declaraciones que posiblemente no
entraran todas en la definición de los actos unilaterales stricto sensu, no bastaba con citar
simplemente tales declaraciones: para determinar si existía la intención de producir efectos
jurídicos había que tener en cuenta el contexto, a la vez ex ante y ex post, de esas declaraciones,
como había puesto de manifiesto el asunto de los Ensayos nucleares483. El informe no daba
mucha información a ese respecto. Además, la clasificación utilizada correspondía a una
tipología clásica y a priori no incluía ningún comentario sobre su utilización, y en lugar del
método deductivo solicitado por el Grupo de Trabajo el Relator Especial había adoptado un
método inductivo. Por añadidura, un acto podía pertenecer a varias categorías al mismo tiempo
(por ejemplo, la promesa de condonación de una deuda podría considerarse como renuncia,
promesa o reconocimiento de derechos). De manera más general, una clasificación "teleológica"
no llevaba a conclusiones constructivas. También había que distinguir entre los actos por los
cuales los Estados se obligaban por voluntad propia y los comportamientos por los cuales los
Estados se obligaban sin manifestar su voluntad y, en un primer tiempo, estudiar solamente los
primeros.
235. Además, el estudio del contexto, esencial para la comprensión de los actos unilaterales, a
menudo faltaba. Por ello había que concentrarse en adelante en el estudio de algunos ejemplos y
tratar de establecer un cuadro comparativo que incluyera información sobre el autor del acto, su
forma, su objeto, sus fines y motivos, las reacciones de terceros, las posibles modificaciones, su
retiro (en su caso), y su aplicación. La finalidad de ese cuadro sería establecer normas que
fueran comunes a los actos considerados. Por lo que hace a la cuestión de la autonomía de los
actos unilaterales, se señaló que ningún acto unilateral era completamente autónomo.
Los efectos jurídicos se derivaban siempre de normas o principios preexistentes. Algunos
miembros señalaron que la autonomía era un elemento controvertido que debía excluirse de la
definición, aunque reconociendo al mismo tiempo el carácter no dependiente de esos actos.
483
Essais nucléaires (Nouvelle-Zélande c. France), C.I.J. Recueil 1974.
258
236. Varios miembros opinaron que podía reconstituirse un grupo de trabajo para aclarar la
metodología de la próxima etapa del estudio y evaluar la práctica con un enfoque crítico.
237. Ese grupo de trabajo debería proseguir su labor sobre la base de las recomendaciones del
año anterior y concentrarse en la orientación que convenía dar a los trabajos futuros. Además,
habría que seguir haciendo la recopilación y análisis de la práctica de los Estados,
concentrándose en particular en los criterios de validez del compromiso del Estado así como en
las circunstancias en las cuales el Estado podía modificar o retirar tales compromisos. El grupo
de trabajo debería seleccionar ejemplos significativos de actos unilaterales destinados a producir
efectos jurídicos (correspondientes a la definición aprobada en el 55º período de sesiones) y
llevar a cabo un análisis a fondo de esos ejemplos.
238. El Relator Especial señaló al final del debate que el séptimo informe sólo era un primer
esbozo del examen de la práctica de los Estados en la materia y debería completarse con un
estudio de la evolución de ciertos actos descritos en el informe y de otros que no se habían
determinado todavía.
239. La evolución, vida y validez de tales actos podrían ser uno de los temas del informe
siguiente, en el que habría que tratar de responder a las preguntas formuladas en la
Recomendación 6 aprobada por el Grupo de Trabajo en el 55º período de sesiones. El debate en
la Comisión había puesto una vez más de manifiesto la complejidad del tema y las dificultades
que presentaban la codificación y el desarrollo progresivo de las normas aplicables a los actos
unilaterales. Independientemente de su forma final, el tema merecía no obstante ser estudiado a
fondo dada su creciente importancia en las relaciones internacionales.
259
241. Los actos unilaterales stricto sensu, ya se considerasen como fuentes de derecho
internacional, ya como fuentes de obligaciones internacionales, constituían en cualquier caso
un modo de creación de derecho internacional. Además, el acto unilateral formaba parte de una
relación unilateral o multilateral, aunque no por ello esa relación debía calificarse de
convencional.
242. La referencia a los actos de reconocimiento podía facilitar el estudio de los actos
unilaterales condicionales y sus diversos aspectos (su aplicación, modificación o revocación).
243. En lo que concierne a la orientación de los trabajos futuros, se podría realizar un estudio
más a fondo de la práctica, abordando cuestiones específicas como las señaladas por ciertos
miembros (autor, forma, objeto, reacción, evolución ulterior, etc.) y estudiar también algunos
aspectos particulares que pudieran desprenderse esencialmente de las resoluciones judiciales y
los laudos arbitrales.
244. El próximo informe tendría en cuenta las conclusiones o recomendaciones que pudiera
formular el grupo de trabajo, si se llegara a crear.
246. En su 2829ª sesión, el 5 de agosto de 2004, la Comisión tomó nota del informe verbal del
Grupo de Trabajo.
247. El Grupo de Trabajo convino en elaborar una muestra de actos unilaterales suficientemente
documentada para que fuera posible un análisis a fondo. También estableció una rejilla que
permitiese el uso de instrumentos analíticos uniformes484. Los miembros del Grupo de Trabajo
484
La rejilla comprendía los elementos siguientes:
- Fecha
- Autor/Órgano
260
se repartieron varios estudios que se llevarían a cabo de acuerdo con la rejilla establecida.
Esos estudios debían transmitirse al Relator Especial a más tardar el 30 de noviembre de 2004.
Se acordó que la síntesis, basada exclusivamente en esos estudios, se encomendaría al Relator
Especial, quien los tendría en cuenta para redactar las conclusiones pertinentes en su octavo
informe.
261
CAPÍTULO IX
A. Introducción
248. La Asamblea General, por su resolución 48/31, de 9 de diciembre de 1993, hizo suya la
decisión de la Comisión de Derecho Internacional de incluir en su programa de trabajo el tema
titulado "El derecho y la práctica en materia de reservas a los tratados".
249. En su 46º período de sesiones, celebrado en 1994, la Comisión nombró Relator Especial
del tema al Sr. Alain Pellet485.
250. En su 47º período de sesiones, celebrado en 1995, la Comisión recibió y examinó el primer
informe del Relator Especial486.
251. Al concluir ese examen, el Relator Especial resumió las conclusiones a que había llegado a
la luz de los debates de la Comisión sobre el tema, y que se referían: al título del tema, que debía
modificarse para que dijera "Las reservas a los tratados"; a la forma que debían tomar los
resultados del estudio, que sería la de una guía de la práctica en materia de reservas; a la manera
flexible en que debían realizarse los trabajos de la Comisión sobre el tema; y al consenso de la
Comisión en el sentido de que no debían modificarse las disposiciones pertinentes de las
Convenciones de Viena de 1969, 1978 y 1986487. Esas conclusiones constituían, a juicio de la
Comisión, el resultado del estudio preliminar solicitado por la Asamblea General en sus
resoluciones 48/31, de 9 de diciembre de 1993, y 49/51, de 9 de diciembre de 1994. Por lo que
respecta a la Guía de la práctica, se le daría la forma de un proyecto de directrices, con sus
comentarios, que servirían de orientación para la práctica de los Estados y las organizaciones
internacionales; estas directrices, de ser necesario, irían acompañadas de cláusulas tipo.
485
Documentos Oficiales de la Asamblea General, cuadragésimo noveno período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/49/10), párr. 382.
486
A/CN.4/470 y Corr.1.
487
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/50/10), párr. 491.
262
252. En 1995, la Comisión, de conformidad con su práctica anterior488, autorizó al Relator
Especial a preparar un cuestionario detallado en relación con las reservas a los tratados para
conocer la práctica de los Estados y las organizaciones internacionales, en particular las
depositarias de convenciones multilaterales, y los problemas con que tropezaban.
Ese cuestionario se envió a sus destinatarios por conducto de la Secretaría. En su
resolución 50/45, de 11 de diciembre de 1995, la Asamblea General tomó nota de las
conclusiones de la Comisión y la invitó a continuar su labor en la forma indicada en el informe,
e invitó también a los Estados a contestar el cuestionario489.
253. En su 48º período de sesiones, en 1996, la Comisión tuvo ante sí el segundo informe del
Relator Especial sobre el tema490. El Relator Especial había unido a su informe un proyecto de
resolución de la Comisión de Derecho Internacional sobre las reservas a los tratados
multilaterales normativos, incluidos los tratados de derechos humanos, destinado a la Asamblea
General, con el fin de puntualizar y aclarar los datos jurídicos sobre esa cuestión491.
Sin embargo, por falta de tiempo, la Comisión no pudo examinar el informe ni el proyecto de
resolución, aunque algunos miembros pudieron expresar sus opiniones sobre el informe.
Por consiguiente, la Comisión decidió aplazar el debate sobre el tema hasta el año siguiente.
255. Al concluir el debate, la Comisión aprobó unas conclusiones preliminares sobre las
reservas a los tratados multilaterales normativos, incluidos los tratados de derechos humanos492.
488
Véase Anuario..., 1993, vol. II (Segunda parte), párr. 286.
489
Al 31 de julio de 2003, 33 Estados y 25 organizaciones internacionales habían respondido al
cuestionario.
490
A/CN.4/477 y Add.1.
491
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo primer período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/51/10), párr. 137.
492
Ibíd., quincuagésimo segundo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/52/10), párr. 157.
263
256. La Asamblea General tomó nota en su resolución 52/156, de 15 de diciembre de 1997,
de las conclusiones preliminares de la Comisión, así como de la invitación cursada a todos los
órganos establecidos en virtud de tratados multilaterales de carácter normativo que desearan
hacerlo a que presentaran observaciones por escrito sobre esas conclusiones, y al mismo tiempo
recordó a los gobiernos la importancia que revestía para la Comisión de Derecho Internacional
contar con las opiniones de los gobiernos acerca de las conclusiones preliminares.
257. En su 50º período de sesiones, en 1998, la Comisión tuvo ante sí el tercer informe del
Relator Especial sobre el tema493, que versaba principalmente sobre la definición de las reservas
a los tratados y las declaraciones interpretativas de tratados. En ese mismo período de sesiones,
la Comisión aprobó provisionalmente seis proyectos de directriz494.
258. En el 51º período de sesiones, en 1999, la Comisión tuvo nuevamente ante sí la parte del
tercer informe del Relator Especial que no había podido examinar en su 50º período de sesiones,
así como el cuarto informe sobre el tema495. Además, el informe incluía como anexo la
bibliografía revisada sobre las reservas a los tratados que el Relator Especial había presentado
originalmente en 1996 junto con su segundo informe496. El cuarto informe trataba también de la
definición de las reservas y las declaraciones interpretativas. En el mismo período de sesiones,
la Comisión aprobó provisionalmente 17 proyectos de directriz497.
493
A/CN.4/491 y Corr.1 (en inglés solamente), A/CN.4/491/Add.1, Add.2 y Add.2/Corr.1,
Add.3 y Corr.1 (en chino, francés y ruso solamente), Add.4 y Corr.1, Add.5 y Add.6 y Corr.1.
494
Véase Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo tercer período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/53/10), párr. 540.
495
A/CN.4/499.
496
A/CN.4/478/Rev.1.
497
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo cuarto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/54/10), párr. 470.
264
título ni número (que ha pasado a constituir el proyecto de directriz 1.6 ("Alcance de las
definiciones")).
260. En el 52º período de sesiones, en 2000, la Comisión tuvo ante sí el quinto informe sobre el
tema preparado por el Relator Especial498, que versaba sobre las alternativas a las reservas y las
declaraciones interpretativas, por una parte, y sobre el procedimiento relativo a las reservas y a
las declaraciones interpretativas, en particular su formulación y la cuestión de las reservas y
declaraciones interpretativas tardías, por otra. En el mismo período de sesiones, la Comisión
aprobó provisionalmente cinco proyectos de directriz499. Además, la Comisión aplazó el examen
de la segunda parte del quinto informe del Relator Especial, contenida en los documentos
A/CN.4/508/Add.3 y Add.4, hasta el período de sesiones siguiente.
261. En el 53º período de sesiones, en 2001, la Comisión tuvo ante sí en primer lugar la segunda
parte del quinto informe (A/CN.4/508/Add.3 y Add.4), que versaba sobre las cuestiones de
procedimiento relativas a las reservas y a las declaraciones interpretativas y, en segundo lugar, el
sexto informe del Relator Especial (A/CN.4/518 y Add.1 a 3), que se refería a las modalidades
de formulación de las reservas y de las declaraciones interpretativas (en particular su forma y
notificación), así como a la publicidad de las reservas y de las declaraciones interpretativas
(su comunicación, sus destinatarios y las obligaciones del depositario).
263. En el 54º período de sesiones, en 2002, la Comisión tuvo ante sí el séptimo informe del
Relator Especial (A/CN.4/526 y Add.1 a 3) relativo a la formulación, modificación y retiro de
498
A/CN.4/508 y Add.1 a 4.
499
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo cuarto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/54/10), párr. 470.
500
Ibíd., quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), párr. 114.
265
reservas a los tratados y de las declaraciones interpretativas. En ese mismo período de sesiones,
la Comisión aprobó provisionalmente 11 proyectos de directriz501.
267. La Comisión examinó el octavo informe del Relator Especial en sus sesiones 2780ª
a 2783ª, del 25 al 31 de julio de 2003.
501
Ibíd., quincuagésimo séptimo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/57/10), párr. 50.
502
Ibíd., quincuagésimo octavo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/58/10), párr. 329.
266
268. En su 2783ª sesión, el 31 de julio de 2003, la Comisión decidió remitir al Comité de
Redacción los proyectos de directriz: 2.3.5 (Ampliación del alcance de una reserva)503,
2.4.9 (Modificación de las declaraciones interpretativas), 2.4.10 (Modificación de una
declaración interpretativa condicional), 2.5.12 (Retiro de una declaración interpretativa)
y 2.5.13 (Retiro de una declaración interpretativa condicional).
269. En el actual período de sesiones la Comisión tuvo ante sí el noveno informe del Relator
Especial (A/CN.4/544), relativo al objeto y la definición de las objeciones. En realidad, el
informe constituía una sección complementaria del octavo informe sobre la formulación de
objeciones a las reservas y las declaraciones interpretativas.
270. La Comisión examinó el noveno informe del Relator Especial en sus sesiones 2820ª, 2821ª
y 2822ª, celebradas del 21 al 23 de julio de 2004.
271. En su 2822ª sesión, celebrada el 23 de julio de 2004, la Comisión decidió remitir al Comité
de Redacción los proyectos de directriz 2.6.1 (Definición de las objeciones a las reservas) y 2.6.2
(Objeción a la formulación tardía o a la ampliación tardía del alcance de una reserva).
273. En su 2829ª sesión, el 5 de agosto de 2005, la Comisión aprobó los comentarios de dichos
proyectos de directriz.
274. En la sección C.2 infra se reproduce el texto de los proyectos de directrices y sus
comentarios.
503
El proyecto de directriz 2.3.5 fue remitido después de una votación.
267
1. Presentación por el Relator Especial de su noveno informe
275. El Relator Especial presentó su noveno informe y explicó que se trataba en realidad de una
"corrección" a la segunda parte del octavo informe (A/CN.4/535/Add.1), relativa a la definición
de las objeciones (proyectos de directriz 2.6.1, 2.6.1 bis y 2.6.1 ter).
276. Aunque algunas de las críticas que habían suscitado en la Comisión esos proyectos le
parecían muy justificadas, estaba convencido de la necesidad de definir en la Guía de la práctica
lo que se entendía por "objeción". Al no estar definido ese término en las Convenciones de
Viena de 1969 y 1986, se trataba de un desarrollo progresivo necesario del derecho
internacional. Inicialmente, el Relator Especial había pensado que la definición de las
objeciones debía ajustarse a la de las reservas; así pues, el proyecto de directriz 2.6.1 se basaba
en la intención del Estado o la organización internacional autor de la objeción. En los debates
que celebró la Comisión en 2003, algunos miembros señalaron que éste era un punto de partida
falso, puesto que los efectos que en el apartado b) del párrafo 4 del artículo 20 y en el párrafo 3
del artículo 21 de las Convenciones de Viena se atribuían a las objeciones eran a menudo
ambiguos y los Estados podían tener la intención de dar a sus objeciones un efecto distinto del
previsto en esos textos. Así, las objeciones mediante las cuales los Estados pretendían estar
vinculados al autor de la reserva por el conjunto del tratado, incluidas las disposiciones objeto de
la reserva (objeciones de "efecto supermáximo"), eran, en opinión del Relator Especial,
cuestionables, ya que el derecho de las reservas estaba dominado en su conjunto por el principio
convencional y por la idea de que los Estados no podían comprometerse contra su voluntad; sin
embargo, no dejaban de ser objeciones. Entre los demás tipos de objeciones figuraban aquellas
mediante las cuales un Estado indicaba que no se consideraba vinculado al autor de la reserva
por las disposiciones objeto de ésta, y tampoco por un conjunto de disposiciones a las que la
reserva no se refería expresamente (objeciones de "efecto intermedio").
277. Por otra parte, la definición inicial propuesta por el Relator Especial podía dar la impresión
de prejuzgar la validez de las objeciones y de sus efectos. Por lo tanto, el Relator Especial
"sugirió" que el proyecto de directriz en cuestión no se remitiera al Comité de Redacción para
tener en cuenta esa crítica. La Comisión también planteó una pregunta sobre esta cuestión a los
268
Estados y, basándose en los debates celebrados en 2003, las observaciones formuladas en la
Sexta Comisión y sus propias reflexiones, el Relator Especial proponía una nueva definición de
las objeciones504.
278. Esa nueva definición era neutra, ya que no prejuzgaba los efectos que podía tener una
objeción y dejaba abierta la cuestión de si las objeciones que buscaban un efecto distinto del
previsto por las Convenciones de Viena eran o no lícitas. No obstante, al estar igualmente
basada en la intención del autor de la objeción, no vulneraba las disposiciones de los artículos 20
a 23 de las Convenciones de Viena. En cambio, en esa definición no se indicaba qué categorías
de Estados o de organizaciones internacionales podían hacer objeciones ni en qué fecha éstas
podían o debían ser formuladas; cuestiones delicadas a las que sería preferible dedicar directrices
distintas.
279. En el octavo informe figuraban también otros dos proyectos de directriz, la 2.6.1 bis
(Objeción a la formulación tardía de una reserva) y la 2.6.1 ter (Objeto de las objeciones). A la
luz de la nueva definición propuesta, el proyecto de directriz 2.6.1 ter ya no tenía razón de ser.
En cuanto al 2.6.1 bis, era indispensable porque daba la definición de otro sentido del término
"objeción", que, por la terminología utilizada en los proyectos de directriz 2.3.1 a 2.3.3, se refería
tanto a la objeción a una reserva como a la oposición a la formulación tardía o la ampliación del
alcance de una reserva, que es una institución distinta. Ese proyecto de directriz llevaba ahora el
número 2.6.2505. El Relator Especial propuso que los proyectos de directriz 2.6.1 y 2.6.2 se
remitieran al Comité de Redacción.
504
Artículo 2.6.1 - Definición de las objeciones a las reservas
"Se entiende por "objeción" una declaración unilateral, cualquiera que sea su
enunciado o denominación, hecha por un Estado o por una organización internacional,
como reacción a una reserva a un tratado formulada por otro Estado u otra organización
internacional, con objeto de modificar los efectos previstos de la reserva [por el autor de
ésta]."
505
Artículo 2.6.2 - Objeción a la formulación tardía o a la ampliación tardía del alcance de
una reserva
269
2. Resumen del debate
280. Varios miembros elogiaron la flexibilidad del Relator Especial y su disponibilidad para
reexaminar los proyectos de directriz que habían suscitado comentarios y críticas. La nueva
definición de las objeciones que figuraba en el noveno informe tenía en cuenta las críticas
formuladas a la definición precedente así como la práctica de los Estados que formulan
objeciones con la intención de producir efectos distintos a los previstos por las Convenciones
de Viena.
281. Se señaló sin embargo que la objeción no tiene por lo general como consecuencia
"modificar los efectos previstos de la reserva". Por regla general, no se produce ninguna
modificación de esos efectos. Por consiguiente, sería preferible no basar la definición en la
intención del Estado que formula la objeción sino decir que este Estado pretende indicar que no
acepta la reserva o que no la considera válida. Una definición semejante permitiría distinguir
entre las objeciones y los simples "comentarios" relativos a una reserva.
282. Por lo demás, se estimó preferible que la definición de las objeciones precisara cuáles son
los Estados que pueden formular una objeción y en qué momento pueden hacerlo, inspirándose
en el párrafo 1 del artículo 23 de las Convenciones de Viena.
283. Varios miembros consideraron que en la definición de las objeciones también debería
incluirse el objetivo de impedir que una reserva produjera sus efectos. Así pues, este término
debería añadirse a la palabra "modificar" que figura en la definición.
284. También se señaló que la palabra "previstos" era demasiado subjetiva y que convenía
utilizar un término más preciso como "perseguidos". Además, era preciso subrayar que la única
relación que debía tomarse en consideración era la existente entre el Estado autor de la reserva y
el Estado que formula la objeción.
270
285. También se expresó la opinión de que la expresión "cualquiera que sea su enunciado o
denominación" no era pertinente en la definición de las objeciones. Según otro punto de vista, la
expresión "con objeto de modificar los efectos previstos de la reserva" introducía elementos que
iban más allá de los efectos previstos por las Convenciones de Viena: el Estado autor de la
objeción excluye disposiciones del tratado distintas de las que son objeto de la reserva, en un
espíritu de "represalia". Eso se aparta de las Convenciones de Viena.
286. Se preguntó asimismo si no era prematuro intentar establecer una definición de las
objeciones antes de haber examinado los efectos de las objeciones. Se planteó incluso la
cuestión de si era realmente necesaria una definición de las objeciones.
287. En cualquier caso, deberían excluirse de la definición las reacciones que no fuesen
auténticas objeciones sino más bien declaraciones de carácter político. Las dos versiones
modificadas de la proposición inicial constituían un paso en la buena dirección.
288. Se señaló asimismo que las disposiciones de las Convenciones de Viena relativas a las
objeciones eran vagas y debían aclararse.
289. Debía conservarse el carácter convencional y voluntario del régimen de las objeciones.
La intención del Estado autor de la objeción de considerar que el tratado vinculaba en su
integridad al autor de la reserva era contraria a ese principio.
290. En cuanto a los Estados facultados para formular objeciones, no podían ser sino Estados
signatarios del tratado. Esta posibilidad que se les concedía correspondía a su obligación de no
frustrar el objeto y el fin de un tratado antes de su entrada en vigor. Pero esta cuestión podría
tratarse en una directriz aparte. Otros miembros estimaron que la definición de las objeciones
podría preceder al examen de sus efectos jurídicos aunque después tuviera que ser reexaminada a
la luz de dichos efectos. Con todo, en el marco de los tratados "normativos" (como los de
derechos humanos) algunas objeciones podrían no tener efecto alguno salvo que el Estado autor
de la objeción se negara a entablar una relación convencional con el Estado autor de la reserva.
271
291. En cuanto al proyecto de directriz 2.6.2, varios miembros dijeron estar de acuerdo con él y
subrayaron su utilidad. Sin embargo, según un punto de vista, no debía considerarse que esta
directriz alentara la formulación tardía o la ampliación del alcance de una reserva.
292. Al final del debate, el Relator Especial señaló que éste había sido muy interesante. Aun
cuando se refería tan sólo a una cuestión de detalle, contribuía al proceso en curso; el Relator
Especial era consciente que el proceso era lento, pero permitía adoptar un enfoque más profundo
y dejaba también tiempo a la reflexión. Cabía esperar que de este modo las directrices de la Guía
de la práctica se enriquecieran y resultaran más maduras y útiles.
272
importante de las cuales sería añadir la palabra "impedir" antes de "modificar".
En cambio, no le parecía prudente limitarse a "impedir", pues había surgido una
práctica consistente en que los Estados que tenían objeciones a una reserva excluían
en sus relaciones con el Estado autor de la reserva disposiciones del tratado distintas
de las que eran objeto de la reserva. Semejante actitud no impide que la reserva
produzca sus efectos pero éstos van más allá de lo que el autor de la reserva deseaba.
En otras palabras, el Estado objetor acepta la reserva pero saca de ella consecuencias
que van más allá de lo que el autor de la reserva hubiera deseado. Es en ese sentido
que el Relator Especial habló de "modificación". Sin pronunciarse acerca de si esas
objeciones eran válidas o no, el Relator Especial opinaba que a primera vista se
situaban dentro de los límites del marco consensual que inspiraba el régimen de
Viena, contrariamente a las reservas de efecto supermáximo que se apartaban de
dicho régimen.
e) Otra versión del proyecto de directriz 2.6.1 que tendría en cuenta las diversas
observaciones formuladas en el transcurso del debate podría decir lo siguiente:
f) Por último, el proyecto de directriz 2.6.2, que distinguía los dos sentidos del término
"objeción", había sido aprobado casi por unanimidad.
273
RESERVAS A LOS TRATADOS
Guía de la práctica
Nota explicativa506
1. Definiciones
Se entiende por "reserva" una declaración unilateral, cualquiera que sea su enunciado o
denominación, hecha por un Estado o por una organización internacional al firmar, ratificar,
confirmar formalmente, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él, o cuando un Estado hace
una notificación de sucesión en un tratado, con objeto de excluir o modificar los efectos jurídicos
de ciertas disposiciones del tratado en su aplicación a ese Estado o a esa organización.
Una reserva tiene por objeto excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas
disposiciones de un tratado, o del tratado en su conjunto con respecto a ciertos aspectos
específicos, en su aplicación al Estado o a la organización internacional que formula la reserva.
506
Véase el comentario en Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo
octavo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/58/10), pág. 147.
507
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo tercer período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/53/10), págs. 206 a 209.
508
El número que figura entre corchetes remite al número que lleva el proyecto de directriz en el
informe del Relator Especial o, en su caso, al número original de un proyecto de directriz del
informe del Relator Especial que se ha refundido con el proyecto de directriz definitivo.
509
Véase el comentario a este proyecto de directriz en Documentos Oficiales de la Asamblea
General, quincuagésimo cuarto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/54/10), págs. 183 a 189.
274
1.1.2. Casos en que puede formularse una reserva510
Los casos en que puede formularse una reserva en virtud de la directriz 1.1 comprenden
todas las formas de manifestación del consentimiento en obligarse por un tratado mencionadas
en el artículo 11 de las Convenciones de Viena sobre el Derecho de los Tratados, de 1969
y 1986.
Una declaración unilateral hecha por un Estado con objeto de excluir la aplicación de un
tratado o de algunas de sus disposiciones en un territorio en el que ese tratado sería aplicable en
ausencia de tal declaración, constituye una reserva.
Una declaración unilateral hecha por un Estado con objeto de excluir o modificar los
efectos jurídicos de ciertas disposiciones de un tratado en su aplicación a un territorio respecto
del cual el Estado hace una notificación de la aplicación territorial del tratado, constituye una
reserva.
1.1.5. [1.1.6] Declaraciones que tienen por objeto limitar las obligaciones de su autor513
Una declaración unilateral hecha por un Estado o por una organización internacional en el
momento en que ese Estado o esa organización internacional manifiesta su consentimiento en
obligarse por un tratado, con objeto de limitar las obligaciones que el tratado le impone,
constituye una reserva.
510
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo tercer período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/53/10), págs. 214 a 218.
511
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 218 a 221.
512
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 221 y 222.
513
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo cuarto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/54/10), págs. 189 a 193.
275
1.1.6. Declaraciones que tienen por objeto cumplir una obligación por medios
equivalentes514
Una declaración unilateral hecha por un Estado o por una organización internacional en el
momento en que ese Estado o esa organización manifiesta su consentimiento en obligarse por un
tratado, con objeto de cumplir una obligación en virtud del tratado de una manera diferente pero
equivalente a la impuesta por el tratado, constituye una reserva.
Una declaración unilateral hecha por un Estado o por una organización internacional en el
momento en que ese Estado o esa organización manifiesta su consentimiento en obligarse por un
tratado, de conformidad con una cláusula que autoriza expresamente a las partes o a algunas de
ellas a excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado en su
aplicación a esas partes, constituye una reserva.
Se entiende por "declaración interpretativa" una declaración unilateral, cualquiera que sea
su enunciado o denominación, hecha por un Estado o por una organización internacional, con
514
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 193 a 195.
515
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo tercer período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/53/10), págs. 222 a 226.
516
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo quinto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/55/10), págs. 202 a 215.
517
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo cuarto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/54/10), págs. 195 a 210.
276
objeto de precisar o aclarar el sentido o el alcance que ese Estado o esa organización
internacional atribuye a un tratado o a algunas de sus disposiciones.
Una declaración unilateral formulada por un Estado o por una organización internacional
en el momento de la firma, la ratificación, la confirmación formal, la aceptación o la aprobación
de un tratado o la adhesión a él, o cuando un Estado hace una notificación de sucesión en un
tratado, por la cual ese Estado o esa organización internacional condiciona su consentimiento en
obligarse por el tratado a una interpretación específica del tratado o de alguna de sus
disposiciones, constituye una declaración interpretativa condicional.
Para determinar si una declaración unilateral formulada por un Estado o por una
organización internacional respecto de un tratado es una reserva o una declaración interpretativa,
corresponde interpretar la declaración de buena fe, conforme al sentido corriente que haya de
atribuirse a sus términos, a la luz del tratado a que se refiere. Se tendrá debidamente en cuenta la
518
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 211 a 219.
519
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 219 a 222.
520
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 222 y 223.
521
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 224 a 229.
277
intención del Estado o de la organización internacional de que se trate en el momento en que se
formuló la declaración.
1.3.3. [1.2.3] Formulación de una declaración unilateral cuando una reserva está
prohibida523
Cuando un tratado prohíbe las reservas respecto del conjunto de sus disposiciones o de
algunas de ellas, se presumirá que una declaración unilateral formulada al respecto por un Estado
o por una organización internacional no constituye una reserva, salvo que aquélla tenga por
objeto excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado, o del tratado
en su conjunto con respecto a ciertos aspectos específicos, en su aplicación al autor de esa
declaración.
Las declaraciones unilaterales formuladas en relación con un tratado que no sean reservas
ni declaraciones interpretativas quedan fuera del ámbito de aplicación de la presente Guía de la
práctica.
522
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 230 a 235.
523
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 235 y 236.
524
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 237 y 238.
278
1.4.1. [1.1.5] Declaraciones que tienen por objeto asumir compromisos unilaterales525
Una declaración unilateral formulada por un Estado o por una organización internacional
respecto de un tratado, con objeto de asumir obligaciones que van más allá de las que le impone
el tratado, constituye un compromiso unilateral que queda fuera del ámbito de aplicación de la
presente Guía de la práctica.
1.4.2. [1.1.6] Declaraciones unilaterales que tienen por objeto agregar nuevos elementos
al tratado526
Una declaración unilateral formulada por un Estado o por una organización internacional
con objeto de agregar nuevos elementos a un tratado constituye una propuesta de modificación
del contenido del tratado que queda fuera del ámbito de aplicación de la presente Guía de la
práctica.
Una declaración unilateral por la que un Estado indica que su participación en un tratado
no entraña el reconocimiento de una entidad a la que no reconoce constituye una declaración de
no reconocimiento que queda fuera del ámbito de aplicación de la presente Guía de la práctica,
aun cuando tenga por objeto excluir la aplicación del tratado entre el Estado que hace la
declaración y la entidad no reconocida.
Una declaración unilateral formulada por un Estado o por una organización internacional,
por la cual ese Estado o esa organización manifiesta su opinión acerca de un tratado o de la
materia objeto del tratado, sin el propósito de producir un efecto jurídico sobre el tratado,
525
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 239 a 241.
526
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 241 a 243.
527
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 243 a 248.
528
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 248 a 251.
279
constituye una declaración de política general que queda fuera del ámbito de aplicación de la
presente Guía de la práctica.
Una declaración unilateral formulada por un Estado o por una organización internacional
por la cual ese Estado o esa organización indica la manera en que aplicará un tratado en el
ámbito interno, pero que no tiene por objeto afectar como tal sus derechos y obligaciones con
respecto a las demás partes contratantes, constituye una declaración informativa que queda fuera
del ámbito de aplicación de la presente Guía de la práctica.
Una declaración unilateral hecha por un Estado o por una organización internacional de
conformidad con una cláusula de un tratado que autoriza expresamente a las partes a aceptar una
obligación no impuesta de otro modo por el tratado, queda fuera del ámbito de aplicación de la
presente Guía de la práctica.
1.4.7. [1.4.8] Declaraciones unilaterales por las que se opta entre distintas disposiciones
de un tratado531
Una declaración unilateral hecha por un Estado o por una organización internacional de
conformidad con una cláusula de un tratado que obliga expresamente a las partes a elegir entre
dos o varias disposiciones del tratado, queda fuera del ámbito de aplicación de la presente Guía
de la práctica.
529
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 252 a 256.
530
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo quinto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/55/10), págs. 215 a 222.
531
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 222 a 228.
280
1.5. Declaraciones unilaterales relativas a los tratados bilaterales532
Los proyectos de directriz 1.2 y 1.2.1 son aplicables a las declaraciones interpretativas
hechas respecto tanto de los tratados multilaterales como de los tratados bilaterales.
532
Véase el comentario en ibíd., quincuagésimo cuarto período de sesiones, Suplemento Nº 10
(A/54/10), págs. 256 y 257.
533
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 257 a 267.
534
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 268 a 271.
535
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 272 y 273.
536
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 273 y 274.
281
1.7. Alternativas a las reservas y las declaraciones interpretativas537
A fin de conseguir resultados comparables a los producidos por las reservas, los Estados o
las organizaciones internacionales pueden también recurrir a procedimientos alternativos,
tales como:
537
Véase el comentario en ibíd., quincuagésimo quinto período de sesiones, Suplemento Nº 10
(A/55/10), págs. 228 y 229.
538
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 230 a 247.
539
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 247 a 250.
282
2. PROCEDIMIENTO
2. En virtud de sus funciones, y sin tener que presentar plenos poderes, se considerará
que representan a un Estado para formular una reserva en el plano internacional:
a) Los jefes de Estado, los jefes de gobierno y los ministros de relaciones exteriores;
540
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo séptimo período de
sesiones, Nº 10 (A/57/10), págs. 46 a 51.
541
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 51 y 52.
283
b) Los representantes acreditados por los Estados en una conferencia internacional, para
la formulación de una reserva a un tratado adoptado en esa conferencia;
c) Los representantes acreditados por los Estados ante una organización internacional o
uno de sus órganos, para la formulación de una reserva a un tratado adoptado en tal organización
u órgano;
El hecho de que una reserva haya sido formulada en violación de una disposición del
derecho interno de un Estado o de las reglas de una organización internacional concernientes a la
competencia y el procedimiento para la formulación de reservas no podrá ser alegado por ese
Estado o esa organización como vicio de esa reserva.
Una reserva habrá de comunicarse por escrito a los Estados contratantes y a las
organizaciones contratantes y a los demás Estados y organizaciones internacionales facultados
para llegar a ser partes en el tratado.
542
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 53 a 59.
543
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 60 a 65.
544
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 65 a 80.
284
Una reserva a un tratado en vigor que sea el instrumento constitutivo de una organización
internacional o a un tratado por el que se cree un órgano facultado para aceptar una reserva habrá
de comunicarse además a esa organización o a ese órgano.
Salvo que el tratado disponga o que los Estados y las organizaciones contratantes acuerden
otra cosa, una comunicación relativa a una reserva a un tratado deberá ser transmitida:
ii) Si hay depositario, a éste, quien la notificará lo antes posible a los Estados y a las
organizaciones a que esté destinada.
Una comunicación relativa a una reserva se entenderá que ha quedado hecha por el autor
de la reserva cuando haya sido recibida por el Estado o la organización a que fue transmitida o,
en su caso, por el depositario.
El plazo para formular una objeción a una reserva comenzará a correr desde la fecha en
que el Estado o la organización internacional haya recibido notificación de la reserva.
La comunicación relativa a una reserva a un tratado que se efectúe por correo electrónico o
por telefax deberá ser confirmada por nota diplomática o notificación al depositario. En tal caso,
se considerará que la comunicación ha sido hecha en la fecha del correo electrónico o del telefax.
545
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 81 a 92.
546
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 93 a 101.
285
De surgir alguna discrepancia entre un Estado o una organización internacional y el
depositario acerca del desempeño de esta función, el depositario señalará la cuestión a la
atención:
a) De los Estados y las organizaciones signatarios, así como de los Estados contratantes
y las organizaciones contratantes; o
Cuando una reserva sea manifiestamente [inadmisible] a juicio del depositario, éste
señalará a la atención de su autor lo que, en su opinión, causa esa [inadmisibilidad].
La reserva que se formule en el momento de la firma de un tratado que haya de ser objeto
de ratificación, acto de confirmación formal, aceptación o aprobación, habrá de ser confirmada
formalmente por el Estado o por la organización internacional autor de la reserva al manifestar
su consentimiento en obligarse por el tratado. En tal caso, se considerará que la reserva ha sido
hecha en la fecha de su confirmación.
547
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 101 a 104.
548
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo sexto período de
sesiones, Suplemento Nº 10, (A/56/10), págs. 515 a 524.
286
2.2.2. [2.2.3] Inexigibilidad de la confirmación de las reservas formuladas en el momento
de la firma del tratado549
...551
Salvo que el tratado disponga otra cosa, un Estado o una organización internacional no
podrá formular una reserva a un tratado después de haber manifestado su consentimiento en
obligarse por el tratado, a menos que ninguna de las demás partes contratantes se oponga a la
formulación tardía de esa reserva.
549
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 524 y 525.
550
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 526 a 528.
551
La sección 2.3 propuesta por el Relator Especial se refiere a la formulación tardía de reservas.
552
Véase el comentario a este proyecto de directriz en Documentos Oficiales de la Asamblea
General, quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), págs. 529
a 543.
287
2.3.2. Aceptación de la formulación tardía de una reserva553
Salvo que el tratado disponga otra cosa o que la práctica bien establecida seguida por el
depositario sea diferente, se considerará que la formulación tardía de una reserva ha sido
aceptada por una parte contratante si ésta no ha hecho ninguna objeción a esa formulación dentro
de los 12 meses siguientes a la fecha en que haya recibido notificación de la reserva.
Una parte contratante en un tratado no podrá excluir ni modificar los efectos jurídicos de
ciertas disposiciones del tratado mediante:
La modificación de una reserva existente que tenga por objeto ampliar su alcance se regirá
por las reglas aplicables a la formulación tardía de una reserva. Sin embargo, si se hace una
objeción a esa modificación, la reserva inicial permanecerá inalterada556.
553
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 544 a 548.
554
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 548 a 550.
555
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 550 a 554.
556
Véase el comentario en la sección C.2 infra.
288
2.4. Procedimiento relativo a las declaraciones interpretativas557
Una declaración interpretativa deberá ser formulada por una persona a la que se considera
que representa a un Estado o una organización internacional para la adopción o la autenticación
del texto de un tratado o para manifestar el consentimiento de un Estado o una organización
internacional en obligarse por un tratado.
El hecho de que una declaración interpretativa haya sido formulada en violación de una
disposición del derecho interno de un Estado o de las reglas de una organización internacional
concernientes a la competencia y el procedimiento para la formulación de declaraciones
interpretativas no podrá ser alegado por ese Estado o esa organización como vicio de esa
declaración.]
Sin perjuicio de lo dispuesto en las directrices 1.2.1, 2.4.6 [2.4.7] y 2.4.7 [2.4.8], una
declaración interpretativa podrá ser formulada en cualquier momento.
557
Véase el comentario en Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo
séptimo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/57/10), pág. 104.
558
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 105 y 106.
559
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 107 y 108.
560
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo sexto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), págs. 555 a 557.
289
2.4.4. [2.4.5] Inexigibilidad de la confirmación de las declaraciones interpretativas
formuladas en el momento de la firma de un tratado561
Cuando un tratado disponga que una declaración interpretativa únicamente puede hacerse
en momentos determinados, un Estado o una organización internacional no podrá formular
ulteriormente una declaración interpretativa relativa a ese tratado, a menos que ninguna de las
demás partes contratantes se oponga a la formulación tardía de esa declaración.
561
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 557 y 558.
562
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 558 y 559.
563
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 560 a 562.
564
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo séptimo período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/57/10), págs. 108 a 110.
290
La confirmación formal de una declaración interpretativa condicional también habrá de
hacerse por escrito.
Una declaración interpretativa condicional habrá de comunicarse por escrito a los Estados
contratantes y a las organizaciones contratantes y a los demás Estados y organizaciones
internacionales facultados para llegar a ser partes en el tratado.
Salvo que el tratado disponga que una declaración interpretativa únicamente puede hacerse
o modificarse en momentos determinados, una declaración interpretativa podrá ser modificada
en cualquier momento.
565
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., quincuagésimo sexto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), págs. 562 y 563. Este proyecto de directriz (que antes
llevaba el número 2.4.7 [2.4.8]) se renumeró al haberse aprobado nuevos proyectos de directriz
en el 54º período de sesiones.
566
Véase el comentario en la sección C.2 infra.
291
2.4.10. Limitación y ampliación del alcance de una declaración interpretativacondicional
Salvo que el tratado disponga otra cosa, una reserva podrá ser retirada en cualquier
momento y no se exigirá para su retiro el consentimiento del Estado o de la organización
internacional que la haya aceptado.
Los Estados o las organizaciones internacionales que hayan formulado una o varias
reservas a un tratado deberían proceder a un examen periódico de éstas y considerar el retiro de
las reservas que ya no respondan a la finalidad para la que fueron hechas.
En tal examen, los Estados y las organizaciones internacionales deberían prestar especial
atención al objetivo de preservar la integridad de los tratados multilaterales y, en su caso,
plantearse la utilidad del mantenimiento de las reservas, particularmente en relación con su
derecho interno y con la evolución de éste desde que se formularon dichas reservas.
567
Véase el comentario relativo a este proyecto de directriz en Documentos Oficiales de la
Asamblea General, quincuagésimo octavo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/58/10),
págs. 148 a 158.
568
Véase el comentario relativo a este proyecto de directriz en Documentos Oficiales de la
Asamblea General, quincuagésimo octavo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/58/10),
págs. 158 a 164.
569
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 164 a 166.
292
2.5.4. [2.5.5] Formulación del retiro de una reserva en el plano internacional570
2. En virtud de sus funciones, y sin tener que presentar plenos poderes, son competentes
para retirar una reserva en el plano internacional en nombre de un Estado:
a) Los jefes de Estado, los jefes de gobierno y los ministros de relaciones exteriores;
b) Los representantes acreditados por los Estados ante una organización internacional o
ante uno de sus órganos, para el retiro de una reserva a un tratado adoptado en tal organización u
órgano;
c) Los jefes de misiones permanentes ante una organización internacional, para el retiro
de una reserva a un tratado celebrado entre los Estados acreditantes y esa organización.
2.5.5. [2.5.5 bis, 2.5.5 ter] Falta de consecuencias en el plano internacional de la violación
de las normas internas relativas al retiro de reservas571
570
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 168 a 176.
571
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 176 a 178.
293
El hecho de que una reserva haya sido retirada en violación de una disposición del derecho
interno de un Estado o de las reglas de una organización internacional concernientes a la
competencia y el procedimiento para el retiro de reservas no podrá ser alegado por ese Estado o
esa organización como vicio de ese retiro.
El retiro de una reserva entraña la entrada en vigor del tratado en las relaciones entre el
Estado o la organización internacional que retira la reserva y un Estado o una organización
internacional que había hecho una objeción a la reserva y se había opuesto a la entrada en vigor
del tratado entre ese Estado u organización y el autor de la reserva a causa de dicha reserva.
Salvo que el tratado disponga o que se acuerde otra cosa, el retiro de una reserva sólo
surtirá efecto respecto de un Estado contratante o de una organización contratante cuando ese
Estado o esa organización haya recibido la notificación.
572
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 178 a 183.
573
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 184 a 188.
574
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 189 a 196.
294
Cláusulas tipo575
La Parte Contratante que haya formulado una reserva al presente tratado podrá retirarla
mediante notificación dirigida [al depositario]. El retiro surtirá efecto a la expiración de un
plazo X [meses] [días] contados desde la fecha en que la notificación haya sido recibida [por el
depositario].
B. Reducción del plazo para que surta efecto el retiro de una reserva576
La Parte Contratante que haya formulado una reserva al presente tratado podrá retirarla
mediante notificación dirigida [al depositario]. El retiro surtirá efecto en la fecha en que la
notificación haya sido recibida [por el depositario].
C. Libertad para fijar la fecha en que ha de surtir efecto el retiro de una reserva577
La Parte Contratante que haya formulado una reserva al presente tratado podrá retirarla
mediante notificación dirigida [al depositario]. El retiro surtirá efecto en la fecha fijada por ese
Estado en la notificación dirigida [al depositario].
El retiro de una reserva surtirá efecto en la fecha fijada por su autor cuando:
a) Esa fecha sea posterior a la fecha en que los demás Estados u organizaciones
internacionales contratantes hayan recibido la correspondiente notificación; o
575
Véase el comentario a esta cláusula tipo en ibíd., pág. 197.
576
Véase el comentario a esta cláusula tipo en ibíd., págs. 197 y 198.
577
Véase el comentario a esta cláusula tipo en ibíd., págs. 198 y 199.
578
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 199 a 201.
295
b) El retiro no confiera más derechos a su autor respecto de los demás Estados u
organizaciones internacionales contratantes.
El retiro parcial de una reserva limita el efecto jurídico de la reserva y asegura una
aplicación más completa de las disposiciones del tratado, o del tratado en su conjunto, al Estado
o la organización internacional autor del retiro.
El retiro parcial de una reserva estará sujeto a las mismas reglas de forma y de
procedimiento que el retiro total y surtirá efecto en las mismas condiciones.
El retiro parcial de una reserva modifica los efectos jurídicos de la reserva en la medida
determinada por la nueva formulación de la reserva. Una objeción hecha a esa reserva sigue
surtiendo efecto mientras su autor no la retire, en la medida en que la objeción no se refiera
exclusivamente a la parte de la reserva que ha sido retirada.
No se podrá hacer ninguna objeción a la reserva resultante del retiro parcial, a menos que
ese retiro parcial tenga un efecto discriminatorio.
579
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 201 a 212.
580
Véase el comentario a este proyecto de directriz en ibíd., págs. 212 a 216.
581
Véase el comentario a este proyecto de directriz en la sección C.2 infra.
296
2.5.13. Retiro de una declaración interpretativa condicional582
El retiro de una declaración interpretativa condicional se regirá por las reglas aplicables al
retiro de una reserva.
La modificación de una reserva existente que tenga por objeto ampliar su alcance se regirá
por las reglas aplicables a la formulación tardía de una reserva. Sin embargo, si se hace una
objeción a esa modificación, la reserva inicial permanecerá inalterada.
Comentario
1) La cuestión de la modificación de las reservas se debe plantear en relación con las relativas
al retiro de las reservas, por una parte, y a su formulación tardía, por otra. En la medida en que
la modificación tenga por objeto limitar el alcance de la reserva, se tratará de un retiro parcial de
la reserva formulada inicialmente, que no plantea problemas de principio y está sujeto a las
reglas generales relativas al retiro; en este caso se aplicarán las disposiciones de los proyectos de
directriz 2.5.10 y 2.5.11583. En cambio, si la modificación tiene por efecto ampliar una reserva
existente, parece lógico partir de la idea de que se trata de la formulación tardía de una reserva y
aplicar las reglas pertinentes tal como se enuncian en los proyectos de directriz 2.3.1 a 2.3.3584.
2) Este es el razonamiento en que se basa el proyecto de directriz 2.3.5, el cual, por una parte,
se remite a las reglas relativas a la formulación tardía de una reserva y, por otra, deja bien
582
Ibíd.
583
Véanse esos proyectos y los comentarios correspondientes en Documentos Oficiales de la
Asamblea General, quincuagésimo octavo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/58/10),
págs. 201 a 216.
584
Por lo que respecta al texto de esas disposiciones y los comentarios correspondientes, véase
ibíd., quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), págs. 529 a 550.
297
sentado que, si un Estado hace una "objeción" a la ampliación del alcance de la reserva, seguirá
aplicándose la reserva formulada inicialmente.
3) Estas premisas fueron cuestionadas por una minoría de miembros de la Comisión, quienes
consideraron que esas reglas estaban en contradicción con la Convención sobre el Derecho de los
Tratados y podrían menoscabar en demasía los derechos convencionales de los Estados.
Además, la práctica del Consejo de Europa parece establecida en el sentido de la prohibición de
cualquier modificación "ampliativa".
4) En el marco de esta organización, "[t]here have been instances where states have
approached the Secretariat requesting information as to whether and how existing reservations
could be modified. In its replies the Secretariat has always stressed that modifications which
would result in an extension of the scope of existing reservations are not acceptable. Here the
same reasoning applies as in the case of belated reservations (…). Allowing such modifications
would create a dangerous precedent which would jeopardise legal certainty and impair the
uniform implementation of European treaties"585 ([h]a habido casos en que los Estados han
solicitado a la Secretaría información acerca de si las reservas existentes podían modificarse y de
qué forma. En su respuesta, la Secretaría siempre insistió en que no son aceptables las
modificaciones que conlleven una ampliación del alcance de las reservas existentes. Se aplica a
este respecto el mismo razonamiento que en el caso de las reservas tardías (...). Permitir tales
modificaciones sentaría un precedente peligroso que atentaría contra la seguridad jurídica e
impediría la aplicación uniforme de los tratados europeos).
585
Jörg Polakiewicz, Treaty-Making in the Council of Europe, Council of Europe
Publishing, 1999, pág. 96. Se puede relacionar esta postura con la adoptada por la Comisión
Europea de Derechos Humanos en el caso Chrysostomos et as. c. Turquía (decisión de 4 de
marzo de 1991, causas Nos. 15299/89, 15300/89 y 15318/89, R.U.D.H. 1991, pág. 193).
298
considera que dicho acto podría constituir un abuso de derecho, para lo cual se basa, desde luego,
en aspectos específicos de las convenciones del Consejo de Europa586.
6) Sin embargo, la mayoría de los miembros de la Comisión consideró que no era pertinente
trasladar al plano universal una práctica regional (que, además, no se verifica en todos los
casos587) y que en materia de ampliación de reservas existentes no sería lógico aplicar reglas
distintas de las aplicables a la formulación tardía de reservas.
• por otra parte, puede haber razones legítimas que lleven a un Estado o a una
organización internacional a desear modificar una reserva anterior y, en algunos casos,
586
Ibíd. Puede interpretarse en este sentido la decisión del Tribunal Federal de Suiza de 17 de
diciembre de 1992 en el caso Elisabeth B. c. Consejo de Estado del cantón de Turgovia
(Journal des Tribunaux, I. Droit fédéral, 1995, págs. 523 a 537); véase el séptimo informe
sobre las reservas a los tratados, A/CN.4/526/Add.3, párrs. 199 y 200. En relación con esta
cuestión, véase J. F. Flauss, "Le contentieux de la validité des réserves à la CEDH devant
leTribunal fédéral suisse: Requiem pour la declaration interprétative relative à l'article 6, § 1",
R.U.D.H. 1993, pág. 303. A este respecto, cabe señalar que el 26 de mayo de 1998, Trinidad y
Tabago denunció el Protocolo Facultativo para ratificarlo de nuevo el mismo día con una
nueva reserva (véase Traités multilatéraux déposés auprès du Secrétaire général - État
au 31 décembre 2003 (publicaciones de las Naciones Unidas, ST/LEG/SER.E/22, vol. 1,
cap. V.5, pág. 222, nota 3). Después de varias objeciones y de una decisión del Comité de
Derechos Humanos de 31 de diciembre de 1999 (comunicación Nº 845/1999,
CCPR/C/67/D/845/1999 - véase el quinto informe sobre las reservas a los tratados, A/CN.4/508,
párr. 12), Trinidad y Tabago denunció una vez más el Protocolo el 27 de marzo de 2000 (Traités
multilatéraux..., ibíd.). No obstante, no se trataba de la modificación de una reserva existente,
sino de la formulación de una reserva totalmente nueva.
587
Véase el comentario del proyecto de directriz 2.3.1 en Documentos Oficiales de la Asamblea
General, quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10), pág. 539,
párr. 14, nota 1164.
299
quizás pueda el autor de la reserva denunciar el tratado para ratificarlo nuevamente
después con una "reserva ampliada";
• la exigencia del consentimiento unánime de las otras partes con respecto a la ampliación
del alcance de la reserva parecen constituir una salvaguardia suficiente contra los abusos.
8) Además, por lo menos en el plano universal, la renuencia -justificada- a alentar a las partes
en un tratado a ampliar el alcance de sus reservas después de la manifestación de su
consentimiento en obligarse, no ha impedido que la práctica en materia de ampliación del
alcance de las reservas se base en la práctica relativa a su formulación tardía589, lo cual en efecto
parece ser de sentido común.
9) Por otra parte, los depositarios tratan las "modificaciones ampliativas" de la misma manera
que las reservas tardías. Cuando reciben una petición de esta índole de una de las partes, los
588
Véase el artículo 39 de las Convenciones de Viena de 1969 y 1986.
589
G. Gaja da el ejemplo de la "corrección" por Francia, el 11 de agosto de 1982, de la reserva
que figura en su instrumento de aprobación del Protocolo de 1978 relativo al Convenio
internacional para prevenir la contaminación por los buques, de 1973, depositado en poder del
Secretario General de la Organización Marítima Internacional (OMI) el 25 de septiembre
de 1981 ("Unruly Treaty Reservations", Le droit international à l'heure de sa codification,
Études en l'honneur de Roberto Ago, Giuffrè, Milán, 1987, págs. 311 y 312). Se trata de un caso
un poco particular dado que en la fecha en que se realizó la "corrección", el Protocolo MARPOL
no estaba aún en vigor para Francia; en ese caso, no parece que el depositario tenga que
supeditar la aceptación del nuevo texto al acuerdo unánime de las otras Partes, algunas de las
cuales, por lo demás, formularon objeciones a la reserva así modificada (véase Status of
Multilateral Conventions and Instruments in Respect of which the International Maritime
Organization or Its Secretary-General Performs Depositary or Other Functions as
at 31 December 2002, J/2387, pág. 81.
300
depositarios consultan a todas las demás partes y sólo aceptan la nueva redacción de la reserva si
ninguna de ellas se opone a ello antes de la expiración del plazo fijado para contestar.
10) De esta forma, Finlandia, que el 1º de abril de 1985, cuando se adhirió al Protocolo sobre
el marcado de carreteras, de 1973, adicional al Acuerdo Europeo que complementa la
Convención sobre la señalización vial de 1968, formuló una reserva a una disposición técnica de
este instrumento590. Diez años más tarde, el 5 de septiembre de 1995, Finlandia declaró que la
reserva que había formulado se aplicaba asimismo a un supuesto distinto del que había indicado
inicialmente591:
590
En virtud de su reserva inicial al párrafo 6 del anexo, Finlandia se reservaba "el derecho a
utilizar el color amarillo para marcar la línea continua que delimita las vías correspondientes a
sentidos de circulación opuestos" (Traités multilatéraux déposés auprès du Secrétaire général -
État au 31 décembre 2003, ST/LEG/SER.E/22, cap. XI.B.25, vol. 1, pág. 855).
591
"... la reserva formulada por Finlandia se aplica también a la línea de separación para advertir
de la existencia de un peligro" (ibíd.).
592
Ibíd., nota 586.
593
Véase el comentario al proyecto de directriz 2.3.1 ("Formulación tardía de una reserva"),
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/56/10), párrs. 11 y 13, págs. 537 y 538.
594
No obstante, cabe señalar que en la actualidad el plazo previsto sería de 12 meses y no
de 90 días (véase el proyecto de directriz 2.3.2 ("Aceptación de la formulación tardía de una
301
11) Por su parte, el Gobierno de Maldivas notificó al Secretario General de las Naciones
Unidas el 29 de enero de 1999 la modificación de las reservas formuladas cuando se adhirió a la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
(en 1993). Alemania, que había hecho una objeción a las reservas iniciales, se opuso también a
la modificación de éstas señalando, en particular:
"... que un Estado no puede formular reservas a un tratado más que en el momento de la
firma, la ratificación, la aceptación o la aprobación del tratado, o en el momento de
adherirse a él (artículo 19 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados).
Una vez que un Estado se ha obligado por un tratado en virtud del derecho internacional,
no puede formular nuevas reservas ni ampliar las reservas anteriores o añadir adiciones a
éstas. Sólo puede retirar total o parcialmente las reservas iniciales, lo que el Gobierno de
la República de Maldivas lamentablemente no ha hecho con su modificación."595
12) No obstante, así como no había hecho ninguna objeción a la reserva inicial de Maldivas
oponiéndose a su entrada en vigor entre los dos Estados, Alemania no se opuso formalmente a la
modificación como tal. Ello confirma las dudas de algunos miembros de la Comisión en cuanto
a la conveniencia de utilizar el término "objeción" para referirse a la oposición de los Estados a
la modificación tardía de reservas: un Estado puede admitir perfectamente la operación de la
modificación y hacer una objeción al contenido de la reserva modificada596. Sin embargo, dado
que, a pesar de la opinión de una mayoría de sus miembros, la Comisión ha mantenido el término
reserva"), ibíd., pág. 544 y, en particular, los párrafos 5) a 10) del comentario, ibíd., págs. 545
a 547).
595
Traités multilatéraux déposés auprès du Secrétaire général - État au 31 de décembre 2003,
ST/LEG/SER.E/22, vol. I, cap. IV.8, pág. 269, nota 40. Respecto de la objeción inicial de
Alemania, véase la página 247. Finlandia también se opuso a la modificación de las reservas de
Maldivas; ibíd., pág. 269. Las objeciones de Alemania y Finlandia se presentaron transcurridos
más de 90 días de la notificación de la modificación, plazo entonces establecido por el Secretario
General.
596
Véase el párrafo 23 del comentario al proyecto de directriz 2.3.1, Documentos Oficiales de la
Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10),
pág. 543.
302
"objeción" para referirse a la oposición de los Estados a la formulación tardía de reservas en los
proyectos de directriz 2.3.2 y 2.3.3597, la Comisión consideró preferible mantener la misma
terminología en el presente caso.
13) El proyecto de directriz 2.3.5 remite expresamente a los proyectos de directriz 2.3.1, 2.3.2
y 2.3.3, relativos a la formulación tardía de reservas. No se ha considerado útil indicar
expresamente en el texto que esos proyectos son los que figuran inmediatamente antes en la Guía
de la práctica.
14) Sin embargo, conviene señalar que la transposición de las reglas aplicables a la
formulación tardía de reservas, que figuran en el proyecto de directriz 2.3.3, a la ampliación del
alcance de una reserva existente no puede hacerse sin más. En ambos supuestos, la situación
preexistente se mantiene en caso de "objeción" hecha por cualquiera de las partes contratantes;
pero este supuesto es diferente: antes de la formulación tardía de una nueva reserva, el tratado se
aplicaba en su integridad entre las partes contratantes; en la medida en que no se hicieran otras
reservas, mientras que en el caso de la ampliación tardía del alcance de una reserva, ésta ya era
efectiva y surtía los efectos reconocidos por las Convenciones de Viena. La segunda oración del
proyecto de directriz 2.3.5 tiene en cuenta esta diferencia entre los dos supuestos al establecer
que, en el segundo, la reserva hecha inicialmente permanece inalterada en caso de "objeción" a la
ampliación de su alcance.
15) La Comisión no ha considerado útil definir en un proyecto de directriz qué se entiende por
"ampliación del alcance de una reserva", porque el significado de esta expresión parece evidente.
Teniendo en cuenta la definición de las reservas que figura en los proyectos de directriz 1.1
y 1.1.1, está claro que esta expresión se refiere a cualquier modificación que tiene por objeto
excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado, o del tratado en su
conjunto con respecto a ciertos aspectos específicos, en su aplicación al Estado o a la
organización internacional que formula la reserva, de manera más amplia que la reserva hecha
inicialmente.
597
Véase el texto de esos proyectos, ibíd., pág. 513.
303
2.4.9. Modificación de una declaración interpretativa
Salvo que el tratado disponga que una declaración interpretativa únicamente puede hacerse
o modificarse en momentos determinados, una declaración interpretativa podrá ser modificada
en cualquier momento.
Comentario
1) Con arreglo a la definición que figura en el proyecto de directriz 1.2, las declaraciones
interpretativas "simples" consisten en simples aclaraciones del sentido o del alcance de las
disposiciones del tratado. Esas declaraciones se pueden formular en cualquier momento598
(salvo que el tratado disponga otra cosa599) y no están sujetas a la obligación de confirmación600.
Por consiguiente, nada se opone a que sean modificadas en cualquier momento si no hay una
disposición convencional que establezca que la interpretación debe hacerse en un momento
determinado. Es lo que indica el proyecto de directriz 2.4.9, cuyo texto combina esos dos
proyectos de directriz: 2.4.3 ("Momento en que se puede formular una declaración
interpretativa") y 2.4.6 ("Formulación tardía de una declaración interpretativa").
2) De esto se desprende que una declaración interpretativa "simple" puede ser modificada en
cualquier momento, salvo disposición en contrario del propio tratado, ya sea que limite en el
tiempo la posibilidad de hacer tales declaraciones, ya sea en el supuesto bastante poco probable,
pero que no cabe excluir en principio, en que el tratado limite expresamente la posibilidad de
modificar las declaraciones interpretativas.
3) Hay pocos ejemplos claros para ilustrar este proyecto de directriz. No obstante, se puede
señalar la modificación por México, en 1987, de la declaración relativa al artículo 16 de la
Convención internacional contra la toma de rehenes, de 17 de diciembre de 1979, realizada en el
momento de la adhesión, en 1987601.
598
Véase el proyecto de directriz 2.4.3.
599
Véase el proyecto de directriz 2.4.6.
600
Véase el proyecto de directriz 2.4.4.
601
Traités multilatéraux déposés auprès du Secrétaire général - État au 31 décembre 2003,
ST/LEG/SER.E/22, vol. II, cap. XVIII.5, pág. 114.
304
4) También cabe mencionar la modificación por un Estado de declaraciones unilaterales
hechas en virtud de una cláusula facultativa602 o por las que se opta entre distintas disposiciones
de un tratado603, aunque tales declaraciones quedan fuera del "ámbito de apliación de la... Guía
de la práctica"604. Por otro lado, el 7 de marzo de 2002, Bulgaria modificó una declaración
hecha en el momento de la firma y confirmada en el momento del depósito de su instrumento de
ratificación (en 1994)- de la Convención Europea de asistencia judicial en materia penal, de 20
de abril de 1959605; no obstante, puede considerarse que se trata más bien de la interpretación de
una reserva que de una declaración interpretativa propiamente dicha606.
6) Huelga decir que, si un tratado dispone que una declaración interpretativa únicamente
puede hacerse en momentos determinados, a fortiori tal declaración no puede modificarse en
otros momentos. En caso de que el tratado limite en el tiempo la posibilidad de hacer o
602
Véase, por ejemplo, la modificación por Australia y Nueva Zelandia de las declaraciones
hechas en virtud del artículo 24, párr. 2 ii), del Acuerdo por el que se crea el Banco Asiático de
Desarrollo con ocasión de la ratificación de dicho Acuerdo (Traités multilatéraux déposés
auprès du Secrétaire géneral - État au 31 décembre 2003, ST/LEG/SER.E/22, vol. 1, cap. X.4,
pág. 523).
603
Véase, por ejemplo, la nota de la Embajada de México en La Haya, de 24 de enero de 2002,
por la que se informaba al depositario de la Convención relativa a la firma y la notificación en el
extranjero de actos judiciales y extrajudiciales en materia civil y mercantil, de 15 de noviembre
de 1965, de una modificación de sus condiciones en relación con la aplicación del artículo 5
de dicha Convención (http://www.hcch.net/f/conventions/text14f.htlm).
604
Proyectos de directriz 1.4.6 ó 1.4.7.
605
http://www.conventions.coe.int/Treaty/FR/DECLAREList.asp.
606
Véase también ibíd.: la modificación, en 1988, de la "declaración interpretativa" suiza
de 1974 relativa al artículo 6, párr. 1, de la Convención Europea de Derechos Humanos tras la
sentencia Belilos, de 29 de abril de 1988. No obstante, por una parte, el Tribunal había
considerado esta "declaración" como una reserva y, por otra, Suiza se limitó simplemente a
retirar su declaración con carácter retroactivo tras la decisión del Tribunal Federal Suizo de 17 de
diciembre de 1992 en el asunto Elisabeth B. c. Consejo de Estado del cantón de Thurgovie
(véase la nota 586 supra).
305
modificar una declaración interpretativa, las reglas aplicables a la formulación tardía de tal
declaración, enunciadas en el proyecto de directriz 2.4.6, deberían aplicarse mutatis mutandis si,
no obstante esta limitación, un Estado o una organización internacional tuviese el propósito de
modificar una declaración interpretativa anterior: esa modificación sólo sería posible si no
hiciera ninguna objeción cualquiera de las demás partes contratantes.
Comentario
2) Si bien, en algunos casos, puede resultar difícil determinar si una modificación tiene por
objeto limitar o ampliar el alcance de una declaración interpretativa condicional, una mayoría de
los miembros de la Comisión consideró que no había motivos para apartarse en este caso de las
reglas relativas a la modificación de las reservas y que, en consecuencia, era preciso remitirse a
607
Veánse los proyectos de directriz 1.2.1 y 2.4.5.
608
Proyecto de directriz 2.4.8.
306
las reglas aplicables respectivamente al retiro parcial609 y a la ampliación del alcance de una
reserva610.
3) En el segundo supuesto, las reglas aplicables son también, pues, las mismas que figuran en
el proyecto de directriz 2.4.8, relativo a la "Formulación tardía de una declaración interpretativa
condicional", que dice así:
609
Véanse los proyectos de directriz 2.5.10 y 2.5.11.
610
Véase el proyecto de directriz 2.3.5.
611
Por lo que respecta al comentario a este proyecto, véase Documentos Oficiales de la
Asamblea General, quincuagésimo sexto período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/56/10),
págs. 562 y 563.
612
Por el contrario, existen ejemplos de declaraciones que precisan que declaraciones
interpretativas anteriores no constituyen reservas. Véase, por ejemplo, la "comunicación
ulterior" (sin fecha), por la que el Gobierno francés señaló que el primer párrafo de la
"declaración" hecha en el momento de la ratificación de la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de 7 de marzo de 1966," no tenía
como finalidad limitar el alcance de las obligaciones enunciadas en la Convención en lo que
respecta a Francia, sino dejar constancia de su interpretación del artículo 4 de dicha Convención"
(Traités multilatéraux déposés auprès du Secrétaire général - État au 31 décembre 2003,
ST/LEG/SER.E/22, vol. I, cap. IV.2, pág. 156, nota 20). Véase también, por ejemplo, las
declaraciones de Indonesia o de Malasia respecto de las declaraciones que acompañaban a su
ratificación del Convenio constitutivo de la OMI, de 6 de marzo de 1948, ibíd., vol. II,
cap. XII.1, pág. 10, notas 15 y 17; o la postura de la India respecto de la misma Convención
307
dedicar un proyecto de directriz a este supuesto, sobre todo teniendo en cuenta que ello
equivaldría, en realidad, a retirar la declaración en cuestión en tanto que declaración
interpretativa condicional y, por tanto, se trataría de un retiro puro y simple al que se aplicarían
las reglas enunciadas en el proyecto de directriz 2.5.13, de las que resulta que dicho retiro puede
efectuarse en cualquier momento.
Comentario
(véase Ibíd., pág. 10, nota 14; véase también O. Schachter, "The Question of Treaty Reservations
at the 1959 General Assembly", 54 A.J.I.L. (1960), págs. 372 a 379).
613
Véase el proyecto de directriz 2.4.6.
614
Véase el párrafo 1 del artículo 22 de las Convenciones de Viena de 1969 y 1986, y el
proyecto de directriz 2.5.1.
615
Traités multilatéraux déposés auprès du Secrétaire général - État au 31 décembre 2003,
ST/LEG/SER.E/22, vol. 1, cap. V.2, pág. 364, nota 23. Subsisten dudas acerca de la naturaleza
de esta declaración. También existen retiros de "declaraciones de no reconocimiento" (cf., por
ejemplo, el retiro de las declaraciones egipcias respecto de Israel en lo que se refiere a la
308
Gobierno finlandés informó al Secretario General [de las Naciones Unidas] de que había
decidido retirar la declaración relativa al párrafo 2 del artículo 7 hecha en el momento de la
ratificación" de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, de 1969 (ratificada
por este país en 1977)616.
3) Esta práctica es compatible con el carácter muy poco formalista de las declaraciones
interpretativas.
4) No obstante, el retiro de una declaración interpretativa debe respetar los escasos requisitos
enunciados en los proyectos de directriz 2.4.1 y 2.4.2 en lo que concierne a las autoridades
competentes para formular ese tipo de declaraciones (que son las mismas que pueden representar
al Estado o la organización internacional para la adopción o la autenticación del texto de un
tratado o para manifestar su consentimiento en obligarse). La fórmula empleada en el proyecto
de directriz 2.5.12 remite implícitamente a esas disposiciones.
El retiro de una declaración interpretativa condicional se regirá por las reglas aplicables al
retiro de una reserva.
Comentario
309
Estado o de la organización internacional en obligarse617, a menos que alguna de las otras partes
contratantes no se opongan a su formulación en una fecha posterior.
3) A la espera de que se adopte una postura definitiva acerca de este problema de principio,
las reglas a las que remite implícitamente el proyecto de directriz 2.5.13 son las que figuran en
los proyectos de directriz 2.5.1 a 2.5.9.
617
Véase el proyecto de directriz 1.2.1.
310
CAPÍTULO X
A. Introducción
297. En su 55º período de sesiones, en 2003, la Comisión nombró Presidente del Grupo de
Estudio al Sr. Martti Koskenniemi. Estableció también un calendario provisional de los trabajos
que había de llevar a cabo durante el resto del presente quinquenio (2003 a 2006), distribuyó
entre los miembros del Grupo de Estudio la labor sobre los demás temas acordados en 2002621 y
618
G. Hafner, "Riesgos resultantes de la fragmentación del derecho internacional", Documentos
Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo quinto período de sesiones, Suplemento Nº 10
(A/55/10), anexo.
619
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo quinto período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/55/10), cap. IX, sec. A.1, párr. 729.
620
Ibíd., quincuagésimo séptimo período de sesiones, Suplemento Nº 10 (A/57/10), cap. IX,
sec. A, párrs. 492 a 494.
621
a) La interpretación de los tratados a la luz de "toda norma pertinente de derecho
internacional aplicable en las relaciones entre las partes" (apartado c) del párrafo 3 del
artículo 31 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados) en el contexto de la
evolución general del derecho internacional y de las preocupaciones de la comunidad
311
decidió la metodología que había que adoptar para esa labor. Asimismo la Comisión realizó un
examen preliminar de un esquema presentado por el Presidente del Grupo de Estudio sobre la
siguiente cuestión: "La función y el alcance de la norma de la lex specialis y la cuestión de los
"regímenes autónomos" (self-contained regimes)".
312
de la Carta de las Naciones Unidas como normas de conflicto (ILC(LVI)/SG/FIL/CRD.5),
preparado por el Sr. Zdzislaw Galicki622.
299. En su 2828ª sesión, el 4 de agosto de 2004, la Comisión tomó nota del informe del Grupo
de Estudio.
300. El Grupo de Estudio comenzó por examinar el informe de su período de sesiones de 2003
(A/58/10, párrs. 415 a 435) así como el Resumen por temas de los debates celebrados en la Sexta
Comisión de la Asamblea General durante su quincuagésimo octavo período de sesiones,
preparado por la Secretaría (A/CN.4/537, sec. G).
302. El Grupo de Estudio acogió con satisfacción las observaciones formuladas en la Sexta
Comisión durante el quincuagésimo octavo período de sesiones de la Asamblea General,
en 2003. Observó que las decisiones relativas a la dirección de los trabajos del Grupo de Estudio
habían recibido respaldo general. En especial, la decisión de concentrarse en las cuestiones de
fondo y de dejar de lado las repercusiones institucionales de la fragmentación, así como la
decisión de centrar los trabajos en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados,
habían parecido aceptables a los miembros de la Sexta Comisión. El Grupo de Estudio también
tomó nota del deseo expresado por las delegaciones de que llegara en sus trabajos a conclusiones
prácticas. A este respecto, el Grupo de Estudio también examinó la cuestión del resultado final
622
Los documentos pueden solicitarse a la División de la Codificación de la Oficina de Asuntos
Jurídicos.
313
de su labor. Si bien algunos miembros del Grupo de Estudio estimaban que el objetivo debía ser
la elaboración de unas directrices con sus comentarios, otros eran escépticos en cuanto a la
posibilidad de realizar una labor normativa. Ahora bien, hubo acuerdo en que la actividad
analítica sería por sí misma de utilidad y que como mínimo el Grupo de Estudio debía emitir sus
propias conclusiones, sobre la base de los estudios, con respecto a la naturaleza y las
consecuencias del fenómeno de la "fragmentación" del derecho internacional. El Grupo de
Estudio confirmó su intención de elaborar como resultado de sus trabajos un documento de
síntesis sobre las cuestiones de fondo. Este documento se presentaría a la Comisión en 2006.
En él figurarían los aspectos esenciales de los distintos informes elaborados por los miembros
del Grupo de Estudio, tal como habían sido modificados y completados durante los debates en el
seno del Grupo. Ese documento final constaría de dos partes: a) un estudio de fondo sobre el
tema, y b) un breve resumen de las conclusiones propuestas, así como, en su caso, unas
directrices sobre la manera de tratar la cuestión de la fragmentación.
303. El Grupo de Estudio comenzó el examen de fondo del estudio elaborado por el Presidente
sobre "La función y el alcance de la norma de la lex specialis y la cuestión de los "regímenes
autónomos" (self-contained regimes)" (ILC(LVI)/SG/FIL/CRD.1, de 7 de mayo de 2004, y
Add.1, de 4 de mayo de 2004). El estudio incluía a modo de preámbulo una tipología de la
fragmentación, basada en la decisión adoptada por el Grupo de Trabajo de 2003. La tipología
distinguía entre tres clases de fragmentación: a) la fragmentación derivada de interpretaciones
antagónicas del derecho general; b) la fragmentación resultante de la aparición de un derecho
especial como excepción al derecho general; c) la fragmentación dimanante del conflicto entre
diferentes tipos de derecho especial. Como estas distinciones ya se habían aprobado en 2003, no
era necesario examinarlas en esta ocasión. En lugar de ello, el Grupo de Estudio decidió pasar
directamente al fondo del estudio. Éste se dividía en dos partes. La primera versaba sobre el
principio de la lex specialis, mientras que la segunda (Add.1) giraba en torno a los "regímenes
autónomos".
314
a) Lex specialis
305. Segundo, el Presidente observó que el principio de que el derecho especial constituía una
excepción al derecho general era un principio tradicional y ampliamente aceptado como regla de
interpretación jurídica y técnica de solución de los conflictos de normas. Existía una amplia
jurisprudencia que recurría a la técnica de la lex specialis. La Comisión de Derecho
Internacional también había aprobado ese principio en el artículo 55 del proyecto de artículos
sobre la responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos. El Presidente atribuía
la aceptación de la norma de la lex specialis a su eficacia como método de razonamiento:
era pragmática, más clara y más precisa, por lo que se la consideraba "más estricta", "más
vinculante" que la norma general. Además, la norma especial regulaba la materia que constituía
su objeto de manera más eficaz y eficiente, y su utilidad residía en que reflejaba mejor la
voluntad de las partes.
315
306. Tercero, el Presidente distinguió entre cuatro situaciones en que la norma de la
lex specialis había sido aplicada en la jurisprudencia; así, la norma puede aplicarse para
determinar la relación: a) entre dos disposiciones (especial y general) dentro de un mismo
instrumento, como en el arbitraje relativo al Canal de Beagle623; b) entre las disposiciones de
dos instrumentos diferentes, como en el asunto de las Concesiones Mavrommatis en Palestina624,
y de manera más típica en un entorno sistémico como el de la OMC625; c) entre un tratado y una
norma no convencional, como sucedió en el asunto INA Corporation v. Government of the
Islamic Republic of Iran626; d) entre dos normas no convencionales, como en el asunto del
derecho de paso por territorio indio627, en el que se aplicó un razonamiento análogo aunque sin
expresarlo en términos de lex specialis.
307. Cuarto, el Presidente sugirió que si bien no existía una jerarquía formal entre las fuentes de
derecho internacional, había cierto tipo de jerarquía informal que surgía pragmáticamente como
un aspecto "forense" o "natural" del razonamiento jurídico, que prefería la norma especial a la
más general. El Presidente sugirió que esta jerarquía pragmática era expresión de la base
consensual del derecho internacional: a menudo se daba preferencia a la norma especial porque
623
Case concerning a dispute between Argentina and Chile concerning the Beagle Channel, 18
de febrero de 1977, U.N.R.I.A.A., vol. XXI, pág. 55. Véase también 52 I.L.R. (1979), pág. 97.
624
Mavrommatis Palestine Concessions case, P.C.I.J. Series A, Nº 2 (1924), pág. 31.
625
Véanse por ejemplo Turkey - Restrictions on Imports of Textile and Clothing Products, 31 de
mayo de 1999, WT/DS34/R, párr. 9.92; Indonesia - Certain Measures Affecting the Automobile
Industry, 2 de julio de 1998, WT/DS54/, WT/DS55/R, WT/DS59/R, WT/DS64/R, párr. 14.28;
India - Qualitative Restrictions on Imports of Agricultural, Textile and Industrial Products, 6 de
abril de 1999, WT/DS90/R, párr. 4.20. Véase también por ejemplo dentro de la Unión Europea,
JT's Corporation Ltd. v. Commission of the European Communities, Tribunal de Primera
Instancia, sentencia de 12 de octubre de 2000, Tribunal Europeo de Justicia, caso T-123/99,
(2000) ECR II-3269, pág. 3292 (párr. 50).
626
Tribunal de Reclamaciones Irán-Estados Unidos, INA Corporations, caso Nº 161, 8 de julio
de 1985, Iran-U.S. CTR 1985-I, vol. 8, pág. 378.
627
Right of Passage over Indian Territory (merits) (Portugal c. la India), Judgment,
I.C.J. Reports 1960, pág. 44.
316
no sólo reflejaba mejor las necesidades del contexto, sino porque reflejaba mejor el propósito de
quienes debían quedar vinculados por ella.
308. Quinto, el Presidente señaló que había dos maneras en que el derecho tenía en cuenta la
relación de una norma particular con una general. En el primer caso, la norma especial podía
verse como una aplicación, profundización o actualización de una norma general. En el
segundo, la norma especial se consideraba, por el contrario, como una modificación,
reformulación o exclusión de la norma general (por ejemplo, la lex specialis es una excepción a
la norma general). El Presidente insistió en que a menudo era imposible decir si una norma
debía considerarse como "aplicación" o como "exclusión" de otra norma. En alguna medida esta
distinción -y con ello la distinción entre la lex specialis como norma de interpretación y como
norma de conflicto- era artificial. Ambos aspectos eran por tanto pertinentes en el estudio de la
lex specialis. El Presidente hizo hincapié en que incluso en las situaciones en que la norma se
utilizaba como técnica de solución de los conflictos, no extinguía en su totalidad la disposición
jurídica general que quedaba excluida en el momento de su aplicación, pues ésta se mantendría
"en un segundo plano" y afectaría a la interpretación de aquélla.
309. Sexto, el Presidente señaló que en su mayor parte el derecho internacional general era de
carácter dispositivo, vale decir, que la lex specialis podía dejarlo sin efecto. Sin embargo, había
circunstancias en que el derecho general prohibía expresamente cualquier modificación que lo
dejara sin efecto o en que esa prohibición se derivaba de la naturaleza del derecho general.
El caso más conocido era el jus cogens. Ahora bien, fuera de ese caso existían también otras
situaciones en que no se permitía apartarse del derecho internacional general. Los elementos
pertinentes que había que tomar en consideración eran por ejemplo los beneficiarios de la
obligación y si la derogación podía prohibirse, por ejemplo, cuando era posible que alterase el
equilibrio establecido con arreglo a un tratado general entre los derechos y las obligaciones de
las partes.
310. Por último, el Presidente observó que existía un aspecto de la cuestión de la lex specialis al
que no se había referido en su informe, concretamente la cuestión de los regímenes regionales y
317
del regionalismo. Elaboraría un informe complementario sobre esta cuestión para el Grupo de
Estudio en 2005. El Grupo de Estudio recibió con agrado esta sugerencia.
312. En el debate del Grupo de Estudio se dio amplio respaldo a las conclusiones del estudio.
A la vez se hizo hincapié en algunos aspectos especiales. Se señaló que la dimensión temporal
-en otras palabras la relación entre la lex specialis y la lex posterior- no se había examinado a
fondo en el estudio. Ahora bien, se convino en que la forma en que esto debía encararse también
dependía del contexto, lo que incluía la referencia a la voluntad de las partes.
318
313. Algunos miembros del Grupo de Estudio dudaban de la sugerencia de que el principio de
la lex specialis entrañara una jerarquía informal. En su opinión no existía jerarquía, ni formal ni
informal, entre las fuentes del derecho internacional. Si habitualmente se daba primacía a un
tratado sobre la costumbre general no era debido a una jerarquía de derecho, sino simplemente a
la necesidad de dar efecto a la voluntad de las partes; no podía excluirse que por el mismo
motivo una costumbre especial pudiese tener primacía sobre un tratado general. En todo caso,
existían motivos para distinguir entre la jerarquía de las fuentes del derecho y la jerarquía de las
normas jurídicas. También hubo cierta crítica al tratamiento dado por el Presidente a la cuestión
de la posibilidad de apartarse del derecho general. Fuera de la cuestión del jus cogens, la del
carácter permisible de la derogación seguía constituyendo una materia no aclarada.
628
Case of the SS "Wimbledon", P.C.I.J. Series A, Nº 1 (1923) págs. 23 y 24.
629
Case concerning the United States Diplomatic and Consular Staff in Tehran (United States
v. Iran), el llamado "Asunto de los rehenes", I.C.J. Reports 1980, pág. 41 (párr. 86).
319
sobre la responsabilidad del Estado relativas a las consecuencias de un hecho ilícito.
El sentido más amplio designaba un conjunto especial de normas y principios relativos a la
gestión de un problema determinado; el sentido restringido concernía a un régimen especial
-lex specialis- de la responsabilidad del Estado. El Presidente señaló que en ciertos aspectos la
terminología utilizada era problemática. Especialmente desafortunada era la distinción que la
Comisión hacía en su comentario entre formas "fuertes" y "débiles" de lex specialis y al
relacionar los regímenes autónomos con estas últimas. Los regímenes autónomos no eran ni más
fuertes ni más débiles que otras formas de lex specialis.
316. En un tercer sentido, que se planteó para estimular el debate en la materia, la expresión
regímenes autónomos (especiales) se empleaba a veces en los comentarios y la práctica
académicos para describir esferas completas de especialización funcional u orientación
teleológica en el sentido de estimar que se aplicaban normas y técnicas especiales de
interpretación y administración (por ejemplo, una rama especial del derecho internacional con
sus propios principios, instituciones y teleología, tal como la "normativa de los derechos
humanos", el "derecho de la OMC", el derecho humanitario, etc.). Por ejemplo, la Corte
Internacional de Justicia recurrió a esas distinciones en su opinión consultiva sobre la Legalidad
de la amenaza o el empleo de armas nucleares630. El Presidente afirmó que los tres sentidos de
"régimen autónomo" no siempre se distinguían claramente uno de otro.
630
Legality of the threat or use of nuclear weapons, opinión consultiva, I.C.J. Reports 1996,
párrs. 24, 27, 34, 37 y 51. [Existe una versión en español publicada en forma mimeografiada con
la signatura A/51/218, documento de la Asamblea General de 19 de julio de 1996.]
320
forma esperada fue estudiada por los Relatores Especiales Riphagen y Arangio Ruiz, y ambos
consideraron absolutamente evidente que en esos casos debía estar permitido recurrir a las
normas jurídicas generales. La conclusión principal de los debates anteriores de la Comisión era
que ni la Comisión ni los Relatores Especiales -ni ninguno de los asuntos examinados
regularmente a este respecto- daban por entendido que las normas especiales estarían totalmente
aisladas del derecho internacional general.
318. El Presidente manifestó que, en realidad, la expresión "régimen autónomo" era una
denominación equivocada por cuanto no existía un conjunto de normas -en sentido estricto o en
sentido amplio- que estuviera aislado del derecho general. Dudaba incluso de que tal aislamiento
fuera siquiera posible: un régimen podía recibir (o no recibir) fuerza jurídica obligatoria
("validez") sólo por referencia a normas o principios (válidos y obligatorios) exteriores a él.
319. El Presidente concluyó que el derecho general tenía un doble papel con respecto a
cualquier régimen especial. Primero, proporcionaba el marco normativo y suplía los aspectos del
funcionamiento del régimen especial que éste no había previsto. Por ejemplo, la determinación
de si una entidad era o no un "Estado" o si ejercía soberanía sobre un territorio eran cuestiones
que casi siempre habría que tratar en el marco del derecho general. Segundo, las normas de
derecho general se aplicaban también si el régimen especial no funcionaba adecuadamente.
Por lo tanto, el Presidente indicó que en los trabajos futuros sobre los regímenes especiales las
principales cuestiones de interés se referían a: a) las condiciones de la creación de un régimen
especial; b) el ámbito de aplicación del régimen con respecto al derecho internacional general en
circunstancias normales; c) las condiciones del "retorno" a las normas generales si fracasa el
régimen especial.
320. Por lo que respecta a las condiciones de la creación de regímenes especiales, se sugirió que
las normas relativas a la derogación aplicables en materia de lex specialis también debían
aplicarse a los regímenes especiales. De ese modo, no obstante las normas imperativas y ciertos
otros casos de inderogabilidad, generalmente era posible apartarse del derecho general.
321
los tratados que constituían el régimen. Basándose en ejemplos tomados de los regímenes de
derechos humanos631 y del derecho de la OMC632, el Presidente señaló que en ninguno de los
regímenes convencionales existentes se excluía la aplicación del derecho internacional general.
Por el contrario, los órganos creados en virtud de tratados invocaban constantemente el derecho
internacional general. Esto no se debía, insistió el Presidente, a un acto concreto de
"incorporación". Tal como señaló la Corte Internacional de Justicia en el asunto de la sociedad
ELSI633, era propio de la naturaleza de los principios importantes de la costumbre general el que
se aplicaran a falta de cláusulas de derogación expresa. Nada en la práctica inducía a pensar que
el derecho internacional general se aplicaría a los regímenes especiales únicamente como
resultado de una incorporación. En realidad era difícil imaginar cómo los autores de esos
regímenes podían convenir en no incorporar (es decir, excluir expresamente) los principios
generales del derecho internacional. ¿De dónde emanaría el carácter vinculante de un acuerdo de
ese tipo?
322. Por lo que hace al retorno a las normas generales si fracasa el régimen especial, se señaló
que distaba mucho de estar claro lo que se entendía por "fracaso". No era posible fijar criterios
generales para determinar lo que era un "fracaso del régimen" in abstracto. Al menos algunas de
las vías abiertas ante los participantes en el régimen especial se definían en la propia Convención
631
Véase Corte Interamericana de Derechos Humanos, Velázquez y Rodríguez,
OC-4/88 (29 de julio de 1988), Serie C, Nº 4, párr. 184; McElhinney v. Ireland
(31253/96), 21 de noviembre de 2001, ECHR Reports 2001-XI (párr. 36); Al Adsani v. UK
(35763/97), 21 de noviembre de 2001, Reports 2001-XI, (párr. 55). Véase también Loizidou
v. Turkey, (párr. 43); Fogarty v. the United Kingdom (37112/97), 21 de noviembre de 2001,
ECHR 2001-XI (párr. 36); Bankovic v. Belgium and others (52207/99), 123 I.L.R. (2003),
pág. 108 (párr. 57). Véase asimismo Lucius Caflisch y Antonio Cançado Trindade,
"Les conventions américaine et européenne des droits de l'homme et le droit international
général", 108 R.G.D.I.P. (2004), págs. 11 a 22.
632
Estados Unidos - Pautas para la gasolina reformulada y convencional
(WT/DS2/AB/R), 29 de abril de 1996; Corea - Medidas que afectan a la contratación
pública (WT/DS163/R), 1º de mayo de 2000, párr. 7.96; Estados Unidos
- Prohibición de las importaciones de determinados camarones y productos del camarón
(WT/DS58/AB/R), 12 de octubre de 1998, párrs. 127 a 131.
633
Elettronica Sicula (ELSI) (Italy v. United States), I.C.J. Reports 1989, pág. 42 (párr. 50).
322
de Viena sobre el Derecho de los Tratados, y también las normas relativas a la responsabilidad
del Estado podían ser pertinentes en tales situaciones.
323. El Presidente afirmó que la conclusión principal de su estudio era que la utilización actual
del principio de la lex specialis o la aparición de regímenes convencionales especiales no había
menoscabado gravemente la seguridad y la previsibilidad jurídicas, ni la igualdad de los sujetos
de derecho. Estas técnicas eran expresión de preocupaciones legítimas y hondamente sentidas
acerca del desarrollo económico, la protección de los derechos humanos y del medio ambiente y
el regionalismo. El sistema no estaba en crisis.
324. También señaló que era forzoso reconocer que no existía ningún sistema homogéneo y
jerárquico que permitiera superar los problemas derivados del conflicto de normas o de
regímenes jurídicos. La exigencia de coherencia y de un pluralismo razonable seguirían
apuntando en direcciones diferentes. Por eso, tal vez convendría prestar creciente atención a la
forma en que la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados podría utilizarse para
hacer frente a la colisión de normas y regímenes. También podría ser útil, sugirió, que se
aclarara el concepto de "derecho internacional general" y la manera como operaba con respecto
a normas y regímenes determinados.
325. En lo que se refiere a los trabajos futuros acerca de este último punto, el Presidente
propuso, pues, que se hiciera hincapié en el funcionamiento de los regímenes especiales
considerados en cada uno de los tres sentidos que se daban a la expresión. Un estudio futuro
sobre esta cuestión podría definir: i) las condiciones de su establecimiento; ii) su modo de
funcionamiento autónomo; iii) la función del derecho internacional general en esos regímenes,
incluida la solución de los conflictos entre ellos; iv) las condiciones y consecuencias del fracaso
de un régimen.
323
del Grupo de Estudio observaron que la expresión "régimen especial" era, en su tercera acepción
(es decir, en el sentido de campos enteros de especialización funcional), un fenómeno enigmático
que era preciso seguir estudiando para comprender plenamente la relación que generaba con el
derecho general y con las otras dos formas de régimen especial examinadas en el informe.
327. Hubo acuerdo en que el concepto de "autonomía" designaba nada más la idea de
"especialidad" del régimen. El Grupo de Estudio también observó que la distinción entre una
"forma fuerte" y una "forma débil" de régimen especial debía abandonarse. Hubo amplio
acuerdo en que el derecho general seguía aplicándose de diversas maneras incluso en el marco
de los regímenes especiales. Sin embargo, la relación entre el régimen especial y el derecho
general no podía ser definida por reglas generales.
328. Algunos miembros del Grupo de Estudio sugirieron que interpretar el asunto de la ELSI
como la formulación de un principio general que exigía que la derogación del derecho general se
efectuara expresamente quizás fuera más ajustado a la realidad que entenderlo como una
presunción contra la derogación.
329. El Grupo de Estudio hizo hincapié en que la cuestión de si un régimen había fracasado o
no debía determinarse en función de los tratados constitutivos del régimen mismo. Aquí otra vez
era imposible enunciar reglas generales. Sin embargo, también podía ser útil estudiar más a
fondo las diferentes formas en que podía producirse ese fracaso. Se señaló asimismo que
incumbía a las partes en el régimen especial decidir si ese régimen había fracasado y cuáles
serían las consecuencias de ese fracaso.
330. El Grupo de Estudio observó que las dificultades que presentaba la relación entre lo
general y lo especial eran relativas, y que las diferencias surgían según las circunstancias de cada
caso. Se expresó cierto escepticismo acerca de la posibilidad de aclarar el concepto de "derecho
internacional general". Se insistió en que cualquier esfuerzo en ese sentido debía girar en torno a
la aplicación del derecho general en relación con las normas y regímenes particulares. A este
respecto se hizo hincapié en que si bien la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados constituía un marco general, sus normas tenían carácter supletorio y podían a menudo
ser sustituidas mediante acuerdo.
324
3. Examen del esquema relativo al Estudio de la aplicación de tratados
sucesivos concernientes a la misma materia (artículo 30 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados)
331. Para el examen del tema, el Grupo de Estudio se basó en un esquema y una presentación
oral del Sr. Teodor Melescanu. En el esquema se pasaba revista, entre otras cosas, a los trabajos
preparatorios que llevaron a la aprobación del artículo 30 de la Convención de Viena634 y se
analizaban las principales disposiciones de este artículo635, incluidos los principios básicos
634
En lo que respecta a la labor de los Relatores Especiales Hersch Lauterpacht,
Gerald Fitzmaurice y Humphrey Waldock, véase Yearbook..., 1953, vol. II, documento
A/CN.4/63, pág. 90, especialmente págs. 156 a 159, [la versión en español de este informe se
publicó en forma mimeografiada únicamente con la signatura A/CN.4/63, págs. 205 a 215];
ibíd. ... 1954, vol. II, doc. A/CN.4/87 y Corr.1; ibíd., ... 1958, vol. II, documento A/CN.4/115 y
Corr.1; ibíd., ... 1963, vol. II, documento A/CN.4/156 y Add.1 a 3.
635
El artículo 30 de la Convención de Viena dice:
"Artículo 30
Aplicación de tratados sucesivos concernientes a la misma materia
1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el Artículo 103 de la Carta de las Naciones
Unidas, los derechos y las obligaciones de los Estados Partes en tratados sucesivos
concernientes a la misma materia se determinarán conforme a los párrafos siguientes.
2. Cuando un tratado especifique que está subordinado a un tratado anterior o
posterior o que no debe ser considerado incompatible con ese otro tratado, prevalecerán las
disposiciones de este último.
3. Cuando todas las partes en el tratado anterior sean también partes en el tratado
posterior pero el tratado anterior no quede terminado ni su aplicación suspendida conforme
al artículo 59, el tratado anterior se aplicará únicamente en la medida en que sus
disposiciones sean compatibles con las del tratado posterior.
4. Cuando las partes en el tratado anterior no sean todas ellas partes en el tratado
posterior:
a) En las relaciones entre los Estados Partes en ambos tratados se aplicará la
norma enunciada en el párrafo 3;
b) En las relaciones entre un Estado que sea Parte en ambos tratados y un Estado
que sólo lo sea en uno de ellos, los derechos y obligaciones recíprocos se regirán por el
tratado en el que los Estados sean Partes.
325
relacionados con su aplicación, es decir, el principio de jerarquía del párrafo 1, el principio de la
lex prior del párrafo 2 y el principio de la lex posterior del párrafo 3 y el apartado a) del
párrafo 4. La aparición de tratados sucesivos concernientes a la misma materia era una
consecuencia de la expansión de la cooperación internacional para atender a las nuevas
necesidades que surgían en un entorno cambiante.
326
tertiis nec nocent nec prosunt (un tratado no puede crear obligaciones ni derechos para un tercero
sin su consentimiento; artículo 34 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados)
y el principio prior tempore, potior jure (quien es primero en el tiempo es mejor en el derecho).
334. En sus deliberaciones, el Grupo de Estudio centró su atención en la orientación futura del
Estudio. Se reconoció que, en su mayor parte, el artículo 30 no planteaba serios problemas de
fragmentación. La única situación que daría pie a un conflicto de normas no resuelto era la
regulada en el apartado b) del párrafo 4.
335. Con respecto al apartado b) del párrafo, 4 el Grupo de Estudio sugirió que quizás fuera útil
estudiar el tratamiento de la cuestión y las decisiones adoptadas por los sucesivos relatores
especiales del derecho de los tratados. El Grupo de Estudio aprobó la idea de hacer hincapié en
si se podían imponer límites a la voluntad del Estado de escoger, entre los tratados incompatibles
en que fuera Parte, cuál de ellos iba a cumplir y cuál tendría que violar. Se planteó si unos
criterios basados en la distinción entre el carácter recíproco, interdependiente o absoluto de las
obligaciones, como la examinada en relación con la modificación de tratados inter se a tenor del
artículo 41, podía aportar también una orientación para la aplicación del artículo 30.
336. Además del apartado b) del párrafo 4, se determinaron otras dos cuestiones de posible
interés: a) el caso de tratados bilaterales sucesivos concernientes a la misma materia y b) el caso
de un tratado, multilateral o bilateral, que se aparta del derecho internacional consuetudinario.
En lo que se refiere a la fragmentación, la opinión del Grupo de Estudio fue que el primer
supuesto no era nada problemático. Con respecto al segundo, se sugirió que, aunque esta
situación podía crear problemas, éstos eran de carácter general y no era necesario abordarlos en
este contexto.
337. El Grupo de Estudio convino en que las disposiciones del artículo 30 tenían carácter
supletorio. No obstante, algunos miembros se preguntaron si era correcto afirmar que no tenían
fuerza imperativa. Las disposiciones recogían ideas razonables y ampliamente aceptadas.
El Grupo también convino en que los conflictos generalmente sólo surgirían en el momento de la
aplicación del tratado posterior, aunque se señaló también que, por lo menos en algunos casos,
también podía surgir un conflicto en el momento mismo de la celebración del tratado posterior.
327
4. Examen del esquema relativo al Estudio de la modificación de tratados
multilaterales entre algunas de las partes únicamente (artículo 41
de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados)
338. Para el examen del tema, el Grupo de Estudio se basó en un esquema y una presentación
oral del Sr. Riad Daoudi. En el esquema se estudiaba, entre otras cosas, el contexto en que se
aplicaba un acuerdo inter se a tenor de lo dispuesto en el artículo 41 de la Convención de
Viena636, lo que daba lugar a dos tipos de relaciones jurídicas: unas relaciones "generales"
aplicables a todas las partes en el tratado multilateral y unas relaciones "especiales" aplicables a
dos o más partes en el acuerdo inter se. El acuerdo inter se, pues, modifica la aplicación del
tratado original sin enmendarlo. La relación entre el acuerdo general y el particular es análoga a
la que existe entre la lex generalis y la lex specialis.
339. La idea principal del artículo 41 era permitir los acuerdos inter se pero asegurándose de
que se preservaba la coherencia del tratado original. Las condiciones para celebrar un acuerdo
inter se eran, en particular: a) la preservación de los derechos e intereses de las partes en el
636
El artículo 41 de la Convención de Viena dice:
"Artículo 41
328
tratado multilateral original637; b) la no imposición de obligaciones o cargas adicionales a las
partes en el acuerdo multilateral; y c) la preservación del objeto y el fin del tratado multilateral.
Había, además, condiciones relativas a la notificación del acuerdo inter se a las demás partes y a
su reacción al acuerdo.
637
Véase, por ejemplo, el párrafo 3 del artículo 311 de la Convención de las Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar.
638
Por ejemplo, la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, de 1961, y la
Convención de Viena sobre las Relaciones Consulares, de 1963.
639
Un tratado de desarme es un tratado interdependiente en la medida en que el cumplimiento
por una parte de las obligaciones que le incumben es un requisito previo del cumplimiento por
las otras partes de las que incumben a ellas. La violación por una parte es, en realidad, una
violación respecto de todas las demás partes.
640
Un tratado de derechos humanos da lugar a obligaciones absolutas. Las obligaciones que
impone son independientes y absolutas y su cumplimiento no depende del cumplimiento por las
otras partes de las obligaciones que les incumben.
329
partes sin definir lo que constituye "violación grave". Las normas sobre la responsabilidad del
Estado se aplicarían al supuesto de la violación del tratado original por el acuerdo inter se.
342. El Grupo de Estudio señaló que el artículo 41 reflejaba la comprensible necesidad de que
las partes permitiesen el desarrollo de la aplicación de un tratado mediante un acuerdo inter se.
La relación entre el tratado original y el acuerdo inter se podía concebirse a veces como la
existente entre un estándar mínimo y el ulterior desarrollo de éste. Por consiguiente, no
planteaba normalmente dificultades atribuibles a la fragmentación. Las condiciones de
admisibilidad de los acuerdos inter se tenían en cuenta los principios generales del derecho de
los tratados tendentes a salvaguardar la integridad del tratado. Sin embargo, se señaló también
que las condiciones de los acuerdos inter se no siempre guardaban relación con la naturaleza del
acuerdo original sino también con la naturaleza de una disposición del mismo
(art. 41, párr. 1 b) ii)). Las consecuencias de los acuerdos inter se inadmisibles no estaban
reguladas expresamente en el artículo 41 y debían ser analizadas más a fondo.
343. Se pusieron de relieve las diferencias semánticas entre modificación, enmienda y revisión
en la aplicación del artículo 41. Aunque eran expresiones técnicamente diferentes, esas
diferencias no siempre estaban claramente definidas. Una modificación, por ejemplo, a veces
podía interpretarse como una propuesta de enmienda. Se sugirió que se prestara alguna atención
a ello en la continuación del estudio. Se indicó asimismo que quizá fuera útil examinar la
relación entre los diferentes principios de coherencia, en particular las relaciones entre el
artículo 30 (acuerdos sucesivos), el artículo 41 (modificación inter se) y el Artículo 103 de la
Carta de las Naciones Unidas (primacía de las obligaciones de la Carta).
344. También se consideró útil estudiar más detenidamente el papel que la "notificación" de los
acuerdos inter se podía desempeñar en la práctica para reducir los casos de fragmentación.
De ser posible, habría que examinar la práctica de la notificación a otros Estados y de la reacción
de los otros Estados a esas notificaciones.
330
5. Examen del esquema relativo a la interpretación de los tratados a la luz
de "toda norma pertinente de derecho internacional aplicable en las
relaciones entre las partes" (apartado c) del párrafo 3 del artículo 31
de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados) en el
contexto de la evolución general del derecho internacional
y de las preocupaciones de la comunidad internacional
345. El Grupo de Estudio basó su labor en un esquema y una exposición verbal del
Sr. William Mansfield. En el esquema se abordaba, entre otras cosas, la función del apartado c)
del párrafo 3 del artículo 31641, en particular su interpretación textual, señalando que remitía a las
normas de derecho internacional, que no se circunscribía al derecho internacional
consuetudinario, que se refería a las normas tanto pertinentes como aplicables, y que no estaba
limitado en lo temporal. El Grupo de Estudio analizó también el apartado c) del párrafo 3 del
artículo 31 a la luz de un documento de antecedentes utilizado por la Comisión para
examinarlo642 y en la medida en que había sido invocado en varios asuntos ante el Tribunal de
Reclamaciones Irán-Estados Unidos643, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos644 y la Corte
641
El apartado c) del párrafo 3 del artículo 31 de la Convención de Viena dice así:
"Artículo 31
...
...
..."
642
Anuario..., 1964, vol. II, pág. 3 especialmente págs. 51 a 63, doc. A/CN.4/167 y Add.1 a 3.
Véase también el documento A/5809.
643
Esphahanian v. Bank Tejarat, 2 Irán-USCTR (1983) 157. Véase asimismo Case Nº A/18
(1984) 5 Irán-USCTR 251, 260. También se invocó la disposición en un voto particular
discrepante en Grimm v. Iran 2 Irán-USCTR 78, 82 sobre la cuestión de determinar si el hecho
de que el Irán no hubiera protegido a un individuo podía constituir una medida que "afectase a
los derechos patrimoniales" de su esposa.
331
Internacional de Justicia645. Examinó además tres ejemplos concretos de su aplicación:
el Asunto relativo a la fábrica Mox ante el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, el
Tribunal de Arbitraje del Convenio OSPAR y el Tribunal de Arbitraje de la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar646; el asunto Pope y Talbot Inc. c. el Canadá ante el
Tribunal del TLC647; y los asuntos del camarón y la tortuga648 y de las hormonas de la carne
bovina649 en el contexto de los procedimientos de solución de diferencias de la OMC.
644
Golder c. el Reino Unido, sentencia de 21 de febrero de 1975, ECHR Ser. A [1995] Nº 18.
Véase también Forgarty c. el Reino Unido, demanda Nº 37112/97, 123 I.L.R. (2001) 54;
McElhinney c. Irlanda, demanda Nº 31253/96, 123 I.L.R. (2001) 73; Al-Adsani c. el Reino
Unido, demanda Nº 35763/97, 123 I.L.R. (2001) 24.
645
Case Concerning Oil Platforms (Islamic Republic of Iran v. United States), véase
www.icj-cij.org. Véase también 42 I.L.M. (2003) 1334. Véase también el voto particular
concurrente del magistrado Weeramentry en Case Concerning the Gabčikovo-Nagymaros
Project (Hungary v. Slovakia) I.C.J. Reports 1997, pág. 7 especialmente pág. 114.
646
International Tribunal for the Law of the Sea: the Mox Plant case (Ireland v. United
Kingdom) -Request for Provisional Measures Order (3 December 2001) www.itlos.org;
Permanent Court of Arbitration: Dispute Concerning Access to Information Under Article 9
of the OSPAR Convention: Ireland v. United Kingdom - Final Award (2 July 2003) 42
I.L.M. (2003) 1118; Permanent Court of Arbitration: the Mox Plant case: (Ireland v. United
Kingdom) -Order Nº 3 (24 June 2003) 42 I.L.M. (2003) 1187.
647
Sentencia sobre el fondo, de 10 de abril de 2001; sentencia relativa a la indemnización de
daños y perjuicios, de 31 de mayo de 2002, 41 I.L.M. (2002) 1347.
648
OMC, Estados Unidos: Prohibición de las importaciones de determinados camarones y
productos del camarón - Informe del Órgano de Apelación (12 de octubre de 1998)
WT/DS58/AB/R. Véase también 38 I.L.M. (1999), 118.
649
OMC, Medidas de las Comunidades Europeas que afectan a la carne y los productos
cárnicos (hormonas) - Informe del Órgano de Apelación (16 de enero de 1998),
WT/DS-26/AB/R.
332
interpretación de tratados como medio para evitar la fragmentación en relación con el apartado c)
del párrafo 3 del artículo 31. Se observaba que dichas limitaciones tenían su origen en:
a) el contexto diferente en que podían haberse elaborado y aplicado otras normas de derecho
internacional; y b) el propósito de desarrollo progresivo del derecho internacional de muchos
tratados.
347. Por regla general, no debía ser necesario remitirse a otras normas de derecho internacional
a menos que el propio tratado suscitase un problema de interpretación. Normalmente se
plantearía la necesidad de aplicar el apartado c) del párrafo 3 del artículo 31 en concreto si:
a) la norma del tratado era poco clara y la ambigüedad pareciera resolverse mediante la remisión
a un conjunto desarrollado de normas de derecho internacional; b) el sentido de los términos
utilizados en el tratado estaba bien reconocido en el derecho internacional consuetudinario y por
tanto se podía considerar que era ese el sentido que las partes habían tenido la intención de
atribuirles; o c) los términos del tratado eran por naturaleza polisémicos y la remisión a otras
fuentes del derecho internacional ayudaría a precisar el contenido de la norma650.
349. El Grupo de Estudio subrayó que el apartado c) del párrafo 3 del artículo 31 era aplicable
únicamente cuando había un problema de interpretación. En tal caso, la disposición se refería a
ciertas normas que habían de "tenerse en cuenta" al proceder a la interpretación. Sin embargo,
no indicaba ningún modo específico de hacerlo. En particular, no quedaba implícito que esas
650
Esta era la posición que se adoptó para interpretar el artículo XX del GATT, en los litigios
relativos al camarón y la tortuga y a las hormonas de la carne bovina.
333
otras normas debieran determinar la interpretación. Las diversas normas tendrían que ponderarse
unas con otras debidamente conforme a las circunstancias. Se observó que el hecho de que el
apartado c) del párrafo 3 del artículo 31 rara vez se invocara expresamente no debía velar su
importancia como regla de interpretación de los tratados. Era sin duda esencial para promover la
armonización y garantizar la unidad del orden jurídico internacional. Por lo tanto, merecía un
estudio esmerado.
350. El Grupo de Estudio examinó largamente la cuestión de las normas a que hacía remisión el
apartado c) del párrafo 3 del artículo 31. Aunque era indudable que la disposición se refería a
otras normas convencionales pertinentes y aplicables, no descartaba la aplicación de otras
fuentes de derecho internacional, como el derecho consuetudinario y los principios generales
reconocidos por las naciones civilizadas. En el futuro estudio quizás debía prestarse atención al
modo en que habían de aplicarse el derecho consuetudinario y otras normas pertinentes. Una vez
más, aunque se entendía que la referencia era amplia, era útil tener presente que la interpretación
debía basarse en la ponderación de todas las normas pertinentes.
351. El Grupo de Estudio también examinó la relación existente entre el apartado c) del
párrafo 3 del artículo 31 y otras reglas de interpretación de tratados -por ejemplo, las relativas a
la buena fe y al objeto y el fin del tratado- y sugirió que se prestase atención a su relación en
general con el artículo 32. Se subrayó asimismo que había que tener en cuenta la existencia de
conceptos "móviles" y el surgimiento de normas generalmente aceptadas por la comunidad
internacional. Hubo quienes se preguntaron si seguía siendo válida la visión que se tenía del
derecho intertemporal cuando se aprobó la Convención de Viena en 1969, habida cuenta de las
numerosas transformaciones ocurridas desde entonces en el sistema internacional.
352. Para el examen de este tema, el Grupo de Estudio se basó en un esquema y una
presentación oral del Sr. Zdzislaw Galicki. En el esquema se examinaba la naturaleza del tema
en relación con la fragmentación del derecho internacional, comenzando por una breve
334
descripción del jus cogens651, las obligaciones erga omnes652 y la naturaleza de las obligaciones
relativas al Artículo 103 de la Carta así como su aceptación y fundamento, y se observaba que el
derecho internacional contemporáneo otorgaba a dichas normas y obligaciones primacía sobre
otras normas. Se sugería que en la futura labor se analizaran esas categorías de normas y
obligaciones. No se pretendía, pues, establecer ninguna jerarquía de fuentes de derecho.
353. En segundo lugar, en el esquema se trazaba una breve perspectiva del concepto de
jerarquía normativa en derecho internacional. Se recordaba que el Grupo de Estudio había
convenido en que, en esta materia, no siempre resultaba apropiado establecer analogías con los
ordenamientos jurídicos internos. No había ninguna jerarquía de valores bien desarrollada y con
autoridad en el derecho internacional y por tanto tampoco había ninguna jerarquía estable de
técnicas para resolver los conflictos de normas653. En consecuencia, la jerarquía era reflejo de un
proceso de desarrollo del derecho. Dichas jerarquías a veces contribuían a la fragmentación del
derecho y a veces a su unificación. Se sugería que en la futura labor se describieran los aspectos
de esa evolución prestando especial atención a la aparición de jerarquías normativas.
354. En tercer lugar, el esquema aludía a la necesidad de abordar el jus cogens, las obligaciones
erga omnes y el Artículo 103 de la Carta como normas de conflicto. Ello supondría examinar
específicamente: a) su primacía respecto de las demás normas de derecho internacional en
651
Véase el artículo 53 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, de 1969.
Véase también los artículos 41 y 48 del proyecto de artículos sobre la responsabilidad del Estado
por hechos internacionalmente ilícitos.
652
Véase Case concerning the Barcelona Traction, Light and Power Company Ltd. (Second
phase) I.C.J. Reports 1970, pág. 3, especialmente pág. 32. Véase también Advisory opinion
concerning Reservations to the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of
Genocide I.C.J. Reports 1951, pág. 15, especialmente pág. 23; Case concerning East Timor
(Portugal v. Australia), Judgment, I.C.J. Reports 1995, pág. 90, especialmente pág. 102;
Case concerning application of the Convention on the Prevention and Punishment of the
Crime of Genocide (Bosnia and Herzegovina v. Yugoslavia), Preliminary Objections,
I.C.J. Reports 1996, pág. 595, especialmente pág. 616.
653
Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo séptimo período de sesiones,
Suplemento Nº 10 (A/57/10), párr. 506.
335
general; b) la relación jerárquica entre ellas; y c) las relaciones jerárquicas dentro de cada
categoría (por ejemplo, normas de jus cogens en conflicto).
355. El Grupo de Estudio concentró su atención en la futura orientación del estudio. Se recalcó
que el estudio debía ser de utilidad práctica y abstenerse de determinar jerarquías generales o
absolutas. La jerarquía debía tratarse como un aspecto del razonamiento jurídico, en el que era
corriente utilizar dichas técnicas para dejar de lado normas secundarias por remisión a las más
importantes. Esto era lo que significaba abordar esas técnicas como normas de conflicto.
Convenía no extender demasiado el debate sobre la jerarquía sino limitarlo a su función en la
solución de los conflictos de normas. Por otra parte, podía ser útil ilustrar de qué manera se
manifestaba en la práctica la naturaleza evolutiva de estos conceptos jerárquicos.
356. El Grupo de Estudio observó que un debate demasiado teórico sobre este tema suscitaría
cuestiones complejas y polémicas. Había que concentrarse en dar ejemplos de la utilización de
las relaciones jerárquicas en la práctica y en la doctrina para resolver los conflictos de normas.
Se podría quizás entonces definir los tipos de situaciones en que se han establecido relaciones
jerárquicas.
357. También se consideró útil analizar las diferencias entre el jus cogens y las obligaciones
erga omnes. Algunos miembros se preguntaron si las obligaciones erga omnes entrañaban
relaciones jerárquicas del mismo modo que el jus cogens. Se consideró igualmente que había
que prestar atención a las consecuencias del uso de una relación jerárquica: ¿qué sucedería con
la norma inferior desplazada por la superior? ¿Podría ello incidir en la responsabilidad del
Estado?
358. Aunque la jerarquía podía a veces ser causa de fragmentación, el Grupo de Estudio
subrayó que en la mayoría de los casos servía para salvaguardar la unidad del orden jurídico
internacional. El Grupo apoyó la sugerencia de centrar el estudio en los posibles conflictos entre
las tres técnicas jerárquicas, así como en los eventuales conflictos dentro de cada categoría.
También se expresó apoyo a la idea de examinar la relación entre el presente estudio y las
técnicas de interpretación analizadas en los demás estudios.
336
CAPÍTULO XI
360. El Grupo de Planificación celebró tres sesiones. Tuvo ante sí la sección H del Resumen
por temas de los debates celebrados en la Sexta Comisión de la Asamblea General en su
quincuagésimo octavo período de sesiones, titulada "Otras decisiones y conclusiones de la
Comisión", y la resolución 58/77 de la Asamblea General relativa al informe de la Comisión de
Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 55º período de sesiones.
361. En su 2823ª sesión, el 27 de julio de 2004, la Comisión tomó nota del informe del Grupo
de Planificación.
362. El Grupo de Trabajo sobre el programa de trabajo a largo plazo se reconstituyó con
el Sr. Pellet como Presidente. El Grupo de Trabajo celebró cinco sesiones y su Presidente
presentó un informe oral al Grupo de Planificación el 20 de julio de 2004. El Grupo de Trabajo
se propone presentar un informe más completo, en el que figurarán los temas que propone que se
incluyan en el programa de trabajo a largo plazo al final del quinquenio. Sin embargo, el Grupo
de Trabajo recomendó que el tema "Obligación de extraditar o juzgar (aut dedere aut judicare)"
se incluyera en el programa de trabajo a largo plazo de la Comisión. Estimó que el tema
satisfacía los criterios pertinentes mencionados en el informe de la Comisión correspondiente al
año 2000, es decir, que se trate de un tema concreto, que presenta un interés teórico y práctico en
lo que se refiere a la codificación y el desarrollo progresivo del derecho internacional.
363. Por recomendación del Grupo de Planificación, la Comisión acordó incluir este tema en el
programa de trabajo a largo plazo. Las observaciones preliminares de presentación del tema
337
figuran en el anexo al presente informe. La Comisión prevé incluir este tema en su presente
programa de trabajo en el próximo período de sesiones.
364. La Comisión debatió la elección de nuevos temas para su inclusión en el actual programa
de trabajo de la Comisión y decidió incluir dos temas nuevos: "La expulsión de los extranjeros"
y "Efectos de los conflictos armados en los tratados". A este respecto, la Comisión decidió
nombrar Relator Especial del tema "La expulsión de los extranjeros" al Sr. Maurice Kamto y
Relator Especial del tema "Efectos de los conflictos armados en los tratados" al Sr. Ian Brownlie.
3. Marco estratégico
365. La Comisión, habiendo examinado parte del marco estratégico (2006-2007) para el
programa 6: subprograma 3 (Desarrollo progresivo y codificación del derecho internacional),
elaborado de acuerdo con lo indicado en la resolución 58/269 de la Asamblea General, toma nota
con aprobación de esta parte del marco estratégico.
4. Documentación de la Comisión
338
368. La Comisión tomó nota con reconocimiento del Estudio actualizado de los regímenes de
responsabilidad, preparado por la División de la Codificación, y de los comentarios y
observaciones presentados por los gobiernos y las organizaciones internacionales sobre el tema
de la Responsabilidad de las organizaciones internacionales, y recomienda que se publiquen
como documentos oficiales de la Comisión.
5. Honorarios
369. La Comisión reiteró una vez más las opiniones que había expresado en los párrafos 525
a 531 de su informe sobre la labor realizada en el 54º período de sesiones (A/57/10) y en el
párrafo 447 de su informe sobre la labor realizada en su 55º período de sesiones (A/58/10).
La Comisión insiste en que la resolución 56/272 de la Asamblea General, de 27 de marzo
de 2002, relativa a la cuestión de los honorarios, afecta especialmente a los Relatores Especiales,
en particular los de países en desarrollo, ya que compromete el apoyo a su necesaria labor de
investigación.
370. La Comisión decidió celebrar un período de sesiones de diez semanas dividido en dos
partes, que tendrá lugar en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra del 2 de mayo al 3 de
junio y del 4 de julio al 5 de agosto de 2005.
371. En la 2813ª sesión, celebrada el 7 de julio de 2004, el Sr. Jiuyong Shi, Presidente de la
Corte Internacional de Justicia, hizo uso de la palabra e informó a la Comisión acerca de las
actividades recientes de la Corte y de los asuntos actualmente sometidos a su consideración.
Su declaración consta en el acta resumida de esa sesión. A continuación hubo un intercambio de
opiniones.
339
Comisión por el Sr. Guy de Vel. El Sr. de Vel hizo uso de la palabra ante la Comisión en
su 2799ª sesión, el 14 de mayo de 2004654. Hubo luego un intercambio de opiniones.
376. El 1º de junio de 2003 hubo un intercambio de opiniones oficioso entre los miembros de la
Comisión y funcionarios de los servicios jurídicos del Comité Internacional de la Cruz Roja
sobre temas de interés común. El 28 de julio de 2004 hubo un intercambio de opiniones oficioso
entre los miembros de la Comisión y miembros de la Asociación de Derecho Internacional sobre
temas de interés común para ambas instituciones, especialmente los programas de trabajo, la
responsabilidad de las organizaciones internacionales y los recursos hídricos.
654
Su declaración consta en el acta resumida de esa sesión.
655
Ibíd.
656
Ibíd.
340
D. Representación en el quincuagésimo noveno período
de sesiones de la Asamblea General
377. La Comisión decidió que su Presidente, Sr. Teodor Viorel Melescanu, la representaría en el
quincuagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General.
657
Participaron en el 40º período de sesiones del Seminario de Derecho Internacional:
Sr. Ghulam Shabbir Akbar (Pakistán); Sr. Abdul Rahman Al Baloushi (Emiratos Árabes
Unidos); Sr. Steven James Barela (Estados Unidos de América); Sr. Martin Bartoň (Eslovaquia);
Sr. Philip Bittner (Austria); Sr. Srinivas Burra (India); Sr. Jean d'Aspremont Lynden (Bélgica);
Sra. Sandra Deheza Rodríguez (Bolivia); Sra. Rosa Delia Gómez-Durán (Argentina);
Sra. Mateja Grašek (Eslovenia); Sra. Hisaan Hussain (Maldivas); Sr. Mbelwa Kairuki
(Tanzanía); Sr. Sifana Ibsén Kone (Burkina Faso); Sra. Annemarieke Künzli (Países Bajos);
Sra. Eneida Lima (Cabo Verde); Sr. Maxim Musikhin (Rusia); Sra. Jeannette Mwangi (Kenya);
Sra. Katya Pineda (El Salvador); Sr. Resfel Pino Alavarez (Cuba); Sr. Pablo Sandonato de Léon
(Uruguay); Sr. Abdoulaye Tounkara (Malí); Sr. Ian Wadley (Australia); Sr. Yehenew Walilegne
(Etiopía); Sr. Chen Wang (China). Un comité de selección, bajo la Presidencia del
341
plenarias de la Comisión y a conferencias organizadas especialmente para ellos, y participaron
en grupos de trabajo sobre temas específicos.
382. Los siguientes miembros de la Comisión dictaron las conferencias que se indican:
Sr. Joao Clemente Baena Soares: "La labor de la Comisión de alto nivel sobre la reforma
de las Naciones Unidas"; Sr. John Dugard: "La protección diplomática"; Sr. Matti Koskenniemi:
"La fragmentación del derecho internacional"; Sr. Giorgio Gaja: "La responsabilidad de las
organizaciones internacionales"; Sr. Chusei Yamada: "Los recursos naturales compartidos";
Sres. Michael Matheson y Djamchid Momtaz: "La decisión de la Corte Internacional de Justicia
en el asunto de las Plataformas petroleras (6 de noviembre de 2003)"; Sr. P. S. Rao:
"La responsabilidad internacional por actividades de riesgo (International Liability)".
383. También dictaron conferencias el Sr. Ralp Zackin, Subsecretario General, Asesor Jurídico
interino: "Tribunales internacionales establecidos por las Naciones Unidas: las enseñanzas";
Sra. María Isabel Torres Cazorla, Profesora de la Universidad de Málaga: "Actos unilaterales";
Sra. Pereyra-Frederichsen, Oficial de Asuntos Jurídicos de la OMC: "El sistema de solución de
controversias de la OMC"; Sra. Jelena Pejic, Asesora Jurídica del Comité Internacional de la
Cruz Roja: "Retos a los que actualmente debe hacer frente el derecho internacional
humanitario"; Sr. George Korontzis, Oficial Jurídico Superior, Oficina de Asuntos Jurídicos de
las Naciones Unidas: "Historia de la Comisión de Derecho Internacional: métodos de trabajo,
programa de trabajo"; Sr. Markus Schmidt, Oficial Jurídico Superior del ACNUDH: "El Comité
de Derechos Humanos y los procedimientos de reclamaciones individuales".
384. Los participantes en el Seminario fueron distribuidos en dos grupos de trabajo, uno sobre
"Actos unilaterales" y otro sobre "Acuíferos". Los Relatores Especiales de la Comisión de
342
Derecho Internacional encargados de esos temas, el Sr. Víctor Rodríguez Cedeño y el
Sr. Chusei Yamada ("Recursos naturales compartidos"), ayudaron con sus consejos a los grupos
de trabajo. Los grupos presentaron sus conclusiones ante el Seminario. Se pidió a cada
participante que presentara un informe resumido por escrito sobre una de las conferencias.
Esos informes se recopilaron y se distribuyeron a todos los participantes.
387. El Sr. Teodor Melescanu, Presidente de la Comisión, el Sr. Sergei Ordzhonikidze, Director
General de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, el Sr. Ulrich von Blumenthal, Director
del Seminario, y el Sr. Srinivas Burra, en nombre de los participantes, hicieron uso de la palabra
ante la Comisión y los participantes en la clausura del Seminario. Cada participante recibió un
certificado de asistencia al 40º período de sesiones del Seminario.
388. La Comisión tomó nota con especial agradecimiento de que los Gobiernos de Alemania,
Austria, Finlandia, Irlanda, Noruega y Suecia habían hecho contribuciones voluntarias al Fondo
Fiduciario de las Naciones Unidas para el Seminario de Derecho Internacional. La situación
financiera del Fondo permitió conceder un número suficiente de becas a candidatos de mérito de
los países en desarrollo para lograr una distribución geográfica adecuada de los participantes.
Este año se concedieron becas completas (viajes y dietas) a 17 candidatos y becas parciales
(sólo dietas o sólo viajes) a 2 candidatos.
389. De los 903 participantes, en representación de 156 nacionalidades, que han concurrido al
Seminario desde 1965, año de su creación, 541 han recibido becas.
390. La Comisión destaca la importancia que concede a los períodos de sesiones del Seminario,
que permiten a abogados jóvenes, especialmente de países en desarrollo, familiarizarse con la
labor de la Comisión y las actividades de numerosas organizaciones internacionales que tienen
343
su sede en Ginebra. La Comisión recomienda que la Asamblea General haga un nuevo
llamamiento a los Estados para que aporten contribuciones voluntarias a fin de asegurar la
celebración del Seminario de 2005 con una participación lo más amplia posible.
391. La Comisión observó con satisfacción que en 2004 el Seminario había contado con un
servicio de interpretación completo, y expresó la esperanza de que el mismo servicio estuviera
disponible en el próximo período de sesiones del Seminario, dentro de los límites de los recursos
existentes.
344
Anexo
Observaciones preliminares
1. La fórmula "extraditar o juzgar" (en latín "aut dedere aut judicare") se utiliza comúnmente
para designar la obligación alternativa concerniente al presunto autor de una infracción, "... que
figura en una serie de tratados multilaterales orientados a lograr la cooperación internacional en
la represión de determinados comportamientos delictivos"1.
2. Como subraya la doctrina, "la expresión "aut dedere aut judicare" es una adaptación
moderna de una frase utilizada por Grocio: "aut dedere aut punire" (extraditar o castigar)"2.
Parece sin embargo que, para su aplicación actual, resulta apropiada una fórmula más permisiva
de la obligación alternativa de la extradición ("juzgar"/judicare/en lugar de "castigar"/punire/),
teniendo en cuenta que Grocio sostenía que había una obligación general de extraditar o castigar
con respecto a todas las infracciones por las que otro Estado resulta lesionado.
3. El enfoque moderno no parece ir tan lejos, teniendo en cuenta también que el presunto
autor de una infracción puede ser declarado inocente. Además, no prejuzga la cuestión de si la
obligación debatida se deriva exclusivamente de los tratados pertinentes o si constituye también
una obligación general de derecho internacional consuetudinario, al menos en lo que se refiere a
determinadas infracciones internacionales.
1
M. Cherif Bassiouni y E. M. Wise: Aut Dedere Aut Judicare: The Duty to Extradite or
Prosecute in International Law; M. Nijhoff Pub., Dortrecht/Boston/Londres 1995, pág. 3.
2
Ibíd., pág. 4. Véase también: Hugo Grocio, De Iure Belli ac Pacis, libro II, cap. XXI, párrs. III
y IV; traducción inglesa: The Law of War and Peace (Classics of International Law, traducción
de F. W. Kelsey) 1995, págs. 526 a 529.
345
4. La doctrina ha subrayado que, para determinar la eficacia del sistema basado en la
obligación de extraditar o juzgar, había que ocuparse de tres problemas: "en primer lugar, la
naturaleza y el ámbito de aplicación de ese principio en derecho internacional; en segundo lugar,
la jerarquía entre las dos opciones previstas por esa norma, siempre que el Estado requerido
pueda elegir; y por último, las dificultades prácticas para ejercer el judicare"3. Parece también
necesario determinar si hay una jerarquía entre las obligaciones particulares que pueden
derivarse de la obligación de extraditar o juzgar (en adelante "la obligación") o si es una cuestión
que queda a la discreción de los Estados interesados.
5. Una tarea preliminar de la futura labor de codificación sobre el tema sería preparar una
lista comparativa de los tratados pertinentes y las fórmulas utilizadas en ellos para recoger esa
obligación. La doctrina ha hecho ya algunos intentos, elaborando una larga lista de tratados y
convenciones de esa índole4. Hay en ella tratados sustantivos, que definen determinadas
infracciones y exigen su tipificación penal y el enjuiciamiento o la extradición de sus autores, y
convenciones de procedimiento, que versan sobre la extradición y otras cuestiones de
cooperación jurisdiccional entre los Estados.
3
M. Plachta: "Aut Dedere Aut Judicare: An Overview of Modes of Implementation and
Approaches"; en Maastricht Journal of European and Comparative Law, 1999, vol. 6, Nº 4,
pág. 332.
4
M. Cherif Bassiouni y E. M. Wise, op. cit., págs. 75 a 302; véase también: Oppenheim's
International Law (9ª ed., R. Y. Jennings & A. Watts eds. 1992), vol. I, págs. 953 y 954.
5
UN Treaty Series, vol. 860, Nº 12325.
346
efectos de enjuiciamiento, sin excepción alguna y con independencia de que el delito haya
sido o no cometido en su territorio."
7. Como señaló la doctrina, hay dos variantes de la fórmula del Convenio de La Haya:
i) Con respecto a la variante a): la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico
ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, de 1988 (art. 6, párr. 9);
ii) Con respecto a la variante b): el Convenio europeo para la represión del terrorismo,
de 1977 (art. 7).
6
M. Plachta, op. cit., pág. 360.
347
"jurisdicción y competencia universales" depende del número de Estados que aceptan la creación
de esos tribunales y no guarda relación directa con la obligación de extraditar o juzgar.
7
Véase Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo primer período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/51/10).
8
"Crimen de genocidio", "Crímenes contra la humanidad", "Crímenes contra el personal de las
Naciones Unidas y el personal asociado" y "Crímenes de guerra".
348
14. Uno de los primeros ejemplos de esa "tercera opción" puede encontrarse en la Convención
para la creación de una Corte Penal Internacional, abierta a la firma en Ginebra el 16 de
noviembre de 1937. La citada Corte debía haberse establecido para juzgar a las personas
acusadas de alguna infracción tipificada en la Convención para la Prevención y Represión del
Terrorismo, de la misma fecha9. De conformidad con las disposiciones del artículo 2 de la
primera de esas Convenciones, el acusado podía ser juzgado por los órganos jurisdiccionales de
un Estado, ser extraditado al Estado con derecho a solicitar la extradición o ser juzgado por la
Corte Penal Internacional. Desgraciadamente, la mencionada Convención nunca entró en vigor
ni se creó esa Corte.
17. Además, existe ya una práctica judicial que ha venido ocupándose de la mencionada
obligación y ha confirmado su existencia en el derecho internacional contemporáneo. El asunto
Lockerbie, sometido a la Corte Internacional de Justicia, ha aportado muchos materiales
interesantes en esa esfera, especialmente en los votos particulares de los cinco magistrados
disconformes con la decisión adoptada por la Corte, el 14 de abril de 1992 de "no ejercer su
9
Véanse los textos de ambas Convenciones en International Legislation. A collection of the
texts of multiple international instruments of general interest (ed. por M. O. Hudson),
vol. VIII, 1935-1937, Nos. 402 a 505, Washington 1941, págs. 862 a 893.
349
facultad de indicar medidas provisionales", como había solicitado Libia10. Aunque la propia
Corte guardó más bien silencio con respecto al principio de que se trata, los magistrados que
emitieron votos particulares disconformes confirmaron en ellos la existencia del "principio de
derecho internacional consuetudinario aut dedere aut judicare"11 y de "un derecho reconocido en
derecho internacional y considerado incluso por algunos juristas como jus cogens"12.
Esas opiniones, aunque no confirmadas por la Corte, deberían tenerse en cuenta al considerar las
tendencias del desarrollo contemporáneo de la mencionada obligación.
18. Parece evidente que la corriente principal de las consideraciones sobre la obligación de
extraditar o juzgar se encuentra en las normas y la práctica del derecho internacional.
No obstante, no cabe olvidar que, "... los esfuerzos para optimizar el mecanismo regulador
surgido del principio aut dedere aut judicare pueden realizarse tanto en el plano internacional
como en el nacional"13. Habría que dedicar la misma atención al derecho penal interno, e incluso
a ciertas disposiciones constitucionales, que a las normas y prácticas jurídicas internacionales.
19. Como ha señalado con acierto la doctrina, "... el principio aut dedere aut judicare no puede
considerarse como una panacea cuya aplicación universal curará todas las debilidades y
dolencias de que viene padeciendo la extradición desde hace tanto tiempo. (...) Para que el
principio aut dedere aut judicare se convierta en la regla universal de extradición, habría que
tratar de lograr que se acepte la idea de que, en primer lugar, esta regla se ha convertido en un
elemento indispensable de la represión de la delincuencia y el enjuiciamiento de los delincuentes
en el ámbito internacional y, en segundo lugar, de que es insostenible seguir limitando su alcance
a los crímenes internacionales (y ni siquiera a todos ellos) definidos en las convenciones
10
Se dictaron dos resoluciones idénticas sobre "Questions of Interpretation and Application of
the 1971 Montreal Convention arising from the Aerial Incident at Lockerbie (Libyan Arab
Jamahiriya v. United Kingdom y Libian Arab Jamahiriya), Provisional Measures", Orders
of 14 April 1992, I.C.J. Reports 1992, pág. 114.
11
Ibíd., págs. 51 y 161 (magistrado Weeramantry, voto particular disconforme).
12
Ibíd., págs. 82 y 187 (magistrado Ajibola, voto particular disconforme).
13
M. Plachta, op. cit., pág. 332.
350
internacionales"14. La Comisión de Derecho Internacional podría seguir esa pauta en la labor de
codificación que emprenda en esta materia.
20. A la luz de lo que antecede, parece que el tema de "La obligación de extraditar o juzgar
(aut dedere aut judicare) en derecho internacional" ha adquirido un grado de madurez suficiente
para su codificación, con la posible inclusión de algunos elementos de desarrollo progresivo.
Sin embargo, en esta etapa parece prematuro decidir si el producto final de la labor de la
Comisión debería adoptar la forma de un proyecto de artículos, unas directrices o unas
recomendaciones. Si aceptara el tema, la Comisión debería comenzar por examinar los
siguientes elementos principales:
21. Análisis comparativo de las disposiciones apropiadas relativas a la obligación que figuran
en las convenciones pertinentes y en otros instrumentos internacionales: determinación
sistemática de las semejanzas y diferencias existentes.
a) extraditar o castigar;
b) extraditar o juzgar;
14
Ibíd., pág. 364.
351
24. Ámbito de aplicación de la obligación:
a) a "todas las infracciones por las que otro Estado resulte especialmente lesionado"
(Grocio);
26. Relación entre la obligación y otras normas relativas a las competencias jurisdiccionales de
los Estados en materia penal:
352
27. Naturaleza de ciertas obligaciones dimanantes en derecho internacional de la aplicación de
la obligación:
i) norma secundaria;
28. Relación entre la obligación y otros principios de derecho internacional (por ejemplo, el de
la soberanía de los Estados, el de la protección de los derechos humanos, el de la represión
universal de ciertos crímenes, etc.).
29. El tema "La obligación de extraditar o juzgar (aut dedere aut judicare) en derecho
internacional", propuesto para su examen por la Comisión de Derecho Internacional, cumple las
condiciones establecidas por la Comisión en sus períodos de sesiones 49º y 52º para la selección
de los temas, que se basan en los siguientes criterios:
353
a) El tema debía reflejar las necesidades de los Estados en materia de desarrollo
progresivo y codificación del derecho internacional.
b) El tema debía encontrarse en una etapa suficiente avanzada desde el punto de vista
de la práctica de los Estados para permitir el desarrollo progresivo y la codificación.
d) La Comisión no debía limitarse a los temas tradicionales, sino que podía examinar
también temas que reflejaran las nuevas cuestiones surgidas en el ámbito del derecho
internacional y las preocupaciones de la comunidad internacional15.
30. El tema "La obligación de extraditar o juzgar (aut dedere aut judicare) en derecho
internacional" parece reflejar necesidades reales de los Estados con respecto al desarrollo
progresivo y la codificación del derecho internacional. La práctica, especialmente en los últimos
decenios, de incluir esa obligación en muchos tratados internacionales y su aplicación por los
Estados en sus relaciones mutuas plantea la cuestión de la unificación de los diferentes aspectos
del modo de hacer efectiva la obligación. Entre los problemas más importantes que requieren
aclaración sin demora está la posibilidad de reconocer que tal obligación no se funda únicamente
en tratados, sino que también se basa, al menos en cierta medida, en normas consuetudinarias.
31. El tema parece estar suficientemente maduro para permitir el desarrollo progresivo y la
codificación, especialmente a la luz de la evolución de la práctica de los Estados y de su
creciente reflejo en la actividad jurisdiccional y en muchas obras doctrinales. El desarrollo y la
determinación jurídica precisa de los elementos de la obligación de extraditar o juzgar parece
redundar en interés de los Estados, puesto que constituye uno de los principales factores que
pueden hacer más eficaz su cooperación en materia penal.
15
Véase Documentos Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo quinto período de
sesiones, Suplemento Nº 10 (A/55/10), pág. 267.
354
No es demasiado general ni demasiado restrictivo, y su viabilidad para el desarrollo progresivo y
la codificación parece fuera de duda. Como tal, la obligación ha sido ya incluida por la
Comisión en la lista de temas apropiados para su examen futuro16. Desde entonces se ha hecho
evidente que ese examen debería comenzarse tan pronto como fuera posible.
33. Aunque la obligación de extraditar o juzgar pueda parecer a primera vista muy tradicional,
no hay que dejarse desorientar por su antigua formulación latina. La obligación misma no puede
tratarse sólo como un tema tradicional. Su evolución desde la época de Grocio hasta tiempos
recientes y su importante desarrollo como instrumento eficaz contra la creciente amenaza que las
infracciones penales representan para los Estados y los individuos pueden llevar con seguridad a
una sola conclusión: la de que refleja nuevas tendencias del derecho internacional y acuciantes
preocupaciones de la comunidad internacional.
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16
Véase Anuario..., 1996, vol. II, (Segunda parte), pág. 149.
355