Laudes

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LITURGIA DE LAS HORAS

JUEVES

LAUDES

V. Señor abre mis labios


R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA


Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,


soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,


bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:


«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años


aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.

Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.

Himno: SEÑOR, CUANDO FLORECE UN NUEVO DÍA.


Señor, cuando florece un nuevo día
en el jardín del tiempo,
no dejes que la espina del pecado
vierta en él su veneno.

El trabajo del hombre rompe el surco


en el campo moreno;
en frutos de bondad y de justicia
convierte sus deseos.

Alivia sus dolores con la hartura


de tu propio alimento;
y que vuelvan al fuego de tu casa
cansados y contentos. Amén.

SALMODIA
Ant 1. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Salmo 86
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,


ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»

Se dirá de Sión: «Uno por uno


todos han nacido en ella;
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el Altísimo en persona la ha fundado.»

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:


«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»

Ant. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!


Ant 2. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.

Cántico:
Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario
y su recompensa lo precede.

Como un pastor que apacienta el rebaño,


su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.

¿Quién ha medido a puñados el mar


o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?

¿Quién ha pesado en la balanza los montes


y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?

¿Con quién se aconsejó para entenderlo,


para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?

Mirad, las naciones son gotas de un cubo


y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.
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En su presencia, las naciones todas,
como si no existieran,
son ante él como nada y vacío.

Ant. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.


Ant 3. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado
de sus pies.

Salmo 98 - SANTO ES EL SEÑOR, NUESTRO DIOS.


El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la tierra.

El Señor es grande en Sión,


encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.

Reinas con poder y amas la justicia,


tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;


postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo.

Moisés y Aarón con sus sacerdotes,


Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.

Señor, Dios nuestro, tú les respondías,


tú eras para ellos un Dios de perdón
y un Dios vengador de sus maldades.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;


postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.
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Ant. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de
sus pies.

LECTURA BREVE 1Pe 4, 10-11


Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de
los demás, como buenos administradores de la multiforme gracia
de Dios. El que toma la palabra que hable palabra de Dios. El que
se dedica al servicio que lo haga en virtud del encargo recibido de
Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo,
Señor nuestro, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los
siglos. Amén.

RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos


y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,


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arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,


porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de


nuestros enemigos.

PRECES
Demos gracias al Señor, que guía y alimenta con amor a su
pueblo, y digámosle:

Te glorificamos por siempre, Señor.

Señor, rey del universo, te alabamos por el amor que nos tienes,
porque de manera admirable nos creaste y más admirablemente
aún nos redimiste.

Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo


de servirte,
para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y
acciones.

Purifica nuestros corazones de todo mal deseo,


y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad.

Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros


hermanos,
para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor.
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Se pueden añadir algunas intenciones libres

Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo:


Padre nuestro...
Dios todopoderoso y eterno: a los pueblos que viven en tiniebla y
en sombra de muerte, ilumínalos con tu luz, ya que con ella nos
ha visitado el sol que nace de lo alto, Jesucristo, nuestro Señor.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

VÍSPERAS

Himno: ENFRÍA, SEÑOR, MI BOCA


Enfría, Señor, mi boca;
Señor, reduce mi brasa;
dame, como te lo pido,
concordia de cuerpo y alma.

Frente al perverso oleaje,


ponme costado de gracia;
dame, como te demando,
concordia de cuerpo y alma.

Señor, mitiga mi angustia;


remite, Señor, mi ansia;
dame, como te la clamo,
concordia de cuerpo y alma.

No dejes que los sentidos


me rindan en la batalla;
Señor, Señor, no me niegues
concordia de cuerpo y alma. Amén.

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SALMODIA

Ant 1. Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en tu morada.

Salmo 131 I - PROMESAS A LA CASA DE DAVID.


Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:

«No entraré bajo el techo de mi casa,


no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»

Oímos que estaba en Efrata,


la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.

Levántate, Señor, ven a tu mansión,


ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles te aclamen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.

Ant. Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en tu morada.


Ant 2. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

Salmo 131 II.


El Señor ha jurado a David
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una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.

Si tus hijos guardan mi alianza


y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.»

Porque el Señor ha elegido a Sión,


ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.

Bendeciré sus provisiones,


a sus pobres los saciaré de pan;
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.

Haré germinar el vigor de David,


enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.»

Ant. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.


Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los
pueblos le servirán.

Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a


Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones,


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llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,


y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero


y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los


pueblos le servirán.

LECTURA BREVE 1Pe 3, 8-9


Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con
afecto fraternal, con ternura, con humildad. No devolváis mal por
mal o insulto por insulto; al contrario, responded con una
bendición, porque vuestra vocación mira a esto: a heredar una
bendición.

RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.

V. Nos sació con miel silvestre.


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R. Con flor de harina.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

PRECES
Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de su pueblo,
diciendo:

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Señor, refugio nuestro, escúchanos.

Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa Iglesia;


haz que seamos fieles a esta dignación de tu amor.

Tú que has encomendado al Papa Francisco la preocupación por


todas las Iglesias,
concédele una fe inquebrantable, una esperanza viva y una
caridad solícita.

Da a los pecadores la conversión, a los que caen, fortaleza,


y concede a todos la penitencia y la salvación.

Tú que quisiste habitar en un país extranjero,


acuérdate de los que viven lejos de su familia y de su patria.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

A todos los difuntos que esperaron en ti,


concédeles el descanso eterno.

Ya que por Jesucristo somos hijos de Dios, oremos con plena


confianza a Dios nuestro Padre:

Padre nuestro...
Dios todopoderoso, te damos gracias por el día que termina e
imploramos tu clemencia para que nos perdones benignamente
todas las faltas que, por la fragilidad de la condición humana, en
él hayamos cometido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

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VIERNES

LAUDES
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Himno: CREADOR SEMPITERNO DE LAS COSAS.


Creador sempiterno de las cosas,
que gobiernas las noches y los días,
y, alternando la luz y las tinieblas,
alivias el cansancio de la vida.

Pon tus ojos, Señor, en quien vacila,


que a todos corrija tu mirada:
con ella sostendrás a quien tropieza
y harás que pague su delito en lágrimas.

Alumbra con tu luz nuestros sentidos,


desvanece el sopor de nuestras mentes,
y sé el primero a quien, agradecidas,
se eleven nuestras voces cuando suenen.

Glorificado sea el Padre eterno,


así como su Hijo Jesucristo,
y así como el Espíritu Paráclito,
ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de


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mí.

Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO


Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,


tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,


en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,


y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,


que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,


renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,


afiánzame con espíritu generoso:
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enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,


Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;


si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,


reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Ant. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de


mí.
Ant 2. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado
contra ti.

Cántico
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.

Salgo al campo: muertos a espada;


entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
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vagan sin sentido por el país.

¿Por qué has rechazado del todo a Judá?


¿tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por que nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.

Señor, reconocemos nuestra impiedad,


la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.

No nos rechaces, por tu nombre,


no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.

Ant. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado


contra ti.
Ant 3. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de
su rebaño.

Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.


Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.

Sabed que el Señor es Dios:


que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,


por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:

«El Señor es bueno,


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su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»

Ant. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su


rebaño.

LECTURA BREVE 2Co 12, 9b-10


Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en
mí la fuerza de Cristo. Por eso vivo contento en medio de mis
debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y
las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte.

RESPONSORIO BREVE
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame el camino que he de seguir.
R. Hazme escuchar tu gracia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.

PRECES
Invoquemos a Cristo, que nació, murió y resucitó por su pueblo,
diciendo:

Salva, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre.

Te bendecimos, Señor, a ti que por nosotros aceptaste el suplicio


de la cruz:
mira con bondad a tu familia santa, redimida con tu sangre.

Tú que prometiste a los que en ti creyeran que manarían de su


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interior torrentes de agua viva,
derrama tu Espíritu sobre todos los hombres.

Tú que enviaste a los discípulos a predicar el Evangelio,


haz que los cristianos anuncien tu palabra con fidelidad.

A los enfermos y a todos los que has asociado a los sufrimientos


de tu pasión,
concédeles fortaleza y paciencia.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Llenos del Espíritu de Jesucristo, acudamos a nuestro Padre


común, diciendo:

Padre nuestro...
Ilumina, Señor, nuestros corazones y fortalece nuestras
voluntades, para que sigamos siempre el camino de tus
mandatos, reconociéndote como nuestro guía y maestro. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

CONCLUSIÓN

VÍSPERAS

V. Dios mío, ven en mi auxilio


R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén. Aleluya.

Himno: YO HE SENTIDO, SEÑOR, TU VOZ AMANTE


Yo he sentido, Señor, tu voz amante,
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en el misterio de las noches bellas,
y en el suave temblor de las estrellas
la armonía gocé de tu semblante.

No me llegó tu acento amenazante


entre el fragor de trueno y de centellas;
al ánima llamaron tus querellas
como el tenue vagido de un infante.

¿Por qué no obedecí cuando te oía?


¿Quién me hizo abandonar tu franca vía
y hundirme en las tinieblas del vacío?

Haz, mi dulce Señor, que en la serena


noche vuelva a escuchar tu cantilena;
¡ya no seré cobarde, Padre mío! Amén.

SALMODIA

Ant 1. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los


dioses.

Salmo 134 I - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS


Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno,


tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande,


nuestro dueño más que todos los dioses.
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El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte,


con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.

Él hirió a los primogénitos de Egipto,


desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,


mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.

Ant. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Ant 2. Casa de Israel, bendice al Señor; tañed para su nombre,
que es amable.

Salmo 134 II.


Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.

Los ídolos de los gentiles son oro y plata,


hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
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tienen ojos y no ven,

tienen orejas y no oyen,


no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.

Casa de Israel, bendice al Señor;


casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.

Bendito en Sión el Señor,


que habita en Jerusalén.

Ant. Casa de Israel, bendice al Señor; tañed para su nombre, que


es amable.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu
acatamiento, Señor.

Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4


Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,


y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
21
siglos. Amén.

Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu


acatamiento, Señor.

LECTURA BREVE St 1, 2-4


Hermanos míos, si estáis sometidos a tentaciones diversas,
consideradlo como una alegría, sabiendo que la prueba de vuestra
fe produce constancia. Pero haced que la constancia dé un
resultado perfecto, para que seáis perfectos e íntegros, sin
defectos en nada.

RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para el Dios y Padre
suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de
su misericordia.

PRECES
Invoquemos al Hijo de Dios, a quien el Padre entregó por
nuestras faltas y lo resucitó para nuestra justificación, diciendo:

Señor, ten piedad.

Escucha, Señor, nuestras súplicas, perdona los pecados de los


que se confiesen culpables
y en tu bondad otórganos el perdón y la paz.

22
Tú que, por medio del Apóstol nos has enseñado que donde se
multiplicó el pecado sobreabundó mucho más la gracia,
perdona con largueza nuestros muchos pecados.

Hemos pecado mucho, Señor, pero confiamos en tu misericordia


infinita;
vuélvete a nosotros para que podamos convertirnos a ti.

Salva a tu pueblo de sus pecados, Señor,


y sé benévolo con nosotros.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que abriste las puertas del paraíso al buen ladrón,


ábrelas también para nuestros hermanos difuntos.

Reconociendo que nuestra fuerza para no caer en la tentación se


halla en Dios, digamos confiadamente:

Padre nuestro...
Señor, Padre santo, que quisiste que tu Hijo fuese el precio de
nuestro rescate, haz que vivamos de tal manera que, tomando
parte en los padecimientos de Cristo, nos gocemos también en la
revelación de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN.

SÁBADO

LAUDES

INVITATORIO

23
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la llena; venid, adorémosle.

INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON INDECIBLE GOZO.


Cantemos al Señor con indecible gozo,
él guarde la esperanza de nuestro corazón,
dejemos la inquietud posar entre sus manos,
abramos nuestro espíritu a su infinito amor.

Dichoso será aquel que siempre en él confía


en horas angustiosas de lucha y de aflicción,
confiad en el Señor si andáis atribulados,
abramos nuestro espíritu a su infinito amor.

Los justos saben bien que Dios siempre nos ama,


en penas y alegrías su paz fue su bastión,
la fuerza del Señor fue gloria en sus batallas,
abramos nuestro espíritu a su infinito amor.

Envíanos, Señor, tu luz esplendorosa


si el alma se acongoja en noche y turbación,
qué luz, qué dulce paz en Dios el hombre encuentra;
abramos nuestro espíritu a su infinito amor.

Recibe, Padre santo, el ruego y la alabanza,


que a ti, por Jesucristo y por el Consolador,
dirige en comunión tu amada y santa Iglesia;
abramos nuestro espíritu a su infinito amor. Amén.

SALMODIA

24
Ant 1. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.

Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN


Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,


meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,


y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Ant. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.
Ant 2. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis
trabajos.

Cántico: DAME SEÑOR, LA SABIDURÍA Sb 9, 1-6. 9-11


Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus creaturas,
y para que rigiese el mundo con santidad y justicia
y lo gobernase con rectitud de corazón.

Dame la sabiduría asistente de tu trono

25
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.

Pues aunque uno sea perfecto


entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.

Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,


que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.

Mándala de tus santos cielos


y de tu trono de gloria envíala
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.

Porque ella conoce y entiende todas las cosas,


y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.

Ant. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis


trabajos.
Ant 3. La fidelidad del Señor dura por siempre.

Salmo 116 -
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:

Firme es su misericordia con nosotros,


su fidelidad dura por siempre.

26
Ant. La fidelidad del Señor dura por siempre.

LECTURA BREVE Flp 2, 14-15


Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones, a fin de que seáis
irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha, en medio de
esta generación mala y perversa, entre la cual aparecéis como
antorchas en el mundo.

RESPONSORIO BREVE
V. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
V. Mi heredad en el país de la vida.
R. Tú eres mi refugio.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en tiniebla y en sombra de
muerte.

PRECES
Invoquemos a Dios por intercesión de María, a quien el Señor
colocó por encima de todas las creaturas celestiales y terrenas,
diciendo:

Contempla, Señor, a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Padre de misericordia, te damos gracias porque nos has dado a


María como madre y ejemplo;
santifícanos por su intercesión.

Tú que hiciste que María meditara tus palabras, guardándolas en


su corazón, y fuera siempre fidelísima hija tuya,
por su intercesión haz que también nosotros seamos de verdad
hijos tuyos y discípulos de tu Hijo.
27
Tú que quisiste que María concibiera por obra del Espíritu Santo,
por intercesión de María otórganos los frutos de este mismo
Espíritu.

Tú que diste fuerza a María para permanecer junto a la cruz y la


llenaste de alegría con la resurrección de tu Hijo,
por intercesión de María confórtanos en la tribulación y reanima
nuestra esperanza.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Concluyamos nuestras súplicas con la oración que el mismo Cristo


nos enseñó:

Padre nuestro...
Dios misericordioso, fuente y origen de nuestra salvación, haz
que, mientras dure nuestra vida aquí en la tierra, te alabemos
constantemente y podamos así participar un día en la alabanza
eterna del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

I VÍSPERAS
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén. Aleluya.

Himno: HOY ROMPE LA CLAUSURA


Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
28
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.

Hoy triunfa el buen Cordero


que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.

Hoy surge, viva y fuerte,


segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Desead la paz a Jerusalén.

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN


¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

29
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,


a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:


«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,


voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Ant. Desead la paz a Jerusalén.


Ant 2. Desde la aurora hasta la noche mi alma aguarda al Señor.

Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.


Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,


¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,


30
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,


como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Ant. Desde la aurora hasta la noche mi alma aguarda al Señor.


Ant 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la
tierra. Aleluya.

Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL -


Flp 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,


se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo


y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Ant. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la


31
tierra. Aleluya.

LECTURA BREVE 2Pe 1, 19-21


Tenemos confirmada la palabra profética, a la que hacéis bien en
prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro,
hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en
vuestro corazón. Ante todo habéis de saber que ninguna profecía
de la Escritura es de interpretación privada; pues nunca fue
proferida alguna por voluntad humana, sino que, llevados del
Espíritu Santo, hablaron los hombres de parte de Dios.

RESPONSORIO BREVE
V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
V. Su gloria se eleva sobre los cielos.
R. Alabado sea el nombre del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
«Tú eres el ungido de Dios.»

PRECES
Invoquemos a Cristo, alegría de cuantos se refugian en él, y
digámosle:

Míranos y escúchanos, Señor.

Testigo fiel y primogénito de entre los muertos, tú que nos


purificaste con tu sangre
no permitas que olvidemos nunca tus beneficios.
32
Haz que aquellos a quienes elegiste como ministros de tu
Evangelio
sean siempre fieles y celosos dispensadores de los misterios del
reino.

Rey de la paz, concede abundantemente tu Espíritu a los que


gobiernan las naciones
para que cuiden con interés de los pobres y postergados.

Sé ayuda para cuantos son víctimas de cualquier segregación por


causa de su raza, color, condición social, lengua o religión
y haz que todos reconozcan su dignidad y respeten sus derechos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

A los que han muerto en tu amor dales también parte en tu


felicidad
con María y con todos tus santos.

Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso


nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...
Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo
nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el
sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

DOMINGO

33
LAUDES
INVITATORIO

V. Señor abre mis labios


R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Pueblo del Señor, rebaño que él guía, bendice a tu Dios.


Aleluya.

Salmo

Himno: ES LA PASCUA REAL, NO YA LA SOMBRA.


Es la Pascua real, no ya la sombra,
la verdadera pascua del Señor;
la sangre del pasado es solo un signo,
la mera imagen de la gran unción.

En verdad, tú, Jesús, nos protegiste


con tus sangrientas manos paternales;
envolviendo en tus alas nuestras almas,
la verdadera alianza tú sellaste.

Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne


reconciliada con tu Padre eterno;
y, desde arriba, vienes a llevarnos
a la danza festiva de tu cielo.

Oh gozo universal, Dios se hizo hombre


para unir a los hombres con su Dios;
se rompen las cadenas del infierno,
y en los labios renace la canción.

Cristo, Rey eterno, te pedimos


que guardes con tus manos a tu Iglesia,
que protejas y ayudes a tu pueblo
y que venzas con él a las tinieblas. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Dad gracias al Señor porque es eterna su misericordia.


34
Aleluya.

Salmo 117
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:


eterna es su misericordia.

Diga la casa de Aarón:


eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor:


eterna es su misericordia.

En el peligro grité al Señor,


y me escuchó, poniéndome a salvo.

El Señor está conmigo: no temo;


¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.

Mejor es refugiarse en el Señor


que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.

Todos los pueblos me rodeaban,


en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.

Empujaban y empujaban para derribarme,


pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
35
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»

No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.

Abridme las puertas del triunfo,


y entraré para dar gracias al Señor.

Esta es la puerta del Señor:


los vencedores entrarán por ella.

Te doy gracias porque me escuchaste


y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los arquitectos


es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

Éste es el día en que actuó el Señor:


sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor,


os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.

Ordenad una procesión con ramos


hasta los ángulos del altar.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;


Dios mío, yo te ensalzo.
36
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Ant. Dad gracias al Señor porque es eterna su misericordia.


Aleluya.
Ant 2. Aleluya. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor.
Aleluya.

Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-


57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito tu nombre, Santo y glorioso:


a él gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria:


a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres sobre el trono de tu reino:


a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los


abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en la bóveda del cielo:


a ti honor y alabanza por los siglos.

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ant. Aleluya. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor.


Aleluya.
Ant 3. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Aleluya.

Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR.


Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su augusto firmamento.
37
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.

Alabadlo tocando trompetas,


alabadlo con arpas y cítaras,

Alabadlo con tambores y danzas,


alabadlo con trompas y flautas,

alabadlo con platillos sonoros,


alabadlo con platillos vibrantes.

Todo ser que alienta, alabe al Señor.

Ant. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Aleluya.

LECTURA BREVE 2Tm 2, 8. 11-13


Acuérdate de Cristo Jesús, del linaje de David, que vive resucitado
de entre los muertos. Verdadera es la sentencia que dice: Si
hemos muerto con él, viviremos también con él. Si tenemos
constancia en el sufrir, reinaremos también con él; si rehusamos
reconocerle, también él nos rechazará; si le somos infieles, él
permanece fiel; no puede él desmentirse a sí mismo.

RESPONSORIO BREVE
V. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre.
R. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre.
V. Pregonando tus maravillas.
R. Invocando tu nombre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Hijo del hombre tiene que sufrir mucho: tiene que ser
condenado y muerto, pero al tercer día resucitará.

PRECES
Dios nos ama y sabe lo que nos hace falta; invoquémosle, pues,
diciendo:
38
Te bendecimos y en ti confiamos, Señor.

Te alabamos, Dios todopoderoso, Rey del universo, porque a


nosotros, injustos y pecadores, nos has llamado al conocimiento
de la verdad;
haz que te sirvamos con santidad y justicia.

Vuélvete hacia nosotros, Señor, tú que has querido abrirnos la


puerta de tu misericordia,
y haz que nunca nos apartemos del camino que lleva a la vida.

Ya que hoy celebramos la resurrección del Hijo de tu amor,


haz que este día transcurra lleno de gozo espiritual.

Da, Señor, a tus fieles el espíritu de oración y de alabanza,


para que en toda ocasión te demos gracias.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Movidos ahora todos por el mismo Espíritu que nos da Cristo


resucitado acudamos a Dios, de quien somos verdaderos hijos,
diciendo:

Padre nuestro...

Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo


nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el
sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

II VÍSPERAS

V. Dios mío, ven en mi auxilio


R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Himno:
39
Hacedor de la luz: tú que creaste
la que brilla en los días de este suelo,
y que, mediante sus primeros rayos,
diste principio al universo entero.

Tú que nos ordenaste llamar día


al tiempo entre la aurora y el ocaso,
ahora que la noche se aproxima
oye nuestra oración y nuestro llanto.

Que cargados con todas nuestras culpas


no perdamos el don de la otra vida,
al no pensar en nada duradero
y al continuar pecando todavía.

Haz que, evitando todo lo dañoso


y a cubierto de todo lo perverso,
empujemos las puertas celestiales
y arrebatemos el eterno premio.

Escucha nuestra voz, piadoso Padre,


que junto con tu Hijo Jesucristo
y con el Santo Espíritu Paráclito,
reinas y reinarás en todo siglo. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Yo mismo te engendré entre esplendores sagrados, antes


de la aurora. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.


Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor


el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

40
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:


«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,


quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,


por eso levantará la cabeza.

Ant. Yo mismo te engendré entre esplendores sagrados, antes de


la aurora. Aleluya.
Ant 2. Dichosos los que tienen hambre y sed de ser justos,
porque ellos serán saciados.

Salmo 111- FELICIDAD DEL JUSTO


Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.

En su casa habrá riquezas y abundancia,


su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.

Dichoso el que se apiada y presta,


y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias,


su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
41
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.

El malvado, al verlo, se irritará,


rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.

Ant. Dichosos los que tienen hambre y sed de ser justos, porque
ellos serán saciados.
Ant 3. Alabad al Señor, sus siervos todos, pequeños y grandes.
Aleluya.

Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO


Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).
Ant. Alabad al Señor, sus siervos todos, pequeños y grandes.
Aleluya.

LECTURA BREVE Hb 12, 22-24


42
Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios
vivo, Jerusalén del cielo, a la asamblea de los innumerables
ángeles, a la congregación de los primogénitos inscritos en el
cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han
llegado a su destino, al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la
aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de
Abel.

RESPONSORIO BREVE
V. Nuestro Señor es grande y poderoso.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
V. Su sabiduría no tiene medida.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Si alguno quiere venir en pos de mí, renúnciese a sí mismo,
tome cada día su cruz y sígame.

PRECES
Alegrándonos en el Señor, de quien vienen todos los dones,
digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Padre y Señor de todos, que enviaste a tu Hijo al mundo para que
tu nombre fuese glorificado desde donde sale el sol hasta el
ocaso,
fortalece el testimonio de tu Iglesia entre los pueblos.

Haz que seamos dóciles a la predicación de los apóstoles,


y sumisos a la fe verdadera.

Tú que amas la justicia,


haz justicia a los oprimidos.

Libera a los cautivos, abre los ojos al ciego,


endereza a los que ya se doblan, guarda a los peregrinos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

43
Haz que nuestros hermanos que duermen ya el sueño de la paz
lleguen, por tu Hijo, a la santa resurrección.
Unidos entre nosotros y con Jesucristo, y dispuestos a
perdonarnos siempre unos a otros, dirijamos al Padre nuestra
súplica confiada:
Padre nuestro...
Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo
nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el
sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

LUNES

LAUDES
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
salmo invitatorio.

Himno: SEÑOR, COMO QUISIERA.


Señor, cómo quisiera
en cada aurora aprisionar el día,
y ser tu primavera
en gracia y alegría,
y crecer en tu amor más todavía.

En cada madrugada
abrir mi pobre casa, abrir la puerta,
el alma enamorada,
el corazón alerta,
y conmigo tu mano siempre abierta.

Ya despierta la vida
con su canción de ruidos inhumanos;
y tu amor me convida
a levantar mis manos
y a acariciarte en todos mis hermanos.
44
Hoy elevo mi canto
con toda la ternura de mi boca,
al que es tres veces santo,
a ti que eres mi Roca
y en quien mi vida toda desemboca. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.

Salmo 89 - BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR


Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Tú reduces el hombre a polvo,


diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vigilia nocturna.

Los siembras año por año,


como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.

¡Cómo nos ha consumido tu cólera


y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.

Aunque uno viva setenta años,


y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
45
¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?


Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Danos alegría, por los días en que nos afligiste,


por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.

Baje a nosotros la bondad del Señor


y haga prósperas las obras de nuestras manos.

Ant. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.


Ant 2. Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.

Cántico:
Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las islas y sus habitantes;

alégrese el desierto con sus tiendas,


los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las islas.

El Señor sale como un héroe,


excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.

46
«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba y aguantaba;
mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,
jadeo y resuello.

Agostaré montes y collados,


secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»

Ant. Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.


Ant 3. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del
Señor.

Salmo 134, 1-12


Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno,


tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande,


nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte,


con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.

47
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,


mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.

Ant. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del
Señor.

LECTURA BREVE Jdt 8, 21b-23


Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres.
Recordad lo que hizo con Abraham, las pruebas por que hizo
pasar a Isaac, lo que aconteció a Jacob. Como les puso a ellos en
el crisol para sondear sus corazones, así el Señor nos hiere a
nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos, sino
para amonestarnos.

RESPONSORIO BREVE

V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los


buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los
buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los
buenos.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
48
PRECES
Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian,
acudamos a él diciendo:

Escúchanos, Señor.

Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste;
continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia.

Tú que con el Padre sigues actuando siempre en el mundo,


renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu.

Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos


para que podamos contemplar hoy tus maravillas.

Ya que nos llamas hoy a tu servicio,


haz que seamos buenos administradores de tu multiforme gracia
en favor de nuestros hermanos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo:

Padre nuestro...

Señor Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de


la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy
que, con tu ayuda, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y
para el bien de nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la


vida eterna.
R. Amén.

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