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A pesar de los desafíos del mundo actual, los

padres pueden seguir siendo una bendición


para sus hijos jóvenes adultos brindándoles
apoyo y guía justos.

Los retos actuales


A continuación figuran algunos de los retos
que los jóvenes adultos enfrentan en el mundo
actual, junto con interrogantes que esos retos
presentan para los padres.

Soltería más larga. Las tendencias sociales


de empezar una familia más tarde en la vida
pueden contribuir a que algunos jóvenes
adultos sientan que son adolescentes
perpetuos. Otros se estresan y se preguntan si
algún día se casarán o si tendrán hijos.

Inseguridad económica. Muchos de los


jóvenes adultos de hoy tal vez no se comparen
a sus padres desde el punto de vista
económico; quizás les sea difícil conseguir
trabajo o proveer de lo necesario para una
familia a pesar de tener un título universitario.
Infinidad de opciones. Los jóvenes adultos
de hoy quizás tengan una mayor variedad de
opciones en cuanto a carreras, pero a veces
esas posibilidades pueden parecer sumamente
abrumadoras.

Vivir con los padres. Ya sea que se casen o


no, un número cada vez mayor de jóvenes
adultos entre los 18 y 34 años
está viviendo con los padres. Cuando los hijos
adultos viven con los padres, ¿cómo deben los
padres abordar adecuadamente los asuntos
tales como quién paga la comida o cómo
disciplinar a los nietos?

Pautas para los padres


A pesar de que nuestros hijos adultos nos
superen en cierta capacidad o logro, aún
necesitan y merecen el apoyo paternal a fin de
abrirse camino por el mundo. A continuación,
figuran diez pautas para tomar en cuenta:

Ÿ Averigüen qué es lo que sus hijos quieren y


lo que les gusta. En vez de decirles a sus
hijos jóvenes adultos cómo pueden conseguir
lo que ustedes piensan que ellos necesitan,
pregúntenles en cuanto a sus valores, metas y
sueños. Es posible que les pidan que los
ayuden a trazar un plan de cómo lograrlos; si
lo hacen, permitan que los sueños
de ellos guíen las conversaciones. Analicen los
pros y los contras, oren para recibir guía y
continúen manteniendo un diálogo. Si ellos no
saben qué es lo que quieren, aliéntenlos a
consultar con un consejero, a tomar pruebas
para determinar el tipo de carrera que les
interesaría, u obtener más experiencia
mediante el trabajo o el servicio voluntario.

Ÿ Inviertan tiempo en conocer a muchos


jóvenes adultos. Quizás descubran que a los
hijos de otras
personas también les interese la forma en que
ustedes afrontaron la vida entre los veinte y los
treinta y tantos años de edad. Los jóvenes
adultos sienten curiosidad por saber cómo los
adultos mayores equilibraron el orden de
prioridades, cómo eligieron una carrera, o
cómo supieron que habían encontrado a su
futuro cónyuge. Al relacionarse con esos
jóvenes adultos, entenderán más en cuanto a
los retos que afrontan las personas de su
generación.

Ÿ Háganles ver los dones que ellos tienen. El


ayudar a los jóvenes adultos a descubrir sus
talentos e intereses les puede servir para
imaginarse un futuro satisfactorio. Hagan
hincapié en que raras veces las personas
disfrutan de algo hasta que se esfuerzan lo
suficiente para llegar a ser competentes en
ello; incluso aquellas personas que tienen
mucho talento natural deben dedicar tiempo a
desarrollarlo a fin de hacerlo bien.

Ÿ Confíen en las decisiones que tomen. Eso


no significa creer que siempre tomarán
decisiones perfectas; significa confiar en que
pueden recuperarse después de cometer un
error, que Dios perdona y que la vida puede
ser profundamente enriquecedora a pesar de
que en ella sea necesario vencer el fracaso o
soportar tribulaciones. A los niños pequeños se
los puede dañar de manera permanente
debido a traumas, pero los
jóvenes adultos progresan al vencer
obstáculos en vez de evitarlos. Brinden apoyo
emocional y práctico, anímenlos a que tomen
descansos de las situaciones
estresantes, oren con ellos y por ellos, y
tengan un buen sentido del humor.

Ÿ Elógienlos por sus esfuerzos. El encomiar a


los jóvenes adultos por su trabajo arduo y su
resiliencia los ayuda a continuar esforzándose
con una tarea por más tiempo, a asumir más
retos y a disfrutar más de sus labores. Una
fórmula que comparte el presidente Thomas S.
Monson declara: “El trabajo ganará mientras
que el soñar despierto no trascenderá”1.

Ÿ Hablen sobre asuntos de dinero. Tomando


en consideración la situación en que ustedes
se encuentren y la madurez de cada uno de
los hijos, decidan, qué tipo de ayuda financiera
darán a sus hijos, si es que se la brindarán.
Quizás lo único que necesiten sea ayuda para
organizar un presupuesto. Si les proporcionan
ayuda financiera, aclaren desde un principio si
desean que les devuelvan el dinero o que lo
utilicen de cierta manera; entonces, de buena
gana, denles la responsabilidad de administrar
sus fondos y aprender de sus errores, incluso
el no tener dinero el día de mañana para algo
si gastan demasiado hoy.
Ÿ Sean humildes. Cuando sientan la tendencia
a reprocharse a ustedes mismos por los
errores que cometen como padres, intenten
aumentar su humildad en vez de su
humillación; pidan disculpas con dignidad,
digan lo que harán para mejorar, y después
sigan adelante con confianza. Permitan que
sus hijos, al
observarlos a ustedes, saquen en conclusión
que los errores no son el fin, que las disculpas
no son una señal de debilidad y que el
perdonar a los demás y a nosotros mismos
brinda paz.

Ÿ Midan el verdadero éxito. Cuando nos


centramos demasiado en la forma en que nos
juzgarán los demás por las decisiones que
tomen nuestros hijos (ya sea para bien o para
mal), perdemos la objetividad. Tengan
presente que el éxito que logremos como
padres no lo define lo bien que nuestros hijos
vivan nuestros valores, sino la manera
constante y desinteresada en que nosotros los
vivamos.

El síndrome del nido vacío en psicología es


el conjunto de pensamientos y emociones
que experimentan los padres cuando sus
hijos se van de casa, es una respuesta
emocional ante la ausencia del hijo adulto
que abandona el hogar.

Cada persona puede vivir el síndrome del


nido vacío de acuerdo a sus características
de la personalidad, por lo general los padres
sienten que los hijos ya no lo necesitan,
aparecen sentimientos de tristeza, sensación
de soledad, vacío, aburrimiento, poca
autorrealización, recuerdos de cuando sus
hijos eran niños, sensación de pérdida del
sentido de la propia vida.

El síndrome del nido vacío (SNV) no deja de


ser un duelo, incluye sus etapas de negación,
ira, negociación, depresión y finalmente
aceptación
Síntomas del síndrome del nido vacío

• Emociones de tristeza, pérdida del sentido de


vida, sensación de soledad, vacío y
aburrimiento

• Falta de interés por cumplir las actividades


diarias

• Deseos de llorar con frecuencia.

• Se hacen presentes los recuerdos de los


hijos/as en sus diferentes etapas de
crecimiento

• Pérdida de objetivos, propósitos o ilusiones

• Creencias limitantes relacionadas con que


nunca se va a ser tan feliz como cuando los
hijos/as estaban en casa.

• Dolores físicos y también insomnio o el deseo


de dormir por largas horas.
Castro, S. (2024, 5 febrero). Síndrome del nido
vacío: la tristeza de verles volar. Instituto
Europeo de Psicología Positiva.
https://www.iepp.es/sindrome-nido-vacio/

Diez consejos para padres de jóvenes adultos.


(2014, 1 julio).
https://www.churchofjesuschrist.org/study/liaho
na/2014/07/ten-tips-for-parents-of-young-
adults?lang=spa

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