Interaccion Social

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Interacción social

En la sociedad los seres humanos se hallan en mutua interdependencia y relación. El contacto recíproco, la comunicación y la interacción
son tan esenciales para el individuo como para el grupo, de tal manera que sin ellas perecería la persona y el grupo cesaría de funcionar.
Las personas y los grupos pueden relacionarse y se relacionan entre sí de muchas maneras, y la sociedad total es una vasta y complejísima
red de relaciones sociales, es decir, de modos de interacción.
A veces surge una dificultad en el empleo de términos como «relaciones», «relación humana» y «relación social». Generalmente se habla
de los parientes como de personas que están relacionadas con uno por nacimiento, adopción o matrimonio. El término abstracto
«relación» se personifica a veces, cómo cuando se habla de las «relaciones» para referirse a las personas a quienes nos une un vínculo de
amistad. El sociólogo emplea el término en su sentido más genérico: el lazo o vínculo que existe entre las personas y los grupos. En este
sentido no se limita sólo a las relaciones familiares, o a las de parentesco, sino que incluye también las relaciones en fábricas, escuelas,
iglesias, partidos políticos, clubs deportivos y en cualquier otro género de grupos primarios, secundarios y asociaciones.
Generalmente nos referimos a relaciones sociales, en las que intervienen siempre dos o más personas; pero también es verdad que hay
interacción entre grupos. Con el fin de analizar la amplia red de relaciones que existen en la sociedad, es necesario hacer ciertas
abstracciones de los seres humanos concretos comprendidos en ellas. Al proceder así hallamos que las personas y los grupos humanos
están relacionados en virtud del status, del papel y del proceso.
A) La relación por razón del status significa el enlace entre las posiciones sociales y a la estratificación. Es la relación de la
situación o del puesto que ocupan los individuos unos respecto de otros. El status social carece de sentido si no se puede referir a
otros status con los que está en relación de subordinación, igualdad o superioridad. Este concepto se aplica también a la relación
entre grupos, categorías, clases y otras colectividades entre sí. La relación de status es un concepto estático. El aspecto cinético o
dinámico se echa de ver únicamente cuando en virtud de la movilidad social una persona pasa de un status a otro.
B) La relación por razón del rol indica la interacción funcional recíproca que ocurre cuando las personas desempeñan
conjuntamente sus roles sociales complementarios. Esta relación comprende las exigencias de pensamiento y comportamiento
social, así como la realización efectiva externa de las pautas propias del rol. El rol social es el mecanismo mediante el cual las
personas llevan adelante su comportamiento mutuo; los roles de diferentes personas se enfrentan y se relacionan. Estas
relaciones de los roles sociales se manifiestan en la interacción de amigo y amigo, padres e hijos, vendedor y cliente, así como
en un gran número de situaciones estandardizadas del comportamiento mutuo.
C) La relación en virtud del proceso es un aspecto analítico más sutil y se halla a un nivel de abstracción diferente del de la relación
por razón del rol social. Los procesos sociales son unas pocas formas básicas y tipificables de interacción social, que se cruzan a
través de los numerosos roles que desempeñan los individuos. El término «proceso» ha pasado a la sociología con 'el significado
científico general de un curso dinámico o serie repetida de operaciones. En sentido mecánico, el proceso termina generalmente
en un producto, en un objetivo realizado, pero en la ciencia social no podemos hablar de un «producto» de procesos sociales. En
terminología sociológica los procesos sociales básicos son la cooperación, la acomodación, la asimilación, el conflicto, la
obstrucción y la competición.

El proceso social es algo más que el mero lazo, o enlace entre dos status o roles. Dos personas que cooperan o se combaten llevan
adelante un proceso social que es algo más que su relación de status o su relación de rol. Tanto la relación en el proceso como la relación
en el rol implican unas formas de interacción, de comportamiento de dos o más personas, que se realizan conjuntamente por los dos
términos de la relación, pero la distinción entre las dos clases de relaciones requiere un análisis ulterior. El proceso trasciende el rol; el
proceso de competición o de obstrucción va más allá del rol del hombre de negocios que está empeñado en este proceso.

Los principales procesos sociales son la cooperación, la acomodación, la asimilación, el conflicto, la obstrucción y la competición. Estas
maneras de comportarse son relaciones estandardizadas en toda sociedad. Se hallan presentes en cierto grado en todas partes, pero no en
todas partes se acentúan igual. Hay sociedades que minimizan algunos de estos procesos sociales básicos, mientras otras sociedades los
llevan al máximo. Un ejemplo extremo es el de la competición, sumamente acentuado en las civilizaciones occidentales y muy rebajado
en las orientales. Cada sociedad ha desarrollado determinados procedimientos estandardizados por medio de los cuales tienen lugar la
acomodación y la asimilación y con" los cuales igualmente se producen la oposición y el conflicto. La expresión cultural de estas formas
principales de relaciones sociales difiere ampliamente de una sociedad a otra, pero existen y se pueden observar en todas partes.

Clasificación de los procesos de interacción social


Las categorías más amplias de procesos sociales se presentan en sentidos opuestos. Los procesos conjuntivos son las pautas de las
relaciones de interacción por las que las personas se atraen entre sí y quedan más integradas. Los procesos disyuntivos son aquellos por
los que las personas se distancian entre sí, resultando menos solidarias. En mayor o menor grado los procesos conjuntivos son siempre
una expresión de las virtudes sociales de justicia y amor, mientras que los disyuntivos expresan siempre los vicios sociales de injusticia y
de odio. Usamos los términos «virtud» y «vicio» no como hábitos morales, sino como formas esquematizadas de las relaciones sociales
que incluyen las pautas de comportamiento tanto externas como conceptuales.
No podemos clasificar estas formas básicas de los procesos sociales en actitudes latentes e interacción manifiesta, porque cada uno de los
procesos sociales contiene tanto la expresión externa mensurable como la actitud observable indirectamente. Los procesos disyuntivos se
pueden llamar negativos en cuanto que reflejan la injusticia y la hostilidad que existe entre las personas, mientras que a las relaciones
conjuntivas se las puede llamar positivas en cuanto que reflejan el mutuo altruismo y la justicia.
Los tres procesos sociales conjuntivos positivos son la cooperación, la acomodación y la asimilación. Cada una de éstas es una forma
discernible de relación social en la que las personas que participan logran un objetivo considerado beneficioso o deseable para ellas. En
cuanto en estas relaciones interviene una motivación consciente, son expresión del interés personal de los participantes, pero en su
actuación real se han de considerar también como provechosas para el grupo total o sociedad. Sirven para perpetuar y mantener la
sociedad como un organismo vivo.
Los tres procesos sociales disyuntivos negativos son el conflicto, la obstrucción y la competición. Son verdaderas relaciones sociales, que
son modos de comportarse en los que han de participar dos o más personas. Aunque las dos partes pueden no participar siempre
igualmente en la relación, sin embargo no hay ni un solo caso en el que una parte sea activa y la otra completamente pasiva. Estos
procesos se llaman negativos porque las personas empeñadas en ellos tratan de impedir que los otros logren un objetivo que se considera
deseable. Se llaman disociativos porque los participantes están en pugna entre sí más bien que en armonía.
Cooperación
La cooperación es una forma de proceso social en la que dos o más personas o grupos actúan conjuntamente en la prosecución de un
objetivo común. No es sólo la forma más común de relación social, sino que es también un requisito esencial e indispensable para el
mantenimiento y la continuidad de los grupos y las sociedades. Naturalmente, la cooperación es una relación recíproca. No puede ser
«unilateral», aunque evidentemente no requiere, ni con frecuencia contiene, una cantidad exactamente igual de esfuerzo por cada una de
las partes. Cuando decimos que las personas actúan conjuntamente, queremos decir que aportan sus esfuerzos juntas y más o menos
simultáneamente con miras al logro de un objetivo.
Los factores que intervienen en la cooperación son complejos y numerosos. El deseo consciente de un objetivo, que en último término
puede reducirse a un mero interés personal, la lealtad a los grupos y a sus ideales, el temor al ataque por parte de un grupo exterior, o la
básica necesidad estructural de mutua dependencia; todos estos factores intervienen en diversos grados en el proceso continuo de la
cooperación. Podemos decir, en una palabra, que la cooperación es la solidaridad social en acción, y estos mismos factores comúnmente
los describen los sociólogos como los factores de integración, cohesión, armonía y solidaridad social.
Acomodación
Mientras la cooperación es una esencial y positiva relación social, sumamente beneficiosa para la sociedad, la acomodación es un género
de arreglo a un nivel mínimo que permite a las personas continuar sus actividades aun sin estar en completo acuerdo y armonía mutua. La
comunidad, la fábrica, la escuela —casi todos los grupos de la sociedad— aspiran a la cooperación, pero muchos tienen que contentarse
con la acomodación. En una sociedad compleja, en la que la persona social participa en varios grupos, puede hallarse uno en cooperación
con un grupo y acomodarse sencillamente con otro. Es fácil de demostrar que todos los grupos extensos tienen ambas clases de
miembros, los cooperadores y los que se acomodan.
La acomodación se puede por tanto definir como la forma de proceso social en la que dos o más personas o grupos actúan mutuamente
con el fin de impedir, reducir o eliminar los conflictos. La acomodación es, pues, el proceso necesario que ocurre cuando se ha superado
un conflicto y los sobrevivientes aprenden a ajustarse y adaptarse unos a otros. Sin embargo, el objetivo de la acomodación no es
meramente negativo. Es un medio de vivir en paz, de coexistir, que eventualmente puede inducir a una cooperación positiva.
Asimilación
La asimilación es un proceso social por el que dos o más personas o grupos aceptan y realizan las pautas de comportamiento de la otra
parte. Comúnmente decimos que una persona o una categoría minoritaria es asimilada por un grupo o una sociedad, pero también en este
caso debemos evitar interpretar el proceso como «unilateral». Es una relación de interacción en la que ambas partes actúan
recíprocamente, aun cuando una de ellas pueda ser más afectada que la otra. La asimilación es menos un resultado que un proceso, si bien
el grado de asimilación alcanzado en una sociedad es indicio de su integración social y cultural.
El grado y la extensión de la asimilación que ocurre entre las personas en una sociedad depende de muchos factores. El proceso suele
avanzar lentamente donde existen rígidas líneas divisorias de clase o de casta, donde existe aversión o incapacidad para compartir
elementos culturales altamente valorados. Las diferencias de idioma, de religión, de educación y de riqueza son a veces obstáculos
importantes para el proceso de asimilación. Ciertas minorías étnicas europeas son ejemplos históricos de estos obstáculos a la
asimilación, como las comunidades polacas desparramadas por Rusia y las minorías alemanas establecidas desde hace tiempo en Polonia.
Conflicto
El conflicto es la forma de interacción por la que dos o más personas tratan de excluirse mutuamente, bien sea aniquilando una parte
a la otra o bien reduciéndola a la inacción. Su forma más elemental es el conflicto armado, en el que extensos grupos de personas se
enfrentan en combate con la intención de destruirse unos a otros. El centro de atención y de acción en el proceso de conflicto lo forman
siempre las partes empeñadas en esta relación, pero siempre hay además algún otro objetivo o fin determinado por el que se entabla el
conflicto. El conflicto se considera como medio para un fin. Los conflictos deliberados, provocados por sí mismos, son probablemente
casos raros aun en las llamadas sociedades primitivas.
El término «conflicto» se usa con frecuencia cargada de vagas connotaciones, por lo cual es necesario especificarlo cuidadosamente. Se
oye hablar de conflictos de ideas entre jóvenes y viejas generaciones, de conflictos industriales entre la dirección y el trabajo, o de
conflictos de intereses entre los diversos partidos políticos. Las tentativas para hundir el negocio de algún competidor o para asesinar a
alguna persona se llaman a veces conflictos. Estas acepciones no coinciden con el concepto sociológico de que estamos tratando. Como
proceso social, el conflicto no es jamás relación unilateral; es una relación humana recíproca en la que participan las dos partes.
El conflicto frecuentemente brota de la competencia y la oposición y, a menos que se destruyan del todo las dos partes empeñadas en él,
le sigue necesariamente una forma u otra de acomodación.
Obstrucción
La obstrucción es un proceso social en el que cada una de las personas o grupos contrarios tratan de impedir que la otra logre un objetivo,
sea que ella misma desee obtenerlo o no. A veces se la considera como una forma cortés y elegante del conflicto, dado que implica
hostilidad y antagonismo, pero sin atacar directamente y de frente al contrario. Es necesariamente una relación social, dado que hay
siempre dos partes en el proceso, dos términos en el proceso, aunque no siempre se hallan en igualdad de condiciones.
Competición
La competición es un proceso social en el que dos o más personas se esfuerzan por lograr un mismo objetivo. En los procesos de
conflicto y oposición la atención se centra primariamente en la parte contraria como tal. Cuando dos partes compiten se dirigen
primariamente al objetivo que quieren lograr y sólo secundariamente a las partes mismas. Todas las personas y los grupos compiten por
un objeto, y la competición es siempre más fuerte si el objeto escasea y es de gran valor.
La competición se lleva adelante en forma pacífica y sigue unas reglas más formales que los otros procesos disyuntivos. Existen «reglas
del juego», conscientes tanto como implícitas, observadas por los individuos o grupos en competencia. En efecto, la competición se
considera como una especie de juego, con posibles apuestas elevadas, y que debe jugarse limpiamente; se estima socialmente provechoso,
aun cuando ocasionalmente pueda acabar en desastre para el competidor más débil, como cuando un pequeño hombre de negocios no
puede mantenerse frente a competidores más fuertes.
La extensión y el grado de la competición crece en una sociedad dinámica, de clases abiertas, en la que son numerosas las oportunidades,
mesurados los valores y se acoge con aplauso el éxito. En realidad, el proceso de competición en tal sociedad, a menudo, puede llegar a
evaluarse casi tan alto como el de cooperación. Generalmente, la gente compite en toda sociedad en torno a aquellas instancias que son
criterios de status social. Éstos son más numerosos, más accesibles, y mejor valorados en unas sociedades que en otras.

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