Racional
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🡺 En segundo lugar, Guidano habla que en los primates y en especial el primate humano, LOS PROCESOS
VINCULARES cobran un particular desarrollo. Desde el comienzo del desarrollo ontogenético el ser
humano nace en una realidad predominantemente afectiva, en la cual el vínculo es crítico como
facilitador del desarrollo de un sentido estable y continuo de sí mismo. Según lo que venimos viendo,
la realidad en la que viven los seres humanos es de carácter intersubjetiva, en la cual se destaca la
naturaleza social de la especie y la capacidad del infante de reconocerse a sí mismo a partir de las
interacciones que tienen los otros significativos con él, interacciones en las que, nuevamente,
predomina su naturaleza afectiva.
Para conceptualizar el tema de la interacción afectiva Guidano recurrió a la TEORÍA DEL APEGO DE J. BOWLBY,
la cual describe el apego como aquellos comportamientos de los seres humanos que están encaminados a
buscar proximidad con otros sujetos que constituyen figuras significativas.
Esta característica esencial del primate humano (como habla Guidano) tiene como función evolutiva la
protección del infante de peligro para su supervivencia. Sin embargo, dado que el humano es un animal
altamente complejo en el ámbito social y poseedor de habilidades intersubjetivas y mentalistas, la
supervivencia y la adaptación del primate humano recae sobre la construcción de una identidad que le permita
obtener una posición viable dentro de un grupo humano.
La teoría de apego, como marco integrador del desarrollo psico afectivo humano, le posibilita a la teoría post-
racionalista entender como la calidad afectiva de los vínculos en la infancia contribuye al desarrollo de la
identidad del individuo.
Mary Ainsworth, quien hizo todo el estudio sobre la teoría de apego, le aportó a Bowlby la diferenciación de
tres patrones básicos de apego, dentro de los cuales se puede clasificar la mayoría de los infantes humanos:
1) El apego evitativo: o de tipo A, en el cual se organiza en el infante a partir de experiencias tempranas de
pérdida y rechazo, ante las cuales el niño inhibe la expresión afectiva para evitar futuros rechazos.
2) El apego seguro: también llamado posteriormente como tipo B, el infante organiza a partir de unos
cuidadores capaces de calmar sus estados emocionales negativos y que constituyen una base confiable a partir
de la cual pueden explorar el entorno.
3) El apego ambivalente: también llamado tipo C coercitivo, que caracteriza a los niños que perciben el estilo
de crianza de sus padres como impredecible, recurriendo a la exageración de sus estados afectivos negativos
para coercionar la respuesta de sus cuidadores.
Además de los procesos de apego se suma la capacidad (que fue estudiada en los grandes primates) de
discriminar los estados emocionales y cognitivos propios del organismo y de los otros miembros de su grupo,
llamada mentalismo. Esta capacidad aparece en la evolución de los primates socialmente complejos y les
permite manifestar estados intencionales diferentes para ocultar sus estados reales.
“La especie humana posee una organización social de mayor complejidad y las capacidades mentalistas
propician en ésta su desarrollo cognitivo-afectivo y, por ende, el desarrollo de su identidad personal”
(Balbi 1998).
Para Guidano la identidad personal también llamada el sí-mismo constituyó el centro de su pensamiento
clínico, para él, dado que el conocimiento es autorreferencial, la experiencia entonces, es tal, en cuanto tiene
un significado personal para quien la vive.
EL SÍ-MISMO para Guidano (1994) es un sistema cognitivo-afectivo complejo de evaluación y reevaluación de
la experiencia como un fenómeno perceptivo holístico, en función de una imagen consciente de sí que asimila
mediante el lenguaje esta experiencia de acuerdo a sus límites y características.
Guidano distingue dos niveles de la experiencia llamando:
● Al YO como el nivel de la experiencia inmediata, que le permite al ser humano percibir más
de lo que experimenta y experimentar más que aquello a lo que atiende conscientemente.
● Nivel del MI o el nivel de la explicación: una imagen consciente que procesa dicha
experiencia a través del lenguaje. Es decir, que a partir del lenguaje ordena el contenido informativo
de la experiencia en secuencias con un inicio, un desarrollo y un final. Un contenido estructurado en
escenas, que él lo va a llamar estructura narrativa de la experiencia humana. Para él toda experiencia
humana presenta un orden cronológico, temático y causal.
Sin embargo, la experiencia inmediata es codificada y ordenada en función de una imagen de SÍ, la cual se ve
naturalmente obligada a dejar o abandonar en un nivel tácito elementos de la experiencia mediante el
autoengaño. La experiencia inmediata se puede describir como pre-reflexiva, mediante un proceso reflexivo
y lingüístico se organiza como una historia, la historia propia. Por ello la construcción de la identidad racional
es un proceso de interpretación, apropiación y configuración de la experiencia pre-reflexiva.
Este sistema de doble proceso es llamado MISMIDAD y se desarrolla desde el momento del nacimiento del
sujeto a partir de la calidad de los vínculos significativos que éste forma con sus cuidadores, los cuales le
proveen al sujeto unas características emotivas propias (como lo vimos en la teoría de apego). En otras
palabras, estos vínculos afectivos tempranos van a proveer al sujeto con unos límites emocionales
idiosincrásicos, los cuales gracias al desarrollo cognitivo se van a ir consolidando dentro de una autoimagen
que es separada de los otros y permanece consistente en el tiempo a través de las diferentes etapas de la vida,
que a menudo pueden resultar discrepantes y contrarias a tal autoimagen.
Cada persona posee una identidad completamente única, sin embargo, las emociones diferentes que pueden
experimentar las personas y los tipos de vínculos afectivos que pueden ir formando son limitados y
característicos de cada uno, y esto es lo que va a ir destacando, va a ir caracterizando el tipo de identidad en
función del modo en que esta información de la experiencia inmediata y de los estilos de vinculaciones
tempranos se van a ir auto organizando.
Continuando con estos procesos del YO y del MI, dice que la experiencia y la explicación son apreciadas de
modos diferentes por cada persona; el explicar, imponer distinciones conscientes, es autorreferido a la propia
actividad interna, mientras que el experimentar, tan entrelazado con nuestro proceso de ordenamiento del
mundo, es normalmente extrareferido a una realidad externa única, común a todos.
Es decir, que cada ser humano tiene la posibilidad de explicarse, de referirse a sí mismo su experiencia de vida,
su experiencia inmediata a través del lenguaje. Sólo el lenguaje permite la existencia de categorías como,
verdadero, falso, injusto, justo, bueno o malo.
Siguiendo las palabras de Guidano, podemos decir que:
⮚ La experiencia inmediata es una continua modulación de las tonalidades emotivas, que son las que
en forma inmediata, nos da a cada uno de nosotros la información directa, tácita, sin tener que
interpretarla en sí misma, de quién es uno y cómo se siente frente a la realidad externa.
⮚ Mientras que el MI va a dar la explicación a esa experiencia inmediata.
La experiencia aparece como una condición necesaria de toda explicación, también la explicación es crucial
para dar congruencia y significado a los hechos de la vida, es decir, que siempre vamos a estar explicando lo
que vamos a ir sintiendo, o la información que nos da nuestro Yo o el YO.
El sí mismo como sujeto (yo) y como objeto (mi) aparecen por lo tanto como dimensiones irreductibles de una
dinámica de la mismidad cuya direccionalidad depende del devenir de nuestra experiencia vital. Realmente el
yo que actúa y experimenta, está siempre un paso adelante respecto de la evaluación actual de la situación y
el mí que evalúa se convierte en un proceso continuo de reordenamiento y reconstrucción del propio sentido
consciente del sí mismo.
ORGANIZACIONES DE SIGNIFICADO PERSONAL
Del libro “El sí-mismo en proceso”:
“Si el ordenamiento de nuestro mundo es inseparable de nuestro ser en él, entonces conocer corresponde a
existir, y el significado es el modo en que el existir se vuelve aprehensible” (Guidano, 1994).
Él habla del “ser”, y cómo este ser va a ir adquiriendo la capacidad de significarse y significar ese mundo
externo a medida que va existiendo, que va transitando su existencia.
Aquí el conocimiento está estrechamente vinculado con la significación, con poder ordenar y significar ese
mundo en el que el sujeto se desarrolla, existe, se desenvuelve, actúa, y en ese actuar va conociendo. Ese
actuar, ese existir se hace aprehensible, se puede significar, se le puede dar sentido.
SIGNIFICADO PERSONAL: está estrechamente vinculado con la experiencia humana, implica una percepción
específica del mundo y una percepción específica de sí mismo frente al mundo (del sí mismo en relación con
el mundo).
Coincide con la configuración unitaria específica que las tonalidades emotivas adquieren en el proceso de
desarrollo. Estas tonalidades emotivas, dice Guidano que van a adquirir una configuración unitaria y específica
(organización que predomina sobre las demás y le va a permitir a la persona definirse a sí misma y en relación
a los demás, por ende va a formar parte de la constitución de su personalidad).
ORGANIZACIÓN UNITARIA DEL DOMINIO EMOTIVO INDIVIDUAL: (está haciendo alusión a las emociones, a
como se van organizando para ir permitiéndole al ser humano encontrar sentido de sí mismo) en un sistema
humano individual, (de ésta manera Guidano percibe al ser humano, como un sistema) en función de las
relaciones intersubjetivas, la calidad emotiva del vínculo se refleja en una unidad organizativa que es un
proceso unitario porque hay una tonalidad emotiva de fondo que le va dando al niño un sentido específico de
sí mismo (hay una organización en función de una tonalidad emotiva, que es la que predomina, que surge a
partir de ese vínculo afectivo con el cuidador, con la figura de apego), es decir, de su identidad y de su unicidad,
de su continuidad. Esta unidad configura una marca específica de ser en el mundo, de sentirse en él.
En el texto de Ruiz hay una metáfora de una orquesta, cada instrumento puede tocar una melodía, pero esa
melodía es muy importante para configurar una “sinfonía”. En este caso, en el vínculo con el cuidador van a
haber distintas tonalidades emotivas, que van a configurar una armonía, una imagen de sí mismo, un sentido
de sí mismo compuesto por distintas tonalidades, pero va a haber dentro de todas una que será la directriz, el
eje a partir del cual se van a articular las demás emociones. Es la emoción predominante, que va a definir la
manera en la que la persona se ve, se percibe, y la manera en la que se va a vincular con los demás.
Lo central son los procesos de vinculamiento y las tonalidades emotivas que van a tener esos vínculos. Son dos
aspectos centrales en esta teoría. Estas tonalidades emotivas, dice el autor, modulan este continuo entre
vinculación y separación. De acuerdo a las características del vínculo van a haber determinadas tonalidades
emotivas. Una va a predominar, a ordenar esa interacción, pero a su vez no se puede perder de vista que estas
tonalidades, que van a surgir en función de experiencias reiteradas con este cuidador, van a estar mediando
también los vínculos que tengo con mi cuidador y los vínculos posteriores que tenga con otras personas.
Ejemplos: el miedo, la tristeza, la vergüenza, la rabia, las tonalidades se pueden comprender mejor si son vistas
como categorías emotivas que continuamente están modulando la cercanía o la distancia con el otro
significado.
El vínculo con el otro está mediado constantemente por tonalidades emotivas. No me quedo sólo en el vínculo
con el niño y el cuidador; el vínculo del adolescente, el vínculo del adulto están guiados constantemente por
tonalidades emotivas que van a ir proporcionando información en relación a mí mismo y en relación con otras
personas. Pero no puedo perder de vista que las características y las tonalidades emotivas primarias (por
decirlo de alguna manera) van a instaurarse y repetirse en los procesos de vinculamientos posteriores, los que
yo voy teniendo a lo largo del desarrollo evolutivo. Incluso hoy seguramente (se atreve a decir la profe) todos
tenemos una figura de apego, que no necesariamente tienen que ser nuestros padres.
Entonces presto atención a como me vinculo con esa figura de apego (y va a resultar significativo cuando nos
adentremos en las organizaciones de significados personales).
Este proceso de vinculamiento empieza en las etapas más tempranas del curso de la vida de un individuo con
el desarrollo de su identidad. El niño aprende y se construye una imagen de sí mismo a través de cómo se
siente tratado por los padres. Esa es una información con la cual él puede reconstruir lo que ven los demás,
cuales son las características personales que los otros evalúan, aprecian, valoran, rescatan de mí y cuáles no.
Esto me permite ir construyendo una imagen de mí mismo y construyendo mi identidad. De esta manera, los
padres funcionan metafóricamente como un espejo, que permite al niño reconocerse, mirarse en la
conciencia de ellos, como si reconstruyeran la imagen de sí mismo en un espejo.
Realizada esta introducción podemos decir que:
El conocimiento, primariamente es emotivo, luego se transforma en un conocimiento explicativo conceptual.
El vínculo primario está mediado por la emocionalidad, por las tonalidades emotivas que surgen a partir de
esa interacción, y esa interacción va a seguir determinada por estas mismas tonalidades emotivas.
El significado es propio de la persona, primordialmente de la actividad autoorganizadora global del ser
humano. Esta autoorganización se va ir desarrollando en función de la dinámica.
Recordemos, Guidano describe a la persona como un sistema, el sistema necesita mantenerse equilibrado, en
funcionamiento, necesita ir autoorganizándose. Hay una dinámica en un sistema dinámico constantemente
en movimiento, construyendo, deconstruyendo, reconstruyendo significados en función de esta dinámica con
los demás y con el entorno.
Desarrollo del significado personal:
“Proceso en espiral, a través del que se despliega la tensión intrínseca en la dinámica de mismidad*, el YO que
actúa y experimenta, está siempre un paso adelantado en la apreciación de la situación, lo que hace posible
percibir más de lo que uno experimenta, y experimentar más que aquello a lo que uno presta atención; por lo
tanto el MI* es un proceso continuo de reordenamiento y reforma de la autoimagen consciente. “
Es un proceso en espiral, no hay un desarrollo lineal en los significados. Es un desarrollo hasta recursivo porque
hay momentos que el significado que tengo de mí mismo, no me alcanza para explicar determinadas
sensaciones que estoy experimentando, no tengo explicación de eso. Entonces es muy probable que ahí haya
un parate, un estancamiento y necesite volver a instancias, experiencias anteriores para poder resignificarme
y en función de eso ir avanzando. O quizás hoy no estoy encontrando significados porque quedaron
experiencias previas a las que no les pude encontrar un significado y hoy están como “haciendo ruido”,
empujando porque necesito incluirlas en mi historial, por eso es volver a resignificar para seguir avanzando.
*La dinámica de la mismidad constituida por el yo y el mí, según Guidano, están en constante tensión porque
uno le demanda al otro todo el tiempo, hay un yo que siempre está un paso adelantado, es el yo primitivo,
primario, la emoción, lo que hace que podamos percibir incluso más de lo que experimentamos, hay cosas
que se escapan de nuestra consciencia, cosas que no le prestamos atención, cosas que no significamos porque
estamos con nuestra atención en otra. Pero el Yo es muy rico en vivencias.
* El MI tiene una responsabilidad muy importante de poder dar coherencia, de buscar esta coherencia interna,
el equilibrio del sistema para que funcione lo más armónicamente posible y lo más coherente para mantener
la identidad, la imagen que tengo de mí y se sostenga en el tiempo.
Llegamos a la definición que tiene Guidano de la Organización de Significados Personal
No debe interpretarse como una entidad definida por un contenido específico del conocimiento (cj. una
creencia), sino como un proceso ordenador unitario en el que se busca la continuidad y la coherencia interna
en la especificidad de las propiedades formales, estructurales, de su procesamiento del conocimiento, más
que en las propiedades semánticas definidas de los productos de ese conocimiento.
**proceso ordenador unitario en el que se busca la continuidad y la coherencia interna durante todo el
procesamiento del conocimiento. Es difícil mantener una coherencia interna cuando somos conscientes de
que somos sistemas abiertos, de que estamos todo el tiempo en interacción, en constante cambio y en
constante resignificación.
No hay una OSP que este caracterizada por un contenido particular de conocimiento, sino que se caracteriza
por la forma, la modalidad o la manera de procesar el conocimiento.
En estos modelos se tiene muy en cuenta cómo se va procesando, como se van llevando adelante los procesos
de construcción del conocimiento.
Tensión esencial de la mismidad: dinámica YO/MI
El modo en que el MI puede reconocer y dar coherencia al yo percibido, sería el proceso ordenador, unificador
que organiza con coherencia los patrones de la actividad afectiva, motriz y cognitiva.
El MI posee mucha responsabilidad porque es el encargado de dar coherencia a la emoción, la cognición y la
conducta para poder lograr un equilibrio, un funcionamiento lo más equilibrado posible, buscando la
homeostasis y que corresponda a la imagen, a las construcciones que tengo de mí mismo y de las
características de la modalidad de vincularme.
En función de todo este desarrollo que venimos realizando, Guidano desarrolla y explica la dinámica de 4 OSP,
las más típicas y observadas durante 20 años de experiencia en psicoterapia. Teniendo en cuenta los estilos o
patrones de apego:
⮚ OPS Depresiva
⮚ OPS Fóbica
⮚ OPS Dápica/Desórdenes Alimentarios
⮚ OPS Obsesivo Compulsiva
RUIZ (1996), explica que las OSP actúan a modo de claves interpretativas, explicativas que nos permiten
ordenar y explicar la realidad del paciente, para entender cómo funciona su sistema. En la realidad no existe
ninguna OPS pura, cada individuo puede tener más de un componente, lo que es típico en esta situación, es
que un componente, que en la mayoría de los casos es el más antiguo, asume el rol unificador del proceso.
Suele haber algunos componentes que predominan de una OPS y es lo que nos va a proporcionar información
acerca del significado personal que está predominando en esta persona. Nos ayuda mucho a poder identificar
el predominio, indagar un poco en los patrones de apego, teniendo en cuenta estos patrones de reciprocidad
temprana nosotros podemos ir advirtiendo más o menos las tonalidades emotivas y las características que
tiene esta persona en los vínculos.
Estos significados personales pueden ser elaborados como una manera de ordenar datos, cada significado
puede ser elaborado en los términos normales, neuróticos o psicóticos.
Si bien, nosotros vamos a advertir que estas organizaciones tienen nombres asociados a patologías, no
necesariamente explican un desarrollo o una organización de significados patológicos. Puede haber
determinadas personas que han construido significados de una organización depresiva y no por eso van a
presentar depresión, sino que tienen una tendencia quizás a evaluar la realidad en términos de pérdidas, de
desamparo, tienen un estilo de apego evitativo pero no necesariamente tienen una depresión.
No constituyen categorías de experiencia en sí misma, sino que son modalidades de procesar la experiencia,
entonces, cada significado personal puede tener diferentes modalidades de procesamiento de la experiencia.
OSP DEPRESIVA
Es fundamental comprender como es el patrón de apego, patrones de reciprocidad temprana. Aquí el patrón
es evitativo, los niños evitan activamente el contacto con los cuidadores. Sucede porque frente al desarrollo
de una conducta de apego se han encontrado con que el cuidador no está realmente o no está para satisfacer
la demanda, no responde a mi demanda. Frente a reiteradas experiencias, necesita de estas figuras y no tiene
la respuesta, y por una cuestión de preservación, se da cuenta que no cuenta con esta persona y por lo tanto
la evita para no someterse a experiencias displacenteras. Experiencias que empiezan a generar determinadas
emociones vinculadas con la tristeza, el desamparo. Siento que estoy solo, y, por otro lado, genera ira, enojo,
te busco y no estas, no me das respuestas. Estas son las tonalidades emotivas por las que se va constituyendo
el yo, que predominan en este yo emergente. Van a ir tiñendo las experiencias de estas personas que tienen
esta determinada organización.
El sí mismo se va a ir delimitando en función de experiencias de pérdida de estas figuras de apego que no
están, o que están pero no están para cuidarlo, para protegerlo, para satisfacer las necesidades.
Hay determinadas tonalidades emocionales que van a estar mediando las relaciones, y esta configuración
unitaria especifica es muy probable que se repita en los vínculos que yo voy estableciendo con los demás. En
los vínculos con los demás van a aparecer estas sensaciones.
En la tarea del mí, trato de organizar lo que voy sintiendo y caigo en la cuenta de que no me quieren, no valgo,
no soy suficiente para las demás personas.
El perfil del MI que va a delimitarse, invariablemente corresponde a una autoimagen negativa en la que la
capacidad para ser querido y la valía personal están subestimados. La culpa la tengo yo. El otro actúa así
porque yo no valgo nada.
La autoestima del niño coincide con la capacidad para realizar un esfuerzo encaminado a corregir su
negatividad percibida y de este modo mantener un contacto aceptable con los demás. Personas que intentan
agradar a los demás.
La experiencia de soledad añade unas sensaciones de tener que confiar en un mismo, tanto en la lucha contra
el propio si mismo negativo como en la exploración del mundo circundante desconocido. Tengo que confiar
en mí, me tengo a mi mismo. “Autoconfianza compulsiva”.
Otra característica son las anticipaciones continuas de pérdida. Los vínculos están caracterizados por estas
situaciones. Ejemplo, quedé con una amiga para ir al cine y cancela, empiezo a percibir esta situación como
de abandono, no le agrada mi compañía, soy aburrido, no estoy a la altura. Esta es la organización del
depresivo.
Dinámica de la mismidad (yo- mi): se basa en la tensión esencial entre la estructuración profunda e inmediata
del mundo, en términos de pérdidas, rechazo y fracaso (YO), y el reordenamiento explícito del mundo en
términos del sí mismo negativo y la atribución causal interna (MI) como estrategia autorreferencial esencial
para reconocer y apreciar coherentemente la propia experiencia fluyente.
Tendencia del depresivo a crear en su rol social y cultural una serie de hechos susceptibles de encontrarse en
términos de pérdida y fracaso.
OSP FÓBICA
Conceptos vinculados con la organización de significado personal en personas fóbicas
Esta es otra de las organizaciones que desarrolla Guidano, el patrón de apego angustioso. El niño se siente
protegido del ambiente percibido como peligroso sólo cuando está en estrecho contacto físico con el cuidador,
hay una actitud de aferramiento.
Es un apego ansioso, el cuidador tiene una actitud de inhibición indirecta de la conducta exploratoria. Hay
una sobre protección, está sobreprotección le impide la exploración natural al niño, la exploración del
ambiente. De esta manera el pequeño va construyendo una imagen de sí muy valiosa… apenas digo haa ya
me preguntan que me pasa que quiero ...
Por otro lado, me abstengo de ir más allá de la cercanía de mi figura de apego, porque estoy entendiendo que
ese mundo extraño, ir más allá, implica peligro.
Esta inhibición de la exploración autónoma se refleja en la diferenciación selectiva y la unión unitaria de
escenas prototípicas en las que el apego y la separación son experimentados como situaciones contrapuestas
y excluyentes. Cuando en realidad el apego es seguro, el niño se siente seguro de explorar, de alejarse de su
cuidador, porque él sabe que le han dado la confianza suficiente para explorar. En cambio, si experimenta esa
sensación de malestar, o situación de peligro, llega hasta su cuidador y este lo va a proteger. Ambas conductas
-exploración y apego- están presentes y no son excluyentes, están presentes de manera simultánea y en este
caso no. Apego deja de lado la exploración, y si exploro pierdo mi figura de apego, por ende me quedo
amarrado a mi figura de apego que para mí es sinónimo de cuidador, de protección y me genera una
dependencia.
Esto equivale a percibir toda separación temporaria de una figura protectora, como un peligro inminente,
como algo terrible, para sentirse inmediatamente restringido y delimitado en cuanto se restablece el contacto
físico con la figura, o sea de una manera u otra la sensación de estar limitado, restringido, aparece porque la
conducta exploratoria es natural.
El miedo, la angustia y ansiedad son los ingredientes principales del yo que emerge. Estas son las tonalidades
EMOTIVAS que van a ir definiendo a este yo. El mí con esas emociones, va reordenando el significado de
experiencia personal en función de estas tonalidades
Teniendo en cuenta esta actitud de los progenitores para conmigo, hay una demarcación positiva, el niño se
siente cuidado, protegido y se vuelve capaz de apreciarse como querido y valioso. Hay un mundo externo que
es peligroso, por eso yo experimento el miedo, me tengo que preservar del mundo externo, por eso evito
exponerme a situaciones nuevas, tomar decisiones, hay mucha dependencia de esta figura de apego.
A su vez es inevitable que estas angustias aparezcan, las experimento, las siento pero a través de un
autoengaño, hay cuestiones físicas, por eso me siento mal, hay algo en mi cuerpo que no está funcionado
bien, aparece la somatización, los ataques de pánico y todo esto queda anclado al cuerpo, y a veces se utiliza
como un recurso para que la figura de apego, permanezca al lado y no se vaya.
La dinámica de YO/MI se encuentra delimitada por la TENSIÓN esencial entre la necesidad profunda e
inminente, experimentada de afianzar relaciones afectivas, seguras y el reordenamiento explícito en términos
de un agente controlador. Tengo que controlar que la figura de apego, la persona que me da seguridad, esté
a mi lado, entonces utilizo distintos recursos para lograrlo, y generalmente está muy asociado al recurso físico,
de sintomatología física.
Esto hace al individuo incapaz de dominar los aspectos existenciales y emocionales intrínsecos al ámbito
afectivo humano, porque esta organización fóbica trata de erradicar todo lo que tiene que ver con
experimentación de emociones. La emocionalidad y la conducta efusiva son equiparadas a la fragilidad y a la
debilidad, en consecuencia son excluidas del rango emocional percibido. Yo tengo que excluir la
emocionalidad, si no me aparece la angustia, la ansiedad, y no sé con qué la relaciono. Si no no la puedo
anclar, no la puedo explicar. Entonces me manejo en el ámbito de control para buscar estrategias y explicar
de manera racional, coherente esto que estoy sintiendo.
La generatividad de la dinámica fóbica: hago el intento de controlar una emoción hasta el punto de excluirla
de la autoimagen explícita pero sólo tras haberla experimentado, una vez que la experimente y me doy cuenta
que no encaja, no lo puedo anclar, no lo puedo explicar, la erradico.