Clase 2 - Diversidad Sexual, Discriminación. Derechos Humanos, Género y Estereotipos de Género

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Lectura Obligatoria

Diversidad sexual, discriminación. Derechos Humanos. Género y estereotipos de


género.

El paradigma de los Derechos Humanos:


A partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, establecida en 10 de
diciembre de 1948 por las Naciones Unidas y como consecuencia de las aberraciones
cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, se comienza a establecer un nuevo
paradigma. Entendemos por paradigma, la definición construida por Barker (1997),
quien establece que: “Un paradigma es un conjunto de reglas y disposiciones (escritas o
no) que hace dos cosas: 1) establece o define límites, y 2) indica cómo comportarse
dentro de los límites para tener éxito”.
Es por este motivo que socialmente se construyó una creencia que dispone que no todas
las personas tengan el mismo “estatus”, por lo cual todos los seres humanos no son
igualmente dignos. El paradigma de los Derechos Humanos, es el instrumento sobre el
cual, debemos analizar, abordar y modificar estas creencias que provocan prácticas
sociales estructuradas que establecen diferencias entre las personas.
En este sentido debemos analizar la forma en que solemos interpretar al mundo, la
cual se caracteriza por realizarla mediante dos términos, es decir por utilizar una “lógica
binaria”. Ubicamos a la realidad en dos casilleros rígidos: blanco/negro, gordo/flaco,
mayor/menor, naturaleza/cultura, varón/mujer. Esta lógica binaria en la sociedad,
provoca la exclusión de lo diferente, es decir lo que no “encaja” en un casillero o en el
otro.
Desde nuestra perspectiva, entendemos a los Derechos Humanos como un repertorio
abierto de libertades y prerrogativas inherentes a cada uno de los seres humanos sobre la
base de la igualdad y dignidad personal y social. Este conjunto de derechos, tiene
como finalidad garantizar las condiciones mínimas e indispensables para el desarrollo
de una vida digna “sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política,
posición económica, o cualquier otra condición”.

De acuerdo a la Declaración y Programa de acción de Viena (1993), se establece que:


“todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están
relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en
forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el
mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales
y regionales, así como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos,
pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos
y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales”
-Inherentes a los seres humanos, es decir que la persona es titular de estos derechos, por
el simple hecho de ser humano.
-Universales, es decir que corresponden a todo el género humano.
-Intransferibles, irrenunciables e inalienables, o sea no se pueden transferir, renunciar o
negociarlos.
-Incondicionales y Obligatorios, no se necesita ninguna condición en particular para su
pleno goce, por lo tanto las personas y los Estados deben respetarlos.
-Inviolables, es decir que ninguna persona o Estado puede violarlos.
-Imprescriptibles, acumulativos y progresivos, significan que no caduca, no prescriben y
no se pueden perder.

-Integrales, interdependientes, indivisibles y complementarios, esto quiere decir que


violar un solo de los derechos implica poner en riesgo el ejercicio de los otros.
Actualmente, dividimos a los Derechos Humanos en los siguientes grupos:
DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS: este grupo de derechos corresponde a las
libertades que se consagran a las personas frente al Estado y/o autoridades públicas.
Incluyen los derechos a la vida, libertad, igualdad, seguridad jurídica, propiedad, el
derecho a la libertad de expresión, al voto, a participar de los asuntos públicos
directamente, a peticionar a las autoridades y al debido proceso.
DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES: son derechos de
contenido predominantemente social que tienden a procurar mejores condiciones para el
desarrollo de una vida plena. Los derechos económicos, son aquellos que posibilitan a
las personas tener las condiciones necesarias para vivir dignamente. Establece la
igualdad de las remuneraciones por igual tarea, sin distinción de sexos, nacionalidad,
etc. Los derechos sociales, garantizan a las personas un desarrollo en sociedad, como ser
el derecho a la salud, educación y a la seguridad social, etc. Los derechos culturales,
están vinculados al conocimiento, con el respeto a las costumbres, el derecho a la
comunicación y a la producción artística.
DERECHOS DE SOLIDARIDAD O DE LOS PUEBLOS: en este caso, tienen una
dimensión individual y colectiva, como por ejemplo el derecho a un medio ambiente
sano, a la independencia económica y política, a la paz, al desarrollo, entre otros.
DERECHOS DE GRUPOS ESPECÍFICOS: garantizan la igualdad a personas que
por su pertenencia a determinados colectivos sociales, están más expuestas a formas de
discriminación específicas o abusos de parte de sectores dominantes. En este grupo se
incluyen, entre otros, los derechos humanos de las mujeres, de los niños, niñas y
adolescentes, los derechos de las personas gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, con
discapacidad, de las personas migrantes y de los pueblos y comunidades originarios.
Estos derechos se fueron plasmando en instrumentos, como Declaraciones, Tratados,
Pactos y Convenciones que constituyen los estándares a los cuales tienen que adecuarse
los ordenamientos jurídicos de los Estados, como por ejemplo en el caso de nuestro
país, la Constitución Nacional.
Como sabemos, los Estados modernos han articulado sus sistemas normativos y
organizado su funcionamiento interno sobre la base de dos nociones: libertad e
igualdad. A lo largo de la historia, estas nociones han adquirido diversos y variables
contenidos; esto es, que los sentidos atribuidos a estas nociones no han sido fijos ni
inmutables. En nuestro país, la fórmula adoptada respecto de la igualdad quedó
plasmada en el artículo 16 de la Constitución: “La Nación Argentina no admite
prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de
nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley (…)”. Sin embargo, ante la
evidencia de profunda desigualdad social, resulta pertinente repensar los alcances y
contenidos de la noción de “igualdad ante la ley”.
Es por este motivo que es necesario introducir la idea de equidad, entendida como la
perspectiva que se orienta a lograr un trato justo y equitativo para todas las
personas según sus necesidades respectivas, libre de sesgos, actitudes y prácticas
discriminatorias. El trato equitativo, promueve considerar a todas las personas
equivalentes en términos de libertades, derechos, garantías, obligaciones y
oportunidades.
El principio de igualdad anclado en el paradigma de los derechos humanos no se
orienta a suprimir y/o desconocer las diferencias que existen entre las personas sino a
sentar las bases para que ellas –se trate de diferencias de sexos, culturas, colores de piel,
de lenguas, orientaciones sexuales, religiosas, entre otras, sean tratadas
equitativamente.
Género y Derechos Humanos:
El siguiente aspecto trata de cómo se relaciona el paradigma de los Derechos Humanos
con el concepto de Género. Para comenzar debemos mencionar que este último
concepto se encuentra mal empleado socialmente, por considerarlo como referencia
directa a las “cosas de las mujeres” (Lamas. 1995). Por el contrario, el término Género
alude a las relaciones entre los sexos, dado que lo “femenino” se define en
contraposición a lo “masculino”, es decir por lo negativo o la ausencia de
determinadas características.
Este concepto de género se comenzó a utilizar en la década del 60, como categoría
analítica social, permitiendo la visibilización y la enunciación del hecho que sobre la
base de una diferencia anatómica, se establecía una desigualdad social, ubicando a
las mujeres en una situación de subordinación respecto de los varones.
Nuestras sociedades se han construido sobre la lógica binaria antes mencionada, es por
ello que, las relaciones entre los sexos son relaciones de poder, en las cuales
predomina, por su valor positivo las características masculinas.

Esto ha llevado a que la división sexual de las tareas, se apoyen sobre los estereotipos
de género, los cuales producen y reproducen la creencia que la mujer “naturalmente”
está destinada al cuidado de otros por ser “tierna, amorosa, maternal, altruista” y por lo
tanto queda circunscripta al ámbito de lo privado. El hombre en cambio, por su
“naturaleza”, se establece que es “fuerte, racional, independiente” lo que los hace
herederos de las posiciones públicas y de poder, como la política, los negocios, la
ciencia, etc.
Estereotipos de género:
Debemos mencionar que los estereotipos de género son conductas y roles rígidos,
construidos y reproducidos socialmente mediante la educación, basándose en esta lógica
de dos términos y remarcando las diferencias entre lo “masculino” y lo “femenino”. Es
decir, que establecen lo que se espera de un hombre o una mujer y se construyen
en base a creencias, prejuicios.
Es de suma importancia reflexionar sobre nuestras prácticas, aquello que hacemos o que
dejamos de hacer todos los días y sobre cómo nos pensamos a nosotros/as mismos/as y
sobre la forma en que construimos nuestra identidad. Este tipo de reflexión puede
provocar resistencias o sentimientos encontrados, argumentando para no hacerlo que
son problemas que le pasan a otras personas o que son temáticas anacrónicas.

En este punto es necesario diferenciar entre los conceptos de SEXO y GÉNERO, con
la finalidad de no confundir e igualar estos conceptos. Cuando nos referimos al sexo,
estamos haciendo alusión a la anatomía biológica de las personas, es decir a los
genitales externos, las estructuras internas, las gónadas, las hormonas, etc.
En cambio al referimos al concepto de género, estamos referenciando a la
representación cultural que se realiza del cuerpo de sexuado de las personas,
construida socialmente y cuyo resultado es la reproducción de características, roles
(estereotipos de género), oportunidades y expectativas que recaen sobre las
personas. Cabe destacar que esta construcción social, varía entre una comunidad y otra,
entre determinada época y otra, permitiendo analizar las relaciones sociales entre los
hombres y las mujeres.
Se debe agregar que la perspectiva de género visualiza y denuncia el hecho de que haber
nacido biológicamente varón o mujer, constituye un hecho sociocultural e histórico en
el que las diferencias anatómicas son la base en las cuales se fundan un conjunto de
símbolos, practicas, representaciones, normas y valores sociales que regulas las
relaciones entre las personas.
Como resultado de ambas perspectivas, la de los Derechos Humanos y la de Género,
nos hacen comprender que todas las personas tienen la libertad de desarrollar una vida
plena y con igualdad de oportunidades, más allá de su sexo, género, raza, condición
social, etc.
La diversidad sexual:
El siguiente punto trata sobre lo que socialmente se ha denominado, diversidad sexual y
que comprende al colectivo de personas trans (travestis, transexuales y transgénero),
gay, lesbianas, bisexuales e intersexuales. Para poder comprender estos diferentes
conceptos, debemos comenzar por explicar que entendemos por IDENTIDAD DE
GENERO, como así también definir y diferenciar del concepto de ORIENTACION
SEXUAL.
Para este fin utilizaremos las definiciones establecidas por los Principios de Yogyakarta
(2007), en donde se establece que en cuanto a la identidad de género ésta:

“Se refiere a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la
siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al
momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría
involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios
médicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida)
y otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los
modales.”
Por otro lado, esta declaración define a la orientación sexual como:

“la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y
sexual por personas de un género diferente al suyo, o de su mismo género, o de más
de un género, así como a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con
estas personas”.
En nuestro país y en el mundo, la comunidad trans se encuentra entre las poblaciones
históricamente más vulneradas, ya que de manera sistemática ha sufrido situaciones de
permanente hostigamiento, persecución, represión y exclusión. Estas son prácticas
discriminatorias se basan en fuertes prejuicios sociales que provocan la vulneración de
otros derechos como el acceso a la salud, la educación, el trabajo, la vivienda, etc.
Como consecuencia, en el año 2009 se sancionó en nuestro país, la Ley. 26.743 de
Identidad de Género, garantiza los Derechos Humanos en términos de accesibilidad,
confidencialidad y universalidad, dado que asegura a cada persona el derecho a que se
la trate dignamente, respetando su identidad de género con la que se auto percibe.
Asimismo dicha ley garantiza que cada persona que así lo desee podrá pedir que se
rectifiquen en toda su documentación su sexo, nombre e imagen cuando los que
aparezcan en los registros sean diferentes a como se siente.

● Ley 26.743 de Identidad de Género


BUENOS AIRES, 9 de Mayo de 2012. (BOLETIN OFICIAL, 24 de Mayo de 2012)
Derecho a la identidad de género. ARTICULO 1º - Toda persona tiene derecho:
a) Al reconocimiento de su identidad de género;

b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;


c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada
de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s
de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.
Definición. ARTICULO 2º -Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e
individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no
con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del
cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a
través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea
libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta,
el modo de hablar y los modales.
Ejercicio. ARTICULO 3º - Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del
sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de
género autopercibida.
Requisitos. ARTICULO 4º - Toda persona que solicite la rectificación registral del sexo,
el cambio de nombre de pila e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los
siguientes requisitos:

1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo


establecido en el artículo 5º de la presente ley.
2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales
correspondientes, una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley,
requiriendo la rectificación registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento
nacional de identidad correspondiente, conservándose el número original. [Escriba
texto]
3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.

En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital
total o parcial, ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.
Personas menores de edad. ARTICULO 5º - Con relación a las personas menores de
dieciocho (18) años de edad la solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser
efectuada a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del menor,
teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a
de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley
26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Asimismo,
la persona menor de edad deberá contar con la asistencia del abogado del niño prevista
en el artículo 27 de la Ley 26.061.
Cuando por cualquier causa se niegue o sea imposible obtener el consentimiento de
alguno/a de los/as representantes legales del menor de edad, se podrá recurrir a la vía
sumarísima para que los/as jueces/zas correspondientes resuelvan, teniendo en cuenta
los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo
estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de
protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes
Trámite. ARTICULO 6º - Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4º y 5º,
el/ la oficial público procederá, sin necesidad de ningún trámite judicial o
administrativo, a notificar de oficio la rectificación de sexo y cambio de nombre de pila
al Registro Civil de la jurisdicción donde fue asentada el acta de nacimiento para que
proceda a emitir una nueva partida de nacimiento ajustándola a dichos cambios, y a
expedirle un nuevo documento nacional de identidad que refleje la rectificación registral
del sexo y el nuevo nombre de pila. Se prohíbe cualquier referencia a la presente ley en
la partida de nacimiento rectificada y en el documento nacional de identidad expedido
en virtud de la misma. Los trámites para la rectificación registral previstos en la
presente ley son gratuitos, personales y no será necesaria la intermediación de ningún
gestor o abogado.

Efectos. ARTICULO 7º - Los efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de


pila, realizados en virtud de la presente ley serán oponibles a terceros desde el momento
de su inscripción en el/los registro/s. La rectificación registral no alterará la titularidad
de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con
anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni las provenientes de las relaciones
propias del derecho de familia en todos sus órdenes y grados, las que se mantendrán
inmodificables, incluida la adopción. En todos los casos será relevante el número de
documento nacional de identidad de la persona, por sobre el nombre de pila o apariencia
morfológica de la persona.
ARTICULO 8º - La rectificación registral conforme la presente ley, una vez realizada,
sólo podrá ser nuevamente modificada con autorización judicial.
Confidencialidad. ARTICULO 9º - Sólo tendrán acceso al acta de nacimiento originaria
quienes cuenten con autorización del/la titular de la misma o con orden judicial por
escrito y fundada. No se dará publicidad a la rectificación registral de sexo y cambio de
nombre de pila en ningún caso, salvo autorización del/la titular de los datos. Se omitirá
la publicación en los diarios a que se refiere el artículo 17 de la Ley 18.248.
Notificaciones. ARTICULO 10. - El Registro Nacional de las Personas informará el
cambio de documento nacional de identidad al Registro Nacional de Reincidencia, a la
Secretaría del Registro Electoral correspondiente para la corrección del padrón electoral
y a los organismos que reglamentariamente se determine, debiendo incluirse aquéllos
que puedan tener información sobre medidas precautorias existentes a nombre del
interesado.
Derecho al libre desarrollo personal. ARTICULO 11. - Todas las personas mayores de
dieciocho (18) años de edad podrán, conforme al artículo 1º de la presente ley y a fin de
garantizar el goce de su salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y
parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su
genitalidad, a su identidad de género auto percibida, sin necesidad de requerir
autorización judicial o administrativa.

Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, no será necesario acreditar la


voluntad en la intervención quirúrgica de reasignación genital total o parcial. En ambos
casos se requerirá, únicamente, el consentimiento informado de la persona. En el caso
de las personas menores de edad regirán los principios y requisitos establecidos en el
artículo 5º para la obtención del consentimiento informado. Sin perjuicio de ello, para el
caso de la obtención del mismo respecto de la intervención quirúrgica total o parcial se
deberá contar, además, con la conformidad de la autoridad judicial competente de cada
jurisdicción, quien deberá velar por los principios de capacidad progresiva e interés
superior del niño o niña de acuerdo con lo estipulado por la Convención sobre los
Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de las
niñas, niños y adolescentes. La autoridad judicial deberá expedirse en un plazo no
mayor de sesenta (60) días contados a partir de la solicitud de conformidad.
Los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del subsistema
de obras sociales, deberán garantizar en forma permanente los derechos que esta ley
reconoce.
Todas las prestaciones de salud contempladas en el presente artículo quedan incluidas
en el Plan Médico Obligatorio, o el que lo remplace, conforme lo reglamente la
autoridad de aplicación.

Trato digno. ARTICULO 12. -Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las
personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila
distinto al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento,
el nombre de pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo,
llamado y cualquier otra gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como
privados.
Cuando la naturaleza de la gestión haga necesario registrar los datos obrantes en el
documento nacional de identidad, se utilizará un sistema que combine las iniciales del
nombre, el apellido completo, día y año de nacimiento y número de documento y se
agregará el nombre de pila elegido por razones de identidad de género a solicitud del
interesado/a. En aquellas circunstancias en que la persona deba ser nombrada en público
deberá utilizarse únicamente el nombre de pila de elección que respete la identidad de
género adoptada.
Aplicación. ARTICULO 13. -Toda norma, reglamentación o procedimiento deberá
respetar el derecho humano a la identidad de género de las personas. Ninguna norma,
reglamentación o procedimiento podrá limitar, restringir, excluir o suprimir el ejercicio
del derecho a la identidad de género de las personas, debiendo interpretarse y aplicarse
las normas siempre a favor del acceso al mismo.

ARTICULO 14. - Derógale el inciso 4º del artículo 19 de la Ley 17.132.


ARTICULO 15. - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
FIRMANTES AMADO BOUDOU-DOMINGUEZ-Bozzano-Estrada.
Fuente:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/195000-
199999/197860/norma.htm
Hay que mencionar además que tanto esta norma como la Ley 26.657 (artículo 3º),
establecen como principio rector la despatologización de la elección o identidad sexual.
Esto quiere decir que no se puede considerar como “enfermas” a las personas de la
comunidad LGTBI, ya que no es una patología y por lo tanto no se requiere
ningún diagnóstico para acceder a los cambios registrales ni tampoco a
tratamientos hormonales y/o quirúrgicos.
Llegados a este punto debemos referirnos a la heterosexualidad, el cual hace referencia
a las personas que sienten atracción por personas del sexo opuesto. Dicha clasificación
influye en los estereotipos de género, dado que define aspectos sociales, políticos,
religiosos, marcando lo que es correcto o no en los comportamientos de los hombres y
las mujeres.
Es a través de esta construcción social que se promueve la creencia falsa de que las
relaciones sexuales tienen como único fin la reproducción de las personas. Esto provoca
se obligue a la mujer y al hombre a cumplir con el mandato de la maternidad y
paternidad respectivamente, reproduciendo un modelo ideal de familia en donde las
mujeres quedan ubicadas en el ámbito de lo privado (el hogar) y le son asignadas las
tareas de cuidado de los otros. En cambio ubican al hombre en el ámbito de lo público,
asignándole la función de sostén económico familiar.
De esta manera, se presenta como socialmente aceptada la heterosexualidad, como la
única forma legítima de vivir la sexualidad y dando por hecho de que todas las
personas deberían ser heterosexuales, promoviendo de esta manera, prácticas
discriminatorias que estigmatizan y/o niegan cualquier otra orientación.
Debemos señalar, en este sentido otro avance en el paradigma de los Derechos
Humanos que ha dado nuestro país, a través de la sanción de la Ley 26.618 de
Matrimonio Igualitario
Esta normativa fue sancionada en julio del año 2010 y constituye un importante logro en
la construcción de la igualdad, ya que permite a las personas del mismo sexo que así lo
deseen, acceder al derecho de contraer matrimonio. Mediante la modificación de
determinados artículos del código civil, ya no se habla de hombre o mujer, sino que se
sustituyó por la palabra “contrayentes”, haciendo respetar al artículo 116 de la
Constitución Nacional, el cual garantiza que “todos los ciudadanos son iguales ante la
ley”.
Es por este motivo, que esta Ley constituye un paso histórico en el reconocimiento de
los deberes y obligaciones que el Estado Argentino reconoce a las parejas, más allá de la
orientación sexual que tengan. Asimismo esta ley garantiza los derechos de los niños,
niñas y adolescentes que viven dentro de familias conformadas por personas LGTBI, ya
que le garantiza los mismos derechos que los niños, niñas y adolescentes de personas
heterosexuales.

▪ Violaciones a los Derechos Humanos:


En relación con la perspectiva de los Derechos Humanos y el Estado, debemos
mencionar que es únicamente este último quien está obligado a respetar y garantizar la
vigencia de los Derechos Humanos. Por consiguiente son los/as agentes, funcionarios/as
y autoridades públicas quienes tienen la responsabilidad concreta de respetar, garantizar,
proteger y velar por el real cumplimiento de los derechos y libertades fundamentales de
la comunidad. Es por este motivo que es el Estado, a través de sus representantes
quienes pueden cometer violaciones a los Derechos Humanos, cuando incumple con sus
obligaciones o abusa del poder que le fue conferido.

Es importante diferenciar que cuando un particular vulnera el derecho de otro,


estamos frente a un DELITO. En cambio cuando un funcionario/a publico/a
vulnera un derecho de un particular, estamos frente a una violación a los Derechos
Humanos. Esto significa que, en los casos en que el agresor es la propia autoridad
estatal, hablamos de violación a los derechos humanos.
Un punto importante a considerar es que la noción de “violación de derechos humanos”
no se aplica a una determinada clase de actos (como la tortura, la desaparición forzada o
el asesinato, entre otros) sino a la comisión de estos actos por el Estado o sus agentes.
En este contexto, cuando por conductas imputables al Estado –es decir relativas a la
acción u omisión de sus agentes, realizadas al amparo de su carácter oficial, aún si
actúan fuera de los límites de su competencia– se violan derechos fundamentales y no se
garantizan las medidas adecuadas de protección (por ineficacia, imposibilidad o
retardo), las personas pueden interponer acciones ante órganos internacionales.
El principio de igualdad y las luchas contra todas las formas de discriminación:
Cuando hablamos de discriminación hacemos referencia a un amplio conjunto de
prácticas sociales, acciones y procedimientos que, sobre la base de la asignación de
atributos estereotipados, tienen como resultado menoscabar, restringir o anular la
capacidad de las personas para poner en práctica y gozar plenamente de sus
derechos.
Las prácticas sociales discriminatorias, se basan sobre la creencia que todos los seres
humanos NO son igualmente dignos. Asimismo otra de las falsas creencias de
homogeneidad (biológica y/o social) que no responde (ni podría responder) a la realidad
y diversidad del género humano.
En la mayoría de los casos, lo que encontramos son sociedades que, sobre la base de
esta pretendida homogeneidad, segmentan a su población distribuyendo prerrogativas a
quienes ostentan caracteres considerados positivos y negando derechos a quienes no lo
hacen.
El paradigma de los derechos humanos sienta las bases para desarmar matrices
discriminatorias basadas en estereotipos de identidades esenciales.

A causa de estas diferencias, dado que la humanidad en su conjunto es diversa, esta


estructuración social no es un medio facilitador para la integración de todos los seres
humanos, ni para respetar sus singularidades.
En este sentido, entendemos como práctica social discriminatoria a cualesquiera de las
siguientes acciones definidas en el “PLAN NACIONAL CONTRA LA
DISCRIMINACIÓN:
a) crear y/o colaborar en la difusión de estereotipos de cualquier grupo humano por
características reales o imaginarias, sean éstas del tipo que fueren, sean éstas positivas
o negativas y se vinculen a características innatas o adquiridas; [Escriba texto]
b) hostigar, maltratar, aislar, agredir, segregar, excluir y/o marginar a cualquier
miembro de un grupo humano del tipo que fuere por su carácter de miembro de dicho
grupo;
c) establecer cualquier distinción legal, económica, laboral, de libertad de movimiento
o acceso a determinados ámbitos o en la prestación de servicios sanitarios y/o
educativos a un miembro de un grupo humano del tipo que fuere, con el efecto o
propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos
humanos o libertades fundamentales.
Dicho Plan Nacional contra la Discriminación expone tres grandes ejes que atraviesan a
todas las prácticas sociales discriminatorias:
• El racismo;
• La pobreza y la exclusión social;
• Los modos en que se establece y reformula la relación entre el Estado y la sociedad.
Asimismo estos tres grandes ejes están atravesando a diferentes ámbitos como el
Institucional, en el cual encontramos la administración de justicia, el legislativo, la
educación, las fuerzas de seguridad, los medios de comunicación y la salud.

Es por este motivo que dicho plan propone prácticas antidiscriminatorias entre las que
señalamos:
1. Fomentar una amplia difusión de las leyes nacionales y provinciales y de la
jurisprudencia sobre temas discriminatorios.
2. Capacitar a los empleados públicos y personal de seguridad para evitar prácticas
discriminatorias o arbitrarias respecto de los sectores sociales menos beneficiados y
luchar contra los estereotipos discriminatorios.
3. Disponer lo necesario para mantener la neutralidad religiosa en los ámbitos
oficiales, adecuando el uso de simbologías confesionales.
4. Dar aplicación efectiva a nivel nacional a las disposiciones civiles en sentido de
regularizar la propiedad de la tierra, mediante la entrega de los títulos
correspondientes, para aquellas personas y/o grupos que las hayan ocupado por más
de 20 años.
5. Garantizar el proceso de restitución efectiva de los derechos territoriales de las
comunidades indígenas de todo el país, conforme las convenciones internacionales y
leyes nacionales en la materia.
6. Implementar una campaña nacional especial para inscribir y documentar en forma
gratuita a todas las personas pertenecientes a los pueblos indígenas en todo el país. Se
sugiere que esta campaña sea diseñada entre los organismos del Estado con
competencia en la materia (INAI, RENAPER, etc.) y las organizaciones de los pueblos
indígenas de cada provincia con el objetivo de aplicar una metodología acorde con las
necesidades y características de cada pueblo en cada región.

7. Diseñar un programa de fortalecimiento de las comunidades y organizaciones de los


pueblos indígenas. Se sugiere que dicho programa sea ejecutado por el INAI con la
participación del Consejo Coordinador Indígena y las comunidades y organizaciones
de los pueblos originarios en cada provincia.
8. Promover la reestructuración de los parámetros de organización y funcionamiento
de las fuerzas de seguridad, especialmente de la policía, sobre la base de incorporar la
participación directa de la comunidad en la formulación e implementación de políticas
de seguridad pública.
9. Establecer mecanismos el control ciudadano de la legalidad y de la eficacia del
sistema de seguridad pública, garantizando el ejercicio eficiente de la conducción
gubernamental civil sobre el sistema.
10. Incrementar el grado de profesionalidad y formación requeridas a los efectivos
policiales en todas las provincias, incorporando a la capacitación la formación en
Derechos Humanos y haciendo énfasis en temas de no-discriminación.
11. Adecuar la asignación presupuestaria de las áreas competentes de las distintas
Fuerzas de Seguridad y reajustar la remuneración de los efectivos como condición
esencial para la protección de los derechos de los grupos victimizados.
Se destaca que para cada ámbito, este plan ha diseñado una medida a adoptar, pero
hemos realizado un recorte con solo alguna de ellas, con la finalidad de poder
ejemplificar sobre las prácticas antidiscriminatorias.

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