Caminar Con Imágenes. Metodología Posible para Reescritura de Historias

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CAMINAR CON IMÁGENES.

METODOLOGÍAS POSIBLES PARA


LA REESCRITURA DE LAS HISTORIAS1,2,3
WALKING WITH PICTURES.
POSSIBLE METHODOLOGIES FOR REWRITING STORIES

Viviana Silva Flores 4 , Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile

Resumen Abstract

P 20
Las imágenes son potentes armas de resistencia y cataliza- Images are powerful weapons of resistance and catalysts of
doras de la experiencia que nos permiten trabajar nuestro experience that allow us to work our past-present. Starting
pasado-presente. A partir de la problematización del relato from the problematization of historical representation,
histórico y su representación, en esta propuesta vinculamos in this proposal we link registered images and national
imágenes de registros y emblemas nacionales, e imágenes emblems, and images of visual arts with historiography,
de las artes visuales con la historiografía, cruzando y en- crossing and intertwining the specialties in order to gener-
trelazando las especialidades con el fin de generar en sus ate new reflections and knowledge in their communicating
vasos comunicantes nuevas reflexiones y conocimientos. vessels. Methodologically we work among the 'betweens',
Metodológicamente trabajamos en los entres, en la inter y in the inter and transdisciplinary, through thinking with
transdisciplina, y mediante el pensamiento con imágenes images, which leads us to walk between their visual ties.
que nos lleva a caminar entre sus lazos visuales. To articulate our proposal, we take as case studies diverse
Para articular nuestra propuesta, tomamos como casos de fragments of the history and symbolic-visual, cultural-identity
estudio fragmentos diversos de la H/historia y construcción images of Chile –linked to the “homeland” and ancestral
simbólico-visual, cultural-identitaria de Chile —ligados a lo origin– for from its confluences, as well as possible epistemic
“patrio” y ancestral— para, a partir de sus confluencias, así resistances, revising, constructing and de-constructing the
como de posibles resistencias epistémicas, revisar, construir official narratives with the ultimate aim of contributing to
y de-construir las narrativas oficiales con el fin último de the articulation of methodologies for rewriting stories.
contribuir a la articulación de metodologías posibles para
la reescritura de las historias.

Palabras clave Keywords

H/historia; imágenes; metodologías; pensamiento con H/history; images; methodologies; rewriting stories;
imágenes; reescritura de las narrativas thinking with images

Cómo citar este artículo: Silva Flores, V. (2021). Caminar con imágenes. Metodologías posibles para la reescritura
de historias. Revista 180, 47, 20-30. http://dx.doi.org/10.32995/rev180.Num-47.(2021).art-798
DOI: http://dx.doi.org/10.32995/rev180.Num-47.(2021).art-798
Siempre, ante la imagen, estamos ante el tiempo. Pensar con imágenes, en palabras de Aurora Fernández
George Didi-Huberman. Polanco (2014), donde “el ‘con’ denota colaboración, coope-
ración, pensar con-juntamente con imágenes que ya ellas
Qué es la historia sino el campo de batalla del presente.
están pensando, planteándose problemas en términos
Jennifer Ponce de León.
visuales…” (p. 218) implica convivir, especular, afectarnos
por imágenes de múltiples campos que regulan y confor-
Caminamos con imágenes y estas son una forma de rela- man nuestra vinculación en/con el entorno. Ya decía W.J.T.
cionarnos. El tiempo es nuestra dirección. En las imágenes Mitchell, parafraseando a Heidegger, que vivimos en la
chocan y se distancian los tiempos; en ellas también se época de la imagen-mundo donde el mundo es concebido
condensan estratos de memorias. Para Benjamin (2008 como imagen (Mitchell, 2017, p. 14), lo que quiere decir, que
[1940]), la imagen aparece en el corazón mismo del proceso estas son nuestra forma de obtener acceso al mismo, pero
histórico, porque la historia se disgrega en imágenes, imá- también, como planteó Nelson Goodman, “maneras de
genes dialécticas. Tal es su poder y su fragilidad: “poder de hacer mundos” (citado en Mitchell, 2017, p. 15). De ahí que
relampagueo, como si la fulguración producida por el choque el problema de la mirada, de la observación de las imáge-
fuera la única luz posible para hacer visible la auténtica nes, de las artes visuales y la representación requiere de
historicidad de las cosas” (Didi-Huberman, 2011, p. 168). El especial atención, pues son constitutivos de esta última
pensamiento con imágenes sitúa a los estudios visuales y al en su interacción, transmitiendo conocimientos desde su
método warburgiano⁵ en el horizonte, invitándonos a prestar óptica singular, desde su expresión particular y desde la
atención tanto a las fotografías, como a los cuadros, pelícu- experiencia que vivimos con ellas.
las, dibujos, diagramas, íconos, entre otros tipos de fuentes
Caminar con imágenes busca presentar algunas intuiciones
visuales; e incitándonos a reclamar que el conocimiento no
y preocupaciones en torno a metodologías posibles de
se concentra en un solo lugar ni en un determinado grupo de
investigación que involucran el pensamiento con imágenes,
personas. Tampoco pertenece per se al espacio académico
atendiendo que en ello opera lo inter y transdisciplinar
y/o artístico, más bien, es múltiple y colaborativo atendiendo
(Thompson, 1990 y Nicolescu, 2002), de cara a repensar
a la complejidad del mundo en que vivimos.
nuestros modelos en las discusiones académicas pre-

P 21
La percepción artística y de las imágenes implica una cons- sentes. Para ello trabajamos desde la vinculación de las
trucción social de la mirada, que cede espacio a procesos imágenes con la disciplina histórica —que no historia del
de recepción toda vez que interrelaciona visualidad con arte—, cruzando y entrelazando ambas especialidades
discurso, cuerpos, afectos, sistemas, figuras, obligándonos con el fin de generar nuevas reflexiones y conocimientos
a valorar los fenómenos de manera conectada y desde en sus vasos comunicantes. Siguiendo a pensadores en
una perspectiva amplia al interpretar la realidad. En una la línea de Walter Benjamin (2008 [1940]), George Didi-
época como la actual, en la que vivimos bajo el llamado Huberman (2011, 2013), así como en parte, al pensamiento
posfascismo⁶ y en que las revueltas populares cobran auge de los pueblos originarios andinos (quechuamara), que
en diversas partes del mundo, se torna primordial trabajar conciben el tiempo-espacio en términos no lineales ni
con las imágenes, puesto que forman parte de nuestro tejido progresivos, sino de manera cíclica y dialéctica⁷ (Orrego
sociocultural y “dotan de legibilidad el acontecimiento en Echeverría, 2018), optamos en esta investigación por un
el presente” (Fernández Polanco, 2014, p.18), disputando la trazado no lineal de la historia y el tiempo en relación con
construcción de nuestros imaginarios. Ahora bien, con ello la (su)pervivencia de las imágenes. Atendemos con ello a
no queremos decir que cimentar nuestras formas de vida sus reverberaciones en el presente y, por lo mismo, aspi-
dependa únicamente de las imágenes y el pensamiento con ramos a modificar o al menos afectar⁸ nuestro porvenir
ellas. Tampoco que las entendemos como representaciones mediante los efectos que las visualidades críticas —desde
puras, unívocas y aisladas, sino como derivas y agenciamientos producciones culturales— provocan, abarcando momentos
de violencia estatal frente a las cuales las (re)presentacio-
de una producción predominantemente cultural, efecto
nes simbólicas y la documentación de/con imágenes nos
del trabajo del signo que se inscribe en el espacio de
han servido como narración y como intransigencias ante
una sensorialidad fenoménica, y que nunca se da por
la hegemonía dominante. Un pensamiento con imágenes
tanto es estado puro, sino justamente bajo el condi-
asentado en el anacronismo que nace “en el pliegue exacto
cionamiento y la construcción de un enmarcamiento
de la relación entre imagen e historia” (Didi-Huberman,
simbólico específico (Brea, 2005, p. 8).
2011, p. 48). Así, el objetivo de este texto —además de lo
Por consiguiente, trabajar de su lado nos permite abrir señalado— es contribuir a levantar las memorias de los
nuestros campos de visión y posibilidades reflexivas tiempos en las confluencias imágenes-historia. Para ello
resultantes del tejido de sus diversos hilos. trabajamos con imágenes simbólicas que forman parte

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Figura 1
Representaciones de los escudos de armas de Chile

Nota: Primer escudo; escudo de transición y escudo actual.


Fuente: Adaptado de Alarcón, 2012, s.p.

de la construcción identitaria nacional y con algunas obras quienes fuesen indisciplinados y desobedientes a
visuales en las que ha habido un rol diligente en el sentido las fuerzas armadas o de policía y a los superiores
de activo, resuelto, vivo, pero también, laborioso u oficioso, jerárquicos de los poderes republicanos; que quie-
que dialogan con las problemáticas propuestas. Imágenes, nes fomentasen la rebelión contra las instituciones
obras que significan y que generan, o podrían generar, esa nacionales, perturbasen el orden, la tranquilidad
otra escritura de la historia. y seguridad del país y, organizasen o estimulasen
paros y huelgas entre otras actividades de similar
Para iniciar esta propuesta, hemos situado la reflexión
naturaleza, recibirían penas de presidio, reclusión,
desde algunos acontecimientos de la H/historia⁹ chilena
relegación, cesamiento de funciones y multas bajo
acaecidos un 3 de septiembre en diversas épocas, día ele-
el amparo de la defensa de un Estado democrático¹¹.
gido para presentar, en una primera instancia, algunas de

P 22
estas intuiciones en el marco del II Coloquio Internacional Ciento treinta y seis años antes, en 1812, un 3 de septiembre
de Postdoctorados Fondecyt en Historia y Arte de Santiago se creó el primer escudo de armas o escudo de la nación
de Chile¹⁰. Acontecimientos que utilizamos como casos para bajo el mando de José Miguel Carrera y en conmemoración
pensar y articular nuestras ideas y que aquí retomamos de la Primera Junta Nacional de Gobierno. Traemos aquí
y ampliamos abarcándolos desde su potencialidad. Esa estos hechos, entre los muchos que podríamos mencionar,
posibilidad de ser y existir en un futuro que pasa en la his- porque ambos se aproximan de alguna manera a las pro-
toriografía, pero también en el cine según Pablo Aravena blemáticas que trabajamos en la investigación posdoctoral
(2019) —en las imágenes diríamos— “por la generación, en vinculada a este artículo. El primero en específico por la
el lector o espectador, de un absoluto extrañamiento ante violencia, represión y censura ejercida para con un sector
el presente, que es la puerta a la toma de conciencia del ca- de la población chilena desde el Estado ante cualquier signo
rácter contingente (artificial, deliberado y aleatorio) de todo de desobediencia. El segundo, y en él nos detendremos,
presente” (p. 40). Desde la perspectiva de la investigación porque implica un diseño, la construcción de una imagen
artística, potencialidad que opera en el pensamiento con desde la institucionalidad para pensarnos como sociedad.
imágenes y que nos permite revisar, construir y de-construir Pasamos a describir dicha imagen.
las narrativas oficiales, pues “una de las grandes fuerzas de Diseñado en un óvalo, el primer Escudo de la nación, siguien-
la imagen es crear al mismo tiempo síntoma (interrupción do las palabras del fraile español Melchor Martínez¹² (1848)
en el saber) y conocimiento (interrupción en el caos)” (Didi- y escritas por orden del Rey en el libro: Memoria histórica
Huberman, 2013, p. 26). sobre la Revolución de Chile. Desde el cautiverio de Fernando
VII hasta 1814, retrataba
Perfilar la nación
Un 3 de septiembre de 1948, bajo el manto de la Guerra Fría, una robusta columna, en cuya cúspide aparecía
el entonces Presidente Gabriel González Videla dictó la Ley un globo, y en su cumbre una lanza y una palma
de Defensa Permanente de la Democracia, más conocida cruzada; sobre todo esto se descubría una radiante
como “Ley Maldita”, que tuvo el fin de proscribir la partici- estrella encumbrada con alguna distancia. A la
pación política y la existencia legal del Partido Comunista siniestra de la columna estaba un gallardo joven
chileno, entre otras restricciones a las libertades individuales, vestido de indio, y a la diestra una hermosa mujer
sindicales y de prensa. Dicha ley establecía que: con el mismo traje (p. 130).

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El dibujo que recrea esta descripción muestra la hoja En la actualidad su influencia es ineludible y así como
de la palma, símbolo de victoria desde la antigüedad, nos invocan, nos invitan a desactivar las miradas únicas y
sobre la lanza española. Cada uno de “los indios” cubre deterministas proyectando a la par, cuestiones ideológi-
sus partes íntimas con una tela y lleva un trarilongko cas y políticas. Por su parte, la H/historia la conocemos a
atado a su cabeza. Ambos aparecen de pie y sostienen través de fragmentos, trozos de tiempo que en su inter-
armas locales: él un basto y una lanza, ella un arco de pretación y formulación generan un marco cultural en el
flechas o similar. Sobre el conjunto de la imagen reza la que nos desenvolvemos. Como todo relato, su escritura
inscripción en latín: post tenebras lux en la parte superior atiende al “lugar de enunciación” desde cual emerge. Esta
y aut concilliés aut ense, en la inferior, cuyas traduccio- categoría —fundamentada en la teoría poscolonial y el
nes serían: “Después de la oscuridad, la luz” y, “O por deconstructivismo— parte del reconocimiento de nuestras
consejo o por espada”, respectivamente. subjetividades y de la imposición de unos discursos sobre
otros, de unas historias sobre otras. Y es que, “cuando
Ahora bien, el diseño de este escudo cambió al poco tiempo
hablamos del Lugar de Enunciación estamos hablando
descartándose como imagen representativa de la nación
de locus social, es decir, del lugar social desde donde los
naciente y, con su reemplazo, desapareció como vestigio
grupos se originan” (Ribeiro, 2018, p. 17), un punto de vista
material el que fuera su diseño. Por tanto, la imagen de
crítico que incluye nuestro sexo, género, raza, clase social
este primer emblema existe solo como representación
y, en este caso, profesión, para desarrollar nuestro trabajo,
de la representación tras su interpretación, un dibujo
para pensarnos y existir. Ahora bien, desarrollar investiga-
hecho relativamente afín a la citada descripción, que es
ción desde nuestro lugar de enunciación sigue siendo un
una narración mediada por la mirada del colonizador,
espacio conflictivo en los marcos de la academia, dado el
con la que se inauguró y finalizó el reconocimiento de lo
predominio de lo científico con su binarismo objetividad/
indígena en el imaginario cultural chileno. Esto, porque
subjetividad que plantea a las y los sujetos separados del
el nuevo diseño tras pasar el país por el período que
objeto de investigación.
conocemos como Reconquista Española (1814-1817) y
bajo el mando de Bernardo O’Higgins, fue repensado y En nuestro caso, abordamos el proceso investigativo desde
las figuras indígenas suprimidas del mismo, persistien- nuestro lugar, el cual viene de la práctica artística. Por lo

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do todos los demás componentes del dibujo, pero con que, trabajar desde los estudios visuales en vinculación
otra composición (Figura 1). A su vez, las consignas en con la disciplina histórica —y la teoría o filosofía de la
latín fueron eliminadas y reemplazadas por la palabra historia— implica asumir un espacio fronterizo no habi-
“Libertad” (1819), término que igualmente es retirado en tuado en el que las metodologías se van difuminando y,
los siguientes diseños y que, tal como las figuras indí- con ello, los escritos y lecturas “contaminando”. Proceso
genas, nunca más ha estado presente. El problema de interdisciplinar en el que hay un trabajo de cooperación e
la representación (o nuestra representación) es lo que integración de conceptos, metodologías y prácticas entre
nos inquieta. Retomaremos más adelante sobre ello. dos o más disciplinas (Thompson, 1990, citado en Riveros,
Meriño y Crespo, 2020a), y transdisciplinar que “se preocupa
Repensar metodologías posibles por aquello que está entre las disciplinas, a través de ellas
y más allá de toda disciplina” (Nicolescu, 2013, pp. 24-25),
Amo la historia.
constituyendo otras formas de conocimiento incluso, más
Pero ese amor no es recíproco,
allá del conocimiento académico y que, de alguna manera,
siempre que la llamo me atiende un contestador que dice:
representan las ideas, principios y necesidades de otras y
“Inserte su logo aquí”.
otros actores sociales.
Hito Steyerl.
En el sentido de lo anterior mencionado, dicho abordaje
se observa como

La problemática de la representación (histórica) es de un carácter ‘sinérgico’, es decir, que en este proceso


larga data, sin embargo, hoy más que nunca, debemos se construya una nueva forma de conocimiento que
continuar preocupándonos por ella. Esto, porque nuestra trascienda los limites dados por la articulación lineal
época es la época de las pantallas —a partir de la cámara de las disciplinas. […] Más allá de la cooperación de
y su consecuente rastro fotográfico agudizado con la disciplinas (multidisciplinariedad) y la integración de
televisión y hoy con internet— en consecuencia, inevita- disciplinas (interdisciplinariedad), la transdisciplina-
blemente abordar la construcción del relato histórico nos riedad representa la coproducción de conocimiento
lleva a atenderlas de cara a comprender, de la mejor ma- que trasciende los límites disciplinarios, académicos
nera posible nuestras formas de ser, hacer y pensar(nos). y epistémicos (Riveros, Meriño y Crespo, 2020b, p. 8).

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Puntos de contacto y tensión, a fin de que nuestras acti- detención de la mirada que nos invitan a reformular las
vidades e investigaciones no sucedan de forma aislada narrativas. Una producción reflexiva que, siguiendo a la
y dispersa sino de manera integral, como encuentros filósofa e historiadora Susan Buck-Morss (2005), en tanto
de saberes con los que movilizar diversas perspectivas laboratorios experimentales de imágenes, nos devuelven
epistemológicas y metodológicas, no obstante, sin perder percepciones sensoriales de un mundo anestesiado y
el acento en el lugar particular que las origina. Por ende, cubierto por narrativas oficiales (p. 159). En este sentido,
saberes en ocasiones producidos lejos de las lógicas acade- las imágenes —materializadas en diversos soportes— han
micistas imperantes para atender a lo oculto y subalterno, dejado de ser una interpretación de lo que ya ha sido, para
a la mixtura y al encuentro. Y es que, como ha señalado el convertirse en puntos nodales que nos afectan y dan forma
filósofo Sergio Rojas (2015), a sistemas políticos, sociales y naturales, exponiendo el
carácter problemático del conocimiento.
lo más interesante en nuestras áreas de trabajo
está sucediendo en las fronteras disciplinarias […] Figura 2
en donde nos encontramos es en las fronteras. Esta Nuestra estrella no ilumina, Paula Baeza Pailamilla, 2017
no es una línea, sino un territorio, y es un lugar de
exposición, de difícil traducción y a veces de intem-
perie conceptual para el discurso teórico porque es
necesario revisar y reelaborar las categorías (s.p.).

Reelaboración que diversos centros y facultades están


atendiendo y que, en todo caso, no pierde de vista la trama
simbólica del capitalismo cognitivo que en los circuitos
académicos y culturales alimenta cada vez más la actual
abundancia de discursos inter, multi y transdisciplinares.
A menudo, las apelaciones a la interdisciplinariedad obe-
decen más a iniciativas impuestas por el mercado y sus

P 24
administradores, atendiendo a un supuesto llamado a la
“excelencia” que en realidad la dictan los presupuestos,
cuestión que desde una perspectiva crítica nos invita a
reformular, o al menos, a repensar nuestras categorías¹³.

Por otra parte, si bien, la Historia y el Arte en tanto dis-


ciplinas han estado unidas desde antaño formando una
especialidad particular que ha dependido de las imágenes
para andar, no es ni ha sido lo mismo en la historiografía
tradicional que, aunque en ocasiones utiliza las imágenes,
no siempre es considerándolas por derecho propio¹⁴.
En cambio, de lo que aquí hablamos es de trabajar desde
un sentido en concordancia con las imágenes, con sus
asociaciones metafóricas y los saberes, conscientes e
inconscientes que nos permiten una serie de resonancias
y relaciones en tanto nuevos conocimientos. Pensar con
imágenes, parafraseando a Aurora Fernández Polanco
(2014), implica montarlas, moverlas de un lugar a otro y
de una época a otra, no solo de manera comparativa para
describirlas sino empleándolas como objetos teóricos,
“lazos visuales” —diría Hito Steyerl— “capaces de articular
discursos y visiones compartidas” (2018, p. 222).

Crear lazos visuales


Desde la producción artística, el lugar —tal vez— más
evidente de falta de respuestas y seguridades y, a la Nota: Imágenes de la performance. Fotografía de registro por
par, un espacio por excelencia abierto e incesante de Lorna Remmele para el Encuentro A(R)MATE, Santiago, 2017.
cavilaciones y preguntas, se generan fugaces campos de Fuente: Cortesía de la artista ©.

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Pensemos nuevamente en una imagen simbólica para el conceptos presentes en esta obra, conceptos acumulados
contexto nacional: la actual bandera chilena. Adoptada el como capas en la opacidad de la imagen de este astro que,
18 de octubre de 1817, se conforma por los colores blanco, para quien observa con detención tanto la acción como
azul y rojo, cada uno de ellos con su propio significado, su posterior registro, es desorientada/o impulsándole a
y una estrella de cinco puntas ubicada en el rincón azul. generar alguna relación con nuestra historia y su cons-
Dicha estrella deriva de la wunëlfe, el planeta Venus o lu- trucción ideológica. Y es que, “las imágenes encontradas
cero del amanecer usada por toquis mapuches durante la se ‘reencuadran’ en múltiples dispositivos, cine, video,
Guerra de Arauco y que, en la actualidad, sigue siendo un instalaciones, se performan también, se reinterpretan.
importante símbolo de este pueblo. Origen soterrado en No se trata con ello de reconstruir eventos pasados sino
medio de las múltiples banderas con estrellas pentagona- de que las obras provoquen una serie de operaciones
les del mundo que si bien, alude a “lo mapuche”, lo hace prospectivas” (Fernández Polanco, 2015, p. 54) con las que
desde un imaginario oculto, tergiversado, abstraído de su orientarnos en el conocimiento del mundo, incluso desde
connotación original, como imagen escindida. su inquietante ambigüedad.

En julio de 2019 la performer Paula Baeza Pailamilla, quien Pensar en circular. Reflexiones de ida y vuelta
produce desde una mirada mapuche, trabajó con este Si bien, la investigación que da origen a este ensayo no
símbolo patrio en la obra/exposición Nuestra estrella no trata sobre emblemas patrios ni símbolos, tampoco espe-
ilumina¹⁵. La misma consistió en una serie de tres acciones cíficamente sobre la representación o el imaginario de lo
en el espacio público —realizados años anteriores— en indígena, en nuestra memoria y construcción sociocultural
las ciudades de Santiago, Concepción y Lota, en las que la identitaria esto último lo toca. A partir de la noción de que las
artista fue “grabando” con cinceles en el suelo, la silueta imágenes y las imágenes del arte son potentísimas armas de
de la estrella de la bandera actual hecha previamente en resistencia (Brea, 2005, p. 13) y catalizadoras de la experiencia,
una tela blanca como plantilla. Estos “grabados” o “tallas” nos estamos preguntando con ellas sobre su estatuto, pero,
marcados sobre el pavimento, los realizó en lugares emble- sobre todo, sobre su capacidad de afectación cuando se trata
máticos de estas ciudades. En Santiago frente al Palacio de la de la representación histórica —política-social— de un país
Moneda, en Lota en las ruinas de la fábrica de ladrillos Lota o, mejor dicho, de una colectividad. Lazos visuales que nos

P 25
Green y en Concepción, en la plaza de la Independencia. La llevan a navegar y viajar de una imagen a otra, vinculando
exposición, materializada a través de los registros de estas diversos momentos al hilo del pensamiento. Un carácter
acciones, consiste en dos audiovisuales, una fotografía y la relativamente disperso, pero, a pesar de ello, identificable,
plantilla de la estrella, así como un muestrario de imágenes que nos permite llegar a cuestiones epistémicas y, sobre
que dan cuenta de ella y son el testimonio de las acciones todo, políticas y estratégicas.
realizadas en el marco de su propuesta.

Ahora bien, con esta obra y sus imágenes, Baeza Pailamilla Figura 3
(Figura 2) interroga uno de nuestros símbolos patrios Moneda actual de 100 pesos
acercándonos a la reflexión respecto de la violencia que
esconden algunos de ellos, mientras repasa cómo han
ido forjando nuestra identidad sobre la base de selec-
ciones: ciertas memorias y olvidos que hacen aparecer
unos cuerpos sobre otros. La estrella pentagonal elegida
como imagen sobre la que trabajar, derivada del símbolo
ancestral mapuche que “ilumina nuestro porvenir”, mani-
fiesta una contradicción, dado que utiliza aquella que ha
sido reapropiada por el Estado chileno cuando cambia y
sustituye la imagen ancestral por la pentagonal. En esta
obra es significativo también que, en la acción realizada
en la capital, la artista se recuesta sobre la estrella frente
al palacio de gobierno con su torso desnudo, que lleva
sobre sí un par de estrellas doradas en cada uno de sus
pezones. Con ello, su cuerpo de mujer mapuche, moreno
y semidesnudo entra en escena recordándonos aquellos
cuerpos que la Historia ha borrado a lo largo de los años.
Nación(es), identidad, H/historia, cuerpos, son algunos de los Fuente: Banco Central de Chile.

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Dicho esto, retomamos la reflexión sobre el escudo nacional. pueblo mapuche que en los últimos años sufre de allana-
mientos, militarización, asesinatos, desapariciones —como
Iniciábamos este ensayo recordando la imagen desapa-
podemos ver también en la película Mala junta (2016) de
recida del primer escudo de armas que nos parece está
Claudia Huaiquimilla—; es decir, en la violencia ejercida
inscrito en la H/historia chilena casi como una anécdota.
sobre los/nuestros cuerpos.
Una imagen que en su breve paso como emblema patrio
no ha tenido mayor atención, pero volver a ella nos ha
Figura 4
servido y sirve para pensar los problemas del presente,
Caso Luchsinger Mackay: video de detención a machi Linconao
la representación histórica y las metodologías posibles
en descargo de defensa
a la hora de reelaborar las narrativas.

Si este primer emblema ha desaparecido y con él ha


desparecido también del imaginario nacional nuestra
identificación con lo indígena, queremos atender con
este hecho y esta imagen, a que esta fue quizá el único
trazo en la Historia que en algún momento consideró
pensarnos como mapuche. La Historia y su representación
visual se han encargado de “limpiar” toda huella no blanca
que puedan atravesar nuestros cuerpos. Tras ella, nunca
más nuestros orígenes desde la oficialidad —sin olvidar a
las/los aymara, quechua, yaganes, kaweskar que menos
han estado inscritos— han sido incluidos de los grandes
relatos, en el imaginario que nos han —y hemos— cons-
truido como pueblo chileno. Nunca más hasta que a fines
del año 2001 comenzó a circular la actual moneda de 100 Nota: Fotograma video-archivo, UFRO Visión, 2017.
pesos que incluye la imagen de una mujer mapuche y, Fuente: Ufromedios.
por cierto, en su reverso, la del escudo nacional (Figura

P 26
3). Objeto directamente vinculado con el consumo, el “Por la razón o la fuerza” es el lema del actual escudo
comercio, el cual como objeto de transacción merece un nacional inscrito en todas las monedas. “O por consejo o
análisis aparte respecto de sus imágenes y símbolos que por espada” llevaba apuntado el primer emblema. Ambas
también, desde la oficialidad, va construyendo nuestro consignas, ¿no son acaso las formas que ha tenido y tiene
relato identitario. Así, “revisitar las imágenes del pasado hoy el Estado de relacionarse con el pueblo mapuche
implica traerlas al presente. Desde ellas se establecen en Wallmapu? ¿No es la forma que ha tenido y tiene de
nuevas relaciones que no se ordenan a través del relato relacionarse con quien desobedece la norma, con noso-
de la historia, sino como reminiscencias, emergencias del tras y nosotros sus ciudadanos? Mirar, parafraseando a
pasado en el presente” (Giunta, 2014, p. 34). Las imágenes Alfonso Armada cuando introduce el libro de John Berger
materializadas como articulaciones históricas y simbólicas del mismo nombre, ¿sería entonces un intento por recu-
determinan lo que es visible y cognoscible funcionando perar el sentido de la historia? Un sentido de la historia
políticamente de acuerdo con una distribución de po- como nuestro paso por aquí, que es comprendido por
siciones de poder que están en relación con el propio todas y todos consiguiendo ser recordado y compartido.
ejercicio de la mirada, del ver —en línea con Foucault y Una historia que nos libra de las esclavitudes impuestas
Rancière—. La mirada se funda en saberes previos que por quienes nos quieren convencer de que no hay historia
nos permiten contextualizar pero que, al volver a mirar, que valga (2013 [1980], p. 7).
al ver como si fuese la primera vez, nos permite también
Concluir
descubrir nuevas concepciones sin desdeñar lo aprendido
Las preguntas recién expuestas no intentan ser respon-
en el camino.
didas de manera exhaustiva en este texto. Son más bien
Revisitar estas imágenes del pasado nos ha llevado a pen- invitaciones a continuar estas reflexiones de ida y vuelta,
sar no solo sobre nuestro lugar de enunciación situado caminando entre imágenes diversas. Y es que, “reflexionar
metodológicamente en lo inter y transdisciplinar propio sobre las formas en que un discurso distintivamente en
de una investigación ubicada en las fronteras como la imágenes puede o no transformar la información sobre
nuestra, sino que también en el trato que mantiene en el pasado en hechos de un tipo específico” (White, 2010,
la actualidad el Estado para con los pueblos originarios p. 222) es el asunto que aquí hemos estado desmarañan-
(Figura 4). Una vez más, en la violencia ejercida sobre el do; pues, siguiendo con el autor, “toda historia escrita

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es producto de procesos de condensación, desplaza- Figura 5
miento, simbolización y clasificación, exactamente, como A los 3 días de septiembre, Paula Arrieta, 2012
aquellos usados en la producción de una representación
fílmica” (p. 219). Procesos y metodologías fundadas tanto
en el cuestionamiento como en la negativa a respuestas
inequívocas que revalorizan los imaginarios, tales como la
deconstrucción de las identidades esenciales planteadas
por Chantal Mouffe (1999), que son condición necesaria para
una democracia radical. Solo al descartar la visión única,
racional y “transparente”, así como universal y homogénea
—cuestión que estamos extrapolando al problema que
nos ocupa— podremos avanzar hacia una multiplicidad
de saberes y conocimientos radicalmente democráticos
que tome en cuenta las diversas dimensiones de lo que
implica ser humanos.

Así, considerando como punto de partida el potencial la-


tente de las imágenes en las que lo parcial y fragmentario
como material es el lugar desde el que trabajar, podemos
pensar, crear y visibilizar nuevas/otras narrativas de la
historia “porque la realidad, como, por supuesto, la his-
toria (no es más que un pliegue construido de algo que Nota: Instalación: cuadros y resma impresa con 300 hojas.
creemos es la Realidad con mayúsculas)” (Aznar, 2014, p. Fuente: Cortesía de la artista ©.
43) y, tanto el relato histórico como el visual, y en ello el
artístico, son herramientas que nos permiten imaginar 2005 a manos de la fuerza de seguridad nacional de la policía,
esos otros escenarios posibles. En un momento como el desaparece al sur de Chile en la ciudad de Puerto Montt, el

P 27
que vivimos donde el neoliberalismo, es decir, la gestión joven mapuche José Huenante Huenante. Su imagen con el
empresarial de la vida a través de las políticas estatales y transcurso de los años se ha ido desvaneciendo, sin embargo,
paraestatales realiza sendos montajes comunicacionales para algunas de nosotras continúa como acontecimiento
que recuerdan a una otrora no tan lejana oscura época y latente. Es la propuesta de la artista Paula Arrieta con la
que, sin más, mató a Camilo Catrillanca (2018), a Johnny obra A los 3 días de Septiembre (2012) (Figura 5). En ella, una
Cariqueo (2008), a Matías Catrileo (2008), entre otros y, resma de papel con 300 impresiones del rostro de José
a pesar de no tener certezas creemos que también a Huenante se encuentra a disposición del público para
Macarena Valdés (2016), preguntarnos y trabajar con las ser llevada junto con una serie de cuadros escritos con
imágenes y la investigación debe tener un sentido que palabras que repiten y reiteran el nombre de Huenante.
no se aleje de la historia y de la realidad social en que La primera de las hojas apiladas con el rostro en dicha
nos encontramos. ¿Cómo trabajar en ello? es parte del resma es una imagen apenas visible, pues la tinta es de
problema metodológico que enfrentamos. Hacerlo en sus un gris tan claro que la misma escasamente se nota.
fronteras a modo de integración es parte de la propuesta. Sin embargo, en la medida que el o la espectadora va
Nuestra invitación es a actuar así en los entres, en diversos sacando una a una las hojas, la tinta va oscureciendo,
puntos de contacto y siempre a mano de las visualidades. para finalmente configurar claramente el rostro del joven
Zonas que crean lenguajes para articular y proporcionar —ya en negro— sobre la última página de la resma. La
otras formas de acceso al conocimiento, mediante alian- cuestión es evidente: el gesto de la artista hace aparecer
zas e hibridaciones puesto que, la historia no es una sino el rostro y con ello la vida de Huenante, pues en la medida
muchas. Y en ello las imágenes, en tanto movimientos en en que lo observemos, su vida deja de desvanecerse. Un
el ámbito de lo sensible, tocan lo real, aunque no sean la gesto de memoria que apela a que seamos conscientes
realidad (Didi-Huberman, 2013), imaginando otras escri- pues, como señala la artista, “la voluntad de verdad y de
turas por venir. justicia solo puede responder a un ejercicio de consciencia
permanente” (Arrieta, s.f.). Su obra nos recuerda algunas
A modo de epílogo: Memoria presente de las piezas del artista colombiano Oscar Muñoz como
Para finalizar y a modo de epílogo, pero en línea con la Narcisos (1995-2011) o Proyecto para un memorial (2005)
articulación de nuestro texto, no quisiéramos dejar de en las que un rostro se desvanece constatando en ello el
traer a la memoria que un día 3 de septiembre del año paso del tiempo y la imposibilidad de fijar en una imagen

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la desaparición o la muerte. Solo que esta vez de manera Didi-Huberman, G. (2011). Ante el tiempo. Historia del arte y anacro-
inversa, aunque no por ello menos poética, como si al nismo de las imágenes. Adriana Hidalgo Editora.
sobrecargar de tinta el papel una vida pudiese fijarse y
Didi-Huberman, G. (2013). Cuando las imágenes tocan lo real.
hacerse presente.
Ediciones Círculo de Bellas Artes.
Si bien, el paso del tiempo ha ido desgastando su recuer-
Fernández Polanco, A. (Ed.) (2014). Pensar la imagen/Pensar con
do que se pierde entre los vaivenes del mercado y del
las imágenes. Delirio.
no-tiempo, no podemos dejar de subrayar que la imagen de
Huenante debe ser traída de regreso, no sólo de manera Fernández Polanco, A. (2015). Prácticas “estéticas” contemporáneas.
simbólica sino como justicia pendiente en el presente. Con Documenta X. En A. Fernández, Y. Aznar y J. López (Eds.),
su memoria nos despedimos, a olvidarlo resistimos. Y es Prácticas artísticas contemporáneas. Centro de Estudios
que resistir, en palabras de Miguel Benasayag “no es solo Ramón Areces S.A.
oponerse, sino crear, situación por situación, otros modos
Fernández-Savater, A. (24 de abril de 2015). Miguel Benasayag:
de vida y otras relaciones sociales” (Benasayag, citado
Resistir no es sólo oponerse, sino crear, situación por
en Fernández-Savater, 2015, s.p.). Y “hoy más que nunca,
situación, otras relaciones sociales. Interferencias.
toda investigación constructiva tiene que enseñar una
https://www.eldiario.es/interferencias/Miguel-Benasayag-
nueva resistencia” (Holmes, 2007), para que, finalmente,
Resistir-situacion-relaciones_6_380821943.html
tantas balas no sigan cayendo y que las caídas, no hayan
sido en vano. Giunta, A. (2014). Cuando empieza el arte contemporáneo. Fundación
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Arrieta, P. (s.f.). A los 3 días de septiembre. https://paula-arrieta.
atenten contra la libertad de circulación de las personas en
org/a-los-3-dias-de-septiembre/
la vía pública a través de medios violentos e intimidadores y
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Orrego Echeverría, I. (2018). Tiempo-espacio en el pensamiento historiador del arte Aby Warburg (1866-1929), se basa en la relación
andino. En Ontología relacional del tiempo-espacio andi- ingente entre textos e imágenes, con un rotundo predominio por
no: diálogos con Martin Heidegger (pp.75-140). Ediciones estas últimas y su yuxtaposición meditada sobre las palabras.
Universidad Santo Tomás. Una teoría de las imágenes mediante la cual, el historiador reali-
zaba una lectura interpretativa de las producciones visuales con
Ponce de León, J. (2017). La batalla del presente: Pocho Research
acento en la memoria social y cultural, que posibilitan rastrear,
Society, Archivo Caminante y Etcétera… En B. Kelley y R.
tanto en fuentes escritas como en fuentes visuales, el sentido
Zamora (Eds.), Hablar y actuar. Arte, pedagogía y activismo
simbólico del objeto que se está analizado y, con ello, realizar
en las Américas (pp.55-67). The University of Chicago Press.
una historia de la cultura. Entre las preocupaciones que dan pie a
Ribeiro, D. (2018). Breves reflexiones sobre Lugar de Enunciación. esta metodología, se encontraba la figura del artista, la sicología
Relaciones Internacionales, 39, 13-18. https://doi.org/10.15366/ de la creación y el proceso de producción de imágenes e ideas.
relacionesinternacionales2018.39.001 Para más, ver Warburg (2010).

Riveros, P., Meriño, J. y Crespo, F. (2020a). Documento Nº1. Las 6 Siguiendo a la filósofa Lucy Oporto Valencia (2015), entendemos
diferencias entre el trabajo multidisciplinario, interdiscipli- el concepto de posfascismo como brotación de lo siniestro, que para
nario y transdisciplinario. Vicerrectoría de Investigación y el caso chileno refiere a “la ocurrencia o irrupción del fascismo por
Desarrollo, Universidad de Chile. otras vías, más allá del fascismo histórico o el régimen fascista,

Riveros, P., Meriño, J. y Crespo, F. (2020b). Documento Nº2. Las en medio de la aparente normalidad, paz y cotidianeidad de la

diversas definiciones de transdisciplina. Vicerrectoría de llamada transición a la democracia. Su trasfondo es un Estado

Investigación y Desarrollo, Universidad de Chile. de derecho pervertido de raíz, debido al peso de los crímenes
inexpiados de la dictadura, cuya sostenida impunidad durante la
Rojas, S. (22 de diciembre de 2015). Reflexión estética contempo-
postdictadura es una versión de la violencia que busca legitimarse
ránea. Entrevista de Alex Ibarra al filósofo Sergio Rojas.
en la historia a través de la ley, en términos de Armando Uribe” (p.
Le Monde Diplomatique. https://www.lemondediplomatique.
32). Es decir, que hay una continuidad bajo la que vivimos, refe-
cl/Reflexion-estetica-contemporanea.html
rida al profundo espíritu de la dictadura y posdictadura chilena,
Silva, R. (2012). Memoria e historia: entrevista con François que ha impregnado todas las facetas de nuestra vida de manera

P 29
Hartog. Revista Historia Critica, 48, 208-214. transversal bajo una violencia, cosificadora y alienante, “normal”
https://doi.org/10.7440/histcrit48.2012.10 y legal que otorga apariencia de estabilidad, paz y orden.

Silva, V. (2017). Enunciar la ausencia: imágenes de desaparición 7 El concepto tiempo en el pensamiento andino es muy complejo
forzosa en prácticas de arte contemporáneo. Museo de la y profundo como para abordarlo en este texto. Sin embargo,
Memoria y los Derechos Humanos. cabe señalar que nos referimos a este, en razón de la concepción
dialéctica y no lineal del mismo, además de las relaciones espa-
Steyerl, H. (2018). Arte Duty Free: el arte en la era de la Guerra Civil
cio-temporales que implica su cosmovisión, que en ninguno caso se
planetaria. Caja Negra.
separan. Para el pensamiento andino el tiempo no es cuantificable
Thompson Klein, J. (1990). An interdisciplinar y lexicon. En matemáticamente ni permite la proyección de la imagen de “un
Interdisciplinarity: History, Theory and Practice (pp.55-73). tiempo que avanza” o “progresa” como ocurre en la racionalidad
Wayne State University Press. occidental. Más bien es espacio-tiempo, tiempo en cuanto pacha,
una relacionalidad cósmica, copresente con el espacio, como el
Warburg, A. (2010). Atlas Mnemosyne. Akal.
ir y venir. De ahí que la manera de entender y de vivir el tiempo
White, H. (2010). Historiografía e historiofotía. En Ficción histórica, difiere de la noción secuencial pasado-presente-futuro. De hecho, en
historia ficcional y realidad histórica (pp. 217-227). Prometeo. el quechumara el pasado siempre está orientado hacia el futuro,
Notas tanto en lo simbólico como en lo lingüístico y, lo que en Occidente
1 Recibido: 27 de mayo de 2020. Aceptado: 13 de mayo de 2021. está temporalmente adelante, en el futuro, para el pensamiento
andino está atrás, en el pasado. Por ello, es que tienen una visión
2 Este ensayo forma parte del proyecto ANID/Conicyt, Fondecyt
cíclica y dialéctica (que es a la que referimos), en la que se puede
postdoctoral Nº 3190432, bajo el patrocinio del Instituto de Historia
decir que la o el andino “camina de cara hacia atrás, con la mirada
y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso.
en lo permanente, que no es propiamente el presente, ni menos
3 Agradezco a Pablo Aravena Núñez sus aportaciones y comen- aún el futuro, sino el pasado común vivido y que se concretiza en
tarios para el desarrollo de este escrito. el presente del ‘ahora’”. (Orrego Echeverría, 2018, p. 134)

4 Contacto: [email protected]

5 El método warburgiano llamado así como deriva del trabajo del

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8 En la teoría de la historia de Benjamin, se promueve una histo- 12 Melchor Martínez fue un fraile franciscano y cronista español
riografía penetrada por la memoria, afectada y afectiva, donde que llegó a la ciudad de Chillán como misionero viviendo en
no es posible diferenciar entre Historia como escritura e historia medio de una comunidad mapuche. Vinculado con la Corona,
como paso del tiempo. Hacer Historia, escribirla, será modificar el escribió el libro mencionado por orden del rey, y en él describe
pasado y presente. En su conocido texto de 1939, Sobre el concepto el diseño del nuevo escudo de la naciente república gracias a la
de historia, plantea que el tiempo está abierto, por tanto, también la cual hoy tenemos una suerte de imagen de él.
historia y no es esta una cuestión del pasado, sino un tiempo activo.
13 A la hora de repensar las categorías nos parece interesante
Además, al excavar desde el presente en los hechos (y desechos)
la propuesta de Brian Holmes acerca de lo “extradisciplinar”.
del pasado, nada nos obliga a ir en una dirección u otra más que
Para el autor, esta sería: “un nuevo tropismo y un nuevo tipo
la coherencia. Por contraparte, es el historicismo el que cierra el
de reflexividad que implica tanto a artistas como a teóricos y
tiempo situándolo en un ámbito diferente del presente, por lo que
activistas en un tránsito más allá de los límites que tradicional-
debemos desconfiar de aquella que nos han contado y que ha
mente se asignan a su actividad, con la intención expresa de
sido escrita por los vencedores (citado en Silva, 2017, pp. 128-129).
enfrentarse al desarrollo de una sociedad compleja. El término
9 La expresión H/historia refiere al mismo tiempo al concepto «tropismo» expresa el deseo o la necesidad de girarse hacia otra
Historia (aquella escrita con mayúsculas) que registra y representa cosa, hacia un campo o disciplina exteriores; mientras que la
la versión oficial y, a la historia: la pequeña, minoritaria y fuera del noción de reflexividad indica ahora un regreso crítico al punto
relato público-institucional. Al unirlas en un vocablo, damos cuenta de partida, un intento de transformar la disciplina inicial, acabar
de la consideración de ambas acepciones. Según Renán Silva (2012), con su aislamiento, abrir nuevas posibilidades de expresión,
este uso va en línea con la antigua separación que diferenciaba
análisis, cooperación y compromiso. […] complejo movimiento de
entre el concepto Geschichten, que aludía al acontecer, e Histoire, el
ida y vuelta, que sin negar la existencia de diferentes disciplinas
concepto de historia en sí mismo, pero que, desde 1780 se unen en
nunca permite dejarse atrapar por ninguna de ellas…” (2007, p. 2).
una única noción común dentro del lenguaje ordinario, tanto para
la realidad experimentada como para su conocimiento científico: 14 Al respecto, recomiendo el texto de Aurora Fernández
la Geschichten. Sin embargo, en el ámbito académico desde hace Polanco aquí citado Pensar la imagen/Pensar con imágenes, es-
varios años se intenta volver a “separar” estos conceptos, o al menos pecialmente su ensayo: “Nuestras imágenes: breve genealogía

P 30
distinguirlos, entendiendo que la Historia escrita, encerrada en de un conflicto disciplinar” y el de Hayden White, “Historiografía
una versión oficial, juzga y condena. Por contraparte, una historia e historiofotía” de 2010.
con minúscula refiere a la crónica que ha acontecido e incorpora
15 Para conocer más sobre la obra de la mano de la artista,
a todas y todos. De estas maneras se usan en este artículo.
ver video: https://www.balmacedartejoven.cl/comunidad-baj/
10 El presente ensayo deriva de la ponencia “Investigar en los en- muestra-nuestra-estrella-no-ilumina-en-galeria-baj-bio-bio/
tres y en ningún lugar. Metodologías posibles para la reescritura Las acciones realizadas en Lota y Concepción fueron hechas en
de las historias” presentada en dicho coloquio en la Universidad el marco del II Encuentro de Performance Política. La de Santiago
de Los Andes el 3 de septiembre de 2019. Para esa oportunidad, para el Encuentro A(R)MATE, todas en 2017.
presentamos un borrador preliminar que abordaba la revisión
de temas, problemas y orientaciones metodológicas de nuestras
investigaciones, atendiendo a la invitación del encuentro, cues-
tión que aquí tratamos solo de que, prestando atención al foco
argumentativo de nuestra propuesta, más que a lo metodológico
propiamente tal.

11 Según información de la Biblioteca del Congreso Nacional de


Chile, esta ley fue dictada un 3 de septiembre, aunque la misma fue
publicada en el Diario Oficial recién el 18 de octubre de dicho año.
Se derogó 10 años después. No deja de ser curioso que, tras el 18
de octubre reciente, que marca el inicio del último estallido social
en Chile, una de las primeras medidas levantadas por el actual go-
bierno han sido leyes represivas frente al descontento popular. La
llamada “Ley Antisaqueos” si bien polémica ya aprobada, prohíbe
la “alteración de la paz y del orden público” especialmente en casos
de saqueos, pero también en manifestaciones y protestas sociales
bajo el rótulo de la defensa de la democracia y la libertad nacional.

REVISTA 180 (2021) 47 • VIVIANA SILVA FLORES

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