CIVIL 4. Derecho Sucesorio. Osvaldo Garcia
CIVIL 4. Derecho Sucesorio. Osvaldo Garcia
CIVIL 4. Derecho Sucesorio. Osvaldo Garcia
DERECHO SUCESORIO
Apunte preparado por:
Osvaldo García Swaneck
Natalia García Swaneck
- Bibliografía:
- Apuntes de clases, cátedra derecho civil del profesor Fernando Rabat Celis,
Universidad del Desarrollo.
- Manuel Somarriva - Derecho Sucesorio
- Revista Actualidad Jurídica
- Pablo Rodriguez – Derecho Sucesorio
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Osvaldo García Swaneck
Abogado
Profesor de Derecho Civil
[email protected]
Derecho Sucesorio.
I. Generalidades.
A. Definiciones.
En un sentido amplio se habla de suceder cuando se ocupa el mismo lugar de otra persona y
se recogen sus derechos a cualquier titulo y ya sea entre vivos o por causa de muerte. En este
sentido amplio la expresión suceder es aplicable a todos los modos derivativos de adquirir el
dominio, así por ejemplo el comprador sucede al vendedor.
En un sentido estricto o restringido la expresión suceder opera siempre por causa de muerte
y se vincula al fallecimiento de una persona, dentro de este concepto estricto la palabra
sucesión tiene un triple significado:
i. Como modo de adquirir el dominio, de esta manera entonces se designa a la transmisión
de todo o parte del patrimonio de una persona difunta a otra u otras personas vivas pudiendo
estas ultimas ser designadas por el testador en su testamento o por la ley; el artículo 588 del
Código Civil señala precisamente este sentido.
ii. La palabra sucesión también puede significarse como el patrimonio que se transmite. En
este sentido por ejemplo se utiliza la expresión sucesión en el artículo 1376 del Código Civil.
Teniendo en cuenta el sentido estricto de la palabra sucesión ella ha sido definida como un
modo de adquirir gratuitamente el dominio del patrimonio de una persona cuya existencia
legal se ha extinguido natural o presuntivamente y que consiste en el traspaso a los herederos
de todos sus derechos y obligaciones transmisibles, que extingue los derechos y obligaciones
intransmisibles , que es fuente de derecho personales a favor de los legatarios de género y
por último que es modo de adquirir el dominio de las cosas singulares para los legatarios de
especie o cuerpo cierto.
Por último, definimos el derecho sucesorio como el conjunto de normas jurídicas que dentro
del derecho privado regula el destino del patrimonio de una persona después de su muerte.
ii. Artículo 1463: En virtud del cual hay objeto ilícito en los pactos sobre sucesión.
Expresamente señala esta disposición que el derecho a suceder causa de muerte a una persona
viva no puede ser objeto de una donación o contrato aun cuando intervenga el consentimiento
de la misma persona.
Hace excepción a lo anterior el artículo 1204 sobre pacto de no mejorar
3. La continuación de la persona del causante por sus herederos en todos sus derechos y
obligaciones transmisibles. Hace excepción a esta regla la aceptación de la herencia con
beneficio de inventario o con beneficio de separación.
5. La igualdad.
Esto porque en general los asignatarios llamados a una sucesión lo son en iguales
condiciones, tanto en la sucesión intestada como en la testada, sin perjuicio de que en este
último caso el testador puede fijar cuotas.
Ejemplos: Artículo 982 y 985 c. c
Por excepción la ley prevé ciertas diferencias como ocurre por ejemplo con el artículo 990
inciso 2 en que se distingue entre los hermanos carnales o de doble conjunción y los hermanos
que lo son solo de simple conjunción.
6. La reciprocidad.
Significa que normalmente cuando una persona es llamada por la ley a suceder a otra, esta
ultima tiene derecho a suceder a la primera.
7. Protección a la familia.
Este principio se manifiesta fuertemente en 3 circunstancias:
a. Libertad restringida: El causante debe respetar la asignación forzosa y son asignatarios
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forzosos el cónyuge, ascendiente y descendientes.
c. Artículo 1337 numero 10 c. c en virtud del cual el cónyuge sobreviviente tiene un derecho
de adjudicación preferente respecto del inmueble que servía de hogar común.
1. Características.
A. Modo de adquirir derivativo.
Ello implica que el derecho del sucesor emana de su antecesor y por lo tanto no se pueden
adquirir más derechos de aquellos de que era titular el causante. En otras palabras, la sucesión
por causa de muerte no altera los derechos ni su naturaleza, ni sus efectos. Si el causante no
era dueño de una o algunas especies, el asignatario no adquiere el dominio por sucesión por
causa de muerte; será simplemente un poseedor y estará en situación de adquirir el dominio
por otro modo: la prescripción.
C. Es un modo de adquirir gratuito ya que el sucesor reporta un beneficio que puede aceptar
o repudiar libremente y sin que se le pueda imponer una contraprestación. Ningún bien de su
patrimonio debe dar a cambio de los bienes del causante. Podrá ocurrir sin embargo que en
definitiva la herencia no reporte al heredero ventaja pecuniaria alguna, sino que, al contrario,
le resulta gravosa. Tal ocurre, cuando el patrimonio del causante está recargado de
obligaciones, superiores a los bienes que lo integran. En este caso, el heredero estará obligado
a soportar el pago de las deudas hereditarias, a menos que acepte la herencia con beneficio
de inventario (art. 1247 del CC
D. Se puede suceder a una persona difunta ya sea a título universal o singular (951)
El título es universal cuando se sucede al difunto en todos sus bienes, derechos y obligaciones
transmisibles o en una cuota de ellos.
El titulo es singular cuando se sucede en una o más especies o cuerpos ciertos o en una o más
especies indeterminadas de cierto género.
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2. Derechos transmisibles.
La regla general es que todos los derechos, tanto los reales como los personales son
transmisibles por causa de muerte y por lo tanto solo por excepción ellos serán
intransmisibles.
Derechos intransmisibles.
1. Usufructo (773 c. c).
3. Fideicomiso (762).
6. Derecho a ejercer una acción revocatoria por ingratitud del donatario, salvo ciertos
casos (1430).
7. Los derechos del comodatario, salvo que la cosa haya sido prestada para un servicio
particular (2180 nº 1 y 2186).
8. Los derechos emanados del contrato de sociedad, salvo pacto en contrario (2103).
9. Los derechos del mandante y mandatario (2163 numero 5), salvo el mandato judicial
y el conferido para ejecutar actos después de muerto el mandante.
10. Los derechos que por su naturaleza tiene fijado como termino la muerte de de la
persona que lo goza como en el censo y en la renta vitalicia. (2264 y 2279).
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3. Obligaciones transmisibles.
La regla general es que las obligaciones son transmisibles, es decir los herederos están
obligados a solucionar aquellas deudas que hubiere contraído el causante en vida y por eso
se suele usar el aforismo de que “quien contrata lo hace para sí y para sus herederos”. Los
legatarios pueden también eventualmente estar obligados a satisfacer estas deudas.
Obligaciones intransmisibles.
1. Aquellas que suponen una aptitud especial del deudor. (ej.: 1095 c. c contrario sensu)
3. Las obligaciones contraídas por los miembros de una corporación (544 inciso 3).
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Asignaciones a título universal o singular:
Adicionalmente de acuerdo con el artículo 954 las asignaciones a título universal se llaman
herencias y el asignatario de herencia se llama heredero. A su vez las asignaciones a título
singular se llaman legados y el asignatario de legado se llama legatario.
De conjugar los artículos 951 y 954 se concluye que la herencia tiene por objeto el patrimonio
íntegro del causante o una cuota del mismo, en cambio el legado se refiere únicamente a
cuerpos ciertos o cosas determinadas genéricamente.
Las asignaciones testamentarias pueden ser a título universal o singular, en cambio las
asignaciones que hace la ley solo pueden ser universales. En otras palabras, no puede haber
legados legales (la fuente de los legados nunca puede ser la ley, solo el testamento).
Ya hemos señalado que de los artículos 954, 1097 inciso 1 y 1104 inciso 1 los asignatarios a
título universal se llaman herederos y los a título singular se llaman legatarios, se pueden dar
2 puntos fundamentales que son los siguientes:
i. Lo importante es que para calificar a una persona de heredero o legatario debe atenderse
exclusivamente al contenido u objeto de la asignación con prescindencia de la nomenclatura
o designación que el testado haya utilizado en el testamento.
c. En cuanto a la responsabilidad.
El heredero responde de las llamadas deudas hereditarias (estas son las que el causante tuvo
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en vida) y de las testamentarias (estas son las que resultan del testamento mismo), la
responsabilidad del heredero se hace efectiva aun cuando el monto de las deudas sea superior
a la asignación que el recibe, y a esto se le llama responsabilidad Ultravires Hereditatis.
El legatario en principio no responde de las deudas que haya tenido el causante, salvo que se
le haya impuesto expresamente esa obligación, también por excepción el legatario tiene una
responsabilidad subsidiaria a la del heredero, pero solamente limitada al monto del legado.
e. El heredero junto con adquirir el dominio de los bienes al tiempo de fallecer el causante,
adquiere también la posesión legal de la herencia una vez que esta le es deferida, y aun cuando
ignore que ella le ha sido deferida (artículos 688 inciso 1 y 722 inciso 1). La razón de esto es
que se trasmite un patrimonio el cual es un atributo de la personalidad y por ello es necesario
o se requiere de una persona, por esta razón se crea la figura de la posesión legal.
El legatario adquiere la posesión de la cosa legada solo con la entrega del legado, es decir
cuando se reúne el corpus con el animus
f. la posesión efectiva de la herencia solo se exige respecto del heredero no del legatario.
Las incapacidades pueden ser absolutas o relativas; las primeras impiden suceder a cualquier
persona, en cambio las segundas impiden suceder a determinada persona.
A. Incapacidades absolutas.
La ley agrupa esta incapacidad absoluta en 2 subgrupos:
1. Falta de existencia natural.
2. Falta de personalidad jurídica.
¿Qué pasa durante esos 10 años? La doctrina ha interpretado que en este caso en particular
estamos en presencia de una propiedad fiduciaria que va a estar sujeta a la condición de
que exista el asignatario dentro del plazo de 10 años.
Puede suceder que el causante fallezca, y el transmitente haya recibido en vida una herencia
o legado y adquirido, por lo tanto, la posesión legal del mismo, pero no haya manifestado si
aceptaba o repudiaba la indicada asignación. Este derecho de opción (de aceptar o repudiar)
que tenía en vida el transmitente se transmite a sus herederos en los mismos términos que
éste gozaba de él, pudiendo entonces el transmitido aceptar o repudiar la asignación.
¿Dónde está la excepción?: Si aplico la regla general debería existir el transmitido al tiempo
de abrirse la sucesión y la excepción está en que el transmitido debe existir al tiempo de
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abrirse la sucesión del transmitente. Es una excepción aparente porque se aplica la regla
general, ya que el transmitido tiene que existir al tiempo de abrirse la sucesión del
transmitente.
B. Incapacidades Relativas.
Recordemos que son aquellas que afecta a ciertas personas.
El articulo 36 original del Código Civil se refería a los hijos de dañado ayuntamiento, se
trataba de hijos ilegítimos nacidos de relaciones adulterinas, incestuosas o sacrílegas
(aquellos concebidos por clérigos de ordenes mayores o persona que había profesado votos
solemnes de castidad en orden religiosa, reconocida por la Iglesia Católica.). Entonces para
interpretar esta causal del artículo 964 es necesario cuadrarlo en un tipo penal y hoy solo es
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delito el incesto de manera tal que el incapaz va a ser aquel que ha sido condenado por incesto
respecto de la persona a quien va a suceder.
Pablo Rodríguez Grez sostiene que se trata en el fondo de un calificado demérito para
suceder, ya que no se ajusta a la moral ni a las buenas costumbres dar validez a una asignación
hecha por el causante a quien ha mantenido con él relaciones al margen del matrimonio, o
con sus ascendientes y descendientes en línea recta, sea por consanguinidad o afinidad, o con
sus colaterales hasta el segundo grado inclusive por consanguinidad”
2. Confesor.
Artículo: El que por testamento otorgado durante la última enfermedad, no puede recibir
herencia o legado alguno, ni aun como albacea fiduciario alguna de las siguientes personas:
ii. El eclesiástico que hubiere confesado al difunto habitualmente en los dos últimos años
anteriores al testamento otorgado durante la última enfermedad.
iii. ni la orden, convento o cofradía de que sea miembro el eclesiástico que nos estamos
refiriendo.
iv. Ni los deudos (parientes) por consanguinidad o afinidad hasta el 3º grado inclusive del
eclesiástico.
Esta incapacidad tiene por objeto evitar que el eclesiástico pueda ejercer influencia en el
testador. Sabido es que las personas religiosas poder e influjo, particularmente en trance de
muerte. Fácil resultaría, entonces inducir al testador a disponer de los bienes en beneficio
propio, o de sus parientes próximos, o de su orden, o de su convento, o de su cofradía. A
objeto de evitar esta presión se ha instituido esta incapacidad.
Para que se aplique esta incapacidad es menester que se haya dispuesto de alguna asignación
en favor del confesor o de las demás personas naturales o jurídicas mencionadas en el art.
965, por el testamento otorgado durante la última enfermedad. Por tal habrá de entenderse
aquélla de que haya fallecido el causante, aunque su determinación es una cuestión de hecho
que queda librada a la apreciación de los jueces del fondo. Se exige además, copulativamente,
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que el eclesiástico haya confesado al testador durante esa enfermedad o habitualmente
durante los dos años anteriores al otorgamiento del acto de última voluntad. 2
Excepciones:
1. Esta incapacidad no se extiende a la iglesia parroquial del testador (la iglesia en que
habitualmente se confiesa).
2. La incapacidad no recaerá sobre la porción de bienes que el dicho eclesiástico o sus deudos
habrían heredado abintestato, si no hubiese habido testamento. Es decir, no se aplica si tiene
derecho a suceder abintestato.
4. Testigos de testamento.
Artículo 1061 inciso 2: No vale tampoco disposición alguna testamentaria a favor de
cualquiera de los testigos, o de su cónyuge, ascendientes, descendientes, hermanos o cuñados.
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2. Operan de pleno derecho. No se requiere en consecuencia que se demande judicialmente
y se obtenga sentencia declarativa firme. La sentencia se limitará simplemente a constatar la
existencia de la causal de incapacidad. La “constatación” no exige por ende deducir una
acción cuyo objetivo específico sea obtener una sentencia que declare la incapacidad. No
existe tal acción, a diferencia de lo que veremos respecto de la indignidad para suceder, que
sí debe ser “declarada” judicialmente, en el marco de un juicio de indignidad, y no sólo
“constatada”. Así, por ejemplo, en el marco de una acción reivindicatoria que los herederos
deduzcan en contra de un tercero que está en posesión de bienes hereditarios (y que no puede
alegar que los tiene en calidad de “heredero”, pues la incapacidad para suceder que lo afecta
se lo impide), bastará que el juez constate que efectivamente afecta al demandado una causal
de incapacidad para suceder.
3. La nulidad de esta asignación testamentaria que se había dejado al incapaz afecta también
a terceros o pasa también contra ellos ya que estos terceros no podían adquirir más derechos
de los que tenía el incapaz y este no tenía ningún derecho.
Pablo Rodríguez al respecto dice lo siguiente: “si el asignatario incapaz dispone de los bienes
que componen la asignación, puede perseguirse a los terceros poseedores de buena o mala
fe. Ello porque la nulidad da acción reivindicatoria, sin distinguir si el tercero poseedor esta
de buena o mala fe (1698 c. c).
II. Dignidad.
Ella consiste en el mérito o lealtad que el asignatario a debido observar en vida con el
causante la cual se entiende desde la perspectiva que nos encontramos frente a un beneficio
gratuito y por lo tanto es lógico que quien lo recibe lo merezca.
En términos negativos la indignidad es una sanción que consiste en excluir de la sucesión a
un asignatario como consecuencia de haber cometido un acto que importe un grave atentado
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contra el difunto o un serio olvido de las obligaciones que tenia para con él.
La indignidad es muy similar al desheredamiento, pero la gran diferencia es que esta la hace
el testador y la indignidad se ha establecido en la ley.
A. Causales de indignidad.
1. homicidio del causante (968 numero 1).
Es indigno el que ha cometido el crimen de homicidio en la persona del difunto o ha
intervenido en este crimen por obra o consejo, o la dejo perecer pudiendo salvarla.
El problema está en el último caso ya que no habría una sentencia penal condenatoria que me
sirva para configurar esta causal de indignidad. La doctrina está de acuerdo en que se deberá
ejercer una demanda civil para que se declare esta circunstancia. Hay algunos autores que
han intentado reconducir esta situación al artículo 15 número 3 del c.p
Art. 15. Se consideran autores:
1° Los que toman parte en la ejecución del hecho, sea de una manera inmediata y directa, sea
impidiendo o procurando impedir que se evite.
2° Los que fuerzan o inducen directamente a otro a ejecutarlo.
3° Los que, concertados para su ejecución, facilitan los medios con que se lleva a efecto el
hecho o lo presencian sin tomar parte inmediata en él.
2. El que cometió atentado grave contra la vida, honor o bienes del causante, o de su cónyuge,
o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes, con tal que dicho atentado se pruebe por
sentencia ejecutoriada (968 numero 2). Al respecto, la jurisprudencia ha dicho que, en los
demás casos de indignidad, la causal misma puede acreditarse en el respectivo juicio de
indignidad. En cambio, en esta segunda causal de indignidad es necesario que en el juicio de
indignidad se la pruebe mediante sentencia criminal condenatoria.
3. El consanguíneo dentro del sexto grave inclusive, que no socorrió al causante en estado de
demencia o destitución, pudiendo hacerlo. Esta es una sanción por incumplir el deber moral
y jurídico de socorrer a los parientes. El estado de destitución, alude a quien se encontraba
privado de lo más esencial para la vida, a quien se encontraba sumido en la miseria. (969
numero 3).
4. El que por fuerza o dolo obtuvo alguna disposición testamentaria del difunto, o le impidió
testar. (968 numero 4.)
6. Artículo 969: El que, siendo mayor de edad, no hubiere acusado a la justicia el homicidio
cometido en la persona del difunto, tan presto como le hubiere sido posible. El objeto de esta
causal es sancionar la negligencia del asignatario en perseguir judicialmente al asesino de su
causante
No se aplica esta indignidad en los siguientes casos:
i. Si la justicia hubiere empezado a proceder sobre el caso.
ii. Cuando el heredero o legatario no es cónyuge de la persona por cuya obra o consejo se
ejecuto el homicidio, ni es del numero de sus ascendientes y descendientes, ni hay entre ellos
deudo de consanguinidad o afinidad hasta el tercer grado inclusive. Consagra el Código el
derecho al silencio. El heredero o legatario queda relevado de la obligación y, por tanto,
desaparece la indignidad si el homicidio cometido en la persona del difunto lo fue por obra
o consejo de alguna de las personas ligadas al asignatario por matrimonio o por vínculo de
consanguinidad o afinidad que el precepto señala
8. Artículo 971: Son indignos de suceder el tutor o curador que nombrados por el testador se
excusaren sin causa legítima. Igual causal se aplica al albacea nombrado por el testador que
se excusare sin probar inconveniente grave.
- Respecto del albacea, la norma se repite en el art. 1277, 2º del CC. La jurisprudencia
ha estimado que no procede sostener que es indigna la persona que muere en mora de aceptar
el cargo, porque la ley se refiere al rechazo del albaceazgo sin probarse causa grave.
- En lo que se refiere al guardador, el art. 971 del CC es complementado por el art. 530
del CC, que dispone que las excusas aceptadas por el juez privan al guardador de la
asignación que se le haya hecho en remuneración de su trabajo, y las excusas sobrevinientes,
de una parte, de ella (art. 531 del CC).
10. Artículo 114 del Código Civil: El menor de edad que contrajo matrimonio sin el
consentimiento de un ascendiente estando obligado a obtenerla.
Esta indignidad es parcial ya que la sanción consiste en que en la sucesión ab-intestada de
ese ascendiente no tendrá el menor más que la mitad de la porción de bienes que le hubiere
correspondido en la sucesión del difunto. (derogado)
11. Artículo 127: El viudo o divorciado o quien hubiere anulado su matrimonio por cuya
negligencia hubiere dejado de hacerse en tiempo oportuno el inventario prevenido en el
artículo 124, perderá el derecho de suceder como legitimario o como heredero abintestato al
hijo cuyos bienes ha administrado.
12. Articulo 219 inciso 1: A ninguno de los que hayan tenido parte en el fraude de falso parto
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o de suplantación, aprovechará en manera alguna el descubrimiento del fraude, ni aun para
ejercer sobre el hijo los derechos de patria potestad, o para exigirle alimentos, o para suceder
en sus bienes por causa de muerte.
14. El partidor nombrado en el testamento que no acepte el cargo sin alegar impedimento
grave o cuando es condenado por el delito de prevaricación. (1327 y 1329). Prevaricar es
dictar a sabiendas o por ignorancia inexcusable, resolución de manifiesta injusticia.
15. El cónyuge separado judicialmente que hubiere dado motivo a la separación por su culpa
no tendrá parte alguna en la herencia abintestato de su mujer o marido, ni tampoco será
considerado como legitimario. (articulo 994 inciso 1 y 1182).
16. No sucederán abintestato los progenitores del causante si la filiación hubiere sido
determinada judicialmente contra su oposición, salvo que hubiere operado el
restablecimiento a que se refiere el artículo 203. En igual caso los ascendientes no serán
considerados legitimarios. (994 inciso 2 y 1182 inciso 2).
B. Características de la indignidad.
i. La indignidad no produce efecto alguno sino es previamente declarado en juicio, es decir
ella no opera de pleno derecho. (974 inciso 1).
- A consecuencia de lo anterior el asignatario podrá percibir la cosa objeto de la
asignación y conservarla, pero deberá restituirla una vez que se ha declarado judicialmente
la indignidad.
- A juicio de Pablo Rodríguez Grez las indignidades contenidas en los artículos 994 y
1182 son indignidades calificadas y operan por el solo ministerio de la ley.
- El juicio de indignidad será ordinario, puesto que la ley no señaló otro procedimiento
especial.
ii. La acción de indignidad puede ser deducida o promovida por cualquiera de los interesados
en la exclusión de heredero o legatario indigno (974 inciso 1).
Este interés debe ser de carácter patrimonial.
¿Que personas pueden tener interés en la declaración de indignidad?
a. Coherederos del indigno.
b. Acreedores de uno de los coherederos.
Explicación: un causante deja a tres herederos, si el acreedor de uno de ellos ejerce la acción
de indignidad en contra del coheredero 1 por ejemplo el patrimonio de su deudor aumenta.
c. Sustituto del heredero indigno.
d. Herederos respecto del legatario indigno, para evitar pagar el objeto del legado que es una
deuda a la que estaban obligados los herederos.
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iii. Las causales de indignidad están establecida en beneficio de los interesados ya señalados
y por lo tanto ellos son indiferentes al causante, ya que tiene otra herramienta para excluir a
ciertas personas que es el desheredamiento.
iv. Las causales de indignidad se extinguen por el perdón del ofendido (973).
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ii. La acción de indignidad no pasa, es decir, no se transfiere contra terceros de buena fe. La
buena fe del tercero consistirá en ignorar la existencia de la causal de indignidad. Se trata de
un tercero que adquiere la cosa de manos del indigno. Nótese que el artículo 976 protege a
todo tercero, sin importar que haya adquirido la cosa a título gratuito o a título oneroso. La
norma, por ende, es más amplia que la del artículo 2301, a propósito del pago de lo no debido,
que sólo ampara al tercero que hubiese adquirido la cosa a título oneroso y de buena fe.
Los herederos, con todo, podrán demandar al indigno, en virtud del artículo 898, para obtener
la restitución de lo que haya recibido por ella, pues estamos en un caso en el que se ha hecho
imposible su persecución. Además, podrán reclamar la indemnización de todo perjuicio,
considerando la presunción de mala fe.
ii. El juez puede moderar el rigor de esta disposición cuando la conducta del alimentario
hubiere sido atenuada por circunstancias graves del alimentante.
A. Nociones Generales:
La voz “herencia” se suele usar en un sentido objetivo o subjetivo.
En un sentido objetivo la herencia está representada por la masa hereditaria, por el patrimonio
del causante; con ella se alude al conjunto de bienes que forman la universalidad, y así se
dirá que la “herencia” de fulano es cuantiosa.
Desde un punto de vista subjetivo, la herencia es un derecho subjetivo, un derecho real que
consiste en la facultad o aptitud de una persona para suceder en el patrimonio del causante
o en una cuota de él.4
La herencia es todo el patrimonio del difunto, involucra todas sus relaciones jurídicas,
independiente de su contenido efectivo y por lo tanto la herencia es una universalidad jurídica
que está compuesta de derechos y obligaciones, de un activo y de un pasivo. El derecho que
tiene el heredero sobre esta universalidad es un derecho real (577) que originara una acción
real que se llama acción de petición de herencia.
Atendida su naturaleza el derecho real de herencia es distinto al derecho real de dominio que
se tiene respecto de las cosas singulares que se comprenden dentro de la universalidad y en
consecuencia el heredero respecto del patrimonio del causante tendrá dos derechos reales:
ii. Sobre las cosas singulares que conforman una universalidad que es el derecho real de
dominio.
Si son dos o más los herederos ellos serán cotitulares del derecho real de herencia y serán
copropietarios de las cosas singulares hasta que se individualice el dominio de las cosas
singulares en uno de los herederos a través de la partición. A raíz de esto último en doctrina
el derecho real de herencia es concebido como una creación técnica cuya finalidad es proteger
el conjunto de bienes del causante y por lo tanto tiene una duración limitada en el tiempo,
esto es, hasta que se haya singularizado o partido la comunidad de bienes individualizando
los bienes en cada uno de los herederos.
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Agregado enero 2020, Somarriva, derecho sucesorio, tomo I, pág 49
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Se trata de un derecho real; constituye una universalidad jurídica; tiene una vida efímera.
a) Es un derecho real. Es un derecho real distinto al dominio.
1) Lo menciona expresamente el artículo 577 del Código Civil, entre los derechos de
tal naturaleza.
2) El mismo artículo define el derecho real como aquel que se tiene sobre una cosa
sin respecto a determinada persona. El derecho de herencia queda perfectamente
comprendido en tal definición, dado que recae sobre el patrimonio del causante o una cuota
de dicho patrimonio, sin respecto a otra persona determinada.
3) Del derecho de herencia -como acontece con todo derecho real-, nace una acción
de la misma naturaleza, como es la de petición de herencia, en cuya virtud el heredero puede
reclamar su derecho de herencia en contra de cualquiera que se encuentre en posesión de la
misma.
c) El derecho de herencia tiene una vida efímera5. Tal derecho es transitorio, pues a lo que
propende el legislador es al término de la comunidad hereditaria lo antes posible, con la
partición o con la enajenación de los bienes por los herederos. Hecha la partición, el derecho
de herencia deja el paso al derecho de dominio, desde el punto de vista de los adjudicatarios
o de los causahabientes a título singular en uno o más bienes determinados de la herencia. En
el caso de enajenar los bienes hereditarios, los herederos se repartirán el precio que obtengan
en proporción a su derecho real de herencia. Con todo, como acertadamente afirma María de
los Ángeles Soza, el carácter efímero del derecho de herencia y la existencia misma de este
derecho no se explica, cuando existe sólo un heredero, de manera que ninguna partición podrá
operar.
En el caso de un heredero exclusivo, creemos que la respuesta a lo planteado por la profesora
Soza estaría en el hecho que la partición no es el único modo de poner fin al derecho real de
herencia, sino que también éste se extinguirá con la completa enajenación de los efectos o
bienes hereditarios. Por ende, el derecho real de herencia subsistirá hasta que el heredero
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Agregado enero 2023, orrego
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único enajene el último de los bienes de la herencia.
Por lo demás, en nuestra opinión nada obsta a que un heredero ceda parte de su derecho real
de herencia, y no la totalidad de él, y en tal caso, aunque seguirá existiendo un solo heredero,
habrá a partir de la cesión parcial dos partícipes condóminos en los bienes hereditarios.
Entonces, será posible que opere la partición, como una de las formas de poner término al
derecho real de herencia, ahora radicado en dos titulares
B. Adquisición de la herencia.
ii. Por tradición: Una vez fallecido el causante, el heredero puede disponer, enajenar su
derecho de herencia. Es imposible la enajenación antes de la muerte del causante, pues en
nuestro Derecho, están proscritos los pactos sobre sucesión futura, adoleciendo de objeto
ilícito y por ende de nulidad absoluta (arts. 1463, 1466, 1204 y 1682). Una vez que el
heredero puede enajenar su derecho de herencia, se plantea el problema acerca de la forma
como debe hacerse la tradición.
Cabe precisar que lo que en la cesión del derecho de herencia lo que se cede no es la calidad
de heredero o legatario, puesto que tales calidades dependen de las relaciones de familia, si
la herencia es intestada, o del testamento, si se trata de una herencia testamentaria; lo que se
cede, son las consecuencias patrimoniales que resultan de la calidad de heredero. Para el
profesor Rabat es discutible por la frase final del artículo 1909 “…no se hace responsable
sino de su calidad de heredero…”, vale decir que el cedente se hace responsable de su calidad
de heredero y se da a entender que lo que se transfiere es la calidad de heredero.
A su vez, como en el caso de la cesión de créditos, la cesión del derecho real de herencia es
la tradición o enajenación de este mismo derecho, y no el contrato, pues este es el
antecedente en virtud del cual una de las partes se obliga a transferir este derecho a otra,
obligación que se cumple verificando la cesión. Por eso, la cesión del derecho real de
herencia propiamente tal PUEDE DEFINIRSE como la cesión o transferencia a título
oneroso que el heredero hace del todo o parte de su derecho de herencia a otra persona.
La cesión del derecho real de herencia a título oneroso debe tener UN TITULO que le sirva
de antecedente jurídico. Este título o contrato debe constar por ESCRITURA PUBLICA,
de acuerdo a lo dispuesto en el art. 1801. En lo que respecta al título que la precede, el más
frecuente será la compraventa, que debe hacerse por escritura pública (art. 1801, 2º). A
continuación, procede la tradición, sin que el Código establezca expresamente la forma como
ha de efectuarse.
Antes de entrar al análisis de las doctrinas formuladas al efecto, debemos precisar que la
situación que estudiaremos se refiere a la venta o cesión de los derechos hereditarios en la
UNIVERSALIDAD de la sucesión o en una CUOTA de ella, y no a la venta de los
derechos hereditarios que al heredero vendedor o cedente corresponden en un bien
DETERMINADO de la sucesión, porque en este último caso la inscripción es la única
forma de hacer la tradición (y siempre y cuando se practiquen previamente las
inscripciones del art. 688, si se trata de un inmueble).
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Tradición del derecho real de herencia; universalidad o cuota: Hay 2 posturas:
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ii.- Para responder a la pregunta, debemos tener presente lo dispuesto en el art. 30 de la Ley
Nº 16.271, sobre Impuestos a las Herencias, Donaciones y Asignaciones, del siguiente tenor:
“Si la sociedad conyugal terminare por el fallecimiento de uno de los cónyuges, los bienes
raíces de aquélla deberán inscribirse en el Conservador respectivo a nombre del cónyuge
sobreviviente y de los herederos del difunto”.
iii.- El precepto transcrito fue incluido en la Ley Nº 16.271, con el objeto de zanjar toda duda
acerca de lo siguiente: puesto que al fallecer el causante, éste transmite sólo sus derechos
sobre el inmueble (mitad de gananciales), ¿quiere decir esto que el inmueble en cuestión ha
de entenderes que tiene dos inscripciones vigentes, una (que se practicó cuando el cónyuge
que ha fallecido adquirió el inmueble) representativa de los derechos del cónyuge
sobreviviente y la otra (especial de herencia), representativa de los derechos de los demás
herederos, distintos del cónyuge sobreviviente y de éste, pero no a título de gananciales?
iv.- La respuesta no admite duda: dados los términos del art. 30 de la Ley Nº 16.271, la
inscripción que en su momento fue practicada a nombre del cónyuge que adquirió el
inmueble, debe entenderse virtualmente cancelada, desde el momento en que se practique la
inscripción especial de herencia a que se refieren los arts. 687 y 688 del Código Civil. Sólo
esta última ha de entenderse como la inscripción vigente del inmueble, y a ella debe hacerse
referencia cuando los herederos procedan a venderlo y enajenarlo. Se confirma lo anterior,
por lo demás, por el tenor de los arts. 687 y 688 del Código Civil, en cuanto de ellos se
desprende que aquello que se inscribe bajo la llamada “inscripción especial de herencia” no
son derechos, sino que inmuebles (bajo el entendido que el causante haya sido dueño de un
inmueble).
v.- Otra cosa es la que ocurre, cuando el cónyuge sobreviviente, en lugar de vender y enajenar
junto con los restantes herederos el inmueble hereditario, procede a vender y enajenar la
cuota que le corresponda en la herencia del cónyuge fallecido. En otras palabras, cuando lo
que hace es vender una cosa universal y no singular. Si el viudo o viuda vende y enajena su
cuota en la herencia del causante, es imprescindible que declare en forma expresa que aquello
que vende y enajena es, tanto su cuota en la herencia del causante, cuanto su cuota en los
gananciales que se originaron en virtud de la sociedad conyugal. Si sólo vende y enajena lo
primero, conserva lo segundo. Si sólo vende y enajena lo segundo, conserva lo primero.
vi.- La diferencia entre ambos casos es muy clara: en el primero, se vende y enajena una cosa
singular. En el segundo, se vende y enajena una cosa universal. En el primero, el bien deja
de ser un inmueble “hereditario”, sale de la sucesión. Quien lo adquiera, se hará dueño o al
menos poseedor por medio de la respectiva tradición. En el segundo, quien adquiera el
derecho de herencia o los gananciales, ingresa a la comunidad hereditaria y podrá por ende
intervenir en la partición futura, de haberla.
viii.- En definitiva, se trata de dos actos jurídicos distintos, regidos por distintos preceptos
legales. Si el cónyuge sobreviviente vende y enajena su cuota en la herencia del cónyuge
premuerto, tal acto se regirá por los arts. 1909 y 1910. Es en este caso en el que, además,
debe señalarse si también vende y enajena su cuota de gananciales. En cambio, si el cónyuge
sobreviviente concurre a la venta y enajenación de un inmueble hereditario, el acto se regirá
por los arts. 688 Nº 2 y 1812. En este caso, no es procedente exigir que además venda su
cuota en los gananciales, pues el objeto del contrato no es una cosa universal, sino un bien
determinado.
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nombre del cesionario, por haber adquirido la titularidad del derecho a través de la cesión
celebrada.
iii.- Finalmente, si la cesión se efectúa una vez inscrita la posesión efectiva, será igualmente
imperativo inscribir la cesión, puesto que ella ha significado la transferencia del derecho
previamente inscrito a nombre del cedente, por lo cual la única manera de cumplir la cesión
será en ese caso proceder a inscribir ésta, ya que de otra manera el titular aparente del derecho
continuaría siendo el cedente, en cuyo nombre se encontrarían extendidas las inscripciones
respectivas.
En los casos de cesiones de derechos sobre un inmueble específico que efectúe el heredero a
otro heredero, el Conservador efectúa una inscripción a nombre del comprador respecto a los
derechos que ha adquirido sólo respecto al inmueble específico de que se trate, entendiendo
en esta situación que lo que se ha originado entre los herederos es una suerte de distribución
anticipada de derechos entre herederos, sin que exista una partición definitiva propiamente
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tal. Finalmente, en los casos de cesiones de derechos sobre un inmueble específico que un
heredero efectúe a un tercero no heredero el Conservador le niega acceso al registro.
Para el Conservador, el contrato de compraventa que efectúe uno o algunos de los herederos
a un tercero ajeno a la sucesión sobre sus derechos en un inmueble específico de la masa
hereditaria es un contrato plenamente válido, como lo es la compraventa de cosa ajena, pero
sus efectos son bastante precarios e inciertos como lo señala la doctrina, ya que su eficacia
queda sujeta a lo que se resuelva en la partición. Es así como, si el bien se adjudica al heredero
que cedió su cuota sobre el mismo, la enajenación produce todos sus efectos. Pero si el bien
cuya cuota se ha enajenado se adjudica en la partición a otro comunero, distinto del que hizo
la enajenación, en virtud del efecto declarativo de la partición, se reputa que el indivisario
enajenante no ha tenido parte alguna en el bien de que se trate, por lo que la cesión de sus
derechos sería una venta de cosa ajena, válida pero inoponible al heredero adjudicatario.
Es por ello que, tanto la doctrina como la jurisprudencia, han estimado que la cesión de
derechos sobre un inmueble específico que se efectúa antes de haberse practicado las
inscripciones contempladas en el artículo 55 del Reglamento antes mencionado y en el
artículo 688 del Código Civil, es plenamente válida, como el contrato de venta de cosa ajena,
pero no conduce a la tradición y por tanto a la inscripción registral, mientras el bien o los
derechos de que se trate no sean adjudicados en la partición al enajenante o cedente.
Con todo, la doctrina mayoritaria (Somarriva, Peñailillo, Silva Segura, etc.) y la misma
jurisprudencia de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones consideran que puede
venderse la cuota que un heredero posea sobre un inmueble, pero bajo el entendido que las
resultas de dicha venta, quedarán supeditadas a lo que pueda ocurrir en la partición de bienes,
conforme a lo ya explicado. Una sentencia de la Corte Suprema, de fecha 13 de agosto de
2007, autos Rol Nº 2.579-2006, pronunciándose ante la eventual nulidad absoluta de la que
adolecería un contrato de compraventa cuyo objeto fue la cuota que la parte vendedora tenía
sobre un inmueble hereditario (nulidad fundada, precisamente, a juicio del actor, en no haber
actuado la vendedora de consuno con los restantes herederos), concluye en los siguientes
términos: “…la exigencia de proceder de esta forma (o sea, de consuno) va dirigida a impedir
que uno cualquiera de los herederos, y no todos, enajene un bien raíz de que es dueño toda la
comunidad hereditaria, pero no obsta a que uno cualquiera de los herederos enajene la cuota
que le corresponde en el dominio del bien, cobrando vigencia y aplicación lo dispuesto en el
artículo 1812 del Código Civil, de acuerdo al cual si la cosa es común de dos o más personas
proindiviso, entre las cuales no intervenga contrato de sociedad, cada una de ellas podrá
vender su cuota, aún sin el consentimiento de las otras (…) Que, en consecuencia, al
estimarse ajustada a derecho la enajenación por parte de uno de los miembros de la
comunidad hereditaria, de la cuota que a éste correspondía en uno de los inmuebles
hereditarios, sin que hubieran consentido en ello los demás coherederos, no han cometido los
sentenciadores de la instancia los errores de derecho que se les atribuye en el recurso, motivo
suficiente como para que la casación en el fondo intentada sea desestimada”. Este criterio
jurisprudencial se ha confirmado por una sentencia de la Corte Suprema de fecha 14 de marzo
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de 2018, autos Rol N° 33.770-2017, en otra sentencia de la Corte de Apelaciones de Temuco
de fecha 12 de junio de 2019, autos Rol Nº 1.068-2018 y en la sentencia de la Corte de
Apelaciones de Rancagua de 3 de mayo de 2006, Rol N° 1.305-2005, entre otras.
Tampoco se trata de la enajenación hecha “de consuno” por los herederos de un inmueble
hereditario, para lo cual deben haberse practicado también las inscripciones previstas en los
números 1 y 2 del art. 688 del Código Civil. En este caso, el adquirente no ingresa a la
herencia, sino que simplemente adquiere el dominio del inmueble hereditario. En la hipótesis
planteada, es posible que los herederos enajenen el inmueble sin haber hecho la partición de
bienes, pues como se dijo, cuando ellos actúan de manera conjunta, pueden considerarse
efectivamente como dueños de los bienes de la sucesión (en cambio, si actúa uno de ellos
cediendo su cuota, no puede entenderse en verdad que sea dueño de lo que cede).
iii. Por Prescripción, Ocurrirá ello cuando la herencia está siendo poseída por un falso
heredero. En cuanto al plazo, tal como lo dijimos, debemos distinguir si al heredero putativo
se le otorgó o no la posesión efectiva de la herencia:
a) La regla general es la del art. 2512: se adquiere el derecho por la prescripción
extraordinaria de 10 años. Los 10 años se cuentan desde que el heredero ilegítimo o falso
entró en posesión material de la herencia.
b) Excepcionalmente, si se obtuvo la posesión efectiva, el plazo se reduce a 5 años: art. 1269
en relación con el art. 704. Un fallo declaró que el plazo de 5 años se cuenta desde la
inscripción y no desde la dictación del auto de posesión efectiva. Otro fallo posterior señala
sin embargo que dicho plazo se cuenta desde la dictación del decreto. Aunque la ley nada
dice, se ha concluido por la doctrina -Somarriva-, que la prescripción de 5 años que opera en
favor del falso heredero es ordinaria. Ello, atendiendo a dos razones:
1º El art. 2512 expresamente dice que la de 10 años es extraordinaria; por ende, la de 5 debiera
ser ordinaria.
2º El art. 704 señala que el decreto judicial o resolución administrativa de posesión efectiva
servirá de justo título al heredero putativo; y el justo título es uno de los requisitos de la
posesión regular, que conduce a la prescripción ordinaria.
Determinar que estamos ante una prescripción ordinaria tiene importancia, en relación a la
suspensión, institución que sólo opera en el ámbito de la prescripción ordinaria. En
consecuencia, la prescripción de 5 años del derecho real de herencia se suspende en favor de
los herederos incapaces.
En todo caso, debe advertirse que el solo hecho de haber obtenido el heredero putativo la
posesión efectiva no le asegura adquirir la herencia ajena por prescripción de cinco
años, pues además debe tratarse de un poseedor de buena fe. Por lo tanto, si el verdadero
heredero, al deducir su acción de petición de herencia en contra del primero, aunque lo haga
habiendo transcurrido los referidos cinco años, podría probar mala fe del demandado y con
ello éste sólo podría adquirir la herencia ajena después de diez años de posesión, pues se
trataría de un poseedor irregular, que requiere de prescripción extraordinaria.
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Con todo, es cierto que tras la dictación de la Ley número 19.903, publicada en el Diario
Oficial el 10 de octubre de 2003 y vigente a partir del 10 de abril de 2004, las posibilidades
de que un falso heredero obtenga sólo para él la posesión efectiva de una herencia total o
parcialmente ajena, están muy restringidas, teniendo en cuenta la intervención del Servicio
de Registro Civil e Identificación, de cuya base de datos fluirá quién o quiénes son los
verdaderos herederos
C. Posesión de la herencia.
Existen tres clases de posesión de la herencia:
1. Legal:
De los artículos 688 inciso 1 y 722 inciso 1 se sigue que la posesión de la herencia se adquiere
desde el momento en que ella es deferida por el solo ministerio de la ley, aunque el heredero
lo ignore. Se trata de una forma especial de posesión por cuanto puede poseer sin que se tenga
el corpus y como además puede ignorar que se le ha deferido esta posesión puede carecer
también de animus. Se comprende entonces que el legislador la otorgue de pleno derecho al
heredero, pues de no haberlo establecido, existiría una laguna de posesiones, entre la del
causante y la de aquél que la adquiriera realmente.
Esta posesión legal es diversa de aquella que tenía el causante motivo por el cual el articulo
717 dispone que sea que se suceda a titulo universal o singular, la posesión del sucesor,
principia en él. De esta posesión legal se derivan al menos 2 consecuencias:
i. El heredero toma posesión inmediata de todos los bienes sucesorios, no obstante, lo cual
no podrá disponer de ellos entre tanto no se hayan practicado las inscripciones del articulo
688 c. c.
ii. Esta posesión habilita al heredero para ejercer las acciones posesorias.
2. Posesión efectiva:
I. Posesión efectiva es el decreto o resolución que concede la posesión efectiva, esto es
una providencia judicial o resolución administrativa que reconoce al heredero su calidad de
tal, invocada por quien pretende ser heredero de una persona difunta. Difiere de la posesión
legal, fundamentalmente, en que no se adquiere como ésta, de pleno derecho, sino que
requiere sentencia judicial o resolución de la Dirección Regional respectiva del Servicio de
Registro Civil e Identificación. Esto último proviene de la dictación de la Ley No 19.903, de
10 de octubre de 2003, “sobre procedimiento para el otorgamiento de la posesión efectiva de
la herencia y adecuaciones de la normativa procesal, civil y tributaria sobre la materia”, que
modificó profundamente la institución, estableciendo, como veremos, una distinción entre
las sucesiones testamentarias y las abiertas en el extranjero, y las intestadas abiertas en Chile.
La razón de este cambio es que las personas de menores recursos, y especialmente en los
campos, suelen no hacer las posesiones efectivas por la necesidad de consultar a un aboga-
do con los costos respectivos, complicándose así́ la mantención de la historia de propiedad
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raíz. Muchas veces esta laguna se sanea recurriendo al D.L. No 2.695
El articulo 688 inciso 1 dispone que la posesión legal de la herencia no habilita al heredero
para disponer de manera alguna los bienes inmuebles para lo cual será necesario a lo menos
proceder a la inscripción de posesión efectiva. Esta inscripción en este caso no es tradición,
sino que persigue un fin de publicidad y de historia de la propiedad raíz.
Art. 23. Para los efectos de esta ley, el heredero no podrá disponer de los bienes de la herencia
sin que previamente se haya inscrito el decreto que da la posesión efectiva, sin perjuicio de
lo dispuesto en el artículo 688 del Código Civil.
7º La posesión efectiva de una herencia deberá solicitarse para todos los herederos,
indicándolos por sus nombres, apellidos, domicilio y calidades con que se hereda.
En la solicitud se expresará, además, el nombre, apellido, profesión u oficio, estado civil,
lugar y fecha de la muerte y último domicilio del causante; si la herencia es o no
testamentaria, acompañándose, en el primer caso, copia del testamento. (Art. 24 de la Ley de
Impuestos a la Herencia y Donaciones.
8º Además de otros requisitos que exijan las leyes, el decreto que concede la posesión
efectiva de una herencia, contendrá el nombre, apellido, profesión u oficio, lugar y fecha de
la muerte y último domicilio del causante; el carácter de la herencia, indicando el testamento,
cuando lo hubiere, su fecha y notaría en que fue extendido o protocolizado; la calidad de los
herederos, designándolos por sus nombres, apellidos, profesiones u oficios y domicilios.
El decreto terminará, según el caso, ordenando la facción de inventario solemne de los
bienes cuya posesión efectiva se solicita; o la protocolización del inventario simple de los
mismos, sellado previamente por el Secretario, en cada hoja; y la conminación de tener por
caducado el decreto si en el primer caso no se practica, en el término de dos meses, el
inventario solemne. Art. 26 de la Ley de Impuestos a la Herencia y Donaciones.
9º Dentro de los cinco primeros días hábiles de cada mes, los secretarios judiciales deberán
enviar a la Dirección ( SII) , una nómina de las posesiones efectivas concedidas en el mes
anterior, con indicación del nombre de los causantes, el de los herederos respectivos y la
fecha de la resolución.Art. 27 de la Ley de Impuestos a la Herencia y Donaciones.
1. Solicitud de posesión efectiva. Esta solicitud se presenta, segú n el artículo 148 del Có digo
Orgá nico de Tribunales, ante el juez del último domicilio del causante, y si la sucesió n se abre
en el extranjero, en conformidad al artículo 27 de la Ley de Impuesto de Herencias, ante el
juez del lugar en que el causante tuvo su último domicilio en Chile, y si no lo tuvo, en el del
domicilio del que pide la posesión efectiva.
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agregado enero 2019
10
Agregado enero 2020, somarriva, sucesorio, tomo I, pág 58 y sgtes
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Si se pide la posesió n efectiva de una herencia testamentaria, a la solicitud correspondiente
debe acompañ arse el testamento, aparentemente vá lido, que confiere la calidad de heredero al
que solicita la posesió n efectiva (artículo 877 del Có digo de Procedimiento Civil).
Finalmente, en toda solicitud de posesió n efectiva se indicará a todos los herederos para
quienes se pide, individualizá ndolos, y se expresará n ademá s el nombre, apellido, profesió n u
oficio, estado civil, lugar y fecha de la muerte y ú ltimo domicilio del cau- sante (artículo 879).
2o Quiénes la solicitan. No es necesario que la posesió n efectiva la pidan todos y cada uno de los
herederos; el inciso primero del artículo 881 del Có digo de Procedimiento Civil dispone que “la
posesió n efectiva se entenderá dada a toda la sucesió n, aun cuando uno solo de los herederos
la pida. Para este efecto, una vez presentada la solicitud, el tribunal solicitará informe al Servicio
de Registro Civil e Identificació n respecto de las personas que posean presuntamente la calidad
de herederos conforme a los registros del Servicio, y de los testamentos que aparezcan
otorgados por el causante en el Registro Nacional de Testamentos. El hecho de haber cumplido
con este trá mite deberá constar expresamente en la resolució n que conceda la posesió n
efectiva”.
“Los herederos que no esté n obligados a practicar inventario solemne o no lo exijan al tiempo
de pedir la posesió n efectiva, deberá n presentar inventario simple en los té rminos de los arts.
382 y 384 del Có digo Civil. Dicho inventario, que se acompañ ará a la solicitud de posesió n
efectiva, llevará la firma de todos los que la hayan pedido. En todo caso, los inventarios deberá n
incluir una valoració n de los bienes, de acuerdo a lo previsto en el art. 46 de la Ley No 16.271”.
El inventario podrá no ser solemne si todos los herederos, siendo capaces para administrar sus
bienes, lo determinan uná nimemente (art. 1284 del C.C.).
En conformidad al artículo 881 del C.P.C., el auto de posesió n efectiva, esto es, la resolució n que
recae sobre la solicitud de posesió n efectiva, ordenará , segú n los casos, la facció n de inventario
solemne de los bienes cuya posesió n efectiva se solicita, o la protocolizació n del inventario
simple de los mismos, sellados previa- mente en cada hoja por el secretario.
4o El auto de posesión efectiva y trámites posteriores a su concesión. Publicación del auto. Frente
a la solicitud de posesió n efectiva, el juez examinará los antecedentes acompañ ados y
concederá o denegará la petició n en una resolució n que se denomina habitualmente auto de
posesió n efectiva, pero que es una sentencia definitiva. El inciso segundo del artículo 881 del
Có digo de Procedimiento Civil dispone que el auto de posesió n efectiva “contendrá el nombre,
apellido, profesió n u oficio, lugar y fecha de la muerte y ú ltimo domicilio del causante, la calidad
de la herencia, indicando el testamento cuando lo haya, su fecha y la notaría en que fue
extendido o protocolizado, la calidad de los herederos, designá ndolos por sus nombres, apelli-
dos, profesiones u oficios y domicilios”.
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Dictado el auto de posesió n efectiva, es necesario cumplir con los trá mites posteriores; será
necesario protocolizar el inventario simple, y proceder a la confecció n del solemne, segú n se
haya ordenado en la respectiva resolució n; se efectuará n las publicaciones que indica la ley,
para finalmente practicarse la inscripció n del auto de posesió n efectiva.
Dice el artículo 882: “La resolució n que concede la posesió n efectiva de la herencia se publicará
en extracto por tres veces en un diario de la comuna, o de la capital de la provincia o de la capital
de la regió n cuando allí no lo haya. En dicho aviso podrá tambié n anunciarse la facció n de
inventario solemne.
5o Inscripción de la posesión efectiva. Dictado del auto de posesió n efectiva, publicados los
avisos correspondientes y protocolizado el inventario simple o el solemne, una vez practicado
é ste, el peticionario solicita al tribunal que ordene la inscripció n de la resolució n que concedió
la posesió n efectiva en el Registro del Conservador de Bienes Raíces.
Si la oposició n se hace por quien no tiene derecho, el tribunal, desestimá ndola de plano, dictará
resolució n sobre el negocio principal. O sea, el asunto só lo se hace contencioso si la oposició n
la deduce un legítimo contradictor; en caso contrario se rechaza de plano.
Ahora bien, ¿cuá ndo se entiende que está pendiente la ejecució n del auto de posesió n efectiva?
Al respecto, nuestra jurisprudencia ha hecho un distingo segú n si se ha inscrito o no el auto de
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posesió n efectiva al momento de pedirse su revocació n.
Si el auto de posesió n efectiva aú n no ha sido inscrito en el Registro Conservador, se puede
pedir su modificació n o revocació n. En cambio, si el auto de posesió n efectiva se ha inscrito,
para dejarlo sin efecto, será ya necesario seguir un juicio aparte, pues no se halla pendiente la
ejecució n. Sin embargo, la jurisprudencia no ha sido uniforme.
Finalmente, un caso de interé s que puede presentarse, y que ha sido llevado en varias ocasiones
a los tribunales, es aquel en que existan dos posesiones efectivas respecto de una misma he-
rencia. La Corte Suprema declaró que, si concedida la posesió n efectiva a un heredero, despué s
se otorga a otro y se alegan derechos exclusivos en la herencia, procede entablar la acció n que
corresponda conforme a las reglas generales ( accion petición herencia, reforma
testamento,etc.).Otro fallo declara que entre dos posesiones efectivas que está n en oposició n,
prima la dada primero por juez competente, sin perjuicio de los derechos de los otros
herederos. Una sentencia reciente declaró que no hay cosa juzgada entre una ampliació n de la
posesió n efectiva y un juicio de impugnació n de la paternidad.
Regulado por la ley 19.903 “ Sobre procedimiento para el otorgamiento de la posesion efectiva
de la herencia” y su reglamento.
Para que este servicio conozca de esta tramitació n deben reunirse copulativamente dos
requisitos en una sucesió n: que ella sea intestada, y que se haya abierto en Chile. A contrario
sensu, las posesiones efectivas abiertas en el extranjero, esto es, aqué llas en que el causante
fallece teniendo su último domicilio en el extranjero y en que la posesión efectiva ha de
pedirse en Chile por lo dispuesto en el art. 149 del C.O.T. y en la Ley sobre Impuesto de
Herencia, se deben otorgar por la justicia ordinaria.
La ley no se ha colocado en la situació n de una sucesió n parte testada y parte intestada, pero
creemos que ló gicamente ella se asimila a las testamentarias.
1o Solicitud: Ella comienza por una solicitud en un formulario confeccionado para tal efecto por
el Servicio en el que deberá n individualizarse todos los herederos. Ella podrá presentarse por
cualquier persona que invoque la calidad de heredero ante cualquier oficina del servicio y la
posesió n efectiva será otorgada “por resolució n fundada del Director Regional del Servicio de
Registro Civil e Identificació n, correspondiente a la oficina en que se hubiese iniciado el trá mite
(art. 2o, inc. 1o). Si se presentare má s de una solicitud todas se acumulará n a la má s antigua y
se devolverá n los aranceles a quienes hubieren presentado las posteriores”.
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2o Inventario y valorización: El inventario y la valorizació n de los bienes se efectuará en los
té rminos señ alados en el art. 4º ( señalar bienes muebles e inmuebles, particularizandolos uno
a uno, o señalando colectivamente los que consistan en número, peso o medida, cantidad, etc..)
y la valorizació n se hará ademá s de acuerdo a las disposiciones de la Ley No 16.271.
Respecto a los bienes raíces, su individualizació n só lo contendrá la remisió n expresa a la fs. No,
añ o y registro conservatorio de cada propiedad, y será suficiente para practicar las
inscripciones que sean necesarias.
Si se trata de otros bienes sujetos a registro, deberá n señ alarse los datos necesarios para su
ubicació n e individualizació n (art. 4o, inc. 2o).
Finalmente, de acuerdo al inciso final del art. 4o, este inventario se considerará solemne para
todos los efectos legales, pero para entender que el solicitante acepta la herencia con beneficio
de inventario deberá así declararlo en el formulario de solicitud, sin perjuicio de lo dispuesto
en los arts. 1252 y 1256 del C.C. (vé anse Nos 603 y siguientes).
3o Resolución que otorga la posesión efectiva: El servicio debe velar porque el formulario cumpla
los requisitos legales, y podrá ser devuelto en el acto si no cumple con las exigencias
establecidas
La posesió n efectiva será otorgada por resolució n fundada del Director Regional respectivo.
Con todo, el Director Regional podrá pedir que se complementen los antecedentes, caso en el
cual se suspendará la tramitació n.
Si la solicitud fuere rechazada, cualquiera otra que se presente en relació n con la herencia será
conocida por el mismo Director, al cual le será remitida por la oficina del Servicio que la reciba.
La resolució n que conceda la posesió n efectiva contendrá las mismas menciones requeridas
para la solicitud. Asimismo contendrá el inventario y valorizació n de los bienes presentados de
conformidad a lo dispuesto en el artículo anterior y dispondrá la publicació n
La posesió n efectiva será otorgada a todos los que posean la calidad de herederos, de
conformidad a los registros del Servicio de Registro Civil e Identificació n, aun cuando no hayan
sido incluidos en la solicitud y sin perjuicio de su derecho a repudiar la herencia de acuerdo a
las reglas generales.
Por su parte el art. 17 del Reglamento señ ala las causales de rechazo de la posesió n efectiva,
señ alando que, entre otras, será n la de no haberse acreditado la calidad de heredero o de
aquellos en que su filiació n debe acreditarse judicialmente, etc. El rechazo, segú n el art. 18, debe
notificarse al interesado y de acuerdo al art. 19 de este rechazo podrá pedirse reposició n, ante
la misma autoridad que la dictó , dentro del plazo de 5 días há biles contados desde la
notificació n, debiendo ella resolverse dentro de 10 días
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4o Publicaciones: De acuerdo al art. 7o de la ley y 21 del Reglamento, la resolució n que concede
la posesió n efectiva será publicada en extracto por el Servicio en un diario regional
correspondiente a la regió n en que se inició el trá mite de la posesió n efectiva, el día 1o o 15 de
cada mes, o el día há bil siguiente, si é stos recaye ren en día sá bado o feriado.
5o Inscripciones: De acuerdo con el art. 8o de la ley, e inc. 1o del art. 22 del Reglamento,
efectuada la publicació n referida, el Director Regional competente ordenará inmediatamente la
inscripció n de la resolució n en el Registro Nacional de Posesiones Efectiva
6o Aranceles: El trá mite de la posesió n efectiva no es gratuito y está sujeto a un arancel, cuyo
pago es un ingreso para el servicio.
Sin embargo, no está reglamentada la oposició n por legítimo contradictor, porque se trata de
una tramitació n administrativa, y no de una gestió n no contenciosa.
A pesar de ello, no cabe duda que de acuerdo con las mismas normas del Derecho
Administrativo y las facultades que la ley otorga al servicio, cualquier interesado puede hacerse
presente antes de la inscripció n de la posesió n efectiva, invocando, por ejemplo, que la herencia
es testada, o que se le ha omitido u otorgado a herederos que no corresponden, etc.
IV. Requisitos para que los asignatarios puedan disponer de los bienes asignados
1o Los asignatarios no pueden disponer de los bienes hereditarios sin pagar o asegurar el
pago del impuesto de herencia. Así se desprende de lo dispuesto en el artículo 54 de la Ley No
16.271 que prohíbe a los notarios autorizar escrituras pú blicas de adjudicaciones de bienes
hereditarios o de enajenaciones o disposiciones en comú n que hagan los asignatarios y a los
Conservadores inscribirlas sin que en dichas escrituras se inserte el comprobante de pago del
impuesto de herencia, comprobante de haberse garantizado( con alguna caución) su pago, o
autorizació n para enajenar determinados bienes otorgada por el Servicio de Impuestos
Internos; é ste só lo las concederá cuando a su exclusivo juicio no hubiere menoscabo fiscal. Esto
ú ltimo lo dispone el artículo 56 de la ley. Tampoco puede, sin dicho requisito, pactarse
indivisió n hereditaria (artículo 57). Esta limitació n no se aplica a las adjudicaciones hechas en
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juicios particionales constituidos legalmente, siempre que el partidor sea abogado nombrado
por la justicia ordinaria o é sta haya aprobado su nombramiento, aun cuando sea para el solo
efecto del pago del impuesto de herencia; ni a las escrituras de partició n ni a las cesiones de
derechos. Todos estos actos pueden, pues, efectuarse no obstante no estar pagado o
garantizado el impuesto de herencia.
3. Posesión Material:
Por último, existe esta posesión material o común, que requiere la concurrencia y
establecimiento del elemento corporal y del subjetivo (art 700). Esta podrá tenerla el heredero
o un tercero y es la que habilita a ganar la herencia por prescripción.
Podrá ejercerse tanto respecto de la herencia como universalidad y también de las cosas
singulares que integra la herencia.
Podría ocurrir entonces que mientras el verdadero heredero tiene la posesión legal -que nunca
puede ostentar el falso heredero-, la posesión real o material está en manos del heredero
putativo, pudiendo éste llegar a adquirir el dominio del derecho real de herencia en virtud de
la prescripción. Entonces la importancia de esta posesión estriba en que habilita para adquirir
la herencia por prescripción adquisitiva.11
11
Agregado enero 2020, Somarriva, derecho sucesorio, tomo I, pág 54
12
Agregado agosto 2021, Miguel Dibarrart, http://ojs.uc.cl/index.php/Rchd/article/view/28135
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Reconocida que sea, entonces, la posibilidad de los herederos de disponer de sus respectivas
cuotas en la universalidad jurídica que es la herencia, pero referidas a un bien determinado
que integra dicha universalidad, surge el problema de determinar si para disponer de su
respectiva cuota, el heredero debe o no contar con el consentimiento de los demás herederos
que forman parte de la comunidad hereditaria.
El número 2° del artículo 688 del Código Civil tiene, en realidad, dos reglas. La primera de
ellas exige que, para disponer de un inmueble hereditario es necesario practicarla inscripción
especial de herencia. La segunda regla es simplemente una reiteración de la aplicación de los
principios que rigen a toda comunidad: que el común acuerdo es exigible solamente cuando
se pretende disponer de todo el inmueble (“lo que es explicable en toda comunidad”, según
refiere el fallo), pero no para los casos en que se dispone de una cuota en la comunidad
hereditaria, sea o no referida a un inmueble en particular.
Ahora bien, el fallo analizado deja abiertas una serie de interrogantes, entre ellas, qué debe
entenderse en las hipótesis de tradición de una cuota del derecho real de herencia referida a
un inmueble. Es decir, si debe entenderse que se está transfiriendo una cuota del derecho real
de herencia o bien una cuota del dominio del bien, última solución que, a nuestro juicio,
produciría una “arritmia” en el sistema sucesoral chileno. Optando por la primera alternativa,
y como consecuencia de ella, resulta dudoso que rija para este caso lo dispuesto en el artículo
688 del Código Civil, considerando que no hay disposición de un inmueble. Ello, como es
evidente, salvo que se reconozca abiertamente que el carácter inmueble se le comunica al
derecho real de herencia por el solo hecho de comprender bienes de esa naturaleza.
Doctrina que postula que si uno o más de los herederos pretendiere enajenar la cuota que
tiene en un inmueble hereditario, necesariamente ha de actuar de consuno con los restantes
herederos (primera variante); o que si los herederos pretenden enajenar un inmueble
hereditario, todos han de disponer de sus cuotas en el predio (segunda variante).
13
Agregado agosto 2021, Juan Andres Orrego,
https://s73705fd50dada36d.jimcontent.com/download/version/1306473317/module/5208165171/name/alcanc
es.pdf
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Así las cosas, la comunidad hereditaria, en cuanto recae ésta en inmuebles, sería para esta
primera variante de la segunda doctrina una comunidad que reúne dos características que la
diferencian de otras comunidades:
1. Es de acceso más restringido, pues si pretende ingresar a ella un tercero, será necesario
que consientan en ello los restantes comuneros; y
2. Es más rígida, en lo que se refiere al porcentaje de las cuotas de que son titulares los
comuneros, pues si uno de los herederos quiere aumentar su parte alícuota y otro de los
herederos está dispuesto a ceder la suya en todo o en parte, es también imprescindible que
los restantes herederos consientan en ello.
Para la segunda variante de esta doctrina, cuando el Código señala que podrán los herederos
disponer de consuno de los inmuebles hereditarios, por antítesis excluye la posibilidad de
que sólo uno o algunos de ellos puedan disponer de sus cuotas en el inmueble: o todos
enajenan o ninguno lo hace. Ello, porque antes de efectuarse la partición, en realidad los
herederos, individualmente considerados, no pueden entenderse dueños de cuotas sobre las
cosas concretas que integran la herencia, lo que guarda armonía con el efecto declarativo que
se le atribuye en nuestro Código a la partición y a las adjudicaciones respectivas (artículo
1344). Esta tesis, fue recogida en una sentencia de la Corte Suprema, de fecha 7 de septiembre
de 1988, en la que se concluye que antes de la partición de la herencia y la consiguiente
adjudicación de bienes a los herederos, ninguno de éstos puede transferir su cuota en la
comunidad universal refiriéndola a un bien determinado, porque sólo está legitimado para
transferir lo que tiene, es decir, dicha cuota en la universalidad.
1. Nociones Generales:
El legislador le confiere al heredero una serie de acciones como son las siguientes:
i. Acción de petición de herencia.
iv. Acciones de que era titular el causante con excepción de aquellas provenientes de
derechos intransmisibles
En cuanto a su concepto:
i. El articulo 1264 Código Civil señala el que probare su derecho a una herencia, ocupada
por otra persona en calidad de heredero, tendrá acción para que se le adjudique la herencia,
y se le restituyan las cosas hereditarias, tanto corporales como incorporales; y aun aquellas
de que el difunto era mero tenedor, como depositario, comodatario, prendario, arrendatario,
etc., y que no hubieren vuelto legítimamente a sus dueños.
La acción corresponde a todos los asignatarios a título universal o herederos, cualquiera que
sea su calidad (testamentarios, intestados, forzosos, semiforzosos). Se trata de un recurso
instituido por la ley en favor de quienes están privados de su herencia, teniendo derecho a
ella.
En el fondo, se trata de una verdadera acción reivindicatoria, pero referida a una
universalidad jurídica: la herencia. La acción reivindicatoria sólo puede deducirse respecto
de las cosas singulares y de cuotas determinadas de una cosa singular (arts. 890 y 892); la
misma ley dispone que los derechos reales pueden reivindicarse, “excepto el derecho de
herencia” (art. 891). De aquí arranca el establecimiento de una acción especial concedida al
verdadero heredero para que pueda reivindicar su derecho de herencia.
ii. Hernán Corral: Aquella que compete al heredero para obtener la restitución de la
universalidad de la herencia contra el que la este poseyendo invocando también la calidad de
heredero.
iii. Ramón Meza Barros: La acción de petición de herencia es la que corresponde al heredero
para que se le reconozca su derecho a la totalidad o parte de la herencia y se le restituyan los
bienes que la componen de que el demandado está en posesión, atribuyéndose la calidad de
heredero.
iv. Rodríguez Grez, por su parte, la define como aquella acción mediante la cual el dueño
de una herencia reclama la posesión de la misma de un falso heredero, a fin de que,
reconociéndosele tal calidad, se le restituyan todos los bienes que componen la universalidad
de su dominio. Lo que importa destacar, dice este autor, es el hecho que la acción la ejerce
quien tiene derecho a una herencia de la cual no está en posesión, para que se le restituya la
universalidad jurídica por parte de quien la detenta como poseedor.
2. Acción divisible ya que corresponde y puede ser ejercida por cada heredero por separado.
Algunos autores sostienen que la acción es indivisible en cuanto es posible que un coheredero
demande la totalidad del haz hereditario poseído por quien carece de derecho en él. Rodríguez
Grez no es de la misma opinión. Afirma que aquél que interpone la acción de petición de
herencia debe acreditar “su derecho a la herencia ocupada por otro” (art. 1264). Si el actor
demanda la totalidad de la herencia y sólo acredita derecho a una parte, el tribunal no puede
acoger la demanda, ya que estaría concediendo la posesión de una cuota de la herencia que
no corresponde al dominio invocado por el titular. En tal evento, cree este autor que la
sentencia no debe extenderse más allá del derecho que pruebe el actor.
3. Es universal por la cosa sobre la cual recae o se ejerce. La acción de petición de herencia
recae en una universalidad jurídica. La existencia misma de la acción se justifica por el hecho
de que no puede perseguirse una universalidad jurídica mediante la interposición de una
acción reivindicatoria. A su vez, se ha fallado que el legatario no tiene derecho a la acción de
petición de herencia, precisamente porque el legado comprende bienes determinados.
4. Es de naturaleza mueble aun cuando dentro de la herencia hubiere inmuebles. Ello, porque
la universalidad de la herencia constituye algo distinto de los bienes que la componen. Por lo
tanto, aplicando el art. 580, debe reputarse la acción como mueble.
Rodríguez Grez por su parte, reconociendo que el tema es discutible, se inclina por una
solución diversa. En su opinión, no existe razón alguna para sustraer la regulación de esta
materia de lo previsto en el art. 580. Señala que la doctrina mayoritaria (Somarriva entre
otros), para ser coherente, debiera concluir que siendo el estatuto de los bienes muebles la
regla general, éste es el que debe aplicarse, cualquiera sea el contenido o los bienes que
integran el derecho real de herencia. No debiera dicha doctrina recurrir al art. 580, pues en
éste se distingue entre acciones muebles e inmuebles. Recuerda que el punto también se ha
debatido a propósito de la tradición del derecho real de herencia. En esa materia, José Ramón
Gutiérrez (a quien adhiere Rodríguez Grez) sostiene que a este derecho se le aplica el art.
580, pudiendo en consecuencia ser calificado de mueble o inmueble. Leopoldo Urrutia, por
el contrario (en una tesis asimilable a la expuesta de Somarriva) afirma que se trata de un
derecho “sui géneris”, ni mueble ni inmueble, debiendo hacerse la tradición del mismo
conforme al art. 670, esto es, por cualquier medio que revele la intención del tradente de
transferir el dominio y del adquirente de adquirirlo.
Para Rodríguez Grez, el derecho de herencia no hace excepción a la regla general del art.
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580, que sirve para calificar de mueble o inmueble un derecho. De tal modo, si los bienes de
la herencia son muebles, el derecho tendrá la misma naturaleza; pero si entre dichos bienes
hay inmuebles, el derecho será inmueble. Esto último, porque prevalece la especialidad del
estatuto jurídico de los bienes inmuebles.
Elorriaga destaca que la discusión precedente, importante para los efectos de la competencia
de los tribunales (artículo 134 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales), carece en
realidad de importancia en materia sucesoria, pues existe al efecto una regla especial, la del
artículo 148 del Código Orgánico de Tribunales, conforme a la cual será juez competente
para conocer del juicio de petición de herencia el del lugar donde se hubiere abierto la
sucesión del difunto con arreglo a lo dispuesto en el artículo 955 del Código Civil. Entonces,
será tribunal competente el del último domicilio del causante. Dado lo anterior, carece de
importancia, en esta materia, la discusión acerca de si se trata de una acción mueble o
inmueble
2. Legitimación activa.
En términos generales el artículo 1264 señala que ella corresponde al que probare su derecho
en la herencia. En términos más concretos podemos decir que esta acción le pertenece a:
i. Al heredero, indiferente la calidad que tenga, como de cuota o universal. Hay sin
embargo una excepción: el heredero condicional, cuyos derechos están sujetos a condición
suspensiva, no puede entablar la acción de petición de herencia, pues aun no es titular del
derecho de herencia.
ii. Al cesionario del derecho real de herencia.
iii. Los donatarios de una donación revocable a título universal. También procede en las
donaciones revocables de esta clase la acción de petición de herencia, porque en conformidad
al art. 1142, tales donaciones se miran como una institución de heredero.
iv. En términos negativos el ejercicio de esta acción está vedado al legatario. Si el legado
es de especie podrá ejercer la acción reivindicatoria y si es de genero tendrá una acción
personal.
3. Legitimación pasiva.
De acuerdo con el articulo 1264 la acción se encamina en contra del que ocupa la herencia
“en calidad de heredero". En otros términos, se dirige contra el que se pretende heredero y
desconoce al demandante tal calidad. Dicho de otra manera, la demanda se dirige en contra
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del falso heredero. Cabe al respecto dos posibilidades:
i) Que el falso heredero lo sea, porque detenta como tal una herencia totalmente ajena; o
ii) Que el falso heredero tenga sólo una cuota en la herencia, pero la detenta como si toda ella
le perteneciera. En este segundo caso, si bien será verdadero heredero de su cuota, será falso
heredero respecto de la cuota que corresponda a otro heredero o a otros herederos. La
jurisprudencia ha dejado en claro que es procedente la acción de petición de herencia
contra aquél que es heredero, pero se arroga el carácter de heredero exclusivo,
desconociendo el derecho de otro heredero.
Se presenta al respecto el problema de si puede entablarse la acción de petición de herencia
en contra del cesionario de los derechos hereditarios del falso asignatario. Porque es
perfectamente posible que el falso heredero haya cedido sus derechos hereditarios a un
tercero, y que, en consecuencia, la herencia está siendo ocupada por el cesionario de aquél.
La letra del precepto parece rechazar la idea de que proceda en este caso la acción de petición
de herencia en contra del cesionario, pues habla de personas que están ocupando la herencia
en calidad de herederos, y el cesionario no la está poseyendo en calidad de heredero, sino de
cesionario. Sin embargo, a pesar de la redacción del precepto, Somarriva estima que procede
la acción de petición de herencia en contra del cesionario de los derechos del falso heredero.
Porque si bien es cierto que el cesionario no ocupa la herencia en calidad de heredero, no lo
es menos que en virtud de la cesión de derechos hereditarios, el cesionario entra a reemplazar
jurídicamente al heredero cedente en todos sus derechos y obligaciones; pasa a ocupar su
mismo lugar. En la cesión de derechos hereditarios existe una especie de subrogación
personal.
4. Objeto de la Acción.
- De acuerdo con el articulo 1264 lo que se persigue mediante esta acción es que se
reconozca su calidad de heredero y que a consecuencia de ello se le adjudique la herencia, y
se le restituya la universalidad constituida por la herencia. Este artículo dice que el heredero
tiene acción para que se le “adjudique” la herencia. La expresión “adjudique” no está
utilizada en su verdadero sentido jurídico. Está utilizada esta expresión, dice Rodríguez Grez,
como equivalente a “reconocimiento”, o declaración de que se tiene derecho a la herencia
que se reclama.
- El articulo 1265 extiende la misma acción no solo a las cosas que al tiempo de la
muerte pertenecían al difunto, sino a los aumentos que posteriormente haya tenido la
herencia.
- Explicación de Ramón Meza Barros acerca del objetivo de la acción: “El objeto de la
acción es, sustancialmente, el reconocimiento de la calidad de heredero del actor con la
natural consecuencia de que el demandado debe restituir los efectos hereditarios, en la
proporción que corresponda. Por tanto, es imprescindible que el actor pruebe su aseveración
de que es heredero, sea con el testamento que le designa sucesor a titulo universal, sea
demostrando el parentesco que le habilita para suceder abintestato, con arreglo a las normas
que rigen la prueba del estado civil." No es necesario que se recurra en este caso a la acción
reivindicatoria, pues ella sólo será procedente en contra de terceros en la medida que ellos
retengan bienes no en calidad de herederos, sino que a otro título (por ejemplo, porque
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adquirieron la cosa de manos del falso heredero).
ii. Se deben restituir los frutos aplicándose para ello las normas de la acción
reivindicatoria, el poseedor de buena fe deberá restituir los frutos desde la contestación de la
demanda. El poseedor de mala fe está obligado a restituir los frutos naturales y civiles
percibidos y aun los que el heredero hubiera podido obtener con mediana inteligencia y
actividad, teniendo las cosas hereditarias en su poder (907 inciso 1 y 3). La buena fe
consistirá, en este caso, en estar poseyendo la herencia con la creencia de ser el verdadero
heredero.
iv. Enajenaciones y deterioros. Articulo 1267 C. C: “El que de buena fe hubiere ocupado
la herencia no será responsable de las enajenaciones o deterioros de las cosas hereditarias,
sino en cuanto le hayan hecho más rico; pero habiéndola ocupado de mala fe, lo será de todo
el importe de las enajenaciones y deterioros. “
Para entender cuando el poseedor de mala fe se a hecho más rico aplicaremos una norma de
la acción reivindicatoria en particular la del artículo 906 que entiende que se hace más rico
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el poseedor cuando se ha aprovechado de las enajenaciones o deterioros, como si destruyo
un bosque y vendió la madera o la leña, o la empleo en su beneficio.
Somarriva señala que el legislador no indica en el art. 1267 cuándo se entiende que el falso
heredero se ha hecho más rico con los deterioros. Sí lo explicó, en cambio, en el art. 1688,
en lo concerniente a la nulidad. Aplicando por analogía también dicho precepto, puede
afirmarse que el falso heredero se ha hecho más rico en dos situaciones:
Cuando los deterioros le han sido útiles; y
Cuando no habiéndolo sido, los conserva al momento de la demanda e insiste en retenerlos.
La norma especial del art. 1267 es respecto del que ha ocupado la herencia de mala fe, quien
es responsable de todo el importe del deterioro. Como la ley no hace distingos, quiere decir
que el falso heredero responde de los deterioros tanto si se deben a dolo o culpa suyos, como
si ocurren por caso fortuito o fuerza mayor. Y la conclusión se impone porque el art. 906,
en las prestaciones mutuas, expresamente dispone que el poseedor de mala fe sólo responde
de los deterioros debidos a hecho o culpa suyos. Si el art. 1267 no hizo distingos al respecto,
quiere decir que el falso heredero que ocupó la herencia de mala fe responde de todos los
deterioros, sean dolosos, culpables o fortuitos. La ley no hace el distingo efectuado
claramente en las prestaciones mutuas, y si la ley no distingue, mal puede el intérprete
hacerlo.
b. Respecto de terceros:
Lo que en esta materia deberemos determinar cuál es el valor de los actos ejecutados por el
heredero aparente mientras estuvo en posesión de la herencia, para ello hablaremos de
distintas situaciones:
Tramitación.
1) La acción se someterá a las reglas generales, ofreciendo la única particularidad consagrada
en el art. 1268. Articulo 1268 inciso 1º: “El heredero podrá también hacer uso de la acción
reivindicatoria sobre cosas hereditarias reivindicables, que hayan pasado a terceros, y no
hayan sido prescritas por ellos.” El articulo 1268 inciso 2 señala que el heredero que opte
por ejercer la acción reivindicatoria conservará sus acciones contra el heredero aparente en
términos que ella dependerá de la buena o mala fe (del heredero aparente). El propósito del
legislador es dejar siempre al heredero propietario de las especies, completamente indemne
de todo perjuicio.
i. El heredero tendrá derecho para que el que ocupa de mala fe la herencia le complete lo que
por el recurso contra terceros poseedores no hubiere podido obtener, y le deje enteramente
indemne.
Ejemplo:
Heredero esta de mala fe, enajena $100.000 en efectos hereditarios. Le queda a salvo (al
verdadero heredero) la acción de petición de herencia por el saldo de aquello que no pudo
recuperar con la acción reivindicatoria.
ii. El heredero tendrá derecho contra el que ocupo la herencia de buena fe, siempre que ello
lo hubiere hecho más rico.
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Se ha discutido si puede uno, entre varios herederos, deducir acción reivindicatoria, o si
deben accionar todos ellos, tratándose de una cosa indivisa la que posee el tercero.
Domínguez Águila y Domínguez Benavente piensan que no puede uno de los comuneros
deducir la acción respecto de la cosa, puesto que ella es de dominio de todos ellos.
Rodríguez Grez, por su parte, reconociendo que el tema es discutible, se inclina por otra
solución:
1º De acuerdo al art. 2305, tratándose del cuasicontrato de comunidad, el derecho de cada
uno de los comuneros sobre la cosa común, es el mismo que les corresponde a los socios en
el haber social.
2º Por su parte, el art. 2081, en las normas del contrato de sociedad, establece que, no
habiéndose conferido la administración de la sociedad a uno o más socios, se entenderá que
cada uno de ellos ha recibido de los otros el poder de administrar.
3º También en el ámbito de la sociedad, el art. 2078 dispone que corresponde al socio
administrador cuidar de la conservación, reparación y mejora de los objetos que forman el
capital fijo de la sociedad.
4º En las normas del mandato, dispone el art. 2132, al especificar las atribuciones del
apoderado, que la interposición de una acción reivindicatoria queda comprendida en dichas
atribuciones y, por ende, del comunero en el caso propuesto.
De lo señalado, se desprende, a juicio de Rodríguez Grez, que el comunero está facultado en
la ley, mediante este mandato tácito y recíproco, para deducir todas las acciones que tengan
por objeto la defensa y preservación de las cosas sobre las cuales recae la comunidad.
Mientras la comunidad subsiste, estima este autor que cada comunero no sólo está facultado,
sino que tiene el deber de velar por la conservación y cuidado de las cosas comunes. Así
queda en claro, aplicando a la comunidad las facultades de los socios, conforme al art. 2081.
Por lo mismo, restringir estas facultades parece excesivo y, lo que es más grave, sería
contrario al espíritu general de la legislación en esta materia.
Concluye entonces Rodríguez Grez en el sentido que puede uno de los coasignatarios
proindiviso, cualquiera que sea su cuota en la comunidad (recaiga ésta únicamente en la cosa
poseída por un tercero o en una comunidad a título universal, o sea, una herencia), deducir
acción reivindicatoria por sí solo, sin necesidad de la aprobación o consentimiento de los
demás comuneros.
F. Acciones posesorias.
Los herederos tienen y están sujetos a las mismas acciones posesorias que tendría y a que
estaría sujeto el causante, si viviera (artículo 919 del Código Civil).
Para Rodríguez Grez, y como una derivación de lo señalado a propósito de la acción
reivindicatoria, cualquier heredero puede deducir acción posesoria, aún cuando la cosa se
encuentre indivisa. Los argumentos para sostener lo anterior, son los mismos que se indicaron
respecto de la acción reivindicatoria.
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IV. Apertura y delación de la herencia.
I. Apertura.
A. Concepto:
i. La apertura de la herencia es un hecho jurídico consecuencial a la muerte de una persona y
en cuya virtud los bienes del difunto pasan a sus sucesores.
ii. Pablo Rodríguez: Un efecto jurídico que se sigue a la muerte natural o presunta de una
persona y que consiste en la transmisión instantánea del patrimonio del causante a sus
herederos en conformidad a las reglas y modalidades establecidas en la ley.
De las dos definiciones puede concluirse que la gran importancia de la apertura de la sucesión
es que con ello nace la posibilidad de adquirir la herencia entendida como el patrimonio del
causante. Decimos que nace la “posibilidad” porque el heredero puede repudiar la herencia,
y requiere entonces de su aceptación.
B. Causa de la apertura:
La causa que origina la apertura de la sucesión es la muerte del de cujus (causante), muerte
que puede ser natural, presunta, o la declarada por el juez en el caso de los artículos 95 a 97
del Código Civil origina la apertura de la sucesión. En el caso de la muerte presunta, el
artículo 84 señala que en virtud del decreto de posesión provisoria se procederá a la apertura
y publicación del testamento si el desaparecido hubiere dejado alguno, y se dará posesión
provisoria a los herederos presuntivo.
El articulo 85 nos aclara que se entienden por herederos presuntivos del desaparecido los
testamentarios o legítimos que lo eran a la fecha de la muerte presunta. Agrega el mismo
artículo que el patrimonio en que se presume que suceden, comprenderá los bienes, derechos
y acciones del desaparecido, cuales eran a la fecha de la muerte presunta.
Por último, de acuerdo con el articulo 91 decretada la posesión definitiva todos aquellos que
tengan derechos subordinados a la condición de muerte del desaparecido, podrán hacerlo
como en el caso de verdadera muerte.
1. Regla General:
Ella está en el artículo 955 inciso 1 según el cual la sucesión en los bienes de una persona se
abre al momento de su muerte.
Es por esta razón que el artículo 50 de la Ley de Registro Civil señala que son requisitos
esenciales de la inscripción de una defunción, la fecha del fallecimiento. En el evento que
fuera necesario además señala la hora del fallecimiento e incorporado en el certificado que
emita al efecto.
Por último, en el caso de la muerte presunta para fijar la muerte de una persona habrá que
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estarse a las reglas contenidas en el artículo 87 número 6, 7 y 8; la regla general es que el
juez fijará como día presuntivo de su muerte el ultimo día del primer bienio contado desde la
fecha de las ultimas noticias.
iii. Comienza aquí el estado de indivisión y por lo tanto los efectos declarativos del acto
de partición se remontarán a este momento, a la apertura de la sucesión. Art 1344
v. La sucesión por regla muy general se regirá por la ley vigente al tiempo de la apertura.
vi. Desde este mismo instante cesa la prohibición de los pactos sobre sucesión futura, ya
que esta pasa a ser cierta y comienza la indivisión entre los herederos. Después del
fallecimiento, estaremos simplemente ante una cesión de derechos hereditarios (arts. 1909 y
1910 del CC.), es decir, ante un pacto sobre sucesión actual y no futura. Lo anterior, con la
salvedad acerca del pacto relativo a la cuarta de mejoras, que puede estipularse estando vivo
quien será después el causante (artículo 1204).
vii. Para determinar la validez de las disposiciones testamentarias, hay que atender a las
normas vigentes al momento del fallecimiento, de conformidad con los arts. 18 y 19 de la
Ley Sobre Efecto Retroactivo de Las Leyes.
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D. Lugar de la apertura de la sucesión.
1. Reglas generales:
- El artículo 955 en su inciso primero señala que la sucesión en los bienes de una
persona difunta se abre al momento de su muerte en su último domicilio; salvo los casos
expresamente exceptuados. Para esta materia es importante tener presente el artículo 59 del
código civil y también es importante recordar la mera residencia articulo 68 c. c. Por último,
es importante recordar los casos de domicilio legal articulo 72 y 73. Nota: Por último,
domicilio debe entenderse el civil, “esto es el relativo a una parte determinada del territorio
del Estado (artículo 61) que queda fijado por el lugar en que el difunto tenía su asiento, o
donde ejercía habitualmente su profesión u oficio.
2. Excepciones:
a. Muerte presunta, en el caso del ausente, la sucesión se abre no en el domicilio en que
pudo realmente fallecer, sino siempre en el último domicilio que haya tenido en Chile,
porque ese es el juez que tiene competencia para declarar la muerte presunta. (Artículo 81
numero 1).
i. La apertura y publicación del testamento se hará ante el juez del último domicilio. (1009).
ii. El mismo tribunal es competente para conocer de todas las diligencias judiciales relativas
a la apertura de la sucesión, formación de inventarios, tasación y partición de los bienes,
desheredamientos y validez o nulidad del testamento. A su vez, el artículo 148 del Código
Orgánico de Tribunales, dispone que será juez competente para conocer todo lo relacionado
con la sucesión por causa de muerte, el del último domicilio del causante. Ante él debe
pedirse que se conceda la posesión efectiva de la herencia, si la sucesión fuere testada
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(artículo 833 del Código de Procedimiento Civil). En cambio, si la sucesión fuere intestada,
la posesión efectiva podrá solicitarse ante cualesquiera de las oficinas del Registro Civil e
Identificación, y de presentarse solicitudes ante oficinas dependientes de diversos Directores
Regionales, se acumularán todas a la más antigua (artículo 2º, inciso 2º de la Ley número
19.903); cabe advertir entonces que el juez ante el cual reclamar que se modifique la posesión
efectiva, puede estar ubicado en un lugar distinto a aquel donde se otorgó la resolución por
el respectivo Director Regional, pues el primero es el que corresponde al último domicilio
del causante, y el segundo, puede corresponder a cualquiera de los ubicados a lo largo del
territorio nacional
iii. Por excepción cuando una sucesión se abra en el extranjero y comprenda bienes situados
dentro del territorio chileno, la posesión efectiva de la herencia deberá pedirse en el lugar en
que tuvo el causante su último domicilio en Chile, o en el domicilio del que al pida si aquél
no lo hubiere tenido. (149 COT).
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e. En la adjudicación o partición de una herencia o legado se observarán las reglas que
regían al tiempo de su delación (en general coinciden la delación con la apertura de la
sucesión).
El artículo 955 inciso 2 es una excepción al artículo 16 del código civil ya que si la sucesión
se abre en el extranjero se aplicará la ley extranjera no obstante existir bienes situados
en Chile, con lo cual se evitan los conflictos provenientes de una pluralidad de legislaciones.
En todo caso existen situaciones de excepción:
i. Se refiere al causante chileno que fallece en el extranjero con cónyuges o parientes chilenos.
(articulo15 número 2). En consecuencia, en este primer caso la sucesión se regirá por la ley
chilena, siempre que en la sucesión concurra un cónyuge o pariente chileno. En otras
palabras, si en la sucesión son todos extranjeros, ésta se va a regir por la ley extranjera.
En todo caso esta excepción va a producir realmente efectos cuando existen bienes situados
en Chile, ya que en caso contrario importaría extender la ley chilena mas allá de nuestras
fronteras y el imperio de la ley es solo dentro del territorio nacional.
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Situaciones que pueden presentarse en la sucesión de un extranjero.
Pueden producirse fundamentalmente dos situaciones:
A. Que fallezca teniendo su último domicilio en Chile.
En este caso, no se presentan problemas, porque de conformidad al art. 955, se aplica
íntegramente la ley chilena, y ya hemos visto que los chilenos y extranjeros tienen los mismos
derechos hereditarios.
B. Que fallezca teniendo su último domicilio en el extranjero.
Al respecto, debemos distinguir si el extranjero dejó o no parientes en Chile.
a) Si no hay herederos chilenos, rige íntegramente el principio del art. 955, es decir, se
aplica la ley extranjera y ninguna otra.
Los derechos hereditarios de estos extranjeros pueden incluso hacerse efectivos en bienes
situados en Chile, con lo cual se hace una excepción al art. 16, que establece que los bienes
situados en Chile se rigen por la ley chilena. Numerosos fallos han declarado que procede
cumplir en Chile las sentencias dictadas en materia sucesoria en países extranjeros, si no
perjudican los derechos de herederos chilenos.
Ahora bien, un extranjero no puede, asilándose en la ley chilena que le reconoce derechos
hereditarios, pretender hacerlos efectivos en bienes situados en Chile, si la ley extranjera no
reconoce tales derechos. Se llega a esta conclusión, porque el art. 998 hace excepción al art.
955 sólo en favor de los herederos chilenos, pero no de los extranjeros, y si bien el art. 997
dispone que los extranjeros tienen para la ley chilena los mismos derechos hereditarios que
los chilenos, el precepto se refiere expresamente a las sucesiones abiertas en Chile. En
consecuencia, un extranjero que según la ley del país en que se abre la sucesión no es
heredero, pero sí lo sería conforme a la legislación chilena, no puede hacer efectivos los
derechos que según ésta tendría sobre bienes situados en nuestro país, porque el art.
955 se lo impide. Así lo declara un fallo de nuestros tribunales.
b) Si el extranjero deja herederos chilenos, éstos tienen en su sucesión los derechos que
les reconoce la ley chilena, y no la legislación por la cual se está rigiendo la sucesión,
conforme al art. 998, 1º.
Pero en la práctica, para que puedan hacerse efectivos estos derechos, será necesario que el
causante haya dejado bienes en Chile. Si no ocurre así, a la postre habrá que estar a lo
dispuesto por la ley extranjera, pues no se puede pretender que el art. 998 rija más allá de
nuestras fronteras. Si la ley extranjera reconoce derechos hereditarios a los chilenos, se
aplicará el principio del art. 998, y si no lo hace así, entonces esta protección a los herederos
chilenos quedará sin aplicación práctica.
Es por esta razón que el art. 998, 2º, establece una verdadera preferencia en beneficio de los
herederos chilenos, para que hagan efectivos los derechos que le reconocen las leyes patrias
en los bienes dejados por el causante en Chile, pudiendo pagarse en ellos todo lo que les
corresponda en conformidad a nuestras leyes en la sucesión del extranjero. Este mismo
derecho de preferencia tendrán los chilenos en la sucesión de un chileno, pues así lo establece
el art. 998, inciso final. De tal forma, si un chileno fallece en el extranjero dejando bienes
en Chile, y la legislación del país en el cual tenía su último domicilio pretende
desconocer el derecho de los herederos chilenos, éstos tienen preferencia para pagarse
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en los bienes ubicados en nuestro país.
Somarriva se pregunta si acaso el Fisco queda comprendido dentro de la expresión “chilenos”
que utiliza el art. 998, es decir, si no existiendo según la ley chilena otros herederos
abintestato de mejor derecho, pero sí según la ley extranjera, podría hacer el Fisco efectivos
sus derechos en los bienes ubicados en Chile. Somarriva concluye que el Fisco queda
comprendido dentro de la expresión “chilenos”, pues es un heredero abintestato como
cualquier otro.
3. De acuerdo con la letra del artículo 998 es que se aplicaría únicamente a la sucesión
abintestato no obstante lo cual en general la doctrina chilena estima que esta disposición es
también aplicable a la sucesión testada, ello por lo siguiente:
c) De acuerdo con el artículo 1184 la legítima rigorosa se rige según las reglas
de la sucesión intestada.
4. El derecho de los parientes chilenos supone que el causante haya dejado bienes en
chile y así se entiende el inciso 2 de este artículo, según el cual los chilenos interesados
podrán pedir que se les adjudique en los bienes del extranjero existente en chile todo lo que
les corresponda en la sucesión del extranjero. Es decir, el porcentaje que le corresponda al
chileno se calcula sobre todo el patrimonio del extranjero, sobre toda la sucesión de él y no
solo en los bienes que hubiere tenido en chile.
5. El artículo 998 inciso 3 señala que esto mismo se aplicara en caso necesario a la
sucesión de un chileno que deja bienes en país extranjero. Por tanto, cualquiera sea el lugar
donde se abra la sucesión de un chileno, los derechos de los sucesores chilenos se regirán por
la ley nacional, adjudicándoseles, si el caso lo requiere, los bienes que haya dejado el difunto
en Chile
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Ha sido criticada la redacción del artículo 998 por dos razones fundamentales:
a. Alude al lugar del fallecimiento señalando “dentro o fuera del territorio de la república”.
En realidad, el lugar en que muere un apersona carece de relevancia, lo importante es cuál
era el último domicilio que el extranjero tenía al fallecer.
b. Tampoco es correcta la referencia en que el fallecimiento sea dentro o fuera del territorio
de la república ya que si es dentro del territorio el fallecimiento no cabe duda de que la ley
aplicable será la chilena.
C. Caso en que la ley extranjera reconozca mayores derechos a los herederos chilenos
que nuestra propia legislación.
Así, por ejemplo, puede suceder que en un caso la ley chilena diga que le corresponde al
cónyuge sobreviviente un cuarto de la herencia, y la extranjera, la mitad de la herencia. Al
respecto, es evidente que el cónyuge, en el país en que se abre la sucesión, puede hacer valer
los derechos que le reconoce la ley extranjera. Pero si hace efectivos sus derechos en bienes
ubicados en Chile, ¿deberá sujetarse a la ley chilena o podrá asilarse en la ley extranjera?
Para solucionar este problema, señala Somarriva, debemos recurrir al espíritu de la ley, que
en este caso no fue otro, indudablemente, que amparar a los herederos chilenos frente a las
sucesiones abiertas en el extranjero; evitar que a costa de bienes situados en Chile se
desmejore la situación reconocida por las leyes patrias a los herederos chilenos. Pero si, por
el contrario, la ley extranjera es más favorable que la nacional, parece lógico concluir que los
herederos chilenos pueden renunciar a la facultad establecida en el art. 998 y volver a la regla
general del art. 955, esto es, acogerse a la ley del país en que se abrió la sucesión
iv. Se refiere al caso que el causante fallece en el extranjero con bienes situados en chile.
Aunque la sucesión se haya abierto en el extranjero será necesario pedir la posesión efectiva
en chile respecto de los bienes situados en chile para los efectos de determinar el monto del
impuesto (artículo 27 de la ley 16.271 ley de impuesto de herencia y donaciones). El artículo
149 del Código Orgánico de Tribunales señala que será juez competente para otorgar la
posesión efectiva de una sucesión que se abra en el extranjero, el del último domicilio del
causante en Chile, y si no lo tuvo, el del domicilio de aquel que pide la posesión efectiva.
Debemos entender que puede tratarse de sucesiones testadas o intestadas, quedando estas
últimas sustraídas, en este caso, de la competencia del registro Civil e Identificación, pues el
artículo 1º de la Ley número 19.903, que dispone la tramitación de las posesiones efectivas
correspondientes a las sucesiones intestadas ante dicho Servicio, alude a “Las posesiones
efectivas de herencias, originadas en sucesiones intestadas abiertas en Chile, serán tramitadas
ante el Servicio de Registro Civil e Identificación...”. En cambio, el artículo 149 del Código
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Orgánico de Tribunales hace expresa alusión a la sucesión abierta en el extranjero. Además,
la expresada Ley número 19.903, no modificó al artículo 149 del Código Orgánico de
Tribunales.
A. Concepto:
Una vez que se abre la sucesión regularmente tiene lugar la delación de las asignaciones, y
es definida en el articulo 956 inciso 1 como el actual llamamiento de la ley a aceptar o
repudiar una asignación. La expresión “actual” pone de manifiesto que al acto de aceptación
o de repudiación ha de ser puro y simple, no admite modalidades.
En otras palabras, en este momento la herencia o legado se ofrece al heredero o legatario
quien(es) podrán aceptar o repudiar libremente (artículo 1225 inciso 1).
2. Excepción:
Si la asignación testamentaria está sujeta a condición suspensiva, el llamamiento se hará al
momento de cumplirse la condición (956 inciso 2). Las asignaciones que hace la ley son
puras y simples, por esa razón en esta excepción nos hemos referido a las asignaciones
testamentarias.
Recordemos que el efecto propio de toda condición suspensiva es precisamente suspender la
adquisición del derecho.
A. Nociones generales
Producida la delación, el asignatario puede aceptar o repudiar su asignación.
- La aceptación es un acto jurídico unilateral por el cual el heredero o legatario expresa
su voluntad de tomar la calidad de heredero o legatario.
- La repudiación es el acto jurídico unilateral por medio del cual es asignatario se niega
a asumir las calidades de heredero o legatario.
Como idea general dejemos consignado que el legatario puede aceptar y repudiar, el heredero
además (de aceptar o repudiar) puede aceptar con beneficio de inventario.
El principio general está contemplado en el articulo 1225 inciso 1 en orden a que todo
asignatario puede aceptar o repudiar libremente, norma que consagra un principio básico en
que nadie puede adquirir derechos contra su voluntad.
2. Se trata de un acto indivisible y por lo tanto no se puede aceptar una parte o cuota de
la asignación y repudiar el resto (1228 inciso 1). Por excepción si en la asignación suceden
varios herederos por derecho de transmisión puede cada uno de ellos aceptar o repudiar su
cuota (1228 inciso 2).
En todo caso si son varios las asignaciones el asignatario puede aceptar una y repudiar otra,
pero no podrá repudiar la asignación gravada y aceptar las otras, a menos que se defiera
separadamente por derecho de acrecimiento o de transmisión, o de sustitución vulgar o
fideicomisaria; o a menos que se haya concedido al asignatario la facultar de repudiarla
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separadamente. Ej.: Si hay una herencia con dos legados, puedo aceptar un legado y repudiar
otro, pero si uno está gravado no puedo repudiar este y aceptar el otro.
3. Se trata de actos irrevocables ya que una vez hecha con los requisitos legales no
podrán rescindirse (1234 inciso 1 y 1237). Por excepción es posible rescindir la aceptación o
repudiación en los siguientes casos:
a. En el caso de la aceptación ella podrá ser rescindida cuando se hubiere obtenido por fuerza
o dolo y en el caso de lesión grave a virtud de disposiciones testamentarias de que no se tenía
noticia al tiempo de aceptarla. (1234 inciso 2). El mismo artículo en su inciso 3 define lo que
se entiende por lesión grave, esto es la que disminuye el valor total de la asignación en más
de la mitad. La ley se refiere al heredero que al aceptar la herencia creía que ésta tenía un
determinado valor (por ejemplo, $ 100.000), ignorando, al tiempo de aceptarla, que existían
disposiciones testamentarias del causante, en virtud de las cuales el valor de la herencia
disminuye en más de la mitad (por ejemplo, el causante, en un testamento del cual el
aceptante no tenía conocimiento, instituye legados por valor de $ 80.000, con lo cual la
asignación del heredero se vería reducida a $ 20.000).
iii. No se puede repudiar una herencia deferida al pupilo sin que previamente se haya
obtenido autorización judicial con conocimiento de causa. (397 y 1236).
iv. En virtud del artículo 255 c. c al padre o madre se le aplican las normas de los tutores
y curadores.
c. Regla común:
En ningún caso la aceptación o repudiación pueden ser anteriores a la muerte del
causante.
Por este motivo el artículo 1226 inciso 3 señala que se mirará como repudiación intempestiva
y no tendrá valor alguno, el permiso concedido por un legitimario al que le deba la legitima
para que pueda testar sin consideración a ella.
2. Hasta cuándo.
a. principio general:
El principio general es que la facultad de aceptar o de repudiar se conserva indefinidamente.
No obstante, lo anterior y a raíz de que esta situación de incertidumbre puede ocasionar
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perjuicio a terceros es que todo asignatario será obligado, en virtud de demanda de cualquier
persona interesada en ello, a declarar si acepta o repudia (1232 inciso 1).
ii. Desde el requerimiento el asignatario dispone de un plazo de 40 días para deliberar, plazo
que se rige por las normas del art. 50 del Código Civil y que, por tanto, es de días corridos.
Se trata además de un plazo fatal. Pero ello no impide que el plazo pueda prorrogarse por
resolución judicial en caso de motivo grave, y nunca por más de un año. Trata el Código de
modo especial la situación del asignatario ausente, reglamentando así una situación más que
excepcional dentro de una institución ya de por sí excepcional, como es la examinada aquí.
El juez puede ampliar el plazo para deliberar y, para el caso que dentro del tiempo oportuno
no comparezca a ejercitar sus derechos por sí o por representante, se le designará un curador
de bienes que le represente y acepte por él con beneficio de inventario (art. 1232, inc. 4º).
Ausente será aquel que, en los términos de los arts. 473 y ss., tiene paradero ignorado y ha
dejado de estar en comunicación con los suyos. El curador puede, desde luego, renunciar por
el ausente. No se le impone la aceptación; pero si acepta debe hacerlo, como queda dicho,
con beneficio de inventario. En cuanto a la renuncia, se sujetará a lo prescrito en el art. 397.
iv. Facultades del asignatario durante el plazo para deliberar (1232 inciso 2 y 3) :
1. Puede inspeccionar el objeto asignado.
El inciso final del artículo 1232 y el artículo 1233 parecen estar en contradicción ya que el
artículo 1233 señala que el asignatario constituido en mora de declarar si acepta o repudia,
se entenderá que repudia. Vale decir que si transcurriere el tiempo concedido por el tribunal
y el asignatario no expresa su voluntad, se entiende que repudia. La jurisprudencia ha dicho
que es fatal el plazo de cuarenta días que la ley fija en el artículo 1232 para que un asignatario
exprese si acepta o repudia. En consecuencia, toda declaración que se haga después de su
vencimiento no vale; pero para ello exige la ley que exista una demanda de cualquiera
persona que tenga interés en ello, o sea, que se ejercite un derecho contra un asignatario
determinado a quien debe requerirse el cumplimiento de la obligación de declarar si acepta
o repudia la asignación, declaración que es menester hacer dentro del plazo fijado para los
efectos de su validez. Y si a pesar del requerimiento judicial no la hace o la efectúa fuera del
término fatal, incurre en mora, conforme al número 3º del artículo 1551 del Código Civil. Se
trata en consecuencia de una voluntad presuntiva que se deduce de la mora en declarar si
acepta o repudia, esta norma es una excepción ya que se trata de una renuncia tacita.
Ahora bien, el inciso final del artículo 1232 se coloca en el caso de que el asignatario no
comparece por sí o por legitimo representante y no puede aplicarse el mecanismo antes
referido, se le nombrara un curador de bienes que lo represente, el cual aceptara con beneficio
de inventario.
No estamos por lo tanto en una contradicción ya que la ley expresamente señala que el
curador de bienes acepta con beneficios de inventario y por ello no se podrá entender que
repudia.
1. Aceptación de la herencia.
El artículo 1241 señala que la aceptación de una herencia puede ser expresa o tácita.
a. expresa: Cuando se toma el titulo de heredero. Se entiende que alguien toma el titulo de
heredero, cuando lo hace en escritura pública o privada, obligándose como tal heredero, o en
un acto de tramitación judicial. Ej: petición de la posesión efectiva.
b. tácita: Es tácita cuando el heredero ejecuta un acto que supone necesariamente su intención
de aceptar, y que no hubiera tenido derecho de ejecutar, sino en su calidad de heredero. La
enajenación de cualquier efecto hereditario, aun para objetos de administración urgente, es
acto de heredero, si no ha sido autorizada por el juez a petición del heredero, protestando éste
que no es su ánimo obligarse en calidad de tal (1244).
Los actos puramente conservativos, los de inspección y administración provisoria urgente,
no son actos que suponen por sí solos la aceptación.
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2. Aceptación de un legado.
a. expresa: Cuando el legatario formula una explicita declaración de voluntad de hacer suyo
el legado.
ii. Don Luis Claro Solar plantea que estamos en presencia de una acción oblicua o
subrogatoria ya que se persigue que ingrese al patrimonio del asignatario un derecho que no
se ha incorporado a su patrimonio. Esto último toda vez que en nuestro derecho los efectos
de la repudiación se retrotraen al momento de la delación (1239).
iii. Don Ramón Domínguez Águila y Ramón Domínguez Benavente estiman que estamos en
una dualidad de acciones por una parte se ejerce la acción pauliana para dejar sin efecto la
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repudiación y por otro lado se ejerce la acción oblicua a fin de aceptar por el deudor e
incorporar los bienes en su patrimonio.
iv. Pablo Rodríguez Grez estima que estamos en una conjunción de dos acciones, la acción
pauliana estará destinada a dejar sin efecto la repudiación y luego de consumada la
revocación del acto unilateral se ejercerá la acción subrogatoria previa autorización del juez.
1. Heredero:
i. Perderá la facultad de repudiar la herencia.
ii. Permanecerá como heredero, pero no tendrá parte alguna en los objetos sustraídos.
iii. Quedara sujeto a las penas que por el delito corresponda.
2. Legatario:
i. Perderá los derechos que como legatario pudiere tener sobre dichos objetos.
Adicionalmente si no tiene el dominio sobre los objetos sustraídos será obligado a restituir el
duplo. Por ende, si era dueño (porque se trataba de un legado de especie o cuerpo cierto y el
legatario sustrajo precisamente la cosa que se le había legado), no restituirá el duplo, aunque
igual perderá su legado.
ii. Al igual que el heredero se verá afectado por las penas que por el delito corresponda.
Cabe precisar que “sustraer”, en la acepción usada por el Código, ha de entenderse como
hurtar o robar (aunque en rigor, no se trata de dichos delitos, pues los bienes pertenecen, en
parte al menos, al heredero) u ocultar bienes, es decir, llevar a cabo una sustracción
fraudulenta.
4. La misma regla anterior se aplica a los legados de especie (1239 inciso 2 ) pero no se
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aplica a los legados de genero ya que hasta que no medie la entrega de la cosa legada
estaremos en presencia de una obligación indeterminada.
1. Concepto:
Articulo 1247 c. c: “El beneficio de inventario consiste en no hacer a los herederos que
aceptan responsables de las obligaciones hereditarias y testamentarias, sino hasta
concurrencia del valor total de los bienes que han heredado”.
En consecuencia este beneficio tiene por finalidad poner un límite a la responsabilidad del
heredero que acepta la herencia. Sin este beneficio la responsabilidad del heredero es
ilimitada y la obligación ultra vires hereditatis, es decir el heredero sucederá en todas las
obligaciones transmisibles del difunto a prorrata de su cuota hereditaria, aun cuando le
impongan un gravamen que exceda al valor de los bienes que hereda. (1245 inciso 1).
2. Características:
a. Este beneficio o las normas que la regulan son de orden público.
C. Que no se hayan realizado actos de heredero. (Artículo 1252 c. c) En caso de existir actos
de herederos habrá una aceptación tacita de la herencia y por lo tanto el heredero será
obligado en todas las obligaciones transmisibles del causante.
El artículo 1254 del Código Civil además regula una situación especial relativa a que el
difunto hubiere formado parte de una sociedad en que se hubiere estipulado que la sociedad
continué con sus herederos después de su muerte, no por eso en el inventario que haya de
hacerse dejarán de ser comprendidos los bienes sociales; sin perjuicio de que los asociados
sigan administrándolos hasta la expiración de la sociedad, y sin que por ello se les exija
caución alguna.
E. El inventario debe ser fidedigno, el inventario debe ser fiel, completo y exacto ya que si
el heredero en la confección del inventario omitiere de mala fe hacer mención de cualquiera
parte de los bienes por pequeño que sea o supusiere deudas que no existan no gozara del
beneficio de inventario. El artículo 382 del Código Civil alude a las menciones que debe
contener el inventario, abarcando la totalidad de los bienes corporales e incorporales de una
persona.
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2. Las herencias que recaigan en personas que no pueden aceptar o repudiar sino
por el ministerio o autorización de otras.
5. Efectos.
a. Limita la responsabilidad del heredero hasta la concurrencia del valor total de los bienes
que ha heredado.
Surge aquí, como destaca Rodríguez Grez una cuestión interesante: ¿aumenta o disminuye
la responsabilidad del heredero por el aumento o disminución del valor de los bienes
heredados por causas posteriores a su adquisición? Para quienes piensan que los bienes que
se heredan se confunden con los bienes del heredero, el aumento o disminución del valor de
ellos en nada afecta la responsabilidad del heredero. En este sentido, Somarriva señala que
el heredero responderá por el valor de los bienes hereditarios, según aquél que tenían al
momento de ser deferida la herencia, y no por aquél que tengan al momento de ser
demandado el heredero por el acreedor. En consecuencia, el aumento de valor de dichos
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bienes favorecerá al heredero beneficiario y lo perjudicará su disminución. De esta forma,
por ejemplo si a la muerte del causante (momento en el cual, por regla general, se deferirá la
herencia) los bienes heredados se avaluaban en $ 50.000.000.- y seis meses después sólo
valen $ 40.000.000.-, el heredero seguirá respondiendo por los $ 50.000.000.-; a la inversa,
si en el mismo lapso aumenta su valor a $ 60.000.000.-, el heredero seguirá respondiendo
sólo hasta los $ 50.000.000.- originales.
Para quienes piensan lo contrario, dicha responsabilidad variará en función del valor de los
bienes heredados.
Luis Claro Solar se apunta con la tesis de la responsabilidad por el valor, dando los
siguientes argumentos:
1. Un examen exegético de la ley nos lleva a concluir que el efecto del beneficio
de inventario es que el heredero será responsable del valor total de los bienes que ha heredado
( 1247 y 1257).
Ramón Meza Barros se apunta por la tesis de la separación de patrimonios, dando los
siguientes argumentos:
1. No se explica de otro modo que el beneficio de inventario impida que las deudas o
créditos del heredero beneficiario se confundan con las deudas y créditos de la sucesión.
(1259).
A consecuencia del artículo 1259 expresamente señala que no se confunden los patrimonios.
2. De igual modo se explica que el pago de las deudas hereditarias que haga el heredero
que acepto con beneficio de inventario y con su dinero importen una subrogación en los
derechos de los acreedores a objeto de conseguir el reembolso de lo pagado (1610 numero
4).
Si no hubiere separación de patrimonios el heredero estaría pagando una deuda propia y no
habría subrogación.
3. El artículo 2487 señala que las preferencias de la primera y cuarta clase, a que
estaban afectos los bienes del deudor difunto, afectarán de la misma manera los bienes del
heredero. Salvo que el heredero haya aceptado con beneficio de inventario por que en tal
caso las preferencias afectarán solamente a los bienes inventariados.
d. Pago por subrogación. El articulo 1610 numero 4 señala : “se efectúa la subrogación por
el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del acreedor, en todos los casos señalados por
las leyes, y especialmente , Numero 4 : Del heredero beneficiario que paga con su propio
dinero las deudas de la herencia.”
ii. El heredero beneficiario se hará responsable de todos los créditos como si los hubiese
efectivamente cobrado; sin perjuicio de que para su descargo en el tiempo debido justifique
lo que sin culpa suya haya dejado de cobrar, poniendo a disposición de los interesados las
acciones y títulos insolutos. (1258). Rodríguez Grez concluye que el heredero deberá emplear
un cuidado medio en la cobranza de los créditos que reciba de la sucesión.
iii. El heredero beneficiario será responsable hasta por culpa leve de la conservación de las
especies o cuerpos ciertos que se deban, así mismo es de su cargo el peligro (pérdida) de los
otros bienes de la sucesión, y sólo será responsable de los valores en que hubieren sido
tasados (1260). Con ello, la ley quiere enfatizar que el riesgo por la pérdida de la cosa, aún
por caso fortuito o fuerza mayor, será del heredero, lo que no constituye una novedad,
considerando el principio de que las cosas perecen para su dueño.
En contrario esta Ramón Meza Barros que es de la opinión que el heredero conserve el
dominio de estos bienes de lo cual se puede seguir 2 consecuencias:
i. Que él podría pagar las deudas en su totalidad y recuperar las cosas abandonadas.
ii. Si hubiere un remanente le pertenecerá al heredero.
7. Situación del heredero beneficiario, que paga deudas que exceden el valor de los
bienes recibidos en la herencia.
Una cuestión debatida en la doctrina, es aquella consistente en determinar si estamos o no
ante un caso de obligación natural, cuando el heredero beneficiario paga obligaciones del
causante excediendo el valor de los bienes recibidos de éste por sucesión por causa de muerte.
Se trata de la renuncia por el heredero beneficiario, a su derecho a impetrar el beneficio que
lo ampara y limitar así su responsabilidad ante los acreedores del causante. La renuncia podrá
ser expresa o tácita, operando la última cuando el heredero beneficiario no hace valer su
beneficio ante la demanda de un acreedor del difunto.
En el caso planteado, pagando el heredero beneficiario deudas que exceden el valor de los
bienes hereditarios, no podrá repetir contra los acreedores del causante. Si bien en la práctica
estaríamos ante el efecto propio de las obligaciones naturales, atendido lo dispuesto en el
artículo 1470 del Código Civil, se ha estimado que se trataría del pago de una obligación
civil, renunciando sencillamente el heredero beneficiario a la limitación de responsabilidad
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consagrada en la ley en su favor, y por ende, a cuyo respecto puede operar el artículo 12 del
Código Civil, pues se trata de una renuncia que mira al solo interés del renunciante. En efecto,
señala Alessandri, si demandado el heredero beneficiario, éste no opuso el beneficio de
inventario y fue condenado al pago de la deuda, no puede sostenerse que estaría pagando una
obligación natural, pues si así fuera, podría repetir lo pagado, habida cuenta que para retener
el acreedor lo dado o pagado en virtud de una obligación natural, es menester que el pago sea
voluntario, y en el ejemplo anterior, faltaría este requisito, ya que el deudor ha sido obligado
por medio de una sentencia judicial.
En todo caso si el heredero beneficiario paga, se subrogará en los derechos del acreedor y
podrá obtener el reembolso de lo pagado, demandado a los restantes herederos, atendido lo
dispuesto en el artículo 1610 número 4 del Código Civil.
1. Concepto:
Consiste en que después de efectuada la apertura de la sucesión y mientras no se hace
inventario solemne de los bienes hereditarios, todos los muebles y papeles de la sucesión se
guardan bajo llave y sello, a fin de que no desaparezcan, se deterioren u oculten.
La aposición de sellos consiste en la colocación de tiras o papeles fijados con lacre u otra
sustancia semejante de modo que no pueda abrirse sin rotura un mueble, pieza u habitación.
En otras palabras, consiste en sellar las dependencias en que se encuentran ubicados dichos
bienes y papeles
La guarda consiste en la custodia de las llaves de los muebles o lugar en que estén ubicados
los bienes sujetos a la aposición de sellos. Estas llaves quedarán en poder de una persona de
notoria probidad y solvencia que el juez designare o bien en el oficio del secretario (872 del
cpc).
No se guardaran bajo llave y sello los muebles domésticos de uso cotidiano (sería muy obvio
si alguien lo ocultara y para no perjudicar a las personas que vivían con el causante.) pero si
se formara lista de ellos (1222 inciso 2 y 874 inciso 4 ).
En conformidad al art. 874 del CPC, el tribunal puede, si lo estima conveniente, eximir
también el dinero y las alhajas (joyas) de la formalidad de la guarda y aposición de sellos. En
tal caso, mandará depositar estas especies en un Banco o en las arcas del Estado, o las hará
entregar al administrador o tenedor legítimo de los bienes de la sucesión.
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4. Procedimiento.
Articulo 1222 c. c en su inciso 3 señala que la guarda y aposición de sellos deberá hacerse
por el juez con las formalidades legales.
Reglas importantes:
1. Es competente el tribunal del lugar en que se hubiera abierto la sucesión. En el evento
que los bienes de la sucesión estuvieren esparcidos en diversos lugares dentro del territorio
jurisdiccional de otros jueces de letras, el juez de letras ante quien se hubiere abierto la
sucesión, a instancia de cualquiera de los herederos o acreedores, dirigirá exhortos a los
jueces de los otros territorios jurisdiccionales, para que procedan por su parte a la guarda y
aposición de sellos, hasta el correspondiente inventario en su caso.( 1223)
6. En el evento que entre los bienes de la sucesión hubiere dinero o alhajas (son cosas
de mucho valor y estima, como un mueble o adorno precioso o una joya) el juez podrá
disponer que estos se depositen en un Banco o en arcas del Estado (fiscales) o sean
entregadas al administrador o tenedor legitimo de los bienes de la sucesión (874 cpc).
2. Que transcurra el plazo de 15 días contado desde la apertura de la sucesión sin que la
herencia hubiere sido aceptada por ningún heredero universal o de cuota.
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3. Que no se haya designado albacea con tenencia de bienes o que habiendo sido este
nombrado no haya aceptado el encargo dentro del mismo plazo. el albaceazgo con tenencia
de bienes excluye la herencia yacente, ya que el ejecutor testamentario, en este caso, tiene
las mismas atribuciones que el curador de la herencia yacente (art. 1296)
C. Procedimiento:
1. Juez competente es el correspondiente al último domicilio del causante.
4. La resolución judicial que la declara, debe notificarse. La ley distingue para tal efecto:
Notificación a los interesados con residencia en el territorio nacional: son notificados por
medio de un aviso en que se insertará la resolución judicial respectiva, y que se publicará en
un diario de la comuna, o de la capital de provincia, o de la capital de región: art. 1240, 1º
(art. 885 del Código de Procedimiento Civil);
Notificación a los herederos extranjeros: se les notifica mediante oficio dirigido al cónsul
respectivo, a fin de que en el término de 5 días, proponga, si lo tiene a bien, la persona o
personas a quienes puede nombrarse curadores (art. 886 del Código de Procedimiento Civil);
Al Ministerio de Bienes Nacionales: se le notifica mediante un oficio. Dicha repartición
deberá realizar todas las diligencias e investigaciones necesarias para establecer si conviene
o no a los intereses del Fisco solicitar la posesión efectiva de la herencia. Recordemos que el
Fisco puede ser el último llamado en la herencia intestada (art. 995). Por ello si la dirección
le da el visto bueno heredara el Fisco y estaremos ante una Herencia Vacante.
ii) La herencia yacente conduce a la herencia vacante. Esta, es aquella que no tiene
herederos y que es deferida en último término al Fisco (art. 995). La herencia yacente es un
estado transitorio que dará lugar a la herencia vacante, sea parcial o totalmente, como
consecuencia de que el Fisco concurra a aceptarla. Puede suceder que la herencia vacante
tenga la calidad de tal sin necesidad de pasar por el estado de herencia yacente (un fallo
declara que no procede declarar yacente una herencia y nombrarle curador si el Fisco la ha
aceptado: ello, porque no procede declarar yacente la herencia si un heredero la aceptó, y el
Fisco es heredero), o a la inversa, que la herencia yacente sea aceptada por los herederos y
no llegue jamás a ser herencia vacante.
iii) El Decreto Ley número 1.939, de 1977, que establece normas sobre adquisición,
administración y disposición de bienes del Estado, regula los derechos hereditarios del Fisco,
en el párrafo IV, citado, artículos 42 a 54. El primero de estos artículos dispone que los
derechos sucesorios del Fisco se regularán por las normas de la legislación común (por ende,
del Código Civil) y por las especiales del aludido párrafo IV. Para estos efectos, cualquier
persona puede poner en conocimiento de la Dirección de Tierras y Bienes Nacionales la
existencia de derechos hereditarios que le correspondan al Fisco (a ésta Dirección
corresponde tomar posesión, en representación del Fisco, de todos los bienes que deban
ingresar al patrimonio del Estado de acuerdo con el artículo 995 del Código Civil, según
preceptúa el artículo 5 del Decreto Ley 1.939).
La ley otorga a quien denuncia una herencia vacante un galardón o recompensa, que puede
llegar hasta el 30% del valor líquido de los bienes que ingresen al patrimonio fiscal. Este
galardón sólo se paga cuando los derechos de quienes disputan la herencia con el Fisco se
encuentran prescritos, salvo que el beneficiario rinda caución suficiente de restitución de lo
que se le pague en el evento de que aparezca un heredero con mejor derecho (artículo 54 del
Decreto Ley 1.939). Cabe precisar que la Corte Suprema ha declarado en un fallo que el
denunciante a quien se adjudique en recompensa una parte de la herencia, no pasa por este
hecho a ser heredero.
La denuncia de la herencia vacante debe hacerse ante la Dirección de Tierras y Bienes
Nacionales del Ministerio de Bienes Nacionales, concretamente en la oficina de partes del
citado Ministerio. Se pondrá cargo de día y hora y se registrará en un libro de denuncias por
estricto orden de recepción. Las denuncias serán recibidas en las Direcciones Regionales y
en las Oficinas Provinciales de la mencionada Dirección (artículo 48 del Decreto Ley 1.939).
Se tendrá como primer denunciante a quien primero presente la denuncia en los lugares
señalados, acompañando todos los datos y antecedentes en que se funden los derechos del
Fisco sobre los bienes denunciados (artículo 49 del Decreto Ley 1.939). La posesión efectiva
de las herencias deferidas al Fisco se solicitará por la Dirección de Tierras y Bienes
Nacionales a través de sus abogados o por el Consejo de defensa del Estado, a requerimiento
de aquélla (artículo 43 del Decreto Ley 1.939). La recompensa a la que se hacía referencia
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será decretada una vez que los bienes hayan sido ingresados legal y materialmente, en forma
definitiva, al patrimonio fiscal, y se otorgará previa calificación hecha por la Dirección acerca
de la diligencia y eficacia atinente a la cooperación prestada por el denunciante. Será
condición indispensable para tener derecho a recompensa, que los bienes manifestados en la
denuncia sean desconocidos para el Fisco y que, a no mediar ésta, no se hubieren recuperado
esos bienes (artículo 51 del Decreto Ley 1.939). Para establecer el monto de la recompensa,
los bienes raíces se considerarán por el avalúo vigente (se trata, por ende, del avalúo fiscal;
no queda claro sin embargo, si se trata del avalúo vigente al tiempo de la muerte del causante,
o al tiempo en que se formule la denuncia; pareciera más justa la segunda opción). En cuanto
a los bienes muebles, la recompensa se determinará atendiendo al valor producido por la
enajenación del respectivo bien o por la tasación comercial que al efecto practique la
Dirección de Tierras y Bienes Nacionales, la que será, en lo posible, coetánea con el pago
(artículo 52 del Decreto Ley). La recompensa se pagará una vez practicada la liquidación de
la masa hereditaria, haciéndose previamente la deducción de las deudas y demás costas
producidas (artículo 53 del Decreto Ley). La aludida liquidación debe realizarse por la
Dirección de Tierras y Bienes Nacionales, la que adoptará todas las medidas conducentes al
resguardo de la masa hereditaria, pudiendo incluso designar un depositario provisional cuyos
honorarios se pagarán con cargo al haber hereditario. Si entre los bienes hereditarios hubiere
especies que por su naturaleza fueren corruptibles, o que pudieren sufrir deterioro o
menoscabo, la Dirección podrá enajenarlos en la forma más conveniente, sin más trámite,
aún antes de haberse concedido la posesión efectiva. En cuanto a los bienes inmuebles
hereditarios, la Dirección deberá liquidarlos sin que pueda reservar parte alguna de ellos, a
más tardar en el plazo de dos años a contar de la fecha en que se conceda al Fisco la posesión
efectiva de la herencia (artículo 46 del Decreto Ley). Los terceros que invoquen créditos
hereditarios o testamentarios que digan relación con las herencias deferidas al Fisco, podrán
hacerlos valer administrativamente mediante presentaciones que irán acompañadas de todos
los documentos que los justifiquen. Lo anterior, es sin perjuicio de las acciones judiciales
que estime procedente el interesado (artículo 45 del Decreto Ley). Por su parte, el artículo 18
del citado Decreto Ley, en relación a las facultades de los Inspectores de Bienes Nacionales,
dispone que respecto de las herencias que se denuncien como pertenecientes al Fisco, estos
funcionarios podrán adoptar las medidas que correspondan en resguardo del interés fiscal y
requerir en representación del Fisco para este solo efecto, ante el Tribunal que hubiere
decretado yacente la herencia, a fin de que éste, con conocimiento de causa, ordene la
confección de inventario o la práctica de otras medidas destinadas a la conservación del
acervo hereditario, con el auxilio de la fuerza pública, si ello fuere necesario. Estas gestiones
se sujetarán a las reglas del artículo 817 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.
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H. Naturaleza jurídica de la Herencia Yacente.
A juicio de algunos autores la Naturaleza Jurídica de la herencia yacente es la de una persona
jurídica ello por los siguientes motivos:
i. El articulo 2509 inciso 2 señala que se suspende la prescripción ordinaria a favor de las
siguientes personas, numero 3 : la herencia yacente ( como la H Y no es una persona natural
, solo puede ser una Persona Jurídica ).
ii. Articulo 2500 inciso 2 señala que la posesión principiada por una persona difunta continua
en la herencia yacente, que se entiende poseer a nombre del heredero.
A juicio de la mayoría de la doctrina tal calificación es errada por los siguientes motivos (se
sigue en este punto a Pablo Rodríguez):
i. La herencia Yacente no se menciona entre las personas jurídicas en el titulo XXXIII Libro
I que se llama justamente de las Personas Jurídicas.
ii. En el artículo 481 se la define como un conjunto de bienes.
iii. El artículo 2346 señala que se puede afianzar a una persona jurídica y a la Herencia
Yacente, con lo cual se está distinguiendo una de otra.
iv. El articulo 2509 numero 3 corresponde a una inobservancia del legislador.
v. En la realidad estamos frente a un patrimonio cuya titularidad es incierta. La HY siempre
tendrá un titular el que puede ser desconocido de manera tal que el problema es de
incertidumbre, pero no de falta de titularidad.
2. Clases de inventario:
a. simple: Corresponde a una enumeración de bienes y deudas efectuado por el interesado sin
sujeción a ninguna formalidad.
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3. Contenido del Inventario:
El artículo 1253 se remite en esta materia a las normas previstas para tal efecto en los artículos
382 y siguientes para los tutores y curadores y a las normas que el CPC contiene en los
artículos 858-865 CPC. También debe tenerse en consideración las normas contenidas en los
artículos 31-36 de la ley 16.271.
Síntesis del contenido:
i. Relación de todos los bienes raíces y muebles ( 382 inciso 1 ).
ii. Todos los documentos que fueren necesarios para la correcta singularización de los
bienes exceptuados los que conocidamente no tuvieren ningún valor o utilidad o que sea
necesario destruir por algún fin moral (382 inciso 1 ).
iii. Deben comprenderse aún las cosas que no fueren propias del causante si se
encontraren entre las que lo son (384).
I. Derecho de Transmisión.
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A. Nociones generales:
Deferida la asignación nace para el asignatario el derecho para aceptarla o repudiarla
oportunidad en la cual pueden plantearse 3 situaciones distintas:
i. El asignatario acepta la asignación y luego fallece, caso en el cual se habrá incorporado en
su patrimonio la asignación y luego ella se transmitirá a sus herederos.
ii. El asignatario repudia y luego fallece, caso en el cual el asignatario no tendrá derecho
alguno en la sucesión y por lo tanto nada transmitirá a sus herederos.
1. Primer causante: que instituyó un legado o dejó una herencia, respecto de los cuales el
asignatario no alcanzó a pronunciarse.
2. Transmitente o Transmisor (asignatario 1 la figura): Que es la persona que fallece sin
aceptar ni repudiar después de habérsele deferido la asignación proveniente del primer
causante.
3. Transmitido (asignatario 2 en la figura): Que es la persona que habiendo aceptado la
herencia del transmitente, adquiere el derecho de aceptar o repudiar la herencia o legado del
primer causante.
C. Requisitos:
i. El transmitente debe ser capaz y digno de suceder al primer causante ya que en caso
de no serlo no habrá delación a su favor.
ii. El transmitido debe ser capaz y digno de suceder al transmitente ya que en caso
contrario no tendrá derecho alguno en su sucesión.
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iii. El transmitente puede ser heredero o legatario del primer causante; el transmitido
solo puede ser heredero del transmitente, ya que en caso de ser legatario no sería su
continuador.
iv. El transmitido debe aceptar la herencia del transmitente ya que solo de esta manera
adquirirá el derecho de opción que se le transmite. (957 inciso 2). En todo caso, nada impide
aceptar la asignación propia y repudiar la transmitida. En este punto, estamos ante una
excepción al artículo 1228, que establece la regla general de la indivisibilidad de la
aceptación o repudiación de la herencia. Tal indivisibilidad no opera mediando transmisión.
v. Los derechos del transmitente en la herencia o legado del primer causante no deben
estar prescritos. Su derecho en la sucesión no debe haber prescrito, pues en tal caso nada
transmite.
Explicación de la Figura:
En principio “C” sería incapaz de suceder a “A” por aplicación del artículo 967 c. c ya que
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no existe al tiempo de abrirse la sucesión de A. También en principio “B”( hijo del causante)
es de grado preferente respecto de “ D” y “E”( nietos del causante e hijos de c) y por lo tanto
solo “B” en principio sucedería a “A”. Ahora bien, como el legislador no quiere perjudicar a
los descendientes del causante recurre a una ficción que consiste en suponer que “ D y E “
ocupan el lugar jurídico de “ C” correspondiéndoles el grado de parentesco y los
derechos hereditarios de su padre “C”.
El articulo 984 inciso 2 define la representación como una ficción legal en que se supone que
una persona tiene el lugar y por consiguiente el grado de parentesco y los derechos
hereditarios que tendría su padre o madre, si éste o ésta no quisiese o no pudiese suceder. En
otras palabras como el heredero llamado no puede o no quiere suceder al causante se le
reemplaza por otro u otros que lo sustituyen como si fuere la misma persona ausente de la
sucesión.
2. El representado (C) : Es la persona que no puede o no quiere suceder y cuyo lugar queda
vacante.
B. Requisitos:
b. Situación de los legitimarios, toda vez que ellos concurren y son excluidos y representados
según el orden y reglas de la sucesión intestada ( importantísimo) ( 1183).
En referencia a esto, hay autores que plantean que no opera en la sucesión testada, sino que
estos art solamente confirman la regla general de que opera en la sucesión intestada.
a. Porque el representado no puede suceder ya sea por ser incapaz, indigno o por haber sido
desheredado. El caso más frecuente, es el fallecimiento del representado antes que la muerte
del causante.
En estos casos cuando el representado sea el padre o madre que tiene la patria potestad
tendrá lugar la formación de un peculio especial a favor del hijo el cual se mirara como mayor
de edad frente a ese peculio con las limitaciones del articulo 254 ( 250 numero3).
C. Efectos:
1. Se produce una ficción legal la cual supone que el representante tiene el lugar jurídico, el
parentesco y los derechos hereditarios del representado.
2. De acuerdo al art. 985 del CC, se puede suceder a una persona por cabeza o por estirpe.
Se sucede por cabeza cuando se sucede personalmente, caso en el cual los asignatarios toman
entre todos y por partes iguales la porción a que la ley los llame.
Cuando se sucede por derecho de representación, se hereda por estirpe, y todos los
representantes, cualquiera que sea su número, dividen por partes iguales la porción del
representado.
El art. 985 dispone que los que suceden por representación “heredan en todos casos por
estirpe”, lo que significa que se aplica siempre la representación aun cuando los herederos
pudieran concurrir por derecho propio, como lo ha declarado también nuestra jurisprudencia.
Así, por ejemplo, si el causante tenía un hermano que murió antes que el primero y tal
hermano deja tres hijos -sobrinos del causante-, estos podrían heredar por derecho propio,
pero de acuerdo al art. 985, lo harán por estirpe. La importancia radica en que como
consecuencia de lo anterior, los sobrinos, sobrinos-nietos, etc, excluyen a todos los otros
colaterales aunque sean de grado más cercano
A. Definición:
Es el llamado que hace el testador para el caso de que falte el asignatario directo o para el
caso de cumplirse una condición. La sustitución supone que en el testamento se designe la
persona que reemplazará al asignatario en caso de faltar éste, de modo que si esto ocurre por
cualquier causa, pasará a ocupar su lugar el sustituto establecido por el testador.
La sustitución puede ser de dos clases: Vulgar o Fideicomisaria. La diferencia esencial entre
una y otra sustitución, en lo tocante a sus efectos, es que la primera opera a la muerte del
testador (cuando el primer asignatario falte), mientras que la segunda opera después
de abierta la sucesión, una vez que se cumpla la condición impuesta por el testador.
B. Sustitución Vulgar.
1. Definición:
Es aquella en que se nombra un asignatario para que ocupe el lugar de otro que no acepta o
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que antes de deferírsele la asignación llegue a faltar por fallecimiento o por otra causa que
extinga su derecho eventual. La ley habla de “antes de deferírsele la asignación…” , si fallece
después de deferida la asignación no hay lugar a la sustitución vulgar. Si el fallecimiento del
heredero o legatario es posterior al del testador, ya no falta el asignatario, pues entra a actuar
el derecho de transmisión. Por lo tanto, los herederos del transmitente o transmisor pasan a
ocupar el lugar de éste y pueden aceptar o repudiar la asignación.
3. Requisitos:
i. Que se trate de una sucesión testamentaria: Al igual que en el acrecimiento, la
sustitución sólo opera en la sucesión testamentaria; por la misma razón, está tratada entre las
asignaciones testamentarias. Por lo demás, la sustitución, como lo veremos, supone una
manifestación de voluntad de parte del testador, y la ley no la presume nunca.
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4. Reglas.
i. La sustitución puede ser de varios grados, como cuando se nombra un sustituto al
asignatario directo, y otro al primer sustituto. El sustituto de un sustituto que llega a faltar se
entiende llamado en los mismos casos y con las mismas cargas que este, sin perjuicio de lo
que el testador haya ordenado a este respecto.
- Muchos a uno.
Lego mi casa a B y C y si ellos llegaren a faltar se la lego a D.
iii. Si se sustituyen recíprocamente tres o más asignatarios y falta uno de ellos, la porción
de éste se dividirá entre los otros a prorrata de los valores de sus respectivas asignaciones
(1160).
Lo que se plantea en este caso es que el legislador se pone en la situación de que en el
testamento se han designado 3 o más personas que se suceden unas a otra de manera tal que
si una falta opera un acrecimiento. La porción del que falta acrece al resto de los asignatarios.
Ejemplo si se deja una cosa a A en 50%, a B 25%, a C 25%, y se estipula que son sustitutos
unos de otro, la falta de A hace que aumenten 25 y 25 a los otros. 14
iv. La sustitución necesariamente debe ser expresa, por esta razón si el asignatario fuere
descendiente del testador, los descendientes del asignatario no por eso se entenderán
sustituidos a éste; salvo que el testador haya expresado voluntad contraria.
vi. Solo procede en la sucesión testamentaria, ello porque supone una declaración del
causante, quien deberá señalar o designar a la persona del sustituto.
C. Sustitución Fideicomisaria.
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Agregado enero 2020
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Agregado enero 2020, fabian elorriaga, derecho sucesorio, pag 367
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1. Definición: El artículo 1164 inciso 1 lo define como aquella en que se llama a un
fideicomisario, que en el evento de una condición se hace dueño absoluto de lo que otra
persona poseía en propiedad fiduciaria.
Las S. Fideicomisaria se regla por lo dispuesto en el titulo “de la propiedad fiduciaria”
(artículo 1164 inciso final, la PF está en los artículos 733 y ss )
2. Reglas.
i. Articulo 745 c. c prohíbe la constitución de fideicomiso sucesivos. Por este motivo
el articulo 1165 inciso 1 señala que para el caso de faltar el fideicomisario antes de cumplirse
la condición, se le nombran uno o más sustitutos, estas sustituciones se entenderán vulgares
, y se sujetaran a las reglas de los artículos precedentes. Existe una suerte de conversión de
un acto nulo (por aplicación del artículo 745 ) a una sustitución vulgar, de esta forma el
acto no será nulo.
A. Conceptos generales.
El punto a dilucidar es que ocurre cuando uno de los asignatarios llamados por el causante
falta y la respuesta es que opera el acrecimiento de manera tal que la parte que correspondía
al asignatario que falta incrementa las demás asignaciones.
De lo dispuesto en el artículo 1147 es posible señalar que el acrecimiento es el derecho en
cuya virtud existiendo dos o más asignatarios llamados a una misma cosa y sin expresión
de cuota la porción del asignatario que falta incrementa la de los otros. En otras palabras
el acrecimiento es una especie de sustitución que deduce la ley interpretando la voluntad del
testador. Así por ejemplo si el causante lega su casa a Pedro, Juan y Diego su intención es
que esa casa quede en poder de los señalados asignatarios. De manera que si uno de ellos
falta su porción acrecienta a los demás.
Como en el acrecimiento la ley de algún modo interpreta la voluntad del causante no existen
más casos de acrecimiento que aquellos expresamente contemplados en la ley.
B. Requisitos.
i. Debe tratarse de una sucesión testada.
Ello porque la ley lo que hace es interpretar la voluntad del causante. Como ya lo decíamos
en este sentido si el testador llama a varias personas a una misma cosa, su intención era
beneficiar solo a esas personas.
El inciso segundo de este artículo 1148 contempla una excepción a este requisito y ello está
referido al caso en que se asigna un objeto a 2 o más personas por iguales partes, en este caso
habrá derecho de acrecer.
- Ej: El testador deja como heredero universal a A y en otra cláusula lega a B y C un
inmueble determinado. C falta porque es incapaz de suceder; su parte acrece a B, que lleva
todo el inmueble legado.
- Ej: El testador deja un tercio de sus bienes a A, otro tercio a B y el tercio restante a C
y D. Entre estos últimos habrá derecho a acrecer, pues son llamados a un mismo objeto (un
tercio de la herencia) sin designación de cuota. Ello, porque no se les determinó la porción
que cada uno llevaría en la cuota. En cambio, de llegar a faltar A o B, su cuota beneficiará a
los herederos abintestato.
b. Verbal:
En este caso, los asignatarios conjuntos son llamados en una misma cláusula testamentaria,
pero a distintos objetos y por tanto, no hay acrecimiento..
Ejemplo: Dejo a Juan y a Pedro mi casa y mi auto respectivamente. En esta situación no ha
acrecimiento.
c. Mixta o res est verbis : En este caso se llama a varios asignatarios a una misma cosa y en
una misma cláusula testamentaria situación en la cual habrá acrecimiento.
- Caso en que el fallecimiento del asignatario conjunto es posterior al del causante: en esta
hipótesis, no hay lugar al acrecimiento, sino que opera el derecho de transmisión. En efecto,
para que opere el acrecimiento es necesario que el asignatario conjunto haya fallecido con
anterioridad al causante. Si muere una vez abierta la sucesión, opera el derecho de
transmisión, contemplado en el art. 957. En efecto, el asignatario conjunto transmite a sus
herederos la facultad de aceptar o repudiar la asignación: art. 1153.
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- Concurrencia del derecho de acrecimiento con el de representación: en principio, no puede
haber conflicto entre ambos derechos, porque el derecho de representación sólo opera en la
sucesión intestada y el de acrecimiento únicamente en la sucesión testada. Pero sucede que
el derecho de representación opera respecto de los legitimarios, pues éstos concurren, son
representados y excluidos de acuerdo con las reglas de la sucesión intestada (art. 1183). El
problema consiste en determinar cuál derecho va a prevalecer en la mitad legitimaria, si
el de representación o el de acrecimiento. Por ejemplo, la mitad legitimaria de la herencia
corresponde a A, B y C, y éste último fallece antes que su padre dejando dos hijos, nietos del
causante. Muerto el testador, ¿Qué sucederá con la porción de C? ¿Acrecerá a A y B o
corresponderá a los hijos de C, en virtud de la ficción de la representación?
La respuesta la da el art. 1190; este precepto dispone que si un legitimario no lleva el todo
o parte de su legítima por las causales allí indicadas “y no tiene descendencia con
derecho a representarle”, su porción acrece a la mitad legitimaria y se reparte entre los
legitimarios existentes.
Quiere decir entonces que en el ejemplo dado, no hay acrecimiento a favor de A y B, sino
que la porción de C la llevan sus descendientes en virtud de la representación. Y la solución
es perfectamente lógica y justa, pues en el caso propuesto jurídicamente no falta C, pues pasa
a ser representado por sus hijos, en virtud de una ficción legal.
En conclusión, en la mitad legitimaria el derecho de representación prevalece por sobre el de
acrecimiento.
3. La porción que acrece lleva todos sus gravámenes consigo, excepto los que suponen una
calidad o aptitud personal del coasignatario que falta (1152).
I. Acervo Bruto.
Al momento de abrirse la sucesión queda una masa de bienes los que normalmente quedan
mezclados o confundidos con bienes pertenecientes a otras personas (por ejemplo los
gananciales que se deban en la Soc Conyugal ). De esta manera el Acervo Bruto , común o
cuerpo común de bienes corresponde al patrimonio del difunto unido a otros bienes que
no le pertenecen .
A consecuencia de lo anterior y como operación previa para conocer y determinar cuál es el
patrimonio del causante será necesario separarlo de otros patrimonios restituyendo los bienes
que pertenezcan a terceros y singularizando con precisión los que forman parte de la sucesión.
El ejemplo más usual se presenta en la sociedad conyugal, al morir uno de los cónyuges. Se
forma una masa de bienes compuesta por los bienes que tenía en dominio el cónyuge difunto
y que constituyen la herencia, por una parte, y los bienes que pertenecen al cónyuge
sobreviviente. Aquí será necesario proceder a liquidar la sociedad conyugal.
En esta etapa se van a insertar las medidas de seguridad, justamente para asegurar el
patrimonio del causante y adoptar las demás medidas de administración.
En el ejercicio de las medidas de seguridad se celebrará un inventario solemne y en virtud
del artículo 385 la mera aserción que se haga en el inventario de pertenecer a determinadas
personas los objetos que se enumeran, no hace prueba en cuanto al verdadero dominio de
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ellos.
Lo que hemos señalado del Acervo Bruto esta tratado en el artículo 1341, según esta norma
“si el patrimonio del difunto estuviere confundido con bienes pertenecientes a otras personas
por razón de bienes propios o gananciales del cónyuge, contratos de sociedad, sucesiones
anteriores indivisas, u otro motivo cualquiera , se procederá en primer lugar a la separación
de patrimonios, dividiendo las especies comunes según las reglas precedentes.
Una vez efectuada esta primera operación pasamos al llamado Acervo ilíquido.
3. Articulo 959 numero 3 se refiere a los Impuestos Fiscales que graven toda la masa
hereditaria.
Hoy no se aplica este numeral ya que no hay impuesto que graven a toda la masa hereditaria
toda vez que el artículo 2 de la ley 16.271 dispone que el impuesto se aplicará sobre el valor
liquido de cada asignación o donación.
Por la misma razón antes dicha tampoco tiene aplicación práctica el artículo 960.
4. Alimentos forzosos:
Los alimentos se deben ya sea voluntariamente o por mandato de la ley, y a estos últimos se
les llama alimentos forzosos ( 1167 numero 1).
A su turno el articulo 1168 primera parte lo define como aquellos que el difunto a debido por
ley a ciertas personas.
Los alimentos forzosos por regla general gravan la masa hereditaria y es por esa razón que
constituyen una baja general. Por excepción los alimentos forzosos no constituyen una baja
general en las siguientes casos:
i. Cuando el testador a impuesto la obligación de pagarlo a uno o más participes de la
sucesión ( 1168 parte 2º).
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Agregado febrero 2020, manuel somarriva, sucesorio, tomo I, pág 111.
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Agregado febrero 2020, manuel somarriva, sucesorio, tomo I, pág 111.
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ii. Se refiere al caso que los alimentos forzosos son excesivos atendida la fuerza
patrimonial del causante. En este caso el exceso se imputara a la parte de bienes de que el
causante pudo disponer libremente ( 1171 inciso 2).
Ejemplo 1: el causante tenía tres hijos, A, B y C. En vida, hizo una donación irrevocable de
$200.000.000.- a B, consistente en el valor de un departamento. Al fallecer el causante, deja
un acervo líquido a repartir entre sus tres hijos de $700.000.000.-. De no haberse hecho en
vida la donación a B, habría dejado $900.000.000.- y por ende cada hijo recibiría
$300.000.000.- Para reparar la desigualdad producida a consecuencia de la donación con que
se favoreció a uno sólo de los hijos, se debe agregar a la masa hereditaria la suma donada, lo
que da un acervo imaginario de $900.000.000.- A cada uno de los hijos le corresponden
$300.000.000.- A y C recibirán efectivamente dicha suma. Sin embargo, a B sólo se le
entregan $100.000.000.-, pues se le descuentan los $200.000.000.- ya recibidos. La donación
que recibió en vida del causante supuso de esta manera que se le anticipara parte de su
legítima.
Ejemplo 2: el causante deja al morir viuda y tres hijos y un acervo líquido de $120.000.000.-
. En vida, hizo una donación a su cónyuge (por ende, donación revocable), con cargo a su
futura legítima, de un inmueble avaluado en $80.000.000.- Se agregará al acervo líquido, de
manera que se formará primer acervo imaginario por $200.000.000.- De éstos, corresponde
$80.000.000.- a la cónyuge sobreviviente y $40.000.000.- a cada uno de los hijos. Pero puesto
que a la primera se le donó un inmueble por el mismo valor de su asignación, nada recibirá,
repartiéndose los $120.000.000.- entre los tres hijos.
Ejemplo 3: el causante deja al morir conviviente civil y dos hijos, y un acervo líquido de
$300.000.000.-, y en vida, hizo a cada uno de sus hijos donaciones irrevocables por
$250.000.000.- Se agregarán los $500.000.000.- donados a los $300.000.000.-, de manera
que el primer acervo imaginario ascenderá a $800.000.000.- De éstos, $400.000.000.-
corresponden al conviviente civil (en este caso le corresponde recibir el doble de lo que recibe
cada hijo, según estudiaremos al tratar más delante de los órdenes sucesorios). Pues bien,
como sólo hay $300.000.000.- realmente disponibles, toda esta suma la recibirá el
conviviente civil sobreviviente, y el saldo de $100.000.000.- se lo deben pagar los hijos del
causante, quienes deben enterarle cada uno $50.000.000.-. Para ellos, aplicaremos lo
dispuesto en el art. 1206
Ejemplo 4: el causante tenía tres hijos, A , B y C. En vida, hizo una donación de $9.000.000.-
a B. Al fallecer el causante, deja un acervo líquido a repartir entre sus tres hijos de
$60.000.000.-. De no haberse hecho en vida la donación a B, cada hijo recibiría $23.000.000.-
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Para reparar la desigualdad, se agrega a la masa hereditaria la suma donada, lo que da un
acervo imaginario de $69.000.000.- A cada uno de los hijos le corresponden $23.000.000.-
Sin embargo, a B sólo se le entregan $14.000.000.-, pues se le descuentan los $9.000.000.-
ya recibidos.
De esta manera se evita que se perjudique a uno o algunos de los legitimarios, por donaciones
hechas a otro u otros legitimarios.
Este acervo es imaginario ya que no tiene existencia física o real sino que meramente
intelectual. En verdad, no se forma la masa de bienes que en el artículo 1185 se ordena, sino
que se calcula numéricamente como valor. Por lo mismo, su denominación doctrinaria es
correcta.
Este acervo se forma siempre que al abrirse la sucesión existan legitimarios, puesto que con
él se procura defender la integridad de las legítimas.
Lo que realmente se colaciona al acervo es el valor que la cosa donada tenia, atendiendo,
como se dijo ,al estado en que las cosas se encontraban al tiempo de la entrega. Las
donaciones que deben colacionarse ¿son solo las que revisten el carácter formal de
irrevocables o si han de coaccionarse todas las liberalidades consentidas a un legitimario?. A
juicio de Ramón Domínguez Benavente y Domínguez Águila y siguiendo a estos autores P.
Rodriguez señala que debe colacionarse todo tipo de liberalidad que implique un
empobrecimiento para el patrimonio del donante y un enriquecimiento paralelo para el
donatario. Estos autores ( Domínguez Benavente y Domínguez Águila ) señalan lo siguiente
“ El objeto de la legítima es igualar a los legitimarios en su legítima y tanto desequilibra esa
igualdad una donación como cualquier otra liberalidad. Por lo demás la definición del artículo
1386 no es tan estricta como pudiera pensarse, sino que concibe la donación en un sentido
muy general que admite otras liberalidades. Es por eso que el articulo 1397 manda que se
tenga como donación la renuncia o remisión de una deuda, actos que son indudablemente
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liberalidades, pero que estrictamente no son donaciones. Además hay que tener presente el
artículo 1203. “
En el fondo, entonces, las donaciones irrevocables que se hacen a un legitimario constituyen
un anticipo de su legítima y así lo presume la ley en el articulo 1198.La donación
revocable y la irrevocable, salvo que el causante disponga expresamente otra cosa en su
testamento, es un anticipo o prepago de la legítima o de una asignación de cuarta de
mejoras. Sin embargo hay ciertas excepciones : articulo 1188 inciso 2 , 1198 inciso 3.
2. Las donaciones que se consideran en este acervo son aquellas que se han hecho cuando el
causante tenía legitimarios. Si ellas se hacen en consecuencia antes que sobrevengan
legitimarios, no podrán estar comprendidas en este acervo de modo alguno.
3. Para que se forme este acervo es necesario que las donaciones a extraños sean cuantiosas,
entendiéndose que lo son aquellas que sobrepasan la parte de lo que el causante ha podido
disponer con entera libertad.
Para estos efectos se suman todas las donaciones que ha hecho el causante, que a la sazón
tenía legitimarios, y se agrega este valor al primer acervo imaginario . De este modo queda
establecida la parte de libre disposición que el causante no ha podido sobrepasar.
Se suman las donaciones hechas por el causante al acervo existente y el resultado se divide
por cuatro. La cantidad que resulte -o sea una cuarta parte de la suma dividida-, es lo que el
causante pudo donar. Si lo que donó excede dicha suma o límite, el exceso se agrega al acervo
existente para formar el segundo acervo imaginario. Se calculan entonces la mitad
legitimaria, la cuarta de mejoras y la cuarta de libre disposición. Se pagan íntegramente las
primeras, y la cuarta de libre disposición hasta donde alcance.
Por ejemplo: el acervo existente es de $100.000.000.- El causante donó en vida $
60.000.000.-, los que se agregan al primero, alcanzando entonces a $ 160.000.000.- Se divide
en cuatro partes, lo que nos da como cantidad máxima que se pudo donar de $ 40.000.000.-
Hay por tanto un exceso de $20.000.000.-, que se acumula imaginariamente al acervo
existente, lo que nos da $120.000.000.- De estos, $60.000.000.- corresponden a la mitad
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legitimaria, que se paga; $ 30.000.000.- corresponden a la cuarta de mejoras, que también se
paga. Los $10.000.000.- que realmente quedan, constituyen la parte disponible por concepto
de cuarta de libre disposición. Esta ha quedado reducida entonces, en el exceso de lo donado.
Se ha conseguido de esta forma el primer efecto del segundo acervo imaginario: limitar la
parte de que el testador pudo disponer libremente.
Puede ocurrir que la parte donada a terceros sea de tal modo excesiva que sobrepase la cuarta
de libre disposición, afectando la mitad legitimaria y la cuarta de mejoras. Nace entonces
para los legitimarios la acción de inoficiosa donación, que no es sino la “rescisión” de la
donación, según el Código Civil (en rigor, veremos que más bien hay inoponibilidad, no
nulidad relativa). En su virtud, los herederos pueden dirigirse en contra de los terceros que
recibieron donaciones del causante en vida de éste, exigiendo la restitución de los bienes
donados hasta la parte en que perjudican las asignaciones forzosas. Art. 1187 del CC.
Sucesión Intestada.
I. Nociones Generales.
A. Concepto:
Artículo 952 inciso 1: “ Si se sucede en virtud de un testamento, la sucesión se llama
testamentaria, y si en virtud de la ley, intestada o abintestato”.
Ramón Meza Barros: “Transmisión que hace la ley de los bienes, derechos y obligaciones
transmisibles de una persona difunta “, en otras palabras, la ley presume la última voluntad
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del causante. Toda vez que este no hizo testamento y es la ley quien distribuye los bienes
del difunto entre quienes presuntivamente habrían sido favorecidos por él, es decir, en este
caso:
1. La ley es supletoria de la voluntad del causante.
2. Determina quienes son sus herederos.
3. Fija la cuantía de las asignaciones.
2. Principio de igualdad:
Esto significa que en la sucesión intestada la ley no atiende no al sexo ni a la primogenitura.
( 982).
B. Mecanismo:
El sistema consiste en distribuir a los parientes en clases, categorías u órdenes, de manera
que unos preferirán a otros. Es fundamental tener claro que para determinar en la sucesión
intestada los derechos hereditarios de una persona lo que se examina es a que orden de
sucesión ella pertenece y no el grado de parentesco que la liga con el causante.
No obstante lo anterior dentro de cada orden de sucesión el grado de parentesco sí tiene
relevancia ya que los parientes de grado más próximo excluye a los de grado más remoto,
salvo que opere el derecho de representación.
Debe tenerse en cuenta que dentro de cada orden de sucesión hay un pariente que fija el orden
y le da su nombre y en consecuencia si este pariente falta se pasa al orden siguiente.
2. El cónyuge sobreviviente.
3. El adoptado, quien de acuerdo al artículo 37 de la ley 19.620 tiene los mismos derechos
que el hijo.
ii. Hay un solo hijo: En ese caso la cuota del cónyuge o conviviente civil será igual a la
legitima rigorosa o efectiva de ese hijo.
De esta forma, pueden presentarse las siguientes situaciones, cuando hay dos o más hijos
(personalmente o representados) y cónyuge o conviviente civil sobreviviente:
si hay dos hijos y cónyuge sobreviviente, dividimos la herencia en cuatro partes, un cuarto
para cada hijo y dos cuartos para el cónyuge sobreviviente; aplicamos la primera regla, pues
el viudo o viuda lleva el 50% de la herencia;
si hay tres hijos y cónyuge sobreviviente, dividimos la herencia en cinco partes, un quinto
para cada hijo y dos quintos para el cónyuge sobreviviente; aplicamos la primera regla, pues
el viudo o viuda lleva el 40% de la herencia;
si hay cuatro hijos y cónyuge sobreviviente, dividimos la herencia en seis partes, un sexto
para cada hijo y dos sextos para el viudo o viuda; aplicamos la primera regla, pues el cónyuge
sobreviviente lleva un 33.33% de la herencia;
si hay cinco hijos y cónyuge sobreviviente, dividimos la herencia en siete partes, un
séptimo para cada hijo y dos séptimos para la viuda o viudo; aplicamos todavía la primera
regla, pues el cónyuge sobreviviente lleva un 28.58%, aproximadamente;
si hay seis hijos y cónyuge sobreviviente, dividimos la herencia en ocho partes, un octavo
para cada hijo y dos octavos para el viudo o viuda; todavía nos mantenemos en la primera
regla, pues dos octavos corresponden exactamente al mínimo previsto por la ley para el
cónyuge sobreviviente, esto es, un 25%;
si hay siete o más hijos, debemos aplicar la tercera regla, pues de aplicar la primera, habría
que dividir la herencia en nueve partes, lo que arrojaría para el viudo o viuda un porcentaje
inferior al 25%, pues dos novenos están por debajo del expresado porcentaje.
- La cuarta parte correspondiente al cónyuge debe calcularse de acuerdo al artículo 996
que regula la herencia en parte testada e intestada conforme a la remisión que hace el articulo
988 inciso 4. El profesor estima que la remisión que hace el articulo 988 inciso 4 al 996 se
refiere solo al inciso final en orden a que la cuarta parte de la herencia o de la mitad
legitimaria que le corresponde al cónyuge será enterada totalmente con preferencia a las
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demás asignaciones.
- El articulo 994 inciso 1 dispone que el cónyuge separado judicialmente no tendrá
parte alguna en la herencia abintestato de su mujer o marido se hubiere dado motivo a la
separación por su culpa.
- Cabe consignar que de conformidad al art. 1337, regla 10ª, el cónyuge sobreviviente
tendrá dos derechos:
Derecho a que su cuota hereditaria se entere con preferencia mediante la adjudicación en
favor suyo de la propiedad del inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda
principal de la familia (son requisitos copulativos), así como del mobiliario que lo guarnece,
siempre que ellos formen parte del patrimonio del difunto. Este derecho de adjudicación
preferente tiene carácter personalísimo: no puede transferirse ni transmitirse.
Si el valor total de dichos bienes excede la cuota hereditaria del cónyuge, éste podrá pedir
que sobre las cosas que no le sean adjudicadas en propiedad, se constituya en su favor
derechos de habitación y de uso, según la naturaleza de las cosas, con carácter de gratuitos y
vitalicios. El derecho de habitación no será oponible a terceros de buena fe mientras no se
inscriba la resolución que lo constituye en el Registro del Conservador de Bienes Raíces.
Ejemplos: 18
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2. Del cónyuge o conviviente civil sobreviviente y de los ascendientes.
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2. Si solo concurre el cónyuge o conviviente civil, este heredará todos los bienes.
4. Habiendo 1 solo ascendientes de grado más próximo sucederá este en todos los bienes, o
en toda la porción hereditaria de los ascendientes conforme al artículo 989 inciso 3.
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Reglas Especiales.
i. Se reitera la regla del articulo 994 inciso 1 en cuanto el cónyuge separado judicialmente,
que hubiere dado motivo a la separación por su culpa , no tendrá parte alguna en la herencia
abintestato de su mujer o marido.
ii. No sucederán abintestato los padres del causante si la filiación ha sido determinada
judicialmente contra su oposición, salvo que mediare el restablecimiento a que se refiere el
artículo 203. En el mismo sentido, el art. 1182 reiteró que no serán legitimarios los
ascendientes del causante si la filiación que constituye o de la que deriva su parentesco, ha
sido determinada judicialmente contra la oposición del respectivo progenitor, salvo en el caso
del inciso final del art. 203. En otras palabras, sólo serán herederos abintestato los
ascendientes cuando medie filiación matrimonial y cuando tratándose de la filiación no
matrimonial, el reconocimiento de la misma hubiere sido voluntario y no forzado.
3. De los hermanos.
A. Personas que lo componen. Articulo 990 inciso 1 del Código Civil: “Si el difunto no
hubiere dejado descendientes, ni ascendientes, ni cónyuge, le sucederán sus hermanos.”
El inciso 2 de este articulo agrega que entre los hermanos de que habla este articulo se
comprenderán los de simple y doble conjunción, pero la porción de los primeros será la mitad
que la que corresponda a los segundos.19
B. Monto de la asignación.
- La porción del hermano de simple conjunción será la mitad de la porción del hermano
de doble conjunción.
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Modificado enero 2022
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- Cabe recordar que el derecho de representación también opera respecto de los
descendientes del hermano del causante, de modo que también ingresarán los hijos del
hermano, quienes son sobrinos del causante.
B. Monto de la asignación.
1. Los colaterales de simple conjunción tendrán derecho a la mitad de la porción de los de
doble conjunción20.
El Nuevo inciso segundo del art 992 señala Los colaterales de simple conjunción, esto es, los
que sólo son parientes del difunto por parte de uno de los progenitores, tendrán derecho a la
mitad de la porción de los colaterales de doble conjunción, esto es, los que a la vez son
parientes del difunto por parte de ambos progenitores. El colateral o los colaterales del grado
más próximo excluirán siempre a los otros
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Agregado enero 2022
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2. El colateral o colaterales de grado más próximo excluirán siempre a los otros.
Esta norma tiene una excepción cual es que no se aplica a los sobrinos porque en ese caso
opera el derecho de representación porque en ese caso concurren como hermanos. Hay que
tener presente que, según lo ha declarado reiteradamente nuestra jurisprudencia, no se aplica
este orden mientras existan representantes de hermanos del causante, aunque éste sea uno
solo. Esto es, la representación excluye la aplicación del cuarto orden de sucesión, aun
cuando los hijos de los hermanos del causante pudieran concurrir por derecho propio. Se
aplica siempre la representación, y los sobrinos, sobrinos-nietos, etc., aun cuando no
concurran hermanos, excluyen a los demás colaterales.
Conforme a lo expuesto, los colaterales llamados en este orden son los de tercer a sexto grado
inclusive. Conviene precisar que los colaterales pueden serlo “hacia arriba” (caso de los tíos)
o “hacia abajo” (caso de los primos hermanos). Puesto que la ley no hace distingos, pueden
suceder al causante unos y otros. Sin embargo, tal como indicábamos, si concurren, por
ejemplo, un sobrino (colateral de tercer grado) y un tío (también colateral de tercer grado),
preferirá el sobrino. Ello, porque éste heredará por derecho de representación, reemplazando
al padre (hermano del causante) y ocupando su mismo lugar (colateral de segundo grado).
5. El Fisco. (995)
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Artículo 995: “A falta de todos los herederos abintestato designados en los artículos
precedentes, sucederá el fisco.”
El Fisco, para los efectos de solicitar la posesión efectiva de la herencia, actúa representado
por el Ministerio de Bienes Nacionales (artículo 43 del Decreto Ley número 1.939). El Fisco
es el representante económico del Estado y de la colectividad en general.8 El Decreto Ley
número 1.939, de 1977, que establece normas sobre adquisición, administración y
disposición de bienes del Estado, regula los derechos hereditarios del Fisco, en el párrafo IV,
citado, artículos 42 a 54.
- Cuantía de la asignación.
Como es obvio, a falta de herederos abintestato, el Fisco llevará toda la herencia. Cuando no
existen otros herederos abintestato, se habla de herencias vacantes; el Fisco concurre
entonces en las herencias vacantes.
Se ha discutido el fundamento que tiene esta asignación en favor del Fisco. La doctrina
mayoritaria y la jurisprudencia estiman que el Estado sucede como heredero, en las mismas
condiciones que cualquier heredero abintestato. Para otros, el Estado sucede porque, faltando
los herederos abintestato, los bienes de la herencia quedan sin dueño y pertenecen al Estado
como consecuencia de su poder soberano.
El Fisco, en cuanto heredero, puede aceptar o repudiar la herencia. Si la acepta, goza de
beneficio de inventario, de conformidad al art. 1250. Si la repudia, se presenta un problema
de interés, ya que pueden ocurrir dos cosas: antes que se repudie la herencia puede solicitarse
la declaración de herencia yacente y designarse un curador de la misma, el que liquidará
bienes y pagará las deudas hereditarias, según prescriben los arts. 1240 y siguientes; puede
ocurrir también, que el Fisco repudie de inmediato, sin que haya lugar a la declaración de
herencia yacente, en cuyo evento los inmuebles serán de dominio del Estado (art. 590) y los
muebles pasarán a ser res derelictae y podrán ser adquiridos por ocupación, quedando los
acreedores burlados en sus derechos. Sin embargo, ello no sucederá si se toma la precaución
de optar por la primera alternativa y proceder de conformidad con los arts. 1240 y siguientes,
solución que ciertamente resulta ser la más equitativa. En todo caso, no parece posible que
el Fisco repudie la herencia si esta tiene bienes, puesto que ellos representan una eventual
utilidad para el Estado.
En los demás órdenes de sucesión, el Fisco está representado en la masa hereditaria por el
impuesto de herencia que establece la Ley (salvo si la herencia, como ocurre frecuentemente,
sea declara exenta de impuesto).
Asimismo, en relación al Fisco como heredero, la Corte Suprema ha dicho que disputada una
herencia entre el Fisco y otros herederos (colaterales), éstos deben acreditar su parentesco.
En otras palabras, la sentencia exoneró al Fisco de la obligación de probar que no existían
otros herederos, imponiendo el peso de la prueba a quienes alegaban la exclusión de éste
como consecuencia de la existencia de herederos preferentes.
6. De acuerdo con la ley 19.620 se le otorga al adoptado la calidad y el estado civil de hijo
por lo tanto el adoptado tiene los mismos derechos del hijo.
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- Situación del matrimonio nulo.
Para Somarriva, el cónyuge cuyo matrimonio fue anulado, aunque este haya sido putativo,
no tiene derechos hereditarios abintestato. Aunque la ley no se puso en el caso, hay casi
unanimidad en la conclusión anterior. Desde luego, en el matrimonio simplemente nulo no
cabe discusión alguna, pues es lo mismo que si no hubiera existido matrimonio, y no puede
haber derechos hereditarios abintestato entre los presuntos cónyuges. Pero cabe preguntarse
si acaso el matrimonio que fue nulo putativo, es decir, un matrimonio que, a pesar de su
nulidad, produce iguales efectos civiles al válido, da derechos hereditarios al cónyuge
sobreviviente cuyo matrimonio tuvo ese carácter en la sucesión abintestato del causante.
Para Somarriva, la respuesta debe ser negativa, porque el matrimonio putativo supone, para
producir efectos, la buena fe de los cónyuges; desde el momento en que esta cesa, el
matrimonio deja de producir sus efectos. Y esta buena fe es incompatible -en opinión de
Somarriva-, con la sola notificación de la demanda de nulidad y con mayor razón, con la
declaración misma de nulidad del matrimonio. Debemos concluir entonces, afirma, que, si
se anuló el matrimonio y aun cuando éste fuere nulo putativo, el cónyuge sobreviviente no
tiene derechos en la sucesión abintestato del difunto.
Sin embargo, señala Somarriva que hay un caso de excepción que puede dar lugar a que el
cónyuge sobreviviente, cuyo matrimonio se ha anulado, tenga derechos hereditarios: es el
caso del art. 47 de la Ley de Matrimonio Civil, que permite pedir la nulidad del matrimonio
aun después de fallecido uno de los cónyuges si la causal es la de vínculo matrimonial no
disuelto. En tal caso, el matrimonio así anulado puede ser putativo y el excónyuge
sobreviviente concurrir a la herencia, pues esta clase de matrimonio produce los mismos
efectos que el válido y el cónyuge sobreviviente pudo estar de buena fe al fallecimiento del
causante. Recordemos que, si era el difunto el cónyuge bígamo, se producirá la curiosa
situación de que concurrirán a la herencia dos cónyuges sobrevivientes, quienes deberán
dividir por mitades sus derechos.
Rodríguez Grez agrega un matiz a la conclusión de Somarriva. Concuerda en que, si el
matrimonio del causante se ha disuelto por nulidad, el cónyuge sobreviviente no tendrá
derecho alguno en la sucesión porque carece de vínculo matrimonial, que es la fuente de los
derechos sucesorios en este caso. Si el matrimonio fuere putativo, con arreglo al art. 51 de la
Ley de Matrimonio Civil, surtirá efectos civiles, pero no transforma al excónyuge en
asignatario del premuerto. Con todo -y he aquí el matiz anunciado-, si la nulidad se declara
por sentencia judicial después de muerto el otro cónyuge, y el matrimonio es putativo, estima
Rodríguez que el sobreviviente debe ser considerado heredero porque el matrimonio produjo
sus efectos en el momento de abrirse la sucesión. Rodríguez no comparte en este punto la
afirmación de Somarriva, en orden a que la buena fe desaparece necesariamente -y con ello
la posibilidad de considerar al matrimonio como putativo-, al momento de notificar la
demanda. Señala Rodríguez que la buena fe del cónyuge notificado de una demanda de
nulidad de matrimonio puede subsistir, como quiera que la sola pretensión de nulidad no es
suficiente para hacerla desaparecer. Seguramente, dice Rodríguez, el raciocinio de Somarriva
está inspirado en el art. 907, relativo a las “prestaciones mutuas”, que establece que el
poseedor de buena fe no está obligado a restituir los frutos percibidos antes de la contestación
de la demanda. Pero esta norma, dice Rodríguez, sólo tiene aplicación en aquella materia, y
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ni siquiera allí se pierde la buena fe por la notificación de la demanda, sino por la contestación
de ella.
2. Pero los que suceden a la vez por testamento y abintestato, imputarán a la porción que
les corresponda abintestato lo que recibieren por testamento, sin perjuicio de retener toda
la porción testamentaria, si excediere a la otra. Si el testador ha instituido a un heredero
testamentario, que a la vez es heredero abintestato, en una asignación que excede al
llamamiento de la ley, se estará siempre a la voluntad del causante y sólo subsidiariamente
al llamamiento legal, pudiendo el asignatario retener toda la asignación testamentaria.
En el fondo se entiende que la asignación testamentaria se ha hecho a cuenta de lo que a ese
heredero le ha de corresponder por sucesión.
Existe un problema que se plantea sobre la base de precisar en qué consiste “la porción que
corresponda ab intestato” al asignatario testamentario. Si esta porción se calcula sobre el
remanente que resulta una vez deducida la asignación testamentaria, el asignatario favorecido
por el testador se perjudicaría. Lo único que dificulta la interpretación es lo que se debe
entender por “corresponder abintestato” en este caso: si lo que le tocaría al heredero
testamentario en el remanente que ha quedado intestado, o lo que llevaría en la sucesión si
ésta fuera íntegramente intestada. Un ejemplo aclarará las dos posiciones posibles: concurren
dos hermanos a una herencia de $10.000.000.- y a uno de ellos, A, el testador le ha dejado
$2.000.000.-, mientras que al otro, B, nada le ha dejado. Quedan intestados $8.000.000.-
Las dos interpretaciones posibles son las siguientes:
a) Si entendemos por corresponderle abintestato lo que le tocaría en el remanente de aplicar
las reglas de la sucesión intestada a éste, en el ejemplo, tenemos que cada hermano tiene
derecho abintestato a $4.000.000.- Pero como A debe imputar a esa cantidad los $2.000.000.-
que lleva por testamento, sólo recibe abintestato los otros $2.000.000.- (en total, $4.000.000.-
).
b) Según la segunda interpretación, lo que corresponde abintestato es lo que tocaría a cada
heredero si la sucesión fuera íntegramente intestada. En el ejemplo, a cada heredero le
correspondería $5.000.000.-. El heredero A llevaría $5.000.000.- ($2.000.000.- por
testamento y $3.000.000.- como heredero abintestato) y el heredero B otros $5.000.000.-
Como podemos observar, en el mejor de los casos, el heredero instituido por el testador y
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que a su vez es heredero abintestato, llevará la misma asignación que aquél que no ha sido
objeto de liberalidad alguna de parte del causante. Domínguez Benavente y Domínguez
Águila, se inclinan por la segunda interpretación, señalando: “Lo abintestato del art. 996, 2º,
es todo el as hereditario y no el remanente de él, del que no dispuso el testador. De no ser así,
el asignatario testamentario estaría en peor situación que el no considerado en el acto de
ultima voluntad.”
Rodríguez Grez sigue un tercer camino, señalando que la solución aceptada menoscaba los
derechos del asignatario testamentario que, concurriendo como heredero abintestato y siendo
su porción testamentaria menor que la que le corresponde en la sucesión intestada, nada
aprovechará con la disposición hecha en su favor por el causante. No es lógico, cree este
autor, que admitiendo que las asignaciones testamentarias prefieren a las asignaciones
intestadas, quien es instituido heredero por el testador y además concurre en el remanente de
los bienes como heredero abintestato, nada gane en razón de la disposición de última voluntad
que representa el deseo del causante. Lo equitativo habría sido, a juicio de este autor, que,
pagada la asignación testamentaria, concurrieran en el remanente los herederos intestados
señalados por la ley. De este modo el favorecido por el testador lo sería realmente, al percibir
la asignación testamentaria y una asignación intestada.
3. Prevalecerá sobre todo lo dicho anteriormente la voluntad expresa del testador en lo que
de derecho corresponda conforme a lo señalado en el articulo 996 inciso 3.
Por lo anterior el inciso 4 del mismo artículo explicita que la regla que menciona el inciso 1
se aplicará una vez que se encuentren enteradas totalmente, a quienes tienen derecho a ellas,
las legitimas y mejoras de la herencia. Esto significa que para que la regla tenga aplicación
se debe enterar primero las legitimas y rigorosas.
Así, por ejemplo, si el testador dice que se asigna una quinta parte de sus bienes a una
persona, “sin perjuicio de”, “además de” o “sin que se afecte” lo que al asignatario
corresponde en la sucesión intestada, quedará sin efecto la imputación ordenada en el inc. 2º
del art. 996.
Sucesión Testada.
I. Nociones Generales.
A. Concepto:
Articulo 999 Código Civil: “El testamento es un acto más o menos solemne, en que una
persona dispone del todo o de una parte de sus bienes para que tenga pleno efecto después de
sus días, conservando la facultad de revocar las disposiciones contenidas en él, mientras
viva.”
Articulo 952 inciso 1: “Si se sucede en virtud de un testamento, la sucesión se llama
testamentaria…”.
B. Características Generales.
- Es subjetivamente simple por que la parte que lo ejecuta es una sola persona conforme
al artículo 1003 inciso 2.
- Es no Recepticio por cuanto no está dirigido a otra persona u otra parte como ocurre
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con la oferta. En este caso la aceptación de la herencia es un acto jurídico independiente del
testamento.
2. Es un acto personalísimo.
- El artículo 1003 inciso 2 señala que serán nulas todas las disposiciones contenidas en
el testamento otorgado por dos o más personas a un tiempo, ya sean en beneficio recíproco
de los otorgantes, o de una tercera persona. Estos testamentos otorgados por dos o más
personas se denominan “conjuntos” o “mancomunados” o de “hermandad” y son nulos por
cuanto distorsionan la naturaleza propia del acto testamentario que es la voluntad del testador.
- Adicionalmente el articulo 1004 no s dice que la facultad de testar es indelegable
(dato: es el art más breve del c.c.) no pudiendo entonces facultar a un tercero para que teste
en representación de otra persona. En la vida jurídica, prácticamente todos los actos jurídicos
pueden hacerse por medio de representantes. El testamento hace excepción al principio
anterior. Aplicación de esta excepción, es el art. 1063. De permitirse que la elección del
asignatario dependa del puro arbitrio ajeno, habría una verdadera delegación parcial de la
facultad de testar, infringiéndose el art. 1004. Por la misma razón, los relativamente incapaces
pueden otorgar libremente testamento. Así lo autoriza expresamente el art. 262, respecto del
hijo menor adulto.
Deriva también del carácter personalísimo del testamento, la circunstancia de que el testador
puede optar por mantener en reserva su testamento, otorgando un testamento cerrado, de
manera que sus disposiciones y declaraciones sólo se conozcan una vez fallecido.
- Cabe señalar que la jurisprudencia ha resuelto sobre el particular que no caen bajo la
prohibición de los arts. 1003 y 1059 los testamentos otorgados por dos personas el mismo
día, la una en pos de la otra, aunque estas dos personas en sus respectivos testamentos se
instituyan recíprocamente herederos.
3. Es un acto solemne.
Está sujeto a la observancia de ciertas solemnidades sin las cuales no produce efectos civiles.
De la lectura de los artículos 999 y 1008 se desprende que el testamento puede ser solemne
o menos solemne. De manera que será solemne aquel respecto del se han observado todas las
solemnidades que la ley exige. Serán menos solemnes o privilegiados aquellos respecto de
los cuales se omite alguna de las formalidades que establece la ley en consideración a
determinadas circunstancias particulares o especiales establecidas expresamente en la ley.
El artículo 1002 ratifica el hecho de que el testamento es solemne porque es autosuficiente.
Este art dispone que los documentos a que se refiera el testador en el testamento no se mirarán
como parte del mismo, aunque el testador así lo dispusiere. El precepto se justifica, porque
en dichas “cédulas y papeles” no se han respetado las formalidades del testamento y mal
pueden en consecuencia formar parte de él y tener su mismo valor.
El fundamento de la exigencia del legislador de que la voluntad del testador se manifieste
siempre en forma solemne es:
a) Porque así queda una prueba preconstituida acerca de cual fue la voluntad real del testador.
b) Porque el testamento es un acto de importancia en la vida jurídica; en efecto, él da origen
a la sucesión por causa de muerte, y el legislador siempre rodea de solemnidades los actos de
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trascendencia en el derecho. Las formalidades hacen que la voluntad se manifieste en forma
más clara y meditada, evitando en lo posible la concurrencia de vicios en ella.
c) Como una medida de protección de la voluntad del causante y para darle autenticidad al
testamento.
a. Las cláusulas derogatorias de sus disposiciones futuras se tendrán por no escritas, aunque
se confirmen con juramento.
c. El testamento solo se hace efectivo a partir del fallecimiento del causante o de sobrevenir
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una causal que haga inoponible su revocación por ejemplo demencia.
7. El testamento produce sus plenos efectos fallecido el causante, pero puede producir otros
efectos en vida de éste. Que el testamento produzca sus principales efectos después de muerto
el causante es lógico, dado que da origen a la sucesión por causa de muerte, modo de adquirir
el dominio que exige como supuesto el fallecimiento del causante.
En algunos casos, sin embargo, el testamento produce ciertos efectos, en vida del causante,
lo que explica que el art. 999 se refiera a que muerto el causante se producen "sus plenos
efectos"; a contrario sensu, vivo el testador, bien podrían producirse "algunos" de los efectos
del testamento. Así:
El reconocimiento de hijo que se efectúa en un testamento abierto. En este caso, el
testamento producirá un efecto en vida del causante: otorgar al hijo el carácter de tal. Lo
mismo ocurrirá tratándose del reconocimiento de una deuda.
Las donaciones revocables y legados entregados por el causante en vida a los beneficiarios
con derecho a ellos. Contemplan esta situación los arts. 1140 y 1142. Establecen que los
donatarios de una donación revocable y los legatarios a quienes se entregan en vida las cosas
donadas y legadas adquieren un derecho de usufructo sobre los bienes entregados. En estos
casos, también produce el testamento un efecto en vida del testador: dar nacimiento a un
derecho de usufructo.
II. Requisitos.
Como es un acto jurídico debe cumplir con todos los requisitos generales aplicables a los
actos jurídicos (de existencia y validez)
Los requisitos internos son: la capacidad del testador y su voluntad exenta de vicios. Estos
requisitos son iguales en todo testamento, cualquiera que sea su forma. Su incumplimiento
trae consigo, por regla general, la nulidad e ineficacia totales del testamento, por regla general
(se anula totalmente el testamento, si lo otorgó un incapaz y si hubo fuerza sobre la voluntad
del testador; sólo se anula en parte el testamento, si hubo error).
Los requisitos externos o formalidades no constituyen exigencias únicas, sino que varían
conforme a las clases de testamento. Su sanción también es la nulidad integral del testamento.
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1. Requisitos Internos:
i. El impúber.
ii. El que se hallare bajo interdicción por causa de demencia. Si no está declarado en
interdicción, queda incluido en el nº iii. La interdicción tiene, eso sí, una gran importancia,
en relación con lo que dispone el art. 465 del CC. Si el demente está colocado bajo
interdicción, no será necesario probar la demencia para anular el testamento. En cambio, si
el demente no está bajo interdicción, los que impugnen el testamento invocando esta causal
deberán probar la falta de razón.
iii. El que actualmente no estuviere en su sano juicio por ebriedad u otra causa. Dentro de las
otras causas de privación de razón quedan comprendidos la demencia, el hipnotismo, la
influencia de alcaloides, la demencia senil, etc. Respecto de la prueba del hecho de no estar
una persona en su sano juicio al momento de otorgar testamento, habitualmente se producirá
por informes médicos, es decir por informes de peritos. La jurisprudencia ha determinado
que se puede probar incluso por
medio de presunciones. El juez, frente a los antecedentes que se le proporcionen, puede
construir y fundar sus presunciones, llegando a establecer la falta de razón. También han
dicho nuestros tribunales que la circunstancia de que el notario exprese en el testamento que
el testador estaba en su sano juicio al otorgarlo, no obsta a la nulidad de aquél, si se acredita
la falta de razón.
Esta enumeración es taxativa por lo tanto todas las personas que no caigan en esta
clasificación son capaces para testar. La capacidad debe existir al momento de otorgarse
testamento.
El articulo 1006 nos da ciertas reglas especiales respecto de la capacidad:
ii. El testamento válido no deja de serlo por el hecho de sobrevenir después alguna causa de
inhabilidad.
Se concluye que pueden testar los menores adultos y los disipadores interdictos. Estos
últimos pueden testar, puesto que el testamento no implica administración de bienes sino
disposición de ellos para después de sus días. Sin embargo, el testador debe ser mayor de
edad, si pretende restablecer los derechos hereditarios de su progenitor, cuya paternidad o
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maternidad se determinó judicialmente y con su oposición (artículo 203 del Código Civil).
1. FUERZA.
i. Regla general: artículo 1007: “El testamento en que de cualquier modo haya intervenido
la fuerza, es nulo en todas sus partes”.
Cuestiones relevantes:
a. ¿Qué quiere decir la expresión “cualquier modo”??
A este respecto veremos la opinión de diversos autores:
i. Claro Solar: señala que en este aspecto la ley se aparta de los requisitos generales de la
fuerza de manera que la fuerza en el testamento no requiere ser grave, sino que bastara para
hacerla valer cualquier presión en el ánimo del testador que le prive de su voluntad. En teoría
de Claro Solar bastará para viciar el testamento el temor reverencial. Pablo Rodriguez señala
que, por disposición expresa de la ley, en los actos jurídicos en general, el temor reverencial
no basta para viciar el consentimiento, pero sí la voluntad en el testamento. Si la ley
expresamente ha dicho que es nulo el testamento “en que de cualquier modo haya intervenido
la fuerza”, está señalando inequívocamente, a juicio de este autor, que la fuerza provocada
por temor reverencial es suficiente para viciar la voluntad
ii. Meza barros: Tiene otra teoría, señala que la expresión “de cualquier modo “implica que
es indiferente que la fuerza se emplee por el beneficiario o cualquier otra persona.
iii. La Corte Suprema ha resuelto, sin embargo, que la fuerza para viciar la voluntad en el
testamento, debe llenar los requisitos grave, injusta y determinante, no existiendo a su
respecto una situación especial.
ii. Meza Barros: sostiene que se refiere esta expresión a que el testamento queda nulo
íntegramente tanto en aquellas disposiciones que fueren motivadas por la fuerza como
aquellas que no.
iii. Recordemos finalmente, que el art. 968 número 4, además hace indigno de suceder a
quien obtiene por la fuerza una disposición testamentaria en su favor, razón por la cual, si
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anulado el testamento el autor de la fuerza fuere heredero testamentario en otro testamento o
heredero intestado, perderá todo derecho en la sucesión del causante. Igual indignidad
afectará al que haya impedido por la fuerza testar al causante, situación en la cual se hará
indigno de sucederlo en el testamento que ha dejado o intestadamente. Cabe indicar que, si
se impidió testar, puede suceder que con antelación el causante sí hubiere otorgado
testamento. En tal evento, deberá ejecutarse tal testamento, pero quien por la fuerza impidió
que se otorgará el nuevo testamento, perderá todo derecho en la sucesión del causante.
2. ERROR
Existe consenso en la doctrina que no tiene sentido tratar el error como vicio del
consentimiento en el testamento. Rodríguez Grez manifiesta derechamente que este vicio de
la voluntad no tiene aplicación tratándose del testamento. Carece de sentido sostener que una
persona testa por error. Puede inducirse dolosamente al causante a testar o a no testar; puede
también hacérsele testar por medio de la fuerza o impedirle por igual vía que otorgue
testamento. Pero carece de todo sentido testar por error. De aquí, concluye, que el CC. no se
refiera a este vicio al regular la manifestación de la voluntad en el testamento
Lo que si menciona el código son el error en las asignaciones. Así el artículo 1058 señala que
la asignación que pareciere motivada por un error de hecho, de manera que sea claro que sin
este error no hubiera tenido lugar, se tendrá por no escrita.
Esta norma al estar redactada tan ampliamente incluye algunos errores que no proceden en
la regla general como son el error en la persona y en los motivos.
Andrés Bello señalo un ejemplo es el caso en que el testador deja una asignación a una
persona en gratitud por haber prestado un servicio al causante. Si resulta que esa persona no
presto servicio alguno no valdrá la asignación.
- el art. 1058, según el cual “la asignación que pareciere motivada por un error de
hecho, de manera que sea claro que sin este error no hubiera tenido lugar, se tendrá
por no escrita”.
El mencionado art. 1058 trata del error con amplitud, exigiendo un solo requisito para que
traiga aparejado la nulidad de la asignación: que el error recaiga en la motivación que
determinó instituir al asignatario. Basta, entonces, con probar que ausente el error la
asignación no habría sido hecha, para que sobrevenga la nulidad de la misma.
Sanción: En el caso del art. 1057, se dice por algunos que la sanción sería la nulidad relativa,
de conformidad a las reglas generales. Rodríguez Grez discrepa de tal conclusión, afirmando
que la sanción sería la nulidad absoluta. En efecto, el error tratándose de una asignación
testamentaria, está regido por los artículos 1057, 1058 y 1132. Los dos últimos señalan que
la sanción consiste en que la disposición “se tendrá por no escrita”. Por lo tanto, indica el
autor citado, estamos en presencia de una verdadera “inexistencia jurídica”.
Otro problema interesante se ha planteado a propósito de la recta interpretación del art. 1058.
Consiste en saber si el motivo que determina la asignación debe o no expresarse en el
testamento, para pretender luego que hay error. Si afirmamos que el testamento debe bastarse
a sí mismo, parece evidente que el error de hecho debe manifestarse en el testamento, siendo
insuficientes toda clase de pruebas extrínsecas al acto. Así piensan Rodríguez Grez,
Domínguez Benavente y Domínguez Águila.
3. DOLO
No está regulado en forma especial como vicio del consentimiento, pero si se estableció como
una causal de indignidad. Art 968
En consecuencia, dice Somarriva, deben aplicarse las reglas generales del dolo como vicio
del consentimiento, con una salvedad: no se exige, como es obvio, que sea obra de una de las
“partes”, pues en el ámbito del testamento no encontramos tal concepto, propio de los actos
jurídicos bilaterales. El dolo, en consecuencia, para viciar la voluntad del testador, puede ser
obra de cualquier persona, ya que no existe contraparte.
b. Cerrado o secreto: En este caso no es necesario que los testigos tengan conocimiento de
las disposiciones del testamento.
Recordemos que el art. 18 de la Ley sobre efecto retroactivo de las leyes, dispone que las
solemnidades externas de los testamentos se regirán por la ley coetánea a su otorgamiento.
De tal forma, si una ley posterior exige mayores requisitos para la validez del testamento, no
por ello el otorgado bajo el imperio de la ley anterior sin dichas solemnidades, dejará de ser
válido.
I. Forma del testamento solemne otorgado en Chile. El testamento solemne puede ser abierto
o cerrado y cualquiera que sea el que se adopte el estará sujeto a ciertas reglas comunes:
a. Requisitos Comunes:
i. El testamento solemne es siempre escrito. (1011).
ii. Requiere siempre la presencia de testigos. Este número es variable: la regla general es tres
testigos, pero la ley exige cinco en un caso, el testamento abierto que no es otorgado ante
ministro de fe
iii. Que la opinión que considera hábil al testigo se funde en hechos positivos y públicos.
iv. Esta habilidad putativa solo podrá servir a uno solo de los testigos.
4. Parentesco entre testador y testigos. El testador y los testigos pueden entre sí ser parientes,
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por consanguinidad o por afinidad. El parentesco del testador y testigos no es causal de
inhabilidad, porque no lo contempla la ley (art. 1012). El testigo puede ser pariente de alguno
de los asignatarios, porque si bien dentro de ciertos grados la disposición puede ser anulada
(art. 1061), en el resto el acto permanece válido. El asignatario mismo puede ser testigo en
cuanto tal, porque si bien la asignación que le haga el testador no vale (art. 1061), en lo demás
el testamento es eficaz.21
ii. Ante 5 testigos; caso en el cual vamos a estar en presencia de un instrumento privado que
deberá ser reconocido y someterse a una serie de trámites tendientes a verificar su
autenticidad.
La competencia de estos funcionarios no dice relación con el domicilio del testador, sino que
con la sede del funcionario, en otras palabras, el Juez de Letras de Santiago no puede
constituirse en San Miguel para otorgar un testamento.
21
Agregado abril 2016, libro ramón dominguez aguila
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4) Si está o no avecindado en Chile, y si lo está la comuna en que estuviere su domicilio.
5) Su edad.
6) Las circunstancias de hallarse en su entero juicio.
7) Los nombres de las personas con quienes hubiere contraído matrimonio, de los
habidos en cada matrimonio, de cualesquier otros hijos del testador, con distinción de vivos
y muertos (esto tiene importancia por el derecho de representación que opera en la sucesión
testada excepcionalmente en el caso de las legitimas.)
8) Nombre, apellido y domicilio de cada uno de los testigos.
9) Lugar, día mes y año del otorgamiento.
10) El nombre, apellido y oficio de escribano, si asistiere alguno.
11) El articulo 414 COT se refiere a que el notario debe dejar constancia del lugar y la
hora en que se otorga el testamento (esto también se le puede aplicar al juez por el articulo
1014 inciso 2 ultima línea.)
- Si se hallare alguno de los testigos en el mismo caso, otro de ellos firmará por él y a
ruego suyo, expresándolo así. La Corte Suprema ha fallado que en tal evento no es posible
que firme por el testigo un tercero extraño al acto testamentario, so pena de nulidad del
testamento.
a. El analfabeto (1022)
El que no sepa leer ni escribir no podrá otorgar testamento cerrado; a contrario sensu solo
podrá otorgar testamento abierto.
b. Ciego, sordo o sordomudo que puede darse a entender claramente pero no por escrito.
En estos casos el legislador para evitar fraudes somete el otorgamiento del testamento a
ciertas exigencias especiales que están en el artículo 1019 y que son:
i. Estas personas solo podrán testar nuncupativamente ante escribano o funcionario que haga
las veces de tal.
ii. En el caso del ciego el testamento deberá leerse en voz alta 2 veces, la primera por el
escribano o funcionario que haga las veces de tal y la segunda por uno de los testigos elegido
al efecto por el testador.
iii. En el caso del sordo o del sordomudo, la primera y segunda lectura deberán efectuarse,
además, ante un perito o especialista en lengua de señas, quién deberá, en forma simultánea,
dar a conocer al otorgante el contenido de la misma.
7. Personas que no pueden otorgar testamento abierto, es decir, están obligadas a otorgar
testamento cerrado: art. 1024, inciso 1º.
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a) El sordo o sordomudo que sólo puede darse a entender por escrito, o sea, que desconozca
la lengua de señas.
b) El que no conociere el idioma del notario y testigos que concurren al otorgamiento del
testamento, es decir, aquellos que no hablen castellano. Esta hipótesis se aplicará,
usualmente, a los extranjeros que desconozcan la lengua castellana, pero también podría
tratarse de un chileno que desconociere tal idioma, por ejemplo, por haber vivido desde su
niñez en el extranjero, sin aprender el idioma de sus padres.
c. El testamento ha sido otorgado solo ante 5 testigos, caso en el cual no estamos en presencia
de un instrumento público y, por lo tanto, el testamento deberá ser sometido a una serie de
formalidades que hagan constar su autenticidad. Naturalmente, este testamento no puede
estar revestido de la misma autenticidad que el anterior y por ello la ley, para proceder a la
ejecución de esta clase de testamentos, exige previamente su publicación, trámite
contemplado en el art. 1020. (867 c.p.c)
El juez competente para conocer de la publicación del testamento es el del último domicilio
del testador, de acuerdo al art. 1009, en cuya virtud la apertura y publicación del testamento
se harán ante dicho juez, salvo las excepciones legales. Puede pedir la publicación cualquier
persona capaz de parecer en juicio (art. 869 del CPC).
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Fallecido el causante, se lleva su testamento abierto ante el juez designado, quien deberá
previamente cerciorarse de la muerte del testador, salvo los casos en que ésta se presume (art.
1010). Para este objeto, el interesado exhibirá la partida de defunción del causante. Hecho
esto, el juez cita a su presencia a los testigos del testamento para que reconozcan sus firmas
y la del testador
Formalidades que deben cumplirse para dar autenticidad a este tipo de testamento son las
siguientes:
i. Reconocimiento de la firma del testador y de los testigos (artículo 1020 inciso 2, 3 y 4).
Si alguno de los testigos está ausente, los presentes abonarán su firma; en caso necesario y
siempre que el juez lo estime conveniente, las firmas del testador y de los testigos ausentes
pueden ser abonadas por declaraciones juradas de otras personas fidedignas.
En el evento que no se reconociere la firma del testador ni la de los testigos no podrá
considerarse el testamento como autentico.
ii. Rubricación del testamento por el juez. (Articulo 1020 inciso 5.) Reconocidas las firmas,
el juez rubrica el testamento al principio y fin de cada hoja y lo manda protocolizar en una
notaría (art. 1020).
ii. Siempre que el juez vaya a proceder a la publicación del testamento deberá cerciorarse
previamente de la muerte del testador, salvo los casos en que deba presumirse la muerte.
iii. Nuestra jurisprudencia ha estimado que no puede oponerse una persona a la publicación
del testamento, aunque tenga interés en ello. La razón de este fallo estriba en que la
publicación no reconoce validez al testamento y deja a salvo las acciones de nulidad que
puedan hacerse valer en su contra. En relación a lo anterior, se ha resuelto también que no
hay plazo para efectuar la publicación, ya que sólo una vez efectuada se discutirá la validez
del testamento.
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1º Escrituración y firma del testamento.
Al respecto, pueden presentarse tres situaciones:
a) Que el testamento esté escrito y firmado por el testador: no hay duda acerca de su validez.
b) Que el testamento esté escrito a mano o por medios mecánicos o electrónicos
dactilográficos por un tercero y firmado por el testador. También es inobjetable, pues lo que
exige la ley es que el testamento esté a lo menos firmado por el testador.
c) Que el testamento esté escrito de puño y letra del testador, pero no esté firmado por él. Al
respecto, se plantea la discusión.
- La opinión dominante es que este testamento sería válido, pero en realidad, plantea
Somarriva en términos algo dubitativos, la letra del precepto parece contrariar semejante
interpretación, pues dice que el testamento debe estar a lo menos firmado por el testador. Se
ha alegado que la firma es necesaria como expresión de conformidad con lo que se ha escrito,
como piensa Fernando Rozas Vial y otros.
- Distinta es la opinión de Rodríguez Grez. Afirma que la autenticidad del testamento
-que es lo que interesa a la ley- no está en juego si faltare la firma. Basta con que la memoria
testamentaria esté escrita por el testador. Señala Rodríguez que el fundamento dado por
Somarriva es insostenible, porque la ley dice otra cosa: “El testamento deberá estar escrito o
a lo menos firmado por el testador” (art. 1023, inciso 2º). Pretender negar valor a un
testamento escrito de puño y letra por el testador es introducir una solemnidad que ninguna
disposición ha contemplado y que, por el contrario, ha sido objeto de una expresa exclusión
del legislador.
- La jurisprudencia está dividida también. Un fallo sostiene que no es necesario que el
testamento esté escrito y firmado por el testador, sino que puede ser lo uno o lo otro. El
mismo fallo agrega que no es nulo el testamento que no está firmado, si la firma se ha puesto
en la carátula. Otra sentencia declara nulo un testamento por no haber sido firmado por el
testador, sino por un testigo a ruego suyo. La jurisprudencia ha determinado también que, si
se otorga un testamento cerrado en dos ejemplares exactamente iguales, diciéndose que
abierto uno quedará sin efecto el otro, el testamento es perfectamente válido.
· Reglas especiales:
A. Legitimado Activo.
La apertura puede ser solicitada por cualquier persona capaz de comparecer en juicio (864
CPC) siempre que acredite la muerte natural o presunta del testador (1010).
Dado que le interesa al legislador que el testamento se haga público y se cumpla, sanciona
con una causal de indignidad para suceder, al que dolosamente ha detenido u ocultado el
testamento, presumiéndose legalmente el dolo por la detención u ocultación. Art. 968 número
5. ¿Qué ocurre con aquél que destruye el testamento cerrado del causante? La ley no se pone
en tal caso, pero parece razonable aplicarle la causal de indignidad del número 5, pues si se
hace indigno quien “detiene” el testamento, con mayor razón debe serlo quien lo “destruye”,
o, dicho de otra manera, quien de manera definitiva e irreversible, detiene el testamento al
destruirlo.
B. Juez competente.
Será compete el juez del ultimo domicilio del testador (1009).
En todo caso el artículo 868 del CPC señala que si el testamento es otorgado ante notario que
no sea el del último domicilio del testador podrá ser abierto ante el juez del territorio
jurisdiccional a que pertenece dicho notario.
C. Tramites de la apertura.
La mayoría de ellos se encuentra en el artículo 1025.
i. El testamento cerrado, antes de recibir su ejecución, será presentado al juez.
ii. Es necesario que el escribano y los testigos reconozcan ante el juez su firma y la del
testador, declarando además si en su concepto está cerrado, sellado o marcado como en el
acto de la entrega. No es obstáculo para proceder al trámite de apertura del testamento, la
circunstancia de que uno de los testigos no reconozca la firma del testador, puesto que la
validez del testamento debe discutirse en juicio aparte. Verificarán que no existan señales
externas de que el testamento ha sido violado.
iii. Si no pueden comparecer todos los testigos, bastará que el escribano y los testigos
instrumentales presentes, reconozcan sus firmas y la del testador, y abonen la de los ausentes.
iv. No pudiendo comparecer el escribano o funcionario que autorizo el testamento será
reemplazado para las diligencias de apertura por el escribano que el juez elija.
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v. En caso necesario, y siempre que el juez lo estime conveniente, podrán ser abonadas las
firmas del escribano y testigos ausentes por declaraciones juradas de otras personas
fidedignas. Ello, porque puede ocurrir, por ejemplo, que hayan fallecido el notario y los
testigos, o que no comparezca ninguno de ellos. La jurisprudencia ha estimado que en tal
evento el testamento no es nulo, pues el juez tiene la facultad de comprobar la autenticidad e
integridad de aquél por otros testimonios auténticos.
También han declarado nuestros tribunales que no es necesario que la apertura del testamento
se haga en un solo acto, pues un día pueden comparecer los testigos y otro el notario, por
ejemplo. Tampoco es nulo el testamento si algunos testigos declaran en el juzgado del último
domicilio del causante y otros reconocen su firma ante otro juez. Otro fallo va más allá y
declara que los vicios que puedan cometerse en la apertura del testamento -por ejemplo
incompetencia del juez-, no acarrean la nulidad del testamento. Simplemente, la diligencia
ser ineficaz y deberá repetirse subsanando sus vicios.
Nuestra jurisprudencia ha decidido también que no cabe oposición a la apertura del
testamento. No existe interés alguno en dicha oposición, por cuanto la apertura no se
pronuncia sobre la validez del testamento y deja a salvo las correspondientes acciones de
nulidad.
vi. De todas estas diligencias se levantará un acta que deberá ser firmada por el juez, el
notario, los testigos, y el secretario del tribunal.
vii. En el caso del artículo 868 del CPC el original del testamento junto con las diligencias
de la apertura se remitirán al juez del último domicilio del causante, dejándose copia de lo
obrado en el protocolo del notario.
7. Sanción por el cumplimiento de las solemnidades legales (tanto para el testamento abierto
como cerrado). Articulo 1026.
El inciso 2 de este mismo artículo señala que con todo, cuando se omitiere una o más de las
designaciones prescritas en el artículo 1016, en el inciso 5 del artículo 1023 y en el inciso 2
del artículo 1024, no será por eso nulo el testamento, siempre que no haya duda acerca de la
identidad personal del testador, escribano o testigo.
Tanto en el testamento abierto como en la carátula del testamento cerrado, el Código Civil
exige que se indique el lugar del otorgamiento del testamento.
Al respecto, se ha discutido en la jurisprudencia qué se entiende para estos efectos por lugar:
si el sitio específico en que se otorga el testamento (es decir, usualmente, el oficio del
notario), una casa particular, un hospital, etc.
Un fallo estableció que no se refiere al lugar geográfico en que se otorga el testamento, sino
la casa, oficina, establecimiento, etc., distinto del oficio del notario en que haya podido
efectuarse, o sea, un sitio preciso. De tal modo, no hay necesidad de indicarlo si se otorga en
el oficio del notario. Otros fallos, en cambio, declaran que lugar es aldea, ciudad o comuna.
Así, no es preciso indicar por ejemplo que el testamento se otorgó en tal hospital, sino sólo
la ciudad en que dicho establecimiento se encuentra. Esta es la tesis predominante en la
jurisprudencia.
La jurisprudencia, igualmente, ha considerado en general que si se omite la designación del
lugar, el testamento no será nulo, si no existe duda acerca de la identidad de las personas que
en él intervienen, de conformidad al artículo 1026, inciso 2º.
A. Formas de otorgamiento:
Este testamento puede otorgarse de dos maneras:
- De acuerdo con las leyes del país en el cual se otorga, caso en el cual el testamento
puede ser otorgado por cualquier persona.
- En conformidad a la ley chilena, este tipo de testamento solo puede ser otorgados por
chilenos y por extranjeros domiciliados en Chile.
· Requisitos.
1. El testamento debe ser solemne y escrito.
Así lo exige expresamente el artículo 1024, además emana esta exigencia del nombre del
párrafo 3 que se refiere al testamento solemne otorgado en país extranjero.
Algunas legislaciones, como la francesa, la argentina o la peruana, reconocen validez a los
testamentos ológrafos, esto es, aquellos que han sido escritos, fechados y firmados de puño
y letra por el testador, sin necesidad de cumplir otra solemnidad que la indicada. Nuestro CC.
no reconoce validez al testamento ológrafo otorgado en Chile.
La doctrina mayoritaria estima que son válidos en Chile, argumentando:
a) Porque la única exigencia de fondo que contiene el artículo 1027 para la validez en Chile,
es que el testamento otorgado en el extranjero sea escrito y solemne, y el ológrafo cumple
con tal requisito, encontrándose escrito, de puño y letra por el testador y fechado y firmado.
b) Nuestro CC. acepta en general el principio lex locus regit actum y en consecuencia, si el
testamento en referencia tiene valor según la ley del país en que se otorga, también lo tendrá
en Chile. Es cierto que el artículo 17 aplica este principio sólo respecto de los instrumentos
públicos, pero si el legislador lo declaró expresamente en este caso, fue solamente por ser el
único que podía presentar dificultades.
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c) El testamento ológrafo valdrá en chile de acuerdo a esta exigencia siempre que la
legislación del país en que se otorgo el testamento exija como único requisito el que el
testamento sea escriturado. Esta última afirmación emana de un fallo de la corte suprema de
1927.
3. Deberá probarse que se han observado las formalidades legales de la ley extranjera.
En otras palabras deberá acreditarse que el testamento se ha otorgado en conformidad con
las leyes del país extranjero; ello porque si no se ha dado cumplimiento a estas formalidades
adolecerá de nulidad.
El derecho no se prueba por que se presume conocido, pero por excepción es necesario
acreditar la legislación extranjera; el medio de prueba es el informa de peritos de acuerdo al
artículo 411 CPC tiene la carga de la prueba el que invoca el derecho extranjero, 1698.
i. Reglas:
1. Solo puede testar de esta manera los chilenos y extranjeros domiciliados en Chile.
4. Se observarán en los demás las reglas del testamento solemne otorgado en Chile.
En consecuencia no podrá otorgarse en el extranjero testamentos privilegiados.
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5. El testamento llevará el sello de la Legación o Consulado al pie del mismo si el testamento
fuera abierto o sobre la carátula si fuere cerrado (número 5 del artículo 1028 y 1029 inciso 1
). El testamento abierto será siempre rubricado por el mismo jefe al principio y fin de cada
página (artículo 1029, inciso 1º).
3. Si se ignorare cual fue el ultimo domicilio del causante en Chile el testamento se remitirá
a un juez de letras del Santiago y este ordenará su protocolización ante el notario que el
designe.
5. El notario que lo reciba y protocolice, deberá incorporar los datos del testamento en la
nómina a que se refiere el artículo 439 del Código Orgánico de Tribunales.
2. Estas clases de testamentos caducan sin necesidad de que el testamento sea revocado, ello
sucederá en los casos especialmente previstos en la ley ( 1212 inciso 2 ).
Como idea general esta clase de testamento caduca por el hecho de haber sobrevivido el
testador a un determinado espacio de tiempo.( 1036, 1044, 1052 y 1053).
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3. El testamento privilegiado que revocare un testamento solemne no surtirá efecto alguno,
si caduca, en cuyo caso subsistirá el testamento solemne temporalmente revocado. Art. 1213,
2º. Lo anterior revela lo precario que son los testamentos privilegiados.
4. Los testamentos privilegiados pueden impugnarse de la misma manera que los testamentos
solemnes. Art. 1040.
5. Los testamentos privilegiados que no hayan sido autorizados por notario, valdrán como
instrumentos públicos, una vez protocolizados, previo decreto del juez competente.
B. Testamento Verbal.
1. Circunstancias que autorizan su otorgamiento. (1035).
Artículo 1035 c.c: “El testamento verbal no tendrá lugar sino en los casos de peligro tan
inminente de la vida del testador, que parezca no haber modo o tiempo de otorgar testamento
solemne “.No basta cualquier peligro para la vida del testador, sino el inminente, y además
es necesario que haya sido imposible otorgar testamento solemne. Lo anterior es una cuestión
de hecho. La jurisprudencia ha dicho que carece de importancia cuál es la causa de peligro
inminente, pudiendo consistir tanto en una enfermedad larga y penosa como presentarse en
forma súbita e inesperada.
2. Formalidades.
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i. Este testamento debe otorgarse y ser presenciado por tres testigos a lo menos (1033).
ii. El testador hará de viva voz sus declaraciones y disposiciones de manera que todos le vean,
le oigan y entiendan (1034).
3. Caducidad (1036).
El testamento verbal no tendrá valor alguno en los siguientes casos:
a. Si el testador falleciere después de los 30 días subsiguientes al otorgamiento del
testamento.
b. Si habiendo fallecido antes no se hubiere puesto por escrito el testamento con las
formalidades que van a expresarse dentro de los 30 días subsiguientes a los de la muerte.
4. Escrituración.( 1037).
a. El juez competente es aquel que corresponde al territorio jurisdiccional en que se hubiere
otorgado el testamento.
b. La escrituración puede ser solicitada por cualquier persona que pueda tener interés en la
sucesión y con citación de los demás interesados.
c. El juez tomará declaración a los testigos y a cualquier otra persona cuyo testimonio le
pareciere conducente a esclarecer las circunstancias referidas en el artículo 1037 números 1,
2 y 3.
d. Los testigos instrumentales además deberán declarar acerca de si el testador parecía estar
en su sano juicio, si manifestó ante ellos su intención de testar y cuáles fueron sus
declaraciones y disposiciones testamentarias ( 1038).
e. Recibida la información antes señalada el juez remitirá al tribunal del último domicilio del
causante quien examinará si se han observado las solemnidades antes prescritas y fallará que
según dicha información el testador ha hecho las siguientes declaraciones y disposiciones.
Las que expresará. Luego mandará que valgan dichas declaraciones y disposiciones como
testamento del difunto.
En este caso en particular del testamento verbal, el testamento viene a ser la resolución que
pronuncie el juez ( 1039)
f. El juez observará que se protocolice como testamento su decreto, artículo 1039, 420
numero 3 COT.
C. Testamento militar.
1. Concepto:
Se trata de aquel testamento que pueden otorgar en tiempo de guerra los militares y demás
personas señaladas en el artículo 1041 cuando concurran las circunstancias referidas en el
artículo 1043.
iii. Las personas que van acompañando y sirviendo a cualquiera de los antes dichos.
D. Testamento Marítimo.
1. Concepto:
Es aquel que puede otorgarse en alta mar a bordo de una nave de guerra chilena o de una
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nave mercante bajo bandera chilena (artículos 1048 y 1055).
2. A bordo de un buque mercante chileno solo se puede otorgar testamento abierto, recibiendo
el testamento el capitán o su segundo o el piloto observándose en lo demás el artículo 1050
c.c.
El testamento marítimo abierto o cerrado no valdrá sino cuando el testador hubiere fallecido
antes de desembarcar o antes de expirar los 90 días subsiguientes al desembarque.
Agrega la ley que no se entenderá por desembarque el pasar a tierra por cierto tiempo para
reembarcarse en el mismo buque.
Al igual que con la ley y con los contratos el testamento debe ser interpretado a objeto de
determinar el verdadero sentido y alcance de la voluntad del testador; de ello se ocupan los
Arts. 1056 a 1069.
Para Pablo Rodríguez el testamento debe interpretarse siempre que concurran 2 supuestos
copulativos necesarios e ineludibles:
i. Que sea oscuro o dudoso el texto de las disposiciones.
ii. Que exista controversia entre los interesados o terceros que aleguen derechos ya sean
excluyentes o compatibles.
A. Regla General;
En materia de interpretación del testamento existe una regla fundamental que se encuentra
en el Art. 1069 y en virtud de ella sobre las reglas legales de interpretación del testamento
prevalecerá la voluntad del testador claramente manifestada siempre que ella no se
oponga a los requisitos o prohibiciones legales. Agrega esta disposición que para conocer la
voluntad del testador se estará más a la sustancia de las disposiciones que a las palabras de
que se haya servido. Esta regla es similar a la regla general de interpretación contractual. Al
legislador se le presume cabal entendimiento y comprensión de las palabras; al particular, no
se le presume esta virtud. De allí que para interpretar la ley debe atenderse, cuando su sentido
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es claro, al tenor literal (art. 19) y al interpretar los actos jurídicos a la intención o voluntad
real que los anima (arts. 1069 y 1560).
¿Pueden entonces aplicarse, subsidiariamente, las normas de los arts. 1560 y siguientes para
indagar la voluntad del testador? A juicio de Rodríguez Grez, esto es perfectamente posible,
pero siempre que exista compatibilidad entre los elementos de interpretación de los contratos
y la naturaleza misma de los testamentos. En otras palabras, no todos los elementos que se
contienen entre los arts. 1560 y 1566 sirven para desentrañar la verdadera voluntad e
intención del testador. Las reglas susceptibles de aplicarse a la interpretación del testamento
y que se contienen en la regulación de la interpretación del contrato, son de carácter
subsidiario.
B. Reglas Específicas;
El legislador establece ciertas reglas especiales de interpretación:
i. El asignatario debe ser cierto y determinado, salvo algunas excepciones. Art. 1056
ii. La ley interpreta la asignación dejada indeterminadamente a los parientes, Art. 1064.
Esta disposición debe entenderse en el sentido que son llamados los consanguíneos más
próximos, según el orden de la sucesión intestada, teniendo lugar el derecho de
representación; si a la fecha del testamento había sólo uno de estos parientes, se llamará
también a los de grado inmediato (recordemos que estamos ante una asignación “plural”).
iii. Si no es claro a cual de 2 o más personas ha querido designar el testador ninguna de
dichas personas tendrá derecho a la asignación, Art. 1065.
iv. El error en el nombre o calidad del asignatario no vicia la disposición cuando no hay
duda acerca de la persona, Art. 1057.
v. La elección de un asignatario, sea absolutamente, sea de entre cierto número de
personas no dependerá del pura arbitrio ajeno, Art. 1063.
vi. El acreedor cuyo crédito no conste sino por el testamento será considerado como
legatario. Se evita de esta manera que el testador burle las incapacidades legales o
indignidades.
vii. El objeto de la asignación debe ser determinado, salvo las excepciones legales, Art.
1066.
viii. El legislador determina los efectos del cumplimiento de una asignación que se deja al
arbitrio de un heredero o legatario, Art. 1067.
ix. La asignación que por falta de un asignatario se transfiere a otras personas llevará
consigo todas las obligaciones y cargas transferibles y el derecho de aceptar o repudiar
separadamente, Art. 1068.
1. Interpretación de la ley;
Son incompatibles las reglas fundamentales de interpretación de la ley y del testamento, toda
vez que el Art. 19 dispone que cuando el sentido de la ley es claro no se desatenderá su tenor
literal, a pretexto de consultar su espíritu. Por lo tanto se estima en doctrina que no es
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aplicable la regla fundamental de interpretación de la ley para la interpretación del
testamento, ya que ambas parten de supuestos distintos; en el caso de la ley prima el tenor
literal y en el caso del testamento se busca la voluntad del testador. Sin perjuicio de ello es
posible, según la doctrina, aplicar ciertas normas de interpretación de la ley, y en particular
se hace referencia a los Arts. 21 y 20 del código, éste último en lo que se refiere al sentido
natural y obvio de las palabras.
Las normas sobre interpretación de los contratos son posibles de aplicar en general a
cualquier tipo de acto jurídico, y desde esta perspectiva se señala que dichas normas son
aplicables en subsidio siempre que ellas no contradigan la naturaleza propia del testamento.
Se citan como ejemplos los Arts. 1562 y 1560.
A. Requisitos:
1. Requisitos Subjetivos:
§ Certidumbre y Determinación;
El Art. 1056 inc. 1º señala que todo asignatario testamentario deberá ser una persona cierta
y determinada, natural o jurídica; ya sea que se determine por su nombre o por indicaciones
claras del testamento. De otra manera la asignación se tendrá por no escrita.
La certeza dice relación con la existencia del asignatario, es decir, un asignatario es cierto
cuando se sabe que existe al tiempo de deferirse la asignación a su favor.
La determinación se refiere a la identidad, o sea cuando se sabe quién es la persona del
asignatario, ya sea porque se la designa por su nombre o por indicaciones claras del
testamento.
Por excepción no se requiere de la existencia real del asignatario en los casos de los Arts. 962
y 963 (ya estudiados).
De acuerdo con el Art. 1056 esta determinación se logra identificando al asignatario por su
nombre o por claras indicaciones. Esto último se ve refrendado por el Art. 1057 en cuanto a
que un error en el nombre o calidad del asignatario no vicia la disposición cuando no hay
duda acerca de quién es esa persona.
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Un ejemplo de la importancia que para el legislador reviste la determinación de la persona
del asignatario se encuentra en el Art. 1065 según el cual si la asignación estuviere concebida
en términos que no se sepa a cuál de 2 o más personas ha querido designar el testador ninguna
de dichas personas tendrá derecho a la asignación.
§ Excepciones a la determinación:
Por excepción la ley valida las asignaciones hechas indeterminadamente, lo que ocurre en los
siguientes casos:
a. Asignaciones hechas indeterminadamente a los parientes;
De acuerdo con el Art. 1064 esta asignación se entenderá dejada a los consanguíneos de
grado más próximo según el orden de la sucesión ab intestato, teniendo lugar el derecho de
representación según las reglas legales.
Algunas notas importantes respecto a esta disposición:
i. En el evento que a la fecha del testamento haya un solo consanguíneo en el grado más
próximo se entenderán llamados al mismo tiempo los consanguíneos del grado inmediato.
Ejemplo: Tengo un hijo solamente y varios nietos. En principio uno puede pensar que todos
los bienes pasan al hijo; pero esto no es así ya que al hijo se le suman los nietos.
La doctrina encuentra que la razón de esta disposición es que en el espíritu del legislador lo
que hubo fue un llamamiento colectivo. En otras palabras, el testador no quería dejar todos
sus bienes a uno solo de sus parientes.
ii. Se ha discutido acerca de qué sucede si ésta fuera la única disposición del testamento.
Claro solar plantea que en este evento de acuerdo al texto del Art. 1064 se deberán aplicar
sin limitación las normas sobre sucesión intestada; y por lo tanto, en el evento que en el
primer orden de sucesión hubiese un solo pariente, éste deberá llevarse el total de la herencia.
En contrario otro grupo doctrinario, entre ellos Pablo Rodríguez, sostienen, con razón, que
en este caso particular estamos frente a sucesión testada y el Art. 1064 debe aplicarse con
preferencia, por tratarse de una norma especial. De lo anterior se concluye que habiendo sólo
un pariente en el primer orden de sucesión se deberá llamar a los demás parientes.
El Art. 1056 inc. 2º señala que valdrán con todas las asignaciones destinadas a objeto de
beneficencia, aunque sean para determinadas personas. Agrega el inc. 3º que no habiéndose
designado el establecimiento de beneficencia se dará a aquel establecimiento que designe el
Presidente de la República prefiriendo a alguno de la comuna del testador.
Esta referencia al Presidente ha sido objeto de múltiples modificaciones de leyes especiales,
y debe entenderse hecha al Servicio Nacional de Salud.
Vemos aquí una excepción al principio enunciado en el art. 1063, ya que en este evento, la
elección del asignatario corresponde a un tercero -el Presidente de la República. Cabe
preguntarse si la institución de beneficencia debe tener personalidad jurídica. Rodríguez Grez
estima que en general, para aplicar esta excepción, la institución deberá tener personalidad
jurídica, dado que la situación contemplada en el art. 963, 2º, exige que el testador deje la
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asignación para los efectos de fundar una nueva corporación o fundación, situación que no
puede suponerse por el solo hecho de hacer la asignación a una institución de beneficencia.
En esta clase de asignaciones, además se admite otra excepción, en cuanto al objeto asignado:
el art. 1066, inciso 2º, permite esta indeterminación, que será suplida por el juez.
Art. 1066. Toda asignación deberá ser o a título universal, o de especies determinadas o que
por las indicaciones del testamento puedan claramente determinarse, o de géneros y
cantidades que igualmente lo sean o puedan serlo. De otra manera se tendrá por no escrita.
Sin embargo, si la asignación se destinare a un objeto de beneficencia expresado en el
testamento, sin determinar la cuota, cantidad o especies que hayan de invertirse en él, valdrá
la asignación y se determinará la cuota, cantidad o especies, habida consideración a la
naturaleza del objeto, a las otras disposiciones del testador, y a las fuerzas del patrimonio, en
la parte de que el testador pudo disponer libremente.
El juez hará la determinación, oyendo al defensor de obras pías y a los herederos; y
conformándose en cuanto fuere posible a la intención del testador.
2. Requisitos Objetivos:
i. Concepto;
ii. Excepción.
La asignación que por faltar el asignatario se transfiere a distinta persona llevará consigo
todas las obligaciones y cargas transferibles y el derecho de aceptarla o repudiarla
separadamente.
Si la razón por la cual la asignación se hubiese repudiado por encontrase ella demasiado
gravada sin que nadie la hubiese aceptado ella se deferirá en último lugar a las personas a
cuyo favor se hubieren constituido los gravámenes.
I. Generalidades.
Las modalidades modifican o alteran los efectos normales o naturales de las asignaciones
testamentarias.
La regla general es que las asignaciones son puras y simples, y sólo por excepción ellas
estarán sujetas a modalidades las que postergan el nacimiento o ejercicio de un derecho,
afectan la extinción de los mismo o imponen al asignatario un gravamen o carga.
1. Normas aplicables.
El Art. 1070 inciso final señala que las asignaciones testamentarias condicionales se sujetan
a las reglas dadas en el título de las obligaciones condicionales con las excepciones y
modificaciones que van a expresarse.
El Art. 1079 establece que las disposiciones condicionales que establecen fideicomisos y
conceden una propiedad fiduciaria se reglan por el título de la propiedad fiduciaria.
De lo antes dicho se sigue que las asignaciones condicionales se rigen por un triple grupo de
normas, éstas son:
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i. Las del párrafo 2º del título IV del Libro III, Arts. 1070 a 1079, las que se aplican
preferentemente.
ii. Las del título IV del Libro IV, Arts. 1473 a 1493.
iii. Las del título VIII del Libro II, Arts. 732 a 763.
2. Concepto.
El Art. 1070 inc. 2º señala que la asignación condicional es en el testamento aquella que
depende de una condición; esto es de un suceso futuro e incierto; de manera tal que según la
intención del testador no valga la asignación si el suceso positivo no acaece, o si acaece el
negativo.
En la definición señalada el legislador impropiamente habla de “validez de la asignación” en
circunstancias que la asignación condicional vale y lo que sucede es que ella no producirá
efectos entre tanto no cumpla la condición.
Teniendo en cuenta lo anterior podemos definir la asignación condicional como aquella
cuyos efectos quedan subordinados a una condición impuesta por el testador.
3. Características
a. Futureidad
i. Si el testador supo el hecho y éste se puede repetir se presumirá que lo que el testador
quiso fue exigir su repetición.
ii. Si el testador al tiempo de testar supo el hecho y éste es de aquellos cuya repetición
es imposible se mirará la condición cumplida.
iii. Si el testador no supo de la ocurrencia del hecho se mirará la condición como
cumplida cualquiera que sea la naturaleza del hecho.
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b. Incertidumbre
A la luz de lo que ahora establece la Ley de Matrimonio Civil, podría sostenerse que la
condición impuesta por el causante, en orden a que el asignatario no contraiga matrimonio o
permanezca en estado de viudedad, atentarían contra una norma de orden público, cual es el
derecho a contraer matrimonio, si se cumplen los requisitos previstos por la ley para este
contrato. Si aceptamos esta interpretación, la asignación debiera entenderse como pura y
simple.
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C- Asignación condicional suspensiva fallida.
Desaparece la mera expectativa del asignatario condicional. En consecuencia, si había
obtenido medidas conservativas o precautorias, estas deben alzarse.
1. Normas aplicables;
El Art. 1080 señala que las asignaciones testamentarias a plazo se sujetarán a las reglas dadas
en el título de las obligaciones a plazo con las explicaciones que siguen.
De lo anterior se concluye que en esta materia se aplican 2 grupos de normas:
i. En forma preferente las del párrafo 3º, título IV, Libro III, Arts. 1080 a 1088.
ii. Título V, Libro IV Arts. 1494 a 1498.
2. Concepto.
El Art. 1080 señala que estas asignaciones testamentarias que pueden estar limitadas a plazos
o días serán aquellas en que el goce actual o la extinción de un derecho dependan de ese plazo
o día.
Cabe recordar que a diferencia de la condición suspensiva el plazo no suspende la
adquisición del derecho sino su ejercicio.
Las 2 características fundamentales del plazo son:
3. Certidumbre y determinación:
a. Con esto quiere significarse que las asignaciones testamentarias pueden encontrarse
limitadas a plazo o días y que el día puede ser cierto e incierto, determinado e indeterminado,
Art. 1081:
b. Las asignaciones limitadas a plazo pueden ser: asignaciones a plazo propiamente tal
o condicionales.
En general se dice que es a plazo la asignación “hasta un día” y que será condicional la
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asignación “desde un día”. Las reglas legales que regulan esta materia pueden resumirse de
la siguiente forma:
i. Las asignaciones desde un día son condicionales salvo que el día sea cierto y
determinado.
ii. Las asignaciones hasta un día son a plazo salvo que el día sea incierto e
indeterminado, Art. 1083.
- Por ejemplo dejo mi casa a Juan desde el 31 de Octubre del año 2010; en este caso
estaremos en presencia de un plazo, así se desprende del Art. 1084 inc. 1º “la asignación
desde día cierto y determinado da al asignatario desde el momento de la muerte del testador
la propiedad de la cosa asignada y el derecho de enajenarla y transmitirla pero no el de
reclamarla antes que llegue el día."
Como consecuencia de que sea asignación a plazo, el derecho se adquiere desde el
fallecimiento del causante y sólo está en suspenso su exigibilidad. Art. 1084, 1º. Como
vemos, la situación del asignatario a plazo es muy superior a la del condicional; el primero,
lo único que no puede hacer es exigir el cumplimiento de la asignación, pero en cambio la
transmite a sus herederos y puede enajenarla.
Se estima que en este caso estamos en presencia de un usufructo ya que el asignatario es el
nudo propietario quien podrá transferir la propiedad pero con la carga del usufructo
constituido en ella, Art. 779 inc. 3º.
- Esta asignación de día cierto y determinado puede transformarse en condicional si el
causante exige que exista el asignatario al cumplirse el plazo, Art. 1084 inc. 2º. Lo que ocurre
en este caso es que el testador introduce un elemento de incertidumbre, y siendo este
elemento característico de la condición, la asignación pasa a ser condicional.
- Por ejemplo dejo mi casa a Pedro desde la muerte de Juan. Esta asignación será
regularmente condicional ya que envuelve la condición de que exista el asignatario Pedro el
día en que muera Juan, Art. 1085 inc. 1º. A primera vista, no parece lógico que existiendo
certidumbre en el día, haya una condición; lo que acontece es que el legislador introduce en
este caso la incertidumbre, al establecer una condición: la de que exista el asignatario ese día,
o sea, en el ejemplo, al fallecer
- Excepcionalmente esta asignación será a plazo cuando se sabe que el asignatario ha
de existir en ese día como cuando la asignación es a favor de un establecimiento permanente,
Art. 1085 inc. 2º.
Por ejemplo cuando dejo mi casa a Juan desde que se case Pedro. En este caso la asignación
será siempre condicional aunque el día incierto sea determinado, Art. 1086.
En esta situación estaremos en presencia de un fideicomiso siempre que el mismo recaiga
sobre la totalidad de una herencia o sobre una cuota determinada de ella, o sobre uno o más
cuerpos ciertos, Art. 734.
Por ejemplo cuando dejo mi casa a Juan hasta el día 10 de Marzo de 2010.
En este caso estaremos en presencia de un plazo. Además el Art. 1087 inc. 1º señala que la
asignación hasta día cierto sea determinado o no constituye un usufructo a favor del
asignatario.
A. Generalidades.
1. Concepto:
En doctrina se define las asignaciones modales como aquella afecta a un gravamen u
obligación que pesa sobre quien es favorecido por una liberalidad. Es importante tener en
consideración que la modalidad no afecta los bienes de la asignación ( o si se quiere el objeto
de ella ) sino que a la persona que es favorecida por la liberalidad. Por su parte el artículo
1089 señala que si se asigna algo a una persona para que lo tenga por suyo con la obligación
de aplicarlo a un fin especial, esta aplicación es un modo y no una condición suspensiva.
Agrega este artículo que el modo, por consiguiente, no suspende la adquisición de la cosa
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asignada.
Cabe indicar que se desprende también del art. 1089 que la asignación modal puede ser una
herencia o un legado, es decir, a título universal o singular.
El modo limita el ejercicio del derecho que se adquiere del causante. Ello es claro, desde el
momento que se adquiere el dominio, pero supeditado al cumplimiento de una carga impuesta
por el causante.
La obligación modal es transmisible: art. 1095. Esto demuestra la “perpetuidad” de las
asignaciones modales.
ii. Si el modo, sin hecho o culpa del asignatario ,es solamente imposible en la forma especial
prescrita por el testador, podrá cumplirse en otra análoga que no altere la substancia de la
disposición, y que sea aprobado por el juez con citación de los interesados.
iii. Si el modo, sin hecho o culpa del asignatario, se hace enteramente imposible, subsistirá
la asignación si el gravamen ( es decir subsistirá pura y simplemente la asignación ).
1. Cláusula Resolutoria .
- El artículo 1090 en su inciso 1 la define como aquella que impone la obligación de
restituir la cosa y los frutos, si no cumple el modo; agrega el inciso 2 que no se entenderá
que envuelven cláusula resolutoria cuando el testador no la expresa. Hay en ello una nueva
diferencia con la condición resolutoria tácita, pues en ésta no se restituyen los frutos, a
menos que la ley, el testador, el donante o los contratantes, según los casos, haya
dispuesto otra cosa (art. 1488).
- A excepción de las asignaciones modales dejadas a un banco en la cual se
subentiende.
Estamos ante una institución muy similar al pacto comisorio en el campo contractual.
3. Sin cláusula resolutoria. ¿qué ocurre si hay incumplimiento del modo sin cláusula
resolutoria?.
Estudiaremos 3 situaciones que pueden plantearse:
ii. Si el modo es en beneficio de un tercero, no hay una norma que resuelva el problema; en
doctrina se estima que en este caso el beneficiario podrá pedir o exigir la ejecución forzosa
del modo.
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iii. ¿ Qué sucede cuando el modo es en beneficio de una persona indeterminada?.
Ejemplo: Dejo este inmueble para que en el se construya un Hospital o una Escuela. En tal
caso se entiende que el beneficiario del modo es la colectividad toda y se aplica en
consecuencia el artículo 1291 que estudiaremos más adelante.
A. Concepto:
Asignaciones a título universal son aquellas en que se deja al asignatario la totalidad de los
bienes del difunto o una cuota de ellos.
El artículo 1097 inciso 1 primera parte :” Los asignatarios a título universal, con cualesquiera
palabra que se les llame, y aunque en el testamento se les califique de legatarios, son
herederos”
Para calificar la asignación a título universal debo atender al objeto de la asignación y no a
los términos utilizados por el testador.
ii. Los herederos son obligados a las cargas testamentarias, esto es, a las que se constituyen
por el testamento mismo, y que no se imponen a determinadas personas.
2º Los herederos adquieren la asignación y la posesión legal por la muerte del causante. Los
herederos adquieren la herencia, la asignación universal, por causa de muerte. Si no existe
condición suspensiva, se hacen dueños de la asignación por el solo fallecimiento del
causante; si hay condición suspensiva, adquieren la herencia cuando ella se cumple. Según
los arts. 688 y 722, los herederos también adquieren la posesión legal de los bienes
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hereditarios por la muerte del causante.
3º Los herederos pueden adquirir personalmente o en forma indirecta. Pueden hacer suya la
asignación universal personalmente o por derecho de representación. Los herederos también
pueden adquirir a título universal por transmisión.
6º El heredero sucede en todo el patrimonio transmisible del causante o en una cuota de él.
No hereda bienes determinados. Y el heredero no sucede sólo en todos los derechos
transmisibles del causante, en el activo de la herencia, sino que también en el pasivo. Le
afectan, como veremos, las deudas de la herencia y las cargas testamentarias, a menos que el
testador las imponga a determinadas personas. Pero la parte intransmisible del activo y pasivo
del causante no pasa a los herederos, como acontece con los derechos personalísimos (uso,
habitación, alimentos) y el usufructo; como obligaciones, tampoco se transmiten las intuitu
personae.
7º Los herederos representan a la persona del causante. Son el continuador jurídico del
causante (Art. 1097). De este principio se derivan importantes consecuencias jurídicas:
7.1. Existe cosa juzgada respecto de los herederos, en un juicio seguido contra o por el
causante. No hay en este caso identidad física de personas, pero sí la identidad legal que exige
la ley. Así lo declaró la Corte Suprema en un juicio de reivindicación seguido contra el
causante y ganado por éste y reiniciado contra los herederos. Se acogió por la Corte la cosa
juzgada.
7.2. Los herederos no podrán alegar la nulidad absoluta si el causante carecía del derecho
para hacerlo. Art. 1683. La jurisprudencia, aplicando el principio de que los herederos son
los continuadores de la persona del difunto, ha declarado que ellos tampoco tienen derecho
a alegar la nulidad absoluta si el causante no podía hacerlo.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta interpretación, principalmente en base al
carácter personalísimo del dolo. Contra-argumentan también diciendo que el art. 1683
establece una sanción, y siendo toda sanción de derecho estricto, no puede aplicarse sino al
caso expresamente penado. Ahora bien, el art. 1683 habla únicamente del que celebró el acto
o contrato sabiendo o debiendo saber del vicio que lo invalidaba, pero no menciona a sus
herederos.
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7.3. En contra de los herederos del deudor hipotecario procede la acción personal y no la de
desposeimiento.
En la hipoteca, el acreedor hipotecario, fuera de su acción personal, goza de la acción de
persecución, de desposeimiento en contra de los terceros poseedores de la finca hipotecada.
Respecto de los herederos del deudor hipotecario, no procede la acción de desposeimiento,
pues ella se confunde con la acción personal; los herederos están obligados a la deuda
personal y no son terceros poseedores, porque representan jurídicamente al causante. Así lo
ha declarado la jurisprudencia.
B. Clases de herederos.
· Forma de concurrencia.
1. Si fueran muchos los herederos instituidos sin designación de cuota ( o sea universal)
dividirán entre sí por partes iguales la herencia ( 1098 inciso 3).
3. Concurren varios herederos universales con varios herederos de cuota, en este caso
dividirán todos los herederos universales se dividirán por partes iguales la cuota que falta
para completar el entero. Es este el sentido que tiene la última frase del artículo 1098 inciso
3 “o la parte de ella que les toque”.
2. Heredero de Cuota.
Son aquellos llamados a una parte alícuota o fracción del patrimonio del causante, es decir
en este caso es el testador quién determina la cuantía de la asignación.
• Herederos del remanente testamentarios de cuota. Tiene lugar esta clase de herederos del
remanente cuando el testador ha instituido asignaciones de cuota a título universal y
asignatarios del remanente. Según el art. 1099, el heredero del remanente se entiende
constituido en la cuota que falte para completar la unidad.
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• Herederos del remanente abintestato universales. Se presentan cuando en el testamento no
hay sino asignaciones a título singular, y el testador no dice nada respecto del resto de sus
bienes. Según el art. 1100, los herederos abintestato son herederos universales del remanente.
• Herederos del remanente abintestato de cuota. Nos hallamos ante ellos cuando en el
testamento sólo se designan herederos de cuota, y las cuotas designadas en el testamento no
alcanzan a completar la unidad.
· Reglas.
1. Si en el testamento sólo se contiene asignaciones a título singular, el asignatario del
remanente es el heredero universal.( 1099 primera parte)
Ejemplo: Dejo mi casa a Pedro, mi auto a Diego y el resto de mis bienes a Juan, este último
será heredero del remanente.
2. Si alguna de las otras asignaciones son de cuotas el asignatario del remanente es heredero
de la cuota que resta para completar la unidad ( 1099 parte 2º).
-Primer Caso: El testador dispone de cuotas que igualan o exceden en el entero y designa
además un heredero del remanente, este entonces nada llevará ( 1101 parte final )
Ejemplo: Dejo 1/3 a Pedro, 1/3 a Juan y 1/3 de mis bienes a Carlos y el resto a Alejandro,
este ultimo nada llevara.
-Segundo Caso: El testador designa cuotas que completan o exceden la unidad y además
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designa un heredero universal, este participará de la herencia para lo cual será necesario
reducir las cuotas para hacerlas caber en la unidad.
Figura: 1/3 de mis bienes a Juan, 1/3 a Pedro, 1/3 a Carlos y designo como heredero universal
a Antonio.
En este caso se hace necesario aplicar un procedimiento matemático para hacerlas caber en
la unidad, procedimiento que estudiaremos a continuación.
Procedimiento:
1. El heredero universal se entenderá instituido en una cuota cuyo numerador será la unidad
y cuyo denominador el número total de herederos. ( 1101).
Figura : 1/3 Juan, 1/3 Pedro, 1/3 Carlos y ¼ para Antonio.
2. Con posterioridad deberá reducir las cuotas a un mínimo común denominador, incluso
aquella computada de acuerdo al artículo 1101 ( 1102).
Figura: Común denominador 12, entonces
4/12 Juan, 4/12 Pedro, 4/12 Carlos y 3/12 Antonio.
4. En definitiva a cada heredero le corresponderá una cuota que tenga como denominador (
en el ejemplo 15 ) y como numerador el que le haya correspondido al tiempo de efectuar el
cálculo del denominador común.
Figura: 4/15 Juan, 4/15 Pedro, 4/15 Carlos y 3/15 Antonio, todo lo cual me da 15/15 o sea
un entero ( magia).
5. En todo caso el testador deberá siempre respetar las asignaciones ya que en caso contrario
los legitimarios podrán ejercer la acción de reforma ( 1103 ).
A juicio del profesor, del profesor Domínguez, Manuel Somarriva y otros autores señalan
que esta es la forma de efectuar el procedimiento. Ahora bien, el profesor pablo Rodríguez
piensa distinto y el lo calcula de otra forma, básicamente en la etapa “2” el considera a
Antonio como un entero (1) y no 3/12. ( para más información ver el libro de pablo
Rodríguez sobre sucesión en la página 151 ).
A. Nociones Generales.
1. Concepto:
Para los efectos de determinar el concepto de las asignaciones a titulo singular debemos
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considerar los artículos 951 inciso 3 y 1104 inciso 1 primera parte.
De ambas disposiciones se puede concluir que el legado es una asignación mediante la cual
se transmite a una persona el dominio de una especie o cuerpo cierto o el derecho de
exigir la tradición de una o más especies indeterminadas de cierto genero ya sea a la
sucesión , a uno o más herederos o a uno o más legatarios. Recordemos que para efectos
de calificar la asignación debemos estar al contenido de ella y no a los términos o palabras
que haya utilizado el testador, por esta razón si el testador instituye heredero de su casa a
Juan en la realidad Juan es un legatario.
2. Características fundamentales:
1º Los legatarios no representan al causante. Art. 1104. Responden de las deudas hereditarias
en subsidio de los herederos. Por lo tanto no tienen más derechos ni cargas que los que
expresamente se les impongan o confieren. Lo anterior tiene 2 calificadas excepciones:
i. Los legatarios pueden tener una responsabilidad pero en subsidio de los herederos.
ii. El legatario puede verse afectado a consecuencia del ejercicio de la acción de reforma de
testamento lo que sucederá cuando se afecten las asignaciones forzosas ( 1104 inciso 2 ).
2º Los legatarios suceden en bienes determinados: ya sea en especie o cuerpo cierto o
genéricamente.
3º Los legados constituyen siempre asignaciones testamentarias. Suponen una manifestación
de voluntad del testador. No hay legatarios abintestato (salvo, según veremos, tratándose de
los alimentos que se deben por ley a ciertas personas). Como una consecuencia de lo anterior,
en favor de los legatarios no opera el derecho de representación, porque éste es propio de las
herencias y de la sucesión abintestato, en los casos expresamente contemplados por la ley,
entre los cuales no figuran los legados.
4º Los legados pueden adquirirse por transmisión. Así lo permite el art. 957.
5º Por regla general, sólo puede legarse aquello que pertenezca al causante.
6º La ley ha establecido un sistema de preferencia para el pago de los legados.
b. Las cosas presentes o futuras, estas últimas siempre que lleguen a existir ( 1113).
c. Las cosas propias o ajenas, en este último caso solo excepcionalmente como lo veremos
más adelante ( 1107).
b. Las cosas de dominio nacional o municipal o aquellos que constituyen bienes nacionales
de uso público.
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c. Tampoco pueden legarse las cosas que formen parte de un edificio de manera que no
puedan separarse del el sin deterioro del mismo edificio; a menos que la causa cese antes de
deferirse el legado. El legislador en esta disposición lo que persigue es que no se afecte el
valor económico de una cosa. Ejemplo: No podría legarse todas las puertas de una casa.
d. Aquellas cosas que pertenecen al culto divino, sin perjuicio de los derechos que
particulares pudieren tener sobre ellos, caso en el cual la materia quedará regida por el
derecho canónico.
e. Tampoco el legado podrá recaer sobre un objeto que importe que la asignación adolezca
de objeto ilícito en conformidad al artículo 10 y 1466 c. c
B. Clases de legados.
a. Elementos de la distinción.
La determinación de si nos encontramos ante un legado de cuerpo cierto o de genero
dependerá de la forma en que haya sido descrito el objeto de la asignación, así si la
determinación del objeto a sido completo de manera tal que el mismo se haga inconfundible
estaremos en presencia de un legado de especie, en cambio se la determinación ha sido
incompleta y con caracteres generales el legado será de género.
iii. A juicio del profesor Pablo Rodríguez Grez al legatario de especie si es aplicable el
artículo 722, es decir, la posesión legal de la herencia. A esta conclusión el arriba por
exclusión en el siguiente sentido: el sostiene que el causante está muerto, o sea respecto de
la cosa no puede ser dueño ni poseedor, lo herederos del causante tampoco tienen el dominio
ya que son meros tenedores de la cosa ya que reconocen dominio ajeno en el legatario y en
consecuencia a falta de las demás personas que podrían detentar la posesión de la especie
debe concluirse que ello le corresponderá a este asignatario.
A juicio del Profesor Rabat los términos del artículo 722 descartan esta interpretación, ello
porque la creación de la posesión legal de la herencia es una creación excepcional aplicable
solo al heredero, por lo tanto no puede recurrirse a la interpretación por analogía.
2. Legados de Género.
- El dominio del legado de género se adquiere por la entrega de la cosa legada, de
manera tal que en este caso el modo de adquirir el dominio será la tradición. En todo caso al
tiempo de fallecer el causante el asignatario de género adquiere un crédito en virtud del cual
podrá exigirles a los herederos que lleven a cabo la tradición de la cosa.
- A consecuencia de lo señalado habrá que concluir que la posesión de las cosas legadas
se adquirirían una vez que ellas sean entregadas y en el evento que el objeto del legado fuere
un derecho personal o crédito habrá que sujetarse a las normas sobre cesión de créditos
personales.
- El legatario de género adquiere los frutos desde el momento en que se le entrega la
cosa o bien desde que los herederos estén en mora de entregar.( 1338 numero 2 ). Respecto
de la mora, cabe recordar que el art. 1551 número 1 dispone que el deudor está en mora
cuando no cumple su obligación en el término “estipulado”. Ahora bien, puede acontecer que
el testador imponga un plazo para pagar el legado al heredero. Sin embargo, en este caso no
se aplica el art. 1551 número 1, pues no hay “estipulación”, sino un plazo unilateralmente
fijado por el testador. Por lo tanto, el legatario deberá requerir judicialmente al obligado al
pago del legado, para constituirlo en mora, conforme al número 3 del art. 1551.
- Aplicando la regla general del art. 2515, la acción del legatario de género para
reclamar su legado prescribe, si es ordinaria, en 5 años, y si es ejecutiva, en 3 años y luego 2
más como ordinaria.
2. Legatario de género:
i. Acción personal.
d. Entrega de la cosa.
1. Legado de especie.
La especie legada se debe en el estado en que existiere al tiempo de la muerte del testador,
comprendiendo los utensilios necesarios para su uso y que existan con ella.
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El artículo 1125 agrega que la especie legada pasa al legatario con sus servidumbres, censos
y demás cargas reales.
2. Legado de género.
Por aplicación del artículo 1509 los herederos cumplirán con su obligación entregando
cualquier individuo del genero con tal que sea de una calidad a lo menos mediana.
· Reglas especiales.
a. Si de muchas especies que existan en el patrimonio del testador, se legare una sin decir
cual, se deberá una especie de mediana calidad o valor entre las comprendidas en el legado.(
1114).
b. Los legados de género que no se limitan a lo que existe en el patrimonio del testador,
imponen la obligación de dar una cosa de mediana calidad o valor del mismo género(1115).
c. Si se lego una cosa entre varias que el testador creyó tener, y no ha dejado más que una, se
deberá la que haya dejado ( 1116 inciso 1 ).
d. En este mismo evento si el testador no ha dejado ninguna cosa, no valdrá el legado sino a
favor de los ascendientes, descendientes o cónyuges, quienes solo tendrán derecho a pedir
una cosa mediana del mismo género ( 1116 inciso 2 ).
e. Si se ha legado una cosa de aquellas cuyo valor no tiene límite (el CC. menciona, como
ejemplos, una casa, una hacienda de campo, etc., lo que en realidad nos remite a cosas de
gran valor)y no existe ninguna del mismo género entre los bienes del testador, nada se deberá
ni a un a los ascendientes, descendientes o cónyuge.
ii. Si se lega la cosa fungible señalando el lugar en que ha de encontrarse ,se deberá la
cantidad que allí se encuentre al tiempo de la muerte del testador, siempre que el no haya
determinado esa cantidad, pues en tal caso se deberá esta.
iii. Si la cantidad existente en el lugar señalado por el testador fuere menor que la cantidad
designada en el testamento , solo se deberá la cantidad existente; y si en ese lugar no existe
cantidad alguna de dicha cosa fungible nada se deberá. Esta última regla tiene las siguientes
excepciones:
1. Valdrá siempre el legado de la cosa fungible cuya cantidad se determine por el testador a
favor de su descendiente, ascendiente y cónyuge.
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2. No importará que la cosa legada no se encuentre en el lugar señalado por el testador,
cuando el legado y el señalamiento del lugar no formen una cláusula indivisible. Así el legado
de “ 30 fanegas de trigo, que se hallan en tal parte “ vale, aunque no se encuentre allí trigo
alguno; pero el legado de “ las 30 fanegas de trigo que se hallarán en tal parte”, no vale sino
respecto del trigo que allí se encontrare, y que no pase de 30 fanegas.
ii. Legado de cosas que deben adquirirse porque son ajenas.( 1106).
Se llama también legado de orden y en este caso se impone a un asignatario , al ejecutor
testamentario o al partidor la obligación de adquirir la especie para darla al legatario o para
emplearla en algún objeto de beneficencia. Este legado de orden se sujeta a las siguientes
reglas:
1. Deberá comprarse la cosa.
2. Si ello no es posible porque el dueño de la especie rehúsa enajenarla o pide por ella un
precio excesivo, el asignatario que recibió la orden será solo obligado a dar en dinero el justo
precio de la especie.
3. Si la especie ajena legada hubiere sido antes adquirida por el legatario o para el objeto de
beneficencia, no se deberá su precio, salvo que la adquisición hubiere sido a titulo oneroso y
a precio equitativo.
Cabe señalar que el asignatario gravado responde de culpa leve, ya que la obligación mira al
interés del deudor y del acreedor (o sea, del asignatario y del legatario).
3. Si la cosa ajena legada pasó, antes de la muerte del testador, al dominio de éste o del
asignatario a quien se había impuesto la obligación de darla, se deberá el legado.
4. Si el asignatario a quien se impuso dar la cosa ajena la adquiere después de la muerte del
testador la deberá al legatario; el cual sin embargo, no podrá reclamarla, sino restituyendo lo
que hubiere recibido por ella, según el artículo 1106.
4. Legado de cosas en que el testador sólo tenía derechos o legados de cosa indivisa (
1110).
Si el testador no ha tenido en la cosa legada más que una parte, cuota o derecho, se presumirá
que no ha querido legar más que esa parte, cuota o derecho.
Lo mismo se aplica a la cosa que un asignatario es obligado a dar y en que sólo tiene una
parte, cuota o derecho.
Se pregunta Rodríguez Grez qué sucede si entre el otorgamiento del testamento y la muerte
del causante se ha producido la partición de la comunidad. Frente a esta hipótesis, deberán
distinguirse dos situaciones posibles: si la cosa se adjudicó al testador o si la cosa se adjudicó
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al tercero.
- Si al testador se le adjudica una parte o cuota en la especie, subsiste el legado en esa
parte o cuota.
- Si la cosa ha sido adjudicada a un tercero, por efecto de la partición (efecto
declarativo) es forzoso concluir que se trata de un legado de cosa ajena y por tanto,
absolutamente nulo. En este caso, nada se deberá al legatario. Lo mismo ocurrirá si se enajena
la cosa indivisa por el testador y los demás comuneros, pues habrá operado una revocación
del legado.
El art. 1743, destaca Somarriva, constituye una excepción al principio del artículo 1110: se
pone el primer precepto en el caso de que uno de los cónyuges legue a otra persona un bien
perteneciente a la sociedad conyugal. Para determinar la suerte de este legado, hay que
esperar las resultas de la partición, de la liquidación de la sociedad conyugal; si en ella el
bien legado se adjudica a los herederos del cónyuge testador, se debe al legatario la cosa
legada. Si el bien se adjudica al cónyuge sobreviviente, el legado se cumple por equivalencia,
o sea, el legatario tiene derecho a exigir que se le entregue el valor del bien legado. La
excepción al art. 1110 consiste en lo siguiente: de no haber existido el art. 1743, como al
fallecimiento del cónyuge se disuelve la sociedad conyugal y se forma una comunidad,
aplicando el art. 1110 se presumiría que el cónyuge sólo habría legado la cuota o parte que
le correspondía en el legado.
a. Si las agregaciones valieren más que el predio en su estado anterior, solo se deberá este
segundo valor al legatario.
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b. Si las agregaciones valieren menos que el predio en su estado anterior se deberá todo ello
al legatario con el cargo de pagar el valor de las agregaciones.
iii. Si el legado es de una medida de tierra, como mil metros cuadrados, no crecerá en ningún
caso por la adquisición de tierras contiguas, y si aquélla no pudiere separarse de estas, solo
se deberá lo que valga.( al tiempo de abrirse la sucesión).
iv. Si se lega un solar y después el testador edifica en él, sólo se deberá el valor del solar.
Nota: solar es una porción de terreno donde se ha edificado o que se destina a edificar.
v. Si se deja parte de un predio, se entenderán legadas las servidumbres que para su goce o
cultivo le sean necesarias.
8. Legado de una casa con sus muebles o con todo lo que se encuentre en ella.( 1121).
Si se lega una casa con sus muebles o con todo lo que se encuentre en ella, no se entenderán
comprendidas en el legado las cosas enumeradas en el inciso 2 del artículo 574, sino sólo las
que forman el ajuar de la casa y se encuentran en ella; y si se lega de la misma manera una
hacienda de campo, no se entenderá que el legado comprende otras cosas, que las que sirven
para el cultivo y beneficio de la hacienda y se encuentren en ella.
ii. En caso contrario el asignatario de dicha especie solo tendrá derecho para perseguir su
precio sobre la sucesión del testador.
ii. Si se condona a una persona lo que debe, sin determinar suma, no se comprenderán en la
condonación sino las deudas existentes a la fecha del testamento.(1130).
iii. Tiene una forma especial de extinción: se entiende revocado tácitamente en caso de que
el testador, con posterioridad al testamento, reciba el pago del crédito y sus intereses de parte
del deudor.
iv El legado solo subsiste en la parte del crédito o de los intereses que no hubiere recibido el
testador.
v. El legislador no ha dicho a quién deberá pagar el deudor del crédito legado. Es evidente
que éste puede pagar al legatario, porque el legado de un crédito es un legado de especie o
cuerpo cierto, y el legatario adquiere el legado por sucesión por causa de muerte desde el
momento del fallecimiento del testador. Pero también podría pagarles a los herederos del
causante acreedor, pues el deudor no tiene por qué conocer la existencia del testamento (se
trataría del caso contemplado en el artículo 1576, en las reglas del pago, donde se alude al
pago efectuado a un acreedor aparente). Claro que si el deudor paga a los herederos, el
legatario puede dirigirse en contra de ellos para que le entreguen el monto de lo pagado por
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el deudor.
vi. Los herederos no responderán de la existencia del crédito ni de la solvencia del deudor,
salvo que así lo haya ordenado el testador en forma expresa, cláusula que Rodríguez Grez
estima perfectamente ajustada a derecho y que conlleva una carga a los demás asignatarios
ii. Si así se expresare o apareciere, se deberá reconocer la deuda en los términos que lo haya
hecho el testador, o en que se justifique haberse contraído la obligación; y el acreedor podrá
a su arbitrio exigir el pago en los términos a que estaba obligado el deudor o en los que
expresa el testamento. (1132 inciso 2 ).
iii. Si el testador manda pagar lo que cree deber y no debe, la disposición se tendrá por no
escrita. (1132 inciso 1 en relación con el artículo 1058).
iv. Si en razón de una deuda determinada se manda pagar más de lo que ella importa, no se
deberá el exceso a menos que aparezca la intención de donarlo.
Las deudas confesadas en el testamento y de que por otra parte, no hubiere un principio de
prueba por escrito, se tendrán por legados gratuitos y estarán sujetos a las mismas
responsabilidades y deducciones que los otros legados de esta clase, por ejemplo podrían
verse afectados por una acción de inoficiosa donación. ( 1133). Si no hay este principio de
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prueba por escrito, se entiende que existe lisa y llanamente un legado gratuito, y se aplican
las reglas de los legados. En caso contrario, hay propiamente deuda confesada en el
testamento. para el presunto acreedor es de vital importancia determinar si la confesión de
deuda va a consistir en una confesión de deuda propiamente tal o un legado, por las siguientes
razones:
1º Porque si existe un principio de prueba por escrito, la confesión de deuda va a constituir
una deuda hereditaria, que en conformidad al art. 959 será una baja general de la herencia y
en consecuencia, se pagará antes de efectuarse la distribución de los bienes hereditarios. Si
no hay principio de prueba por escrito, estamos frente a un legado gratuito que se paga con
cargo a la parte de la cual el testador ha podido disponer libremente. Art. 1374.
2º También tiene importancia determinar si estamos ante una deuda hereditaria o frente a un
legado, porque las primeras no están sujetas al pago del impuesto de herencias, donaciones
y asignaciones.
3° Los legatarios tienen responsabilidad subsidiaria en el pago del pasivo dejado por el
causante, responsabilidad que ciertamente no tienen los acreedores del testador.
4° Si se revoca el testamento, se extingue el legado. En cambio, las deudas confesadas por el
testador, conservan su vigencia, a pesar de la revocación del testamento.
Somarriva señala que la solución dada por el art. 1133 a la confesión de deuda por testamento
se justifica ampliamente, porque si existiera libertad para reconocer deudas por dicho
instrumento, el testador podría burlar el derecho de los asignatarios forzosos, confesando
deudas supuestas que excedan la parte de libre disposición
Distintas reglas:
A. Se estará a la cuantía y tiempo que el testador hubiere señalado.
B. Si nada ha dicho el testador, aplicaremos las siguientes disposiciones:
1. Los alimentos se deberán en la forma y cuantía en que el testador acostumbraba
suministrarlos a la misma persona.
C. Si se legare una porción anual para la educación del legatario esta durara hasta que cumpla
18 años y cesará si muere antes de cumplir esa edad. (la norma no guarda concordancia con
lo establecido en el artículo 332, en el título de los alimentos, donde se puede extender la
pensión hasta los 28 años)
D. En el caso de que se hubiere legado una pensión periódica que no sea de alimentos para
su validez será menester que el testador al hubiera determinado íntegramente. Si son varios
los asignatarios llamados a ella habrá derecho de acrecer de acuerdo con el artículo 1154.
E. Destaca Rodríguez Grez que una de las características que más llaman la atención en este
legado consiste en que una vez establecida su cuantía, de acuerdo con las reglas dadas en los
artículos 1134 y 1361, inciso 3º, del Código Civil, no podrá alterarse, cualesquiera que sea
las variaciones que experimente la suerte del alimentario. En cambio, lo que caracteriza a las
pensiones de alimentos forzosos es que la cosa juzgada que genera la determinación de su
cuantía y procedencia es provisional (artículo 332 del Código Civil)
ii. Si el testador cometiere la elección a tercera persona, podrá esta elegir a su arbitrio; y si
no cumpliere su encargo dentro del tiempo señalado por el testador o en su defecto por el
juez, tendrá lugar la regla del artículo 1114, es decir se deberá una especie de mediana calidad
o valor entre los comprendidos en el legado.
iii. Hecha una vez la elección, no habrá lugar a hacerla de nuevo, sino por causa de engaño o
dolo.
Orrego no esta de acuerdo con Rodríguez pues el artículo 1449 deja en claro que ésta es una
convención acordada entre el estipulante y el promitente, lo que ciertamente no acontece
cuando estamos ante un testamento. Por ello, cree que en este caso lo que hay es un legado
gravado con una carga modal, consistente precisamente en transferir a un tercero una
determinada cosa.
199
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c. Extinción de los legados.
i. Causal general: La causa general de extinción de los legados será la revocación del
testamento.
2. Por la enajenación de las especies legadas, en todo o en parte, por acto entre vivos,
envuelve la revocación del legado en todo o en parte; y no subsistirá o revivirá el legado,
aunque la enajenación haya sido nula, y aunque las especies legadas vuelvan a poder del
testador. Hay una revocación tácita del legado.
La jurisprudencia ha resuelto que si otorgado un testamento en el cual se instituye un legado
de inmueble, al fallecer el causante se había suscrito la escritura de compraventa en que el
testador vendía dicho inmueble, pero aún no se había efectuado la inscripción en el
Conservador, no había revocación tácita del legado, porque el art. 1135 habla de
enajenación y la sola compraventa no constituye enajenación.
3. La prenda, hipoteca o censo constituido sobre la cosa legada, no extingue el legado, pero
la grava con dicha prenda, hipoteca o censo.
Ø ASIGNACIONES FORZOSAS.
Nota previa: Las asignaciones forzosas tienen tanto lugar en la sucesión testada como en la
intestada.
I. Nociones Generales:
2. Las legítimas.
1. Directa:
a. acción de reforma de testamento.
b. Formación de los acervos imaginarios.
c. Acción de inoficiosa donación.
2. Indirecta:
a. Solicitud de interdicción por demencia o disposición que haga el causante en vida.
b. Insinuación que deben hacerse de las donaciones irrevocables.
c. Limitación del monto de las donaciones que pueden hacerse los esposos en las
capitulaciones matrimoniales. (1788).
d. Prohibición de sujetar la legitima rigorosa a modalidades y la limitación de los
gravámenes a las mejoras (1192 inciso 1 y 1951 inciso 2).
e. Partición que realice el testador no puede ser contraria a derecho ajeno.
f. La prohibición de tasar las especies que se dejan para cubrir la legitima rigorosa
(1197).
F. Características
A. Concepto22:
Artículo 1168 c.c: “Los alimentos que el difunto ha debido por ley a ciertas personas, gravan
la masa hereditaria; menos cuando el testador haya impuesto esa obligación a uno o más
participes de la sucesión”.
Sobre esta materia, señala Barros Errázuriz, “Como a la fecha de la muerte del testador
(causante, en realidad) existe ya la obligación alimenticia que constituye la asignación
forzosa, es fácil separar de la masa una suma alzada que reditúe lo correspondiente a la
pensión alimenticia, y de esa manera se cumple con la disposición legal que ordena deducir
previamente esta clase de asignaciones”.
22
Modificado enero 2023, orrego
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En efecto, hay quienes han sostenido que esta asignación tiene por objeto hacer frente a las
pensiones alimenticias que el causante debía en vida al alimentario, y que por lo tanto, ella
tiene por objeto solucionar una deuda hereditaria, ya que el derecho de alimentos se
extinguiría con la muerte de la persona obligada a prestarlos. Sin embargo, veremos que la
posición mayoritaria es la segunda: no se trata de las pensiones atrasadas e impagas al fallecer
el causante, sino de aquellas que se devenguen en el futuro.
Ramos Pazos, por su parte, también estima que la obligación alimenticia es intransmisible,
señalando para así concluir las siguientes razones:
1º El tenor del artículo 959 número 4;
2º Porque si esta obligación tuviera el carácter de transmisible no se justificaría el número 4
del artículo 959 y habría bastado con el número 2 de la misma disposición, referido a las
deudas hereditarias;
3º Porque la obligación de alimentos se funda en el parentesco, matrimonio, adopción o en
una donación, vínculos que siempre generan obligaciones intransmisibles; y
4º Considerando la historia fidedigna de la ley, pues el artículo 371 del Proyecto de 1853
establecía que la obligación de prestar alimentos se transmitía a los herederos y legatarios del
que debía prestarlos, disposición que fue suprimida por la Comisión Revisora.
Orrego también estima que se trata de una obligación transmisible, pudiendo darse tres
situaciones:
1° Que el causante nada haya dicho acerca de los alimentos que debía, de manera que todos
los herederos responderán, a prorrata de sus cuotas en la herencia, aplicándose por ende el
artículo 1354 del Código Civil, que dispone que las deudas hereditarias se dividen entre los
herederos a prorrata de sus cuotas.
2° Que el causante imponga la obligación de pagar los alimentos a un asignatario o algunos
asignatarios (pero sin que al hacerlo, grave sus legítimas o la asignación de cuarta de mejoras,
o sea, debiera dejarle a ese o esos asignatarios gravados toda o parte de la cuarta de libre
disposición; excepcionalmente, podría gravarse la cuarta de mejoras, pero siempre y cuando
el alimentario hubiere sido un asignatario potencial de dicha cuarta), y el alimentario les exija
el pago a tal o tales asignatarios, quedando los demás integrantes de la sucesión exonerados
de responsabilidad por este concepto.
3° Que el causante imponga la obligación de pagar los alimentos a un asignatario o algunos
asignatarios, pero el alimentario opte por demandar a otros herederos, por su cuota, caso en
el cual, si éstos pagaren, podrán repetir en contra de los primeros.
2. Para otros ( la mayoría) , la ley sólo quiso referirse a las pensiones alimenticias que a la
muerte del alimentante se encontraban devengadas pero no pagadas, y no a pensiones futuras,
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habida cuenta que la obligación alimenticia no se transmite a los herederos del obligado. La
principal refutación a esta doctrina, es la enunciada, en cuanto a que el artículo 959 alude en
numerales distintos a las deudas hereditarias y a los alimentos que el causante debía por ley
a ciertas personas.
3. Una tercera doctrina, que ha prevalecido en las Cortes, entiende que no obstante ser
intransmisible la obligación alimenticia, el Código alude a pensiones futuras y no atrasadas.
En tal sentido, son los bienes del causante, y no los bienes de sus herederos, los que han de
soportar el pago futuro de las pensiones, de manera que habría que apartar un capital de la
sucesión o destinar algunos bienes hereditarios que puedan generar frutos, para responder de
la obligación mientras ésta subsista.
B. Naturaleza Jurídica
Es una baja general de la herencia), 959 numero 4.
Es por esta razón que el artículo 1168 al definir esta asignación forzosa señala que los
alimentos forzosos gravan la masa hereditaria con lo cual está indicando que ellos deberán
rebajarse del acervo ilíquido.
Por excepción los alimentos forzosos no constituyen una baja general de la herencia y ello
sucede en 2 casos:
i. Cuando el testador a impuesto esta obligación a uno o más participes de la sucesión ( 1168
parte 2). En todo caso esta disposición del testamento solo puede afectar a un asignatario
voluntario, o a uno de mejoras, pero en este último caso ello es aceptado siempre que el
alimentario sea también un asignatario de mejoras, puesto que los gravámenes impuestos a
los asignatarios de cuarta de mejoras deben ir en beneficio de los mismos asignatarios de
cuarta de mejoras. (1195).
ii. Cuando la asignación fuere excesiva, es decir cuando los alimentos forzosos sean más
cuantiosos de lo que en las circunstancias corresponda , el exceso se imputara a la ¼ de libre
disposición. (1171 inciso 2 ).
Rodríguez Grez, cree que es una asignación a título singular y la única entre esta clase de
asignaciones, impuesta por la ley. Ello porque la ley, cuando trata de pensiones alimenticias
voluntarias, entiende que ellas son legados: art. 1134. Siendo la naturaleza de la asignación
la misma, así se trate de alimentos voluntarios o forzosos, resulta indiscutible que siempre
las asignaciones alimenticias serán legados y no herencias. Además el art. 1363 alude
expresamente a “los legados estrictamente alimenticios a que el testador es obligado por ley”.
La ley entonces, en forma clara y explícita se refiere a los alimentos forzosos como legados
y no como herencias.
Otra opinión tiene Somarriva. Para él, el artículo 1363 comete una inexactitud de lenguaje al
hablar de “legados” estrictamente alimenticios que el testador debe por ley, pues los
alimentos debidos por mandato legal no constituyen un legado, sino que una asignación
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forzosa, y en conformidad al artículo 959, una baja general de la herencia.23
C. Requisitos:
1. Debe tratarse de alimentos futuros.
Se dice esto porque los alimentos devengados y no pagados antes de la muerte del testador
constituyen una deuda hereditaria que es también una baja general de la herencia pero
regulado en el número 2 del artículo 959.
23
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4º Caso en que una persona, teniendo título legal para exigir alimentos del causante, no los
recibía ni los había demandado. El problema que se plantea es determinar si estas personas
pueden demandar a los herederos por dicha pensión alimenticia, o dicho de otra manera, si
estos alimentos constituyen también una asignación forzosa o no.
Hay quienes afirman que aun en este caso los alimentos se han debido por ley y, en
consecuencia, estamos en presencia de una asignación forzosa. Se interpreta así la expresión
“alimentos que se deben por ley” en la forma más amplia. Quienes así piensan, se basan en
el texto mismo de la ley, que no hace distinciones de ninguna especie al respecto. esta
interpretación tan amplia traería consigo enormes dificultades prácticas; en efecto, resultaría
que nunca los herederos podrían estar completamente a salvo de las personas que teniendo
título legal para demandar alimentos, no lo habían hecho valer en vida del causante, quienes
en cualquier momento podrían hacer efectiva su asignación forzosa. Los herederos tendrían
que esperar los plazos de prescripción para quedar libres de toda obligación, y aún más, de
continuar la situación de indigencia del presunto asignatario, ella nunca prescribiría. Por esto,
Somarriva considera acertada la opinión de nuestros tribunales de rechazar tan amplia
interpretación de las asignaciones alimenticias forzosas.
3. Que los alimentos estén fijados por sentencia judicial, transacción aprobada por
tribunal competente o que al menos hayan sido demandados en vida del causante.
Pablo Rodríguez Grez señala que los alimentos deben estar establecidos ya que en caso
contrario no hay certeza ni en cuanto a la existencia del derecho, ni en cuanto a la tasación
de los mismos.
Por este motivo los alimentos serán una asignación forzosa cuando hayan sido establecidos
por una sentencia judicial o bien cuando hayan sido fijados por medio de una transacción o,
por último, cuando hayan sido demandados por el alimentario, esto último por que de acuerdo
con el artículo 331 los alimentos se deben desde la primera demanda.
5. El asignatario deberá ser capaz y digno (respecto de la indignidad solo la constituye los
casos de injuria atroz del 968 ). Se deduce de lo anterior que quien incurre en una causal de
indignidad de aquellas establecidas en el art. 968 no sólo se hace indigno de suceder al
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causante, sino que además, pierde su derecho de alimentos.
¿Qué ocurre si el asignatario de alimentos forzosos incurre en otra causal de indignidad
declarada judicialmente a instancia de cualquiera de los interesados en su exclusión de la
sucesión? Al tenor del nuevo art. 324, no cabe sino concluir que no se pierde el derecho de
alimentos.
La conclusión anterior se refuerza por lo prescrito en el art. 1210, en relación a los efectos
del desheredamiento, los que no se extienden a los alimentos, salvo en los casos de injuria
atroz.
7. La asignación será a título singular, ello porque el asignatario solo recibirá los bienes
que conforma la pensión de alimentos pero en ningún caso recibirá una cuota del patrimonio
del causante. Pablo Rodríguez opina que:
a) Es indudable que el asignatario de alimentos forzosos no sucede al causante en todos sus
bienes, derechos y obligaciones transmisibles o en una parte o cuota de ellos, como señala el
art. 951, 2º. Este asignatario sucede al causante en una o más especies indeterminadas de
cierto género (pensiones que se pagan en dinero o en especie, según acuerden todos los
interesados en la sucesión). Por esta causa, no representa al causante ni es continuador de su
personalidad.
b) La responsabilidad del heredero es ilimitada, pero a prorrata de su participación en la
herencia. En este caso, el asignatario de alimentos forzosos no tiene responsabilidad alguna
por las deudas hereditarias o testamentarias del causante, pudiendo sufrir sólo la rebaja de su
asignación si los alimentos parecen desproporcionados a las fuerzas del patrimonio.
c) La ley, cuando trata de pensiones alimenticias voluntarias, entiende que ellas son legados:
art. 1134. Siendo la naturaleza de la asignación la misma, así se trate de alimentos voluntarios
o forzosos, resulta indiscutible que siempre las asignaciones alimenticias serán legados y no
herencias.
d) El art. 1363 alude expresamente a “los legados estrictamente alimenticios a que el testador
es obligado por ley”. La ley entonces, en forma clara y explícita se refiere a los alimentos
forzosos como legados y no como herencias.
e) Por último, la inestabilidad de esta asignación, que puede rebajarse a partir de la apertura
de la sucesión y durante todo el período en que ella debe pagarse, se aviene mucho más con
un legado que con una asignación a título universal.
Es erróneo por tanto sostener que la ley no instituye legados: así ocurre tratándose de los
alimentos que el causante debe por ley a ciertas personas.
E. Rebaja de la asignación.
Los alimentos forzosos pueden ser rebajados en cualquier época después de la muerte del
testador. Los arts. 330 y 332, 1º, lo permiten tratándose de pensiones alimenticias fijadas por
el juez (por ello, se habla de “cosa juzgada provisional”). El art. 1170 permite por su parte
que esta asignación sea rebajada si ella parece desproporcionada a las fuerzas del patrimonio.
Rodríguez Grez cree en consecuencia que esta asignación puede rebajarse en cualquier
tiempo, sea por exceder las fuerzas del patrimonio, sea porque han variado las circunstancias
que legitimaron la demanda.
En cuanto a quién es el llamado a rebajar los alimentos, por cualquiera de las dos causales,
dicha materia es de competencia exclusiva de los jueces de los tribunales de familia (artículo
8, número 4 de la Ley número 19.968), nunca del partidor: art. 1330, asigna competencia a
la justicia ordinaria para resolver las controversias sobre derechos a la sucesión
Todo lo cual no impide a que la rebaja sea convenida entre el asignatario y los demás
herederos y aprobada judicialmente, para cumplir con el art. 2451, relativo a la transacción
sobre alimentos futuros.27
Así como la ley se puso en el caso de disponer la rebaja de la pensión de alimentos, cabe
preguntarse si es posible que el alimentario demande el aumento de la pensión. Nada dijo el
Código al respecto. Una sentencia de la Corte Suprema (en fallo dividido) de fecha 27 de
enero de 2011, autos Rol número 6.424-2010, concluye en términos negativos para el
alimentario, sobre la base de encontrarnos ante una obligación que no se transmitió a los
herederos del alimentantes. Señala esta sentencia que para aumentar el monto de la pensión,
sería necesario que viviere el alimentante y se litigare en su contra. De esta forma, se
desprende de esta sentencia que la pensión podrá ser rebajada (lo que está fuera de discusión,
por disponerlo así el artículo 1170), pero nunca aumentada. El voto de minoría plantea en lo
esencial:
i) La intransmisibilidad de la obligación alimenticia no constituye impedimento para que la
211
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demanda pueda dirigirse en contra de los integrantes de la comunidad hereditaria, pues al
fallecimiento del causante, dicha obligación pasó a tener el carácter de una baja general de la
herencia y al no haberse impuesto el pago a uno o más partícipes de la sucesión, grava la
masa hereditaria como baja general de la herencia;
ii) En virtud de lo dispuesto en los artículos 323 y 332 del Código Civil, los alimentos se
entienden concedidos por toda la vida del alimentario, continuando las circunstancias que
legitimaron la demanda y deben habilitarlo para subsistir modestamente de acuerdo a su
posición social, lo que incluye la obligación de proporcionar la enseñanza de una profesión
u oficio. Por ende, las pensiones alimenticias son siempre susceptibles de ser revisadas,
variando las circunstancias que justificaron su regulación;
iii) No existe inconveniente legal para que el alimentario pueda dirigirse en contra de los
herederos del causante, a fin de obtener un aumento de las pensiones de alimentos futuras
que como asignación forzosa gravan la masa hereditaria, si han variado las circunstancias
que determinaron su monto primitivo, cuando, como sucede en este caso, con ello no se
pretende hacer efectiva la obligación alimenticia en el patrimonio personal de ninguno de los
demandados, sino en el del causante;
iv) Confirma esta interpretación lo dispuesto en el artículo 1170 del Código Civil, conforme
al cual las asignaciones alimenticias forzosas no se ven afectadas por las deudas o cargas que
graven el patrimonio del difunto, pero sí pueden rebajarse los alimentos futuros que parezcan
desproporcionados a las fuerzas del patrimonio efectivo. Siendo así, es claro que la ley no ha
exigido que los alimentos fijados en vida del causante deban permanecer inmutables en el
futuro, ni ha establecido excepción a las reglas generales que permiten ajustar su monto a las
circunstancias del caso. De lo contrario, tampoco podría aceptarse que los herederos
demandaran la disminución de los alimentos o su cesación, por haber mejorado la fortuna del
asignatario o concurrir otra causa legal.
Los alimentos forzosos se van a pagar una vez que se hayan deducidos las bajas generales
de la herencia de los numero 1 al 3 del artículo 959. En otras palabras este asignatario se
verá afectado por el pago de estas. Las deudas hereditarias se pagan antes que los alimentos
forzosos. Pero estos gravan también el acervo ilíquido, de modo que son equivalentes a las
deudas hereditarias. Si llega a omitirse el pago de algunas deudas hereditarias, este déficit no
autoriza para demandar la restitución de los alimentos pagados, aunque sí para rebajarlos, en
su caso.
No obstante lo dicho en orden a que los alimentos forzosos se pagarán después que las deudas
hereditarias puede suceder que con posterioridad aparezca una nueva deuda de que no se
tenía conocimiento. Situación expresamente regulada en el artículo 1170 que distingue 2
casos:
i. Los asignatarios de alimentos no estarán obligados a devolución alguna en razón de
las deudas o cargas que gravaren el patrimonio del difunto. Desde luego que esta situación
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parte del supuesto de que los alimentos forzosos fueran pagados, entonces no habrá derecho
a devolución.
ii. Podrán rebajarse en todo caso los alimentos futuros que parezcan
desproporcionados a las fuerzas del patrimonio efectivo.
A mayor abundamiento debe tenerse en consideración que el artículo 1363 inciso 3 parte
final dispone que los legados estrictamente alimenticios a que el testador es obligado por ley
y no entraran a contribución sino solo después de todos los otros. A juicio de la cátedra debe
interpretarse este artículo en armonía con el artículo 1170 y por lo tanto en el evento que el
artículo 1363 regula que el asignatario de alimentos no estará obligado a devolver aquellos
que ya a recibido pero si podrán verse afectados las pensiones futuras. No hay contradicción
alguna: la contribución a que se refiere la indicada disposición, consiste no en la devolución
de las pensiones pagadas, sino en la rebaja de los alimentos futuros, como consecuencia de
que ellos aparecen desproporcionados a las fuerzas del patrimonio hereditario
F. ¿Son siempre los alimentos forzosos una deducción previa o baja general de la herencia?
Es este el punto más controvertido en el estudio de esta asignación forzosa.
Si el causante impone por testamento la obligación de prestar alimentos a uno o más
partícipes de la sucesión, se presenta el problema de saber si esta disposición testamentaria
es oponible al asignatario o éste puede exigirlos a la sucesión toda.
En principio, de acuerdo al tenor del art. 1168, parecería que el alimentado sólo podrá exigir
el pago a los asignatarios gravados. Sin embargo, esta posibilidad se prestaría para burlar al
alimentario, ya que imponer la obligación a un sucesor insolvente tornaría ilusorio el derecho.
- Manuel Somarriva sostiene que sólo constituyen una baja general de la herencia (regla
general) cuando el causante no ha impuesto la obligación a uno o más partícipes de la
sucesión. –
- Para Alfredo Barros Errázuriz y Claro Solar, esta asignación siempre es una baja
general de la herencia.
- A juicio de Rodríguez Grez, la disposición testamentaria que impone la obligación de
prestar alimentos a uno o más partícipes en la herencia, es inoponible al asignatario. Ello,
porque se trata de una obligación que se transmite a la sucesión y que deben enfrentar los
herederos como continuadores del difunto. Si el asignatario acepta que la asignación sea de
cargo de uno o más partícipes de la herencia, se exonerarán de esta obligación los demás
herederos. Pero si el asignatario no lo acepta, todos los partícipes de la herencia seguirán
ligados a la obligación. Para llegar a esta conclusión, el autor citado tiene en consideración:
a) Que la obligación alimenticia pesaba sobre el causante en vida;
b) Que las asignaciones forzosas no las hace el causante sino la ley, estando éste obligado a
respetarlas;
c) No existe inconveniente alguno en que el causante imponga a un asignatario testamentario
una carga o gravamen, pero ello no puede lesionar el derecho de un asignatario forzoso. De
ahí que este gravamen tenga pleno valor entre los sucesores, pero no puede imponerse al
alimentario
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III. PORCIÓN CONYUGAL ( DEROGADA).
Hasta la dictación de la Ley 19.585 los artículo 1172 al 1180 regulaban la institución de la
porción conyugal que se definía como aquella parte o cuota de bienes que tenía derecho el
cónyuge sobreviviente en la sucesión de su marido o mujer.
Entre tanto existía porción conyugal el cónyuge no era asignatario, sino que su calidad era
de beneficiario de la porción conyugal la que tenía un carácter estrictamente alimenticio y
era considerado una baja general de la herencia.
Hoy en cambio el cónyuge es un legitimario y por lo tanto llevará en la herencia una cuota
de bienes que dependerá de la aplicación de las normas de sucesión intestada.
Hay que tener presente que la ley 19.585 estableció una serie de beneficios al cónyuge
sobreviviente que es claramente hoy en día un asignatario privilegiado, como ejemplo se
puede nombrar :
1. Estableció que ellos no llevarán menos de la ¼ parte de la herencia, o de la cuarta
parte de la mitad legitimaría en su caso.
2. Artículo 1337 numero 10, consiste en que el cónyuge sobreviviente tendrá derecho a
que su cuota hereditaria se entere con preferencia mediante la adjudicación a favor
suyo de la propiedad inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda principal
de la familia, así como del mobiliario que lo guarnece, siempre que ellos formen parte
del patrimonio del difunto.
Por ultimo un artículo transitorio de la ley 19.585 dispuso que las sucesiones abierta con
anterioridad al 27 de octubre de 1999 se regirán por la ley vigente al tiempo de su apertura.
Es aquella cuota de los bienes del difunto que la ley asigna a ciertas personas llamadas
legitimarios.
La definición hace hincapié en que la legítima corresponde a una cuota de los bienes del
difunto.
La importancia que este concepto tiene es que el legitimario será un asignatario a título
universal y, por lo tanto, será un heredero, Art. 1181 inc. 2º.
La legítima es, ante todo, una asignación forzosa de que no puede ser privado el legitimario,
a menos que, por causas legales, haya sido desheredado, es decir, excluido de la sucesión por
el propio causante mediante una cláusula testamentaria (y probado el hecho en que se funda),
o por la declaración de indignidad a requerimiento de cualquier persona interesada en la
exclusión del legitimario. De ahí que se haya dicho que “la indignidad es un desheredamiento
legal y el desheredamiento una indignidad testamentaria”
Desde un punto de vista histórico su origen se halla en la 4ª Falcidia del Derecho Romano,
la que fue posteriormente tomada en las institutas de Justiniano desde donde luego pasó a la
legislación española y de ahí a nuestro código.
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B. Quiénes son legitimarios
El Art. 1182 contiene una enumeración taxativa de quienes son legitimarios, y lo serán:
No debe olvidarse que el Art. 36 inc. 1º de la ley 19620 confiere al adoptado el estado civil
de hijo respecto de los adoptantes.
Aplicando los Arts. 988 y 989 tendremos que los legitimarios concurrirán de la siguiente
manera:
1) Puede ocurrir que el causante haya dejado hijos y cónyuge sobreviviente. En este caso,
conforme al art. 988, son llamados los hijos y el cónyuge sobreviviente, quedando excluidos
los padres. En consecuencia, la mitad legitimaria se dividirá entre los hijos y el cónyuge
sobreviviente en la forma establecida en dicho precepto, sin perjuicio del acrecimiento del
art. 1191 y de las asignaciones que el causante les deje por testamento.
2) Si concurren ascendientes y cónyuge sobreviviente, la mitad legitimaria se distribuirá entre
ellos, conforme al art. 989. En este caso, la herencia se dividirá en tres partes, dos para el
cónyuge y una para los ascendientes de grado más próximo.
3) Si sólo concurren hermanos, rige el art. 990. En este caso, si el causante nada dispuso, se
llevarán la herencia quienes no tienen calidad de legitimarios.
4) Si sólo concurren otros colaterales, hasta el sexto grado, ellos llevarán la herencia. Igual
que en el caso anterior, la herencia pertenecerá a quienes no tienen la calidad de legitimarios.
5) Finalmente, si ninguno de los anteriores concurre, la herencia yacente, luego transformada
en vacante, pertenecerá al Fisco, quien obviamente tampoco es legitimario.
El Art. 1184 inc. 3º señala que habiendo tales descendientes o ascendientes o cónyuge
sobreviviente la masa de bienes previas las deducciones del Art. 959 y las agregaciones que
en seguida se expresarán ( acervos imaginarios) se dividen en 4 partes:
a) 2 partes o sea la mitad del Acervo para las legítimas rigorosas. Aún cuando no
lo dice la ley la cátedra se refiere a esta parte como mitad legitimaria.
b) Otra 4ª para las mejoras con que el causante haya querido favorecer a su
cónyuge o a uno o más de sus descendientes o ascendientes sean o no legitimarios.
¿Qué quiere decir esto que “sean o no legitimarios”?. Si concurren descendientes ellos se
llevan la mitad legitimaria y los ascendientes puede el ascendiente no ser legitimario pero sí
beneficiario de la 4ª de mejoras.
c) Otra 4ª que es aquella que el difunto puede disponer libremente.
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Agregado 22 octubre 2015, libro Ramón Domínguez Águila
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Agregado abril 2022.
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F. Clases de legítimas:
1. Legítima Rigorosa;
a. Concepto
Está definida en el Art. 1184 inc. 1º, ésta disposición comienza haciendo una especie de
introducción al señalar que la mitad de los bienes previas las deducciones del Art. 959 y las
agregaciones que enseguida se expresan, se dividirá por cabezas o estirpe entre los
respectivos legitimarios según las reglas de la sucesión intestada. Lo que cupiere a cada uno
en esa división será su legítima rigorosa. Esta mitad se determina deduciendo del acervo
ilíquido las bajas generales de que trata el art. 959 y colacionando al acervo líquido que
resulta, las partidas ordenadas en los arts. 1185 y 1186
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Cabe recordar que se divide por cabezas cuando se sucede personalmente y se dividirá por
estirpe cuando se sucede por derecho de representación.
Manuel Somarriva define la legítima rigorosa como aquella porción que toca un
legitimario en la división de la mitad legitimaria.
b. Características
c. Incremento.
2. Legítima Efectiva
- El Art. 1191 dispone que acrece a las legítimas rigorosas toda aquella porción de los
bienes de que el testador ha podido disponer a título de mejoras o con absoluta libertad y no
ha dispuesto o si lo ha hecho ha quedado sin efecto la disposición. Aumentadas así las
legítimas rigorosas se llaman legítimas efectivas.
- ¿Qué pasa si en el testamento el causante sólo dispuso de la mitad legitimaria?. En
este caso habrá una sucesión parte testada y parte intestada.
- Si el causante tiene 2 legitimarios en la práctica su patrimonio se reparte entre ellos.
- Antes de la entrada en vigencia de la ley 19585 se producía el problema de qué hacer
cuando al existir sucesión parte testada y parte intestada concurrían herederos legitimarios
con herederos que no eran legitimarios, por ejemplo concurría un hijo del causante con un
hermano del causante. Para intentar solucionar este problema la ley 10271 de 1952 introdujo
un inciso 3º al Art. 1191 según el cual si concurren como herederos legitimarios con quienes
no lo sean sobre lo dispuesto en esta norma prevalecerán las reglas contenidas en el título II
del Libro III, es decir había que remitirse a las normas de la sucesión intestada. Hoy después
de la dictación de la ley 19585, esta situación no es posible que se configure, es decir no será
posible que concurran legitimarios con quienes no lo son toda vez que hoy en día el cónyuge
sobreviviente es también un legitimario y por lo tanto coinciden los coinciden los 2 primeros
órdenes de la sucesión intestada con las personas mencionadas en el Art. 1182 razón por la
cual no cabe duda que el Art. 1191 inc. 3ª ha perdido oportunidad.
- Para Rodríguez Grez, la legítima efectiva se forma por el acrecimiento a la mitad
legitimaria del todo o parte de la cuarta de libre disposición o de la cuarta de mejoras, sea
porque el causante no dispuso de ellas o porque su disposición no tuvo efecto, pero sólo si
concurren a la herencia conforme a las reglas de la sucesión intestada herederos legitimarios
Mientras los alimentos se calculan sobre la base del acervo ilíquido menos las deducciones
de los números 1 y 2 del art. 959, las legítimas se calculan sobre la base del acervo imaginario.
El Art. 1184 inc. 1º que define lo que es la legítima rigorosa señala que ella corresponde a la
mitad de los bienes previa las deducciones del Art. 959 y las agregaciones que en seguida se
expresan.
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Estas agregaciones a que se refiere el Art. 1184 inc. 1º son los Acervos Imaginarios, las que
se practicarán sobre el Acervo Líquido.
La razón de ser de estos acervos es que el legislador quiere evitar que el causante menoscabe
las legítimas por medio de donaciones ya sea a favor de un legitimario y en desmedro de los
otros o bien a favor de terceros extraños y en perjuicio de todos los legitimarios.
a. Concepto
El Art. 1185 señala que para computar las cuartas de que habla el artículo precedente se
acumularán imaginariamente al acervo líquido todas las donaciones revocables o
irrevocables hechas en razón de legítimas o mejoras según el estado en que se hallan
encontrado las cosas donadas al tiempo de la entrega pero cuidando de actualizar
prudencialmente su valor a la época de apertura de la sucesión. En otras palabras lo que
ha sucedido es que el causante en vida ha efectuado donaciones a favor de ciertos legitimarios
los que ha reducido su patrimonio y por lo tanto perjudicado a los otros legitimarios.
Como estos bienes en general han salido del patrimonio del causante deberán volver a él,
pero sólo en forma numérica a objeto de calcular las legítimas y mejoras.
Para entender mejor el concepto don Manuel Somarriva define la colación de bienes como
aquel acto por el cual un heredero que concurre con otros en la sucesión devuelve a la masa
partible las cosas con que el donante (causante) lo beneficiara en vida para compartirlas con
sus coherederos como si nunca las hubiere tenido.
b. Requisitos
1.- Que al tiempo de abrirse la sucesión existan legitimarios.
2.- Que el causante en vida haya efectuado donaciones a uno o más de los
legitimarios o mejoreros.
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c. Acumulaciones que la ley ordena: En términos generales lo que la ley ordena es que
se acumulen aquellas donaciones tanto revocables como irrevocables que se hayan efectuado
a favor de los legitimarios.
- Este tipo de donaciones una vez aceptadas por el donatario transfiere al beneficiario
mediante la tradición el dominio de las cosas donadas, motivo por el cual entonces el
legislador exige que ellas se acumulen a la masa partible. De otro modo en términos negativos
si no se ha efectuado la tradición de las especies donadas, ellas no han salido del patrimonio
del causante y en consecuencia no será necesario acumularlas.
1.- Si las cosas donadas no han sido entregadas en vida del causante ellas no se
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acumulan, ya que material ni jurídicamente han salido del patrimonio del causante.
2.- Si las cosas donadas han sido entregadas al donatario ellas sí deberán acumularse en
razón de que materialmente han salido del patrimonio del causante, pues no han salido
jurídicamente de él, ya que al tratarse de una donación revocable solo se confirman por la
muerte del donante, y según el 1140 se trataría de un usufructo. Sin embargo, Rodríguez Grez
cree que este tipo de donaciones, en este caso, transfieren el dominio de la cosa donada
cuando se hace tradición de ellas, porque así lo adelanta el art. 1146. La regla general es
que una donación revocable entregada al donatario constituye un usufructo (arts. 1140 y
1141), consolidándose en el donatario la nuda propiedad y el usufructo al abrirse la sucesión
(salvo si la donación hubiere sido revocada). Pero, tratándose de donaciones revocables
hechas en razón de legítimas y mejoras, que se entregan al donatario, ellas transfieren el
dominio (excepción a la regla general, anticipada en el art. 1146), de modo que procede su
colación o agregación según el valor que estas especies tenían al tiempo de la entrega.
3.- Para que esta donación haya transferido el dominio deberá tratarse de una donación
revocable hecha a un legitimario o a una persona que pueda ser objeto de una asignación de
cuarta de mejoras, y que se haya hecho tradición (entrega) de la cosa donada. Si no concurre
alguno de estos requisitos, la donación no transfiere el dominio y la cosa donada permanecerá
en el patrimonio del causante hasta la apertura de la sucesión.
Si la donación se ha hecho a un legitimario, se presume que se hace a título de legítima,
salvo que en el testamento o que en la respectiva escritura o en acto posterior auténtico,
aparezca que el legado o donación ha sido a título de mejora (art. 1198)
4.- Las donaciones revocables que se hacen en razón de mejora al cónyuge sobreviviente
se colacionan en el primer acervo imaginario, para reconstituir el patrimonio del causante,
teniendo efecto para establecer el exceso de lo donado a terceros. Lo mismo sucede
tratándose de las donaciones hechas en favor de ascendientes, asignatarios de cuarta de
mejoras.
5.- Para la mayoría de la doctrina, esta colación es letra muerta en la ley y un error del
legislador, puesto que se sostiene la tesis de que nada se puede agregar, porque nada ha salido
del patrimonio del causante, por tratarse de un usufructo que se consolida con la nuda
propiedad al fallecimiento del causante. A su vez, Rodríguez Grez, sostiene que es
indiscutible que sólo se acumulan las donaciones revocables cuando las cosas donadas han
sido entregadas al donatario en vida del causante. Si no ha habido entrega en vida del donante
no hay necesidad de acumular estas donaciones, pues los bienes que comprende la donación
están material, física y jurídicamente en el patrimonio del causante. En cambio, si los bienes
donados revocablemente fueron entregados al donatario, materialmente faltan de la masa de
bienes y por esta razón deberán acumularse a ella.
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Pero resultaría que en esta forma, la cuarta de libre disposición se estaría beneficiando con la
donación irrevocable hecha al hijo B, lo que no permite el art. 1199. Procede entonces
descontar de ella la parte en que se están aprovechando de esa donación; de ella, en el
ejemplo, dos cuartos benefician a la mitad legitimaria, un cuarto a la cuarta de mejoras y otra
cuarta a la cuarta de libre disposición. Debemos descontar entonces, de la cuarta de libre
disposición, la cuarta parte de $5.000.000.-, es decir, $1.250.000.- Esta última suma, debe
repartirse entre la mitad legitimaria y la cuarta de mejoras en proporción de dos a uno (porque
la mitad legitimaria es el doble de la cuarta de mejoras). O sea, que la mitad legitimaria lleva
$833.000.- y la cuarta de mejoras $417.000.- Tenemos entonces que la herencia queda
distribuida así:
Mitad legitimaria: $50.000.000 + $833.000.- : $50.833.000.-
Cuarta de mejoras: $25.000.000 + $417.000.- : $25.417.000.-
Cuarta de libre disposición: $25.000.000 - $1.250.000.- : $23.750.000.-
La mitad legitimaria alcanza entonces a $50.833.000.-, que debemos dividir entre cinco hijos:
cada uno llevará en consecuencia $10.166.600.- A los hijos C, D y E, que no recibieron
donaciones del causante, nada se les imputa a sus legítimas y por ende se les paga en efectivo
$10.166.600.- Pero a los hijos A y B debe imputárseles a su legítima lo que recibieron por
donación, esto es, $5.000.000.-a cada uno (art. 1198); por eso, se les entregará en efectivo
sólo $5.166.600.-, cantidad que sumada a lo que recibieron en vida del causante, completan
su legítima.
De este modo, se ha evitado que en definitiva las legítimas de algunos legitimarios -en este
caso, los hijos C, D y E- sean lesionados por donaciones hechas por el causante en vida a
otros legitimarios (los hijos A y B, en el ejemplo).
Para quienes opinan que aun la acumulación de las donaciones irrevocables beneficia a
la cuarta de libre disposición ( P. Rodríguez) , la mitad legitimaria, ascendente a
$50.000.000.-, se distribuye dándoles en efectivo a los Hijos C, D y E $10.000.000.- a
cada uno y a los hijos A y B $5.000.000.- a cada uno.
i. Donaciones revocables;
Ella aprovecha a todos los asignatarios e incluso a los acreedores del causante, quienes tienen
una deuda hereditaria que es baja general de la herencia. Como la donación jurídicamente no
ha salido del patrimonio del causante al tiempo de efectuar la donación en el acervo ilíquido
el bien de que se trata será considerado en él.
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El Art. 1199 señala que la acumulación de lo que se ha dado irrevocablemente en razón de
legítimas o mejoras no aprovecha a los acreedores hereditarios ni a los asignatarios que lo
sean a otro título que el de legítima o mejora. Dicho de otra manera esta acumulación
aprovecha solo a los asignatarios que los sean a título de legítima o mejoras.
f. Casos especiales:
iv. Donaciones con carga. El Art. 1188 señala que no se tendrá por donación sino lo
que reste deducido el gravamen pecuniario a que la asignación estuviere afecta; así por
ejemplo en el caso de una donación remuneratoria estas se colacionarán en cuanto excedan
del valor de los servicios que se remuneran toda vez que sólo este exceso deberá ser
considerado como una liberalidad.
g. Valor acumulable
El Art. 1185 señala que estas cosas se acumularán según el estado en que ellas se hayan
encontrado al tiempo de la entrega, pero cuidando actualizar prudencialmente su valor a la
época de apertura de la sucesión. En forma correcta esta norma se refiere al tiempo de la
entrega, ya que si las cosas donadas no han sido entregadas, no han salido del patrimonio del
causante y, por lo tanto, no deben ser acumuladas.
1.- Donatario debe tener la calidad de legitimario, Art. 1200 inc. 1º.
2.- Donatario debe tener tal calidad al tiempo de abrirse la sucesión razón, por la cual se
resolverá la donación respecto de aquel que al tiempo de efectuarse la donación era
legitimario, pero después dejó de serlo, Art. 1200 inc. 1º y 2º.
3.- El donatario debe concurrir a la herencia salvo que opere el derecho de
representación, Art. 1200 inc. 3º.
1. Concepto
Su finalidad es proteger a los legitimarios cuando el causante ha efectuado donaciones
irrevocables o entre vivos en beneficio de terceros extraños. Este objetivo se logra de 2
formas:
1.- Mediante una acumulación contable o imaginaria del exceso de lo donado
irrevocablemente a un extraño, caso en el cual no se va a afectar al tercero porque la
acumulación es sólo contable, Art. 1186.
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2.- Mediante la rescisión de la donación irrevocable cuando el exceso de lo
donado sea tal que menoscabe la legítima rigorosa o la 4ª de mejoras. En esta situación la
acumulación será material y, por lo tanto, sí se afectará al tercero, ello a través del ejercicio
de la acción de inoficiosa donación, Art. 1187.
2. Requisitos.
3- La doctrina mayoritaria estima que no es necesario que sean unos mismos los
legitimarios que existan al tiempo de la donación y al momento de abrirse la sucesión. Al
respecto, Rodríguez Grez agrega que siendo la cuestión discutible, se inclina por la posición
mayoritaria, ya que si se tratare de un “derecho personalísimo” de uno o más legitimarios,
podría darse el caso de que, en definitiva, pudiere este acervo favorecer a unos y no a otros
(los que sobrevengan con posterioridad a la donación), lo cual no parece admisible.
El Art. 1186 lo dice en términos aritméticos al señalar que las donaciones serán excesivas
cuando el valor de todas ellas juntas excediera a la 4ª parte de la suma formada por este
valor y el del acervo imaginario. En otras palabras, se suman el acervo imaginario y las
donaciones y este valor se divide por 4. Si la cantidad resultante es inferior al valor de las
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donaciones, entonces éstas son excesivas.
Ahora bien, ¿A cuál acervo se hace esta suma de los valores donados? O dicho de otro modo,
¿De qué acervo se parte para calcular el segundo acervo imaginario? Para Somarriva, se
partirá ya del acervo líquido o del primer acervo imaginario. Se tomará como base éste
cuando haya procedido su formación en conformidad al art. 1185; si no, se partirá del acervo
líquido. Para Rodríguez Grez, se suman todas las donaciones hechas por el causante que a la
sazón tenía legitimarios, y se agrega este valor al primer acervo imaginario.
Se ha sostenido que el segundo acervo imaginario sólo se forma cuando las donaciones a
extraños sobrepasan la cuarta parte de la suma integrada por el primer acervo imaginario y
el total de las donaciones hechas a extraños, teniendo el causante legitimarios. Cree
Rodríguez Grez que siempre debe formarse este acervo para determinar la cuarta de libre
disposición, aun cuando esto no tenga efectos prácticos. Si sumadas todas las donaciones
hechas a extraños al primer acervo imaginario no se absorbe la cuarta de libre disposición,
no hay problema, pero con esta operación se determina de cuánto ha podido disponer
libremente el causante, reduciéndose así esta parte de la herencia. Como la cuarta de libre
disposición es una cuarta contribuyente, esto carece de efecto práctico para los legitimarios
y asignatarios de mejoras, porque primero se pagarán las legítimas, luego las mejoras y sólo
si hay bienes se enterarán las asignaciones con cargo a la parte de libre disposición. Insiste
entonces en que la constitución de este acervo tiene un efecto contable para establecer el
monto de la cuarta de libre disposición y un efecto práctico para “rescindir” las donaciones
en cuanto ellas sobrepasan la parte de libre disposición.
De lo expuesto también se deduce que con la formación de este acervo disminuirá la cuarta
de libre disposición al considerar las donaciones irrevocables que el causante ha hecho a
terceros en vida, razón por la cual estas donaciones preferirán a los legados, que pueden llegar
a no cumplirse o no pagarse, a consecuencia de esta reducción y déficit de bienes. Todo lo
cual parece perfectamente lógico, puesto que el causante sólo puede disponer de los bienes
que tiene al momento de fallecer, no de los que tuvo antes.
a) Que las donaciones no sean excesivas, caso en el cual no se forma este acervo.
b) Que las donaciones sean excesivas, caso en el cual se formará este acervo el que en
definitiva producirá el efecto de limitar la 4ª libre de disposición.
c) Que las donaciones sean a tal grado excesivas que ellas afecten las legítimas y
mejoras, caso en el cual se forma el 2º acervo imaginario y nace la acción de inoficiosa
donación.
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Ejemplos de las situaciones anteriores:
No hay exceso, por lo tanto no hay lugar a la formación del 2º acervo imaginario.
El monto de la donación en este caso alcanza exactamente al monto de que el testador podía
disponer.
En este caso el monto que el donante legítimamente podía donar asciende a 40. Al haber
donado 60 existe un exceso por 20, razón por la cual procederá la formación del 2º acervo
imaginario.
El Art. 1186 señala que este 2º acervo se formará agregando imaginariamente el exceso al
acervo.
Los 20 los agrego a los 100 y el 2º acervo imaginario es de 120. Sobre la base de este 2º
acervo imaginario calculo las cuartas del Art. 1184.
120 → Segundo Acervo Imaginario
60 → ½ legitimaria.
30 → 4ª de mejoras
30→ 4ª de libre disposición.
Las legítimas y mejoras, como asignaciones forzosas que son, se pagan íntegramente. De
modo entonces, que los $ 60.- de la mitad legitimaria y los $ 30.- de la cuarta de mejoras
deben ser íntegramente pagados. Quiere decir que de los $ 100.- realmente existentes tenemos
ya gastados en asignaciones forzosas $ 90.-; restan solamente $ 10.-, los cuales pasan a
constituir la cuarta de libre disposición.
Tenemos cumplido así el primer objetivo de este segundo acervo imaginario, que es reducir
la parte de libre disposición. En el ejemplo, disminuye de $ 30.- a $ 10.-, o sea, se reduce en
$ 20.-, cantidad a que asciende el exceso de lo donado. Se limita entonces la facultad de testar
del causante en la parte de libre disposición, pues ya dispuso en vida de parte de lo que podía
asignar libremente por testamento.
Y ¿Qué ocurre con los legados hechos con cargo a la parte de libre disposición? Los legados
deben reducirse a la cantidad que en definitiva constituye la cuarta de libre disposición. Como
no alcanzarán a pagarse todos por haberse reducido dicha porción de la herencia, se pagarán
en primer lugar aquellos que gozan de una causal de preferencia y luego los comunes, y si
todos son de igual categoría, se rebajan a prorrata.
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c) Acervo Líquido = 120 2º acervo imaginario = 255
Donación = 220 ¼ = 63,75
Total = 340 ½ legitimaria = 127,5
¼ = 85
Exceso = 135
Al igual que en los casos anteriores, dividimos esta cantidad por cuatro, lo que nos da $ 85.-
Esta suma fue la que el testador pudo libremente donar, y en cambio, lo donado realmente
alcanza a $ 220.- El exceso es de $ 135.- Sumamos entonces este exceso al acervo para
calcular el acervo imaginario, lo cual nos da: $120.- más $ 135.- (exceso de lo donado): $
255.-, cantidad a la cual asciende el segundo acervo imaginario.
El exceso resulta enorme ya que faltan 7,5 para pagar las legítimas rigorosas y 63,75 para
enterar las mejoras. En total para completar las asignaciones forzosas faltan 71, 25.
De esta forma entonces surge el 2º efecto del 2º acervo imaginario, más radical que el anterior
y que consiste en dar nacimiento a la acción de inoficiosa donación. Los asignatarios forzosos
se dirigen a los donatarios sólo por 71,25 que materialmente ingresan al patrimonio. En este
caso no se alcanza a pagar la 4ª libre de disposición.
A. Concepto: Es aquella que tienen los legitimarios en contra de los donatarios extraños
cuando el causante ha hecho en vida donaciones irrevocables excesivas y menoscaben las
legítimas rigorosa o mejoras.
En otras palabras, la acción de inoficiosa donación sólo nace cuando el exceso donado por el
causante a extraños (vale decir, donaciones que no se han hecho en razón de legítimas o
mejoras) supera la cuarta parte de la suma del acervo líquido o del primer acervo imaginario,
en su caso, y el total de dichas donaciones. Por lo mismo, las donaciones que se han hecho
hasta cubrir dicha cuarta parte, quedan confirmadas. En consecuencia, ninguna disposición
del causante podrá llevarse a efecto, si la hay, ya que en vida consumió todo aquello de que
podía disponer libremente
C. Objeto de la Acción:
El objeto es dejar sin efecto donaciones realizadas por el causante, hasta completar el pago
de legitimas y mejoras. En el fondo lo que se busca obtener es que se le restituya lo donado
por exceso, por lo tanto puede subsistir la donación en la parte que no sobrepase la ¼ de libre
disposición. Así el artículo 1187 habla que los legitimarios tendrán derecho a exigir la
restitución de lo excesivamente donado, por lo tanto aquella parte en que no cabe en exceso
la donación subsistirá.
3. P. Rodríguez Grez: señala que esta es una acción de inoponibilidad por cuanto la donación
es válida y ha producido sus efectos, pero será inoponible a los legitimarios en la parte que
exceda a la capacidad de libre disposición. La sucesión no recupera la cosa donada, sino el
valor excesivo o la parte inoficiosamente donada. De aquí que estime que su objeto no es
dejar sin efecto (anular o resolver) la donación, sino recuperar para los legitimarios el exceso
de lo donado por el causante.
Señala que la sanción no es la nulidad de la donación puesto que la nulidad no puede ser
sobreviniente, es decir, no puede aparecer una vez celebrado el acto jurídico válidamente. En
el caso que se analiza, la causal de nulidad no coexistiría con la celebración de la donación,
sería posterior a ella.
D. Características de la acción:
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2. Acción Patrimonial: Significa que la acción puede ser objeto de renuncia. Se ha sostenido
que no puede renunciarse anticipadamente a esta acción. En cuanto a qué se entiende por
“anticipadamente”, desde luego no puede concebirse que se renuncie con antelación a la
muerte del donante, puesto que los herederos carecen de todo derecho a una sucesión futura
(y por lo demás, mientras no muera el causante, no tienen tal calidad de herederos). De tal
forma, la renuncia sólo puede ocurrir después de la apertura de la sucesión.
Además puede ser objeto de transferencia y de transmisibilidad. En consecuencia, se
transfiere al cesionario de los legitimarios o beneficiados con mejoras, porque éste pasa a
ocupar la misma situación jurídica de estas personas, y se transmite igualmente a los
herederos de los sujetos activos de la acción.
3. Es Prescriptible:
- Algunos autores señalan que como la ley no señala plazo especial de prescripción se
aplican la reglas generales de prescripción y por tanto la acción prescribiría en un plazo de 5
años, 2415 y que se suspende en favor de las personas enumeradas en el art. 2509 números 1
y 2 (art. 2520).
- Para otros autores al ser una acción rescisoria se aplica el artículo 1691 prescribiendo
a los 4 años.
El plazo se contara desde la apertura de la sucesión, ello porque es en este momento en que
se puede determinar la existencia del exceso donado.
V. LAS MEJORAS.
A. Concepto: Es una asignación forzosa que tiene lugar en la sucesión de los descendientes,
ascendientes y del cónyuge, conforme lo señala los artículos 1167 numero 3 y 1184 inciso 3.
Corresponde a la ¼ parte de los bienes del difunto habiéndole hecho previamente las
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deducciones del artículo 959 y haciéndole las agregaciones de los acervos. Es decir las
mejoras se calcularan sobre la misma base de las legitimas.
B. Asignatarios de la ¼ de mejoras.
Hay personas que siendo legitimarios pueden ser “mejoradas” y otras que, sin ser
legitimarios, también pueden ser objeto de una asignación con cargo a esta parte de la
herencia. Es importante subrayar que puede ser asignatario de cuarta de mejoras una persona
que no tenga la calidad de legitimario del causante. El artículo 1184, por lo demás, así lo deja
en claro, cuando expresa en su inciso 3º: “otra cuarta, para las mejoras con que el difunto
haya querido favorecer a su cónyuge o a uno o más de sus descendientes o ascendientes, sean
o no legitimarios…” Por lo demás, el artículo 1195 al que nos referiremos a continuación,
alude a los “descendientes” y a los “ascendientes”, quienes no necesariamente serán
legitimarios.
El artículo 1184 inciso 3 dispone quienes son los beneficiarios de la ¼ de mejoras.:
1.Cónyuge sobreviviente.
2. Uno o más descendientes.
3. Uno o más ascendientes.
El artículo 1195 inciso 1 nos señala que el donante o testador puede hacer la distribución que
quiera entre sus cónyuges, descendientes o ascendientes, pudiendo asignar a uno de ellos toda
la ¼ de mejoras o una parte.
C. Características
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- Regla general.
El legislador no supone las mejoras; ellas necesitan de una declaración expresa del testador.
Así lo manifiestan claramente los arts. 1198 y 1203, en conformidad a los cuales las
donaciones, legados y desembolsos hechos por el causante para el pago de las deudas de un
descendiente, se imputan a las legítimas, salvo que del testamento o de otros actos auténticos
aparezca que la intención del testador fue imputarlos a mejoras. La jurisprudencia también
ha resuelto que las mejoras no se presumen. La manifestación de voluntad del causante puede
asumir dos formas: mediante testamento o mediante donaciones revocables o irrevocables
hechas en razón de mejoras.
El art. 1198 consagra la posibilidad de que la intención del causante (en el sentido de entender
que un legado o una donación revocable o irrevocable sea con cargo a mejora) pueda constar
del testamento o en la respectiva escritura o en acto posterior auténtico, en los cuales aparezca
que dicha donación no se hizo a título de legítima, sino de mejora. Al parecer, esta norma
estaría reservada para los legitimarios, atendido el tenor del artículo. A su vez, si la donación
o legado se hace a una persona que no es legitimario, dicha donación no se imputará jamás a
mejora, salvo que así lo haya manifestado el causante, en el testamento o en la respectiva
escritura pública de donación.
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b) Otro caso parecido, aunque no idéntico, ocurre con el art. 1193: dispone que si el causante
ha dado o da en razón de legítimas más de lo que corresponde a la mitad legitimaria (del
acervo imaginario), la ley ordena que este exceso se impute a la cuarta de mejoras. De lo que
resulta que sin necesidad de expresarlo explícitamente el causante, se ha podido disponer de
la cuarta de mejoras e incluso lesionar los derechos de otros asignatarios llamados a esta
misma parte de la herencia. Aún más, la Ley número 19.585 agregó un segundo inciso al art.
1193, en beneficio del cónyuge sobreviviente: dispone que si lo que se ha asignado al
cónyuge sobreviviente no fuere suficiente para completar la porción mínima que le
corresponde en atención a lo dispuesto en el art. 988 (cuarta parte de la mitad legitimaria), la
diferencia deberá pagarse también con cargo a la cuarta de mejoras.
a. Modalidades: las mejoras admiten modalidades, pero ellas deben estar establecidas
en beneficio de personas que puedan ser asignatarios de cuarta de mejoras.
La ley reglamenta especialmente una modalidad a que puede sujetarse la mejora: la
administración de un Banco, y en tal evento, no es necesario que el asignatario sea incapaz.
Esta modalidad está establecida en el art. 86 número 7 de la Ley General de Bancos. Existe
a este respecto una diferencia fundamental entre la legítima rigorosa y las mejoras. La
legítima puede ser dejada en administración a un Banco únicamente cuando el asignatario, o
sea el legitimario, sea incapaz. En cambio, las asignaciones de mejoras pueden dejarse en
administración a un Banco aun cuando el descendiente o ascendiente o el cónyuge sea
perfectamente capaz.
En esta situación, el Banco tendrá las facultades y obligaciones de un curador adjunto, salvo
que el testador disponga otra cosa.
Existen también otras modalidades a las cuales pueden sujetarse las mejoras, siempre que
ellas no importen una violación de esta asignación forzosa. Así, en conformidad al art. 250
número 2 y artículo 252, inciso 3º, se podrán dejar las asignaciones de mejoras al hijo no
emancipado con la condición de que no las administre o no tengan el usufructo de ellas, el
padre o madre, etc. (por ejemplo, cuando el abuelo le deja la cuarta de mejora a su nieto, con
la condición de que la asignación no sea administrada por el padre o por la madre o ambos).
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b. Gravámenes en las mejoras. En cuanto a los gravámenes, están prohibidos por la
ley, salvo cuando están establecidos en beneficio de personas a quienes el testador podía
beneficiar con mejoras: art. 1195, 2º. Quiere decir entonces que los gravámenes impuestos
en favor del cónyuge sobreviviente o descendientes o ascendientes del causante, son válidos,
pero no los establecidos en beneficio de persona que no tiene derecho a mejoras, pues
entonces estaría destinando parte de la cuarta de mejoras a personas que no pueden ser
beneficiadas con ella. Así, por ejemplo, el testador deja la cuarta de mejoras a su hijo A, con
la obligación de pagar una pensión mensual de $100.000.- a su hijo B, mientras llegue a la
mayor edad. Este gravamen es perfectamente lícito, pues el hijo B del causante pudo incluso
ser destinatario de toda la cuarta de mejoras. En cambio, si la obligación impuesta al hijo A
asignatario de la cuarta de mejoras fuere pagar $100.000.- a un tío, este gravamen no produce
efectos, pues favorece a una persona que no tiene derecho a mejoras.
D. Requisitos.
1. Que existan asignatarios de la ¼ de mejoras.
Concurriendo los asignatarios el testador es libre de asignar estas ¼ de mejoras o no. En caso
que no asigne la ¼ de mejora acrecerá las legitimas rigorosas las que en este caso se
denominan legitima efectiva.
E. Pacto de no mejorar.
El artículo 1463 señala : El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no
puede ser objeto de una donación o contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de la
misma persona.
Las convenciones entre la persona que debe una legítima y el legitimario, relativas a la misma
legitima o a mejoras, están sujetas a las reglas especiales contenidas en el título de las
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asignaciones forzosas.
1. Concepto:
Aquel pacto en virtud del cual el causante promete solemnemente a un legitimario que no va
a disponer de parte alguna de la ¼ de mejoras. Por lo tanto los beneficiados serán los
legitimarios, porque al no asignarse la ¼ de mejoras la legitima rigorosa se acrece.
El objeto de este pacto es imponerle al testador una obligación de no hacer; la obligación que
nace de él para el causante es negativa: la de no distribuir, de no disponer de la cuarta de
mejoras por donaciones entre vivos o asignaciones por causa de muerte. No es que el causante
convenga con el cónyuge o con un descendiente o ascendiente que a la sazón sea legitimario
en dejarle a él la cuarta de mejoras; semejante pacto no es posible, pues quedaría incluido en
la regla general del art. 1463.
En consecuencia, siendo este un pacto de excepción y debiendo interpretarse en forma
restrictiva, Rodríguez Grez afirma que es forzoso concluir que adolece de objeto ilícito el
pacto mediante el cual el causante se obliga a disponer sólo parcialmente de la cuarta de
mejoras o a no disponer de ella en favor de una determinada persona. Podría pensarse que
“quien puede lo más puede lo menos” y que, por tal razón, si puede convenir que no se
dispondrá de toda la cuarta de mejoras, también puede convenirse que no se dispondrá de
una parte de ella. Esta interpretación chocaría frontalmente con el carácter excepcional del
art. 1204. Lo único que puede pactarse con el causante es la no disposición total de la cuarta
de mejoras y no una disposición parcial, puesto que esta convención sería de disposición y
no de abstención.
2. Requisitos:
1. El pacto es solemne y debe constar por escritura pública. Por lo tanto, si se omite esta
solemnidad, el acto no producirá efecto jurídico alguno (será inexistente o adolecerá de
nulidad absoluta).
2. Sólo puede referirse a la no disposición de la cuarta de mejoras en su totalidad.
3. El pacto solo puede celebrarse por el causante, como una parte, y por la otra alguna
de las personas titulares de la ¼ de mejora que deberá tener esa calidad al momento de
celebrarse el pacto. De aquí que este pacto sólo puede celebrarse con aquellas personas que
reúnen un doble requisito: ser legitimarios y poder ser asignatarios de cuarta de mejoras.
Dichos requisitos deben ser copulativos.
4. El pacto debe ser puro y simple. En otras palabras, se promete o no se promete, pero
no es admisible una promesa condicional, ni a plazo ni sujeta a modalidad alguna.
5. Atendido el objeto de la promesa, la doctrina estima que se trata de una convención,
debiendo el beneficiario comparecer aceptando la promesa. No producirá efecto, por lo
mismo, una promesa unilateral no convencional.
3. Efectos:
Hay que ver distintos supuestos:
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A. Cumple: Si cumple el testador el efecto será el que se pactó y por lo tanto acrecerá la
legítima rigorosa y pasara entonces a llamarse legitima efectiva, la que va en beneficio de
los legitimarios.
ALIMENTOS FORZOSOS.
1. Baja general de la herencia. El acervo ilíquido (que resulta al separarse los bienes del
causante de los bienes de terceros confundidos con aquellos) debe transformarse en acervo
líquido, para lo cual es necesario practicar las deducciones previas ordenadas en los números
1, 2 y 4 del citado artículo. Esta asignación sólo existe cuando los alimentos han sido
decretados en juicio seguido contra el alimentante, o ellos se establecieron por una
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transacción aprobada por el juez (art. 2451), o cuando se ha deducido demanda en vida del
causante, aunque los alimentos se fijen por sentencia judicial posteriormente. En los demás
casos, puede una persona tener derecho a alimentos, pero la sucesión no los deberá.
Cree Rodríguez Grez que esta deducción previa tiene en la ley el carácter de deuda
hereditaria, aun cuando se trate de prestaciones que se devengarán o harán exigibles en el
futuro y a través del tiempo. Para el legislador, las asignaciones alimenticias tienen este
tratamiento especial, precisamente porque ellas son asistenciales y su objeto es permitir que
una persona pueda sustentar la vida cuando carece de lo necesario para ello. Esto explica lo
expresado en el art. 1168, en la parte que señala: “Los alimentos que el difunto ha debido por
ley a ciertas personas...”.
Estas expresiones dan una idea clara de que se trata de una deuda y, por lo mismo, susceptible
de deducirse del acervo ilíquido para transformarlo en acervo líquido.
Lo que la ley quiere, por consiguiente, es que los herederos sigan pagando los alimentos que
adeudaba el causante en vida, tal como si éste no hubiese fallecido.
De lo anterior resulta la coherencia del art. 959 número 4, al disponer que esta asignación sea
pagada con cargo al acervo ilíquido, dándole un tratamiento semejante al que se da a las
deudas hereditarias. Es esta una forma de brindar a esta asignación una seguridad
fundamental para su pago, puesto que ella deberá enterarse antes que todas las demás
asignaciones, incluso las forzosas, que tienen un tratamiento privilegiado.
LEGÍTIMAS RIGOROSAS
A. señalamiento de bienes.
El artículo 1197 señala : el que deba una legitima podrá en todo caso señalar las especies en
que haya de hacerse su pago; pero no podrá delegar esta facultad a persona alguna, ni tasar
los valores de dichas especies.
B. Preferencias.
Artículo 1189 : si la suma de lo que ha dado en razón de legitimas no alcanzare a la mitad
del acervo imaginario, el déficit se sacará de los bienes con preferencia a toda otra inversión.
Este artículo se pone en el caso en que a un legitimario se le hubiera señalado bienes para su
legítima y ellos no alcanzaren, entonces le da preferencia. Este artículo debemos interpretarlo
en relación al art. 1185, que establece el primer acervo imaginario y que ordena, como se
recordará, acumular al acervo líquido, para el cálculo de las legítimas, todas las donaciones
revocables e irrevocables que el causante ha hecho a título de legítimas y mejoras.
Entonces, si el causante ha hecho donaciones a título de legítimas, la suma que falta para
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completarlas se saca con preferencia a toda otra inversión; si no ha hecho donaciones, el pago
de las legítimas tendrá preferencia hasta enterar la mitad del acervo imaginario.
Cabe notar que la preferencia sólo alcanza la mitad del acervo imaginario, debiendo
computarse en esta mitad todas las donaciones que el causante ha hecho a título de legítimas.
C. Imputaciones.
Al pagarse las legítimas, es necesario formular un distingo fundamental, según si existan o
no imputaciones que hacer a las legítimas. Si el legitimario no ha recibido donaciones ni
asignaciones de ninguna especie, no hay nada que imputarle a su legítima, y recibirá entonces
ésta en forma íntegra y en efectivo. En cambio, si el legitimario ha recibido donaciones o
asignaciones en el testamento, procede imputar a las legítimas la parte que recibió por
donaciones o legados art 1198.
Las imputaciones tienen por objeto evitar que la situación de los legitimarios se desequilibre
por efecto de las donaciones o legados que hizo el difunto en vida. Todas estas donaciones o
legados, con las excepciones indicadas, se entiende que son un anticipo de la legítima, aun
cuando el causante no lo diga. Para que esta imputación no proceda, por lo general, se
requiere de la expresión clara de la voluntad del causante.
Como regla general, el difunto puede anticipar a los legitimarios su asignación y que la ley
así lo entiende respecto de todos los legados y las donaciones, sean revocables o irrevocables,
hechas a un legitimario que entonces tenía la calidad de tal, salvo cuando en el testamento,
en la respectiva escritura o en acto posterior auténtico aparezca que el legado o donación se
hizo a título de mejora o con cargo a la cuarta de libre disposición.
Por lo tanto, existe una presunción simplemente legal, en orden a que todo legado o donación
se entiende hecho a título de legítima, pudiendo el asignatario probar que ha sido hecho a
título de mejora o de libre disposición.
Pero esta prueba queda limitada al mérito del testamento, o de la escritura de donación o de
un acto posterior auténtico. Este acto, a juicio de Rodríguez Grez, puede ser un instrumento
público o privado (en este último caso, siempre que haya sido reconocido o mandado tener
por reconocido, de conformidad al art. 346, número 3 del Código de Procedimiento Civil, en
relación con el art. 1706 del Código Civil). El citado autor señala que podría pensarse que el
“acto posterior auténtico” sea diverso a un instrumento. No le parece posible tal hipótesis,
refiriendo que la ley siempre ha distinguido entre documentos y testigos, y al usar la
expresión “actos”, invariablemente alude a instrumentos públicos o privados, jamás al
testimonio de testigos.
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D. Resolución de las donaciones hechas en razón de legítimas a quien al momento de fallecer
el causante no era legitimario.
La ley se ha puesto en el caso de que el causante haya hecho donaciones a título de legítima
a personas que eran legitimarios, pero que pierden esta calidad posteriormente; o que, no
siéndolos, no llegan a adquirirla. En ambos casos, optó el legislador por resolver la donación,
lo que demuestra que toda donación a título de legítima es condicional, cuando el donatario
no es legitimario pero puede llegar a serlo. En otras palabras, la donación se resolverá si el
donatario no es legitimario al momento de abrirse la sucesión. La ley, como decíamos, se
pone en dos situaciones:
a) Que se haya hecho una donación revocable o irrevocable a título de legítima a una persona
que al momento de la donación no era legitimario del causante. Si el donatario no llega a ser
legitimario, queda sin efecto la donación.
Así ocurrirá, por ejemplo, si se dona a título de legítima a un nieto, estando vivo el hijo, y a
la muerte del causante sobrevive dicho hijo. En este supuesto, el nieto puede llegar a ser
legitimario en ausencia de su padre, de manera que la donación que se le hace lleva envuelta
la condición de que así suceda al momento de abrirse la sucesión.
El art. 1200, 1º, establece esta hipótesis.
b) Que se haga alguna de estas donaciones a título de legítima a una persona que al momento
de hacerse la donación era legitimario, pero después deja de serlo por incapacidad,
indignidad, desheredación o repudiación, o por haberle sobrevenido otro legitimario de mejor
derecho, que excluye al donatario.
En tal evento, también se resuelve la donación, salvo si el donatario deja a su vez
descendientes con derecho a representación, en cuyo caso las donaciones se imputan a la
legítima de los representantes: art. 1200, 3º. (nos remitimos a lo señalado a propósito del
séptimo caso de cosas que no deben imputarse para el pago de las legítimas: art. 1202).
En este segundo caso entonces, la donación hecha a título de legítima a quien tenía la calidad
de legitimario queda sujeta a la condición resolutoria de que, antes de la apertura de la
sucesión del donante, el donatario pierda esta calidad.
El inc. 3º del art. 1200, dispone que si el donatario ha llegado a faltar de cualquiera de los
modos indicados en los incisos precedentes, las donaciones imputables a su legítima se
imputarán a las de sus descendientes.
E. Restituciones: casos en que el legitimario puede exigir un saldo o puede estar obligado a
pagarlo él.
El art. 1206 establece la regla general con relación al ajuste que debe realizarse entre el
legitimario (incluido el asignatario de cuarta de mejoras) y la sucesión, cuando, habiendo
sido objeto de donaciones o legados que deben imputarse a su legítima, resulta un saldo a
favor o en contra del asignatario. El art. 1206 se pone entonces en dos situaciones:
a) Caso en que al legitimario le corresponda en la herencia una cantidad superior a lo
que ha recibido por donaciones, en cuyo caso tiene derecho a exigir el saldo.
Por ejemplo, le corresponderían en la mitad legitimaria $10.000.000.- y había recibido
donaciones por $8.000.000.-: art. 1206, 1º.
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En esta hipótesis, el legitimario tiene preferencia para que se le entere lo que le falta (art.
1198). El inciso citado contiene a este respecto tres reglas:
1) El asignatario tiene derecho a conservar las especies que se le hayan donado o
legado a título de legítima, sin que puedan los demás sucesores pretender que ellas sean
restituidas.
2) Tiene derecho a exigir que se le complete el saldo faltante.
3) No puede obligar a los demás asignatarios a que le cambien las especies, o le den
su valor en dinero.
b) Caso en que las imputaciones exceden las legítimas y afectan a la cuarta de mejoras.
Puede acontecer que las imputaciones que deban hacerse a las legítimas excedan a lo que al
legitimario le corresponde a título de tal. Por ejemplo, calculado el primer acervo imaginario,
a Pedro le correspondían por legítima $ 10.000.000.- y recibió donaciones por $ 12.000.000.-
En esta situación, dos preceptos del Código Civil, los arts. 1189 y 1193, disponen que este
exceso se imputará al resto de la herencia. Estos preceptos, que en el fondo consignan la
misma regla (que el exceso se saca con preferencia a toda otra inversión del resto de la
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herencia), establece que si existen descendientes, ascendientes o cónyuge sobreviviente (o
sea legitimarios), el exceso se saca de la cuarta de mejoras (art. 1193);
El precepto agrega que, pagado el exceso con imputación a la cuarta de mejoras, ésta se
dividirá en partes iguales entre los legitimarios. Lo anterior será así, naturalmente, si el
testador no ha distribuido la cuarta de mejoras por testamento.
Ejemplo: al fallecer el causante, deja dos hijos, Pedro y Juan, y un acervo líquido de
$70.000.000.- El testador había donado revocablemente a Pedro $30.000.000.-, y en
consecuencia, se forma un acervo imaginario de $100.000.000.-, que se distribuye en mitad
legitimaria ($ 50.000.000.-), cuarta de mejoras ($25.000.000.-) y cuarta de libre disposición
($25.000.000.-).
A cada hijo le corresponde por legítima rigorosa $25.000.000.-, pero como Pedro recibió
$30.000.000.- por donaciones, conserva dicha cantidad y con ello queda pagada íntegramente
su legítima, pero con un exceso de $5.000.000.- Juan recibe en efectivo su legítima de
$25.000.000.-, pues no tenía nada que imputar a ella. El exceso de Pedro ($5.000.000.-) se le
imputa a mejoras, y se le paga también imaginariamente.
La cuarta de mejoras queda reducida entonces a $20.000.000.- (en efecto, existían en efectivo
$70.000.000.-; de ellos, $25.000.000.- se pagaron a Juan en efectivo; y $25.000.000.-
constituyen la cuarta de libre disposición; restan entonces $20.000.000.-, cantidad a que
queda reducida la parte de mejoras por haberse tenido que pagar con ella imaginariamente a
Pedro $5.000.000.-).
Según el art. 1193, estos $20.000.000.- a que queda reducida la cuarta de mejoras, se dividen
por partes iguales entre Pedro y Juan, correspondiéndole a cada uno $10.000.000.-
Pero, como decíamos, ello debe ser entendido sin perjuicio de las disposiciones del testador.
En efecto, éste puede haber asignado toda la cuarta de mejoras a uno de los hijos o haberla
distribuido entre ellos como desee. En este caso, deberá cumplirse el testamento (otros
autores, advierte Somarriva, dan una interpretación diversa al art. 1193, procediendo así:
dividen la cuarta de mejoras íntegra por partes iguales. En el ejemplo, a Pedro y Juan
corresponden por mejoras $12.500.000.- Juan recibe íntegros los $12.500.000.-, pues no tiene
nada que imputar a ellos. Pedro sólo recibe $7.500.000.- en efectivo, pues debe imputar a
mejoras los $5.000.000.- de exceso de su donación).
A lo anterior, debemos agregar lo establecido en el art. 1193, 2º (agregado por la Ley número
19.585), en cuanto dispone que si lo que se ha asignado al cónyuge sobreviviente no fuere
suficiente para completar la porción mínima que le corresponde en atención a lo dispuesto
en el art. 988 (o sea, la cuarta parte de la herencia o de la mitad legitimaria, en su caso), la
diferencia deberá pagarse también con cargo a la cuarta de mejoras.
G. Caso en que las imputaciones exceden las legítimas y mejoras y afectan la cuarta de libre
disposición.
Hemos visto que si el exceso de lo donado va más allá de la legítima, se imputa a la cuarta
de mejoras. Hemos visto también que se sacará de la cuarta de mejoras la diferencia que
corresponda enterarle al cónyuge sobreviviente para que lleve la porción mínima que le
garantiza la ley.
En estos casos, puede acontecer que lo donado por el causante al legitimario y la diferencia
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que corresponda al cónyuge sobreviviente no sólo cope la cuarta de mejoras, sino que incluso
vaya a afectar la parte de libre disposición. En conformidad con el art. 1194, este exceso o
esta diferencia se saca de la parte de libre disposición, con preferencia a toda otra inversión.
Por esta razón es que las legítimas rigorosas tienen preferencia absoluta para su pago, primero
en la mitad legitimaria, luego en la cuarta de mejoras y finalmente en la cuarta de libre
disposición (arts. 1193 y 1194).
H. Caso en que de todos modos no haya como pagar las legítimas y las mejoras.
El art. 1196 se pone en el caso de que, a pesar de todo, no exista lo suficiente para pagar las
legítimas y mejoras completas calculadas en conformidad a las reglas precedentes. Advierte
Somarriva que hay que tener cuidado con la interpretación del art. 1196. De su solo tenor,
demasiado amplio, podría deducirse que si, por ejemplo, no hay como pagar las legítimas y
mejoras por haberse hecho donaciones excesivas a un legitimario, entonces deben rebajarse
unas y otras a prorrata. Por ejemplo, el acervo imaginario es de $100.000.000.- y concurren
dos legitimarios, a uno de los cuales se hizo una donación por $90.000.000.- No hay cómo
entonces pagar la legítima del otro, que es de $25.000.000.- (la mitad de la mitad legitimaria).
El legitimario que recibió donaciones debe restituir el exceso, en el ejemplo los $15.000.000.-
que faltan para pagar al otro legitimario. El resto de su donación se le imputa a su legítima,
a mejoras y a la parte de libre disposición en conformidad a lo estudiado precedentemente.
La interpretación contraria iría contra el objeto de la colación, que es defender a los
legitimarios de las donaciones hechas por el testador a algunos de ellos, e iría también contra
el art. 1206, que precisamente se pone en el caso de que el donatario deba restituir un saldo.
Y ¿Cuando se aplica entonces el art. 1196? Cuando el donatario que debe restituir es
insolvente. También cuando es insolvente el donatario contra quien se dirige la acción de
inoficiosa donación. En estos casos y otros que pueden presentarse no hay cómo pagar las
legítimas y mejoras y se rebajan unas y otras a prorrata. Parece a Somarriva ésta la única
interpretación lógica del precepto.
MEJORAS.
El pago de las asignaciones con cargo a la cuarta de mejoras sigue un tratamiento semejante.
Formada cuarta de mejoras, con arreglo a lo previsto en el art. 1184 y calculada sobre la base
del acervo imaginario, el difunto ha podido disponer libremente de ella, pero siempre en
favor de las personas designadas en el art. 1195.
Si el difunto hizo donaciones a sus descendientes, ascendientes o cónyuge sobreviviente con
cargo a su legítima y ellas exceden la cuantía de ésta, se dividirá la cuarta de mejoras (tal
como si el difunto no hubiere dispuesto de ella) y el exceso de lo donado se imputará a la
parte que a cada legitimario le corresponde en esta división (de este modo, no se rompe el
equilibrio que la ley exige en el tratamiento a todos los legitimarios).
Si, a la vez, dispuso del todo o parte de la cuarta de mejoras, se imputa el déficit que se
generará a la cuarta de libre disposición. De este modo, quedará a salvo la cuarta de mejoras
para llevar a efecto las disposiciones del causante.
De tal manera, el exceso de lo donado a título de legítimas se imputará a la cuarta de mejoras,
en la forma indicada respecto de cada legitimario, y la cuarta de mejoras se reconstruirá
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traspasando el déficit a la cuarta de libre disposición, que es, para estos efectos, una cuarta
contribuyente.
En el evento de que las asignaciones hechas con cargo a la cuarta de mejoras, sea por
disposición testamentaria o por donaciones revocables o irrevocables hechas por el difunto
en vida, excedan de esta cuarta parte, el exceso se imputa también a la cuarta de libre
disposición, con preferencia a cualquiera otra asignación que haya hecho el causante. Así lo
establece el art. 1194, el cual se coloca en dos situaciones:
Que las donaciones revocables o irrevocables hechas por el causante a los legitimarios
excedan a la mitad legitimaria, en cuyo caso el déficit se traspasa a la cuarta de mejoras, pero
limitada a la parte que aprovecharía a cada uno de ellos, tal como si el causante no hubiere
dispuesto de ésta (formación de legítima efectiva);
Que las asignaciones que se hacen con cargo a la cuarta de mejoras excedan esta parte de
la herencia, en cuyo caso el déficit se cubre con la cuarta de libre disposición con preferencia
a cualquier otra disposición del causante.
Los arts. 1189, 1193 y 1194 dejan perfectamente en claro que la cuarta de libre disposición
es una cuarta contribuyente, puesto que ella puede estar afectada porque el causante, en vida,
hizo a sus legitimarios donaciones superiores a lo que, en definitiva, habrá de
corresponderles, o porque el testador se excedió en la cuantía de las disposiciones (o
donaciones) que se hacen con cargo a la cuarta de mejoras.
Veamos ahora, qué ocurre si se hacen donaciones revocables o irrevocables al asignatario de
cuarta de mejoras.
Si el difunto hizo en vida donaciones revocables o irrevocables a título de mejoras, ellas se
colacionan al acervo imaginario (art. 1185) y se imputan a su pago al ejecutarse el testamento,
según el estado en que se hayan encontrado las cosas donadas al tiempo de la entrega,
actualizando prudencialmente su valor a la época de la apertura de la sucesión.
¿Qué sucede con las donaciones hechas por el difunto sin expresar que se hacen con cargo a
mejoras? Estima Rodríguez Grez que la situación de un legitimario es distinta a la situación
de una persona que sin ser legitimario puede ser asignatario de esta parte de la herencia.
El legitimario estará sujeto al art. 1198. Si el difunto le hace una donación revocable o
irrevocable se imputará a su legítima, a menos que en el testamento, en la respectiva escritura
o en acto posterior auténtico aparezca que la donación se hizo a título de mejora. Por lo
mismo, toda donación hecha a un legitimario se presume hecha en razón de su legítima, salvo
que dicho legitimario acredite que ha sido hecha a título de mejora o con cargo a la cuarta de
libre disposición.
Quien no tiene carácter de legitimario, pero puede ser asignatario de cuarta de mejoras, no
está sujeto a presunción alguna. La donación, revocable o irrevocable, se entenderá hecha
con cargo a la parte de libre disposición, a no ser que el causante haya expresado en su
testamento, en la escritura respectiva o en acto posterior auténtico, que era su voluntad
imputarla a la cuarta de mejoras.
Ninguna incompatibilidad existe en ser asignatario de la cuarta de mejoras y de la cuarta de
libre disposición, razón por la cual a este respecto no hay presunción ni otra imputación que
no sea aquella que expresamente ordene el causante, cuya voluntad en esta materia prima por
mandato del art. 1069.
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En síntesis, el asignatario de cuarta de mejoras no verá afectada su asignación sino cuando el
causante haya excedido a la cuarta parte del acervo imaginario y a la cuarta de libre
disposición con las mejoras instituidas, caso en el cual se rebajarán a prorrata. Pero toda
donación revocable o irrevocable que se haya hecho a este asignatario deberá imputarse a su
asignación si el testamento así lo ordena, o consta en la escritura respectiva o en acto posterior
auténtico.
Lo explicado demuestra que las legítimas tienen preferencia para su pago y que pueden
afectar a la cuarta de mejoras, pero con la limitación que este efecto sólo alcanza, respecto
de cada legitimario, hasta enterar la parte de cuarta de mejoras que le habría correspondido
si el causante no hubiere dispuesto de ella. Por lo tanto, el exceso de lo donado a título de
legítima cubre lo que corresponde a la legítima efectiva que se forma por el hecho de que el
causante no dispuso de la cuarta de mejoras (supuesto del art. 1193). Por su parte, la cuarta
de mejoras tiene preferencia respecto de las asignaciones de libre disposición, en los dos
casos señalados:
Cuando hay exceso de donaciones a título de legítimas; y
Cuando hay exceso de asignaciones en la cuarta de mejoras.
En ambos casos, el déficit se cubre por la cuarta de libre disposición, afectando total o
parcialmente a dichas asignaciones voluntarias.
Reitera Rodríguez Grez que la rebaja de las legítimas y mejoras a prorrata de las mismas,
sólo operará cuando exista un déficit en la cuarta de mejoras derivado de un exceso de
asignaciones que cubra y sobrepase la cuarta de libre disposición. La rebaja de las legítimas
tiene un límite: la parte de la cuarta de mejoras que corresponde a cada legitimario, tal como
si el causante no hubiere dispuesto de esta parte de la herencia.
Siguiendo estos argumentos, aparece para Rodríguez Grez perfectamente claro el sentido y
alcance del art. 1196.
A modo de resumen, sintetiza sus ideas sobre la materia, en los siguientes términos:
a) Si el causante ha hecho a sus legitimarios, donaciones revocables o irrevocables, se
presume que ellas se han hecho a título de legítima, salvo que se acredite lo contrario, con el
mérito del testamento, la escritura respectiva o acto posterior auténtico.
b) Si las legítimas y donaciones que se han hecho, sobrepasan la mitad legitimaria, debe
dividirse la cuarta de mejoras en la proporción que corresponda, entre todos los legitimarios,
imputándose respecto del legitimario favorecido con la donación, el exceso donado a esa
parte de la cuarta de mejoras y no más. Si el exceso fuere mayor, y no quedare cubierto por
esta parte de la cuarta de mejoras, el saldo se imputará a la cuarta de libre disposición, sin
preferencia alguna.
c) Si, como consecuencia de la antedicha imputación, se afecta total o parcialmente a la cuarta
de mejoras, debe reconstituirse esta parte de la herencia, imputándose las asignaciones hechas
por el causante o el exceso, a la cuarta de libre disposición. De esta manera, queda
reconstruida esta cuarta de mejoras, para dar cumplimiento a las disposiciones del causante.
d) Si el causante se ha excedido en las asignaciones que hace con cargo a la cuarta de mejoras,
debe procederse a imputar el exceso a la cuarta de libre disposición, con preferencia a
cualquier otro objeto previsto por el testador.
e) Si cubierta íntegramente la cuarta de mejoras y la cuarta de libre disposición, no hubiere
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cómo pagar las mejoras instituidas, se rebajarán a prorrata todas ellas.
f) Las legítimas sólo se rebajarán en lo que exceden a la parte que al legitimario corresponde
en la cuarta de mejoras, como si el testador no hubiere dispuesto de ella.
VII. DESHEREDAMIENTO.
La distinción requiere de una breve explicación. Desde luego, sólo puede incurrir en la causal
del número 4 un menor de edad y nunca un ascendiente (causal actualmente derogada por
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ley 21.515)26; en lo concerniente al número 5, se trata de reproches que hace el ascendiente
al descendiente por actos de falta de moralidad o mal comportamiento y no a la inversa. La
ley ha tenido especial cuidado en evitar que los descendientes juzguen o califiquen la
formación moral o cultural de sus ascendientes, puesto que ello va contra el orden natural de
las cosas.
1) Haber cometido injuria grave contra el testador en su persona, honor o bienes, o en la
persona, honor o bienes de su cónyuge o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes.
Cree Rodríguez Grez que la expresión tiene el mismo alcance y sentido que le asigna el art.
44 del CC, al definir el dolo. Por consiguiente, “injuria” significa daño material o moral que
se causa con intención o dolo. La ley, por lo tanto, le da un contenido amplio a dicho daño,
pero a condición de que sea “grave”, cuestión de hecho que deberán apreciar los jueces del
fondo y que es esencialmente relativa a la calidad, estado y situación de los afectados. No ve
Rodríguez Grez diferencia alguna entre la causal de desheredación del art. 1208, número 1 y
la causal de indignidad del art. 968 número 2.
3) Haberse valido de fuerza o dolo para impedir testar: La causa de desheredación, como es
lógico, sólo se refiere al dolo o a la fuerza que se ejerce sobre el causante para impedirle
testar, ya que si ha habido fuerza o dolo para obtener una disposición testamentaria, el
causante puede revocar el testamento y sancionar por este medio a quien lo indujo con malicia
o por la fuerza a hacer la indicada liberalidad. Pero si se le impide testar, con ello se
conseguirá un aumento de las asignaciones forzosas, o se perjudicará a otros herederos, o se
hará operar la sucesión abintestato.
Se presenta en esta causal otra situación curiosa: si la causal de desheredamiento debe estar
contenida en el testamento, no hay duda que el impedimento a que alude el número 3 del art.
1208 es meramente tentativo. Ha habido una tentativa frustrada para impedir que el causante
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otorgue testamento, la cual deberá ser acreditada judicialmente. En el fondo se trata de una
verdadera denuncia que hace el causante contra el legitimario que valiéndose de la fuerza o
del dolo trata de que el causante no otorgue testamento, sin conseguirlo.
La fuerza debe reunir los requisitos indicados en el art. 1456, pero con una salvedad: en este
caso, según Rodríguez Grez, la fuerza debe ser obra del asignatario que es desheredado. Si
la fuerza es obra de un tercero, carece de sanción, a menos que la fuerza se emplee para hacer
testar al causante, en cuyo caso el testamento será nulo en todas sus partes (art. 1007).
La causal analizada opera aun cuando exista un testamento anterior del causante o éste no
haya otorgado testamento. En el primer caso, la desheredación -que deberá hacerse por medio
de otra cláusula testamentaria- puede ratificar el testamento anterior, en cuyo evento ambos
tendrán pleno valor legal, o revocar el testamento anterior y disponer de otra manera de los
bienes, o dejar a la ley dicha distribución.
5) La quinta causal, aplicable, como la anterior, sólo a los descendientes, está constituida por
tres situaciones diversas:
- Haber cometido un delito que merezca pena aflictiva. Cuestión importante es
determinar si para hacer operante esta causal es necesario que al momento de otorgarse
testamento, exista una sentencia ejecutoriada que imponga la pena. Rodríguez Grez cree, del
contexto de la norma, que no es menester una sentencia ejecutoriada, y que el testador puede
proceder a desheredar, con el solo mérito de una sentencia de primera o segunda instancia,
sin perjuicio de que el desheredamiento quede sin efecto por una sentencia absolutoria
posterior. Piensa de este modo, en razón de lo previsto en el art. 968 número 2, el cual revela
que cuando el legislador exige una sentencia ejecutoriada, así lo preceptúa formalmente.
- Haberse el asignatario abandonado a los vicios. Relacionando el tema con las
expresiones que utilizaba el derogado art. 113 número 4, que justificaban la negativa del
ascendiente para que el menor contraiga matrimonio, puede concluirse que habrá abandono
a los vicios cuando el asignatario lleva una vida disipada, cuando practica inmoderadamente
los juegos de azar y cuando se embriaga con frecuencia. De igual forma ocurrirá con los
drogadictos, los cleptómanos, los embaucadores, etc. No debe tratarse de una conducta
meramente ocasional, sino que debe revestir caracteres de habitualidad, según se desprende
la expresión “haberse abandonado a los vicios”
- Haber ejercido granjerías infames (art. 1208, número 5). Se trata de actividades
ilícitas que se realizan con fines de lucro, tales como el tráfico de blancas, de drogas,
reducidor de especies hurtadas o robadas, testaferros en el lavado de dinero, etc. Todas estas
actividades innobles, ofenden al testador, ya que deshonran su núcleo familiar
Como puede observarse, se trata de actos desdorosos que revelan un mal comportamiento del
asignatario. En las tres situaciones, el asignatario puede “probar” que el testador no cuidó de
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Ley 21515
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la educación del desheredado, caso en el cual queda liberado del desheredamiento (art. 1208,
número 5).
C. Requisitos.
1. Que se exprese la intención de desheredar en una cláusula testamentaria.
5. Sólo pueden ser desheredados los herederos legitimarios, es decir los asignatarios de
legítima rigorosa o efectiva, en su caso. Si se analizan las diversas asignaciones forzosas, se
llegará a la conclusión de que no cabe tratándose de los alimentos forzosos, en este caso no
opera el desheredamiento, ya que esta asignación tiene reglas propias (art. 1210, 2º).
Finalmente, tratándose de las asignaciones semiforzosas (cuarta de mejoras), ellas suponen
una disposición testamentaria, o sea, una cláusula en favor del asignatario, lo que obviamente
excluye la voluntad de desheredar.
Si falta cualquiera de estos requisitos no vale el desheredamiento.
D. Efectos.
Al expresarse en un testamento sus efectos serán los que el testador determine . Si no lo ha
señalado expresamente la ley suple su voluntad aplicando las siguientes reglas:
1. Priva al legitimario de su legítima.
2. Queda privado además de todas las asignaciones por causa de muerte y de todas las
donaciones que le haya hecho el causante.
3. Los efectos del desheredamiento no se extiende a los alimentos, salvo en el caso de
injuria atroz ( 969 c.c ). En un estudio comparativo de las causas de indignidad del art. 968 y
las causales de desheredamiento consignadas en el art. 1208, se llega a la conclusión de que
hay tres casos en que, indiscutiblemente, habiendo desheredamiento, no hay “injuria atroz”,
subsistiendo la obligación alimenticia:
1º Cuando el asignatario ha cometido delito que merezca pena aflictiva.
2º Cuando el asignatario se ha abandonado a los vicios.
3º Cuando el asignatario ejerce o ha ejercido “granjerías infames”.
4. El desheredamiento priva al padre o madre del derecho legal de goce sobre los bienes
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del hijo. El art. 250 número 3 priva al padre o madre del derecho legal de goce sobre los
bienes del hijo, cuando ellos provienen de una herencia que ha pasado al hijo por
desheredamiento del padre. En este caso, el derecho legal de goce corresponderá al padre o
la madre que no ejercía la patria potestad. A falta de los padres, el usufructo corresponderá
al hijo, debiendo designársele un curador para su administración.
5. El desheredamiento priva del beneficio de competencia. Otro efecto importante del
desheredamiento deriva de lo previsto en el art. 1626 número 1, conforme al cual se priva del
beneficio de competencia (definido en el art. 1625) a los ascendientes o descendientes cuando
éstos han irrogado al acreedor alguna ofensa de las clasificadas entre las causas de
desheredación.
2º Una situación semejante podría plantearse si luego de otorgado testamento con la cláusula
de desheredación, el testador hace donaciones entre vivos o por causa de muerte al
desheredado (donaciones irrevocables o revocables, respectivamente). En tal caso, se estima
que se trataría de una revocación parcial, lo cual obligaría a reconocer al desheredado sólo
derechos sobre la donación, mas no con respecto de los demás bienes de la sucesión.
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3º El testamento en que se contiene una cláusula de desheredación, puede ser revocado
expresa o tácitamente. Si la revocación es expresa, el testador, en términos formales y
explícitos expone su voluntad de dejar sin efecto el desheredamiento; si la revocación del
testamento es tácita, la voluntad de dejar a su vez sin efecto el desheredamiento, se desprende
de lo dispuesto en el último testamento. Lo que prima siempre es la voluntad del testador,
pero con tal que ella se manifieste en un acto testamentario, sea en forma expresa o tácita.
De lo anterior se desprende entonces que no es legalmente suficiente la reconciliación entre
testador y desheredado, ni la intención comprobada de que el causante quiso revocar el
desheredamiento en vida. Para que esta intención tenga efecto, es necesario que esté
contenida en una disposición testamentaria. Tanto el desheredamiento como su revocación
son actos unilaterales eminentemente solemnes que deben estar contenidos en un testamento.
Al respecto, es aplicable el art. 1701.
Para establecer con precisión esta cuestión, debe atenderse a si el desheredado puede o no ser
representado y si tiene o no descendientes que sean llamados en su nombre y pasen a ocupar
el mismo grado de parentesco y los mismos derechos hereditarios que tendrían su padre o
madre desheredados, en relación al causante:
1º En el primer caso, si el desheredado puede ser representado, sus descendientes con derecho
a representarlo (art. 984) lo reemplazarán, debiendo ser capaces y dignos de suceder al
causante, no al representado. Por consiguiente, la desheredación aprovechará a los
descendientes del desheredado.
2º En el segundo caso, o sea, cuando el desheredado no puede ser representado (sea porque
es un legitimario sin descendencia o legitimario sin derecho a representación, como son el
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ascendiente y el cónyuge sobreviviente), el desheredamiento aprovecha a los demás
legitimarios llamados a la sucesión, quienes verán incrementadas sus legítimas en la parte o
cuota que no lleva el desheredado. Se tratará en este caso de una legítima rigorosa, o
eventualmente de una efectiva.
3º Puede ocurrir también que el causante no tenga otros legitimarios. En tal situación, el
desheredamiento puede aprovechar a los herederos o legatarios voluntarios (testamentarios),
y si no existe disposición testamentaria, a los herederos abintestato.
Esta materia reviste importancia, atendido el hecho que serán las personas que resulten
favorecidas las que podrán, después de muerto el testador, iniciar el juicio respectivo para
probar y calificar la suficiencia de la causal de desheredamiento.
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VIII. Acción de reforma de testamento.
A. Concepto: Es aquella acción de que gozan los legitimarios a quienes el testador no haya
dejado lo que por ley le corresponde para que se reforme a su favor el testamento ( 1216
inciso 1 ).
Pablo Rodríguez Grez: “Aquella acción de que dispone los asignatarios forzosos para
reclamar lo que por ley les corresponde cuando el testador ha desconocido su derecho”.
B. Características:
1) Es una acción de inoponibilidad.
2) Es una acción personal
3) Es una acción patrimonial, esto es, dados sus fines, es susceptible de avaluación
pecuniaria.
4) Es una acción renunciable. Tratándose de una acción personal que mira el solo interés del
asignatario forzoso, y no estando su renuncia prohibida por la ley, es aplicable el art. 12.
Advierte sin embargo Rodríguez Grez, que la renuncia de la acción sólo podría provenir de
un asignatario plenamente capaz. La acción de reforma de testamento será renunciada si el
legitimario perjudicado con el testamento otorgado por el testador acepta éste lisa y
llanamente. De acuerdo con las reglas generales, la renuncia podrá ser expresa o tácita.
5) Es una acción transferible y transmisible. El asignatario forzoso, a partir del fallecimiento
del causante, puede transferir sus derechos en la sucesión.
La Corte Suprema tuvo ocasión de fallar el siguiente caso: un hijo fue desheredado en forma
ilegal por su madre. Falleció el hijo sin haber intentado la acción de reforma, dejando como
heredero a su padre. Este, como heredero del hijo, entabló la acción de reforma en contra del
testamento de la madre. La Corte, aplicando el art. 1216, reconoció que la acción estaba bien
intentada.
6) Se trata de una acción de lato conocimiento. No tiene un procedimiento especial señalado
en la ley.
7) La acción es de competencia de la justicia ordinaria. El juicio a que da lugar la acción de
reforma de testamento es de competencia exclusiva de la justicia ordinaria y se encuentra
entre aquellas materias de que trata el art. 1330.
8) La acción puede deducirse conjuntamente con la acción de petición de herencia. Ella puede
-y debe- oponerse conjuntamente con la de petición de herencia (acción real para recuperar
la herencia ocupada por otro en calidad de poseedor), a fin de que quien la intenta pueda
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recuperar los bienes que componen la asignación. De otro modo, la sentencia sólo habilitará
al ganancioso para reclamar tales bienes mediante la interposición de otra acción.
C. Titulares de la acción.
1. Legitimarios, para proteger la legítima rigorosa (1216).
2. Legitimarios para proteger la legitima efectiva.
D. Sujeto pasivo.
Se dirige la acción en contra de las personas que el testador a instituido heredero o legatario
perjudicando las asignaciones.
Es una acción personal. La acción corresponde al legitimario lesionado en todo o parte de su
asignación por efecto de la voluntad expresa del causante, expresada en su testamento. Esta
acción, por lo mismo, deberá intentarse en contra de los asignatarios voluntarios cuyas
asignaciones sobrepasen aquellas protegidas por la ley. Así, por ejemplo, si el causante asigna
expresamente toda la mitad legitimaria a uno de sus hijos, teniendo tres, la acción debe
interponerse contra aquél hijo asignatario de toda la mitad legitimaria, con el objeto que su
asignación se reduzca a un tercio de la mitad legitimaria.
Para Somarriva, la acción también procedería si el testador, teniendo uno o más hijos, por
ejemplo, otorga testamento en el cual instituye como heredero universal a su amigo Juan. El
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legitimario o legitimarios (hijos, en el ejemplo), deberán dirigir su acción de reforma en
contra de Juan, que fue instituido heredero universal en el testamento en perjuicio de sus
legítimas. Para Rodriguez Grez no sería necesario que los legitimarios deban deducir acción
de reforma de testamento, ya que en tal evento, se entiende que el heredero universal ha sido
llamado a la parte de que el causante ha podido disponer libremente, existiendo perfecta
compatibilidad y concordancia entre la disposición testamentaria voluntaria y las
asignaciones forzosas
Se diferencia de la acción de petición de herencia, puesto que esta última es una acción real.
E. Objeto de la acción.
La finalidad es obtener la modificación del testamento para eliminar el perjuicio de las
asignaciones forzosas.
Mediante el ejercicio de la acción, se puede solicitar la modificación del testamento del
causante, para el pleno y cabal reconocimiento del derecho que corresponde:
G. Prescripción de la acción.
La acción prescribe dentro de los 4 años contados desde el día que tuvieron conocimiento del
testamento y su calidad de legitimario. Dos son las circunstancias exigidas por la ley para
que empiece a correr el plazo de prescripción:
Que los legitimarios tengan conocimiento del testamento en el cual se les desconoce sus
legítimas;
Que tengan conocimiento de su calidad de legitimarios
- Se plantea al respecto la duda de saber a quién corresponderá probar el momento en
que ha comenzado a correr el plazo de prescripción: si a los legitimarios o a los asignatarios
establecidos en perjuicio de sus asignaciones forzosas. El problema se presenta porque al
actor (en este caso, al legitimario) le corresponde probar los presupuestos de su acción, o sea,
los hechos en que funda ésta, y entre ellos, podría considerarse incluido el plazo concedido
por la ley para intentar la acción de reforma. En efecto, el art. 1216 utiliza la expresión
“dentro de”, que caracteriza los plazos fatales. Correspondería entonces a los legitimarios
probar que se halla vigente el plazo para intentar su acción, o sea, el momento en que tuvieron
conocimiento del testamento y de su calidad de legitimarios. No le parece ésta la
interpretación correcta a Somarriva. Señala que debe aplicarse el art. 1698, regla fundamental
del “Onus probandi”. Entonces, si el asignatario demandado por los legitimarios opone la
excepción de prescripción, a él le corresponderá probar que realmente ha existido
prescripción y para ello deberá acreditar el momento en el cual los legitimarios tuvieron
conocimiento del testamento y de su calidad de tales
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- Se trata de una prescripción de corto tiempo ( 2524) y por lo tanto por regla general
las prescripciones de corto tiempo no se suspenden. Sin embargo, este plazo
excepcionalmente se suspenderá a favor del legitimario que a la fecha de la apertura de la
sucesión no tenía la administración de sus bienes. En este caso el plazo de 4 años se contara
desde que recupero la administración de sus bienes. Eso sí, este plazo de suspensión no puede
extenderse por mas de 10 años.
- Rodríguez Grez estima que este plazo es de caducidad. Recuerda que la razón para
darle este carácter es la expresión de la ley en cuanto a que la acción podrá intentarse “dentro
de los cuatro años contados desde el día...” (art. 1216). Tiene presente que la acción de
reforma de testamento no puede intentarse después de 4 años a partir del día en que se tuvo
conocimiento del testamento y de la calidad de legitimario. Por consiguiente, el juez podría,
sin necesidad de oponerse la prescripción, negar lugar a dicha acción si en los autos
respectivos existe constancia evidente de que han transcurrido más de 4 años contados en la
forma que la ley establece. Si lo que decimos es efectivo -señala Rodríguez Grez-, y el
tribunal está facultado para rechazar la demanda sin que se haya opuesto la excepción de
prescripción, ciertamente que la acción caduca y no prescribe.
- La cuestión acerca de determinar si estamos ante una acción de prescripción o de
caducidad tiene importancia, en lo concerniente al peso de la prueba. Somarriva estima,
invocando el art. 1698, que es al asignatario demandado por los legitimarios a quien le
corresponderá probar que realmente ha existido prescripción. Rodríguez Grez, por el
contrario, postula que quien deduce la acción de reforma está obligado a acreditar los
presupuestos de la misma; entre éstos, que ella se encuentra vigente y no ha caducado. Por
ende, deberá acreditar que el testamento llegó posteriormente a su conocimiento o que tuvo
conocimiento de su condición de legitimario después de la apertura de la sucesión (este
último caso no es extraño, ya que puede una persona ser reconocida como hijo en el
testamento e ignorar su apertura y publicidad, en cuyo evento no estará en situación de ejercer
sus derechos por desconocer los presupuestos en que se funda).
- Según Rodriguez Grez, si el plazo es de caducidad, sólo corre contra persona capaz.
Recordemos que Somarriva concluye que la suspensión que establece el art. 1216, es una
excepción a las normas generales, en cuanto a que la prescripción de corto plazo no se
suspende. Por su parte, Rodríguez Grez consigna que siendo el plazo del art. 1216 de
caducidad, forzoso es inferir que éste sólo corre contra personas capaces. Además se pregunta
Rodríguez Grez hasta qué momento puede deducirse útilmente la acción de reforma de
testamento. Cree este autor que la suspensión del plazo (sea de caducidad o de prescripción)
sólo puede alegarse hasta que opere la prescripción adquisitiva de la asignación, lo cual
ocurrirá cuando ella está siendo poseída por un tercero (sea asignatario forzoso, voluntario o
un tercero ajeno a la sucesión). Recordemos que si el poseedor ha obtenido un
reconocimiento judicial (art. 704), la prescripción operará en el plazo de 5 años; en caso
contrario, la prescripción adquisitiva operará en el plazo de 10 años (arts. 1269 y 2512).
H. La preterición.
art. 1218: “El haber sido pasado en silencio un legitimario deberá entenderse como una
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institución de heredero en su legítima. / Conservará además las donaciones revocables que el
testador no hubiere revocado.” Consiste en pasar en silencio a un legitimario, sin asignarle
lo que por ley le corresponde y sin desheredamiento.
El artículo 1218 señala que el haber sido pasado en silencio un legitimario deberá entenderse
como una institución de heredero en su legítima. Además el inciso 2 de ese artículo agrega
que conservará además las donaciones revocables que el testador no hubiere revocado.
Por lo anterior se desprende que el no necesita ejercer la acción de reforma sino que la acción
de petición de herencia.
A juicio de algunos, la preterición revela la insuficiencia de la definición que de las
asignaciones forzosas contiene el art. 1167, cuando se indica que son aquellas que el testador
“es obligado a hacer”. En verdad, las asignaciones forzosas las hace la ley, no el testador, el
cual está obligado a respetarlas. Si no lo hace, la ley arbitra los medios (acciones de reforma
de testamento) para hacerlas prevalecer en contra la voluntad del causante.
De allí que ante una absoluta preterición u omisión del legitimario en el testamento, éste se
entiende instituido heredero en su legítima. Más aún, sobrepasada la legítima en favor de un
asignatario testamentario, el testamento del causante no es nulo, sino que se reforma,
haciendo prevalecer las legítimas por sobre su voluntad expresa
Casos de preterición.
Se han propuesto tres por Rodríguez Grez:
1º Nada ha recibido el legitimario con imputación a su cuota de su legítima y no es
mencionado en el testamento.
2º Se ha mencionado al legitimario como pariente, pero sin que se le haga asignación alguna,
ni se le instituya heredero.
3º Se le ha instituido en legado o donación revocable; pero ordenándose que esas
asignaciones no se imputen a su legítima.
En todos estos casos, el legitimario ha sido pasado en silencio no por no haber sido
mencionado en el testamento, sino porque no se reasigna lo que por concepto de legítima le
corresponde.
Por consiguiente, hay preterición cuando el testador simplemente omite toda referencia al
legitimario en su testamento, sea que se le haya hecho o no donaciones revocables o
irrevocables en vida. Así, por ejemplo, si el testador se limita en su testamento a disponer de
la cuarta de libre disposición, sin hacer mención alguna a sus legitimarios, todos ellos han
sido preteridos y tiene plena aplicación el art. 1218.
Lo que la ley dice entonces, es que el silencio o la omisión de toda referencia al legitimario
en el testamento, es un reconocimiento tácito de la asignación instituida en la ley. Si el
testador no sólo omite toda referencia al legitimario sino que dispone más allá de lo que la
ley permite, el legitimario preterido -pero instituido heredero por la ley en su legítima-
ejercerá la acción de reforma de testamento (art. 1216), tal como si hubiera sido expresamente
reconocido por el testador en su testamento.
Se estima que el legitimario no necesita deducir acción alguna, porque su asignación está
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instituida por la ley, y de consiguiente, le basta invocar el art. 1218 para ser tenido como
heredero en su legítima. Sólo deberá accionar cuando las disposiciones testamentarias del
causante hayan sobrepasado su legítima rigorosa o efectiva. Así, por ejemplo, el legitimario
puede deducir acción de reforma de testamento si el causante ha dispuesto mal de la cuarta
de mejoras, afectando por consiguiente su legítima efectiva.
En la doctrina, se ha discutido qué acción debe deducir el legitimario preterido para reclamar
su asignación.
- Algunos sostienen que debe ejercer la acción de reforma de testamento.
- En sentido contrario, Somarriva expresa que la consecuencia de entender al preterido
instituido como heredero en su legítima, es que la acción que propiamente deberá intentar es
la de petición de herencia y no la de reforma de testamento. Lo anterior, porque el art. 1218
es imperativo y dispone que el preterido deberá entenderse instituido heredero y por ende,
será un heredero privado de su posesión. El preterido no requiere de la acción de reforma de
testamento, por ser innecesaria. La acción de que dispone es la de petición de herencia. Es
un heredero privado de la posesión de los bienes que le caben en la herencia; en cambio, no
se le ha negado su carácter de heredero.
- Pablo Rodriguez resume el problema en lo siguiente:
1º El testamento del causante no lesiona la legítima rigorosa o efectiva en su caso, y el
heredero entra en posesión de los bienes que componen su asignación, evento en que no
necesita deducir acción alguna en defensa de sus intereses.
2º El testamento del causante no lesiona la legítima rigorosa o efectiva en su caso, y el
heredero no está en posesión de los bienes que componen su herencia, situación ante la cual
deberá deducir acción de petición de herencia, sustentándola en su calidad de heredero
legitimario instituido en la ley;
3º El testamento del causante, junto con preterir al legitimario, contiene disposición de bienes
que lesionan la legítima rigorosa, en cuyo caso deberá deducirse acción de reforma del
testamento para que sea considerado heredero en su legítima. Puede deducir también, junto
a la anterior, acción de petición de herencia si el legitimario está privado de los bienes que
componen su asignación.
Son diversas las causas por las cuales un testamento puede quedar sin eficacia, siendo las
siguientes:
Generalidades
Formalidades de la revocación
En este sentido el Art. 1213 inc. 1º señala que el testamento solemne puede ser revocado
expresamente en todo o parte por un testamento solemne o privilegiado.
Esta disposición ha sido criticada básicamente por incompleta en razón de lo siguiente:
1.- Da a entender que el testamento solemne sólo puede revocarse en forma expresa. No
obstante lo anterior el testamento solemne también puede revocarse en forma tácita mediante
el otorgamiento de otro testamento.
2.- Sólo se refiere al testamento solemne y no cabe duda que el testamento privilegiado
puede también ser revocado ya sea mediante un testamento solemne o uno menos solemne.
A raíz de estas 2 críticas se ha señalado que una redacción más correcta hubiera sido señalar
que todo testamento podrá revocarse en todo o parte por un testamento posterior. Lo curioso
es que esta era la redacción que estaba en el proyecto de 1841 y que es posteriormente se
modificó en la forma que está actualmente redactada en el Art. 1213.
De esta manera, parece razonable entender que el único medio por el cual puede revocarse
un testamento, es otorgando otro testamento. Con todo, no ha faltado la opinión que ha
deslizado que un nuevo testamento no sería la única manera de revocar, En efecto, después
de aludir al art. 1213, inc. 1°, se ha dicho: “El tenor literal demuestra que si la ley hubiese
considerado que la revocación exigía necesariamente ser hecha en un verdadero testamento,
no habría usado el vocablo ‘puede’ sino la palabra ‘debe’. Quizá por tal razón, una sentencia
de la Corte de Talca de 15 de noviembre de 1933, admite la posibilidad de revocar un
testamento por escritura pública. Somarriva expresa que “Esta sentencia nos parece
inaceptable, por cuanto no es posible revocar un testamento en la forma antedicha, pues el
legislador (…) discurre sobre la base de que la revocación se hace por testamento”
No obstante lo expuesto, debe advertirse que una segunda sentencia, esta vez de la Corte de
Santiago de 22 de abril de 2002, autos Rol Nº 2.674-99, reitera la doctrina del fallo de 1933,
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aceptando una revocación por escritura pública, atendido a que, si bien, los arts. 1213 y
siguientes razonan sobre la base de una revocación testamentaria, tales normas no exigen de
manera expresa que así deba hacerse. Domínguez padre e hijo consideran inaceptable la tesis
de la Corte de Santiago, atendida la historia de las normas sobre revocación y la necesidad
de [cumplir con las] formalidades para otorgar testamento. Agregan que no debe olvidarse
que revocar un testamento implica, indirectamente, disponer de los bienes al ordenar así que
se apliquen las reglas intestadas o que no tenga efecto la disposición revocada28.
Reglas específicas
Clases de revocación
Si la revocación es total y no hay nuevo testamento. Esta sucesión se regirá por las normas
de la sucesión intestada.
Si la revocación es solo parcial, esta sucesión será parte testada y parte intestada.
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Agregado enero 2023, Orrego
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estos las disposiciones que no sean incompatibles con las posteriores o contrarias a ellos.
Entonces si pueden subsistir 2 testamentos de una misma persona la revocación va a surgir
cuando haya incompatibilidad entre las cláusulas de ambos.
Esta incompatibilidad puede ser de 2 formas:
i. Material
Ella se produce cuando las disposiciones de diversos testamentos son contradictorias entre
sí, por ejemplo en un primer testamento dejo la propiedad plena a Juan y en un testamento
posterior le dejo a Juan sólo el usufructo, habrá en este caso revocación tácita.
ii. Intencional
Por ejemplo en un testamento dejo mi casa a Juan y en otro posterior se la dejo a Pedro. En
esta situación no puede considerarse a ambos asignatarios como coasignatarios ya que la
intención del testador en su última manifestación fue dejarle exclusivamente su casa a Pedro.
ii.- Revocación tácita del legado por alteración sustancial de la cosa mueble legada. Opera
este caso, cuando el testador, después de instituir el legado sobre una cosa mueble, ejerce su
facultad de disposición material de la misma, modificándola o alterándola sustancialmente,
es decir, en términos tales que la cosa ya no es la misma. Se refiere a esta hipótesis el art.
1135, inc. 4º: “Si el testador altera substancialmente la cosa legada mueble, como si de la
madera hace construir un carro, o de la lana telas, se entenderá que revoca el legado”. El caso
sólo opera tratándose de cosas muebles. Por lo tanto, aunque el inmueble experimente
alteraciones o transformaciones sustanciales (por ejemplo, demoliendo lo construido en un
terreno o talando todo el bosque plantado en un predio forestal), subsistirá el legado.
iii.- Revocación tácita del legado de condonación de deuda por cobro de la misma o por
aceptar el testador su pago. Puede ocurrir que el testador condone a su deudor la obligación,
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Agregado enero 2023, Orrego
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en el testamento. Es el llamado legado de condonación de la deuda. Sin embargo, dado que
el testamento aún no produce sus efectos, el crédito sigue vigente, así como también el
derecho del testador para exigir su pago o para recibirlo. Si procede entonces a su cobro o si
acepta el pago de manos de su deudor, se entenderá tácitamente revocado el legado de
condonación. Está regulado este caso en el art. 1129: “Si el testador condona en el testamento
una deuda, y después demanda judicialmente al deudor, o acepta el pago que se le ofrece, no
podrá el deudor aprovecharse de la condonación; pero si se pagó sin noticia o consentimiento
del testador, podrá el legatario reclamar lo pagado”
Las deudas hereditarias son aquellas que el causante contrajo en vida y las deudas
testamentaria son aquellas que tienen su origen en el testamento mismo.
Por regla general serán los herederos quienes deberán asumir el pago de las deudas
hereditarias y testamentarias, ello en atención a que los herederos son los continuadores de
la persona del causante. Por excepción corresponderá asumir estas obligaciones a los
legatarios.
La doctrina mayoritaria señala que la fuente de la cual surgen las obligaciones de pagar
estas deudas hereditarias y testamentarias son los cuasicontratos y para ello citan
precisamente el Art. 1437.
El profesor estima que el Art. 1437 no engloba la aceptación de la herencia dentro de los
cuasicontratos sino que los diferencia y por eso, siguiendo a Somarriva, el profesor cree que
la fuente de estas obligaciones es la ley.
Por regla general corresponde a los herederos el pago de las deudas hereditarias en virtud de
lo dispuesto en los Arts. 951 y 1097.
Por excepción los herederos no serán responsables respecto de aquellas obligaciones que
sean intransmisibles (por esta razón decíamos que la sucesión por causa de muerte puede
excepcionalmente operar como un modo de extinguir obligaciones ), y tampoco serán
obligados en materia de responsabilidad penal, pero sólo en lo que se refiere a la pena
corporal pero no a las penas pecuniarias derivadas del delito, Art. 93 nº 1 del código penal.
Aquí hay un principio general cual es que los acreedores pueden dirigirse en contra de los
herederos en los mismos términos como podían hacerlo en contra del causante.
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Lo anterior se debe a que al tiempo de abrirse la sucesión y operar la sucesión por causa de
muerte se produce una confusión entre los patrimonios del causante y de sus herederos, de
manera tal que en principio el derecho de prenda general de los acreedores se mantiene en
los herederos.
Existe una excepción en materia de juicio ejecutivo que se encuentra en el Art. 1377 según
el cual los títulos ejecutivos contra el difunto lo serán igualmente contra los herederos pero
los acreedores no podrán entablar o llevar adelante la ejecución sino pasados 8 días después
de la notificación judicial de sus títulos.
¿Cómo responden los herederos? Para analizar esta materia habrá que estarse a la forma en
que se hubiese dividido la deuda, división que puede ser legal o bien que pudo ser hecha por
el testador o por los herederos.
I. División legal
El principio general está en el Art. 1354 inc. 1º y 2º en cuanto a que las deudas hereditarias
se dividen entre los herederos a prorrata de sus cuotas; así el heredero del tercio no es
obligado a pagar sino el tercio de las deudas.
Esta forma de división a prorrata opera ipso iure, una vez que fallece el causante y es
aceptada la herencia por sus herederos, es decir por el solo hecho de la muerte la deuda se
divide entre varios deudores y, por lo tanto, estaremos en presencia de una obligación
simplemente conjunta o mancomunada, Arts. 1511 y 1526 inc. 1º. Cabe recordar que si la
obligación es mancomunada el acreedor podrá demandar a los herederos por su parte o cuota
en la deuda. La deuda, que antes era unitaria, se divide o fracciona, por el solo ministerio de
la ley, en cuantas partes como herederos existan en la sucesión
Existe, pues, una marcada diferencia entre la división del activo y del pasivo del causante. El
pasivo se divide de pleno derecho; en cambio, en lo relativo al activo, se forma una
comunidad entre los herederos respecto de los distintos elementos que forman aquél,
indivisión que será necesario partir.
En cambio, las deudas hereditarias se dividen de pleno derecho y a prorrata de las cuotas de
cada cual. Por ejemplo, el testador llamó a su herencia por partes iguales a Pedro, Juan y
Diego; existe un acreedor hereditario por $ 300. Este deberá cobrar a cada uno de los
herederos –Pedro, Juan y Diego– $ 100. 30
Aunque la ley no lo dice la doctrina estima que esta forma de división opera también respecto
de los créditos y por lo tanto cada heredero podrá exigir el cumplimiento o demandar su parte
o cuota del crédito transmitido, aún antes de haberse efectuado la partición de bienes. A lo
anterior se llega efectuando interpretación a contrario sensu del Art. 1526 nº 4 inc. 3º.
30
Agregado febrero 2020, sucesorio, somarriva, tomo II, pág 659
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a. Consecuencias del principio general del Art. 1354
- La insolvencia de uno de los herederos no grava a los otros, salvo que uno de los
herederos no haya instado a la formación de la hijuela pagadera de dudas hereditarias, Arts.
1355 y 1287 inc. 2º.
- Si el causante era deudor solidario al fallecer se extingue la solidaridad respecto de
sus herederos, ya que ellos serán solamente responsables de la cuota de la deuda que
corresponde a su porción hereditaria, Art. 1523. De esta manera, el acreedor podrá cobrar el
total de la deuda a uno cualquiera de los demás codeudores solidarios o a los herederos del
codeudor solidario difunto, pero a cada uno de éstos sólo puede demandarle su parte en la
deuda. Somarriva proporciona el siguiente ejemplo: Pedro, Juan y Diego debían
solidariamente a Antonio $ 300. Fallece Pedro, dejando como herederos en partes iguales a
Martín y Roberto. Antonio puede cobrar a Juan y a Diego los $ 300, pero a Martín y Roberto
sólo puede cobrarles $ 150 a cada uno.
- La confusión de las obligaciones mutuas entre el causante y el heredero se produce
sólo hasta concurrencia de la cuota que en el crédito o en la deuda le quepa teniendo el
heredero acción contra sus coherederos a prorrata por el resto de su crédito, y les estará
obligado a prorrata por el resto de su deuda, Art. 1357. El precepto, destaca Somarriva,
contempla dos situaciones:
el caso de que el heredero fuere el acreedor de la deuda hereditaria: en tal caso, se produce
la confusión parcial de la calidad de acreedor primitivo del heredero y de deudor, como
heredero del deudor primitivo. La extinción de la deuda se produce sólo hasta la cuota que le
corresponde en la deuda al acreedor heredero, quien podrá exigir a los demás herederos el
resto de la deuda, a prorrata de sus cuotas. Por ejemplo: Pedro y Juan son herederos por partes
iguales, y el causante debía al primero $ 300. La deuda se extingue por confusión en la parte
que de ella le corresponde a Pedro, o sea, en $ 150, pero éste podrá cobrar a Juan los restantes
$ 150.
El caso de que el heredero fuere deudor del causante: la deuda se extingue por confusión
en la parte del crédito que corresponde al heredero deudor, pero subsiste en el resto. Por
ejemplo: existen tres herederos por partes iguales, Pedro, Juan y Diego. El primero debía al
causante $ 300. Se extingue parcialmente la deuda por confusión en la parte del crédito que
corresponde a Pedro, o sea en $ 100, pero subsiste en el resto, o sea, Juan y Diego podrán
cobrar $ 100 cada uno a Pedro.
- La interrupción de la prescripción que obra en perjuicio de uno de los herederos no
perjudica a los otros.
- Por regla general, se produce la división de la pena que se pudiera haber estipulado.
Así se desprende del artículo 1540, cuyas reglas son las siguientes:
Si la obligación contraída con cláusula penal es de cosa divisible, la pena, del
mismo modo, se divide entre los herederos del deudor a prorrata de sus cuotas hereditarias.
Sin embargo, si se estipuló la cláusula penal con la intención expresa de que no
pudiera ejecutarse parcialmente el pago de la obligación, y uno de los herederos ha impedido
el pago total (o sea, por su infracción, no es posible al acreedor obtener el pago íntegro de la
obligación), se le podrá exigir toda la pena; y a los restantes herederos (que no han infringido
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la obligación) su respectiva cuota en la pena, quedándoles a salvo su acción para repetir en
contra del heredero infractor (inciso 2º, artículo 1540); lo mismo se observará cuando la
obligación contraída con cláusula penal es de cosa indivisible (inciso 3º, artículo 1540).
- Si uno de los herederos paga la totalidad de la deuda hereditaria o una parte superior
a la parte que en la deuda le corresponde, tiene derecho a dirigirse en contra del resto de los
herederos, para recuperar de ellos todo lo que haya pagado en exceso
En este caso aún cuando la obligación principal se divida entre los herederos a prorrata de su
cuota en la herencia el acreedor hipotecario al ejercer su acción podrá dirigirse y perseguir el
pago total en cualesquiera de las fincas hipotecadas, Art. 1365 inc. 1º parte 1ª.
Como consecuencia de lo antes señalado el Art. 1365 señala:
El heredero propietario del inmueble objeto de la acción hipotecaria tendrá a salvo su acción
contra sus coherederos por la cuota que a ellos toque de la deuda, regla que se mantiene aún
cuando el acreedor haya subrogado al dueño del inmueble en sus acciones contra los
coherederos.
Es lógico que el heredero demandado deba pagarle al acreedor hipotecario no su cuota en la
deuda sino la integridad de ella, pues corresponde aplicar las reglas generales de la hipoteca,
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en particular el derecho de persecución de que goza el acreedor hipotecario y el principio de
indivisibilidad mencionado. Con posterioridad, el heredero que pague al acreedor hipotecario
tiene derecho a repetir en contra de sus coherederos, en la parte o cuota de la deuda que
corresponde a éstos. En este ajuste interno de cuentas, la solución es la misma que aquella
que se contempla en el artículo 1522, a propósito de la solidaridad. Todo lo dicho se aplicará
únicamente si el acreedor hipotecario entabla la acción hipotecaria, pues si deduce la acción
personal sólo puede cobrar a cada heredero su parte o cuota en la deuda, porque esta acción
es divisible.
El mismo Art. 1365 en su inc. 1º parte final señala que en este caso la porción del insolvente
se repartirá entre todos los herederos a prorrata. Así, por ejemplo, si eran tres herederos de
una obligación de $ 60.000.000.-, y sus cuotas eran idénticas, y al demandar uno de ellos
(que pagó dicha suma al acreedor) se encuentra con que el coheredero demandado es
insolvente, su cuota -$ 20.000.000.-, grava al demandante y al tercero de los herederos.
Entonces, al último de los herederos podrá demandarlo por $ 30.000.000.-
El Art. 1365 en su inc.1º se refiere a la “acción solidaria”, ello es un error debería decir
“acción hipotecaria” cuyo ejercicio es indivisible.
Se trata de una fórmula similar a la del usufructo. El obligado al pago de las deudas y cargas
será el propietario fiduciario, pero con derecho a repetir en contra del fideicomisario, sin
derecho a interés. Ciertamente, este derecho a reembolso sólo podrá ejercerse, en la medida
que se cumpla la condición de la que pende la restitución de los bienes al fideicomisario. Si
dicha condición falla, el propietario fiduciario consolida su dominio, ahora como propiedad
absoluta, soportando en definitiva el pago de las deudas y cargas en su patrimonio.
Por ejemplo, el testador debía en vida a Pedro $ 3.000. Fallece aquél dejando tres herederos
por partes iguales: Diego, Juan y Antonio. A cada uno de ellos le corresponde $ 1.000 de la
deuda, pero resulta que el testador eximió a Diego del pago de esta deuda. Al acreedor no lo
afecta semejante disposición testamentaria, y puede cobrar a Diego los $ 1.000 que en
conformidad al artículo 1354 le corresponden en la deuda. Pero Diego podrá entonces repetir
en contra de Juan y Antonio por dichos $ 1.000 que se vio obligado a pagar. Son muchos los
casos en el derecho en los cuales se presenta una situación semejante, en que es distinta la
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responsabilidad de los deudores frente al acreedor, y la que en definitiva les va a corresponder
en la deuda ( por ejemplo en las obligaciones solidarias)31.
Desde el punto de vista de la obligación a las deudas, cada heredero es obligado a prorrata
de sus derechos. En el ejemplo que dábamos, Juan, Diego y Antonio son obligados cada uno
a $ 1.000. Pero, pagada la deuda, entra a jugar la contribución a éstas, y cada heredero res-
ponderá en la forma impuesta por el testador o que fue acordada. 32
3- ¿Cuándo se pagan las deudas hereditarias?, Art. 1374 inc. 1º. La regla general consiste
en que los acreedores hereditarios se pagarán en la medida que se presenten y pagados éstos
(baja general de la herencia) se pagarán los legados.
La regla anterior se altera cuando existe concurso de acreedores o tercera oposición,
a. En caso de concurso, sea del difunto, sea de la sucesión. En este caso, los acreedores
verificarán sus créditos en el juicio respectivo y se pagarán conforme a las normas del Código
de Comercio y procedimiento concursal.
b. La oposición de terceros consistirá, principalmente, como dice Meza Barros, en la
alegación de que sus créditos deben ser pagados de preferencia
El artículo 1377 contiene una norma especial respecto de la notificación de los títulos
ejecutivos: “Los títulos ejecutivos contra el difunto lo serán igualmente contra los herederos;
pero los acreedores no podrán entablar o llevar adelante la ejecución, sino pasados ocho días
después de la notificación judicial de sus títulos.” Como subraya Meza Barros, los acreedores
pueden accionar contra los herederos de su deudor, en los mismos términos que contra éste.
Como lógica consecuencia, los títulos ejecutivos contra el causante traen también aparejada
ejecución contra los herederos. Pero el legislador ha querido dar un respiro a los herederos,
tanto para ser demandados en juicio ejecutivo cuanto para proseguir contra ellos el juicio
ejecutivo ya iniciado contra el causante: debe notificarse a los herederos y esperar que
transcurra el expresado plazo de ocho días
I. Principio general
De acuerdo con el Art. 1104 los legatarios no representan al testador, no tienen más cargas
que aquellas que expresamente se les impongan lo cual se entenderá sin perjuicio de la
responsabilidad que les pueda sobrevenir en subsidio de los herederos y de la que pudiere
proceder a consecuencia del ejercicio de la acción de reforma de testamento. Esta
31
Agregado febrero 2020, sucesorio, somarriva, tomo II, pág 667
32
Agregado febrero 2020, sucesorio, somarriva, tomo II, pág 668
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responsabilidad puede emanar de tres factores: del pago de las legítimas y mejoras; por las
deudas de la herencia en subsidio de los herederos; y del hecho de que el bien legado esté
gravado con prenda o hipoteca
II. Excepciones
Aun cuando el testador no los haya expresamente gravado, los legatarios pueden resultar
responsables en los siguientes casos:
- Los legatarios no son obligados a contribuir al pago de las deudas hereditarias sino
cuando al tiempo de abrirse la sucesión no haya habido en ella lo bastante para pagar las
deudas hereditarias. Es por esta última razón que el Art. 1374 inc. 1º parte final señala que
solo una vez pagadas las deudas hereditarias se satisfarán los legados.
Por el contrario, si en dicho momento existieren bienes suficientes pero más adelante no los
hay o sufrieren deterioros, el legatario ya no tiene responsabilidad alguna. Se sanciona de
esta forma al acreedor, que no hizo valer su crédito en tiempo oportuno.
- Adicionalmente el Art. 1362 inc. 2º dispone que la acción de los acreedores
hereditarios contra los legatarios es en subsidio de la que tiene contra los herederos. Afirma
Somarriva que los legatarios tienen una especie de beneficio de excusión: el legatario, al
igual que el fiador respecto del deudor principal, puede exigir al acreedor que les cobre
primero a los herederos y si éstos no le pagan, entonces podrá el acreedor dirigirse en contra
del legatario.
- Por último de acuerdo con el Art. 1363 inc. 1º en estos casos los legatarios concurrirán
a prorrata del valor de sus respectivos legados y la porción del insolvente no gravará a los
demás.
- Lo expuesto ocurrirá, en la medida en que los legados se hayan pagado, pues en caso
contrario, en lugar de accionar contra el legatario, su legado se reducirá en lo que sea
necesario, pudiendo incluso extinguirse si el pago de las deudas lo exige
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c. Legados gravados con hipoteca o prenda, Art. 1366
El legatario que en virtud de una hipoteca o prenda sobre la especie legada ha pagado una
deuda hereditaria con que el testador no haya expresamente querido gravarlo es subrogado
por la ley en la acción del acreedor contra los herederos.
- Si existe voluntad expresa o tácita del testador de gravar al legatario con la prenda o
hipoteca, éste deberá soportar su pago en definitiva sin derecho a repetición. El legatario
puede ser gravado tácitamente en el caso del artículo 1135, inciso 3º, o sea, cuando el testador
después de efectuado el legado constituye sobre el bien legado una prenda o hipoteca
- si no existe voluntad expresa o tácita de parte del testador de gravarlo con prenda o
hipoteca, es necesario formular, de conformidad al art. 1366 un último distingo, según si el
gravamen se ha constituido para garantizar una deuda del causante o de un tercero. En todo
caso, en ninguna de las hipótesis el pago definitivo del gravamen lo soporta el legatario.
- Si la prenda o hipoteca garantizaba una deuda del causante, estaremos a lo
dispuesto en el artículo 1366, inciso 1º. Nos hallamos ante un caso de subrogación legal. El
artículo 1366 subroga al legatario en los derechos del acreedor prendario o hipotecario, en
contra de los herederos.
- Si el gravamen no garantizaba una deuda del causante sino de un tercero, se
aplica el inciso final del artículo 1366: el legatario no tendrá acción contra los heredero. No
significa que el legatario se quede sin acción, sino que se va a subrogar en los derechos del
acreedor contra el tercero, no contra los herederos.
IV. Concurrencia de los legatarios para el pago de las deudas hereditarias, Art. 1363.
Como hemos dicho la ley establece que en estos casos de excepción los legatarios concurren
al pago de las deudas hereditarias a prorrata del valor de sus respectivos legados. No obstante
lo anterior la ley ha establecido un orden de prelación entre los legatarios. Se clasifican en
comunes y preferenciales o privilegiados. Primero, responden los legados comunes, y
agotados éstos, van respondiendo los legados preferenciales, según el grado de privilegio de
que gocen.
i.- Legados comunes: son aquellos que no gozan de preferencia alguna para su pago.
ii.- Legados anticipados o donaciones revocables, Art. 1141 inc. 3º . La circunstancia de
que el testador entregue la cosa al donatario o al legatario, denota su voluntad que prefiera a
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otros legatarios, que sólo recibirán su legado a la muerte del testador
iii.- Legados de obras pías o beneficencia pública, Art. 1363 inc. 3º parte 1ª.
iv.- Legados expresamente exonerados por el testador, Art. 1363 inc. 2º. Es perfectamente
posible, como dice Somarriva, que el testador, en forma expresa, exima, en principio, a uno
o más legatarios de toda responsabilidad en las deudas. Los así beneficiados no entrarán a
contribución sino a falta de los demás legatarios.
v.- El exceso de las legítimas y mejoras. Art 1189, 1193 y 1194: De esta forma, lo que
se deja a título de legítimas o de mejoras y que exceda la mitad legitimaria o la cuarta de
mejoras, se pagará, en último término, con cargo a la cuarta de libre disposición, con
preferencia a toda otra inversión, o sea, toda otra asignación. Como expresa Somarriva,
tampoco aquí existen propiamente legados (bajo el entendido, que para éste autor los
alimentos no constituyen legados, según acabamos de ver), pero la idea es que las
asignaciones a título de legítimas o mejoras que exceden la parte destinada a ellas se pagan
en la cuarta de libre disposición con preferencia a todo otro legado
vi.- Legados estrictamente alimenticios a que el testador es obligado por la ley, Art. 1363
inc. 3º parte final. Se refiere solo a los alimentos forzosos, no a los voluntarios ya que ellos
son considerados como un legado común y, por lo tanto, concurren en primer lugar. Cabe
recordar que en materia de alimentos forzosos los alimentos ya recibidos no se restituyen de
acuerdo a lo establecido en el Art. 1170.
Concurriendo estos requisitos sólo se deducirá por razón del gravamen la cantidad que
constare haberse invertido.
2- Excepciones.
a- Distribución hecha por el testador, Art. 1360
- Conforme se desprende del Art. 1360 inc. 1º el testador puede gravar con las cargas
testamentarias a alguno o algunos de los herederos o legatarios en particular. Existe sin
embargo una diferencia al respecto entre los herederos y legatarios, porque estos últimos, en
virtud del artículo 1364, gozan de un beneficio de inventario por el solo ministerio de la ley,
mientras que los herederos, para que tengan igual limitación de responsabilidad, deberán
aceptar con beneficio de inventario
- Si el testador no hubiera hecho la distribución entonces las cargas testamentarias se
mirarán como cargas de los herederos en común y se dividirán entre ellos a prorrata de sus
cuotas.
- Tratándose de la división hecha por el testador de una deuda testamentaria, ella será
obligatoria para los acreedores testamentarios a quienes les empece el testamento, Art.
1373 inc. 1º. Este caso es distinto a la situación de las deudas hereditarias cuando la división
ha sido hecha por el testador, la cual no obliga a los acreedores.
La regla general es que los legados que son cargas testamentarias deben ser cumplidos por
los herederos; por excepción el testador puede gravar a un legatario con este gravamen, caso
en el cual estaremos frente a un sublegado. A mayor abundamiento la ley señala que en esta
situación el legatario sólo será obligado hasta concurrencia del provecho que reporte de la
sucesión.
1.- Estos legados se deben día por día desde aquel en que se defieran pero no
podrán pedirse sino a la expiración de los respectivos periodos lo que se presumirán
mensuales.
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2.- Si las pensiones fueran alimenticias podrá exigirse cada pago desde el
principio del respectivo periodo y no habrá obligación de restituir parte alguna aunque el
legatario fallezca antes de la expiración del periodo.
3.- Si el legado de pensión alimenticia fuere una continuación de lo que el testador
pagaba en vida seguirá prestándose como si no hubiera fallecido el causante.
4.- En todo caso sobre las reglas antes dichas prevalecerá la voluntad expresa del
testador.
1.- En el caso de los legados de alimentos forzosos los que al ser una baja general
de la herencia se pagan en primer lugar o con anterioridad al pago de los legados y, por lo
tanto, no podrá haber rebaja proporcional al pago de los mismo.
2.- Si lo que se ha dado en razón de legítimas y mejoras excede de la mitad
legitimaria y de la 4ª de mejoras, el exceso se imputa a la 4ª libre de disposición con
preferencia a cualquier objeto de libre disposición a que el difunto lo haya destinado, Art.
1194. Por consiguiente, para proceder al pago de los legados, será necesario descontar el
exceso de lo que se dio en razón de legítimas y mejoras
3.- Los legados anticipados prefieren a los demás instituidos por el testador
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cuando los bienes que éste deje a su muerte no alcanzan a cubrirlos, Art. 1141.
Los gastos necesarios para la entrega de las cosas legadas se mirarán como una parte de los
mismos legados. Este precepto guarda armonía con el artículo 1571, en las reglas del pago,
que establece: “Los gastos que ocasionare el pago serán de cuenta del deudor”. Para la
mayoría de la doctrina, entonces, el gasto que por la entrega del legado pueda originarse, será
de cargo de la sucesión, o sea, de los herederos obligados a pagar el legado. No ha de ser el
legatario quien deba soportar estos gastos. De esta manera, para esta opinión, los
desembolsos en que se incurra por escrituras públicas que se otorguen o por inscripciones
conservatorias serían de cargo de la masa y no del legatario respectivo.
X. BENEFICIO DE SEPARACIÓN
i. Concepto
La aceptación pura y simple de la herencia produce una confusión entre los bienes y las
deudas del de cuyus y los bienes y deudas de los herederos. A consecuencia de ello ambos
patrimonios al confundirse tienen un solo titular, esto es el heredero.
Esta confusión de patrimonios puede ser perjudicial para los acreedores hereditarios lo que
sucederá cuando el heredero sea insolvente, ya que el acreedor hereditario deberá tolerar la
competencia de los acreedores de un heredero que no tiene bienes.
El Art. 1378 establece que los acreedores hereditarios y testamentarios podrán pedir que no
se confundan los bienes del difunto con los bienes del heredero, y en virtud de este beneficio
de separación tendrán derecho a que de los bienes del difunto se les cumplan las obligaciones
hereditarias o testamentarias con preferencia a las deudas propias del heredero.
La doctrina lo define como el derecho que corresponde a los acreedores del causante para
evitar que se confundan el patrimonio de su deudor con el patrimonio de sus herederos en
perjuicio del derecho de prenda general de que gozaban en vida del de cuyus a fin de pagarse
preferentemente con los bienes del causante posponiendo a los acreedores de sus herederos.
1.- Evita que se confundan los bienes del causante con los del heredero.
2.- Su declaración no posterga la adquisición de la herencia.
3.- Sólo corresponde a los acreedores del causante, no a los acreedores de los herederos.
4.- Por regla general es indivisible, Art. 1382. El beneficio de separación obtenido por
uno de los acreedores hereditarios o testamentarios favorece a todos los demás.
Dispone el artículo 1382, inciso 1º: “Obtenida la separación de patrimonios por alguno de
los acreedores de la sucesión, aprovechará a los demás acreedores de la misma que la
invoquen y cuyos créditos no hayan prescrito, o que no se hallen en el caso del número 1 del
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artículo 1380.” No se verán beneficiados, entonces, los acreedores cuyos derechos han
prescrito o que hubieren renunciado a solicitarlo.
5.- Una vez declarado los acreedores del causante no pueden perseguir los bienes propios
de los herederos sino hasta que se hayan agotado los bienes comprendidos en este beneficio
de separación.
6.- Crea una preferencia indirecta a favor de los acreedores del heredero sobre los bienes
de este, Art. 1383
7.- Debe ser declarado judicialmente. A pesar de que el Código Civil no detalla la
materia, hay consenso en la doctrina en orden a que el beneficio de separación debe pedirse
y declararse judicialmente. Los acreedores hereditarios y testamentarios podrán pedir el
beneficio desde el momento en que se produce la apertura de la sucesión y hasta que las
acciones para exigir el pago de sus créditos hayan prescrito.
8.- No existe incompatibilidad entre el beneficio de separación y el de inventario.
La mayoría de la doctrina se inclina por estimar que se trata tan sólo de una preferencia de
pago, que no es inherente al crédito. Refuerzan esta conclusión los artículos 1378 (“con
preferencia”) y 1383 (“derecho preferente”).
- La separación comprende todos los bienes que integran el patrimonio del causante,
incluso los créditos del difunto con sus herederos.
vii. Procedimiento
- La ley nada señala en cuanto al procedimiento, Hernán Corral estima que se aplica el
juicio sumario por el Art. 680 nº1 del CPC.
- En todo caso si hubiere bienes raíces en la sucesión el decreto en que se concede el
beneficio deberá inscribirse, Art. 1385. La inscripción se hace en el libro de interdicciones y
prohibiciones de enajenar del Conservador de Bienes Raíces, Art. 52 nº 4 del Reglamento
del Conservador.
- Destaca Somarriva que existe un caso en que no es necesario pedir el beneficio de
separación, porque se produce de pleno derecho. Es el caso contemplado en el artículo 50 del
Libro IV del Código de Comercio, “De las quiebras”. Dispone dicho precepto: “La sucesión
del deudor podrá ser declarada en quiebra a petición de los herederos o de cualquier acreedor,
siempre que la causa que la determine se hubiere producido antes de la muerte del deudor y
que la solicitud se presente dentro del año siguiente al fallecimiento. La declaración de
quiebra producirá de derecho el beneficio de separación a favor de los acreedores del difunto.
/ Las disposiciones de la quiebra se aplicarán sólo al patrimonio del causante.
b) Separación de patrimonios.
La resolución que concede el beneficio de separación, produce la separación de los
patrimonios del causante y de los herederos. Se trata, en efecto, de evitar la confusión de
dichos patrimonios. De esta forma, en principio, los bienes hereditarios sólo podrán ser
perseguidos, embargados y sacados a remate por los acreedores hereditarios y testamentarios
y no por los acreedores personales del heredero. Por el contrario, no podrán los acreedores
hereditarios y testamentarios que gocen del beneficio perseguir bienes propios del heredero,
sino una vez agotados los bienes del causante
i.- Los acreedores de la sucesión se pagarán preferentemente con los bienes del
patrimonio del causante, Art. 1368.
ii.- Los acreedores del heredero se pagarán preferentemente con los bienes del patrimonio
del heredero.
iii.- Satisfechos los acreedores de la sucesión el sobrante, si hubiese, se agregará a los
bienes del heredero para satisfacer a sus acreedores propios con los cuales concurrirán los
acreedores de la sucesión que no gocen del beneficio, Art. 1382 inc. 2º
iv.- Los acreedores de la sucesión que hayan obtenido la separación o se han aprovechado
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de ella no tendrán acción contra los bienes del heredero, sino después de agotados los bienes
a que dicho beneficio les dio un derecho preferente, más aún en este caso podrán oponerse a
esta acción los acreedores del heredero hasta que se les satisfaga en el total de sus créditos,
Art. 1383
e) Limitaciones en el dominio de los bienes hereditarios que pesan sobre los herederos.
- A pesar del beneficio de separación, los herederos se hacen dueños de los bienes del
causante. Sin embargo, el beneficio limita la facultad de éstos para disponer de tales bienes,
lo que tiene sentido, pues en caso contrario se burlaría el objetivo del beneficio de separación.
Al efecto, dispone el artículo 1384 “Las enajenaciones de bienes del difunto hechas por el
heredero dentro de los seis meses subsiguientes a la apertura de la sucesión, y que no hayan
tenido por objeto el pago de créditos hereditarios o testamentarios, podrán rescindirse a
instancia de cualquiera de los acreedores hereditarios o testamentarios que gocen del
beneficio de separación. Lo mismo se extiende a la constitución de hipotecas o censos.”
- No obstante aludir la ley a la posibilidad de “rescindir” las enajenaciones, Somarriva
señala que en este caso no habría propiamente nulidad relativa, sino que se trata de una acción
especial, que tiene mucho de acción pauliana.
- ¿es necesario que al efectuarse las enajenaciones, los acreedores estén ya gozando del
beneficio de separación? Estima Somarriva que no es necesario.
- qué ocurre con los bienes enajenados después de transcurrir los seis meses posteriores
a la apertura de la sucesión. Parece evidente, dice, que estas enajenaciones no quedarían del
todo indemnes, pudiendo los acreedores atacarlas según las reglas generales, o sea mediante
la acción pauliana, probando que han sido realizadas en fraude de sus derechos. De esta
manera, si se trata de enajenaciones efectuadas dentro del plazo de seis meses, bastará que
los acreedores prueben dos requisitos: que tales enajenaciones no tuvieron por objeto pagar
deudas hereditarias y testamentarias y que se hicieron dentro del expresado plazo. En cambio,
si se trata de enajenaciones realizadas después de transcurrido el plazo de seis meses, los
acreedores deberán probar el fraude pauliano, es decir la intención dolosa del heredero,
conforme a las reglas generales. En este último caso, además, será necesario que el
demandante haya gozado del beneficio de separación al tiempo de la enajenación, pues de lo
contrario no se configuraría el fraude pauliano.
ix. Extinción del derecho a pedir separación de bienes. Casos en que los acreedores
hereditarios y testamentarios no pueden solicitar el beneficio de inventario
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De acuerdo a los artículos 1380 y 1382, carecen de este beneficio los acreedores hereditarios
y testamentarios:
a. Cuando sus derechos han prescrito (artículos 1380, inciso 1º y 1382, inciso 1º).
El derecho a gozar del beneficio de separación dura mientras la acción para perseguir el pago
del crédito no haya prescrito.
b. Renuncia expresa o tácita del beneficio. Será tácita cuando el acreedor reconoce al
heredero como deudor, aceptando pagaré, prenda, hipoteca o fianza de él o pago parcial, Art.
1380 nº 1.
c. Cuando los bienes de la sucesión han salido de las manos del heredero o se han confundido
con los bienes de éste de manera que no sea posible reconocerlos, Art. 1380 nº 2. Respecto
de la confusión, Claro Solar plantea el siguiente ejemplo: entre los bienes hereditarios existe
un rebaño de ovejas de la misma raza y tipo que un rebaño de ovejas que tiene el heredero y
el rebaño heredado ha sido mezclado con el del heredero y constituyen ambos un mismo
rebaño. La separación no podría hacerse, sino sobre las determinadas ovejas que por una
particularidad especial pudieran señalarse como que pertenecieron al difunto; o bien no
pudiera hacerse respecto de ninguna oveja por no tener ninguna tales señales; en tal caso, la
separación de patrimonios se hace físicamente imposible. Para evitar la confusión, los
acreedores hereditarios y testamentarios pueden solicitar la guarda y aposición de sellos
(artículo 1222). Respecto de los inmuebles, pareciera imposible que se produzca la confusión,
considerando la inscripción conservatoria que los ampara. Claro Solar, no obstante, plantea
el caso de bienes raíces que se agregan a otros contiguos para rectificar su superficie o
levantar edificios que los ocupan incorporándolos a otros del heredero; y en tal caso la
confusión se verifica y el inmueble hereditario no puede reconocerse, haciéndose imposible
la separación de patrimonios
I. Nociones Generales
1. La indivisión
La indivisión corresponde a aquel estado jurídico que compromete a 2 o más personas que
tienen un derecho de la misma naturaleza, sobre una cosa singular o una universalidad, de
manera que la indivisión supone la existencia de varios titulares llamados a ejercer sus
derechos sobre un mismo objeto.
El origen de la indivisión no es sólo la sucesión, sino que puede ser:
- convencional (2 personas se compran la misma cosa) o;
- legal (accesión: Arts. 662 y 663, sociedad conyugal: Arts. 1728 y 1729,
descubrimiento de tesoro: Art. 626).
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2. Concepto de partición
El concepto de partición emana del Art. 2313 nº 3 según el cual la comunidad termina por la
división del haber común. Teniendo en cuenta lo anterior se define la partición como el
conjunto de operaciones que tienen por finalidad poner término a un estado de
comunidad, dividiendo los bienes comunes.
3. Aplicación general
El código civil en los Arts. 1317 y siguientes regula la partición de aquella comunidad
originada por la muerte de alguien, aunque estas normas son de aplicación general. Se aplican
a:
a) A la liquidación de la comunidad hereditaria;
b) A la liquidación de la sociedad conyugal: en la partición de los gananciales (art. 1776);
c) A la liquidación de las cosas comunes: en caso de que existan cuasicontratos de comunidad
(art. 2313); y
d) A la liquidación de las sociedades civiles (art. 2115).
De lo expresado en el art. 1317, se desprende que puede tratarse de:
Indivisión a título singular (algunos reservan la expresión “copropiedad” para esta
hipótesis);
Indivisión a título universal (algunos reservan la expresión “comunidad” para esta
hipótesis).
a. Pacto de Indivisión
El Art. 1317 inc. 1º parte final señala que puede pedirse partición siempre, salvo pacto en
contrario.
No puede estipularse proindivisión por más de 5 años, pero cumplido este término podrá
renovarse el pacto, Art. 1317 inc. 2º.
Reglas adicionales:
1.- El pacto debe originarse en la voluntad de los coasignatarios. Nótese que el art. 1317
alude a una “estipulación” de los comuneros, lo que implica un acuerdo de voluntades, una
convención. Por lo tanto, la ley excluye la posibilidad de que sea el testador quien imponga
la indivisión a los herederos.
2.- La ley no exige formalidad especial aunque es mejor escriturarlo con fines probatorios y
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así se desprende del Art. 57 de Ley 16271 sobre Impuesto de Herencia y Donaciones.
2. Características:
- Acción personal, ello porque corresponde a uno de los comuneros y debe dirigirse en
contra de los otros comuneros.
- Es un derecho absoluto, en el sentido que puede siempre pedirse sin necesidad de
manifestar interés o utilidad.
- Ella crea un litis consorcio pasivo necesario, es decir al ejercer esta acción
necesariamente deben ser notificados todos los comuneros, si uno de ellos no lo es notificado,
a este no le empezara el fallo.
- Es una acción imprescriptible, desde la perspectiva de la prescripción extintiva.
Recordemos que el artículo 1317 en su inciso 1 señala que la partición podrá siempre pedirse.
En cuanto a la prescripción adquisitiva no cabe duda que la comunidad podrá terminar
cuando un extraño haya poseído el objeto que se tenía en comunidad por los plazos que la
ley establece adquiriendo el dominio de la cosa que tenían en común.
- En cuanto a la prescripción adquisitiva entre los comuneros es una materia discutible
y en general se estima que esta prescripción adquisitiva es de difícil configuración toda vez
que no es fácil distinguir en un comunero cuando esta poseyendo como comunero y por lo
tanto reconociendo dominio ajeno y cuando esta poseyendo a titulo exclusivo.
3. titulares de la acción.
i- Ordinarios:
1. Herederos a cualquier titulo que lo sean.
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Los legatarios no son titulares de esta acción, ellos podrán ejercer las acciones le se son
propias.
3. También tendrá esta acción el cesionario, a quien uno de los coasignatarios a vendido
o cedido su cuota en la herencia ( 1320).
2. Fideicomiso:
Artículo 1319 inciso 2. Si el objeto asignado fuere un fideicomiso, se observará lo prevenido
en el título De la propiedad fiduciaria. El problema es que en el titulo de la propiedad
fiduciaria no existe ninguna disposición que regule esta materia.
No obstante, se puede señalar que el Propietario Fiduciario si puede pedir la partición, salvo
que fueren varios porque en tal situación estaremos en presencia de un caso de indivisibilidad
legal ( 1317 inciso 3 y 751).
Ahora bien, con respecto al fideicomisario el no podrá pedir la partición entre tanto penda la
condición suspensiva.( 1319 inciso1).
2. Meza Barros, cree que es una acción directa, de la misma acción de partición que
el legislador le a conferido al acreedor.
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3. Pablo Rodríguez Grez, Sigue la misma línea que meza barros y puntualiza que el
origen de esta acción esta en el derecho de prenda general y que el juez actuara como
representante del deudor.
e. Sanción.
- Cuando nos referimos a los incapaces la sanción será la nulidad relativa.
- Con respecto a la mujer , la discusión pasa por dilucidar si los artículos 138 bis y 1754
inciso final son normas prohibitivas o imperativas y la sanción será la nulidad relativa porque
el acto esta en atención o en consideración a la calidad o estado de las personas que lo
ejecutan o acuerdan.
a. Solemnidades.
El art. 1318 permite al propio causante hacer la partición por acto entre vivos o por
testamento, siempre que no sea contraria a derecho ajeno, vale decir, siempre y cuando no
infrinja las limitaciones que le impone la ley, especialmente en cuanto a respetar las
asignaciones forzosas. se entenderá que la partición es contraria a derecho ajeno, si no se
respetó el derecho que confiere al cónyuge sobreviviente el art. 1337 Regla décima.
El causante podrá hacer la partición:
i) Por acto entre vivos: si hay bienes raíces, deberá hacerla por escritura pública;
ii) Por testamento, cumpliendo con las solemnidades propias de este acto jurídico
Evidentemente que si la partición se hace por testamento será solemne y deberá cumplir con
las formalidades propias de este acto jurídico. El problema es cuando la partición se hace por
acto entre vivos y no hay bienes raices, requiere o no formalidades?
- Manuel Somarriva cree que en este caso la partición no está sujeto a formalidad
alguna ya que toda solemnidad es de derecho estricto y requiere de una ley que así lo
establezca, lo que en este caso no existe.
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- Fernando Alessandri cree que esta partición debe ser solemne y se funda en el artículo
1324, según el cual el nombramiento del partidor puede ser hecho por el causante por acto
entre vivos pero por instrumento público. Entonces opina que si para el nombramiento del
partidor se requiere de instrumento público (lo menos), para la partición también ( lo mas).
b. Reglas especiales.
- De acuerdo al artículo 1336 el causante deberá formar una hijuela pagadera de deudas.
- La partición no puede ser contra derecho ajeno, y se considera en especial que es
contra derecho ajeno, cuando vulnera el derecho de asignación preferente que tiene el
cónyuge sobreviviente de acuerdo con el artículo 1337 numero 10 ( 1318).
En el evento que la partición sea contraria a derecho ajeno el artículo 1318 inciso 1 señala
que se “pasar por ella “ lo cual es interpretado por la doctrina como que la sanción será una
inoponibilidad parcial.
- En la partición hecha por el causante, se presenta el siguiente problema interpretativo:
un trámite esencial de la partición es la tasación, ya que es necesario saber cuánto valen los
bienes para adjudicarlos. Por lo tanto, si el art. 1318 faculta al causante para hacer la partición,
podría entenderse que también está facultado para tasar los bienes. Sin embargo, en el art.
1197, se establece que el testador puede señalar las especies con que se va a pagar la legítima,
pero no puede tasarlas, evitando así que pueda burlar las asignaciones forzosas, tasando en
valores exorbitantes los bienes. Cabe preguntarse entonces: ¿Se podría efectuar la partición
por el causante –incluida la tasación-, si hubiere legitimarios entre los herederos?. Hay que
distingue:
el causante, sólo asigna bienes al pago de las legítimas, pero no puede tasarlos;
si además hace la partición de la herencia, podría tasar aunque haya legitimarios, pero se
pasará por esta partición en cuanto no fuere contraria a derecho ajeno, es decir, en cuanto no
lesione las asignaciones forzosas. Se deja así a salvo el derecho de los legitimarios
perjudicados, quienes frente a una tasación manifiestamente arbitraria, podrían deducir la
acción de reforma de testamento.
¿A quién obliga la partición hecha por el causante? Para responder, debemos distinguir:
obliga a cada heredero individualmente considerado, y siempre y cuando no lesione su
asignación forzosa.
no obliga a todos los herederos que de consuno acuerdan efectuar la partición, dejando de
lado aquella hecha por el causante.
No es frecuente la partición hecha por el causante, y cuando la hace, necesita usualmente ser
complementada, pues ocurre que con posterioridad a la partición, el causante adquiere otros
bienes no considerados en su partición, o enajena otros que había incluido. En verdad, para
que no se presentara la necesidad de complementarla, el causante debiera fallecer
inmediatamente después de hacer la partición.
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En la práctica, es la forma más común de efectuar la partición, ya que es más sencilla, rápida
y económica. Dispone el artículo 1325 que los indivisarios pueden efectuar la partición de
común acuerdo, no obstante existir entre ellos incapaces, siempre que concurran los
siguientes requisitos: - Todos los coasignatarios deben concurrir al acto aunque entre
ellos haya personas que no tengan la libre disposición de sus bienes .
- Siempre que no se presenten cuestiones por resolver. No debe existir problemas
pendientes en cuanto a:
quienes son los interesados;
cuáles son los bienes sobre los que recae la partición;
cuáles son los derechos que corresponden a cada comunero.
Si se presentan cualquiera de estas cuestiones y no hubiere acuerdo entre los interesados,
deberán resolverse judicialmente.
- Que todos los participes estén de acuerdo sobre la manera de hacer la partición.
- Que se proceda la tasación de los bienes por peritos del mismo modo si se procediese
ante un partidor. Sin perjuicio de esto aun cuando hayan incapaces, el artículo 657 del CPC
modificó estas normas y dispone que puede omitirse la tasación pericial cuando haya en autos
antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por las partes, cumpliendo con las
siguientes condiciones:
siempre que se trate de bienes muebles;
en el caso de los bienes inmuebles, cuando:
+ se trata de fijar un mínimo para la subasta del bien raíz, cuyo verdadero valor
queda determinado por los licitadores en la subasta;
+ existen en los autos antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por
las partes, como la avaluación del bien raíz. Cabe indicar que la expresión “autos” no
debemos entenderla sólo como referida al juicio de partición, sino que también a la propia
escritura pública de partición, o sea, a la partición hecha de común acuerdo por los
comuneros. ¿Cuáles son estos antecedentes que deben constar en la partición? Citamos a
Pedro Lira: “La ley no los indicó pero se entiende que se trata de documentos públicos o
privados que existan o se hayan incorporado al expediente particional. Tales son, entre otros,
las tasaciones periciales hechas por instituciones bancarias o de previsión; el avalúo fiscal, el
precio de venta de una propiedad similar y vecina, un contrato de arrendamiento de reciente
fecha.”
- Que la partición sea autorizada por la justicia, en ciertos casos.
Dispone al efecto el artículo 1322, inciso 1º: “Los tutores y curadores, y en general los que
administran bienes ajenos por disposición de la ley, no podrán proceder a la partición de las
herencias o de los bienes raíces en que tengan parte sus pupilos, sin autorización judicial”.
El precepto, como puede observarse, no está circunscrito a los guardadores, pues alude a
todos aquellos que administran bienes ajenos, por disposición de la ley. Por tanto, quedan
comprendidos en esta hipótesis, por ejemplo, el padre o madre titulares de la patria potestad.
Con todo, el inciso 2º excluye al marido casado en sociedad conyugal: “Pero el marido no
habrá menester esta autorización para provocar la partición de los bienes en que tenga parte
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su mujer; le bastará el consentimiento de su mujer si no estuviere imposibilitada de prestarlo,
o el de la justicia en subsidio.
- Que se apruebe la partición por la justicia ordinaria del mismo modo que si se
procede ante un partidor. En este orden de cosas el artículo 1342 señala que siempre que en
la partición tengan interés personas ausentes que no hayan nombrado apoderados, o
personas bajo tutela o curaduría, será necesario someterla, terminada que sea, a la
aprobación judicial.
vi. Si bien la ley no lo dice expresamente la doctrina estima conveniente o necesarios que la
partición se otorgue por escritura pública, así también se desprende del artículo 48 letra d de
la Ley 16.271 sobre impuesto de herencia y donaciones que se refiere a la escritura publica
de partición.
I. El partidor.
1. Cuestiones Generales.
a. Carácter del partidor.
El COT, establece por su parte prohibición para ser partidores a diversos funcionarios del
orden judicial, como consecuencia de la prohibición de ejercer la abogacía. Son tales:
a) Los jueces, ministros y fiscales de los tribunales superiores de justicia (arts. 317 y 480 del
COT); excepcionalmente, los jueces de Familia podrán actuar como partidores, liquidando
la sociedad conyugal o el régimen de participación en los gananciales, si así lo solicitaren los
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cónyuges o ex presuntos cónyuges, en el marco de un juicio de separación judicial, divorcio
o nulidad de matrimonio (artículo 31 de la Ley de Matrimonio Civil en relación al artículo
227 del Código Orgánico de Tribunales);
b) Los notarios (art. 480 del COT);
c) Los funcionarios auxiliares de la administración de justicia.
Pueden desempeñarse como partidores los defensores públicos y los procuradores del
número, porque sólo están inhabilitados para ejercer la profesión de abogado “ante las Cortes
de Apelaciones en que actúan” (art. 479 del COT).
c. Inhabilidades.
Previene el inciso 2º del art. 1323 que serán aplicables a los partidores las causales de
implicancia y recusación establecidas en el COT para los jueces. Esta regla tiene plena
aplicación, cuando el partidor es nombrado por el juez. Sin embargo, cuando es nombrado
por el causante o por los coasignatarios, se aplican las siguientes reglas, establecidas en los
artículos 1324 y 1325:
b) Cuando son los coasignatarios quienes designan al partidor, también se establecen dos
reglas:
podrán nombrar partidor al albacea, a un coasignatario o a cualquiera otra persona, aún
cuando estuviere comprendida en alguna de las causales de implicancia o recusación del
COT, siempre que el designado cumpla con los demás requisitos legales (ser abogado y
capaz); regla idéntica a la primera que mencionamos cuando es el causante quien nombra
partidor (art. 1325, inciso 3º);
los partidores nombrados por los interesados, sólo podrán ser inhabilitados por causas de
implicancia o recusación posteriores a su nombramiento, es decir, por causas sobrevinientes
(art. 1325, inciso 4º).
a. por el causante: 1324 inciso 1 parte 1 c.c : “Valdrá el nombramiento de partidor que haya
hecho el difunto por instrumento público entre vivos o por testamento”.
En todo caso este nombramiento puede ser revocado de común acuerdo pro las partes 241
COT.
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El partidor nombrado por el causante solo es competente para partir la herencia, no tendrá
competencia para partir la sociedad conyugal o otros bienes que haya tenido en comunidad
el causante, salvo acuerdo unánime de los interesados.
c. por el juez:
Artículo 1325 inciso 5: Si no se acuerdan en la designación, el juez a petición de cualquiera
de ellos, procederá a nombrar un partidor que reúna los requisitos legales, con sujeción a las
reglas del CPC, en particular el artículo 646 CPC:
1° se recurre ante el juez competente para que cite a comparendo para la designación del juez
partidor;
2° se notifica a los interesados;
3° en la audiencia, si hay acuerdo, las partes designan al partidor; de no haber acuerdo, lo
designará el juez.
El artículo 1328 señala que el partidor que acepta el encargo, deberá declararlo así, y jurara
desempeñarlo con la debida fidelidad, y en el menor tiempo posible.
El artículo 1327 señala que el partidor no es obligado a aceptar este encargo contra su
voluntad; pero si, nombrado en testamento, no acepta el encargo ,se observara lo prevenido
respecto del albacea en igual caso, es decir se hará indigno de suceder al causante, salvo que
pruebe inconveniente grave (1277 y 971 inciso 2). En todo caso, la indignidad afectará sólo
al partidor “nombrado en testamento”.
i. Determinar quiénes son los comuneros y cuáles son sus derechos ( 1330). Es incompetente
para decidir quiénes son los partícipes y cuáles sus respectivos derechos (por ejemplo, validez
o nulidad del testamento, vínculos de parentesco, desheredamientos, incapacidades,
indignidades, etc). Art. 1330.
Ambas materias deben estar resueltas por la justicia ordinaria, con antelación a la partición.
Si eventualmente se presentaren estas materias en el curso de la partición, ésta deberá
suspenderse hasta resolverlas.
ii. Es incompetente para resolver cuáles son los bienes comunes y las pretensiones sobre
dominio exclusivo (art. 1331).
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Podría ocurrir que alguien alegue un derecho exclusivo sobre un bien, y por ende exija
excluirlo de la partición. En todo caso, a diferencia de la hipótesis anterior, no se suspenderá
en principio la partición, sin perjuicio de excluir de la misma, por el momento, el bien en
cuestión. Si los bienes sobre los cuáles se alega dominio exclusivo conformaren una parte
considerable de la masa partible, podrá suspenderse la partición. De resultar infundada en
definitiva la pretensión, se procederá como lo establece el art. 1349, es decir, se hará la
partición del bien o de los bienes.
3. Competencia Mixta.
Cuestiones de las que puede conocer, según las circunstancias, el partidor o la justicia
ordinaria.
Distinguimos al efecto:
El partidor es competente para conocer de las cuestiones sobre formación e impugnación
de inventarios y tasaciones, cuentas de albaceas, comuneros o administradores de bienes
comunes (art. 651, inciso 1º del CPC); conocerá sin embargo la justicia ordinaria, si quienes
las promueven no han aceptado el compromiso, o éste caducó, o no se ha constituido aún
(art. 651, inciso 2º del CPC);
Las cuestiones sobre administración proindiviso son, alternativamente, de competencia del
partidor y de la justicia ordinaria; corresponderá conocer:
1º al partidor: cuando se hubiere organizado el compromiso y mientras subsista la
jurisdicción del partidor, a él corresponderá decretar la administración proindiviso y nombrar
los administradores (art. 653, inciso 2º del CPC);
2º a la justicia ordinaria corresponderán los actos anteriores: mientras no se haya
constituido el juicio divisorio o cuando falte el árbitro que debe entender de él (art. 653,
inciso 1º del CPC).
El partidor o la justicia ordinaria serán competentes, a elección del interesado, cuando se
trate de un tercero que tenga derechos que hacer valer sobre los bienes comprendidos en la
partición (art. 656 del CPC);
Para ejecutar la sentencia definitiva, el que pida su cumplimiento podrá recurrir al partidor
o a la justicia ordinaria, a su elección (art. 635, inciso 1º del CPC). Con todo, necesariamente
habrá que recurrir a la justicia ordinaria, cuando el cumplimiento de la sentencia suponga
decretar apremios o afecte a terceros que no sean parte en el compromiso (art. 635, inciso 3º
del CPC).
2. Las partes tienen una doble calidad, son demandantes y demandados ( se les llama
“interesados “ no demandante o demandado).
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3. Juicio de cuantía indeterminada, ya que precisamente lo que se discute es la porción de
bienes que a cada comunero corresponda.
ii. Desarrollo:
Se lleva 2 tipos de comparendos: los ordinarios y los extraordinarios.
- Los primeros ( ordinarios ) se celebran periódicamente en fechas prefijadas y sin
necesidad de una notificación especial. Son importantes estos comparendos porque en ellos
se pueden adoptar válidamente cualquier tipo de acuerdo aun cuando no estén presentes todos
los interesados.( 650 CPC).
- Los segundos ( extraordinarios ) son aquellos en que se conoce especialmente por
iniciativa del partidor o de otro interesado.
1. Tramites de ejecución del testamento. Puede ocurrir que la sucesión sea testamentaria y el
testamento fuere cerrado, caso en el cual será necesario proceder a su apertura; o si fuere un
testamento abierto pero otorgado sólo ante testigos, proceder a su publicación; o si fuere un
testamento verbal, ponerlo por escrito.
2. Posesión efectiva.
4. Procederá la tasación de los bienes. Como es obvio, resulta indispensable avaluar los
bienes que serán distribuidos entre los coasignatarios.
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Normalmente, la tasación se hará por peritos (art. 1335). El CPC señala sin embargo los casos
en los cuales es posible prescindir de la tasación por peritos, aunque haya incapaces entre los
interesados. Distinguimos al efecto:
Si se trata de bienes muebles: se requiere sólo el acuerdo unánime de los interesados;
Si se trata de bienes raíces, no basta con el consentimiento unánime de los partícipes, pues
además deben existir en los autos antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por las
partes;
Tampoco se requiere tasación pericial, cuando se trate de fijar un mínimo para licitar bienes
raíces en pública subasta (art. 657 del CPC).
Artículo 1337 código civil en su inciso 1 señala que el partidor liquidara lo que a cada uno
de los coasignatarios se deba, y procederá a la distribución de los efectos hereditarios,
teniendo presente las reglas que ahí se señala.
A. Liquidación.
Concepto: Consiste en establecer el valor en dinero del derecho de cada uno de los participes
en la sucesión.
1. Principio General:
- El artículo 1334 señala que el partidor se conformará en la adjudicación de los bienes
a las reglas de este título; salvo que los coasignatarios acuerden legitima y unánimemente
otra cosa. Es decir el acuerdo de las partes es vinculante para el partidor y el aplicara las
disposiciones legales solo en subsidio.
- Las reglas legales tienen un primer objetivo o finalidad y es que la repartición se haga
con los mismos bienes comunes, para lo cual el partidor formará lotes o hijuelas que sean
similares adjudicándoselos a los distintos comuneros.
Si lo anterior no es posible el partidor asignara el bien íntegramente a un comunero o lo
venderá a un tercero extraño.
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2. Que ocurre si hay presencia de incapaces.
La actual regla 11° del art. 1337 deja en claro que los actos de división y adjudicación y venta
a terceros que se realicen conforme a las reglas que anteceden, no exigirán aprobación
judicial para llevarlos a efecto, aun cuando algunos o todos los coasignatarios sean menores
o no tengan la libre administración de sus bienes.
ii. En la formación de los lotes el partidor procurara no solo la equivalencia sino también la
semejanza de todos ello ( 1337 numero 8).
iii. Una vez que el partidor a formado los lotes estas serán repartido entre los comuneros de
común acuerdo, a falta de este se repartirá por sorteo.
iv. Los interesados pueden reclamar contra el modo de composición de los lotes, antes de
efectuarse el sorteo. ( 1337 numero 9).
ii. Cualquiera de los coasignatarios tendrá derecho a pedir la admisión de licitadores extraños
( 1337 numero 1).
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iii. El precio se dividirá entre todos los coasignatarios a prorrata. ( 1337 numero 1).
iv. No habiendo quien ofrezca más que el valor de tasación o el convencional y compitiendo
dos o más asignatarios sobre la adjudicación de una especie, el legitimario será preferido al
que no lo sea. ( 1337 numero 2). Hoy, esta regla sólo puede operar si la sucesión fuere testada,
porque si es enteramente intestada, no pueden concurrir legitimarios con quienes no lo sean
i. Las porciones de uno o más fundos que se adjudiquen a un solo individuo, serán en lo
posible, continuas, salvo que el adjudicatario consienta en recibir porciones separadas, o que
de la continuidad resulte mayor perjuicio a los demás interesados que de la separación al
adjudicatario.( 1337 numero 3)
ii. Se procurara la misma continuidad entre el fundo que se adjudique a un asignatario y otro
fundo de que el mismo asignatario sea dueño ( 1337 numero 4).
iv. Si dos o más personas fueren coasignatarios de un predio, podrá el partidor con el legitimo
consentimiento de los interesados separar de la propiedad el usufructo, habitación o uso para
darlos por cuenta de la asignación. Se le llama a esto último adjudicación con
desmembramiento de dominio.
i. Este derecho consiste en la facultad que tiene el cónyuge en orden a que su cuota hereditaria
se entere con preferencia mediante la adjudicación a su favor de la propiedad del inmueble
en que resida y que sea o haya sido la vivienda principal de la familia, así como del mobiliario
que lo guarnece, siempre que ellos formen parte del patrimonio del difunto.
Esto es otra de las razones por las que hemos dicho que el cónyuge es un asignatario
preferente.
ii. Puede suceder que el valor total de los bienes que podría adjudicarse el cónyuge exceda
de su cuota hereditaria; caso en el cual el cónyuge podrá pedir un derecho de uso o habitación
gratuito y vitalicio respecto de aquellas cosas que no se hayan adjudicado en propiedad.
iii. Para que el derecho de uso o habitación antes referido sea oponible a terceros la resolución
respectiva deberá inscribirse en el CBR.
iv. Se aplica en forma supletoria los artículos 811 y siguientes del Código Civil que regulan
el derecho de uso o habitación.
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v. Este derecho de adjudicación preferente no puede transferirse ni transmitirse.
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B. Frutos pendientes al tiempo de la adjudicación.
Artículo 1339: “Los frutos pendientes al tiempo de la adjudicación de las especies a los
asignatarios de cuotas, cantidades o géneros, se mirarán como parte de las respectivas
especies, y se tomarán en cuenta para la estimación del valor de ellas.”
9. Tramites posteriores.
i. Ventas y adjudicaciones.
Dos destinos pueden tener los bienes comunes: se adjudican o se venden.
Los bienes son adjudicados cuando su dominio exclusivo se atribuye a un comunero en pago
de su cuota. Y se venden, cuando los adquiere un extraño a la comunidad.
Lo más frecuente es que las adjudicaciones se verifiquen en el curso de la partición, en virtud
de los acuerdos adoptados en los comparendos del juicio particional.
ii. Durante la partición, también pueden venderse bienes en pública subasta, con admisión de
comuneros o de terceros extraños. La subasta debe anunciarse por medio de avisos, en un
diario de la comuna, de la capital de provincia o de la región, según corresponda. Pero si
hubiere incapaces entre los interesados, deberán publicarse cuatro avisos, mediando entre la
primera publicación y el remate a lo menos 15 días (art. 658 del CPC).
El partidor será el representante legal de los vendedores, en las enajenaciones que se
verifiquen por intermedio del primero, suscribiendo en tal calidad las escrituras públicas
pertinentes (art. 659 del CPC).
iii. Si a una o varias personas se adjudica un bien raíz, el acto de partición relativo a ese
inmueble se inscribirá en el CBR que corresponda ( 688 número 3 del CPC).
vi. Todo acuerdo de las partes o decisión del partidor relativa a un Bien Raíz deberá reducirse
a escritura pública ( 659 del CPC ).
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10. Derecho de los comuneros para que el valor de la adjudicación se impute a su haber.
- Esto significa que cuando uno de los coasignatarios se adjudica un bien de la sucesión
no es necesario que lo pague en dinero, sino que lo que se hace es que el valor de dicho bien
se imputa al haber del adjudicatario. De lo contrario, pagaría una suma de dinero que después
habría que restituirle, lo que carece de sentido.
- Como las adjudicaciones pueden hacerse durante el curso de la partición, es decir
antes que ella termine, el partidor deberá proceder a fijar en forma prudencial y provisoria el
haber de cada uno de los participes, lo cual recibe el nombre de cálculo de haber probable (
680 CPC).
- El mismo artículo 680 del CPC señala que salvo acuerdo unánime de los interesados
los comuneros que reciben en adjudicación durante el juicio de partición bienes por un valor
superior al 80 % de su haber probable deberá pagar de contado el exceso.
El artículo 662 del CPC agrega que las adjudicaciones de propiedades raíces que se hagan al
comunero durante el juicio divisorio o en la sentencia final se entenderá constituido hipoteca
sobre las propiedades adjudicadas, a objeto de asegurar el pago de los alcances que resulten
en contra de los adjudicatarios siempre que no se pague de contado el exceso a que se refiere
el artículo 660 CPC, a esto se le llama hipoteca legal y el artículo 662 inciso 2 del CPC señala
que esta hipoteca puede sustituirse por otra caución suficiente.
V. Termino de la partición.
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i. En el laudo o sentencia final en el que se establece todos puntos de hecho o de
derecho que sirvieren de base para la distribución de los bienes comunes.
El laudo, o sentencia que pone fin al juicio particional, contiene:
una referencia al nombramiento del partidor, aceptación del cargo y juramento;
expresará el objeto de la partición e individualizará a las partes;
mencionará los trámites previos indispensables: tasación, inventario, posesión efectiva;
ordenará formar el cuerpo común de bienes y señalará cuáles lo integran;
señalará las bajas generales;
fijará la cuota que corresponda a cada interesado, de acuerdo a la ley y al testamento, de
haberlo, y mandará que se les forme su respectiva hijuela;
ordenará formar el cuerpo de frutos, de haberlos, y señalará sus bajas;
ordenará formar la hijuela de deudas e indicará la forma de pagarla y los bienes que se
destinarán a tal objeto, etc.
i. Cuando tengan interés en ello personas ausentes que no hayan designado apoderado.
A. Adjudicación:
La adjudicación es la atribución de dominio exclusivo de ciertos bienes a una persona
que era dueña pro indivisa . En otras palabras, es el acto por el cual se entrega a un
comunero determinado bienes a cambio de su parte en la comunidad.
Para que podamos hablar de adjudicación es indispensable que la persona que reciba los
bienes tenga la calidad de comunero. Quiere decir que si en la partición se acuerda la venta
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en pública subasta de los bienes comunes y ellos se los lleva un tercero no hay en este caso
adjudicación, sino una simple venta.
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heredero pueda disponer por sí solo de los bienes y para mantener la historia fidedigna del
bien raíz.
a) Por Evicción:
i) Generalidades:
En una compraventa hay un título translaticio de dominio y, atendiendo a las obligaciones
recíprocas, existe evicción si el comprador pierde la cosa. Así, una obligación del vendedor
es sanear la evicción.
Pero en la partición el título es declarativo, por lo que se entiende que ese dominio arranca
no de la adjudicación, sino que del causante al abrirse la sucesión. Entonces, ¿por que cada
partícipe en esta comunidad hereditaria debe responder de la evicción si el dominio arrancó
directamente del causante?
La respuesta es que detrás de este problema lo que debe respetarse es el principio de la
igualdad que debe existir en toda partición y, por lo tanto, si se priva a un adjudicatario de la
cosa adjudicada se viola el principio y así el legislador lo soluciona a través de la evicción.
iii) Casos en que No Procede la Impugnación por Esta Causal: (Art.1346 Código Civil)
- Si la evicción o la molestia procediere de causa sobreviviente a la partición.
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La nulidad originada por lesión es la relativa, pues está establecida en interés de ciertas
personas, los partícipes de la partición.
Esta acción de rescisión (Art.1350 Código Civil) puede enervarse, y para ello los otros
partícipes deberán ofrecer y asegurar al afectado el suplemento de su porción en numerario,
es decir, en dinero.
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- La hipoteca legal para caucionar los alcances a que se obligación a los partícipes ¿qué
ocurre si no hay hipoteca legal? Se puede seguir la regla general de la ejecución de
los créditos.
1. CONCEPTO:
El Art.1270 Código Civil señala que ejecutores testamentarios o albaceas son aquellos
a quienes el testador da el encargo de hacer ejecutar sus disposiciones.
En doctrina se critica esta definición por no ser completa, por lo que se define al
ejecutor testamentario como aquellas personas designadas por el testador, encargadas de
asegurar y hacer cumplir las disposiciones legales y testamentarias relativas a la
distribución de los bienes, sustituyendo en estas funciones a los herederos del causante.
En nuestra legislación solo el testador puede designar albacea, y por esta razón el
Art.1271 Código Civil señala que no habiendo el testador nombrado albacea o faltando el
nombre, el encargo de hacer ejecutar las disposiciones del testador pertenecerá a los
herederos.
b) De la Representación:
En ella se mira al albacea como representante de la sucesión, ajeno a toda idea de un
mandato. Se critica esta tesis por la falta de determinación de la persona a quien representa
el albacea.
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Sin que el testador pueda ampliar las facultades del albacea, ni exonerarle de sus facultades
y obligaciones (Art.1298 Código Civil)
- Tiene una duración determinada. El albaceazgo está sujeto a un plazo, llegado el cual
expirará (artículos 1303 a 1306). Pueden darse las siguientes situaciones:
el plazo corresponde fijarlo, en primera instancia, al propio testador;
en el silencio del testador, la ley fija el plazo: el albacea tiene el plazo de un año,
contado desde el día en que el albacea haya comenzado a ejercer el cargo.
En ciertos casos, el juez podrá aumentar el plazo fijado por el testador o por la ley.
- Pueden existir varios albaceas. Los artículos 1281 a 1283 se ponen en el caso de
existir dos o más albaceas. Estas reglas son muy semejantes a las establecidas para la
pluralidad de guardadores. Dispone el artículo 1281 lo concerniente a la responsabilidad de
los albaceas conjuntos:
por regla general, los albaceas responderán solidariamente;
no responderán solidariamente, si el testador los hubiera exonerado de responder
de tal forma;
tampoco responderán solidariamente, si el juez hubiere dividido las atribuciones
de los albaceas.
De conformidad al artículo 1282, los albaceas pueden dividir las funciones que les
corresponden. Eventualmente, será el juez quien divida las atribuciones de los albaceas, a
petición:
de cualquiera de los albaceas; o
de cualquiera de los interesados en la sucesión (herederos o legatarios).
Si los albaceas ejercen una administración conjunta, vale decir si tienen las mismas
atribuciones, deberán actuar de consuno (artículo 1283).
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pueden desempeñar el cargo de albacea, con o sin tenencia de bienes (artículo 86 número 5,
Ley General de Bancos).
b) Incapacidad del menor. De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1272, los menores de edad
no pueden ser albaceas. Operan por tanto las reglas generales, acerca de la incapacidad de
los menores.
c) Incapacidad de las personas designadas en los artículos 497 y 498. Establece el inciso
segundo del artículo 1272, que las personas designadas en los artículos 497 y 498 no pueden
ser albaceas. Son tales:
i) Los ciegos.
ii) Los mudos.
iii) Los dementes, aunque no estén bajo interdicción.
iv) Los fallidos, mientras no hayan satisfecho a sus acreedores.
v) Los que están privados de administrar sus propios bienes por disipación.
vi) Los que carecen de domicilio en la República.
vii) Los que no saben leer ni escribir.
viii) Los de mala conducta notoria.
ix) Los condenados por delito que merezca pena aflictiva, aunque se les haya indultado de
ella.
x) Los que han sido privados de ejercer la patria potestad según el artículo 271.
xi) Los que por torcida o descuidada administración ha sido removidos de una guarda
anterior, o en el juicio subsiguiente a ésta han sido condenados, por fraude o culpa grave, a
indemnizar al pupilo.
6. CLASES DE ALBACEAZGO:
a) Atendiendo a su Origen:
Va a ser siempre testamentario.
ii) Particular:
Será particular cuando se refiera solo a una parte de esas disposiciones, o se refiera a
una misión o encargo específico.
e) En Cuanto al Número:
Puede haber uno o varios albaceas, y si son varios pueden tener funciones comunes o
divididas.
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e) El Albacea Puede Estar Obligado al Pago de los Legados: Art.1290 Código Civil.
Ello ocurrirá cuando esta misión no se hubiere impuesto a un heredero o legatario.
Puede, con este objetivo, vender bienes de la sucesión, de acuerdo con los Art.1293, 1294,
394 y 412 Código Civil.
9. SANCIONES Y RESPONSABILIDAD:
Por regla general el albacea deberá indemnizar los perjuicios que se hayan ocasionado hasta
por culpa leve, y si son varios albaceas la responsabilidad será solidaria. Art.1283, 1287 y
1299 Código Civil.
Adicionalmente, de acuerdo con los Art.59 y 71 de la ley 16.271, el albacea debe velar por
el pago del impuesto de herencia y, en caso contrario, será solidariamente responsabilidad
del pago del mismo y se le aplicará una multa.
- El albacea no puede actuar cuando tenga interés en el acto o contrato que deba realizar
(Art.1294 y 412 Código Civil). El art. 1294 aplica a los albaceas la prohibición
contemplada en el art. 412 respecto de la administración de los guardadores. Dicho
precepto impide a los guardadores celebrar ciertos actos jurídicos en representación
de sus pupilos, cuando está comprometido el interés de los primeros y de los últimos.
Recordemos que la norma es prohibitiva en lo concerniente a comprar o arrendar
bienes raíces del pupilo, y por extensión tratándose de los albaceas, inmuebles
pertenecientes a los herederos. La prohibición alcanza también al cónyuge y a los
ascendientes y descendientes del albacea.
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11. RESPONSABILIDAD DEL ALBACEA.
a) Grado de culpa de que responde el albacea.
De conformidad al art. 1299, el albacea es responsable hasta de la culpa leve en el desempeño
de su cargo. El precepto ratifica la regla general, que impone a quien administra bienes ajenos
responder hasta de la culpa leve.
Si fueren varios los albaceas, responderán solidariamente (art. 1281). Se trata de un caso de
solidaridad pasiva legal.
b) Rendición de cuentas por el albacea.
El art. 1309 impone al albacea la obligación de rendir cuenta de su gestión. Ni siquiera el
testador podrá relevar de dicha obligación al albacea (declaración innecesaria, considerando
el tenor del art. 1298). En este punto, la ley es más estricta con los albaceas que con los
mandatarios en general, pues respecto a los últimos, el art. 2155 permite exonerar al
mandatario de la obligación de rendir cuenta, con la limitación indicada en ese precepto.
La rendición de cuenta deberá efectuarse al cesar en su cargo el albacea. Podrá hacerla
voluntariamente o por orden judicial (a instancia de cualquier heredero e incluso de un
legatario). En el primero caso, y aun cuando hubiere juicio de partición, el albacea podrá
elegir a su arbitrio rendir la cuenta ante la justicia ordinaria o ante el juez partidor.
El art. 1310 alude al eventual saldo a favor o en contra del albacea, que resulte de la rendición
de cuenta. El saldo se pagará o cobrará aplicando lo dispuesto a propósito de los guardadores
(art. 424).
b) Cumplimiento del Encargo: Art.1307 Código Civil. No será motivo para prolongar el
albaceazgo, la circunstancia de existir legados o fideicomisos cuyo plazo o condición
estuvieren pendientes, salvo si el testador hubiere dado expresamente al albacea la tenencia
de dichos bienes, limitándose en tal caso el albaceazgo a la sola tenencia de dichas especies
(art. 1308). Lo mismo vale para el pago de las deudas cuyo pago se hubiere encomendado al
albacea, y cuyo plazo, condición o liquidación estuviere pendiente.
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c) Dimisión por Causa Legítima: Art.1278 Código Civil.
d) Remoción del Cargo por Culpa Grave o Dolo: Dispone el art. 1300 que el albacea
puede ser removido de su cargo en caso de culpa grave o dolo. Podrán pedir la remoción los
herederos o el curador de la herencia yacente.
El CC. suele equiparar la culpa grave al dolo. Pero en el art. 1300 se rompe tal principio y
las consecuencias jurídicas serán diversas según el albacea hubiere actuado con culpa grave
o con dolo. En efecto, si actuó con culpa grave, será removido de su cargo; pero si actuó
con dolo, además de la remoción, el albacea quedará sujeto a las siguientes sanciones:
se hará indigno de suceder al causante;
deberá indemnizar de todo perjuicio a los interesados; y
deberá restituir todo lo que haya recibido por concepto de remuneración.
g) Por Nulidad del Testamento: Cuando dicha nulidad afecte también al nombramiento
del albacea.
1. DEFINICIÓN:
Existe una definición legal en el Art.1136 Código Civil, y señala que donación revocable es
aquella que el donante puede revocar a su arbitrio.
Esta misma disposición agrega que donación por causa de muerte es lo mismo que donación
revocable, y donación entre vivos es lo mismo que donación irrevocable.
En doctrina se define como el acto por el cual una persona se desprende gratuitamente de
una parte de sus bienes a favor de otra, conservando el donante la facultad de revocarlo
a su arbitrio.
Esta clase de donaciones carece de mayor aplicación práctica, pues si se quiere favorecer
gratuitamente a otro, puede otorgarse testamento en su favor o efectuarle una donación
irrevocable. Con todo, veremos que su importancia radica en el carácter de legado preferente
que pueden llegar a tener, en ciertas circunstancias.
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Existe también en doctrina una discusión relativa a la naturaleza jurídica de la donación
revocable. - Para algunos es un acto de donación;
- para otros se trata de un testamento, esto último por aplicación del Art.1000 Código
Civil.
b. Pueden otorgarse también ciñéndose a las reglas de las donaciones irrevocables, caso
en el cual el donante deberá reservarse la facultad de revocarla (Art.1132 Inc.2 Código
Civil)
- El Art.1137 Inc.3 Código Civil contiene un caso de conversión del acto jurídico nulo,
ya que la donación revocable que no se otorgue por instrumento alguno valdrá como
donación entre vivos. Agrega, en todo lo que no fuere contrario a derecho (se requiere
una solemnidad, que es la insinuación)
Hay una situación especial que consiste en que la donación entre cónyuges es siempre
revocable. En otras palabras, el legislador no acepta las donaciones irrevocables entre
cónyuges (Art.1137 Inc.2 y 3 Código Civil). El legislador no ha dicho en un precepto especial
si los contratos entre cónyuges valen o no. La doctrina concluye, en consecuencia, que los
cónyuges pueden celebrar toda clase de contratos, salvo aquellos expresamente prohibidos
por la ley, entre los cuales figuran las donaciones irrevocables. La ley prohíbe entre cónyuges
estos contratos por dos razones:
Porque son peligrosos para los terceros acreedores, sobre todo si los cónyuges están
casados bajo régimen de sociedad conyugal. El marido podría burlarlos traspasando todo el
patrimonio social por medio de donaciones irrevocables hechas a su mujer, eludiendo así las
obligaciones contraídas con terceros.
Para resguardar los intereses de la mujer, evitando que el marido pueda inducirla a hacerle
donaciones irrevocables.
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Esta norma debe relacionarse con el Art.675 Código Civil, según el cual para que valga la
tradición se requiere que el título sea válido respecto de la persona a quien se confiere; así el
título de donación irrevocable no transfiere el dominio entre cónyuges.
b) Requisitos Internos:
De los requisitos internos de los actos jurídicos (capacidad, voluntad, objeto y causa) en
materia de donaciones revocables el legislador se ha ocupado en particular solo de la
capacidad.
Art. 1138, inciso 1º: “Son nulas las donaciones revocables de personas que no pueden testar
o donar entre vivos. Son nulas asimismo las entre personas que no pueden recibir
asignaciones testamentarias o donaciones entre vivos una de otra.”.
La mayoría de la doctrina afirma que el donante debe tener capacidad para testar (Art.1005
Código Civil) y para donar (Art.1388 Código Civil). En síntesis, deberá tener la libre
disposición de sus bienes (Art.1138 Código Civil)
b) Por el fallecimiento del donatario antes que el donante, toda vez que en este caso el
donatario se hará incapaz de suceder y de recibir donaciones (Art.1143 Código Civil)
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d) Cuando otorgada la donación según las reglas de las donaciones irrevocables ella no
es confirmada en el testamento, salvo si es de un cónyuge a otro (Art.1137 Inc.1 Código
Civil)
e) Existe una limitación respecto de las asignaciones forzosas que está en el Art.1146
Código Civil, según el cual las disposiciones de este párrafo, en cuanto conciernan a los
asignatarios forzosos, están sujetos a las excepciones y modificaciones que se dirán en el
título de las asignaciones forzosas.
En otras palabras, en el evento que el donatario fuere también un asignatario forzoso,
el legislador ha dispuesto mecanismos para evitar que se eludan las asignaciones forzosas
(acervos imaginarios
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