Capítulo 5 Jose Ignacio
Capítulo 5 Jose Ignacio
Capítulo 5 Jose Ignacio
La segunda gran técnica de investigación cualitativa viene representada por la llamada Entrevista en Profundidad,
que no es otra cosa que una técnica de obtener información, mediante una conversación profesional con una o
varias personas para un estudio analítico de investigación o para contribuir en los diagnósticos o tratamientos
sociales. La entrevista en profundidad implica siempre un proceso de comunicación.
La entrevista es fundamentalmente una conversación en la que y durante la que, se ejercita el arte de formular
preguntas y escuchar respuestas.
La entrevista comprende un desarrollo de interacción, creador y captador de significados, en el que influyen
decisivamente las características personales (biológicas, culturales, sociales, conductuales) del entrevistador lo
mismo que las del entrevistado.
El entrevistador actúa, pregunta y responde en una entrevista conforma la relación y, por tanto, los modos como
responden y cuentan su experiencia los participantes. Más aún, el tipo de sus preguntas y el modo como las
estructuran, configuran un marco dentro del cual los participantes responden y facilitan la información de sus
experiencias personales.
Una diferencia específica distingue la Entrevista en Profundidad de la Observación participada y es la artificialidad
con la que normalmente se lleva a cabo la entrevista. La Observación participada ocurre en situaciones y escenarios
naturales en los que el observador es un actor indiferenciado de la escena.
La Entrevista en profundidad, en definitiva, es una técnica para obtener que un individuo transmita oralmente al
entrevistador su definición personal de la situación. La entrevista en profundidad es una técnica de descubrimiento a
posteriori para el investigador, en sustitución de la observación directa que convive simultáneamente con el
fenómeno en estudio. La entrevista, por tanto:
Toma la forma de relato de un suceso, narrado por la misma persona que lo ha experimentado, y desde su
punto de vista.
La entrevista en sí es el contexto en el cual se elabora este relato, y crea una situación social para que pueda
tener lugar. En este relato el entrevistador desempeña el papel de facilitador
Tipos de entrevistas
a) Las entrevistas sostenidas con un solo individuo (Individual) o con un grupo de personas (de Grupo). La entrevista
en profundidad a grupos, por ejemplo, es utilizada con cierta frecuencia, en el marketing económico y político y, en
general, en los estudios prepublicitarios.
b) Las entrevistas que cubren un amplio espectro de temas (biográficas) o las monotemáticas. Este último caso es el
que, siguiendo a Merton, suele denominarse entrevista enfocada (Focused).
c) Las entrevistas dirigidas (Estructurada) en las que el actor lleva la iniciativa de la conversación o aquellas en la que
el entrevistador sigue un esquema general y flexible de preguntas, en cuanto a orden, contenido y formulación de
las mismas (No estructurada).
La entrevista en profundidad a la que aquí nos referimos es principalmente la de carácter individual, holístico y no
directivo. Cuando decimos «individual» entendemos que la conversación se desarrolla entre entrevistador-
entrevistado. Finalmente, el término «no directiva» es excesivamente vago y, en nuestro concepto, la entrevista en
profundidad se desarrolla siempre bajo control y dirección del entrevistador. La «no-dirección» no equivale a
mantener una conversación con “preguntas exclusivamente abiertas”
La entrevista en profundidad, es la que suele denominarse “entrevista no estructura”. Las diferencias entre esta
nuestra entrevista en profundidad individual y no estructurada con la asimismo individual pero estructurada.
La Entrevista Estructurada
La Entrevista
Pretende explicar más que comprender.
Busca minimizar los errores.
Adopta el formato estímulo/respuesta, suponiendo que a una respuesta correcta la entrevistada contesta
con la verdad.
Obtiene con frecuencia respuestas racionales, pero pasa por alto la dimensión emocional.
El Entrevistador
Formula una serie de preguntas con una serie de respuestas prefijadas entre las que elegir.
Controla el ritmo de la entrevista siguiendo un patrón estandarizado y directo.
No da explicaciones largas del trabajo.
No altera el orden ni la formulación de las preguntas.
No permite interrupciones ni intervención de otras personas en las respuestas.
No expresa su opinión personal en favor o en contra. Su papel es el de un rol neutral.
No interpreta el sentido de las preguntas, sólo da las explicaciones previstas.
Nunca improvisa el contenido o forma de las preguntas.
Establece una «relación equilibrada» que implica familiaridad al mismo tiempo que impersonalidad.
Adopta el estilo de «oyente interesado» pero no evalúa las respuestas oídas.
El entrevistado
Todos los entrevistados reciben el mismo paquete de preguntas.
Las escuchan en el mismo orden y formato
Las respuestas:
Son cerradas al cuadro de categorías
Grabadas conforme al sistema de codificación previamente establecido.
La Entrevista No Estructurada
1. La Entrevista
Pretende comprender más que explicar.
Busca maximizar el significado.
Adopta el formato de estímulo/respuesta sin esperar la respuesta objetivamente verdadera, sino
subjetivamente sincera.
Obtiene con frecuencia respuestas emocionales, pasando por alto la racionalidad.
2. El Entrevistador
Formula preguntas sin esquema fijo de categorías de respuesta.
Controla el ritmo de la entrevista en función de las respuestas del entrevistado.
Explica el objetivo y motivación del estudio.
Altera con frecuencia el orden y forma de las preguntas, añadiendo nuevas si es preciso.
Permite interrupciones e intervención de terceros si es conveniente.
Si es requerido no oculta sus sentimientos ni juicios de valor.
Explica cuanto haga falta del sentido de las preguntas.
Con frecuencia improvisa el contenido y la forma de las preguntas.
Establece una «relación equilibrada» entre familiaridad y profesionalidad.
Adopta el estilo del «oyente interesado» pero no evalúa las respuestas.
3. El Entrevistado
Cada entrevistado recibe su propio conjunto de preguntas.
El orden y formato puede diferir de uno a otro.
4. Las Respuestas
Son abiertas por definición, sin categorías de respuestas preestablecidas.
Grabadas conforme a un sistema de codificación flexible y abierto a cambios en todo momento.
1- El Proceso de Interacción
La entrevista es, por definición, un acto de interacción personal, espontáneo o inducido, libre o forzado, entre dos
personas, entrevistador y entrevistado, en el cual se efectúa un intercambio de comunicación cruzada, a través de la
cual, el entrevistador transmite interés, motivación confianza, garantía y el entrevistado devuelve, a cambio,
información personal en forma de descripción, interpretación y evaluación.
Por parte del entrevistador, en transmitir interés, confianza o garantía, bloquea o impide la transmisión de
información por parte del entrevistado.
La empatía es la condición esencial y caracterizada para que tenga lugar una interacción social de auténtica
comunicación interpersonal. El entrevistador debe persuadir a su entrevistado del interés, utilidad y oportunidad de
la entrevista, identificando sus objetivos y condiciones básicas.
Cada entrevistado define sus condiciones de entrevista, entre las que figura, con no poca importancia, el sitio, la
hora, el anonimato de la entrevista, así como la presencia externa, modales, comportamiento y estilo de
conversación que debe adoptar el entrevistador.
La comunicación verbal se hace más espontánea y se enriquece con la comunicación no verbal, en la que los
silencios,
los gestos, las esperas, contribuyen a que el entrevistador acreciente su espontaneidad y profundice su propia
reflexión. Cuatro tácticas sencillas deben seguir el entrevistador:
- Mirar al rostro del entrevistado de forma natural y directa. Si el entrevistador «se distrae» mirando a otros
elementos o personas, o es incapaz de sostener el diálogo ocular con su entrevistado.
- La naturalidad en las posturas y movimientos corporales propios de quien sigue con atención y satisfacción
el desarrollo de la conversación
- Las respuestas y comentarios del entrevistador deben formularse en tono amable, suficientemente
espaciados, sin crítica, ni adulación, en línea con los propios comentarios del entrevistado.
- Saber ejercer el arte del silencio, tanto propio como ajeno, respetando los silencios del entrevistado, sin
violentarlos con preguntas o comentarios apresurados o fuera de tono.
El entrevistador debe manifestarse a sí mismo como un maestro de la comprensión y del arte en conocer
exactamente e interpretar correctamente lo que el entrevistado posee y quiere decir. La comprensión no debe
confundirse con una evaluación ética o profesional, positiva o negativa, de lo dicho. La comprensión tampoco puede
confundirse con un tono de autoritarismo que determina lo importante y lo superficial y dictamina qué es
interesante manifestar y qué no lo es. La comprensión, igualmente, está reñida con un cierto aire de paternalismo
que intenta, a lo largo de la conversación, ayudar, consolar, echar una mano al protagonista entrevistado. La
comprensión, sobre todo, rehuye todo carácter inquisitorial que asemeje la entrevista a una encuesta judicial o
búsqueda de pruebas acusatorias.
El entrevistador nunca enjuicia al entrevistado, pero, si es requerido, emitirá su opinión sobre lo que le ha sido
comunicado por el entrevistado. El entrevistador, por el contrario, es una persona dotada de sentimiento y, como
tal, debe comportarse:
- El entrevistador debe reflejar sentimiento siempre que el entrevistado exprese alguna emoción
- El entrevistador debe captar toda la profundidad y todo el espectro de las emociones del entrevistado
- El entrevistador periódicamente debe ir resumiendo los sentimientos del entrevistado para comprobar y, al
mismo tiempo, demostrar que va captando el mensaje que va recibiendo
- El entrevistador debe exhibir una singular prudencia, descartando obligar a que el entrevistado exponga
sentimiento que este rehúye sacar a luz. Hay que saber:
Esperar al momento oportuno para, con un acertado ejercicio de sindiéresis, empalmar temas y
sentimientos propios con ajenos;
Introducir nuevos temas, con un sutil ejercicio de sonsacamiento, que el entrevistado no puede o no quiere
fácilmente sacar a flote.