Antologia IV 2023

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PRIMERA PARTE

EVALUACIÓN DE LAS
CONDICIONES FACILITADORAS
DEL CRECIMIENTO
según Carl R. Rogers
SEGUNDA PARTE

LECTURA:
GRUPOS DE ENCUENTRO
TERCERA PARTE

Tres lecturas:
1.- Fundamentación Epistemológica del Enfoque Centrado
en la Persona
Miguel Martínez Miguelez

2.- El proceso de convertirse en persona


CARL R. ROGERS
A). - ¿Cómo puedo servir de ayuda?
B) Características de una relación de ayuda

3.- El concepto de la persona que funciona completamente.


Carl R. Rogers
PRIMERA LECTURA:
Fundamentación Epistemológica del
Enfoque Centrado en la Persona
Miguel Martínez Miguelez
Fundamentación Epistemológica del Enfoque Centrado
en la Persona
Miguel Martínez Miguélez*
Resumen: La primera parte de este artículo ofrece un panorama de la Nueva
Ciencia constituida durante el siglo XX. La segunda parte describe cómo el Enfoque
Centrado en la Persona, de Carl Rogers, asume la Nueva Ciencia, bajo el punto de
vista teórico, y la lleva a un alto nivel práctico de excelencia, primero en la terapia,
luego en la educación y, más tarde, en toda relación interpersonal y social. El
artículo finaliza señalando las líneas matrices de la tradición de investigación
fenomenológica, propia de este enfoque desde su nacimiento en los años 40 del
siglo XX.

Palabras clave: cambio de paradigma, persona, método fenomenológico

Epistemologic Fundamentación of the Person Centered Approach

Abstract: The first part of this article offers a panoramic view of the New Science
constituted during XXth century. The second part describes how the Person
Centered Approach, of Carl Rogers, assumes the New Science, under the
theoretical point of view, and takes it to a high practical level of excellence, first in
therapy, then in education and, later, in all interpersonal and social relationship. The
article ends indicating the original lines of the of phenomenological investigation
tradition, characteristic of this approach since its birth during the 40’s of the XXth
century.

Key words: paradigm shift, person, phenomenological method

***
Introducción

El ser humano, como todo ser vivo, no es un agregado de elementos yuxtapuestos;


es un todo integrado que constituye un suprasistema dinámico, formado por muchos
subsistemas perfectamente coordinados: el subsistema físico, el químico, el
biológico, el psicológico, el social, el cultural, el ético-moral y el espiritual. Todos
juntos e integrados constituyen la personalidad, y su falta de integración o
coordinación desencadena procesos patológicos de diferente índole: orgánica,
psicológica, social, o varias juntas. Por ello, la complejidad y unicidad de la persona
requiere también una interpretación diferente del concepto de “ciencia”, con su
fundamentación filosófica y rigurosa metodología.

Igualmente, y en este sentido, el concepto mismo de desarrollo, cuando está


referido al hombre, debe ser bien entendido. Deberá ser entendido en sentido
estricto (como despliegue o desenvolvimiento) en los niveles de las estructuras
físicas, químicas y biológicas; pero deberá ser entendido en sentido sólo metafórico
al referirse a la configuración de estructuras psíquicas, sociales, culturales, éticas,
espirituales u otras de nivel superior, ya que, en este nivel, no existe una sola meta
prefijada genéticamente, como es el caso de las estructuras inferiores, sino
múltiples posibilidades, entre las cuales se deberá escoger basándose en criterios
u opciones y alternativas, unas veces de naturaleza ideológica y otras, incluso, con
trasfondo ético.

La amplitud y complejidad del desarrollo humano ha propiciado que múltiples


disciplinas se hayan abocado a estudiar y tratar de desentrañar su realidad y
enigmática naturaleza: la filosofía de la educación, la pedagogía, la biología
genética, la psicología del desarrollo, la sociología educativa, las diferentes
orientaciones terapéuticas y muchas otras han dado aportes muy valiosos para
guiar la acción práctica de las profesiones de ayuda.

Entre estas profesiones de ayuda, en la segunda parte del siglo XX, ha ido
sobresaliendo una que, por su enfoque y versatilidad, tiene un amplio radio de
aplicaciones: a la terapia (en cuyo seno nació), a la familia, a la educación, al campo
administrativo y gerencial, al campo social y político y, en general, a toda relación
interpersonal. Igualmente, ha influenciado varias disciplinas relacionadas con el
desarrollo del ser humano, como las ciencias sociales, la medicina, la psicología
organizacional, la economía, la ecología, la filosofía de la ciencia, la teología, la
ética, el deporte, el arte, etc., y, por su naturaleza, no sólo acepta sino que celebra
como enriquecedoras las diferentes perspectivas que tienen los seres humanos, ya
sea por su género, como por sus diferentes habilidades, religión, cultura o raza: es
la orientación que ha venido llamándose “Enfoque Centrado en la Persona”, cuyo
autor y promotor es Carl R. Rogers (1902-1989), y ha sido ampliado y diversificado
por sus alumnos, epígonos y seguidores. El mismo Rogers ha escrito varios libros
para ilustrar su aplicación a varios de esos campos: en 1973, a los grupos de
encuentro; en 1975, sobre la libertad y creatividad en educación; en 1980, sobre el
poder de la persona; y muchos artículos en revistas, y conferencias y ponencias en
congresos para ilustrar otras diferentes áreas de aplicación.

Quizá, el valor más grande de este enfoque reside en el hecho de haber captado un
principio básico de la naturaleza íntima de todo ser vivo: la necesidad que tiene
de un ambiente, una atmósfera, un clima propicios y adecuados, y que, cuando se
le ofrecen (en el caso humano, a través de las características de la autenticidad, la
aceptación incondicional y la comprensión empática), activan su “tendencia
actualizante”, es decir, despliegan su máxima potencialidad de desarrollo y
creatividad, y llegan a niveles de excelencia difíciles de imaginar en esta evolución
perenne de la vida, en general, y, de los seres humanos, en particular. En este
sentido, este enfoque es, por excelencia y esencialmente, emancipatorio. De aquí
nacerán, lógicamente, ciertas resistencias al mismo, de naturaleza social y,
especialmente, política. En el fondo, Rogers señala (1980b) que “no se trata sólo de
una psicoterapia, sino de un punto de vista, de una filosofía, de un enfoque de la
vida, de un modo de ser…, que se expresa ya sea en una orientación psicológica
no-directiva, en una terapia centrada en el cliente, en una enseñanza centrada en
el estudiante o en un liderazgo centrado en el grupo” (pp. ix, 114). Esto puede
explicar el hecho de por qué el japonés sea el primer idioma (y, quizá, el único) al
que hayan sido traducidas las obras completas de Rogers. Explica también el
acercamiento del Enfoque Centrado en la Persona con las doctrinas existenciales y
espirituales del Lejano Oriente: el Budismo, el Tao y las diferentes enseñanzas del
Zen y de Lao-tse.

Cambio de Paradigma Epistémico

Todas las realidades adquieren un significado de acuerdo al contexto en que son


ubicadas. Es el contexto el que ofrece o asigna un significado a las cosas, al
interactuar cada una de ellas con los elementos del mismo. Por ello, no podemos
entender adecuadamente una entidad cualquiera si no la ubicamos en su verdadero
contexto. El Enfoque Centrado en la Persona (ECP) nace y se desarrolla asumiendo
un enfoque de la naturaleza del conocimiento y de la ciencia que ya se había
establecido en las áreas más avanzadas de la física, la lingüística, la biología y gran
parte de la misma filosofía de la ciencia.

A lo largo de todo el siglo XX, hemos vivido una transformación radical del concepto
de conocimiento y del concepto de ciencia. Estamos llegando a la adopción de un
nuevo concepto de la racionalidad científica, de un nuevo paradigma
epistemológico. El modelo científico positivista –que imperó por más de tres siglos–
comenzó a ser cuestionado severamente a fines del siglo XIX por los psicólogos de
la Gestalt, a principios del siglo XX por los físicos, luego, más tarde –en la segunda
década– por los lingüistas, y finalmente –en los años 30 y 40– por los biólogos y los
filósofos de la ciencia. Todos, unos tras otros, fueron manifestando su insatisfacción
con la racionalidad lineal, unidireccional, y viendo, poco a poco, la necesidad de
reemplazar el modelo axiomático de pensar, razonar y demostrar, con su ideal
puro lógico-formal, o lógico-matemático, con una lógica que diera cabida a la
auténtica y más empírica realidad del mundo en que vivimos y con el que
interactuamos, de un mundo donde existen inconsistencias, incoherencias lógicas
y hasta contradicciones conceptuales. Ésta es la tesis básica que defienden las
diferentes orientaciones postpositivistas.

El gran físico Erwin Schrödinger, Premio Nobel por su descubrimiento de la


ecuación fundamental de la mecánica cuántica (base de la física moderna),
considera que la ciencia actual nos ha conducido por un callejón sin salida y que “la
actitud científica ha de ser reconstruida, que la ciencia ha de rehacerse de nuevo”
(1967).

Ilya Prigogine (Premio Nóbel de Química) afirma que “estamos llegando al final de
la ciencia convencional”; es decir, de la ciencia determinista, lineal y homogénea, y
presenciamos el surgimiento de una conciencia de la discontinuidad, de la no
linealidad, de la diferencia y de la necesidad del diálogo (1994, p. 40).

Todo esto ha exigido la estructuración de un paradigma de la complejidad, de un


paradigma que emerge, en forma exigente, de la misma vida humana, de un
paradigma epistemológico netamente postpositivista, pues se apoya en unas
nuevas reglas de la racionalidad que exigen la versatilidad y la agilidad de la lógica
dialéctica, es decir, la lógica que integra muchos puntos de vista en una visión
unitaria.

La necesidad de tal posición fue ya reconocida y aceptada –a nivel de la filosofía


de la ciencia– hacia el final de la década de los años 60, cuando, después de cinco
simposios sobre las bases epistemológicas de la ciencia moderna, en el último y
más célebre (Urbana, EEUU, 1969), según Echeverría (1989), “se levantó el acta
de defunción de la concepción heredada (el positivismo lógico), la cual, a partir
de ese momento, quedó abandonada por casi todos los epistemólogos” (p. 25),
debido, como señala Popper (1977), “a sus dificultades intrínsecas insuperables” (p.
118); incluso, se cuestionó seriamente la impropiedad del modelo axiomático para
muchas ciencias, aún las naturales, y, en su lugar, se sugirió para ellas la adopción
de otros modelos, como los taxonómicos, los descriptivos, los gráficos, los
computacionales, etc.

De igual manera, conviene oír la solemne declaración pronunciada más


recientemente (1986) por James Lighthill, presidente –para ese momento– de la
International Union of Theoretical and Applied Mechanics, es decir, de la misma
sociedad u orientación ideológica a la que perteneció el diseñador del método
científico tradicional, Heinrich Hertz:
“Aquí debo detenerme y hablar en nombre de la gran Fraternidad que formamos
los expertos de la Mecánica. Somos muy conscientes, hoy, de que el entusiasmo
que alimentó a nuestros predecesores ante el éxito maravilloso de la mecánica
newtoniana, los condujo a hacer generalizaciones en el dominio de la predictibilidad
(...) que reconocemos ahora como falsas. Queremos colectivamente presentar
nuestras excusas por haber inducido a error a un público culto, divulgando, en
relación con el determinismo de los sistemas que satisfacen las leyes newtonianas
del movimiento, ideas que, después de 1960, se han demostrado incorrectas” (pág.
38).

Esta confesión no necesita comentario alguno, pues, como dice el lema de la


justicia procesal, “a confesión de reo, relevo de pruebas”.

Sin embargo, la ley del menor esfuerzo tiene gran vigencia, la inercia mental del
ser humano pesa mucho y su estructura neuronal más todavía; por ello, el nivel
académico del aula está casi siempre muy alejado del nivel de reflexión crítica y
más lo está, aún, su correspondiente y necesaria conversión en cambios
significativos en las disciplinas particulares y en los consiguientes planes de las
carreras.

De esta manera, no es de extrañar que las prácticas y procedimientos académicos


vayan dos, tres y hasta cuatro décadas detrás de los cambios epistemológicos que
señalan las coordenadas que debieran guiarlos, y que estemos publicando en las
revistas que llenan nuestras hemerotecas “investigaciones” que desde hace tiempo
no resisten una crítica seria.

¿Qué es un paradigma científico? Un paradigma científico puede definirse como


un principio de distinciones-relaciones-oposiciones fundamentales entre las
nociones matrices que generan y controlan el pensamiento, es decir, la constitución
de teorías y la producción de los discursos de los miembros de una comunidad
científica determinada. El paradigma se convierte, así, en un principio rector de
las reglas básicas con que construimos nuestros conocimientos de las realidades
del mundo y de nuestra propia existencia humana.
Desde mediados del siglo xx en adelante, se han replanteado en forma crítica las
bases epistemológicas de los métodos y de la misma ciencia.

No solamente estamos ante una crisis de los fundamentos del conocimiento


científico, sino también del filosófico, y, en general, ante una crisis de los
fundamentos del pensamiento. Una crisis que genera incertidumbre en las cosas
fundamentales que afectan al ser humano. Y esto, precisa y paradójicamente, en
un momento en que la explosión y el volumen de los conocimientos parecieran no
tener límites.

El cuestionamiento está dirigido, especialmente, hacia el “logos científico


tradicional”, es decir, hacia los criterios que rigen la “cientificidad” de un proceso
lógico y los soportes de su racionalidad, que marcan los límites inclusivos y
exclusivos del saber científico. Así, Heisenberg, uno de los creadores de la teoría
cuántica, dice al respecto: “es precisamente lo limitado y estrecho de este ideal de
cientificidad de un mundo objetivo, en el cual todo debe desenvolverse en el tiempo
y en el espacio según la ley de la causalidad, lo que está en entredicho” (1990, p.
121).

Por todo ello, en la actividad académica se ha vuelto imperioso desnudar las


contradicciones, las aporías, las antinomias, las paradojas, las parcialidades y las
insuficiencias del paradigma que ha dominado, desde el Renacimiento, el
conocimiento científico.

Esta situación no es algo superficial, ni coyuntural; el problema es mucho más


profundo y serio: su raíz llega hasta las estructuras lógicas de nuestra mente, hasta
los procesos que sigue nuestra razón en el modo de conceptualizar y dar sentido a
las realidades; por ello, este problema desafía nuestro modo de entender, reta
nuestra lógica, reclama un alerta, pide mayor sensibilidad intelectual, exige una
actitud crítica constante, y todo ello bajo la amenaza de dejar sin rumbo y sin
sentido nuestros conocimientos considerados como los más seguros por ser
“científicos”. El conocimiento no es, en dos palabras, un reflejo especular de “lo
que está allí afuera”; el conocimiento es el resultado de un elaboradísimo proceso
de interacción entre un estímulo sensorial (visual, auditivo, olfativo, etc.) y todo
nuestro mundo interno de valores, intereses, creencias, sentimientos, temores, etc.

De aquí que de un análisis riguroso, sistemático y crítico –como debe ser todo
análisis que aspire a poseer un estatuto de cientificidad– muy bien pudiera
concluirse que muchas cosas que consideramos “lógicas” y apoyadas en “la razón”
sean simplemente el fruto de hábitos y rutinas mentales.

Por todo ello, necesitamos adquirir una nueva sensibilidad a los “signos de los
tiempos”, como conjunto interactuante de elementos y variables humanas que crean
una nueva realidad, exigen nuevos enfoques, demandan nuevos conceptos y, por
consiguiente, también requieren nuevas soluciones. En el fondo de todo esto está
un cambio paradigmático.

El espíritu de nuestro tiempo ha ido generando poco a poco una nueva sensibilidad
y universalidad del discurso, una nueva racionalidad, que está emergiendo y tiende
a integrar dialécticamente las racionalidades parciales: las dimensiones empíricas,
interpretativas y críticas de una orientación teorética que se dirige hacia la actividad
práctica, una orientación que tiende a integrar el “pensamiento calculante” y el
“pensamiento reflexivo” de que habla Heidegger (1974), un proceso dialógico en el
sentido de que sería el fruto de la simbiosis de dos lógicas, una “digital”, propia de
nuestro hemisferio cerebral izquierdo, y la otra “analógica”, propia del derecho. Sería
como la tercera dimensión, el proceso estereognósico, que no nos da cada ojo por
separado ni la suma de ambos, sino la simultaneidad de los dos.

Esta nueva sensibilidad se revela también, a su manera, en diferentes


orientaciones postpositivistas del pensamiento actual, como la teoría crítica, la
condición postmoderna, la postestructuralista y la desconstruccionista, o la
tendencia a la desmetaforización del discurso, a un uso mayor y más frecuente de
la hermenéutica y de la dialéctica, e igualmente en varias orientaciones
metodológicas, como las metodologías cualitativas, la etnometodología, el
interaccionismo simbólico, la teoría de las representaciones sociales, etc., y vendría
a significar el estado de la cultura después de las transformaciones que han
afectado a las reglas del juego de la ciencia, de la literatura y de las artes que han
imperado durante la llamada “modernidad”, es decir, durante los tres últimos siglos.

Los autores de estos movimientos difieren en muchos aspectos, pero tienen también
muchas cosas en común, como su ruptura con la jerarquía de los conocimientos y
de los valores tradicionales, y su valoración, en cambio, del racionalismo crítico, de
las diferentes lógicas, de la “verdad local”, y su énfasis en la experiencia estética.
Geertz, por ejemplo, sostiene que todo conocimiento es “siempre e
ineluctablemente local” (1983, p. 4). Por consiguiente, más que creer en una
realidad singular, en una verdad igual para todos, estos autores enfatizan que el
conocimiento y la verdad se “personalizan” al ser el fruto de dos factores, en que
uno (el externo) puede ser igual para todos, pero el otro (el interno) es único, singular
e irrepetible en cada proceso cognoscitivo.

Así, estos movimientos perdieron la confianza en la “diosa razón” (“la Razón”), tan
acariciada por la modernidad, y le señalan dónde están sus límites y su autoengaño.
Lyotard, por ejemplo, puntualiza:

He luchado, por distintas vías, contra la pseudo-racionalidad... Aquellos que


invocan “la Razón” alientan la confusión. Hay que disociar cuidadosamente la razón
de los fenómenos, la que puede legitimar un régimen político, la razón que permite
a cada uno soportar su propia singularidad, la que hace que cada obra sea
admirable, y también la razón por la cual hay un deber, o una deuda. Estas
disociaciones son obra del racionalismo crítico... (1994, p. 86).

Todo esto es más comprensible y tiene mayor sentido si lo relacionamos con las
conclusiones de la Neurociencia actual, la cual señala que el sistema cognitivo y
el afectivo no son dos sistemas aislados e independientes, sino que forman una
sola estructura cognitivo-afectiva, ya que hay vías de complicada e intensa
circulación entre ambos subsistemas. De esta manera, los estados afectivos
adquieren una importancia extraordinaria, ya que pueden inhibir, distorsionar,
excitar o regular los procesos cognoscitivos (Popper-Eccles, 1985). Estas ideas
de la Neurociencia se han divulgado tanto que algunos autores, como Goleman, han
escrito un libro entero bajo el nombre de “Inteligencia Emocional” (1996).
También nos ayuda a entender estas realidades un pensamiento de excepcional
significación que Aristóteles desarrolla a lo largo del Libro IV de su obra de
Metafísica. Dice Aristóteles que el ser no se da nunca a nadie en su totalidad,
sino sólo según ciertos aspectos y categorías. Significa esto que toda entidad
es poliédrica, es decir, tiene muchas caras, y sólo nos ofrece algunas de ellas, que
corresponden a nuestro punto de vista, a nuestra óptica o perspectiva y a las
categorías de que disponemos, pues nadie está dotado, como decían los romanos,
del “ojo de Minerva”, del “ojo de Dios”. Esta situación nos obliga a utilizar, en
nuestros métodos de investigación, el diálogo con otros puntos de vista –
especialmente con los más contrarios y antagónicos– como condición indispensable
para una visión más plena de las realidades. Frecuentemente hay quien trata de
destruir, al contrario, de aniquilarlo, cuando, en definitiva, es aquel que más nos
puede ayudar.

Y este uso del diálogo, de la lógica dialéctica, establece un acercamiento a la


vida cotidiana que hace mucho más comprensible el proceso de adquirir
conocimiento y de hacer ciencia, ya que se identifica con el proceso natural de la
vida diaria. En efecto, nuestra mente trabaja dialécticamente como su forma natural
de proceder: pues, ante toda decisión, sopesamos los pros y los contras, las
ventajas y desventajas, decimos “sí…, pero”, “eso es cierto…, sin embargo”,
“eso es verdad…, no obstante”, etc.; siempre aparece la tesis y la antítesis, que
nos conducen, al final, a una síntesis, a través, como dice Paul Ricoeur (1969), de
un “conflicto de interpretaciones”. Toda cultura y toda lengua usan continuamente
estas ponderaciones dialécticas en su proceso de reflexión, que están muy lejos
del simple principio de no contradicción de la lógica lineal o de la lógica
matemática, lo cual indica que es algo supracultural, inherente a la naturaleza
humana.

Por ello, un aspecto importante de un proceso sabio y prudente es el uso del


pensamiento dialéctico y de la que podríamos llamar “lógica dialéctica”, que es
flexible, fluida e integra muchos puntos de vista; puede encontrar armonía en la
contradicción y claridad en la complejidad, sin necesidad de caer, por ello, en el
reduccionismo. El pensamiento dialéctico es la antítesis de los estilos de
pensamiento rígidos, dogmáticos y estereotipados. En efecto, la lógica dialéctica
supera el pensamiento lineal y unidireccional, explicando los procesos auto-
correctivos, los de retro-alimentación y los de pro-alimentación, los circuitos
recurrentes y aún ciertas argumentaciones que parecieran ser circulares. El
razonamiento dialéctico, por otra parte, reconoce la importancia del contexto, pero
tiene también la capacidad de integrarlo todo en una visión holística y panorámica,
y superar las limitaciones de un determinado contexto o cultura, saltando, a través
de la metáfora y los modelos, hacia otros posibles contextos.

En Psicología, esto lo ilustra muy bien la corriente psicoanalítica, con su conflicto y


dialéctica entre los procesos y dinámica conscientes e inconscientes. Y, en
Sociología, Th. W. Adorno puntualiza:

“Parece innegable que el ideal epistemológico de la elegante explicación


matemática, unánime y máximamente sencilla, fracasa allí donde el objeto mismo,
la sociedad, no es unánime, ni es sencillo…, sino que es, por el contrario, bien
diferente… La sociedad es contradictoria, y sin embargo, determinable; racional e
irracional a un tiempo; es sistema y es ruptura, naturaleza ciega y mediación por la
conciencia. A ello debe inclinarse el proceder todo de la Sociología. De lo contrario,
incurre, llevada de un celo purista contra la contradicción, en la más funesta de todas
las contradicciones: en la contradicción entre su estructura y la de su objeto”
(en Mardones, 1991, p. 331).

Este examen detallado de lo que es nuestro conocimiento nos plantea una revisión
de muchos de nuestros conceptos científicos. Según Heisenberg, eso es lo que
tuvieron que hacer ellos, los físicos cuánticos, con los conceptos newtonianos de
tiempo, espacio, masa, velocidad, causa, efecto, dato, partícula y centenares de
otros, al realizar el cambio de paradigma científico, pues todo se veía con una nueva
luz. Igualmente, según Koch (1981), en muchos campos cercanos al corazón de los
estudios humanísticos, conceptos tales como «ley», «experimento», «medida»,
«variable», «control» y «teoría» no significan lo mismo que sus homónimos de las
ciencias naturales. Por lo tanto, el termino «ciencia» no se puede aplicar
apropiadamente a la percepción, cognición, motivación, aprendizaje, psicología
social, psicopatología, psicoterapia, estética, estudio de la creatividad o estudio
empírico de fenómenos relevantes en los dominios de las humanidades. El persistir
en aplicar una metáfora tan altamente cargada equivale a encadenar estos campos
a unas esperanzas sumamente irreales, y su inevitable efecto heurístico es el
establecimiento, por decreto, de una ciencia de imitación.

Hans Reichenbach (miembro del Círculo de Viena) reporta una conversación que
tuvo con Einstein: “Cuando yo, en cierta ocasión, le pregunté al profesor Einstein
cómo encontró la teoría de la relatividad, él me respondió que la encontró porque
estaba muy fuertemente convencido de la armonía del universo” (citado en Rogers,
1980b, p. 238). Y, añade Rogers, fue esta visión subjetiva del universo la que le guió
al hallazgo.

Así, el mismo concepto de “verdad”, tan sagrado e intocable, pasa a ser algo
exclusivo de Dios, pues nunca sabremos hasta qué punto los nombres que le damos
a las cosas, lo que entendemos con ellos (nuestro contenido conceptual) y lo que
captan nuestros oyentes o lectores (cuando nos comunicamos con ellos),
corresponden con la realidad. Ya Kant había señalado claramente esto al decir que
no conocemos el noúmeno (Ding an sich, la cosa en sí), sólo el fenómeno, es decir,
cómo se nos presenta una determinada realidad a nosotros. Rogers (1980a), al
hablar de la comprensión del otro en la terapia, puntualiza que “la única realidadque
posiblemente yo conozco es el mundo como lo percibo y experimento en este
momento…, y que hay tantas realidades como personas” (pp. 102, 105). También
Ortega y Gasset nos señala que “hay tantas verdades como puntos de vista”. Esto
es válido, sobre todo, en las ciencias humanas, donde la enorme cantidad de
variables (antecedentes, intervinientes, interactuantes) que entran en juego en
cualquier acto de conocer, es tan alto que nos resulta imposible decidir cuál es el
mejor, aunque todos tengan algo de positivo. Más adelante veremos las
implicaciones que esto trae para las relaciones interpersonales.
Cambio de Paradigma en el Enfoque Centrado en la
Persona.

Rogers fue muy consciente de este cambio fundamental, y lo repite reiteradamente


a lo largo de su vida, refiriéndose a él como “un completo rompimiento y un viraje
de 180 grados del control personal en las relaciones de orientación” (1980a, p. 4) o,
con otras analogías, según el caso y el auditorio. La idea central, bajo el punto de
vista gnoseológico, es la adopción de una postura netamente fenomenológica (con
énfasis también en el existencialismo y la hermenéutica): el terapeuta o asesor
psicológico, en su relación de ayuda, no debe conceptualizar lo que le dice el
“cliente” basado en sus criterios, ideología, teorías o conocimientos personales, sino
aceptando lo que vive, siente y le comunica la persona objeto de su ayuda.
Precisamente, la Fenomenología, como veremos más adelante, adopta el
concepto básico operativo de la “epojé” de Husserl (1962), que implica poner entre
paréntesis, o reducir al mínimo, nuestras ideas previas, teorías, hipótesis, intereses
o sentimientos, para poder aceptar todo y sólo lo que “nos es dado” por el Otro,
como fuente primaria de conocimiento y de entendimiento: etimológicamente, ése
es precisamente el fenómeno, es decir, lo que aparece, lo que se nos presenta. Esto
constituye una inversión radical de lo aceptado hasta el momento en la relación
terapéutica y en todas las profesiones de ayuda, que, en el fondo, tenían una
orientación básicamente positivista y empirista.

Para mayor claridad y simplificación, utilizaremos el concepto de “asesor” para


referirnos indistintamente a la persona del terapeuta, asesor psicológico, maestro
o docente, responsable patronal, trabajador(a) social, líder sindical, líder social o
líder político; igualmente, utilizaremos indistintamente el concepto de “asesorado”
para referirnos a la persona ayudada o asesorada, ya sea un “cliente” o “paciente”,
un alumno, una persona humilde objeto de ayuda social, un grupo de obreros, un
grupo social o un grupo político.

Para comprender el cambio de paradigma en el ECP, es decir, de las reglas básicas


que guían su lógica, debemos atender a los diversos pilares que lo sostienen. No
entramos aquí en las diferencias de apreciación, más bien teóricas, del enfoque
rogeriano, que hacen algunos autores, ya que más de una pareciera no haber
captado ideas esenciales del mismo.

La Idea Matriz o Postulado Básico

La actitud básica que debe asumir el asesor, y que Rogers enfatiza desde su
famosa publicación de 1957 en adelante, tiene tres aspectos: autenticidad,
aceptación incondicional del asesorado y comprensión empática del mismo, las
cuales activan la “tendencia actualizante” del asesorado, como capacidad natural
e innata de autodesarrollo que posee toda persona (cambio de sus autoconceptos,
actitudes y conductas), y que la llevará al máximo despliegue y auto-realización de
sus potencialidades, cuando se dan esas condiciones. No es cuestión de hacerle
algo al individuo o de inducirlo a hacer algo en relación a sí mismo. Por el contrario,
se trata de liberarlo para que tenga un crecimiento y un desarrollo normales, de
quitar obstáculos para que él pueda ir otra vez hacia delante.

La tendencia actualizante es el único postulado básico o axioma que se asume


como tal en sentido estricto, es decir, como claramente evidente de por sí, al estilo
de los postulados que Euclides asumió como verdaderos para elaborar toda su
Geometría, o como Heinrich Hertz asumió, en su obra Principios de la Mecánica
(1894), la ley de inercia de Newton, para elaborar toda la estructura del método
científico tradicional que se impuso hasta la mitad del siglo XX.

Rogers enfatiza que la tendencia actualizante es propia también de todo ser vivo
según su propia naturaleza, como una ley general del universo, y así se evidencia
en todos los niveles de los organismos vivientes: en efecto, hasta las semillas de
muchas plantas pueden permanecer dormidas por muchos años, pero, cuando se
le ofrecen las condiciones adecuadas, brotan, crecen y florecen con plenitud.
El Concepto de Persona

Rogers repitió muchas veces, especialmente en sus últimos tiempos, que él


“deseaba anteponer y valorar a la persona por encima de todo” (1989, p. 106). El
concepto de persona lo entiende tanto en su singularidad sustancial, con sus
características de unicidad, autonomía, dignidad y responsabilidad, como en su
carácter relacional interpersonal de interacción con otras personas, pues toda
persona nace, vive, se desarrolla y muere estando en relación con otros seres
humanos, de los cuales depende continuamente. Estos aspectos relacionales y
sociales constituyen su propia esencia y existencia y se viven, más o menos
intensamente, según las vicisitudes de la vida misma; no se pueden dividir
considerando, por un lado, las experiencias vivenciales del asesor y, por el otro, las
del asesorado, pues ambos aparecen al inicio de la relación y se integran en un
“encuentro” interpersonal y experiencial de reflexión mutua que forman una sola
realidad configurada. En esa configuración pueden entrar, y de hecho lo hacen por
vías inimaginables, los elementos o estructuras dinámicas físicas, químicas,
biológicas, psicológicas, sociales, culturales y espirituales de cada persona. De todo
ello, irá surgiendo naturalmente una nueva persona con todos los signos de salud
y bienestar, y quien cambia no es sólo la persona asesorada, sino también el asesor.
Por todo ello, la orientación de la ayuda no va dirigida hacia un problema, una meta
o una solución, sino hacia la persona como tal, está “centrada en la persona”, y
camina a su paso y a su ritmo.

A este respecto, Rogers (1980a) aclara lo siguiente: “a medida que la relación de


ayuda se ha extendido a una gran variedad de campos, lejanos al punto de partida
[la psicoterapia] –grupos de encuentro, matrimonio, relaciones familiares,
administración, grupos minoritarios, interraciales e interculturales y hasta relaciones
internaciones– parece mejor usar una expresión lo más amplia posible, como el
enfoque “centrado en la persona” (p. 3).
Explicación y Comprensión

En el campo de las ciencias humanas, el espíritu de toda esta orientación


epistemológica no es nuevo, pues nos viene desde finales del siglo XIX, cuando

Dilthey, Spranger, Weber, Jaspers y otros teóricos germánicos distinguieron


claramente entre explicar (erklären) y comprender (verstehen). La explicación se
centra en el análisis y la división para buscar las causas de los fenómenos y su
relación y semejanza con otras realidades, con las cuales es comparada, referida y
relacionada, es decir, “insertada en leyes más amplias y universales”, y tiene más
aplicación en las ciencias de la naturaleza. Las relaciones que establece pueden
permanecer, sin embargo, exteriores a los objetos analizados; no conducen a su
naturaleza.

La comprensión, por el contrario, es la captación de las relaciones internas y


profundas mediante la penetración en su intimidad, para ser entendida desde
adentro, en su novedad, respetando la originalidad y la indivisibilidad de los
fenómenos. En lugar de parcelar lo real, como hace la explicación, la comprensión
respeta su totalidad vivida y su configuración; así, el acto de comprensión reúne las
diferentes partes en un todo comprensivo y vivido y se nos impone con clara
evidencia. En consecuencia, el ECP asume y hace suyo el proceso de la
comprensión de la persona.

Técnicas y Actitudes

El concepto de «técnica» queda ilustrado por los siguientes atributos: es un


conjunto de actos en una determinada secuencia, que se prestan a la
observación, puede adquirirse ampliamente por medio de la enseñanza y el
entrenamiento en laboratorios y talleres, su uso es esencialmente independiente
de la personalidad del que la emplea y no requiere ningún compromiso personal por
parte del profesional.

El concepto de «actitud», en cambio, se refiere a las concepciones fundamentales


relativas a la naturaleza del ser humano, implica ciertos componentes morales o
humanos, exige un compromiso personal y se define como una tendencia o
disposición constante a percibir y reaccionar en un sentido determinado, por
ejemplo, de tolerancia o de intolerancia, de respeto o de crítica, de confianza o
dedesconfianza, etc. Por esto, la actitud se enraíza en la personalidad, la cual, en
cierto sentido, se pudiera definir como el conjunto de actitudes de una persona dada.
Evidentemente, aunque las actitudes pueden cambiar, no se adquieren por simple
«entrenamiento» en laboratorios o talleres, sino a través de vivencias mucho mas
profundas y complejas.

Rogers señala repetidamente, en sus publicaciones, talleres y conferencias, que si


un asesor tiene las actitudes básicas de autenticidad personal, aceptación
incondicional de su asesorado y comprensión empática del mismo, es
plenamente libre de brindar una ayuda eficaz con cualesquiera técnicas que más le
gusten y con las cuales se sienta cómodo, ya se trate de técnicas de la orientación
humanista, como también del psicoanálisis o del conductismo. Es más, y esto fue
inicialmente un escándalo mayúsculo para los dogmáticos de alguna determinada
escuela psicológica, Rogers enfatiza (1957) que no se necesita, para ser exitoso
haber tenido estudios universitarios ni entrenamiento en ninguna técnica
terapéutica; basta poseer las actitudes mencionadas, sin importar el origen de las
mismas, ya sea por dotación natural o porque hayan sido adquiridas por cualquier
otro camino.

Dimensión social, política y ética del ECP

A medida que las ideas y práctica de este enfoque se fueron extendiendo a


diferentes campos de aplicación, sobre todo a grupos de encuentro y grupos
sociales específicos, el enfoque fue requiriendo ajustes y precisiones que el mismo
Rogers desarrolló, especialmente en su obra “El Poder de la Persona” (1977 orig.,
1980a español), dedicándole un capítulo a cada grupo: profesiones de ayuda,
familia, matrimonio, educación, administración, grupos oprimidos, grupos
interculturales, políticos, etc.. Señalaremos algunas de las ideas de mayor
relevancia.

La teoría de la personalidad de Rogers fue, desde el principio, una teoría


psicosocial por su propia naturaleza; ello implicaba, por consiguiente, también una
actitud de crítica social y de la socialización, pues es dentro de los grupos humanos
donde se originan la mayoría de los problemas y conflictos y allí es donde hay que
resolverlos. Sin embargo, muchos de los encuentros de grupos que se dan
frecuentemente en el campo social están orientados hacia el entrenamiento, logro
de metas y adquisición de técnicas que sean efectivas para alcanzar determinados
intereses y control social, y, así, no tienen como mira el crecimiento personal y,
menos aún la emancipación de los participantes, ya sea como individuos o como
comunidad. Por ello, aún cuando se presenten como “centrados en la persona”, de
eso es precisamente de lo que carecen. Es natural y lógico que en estos
“encuentros” se ponga como base el hecho ineludible de que nacemos y vivimos en
comunidad, que estamos en un mismo contexto ecológico y económico y que
usamos un sistema global de bienes y recursos. De lo contrario, vivimos en un
mundo irreal. Esto trae muchas y serias consecuencias de todo tipo, especialmente
en el sentido que tiene la propiedad y en las manifestaciones de la violencia y
agresividad.

El ECP, bajo el punto de vista político, es consciente de que los seres humanos
formamos una comunidad (aunque pertenezcamos a grupos, sociedades,
intereses y naciones diferentes) en el sentido de que tenemos aspectos comunes
(debido a nuestro pasado, presente y futuro), aunque también diferencias: la actitud
básica de compartir y fortalecer lo que tenemos en común y respectar las diferencias
como fuentes de enriquecimiento personal, lo considera clave para el progreso de
la humanidad. Si no se adopta esta perspectiva, es fácil caer en regímenes
totalitarios y autocráticos, y desencadenar acciones violentas, de opresión y hasta
terroristas. Pero el miedo que tienen muchos regímenes o centros de poder, de
cualquier naturaleza que sean, a los procesos liberadores y emancipadores de las
personas, se debe precisamente al hecho que el desarrollar la libertad y repotenciar
las habilidades más humanas, son un peligro y amenazan sus niveles de poder. En
este sentido, Rogers (1980a) llega a decir que “solo en los últimos años he llegado
a reconocer lo ‘radical’ y lo ‘revolucionario’ que ha sido nuestro trabajo…; yo he
estado practicando y enseñando política toda mi vida profesional y nunca me di
cuenta de ello completamente hasta ahora….”, pues se ha ido desencadenando una
auténtica “revolución silenciosa”…, que da origen a “un nuevo tipo de persona con
poder propio”, o, como dice Farson (ibídem), “yo he llegado a pensar sobre él [sobre
Rogers] más en términos de una figura política, un hombre cuyos efectos
acumulativos en la sociedad lo han hecho uno de los… revolucionarios sociales de
nuestro tiempo” (pp. xii, 1-2).

Tomado en su complejidad estructural y en su esencial naturaleza, el ECP asume


una postura ética. En efecto, es un modo de ver y entender las realidades y una
posición filosófica ante la vida que involucra toda la existencia. Su práctica concreta,
sobre todo si es en sentido pleno, exige, de parte del asesor, una personalidad
comprometida con los valores humanos más excelsos, con valores plenamente
humanistas y espirituales. La persona necesitada o los grupos humanos que
requieren más atención se nos presentan haciéndonos un llamado, solicitándonos
y hasta rogándonos una ayuda, aunque no lo hagan con un lenguaje verbal, sino
con el lenguaje no-verbal, que frecuentemente es el más expresivo y elocuente
porque revela dónde está la anomalía, la enfermedad, el desorden o el problema.
Todo esto pide que el verdadero encuentro llegue a ser un “ágape”, como lo llama
el mismo Rogers (1962), en el sentido histórico cristiano de los primeros tiempos,
un “amor” en sus muy diferentes variantes de expresión, que implica, al mismo
tiempo, tanto la autorealización propia como la entrega y donación de ayuda y
servicio. Por ello, se podría, incluso, decir que la verdadera práctica eficaz del ECP
depende totalmente del nivel de excelencia y de la calidad humana de la
personalidad del asesor.

El Problema Semántico de la “Otredad”

La filosofía escolástica clásica había acuñado un principio del conocimiento que


incluía a la vez un carácter gnoseológico y psicológico: quidquid recipitur ad modum
recipientis recipitur, “lo que se recibe, se recibe de acuerdo con la forma del
recipiente”, es decir, que el sujeto del conocimiento moldea y da forma al objeto
conocido. También Nietzsche solía decir que “no existían hechos, sólo
interpretaciones”, y esto lo aclaraba señalando que los que no lo aceptaban era
porque “creían en el dogma de la inmaculada ‘percepción’”.

Si el “Otro” es otro, y nosotros no somos ese “Otro”, es lógico pensar que no lo


podremos conocer ni categorizar con nuestras propias categorías. Deberemos oírlo,
escucharlo, dejarlo que se exprese y se manifieste y, poco a poco, interpretar su ser
en su peculiar singularidad y unicidad. La verdadera categorización de su propia
realidad será prácticamente imposible. Tendremos que ir tanteando nombres,
hipótesis y teorías para conocerlo y para comprenderlo. Puede ser que ese “Otro”
use, incluso, nombres y categorías que conocemos, pero eso no quiere decir que le
dé el mismo significado que esos nombres o categorías tienen para nosotros:
siempre deberemos interpretarlos de acuerdo con una fina hermenéutica y profunda
empatía.

Sería, por consiguiente, un gravísimo error de principio el enmarcarlo o encuadrarlo


en nuestras propias categorías, ciertamente extraídas de otras personas, contextos
y mundos. No nos queda aquí sino aplicar la sabia estrategia que usa el cazador:
dejar que el perro con su agudo olfato vaya siguiendo los rastros de la liebre y
seguirlo fielmente; ningún cazador lleva su perro amarrado obligándolo a ir adonde
él quiere o cree que debe ir.

El Método Fenomenológico de Investigación en el ECP

El ECP tiene una tradición de investigación e innovación, desde su misma


fundación en 1940, quizá superior a cualquier otra orientación psicológica, ya sea
tratando de comprender mejor la investigación y la ciencia y desafiando su
paradigma tradicional como logrando mejorar la práctica de la psicoterapia. De esta
manera, se fue estructurando la teoría, la cual se revisaba periódicamente, y se
pudo desarrollar y afianzar una práctica más eficaz. Por ello, la investigación es una
tradición que ha acompañado siempre a este enfoque, y el método utilizado ha sido
prevalentemente el fenomenológico.
Las realidades cuya naturaleza y estructura pueden ser observadas, al menos
parcialmente, desde afuera, podrán ser objeto de estudio de otros métodos. Las
realidades, en cambio, cuya naturaleza y estructura peculiar sólo pueden ser
captadas desde el marco de referencia del sujeto que las vive y experimenta, exigen
ser estudiadas mediante métodos fenomenológicos. En este caso, no se está
estudiando una realidad “objetiva y externa” (como ordinariamente se califica), que
parece igual para todos, sino una realidad cuya esencia depende del modo en que
es vivida y percibida por el sujeto, una realidad interna y personal, única y propia de
cada ser humano. Por tanto, no se le puede introducir por la fuerza en el esquema
conceptual y método preestablecidos por el investigador, ya que, posiblemente, se
destruiría su naturaleza y esencia peculiar.

La fenomenología y su método nacieron y se desarrollaron para estudiar estas


realidades como son en sí, dejándolas que se manifiesten por sí mismas sin
constreñir su estructura dinámica desde afuera, sino respetándola en su totalidad.

La fenomenología es el estudio de los fenómenos tal como son experimentados,


vividos y percibidos por el ser humano. Husserl, fundador de la Fenomenología
(1962, orig. 1913; 1970, orig. 1936), acuñó el término Lebenswelt (mundo de vida,
mundo vivido) para expresar la matriz de este “mundo vivido, con su propio
significado”.

Husserl se preocupó mucho por el proceso de hacer ciencia, y por ello trató de crear
un método “fenomenológico”, cuyo fin básico era ser más riguroso y crítico en la
metodología científica; el nuevo método se centraba en la descripción y análisis de
los contenidos de la conciencia, dándole, así, a este proceso el carácter de una
ciencia estricta. Este método refleja un esfuerzo para resolver la oposición entre el
Empirismo, que enfatiza la importancia de la observación, y el Racionalismo, que
enfatiza la razón y la teoría, y lo logra describiendo el origen, en la conciencia,de
todo sistema filosófico o científico.

Para lograrlo, Husserl prescribía abstenerse de los prejuicios, conocimientos y


teorías previas, con el fin de basarse de manera exclusiva en “lo dado” y volver a
los fenómenos no adulterados. Su “leitmotiv” en la investigación fenomenológica
era: “ir hacia las cosas mismas”, en el cual se entiende por “cosas” lo que se
presenta a la conciencia. Heidegger, por su parte, precisa que la fenomenología es
la ciencia de los fenómenos y que consiste en “permitir ver lo que se muestra, tal
como se muestra a sí mismo, y en cuanto se muestra por sí mismo” (1974, pp. 233-
252).

El énfasis primario de la fenomenología está puesto en el fenómeno mismo, es decir,


en lo que se presenta y revela a la propia conciencia y del modo como lohace:
con toda su concreción y particularidad; y esto no sólo tendría su estructura y
regularidad, sino una lógica que sería anterior a cualquier otra lógica. En el caso del
ECP, sería la conciencia del asesorado, primero, y, luego, la del asesor.

La fenomenología no desea excluir de su objeto de estudio nada de lo que se


presenta a la conciencia; sin embargo, desea aceptar sólo lo que se presenta y,
precisamente, así como se presenta; y este punto de partida es puesto como base
debido a que el hombre sólo puede hablar de lo que se le presenta en su corriente
de conciencia o de experiencia, y además porque, como afirma Laing, “su conducta
es una función de sus vivencias”.

Para Husserl, la fenomenología es la ciencia que trata de descubrir las “estructuras


esenciales de la conciencia”; debido a ello, el fin de la fenomenología no es tanto
describir un fenómeno singular cuanto descubrir en él la esencia (el éidos) válida
universalmente, y útil científicamente. Esta “intuición de la esencia”
(Wessenschau) no es un proceso de abstracción, sino una experiencia directa
de lo universal que se revela y se impone con evidencia irresistible. “En fin de
cuentas, –dice Husserl– todo conocimiento genuino y, en particular, todo
conocimiento científico, se apoya en nuestra evidencia interna: en la medida en que
esta evidencia se extiende, se extiende también el concepto de conocimiento”
(1970, p. 61). La esencia, aunque aparece sólo en las intuiciones de los seres
individuales, no se reduce a ellos, pues, en cierto modo, se encuentra fuera del
tiempo y del espacio, es decir, no está ligada a las coordenadas espaciotemporales.
Así, el investigador no se limita al estudio de casos, aunque parte de ellos, sino que
su meta consiste en alcanzar los principios generales mediante la intuición de la
esencia; su método no es, por tanto, idiográfico, pero tampoco nomotético; está
entre los dos.

El método fenomenológico respeta plenamente la relación que hace la persona


de sus propias vivencias, ya que, al tratarse de algo estrictamente personal, no
habría ninguna razón externa para pensar que ella no vivió, no sintió o no percibió
las cosas como dice que lo hizo. Podemos conocer cómo nos sabe a nosotros el
chocolate, pero nunca cómo le sabe a otra persona si ella no trata de decírnoslo; y,
aun cuando nos lo diga, esa experiencia no es plenamente comunicable.

La metodología fenomenológica, además, no sólo nació de una mayor exigencia


de rigor científico, sino que este rigor en la sistematicidad y crítica la acompaña
siempre. Debido a ello, se realizan todos los pasos de tal manera que la
investigación pueda ser objeto de un diálogo entre la comunidad de científicos y
estudiosos; es decir, que cualquier lector, al adoptar el mismo punto de vista del
investigador –partiendo de sus mismos presupuestos–, pueda llegar a ver o
constatar lo que éste vio o constató.

Para ver el desarrollo práctico del método fenomenológico, el lector puede consultar
las siguientes obras del autor: Martínez M. (1996, cap. 8 y 2004, cap. 6) y la
bibliografía específica allí indicada; en la segunda obra (2004) se pueden consultar,
además, otros once métodos cualitativos con sus respectiva fundamentación
epistemológica y técnicas, las cuales aclaran mejor el método fenomenológico.

Conclusiones

El Enfoque Centrado en la Persona establece y demuestra una hipótesis/teoría


central que se apoya y afianza en la base fundamental a que recurre todo
conocimiento que quiera adjudicarse el atributo de “ciencia”, es decir, un
conocimiento obtenido siguiendo los criterios de la “cientificidad”: la rigurosidad, la
sistematicidad y la criticidad, criterios que se han aceptado desde Kant en
adelante como las pruebas más contundentes para purificar y evaluar nuestra lógica
y nuestro razonamiento; la rigurosidad, no la rigidez, como una fidelidad a la riqueza
de la existencia humana; la sistematicidad, como dice von Bertalanffy (1981, p. 47),
porque desde el átomo hasta la galaxia vivimos en un mundo de sistemas; y la
criticidad, en cuanto debemos ser continuamente autocríticos, dadas nuestras
limitaciones y fragilidad. Evidentemente, esto no indica que logremos una “verdad”
apodíctica, válida hoy, mañana y siempre y en todo lugar; siempre será una “verdad
provisional y temporal”, es decir, hasta que no sea superada por otra mejor.

El referente fundamental de juicio de esta hipótesis/teoría es su eficiencia y eficacia


práctica, y afirma que “todo ser vivo” necesita un ambiente, una atmósfera, un clima
propicios y adecuados, y que, cuando se le ofrecen (en el caso humano, a través de
las características de una autenticidad genuina y transparente, una aceptación
incondicional respetuosa y cálida y una comprensión empática), activan su
“tendencia actualizante”, como fuente interna de dirección de la vida, de la
búsqueda de sentido y de valores, y despliegan su máxima potencialidad de
desarrollo y creatividad, y llegan a niveles de excelencia difíciles de imaginar en esta
evolución perenne de la vida, en general, y de los seres humanos, en particular.

Por lo que se refiere al ECP, esta idea central lleva ya más de seis décadas de
práctica y éxitos, primero en su aplicación a la psicoterapia, luego a la educación y,
finalmente, en los diferentes campos que cubren las profesiones de ayuda y, en
general, en todos los casos donde se realice una relación interpersonal. La
exigencia básica y fundamental “sine qua non” que la teoría demanda es que se den
las condiciones señaladas, pues ellas constituyen el humus, la atmósfera, el clima,
donde germina y se desarrolla la vida que todo organismo vivo lleva en sí mismo
por su propia naturaleza. Por ello, es ahí donde debe concentrarse toda persona
que quiera aplicar este enfoque.
Bibliografía
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Alianza, Madrid.
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Martínez, M., (1989), “El método hermenéutico-dialéctico en las ciencias de la
conducta”, Anthropos (Venezuela), 10, 18, 85-111.
SEGUNDA LECTURA:

El proceso de convertirse en persona


CARL R. ROGERS

A). - ¿Cómo puedo servir de ayuda?


B) Características de una relación de ayuda
EL PROCESO DE CONVERTIRSE EN PERSONA

¿CÓMO PUEDO SERVIR DE AYUDA?

he descubierto una manera de trabajar con los

individuos que parece tener una gran

potencialidad constructiva
2
ALGUNAS HIPOTESIS ACERCA DE LA POSIBILIDAD DE
FACILITAR EL DESARROLLO PERSONAL

Los tres capítulos que constituyen la parte II corresponden a un lapso de seis años, desde 1954 hasta
1960. Curiosamente, según sus lugares de origen, abarcan también un amplio sector del país: Oberlin, Ohio;
St. Louis, Missouri y Pasadena, California. En el periodo en que fueron elaborados se estaba llevando a cabo
una intensa labor de investigación, de manera tal que las afirmaciones que en el primer capítulo revisten un
carácter provisional fueron sólidamente confirmadas en la época del tercero.

En la siguiente charla, pronunciada en Oberlin College en 1954, intente exponer brevemente los
principios fundamentales de la psicoterapia, que ya había formulado de manera más exhaustiva en mis libros
Counseling and Psychotherapy (1942) y Client-Centeied Therapy (1951).
Consideré muy interesante presentar la relación de ayuda y sus resultados, sin describir ni comentar el
proceso en virtud del cual se opera el cambio.

El hecho de estar frente a una persona atribulada y conflictuada que busca y espera ayuda
siempre ha constituido un verdadero desafío para mí. ¿Poseo los conocimientos, los recursos, la fuerza
psicológica y la habilidad necesaria para ser útil a este individuo?
Durante más de veinticinco años he tratado de hacer frente a este tipo de desafíos. He debido
recurrir a todos los elementos de mi formación profesional: los rigurosos métodos de evaluación de
la personalidad aprendidos en el Teachers' College de Columbia, los enfoques psicoanalíticos
freudianos, los métodos del Institute for Child Guidance, donde trabaje como residente; los constantes
avances logrados en el campo de la psicología clínica, cuyo desarrollo he seguido paso a paso; mi
relación, algo más breve, con la obra de Otto Rank, con los métodos de asistencia social psiquiátrica
y con otras fuentes que sería demasiado engorroso enumerar. Pero sobre todo he realizado un continuo
aprendizaje a partir de mi propia experiencia y la de mis colegas del Counseling Center, mientras nos
empeñábamos por descubrir, con nuestros propios medios, métodos más eficaces para trabajar con
los pacientes. Gradualmente he desarrollado un método de trabajo que se basa en aquella experiencia,
y que puede ser verificado, modificado o perfeccionado mediante experiencias e investigaciones
posteriores.

Una hipótesis general

Para describir en pocas palabras el cambio que se ha operado en mi, diré que durante los
primeros años de mi carrera profesional solía preguntarme: "¿Cómo puedo tratar, curar o cambiar a
esta persona?", en tanto que ahora mi pregunta sería: "¿Cómo puedo crear una relación que esta
persona pueda utilizar para su propio desarrollo?"
De la misma manera en que he modificado los términos de mi pregunta, advierto que cuanto
he aprendido es aplicable a todas mis relaciones humanas, y no solo al trabajo con clientes atribulados.
Par esta razón pienso que quizá las enseñanzas que han adquirido significación para mi
puedan tenerla también para el lector, puesto que todos nos hallamos igualmente comprometidos en
el problema de las relaciones humanas.
Quizá debería comenzar con un aprendizaje negativo. He aprendido lenta y gradualmente que
la ayuda que puedo prestar a una persona conflictuada no reviste la forma de un proceso intelectual
ni de un entrenamiento. Ningún enfoque basado en el conocimiento, el entrenamiento ola aceptación
incondicional de algo que se enseña tiene utilidad alguna. Estas maneras de encarar la terapia parecen
tan directas y tentadoras que, en épocas pasadas, ensaye muchas de ellas. Sin duda alguna, es posible
explicar a una persona su manera de ser, indicarle los pasos que lo ayudarían a progresar, hacerle
conocer un modo de vida más satisfactorio; sin embargo, de acuerdo con mi propia experiencia son
fútiles e inconsecuentes. Toda su eficacia reside en la posibilidad de introducir una modificación
efímera, que pronto desaparece y no hace sino fortalecer en el individuo la conciencia de su propia
inadaptación.
El fracaso de cualquier enfoque intelectual me ha obligado a reconocer que el cambio solo
puede surgir de la experiencia adquirida en una relación; por consiguiente, intentare enunciar de
manera breve e informal algunas de las hipótesis esenciales de una relación de ayuda. Estas hipótesis
han sido reiteradamente confirmadas por la experiencia y la investigación.
Formulare la hipótesis general en los siguientes términos: Si puedo crear un cierto tipo de
relación, la otra persona descubrirá en si mismo su capacidad de utilizarla para su propia maduración
y de esa manera se producirán el cambio y el desarrollo individual.

La relación

¿Qué significan estos términos? Permítaseme considerar por separado las tres frases
principales del enunciado precedente e indicar el significado que tienen para mí. ¿En qué consiste
este tipo de relación que creo necesario establecer?
He descubierto que cuanto más autentico puedo ser en la relación, tanto más útil resultara esta
última. Esto significa que debo tener presentes mis propios sentimientos, y no ofrecer una fachada
externa, adoptando una actitud distinta de la que surge de un nivel más profundo oinconsciente. Ser
autentico implica también la voluntad de ser y expresar, a través de mis palabras ymi conducta, los
diversos sentimientos y actitudes que existen en mi. Esta es la única manera de lograr que la relación
sea autentica, condición que reviste fundamental importancia. Solo mostrándome tal cual soy, puedo
lograr que la otra persona busque exitosamente su propia autenticidad. Esto es verdad en el caso en
que mis actitudes no me complazcan ni me parezcan conducir a una buena relación. Lo más
importante es ser auténtico.
La segunda condición reside en el hecho de que cuanto mayor sea la aceptación y el agrado
que experimenta hacia un individuo, mas útil le resultara la relación que estoy creando. Entiendo por
aceptación un cálido respeto hacia él como persona de mérito propio e incondicional, es decir, como
individuo valioso independientemente de su condición, conducta o sentimientos. La aceptación
también significa el respeto y agrado que siento hacia él como persona distinta, el deseo de que posea
sus propios sentimientos, la aceptación y respeto por todas sus actitudes, al margen del carácter
positivo o negativo de estas últimas, y aun cuando ellas puedan contradecir en diversa medida otras
actitudes que ha sostenido en el pasado. Esta aceptación de cada uno de los aspectos de la otra persona
le brinda calidez y seguridad en nuestra relación; esto es fundamental, puesto que la seguridad de
agradar al otro y ser valorado como persona parece constituir un elemento de gran importancia en una
relación de ayuda.
También encuentro la relación significativa en la medida en que siento un deseo constante de
comprender: una sensible empatía con cada uno de los sentimientos y expresiones del cliente tal como
se le aparecen en ese momento. La aceptación no significa nada si no implica comprensión. Sólo
cuando comprendo los sentimientos y pensamientos que al cliente le parecen horribles, débiles,
sentimentales o extraños y cuando alcanzo a verlos tal como él los ve y aceptarlo con ellos, se siente
realmente libre de explorar los rincones ocultos y los vericuetos de su vivencia mas intima y a menudo
olvidada. Esta libertad es una condición importante de la relación. Se trata de la libertad de explorarse
a si mismo tanto en el nivel consciente como inconsciente, tan rápidamente como sea posible
embarcarse en esta peligrosa búsqueda. El cliente también debe sentirse libre de todaevaluación moral
o diagnostica, puesto que, a mi juicio las evaluaciones de ese tipo son siempre amenazadoras.
Por consiguiente, la relación que encontré de ayuda se caracteriza de mi parte, por una especie
de transparencia que pone de manifiesto mis verdaderos sentimientos, por la aceptación de la otra
persona como individuo diferente y valioso por su propio derecho, y por una profunda comprensión
empática que me permite observar su propio mundo tal como él lo ve. Una vez logradas estas
condiciones, me convierto en compañero de mi propio cliente en el transcurso de la aterradora
búsqueda de si mismo que ya se siente capaz de emprender.
No siempre puedo lograr este tipo de relación. A veces, aun cuando crea haberla alcanzado
en mí, el cliente puede estar demasiado atemorizado como para percibir lo que se le ofrece. Sin
embargo, podría afirmar que cuando soy capaz de adoptar la actitud que acabo de describir y cuando
la otra persona puede también experimentarla en alguna medida, invariablemente surgirán el cambio
y el desarrollo personal constructivo. Incluyo el término "invariablemente" solo después de largas y
cuidadosas consideraciones.

La motivación del cambio

Ya me he referido a la relación. La segunda frase de mi hipótesis general decía que el individuo


descubrirá en sí mismo la capacidad de utilizar esta relación para su propio desarrollo. Intentare
explicar el significado que esta frase tiene para mí. Mi experiencia me ha obligado a admitir
gradualmente que el individuo posee en si la capacidad y la tendencia —en algunos casos, latente—
de avanzar en la dirección de su propia madurez. En un ambiente psicológico adecuado, esta tendencia
puede expresarse libremente, y deja de ser una potencialidad para convertirse en algo real. Esta
tendencia se pone de manifiesto en la capacidad del individuo para comprender aquellos aspectos de
su vida y de si mismo que le provocan dolor o insatisfacción; tal comprensión se extiende más allá de
su conocimiento consciente de sí mismo, para alcanzar aquellas experiencias que han quedado ocultas
a causa de su naturaleza amenazadora. También se expresa en su tendencia a reorganizar su
personalidad y su relación con la vida de acuerdo con patrones considerados más maduros. Cualquiera
que sea el nombre que le asignemos —tendencia al crecimiento, impulso hacia la autorrealización o
tendencia direccional progresiva— ella constituye el móvil de la vida y representa, en Última
instancia, el factor del que depende toda psicoterapia. No es sino el impulso que se manifiesta en toda
vida orgánica y humana —de expansión, extensión, autonomía, desarrollo,maduración—, la tendencia
a expresar y actualizar todas las capacidades del organismo, en la medida en que tal actualización
aumenta el valor del organismo o del sí mismo. Esta tendencia puede hallarse encubierta por
múltiples defensas psicológicas sólidamente sedimentadas. Puede
permanecer oculta bajo elaboradas fachadas que nieguen su existencia; sin embargo, opino que
existe en todos los individuos y solo espera las condiciones adecuadas para liberarse y expresarse.

Los resultados

He intentado describir la relación que constituye la base de toda modificación constructiva de


la personalidad; de señalar el tipo particular de capacidad que el individuo aporta a esa relación. La
tercera frase de mi enunciado general sostiene que en las condiciones mencionadas se producirán el
cambio y el desarrollo personal. Según mis hipótesis, en una relación como la que hemos descripto,
el individuo reorganizara su personalidad, tanto en el nivel consciente como en los estratos más
profundos; de esa manera, se hallara en condiciones de encarar la vida de modo más constructivo,
más inteligente y mas sociable a la vez que más satisfactorio.
En este punto, puedo abandonar el terreno de la especulación, para introducir parte del
creciente conjunto de conocimientos originados en solidas investigaciones. Hoy sabemos que los
individuos que viven relaciones como la que acabamos de describir, aunque no sea sino durante
periodos relativamente limitados, acusan modificaciones profundas y significativas de su
personalidad, actitudes y conducta, y que tales modificaciones no se observan en los grupos de control
que se utilizan con propósitos de comparación. En nuestra relación el individuo se convierte en una
persona más integrada y eficiente; muestra menos características de las generalmente consideradas
neuróticas o psicóticas, y más rasgos de la persona sana que funciona de manera normal. Cambia su
auto percepción y se torna más realista en su modo de conceptuarse a sí mismo. Comienza a parecerse
a la persona que quería ser y se valora más; se tiene más confianza y adquieremayor capacidad de
adoptar sus propias decisiones. Alcanza una mejor comprensión de sí mismo, llega a ser más abierto
a su experiencia, con lo cual disminuye su tendencia a negar o reprimir algunos aspectos de esta y
comienza a aceptar mejor sus actitudes hacia los otros, pues advierte las semejanzas que existen entre
él y los demás.
Su conducta acusa modificaciones similares: disminuye la frustración provocada por el stress,
y se recupera más fácilmente de este; sus amigos comienzan a advertir que su conducta diariaes más
madura, y se torna menos defensivo, más adaptado y más capaz de enfrentar situaciones nuevas con
actitudes originales.
Estos son algunos de los cambios que se operan en los individuos que han realizado una serie
de entrevistas de asesoramiento en las que la atmosfera psicológica se aproxima a la relación que he
descripto. Cada una de las afirmaciones formuladas se basa en pruebas objetivas. Aun es necesario
efectuar muchas investigaciones más, pero ya no cabe dudar de la eficacia de esta relación para
producir cambios en la personalidad.
Una hipótesis amplia sobre las relaciones humanas

Lo más interesante en estos hallazgos de la investigación no es el simple hecho de que


corroboran la eficacia de una forma de psicoterapia —aunque esto no carezca de importancia—, sino
que ellos justifican una hipótesis aun más amplia, que abarca todas las relaciones humanas. Parece
justificado suponer que la relación terapéutica es solo un tipo de relación personal, y que la misma
ley gobierna todas las relaciones de esta clase. Por consiguiente sería razonable pensar que si el
padre crea, en relación con su hijo, un clima psicológico tal como el que hemos descripto, el hijo será
mas emprendedor, socializado y maduro. En la medida en que el docente establezca con sus alumnos
una relación de esta naturaleza, cada uno de ellos se convertirá en up estudiante con mayor capacidad
de iniciativa, más original y auto disciplinado, menos ansioso, y disminuirá su tendencia a ser dirigido
por los otros. Si el líder administrativo, militar o industrial es capaz de crear ese clima en el seno de
su organización, su personal se tornara más responsable y creativo, mas capaz de adaptarse a las
situaciones nuevas y más solidario. Pienso que estamos asistiendo a la emergencia de un nuevo ámbito
de relaciones humanas, en el que podemos afirmar que, enpresencia de ciertas actitudes básicas, se
producirán determinados cambios.

Conclusión

Permítaseme concluir este capítulo con una referencia de carácter personal. He intentado
compartir con el lector parte de lo que he aprendido en mi actividad profesional al tratar de ser útil a
individuos atribulados, insatisfechos e inadaptados. He formulado una hipótesis que poco a poco ha
llegado a adquirir significación para mi, no solo en mi relación con los clientes, sino en todas mis
relaciones humanas. Pienso que los conocimientos aportados por la experimentación convalidan esta
hipótesis, pero que aún es necesario continuar con la investigación. A continuación, intentare resumir
las condiciones implícitas en esa hipótesis general y los resultados que permite lograr la relación
descripta:

Si puedo crear una relación que, de mi parte, se caracterice por: una autenticidad y
transparencia y en la cual pueda yo vivir mis verdaderos sentimientos;
Una cálida aceptación y valoración de la otra persona como individuo diferente, y una sensible
capacidad de ver a mi cliente y su mundo tal como él lo ve:
Entonces, el otro individuo experimentara y comprenderá aspectos de si mismo anteriormente
reprimidos; lograra cada vez mayor integración personal y será más capaz de funcionar con eficacia;
se parecerá cada vez más a la persona que quería ser; volverá más personal, más original y
expresivo; será más emprendedor y se tendrá más confianza; se tornara más comprensivo y podrá
aceptar mejor a los demás, y podrá enfrentar los problemas de la vida de' una manera más fácil y
adecuada.

Pienso que cuanto acabo de decir es válido tanto en lo que respecta a mi relación con un cliente, con
un grupo de estudiantes o miembros de una organización, como con mi familia y mis hijos. Considero
que tenemos una hipótesis general que ofrece posibilidades promisorias Para el desarrollo de
personas creativas, adaptadas y autónoma
3
CARACTERISTICAS DE UNA RELACIÓN DE AYUDA

Desde hace mucho tiempo tengo la convicción -para algunos la osesión de que la relación
terapéutica es sólo un tipo particular de la relación personal y que todas las relociones de esta indole
son gobernadas por las mismas leyes. Este fue el tema que escogi cuando se me inuitó a participar de
la convención de la American Personnel and Guidance Association (Asociación Norteamericana de
Personal y Asesoramiento) en St. Louis en 1958.
En este trabajo resulta evidente la dicotomia entre lo objetivo y lo subjetivo, que representa
un aspectofundamental de mi experiencia durante años recientes. Encuentro muy arduo el intentode
presentar un estudio completamente objetivo, o bien totalmente subjetivo. Prefiero reunir ambos
mundos en estrecha yuxtaposición, aunque no sea posible conciliarlos por completo.

Mi interés por la psicoterapia me ha llevado a interesarme por todo tipo de relación de


ayuda. Con estos términos quiero significar toda relación en la que al menos una de las partes
intenta promover en el otro el desarrollo, la maduración y la capacidad de funcionar mejor y
enfrentar la vida de manera más adecuada. El otro, en este contexto, puede ser un individuo o
un grupo. En otras palabras, podríamos definir la relación de ayuda diciendo que es aquella
en la que uno de los participantes intenta hacer surgir, de una o ambas partes, una mejor
apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo, y un uso más funcional de éstos.
Ahora es evidente que esta definición abarca una amplia variedad de relaciones cuyo
objetivo consiste por lo general en facilitar el desarrollo. Por ejemplo, incluye la relación entre
padres e hijos, o la que existe entre el médico y su paciente. La relación docente- alumno cabe
también en esta definición, aunque muchos docentes no cuentan entre sus objetivos el de
promover el desarrollo de sus discípulos. Comprende también casi todas las relaciones asesor-
cliente, tanto en la esfera educacional como profesional o personal. En este último campo,
incluiría la amplia gama de relaciones entre el psicoterapeuta y el psicótico hospitalizado, el
terapeuta y el individuo alterado o neurótico, y la relación entre elterapeuta y el creciente
número de individuos llamados "normales" que inician la terapia para mejorar su propio
funcionamiento o acelerar su desarrollo personal.
Estas son, en general, relaciones de dos miembros. Pero también deberíamos pensar
en la gran cantidad de interacciones individuo-grupo que intentan ser relaciones de ayuda.
Algunos administradores desearían que su relación con sus grupos de subordinados sea de
naturaleza tal que pueda promover el desarrollo de éstos; sin duda alguna, no todos los
administradores comparten la misma opinión. En este punto cabe mencionar también la
interacción entre el líder y su grupo de terapia o la que existe entre el asesor de una comunidad
y esta última considerada como grupo. En la actualidad, se pretende cada vez con mayor
frecuencia que la relación entre el asesor industrial y un grupo ejecutivo sea de ayuda. Quizás
esta enumeración permita comprender con claridad que un gran número de lasrelaciones en
que participamos pertenece a esta categoría de interacciones, cuyo propósito consiste en
promover el desarrollo y un funcionamiento más maduro y adecuado.

La pregunta

¿Cuáles son las características de las relaciones que efectivamente ayudan y facilitan el
desarrollo? Y desde otro punto de vista, ¿es posible discernir las características que hacen que
una relación sea nociva, aun cuando se pretenda con toda sinceridad fomentar elcrecimiento
y desarrollo? En busca de respuestas, en especial a la primera pregunta, quisiera conducir al
lector por algunas de las rutas que he explorado, para luego exponer lo que
actualmente pienso sobre el tema.

LAS RESPUESTAS PROPORCIONADAS POR LA INVESTIGACIÓN

Es lógico preguntarse, en primer lugar, si existen investigaciones empíricas quepuedan


darnos una respuesta objetiva a estas preguntas. Hasta ahora no se han llevado acabo muchas
investigaciones en Este terreno, pero las que existen son sugestivas y estimulantes. No puedo
describirlas todas, pero quisiera presentar una muestra relativamente amplia de los estudios
que se han realizado, y enunciar en pocas palabras algunos de los hallazgos. Al hacerlo es
imposible evitar la simplificación excesiva, y no ignoro que soy injusto con las investigaciones
que menciono; sin embargo, quizá logre transmitir al lector lasensación de que se han hecho
avances reales, con lo cual quizá despertaré su curiosidad lo suficiente como para que se sienta
impulsado a revisar los estudios personalmente, si aún no lo ha hecho.

Estudios de actitudes

La mayoría de los estudios arrojan cierta luz sobre las actitudes que, de parte de la
persona que ayuda, hacen que una relación estimule o inhiba el desarrollo. Consideraremos
algunos de estos trabajos.
Hace algunos años, Baldwin y sus colaboradores1 llevaron a cabo en el Instituto Fels
un cuidadoso estudio de las relaciones entre padres e hijos, que contiene pruebas interesantes.
Entre los diversos tipos de actitudes parentales hacia los niños, las "permisivas- democráticas"
son, al parecer, las que más facilitan el desarrollo. Los hijos de padres que tenían actitudes
cálidas y equitativas demostraron un desarrollo intelectual acelerado - determinado por el
incremento de C.1.- y manifestaron más originalidad, seguridad emocional y control, y menor
excitabilidad que los niños procedentes de otros tipos de hogares. Si bien la iniciación de su
desarrollo social fue lenta, al alcanzar la edad escolar eran líderes populares, amistosos y no
agresivos.
Cuando las actitudes parentales se clasifican como "de rechazo activo" los niños
manifiestan un desarrollo intelectual ligeramente demorado, un empleo poco variado de las
habilidades que poseen y cierta falta de originalidad. Son inestables desde el punto de vista
emocional, rebelde, agresivo y peleador. Los hijos de parejas con otros síndromes de actitud
tienden a situarse en grado variable entre estos dos extremos.
Sin duda alguna, estos hallazgos relacionados con el desarrollo infantil no nos
sorprenden. Sin embargo, quisiera sugerir que quizá sean igualmente aplicables a otras
relaciones, y que el asesor, el médico o el administrador que se comporta de maneraexpresiva
y afectuosa, que se muestra respetuoso de su individualidad y de la del otro y cuida de las
personas que se hallan a su cargo sin ser posesivo, facilita la autorrealización de la misma
manera que los padres.
Me ocuparé ahora de otro estudio minucioso realizado en un campo diferente.
VVhitehom y Betz2,18 investigaron el éxito logrado por jóvenes médicos residentes que
trataron a pacientes esquizofrénicos en un servicio de psiquiatría. Seleccionaron, para un
estudio especial, a los siete médicos que habían obtenido los éxitos más sobresalientes, y a
otros siete cuyos pacientes sólo habían acusado una ligera mejoría. Cada grupo había tra• tado
aproximadamente a cincuenta pacientes. Los investigadores examinaron todos los elementos
de juicio accesibles con el objeto de descubrir las diferencias entre los grupos A (exitoso) y
B. Hallaron varias diferencias significativas. Los médicos del grupo A tendían a considerar al
esquizofrénico desde el punto de vista del sentido personal que las diversas
conductas del paciente tenían para él mismo, y no a enfocarlo como una historia clínica o un
diagnóstico descriptivo. Por otra parte, solían orientar su trabajo hacia objetivos que tenían
en cuenta la personalidad del paciente, y no hacia metas tales como reducir los síntomas o
curar la enfermedad. Se descubrió que los médicos más eficientes otorgaban prioridad, en su
interacción diaria, a la participación personal activa, es decir, procuraban establecer una
relación de persona a persona. Empleaban menos procedimientos que podrían clasificarse
como "aceptación incondicional pasiva", u otros, tales como la interpretación, instrucción o
consejo y no asignaban importancia al cuidado práctico del paciente. Por último, en
comparación con el grupo B, eran mucho más capaces de desarrollar una relación en la que
el paciente sintiera fe y confianza en el médico.
Aunque los autores advierten cautelosamente que estos hallazgos se relacionan sólo
con el tratamiento de esquizofrénicos, me siento inclinado a discrepar con ellos, puesto que
sospecho que la investigación de cualquier tipo de relación de ayuda revelaría hechos
similares.
Otro estudio muy interesante analiza la manera en que la persona que recibe ayuda
percibe la relación. Heine 11 estudió a un grupo de individuos que habían pedido tratamiento
psicoterapéutico a psicoanalistas, terapeutas centrados en el cliente y terapeutas adlerianos.
Independientemente del tipo de terapia, estos clientes advirtieron cambios semejantes en su
persona. Pero lo que ahora nos interesa es sobre todo su percepción de la relación. Al ser
interrogados acerca de lo que, a su juicio, explicaba los cambios ocurridos, expresaron
diversas opiniones, según la orientación de su terapeuta. Pero lo más significativo fue el
consenso que manifestaron en lo referente a cuáles habían sido los principales elementos que
les habían resultado de ayuda. En su opinión, las siguientes actitudes observadas en la relación
explicaban los cambios operados: la confianza que habían sentido en el terapeuta, la
comprensión por parte de este último y la sensación de independencia con que habían
adoptado sus decisiones y elecciones. El procedimiento terapéutico que consideraban más útil
consistió en que el terapeuta había aclarado y manifestado abierta• mente algunos sentimientos
que el cliente sólo percibía en sí mismo de manera confusa y vacilante.
Cualquiera que hubiera sido la orientación de su terapeuta, los clientes también
coincidieron en gran medida con respecto a los elementos que habían resultado inútiles en su
relación. Las actitudes del terapeuta tales como la falta de interés, el distanciamiento y la
simpatía exagerada fueron consideradas de escasa utilidad. En lo que se refiere a los
procedimientos, manifestaron que tampoco les habían resultado útiles los consejos específicos
y directos del terapeuta acerca de sus propias decisiones, y señalaron que también les
disgustaba que éste se ocupara de historias pasadas y no de problemas actuales. Las
sugerencias de orientación presentadas de manera moderada fueron percibidas como algo
neutral: ni del todo útiles ni completamente inútiles.
Fiedler, en un estudio que suele citarse con mucha frecuencia, 7 descubrió que los
terapeutas expertos, aun cuando pertenecieran a orientaciones distintas, establecíanrelaciones
muy similares con sus clientes. Los elementos que caracterizan a estas relaciones y las
diferencias de las que desarrollan los terapeutas menos experimentados, no son muy
conocidos. Tales elementos son: la capacidad de comprender los significados y sentimientos
del cliente, la sensibilidad hacia sus actitudes, y un interés cálido pero exento de un
compromiso emocional exagerado.
Un estudio de Quinn14 arroja alguna luz sobre lo que implica la com-
prensión de los significados y sentimientos del cliente. Los resultados de su estudio son
sorprendentes porque demuestran que "comprender" los significados del cliente supone
esencialmente una actitud de querer comprender. El material de Quinn sólo consistía en
aserciones del terapeuta grabadas durante las entrevistas. Los jurados ignoraban a qué
respondía el terapeuta y cuál era la reacción del cliente a su respuesta; sin embargo, se vio que
el grado de comprensión logrado se podía evaluar con igual acierto a partir de este material
aislado y de la respuesta en su contexto. Esto parece una prueba bastante concluyente de que
lo que se transmite es una actitud de querer comprender.
En cuanto a la cualidad emocional de la relación, Seeman16 halló que en la psicoterapia
el éxito está asociado con el creciente agrado y respeto mutuo que surge entre elcliente y el
terapeuta.
Un interesante estudio de Dittes4 pone de manifiesto lo delicada que puede ser esta
relación. Empleando un parámetro fisiológico, el reflejo psicogalvánico (RPG), para medir las
reacciones de ansiedad, de sentirse amenazado o de estar alerta del cliente, Dittescorrelacionó
las desviaciones de esta medida con la evaluación que otro terapeuta hacia del grado de
aceptación cálida e incondicional por parte del terapeuta investigado. Se observó que cada vez
que las actitudes del terapeuta variaban aunque fuera ligeramente hacia un grado menor de
aceptación, el número de desviaciones RPG abruptas aumentaba significativamente. Sin duda,
cuando la relación es vivida como menos aceptada, el organismo se prepara a afrontar una
amenaza, aun en el nivel fisiológico.
Sin pretender integrar por completo los resultados de estos diversos estudios, al menos
podemos mencionar algunos elementos significativos. Uno de ellos es el hecho de que lo
importante son las actitudes y sentimientos del terapeuta, y no su orientación teórica: sus
procedimientos y técnicas revisten menor importancia que sus actitudes. También merece
señalarse el hecho de que, para el cliente, la diferencia reside en la manera en que las actitudes
y procedimientos del terapeuta son percibidos, y que esta percepción es fundamental.

Relaciones "fabricadas"

Nos ocuparemos ahora de otro tipo de investigaciones, que algunos lectores pueden
considerar no pertinentes, pero que, sin embargo, se hallan vinculadas con la naturaleza
de una relación de ayuda. Estos estudios se refieren a lo que podemos denominar "relaciones
fabricadas".
Verplanck, 17 Greenspoon 8 y sus colaboradores han demostrado que en una relación
es posible lograr un condicionamiento operante de la conducta verbal. En otras palabras, si
el experimentador dice "Ajá", o "Bien", o asiente con la cabeza después de cierto tipo de
palabras o afirmaciones, esas clases de palabras quedan reforzadas y su número tiende a
aumentar. Mediante el empleo de tales procedimientos se ha comprobado la posibilidad de
incrementar la frecuencia con que aparecen diversas categorías verbales, tales como
sustantivos plurales, manifestaciones hostiles o expresiones de opiniones personales. Elsujeto
permanece completamente ajeno al fenómeno y no advierte la influencia de los reforzadores
utilizados. Esto implica que por medio de un refuerzo selectivo podemos lograr que el otro
miembro de la relación emplee una determinada clase de palabras y formule cualquier tipo de
afirmaciones que hayamos decidido reforzar.
Adentrándose aun más en los principios del condicionamiento operante tal como
fueron desarrollados por Skinner y su grupo, Lindsley 12 ha demostrado que un esquizofrénico
crónico puede entrar en una "relación de ayuda" con una máquina. Esta última, similar a
cualquier otra máquina expendedora, puede regularse de manera tal que recompense diversos
tipos de conducta.
Al principio sólo recompensa --con dulces, con un cigarrillo, o con la aparición de una
figura-- la actitud del paciente consistente en empujar una palanca; pero es posible disponerla
de modo tal que, al empujar la palanca repetidas veces, un gatito hambriento - visible en un
compartimiento separado-- reciba una gota de leche. En este caso la satisfacción es altruista.
En la actualidad, se están desarrollando experimentos similares en los que se recompensan
conductas sociales o altruistas dirigidas a otro paciente, que se halla en un cuarto contiguo. El
único límite de los tipos de conducta recompensables reside en el grado de originalidad
mecánica del experimentador.
Lindsley informa que en algunos pacientes se ha observado una considerable mejoría
clínica. En lo que a mí respecta, no puedo evitar sentirme impresionado por la descripción de
un paciente que pasó de un estado crónico muy deteriorado, a gozar del privilegio de deambulü
libremente, y cuyo cambio se debió a su interacción con la máquina. Llegado a este punto, el
investigador decidió estudiar la extinción experimental. Esto significa, en términos más
personales, que la máquina es regulada de manera tal que, aun empujando la palanca miles de
veces, no se obtienen recompensa alguna. Al comprobar esto, el paciente regresó
gradualmente, se volvió desaliñado y poco comunicativo, hasta que hubo que retirarle los
privilegios que se le habían concedido. A mi juicio, este hecho lamentable indicaque, aun
cuando se trata de una máquina, la confianza es condición fundamental del éxito de la relación.
Harlow y sus colaboradores10 están realizando otro interesante estudio sobre una
relación artificial, esta vez en monos. Los pequeños monitos, separados de su madre casi en
el momento de nacer, son enfrentados a dos objetos en una fase del experimento. Uno de ellos,
podría denominarse "madre dura", es un cilindro de tela de alambre con una tetina mediante
la cual el bebé puede alimentarse. El otro es una "madre suave", un cilindro similaral anterior
pero hecho con espuma de goma y recubierto de felpa. Aun cuando un monito reciba todo su
alimento de la "madre dura" se puede comprobar que siente una preferencia creciente por lam
“madre suave”. Mediante películas fue posible observar que se "relaciona" con este objeto,
jugando y disfrutando con él, que encuentra seguridad al aferrarse a él cuando hay objetos
extraños cerca y que emplea esta seguridad como punto de partida para aventurarse en el
mundo amenazador. Entre las muchas deducciones interesantes y promisorias de este estudio,
hay una que parece razonablemente clara: cual• quiera que seala cantidad de alimento que el
niño reciba, nada puede reemplazar a ciertas cualidades percibidas que parece necesitar y
desear.

Dos estudios recientes

Permítaseme concluir esta muestra amplia -y quizá sorprendente-- con el resumen de


dos investigaciones muy recientes. La primera es un experimento llevado a cabo por Ends y
Page5 .Trabajaron durante sesenta días con alcohólicos crónicos empedernidos internados en
un hos•pital y ensayaron con ellos tres métodos diferentes de psicoterapia grupal. El método
que consideraban más eficaz era un terapia basada en una teoría del aprendizaje de dos
factores; en segundo término confiaban en un enfoque centrado en el cliente, y, por último,
esperaban obtener los resultados menos exitosos de un enfoque con orientación psicoanalítica.
Sus experimentos demostraron que la terapia basada en la teoría del aprendizaje no sólo no
era útil, sino que incluso llegó a ser perniciosa, puesto que los resultados obtenidos con ella
fueron inferiores a los del grupo control, que no había recibido tratamiento alguno. La terapia
con orientación analítica logró algunas adquisiciones positivas, en tanto que el grupo centrado
en el cliente fue el que acusó el mayor número de cambios positivos. Los datos posteriores,
que abarcan un período de más de un año y medio,
confirmaron los hallazgos de la internación: la mejoría más duradera se observó en el grupo
tratado según el enfoque centrado en el cliente; en segundo término, en el que recibió
tratamiento analítico; luego en el grupo control, y por último, en el que había sido tratado con
una terapia basada en la teoría del aprendizaje.

Al rever este estudio, cuyo rasgo más original reside en el hecho de que el método en
que los autores cifraban sus esperanzas resultó el menos eficaz, creo haber descubierto una
cl11Ve en la descripción de la terapia basada en la teoría del aprendizaje13 .Esta consistía en
a) señalar y nombrar las conductas que habían demostrado ser insatisfactorias, b) explorar
objetivamente con el cliente las razones ocultas tras estas conductas, y c) establecer hábitos
más útiles por medio de la reeducación. No obstante, en esta interacción el propósito de los
autores consistía, según sus propias manifestaciones, en ser impersonal. El terapeuta procura
que "sólo haya un mínimo de intromisión de su propia personalidad, "para lo cual se esfuerza
todo lo humanamente posible". El terapeuta trata de "conservar el anonimato en sus
actividades; es decir, debe evitar impresionar al paciente con las características de su propia
personalidad individual”. A mi juicio, esta es quizá la explicación del fracaso de esteenfoque,
tal como se observa al interpretar los hechos a la luz de otros hallazgos de investigación.
Reprimirse como persona y tratar al otro como un objeto son actitudes que no parecen brindar
grandes posibilidades de ayuda.
El último estudio que deseo mencionar aún no ha sido concluido, y su autora es
Halkides11 .Esta investigadora partió de una proposición teórica que formulé con respecto
a las condiciones necesarias y suficientes para el cambio terapéutico.15 Ella postula la
existencia de una relación significativa entre el grado de modificación constructiva de la
personalidad del cliente y cuatro variables del asesor: a) el grado de comprensión empática del
cliente expresado por el asesor, b) el grado de actitud afectiva positiva (respeto positivo e
incondicional) manifestado por el asesor hacia el cliente, c) el grado de sinceridad del asesor
y la medida en que sus palabras corresponden a su propio sentimiento interno, y
d) el grado en que el componente de expresión afectiva de la respuesta del asesor concuerda
con la expresión del cliente.
Con el objeto de investigar estas hipótesis, Halkides seleccionó, según múltiples
criterios objetivos, un grupo de diez casos que podían clasificarse como "muy exitosos" y otro
del mismo número de casos, catalogables como "muy poco exitosos". Luego comparó
entrevistas grabadas al comienzo de la terapia con otras de épocas posteriores, y de cada una
de ellas seleccionó al azar nueve unidades de interacción cliente-asesor
-manifestación del cliente y respuesta del asesor-. De esta manera reunió en cada caso nueve
interacciones tempranas y otras tantas más tardías, lo cual representaba varios cientos de
unidades que entremezcló al azar. Al caso de este proceso, las unidades de una entrevista
temprana de un caso fallido podían estar seguidas de las unidades de una entre• vista tardía de
un caso exitoso, etcétera.
Este material fue escuchado por tres jueces en cuatro oportunidades diferentes. Estos
evaluadores desconocían los casos y sus resultados, así como la fuente de la que procedían las
unidades. Calificaron cada unidad según una escala de siete puntos, en relación con el grado
de empatía, la actitud positiva del asesor hacia el cliente, la coherencia o sinceridad del asesor
y el grado en que la respuesta de este último se equiparaba a la intensidad emocional de la
expresión del cliente.
Pienso que todos los que conocíamos el estudio lo considerábamos una aventura
temeraria. ¿Cómo podrían los jurados, por el simple hecho de escuchar unidades aisladas de
interacción, pronunciarse seriamente acerca de cualidades tan sutiles como las mencionadas?
Y aun si fuera posible lograr la precisión adecuada, ¿era lícito pretender relacionar dieciocho
intercambios asesor-cliente de cada caso -una muestra mínima de los cientos de miles de
intercambios que ocurrieron en cada uno de ellos- con el resultado terapéutico? Las
posibilidades de éxito parecían muy escasas.

Sin embargo, los hallazgos fueron sorprendentes. Los juicios emitidos por los
evaluadores resultaron muy confiables, puesto que, exceptuando la última variable, la mayor
parte de las correlaciones entre ellos cayó en el rango de 0,80 ó 0,90. Se observó que un grado
elevado de comprensión empática se asociaba significativamente en los en os más exitosos,
en el nivel de probabilidad 0,001. De manera análoga, un grado elevado de respeto positivo e
incondicional se hallaba asociado con tales casos, también en el nivel 0,001. Aun la evaluación
de la sinceridad o congruencia del asesor es decir, el grado de correspondencia existente entre
sus palabras y sus sentimientos- se relacionó con el resultado positivo del caso, nuevamente
en el nivel de significación 0,001. Los resultados sólo fueron ambiguos con respecto a la
correlación entre las intensidades de expresión afectiva.
También es interesante señalar que las calificaciones altas de estas variables no se
asociaban más significativamente con las unidades de interacción de entrevistas tardías que
con las entrevistas tempranas. Esto significa que las actitudes de los asesores se mantuvieron
bastante constantes en el transcurso del tratamiento. Si un asesor era capaz de lograr un
elevado grado de empatía, tal capacidad se manifestaba de de el co•mienzo hasta el fin. Si le
faltaba sinceridad, esto se verificaba tanto en las entrevistas tempranas como en las tardías.

Esta investigación, como cualquier otra, tiene sus limitaciones. Se refiere a un cierto tipo de
relación de ayuda, la psicoterapia, e investigó sólo cuatro variables que se juzgaron
significativas. Quizás existan muchas otras; sin embargo, representa un significativo avance
en el estudio de las relaciones de ayuda. Quisiera enunciar los hallazgos de manera breve y
simple: esta investigación parece indicar que la calidad de la interacción entre el asesor y el
cliente puede ser evaluada satisfactoriamente sobre la base de una muestra muy pequeña de
su comportamiento. También revela que si el asesor es coherente, de manera tal que sus
palabras concuerden con sus sentimientos; si manifiesta una aceptación incondicional por el
cliente y comprende los sentimientos esenciales de este últimos tal como él los ve, entonces
existe una gran probabilidad de lograr una relación de ayuda efectiva.

Algunos comentarios

Acabamos de mencionar varios estudios que arrojan cierta luz sobre la naturaleza de
la relación de ayuda e investigan diversos aspectos del problema, enfocándolo desde contextos
teóricos distintos y empleados métodos diferentes que no permiten compararlos directamente.
Sin embargo, es posible extraer de ellos algunas conclusiones que pueden formularse con
cierta segundad. Parece evidente que las relaciones de ayuda tienen características que las
distinguen de las que no lo son. Las características diferenciales se relacionan sobre todo con
las actitudes de la persona que por una parte, y con la percepción de la relación por parte del
“ayudado", por la otra. Asimismo, queda claro que los estudios realizados ahora no nos
proporcionan respuestas definitivas sobre la naturaleza relación de ayuda, ni sobre el
mecanismo mediante el cual se establece.

¿Cómo puedo crear una relación de ayuda?

Pienso que todos los que trabajamos en el campo de las relaciones humanas
enfrentamos el mismo problema respecto de la manera en que deseamos emplear los
conocimientos adquiridos. No podemos atenernos incondicionalmente a esos hallazgos, pues
corremos el riesgo de destruir las cualidades personales cuyo inmenso valor demuestran esos
estudios. En mi opinión, debemos usarlos como parámetro para evaluar nuestra propia
experiencia y luego formular hipótesis personales, que serán usadas y examinadas en nuestras
relaciones posteriores.

No deseo indicar el modo en que han de emplearse los hallazgos que he presentado.
Prefiero señalar el tipo de preguntas que me sugieren estos estudios y mi propia experiencia
clínica y mencionar algunas de las hipótesis provisionales que guían mi comportamiento
cuando establezco relaciones que intentan ser de ayuda, ya sea con estudiantes, subordinados,
familiares o clientes. He aquí algunas de estas preguntas y consideraciones:

1. ¿Cómo puedo ser para que el otro me perciba como una persona digna de fe,
coherente y segura, en sentido profundo? Tanto la investigación como la experiencia
indican que esto es muy importante, y en el transcurso de los años he descubierto
respuestas más adecuadas y profundas a este interrogante. En una época pensé que si
cumplía todas las condiciones externas de la confiabilidad
-respetar los horarios, respetar la naturaleza confidencial de las entrevistas, etcétera-
y mantenía una actuación uniforme durante las entrevistas, lograría ese objetivo. Pero
la experiencia me demostró que cuando una actitud externa incondicional está
acompañada por sentimientos de aburrimiento, escepticismo o rechazo, al cabo de un
tiempo es percibida como inconsecuente o poco merecedora de confianza. He llegado
a comprender que ganar la confianza del otro no exige una rígida estabilidad, sino que
supone ser sincero y auténtico. He escogido el término "coherente" para describir la
manera de ser que me gustaría lograr. Esto significa quedebo poder advertir cualquier
sentimiento o actitud que experimento en cada momento. Cuando esta condición se
cumple, soy una persona unificada o integrada, y por consiguiente puedo ser tal como
soy en lo profundo de mí mismo. Esta es la realidad que inspira confianza a los demás.

2. Una pregunta íntimamente relacionada con la anterior es: ¿Puedo ser lo


suficientemente expresivo, como persona, de manera tal que pueda comunicar lo que
soy sin ambigüedades? Pienso que la mayoría de los fracasos en mis intentos de lograr
una relación de ayuda pueden explicarse por el hecho de no haber podido hallar
respuestas satisfactorias a estas dos preguntas. Cuando experimento un sentimiento de
aburrimiento o fastidio hacia otra persona sin advertirlo, mi comunicación contiene
mensajes contradictorios. Mis palabras transmiten un mensaje, pero por vías más
sutiles comunico el fastidio que siento; esto confunde a laotra persona y le inspira
desconfianza, aunque ella tampoco advierta el origen de la dificultad. Cuando como
padre, terapeuta, docente o ejecutivo no logro percibir lo que ocurre en mí mismo a
causa de una actitud defensiva, no consigo hacer conscientes mis propios sentimientos,
sobreviene el fracaso antes mencionado. Estos hechos me han llevado a pensar que la
enseñanza fundamental para alguien que espera establecer cualquier tipo de relación
de ayuda consiste en recordarle que lo más seguro es ser absolutamente auténtico. Si
en una relación determinada soycoherente en una medida razonable, si ni yo ni el otro
ocultamos sentimientos im• portantes para la relación, no cabe duda de que podremos
establecer una adecuada relación de ayuda.
Una manera de expresar esto, que quizá parezca extraña al lector, es la
siguiente: si puedo crear una relación de ayuda con• migo mismo -es decir, si puedo
percibir mis propios sentimientos y aceptarlos-, probablemente lograré establecer una
relación de ayuda con otra persona.
Ahora bien, aceptarme y mostrarme a la otra persona tal como soy es una de
las tareas más arduas, que casi nunca puede lograrse por completo. Pero ha sido muy
gratificante advertir que ésta es mi tarea, puesto que me ha permitido descubrir los
defectos existentes en las relaciones que se vuelven difíciles y reencaminarlas por una
senda constructiva. Ello significa que si debo facilitar el desarrollo personal de los que
se relacionan conmigo, yo también debo desarrollarme, y si bien esto es a menudo
doloroso también es enriquecedor.

3. Una tercera pregunta es: ¿Puedo permitirme experimentar actitudes positivas hacia
esta otra persona: actitudes de calidez, cuidado, agrado, interés, respeto? Esto es fácil.
Suelo advertir en mí, y a menudo también en otros, un cierto temor ante esos
sentimientos. Tememos que si nos permitimos experimentar tales sentimientos hacia
otras personas, nos veamos atrapados por Ellas. Podrían planteamos exigencias o bien
decepcionarnos, y naturalmente no deseamos correr esos riesgos. En consecuencia,
reaccionamos tratando de poner distancia entre nosotros y los demás, ycreamos un
alejamiento, una postura "profesional", una relación impersonal.
Estoy convencido de que una de las razones principales para profesionalizar
cualquier campo de trabajo consiste en que esto ayuda a mantener la distancia. En el
ámbito clínico desarrollamos diagnósticos elaborados en los que consideramos a la
persona un objeto. En la docencia y en la administración empleamos todo tipo de
procedimientos de evaluación, en los que la persona también es percibida como un
objeto. De esta manera, a mi juicio, logramos protegernos de los sentimientos de
solicitud y cuidado que existirían si reconociéramos que la relación se plantea entre
dos personas. Nos sentimos realmente satisfechos cuando descubrimos, en ciertas
relaciones o en determinadas oportunidades, que sentir y relacionarnos con el otro
como persona hacia la que experimentamos sentimientos positivos no es de manera
alguna perjudicial.

4. Otra pregunta cuya importancia he podido comprobar por mi propia experiencia es:
¿Puedo ser suficientemente fuerte como persona como para distinguirme del otro?
¿Puedo respetar con firmeza mis propios sentimientos y necesidades, tanto como los
del otro? ¿Soy dueño de mis sentimientos y capaz de expresarlos como algo que me
pertenece y que es diferente de los sentimientos del otro? ¿Es mi individualidad lo
bastante fuerte como para no sentirme abatido por su depresión, atemorizado por su
miedo, o absorbido por su dependencia? ¿Soy íntimamente fuerte y capaz de
comprender que su furia no me destruirá, su necesidad de dependencia no me someterá,
ni su amor me sojuzgará, y que existo independientemente de él, con mis propios
sentimientos y derechos? Cuando logro sentir con libertad la capacidad de ser una
persona independiente, descubro que puedo comprender y aceptar al otro con mayor
profundidad, porque no temo perderme a mí mismo.

5. Esta pregunta guarda una estrecha relación con la anterior. ¿Estoy suficientemente
seguro de mí mismo como para admitir la individualidad del otro? ¿Puedo permitirle
ser lo que es honesto o falso, infantil o adulto, desesperado o pleno de confianza?
¿Puedo otorgarle la libertad de ser? ¿O siento que el otro debería seguir mi consejo,
depender de mí en alguna medida o bien tomarme como modelo? En relación con esto,
recuerdo un breve e interesante estudio de Farson,6 en el que este autor demostró que
el asesor menos adaptado y competente tiende a inducir una adecuación a su propia
personalidad y procura que sus clientes lo tomen como modelo. En cambio, el asesor
más competente y adaptado puede interactuar con un cliente durante muchas
entrevistas sin interferir la libertad de éste de desarrollar una
personalidad m diferente de la de su terapeuta. Sin duda alguna, es preferible
pertenecer a este último grupo, tanto sea como padre, supervisor o asesor.

6. Otra pregunta que me planteo es: ¿Puedo permitirme penetrar plenamente en el


mundo de los sentimientos y significados personales del otro y verlos tal como él los
ve? ¿Puedo ingresar en su mundo privado de manera tan plena que pierda todo deseo
de evaluarlo o juzgarlo? ¿Puedo entrar en ese mundo con una delicadeza que me
permita moverme libremente y sin destruir significados que para él revisten un carácter
precioso? ¿Puedo sentirlo intuitivamente de un modo tal que me sea posible captar no
sólo los significados de su experiencia que él ya conoce, sino también aquellos que se
hallan latentes o que él percibe de manera velada y confusa? ¿Puedo extender esta
comprensión hacia todas las direcciones, sin límite alguno? Pienso en el cliente que
una yez dijo: "Cuando encuentro alguien que sólo comprende de mí una parte, por
vez, sé que llegaremos a un punto en que dejará de comprender... lo que siempre he
buscado es alguien a quien comprender.”
Por mi parte, me resulta más fácil lograr este tipo de comprensión y
comunicarlo cuando se trata de clientes individuales y no de estudiantes en clase o
miembros del personal o de algún grupo con el que estoy relacionado. Existe una
poderosa tentación de "corregir" a los alumnos, o de señalar a un empleado los errores
de su modo de pensar. Pero cuando en estas situaciones me permito comprender, la
gratificación es mutua. Con mis clientes, a menudo me impresiona el hecho de que un
mínimo grado de comprensión empática -un intento tosco y aun fallido de captar la
confusa complejidad de su significado- puede significar una ayuda: aunque no cabe
duda de que la mayor utilidad se logra cuando puedo ver y plantear con claridad los
significados de su experiencia que han permanecido oscurosy encubiertos para él.

7. Otro problema se relaciona con mi capacidad de aceptar cada uno de los aspectos
que la otra persona me presenta. ¿Puedo aceptarlo tal cual es? ¿Puedo comunicarle esta
actitud? ¿O puedo recibirlo sólo de manera condicional, aceptando algunos aspectos d
sus sentimientos y rechazando otros abierta y disimuladamente? según mi experiencia,
cuando mi actitud es condicional, la otra persona no puede cambiar o desarrollarse en
los aspectos que no soy capaz de aceptar. Cuando más tarde -a veces demasiado
tarde- trato de descubrir las razones por las que he sido incapaz de aceptar en todos sus
aspectos, suelo descubrir que ello se debió a que me sentía temeroso o amenazado por
alguno de sus sentimientos. Si deseo brindar ayuda, antes debo desarrollar y aceptar
esos aspectos en mi.

8. La siguiente pregunta se relaciona con un tema eminentemente práctico. ¿Puedo


comportarme en la relación con la delicadeza necesaria como para que mi conducta no
se sentida como una amenaza? El trabajo que en la actualidad estamos llevando a cabo
con objeto de estudiar los concomitantes filosóficos de la psicoterapia confirma la
investigación de Dittes acerca de la facilidad con que los individuos se sienten
amenazados en el nivel fisiológico. El reflejo psicogalvanico—medida de la
conductividad de la piel—sufre brusca depresión cuando el terapeuta responde con
alguna palabra apenas más intensa que los sentimientos del cliente. Ante una frase
como “¡caramba, se lo ve muy alterado!” la aguja parece saltar fuera del papel. Mi
deseo de evitar tales amenazas no se debe a una hipersensibilidad con respecto al
cliente. Simplemente obedece a la convicción, basado en la experiencias, de que su
puedo liberarlo tanto como sea posible de las amenazas externas, podrá comenzar a
experimentar y ocuparse de los sentimientos y conflictos internos que representan
fuentes de amenazas.

9. El siguiente interrogante representa un aspecto especifico en importante de la


pregunta precedente: ¡puedo liberar al cliente de la amenaza de evaluación externa?
En casi todas las fases de nuestra vida –en el hogar, la escuela, el trabajo—estamos
sujetos a las recompensas y castigos impuestos por los juicios externos. “está bien”;
“eres desobediente”; “esto merece un diez”; “aquello merece un aplauso”; “esto es
un buen asesoramiento”. Este tipo de juicios forma parte de nuestra vida, desde la
infancia hasta la vejez. Pienso que tienen cierta utilidad social en instituciones y
organizaciones tales como escuelas y profesiones. Como las demás frecuencia. Sin
embargo, según mi experiencia, esos juicios de valor no estimulan el desarrollo
personal; por consiguiente no creo que deban formar parte de una relación de ayuda.
Curiosamente, una evaluación positiva resulta, en última estancia, tan amenazadora
como una negativa, puesto que decir a alguien que es bueno implica también el derecho
a decirle que es malo. En consecuencia, ha llegado a sentir que cuanto más libre e
juicio y evaluaciones pueda mantener una relación, tanto más fácil resultara aa otra
persona alcanzar un punto en el que pueda comprender que el foco de la evaluación y
el centro de la responsabilidad residen en sí mismo, que sólo a él concierne, y no habrá
juicio externo capaz de modificar esta convicción. Por esta razón quiero lograr
relaciones en El significado y valor de esta experiencia es, en definitiva, algo las que
nos sorprendan evaluando al otro, ni siquiera en mis propios sentimientos. Pienso que
esto le da la libertad de ser una persona responsable de sus propios actos.

10. Veamos una última pregunta: ¿Puedo enfrentar a este otro individuo como una
persona que está en proceso de transformarse o me veré limitado por mi pasado y el
suyo? Si en mi contacto con él lo trato como a un niño inmaduro, un estudiante
ignorante, um1 personalidad neurótica o un psicópata, cada uno de estos conceptos que
aporto a la relación limita lo que él puede ser en ella. Martín Buber, el filósofo
existencialista de la Universidad de Jerusalén, tiene una frase -"confirmar al otro"- que
reviste gran significado para mí. Dice: "Confirmar significa... aceptar la total
potencialidad del otro... Puedo reconocer en él, conocer en él a la persona que ha sido...
creada para transformarse... Lo confirmo en mí mismo, y luego en él, en relación con
esta potencialidad que... ahora puede desarrollarse, evolucionar."8 Si considero a la
otra persona como a alguien estático, ya diagnosticado y clasificado, ya modelado por
su pasado, contribuyo a confirmar esta hipótesis limitada. Si, en cambio, lo acepto
como un proceso de transformación lo ayudo a confirmar y realizar sus
potencialidades.
En este punto, me parece que Verplanck, Lindsley y Skirmer, que estudian el
condicionamiento operante, se unen a Buber, el filósofo y el místico. Al menos se unen
en principio, de una manera extraña. Si en una relación sólo veo una oportunidad de
reforzar ciertos tipos de palabras u opiniones del otro, tiendo a confirmarlo como
objeto: un objeto básicamente mecánico y manipulable. Si esto constituye para mí su
potencialidad, el otro tenderá a actuar de maneras que corroboren esa hipótesis. Si, por
el contrario, veo en la relación una oportunidad de "reforzar" todo lo que la otra
persona es, con todas sus potencialidades existentes, ella tenderá a actuar de maneras
que confirmen esta hipótesis. Entonces, según el término empleado por Buber, lo habrá
confirmado como persona viviente, capaz de un desarrollo creativo inmanente.
Personalmente prefiero este último tipo de hipótesis.
Conclusión

Al comienzo de este capítulo analicé algunas de las contribuciones que la investigación


aporta a nuestro conocimiento de las relaciones. Esforzándome por tener presentes esos
conocimientos, consideré luego las preguntas que surgen, desde un punto de vista interno y
subjetivo, cuando ingreso como persona en una relación. Si pudiera responder afirmativa•
mente a todas las preguntas que he planteado, no habría duda de que todas las relaciones en
que participo serian relaciones de ayuda y estimularían el desarrollo. Sin embargo, no estoy
en condiciones de dar una respuesta afirmativa a la mayoría de estas preguntas. Sólo puedo
hacer esfuerzos orientados hacia el logro de una respuesta positiva.
Eso ha despertado en mí la sospecha de que la relación de ayuda óptima sólo puede ser creada
por un individuo psicológicamente maduro.
Dicho de otra manera, mi capacidad de crear relaciones que faciliten el desarrollo de otros 1

como personas independientes es una función del desarrollo logrado por mí mismo. En ciertos
aspectos éste es un pensamiento inquietante, pero también promisorio y alentador, pues
implica que si deseo crear relaciones de ayuda tengo una ocupación interesante porel resto
de mis días, que acrecienta y actualiza mis potencialidades en el sentido del desarrollo.
No puedo evitar la desagradable idea de que quizá lo que he resuelto para mí en este trabajo
pueda tener poca relación con los intereses y (ocupaciones del lector. Lamentaría que 1 así
fuese. Me queda el consuelo parcial de saber que todos los que trabajamos en el campo de
las relaciones humanas e intentamos comprender la armonía existente en él, estamos
comprometidos en la empresa más importante del mundo moderno. Si nos esforzamos
seriamente por comprender nuestra labor como administradores, docentes, asesores
educacionales o vocacionales o bien como psicoterapeutas, entonces estaremos trabajando
sobre el problema que determinará el futuro de este planeta. Porque el futuro no depende
de las ciencias físicas, sino de los que procuramos comprender las interacciones entre los seres
humanos y crear relaciones de ayuda. Tengo la esperanza de que las preguntas que hoyme
formulo ayuden al lector a adquirir mayor comprensión y perspectiva en sus propios esfuerzos
por facilitar el desarrollo en sus relaciones.
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Tercera lectura:
El concepto de la persona que funciona
completamente.
Carl R. Rogers
suelen dar. Parecen demasiado fragmentarias
EL CONCEPTO DE LA PERSONA y relativistas como para tener mucho valor en una
QUE FUNCIONA ciencia de la personalidad en desarrollo. Creo que
COMPLETAMENTE contienen también a menudo un prejuicio oculto
Carl R. Rogers que las hace insatisfactorias. Pienso en el concepto
habitual de que la persona que ha completado la
terapia estará adaptada a la sociedad, pero ¿qué
sociedad?,
¿cualquier sociedad, no importa cuales sean
INTRODUCCION sus características? No puedo acepar esto.
Pienso en el concepto, implícito en muchos
Escribí este articulo durante un trimestre escritos sobre psicología. de que la terapia
invernal. escapando de los rigores del invierno en fructífera significa que una persona habrá sido
Chicago. Si mi memoria no me falla, lo escribí transportada de un diagnostico considerado
en 1952-1953 en una casa de campo (más como de categoría patológica a uno
fielmente, “Jacal”), en el extremo de la isla de considerado normal. Pero las pruebas
Grenada en el Caribe. de donde veíamos la furia acumuladas demuestran que hay poco acuerdo
del Atlántico al este, y hacia el más tranquilo y en categorías de diagnosticó, para que
colorido Caribe al oeste, Cuando termine de prácticamente no tengan sentido como
escribir. me gusto el artículo. conceptos científicos. Aun si la persona se
Años más tarde, lo presente a una vuelve "normal", ¿es ese un resultado
importante revista sobre psicología, cuyo director adecuado de la terapia? Más aún. en años
me escribió en tono amable. Era recientes me_ he preguntado si el termino
evidente que dudaba de su valor de publicación;
para empezar, sugirió que lo re- psicopa tología es solo una conveniente
canasta para poner todos aquellos aspectos de
escribiera completamente, en términos mas la personalidad que en sí mismos despiertan
objetivos. Supe que no quería hacerlo, pero
también me percate de cuan apartado estaba del gran temor en los expertos en diagnostico. Por
pensamiento psicológico ortodoxo, así que este y otras rezones. el cambio en diagnostico
simplemente lo hice duplicar para distribución no es una descripción del resultado terapéutico
personal. qua me satisfaga. Si cambio hacia otro tipo de
Al correr del tiempo, me dedique por entero concepto encontrare que se dice que la
a el para extraer artículos ulteriores y quizá más persona, después de su terapia, ha logrado una
detallados. En consecuencia, el lector puede salud mental positiva; mas ¿quién define la
encontrar gran material de este artículo que ha sido salud mental? Supongo que la Menninger
encontrado en otros contextos, sin embargo, al Clinic y el Counceling Center de la Universidad
releerlo ahora, me agrada tenerlo en su forma de Chicago la definirían en forma bastante
original. Me doy cuenta de que muchas de las cosas distinta. Estoy seguro de que el Estado
que dije tentativamente entonces, las diría ahora con soviético tendría aun otra definición.
más convicción y mas evidencia objetiva. Presionado por preguntas de este tipo me
encontré a mí mismo reflexionando acerca de las
EL PROBLEMA características de la persona que surge de la
terapia, si esta Ultima es fructífera al máximo.
Supongo que cada uno de nosotros, de cuando Me gustaría compartir algunas de estas
en cuando, reflexiona sobre las características especulaciones personales tentativas. Quiero
generales de la persona que ha terminado una formular un concepto teorético del punto final o
psicoterapia. Si fuéramos tan fructíferos terapeutas. crucial de la terapia. Deseo exponer esto en
como podríamos desear serlo. ,que tipo de personas términos que / estuvieran libres de algunos de los
se habrían desarrollado en nuestra terapia?, ¿cuál criticismos que he mencionado, términos que
es el punto final hipotético. el ultimo, del proceso finalmente podrían ser sometidos a definición
terapéutico? operacional y verificación objetiva.
Con frecuencia me he hecho a mí mismo esta
clase de preguntas y he sentido gran insatisfacción
con el tipo de respuestas que se
estos sentimientos. Encuentra qua su conducta
ANTECEDENTES DESDE LOS cambia en modalidades constructivas de
CUALES SE ENFOCA EL acuerda con su selfrecientemente
PROBLEMA experimentado. Se aproxima a la realización de
qua ya no necesita temer lo qua la experiencia
Desde el principio, debería poner en claro que puede contener, sino que la acepta libremente como
estoy hablando desde el fondo de una terapia parte de su self cambiante y en desarrollo.
centrada en la persona. Posiblemente toda Este as un bosquejo resumido de lo que
psicoterapia fructuosa produce un resultado de una terapia centrada en la persona pudiera ser
personalidad similar, pero estoy menos seguro en grado óptima. La expongo aquí simplemente-
que anteriormente: por ello, deseo estrechar mi le come introducción a mi preocupación
campo de consideración. Así, debo suponer que principal: ¿qué características de la
esta persona hipotética, a quien he descrito, ha personalidad se desarrollan en el paciente
tenido una experiencia extensiva e intensiva en como resultado de esta Base de experiencia?
terapia centrada en la persona, y que tal terapia ha sido
tan del todo fructuosa coma teóricamente sea
posible. Esto significaría que el terapeuta ha sido TRES CARACTERISTICAS DE
capaz de penetrar en una relación intensamente- LA PERSONA DESPUES DE LA
personal y subjetiva con este TERAPIA
paciente- relacionándose no como
- Objeto de estudio. ni como médico que espera ¿Cuál as ententes el punto final de una
diagnosticar y curar, sino de persona a persona. psicoterapia Optima? Debo contestar esta pregunta
Significaría que el terapeuta siente que tal para mí mismo, basando mi pensamiento en el
paciente es una persona de valor propio conocimiento que hernias obtenido de la
incondicional; de valor. no importa cuál sea su experiencia clínicas y de la investigación, pero
condición, su conducta o sus sentimientos. Llevando esto al límite de ver mejor la clase de
Significaría que el terapeuta es capaz de dejarse
persona que surgiría si laterapia fuera máxima. Al
llevar hacia un entendimiento de este persona, qua
plantear diferentes problemas sabré la pregunta, la
no hay barreras internas que le impidan sentir
descripción me parece muy unitaria: pero pare
lo que se siente ser el paciente en cada momento
claridad de presentación, la separare en tres facetas.
de la relación: y que él puede comunicar alga de
su comprensión empática al paciente, Esto 1. Este persona estaría abierta a su experiencia:
significa que el terapeuta se ha sentido cómodo esta es una frase qua ha llegado a tener un
al entrar en esta relación completamente, sin saber significado crecientemente definitiva para mi. Es
cognoscitivamente adonde conducirá, sintiéndose este el polo opuesto de defensividad. Hemos
satisfecho por proporcionar un clima que liberará descrito la defensividad
al paciente para Llegar a ser el mismo. como la respuesta del organismo a las experiencias
Para la persona, este terapia optima ha percibidas o anticipadas comoincongruentes con la
significado una exploración de sentimientos en estructura del self. A fin de
si mismo, crecientemente extraños, mantener la estructura del self, a tales experiencias -
desconocidos y peligrosos, probando que la se les da un simbolismo distorsionado en la
exploración es posible solo porque gradualmente conciencia, lo cual reduce la incongruencia. Así,
se esté dando cuenta de que es aceptada en forma el individuo se defiende a si mismo contra cualquier
incondicional. Asi se relaciona con elementos de su amenaza de alteración en el concepto del self.
experiencia que en el pasado han sido negados a Sin embargo. en la persona abierta a su
la conciencia para ser demasiado amenazantes, experiencia, cualquier estimulo. ya sea
demasiado dañinos para la estructura del self. originado dentro del organismo o en el ambiente.
Él se encuentra a si mismo experimentando seria trasmitido libremente por
estos sentimientos completa- mente en la relación, media del sistema nervioso sin ser
de manera que por el momento él es su miedo o distorsionado por un mecanismo defensivo. No
su coraje o su ternura o su fortaleza. Y como vive habría necesidad del mecanismo de
estos sentimientos ampliamente variados, en "subcepcion", por media del cual el organismo
todos sus grados de intensidad. descubre que se ha
experimentado a él mismo, que el es todos
es advertido de cualquier experiencia oí chasquear y todo. Sentía verdadero dolor ahí
amenazante para el self. Por lo contrario, si el todo el tiempo, al principio, realmente agudo. Hice
estimulo fue el impacto de una configuración que el doctor me examinara, y dijo que no era
en forma, color o sonido en el ambiente o en nada serio, que era un dolor que desaparecería por
los nervios sensoriales o un rastro de recuerdo sí mismo, siempre y cuando no me doblara
del pasado, o una sensación visceral de miedo mucho. Bueno, esto fue hace varios meses... y he
o placer o disgusto, la persona estaría notado recientemente que...diablos, este es un
"viviéndolo". lo tendría completamente verdadero dolor y aún persiste. Y no es
accesible a la con ciencia. mi culpa, quiero decir... es...
Quizá pueda dar a este concepto un
significado más vivido si lo aclaro con una Terapeuta: esto no Prueba nada malo de
entrevista grabada. Un joven profesional reporta en usted.
la 48° entrevista el modo en que se ha vuelto más
abierto a algunas de sus sensaciones Paciente: no... y una de las razones por las
corporales, así como a otros sentimientos. que parece que estoy más cansado de lo
que debería es, quizá, esta tensión
Paciente: me parece que para cualquiera sería constante y 10 demás, He hecho ya una
imposible relatar todos los cambios que uno cita con uno de los doctores en el hospital,
siente; pero, sin duda, he sentido recientemente que quien me vera y me aplicara rayos X o algo.
tengo más respeto, más objetividad hacia mi En cierto modo, creo que usted podría decir
configuración física. Quiero decir que no espero que estoy solo mas objetivamente sensible
demasiado de mí mismo. Así es como esto sucede: a este clase de cosas. Puedo decir con
me parece que antes acostumbraba a luchar contra certeza que esto se ha extendido a lo que
cierto cansancio que sentía después de la cena. como y a lo mucho que como. :este es real-
Bien, ahora siento con seguridad que en realidad mente un cambio significativo y, por
estoy cansado -que no estoy fingiéndome supuesto, mis relaciones con mi esposa y
cansado—, que solo estoy psicológicamente mis hijos son... bueno... usted no lo
deprimido. Parecía que estaba nada más criticando reconocería si pudiera adentrarse en mis
en forma constante mi cansancio. - sentimientos... como lo ha hecho…quiero
Terapeuta: así que se deja a usted mismo estar decir. realmente sentir amor por los hijos
cansado. en vez de sentir junto con el cansancio y al mismo tiempo recibir/o. No sé como
una especie de crítica de este. decir esto. Ambos tenemos un respeto
Paciente: si, de que no debería estar cansado acrecentado por Judy y apenas hemos
de algo. Y en cierta forma parece ser algo notado -ya que participamos en esto-- un
significativo el que ya no puedo luchar contra este cambio considerable en ella. Parece ser
cansancio, y con el tengo el sentimiento real de: alga muy significativo.
"Debo ir más despacio también, así que estar
cansado no es alga tan espantoso," Pienso que de Terapeuta: me parece que está diciendo que
aquí puedo deducir por qué yo debería ser como puede escucharse con más precisión
mi padre y el modo en que el ve algunas de a usted mismo. Si su cuerpo dice que está
estas cosas, por cansado, usted 10 escucha y le cree, en vez
ejemplo, si yo estuviera enfermo y lo dijera. de criticado; si es dolor, usted puede
abiertamente parecería que el querría hacer algo escuchado: si el sentimiento es realmente amar
al respecto, pero al mismo tiempo diría: "Dios mío, a su esposa o a sus hijos. usted puede
más problemas," Usted sabe. algo así. sentir/o. y parece manifestarse también en 10
diferente que ellos son.
Terapeuta: coma si en realidad hubiera algo
molesto acerca de estar físicamente enfermo. Aquí, en una entrevista relativamente pequeña
pero simbólica, se puede ver mucho de lo que
Paciente: estoy seguro. si. de que mi padre he estado tratando de decir acercade la apertura
tiene la misma falta de respeto por su propia a la experiencia. Al principio, el no podía sentir
fisiología que la que yo tenía. Ahora el verano libremente dolor o enfermedad, porque estar
pasado me torcí la espalda, me la disloque. la enfermo significaba no ser aceptable. Ni podía
sentir ternura y amor por
sus hijos, porque tales sentimientos significaban Una manera de expresar la fluidez que
ser débil, y él tenía que mantener su imagen de estaría presente en tal forma existencial de
ser fuerte. Pero ahora él puede ser Vivir, es decir que el self y la personalidad sur-
genuinamente abierto a las experiencia de su giran de la experiencia, en vez de que esta
organismo: puede estar cansado cuando este Ultima sea traducida o torcida para ajustarse a
cansado; tener dolor cuando su organismo tiene una estructura preconcebida del self. Esto
dolor; experimentar libremente el amor que significa que uno se vuelve participante y
siente por su hija, y sentir y expresar molestia observador del proceso de continuidad de la
para con ella. come prosigue diciendo en la experiencia orgánica, en vez de estar sujeto al
siguiente parte de la entrevista. Él puede vivir control de ello. En otra ocasión trate de
completamente las experiencias de su organismo describir lo que me parece este tipo de vida:
total, más que excluirlas de la conciencia.
He utilizado este concepto de accesibilidad Este complete tren de experiencia, y el
a la conciencia para tratar de aclarar lo que significado que hasta aquí he descubierto en
entiendo por apertura a la experiencia. Esto el, parece haberme lanzado a un proceso que,a
podría ser malentendido. No quiero decir que este
la vez que es fascinante, en algunas ocasiones
individuo estaría completamente auto consciente y
enterado de todo lo que ocurre dentro de él, como resulto un poco atemorizante. Parece que
el ciempiés que se vuelve consciente de todas sus significa dejar que mi experiencia me lleve en
patas; al contrario, el seria libre para vivir un una dirección aparentemente hacia adelante,
sentimiento subjetiva- mente o estar consciente de hacia metas que no puedo definir más que en
este. Podría experimentar amor o dolor o miedo, forma muy vaga, tratar de entender por lo menos
viviendo en esta actitud subjetivamente. O podría el significado actual de esa experiencia. La
retirarse a sí mismo de este subjetividad y advertir sensación es la de flotar en una compleja
en su conciencia: "Me duele", "tengo miedo". corriente de experiencia. con
"amo", etc. El punto crucial es que no habría la fascinante posibilidad de tratar de comprender
barreras ni inhibiciones que impidieran la su cambiante complejidad (Rogers, 1958).
completa experimentación de cualquier cosa que
Entonces. tal forma de vivir en el momento
estuviera orgásmicamente presente, y la
accesibilidad a la conciencia es una buena significa ausencia de rigidez, de estrecha
medida de este ausencia de barreras. organización, de la imposición de la estructura
2. Este persona viviría en un modo sobre la experiencia. Esto significa.. por lo
contrario, un máximo de adaptabilidad, un
existencial. Creo que sería evidente que para descubrimiento de -la estructura en la
aquel que estuviera totalmente abierto a su
experiencia. completamente sin defensividad, experiencia, una fluyente y cambiante
...., cada momento seria nuevo. La compleja organización del self y de la personalidad.
configuración de estímulos intentemos y externos personalidad y el self estarían en flujo
que existen en este momento no han existido continuo: siendo los Únicos elementos estables
antes de este modo. En consecuencia, nuestra las capacidades fisiológicas y las limitaciones
persona hipotética se daría cuenta de que "lo del organismo, las continuas o recurrentes
que seré en el momento siguiente y lo que hare necesidades orgánicas para la supervivencia.
depende de ese momento, y ni yo ni otros el mejoramiento. la comida, el afecto, el sexo,
podremos predecirlo". No es infrecuente que etc. Los rasgos más estables de la
encontremos pacientes que expresan esta personalidad serian la apertura a Is
clase de sentimientos. Así, uno, al final de la experiencia, y la resolución flexible de
terapia, dice en forma bastante confusa: "No he necesidades existentes an el medio existente.
terminado el trabajo de integración y
3. Este persona encontraría en su organismo
reorganización de mí mismo, pero eso es solo
un medio digno de confianza para llegar al
confuso, no desanimarte ahora que me doy
cuenta de que este es un proceso continuo._ comportamiento más satisfactorio en cada
Es estimulante, algunas veces inquietante, pero situación existencial. Haría lo que "sintiera
muy alentador, sentirse uno mismo en acción y correcto" en ese momento inmediato y hallaría que
conociendo aparentemente a donde va, aun esta seria en general una guía de comportamiento,
cuando no siempre se conoce en forma competente y confiable.
consciente donde este eso." Si esto parece extraño, permítaseme explicar
el razonamiento al respecto. Dado que
el estaría abierto a su experiencia. tendría los datos al alcance, pero algunas veces faltarían
acceso a todos los datos disponibles en is datos: sin embargo, a cause del elemento de
situación en que basa su comportamiento; las apertura a la experiencia, cualquier error.
demandas sociales, sus propias necesidades. cualquier resultado de conducta que no fuera
complejas y posiblemente conflictivas: sus satisfactorio, seria corregido con rapidez. Las
recuerdos de situaciones similares, su computaciones. como fueron. estarían siempre en
percepción de Is singularidad de esta proceso de corrección, porque se comprobarían
situación, etc. El "sistema dinámico" de cada continuamente en la conducta.
situación, como lo llamaría Krech (1951), sería Quizá al lector no le gustara mi analogía de una
muy complejo; pero el podría permitir a su computadora electrónica. Permítaseme decido en
organismo total. participando su conciencia. términos más humanos. El paciente a quien me
considerar cada estimulo, necesidad y he referido se encontró a si mismo expresando
demanda, su intensidad e importancia relativa molestia (tanto como afecto) a su hija cuando
y, a partir de este complejo pesar y balancear. "el así sentía". Más aún. se encontró haciéndolo
descubrir el curso de acci6n que permitiera en una forma que no solo lo liberaba de la tensión
acercarse más a la satisfacción de todas sus en el mismo, sino que libero a su hija para
necesidades presentes en la situación. Una expresar sus propias molestias. El describe las
analogía que podría acercarse a una diferencias entre comunicar su molestia y dirigirle
descripción seria comparar a esta persona con o imponerle sentimientos de enojo. Y continúa:
una gigantesca computadora electrónica. "Porque esto no se siente nada mas como si yo
Dado que está abierta a su experiencia, todos estuviera imponiéndole mis sentimientos a ella.
los datos de las impresiones de sus sentidos, y me parece que debo mostrados en mi care. Quizá
de su memoria, del aprendizaje previo. de sus ella lo ye como «si, papi está enojado. pero no
estados viscerales e internos, alimentan la debo acobardarme»; porque ella nunca se
acobarda. Este es en sí mismo un tema para
máquina. La computadora toma como datos una novela. simplemente se siente asi de Bien." En
todos estos múltiples puntos y fuerzas que le
fueron introducidos y rápidamente computa el este ejemplo, estando abierto a su experiencia. 01
curso de acción, que sería el vector más selecciona, con habilidad intuitiva sorprendente,
económico para satisfacer la necesidad en un curso de conducts guiado con astucia. que
esta situación existencia, este es el satisface su necesidad de menguar su tensión de
comportamiento de nuestra persona hipotética. enojo. pero tambien satisface su necesidad de ser un
buen padre. y la necesidad de encontrar
Los defectos que en la mayoría de nosotros
satisfacción en el sano desarrollo de su hija. Mas
hacen que este proceso no sea con fiable son
km, el logra todo esto hacienda simplemente lo
la inclusión de materiales no existencial o la
que siente que es correcto para el.
ausencia de datos. Esto sucede cuando los
En un nivel muy diferente, parece que esta
recuerdos y el aprendizaje previo son incluidos
misma clase de selección organismica
para la computación, como si fueran este
compleja determine el comportamiento
realidad, y no recuerdos y aprendizaje, lo cual
científico de un hombre como Einstein,
produce una respuesta de comportamiento
manteniéndolo hacia una dirección dada,
erronea. 0 también se produce el error cuando mucho antes de que pueda dar una base del
ciertas experiencias amenazantes estén todo consciente y racional. Durante este
inhibidas por la conciencia y, por lo tanto, son periodo inicial. simplemente confía en su
excluidas de Is computación o alimentadas en reacción organismica total. Y dice "Durante
forma distorsionada. Pero nuestra persona todos esos arios existía un sentido de
hipotetica encontraría su organismo dirección, de it derecho hacia algo concreto.
completamente confiable, porque todos los Por supuesto. es muy difícil expresar ese
datos disponibles serían utilizados. y estarían sentimiento en palabras: pero ese fue deci-
presentes en forma exacta más que dis- didamente el caso, que con claridad debe ser
torsionada. Por ende, su comportamiento se distinguido de las consideraciones ulteriores en
acercaría tanto como fuera posible a la relación con la forma racional de la solución
satisfacción de todas sus necesidades de (Wertheimer, 1945). Este es el tipo de
mejoramiento, de afiliación con otros, etc. comportamiento también, creo, característico
En este pesar, balancear y computar, su
organismo por ningún motivo seria infalible. Dana
siempre la mejor respuesta posible para
de la persona que ha obtenido mucho de Is alcanzan por completo. Ha llegado a gustarme
terapia. esta descripción, porque creo que tiene su origen
en nuestra experiencia
porque es verdadera en relación con ella y
LA PERSONA QUE FUNCIONA EN porque creo que tiene significativas
PLENITUD implicaciones clínicas, científicas y filosóficas.
Me gustaría presentar algunas de estas
Me gustaría vincular estos tres puntos en una ramificaciones e implicaciones según mi punto
sola fibra descriptiva. mas unificada. Parece que de vista.
la persona que ha vivido una expe- riencia de
terapia centrada en el paciente, teóricamente
óptima. es alguien que funciona en plenitud. Es Es apropiada para la practica clínica
capaz de vivir totalmente en y con todos sus
sentimientos y reacciones. Este utilizando todo su En primer lugar, parece contener una base
equipo orgánico para sentir. tan exactamente para los fenómenos de la experiencia clínica,
como sea posible, la situación existencial dentro y en la terapia fructuosa. Hemos advertido que
fuera. Está empleando el paciente desarrolla un foco de evaluación
••• todos los dados que su sistema nervioso puede dentro de el mismo; esto tiene congruencia
suministrarle. utilizándolos en la conciencia, con el concepto de confiabilidad en el
pero reconociendo que su organismo total organismo. Hemos comentado sobre la
puede ser, y a menudo es. más sabio que su satisfacción del paciente por ser y estarse
conciencia. Es capaz de permitir que su convirtiendo en el mismo, una satisfacción
organismo total funcione en toda su asociada con el funcionamiento completo.
complejidad para seleccionar de las múltiples Encontramos que el paciente tolera una
posibilidades. la conducta que en ese momento extensión más amplia y variada de
será por lo general, la más genuinamente sentimientos. incluyendo aquellos que fueron
satisfactoria, Es capaz de confiar en su orga- productores de ansiedad, y que tales
nismo en este funcionamiento, no porque este sentimientos son integrados con provecho en
sea infalible, sino porque puede estar del todo sus personalidades mas flexiblemente
abierto a las consecuencias de cada una de organizadas. En resumen, los conceptos que
sus acciones y corregidas si es que prueban he expuesto parecen ser to suficientemente
ser menos que satisfactorias. amplios para contener los resultados positivos de
Es capaz de experimentar todos sus la terapia tal como se conoce.
sentimientos, y no tiene miedo de ninguno de
egos. el es su propio suministro de pruebas,
pero este abierto a testimonios de todas las Tiende hacia
fuentes; se halla completamente
comprometido en el proceso de ser y volverse hipótesis
el mismo. y así descubre que es sensato y
realmente social: vive por completo en este operacionales
momento, pero aprende que esta es la forma
de vida más sana para todo el tiempo. Es un Mientras la formulación como se ha dadoes
organismo que funciona completamente y, a admitida como especulativa, conduce, creo. a
causa del conocimiento de el mismo, que elaborar hipótesis que pueden ser enun- ciadas
fluye con libertad en y a través de sus en términos rigurosos y operacionales. Tales
experiencias. es una persona que funciona hipótesis serían libres del factor culture o universales,
completamente. en vez de ser diferentes para cada cultura.
Es obvio que los conceptos dados no son
fácilmente medibles o comprobables, pero con
ALGUNAS IMPUCACIONES DE ESTA nuestra creciente complejidad en investigación en
esta área, su medición no es una esperanza
DESCRIPCION
irracional. Estamos intentando burdamente llegar al
concepto de apertura a la experiencia.
Entonces. esta es mi definición tentativa del
hipotético punto final de la terapia, mi decepción
del cuadro ultimo al que nuestros pacientes reales
se aproximan pero nunca
entre las apreciaciones de los terapeutas y los
Explica contradicciones asombrosas análisis de los T A T sobre la base de escalas
objetivas elaboradas por un diagnosticador. Los
A lo largo de los últimos anos ha habido una
casos clasificados como más exitosos en las
acumulación de pruebas asombrosas respecto a la
escalas T A T fueron considerados por los
relación que existe entre la terapia y los tests terapeutas como son decididamente
proyectivos. Representan los hechos obstinados defensivos. Los casos considerados por los
que simplemente no pueden ser instalados terapeutas como más fructuosos fueron clasifi-
cómodamente dentro de la tendencia general de los cados como menos exitosos en las escalas del
hallazgos de la investigación. Describiré cada uno TAT.
de ellos en términos generales. para así no poner en Estas contradicciones empiezan ahora a incidir
dificultades a las personas implicadas. en un patrón que tiene sentido. en términos de la
a) En uno de los primeros casos, teoría que he presentado. Aunque por el momento
considerado por varios criterios como exitoso, yo expongo esto en forma muy tentativa parecería
un joven diagnosticador estudio el test que cuando los tests proyectivos son analizados
• después de Is terapia, los mismos elementos que el
Rorschach aplicado después de la terapia y trabajador terapéuticamente orientado ye como
exclamo: "1Dios mío! e:,Se da cuenta el terapeuta evidencia de progreso, son vistos por el trabajador
de que este paciente es todavía un psicótico?"
diagnOsticamente orientado como evidencia de
b) Los tets Rorschach de diez casos fueron desorqanizaciOn. Lo que uno ve como_flpidez,
presentados a un psicodiagnosticador aperture a re experiencia, u _oradiz.acton
experimentado. el no encontró pruebas de existential mas que-frgia—Puede ser visto por otro
cambio constructivo en los tests. sino solo -como falta extrema de defense. o
ligeras fluctuaciones. Este resultado se publicó desorganizaci6n proxima al caos. De cualquier
Mas tarde. una clínica más experimentada, manera esto es lo que tentativamente sugiere
tambien terapeuta freudiana. analizo los tests nuestra evidencia.
Rorschach de los mismos diez casos, y Entonces parece posible que la apertura. la
encontró pruebas categóricas de progreso adaptabilidad y la forma de vida existencial que
terapéutico, Esto pareció originar confusión y son características de la persona que ha
nunca se publico recibido una máxima ayuda de la terapia,
pueden ser vistas por un diagnosticador que
e) Cuando una clínica estudio coma trabaja en términos de normas de población,
diagnosticadora los tests Rorschach preterapia como signos de que la persona se esté
y posterapia de 56 pacientes, tuvo la impresión de "despedazando". Lo que para el paciente son
que no mostraban progreso alguno. Más tarde, cualidades de su vida profundamente
cuando se diseñaron escalas objetivas de enriquecedoras, puede ser visto en términos de
medición. para medir rasgos que teóricamente las normas de la población como patología
deberían cambiar en la terapia centrada en el desviante. 'Este es una significativa explicación
paciente. se encontró que habían ocurrido posible de lo que de otro modo son hechos
cambios significativos en términos de estas desvinculados y contradictorios.
escalas.
d) En un caso, estudiado y analizado con
gran detalle, una clínica experimentada en tests La creatividad como resultado
proyectivos y considerablemente orientada ha-
cia la terapia, pero que no conocía nada del Uno de los elementos que me agradan en la
caso. analizo los TAT. Encontró relevantes formulación teorética que he dado es que esta
evidencias de progreso. Cuando la misma serie es una persona creativa. En el punto final hipotético
de T A T fue analizada más tarde con base en de la terapia. dicha persona podría ser "una de
escalas objetivas elaboradas por un las personas autorrealizadas" de Maslow. Con su
diagnosticador, no se encontró cambio alguno. sensitiva apertura a su mundo, su confianza en su
e) Sobre una serie de casos que los terapeutas propia habilidad para formar nuevas relaciones con
clasificaron de poco a mucho éxito, se encontró su medio seria el tipo de persona de la que surgen
una correlación altamente negativo productos creativos y vida creativa. No por fuerza
estaría "adaptado" a su culture y casi, ciertamente,
no sería un
conformista. sino que en cualquier momento y No acepto del todo el concepto, bastante
en cualquier cultura viviría de manera prevaleciente. de que el hombre es básicamente
constructiva, en tanta armonía con su cultura irracional, y así sus impulsos.
como en una balanceada satisfacción de si no son controlados, llevaran a la
necesidades demandadas. En algunas destrucción de otros y de el mismo. El com-
situaciones culturales podría sentirse muy portamiento del hombre es exquisitamente
infeliz, en cierta forma. pero continuaría siendo el racional, moviéndose con astuta y ordenada
mismo, comportándose de tal modo que le complejidad hacia las metas que su
proporcionara la máxima satisfacción de sus organismo este empeñado en alcanzar, La
más profundas necesidades. tragedia para la mayoría de nosotros es que
Creo que tal persona la reconocería el estudioso nuestras defensas nos impiden darnos
de la evolución como el tipo más idóneo pare cuenta de esta racionalidad, así que en
adaptarse y sobrevivir bajo condiciones forma consciente nos movemos en una
ambientales cambiantes. Saris capaz de dirección, mientras que organismicamente
efectuar en forma creativa nos estamos moviendo en otra. Pero en
adaptaciones sensatas a condiciones tanto nuevas nuestra persona hipotética no habría tales
como viejas, Seria un vanguardista de la barreras. y ella sería un participante en la
evolución humana. racionalidad de su organismo. El único
control de impulsos que existiría o que
demostraría ser necesario as el interno y
Se funda en que la naturaleza humane es natural balance de una necesidad contra
digna de confianza otra, y el descubrimiento de compor-
tamientos que siguen el vector que más se
Habra sido evidente que una implicación del aproxima a la satisfacción de todas las
punto de vista que he estado presentando es que necesidades. La experiencia de la
la naturaleza básica del ser humano. cuando satisfacción extrema de una necesidad (de
funciona libremente, es constructiva y digna de agresión, sexo, etc.) en forma tal que
confianza. Para mí, esta es una conclusión violente la satisfacción de otras(de
ineludible a la que se ha llegado después de un
compañerismo tiema intimidad, etc,) —una
cuarto de siglo de experiencia en psicoterapia. experiencia muy común en la persona
Cuando somas capaces de liberar al individuo de organizada de manera defensiva- seria
la defensividad. de manera que este abierto a la simplemente desconocida pare nuestro
gran variedad de sus propias necesidades, así como individuo hipotético. El participaría en las
a la amplia extensión de las demandas sociales y actividades autorreguladoras de su
ambientales, se puede confiar que sus reacciones organismo ampliamente complejas
serán audaces y constructivas. No necesitamos controles termostáticos tanto psicológicos
preguntar quién lo socializara, ya que una de sus como fisiológicos- de modo que pudiera vivir
necesidades más profundas es la de la afiliación en armonía con el mismo y con los demás.
y comunicación con los demás. Cuando as
completamente el mismo, no puede evitar estar
socializado de manera realista. No necesitamos Conducta confiable pero no predecible
preguntar quién controlara sus impulsos Hay ciertas implicaciones de este visión del
agresivos, porque cuando esté abierto a todos sus ser humano optima que tienen que ver con la
impulsos, su necesidad de agradar y su tendencia predictibilidad, cuya consideración encuentro
a dar afecto son tan fuertes como sus impulsos por fascinante. En la descripción teórica que he
golpear a ver por el mismo. Seré agresivo en esbozado, debería resultar evidente que la
situaciones en que la agresión as realmente configuración particular de estímulos internos y
apropiada. pero no habrá necesidad de evadirse externos en los que vive la persona en este
de la agresión. Su comportamiento total, en estas momento. nunca antes ha existido precisamente
y otras áreas. cuando el este abierto a (oda su en esta forma: y también que su conducta es una
experiencia, es balanceado y real. edemas de ser reacción realista a una aprehensión exacta de
apropiado para la supervi- vencia y mejoramiento toda este evidencia internalizada. Por tanto,
de un animal altamente social. debería ser evidente que esta persona aparece
ante el mismo coma confiable, pero no
específicamente pronosticable. Si esta
incorporándose a una nueva situación con distorsiona cualquier experiencia que deberia
una figura de autoridad, por ejemplo, no aportar una prueba contraria, entonces su conducta
puede predecir cual será su conducta. Esto si es específicamente pronosticable. Puede decirse
depende de la conducta de esta figura de con seguridad que cuando se incorpora a una
autoridad, así como de sus propias situación nueva
reacciones internas inmediatas, deseos, con una figura de autoridad, será hostil con ella. Pero
etcétera. Puede sentir la confianza de que cuanto más aumente la apertura a la experiencia
su conducta será apropiada, pero no tiene en este individuo, debido a la terapia o a cualquier
un conocimiento adelantado de lo que hare. tipo de experiencia terapéutica, menos
Encuentro que los pacientes suelen expresar pronosticable será su conducta. Esto recibe una
este punto de vista, y creo que es cruda confirmación en el estudio de Michigan
profundamente importante. (Kelley, 19.51), quien intentaba predecir el éxito en
Empero. lo que he venido diciendo acerca del la psicología clínica. Los pronósticos para la gente
paciente mismo sería igualmente cierto del que se sometió a terapia durante el periodo de
científico que estudia su conducta. El científico investigación fueron definitivamente menos exactas
encontraría justa la conducta de este persona, quo pare et grupo coma un todo.
y vería que lo puede "posdecir”, pero no podría La que estoy diciendo aquí tiene relación
pronosticar o predecir la conducta especifica de con la expresión común de que el gran propósito
este individuo. Las rezones son las siguientes: de la psicología como ciencia es "la predicción y el
el data necesario para la predicción es claro si la control de la conducta humana", una frase que para
conducta de nuestro amigo hipotético es determinada mí ha tenido implicaciones filosóficas molestas.
por la exactitud en el sentir. de toda la compleja Estoy sugiriendo que cuanto más se aproxime el
evidencia que existe en este momento. y por esa individuo a este optima del funcionamiento
evidencia solamente. Sería necesario tener completo, su conducta, aunque siempre justa y
instrumentos disponibles para medir cada uno de determinada. será más difícil de predecir, y aunque
los múltiples estímulos de la programación y una siempre confiable y apropiada, se volverá más difícil
computadora mecánica de gran tamaño para de controlar. Esto significaría que la ciencia de la
calcular el más económico vector de reacción. psicología, en sus más altos niveles, seria quizá
Mientras dura la computación, nuestra persona una ciencia de comprensión más que una ciencia
hipotética ha hecho ya este complejo resumen de predicción; un análisis de la legitimidad de
y apreciaci6n dentro de su propio organismo. y ha aquello que ha ocurrido, más que,
actuado ya. La ciencia, si eventualmente puede primordialmente, un control de lo que este por
recopilar todos estos dates con suficiente ocurrir.
exactitud, debería, teóricamente, ser capaz de En general, esta línea de pensamiento as
analizados y llegar a la misma conclusión y así confirmada por nuestros pacientes, quienes
"posdecir" su conducta. Es dudoso que siempre sienten confianza en que lo que harán en una
pudiera recolectar y analizar los dates situación será apropiado, comprensible y sensato.
instantáneamente, lo cual sería necesario para pero que no pueden predecir par adelantado como
predecir la conducta antes de que ocurriera. se comportaran. Esto es confirmado también por
Yo podría aclarar esto si adopto y amplio nuestra experiencia como terapeutas. donde
algunos de los pensamientos de mi colega la formamos una relación en la que podemos estar
doctora Hedda Bolger y señalo que la conducta seguros de que la persona se descubrirá a sí
que puede ser específicamente pronosticada misma. llegará a ser ella misma, aprenderá a
es la de la persona desadaptada, y que debería funcionar mas libremente, pero donde no podemos
ser evidente que a cada aumento de apertura a pronosticar el contenido específico de la siguiente
la experiencia y vida existencial corresponde expresión, de la siguiente fase de la terapia, o de la
una baja en la pronosticabilidad de la conducta. solución conductual que el paciente encontrará a
En la persona mal adaptada, la conducta es un problema dado. La dirección general es con
pronosticable precisamente porque este fiable y podemos asegurar que será apropiada,
modelada con rigidez. Si tal persona ha pero su contenido específico as predictible.
aprendido un patrón de reacción hostil a la
autoridad, si este "maldad de la autoridad" es
parte de su concepto de el mismo en relación
con Is autoridad, y si a causa de esto niega o
Relaciona la libertad con at determinismo desde una perspectiva nueva. Cabe decir que
en lo óptimo de la terapia, la persona
Me gustaría desviarme aún más del experimenta justamente la más completa y
camino y dar la Ultima implicación filosófica absoluta libertad. Quiere o escoge seguir el
que tiene significado para mí. He estado curso de acción que represente el vector más
perplejo por algún tiempo. frente a la paradoja económico en relación con todos los estímulos
vital que existe en psicoterapia, entre la internos y externos, porque esa conducta será
libertad y el determinismo. En la relación más profundamente satisfactoria. Pero es el
terapéutica. algunas de las experiencias mismo curso de acción que, desde un punto
subjetivas más determinantes son aquellas en más avanzado, puede verse coma
las que el paciente siente dentro de el mismo determinado por todos los factores en la
el poder de elección at descubierto. :El es libre situación existencial_ Contrastemos esto con la
pare ser el mismo o esconderse tras una más- descripción de una persona que este
cara; de moverse hacia adelante o retroceder; organizada en forma defensiva. Ella desea o
de comportarse de modos que sean escoge cierto curso de acción, pero encuentra
destructivos pare él y para otros, o en formes que no se puede comportar en la forma qua
que son exaltantes; literalmente muy libre para escoge. Esta determinado par los factores de
vivir o morir, tanto en el sentido fisiológico la situación existencial, pero esos factores
coma en el psicológico de ambos términos. incluyen su defensa, su negación o distorsión
Aun cuando examinarnos este campo de la de algunos dealos datos pertinentes. De aquí
psicoterapia con métodos de investigación que sea cierto que su conducta será mucho
objetiva, estamos, coma cualquier otro
menos que completamente satisfactoria; la
científico, comprometidos con un completo misma este determinada. pero él no as libre de
determinismo. Desde este punto de vista, cada hater una elección efectiva. Por otra parte, la
pensamiento, sentimiento y acción del paciente persona que funciona completamente no solo
este determinado por lo que le precede. El experimenta la más absoluta libertad cuando
dilema que estoy tratando de describir no as escoge y desea aquello que este
diferente de los encontrados en otros campos - absolutamente determinado, sino que también
simplemente, es puesto bajo un enfoque más la utiliza en forma espontánea, libre y
agudo, En un artículo escrito hace un ano, voluntaria.
trate de llegar a esta conclusión, contrastando Estoy consciente de que este no es una
estos dos puntos de vista. idea nueva para el filósofo, pero ha sido
estimulante atacada desde un Angulo
En el campo de la psicoterapia: totalmente inesperado, al analizar un concepto
Aquí, es la maximización de todo lo subjetivo, en teoría de la personalidad. Para mí. esto
explica la realidad subjetiva de la absoluta
interior. personal; aquí, una relación es vivida. no
libertad de escoger, que es tan profundamente
examinada; y una persona, no un objeto, emerge,
importante en terapia, y al mismo tiempo
una persona que siente, escoge, cree, actúa, no explica el determinismo completo, el que as la
coma un autómata, sino como una persona. Y piedra angular de la ciencia. Con este marco
aquí también este lo esencial en la ciencia; la de trabajo, puedo penetrar subjetivamente en
exploración objetiva de los aspectos más la experiencia de la elección at descubierto que
subjetivos de la vida; la reducción a hipótesis y el paciente
eventualmente a teoremas. de todo lo que ha sido
considerado coma más personal, lo más
completamente interior, completamente un mundo
privado (Rogers, 1952).

Mora, no soy tan ingenuo para suponer


que he resuelto el dilema entre lo subjetivo y lo
objetivo, entre la libertad y el determinismo; sin
embargo. en términos de la definición que he
dada de la persona que funciona
completamente. esa relación puede ser vista
está experimentando; como científico, puedotambién
estudiar su conducta como estando absolutamente
determinada.

CONCLUSION

Entonces, mi modelo teórico de la persona que


se somete a terapia es el siguiente: una persona
que funciona libremente en la plenitud de sus
potencialidades organismicas; una persona
que es segura siendo realista.
automejorable. socializada y apropiada en su
conducta: una persona creativa, cuyas
especificas formas de conducta no son
fácilmente pronosticables: una persona que es
siempre mutable, siempre en desarrollo.
siempre descubriéndose a el mismo, y la
novedad en el mismo en cada momento. Esta es
la persona que, de hecho, en forma
imperfecta surge de la experiencia de
seguridad y libertad en una experiencia
terapéutica. y este es la persona que he tratado de
describir de la manera más "pura".
Mi propósito no ha sido convencer al lector de la
exactitud de esta opinión. En verdad tendría que
confesar que he escrito este artículo, primero para
mi propia satisfacción, para aclarar los pensamientos
que me han estado agitando. Pero si esta
presentación es causa de que el lector formule su
opinión de la persona que se somete a terapia; o lo
capacita para advertir fallas en mi propio
pensamiento. que yo no haya visto, o hace surgir
en el el deseo de someter a verificación objetiva,
ya sea este cuadro o uno que el idee, entonces
habrá servido
ampliamente tanto para su propósito primario como
para el secundario.

Extraddo de:

Lafarge. J y G6mez, J (1978). Desarrollo del


Palencia! Humano. Volumen 1. Mexico Trillas.

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