Programa Judi
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Programa Judi
Introducción
Jesús amó siempre a los niños. Aceptaba su simpatía infantil, y su amor franco y sin
afectación. La agradecida alabanza de sus labios puros era música para sus oídos y
refrigeraba su espíritu cuando estaba oprimido por el trato con hombres astutos e
hipócritas. Dondequiera que fuera el Salvador, la benignidad de su rostro y sus modales
amables y bondadosos le granjeaban el amor y la confianza de los niños. DTG 472.2
Entre los judíos era costumbre llevar a los niños a algún rabino, a fin de que les impusiese
las manos para bendecirlos; pero los discípulos pensaban que el trabajo del Salvador era
demasiado importante para ser interrumpido de esta manera. Cuando venían las madres
a él con sus pequeñuelos, los discípulos las miraban con desagrado. Pensaban que esos
niños eran demasiado tiernos para recibir beneficio de una visita a Jesús, y concluían que
su presencia le desagradaba. Pero los discípulos eran quienes incurrían en su desagrado.
El Salvador comprendía los cuidados y la carga de las madres que estaban tratando de
educar a sus hijos de acuerdo con la Palabra de Dios. Había oído sus oraciones. El
mismo las había atraído a su presencia. DTG 472.3
Una madre con su hijo había dejado su casa para hallar a Jesús. En el camino habló de
su diligencia a una vecina, y ésta quiso también que Jesús bendijese a sus hijos. Así se
reunieron varias madres, con sus pequeñuelos. Algunos de los niños ya habían pasado
de la infancia a la niñez y a la adolescencia. Cuando las madres expresaron su deseo,
Jesús oyó con simpatía la tímida petición. Pero esperó para ver cómo las tratarían los
discípulos. Cuando los vió despedir a las madres pensando hacerle un favor, les mostró
su error diciendo: “Dejad los niños venir a mí, y no los impidáis; porque de tales es el reino
de Dios.” Tomó a los niños en sus brazos, puso las manos sobre ellos y les dió la
bendición que habían venido a buscar.
Parte para introducir memorización de versículos
Propósito del ministerio infantil.
El departamento de Ministerios Infantiles existe con el fin de estimular el crecimiento de la
fe de los niños desde su crecimiento hasta los 14 años, manteniéndolos en comunión con
la Iglesia. Intenta fomentar múltiples actividades que lleven a los niños a Jesús y los
conviertan en sus discípulos en un diario caminar con él. Asimismo deberá cooperar con
el departamento de escuela sabática y con otros departamentos para proporcionar una
buena educación religiosa para niños.
Misión del ministerio infantil
“La misión del departamento de ministerio Infantil es fomentar en los niños una relación de
amor y servicio con Jesús”. Es educar a los niños en una relación amante y de servicio
con Jesús. El departamento infantil intenta cumplir su misión al desarrollar:
1. Ministerios orientados hacia la gracia, en los que todos los niños han de
experimentar el amor incondicional de Jesús, encontrar aceptación y perdón y
entregarse personalmente a él.
2. ministerios orientados al servicio, en los que los niños tendrán la oportunidad de
servir de manera practica la población de los lugares menos privilegiados,
tratando de que los más jóvenes establezcan patrones misioneros que puedan
perdurar por el resto de sus vidas.
“Es todavía verdad que los niños son más susceptibles a las enseñanzas del
Evangelio; sus corazones están abiertos a las influencias divinas y son fuertes
para retener las lecciones recibidas, los niños pueden ser cristianos y tener una
experiencia de acuerdo con su años. Necesitan ser educados en las cosas
espirituales, y los padres deben darles todas las ventajas a fin de que adquieran
un carácter semejante al de Cristo”. (El deseado de todas las gentes, p, 474)
Memorización de versículos
Misionero
DIVISIÓN SUDASIÁTICA
La ofrenda del decimotercer sábado de este trimestre apoyará a diez proyectos
para que la División Sudasiática pueda construir:
Y reconstruir:
La iglesia, el centro de conferencias y el comedor, en el Centro de Formación
Juvenil Quiet Corner, Manginapudi, India.
Una escuela adventista en Anni, India.
# “Los niños de ocho, diez y doce años tienen ya bastante edad para que se les
hable de la religión personal. No mencionéis a vuestros hijos algún periodo futuro
en el que tendrán edad suficiente para arrepentirse. Si son debidamente
instruidos, los niños, aun los de poca edad, pueden tener opiniones correctas de
su estado de pecado y el camino de salvación por Cristo” Testimonios para la
iglesia T 1 p 355
“Cuando Jesús dijo a sus discípulos que no impidiesen a los niños que fueran a él,
hablaba a los que seguirán en todos los siglos, a los dirigentes de la iglesia, a los
ministros y sus ayudantes y a todos los cristianos. Jesús está atrayendo a los
niños y nos ordena: “Dejad a los niños venir a mi” Es como si nos dijese: Vendrán
a mí si no los impedís” (El deseado de todas las gentes, p 476)
Especial de niño
Conclusión