Maestra Vida # 1 - II Etapa

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 72

MAESTRA

VIDA
revista de literatura
2da. Época—N° 1 / Lima, Enero del 2014.

Luis Deza

POESÍA PERUANA: Álvarez, Aragón, Arteaga, Cáceres, Castillo,


Cuadros, Del Valle, Lázaro, Málaga, Mamani, Mazzotti, Medina,
Rosas Ribeyro y Santiváñez / NOVÍSIMA POESÍA CHILENA/
4 POETAS DE FILADELFIA / ENTREVISTA: Raúl Zurita: “Vallejo no
siempre me deslumbra, pero siempre me duele” / NARRATIVA:
Textos de Nelson Castañeda, Fredy Roncalla y Luis Vásquez/
ENSAYO: Marcela Cornejo: Poética bajo el volcán/
ILUSTRACIONES: Luis Deza
2

MAESTRA VIDA
Revista de Literartura

II Época— Nro. 1
1er Trimestre, 2014
Responsable:
WILFREDO HERENCIA QUISPE

Comité Editor:
ARMANDO ARTEAGA
JUAN CARLOS LÁZARO
WILFREDO HERENCIA

Colaboradores:
LUIS DEZA (Suecia)
ROGER SANTIVAÑEZ (USA)
HÉCTOR HERNÁNDEZ (Chile)
Retomando el camino…
Diseño y Diagramación: Nacimos hace exactamente 30 años en las
PAPYRUS Graphic aulas de la Universidad Nacional de Ingeniería, en
Tel: 999666848 momentos que nuestro país era un hervidero de
[email protected] protestas, de luchas sociales y populares, y mientras
se fermentaban las políticas genocidas que iban a
Impresión:
conducir a un baño de sangre, a la muerte, asesina-
ARTEIDEA Editores
to y desaparición de miles de peruanos. Historia
Correspondencia: triste y dolorosa que sería registrada, luego, en las
Jr. Unión 1066-E1, Lima 1, Perú. Conclusiones de la Comisión de la Verdad.
[email protected]
Volvemos con los mismos sueños y objetivos,
como si el tiempo se hubiera detenido y este
número fuera la continuación de los cuatro ya publi-
cados, como que lo es. Nos mueve el deseo de ge-
nerar un movimiento de seres humanos que
apuesten por la belleza y la creación usando como
herramienta la palabra escrita. Nos mueve el deseo
de recoger y difundir a los nuevos y, también, a los
consagrados, de nuestra Latinoamérica, porque pen-
samos y sentimos como nuestra Patria Grande y
porque, como dijera el gran Mario Benedetti, “por la
palabra se ha unificado a América Latina desde el
río Bravo hasta Tierra del Fuego, por la palabra guar-
damos memoria, y la palabra ha sido instrumento de
lucha, la palabra nos ha hecho reír, y la palabra se
IN MEMORIAM ha levantado en contra del silencio y en contra del
sufrimiento.”
Con este número rendimos
homenaje a Mery Quispe Zamata Este es un número apurado y apresurado. Era
(Azángaro, Puno, 1937-2013). más nuestra urgencia de salir a luz, a las calles y
Ella fue la mecenas que permitió llegar a tus manos, tú, lector, hipócrita lector, mi
la existencia de nuestra revista semejante, ¡mi hermano!, dicho a la manera de Bau-
en su primera etapa y que delaire. Gracias a los poetas y escritores que aten-
alentó, siempre, su dieron prestos con sus valiosas colaboraciones.
reaparición. Volveremos en tres meses con un número más pen-
sado y elaborado. Como debe ser.
3

POESÍA PERUANA ÚLTIMA:


Un río caudaloso y desbordado
14 POETAS 14
Oscar Aragón, Armando Arteaga, Bernardo R. Álvarez, Gloria
Cáceres, Max Castillo, Luis Cuadros, Patricia Del Valle, Juan
Carlos Lázaro, Oscar Málaga, Porfirio Mamani, José A. Mazzotti,
Luzgardo Medina, José Rosas Ribeyro y Roger Santiváñez.
Quizá como en ninguna otra literatura, la infame arbitrariedad suele
caracterizar a la mayor parte de antologías o selecciones de poesía perua-
na. De ella se hizo víctima inclusive a íconos como Xavier Abril, César Moro,
Manuel Scorza, Luis Hernández, etc. Con excepción de las antologías reali-
zadas por Sebastián Salazar Bondy, Alberto Escobar y José Miguel Oviedo,
ninguna otra merece la consideración de un trabajo verdaderamente docu-
mentado, crítico, representativo e imparcial.
En los años 70 y 80, uno de los periodos más controversiales de la
literatura nacional, el arte de poetizar apareció como un río caudaloso y
hasta desbordado. Se sabe ahora que este fenómeno de intenso flujo de
no una sino muchas vertientes poéticas trastocó toda tentativa de instituir
un canon de esa época. Desde entonces las aguas no se han calmado y las
más recientes antologías, además de reincidir en esa “infame arbitrarie-
dad”, han hecho de las exclusiones y de las intrusiones su indeleble y ver-
gonzoso distintivo. Es más, algunos antólogos han pretendido convertir a la
poesía en una mercancía para someterla aberrantemente a las técnicas de
medición del mercado.
El conjunto de autores y poemas que aparecen en las siguientes
páginas no pretende el papel de las antologías ni de las “selecciones” de
uso corriente. Es apenas una muestra libre, abierta y plural –aunque in-
completa, lo reconocemos– de lo que consideramos voces representativas
que merecen la atención de los lectores interesados en el periodo de los
años 70 y 80 de la poesía peruana. Sus autores se hallan en plena madu-
rez creadora y su obra, en la mayoría de ellos, se proyecta al nuevo siglo
por sus méritos y continuidad.
La muestra tiene el valioso añadido de recuperar y devolverle vigen-
cia a algunas voces olvidadas; insistir con otras que consideramos que por
sus méritos merecen mayor difusión, y sumar a algunas que transitan vías
totalmente al margen de la vida literaria. Pero en cualquiera de estos ca-
sos, hemos obrado distantes de ese perverso ánimo de secta, de capilla o
de grupo. Es así como esta muestra reúne autores que han pasado por las
filas de Hora Zero, de Estación Reunida y de Kloaka. A autores que se ini- Luis Deza
ciaron al influjo de la actividad literaria en las aulas de San Marcos, la Villa-
rreal, la UNI o La Católica. Poetas que militaron en organizaciones de iz-
quierda o que se mantuvieron totalmente ajenos a cualquier inquietud polí-
tica de la época. Poetas que se expresan en español y en runa simi o que-
chua. Poetas de todos los géneros, colores y tendencias.
Pero la muestra no concluirá aquí, de ninguna manera. Esta es la
primera entrega de una serie de poesía peruana que seguirá en las próxi-
mas ediciones de Maestra Vida por las vías trazadas de libertad, apertura y
pluralismo. Insistirá en la necesaria tarea de recuperar a poetas injusta-
mente postergados y revelará en cada autor seleccionado el alto nivel y la
audacia innovadora alcanzada por la poesía peruana en este tránsito de
uno a otro siglo. Solo nos guía nuestra pasión por el canto. Y es que nues-
tras vidas son los ríos que van a dar a la poesía que es nuestro existir.
(Juan Carlos Lázaro).
4

1 / OSCAR ARAGÓN
SI NO EXISTIERAN LOS SUEÑOS
Si no existieran los sueños
Yo no llegaría noche a noche
A la vieja casa que habité
Ni disfrutaría de la sonrisa de Estela
Que abarcaba como un arco iris
Todos los colores
De este río de bondad que fue su vida
Ni me visitarían
Mi padre, abuelos, tíos
Idos todos hacia el leteo
Sueños recurrentes que me agobian
Y donde se entrecruzan
Tristezas y alegrías
Y que al despertar
Seca la boca
Y mi cuerpo dominado
Por un dolor extraño
No hacen otra cosa que remitirme
A la certidumbre
De la patria verdadera.
Es decir
Mi casa, mis abuelos, mis padres
Patria ya perdida para siempre.

VISIÓN-PLAYA ARICA
A Luis La Hoz

Eran seis aves.


Las pude contar
Cuando pasaron sobre mi cabeza
Y se fueron a posar
Sobre la orilla
En la húmeda arena
Bañadas por las aguas
De las pequeñas olas de la madrugada.
A ellas me acerqué
Y para mi sorpresa
No volaron
Más bien diría que nos miramos
Y nos estudiamos
Hombre y aves
Aves y hombre.
Y otra vez alzaron vuelo
Luis Deza

Y volvieron a pasar
Sobre mi cabeza.
Entonces fui yo
Más que nunca
El solitario matutino
Absorto por la maravilla
De su vuelo.
5

2 / ARMANDO ARTEAGA
LA CARRETERA MARGINAL
La carretera era una línea larga
Jack Kerouac

Yo caminaba
Por aquella corbata de tierra
–una selva amable me llevaba–
por esa garganta hundida de pantanos
Al costado de un río –serpiente estupenda–
Donde los peces sesionaban
Sobre el color celeste –dictatorial–
Del varaseto
Hacia el fondo del camino
Miles de árboles reclamaban
su ciudadana madurez
–todos los árboles son verdes–
para intervenir
en aquel concierto extraño de pájaros:
un debate constitucional sobre la papaya
–pudo haber terminado en gresca–
pudo haber terminado en guerra nuclear.
Un desastre mundial provocado por los árboles
y los peces más desquiciados –en discrepante actitud científica–.
Al borde de una hecatombe.
¿Quién quiere celeste que le cueste?
Yo habitaba
–también–
la oscuridad de un cine-club:
“Celeste, la muchacha de mi barrio...”
fue mi primera película filmada en Super 8 mm.
las piernas más bellas y suaves de esta historia sublíminal.
La carretera era larga -llena de tierra roja-
Arcilla pura, barro, adobes, casas nada celestes, ni terrenales.
Un día era Resnais.
Otro día era Godard.
Y el fin de semana era café con leche
y/o pan con mantequilla.
No sólo de trigo y kultura vive el homo sapiens:
Un maquisapa desafiaba el Teorema de Ptolomeo
un picaflor –muerto de amor– por una flor
sufría de insomnio
y una pléyade de luciérnagas
iluminaba el siglo de las luces,
Yo bebía un néctar de flores violetas
Desde la rama añeja de un enmelado árbol invicto
Ante la lluvia, quimera del caucho
Y el sol era
Un fruto anaranjado
Una naranja verde/ un limón amarillo
Un melocotón rosado
Y sonrosada era –entonces–
aquella –nimia– sensación mía
Luis Deza

por la Amazonía
mientras Ernestina me agarraba de la mano
6

me acariciaba la rota rutina


de tanta ternura agreste
–a primera y simple vista–
era mejor vivir así
salvajemente, el buen salvaje
era el inolvidable chuncho Gauguin pintando flores
en enormes lienzos
que una estupenda marchand brasileña envalijaba
a Miami con enormes mariposas
emborrachadas con alcohol
a borde de otro río –el tiempo inmediato– se fue perdiendo
como un astro lejano
aquella noche, una estrella se perdía
otra estrella se apagaba
las gotas de la lluvia jugaban su propia marimba
tocaban el instrumento propio del ocio:
mi ociosidad de escribir
–justificación de soñar con un amor imposible–
un verso es bello si es una nariz perfecta (aunque estropeada)
por la natural visón distorsionada de estos ojos:
es el perfil más frágil de este sonido gótico
más la irreverencia de los años vividos
en esta militancia:
pico de oro,
esclava de oro,
cuna de oro,
caca de oro para el loro
jaula de oro para el moro
jarra de oro para el vino
adoro el dorso, el domo, el dórico equilibrio
de una Dríade desnuda
diz la disecea, el dolo, la disforme melodía
de su diteísmo grave y divergente
tan diversa cuando divaga
a la deriva como un díscolo barco
trayendo el barrunte
destructivo del oro
el dublé, la duna triste, el dosel, el dolmen, el dock
tan disparatado es el oro que se sumerge
irresponsable
como un ogro en el lodo
en la disuria de la codicia de la selva
–tan indiana y tan ibérica–
tan divergente
que el oro puede irse a orar al cementerio de los muertos
colgarse de una driza dondequiera
para que la dioptría, la disensión, la diorita
lo ubiquen en el discernimiento milimétrico
del discursivo humano
en el diastema del hambre
en la diástole del lenguaje
en el diatónico paisaje
en el diantre compungido
en el digesto de un pueblo
ignoto
desoír al oro
deslindar
Luis Deza

con el aurífero metal


respetad el destino natural del oro
darle el desiderátum de su rol histórico
7

para que el amor haga su propio idioma


en el concierto salvaje de la vida:
Yo era apenas un caminante, un necio
Mirando diásporas, un diarista,
Que perdía su tiempo buscando colores, reconociendo
En las flores deicidas y disépalas, el desencono.
Por avivar el debate sobre los derechos supremos
de la humanidad contra la secuela nefasta del oro
(materia que no tiene la culpa de estar
en la Tabla Periódica de Mendeléiev).
El oro nunca podrá más que el agua.

Hasta que venga el tiempo de la muerte


Y pinte de negro todo el oro del mundo.

3 / BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ


ADOLESCENTES BELLOS
Éramos adolescentes bellos
y andábamos con pasos firmes casi en trote
nuestras palabras tenían signos de exclamación y el grito
nos daba esplendor
como girasol vigilando a las nubes
Amábamos cómo no íbamos a amar
como un himno insuflando la libertad y vibrando
entre matorrales y hierba fresca raspada acariciada
por las sombras de algún parque cómplice donde el
aroma a tierra húmeda y a batracios imprudentes croac croac
zigzagueaba en medio del sudor y las dudas de la urbe
Éramos bellos
Aún somos bellos
a pesar de la inacabable firmeza de nuestros pasos
y el extravío de las banderas y la garúa del verano
Somos bellos
aunque el camino nos haya traicionado
sin habernos dado cuenta que hemos perdido los zapatos
y la ortiga quisiera ser nuestra flor del mediodía
Amamos
y aún hay humedad en nuestros poros
y unas ganas irrefrenables de sobrevivir
con el ocho echado bajo nuestros pies
y la sonrisa como un aniego perpetuo
Adolescentes bellos
dueños de nuestro canto y de los monosílabos
sin que nadie nos imponga su verdad
sin estatuas que nos quiten la luz
Éramos adolescentes bellos
Libres bellos y desnudos

------------------------------------------
Luis Deza
(20 de marzo 2013: 07:50 PM)
8

¿CANGREJOS?
La esperanza nos aguarda, pero en un abismo.
Mario Benedetti

¿Debería decir "cangrejos, zote!"?


Si lo que estoy escuchando es su llamado, voy.
Si solo es señal de la puerta del abismo, me acerco.
No me opongo a la luz,
no peleo con la sombra.
Ni exijo un puñado de tierra.
Solo canto y sonrío.
Rechazo la lágrima, prefiero el aguacero.
Y que el horizonte sea un espejo que convierta al cielo en un eco de
trueno
y al mar en una mirada infinita.
Flores no, prefiero los pétalos de la libertad y la alegría.
Que el mundo siga girando
y se agite como un pañuelo, como un saludo,
tercamente, como un homenaje al universo
y al fuego.
Mi edad genital, triple, queda, fecunda, medio fracturada, permanece.
¿Qué es una guadaña? Solo una herramienta:
siega la ceguera y la hierba mala. La vida
continúa como dispersión de capullos
y bosque de cactus
carnosos y siempre húmedos.
Ya en el cielo como en el infierno.
Y en la tierra es un sembrío de sueños
y perplejidades,
pero cada día amanece soleado y fresco
como una bendición.
Como un poema aún sin dientes.
Y eso me hace feliz,
a pesar del camino y su descanso inesperado.
Amén.
----------------------------------------------------
(8 de marzo 2013, 09:19 am)

DELETREÉ
Frente a un espejo roto
el hombre hablaba multiplicando su voz en cada fragmento
yo lo miraba y escuchaba
sin saber qué decir sin tener nada qué decir
El mar jadeaba
bramaba
convulsionaba
un pelícano impávido cargando su torpeza
sacudía la indiferencia del horizonte
Yo sentado como siempre sin luz
en el balcón destartalado del asombro
inútil silencioso
El viento era una carcajada filosa un vómito grosero
Luis Deza

de serpientes en vuelo
Y el cielo comenzó a llover
sin amenazas ni promesas
el balcón se desplomó en mis temores
9

como una mentira descubierta


Todo oídos todo oídos
el rumor del mar se retorcía dentro de una caracola
Deletreé la voz del hombre:
Dios es a pesar de dudas y desplantes
la inexistencia más testaruda
que existe por sus resultados
Sollocé
y el espejo me devolvió una sonrisa

Luis Deza
desnuda como el amanecer del mundo
------------------------------------------------
(30 octubre 2012: 9:30 pm)

4 / GLORIA CÁCERES
SI DUERMES SUEÑA CONMIGO PUÑUSPAQA MUSQUYKUWAY
Si duermes sueña conmigo, Puñuspaqa musquykuway
si despiertas arrúllame. Richk’arispaqa waylluykuway.
Si te vas lleva mi tristeza, Ripuspaqa llakiyta apakuy
si regresas, esfúmala kutimuspaqa wapsichiykuy
Si me amas, mi corazón te pertenece Kuyawaptiyki qampam sunquy,
Si me odias también es tuyo. chiqniwaptiyki qampallataqmi.
Te busco en mis sueños Musquypi maskamuykim.
atrapando las noches. tutata hap’ispa
Te brindo mi corazón tembloroso. K’atataq sunquyta suñakuyki.
No lo quiebres. ama p’akipuwaychu.

Y AHORA, ¿QUÉ HAREMOS? ¿IMANASUNMI KUNAN?


Aquellas estrellas traviesas Pukllaysapa quyllurkuna
en cada pestañeo me advierten: sapa ch’imsispa yachachiwan:
será hombre para amarlo, qarim kanqa kuyanapaq
río para cuidar su pureza, mayupa ch’uyan waqaychanapaq
árbol para venerarlo y mallkim yupaychanapaq
luz para iluminar nuestro camino aqchim ñanninchikta k’anchananpaq
Y ahora ¿qué haremos ¿Imanasunmi kunan
con tanto amor? kayna chika kuyaywan?
Luis Deza
10

EL CANTO DEL RUISEÑOR WAYCHAWPA TAKIN

Los dioses están en el cielo, Taytakuna hanaq pachapi kanku


los demonios danzan en el infierno. supaykuna uku-pachapi tusunku.

Y yo como tú, Ñuqataq qamhina,


desposeída, wakcha,
sigo girando sin cesar. muyuykachachkani mana samaspa.
Sin aliento Mana samiyuq
para atrapar achikyaypa miski asnaqninta
el aroma del amanecer waychawpa takinta
y el canto del ruiseñor h’apiykunapaq.

Desperté llena de dolor. Llaki hunt’a rikcharirqani.


Había olvidado Qunqarusqanim
dónde estaba. maypi kasqayta.

FRUTO DE LA TIERRA MAMA PACHAPA RURUN


¡Padre mío! ¡Taytallay!
Solo tú juzgarás Qamllam taripanki
a tu creatura. ruwasqayki runata.
¡Es como tú lo deseaste! !Munasqaykihinam,
Fruto de la tierra. mama pachapa rurun!
Con su savia y energía Kawsaqninwan kallpanwan
nos alimenta. mikuchiwanku.
Con su inmenso amor Hatun kuyayninwan
nos cobija. mayt’uwanku.
Con el tibio viento Tumpa chira wayrawan
nos mece aywisqa ñuqñu kayniykipi
en el vaivén de tu ternura kuyuchiwanku.

LA NOCHE SE ASOMA TUTA ASUYKAMUN


El día llega P’unchaw yaykuykamun,
tibio y luminoso k’anchaq tumpa-chiri
con el viento de la mañana. achikyay wayrawan.
La noche se asoma Tuta asuykamun
punzante y lúgubre tuqsiqlla, llakikuspa,
como el dardo de la muerte. wañuq wachihinam.
En el limbo de la penumbra Tutayasqa kantunpi
quedo petrificada qunqawasqaykimanta
por tu olvido. rumiyasqa kani.
Y tú, tan lejos, Qamtaq, astawan karupi
como el aliento ayqiq kuyakuqpa
del amado ausente samayninhina
te evaporas wapsirikunki,
hasta las alturas wichay puntakama
donde moran maypi taytaychakuna
los dioses. tiyakamunku.
11

5 / MAX CASTILLO RODRÍGUEZ


EL REY DE LOS CABREROS
José era el rey de los cabreros
Bebía ebrio de amor la leche de sus admiradores
José era alto y firme su tesoro eran sus dientes perlados
Sus manos eran la de un príncipe arpista.
José una mañana dejó a los cabreros y bajó al llano
Al mundo putrefacto de mieles baratas
Enloqueció en las sabanas entre piernas otomanas.
José volvió ya mayor al su pueblo bravío
Su tesoro barato visible se perdió en los abismos
Llevaba dagas ocultas en vez de dientes brillantes
Miraba triste su patria calcinada
El prisco mudo hablaba de sangre fratricida
El arroyo rojo era la muerte que penaba
José zarpó con los vientos duros
a veredas calientes a conciertos y ruidos
Fue el arpista de Palermo y amaba la ternura
Es una leyenda y una pena porteña.
Una rapsodia de valientes
En el Tigre y en la carretera se escucha un lamento
No es el cabrero que llama a sus pequeños
Es José el esbelto condenado que luce sus dones
Las dagas orientales, los dientes perlados
De sus días adolescentes primicias pastoriles
Amor oculto en la montaña.

6 / LUIS CUADROS FALLA


Luis Deza
ANGELES FOREST HIGHWAY
está oscuro aquí adentro
¿ya lo viste?
¿cómo se puede ver la oscuridad?
¿cómo se puede ser dentro de la oscuridad?
ven mi querido Federico
adentrémonos en este bosque
de abedules
disparemos nuestras luces al vacío
dilatemos nuestras almas
mira aquí adentro
éste es mi bosque
no es parte de la tierra ni del cielo
es un centímetro cuadrado de la palma de mi mano
en esta zona verás los restos
de quienes regresamos
eso que crece ahí son niños maltrechos
partidos en mil
12

algunos crecen verdes


otros azules y así sucesivamente opacos
aquí es donde destapé el cerebro de Andrónico
con inhumana pasión
mira lo que encontré:
una flor
dos senos
una lanza de fuego
Santa Sangre
¿te gusta? ¿no es acaso hermoso?
¿no es increíble el amor unido al dolor?
¿el amor bajo luces oxidadas?
y este camino sinuoso
rodeado de versos y de balas
delicadas balas en busca de un agujero
más vale que abras tu corazón amigo
igual van a entrar
y así es menos doloroso
verás que nada ha cambiado desde tu partida
todo sigue en ruinas
sólo han quedado en pie
las columnas dóricas de Tarento
junto a la herida siguen los perros ladrando
pero ahora son perros venenosos
existen
como todo lo que sale de nuestras manos
cascos corintios/ aspis/ toga escarlata/ linotórax/ sifo/ grebas/ y
alguna infantería contemporánea
de nuestras uñas
sangre blanca sobre cuerpos calientes rosados y rojos
luego
pedazos de labios
esparcidos
y lenguas humedecidas en mares y ríos
de estiércol
no te apures mi amigo
más allá está el polvo y gas de las estrellas
a donde nadie logra llegar
hemos construido mil naves
sin resultado Federico ¿sabes por qué?
porque nadie entiende
que hay que desprendernos del cuerpo
para saltar al universo
nadie entiende que ya no nos sirve la carne
tan sólo el pensamiento
los que anduvieron por esos rumbos murieron
como todos morimos sin morir cada día
y sin embargo fueron olvidados
mi querido
como verás
-si aún logras ver algo
a pesar de tanta tierra que te han echado encima Luis Deza
ya no hay colores Federico
13

ya no hay colores ni sabores

Luis Deza
ni cuerpo ni alma ni herida
sólo el viento llevando el dolor
tratando de zafarse de ti y de mi
buscando la pureza en lo más profundo
no en lo humano
-esta especie está jodida Federico
pero entonces
¿cómo es que todo está en su lugar exacto?
¿cómo explicas eso amigo?
¿por qué todo es tan perfecto?:
la vida y la muerte de la mano
el amor y la muerte de la mano
el amor y el dolor de la mano
y los ríos
como sangre negra tratando de limpiar nuestras heridas
y nosotros
tercos guerreros envenenando todo
como los perros venenosos que sí existen Federico
porque todo esto sale de la palma de mi mano
y existe mi amigo
todo lo convierto en un pastel de calabazas y luego en un bosque
y luego en huesos
y esto no es Pamdale ni Tipón ni Yanahuara
esto es el mar
arrullando a la muerte
la espuma que te abraza
el trueno
que en mil ronquidos te ensordece
mi mano
que te ama y te mata

7 / PATRICIA DEL VALLE


***
Cae al suelo
el vaso que compramos juntos
está roto como el corazón del mundo
y el rocío se posa a mis pies
en el silencio blanco.

***
La mañana con su encantadora discreción
abre los brazos al sol abrazador
corre pequeña
delgada
silenciosa
se pierde entre los árboles
hacia el mar.
14

LA NIEBLA

Luis Deza
Mi ser está tomado por la niebla
niebla quieta / niebla móvil
insolente criatura que invade
mi frágil cuerpo pensativo
es profunda y me abraza
ciega y rotunda
no se detiene
como la fábula que salió del libro
se alinea / cae / resbala
no han cambiado las cosas
en este país de sordos y olvido
¡Un día más sin democracia!
En las mañanas
hacia la madrugada
como un ritual persigo
la misma niebla
detrás del muelle
niebla que prolongas la noche
en los ojos desorbitados
de un perro moribundo
luz titilando
alumbras débilmente
- pálida niebla depredadora-
devoraste a la noche
igual que a mi sonrisa

GÉNERO HUMANO

Cuando te veo entrar


equivales a muchas
vidas enteras
–sé por qué lo digo–
tus largas piernas
abrazan mi pequeño cuerpo
y no tengo cómo negarme
místico perfume
colibrí abandonado
entre flores de diferentes colores
almizcle e incienso
árbol profundo en mi bosque
nuevamente los muros
de estas tierras
me impiden llegar a la playa
donde la joya de encendido linaje
espera alimentarse
con mis serenos brebajes
de cuerpo delicado y voluptuoso
mujer austera y náufraga
de la sociedad de consumo
me rindo a este sueño
de género humano.
15

EN EL DIVÁN
Sentada en el diván
los pensamientos a mi alrededor
con el cigarrillo en la mano
cumplo las reglas
de aquellos que creen
poder arreglar su vida
exponiendo sus fracasos
estrategias de ser humano
tan cotidiano como imperfecto
ganar/perder
armar el rompecabezas
es equivocarse nuevamente
sin remedio.

8 /JUAN CARLOS LÁZARO


SOLO Y HONDO COMO UN TALLO
1.
Y no he conocido otra muerte
que este sueño en el fondo del agua,
ni otra máscara que mi propio rostro
vuelto hacia los muros de cal.
Este es el puente de los adioses.
Estos, los muros de la ciudad.
Y yo, obrero ferroviario de pie en el andén,
con la visera apuntando hacia el Oriente,
circundada la cabeza de mariposas
y a punto de repetir, una vez más,
mis aforismos sobre los rieles.

2.
Los astros son azules y cuelgan
del borde del techo de las casas.
El invierno vendrá después
con sus meditaciones sombrías
acerca del fin de la Historia.
Pero entre la ceniza y el humo
la ciudad revela su verdadero rostro:
columnas y arcos enmudecidos,
sol y niebla a mitad de la calle
y una niña de cabellos dorados
que corre –loca– detrás de un aro.

3.
Porque hay veces en que una sombra
abandona su cuerpo, y es el cuerpo
el que busca y sigue a la sombra;
porque hay veces en que el tañido
Luis Deza

abandona su campana, y es la campana


la que busca y sigue al tañido.
¡Oh incógnita del corazón y los días!
16

En estas cosas sueño mientras viajo,


apartándome de a pocos de este mundo,
cada vez más solo y hondo
como un tallo.

LA CASA Y LA HOJARASCA
La hojarasca y el agua detenida
son todo lo vivo y lo real
de este patio y de esta casa.
El resto son fantasmas.
Que lo diga sino el centinela rojo
que dormita en el torreón de la esquina
y que sueña con la próxima batalla.
La sombra del general
se mueve tras las persianas.
Con él van su kepí, sus charreteras,
su sable, sus botas, su capa.
En su recámara crepuscular
a la luz de una vela escribe
con mano trémula: “A la patria…”
El caballo blanco relincha,
agita su cola en el aire
espantando a una mosca lunática.
Una criada vestida de luto, pálida,
prepara la mesa para la cena
a la que solo acuden
entre candelabros dorados
el pasado, el polvo, la nada.
El resto son fantasmas.

EL SUEÑO Y EL VIAJE
Te he soñado mientras viajaba:
eras la estrella azul
sobre los puentes de la noche,
esa música de arpa
en la oscuridad de los follajes,
el himno del agua
entre las piedras.
Te he soñado en la proa
de las travesías de ultramares,
sujeto al pétalo imantado de una rosa,
convertido en ola incesante
y ávida de naufragios,
desesperado de ti,
desesperado,
como Ícaro con sus alas en llamas
precipitándose a tierra.
Te he soñado entre los folios
de las historias nunca registradas,
en un cuarto oscuro
poblado de astros remotos y graves,
debajo de las hojas de los álamos, eza
encima de la piel de la niebla, sD
Lui
17

aun sobre las nubes más altas


a donde solo pueden asomarse
las hélices de los helicópteros
y los parasoles desprendidos
de las azoteas.
El tren se detiene.
Soy el último pasajero.
Prosigo a pie sobre los rieles.
Te he soñado mientras viajaba
prófugo y sin equipaje
a la región ilimitada del deseo.

9 / OSCAR MÁLAGA
MÚSICA PARA EL ZAMBO TANG
In Memoriam

NUNCA MUERE ESTE CAMINO


Nadie sabe exactamente.
Es un asunto serio.
Te arruina la vida
Te deja colgado de tus sueños.
La poesía esta ahí.
En tu piel sellada;
Tatuada en tus diez mil almas.
Ni reglas ni botes salvavidas.
Nunca un momento de descanso.
Un Mac Do abierto las 24 horas.
El personal funciona a anfetaminas.
Todos somos peligrosos.
El amor arruina la poesía.
El amor arruina el amor.
La poesía es un asunto serio.
La belleza.
Nadie sabe exactamente.
Todo desaparece en el fondo
De nuestros chalecos salvavidas.
Estoy pensando en el verano
He olvidado el futuro
Esa música que nace de las algas
Creciendo entre las rocas..
El siglo te ofrece materiales
De amor y memoria. Buscamos dioses
Por cansancio, por sintaxis, por geografía.
¿A que lugar del universo perteneces?
¿A alguien le interesa?.
Nada puedo decir de ti poesía..
No deseo conocer el futuro.
Siempre me equivoco.
Quise escribir
Palabras desnudas,
Un prolongado dolor,
La forma de una sombra,
18

Colores de sueños
Cintas negras,
Una ciudad arde
De belleza
En la memoria.
Así es Zambo Tang
Es difícil entender.
Se cierran
Las manos
Del pintor.
Nada es exactamente
La poesía arruina la amistad.
Nadie sabe
Si esta vivo
O esta muerto.
La poesía: una barca
Que atraviesa el río
Se detiene en una y otra orilla.
Y en ambas se forman
Remolinos en las aguas.

REQUIEM
Todos tenemos que irnos
Empiezas a sospechar
Que tu carpintería
No sostiene un enjambre
De palabras salvajes.
Eso es la poesía.
Llegaste con alegría
Ya no la alcanzas.
Caminas debajo
De la corteza de un árbol
Quiebras tu corazón.
Apagas la música.
Trabajas con materiales
Que han perdido la vida
Es un asunto serio.
La poesía. El Zambo Tang pinto
“Réquiem para el color negro”
Debajo de la corteza
Un océano humillado.
Sumas tus huellas
Al revoloteo de
Murciélagos cansados.
La música de un cuadro olvidado.
Todo esta tan lejos.
Tenemos que irnos.
Apresurarnos no es una victoria.
Abramos las ventanas
Cantemos en medio de la tormenta
Luis Deza

El Zambo Tang ha muerto.


Con nuestras manos
Pintemos el cielo.
Lo sagrado es nuestro deseo.
Repetimos el fracaso.
19

Nos escondemos
En la desesperación.
El Zambo Tang ha muerto
Pinto y construyo una casa
Y colgó sus cuadros
Música del mar. Tardo
Treinta años
En atravesar Paris
Serenidad de la arena
Su pintura, Humedad
En las orillas. Brotan
Bosques. Ilumina sueños.
El Zambo Tang ha muerto
Mil colores siembran el dolor
En las arenas de Cerro Azul.
En tu nombre
Diez mil palabras
Despertaremos en el viento.

ESA OSCURIDAD QUE NOS ATRAPA


1
Las estaciones de Metro
Están llenas de milagros.
El cantante deviene profeta
El ruido, melodía
La noche, paraíso.
Esa es la dificultad.
Desde los escombros
No te apoderas del mundo,
El cielo no tiene altura.
No hay perspectivas
Solo un hueco negro.

2
El Zambo Tang construyó
Una casa en la playa.
Me afirmo en el “Berisso”
“Traigo el color”
Y nos despedimos.
Fue un encuentro casual.
A los pocos días partió
El firmamento
Un lienzo abierto
Le imprimimos nuestros
Destinos más secretos.
No fui al funeral
Estuve presente
Entre la Luna y la tierra
El tiempo se echó a andar
Brilla la casa de la muerte.

3
Todos hemos sido
Un instante voces
Ahogadas en el silencio.
Luis Deza
Nubes errantes.
20

Cadáveres. Insectos.
Cenizas de ilusiones.
Y hemos regresado.
Eso es poesía.
No es lo mismo
El acontecimiento.
Busco las palabras
Que se encadenan
Al vientre de la bailarina.
Siempre te abren
Las puertas del paraíso.

4
Una sombra arrogante
Nos revela un arco iris
Que se cierra sin dejar
Marcas en el cielo.
Miríadas de colores
Danzando. Fugaz.
Todo tiene sentido.
El eco del silencio
El amor se detiene.
La alegría es un frasco
Que se cae de tus manos..
No hay otra estación
De servicio
En el camino.
La muerte
No tiene sueños.

LA TRIBU DEAMBULA POR LOS PARQUES


Todos somos peligrosos.
La poesía es el eco
De nuestro desconcierto
Volamos en círculos
Arrastrados por los vientos
Vivimos en el laberinto.
Solo un suicida elije este destino.
Un suicida nunca elije.
Somos inesperados suicidas
Perdidos en algún lugar
Entre Lima y el infierno.
Murió en la confianza
No hay reglas.
Estamos siempre
Perdidos. Nos interroga
Un abismo. Una orquesta.
Una puerta giratoria.
Tus palabras, colores,
Visiones y deseos
Fantasmas abandonados
Ritual que llena
De melancolía las palabras
Con las que intentamos
Llegar a esa frontera
En la que se repartan
Las últimas tazas de café Luis Deza
21

El velatorio cierra a la hora


Que abren las discotecas
Estamos muertos.
Llenos de deseos de vivir.
Construimos artefactos,
Tempestades,
Miles de ventanas.
Es un acto de voluntad.
Cierta tranquilidad
Brilla en nuestros ojos
Tú serás para siempre
Un cisne que abandona
El secreto y nos entrega el deseo.
La nieve penetra los relojes.
El amor se detiene.
No es una retórica
Hace mucho tiempo
Sonriendo
Aprendemos a perder la vida.

EPÍLOGO
Desteñidas
Fotografías
De la tribu
Escapando
De la voracidad
Del río
De la muerte.

10 / PORFIRIO MAMANI MACEDO


PRESENCIA
Pasa el río, pasa el tiempo,
las olas y las nubes,
las voces y los vientos,
mas tu palabra quedará.
No son sueños, Señor,
lo que alivian mi dolor,
ni oro, ni abundancia:
sino tu presencia cotidiana.
Brilla el sol, brilla la luna,
brilla la noche, brillan las sombras
de complicados laberintos,
pero nada mejor cuando brilla el corazón.
En cada cosa estás, Señor,
en cada tiempo, en cada espacio;
en el agua y en el fuego:
mas no te alejes de mí, Padre Eterno.
---------------------
Amiens 26/2/2010 Luis Deza
22

GRACIAS
Muéstrame el camino, Señor,
más allá del polvo y del olvido.
Que mis pasos no se pierdan,
aleja de mis ojos el mal y el dolor.
Gracias quiero darte, Dios mío,
por el sol que alumbra mi cansado rostro,
por el agua que calma la sed del camino,
por la noche y el reposo.
Las nubes oscuras amenazan,
se mueven, se desplazan para ocultar el sol.
Pero el sol y el viento implacable,
funden las nubes en agua hacia los mares.
Gracias quiero darte, Dios mío,
por el aire que respiro,
por el charco que atravieso,
por todo esto que queriendo darte y no puedo.
----------------------------------
Amiens 26/2/2010

LA BÚSQUEDA
No es sólo el silencio lo que busco,
sino también tu rostro
entre nubes y desiertos.
Me sumo a los que van a tu encuentro.
Dame, Señor, tu aliento
por estas áridas tierras
que recorro día y noche.
Alargo mi mano para tocar tus huellas.
Hay un océano inmenso,
y montañas que cruzar,
para encontrarte, Señor.
No me canso en este viaje.
En el fondo de los prados,
por los abismos de la noche,
por los nublados laberintos te busco.
Abro mis ojos para verte llegar.
---------------------------
Amiens 27/2/2010

LA ROCA
Tengo esta roca, este prado, este sueño,
y tu voz y tus ojos como una eterna primavera,
Señor, y velan por mí en la oscuridad oscura,
como hoy cuando cruzo este largo túnel.
Bajo el sol, las nubes van y vienen,
Luis Deza

por los caminos acechando a los que pasan.


Pero yo tengo esta roca que cobija mis ojos
del volvo y de las nubes que amenazan.
23

En el silencio hay una voz,


secreta como un camino abierto,
sonora como un canto de celeste melodía.
Acerquémonos a las orillas del Señor.
Nada me dice el tiempo duro,
ni el albor de todo sufrimiento,
porque mi prado es el Señor,
mi roca, mi sueño y mi destino.
----------------------------
Amiens 12/3/2010

11 / JOSÉ ANTONIO MAZZOTTI


APU KALYPSO
De: Palabras de la bruma (inédito)

AMAZONAS
Padre poderoso que te esfumas en el horizonte
Santificado sea tu fondo franela donde las conchas
Se funden con las ramas cimbreantes y las ramas
Un sueño milenario aletea en el desvientre de luz
El sabor de la sábila y el oro esperma del paiche
La iguana marrana el cóndor delfín la anguila mona
Y el loto de alfombras que dibuja el chullachaqui
Cubres lagos desde tu loma lechosa desde tus
Sabanas sabrosas de savia soberbia de subidas
Y bajadas restallando en el alcázar de tu sombra
Padre sembrado de arena derretida flotando sideral
Enfermo repentino incrustado de termómetros
Tus ninfas pústulas de arsón y fungen pécora
Tus algas ostentan las puntas quebradas tus pirañas
Se muerden entre ellas danzando en la niebla sidérea
Padre que estás en las ovas con la audacia de quien
Invade la planicie mamífera con océanos barrosos
Acidándose de urea y de sueños de lavandería
De blancuras por venir que no olfatean su caña de mayo
Y miras con misericordia lo que hemos hecho de ti
Un seguro sin techo un dios inmortal y solamente eres
El animal bóveda de los espíritus de todas las matas
Y todas las copaibas y las nectandras y los zancudos
Que beben de tu cuello carnoso el hidrógeno sangre
La taruca tapiresca el tortugo perezoso la boa lagartija
Y el tahuarí amarillo que los amaranta y charapea
Padre Yacuruna estarás con tu lagarto negro por los
Abismos de las cochas plateadas en la luna de tu madre
Corteza de tornillo cocinando la poción santificada que
Llevará tu grito ayaymama raspante por las quebradas
Sentado como el simpira auscultarás los movimientos
Luis Deza
De los intrusos antorchas que suturan tus poros estarás
24
Atento a la hoja inerte alada de los rombos cristalinos de
La caoba inmaculada y la cumala imberbe y la manchinga
Acurrucada en el pino chuncho y el cachimbo con sangre
De grado investirás de honor como pantera esos cráneos
Removerás con tus garras la hojarasca acecharás
Esos monos desnudos extraviados de su sendero
Y esos monos vestidos que traerán la fiebre ceniza
Padre Sachamama te desgajas y abandonas tu piel
Que bordan las enanas cabezonas definitivamente
Ordenadas herederas del universo en ellas te deslizas
Silencioso por las hojas del cedro y te recoges
En el vientre de una roca raída al acecho escondiendo
Tus sables insaciables paladines de tu vientre infinito
Padre Yanapuma brujo perverso entre los más malignos
Tu silueta de pantera noche se confunde con los gallinazos
Para comer carne humana a cualquier costa la más dulce
De todas las delicias que la selva ofrece porque su aroma
De animal limpio es más agradable a las entrañas rojizas
Que asoman por tus ojos amarillos por tu amargura de dios
Momentáneo de dios todopoderoso lo que un rayo azota
Padre Sapinguari perezoso gigante deambulas a veces
Tumbando los arbustos más altos desgarrando pieles
Cubiertas de esmeraldas bailas bajo las tormentas
Cazando cocodrilos en las bolainas y en las orquídeas
Saltando con los colibríes y los urcututos
Trompeando con los trepatroncos y las guacamayas
Tu monte de gigante es temido andante de los maqui
Sapas colas de mano arácnidos con tetas y cara
De gárgola asustada de los ocelotes gruñidos y lentos
De los relámpagos que paren tu sombra abiertos
De piernas ante tu portento de portaestandarte
Padre Chicua que revelas las infidelidades felices
Las de los animales que sólo caen ante la gravedad
Del amor sin condiciones ni futuro sólo presente
Puro insondable como tu bolsa de boa traga aldabas
En tus serenas curvas se solaza el universo erige
Su bastón de mando para besarte en cada abismo
En cada noche bajo los troncos guarecidos y la lluvia
Lamiendo con furia su entrada al Paraíso rezando
Ave María Bendita Tú eres entre todos los placeres
Dispénsanos de rodillas te lo pedimos humildes
En tu leche palpitante y mullida nos fundimos en
El primer encuentro en el mar de la célula con cola
Y el recinto sagrado de la esencia de la Eternidad
Padre Yurupary que cruzas el caudal silente
Subiste al cielo en misión oficial y así te pagaron
Tomando la batuta los que antes te temían
Decidieron ordenar la casa hacerse cargo de todo
Y tus hijos olvidados como los sajinos deambulan
Por las cortezas de las moenas y los motelos rumiando
Luis Deza
Las estrellas reclamando tu regreso / el Sakro Cosmos
Restablecido por los siglos de los siglos loado tu Nombre
Padre Tanrilla frágil garza de patitas de flauta de amor
Tu música levanta obeliscos humedece las nubes plácidas
Que encuentran en su ritmo de posishon el goce eterno
25

Por el que vive y muere y se desdice en gemidos el coro


Que canta cada noche:
“Ayaymama, Huischuhuarca: Nuestra madre ha muerto
Y nos abandonaron”.

GLACIARES
Galatea cremolada sangrante haraposa te chorreas inundando ciudades
Más oscura que el hielo como el Dios Transformador como los arrecifes
Explosionando en la espuma que se le abalanza así te eriges en portento
De heroico vapor / los aires de la altura ya no duelen en las sienes ya no
Dejan crecer las quinientas flores de papa en mis sesos / mi carne
Por eso sangra como la retama el resplandor de tus rocas radiantes
Tu claridad más hermosa que la luna porque elimina cualquier sentido
Tu sombra invisible Tu caverna asombrosa Tus lagunas de espejo de plata
Sangra una lágrima blanca abrazada al bamboleo de los astros canarios
Y paseas soberana por los cielos como en los prados cristalinos de Erifile
Cortan tus dedos la vidriera azul que se curva ante tu inmensa pradera
Descuelgan manadas de estrellas en estampida a pastar en tu capa
Rumian despacio su vestido de fieltro y su chaqueta de porcelana
Los reflectores del estudio patagónico las avenidas anchas de la locura
Los mallkis enterrados en tu pecho como semillas de plantas nocturnas
Los danzantes reunidos cada invierno para escalar tu cuello de viento
Se erigen como un mástil ante la profundidad de tus senos duros de tus
Caídas hondas del alma awsanqati de triángulo perfecto un pezón rico
Chupado de nubes amarunas bajeles del espíritu del rayo insolente
Saltarín de leguas de altura trayendo tormentas desde tres cruces
Y ojos del salado desde el fondo de aconquija desde el último escalón
Ante el estrecho de los mares de montaña por donde sólo se aventuran
Los que han perdido el alma en el intento escalando la bolina celina
Los que han dejado atrás la piel a tiras a trancazos con el tremendo trote
Desde el potro y río blanco hasta el abismo donde flotan los cóndores
Qué mano poderosa pudo poner tu peso obeso allá encima sino tú misma
En espíritu que habitas regulando las mareas desde tu traje de novia señor
Omnipresente que presides los nacimientos y rompes las acequias del verano
Para salir a bañarte en las islas guaneras rebuscando a la madre de los peces
Quién sino tu lengua infinita que lame las heridas como un zorro piadoso
Tu lengua michinmahuida extendida una mano abierta con piel de azahar
Tu lengua villarrica explosionando ganosa espuma de descarga orgásmica
Tu lengua sollipulli que atruena los floripondios imposibles los amarillos
Que saltan choshuencos unos demonios diminutos con explosión de lampo
Y su kamaq que habita el río de arriba para marcar tu curso de planeta
Quién sino tus dedos payachatas adheridos a la roca vertical y cuchillera
Tus patitas de insecto quellcalloso que acarician las mejillas de las ninfas
Tus alas sajamas tragaluces de catedral en el primer incendio del mundo
Tus bíceps trifrontales que dibujan la curva mururata del índigo mortal
Imponiendo majestuoso su costumbre en la esfera puntiaguda de illimani
Galatea mil años brillante en juventud despliegas esa bandera llaca de perla
Sobre los valles profundos donde cuelgan las cantutas de todos los espectros
Sobre las gordas raíces que se trasmutan en bocado de horno de pan caliente
Sobre los canales que dibuja como arruga invisible tu aguja multiforme y fresca
Luis Deza

En que se baña religioso el soterrey colillano que canta digital con su pareja
Quién ha ordenado aserrín para aislarte ahora que se enteran de tu dolencia
26

Del etílico aliento que descargan las nubes sobre tus mejillas durazneras
De nácar extraído desde el fondo de los mares para mostrar su perla perfecta
Quién se entera ahora de las primuras de los cíclopes especialmente ese
Polifemo de trompa bruta y de pelaje infecto y de palabras confianzudas
Él tejió la trampa en la que te han depositado a escala inconmensurable
Para tenerte detuvo la vida entera el curso de los ríos el detrito colgando
De las raíces adheridas al lecho de los lagos limoso y limonero y de las hojas
Del ayahuasca y pastoruri y de todas las planicies que tu boca tiende
Sobre los pastos de topacio donde se topan los cuerpos expuestos al beso
Él le chanca la cabeza al pastor femenil y se alimenta de mitades de hombres
Y guarda la otra mitad para servirse en las tardes infinitas en que lo sepultan
El desprecio de un náufrago astuto que lo deja ciego el asco que le produce
A su ninfa inalcanzable y su furia procelosa se levanta y quiere llenar la boca
De sangre de corderos y de rústicos que habitan las colinas de su isla oscura
Él ronda melancólico y adverso a escalar tus faldas porque su centella
Lo obliga a llenarse de bultos parlantes de piedras fundidas en paredes
Arrancado entre la bestia que lo mastica y el cantor de rugidos psicóticos
En que proclama su altura diminuta pero capaz de atravesar las esferas
Que nunca parpadean por mirarte por encima de todos los canes ladrantes
Por amor te desdeñó y ahora levanta fogatas para besar con hollín tus algas
Y olisquear ese cuello callangate de nieve de estrella con mus de vainilla
Esa verónica venérea que viene de belverde bamboleando las caderas chaupi
Orco que transforma el mundo en redundante donosura de espíritu libre
Queriendo convertirse en tus espejos que desluce como el infante desolado
Qué extraña pasión lo guía para encerrarse en la soberbia sombra la que
No deja mirar la luz triunfante que penetra los aires lejos de la caverna
De labios de azogue allende los mares en un puerto de veleros blancos
Que ahoga con sus rocas para que no te goce nadie para que su pálida
Corteza de alambres se enrede entre las ramas de sus tristes parques
Y llorará en tus riscos un pájaro salvaje

12 / LUZGARDO MEDINA EGOAVIL


LA ZARINA CATALINA II
Su reinado orgásmico, dicen, se prolongó entre 1762 y 1796.
La leyenda cuenta que falleció mientras era penetrada por un caballo cuyo
pelaje reflejaba el pasado de un néctar enrojecido.
Ella salía a pasear con las tetas erectas, lo hacía por las mañanas mientras
las aguas propicias detenían su marcha y en los establos el amor se
desvestía.
Acostumbraba dormir totalmente desnuda tan igual como duerme una gota
de miel en el fondo de la niebla.
Con el último varón que osó abrirla sin piedad durante una docena de años
comprendió que la poesía evoluciona como evoluciona la fantasía. Dormía en
los misterios de la pasión, fingía tener nostalgia y reía en las ventanas del
instante. Al mediodía extendía sus ropas sobre los plácidos fulgores.
Luis Deza

A todos sus amantes les regaló un viento breve para que pudieran criarlo en
su memoria, fue así que sus amantes se transformaron en grises alusiones.
27

Más de un testigo cuenta que hacía milagros: Convertía a los hombres en


hormigas y a las botellas de vino en crisantemos sin rumbo.
Yo la vi volar como una paloma blanca, dijeron las criaturas inmóviles. Yo
hablé con ella, dijo el orfebre hacedor de locuras. Ella me dio un beso en
los pasillos en donde el azar juega sus últimas monedas, sentenció la
noche en el exilio.
Después de su partida nadie pudo olvidar el ondular espeso de su
sombra, sus gruesos labios manchados con esa música polvorienta, sus
manos despiadadas que apretaban contra las paredes borrosas.
La tarde, desde entonces, jamás recobró su eternidad.

13 / JOSÉ ROSAS RIBEYRO


YO NO QUIERO MORIR
(HOMENAJE A POETAS PERUANOS)
A Juan Ramírez Ruiz, en memoria

Yo no quiero morir como Martín Adán,


yo no quiero vivir como Wáshington Delgado,
quiero ver crecer a mis hijos entre los itaúbas,
hablando el mismo idioma de los pihuinchos
cantando como el bon sapo campanero.
Tulio Mora

Yo no quiero morir como César Calvo,


entre ausencias y retardos;
yo no quiero morir como Washington Delgado,
extraviado en un mundo dividido;
yo no quiero morir como Abraham Valdelomar,
sin que haya la alegría y el afán de reír;
yo no quiero morir como Domingo de Ramos,
teniendo que retroceder para llegar a mí mismo;
yo no quiero morir como Antonio Cisneros,
sin recordar siquiera las cosas de que hablaba;
yo no quiero morir como Gustavo Valcárcel,
enfermo y en una cama vieja;
yo no quiero morir como Juan Gonzalo Rose,
esperando una carta que no llega;
yo no quiero morir como Martín Adán,
callado, oyendo mi propia voz;
yo no quiero morir como César Vallejo,
en París, con aguacero;
yo no quiero morir como Roger Santiváñez,
tras ver desde cazuela a una chica desnudándose;
yo no quiero morir como Guillermo Chirinos Cúneo,
al morder la boca de las rosas moribundas;
yo no quiero morir como José Watanabe,
guardándole el hielo al heladero;
yo no quiero morir como Abraham Valdelomar,
recordando mi infancia triste y sola;
yo no quiero morir como José Carlos Yrigoyen,
al apartar ese humo podrido donde mi cuerpo se extravía;
Luis Deza

yo no quiero morir como José Santos Chocano,


delirando con caballos fuertes y caballos ágiles;
28

yo no quiero morir como Javier Heraud,


impotente entre pájaros y árboles;
yo no quiero morir como Oscar Málaga,
sin realmente entender que debo empezar a destrozarme;
yo no quiero morir como Pablo Guevara,
palpando cada día la verdad de los muros en vez de adivinarlos;
yo no quiero morir como Julia Ferrer,
porque todas las estrellas con gentileza me iluminan;
yo no quiero morir como Enrique Verástegui,
con algo de locura pero sin gardenias amarillas;
yo no quiero morir como Blanca Varela,
siempre dispuesto a la sorpresa;
yo no quiero morir como Jorge Pimentel,
parado en una esquina sin saber a dónde ir;
yo no quiero morir como Jorge Eduardo Eielson,
sin servir para nada, ni para conversar conmigo mismo;
yo no quiero morir como Manuel González Prada,
buscando plazas, no desiertos;
yo no quiero morir como Rafael Espinoza,
desviado de mi médula y excéntrico;
yo no quiero morir como Carlos Germán Belli,
atragantándome con el bolo alimenticio;
yo no quiero morir como Carlos Oliva,
agotado de mí, con pasos iluminados;
yo no quiero morir como José María Eguren,
soñando con la niña de la lámpara azul;
yo no quiero morir como Violeta Barrientos,
al contemplar el jardín de mi deseo insatisfecho
yo no quiero morir como Tulio Mora,
percibiendo el coito breve pero intenso de la mañana;
yo no quiero morir como Francisco Bendezú,
acordándome, como ayer, de lo futuro;
yo no quiero morir como José Antonio Mazzotti,
ya que desenvuelvo en mis pasos una madeja de espuma;
yo no quiero morir como Alberto Hidalgo,
porque no era una vela pero ardía;
yo no quiero morir como Carmen Ollé,
besando la punta de unos pies sangrantes;
yo no quiero morir como Alejandro Romualdo,
a paso de agua mansa;
yo no quiero morir como Abelardo Sánchez León,
enrojecido de vergüenza, de cólera, de pena;
yo no quiero morir como Oswaldo Chanove,
sin saber lo hermoso que soy cuando cabalgo sobre un caballo negro;
yo no quiero morir como Magda Portal,
danzando sobre el viento, cerca del silencio;
yo no quiero morir como Elqui Burgos,
prisionero de mi pie y del alfabeto;
yo no quiero morir como Enrique Sánchez Hernani,
siempre recordando a la loca Janis;
yo no quiero morir como Carlos Oquendo de Amat,
desentornillando todo mi optimismo;
yo no quiero morir como Rodolfo Hinostroza,
Luis Deza

turbado por la contemplación de la belleza;


yo no quiero morir como Carlos López Degregori,
sin reconocer entre tantas cicatrices los rostros que tuvimos;
yo no quiero morir como César Moro,
entre bramidos de tigres y lágrimas;
yo no quiero morir como Juan Ramírez Ruiz
con mil dificultades para cargar con mi exceso de ternura;
29
yo no quiero morir como Marcial Molina Richter,
deambulando con ojos de odio, desnudo y huérfano;
yo no quiero morir como Juan Ojeda,
sabiendo que todo lo real es precario;
yo no quiero morir como Mario Montalbetti,
danzando y silbando al mismo tiempo;
yo no quiero morir como José Rosas Ribeyro,
con un saco gris desteñido y los zapatos sin lustrar;
yo no quiero morir como Cesáreo Martínez,
sordomudo con mi sombra chiquita;
yo no quiero morir como Manuel Morales,
recordando al amigo que toca tambor;
yo no quiero morir como Montserrat Alvarez,
antes de que los depredadores olfateen mi sangre;
yo no quiero morir como Emilio Adolfo Westphalen,
cogiendo la última estrella de un paso y del silencio;
yo no quiero morir como Wálter Curonizy,
porque la nada oculta una flor;
yo no quiero morir como Jorge Nájar,
allí donde arde la historia y el cielo se ilumina;
yo no quiero morir como Luis Hernández
sin que se culpe a alguien de mi sueño;
yo no quiero morir como Pablo Guevara,
con la mirada desolada, como pidiendo auxilio;
yo no quiero morir como Victoria Guerrero,
tendido en un rincón y lamiendo una herida
¡no, no, no!
¡y no!
yo lo que quiero es morir como Leoncio Bueno,
arrimando parábolas en un papel rayado.

14 / ROGER SANTIVÁÑEZ
MAR-NAN-OTHA
1
Sol dorado sobre el frío invierno
Tibieza de la persiana cerrada
Perfume recóndito aumenta sola
Mi soledad suaviza simétrica
La cándida ciencia de tu gracia
Nimbo oculto se ilumina rosa
Cordial memoria de un candor
Que en el insomnio fue fulgor &
Sortija con tu pubis un obsequio
Espumante frecuencia de la playa
Adonde fuimos para verte en tu bikini
Evasión fílmica renace o iris

2
Luis Deza

Celeste cielo solitario del mar


Crestas azules advienen al poema
Afinan mi angustia antigua
30
Prístino subir de las olas vagas
Sobre la playa feliz del pasado
Sosiego cifrado en arena infinita
Gaviotas previas al morir a solas
Pasan de súbito de cúbito se
Tiende la mañana estreno del sol
En la fresca liquidez desliza
Dora la marea alzada al

Luis Deza
Vacío del próximo mediodía
Nace Amor en la forma de mujer
& se cubre con el myrtho del deseo
Calatita & húmeda aire flotante
-----------------------------------------------
[Del libro inédito: Bordado]

DE LOS 14 POETAS:
Juan Carlos Lázaro (Lima, 1952)
Poeta, editor y periodista. Ha publicado tres colecciones
Óscar Aragón (Lima, 1948) de poesía: Gris amanece la urbe del hambre (1987), La
casa y la hojarasca (2001) y Entre la sombra y el fuego
Publicó en 1986 su poemario Los Olvidos. Con la pu-
(2008). Con Héctor Rosas Padilla publicó en el 2009 la
blicación de poemas suyos en la presente edición de
recopilación Andanzas, travesías y naufragios. Edita las
Maestra Vida, rompe un silencio de tres décadas.
revistas Hechos & argumentos (política y cultura) y Sol
Armando Arteaga (Piura, 1952) & Niebla (poesía).
Realizó estudios de Arquitectura en la Universidad Porfirio Mamani Salcedo (Arequipa, 1963)
Nacional de Ingeniería (UNI). Ha publicado los poema-
Doctor en Letras en la Universidad de la Sorbona. Es
rios Callejón sin salida (1986), Un amor en que aún
autor de poemarios, novelas y cuentos. Algunos de sus
(2000), y Terra ígnea (2004). También es autor del
títulos son Ecos de la Memoria (1988), Más allá del
libro de relatos breves Cuentos de cortometraje
día/Au-delà du jour (2000), Poème à uneétrangère
(2002). Dirige el Instituto de la Tecnología y la Cultura
(2005), Flora Tristan, La paria et la femme Etrangère-
Andina (ITECA).
dans son œuvre (2003), La sociedad peruana en la
Bernardo Rafael Álvarez (Pallasca, Ancash, 1954) obra de José María Arguedas: El zorro de arriba y el
Padre de tres varones. Su primer poemario, Aproxima- zorro de abajo (2007).
ciones & Conversaciones, data de 1974. El más recien-
Luzgardo Medina Egoavil (Arequipa, 1962)
te, Los bajos fondos del cielo, se publicó en el 2007.
Ha publicado La boda del dios harapiento (1981), Cuer-
Gloria Cáceres Vargas (Colta, Ayacucho) vos en Sodoma y Gomorra (1983), Ad libitum (1995),
Poeta, narradora y traductora de literatura quechua al Contra los malos presagios (1995), Avatar (1996) Ros-
castellano. Ha sido decana de la Facultad de Ciencias tros del sueño (2005), Nada (2007), Bajas pasiones
Sociales y Humanidades en la Universidad Nacional para un otoño azul (2008), Cronología del equilibrio
Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta) y ha dictado cur- (2008). Premio COPE-Poesía.
sos de Español y Civilización Latinoamericana en uni-
José Rosas Ribeyro (Lima, 1950)
versidades francesas.
Fundó y dirigió la revista Estación Reunida. Desde 1977
Max Castillo Rodríguez (Lima, 1954) vive en Francia. Autor de los poemarios: Curriculum
Poeta y narrador. En los años 70 dirigió las revistas mortis y Ciudad del infierno. Su novela País sin nombre
Penélope y Campo de Concentración. Ha publicado las se publicó en el 2011. Su último libro de poemas, publi-
novelas Ángeles Quebrados y Una historia africana. cado en el 2013, se titula Iluminaciones, Memorias de
un sobreviviente.
Luis Cuadros Falla (Lima, 1961)
Vivió más de una década en los EE.UU como un hom- Roger Santiváñez (Piura, 1956)
bre de mil y un oficios. Este ultimo, de poeta. Ha publi- Escribió su primer poema a los 15 años. Tiene estudios
cado los poemarios Nocturno y La velocidad del amor de Literatura en la U. San Marcos y un PhD en Poesía
(Signotres). Prepara El velorio de los difuntos. Latinoamericana por la Universidad de Temple. Funda-
dor del movimiento Kloaka. Tiene una decena de libros
Patricia del Valle (Arequipa, 1962) publicados, en el que destaca una recopilación de su
Estudió en Piura y Lima. Arquitecta de profesión, ha obra poética de título Dolores Morales de Santiváñez.
reunido su poesía en Yo casta yo (Arteidea, 2005) y Obtuvo el Premio de Poesía José María Eguren (Nueva
Soy Otra (2010). Sus poemas se han difundido en las York) en 2005. Su más reciente poemario, Virtú, se
revistas Sol & Niebla y Arteidea. publicó el 2013.
31

Colectivo Muralista y Cultural BRP , calles de Santiago

POESÍA JOVEN CHILENA (inédita)


6 POETAS 6
Al inicio de los 90, la poesía chilena se vuelve autocrítica y reflexiva. El muro de Ber-
lín entierra los últimos paradigmas y utopías, y con ello lo épico, lo social, lo episódi-
co, dan paso a un neovanguardismo donde el hablante lírico es un sujeto ambiguo,
sin identidad, las más de las veces desorientado, confundido en un lenguaje de sig-
nos y formas cabalísticas, acertijos que debe y necesita descifrar para comunicar
una verdad.
Otros desde lo etnocultural reafirman las bases de su identidad y denuncian los vi-
cios de un mundo que los asfixia e instrumentaliza. Mención aparte, merecen poe-
tas, como Héctor Hernández Montecinos, que reciclan los ingredientes de su imagi-
nario y los devuelve a la página en blanco a partir de una notable y extraña lucidez.
(Mario Meléndez: Muestra de poesía joven chilena. Revista Ómnibus, No. 30, México)
32

1 / HÉCTOR HERNÁNDEZ MONTECINOS


MI DIOS ES AJÚN
Mi dios es Ajún. Toda pregunta para él es una respuesta. Qué cuerpo. No hay cuerpo. Agua, sangre, humores
cayendo desde los precipicios de los sistemas. Órganos en posición fetal. Nudos de arterias y alvéolos como
uvas. Viejos fantasmas con un solo testículo se pasean por las editoriales fisiológicas.
Dejamos de dormir, de comer, de regenerarnos. La infancia se enfermó de literatura. Hoy todo es bosque.
Cuerpo y territorio. Mamá y papá eran una bicicleta para que se fueran. Ajún miraba mis papeles de soslayo.
Hacía letras grandes, más grandes que mí mismo. La primera persona era yo y no lo sabía.
Son volcanes y regodeos. Líneas azules como cortes en la ventana con una navaja. Todos los signos son
inútiles, no las señales. Un libro es una flor impresionada en el cuerpo. Neuronas territoriales /
Neurogalaxias/.
El pasado y la literatura caben en una ollita al igual que las partes del día. Comienza a llover. Es cuestión de
tiempo esperar a que los signos se conviertan en pan.

Comer y sintetizar
Palabra-casa
La literatura desplomada por el hambre.
Soy un autor esta noche y tú mi sombra bajo mi mano que escribe sobre este cuaderno. El analfabetismo no
sé lo que es pero me suena bien. Las letras y el esperma tienen un poder cinético que mueve al mundo, a la
especie a su desaparición.
Todo se congela hoy. Añoro los santuarios incendiándose con sus máquinas y robots de madera. Siglos de
archivos biodigitales al carajo. La solidaridad barrial cobra sentido.
Una fiesta espera el mañana
Un chip en el cerebro
Ajún celebra la indigencia de los sentidos
sobre los techos de la realidad.
Patea sus puertas para escuchar su música, eco de las rutinas,
monarquías legítimas de la salud. Disecaría a la historia con unas pocas palabras,
dice mientras se pasa el filo de una hoja de papel
por el cogote.
El mundo no era más que eso. Cuerpos desérticos, territorios pulverizados. Horizontes que se pudren a lo
lejos. Enzimas que no pueden sintetizar a los espectros del pasado. Es la era de los niños pintados de
colores. La civilización que inventó el cautiverio. Los ángeles caídos prenden carbón en los municipios
gestionando nieve. La pequeña burguesía no es tan pequeña y los cimientos de todo desaparecen en la era
de la reproductibilidad divina.

¿QUÉ ES EL PASADO?
¿Qué es el pasado?
Es la historia de todas las noches blancas
en que pensabas en tu futuro negro.
¿Qué es el presente?
El resultado de la imaginación de tus átomos
a toda velocidad.
Si te olvidas del sol
el tiempo es un bosque.
33
Si te olvidas de la gravedad
el mar será un cine.
Debo confesar que las películas no me ven. Odio que me mientan.
Odio que alguien se muera y no sea cierto.
No puedo soportar las carreteras de plástico donde automóviles de cartón llegan a una hora
que no es esa hora.
Un guion dice:
Amanecerá en un barco que desaparece
entonces alguien piensa sí no sí no sí sí sí sí sí no no no no sí no sí sí no no sí no.
En el futuro no existirá el séptimo arte sino constelaciones ahorcándose desde el Big Bang. No habrá
representación sino imperios completos vueltos a la vida. No habrá butacas sino celulares votando por la
vida eterna del trabajo del sol. No habrá cortometrajes sino gente cayéndose por dinero a las vías del metro.
No habrá actores sino microondas con estómagos y antenas con antojos. No habrá cámaras porque todas
las constituciones serán semáforos.
Los muertos serán robots y los genocidios, herramientas sociales.
Dodecaedro arte lo llamaremos.
El barroco italiano está muerto.
El espagueti western está muerto.
La gente está dormida en sueños
y la lascivia les hace escupir.
La primera vez que te vi tus estrellas no eran de cine y hablabas de colores sonriendo con los niños de
madera. No conocías el deseo que te hizo envejecer tan rápido y los juguetes eran una profecía.
No sé lo que siento
cuando los otros se ríen
o se enojan desnudos.
Las palomitas se han dormido en el suelo
aparecen los créditos pero hacia abajo
y las ciudades se apagan con un ojo abierto.
Todo fin era predecible
incluso este.
¿Qué es el futuro?
KABOOM

CUANDO FUE EL DILUVIO UNIVERSAL


Cuando fue el diluvio universal
los continentes se agarraron de los meridianos
y el agua llenó de sal todos los desiertos.
A alguien se le ocurrió sacar las ollas al patio.
Había que remar. Cucharones,
tablas de planchar, palas y escobas.
Los esqueléticos ancianos flotaban
con la panza hinchada.
Los niños resbalaban de techo en techo
entre los televisores y los colchones de espuma.
La corriente tenía un itinerario secreto en las casas,
detrás de los muros, sobre los marcos de las puertas,
en los agujeritos a ras de suelo.
Desde la ventana la línea del horizonte
estaba bajo el nivel del mar.
Lo que quedaba de la realidad
estaba mojado y se encogía.
34

Nadie volvió a bañarse


y se prohibieron los bautismos.
Las algas marinas reemplazaron los tapices
y el moho, el papel mural.
Los pozos se convirtieron en elevadores
y los barcos en sombrillas. Los ríos
parecían ráfagas
sobre las tablas sumergidas de la ley.
Al octavo año,
las olimpiadas sólo eran de natación
y la pólvora servía para pintarse los ojos.
Se había aprendido a sembrar en el barro
y ya nadie lloraba.
Hay que desahogarse -se decía-.
Tenían razón.
Días tranquilos y el clima un poco húmedo.
Tres cuartas partes de agua
eran una escala bastante lógica
y para ser sinceros
el destino de la humanidad
siempre estuvo en entredicho.
Hoy comienza el invierno. Pronto
todo lo que conozco se congelará.
El tiempo, el corazón, los huevos
dependiendo de la fragilidad
que tienen al dormir.
Los sueños son siempre de agua
al igual que los colores
que para el ser humano son inminentes.
En días fríos y solitarios como estos
uno se pregunta que se habrán hecho
todos los perritos vagos de la ciudad.

NO SE PREOCUPE
no se preocupe
todo está fuera de control como siempre. las palabras han hecho todo lo que han querido. van a
hacer desaparecer la página. no es para alarmarse. estamos acostumbrados al jugueteo con el
vacío.
no deje el libro
es el último del autor. no habrá otro. no lo deje. es un modo de hacer poética la renuncia. el odio
a sí mismo. una metáfora para acabar el deseo.
te acompañaremos hasta la última página. queda poco. hazte un café. estira las piernas.
no te arrepentirás
o quizá sí pero ya será demasiado tarde. un abismo. el autor juega en el prepucio de la vida. es
un arrebato de voluntad. seguramente ya quiere irse. acabar con todo. empacar la realidad.
- si les contara no me creerían
- a nadie le interesan tus historias
- ni mamá o papá las conocen
- tú eres hijo de los pájaros
lo cierto es que
las nubes son las vacas de los mitos
35

la lluvia es la leche
el dios malo se arrepiente de todo y cuenta sus dólares
blanco es todo lo que no se ve
blanco el papel del autor
blanco el lugar de los recuerdos
blanco el porvenir
el libro es un modo de casa. habitar un algo. no hay necesidad de hablar más.
escribir es reproducirse sin empresa. es ser algo sin documentos de identidad.
irse con la mano
en la cama
que también es blanca
fálicos los ojos
el libro es un culo
el lápiz una verga
la poesía me hace feliz
--------------------------------------------------------------
Nota editores: Los títulos son nuestros.

2 / MATÍAS TOLCHINSKY
CANDELARIA
(fragmento)


Buriel, ésta soy yo, Candelaria. Dispénsame de mayores presentaciones. Lo que importa ahora es
salir de aquí cuanto antes. No debes confundirte, en este país hay muchos tipos de homicidas
diferentes. Están, sí, los chiflados, como ese despiadado encomiador de los manicomios acerca
del cual tú ya tuviste noticia. No obstante, habremos otros que, si bien hemos aceptado manchar
nuestras manos con sangre, no ha sido para alcanzar fama ni hacernos valer como personas, sino
para vengarnos de quienes insisten en retenernos en esta condición humillante.
Como has podido ver durante tu estadía, desde muy pequeños que se nos acostumbra a estos
escenarios de cuerpos fusilados, paisajes de nuestros propios seres queridos resueltos en podre y
plomo nada más que por haber alzado un brazo para rascarse. ¿Y se supone que permanezcamos
cuerdos ante estos actos de barbarie? (Recuerda aquel gran filósofo que, mal de su grado y
sesudez, se quedó mudo sin remedio después de haber visto colapsar una bestia de tiro explotada
por su cochero).
Delego a la jurisprudencia de otros reinos (pues aquí esta palabra es una broma) el juicio que me
corresponda, pero si van a sacarme en cara gráficos y encuestas primero tendrán que suprimir la
censura y el rapto, que de esto y no de fustigar a la gente se trata la justicia.


Tampoco es que creamos, ni de lejos, que la entresaca de nuestras crasas, grosas mariposas
bastan para mantener a raya a estos pelafustanes advenedizos que se han atribuido el poder de
gobernarnos, pero que la cabeza de uno de ellos pueda aparecer de un día a otro flotando sobre el
fétido encachado de un zanjón putrefacto, sin duda no debe resultarles muy gracioso a estos
caraduras.
Sin embargo, ocurre que frente a la ley el corredor de la muerte es uno solo.
36

Esta situación desigual es la causa de que gente noble como yo (que a decir verdad provengo de
una cuna de lo más elevada, de la cual no obstante soy desertora, puesto que mi familia es y ha
sido toda su vida una estirpe de tiranos), que no hace otra cosa que ajusticiar seres abyectos y
perjudiciales (usurpadores no sólo de la vitalidad de las demás personas sino también de todos
aquellos animales, vegetales, microbios y minerales que pueblan hoy la tierra), terminemos com-
partiendo la misma suerte que estos carniceros imbéciles (fenómenos transmediales, a la larga)
que nos discriminan y que se regocijan con la sola idea de poder hacerle bascular a uno la vesícula
o las glándulas vasculares en público - como si el asesinato se tratara de un asunto, además de
premeditado, exhibicionista; cercano ya no a la mera sangre fría de un quirófano, sino a la gelidez
glaciar de las pescaderías.


No tengo dominio sobre mí mismo en este momento. He conocido a una mujer sin nombre que me
ha hecho olvidar la moral y que me ha traspasado el gusto por las barricadas. Yo, por mi parte, le
he enseñado a ella a hacer unas bombas de miedo, y también un método para incinerar botellas
con cosa de chascar los dedos. Ella ha celebrado mi enseñanza, y ahora se refiere a mí como El
mago. No queriendo ser menos, o tal vez solamente porque el anonimato me produce vértigo, yo le
he puesto también un nombre: Candelaria, de pila ígnea, ama de los candelabros, pilar de la
candela. La ceremonia ha resultado de lo más solemne y emocionante, y se prolonga aún por lo
que va quedando de noche. Cuando amanezca, si todo ha salido bien, no habrá una sola arteria en
esta ciudad que no despierte ahogada por las llamas.


Al otro día: afiches de SE BUSCA con su foto. Vaya quilombo, sus cabezas estimadas en varios
quilates de oro. Tan fervientes son las ganas de fusilarlos, que pese el fanatismo religioso de la
clase dominante, no hay dextro alguno en toda la ciudad que sea capaz de darles asilo.
Hay que huir, a pesar de la carpanta, eso está claro. Pero la resaca algunos damnificados por la
mañana no se la pueden, y quedan desplomados en la calle. Sobre la vereda, acabados y
combustos algunos de los nuestros, guillotinados los más y muriendo de a poco los menos.


De modo que los que pudimos escapamos. Desamparados. Con cinches metidos hasta en el culo
(a la larga el consorcio volvería a reducirse a mí y Candelaria).
Y si de cameladores habíamos dado grandes pruebas la noche en que nos conocimos, otro tanto
probamos tener de camélidos después de las mil leguas que nos vimos obligados a recorrer casi
sin beber otra cosa que el sudor que nos corrió por la frente.
Contrechos, tullidos y baldados. Nos escapamos sin tener la menor i dea de quién podría estar
ofreciendo tan cuantiosa suma por nosotros.


Toca Buriel tu cálamo calamitoso, habla de lo que en esos parajes junto a Candelaria les aconte-
ció, y cómo fue que terminaron calcinándose en las corcovas calamochas del desierto (con las res-
quebrajaduras de tus errancias anteriores abiertas, de par en par, abiertas de nuevo).
De cómo comenzaron a cernir ese calvario, desprovistos de lo más esencial. A paso de chupalan-
dero, ante el más incierto de los derroteros. Cara a cara frente a miles de manadas de chacales y
caracales. Acorralados por bullirles y campanilleos de aves y sierpes infaustas. De lleno en el
tristísimo escenario de llevar incontables noches durmiendo a la intemperie, bajo la carama,
congelados.
Pero menos mal somos de fiel complexión yo y Candelaria - yo y Buriel, y más de alguna artería
conocemos. Así que al pillarnos el invierno agarramos la cancagua acumulada por la humedad de
las dunas y con ella nos improvisamos un refugio de lo más acogedor. Y allí, previsiblemente, nos
la componemos esperando que tanto las tormentas de agua como las de arena amainen.
37


Desarrolla tu cantal Buriel, despierta tu ritmo élego de piedra eriaza. Cónsone tras cónsone,
arpegio tras arpegio, narra tus viajes extenuantes, y cómo fue que llegaron con Candelaria hechos
unos calandrajos a través de la tierra campa: todos cubiertos de cangalla y de ceniza, todos llenos
de congoja y de canicie, tan cascados que ya casi ni hablar podían –Tanto era el cansancio.
Refiérete a ese extraño chortal que encontraron cuando su flujo sanguíneo ya casi había mermado
por completo, cuando todo en ustedes apuntaba a ser no más que un amasijo volcánico.


De ese clima que churruscaba. Cavar y cavar en torno a nosotros cavaduras con formas de
ausencia. Chupetear hasta las bostas de los animales para obtener algo líquido. En cualquier
momento salía una cerasta y eliminaba a alguno, pero nuestro corazón se mantuvo siempre cerne,
protegido por una extraña alineación de céfiros y corrientes.
Siempre firmes y aparejados, resistimos. El beneplácito señalado por un indicio de zafiros y
diamantes nos permitió encantar toda suerte de escorpión, toda clase de naja que se interpusiera
en nuestro camino.


¿Y de las catacumbas, de la arena movediza hablarás algún día? ¿Y de las momias, vampiros,
fantasmas y nigromantes que bajo esas galerías con tu antorcha y casi sin aliento encontraste?


No hablaré de aquellas peripecias sino de una distinta que en este momento me parece mucho
más clave. Clave, digo bien, pues el engendro con que me choqué casi en el límite de los arenales
no era sino el rostro vivo del misterio. Me refiero, cómo no, a la ya célebre y paranormal Esfinge.
La Esfinge, escombro de asteroides, en esa abra de montañas la encontré entorpeciendo el
camino.
La Esfinge, un vasto oso con melena de avestruz y alas de león que no hacía más que roncar y
taparnos el paso.
La Esfinge, mediano escollo, algo me dice que a este androide hay que desvencijarlo.
La Esfinge, solicita que nombre tres raíces aperitivas más aparte de la eringe.
La Esfinge, lo que se me pide contestar es descabellado.
La Esfinge, efigie de lo fantástico, las cosas se vuelven delusorias bajo el haz de su entresijo.
La Esfinge, si no contesto nada me dejará sordo.
La Esfinge, hay en mí la huella, acaso heredada, acaso entreoída, de una rigurosa estrategia para
salir del paso en casos como estos.

3 / FERNANDA MARTÍNEZ VARELA


LA SAGRADA FAMILIA
(selección)
En todas las casas de este pueblo hay gente Hijos religiones perros Alguien
que escribe lo que pasa y pasa porque escribe Piedras para tropezar por
segunda vez Floreros donde poner las piernas Copas que se quiebran sin
dolor si están vacías Tristes formas de alegría como llenarlas de nuevo
Fotos y retratos donde ella se dibuja y confusa no precisa género sexual Si
es niña o le da por parecerse al perro si come del suelo porque el suelo
come de ella o él Quizás en todas las casas de este pueblo Quizás en todas
38
las casas de este pueblo hay botellas Muñecas barbies y de trapo Como la
que hiciste con el paño de cocina y rellenaste con arroz Quizás en todas las
casas hay gente de trapo Quizás en todas las casas de este pueblo de trapo
hay gente Arroces largos dibujados Pimentón relleno con arroz Muñecas con
la boca llena.

No queremos hablar de la niña que corre y todo ensucia Sus piernas de


algodón cojín barato hilos gruesos de tejer chancho simulando una sonrisa
Que dices bruta quedó un freno de potro sangrando si relincha fuerte Ni de
sus ojos de botón de pantalón Ranuras que parecen telescopios donde mira
tiembla y piensa yo no quiero salir Para ser pinocha carolín huesuda acostum-
brada a pasar el verano sin alas de baño ni un tiburón inflable del jumbo No
queremos hablar de que dormimos a ratos y las pestañas no pesan como
kilos de noches sin dormir Años enteros en que corres y corro donde ella llora
mezo el algodón el trapo los ojos de botón de pantalón el pelo de pita pintado
y no lo creo Me dices no deja de llorar haz algo que no aguanto el tono agudo
de su respiración Aíslala donde no oiga que le duele tanto el mes de agosto
Julio estuvo a punto de matarla y queda casi todo el mes No queremos hablar
pero nos pica el cuello La garganta escose las i que degollé con ganas del
texto Y tú pegaste en la mañana con scotch No queremos hablar mientras
mueles ajo con aceite y sal y dices La necesidad de sabores violentos para
entretener la boca Pues los besos son algo demasiado personal para mí.

Entre líneas te quedabas dormida y en medio del punto te sobresaltabas El


silencio estorba decías en mitad la cama Por eso enciendo la tele si no me
tocas o la radio Entre líneas te mordías la uñas imaginando casas coloniales
restauradas Hijos y el perro a quien llamaste roxy y yo chesterton Entre líneas
carolín se dibujaba con sonrisa sombría y decías no entender por qué se ve
tan natural Entre líneas te dije mi amor el doctor te dijo ahí están toma las de
las siete Entre líneas la copa de vino las rayas la mueca una casa con tejas
de otro color Pero sobre las líneas carolín balanceaba la tinaja y la rueda Los
perros hermosos caminando erguidos La mesa de mimbre el columpio carolín
con tus ojos y la forma de mis cejas carolín de palitos y ordenadas trenzas
Entonces dijiste escribe Mientras cortabas con navajas el café.

Si escribía el vidrio rasguñaba decía éste es el lenguaje que prefiero Una casa
a la que hay que obedecer Canaletas que lloran como lámparas que tristes
siempre están La bisagra que chirrea si tú pasas La luz que parpadea y
zumba apolillada como un nerviosismo en la electricidad Una casa que duele
si amanece Una casa que amanece pues no deja de doler Todo tiene algo
que decir sobre radios escribe de pantallas de la tele que la casa se queje las
tablas del piso muebles El idioma objetivo es si los objetos son los que
hablan y la subjetividad resulta pura sensibilidad.

Nadie está más solo en esta casa que quien escribe sobre casas donde hay
gente El arroz huele a zanahoria pimentón El horno a carne mechada y miel
Como si fuésemos un panal de abejas Como si la casa fuese de cera por lo
que dan ganas de encender Nuestro amor un pie de limón sin la parte que
duele en la garganta o un lugar para morirse de las ganas de morir Nadie
está más solo que quien escribe un texto donde hay mucha gente Una familia
un perro una casa de muñecas en el árbol La abuela la tele el auto el jardín la
flor del pájaro bella Como si fuese un pájaro maricón Pero seguimos
conversando Con las tazas vacías temiendo que quieras más té y no haya
39
Más azúcar y nada encuentres Y se deshagan las tazas las cortinas paredes
techo Y veas lo que yo entrelíneas mientras estabas sobre y yo bajo
intentando sostener te las ganas de ser mamá como tu madre la madre de
ella y así hacia Eva y el paraíso Como si de lana fuese el amor y no fuese el
amor sólo simples ganas de comerle las costras al otro Pero tú no viste que
entrelíneas me arrancaba el pelo trenzas yemas de los dedos un lunar Pero
tú no viste las vetas en sus brazos color rubí Por lo que dije tu sangre es linda
y quisiera besarla para llorar.

4 / NICOLÁS MENESES
CAZA MENOR
a Iván

Mi hermano me invita a pasar el fin de semana al cerro/ arrastra perros galgos babosos de collar
negro/ díceme no son hediondos/ se bañan con champú ballerina y agua de la manguera/ nos
acompañarán todo el camino//
Se esfuerza en explicarme como matar a una liebre/ díceme para apuntar hay que encandilarlas
con un foco/ no se mueven si se les alumbran sus pupilas/ hay que darles al primer intento/ el
ruido las espanta//
Nuestras discusiones son punto muerto/ todo gira apunta de rifles y escopetas que gente mayor
le confía/ en su frente refulgen cañones/ de su mano gotean cartuchos y postones que inscriben
cementerios en parcelas abandonadas//
Le niego con la cabeza sus invitaciones/ nunca deja hacerlas//
No sé en qué se diferencian sus armas de las mías/ será por las tundas/ díceme/ su reloj de arena
que giró antes/ aunque tenga que andar saltando alambres//
No sé quién está mal/ si el que se arranca del colegio o el que se queda/ el que salta por los
techos/ o el que salta por los aires/ al que le dan pastillas o al que le dan palmadas en el hombro/
cuando ataca al otro//
Veo mi primera muerte/ un gato pegado al pavimento de la calle/ parece una alfombra cagada/ mi
hermano se ufana de haber levantado la roca/ rodeo el cadáver/ le digo que lo voy a acusar/ me
pega un combo en el hocico/ no me atrevo a levantar más piedras//
Si resistimos y estamos enjaulados/ y no escapamos/ es porque alas no hay en nuestra cómoda/
ni en el bolsón debajo de la cama/ díceme/ la ventana da a otra pieza vacía/ no podemos
protestar//
Toma la pélela/ díceme ahí queda todo resuelto/ si escondemos la pélala podremos salir a la calle/
las liebres muertas aún están en las bolsas//
Mi abuela cocina las liebres/ le aplica harto aliño/ mi hermano es agasajado/ ahora es el otro el
que ingiere pastillas/ y persigue animales//

LA NIEVE
1
Mi hermano conoció la nieve una vez que faltó al colegio/ ahí se tiró en una bolsa de basura
/a todo full/ se fue a otro país.

2
Una mosca cayendo en las faldas del cerro/ me contó que la nieve quema/ cuando se acaba el
empinado/ dando registro fotográfico/ espalda despellejada y sin alas.
40

3
Acusados por el despertador/ mareados sin levantarnos al colegio/ o levantando a la esperanza/
de comparar nuestras zapatillas roñosas/ con el blanco de la cordillera/ pero dada vuelta.

4
Como babosas rociadas con sal/ nuestras caras se arrugan/ deshacen/ pegadas al vidrio del bus/
que ofrece la punta del cerro/ como refugio ideal/ de caníbales.

RITUAL
dedicado a la niñita ojos de #

Supongo que era por negro y cabezón/ que me mantenía/ pero un día llegó esta niña con ojos de #
a santiguarse a la casa de mi abuela/ que de algún modo era la mía// entró como Pedro por su
casa/ como la chiquilla Lucero de la comedia que daban a las nueve/ y miraba directo a la medalla
de la Virgen/ que colgaba de la mano callosa de mi tío //
El amuleto trazaba cruces en su espalda/ en su cara diminuta/ los murmullos frente al péndulo/
directos a la madre/ a la hija/ desplazando de sus ojos/ compás/ la energía negativa/ un ejercicio
que despide con calma abismal //
Supongo que era por cabezón y mecha’e clavo que nunca me ojeaban/ custodiado por un sueño
grácil/ buena digestión/ y poco llanto//
Nunca entendí/ entendimos/ que siempre fue la presencia de esos ojos/ la verdadera secuencia
divina/ la niña nos salvaba/ a todos los potenciales/ en escala/ de andar ojeados/ taimados/
intratables//
La niña se llevó todos los golpes/ todas las medallas/ amortiguando golpes/ con sus mechas
rubicundas/ que convertían en piedra/ envidias genéticas/ pestes viscerales/ en este villorrio//
Nunca la veneramos como se debía/ debemos mucho a esa santa matrona / que ahora tal vez
joven agraciada/ sea el escudo/ en otro campo de tiro.

INVASIÓN
Recuerdo bien ese momento/ no me dejaron entrar para tener uno más nítido/ ¡déjenme entrar!/
no me pescaron// Recuerdo los gritos que se sucedían con fuertes golpes/ era una soga o un
cinturón de cuero/ no estoy seguro/ mi viejo me pegaba con cinturón/ pero no era igual// A veces
asomaba alguien en la cortina/ hacía señas/ y se completaba algo/ una función creo/ porque
después cambiaba la persona que vigilaba la entrada// No entendían que esa era mi casa/ ¡mi
casa!/ pero tenían armas de fuego/ no quisieron dejarme pasar/ ¡conchas de su madre!/ les grité
a lo lejos/ no me pescaron// Ni cagando llamo a los pacos/ dije/ me hubieran cagao a mí
también/ ese espacio que era mío/ y ya no//

LOS FRUTOS DEL MAIPO


Por acá los camiones son pan de cada día/ pero no quitan el hambre/ el horizonte de bodegas por
su hocico se embucha lo que resta de los días/ las cosechas que vienen y han de venir// Con una
cuchara no se quita la ponzoña/ ni se da aire y luz a la aldea/ siquiera soluciona el desgaste de
hileras de dientes/ muelas//Las astutas máquinas perforan como frascos de pastillas/ los cascos/
que se arrancan de los supervisores/ en la planta/ la línea de producción prosigue lo etiquetado




discontinuación de sellos// Cada tanto alguien se queja ufana de su uniforme/ cada tanto
41

alguien dice por la boca se pudre el choclo/ por la nariz los porotos verdes se fugan/ y las arvejas por el
recto se enroscan// Ni el procedimiento ocular de los prevencionistas anotando al margen del pánico
arregla el dolor estomacal// Cada tanto un trasto se rompe y entra un suplente/ se ensambla otro grille-
te a la cadena/ y otro lo descuellan por planilla/ cada tanto aparece una nube de humo/ estallan ladri-
dos y autos/ caen diluvios a una hoya/ se anotan horas extras/ surgen otros cielos de mirar los focos del
galpón// Una nueva temporada eclosiona las retinas / afuera los perros comen en un bidón de parafina
cortado a la mitad/ huesos musgosos/ mascando treintaidos veces/ antes de tragar/ la gente los fuma/
antes de entrar a enrolarse/ la carne///

5 / AUKAN MARTÍNEZ KRAMM


A TODOS QUIENES DICEN SER MIS PADRES
A todos quienes dicen ser mis padres:
Yo no les esculpiré un tótem, pero heredaré orgulloso las manchas de sus pieles, yo no los llamaré
progenitores, aceptaré su memoria con la cabeza en alto.
A todos quienes dicen ser mis padres:
Miren lo rápido que arden las fondas, parece que el coligüe y la paja son material para una hoguera.
Escondo la caja de fósforos en mi espalda y pongo carita de huaso bueno. Veo la ampolla en el índice
decorando el dedo como anillo de victoria.
Tikitikiti-tikitikita
Prendo en llamas esta Nación de eucaliptus baratos
Tikitikiti-tikitikita
Esparzo bengalas desde mi carruaje de canelo, de pie, firme en mi costilla de araucaria y mis
pulmones de laurel
Pero no olvido las manchas de mi piel, no olvido a las Marilyn’s clamando justicia, no olvido que vengo
de esa fonda donde la cueca la bailé solitx
No olvido
No olvido
No olvido y no perdono
Porque el perdón no es salvaje ni humano.
Este Chile que no es mío, pero yo tampoco soy su hijo. Un Chile que huele a la sazón de la cebolla
Puros llantos
Pura telenovela
Esperando que alguien tome el cuchillo y termine la tarea culinaria metiendo a hervir a la prensa, la radio,
la televisión y al ratón Mickey, y que deje como resultado un platillo típico para tragármelo entero,
una cazuela Cambpell’s con un condimento fuerte para que la población coma y digiera un Estado.
Pasado y presente
Que el sabor amargo nunca se largue de nuestras lenguas, que quede como las manchitas en mi piel,
algunas a la vista y otras ocultas bajo mi ropa como los huesos de esos tíos lejanos que aun nadie pilla,
que aun nadie reclama.
Nos atacarán con las lacrimógenas picantes, sin embargo, entre mi colección de cosas heredadas
tengo un paladar más que listo para los sabores fuertes, y sus gases que viajan por el aire no hacen más
que avivar las llamas de nuestros cuerpos molotov
Nuestros cuerpos de proyectiles
De pintura y piedras
Nuestros cuerpos de cadena que cortan la luz de todo un país, un país de nadie, y lo dejan a la merced
de solo un brillo: Nuestro incinerar.
Colectivo BRP
42

ÍCARO QUISO ALCANZAR EL CIELO


Ícaro quiso alcanzar el cielo
Extasiado planeaba entre esas divas solares
Deidades incandescentes
-Madonna’s & Monroe’s-
Planeaba entre las luces tornasoles que emanaba esa peste rosa
Con aroma a plástico quemado
Al nilón de sus alas hechas con bolsas de basura y revistas de moda o del cable que se derretían e
incendiaban haciendo de él la espectacular súper-nova que siempre deseo
Sin embargo
A diferencia de sus ídolos
Este bajaba en picada
-Como una esfera disco que se desploma hasta la pista de baile, dejaba de ser una transmisión sonora de
lo más IN y pasaba a ser el sudor que empapa las paredes del recinto-
Por suerte entre Ícaro y yo existe algo en común.
No tenemos intenciones de dar lastima.
Él podrá tener una carrera efímera que termina en plumas calvas
Él podrá haber caído desde la alfombra roja
Desde las únicas estrellas de las cuales un individuo abandonado en un hoyo de smog puede hablar
Él cayó de esas, de los astros que yo veo en mi tv pagada a la mitad de un contaminado firmamento
Él bajo de los cuerpos celestes de la bandera de los cincuenta estados.
Se ha dado contra un suelo sub-desarrollado
Un suelo decadente
Un suelo de segunda mano
Pero Ícaro desde abajo mira desafiante
No pide lastima
Ladra, grazna, maúlla
Se siente feliz, excitado
Se revuelca con el populacho
Con nosotros sus hermanos
Que le acuñamos en el hueso un manifiesto:
No tenemos pieles, tenemos piel
No tenemos perfumes, tenemos olor
No somos eróticos, somos obscenos
No te raspamos, te acuchillamos
El Ícaro de alas amputadas
Es pleno
No le brilla a la tierra
Viste flúor en ella.

MIS PITILLOS Y MIS BOTOTOS


Mis pitillos y mis bototos se mueven al ritmo de una banda sonora de alguna película que de seguro
ya no está de moda.
Veo los camiones de basura, siempre inútiles ante el lente de la cámara, los perros que acompañan al
camión me huelen y me siguen. Ellos también son basura en el centro de esta ciudad tan neoliberal.
Les gusta el frío y yo soy Fuego
Sí. También soy basura
Pueden llorar en paz, yo nací en los noventa y entre americana y americana sigo amando ser basura
Vivo en una ciudad fría y soy Fuego
Vivo en una ciudad que me mantiene en su mira con la lluvia marcando balazos en el asfalto, pero se
evapora en mi cuerpo andrógino
43
Mi ser caliente quema tus cuadernos y revienta lápices
Salpicando
Acabando en mí con su tinta
-que también se evapora-
Pero los cuchillos y abanicos no arden, son de llamas
Mis bolsillos son amplios
Y ya no hay audífonos, son parlantes
No necesito un ejército
Sólo nosotros
Vivo en una ciudad fría y nosotros somos El Fuego
El tren parte y ustedes no saben qué hay en la carga
La web se envenena
Las fuentes de agua están secas, por ellas corren gases inflamables muy susceptibles a mi caminar de
niñx mal.
Vivimos en una ciudad fría y nosotros somos El Fuego
Soñamos con la maldad y el diablo
Aunque no lo creas
No tenemos miedo
Nos encanta
Despertamos
Avanzamos con coronas de copihues
Rojos, flameantes, esbeltos y flexibles
Copihues
Mis copihues nacidos en este sur sin patria
Copihues sin sangre
Porque cuando les dijeron que era chilena
La regurgitaron toda.
Vivimos en una ciudad fría y nosotros El Fuego
Con tijeras que parecen puñales (y quizás lo son) recortamos pantallas y papel cuche, construimos libros
pop-up que se alzan con el filo de la hoja a rebanar la víctima, porque
Vivimos en una ciudad fría y nosotros somos El Fuego.
Hilos borrachos tanto beber bencina
Volantines en un abrazo constrictor con el cableado eléctrico
-cortocircuito-
Niños jugando a rebanar sus dedos
¿Por la razón o la fuerza?
Los niñitos jugamos
Eso es razón
Y es fuerza
Y las cometas planeaban sobre nuestros rostros
Lanzando su ceniza roja
Y su electricidad caliente
Sonreímos
Solo sonreímos
Con cicatrices que nos embellecen
Sonreímos
Con el tatuaje de poder en mi cara
Jugamos
Con arrugas secretas que muestran una juventud latente
Aun
Somos
Porfiados.
--------------------------------------------------------------
Nota editores: Los títulos son nuestros
44

6 / CARLOS SOTO ROMÁN


HAY DOS SONIDOS DE LOS CUALES DEBES SABER
Hay dos sonidos de los cuales debes saber
el sonido propiamente tal y la ausencia de él
Un simple asunto de forma y contenido
El grito
y el silencio
que viene después
Mural Colectivo BRP (detalle)
y
El silencio
y el grito
que lo precede
¿Le da forma al grito,
el silencio
que lo rodea?
o
¿Está el silencio enfatizado
por el grito que ocurre
entre dos silencios?
Cara o sello…

QUERIDO TORTURADOR
Querido Torturador:
cuando me golpeas a mano limpia
puedo ver el paraíso en tus ojos
Hay algo en el sonido
de mis huesos quebrándose
que me hace sentir más cerca de la verdad
Existe un cierto tipo de inspiración
que sólo proviene del dolor y la angustia
Una mandíbula dislocada
un par de uñas arrancadas de raíz
o algunos dientes sacados a puñetazos
(esparcidos por el suelo)
Son sólo signos aislados de lo inevitable
Un cuerpo colgando
no es nada más que un tipo de retórica
Cuando ni siquiera el látigo de la electricidad
estremeciendo toda mi estructura
golpeando mi propia esencia
puede cambiar este extraño ánimo en el que me encuentro
El sonido mudo de los golpes
aterrizando como rocas en la arena
está destinado a ser parte del secreto
45
Es sólo otro ejemplo
de nuestra única intimidad posible
El lenguaje de la violencia
tiene declaraciones tan obvias
El lenguaje de la violencia
tiene una claridad abrumadora
----------------------------------------------------
Nota editores: Los títulos son nuestros

DE LOS AUTORES Nicolás Meneses (Buin, 1992)


Estudiante de Pedagogía en Castellano en la UMCE. Ha
participado en el taller de poesía “Al pulso de la letra” y
en los talleres de Balmaceda Arte Joven con Carlos
Cociña, Héctor Hernández Montecinos y Gladys Gonzá-
Héctor Hernández Montecinos (Santiago, 1979) lez. El 2013 ganó el Premio del II Concurso de Poesía
Manuel Rojas y obtuvo Mención Honrosa en los Juegos
Licenciado en Literatura y doctor en Filosofía, mención
Literarios Gabriela Mistral en los géneros de poesía y
Teoria del Arte, por la Universidad Católica. Ha publica-
cuento.
do 18 libros, entre 2001 y 2009. Destacan
"No!" (2001) , "Este libro se llama como el que yo una Carlos Soto Román (Valparaiso, 1977)
vez escribí" (2002) y "El barro lírico de los mundos inte- Es químico-farmacéutico y poeta, y viceversa. Tiene un
riores más oscuros que la luz (2003). Tiene una trilogía magíster en Bioética de la Universidad de Pensilvania.
"Putamadre", "Segunda Mano" y "Debajo de la lengua", Ha publicado en Chile: “La Marcha de los Quil-
publicadas por la editorial peruana Zignos. tros” (1999), “Haikú Minero” (2007), y “Cambio y Fue-
ra” (2009); y en los Estados Unidos: “Philadelphia’s
Aukán Martínez Kramm (Osorno, 1996) Notebooks” (Otoliths, 2011), “Chile Project: [Re-
Estudiante secundario. Ha publicado la plaquette Hara- Classified]” (Gauss PDF, 2013), y “Alternative Set of
kiri con banda sonora (Cartonera Helecho) y participado Procedures” (Corollary Press, 2013). Fue becario de la
de los talleres “Vértebra poética” de Roxana Miranda Colonia McDowell y del Fondo del Libro de Chile, entre
Rupailaf en la Universidad de los Lagos, además de otros. Es también traductor y curador de la antología
participar en varias lecturas en el sur de Chile. Obtuvo cooperativa de poesía norteamericana Elective Affini-
Mención Honrosa en el Primer Concurso Juvenil Pablo ties. Actualmente vive en Filadelfia, EE.UU.
Neruda 2013.
Matías Tolchinsky (Santiago, 1990)
Fernanda Martínez Varela (Santiago, 1991) Estudió Literatura en la Universidad de Chile, egresan-
Estudia Sociología en la Universidad Católica de Chile. do el 2013. A partir de entonces se ha dedicado princi-
Obtuvo el segundo lugar en el Concurso Literario UC, palmente a escribir y trabajar en labores ocasionales.
mención Poesía (2010). Aparece en Cuentos y poemas Su trabajo literario, iniciado hace ya varios años, per-
de mujeres (Ilustre Municipalidad de Rancagua, 2007) manece inédito. Su ópera prima, mezcla de poesía y
y en Un Santo para los demás (Color Grafic, 2006). narrativa, lleva por título "Pergaminos de Persia" y es-
Publicó Ángulos divergentes (Autoedición, 2007). Ac- pera ver la luz este 2014.
Mural Colectivo BRP (detalle)
46

4 POETAS DE FILADELFIA
(Selección y traducción de Carlos Soto Román)
Dicen que Filadelfia no es una urbe vulgar y que se está convirtiendo en una sucursal de
Nueva York. Se ubica hacia el sur de NYC, en un enclave espectacular, cerca de Baltimo-
re y Washington DF y de las grandes universidades del este norteamericano. Filadelfia es
sumamente atractiva, por la heterogeneidad de sus habitantes, la amplia vida cultural, la
belleza de sus barrios antiguos. El extranjero que llega por allí, como nuestros vates Ro-
ger Santiváñez y Sandro Chiri, no puede evitar el canto de sirenas de sus calles, sus mu-
seos, bares, restaurantes, recintos universitarios, autopistas interiores, etc. Y llega para
quedarse. Aquí un breve asomo a la poesía filadelfiense actual.

1 / RYAN ECKES

POEM
after Maged Zaher

we must be the world’s cop


my dentist tells me
and begins to drill
knowing it’s a poem
one person to a bench
won’t help me look at a face
each line is a flowering
truth under the skin
jesus i’m anxious
something good might happen
in a tradition of arrogant bullshit
your lover’s at least two punching bags
even john ashbery needs a blurb

POEMA
en honor a Maged Zaher

debemos ser el policía del mundo


me dice mi dentista
y comienza a perforar
sabiendo que es un poema
una persona a un banquillo
no me va a ayudar a mirar un rostro
cada línea es una verdad
floreciendo bajo la piel
jesús, estoy nervioso
algo bueno puede pasar
en la tradición de la estupidez arrogante
tu amante es por lo menos dos sacos de boxeo
incluso john ashberry necesita una reseña
47

2 / MARION BELL

HAVE THESE ASPIRATIONS


“Begin and end shaking in the imagined presence of the other person.”
Brandon Holmquest
“We need forgiveness. Every day. Every day we need forgiveness. Every day we need to be
forgiven and to forgive. We who are guilty of all the faults in the world.”
Hélène Cixous

have these aspirations (of presence) & write them down, ‘cause I’m earnest
messages from Indiana, where you can smoke in restaurants all these cycles
syncing people leave this town & I stay to store their fragments to shore
against where is that beautiful french phrase about forgiveness? dear
Brandon, hello, it is 2pm & the weather here is tricky I think of your line
about shaking at every end & beginning so I’m 19 going on 30 & I should really know
better the dream is in language the dream is in language which
we study a faculty which abandons us which engenders itself dumbly
la cerveza, etc cycles syncing the moon was the closest it gets & the
dream is in language a faculty which abandons us like the aspiration of presence
returns as walking as shaking as rain

TENGO ESTAS ASPIRACIONES


“Empieza y termina temblando en la presencia imaginada de la otra persona”
Brandon Holmquest
“Necesitamos perdón. Todos los días. Todos los días necesitamos perdón. Todos los días necesitamos
perdonar y ser perdonados. Nosotros que somos culpables de todas las faltas del mundo”.
Hélène Cixous

tengo estas aspiraciones (de presencia) & las escribo, porque soy sincera
mensajes desde Indiana, donde se puede fumar en los restaurantes todos estos ciclos sin-
cronizando la gente abandona esta ciudad & me quedo para almacenar sus fragmentos
para apuntalar en contra dónde está esa hermosa frase en francés sobre el perdón? querido
Brandon, hola, son las 2pm & el clima acá es complicado pienso en tu línea
acerca del temblar en cada fin & comienzo de manera que tengo 19 voy yendo a los 30
& debería ser más perspicaz el sueño es en una lengua el sueño está en una lengua la cual estu-
diamos una facultad que nos abandona la que se engendra a sí misma con dificultad la
cerveza, etc ciclos sincronizando la luna estaba lo más cerca posible & el
sueño es en una lengua una facultad que nos abandona como la aspiración de presencia que
regresa como el caminar como el temblar como la lluvia
48

3 / AMELIA BENTLEY
SONNET SEVEN
Ian says you can call someone you don't get it that's
the easiest but we're all working hardest on the thing
we can't do we surround ourselves with our limitation
that's the part where I leave a piece of myself and
return to the bar in the morning when the tide pulled
back the skin of the house there was another house
every exit an entrance to another angle of the stage
I think it helps to have a low center of gravity so you
don't flip so easy when it turns
out your girlfriend is a version
of your father there you find a
language of exact fire saying

SONETO SIETE
Ian dice que puedes llamar a alguien no lo entiendes es lo
más fácil pero estamos todo trabajando duro en el asunto
que no podemos hacer nos rodeamos de nuestras limitaciones
esa es la parte en donde dejo un pedazo de mi misma y
regreso al bar en la mañana cuando la marea
arrastraba la piel de la casa había otra casa
cada salida una entrada a otro ángulo del escenario
creo que ayuda el tener un centro de gravedad bajo así
no te giras tan fácil cuando resulta
que tu novia es una versión
de tu padre ahí tu encuentras
un lenguaje de fuego exacto diciendo

4 / FRANK SHERLOCK
YOU CAN YOU
You can feel good about I-95 when you take a walk underneath Feel good
about rocking black lip liner Your shirtless muscle pose is something you can
flex & feel good about You can feel good about life in this ditch since you
know that your future starts here You can You know you can feel You can
feel good about the love of your life in a snapshot left on a boxspring A gun & a
bun in the oven is something you can feel good about You can feel good about
beating the Giants You Yes
You can feel good in the skin you're in even if it's been broken You can feel good
about the fire fighter & the wonder of fireworks at once Show off your titty
tattoos & feel good I feel it Feel good about falling in love w/o government
sanction Flip the bird to the law & feel good You can feel good about your
wave cap when it's tied just right Can you feel how good this feels this blinking
sign of redemption You can feel good about smoking in bed & not waking up in
a fire You can you
49
You can feel good about dollar magic You can feel good about letting your wang
hang out You can feel Silly string from an overhead wire is something You
can feel good about Froggy Carr You can feel good about making love in
Centralia Rome can make you The shrimp & petro fest makes you feel good &
hungry You can feel good about gangsta ink on your face You can feel that
smooth Bicentennial roundball (go ahead & say it it's so so good.....Julius...Errr-
ving) I told you now didn't I
You can feel good about yours It's first one of its kind in the world You can
feel good about being young crazy rich & flashy Feel good about the fleur-de-lis
You can feel good about $$$$ just don't be a dick about it Couples touching
tongues can make you feel oo la la He wrote dirty jokes in the Store of the Stars
just so you could feel good Feel him You can feel good about dignity under
the El You can feel good about half of everything & the half that seems to be
missing Just feel for it
You can feel good about the most we feared has turned out to be empty & barren
Drinking a Bud can with one pinky up will make you feel pretty classy You can
feel good about feeling like any day you might be a star Feel good about making
out with a stranger on a day you come out in drag Some days you feel for the
dead (R.I.P.) You feel good about showing your exit wounds because of what
you've held onto Let's feel good & meet me under the overpass because now is
the time to be close

TÚ PUEDES TÚ
Te puedes sentir bien sobre la autopista I-95 cuando caminas por abajo Sentirte
bien sobre ese delineador negro de labios perturbador Tu pose muscular
sin camiseta es algo que puedes tensar y sentirte bien al respecto Te puedes
sentir bien acerca de la vida en esta alcantarilla ahora que sabes que tu futuro
empieza aquí Tú puedes Tú sabes que puedes sentir Te puedes sentir
bien acerca de la foto del amor de tu vida abandonada en un colchón Una pistola
& un pan en el horno es algo sobre lo que puedes sentirte bien Te puedes
sentir bien acerca de ganarle a los Giants Tú Sí
Te puedes sentir bien en la piel que habitas incluso si ha estado rota Te puedes
sentir bien acerca del bombero & las maravillas de los fuegos artificiales al mismo
tiempo Mostrar los tatuajes en tus tetas & sentirte bien Yo lo siento
Sentirte bien sobre enamorarse sin sanción gubernamental Levantarle el dedo
del medio a la ley & sentirse bien Puedes sentirte bien acerca de tu mallita
de pelo cuando está ajustada correctamente Puedes sentir qué tan bien se
siente éste constante signo de redención Puedes sentirte bien acerca de fumar
en la cama & no despertar en llamas Tú puedes tú
Puedes sentirte bien sobre Dollar Magic Puedes sentirte bien dejando tu verga
colgar afuera Puedes sentirte Serpentina colgando de un cable sobre tu
cabeza es algo Puedes sentirte bien acerca de Froggy Carr Te puedes
sentir bien acerca de hacer el amor en Centralia Roma puede hacerte El
festival del camarón & el petróleo en Louisiana puede hacerte sentir bien &
hambriento Puedes sentirte bien acerca de la tinta gángster en tu cara
Puedes sentir esa suave pelota de básquet bicentenaria (pasa adelante & dí qué
tan tan buena es… Julius… Errr-ving) Te lo dije, no?
Te puedes sentir bien acerca de lo que es tuyo Es lo primero de su tipo en el
mundo Puedes sentirte bien acerca de ser joven loco rico & llamativo
Sentirte bien acerca de la flor de lis Puedes sentirte bien sobre $$$$ sólo
no seas un imbécil al respecto Las parejas tocándose las lenguas te
pueden hacer sentir ou-la-lá Él escribió chistes cochinos en el galpón de
las estrellas sólo para que te sientas bien Siéntelo a él Te puedes sentir
bien acerca de la dignidad debajo del Metro Te puedes sentir bien acerca de la
mitad de todo & de la mitad que parece que falta Sólo siéntelo por esa mitad
50

Te puedes sentir bien de que lo que más temimos resultó ser vacío & estéril
Beber una Budweiser con un meñique en alto te hará sentir bastante elegante
Puedes sentirte bien sobre sentir que cualquier día tú podrías ser una estrella
Sentirte bien sobre besuquearte con un extraño en el día que saliste vestido de
travesti Algunos días sientes por los muertos (Q.E.P.D.) Te sientes
bien mostrando la herida por donde salió la bala por lo que te has tenido que
aferrar Sintámonos bien & encontrémonos bajo el puente porque el tiempo
de estar cerca es ahora

DE LOS AUTORES
RYAN ECKES
Ryan nació en el noreste de Filadelfia en 1979. Ha publicado “Old News” (Furniture Press Books, 2011 ) y “When I
come here” (Plan B Press, 2007). Junto con el poeta Stan Mir organiza el ciclo de lecturas Chapter & Verse. Trabaja
como profesor adjunto en Temple University y en el Community College de Filadelfia. Sus textos también se pueden
encontrar en su blog: ryaneckes.blogspot.com
MARION BELL
Marion viene de Paoli, Pennsylvania. Ha publicado “The Abjector” (Con/crescent Press, 2012). Actualmente vive en
West Philadelphia. Es posible contactarla en su correo electrónico [email protected]
AMELIA BENTLEY
Amelia tiene estudios en Filosofía y Literatura. Graduado del Evergreen State College en 2011, donde recibió su bachi-
llerato en Artes. Ha trabajado en Copper Canyon Press y en la Kelly Writers House de la Universidad de Pennsylvania.
Ha publicado recientemente “&PARTS” (Damask Press, 2013). Es posible encontrar más de sus textos en:
speakwright.org
FRANK SHERLOCK
Frank es autor de varios chapbooks (folletos tamaño bolsillo), libros y colaboraciones, entre ellas “Space Between
These Lines Not Dedicated”, “Neigbor Ballads”, “Over Here” “The City Real & Imagined” (colaboración con el poeta CA
Conrad) y “Ready-to-Eat Indiviadual” (colaboración con el poeta Brett Evans). Ha sido galardonado con la Beca Pew
2013 para las Artes y la Literatura.

Sol &
Niebla
De la poesía y sus
alrededores

Director:
Juan Carlos Lazaro

Correspondencia
y colaboraciones:
juancarloslazaro@
yahoo.es

Tel: 01-4267964

LIMA—PERU.
51

ENTREVISTA /
RAÚL ZURITA: “Vallejo no
siempre me deslumbra,
pero siempre me duele”
Nos recibió en el lobby de un hotel limeño, sencillo y
cálido, ajeno y lejano a la narcisista sensación de
grandeza que suponen su nombre y la importancia
de su poesía en las letras hispanoamericanas de
las últimas décadas. Raúl Zurita Canessa, de San-
tiago de Chile, vio la luz del sol un 10 de enero de
1950. Creció conmovido por las lecturas de La Divi-
na Comedia de Dante, que su madre italiana llenó
su ser desde muy temprana edad. Estudió Ingenie-
ría Civil, especialidad Estructuras. El golpe militar de
Pinochet, en 1973, interrumpió una promisoria ca-
rrera plena de números y cálculos, y propició el naci-
miento del Poeta, de un obrero de la experiencia,
como él se define. Fue hecho prisionero el mismo
día del golpe y torturado junto a un millar de sus
compatriotas en las bodegas del carguero Maipo,
en una travesía sangrienta a lo largo de la costa del
Pacifico. Desde entonces su poesía está marcada y
atravesada por la dura y dolorosa experiencia que
significó la Dictadura Militar impuesta en Chile. Ad-
mirador de César Vallejo, la poesía de Zurita se
acerca mucho a la prosa, al lenguaje vivo y coti-
diano, que narra historias, sueños u obsesiones, sin
perder el ritmo. Gran lector de su propia poesía, Zu-
rita deja estupefacto, mudo, atónito a cada audito-
rio. Es Premio Nacional de Literatura 2000, en su
país. En esta entrevista, Zurita contesta, argumenta,
alega sobre su vida y obra. (Wilfredo Herencia)

MV: Le escuché hablar sobre el poema de Pa- hasta la letra en que nació la pena!”. Lo que nos
blo Neruda, Alturas de Machu Picchu, trazando está diciendo es que en el idioma impuesto, en
un paralelo con la obra de Vallejo. el idioma que se impone, en la A, en la B, en la
C, ya está el origen de la pena o sea que es la
RZ: Hay un poema clave de Vallejo, donde uno historia en la que nunca seremos plenamente
entiende que nosotros como hispanohablantes felices porque en la lengua que hablamos esta
no guardamos una relación de absoluta natura- ya ese átomo indivisible del dolor. Es como si
lidad con la lengua que hablamos. Esto se ad- Vallejo reflexionara sobre sí mismo, sobre la
vierte en un poema de España aparta de mí forma que hablamos los hispanoparlantes, sobre
este cáliz, donde dice: “Si cae -digo, es un decir la lengua que se nos impone y, al mismo tiempo,
- si cae / España, de la tierra para abajo…/ como si él mismo estuviera hablando de Trilce,
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto / porque Trilce es, precisamente, la prueba máxi-
52
hombres realmente liberados, el lenguaje de un
mundo verdaderamente nuevo. Lo que nos mues-
tran estos grandes poemas, es que guardamos con
esta lengua una relación de amor y gratitud por el
castellano porque claro detrás de él leímos El Qui-
jote, leímos el Evangelio, leímos la Coplas a la
muerte de su padre, porque es la lengua que ha-
blamos. Pero, al mismo tiempo, mantenemos una
relación de rencor porque la imposición de esta
lengua significó la marginación, la muerte y el sa-
crificio de millones de seres humanos.

MV: Hablando de Neruda, ¿cuánto influyó en su


poesía?
RZ: Sinceramente creo que muy poco. Neruda es
un poeta que yo admiro, por supuesto, es un genio.
Me deslumbra Canto General, me deslumbra Resi-
dencia en la Tierra, me deslumbra cuando es como
un arquitecto del sonido. Pero su forma me resulta
un tanto empalagosa, me parece antigua. Pero
antigua también es la Divina Comedia. Residencia
en la Tierra es una poesía increíble, por lo mismo
que es su obra cumbre, como puede ser precisa-
mente Trilce para Vallejo. Pero la mirada nerudiana
no es la mirada que a mí me correspondió, la suya
es de una confianza absoluta en un yo integro, que
siempre, incluso en sus momentos más angustio-
sos está integro. Eso alcanza lo sublime en los poe-
mas de Canto General pero también lo grotesco en
ese alarde vulgar que se llama Confieso que he
vivido. Mi experiencia no tiene que ver con eso,
nosotros tuvimos que aprender a hablar de nuevo,
nada de lo que había, ni la portentosidad de Neru-
da, ni la ironía de Parra, servía para dar cuenta del
ma de una lengua que carga sus partículas, en su
quiebre absoluto, social, político, psicológico, histó-
átomo, en su constitución, esa impronta del dolor.
rico, que significó el golpe de Pinochet.
Los poemas de Trilce son increíbles, entre otras
cosas, porque parecen cuerpos torturados. No es
Si tuviéramos que hablar de deudas, a qué poeta
que esos poemas hablen del dolor, sino que ellos
chileno tendría que darle las gracias….
parecen en si un cuerpo doloroso, donde cada pa-
Bueno a todos y al mismo tiempo a ninguno. Sien-
labra parece clavarse contra la otra, parecen estar
to que hay otros autores que han influido en mi
como cuerpos en posición de tortura, quebrados.
más que los poetas chilenos. No me siento deudor
Se quiebran las palabras, los signos de exclama-
de la poesía chilena. Por favor, esto no es arrogan-
ción, los neologismos, los arcaísmos, los puntos
cia. Es que el universo de lectura de cualquier ado-
suspensivos, las palabras en mayúsculas. Como si
lescente, o de cualquier joven latinoamericano
cada palabra chirriase con la otra, como un cuerpo
rebasa en mucho al ámbito de los autores de su
agonizante que el lector, al leer, tiene que separar-
propio país. Entonces siento que fui influido más
los un poco, tiene que cuidar con su lectura, de
por otros autores que los poetas chilenos. A mí lo
modo que esos poemas puedan vivir y no morir.
que me ha maravillado, que siempre ha sido mi
Por otro lado, tenemos a Pablo Neruda, con Alturas
sueño ser, como un proyecto artístico cumbre, es
de Machu Picchu, donde, al contrario, las palabras
James Joyce, el Ulises y después el Finnegans Wa-
parecen celebrarse, festejarse, como si se abraza-
ke. Me gusta más Walt Whitman que Neruda por-
ran. En el fondo el lenguaje nerudiano es el adelan-
que es más directo. Me gusta la poesía directa.
to a un momento que no se ha cumplido, que tal
Nicanor Parra me importó por eso, él abrió una
vez no se cumpla nunca, pero que es la visión casi
nueva relación entre la vida y la literatura.
utópica de un idioma que se ha reconciliado con
sus hablantes. Porque las palabras allí se decan- Hay momentos que encontramos en su poesía
tan y celebran. Todo Alturas de Machu Picchu es alusiones a pasajes bíblicos…
un poema celebratorio, no tanto por el tema, sino Soy lector de los Salmos, de Isaías, de Oseas, de
porque al descubrir Machu Picchu, Neruda descu- los profetas bíblicos, que junto a los poetas grie-
bre, también, un lenguaje futuro, el lenguaje de los gos, han escrito la mejor poesía del mundo. Yo no
53
sé si La Biblia es un libro sagrado, pero tiene pasa-
jes sagrados, no me cabe la menor duda. Son dema- CONFESION DE PARTE
siado potentes, Isaías es una cosa poderosísima, ni
que decir de Oseas. Por su puesto que me han mar- MV: No recuerdo si esto me fue contado por el extin-
cado como poesía, como expresiones totales. Los to amigo Jack Schmitt o es una imagen a resultas de
Salmos son descomunales. La Biblia es un libro des- mis lecturas de Anteparaíso. Luego que fuera deteni-
comunal, se demoró mil años en ser escrita, con do por los militares y recluido en una motonave junto
a un millar de personas, la nave surcó aguas desde
cientos de autores, o sea el libro de los libros, como Valparaíso hacia el norte, próximo a Arica. Dio vuelta
el Mahabharata hindú, por ejemplo. Isaías está en y continúo la travesía hacia el sur. En este viaje ma-
Anteparaíso, sin embargo lo que está escrito son cabro, signado por la tortura y la muerte, usted mira-
unidades lógicas, que arrancan de la Teoría de Con- ba a través de una ventanilla de la nave el paisaje
juntos y de la Topología. Al menos creo eso, no soy costero de Chile, el inmenso desierto de Atacama y,
un buen analista de mí mismo. hacia el sur, la Cordillera de los Andes. Era una mira-
da atravesada por el miedo de ser el próximo tortu-
¿Cuáles fueron sus lecturas más tempranas de poe- rado y el último viaje en vida. He pensado que esta
sía? ventanilla es la clave para que su poesía se impreg-
Lo primero fue escuchar los cuentos de mi abuela, nara del dolor, el desgarro, la angustia, el horror,…
eran pasajes sacados del Infierno de Dante, con que significó la dictadura de Pinochet. ¿Estoy equivo-
todos sus personajes, que por lo demás eran muy cado?
aterrorizantes. Mi abuela y mi madre fueron italia- RZ: No es lo que pasó, no hubo un viaje como el que
nas. Como a los 15 años cayó en mis manos una señalas, que es un viaje alucinante. Fue menos es-
antología de la poesía surrealista de Aldo Pellegrini, pectacular pero me temo que no menos terrorífico.
donde leí poemas que me marcaron para el resto de Luego de ser detenido por los militares pinochetis-
mi vida. Poetas franceses como Robert Desnos o tas, fui recluido en la bodega de un buque carguero,
Paul Eluard, que fueron para mi formación absoluta- el Maipo, junto a cientos que no podíamos casi mo-
vernos por el hacinamiento. Estábamos en el fondo
mente rotundas. Luego fue el descubrimiento de del buque y lo que había no era una ventana sino la
Nicanor Parra y su Antipoesía, junto con Saint Jhon escotilla de arriba, de unos 4x4 mts, por donde en-
Perse. Todo esto fue entre los 16 a 18 años, que me traba la carga y que lo único que dejaba ver era un
viene todo el mundo de la poesía encima. Pero mis pedazo del cielo, nada más (esto lo cuento en el
primeras lecturas de niño fueron libros y libros de poema de la página 498 de Zurita) y que cambiaba
Salgari, que no me gustaban; Salambo de Flaubert. de color según iban pasando las horas del día, el
Leí un libro patriotero que se llamaba Adiós al sépti- amanecer, el mediodía, el atardecer, la caída de la
ma de línea, de cinco tomos. Fueron mis primeros noche, a veces la cerraban y hacían andar los moto-
libros sin dibujos, porque yo hasta ese entonces leía res, la oscuridad entonces era absoluta y el barco se
movía como si comenzara a navegar, no sé si lo hizo
historietas y no creí posible poder leer algo que fue- o no, pero era como estuvieras encerrado en un
ra sólo palabras, fue un descubrimiento. Me maravi- ataúd atestado de cuerpos. Después de un tiempo,
lló Los Trabajadores del Mar de Víctor Hugo y aún que pareció una eternidad, los motores dejaban de
me sigue maravillando. sonar y abrían la escotilla, era como volver a la vida,
pero era también el momento en que nos subían por
¿En qué momento usted descubre a Vallejo…? grupos a la cubierta gritándonos desde arriba los
A Vallejo lo descubro bastante joven. Fue uno de los apellidos. Allí comenzaban los interrogatorios y la
primeros poetas a quien leí con devoción. Entré a tortura, los alaridos, gritos y de tanto en tanto el
Vallejo no por Los Heraldos Negros ni por Trilce, sino tableteo de las ametralladoras que se escuchaban
por España aparta de mí este cáliz. Es una poesía abajo. No sé exactamente cuánto tiempo estuve en
que me sigue subyugando. Es un poema totalmente el Maipo, perdí la cuenta, pero cuando finalmente
directo que tiene la grandeza de Esquilo. me liberaron fue como si hubieran pasado mil años.

¿Qué otra experiencia con la poesía peruana?


Otro poeta que me atrapó fue Antonio Cisneros, con
bones de un edificio, de una represa o un mega-
su Canto Ceremonial para un Oso Hormiguero. Ya
proyecto. También el poder faltarle el respeto a
después llegó a mis manos Contranatura de Rodolfo
los soportes, si la hoja del libro no basta para dar
Hinostroza y, luego el libro de Enrique Verástegui
cuenta de lo que sientes, de lo que quiere decir
Los Extramuros del Mundo, Todos, libros que me
pues ocupa otros soportes, el cielo, el desierto,
maravillan.
las cumbres de los Andes. Pero pasó lo que pasó,
Usted estudió ingeniería civil, ¿qué pasó? no fue una decisión, fue la vida. El golpe militar
Yo sin la ingeniería civil no me explico nada de lo comenzó en Valparaíso donde yo estudiaba y caí
que he hecho. Estos libros siempre los entendí como preso en la madrugada. Fue al llegar a la Universi-
una estructura, no como una colección de poemas, dad. Había ido a esperar que abrieran los come-
sino como una estructura donde importa la cons- dores, después de deambular toda la noche. Me
trucción interna, el cómo se dibuja, cómo se arma y había separado hacia poco y estaba muy angus-
cómo se relaciona el uno con el otro, como los esla- tiado, . Ese semestre debía hacer la tesis para ti-
54

tularme. Podría decir que me titulé en la bodega del


carguero Maipo, uno de los barcos de la marina
chilena que fueron usados como cárceles y centros
de tortura. El golpe militar me cambió radicalmente
la vida.
De todos sus libros publicados, ¿cuál de ellos le ha
costado más, a cuál guarda más cariño?
El que más me ha costado es el último, llamado
Zurita, que tiene 750 páginas, fueron 12 años de
trabajo. Es un libro de gran extensión dividida en
tres partes. La primera que tiene como trasfondo el
atardecer del 10 de setiembre de 1973, y que he
llamado “Tu roto atardecer”. La segunda parte que
he llamado “Tu rota noche” y que tiene como tras-
fondo la noche de ese mismo día al amanecer del
11 de setiembre. Y la tercera parte “Tu roto amane-
cer” y que tiene como trasfondo el amanecer del
11 de setiembre de 1973, día del golpe de estado
en Chile. Muchos me han dicho, en mi país, que
este libro es como una novela disfrazada de poesía,
pero no lo es. Es otra cosa, es otro género.
Y, ¿qué diferencia su nuevo libro“Zurita” con su
obra anterior?
Como te digo, soy un mal critico de mi mismo, pero
es quizás lo único bueno que realmente he hecho.
Yo no sé si es algo de los diez o doce últimos años
o es el resultado de toda una vida. La verdad es
que no lo sé. Pero si sé que es el único libro donde
está lo que siempre quería que estuviera, y que es
desde “Purgatorio” lo que lo andaba persiguiendo. tiene un olor fortísimo e insoportable me hizo des-
Creo que su mayor relación es con Purgatorio, el mayar. Al final terminé en el hospital…
ultimo y el primero.
Podríamos pensar esto como un acto de locura...
Aquí llego la noticia de un poeta que se había echa- Entiendo, pero no lo fue. Lo pensé, lo pensé, lo pen-
do ácido a los ojos… saba, lo pensaba. Si hubiera sido un crimen, no me
No me eché ácido a los ojos porque si lo hubiera habrían podido absolver por loco, porque estaba
hecho estaría totalmente desfigurado. Sería Fran- perfectamente consciente de lo que hacía. Pero
kestein. Me eché amoníaco puro a los ojos, que es pienso que la poesía debe ser capaz de iluminar los
distinto… extremos de lo humano, sino pensemos en el estu-
diante que se graduó con honores y que de pronto
Bueno pero vamos al hecho en si. A lo mejor las
agarra un fusil y mata 50 personas como en EE.UU.
palabras no son suficientes para expresar lo que
Ese tipo no estaba loco, estaba perfectamente
uno quiere y el poeta recurre a estos actos donde
consciente de lo que iba hacer. Yo necesitaba tocar
el cuerpo o la vida misma resultan siendo el espa-
esos abismos. Quise cegarme, pero con los ojos
cio propicio para ello…
abiertos.
Tiene algo de eso. Lo que pasa es que se juntaban
varias cosas. Por un lado, la situación de Chile era Pregunto sobre la poesía chilena. ¿Cómo explica
la de un país ocupado por los militares. Por otro que su país haya dado poetas tan importantes co-
lado tenía un proyecto que está plasmado en mi mo Neruda, Huidobro, Parra, Mistral, Lihn, etc.?
libro “Anteparaiso”, que era escribir unos poemas ¿Qué pudo provocar esta gran poesía?
en el cielo. Pensé que era infinitamente más fuerte Chile tiene una situación muy paradójica, es el últi-
todavía, más poderoso, si aquel que había concebi- mo país del continente, el más lejano, el más pobre,
do escribir en el cielo fuera el único que no lo pu- sin embargo tuvo algo, que fue un poema fundacio-
diese ver. Es ahí donde nace el intento real de ce- nal, La Araucana, de Alonso de Ercilla. Chile antes
garme. Pero el instinto de supervivencia es tremen- de ser un país fue un poema. La Araucana, que es
damente fuerte. Me había puesto una tela adhesiva un largo poema épico, fue publicado en vida por
en el ojo para mantenerlo abierto, cuando me echo Errcilla y es uno de los libros que salva el Quijote de
el amoniaco el impulso fue mucho más fuerte que la quema de la biblioteca. Chile no tuvo un cronista
me hizo cerrar el ojo. Alcanzó entrarme un poco como el Inca Garcilaso, tuvo un poema. La Arauca-
que me afectó los párpados y como el amoníaco na funda un país pero sobretodo funda un mito: Chi-
55

le, fértil provincia y señalada/ en la región Antárti-


ca famosa,/ de remotas naciones respetada/ por
fuerte, principal y poderosa. ¿De remotas naciones
respetada? Pero si ni siquiera figuraba en el mapa.
Entonces es como si la poesía chilena haya intenta-
do llenar el vacío de la gran mentira original de su
nacimiento. Por eso esa vastedad. La poesía chile-
na tiene una cierta radicalidad, con intentos enor-
mes como el de Neruda, Pablo de Rohka, el mismo
Huidobro o el de Nicanor Parra. Ahora, la poesía
que se escribe en el Perú tiene a partir de Vallejo
una relación con la lengua de una intensidad que la
poesía chilena no tiene y una audacia ensimismada
que me sobrecoge con nombres que tal vez no ha-
yan brillado en su momento pero que es impresio-
nante como Carlos Oquendo de Amat y sus Cinco
metros de poesía, el mismo Martin Adán. La obra
de Neruda o de Rocka son increíbles pero la gene-
ración de Cisneros e Hinostroza no sé qué tendría
que envidiarle a la generación chilena del mismo
tiempo, absolutamente nada. José Watanabe, pe-
ruano, y Gonzalo Millán, chileno, ambos de la mis-
ma edad y muertos el mismo año, son los últimos
grandes poetas de esta lengua.
… y de la poesía chilena joven actual, qué nombres
sugiere como lectura obligada?.
Hay muchos, Germán Carrasco, Héctor Hernández Portada de su ultimo libro “Zurita”, 750 páginas y 2
Montecinos, Paula Illabaca, Felipe Ruiz, Diego Ra- kilos de pura poesía.
mírez Gajardo, Damsi Figueroa, Gladys Gonzales,
Pablo Paredes, y en el otro extremo, Rafael Rubio,
que reescribe la tradición con una audacia y brillo zor. De los grandes poetas latinoamericanos es el
solo comparable a la de Belli. que menos me gusta.
Si tendríamos que definir en pocas palabras la Octavio Paz…
obra de escritores latinoamericanos, que podría Ensayista notable. Como poeta perdió por su envi-
decirnos, por ejemplo, de Jorge Luis Borges… dia a Neruda. Su Piedra de Sol es un intento forza-
El problema de Borges es que es demasiado bor- dísimo por emular Las Alturas de Macchu Picchu,
giano. Me deslumbra pero raramente me duele, pero donde Neruda nada, Octavio Paz se ahoga.
mientras que Vallejo, no siempre me deslumbra
pero siempre me duele. Es un escritor inocente, Roberto Bolaño…
perfecto, blanco y puro. Creo que parte de la fasci- Como poeta es bastante horrible y seguramente lo
nación que ejerce es porque hace sentir inteligente sabía, pero eso no importa nada. Cómo compensó.
al que lo lee. Cuando uno se olvida de Borges es También Faulkner, Joyce, Cortázar fueron pésimos
como descubrir un genio. El Poema conjetural sólo poetas pero la misma frustración que eso les debe
pudo escribirlo un genio, es uno de los más extra- haber provocado está en la raíz de las inmensas
ordinarios poemas de la historia de la poesía. obras con que suplieron esa carencia, y llegaron a
ser nada menos que Faulkner, Joyce, Cortazar…
Vicente Huidobro… Bolaño es un súper dotado que comparte con ellos
Lo mejor de Huidobro son los poemas finales. Un una condición paradojal: llegaron a ser grandes
artífice y mago, deslumbrante en el Canto II de Alta- escritores porque fueron pésimos poetas. 
56

NARRATIVA/
William Faulkner decía “todo novelista –que- quiere
escribir poesía, descubre que no puede y a contin-
uación intenta el cuento, y al volver a fracasar, y sólo
entonces, se pone a escribir novelas”. Mientras que,
según Julio Cortázar, el efecto imprescindible del buen
cuento es casi el mismo que el de los buenos poemas.
De hecho, según el mismo autor argentino, el cuento,
“ese género de tan difícil definición, en última instancia
tan secreto y replegado en si mismo, caracol del len-
guaje, es hermano misterioso de la poesía en otra di-
mensión del tiempo literario”. Valga este preámbulo pa-
ra presentar a tres narradores peruanos que, también,
saben coquetear con la poesía y con buenos resulta-
dos, hablamos de Castañeda y Roncalla. El otro, Vás-
quez es realmente novísimo y apuesta directo por la
novela. Esperamos mucho de él.

1/ NELSON CASTAÑEDA
Tres cuentos breves

LA LIBERTAD

Luego de repasar la leyenda bíblica de Adán y Eva, Jeremías Vivanco


llegó a la conclusión de que, si bien perdieron el paraíso, ganaron la
libertad. De lo contrario -pensaba-, la historia habría sido poblada de
monigotes y la imaginación de Dios habría seguido moviéndose en el
vacío, ociosa de toda necesidad.
Por eso Jeremías siempre creyó que desde la creación, la perdición del
hombre estuvo en el plan divino y el cuento del diablo era lo más a pro-
pósito para esas intenciones. Lo único nuevo fue la libertad que resultó
más terrible que el diablo.

LA OPCIÓN
A la memoria de Juan Ramírez Ruiz

¿Será una desgracia morir sin haber padecido todas las enfermedades,
todas las desdichas, todos los males y, más bien, experimentar la des-
gracia de haber nacido con suerte?
¿O tomar como suerte la vida vana, donde nada sucede, que como un
lazo empalagoso la vida nos envuelve al cuello? ¿Morir sin el sabor del
mundo, ignorante del mal y de la circunstancia aviesa? La desespera-
ción hacía estragos en Juan mientras estas reflexiones entraban y salían
de su cabeza.
¡Mundo –gritó de repente- quiero mundo!
Y se despertó, demorando en reconocer la retahíla de indigentes entre
57
los cuales dormía, aprovechando el rincón de un vasto y vacío depósito.
El hedor nauseabundo que llegó a sus narices con el ruido de ronquidos y
flatulencias le puso en evidencia el estado de su suerte.
¡OH, Dios mío! –murmuró- ¡Gracias!

SUSTENTO DE LA RIQUEZA
Cuando Judas reclamó a María, hermana de Lázaro según Juan, para qué
gastaba un perfume costoso agasajando a Jesús, cuando bien ese dine-
ro podría usarse para ayudar a los pobres, Jesús reconvino al Iscariote
con el argumento de que a los pobres “siempre los tendréis”. Un profeta
lo es en todas sus palabras ni por descuido puede equivocarse de profe-
tizar, por eso lo anterior me intrigó siempre: ¿Nunca se acabarían los
pobres?
Y para demostrármelo, imaginad una parábola del profeta. Él se llega a
ese monte donde acostumbraba proferirlas, y dice: “Para que conste la
importancia de los pobres en la tierra, mi padre decidió un día acabar con
ellos y permitir la existencia de los ricos solamente. Acudió al listín de
ricos que periódicamente publica la revista Forbes y fijó una tasa de pro-
piedad que ampliara su espectro, y en un instante los ricos fueron los
únicos habitantes del planeta. Tardaron un momento en comprender que
era imposible delegar funciones, porque todas las órdenes de trabajo
tropezaban con el inconveniente de que no había quién las llevara a ca-
bo. Los platos sucios se acumularon en las cocinas antes de que alguien
los hiciera ingresar a las máquinas lavaplatos, ni había siquiera quién
pusiera en funcionamiento estas máquinas, la basura empezó por acu-
mularse sin siquiera ser embolsada y el transporte público se detuvo y no
hubo quién atienda en las gasolineras. Bill Gates, ese “sepulcro blan-
queado”, no encontraba quién materialice sus programas y dejaron de
haber noticias y la misma revista Forbes se paralizó. El piloto automático
de la economía se apagó. Y como en cierta ocasión les dije, al que tiene
mucho, más se le dará y al que tiene poco, lo poco que tiene le será qui-
tado, aconteció que, los ricos más ricos de entre ellos, vieron de inmedia-
to a los menos ricos como los nuevos posibles pobres y empezaron la
lucha, cuerpo a cuerpo y con maza que no había ejércitos a la orden, ni
ropa limpia ni navajas de afeitar. Pareció el comienzo de una novela de
Saramago, pero pasados algunos años hubo otra vez lotes de pobres
que propagándose con rapidez, según su costumbre, poblaron a la tierra
de la riqueza habitual que figura en la cuenta de los ricos” ¡Oh, ricos -
clamaría el profeta- tratad mejor a los que os mantienen!

2/ FREDY AMILCAR RONCALLA


PERSISTENTE LA SOLEDAD DE LAS MEDIAS(1)
Persistente la soledad de las medias. Tarde o temprano una emprende
camino dejando a la otra sin par, con el boquete abierto, llamándola para
siempre. No responden y se meten en rincones de donde salen cuando
les da su puta gana mientras uno las compra por docenas para salir del
apuro. Alguna vez habría pensado aquel viejo cartero francés resolver
este misterio con un libro titulado Poética de las medias perdidas? Por-
que también a ciertos libros se les ocurre la misma finta. Se esconden y

(1) Fragmento del relato progresivo Calle Grande/ Grand street


58

nos miran de medio lado matándose de risa, ayudando en la tarea de no


leerlos.
Dónde estará la novela de la Wendy, que contaba los traqueteos de una
poeta famosa en su afán de mejorar estilo y fama mediante banquetes y
recursos prosaicos? Humor cáustico y refinado del Lower East Side, mis-
mo Village Voice y vitrina on the edge del Saint Marks Boookstore. Raros
marcianos, abriendo horizontes con una frialdad del carajo. Y con sex
appeal. La Wendy llegó tarde al proyecto de la Gran antología de escri-
tores del Flea Market, porque cuando la calle 11 y la avenida B, ya del
Grand Street sólo quedaban recuerdos. La idea vino de un boletín de
poesía de una ayudante de Steve, cuyo padre le curó una pena de amor
you can always find another woman. Ahí el Steve habló su antigua vida
de Wall Stretero, lugar de nueve a cinco al que uno podría volver en mo-
mentos de extrema confusión. Había también una historia de un joven
ruski, donde el color amarillo viaja en tren, tiene unas peleas con otros
colores más fuertes en pos de una novia celeste, y se va esfumando.
Al que le gustó más el asunto fue a Dino, un griego supercool candidato
a monje budista, que mientras durara el largo estribo era borracho, war-
minero y fumón de tabacos habidos y por haber. Se apareció de New
Hampshire en un honda civic tan bien empacado que sólo le faltaba en-
cajar el viejo submarino de Porthsmouth. Aún tengo su buda de plástico
en un altar, junto a unos apus de madera tallada de la paqarina de Pol-
vos Azules. Habría escrito algo en su larga carrera de hippie, guardián de
un chongo en New Mexico, policía militar, florero y activista antinuclear?
No importa, la poesía es una calidad de vida, y hay poetas que nunca
han escrito una línea. Lo saben los cantantes y los pájaros, y el Julius, de
Saint Marks y los videos bootleg en vivo, que hablaba como poeta de la
calle del centro. Los setenta en el Wony y el Palermo. En todo caso Dino
podía usar una de los cientos de manos de maniquí que vendía tras
comprarla de una hondureña de Brooklyn. Handman. Poemas en el aire.
Versos budistas con manos de maniquí, fermentando como chicha de
Yucay en el silencio. Historias de libros nunca escritos, obras geniales
pululando mayupa pusuqullachu en la mente de jóvenes poetas y viejos
intentando responder Venancio como pasa el tiempo. Pero también de
libros encontrados no bajo rumas de periódicos amarillentos en cuartos
al borde del empacho, pero junto a un cojonal de fierros viejos, en la
Parada. La había despedido en un paradero a Huancayo luego de comer
ambos un picante de trigo, cochayuyo, y piedritas del campo. Ya habría
tiempo de esperar cuenta gotas el retorno de un amor harto chicoteante.
Ahora era cuestión de bajar la comida y darse unas vueltas por calles
aledañas a la Avenida Aviación.
Fui en busca de Valle, mi compañero del Bentín, al cual le dictaba sus
cartas amorosas a bellas colegialas para luego explorar, como los bri-
llantes chancones del purito Rimac, todas las posibles sumas de fraccio-
nes que den diez y medio. Cinco más cinco y medio igual once, siempre
con temor que el profesor de matemáticas te clavara cero con compás.
Para entonces si no era rey de la papa, iba en camino en ser príncipe del
olluco, duque del perejil o algo por el estilo. No estaba. A la vuelta, una
serie de carretilleros había llegado al final de su periplo por los barrios
pobres y vendía botellas y fierros inservibles. Un libro de tapa dura espe-
raba en medio del óxido. Citas y recortes por montones. Antipasto Gagá.
Asaltos. Mámises cuidadosamente recortadas. Monto de la fortuna de
los más ricos del mundo. Tayta cura adorna iglesia con flores amapola
más pichicateros afanan semillas y lo arruinan. Ciento sesenta millones
de litros de cerveza tomados por los peruanos el 63. Año del Huaylas
rompe catre. Biólogo peruano descubre método de curar cáncer. Y en el
borde citas literarias de Blake, Scorza, Palma, Gandhi, Adán, Huidobro,
Picasso, Pedro Beltrán, Carlyle, Alberto Hidalgo, Sofocleto. Un hombre
59
culto. Ramón Rivero Falconí(2) hablando de educación aquí y allá. Su
tarjetita con unos datos no revelables en el reverso. Vecino de Inge-
niería, barrio de jardines a donde iba a pasear desde Zarumilla pa-
sando por la tienda de Yolanda, que nunca estaba. Partida de naci-
miento informática en Google con un par de artículos sobre César
Vallejo y Alberto Hidalgo. Tal vez un poeta. Y ensayista. Alega ante la
Liga de Naciones defendiendo la posición peruana ante Chile. Estu-
diante de Columbia. “Sounds like the book was a flea market of
words”, dice Dino, “right, “then again, any book is”. Especialmente en
estos tiempos postmodernos. Vamos por unos platos vietnamitas en
Baxter Street. Mientras mother flaca compra unos dulces de melaza,
en Mulberry Street nos alcanzan Mike y Ellen. El comité de slackers
en pleno.
Ya recuperado en un último viaje el almanaque de recortes, descan-
sa tranquilo junto a las Nuevas Corónicas: las del siglo XXI y el facsi-
mil francés, que leí de cabo a rabo y recordé de inmediato cuando
abrí las páginas vetustas esa tarde gris de La Parada. Entra Wamán
Poma. Heavy staff. Cómo explicarles a estos space cadets la geniali-
dad del Sondondino, su partida de Huamanga a las altas punas bus-
cando orden, justicia, piedad para los indios, dibujando en tinta y a
colores, pura poesía concreta, que Munch ni ochos cuartos, profundo
humano del margen cuya humanidad desaparece en la fábrica de
conceptos de la universidad, la historia, los estudios culturales y tan-
ta vaina. Su figura en los Andes he imaginado desde que un águila
wamancha cruzó, chawpi tuta ya, frente a la rápida station wagon de
75 dólares, pagada en tres cómodas cuotas semanales, hasta mu-
cho después, cuando en algún otoño lluvioso de Harlem se metió en
una cueva con Juan Choqne, a pelearse sobre cosas que nunca en-
tendí del todo. Uno la resistencia a través de la escritura, el otro la
sanación del cuerpo a partir de la música y el baile. Pares comple-
mentarios de la imaginación profunda, cagándose y meándose a su
regalado gusto en las primeras piedras coloniales. Poetas a los que
la cancha de la vanguardia les queda chica. Paqarinenses. Pero des-
de el mesero sur vietnamita que niega servirte lo que pides si no le
da la gana, hasta el último de los slackers, todos dejamos a un lado
los silencios del ser, los creativos y los abismales, cuando lo absurdo
manda y nos pasamos la hora hablando huevadas. Palabra en liber-
tad. Laberintitis expansiva y mutilineal. Vasos comunicantes entre
Camina el autor, Rivero Falconí, algún discurso rayado de Miller en
Trópico de Capricornio, y la Hellen que no para de contar del tal
Jimmy que conoció en un oscuro topless de Newark. Hay amores que
nunca pueden olvidarse, como dice Pedrito Otiniano, o tal vez el Lu-
cho Barrios, o será el Segundo Rosero que yasta cantando huaylas
sólo por andar atrás de una conocida y sabrosa tampa uma de Aya-
cucho.

___________________________

(2) Al momento de corregir este texto en, 2013, han aparecido vía Facebook
varios nietos de Ramón Rivero Falconí que al parecer tiene varios libros iné-
ditos y era afecto a los recortes de periódico. También, en una reciente revis-
ta artesanal White Rabbit, dedicada al actor y poeta Taylor Mead, que fue
uno de los actores del Wharhol, Robert Witz escribe un newspaper poem con
titulares del periódico. Precursores los recortes de Ramón Rivero Falconí.
60

3/ LUIS OMAR VÁSQUEZ


ALEGRÍAS, NUNCA MÁS
Fragmento: Capítulo 19
[ …]

-No se juega conmigo, Mónica, espero que se te quede bien grabado.-


fue lo último que dije y esta vez me atacó con su derecha.
-Vete a la mierda, Gonzalo.- me gritó.
-No te imaginas hace cuánto tiempo estoy ahí.- Recogí mis lentes de
nuevo y prendí un cigarro camino a la fiesta.
A esa fiesta, le siguieron miles de fiestas más y el asunto era lo mis-
mo. Drogas derramadas y esparcidas en todos los lugares, conocía
gente que nunca más volvía a ver y me embriagaba hasta perder la
cordura, besaba a desconocidas y cuando salíamos de las fiestas,
volvíamos al mismo burdel a pagar por más diversión. Llegaba a casa
a las siete u ocho de la mañana y dormía hasta las cinco o seis de la
tarde para volver a hacer lo mismo. Sin darme cuenta había dejado
de escribir, había dejado de leer, de ver películas o ir al cine, me deja-
ba consumir en por las tinieblas de lo mundano y yo, ciego y débil,
asistía a mi ritual diario de autodestrucción.
Por el lado de Mayra, nos vimos un par de veces más, algunas en mi
cuarto, otras en un hotel y una sola vez en la calle. Su propia concien-
cia la venció y decidió alejarse. Se fue sin decir adiós y yo no me preo-
cupé en seguirla y pedirle explicaciones. No me quise enterar si arre-
gló sus asuntos pendientes con Mónica, porque a Mónica le perdí el
rastro.
Una madrugada de diciembre llegaba a casa en un estado patético,
ebrio hasta la punta del cabello y no sé cómo abrí la puerta, me caí
tres veces en la sala y entré a mi habitación arrastrándome. No logré
subir a la cama y empecé a vomitar por el vértigo que me había gana-
do, fueron casi treinta minutos mientras duraba la penitencia, vomité
sin parar, eliminando todo el alcohol consumido, la comida y hasta la
bilis salía por mis fosas nasales. Sentía que iba a morir y no recuerdo
más.
Me desperté esa misma noche con el cuerpo demolido, al lado del
vómito que había llegado a ensuciarme la ropa y sentía más náuseas
y volví vomitar ahí mismo, incapaz de moverme, como si mi cuerpo no
fuera capaz de hacerme caso y me puse a llorar ¿Cómo había llegado
a esto en mi vida? Lloraba y lloraba, recordé todos los planes que
tenía para mí antes de entrar en esta porquería de vida, recordé a mi
mamá y a mi papá ¿Por qué me era tan difícil tener una vida tranqui-
la? ¿Por qué a mí me tenía que suceder tantas cosas que me dejaban
derrotado, me dejaban sin energía para resolverlo? Estaba arrastrán-
dome en el suelo y seguía llorando ¿Qué me hacía falta para estar
bien? Me preguntaba ¿Qué necesitaba para volver a ser el Gonzalo
que era alumno estrella, hijo responsable, aquel hombre que valora-
61

ba a las mujeres y las respetaba? Yo era consciente de que tenía todo AEDA
lo que necesitaba para ser el hombre que yo esperaba de mí, pero no
contaba con tantas cosas que me iban a suceder y me destrozaron DE LOS AUTORES:
hasta el orgullo de poder pararme en frente de alguien y decir “Mi
nombres es Gonzalo, mucho gusto” porque ya ni siquiera podía mirar- NELSON CASTAÑEDA
me al espejo y verme a los ojos sabiendo todo lo que había estado (Chiclayo, 1947)
haciendo y creo que ese era el problema fundamental, tenía vergüen- Se define en las redes sociales
como un artista aficionado a pin-
za de la vida que llevaba y no tenía paz interior. Se acercaba navidad y tar y escribir. Colaborador perma-
me encontraba en el peor estado de mi vida, en ese último piso de mi nente, contumaz y pertinaz de
vida, solo quería morir y que todos queden tranquilos para que nadie nuestra revista, fungiendo de
poeta o narrador, siempre hones-
se preocupes de la falta de agallas de un hombre que pudo hacer mu-
to y correcto. Amante y fotógrafo
cho y despilfarró el talento en lo más terrenal. de gatos caseros y techeros.
Tiene un libro de cuentos Un se-
Sonó mi celular y contesté limpiándome las lágrimas. Mi voz estaba ñor de sombrero ya publicado.
destrozada por el alcohol, el frío de dormir desabrigado y el piso tan Está incluido en la antología Los
frio, el desfiladero de cigarrillos que devoraba por paquetes. nuevos nuevos, preparado por
Fernando Ampuero y Cesar Vega
-Gonzalo, te habla Mauricio ¡La encontré! Herrera.

FREDY AMILCAR RONCALLA


(Chalhuanca, Apurimac, 1953)
Es autor de Escritos mitimaes:
hacia una poética andina post-
moderna (1998) y de Canto de
pájaro (1984). Poemas y ensayos
suyos han sido publicados en
diversas revistas impresas y en
Internet. Actualmente trabaja en
dos libros de narración: Calle
Grande/Grand Street, sobre los
flea markets de Nueva York, y
Diario de música, sobre música y
cultura andinas a partir de un
viaje al Perú.

LUIS OMAR VÁSQUEZ


(Arequipa, 1991).
Estudia Administración de
Empresas en la Universidad
Ricardo Palma. Escribe en el
blog “Una confesión” donde
narra historias, algunos
pasajes o relatos personales.
Actualmente trabaja en su
primera novela “Alegrías, nun-
ca más”. Esperamos mucho
de él.
62

ENSAYO / MARCELA CORNEJO:


Arequipa, soleada lejanía del
alma, aldea de la ternura;
Poética al pie del volcán tu nombre lo escribe un vue-
lo tendido de golondrinas
Tus árboles envejecidos leja-
Aproximación a la poesía arequipeña nos se mecen en mi cariño
de todos los tiempos y toda mi pena callada se va
alegre a repartirse
en las alas de tus pájaros

(...)

Arequipa, te recuerdo calla-


do, triste como tus tardes;
pero así me quedo con los
ojos abrazados a tus cre-
púsculos
y mascando una rama de tu
cielo

"Ausencia de Arequipa" -
Guillermo Mercado

Bien se dice que la calidad de la creación literaria de un pueblo refleja su fuerza vital, su
capacidad creativa, su pasión. Poco difundida y conocida a excepción de Melgar (1790-
1815), y en el mejor de los casos, Gibson (1885-1960), Atahualpa Rodríguez (1889-
1972), Mercado (1904-1983) e Hidalgo (1897-1967), la poesía arequipeña es intensa,
profunda, de alto vuelo, y guarda con seguridad, profundas vetas aún no visibilizadas y
valoradas.

No hay mayor investigación sobre el desarrollo de la literatura y en parti-


cular de la poesía en Arequipa hasta el siglo XVIII, en que surge la figura
de Mariano Melgar; sin embargo está comprobada su presencia vital
desde el inicio de la Colonia. De los inicios de este período hay la certeza
de la existencia de tres autores que tuvieron fama: Diego Martínez de
Rivera, Alonso Picado y Pedro Montes de Oca (los tres del S. XVI), elogia-
dos por Miguel de Cervantes Saavedra en El Canto de Calíope (1585)
(1). Probablemente peninsulares, o criollos notables afincados en Are-
quipa, es de lamentar que no se conozca más sobre sus vida y que no
hayan sobrevivido sus obras escritas.
Los principales estudiosos de la literatura nacional coincidieron en seña-
lar hasta hace poco tiempo que la literatura y la poesía indianas, fueron
ecos sin mayores méritos de las modas y estilos hispanos, hasta aden-
trado el siglo XVIII, en que las ideas de la Ilustración comenzaron a ger-
minar en las élites reflexiones americanistas que con el tiempo se mani-
festaron en formas literarias más propias. Sin embargo, esa premisa
está siendo revisada en estudios recientes con ayuda de herramientas
analíticas interdisciplinares, que demuestran que en las literaturas colo-
niales es posible identificar casos en que, aún en el rígido marco del
canon colonial, se dan adecuaciones y estrategias discursivas muy cons-
cientes y afirmativas de lo americano. En contraste con el auspicioso
inicio celebrado por Cervantes, la crítica sostiene que las musas no se
manifestaron en Arequipa colonial como en otras ciudades del virreinato
(empezando por Lima), y que eso se debería a la fuerza del poder ecle-
siástico y el consecuente fidelismo y burocratismo que implicaba. De ser
63
así, el contraste con el florecimiento poético republicano llama por decir
lo menos la atención; es muy grande como para no incidir en la idea de
que lo que falta, es simplemente mayor investigación. En los largos
siglos en que los conventos de clausura funcionaron, ¿no hubo monjas
que dieran expansión a las inquietudes del espíritu a través del texto es-
crito u otras artes como la música o la pintura? Estos espacios cerrados
al mundo, han abierto sus puertas al turismo hace pocas décadas, y sus
archivos y bibliotecas aún reposan en buena medida, su quieto silencio.
Una sociedad de hombres de derecho y de letras, así como de fuerte es-
píritu religioso que invita a la contemplación y la meditación (más aún
ante lo que ha sido un paisaje inspirador), no puede sino convocar el ar-
duo reto de indagar por fuentes hasta hoy ignoradas (2).
En tanto, se puede afirmar que entre al ámbito culto y popular se practi-
có desde la llegada de la lengua castellana al valle del río Chili, la tradi-
ción oral del romancero y de los cantos de amor fino o cortés, tanto más
Mariano Melgar
en una sociedad colonial que fue por buen tiempo, bastante castiza. En
el caso del romancero, tenemos referencias tardocoloniales referidas a la
Rebelión de los Pasquines (fines de 1779 a inicios de 1780), expresada
en revueltas populares por el aumento de los impuestos reales al comer-
cio, que se daban en el marco de las reformas borbónicas. Este exceso
despótico generó una espontánea manifestación de coplas de romance-
ro cargadas de sátira e indignación colectiva que se escribían y pegaban
en las paredes y puertas de edificios públicos, iglesias de la ciudad, e
incluso en la fuente del Tuturuto de la Plaza de Armas. Si bien fueron
intereses económicos y no ideológicos los que motivaron estas coplas, es
claro que ya iban anunciando una voluntad de auto-afirmación localista,
por tanto, una proto-literatura regional. En el caso de los cantos de
amor fino o cortés, tenemos una antigua tradición oral que circuló entre
lo culto y lo popular y que devino en mestiza (hispano-indígena), culmina-
da estilísticamente en los yaravíes melgarianos, los cuales han sido sólo
muy parcialmente textualizados, remitidos básicamente al legado canóni-
co de Melgar. En un plano más enteramente popular-oral, el instinto
recitativo de la tradición oral loncca (rural), muestra un nutrido léxico de
vocablos indígenas (quechuas, aymaras y puquinas principalmente) junto
a muchos otros de arcaico castellano, que denota un complejo proceso
de evolución de larga duración inscrito en líneas generales, en el ámbito
del romancero y la décima. Francisco Mostajo
Poesía melgariana
Mariano Melgar (1790-1815) significa el inicio clave de la poesía auroral
no sólo arequipeña sino peruana. Hizo prosa y poesía investida de un
fuerte neoclasicismo, pero también, en el caso de sus elegías y cancio-
nes amorosas, de un profundo sentimiento romántico de origen neoplató-
nico, tributario de las fórmulas retóricas del amor cortés (3). Después de
su prematura y trágica muerte frente a un pelotón de fusilamiento realis-
ta, fueron más que sus versos patrióticos, sus canciones amorosas las
que remontaron los linderos de su tierra para popularizarse en boca de
trajinantes de caminos (arrieros, milicias, viajeros...) bajo el nombre de
yaravíes. Estas canciones fusionaron la poesía melgariana (si ya no de
autoría autógrafa de Melgar, creada en su estilo por autores anónimos)
con una música que conjugaba el cromatismo occidental con la pentafo-
nía indígena. Se fue desarrollando de manera espontánea, popular, una
forma expresiva a la medida del temperamento y el sentimiento mestizo
arequipeño: hondura, simplicidad, espíritu romántico y señorial a la vez.
Luis Alberto Sánchez, profundo conocedor del proceso de la literatura
peruana, identifica con sereno acierto los siguientes hitos que aporta
Melgar: ...Analizándolo, aunque dejando para un ensayo especial otros
aspectos, resulta que Melgar inicia en la poesía peruana: (a) la tenden-
cia erótica; (b) La fábula; (c) la incorporación oficial del elemento indíge- Benito Bonifaz
na; (d) el sentimentalismo franco (e) rinde culto directo a una mujer.
Notas
64
adicionales son (f) su clasicismo inicial como excelente traductor de Ovi-
dio y (g) cierta facilidad para describir el paisaje.
Sánchez pasa a argumentar cada punto, concluyendo en el caso de (e):
... El sacrificio de Melgar es la dignísima coronación de una vida fervoro-
sa. El friso romántico de un friso también romántico. Si, consideradas
estas realidades, se insiste en menospreciar al poeta por imperfecto, se
comete craso error. Cualquiera fuese su torpeza expresiva, le salva su
valentía temática. El rompe las trabas coloniales. Exalta a la mujer. Se
entrega a la Patria. Reivindica el canto indígena. Intenta todos los rum-
bos con y tal de realizar el suyo, fundamental urgido por un corazón insa-
ciable, antes que por un cerebro cauteloso. En otros términos el romanti-
cismo peruano se inicia en 1812. No en Lima, ciudad de Corte, sino en
Arequipa, ciudad rural. El "poeta de los yaravíes" lega a la expresión ro-
mántica a costa de una tenaz depuración de su alma y de un valeroso
encaramiento de la realidad que le circunda. Melgar es el primer poeta
republicano y romántico del Perú ,(4).
El legado melgariano Alberto Guillén
A lo largo del siglo XIX la poesía arequipeña se remite reiteradamente al
tributo al legado melgariano, dentro de los cauces del romanticismo libe-
ral imperante, sin embargo las exploraciones e innovaciones expresivas
asoman enérgicas en las últimas décadas del siglo. Gracias a la Lira
Arequipeña, compilada por Manuel Pío Chávez y Rafael Valdivia en 1889,
se rescata en un grueso volumen, la obra de variable calidad de numero-
sos intelectuales arequipeños, muchos de ellos, notables personajes del
quehacer político y cultural asentados tanto en Arequipa como en la capi-
tal y el extranjero. Resaltemos sólo algunos nombres: Ángel Fernando
Quiroz Nieto (1799-1862), Manuel Isidoro Castillo Vizcarra (1814-1871),
Benito Bonifaz Febres (1829-1858), Trinidad Fernández (1830-1873),
José María Carpenter Aponte (1830-1888), Armando De La Fuente y
Errea (1830-1896), Ernesto Noboa Arredondo (1839-1873), Abel de La
Encarnación Delgado (1841-1914), Samuel Velarde Reynoso (1848-
1902), Belisario Soto Salas (1860-1935).
Llama la atención el caso singular de Ángel Fernando Quiroz. Como Mel-
gar fue también un poeta trágico pero con otro perfil. Tan apasionado y
rebelde como sensible y vulnerable, fue víctima de un tiempo y un des-
tino crueles para espíritus como el suyo. Las luchas de independencia lo
llevaron a defender el bando realista en un primer momento, pero al de-
cidir pasar al de los patriotas sufrió duro escarmiento que le costó tortu-
ra, cárcel y secuelas físicas. Parece que nunca se repuso de eso. Al vol- Alonso Ruiz Rosas
ver a su tierra, mermado físicamente y ya alterado en su psiquis sólo ha-
lló incomprensión familiar y social. En algún momento decide irse a Li-
ma, más bien escapando de la desolación que con alguna ilusión, sin
certeza de su destino. Triste su exilio en una ciudad ajena, que (a excep-
ción de Ricardo Palma) tampoco comprendió su delirio, su solitaria inmo-
lación. Este poeta aún no es reconocido en la historia de la literatura
nacional por su originalidad y atemporalidad, trascendente a todo movi-
miento o corriente de su época; por ello cito in extenso:...Quiroz es el pri-
mer poeta peruano que por su propio camino se aproxima al misterio de
la vida: quiere saber qué extraño principio anima al ser, porqué se vive,
porqué se sufre, por qué se camina [...] Quiroz, que cronológicamente
sigue a Melgar, debía haber sido el heredero del yaraví o el épico de la
república, pero no, su personalidad poética es demasiado original, su
aventura lírica es de raigambre ontológica. Desadaptado por su carencia
de realismo, se vio envuelto por la miseria más espantosa. Frecuentaba
cementerios y soledosos caminos próximos al mar, en la pálida ciudad
que fue de los virreyes. Su vestir era ya extravagante, pero eso mismo le
daba originalidad y una cierta grandeza que lo hacía inconfundible den- César Vega Herrera
tro de la sarta de vulgares mendicantes de las calles limeñas. La palomi-
65
lla le seguía los pasos para escuchar de sus labios encendidos por el
delirio las extrañas palabras que vertía en versos de los más perfectos
sonetos. Amigo de la muerte y de la locura, ya no las temía, dormía den-
tro de una ataúd y exhibía públicamente los girones [sic.] de su traje su-
cio y pestilente. Daba versos a cambio del pan de cada día porque la poe-
sía era todo el bien de que era dueño, y dueño absoluto (5). En aquellos
años turbulentos y azarosos de la naciente república, vemos surgir en
Arequipa espíritus libres, llenos de pasión expurgadora de los misterios
de la vida, a costa incluso de la suya propia, como Melgar y Quiroz. No
fueron excepciones, sino acaso, los que llegaron más lejos en ese afán.
Muchos otros los seguirían en esa entrega total a la poesía, reflejada no
sólo en lo artístico sino en lo político.
Recalemos en el perfil de algunas mujeres que en el conservadurismo
patriarcal de su época se asomaron a las letras: Adriana Buendía colabo-
ró en importantes periódicos literarios de Lima, como El Correo del Perú,
La Bella Limeña, La Alborada y algunos más. En este último semanario,
Gustavo Valcárcel
reemplazó a Juana Manuela Gorriti en la redacción de la sección Mosai-
co; Isabel De La Fuente, de familia distinguida, cultivó la poesía bajo el
seudónimo Julia, revelando vastos conocimientos en historia; Felisa Mos-
coso de Chávez (n. 1847) laboró en varios periódicos de Lima y Arequipa
y perteneció al Club Literario. En 1883 publicó la colección de artículos
Ligeros Pensamientos consagrados a la mujer. Fue miembro del Ateneo
de Lima en 1889. Dejó inédito un trabajo sobre la poetisa ecuatoriana
Dolores Veintemilla; Luisa Salazar de Rodríguez (n. 1847), fue una auto-
didacta de innata vocación literaria, pero marcó un perfil bajo. Viuda, en
1868, se dedicó al hogar y a la caridad y no quiso figurar públicamente.
También vale mencionar en la delineación auroral del paisaje literario
nacional el trabajo de Miguel del Carpio y Melgar, Ministro de Estado de Efraín Miranda
Castilla, quien descolló, más que por sus dotes literarias por su labor de
mecenazgo hacia los jóvenes poetas bohemios de mediados del siglo XIX
como Ricardo Palma, Luis Benjamín Cisneros, Arnaldo Márquez, Luis Cor-
pancho, Numa Pompilio Llona, entre otros. Un interesante testimonio de
esta decisiva relación de mecenazgo, así como del ambiente ideológico
en la política y la literatura de la época en la capital, se relata en La
bohemia de mi tiempo de Ricardo Palma (1898).
Entre fines del siglo XIX e inicios del XX Juan Manuel Polar, escritor, perio-
dista y profesor, marcó profundamente la vida intelectual de la ciudad.
Entre otras actividades suyas, destacan las tertulias que convocó en su
casa para debatir temas varios de política y cultura. El hacer y ser de este
grupo fue conocido coloquialmente como pacpaquería y sus miembros,
como Pacpacos. Pacpaco (pakpaco, pajpaco) significa búho, y el apelati-
vo acaso se debe a que solían retirarse a sus casas a altas horas de la
noche, al búho de yeso que el maestro Polar tenía en su biblioteca (6), o
Guillermo Mercado
a ambas cosas. Lo concreto es que en él destacaron varios hombres de
letras (no sólo poetas) como Juan Barclay, Manuel Aguirre, Jorge Alberto
Llosa, Benigno Ramírez del Villar, Manuel Cereceda, Manuel Ugarteche y
Francisco Mostajo. Este último, brillante jurista e intelectual, destacó
más que por sus dotes poéticas (que las tuvo, pero al vaivén de la visita
de las musas), por sus cualidades de crítico, que alumbraron una tesis
precursora sobre el modernismo y el americanismo literario, sustentada
en 1896 en la Universidad Nacional de San Agustín, anunciando ya un
ímpetu renovador.
Siglo XX
El siglo XX auroreó con las innovaciones del modernismo y la bohemia
vanguardista e iconoclasta. En esa cota destacó la revista Anunciación
(1914), promovida por Alberto Hidalgo, Alberto Guillén, Miguel Angel Ur-
quieta y Luis De La Jara. Poco después germina “el momento embrujado
de la poesía arequipeña”(7) que fué la revista Aquelarre (1916), dirigida Jorge Bacacorzo
por un grupo de poetas jóvenes como Percy Gibson, César Atahualpa
66
Rodríguez, Renato Morales de Rivera, Belisario Calle, Nathal Llerena,
Carlos Enrique Telaya y el pintor Carlos P. Martínez. Este grupo se reunía
en la casa del "Chuzo" Gibson para compartir inquietudes sobre la nece-
saria renovación radical de la literatura, una renovación que superara el
estilo romántico de expresar solo lamentos y desgarramientos internos y
que trascendiera el horizonte localista, tanto a nivel espacial como tem-
poral. Cornejo Polar sitúa esta particular sinergia, más que como un mo-
vimiento, como una generación de poetas que aunque provincianos, eran
innovadores, y cuyas analogías pueden encontrarse en el Grupo Colónida
de Valdelomar (Lima), el Grupo Norte de Antenor Orrego (Trujillo), y el
Grupo Orkopata de Arturo Peralta alias Gamaliel Churata (Puno). La edito-
rial del número 3 de la revista Aquelarre, a cargo de César Atahualpa
Rodríguez, proclamaba: "la literatura arequipeña se remoza quitándose
las legañas que una forzada senectud le había hecho filtrar sobre sus
ojos campesinos... La poesía que hoy se labora ya no se extrae de los
libros: la sentimos bajo la carne como vibración espontánea... Hoy día no
diré que se ha alcanzado la máxima independencia, pero es evidente
que nuevos cauces abiertos a nuestra curiosidad han solicitado nuestros
espíritus, conduciéndolos frente a un panorama múltiple... Nuestra men- Jorge Cornejo Polar
te se tocó de cosmopolitismo, librándonos de la antigua tiranía unilate-
ral" (8). Para este poeta y sus amigos, Arequipa fue una entidad más pro-
funda que trasciende lo costumbrista, pintoresco o provinciano, que se
conectaba teleológicamente con el universo.
Algunos años después, ya en Buenos Aires, Alberto Hidalgo publicó su
poemario-manifiesto titulado Simplismo (1925), del cual fue único segui-
dor, y cuya trascendencia recién está siendo valorada por la crítica de
años recientes. En el cauce vanguardista, fue de un individualismo ada-
nista, iconoclasta, anarquista, anti-hispano. De acuerdo a C. A. Caballero,
sus temas centrales fueron su país, el amor y el auto-endiosamiento (9).
En 1927 se formó un grupo conocido como Los zurdos de Arequipa, que
publicó la revista Chirapu. En Chirapu, dirigida por Antero Peralta Vás-
quez, colaboraron entre otros, Guillermo Mercado, César Atahualpa Ro-
dríguez, Armando Rivera y el puneño Carlos Oquendo de Amat. Guillermo
Mercado fue un poco más joven que la generación de Aquelarre y Anun-
ciación; construyó su propio lenguaje poético, en que de lo entrañada-
mente localista, supo proyectar su búsqueda esencial de belleza y justi-
cia, de forma serena, depurada, transparente, a una dimensión univer-
sal. Cornejo Polar lo acerca al cholismo del cusqueño Luis Nieto e incluso Luzgardo Medina E.
a Mario Florián, pero en realidad, como hace notar Enrique Azálgara Ba-
llón, Mercado fue un creador nato que "buriló sus versos con mano y he-
rramienta propias", pues alumbró su Chullo de poemas el mismo año
que García Lorca publicaba su Romancero gitano [1928] (10). Mercado,
profundamente cholo, arequipeño, y humano, fue más allá del cholismo y
el romancero en su poesía. Otro poeta arequipeño aún poco conocido,
Mario Chabes se acercó también a ese cholismo con la publicación de su
poemario "Ccoca" (1926).
En mayo de 1933, en tiempos en que el descentralismo arequipeño bre-
gaba por posicionar su ideario en el Congreso de la República, se formó
la agrupación literaria Sur, en la que participaron prosistas y poetas co-
mo Federico Segundo Agüero Bueno, Manuel Alzamora, Víctor Ballón A.,
Eleazar Bustamante, Belisario Calle, Manuel Gallegos Sanz, Alberto Gui-
llén, Luis de la Jara; Carlos Manchego Rendón, Guillermo Mercado, Ale-
jandro, Antero Peralta, Enrique Rodríguez Escobedo, José Medina, Eva y
Lucila Morales.
Más adelante, en los años cincuenta, en un contexto social y político de
post-guerra a nivel internacional, y de arribo intempestivo al poder del
general Odría -que derrocó al demócrata arequipeño José Luis Bustaman-
te y Rivero- en el ámbito nacional, surge una nueva generación que acu- José Ruiz Rosas
67

sa los efectos del brusco cambio hacia el sistema autoritario y el conse-


cuente e innato ambiente de descontento social en la ciudad. Eran tiem-
pos de heroicos movimientos civiles de protesta, sangrientamente sofo-
cados, como el de los estudiantes del Colegio Independencia en 1950 o
como el de 1955, el último levantamiento heroico del siglo XX en Arequi-
pa, que logró la destitución del oscuro Ministro de Gobierno de Odría,
Alejandro Esparza Zañartu haciendo antesala al derrocamiento del dicta-
dor (hecho histórico recreado por Mario Vargas Llosa en Conversación en
la Catedral).
La dinamización del desarrollo urbano y del quehacer cultural después de
los festejos por el cuarto centenario de la fundación española de la ciu- Porfirio Mamani M.
dad (1940), desemboca en la segunda mitad del siglo XX, en el incremen-
to de la migración alto-andina (predominantemente indígena) hacia la
ciudad, reconfigurando el espectro social, hasta entonces predominante-
mente conservador y castizo, para ir haciendo cada vez más indigeniza-
do, diverso y complejo.
Las características de la Generación del Cincuenta se centran en el aban-
dono más resuelto del localismo y en el desarrollo de un discurso poético
más universal. “Hay sin duda una renuncia al color local pero no -y esto
es importante subrayar- una renuncia a la condición arequipeña muy
clara en el pensar, en el sentir y en el actuar de estos escritores aunque
no figure explícitamente en sus textos”(11). Esta es la nómina que desta-
ca Jorge Cornejo Polar (1990), Gustavo Valcárcel (1921), Efraín Miranda
Luján (1927), Pedro Róger Cateriano (1927), Edgardo Pérez Luna (1928-
1984), Jorge Bacarorzo (1928), Xavier Bacacorzo (1932), Luis Yáñez
(1931), Oswaldo Reynoso (1932), José Ruiz Rosas (1928), José Gonzalo
Morante (1929), Enrique Huaco (1930-1967), Aníbal Portocarrero
(1931); Alberto Vega Herrera (1932), Rosa del Carpio (1933), Edgar Guz-
mán (1935), César Vega Herrera (1936). Cesar Atahualpa Rodríguez

De los autores de esta generación cabe destacar a quienes formaron dos


grupos: Avanzada Sur (integrado principalmente por los hermanos Jorge y
Xavier Bacacorzo, Yáñez, Reynoso) y Abemur (formado por Efraín Miranda
Luján, Aníbal Portocarrero, Alberto Vega, entre otros), que buscaban tras-
cender la poesía localista y costumbrista basada en el paisaje chacarero
y en el loncco, y exploraban con autores universales, en particular anglo-
sajones. En ambos grupos participó Alberto Vega, quien señala: "...en mi
época, generación del 50, existían dos grupos literarios que ostentosa-
mente se decían de vanguardia: "Avanzada Sur", liderado por Jorge Baca-
corzo, y "Abemur", conducido por Efraín Miranda Luján. En ambos había
cierta atmósfera rilkeana. Sin embargo, predominaban Walt Whitman,
T.S. Eliot y sobretodo, Ezra Pound. Y como buenos ultras, renegamos de
nuestros antecesores haciendo de cuenta que la lírica comenzaba con
nosotros" (12). De esta generación además, está siendo recientemente
re-descubierta y valorada la obra de Edgar Guzmán; poeta de formación Percy Gibson
filosófica cuya principal obra es Perfil de la materia. Según Gabriel Ruiz
Ortega: "...Guzmán no es un buen poeta. Guzmán es imponente y merece
sí o sí figurar entre lo más destacado de la mejor generación literaria
peruana del siglo pasado..." (13).
Surge después una nueva generación en los años 60, marcada por pro-
fundos cambios socio-políticos y culturales a nivel mundial; eran años de
efervescencia de la Revolución Cubana, la Revolución Cultural del año 68
liderada por estudiantes norteamericanos y parisinos, el movimiento hip-
pie, las nuevas tecnologías en la comunicación de masas, el auge del
boom literario latinoamericano, los movimientos feministas, etc., que le
imprime un sello más cosmopolita y a la vez, de sentido social a la crea-
ción poética. Destacan en esta generación: Oscar Valdivia, Peter O'Brien,
Raúl Bueno, Walther Márquez, Omar Aramayo (de origen puneño), Shel-
Pedro Escribano
ma Guevara y Brunilda Joyce. Otro poeta destacable (que se inició en sus
68

años juveniles a fines de la década del 50) es Carlos Maldonado Valz


(arquitecto de profesión).
Jorge Cornejo Polar define a partir de 1976 una nueva generación –
nacida en los años 50 y primeros años de los 60- que propició una inten-
sificación de la vida cultural de la Arequipa de los años 70, y que en mu-
chos aspectos, a pesar de las crisis y altibajos recientes, sigue teniendo
vigencia en nuestros días: Rosa Elena Maldonado, Oswaldo Chanove,
Alonso Ruiz Rosas, Misael Ramos, Leandro Medina, Nilton del Carpio,
Pedro Escribano, José Gabriel Valdivia, Dino Jurado, Luzgardo Medina,
Rolando Luque, Odi Gonzáles, Rosario Muñoz, Porfirio Mamani, Fátima
Carrasco, Alfredo Herrerra y Walter Velásquez.
Aunque faltaría revisar el trabajo de quienes nacieron entre mediados de
los 60 y los 70, se puede afirmar de manera general -salvo otras opinio-
nes-. que Percy Gibson, César Atahualpa Rodríguez, Alberto Hidalgo, Gui-
llermo Mercado, Gustavo Valcárcel, Edgar Guzmán, José Ruiz Rosas,
Walter Márquez, Brunilda Joyce, Alonso Ruiz Rosas y Oswaldo Chanove,
cada cual con estilos, derroteros y devenires específicos, han podido al-
canzar las cotas mayores del prisma poético arequipeño del siglo XX.
------------------------------ Oswaldo Chanove
Notas

1.- Para mayores detalles historiográficos acerca de estos autores, consultar:


Escritores americanos celebrados por Cervantes en el Canto de Caliope y Cervan-
tes americanista. Lorenzo de las Llamosas suele ser incluido en esta breve nó-
mina colonial, pero aparte del hecho aún no bien dilucidado de que haya nacido
en Camaná o Lima, desarrolló su formacion y obra literario-dramática en Lima y
de allí partió definitivamente a Madrid.
2.- No podemos dejar de tomar en cuenta los terribles terremotos que ha sufrido
la ciudad a lo largo de su historia. Zona de volcanes, tierra sísmica. Esto ha costa-
do la destrucción reiterativa no sólo de su heredad monumental, sino de archivos
y bibliotecas que quedaban a merced de los incendios, las lluvias, o bien, del
saqueo o dispersión en manos negligentes.
3.- Juan Luis Dammert. El ‘Delirio’ de Melgar o el intercambio entre poesías y
culturas bajo el volcán de Arequipa. En: Influencia y legado español en las cultu-
ras tradicionales de los Andes americanos. Bogotá : Dupligráficas, pp. 281-286.
Se puede revisar también el punto referido al yaraví en mi reciente trabajo: Músi-
ca popular tradicional del Valle del Chili (Lima, 2012)
4.- Luis Alberto Sánchez. La literatura peruana. Lima: Banco Central de Reserva Edgar Guzmán
del Perú, 1989, 6° ed., vol. III, p. 1017-1030
5.- Oscar Silva. Apuntes para una historia literaria de Arequipa: desde 1800 hasta
nuestros días. Arequipa: Impresora Sil Ver, 1957, pp. 33-34
DE LA AUTORA:
6.- Vladimiro Bermejo. Arequipa. Bio-bibliografía de arequipeños contemporá-
neos. Arequipa : La Colmena, 1954, p. 111. MARCELA CORNEJO DIAZ
7.- Expresión de Vladimiro Bermejo en un artículo periodístico que se puede con- (Arequipa, 1983)
sultar aquí (crítica N° 8)
Antropóloga preocupada por el
8.- Citado por Jorge Cornejo Polar en La poesía en Arequipa en el siglo XX. Estudio devenir de la historia y cultura
y antología. Lima-Arequipa : CONCYTEC : UNSA, 1990, p. 15 popular arequipeñas. Reciente-
9.- Se puede leer el artículo de Carlos Arturo Caballero en ¿Qué es el simplis- mente público un vigoroso y
mo?. sesudo libro de 500 páginas de
título “Música Popular tradicio-
10.- Enrique Azálgara Ballón. Sentido y motivación de la poesía de Guillermo nal del Valle del Chili” en la que
Mercado. Introducción de: Antología Poética. Guillermo Mercado. Arequipa: Edi- aborda la historia de la música
torial UNSA, 1997, pp. XVIII-XIX arequipeña, libro considerado
11.- Enrique Azálgara B., Op. Cit., p. 28. por la crítica como el más serio
y completo documento escrito
12.- Alberto Vega. Lo anglosajón en la poesía arequipeña (03 Nov. 2010). Ponen- sobre el tema. Actualmente
cia presentada en la Muestra de Literatura Arequipeña (Casa de la Literatura está preparando un estudio
Peruana. Lima, 27 Oct al 17 Dic. 2010) sobre poesía loncca arequipe-
13.- El post completo de Ruiz Rosas, aquí: ña.
https://sites.google.com/site/arequipaenletras/home
69

MAMA PACHA CARTON TUCUY / Por: Luis Deza


70

ILUSTRACIONES: Luis Deza (Amazonas, Perú, 1953),


Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Iquitos. Viajó a Suecia hace más de 25 años. Desde allí su obra
pictórica ha sido exhibida en distintas galerías europeas y nortemaricanas. Pronto publicará, en nuestro país,
un par de historietas con temas precolombinos dirigida para niños .
71

LA YAPA /
GREGORIO ROBLES

0
Maytan nini kay sunquyta ama munankichu nispa
qaqarispas kutichiwan manan antinichu nispa…
(Cuando le digo a mi corazón: no quieras, no ames;
a gritos me responde: no puedo, ¡no puedo!)
CANCION QUECHUA

Fue su sonrisa la chispa que encendió la pradera.


Yo era esa pradera de arbustos resecos
Sin vida Sin norte Sin sentido

Yo era esa pradera inhabitable


Abandonada Desolada
Y ardí presto como reguero de pólvora
Dejando sólo cenizas para nutrir
El nuevo verdor que iba a brotar
El nuevo amor que iba a vivir
Cuando la vi
Yo era esa pradera sedienta
De amor De agua
De alguien que pudiera decirme:
Hay que buscar cosas claras
En alguna parte de la tierra
A la orilla azul del silencio
Cuando la vi
Era una niña perdida en un cuadro surrealista
De colores indefinibles
Cachivaches de cuero a
ez
Tejidos terra Vidrios pintados coloniales D
Luis
Y estaba allí
Sentada
Sola
Esperándome
¡Hola!
¿Con qué cuero está hecho este monedero?
¿Con qué ángel su sonrisa?
¡Pero qué linda es usted, por Dios!
Era julio
Miles de ojos desfilaron ante ella
Sólo los míos quedaron prendados de ella.

--------------------
(De: El amor no suena a bolero, libro guardado bajo siete llaves)
Gregorio Robles (Arequipa, 1958), vive, sufre y goza de las inclemen-
cias del clima y de la vida en la urbe limeña. Su sueño volver algún día a la
tierra que le vio nacer para morir bajo ese cielo azul, como en el vals de
Mario Cavagnaro.
72

MAESTRA
VIDA
revista de literatura

Próximo número:
 Un par de vueltas por la vida y poesía de Juan Ramírez Ruiz.
 Poesía joven mexicana y colombiana.
 Ensayo sobre poesía quechua última.
 Poesía y Narrativa peruana última.
 Reseñas, entrevistas, critica y alabanzas.

También podría gustarte