Mensaje A Las 7 Iglesias
Mensaje A Las 7 Iglesias
Mensaje A Las 7 Iglesias
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El mensaje a Pérgamo
12
Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada
aguda de dos filos dice esto:
13
Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás;
pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que
Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
14
Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen
la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los
hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer
fornicación. 15Y también tienes a los que retienen la doctrina de los
nicolaítas, la que yo aborrezco. 16Por tanto, arrepiéntete; pues si no,
vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. 17El
que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere,
daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la
piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel
que lo recibe.
El mensaje a Tiatira
18
Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene
ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
19
Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que
tus obras postreras son más que las primeras. 20Pero tengo unas pocas
cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa,
enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a
los ídolos. 21Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere
arrepentirse de su fornicación. 22He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran
tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras
de ella. 23Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo
soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según
vuestras obras. 24Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a
cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las
profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; 25pero
lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26Al que venciere y guardare
mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27y las
regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como
yo también la he recibido de mi Padre; 28y le daré la estrella de la
mañana. 29El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El mensaje a Sardis
3
1
Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus
de Dios, y las siete estrellas, dice esto:
Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
2
Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he
hallado tus obras perfectas delante de Dios. 3Acuérdate, pues, de lo que
has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré
sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4Pero tienes
unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y
andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. 5El que
venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del
libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de
sus ángeles. 6El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El mensaje a Filadelfia
7
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el
Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y
cierra y ninguno abre:
8
Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta
abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza,
has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9He aquí, yo
entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son,
sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y
reconozcan que yo te he amado. 10Por cuanto has guardado la palabra de
mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de
venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
11
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu
corona. 12Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el
nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del
cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias.
El mensaje a Laodicea
14
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el
testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
15
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o
caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de
mi boca. 17Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna
cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable,
pobre, ciego y desnudo. 18Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro
refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y
que no se descubra la verg:uenza de tu desnudez; y unge tus ojos con
colirio, para que veas. 19Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé,
pues, celoso, y arrepiéntete. 20He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo. 21Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así
como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.1