Lecturas Ebau Habitaciones Separadas
Lecturas Ebau Habitaciones Separadas
Lecturas Ebau Habitaciones Separadas
Habitaciones separadas
EN OTRA EDAD
Los objetos que envejecen forman parte de ese pasado que no es ajeno y
que se interioriza igual que una ciudad (“barrio antiguo/nobleza/entre
vulgares edificios sórdidos...) trazando así una clara conexión con los
versos que cierran el poema anterior: “Nos duele envejecer, pero
resulta/más difícil aún/comprender que ama solamente/aquello que
envejece”.
Nuestra noche
Reincidir es imposible. El poeta lo sabe, por ello, grita por una noche
eterna. Sólo el recuerdo se eterniza. Lo demás se mueve, cambia, se
corroe, se difumina, se acaba, se transforma, se va. El recuerdo lo
complementa, pero siempre es dolor. Por ello llega el poema. Porque el
dolor es siempre insatisfacción y la insatisfacción siempre será materia
prima de la poesía.
Enero
El título tiene una fuerte carga simbólica. “Enero” es el primer mes del
año. El mes de los nuevos propósitos que anuncian cambios y la
intención de una nueva vida. El yo poético se encuentra en un momento
de inflexión. Toma conciencia de lo que ha sido y de lo que es o empieza
a ser.
Ciudad
El viajero sigue caminando por su ciudad “no tuve más remedio que
seguirla”. Recuerda lo que ésta significaba para él cuando era joven, una
ciudad acogedora “la ciudad nos llama” y humana “conversaciones de
palabras lentas”. En la actualidad “pero de pronto…” la ciudad ya no va
con él, “va con ellos” con los jóvenes, y ya no es una ciudad acogedora ni
humana “tiene prisa”.
Tiene que aprender a adaptarse a los cambios, a “cómo ladran ahora los
fantasmas del tiempo y la poesía”.
Los viajes
Escala en Barajas
EN OTRO AMOR
Dedicatoria
Canción de brujería
En este poema encontramos tres de los motivos fundamentales de la
poesía de García Montero: la amistad, la noche y el amor. El primer verso
anuncia los dos primeros: “Señor compañero, señor de la noche”. A partir
de ahí, el amor irrumpe con el rostro y los ojos de una misteriosa mujer
por la que vale la pena empezar a medir el tiempo según su voluntad: “El
tiempo que ella tarde en decidirse”
Octubre
El puerto, el hotel, los buques anclados en un mar de calma metafísica,
sugieren un estado de tránsito y de contemplación en el sujeto poético,
un estado de nostálgica clausura. Es el octubre del amor, de la memoria
de aquello preterido que se deja a la espalda., “en el otro país" y ese
paso que quizás anuncie nuevas revelaciones. El atardecer del amor se
consigna con meditativa desafección. Ese juego de espejos lo es también
de miradas, miradas extinguidas entre la “niebla” y “distancia”.
Transmite el poema la impresión de un olvido sereno, potenciado su
sentido por el lenguaje: “quietud”, “triste”, “atardece”, “cerrado”,
“silencio”. “Octubre” es ese tránsito que media entre lo que sella la tarde
y lo que habrá de llegar mañana.
Un amor difícil
El tono del poema es coloquial. El poeta habla sin estridencia, con tono
quedo, seguro de que su dolor no necesita énfasis.
Garcilaso 1991
La última estrofa del poema vincula la poesía con la vida. Esta y aquella
son indisociables y las transformaciones que se producen en una
encuentra su reflejo en la otra. Por eso la poesía ajusta su expresión a
los nuevos tiempos.
Aunque tú no lo sepas
Mujeres
Ya en el autobús, aparecen las mujeres. Primero las de todos los días, las
que van a trabajar: “con los ojos de sueño” y “sin brillo”. Una visión de la
mujer que se contrapone de inmediato con las mujeres fantásticas que
aparecen en el anuncio de la marquesina. Después, aparece la
protagonista de la historia, junto al protagonista que la cuenta. Se trata
de la historia de una noche compartida, de un encuentro íntimo, y
también de despedida. Es precisamente esta despedida, la que lleva al
poeta al recuerdo y nos habla, entonces, de las emociones de esa noche
y del amanecer compartido con una mujer que ahora perderá de vista
para siempre: "Que tengas un buen día/que la suerte te busque/ en tu
pequeña casa pequeña y ordenada, / que la vida te trate dignamente”.
Afirmación
“Afirmación" de gratitud ante la vida en un tono claramente machadiano,
de lenguaje conciso y discurrir sereno. El poema nos presenta a una
pareja que, ajena a los horarios laborales, se sale del contexto urbano
para pertenecerse en exclusividad “más cerca del paisaje”, un paisaje
que se mimetiza con quienes lo ocupan. La pareja se proyecta en lo que
ve y viceversa. Nadie ni nada puede interrumpirlos ahí. Ni siquiera el
tiempo. "Afirmación" es una declaración de fe en la compañía. Así, los
amantes del poema desaparecen por ese camino para "perdernos en
nosotros mismos” porque “el mundo con todas sus ciudades/ está
siempre en el sitio donde estamos nosotros”. Es decir, los dos se bastan
vayan donde vayan.
EN OTRO TIEMPO
En llamas
Historia de un teléfono
El poder envejece
No sabemos cuál de los dos dice que ha visto a Luis García Montero por
televisión, porque lo que importa es que el poeta se convierte en un
personaje más que habita el poema. Tampoco sabemos quién es el
emisor de “no vas a cambiar nunca”, porque, como decíamos antes, lo
que importa es la diferencia entre los que han traicionado sus valores y
el poeta, que no lo ha hecho.
Los versos finales del poema son la clave del mismo. La parejita se ha
eclipsado y el poeta sigue caminando por la calle. Se detiene delante de
un escaparate, ve su imagen reflejada en el cristal, marcado aún por la
melancolía del encuentro y se repite a sí mismo: “no vas a cambiar
nunca”. Lo que quiere decir que no se apeará jamás de sus creencias y
de sus convicciones.
Compañero
Esos versos nos muestran una foto antigua: una fiesta melancólica,
muebles y conversaciones. En el cuarto, hay una palmera, pero le viene
estrecha esa geografía doméstica. Cinco años después de su llegada, la
naturaleza se ha abierto paso por sus cuatro paredes llenas de música,
libros y humo y su dueño decide liberarla. Puede ser que la palmera sea
un símbolo, una metáfora del alma del poeta que ha decidido escapar del
reducto de una maceta o de una sociedad domesticada que necesita
recobrar su antiguo instinto de selva o de desierto. Podría también
ejemplificar la fe que, según confiesa, le falta a su dueño: "No viven las
palmeras en la sierra/ pensé". Si ella es capaz de sobrevivir entre pinos,
¿no podríamos todos y cada uno de nosotros vencer el desamor o la
injusticia?
El poema podría interpretarse como una reflexión sobre todo aquello que
es distinto a lo habitual, pero que es capaz de encontrar su lugar: "Allí
sigue creciendo/en un lugar extraño, silenciosa,/ extranjera en la nieve
después de tanto tiempo.”
El despertar de un nómada
El lector
Ese final: “Así te va" concluye diciéndonos que vivimos como podemos,
con prisa, de un lado a otro, sin ser dueños de nuestras opiniones. Casi
como figuras o marionetas.
El insomnio de Jovellanos
EPÍLOGO
Poética