Tema 6

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TEMA 6: GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN.

PRINCIPIOS DE ACTUACIÓN
DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL
ESTADO. COMUNIDADES AUTÓNOMAS: ESPECIAL REFERENCIA A LOS
ESTATUTOS DE AUTONOMÍA. ADMINISTRACIÓN INSTITUCIONAL.

1.- Gobierno y Administración.

GOBIERNO
Conforme al art. 97 CE (art. 1.1 LG), «el Gobierno dirige la política interior y
exterior, la Administración Civil y Militar y la defensa del Estado. Ejerce la función
ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las Leyes».
En cuanto a los principios que configuran su funcionamiento, como señala la
Exposición de Motivos LG, son tres: el principio de dirección presidencial, que otorga
al Presidente del Gobierno la competencia para determinar las directrices políticas que
deberá seguir el Gobierno y cada uno de los Departamentos; la colegialidad y
consecuente responsabilidad solidaria de sus miembros, y, por último, el principio
departamental que otorga al titular de cada Departamento una amplia autonomía y
responsabilidad en el ámbito de su respectiva gestión.

1.1.- Composición
Conforme al art. 1.2 LG, «el Gobierno se compone del Presidente, del
Vicepresidente o Vicepresidentes, en su caso, y de los Ministros». Para ser miembro del
Gobierno se requiere ser español, mayor de edad, disfrutar de los derechos de sufragio
activo y pasivo, así como no estar inhabilitado para ejercer empleo o cargo público por
sentencia judicial firme.

1.1.1.- Presidente del Gobierno


A tenor de los arts. 98.2 CE y 2 LG, el Presidente dirige la acción del Gobierno y
coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la
competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión. En todo caso, le
corresponde:
 a) Representar al Gobiemo.
 b) Establecer el programa político del Gobierno y determinar las directrices de la
política interior y exterior y velar por su cumplimiento.
 c) Proponer al Rey, previa deliberación del Consejo de Ministros, la disolución
del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales.
 d) Plantear ante el Congreso de los Diputados, previa deliberación del Consejo
de Ministros, la cuestión de confianza.
 e) Proponer al Rey la convocatoria de un referéndum consultivo, previa
autorización del Congreso de los Diputados.
 f) Dirigir la política de defensa y ejercer respecto de las Fuerzas Armadas las
funciones previstas en la legislación reguladora de la defensa nacional y de la
organización militar.
 g) Convocar, presidir y fijar el orden del día de las reuniones del Consejo de
Ministros, sin perjuicio de lo previsto en el art. 62,8) de la Constitución (según
el cual corresponde al Rey «ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a
estos efectos, las reuniones del Consejo de Ministros, cuando lo estime
oportuno, a petición del Presidente del Gobierno»).
 h) Refrendar, en su caso, los actos del Rey y someterle, para su sanción, las
leyes y demás normas con rango de ley, de acuerdo con lo establecido en los
arts. 64 y 91 de la Constitución.
 i) Interponer el recurso de inconstitucionalidad.
 j) Crear, modificar y suprimir, por Real Decreto, los Departamentos
Ministeriales, así como las Secretarías de Estado. Asimismo, le corresponde la
aprobación de la estructura orgánica de la Presidencia del Gobierno.
 k) Proponer al Rey el nombramiento y separación de los Vicepresidentes y de
los Ministros.
 1) Resolver los conflictos de atribuciones que puedan surgir entre los diferentes
Ministerios.
 m) Impartir instrucciones a los demás miembros del Gobiemo.
 n) Ejercer cuantas otras atribuciones le confieran la Constitución y las leyes.

1.1.2.- Vicepresidentes del Gobierno


Cuando existan (son de existencia potestativa y no obligatoria), al Vicepresidente o
Vicepresidentes les corresponderá el ejercicio de las funciones que les encomiende el
Presidente. Y el Vicepresidente que asuma la titularidad de un Departamento Ministerial
ostentará, además, la condición de Ministro (art. 3 LG).
En la actualidad, a tenor del Real Decreto 554/2004, de 17 de abril, sobre las
Vicepresidencias del Gobierno, existen dos: la Vicepresidencia Primera del Gobierno y
la Vicepresidencia Segunda del Gobierno.
En los casos de vacante, ausencia o enfermedad, asumirán, de acuerdo con el
correspondiente orden de prelación, las funciones del Presidente del Gobierno, siendo
asumidas, en defecto de los mismos, por los Ministros, según el orden de precedencia de
los Departamentos (art. 13 LG).
La separación de los Vicepresidentes (al igual que la de los Ministros sin cartera)
llevará aparejada la extinción de estos órganos.

1.1.3.- Ministros
Los Ministros, como titulares de sus Departamentos, tienen competencia y
responsabilidad en la esfera específica de su actuación, y les corresponde el ejercicio de
las siguientes funciones:
 a) Desarrollar la acción del Gobierno en el ámbito de su Departamento, de
conformidad con los acuerdos adoptados en Consejo de Ministros o con las
directrices del Presidente del Gobiemo.
 b) Ejercer la potestad reglamentaria en las materias propias de su Departamento.
 c) Ejercer cuantas otras competencias les atribuyan las leyes, las normas de
organización y funcionamiento del Gobierno y cualesquiera otras disposiciones.
 d) Refrendar, en su caso, los actos del Rey en materia de su competencia.
Además de los Ministros titulares de un Departamento, podrán existir Ministros sin
cartera, a los que se les atribuirá la responsabilidad de determinadas funciones
gubernamentales.

1.2.- Nombramiento y cese de los miembros del Gobierno.


1.2.1.- Del Presidente del Gobierno
Viene regulado en el art. 99 CE, pudiéndose distinguir las siguientes fases:
 a) Proposición del candidato: Después de cada renovación del Congreso de los
Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey,
previa consulta con los representantes designados por los Grupos Políticos con
representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá
un candidato a la Presidencia del Gobierno.
 b) Exposición del programa político: El candidato propuesto expondrá ante el
Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda
formar y solicitará la confianza de la Cámara.
 c) Otorgamiento de la confianza: Si el Congreso de los Diputados, por el voto de
la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el
Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la
misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior,
y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
 d) Caso de no otorgamiento de la confianza: Si, efectuadas las citadas
votaciones, no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán
sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura,
ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas
Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.

1.2.2.- De los demás miembros.


Respecto a los demás miembros del Gobiemo, el art. 100 CE (art. 12 LG) dispone
que «serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su Presidente».
En cuanto al cese, establece el art. 101 CE que «el Gobierno cesa tras la celebración
de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos
en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su Presidente. El Gobierno cesante
continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno».

1.3.- Consejo de Ministros


Como órgano colegiado del Gobierno, le corresponde (art. 5 LG):
 a) Aprobar los proyectos de ley y su remisión al Congreso de los Diputados o,
en su caso, al Senado.
 b) Aprobar el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
 c) Aprobar los Reales Decretos-Leyes y los Reales Decretos Legislativos.
 d) Acordar la negociación y firma de Tratados internacionales, así como su
aplicación provisional.
 e) Remitir los Tratados internacionales a las Cortes Generales en los términos
previstos en los arts. 94 y 96.2 de la Constitución.
 f) Declarar los estados de alarma y excepción y proponer al Congreso de los
Diputados la declaración del estado de sitio.
 g) Disponer la emisión de Deuda Pública o contraer crédito, cuando haya sido
autorizado por una Ley.
 h) Aprobar los reglamentos para el desarrollo y la ejecución de las leyes, previo
dictamen del Consejo de Estado, así como las demás disposiciones
reglamentarias que procedan.
 i) Crear, modificar y suprimir los órganos directivos de los Departamentos
Ministeriales.
 j) Adoptar programas, planes y directrices vinculantes para todos los órganos de
la Administración General del Estado.
 k) Ejercer cuantas otras atribuciones le confieran la Constitución, las leyes y
cualquier otra disposición.
A sus reuniones, cuyas deliberaciones son secretas, podrán asistir los Secretarios de
Estado cuando sean convocados.
1.4.- Comisiones Delegadas del Gobierno
Su creación, modificación y supresión se acuerda por el Consejo de Ministros, a
propuesta del Presidente del Gobierno. El Real Decreto de creación de las mismas
deberá especificar, en todo caso (art. 6 LG):
 a) El miembro del Gobierno que asume su presidencia.
 b) Los miembros del Gobierno y, en su caso, Secretarios de Estado que la
integran.
 c) Las funciones que se atribuyen a la Comisión.
 d) El miembro de la Comisión al que corresponde la Secretaría de la misma.
Podrán ser convocados a sus reuniones, cuyas deliberaciones también son secretas,
los titulares de aquellos órganos superiores y directivos de la Administración General
del Estado que se estime conveniente.
Como órganos colegiados del Gobiemo, les corresponde:
 a) Examinar las cuestiones de carácter general que tengan relación con varios de
los Departamentos Ministeriales que integren la Comisión.
 b) Estudiar aquellos asuntos que, afectando a varios Ministerios, requieran la
elaboración de una propuesta conjunta previa a su resolución por el Consejo de
Ministros.
 c) Resolver los asuntos que, afectando a más de un Ministerio, no requieran ser
elevados al Consejo de Ministros.
 d) Ejercer cualquier otra atribución que les confiera el ordenamiento jurídico o
que les delegue el Consejo de Ministros.
En concreto, a través del Real Decreto 1194/2004, de 14 de mayo (parcialmente
afectado por el Real Decreto 1859/2004, de 6 de septiembre, por el que se suprime la
Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Investigación Científica y Desarrollo
e Innovación Tecnológica), se ha determinado la composición de las Comisiones
Delegadas del Gobierno, que, en la actualidad, además de las que se constituyan por
Ley, son:
 a) Comisión Delegada del Gobierno para Situaciones de Crisis, presidida por el
Presidente del Gobierno (que será sustituido en esta función por la
Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, que, a su vez,
a estos efectos, en caso de vacante, ausencia o enfermedad, será suplida por el
Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Economía y Hacienda) y en
la que se integran los Vicepresidentes del Gobierno, los Ministros de Asuntos
Exteriores y de Cooperación, de Defensa y del Interior, el Secretario de Estado
de Seguridad, el Secretario de Estado-Director del Centro Nacional de
Inteligencia y el Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, que
ejercerá las funciones de Secretario de esta Comisión.
 b) Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, presidida por el
Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Economía y Hacienda (en
cuya misión, en ésta y en el resto de Comisiones Delegadas, a salvo de la
Comisión del Gobierno para Situaciones de Crisis, será sustituido, en caso de
ausencia, vacante o enfermedad, por los Ministros que las integran, con carácter
permanente, según el orden de precedencia de los Departamentos) e integrada
por los Ministros de Fomento, de Educación y Ciencia, de Trabajo y Asuntos
Sociales, de Industria, Turismo y Comercio, de Agricultura, Pesca y
Alimentación, de Sanidad y Consumo, de Medio Ambiente y de Vivienda, así
como por el Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, el Director de
la Oficina Económica del Presidente del Gobiemo y los Secretarios de Estado de
Economía (que ejercerá las funciones de Secretario de la Comisión) de Hacienda
y Presupuestos. El Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación y el
Secretario de Estado para la Unión Europea formarán parte de esta Comisión
cuando haya de tratar temas relacionados con la Unión Europea. Asimismo
formará parte de la misma el Ministro de Administraciones Públicas cuando
haya de tratar de asuntos relacionados con las competencias de este
Departamento. Finalmente, los titulares del resto de Departamentos Ministeriales
podrán ser convocados a la Comisión cuando haya de tratar temas con
repercusiones económicas o presupuestarias relacionados con dichos
Ministerios.
 c) Comisión Delegada del Gobierno para Política Autonómica, presidida por la
Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia e integrada
por el Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Economía y
Hacienda, por los Ministros de Asuntos Exteriores y de Cooperación, del
Interior y de Administraciones Públicas, así como por el Secretario de Estado de
Hacienda y Presupuestos, el Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes,
el Secretario de Estado de Cooperación Territorial (que ejercerá las funciones de
la Comisión) y el Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.

1.5.- Órganos de colaboración y apoyo del Gobierno.


Como tales, los arts. 7 a 10 LG, señalan:

1.5.1.- Los Secretarios de Estado


Son órganos superiores de la Administración General del Estado, directamente
responsables de la ejecución de la acción del Gobierno en un sector de actividad
específica de un Departamento o de la Presidencia del Gobierno.

1.5.2.- La Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios


Está integrada por los titulares de las Secretarías de Estado y por los Subsecretarios
de los distintos Departamentos Ministeriales, y su presidencia, a tenor de lo dispuesto en
el art. 8.2 LG, corresponde a un Vicepresidente del Gobierno o, en su defecto, al
Ministro de la Presidencia. En particular, el Real Decreto 554/2004, de 17 de abril,
sobre las Vicepresidencias del Gobierno, la atribuye a la Vicepresidencia Primera del
Gobierno. En los mismos términos se pronuncia el Real Decreto 1194/2004, de 14 de
mayo, que atribuye su secretaría al Subsecretario de la Presidencia y que señala que el
Secretario General para la Administración Pública asistirá a esta Comisión cuando se
traten de asuntos propios de su competencia.
Sus reuniones tienen carácter preparatorio de las sesiones del Consejo de Ministros,
debiendo examinarse en ellas todos los asuntos que vayan a someterse a aprobación de
éste —excepto aquellos que se determinen por las normas de funcionamiento de aquél
— y sin que en ningún caso pueda adoptar decisiones o acuerdos por delegación del
Gobierno.

1.5.3.- El Secretariado del Gobierno


Como órgano de apoyo del Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas del
Gobierno y de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, ejercerá
las siguientes funciones:
 1. La asistencia al Ministro-Secretario del Consejo de Ministros (el Ministro de
la Presidencia).
 2. La remisión de las convocatorias a los diferentes miembros de los órganos
colegiados antes citados.
 3. La colaboración con las Secretarías Técnicas de las Comisiones Delegadas del
Gobierno.
 4. El archivo y custodia de las convocatorias, órdenes del día y actas de las
reuniones.
 5. Velar por la correcta y fiel publicación de las disposiciones y normas
emanadas del Gobierno que deban insertarse en el Boletín Oficial del Estado.
El Secretariado del Gobierno se integra en la estructura orgánica del Ministerio de la
Presidencia.

1.5.4. Los Gabinetes


Son órganos de apoyo político y técnico del Presidente del Gobierno, de los
Vicepresidentes, de los Ministros y de los Secretarios de Estado, realizando sus
miembros tareas de confianza y asesoramiento especial, sin que en ningún caso pueda
adoptar actos o resoluciones que correspondan legalmente a los órganos de la
Administración General del Estado o de las organizaciones adscritas a ella.
Particularmente les prestan su apoyo en el desarrollo de su labor política, en el
cumplimiento de las tareas de carácter parlamentario y en sus relaciones con las
instituciones y la organización administrativa.

1.6.- El Gobierno en funciones.


El art. 21 LG, tras señalar que el Gobierno cesa tras la celebración de elecciones
generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la
Constitución, o por dimisión o fallecimiento del Presidente, dispone que el Gobierno
cesante continúa en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno, con las
limitaciones establecidas en esta Ley.
El Gobierno en funciones facilitará el normal desarrollo del proceso de formación del
nuevo Gobierno y el traspaso de poderes al mismo y limitará su gestión al despacho
ordinario de los asuntos públicos, absteniéndose de adoptar, salvo casos de urgencia
debidamente acreditados por razones de interés general cuya acreditación expresa así lo
justifique, cualesquiera otras medidas.
En concreto, el Presidente del Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes
facultades:
 a) Proponer al Rey la disolución de alguna de las Cámaras, o de las Cortes
Generales.
 b) Plantear la cuestión de confianza.
 c) Proponer al Rey la convocatoria de un referéndum consultivo.
Por su parte, el Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes facultades:
 a) Aprobar el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
 b) Presentar proyectos de ley al Congreso de los Diputados o, en su caso, al
Senado.
Finalmente, las delegaciones legislativas otorgadas por las Cortes Generales
quedarán en suspenso durante todo el tiempo que el Gobierno esté en funciones como
consecuencia de la celebración de elecciones generales.

1.7.- Responsabilidad del Gobierno


Además de la responsabilidad política, el Gobierno puede incurrir en responsabilidad
criminal y civil subsidiaria, regulándose por el art. 102 CE, conforme al cual «la
responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será
exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del
Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la
cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta
del mismo. La prerrogativa real de gracia no será aplicable a ninguno de los supuestos
del presente artículo».

ADMINISTRACIÓN
La Administración está integrada junto al Gobierno en el Poder Ejecutivo. El art. 103
CE se refiere a la misma, entendida en un sentido general, estableciendo que:
 1. La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y
actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización,
desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho.
 2. Los órganos de la Administración del Estado son creados, regidos y
coordinados de acuerdo con la Ley.
 3. La Ley regulará el Estatuto de los Funcionarios Públicos, el acceso a la
Función Pública de acuerdo con los principios de mérito y capacidad, las
peculiaridades del ejercicio de su derecho a sindicación, el sistema de
incompatibilidades y las garantías para la imparcialidad en el ejercicio de sus
funciones.
El art. 104, en cuanto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, señala que, «bajo la
dependencia del Gobierno, tendrán como misión proteger el libre ejercicio de los
derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana. Una Ley Orgánica
determinará las funciones, principios básicos de actuación y Estatutos de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad».
Por su parte, el art. 105 CE establece que la Ley regulará:
 a) La audiencia de los ciudadanos, directamente o a través de las organizaciones
y asociaciones reconocidas por la Ley, en el procedimiento de elaboración de las
disposiciones administrativas que les afecten.
 b) El acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos, salvo
en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los
delitos y la intimidad de las personas.
 c) El procedimiento a través del cual deben producirse los actos administrativos,
garantizando, cuando proceda, la audiencia del interesado.
En cuanto a la responsabilidad de la Administración, el art. 106.2. prescribe que «los
particulares, en los términos establecidos por la Ley, tendrán derecho a ser
indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo
en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del
funcionamiento de los servicios públicos».
En este contexto, el apartado 1.° de este mismo artículo señala que «los Tribunales
controlan la potestad reglamentaria y la legalidad de la actuación administrativa, así
como el sometimiento de ésta a los fines que la justifican».
Finalmente, como supremo órgano consultivo del Gobierno, el art. 107 CE, establece
al Consejo de Estado, que ha sido regulado por la Ley Orgánica 3/1980, de 22 de abril,
modificada por la Ley Orgánica 3/2004, de 28 de diciembre.

RELACIONES DEL GOBIERNO CON LAS CORTES GENERALES


A ellas se refiere el Título V de la CE, que comprende los arts. 108 a 116.
1.1.- Responsabilidad política del Gobierno
El art. 108, con carácter general, establece que «el Gobierno responde solidariamente
en su gestión política ante el Congreso de los Diputados».
1.2.- Interpelaciones, preguntas y audiencia al Gobierno
Conforme al art. 109, «las Cámaras y sus Comisiones podrán recabar, a través de los
Presidentes de aquéllas, la información y ayuda que precisen del Gobierno y de sus
Departamentos y de cualesquiera Autoridades del Estado y de las Comunidades
Autónomas».
El art. 110, por su parte, dispone que «las Cámaras y sus Comisiones pueden
reclamar la presencia de los miembros del Gobierno, y que «los miembros del Gobierno
tienen acceso a las sesiones de las Cámaras y a sus Comisiones y la facultad de hacerse
oír en ellas, y podrán solicitar que informen ante las mismas Funcionarios de sus
Departamentos».
Finalmente, con arreglo al art. 111, «el Gobierno y cada uno de sus miembros están
sometidos a las interpelaciones y preguntas que se le formulen en las Cámaras. Para esta
clase de debate los Reglamentos establecerán un tiempo mínimo semanal. Toda
interpelación podrá dar lugar a una moción en la que la Cámara manifieste su posición».

1.3.- Cuestión de confianza


El art. 112 dispone que «el Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo
de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza
sobre su programa o sobre una declaración de política general. La confianza se
entenderá otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los
Diputados». Conforme al art. 114.1.9 «si el Congreso de los Diputados niega su
confianza al Gobierno, éste presentará su dimisión al Rey, procediéndose a continuación
a la designación del Presidente del Gobierno, según lo dispuesto en el art. 99».

1.4.- Moción de censura


Viene regulada en el art. 113, conforme al cual «el Congreso de los Diputados puede
exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría
absoluta de la moción de censura.
La moción de censura deberá ser propuesta al menos por la décima parte de los
Diputados, habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno y no podrá ser
votada hasta que transcurran cinco días desde su presentación.
En los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse mociones alternativas. Si
la moción de censura no fuere aprobada por el Congreso, sus signatarios no podrán
presentar otra durante el mismo período de sesiones».
Por su parte, el art. 114.2 establece que «si el Congreso adopta una moción de
censura, el Gobierno presentará su dimisión al Rey, y el candidato incluido en aquélla se
entenderá investido de la confianza de la Cámara a los efectos previstos en el art. 99. El
Rey le nombrará Presidente del Gobierno».

1.5.- Disolución de las Cámaras


El art. 115 prescribe que «el Presidente del Gobierno, previa deliberación del
Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva responsabilidad, podrá proponer la disolución
del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales, que será decretada por el Rey. El
Decreto de disolución fijará la fecha de las elecciones.»
La propuesta de disolución no podrá presentarse cuando esté en trámite una moción
de censura. No procederá nueva disolución antes de que transcurra un año desde la
anterior, salvo lo dispuesto en el art. 99, apartado 5.
1.6.- Estados de anormalidad en la vida constitucional
A ellos se refiere el art. 116, al establecer que «una Ley Orgánica regulará los
estados de alarma, de excepción y de sitio, y las competencias y limitaciones
correspondientes». El estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante
Decreto acordado en Consejo de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando
cuenta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya
autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo. El Decreto determinará el ámbito
territorial a que se extienden los efectos de la declaración.
A tenor del art. 4 LO 4/81, el Gobierno podrá declarar este estado, en todo o en parte
del territorio nacional, cuando se produzca alguna de las siguientes alteraciones graves
de la normalidad:
 a) Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos,
inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud.
 b) Crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves.
 c) Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, cuando no se
garantice lo dispuesto en los arts. 28.2.9 y 37° de la Constitución, y concurra
alguna de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo.
 d) Situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.
Como consecuencia de la declaración de este estado de alarma, entre otras medidas,
se pueden imponer servicios extraordinarios a los funcionarios, autoridades y miembros
de las Policías Autonómicas y Locales; practicar requisas temporales de todo tipo de
bienes e imponer prestaciones personales obligatorias; intervenir y ocupar
transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de cualquier
naturaleza, con excepción de domicilios privados; limitar o racionar el uso de servicios
o el consumo de artículos de primera necesidad, etc. (arts. 9 y 11 LO 4/81).
El estado de excepción será declarado por el Gobierno mediante Decreto acordado en
Consejo de Ministros, previa autorización del Congreso de los Diputados. La
autorización y proclamación del estado de excepción deberá determinar expresamente
los efectos del mismo, el ámbito territorial a que se extiende y su duración, que no podrá
exceder de treinta días, prorrogables por otro plazo igual, con los mismos requisitos.
Este estado puede declararse, conforme al art. 13 LO 4/81, cuando el libre ejercicio
de los derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las
instituciones democráticas, el de los servicios públicos esenciales para la comunidad, o
cualquier otro aspecto del orden público, resulten tan gravemente alterados que el
ejercicio de las potestades ordinarias fuera insuficiente para restablecerlo y mantenerlo.
Durante su vigencia, pueden suspenderse la vigencia de los derechos fundamentales
que señala el art. 55.1 CE (de reunión, huelga, etc.).
El estado de sitio será declarado por la mayoría absoluta del Congreso de los
Diputados, a propuesta exclusiva del Gobierno. El Congreso determinará su ámbito
territorial, duración y condiciones.
Este estado se declara cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o
acto de fuerza contra la soberanía o independencia de España, su integridad territorial o
el ordenamiento constitucional, que no pueda resolverse por otros medios,
permitiéndose la suspensión de los derechos antes citados y la adopción de las medidas
previstas para el estado de alarma (art., 32 LO 4/81).
En virtud del mismo, el Gobierno, que dirige la política militar y de la defensa,
asumirá todas las facultades extraordinarias previstas en la misma y en esta LO 4/81,
designando la Autoridad militar que, bajo su dirección, haya de ejecutar las medidas que
procedan en el territorio a que el estado de sitio se refiera, y permaneciendo las
Autoridades civiles en el ejercicio de las facultades que no hayan sido conferidas a la
Autoridad militar (arts. 33 y 36 LO 4/81).
Por lo demás, no podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén
declarados algunos de estos estados, quedando automáticamente convocadas las
Cámaras si no estuvieren en período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los
demás Poderes constitucionales del Estado, no podrá interrumpirse durante la vigencia
de estos estados. Disuelto el Congreso o expirado su mandato, si se produjere alguna de
las situaciones que dan lugar a cualquiera de dichos estados, las competencias del
Congreso serán asumidas por su Diputación Permanente. La declaración de los estados
de alarma, de excepción y de sitio no modificará el principio de responsabilidad del
Gobierno y de sus agentes reconocido en la Constitución y en las Leyes.

2.- Principios de actuación de la Administración Pública.

2.1.- Introducción
El art. 103.1.° CE establece los principios generales a los que debe ajustar la
Administración su actuación, señalando que «la Administración Pública sirve con
objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia,
jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno
a la Ley y al Derecho».
Este artículo parte, como puede observarse, de marcar el fin de toda actuación
administrativa: el interés público, cuya vulneración puede llevar aparejada la
interposición del recurso por desviación de poder, y envuelve dicha actuación en el más
absoluto respeto al principio de legalidad, como postulado básico del Estado de Derecho
en que el art. 1.1. CE constituye a España, que aparece también recogido en el art. 9.1.
(los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del
ordenamiento jurídico») y 3 CE (la Constitución garantiza el principio de legalidad...»).
Por lo demás, al margen de los principios que han quedado reseñados, la
Constitución alude a otros, como el de autonomía, que predica de las Comunidades
Autónomas y la Administración Local (arts. 137, 140 y 141), de suficiencia financiera,
íntimamente ligado al anterior, hasta el punto de que constituye una condición sine qua
non para que pueda darse dicha autonomía, que atribuye a las Entidades Locales (art.
142) y las Comunidades Autónomas (art. 156), de respeto a los derechos y libertades
fundamentales, así como de los principios rectores de la política social y económica (art.
53), etc.

2.2.- Eficacia
El art. 3,2.° LRJAP y PAC, señala que, en su actuación, las Administraciones
Públicas se rigen por los criterios de eficiencia y servicio a los ciudadanos. Como
derivaciones de este mandato, pueden señalarse, entre otras:
 a) La obligación por parte de las Administraciones Públicas, en el desarrollo de
su actividad y en sus relaciones recíprocas, de «prestar, en el ámbito propio, la
cooperación y asistencia activas que las otras Administraciones pudieran recabar
para el eficaz ejercicio de sus competencias» (art. 4.1.9 LRJAP y PAC).
 b) La posibilidad de que «la realización de actividades de carácter material,
técnico o de servicios de la competencia de los órganos administrativos o de las
Entidades de Derecho público» pueda «ser encomendada a otros órganos o
Entidades de la misma o de distinta Administración, por razones de eficacia o
cuando no se posean los medios técnicos idóneos para su desempeño» (art. 15.1.
LRJAP y PAC). Se trata de la nueva figura de la encomienda de gestión.
 c) La obligación de resolver expresamente las Administraciones en todos los
procedimientos y a notificar la resolución cualquiera que sea la forma de
iniciación del procedimiento (art. 42,1.° LRJAP y PAC, redactado ex novo por
la Ley 4/1999).
 d) La incorporación de medios técnicos prevista en el art. 45 LRJAP y PAC, a
cuyo tenor «las Administraciones Públicas impulsarán el empleo y aplicación de
las técnicas y medios electrónicos, informáticos y telemáticos, para el desarrollo
de su actividad y el ejercicio de sus competencias, con las limitaciones que a la
utilización de estos medios establecen la Constitución y las Leyes».
Al efecto, debe tenerse en cuenta las previsiones del Real Decreto 263/1996, de 16
de febrero, por el que se regula la utilización de técnicas electrónicas, informáticas y
telemáticas por la Administración General del Estado.
En este contexto, el art. 147 del Reglamento de Organización, Funcionamiento y
Régimen Jurídico de las Entidades Locales, aprobado por el Real Decreto 2568/1986, de
28 de noviembre (ROFRJEL, en adelante), prescribe, en relación con el procedimiento
administrativo local, que «la tramitación administrativa deberá desarrollarse por
procedimientos de economía, eficacia y coordinación que estimulen el diligente
funcionamiento de la organización de las Entidades Locales. Siempre que sea posible,
se mecanizarán o informatizarán los trabajos burocráticos y se evitará el
entorpecimiento o demora en la tramitación de expedientes con el pretexto de
diligencias y proveídos de mera impulsión, reduciéndolos a los estrictamente
indispensables».
.

2.3.- Jerarquía
2.3.1.- Introducción
El principio de jerarquía, se aplica, en la actualidad, en la Administración General
del Estado y en la propia de las Comunidades Autónomas. Respecto a la primera, el art.
2,2.° de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la
Administración General del Estado (LOFAGE, en adelante), dispone que «la
Administración General del Estado, constituida por órganos jerárquicamente ordenados,
actúa con personalidad jurídica única».

2.3.2.- Concepto
Entrena Cuesta la ha definido como «aquella especial estructuración que se efectúa
entre los distintos órganos de un mismo ramo de la Administración dotados de
competencia propia, mediante su ordenación escalonada, en virtud de la cual los
superiores podrán dirigir y fiscalizar la conducta de los inferiores, resolviendo, en su
caso, los conflictos entre los mismos, al objeto de conseguir la unidad de actuación de
todos ellos».

2.3.3. Potestades y prerrogativas derivadas de la jerarquía


A la luz de nuestro ordenamiento jurídico, se deduce que el órgano superior controla
la actuación del inferior, a la par que la dirige, ejerciendo las siguientes potestades y
prerrogativas:
 a) Dirigir las actividades de sus órganos jerárquicamente dependientes mediante
instrucciones y órdenes de servicio (art. 21,1.° LRJAP y PAC).
 b) Inspeccionar y fiscalizar la actuación de los inferiores, como reconocen, por
ejemplo, los arts. 15 y 18 LOFAGE, respecto a los Subsecretarios y Directores
Generales.
 c) Ejercer la potestad disciplinaria, o solicitar su ejercicio, respecto de los
funcionarios subordinados, cuando incurran en alguna de las faltas recogidas en
la legislación de Funcionarios Públicos.
 d) Resolver los conflictos positivos o negativos de atribuciones entre los órganos
inferiores.
 e) Delegar, cuando la Ley lo consienta o no lo prohíba expresamente, el ejercicio
de competencias en otros órganos de la misma Administración, aun cuando no
sean jerárquicamente dependientes, es decir, trasladarles el ejercicio —que no la
titularidad— de estas competencias, conservando el órgano superior la
titularidad de las mismas (arts. 13 LRJAP y PAC). En sentido contrario, podrán
revocar estas delegaciones de competencias en cualquier momento.
En este supuesto, conforme al art. 13,3.° y 4.° LRJAP y PAC, las delegaciones
de competencia y su revocación deberán publicarse en el Boletín Oficial del
Estado, en el de la Comunidad Autónoma o en el de la Provincia, según la
Administración a que pertenezca el órgano delegante, y el ámbito territorial de
competencia de éste, y las resoluciones administrativas que se adopten por
delegación indicarán expresamente esta circunstancia, considerándose dictadas
por el órgano delegante.
Por otra parte, salvo autorización expresa de una Ley, no podrán delegarse las
competencias que se ejerzan por delegación, sin que constituya impedimento
para que pueda delegarse la competencia para resolver un procedimiento la
circunstancia de que la norma reguladora del mismo prevea, como trámite
preceptivo, la emisión de un dictamen o informe; no obstante, no podrá
delegarse la competencia para resolver un asunto concreto una vez que en el
correspondiente procedimiento se haya emitido un dictamen o informe
preceptivo acerca del mismo (art. 13,5.° LRJAP y PAC).
Un supuesto específico de delegación es la denominada delegación de firma, a la
que se refiere el art. 16 LRJAP y PAC, según el cual «los titulares de los
órganos administrativos podrán, en materia de su propia competencia, delegar la
firma de sus resoluciones y actos administrativos a los titulares de los órganos o
unidades administrativas que de ellos dependan, dentro de los límites señalados
en el artículo 13. La delegación de firma no alterará la competencia del órgano
delegante y para su validez no será necesaria su publicación. En las resoluciones
y actos que se firmen por delegación se hará constar la autoridad de procedencia.
No cabrá la delegación de firma en las resoluciones de carácter sancionador».
 f) Avocar para sí, es decir, asumir, el ejercicio de las competencias de los
órganos inferiores, en los términos del art. 14 LRJAP y PAC, según el cual «los
órganos superiores podrán avocar para sí el conocimiento de un asunto cuya
resolución corresponda ordinariamente o por delegación a sus órganos
administrativos dependientes, cuando circunstancias de índole técnica,
económica, social, jurídica o territorial lo hagan conveniente», debiendo motivar
el acuerdo de avocación que se notificará a los interesados en el procedimiento,
si los hubiere, con anterioridad a la resolución final que se dicte.
 g) Sustituir, en su caso, al inferior en el ejercicio de sus funciones,
fundamentalmente cuando actúe con manifiesta negligencia de la que se derive
un perjuicio para el interés público, o carezca de los medios técnicos,
económicos o de otra índole para ejercerla.
 h) Resolver los recursos de alzada interpuestos contra las resoluciones y actos de
los órganos inferiores, conforme a los arts. 114 y siguientes LRJAP y PAC
También, puede instar el procedimiento de anulación de oficio de los actos de
dichos órganos inferiores, siguiendo los trámites previstos en los arts. 102 a 106
LRJAP y PAC.

2.4.- Descentralización
2.4.1. Introducción
La descentralización supone el traslado de la titularidad de competencias por parte de
una Administración a otra o a Entes pertenecientes a la misma pero dotados de
personalidad jurídica. En ella, a diferencia de la delegación, lo que se transfiere al Ente
descentralizado es la titularidad de la competencia, que, desde ese momento, puede
ejercer como propia, sin posibilidad de fiscalización en vía de recurso ante el Ente que
descentralizó. En la delegación se transfiere sólo el ejercicio de la competencia,
manteniendo el Ente delegante la titularidad de la misma.

2.4.2.- Clases
La Doctrina científica ha distinguido entre:
 a) Descentralización territorial, cuando se efectúa a favor de Entes territoriales,
como las Comunidades Autónomas o los Entes Locales, pudiéndose realizar por
el Estado a unas y otros o por las Comunidades Autónomas a los segundos.
A estos efectos, el art. 150,2.9 CE permite al Estado «transferir o delegar en las
Comunidades Autónomas, mediante Ley orgánica, facultades correspondientes a
materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de
transferencia o delegación».
 b) Descentralización funcional o institucional, cuando se efectúa en favor de
Entes de este tipo: institucionales, dotados de personalidad jurídica y creados por
la misma Administración que descentraliza las competencias. Es la que se
produce, en el ámbito local, por una Entidad Local respecto de un Organismo
Autónomo creado por la misma, persiguiéndose, en definitiva, la agilización o
mayor eficacia en el desarrollo de la competencia de que se trate.

2.5.- Desconcentración
En virtud de la misma se produce idéntico traspaso de competencias que en la
descentralización, si bien se efectúa por un órgano de una Administración en favor de
otro órgano de la misma Administración, que no está dotado de personalidad jurídica.
Ejemplos de ella sería el traspaso de competencias de un Ministro o Consejero de
Comunidad Autónoma a un Director General o a un Director o Delegado Provincial del
Ministerio o de la Consejería.

2.6.- Coordinación
La unidad de actuación de la Administración no siempre se consigue o no sólo se
logra con la estructuración jerarquizada de la misma, por cuanto, en determinados
supuestos existen, respecto de un tema de interés general, una interacción
administrativa, unos sectores diversos de la Administración con competencia en el
mismo, lo que lleva a la creación de órganos que coordinen la actuación de unos y otros,
realizando una conjunción de esfuerzos y medios en aras a lograr el principio de
eficacia.
A ella se refieren los arts. 5 y siguientes LRJAP y PAC, que regulan las Conferencias
Sectoriales y otros órganos de cooperación (como las Comisiones Bilaterales de
Cooperación), los Convenios de Colaboración, los Planes y Programas Conjuntos y los
Consorcios. En nuestro Derecho positivo, a todos los niveles, nos encontramos con
órganos que, entre sus misiones, ostentan la de coordinar a otros. Así, por ejemplo:
 a) A tenor del art. 98,2.° CE, «el Presidente del Gobierno dirige la acción del
Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin
perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión».
 b) Las Comisiones Delegadas del Gobiemo o del Consejo de Gobierno de las
Comunidades Autónomas se crean, entre otros fines, para coordinar la acción de
los Ministerios o Consejerías implicados en los sectores de la actividad
administrativa a los que se refieren.
 c) Similares funciones se atribuyen a los Delegados del Gobierno en las
Comunidades Autónomas y a los Subdelegados del Gobierno en las provincias,
en cuanto a la Administración estatal en sus territorios respectivos.
 d) Respecto a la Administración Local, su legislación específica también
atribuye potestades de coordinación a la Administración General del Estado y a
la de las Comunidades Autónomas.

2.7.- Buena fe y confianza legítima


En sentencia de 17 de febrero de 1999, el Tribunal Supremo indicó que la
jurisprudencia ha venido manteniendo la necesidad de respetar el principio de seguridad
jurídica, amparado por la buena fe del administrado y la confianza legítima, o fundada
esperanza, creada en el ciudadano por la Administración con actos externos y concretos
de los que pueda desprenderse una manifestación de voluntad de la misma, con la
consecuencia de inducirle a realizar una determinada conducta. El principio de buena fe,
en este contexto, es un trasunto del Principio General del Derecho recogido en el art.
7,1.° del Código Civil, según el cual “los derechos deberán ejercitarse conforme a las
exigencias de la buena fe”. Este principio exige un comportamiento leal en el ejercicio
de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones por los sujetos de la relación
jurídico administrativa, informando toda la actuación administrativa y prohibiendo ir
contra los propios actos; asimismo, se vincula a la prohibición del abuso de derecho.
Sobre el mismo, nuestro Tribunal Supremo, en sentencias de 17 de diciembre de
1998 y de 23 de septiembre de 2003, entre otras, se ha hecho eco de la doctrina del
Tribunal Constitucional en sentencias de 21 de abril y 24 de octubre de 1998, y señala
que el principio de buena fe protege la confianza que fundadamente se puede haber
depositado en el comportamiento ajeno e impone el deber de coherencia en el
comportamiento, es decir, implica la exigencia de un deber de comportamiento que
consiste en la necesidad de observar de cara al futuro la conducta que los actos
anteriores hacían prever y aceptar las consecuencias vinculantes que se desprenden de
los propios actos, constituyendo un supuesto de lesión a la confianza legítima de las
partes “venire contra factum propium” (actuar en contra de sus propios actos). De ahí
que el acto administrativo que infrinja est principio incurra en clara ilegalidad.
El principio de confianza legítima, por su parte, íntimamente relacionado con el
anterior y derivado también del de seguridad jurídica, proviene de la doctrina del
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, habiendo sido aceptado
tempranamente por nuestra Jurisprudencia, por ejemplo con motivo del ejercicio por la
Administración de su potestad sancionadora, jugando en beneficio del infractor, en el
sentido de provocar una minoración de la sanción a imponer cuando es la propia
Administración con su desidia a la hora de velar por la legalidad infringida (pensemos
en el fenómeno de las parcelaciones ilegales, en las que en escasas ocasiones la
Administración competente, esencialmente los Ayuntamientos, han utilizado los medios
que la legislación urbanística les ha dado para erradicar este tipo de edificaciones «la
demolición de lo ilegalmente construido y ulterior reposición de la realidad física
alterada, a costa todo del infractor», en su mayor parte ilegalizables) la que ha llevado al
ciudadano al convencimiento de que su conducta infractora carece de la gravedad que
luego se le indica en la calificación de los hechos en el expediente sancionador que se le
sigue o que no incurre en ilícito administrativo. No se le exonera de culpa, pero no se le
puede hacer cargar con todo el peso de la Ley cuando es la Administración la que ha
venido permitiendo con su conducta omisiva la situación que luego pretende castigar
con el máximo rigor.
En este sentido, como señaló nuestro Tribunal Supremo en Sentencia de 9 de febrero
de 2004, este principio está relacionado con los principios de seguridad jurídica y de
buena fe y supone que la autoridad administrativa no puede adoptar medidas que
resulten contrarias a la esperanza inducida por la razonable estabilidad en las decisiones
de aquélla, y en función de las cuales los particulares han adoptado determinadas
decisiones. Se trata, por lo tanto, de un deber de coherencia en el ejercicio de las
potestades administrativas que impida al ciudadano sufrir cualquier tipo de perjuicio al
actuar en el convencimiento de que lo que hace o pide se ajusta a lo que la
Administración ha venido realizando o consintiendo.
La confianza legítima protege a los individuos y las empresas contra cambios
bruscos e imprevisibles de criterio de la Administración que produzcan resultados
lesivos (por ejemplo, arruinando las expectativas ligadas a inversiones cuantiosas),
cuando ha sido la propia Administración la que ha avalado o impulsado su conducta
mediante su propio comportamiento. De ahí que la infracción de este principio, aparte
de comportar en su caso la anulación de acto administrativo pueda llevar aparejada la
indemnización de los daños y perjuicios causados al ciudadano que ha visto frustradas
aquellas expectativas. Este principio, empero, al igual que el de igualdad de todos los
ciudadanos ante la Ley, no puede invocarse para amparar conductas ilegales y, por otra
parte, puede invocarse para atacar los actos administrativos que lo contradigan, incluso
cuando la Administración ejerza potestades discrecionales a través no ya del control de
la actividad discrecional por los Principios Generales del Derecho, sino,
fundamentalmente, por la contravención del art. 3,1.° LRJAP y PAC.

3.- La Administración General del Estado.

3.1.- Introducción
Dentro de la denominada Administración General del Estado, podemos distinguir
entre la Administración Central y la Administración Territorial. En relación a ambas, el
art. 2.2.° de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la
Administración General del Estado (LOFAGE, en las próximas citas), señala que da
Administración General del Estado, constituida por órganos jerárquicamente ordenados,
actúa con personalidad jurídica única».

3.2.- Administración Central del Estado


3.2.1.- Idea general
La LOFAGE, dentro de la Administración General del Estado, tras declarar (en su
art. 6.1.°) que su organización responde a los principios de división funcional en
Departamentos ministeriales y de gestión territorial integrada en Delegaciones del
Gobierno en las Comunidades Autónomas, salvo las excepciones que ella misma
contiene, distingue, dentro de la organización central, entre:
 A Órganos superiores
o Los Ministros.
o Los Secretarios de Estado
 B) Órganos directivos
o Los Subsecretarios y Secretarios generales.
o Los Secretarios generales técnicos y Directores generales.
o Los Subdirectores generales.
En la organización territorial de la Administración General del Estado son órganos
directivos tanto los Delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas, que
tendrán rango de Subsecretario, como los Subdelegados del Gobiemo en las provincias,
los cuales tendrán nivel de Subdirector general.
En la Administración General del Estado en el exterior son órganos directivos los
embajadores y representantes permanentes ante Organizaciones internacionales.
Por lo demás, los órganos superiores y directivos tienen además la condición de alto
cargo, excepto los Subdirectores generales y asimilados. Y todos los demás órganos de
la Administración General del Estado se encuentran bajo la dependencia o dirección de
un órgano superior o directivo.
En cuanto a los Organismos públicos, sus Estatutos determinarán sus respectivos
órganos directivos. Por otra parte, corresponde a los órganos superiores establecer los
planes de actuación de la organización situada bajo su responsabilidad y a los órganos
directivos su desarrollo y ejecución. Los titulares de estos últimos son nombrados,
atendiendo a criterios de competencia profesional y experiencia, en la forma establecida
en la LOFAGE, siendo de aplicación al desempeño de sus funciones:
 a) La responsabilidad profesional, personal y directa por la gestión desarrollada.
 b) La sujeción al control y evaluación de la gestión por el órgano superior o
directivo competente, sin perjuicio del control establecido por la Ley General
Presupuestaria.
Finalmente, en cuanto a la creación, modificación y supresión de órganos y unidades
administrativas, dispone el art. 10 LOFAGE que:
1. Las Subsecretarías, las Secretarías Generales, las Secretarías Generales Técnicas,
las Direcciones Generales, las Subdirecciones Generales, y órganos similares a los
anteriores se crean, modifican y suprimen por Real Decreto del Consejo de Ministros, a
iniciativa del Ministro interesado y a propuesta del Ministro de Administraciones
Públicas.
2. Los órganos de nivel inferior a Subdirección General se crean, modifican y
suprimen por orden del Ministro respectivo, previa aprobación del Ministro de
Administraciones Públicas.
3. Las unidades que no tengan la consideración de órganos, se crean, modifican y
suprimen a través de las relaciones de puestos de trabajo.

3.2.2.- Elementos organizativos básicos


A tenor del art. 7 LOFAGE, las unidades administrativas son los elementos
organizativos básicos de las estructuras orgánicas. Las unidades comprenden puestos de
trabajo o dotaciones de plantilla vinculados funcionalmente por razón de sus cometidos
y orgánicamente por una jefatura común. Pueden existir unidades administrativas
complejas, que agrupen dos o más unidades menores.
Los jefes de las unidades administrativas son responsables del correcto
funcionamiento de la unidad y de la adecuada ejecución de las tareas asignadas a la
misma. Las unidades administrativas se establecen mediante las relaciones de puestos
de trabajo, que se aprobarán de acuerdo con su regulación específica, y se integran en
un determinado órgano.

3.2.3.- Los Ministros


Introducción
Al frente de cada Ministerio se sitúa un órgano unipersonal, el Ministro, con una
doble naturaleza: política, como miembro del Gobierno, y administrativa, como Jefe del
Departamento. En este sentido, el art. 12,1.9 LOFAGE señala que los Ministros, además
de las atribuciones que les corresponden como miembros del Gobierno, dirigen, en
cuanto titulares de un Departamento ministerial, los sectores de actividad administrativa
integrados en su Ministerio y asumen la responsabilidad inherente a dicha dirección.
Son nombrados y separados por el Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno (art.
100 CE y art. 12 LG), cesando en los supuestos previstos en el art. 101 CE para éste.
Deben ser españoles, mayores de edad, disfrutar de los derechos de sufragio activo y
pasivo y no estar inhabilitados para ejercer empleo o cargo público por sentencia
judicial firme, y deberán prestar en el acto de toma de posesión el juramento o promesa
de cumplir fielmente las obligaciones del cargo con lealtad al Rey, y de guardar y hacer
guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como de mantener
secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros. Conforme al art. 98,3.9 y 4.° CE
(art. 14 LG), los miembros del Gobierno no podrán ejercer otras funciones
representativas que las propias del mandato parlamentario, ni cualquier otra función
pública que no derive de su cargo, ni actividad profesional o mercantil alguna. La Ley
regulará el estatuto e incompatibilidades de los miembros del Gobierno.
Por último, conforme al art. 13,2.° LG, la suplencia de los Ministros para el despacho
ordinario de los asuntos de su competencia, será determinada por Real Decreto del
Presidente del Gobierno, que expresará la causa y el carácter de la suplencia, debiendo
recaer, en todo caso, en otro miembro del Gobierno.

Atribuciones
El art. 4 LG establece que los Ministros, como titulares de sus Departamentos, tienen
competencia y responsabilidad en la esfera específica de su actuación, y les corresponde
el ejercicio de las siguientes funciones:
 a) Desarrollar la acción del Gobierno en el ámbito de su Departamento, de
conformidad con los acuerdos adoptados en Consejo de Ministros o con las
directrices del Presidente del Gobiemo.
 b) Ejercer la potestad reglamentaria en las materias propias de su Departamento.
 c) Ejercer cuantas otras competencias les atribuyan las Leyes, las normas de
organización y funcionamiento del Gobierno y cualesquiera otras disposiciones.
 d) Refrendar, en su caso. Los actos del Rey en materia de su competencia.
Por su parte, el art. 12.2.° LOFAGE, parcialmente modificado por la Ley 50/1998, de
30 de diciembre, de Medidas Fiscales, Administrativas y del orden Social, dispone que
corresponde a los Ministros, en todo caso, ejercer las siguientes competencias:
 a) Ejercer la potestad reglamentaria en los términos previstos en la legislación
específica.
 b) Fijar los objetivos del Ministerio, aprobar los planes de actuación del mismo
y asignar los recursos necesarios para su ejecución, dentro de los límites de las
dotaciones presupuestarias correspondientes.
 c) Aprobar las propuestas de los estados de gastos del Ministerio, y de los
presupuestos de los Organismos públicos dependientes y remitirlas al Ministerio
de Economía y Hacienda.

3.2.4.- Los Secretarios de Estado


Los Secretarios de Estado dirigen y coordinan las Direcciones Generales situadas
bajo su dependencia, y responden ante el Ministro de la ejecución de los objetivos
fijados para la Secretaría de Estado. A tal fin les corresponde:
 a) Ejercer las competencias sobre el sector de actividad administrativa asignado
que les atribuya la norma de creación del órgano o que les delegue el Ministro y
desempeñar las relaciones externas de la Secretaría de Estado, salvo en los casos
legalmente reservados al Ministro.
 b) Ejercer las competencias inherentes a su responsabilidad de dirección y, en
particular, impulsar la consecución de los objetivos y la ejecución de los
proyectos de su organización, controlando su cumplimiento, supervisando la
actividad de los órganos directivos adscritos e impartiendo instrucciones a sus
titulares.
 c) Nombrar y separar a los Subdirectores generales de la Secretaría de Estado.
 d) Mantener las relaciones con los órganos de las Comunidades Autónomas
competentes por razón de la materia.
 e) Ejercer las competencias atribuidas al Ministro en materia de ejecución
presupuestaria, con los límites que, en su caso, se establezcan por aquél.
 f) Celebrar los contratos relativos a asuntos de su Secretaría de Estado, y los
convenios no reservados al Ministro del que dependan o al Consejo de
Ministros.
 g) Resolver los recursos que se interpongan contra las resoluciones de los
órganos directivos que dependan directamente de él y cuyos actos no agoten la
vía administrativa, así como los conflictos de atribuciones que se susciten entre
dichos órganos.
 h) Cualesquiera otras competencias que les atribuya la legislación en vigor.

3.2.5.- Los Subsecretarios


Introducción
El Subsecretario es el Jefe Superior del Departamento después del Ministro, salvo en
los casos en que exista un Secretario de Estado.
Según el art. 15 LOFAGE, ostentan la representación ordinaria del Ministerio y
dirigen los servicios comunes. Los Subsecretarios serán nombrados y separados por
Real Decreto del Consejo de Ministros a propuesta del titular del Ministerio. Los
nombramientos habrán de efectuarse de acuerdo con los criterios establecidos en el art.
6,10.° LOFAGE (de competencia profesional y experiencia), entre funcionarios de
carrera del Estado, de las Comunidades Autónomas o de las Entidades locales, a los que
se exija para su ingreso el título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o
equivalente, es decir, pertenecientes al Grupo A de los previstos en el art. 25 LFP
En relación con lo anterior, ha de tenerse en cuenta que, a tenor de la Disposición
Transitoria Primera LOFAGE, «las normas de esta Ley relativas al nombramiento de
Subsecretarios, Secretarios generales, Secretarios generales técnicos, Directores
generales y órganos asimilados serán de aplicación a los que se produzcan con
posterioridad a su entrada en vigor.

Funciones
A tenor de este art. 15, ejercen las competencias correspondientes a los servicios
comunes y, en todo caso, las siguientes:
 a) Apoyar a los órganos superiores en la planificación de la actividad del
Ministerio, a través del correspondiente asesoramiento técnico.
 b) Asistir al Ministro en el control de eficacia del Ministerio y sus Organismos
públicos.
 c) Establecer los programas de inspección de los servicios del Ministerio, así
como determinar las actuaciones precisas para la mejora de los sistemas de
planificación, dirección y organización y para la racionalización y simplificación
de los procedimientos y métodos de trabajo, en el marco definido por el
Ministerio de Administraciones Públicas.
 d) Proponer las medidas de organización del Ministerio y dirigir el
funcionamiento de los servicios comunes a través de las correspondientes
instrucciones u órdenes de servicio.
 e) Asistir a los órganos superiores en materia de relaciones de puestos de trabajo,
planes de empleo y política de directivos del Ministerio y sus Organismos
públicos, así como en la elaboración, ejecución y seguimiento de los
presupuestos y la planificación de los sistemas de información y comunicación.
 f) Desempeñar la jefatura superior de todo el personal del Departamento.
 g) Responsabilizarse del asesoramiento jurídico al Ministro en el desarrollo de
las funciones que a éste le corresponden, y en particular en el ejercicio de su
potestad normativa y en la producción de los actos administrativos de la
competencia de aquél, así como a los demás órganos del Ministerio.
En los mismos términos del párrafo anterior, informar las propuestas o proyectos
de normas y actos de otros Ministerios, cuando reglamentariamente proceda. A
tales efectos, será responsable de coordinar las actuaciones correspondientes
dentro del Ministerio, y en relación con los demás Ministerios que hayan de
intervenir en el procedimiento.
 h) Ejercer las facultades de dirección, impulso y supervisión de la Secretaria
General Técnica y los restantes órganos directivos que dependan directamente
de él.
 i) Cualesquiera otras que sean inherentes a los servicios comunes del Ministerio
y a la representación ordinaria del mismo y las que les atribuyan la legislación
en vigor.

3.2.6.- Los Secretarios Generales


Conforme al art. 16 LOFAGE, cuando con carácter excepcional las normas que
regulan la estructura de un Ministerio prevean la existencia de un Secretario general,
deberán determinar las competencias que le correspondan sobre un sector de actividad
administrativa determinado.
Los Secretarios generales ejercen las competencias inherentes a su responsabilidad
de dirección sobre los órganos dependientes, contempladas en el art. 14,2.° (impulsar la
consecución de los objetivos y la ejecución de los proyectos de su organización,
controlando su cumplimiento, supervisando la actividad de los órganos directivos
adscritos e impartiendo instrucciones a sus titulares), así como todas aquellas que les
asigne expresamente el Real Decreto de estructura del Ministerio.
Los Secretarios generales, con categoría de Subsecretario, serán nombrados y
separados por Real Decreto del Consejo de Ministros, a propuesta del titular del
Ministerio. Los nombramientos habrán de efectuarse, de acuerdo con los criterios
establecidos en el art. 6.10. entre personas con cualificación y experiencia en el
desempeño de puestos de responsabilidad en la gestión pública o privada.

3.2.7.- Los Secretarios Generales Técnicos


A ellos se refiere el art. 17 LOFAGE, disponiendo que:
 1. Los Secretarios generales técnicos, bajo la inmediata dependencia del
Subsecretario, tendrán las competencias sobre servicios comunes que les
atribuyan el Real Decreto de estructura del Departamento y, en todo caso, las
relativas a: producción normativa, asistencia jurídica y publicaciones.
 2. Los Secretarios generales técnicos tienen a todos los efectos la categoría de
Director general y ejercen sobre sus órganos dependientes las facultades
atribuidas a dicho órgano por el artículo siguiente.
 3. Los Secretarios generales técnicos serán nombrados y separados por Real
Decreto del Consejo de Ministros a propuesta del titular del Ministerio. Los
nombramientos habrán de efectuarse de acuerdo con los criterios establecidos en
el apartado 10 del artículo 6 de esta Ley, entre funcionarios de carrera del
Estado, de las Comunidades Autónomas o de las Entidades locales, a los que se
exija para su ingreso el título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o
equivalente.

3.2.8. Los Directores Generales


Introducción
El art. 18 LOFAGE señala que los Directores generales son los titulares de los
órganos
directivos encargados de la gestión de una o varias áreas funcionalmente homogéneas
del Ministerio. Los Directores generales serán nombrados y separados por Real Decreto
del Consejo de Ministros, a propuesta del titular del Departamento. Los nombramientos
habrán de efectuarse, de acuerdo con los criterios establecidos en el art. 6.10.°, entre
funcionarios de carrera del Estado, de las Comunidades Autónomas o de las Entidades
locales, a los que se exija para su ingreso el título de Doctor, Licenciado, Ingeniero,
Arquitecto o equivalente, salvo que el Real Decreto de estructura del Departamento
permita que, en atención a las características específicas de las funciones de la
Dirección General, su titular no reúna dicha condición de funcionario.

Funciones
 a) Proponer los proyectos de su Dirección General para alcanzar los objetivos
establecidos por el Ministro, dirigir su ejecución y controlar su adecuado
cumplimiento.
 b) Ejercer las competencias atribuidas a la Dirección General y las que le sean
desconcentradas o delegadas.
 c) Proponer, en los restantes casos, al Ministro o al titular del órgano del que
dependa, la resolución que estime procedente sobre los asuntos que afectan al
órgano directivo.
 d) Impulsar y supervisar las actividades que forman parte de la gestión ordinaria
del órgano directivo y velar por el buen funcionamiento de los órganos y
unidades dependientes y del personal integrado en los mismos.
 e) Las demás atribuciones que le confieran las leyes y reglamentos.

3.2.9.- Los Subdirectores Generales


Los Subdirectores generales son los responsables inmediatos, bajo la supervisión del
Director general o del titular del órgano del que dependan, de la ejecución de aquellos
proyectos, objetivos o actividades que les sean asignados, así como de la gestión
ordinaria de los asuntos de la competencia de la Subdirección General.
Serán nombrados y cesados por el Ministro o el Secretario de Estado del que
dependan. Los nombramientos se efectuarán entre funcionarios de carrera de la
Administración General del Estado y, en su caso, de otras Administraciones públicas
cuando así lo prevean las normas de aplicación y que pertenezcan a Cuerpos y Escalas,
a los que se exija para su ingreso el título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto
o equivalente, de acuerdo con los criterios establecidos en el apartado 10 del artículo 6 y
conforme al sistema previsto en la legislación específica.

3.2.10. Los Servicios Comunes de los Ministerios


Conforme al art. 20 LOFAGE:
1. Los órganos directivos encargados de los servicios comunes, prestan a los órganos
superiores y directivos la asistencia precisa para el más eficaz cumplimiento de sus
cometidos y, en particular, la eficiente utilización de los medios y recursos materiales,
económicos y personales que tengan asignados.
Corresponde a los servicios comunes el asesoramiento, el apoyo técnico y, en su
caso, la gestión directa en relación con las funciones de planificación, programación y
presupuestación, cooperación internacional, acción en el exterior, organización y
recursos humanos, sistemas de información y comunicación, producción normativa,
asistencia jurídica, gestión financiera, gestión de medios materiales y servicios
auxiliares, seguimiento, control e inspección de servicios, estadística para fines estatales
y publicaciones.
2. Los servicios comunes se organizan y funcionan en cada Ministerio de acuerdo
con las disposiciones y directrices adoptadas por los Ministerios con competencia sobre
dichas funciones comunes en la Administración General del Estado. Todo ello, sin
perjuicio de que determinados órganos con competencia sobre algunos servicios
comunes sigan dependiendo funcional o jerárquicamente de alguno de los referidos
Ministerios.
En cuanto a su organización básica, establece el art. 21 LOFAGE que los servicios
comunes estarán integrados en una Subsecretaría dependiente directamente del
Ministro, a la que estará adscrita una Secretaría General Técnica y los demás órganos
directivos que determine el Real Decreto de estructura del Departamento.

3.3.- Administración Territorial del Estado


3.3.1. Introducción
La antes llamada Administración Periférica del Estado, se denomina en la actualidad
Administración u Organización Territorial de la Administración General del Estado,
incluyendo las figuras de los Delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas,
los Subdelegados del Gobierno en las provincias (que vienen a sustituir a los
Gobernadores Civiles y los Directores Insulares de la Administración General del
Estado, que, en el ejercicio de sus cometidos, estarán auxiliados por los servicios
periféricos).

3.3.2.- Delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas


Introducción
Conforme al art. 154 CE, «un Delegado nombrado por el Gobierno dirigirá la
Administración del Estado en el territorio de la Comunidad Autónoma y la coordinará,
cuando proceda, con la Administración propia de la Comunidad».
Por su parte, el art. 22 LOFAGE dispone que representan al Gobierno en el territorio
de aquéllas sin perjuicio de la representación ordinaria del Estado en las Comunidades
Autónomas a través de sus respectivos Presidentes, y ejercen la dirección y la
supervisión de todos los servicios de la Administración General del Estado y sus
Organismos públicos situados en su territorio.
Los Delegados del Gobierno dependen de la Presidencia del Gobierno,
correspondiendo al Ministro de Administraciones Públicas dictar las instrucciones
precisas para la correcta coordinación de la Administración General del Estado en el
territorio, y al Ministro del Interior, en el ámbito de las competencias del Estado,
impartir las necesarias en materia de libertades públicas y seguridad ciudadana. Todo
ello se entiende sin perjuicio de la competencia de los demás Ministros para dictar las
instrucciones relativas a sus respectivas áreas de responsabilidad.
Les corresponde, asimismo (art. 22,2.):
 a) Mantener las necesarias relaciones de cooperación y coordinación de la
Administración General del Estado y sus Organismos públicos, con la de la
Comunidad Autónoma y con las correspondientes Entidades locales, debiendo
tenerse en cuenta, al efecto, las previsiones de los arts. 3 a 10 LRJAP y PAC
 b) Comunicar y recibir cuanta información precisen el Gobierno y el órgano de
Gobierno de la Comunidad Autónoma. Realizará también estas funciones con
las Entidades locales en su ámbito territorial, a través de sus respectivos
Presidentes.
Los Delegados del Gobierno serán nombrados y separados por Real Decreto del
Consejo de Ministros, a propuesta del Presidente del Gobierno y tendrán su sede en la
localidad donde radique el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma, salvo que
el Consejo de Ministros determine otra cosa y sin perjuicio de lo que disponga,
expresamente, el Estatuto de Autonomía. Y en caso de ausencia, vacante o enfermedad,
el Delegado del Gobierno será suplido, temporalmente, por el Subdelegado del
Gobierno de la provincia donde aquél tenga su sede, salvo que el Delegado designe a
otro Subdelegado. En las Comunidades Autónomas uniprovinciales, la suplencia
corresponderá al titular del órgano responsable de los servicios comunes de la
Delegación del Gobierno.

Funciones
A) Competencias generales (art. 23):
 a) Dirigir la Delegación del Gobierno; nombrar a los Subdelegados del Gobierno
en las provincias y dirigir y coordinar como superior jerárquico la actividad de
aquéllos; impulsar y supervisar, con carácter general, la actividad de los
restantes órganos de la Administración General del Estado y sus Organismos
públicos en el territorio de la Comunidad Autónoma; e informar las propuestas
de nombramiento de los titulares de órganos territoriales de la Administración
General del Estado y los Organismos públicos de ámbito autonómico y
provincial, no integrados en la Delegación del Gobierno.
 b) Formular a los Ministerios competentes, en cada caso, las propuestas que
estime convenientes sobre los objetivos contenidos en los planes y programas
que hayan de ejecutar los servicios territoriales y los de sus Organismos
públicos, e informar, regular y periódicamente, a los Ministerios competentes
sobre la gestión de sus servicios territoriales.
 c) Proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la
seguridad ciudadana, a través de los Subdelegados del Gobierno y de las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuya jefatura corresponderá al Delegado del
Gobierno, quien ejercerá las competencias del Estado en esta materia bajo la
dependencia funcional del Ministerio del Interior.
 d) Elevar, con carácter anual, un informe al Gobierno, a través del Ministro de
Administraciones Públicas, sobre el funcionamiento de los servicios públicos
estatales y su evaluación global.
 e) Suspender la ejecución de los actos impugnados dictados por los órganos de
la Delegación del Gobierno, cuando le corresponda resolver el recurso, de
acuerdo con el art. 111,2.° LRJAP y PAC, y proponer la suspensión en los
restantes casos, así como respecto de los actos impugnados dictados por los
servicios no integrados en la Delegación del Gobierno.

3.3.3.- Subdelegados del Gobierno en las provincias


Podrán crearse por Real Decreto Subdelegaciones del Gobierno en las Comunidades
Autónomas uniprovinciales, y para ello habrán de tenerse en cuenta circunstancias tales
como la población del territorio, el volumen de gestión o sus singularidades geográficas,
sociales o económicas.
El Subdelegado del Gobiemo en cada provincia, salvo en el caso de las Comunidades
Autónomas uniprovinciales, tendrá el nivel orgánico de Subdirector general (art. 1,1.°
del Real Decreto 617/1997, de 25 de abril, de Subdelegados del Gobierno y Directores
insulares de la Administración General del Estado -RD 617/1997, en lo sucesivo-), y, en
el orden de precedencias protocolarias, mientras no se modifique el Real Decreto
2099/1983, de 4 de agosto, por el que se aprueba la Ordenación General de
Precedencias del Estado, ocuparán el lugar inmediatamente anterior al previsto para los
Rectores de Universidad, situándose los Directores Insulares delante de los Tenientes de
Alcalde del Ayuntamiento del lugar (Disposición Transitoria Segunda RD 617/1997).
En cuanto a su régimen administrativo y retributivo, dispone el art. 3 RD 617/1997
que los funcionarios públicos que sean nombrados Subdelegados del Gobierno pasarán
a la situación administrativa de servicios especiales (regulada en el art. 29,2.° LFP y en
los arts. 4 a 9 del Reglamento de Situaciones Administrativas de los Funcionarios
Civiles del Estado, aprobado por el Real Decreto 365/1995, de 10 de marzo), salvo que
opten por permanecer en la situación de servicio activo en su Administración de origen
(a tenor de lo dispuesto en el citado art. 29 LFR modificado por la Ley 24/2001, de 27
de diciembre, de medidas Fiscales, Administrativas y del Orden Social), su régimen de
incompatibilidades será el establecido para el personal al servicio de las
Administraciones Públicas (es decir, el recogido en la Ley 53/1984, de 26 de diciembre,
desarrollada por el Real Decreto 598/1985, de 30 de abril) y tendrán el régimen
retributivo previsto para los funcionarios públicos (regulado, con carácter general, por
los arts. 23 y 24 LFP). En este contexto, ellos (y los Directores insulares) pueden
acceder al uso de vivienda oficial, por razones de seguridad, necesidades del servicio y
contenido de los puestos que han de desempeñar, estándose a lo previsto en el art. 106
de la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, de Medidas Fiscales, Administrativas y del
Orden Social y normativa de desarrollo (Disposición Adicional Segunda RD 617/1997).
Por lo que respecta a su suplencia, en los supuestos de vacante, ausencia o
enfermedad, la ejercerá el Secretario general de la Subdelegación o, en su defecto, quien
designe el Delegado del Gobierno, debiendo reunir el suplente designado idénticos
requisitos que los exigidos para ser nombrado Subdelegado del Gobierno (art. 4 RD
617/1997).

Funciones
 a) Dirigir, en su caso, los servicios integrados de la Administración General del
Estado, de acuerdo con las instrucciones del Delegado del Gobierno.
 b) Impulsar, supervisar e inspeccionar los servicios no integrados.
 c) Desempeñar, en los términos del art. 22,2.°, las funciones de comunicación,
colaboración y cooperación con las Corporaciones locales y, en particular,
informar sobre la incidencia en el territorio de los programas de financiación
estatal.
 d) Mantener, por iniciativa y de acuerdo con las instrucciones del Delegado del
Gobierno en la Comunidad Autónoma, relaciones de comunicación, cooperación
y colaboración con los órganos territoriales de la Administración de la respectiva
Comunidad Autónoma que tengan su sede en el territorio provincial.
 e) Ejercer las competencias sancionadoras que se les atribuyan normativamente.
En este contexto, conforme al art. 5,1.° RD 617/1997, ejercerán las competencias
previstas en la Disposición Adicional Cuarta LOFAGE, según la cual «el Delegado del
Gobierno asumirá las competencias sancionadoras atribuidas a los Gobernadores Civiles
en la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad
Ciudadana y por la Ley 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada, correspondiendo
las demás competencias de carácter sancionador a los Subdelegados del Gobierno.
En los casos en que la resolución corresponda al Delegado del Gobierno, la
iniciación e instrucción de los procedimientos corresponderá a la Subdelegación del
Gobierno competente por razón del territorio.
Igualmente corresponderá a los Delegados del Gobiemo la imposición de sanciones
por la comisión de infracciones graves y muy graves previstas en el texto articulado de
la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial, aprobado por
Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo. La imposición de sanciones por
infracciones leves previstas en dicha Ley corresponderá a los Subdelegados del
Gobiemo. Asimismo, el Delegado del Gobierno desempeñará las demás competencias
que la legislación vigente atribuye a los Gobemadores Civiles».
En las provincias en las que no radique la sede de las Delegaciones del Gobiemo, el
Subdelegado del Gobierno, bajo la dirección y la supervisión del Delegado del
Gobierno, ejercerá las siguientes competencias (art. 29,3.° LOFAGE):
 a) La protección del libre ejercicio de los derechos y libertades, garantizando la
seguridad ciudadana, todo ello dentro de las competencias estatales en la
materia. A estos efectos dirigirá las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado
en la provincia.
 b) La dirección y la coordinación de la protección civil en el ámbito de la
provincia.
En la provincia en la que radique la sede de la Delegación del Gobierno, los
Subdelegados del Gobierno podrán ejercer las anteriores competencias, previa
delegación del Delegado del Gobierno, y en todo caso bajo la dirección y supervisión
del mismo.
Por otra parte, conforme al art. 5,3.° RD 617/1997, en las provincias donde esté
situada la sede del Delegado del Gobierno, los Subdelegados podrán desempeñar, en su
caso, las funciones del Secretario general de la Delegación, cuando se acuerde por el
órgano competente para el nombramiento de este último.
Finalmente, a tenor de la Disposición Adicional Tercera RD 617/1997, los
Subdelegados del Gobierno en las provincias y los Directores insulares participarán en
los órganos colegiados correspondientes a sus respectivos ámbitos territoriales que
determinen la correspondiente norma o el Delegado del Gobierno. Igualmente,
participarán en instituciones, fundaciones y cualesquiera otras entidades en las que
vinieran interviniendo, respectivamente, los Gobemadores civiles y Delegados
insulares, en su condición de tales.

3.3.4.- Los Directores Insulares de la Administración General del Estado


Introducción
A tenor de los arts. 30 LOFAGE y 6 y 7 RD 617/1997, en las islas de Menorca, Ibiza
Formentera, Lanzarote, Fuerteventura (cuyo ámbito territorial -de la Dirección Insular-
comprende el de las demás islas agregadas administrativamente a cada una de ellas), La
Palma, El Hierro y La Gomera existirá un Director Insular de la Administración General
del Estado, con el nivel que se determine en la relación de puestos de trabajo. Serán
nombrados por Resolución del Delegado del Gobierno (que será publicada en el Boletín
Oficial del Estado) por el procedimiento de libre designación, a propuesta del
Subdelegado del Gobierno —cuando este cargo exista-, entre los funcionarios de carrera
del Estado, de las Comunidades Autónomas o de las Entidades Locales, a los que se
exija para su ingreso el título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o
equivalente, o el titulo de Ingeniero técnico, Arquitecto técnico, Diplomado
Universitario o equivalente.
A los funcionarios públicos que sean nombrados Directores insulares les será de
aplicación la legislación en materia de función pública de la Administración General del
Estado, quedando en la misma situación administrativa que los Subdelegados del
Gobierno en las Provincias.
En cuanto a su suplencia, en los supuestos de vacante, ausencia o enfermedad, la
ejercerá el Secretario general de la Dirección Insular o, en su defecto, quien designe el
Delegado del Gobierno, debiendo reunir el suplente idénticos requisitos que los exigidos
para ser nombrado Director insular (art. 9 RD 617/1997).

Funciones
Los Directores Insulares, que dependen jerárquicamente del Delegado del Gobierno
en la Comunidad Autónoma o del Subdelegado del Gobierno en la provincia, cuando
este cargo exista, ejercen, en su ámbito territorial, las competencias atribuidas por la
LOFAGE a los Subdelegados del Gobierno en las provincias, y aquellas otras que les
sean desconcentradas o delegadas (art. 10 RD 617/1997).

3.3.5.- Servicios periféricos


La organización de la Administración periférica del Estado en las Comunidades
Autónomas responderá a los principios de eficacia y de economía del gasto público, así
como a la necesidad de evitar la duplicidad de estructuras administrativas, tanto en la
propia Administración General del Estado como con otras Administraciones públicas.
Consecuentemente, se suprimirán, refundirán o reestructurarán, previa consulta a los
Delegados del Gobiemo, los órganos cuya subsistencia resulte innecesaria a la vista de
las competencias transferidas o delegadas a las Comunidades Autónomas y, cuando
proceda, atendiendo al marco competencial, a las Corporaciones locales, y de los
medios y servicios traspasados a las mismas (art. 31).

4.- Comunidades Autónomas. Especial referencia a los Estatutos de Autonomía.


4.1.- Introducción
La CE mantiene la estructura unitaria del Estado, pero, al propio tiempo, reconoce el
derecho de las Entidades territoriales regionales o nacionales a constituirse en
Comunidades Autónomas con facultades de autogobierno. En concreto, el art. 2 CE
dispone que «la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación
española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el
derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad
de todas ellas». Y el art. 137 CE, por su parte, prescribe que «el Estado se organiza
territorialmente en Municipios, en Provincias y en las Comunidades Autónomas que se
constituyan. Todas estas Entidades gozan de autonomía para la gestión de sus
respectivos intereses».
En definitiva la soberanía pertenece a un único titular: «el pueblo español»,
considerado como una totalidad, «del que emanan los poderes del Estado» (art. 1,2.9),
cuya «indisoluble unidad» se manifiesta en la «Nación española, patria común e
indivisible de todos los españoles» (art. 2), que se constituye en un «Estado social y
democrático de Derecho» (art. 1,1.9). Pero, junto a ello, la Constitución declara que el
Estado, uno e indivisible, está integrado por un conjunto de regiones y nacionalidades
cuyo derecho a la autonomía se reconoce y garantiza dentro de la indispensable
solidaridad entre todas ellas (art. 2).

4.2.- Notas características del derecho a la autonomía.


 a) La voluntariedad de su ejercicio, salvo que las Cortes Generales, mediante
Ley Orgánica y por motivos de interés nacional sustituyan la iniciativa de las
Corporaciones afectadas (arts. 143 y 144 y Disposición Transitoria Primera de la
CE).
 b) La generalidad de su otorgamiento.
 c) La igualdad en su contenido.
 d) La progresividad en su integración (art. 148,2.°), si bien, concurriendo
determinados presupuestos y requisitos (art. 151 y Disposición Transitoria
Segunda), las Comunidades Autónomas podrán asumir desde el momento de su
constitución la totalidad de las competencias previstas en la CE, lo que permite
distinguir entre las Comunidades Autónomas de autonomía plena (que han
seguido la vía especial) y las de autonomía plena diferida (que han seguido la vía
común u ordinaria).
 e) La diversidad de su plasmación (arts. 147 y 152), en cuya virtud y sin merma
del principio de igualdad, las Comunidades Autónomas podrán, dentro de los
límites constitucionales, adaptar su estructura y funcionamiento a sus propias
exigencias.
Junto a estas notas, hemos de señalar, dos principios básicos:
 a) De solidaridad, que puede ser interpretado como una general exigencia de
armonización de las actividades de las Comunidades Autónomas, y al que
particularmente se refiere el art. 138,1.°, al disponer que «el Estado garantiza la
realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el art. 2 de la
Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico,
adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español y atendiendo en
particular a las circunstancias del hecho insular».
 b) De autogobierno, que, en síntesis, está integrado por las notas siguientes:
o El establecimiento en la Constitución de una serie de funciones que las
Comunidades Autónomas podrán asumir como propias a través de sus
Estatutos (arts. 148 y 149,3.9).
o La atribución a dichas Comunidades de la potestad legislativa y de las
funciones políticas y ejecutivas respecto de las funciones que asuman por vía
estatutaria.
o El principio de no interferencia de los poderes legislativo y ejecutivo del
Estado en el desempeño de sus funciones propias por las Comunidades
Autónomas.
o El sometimiento de las Comunidades Autónomas al control del Tribunal
Constitucional (art. 153, a), de los Tribunales de Justicia (art. 153, c), y del
Tribunal de Cuentas (art. 153, d) (y de la institución autonómica al efecto.
4.3.- Constitución
4.3.1. Creación
De acuerdo con los arts. 143 y 144 CE podemos señalar que las Comunidades
Autónomas podrán formarse por:
 a) Las Provincias limítrofes con características históricas, culturales y
económicas comunes.
 b) Los territorios insulares.

4.3.2. Forma de elaboración


Es distinta, según el procedimiento o vía de acceso a la autonomía seguido:
 1. En las que siguen la vía común, el Proyecto de Estatuto será elaborado por los
miembros de la Diputación u órgano interinsular de las Provincias afectadas y
por los Diputados y Senadores elegidos en ellas, y será elevado a las Cortes
Generales para su tramitación por Ley (art. 146), que deberá ser Orgánica (art.
81,1.9).
 2. En las que han seguido la vía especial, el art. 151.2 detalla el procedimiento
para su elaboración y aprobación en la forma siguiente:
o Aprobación del Proyecto de Estatuto por la Asamblea de Parlamentarios que
se constituye al efecto.
o b) Examen del mismo por la Comisión Constitucional del Congreso de los
Diputados, para lo cual el referido órgano parlamentario contará con el
concurso y asistencia de una Delegación de la Asamblea.
o c) Si se alcanzare acuerdo, el texto resultante será sometido a referéndum del
cuerpo electoral de las Provincias comprendidas en el ámbito territorial del
proyectado Estatuto.
o d) Si el Proyecto de Estatuto es aprobado en cada Provincia por la mayoría
de los votos válidamente emitidos, será elevado a las Cortes Generales. Los
Plenos de ambas Cámaras decidirán sobre el texto mediante un voto de
ratificación. Aprobado el Estatuto, el Rey lo sancionará y lo promulgará
como Ley.
o e) Si no se llegare a un acuerdo en el seno de la Comisión Constitucional, se
tramitará —el Proyecto de Estatuto- como Proyecto de Ley ante las Cortes
Generales, y el texto resultante se someterá a referéndum en las Provincias
afectadas.
o F) La no aprobación del Proyecto de Estatuto por una o varias Provincias no
impedirá la constitución entre las restantes de la Comunidad Autónoma
proyectada.

4.3.3. Significado de los Estatutos de Autonomía


El art. 147.1.° CE los configura como la «norma institucional básica de cada
Comunidad Autónoma», a la par que señala que «el Estado los reconocerá y amparará
como parte integrante de su ordenamiento jurídico», integración que se efectúa con el
rango formal de Ley Orgánica.
A estos efectos, los Estatutos pueden considerarse como la peculiar Constitución de
cada Comunidad Autónoma, a la que están subordinadas las restantes normas de la
Comunidad (Leyes y Reglamentos autonómicos), y, por otro lado, son una Ley
Orgánica integrada con este carácter en el total ordenamiento jurídico de la Nación
española.
4.4.- Instituciones autonómicas
4.4.1.- Comunidades Autónomas de régimen normal
La Constitución se limita a especificar que los Estatutos de Autonomía deberán
contener «la denominación, organización y sede de las instituciones autónomas propias»
y «las competencias asumidas dentro del marco establecido en la Constitución y las
bases para el traspaso de los servicios correspondientes a las mismas» (art. 147,2.9,c y
d).
Existe en cuanto a la organización una libertad absoluta, pudiéndose afirmar que las
distintas Comunidades Autónomas que han accedido por esta vía normal han
establecido un esquema organizativo similar al de las Comunidades Autónomas de
régimen especial.

4.4.2.- Comunidades Autónomas de régimen especial


Para este tipo de Comunidades se delinea en el art. 152,1.° CE un modelo muy
concreto de organización institucional, que viene sustancialmente a reproducir en el
escalón regional el sistema de división tripartita de Poderes característico del propio
Estado, a saber:
 a) Una Asamblea Legislativa, elegida por sufragio universal, con arreglo a un
sistema de representación proporcional que asegure, además, la representación
de las diversas zonas del territorio.
 b) Un Consejo de Gobierno, con funciones ejecutivas y administrativas, cuyo
Presidente será elegido por la Asamblea y nombrado por el Rey,
correspondiéndole tanto la dirección del Consejo de Gobierno como la suprema
representación de la Comunidad Autónoma y la ordinaria (como Estado-
ordenamiento y no como Estado-organización) del Estado en aquélla.
El Presidente y los miembros del Consejo de Gobierno —imitando con fidelidad
lo establecido en la instancia estatal— serán políticamente responsables ante la
Asamblea.
 c) Un Tribunal Superior de Justicia, que culminará la organización judicial en el
ámbito territorial de la Comunidad Autónoma, sin perjuicio de la jurisdicción
que corresponde al Tribunal Supremo del Estado, especificándose, a este
propósito, que «las sucesivas instancias procesales, en su caso, se agotarán ante
órganos judiciales radicados en el mismo territorio de la Comunidad Autónoma
en que esté el órgano competente en primera instancia». A él se refieren los arts.
70 a 79 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.

4.4.3. Comunidades Autónomas de régimen excepcional


Ante el silencio de la Constitución sobre su organización, habrá que estar a lo antes
expuesto para las Comunidades Autónomas de régimen normal.

4.5.- Gobierno y Administración.


Su Gobierno y Administración siguen miméticamente la estructura de la
Administración General del Estado, encontrándonos con:
 a) El Presidente.
 b) El Consejo de Gobierno.
 c) Las Consejerías o Departamentos, equivalentes a los Ministerios.
 d) Los restantes órganos superiores centrales: Viceconsejerías (equivalentes a las
Subsecretarias de los Ministerios), Secretarías Generales, Direcciones Generales
y Secretarías Generales Técnicas.
 e) En las Comunidades Autónomas pluriprovinciales: Delegaciones Provinciales
de las Consejerías y otros órganos periféricos.

4.6.- Competencias de las Comunidades Autónomas.


El art. 148 CE señala las competencias que podrán asumir las Comunidades
Autónomas, indicando las siguientes materias:
 Organización de sus instituciones de autogobierno.
 Las alteraciones de los términos municipales comprendidos en su territorio y, en
general, las funciones que correspondan a la Administración del Estado sobre las
Corporaciones Locales y cuya transferencia autorice la legislación sobre
Régimen Local.
 Ordenación del territorio, urbanismo y vivienda.
 Las obras públicas de interés de la Comunidad Autónoma en su propio territorio.
 Los ferrocarriles y carreteras cuyo itinerario se desarrolle íntegramente en el
territorio de la Comunidad Autónoma y, en los mismos términos, el transporte
desarrollado por estos medios o por cable.
 Los puertos de refugio, los puertos y aeropuertos deportivos y, en general, los
que no desarrollen actividades comerciales.
 La agricultura y ganadería, de acuerdo con la ordenación general de la
economía.
 Los montes y aprovechamientos forestales.
 La gestión en materia de protección del medio ambiente.
 Los proyectos, construcción y explotación de los aprovechamientos hidráulicos,
canales y regadíos de interés de la Comunidad Autónoma; las aguas minerales y
termales.
 La pesca en aguas interiores, el marisqueo y la acuicultura, la caza y la pesca
fluvial.
 Ferias interiores.
 El fomento del desarrollo económico de la Comunidad Autónoma dentro de los
objetivos marcados por la política económica nacional.
 La artesanía.
 Museos, bibliotecas y conservatorios de música de interés para la Comunidad
Autónoma.
 Patrimonio monumental de interés de la Comunidad Autónoma.
 El fomento de la cultura, de la investigación y, en su caso, de la enseñanza de la
lengua de la Comunidad Autónoma.
 Promoción y ordenación del turismo en su ámbito territorial.
 Promoción del deporte y de la adecuada utilización del ocio.
 Asistencia social.
 Sanidad e higiene.
 La vigilancia y protección de sus edificios e instalaciones. La coordinación y
demás facultades en relación con las policías locales en los términos que
establezca una Ley Orgánica.
Por otra parte, conforme al art. 148,2.° CE, transcurridos cinco años, y mediante la
reforma de sus Estatutos, las Comunidades Autónomas podrán ampliar sus
competencias dentro del marco establecido en el art. 149, que se refiere a las
competencias exclusivas del Estado.
El Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante Ley
Orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia
naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación. La Ley preverá en cada caso
la correspondiente transferencia de medios financieros, así como las formas de control
que se reserve el Estado.
El Estado podrá dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar
las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aun en el caso de
materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general.
Corresponde a las Cortes Generales, por mayoría absoluta de cada Cámara, la
apreciación de esta necesidad.

4.7.- Competencias reservadas al Estado


Al Estado se le reconoce competencia exclusiva en las siguientes materias (art. 149):
 1.ª La regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos
los españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes
constitucionales.
 2.ª Nacionalidad, inmigración, emigración, extranjería y derecho de asilo.
 3.ª Relaciones internacionales.
 4.ª Defensa y Fuerzas Armadas.
 5.ª Administración de Justicia.
 6.ª Legislación mercantil, penal y penitenciaria; legislación procesal, sin
perjuicio de las necesarias especialidades que en este orden se deriven de las
particularidades del derecho sustantivo de las Comunidades Autónomas.
 7.ª Legislación laboral; sin perjuicio de su ejecución por los órganos de las
Comunidades Autónomas.
 8.ª Legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo
por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales,
allí donde existan. En todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de
las normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de
matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos públicos, bases de las
obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos de leyes y
determinación de las fuentes del derecho, con respeto, en este último caso, a las
normas de derecho foral o especial.
 9.ª Legislación sobre propiedad intelectual e industrial.
 10.ª Régimen aduanero y arancelario; comercio exterior.
 11.ª Sistema monetario: divisas, cambio y convertibilidad; bases de la
ordenación de crédito, banca y seguros.
 12.ª Legislación sobre pesas y medidas, determinación de la hora oficial.
 13.ª Bases y coordinación de la planificación general de la actividad económica.
 14.ª Hacienda general y Deuda del Estado.
 15.ª Fomento y coordinación general de la investigación científica y técnica.
 16.ª Sanidad exterior. Bases y coordinación general de la sanidad. Legislación
sobre productos farmacéuticos.
 17.ª Legislación básica y régimen económico de la Seguridad Social, sin
perjuicio de la ejecución de sus servicios por las Comunidades Autónomas.
 18.ª Las bases del régimen jurídico de las Administraciones públicas y del
régimen estatutario de sus funcionarios que, en todo caso, garantizarán a los
administrados un tratamiento común ante ellas; el procedimiento administrativo
común, sin perjuicio de las especialidades derivadas de la organización propia de
las Comunidades Autónomas; legislación sobre expropiación forzosa;
legislación básica sobre contratos y concesiones administrativas y el sistema de
responsabilidad de todas las Administraciones públicas.
 19.ª Pesca marítima, sin perjuicio de las competencias que en la ordenación del
sector se atribuyan a las Comunidades Autónomas.
 20.ª Marina mercante y abanderamiento de buques; iluminación de costas y
señales marítimas; puertos de interés general; aeropuertos de interés general;
control del espacio aéreo, tránsito y transporte aéreo, servicio meteorológico y
matriculación de aeronaves.
 21.ª Ferrocarriles y transportes terrestres que transcurran por el territorio de más
de una Comunidad Autónoma; régimen general de comunicaciones; tráfico y
circulación de vehículos a motor; correos y telecomunicaciones; cables aéreos,
submarinos y radiocomunicación.
 22.ª La legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos
hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma, y
la autorización de las instalaciones eléctricas cuando su aprovechamiento afecte
a otra Comunidad o el transporte de energía salga de su ámbito territorial.
 23.ª Legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las
facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de
protección. La legislación básica sobre montes, aprovechamientos forestales y
vías pecuarias.
 24.ª Obras públicas de interés general o cuya realización afecte a más de una
Comunidad Autónoma.
 25.ª Bases de régimen minero y energético.
 26.ª Régimen de producción, comercio, tenencia y uso de armas y explosivos.
 27.ª Normas básicas del régimen de prensa, radio y televisión y, en general, de
todos los medios de comunicación social, sin perjuicio de las facultades que en
su desarrollo y ejecución correspondan a las Comunidades Autónomas.
 28.ª Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la
exportación y la expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad
estatal, sin perjuicio de su gestión por parte de las Comunidades Autónomas.
 29.ª Seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por
las Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en los respectivos
Estatutos en el marco de lo que disponga una ley orgánica.
 30.ª Regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de
títulos académicos y profesionales y normas básicas para el desarrollo del
artículo 27 de la Constitución, a fin de garantizar el cumplimiento de las
obligaciones de los poderes públicos en esta materia.
 31.ª Estadística para fines estatales.
 32.ª Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de
referéndum.
Sin perjuicio de las competencias que podrán asumir las Comunidades Autónomas,
el Estado considerará el servicio de la cultura como deber y atribución esencial y
facilitará la comunicación cultural entre las Comunidades Autónomas, de acuerdo con
ellas.
Las materias no atribuidas expresamente al Estado por esta Constitución podrán
corresponder a las Comunidades Autónomas, en virtud de sus respectivos Estatutos. La
competencia sobre las materias que no se hayan asumido por los Estatutos de
Autonomía corresponderá al Estado, cuyas normas prevalecerán, en caso de conflicto,
sobre las de las Comunidades Autónomas en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva
competencia de éstas. El derecho estatal será, en todo caso, supletorio del derecho de las
Comunidades Autónomas.
4.8.- Control de la actividad de los órganos de las Comunidades Autónomas.
A él se refiere el art. 153 CE, señalando que se ejercerá:
 a) Por el Tribunal Constitucional, el relativo a la constitucionalidad de sus
disposiciones normativas con fuerza de Ley.
 b) Por el Gobierno, previo dictamen del Consejo de Estado, el del ejercicio de
las funciones delegadas a que se refiere el apartado 2 del art. 150.
 c) Por la jurisdicción contencioso-administrativa, el de la Administración
autónoma y sus normas reglamentarias.
 d) Por el Tribunal de Cuentas, el económico y presupuestario.
Por su parte, el art. 155 establece que si una Comunidad Autónoma no cumpliere las
obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que
atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al
Presidente de la Comunidad Autónoma.

5.- La Administración Institucional


5.1.- Concepto y características.
La Administración Institucional es, según Entrena Cuesta, «aquel sector de la
Administración Pública integrado por los Entes públicos menores de carácter no
territorial».
De esta definición deduce el citado Autor las siguientes:
 a) Son Administración Pública, es decir, Entes públicos, por lo que disponen de
las prerrogativas propias de la Administración, si bien las ostentan de forma
derivada y no originaria, en cuanto se trata de Entes públicos menores.
 b) Al ser Entes, disponen de personalidad jurídica, independiente de la del
Estado, Ente Autonómico o Local que los crea.
 c) Finalmente, en estos Entes el territorio no constituye un elemento esencial,
sino tan sólo el ámbito delimitador de su jurisdicción.
De esta última circunstancia, que es la esencial de los Entes Institucionales, derivan
las siguientes notas:
 a) Dichos Entes no tienen súbditos: carecen de personas que les estén
subordinadas por un vínculo de sujeción general.
 b) Pueden perseguir uno o varios fines específicamente determinados, en
contraste con los Entes territoriales, que se estructuran según el sistema de la
generalidad.
 c) Por último, frente al numerus clausus de Entes territoriales, existe un numerus
apertus de Entes institucionales, pues podrán ser tantos como fines a perseguir.

5.2.- Clases de Entes Institucionales


Cabe establecer dos grandes grupos, atendiendo a su estructura y funcionamiento:
Corporaciones, que están montadas sobre la base universitates personarum
(pluralidad de personas), persiguiendo intereses comunes a tales personas. Entrena
Cuesta las define como «Entes públicos menores de carácter institucional, integrados
por la asociación permanente y obligatoria de personas, físicas o jurídicas, para la
satisfacción y defensa de sus intereses comunes». Pueden ser de dos tipos:
 1. Las que se crean por razones objetivas o propter rem: Las distintas Cámaras
Oficiales (de Comercio, etc.), las Comunidades de Regantes, etc.
 2. Las que se establecen por circunstancias subjetivas o intuitu personae de
quienes las integran: Los Colegios Profesionales (de Abogados, de Médicos,
etc.).
Fundaciones, que son universitates bonorum (pluralidad de bienes); bienes que son
aplicados, conforme a las directrices de una voluntad externa, a la satisfacción de fines
que no son propios de las personas que los administran, sino del Ente que los crea
(Patronatos, Institutos, Consejos, etc.). La denominación más generalizada respecto de
estos Entes es la de Organismos Autónomos. Entrena Cuesta los define como «Entes
públicos menores de carácter institucional a los que se adscriben fondos públicos para el
cumplimiento de fines específicos propios del Ente del que dependen».
Junto a las anteriores, deben incluirse las Sociedades Mercantiles fundadas por las
Entidades Públicas. A los Organismos Autónomos y estas Sociedades Mercantiles (con
el nombre de Entidades Públicas Empresariales) los considera genéricamente como
“Organismos Públicos” la LOFAGE.

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