Qué Es La Cuaresma
Qué Es La Cuaresma
Qué Es La Cuaresma
La Cuaresma son los 40 días de preparación previos a la fiesta de Pascua, comienza con el
miércoles de ceniza y termina con la Semana Santa.
El tiempo de cuaresma es un tiempo privilegiado para mirar hacia dentro y tratar de reconocer
esas cosas que nos alejan o nos acercan a Dios.
La pastoral juvenil debe organizarse entorno a los aspectos fundamentales de nuestra fe, por
lo que es muy importante que aprovechemos los días de cuaresma y Pascua en nuestros
objetivos y calendarios para los grupos.
La cuaresma tiene una duración de cuarenta días por el simbolismo religioso que tiene en
número 40.
Símbolos de la cuaresma
Conversión: revisión personal para salir al encuentro de Dios y dejar atrás aquello que nos
impide ser libres
Oración: la oración es para todo el año y todo el tiempo, pero aprovechemos de forma especial
para encontrarnos con Dios, escuchar y meditar su palabra.
Ayuno: la Iglesia propone un ayuno concreto ciertos días de la semana, pero al igual que la
limosna. Podemos verlo en un sentido más profundo para ver de qué me puedo desprender,
de qué tengo que abstenerme de forma que me ayude a acercarme más a Dios.
El ayuno, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para
crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo
indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro
espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace
estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el
único que sacia nuestra hambre
Además, hay serie de imágenes que nos ayudan en este proceso de presentar la cuaresma a
los jóvenes:
La ceniza: son los restos, lo que queda cuando ya no hay nada, una invitación a pensar en
nuestro origen y en nuestro final.
El desierto: muy utilizado en la Biblia como lugar de retiro, de purificación de encuentro con
Dios.
Los cuarenta días: es un número con un gran simbolismo en la Biblia, una forma de expresar un
tiempo de oportunidad y de escucha de Dios
Los cuarenta días de la cuaresma comienza un miércoles, conocido como miércoles de ceniza.
La celebración de este día tiene especial importancia el gesto de la imposición de la ceniza.
En la frente de los participantes se hace un gesto con ceniza mientras se invita a la conversión:
«Conviértete y cree en el evangelio.»
La cuaresma es un camino de cuarenta días con un ritmo y una serie de etapas, aunque las
lecturas cambian en ciclos de tres años hay unas pautas en ellas:
La primera semana
En primer lugar, el primer domingo de Cuaresma comienza siempre con el relato de las
Tentaciones de Jesús en el desierto, vamos alternando cada año con un evangelista.
El desierto como lugar donde se hace Dios presente nos sitúa en el marco de la cuaresma.
Podemos tomarlos como cuarenta días en de desierto espiritual para la oración y reflexión, con
el paralelismo de los cuarenta años que el pueblo de Israel hacia la tierra prometida.
Las tentaciones no son solo un proceso por el que pasó Jesús. A estas mismas tentaciones
tenemos que hacer frente en nuestra vida: poder, apariencia, dinero, control… Para iniciar este
camino de conversión que es la cuaresma debemos mirar a nuestro interior para saber qué es
lo que tenemos que dejar atrás, a qué tenemos que cambiar.
La segunda semana
En la segunda semana también coinciden todos los años los relatos del evangelio, cada vez de
un evangelista. Es el relato de la transfiguración. Comenzando la cuaresma la transfiguración
no señala hacia el destino final, celebrar la Pascua, la muerte y resurrección de Jesús, y
transformar en luz nuestras oscuridades del día a día
La tercera semana
Las lecturas de la tercera semana ya no son todos los años iguales, pero coinciden en un tono
de denuncia por parte de Jesús. Ya sea viendo el Templo en tiempos de Jesús, el
comportamiento de sus dirigentes, o la vida que llevaba la samaritana, las lecturas nos invitan
a una renovación personal.
Por último, la sexta semana que termina con el Domingo de Ramos nos centra ya en los
acontecimientos de la Semana Santa