A Los Pies de Jesus
A Los Pies de Jesus
A Los Pies de Jesus
HUMILLACIÓN (Lucas
7:47-48)
Hay diversas razones por las cuales
aparecen las lágrimas en nuestros ojos,
desde una gran alegría hasta una profunda
tristeza, pasando por el ardor de la cebolla.
Pero sin duda cuando adoramos y
entramos en la presencia de Dios es inevitable derramar nuestro corazón como aguas
delante de él, pues Su gloria, poder y amor nos envuelven.
Debemos considerar las actitudes del fariseo. Vemos por ejemplo que él no
recibió al Señor Jesús cómo era digno. Pues en la cultura judía tenían como
práctica atender a los invitados al banquete con las siguientes acciones o protocolo:
sus pies eran lavados, eran recibidos con un beso como saludo de cortesía, su cabeza
era ungida con aceite perfumado (preparado con especies aromáticas, era un
perfume especial). Vemos entonces que ni siquiera trató a Jesús como un
invitado normal.
El fariseo juzgó el acto de humillación de la mujer, y a Jesús por
recibir la adoración de una pecadora (Lucas 7:39). La vida religiosa (llena de
rituales y formalismos) y la hipocresía eran características evidentes de los fariseos,
ellos siempre buscaban las maneras de ser vistos y reconocidos por las demás
personas. El espíritu fariseo juzga y cuestiona lo que el Señor Jesús hace (como
maestros de la Ley, ellos consideraban que eran tan santos que una mujer pecadora
no los podía tocar). Vemos que éste fariseo no creía en Jesús como el Mesías
(pues piensa: “sí éste fuera profeta”), sin embargo lo invitó a su casa,
seguramente quería mostrar sus influencias al tener al Maestro del cual
todos hablaban, en su casa.
Recordemos que para el fariseo era una pecadora indigna de tocar al Maestro, pero
Jesús la honró delante de todos los que allí estaban, porque Jesús defiende y honra a
quienes le honran.
CONCLUSIÓN-
Vemos en cuarto lugar, que Jesús enseña algo muy importante: El grado de
revelación de tu perdón, determina tu nivel de humillación (Lucas 7:47). El fariseo no
adoró al Señor Jesús, porque su justicia estaba basada en actos humanos y religiosos.
La mujer que llegó lo adoró, porque solo en Jesucristo el ser humano encuentra la
gracia del perdón. Cuanto más entendemos el perdón del Señor, más
grande es tu amor por él, más profundo será tu nivel de humillación, tu
entrega a él.
A LOS PIES DE JESÚS EN
ADORACIÓN (JUAN 12:3)
tomó lo que más valor tiene y lo quebró para ofrecerlo a Jesus en ofrenda y esto es
adoración.
La adoración provoca que la casa se llene del olor de tu perfume. Quiere
decir que cuando tu eres un adorador tú perfumas el área donde tu llegas. ¿Qué
huele en tu hogar?¿A qué hueles? Hay muchos que huelen a rencor, a muerte,
2 Cor 2:15-16- 15 “Porque para Dios somos grato olor de
Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos
ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor
de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es
suficiente?”
Pero para eso estamos aquí porque queremos postrarnos en adoración, y te
pregunto qué estás dispuesta a ofrecer, Maria ofreció lo más valioso que ella tenía.
Pues si Jesus quiere tu corazón, tus deseos, tus emociones que se los entregues en
sacrificio de alabanza. Hebreos 13:15- Así que, ofrezcamos
siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es
decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Porque
sacrificio porque es una adoración que cuesta, que requiere renuncia, y entrega.
Es donde muere tu yo y Cristo es exaltado en tu vida para que donde quiera que
vayas otros puedas oler tu perfume.
DIOS BUSCA ADORADORES
De esos que se entregan, de esos que adoran con todas sus fuerzas. Juan 4:23-
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren.”
Cuando eres de las que adoran esto traerá como resultado que cambien la
atmósfera donde estas, que se hable bien de ti y que te recuerden por tu nivel de
adoración.