Mecanica de Suelos en La Ingenieria Practica - Karl Terzaghi y Realph B. Peck
Mecanica de Suelos en La Ingenieria Practica - Karl Terzaghi y Realph B. Peck
Mecanica de Suelos en La Ingenieria Practica - Karl Terzaghi y Realph B. Peck
PECK
SEGUNDA
EDICION
MEGANIGA DE SUELOS
EN LA INGENIERIA PRACTICA
INGENIERÍA PRÁCTICA
Por
KARL TERZAGHI +
Profesor della Práctica de la ngentera Civil,
¡versidad de H
Conferenciante y Ptc de da en Ingeniería Civil
Universidad de [llinois
y
RALPH B. PECK
Profesor de Ingeniería de las Fundaciones,
Universidad de Illinois
Versión española
por
ORESTE MORETTO
Profesor Titular de Mecánica de Suelos y Fundaciones
y de Construcciones de Hormigón Arm
Universidad Nacional de La Plata
SEGUNDA EDICIÓN
ISBN: 84-7021-020-3
Depósito Legal: B. 42.731-1978
OrestE MorErTO
Vicente López, 1972
PREFACIO DE LA SEGUNDA EDICIÓN
Gran parte del trabajo de revisión realizado para preparar esta segunda
edición fue completado antes de la muerte de Karl Terzaghi, acaecida el
25 de octubre de 1963. Para entonces ya estaba convenida en detalle la
amplitud de los cambios y el doctor Terzaghi había preparado los borra-
dores de las partes que principalmente se hallaban a su cargo. Los primeros
borradores de la mayoría de las demás revisiones importantes también ha-
bían sido objeto de su atención. Quien suscribe este prefacio se siente
agradecido de que dichas páginas reflejen, en la medida en que resultó
posible, la contribución de Terzaghi, pe“o así y todo lamenta y debe aceptar
la responsabilidad por las inevitables limitaciones que pudieran contener
y que no hubiesen escapado a la atención de aquél en su cuidadosa y crítica
revisión final del manuscrito.
En particular, el doctor Terzaghi preparó las revisiones de los artículos
sobwe la estabilidad de taludes y los extensos agregados con referencia a
los diques y sus fundaciones. Siendo así que los diques ocuparon una pro-
porción cada vez mayor de la actividad que desarrolló en sus últimos años,
dichos agregados pueden considerarse como la esencia de su pensamiento
y su experiencia en la materia,
El texto ha sido complementado con referencias y listas de lecturas
selectas que pueden servir de guía bibliográfica. Se ha adicionado, además,
un nuevo capítulo sobre observaciones del comportamiento en obra, para
ayudar al ingeniero en los métodos por utilizar en las mediciones, un paso
que hace a la esencia misma de la eficaz aplicación de la mecánica de los
suelos.
El enorme crecimiento habido en las últimas dos décadas con respecto
a la literatura sobre la mecánica de suelos ha aumentado vastamente el pro-
blema de seleccionar la información que debía ser incluida. Para concre-
tarla, los autores se han atenido al tratamiento seguido en el libro.
En la preparación del manuscrito, la señora Josephine B. Hegenbart ha
sobrepasado ampliamente los límites de sus deberes usuales de dactilógrafa.
Su incansable ayuda le es altamente reconocida aquí.
6 RaLrH B. Peck
Urbana, Illinois
Enero de 1967
PREFACIO DE LA PRIMERA EDICIÓN
y no pueden ser ignorados sin desafiar sus propósitos. Ellos rigenel trata-
miento conceptual del contenido de este libro.
La Parte A trata de las propiedades físicas de los suelos y la Parte B
de las teorías de la mecánica de suelos. Estas dos partes
son muy breves,
pero contienen todo lo que los estudiantes y el ingeniero no especializado
necesitan conocer en la actualidad con respecto a la mecánica de los suelos.
La Parte C, que constituye la parte medular del libro, trata del arte de
obtener resultados satisfactorios en la ingeniería de fundaciones, y de suelos
en general, a un costo razonable, a pesar de la complejidad de la estructura
de los estratos naturales de suelo y de las inevitables lagunas que siempre
quedan en el conocimiento adquirido sobre las condiciones del subsuelo.
Para alcanzar este objetivo, el ingeniero debe valerse de todos los métodos
y recursos que tiene a su disposición, incluyendo la teoría, la experiencia y
el ensayo de los suelos. Empero, todos estos recursos no son de ningún be-
neficio, a menos de que sean utilizados con cuidadosa discriminación, pues
prácticamente todo problema a resolver en este campo de la ciencia presenta
por lo menos algún aspecto que no tiene precedente.
En la Parte C, el estudio de los problemas prácticos empieza con un
examen crítico de los métodos convencionales y prosigue luego paso a paso
a describir el progreso realizado con la ayuda de los resultados obtenidos .
con la investigación en mecánica de suelos. Por esta circunstancia, se acon-
seja que el ingeniero no especializado empiece a leer el libro por la Parte C|
y recurra a las Partes A y B sólo para referencia, a fin de estudiar aquellos
conceptos con los cuales no esté familiarizado. De otro modo se vería obli-
gado a digerir una cantidad considerable del material contenido en este libro
antes de que descubra su función en el campo de su interés particular.
Los detalles de los métodos para resolver los problemas prácticos des-
criptos en la Parte C pueden cambiar a medida que aumenta la experiencia,
y algunos pueden tornarse obsoletos en el término de pocos años, pues no
son más que recursos temporarios. No obstante, se considera que el método
general, de solución semiempírica, preconizado tiene méritos que son inde-
pendientes del tiempo.
Al final de cada artículo, el lector encontrará en la Parte C una lista
de referencias. Para su elección se dio prioridad a aquellas publicaciones
que por su leza incitan
y desar ol an la tend cia a laob
idadosa e i del de las en el terreno.
En relación con estas referencias debe hacerse notar que algunas de las dis-
cusiones, y contestaciones a las mismas, pueden contener información más
importante que los artículos originales.
Como el campo de acción de la ingeniería de los suelos es demasiado
amplio para ser cubierto en forma adecuada en un solo volumen, varios
tópicos importantes, como ser: caminos, aeropuertos y túneles, han sido
excluidos. En un apéndice, se han resumido algunas referencias breves con-
cernientes a estos tópicos.
Los primeros borradores del original del libro fueron estudiados en for-
ma crítica por el profesor C. P. Siess, cuyos comentarios resultaron espe-
cialmente útiles. Los autores también agradecen las sugerencias de varios
Xu PREFACIO DE LA PRIMERA EDICIÓN
Kan TERzAGHI
RaLrH B. Peck
ÍNDICE
.
Capítulo 1. Propiedades índice de los Suel0S ....00ooooooocoocoooo
»
Importancia práctica de las propiedades índice .
SBB SE omo
Principales tipos de suelos ..........0ooo...
ps to
Los sino que se pena este libro concuerdan en general con los propuestos
en 1941 por la American Society of Civil Engineers (Soil Mechanics noe,
a Ma-
nual 13Practice N' 22) aunque se han hecho algunas vez
que se consideró necesario evitar confusiones. En la lista que sigue, da del eran
entre paréntesis, se indican sus dimensiones, si es que las tiene, y finalmente su significado.
A (cm?) =
A= e de presión de poroue/8,
ds (cm) = rea de la baso de un pllote'o pilar
= índice de áreas de un sacatestigos
e n/a <mt/gm) = coeficiente de compresibiidad
1 elcene depende poro1os
Cc ci
dimensión) Le il
fu (kg/cm?)= suma de la fricción y la adherencia entre suelo > pilote o pilar de fundación
f= ¡ente de fricción entre suelo y base de una estructur:
fo (1/seg) = frecuencia natural (vibraciones)
fa (1/seg)= frecuencia del impulso (vibraciones)
= relación espacio de aire (drenaje)
H (cm)= espesor de un estrato, excepto cuando se refiere a una capa en consolidación.
e en Sy H = espesor de una capa semiabierta o un medio del espesor de una
E (kg/cm3) = gradiente de
cido a le aida delalapresión horizontal y la de la presión vertical en un
“mismo punto de una masa
Ko= coeficiente de la presión lateralde las tierras en reposo; es decir, valor de K para el
estado inicial de equilibrio elástico
Ka = coeficiente del empuje activo de las tierras
K = coeficiente del empuj pasivo de las tierras
K (cm?) = permea!
K. (kg/cm8) = coeficiente de reacción de la subrasante
k (cm/seg) = coeficiente de permea!
ka (om/sog) = coeficiente de permeabilidad en dirección paralela a los planos de estrati-
ficación
kn (cm/seg) = coeficiente de permeabilidad en dirección normal a los planos de estrati-
¡cación
k» (cm/seg)= coeficiente de permeabilidad de arcilla amasada
Ke" ka (kg/m8) = coeficientes para calcular el empuje que se ejerce sobre un muro de sos-
tenimien!
Ka (cm/seg)
= coeficiente de permeabilidad en la dirección horizontal
ko (cm/seg) = cosficiente de permeabilidad en la dirección vertical
k, (cm/seg) = jente de permeabilidad electroosmótica
L (cm) = a ¡de la lioes da recorrido, longitud
Lo = límite líquido
1 (em) = longitud
M. (kgcm) = momento de las fuerzas cohesivas
m = factor de reducción (empuje contra entibaciones de cortes a cielo abierto)
coeficiente de compresibilidad volumétrica
coeficiente (análisis de estabilidadcesa ecuación 85.11)
saciios sin dimensión (N., N, y Na = coeficientes de capacidad de carga;
N, = coeficiente de estabilidad en la teoría de la estabilidad de taludes); número de
golpes para hincar la cuchara sacamuestras durante la ejecución de un ensayo nor-
mal de penetración
valor de fluencia= tg? (45* + 9/2)
Número de caídas de potencial (red de filtración)
= número de canales de filtración (red de filtración)
¡NOMENCLATURA XIX
tierra
pe (kg/cm?) = máxima presión de consolidación que actúa sobre el suelo en la natu-
= cambio de presión; tensión de consolidación, presión axial adicional en
, triaxal
¡tri
targa admisible de un pilote
capacidad de carga de falla estática de un pilote
eN Ue $ kg/m) = carga critica de una zapata 0 pilar de fundación que descansa en
lenso o resistente. Puede dividirse en Q”, debida al peso del suelo y Q”, de-
Bida a la cobesión y a la sobrecarga. La eppecicad de cara de is vagala cli
se designa por Qu; la de una zapata cuadrada por Q.
Qs ds 6 Ed = carga crítica sobre una zapata o un “pilar dt fundación que des-
suelo ao o blando
(ko — resistencia e va elotes. de pevención dintcica
fricción hr (total
capacida: o de un grupo
de pilotes
O, (kg) = resistencia
de punta de un pilote
XxX NOMENCLATURA
permanente
soe un ptes está formada por la suma del esfuerzo Q ejercido por
de Q' + Q*, debidos a la frición lateral negativa.
q (Kg/cat o kg/ad)= Sarga uniformemente distribuida; sobrecarga por unidad de área;
presión axial auplementara (ensayo triaxial)
q” (kg/cm o kg/m) = carga lineal uniformemente distribuida
de (K8/em2) = presión admisible del suelo
qu (kg/cm?) = capacidad de carga a rotura de un suelo denso o resistente, Para suelo
blando o suelto dicho valor se designa q'4 La capacidad de carga de una zapata
circular se identifica con qa, para una zapata cuadrada con qu, y para una zapata
oblonga con q,
Go (kg/cm)= capacidad de caga del suelo debajo de la punta base de pilote o pilar
; resistencia a la prosnacón dedel cono
qe a = resistencia a la con
A = relación etre el tamaño de material de iso y el material a ser protegido
E (ca) = rio de influencia de un pozo; rio de curvatura de vn talud deformado
r (cm) = re
+, (cra) = radio del círculo de ficción (estabilidad de taludes)
de (can) < ado de la espiral logarítmica
(g/m) = sesienca total al desizamiento entre la baso de un dique y el subsuelo
) Asentamiento: penetración del pilote bajo el golpe del
nd temporaria del pilote bajo el golpe del martillo
7 e a Torre de
d ceo en ocaras
LS de una faja (análisis de estabilidad)
T (grados centígrados)= temperatura
T. (gm/cm) = tensión apena de un líquido
T, = factor de tiempo
velocidad de descarga
= velocidad de filtración
un pilote
w. da = peso efectivo del suelo natural que ha sido sustituido por una zapata o un
Propiedades fisicas
de los suelos
por ser chatos. Para una partícula chata, en forma de lámina, la relación
entre volumen y superficie y, por consiguiente, la relación entre P, y P, es
relativamente mucho menor que la que tienen las partículas equidimensio-
nales, de modo que la influencia del tamaño de los granos en la porosidad
y en las otras propiedades físicas del agregado resulta mucho más evidente.
Además de adquirir cohesión con la disminución del tamaño de los granos, el
agregado de partículas saturadas también adquiere un considerable grado
de plasticidad.
Las importantes diferencias que existen entre el comportamiento de las
partículas de cuarzo y de biotita tienen su origen en la diferente estructura
cristalina de los dos minerales. La estructura cristalina del cuarzo conduce
a un hábito de buena cubicidad mientras que aquella de la biotita lo hace
a un hábito chato. Se ha determinado que el hábito chato que exhiben
algunos minerales va invariablemente asociado a una estructura cristalina
foliada. Más aún, se ha encontrado que las fracciones más finas de los dife-
rentes minerales con estructura cristalina foliada también muestran propie-
dades algo diferentes, porque las características eléctricas de las superficies
de estas hojas dependen de la estructura cristalina particular que corres-
ponde a cada mineral.
Prácticamente todos los minerales de estructura foliada, presentes en lás
fracciones más finas de los suelos, pertenecen a un grupo que se conoce
como minerales arcillosos. La mayoría de los minerales de este grupo se
puede clasificar en tres subgrupos conocidos por: las caolinitas, las ilitas y las
montmorilonitas. Cada uno de ellos se caracteriza por una distribución de
átomos que produce una carga eléctrica negativa en las superficies chatas
de los cristales. '
Una partícula simple de arcilla puede estar formada por muchas hojas
apiladas unas sobre las otras. Cada hoja tiene un espesor definido, pero no
está limitada en sus dimensiones perpendiculares a su espesor. Por ello, las
partículas de arcilla tienden a adquirir forma de láminas o adoptar dispo-
siciones que asemejan terrazas chatas (fig. 4.1). Las superficies chatas
llevan cargas eléctricas residuales negativas, pero los bordes rotos de las
láminas o de las terrazas pueden ser asientos de cargas positivas o negativas,
según cuál sea el ambiente en que se encuentran,
En los problemas que interesan al ingeniero civil, las partículas de arcilla
están siempre en contacto con agua. Las interacciones entre las partículas de
arcilla, el agua y los minerales disueltos en ella son las responsables princi-
pales de las propiedades de los suelos compuestos por estas partículas.
agua pura se compone principalmente de moléculas de H20, aunque
algunas de ellas siempre se disocian en iones de H*+ y en iones hidroxilos
OH-. Si hay impurezas, como ácidos o bases, éstas también se disocian en
cationes cargados positivamente y aniones cargados negativamente. La sal,
por ejemplo, se disocia en Na+ y en CI. Como las superficies planas de los
minerales arcillosos llevan carga eléctrica negativa, los cationes, incluyendo
el H+ proporcionado por la propia agua, son atraídos hacia la superficie de
las partículas. Se dice que dicho catión está adsorbido. Los varios minerales
arcillosos difieren ampliamente en su propiedad de adsorber cationes; la
ART. Á PROPIEDADES DE LOS SUELOS DE FRACCIONES MUY FINAS 13
e ones (4)
7
ESS
la) (0)
Fig, 4.3. (a) Disposición borde contra cara de partículas de arcilla
de forma laminar y combinación de la misma en flóculos. (b) Fléculos
reilla en una disposición paralela.
hacer contra las fuerzas de repulsión entre partículas; otra parte se emplea
en la deformación elástica de éstas.
Si se retira en cualquier momento la presión, manteniendo el suelo en
contacto con agua libre, el contenido de humedad y el volumen aumentan.
Este fenómeno se conoce como hinchamiento. Una parte de la energía recu-
perada como consecuencia del hinchamiento representa el trabajo realizado
por las fuerzas repulsivas para separar las partículas; otra parte proviene de
la restitución elástica.
Las causas de la consolidación y del hinchamiento suelen ser distintas
para las diferentes fracciones granulométricas. Si se altera la presión que
actúa sobre una mezcla de arena gruesa y mica, por ejemplo, mucho de la
consolidación o del hinchamiento se debe a la deformación elástica o restitu-
ción de los granos. En las fracciones muy finas de los suelos, sin embargo, los
fenómenos asociados con las cargas eléctricas pueden predominar.
Si se pudiese someter a un único flóculo de partículas de arcillas con
orientación paralela, como uno de los que se muestra en la figura 4.3b, a
¡a def i ial de corte, la resi: ia al deslizami: a lo largo
de las superficies situadas entre partículas sería extremadamente pequeña,
siempre y cuando las superficies de las partículas fueran planas. En realidad,
las partículas no son planas sino que poseen una configuración terrazada que
supone algunas interferencias que desarrollan resistencia al corte. Si un sedi-
mento formado de muchos flóculos, cada uno paralelo pero con orientación
diferente, fuese sometido al corte, se desarrollaría una resistencia considera-
blemente mayor debido a la interferencia entre flóculos. Si el sedimento
estuviese constituido de flóculos que tienen una estructura borde contra
cara (fig. 4.3a), se produciría una sustancial interferencia entre partículas.
Más aún, se ofrecería también resistencia a causa de la atfacción en los
contactos entre los bordes y las caras de las partículas. Las interferencias y
i d son bles de la resi ia al corte del sedi
Si un sedimento natural se amasa a fondo, los flóculos en su mayoría
se deshacen y muchas de las partículas de arcilla se orientan formando
conjuntos casi paralelos. Como consecuencia, la resistencia al corte puede
decrecer sustancialmente. Se dice, por tanto, que la arcilla es sensible a una
alteración.
Ciertas arcillas marinas de los países escandinavos y de la parte oriental
del Canadá se caracterizan por tener una sensibilidad extraordinariamente
alta y son, por ello, identificadas como arcillas fluidas. Después de una alte-
ración, como puede ser un deslizamiento, estas arcillas toman las caracte-
rísticas de un fluido viscoso y comúnmente fluyen desplazándose en una
gran distancia (artículo 49). Su alta sensibilidad se atribuye a una reducción
de la concentración de iones de sodio en el agua de los poros como conse-
cuencia del lavado por lixiviación. Esta teoría está apoyada en datos del te-
rreno, como así también en los resultados de experimentos de laboratorio.
Cuando se depositaron, las arcillas fluidas tenían sus huecos ocupados
por agua de mar, con un contenido sustancial de sal, en una concentración
que pudo haber alcanzado hasta 35 g por litro. Los análisis químicos del
agua de los poros de cierto número de arcillas fluidas de Escandinavia han
ART. 4 PROPIEDADES DE LOS SUELOS DE FRACCIONES MUY FINAS 17
demostrado que éstas contienen ahora muy poco o nada de sal mientras
que, en la misma localidad, el agua de los poros de otras arcillas marinas
similares, de solo moderada sensibilidad, posee considerable concentración
de sal. En general, entre las arcillas marinas de Escandinavia que se
analizado, las menores sensibilidades van apareadas con los mayores conte-
nidos de sal (Skempton y Northey, 1952).
Si se agrega cloruro de sodio a una muestra amasada de arcilla fluida
y se la deja después reposar, la sensibilidad no aumenta en forma signifi-
cativa. No obstante, si el contenido de sal de la arcilla amasada se separa
después por lixiviación, la arcilla se torna de nuevo altamente sensitiva (Ro-
sengvist 1946). El envejecimiento sin la adición de sal no está asociado con
un notable aumento de la sensibilidad.
Después que una muestra de una fracción muy fina de suelo ha sido
intensamente amasada, las posiciones de las partículas, una respecto de otra,
no están necesariamente asociadas con el equilibrio de las otras fuerzas de
atracción y repulsión. Por lo tanto, las partículas pueden tender a rotar y
asumir configuraciones más estables a volumen inalterado. La resistencia
al corte puede aumentar paralelamente. El suelo exhibe así tixotropía.
Un fenómeno algo similar, conocido como sinéresis, hace disminuir len-
tamente la porosidad de la capa superior de muchos sedimentos frescos, a
una velocidad que disminuye hasta que la capa se reduce a una pequeña
fracción de su volumen original. La contracción gradual no se puede explicar
en base a las fuerzas de la gravedad. En algunas arcillas produce una red
de fisuras capilares.
Como consecuencia de las múltiples repercusiones prácticas de los intrin-
cados procesos fisicoquímicos y de la gran demanda de arcillas con propie-
dades físicas específicas para propósitos industriales, se han realizado muchas
investigaciones durante las últimas décadas con respecto a la mineralogía
y a la interacción entre partículas de arcilla y el medio que las rodea. Se
han hecho también muchas investigaciones para estudiar las relaciones entre
los procesos fisicoquímicos y las propiedades ingenieriles de los suelos arci-
Bosos. No obstante, para la mayoría de los problemas prácticos de la inge-
niería, los beneficios que se obtienen de dichas investigaciones son todavía
muy limitados a causa del gran número de factores responsables de las
propiedades significativas que posee la arcilla. La influencia combinada de
todas las interacciones fisicoquímicas se refleja en las propiedades índices
(artículo 1), que son expeditivas y económicas de determinar. Una situa-
ción similar prevalece en la tecnología del hormigón.
procesos por los cuales el cemento Portland adquiere su resistencia
son también intrincados e imperfectamente conocidos, pero a pesar de ello,
el hormigón es una rama ya antigua y bien establecida de la ingeniería de
estructuras. Se basa sobre hipótesis que han sido derivadas de ensayos de
Iboratorio, de carácter puramente mecánico, ejecutados sobre probetas de
hormigón, y algunas de sus propiedades, tales como el aumento de resistencia
con la odad, se desprecian. A pesar de ello, las teorías elaboradas con estas
hipótesis simplificativas son suficientemente exactas para los propósitos de
k práctica corriente.
18 PROPIEDADES ÍNDICE DE LOS SUELOS
Lecturas seleccionadas
Los hitos principales del desarrollo de las presentes ideas, relativas a la influencia
de la estructura y de los procesos fisicoquímicos en las propiedades de los suelos de
granos finos, están contenidos en las siguientes referencias dispuestas en orden cronológico:
Atteberg, 4. (1911). “On the investigation ol the physical a. of sols and. the
plasticityof clays”, en alemán, Int. Mitteilungenfiir B vol, 1, tn
Terzaghi, K. (1925), “Structure
tuo sad volume of voids of soils”, . págs lolo, E
'chantk auf Bodenphystkalis e, A. Casaf
mecanica. Now York, John Wiley 6 Sons (1960),ppág 1491
Casagrande, A. (1989). “The structure of clay and its im foundation engi-
neering”, Journal Boston Society of Civil Engineers, vol, 19,“siem. z pág. 165,
Terza; mE (1941). “Undisturbed clay samples and undisturbed clays”, Founal Boston
of Civil Engineers, vol. 28, múm. 3, págs. 211-231,
seno, A AA Y Northey, R. D. (1952). “The sensitivity of clays”, Geotechnique, vol.
págs.3
vist, 1, To (1953). rra on the sensitivity of Norwegian quick clays”,
techni'nique, vol. 3, págs. 195:
Grim, R. E. (1953), Clay es Now York, McGraw-Hill, 384 págs.
baii E (1954). “Geotechntcal properties of Norwegian marine Li , Geotechnique,
Bolt, E: ye
H eo) ¿Elric chemical analysis of the compressibility of pure clays”,
», vol 6, págs,
Lambo YT. 47 “(1960). “Structure of compacted de Trans. ASCE, vol. 125, págs. 682-705.
Mitchell,J. K. (ion. «Hundamental aspect ob thixotropy in soils”, Trans. ÁSCÉ, vol. 128,
Parte1, págs.1:
Valores de D (mm)
Z al 001
Lu De
lalores de P (%/
82
0 E e 3
S
Log D (mn)
Fig. 5.1. Representación semilogarítmica de los resultados
del análisis granulométrico.
Los resultados del análisis granulométrico por vía húmeda no son estric-
tamente comparables con los obtenidos por tamizado, porque los granos
no son nunca esféricos; los más pequeños tienen, por lo común, forma de
escamas. Con el tamizado, lo que se mide es el ancho de la partícula, mien-
tras que la dimensión que se obtiene. por sedimentación es el diámetro de
L esfera que sedimenta a la misma velocidad que la partícula, diámetro
que puede ser mucho menor que el ancho de ésta.
La forma más conveniente para representar el análisis granulométrico
La proporciona el gráfico semilogarítmico indicado en la figura 5.1. En
éste, las abscisas representan el logaritmo del diámetro de las partículas, y
has ordenadas el porcentaje P en peso de los granos menores que el tamaño
indicado por la abscisa. Cuanto más uniforme es el tamaño de los granos,
tanto más inclinada es la curva; una línea recta vertical representa a un
polvo perfectamente uniforme.
La ventaja más importante de la representación semilogarítmica estriba
20 PROPIEDADES ÍNDICE DE LOS SUXLOS
dades representativas. Sin embargo, las ventajas a obtener por este cambio
no son de importancia suficiente como para justificar la modificación de
una práctica bien establecida.
En el artículo 8 se describe el uso de símbolos para indicar las carac-
terísticas granulométricas.
Lecturas seleccionadas
Las diferentes técnicas utilizadas para realizar análisis mecánicos y otros ensayos de
clasificación se hallan descritas en Soil testing for engineers, T. W. Lambe (1951), New
York, John Wiley £ Sons, 165 págs.
Introducción
El término agregado se refiere al suelo mismo, en contraposición con
cada uno de sus elementos constituyentes. Cualitativamente, los agregados
de suelo pueden diferir en textura, estructura y consistencia. Cuantitativa-
mente, pueden diferir en porosidad, densidad relativa, contenido de hume-
dad y de gas, y también en consistencia. Los datos cualitativos se obtienen
en el terreno por inspección visual y sirven como base para preparar los
perfiles de las perforaciones y obtener otras informaciones que permitan
describir la sucesión de los estratos del subsuelo. Los datos cuantitativos
se obtienen por medio de ensayos de laboratorio o ensayos in situ. Sin estos
datos, toda descripción de un suelo resulta inadecuada.
nh (6.1a)
(6.1b)
n= ES (6.2b)
l+e
(6.3)
en la que:
relación de vacíos del suelo en su estado más suelto, estable;
= relación de vacíos en el estado más denso que puede obtenerse
en el laboratorio;
relación de vacíos del suelo natural en el terreno.
J
o
Para llevar una arena mediana o gruesa a su estado más suelto posible,
correspondiente a una relación de vacíos eo, la arena es primero secada y
luego vertida desde una altura muy pequeña dentro de un recipiente. Las
arenas finas y muy finas pueden, en ciertas circunstancias, ser llevadas a
su estado más suelto mezclando una muestra con suficiente agua para tras-
formarla en una espesa suspensión que después se deja sedimentar. El valor
de eo es igual a la relación de vacíos del sedimento obtenido. En otros
casos, el estado más suelto se puede obtener depositando cuidadosamente
arena ligeramente húmeda, de modo tal que las fuerzas capilares den lugar
a una estructura en nido de abeja, para después permitir el ascenso lento
del nivel del agua a fin de producir el derrumbe de la estructura inestable.
El estado más denso se obtiene por vibración prolongada bajo una pequeña
carga vertical a una frecuencia de 20 a 30 ciclos por segundo.
La densidad relativa de la arena tiene un significado bien definido, ya
que su valor es prácticamente independiente de la presión estática a que
el material está sometido. Depende principalmente del procedimiento utili-
zado para sedimentarlo y compactarlo. Por el contrario, el grado de densi-
dad de las arcillas y de otros suelos cohesivos depende en forma primordial
de las cargas que éstos han soportado y, en algunos casos, de la velocidad
con que las cargas fueron aplicadas. Por ello el grado de densidad de los suelos
cohesivos es reflejado en forma más clara por medio del índice de liquidez 1,
(artículo 7).
El contenido de humedad w de un suelo se define como la relación
entre el peso del agua contenida en el suelo y el peso del suelo seco, y
se expresa comúnmente en porcentaje. En las arenas y otros suelos situados
por arriba de la napa freática, parte de los vacíos pueden estar ocupados
26 PROPIEDADES ÍNDICE DE LOS SUELOS
Tabla 6.1
Grado de saturación de las arenas
Seca
Ligeramente húmeda
Húmeda
Muy húmeda
Mojada
Saturada
Las arenas gruesas situadas por arriba de la napa freática, por lo general,
están ligeramente húmedas. Las arenas finas o limosas se hallan muy húme-
das, mojadas o saturadas. Las arcillas casi siempre están completamente
saturadas o casi saturadas, salvo la capa superficial que está sujeta a las
variaciones de temperatura y humedad que se producen en las distintas
estaciones del año *. Si una arcilla contiene gas, éste se presenta en forma
de burbujas esparcidas por todo el material, burbujas que pueden estar
compuestas de aire que entró en el depósito durante su sedimentación o de
gas producido más tarde por procesos químicos tales como la descomposi-
ción de materia orgánica. El gas puede encontrarse bajo una presión sufi-
cientemente grande como para hacer experimentar a la arcilla un hincha-
miento enérgico, a contenido de humedad constante, cuando se disminuye
la presión de confinamiento. La determinación del contenido de gas de
una arcilla es una tarea muy difícil, si no imposible, que requiere un equipo
especial, no siendo, desde ningún punto de vista, un ensayo de rutina.
* La discusión se refiere esencialmente a las arcillas marinas de origen glaciar,
pues existen muchos suelos de origen esco, fluvial o eólico fluvial, que se clafican
e y que por encima del nivel freático están solo saturados parcialmente
N. del T.).
ART. Ú AGREGADOS DE SUELO 27
g/cm g/em
Sea:
Y» = término medio de los pesos específicos absolutos de los elementos
sólidos.
Yu = peso específico del agua = 1 gr/cm?
li Becosidad (expresada enmo una relación)
El peso unitario del suelo seco (S, = 0 %) es:
Ye = (1—nm) y (6.5)
y el peso unitario del suelo saturado (S, = 100 %):
Y= (LM Y + Mo = Ya — 1 (Y — Yu) (6.6)
La tabla 6.2 proporciona el peso específico absoluto de los principales
elementos que constituyen la parte sólida de los suelos. Para los granos de
arena, el término medio de los pesos específicos absolutos es generalmente
2,65 gramos por centímetro cúbico y para las arcillas varía entre 25 y 29
gramos por centímetro cúbico, con un término medio estadístico de 2,7.
En la tabla 6.3 se indican las porosidades y los pesos unitarios de suelos
típicos saturados, incluyéndose además para los suelos arenosos su peso
unitario seco. Los pesos unitarios han sido calculados en base a un peso
específico absoluto y, = 2,65 gramos por centímetro cúbico para los suelos
28 PROPIEDADES ÍNDICE DE LOS SUELOS
arenosos y de 2,70 gramos por centímetro cúbico para las arcillas. Los
valores tabulados deben considerarse solo como aproximados y, en casos
prácticos, antes de efectuar los cálculos finales, hay que determinar expe-
rimentalmente el peso unitario del suelo en estudio.
Tabla 6.3
Porosidad, relación de vacíos y peso unitario de suelos típicos en estado natural
e Peso uni-
Poro- y nido tario
y Relación
Descripción del suelo sidad do vacios de hu
(%) . w ” Y
(%) g/em
1. Arena uniforme, suelta 46 0,85 32 1,43 1,89
2. Arena uniforme, den:a 34 0,51 19 1,75 2,09
3. Arena graduada, suelta 40 0,67 25 1,59 1,99
4. Arena graduada, densa 30 0,43 16 1,86 2,16
5. Morena glaciar con partículas
de todo tamaño 20 025 9 2,12 2,32
6. Arcilla glaciar blanda 55 1,2 45 . 1,77
TL. Arcilla laciar resistente 37 0,6 22 2,07
EN ligeramente orgánica — 68 19 70 158
9. Arcilla blanda muy orgánica 75 30 10 143
10. Bentonita blanda 84 52 194 1,27
w = contenido de humedad del suelo saturado, en por ciento del peso del suelo seco.
peso unitario del suelo seco.
peso unitario del suelo saturado.
Problemas
Una muestra de arcilla saturada 1528 gramos en su estado natural y 1053
granos spués de secada, Determinar el contenido natural de humedad. Si el peso
luto de los elementos sólidos es de 2,7 gramos por centímetro cúbico, ¿cuál
es la relación de vacios, la porosidad y el peso unitario?
Solución: w = 45,0
%; e = 1,22;
n = 0,55; y = 1,78 g/cm.
2. Una muestra de arcilla muy dura tiene en estado natural un peso de 129,1
gramos y un volumen de 56,4 centímetros cúbicos. Una vez secada a estufa, su peso se
reduce a 121,5 gramos. Si el peso específico absoluto de sus elementos sólidos es de 2,7
gramos por centímetro cúbico, ¿cuál es su contenido de humedad, relación de vacíosy
grado de saturación?
Solución: w = 6,3 %; e = 0,25; S, = 0,87.
3. Según determinaciones efectuadas en el terreno, el peso unitario de un terraplén
de arena es 1800 kg por metro cúbico y su contenido de humedad de 8,6 %. Determina-
ciones de laboratorio indicaron relaciones de vacios iguales a 0,642 y 0,462 los
estados más sueltos
ny más densos de dicha arem, respectivamente, Yi los elementos
sólidos tienen un ífico absoluto de 2,60 gramos por centímetro cúbico, ¿cuál
es la relación de vacios dal teraplén y su densidad selaiva?
Solución: e = 0,575; D, = 07.
ART. 7 CONSISIENCIA Y SENSIBILIDAD DE LAS ARCILLAS 29
4. Una arena cuarcítica q cuando está seca, 1550 kg. por metro cúbico. ¿Cuál
es su peso unitario cuando est da?
Solución: y = 1980 kg. por metro cúbico.
5. Por inmersión en mercurio se determinó que una muestra de arcilla limosa tenía
un an de 14,88 centímetros cúbicos. Con el contenido natural de ae su peso
es de 28,81 gramos y después de secada a estufa de 24,83 gramos. El peso especifico
Solano a iraterial es de 2,70 gramos por centímetro cúbico. Clcles relación de
vacíos y el grado de saturación de la muestra.
Solución: e = 0,62; S. = 70%.
mn los valores de las porosidades n de los suelos de la tabla 6.3, contrólense
los e el contenido de humedad 1 y del peso unitario y. Para los suelos 1 a 5, Y. =
2,65 gramos Al centímetro cúbico; para los suelos 6 a 10, y. = 2,70 gramos por
centímetro cúl
Tabla 7.1
Consistencia de las arcillas saturadas en función de la resistencia
a la compresió: simple*
ddtenda
Consistencia Resistencia
sionde qea laen compresión
Leer
Muy blanda menos de 0,25
Blanda 0,25—0,5
Medianamente compacta
Compacta
Muy compacta
mayor de 4,0
¡Bor
El gráfico está dividido en seis regiones, tres de ellas situadas por encima
de la línea A y las otras tres por debajo. El grupo al cual pertenece un
suelo dado viene determinado por el nombre de la región que contiene
el punto que representa los valores de L,, e I,, para dicho suelo. Todos los
puntos que representan las arcillas inorgánicas están situados por encima
de la línea A, mientras que todos los puntos que representan los limos
inorgánicos están situados por debajo, de modo que si se sabe que un suelo
es i ico puede ser clasificado con el simple im de los valo-
res de ly y Lu. Sin embargo, los puntos que representan las arcillas orgá-
nicas están normalmente situados en la misma región que les corresponde
Límile liquido Lw
> J0__20 Jo _40 50 _ 00 zo _ eo 30 100
0 L 4."50
Arcillas ¡norgáncas
22 o |
Y
3 Luz 30
g0tr
73
El
y
€ oo | Acillas inorgón-
Y cas de baja
Ss plaslicida.
1 E Suelos no
cobesivos
limos inorgánicos / Vimos inorgánicos de mediana
de baja compresibilidad compresibilidad
y limos orgánicos
Fig. 7.2. Cráfico de las plasticidades (según A. Casagrande).
A)
Sa)
Líquido
Fig. 7.3. Relación entre límite líquido e es ¡miss para suelos típicos
(según A. Casagran:
Curva de frecuencia
granulomélrica
Superficie folal
y. %
AS
Hontmorillenita
100 26.10 / 3g2qr 00200
Tamaño de grano d en micrones (escala log)
Fig. 8.1. Granulometría y composición mineralógica de una arcilla glaciar marina
(según R, E. Grim),
Arcilla
Limo Arcilla
Coloidal
1
£l límite siperior del famaño arcilla
embargo algunas orpanizaciones se cambié en/335
de G.005mm a G002mm. Si
fécnicas relienen fodavía, el Valer original
de
“mm.
Fig. 8.2, Clasificación de suelos basada en la granulometría.
2 limo
Fig. 8.3. Gráfico del Public Roads para la clasificación de suelos.
60 7
dl J
2
3er A =
Aso 10% y
g UN
a MH - 0H +]
> e y
¿LID ML- OL
0 ME, ] 1
o 10 20 30
20 30 50 70 70 90 100
Limite líquido Ly
3.4. Gráfico modificado de la plosizidad, adoptado para ser vil izado con la
ficación unificada de su
da se consideran suelos. límites y
S. Buresu of Reclamation, 1963).
Lecturas seleccionadas
El estudio definitivo de la clasificación de suelos como el de las bases para el
Sistema de Clasificación Unificada de los Suelos están contenidos en Casagrande A.:
“Classification and identification of soils”, Trans. ASCE, (1948), vol. 113, págs. 901-992.
Tabla 9.1
Datos requeridos para la identificación de los suelos
Contenido de carbonato*
Análisis granulométrico *
suelo
jo
jo
IA
pra
PRERPREPPETED
o
nr» rmmlx=]mm»
mo
x x
PEPPER
Ta
Armin
MITIN
x x
rr rol
CPAP
oral
ritoa
mlln»»”
mmm
x x
IA
x x
TA
x x
Aa
x x
Limit
x
LLE
x
num»
AAA
x x
x
Introducción
Se dice que un material es permeable cuando contiene vacíos continuos.
Como tales vacíos existen en todos los suelos, incluyendo las arcillas más
y en todos los d no
didos el granito sano y la pasta de cemento, dichos materiales son permeables.
La: circulación de agua a través de su masa obedece también aproximada-
mente a leyes idénticas, de modo que la diferencia entre una arena limpia y
un granito sano es, en este concepto, solo una diferencia de magnitud.
46 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
k=Kk 2 (11.5)
n
con lo cual
o = ki (11.6)
Temperatura - GradosC*
Fig. 11.2, Relación entre temperatura y viscosidad del agua.
no solo de las propiedades del material poroso, sino que también de las del
líquido que circula. Por esta causa el uso del coeficiente k, tanto en este libro
como en ingeniería civil en general, se justifica solo por razones de conve-
niencia,
En una masa de suelo, los canales a través de los cuales circula el agua
tienen una sección trasversal muy variable e irregular. Por ello, la velocidad
real de circulación es extremadamente variable. Sin embargo, la velocidad
media obedece a las mismas leyes que determinan el escurrimiento del agua
en los tubos capilares rectos de sección constante. Si la sección trasversal del
tubo es circular, la velocidad aumenta, de acuerdo con la ley de Poiseuille,
con el cuadrado del diámetro del tubo. Como el diámetro medio de los
vacíos de un suelo con una porosidad dada aumenta prácticamente en rela-
ción directa con el tamaño D de las partículas, es posible expresar k en fun-
ción de D tomando como base la ley de Poiseuille:
k = constante X D*
Para el caso de arenas sueltas muy uniformes para filtros (coeficiente
de uniformidad no mayor de 2), Allen Hazen obtuvo la ecuación empírica
siguiente:
k (cm/seg) = CDi? (11.7)
en la que D;o es el tamaño efectivo en centímetros (véase artículo 5) y el
coeficiente C,( ——— )varía entre 100 y 150. Como se ha hecho notar,
cm seg
la ecuación 11.7 es aplicable solo al caso de arenas bastante uniformes en
estado suelto,
curva punteada de la figura 11.3, Los suelos de granos finos siempre con-
tienen partículas en forma de escamas, pero como su proporción es distinta
para los diferentes suelos, las curvas que relacionan e y k/ko,ss son también
distintas.
Si un suelo contiene burbujas de aire, el tamaño de las burbujas dis-
minuye al aumentar la presión del agua, de modo que el coeficiente de per-
meabilidad aumenta con la carga hidráulica. En las arcillas que contienen
agujeros de raíces o fisuras abiertas, la circulación del agua trae casi siempre
45
Es3 y
SS 7
$ 7
$$ /
K
e se
%z a 5 a 70
Relación de vacios €
Fig. 11.3. Relación entre la permeabilidad y la relación de vacios de una
arena graduada (línea llena) y de un suelo con elementos escamosos
(línea punteada).
aparejada una erosión interna y las partículas erosionadas van a llenar poco
a poco los pasajes más estrechos, con lo cual el coeficiente de permeabilidad
disminuye a un valor muy pequeño con respecto al valor inicial. Por ello, la
ley de Darcy no es válida más que en el caso en que el volumen y la forma
de los canales de escurrimiento son independientes de la presión y del tiempo.
Ensayos de permeabilidad
La figura 11.4 indica en forma esquemática los principales tipos de apa-
ratos utilizados para determinar el coeficiente de permeabilidad de muestras
de suelos. El permeámetro con carga hidráulica constante (a y b) es indicado
para suelos muy permeables, mientras que el permeámetro con carga hidráu-
lica decreciente (c) se utiliza en los suelos menos permeables. Para realizar
un ensayo con cualquiera de estos aparatos, se establece una diferencia de
carga entre los extremos de la muestra y se hace circular agua a través
de la misma.
En el permeámetro de carga hidráulica constante (figura 11.4a), se man-
tienen fijos los niveles del agua y se mide la descarga. En el permeámetro
de carga hidráulica decreciente (figura 11.4c), el agua pasa del tubo peque-
ño P de sección trasversal A, a la muestra de área Az y de allí al recipiente V
de nivel constante. El coeficiente de permeabilidad k se calcula observando
ART. 11 PERMEABILIDAD DE LOS SUELOS 51
la velocidad con que el nivel del agua desciende en el tubo P mientras que
el nivel en el recipiente V permanece constante.
En los ensayos de permeabilidad, las fuentes más importantes de error
experimental son: la formación de una pequeña capa de material fino en la
superficie de la muestra, que actúa luego como filtro, y la existencia o for-
mación de burbujas de aire dentro de la muestra de suelo. Ambos fenómenos
o= kn km ha. = la
además
h= Hi + Hi+ o... + Hián
de modo que
ka E (1.11)
Hi, Ha
ART. 11 PERMEABILIDAD DE LOS SUELOS 55
(a)
£ Fuente deogua
Descarga Q por segundo
0
Gradiente tuarávlico ¿+14
Fig. 12.2. (a) Aparato para demostrar las condiciones hidráulicas que conducen
a la ebullición de la arena; (b) relación entre el gradiente hidráulico ascendente
y la descarga de agua por el plano superior de la arena en el aparato indicado en (a).
arT. 12 TENSIONES EFECTIVA Y NEUTRA, GRADIENTE HIDRÁULICO CRÍTICO 59
ga, (12.9)
h presión efectiva se hace igual a cero en todo punto de la masa de arena.
En otras palabras, la presión media de filtración se hace igual al peso de la
arena sumergida. El valor i, representa el gradiente hidráulico crítico.
60 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
Problemas
1. Una arena compuesta de elementos sólidos con peso específico 2,60 gr por
em cúbico tiene una relación de vacíos de 0,572. Calcule el peso unitario de la arena
seca, de la arena saturada y compare estos valores con el peso unitario efectivo de la
arena sumergida.
Solución: ye = 1,65; y = 2,02; y = 1,02 gr/cm.
2. En un espeso depósito de arena muy fina, la napa freática se encuentra a
1,20 metros debajo de la superficie. Sobre la napa, el suelo se encuentra saturado de
agua capilar. El unitario de la arena saturada es 2000 kg por m cúbico. ¿Cuál es
la presión vertical efectiva sobre un plano horizontal situado 1.00 m debajo de la
superficie?
Solución: 0,52 kg/cm”.
3. Un estrato sumergido de arcilla tiene un espesor de 15 m. El contenido medio
de humedad de las muestras tomadas del estrato es del 54 por ciento y el peso espe-
cífico absoluto de sus elementos sólidos de 2,78 gr por cm'. Se desea saber cuál es la
presión vertical efectiva en el fondo del estrato, originada por el peso del mismo.
Solución: 1,07 kg/cm".
4. El peso específico absoluto de las partículas de una arena es de 2,66 gr por
cm cúbico y su Poresidad, en estado suelto, del 45 por ciento y, en estado denso, del
37 por ciento. ¿Cuál es el gradiente hidráulico crítico para ambos estados?
Solución: 0,91; 1,05.
5. En un estrato de arcilla resistente saturado, de peso unitario 1750 kg por
metro cúbico, se efectuó una excavación a cielo abierto. Cuando la excavación
había alcanzado 7,50 m, el fondo comenzó a elevarse fisurándose poco a poco hasta que
finalrente la excavación fue inundada por el ascenso de una mezcla de arena y agua.
Perforaciones efectuadas a io indicaron que debajo del estrato de arcilla, que se
extendía hasta una profundidad de 11 metros, existía una capa de arena. Se desea
saber hasta qué altura hubiese ascendido el agua, por arriba de la capa de arena, si
antes de la excavación se hubiera efectuado una perforación.
Solución: 6,10 metros por encima del plano superior del estrato de arena.
Lecturas se'eccionadas
A. W. Skempton trata la historia y la importancia del concepto de la tensién
efectiva en “Terzaghis discovery of effective stress” en From theory to practice wn soil
mechanics, New York, Wiley, 1960, págs. 42-53.
ART. 13 COMPRESIBILIDAD DE ESTRATOS CONFINADOS
DE SUELA
Introducción
Si las zapatas de fundación de un edificio se encuentran apoyadas direc-
tamente sobre una capa de arcilla blanda, es probable que sufran un asen-
tamiento excesivo y que quizás lleguen hasta a hundirse en el suelo. Con-
diciones tan desfavorables del suelo de fundación se perciben fácilmente,
de modo que los proyectistas reconocen generalmente las posibles dificul-
tades y establecen sus fundaciones sobre pilotes o pilares que atraviesan la
capa blanda y descansan sobre estratos firmes.
62 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
Método de ensayo
El ensayo de compresión confinada :o ensayo de consolidación se realiza
colocando una muestra de arcilla dentro de un aro, como lo indica la figu-
ra 13.1, y cargándola uniformemente por la interposición de un disco rígido.
La compresión del suelo es medida utilizando un dial o comparador micro-
métrico. Si el suelo está saturado, la muestra se coloca entre dos piezas
porosas que permitan el escape del agua durante la compresión.
Los resultados del ensayo se presentan gráficamente indicando en escala
natural la relación de vacíos e en el eje vertical y la presión p en el eje
+ Debe entenderse que estos ensayos son en verdad representativos solamente para
estratos confinados relativamente delgados respecto al tamaño de la fundación. (N. del T.)
ART. 13 COMPRESIBILIDAD DE ESTRATOS CONFINADOS DE SUELO, 63
0 G0 q 1 o 100 1000 .
Presión p en Kg/em? Presión p en Mo/emt (Escala logarilimica)
Fig. 13.2. Resu'tados de ensayos a la compresión lateralmente confinada sobre
muestras de suelo preparadas en laboratorio. (a) Curvas e-p típicas; (b) las
mismas curvas representadas en escala e-log p.
64 PROPIEDADES H:DRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
(6)
Relación de vacios e
2 4
Presión p en Ka fcmt » en Nofome (Fscala dog)
Fig. 13.3. (a y b) Relación entre e y p para ensayos a la compresión lateral-
mente confinada de arenas.
obtiene para una mezcla de 90 por ciento de arena y 10 por ciento de mica,
.con la diferencia de que la relación de vacíos de la arcilla bajo una presión
dada es mucho menor que la relación de vacíos de la mezcla arena-mica
bajo la misma presión.
Todas las curvas e-log p indicadas en la figura 13.2b tienen ciertas
características en común: se inician con una tangente horizontal y proba-
blemente terminan con una tangente que es también casi horizontal, estando
los dos trozos extremos unidos por una parte central bastante recta. Para
las arenas, la parte central es recta para presiones comprendidas entre apro-
ART. 13 COMPRESIBILIDAD DE ESTRATOS CONFINADOS DE SUELO 65
(6)
, h
j
$
?i y
a
Ny
€ 60 Ol 40 He 400
" Presión p en Ño/em? Presión pp en Kafem? [escala log.)
Fig. 13.4. Relación entree y p para una ENT densa, latera'mente confinada.
compuesta de 90 por ciento de arena y 10 por ciento de mi
66 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
Aprox.04e,
Pr Pa Po f
Presión (esc. loq)
5. Relaciones entre e y p para una arcilla de sensibilidad ordi
rcilla amasada; K,, para la muestra inalterada de arcilla en el laboratorio;
> Para la arcilla en estado natural en el terreno.
en la cual:
2/gr)
m,(cm?/gr) = 2lemt/en),
LF (13.3)
se di i td de ibilidad volumétri y la
compresión de la arcilla por unidad de espesor original bajo la influencia
de un aumento unitario de presión. Si H es el espesor de una capa de arcilla
que se encuentra solicitada bajo una presión p, un aumento de presión Ap
reduce el espesor del estrato en el valor:
S=H-Ap-m, (15.4)
* Como repetida y sistemáticamente lo especifican los autores, con el ensayo de
consolidación se obtienen las características de deformación de estratos con/ina: de
arcilla. Sirve por tanto para calcular los asentamientos que producen aquellos estratos
de suelos que cumplen con esa condición. En particular, la experiencia ha ido de-
mostrando que es solo aplicable estrictamente a un muy limitado rango de problemas
en los que interviene una capa de arcilla normalmente consolidada, relativamente
-delgada respecto al ancho de la fundación y que se ve sometida a una carga que en
su espesor puede considerarse como uniformerente distribuida o bien poco variable.
En casos diversos proporciona soluciones que pueden llegar a ser solo groseramente apro-
ximadas y aún muy alejadas de la realidad. (N. del 7.)
70 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
A 2. Tp log10 Po +rr
Ap (13.6)
me - 10810 PAP
= a (13.7)
Ap(1 + eo)
Sustituyendo en la ecuación 13.4 el valor de m,, se obtiene la compre-
sión $ que sufre el estrato confinado de arcilla normalmente consolidada:
por el peso de hielo que más tarde se derritió, o bien por desecación debida
a que la arcilla estuvo temporariamente expuesta al aire. Si esta presión
mayor Apo fue menor de unos 4 kilogramos por centímetro cuadrado, la
arcilla puede encontrarse aún en estado blando; pero si fue mayor, la arcilla
es compacta.
La figura 13.7 ilustra dos procesos geológicos que llevan a la precon-
solidación de arcillas. Todos los estratos situados por arriba de la roca fueron
depositados en un lago cuando el nivel del agua se encontraba por en-
cima de la superficie actual del terreno alto. Luego parte de los estratos
fueron erosionados y el contenido de humedad de la arcilla del estrato B
aumentó un poco en la zona erosionada (a la derecha en la figura), y
disminuyó considerablemente en la parte no erosionada (a la izquierda) a
causa del descenso de la napa freática. Con respecto a su cubierta actual,
Estructura Pre-consolidada Nivel original
von desecación — $ de
y Mila
ta)
Arcilla normalmente Consolidada
Ñ paa o
de vacíos e
Relación
doy
de,
a
NR
/
0 Lo Po Potdp Lo petdo lo
Bresión efectiva Presión efectiva
Fig. 13.8. (a) Relación entre e y p, en el terreno, para u la normalmente
«onso'idada: (b) relaciones entre e y p para una arcilla * preconsolidada,
74 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
0
Presión p. (escala log)
Fig. 13.9. Diagrama que muestra la construcción gráfica usada
comúnmente para determinar el va'or máximo de la presión de
consolidación (según A. Casagrande).
al mismo nivel o por encima del terreno alto actual y que, además, la napa
freática llegaba hasta muy cerca de dicha superficie original. Pero, si la
evidencia geológica no es tan clara o si la preconsolidación fue causada por
desecación o por el peso de una capa de hielo que se derritió sin dejar seña
alguna de su espesor, la estimación geológica de la máxima presión de conso-
hidación es muy incierta. En tales casos, el único procedimiento que queda
para obtener por lo menos una idea general del valor de py consiste en
estimarlo en función de los resultados de ensayos de laboratorio.
Se han propuesto varios métodos para detérminar, en función de los
resultados de ensayos de laboratorio, el valor de la máxima presión de con-
solidación. La figura 13.9 (A. Casagrande, 1936b), que representa la cur-
va e-log p de una muestra inalterada de arcilla, ilustra uno de los métodos
más utilizados. Por el punto c, en que la curva tiene el mínimo radio de
76 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
KT
vacío
NS
Relación
de
Aprox.
Ote -—=+== p=-=-=%+---
Po o
Presión (esc. log)
Fig, 13.10, Construcción gráfica para estimar fa relación que
existe en el terreno entre e y p para una arcil'a preronsolidada
(según Schmertman, 1953).
con el calculado en función de los resultados de ensayos, pues la relación entre
has curvas de consolidación en el laboratorio y en el terreno, para una arcilla
de este tipo, se asemeja a la que existe entre las curvas K,' y K' de la figura
13.8b,
Si parte de un estrato de arcilla normalmente consolidada ha sido pre-
consolidado por desecación, el contenido de humedad de las capas preconsoli-
dadas es relativamente bajo, de modo que la situación y el espesor de estas
capas puede deducirse del perfil de contenidos de humedad. Cuando se hace
el cálculo de ie las capas das puedenfi
suponerse incompresibles.
Arcillas inalteradas extrasensitivas
Para las arcillas inalteradas ordinarias la curva K, del diagrama e-log p,
(fig. 13.5) es aproximadamente parabólica. En cambio, para las arcillas
extrasensitivas tiene la forma indicada por K, en la figura 13.11. Permanece
78 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
del material amasado se parece en todos sus aspectos a la curva K, (fig. 13.5)
de las arcillas ordinarias, siendo prácticamente recta sobre una gran extensión
de su desarrollo. Su inclinación es algo menor que la de la tangente K, a la
parte inferior de la línea K, de la figura 13.11. En otras palabras, la alteración
de la estructura de la arcilla destruye las propiedades responsables de la fuerte
flexión que tiene la línea K, por debajo del punto b de la figura 13.11. Por
ello, los datos necesarios para construir la línea de consolidación en el terreno
de las arcillas extrasensitivas pueden obtenerse únicamente realizando ensayos
de consolidación sobre muestras inalteradas. Afortunadamente, utilizando saca-
testigos a pistón con tubos de pared delgada (artículo 44) se obtienen, con
frecuencia, muy buenas muestras inalteradas de arcillas extrasensitivas, porque
Lo
Relación de vacios, e
Aprox. Ote-
La
Presión (esc log.)
Fig. 13.11. Relaciones entre e y p para arcillas extrasensitivas.
En el laboratorio: K, amasada, K, inalterada. En el terreno en su
estado natural: K.
Problemas
1, Un estrato de arcilla
un espesor de 7,50 metros. Su pla
de 10,50 metros debajo
huma la arcilla es del 40 por ciento y el peso
2,18 gramos por centímetro cúbico. Entre la Superficie y e la. al Artana
en arena fina y la nay eno su nivel a 450 metros de profundidad. El peso atari
sumergido promedio arena es de 1040 kg por metro cúbico y, por otro lado, de la
evidencia geológica, se pr que la arcilla es normalmente consolidada. El peso del
edificio a construir sobre la arena aumenta la presión existente sobre la arcilla en 1,2 kg
por centímetro cuadrado. Calcúlese el asentamiento promedio del edificio.
Solución: 28 centímetros.
2. El estrato de arcilla B de la figura 13.7 tiene un espesor de 7,50 metros y
ÑÉno emperiór está Mixed a une profundidad de 8 meto por deba del mir
medio de las aguas del río y a 10,50 metros por debajo del terreno natural. La superficie
del terreno all ita el valle, tiene una cota de 45 metros por encima del terreno
natural y iaa) la napa estaba a 1,50 metros por encima de la super . La
arcilla está cubierta por un estrato de arena que tiene el mismo ¡taric el
del problema anterior. Calcúlese la máxima presión de consolidación pe la mitad
derecha del estrato.
Solución: 4,5 kg por centímetro cuadrado mayor que la presión que soporta en
la actualidad.
3. El edificio indicado en el valle de la figura 13.7 aumenta la presión sobre
el estrato de arcilla en un valor de 1,2 kg por centímetro cuadrado. El límite líquido
promedio de la arcilla es del 45 por ciento. Los datos relativos al espesor del estrato
52 la posición del Ingar son los mismos del problema 2. El contenido de humedad
romedio de la arcilla es del 35 por ciento y el peso unitario de las partículas sólidas
le arcilla de 2,78 gramos*por centímetro cúbico. Estímense los límites superiores e
inferiores del asentamiento del edificio.
Solución: No más del 25 por ciento de 35 centímetros, o sea 8,8 centímetros y
probablemente no menos del 10 por ciento de 35 centímetros, es decir, unos 3,5 centímetros.
Lecturas seleccionadas
Un estudio general de las propiedades in; ieriles de los sedimentos, con énfasis
sobre su compresibilidad, se encuentra Terzaght, K. (19550): “Influence of geological
factors on the engineering properties of sediments”, Economic Geology Fiftieth Anniversary
Volume, págs. 557-618. dl artículo incluye una lista de referencias cuidadosamente selec-
cionadas. "A pesar de estar escrito para familiarizar a loss gotogos con los aspectos
ingenieriles de las pro; des de los sedimentos, el artículo es también de mucho
interés para los ingenieros.
Presión unilaria R
puntcada es muy diferente para las distintas arcillas. Para las arcillas orgá-
nicas Ja inclinación inicial puede ser casi tan grande como la de la curva
llera. La consolidación progresiva, representada por las curvas llenas, se
conoce como consolidación primaria, mientras que la representada por la
- distancia vertical entre las curvas llenas y las punteadas, como efecto secun-
dario. El efecto secundario es probablemente una consecuencia del hecho
de que la compresión de una capa de arcilla está asociada con el desliza-
ART. 14 CONSOLIDACIÓN DE CAPAS DE ARCILLA 85
lidación de modo que sus características y las condiciones bajo las cuales
se producen solo pueden investigarse por observación directa.
A pesar de las simplificaciones radicales que implica, la teoría de la
consolidación sirve a un propósito útil, pues permite, en base a los resultados
de ensayos de laboratorio, hacer por lo menos un cálculo aproximado de la
velocidad con que se producirá el asentamiento originado por la consoli-
dación. Por esta gd dicha teoría se presenta en forma breve en el
artículo 25 de la parte 2
Problemas
1. Los resultados de un ensayo de consolidación sobre una muestra de arcilla
con_un espesor de 2 centímetros indican que la mitad de la consolidación total se
roduce durante los primeros 5 minutos. En condiciones similares de drenaje, ¿cuánto
Erdaria un edificio cxastruldo encima de una capa de la misma arcilla, de 8,60'metros
de , para experimentar la mitad de su asentamiento total? (Desprecie el efecto
secundario).
Solución: + = 112 días.
2. La relación de vacios do la arcilla A disminuyó de 0,572 a 0,505 porES cambio
de presión de 1,2 a 18 kg por cm cuadrado. Bajo el mismo incremento de presión,
rolakión de vacios de la arcila B disminuyó de O12 a 0,597. El espesor de A era 15
Veces superior al de B, y sin embargo, el Uempo requerido para alcanzar el 50 por ciento
de la consolidación fue tres veces mayor para la muestra B que para la A. ¿Cuál es
relación entre los coeficientes de permeabilidad de A y de B?
Solución: 81 a 1.
3. El subsuelo en que está construido un edificio consiste en un espeso depósito
de arena que contiene en su parte media una capa de arcilla blanda de 3 metros de
espesor. En el laboratorio, una muestra de arcilla de 2,5 centímetros de espesor, drenada
por arriba y por abajo, alcanza el 80 por ciento de la consolidación en una hora. ¿Cuánto
tiempo se necesitará para que el estrato de arcilla alcance un grado de consolidación
del 80 por ciento?
Solución: t = 600 días.
Consideraciones prácticas
Las relaciones entre tensiones y deformaciones determinan en los suelos
el asentamiento de las estructuras soportadas por éstos, como asimismo el
cambio de presión o empuje provocado por pequeños movimientos de los
muros de sostenimientos u otros elementos de soporte o de retención.
Cuando el asentamiento de una fundación se debe esencialmente a la
consolidación de estratos de suelo situados entre capas de materiales relati-
vamente incompresibles, «aquél puede ser calculado o estimado como se
explica en el artículo 13. Sin embargo, este a simple es válido
cuando la def
«despreciable en compatación con su deformación enical En todas las
otras condiciones la aplicación local de cargas causa un desplazamiento de la
masa de suelo en todas las direcciones y las propiedades tensión-deformación
ART. 15 TENSIONES Y DEFORMACIONES DE LOS SUELOS 87
que ina el despl: i son d iadi lejas para ser di
en la forma 4 de relaciones cuantitativas
1 para
a serfehaci
utilizadas den el cálculo. de
los 'or ello, las e
pueden hacerse solamente sobre la base de experiencia lograda en observa-
ciones que se refieren al asentamiento de otros edificios soportados por
suelos similares. No obstante, como las posibilidades son pequeñas para
que una fundación propuesta tenga las mismas dimensiones que una exis-
tente, aun una estimación basada en la experiencia requiere un conoci-
miento de las influencias que sobre el asentamiento ejercen el tamaño del
área cargada, la profundidad de la fundación y otros factores. Estas influen-
cias se gobiernan en gran parte por las relaciones generales que existen
entre tensiones y deformaciones en los suelos.
La relación entre tensiones y deformaciones es mucho más compleja
en los suelos que en los materiales de construcción manufacturados, como
el acero, por ejemplo. Mientras que para el acero dicha relación puede
ser descrita adecuadamente, para muchos propósitos ingenieriles, por medio
de dos constantes que expresan el módulo de elasticidad y el coeficiente
de Poisson, los valores correspondientes para los suelos son función de
la tensión, la deformación, el tiempo y varios otros factores. Aún más, para
los suelos, la determinación experimental de esos valores es mucho más
difícil. Las investigaciones necesarias se llevan a cabo usualmente por medio
de ensayos de compresión triaxial,
Descripción del aparato triaxial
En un ensayo triaxial, una muestra cilíndrica de suelo se somete a una
presión hidrostática de confinamiento, igual en todas las direcciones, cono-
cida como presión de cámara, « la cual se agrega una presión axial que
puede ser variada independientemente de la anterior.
Los elementos esenciales del aparato triaxial se muestran en forma
esquemática en la figura 15.1. La superficie cilíndrica de la muestra se
cubre con una membrana de goma sellada a un pedestal en la parte inferior
y a una cabeza en la parte superior. El conjunto está contenido en una
Presión axial
unit haria. y
“at Dised metálica
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tálica triaxial L
PRA -
Piedra E ines
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Presión iniciol, P,
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Saturado Tiempo,1
ay Soturado
v ay
No saturado v
(o)
(e)
Comportamiento de 2 indrica bajo la presi
forme inicial p, del ensayo triaxial. (a) Tenwiones principa
sobre la probeta; (b) y (c) Disminución de vo'umen en función de" tiempo
cuando se permite el drenaje; (b) En escala aritmética: (c) En escala loga-
rítmica; (d) Presión de poros como una función de la presión uniforme
(e) Disminución de volumen en función del tiempo et permi
el drenaje.
presión de cámara ps, el aire se comprime en mayor magnitud y una más
grande fracción del aire libre se disuelve en el agua de los poros. Para cierto
valor pz, todo el aire libre se disuelve, con lo cual la muestra se torna satu-
rada. Para ese estado, la inclinación del diagrama (fig. 15.2d), que repre-
senta la relación entre la presión de poros y la presión de cámara, se hace
igual a la que le corresponde a un material saturado. La relación entre lh
presión de poros ua, causada por una presión hidrostática de confinamiento
ps, y la presión pa se conoce como el coeficiente de presión de poros B
-(Skempton 1954). es decir que:
B=z (15.1)
9% PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
14 )
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(e)
Fig. 15.3. Comportamiento de una probeta triaxial saturada cuando »e
incrementa la tensión vertical Ap. (a) Tensiones principales que actúan
sobre la probeta; (b) y (c) Diferencia de tensión y cambio de volumen en
función de la deformación espe
mente consolidada; (d) y (e)Diferos de volumen
en fanción de la deformación especif ra arena densa y are
mente preconsolidada.
92 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
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87 A Densa
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2 10 20
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Fig. 15.4. Relación para arena entre el módulo tangente inicial y la pre-
sión hidrostática triaxial (según A. Scheidig).
per,
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a
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Arenasuelta oorcilo. — YP Arena denso o orcullo
normalmente consolidado — (2) ¡preconsolidado
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AA
; E a 10 20 A 20
E Deformación (%)
SK Deformoción (%)
e (a) de (9)
Fig. 15.5. Comportamiento de una probeta triaxial saturada sometida
un ceo comolidado no drenado a medida que se incrementa la diferen:
ja Ap de tensión vertical. (a) Tensiones principales que actúan sobre la
Paro oa (e) y (d) Diferencia de tensión, presión de poros y cocficien-
te de presión de poros Á como funciones de la deformación específica para
* arena suelta Z arcilla normalmente consolidada; (e), (f) y (o Diferencia
de tensión, presión de poros y coeficiente de presión de poros A como fun-
ciones de la "ctormación especifica para arena densa y arcilla altamente
consolidada,
ART. 15 TENSIONES Y DEFORMACIONES DE LOS SUELOS 95
obtienen en este caso las líneas punteadas de las figuras 15.5b a d y el valor
de A puede exceder la unidad (artículo 18).
Cuando se realizan ensayos triaxiales consolidados no drenados sobre
una arena densa o una arcilla altamente preconsolidada, los resultados que
se obtienen son similares a los que se representan en las figuras 15.5e a g. La
primera muestra la relación entre la diferencia de tensión axial Ap y la
deformación específica. En cuanto a la presión de poros, para pequeñas
deformaciones específicas, suele aumentar positivamente, pero, para defor-
maciones mayores, tiende a disminuir y tornarse negativa con respecto a la
presión atmosférica (fig. 15.5f). La disminución de presión de poros va
asociada con la dilatancia del suelo. Sin embargo, como no se puede produ-
cir un cambio de volumen porque el drenaje de la muestra está impedido,
la tendencia a la absorción desarrolla una deficiencia de tensión en el agua
contenida en los poros.
El coeficiente de presión de poros Á que corresponde a esta situación tiene
valor positivo para bajas deformaciones especificas, pero disminuye con el
aumento de la deformación y se puede tornar negativo (fig. 15.58). En este
respecto, el pp de materiales densos o preconsolidados difiere
¡ue a los ¡ales sueltos o
consolidados. Para. la relación de vacíos crítica, una muestra de arena ensa-
yada en condiciones no drenadas experimenta un cambio de presión de
poros muy pequeño o despreciable.
La inclinación de la tangente al origen de la curva llena o de la curva
punteada de la figura 15.5b representa el módulo tangente inicial E,, para
el suelo en estado consolidado no drenado. Durante un ensayo consolidado
no drenado de una muestra de arena suelta o de una arcilla normalmente
consolidada, la presión de poros permanece positiva durante todo el ensayo.
Si se representan en la misma escala, la curva tensión-deformación llena de
la figura 15.5b es más achatada que la correspondiente curva lena de la
figura 15.3b, En cambio, para arena densa o arcilla preconsolidada (fig.
15.5e), la curva es más empinada que la correspondiente curva de la
figura 15.3d.
Como consecuencia, en la figura 15.4, que representa la relación entre
la presión de confinamiento y los valores de E;, la curva de E. para arena
suelta estaría situada por debajo de la línea E; de ésta. mientras que, para
arena densa, se situaría por encima de la línea E, correspundiente.
Si al final de su consolidación inicial bajo la presión de confinamiento
Ps, una probeta no está saturada, el cierre de las conexiones de drenaje
antes de aplicar la presión.externa Ap no impide el cambio de volumen, a
causa de que se comprime el aire contenido en ella. A medida que la dife-
rencia de tensión aumenta, la presión de poros también lo hace, no sólo
en el agua sino también en el aire contenido en los huecos. Ja relación
entre la presión que se desarrolla en el aire y la que se produce en el agua
“es compleja, y la medida por separado de la presión del aire y del agua
contenida en los poros no es todavía un procedimiento de rutina. La rela-
ción tensión-deformación depende en una medida considerable del grado
96 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
Tensión, kg/cm”
>
=
Tensión, kg Jem?
S
S
S
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S, "8050" 90
Deformación, % Deformación, %
(o) 1a)
Fig. 15.6. Curvas tensión- deformación en compresión simple para cuatro
muestras típicas de arcilla inalteradas (lineas llenas) y amasadas (lineas
Punteadas).
ART. 15 TENSIONES Y DEFORMACIONES DE LOS SUELOS a
100
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N
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E Ciclo 2:
y 3
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E
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0 04 08 12 16
Deformación vertical %
Fig. 15,7. Relación entre tensión y deformación verticales para arena
gruesa uniforme moderadamente densa sometida a una carga vertical re-
petida (según Hendron, 1963).
Lecturas seleccionadas
Andregen, A. y N, E: Simons (a (1900), “Norwegian triaxialequipment and technique”,
Proceedings ASGE Research Conference on Shear Strengin of Cohesive Soll, págs.
695-709. “Discusión sobre equipos especializados y procedimientos para ensayos
triaxiales.
Bate, A, Y. y D. Y Hentol (1009). The mueres soil properties ta hs triecial
Londres, Edward Arnold, 228 págs. da ¡ón sobre aparatos,
técnicas y resultados típicos.
=¿ (9,+p)
00=+ (7-24)
———P
Tensión tongenciol, y
o 8 A O
E A| Tensión normal, p
Tensión tongenciol , s
minadas por las coordenadas de los puntos contenidos por las circunferen-
cias dibujadas en punteado en la figura 16.1b. Como en el ensayo triaxial
usual la tensión principal mayor actúa en la dirección vertical y la presión
de cámara es a la vez tensión intermedia y menor, el diagrama de Mohr se
reduce a la circunferencia exterior que corresponde a las tensiones princi-
pales mayor y menor p, y py. Esta eincuritrencia se conoce como la cir-
cunferencia de t
Las coordenadas de todo punto, como el D, situado sobre la circunfe-
rencia de tensiones, representan la tensión normal y la de corte que actúan
sobre un plano específico, inclinado de un ángulo a con respecto a la
dirección del plano sobre el que actúa la tensión principal mayor. De la
geometría de la figura se observa que el ángulo al centro AO'D es igual
ala
Siempre que las tensiones principales p, y ps corresponden al estado
de rotura de una probeta, por lo menos uno de los puntos de la circunfe-
rencia de tensiones debe representar una combinación de tensión normal
y de corte que conduce a la rotura en algún plano a través de ella. Más
aún, si las coordenadas de dicho punto fuesen conocidas, la inclinación del
plano sobre el cual se produce la rotura podría ser determinada por el
conocimiento del ángulo a.
Cuando se conducen una serie de ensayos y se dibujan, para cada uno
de ellos, las circunferencias de tensiones que corresponden al estado de
rotura, al menos un punto de cada circunferencia representa la combina-
ción tensión normal y de corte asociada con la rotura. Si el número
de ensayos aumenta indefinidamente y el material es homogéneo e isótropo,
resulta evidente que la envolvente de las circunferencias de rotura (figura
16.1c) representa el lugar geométrico de los puntos asociados con la rotura
de las probetas. La envolvente se conoce como la línea de rotura o la
línea de resistencia intrínseca y, para un material dado, depende de las
condiciones específicas que corresponden a la serie de ensayos ejecutados.
De la geometría de la figura 16.1d se puede ver que para cualquier
circunferencia de rotura:
AS
Por consiguiente, el ángulo entre el plano en que se produce la rotura
y el plano de la tensión principal mayor es:
aL (16.3)
En general, la línea intrínseca de rotura obtenida de una serie de
ensayos, ejecutados con un suelo dado, bajo un conjunto también dado de
condiciones, es curva. No obstante puede con frecuencia ser aproximada
por una línea recta de ecuación:
8$=C+ptgg9 (16.4)
102 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
Evaluación de c y y
Las ecuaciones 16.3 y 16.4 son válidas solamente si tg $ tiene el
mismo valor para cualquier sección plana que pasa por un punto dado del
material solicitado. Si los vacíos de un suelo isotrópico están ocupados
solamente por aire bajo presión atmosférica, esta condición se satisface. En
cambio, si están ocupados con un líquido bajo una tensión u,, una parte
de p de la presión p (ecuación 16.4) la soportan los componentes sólidos,
los que exhiben un valor definido del parámetro tg ¿, mientras que la
diferencia p — $.= 4 la soporta el líquido que tiene tg ¿ = O. La relación
pl, es distinta para las diferentes secciones que pasan por un mismo
punto, de modo que la ecuacióny la interpretación física precedente de la
línea de rotura de Mohr son válidas solo en la condición de que p en las
ecuaciones 16.1 a 16.4 se remplace por la tensión efectiva p = p — tw con lo
cual:
s=c+ (p—t) tgg¿=c0+ Pt (16.5)
Ecuación que se designa como la ecuación revisada de Coulomb (Ter-
zaghi, 1 ).
Cuando las abscisas del diagrama de Mohr representan presiones efec-
tivas p y la línea de rotura es una recta, la inclinación de dicha línea se
suelos cuya curva tensión-deformación tiene un pico máximo, como el de la fig. 16.2 (5),
es posible realizar los tres ensayos con una sola muestra para lo cual solo es
tomar el cuidado necesario para que, para cada presión de confinamiento pla deforma.
ción especifica no exceda de aquella. que desarolla el respecto máximo de Ap. Pi
ello, tan pronto como Ap adquiere una tendencia a disminuir, se da por terminado elel
roca tala decades lena y la grava. Durante los ensayos se ¡sinían a veces planos
potenciales de fractura de la probeta que, oen picipo, la debilitarían para los ensayos
siguientes, pero debido a que la Knea real de resistencia intrínseca es curva como lo
indica la fig. 16.1 (c), el ángulo a varía con la presión de confinamiento p, de modo
que dichoslr no son coincidentes para los distintos ensayos, hecho que explica
la posibilidad de realizarlos. ae Aa ensayo se lleva hasta definir la resistencia residual
Ap Véase O. Moretto y A. J.L. Bolognesi: “Shear strength on soft intact clay and
ty stones” YI Cong, Int. Soc. for RockMean Yugoslavia, 1970; también:Núñez E.
Los parámetros de corte obtenidos a partir de los ensayos's escalonados, 29 ner!Pano de
Mec. de Suelos as Brasil, 1983, Vol. II, pág. 123.
ART. 16 CONDICIONES DE ROTURA DE LOS SUELOS 103
4, [
Diferencia de tensión
$ o
pa
ze moción
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Resistencio ol corte
a
Presión normol 7
(e)
Fig. 16.2. (a) Curva tensión-deformación para un material plástico ideal con
rotura simultánea; (b) Curva tensión-deforma:
mostrando la resistencia picoo máxima y la final; (2) Lin
Típicas para la resistencia pico y la final de un mismosuelo.
Grados
mi Suelto Denso
7 of
Presión de poros, kg/em* Deformación axial%
ol 1
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$30
3 0s-
“Fig. 17.1. Resultados de un ensayo no drenado de arena suelta saturada du-
rante el cual la presión axial oscila entre 1 + 0,39 kg/cm? mientras la pre-
Sión de cámara se mantiene constante en 1 kg/cm? (según Seed y Lee, 1966).
ART. 17 RESISTENCIA AL CORTE Dz SUELOS NO COHESIVOS 109
Ms A
20 =>
0200 O BO
Indice pléstico (%)
Fig. 18.1. Relación entre el ángulo $ es condiciones deccados e índle
lástico para arcillas de sensibilidad mediana a baja.
llegar a disiparse con rapidez. Como las presiones de poros asociadas con
el corte son positivas (fig. 15.50) la resistencia indicada por la ecuación
18.1 puede requerir un largo tiempo Para desarrollarse, pues el lapso nece-
sario para la disipación de dichas presiones está gobernado por las carac-
terísticas de consolidación y las dimensiones de la masa cohesiva (artículos
14 y 25).
Las condiciones asociadas con una falta completa de drenaje pueden
aproximarse ejecutando ensayos triaxiales consolidados no drenados (artícu
lo 15). Los resultados de tales ensayos, en los cuales fp, y pz son las tensiones
efectivas principales de rotura, se representan por la circunferencia de rotura
E de la figura 18.2a. Esta circunferencia es tangente a la línea intrínseca
definida por la ecuación de Coulomb:
= 586 (18.1)
En el momento de la rotura, la presión de poros positiva uy actúa por
igual en todas direcciones (véase la figura 18.2a). Por tanto, las tensiones
principales totales de rotura son:
p=R+w (18.2)
p=h+w (18.3)
La circunferencia de rotura, en términos de tensiones totales, es por
tanto la A. Tiene el mismo diámetro que la circunferencia E, pero está
desplazada hacia la derecha en una distancia AjAp, igual a la presión
de poros uy inducida en la muestra en el instante de la rotura.
Si, utilizando una misma arcilla, que es inicialmente consolidada bajo
diferentes presiones de cámara pj, se realizan varios ensayos no drenados,
L envolvente de rotura de las circunferencias obtenidas, expresadas en tér-
minos de presiones totales, es también aproximadamente una línea recta que
pasa por el origen (línea punteada de la figura 18.20) y tiene por ecuación:
=P du (18.4)
112 PROPIEDADES HIDRÁULICAS Y MECÁNICAS DE LOS SUELOS
+
o
E Pensión efectivo
E
E Tensión toto!
o — A
3 q S
$ E sa
> A / y
¿|< 1
19 h —4 AAp AE A 40 > |
Tensión tongenciolo decorfe, s
Tensión normal, p
(6)
Fig. 18.2, (a) Resultados de ensayos consolidados no, drenados de una
arcilla normalmente consolidada de sensibilidad moderada; (b) Diagrama
que ilustra la ¿ndición +=0.
ART. 18 RESISTENCIA AL CORTE DE SUELOS COHESIVOS 113
nada del material, con frecuencia se pueden usar ventajosamente otros tipos
de ensayos expeditivos para evaluar la cohesión c. Los más importantes son
los ensayos con el aparato de paletas, también llamado la veleta o el molinete,
aparato éste que se halla esquematizado en la figura 44.17 y que se utiliza
con el equipo que se describe en el artículo 44. En el laboratorio se usan
también veletas similares de tamaño menor, especialmente para investigar la
resistencia de muestras de arcilla muy débiles o de arcillas amasadas. Entre
ellos el más conveniente, por sus particularidades, es el aparato manual deno-
minado torvane (Sibley y Yamane, 1965) (fig. 18.3). Las veletas que lo
o
(6)
Fig. 18.3. Veleta manual “torvane” para deter» la resistencia al corte
de materiales para los cuales ¿=c, (a) Vista lateral; (b) Vista de las pa-
letas desde abajo.
constituyen se introducen dentro del suelo por empuje y luego, aplicando
un momento torsor, que se mide con un resorte calibrado,se hace rotar el
conjunto hasta que la arcilla rompe simultáneamente a lo largo de una
superficie cilíndrica que circunscribe las veletas y la base de dicho cilindro.
El valor de la cohesión c se lee directamente en el indicador del resorte
calibrado, de modo que, cuando resulta aplicable, por medio de este apara-
tito es dable practicar un examen rápido y detallado de la variación del valor
de c para un conjunto grande de muestras (véase fig. 45.5).
ART. 18 RESISTENCIA AL CORTE DE SUELOS COHESIVOS 115
e/6=0.1140.0037 1y
SÑ
T
s
1 1 Io
70 80 90 100 10 120
a
40 50 60
Indice plastico de
(6)
Fig. 18.4. (a) Diagrama de Mohr de rotura que muestra la forma de
determinar la relación entre c y Po para 1 ensayo consolidado no dre-
nado; (b) Corresponden: estadística entre la relación c/p y el índice
plástico (según Skempton, 1957).
ART. 18 RESISTENCIA AL CORTE DE SUELOS COHESIVOS 17
4
a al
yE
$
E
E PP 2
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$5 (a)
2
3
$
+
e
A
Tensión normol, p
(b)
Fig. 18.5. (a) Diagrama de rotura en condiciones drenadas para ar-
cilla preconsolidada hasta py; (b) Líneas de rotura simplificadas para
la misma arcilla.
misma presión de confinamiento fs, para luego ser sometidas a distintos
estados de solicitación. Si una de dichas muestras se ensaya en condiciones
drenadas, aumentando la presión vertical, la tensión en el plano de rotura
en el instante en que ésta se produce viene representada por el punto a de
la circunferencia de tensiones A, de modo que la tensión normal en el plano
de rotura es py. La circunferencia A corresponde a una muestra normal-
mente consolidada. :
Si, en cambio, se permite que una de las muestras que ha sido previa-
mente consolidada a la presión Ps expanda bajo una presión de cámara-
menor y, y se ensaya luego en condiciones drenadas, la resistencia de la
muestra, representada por la circunferencia B excede la del suelo normalmen- *
te consolidado ensayado en las mismas condiciones. La envolvente de rotura *
ART. 18 RESISTENCIA AL CORTE DE SUELOS COHESIVOS 119
tal tipo de materiales se puede producir muchos años después que se han
practicado. .
El mecanismo por el cual se produce el ablandamiento se explica en el
artículo 49. Cualquiera sea el instante que se considere, la resistencia al
corte de la arcilla aumenta rápidamente con la profundidad por debajo
de la superficie. Después que se produce un deslizamiento, el material
situado por debajo de la nueva superficie expuesta comienza a ablandar y el
proceso continúa hasta que se produce un nuevo deslizamiento. Por tanto,
las laderas de los valles formados en tal tipo de arcillas se ven expuestos
al deslizamiento superficial intermitente de sus masas inclinadas desde el
momento mismo en que dichos valles se originan y el proceso no termina
hasta que el ángulo de los taludes así formado se torna compatible con la
consistencia más blanda que la arcilla puede alcanzar. Es a través de este
mecanismo que los taludes se hacen cada vez más chatos. En algunas regio-
nes, como lo es, por ejemplo, el valle del río Saskatchewan al sur de Sas-
katoon en Canadá, todavía se producen deslizamientos sin provocación alguna
en taludes que se levantan con una inclinación de 1 vertical cada 15 hori-
zontal, El problema de determinar las características de resistencia al corte
de tales arcillas para propósitos de proyecto no ha sido aún resuelto (Peter-
son et al, 1960)*.
3$ T
y Grado inicio! de saturación, Sr
$$ ' él
E — 7
E 75%
$3 aa 87%
a LEY HET
8 10 15 20
Tensión normal total, p (kg/cm)
Fig. 18.6. Líneas de rotura obtenidas con ensayos no drenados de
una arcilla magra en término de tensiones totales para varios grados
iniciales de saturación,
]
Fo]
Fo]
l
:
]
» a
T
1
1850,
Densidod seca, kg/m*
3 a
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>=
3
ao
1600! 1 L 1 1 L
10012 1 16 18 20 22
Humedad
de colocación Ye
(6)
Fig. 18.7. (a) Resistencia de una arcilla magra en la condición en
que fue cos y después de embebida, representada en función
del contenido de humedad de colocación; (b) Curva densidad-humedad
para el mismo material.
ello que todas las líneas de rotura de la figura 18.6 se aproximan a asíntotas
horizontales, para alcanzar la condición ¿ = 0 a presiones normales, que
están en relación inversa con el grado de saturación inicial.
Un terraplén compactado se coloca ordinariamente en una condición
parcialmente saturada. La resistencia en el momento de la compactación
depende, para un procedimiento de compactación dado, del contenido de
humedad con que se coloca el suelo, como lo ilustra la figura 18.7a, que
muestra los resultados de ensayos no consolidados no drenados realizados
sobre una arcilla limosa. No obstante, si el terraplén se torna total o casi
saturado, la resi ia puede variar significati con res-
pecto a la que tenía en el momento de ser colocado, como bien lo demuestra
la figura mencionada. Las relaciones que ejemplifica la figura 18.7 difieren
grandemente para distintos suelos, y para un mismo suelo dependen de los
diferentes procedimientos de compactación utilizados (Seed et al. 1960).
También dependen de si el cambio de humedad se produce con o sin varia-
ción de volumen del suelo.
Debido a la naturaleza compleja de los fenómenos asociados con la
resistencia al corte de los suelos parcialmente saturados, se necesita una
experiencia considerable para seleccionar el procedimiento de ensayo apro-
piado para medir su resistencia e interpretar los resultados.
0 > T 2s T T
Lar 127 Le =35
Dal Al l: B=I7 |
$j E3]s
l
GS 4 eshS S -]
y 3 > Ss
2
2 Ja y sSs ||[3/8
v/o
E o E S
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$ $ ¡ol =036rglen
$ ralem_] S ¿o 0xo
«*T 92 Y -m
skglem?|
01 kglem? 035
o ] Y o 018 kglem?
100 140 180 220 20 0 10 20 30 40
. lo carga ieor la carga
lo) (6)
2
306
Bogl 47 aro cebo cidade
México Lu =W=400
¿ OA B- Arcila ce Comiridge,
Moss. La 42: W*37.Ra "21
a € - Bentonita
de Oohe
ROLL D-Arcillo de Mississippi Ly=34; W=S/; Py =31 1
0 1 10 100 1000 10,000
s
1000307
Tiempo empleado poro olconzor lo rotura = minutos (esc1o3)
Fig. 18.9. Resistencia no drenada de suelos arcillosos en función del
tiempo empleado para alcanzar la rotura comparada con la resistencia
obtenida cuando para ello se emplea un minuto (según Casagrande y
Wilson, 1951).
Problemas
1. Los resultados de una serie de ensayos drenados a una arcilla magra vienen
expresados con suficiente aproximación por la ecuación $ Íg31%. Sobre ese material
se realiza un ensayo consolidado no drenado comp primero una probeta bajo
una presión hidrostática de confinamiento de 2 eje e nds y ri aumentando la carga
axial sin drenaje hasta que se produce la rotura. pe ein
18 kg/cm* en exceso dela presión de cámara. ¿Cuál es el valor de coeficiente de la
presión de poros Aj? ear es el valor de pex?
Solución: 0,64; 18,1*
2 La he riaa a compresión simple de una muestra de arcilla resulta igual a
2 kg/en*. La arcillati de plasticidad de 40 y su ángulo de fricción inten,
de ácuerdo con la fig. 18.1) es a oximademente 27,7". En la hipótesis de que este
valor de y es válido, ¿enál es en de de la rofura la magritud de la presión de
poros enla probeta jometida a la compresión simple
Solución: 1,15 kg/cm* negativa
3, Un depósito de sra “inalterada normalmente consolidada tiene un índice de
lascidad del so unitario saturado de 1,83 g/cm'. La arcilla se extiende
von prada de'de wins 15m por debajo de lala uperfco y el nivel freático coincide
ha extraído una muy buena muestra inalterada de una profundidad de 9 m.
Sá «la probable reitencia 4 Ta compresión simple del material?
Solución: Aproximadamente 0,55 kg/cm"
4. Sobre una muestra de arcilla amasada se realizan dos ensayos triaxiales conso-
lidados no drenados. Una de las probetas se consolida bajo una presión de cámara de
1,7kg/cu! y rompe bajo yn aumento de presión axial de 1,24 kg/m”, observándose par
que la presión de poros en el instante de la rotura alcanza un valor positivo
ira probeta e conslida bajo una presión de cámara de 4:27 kg/m!
necesi un aa de tensión axial de 3,12 k; legar a la rotura, en
cuyo instante desarrollala presión de poros igual a 2,7 kg/cm”. ¿Cuáles son los valores de
dm. y de $ que amojen ol caspa!
Solución: 15,5* y 30*
Lecturas seleccionadas
El estado actual del conocimiento con respectoa la resistencia al corte de los
suelos cohesivos fue anal lurante un congreso que se tituló “Research Conference
on Shear Strength of olas Sa realizado por la “American sa of Civil Engi-
ART. 19 EFECTO DE LAS VIBRACIONES SOBRE LOS SUELOS 127
IE)
Petaciónce frecuencia,
rie. an L (u) Principio en que se basa el vibrador de suelos; (b) relación entre
amplitud de las vibraciones; (c) relación entre frecuencia y asentamiento
de la base del vibrador (según A. Hertwig et al., 1933).
* Los hincapilotes a vibración son muy eficaces para hacer penetrar pilotes
blestacas enPeri uy poco eliciatos y ineficaces ea limo y aacilla, (N,. del Z ll
Capítulo 3
DRENAJE DE LOS SUELOS
Definiciones
Se denomina nivel de la napa freática al lugar geométrico de los niveles
a que alcanza la superficie del agua en pozos de observación en libre comu-
nicación con los vacíos del suelo “in situ”. El nivel de la napa freática puede
también ser definido como el lugar geométrico de los puntos en que la tensión
neutra 4 en el suelo (artículo 2) es igual a cero,
Si el agua contenida por un suelo no estuviera sujeta a otra fuerza que
la gravedad, el material situado por encima de la napa se hallaría seco. En
realidad, en el terreno, el suelo se halla completamente saturado hasta cierta
distancia por arriba de la napa, y parcialmente saturado encima de este
nivel, a partir del cual se dice que está húmedo.
Si la parte inferior de una masa de suelo seco se pone en contacto con
el agua, el líquido sube por los vacíos hasta alcanzar cierta altura por encima
del nivel libre. Este ascenso del agua se atribuye a la tensión superfici
que se desarrolla en la zona límite entre el aire y el agua. En esta zona, el
agua se encuentra en un estado de tensión comparable al que se desarrollaría
en una membrana de goma tendida y unida a las paredes de los vacíos del
suelo, con la diferencia de que la tensión superficial del agua no resulta
afectada por una contracción o extensión de la película que separa el agua
y el aire.
Los conceptos básicos relacionados con las acciones moleculares que
producen la tensión superficial son temas que se hallan aún en discusión.
A pesar de ello, la existencia de tensiones de tracción en la película super-
ficial ha sido probada fuera de toda duda hace más de un siglo, y la inten-
sidad de las mismas ha sido medida por métodos distintos con idénticos
resultados.
¿al
UR
pe x
127
Pe
+
ho
9
= cora (20.1)
El valor T, disminuye un poco con el aumento de temperatura. A la
temperatura ambiente alcanza aproximadamente 0,075 gramos por centíme-
tro y Yu es igual a un gramo por centímetro cúbico. Por lo tanto,
Por arriba del nivel del agua libre, la presión hidrostát ejercida
por el agua es negativa, y para una altura z es igual a
Ue = — Zo (20.3)
Ascensión capilar del agua en los suelos
En contraste con lo que ocurre en tubos capilares, los «vacíos continuos
de los suelos y de la mayoría de los materiales porosos tienen ancho variable
y se comunican entre sí en toda dirección constituyendo un enrejado de vacíos.
Si este enrejado es invadido desde abajo por el agua, su parte inferior se
satura completamente. En la parte superior, el agua sólo ocupa los vacíos
más pequeños, pues los mayores permanecen llenos de aire.
La ascensión del agua a los vacíos de una arena seca por efecto capilar
puede demostrarse en el laboratorio con el ensayo indicado en la figura
20.2a. Se vierte arena en un tubo vertical con una malla perforada en el
fondo, y luego se coloca este fondo en contacto con el agua. Por ascensión
capilar, parte de la arena se satura y adquiere un color oscuro. Hasta una
altura h,, por encima del nivel del agua, la arena se halla completamente
saturada y entre ho. y h. está parcialmente saturada, en la forma que lo indica
la figura 20.2b. La altura h, se lláma altura de ascensión capilar. La curva
de la figura 20.2c indica la velocidad con que la superficie de la zona húme-
da se acerca a la posición de equilibrio correspondiente a la altura h..
A medida que disminuye el tamaño efectivo, también lo hace el tamaño
de los vacíos y aumenta la ascensión capilar. La altura h. (en centimetros)
es aproximadamente igual a
lo = MUA (20.4)
eD;o
en la cual e es la relación de vacíos, D,y (centímetros) el tamazo efectivo
de Allen Hazen (artículo 5), y C (centímetros cuadrados) es una constante
empírica que depende de la forma de los granos y de las impurezas super-
ficiales. Su valor varía entre 0,1 y 0,5 centímetros cuadrados. Sin embargo,
debe tenerse en cuenta que la permeabilidad disminuye cuando decrece el
Sólido
a
Fig. 20.2. Ascensión espilar del agua en arena seca.
134 DRENA]J£ DE LOS SUELOS
ele asen.
a
feta
/
4 Tras (am)
me
3
DN
Y 001 q00,
Log. del lamaño cielos granos)
Fig. 20.3. Relación entre tamaño de grano de polvo de cuarzo uniforme y altura de
ascensión capilar en un período de 24 horas (según A. Atterberg, 1908).
Fiz. 20.4. Corriente capilar por Fig. 20.5. Corriente capilar sobre el mé
una ranura en forma de Y. leo impermeable de un dique de tierra.
ART. 2) NAPA FREÁTICA, HUMEDAD DEL SUELO, FENÓMENOS CAPILARES 135
AAEs
Fig. 20.6.
1
Fuerzas producidas por la humedad de contacto.
136 DRENAJE DE LOS SUELOS
Errores comunes
Como las causas físicas que producen el movimiento capilar del agua
en los suelos no son tan evidentes como las que originan el escurrimiento
gravitacional, se han deslizado varios errores en ciertas publicaciones téc-
nicas. Se ha aseverado, por ejemplo, que el agua no puede ascender en un
tubo capilar a una altura mayor que en el caño de una bomba de succión
(10 metros). La altura a que el agua puede ser elevada por succión depende
de la presión atmosférica y es independiente del diámetro del tubo, mien-
tras que la altura de ascensión capilar es independiente de la presión atmos-
férica y aumenta al disminuir el diámetro del tubo. Es, por lo tanto, evi-
dente que dichos fenómenos no tienen nada en común. En el vacío es impo-
sible levantar el agua por succión, mientras que la altura de ascensión capilar
es la misma que a la presión atmosférica.
Se ha dicho que la mayor parte del agua contenida en una arena fina
no puede escurrirse o filtrar por efecto gravitacional, porque es retenida en
la arena por atracción molecular. Esta opinión resulta incompatible con el
bien conocido hecho de que el espesor de la capa de agua retenida por la
atracción molecular del sólido no excede 0,1 micrón. Más allá de esta dis-
tancia, el agua tiene propiedades normales y puede desplazarse libremente
como si estuviera en un conducto. La cantidad de agua retenida en la dis-
tancia de 0,1 micrón de la superficie de los granos de una arena saturada
resulta despreciable frente al total del agua de saturación, de modo que
desde el punto de vista práctico puede considerarse que toda el agua está
en estado normal y participa en la filtración gravitacional.
Problemas
JQun ys a ascensión cop en ms wena muy, Goa cojo tamaño efectivo es
igual a0d milimetros y su relación de vacios igual a 0,
Solución: entre 33 y 165 centímetros.
2. La resistencia a la compresión simple de una arena fina densay húmeda
alcanza a 02 kg por centímetro cuadrado y su ángulo de fricción interna es igual a 40"
¿Cuál sería la intensidad de la presión triaxial p. que se necesitaría para producir sobre
Ía resistencia de la arena el mismo efecto que la humedad de contacto?
Solución: 0,056 kg por centímetro cuadrado.
Por otro lado, la presión de filtración del agua que escurre consolida el
suelo situado debajo de la zona de congelamiento.
Las secciones que siguen contienen una descripción de los diferentes
tipos de drenaje.
Drenaje por gravedad
El valor mínimo a que puede reducirse el contenido de humedad de
un suelo, cuando el mismo se halla sujeto al drenaje por gravedad, se llama
capacidad de retención de agua del suelo. Para obtener valores numéricos
que sirvan de comparación sobre la capacidad de retención de agua de los
diferentes suelos se utilizan varios procedimientos de laboratorio. En algu-
nos de estos procedimientos, conocidos como métodos gravitacionales, se
hace drenar el suelo bajo el único efecto de la gravedad. En otros, llamados
métodos por succión, la fuerza de la gravedad es incrementada sometiendo
al vacío la base inferior de la muestra o a presión su base superior. En un
tercer tipo, llamado método centrífugo, las fuerzas de la gravedad son
remplazadas por fuerzas de inercia de mayor intensidad.
Si se conoce la capacidad de retención de agua de un suelo, como asi-
mismo la relación de vacíos después del drenaje y el peso específico absoluto
de las partículas sólidas, se puede calcular el grado de saturación S, (por
ciento) (véase artículo 6), y la relación espacio de aire G,. La relación
espacio de aire o grado de aireación se define por la ecuación:
GQ, = “Pa io de aire _ 5-70) (21.1)
espacio vacío total — 1
Las curvas A y B de la figura 21.1 representan la relación espacio de
aire en función del tamaño efectivo para diferentes fracciones de suelo que
fueron drenadas utilizando dos métodos distintos. Los datos para dibujar
la curva A fueron obtenidos sometiendo muestras saturadas al drenaje por
succión, aplicando por 2 horas vacío a la base inferior de muestras de 10 cm
de altura. La curva B representa los resultados de los ensayos efectuados
por el método centrífugo, en el cual las muestras fueron sometidas durante
2 minutos a una fuerza igual a 18.000 veces la gravedad (Lebedeff 1928).
En el laboratorio, el drenaje de la arena bajo la influencia de la grave-
dad continúa por años a un ritmo decreciente, aun en el caso de arena
gruesa. La figura 21.24 representa el estado de dos muestras de arena
después de 25 años de iniciarse el drenaje. En ambas muestras, la relación
espacio de aire aumentó tanto más rápidamente cuanto más alejada de la
napa se encontraba la capa de suelo considerada (véase figura 21.2b),
pero aun después de dos años y medio, la relación espacio-aire seguía
aumentando en ambas muestras (King 1899).
En el terreno, todo proceso de drenaje por gravedad va periódicamente
acompañado de la incorporación de agua proveniente de las lluvias o del
deshielo, cuyo efecto sobre el contenido medio de humedad del suelo depen-
de no solo de la cantidad de agua incorporada y de la evaporación, sino que
ART. 21 FORMAS Y TIPOS DE DRENAJE 139
Volumen vac?os (ofeler. Ga
SsS
Volumen de aire
03
Relación media
az
0!
o
Zamaño de grano efectivoLy en mm. /Fecala logarítmica)
Fig. 21.1. Relación entre tamaño de grano y grado de aireación después del
drenaje. La curva 4 fue obtenida por el método de succión; la curva E por «cl
método de la centrifugación; la curva C por mediciones en el terreno (4, según
Zunker, 1930; B, según Lebedeff, 1928).
Humedad,
isconfinva
10 O=óa
(6)
Fig. 21.2. Humedad del sue'o en dos m istintas de arena después de
drenadas durante 2,5 años en el l orio (según King, 189
Desecación de suelos
Si se expone un trozo de arcilla al aire, el agua que contiene el suelo
se desplaza del interior hacia la superficie donde se evapora. Durante este
proceso, la arcilla se hace más y más resistente hasta que finalmente deviene
ura. El momento en que cesa la evaporación depende de la humedad
relativa del aire circundante, ya que, de acuerdo con las leyes de la física,
ART. 21 FORMAS Y TIPOS TE DRENAJE 141
el agua se evapora en toda zona de separación entre agua y aire, salvo que
la humedad relativa sea como mínimo igual a cierto valor que es función
de la tensión a que está sometida el agua. La humedad relativa h,, se
define como la relación entre el peso de vapor de agua que existe en el
aire a una temperatura dada y la máxima cantidad de vapor que puede
contener el aire a la misma temperatura. En climas húmedos, la humedad
relativa varía comúnmente entre 0,15 y 0,95, alcanzando excepcionalmente
a 0,99. Cuando la humedad relativa del aire en contacto con la superficie
libre del agua es menor que uno, el agua se evapora hasta que la humedad
del aire se haga igual a uno, o bien hasta el secado completo. Si el agua se
halla bajo tensión, la evaporación cesa para una humedad relativa menor
que uno. Este valor menor h, se designa presión relativa de vapor. Para
temperaturas comprendidas entre 10? y 30%C y para presiones relativas de
vapor comprendidas entre 0,7 y uno, la relación entre la tensión neutra tz
del agua y la presión relativa de vapor h, puede expresarse en forma
aproximada por la ecuación:
(kg/cm?) = — 1500(1 — h,) (21.2)
Por ejemplo, para h, = 0,90, ts = — 150 kg por centímetro cuadrado,
es decir, que si la tensión neutra de un trozo de arcilla expuesto al aire es
igual a 150 kg por cm cuadrado, el contenido de humedad de la misma no
permanece constante a menos que la humedad relativa del aire circundante
sea igual a 0,90. Si la presión relativa de vapor es menor, la arcilla sigue
perdiendo agua por evaporación; si es mayor, el agua se condensa en la
superficie del suelo produciendo un hinchamiento de la arcilla hasta que la
tensión del agua desciende al valor determinado por la ecuación 21.2. Este
hecho puede ser utilizado para calcular la tensión del agua contenida en
materiales porosos de granos finos, como lo son las arcillas.
Si de un tubo capilar de radio r (centímetros) se evapora agua, la
curvatura del menisco y la tensión uy del agua aumentan hasta que tu se
hace igual a — h¿yw. Sustituyendo h; de la ecuación 20.2, se llega a:
y laJ Arena my
1 fina limpia
1) TS
(6) Arena limoso
a Sm
É o]
3 (e) Arcilla
?
?8
S
S
Y
E
$¿
O
Confenido de humedad W
Fix, 21.3.. Resistencia a la compresión simple de vacios suclos con contenidos
de humedad situados por encima del límite de contracción y para distin
le desecación por debajo de dicho límite (b y c, según A. Anabera, 1916).
Desecación en el terreno
En la naturaleza se produce desecación en los suelos siempre que su
superficie no se encuentre bajo agua en forma permanente. Debido a la
desecación periódica, la cohesión áparente de las arenas muy finas limosas
puede llegar a ser bastante importante. El agua de lluvia no llega a desalo-
jar más que una pequeña parte del aire contenido en los vacíos y la cohesión
sobrevive períodos lluviosos de larga duración. Por ello, estos suelos han
sido confundidos, particularmente en las zonas áridas y semiáridas, con rocas
blandas. Sin embargo, si se llega a inundar la superficie, la cohesión des-
aparece gradualmente y el suelo puede desintegrarse.
La desecación de una capa de arcilla blanda progresa muy lentamente
de la superficie expuesta hacia abajo y da lugar a la formación de una
costra que se hace más y más espesa con el correr del tiempo. Si esta cos-
tra es posteriormente tapada por nuevos sedimentos y permanentemente
inundada, forma una capa de arcilla resistente preconsolidada situada en-
tre dos estratos de arcilla normalmente consolidada (artículo 13). Espesas
capas de arcilla blanda pueden ser consolidadas haciendo circular aire seco
caliente por un sistema de túneles de ventilación, pero este procedimiento
muy raras veces resulta económico.
En zonas semiáridas, como ser el oeste de Texas, la desecación de
arcillas en la estación seca progresa hasta profundidades que alcanzan los
6 metros (Simpson, 1934), quebrándose el suelo como consecuencia de las
grietas de contracción que se producen. Durante la época de lluvias, el
agua penetra en las grietas y la arcilla se hincha originando un levanta-
miento importante de la superficie del terreno. Debajo de las zonas cubiertas
por edificios, la pérdida de humedad por evaporación es mucho menor que
en las zonas adyacentes. Por ello el contenido de humedad de la arcilla
situada debajo de las superficies cubiertas aumenta por muchos a“os a velo-
cidad decreciente y produce una elevación de la parte central de las mismas,
respecto a sus bordes exteriores. El valor de esta elevación es práctica-
mente independiente del peso de los edificios di su efecto es muy similar al
por Baj di les-
favorables, la elevación en ciertos suelos puede, con el tiempo, superar los
30 centímetros.
Si el subsuelo de un edificio con calefacción central descansa sobre
arcilla, la humedad del suelo puede evaporarse por los vacíos del hormigón
originando una contracción de la misma, que se separa del piso de hormi-
gón dejándolo sin su soporte. El efecto pernicioso puede evitarse cubriendo
la superficie de la arcilla con una capa bituminosa antes de colocar el
hormigón.
Desleimiento o desintegración de suelos secos por el agua
Cuando una probeta de arcilla seca se sumerge rápidamente en agua
(fig. 21.4), la zona exterior de la misma se satura atrapando aire en la zona
interior. La presión del aire origina una tracción en el esqueleto sólido y
146 DRENAJE DE LOS SUELOS
Vacíos llenos de
aire comprimido
la)
Caliente
ig. 21.6. Diagrama que ilustra la acción de las he' sobre los suelos. (a)
Sistema cerrado; (b) sistema abierto; (c) método para transformar un sistema
abierto en uno cerrado, por m: en arena gruesa que intercepta
la ascensión capi la zona he'ada.
Mecánica teórica
de los suelos
n
Mveral z ZN o) ; [
2r,
Paz
4
WA ergo
T
y %
de >
* Lar
de
la
%
Le
11,9 * Estralo impermeable
Fig. 23.1. — (a) Filtración del agua por debajo de la punta de una fila única de
tablestacas en arena homogénea; (b) presiones hidrostáticas actuantes en las cuatro
caras del elemento de arena indicado en (a).
A E
+oz
De estas ecuaciones es fácil ver que las velocidades v, y 0+ pueden
considerarse como derivadas parciales con respecto a x y a z de la expresión:
0 = kh
E 15
La parte
(Mi — 37ho) Yo = ho
que ses origina por efecto exclusivo de la filtración de agua se denomina
sobrepresión hidrostática.
Cálculo de la filtración y de la presión de filtración
Con el objeto de derivar las ecuaciones para calcular la cantidad de
filtración, se analiza el campo indicado por el área sombreada de la figura
23.1a. La longitud de sus lados en la dirección de las líneas de corriente
es igual a a, de modo que dentro del campo el gradiente hidráulico es
igual a:
160 HIDRÁULICA DE LOS SUELOS
y la velocidad de descarga:
a
o=k=k—= _ kh
AÑ
p= em = 00,
es trasferida del agua a los granos de suelo. Como + es Igual al gra-
diente hidráulico í, y a3 es el volumen del elemento, el agua ejerce sobre
el suelo una fuerza igual a:
Pe = io (23.6)
por unidad de volumen.
“Esta fuerza se conoce como presión de filtración. Tiene la dimensión
de un peso específico y, en cualquier punto, su línea de acción es tangente
a las líneas de corriente.
ART. 23 CÁLCULO DE LA FILTRACIÓN 161
Fig. 23.2. Pusos a seguir para construir una red de filtración. (a) Sección
trasverxal al dique y ul estrato permeable; (b) resultados del primer tant:o
para cowstruir la red de filtrución; (e) resultados de la corrección la red
indicada en (b); (d) red de filtración final.
162 HIDRÁULICA DE LOS SUELOS
£siralo rimpermenble
£stralo impermeable
Fig. 23.3. Filtración en arena homogénea por debajo de la base de un diqu
de hormigón. (Según A. Casagrande, 1935 a).
ART. 23 CÁLCULO DE LA FILTRACIÓN 163
£stralo impermeable
libre, y que está situada enteramente dentro del medio poroso. A lo largo
de esta superficie, la distancia vertical entre pares adyacentes de líneas
equipotenciales es una constante igual a Ah,
Toda red de filtración se construye en la hipótesis de que el suelo de
un estrato dado, por donde filtra el agua, es uniforme en su permeabilidad.
En realidad, en los estratos de suelos naturales, la permeabilidad varía de
punto a punto, especialmente a lo largo de líneas normales a los límites
del estrato. Por ello, la diferencia entre una red de filtración crudamente
esquematizada y otra exacta es comúnmente pequeña, comparada con la
diferencia entre la fluencia del agua en el suelo real y la que indica la red
de filtración exacta La universalidad de esta circunstancia hace que los refi-
namientos en la construcción de redes de filtración, como los estudios deta-
lados sobre modelos, no se justifiquen desde el punto de vista práctico.
El uso de modelos, basados en la analogía entre la filtración de agua
en medios porosos y la fluencia de electricidad en conductores, ofrece un
medio conveniente para construir una red de filtración como la de la figura
23.4a, que contiene una superficie de agua libre. No obstante, el armado
del equipo necesario es laborioso y no se justifica, a menos que deban tra-
zarse muchas redes de filtración de este tipo.
q 2 (23.10)
log,
n
de donde
*
e pes)
Para las condiciones de borde: h, = H para r, = fo y hz = H, para
e HH 187 (23.12)
log. +
Lecturas seleccionadas
Casagrando, A rl] “socpago Eroush dams”, Journal New England Water Works
Association, Vol.5: 2, págs. 181-172. Reimpreso en Contelbaions to soil me-
chanics Tos 15 "ton Society of Civil Engineers,1940, y en el Harvard
University Soil Mechanics Series NO 5. Una clásica eritación del método de las
redes de filtración y sus aplicaciones.
Los siguientes tratados se refieren a aspectos avanzados del cálculo de las
filtraciones:
Muskat, M. (1937). The flow of homogeneous fluids porous media, New York,
McGraw-Hill, 63 págs. Reimpreso por J. W. Edw: Ana Arbor, , 1946.
Polubarinova-] Kochioa, P. Ya (1962), Theory of ground water movement. Traducido del
ruso Wiest, Princeton University Press, 618 págs.
ART. 24 SIFONAJE 169
ART. 24 SIFONAJE
Definición de sifonaje
Muchos diques fundados sobre suelos han roto por la formación, apa-
rentemente instantánea, de un túnel o sifón de descarga debajo de la base
del dique y dentro del suelo de fundación. La erosión, causada por el torrente
de agua que se produce, aumenta rápidamente el ancho y la profundidad
del túnel o sifón hasta que, en un momento dado, la estructura, que ha
quedado en el aire, rompe en fragmentos y es arrastrada por. 2 torrente.
La forma de rotura descripta se conoce como rotura por sifonajl
Las roturas por sifonaje pueden tener su origen en dos pde distintos.
En uno de ellos es el producto de la socavación o erosión subterránea que
s> inicia en la zona agua abajo cerca del pie del dique o en algún plano de
sedimentación (artículo 63). La rotura se produce tan pronto como la punta
de la galería de erosión alcanza el fondo del embalse. La forma de gestación
de este tipo de sifonaje, que se describe en el artículo citado, hace imposible
todo estudio teórico del mismo.
En el otro proceso, el sifonaje tiene su origen en el levantamiento instan-
táneo de una gran masa de suelo situada agua abajo, en las cercanías del
pie del dique. Una rotura de este tipo se produce solo cuando la presión de
filtración del agua que circula hacia arriba en el suelo situado al pie del
dique se hace mayor que la presión efectiva del suelo.
Las roturas de la primera categoría se denominan roturas por erosión
subterránea, las de la segunda roturas por levantamiento. En lo que sigue
solo se estudian las roturas por levantamiento; la erosión subterránea se trata
en el artículo 63,
La magnitud y la distribución de la sobrepresión hidrostática se deter-
minan por medio de la red de filtración. En el artículo 23 se hizo notar
que la red de filtración teórica nunca es idéntica a la que representa la
filtración del agua en el suelo real y que en ciertos casos ambas redes pueden
no tener parecido alguno. Por ello, los resultados de investigaciones teóricas
sobre los efectos mecánicos que produce la filtración deben servir solo como
una guía y una base para planear instalaciones apropiadas para la observa-
ción durante y después de la construcción.
(a)
le, ¿Dtaporor)
[e levantamiento
de
FTC
ha Ye
Lrenaje pere | |
a E 0]
[STR
Lrenaje Drenaje
Fig. 25.1. Diagrama que ilustra la consolidación de una capa
compresible de as
EY,
Y
1
La
|
PIT
> el 22%
y Edemita
dr ds
A pintsión
de agua pe
pS
1
?
MH Arcilla
Fig. 25.3. (a) Sección vertical de un elemento delgado de una capa en conso-
lidación, en la que se indican las presiones hidráulicas en los bordes del elemento:
(b) corte vertical por la capa de arcilla en consolidación, donde se indican las
condiciones hidráulicas de borde,
ART. 25 TEORÍA DE LA CONSOLIDACIÓN 177
estrato, de modo que, utilizando la ecuación 13.2, podemos escribir, para
un estrato de espesor unitario:
% _, 245)
a Tm
Como Ap es constante, la ecuación 25.2 conduce a:
op)CE
__ a
y
O o jay
a
Combinando esta ecuación con la 25.3, se obtiene:
Y ao o
a Cm Yo WE
o
uk uy
ES (48:3)
La ecuación 25.5 es la ecuación diferencial que define todo proceso
de consolidación en que el drenaje se produce linealmente. La misma puede
simplificarse recordando que:
k(cm/seg)
colemt/s05)
2
—=— A
gen )ma(cn7ar) 8)
El coeficiente c, es el coeficiente de consolidación (ecuación 14.2).
Sustituyendo:
or
> "o (25.7)
La solución de esta ecuación debe obedecer las condiciones hidráulicas
de borde, las que dependen de la carga y de las condiciones de drenaje,
en la forma en que lo indican los diagramas de la figura 25.2. Las condi-
ciones de borde que determinan la consolidación de una capa semiabierta
por la acción de una presión uniforme pueden servir de ejemplo. Según
lo indica la figura 25.3b, las condiciones de borde son las siguientes:
(1) Para t = 0 y para cualquier distancia z a contar de la capa imper-
meable, la sobrepresión hidrostática es igual a Ap.
(2) Para cualquier tiempo t, en la superficie de drenaje z = H, la
sobrepresión hidrostática es igual a cero.
(3) Para cualquier tiempo t, en la superficie impermeable (2 = 0), el
gradiente hidráulico es igual a cero (%4/9z = 0).
178 HIDRÁULICA DE LOS SUELOS
Faclor
de hempo Ty
Grado de consolidación Y en por ciento
23 3
—-
8
La
e —p, | A
¡[lo de p, ———
Fig. 26.1. de Mohr de rotura para el caso en que la
línea envolvente es una rec
184 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
debiéndose hacer notar, además, que deben tenerse en cuenta los cambios
que se pudieran producir con el tiempo en la estabilidad del elemento que
se analiza. El efecto del tiempo puede predecirse en algunos casos estimando
las modificaciones que experimentarán las presiones de poros, pero usual-
mente solo es dable tenerlo en cuenta de una manera general en base al
conocimiento de las propiedades físicas del suelo. Algumos de los efectos
producidos por el tiempo se tratan en el artículo 18 y otros en la Parte III.
La condición de rotura expresada por la ecuación 16.5 se corresponde
con el diagrama de Mohr, cuando se supone que la línea de resistencia
intrínseca es una recta (fig. 26.1). Por consiguiente, en el instante de la
rotura, existe una relación definida entre la presión principal mayor p, y la
menor pa, que se deriva por geometría como sigue:
p.+d=0A+AB= OA (1 + sen$)
v+d=0A—AB= OA (1 + sen$)
De estas expresiones resulta:
pen 1 + sen $
Pr Pa A
pero como;
vV I—sm
sen $
se obtiene:
_ 1 + sen $ A + sen $
=P PLATA en
E)
Llamando:
No = tg (ss + 2) (26.1)
resulta: p=pNy +20 YN (26.2)
La cantidad N¿ es conocida como el valor de fluencia. Si c = 0,
pr = paÑo (26.3)
ysig=0,
Pi = ps + 2e (26.4)
ART. 27 ESTADOS DE EQUILIBRIO PLÁSTICO 185
Problemas
1. Se somete a ensayo triaxial una muestra de arena densa seca. Se cree que el
ángulo de fricción interna es aproximadamente 87”. Si la presión principal menor es de
2 kg/cm, ¿cuál será la presión principal mayor de rotura?
Solución: 8 kg/cm”.
2. Resolver el problema 1 en la hipótesis de que la arena tiene una pequeña
cohesión igual a 0,10 "kg/cm.
Solución: 8,4 kg/cm.
3. La resistencia al corte de un suelo está determinada por la ecuación: $ =C + p
realizan dos ensayos triaxiales sobre el material. En el primero la presión de
confinamiento es de 2 kg/cm” y la rotura ocurre a una presión axial adicional de 6 kg/cm”.
En el se; lo la presión de confinamiento es de 3,5 kg y la rotura ocurre a una presión
adicional de 10,5 kg/cm. ¿Qué valores de c y $ corresponden a estos resultados?
Solución: 0; 87".
Conceptos fundamentales
Una masa de suelo está en estado de equilibrio plástico si cada punto
de la misma se encuentra al borde de la rotura. Rankine (1857) investigó
los estados de tensión correspondientes a aquellos estados de equilibrio
plástico que se producen simultáneamente en todos los puntos de una masa
semiinfinita de suelo sujeta solo a su propio peso. Los estados de equilibrio
plástico similares a los considerados por Rankine se denominan estados de
equilibrio plástico de Rankine. La consideración de los estados de equilibrio
de Rankine, aplicables a una masa semiinfinita, tiene como propósito prin-
cipal servir de introducción a estados más complicados de equilibrio plás-
tico, que son los que tienen importancia práctica.
Los estados de equilibrio plástico de Rankine están representados en la
figura 27.1. En ella, AB representa la superficie horizontal de una masa
semiinfinita de arena sin cohesión de peso unitario y, y E un prisma de arena
de base unitaria y de altura z. Como el prisma es simétrico con respecto a
cualquier plano vertical, la presión normal en la base
Po = yz (27.1)
es una tensión principal y las presiones p,, normales a las caras verticales,
son también tensiones principales.
Según lo establecido en la ecuación 26.3, en un material sin cohesión,
pm=e(e+t)
la relación entre las dos tensiones principales no puede exceder el valor
Pon oh
186 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
Lira
huge
Fig. 27.1. (a y b) Diagramas que representan el estado de Rankine en
una masa semiinfinita de as e Ce y d) los mismos diagra “$ para el estado
/0 de Rankine.
ART. 27 ESTADOS DE EQUILIBRIO PLÁSTICO 187
—e
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y
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5 NENININ ON A | (a)
1 Xx X
PY IN A
1 a =x
1 SHIN IN IN INN 2
e2 = n E 5 pa
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Y + v
dat Lo
T (6)
A
A 2
+ pr ÍeS Del 7j
3 LN
Fig. 27.2. (a) Diagramas que representan el estado activo local de Rankine er
arena contenida en una caja rectangular; (b) los mismos diagramas para el
estado pasivo local de Rankine.
las caras del cajón en contacto con la misma y produce, si las superficies
son rugosas, tensiones tangenciales verticales y horizontales. Como en el
estado activo de Rankine las tensiones tangenciales en dichos planos son
nulas, este estado no es posible a menos de que las caras y el fondo del
cajón sean lisos. Este im ii dici
de borde necesaria para que la masa de arena del cajón pueda alcanzar el
estado activo de Rankine. Si se satisface, dicho estado se alcanza tan
pronto como ab llega a la posición abi. La expansión unitaria del suelo
es entonces d,/l, Cualquier movimiento adicional de la pared dará lugar
a un desplazamiento de las partículas de suelo según dos conjuntos de
superficies, indicadas en líneas punteadas en la figura 27.2a, sin que por
ello cambien las tensiones internas de la masa.
Si la pared ab es perfectamente lisa pero la base del cajón es rugosa,
la arena situada entre la pared ab y la superficie potencial de deslizamiento
be puede deformarse libremente de la misma forma que lo haría si la base
fuese lisa. Las tensiones internas en el resto de la arena no resultan mate-
rialmente modificadas, pues la fricción a lo largo de la base impide que
se produzca la deformación requerida. Por lo tanto, un desplazamiento
hacia afuera de la pared ab produce un estado activo de Rankine sola-
mente dentro de la cuña abe. Como el ancho de la cuña aumenta de cero
en la base a un valor 1, en la superficie, la exransión unitaria d,/l que se
requiere para producir un estado activo se alcanza tan pronto como ab
pasa a la posición ay'b (fig. 27.24). Ésta es la condición de deformación
necesaria para este caso. Si la pared ab se desplaza más allá de a,'b, la
cuña de suelo se.mueve a lo largo de un plano de deslizamiento be, que
forma con la horizontal un ángulo de 45" + $/2.
Si las paredes y la base del cajón son perfectamente lisas, y se empuja
la pared ab contra la arena, toda la masa pasa al estado pasivo de Rankine
(fig. 27.2b) tan pronto como la pared haya recorrido una distancia d». En
este caso, los planos de deslizamiento forman un ángulo de 45” — ¿/2 con
la horizontal.
Si la pared ab del cajón es perfectamente lisa y su base rugosa, el
estado pasivo de Rankine se produce solamente dentro de la cuña abe.
La transición del estado elástico al plástico no se produce hasta que ab
se haya desplazado hasta o más allá de az'b.
a
Pared
da: 24)
e: (0)
a
L=>| la
Ter
ta
Fig. 27.3. Rotura de la arena situada detrás del paramento vertical liso de un
inuro de sostenimiento, cuando no se satisface la condición de deformación para
e! estado activo de Rankine. (a) Corte trasversal al paramento interno; (b)
empuje contra el muro,
190 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
Ly
Fig. 27,4. Rotura de la arena situada detrás del paramento vertical liso de un
muro cuando no se satisface la condición dr. deformación para el estado pasivo de
Rankine. (a) Corte transversal al paramento interno; (b) empuje contra el muro.
Lecturas seleccionadas
Una discusión general de la aplicación de la teoría de la plasticidad a estados de
equilibrios límites, incluyendo problemas de presión de suelos, estabilidad de taludes y
capacidad de carga, se encuentra en Sokolovki V. V. (1960): Static of soil media, tra-
elas del ruso al inglés por D. H. Jones y A. N. Schofield, London, Butterworths,
237 págs.
Métodos o para resolver problemas complejos de condiciones límiteg..
se, encuentran, desarrollados en Hansen, B. (1985): A theory of plasticity for ideal
frictionless materials, Copenhagen, Teknish Forlag, 471 págs.
ART. 28 TEORÍA DE RANKINE DEL EMPUJE DE LAS TIERRAS 191
miad Se y, ¿reo
Presión
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reMe LE Lal
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po My
Fig. 28.2. Empuje activo de arena parcialmente sumergida que soporta una sobre-
carga. (a) Corte trasversal al paramento interno de la estructura de sostenimiento;
(b) empuje contra el paramento interno de la estructura.
194 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
Presión y, por
unidad de área
(a)
Fig. 28.3. Rotura de la arcilla situada detrás del paramento interno liso y vertical
de un muro de sostenimiento, cuando se s ie
para el empuje activo. (a) Corte trasw paramento interno; (b) empuje
contra a muro.
que actúa en la parte inferior bc del paramento y que está representado por
el triángulo def en la figura 28.2b.
Si el terraplén soporta una sobrecarga uniformemente distribuida q
por unidad de área, la presión vertical efectiva po aumenta, a cualquier
profundidad, en dicho valor q, y el empuje activo unitario de Rankine
aumenta en:
Apr =% (88.5)
En la figura 28.2b, el empuje producido por la sobrecarga q está repre-
sentado por el área aefihg.
Empuje activo de suelos cohesivos, Muro de paramento interno
vertical liso
En la figura 28.3a, la recta ab representa el paramento interno liso de
un muro en contacto con un suelo cohesivo de peso unitario y, cuya resis-
tencia está definida por la ecuación:
s=cH+ptgg9
No = tg?(1 + 4) (26.1)
ART. 28 TEORÍA DE RANKINE DEL EMPUJE DE LAS TIERRAS 195
mom Ñ 2 YN (28.6)
$
H,= (28.11)
<|8
Como no siempre el suelo se adhiere al paramento, se considera común-
mente que para suelos cohesivos el empuje activo contra muros de sosteni-
miento es igual a la presión total representada por el área bde, igual al
área odd, menos el área cebd, (fig. 28.8b). Por consiguiente:
1
Pa = q Py,
1 2H Ata (28.12)
Para
$ =0,
.=>+ vir — 214 22 (28.13)
Empuje pasivo de los suelos cohesivos. Muros de paramento
interno vertical liso
Si la cara ab del muro o bloque que soporta el suelo y su sobrecarga
uniforme es empujada hacia el mismo, como lo indica la figura 28.4a, la ten-
sión principal horizontal p, aumenta y se hace mayor que po. Tan pronto como
ab alcanza o sobrepasa la posición az'b, que representa la condición de
deformación para el estado pasivo de Rankine, se satisfacen las condiciones
para que se produzca la rotura (ecuación 26.2). Como pa representa la
tensión principal mayor, se puede sustituir p,= Pi y Py = Ps = yz + q enla
ecuación 26.2 y se obtiene:
Pr = Y2N¿ + 20V No + qN5 (28.14)
La presión p, puede ser considerada en dos partes. Una de ellas,
py = y2Ng
aumenta como la presión hidrostática en relación lineal con la profundidad.
En la figura 28.4b, la tensión p,' está representada por el triángulo c,cado
con un área:
Pr ="/, y BPN5 (28.15)
El punto de aplicación de P' está situado a una distancia H/3 del punto
b, y su valor representa el empuje pasivo de un material sin cohesión con un
ángulo de fricción interna $ de peso unitario y.
La segunda parte de p, es:
pw” =2 V N¿+qN)
Esta presión es independiente de la profundidad y está representada por la
altura del rectángulo abc,d, de la figura 28.4b,
ART. 28 TEORÍA DE RANKINE DEL EMPUJE DE LAS TIERRAS 197
A
vidad e diva á
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z 4
+ 4-
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E,
L - b e le al
la) Ze VNy > gy Ya
Fig. 28.4. Rotura de la arcilla situada detrás del paramento interno vertical y
liso de un muro, cuando se satisface la condición para el empuje pasivo, (a) Corte
trasversal al paramento interno; (b) empuje sobre el muro.
Problemas
de Un muro de paramento interno liso vertical de 3 metros de alto sostiene una
masa de arena seca sin cobesión con superfiio límite horizontal, El peso. witario, de
la arena es de 1800 kg por m cúbico, y su ángulo de ficción interna de 36". ¿Cuál es
aproximadamente el empuje total si el muro no puede desplazarse; si el muro
desplazarse lo suficiente como para satisfacer las condiciones del estado activo de
Raukine?
Solución: 3240 a 4050 kg por m; 2100 kg por m.
El nivel de la napa freática detrás del muro indicado en el problema 1 se
levanta hasta ima cloración o 1,20 m por debajo de la cresta del mismo. El peso uni-
198 + EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
bc consta de una porción inferior curva, seguida de una línea recta. Dentro
de la zona adc de la cuña de deslizamiento, el esquema de los deslizamientos
es idéntico al que corresponde al estado activo de Rankine (fig. 27.2a),
mientras que en el área adb consiste en dos conjuntos de líneas curvas.
Si el muro se desplaza hacia abajo con respecto al suelo, por ejemplo,
por la acción de una fuerte carga en su cresta, el valor de ó se hace negativo
y la curvatura de la parte inferior de la superficie de deslizamiento se in-
vierte, como lo indica la figura 29.1b,
Cuando el muro se desplaza hacia el terraplén, su movimiento es resis-
tido por el empuje pasivo. Si el peso del muro es mayor que la fricción
total entre la arena y el paramento interno, la arena se levanta con respecto
al muro y la reacción de la resultante del empuje pasivo forma un ángulo 3
con la normal al mismo. La componente tangencial de esta fuerza tiende
a impedir el movimiento hacia arriba de la arena. En estas condiciones se
considera que 3 es positivo (fig. 29.1c). Se puede ver en la figura que la
porción recta de la superficie de deslizamiento está inclinada de un ángulo
de 45” — ¿/2 con respecto a la horizontal y que, dentro del triángulo
isósceles ado, el esquema de los deslizamientos es idéntico al indicado en la
figura 27.2b, es decir que en dicha zona el material se encuentra en el
estado pasivo de Rankine. Dentro del área adb los dos conjuntos de líneas
que forman el esquema de los deslizamientos son curvas.
Si el peso del muro es menor que la fricción entre arena y paramento
interno, el ángulo que forma la normal a dicho paramento con la reacción
de la resultante del empuje pasivo es menor que 3. Finalmente, si el muss
está sometido a la acción de una fuerza vertical hacia arriba igual a la suma
del peso del muro y de la fricción del mismo con la arena, la resultante del
empuje pasivo está orientada como lo indica la figura 29.1d, y el ángulo d
se considera negativo. En este caso, la curvatura de la parte curva de la
superficie de deslizamiento se encuentra invertida.
Teoría de Coulomb
La superficie de deslizamiento que se origina detrás de un muro de
sostenimiento real es ligeramente curva, como lo indican las figuras 29.1a
y b, pero, al efecto de simplificar los cálculos, Coulomb supone que es un
plano. El error introducido con esta hipótesis es muy pequeño.
En la figura 30.1a se indican las fuerzas que actúan sobre la cuña de
deslizamiento, cuya superficie límite inferior se supone arbitrariamente cons-
tituida por un plano cualquiera bc, La cuña abc,, de peso W,, está en
equilibrio con la reacción al empuje P, y la reacción F, en el plano de desli-
zamiento. La reacción F, está inclinada en un ángulo $ con respecto a la
normal a bc;, ya que se supone que en dicho plano se moviliza toda la
ART. 30 TEORÍA DE COULOMB DEL EMPUJE ACTIVO 201
muro, que forme un ángulo ¿ con la horizontal. Esta recta se conoce como la
línea de pendiente, ya que representa la pendiente natural del suelo. Se
traza luego la línea de los empujes bL, colocada por debajo de la línea de
pendiente y formando con la misma el ángulo 9 igual al que forma la verti-
cal con la línea de acción del empuje Pa (fig. 30.1). El ángulo 0 depende
del ángulo 3 de fricción entre muro y suelo y de la inclinación a del para-
mento interno del muro.
Para determinar el empuje P,, ejercido por el suelo situado dentro de
la zona delimitada por un plano de deslizamiento arbitrario bc, es necesario
computar primero el peso W, de la cuña de suelo que, en cualquier escala
conveniente, es luego representado sobre la línea bS. Se obtiene así el
punto d,, por el cual se traza la recta de, paralela a bL. Como el triángulo
exd,b (fig. 30.1c) es semejante al polígono de fuerzas de la figura 30.1b,
la distancia d,e, es igual al empuje correspondiente a la superficie de des-
lizamiento bc,. Para determinar el empuje activo Pa, se repite la construc-
ción para diferentes planos bc», bc, etcétefa, y los puntos €,, €2, €, etcétera,
que se obtienen, son unidos por medio de una curva C, conocida con el
nombre de curva de Culmann. Se traza la tangente a la curva C paralela
a DS y la distancia ed representa el empuje Pa. La superficie real de desli-
zamiento pasa por el punto e.
Fig. 30.2. Método gráfico de Culmann para determinar el empuje que ejerer
un relleno de arena que soporta una carza lineal.
0 ar az 03 —04= 4 faloresat
Valores de Pp, UE
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“DR AA 20 30 4078
Fig. 30.3. Dos tipos de gráficos para obtener los coeficientes para el cálculo
del empuje activo [(a) según O. Syffert, 1929].
Problemas
1. Un muro de sostenimiento vertical de 6 metros de altura sostiene un terraplén
no cohesivo de peso unitario 1800 kg por metro cúbico. La superficie límite del terraplén
se levanta de la cresta del muro con un ángulo de 20” con respecto a la horizontal. El
ángulo de fricción interna es de 28* y el de fricción entre suelo y muro de 20”. Por
medio del método de Culmann determínese el empuje activo total contra el muro.
Solución: 15.000 kg/m.
2. Un muro 1 de solera inferior tiene un alma de altura igual a 11 metros
sin-contar la solera. El muro, de sección simétrica con respecto a su eje vertical, sostiene
una pila no cohesiva de material de . Tiene 1,80 metros de ancho en la cresta y
3.80 metros en su unión con la solera. Desde un punto situado en su paramento interno
a 1,20 metros de la cresta, la superficie límite de la pila de mineral se levanta con un
ART. 31 PUNTO DE APLICACIÓN DEL EMPUJE 205
ángulo de 35* con respecto a la horizontal, hasta una altura máxima de 20 metro
sobrela solera, para seguir luego horizontal, Si $ y $ son ambos iguales a 36* y y = 2550
kg por metro cúbico, ¿cuál es el valor total del empuje por encima de la solera? Si todo
el empuje contra el alma del muro debe ser resistido por medio de tirantes de sección
cuadrada de 7,5 centímetros de lado, solicitadosa una tensión de 1900 kg por centímetro
cuadrado, ¿cuál es la distancia entre tirantes reg ?
Solución: 73.000 kg/m; 1,50 metros.
3. Un muro vertical de 5,50 metros de altura sostiene un terraplén no cohesivo
de peso unitario 1700 kg por meto cúbico y de sopertici limite horizontal. Los valore
de $ y 5 son 81”y 20”, ivamente. El terraplén soporta dos sobrecargas lineales
de bg po melo, pralls a lalaca cresta y situadas a distancias de 2,40 y 3,95 metros
de la misma, respectivam: Calcúleseel empuje total contra el muro y determínese la
distancia horizontal, a partir del paramento interno, a que el plano de deslizamiento Inte:
secta la ra del terraplén.
: 9500 kg/m; 3,95 metros.
4. ca de paramento interno vertical, es apenas
suficiente para sostener un terraplén de arena de superficie límite horizontal, de peso
unitario 1850 kg por metro cóbico y yde + 829.
= El valor de 3 es 20", Se debe agragar
al mismo una sobrecarga de 7! por metro a lo largo de una línea par le a a la
cresta, y 80 desea saber cuál Aes e aboco Forti mita to ao y sobrecarga,
a fin de que no se incremente el empuje sobre el muro.
Solución: 5 metros.
5. Si el temaplén del problema 2 mo lleva sobrecarga, ¿cuál es la magnitud del
empuje activo? Contrólese el cálculo gráfico por medio de los gráficos de la figura 30.3.
Solución: 7300 kg/m.
Lecturas seleccionadas
Earth presures and. retaining walls, por W. C. Huntington (1957): New
York, Toe Wiley and Sons, 534 ra q métodos de cálculo de empuje de
suelos E cuñas tentativas de deslizamiento, idénticos en incpio Ñ método de
Culmanz, bajo condiciones variadas y para materiales con cohesión ángulo de
ción de deformación, así que la teoría fue con frecuencia utilizada para
calcular el empuje activo contra estructuras de sostenimiento que no cum-
plen con esas condiciones, tales como las entibaciones de excavaciones a
cielo abierto (véase artículo 37). Ahora bien, como los resultados de los
cálculos no concordaban con la realidad, muchos ingenieros experimentados
llegaron a la conclusión de que la teoría no era del todo correcta. Por ello
es necesario destacar que, si se satisfacen las condiciones de deformación
para su validez, la teoría de Coulomb es tan satisfactoria como lo pueda
ser cualquier otra teoría de la ingeniería de estructuras.
Problemas
1. ¿A qué distancia del pie del alma del muro de sostenimiento del problema 2
(artículo 30) actúa la resultante del empuje?
Solución: 3,80 metros.
2. Determínese laposición de las resultantes parciales de los empujes debidos a las
dos sobrecargas lineales del problema 3 (artículo 30), suponiendo que la influencia de
cada sobrecarga puede considerarse separadamente.
Solución: 3 metrús, 2 metros.
Definición
En su sentido más amplio, se entiende por empuje pasivo la resistencia
que una masa de suelo opone a su desplazamiento cuando es solicitada por
una fuerza lateral. El elemento que ejerce dicha fuerza lateral puede estar
constituido por la fundación de un muro de sostenimiento, por la cara exte-
rior de la parte enterrada a un tablestacado, o por un bloque de mampos-
tería u hormigón, como ser, el estribo de un arco cargado. Puede también
estar formado por una masa de suelo que ejerce una presión horizontal,
como consecuencia de la carga vertical que la misma soporta, como por
ejemplo, la masa de suelo que soporta una base o zapata de fundación. Es
decir, entonces, que la estabilidad de casi todos los muros de sostenimiento
y la capacidad de carga de todas las fundaciones poco profundas dependen
en algún grado del empuje pasivo, de modo que el estudio de dicho empuje
es de mayor importancia práctica.
El plano de separación entre el objeto que ejerce el empuje y el suelo
se llama superficie de contacto. Coulomb calculó el empuje pasivo, en el
caso de superficies de contacto rugosas, tomando como premisa la hipótesis
simplificativa de que la superficie de deslizamiento era plana (véanse figuras
32.1a y b). Con esta hipótesis, el error que se origina se encuentra siempre
del lado de la inseguridad. Si 3 es pequeño, la superficie de deslizamiento
es en realidad casi plana y el error es tolerable, pero si 3 es grande, el error
es excesivo y el método de Coulomb no debe ser utilizado.
208 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
7
Y so”
3
2
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¿ 10H— |
z (c)
$
i 07 Ss 7 75 20 25
y Valores de Re Spa
Fig. 32.1. (a y b) Diagramas que representan las hipótesis en que se basa la
teoría de Conlomb del empuje pasivo; (c) gráfico para obtener los coeficientes
para el cáleulo del empuje pasivo.
Fig. 52.2. Diagrama que representa las hipótesis en que se basa la teoría d |
empuje pasivo contra paramentos de contacto rugosos.
210 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
arbitraria bd,e,, hay que considerar primero las fuerzas que intervienen
en el cálculo (véase figura 32.3b). El valor de Py” se obtiene haciendo
=0, q = 0 y H = Ha en la ecuación 28.16:
= 2H V No
El punto de aplicación de esta fuerza está en el centro de dif.
La influencia de la cohesión sobre la superficie bd, puede calcularse
para c-0
(0) Sheaano
cascos$
Hipótesis fundamentales
Cuando se aplica una carga sobre un área limitada de la superficie del
suelo, la superficie sufre un asentamiento. La relación entre el asenta-
miento y la carga unitaria o presión media sobre el suelo puede represen-
tarse por una curva de los asentamientos (fig. 33.1). Si el suelo es bastante
denso o compacto, la curva de los asentamientos es similar a la curva C, y
la abscisa qu de la tangente vertical a la misma representa la capacidad de
carga del suelo. Por el contrario, si el suelo es más bien suelto o blando, la
curva de los asentamientos puede ser similar a la curva C2 y la capacidad de
carga no estar bien definida. En estos casos se toma generalmente como
capacidad de carga la abscisa qa del punto en que la curva de los asenta-
mientos se hace muy empinada y recta.
En la práctica, las cargas son trasmitidas al suelo por medio de zapatas
o bases de fundación como la que indica la figura 33.2. Las bases o zapatas
214 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
B" Ancho
de la 2apala
Fig. 33.1. Relación entre intensidad de la carga y asentamiento de una zapata
sobre suelo denso o compactado (C.) y sobre suelo suelto o blando (Cs).
La
Fig. 33.2. Corte a través de una zapata continua poco profunda,
Se pueden deducir las siguientes conclusiones generales de los estudios
teóricos. Si la base de una zapata continua descansa en la superficie de un
suelo sin peso propio que posee cohesión y fricción, éste rompe como lo
muestra la figura 33.34 por fluencia plástica a lo largo de la superficie
compuesta fede,f,. La región así delimitada puede ser dividida en cinco
zonas, una marcada Í y dos pares de zonas marcadas II y III. Debido a la
fricción y a la adherencia entre el suelo y la base de la zapata, la zona 1
permanece en estado elástico y actúa como si fuese parte de la zapata y
penetrase en el suelo como una cuña. Sus límites se levantan con un ángulo
de 45% + 4/2 respecto de la horizontal. En las zonas 11 y III se desarrollan
sendos esquemas de deslizamientos, de los cuales los de las zonas III son
idénticos a los que corresponden al estado pasivo de Rankine (artículo 27),
de modo que se encuentran delimitadas por líneas rectas con una pendiente
de 45% — ¿/2 respecto de la horizontal. Las zonas II, situadas entre 1 y
III, se denominan zonas de corte radial, porque uno de los conjuntos de
líneas que forman sus esquemas de deslizamiento están constituidas por
rectas radiales, cuyo origen se encuentra en el borde exterior de la base
de la fundación. Las líneas del otro conjunto son espirales logarítmicas con
sus centros situados en el mismo punto de origen de los radios. Se deduce
que la capacidad de carga por unidad de área (Prandtl, 1921) es igual a:
= No (33.2)
en la cual c es la cohesión y N,, conocido como factor o coeficiente de ca-
pacidad de carga, depende solamente de ¿, resulta igual a:
límiles simplificados
6-0; $, Es
Fig. 33.3. Límites de la zona de equilibrio plástico después de la rotura del
suelo situado debajo de una zapata continua.
condiciones específicas, las que difieren entre sí. Se obtienen por tanto super-
ficies de deslizamiento distintas, que a su vez discrepan de la superficie
real de rotura que se desarrolla en el material natural. El error es sin embargo
pequeño y se inclina hacia el lado seguro.
El valor aproximado de la capacidad de carga está dado por la ecuación:
qa = ON. + yD/N¿ + Ya BN, (33.7)
en la cual N, y N, son, respectivamente, los factores de capacidad de carga
relativos a la cohesión y a la sobrecarga, y pueden ser evaluados con las
ecuaciones 33.5 y 33.4. La sobrecarga se halla representada por el peso
por unidad de área yD, del suelo que rodea la zapata. El factor de capacidad
de carga N, considera la influencia del peso del suelo. Todos los factores
de capacidad de carga son cantidades sin dimensión que dependen solo de $.
Como no hay disponible una solución teórica para evaluar N, se usa
una aproximada, en la cual los límites curvos ad y bd de la zona elástica abd
(fig. 33.3b) se remplaza por líneas rectas (fig. 33.3c) con inclinación y
respecto de la horizontal. El peso unitario del suelo es igual a y. En el
momento de la rotura la presión en cada una de las superficies ad y bd es
igual al empuje pasivo Pp. Como el deslizamiento se produce a lo largo de
estas caras, la resultante de la presión pasiva actúa con un ángulo $ res-
pecto de la normal de cada cara. Despreciando el peso del suelo situado
dentro de abd, el equilibrio de la zapata en sentido vertical requiere que:
Q = 2Ppcos (y— $)
218 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
La presión vertical media, correspondiente a la capacidad de carga
media, es por tanto:
a = L - Locos (y) (35.8)
El problema se reduce, entonces, a determinar el empuje pasivo Pp
(artículo 32) cuyo punto de aplicación está situado en el tercio inferior de ad.
Introduciendo el símbolo:
_ Ao
N, = 7 os (y
— $) (33.9)
en la ecuación 33.8 se obtiene:
d+ = Ya YBN,, (33.10)
como tercer término de la ecuación 33.7.
Como el factor de capacidad de carga N,, es una cantidad sin dimensión
y depende solo de ¿, sus valores pueden calcularse de una vez por todas
con los métodos que se explican en el artículo 32, pero, recordando que se
desconoce la inclinación y, dichos cálculos deben repetirse para varias incli-
naciones y hasta obtener el mínimo de N, que corresponde a cada valor
de 4. Los resultados son conservadores, pero concuerdan bien con los obte-
nidos para casos particulares con los procedimientos más avanzados (Me-
yerhof, 1955). Los valores de Meyerhof se representan en el gráfico de la
figura 33.4 juntamente con los obtenidos para N. y N, con las ecuaciones
33.5 y 33.4. El gráfico facilita grandemente el cálculo de la capacidad
de carga.
El suelo cede en la forma indicada en la figura 33.3c solo cuando es
suficientemente denso o resistente como para que la curva de asentamiento
resulte similar a la C, de la figura 33.1. En caso contrario, la zapata se
hunde en el terreno antes de que el estado de equilibrio plástico se extienda
más allá de e y e, (fig. 33.3). La curva de asentamiento no tiene
en tal situación un punto definido de rotura y se asemeja a la curva C2z
de la figura 33.1. Se puede en estos casos obtener un valor aproximado
de la capacidad de carga Q4 de una base continua suponiendo que la cohe-
sión y fricción interna del suelo son iguales a dos tercios de los valores que
les corresponden en la ecuación de Coulomb, es decir, que:
c=%Yc (33.11a)
tg9=YVtg9 (33.11b)
Si se toma como ángulo de fricción interna a ¿'en lugar de ¿, los
coeficientes de capacidad de carga adquieren los valores N/, N/ y N./ que
vienen dados por las curvas punteadas de la figura 75. La capacidad de
carga se obtiene entonces de la ecuación:
de =*/sc0N/ + yD/N¿ + */2 BN] (33.12)
ART. 33 CAPACIDAD DE CARGA DE ZAPATAS DE FUNDACIÓN POCO PROF. 219
Valores de No y del,
Fig. 33.4. — Gráfico que muestra la relaciónpa 4 y los coeficientes de
capacidad de cargs
Definiciones
Se llama pilar de fundación a un elemento esbelto prismático o cilín-
drico de mampostería u hormigón que, atravesando un estrato pobre, tras-
fiere una carga a otro estrato mejor más profundo. Un pilote es, en esencia,
un pilar muy esbelto que trasfiere una carga por su extremo inferior a un
estrato firme, o bien que lo hacé por fricción, repartiéndola en el suelo
circundante. La relación existente entre la carga que trasmite un pilar o
222 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
Fórmulas de hinca
La capacidad de carga Q, de un pilote resistente de punta puede, bajo
ciertas circunstancias (ver artículo 56), ser aproximadamente igual a la
resistencia Quy del suelo contra la penetración rápida del pilote bajo el
efecto del impacto del martillo del martinete. Existe al menos una posi-
bilidad teórica de estimar Qsy llamada resistencia dinámica del pilote, en
función de la penetración media S del mismo bajo el efecto de los últimos
golpes, siempre que el peso Wy del martillo y su altura de caída H sean
ART. 34 CAPACIDAD DE CARGA DE PILARES DE FUNDACIÓN Y DE PILOTES 225
WaH=Qu5 + Qu E = Qu (5 +3)
de donde resulta:
W»aH
Qa = TES (34.5)
226 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
Lecturas seleccionadas
o, de los ciicosde la mecánica de suelos es “Demamic pilo driving formulas”
de Cummings, A EL (1940): Joumal Boston Societyo/ Civil Engineers, 1940,97,págs
e eblesdo también en Contributions
to soil mechanics 1925-1940, Boston Society
Engineers 1940, págs. 392-413.
ART. 35 ESTABILIDAD DE TALUDES
Introducción
Se denomina deslizamiento a la rotura y al desplazamiento del suelo
situado debajo de un talud, que origina un movimiento hacia abajo y hacia
afuera de toda la masa que participa en el mismo.
Los deslizamientos pueden producirse casi de todas las maneras con-
cebibles: lenta o rápidamente, con o sin provocación aparente. Ceneral-
mente se producen como consecuencia de excavaciones o socavaciones en el
pie de un talud. Hay casos, sin embargo, en que son originados por la
desintegración gradual de la estructura del da. desintegración que, ini-
ciándose en fisuras capilares, termina por dividir la masa de suelo en frag-
mentos angulares. En otros casos se producen como consecuencia del
aumento de la presión del agua que llevan algunas capas excepcionalmente
permeables, o bien por efecto de choques que licuan el suelo situado debajo
del talud (artículo 49). Dada la extraordinaria variedad de factores y de
procesos que pueden ser causantes del origen de los deslizamientos, como
regla general, la estabilidad de los taludes no puede determinarse por medio
de análisis teóricos. Los cálculos de estabilidad basados en los resultados
de ensayos de suelos merecen confianza solo cuando las condiciones espe-
cificadas en las diferentes secciones de este artículo son satisfechas estricta-
mente. Pero aun en este caso debe siempre recordarse que la presencia
en el subsuelo de discontinuidades no reveladas por las perforaciones, como
ser sistemas de fisuras capilares, residuos de viejas superficies de desliza-
miento, o delgadas lentes de arena: acuífera, pueden invalidar por completo
los resultados de los cálculos.
Taludes en arena seca sin cohesión
Un talud en arena limpia es estable, cualquiera sea su altura, siempre
que el ángulo f entre el talud y la horizontal sea igual o menor que el
ángulo de fricción interna $ de la arena en estado suelto. El coeficiente de
230 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
forma que satisfaga la seguridad requerida. Resulta obvio que este método
es utilizable solo en los casos en que las condiciones del suelo permiten deter-
minar s con cierta exactitud por medio de ensayos adecuados.
P=0*
Círculos
de pié.
Circula del punto medio
Círculos de lalvd
5
A
Sao
Y
$
is
BI
¿ h
R/ z 5
60 q 30 sr20% 10"
Valores de B +
Fig. 35.4. (a) Relación entre el ángulo del talud $ y los parámetros a y 9 para
ubicar el círculo crítico de pie cuando $ es mayor de 53%; (b) relación entre
el ángulo $ del talud y el factor de profundidad na. para varios valores del
parámetro n.. (Según W. Fellenius, 1927.)
Emo Y Uneosdeiguoles
volores poro F
Bose firme
Fig. 35.5. Rotura por la base en suelo cohesivo estratificado.
Círculo >
de Fricción —: AN
ES
Valores del coefrianha ría oxirhilidad
e lor
Epla tn
a JÁ S
PND
N
(a) á Na A
(6)
Fig. 35.7. Método de las fajas para investigar las condiciones de equilibrio
taludes situados encima del nivel freático. (a) Relaciones geométricas para u
superficie de deslizamiento circular; (b) fuerzas que actúan sobre una faja tí
pica, como la 2 en (a).
240 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
Por tanto:
y de donde:
c+ (W/b) tg 9
1+ (tg a tg 4)/F
si se llama:
resulta:
[c + (W/b) tg ¿$]b
m
E = Wena TT (35.12)
IS
14
2584
mascosa + sena tg 9 lo
]
7
12 F Lo y
IA]
Ló le
ma =
9 Zo 7
“en % 19%
19% 2 J
06! AS F 7
-40 -30 -20 -10 10 20 30 40 50 60 7
« (Grados)
(a)
Volores
oblenidos
de la sección transversal!
1 2 3 4 5 6 7 8
Faja
vo | e | sera | W
W
|Womalo+=; 499 | (5):b es
. (9/1)
20
Primer
imer tanteo, z(6)
ton Pa= 22
zw) F=>2 2(8)
=0
_
Fig. 35.8. Cálculo del coeficiente de seguridad de un talud para una superficie
de deslizamiento cirenlar despreciando las fuerzas entre fajas. (2) Gráfico para eva-
luar el coeficiente m,; (b) disposición tabular del cálculo.
242 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
(0)
Fig. 35.9. Método de las fajas para una superficie de deslizamiento circular
cuando el talud está parcialmente sumergido. (a) Relaciones geométricas para una
superficie circular; (b) fuerzas que actúan sobre una Ípica como la 2; (e)
polígono de fuerzas para la faja 2 cuando se consideran las fuerzas; (d) po-
lígono de fuerzas para la faja 2 cuando se consideran T y E que actúan sobre las
caras laterales son iguales a cero.
faja. Si toda la faja está situada debajo del nivel freático, como la faja 5
(fig. 35.9a), el peso del agua situada encima de la faja debe ser incluido
en la expresión zZbyw. La presión de poros en el punto medio 0 de la base
de la faja es igual a 2yw + u, donde u es la sobrepresión de poros con
respecto al nivel externo del agua. Si el nivel del agua externo A — A está
ubicado por debajo de O” en la base de la faja (fig. 35.9b), la presión de
poros en O' es h/yw, donde h es la altura hasta la cual el agua sube en un
piezómetro en O”. Si la presión de poros se debe a capilaridad, h es
negativa.
Teniendo en cuenta que las fuerzas que actúan sobre una faja están
en equilibrio, éstas pueden ser representadas por un polígono de fuerzas
(fig. 35.9c). La fuerza normal P consta de una componente efectiva P”,
de la fuerza ul causada por la sobrepresión de poros, y de las fuerzas 2lyw
causada por la presión hidrostática del agua con respecto a A — A. La
resistencia £ a lo largo de la superficie de deslizamiento es igual a:
_ d+ Ptg9)
E = XW, FW) sena (35.19)
El valor de F (ecuación 35.19) depende de P”, que puede ser deter-
minado para cada faja por medio de un polígono de fuerzas (fig. 35.9c).
244 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
We + Wo
+ 2byu = (2lyo
+ PI ul) cos a+ (> 64 y 5) sea
(35.20)
y
el
W,+W,—ub— F sen a
Pl o oe (35.21)
Ma
40 «e te
Ma
q SW, FW) sena (35.22)
La ecuación 35.22, del mismo modo que la ecuación 35.12, debe resol-
verse por aproximaciones sucesivas, porque el coeficiente de seguridad F está
contenido en la expresión m. que aparece en el segundo término de la
misma. Se puede notar que la influencia del nivel del agua externa desulla
incluida utilizando el peso ido W,y que la
poros u se calcula para la base e cada faja como see explica al as
la ecuación 35.13,
El iento descrito en los parágrafos precedentes puede ser mo-
dificado para tomar en cuenta las fuerzas T y E entre fajas (Bishop, 1955;
fubo, 19542). No obstante, si la superficie de deslizamiento es circular,
mejora en exactitud no suele exceder del 10 al 15% y el esfuerzo adi-
cional a realizar usualmente no se justifica. Por otro lado, si la superficie
de deslizamiento no es circular, el error puede resultar significativo. Estas
circunstancias se van a considerar en A próximo apartado. El procedi-
miento que se va a desarrollar puede, si así se desea, ser utilizado también
para tomar en cuenta las fuerzas entre fajas para una superficie circular de
deslizamiento.
Superficies de deslizamiento compuestas
En muchas circunstancias, las condiciones geométricas o geológicas del
problema son tales que la superficie de deslizamiento de ninguna manera
puede suponerse circular, Para estas condiciones el método de las fajas
puede extenderse (Jambu, 1954a, y Nonveiller, 1965).
La figura 35.10 muestra una masa deslizante con una superficie de
deslizamiento no circular. Las fuerzas que actúan en la faja cualquiera n
ostia repmeentadas de la mima: manera que lo indice la flgina 20-90, yel
polígono de fuerzas es idéntico al representado en la figura 35.9c.
ART. 35 ESTABILIDAD DE TALUDES 245
e 35.10. Relaciones geométricas del método de las fajas para investigar las
de equilibrio de un talud cuando la superficie de deslizamiento no
es circular.
además:
P,=P+aul=
+ Wi + AT,+ (1/F) (ub tg $ — cb) tga
Ma
(35,28)
sustituyendo y combinando términos:
pa Xlcb + (We + Wo + AT,
— ub) tg 4] (a/m.)
DW. + w)x — 2” + Wi + AT,+
+ (ub
tg 9—ob) 2] 47m.)
(35.20)
Esta ecuación debe resolverse por aproximaciones sucesivas debido a
que el coeficiente de seguridad F y la cantidad m, aparecen explícitamente en
el segundo término de la expresión. Más aún, el valor de F depende de
AT,. Como la primera aproximación, AT, se puede suponer igual a 0. Los
cálculos se facilitan por medio del gráfico de la figura 35.82 y recurriendo
además a una disposición tabular como la de la figura 35.11. De nuevo,
teniendo en cuenta que el valor de F determinado de esta manera se refiere
solo a un círculo tentativo, los cálculos deben repetirse para otros círculos
hasta obtener el valor mínimo de F.
Para la mayoría de los problemas prácticos que involucran superficies
de deslizamientos no circulares, la hipótesis de que AT, es igual a O conduce
a resultados suficientemente exactos. Si la sección trasversal de una super-
ficie de deslizamiento se separa de una manera muy significativa respecto
de la forma circular, es preferible usar la ecuación 35.29, en la hipótesis de
que AT, = 0, que suponer una superficie circular de deslizamiento y utilizar
la ecuación 35.22 No obstante, si se justifica un refinamiento mayor, los
valores de AT, pueden agregarse en la ecuación 35.29 y recalcular el factor
de seguridad, Los cálculos son laboriosos.
Si los valores de T y de E no son iguales a cero, deben satisfacer las
condiciones de equilibrio del conjunto de la masa deslizante en las direc-
ciones verticales y horizontales, lo que significa decir que:
ZAT, =0 (35.30)
ZAE, + 2 Y =0 (35.31)
Más aún, para cada faja AT, y AE, están relacionadas entre sí de
acuerdo con los requerimientos del polígono de fuerza (fig. 35.9c) de
modo que resolviendo en la dirección de S, se obtiene: .
S= AE, cos a + (Wa + W, + AT, + 2byw) sen a
y por tanto:
AE, =S sec a — (Wa + Wa + AT,) tan a — zbyo tana (35.32)
ART. 35 ESTABILIDAD DE TALUDES 247
a 2 a |m|o
NS
200) 100) =
han 20 100 =
220) — 280)
Anpati
ls posas 24 al 30 inclusive
Fig. 35.11. Forma tabular para calcular el coeficiente de seguridad de un talud
por el método de las fajas cuando la superficie de deslizamiento no es cirenlar.
rn 206) =0
Fig. 35.12, Forma tabular para determinar nn conjunto consistente de fuerzas
tangenciales T para sustituir en la ecuación 35.29 cuando los valores de AT, no
se consideran iguales a cero.
ART. 33 ESTABILIDAD DE TALUDES 249
fo
a _ ——_——Á
- HE" Arcilla rouy blanda
Fig. 35.13. Rotura de un talud situado encima de una delgada capa de
arcilla muy blanda.
Problemas
1. Se efectuó una ancha excavación a cielo abierto en un terreno de superficie
horizontal, adoptando taludes de 30”. La roca se hallaba a 12 metros de profundidad.
Cuando la excavación alcanzó los 7,50 metros de profundidad, se produjo una rotura
por deslizamiento de un talud. ¿Cuál era la cohesión media de la arcilla si su peso
unitario alcanzaba a 1900 kg/m*? ¿A qué tipo pertencca la superficie de deslizamiento?
'A qué distancia del 1 talud se produjo la intersección entre la superficie de
deslizamiento y el fondo de la excavación?
Solución: 0,24 kg/cm; círculo de punto medio; 5,60 metros.
2. En el caso del problema 1, supóngase que la roca estuviese a wma profundidad
250 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
¿ 90
y
S 60
S Piedros,rodados
3 y escollera
E
$ 30]
$ <= 0
tiempo entre límites muy extensos. Para los propósitos del dimensionamiento
es conveniente distinguir, en lo que respecta al desarrollo de las presiones
de poros, entre tres estados diferentes: durante la construcción, y en parti-
cular inmediatamente después que la construcción ha sido completada,
después que el embalse ha estado lleno durante un tiempo suficientemente
largo para desarrollar un estado de escuyrimiento estable en el dique y su
fundación, y finalmente, durante o inmediatamente después de bajar el
nivel del embalse. Estos tres estados se distinguen brevemente como cons-
trucción, embalse lleno y desembalse. La estabilidad del talud agua arriba
puede también alcanzar un estado crítico durante el primer llenado del
embalse, especialmente si el dique tiene un núcleo inclinado. Además, en
algunos casos, para el talud agua arriba la situación más crítica puede
desarrollarse para un nivel intermedio, conocido como embalse parcial, en
lugar de darse para el nivel máximo.
Probabie posición de lo
superficie
de deslizamiento
Lecturas seleccionadas
El método de análisis por tensiones efectivas, especialmente en relación con el
descenso rápido, es ejemplificado por Bishop, A. W. (1954): “The use of pore pressure
eoefficients in practice”, Geotechniq: que, 4, págs. 148-152. El procedimiento
hi de las
tensiones totales se describe en detalle en el Manual EM 1110-2-1902: Stability of
earth and rockfill dams”, Corps of Engineers, U. S. Army, Dec. 27, 1960, 67 págs.
Fig. 37.3. Diagrama que ilustra las hipótesis en que se basa el cálculo del empuje
para cortes en arcilla bajo la condición $=0
260 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
T = fo. Como el círculo debe cortar la superficie del terreno con un ángulo
recto, su centro está al nivel de dicha superficie (fig. 37.3). La cara ab
del corte vertical está sometida al empuje P, y a la adherencia c,H entre
la arcilla y la pantalla. El cálculo de P, se hace tomando momentos, res-
pecto del centro del círculo, de todas las fuerzas que actúan sobre la cuña
de deslizamiento. El momento actuante lo produce el peso de la cuña; el
resistente es igual a la suma del momento de las fuerzas de adherencia
csH, del momento de las fuerzas de cohesión c.bd que actúan a lo largo
de la superficie de deslizamiento y del momento del empuje P,. El valor de
P, depende de la relación c,/c y de n,. Mediciones efectuadas en excava-
ciones para obras ejecutadas en arcillas saturadas blandas a medias han
demostrado que n, varía por lo general entre 0,30 y 0,50, estando su término
medio alrededor de 0,39, y que la distribución del empuje, por tanto, usual-
mente no es triangular sino que, a semejanza con las arenas, aproximada-
mente parabólica. El método para calcular el máximo esfuerzo a que pueden
estar sometidos los puntales se describe en el artículo 48.
(a) 0 / 2 3 5
1/8
(0)
Fig. 37.4, (a) Sección transversal de una excavación a cielo abierto en un espeso
depósito de arcilla; (b) valores del factor de capacidad de carga N. para estimar la
estabilidad del fondo del corte respecto de un levantamiento.
ART. 37 EMPUJE CONTRA ENTIBACIONES 261
Problemas
Con el método de la espiral logarítmica determínese el empuje total P. sobre
la entibación de 'una excavación de 9 metros de profndidad ejecutada en arca ón
cohesión de peso unitarioy = 1840 kg/m" y y = 30*. El valor de 3 se supone igual
a cero. El punto de aplicación a empuje está a 4,50 metros del fondo. Determínese
también el Empuje Pa de Coulomb,
Solución: 26.500 kg/m; 24.800 kg/m.
2. En una arcilla de unitario 2080 kg/m" cohesión i; a 0,32 kg/cm*
debe raza na Coniacilo de dE do potosi. do rear cos den ad de
d son iguals a ceo y que el punto de aplicación de la resultante del empu está
sl 50 m dl foo. Se desa l valor el empuje ta
Solución: 90.000 kg/m.
262 EQUILIBRIO PLÁSTICO DE LOS SUELOS
CA La »
(6)
=
rar la puerta
a escollo
Fig. 38.1. (a) Dispositivo para investigar el efecto de arco en una capa de arena
situada encima de una escotilla con puerta deformable col en una plataforma
horizontal; (b) presión sobre la plataforma y sobre la escotilla antes y después de
haber hech der ligeramente la puerta de la escotilla.
ART. 38 EFECTO DE ARCO EN LOS SUELOS 263
ART. 39 INTRODUCCIÓN
Fin perseguido con la investigación de los asentamientos
Se entiende por asentamiento el hundimiento de una estructura pro-
vocado por la compresión y deformación del suelo situado debajo de la
misma.
El cálculo de los esqueletos de edificios y de otras estructuras se basa,
salvo raras excepciones, en la hipótesis de que la estructura descansa sobre
una base indeformable. En realidad, el peso de toda estructura comprime
y deforma el suelo situado debajo de la misma, de modo que las hipótesis
de cálculo no son nunca estrictamente satisfechas. Cuando la base de la
plana, el ji no tiene i ia, ya que
las tensiones en la misma no son alteradas, pero si como consecuencia del
peso de la estructura el área cargada se alabea, la base sigue dicho movi-
miento y toda la estructura se distorsiona. Las tensiones suplementarias
causadas por esta distorsión no son en general consideradas en el cálculo
de la superestructura, a pesar de que en muchos casos son suficientemente
importantes como para dañar la apariencia exterior del edificio y hasta causar
daños permanentes e irreparables,
La complejidad de las propiedades mecánicas de los suelos y la hetero-
geneidad derivada de su estratificación hacen que el asentamiento de edifi-
cios pueda preverse con exactitud solo en condiciones excepcionales. Éste
no es un impedimento para que el análisis teórico de los asentamientos sea
indispensable y útil, ya que sus resultados permiten al ingeniero identificar
los factores que determinan la magnitud y la distribución de los mismos.
El conocimiento de estos factores constituye un requisito previo para poder
convertir la experiencia de obra en reglas semiempíricas para el cálculo de
las fundaciones (artículo 53).
€, [E %
o Carga puntral
A
Fig. 40.3. Diagrama que ilustra la diferencia entre la presión vertical originada
por una carga pa sobre un área cuadrada y la misma carga considerada
como puntual en el centro del cuadrado, Las curvas representan la
tensión a lo go de una línea vertical por el centro del cuadrado.
bre la perico de una masa elástica de gran extensión existe una car A
de 1% ro distribuida sobre un área circular de 3 metros de radio. ¿Cuál es
del
intensidad de la presión vertical en el punto situado a 4,50 m debajo del centro
circulo? ¿En el punto situado a la misma profundidad en el borde del círculo?
Solución: e 0,33 kg/cm”.
3. de gran, longitud tiene un ancho de ra todo
propósi po imposo al terreno una presión le E
das rent] yr sibmulo
constituido por arena sa, salvo entre 21,0 y 27,0 metros de profundidad, donc
capa de arcilla e ces la intenaidad de la presión vertical coda
hayr eluna edificio en los siguientes puntos situados sobre un plano horizontal en el centro
le la capa compresible: directamente debajo del borde del edificio, a 6.0 metros del
borde, a 12 metros del borde y en el centro.
Solución: 1,15; 1,48; 1,71; 1,78 kg/cm”.
4. Si el ediíiio del problema 3 3 es cuadrado, de 38 metros de lado, ¿cuáles serían
tensiones sección por el centro del edificio?
Solución: 054; 1,12; 1,30; de kg/cm”.
5, Para la construcción de un edificio
rec pe de 60 x 36 metros de lado
debe vjectuatso una excavación de O metros de profundidad en arena húmeda de peso
unitario 1840 kg/n". ¿Cuál es la reducción en presión vertical originada por la excava.
ción en un punto situado en el vértice del edificio a una profundidad de 2: 1 metros
Seto del terreno original?
Solución: 0,28 kg/cm.
Lecturas seleccionadas
siguiente bib afía contiene gráficos, tablas y, valores de influencia para
ser Mo en el cál de tensiones en materiales elástic
Jurgensen, L. a. “The application of ner and place to foundation pro-
oston Society of Civil Engineers, gs. 206a 241. Reimpreso en
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Fig. 41.1. (a) Asentamiento de un edificio fundado sobre una platea que apoya
en un subsuelo que contiene un estrato compresible a la profundidad D; (b)
distribución de la presión vertical sobre un plano horizontal que pasa por el
centro de la capa compresible,
Fig. 41.2, Método gráfico para calcular el asentamiento producido por una
capa compresible cuando la presión p» y el corficiente de compresibilidad m.
varían con la profundidad,
274 ASENTAMIENTOS Y PRESIONES DE CONTACTO
la obra. Así suele ocurrir, por ejemplo, con el suelo preconsolidado por desecación que
constituye gran parte del bado 8de la ciudad de Buenos Aires (N. del
ART. 4l ASENTAMIENTO DE FUNDACIONES 25
Asentamiento
0 030 050 Tm
Ancho B de la zopala cuadrada
Fig. 41.3. Relación entre el ancho de una zapata cuadrada y el asentamiento
cuando la presión unitaria trasmitida al terreno es constante. (Kógler, 1933).
Problemas
1, La capo de, axila descripta en el problema 3, del aníulo 40, Seno un
contenido natural de humedad del por ciento. El peso especifico de| ls parias
sólidas de arcilla es de 2,7 gm/em' y el peso unitario db la arena densa de 2080 k
El nivel de la napa es el mismo de la superficie del terreno. De ensa Dd cal lan:
ción se ha determinado que Cs es igual a 0,50. Caloílense los asentamientos en el borde
y en el centro
Solución: 21; a centímetros.
2. Sobre la superficie natural del terreno se halla distribuida, en un área muy
le, una carga 1,5 kg por centímetro cuadrado. El subsuelo consta de un estrato
Liens deves que contiens dos capas de arcóla, de. 9: metros dé espesor. Para ambas
Cos igualaa 085 el cotenido de humedad 54 porciento y el peo especifico de as
partículas cúbico. capa superior de arcilla
empieza .a metos de frufudidl, yae bocas a 2 at ju peso unitario
es de
2000 kg por metro cúbico,y ala docompletamente sumergida. ¿Cuál es el asenta-
miento originado por la e Eniforme?
Solución: 38 centímetros.
la carga del centro hacia las orillas, lo que significa que la presión de con-
tacto, en la base de una zapata rígida que descansa sobre tales subrasantes,
aumenta del centro hacia los bordes. Si por el contrario, una carga uniforme
descansa sobre una subrasante compuesta solo de arena, el asentamiento
es mayor en los bordes que en el centro. Un asentamiento uniforme solo
puede obtenerse distribuyendo la carga de modo que su intensidad dismi-
nuya de un máximo en el centro a un mínimo en los bordes, lo que significa
que la distribución de la presión de contacto en la base de zapatas rígidas
tiene las mismas características.
La figura 42.1 representa un corte trasversal de una base continua
rígida de ancho B que descansa sobre una subrasante elástica y homogénea
de gran espesor. La carga que soporta la base por unidad de longitud es
igual a g,B. Cálculos basados en la teoría de la elasticidad han demostrado
que la presión de contacto aumenta en la forma indicada en la figura, de
un valor menor de 0,7q, en el centro, hasta un valor infinito en los bordes.
Si la base descansa sobre un material elástico real, la presión en los bordes
no puede exceder un cierto valor finito q, para el cual el material pasa del
estado elástico al semiplástico o plástico, de modo que la presión se distri-
buye en la realidad en la forma en que lo indica la curva C, de la figura 42.2a.
Si se aumenta la carga sobre la base de la figura 42.2a, el estado de
equilibrio plástico se extiende de los bordes hacia el centro y la distribución
de las presiones cambia. Cuando la superficie de contacto de la base de
fundación es lisa, la distribución se hace uniforme en el mismo instante en
que la subrasante rompe por deformación plástica. La curva C, representa
la distribución de tensiones en este estado y la Cz en un estado intermedio.
Si una zapata o base de fundación, sea rígida o flexible, descansa en
la superficie de una masa de arena seca sin cohesión, la teoría indica que
la intensidad de la presión de contacto, para cualquier carga, decrece de
£
HE
e lis
1 Faja infinita,
A
Fig. 42.1. Distribución de la presión de contacto en la cota de fundación de
una zapata rígida de longitud muy grande cargada en forma uniforme y que
descansa sobre un subsuelo perfectamente elástico, homogéneo e isótropo.
28 ASENTAMIENTOS Y PRESIONES DE CONTACTO
Fig. 42.4. Zapata elástica de gran longitud, sometida a una carga lineal y
soportada > una subrasante elástica. Deformación de la zapata bajo carga
distribución de la reacción de la subrasante.
ART. 42 PRESIÓN DE CONTACTO Y REACCIÓN DE LA SUBRASANTE 281
Problemas
1 Un uurwo de sosteataicuto a gravedad tieno une Iso de 3,40 2 de mncio, La
línea de acción de la resultante de las fuerzas verticales y horizontales intersecta
la base
a 0,50 metros del pie del muro. La com Aa de le resultat uo 1000 kg
por metro. ¿Cuál es la reacción de la subrasante en ambos extremos de la base?
Solución: 1,30 kg/cm; 0,19 kg/cm.
2. Una zapata trapezoidal tiene 3,60 metros de longitud, 090 metros de ancho
en un extremo y 1,80 metros
en el otro. Soporta dos columnas
en su línea central, una
000 sust extremo angosto y la otra a 0,90 metros del extremo ancho. La carga
re la primera columna es de 18 toneladas,y sobre la segunda de 36 toneladas.Si
pele UU Eajala e gls, ¿enál es la reacción de la subtasante en ambos extremos?
Solución: 1,11 kg/cm.
Lecturas seleccionadas
Hetén; va e Beams on elastic foundation, Ann Arbor, Univ. of Michigan Press,
renga E Los) “Evaluation of coefficients o subgrade reaction”, Geotechnique, 5,
PARTE 11!
Problemas de proyecto
y la construcción
Contenido de homedod
% peso seco oe
Fig. 43.1. Variación del contenido natural de humedad de la arcilla de una
perforación en Boston, (a) Variación dentro de una distancia vertical igual a 30
centímetros; (b) Variación en toda la altura de la perforación.
288 EXPLORACIÓN DEL SUELO
_
Limoarcilloso
Pa
| ¡Arena gris de
K ¡/ma o grueso
NÑ Ea
Arcilla limasa
blando
YA
o0
0o
Marga
peso seco
Fig. 43.2. Variación del contenido de humedad de las muestras de una
perforación en un depósito costero compuesto.
Perforaciones
Formas de perforar. Los procedimientos más rápidos y más económicos
para perforar se basan en el uso de la inyección de agua, el barreno o la
perforación rotativa, Para poca profundidad, hasta unos 3 metros, se usa pre-
ferentemente el barreno; para profundidades mayores tienen aplicación los tres
procedimientos.
Perforaciones a inyección de agua. El equipo para efectuar perfora-
ciones a inyección (Mohr, 1943) incluye generalmente un caño camisa de
25 a 3 pulgadas de diámetro, en trozos de 1,50 o de 3 metros, que sirve de
soporte a las paredes de la perforación; un peso o martillo para hincar la
camisa en el terreno; un trípode para levantar los caños y el peso; y un
caño de inyección de una a una y media pulgada de diámetro en longitudes
de 1,50 6 3 metros. El caño de inyección lleva en su extremidad superior
una cabeza giratoria que sirve de unión con la manguera de la bomba de
inyección, y en su extremidad inferior una punta o barreno de inyección que
tiene agujeros por donde se fuerza el agua que se bombea por la parte
superior (figura 44.2d). El equipo incluye también un recipiente para
almacenar agua y una bomba a mano o a motor.
Para iniciar una perforación a inyección (fig. 44.1) se instala el trípode
y luego se hinca en el terreno un trozo de caño de 1,50 metros hasta una
profundidad de 1,20 metros. Se conecta a la parte superior del mismo una
T, en la forma que lo indica la figura 44.1, de modo que el brazo horizontal
de la T desemboque en el recipiente. Se levanta el caño de inyección a la
posición vertical por medio de una soga accionada a mano, a través de una
polea colocada en la parte superior del trípode, y luego se baja hasta la
parte superior del caño camisa. Se pone en marcha la bomba y se hace
ART. 44 MÉTODOS -DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 293
del,
E
trascurre entre perforación y muestreo. Más aún, el barro forma una del-
gada capa de material cohesivo en las paredes de la perforación, que
usualmente impide su derrumbe en aquellas partes que atraviesa suelo
con poca o ninguna cohesión. Por ello, excepto para la parte superior del
pozo, la camisa con frecuencia no es necesaria.
El uso de fluido de perforación elimina la posibilidad de determinar
los diversos niveles piezométricos correspondientes a los varios estratos
permeables a través de los cuales pasa la perforación.
Perforaciones a barreno. Casi universalmente las perforaciones poco
profundas se hacen utilizando barrenos. Se ejecutan introduciendo en el
terreno por rotación la punta helicoidal del barreno, generalmente del tipo
mostrado en la fig. 44.2a, para luego retirarlo con el suelo que se le adhiere.
Este suelo se examina, y se repite la operación introduciendo y rotando
nuevamente el barreno. Si el pozo que así se ejecuta se cierra por esponja-
miento del suelo o resulta desmoronable, debe encamisarse con caños de
diámetro interior algo mayor que el diámetro del barreno. La camisa se
hinca hasta una cota no inferior al nivel en que se va a iniciar la toma de
una muestra y se limpia utilizando el mismo barreno. Se inserta luego el
barreno dentro del pozo limpio y se introduce en el suelo situado por debajo
de la punta de la camisa para extraer la muestra. En arena, por debajo
de la napa freática, no es posible efectuar perforaciones con barreno, pues
el material no permanece adherido al mismo.
Las muestras de suelo cohesivo obtenidas con barrenos contienen todos
los elementos sólidos que constituyen el material, pero su estructura ha sido
completamente destruida y, por debajo del nivel freático, su contenido de
humedad suele con frecuencia ser mayor que el que posee el suelo en sitio.
Por ello, el uso de barrenos como herramienta de perforación no excluye la
necesidad de obtener muestras con cuchara sacamuestras toda vez que la
perforación alcanza un estrato nuevo. Solo las muestras obtenidas con cu
chara pueden considerarse representativas de las características del suelo
inalterado.
Cuando un estrato relativamente firme, como ser una capa de grava,
es seguido de uno blando, no es raro que perforando con barreno no se
llegue a determinar la cota real de separación entre ambos. En cierto caso,
por ejemplo, la presencia de un estrato de arcilla blanda de 2,40 metros de
espesor, situado entre dos potentes capas de grava, pasó completamente
inadvertida. En otro, la línea de separación entre un estrato de grava y otro
de arcilla blanda que le seguía en profundidad fue ubicada tres metros por
debajo de su posición real. Los errores de este tipo se producen cuando se
hinca la camisa por debajo del nivel a que opera el barreno, pues en ese
caso la camisa arrastra los granos de grava y los introduce en la capa de
arcilla. Pueden evitarse avanzando siempre más con el barreno que con la
camisa, tanto como lo permita el material. y
Por medio de equipos mecánicos, las perforaciones a barreno pueden
alcanzar también profundidades mayores de 30 m, con diámetros superio-
res a un metro. Los barrenos continuos están constituidos por segmentos
que se hacen penetrar por rotación en forma sucesiva uniéndolos a medida
296 EXPLORACIÓN DEL SUELO
i Al
Cabezo de unión La | abertura
(A)
Fig. 44.2. Herramientas de muestreo para perforaciones exploratorias: (a) barreno;
(b) sonda; () trépanos; (d) diafragma para sostener la muestra; (e) sacamuestras
partido; (/) cucharón raspador.
- Borro hueco
(6)
Fig. 44.3, Barreno de barra hueca, (a) Tapado en la punta cuando se avanza;
(b) punta ciega retirada para insertar sacatestigos a fin de obtener muestras por
debajo de la profundidad de avance.
Muestreo
Propósito. Las partículas demenuzadas y el producto del retorno de
la inyección de las perforaciones exploratorias son inadecuados para proveer
una concepción satisfactoria de las características ingenieriles de los suelos
encontrados o incluso del espesor y la profundidad de los varios estratos.
Es un tipo de evidencia tan limitada que, en la mayoría de los casos,
conduce a conclusiones erróneas y ha sido responsable de muchas fallas
de fundación.
La identificación adecuada de los materiales del subsuelo requiere que
las muestras recuperadas contengan todos los elementos constitutivos del
material en sus propias proporciones. Más aún, la evaluación de las pro-
piedades ingenieril iadas, como la resistencia, la ibilidad o la
permeabilidad, puede requerir la realización de ensayos de laboratorio sobre
muestras bastante intactas o aun virtualmente inalteradas. El gasto de tiem-
po y de dinero aumenta rápidamente a medida que las exigencias se hacen
más estrictas con respecto al grado de alteración que puede ser tolerado
y con el aumento del diámetro de la muestra. Por ello, en obras pequeñas
o en los períodos iniciales exploratorios en obras grandes y complejas es
usualmente preferible obtener muestras suficientemente intactas, aunque
relativamente poco costosas, de perforaciones exploratorias. En base a la
información recogida de estas muestras se puede considerar la necesidad de
emplear procedimientos de muestreo más elaborados.
- Uso del sacamuestras partido en la toma de muestras en perforaciones
exploratorias. Para obtener muestras de suelo de las perforaciones explo-
ratorias se utiliza una cuchara o tubo sacamuestras que se baja con barras
ART. 44 MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 299
de sondeo, que pueden o no ser las mismas utilizadas para el barreno o para
la punta de inyección. El sacamuestras es entonces forzado o hincado en el
terreno, para ser luego retirado con la muestra en su interior.
Los sacamuestras para perforaciones exploratorias suelen consistir en un
trozo de caño reforzado de aproximadamente 1,5 pulgadas de diámetro inte-
rior y de 30 a 60 centímetros de largo que ha sido dividido longitudinal-
mente, en la forma en que lo indica la figura 44.2e, y que por tal motivo se
distingue con el nombre de sacamuestras partido. Para tomar la muestra,
las dos mitades del tubo se mantienen unidas por dos pequeños trozos de
caño enroscados a sus extremos; uno de éstos sirve de pieza de unión con
las barras de sondeo, y el otro, que ha sido afilado en'una de sus puntas,
como zapato que facilita la entrada del sacamuestras en el terreno.
Según es práctica usual, el perforador extrae la muestra de la cuchara,
la inspecciona y clasifica guardando una porción en un frasco de vidrio
con tapa hermética, porción que luego envía al ingeniero para su inspección
visual, Como práctica, es preferible que las muestras a guardar en frasco
sean suficientemente grandes para que, bien selladas y cuidadosamente iden-
tificadas, puedan enviarse a un laboratorio para que se determinen sus
propiedades índice. Para los ensayos solo debe usarse un trozo de cada
muestra, guardándose el resto en frascos con cierre hermético, a disposición
de los contratistas que quieran examinarlas.
Las muestras de arcilla obtenidas con cuchara sacamuestras retienen al
menos parte de las características del suelo inalterado, pero tratándose de
suelos de alta permeabilidad, las muestras, al penetrar dentro del saca-
muestras, sufren una enérgica compactación, independientemente de si el
suelo in situ se halla en estado suelto o en estado denso. Por ello, dichas
muestras no alcanzan a informar al ingeniero sobre la densidad relativa del
suelo a pesar de que, como regla general, la determinación de esta propie-
dad es mucho más importante que las que se relacionan con las caracte-
rísticas intrínsecas de los granos.
El método más simple para obtener al menos alguna idea sobre el
grado de compactación del suelo in situ consiste en contar el número de
golpes que se requieren para hincar la cuchara sacamuestras 30 centímetros
en el terreno con un peso determinado y una altura de caída fija. La
figura 44.4 indica las dimensiones de una cuchara que se considera normal,
bnado para
lo llore
pas (figura 44.2b) no resulta satisfactorio porque el amasado del suelo que
se requiere para llenarlas lava y separa las partículas finas de la arena.
Para obtener muestras de arena que contengan todos sus elementos, se
necesita experimentar con otros dispositivos, tales como la cuchara saca-
muestras que lleva un retén diafragma de acero de elástico que impide la
caída de la arena (fig. 44.2c). El retén diafragma se halla unido a las
paredes del sacamuestras en su parte inferior y, cuando éste se levanta, los
elásticos flexionan hacia el centro. Si ninguna partícula gruesa se les inter-
pone en el camino los elásticos se unen para constituir un fondo en forma
de domo que soporta la muestra.
Si el sacamuestras con diafragma no retiene la arena, se pueden obte-
ner muestras razonablemente completas por medio del cucharón rascador
indicado en la figura 44.2f, que se utiliza en perforaciones de cuatro pul-
gadas. El cucharón, cuyo extremo inferior se halla obturado con una punta
cónica, tiene un diámetro interno de 25 pulgadas y una longitud de 75
centímetros. En la mitad superior del cucharón hay una ranura, uno de
cuyos labios se ha doblado hacia afuera y se ha afilado como cuchillo. Para
obtener la muestra, se hinca primero todo el cucharón en el terreno y luego
se lo hace rotar en el sentido indicado en la figura para que la hoja afilada
de la ranura corte el suelo. El material cortado se acumula primero en la
parte inferior del cucharón y luego llena la parte superior, obteniéndose
una muestra completamente alterada y en parte segregada, pero con muy
poca pérdida del material fino.
Si en una perforación exploratoria de 25 pulgadas de diámetro se
encuentra un estrato de grava, no se pueden obtener muestras del material,
y muchas veces resulta hasta imposible atravesar el estrato con la camisa,
de modo que la perforación debe abandonarse. En estos casos, la nueva
perforación debe tener, como mínimo, un diámetro de 4 pulgadas.
Muestras en tubos de pared delgada. Cuando la obra requiere infor-
mación fehaciente respecto de la resistencia al corte o a las características
tensiones-deformaciones del depósito, el grado de alteración de las muestras
debe ser reducido al mínimo compatible con los beneficios que ha de brin-
dar la información. Cualquiera sea el sacatestigos a utilizar, hay cierta
magnitud de alteración del suelo que resulta inevitable.
El grado de alteración depende de las dimensiones del sacamuestras
y del procedimiento que se ha utilizado para introducirlo en el suelo. La
hinca del sacamuestras por medio de golpes sucesivos de un martillo es el
procedimiento que origina la mayor alteración, mientras que su introducción
rápida y a velocidad constante por medio de un esfuerzo estático produce los
mejores resultados. Para muestras de un diámetro dado, introducidas en el
terreno por el mismo procedimiento, el grado de alteración depende del
índice de áreas:
D2—D?2
AL%) = 10P z22 (44.1)
302 EXPLORACIÓN DEL SUELO
ña e ct E O Gma7n
Eosémm.= or
Ñ, tendo | Misas. $5lbme. |
Fubcin , de
(2, * Tubode acero soldado
o sincosiura
Fig. 44.5. Tubo sacamuestras de dos pulgadas.
0 5 10 15 20 ES
Deformación, Ye
Fig. 44.6. Curvas tensión-deformación obtenidas con ensayos de compresión sim-
ple de arcilla de Chicago. (a) rra inalteradas cortadas de una banquina en
un túnel; (b) muestras en tubo de 2” de la misma arcilla; (c) muestras totalmente
A cgín Peck, 1940).
Agujero ento
(6)
Fig. 44.7. Sacatestigos a pistón operado hidráulicamente. (a) Descendido en el
fondo de la perforación con la barra de sondeo sujeta en posición fija en la su-
perficie; (b) tubo sacatestigos después de ser forzado en el terreno por la presión
hidráulica aplicada a través de la barra de sondeo.
306 EXPLORACIÓN DEL SUELO
h Pistón fijo
Cabezo de socotestigos
Carrete! de cintos
Fig. 44.8, ¡rama que muestra el principio en que se basa el sacatestigos con
cintas desenrollables (según Kyellman et al., 1950).
ART. 44 MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 307
tos se hacen rotar para separar la muestra del suelo subyacente. El pistón
y el tubo se retiran luego unidos a la superficie.
Los sacamuestras a pistón con pequeños índices de áreas son capaces
de proveer muestras excelentes de suelos cohesivos aun cuando éstos sean
muy blandos y sensitivos. La necesidad de disponer para el pistón de una
barra que, pasando por dentro de la barra de perforación, llegue a la super-
ficie puede eliminarse por el uso de un mecanismo de operación hidráulica
(Osterberg, 1952).
Sacamuestras de lámina enrollada. Aun con los sacamuestras a pistón,
la longitud de la muestra que se puede obtener está limitada a unos pocos
decímetros y el grado de alteración aumenta con el incremento de la lon-
gitud. Sin embargo, eliminando la fricción y adherencia entre la muestra
y el tubo, la muestra puede subir libremente dentro del tubo sin alterar el
“suelo debajo de la cuchilla cortante y obtener de esta manera muestras
mucho más largas. Estos objetivos se alcanzan con el sacatestigos sueco
de lámina enrollada (fig. 44.8), encamisando el interior de un tubo saca-
muestras con una serie de delgadas cintas verticales de acero (Kjellman y
otros, 1950). Las cintas, enrolladas en la parte inferior del sacatestigos,
permanecen en contacto con el suelo después que éste entra dentro del
tubo. No se mueven verticalmente respecto del suelo sino que permanecen
estacionarias mientras que el tubo sacamuestras se desplaza hacia abajo
circundándolas. Los rollos para las cintas están situados en una parte
ensanchada del zapato del sacamuestras, que está suficientemente separada
de la cuchilla cortante como para mantener un índice de área pequeño.
Aun cuando el aparato es complejo, con el mismo se han obtenido mues-
tras continuas virtualmente inalteradas de arcillas y limos blandos extre-
madamente sensitivos, con longitudes de hasta 20 metros.
Muestreo combinado con perforación. El muestreo por la introduc-
ción forzada de tubos delgados no puede practicarse si el suelo es demasiado
resistente o compacto como para permitir la penetración sin dañar la cuchi-
la cortante o hacer pandear el tubo. Aun cuando el tubo pudiese ser intro-
ducido por hinca, la alteración producida en la muestra, especialmente en
materiales frágiles, podría resultar excesiva. En depósitos que contienen
capas sucesivas de consistencia blanda y dura, la posibilidad de un mues-
treo exitoso por medio de sacamuestras de tubos o a pistón es muy remota.
Bajo estas circunstancias, el sacatestigos Pitcher, en el cual las técnicas de
muestreo en roca se han adaptado al muestreo por medio de tubos, puede
resultar satisfactorio. Los elementos esenciales del sacatestigos se indican
en la figura 44.9. Al descender en la perforación, el tubo de pared delgada
se suspende del tubo exterior con cuchilla cortante. El fluido de perforación
circula hacia abajo a través del tubo interior y desplaza hacia arriba el
material desmenuzado. Cuando el tubo interior toca el fondo, éste es
empujado hacia arriba respecto del tubo exterior cortante, con lo cual la
inyección se desvía al espacio anular entre el tubo interior y el exterior,
308 EXPLORACIÓN DEL SUELO
pasa por debajo de la cuchilla y sube por el espacio entre el tubo exterior
y las paredes de la perforación. Si el suelo a muestrear es blando, el resorte
situado en la cabeza del tubo interior mantiene la cuchilla cortante del
mismo muy por debajo de la cuchilla cortante del tubo exterior y el primero
entra en el suelo de una manera similar a un sacamuestras ordinario. Si
— Válwulo abierta
Corona cortante
Socotestigo de
pared delgado.
Fig. 44.9, Diagrama esquemático del sacatestigos Pitcher. (a) El tubo sacatestigos
está suspendido del tubo portacorona mientras baja en la perforación; (b) el tubo
sacatestigos se fuerza en el suelo blando en avance de la corona por medio de un
resorte,
ART. 44 MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 309
Tubo interior
mo giratorio
Ñ Comiso
sorocezndosAl
Corona cortante
rotativa
Fig. 44,10. Diagrama esquemático que muestra las características principales del
y enison.
Peso
$
3
Compano 3
$
$
toválvalo de alivio
Tubo sacotesfigos
con la muestro
Tubo sacatestigos
Fig. 44.11. Principio del sacatestigos Bishop para arena bajo agua, (a) Saca-
Auscultaciones
Propósito de las auscultaciones. Las auscultaciones se utilizan para
explorar capas de suelo con una estructura errática. Se usan además para
comprobar si el subsuelo contiene o no lentes de material excesivamente
blando, situados en el espacio entre perforaciones, y también para obte-
ner alguna información sobre la densidad relativa de suelos poco o nada
cohesivos.
La experiencia ha demostrado que los perfiles de suelo erráticos son
mucho más comunes que los regulares. Los resultados obtenidos de perfo-
raciones realizadas en suelos con una estructura errática dejan un margen
demasiado grande a la interpretación libre, a menos que la distancia entre
perforaciones sea muy pequeña, en cuyo caso el costo de las mismas suele
314 EXPLORACIÓN DEL SUELO
ser prohibitivo, salvo que el área que se esté investigando sea también muy
pequeña. Pero por fortuna los cambios importantes en las características
del subsuelo van comúnmente asociados con un cambio en la resistencia
que el suelo ofrece a la penetración de un pilote, o de un caño obturado
con una punta en su extremo inferior, de modo que el margen mencionado
puede cerrarse auscultando el suelo con estos dispositivos.
El efecto que la densidad relativa de la arena ejerce sobre la resistencia
a penetración es un'hecho bien conocido por todo ingeniero experimentado
en la hinca' de pilotes. Si la arena es muy densa, el pilote no puede ser
hincado a una profundidad mayor de 3 a 5 metros; la hinca es muy difícil,
y el número de golpes para una penetración dada aumenta rápidamente
con -la protundidad. Por el contrario, si la arena es muy suelta, es fácil
hincar pilotes cilíndricos hasta cualquier profundidad, ya que el aumento
de resistencia con la profundidad es muy pequeño.
La variación de la resistencia a la penetración que ofrece el subsuelo
a lo largo de líneas verticales puede determinarse rápidamente, y con un
gasto moderado, por medio de ensayos conocidos como auscultaciones. Los
ensayos se realizan utilizando un dispositivo llamado el penetrómetro. Uno
de los procedimientos más usados para medir la resistencia a penetración
es el ensayo normal de penetración, en el cual el penetrómetro es la cuchara
partida misma. En los artículos 45 y siguientes se trata de la aplicación
de los resultados de los ensayos normales de penetración.
Mientras que el ensayo normal de penetración provee solo un valor de
la resistencia cada metro o cada metro y medio de profundidad, o bajo
condiciones especiales un valor cada 50 a cada 75 cm, muchos otros tipos
de auscultaciones del subsuelo proveen registros de penetración continuos
O casi continuos.
Métodos improvisados de auscultación. Por varias generaciones, los inge-
nieros han hecho crudos intentos para conocer la consistencia del subsuelo
hincando varillas, caños o rieles de ferrocarril: en el terreno y registrando
la penetración producida bajo cada golpe de martillo. Si el método es
inteligentemente utilizado en combinación con, por lo menos, unas pocas
perforaciones exploratorias, puede ser muy útil a pesar de su simplicidad.
El siguiente incidente es un ejemplo.
Las perforaciones preliminares de una fundación sobre pilotes mos-
traron un depósito errático, formado principalmente de arena suelta a media
con algunos pocos bolsones de limo o arcilla blanda. Durante la construc-
ción de la fundación se notó que la profundidad a la cual se encontraba
el rechazo variaba entre límites sorprendentemente éxtensos. Se temía que
los pilotes más cortos hubiesen encontrado rechazo en depósitos resistentes
situados encima de bolsones de limo blando o de arcilla. Para determinar
sin mayor pérdida de tiempo si este temor estaba o no justificado, se utilizó
ha método de la auscultación. El único equipo disponible con facilidad
ra una provisión de rieles de acero de 43 kg por metro y un martillo de
sa re de 1100 kg. El procedimiento adoptado consistió en hincar los
rieles, dejando caer el martillo desde 75 centímetros de altura, y anotar el
número de golpes para cada 30 centímetros de penetración. Las auscul-
ART. 44 MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 315
Pualo B
NS ERA
ZA
SS EEES
NS
555559
ZE
> SSLADA
ÉS RS
>
SS
(0)
(o)
Fig. 44.13, Penetrómetros. (a) Cono holandés original; (b) y (c) cono holandés
mejorado con la punta retraída a medida que avanza la camisa y la punta exten-
dida después de haber medido la resistencia; (d) penetrómetro a inyección; (e)
punta cónica para hinca dinámica.
ART. 44 MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 317
Manómetro
Manija
Turba blanda
S Arcilla gris blanda turba
[drealla blanda gris 01 Hgfer
12 Hg/em
aa
Turba más bien Cono ES
>2 19/07?
Pátrena sólida (a) (b)
Fig. 44.14. (a) Penetrómetro holandés, El gráfico muestra los resultados que
se obtienen en una auscultación; (b) perfil del suelo a lo largo de un cami-
no, donde se muestra la variación en resistencia a la ión. (Según P.
Barentsen, 1936).
por el cono holandés, en 1928 se desarrolló, para ser empleado en los traba-
jos del subterráneo de Nueva York, un método que utilizaba una punta
con inyección de agua. El subsuelo estaba formado de arena limpia, media-
na y gruesa. El penetrómetro estaba constituido por una punta cónica (fig.
44.13d), con un diámetro de 7 cm, unida al extremo inferior de un caño
de inyección reforzado de un diámetro externo de 2 pulgadas. El caño, con
la punta cónica en su extremo, se introduce dentro de una camisa con ur
diámetro interno de 3 pulgadas (fig. 44.154). El cono se hunde en el terreno
en una profundidad de 25 cm por medio de un gato hidráulico que actúa
en el extremo superior del caño. Se inyecta luego el agua, la que, al salir
por el cono a través de agujeros dirigidos hacia arriba trasforma en un semi-
líquido un volumen cónico de suelo situado por encima de la punta (figura
44.15b). Parte del suelo es arrastrada por el agua a lo largo del espacio que
queda entre el caño de inyección y la camisa, Mientras se hace circular el agua,
un esfuerzo pequeño es suficiente para bajar el caño camisa en una longitud
igual a la que previamente había descendido la punta. Se interrumpe enton-
ces la inyección y la punta cónica es nuevamente forzada en el terreno por
otros 25 centímetros. La presión ejercida por el gato, durante cada descenso
de la punta, se lee en un manómetro unido a la bomba de aceite y se dibuja
Descaircion E
BASADA EM MUESTRAS Carga sobre el cono en lonelados
0 2 6 RESULTADOS 0E 109
0
ENSAYOS DE CARGAS
Arena rojiza muy
gruesa, 4/-40mm.
Arena rojiza gruesa
mu
A
de la vereda, melvos
rojiza
y fina y unilorme,
3
21m
Arena rojiza umlarme
"muy fina conalgo de
Y
Ls
mica <0.05
Arena rojiza uniforme
bastante gruesa,
05-/mm
UZZZAS
Arena gruesa no
unitorme0.2-60mm
0
DESCRIPCION DE LAS MUESTRAS EXTRADAS OL LA
EXOAVACION 4 CIELO ABIERTO
(a)- Arena gruesa rejiza unilorme y suelta
(6) - Arena rojiza conparticutos gruesas o mecranas
(c)- Arena gruesa con grava,s
1a)- Arena con parliculos medianos a gruesas, suella
le)- Arena tino rejiza con limo y algo ae mica
(£)" Arenalina rojizacon limo y algo de mica
19)- Arena lina rejizacontimo y mica
Fig. 44.16. Resultados obtenidos del estudio de un depósito de arena por medio
del penetrómetro con inyección de agua y con ensayos de carga ejecutados en un
pozo de inspección cavado después de efectuar los ensayos de penetración. (Subte-
rráneo de Houston Street, Nueva York).
32% EXPLORACIÓN DEL SUELO
q?
o
Sec. xx
(a)
Veleta (extendido)
Momento torsor
(0)
0 25 50 75
Aotación - grados
(6) (a)
Fig. 44.17. Aparato de paletas, veleta o molinete. (a) Veleta simple de cuatro
paletas; (B) curvas momento torsorzotación típicas para arcilla blanda nn
(c) vaina para hacer penetrar la veleta: sin practicar una perforación; (d)
$2 por la vaina ames de hacer avanzar la veleta (según Cadling y ddematad, 1950).
Relación
(e)
Fig. 4. Fo Ensayo permeabilidad en una ÁÓnrealizada en un estrato
le. (a) Gráfico para determinar la ación (8) y (e) sráfico para
el coeficiente c a ser usado en la ecuación 44,2 (según Zangar, 1953).
ART. 44 MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 325
Métodos geofísicos
Al principio de este artículo se hizo mención de que por métodos geo-
físicos se pueden obtener varios tipos de datos relativos a las condiciones
del subsuelo, sin necesidad de la ayuda de perforaciones o auscultaciones.
Algunos de los métodos geofísicos están basados en el hecho de que
la forma geométrica de todo campo de fuerza depende de la ubicación de
los límites entre las sustancias que ocupan el campo. El campo de fuerzas
puede tener existencia previa, como por ejemplo el campo magnético y el
gravitacional de la tierra, o bien puede ser creado artificialmente, como
cuando se envía una corriente eléctrica a través del suelo situado entre dos
electrodos enterrados.
La forma geométrica de todo campo de fuerza es, en un medio homo-
géneo, independiente de las propiedades físicas del medio. Es simple y
puede determinarse exactamente por teoría. La distorsión del campo, pro-
ducida por la existencia de un límite interno, depende de aquellas propie-
dades físicas de las sustancias, situadas a ambos lados del límite, que crean
el campo o tienen una influencia decisiva en su intensidad. Por ello, el
método más adecuado para localizar el límite entre dos clases de roca es
aquel que produce un tipo de campo de fuerza que, como consecuencia
de la diferencia de propiedades entre dichas rocas, experimenta la distorsión
más conspicua. Si sus pesos unitarios son muy distintos, el método gravi-
tacional puede resultar el más adecuado. Si, por el contrario, sus pesos
unitarios son casi iguales, pero sus conductividades eléctricas son muy dis-
tintas, el método del potencial eléctrico puede resultar más ventajoso.
Para localizar la posición de un límite interno, se determina la forma
real del campo de fuerzas por medio de un número adecuado de observa-
ciones en la superficie del terreno. Se compara esta forma con la calcu-
lada en la hipótesis de que el campo atraviesa una sustancia perfectamente
homogénea. La posición del límite interno se deduce de la diferencia entre
la forma ideal y la determinada en el terreno,
Un segundo grupo de métodos geofísicos, conocidos como métodos sís-
micos, se basa en el hecho de que la velocidad de propagación de ondas
elásticas es una función de las constantes elásticas del medio a través del
cual las mismas se desplazan. Si una onda llega al límite entre dos medios
con propiedades elásticas distintas, una parte se refleja y la otra se refracta.
Para determinar la posición de un límite interno, por ejemplo, entre una
roca dura y otra blanda o entre suelo y roca, se dispara una pequeña carga
de explosivo a corta distancia debajo de la superficie y se mide el tiempo
que las ondas reflejadas y refractadas tardan en llegar a distintos puntos
de la superficie. Con estos resultados se puede calcular la posición del
límite interno, siempre y cuando el límite sea bien definido y no demasiado
accidentado.
En la ingeniería civil solo los métodos sísmicos y de resistividad eléc-
trica se usan con alguna extensión, a veces conjuntamente. La principal
aplicación del método sísmico es la de localizar la superficie de la roca
ART. 44 MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL SUELO 3N
Lecturas seleccionadas
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cb
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el reconocimiento de suelos), París, Dunod, 250 págs.
328 EXPLORACIÓN DEL SUELO
Consideraciones geológicas
La mayoría de los depósitos naturales de suelo se hallan comprendidos
en uno de los siguientes tipos principales: depósitos fluviales, depósitos de
inundación de planicies, depósitos de delta, depósitos costaneros, depósitos
glaciares, depósitos eólicos (arenas de dunas y loess) y depósitos formados
por sedimentación en agua estancada. Los únicos que suelen mostrar una
estructura bastante regular son los depósitos de inundación y los eólicos,
además de aquellos formados en grandes extensiones de agua estancada
a distancia considerable de las costas. Todos los otros suelen distinguirse
por variaciones importantes y erráticas, al menos en la densidad y consis-
tencia relativa, y comúnmente también en cuanto a su granulometría.
:n las cercanías del nacimiento de los sistemas fluviales, los depósitos
fluviales ocupan usualmente el fondo de valles cortados en la roca. Cerca
de la desembocadura suelen estar dispuestos en canales sinuosos y entre-
lazados, cortados en anchas bandas de sedimentos finos que fueron deposi-
tados con anterioridad por el río bajo condiciones de sedimentación distin-
tas. El tamaño medio de los granos disminuye a medida que aumenta la
distancia a las fuentes del río y, en un punto dado, generalmente aumenta
con la profundidad a que se halla el depósito. Desde luego, los detalles
de la estratificación son siempre erráticos y tanto la granulometría como
la densidad relativa varían de una manera imprevisible. Aún más abruptas
y notables son las variaciones que se presentan en los materiales aluvionales
depositados por las aguas derretidas en el borde de los campos de hielo
continentales. La figura 44.16 ilustra sobre las variaciones en densidad
* relativa de un estrato de arena fluvioglaciar, y la figura 44.12 sobre las
mismas variaciones para un estrato de arena y grava, también fluvioglaciar,
que se halla cubierto por un colchón de limo blando.
330 EXPLORACIÓN DEL SUELO
Hehrencios
Simbolos k(cm/seg)
Arena]
Preeso Memorae 0?
9s MM 020o/0
YA 100 s0
EH 573%
ES 257/25
Coles en melros
ares son muy comunes tanto en Europa como en Norteamérica, por encima
del paralelo 40, y son fuente prolífica de dificultades serias en las cons-
trucciones,
Si en lugar de desembocar en un lago de agua dulce, ríos árticos simi-
lares a los descriptos, desembocan en una bahía oceánica, la segregación
según tamaño de partículas es mucho menos perfecta, debido a que las
sales que contiene el agua de mar producen la floculación de las partículas
de ala Por ello, la mayor parte de la arcilla se deposita simultáneamente
con el lis
El análisis precedente demuestra que la naturaleza ha creado una
variedad infinita de formas estructurales, que van desde la estratificación
simple de depósitos formados en grandes lagos a las complejísimas estruc-
turas de las masas de grava, arena y limo que primero fueron depositadas
y luego aradas, distorsionadas, parcialmente erosionadas y vueltas a depositar
en los bordes de las masas de hielo continental. Debido a variaciones en
el material que les da origen y en el grado de alteración producida por los
agentes atmosféricos, las características de los suelos residuales no son
menos complejas.
do en una masa de suelo se ejecutan perforaciones en dos puntos
distanciados de 25 6 50 metros, el ingeniero conoce las características y
el orden de sucesión de los estratos a lo largo de dos líneas verticales, Entre
estas dos líneas el orden de sucesión de los estratos puede ser continuo,
pero también puede ocurrir que dicho orden desaparezca a corta distancia
de cada perforación y que el perfil a mitad de distancia entre perforaciones
no tenga el más remoto parecido con ninguno de los perfiles anteriores.
Un programa inteligente de investigaciones suplementarias del subsuelo
solo puede prepararlo un ingeniero bien familiarizado con nociones de geolo-
gía física y conocedor de la geología de la región donde está situada la obra.
En las ciudades grandes se puede usualmente encontrar una descrip-
ción de la historia geológica recurriendo a museos locales de historia natural
u otras instituciones similares, como ser las Direcciones de Minas y Geología,
donde puede además recogerse información respecto a las publicaciones
relativas a la geología de la zona. Como información general relativa a la
geología de distintas partes del mundo se citan las siguientes:
R. F. Legget, “Geological Surveys of the World”, Apéndice B en Geo-
logy and Engineering, segunda edición, Nueva York, 1962. Contiene breves
comentarios sobre investigaciones geológicas en diversos países, publicación
de los mismos y dirección postal a donde dirigirse.
R. F. Legget, “Geological Societies and Periodicals”, Apéndice C en
Geology and Engineering.
Catalogue of Published Bibliographies in Geology 1896-1920, Boletín del
National Research Council, 6, Parte 5, N? 36, 1923,
02 4$
Presión en Ka/emt presión en Hajem*
pre deben realizarse ensayos de compresión simple con las muestras obteni-
das con la cuchara partida. Los otros ensayos de rutina a realizar con las
muestras mencionadas, indicados en la tabla 9.1, son también obligatorios,
pues sus resultados se necesitan para correlacionar el material con otros
similares encontrados en obras anteriores. Los valores de q. o los de Cy
determinados con las muestras obtenidas con la cuchara partida son gene-
ralmente mucho menores que los reales, pues dichas muestras se hallan
apreciablemente alteradas *.
Tabla 45.2
Relación entre consistencia de arcillas saturadas, número de golpes N de la cuchara
partida y resistencia a la compresión sim
qu en kg/cm
Consisten"
de Mediana-
cas Muy
blanda Blanda mentepot corm Compacta MYpacta9% ppra
Contenido de humedad
Y Sensibilidad St
? profundidad
A.=. 25 50 20 40
Areno ygrovo
3 Limo-areno-arcilloso
grisozulado
6
Arcilla limosa gris
azulado, concapes
a de limo yarenafína
n
Arcilla limoso sensitiva
gris azulado, concopas
15 delimo yoreno fina
y
Contenido
de humedad
notura! a
Resistencio o/ corte
FRA enkglem*
Límite plástico Límite líguido
la resistencia, de los límites
Fig 45.5. Resultados de un relevamiento detallado de suelo
de Atterberg y del contenido natural de humedad delcausados de una perforación en
arci'la efectuada con motivo de los deslizamientos por el terremoto del
Viernes Santo ocurrido en Anchorage, Alaska (según Shannon y Wilson, 1964).
346 EXPLORACIÓN DEL SUELO
Conlenido de humedad%
jy
0
]¿
a
/w
¿
y
4
—— Limile liguioo
Fig. 45.6. Diagrar dicador de las variaciones que, dentro de un espesor de
30 centímetros arcilla blanda glaciar, sufren las propiedades índice.
fumero ale
para hincar J0cm Simple
el penelrómelro A pesoseco Y enflgjemt “)
(1 o:Limite plástico; «Limite líquido
(22 e-Valores medidos ; o-Valores estimados
Fig. 45.7. Diagrama que representa el registro de una perforación, de una
auscultación, y los resultados de los ensayos de suelo sobre muestras extraídas de
una perforación en un depósito costanero compuesto.
348 EXPLORACIÓN DEL SUELO
$ /)
Gua me pesistencias o o comaresión
Votores en A/em:
* mu200000 0% DTD 08016
e (xuy240 0.
298 UU Mayorcelo
3
3
|
¡j>
|
4 -Comoarmiba,
algo más resisiente
!
1
45.10. Depósito errático eostanero en el lago Erie, cerca de Cleveland.
Por ello, a menos que el ingeniero que las realiza posea un criterio de una
madurez acabada y haya tenido una experiencia práctica variada, puede
malgastarse mucho tiempo y dinero.
En cada una de las operaciones descriptas, un conocimiento cabal de la
geología de las masas sedimentarias no consolidadas es una ventaja de un
valor inestimable, debido a que el conocimiento real derivado de las inves-
tigaciones del terreno se limita siempre a las condiciones del suelo a lo largo
de líneas verticales muy psttados entre sí. Se ha dicho ya en el artículo 43
que los i lación y de las estimaci sobre
las posibles dispersiones do conducir a conclusiones muy erróneas, a
menos que el investigador tenga una concepción suficientemente clara de
lo que podríamos llamar la anatomía del cuerpo de suelo que está estudiando.
El conocimiento de la geología de la región se necesita también para deter-
minar si los estratos de arcilla que presenta el lugar de la obra han estado
alguna vez sujetos a cargas mayores que las que le impone en el presente
la cubierta y, en caso positivo, proporcionar elementos de juicio que sirvan
para estimar la magnitud que alcanzó dicha presión.
Cuanto mayor sea la obra, tanto mayor será la necesidad de suple-
mentar los resultados de las investigaciones del suelo por medio de datos
derivados exclusivamente de fuentes geológicas, pues en obras grandes suele
resultar físicamente imposible —desde el punto de vista práctico— ejecutar
un estudio detallado del suelo.
Lecturas seleccionadas
las siguientes publicaciones so diseute o se dan ejemplos sobre la relación entro
ctiines geológicas, propiedades ingenierilesy procedimientos empleados para la
ración
Belcher, D, J. 094). “The engineering significance of soil patterns”, Photogrammetric
Engine: N? 2, págs. 115-148,
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Tabla 46.1
Tipos de suelos de relleno o terraplén en muros de sostenimiento
Suelo granular grueso, sin contenido de partículas finas (arena limpia o grava).
- Suelo granular grueso de baja permeabilidad, debido a su contenido de pariícu-
las de tamaño de limo.
a
Suelo residual con piedras, arena fina limosa y materiales granulares, con una
cantidad visible de arcilla.
Arcilla blanda o muy blanda, limos orgánicos, arcillas limosas.
ga
A
Sn 1/0
Suelo tipo $
22 de 26 08 (0
Valores delo relación (4
Fig. 46.2. Gráfico para determinar el empuje sobre muros que sostienen un
relleno, cuya superficie límite forma un plano inclinado que va desde la cresta
del muro hasta cierta altura sobre la cresta, donde se torna horizontal.
p= Cg (46.1)
ART. 46 MUROS DE SOSTENIMIENTO 363
donde C es un coeficiente que depende del tipo de suelo y que viene dado
en la tabla 46.2,
Si la superficie del terraplén soporta una carga lineal q” por unidad de
longitud y paralela a la cresta del muro (caso d), se considera que la carga
sjerce sobre la sección vertical ab una fuerza horizontal:
py = Cg (46.2)
por unidad de longitud de muro. El punto de aplicación d de la fuerza
pe (figura 46.31), se obtiene trazando desde el punto c de aplicación de la
fuerza q” una recta que forme con la horizontal un ángulo de 40”. El punto
d, de intersección de dicha recta con el paramento interno del muro es el
punto de aplicación de p”,. Si el punto d, está situado por debajo de la
muro, la influencia de la carga lineal sobre el empuje puede des-
preciarse; en cambio, si el punto c está situado a la izquierda del plano
vertical ab, la regla continúa siendo válida.
La carga lineal q” produce también una presión vertical sobre el talón
interior del pie del muro (figura 46.3b). Se puede suponer que esta presión p”
se halla uniformemente distribuida sobre la base ef de un triángulo equilá-
tero de vértice c, de modo que tiene por valor:
(46.3)
En el cálculo de la estabilidad del muro se considera solamente aque-
lla parte de p” que actúa directamente sobre el talón del pie del muro.
Los procedimientos descriptos se refieren a muros con fundaciones rela-
tivamente firmes, en cuyo caso la fricción y la adherencia entre muro y
suelo están dirigidas hacia abajo, son estabilizantes y tienden a reducir el
empuje. Cuando el muro descansa sobre una fundación muy compresible,
el asentamiento con respecto al terraplén tiende a invertir el sentido de estas
rzas hecho que aumenta el empuje en forma considerable (véanse artículo
Fig. 46.3. Diagramas que ilustran el método para calcular la magnitud y línea
de acción de la fuerza de empuje producida por una sobrecarga lineal g, por
unidad de longitud, paralela a la cresta del muro.
364 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
Tabla 46.2
Valores de C en las fórmulas 46.1 y 46,2
(IO
Tipo de suelo c
1 027
2 0,30
3 0,39
4 100
5 100
Mwelde
lo napa
Relleno impermeable
Fig. 46.4 (a) Acción de las heladas en el relleno de un muro de sostenimiento
que solo tiene un drenaje idinal; (b) forma en que debe drenarse el relleno
para pc formación de capas de hielo.
366 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
* Es evidente que esta advertencia de los autores tiene relación con posibles difi-
cultades de pulverización y compactación. Por ello, no es aplicable a las arcillas que
siendo resistentes Pedo no obstante, pulverizarse con relativa facilidad y compactarse
adecuadamente. (N. del T.)
368 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
a a
la) (6) c
Fig. 46.5. Diagrama que ilustra las providencias a tomar para drenar los rellenos
situados detrás de muros de sostenimiento, (a) Capa vertical de drens
inclinada de drenaje para relleno no cohesivo; (c) drenaje horizontal con cap
de sellado combinado con otro vertical parcial para el drenaje de nn relleno cohesivo:
(d) drenaje de fondo para acelerar la consolidación de un relleno cohesivo.
tan pequeña que no hay peligro de que los drenes lleguen a obstruirse como
consecuencia del arrastre de partículas de suelo por el agua. Por tanto, no
es necesario que las granulometrías de los materiales de las capas de drena-
je cumplan con los requerimientos establecidos para los filtros (artículo 11).
Empuje contra muros de sostenimiento rígidos. Los muros rígidos que
no permiten desplazamientos, tales como el frente de un estribo de puente
en forma de U con muros de vuelta, o las paredes de sótanos profundos, no
están sujetos al empuje activo sino al empuje de la tierra en reposo. La
magnitud de este empuje es mayor que el activo, y depende no solo de las
propiedades físicas del relleno, sino en gran parte del método utilizado para
colocarlo. Por ello la intensidad del empuje que actúa sobre un muro
inamovible solo puede determinarse con ensayos, o calcularse en función
de la experiencia *. Hasta el momento, existen muy pocos datos empíricos
al respecto. El empuje que un relleno suelto ejerce contra una pared baja
y fija parece ser menor que el ejercido por el mismo relleno compactado
(Terzaghi, 1934a). Los resultados de mediciones con células de presión
realizadas en dos estribos en forma de U construidos en el norte de Alema-
nia indicaron que la presión unitaria ejercida, a una altura cualquiera, por
una arena mediana bien compactada era aproximadamente igual al valor de
Coulomb, más un valor constante igual a unos 0,13 kg/cm? (Miiller, 1939).
(6)
cualquier observador puede notar. Por ello, los procedimientos para estimar
empujes sobre bases semiempíricas tienen todavía mucho lugar para mejo-
ras. La verdad es que solo podrá progresarse cuando se observe el com-
portamiento de dichos muros en forma sistemática durante varios años, se
publiquen sus datos y se interpreten los resultados.
Los informes de las observaciones realizadas con el propósito de mejorar
el método semiempírico de cálculo deben contener una descripción adecua-
da del suelo que forma el relleno y del procedimiento usado en su cons-
trucción, de las providencias tomadas para el drenaje, de la época del año
en que se construyó el relleno, del término medio de las lluvias anuales y
de la profundidad de penetración de las heladas. Estos datos deben ir
acompañados de un croquis que muestre la sección trasversal del muro y
de un perfil del subsuelo que no deje dudas sobre las condiciones del suelo
de fundación. Las muestras de suelo del relleno pueden extraerse con un
barreno y la descripción del mismo debe contener los resultados de todos
los ensayos de identificación indicados en la tabla 9.1, página 43, que le
sean aplicables. Las observaciones del movimiento del muro deben incluir
mediciones de su inclinación y del desplazamiento de la cresta, mediciones
que deben efectuarse por lo menos cuatro veces al año, al finalizar cada
estación.
El desplazamiento de muros de sostenimiento por efecto de las heladas
es un fenómeno prácticamente inexplorado, que sería muy fácil estudiar con
mediciones periódicas de la inclinación y desplazamiento de algunos muros
de sostenimiento durante unos pocos años. Si se encontrase que el conge-
lamiento es la causa responsable de dichos movimientos, debería estudiarse
la estructura del hielo en la zona congelada, excavando detrás del muro
antes que se produzca el deshielo.
Los registros de observaciones efectuadas en muros de sostenimiento
grandes, calculados con la teoría del empuje, deben incluir también los
resultados de los ensayos de suelo efectuados antes de la construcción y
los resultados obtenidos de mediciones periódicas de la presión del agua
de los poros en varios puntos situados en forma estratégica en la masa del
relleno. La medición directa del empuje sobre el muro es un dato intere-
sante aunque no esencial, No es de esperar que las presiones medidas con-
cuerden necesariamente con los valores del empuje activo calculado con la
teoría pues, debido al margen de seguridad con que se calcula un muro
bien proyectado, sus movimientos son menores que los necesarios para redu-
cir la presión lateral a dicho valor. No obstante, antes que el muro pueda
fallar deben satisfacerse primero las condiciones de deformación del empuje
activo. Por ello, el cálculo en base a este empuje constituye un procedimiento
racional.
No se tendrán elementos satisfactorios para calcular el empuje sobre muros
rígidos cuya cresta no puede desplazarse hasta que se hayan efectuado
.numerosas mediciones del empuje que la tierra ejerce sobre tales muros.
Los pocos datos que se tienen se han derivado de mediciones con células
de presión que tenían un área pequeña comparada con el paramento interno
374 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
del muro y como consecuencia de ello sus resultados son más bien erráticos.
Se puede obtener una información que merece mucha más fe utilizando
dispositivos que midan la presión media sobre un área relativamente grande
(artículo 67).
RESUMEN
Cuando se va a proyectar un muro de sostenimiento, es mucho más
importante planear en forma adecuada las providencias para asegurar el
drenaje y dar consideración cuidadosa a las fundaciones que calcular correc-
tamente el empuje de la tierra. El empuje puede calcularse con los métodos
semiempíricos, o si no utilizando las teorías del empuje. El primer método
tiene el inconveniente de que algunos de los muros calculados con este mé-
todo tienen una seguridad exagerada, otros son apenas estables, y ocasio-
nalmente alguno falla o se cae. A pesar de este inconveniente, en obras de
rutina este método puede resultar el más económico y recomendable. El
segundo método requiere que el relleno y el sistema de drenaje se constru-
yan cumpliendo estrictamente con las condiciones impuestas por la teoría,
de modo que el trabajo y el tiempo que dichas condiciones exigen solo se
justifican cuando el muro constituye una parte muy importante de una obra
grande, o cuando tiene una altura mayor de unos 5 metros.
No se pueden esperar progresos en el proyecto y la construcción de
muros de sostenimiento, a menos que se realicen observaciones en muros
reales para determinar el efecto de las variaciones cíclicas anuales en las
condiciones del relleno y su influencia sobre el muro.
Lecturas seleccionadas
Introducción
En muchas obras, como ser la instalación de servicios públicos subte-
rráneos, la construcción de sótanos profundos para edificios y la preparación
de fundaciones de diques, el suelo debe ser excavado hasta cierta profundi-
dad por debajo de la napa, de modo que se presenta la necesidad de elimi-
nar o reducir a un mínimo la filtración de agua hacia la excavación. Para
captar la entrada de agua, durante la excavación o con preferencia antes de
iniciarla, se coloca un sistema de drenes. Se puede entonces excavar en
seco, dando a las paredes de la excavación un talud adecuado, o bien apun-
talándolas con una entibación (artículo 48), cuando las circunstancias las
requieren verticales.
En una excavación con dimensiones dadas, que se extiende hasta una
profundidad determinada por debajo del nivel freático, la cantidad de agua
que debe extraerse y el tiempo requerido para drenar el suelo circundante
dependen de la permeabilidad y de la compresibilidad del suelo. En obras
comunes, el proyecto de las disposiciones a tomar para el drenaje no requiere
que se disponga de datos exactos con respecto a la permeabilidad del sub-
suelo, de modo que no se necesitan otras investigaciones de éste que no
sean los ensayos de rutina (tabla 9.1) sobre muestras obtenidas con una
cuchara adecuada. En obras grandes es común que se tengan que realizar
ensayos de bombeo. Sin embargo, cualquiera que sea la magnitud o impor-
tancia de la obra, el método de drenaje y la posición de los puntos en que
el agua será bombeada requieren una consideragión cuidadosa.
Métodos de drenaje
Para obtener resultados satisfactorios con el menor gasto, el método de
drenaje debe ser adaptado a la permeabilidad media del suelo que circunda
la excavación, a la profundidad con que ésta penetra dentro la capa freáti-
ca y, en obras pequeñas, al tipo de equipo de bombeo más fácil de obtener
. en el lugar. La permeabilidad de lus suelos que constituyen la mayoría
de los depósitos naturales, exceptuando quizás algunos de origen eólico.
varía considerablemente de punto a punto. La tabla 47.1 indica los límites
376 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
Tabla 47.1
Coeficiente de permeabilidad de formaciones naturales y comunes de suelos
hasta 0,40
Arroyos en los pos orientales 0,02 a 0,16
Misurí 0,02 a 0.20
Misisipí 0,02 a 0,12
Depósitos glaciares
Derrames fluvioglaciares 0,05 a 2,00
Esker, Westfield, Mass. . 0.01 a 0,18
pa Chicos, Mass. 0,0001 a 0,015
menos de 0,0001
0,1 a03
Tabla 47.2
Clasificación de los suelos según su coeficiente de permeabilidad
La extracción del agua por bombeo desde sumideros tiene varias des-
ventajas. Antes que nada provoca el ablandamiento y el derrumbe de la
parte inferior de los taludes, debido a que en esta región la velocidad de
filtración y, como consecuencia, la presión de filtración, alcanza un máximo
(véanse artículos 23 y 24). Además, como todo estrato natural de suelo
es más o menos heterogéneo, el agua emerge del mismo en forma de peque-
ños manantiales u ojos de agua. Si el suelo contiene capas o bolsones de
arena fina o limo grueso, los manantiales pueden descargar uma mezcla
de suelo y agua en lugar de agua limpia. Cuando los manantiales de este
tipo se producen en el fondo de la excavación se denominan borbotones.
Teniendo dichos borbotones como punto de arranque, la erosión subterránea
puede retrogradar y formar túneles. La rotura del techo de estos túneles
lleva al hundimiento de la superficie del terreno que rodea la excavación,
produce el aplastamiento de los taludes o la rotura del apuntalamiento
(artículo 63).
Puede reducirse la probabilidad de que se formen borbotones rodeando
la excavación con un tablestacado hincado hasta una cota inferior a la del
fondo de la misma. El tablestacado intercepta la filtración que viene de
todos los estratos situados por encima de su punta y reduce el gradiente
hidráulico con que el agua se eleva hacia el fondo de la excavación. Sin
embargo, si las condiciones del suelo son desfavorables, ni siquiera el tables-
tacado alcanza a impedir la formación de borbotones, con todas sus desa-
" Fig. 47.1. Posición de la napa cuando se bombea desde sumideros (izquierda) y
cuando se lo hace desde pozos filtrantes (derecha). A pesar de haberse deprimido la
napa, las condiciones del suelo conducen a la rotura por levantamiento del fondo,
a menos que se instalen los pozos sangrías
378 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
la presión sobre ab, debida al peso del suelo que está por encima, es yh,,
mientras que la subpresión es ywh. Si ywh es mayor que yh, y ab es prácti-
camente horizontal, el fondo de la excavación sube en toda su extensión.
Si por el contrario, la capa ab es muy irregular y accidentada, el fondo se
levanta en reventones solo en aquellos lugares en que h, es mínimo.
Método “well-point”
El término inglés “well-point” se refiere al extremo de un caño de 2 6
2 pulgadas, el cual se halla perforado en una longitud que generalmente
es de un metro, y que sirve el doble propósito de camisa del pozo y de
caño de succión. La parte perforada de los caños se cubre con una malla
de alambre. Los caños se introducen en el terreno por inyección de agua
y se colocan a una distancia que varía entre 1,00 y 2,00 metros.
Cuando una serie de pozos filtrantes “well-points” atraviesan un estrato
continuo de permeabilidad relativamente baja, el suelo situado por encima
de dicho estrato puede permanecer sin drenar. Para evitar este inconve-
niente y mejorar la eficiencia de los pozos filtrantes, en suelos de baja per-
bilidad, se ado) ús el siguiente dimir después que
el caño ha sido inyectado en el terreno, se aumenta la presión del agua de
inyección de modo de arrastrar por erosión el suelo que circunda el caño
y formar un hueco cilíndrico alrededor del mismo. Durante este proceso,
todas las partículas finas del suelo que antes ocupaba el hueco son elimi-
nadas por lavado, mientras-que las partículas más gruesas permanecen en
el lugar y se acumulan en la parte inferior formando un filtro cilíndrico.
Cuando el agua de inyección no alcanza a producir la erosión deseada, se
hace el hueco por medios mecánicos y se construye el filtro arrojando arena
en el mismo.
El drenaje de una excavación angosta puede usualmente conseguir
bombeando en una sola fila de pozos filtrantes “well-points” colocado en
uno de los lados de la misma, siempre y cuando la profundidad de la exca-
vación sea considerablemente menor que la profundidad a que puede bajarse
la napa con estos pozos. De otra manera, se necesitan dos filas de pozos,
una a cada lado de la excavación. El gasto que demanda el bombeo es
generalmente pequeño comparado con el costo de trasporte e instalación
de los pozos filtrantes, salvo que el suelo contenga capas muy permeables.
Cuando las perforaciones exploratorias denuncian la presencia de capas
excepcionalmente permeables, para calcular la capacidad de las bombas que
serán necesarias debe realizarse un ensayo de bombeo. En todos los otros
casos para elegir el equipo de bombeo basta el conocimiento práctico que
proporcionan las reglas empíricas. Por regla general se instala una bomba
autocebante de 6 pulgadas cada 150 a 200 metros de longitud de la batería
ART. 47 DRENAJE DE EXCAVACIONES 381
Fig. 47.2. Drenaje de una excavación profunda: (a) con baterías escalonadas
de pozos filtrantes; (b) con bombas sumergidas profundas.
Pozos de sangría
El bombeo por medio de pozos filtrantes deprime la napa hasta una
cota inferior al pie del talud o al fondo de la excavación, según sea el
caso, de modo que se elimina el peligro de derrumbes; una ventaja impor-
tante sobre el método de bombeo desde zanjas colectoras y sumideros cons-
truidos en el fondo de la excavación. Sin embargo, como se explicó previa-
mente, si la parte inferior perforada de los pozos filtrantes está situada por
encima de un estrato relativamente impermeable, tal como el ab de la figura
47.1, puede producirse el levantamiento o reventar el fondo de la excava-
ción, a pesar del drenaje producido por el bombeo. Para prevenir este tipo
de accidente deben disponerse escapes para el agua situada debajo de la
capa obstructora, escapes que se conocen con el nome de pozos de sangría.
El método más simple para construir pozos de sangría consiste en introducir
por inyección pozos filtrantes de dos o dos y media pulgadas, lavar un
espacio anular alrededor del caño y llenarlo con arena gruesa.
El peso unitario y de la mayoría de los suelos saturados es aproximada-
Caro colector
unido a ta bomba Presión
de vacio atmosférica Pa
plezomólrico
original
filibo de arena
., CUYOS poros
están sujetos al vacto
Fig. 47.3. - Diagrama que ilustra el principio del método de drenaje al vacio.
384 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
mente igual al doble del peso unitario y. del agua, de modo que, como regla
general, no se cumple la condición:
va = yeh
que inicia el levantamiento o revienta el fondo, a menos que h (fig. 47.1)
sea mayor de 2h,. No obstante, en algunas formaciones de suelos, el agua
asciende en los tubos piezométricos a mayor elevación si éstos están situados
en los estratos acuíferos profundos que si se hallan colocados en estratos
más superficiales, situación que se conoce con el nombre de condición arte-
siana. Cuando existe una condición de esta naturaleza puede producirse
el levantamiento o reventar el fondo, aun en el caso en que h sea conside-
rablemente menor de 2h,.
Para descubrir si existe una condición artesiana, las perforaciones explo-
ratorias deben llevarse hasta una profundidad igual por lo menos a h, y de
preferencia a 1,5h, por debajo de la cota del fondo de la futura excavación.
Toda vez que se toma una muestra debe permitirse que el agua suba en la
perforación hasta que su nivel se estabilice y anotar la cota correspondiente.
Anodos suplementarios
0 usor de Se necesarios Catodos espaciodos
entre 2y 3 Hcon ánodos
intercalados a ¡gue! distancia
Fig. 47.5. Disposición de electrodos adecuada para estabilizar un talud por
electroósmosis.
ART. 47 DRENAJE DE EXCAVACIONES 387
Lecturas seleccionadas
Mansur, C. 1. y R. 1, Kaufman (1962): “Dewa ring Cap. 3 de “Foundation engineering”,
A. Leonards, edic., McGraw-Hill, Nueva ork, Dag. 241-350, contiene un
lente estudio sobre sistemas de drenaje para la construcción, que incluye "detalles
de cálculo y construcción de los
Rockaway, . “The well-point system and ”, de Griffin
Welipoint Corp., Nueva York (1950) y a da the installation and
operation of Moretrench pumps and well-point system” de Moretrench Cop _con+
tienen información práctica útil de carácter general relativa a los “well-poin
La siguiente bibliografía contiene referencias sobre aspectos específicos de dci
de drenaje:
Casagrande, L. (1949). “Electro-osmosis in soils”, Geotechnique 1, N? 3, págs. 159-177.
ART. 48 ENTIBACIÓN DE EXCAVACIONES A CIELO ABIERTO 389
Introducción
Las excavaciones a cielo abierto pueden ser permanentes, como los cortes
dos para la ión de caminos o fe iles, o pueden ser
solo temporarias, para ser rellenadas una vez que han servido el propósito
que determinó su excavación. Las paredes de las excavaciones permanentes
se hacen comúnmente inclinadas con un talud de por lo menos 1-3- a 1
(artículo 49), o si no, se soportan con muros de sostenimiento (artículo 46).
Por el contrario, en excavaciones temporarias, las paredes se hacen lo más
paradas que las condiciones del suelo permiten sin riesgo de rotura para el
talud formado (fig. 47.4), o se hacen directamente verticales y se apuntalan
o acodalan una contra otra. La elección depende de los costos relativos
y de las restricciones impuestas por las condiciones locales sobre el ancho
que puede darse a la excavación.
Este artículo trata del proyecto de la entibación de excavaciones tempo-
rarias con paredes verticales. Si el fondo de la excavación está por debajo
del nivel de la napa, ésta se deprime durante o antes de excavar. Por ello,
el proyecto de la entibación puede hacerse normalmente sin considerar la
posición de la napa.
Los datos que son necesarios para proyectar en forma adecuada el siste-
ma de entibación dependen en primera instancia de la profundidad de la
excavación. Conviene, por tanto, hacer una distinción entre exca:
poco profundas, de una profundidad menor de unos 5 metros, y excavaciones
das, de didad mayor. El dalami. o lami
de excavaciones poco profundas, tales como las zanjas para instalar conductos
maestros de agua corriente o de cloacas, se ejecuta según sistemas más o
menos normalizados. Los sistemas usuales pueden utilizarse sin peligro para
condiciones muy diferentes del subsuelo y, como los refinamientos en el
proyecto de tales sistemas de acodalamiento resultarían antieconómicos, solo
se necesita efectuar un reconocimiento general del suelo antes de la cons-
trucción, no requiriéndose por otro lado cálculo alguno con respecto al
empuje.
Si, por el contrario, se trata del proyecto del acodalamiento de una
excavación profunda, como las que se requieren en la construcción de subte-
rráneos, deben considerarse tanto las dimensiones de la excavación como las
características del subsuelo, ya que la economía resultante puede ser mucho
mayor que el costo que demanda obtener los datos para el proyecto. La
obtención de estos datos exige en general la extracción de muestras en tubos
de pared delgada, o efectuar ensayos especiales de penetración, además de
las perforaciones exploratorias normales.
390 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
Fig. 48.1. Diagramas que ilustran diferentes métodos para acodalar excavaciones
a cielo abierto poco profundas, (a) Filaúnica de codales; e entablonado horizontal;
(c) entablonado vertical.
ART. 48 ENTIBACIÓN DE EXCAVACIONES A CIELO ABIERTO 391
Y Tablones de A
revestimiento y Carrera arera
Y Y 'o puntal"
Tablones de
Codtalo punial revestimiento
Sec.A Sec.C
Codal o puntal
Fig. 48. hiagramas que ilustran diferentes métodos para acodalar excavaciones
a cielo ms profundas. (a) Con ger porronIslS (b) con pilotes 1;
(c) con tablestaca:
Cargos
sobrelos Empujesunitorios
puntales Dimensiones aparentes
E a
Qe/o
2(0210,)
Q3/o
¿lojrae)
Pr ¿rniKa
Ky= tan? (45*- Yo)
S >
=
PTI,
(a) (5)
Fig. 48.5. (a) Diagramas envolventes del empuje aparente en mediciones realiza-
excavaciones a cielo abierto en arena; (b) diagrama de empuje
aparente propuesto para el cálculo de los puntales de las excavaciones a cielo abierto
= 35" para las arenas más sueltas de Nueva York. La excelente concor-
dancia encontrada indica que el uso de la ecuación 28.1 para calcular el
empuje total que actúa sobre cortes similares en arenas se encuentra plena-
mente justificada.
Por otro lado, la distribución del empuje aparente en una sección ver-
tical dada puede ser semejante a cualquiera de los diagramas de la figura
48.4a. Cambia de lugar en lugar. Como cada puntal debe ser calculado
para la máxima carga a la cual puede llegar a estar sujeto, el proyecto de
los puntales debe basarse en la envolvente de todos los diagramas aparentes
de empuje, determinados en base a las cargas medidas sobre los puntales.
En la figura 48.54 está dibujado el empuje aparente máximo para cada una
de las tres obras. El empuje se calculó convirtiendo en empuje aparente la
carga individual máxima que solicitaba a un puntal para un nivel dado.
Este empuje aparente se ha expresado en términos de la cantidad KayH,
en la cual Ka es el coeficiente de Rankine: tg? (45% — $/2). La envolvente
más simple, que ajusta mejor, corresponde a una presión uniforme, igual a
0,65 K,yH, para toda la profundidad del corte,
Por lo tanto, para cortes similares en arena densa, los puntales deben
calcularse tomando en consideración cargas determinadas por medio del
diagrama aparente de empuje (fig. 48.5b). Este procedimiento cubre la
máxima carga que puede ocurrir sobre un puntal. El valor más probable
para la carga de cualquier puntal individual es más o menos el 25 % inferior
que el máximo.
398 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
Xxe
1.
12
Chicago Chicago Shellhaven Vaterland3 Tokyo-M
Oslo
(a)
sobre puntales, toneladas
»
3
T
e
T
SS
33
CofferdamA
aS
T
o
S/A-17 Conjuntos
se
S
Na=04
0 os 10 0 05 10
Valores de 4c/qH
Fig. 48.8. Valores del coeficiente de empuje K«=P./YsyH? para suelos arcillosos,
calculados en la hipótesis de que la superficie de deslizamiento es circular (líneas
llenas) y por medio de la teoría de Rankine (líneas punteadas).
actúan como una sobrecarga que acciona al nivel del fondo del corte verti-
cal y tiende a desplazar lateralmente hacia la excavación la arcilla situada
debajo de ese nivel para provocar una rotura del fondo o base de la exca-
vación por levantamiento (artículo 37). Si la resistencia media de la arcilla
situada debajo del fondo de la excavación es igual a c, la base puede fallar
cuando la profundidad del corte alcanza un valor crítico determinado por
la relación:
= No (48.3)
donde N, es el factor de estabilidad. De acuerdo con la ecuación 37.4, No
tiene un valor del orden de 6 a 7. Como índice de la medida en que una
excavación se aproxima al punto de una rotura total por la base, se puede-
usar el número no dimensional N, obtenido de la expresión:
N= yH
Cc
(48.4)
Se ha encentsia (artículo, 58) que el movimiento dela evstimibnto y los
terreno ad; a
cielo abierto en Sscilla se tornan significantes para valores.de N del orden
de 3 a 4. Aproximadamente para este valor, se comienzan a formar en la
arcilla zonas plásticas cerca de los bordes inferiores de la excavación y, a
medida que N aumenta, dichas zonas se agrandan. Bajo estas condiciones,
la hipótesis simple de que la superficie de deslizamiento se extiende como
arco de círculo desde la superficie del terreno al borde inferior del corte
se torna cada vez más errónea, ya que la cuña que se forma detrás del
corte empalma con la zona plástica del fondo para formar una mayor, unida
a una superficie de deslizamiento que se extiende mucho más lejos en el
borde superior de la excavación y mucho más profundo dentro del sub-
suelo, de modo que el empuje aumenta.
En la mayoría de los cortes que han sido sometidos a observaciones,
la profundidad a la cual se podía extender la zona plástica estaba limitada
por la presencia de la roca madre o bien por materiales que aumentaban
de resistencia con la profundidad en correspondencia o cerca del fondo de
la excavación. En tales casos, la concordancia entre los valores medidos y
calculados del empuje (fig. 48.9) fue satisfactoria. Por el contrario, en tres
cortes realizados en Oslo y representados en la figura 48.9 por los puntos
N3 a N8 inclusive, una masa extensa de arcilla blanda se extendía por
debajo del corte y los valores de N alcanzaron, para la profundidad defi-
nitiva, entre 6,3 y 8,5. Por tanto, las zonas plásticas pudieron desarrollarse
sin restricción debajo del fondo de la excavación y la superficie de desliza-
miento no tuvo parecido con la que corresponde a la teoría en la cual se
basa la figura 48.8. Por ello, los empujes excedieron en mucho a los pre-
vistos en base a la ecuación 48.2,
Todavía no se ha desarrollado una teoría consistente o satisfactoria para
calcular el empuje contra el revestimiento de un corte bajo las condiciones
ART. 48 ENTIBACIÓN DE EXCAVACIONES A CIELO ABIERTO
084
x
X
: 064
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0 1 1 1 1
02 04 05 7) 10
Colculado Ka=!= Lo
sapón:
YY Toto T.8log (trae 1969)
7 Tero tefro169(£ngo
(spero1569)ona ueso 143
da" duelo Mela) lénao 196)
Chicago Oslo:
Crk, Metro SIA (Peck 1963) "Wi.2 Granlana 2 (1611965)
ES6' Metro 53 M3. Voteriona 1 (NG! 1962)
7 Metro 540 + MSG Vereriana 2 (NG! 1962)
coEo, Metro
Mato SOss MS.MZ8 Enerhougen
Voteriona 3 (NG! 1962)
(1611962)
CIO. Metro
Metro ne (Wu ona Berman 1953) Englana:
1eel Blag (Locrois 1956) , Poole Power so (Megar 1951)
E05-22 Morro Tres! (ne 1940) Ez Shelinowen (Shen) ¡pron ana Mara 1952) ,
Fi. 48.9. Comparación entre los empujes medidos en excavacionesa cielo abierto
empujes calculados con la teoría de
practicadas en arcillas blandas a medias y
Rankine (según Flante, 1966 ).
404 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
4 1K 7H
1 / IKarH
1
Shellhaven-32"
LH Poole Power
o. E Sta-3/'
Edi*-7 Edif 4, :
19) 10 :
sl P
(e) (£) (9) 1h)
Vaterlana T287 Y
Vaterlano 3-25-—;
m=l0
10H
(5)
Fiz. 48.10. Diagramas de máximo empuje aparente para excavaciones a cielo abier-
lo representativas practicadas en arcillas blandas a medias. (a a d) Cortes en Chica-
go; (e y $) cortes en Tokio; (g) cortes en Os cortes en Inglaterra; (1)
cortes en Osto por cima de un profundo depósito de la normalmente consoli=
dada en el supuesto de tomar un factor de reducción m = (j) datos de los mismos
cortes en Oslo en el supuesto de que m= 0,4.
RA
an | 025H
050H
Y,
0254
777 1] RÁ L
10K4 1H Ñ
Klm Le, 0.21H-04rH
(a) (0)
Fig. 48.11. Diagramas de empuje aparente para el cálculo de codales de cortes
excavados en suelos arcillosos. (a) Diagrama para arcillas blandas a medias: el valor
de m se toma igual a uno, salvo cuando para arcillas efectivamente normalmente
pira las resistentes fisuradas: se puede usar nna presión menor solo cuando
la deformación lateral se mantiene en un mínimo y el período de construcción
es corto.
ART. 48 ENTIBACIÓN DE EXCAVACIONES A CIELO ABIERTO 407
tudes varias veces superiores a las que se habían desarrollado para el mismo
nivel de excavación antes de las heladas.
Cortes en otros materiales: Se han realizado mediciones en dos cortes
.practicados en arcillas compactas fisuradas. Uno de ellos, una zanja en
Oslo, tenía solo 4,20 m de profundidad (DiBiagio y Bjerrum, 1957). La
otra, en Park Village East en Londres (Golder, 1948), llegaba hasta unos
16 m. Para ambos cortes la cantidad 1 — 4c/yH es negativa si c se determina
por medio de ensayos no drenados de muestras inalteradas. No obstante,
se desarrollan empujes apreciables. Sobre la base de la magra información
disponible, para el proyecto de los puntales se sugieren los diagramas. de
empuje aparente máximo muy tentativos indicados en la figura 48.11b.
El máximo empuje unitario se toma igual a un valor comprendido entre
0,2yH y 0,4yH. Los valores menores son aplicables cuando el movimiento
del revestimiento se puede mantener en un mínimo y el tiempo de la cons-
trucción va a ser corto. En caso contrario, son aplicables los valores mayores.
Se han efectuado mediciones en dos trincheras angostas realizadas cor-
tando suelo residual y roca descompuesta hasta una profundidad de unos
25 m (Humphreys, 1962) para construir el endicamiento de una presa, Debi-
do a que el ancho de las trincheras y por consiguiente el peso del suelo
excavado eran pequeños, el estado original de tensiones en el terreno puede
no haber sido alterado grandemente. La presión aumentó en forma casi
lineal con la profundidad, de acuerdo con una ley p, = 0,35yH, en la que
pa es la intensidad del empuje unitario.
No hay todavía datos disponibles con respecto a cortes practicados en
arcillas compactas intactas o en suelos en cuya resistencia al corte aparecen
los dos términos c y ¿. Incluidos en la última categoría se encuentran
las arcillas arenosas, las arenas arcillosas, los limos cohesivos y una variedad
de otros suelos de ocurrencia común. No se podrán establecer reglas para
dichos materiales hasta tanto se hayan efectuado observaciones adecuadas *.
o
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UGEN ÉQLICO 1 LOESS| " as
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Gar A a a
ias He menor
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Diagramas de empuje de tierra incluidos en el Código de la Municipalidad de la
Ciudad de Buenos Aires,
Para calcular los empujes horizontales ejercidos sobre paredes vígidas de sostén
impedidas de rotar por su apoyo inferior o desplazarse se aplican los diagramas (1), (2),
y a, segín ¿orresponda, El diagrama (2) tiene en cuenta la estructura particular
de la formación campeana, un depósito de origen eólico que ha sido depositado, ero-
sionado, redepositado y preconsolidado por desecación en un proceso que se desarro
bajo condiciones climáticas variables, pero siempre adecuadas para la deposición de
material eólico, que fue pronto erosionado por el agua, redepositado y desecado. Véase:
Moretto O. - Earth pressure on rigid walls for soils preconsolidated by dessication in the
cis of Buenos Aires - V Congr. on Soil Mech. and Found. Eng., Vol 1, Madrid,
1972.
juando por el tipo de vinculación la naturaleza de la estructura de contención
permita una rotación por la base o un desplazamiento como en los muros de sostenimien-
to con coronamiento libre, el empuje se determina utilizando el diagrama (5). El factor
e ON posibles errores en la determinación de las constantes c y b del suelo.
ART. 49 ESTABILIDAD DE LADERAS Y TALUDES 409
Grielas de Iracerón
yes
ES
/ Ñ
e | Nx
Leronte-
Superficie de
deslizamiento
Escna Arno
Fig. 49.4. Maqueta que muestra las características principales de un deslizamiento
en arcilla muy limosa, cerca de St, Thuribe, Canadá. (Según C. F. S. Sharpe.)
das
está sometida la arcilla Cb) con la disminución de tensis fisuras se abren y el
agua, al circular por las mismas, ablanda la arcilla de sus pas
ART. 49 ESTABILIDAD DE LADERAS Y TALUDES 419
So £ verhicio original
. on "Superficie después del primer deslizamiento
a A Superficie después del
A 5 "Segundo deslizamiento
Esquisto sano
A
Fig. 49.8. Perfil de un deslizamiento doble en detritus. (Según Ladd, 1935.)
4924 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
rido al agua, con lo cual las presiones efectivas y por consiguiente la resi
tencia al corte a lo largo de la superficie potencial de deslizamiento dismi-
nuyen y se produce el movimiento del talud. Puede detenerse en forma
abrupta debido a que la sobrepresión de poros se disipa rápidamente como
ia de la relati alta bilidad de la lación de
fragmentos de material rocoso.
En el otro extremo de los miembros de la familia de esquistos están los
esquistos arcillosos pobremente cementados, como los que prevalecen en
algunas partes de las Dakotas, Montana y en las praderas del oeste de
Canadá. Estos esquistos también deben sus propiedades ingenieriles pre-
sentes a la intensa consolidación producida bajo la sobrecarga provista por
un espesor de depósito del orden de centenas de metros y la subsecuente
remoción de dicha carga. Por debajo de una profundidad que se mide en
unos pocos metros, estos esquistos también son muy duros. En túneles prac-
ticados por debajo de esta profundidad se puede observar que su masa está
segmentada con diaclasas cerradas muy espaciadas, como ocurre en los esquis-
tos bien cementados. En cambio, las modificaciones en el contenido de
humedad que se han producido en los metros superiores como consecuencia
de la descarga son radicalmente diferentes. Mientras que en los esquistos
bien cementados, éstos suelen ser casi imperceptibles, en los esquistos arci-
llosos pobremente cementados puede alcanzar valores del 10% y aún más.
Por ello, el resultado final que produce la remoción de cargas es también
muy diferente. Los esquistos bien cementados se trasforman en un agregado
angular bastante permeable de fragmentos macroscópicos de roca, mientras
que las arcillas esquistosas pobremente cementadas se trasforman en arcillas
plásticas resistentes. El mecanismo de la trasformación, que lleva desde
un esquisto duro a un material con características de arcilla, es esencialmente
el mismo que conduce al deslizamiento en arcillas fisuradas resistentes y
que está ilustrado en la figura 49.5. Sin embargo, como la permeabilidad
del esquisto arcilloso es mucho más baja que la que le corresponde a una
arcilla preconsolidada bajo una carga relativamente menor, el proceso de
ablandamiento es también considerablemente más lento.
Debido a los grandes cambios de volumen que van asociados con la
descarga de los esquistos arcillosos pobremente cementados bajo condiciones
de deformación lateral nula, sus masas se tornan el asiento de tensiones
horizontales residuales intensas. A medida que la sobrecarga de la cubierta
es gradualmente erosionada, la relación entre las tensiones normales hori-
zontales y verticales aumenta. Aun en depósitos de arcillas preconsolidadas
con menor intensidad, la relación puede acercarse al coeficiente K, que
corresponde al empuje pasivo de la arcilla (Skempton, 1961b; Terzaghi,
196la). Estas tensiones contribuyen a la desintegración mecánica de los
esquistos adyacentes a los taludes de los valles fluviales, como de aquellos
situados detrás de cortes efectuados por el hombre.
Los taludes naturales en esquistos arcillosos pobremente cementados
retroceden principalmente por deslizamientos intermitentes y se tornan cada
vez más chatos. A medida que decrece el ángulo del talud también lo hace
la tensión tangencial media que lo solicita a lo largo de las superficies poten-
ART. 49 ESTABILIDAD DE LADERAS Y TALUDES 425
hasta una altura de unos 60 metros por encima del fondo del valle del río,
con una pendiente de 1 en vertical cada 8 a 12 en horizontal, y exhiben una
topografía de deslizamiento típica. La suavidad de los taludes y la larga
intermitencia entre deslizamientos indican que los mismos están ya en un
estado avanzado de desarrollo. Durante el período de observación (1944-
1964) no se produjo ningún deslizamiento fuera de la zona afectada por las
operaciones de construcción. No obstante, las fisuras trasversales a sen-
deros existentes a lo largo del borde de las tierras altas se ensancharon pro-
gresivamente. Toda vez que se alteró el equilibrio del talud, por ejemplo,
con motivo de la excavación de un corte a media ladera, se produjo un desliza-
miento y la resistencia al corte puesta en juego se encontró que era tan
pequeña como aquella que habría resistido una rotura de talud similar
debido a causas naturales. Se presentaron condiciones excepcionalmente
desfavorables en aquellos lugares en que los esquistos contenían capas
delgadas de bentonita, o bien en las zonas donde existían fallas geológicas
o zonas sometidas previamente a esfuerzos de corte. Como la permeabilidad
del esquisto es muy baja, el drenaje es prácticamente inefectivo.
sono
Descompuesto
Sy Monontial
— 330
Fig. 49.9. Sección a través de una loma de gneiss descompuesto que separa el
embalse de la izquierda del valle de la derecha,
vaso llegó a cota 396, los pilares submurados volvieron a ceder y otros acom-
pañaron también este movimiento. Asimismo apareció un pequeño ojo de
agua a cota 330, a una distancia de 240 m de la cresta de la loma. Cuando
el nivel del embalse llegó a cota 414 se produjeron nuevos afloramientos
de agua por encima de cota 330, y toda la parte inferior del talud, entre los
conductos de presión a nivel 375 y el ojo de agua a cota 330, se desplazó
hacia abajo a lo largo de una superficie cercana al límite superior de la
roca sana, No obstante, los taludes casi verticales de corte a media ladera
y la fuerte pendiente superior aparentemente no se movieron.
A medida que subió el nivel del embalse, también se levantaron los
niveles piezométricos en la capa permeable de contacto con la zona des-
compuesta (fig. 49.9). La secuencia de los fenómenos descriptos en el
párrafo precedente indica que las presiones hidrostáticas en la zona per-
meable aumentaron pendiente abajo y que el deslizamiento comenzó al pie
del talud, aproximadamente a cota 330, donde la presión hidrostática superó
primero el peso de la cubierta superior.
H, = 5,52 e (49.1)
H=H.=4 E (49.2)
tos del tipo a, los del tipo b se producen de repente. Es probable que ni
siquiera vayan precedidos de movimientos perceptibles de la masa de suelo
en proceso de sufrir un deslizamiento, pues la superficie débil no se halla
situada dentro de la masa de arcilla, sino en la zona de separación entre
ésta y su base. Además, la altura crítica de taludes en arcilla homogénea
depende solo del ángulo del talud y de la cohesión media c, mientras que
la altura crítica de taludes en arcilla situada encima de estratos o capitas
de suelo no cohesivo depende en gran parte de la presión uw del agua de
los poros de las capas no cohesivas. A medida que esta subpresión aumenta,
la altura crítica disminuye y se acerca al valor H, (fórmula 49.2), cualquiera
sea el ángulo del talud. Por ello, si la altura de un talud en arcilla con
capitas acuíferas de arena o de limo es mayor que H., resulta imposible
formarse una opinión segura con respecto al coeficiente de seguridad del
talud al deslizamiento sin conocer el valor de la subpresión y.
El máximo valor posible de la subpresión u, del agua de las capitas
acuíferas puede estimarse en forma aproximada estudiando la geología y
la fisiografía general de la región en que está situado el talud. Solo con
observaciones en el terreno, por medio de piezómetros, puede determinarse
el valor real de esta subpresión, sin que sea posible hacerlo por cálculos
teóricos ni tampoco basándose en ensayos de laboratorio. Por ello, si se
concibe la existencia de condiciones que hagan posible un deslizamiento
del tipo b (fig. 49.11), el ingeniero debe reflexionar sobre cuáles serían las
consecuencias prácticas del mismo. Si éste solo originara una interrupción
del tránsito, por ejemplo, puede resultar justificable la ejecución de la obra
sin tomar precaución alguna, en pleno conocimiento de que se puede llegar
a producir un deslizamiento, a los pocos años o después de décadas de
Capiles de limo
Fig. 49.11, Corte a través de un deslizamiento típico en arcilla laminar. (a)
Cuando la presión en el agua de los poros de las capas de limo no tiene importancia:
(b) cuando la presión en el agua de los poros de las capas de limo es casi igual
al peso de la tapada.
434 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
que resta de este artículo casi no se trate de las propiedades de los suelos
compactados y solo se describan los procedimientos constructivos.
En lo que sigue, los métodos corrientes de compactación de terraplenes
artificiales se dividen en tres grupos: los adecuados para suelos no cohesivos,
los adecuados para suelos arenosos o limosos con cohesión moderada y
los adecuados para arcillas. Finalmente, se tratan los métodos para com-
pactar masas naturales de suelos en su lugar de origen.
AA
$
So Nina de sofuración |
$ 2200
Xx
3
3 200)
y
E 2000
a
1900 2000 210 2200 2300 2800
Contenido humedad “/
peso seco
Fig. 50.1. Relación entre densidad seca y humedad de compactación para un suelo
da a) con limi do de ón utilizando
un rodillo dado; (5) con idéntico procedimiento de compactación, pero usando
un rodillo más liviano. Ambas curvas se acercan a la 'ínea de saturación que
representa dicha relación para un suelo completamente saturado,
Conienido de humevad
en 96 peso seco
Fig. 50.2. Curvas típicas humedad-densidad para distintos sue'os, (a) Arena bien
graduada con pequeño porcentaje de arcilla; (b) arcilla de baja plasticidad; (c)
limo inorgánico no plástico; (d) arcilla de altá plasticidad.
Compactación de arcillas
Si el contenido natural de humedad de una arcilla en el préstamo no
está próximo al óptimo, puede resultar muy difícil llevarlo a dicho valor
óptimo, sobre todo si el contenido natural de humedad es demasiado alto.
Por ello, el contratista puede verse obligado a utilizar la arcilla con un
contenido de humedad no muy diferente del que tiene en la naturaleza.
Las excavadoras extraen el material de los préstamos en pedazos o
terrones. Ahora bien, un terrón o trozo individual de arcilla no puede com-
pactarse con ninguno de los procedimientos mencionados previamente, pues
tanto las vibraciones como las presiones de corta duración solo producen
un cambio insignificante en su contenido de humedad. Los rodillos pata
de cabra son, sin embargo, efectivos para reducir el tamaño de los espacios
abiertos existentes entre los terrones. Se obtienen los mejores resultados
cuando el contenido de humedad es ligeramente superior al límite plástico.
Si es mucho mayor, la:arcilla tiene tendencia a pegarse al rodillo, o bien
éste a hundirse en el terreno. Si es mucho menor, los terrones no se defor-
man y los espacios quedan abiertos. -
444 £MPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
Lecturas seleccionadas
Sherard, Woodward, Gizienski y Clevenger (1963): “Earth end earthrock dems”, Nueva
York, John Wiley 8 Sons, 725 páginas. Contiene una buena descripción de equipos
y procedimientos de compactación y control de diques de tierra.
1300 T T T T T T T T
Densidad seco kg/m"
T
ES
800 L L ] l L L L L 1
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 20
Contenido de humedad “/e peso seco
Fig. 51.1. Curvas humedad-densidad obtenidas con el ensayo Proctor normal para
la ceniza Peepeckeo (a) Curva tenido secando cada una de las
maestras sucesivas desde su contenido rat humedad hasta llegar a la hu-
medad de compactación; (b) ex
hasta w=10%, luego se agrega agua y la muestra se compacta en la forma co-
rriente usada en el ensayo de Proctor (según Willis, 1946).
Tabla 51.1
Condiciones de compactación que deben cumplir los suelos para terraplenes
Resumen de las especificaciones del Departamento de Caminos del Estado de Ohio.
Del año 1946
Condición 1 Condición 1
Terraplenes hasta 3 metros de altura, Terapias de más de 3 metros de altura,
etidos a inundaciones de larga de menor altura sujetos a períodos
duración. largos de inundación.
ml
Densidad seca má- Exigencias
¿0% mínimas s
Densidad seca má- Exigencias mínimas
e
xima de laboratorio
: el42 terreno
Compactación
(porcen-en ma de laboratorio
A el9 terreno.
compactación
(porcen-en
ón taje de densidad se- xs taje de densidad se-
) ca de laboratorio) ca de laboratorio)
1439 y menos 0) 1519 y menos (
1440-1649 100 1520-1649 102
1650-1759 98 1650-1759 100
1760-1919 95 1760-1919 98
1920 y más 9 1920 y más 95
Tabla 51.2
Relación aproximada entre el índice plástico y la capacidad potencial de expansión
0-15 Baja
Muv alta
Malecones
Los malecones sirven para proteger las tierras bajas durante los períodos
de crecientes, de inundaciones, o de altas mareas, y difieren de los diques
de embalse en tres aspectos principales: sus taiudes interiores se hallan
sumergidos solo durante un Período de pocos días o de Pocas semanas
por año; su ¡bi viene da por las id: de
contra i di ind di de si las de
son favorables o no; y finalmente, el material para el ps o obte-
nerse de préstamos poco profundos, situados cerca de la posición de los
malecones. Estas condici nes pa que el poroto de estas estructuras
leba el ucha con
respecto a su comportamiento. Ea “algunas regiones, la necesidad de cons-
ART. 51 TERRAPLENES Y MALECONES 453
truir malecones ha existido desde tiempos remotos, de modo que el arte de
construirlos ha llegado allí a un alto grado de perfección pese a las dificul-
tades planteadas.
Si las características del suelo varían en el préstamo de punto a punto,
la sección trasversal del malecón se elige comúnmente en función de las
exigencias de los materiales más malos que deberán utilizarse. Se toma,
además, en cuenta el grado de libertad que se dará al contratista para elegir
el plazo y el método de construcción. En algunos lugares se controla rí;
damente la forma de colocar el material, mientras que en otros el contra-
tista tiene libertad para elegir entre métodos de construcción muy distintos.
La influencia que el método de construcción tiene sobre el costo del male-
cón depende principalmente de la relación entre el costo de la mano de
obra y el de las máquinas. Como esta relación difiere en los diversos países,
los esfuerzos para construir malecones en la forma más económica han
conducido a reglas distintas en las diferentes partes del mundo.
En países como Alemania y Holanda, antes de la Segunda Guerra Mun-
dial, donde la mano de obra era barata, los malecones se compactaban
cuidadosamente y construían con taludes empinados. Por el contrario, en
el valle del Misisipí y en otras partes de los Estados Unidos ni siquiera se
intentó usar la compactación, pues allí los malecones no compactados, con
taludes suaves, son habitualmente más económicos que si se construyen
con secciones mucho menores y se compactan. En Europa y Asia se han
construido muchos malecones de arcilla con taludes 2:1, mientras que en
el valle del Misisipí se les daba comúnmente un talud interior de 3:1 y
uno exterior de 6:1. Ambos tipos de construcción se desarrollaron por un
proceso lento de tanteos, y sirven por igual su propósito bajo las condiciones
que prevalecen en las regiones en que tuvieron nacimiento,
Sin embargo, aun en los EE.UU. en las zonas altas de buen valor venal,
los taludes empinados pueden justificarse económicamente. Mientras que
los malecones a lo largo del río Misisipí se construyeron con taludes chatos,
los de la zona industrializada del valle del río Ohio se materializaron con
taludes mucho más empinados. Esta tendencia se ha hecho mucho más
pronunciada recientemente y ha justificado el aumento del uso de métodos
teóricos para el proyecto de malecones aun en regiones donde hay en exis-
tencia un sistema de malecones. Por otro lado, si en tales regiones los
factores económicos no han cambiado en forma significativa, la mecánica
de suelos puede utilizarse con ventaja solo para correlacionar la experiencia
constructiva y de conservación con las propiedades índice de los suelos que
sirvieron de “material de construcción. La información obtenida de esta
manera conduce a eliminar la simple apreciación como método para clasifi-
car los suelos encontrados en zonas de nuevos préstamos.
El uso de métodos teóricos para proyectar malecones asentados en
terreno estable se justifica plenamente, a menos de que los mismos se
encuentren situados en una región con amplia experiencia calificada donde
se hayan construido malecones previamente y observado con detalle su
comportamiento. Excluyendo estos casos, el método de los tanteos es muy
lento y caro, y además la experiencia no calificada basada en los sistemas
454 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
Lecturas selecelonadas
Casagrande,A. (1949), “Soil mechanicsin construction of
Eimport”, Journal de DE Boston Society yc
of cd Engine
jnaere, 35, NY2 págs.e
Nieva publicado en “Contributions mechanios Boston
Society of Civil Engineers (1953), págs. 116.205. Rellenos por ido:
Area (1955). “Soil engineeringIn mlioad consiruction”, Procgadi %s de la Amencan
vaduray Enginesring Asociation, 56, págs. 604-102. Cálculo de taludes para
de Cr ocn coc
Onda
de barro,
relirado
Fig. 52.1. Diagrama que muestra las fuerzas que actúan sobre el suelo en la
parte enterrada de un terraplén construido por el método del desplazamiento,
Fig. 52.2. Sección trasversal típica del canal de Kiel, (Según J. Fiilscher, 1898.)
458 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
io xy -A -
¿Talud original
Napa
XSSRSSS HRS 2
ps XA
o de Direcciones enque .El destizamiento es resistido
e tamogérea se produceel porta cohesión a lo largo de la capa
drenaje más debil
Mreles piezomélticos (6)
alolargodeab
timo
Fig. 52.6. Tipos de rotura por la base, cuando el subsue'o que sostiene un
terraplén contiene un delgado estrato de arcilla: (a) cuando el estrato de arcilla no
contiene capitas permeables; (b) cuando el estrato de arcilla contiene espitas per-
meables de arena o limo.
deslizamiento
Fig. 52.7. Diagrama que muestra el efecto que sobre las condiciones hidrostáticas
ejerce la presencia de una capa delgada porosa, ubicada dentro de un estrato de
arcilla situado en el subsuelo de un terraplén.
desplazan hacia afuera como una sola masa, y la parte central desciende
dejando una depresión cóncava, tal cual lo indica la figura 52.6b. Como
las condiciones del suelo no son nunca exactamente simétricas con respecto
a la línea central del terraplén, la rotura se produce solo de un lado, sin que
sea posible predecir de qué lado se producirá. La depresión cóncava en
forma de batea, característica de este tipo de rotura, ha sido observada repe-
tidamente.
El coeficiente de seguridad al deslizamiento depende de la distribución
de la sobrepresión hidrostática dentro de las capitas permeables, la que a
su vez depende de variaciones locales en la permeabilidad y de otros deta-
lles geológicos que son desconocidos. El significado práctico de estas incerti-
dumbres viene ilustrado por la figura 52.7. Se hicieron perforaciones a lo
largo del eje del terraplén indicado en la figura y, como no se encontraron
capitas permeables en ninguna de ellas, los proyectistas supusieron que,
durante la construcción, se producirían las condiciones hidráulicas indicadas
por la línea piezométrica trazada en punteado, condiciones que son normales
y que no comprometen la estabilidad de la base del terraplén. En la reali-
dad, la arcilla debajo de la mitad derecha del dique contenía una capita de
arena fina, y como las presiones hidrostáticas se trasmiten libremente a
través de dichas capitas, las presiones reales adquirieron las características
indicadas por la línea de trazos y el dique se rompió en la forma que indica
la figura 52.6b.
Por tanto, si la geología del estrato indica la posibilidad de que la arcilla
contenga capitas muy permeables, el riesgo de una rotura solo puede elimi-
narse adoptando para el terraplén taludes muy tendidos, al costo de un
excesivo volumen, o bien utilizando uno de los expedientes constructivos
indicados a continuación.
Resumen
Los terraplenes altos pueden establecerse encima de terrenos blandos
siguiendo uno de dos métodos posibles. El primero consiste en desplazar
el terreno blando con el peso del terraplén. Para evitar que después de
inada la ión se d un ji excesivo, el terra-
plén debe construirse con una altura de 4 a 6 metros sobre la altura final,
y el exceso de material retirarse uma vez que el terraplén se ha hun-
dido. El segundo método consiste en acelerar la consolidación por medio
de drenes de arena que se extienden hasta el fondo del estrato y que des-
cargan el agua en conductos de drenaje situados en la base del terraplén.
Para determinar cuál es el procedimiento más económico es necesario pre-
parar una planimetría acotada de la base firme en que descansa la capa
blanda. Cuando el espesor de la capa es menor de 1,50 a 2,00 metros puede
resultar ventajoso sacar el suelo blando por excavación.
El proyecto de terraplenes a construir encima de espesos mantos de
arcilla blanda debe ir precedido de un cálculo de estabilidad, En condicio-
nes normales debe especificarse un coeficiente de seguridad de 1,5 con res-
pecto al hundimiento, pero, si el terraplén es muy largo, puede resultar
más económico basar el proyecto sobre un coeficiente de seguridad de 1,2
6 1,1, individualizar los puntos más débiles del subsuelo por medio de
observaciones para detectar durante la construcción cualquier levantamiento,
y cubrir las áreas donde éste se produce con contrapesos consistentes en una
espesa capa del material utilizado para el terraplén,
La construcción de un terraplén en terreno estratificado que contiene
466 EMPUJE DE TIERRAS Y ESTABILIDAD DE TALUDES
Lecturas seleccionadas
Porter, O. J. (1990) "Studies of fil construction, over mud flats including a description
af experimental, construction sing vertical sand drains to hasten stabilization”.
rimera Conferencia Intemacional de Mecánica de Suelos, Cam-
Ei Mass. ypre 229-235.
Moran, Proctos, Mueser y Rutledge (1958) Stud e, deep, soil stabilization by oertical
send draíng”, Departamento de Comercio UU., Oficina de Servicios
Técnicos, Washington, 192 págs.
Casagrando, A. (1960). “An unsolved problem of bai sabi a nesoft
st and
ss de la Primera Conf Panamericanade Mecénica de Suelos, México
3 pig Ñ1:740. Terraplén ferroviario a través de la región delfot Salt Lake.
Siactoo e E K (1965). “Constructions and performance of an
embankm:
enla 1 de sas da salt lay. Proceedings de la Sexta Conferencia Interna-
cional de Mecénica de Suelos, Montreal 2, págs. 568-570.
Capítulo 9
FUNDACIONES
las bases de la estructura deben estar por debajo de la zona en que el suelo
se halla sujeto a variaciones cíclicas anuales, de humedecimiento y secado.
En general, la profundidad de dicha zona no excede de- 1,50 metros, pero
hay excepciones notables a esta regla, como ser la que se menciona en el
artículo 21 al tratar del hinchamiento y contracción cíclica anual de ciertas
arcillas de la parte central de Texas. Estas arcillas son suficientemente com-
pactas como para soportar una tensión de 2 a 3 kg por centímetro cuadrado
sin un asentamiento perceptible, pero, debido a los cambios volumétricos
anuales, aun para estructuras livianas, hay que recurrir a fundaciones sobre
cilindros que se extienden hasta una profundidad mayor de 6 metros (Simp-
son, 1934). Cambios volumétricos anuales similares, que se extienden hasta
gren profundidad, también se han observado en Cauadá, Sudáfrica y otras
muchas partes del mundo (Bozozick, 196%; Jennings, 1953)”. La absorción
* Con frecuencia el cambio volumétrico mencionado involucra principalmente un hin-
chamiento emergente de tapar la superficie de tea con la construcción, el que va
asociado a fuertes presiones de expansión que tienden a levantar y a dilatar las estructuras.
En edificios, para enfrentar el problema se han propuesto diversas soluciones que tienen en
común la trasferencia de las cargas con pilotes perforados o pilotines con o sin base ensan:
chada a un estrato no expansible o a una profundidad a cubierto de las variaciones cíclicas
de humedad. Sobre estos pilotes se construye el edificio en el aire, separando el piso bajo
el suelo, o se trata de absorber los esfuerzos diferenciales producidos por la expansión
Espacio de
A
Pon erario
de agua del terreno por parte de las raíces de árboles grandes situados cerca
de los edificios es otra de las causas que han originado importantes perjui-
cios por asentamientos diferenciales.
La cota de fundación debe también estar situada debajo de la profun-
didad hasta la cual la estructura del suelo es debilitada en forma apreciable
por los agujeros de raíces o por las cavidades producidas por animales, como
ser roedores o gusanos. El límite inferior de la zona debilitada se distingue
fácilmente al observar las paredes de excavaciones de sondeo.
En las regiones con clima húmedo y frío, las fundaciones de las colum-
nas y paredes exteriores deben llevarse hasta una profundidad mayor del
nivel hasta el cual las heladas pueden producir un hinchamiento perceptible
(artículo 21). En la parte nordeste de Estados Unidos, esta profundidad
alcanza hasta 1,50 metros. Por esta razón, las paredes y columnas exteriores
pueden requerir fundaciones más profundas que las interiores.
Los pisos de sótanos se establecen comúnmente a una profundidad situa-
da bien por debajo de la mínima exigida para las zapatas de edificios sin
sótanos. Por ello, en condiciones normales, la profundidad mínima de las
fundaciones situadas dentro de los límites de un sótano (c y d en la figura
53.1) está condicionada únicamente a las necesidades estructurales. Solo
se presentan excepciones a esta regla cuando pueden producirse situaciones
que lleguen a afectar la integridad del suelo situado debajo de las zapatas,
como ocurrió en un caso en que la desecación gradual de -la arcilla media-
namente compacta que rodeaba un cuarto de calderas profundo produjo el
asentamiento desigual del edificio.” Debido a la baja humedad y alta tem-
desigual del suelo dando rigidez a la estructura. En casas económicas se suele usar en Ar-
gentina la solución que ilustra la figura agregada en la cual, para las paredes y los tabiques,
el efecto de la expansión se absorbe y evita con cámaras huecas de expansión dispuestas
debajo de las vigas de apeo, colocadas éstas al nivel del terreno natural, como lo indica
la figura, para tomar mejor el efecto de dilatación. Para los pisos interiores, donde el hin-
chamiento casi siempre es el efecto más dañino. se adopta una solución que supone un
riesgo calculado y que consiste en construir, sobre el suelo previamente humectado por
aspersión durante varios días para provocar su expansión, un contrapisp ligeramente ar-
mado sobre el cual se coloca el piso. Para aminorar aún más el costo,el contrapiso se
sustituye a veces por un relleno de suelo no expansivo. La solución es aplicable a situa-
ciones en las cuales el espesor del suelo expansivo es moderado y/o la magnitud de su
expansión no supera valores del orden de los 5 a 10 cm. (Véase O. Moretto - Funda-
ción de edificios livianos sobre arcillas activas - 1 Congreso Brasileiro de Mecánica dede
Solos, Porto Alegre, 1954, También revista La Ingeniería, Buenos Aires, 1957.
donde existen formaciones loésicas de estructura muy suelta, amadas. opables, laLl
profundidad de la cimentación está frecuentemente condicionada por el pelgro de un
derrumbe de la citada estructura como consecuencia de una saturación ta resul-
tante de factores posa como ser la rotura de una cañería S on de
agua o de evacuación cloacal.En tales casos
casos, para ponerse a cubierto hay que llevar las
fundaciones a una profundidad no influenciable por las pérdidas de agua o hasta un
estrato con estructura no st tible de “colapso”. (N. T.)
* Es bastante frecuente el desarrollo de un fenómeno A este tipo en las acerías
donde la imradiación de calor de los hornos, de no haber una aislación adetuada, puede
llegar a secar el suelo aa fundidades considerables. Cuando el fenómeno se ex-
tiende también a lo largo pocas de humo gu llevan a las chimeneas, éstas
se inclinan hacia los o xr el secado Besgal así se orig Para evitarlo hay
que fundar a una profundidad a cubierto del to de secado. (N. del T.)
470 FUNDACIONES
peratura del aire del cuarto mencionado, el agua de la arcilla fue evapo-
rándose a través de las paredes de hormigón. En otro caso, las zapatas de
un edificio fundado en arena fina sufrieron un asentamiento originado por
una pérdida de agua en las juntas abiertas de un caño cloacal mal construido,
situado a un nivel inferior a la cota de fundación. El agua arrastró la arena
hacia la cloaca y el asentamiento se produjo por socavación. Por ello, antes
de decidir la profundidad mínima de la fundación de un edificio con “sótano
deben tomarse en consideración los posibles cambios artificiales de las con-
diciones del suelo soporte.
Profundidad mínima de las fundaciones de puentes
Toda vez que sube el nivel de las aguas de un río, se produce un des-
plazamiento del suelo que constituye el fondo en casi todo el ancho y el
largo del mismo, y el fondo del río baja. Este fenómeno se conoce con el
Cotos en meltos
$ $
Arena fina
y (mo
2 3
Colas en melros
eb:
e. E
Fig. 53.2. Socavaciones provocadas por las crecientes: (a) en el curso sin obs-
táculos del
del río Colorado, cerea deYume, Ariz. (según Murphy, 1908), y (b) entre
los estribos de un puente sobro el río Drau, en los Alpes orientales. La escala hort-
tal es diez veces mayor que la
ART. 53 FUNDACIONES DE ESTRUCTURAS 471
la)
Fig. 53.3. Resultados obtenidos con mode'os hidráulicos para investigar el efecto
que la forma del pilar ejerce sobre la socavación. (Según Th. Rehbock, 1931.)
blecer reglas locales es una inversión excelente que debe ser fomentada.
Solo en esta forma puede el ingeniero sacar las máximas ventajas de las
características del suelo local.
Los artículos que siguen tratan de los métodos para adaptar los cuatro
tipos principales de fundación a las características del subsuelo.
Lecturas seleccionadas
Los movimientos de la fundación debidos a variaciones volumétricas estacionales
y los métodos para evitarlos se tratan en las siguientes referencias:
Jeamings, J. E- (1953). “The heaving € buildings on desiccated clay”, Proceedings de
Tercera Conferencia Intemacional de Mecánica de Suelos, Zar 1 págs. 390-396.
Dawson,E Y. (1950). ¡ces used in the Leen ol foundations for strug-
tures on expansive pracb School of Mines Quariesy, 54, N' 4, págs. 67.-87,
Means, R. E. ¿e ¡Buildings on expansive clay”, Col Scheol of Mines Quarterly,54,
Ño 4 p
o "publicados el Simposium sobro Suelos Expansivos, África del Sur,
1957. 1, contienen mucha información al respecto.
Las siguientes referencias contienen datos sobre profundidad de socavación obser
de los pilares de puentes.
an D, E. (1994), “Some fold y orales of scour at bridge piers and abutments”,
Hubbard,P. G. TIE Mode pise, pmparison of bridge:pler scow", Proceedings
'he Highway Boar
Laursen, E ME (1985), “Mod oe com sison of bridge-pier scour”, Proceedings
Highiay Research Board, 34, págs,1
Nell, CE, (1904), 24 evi for ideo eigioce ', Canadian Good Roads Assn,
Tecl "ul
261
$361
2361
T61
Características del suelo de
fundación
“au
TIOT “sqodyomu
TE6L “epauosppel
“oppasmoT
Wuspy
Or6I “mea as
“puepaoro
0361 “uony
9361 “uojsog.
1 Arena fluida o suelo de aluvión ......
2 Arcilla blanda o húmeda de al menos
4,50 metros de espesor ....o.0.m.o.ooooo
3 Arcilla blanda y arena húmeda .....
y arena, mezcladaso en capas
4 Arcilla
1
3
3
1
17 Arena gruesa muy fina ..
pato
low
19 Arcilla
dura seca .
3<
3
é
33
!
É
Í
1
h
ART. 54
edificio no tienen importancia alguna. Hay ingenieros que hasta creen que
un edificio con zapatas que ejercen sobre el suelo la presión admisible no
sufre asentamiento alguno. En gran medida estos conceptos errados toda-
vía prevalecen en la actualidad.
Muchas de las fundaciones proyectadas en base a la tensión admisible
del suelo dada en las tablas se comportaron en forma completamente satis-
factoria, pero de tanto en tanto aparecía alguna sorpresa y las estructuras
se asentaban en exceso. Como los ingenieros creían que, si no se excedía la
presión admisible, las zapatas no experimentaban asentamientos apreciables,
asignaban las fallas a una clasificación errónea del suelo. Supusieron que se
había elegido una presión admisible equivocada, debido a que los términos
utilizados para describir el suelo en el terreno y en el código de edificación
no tenían el mismo significado. Para evitar esta dificultad gradualmente se
izo costumbre seleccionar o por lo menos verificar la tensión admisible del
suelo en base a los resultados de ensayos de carga.
Un ensayo de carga se ejecuta aumentando la carga sobre un plato, por
pequeños incrementos, y midiendo los asentamientos resultantes. El plato
de carga descansa en el fondo de una excavación al nivel de la cota de
fundación. Según cuál sea la preferencia del ingeniero que hace el ensayo,
el plato se rodea de un cajón y se rellena el pozo hasta la altura a que la
zapata quedará enterrada (fig. 54.1a) o, en caso contrario, el pozo se hace
grande suficiente como para que el plato descanse en el medio de un área
plana. Los le ensayo se por curvas pi
miento, similares a la indicada en la figura 54. 107 En lo que : sigue se de
criben dos de los métodos más utilizados para realizar ensayos de carga e
interpretar sus resultados.
El primer método consiste en cargar un plato cuadrado o circular de
una dimensión cualquiera elegida por el investigador. La carga admisible
qu por unidad de área se considera igual a una fracción, como ser un medio,
de la presión media sobre el plato en el momento de producirse la rotura.
Este procedimiento es objetable por varias razones: en primer lugar, si la
curva carga-asentamiento se asemeja a la C, (figura 33.1), no existe ninguna
Presión vnilaria
carga definida de rotura; en segundo lugar, el tamaño del área cargada, que
es optativo, puede ejercer una gran influencia sobre la capacidad unitaria
de carga (véase artículo 33). Por ello, utilizando este primer procedimiento,
dos investigadores diferentes pueden obtener valores muy distintos de qu
para un mismo suelo,
a segundo método consiste en cargar un aa que cubre un área de
30 pox La presión admi. efine
como amitad de aquella carga unitaria que ES un hundimiento del
plato igual a media pulgada. (En países que utilizan el sistema métrico, el
q del plato se hace a igval a 1.000 centímetros cuadrados, y
) Este
aunque arbitrario, resulta e . anterior, pues, por lo menos dos
investigadores distintos ensayando el mismo suelo obtienen el mismo valor
para qu.
Existen muchos otros métodos para realizar ensayos de carga y muchas
otras reglas para interpretar sus resultados. Pero, cualquiera sea el método,
los resultados del ensayo solo reflejan las características del suelo situado
dentro de una profundidad menor de dos veces el ancho del plato de carga,
mientras que el asentamiento de las zapatas depende de las propiedades de
un espesor de suelo mucho mayor. Por ello, si las características del suelo
cambian por debajo de una profundidad aproximadamente igual a dos veces
el ancho del plato, como ocurre con frecuencia, los resultados conducen a
conclusiones muy erróneas. Como es práctica casi universal elegir la presión
admisible sin considerar para nada el tamaño de las zapatas, ni el tipo de
superestructura ni otras características vitales de la fundación a construir,
no resulta sorprendente llegar a la conclusión de que la aplicación cada vez
más extendida de los ensayos de carga no redujo de una manera significativa
la frecuencia con que se proyectaban zapatas inadecuadas. En efecto, a
pesar de la ejecución y aplicación cuidadosa de cocos de carga, se han
varias fallas de las fundaci: Por ello,
para reducir el riesgo de un proyecto defectuoso, la relón admisible del
suelo debe elegirse no solo en función de los ensayos de carga o sus equi-
valentes, sino también en función de las características del perfil del subsuelo
y de las de la fundación misma. Una parte de los conocimientos necesarios
puede obtenerse de las teorías tratadas en los artículos 33, 40 y 41; el resto
se deriva de la experiencia constructiva.
Debido a la gran variedad de suelos y combinaciones de suelos que se
presentan en la práctica no resulta posible desarrollar un método único
para determinar la presión admisible que resulte aplicable en todos los
casos. El procedimiento a seguir debe siempre ser adaptado a las condi-
ciones del subsuelo que revelan las perforaciones exploratorias, pero además,
y en particular, dicho procedimiento depende de la profundidad activa. Esta
expresión se refiere a la profundidad hasta la cual la carga sobre la zapata
altera el estado de tensión en el suelo en una cantidad suficiente como para
producir una contribución perceptible en su asentamiento.
La profundidad activa depende no solo del tamaño de la zapata y de
ART. 54 FUNDACIONES SOBRE ZAPATAS 481
la carga que soporta, sino también, en alto grado, del perfil del subsuelo
y de las propiedades físicas de los suelos que constituyen cada uno de sus
estratos, Si el módulo tangente inicial del suelo (artículo 15) aumenta con
la profundidad, a contar de la cota de fundación, la profundidad activa no
excede el ancho B de la zapata; pero si por el contrario el suelo se hace más
blando con la profundidad, la profundidad activa puede resultar igual a
varias veces el ancho B.
En lo que sigue se consideran cuatro tipos principales de condiciones
del subsuelo:
a) Las zapatas descansan en arena o en arena y grava que no contienen
capas de arcilla blanda u otro suelo altamente compresible dentro de la
profundidad activa.
b) Las zapatas descansan en arcilla que hasta la profundidad activa es
bastante homogénea.
c) Las zapatas apoyan sobre un suelo con propiedades intermedias en-
tre aquellas de la arena y de la arcilla, como ser limo, algunos tipos de
rellenos, o loess. Se supone que el subsuelo es bastante homogéneo en la
zona delimitada por la profundidad activa.
d) Las zapatas apoyan sobre un suelo que contiene dentro de su! pro-
fundidad activa una o más capas blandas. -
Tabla 54.2
Presiones admisibles usuales en arena (Códigos de edificación anteriores a 1930)
Resumen de la tabla 54.1
qe en kg/cm"
AAA
1 Arena fluida .. 05
8 Arena mojada 2
11 Arena fina, firme y seca 253
14 Arena fluida drenada .. 3
17 Arena gruesa muy firme 3-6
24 Grava y arena gruesa en mantos espesos 53
xáK——_ _——— _— _—__—— =>
482 FUNDACIONES
Valores de s/s,
S
a a
on
Suella
Ancho8 ce la zapata
en melros
Fig. 54.4. Gráfico para determinar la presión admisible del suelo para zapatas
en arena, en función de los resultados de ensayos normales de penetración.
es menos compresible que una arena muy densa, mientras que la compre-
sibilidad de una grava suelta puede ser tan grande como la de una arena
de densidad apenas mediana. Por ello, para evitar una sobreestimación de
la presión admisible de una grava deben efectuarse varias excavaciones que
interesen las capas situadas dentro de la profundidad activa y estimar el
grado de compactación del material en función de su apariencia, estabilidad
y resistencia a la excavación. Si la presión admisible de la grava se supone
igual a la de la arena a la misma densidad relativa, el gráfico de la figura
54.4 proporciona valores conservativos para la misma.
En algunas obras puede resultar expeditivo usar un penetrómetro de un
diámetro suficientemente grande para que sea solo ligeramente influido
por el tamaño de la grava y calibrar el penetrómetro dentro de una capa
de suelo más fino, comparando sus resultados con el ensayo normal de
penetración (Peck, 1953).
En Europa, para reconocer depósitos de arena, se usan con mayor
frecuencia los ensayos estáticos de penetración, como el ensayo del cono
holandés (pág. 316), que el ensayo normal de penetración. Los proce-
dimientos descriptos en los párrafos precedentes y el gráfico de la figura
54.4 pueden aplicarse con los resultados de los ensayos del cono holandés
utilizando la siguiente relación simple, aunque cruda, entre la resistencia
a penetración del cono q, (kg/cm) y la resistencia normal a penetración
N (Meigh y Nixon, 1961; Schuttze y Melzer, 1965; Meyerhof, 1956).
% = KN (54.2)
en la cual K tiene un valor que varía entre aproximadamente 5 y 10.
Se han hecho intentos para evaluar la compresibilidad de la arena en
forma directa o en base a procedimientos indirectos, como el cono holandés,
calculando el aumento de presión vertical a distintas profundidades por
debajo de la base de la zapata y determinando el asentamiento con el uso
de los métodos descriptos en el artículo 41 (Buisman, 1943). Semejante proce-
dimiento implica suponer que el asentamiento de una zapata en arena tiene
como razón principal la disminución del volumen del suelo, cuando en
realidad una parte sustancial es una consecuencia de desplazamientos late-
rales de sus partículas, en especial si la arena es densa (Eggestad, 1963).
Más aún, el procedimiento no alcanza a poner de manifiesto la influencia
de inevitabl iaciones en la ibilidad
de la arena inmedi:
por debajo del plano de asiento de la zapata aun dentro de límites de espesor
muy reducidos. Por ello, pareciera que no hay fundamentos sustanciales
para dar preferencia a este método sobre el empírico que representa la
figura 54.4. No obstante, para zapatas grandes o plateas, el método puede
conducir a resultados útiles (artículo 55). -
Si una arena está sometida a vibraciones de alta frecuencia, las zapatas
fundadas sobre la misma pueden sufrir asentamisntos excesivos, aun en el
caso de que en el proyecto se hayan utilizado presiones admisibles muy
bajas. Esto es aplicable tanto a las arenas saturadas como a las húmedas
y a las secas. Por ello, las fundaciones que deben soportar máquinas que
ART. 54 FUNDACIONES SOBRE ZAPATAS 489
A,— q, porunidad
de area a A
NAgesg PLN,
qtrato E 2
IA E pz o
9257
Fig. 54.5. Corte a través de un subsuelo estrati do, en el cual se muestran las
tensiones que se originan en el estrato C por efecto de la presión unitaria q, transmi-
tida a la superficie del terreno: (4) por un plato de carga de 30 x 30 em; (B)
por una zapata de tamaño natural.
492 FUNDACIONES
Suelo qu en kg/cm
lados con las curvas e-log p. Con razonable aproximación los asentamientos
calculados con dichas curvas pueden multiplicarse por un factor de correc-
ción que varía entre aproximadamente 0,4 y 0,7 para arcillas moderada-
mente preconsolidadas, y de 0,2 a 0,6 para aquellas fuertemente preconso-
lidadas (Skempton y Bjerrum, 1957).
Aun cuando el asentamiento de estructuras apoyadas en zapatas de
fundación situadas sobre arcilla blanda suele ser excesivo si la arcilla es
normalmente consolidada, la más pequeña precompresión puede reducir
radicalmente los asentamientos. Lamentablemente, aun las mejores técnicas
de muestreo y ensayo suelen resultar inadecuadas para detectar o permitir
una evaluación segura de pequeñas presiones de preconsolidación (Simons,
1963), de modo que los asentamientos calculados son con frecuencia mucho
mayores que los reales. Por otro lado, las consecuencias de una sobreesti-
mación del grado de precompresión pueden resultar muy perjudiciales. Por
ello, solo un estudio cuidadoso del comportamiento de las estructuras exis-
tentes sobre el mismo depósito puede permitir un juicio sano sobre las
condiciones reales. Caso contrario, debe adoptarse un criterio conservador.
—*—
ZAPATA
AISLADA
|
= 7
sx
/ sx
UELO NO DRENADO ae E SUELO NO DRENADO
== No
la figura agre ad ,
Para el cálculo puedeel valor de la capacidad de carga real
suponerse: q es intermedia entre q» y
q qu
qr=0qx
+ (1-0) qu
El valor de a debe ser estimado en base a unrcendlita de le megnttod relativa, de
rta peo cesar e lo largo de la eupecticia de cidltzamiento: Como me
de seg tentativamente se usa a =
lo se tiene suficiente conocimient
Eo sora lali ss pilla ias
la solución Prepa E La ra autores y la práctica expuesta cuando para la primera se
adoptan ensayos consol no drenados. Conviene, empero, advertir que en estos
si el suelo es muy ornato o tiene una relación de vacíos alta se pueden desarro-
Maraasentamientos relativamente importantes que is particular ración.
SY se reune, en cambio, a casayos denad
drenados,
Tas capacidades de carpa calenladés
según la ta de los autores son, en general, mayores que las deducidas de la
fórmula que pe y lo mismo e Puedo pases cerda
el o Para respectoa
cómo varían o y $ con el drenaje parcial véase tto O. “Contributionto Main
Session 2 - Foundations of buildings”. Proc. in Co on Soil Mech. and Found.
Eng. Vol, III, págs. 246-248, México, 1969.
ART. 54 FUNDACIONES SOBRE ZAPATAS 501
q enelpleno seperoción?
Fig. 54.7. Disgrama que ¡lutra el método de cáleulo para verificar si la presión
trasmitid subsuelo constituido de arcilla estratificada es o no excesiva, La
cscnta la variación con la profundidad de la presiónvertical debajo de
única, despreciando la influencia de las zapatas 5. La curva Ci
representa la presión vertical debajo de la misma zapata cdo om e raenia
la influencia de las zapatas vecinas,
* Es ésta una característica que no solo distingue a los loess de baja densidad
sioo que lambién observan algunos Himos poco plásticos no saturados llamados “colapei-
bles”, Jos cualez poseen una estractura sulla que, bejo ciertas: condiciones: se derrunba
cuando, sometidos a carga, se saturan. Véanse, por elejemplo, los ensayos de carga sobre
“platos de 1 m X 1 m descriptos en Moretto O. y - “Propiedades y comportamiento
-de un suelo limoso de E p AA 22 Cong a de Mee, de Suelos y imentacio-
31. (N.
502 FUNDACIONES
no se satisface, sichos valores dejan de tener validez, por las razones que
e la figura
Esta figura te la distribución de: tensiones debajo de una zapata
que descansa en un estrato firme A situado encima de un estrato blando B.
Si el borde superior del estrato blando se halla cerca del plano de fundación,
la zapata puede llegar a punzonar el estrato firme y hundirse en el blando.
Este tipo de rotura no es raro (Skempton, 1942); puede evitarse dando a la
zapata las dimensiones necesarias para que la presión sobre el borde superior
del estrato B no exceda la presión admisible del mismo. La presión en
dicho borde puede calcularse con el método descripto en el artículo 40, o
en forma menos exacta, se puede suponer que la carga sobre la zapata se
distribuye uniformemente según una pirámide truncada cuyas aristas nacen
en las aristas de la zapata y tienen una inclinación de 60% con la horizontal.
Si el límite superior del estrato blando B está situado a mucha profun-
didad con respecto a la cota de fundación, la rotura por punzonamiento y
hundimiento en el terreno no se puede producir, pues el estrato A actúa
como si fuese una espesa platea que distribuye todo el peso del edificio
casi uniformemente sobre la superficie de B. La rigidez a flexión de esta
platea natural impide el levantamiento del plano superior del estrato B
fuera de la zona cargada, pero no es obstáculo para que el asentamiento
pueda llegar a ser muy grande. Por ejemplo, el peso del edificio represen-
tado en la figura 54.8 se trasmite por zapatas continuas a un estrato de
arena y grava densa que, a una profundidad de 7 metros por debajo de la
cota de fundación, descansa en una capa de arcilla blanda de 15 metros de
espesor. Las zapatas se calcularon para una presión admisible de 2,5 kg/cm*,
un valor conservativo para la arena y grava densa. La prin máxima que
actuaba en la superficie de la arcilla como consecuencia del peso del edificio
era de 1,1 kg/cm?. Durante la construcción, que duró un año, las zapatas
se asentaron entre 2,5 y 10 centímetros y, en los cuarenta años subsiguientes,
el asentamiento máximo aumentó hasta alcanzar casi un metro. Como el
piso del sótano, que descansaba en la arena entre las zapatas, no se agrietó
ni se desplazó respecto de estas últimas, resulta evidente que la capa de
arena y las zapatas se asentaron en forma simultánea.
El deterioro que había sufrido el edificio, diez años después de cons-
truido, era tan grande, que sus dueños decidieron reforzar la fundación, pero,
a pesar de los síntomas mencionados, no se sospechó que la fuente de los
os estaba situada debajo de la arena, de modo que el “refuerzo”
aumentando el ancho de las zapatas para reducir en un 30 por
ciento la presión trasmitida por las mismas. Como la presión sobre la
il a no se varió con estas medidas, las costosas alteraciones ejecutadas
no tuvieron el menor efecto sobre la marcha de los asentamientos, que con-
tinuaron según las curvas de la figura 54.8c.
Años más tarde se extrajeron muestras inalteradas de la arcilla a cierta
distancia del edificio y se calculó, en función de los resultados de ensayos
de consolidación, la magnitud y velocidad media de asentamiento del edificio
en conjunto. La magnitud y velocidad teórica del asentamiento, represen-
tadas por la curva de trazos interrumpidos en la figura 54.8c, son muy
ART. 54 FUNDACIONES SOBRE ZAPATAS 503
5
(e)
20 y
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30 don >|
i $0
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30
Eo]
e MN
SE
dE $
Fig. 54.8, (a) Sección trasversal de la fundación de una estructura apoyada en
densa, debajo de la cual hay arcilla blanda; (b) planta de la estructura;
(e) curvas tiempo-asentamiento observadas, La curva punteada representa la relación
tiempo-asentamiento, calculada con los resultados de ensayos de consolidación.
Según Terzaghi, 1933.)
similares a las reales, si se excluye el efecto secundario que no puede aún
ser calculado (artículo 14). Debido al efecto secundario, el asentamiento
real tiende a una velocidad constante, que varía en distintas partes de la
estructura de 3 a 8 milímetros por año, mientras que la curva de los asen-
tamientos calculados tiende a una horizontal (Terzaghi, 1935).
Las observaciones que se han ilustrado con la figura 54.8 muestran
muy claramente que el asentamiento, debido a la consolidación de capas
blandas profundas situadas por debajo de la cota de fundación, es en reali-
dad prácticamente independiente de la presión trasmitida por las zapatas.
Esto se debe al hecho de que el estrato firme que soporta las zapatas actúa
como una platea natural que distribuye las cargas sobre las capas blandas.
Los procedimientos para calcular los asentamientos originados por la conso-
lidación de capas profundas y los métodos para reducirlos se tratan en el
artículo 55, al considerar las fundaciones sobre plateas. Una vez que se
han distribuido las fundaciones de modo que el asentamiento producido por
la consolidación de las capas blandas permanezca dentro de límites tole-
rables, las zapatas pueden proyectarse como si los estratos biandos no exis-
tiesen. Es decir que la presencia de los estratos blandos puede obligar al
proyectista a cambiar la disposición de su fundación, pero no tiene relación
alguna con la presión admisible a considerar para las zapatas.
Resumen de las reglas para determinar la presión admisible
«de los suelos
(1) Exceptuando el caso de zapatas angostas sobre arena suelta satu-
rada, las presiones admisibles en arena dependen solo de los asentamientos
504 FUNDACIONES
total cubierta por el edificio, puede resultar más económico dotar al edificio
con una fundación sobre platea.
Proyecto de las zapatas
Pasos a seguir en el proyecto. El primer paso a seguir en el proyecto
de las zapatas consiste en calcular la carga total efectiva que será trasferida
al subsuelo en la cota de fundación. El segundo, en determinar la presión
admisible del suelo. Con ello se obtiene el tamaño de la zapata dividiendo
la carga total efectiva por la presión admisible, para calcular finalmente
los momentos flectores y esfuerzos de corte y dimensionar la zapata,
Cargas de cálculo. La carga total efectiva Q; trasferida al subsuelo
puede expresarse con la fórmula:
Q: = [0 —W.] + Q: = Qan + Qu (54.4)
en la que
Q = carga permanente en la cota de fundación, incluyendo el peso de la
zapata y del suelo situado sobre la misma. Si la napa freática está
por encima de la cota de fundación, debe deducirse la subpresión
(artículo 12), en la parte de suelo y hormigón sumergido.
W, = peso efectivo del suelo (peso total del suelo menos la subpresión)
que estaba situado por encima de la cota de fundación antes de
excavar, salvo que el edificio tenga sótano. En este caso, zapatas
e y d de la figura 53.1, para el cálculo de Q; solo debe deducirse el
peso del suelo situado por debajo del piso del sótano, ya que el
suelo situado por encima no solo ha sido retirado en correspondencia
con el área ocupada por la zapata, sino también al menos hacia uno
de los costados de la misma.
Qán Q — W, = carga permanente neta.
sobrecarga que actúa sobre la zapata, incluida la: debida al viento
Q
y a la nieve.
En todo estudio correspondiente a la sobrecarga debe hacerse una dis-
tinción entre la sobrecarga normal y la sobrecarga máxima. La sobrecarga
normal Qi, es aquella parte de la sobrecarga que actúa sobre la fundación
por lo menos una vez al año, mientras que la sobrecarga máxima Qimax
únicamente actúa cuando se producen simultáneamente varias circunstan-
cias excepcionales. Por ejemplo, la sobrecarga normal de un edificio de
oficinas de mucha altura incluye solo el peso de los muebles, de las personas
que normalmente ocupan el edificio en días de semana, y de la carga normal
“de nieve. La sobrecarga máxima es la suma de los pesos de los muebles y
del máximo número de personas que pueden apiñarse dentro del edificio
en ocasiones excepcionales, combinados con la máxima rarga de viento y
nieve. La carga total sobre la zapata bajo la sobrecarga no:mal se designa
con la notación:
Qin = Qun + Qin (54.5)
506 FUNDACIONES
= 25 Le (am) (54.7)
Si Smaz es menor del máximo tolerable de (13345 + 2,5), la sobrecarga
m ¡a no necesita ser considerada. Si, por el contrario, Smax es mayor de
(1,33AS + 2,5), las zapatas deben proyectarse de modo que bajo la sobre-
carga normal la presión sobre el suelo no sobrepase el valor:
e , ario AOS
1,3845 + 2,5
Smax
(54.8)
El valor de q.” es comúnmente distinto para las diferentes zapatas, pero
para calcularlas debe utilizarse el menor de los valores obtenidos, que es el
que corresponde a la zapata para la cual la relación Qrmazx/Qi es máxima.
Si las zapatas del edificio descansan en arcilla saturada, la presión admi-
sible viene determinada por la condición de que bajo la carga total normal el
coeficiente de seguridad debe ser por lo menos igual a 3 y que, además,
bajo ninguna circunstancia llegue a ser menor de 2, Si el coeficiente de segu-
ridad F bajo cargas normales es igual a 3, el coeficiente de seguridad F'
bajo la sobrecarga máxima es:
F=-=32 Qu
Doa (54.9)
ART. 54 FUNDACIONES SOBRE ZAPATAS 507
más solicitado del suelo, cuando se consideran todas las cargas, incluida la
debida a la grúa, no debe exceder la tensión admisible q,. El centro de gra-
vedad de las zapatas debe hacerse coincidir con el a de aplicación de la
resultante del peso propio, más la sobrecarga normal, más una pequeña frac-
ción, como ser el 25 por ciento, de la carga de la grúa y, además, deben
proporcionarse para la misma presión sobre el suelo bajo la acción de esta
resultante, Si, por el contrario, las zapatas descansan en arena, se debe
disponer de modo que, bajo el peso propio, más la sobrecarga normal, más
la máxima carga que, en condiciones normales de operación puede esperarse
de la grúa, la presión sobre el suelo resulte uniforme e igual a qa. En ninguna
combinación de carga concebible debe la presión exceder 1,5 ga.
Precauciones a tomar durante la construcción. 'Todas las fundaciones
directas sobre zapatas se proyectan inevitablemente en la hipótesis de que -
el suelo situado debajo de las mismas se halla aproximadamente en el mismo
estado en que fue encontrado durante las perforaciones o ensayos de carga
efectuados para estudiarlo. Si el suelo contiene bolsones blandos no intere-
sados por las perforaciones, o si la estructura del suelo es alterada durante
la excavación, el asentamiento será mayor y más desigual de lo que antici-
para el proyectista. Se puede evitar este riesgo ejecutando un ensayo simple
de penetración en el lugar de cada zapata una vez hecha la excavación
correspondiente. Uno de los varios métodos prácticos consiste simplemente
en contar el número de golpes por metro necesarios para 'hincar una barra
en el terreno por medio de un martillo de caída libre. Si dentro de la profun-
didad activa de una zapata dada se encuentran puntos excepcionalmente
blandos, la zapata debe proyectarse de nuevo. Este procedimiento es más
económico que tener luego que recurrir a una reparación.
Hay dos casos que se presentan con frecuencia en obra y que merecen
especial cuidado, pues suelen producir una alteración de la estructura del
suelo. Si el subsuelo consta esencialmente de limo o de arena fina, puede
resultar alterado en forma radical cuando se bombea desde sumideros en el
interior de la excavación. La alteración suele a veces ir asociada con el
descenso del terreno adyacente a la excavación, debido a que por sifonaje
la arena inferior surge por el fondo, descenso que puede provocar desper-
fectos en las propiedades vecinas. Por ello, si las zapatas a construir en
tales suelos exigen excavar bajo agua, debe drenarse el lugar bombeando
desde pozos filtrantes y no desde sumideros (artículo 47). Ocasionalmente,
aun en el caso en que se bombea desde pozos filtrantes, se produce cierto
asentamiento de la superficie del terreno adyacente. Sin embargo, si esto
ocurre, es seguro que los efectos nocivos que se originarían bombeando
desde sumideros serían mucho mayores.
Si el subsuelo está constituido de arcilla, la parte superior de la arcilla
expuesta por la excavación suele ablandarse como consecuencia de la absor-
ción de agua de lluvia
y del efecto
de amasado que se produce al caminar
sobre la misma. Por ello, las zapatas en arcillas deben hormigonarse y tapar-
se inmediatamente después de terminada la excavación. Si esto no puede
realizarse, la excavación debe dejarse de 10 a 15 centímetros por encima
ART. 55 PLATEAS DE FUNDACIÓN 509
Arcilla firme
Piedra caliza
Fig. 55.1. Diagrama que indica cómo se produjo la falla de un e'evador de
granos cerca de Winnipeg, Canadá, el cual se hundió dentro de un estrato de arcilla.
510 FUNDACIONES
Se = da (55.2)
Fig. 55.2. Distribución de las presiones dentro del suelo situado debajo de un
edificio: (a) apoyado es zapatas muy espaciadas entre sí; (b) apoyado sobre
una platea de hormigón. La presión unitaria que se trasmite al suelo es la misma
en ambos casos.
ART. 55 PLATEAS DE FUNDACIÓN 511
Tabla 55.1
Tensiones admisibles aconsejadas para plateas en arena
Densidad relativa sueo Modianamente Dina Muy di
N
q tom abc
número de
osmacoda
¡acer
Ragor.
trar la cuchara
P partida 30 centímetros.
C=15 a (55.3)
donde po es la presión efectiva de la cubierta al nivel en que se mide la
resistencia a penetración. El incremento Ap en presión vertical a profundi-
dades z, debajo de la cota de apoyo de la zapata, como consecuencia de la
carga que ésta soporta, se determina en la hipótesis de que el subsuelo es
elástico (artículo 40) y el asentamiento se calcula con la expresión:
s fol
S q Po +PE Ap (55.4)
Los resultados que arrojan estos cálculos parecen razonables y están
generalmente del lado conservador (DeBeer y Martens, 1957; Meyerhof,
1965; Bogdanovic y otros, 1963)”.
Todas estas recomendaciones suponen tácitamente que la distribución
de cargas sobre la platea es bastante uniforme. Si la estructura soportada
por la platea consta de varias partes con alturas muy distintas, puede resultar
aconsejable prever juntas de construcción en los límites entre dichas partes.
La máxima presión admisible a adoptar para el suelo cuando la platea
descansa en arcilla es igual a la aconsejada en el caso de zapatas y se obtiene
dividiendo la capacidad de carga neta a rotura Q4 neto (ecuación 33.17) por
un coeficiente de seguridad F igual a 3 para el peso propio más la sobrecarga
normal y no menor de 2 para el peso propio y las combinaciones más extre-
mas de la sobrecarga, incluidos el viento y/o la nieve. Sin embargo, dadas
las grandes dimensiones de la superficie cubierta por la platea, y el rápido
aumento que en arcilla sufre el asentamiento cuando aumenta el tamaño
del área cargada (fig. 54.8), es siempre necesario determinar, al menos
con un cálculo aproximado, si el asentamiento será tolerable. Este cálculo
puede hacerse suponiendo que la arcilla se halla lateralmente confinada. Los
resultados de los cálculos indican, en un todo de acuerdo con la experiencia,
que las bases de área cargadas uniformemente, apoyadas en arcillas, adquie-
* El ensayo del cono holandés,
como todo ensayo de tración, constituye una
prusba a otura que no hace intervenér la deformabilidad espatifica del material xino en
forma indirecta por su relación com la resistencia. Por ello, no alcanza a diferenciar el
comportamiento de una arena normalmente consolidada de aquel de la misma arena
consolidada, ciremmstancia que puede explicar que algunas estimaciones estén del
conservador. (N. del T.)
ART. 55 PLATEAS DE FUNDACIÓN 515
ren la forma de un cuenco poco profundo, debido a que las presiones de
consolidación disminuyen del centro hacia los bordes (fig. 55.2b). No obs-
tante, los taludes del cuenco son tan suaves que la diferencia entre el asenta-
miento de dos columnas adyacentes nunca excede de una pequeña fracción
de la diferencia entre el asentamiento máximo y el mínimo. Para plateas
en arena la dif ia entre el i de dos col d
puede llegar a ser del mismo orden de magnitud que la diferencia entre el
asentamiento máximo y el mínimo, de modo que el asentamiento diferencial
tolerable en arcilla es mucho mayor que en el caso de plateas en arena.
Proyecto de fundaciones sobre plateas
La presión unitaria media trasmitida al suelo por la platea es igual
al peso total efectivo del edificio, Q + Q,, dividido por la superficie total A
de la platea y, como el área ocupada por la misma solo puede ser igual o
apenas mayor que la que ocupa el edificio, no hay posibilidad de cambiar
las presiones sobre el suelo variando el tamaño de la platea. Por ello, si se
tiene necesidad de satisfacer la ecuación 55.2, lo único que se puede hacer
es aumentar el W, en la tula 55.1. Esto solo puede conseguirse dispo-
niendo la estructura con uno o dos sótanos de una altura adecuada, La
profundidad necesaria puede calcularse por tanteos.
Después de haber determinado la profundidad de sótanos, el próximo
paso del proyecto consiste en calcular las fuerzas que actúan sobre la platea.
En esta operación el proyectista se ve obligado a depender en gran parte
de la bondad de su criterio. Para ello debe considerar los factores y condi-
ciones que se ilustran en la figura 55.4.
La figura 55.4a, muestra un corte vertical de una estructura constituida.
por una torre pesada y dos alas, en la que la cota de fundación está por
encima de la napa freática. Con estas hipótesis, la reacción total del suelo
Durante la consióucción
Lespués de lerminada
da superestruciura
| Morel normal dt la napa
|
| Losa proyectada para resis
dir solamente
la presión chfezes
IZA ZZRIAZ,
E Capo
biluminosa/
Fig. 55.5. Detalles de una zapata sobre arena, en un sótano situado debajo
del nivel de la napa.
52) FUNDACIONES
zapatas hasta que éstas soporten todo el peso propio. En este caso, la carga
trasmitida directamente al suelo por las zapatas es igual al peso total del
edificio, menos toda la subpresión que actúa en el piso del sótano, y la losa
del piso solo resiste la subpresión. No obstante, las zapatas deben proyec-
tarse en la hipótesis de que la subpresión no existe, pues la necesidad de
posponer la construcción del piso del sótano exige que la napa, que ha
sido deprimida, permanezca a un nivel inferior a la cota de fundación
hasta la terminación del edificio, es decir, hasta que sobre las zapatas actúa
todo el peso propio de la estructura. La figura 55.5 indica el orden de su-
cesión de las operaciones de construcción. Para impedir que la losa del piso
del sótano llegue a flotar, debe anclarse a las columnas, o con preferencia a
las zapatas.
y el peso del suelo excavado, también por unidad de superficie, tenga apro-
ximadamente el mismo valor en todas las partes de la platea. Cualquiera
sea la solución adoptada, el proyecto requiere un cálculo, al menos apro-
ximado, de los asentamientos.
6. Las capas de arcilla compacta o de arena densa situadas encima de
estratos de arcilla blanda se comportan como plateas naturales. En tales
casos, las zapatas de los edificios apoyados en dichas capas se proyectan
como si los estratos blandos no existiesem; pero, como el asentamiento origi-
nado por la consolidación de estos estratos puede ser muy grande, resulta
necesario hacer, además, un cálculo de asentamientos. Los sistemas para
reducir estos asentamientos son los mismos que se han descripto para plateas
en estratos homogéneos de arcilla.
Lecturas seleccionadas
Caldaz yH. 0. (1965). “State-of- ho of floating foundations”, ASCE Journ. Soil Me-
:hanics, 91, N9 SM2, págs.8:
alrededor de los grupos. Por ello, los pilotes de esta categoría se denominan
a veces pilotes de compactación.
2. Pilotes de fricción en suelos de granos muy finos de baja permea-
bilidad. Estos pilotes trasmiten su carga al suelo por fricción lateral, pero
sin llegar a compactar el terreno en forma perceptible. Las fundaciones
sobre pilotes de este tipo se denominan comúnmente fundaciones sobre
pilotes flotantes.
3. Pilotes resistentes de punta. Estos pilotes trasmiten su carga
estrato firme situado a una profundidad considerable por debajo de la ase
de la estructura.
En la naturaleza, los estratos homogéneos de suelo son muy raros, por
lo cual no se pueden establecer límites bien definidos entre esas tres cate-
gorías principales de pilotes. Un mismo pilote puede desplazar parte de
la masa de suelo que atraviesa sin cambiar su densidad relativa y producir,
en cambio, compactación en el resto, o bien, una parte considerable de la
carga aplicada a un pilote puede ser resistida por fricción lateral, a pesar
de que su punta descansa en un estrato de arena firme capaz de soportarla
íntegramente. Dada la gran variedad de condiciones que se presentan en
la práctica con respecto a la naturaleza del subsuelo, todo intento para
establecer reglas para el proyecto de fundaciones sobre pilotes necesaria-
mente exige simplificaciones radicales y, además, por otro lado, no se puede
pretender que las reglas resultantes sirvan otro propósito que el de ser
simples guías para poder tomar decisiones con criterio. Por esta misma
razón, en problemas relativos a pilotes, los refinamientos puramente teóri-
cos, como las pretensiones de calcular la carga de rotura de grupos de pilotes
por medio de la teoría de la elasticidad, están completamente fuera de
lugar y pueden ser ignorados sin peligro. A decir verdad, hasta las conclu-
q en de ensayos sobre pequeños modelos pueden estar muy lejos
le la
Fig. 56.1, (2) Piloto de fricción en arcilla blanda; (0) distribución de la presión
bre el plano horizontal que pasa por la punta.
Vésic (1970) ha avanzado las siguientes expresiones para determinar el valor que
adquiere la fricción lateral y la resistencia de punta en pilotes cilíndricos instalados total-
mente en arena:
Fricción lateral
Pilotes hincados: f, mg, = 0,08 (10)*"D,* (kg/cm*)
Pilotes perforados y
pilares de fundación: f, gx = 0,025 (10)*D,* (kg/cm*)
do
es
Sas
: e
Jan
j os
tenerse en cuenta, aun cuando en muchos casos no son nocivos. Por ello,
en lo que sigue, se supone que las propiedades físicas y mecánicas de los
suelos no experimentan una alteración permanente significativa.
A pesar de las influencias que ejercen la alteración que origina la
hinca y los diversos efectos función del tiempo que se inician después que
un pilote ha sido hincado en arcilla blanda o en limo plástico blando, el valor
de la resistencia final de fricción es comúnmente igual, aproximadamente, a la
resistencia no drenada o a un medio de la resistencia a la compresión simple
de la arcilla saturada (Peck, 1958). No obstante, en algunos casos inusuales
se han obtenido valores considerablemente menores para la fricción (Peck,
1961). Hasta ahora estas situaciones irregulares se han producido única-
mente en arcillas laminares, pero no se conocen aún las circunstancias que
conducen a su desarrollo. Por ello, las decisiones finales relativas a la fricción
lateral en pilotes instalados en arcillas blandas saturadas deben basarse en
ensayos de carga.
En arcillas más resistentes, el valor final de la fricción lateral puede
llegar a ser sustancialmente menor que la resistencia triaxial no drenada de
la arcilla inalterada, y la discrepancia parece aumentar con el incremento
de la resistencia de la arcilla (Tomlinson, 1957; Peck, 1958; Woodward y
otros, 1961). La fricción depende también más del material que forma la
superficie del fuste del pilote. La tabla 56.1 resume el conocimiento actual.
Se estima necesario hacer notar que esta tabla, como cualquier otra que
se confeccione, cualquiera sea su detalle, solo sirve como guía para hacer
cálculos preliminares. La única forma de obtener datos más exactos consiste
en ejecutar ensayos de carga y ensayos de arranque en el terreno con pilotes
de tamaño natural *. .
Comportamiento de los pilotes resistentes de punta. En contraste con
los pilotes de fricción, se supone que los pilotes resistentes de punta tras-
fieren la carga por la punta a un estrato firme, a pesar de que, como lo
demostrado ensayos de carga realizados tanto en el terreno como en el
laboratorio (Vey, 1957, D'Appolonia y Romualdi, 1963; D'Appolonia y Hri-
* Hay experiencias recientes que indican que la reducción relativa de la fricción
con la resistencia de la arcilla no es un fenómeno universal. En pilotes
de hormigón, hin-
cados en depósitos de origen fluvial, la experiencia recogida en la zona que rodea a la
ciudad de Buenos Aires muestra que la fricción qe se lla en rotura es sensible-
mente igual a la resistencia al corte no drenado material inalterado
en que se hinca
el pilote. Por ello, en lugares sin experiencia previa acotada, la ejecución de ensayos de
carga y de arranque es de importancia fundamental. Véase Núñez, Vardé, Bolognesi y
Moretto: “Algunas relaciones entre los métodos de cálculo de la carga permisible y el
comportamiento real de pilotes de hormigón”, III Con; Panamericano de Mecánica
de Suelos e Ingeniería de Fundaciones, Caracas, 1967. Hay experiencias similares
recientes que pias en el mismo sentido, ejemplo, Sherman, W. C., “Instrumental
pille tests in sti clay”, Proc. VIL Int. Conf. on Soil Mechanios and Foundation Engí-
neering, México, 1969, y Stermac, Shelby y Devata, “Behaviour of various types of piles
in a stiff clay”, Proc, VII Int. Conf. on Soil Mechanics and Foundation Engineering,
México, 1069. Véase también Moretto, O. “Cimientos s - Síntesis escogida del
estado actual del conocimiento sobre la interacción con el suelo”. Revista Latinoamericana
de Geotecnia, Vol. I, N* 2, Caracas, Venezuela, 1971. También revista La Ingeniería,
Bs. As, 1972, (N. del T.)
ART. 56 FUNDACIONES SOBRE PILOTES 531
Tabla 56.1
Valores de la resistencia a fricción en rotura para pilotes embebidos
en suelos cohesivos *
Pp o Fricción lateral de
sión sico de la ar- rotura entre pilote y
Material del pilote
kg/en*
cil
kg/cm ,
ber, 1963), una parte considerable de la carga sea resistida por fricción
hateral, por lo menos temporariamente. Mas, si los pilotes atraviesan un
suelo muy compresible, como arcilla o limo blando, la presión trasferida
al suelo por fricción lateral lo consolida gradualmente y, como consecuencia,
el pilote tiene tendencia a asentarse. Solo el suelo en que está embebida
la punta resiste dicha tendencia, de modo que, a medida que pasa el tiempo,
la presión sobre la punta aumenta. Este proceso continúa hasta que la
mayor parte de la carga que actúa sobre el pilote es resistida por la punta.
Si la carga que tiene que soportar el pilote es mayor que la resistencia de
Goloes porcentímelro
02 4,022 4 5 2
Y
Piloleen T
Relleno
arena
3 Huesa | 3 +
Limo
6 0 LA 6
8 passa
E Pra
y S Turba ?
en
$ | arena 12
e e
$ Er Arcilla y 7
ira * ]
$ 4 ho arena reno!
S
Sá
Ya a (b)e) e lo)
punta, el asentamiento puede llegar a ser muy grande. Los ensayos de carga
sobre un pilote único no llegan, sin embargo, a revelar el peligro, ni aun en
el caso en que se ejecuten varias semanas después de la hinca. Por ello, en
un pilote resistente de punta, es más importante conocer la resistencia de
punta que la capacidad de carga total.
Relaciones entre la resistencia a la hinca y la profundidad. Si el número
de golpes requeridos por centímetro de penetración se representa en función
de la profundidad penetrada, se obtienen diagramas de resistencia a la pene-
tración o diagramas de hinca, como los indicados en la figura 56.3. La
forma de la curva de penetración indica de manera casi inequívoca a cuál
de las tres categorías principales pertenece el pilote, La figura 56.3a mues-
tra curvas típicas para pilotes hincados en arena suelta y en arena densa. En
ambos tipos de arena la resistencia a penetración aumenta con la profundi-
: i 56.3d corresponde a un pilote hincado arcilla blanda,
Pudiéndose notar que la resistencia a penetración se torna prácticamente
constante. A su vez, el rápido incremento de resistencia indicado en la curva
de la figura 56.3c puntualiza que la punta del pilote ha pasado de limo
suelto a arena bastante densa. Dichos incrementos acentuados son típicos
en pilotes resistentes de punta. Relacionando los diagramas de hinca con
el perfil del suelo, el ingeniero puede comúnmente derivar una concepción
fehaciente del material en que cada pilote ha sido hincado. En particular,
Puede determinar si la punta del pilote ha alcanzado un estrato de apoyo
adecuado,
Uso de las fórmulas de hinca para calcular la capacidad de carga. Cuan-
do un pilote resistente de punta encuentra un estrato firme, la resistencia
a penetración aumenta en forma repentina (fig. 56.3c). En términos gene-
les, cuanto mayor es este aumento, tanto mayor suele ser la resistencia de
punta, Esta observación condujo a efectuar tentativas para establecer una
relación entre la capacidad de carga de un pilote y su penetración por la
acción de los últimos golpes aplicados por el martinete. Los resultados
obtenidos se conocen con el nombre de fórmulas de hincas (artículo 34).
En todas las fórmulas de uso corriente, como la desarrollada por Janbu
(ecuación 34.6) o la fórmula Engineering News (ecuación 34.9), la capa-
cidad de carga a rotura calculada depende de la penetración S bajo el último
golpe del martillo. De acuerdo con la figura 56.3d, el valor de S que aparece
en las fórmulas es, para pilotes de fricción en arcilla, prácticamente inde-
pendiente de la profundidad y, por tanto, la aplicación de cualquiera de
las fórmulas conduce a la conclusión de que la carga de falla de dichos
pilotes es también independiente de la profundidad. La experiencia, sin
embargo, ha indicado que la capacidad de carga de pilotes de fricción en
arcilla aumenta aproximadamente en proporción directa con la longitud de
los pilotes, hecho que excluye en forma absoluta la aplicación de cualquier
fórmula de hinca al cálculo de la carga de falla de pilotes de fricción en
limo blando o en arcilla blanda.
La verdad es que, en ciudades como Shanghai y Nueva Orleáns, en las
que el predominio de espesos depósitos de suelo blando exige el uso de
pilotes de fricción, ningún ingeniero experimentado llega siquiera a consi-
ART. 56 FUNDACIONES SOBRE PILOTES 533
Fig. 56.4. Curvas típicas carga-asentamiento: (a) para pilotes resistentes de punta;
Cb) para pilotes resistentes por fricción,
IE
Fig. 56.5. Diagrama que muestra la forma como se produce la rotura originada
por hundimiento de todo el grupo de pilotes, incluyendo el suelo encerrado por
Ancho de lo fundación - m
Die 506, nálcss siste ererntemda cuco el dio 8 de un grupo de pi-
lotes en arena y la rela en la que S, representa el asentamiento de un gra
po de pilotes con ancho B, y 5,el asentamiento de un pilote aislado de ensayo
sometido a la misma carga que actúa sobre cada uno de los pilotes del grupo (según
Skempton, 1953).
=Á GR
es
10 20 30
Cargo sobre el pilote enfonelodas
Fig. 56.7. (a) Curvas de asentamiento ide un edificio de mampostería apoyado
en. zapatas continuas sobre pilotes cónicos, cuyas puntas descansan en un estrato
de grava densa. Los asentamientos dibujados fueron medidos un año después de
terminada la obra; (b) curvas carga-asentamiento para un pilote de prueba durante
el ensayo de carga, y para el mismo pilote como parte integrante de la estructura.
540 FUNDACIONES
plén de cierta altura, poco antes de hincar los pilotes, se observaba que la
fundación sufría asentamientos excesivos. Una vez descubierto este hecho,
la causa de los asentamientos se tornó evidente.
Antes de hincar los pilotes, los estratos compresibles se consolidan gra-
dualmente bajo el peso del terraplén recientemente construido y éste se
asienta libremente. Pero una vez instalados los pilotes, el terraplén situado
dentro del grupo de pilotes no puede más asentarse libremente, pues su
descenso es resistido por la fricción lateral entre el material del terraplén y
los pilotes. En efecto, un descenso imperceptible del terraplén con respecto
a los pilotes es suficiente para trasferir sobre los mismos el peso de todo
el terraplén situado dentro del grupo. Si A representa el área de una sec-
ción horizontal limitada por el grupo de pilotes, n el número de pilotes, H
la altura del terraplén y y su peso unitario, la carga Q' que actúa sobre cada
pilote, como consecuencia del peso del terraplén situado dentro del grupo,
es igual a: :
ml Es H (36.
36.3)
de construir los cabezales (Klohn, 1961). Si los pilotes son del tipo moldeado
en sitio con camisa flexible perdida, deben colocarse indicadores que per-
mitan detectar el ascenso de las puntas. Si el ascenso se produce, deben
rehincarse las puntas antes de hormigonar.
una carga total también dada, disminuye a medida que aumenta la longitud
de los pilotes, a pesar de que se necesita un menor número de pilotes para
absorber la carga. Estas conclusiones han sido confirmadas por la expe-
riencia en todas las ciudades donde las condiciones del subsuelo exigen
construir sobre fundaciones con pilotes flotantes (Clarke y Watson, 1936).
En las mitades izquierdas 'de la figura 56.9a y b se indican la intensidad
y la distribución de las presiones en el suelo, en la hipótesis de que no
existiesen pilotes. Ahora bien, el asentamiento final de las fundaciones sobre
pilotes, como las indicadas en las mitades derechas de dichas figuras, puede
calcularse en forma aproximada haciendo la siguiente hipótesis simplifica-
tiva: los dos tercios superiores del espesor de suelo en que están embebidos
los pilotes no experimentan cambio alguno en su contenido de humedad.
Por debajo de esta cota la consolidación se produce como si el edificio
estuviese apoyado a dicho nivel sobre una platea flexible y los pilotes no
existiesen.
Según esta hipótesis, la ventaja que se deriva de la hinca de pilotes
equivale al remplazo del subsuelo por un material prácticamente incom-
presible, que se extiende desde el cabezal de los pilotes hasta una profun-
didad igual a los dos tercios de la longitud de los mismos. Si esta profun-
didad es varias veces mayor que el ancho de las zapatas o cabezales y éstos
están muy separados entre sí, el asentamiento de la fundación sobre pilotes
será pequeño, por malo que sea el suelo. Pero si, por el contrario, dicha
profundidad es mucho menor que el ancho del área cargada y esta área es
grande, el asentamiento final puede resultar excesivo aun bajo una carga
muy moderada, Estas usii han sido confirmad id:
por la experiencia. Asimismo, tanto la experiencia como la teoría han mos-
trado que las fundaciones sobre plateas, apoyadas en pilotes de fricción
Fórmulas de eficiencia
En lo que antecede se ha demostrado que el asentamiento de una
fundación sobre pilotes no guarda ninguna relación con el asentamiento de
un pilote único, bajo una carga igual a la que soportan los pilotes de la
fundación. La comprensión cada vez más generalizada de este fenómeno
ha dado origen a varias tentativas para expresar, por medio de las llamadas
fórmulas de eficiencia, la influencia que el número y la distancia entre
pilotes ejercen sobre el asentamiento de la fundación (Seiber y Keeney,
1944; Master, 1943; Feld, 1943). Mas la extraordinaria variedad de suelos
que se presentan en la práctica excluye la posibilidad de establecer un
número limitado de fórmulas de eficiencia suficientemente exactas y de vali-
dez general, pues el efecto que el número y la distancia entre pilotes ejercen
sobre la relación entre el asentamiento de un pilote único, bajo una carga
dada, y el que le corresponde a un grupo, bajo la misma carga por pilote,
depende en gran parte del orden de sucesión y de las propiedades de los
estratos del subsuelo. Además, para una longitud y distancia entre pilotes
dadas, la relación mencionada cambia considerablemente con la carga por
pilote. Ninguna de las fórmulas de eficiencia existentes considera en forma
adecuada estos factores vitales, de modo que, teniendo en cuenta el gran
número y la diversidad de los mismos, se estima dudoso, para decir poco,
que dichas fórmulas representen en realidad un paso correcto hacia la solu-
ción de este problema.
Cuando se valora el estado actual de nuestro conocimiento, que por
otro lado no podrá sufrir variaciones radicales por muchos años, se llega a
la conclusión de que, en lugar de utilizar las fórmulas de eficiencia, parece
preferible considerar cada caso en forma individual, y determinar el asen-
tamiento probable de la fundación sobre pilotes propuesta en función de
las propiedades físicas de los suelos a los cuales los pilotes trasmiten su
carga, siguiendo para ello los ejemplos que se dieron con anterioridad en
este artículo. Si el asentamiento probable llega a exceder el máximo tole-
rable, el proyecto debe modificarse. El máximo asentamiento tolerable de
las fundaciones sobre pilotes viene determinado por los mismos factores que
gobiernan el asentamiento admisible en fundaciones sobre zapatas y plateas
(artículos 54 y 55).
Si la distribución de las cargas sobre la superficie que va a ocupar
una estructura es muy desigual, las tensiones secundarias producidas en la
misma por los asentamientos desiguales pueden disminuirse mucho dividien-
do el edificio en bloques separados entre sí por juntas verticales continuas.
ART. 56 FUNDACIONES SOBRE PILOTES 549
mn
una carga admisible igual a la obtenida multiplicando su sección trasversal bruta por una
tensión unitaria de 60 a 70 kg/cm”, lo que implica adoptar entre 75 y 85 t para un
pilote premoldeado cuadrado de 35 X 35 cm de lado, por ejemplo. Esta carga se dismi-
Fuye cuando así lo exige el perfil del suelo y se aumenta hasta una tensión específica
máxima de 100 kg/cm en situaciones excepcionales que requieran tratamiento especial,
en cuyo caso se extreman los controles de obra a fin de obtener realmente un coeficiente
de seguridad adecuado. (N. del T.)
plificados por los datos que indica la tabla 56.2, representan un reconoci-
miento de la importancia del hecho mencionado. No obstante, es frecuente
que las cargas de cálculo difieran mucho respecto de las dadas en la tabla.
Aunque las cargas admisibles de los pilotes de distinto tipo son dife-
rentes, el espaciamiento a que los mismos se disponen es prácticamente
igual para todos los tipos Por ello, los cabezales que se requieren para tras-
ferir una carga dada a pilotes de madera son mucho mayores y más caras
que los cabezales de la misma capacidad de carga soportados por pilotes de
hormigón o de acero. Además, el nivel inferior de dichos cabezales sobre
pilotes de hormigón o de acero puede establecerse a cualquier cota que
resulte conveniente, mientras que con pilotes de madera debe estar por
debajo del nivel mínimo de la napa freática. En muchos casos estas ventajas
compensan el mayor costo de los pilotes de hormigón o de acero respecto
de los de madera.
Antes de iniciarse el siglo xx, todos los pilotes de hormigón eran del
tipo premoldeado, pero durante la primera década siguiente los pilotes mol-
deados en sitio adquirieron gran desarrollo, y la construcción de pilotes de
hormigón se trasformó en una industria altamente especializada. En tiem-
pos más recientes, los pilotes de hormigón pretensado y los perfiles y caños
de acero, utilizados como pilotes, han hecho también su entrada en este
campo de aplicación. $
Los tipos de pilotes que tiene a elección el proyectista difieren en su
método de instalación, en su forma, en la textura de su superficie y en varios
otros aspectos. Casi sin excepción, cada tipo de pilote tiene características
que lo hacen excepcionalmente adecuado bajo ciertas condiciones del sub-
suelo y menos adecuado o inaplicable en otros. Por ejemplo, si se espera
que los pilotes soporten su carga por fricción lateral, los tipos cónicos son
preferibles a los prismáticos, y los pilotes con bulbo no son aplicables. Si,
por el contrario, se espera que los pilotes deriven su carga por resistencia
de punta, los pilotes cónicos no ofrecen ventaja alguna y los con bulbo
pueden resultar los mejores, a menos que otros tipos resulten más econó-
micos. Con frecuencia, para condiciones dadas, es la economía la que decide
entre las soluciones técnicamente aceptables. Para satisfacer las exigencias
de la gran variedad de condiciones del subsuelo encontradas en la práctica,
todas las grandes compañías especializadas ofrecen a sus clientes tipos muy
distintos de pilotes.
La elección del tipo de pilote puede también ser influida por exigen-
cias especiales impuestas al proyectista por las características de la obra.
Por ejemplo, los pilotes premoldeados exigen martinetes pesados, con guías
suficientemente altas como para poder manipular los pilotes más largos de
la obra y, además, requieren un espacio libre grande que sirva de playa
de hormigonado, de modo que si no se satisfacen esas condiciones, los pilo-
tes premoldeados no pueden usarse.” Si por alguna razón no se pueden
* Se han desarrollado
varios tipos de uniones o empalmes que permiten construir
pilotes premoldeados por tamos evitando el requerimiento de guías altas cuando su uso
no ta económico o técnicamente conveniente. El empalme más simple consiste
dos chapas de acero enfrentadas que se sueldan en su perímetro. Para obtener una buena
ART. 56 FUNDACIONES SOBRE PILOTES 551
Lecturas seleccionadas
“Pile foundations” de R. D. Chellis (1961), Nueva York, McGraw-Hill, constituye
un tratado completo sobre el tema. A su vez, en los capítulos sobre fundaciones sobre
pilotes del libro de M. S. Tomlinson “Foundation designand construction”, 1968, Nueva
York, John Wiley and Sons, se encuentra mucha información útil para el proyectista con
atención % la práctica inglesa,
:n el libro *] vamdaon ds and ed practice” de S. A. Thornley, 1951, Nueva York,
Columbia: Universi fan extensamente" aspectos económicos y práctios, in:
cluidos criterios de Lust da tipo de pilote.
En el Informe General sobre fundaciones profundas presentado por A. Kezdi a la
VI Conferencia Internacional de Mecánica de 'Shelos Fundaciones, Montreal, 1965, se
esgone un resumen del estado sctal de la práctica y le dnvesigación. Est publicado en
el tercer volumen de los respectivos anales,
El artículo de S. D. Parsons sobre“ aE in the New York Area” es
gna, ación ejemplar a la magra documentación sobre" el' coniporiamiiaato de julia Y
fundaciones sobre pilotes bajo condiciones adecuadamente descriptas, ASCE Journal of
Soil Mechanics, EN N? SMI' (19868).
que la resistencia de punta de dicho pilote suele ser varias veces mayor que
la de un pilar de fundación de igual diámetro, pues el método de instalación
del pilar no solo no compacta la arena, sino que presenta condiciones favo-
rables para su expansión. Pero si, por el contrario, la capa de arena densa
está situada debajo de una sucesión de capas delgadas de arcilla blanda y
de capas espesas de arena, es probable que la mayor parte de la energía
disponible para la hinca sea consumida por la fricción lateral y, por tanto,
que ésta deba interrumpirse cuando la resistencia de punta es todavía muy
pequeña. En tales condiciones es probable que los pilares sean más seguros
y más económicos que los pilotes resistentes de punta.
Si lo que se requiere es trasferir el peso de una estructura a la roca
madre, que está cubierta de una espesa capa de roca descompuesta que,
a su vez, está enterrada debajo de sedimentos blandos, los pilares de fun-
dación pueden ser preferibles por las razones siguientes: a pesar de que
algunas rocas descompuestas son tan compresibles como la arcilla mediana
o blanda, contienen con frecuencia grandes fragmentos de material menos
descompuesto que impiden que la punta de los pilotes llegue a la roca
sana, de modo que los pilares se imponen por el hecho de que en este caso
no ll dificultad en retirar dichos fragmentos durante la excavación.
Si debajo de una estructura hay arcilla media que descansa a una pro-
fundidad razonable sobre un espeso depósito de arcilla resistente, puede
convenir una cimentación que trasfiera la carga total de cada columna a
un pilar de fundación único con base ensanchada que descansa justo debajo
del borde superior de la arcilla resistente. El pilar se construye excavando
a máquina o a mano un pozo cilíndrico que se llena de hormigón, sistema
de cimentación que en algunos lugares se conoce como de “pozos roma-
nos” o simplemente por “pozos”. Tal tipo de fundación puede resultar mucho
más económica que el uso de pilotes de fricción en arcilla resistente. Por
otro lado, si el depósito de arcilla contiene capas de arena y limo acuífe-
ros, puede no resultar posible ensanchar las bases de los pozos sin que se
produzcan derrumbes o sin dar lugar a una invasión de material suelto y
húmedo que impida obtener un soporte firme, haciendo impracticable un
hormigonado seguro.
tales bolsones sueltos, rodeados de arena densa que tiene esencialmente las
mismas d y icas, es un lati común.
Cuando el achique por bombeo desde el interior no es practicable, los
métodos de alternativa son: drenaje previo por medio de pozos filtrantes,
excavación con aire comprimido, excavación bajo agua o biem dentro del
lodo bentonítico que llena el pozo. Las investigaciones del subsuelo nece-
sarias para determinar si un método dado de achique o drenaje es practi-
cable en una obra determinada se describen en el artículo 47 al tratar de
los métodos de achique de excavaciones a cielo abierto. Si el suelo está
constituido de limo fino puede que ni aun el método del vacío sirva para
estabilizarlo. Debido al costo y a sus otras limitaciones, el aire comprimido
(página 555) se usa solo excepcionalmente. Como alternativa del bombeo
se recurre, en cambio, a la excavación bajo agua o a la excavación con el
uso de lodos de perforación.
Cuando se excava bajo agua en arena, el volumen de suelo que se extrae
es generalmente mayor que el volumen del cilindro, y, si la arena es suelta,
la cantidad excavada puede llegar al doble del volumen desplazado. La
demasía en volumen de arena va asociada con un levantamiento del fondo
de la excavación y un asentamiento de la superficie del terreno alrededor
del cilindro. Puede ser casi completamente evitada con el simple expediente
de mantener el nivel del agua dentro del cilindro bien por encima del nivel
del agua en la parte de afuera, como lo indica la figura 57.1c. La mayor
presión interior así obtenida hace que la circulación del agua se produzca
desde el cilindro hacia la arena situada debajo del fondo de la excavación
y que, por tanto, las presiones de filtración resultantes traten de anular la
tendencia de la arena a levantarse, Para mantener esta circulación de agua,
las herramientas de excavación deben extraerse del cilindro lentamente.
Cuando se trata de elegir entre el método de excaxación bajo agua, o
el método con aire comprimido, deben considerarse varios factores. Por
ejemplo, si se está excavando bajo agua y aparece un obstáculo en el camino
de la cuchilla, las demoras que el mismo puede ocasionar son imprevisibles.
El método del aire comprimido evita este riesgo, pues los obreros tienen
acceso directo al obstáculo. Presenta además la ventaja adicional de que la
base del cilindro puede prepararse con cuidado y limpiarse de todo mate-
rial suelto, pero presenta el inconveniente de que es mucho más costoso.
Cuando se construye el pilar de un puente no es raro bajar la parte
inferior del cajón excavando bajo agua hasta alcanzar o estar cerca del
estrato resistente, en cuyo momento se recurre al aire comprimido convir-
tiendo adecuadamente el cajón al efecto. De esta manera, se combina la
economía de la excavación bajo agua con la mayor seguridad que ofrece el
método neumático para la preparación de la superficie de apoyo y el vaciado
del hormigón.
El uso de lodo para estabilizar las paredes de un pozo perforado
previene simultáneamente contra la inestabilidad del suelo situado debajo
del fondo a medida que se avanza en la excavación. Sin embargo, cuando
el pozo ha llegado a cota y se ha insertado la camisa para soportar las
paredes, el fondo puede reventar durante el bombeo del lodo, a menos que
560 FUNDACIONES
Tabla 57.1
Valores de la fricción lateral en cilindros y cajones de fundación
durante su descenso
nas, a menos que se conozcan todos los detalles relativos a la hinca de 'os
cilindros. En arcilla la fricción lateral suele aumentar con el tiempo.
La fricción entre cilindros de hormigón y suelos de granos finos, coma
ser limo o arcilla, puede disminuirse considerablemente cubriendo la super-
ficie externa del cilindro con un revestimiento que tenga una superficie
suave y aceitosa y que, además, sea suficientemente resistente como para
no desprenderse durante el descenso del cilindro. En los cajones de funda-
ción del puente San Francisco- Oakland, se utilizó un revestimiento de este
tipo y los resultados de los ensayos de fricción efectuados antes de iniciar la
construcción indicaron que la fricción entre el hormigón y una arcilla bas-
tante compacta se reducía aproximadamente en un 40 por ciento.
Presión admisible de pilares de fundación apoyados sobre arena
Los pilares de fundación sirven comúnmente para trasferir el peso de
una estructura a un estrato firme que está cubierto por suelo blando y
compresible. Si en un perfil de este tipo se hincan pilotes, eventualmente,
casi toda la carga que actúa sobre el pilote es resistida por la punta (véase
artículo 56), de modo que, por razones similares, prácticamente toda la
carga que actúa sobre un pilar de fundación es también, con el tiempo,
soportada solo por su base. Por ello, en pilares de fundación rodeados de
suelo relativamente compresible, la presión admisible en la base no debe
incluir sobreasignación alguna para tener en cuenta la fricción lateral.
La parte enterrada del cilindro de fundación del pilar de un puente
puede estar completamente rodeada de arena que tiene baja compresibili-
dad, y que puede soportar por fricción lateral una parte considerable de la
carga que actúa sobre el cilindro. Sin embargo, la base de dicho cilindro
suele estar a poca profundidad por debajo de la socavación máxima (artículo
53), de modo que, durante las crecientes extraordinarias, la mayor parte de
la arena que rodea el cilindro es eliminada. Por tal razón, en estos casos,
aun tratándose de cilindros de fundación completamente rodeados de arena,
debe suponerse que toda la carga es resistida por la base.
562 FUNDACIONES
entre el borde del plato y las paredes del pozo se llenó de hormigón para
impedir hasta un levantamiento localizado de la arena cargada. Para una
carga de 2 kg/cm*, el asentamiento fue de 11,9 mm. De acuerdo con la
fórmula 54.1, el asentamiento de un plato de las mismas dimensiones, apo-
yado sobre la superficie de un depósito similar de arena sin ningún confi-
namiento ni sobrecarga, sería de 15 mm (Terzaghi, 1930).
Estas y otras observaciones realizadas indican que el asentamiento de
la base de un pilar de fundación en arena, hincado a cualquier profundida:
mayor de 4 a 5 veces su ancho, suele ser aproximadamente igual a un medio
del asentamiento de una zapata sometida a la misma carga, que cubre un
área de igual tamaño, y que apoya sobre una arena de las mismas caracte-
rísticas. Por tanto, las presiones admisibles para pilares de fundación en
arena se pueden tomar igual al doble del valor que sería admisible para
una zapata que descansase sobre la misma arena en el mismo estado (artículo
54). Si la presión neta en la base de los pilares de fundación no excede
de este valor, el asentamiento no será mayor de 2,5 centímetros y, además,
si las bases de todos los pilares de fundación tienen aproximadamente el
mismo ancho, el asentamiento diferencial entre pilares de fundación no
excederá de la mitad de dicho valor, es decir, de aproximadamente 1,2
centímetros. Si el proyectista cree que puede tolerar asentamientos mayores,
puede aumentar en forma proporcional las tensiones admisibles.
Si la base de un cilindro de un puente está situada bastante cerca de!
nivel previsto para la socavación, debe introducirse una modificación a este
dimi i luce la profund de la fundación a un
valor mucho menor de 4 ó 5 veces el ancho de la base, de manera que el
procedimiento descripto ya no tiene validez y la tensión admisible, a consi-
derar en esos cilindros, no debe exceder la que es indicada para zapatas
de la misma área descansando en la misma arena en estado saturado.
nómica de trasferir las cargas de las columnas a la arcilla. Una parte sustan-
cial de la carga, aun para los pozos con base ensanchada, la soporta la
fricción lateral. Ensayos en gran escala (Skempton, 1959; Whitaker y Col-
man, 1965; Woodward et al., 1961) demuestran que la capacidad de carga
de falla viene dada aproximadamente (ecuación 34.1) por la expresión:
Qe = Q, + Q. = Qs + 2D, (57.1)
La capacidad de carga de falla de la base Q, se puede tomar igual a:
), = CN., Ay, en la cual c es la resistencia al corte no drenado de la arcilla
inalterada, N, tiene el valor que corresponde a las fundaciones profundas
en suelo cohesivo homogéneo y A, es el área de la base. El valor de c de
las muestras intactas suele ser mayor que el de la arcilla fisurada inalterada,
pero la influencia de las fisuras es normalmente pequeña a las profundidades
que alcanzan las bases de los pilares de fundación.
La capacidad de carga de falla por fricción del suelo en contacto con el
fuste Q, se puede expresar como igual a: acA, en la cual a es un factor de
reducción que afecta a la resistencia media al corte no drenado de la arcilla
en contacto con el fuste de área A,. El factor a debe ser evaluado por medio
de ensayos en escala natural. Hasta ahora se han realizado experimentos ex-
tensivos de este tipo solamente en unas pocas localidades. Para las arcillas
de Londres, a toma valores del orden de 0,45 (Skempton, 1959) mientras
que para las arcillas compactas del sur de California varía entre 0,49 y 0,52
(Woodward et al., 1961). Los resultados son más bien independientes de la
naturaleza de la base siempre que, para bases ensanchadas, se ignore cual-
quier fricción que pudiese desarrollarse en el ensanche.
ara un coeficiente de seguridad dado, el asentamiento inmediato de
pilares de fundación con base ensanchada es siempre mayor que los de sec-
ción recta instalados en el mismo suelo. Esta situación deriva de la circuns-
tancia de que la fricción alcanza su valor máximo para asentamientos muy
pequeños, del orden del 1% del diámetro del fuste para las arcillas de
Londres, y luego permanece prácticamente constante para asentamientos
mayores. La resistencia de punta se desarrolla, en cambio, lentamente y
no llega a rotura hasta que el asentamiento alcanza una magnitud del orden
del 10 % del diámetro de la base (Whitaker y Cooke, 1965)".
La presión total de trabajo que puede aplicarse sobre la arcilla situada
debajo de la cota de fundación es igual a la suma de la presión admisible
a dicha cota más el peso efectivo del suelo excavado para la construcción
del pilar de fundación. Por tanto, la carga total, neta a aplicar sobre pilares
de fundación grandes puede aumentarse considerablemente, para una presión
admisible dada, haciendo los pilares huecos, circunstancia que se ha utilizado
e nencias de Wiilater y Cooke (1908) so refiera a pozos de fundación
con fustes de diámetros comprendidos entre 60 y 90 cm, de modo que el 1% de dichos
valores conduce a definir asentamientos
del orden de 1,0 cm. La experiencia más reciente,
incluida la propia recogida por el traductor, señala que el asentamiento necesario para
alcanzar la máxima fricción es independiente del diámetro y adquiere valores del orden
de un centímetro y aún menores, tanto para pilotes como para pilares de fundación en
arena
o en arcilla, Véase refe ia de la nóta del traductor
de pág. 521.
(N. del T.)
ART. 57 PILARES DE FUNDACIÓN 565
2, Cuando se excava bajo agua, el nivel del agua dentro del cilindro
debe mantenerse lo más alto posible con respecto al nivel exterior. Esta
precaución reduce la tendencia de la arena a ascender hacia el fondo de
la excavación. Aun en el caso de que se impida dicha fluencia, el fondo
de la excavación terminada será muy irregular y se hallará parcialmente
cubierta de una capa de arena suelta. Por ello, si se excava bajo agua, debe
tenerse en cuenta que inevitablemente se producirá cierta alteración en la
arena, Cuando se excava con aire comprimido, no hay necesidad de hacer
ninguna disminución en la presión admisible del suelo.
Si la excavación en arena se efectúa por medios mecánicos, mientras se
realiza este trabajo, las paredes laterales y el fondo del pozo se pueden
mantener estables por medio de lodo de perforación. La provisión de una
camisa protege las paredes laterales durante la extracción por bombeo del
lodo pero existe el peligro de que se torne inestable, a menos que se haya
sudo en un estrato cohesivo fi
La arcilla normalmente consolidada no es adecuada para soportar
fondaciones sobre pilares. Las presiones admisibles para pilares de fundación
en arcilla preconsolidada pueden obtenerse con la ecuación 33.17, si el
estrato resistente está situado debajo de depósitos blandos y compresibles,
o con la ecuación 34.1, en el caso en que la arcilla compacta es homogénea
y de gran espesor. Cuando el ancho de la superficie cubierta por la base
de cada pilar de fundación es mayor de 3 metros, debe hacerse un cálculo
de asentamientos.
4. Las fundaciones sobre pilares apoyados en plateas naturales deben
estudiarse en la misma forma como se estudian las zapatas sobre tales plateas.
Lecturas seleccionadas
En el Jbro de Jcnby, HL. Sy Paris, Ra Po (1941)1) ¡Foundations e Brida ed
Buildings”, Nueva York, Me yw Hill, 3rd. Edition, se inch ipciones_ generales
del Ep de Tedacn y mies de emir on sencón espai a 1 pl
de fundación
de
En el capado 9 de tro de Teg, W. €. (1962), Foundeon
design, Now Jensy,
Prentice-Hall, pág. 254-286, se tratan
en extenso los Pilares fundación perforados.
Capítulo 10
(a)
(6)
Grieta de 25 a decm
ae ancho
Tablestacas de sección Z
y (som de longilva
Nivel
de la napa
Grava
. tason — Arcilla azul compacta
Fig. 58.2. Corte trasversal de una excavación a cielo abierto, practicada en
grava, en el que se muestran el método utilizado para la entibación y el daño
lucido a la estructura adyacente como consecuencia del asentamiento.
570 ASENTAMIENTOS DEBIDOS A CAUSAS NO COMUNES
Relleno
dearena
Lrofundidod en melros
medir la
ot /as lableslacas 1|.
Blanda
Las líneas punteadas incican
6 700 elalcance de la excavación ampara
pa ua en las fechas indicadas.
Fig. 58.3. que muestra los resultados obtenidos en las mediciones del
lazamiento lateral que tó un £ox el reves
sobrecarga. Bajo esta sobrecarga, la arcilla situada cerca del fondo se defor-
ma lateralmente hacia la excavación y el fondo de la misma se levanta.
Como consecuencia de estos movimientos, la superficie del terreno se asien-
ta. Durante el espacio de tiempo que pasa entre la excavación y la instalación
de los puntales, se produce una deformación lateral adicional. La magnitud
de estos movimientos laterales, y de los asentamientos correspondientes,
depende principalmente de la relación ancho-profundidad de la excavación,
del procedimiento constructivo y del espesor del estrato de arcilla blanda
por debajo del fondo de la excavación.
Si la excavación es muy angosta (fig. 58.1b), o si el fondo está situado
cerca de la superficie de un estrato firme (fig. 58.1c), la deformación lateral
se extiende solo hasta una corta distancia de las paredes de la excavación,
así que el asentamiento de la superficie se limita a fajas relativamente angos-
ART. 58 ASENTAMIENTOS POR PROCESOS CONSTRUCTIVOS 571
30 ]
Fin excovoción +
2
,
051015 51050
Movimiento hacio el interior cm
1
2
T
xs
on Asentamiento
ay
7) 50 100 150
Dios desde comienzo excovoción
ASENTAMIENTOS DEBIDOS A CAUSAS NO COMUNES
(b) Roc”
e =
Fig. 58.4. Diagramas que muestran los resultados de mediciones de asentamientos en zonas adyacentes, le-
pósitos profundos de arcilla media en Oslo. (a) Sucesivas posiciones de la superficie del terreno y del
tablestacado en los días señalados; (b) progreso del asentamiento y anmento del factor de estabilidad N como
una función del tiempo desde el inicio de la excavación (según NGÍ, 1962e).
ART. 58 ASENTAMIENTOS POR PROCESOS CONSTRUCTIVOS 573
Avance odeformación
lateral durante la
excavación de la
'cción
Secció
Fig. 58.5. (a) Diagrama que muestra cómo se produce el avance de la arcilla
hacia la excavación, cuando se utiliza el aquí llamado método de Chicago, avance que
como consecuencia un mayor volumen de excavación; (b) mayor volumen
2 excavar.
Viskiacia desde
la Excavación en meldos Mempo
en meses
4 so 45 2 oc 2
$
e) ¿
E
$
x
lisom. 45m
(a)E ,
HH H A 20m l
30036metos Ki |; “H Y
Lecturas seleccionadas
Las lcaciónes que se indican a continuación contienen resultados de ptas
ciones realizadas para determinar el asentamiento que se produce durante la construcción
y los factores a a originan.
isK. “Settlement of Structures
in e sad Methods of Observation”,
a E ol 103 (1938), pp. Lacasa, :cto que el llenado de tanques
sobre los tanques vecinos.
re. E GON “Shield Tunnels of the Chicago Subway”, J. Boston Soc. Civil Engrs.,
vol. 29 (see), pp. 163-210. Observaciones de levantamientos y asentamientos pro-
ducidos avance de un o a a nes
Peck, Rob. (1948 carios in Open Cuts, Chicago Subway”,
apo vol, Los (1943), e 008-1030. Observaciones de asentamientos de-
ción de excavaciones a cielo abierto en
Terzaj e cad AS'Tunnels on the Chicago Subway”, Trans. ASCE, vol. 108
1943), pp. no )bservaciones
de los asentamientos originados por la excavación
túnelesez
Ireland, H. O. saale due to foundation construction in Chicago, 1900-1950.
Tesis de do Univ. of llinois, 128/05.
Na Geotechnical Institute, Technical Reports, N? 1-8, Oslo, 1962-1966. Serie de
informes sobre mediciones efectuadas en relación con excavaciones a cielo abierto
entibadas practicadas en Oslo, que incluyen observaciones de asentamientos, des-
plazamientos de las entibaciones y levantamientos de los fondos.
Fig. 59.1. (a) Revestimiento tipo Louvre, usado con éxito en una parte de una
excavación a cielo abierto en arena acuífera con el objeto de evitar el sifonaje
de la arena por el fondo; (b) tablestacado metálico continuo, utilizado en otras
" secciones de la misma excavación. Las fundaciones indicadas en esta figura se
asentaron como consecuencia de la invasión del material de los costados, producida
por la acción erosiva de las venas ascendentes de agua. (Según E. A. Prentis y L.
White, 1950.)
ART. 59 ASENTAMIENTOS POR LA DEPRESIÓN DE LA NAPA 579
este tipo pueden evitarse drenando por bombeo desde pozos filtrantes, o
bien disponiendo un filtro de revestimiento en el sumidero.
Si una excavación está revestida con un tablestacado estanco, puede
también producirse por sifonaje una invasión hacia el fondo del material
de los costados. Dicha invasión tiene origen en la acción erosiva del agua
que asciende hacia el fondo de la excavación siguiendo la cara interna de
las tablestacas; puede evitarse disponiendo un revestimiento permeable para
las paredes de la excavación, en lugar de hacerlo impermeable (Prentis y
White, 1950). La observación siguiente demuestra la eficacia del procedi-
miento. En Nueva York, durante la construcción del subterráneo, se estaba
practicando una excavación en arena fina y limo grueso, cerca de edificios
con columnas fundadas sobre pilotes cuyas puntas no descansaban en un
estrato duro. En una parte de la excavación, la entibación era del tipo
indicado en la figura 48.2b y el revestimiento consistía en tablones horizon-
tales con un espacio libre entre los mismos, como indica la figura 59.1a.
Estos espacios libres fueron rellenados con paja para permitir el escurri-
also libre del agua sin que arrastrase la arena. En otra parte de la excava-
consistía en tabli 1
tálico obligó a que el agua de filtración entrase a la excavación dando
la vuelta por la punta de las tablestacas, como indica la figura 59.1b, pre-
sentándose de este modo condiciones favorables al desarrollo de la erosión
por la formación de manantiales, y las columnas de los edificios adyacentes
sufrieron un asentamiento de 15 centímetros. La excavación de la sección
con revestimiento permeable, por el contrario, no produjo ningún asenta-
miento perceptible.
Efectos que la depresión de la napa produce en estratos de arcilla
Si el subsuelo contiene capas de arcilla blanda, de limo o de turba, la
depresión de la napa puede originar grandes asentamientos. En la ciudad
de Méjico, por ejemplo, donde el subsuelo consta de arcillas altamente com-
presibles con capas horizontales de arena acuífera, la extracción de agua
por bombeo desde estas capas de arena ha traído aparejado un hundimiento
general e irregular de toda la superficie que, entre 1900 y 1956, en algunos
lugares ha descendido más de 6 metros (Marsal y Mazari, 1962). De la
misma manera, en el valle de Santa Clara de California, el funcionamiento
de 2.000 pozos para proporcionar agua para riego inició un proceso de
asentamiento progresivo. El fondo de este valle está constituido por un
espeso manto de arcilla marina que contiene, a una profundidad de 30 a
60 metros, capas de arena y grava acuífera. En 1918, la extracción de agua
empezó a exceder el aporte natural y los niveles piezométricos aserto:
Como en 1956, el habí,
en algunos lugares hasta 2,40 metros (Poland, 1958).
Se dan también localidades con un subsuelo constituido por arcillas
que han Por ejemplo,
el descenso de los niveles de agua debajo de la ciudad de Houston, en una
magnitud del orden de los 75 m entre 1905 y 1951, fue acompañado de un
580 ASENTAMIENTOS DEBIDOS A CAUSAS NO COMUNES
(6)
dl Zi mieiaiogóa +
$ e
ha Z, Arcilla |
E Arena
Pa Y, PV
OH AY be
Fig. 59.2. Diagramas que muestran la causa que produce el asentamiento de
una superficie de arcilla cuando se bombea agua del estrato inferior de arena
acuífera,
"UY HZ
Posición original de la napa
ADT ETIRZITITATÍA
Filtrantes
Fig. 59.3. Sección trasversal simplificada de mna excavación practicada para
las esclusas Vreeswijk, en Holanda, donde se muestra la posición de la napa depri-
mida durante la excavación por medio de pozos filtrantes (la escala vertical está
muy exagerada). (Según W. H. Brinkhorst.)
Lecturas seleccionadas
Wilson, G, y H. Grace (1942), “The settlementof London due to underdrainage of the
]. Inst. Civil Engrs,, Lose 19 - PR. o
Zeevaert, L,ER Te pressure measurements pg to of surface
suísidenos in Mexico City”, Pro. $d Int. Con (Soil Mesh, Zurich,
2 ppPp. 299-304.
Lockwood, M. G. (1954), “Ground subsides in Houston area”, Civ. Eng, 24, N? 6,
48-50.
Folaad Y, E, (1958), “Land subsidenos a to ground-water development”, ASCE J. 1rr.
and Drainage Dio., 84, Paper,1:
han tenido utilidad. Por ello, el proyecto cuidadoso de máquinas para redu-
cir las fuerzas no balanceadas es de importancia capital en este aspecto.
No existen procedimientos de aplicación general para reducir la influen-
cia que puedan ejercer las vibraciones que llegan al subsuelo de una estruc-
tura desde una fuente externa. Un método consiste en rodear la estructura
con una zanjaprofunda.
Las paredes de la zanja deben, de preferencia, no ser entibadas, y si el
espacio disponible es tan limitado que la zanja debe hacerse con paredes
verticales apuntaladas entre sí, los puntales deben proyectarse de modo que
no trasmitan las vibraciones de una a otra pared de la zanja. Las observa-
ciones efectuadas hasta el presente indican que las zanjas de protección
tienen máxima eficacia cuando la frecuencia de las vibraciones es alta.
Lecturas seleccionadas
Crandell F. J. (1949), “Ground vibration due to blasting and its effect upon structures
J. Boston Soc. Civil Engrs, 36, pp. 245-268. Reprinted in Contributions to soil me-
je > Boal Engrs., 1953, pp. 206-229,
Gnaedinger, J. P. (1961), “Grouting to prevent vibration of machinery foundations”,
so OE: Bol Mesh 37 a po Les ducido al
Barl 1962), bases and foundatione. Traducido al ruso por L. Dra-
shevska, New York, McGraw-Hill, 434 pp. e
Capítulo 11
PRESAS Y FUNDACIONES DE LAS PRESAS
plomo, de manera que si por esta razón la distancia fijada entre dos pilotes
adyacentes aumenta más allá de unos 30 cm. los pilotes pueden quedar
separados dejando una abertura.
La exitosa construcción de una cortina de cualquier tipo, excluida la
zanja rellena de arcilla, en un lugar determinado, no es indicación de que
este mismo tipo no va a ser casi inefectivo en otro lugar por razones que
están más allá del control del proyectista, como la idoneidad del técnico
asignado al trabajo por el contratista. La literatura ingenieril contiene des-
cripciones de una gran cantidad de cortinas impermeables de todos tipos,
pero muy pocas de ellas incluyen una información adecuada respecto a
los valores de E obtenidos. En realidad es muy poco probable que las
determinaciones de E que resulten desfavorables lleguen a ser publicadas.
Por ello el lector puede obtener la impresión errónea de que la mayoría
de las cortinas fueron exitosas y que las fallas de las cuales puede haber
oído fueron causadas únicamente por una supervisión inadecuada.
Las cortinas inyectadas se obtienen llenando, dentro de la zona corres-
pondiente, los vacíos de los sedimentos con cemento, arcilla, productos
químicos o una combinación de estos materiales. Hasta aproximadamente
1925, la sustancia inyectada consistía casi invariablemente en cemento puro,
Pero, el cemento puro no penetra los vacíos de un material granular, a
menos que su tamaño efectivo Dio exceda de los 0,5 mm si el material está
suelto, o de 1,4 mm si está denso, condiciones éstas que raramente se satis-
facen. Por ello, a pesar de que algunas pocas cortinas así construidas fue-
ron exitosas y muy publicitadas, la mayoría resultaron defectuosas y su
comportamiento mantenido, dentro de lo posible, en forma confidencial.
En 1925, Joosten patentó un procedimiento para solidificar e impermeabi-
lizar por inyecciones sucesivas de soluciones de silicato de sodio y cloruro
de calcio. El procedimiento se usa todavía, aun cuando su costo es común-
mente prohibitivo para grandes cortinas. Siguió un período de experimen-
tación, realizado principalmente en Francia, que culminó con la práctica de
inyectar mezclas de cemento y arcilla en proporciones variadas con la
adición. caca. de productos químicos que actúan usualmente como
fl se han al
como el AM-9 pe se polimeriza en los vacíos y los obtura, soluciones éstas
que son todas muy onerosas”*. Un aspecto esencial de todos los procedi-
mientos es la inyección sucesiva, comúnmente desde una misma perforación,
de las zonas progresivamente más finas del depósito. Como no puede
hacerse penetrar la inyección dentro de los materiales más finos mientras
existen disponibles zonas más permeables, se tratan primero los materiales
gruesos, usualmente utilizando mezclas más gruesas y menos costosas y
luego se cubren las partes más finas con fluidos menos viscosos.
'ara impermeabilizar
un pequeño volumen de arena fina situado debajo ¡de una
za]pata desu mo de al dl ts ron e femign sul cn 1 que de Mo
Hondo sobre el o Dulce en A sgentiza un gel dano formado
metaestable. Véase Moretto “Contribución de la da cl dd al a e
las obras hidráulicas”, Rev. Planea N? 209, Bs. As,, 1968. (N. de T.)
ART. 6] PRESAS DE TIERRA 591
Fig. 61.1. (a) Sección trasversal y (b) vista desde agua abajo de la presa Stock=
ton Creek, en California. Rotura por sifonaje causada por el asentamiento diferencial
en correspondencia con una ladera empinada (según Sherard, 1953).
Lecturas seleccionadas
tratados Egnerales qme siguen contienen mucha información relativa a los de-
talles $ proyecto y la construí
U. S. Bureau of Reclamation Limo) e of el
smallEa ashineo Ad 725 págs.
U. S. Bureau
of Reclamation (1963), Washington, D. C.,783 págs.
Sherard, Woodward, Gizienski y Clevenger (1963), “Earth and earthrock dams”, Nueva
York, John o asand Sons, 725 pá;
“Además, los Anales de los Congresos sobre Grandes Diquesconienen una gran va
aa de artículos de mucho valor. Se realizaron en Estocol ¿ Wo D. C.,
1936, Estocolmo, 1948; Nueva Delhi, 1951; París, 1955; Nueva pea 1958, Roma, 1961,
Edimburgo, 1964.>
Un estudio útil de los métodos de inyección encarado desde el punto de vista
histórico fue presentado por Glossop, R. (1960): “The invention and development ol
inection processes”, Parte 1: 1802-1850, Geotechnique, 10, N* 3, págs. 91-100; Parte 2:
1950-1960, Geotechnique, 11, N* 4, págs, 255-279.
Altura 100m
Pantalla de hormigón
espesor Q30.09m s2iearaorrojedo Piedras bolos
Piedro colocado compactas
espesor 45 m
En <
10.
(
7 Longitud de lo cresta 3858m
Asentomiento en pies
torio. Algunos proyectistas establecen que los bloques más grandes deben
ser arrojados en el talud agua abajo y que las cargas que contienen muchos
finos pueden depositarse cerca de la parte central del terraplén donde deben
ser desparramadas y compactadas. Cualquiera sea el caso, el grado de homo-
geneidad estructural de las escolleras arrojadas depende mucho menos de
las especificaciones que de la forma en que la roca rompe en la cantera
y de la idoneidad de los inspectores de obra.
El grado de homogeneidad estructural de la escollera arrojada depende
marcadamente de la altura de cada una de las tongadas. El desplazamiento
de los trozos de roca a lo largo del talud desde una gran altura va asociado
inevitablemente con una cierta cantidad de segregación, con el resultado
de que en cada tongada el tamaño medio de partículas aumenta con la
distancia vertical desde la parte superior de la tongada. Más aún, las
grandes partículas que llegan a la parte inferior de los taludes han estado
sujetas a una mayor cantidad de rotura de aristas durante su depósito que
aquellas que alcanzan su reposo cerca de la parte superior, circunstancia
ésta que probablemente reduce la compresión diferida de las capas infe-
riores, En la parte superior de cada tongada, el desplazamiento del equipo
de trasporte aplasta muchas de las partículas más grandes y produce una
capa superior con una permeabilidad y una compresibilidad baja. Por ello
siempre se especifica que esta capa superior sea abierta antes de iniciar
la próxima tongada. Resulta evidente que las características de deformación
de cada tongada cambian de una manera desconocida en la dirección ver-
tical y que los límites horizontales entre las mismas son planos de discon-
tinuidad asociados con estados de tensión anormales para la cubierta o
membrana que cubre el talud agua arriba. Estas tensiones no pueden
evaluarse y por ello las opiniones relativas a las alturas más deseables para
las tongadas están divididas (Terzaghi, 1960; Steele y Cooke, 1960). En la
actualidad, en las escolleras arrojadas se colocan comúnmente tongadas con
una altura que varía entre unos 10 y 40 m.
Todos los proyectistas de diques de escollera están de acuerdo en que
la escollera arrojada debe ser generalmente mojada con chorros de agua
a medida que se coloca. Existe empero una amplia discrepancia de opiniones
respecto de las razones que conducen a los resultados beneficiosos y respecto
a la cantidad de agua que debe agregarse a la escollera (Terzaghi, 19604;
Steele y Cooke, 1960). De acuerdo con la práctica actual, el volumen de
agua a utilizar varía entre 2 y 7 veces el volumen de la escollera. No hay
una evidencia tangible que indique que se gana algo aumentando dicha
relación de volumen por encima de 2. Por otro lado, las consecuencias de
arrojar en seco pueden, en condiciones excepcionales, resultar catastróficas.
Esto fue demostrado por el comportamiento del dique Cogswell en Califor-
nia del Sur, una presa en escollera de unos 85 m de altura con una mem-
brana delgada de hormigón. La escollera se construyó arrojando en seco
tongadas con una altura de 7,50 m. Consistía en granito sano y contenía
bloques que pesaban hasta 7 t. No obstante, la resistencia media a la
compresión simple de 212 muestras de granito solo alcanzó a unos 465
602 PRESAS Y FUNDACIONES DE LAS PRESAS
kg/cm, valor que para el granito es muy bajo (Bauman, 1960). Cuando
el dique se había completado el 80 %, una fuerte lluvia causó un asenta-
miento de unos 25 m en su cresta. El subsiguiente mojado a través de
de infiltración aumentó el asentamiento en una magnitud variable
entre 2,40 y 3,60 m.
Cualesquiera sean las ificaci. ilizadas para i y colo-
car los materiales de escollera, las características de compresibilidad de la
escollera arrojada dependen en gran medida de factores que están más allá
del conocimiento y el control del proyectista. No obstante, la precaución
de atenerse a especificaciones derivadas de la experiencia reduce la impor-
tancia de la diferencia entre la escollera real y aquella que el proyectista
esperaba obtener. Por ello, las especificaciones cumplen un propósito útil,
a pesar de que no pueden ser aplicadas rígidamente y de que, en particular,
durante el proyecto no se pueden en realidad valorar los beneficios que se
derivarán ajustándose a las mismas. No obstante, la experiencia ha demos-
trado que en algunos casos desviarse de una manera conspicua de sus exi-
gencias ha tenido efectos detrimentales.
Agua arriba
Lecturas seleccionadas
En fusio de 1958, » American Society of Civil Engineers realizó un simposio sobre
las presas de escollera. Los artículos se planearon para presentar datos respecto al
yecto, construcción y comportamiento e los diques de "escollera más altos del mundo.
Junto con sus discusiones fueron recopilados en “Transactions”, ASCE, a, Parte 2,
1960. Este volumen es una fuente invalorable de información en todos los aspectos del
tema.
Más lesés penes] se encuentran en los siguientes artículos:
Baumana, PoE Es elos strucion el San Cabriel Dam N>" Y Tranenciions
8
Fucik, E “M. y R Y. brete (1960), “Ambuklao rockfill dam, design and construc-
¡Irensocions 4 , 125, Parte 1, págs. 1207-1227.
Sherara, Wi 'oodward, aa y Clevenger (1963), Earth and earthrock dams, Nueva
York, John Wiley and Sos, 725 págs.
608 PRESAS Y FUNDACIONES DE LAS PRESAS
Erosión subterránea
La destrucción de los diques producida por sifonaje es por lo común
tan completa que raramente se puede reconstruir el orden de sucesión de
los fenómenos ocurridos. Pero la erosión subterránea se puede también
producir achicando una ión en forma idada desde idi
o por fenómenos naturales, como ser la afloración de masas de agua subte-
rránea como consecuencia de la erosión de las barrancas de un río. En estos
casos, quedan generalmente rastros de la forma en que se producen los
fenómenos, rastros que pueden luego estudiarse y que constituyen en la
actualidad las fuentes principales del conocimiento existente respecto de las
características de la erosión subterránea. Lo que sigue es un resumen de
las observaciones efectuadas a este respecto.
La figura 63.2 representa una sección trasversal de un manto ligera-
mente inclinado de grava que descansa sobre un potente estrato de arena
muy fina, uniforme y suelta. En A se practicó una excavación para las
fundaciones de una nueva máquina y, a pesar de que la excavación estaba
rodeada de tablestacas que llegaban hasta una profundidad mucho mayor
que la cota de fundación, la bomba descargaba una mezcla de agua y
arena. La cantidad de arena extraída fue muy superior al volumen de la
excavación. Antes de que con la excavación se llegara a la cota de funda-
ción, el edificio se derrumbó y al mismo tiempo se produjo en B, a 90 metros
de A, una depresión de 90 centímetros de profundidad y 6 metros de diá-
metro. Entre A y B, la superficie del terreno permaneció intacta. La depre-
sión solo puede explicarse imaginando el trasporte de suelo a lo largo
de un conducto subterráneo relativamente angosto. Seguramente dicho
conducto estaba situado inmediatamente debajo del manto de grava, pues
como era ligeramente cementada, ésta podía formar el techo del túnel
horadado sin derrumbarse.
En la zona del río Rin, durante 13 años se bombeó agua de un pozo
practicado en arena, cuyo fondo estaba entre 4,80 y 6,00 metros por debajo
del nivel original de la napa freática. Durante este período, en tres de los
(a) o (b)
Gnliguos movimientos
Arcilla allerada,
Fig. 63.3. Diagrama que muestra la forma como se produjo un gran hundimiento
originado por la erosión subterránea; (a) estado de hundimiento incipiente; (b), (e)
y (d) hundimientos, después de 24 horas, dos meses y un año, respectivamente.
Fig. 63.5. Diagrama que indica los valores que se utilizan para calcular la
longitud de la línea de recorrido.
Tabla 63.1
cionan las cargas hidráulicas más pequeñas para las cuales se ha producido
alguna vez sifonaje. Por tanto, la gran dispersión de valores de C,, respecto
del término medio estadístico supone que, como regla general, el coeficiente
de seguridad de diques proyectados con la fórmula 63.2 y la tabla 63.1
es muy grande. El coeficiente de seguridad de algunos de los diques debe
ser coincidenci
una excesivo; el de otros puedede varias
dinaria resultarci apenas admisible,
las desfi de blesmodopodría
que
hasta llegar a producir su rotura.
Impermeable Impermeable
Fig. 63.6. Redes de filtración que muestran las concentraciones de líneas de
corriente que originaron la rotura por slfonaje de dos diques: (6) dique Hauser
e, Mont.; (b) dique del río Elwha, Wash.
ART. 63 PRESAS DE HORMIGÓN SOBRE SEDIMENTOS 617
Fig. 63.7. Corte trasversal de la usina hidroeléctrica del dique Svir III (Rusia).
dique que descansa sobre un depósito potente de arcilla estratificada. La usina
forma parte integrante del muro de embalse. (Según H. Graftio, 1936.)
una parte integral del dique, el deslizamiento fue resistido por la cohesión
sobre toda la longitud de los 75 metros. El coeficiente de seguridad aumen-
tó en forma continua, debido a la consolidación de la arcilla bajo el peso
conjunto del dique y del agua situada encima de la platea, pues, para
hacer el peso del agua efectivo, se drenó la parte inferior de la misma.
posible tolerar una unión rígida entre el cuerpo del dique y las plateas
del mismo.
Los cálculos preliminares de asentamientos indicaron también que, al
llenarse el embalse, la usina se inclinaría aguas arriba en aproximadamente
1”. Como las turbinas debían instalarse antes de llenar el embalse, y la
inclinación calculada era muy superior al valor considerado como admisible
por los proyectistas de las mismas, se decidió instalarlas con sus ejes incli-
s, de modo que se tornaran verticales cuando se llenase el embalse.
Para obtener un valor más exacto de la inclinación, los resultados de los
ensayos preliminares del subsuelo fueron utilizados para calcular, para dife-
rentes estados de la construcción, el desplazamiento de muchos puntos
situados en o debajo de la superficie del terreno. A medida que progresaba
la construcción se medía el desplazamiento. Se descubrió que los despla-
ientos reales, en forma consistente, eran iguales a 0,35 veces los despla-
zamientos calculados; así que los ejes de las turbinas fueron dispuestos con
una inclinación agua abajo de 0,35% y, cuando se llenó el embalse, se
tornaron prácticamente verticales.
La mayoría de las presas de embalse de tipo rígido están situadas
sobre depósitos aluviales de gran espesor con una estratificación relativa-
mente regular. Por ello, se satisfacen comúnmente los requisitos previos
para una predicción acertada del asentamiento.
sm
Fig. 63.8. Corte trasversal del dique Svir III, de Rusia, que descansa sobre
mn potente depósito de arcilla. La estabili al desli; to se aumentó insta-
lando una platea cargada en la parte agua arriba, (Según H. Graftio, 1936.)
620 PRESAS Y FUNDACIONES DE LAS PRESAS
los más altos valores compatibles con los resultados de ensayos de bombeo
suplementados con los registros de las perforaciones.
Si la roca madre está situada a una profundidad moderada, se usan
con frecuencia cortinas masivas de hormigón llevadas hasta la misma. Si,
por el contrario, la profundidad de la roca madre es demasiado grande
para permitir la instalación de una cortina que llegue hasta la roca, las
alternativas principales son las cortinas inyectadas o las soleras impermeables
dispuestas agua arriba (artículo 61).
Lecturas seleccionadas
Terzagh K. (19290), «Effect of minor geologir details ou the, safety ol dams”, Am. Inst.
Met: Eng. publicación técnica, NO 215, págs. 91-44.
Lane, EW. (1998),security from under-seepage-masonry dams on earth foundations”,
Trans. ASCE, 100, págs. 1285-1351.
íntimo con la obra hasta que el embalse haya sido llenado por primera vez.
El proyectista debe asegurarse también de que se mantenga un registro
continuo de todos los detalles significativos del proyecto y de la construc-
ción que no fueron previstos en los planos y especificaciones originales.
Agotamiento de excavaciones
Superficies de contacto
Después de haberlo limpiado, el fondo de la excavación realizada para
instalar la presa puede resultar desparejo. Para unir adecuadamente la
presa con la fundación se exige al contratista que coloque y compacte el
material de contacto en capas delgadas. Pero no puede hacerlo sobre una
superficie despareja utilizando el equipo normal, de modo que se ve tentado
a llenar las depresiones con material inadecuadamente compactado. Por
ello, es importante que tenga instrucciones especiales de parte del pro-
yectista sobre la forma en que debe proceder, y que, además, sea inspec-
cionado cuidadosamente y sin interrupción hasta que se haya obtenido un
área de trabajo suficientemente grande como para que opere sin dificultad
el equipo de compactación. Es necesario también que el proyectista provea
instrucciones especiales para la compactación del material del terraplén
en la adyacencia de aquellos taludes que quedan muy desparejos, instruc-
ciones que solo pueden concretarse en forma específica después que éstos
se han limpiado y han sido examinados por el proyectista.
Materiales de construcción
El proyecto de una presa de tierra presupone que cada parte de la
misma será razonablemente homogénea. Las desviaciones más dañinas en
cuanto a homogeneidad están constituidas por la presencia de capas are-
nosas que atraviesan las partes impermeables o de capas limosas que cruzan
aquellas permeables. Para evitar estos inconvenientes se requiere una tarea
622 PRESAS Y FUNDACIONES
DE LAS PRESAS
Lecturas seleccionadas
Bjerrum, L. 1960, “Some notes on Terzaghi's method of worl Del líbro From theory
to practice in soil mechanics, Nueva York, John Wiley de Sons, págs. 22-95.
Terzaghi, K. (19600), “Report on the pa storage dam south of Lower Stillwate: lake
+ On the Cheakamus river, B.C.”, Del libro From theory to practice in soil mechanics,
Nueva York, John Wiley 2 Sons, págs. 395-408. Reproduce un informe de trabajo
ejemplificando una cuidadosa supervisión de obra con esencial cuidado en los detalles.
Capítulo 12
OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
Introducción
Las observaciones que se realizan en el terreno sirven en general
dos propósitos. En primera instancia permiten la eliminación, durante el
período de la construcción, de los defectos de proyecto resultante de los
inevitables claros en el conocimiento de las condiciones del subsuelo exis-
tentes en el momento que se preparan los planos de obra. En segunda
instancia, proveen información durante y después de la construcción res-
pecto a los efectos que las operaciones de construcción originan en el sub-
suelo y a las correspondientes acciones que los cambios producidos en el
subsuelo ejercen sobre la estructura, De acuerdo con sus funciones específi-
cas, las observaciones realizadas en el terreno se pueden clasificar y descri-
bir en cinco categorías.
Observaciones que sirven para detectar signos de peligro inminente
Conclusión
La práctica de hacer observaciones en el terreno ha aumentado última-
mente en forma rápida, tanto entre las organizaciones públicas como entre
los contratistas, con efectos muy beneficiosos para el proyecto y la cons-
trucción. En el estado actual de la técnica, un programa adecuado de
observaciones del terreno reduce generalmente el riesgo de accidentes por
sorpresa a una pequeña fracción del riesgo que se tenía antiguamente.
Este hecho no dejará de tener una influencia decisiva en las actuaciones
legales que surgiesen como consecuencia de accidentes producidos durante
la construcción de túneles, excavaciones a cielo abierto, presas y fundaciones.
Desde el punto de vista técnico, las observaciones en el terreno se
pueden dividir en cuatro grupos principales: medición de desplazamientos,
de la presión del agua contenida en los poros, de la carga que soportan
puntales y otros métodos de acodalamiento, y medición del empuje unitario
o de la presión que ejercen las tierras por medio de células de presión.
Para preparar un programa satisfactorio para cualquier tipo de obser-
vación, el proyectista debe tener una clara concepción del propósito que
persigue y además ser capaz de predecir y anticipar los resultados de una
manera más o menos general. Caso contrario, es probable que indique
observaciones en puntos donde no se necesitan y no las especifique en otros
donde la información resulta esencial, de modo que los registros contendrán
una duplicación innecesaria, a la vez que lagunas en la información.
La instalación de puntos de referencia y pozos de observación puede
ser hecha por cualquier ingeniero o contratista competente sobre la base
de especificaciones detalladas, y su lectura es una cuestión de rutina.
La medición de las cargas que soportan los puntales requiere capacidad
para adaptar los procedimientos generales a las condiciones locales, razón
por la cual tal tipo de mediciones debe ser hecha por un ingeniero bien
entrenado en ensayos a escala natural.
La instalación de dispositivos para medir la presión del agua contenida
en los poros de arcilla y la de células de' presión para medir el empuje
unitario requiere un conocimiehto íntimo de todos los factores que pueden
llegar a influir sobre el funcionamiento de los dispositivos de medición.
Un descuido simple o un pequeño defecto en la instalación puede arruinar
todo el trabajo. Por ello, la instalación de tal tipo de dispositivos no se
puede manejar como una cuestión de rutina. Requiere la supervisión con-
tinua y cuidadosa de un ingeniero competente con un conocimiento profundo
ART. 66 MEDICIÓN DE DESPLAZAMIENTOS 629
Observación de asentamientos
- — El propósito de las' observaciones de asentamiento es el de proveer
inf respecto a su itud, velocidad y distribución. El asenta-
miento de la base de una estructura y de puntos adecuadamente seleccio-
mados situados por debajo de la cota a que apoya dicha base sirven al
630 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
Caño de referencia
en superficie
Véstago central:
(o)
Cuchilla
Fig. 66.2. (a) Diagrama esquemático de un nivel de agua; (b) detalle de los tubos
de vidrio y del tornillo mierométrico uti'izados para medir; (c) punto de observación;
(d) detalle de la tapa de protección utilizada antes de empotrar el caño en su lugar
(según Terzaghi, 1938b).
ART. 66 MEDICIÓN DE DESPLAZAMIENTOS 633
Coño guía.
exterior
Anclajes metólicos
Flexibles
Superficie del
Taper. terrapién
Trozos de (,5m
|_coño I/4*roscodo
| o tope
Superficie del
Pesiono terreno original
AA
Placo de ocero de
60 x 60cm o mayor
Fig. 66.4. Asentímetro de placa para determinar el asentamiento de la base de
un terraplén,
636 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
( Nivel de medición
po Cinta
de acero
greduede
p
h
[|_Lamiso (O) Sesezo giratoria
Brozo en cruz Il
NE
y Coña común 114"
(a) (6)
Fig. 66.5. Dispositivo desarrollado por el U.S. Bureau of Reclamation ps
asentamientos dentro de un dique. (a) Disposición de los brazos en cruz; (|
para medir (según U.S.B.R., 1963).
Célula premoldeodo ns
culocado enelterraplén — Salida deoire=a y Miómetro
SS = NA jr Caño
de desborde
a a opt
Fig. 66.6. Nivel de agua para medir el asentamiento de un punto en el interior de
una presa (según Mallet y Pacquant, 1951).
638 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
Ob ión de 5 hori: de
Este grupo de mediciones comprende la observación del desplazamiento
de la cresta de muros de sostenimiento o ataguías y de la inclinación de tal
tipo de estructuras.
La medición de los desplazamientos horizontales a lo largo de una
línea, como la cresta de una ataguía, requiere el uso de un buen teodolito
con una sólida fundación para apoyarlo mientras se realizan las observa-
ciones y, al menos, dos puntos fijos a los cuales se pueda dar fe como
referencia del registro que se realiza. De preferencia, el teodolito debe
instalarse de tal manera que las lecturas se puedan realizar sosteniendo
horizontalmente una regla graduada contra los puntos de medición. Con el
uso de este procedimiento es posible hacer lecturas con una precisión de
alrededor de 2 mm. Al seleccionar la posición de la fundación sólida para
soportar el teodolito, debe tenerse en cuenta la probable magnitud del
desplazamiento anticipado.
Los desplazamientos horizontales de los muros de sostenimiento pueden
medirse por medio de un teodolito en la forma en que se describió en el
párrafo anterior. Se pueden, empero, obtener mediciones más exactas con
.menos esfuerzo mediante la ayuda de barras horizontales dispuestas como
lo muestra la figura 66.7. Uno de los extremos de cada barra se ancla
en una parte estacionaria del terreno a una distancia considerable del muro
de sostenimiento. La parte media de la barra se coloca dentro de un caño c
y el extremo exterior en un caño d embebido en el muro a observar.
Se mide la distancia entre el extremo frontal del caño que sirve como
punto de referencia y el extremo libre de la barra. Si se requiere una gran
exactitud, la regla que se usa para medir la distancia puede equiparse con
un vernier.
Si los desplazamientos se deben totalmente a un movimiento de incli-
nación pueden observarse utilizando uma plomada, ya que los desplaza-
ART. 66 MEDICIÓN DE DESPLAZAMIENTOS 6%
Perforación lleno
de lodo arcilloso
coloreado
Placa metálica
de medición con oletos
Corte A-A
Péndulo
Punto de contacto
Resistencia o
Lobino de precisión
Comisa de plástico
o deoluminio
construído con ronuras
Fig. 66.10. Diagrama esquemático del inclinómetro Wilson. (a) Vi del instru-
mento; (b) sección transversal mostrando el instrumento dentro de l: ranuras de la
camisa (según Wilson y Hancock, 1960).
642 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
Movimiento
en cm
025 5 750
Profundidad por debajo del borde
superior de lo camisa, m
(6)
66.11. (a) Sección transversal de un deslizamiento en Hawaii mostrando la
posición de la camisa del inclinómetro; (b) resultado de una serie de observaciones
que muestran que la zona del movimiento se concentra a una profundidad de 8 m.
(a)
Fig. 67.1. Células para medir la presión, (a) Célula Goldbeck; (b) célula Carlson;
(c) célula Waterways Experiment Station; (d) adaptación de la célula a cuerda vi-
brante para medir la presión contra la cara de un tablestacado.
(6)
Espacio lleno de
plonchos de corcho
Sy Placa
Ie deocero
S
(e)
dog
¿e
J20cm 2, | i50cm_ 1120, !S00m 1 18 60
"Fig. 67.2. Instalación usada para medir la presión de contacto en la base del túnel
del subterráneo de (a) Media sección transversal por el intradós mostrando
las losas de medición; (5) sección transversal de detalle de una losa; (c) planta con
Ja disposición de las losas (según Terzaghi, 19430).
ART. 67 MEDICIÓN DE EMPUJES DE TIERRA 649
SS Sy<
IDA
Plancho demeto!
D2 Chopo de meto!
X Llenado y colafoteado
NV ontes de hormigonar
SS
Entre cada losa y la solera se colocaron tres células Carlson, por medio
de las cuales se puede determinar la carga que soporta la cara de contacto.
En general, esta instalación operó de una manera exitosa y, con modi-
ficaciones, es dable esperar que los principios utilizados conduzcan a resul-
tados fehacientes bajo otras condiciones. De preferencia, las losas de medi-
ción, como las que se indican en la figura 67.2a, deben ser premoldeadas
o bien vaciadas en el lugar con la mayor antelación posible a su solicitación
por la presión de la tierra. En caso contrario, la deformación del hormigón
fresco de las losas puede llegar a causar uma disminución en la presión
indicada, similar a la que se origina por deformación de las caras de con-
tacto en las viejas células hidráulicas. Después de endurecidas, las losas
deben ser prácticamente rígidas. Las losas de la instalación de Chicago
no eran suficientemente rígidas, razón por la cual las células simples no
llegaron a soportar una carga proporcional a la que solicitó a las células
dobles combinadas. Parece probable que cuatro células por losa, en lugar
de tres, hubiesen dado resultados más satisfactorios.
Las células Carlson, cuando se utilizan para medir reacciones en la
manera descripta, constituyen una de las diversas variedades de células de
carga. Otra variedad que hace uso de extensómetros de alambre vibrante
se describe a continuación al tratar de la medición de las cargas sobre los
puntales en excavaciones a cielo abierto.
La figura 67.3 sugiere un método para instalar losas similares para
medir la presión que ejerce la tierra contra una pared vertical, Cuando se
construye la pared se dejan recesos verticales para colocar la losa y las célu-
650 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
Caja de protección
Fig. 67.5. Dispositivo para medir la carga sobre puntales por medio
de gatos hidráulicos.
019
Abrazoderos de 3"x Ya”
[ey
í! ¿a 30 ala anch o es
+ ¡pora alojar gatos Angulo e apoyo
Fig. 67.6. (a) Relación entre la carga que soportan los gatos y la srparavión entre
y carrera; (5) y (d) métodos para proveer Ja reucción para los gatos en el
con carga pequeña; (c) zapato para puntad de madera; (e) cartel
ara Puntal de aceros (/) método paca medir Ta scparación Cacgún Peck, 1941).
654 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
Placa para sostener puntal Solido cable
A Gage post
Y) Célula dle cargo puntal
Zak 6)
A er
isco soldado o la Placo deapoyo Caño
placa deopoyo soldada al puntal Bitesdneiro
(a) É cuerda vibronte
lc)
Fig. 67.7. (a) Cátala de carga del tipo a cuerda vibrante admptada para medir
la cargo sol un puntal; [CA y (c) secciones transversales de la célula de carga
según Bjerram, et al., 1965).
Arena
Bolitas de Bentonita de $ ¡cm
con ennsistencio ote masilla
tompoctodo encojosde5 00m
Tubo plástico $,% l2mm Capo 7po dede ¡on de guijajj
9:=/5mm sin jontos Arena soturado arrojada
en lo perforación llena de agua
Cormsa dimín. =2"-7res metra Sello de bentonita s
como arribo
sin zapofoni cuplo extremo Capa de lem degujjo
Camisoa lid
levontodo po poro Arena fíttro soturada arrojada
2 lo perforación llena deagua
Topón-manguito
de Neoprene o goma
Arena soturada que rodeo
bo lporco de asi el tubo poroso
e
A” Arena filtro saturado arrojada
pata 06 Mariano gora. . en a perforación llena deoguo
Lo camisa se hinco primero
basto aquí
Fig. 68.1. Piezómetro abierto tipo Casagrande (según A. Casagrande, 1949).
Tubo plástico
Bint 6mm; Bext 10m
NN SS
OCRA
ZII
Vástago centrol
con agujeros
5d jaZE2Z2ZZ YA VAZAZA
SS OYZZAZA
Punta cónica
Fig. 68.2. Piezómetro abierto tipo Geonor (según Bjerrum et al., 1965).
662 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
los tubos plásticos tienen el menor diámetro con el cual es aún posible
realizar un sondeo fehaciente. En suelos blandos el piezómetro puede intro-
ducirse por empuje en toda su longitud. En los suelos más resistentes, en
cambio, hay que practicar una perforación hasta una cierta profundidad
y luego introducir el piezómetro por empuje por debajo de la misma en la
longitud necesaria para asegurar un buen sellado del piezómetro y las barras
de sondeo.
Tubos plósticos
$=5mm
/ubo de
eplástico
Y,
de YA Ñ Y, 2. Piedra poroso
LDL
Ze y
VE
Punta de bronce
10)
Fig. 68.3. Piezómetros hidráulicos cerrados, (a) Punta plástica para terraplenes
tipo USBR (según USBR, 1963); (b) punta tipo Bishop (según Bishop et al., 1960).
Pieszómetros eléctricos
En principio es dable construir un piezómetro con un retardo hidros-
tático extremadamente pequeño, recurriendo a una cámara estanca separada
de la punta porosa por un diafragma cuya deformación se mide con un
extensómetro de lectura remota a través de un circuito eléctrico. El com-
portamiento a largo plazo de la mayoría de estos dispositivos no ha sido
satisfactorio, principalmente debido a la inestabilidad elástica y a la defor-
mación plástica lenta de los extensómetros eléctricos, o de los cementantes
utilizados para pegarlos a los diafragmas, y a la eventual entrada de agua
en la cámara estanca. Estas y otras dificultades son similares a las tratadas
en el artículo 67 al estudiar las células de presión.
Hasta ahora, el mejor registro de comportamiento lo proveen los piezó-
metros que contienen extensómetros de alambre o cuerda vibrante (artículo
67). La fig. 68.4 muestra el piezómetro Maihak, provisto de una cuerda vi-
brante (Brooker y Lindberg, 1965). Para la mayoría de las instalaciones, la
piedra porosa ha estado formada de metal poroso, saturado con un aceite ani-
mal apropiado, Dado que el valor de la presión característica de paso de aire
de estas puntas es más bien bajo, del orden de 0,1 kg/cm”, es probable que
en las instalaciones realizadas en suelos no saturados se haya medido más
bien la presión del aire que la del agua contenida en los poros, en particular
si la diferencia entre la presión del aire y la del agua era en el lugar mayor
de unos décimos de kilo por centímetro cuadrado. La medición de presiones
de poros positivas ha sido satisfactoria.
El remplazo de la punta de metal poroso por otra saturada de agua
con un alto valor de la presión de paso de aire debiera permitir la medición
de presiones de poro negativas en instalaciones a corto plazo. Sin embargo,
como es dable esperar que el aire salga de solución y se acumule en la parte
inferior de la punta porosa, y como no hay medios disponibles para eliminar
ART. 68 MEDICIÓN DE LA PRESIÓN DE POROS 665
Coble eléctrico
Magneto eléctrico
Alambre vibronte
Piezómetros neumáticos
En los piezómetros eléctricos, la presión de poros actúa sobre un dia-
fragma que se deforma, deformación ésta que sirve de elemento de medi-
ción. En los piezómetros neumáticos, el diafragma se somete por arriba a
una presión de aire que balancea la presión de poros. La sensibilidad del
instrumento depende de la magnitud de la deformación del diafragma nece-
saria para balancear la presión de aire. Se construyen de dos tipos.
En ambos tipos, dos tubos de aire conducen a una cámara situada
666 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
107
107%
Cuesiciente ate permenbitidod en em/seg.
Ss
añ en los puntos J]
AAA AAA AA A A)
001 ol 10 10 100 1
Tiempo para una respuesta del 90% -días
Fig. 68.5, Retardo aproximado do los diferentes tipos de piezómetros (según
Hvorstev, 1951; Penman, 1961; Brooker y Lindberg, 1965, y otros).
668 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
Lecturas seleccionadas
En el Earth Manual (1963), 1* edición, reimpresión serisada: Denver, págs. 620-
672, se proporcionan instrucciones detalladas para la instalación y pa 1 dos, pieó-
metros tipo USBR. También se describen y proveen instrucciones para instalar plezánetros
aleros del po Cuapanda senón medibcicicoss para sa uno introducidas or el 0.5
Bureau of Reclamation, dando detalles de una sonda eléctrica adecuada para este tipo de
plezómetoa
1 el Apéndice del artículo de A. Casagrande (1949), titulado “Soil mechanics in
the desen construcion of the Logan aisport”,J. Boston Soc: Civil Engra, 96, N' 2.
págs. 192-221, reimprimido en Contributions soil mechanica, 1941-1953, Boston Soc. Civil
Entes» pp. 188-205. se dea piezómetro Casagrande y se proporciona el procedimien-
to, paso por paso, para su instalación.
En la publicación P jar and suction in sol, 1 Londres, Butterworths,1991,
se encuentran varios artículos referentes a las presiones
de su medición. Est
volumen contiene los als e un congreso organizado bajo la misa denominación q
la SS británica de la Sociedad Internacional de Mecánica de Suelos y Fundaciones
en 1960.
Introducción
Los capítulos precedentes han demostrado el papel vital que las obser-
vaciones de obra y del terreno tienen en la ingeniería de suelos y funda-
ciones. No se puede, empero, obtener un beneficio total de tales observa-
ciones a menos que los registros que contienen la información se mantengan
de una manera cuidadosa e inteligente. Con frecuencia, se han ignorado
mediciones que eran avisos de desastres inminentes debido a que fueron
registrados en los libros de obra o en tablas complicadas, o no fueron llevadas
a la atención de un ingeniero en posición de apreciar su significado. En
muchos casos, información potencialmente valiosa hubo de descartarse como
inútil debido a unas pocas omisiones que escaparon a la atención de los obser-
vadores en el momento en que se efectuaban los registros. Muchos registros
son inútiles debido a que los datos están tan pobremente presentados que
resulta demasiado oneroso gastar el tiempo necesario para organizarlos e
interpretarlo,
Para ser útiles los registros deben llevarse de tal manera que cualquier
ingeniero pueda obtener los datos sin más consulta y sin posibilidad de equi-
vocarse. Los apartados que siguen resumen los requerimientos mínimos que
deben cumplir las observaciones de obra y del terreno.
ART. 69 REGISTRO DE LA OBRA Y DEL TERRENO 669
Manómetros SS
y, EllTm
tae,
Aren:
7 na Y:
A, ”
ad Punto de observación a
e dores
e/ punto a
Nivel piezométrico en m
¿PE Manómetros
y
17
Y
Tiempo en díos
Fig. 69.1. (a) Sección transversal de nna ataguía apoyada en arcilla que descansa
sobre arena; (b) niveles piezométricos correspondientes al nivel del agua en la arena
(según Fitz Hugh et al., 1947).
(6)
SN |
110 98765.
Tiempo en días
Asentamiento
em
Carga
Fig. 69.3. (a) Relación entre asentamiento, carga y tiempo para un punto de una
tea de fundación; (b) relación entre asentamiento y carga para el mismo punto.
$Ss 3 T 7 T T
z 2h A
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Tiempo
en días
(a)
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S
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2 volcado 7
3
a 7
Falo
3
X gol 1 1 L
0 7 2
Presión unitaria kg/cm?
(6)
Fig. 69.4. Relación entre asentamiento, carga y tiempo para un punto de la base
de un elevador de granos cimentado sobre un depósito de arci'la blanda; (b) rela-
ción entre presión unitaria media y asentamiento de la estructura en el centro de
gravedad de la superficie cargada.
674 OBSERVACIONES DE COMPORTAMIENTO
90
Niveles en pie -Nivel de o- Manómetro O-Pozo de observación
morco máxima medio =100
Fig. 69.5. Curvas de igual nivel piezométrico para el estrato de arena situado
debajo de los diques de carena de fig. 69.1 (a).
carga para reconsolidarla. Por ello, el asentamiento bajo las pequeñas cargas
iniciales fue relativamente pequeño y reflejó solamente las variaciones loca-
les del estrato de apoyo, hecho que explica el carácter errático del diagrama
de la izquierda de la figura 69.2a. Con el incremento de la carga, el asen-
tamiento adicional se debió a una ligera compresión del suelo situado inme-
diatamente debajo de la capa ablandada por la excavación.
La depresión regular (fig. 69.2c) representativa del asentamiento bajo
la carga máxima indica, en cambio, que el estrato compresible es, término
medio, bastante homogéneo. La forma de la curva carga-asentamiento (fig.
69.3b) demuestra, por otro lado, que la capacidad de carga a rotura del
subsuelo excede de manera sustancial a la máxima carga aplicada, pues, en
caso contrario, dicha curva sería cóncava hacia abajo.
En la figura 69.4 se muestran curvas similares a las de la figura 69.3
para un punto de observación situado en la base de un gran elevador de
granos, obtenidas durante el período en que el elevador fue llenado por
primera vez. De nuevo, tanto la curva tiempo-carga como tiempo-asenta-
miento (fig. 69.4a) indican solamente que el asentamiento aumenta. La
confrontación del asentamiento con la carga (fig. 69.4b) muestra, en
cambio, en forma clara el peligro inminente de una rotura. En la realidad,
la estructura se inclinó y resultó totalmente destruida. El accidente no fue
previsto y sobrevino sorpresivamente debido a que la curva indicada en
último término no fue dibujada sino después de la catástrofe. Si el dibujo
se hubiera hecho a medida que se cargaba, la aproximación del desastre
hubiese resultado evidente y se hubiese podido limitar la carga a un valor
menor que la capacidad máxima hasta que la resistencia del subsuelo se
tornara adecuada por consolidación de la arcilla que lo constituye.
La figura 69.5 es una representación gráfica de los resultados de medi-
ciones de presiones hidrostáticas realizadas por debajo del borde inferior
del estrato de arcilla que constituye el fondo de los diques de carena que
ART. 69 REGISTRO DE LA OBRA Y DEL TERRENO 675
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Biot, M. A., 181, 678 681
Bishop, A. W. 105, 122, 121, 244, Cattin, P., 591, 698
863, 665, Cedergren, H. 'R,, 169, 681
Berman, Es 18, 107, Y 197, 261, Es. Certió Z, 810,
425, 435, 484, 498, 840, 847, Ss Chan, O. K, 197,
FS = e e 679, 682, 685, 8: Ghells, R. E! á y, 594, 550, 681
Bleifuss, D. J., L. S, 110,
Bligh, 1 W. G., 09 co ro N. W. B,, Sa, 631
Blight, G. E., 127, 678 Cerengen, W. A., 446, 501, 595, 607,
Bogdanovic, L., 514, 679
Boitano, J. D., 697
Boiten, K. G., 688 od NA 25, 802
700 ÍNDICE DE AUTORES
Collins, J. J., 580, a, comas: O., 316, rn
Colman. R. B,, 564,6 A. 645,
Gir í. Q, “407, e 521, 543, 681,
Guti E.
E. E a 683
d. b02,
., 201, 681 291, 618, lo, 684
Cummings, A. E., 226, 229, 529, 681 a H, 181,
rim, R. E. 18,
684
27, 36, 684
, Da
Jurgensen, E 271, 688 Magne, C., 682
Mallet, C., 637, 687
M,, 466,
Miller e / 369, 412, 413, 688
C., 470, 471, 688
MY M., 168, 688
Legget.
R. F., 333, 529, 687
Leogards, 6. o 360, 144, 687, 602,
Neill, C. R., 475, 689
Lap TM, 2), 52, 00, 02, 00 Newland, D. H., 432, 435, 689
Lier. Neat N. M., 105, 255, 267, 269, 271,
car, Y,, 644, 688
Lindberg, D. A., 664, 687, 679 NC 409, 571, 4 577, 655, 689
Lo, K. Y, 110, 687 Nixon, L K,,
Lockowood, Nolet, C. A., 536,ss,
Nonveiller, E., 244, 689
Nordlund, R. L., 527, 689
Northey, R. D., 17, 18, 693
Odenstad, S., a 679
Lumb, P., 181, 356, 689, Ohde, J, 198,68
Lundgren, H., 216, es, a 697 Osterberg, J. O, Los, 151, 271, 807, 689,
Lundgren, R., 691,
702 ÍNDICE DE AUTORES
A
Ablandamiento de arcillas, 121, 424
Eentreicción,suelocony elmuro,muro, 198,208 208
Angulo, de contacto, 182
profundidad activa,
puntos de obtención, €631, 634 Cc
secundario, 180
de la superficie del terreno adyacente a Caída de potencia, 159
una excavación a cdo abierto, Ey ina abierto, 556
torpedo param fricción lateral, 560
de zapatas, en srcilas cnticadas, 496 neumático,
en arena, Cálculo de la estabilidad, 182
en zonas adyacentes a excavaciones en Caliche,8
arcil illa, 569 California, 563, 564, 592,
Asentímetro, de brazos en cruz, 636, 637 Departamento de "Caminos, e
Cámara, presión en ensayo triaxial, 87
Cambridge, Mass., 630
Atterbaca, odess límite liquido, limite plás- Camden, N.N. J., 385
tico, límite de contracci Canadá, 36, 80, 421
Auscultación(es), 289, Al "315, 334, 340 Camisa, 137
dinámicas, 320 Canadá, 36, 80,
estática, métodos, 316 Canal, entre Bed ar Stettin, 134
métodos, dinámicos, 320 de filtración,
improvisados, 314 Cantos rodados, 1
secundaria,
Bugpacin El
daa, ea
Excavación(es), a cielo abierto, 389
empuje contra entibaciones, 256
apuntaladas profundas en arcillas, 399
asentamientos, 568
e icaciones, 600 bajo agua, pilares de fundación, 559,
colocación con chorros de agua, 601 566
presas, 598 entibación, 389
Escurrimiento, del agua debajo de los di- levantamiento del fondo,
ques, 619 método de la zanja o E 573
¡bterráneo, presa, observación asentamientos, 578
de pilares de fundación, 556
poco profundas, 389
profundas, 389, 391
:n arena, 394
oración geofísica, 291, 356
a slo,
ÍNDICE ALFABÉTICO 713
método, de resistividad eléctrica, 328 Franklin, Fals, dique,_940
sísmico, 3: Frecuencia, nature
Explosiones, asentamientos , 584
pólvora dentro de de aca de
arena, 41: colón lateral, 222
Explosivos, compactación, 444 cajones o cilindros, 560,
Extensómetros, 651 Pilar de fundación en ra, 564
Eyectores, sistema. well point, 382 sobre un pilote único, 525, 526
negativa, 541, 542, 543, 552
asentamiento, 543, 552
F con el paramento interno de un muro,
199
“actor, de capacidad de carga, 215 pilote, 224
aid, levantamiento del fon- entre suelo y muro, 198, 208
lo de una excavaci ángulo, 198
de profundidad (lodos),28 Fundaciones, asentamiento, 271,
de seguridad de las a ds to de ques sellado de fisuras a
de tiempo, 178 flexibles, reacción de la subrasante, 280
Fajas, fuerzas (taludes), 246 de muros de sostenimiento, 369
todo (taludes), 239 pilares,
Fenómeno capilar, 181 plateas, oe, 520
Ferrocarriles, daneses, 316 presas,
suecos, Prefundidad, 214
Filtración, 156 YÍsao, pci. e la subrasante, 279
lineal, e pilotes,5%
presión, 46, 59, 136, 148, 161, 399, 419 eslamients en 551
través de los diques en escollera, 605 flotantes, 522
velocidad, 47 fórmulas de eficiencia, 552
Filtro, 55, 1, 418, 579 pasos a seguir en el proyecto, 523
cargado,
gras de 56
invertido, 171, 592, 616 G
de mallas meláias, tamaño de las
aberturas, 137 Ganges, 618
requerimientos, 55 Gatos hidráplics para medir cargas so-
Fisuras, 23, 419 re puntales, 6:
en arcilla, 419, Geología, 828, 35%, 956
sae e 1d 145, 182, 229, Granos, plezómetro, $81, 086
Goldbeck, célula, 6
Gow, pilar de tundación 556
639 Gradiente, de presión, 47
plástica lenta, 426 bidránlico, 47
Fluido de perforación, 3 crítico,
Férmaolas de eficiencia ¿piote), 548, Grado, de aireación, 138
de consolidación, 83, 178
de hinca, 2: de saturación, 26, 1
cociente de seguridad, 533 Gráfico(s), para determinar el empuje
lanesa, 296 de tierras, 361
de Engineering News, 532 de influencia para presiones verticales,
de Janbu, 226, 227, 582
de pilotes, 532 de las plasticidades, 32
« San "modificado, 40
Fracción, coloidal, Grandes Lagos, 142
Granulometría, “clasificación basada en, 37
Granville, dique, 356
Gravas, 5, 48
de 'suel compactación, 487
Francfort, 419 Gravedad, drenaje, 138
714 ÍNDICE ALFABÉTICO
Greda, 8, 4: Inclinación, medida, 639
Green Mountain, dique, 251 Inclinómetro, 641
Crietas, 287 Invasión de aire, drenaje 137
de contracción, 145 Indice, de áreas, 801,
en diques, 25 , 503 e compreciblidad 70, 850
en el núcleo de presas en escollera, 603 de hinchamiento, o
presas, 587 de liquidez, 25, 32
zonas de transición en presas de escollera, de plasticidad, 31, 110, 121
602 Ingenieros del Ejército de Estados Unidos,
Grupo de pilotes, asentamiento, 546 627
capacidad de carga, 524, Inglaterra, 399, 405
Gunita, tratamiento del contacto del núcleo Intercambio, de bases, 13
de diques con la fundación, 606 de cationes,
H
92,
del contacto con el núcleo, diques, 605,
Hawaii, 642 de drenes, 621
Heladas, efecto nocivo, 148 de fundaciones de diques o presas, 621
Hidrómetro, 19 Quimica, 590,
Hielo, lentes, 148 sucesivas, 591
Hinca de pilotes, 413 Jones absorbidos, 18
Isócrona, 83, 173
Isotropía trasversal, 23
o
Observación(es), de asentamientos durante marinos costeros, 376
electroomadtias 147
de comportamiento, ensayos,5.
directa en obra, 618 con a Nidulica variable, 322
en obra, procedimiento, 200 in situ,
el terreno, cia, 669 de los estratos de areni
e de ar 372 del múcleo del dique MMud Mountain, 443
procesamiento de datos, 675 relación vertical a horizontal, 340
registro, 008 los sedimentos in; oetados, 590
Plezométricas, representación gráfica, 670, de suelos estratificados, 54
a de carga hidráulica, constante,
3
decreciente, 50, 53
Penetración, resistencia, 340
Peso, espetó absoluto de los elementos
saka, sólidos,2
Oslo, 127, 898, 399, 401, 405, 571, 577 propio,56, 514
ÍNDICE ALFABÉTICO 717
unitario,2' a de arcilla blanda, asentamiento,
del Suelo sumergido, 58
Piedmont, 356 ensayo decats, 530, 541, 551
Piedras, bochas,5 flotantes, 522
asentamiento de fundaciones sobre, 546
SO: abiertos, fórmulas, de eficiencia en fundaciones so-
Blalop a sistema iráico cerrado, 663 re, 548
de hinca, 5:
de fricción, 2 521, 522, 526, 528
a lateral, 525, 596
en arcilla, 528, 529
eléctricos,
Ceonor, 661, 666 en arena, 526, 536
negativa, 541, 542, 543
hidráulicos cerrados, 662
il fundación, 521, 546
neumáticos, 665 re arcilla blanda, asentamiento, 552
de hormigón, 549
retardo,
selección del tipo, 666 inclinados, 371
USBR de punta plástica, con discos poro- le madera, 549
repetición de la hinca, 545
m.
piedras porosas, 662 resistencia, a po en arcilla, 530
Pilares de fundación, 558, 563 a la hinca, 53í
apoyados en arena, presión admisible, 561 de punta, 2 522, 525, 530, 538
en arcilla, 566 Pisones,
asentamiento de fundaciones, 588, 589
capacidad de carga, 564, 566 Pitcher, sacatestigo, 308
en arenas, asentamiento, 562
ce pacidad de cares, 565 Plasticidad, 11
ase ensanchada, 564 Plateas, 509
Capacidad! de carga, 221 asentamiento, 514, 520
enterrados profundamente, 223 de fundaciones sobre, 512
estabilidad Kal fondo de la excavación, de fundación, asentamientos, 671
momentos, 516
sida, estabilidad del fondo, 558, :ctores, sobre, 520
566 naturales, 518, 521
excavación con aire comprimido, 559 pilares de fundación, 565.
método, de Chicago, 5 proyecto de fundaciones,
variación de la ofndidad” Me los só
per 5. es, 563, 566 tanos con la carga, 520
554 Polvo de roca, 5
plale(a), en arcilla, alteración causada por
la hinca, ja, 156
efecto del tiempo sobre la fricción late- presiones negativas, 119
r Porosidad, 24,
de arena, compacteción, 445 Port Alberni, Vancouver, B.
asentamiento, tcs sobre, 536, Port Allen Lock, 676
5 A caída, 159
de grupos de, 539
con bulbo, 550 Poza
capacidaddde carga, 221, 525 de “io, 592, 616,
a
carga, admisible, 594, 504, 551 asentamiento
ción de agua, 579
acido por la extrac-
le falla, 525 de drenaje, 187
de compactación, 522 con eyectores, 382
cónicos, 5: filtración o escurrimiento, 166
curvas carga-asentamiento, 534 filtrantes, 340, 378, 382, 388, 559
daño por exceso de hinca, 537 filtro, 137, 382, 622
distanciamiento, 524, 548, 548, 551 de fundación, 563
efecto de la hinca en arcillas, 529 de observación, 325,
elección del tipo, 549 predicción de la presión ón del agua, 955
718 ÍNDICE ALFABÉTICO
Pozos (Con qua vibrante, 647
rofundos, asenaje, 382, 388 efect
le sangría, 388
a
e “llenó, 46, 59, 136, 148, 159,
recarga,
caes muros de enrimicno 367
eos 601 inicial de consolidación,
88
análisis de tensiones, efectivas, 254 laterales
tol
tales, » 2
cortinas impermeables, 587
drenaje, 3% de por
de escollera, 396 iento, 258
asentamiento, 599
control del “escurrimiento, 805 B, 89
en diques, 251
con membrana, 59 medi ición, 65: 5
con núcleo impermeable, central, negativas, 119
59' edición, 664
inclinado, 597
de hormigón fundadas sobre sedimen- observación en diques de tierra, 592
de preconsolidación,
relativa de vapor, lalo
Salt Springs, 599 en la superficie de contacto entre za-
de tierra, 586 pata y suelo,
cortinas, im -meables, 587 variación con la profundidad, 268
heterogéneas, 586 verticales debajo de áreas cargadas,
rotura por sifonaje, 587
soleras impermeables, 587 Pe anta de la observación en obra,
tratamiento del contacto del núcleo
con la fundación y las laderas, 605, on de datos, 671
606 de observaciones de obras y del terro-
bes (es), admisibles, 626 no, 675
e
lateas, en arcilla, 514
arena, 513
Proctor, ensayo, modificado, 441
normal, 44]
de fundación en arena, 520 Profundidad, activa, SH
zapatas, en arcilla, 504 factor (taludes), 233
en acia saturada, 496 a ¿nndación, 214
are relación, 504
.
en limo 498,
less, 498, 500
504 Propiedades de los agregados de suelo,
ds
lel agua
o 501 dedos granos del suelo, 4
se,cción,de 358
los poros, indico, 3, 17, 328, 940, 350
Public Loads, Bureau
, diagrama de entibiación de Puente San “Francisco. Oskland, 561
Puerta de presión por rebombeo, control
de asentamientos, “581, 582
característica de paso de aire, 657 Punta cónica,
Puntales, 390
E etro,
células, 650 en excavaciones a cielo abierto, 390
a alambre o cuerda vibrante, 646 medición de cargas, 40, 407, 850
Carlson 646, Punto (s), Borros para medir asenta-
mientos, 68:
de cola
Coldbeck, 643, 646 fijos, 630, 631
de observación subterráneos, 633, 634,
de oesoldación, e
de contacto, 265, ana medir levantamientos, 640
le baña de sopas27
ir o na, medi.
debajo” e Ss cargadas, Q
producida por la add 180 Quebec, 415
ÍNDICE ALFABÉTICO 719
R máxima pico,
o drena de ]a area, 504
Radio de influencia, 168, 323 a, Penstación, 289, 354
ensayos de bombeo, 325
Radiolarios, 10 ala (pilote), 224, 525
Raíz de un deslizamiento, 410 resi lual, 120, 425
Randall, dique,
Rankine, ado, ato, 187 34
de equilibrio plástico, 185 Resistividad eléctrica, método de explo-
pasivo, ración Fer Ear >
paa da sE de tierras, 396, 401 Resonancia,
Rayos X, Retardo acosta. 656, 666, 667
Mexeción de la subrasante, 278 Retén, 301, 341
Recorrido, coeficiente, 613 Retención de, qna, capacidad, 138
compersado, 613
lnea, Movestimiento.. excavaciones a cielo
Red de ración, 156, 161, 252 abierto, movimientos, 4
construcción, 161 de hormigón, escolleras arrojadas, 607
Registro, de observaciones de obra y del Rhin, 610
terreno, Bios, 5, 49
de perforaciones, 296
Reglas empíricas, copia, 426
Relación de compresión, 350 deslizamientos, 426
espacio de aire, co entibiadas, 407
de preconsolidación, 120 los, neumáticos, 487, 438
de profundidad, 5Ó1 tas de cabra, 138, 443
de vacios, Vibrantes, “497
1 Roma, 5'
influencia. sobre. la permeabilidad, Rosengarten,
Rotura(s), por e base, 231, 236, 237, 414
petición de la hinca de * lots, 545 le excavaciones, 571
Resistencia, de adheren observación, 640
de la arcilla seca, 92 condiciones, E
a la compresión, 348 de diques, 355
simple, 30, 343, 504 progresiva, 105, 117, 415
al corte, x sifonaje, 608, 622, 616
ángulo, 10: simultán
de arcillas, extrasensitivas, 116
fisuradas, 120 Rusia, 500, 618, 619
fluidas, lea
petomsolidadas,
da 1 117, 7, 121 s
satura 342
consolidado mo drenado, ángulo pa- Sacamuestras, enterizo con zapatos inter-
Ya ar cambiables,
efecto de la velocidad de cargo; 195 de lámina enrollada,
de esquistos arcillosos pobremente de pared delgada, 301
sados, partido, 296, 298, 299
in situ, a pistón, 303,
tir de desciende, Sacatestigos, 294
Bishop, 312
de rellenos mo saturados, 192 con cintas o láminas desenrollables,
de suelos, cohesivos, 110 306
cohesivos no saturados, 122 Denison, 309
no cohesivos, enterizo con zapatos intercambiables,
dinámica 224 300
a ficción a pilote único, a pistón, 308, 305
Pitcher,
ta 104 sueco de lámina enrollada, 807
720 ÍNDICE ALFABÉTICO
.cudimiento, ensayo, Stockton Creek, dique, 594
Sar Springs, presa,e presa, 594
Sander,dra
fó de hinca, 225 St. Thuribe, Queber, 417
Submuraciones, 626
Sa Call, dique N* 1, 607 Subpresiones, 156
Subrasante, reacción, a
obten): de Chi
unto de referencia pa e eran
miento:
jucción, altura de elevación en tubo, 136
e "414, 415
Saskatoon, Canadá, Suelo! de
121-
Sasumua, dique, 676 agregados, 22
aclio sobre amasados, compresibilidad, 63
el loess, 414
grado, característicos de drenaje, 53
Sección cada clasificació;
(filtración), 164
Sedimentos eólicos, 330 cohesivos, altura crítica de un corte ver-
Segregación, de las capas de filtro cal,
Eras $de. nión e digas compactación, 438
de escolll deslizamientos, 280
Sellado de lan iraestras, 302 emp, activo, 194
Sensibilidad, 17, 30, 80, 96, 111, 117, ) 196, 2
322, 346, 416 vestencia, al corte, 110
de arcillas, 18 a fricción en pilotes, 581
in situ, determinación, 322 compuestos, 42,
Serre Poncon, dique, 591 exploración, 2
Shanghai, 532 estatifcados. pormenbilidad, 54
Shrosphire, 485 humedad,
Siemens, sistema de drenaje, 378 citas 135, 143
Sifonaje, 169, 587, 592, 605, identificación, 44
neta causado por, 578 lamina
capilar,1 no cohesivo, empuje activo, 191
cinto de seguridad contra, 613 orgánicos, 5, 38, 40
por el fondo de una excavación reves- perfil,
tida, 579 errático, 329
presiones admisibles, 626
de relleno en muros de sostenimiento
Sistema, abierto [ecsnelamienao), 149
cerrado elamiento), residuales, 4, 333, 426
escalonado well point, ciao excavaciones entibadas, 407
Siemens (drenaje),
unificado de alcacón de suelos, 39 unil e, 10
Sobrecarga, Sumtdecos, 376, 877, 383, 387, 508, 578,
empuje por, 1%
máxima, 505 suoerfici, de contacto,
norm: mento, pea) 244, 253
Sobreexcavación, 558, 5' observa:
Sobrepresión e adi. 47, 159 Svir III, a de
Socavación, 561,
Tablestacado, 391
Mecánica de Suelos
en la Ingeniería Práctica