Actividad Conmemoracion Victimas Del Conflicto Armado

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

INSTITUCIÓN EDUCATIVA CONCHA MEDINA DE SILVA

MUZO - BOYACÁ
PROYECTO DE DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS
DOCENTES: ALEJANDRA SEPÚLVEDA - YORESTIVEN ZAMBRANO

ASUNTO: Actividad de conmemoración del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con


las Víctimas del Conflicto.
PARA: Directivo y Docentes Institución Educativa Concha Medina de Silva sede central y
demás sedes.
DE: Docentes Proyecto de Democracia y Derechos Humanos

Cordial saludo,

Teniendo en cuenta la circular 021 de 12 de febrero de 2018, la Secretaría de educación de


Boyacá hace la invitación a las instituciones educativas del departamento de Boyacá para
que lleven a cabo actividades encaminadas a la conmemoración del Día Nacional de la
Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto. Adicional a esto, en el comunicado del
20 de marzo del presente año, desde la entidad mencionada, se menciona el tipo de
actividades que se pueden realizar para esta actividad, las fechas y el recordatorio del envío
de las evidencias de la realización de las mismas en los tiempos estipulados.

Teniendo en cuenta lo anterior, desde el Proyecto de Democracia y Derechos Humanos se


proponen actividades que busquen la reflexión en torno a los niños que han sido víctimas
del conflicto armado en Colombia a realizar el próximo jueves 11 de abril del 2024. Esta
actividad se hará en dirección de grado con cada uno de los docentes directores de grupo.

Recursos: televisor, internet, papel periódico o papel craft, hojas blancas, colores,
marcadores, temperas.

ACTIVIDAD PARA PRIMARIA (GRADOS PRE-ESCOLAR A SEGUNDO)

1) Realizar la lectura del cuento “Eloisa y los bichos” a los estudiantes, proyectando con el
recurso TIC con el que ustedes cuenten (televisor, proyector, etc) para que los niños puedan
ver gráficamente lo que el cuento va relatando.

2) Luego de realizada la lectura, proyectar el vídeo “ ¿Qué es el conflicto armado?”


disponible en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=kQJt9PJhuuM

3) Explicar de manera breve y detallada qué es un conflicto armado y la importancia de que


los niños vivan en paz.

4) Teniendo en cuenta el anexo 2, compartir este material con los estudiantes para que lo
desarrollen.
ACTIVIDAD PRIMARIA (GRADOS TERCERO A QUINTO) SEDE CENTRAL Y DEMÁS
SEDES

1) Realizar la lectura del cuento “Eloisa y los bichos” a los estudiantes, proyectando con el
recurso TIC con el que ustedes cuenten (televisor, proyector, etc) para que los niños puedan
ver gráficamente lo que el cuento va relatando.

2) Luego de realizada la lectura, proyectar el vídeo “ ¿Qué es el conflicto armado?”


disponible en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=kQJt9PJhuuM

3) Trivia virtual sobre el cuento de “Eloisa y los bichos” disponible en el siguiente link:
https://wordwall.net/es/resource/3905527/eloisa-y-los-bichos

4) En una hoja blanca y con ayuda de colores, realizar un dibujo de Eloisa siendo feliz con
su papá.

ACTIVIDAD PARA ESTUDIANTES DE BACHILLERATO

1) Lectura relato de un niño sobre el conflicto armado en Colombia “La historia de la última
gelatina”. Anexo 1. - Indispensable que cada uno de los estudiantes lean un fragmento
de la historia en voz alta, para que ellos al leer, sientan lo que la persona relata y
quiere transmitir, el dolor de la guerra.

2) Realización de un mural donde se envíe un mensaje a los niños víctimas del conflicto
armado en Colombia.

Importante: Tomar fotos durante cada uno de los puntos desarrollados en cada uno de los
niveles escolares y enviarlos al whatsapp de la profesora Alejandra Sepulveda o el Profesor
Yorestiven el mismo día de la actividad, pues hay que redactar un informe que se debe
enviar a la Secretaría de Educación de Boyacá.

Agradecemos la colaboración de ustedes para el desarrollo de esta actividad.

Gracias.
ANEXO 1

LA HISTORIA DE LA ÚLTIMA GELATINA

Soy campesina catatumbera. Nací el 17 de febrero de 2003 en un corregimiento que queda


a dos horas por vía destapada desde el casco urbano del municipio de Teorama. Soy la
menor de cuatro hijos: dos hombres, otra mujer y yo. Mis materias favoritas son el español y
las ciencias naturales, y las comidas que más me gustan son la rampuchada y la arepa de
maíz con queso que prepara mi mamá para el desayuno.

Ella dice que yo tengo mano para las plantas: las que siembro siempre dan frutos grandotes
y flores muy bonitas. Cuando tenía como cinco años sembramos plantas de flores en el
solar de la casa y todavía me acuerdo lo divertido que fue. Metía las manos en la tierra, veía
cómo se retorcían las lombrices y hasta me encontré con una colonia de caracolitos.

Me siento muy conectada con la naturaleza. Pero cómo no estarlo, me pregunto, si solo
falta abrir la ventana o salir a la puerta de la calle para ver tanto color, tantos árboles, el río
Catatumbo que recorre todo nuestro pueblo.

Por eso me entristece ver cómo desaparece el tupido de las montañas, ver cómo se
oscurece el río cuando vuelan el tubo y cómo al trueno cada vez se le hace más pequeña
su casa.

Hoy en día somos muy unidos en mi familia. Aunque ninguno de mis hermanos vive en la
casa con mi mamá y conmigo, siempre nos visitan. El otro día Ricardo, mi hermano mayor,
contó una historia mientras almorzábamos. Dijo que cuando estaba en segundo de primaria
mi papá los llevaba a él y a Jairo, mi otro hermano, a la escuela. Cuando pasaban por
enfrente de la tiendita de doña Carmen, mi papá les compraba pan y, a veces, unos tarritos
de gelatina que venían de muchos colores y sabían delicioso. Mi hermano dijo que eso era
como un secreto entre los tres, una forma que tenía mi papá de consentirlos.

Ricardo también contó que Jairo siempre iba jugando en el camino de la casa a la escuela.
Una vez, de esas tantas, Jairo se cayó y, como había llovido mucho, se llenó de barro y se
ensució todo el uniforme. Mi papá lo ayudó a levantar y soltó la risa. Jairo apenas se intentó
limpiar el barro y dizque había dicho que “el cielo se ve más bonito cuando uno camina
hacia atrás”. Todos soltamos la risa en la mesa, y a Jairo le dio un poco de pena.

Qué hermosas estas historias, pensé yo. Deseé tener más recuerdos de mi papá, tener
historias como esas para contárselas a mis amigas; pero yo crecí sin padre, pero no porque
él o yo lo quisiéramos así: fue la violencia la que nos separó. Aunque yo tenía un año y no
estaba con mi papá cuando nos dejó para siempre, he oído varias veces la historia y casi
puedo reconstruir las cosas como pasaron... las lágrimas de mi nona, de mi mamá, la forma
en que Ricardo cuenta lo que le tocó vivir.

Me da risa acordarme que, cuando estaba más pequeña y me portaba juiciosa en la


escuela, escuchaba que las amigas de mi mamá decían: “Claro, ella no se acuerda de nada
de lo del papá, ella no sabe nada, a ella no le afectó”. Pero ellas no se imaginan cuánto lo
recuerdo y cómo siento su ausencia, especialmente en Navidad, cuando se hacen las
novenas. Ya más grandecita, cuando quería salir a jugar, y a veces llegaba sin hacer las
tareas al colegio, empezaron a decir que yo me portaba mal y, otra vez, escuché que
hablaban de mi papá. Recuerdo oír a mi mamá que le decía a mi madrina: “Ella se porta mal
por la falta del papá, es que eso me la afectó mucho”. Hablaban bajito, pero yo escuchaba
todo.

Ahora entiendo que los adultos creen que cuando uno es niño no entiende, no se da cuenta
de lo que pasa y que no le afecta. Hoy en día está muy claro, por lo menos en mi familia,
que la muerte de mi papá nos afecta muchísimo a todos, incluida yo, que apenas alcancé a
jugar con él.

Era miércoles y mi papá venía de regreso desde Ocaña para El Aserrío con mi hermano
Ricardo, que para entonces tenía 8 años. Antes de subir al bus de línea, Ricardo empezó a
pedirle a mi papá que le comprara una gelatina, de las mismas que él le regalaba de camino
a la escuela, “una de sabor a fresa, papá, por fa, por fa”. Mi papá estaba muy embolatado y
le pidió que se esperara, pero Ricardo pida y pida la gelatina.

Cuando ya se acomodaron los pasajeros en el bus, entre los cuales venían vecinos suyos,
mi papá cogió a mi hermano de la mano y se fueron a una tienda a comprar la famosa
gelatina, y ahí a mí papá se le ocurrió comprar para todos en la casa, incluida yo. La mujer
que los atendió echó las cinco gelatinas de distintos sabores en una bolsita de plástico
transparente y Ricardo dice que eso parecía un arcoíris: se veían muchos colores por donde
uno mirara, y él se entretuvo dándole vueltas a la bolsa y enrollándosela en el brazo, hasta
que se quedó dormido.

A medio camino, cuando ya el bus cogió la carretera destapada, el conductor tuvo que parar
en uno de los famosos retenes de los paramilitares de Juancho Prada. Un hombre
encapuchado se subió al bus y les dijo a todos que se bajaran, incluido Ricardo. Él se
despertó, tuvo miedo, pero se sujetó fuerte de la mano de mi papá y se sintió protegido. A
los hombres les dijeron que se hicieran atrás del bus, y Ricardo no se quiso soltar del brazo
de mi papá. Entonces les pidieron la cédula y empezaron a preguntar que qué traían en las
maletas y en las cajas y costales que habían guardado en el baúl, que si ellos eran gente de
la región, de Teorama o de San Calixto, y que qué habían ido a hacer a Ocaña. Dice mi
hermano que los tipos se reían, hablaban con muchas groserías y empujaban a la gente.
También recuerda muy bien que, a una señora embarazada, los paracos la tumbaron en un
potrero y ella empezó a decir que le dolía la barriga, pero nadie podía hacer absolutamente
nada para ayudarla.

Entonces les ordenaron a los hombres que hicieran una fila. Ricardo no se soltó de mi papá
por más que él le pidiera que se quitara de ahí y que fuera a esconderse al monte. Los
paracos se reían de Ricardo. Le decían cosas como que ya estaba grandecito para andar
entre las enaguas del papá, que parecía maricón. La cosa empezó a ponerse peor porque
la mamá de uno de los hombres empezó a llorar y a decir que no, que ellos no debían nada,
que los dejaran ir. Los paracos le pegaron y le dieron un tiro, ahí, delante de todos. El pitido
del tiro se le metió en los oídos a Ricardo. Silencio

“¡Guillermo Quintero! ¡Ah, con que escondiéndose este perro! De rodillas, las manos en la
nuca”, le gritaron en un momento los paracos a mi papá. Su nombre aparecía en una lista, y
entonces Ricardo se llenó de pavor. Cuando él nos cuenta la historia se queda callado en
este momento. Pobrecito mi hermano... yo a veces quisiera que él no siguiera hablando,
siento que le duele mucho, pero él respira y sigue...

Ricardo sintió que el tiempo se congelaba. Ricardo se orinó en sus pantalones por el miedo
que le entró al ver que uno de los paracos alistaba su fusil. Miró a mi papá y se dio cuenta
de que en ese momento ambos tenían la misma estatura, que eran iguales. Ricardo
escuchó varios tiros, tiros que llegaron hasta muy adentro del cuerpo de mi papá. Cierra los
ojos y siente de cerca cada una de las detonaciones. Le retumba el pecho, se le mueven las
tripas. Escucha risas. Papá cae al suelo, pero Ricardo sigue ahí, aferrado a su lado. Se mira
su brazo derecho y ve la bolsita plástica llena de gelatinas de colores que se había
enrollado, el arcoíris que lleva pegado a él.

Mi mamá siempre cuenta que era tanto el dolor que sentía, que lo único que la animó a
continuar era vernos a nosotros, sus hijos, y el hecho de tenerme a mí en brazos: “Los hijos
míos son la fuerza mía”, todavía la escucho que dice.

Mi hermanito a veces se queda callado, como ido, como muy pensativo, y yo sé que es por
lo que le tocó vivir. Cuando lo veo así yo me voy al lado de él y me le monto a tuche , lo
hago reír, le cuento algún chiste bien bueno para que se distraiga y recuerde que aquí, en
su casa, siempre lo vamos a querer.

Desde que me acuerdo, Ricardo me regala una gelatina en mi cumpleaños. Es como si


sintiera que debe terminar de hacerme el regalo que mi papá me iba a hacer aquel día
terrible de su muerte. Al principio no entendía muy bien por qué lo hacía, pero ahora
comprendo que es para enviarme un mensaje: la memoria de mi papá sigue
acompañándonos, él sigue estando en medio de nosotros.

Tomado de:
https://centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/catatumbo/descargas/historias-colores.p
df
ANEXO 2

También podría gustarte