Taller de Escritura - Microrrelatos 2024
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Antología de microrrelato:
El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
Amor 77
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se
visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
Julio Cortázar
Preocupación
– No se preocupe. Todo saldrá bien – dijo el Verdugo.
– Eso es lo que me preocupa – respondió el condenado a muerte.
Orlando Enrique Van Bredam
Felinos
Algo sucede entre el gato y yo. Estaba mirándolo desde mi sillón cuando se puso tenso, irguió
las orejas y clavó la vista en un punto muy preciso del ligustro. Yo me concentré en él, tanto
como él en lo que miraba. De pronto sentí su instinto, un torbellino que me arrasó. Saltamos los
dos a la ve. Ahora ha vuelto al mismo lugar de antes, se ha relajado y me echa una mirada lenta
como para controlar que todo está bien. Ovillado en mi sillón, aguardo expectante su veredicto.
Tengo la boca llena de plumas.
1
Colegio Nacional Arturo U Illia Profesoras: Álvarez - Carrizo – Pasetti – Rodríguez
Cinco minutos
Lía tiene amores de cinco minutos que comienzan con descubrir ese rostro en la masa anónima
de algún subterráneo o en un café. Le lleva dos minutos enteros enamorarse perdidamente de
esa mirada que no la ve. Durante el minuto de la locura se corporizan en su cabeza mil formas
de irrumpir en esa vida sin destrozarle la magia. La siguiente fracción de segundo, pasa ignota
mientras las ideas de conquistas se van desvaneciendo.
A Lía le rompen el corazón en el último minuto, abandonando un café, bajándose del
subterráneo, renunciando a la cola del banco, o simplemente con doblar la esquina.
Soledad Castro
Sola y su alma
Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los
otros seres humanos han muerto. Golpean a la puerta.
Thomas Bailey Aldrich
Sin título II
Vendo zapatos de bebé, sin uso.
Ernest Hemingway
La confesión
El gesto de la muerte
Un joven jardinero persa dice a su príncipe:
––¡Sálveme! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche,
por milagro, quisiera estar en Ispahan.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y
le pregunta:
––Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
––No fue un gesto de amenaza–– le responde ––sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos
de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.
Jean Cocteau
2
Colegio Nacional Arturo U Illia Profesoras: Álvarez - Carrizo – Pasetti – Rodríguez
Pequeños cuerpos
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y
enloqueció. Los pájaros no regresaron.
Triunfo Arciniegas
70
Con una mueca feroz, chorreando sangre y baba, el hombre lobo separa las mandíbulas y desnuda
los colmillos amarillos. Un curioso zumbido perfora el aire. El hombre lobo tiene miedo. El
dentista también.
Ana María Shua
76
Esto no es obra de un ser humano, dice el caballero de levita, contemplando las huellas profundas
y sangrientas que se hunden en la carne. Vamos, adulón, exagera usted, le digo yo
modestamente, con las garras metidas en los bolsillos.
3
Colegio Nacional Arturo U Illia Profesoras: Álvarez - Carrizo – Pasetti – Rodríguez
4
Colegio Nacional Arturo U Illia Profesoras: Álvarez - Carrizo – Pasetti – Rodríguez
Actividad/microrrelatos