El Consumismo y La Contaminación Del Agua
El Consumismo y La Contaminación Del Agua
El Consumismo y La Contaminación Del Agua
AGUA
El consumismo:
Según Naciones Unidas, en los próximos 20 años, habrá más personas de clase media en el
mundo. Es positivo para el crecimiento y la prosperidad individual pero la otra cara de la
moneda es que aumentará la demanda de recursos naturales, ya limitados. Si no actuamos
para cambiar nuestras modalidades de consumo y producción, vamos a causar daños
irreversibles al medio ambiente.
Consumir desmedidamente provoca que se sobre explote el suelo, el agua, el aire y otros
recursos, generando así el agotamiento de recursos naturales. Ciertos modelos de
producción no tienen en cuenta el cuidado del ambiente a la hora de reducir costos de
producción.
Contaminación del agua:
Desde grandes trozos de basura hasta sustancias químicas invisibles, una amplia gama de
contaminantes acaba en los lagos, ríos, arroyos, aguas subterráneas y, finalmente, en los
océanos de nuestro planeta. La contaminación del agua -junto con la sequía, la ineficacia y
el aumento de la población- ha contribuido a una crisis del agua dulce que amenaza las
fuentes de las que dependemos para el agua potable y otras necesidades fundamentales.
Son constantes los estudios científicos que alertan sobre la contaminación del agua en todo
el mundo. Desde restos plásticos hasta detectar la presencia de sustancias como "nicotina y
antidepresivos en aguas de la Antártida".
Las investigaciones han revelado que un contaminante en particular es más común en el
agua del grifo de lo que se pensaba: los PFAS, siglas de poli y perfluoroalquilos. Los PFAS
se utilizan para que los artículos de uso cotidiano se vuelvan resistentes a la humedad, al
calor y las manchas; algunas de estas sustancias químicas tienen una vida media tan larga
que se las conoce como "la sustancia química eterna".
"Más del 70% del agua tanto de superficie como subterránea se usa para la irrigación de
campos", aseguraba la Agencia Espacial Europea en 2023, al presentar un proyecto de
monitarización por satélite del uso del agua en el Viejo Continente. Salvaguardar el
suministro de agua es importante porque, aunque casi el 70 % del mundo está cubierto por
agua, solo el 2,5 % es dulce. Y solo el uno por ciento del agua dulce es fácilmente
accesible: gran parte de ella se halla atrapada en remotos glaciares y campos de nieve. "Los
humanos tiene cada vez mayor impacto en el equilibrio natural de la Tierra, incluido el
ciclo del agua.
Pero ni siquiera estas reservas están libres de amenazas. En 2023, un estudio del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) detectó la presencia de 59
microcontaminantes orgánicos de diversas familias químicas en el agua de 140 Áreas
Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA) en España, zonas
de especial protección identificadas por la ONG BirdLife International. "Los resultados
muestran que la actividad agrícola y las zonas densamente urbanizadas son las mayores
fuentes de contaminación.", aseguraba el CSIC en su nota de prensa.
Tampoco en los puntos más altos del planeta el agua está a salvo. Las cordilleras cubren
una cuarta parte de la superficie del planeta y los millones de personas que las llaman hogar
siempre han convivido con sus riesgos naturales. Pero ahora, el calentamiento global está
cambiando fundamentalmente su composición. Sus temperaturas han aumentado hasta un
50% más rápido que la media mundial, e incluso cuando hacen cumbre en el Himalaya, los
alpinistas abandonan ahora sus trajes de expedición por chaquetas más ligeras, un pequeño
consuelo en medio de los elevados peligros.
Los científicos que calculan los riesgos de las catástrofes naturales en las montañas, como
Perry Bartlet, del Instituto Federal de Investigación Forestal, de la Nieve y del Paisaje
(WSL) de Suiza, necesitaban actualizar sus modelos. "La escala de lo que calculamos ha
cambiado por completo: los sucesos son mucho mayores", afirma.
Causas de la contaminación del agua
La contaminación del agua puede proceder de diversas fuentes. Puede penetrar en el agua
directamente, a través de vertidos legales e ilegales de fábricas, por ejemplo, o de plantas de
tratamiento de aguas imperfectas. Los vertidos y las fugas de los oleoductos o las
operaciones de fracturación hidráulica (fracking) pueden degradar los suministros de agua.
El viento, las tormentas y el vertido de basura -especialmente de residuos plásticos-
también pueden enviar desechos a las vías fluviales.
Gracias en gran medida a décadas de regulación y acciones legales contra los grandes
contaminadores, la principal causa de los problemas de calidad del agua en EE. UU. es
ahora la "contaminación de fuentes no puntuales", cuando los contaminantes son
transportados a través del suelo por la lluvia o la nieve derretida. Esta escorrentía puede
contener fertilizantes, pesticidas y herbicidas procedentes de granjas y hogares; petróleo y
productos químicos tóxicos provenientes de carreteras e industrias; sedimentos; bacterias
originarias del ganado; residuos de animales domésticos y otros contaminantes. Este es un
problema que se repite en todo el mundo, siendo un buen ejemplo la contaminación del Mar
Menor en Murcia.
Por último, la contaminación del agua potable puede producirse a través de las propias
tuberías si el agua no se trata adecuadamente, como ocurrió en el caso de la contaminación
por plomo en Flint (Michigan; Estados Unidos) y otras ciudades. Otro contaminante del
agua potable, el arsénico, puede proceder de depósitos naturales, pero también de residuos
industriales.
¿CÓMO SE RELACIONAN?
El consumismo desenfrenado ha tenido un impacto significativo en la calidad del agua en
todo el mundo. A medida que la demanda de productos continúa creciendo, la producción y
el uso de sustancias químicas tóxicas también se han incrementado. Esto ha llevado a la
contaminación del agua, ya sea a través de la liberación directa de productos químicos o de
la utilización irresponsable de recursos naturales. En este ensayo, exploraremos las
diferentes maneras en que el consumismo está contribuyendo a la contaminación del agua y
cómo esto afecta no solo a los ecosistemas acuáticos, sino también a la salud humana.
La contaminación del agua es un problema global que sigue empeorando debido al
consumismo sin control. El acceso al agua potable es esencial para la vida humana, sin
embargo, el aumento masivo de la producción de bienes de consumo ha llevado a la
contaminación de fuentes de agua en todo el mundo. Desde productos químicos industriales
hasta plásticos desechables, el consumismo ha provocado una acumulación de desechos que
se filtran en nuestras fuentes de agua, dañando el ecosistema acuático y poniendo en peligro
la salud pública. En este ensayo, analizaremos cómo el consumismo está generando
problemas de contaminación del agua y qué medidas pueden tomar tanto los individuos
como las sociedades para contrarrestar este problema.
Por ejemplo, en grandes zonas de Asia, en Medio Oriente, África del Norte y América del
Norte y Central, se utiliza más agua subterránea de la que se puede reponer de forma
natural.Una de las principales causas de la contaminación del agua debido al consumismo
es la liberación directa de productos químicos tóxicos al medio ambiente. Las industrias
manufactureras suelen utilizar sustancias químicas peligrosas en sus procesos de
producción, y muchas veces estas son liberadas sin control en los cuerpos de agua cercanos.
Por ejemplo, los productos químicos utilizados en la producción de textiles, como los
colorantes, pueden filtrarse en los ríos y arroyos cercanos, causando la muerte de
organismos acuáticos y afectando negativamente la calidad del agua.
Otra forma en que el consumismo contribuye a la contaminación del agua es a través del
uso irracional de recursos naturales. La creciente demanda de bienes y productos ha llevado
a una sobreexplotación de recursos como el agua dulce. Como resultado, los acuíferos
subterráneos se están agotando rápidamente y los cuerpos de agua superficiales se están
contaminando con sustancias como pesticidas agrícolas y fertilizantes que se utilizan en
grandes cantidades para satisfacer las necesidades de producción.
Además de la liberación directa de productos químicos y la sobreexplotación de recursos, el
consumismo también contribuye a la contaminación del agua a través de la producción y el
desecho de plásticos desechables. Los envases de plástico utilizados para productos de
consumo, como botellas de agua y bolsas de plástico, representan una gran cantidad de
desechos que terminan en los océanos y ríos. Estos plásticos tardan siglos en degradarse y
liberan sustancias químicas tóxicas a medida que se descomponen, contaminando el agua y
dañando a los animales marinos.
El consumo responsable es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que adoptaron
los líderes mundiales y la ONU para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la
prosperidad para todos. Estos objetivos forman parte de la agenda de desarrollo sostenible.
Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse para el año 2030.
También debemos tener en cuenta que el agua es uno de los recursos de cuya existencia
depende directamente la vida de los seres vivos. En relación a ello, es necesario tener en
cuenta la importancia del cuidado de las fuentes para garantizar el óptimo estado y
condiciones, con la finalidad de prevenir cualquier tipo de enfermedad que pueda derivar de
ello.
Por su parte, Jacqueline McGlade, directora científica del PNUMA, dijo que la "cantidad
cada vez mayor de aguas residuales que se vierten en las aguas superficiales es muy
preocupante y subrayó la importancia de facilitar un ótimpo acceso y condiciones al acceso
al agua de calidad siendo esencial para la salud y el desarrollo humano.
Es evidente la importancia y necesidad del cuidado del medio que nos proporciona los
recursos que necesitamos, y la consecuente necesidad de mejora en cuanto a la gestión y
tratamiento de los recursos y residuos empleados tanto por personas como por
organizaciones y empresas.
Hemos de tener siempre presente que el desarrollo y promoción de entornos saludables
libres de contaminaciones y riesgos para la salud y seguridad humana y medioambiental
prevalece, puesto que el objetivo ha de ser siempre el empleo de recursos sin comprometer
la protección del medio o los recursos.
Consumir responsablemente es elegir productos y servicios por su impacto ambiental y
social, ya no solo por la calidad y precio, así como la conducta de las empresas y servicios
proveedores. Es preciso plantearnos las consecuencias tiene la elaboración del producto y
su adquisición en el momento previo a la compra. Fomentemos el consumo consciente y
evaluemos los efectos de nuestras acciones en el medio ambiente.
La sostenibilidad ya empieza a ser parte de nuestras vidas. Las tendencias mundiales están
afectando a la vida de las personas, los ecosistemas y biodiversidad, economías, ciudades,
empresas, gobiernos.
El 66% de los consumidores de todo el mundo aseguran que prefieren comprar productos y
servicios de empresas social y ambientalmente responsables.
Se estima que en el 2016 hubo 1321,4 mil millones de compradores digitales en el mundo.
Es casi el 18% de la población mundial.
9 de 10 consumidores aspiracionales cree que se necesita consumir menos para preservar el
medio ambiente para futuras generaciones.
En el Perú el 62% de la Población Económicamente Activa (PEA) prefiere trabajar en
empresas social y ambientalmente responsables.
Los millennials tienen claro el consumo responsable con prioridades ambientales y de
género.
El consumo excesivo de agua, la degradación de los recursos naturales y el impacto del
cambio climático amenazan con reducir el suministro de agua en algunas regiones del
mundo para el año 2050, especialmente en los países en desarrollo, advierte un estudio de
la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en
conjunto con el Consejo Mundial del Agua.
No obstante, esos organismos consideran que habrá suficiente de ese recurso para la
producción de alimentos para una población mundial estimada en 9.000 millones.
Otro aspecto del documento señala que para el 2050 la producción de alimentos necesitará
entre un 60% y 100% del agua para sus actividades en los países menos desarrollados.
El informe también indica que en la actualidad la escasez de agua afecta a más del 40% de
la población mundial, mientras que en 2050 esa proporción alcanzará los dos tercios. Los
mayores factores son el consumo excesivo de agua para la producción alimentaria y
agrícola.
El estudio llama a los gobiernos a diseñar políticas y atraer inversiones hacia el sector para
garantizar que la agricultura, la ganadería y la pesca se hagan de forma sostenible con
salvaguarda de los recursos hídricos.
La contaminación del agua tiene consecuencias graves tanto para los ecosistemas acuáticos
como para la salud humana. Los productos químicos tóxicos liberados en el agua pueden
afectar la vida acuática, causando la muerte de organismos y la degradación de los
ecosistemas naturales. Además, la contaminación del agua puede afectar directamente a los
seres humanos a través del consumo de agua contaminada, lo que puede provocar
enfermedades graves como infecciones gastrointestinales y daños en el hígado y los
riñones.
Para abordar el problema de la contaminación del agua causada por el consumismo, es
fundamental que tanto los individuos como las sociedades tomen medidas. A nivel
individual, podemos reducir nuestro propio consumo y optar por alternativas más
sostenibles, como el uso de productos reutilizables en lugar de los desechables. Además, es
importante que exijamos a las industrias y a los gobiernos que implementen regulaciones
más estrictas y adopten prácticas de producción más responsables. Esto incluye el fomento
de la utilización de tecnologías y procesos más seguros y limpios, así como el desarrollo de
sistemas adecuados de tratamiento de aguas residuales.