J.04. - Las Siete Iglesias
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J: El Apocalipsis
04.- Las siete iglesias
26/7/22
Es muy importante destacar que, pese a que el mensaje fue dado a través de Juan, y a que
este tenía autoridad apostólica sobre las iglesias, el mensaje no proviene de Juan sino de
Jesús.
También debemos recordar que el domicilio de Juan estaba fijado en Éfeso, ciudad que
bien podríamos llamar “Cuartel General de Juan”.
2. La unidad de siete
Las cartas a las siete iglesias son una unidad distinta de siete dentro del libro de Apocalip-
sis. Otras unidades de siete son los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas de la ira
de Dios. Debido a que el número siete denota plenitud divina, como un todo, las siete car-
tas forman una unidad que tienen un mensaje a la iglesia universal. Había más de siete
iglesias en Asia. Por ejemplo, Colosas, Troas y Herápolis que han sido omitidas. En el ca-
pítulo 1 a Juan se le ordena que escriba y envíe lo que escribió a estas siete iglesias.
mo malas. Las siete iglesias representan las diferentes imperfecciones que es posible en-
contrar en iglesias individuales en diferentes localidades y en diferentes tiempos. Las igle-
sias nos dan un modelo contra el cual podemos medir nuestra iglesia a fin de ver sus debi-
lidades y fortalezas. Nos da también su remedio para nuestras deficiencias.
4. El juicio preliminar
En esta sección preliminar Dios está juzgando a Su iglesia a fin de purificarla del pecado
que tiene adentro para que pueda soportar la persecución venidera y también para que no
sea condenada junto con el mundo.
1 Corintios 11:31-32
Si, pues, nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; pero siendo juzga-
dos, somos castigados por el Señor para que no seamos condenados con el mundo.
En Apocalipsis 18:4 hay una advertencia al pueblo de Dios para que salga de Babilonia y
así no compartir sus pecados y su juicio. Este juicio está descrito más tarde en las secciones
de las siete copas, el juicio de la prostituta y el día del juicio. A Pérgamo se le advierte so-
bre la enseñanza de Balaam referente a la idolatría y la inmoralidad y a Tiatira se le advier-
te sobre la falsa profetiza Jezabel que engaña a la iglesia hacia la idolatría y la inmoralidad.
Laodicea cree que es rica pero es en realidad pobre, pero encontramos que aquellos a quie-
nes el Señor ama, los reprende y disciplina. Aquí Dios advierte a la iglesia porque el mun-
do está infiltrándola, pero más tarde las siete trompetas son advertencias al mundo para que
se arrepienta de su idolatría y sus resultados, lo que incluye la inmoralidad sexual. La pros-
tituta Babilonia, que seduce a la gente del mundo, es destruida por el fuego.
Esmirna y Filadelfia están ambas afligidas por falsos judíos que las calumnian. Más tarde
encontramos los 144.000 que son sellados por Dios para protegerlos de las siete trompetas.
Estos son los verdaderos judíos, el Israel de Dios. A Esmirna se le advierte que se aproxi-
ma un período de prueba satánica y que deben ser fieles hasta la muerte, y en el capítulo 12
encontramos a satanás haciendo guerra contra los santos. En el capítulo 13 encontramos
que la bestia del mar hace guerra contra los santos y los vence. Encontramos que aquellos
que no quisieron adorar a la bestia son muertos y sin embargo en el capítulo 15 están aque-
llos que han sido victoriosos sobre la bestia, su imagen y su nombre.
1 Juan 4:21
El que ama a Dios, ame también a su hermano.
Uno de los rasgos del testimonio de la iglesia era que sus miembros se aman unos a otros.
Juan 13:34-35
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.
Los ángeles, a quienes van dirigidas las cartas, tienen una misión de mensajeros (eso es lo
que la palabra en griego y hebreo quiere decir), pues deben llevar este mensaje. En este
punto hay dos probables explicaciones:
a. Los ángeles son seres celestiales asignados a las iglesias.
b. Estos mensajeros son los líderes de las iglesias, son obispos, pastores o ancianos. Noso-
tros nos inclinamos más por esta explicación.
Algunos comentaristas han señalado que estas promesas al final de cada carta siguen un
orden histórico. El árbol de la vida se refiere atrás hacia el Edén; la segunda muerte, a la
caída; el maná escondido al maná del desierto; la piedra blanca, las piedras grabadas sobre
el hombro y la pechera del Sumo Sacerdote; la vara de hierro, a Moisés sosteniendo la vara
de Dios para derrotar a Amalec (Éxodo 17:8); la vestidura blanca, a la vestidura de los sa-
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cerdotes; el pilar en el templo, a los del templo de Salomón; y sentarse en el trono, al reino
de Salomón en gloria y paz.
Ellos destacan que hay tres aspectos bajo los cuales estas cartas pueden ser consideradas:
a. Como una descripción del Señor del estado de las siete iglesias de creyentes que exis-
tían entonces (preterista). Este aspecto es obvio. Estas iglesias fueron escogidas de to-
das las iglesias que existían entonces porque revelan los estados de cada iglesia en todas
las edades. El número siete, el número de la plenitud, lo sugiere.
b. Como un adelanto profético de la era cristiana que comenzó entonces y se ha visto con
el correr de la historia y que concluirá con la venida del Señor (historicista). Esta es una
creencia sostenida ampliamente, que estas siete iglesias, en el orden usado, prefiguran
un desarrollo progresivo a lo largo de la historia de la iglesia.
i. La primera carta revela el comienzo de la declinación al decrecer el primer amor, y
la última (Laodicea) muestra el resultado final de esto en el rechazo de parte del Se-
ñor.
ii. El significado del nombre de cada iglesia corresponde con el rasgo histórico de la
etapa asignada a cada una.
iii. La historia de la era cristiana de hecho ha seguido las etapas así delineadas oscura-
mente por adelantado.
En la primera carta de Juan leemos de aquellos jóvenes dentro de los cuales vive la
palabra de Dios y han vencido al maligno:
1 Juan 2:14
Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el princi-
pio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios per-
manece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
También leemos de aquellos que vencieron al anticristo porque Jesús dentro de ellos
es mayor que satanás
1 Juan 4:2-4
En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha
venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha veni-
do en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del Anticristo, el cual vosotros ha-
béis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en
vosotros que el que está en el mundo.
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Hay comentaristas que destacan que las descripciones de las iglesias con todas sus imper-
fecciones sirven para definir los límites dentro de los cuales la iglesia puede existir. Todas
son parte de la iglesia de Cristo a pesar de sus imperfecciones. En términos generales, el
Señor invita en todas las cartas a resistir pacientemente a la tribulación. Esto es una especie
de unión entre los mensajes a las siete iglesias y el resto del libro del Apocalipsis. En la
época en que se escribió el libro, había un conflicto claro entre Jesús y el gobierno de Ro-
ma personificado en el emperador Domiciano.
A lo largo de la historia, ha habido un conflicto claro entre Jesús y distintos oponentes, que
al igual a Domiciano, se han opuesto a la fe cristiana. Los creyentes deberán estar listos pa-
ra sostenerse en su profesión de fe y dispuestos a realizar cualquier sacrificio que les sea
requerido. Las cartas dan una expresión vívida de la vida cristiana en Asia Menor en esa
época. Se ejercía una gran presión social para que los cristianos fueran más condescendien-
tes con el culto al emperador y más permisivos con la vida desordenada de la época. Hoy
en día hay otros emperadores y la presión es la misma. Se espera de los cristianos que sean
más permisivos con la inmoralidad sexual y el libertinaje moderno. Se nos pide que olvi-
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demos los absolutos de las Escrituras como la moralidad sexual y la rectitud y se insta a
que se abra la fe al relativismo moderno, donde todo es posible y aprobable. Las siete car-
tas a las iglesias fueron actuales y pertinentes para los cristianos de entonces y son actuales
y pertinentes para los cristianos de hoy. Este principio de actualidad de las Escrituras se de-
riva de:
Isaías 40:8
La hierba se seca y se marchita la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para
siempre.
8. Conclusión
Todas las cartas concluyen con las palabras: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice
a las iglesias.” Esta manifestación divina nos lleva a hacer dos consideraciones:
8.1. Individualiza el mensaje de las cartas
Le dice a cada persona: «Esto se refiere a ti.» Muchas veces oímos a un predicador
que da un mensaje y se lo aplicamos a todos menos a nosotros mismos. En lo más
íntimo de nuestro corazón creemos que las palabras graves no pueden ir dirigidas a
nosotros o que las promesas son demasiado buenas para ser para nosotros. Esta frase
dice a cada uno: «Todo esto se te aplica a ti.»
Su iglesia se formó a partir de Su sacrificio y, con todos los defectos que tiene, continúa
siendo Suya. Él se encargará de hacerla pasar por los tiempos difíciles como triunfadora. El
venció y nos hizo, a Su iglesia, más que vencedores:
Romanos 8:37-39
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potes-
tades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada
nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Ya hemos colocado cuidadosamente estas cartas en el trasfondo particular al que iban diri-
gidas; pero su mensaje no es exclusivamente local y temporal, sino general y eterno y en
él, el Espíritu sigue hablándonos a cada uno de nosotros. A partir del siguiente estudio ana-
lizaremos las cartas, una por una.
Basado parcialmente en el libro El León y El Cordero de John P. Newport, en el comentario “Apocalipsis: Un Comentario de
Referencia” de R A Taylor. Las citas de las Escrituras son tomadas de la Biblia Reina Valera revisión 1995
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