Acción Extraordinaria P.-Petronila Valdivieso

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Señores Jueces de la Corte Constitucional del Ecuador:

Yo, Rosa Petronila Valdivieso Burneo, ecuatoriana, de estado civil


viuda, domiciliada en la ciudad de Loja, de 57 años de edad y ocupación
empleada privada, ante ustedes y de conformidad a lo previsto en el Art. 94
de la Constitución de la República; y, Arts. 58, 60, 61 y más pertinentes de
la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional,
interpongo la siguiente acción extraordinaria de protección:

Primero: La recurrente comparece en calidad de afectada directa


con el fallo impugnado, de calenda 10 de agosto del 2011, a las 10h20 y
que, en lo principal, rechaza el recurso de casación deducido, de
conformidad con lo establecido en el Art. 8 de la Ley de Casación,
violando por acción, derechos constitucionalmente reconocidos, en vista
que con tal resolución, se ejecutoría la sentencia subida en grado, en la que
se me ordena el pago del valor de $ 9.862,oo USD a favor del señor Carlos
Andrés Burneo Ramón, por indemnizaciones laborables.

Segundo: Del cuaderno sustanciado ante la Segunda Sala de lo


Laboral de la Corte Nacional de Justicia y signado con el N°. 083-2011, se
colige que la sentencia controvertida está ejecutoriada por mandato de la
ley.

Tercero: Como consta de autos, se establece y demuestra que se han


agotado los recursos ordinarios y extraordinarios previstos en la normativa
legal ecuatoriana, entratándose de la sustanciación de los procesos
laborales.

Cuarto: La judicatura de la que emana la decisión violatoria del


derecho constitucional, es la Segunda Sala de lo Laboral de la Corte
Nacional de Justicia.
Quinto: Los derechos constitucionales violados en la insólita
resolución judicial, son: a).- La tutela efectiva, imparcial y expedita de los
derechos e intereses de las partes, impidiendo la indefensión; b).- Se ha
privado del derecho a la defensa y ser escuchado en el momento oportuno;
y, c).- La seguridad jurídica. Arts. 75, 76, numeral 7, literales a) y c); y, 82
del Estatuto Constitucional.

Sexto: La violación a los derechos constitucionales referidos, ocurrió


durante el proceso, a pesar de que en la contestación a la demanda y
posteriormente en la audiencia definitiva se hizo conocer al juez de primer
nivel, probando de manera contundente que jamás existió despido
intempestivo, sino, al contrario fue el señor Carlos Andrés Burneo Ramón,
quien sin razón o motivos justificados, abandonó su labores cotidianas en el
Canal UV Televisión, cuya Gerente-Propietaria es la suscrita. Además,
tanto en la apelación como en la interposición y fundamentación del
recurso de casación, se insistió en que se estaba soslayando estos
importantes principios constitucionales como lo son: el derecho a la
defensa y la seguridad jurídica, que a su vez, constituyen garantías del
debido proceso; empero, ninguno de los jueces intervinientes tomaron en
cuenta tan clara ilegal posición jurídica.

Empero, los magistrados de Sala Laboral de la Corte Nacional de


Justicia, con argumentaciones vagas, establecen que si bien la recurrente
indica las normas que se han violentado de manera directa, omite realizar la
confrontación jurídica de todas y cada una de las disposiciones que cree
lesionadas en la relación con la parte dispositiva de la sentencia,
justificando así la resolución de inadmisibilidad del recurso, lo cual implica
lesionarme de manera incuantificable en mis derechos económicos y
laborables. En consecuencia, dicho criterio es falso y superficial, en virtud
que en el libelo que contiene la interposición y fundamentación del recurso
de casación, se encuentran establecidas las normas legales vulneradas, así
como la motivación respectiva.

Al respecto, el Art. 169 de la Constitución de la República, es


imperativa al establecer: “…No se sacrificará la justicia por la sola
omisión de formalidades”.

Las reglas del debido proceso ofrecen un punto de referencia


bastante claro para que los tribunales y los órganos administrativos puedan
darle contenido concreto a este útil precepto. En efecto, la antigua
discusión respecto a si determinadas formalidades son o no prescindibles,
queda superada si uno se remite a las reglas del debido proceso: solamente
éstas son indispensables. Cualquiera otra, es una formalidad prescindible.

Cabe recalcar que mi posición jurídico constitucional no está dirigida


a pretender, por esta vía, solucionar un problema de legalidad, de ninguna
manera. Mi pretensión al comparecer a la Corte Constitucional, es que se
resuelva una controversia de carácter constitucional, producida por la
violación de derechos y garantías constitucionales en la mencionada
sentencia o resolución. Que si bien, ello va a coadyuvar que el conflicto
social se resuelva de manera definitiva, es verdad; pero no es menos cierto,
que jamás gana la sociedad al lograr que el máximo organismo de Justicia
Constitucional, destierre del ordenamiento pronunciamientos que,
lamentablemente, consisten un homenaje al abuso de la Ley Suprema: un
espaldarazo a la inseguridad jurídica.

La Constitución Política, numerosas normas secundarias, múltiples


opiniones y puntos de vista aluden persistentemente al concepto de
“seguridad jurídica”. Es uno de los principios más enunciados pero menos
comprendidos y aplicados. Más aún, constituye una genuina aspiración de
la sociedad. Pero, hay quienes dicen que la seguridad jurídica es una excusa
para mantener el statu quo, y un argumento para defender privilegios y
obstaculizar el cambio. Semejante tesis implica colocar al poder sobre el
Derecho y confundir la legitimidad con el aval de una ideología, significa
instrumentalizar la Constitución y las leyes y someter los derechos
fundamentales a la arbitraria interpretación del Estado. Seguridad jurídica:
derecho ciudadano y principio inspirador del debido proceso.- La CP de
1998 es una de las que más se han ocupado de la seguridad jurídica,
habiéndola incluido entre los derechos de la personalidad (Art. 23, ordinal
26 de la CP). Por otra parte, ese concepto es el hilo conductor de los 17
principios del debido proceso que enuncia el Art. 24 del mismo Estatuto
Constitucional, entre los que destacan: el de la tipicidad en materia penal,
el de la presunción de inocencia, el del derecho de defensa, el derechos a
ser sometido al juez natural, el de la obligación de los poderes públicos de
motivar las resoluciones que afecten a los derechos de las personas, la
prohibición de ser juzgado más de una vez por la misma causa, y el derecho
a la tutela judicial. En la Constitución actual, por ser absolutamente
garantista, la seguridad jurídica cobra mayor importancia.

El principio de la unidad jurisdiccional y el derecho a impugnar


judicialmente todos los actos de la administración pública y en si el
derecho a la defensa, son otras manifestaciones del principio de seguridad
jurídica, porque solo sometiendo la revisión de la idoneidad de los actos y
resoluciones administrativas a los tribunales, se puede asegurar, aunque
fuese relativamente, que el Estado, o la contraparte de un contrato, obren
con sujeción al Derecho y no en forma arbitraria. Solo con seguridad
jurídica hay firmeza en las sentencias. En el presupuesto de la seguridad
jurídica se basa todo el sistema de administración de justicia. El mismo
fundamento tiene el recurso de casación, cuyo objetivo final es examinar la
legalidad de los fallos y ajustar las decisiones judiciales a los preceptos de
la Ley, pero que por desgracia, en el caso que se comenta, brilla por su
ausencia.

La manifestación expresa de los criterios en los que la decisión se


funda, es una exigencia nacida del carácter responsable de la autoridad
pública, por un lado y de la sujeción del poder al derecho, por otro. En
virtud de lo primero, es posible exigirle a quien ejerce potestades públicas
que dé cuenta de los motivos de sus acciones y, en virtud de lo segundo, es
posible confrontar esos motivos con los referentes normativos que
legitiman el ejercicio de la autoridad. Por lo tanto, no pueden afectarse
derechos por parte de la Autoridad, sin que se encuentren debidamente
demostrados los hechos materia de la Litis.

Séptimo: En virtud de lo expuesto en este memorial, comparezco


ante la Corte Constitucional y solicito que se acepte la presente acción
extraordinaria de protección, ordenándose en tal virtud, lo siguiente:

7.1. ……………………………………………..; y,

7.2. …………………………………………

Octavo: Declaro bajo juramento que no he propuesto otra acción


constitucional por estos hechos.

Noveno: Solicito que como medida cautelar, se ordene la suspensión


de los efectos de la sentencia en la que se me ordena la cancelación de los
valores por concepto de indemnizaciones laborales a favor del señor Carlos
Andrés Burneo Ramón.

Señalo como domicilio constitucional la casilla N°. 583.

Autorizo a los doctores: Fabricio González Rivera y Wilson


Velástegui Contreras para que suscriban escritos relacionados con nuestra
defensa.
Con copia.

Muy atentamente.

Dr. Fabricio González Rivera. Rosa P. Valdivieso Burneo.


Mat. 11-2002-1 F.A.

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