0% encontró este documento útil (0 votos)
4 vistas174 páginas

TESIS

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 174

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Universidad del Perú. Decana de América

Dirección General de Estudios de Posgrado


Facultad de Derecho y Ciencia Política
Unidad de Posgrado

Ineficacia de la regulación contenida en el Código


Civil sobre la protección a los derechos de los adultos
mayores en la sociedad peruana actual

TESIS

Para optar el Grado Académico de Magíster en Derecho con


mención en Derecho Civil y Comercial

AUTOR
Victoria Esther MENDOZA OTINIANO

ASESOR
Mg. Juan Gualberto CHÁVEZ MARMANILLO

Lima, Perú

2023
Reconocimiento - No Comercial - Compartir Igual - Sin restricciones adicionales

https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Usted puede distribuir, remezclar, retocar, y crear a partir del documento original de modo no
comercial, siempre y cuando se dé crédito al autor del documento y se licencien las nuevas
creaciones bajo las mismas condiciones. No se permite aplicar términos legales o medidas
tecnológicas que restrinjan legalmente a otros a hacer cualquier cosa que permita esta licencia.
Referencia bibliográfica

Mendoza, V. (2023). Ineficacia de la regulación contenida en el Código Civil sobre


la protección a los derechos de los adultos mayores en la sociedad peruana actual.
[Tesis de maestría, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de
Derecho y Ciencia Política, Unidad de Posgrado]. Repositorio institucional
Cybertesis UNMSM.
Metadatos complementarios

Datos de autor

Nombres y apellidos Victoria Esther MENDOZA OTINIANO

Tipo de documento de identidad DNI

Número de documento de identidad 17874486

URL de ORCID https://orcid.org/0000-0001-7695-1206

Datos de asesor

Nombres y apellidos Juan Gualberto CHÁVEZ MARMANILLO

Tipo de documento de identidad DNI

Número de documento de identidad 10282120

URL de ORCID https://orcid.org/0000-0003-3653-500X

Datos del jurado

Presidente del jurado

Nombres y apellidos Octavio Galvarino DELGADO GUZMÁN

Tipo de documento DNI

Número de documento de identidad 08033687

Miembro del jurado 1

Nombres y apellidos Héctor Elvis MARTÍNEZ FLORES

Tipo de documento DNI

Número de documento de identidad 08629852

Miembro del jurado 2

Nombres y apellidos Manuel Alexis BERMÚDEZ TAPIA

Tipo de documento DNI

Número de documento de identidad 09854795

Miembro del jurado 3

Nombres y apellidos Segundo José LEYVA SAAVEDRA

Tipo de documento DNI


Número de documento de identidad 25645967

Datos de investigación

No aplica.
Línea de investigación

Grupo de investigación No aplica.

Sin financiamiento
Agencia de financiamiento
Universidad Nacional Mayor de San Marcos:

País: Perú
Departamento: Lima
Provincia: Lima
Distrito: Lima
Ubicación geográfica de la Calle: Avenida República de Venezuela,
investigación cuadra 34
Latitud: -12.05608
Longitud: -77.08454

Se requieren coordenadas, no colocar enlaces.


Puedes obtener las coordenadas GD de sitios como
https://www.google.com.pe/maps/
https://www.coordenadas-gps.com/
https://www.mapsdirections.info/
Año o rango de años en que se
2018-2023
realizó la investigación
Derecho
URL de disciplinas OCDE http://purl.org/pe-repo/ocde/ford#5.05.01
'lJniversifa{ Nacionaf fuf-djor [e San ful-arcos
((Jniversidad del Peni, DECAru OO eUÉruCd¡
FAGULTAD DE DERECHO Y CIENCII POIíNCA
'Üni[a[ [e cPost Qralo
ACTA DE EXAMEN DE GRADo tr vrlcÍsrER EN DERECHo

En la ciudad de Lima, a los diecisiete días del mes de noviembre del año dos mil veintitrés, siendo
las dieciséis horas, bajo la Presidencia del Dr. Octavio Galvarino Delgado Guzmán, y con la asistencia
de los Profesores: Mg. Héctor Elvis Marlínez Flores, Mg. Juan Gualberto Chávez Marmanillo, Mg.
Manuel Alexis Berrnúdez Tapia, Mg. Segundo José Leyva Saavedra y la postulante al Grado Académico
de Magíster en Derecho con mención en Derecho Civil y Comercial, Bachiller doña Victoria Esther
MEI.IDOZA OTINIANO, procedió a hacer la exposición y defensa púrblica de su tesis titulada:
..INEFICACIA DE LA REGULACIÓN CONTENIDA EN EL CéDIGO CIVIL SOBRE LA
PROTECCTÓX A LOS DERECIIOS DE LOS ADULTOS MAYORES EN LA SOCIEDAD
\.- PERUANA ACTUAL".

ConclLrida la exposición, se procedió a la evaluación correspondiente, habiendo obtenido [a


siguiente califi cac ión :

Aprobado por logro con la notu de 17

A cotrtinuación. el Presidente del Jurado recomienda a la Facultad de l)erecho y Ciencia Política


se le otorgtte el Craclo Académico de Magíster en Derecho con mención en Derecho Civil y Comercial
a la BachilieL doña Victoria Esther MENDOZA OTINIANO.

Se ertiende la presente acta en dos originales y siendo las diecisiete horas con veiute minutos. se
dio por conclilido el acto académico de sustentación.

Dr Galvarino DELGADO GUZMÁN


Presidente
Profesor Principal

Mg. Iléctor Elvis MARTÍNBZ Pl,ORtrS Mg..luan Gualberto MARMAI{ILI,O


Jurado Informante Ases
Prol'esor Profesor

N{g. }Ianuel Alexis EZ TAPIA José LE


Jurado nte ro
Auxiliar Auxiliar
AGRADECIMIENTO:

A MI ASESOR DE TESIS DOCTOR JUAN GUALBERTO


CHAVEZ MARMANILLO por sus valiosas y apreciadas
orientaciones.
DEDICATORIA:

A mi madre, doña Victoria Otiniano Amaya, mi


maestra, fuente de mi inspiración y realización.
INDICE

INTRODUCCIÓN .............................................................................. 1

ASPECTOS METODOLÓGICOS ...................................................... 4

i. Situación Problemática ............................................................ 4

ii. Formulación del problema ....................................................... 6

ii.a Problema general .................................................................... 6

ii.b Problemas específicos.............................................................. 7

iii. Hipótesis ................................................................................ 7

iii.a Hipótesis general .................................................................... 7

iii.b Hipótesis específicas ............................................................... 7

iv. Objetivos de Investigación ....................................................... 7

iv.a Objetivo general ..................................................................... 7

iv.b Objetivos específicos ............................................................... 7

v. Metodología aplicada .............................................................. 8

v.a Tipo de investigación y diseño de investigación ......................... 8

v.b Unidad de análisis: universo y selección de muestra ................... 8

v.c Técnicas e instrumentos de recolección de datos......................... 8

CAPÍTULO 1: ESTADO DE LA CUESTIÓN ..................................... 9

1.1 Visión histórica de la vejez y el envejecimiento .......................... 9

1.2 Situación de la población adulta mayor en el Perú .....................13

1.2.1 La población adulta mayor en cifras .........................................13

1.2.2 Problemas que afectan a las personas adultas mayores................17

1.2.2.1 En el ámbito internacional. ......................................................17

1.2.2.2 En el ámbito nacional. ............................................................19

1.3 Situación de desprotección de los derechos subjetivos de las


personas adultas mayores .....................................................................36

1.3.1 Derechos subjetivos vulnerados ...............................................36

1.3.2 Vulneración del derecho alimentario ........................................38

1.3.3 Vulneración del derecho de propiedad ......................................40

CAPÍTULO 2: BASES JURIDICAS QUE DESARROLLAN EL


ENFOQUE SOCIAL APLICADO .....................................................47

2.1 Persona adulta mayor .............................................................47

2.2 Envejecimiento ......................................................................47

2.2.1 Definición .............................................................................47

2.2.2 Dimensiones del envejecimiento ..............................................48

2.2.2.1 Envejecimiento poblacional. ...................................................48

2.2.2.2 Envejecimiento individual.......................................................50

2.2.2.3 Envejecimiento activo. .....................................................51

2.3 Vejez ....................................................................................52

2.3.1 Definición. ............................................................................52

2.3.2 Terminología usada para referirse a la persona adulta mayor ......53

2.3.3 Criterios para definir la vejez ...................................................54

2.4 Marco normativo de protección a la persona adulta mayor ..........55

2.4.1 Normatividad Internacional .....................................................55

2.4.2 Evolución de la protección normativa de la persona adulta mayor


en el Perú ...........................................................................................64

2.4.3. Deberes del Estado y de los integrantes del grupo familiar respecto
de las personas adultas mayores ............................................................70

2.4.4. Leyes que establecen medidas de protección y defensa de las


personas adultas mayores. ....................................................................72

2.4.5. Violencia contra las personas adultas mayores ...........................75

2.4.6. Violencia, maltrato, abandono, negligencia en la legislación


extranjera ...........................................................................................78

2.5. Protección de los derechos de las personas adultas mayores en el


Código Civil peruano ..........................................................................85
2.5.1. Trascendencia del Código Civil como instrumento de protección de
los derechos subjetivos de las personas ..................................................85

2.5.2. El rol de la familia ante las personas adultas mayores .................86

2.5.3. El derecho de propiedad de los adultos mayores en la doctrina y la


jurisprudencia peruana .......................................................................104

2.6. Instrumentos jurídicos para garantizar el derecho de alimentos de


las personas adultas mayores ..............................................................105

2.6.1. El contrato de alimentos (España y México) ............................106

2.7. Protección del adulto mayor en el ámbito de los derechos


patrimoniales ....................................................................................109

2.7.1. Patrimonio y derecho de propiedad ........................................109

2.7.2. Protección del patrimonio del adulto mayor en la legislación


extranjera. ........................................................................................110

2.7.3. Propuesta para establecer limitaciones a la celebración de negocios


jurídicos en la experiencia legislativa chilena. ......................................115

CAPÍTULO 3: CONTRASTACIÓN DE LAS HIPÓTESIS ..............118

3.1. Análisis e Interpretación del Problema Planteado .....................118

3.1.1. Resultados ...........................................................................118

3.1.1.1. Del primer objetivo: Características y problemas que


confrontan los adultos mayores en la sociedad peruana actual. ...............118

3.1.2. Presentación de la postura .....................................................120

3.1.3. Propuesta para la solución del problema .................................133

3.1.4. Impacto social de la implementación de la propuesta ...............141

CAPÍTULO 4: CONSECUENCIAS .................................................142

4.1. Costos de la implementación de la propuesta ...........................142

4.1.3. Beneficios que aporta la propuesta .........................................142

CONCLUSIONES ...........................................................................143

RECOMENDACIONES. .................................................................145

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ..............................................146

REFERENCIAS JURISPRUDENCIALES .........................................156


LISTA DE GRAFICOS

GRAFICO 1: PIRAMIDE POBLACIONAL DEL PERU EN 1950 .................................14


GRAFICO 2: PIRAMIDE POBLACIONAL DEL PERU EN 2019¡Error! Marcador no
definido.
GRAFICO 3: PIRAMIDE POBLACIONAL DEL PERU EN 2022¡Error! Marcador no
definido.
GRAFICO 4: POBLACION ADULTA MAYOR POR DEPARTAMENTO Y SEXO
................................................................................................¡Error! Marcador no definido.
GRAFICO 5: PERÚ HOGARES CON ADULTOS MAYORES QUE PRESENTAN
DEFICIT CALORICO, POR AREA DE RESIDENCIA. TRIMESTRE OCTUBRE-
DICIEMBRE 2022 ................................................................¡Error! Marcador no definido.
GRAFICO 6: PERÚ: POBLACION ADULTA MAYOR CON ALGÚNPROBLEMA DE
SALUD CRÓNICO, SEGÚN SEXO Y ÁREA DE RESIDENCIA. TRIMESTRE
ENERO-MARZO 2021 .........................................................¡Error! Marcador no definido.
GRAFICO 7: PERÚ PEA OCUPADA ADULTA MAYOR, SEGÚN¡Error! Marcador
no definido.
GRAFICO 8: PERÚ POBLACION ADULTA MAYOR QUE TIENE SISTEMA DE
PENSION. JULIO-AGOSTO-SETIEMBRE 2019. ...........¡Error! Marcador no definido.
GRAFICO 9:INCIDENCIA DE LIMITACIONES DE DERECHOS DE LAS
PERSONAS MAYORES EN LA DIMENSION VIOLENCIA (URBANO) PERU- 2017
................................................................................................¡Error! Marcador no definido.
GRAFICO 10:TIPOS DE VIOLENCIA - 2015..................¡Error! Marcador no definido.
GRAFICO 11: CARACTERISTICAS DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
QUE SUFRIERON VIOLENCIA AALGUNA VEZ - 2018¡Error! Marcador no
definido.
GRAFICO 12: PARENTESCO DE LA PERSONA QUE TRATO MAL A LA PERS
ONA ADULTA MAYOR QUE SUFRIO VIOLENCIA ALGUNA VEZ – 2018 ... ¡Error!
Marcador no definido.
GRAFICO 13: PERSONAS ADULTAS MAYORES QUE REQUIRIERON DEFENSA
PÚBLICA DEL MINJUS – 2015 .........................................¡Error! Marcador no definido.
GRAFICO 14: PERÚ ADULTOS MAYORES QUE VIVEN SOLOS, SEGÚN
TENENCIA Y TITULARIDAD DE LA VIVIENDA, 2017¡Error! Marcador no
definido.
ix

LISTA DE CUADROS

CUADRO 1: PERÚ POBLACION ADULTA MAYOR, SEGÚN NIVEL EDUCATIVO


ALCANZADO Y AREA DE RESIDENCIA. TRIMESTRE ENERO-FEBRERO-MARZO 2020 -
2021 ....................................................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
CUADRO 2: PERÚ POBLACION ADULTA MAYOR, SEGÚN CONDICIONDE
ANALFABETISMO Y AREA DE RESIDENCIA. TRIMESTRE ENERO- FEBRERO-MARZO
2020-2021.............................................................................................. ¡Error! Marcador no definido.

CUADRO 3: PERÚ POBLACION ADULTA MAYOR POR CONDICION DEACTIVIDAD.


TRIMESTRE JULIO-AGOSTO-SETIEMBRE 2019 ..................... ¡Error! Marcador no definido.

CUADRO 4: PERÚ POBLACION ADULTA MAYOR POR CONDICION DETENENCIA DE


SISTEMA DE PENSION. TRIMESTRE JULIO-AGOSTO- SETIEMBRE 2018 - 2019 .... ¡Error!
Marcador no definido.

CUADRO 5: PERÚ JEFES DE HOGAR BENEFICIARIOS DEL PROGRAMA SOCIAL


PENSION 65, SEGÚN AREA DE RESIDENCIA.JULIO-AGOSTO-SETIEMBRE 2018 - 2019.
............................................................................................................... ¡Error! Marcador no definido.

CUADRO 6: CASOS DE VIOLENCIA REGISTRADOS CONTRA LOS ADULTOS


MAYORES DURANTE EL TRIENO 2017-2018-2019 ................... ¡Error! Marcador no definido.
x

RESUMEN

Esta investigación tiene como objeto demostrar que el Código Civil peruano no se encuentra
al nivel de estos tiempos actuales, en la compleja problemática de los adultos mayores, no ha
actualizado y efectivizado sus normas, como ya ocurre con los Códigos Civiles de Colombia,
Chile, España, México y otros países, especialmente en cuanto a la regulación referida a los
alimentos y la propiedad, resultando que en el Perú, no se presta protección eficaz al adulto
mayor cuando su derecho a vivir dignamente es vulnerado.

Para el logro de los objetivos, se seleccionaron como indicadores de eficacia del Código Civil
peruano en la protección de los derechos hacia el adulto mayor a los alimentos y a la
propiedad, instituciones normadas en el cuerpo legal referido. Se indagó a través de informes
y datos actualizados proporcionados por instituciones autorizadas como el INEI, Defensoría
del Pueblo, MIMP y otros organismos.

Se recopilaron y analizaron los casos que evidenciaban la vulneración de los derechos del
adulto mayor hallados en notas de prensa, resoluciones del Consejo de Notarios del Perú,
jurisprudencia nacional y extranjera. Asimismo, a fin de comprobar la actualización de las
normas del Código Civil peruano vigente, se contrastó con los Convenios y Declaraciones
Internacionales suscritos por el Perú, como también con códigos civiles de países con
realidades similares.

Al demostrarse en esta investigación la escasa protección de otros cuerpos normativos y la


no eficacia de las normas contenidas en el C.C. peruano, en situaciones de abandono, abuso
y violencia patrimonial de las que son víctimas los adultos mayores, se presentan en este
informe propuestas legales que contribuirán a aminorar la penosa realidad expuesta,
proporcionando a los adultos mayores herramientas y fundamentos legales para que exijan el
respeto de sus derechos, así como, puedan acceder a una vida digna, como preceptúa la
Constitución Peruana. Igualmente, se recomiendan temas de investigación que contribuirán a
disminuir los conflictos familiares entre los adultos mayores y su familia.
xi

ABSTRACT

The purpose of this research is to show that the Peruvian Civil Code is not up to date with the
new times in the complex problem of older adults. It has not updated and implemented its rules,
as it occurs with the Civil Codes of Argentina, Spain, Mexico. Other countries have already
done the same, especially about the regulation of alimony and property. As a result, Peru does
not provide effective protection to older adults when their right to a dignified life is violated.

To achieve these objectives, alimony and property, institutions regulated by the Peruvian Civil
Code, have been selected as indicators of effectiveness of the Code in protecting the rights of
older adults. Inquiries were made based on reports and updated data provided by authorized
institutions such as INEI, the Ombudsman ' s Office, MIMP and other agencies.

Cases of violations of the rights of older persons found in press releases, resolutions of the
Peruvian Council of Notaries and national and foreign jurisprudence were collected and
analyzed. In addition, to ascertain whether the provisions of the current Peruvian Civil Code
have been updated, a comparison was made with the international conventions and
declarations to which Peru is a party, as well as with the civil codes of countries with similar
situations.

As this research demonstrates the scant protection of other normative bodies and the
ineffectiveness of the norms contained in the Peruvian Civil Code in situations of
abandonment, abuse and property violence to which older adults are victims, this report
presents legal proposals that would contribute to lessening the painful reality exposed,
providing older adults with tools and legal bases to demand respect for their rights, as well as
access to a dignified life, as prescribed by the Peruvian Constitution. Similarly, research topics
that would contribute to reducing family conflicts between older adults and their families are
recommended.

KEYWORDS

Regulation ineffectiveness Rights of the elderly


1

INTRODUCCIÓN

Actualmente en el Perú existen adultos mayores, así llamadas “Convención Interamericana


sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores”, de más de 90 años
que tienen una vida saludable, independiente e incluso productiva, siendo esta condición el
ideal deseado de todo ser humano para su última etapa de vida, sin embargo,
lamentablemente son una minoría dentro de su grupo poblacional; esta investigación se dirige
a la gran mayoría de adultos que están en estado de vulnerabilidad.

Vivir más años, es un deseo de casi toda la humanidad y lo bueno es que ahora es posible,
las cifras al respecto así lo informan en el Perú y en el mundo. No obstante, este significativo
logro, no viene aparejado con plenitud y satisfacción para la última etapa vital del ser humano.
Como es de esperar, aunque no se quiera, hay cambios significativos en el estado de salud
del adulto mayor causados por un progresivo deterioro físico y mental que va imponiendo un
estado de vulnerabilidad, ciertamente, en unos más que otros, porque guste o no, las
capacidades físicas y mentales, si disminuyen, convirtiéndose la edad en un factor de riesgo
ante determinadas enfermedades o intervenciones o de reacciones adecuadas ante
imprevistos o abusos de terceras personas.

El tema no es baladí, el incremento de la expectativa de vida es cada vez mayor, las personas
viven más, lo cual lo convierte de suma importancia y complejo, impacta fundamentalmente
en los aspectos socioeconómicos de los países. Las economías están diseñadas,
especialmente las latinoamericanas, entre ellas el Perú, para responder ante la productividad
de las personas; no se ha previsto modelos económicos que incluyan al colectivo de los
adultos mayores, valorando otras capacidades, su experiencia y valiosa utilidad, dejándolos a
su suerte, verbigracia, sólo el 38. % es parte de un precario sistema pensionario por lo que
los sistemas previsionales, resultan insuficientes.

El envejecimiento poblacional como individual, ha impactado a todos los países, al margen de


sus diferentes condiciones económicas como culturales, ha merecido la atención de
relevantes organismos internacionales, como las ONU, OEA, CAN, CEPAL y otros, a través
de distintas Declaraciones, Estrategias, Protocolos y Convenciones (instrumentos
presentados en la parte primera de este informe) el cual su propósito de impulsar, resguardar
y garantizar el estudio de los derechos hacia el adulto mayor. Compromisos que ha sumido el
Perú, especialmente al suscribir la Convención Interamericana sobre la Protección de los
Derechos Humanos de las Personas Mayores, conviniendo en adquirir las medidas
necesarias para efectuarlas en nuestro país el contenido de la referida Convención.
2

Los casos y las cifras presentadas en esta tesis, muestran que la integridad personal de este
colectivo es la más afectada cuando ya no pueden generar ingresos propios, no gozan de
pensión de jubilación o ésta es insuficiente, entonces, se convierten en una carga molesta
para los parientes llamados por ley a brindarles asistencia necesaria. La situación es más
deplorable, como se ha visto en los casos que se presentan en este informe, no sólo, no se
les presta el debido cuidado y asistencia, sino que son víctimas de despojo de sus propios
bienes, los que deben servir de garantía para su sostenimiento, colocándolos en una situación
de pobreza o indigencia, afectando severamente su dignidad.

Cuando el adulto mayor se halla en situación de vulnerabilidad y tiene familia, es ésta la


llamada a proporcionar la asistencia correspondiente sea por mandato moral y legal; en
situaciones óptimas, son sus familiares los que satisfacen sus necesidades materiales como
afectivas, en otros casos, la familia asume deficientemente su rol hacia el adulto mayor, son
víctimas de carencias y de violencia en sus diversas modalidades y también se dan casos en
los que carecen absolutamente de familia o la que tenía falleció o lo abandonó.

El patrimonio del anciano es un tema importante a tener en cuenta en esta etapa de su vida;
desde la antigüedad condicionó su trato, pues si contaba con bienes era escuchado, seguido
y respetado, por lo contrario, si carecía y presentaba algún mal físico o mental, era
abandonado a su suerte. De una u otra manera, en el transcurso del tiempo se siguió la misma
línea con el agravante que en la actualidad, de casos ignominiosos de despojo o violencia
patrimonial, perpetrada por los familiares cercanos, sin importar dejar a los ancianos en
completa carencia y desolación.

En el Perú la protección al adulto mayor se inició con la Ley N°28803, el cual fue revocada
por la Ley N°30490 - Ley del Adulto Mayor, instrumentos jurídicos dados con el objetivo de
establecer un marco normativo que asegure la función de los derechos del adulto mayor en el
Perú, lo que constituye un hito importante, pero no suficiente. La violencia patrimonial, el
abandono y otras carencias han ido aumentando contra los ancianos como lo informa “el INEI
en su último informe publicado el 11 de julio de 2019”.

Esta investigación ha tenido como objetivo identificar el conflicto actual que tienen los adultos
mayores en el Perú, sus características y sus problemas. Se seleccionó ciertos indicadores
de la eficacia del Código Civil peruano sobre proteger los derechos hacia el adulto mayor a
los institutos de alimentos y de la propiedad, normados en el referido cuerpo legal, teniendo
en cuenta que los principales problemas hallados se refieren a sus carencias alimenticias, de
salud, de vivienda, de buen trato y en los casos de los ancianos propietarios o poseedores de
bienes, despojo total o parcial de los mismos.
3

Al demostrarse en esta investigación la no eficacia de las normas contenidas en el Código


Civil, ante el abandono, abuso y violencia patrimonial de las que son víctimas los adultos
mayores, también se presentan propuestas legales como tercer objetivo, que contribuirían a
aminorar la penosa realidad descrita, proporcionándoles a los adultos mayores herramientas
y fundamentos legales para que exijan el respeto de sus derechos, así como, puedan acceder
a una vida digna, como lo manda la Constitución Peruana.

Es importante agregar que el proyecto de investigación que sostiene esta investigación fue
presentado antes de la pandemia de COVID-19 que se presentó en el Perú y en el mundo y
fue ejecutado durante la misma. Como es de conocimiento público, la expectativa del adulto
mayor se agravó, ya que la edad fue considerada un factor de riesgo, lo cual se evidenció con
la gran cantidad de víctimas en este grupo poblacional. El sistema sanitario del país, resultó
poco útil, fue desnudado, mostrando sus limitaciones, carencias y principalmente la
indiferencia y no empatía de gran número de autoridades.

El impacto que ocasionó la pandemia del COVID-19 ha merecido su debida atención de


distintos investigadores, no obstante, es preciso señalar que la situación ha expuesto a los
adultos mayores lo que se manifestó en la pandemia, y lo cual refuerza la presente
investigación, en cuanto se sostiene que es la familia la primera obligada en prestar asistencia
y protección a sus mayores y, para tal efecto, el Código Civil, debe proporcionar una
normatividad clara, previsora e imperativa.
4

ASPECTOS METODOLÓGICOS

i. Situación Problemática

La vida de la persona humana se inicia con la concepción y termina con su muerte (Código
Civil Peruano, 1984, artículos 1 y 61); entre estos dos hechos transcurren varias etapas bien
definidas y diferenciadas, la final llamada desde la antigüedad ancianidad, vejez y en los
últimos tiempos, tercera edad, cuarta edad, adulto mayor, persona mayor, caracterizada por
su vulnerabilidad, invisibilidad, discriminación también por un aumento exponencial de su
población sin precedentes, originando un serio problema socio jurídico.

Según el Informe de la Adjuntía N°006-2019 DP/ AAE de la Defensoría del Pueblo, el Perú
cuenta con 3’497,576 de adultos mayores de 60 años, lo cual equivale a un 11.9% de la
población general, más del doble de lo que se tuvo en 1950, cifra que evidencia un
preocupante crecimiento. El hecho que un mayor número de personas vivan más años es un
logro de la sociedad moderna, los avances en la tecnología, medicina y nuevos hábitos
alimenticios son algunas de las razones que han contribuido al aumento de la condición de
vida.

En la antigüedad, las constantes guerras y el desconocimiento de las causas de las


enfermedades y su cura, motivaron ante la calidad de vida de las personas fuera de 30 o 40
años; posteriormente, se extendió cada vez más y según cifras oficiales, en el Perú se
alcanzaría el promedio entre varones y mujeres de 75.3 años en el segmento de 2015 y el
2020 y de 82.1 años entre 2045 al 2050 (INEI, 2015). Este hecho constituye un fenómeno
social de gran impacto porque el pronóstico sobre la existencia del adulto mayor se proyecta
en aumento y la sociedad en general, y en particular la peruana, evidencia que no está
preparada para proteger a estos grupos etarios, pues, el sistema de seguridad social no es lo
suficiente para abastecerse y atender demandas de salud, por lo que el incremento en los
años no ha sido parejo con el aumento de la calidad de vida en muchos casos”.

La Encuesta Nacional de Hogares ha demostrado que los adultos mayores, el 81.2% de la


femenina y el 71 % de la masculina presenta problemas crónicos de salud; por su lado el
Informe Técnico N°4 – Situación de la Población Adulto Mayor, publicado en diciembre de
2018 y elaborado por el INEI, indicó que: “En el 24.7 de los hogares integrados por adultos
mayores, se les halló con déficit calórico” (esta encuesta, desde el punto de vista de la
presente investigación, no habría tomado en cuenta las personas que nunca fueron a un
centro de salud pública, razón por la que en la realidad esta cifra sería mayor), estos datos,
muestran la imperiosa necesidad de recuperación y conservación de una vida saludable pero
5

para ello se debe contar con nutrición adecuada, con atención médica oportuna y óptima, pero
los servicio de salud pública, en el Perú presenta carencias, deficiencias que no cubren
satisfactoriamente la atención del adulto mayor (PAM).

Ante, “el natural decrecimiento de la salud del adulto mayor, la necesidad de restablecerla y
mantenerla, se impone la asistencia de eficientes servicios de salud pública”, empero, la
pandemia de COVID-19 ha expuesto y confirmado la precariedad y deficiencia del sistema de
salud peruano. Esta carencia, exige que la familia cumpla su función protectora ante la
vulnerabilidad de sus miembros, tan importante en el bienestar personal y desarrollo social y
para tal cometido, necesita del amparo de la ley civil.

Desafortunadamente la información extraída de los Centros de Emergencia Mujer (servicio


proporcionado por el MIMP) desnuda una cruel realidad, ya que son los propios familiares los
que infringen los derechos personales y patrimoniales del adulto mayor, el medio es la
violencia en sus distintas formas: física, psicológica y patrimonial o económica, entre algunas

Para la presente investigación se ha indagado en las diferentes manifestaciones de la


violencia patrimonial, apropiación perturbación o menoscabo de sus recursos económicos o
patrimoniales, privación o infracción del cumplimiento de las obligaciones alimentarias. Se ha
recurrido a los datos proporcionados por el Observatorio Nacional contra la Violencia Familiar,
medio de difusión del PNCVFS” que presenta la casuística recogida de los Centros de
Emergencia Mujer a nivel nacional años 2017 y 2018.

En el año 2017 los casos reportados por violencia contra el adulto mayor fueron 5,594, que
equivale al 5.9 % de los casos en general, en el año 2018 se incrementó a 8,108 también
subiendo el correspondiente porcentaje a 6.15%, cifras que sólo revelan los casos
denunciados, lamentablemente los ancianos no denuncian a sus familiares. Los casos que
configuran violencia económica o patrimonial en 2017 fueron 80 y en el 2018 subieron a 103
denuncias. También se estableció que los autores o agresores de los daños fueron los propios
familiares, hijos, cónyuge, nietos entre los más señalados.

Un ejemplo en el que se manifiestan las diferentes formas de violencia patrimonial, se


presenta el caso de Enriqueta, extraído de los datos referidos en el párrafo anterior (más
adelante en el presente informe de están incorporados otros casos) – la hija presiona y
hostiliza a los ancianos y enfermos padres para que vendan su casa que habitan y repartan
anticipadamente el valor y se vayan a vivir a la chacra, los ha confinado a dos habitaciones,
negándoles los servicios básicos, éstos hechos evidencian que la hija ha despojado a sus
padres de su propio bien, vulnerando su derecho de propiedad, a poder usar, disfrutar y decidir
sobre el destino que le dan a su casa, más aun exige “como dueña” que se venda el bien
6

porque le pertenece – cuanto error, ella no tiene ningún derecho, los padres viven por tanto
son los únicos propietarios.

También hay violencia económica cuando la mencionada hija incumple en brindarles


asistencia, alimentos, conociendo las condiciones económicas y de salud de sus padres, más
aún que carecen de ingresos propios o pensión alguna.

Este es uno de los casos que cotidianamente se dan en el Perú, en los diferentes estratos
sociales, en mayor o menor medida y que de una u otra forma tomamos conocimiento, sea
presencial o a través de los medios de comunicación, siendo la tendencia su incremento. Si a
esto se suma el impacto del consumismo sobre la familia peruana que empuja a sus miembros
a querer ganar más dinero y considerar como expresión de éxito la acumulación de bienes
materiales, eso implica mayor tiempo fuera del hogar, desatendiendo a niños y a ancianos,
también que haya lógicamente menos familiares dispuestos a atenderlos y la carencia de
recursos económicos en la mayoría de familias para contratar un cuidador. Por otro lado, es
preciso señalar que la sociedad ni el Estado peruano se prepararon para atender a personas
mayores que ahora viven más años, aunque este último se encuentra implementando
Políticas de Estado, cuyos resultados se verán a largo plazo; son también motivo de revisión,
las leyes que fueron promulgadas a favor del adulto mayor y contra la violencia familiar, las
que no protegen en forma efectiva los derechos de propiedad y alimentos, siendo, la primera
más declarativa y la segunda con orientación penal. En casos, como el mencionado (caso
Enriqueta), al amparo de la Ley N°30364, debe ser derivado al Juzgado de Familia, el Juez
dictará medidas de protección a favor de los ancianos, entre ellas, el retiro de la agresora de
la casa de los ancianos, no obstante, no se cumple porque no existe policía especializada y
la que hay, por lo general carece de empatía y compromiso para que se haga seguimiento a
la ejecución de la medida. Los pocos casos que llegan a la vía judicial no logran el objetivo
propuesto, por el contrario, el maltrato y despojo se agudiza y se convierte en desaliento y
pérdida de interés para recurrir a la instancia judicial.

Los hechos abusivos contra los adultos mayores siguen presentándose, los casos están
aumentando y el Código Civil de 1984 sigue inalterable en estos temas, razón por la que con
esta investigación se pretende determinar la eficacia de tan importante cuerpo legal en
asegurar los derechos del adulto mayor.

ii. Formulación del problema

ii.a Problema general

- ¿Es eficaz la protección de los derechos de los adultos mayores, regulada en el


7

Código Civil peruano, frente a la realidad social actual de esta etapa de la vida?

ii.b Problemas específicos

- ¿Cuáles son las características y problemas que confronta esta etapa de la vida
en la sociedad peruana actual?
- ¿Cómo mejorar la eficacia de la regulación contenida en el Código Civil peruano
para proteger los derechos del adulto mayor?

iii. Hipótesis

iii.a Hipótesis general

La protección a los derechos del adulto mayor regulada en el Código Civil peruano es
ineficaz frente a la realidad social actual de esta etapa de la vida.

iii.b Hipótesis específicas

- La etapa del adulto mayor presenta nuevas características y confronta nuevos


problemas en la sociedad peruana actual.
- Es necesario incorporar normas en el Código Civil peruano que regulen derechos
específicos a los adultos mayores y que sancionen con la pérdida de derechos a
las personas que las infrinjan.

iv. Objetivos de Investigación

iv.a Objetivo general

Determinar si la protección a los derechos de los adultos mayores, regulada en el Código


Civil peruano, es eficaz frente a la actual etapa de la vida.

iv.b Objetivos específicos

- Identificar las características y problemas que confronta la etapa del adulto mayor
en la sociedad peruana actual.
- Establecer la eficacia de la normatividad en materia de protección al adulto mayor
frente a la nueva realidad social de este grupo etario en el Perú.
- Revisar y analizar legislación extranjera sobre el problema de investigación.
- Proponer la incorporación de nuevas disposiciones normativas que mejoren con
proteger los derechos del adulto mayor en el Código Civil peruano.
8

v. Metodología aplicada

v.a Tipo de investigación y diseño de investigación

El tipo de investigación realizada es socio-jurídica, parte de un problema social actual


de fuerte impacto como es el incremento de la población del adulto mayor, quienes son
víctimas de violencia, abuso, abandono y despojo patrimonial, entre algunas de las
repudiables acciones perpetradas en su contra y que el Derecho Peruano no responde
de acuerdo a los acontecimientos debido a que la legislación sobre este complejo tema,
es insuficiente y escasa, resultando ineficaz particularmente en el caso del Derecho
Civil, disciplina jurídica que se examina en esta investigación, logrando encontrar sus
carencias, razón por la que se incorpora una propuesta de mejora respecto a la
protección de los derechos de alimentos y propiedad al adulto mayor. Así mismo, “se
trabajó con dos indicadores para medir la eficacia de la normatividad del Código Civil
peruano”.

v.b Unidad de análisis: universo y selección de muestra

La Unidad de análisis: está determinada por los adultos mayores, cuyos derechos son
vulnerados y la normatividad del Código Civil, particularmente en la debida prestación
de alimentos y la protección de su patrimonio, seleccionados como indicadores. Este
tema tiene como universo a todos los adultos mayores peruanos, habida cuenta que
son afectados en mayor o menor medida.

En esta investigación cualitativa se tiene como muestra los casos escogidos


aleatoriamente, examinados legalmente y presentados en esta tesis.

v.c Técnicas e instrumentos de recolección de datos

- Se hizo uso de acopio y análisis documental de fuentes formales- jurídicas e


información validadas ya por otras instituciones.
- Se inventariaron, clasificaron, seleccionaron los documentos pertinentes a la
investigación.
- Se extrajeron y analizaron los datos útiles y relevantes para la investigación.
- Se cruzó información a través de la técnica de la triangulación para encontrar las
semejanzas y diferencias en los casos presentados.
9

CAPÍTULO 1: ESTADO DE LA CUESTIÓN

1.1 Visión histórica de la vejez y el envejecimiento

La preocupación del hombre por la llegada de la etapa final de su vida ha estado presente
desde antaño, ello puede verificarse a través del tratamiento de la vejez en las distintas épocas
de la historia de la humanidad.

Conforme a los estudios de las diversas especialidades científicas (paleontología,


arqueología, antropología, medicina), se afirma que en las sociedades primitivas las personas
llegaban apenas a los 30 años de vida, y cuando alcanzaba los 50 años era llamado viejo,
considerándose por esta hazaña -atribuida a su fortaleza física o a condiciones de privilegio-
que eran merecedores de cargos o dignidades (jefe, líder, curandero, sabio).

Es en las sociedades sedentarias agrícolas-ganaderas en que la vejez deja de ser una carga
para ser apreciada por el grupo al ser un miembro capaz de colaborar en la supervivencia del
grupo (Polo y Ortega, 2001, p.16). En este periodo, las duras condiciones de la vida primitiva
causan un prematuro deterioro del aspecto físico de las personas, por ello se es viejo
prematuramente.

En Egipto se reflexiona sobre la vejez, respecto lo que ésta conlleva al declinar la fuerza, la
salud o la capacidad mental, sin embargo, se aspiraba alcanzar la “Edad de la Sabiduría” la
cual suponía llegar a vivir hasta los 110 años, y para ello se centran en el cuidado de la salud.
Se creía que esta etapa de la vida, era fuente de sabiduría al haber acumulado conocimientos
y experiencia en su larga vida (Polo et ál, 2001, p.17; Acerbi, 2013, p. 69).

Los egipcios llegaron a distinguir entre la vejez cronológica y la vejez física, la primera era
apreciada si no suponía también el deterioro físico de la persona, pues llevaba a la sabiduría,
así se pronuncia el sacerdote Tjeni: “Yo soy un hombre digno de confianza para mis hermanos
y hermanas, viejo de corazón, pero uno quien no conoce la debilidad que ello conlleva”
(Janssen, 2007, p. 147); mientras que la vejez física era rechazada por cuanto suponía el
deterioro corporal y mental (Cardona, 2013, p. 17).

El pueblo hebreo, según afirma Polo, también tuvo en alta estima a los ancianos a quienes
consideraban jefes naturales, líderes con atribuciones religiosas y judiciales de gran
importancia (Polo et ál, 2001, p. 17). En el Antiguo Testamento a la vejez se le atribuye
dignidad y sabiduría, los ancianos son guías, modelo para el pueblo, se aprecia en estos
textos antiguos que la longevidad es positiva, se menciona en el Génesis a memorables
10

ancianos como Matusalén (969 años), Adán (930 años), Abraham (175 años), Jacob (110
años), Josué (110 años). No obstante, esto no fue siempre así, con el trascurso del tiempo,
se cuestionará su capacidad aludiendo a los límites físicos y debilidades de la vejez, surge el
llamado “conflicto generacional” donde se discuten las opiniones de los mayores (Polo et ál,
2001, p. 18; Acerbi et ál, 2013, p. 70).

Grecia, cuna del pensamiento filosófico, también aporta ideas sobre la vejez, si bien los
ancianos gozan de prestigio y autoridad e integran el Consejo de Ancianos, no es menos cierto
que hubo dos potentes concepciones sobre esta etapa vital; por un lado, el filósofo Platón
mostrando sumo respeto por la experiencia vital de los mayores, ensalza su prudencia,
discreción, sagacidad y juicio, dignos de ostentar cargos de autoridad, lo que se denomina
“visión positiva de la vejez” (Agulló, 2001, p. 70). En esta línea destaca la loa de Marco Tulio
Cicerón a la vejez en su obra “De Senectute”, en la que hace hablar a Marco Catón para
rebatir cada una de las alegadas causas que agravan la vejez: i) aparta a la persona de la
gestión de negocios; ii) la salud se debilita; iii) priva de casi todos los placeres y; iv) la cercanía
de la muerte. Para este autor griego “la causa de todas estas lamentaciones está en el
carácter de cada uno, no en la edad” (sed omniun istius modi quere llarum in moribus est
culpa, non in aetate). No puede dejar de advertirse que Marco Tulio Cicerón reconoce
expresamente que su vejez ha sido más placentera gracias a sus recursos, riquezas y
dignidad política, empero, solo en parte, pues afirma que la persona necia aún en abundancia
su vejez será una carga.

En Esparta los ancianos llegaron a ocupar lugares privilegiados al conformar “La Gerusia”
(órgano de gobierno conformada por 28 miembros de 70 años de edad a más).

En la posición opuesta se encuentra Aristóteles, quien concibe esta etapa vital como una
etapa de deterioro, decadencia, debilidad, que causa compasión social y que hace a la
persona inútil socialmente, incluso asocia a la vejez con la enfermedad (Carbajo, 2008, p. 241)
y por ello deben ser apartados del poder (Agulló, 2001, p. 70). Esta visión negativa de la vejez
también se aprecia en la literatura que crea una imagen desagradable del adulto mayor,
ridiculizándolo (Anacreonte rechaza el tormento de la vejez).

Si tenemos en cuenta que Roma fue receptora de los valores griegos, además de la diversidad
cultural de los pueblos que conquistó, se tiene que la vejez fue ensalzada y denostada a la
vez; si eran ciudadanos romanos eran apreciados por su sabiduría acumulada con los años,
fue el Senado Romano el más elevado órgano político durante la Republica y estuvo
conformado por patricios ancianos primero, para posteriormente incorporar a plebeyos, es el
momento de la Gerontocracia. Situación distinta atravesaban los pueblos conquistados, pues,
11

los ancianos de los pueblos sometidos eran asesinados al ser vistos como una carga por el
imperio romano (Rojas, Silvera y Martínez, 2014, p. 3). El desprecio a la vejez también se
aprecia en la literatura romana y así lo demuestra Plinio al describir a un anciano como
“vanidoso y aburrido”:

En su obra, Plauto también presenta al anciano como una carga: “la agilidad me abandona,
la vejez me agobia, mi cuerpo es una carga pesada. Mala mercancía esto que se le llama la
mala edad” (Gonzales, J.A., 8 de febrero de 2014. El Anciano en la sociedad de Roma Antigua.
Salamanca Al Día.es. Recuperado de https://salamancartvaldia.es/noticia/2014-02-08-el-
anciano-en-la-sociedad-de-roma-antigua-273741)

Al preguntarse sobre la situación del anciano en el Perú, los investigadores Agulló, Polo y
Ortega coinciden en señalar que el poblador anciano en el Imperio Incaico fue considerado
como fuente de sabiduría, se apreció positivamente su aporte al trabajo comunal, su autoridad
dentro de la familia fue elevada, y cuando la progresiva disminución de sus capacidades no
le permitía valerse por sí mismo, paso a depender del Ayllu (2001, p. 70; 2001, p. 16).

Durante la Edad Media se mantienen las concepciones positiva y negativa de la vejez, San
Agustín ensalza la posición cristiana de la persona mayor, frente a Santo Tomas de Aquino
que consideró a la vejez como una etapa decadente tanto a nivel físico como moral (Carbajo
et ál, 2008, p. 241). Según Martínez, Polo y Carrasco el cristianismo de esta época no es
compasiva con los viejos pues los asocian con la fealdad física que revela la imagen del
pecado, son dependientes de la buena voluntad de su familia o conforman el numeroso grupo
de indigentes (2002, p. 41).

Avanzada la Edad Media (S. XI hasta el Siglo XIV) las personas mayores recobran relevancia
como fuente de saber y autoridad moral, cambio que responde a los desequilibrios
demográficos que favorecen a la población vieja.

En los siglos XI y XII, en los estados medievales europeos se abren casas de reposo y
hospitales para cubrir la necesidad de atención de los ancianos y moribundos; empero,
también se les aparta de la vida pública (Agulló et ál, 2001, p. 70)

En la Edad Moderna, con el Renacimiento, autores como Acerbi et ál (2013, p. 71), Martínez,
Polo et ál (2002, p. 42), Agulló et ál (2001, 70) y Carbajo et ál (2008, 242) coinciden en que la
vejez es rechazada porque supone decadencia y muerte, es la juventud con su belleza y
fuerza lo que se ensalza, lo que se ansía como estado permanente; a los ancianos se les
atribuye una imagen melancólica, en suma, se concibe a la vejez como negativa. Esto se
contradice, como es obvio, con la presencia en esta época de grandes personajes que a su
12

avanzada edad aportaron a la cultura universal: Giuseppe Verdi compuso Otelo después de
cumplir 70 años, Miguel Ángel inicio el Juicio Final de la Capilla Sixtina a los 65 años, Goethe
terminó el “Fausto” cuando pasaba los 80 años de edad, resaltan también otros grandes
artistas como Degas, Rembrandt, Goya, Monet, Leonardo Da Vinci, Picasso, Tolstoi,
Cervantes y Beethoven.

Es a partir de la Edad Contemporánea que se inicia el estudio del envejecimiento, no basta


con preocuparse por la vejez de la persona a nivel individual, sino que surge la preocupación
de comprender el fenómeno de la vejez como proceso complejo (biológico, psicológico,
sociológico).

Durante la Revolución Industrial (1780-1840) en los países occidentales, es la juventud la que


se impone por la necesidad de fuerza de trabajo masiva, su audacia se impone ante algún
cambios social, económico y cultural que trae la nueva economía, mientras que, los ancianos
se ven relegados y no se valora su sabiduría.

El médico alemán Cristoph Wilhelm Hufeland (1762 – 1836) investigó sobre la vejez en su
libro “Macrobiótica o el Arte de Alargar la vida”; en el año 1903, el sociólogo y biólogo ruso
Michel Elie Metchnikoff, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1908, propuso el concepto
de Gerontología como la especialidad que estudia científicamente el envejecimiento en sus
distintos aspectos; y en el año 1909, el médico austriaco Ignatrius Leo Nascher, introdujo el
concepto de “Geriatría” como especialidad médica dedicada al estudio, diagnóstico,
tratamiento, prevención, rehabilitación y paliación de los padecimientos propios de la vejez,
por tal aporte se le considera “el padre de la investigación médica de la vejez” (Carbajo et ál,
2008, p. 243).

En este periodo de la historia se verifica un notable avance de las ciencias médicas


(descubrimiento del antibiótico), así como un mayor cuidado en la higiene pública, lo cual atrae
el incremento de la expectativa de vida en todas las clases sociales, generando un progresivo
envejecimiento en la población y a su vez, va a significar un mayor peso para la sociedad
dejando el anciano de ser un asunto individual y familiar para pasar a ser un problema social
con trascendencia política (Martínez et ál, 2002, p. 44).

Es a partir de 1945 que se inició el periodo de revalorización de la vejez y se reconoce


expresamente la trascendencia del envejecimiento poblacional, fecha en que se organizó en
Estados Unidos de Norte América la Sociedad Gerontológica (Gerontological Society).

Carbajo et ál (2008, p. 248) sostiene que la investigación del envejecimiento se centró en los
cambios en el rendimiento y en las funciones de la persona mayor, estudiándose las
13

condiciones biológico – fisiológicos de estos cambios. Sin embargo, recién a partir de 1960 se
inició el interés de la investigación desde enfoque psicológico (psicología de la personalidad
y psicología social).

En el siglo XX (1900-2000) se apreciará el valor a las personas de edad avanzada


reconociéndose, entre los DD.HH. y el derecho a la ancianidad (Acerbi et ál, 2013, p. 73).

De la revisión de concepción de la vejez a través del tiempo y de las diversas sociedades, se


puede afirmar que más allá del tiempo o época de la que se trate “la condición del viejo
depende del contexto social pues es la colectividad la que decide su estatus” (Polo et ál, 2001,
p. 16), sin que esto suponga desconocer otros factores (biológico – psicológico) que permiten
una comprensión integral del fenómeno de la vejez.

Dado el continuo crecimiento poblacional que preocupa a la sociedad actual, al siglo XXI se
le ha denominado “el siglo más encanecido de la historia”.

1.2 Situación de la población adulta mayor en el Perú

1.2.1 La población adulta mayor en cifras

El envejecimiento es un fenómeno global del cual el Perú no es ajeno, pues, según los
datos estadísticos nacionales también ponen en evidencia “el envejecimiento de la
población peruana”, es decir un alto porcentaje de peruanos integran al grupo
poblacional mayor de 60 años de edad.

Según informa el INEI, el envejecimiento de la población peruana ha sido progresivo y


no se detiene, no se vislumbra una ralentización ni una reversión de este fenómeno
demográfico (INEI, 2018, p. 1).

Así, el INEI et ál (2018, p.1) estimó que el año 1950 de adultos mayores en el territorio
peruano representaba el 5,7% del total poblacional, representación que se duplica en
los siguientes 68 años, pues en el 2018 la población de adulto mayor alcanzó el 10,4 %,
sobrepasando ampliamente el índice de 7% establecido como referente para considerar
a una población como envejecida. Para el año 2019, el INEI (Defensoría del Pueblo,
2019, 7) determinó que la población adulta mayor se incrementaría hasta llegar alcanzar
el 11,9%, crecimiento sostenido que no se ha detenido ni en la irrupción de la pandemia
del COVID-19, tal como lo informa el INEI (INEI, 2022, p.1), en su Informe Técnico N°03
del mes de septiembre de 2022, al determinar que la población adulta mayor aumentó
al 13,3%; lo que le permite proyectar estadísticamente que al año 2050 representará el
14

21,8 % de adultos mayores, evidenciándose que el fenómeno de envejecimiento


poblacional nacional supondrá un mayor impacto en la estructura poblacional nacional
y una mayor presión económica, social y familiar para el Perú.
15

Si se tiene en cuenta que el Censo Nacional 2017 (INEI, 2018, p. 9) arrojó un total de
31’237,385 pobladores en el territorio peruano, y aplicando las proyecciones estadísticas, al
año 2019, la población adulta mayor aproximadamente está conformada por 3’497,576
16

adultos mayores que tienen 60 años o más de edad (Defensoría del Pueblo et ál, 2019, p. 7),
cifra importante y cuyas necesidades el Estado está obligado a atender tal como lo ha
determinado el Tribunal Constitucional al sostener que la vejez en las personas es inevitable
y se exige al Estado, adoptar un marco normativo que avale la creación de instrumentos
legales para el ejercicio pleno de los derechos ya establecidos en la Carta Magna del Perú…
(Callo vs Segunda Sala Penal de Apelaciones del Cusco, 2017).

La Defensoría del Pueblo reconoce que no existen bases de datos que permitan establecer
con exactitud las calidades de vida del adulto mayor, sin embargo, algunos datos estadísticos
relevantes proporcionados por el INEI nos muestran lo que en verdad atraviesan los adultos
mayores en el Perú:

En este rubro, el Ministerio de Justicia (MINJUS, 2018, p. 62) en el PNDH 2018 – 2021 informa
que al 2017 se ha alcanzado un 53,4% de personas adultas mayores afiliadas al SIS y se
proyectó como meta que al año 2021 esta cobertura alcance al 90 % de adultos mayores; sin
embargo, al año 2022 sólo el 48,9% de adultos mayores se encuentra afiliada al SIS (INEI,
17

2022, https://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/el-893-de-la-poblacion-adulta-mayor-tiene-algun-
seguro-de-salud-
13930/#:~:text=El%2048%2C9%25%20de%20la,similar%20trimestre%20del%20a%C3%B1
o%202021).

Si se pregunta por la protección económica en esta última etapa vital, se tiene que del total
de adultos mayores el 35,0% está afiliada a un sistema de pensión, siendo que el 19,5%
corresponde a afiliados al ONP, el 9,8% está afiliado al AFP, el 2,5% está afiliado a la Cedula
Viva (D.L. Nº20530) y el restante 3,1% corresponde a otros sistemas pensionarios (INEI, 2022,
p. 10).

Lo que se advierte es que el 65,0% de adultos mayores no cuenta con ningún sistema de
pensión lo que constituye un factor de vulnerabilidad en este grupo poblacional.

Los adultos mayores también ejercen actividad económica para contribuir al propio
sostenimiento y/o al de su familia, por lo que el 56,4% de los adultos mayores están incluidos
dentro de la PEA (INEI, 2022, p. 13).

El 43,6% de adultos mayores están al margen de la PEA constituyen también un segmento


poblacional vulnerable.

1.2.2 Problemas que afectan a las personas adultas mayores

1.2.2.1 En el ámbito internacional.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, a partir del informe de


34 países afiliados, identificó diversos problemas y limitaciones que enfrenta el
adulto mayor para llevar a la práctica sus derechos (CEPAL, 2017, p. 64) entre
ellos, las dificultades para la atención hacia el adulto mayor, el deterioro de su
salud, nulo o limitado acceso a pensiones, la discriminación laboral y social, el
maltrato, entre otros.

Cuando se evalúa el cuidado que demanda una persona adulta mayor se


encuentra que, tanto a nivel institucional como dentro del grupo familiar, no se
considera lo que desea y lo que necesita, se decide por él, no se permite espacio
para el ejercicio de su autonomía; y, muchas veces no son destinatarios de afecto
familiar, por el contrario, son sujetos de discriminación y maltrato

En el aspecto de la salud, se detecta que el adulto mayor no cuenta con un


sistema de salud integral (pública o privada), tampoco acceden a servicios de
18

saneamiento básico debido a la situación de pobreza en que podrían encontrarse;


además, se reporta la escasez de profesionales médicos especializados en
geriatría que permitan identificar sus problemas de salud y el tratamiento
respectivo, pero, sobre todo, que prioricen la prevención para promover el
envejecimiento activo y saludable.

Otro problema identificado está relacionado con la seguridad social, pues, los
adultos mayores muchas veces están en condición de pobreza y no cuentan con
ninguna pensión; y en el caso de acceder a una pensión, también deben padecer
que ésta sea insuficiente para satisfacer sus especiales necesidades básicas. Los
países advierten problemas en la sostenibilidad del sistema de pensiones,
precisamente por el incremento de los adultos mayores dado por sus años de vida
(expectativa de vida).

La discriminación contra el adulto mayor se verifica en principio en el ámbito


laboral, pues, se le excluye o margina por su edad, asumiendo que la vejez
necesariamente se identifica con incapacidad, que pierden sus facultades
mentales y físicas, negando su “valiosa contribución al bienestar familiar y social”
(Miralles, 2010, p.14).

Es precisamente la discriminación laboral la que conlleva al problema de


desempleo y trabajo informal que genera dependencia e inseguridad económica
en la persona adulta mayor, “ello evidencia la vulnerabilidad de su situación y la
falta de reconocimiento de sus derechos” (Miralles, 2010, p. 5).

Un grave problema identificado es el maltrato contra los adultos mayores, el


cual puede provenir tanto de las instituciones como dentro del entorno familiar. Se
encontró maltrato ante el servicio de atención hacia los adultos mayores
(descuido, negación a su intimidad y dignidad), abuso físico, psicológico y trato
degradante.

Los países miembros de CEPAL también han identificado el aumento de adultas


mayores femeninas, es decir, hay un mayor número de mujeres mayores (CEPAL,
2017, p. 31); así lo revelaban las estadísticas poblacionales en el año 2015, tal
como se dio a conocer en el Índice Global de Envejecimiento Age Watch 2015 Las
mujeres de 50 años a más representan el 23,6 % sobre toda la población femenina
en el mundo (HelpAge, 2015, p. 9); además se ha advertido que las mujeres viven
más años que los hombres, pues, según reciente estudio mundial, las mujeres
alcanzarán una media de vida de 74 años y dos meses, por el contrario, la media
19

masculina solamente alcanzan los 69 años y ocho meses de edad (BBC News, 5
de febrero de 2019).

Este último problema ha sido denominado la “feminización del envejecimiento”,


lo que ha generado el estudio del envejecimiento desde una perspectiva de
género, dato que no sólo debe ser tratado como una variable del envejecimiento
poblacional, sino sobre un aspecto fundamental en la organización de la sociedad
(Huenchuan, 1998, p. 9-10).

Finalmente, otro problema identificado que afecta a los adultos mayores es la


dificultad que tienen para acceder a la justicia a fin de defender o reclamar el
respeto a sus derechos (pensiones, cobertura médica, alimentos, vivienda,
defensa de sus bienes, etcétera). La DUDH se conoce, en los artículos 8, 9, 10 y
11, los derechos básicos que nutren al DD.HH. de dar acceso a la justicia, no
obstante, cuando el adulto mayor requiere el servicio de justicia se encuentra con
barreras de acceso, las que Rosana Feliciotti (2018, p. 29) clasifica en:

- barreras geográficas (los órganos jurisdiccionales no se ubican en la zona


de su domicilio); de falta información (desconocimiento sobre sus derechos
y su contenido, sobre como ejercerlos y defenderlos);
- barreras actitudinales (falta de sensibilización de los operadores de justicia
para una mejor o especial atención a los adultos mayores)
- barrera comunicacional (falta de instrumentos que faciliten la comunicación
clara y directa en especial favorecimiento el idioma materno del litigante
adulto mayor).

Ante la problemática identificada por la comunidad internacional se demanda a


cada Estado el desarrollo de marcos jurídicos y políticas públicas tutelares que
prevengan que la persona adulta mayor sea discriminada por razón de su vejez
su mayor fragilidad, la precariedad económica que muchas veces sufren y el
abandono social y familiar (Lathrop, 2009, p. 84).

1.2.2.2 En el ámbito nacional.

Los problemas que han identificado la comunidad internacional se replican


también en el Perú, aun cuando está considerado como una economía de ingresos
medios altos, según la clasificación de los países de acuerdo a su nivel de ingresos
2017 – 2018 del Banco Mundial y, según proyecciones del MEF en el 2021 la tasa
de crecimiento sería de 10,0% (2021, p. 6) – está en una etapa incipiente del cual
20

la tutela de los derechos de las poblaciones adultos mayores, si bien se verifican


esfuerzos desde el Estado, sobre todo en políticas públicas, que aún son
insuficientes; la tutela es mínima ante el punto de vista del Derecho Civil, cuando
se refiere a los derechos subjetivos propios de la vida privada de la persona mayor
(autonomía, alimentos, bienes y voluntades anticipadas).

En el marco de la Ley Nº 30490 – Ley de la Persona Adulta Mayor y su Reglamento


aprobado por D.S. Nº 007-2018-MIMP, es el ente rector encargado sobre la
promoción y protección de los derechos del adulto mayor, y en ese rol elaboró el
PLANPAM 2013 – 2017 para determinar los propósitos estratégicos, resultados e
intervenciones lideradas por el MIMP y ejecutados por las entidades de los 3
niveles de gob. (PLANPAM, 2013, p. 5).

Como parte de este esfuerzo, en el PLANPAM 2013 – 2017 se han identificado


los principales problemas que afectan al adulto mayor, problemas que se
visualizan mediante la evaluación de la condición del adulto mayor en cifras
reportado por los entes competentes como el INEI, MINJUS y el MIMP.

Se reconoce que esta problemática es compleja y que estas situaciones deterioran


el estado de salud del adulto mayor, lo que les impiden alcanzar una vejez
saludable y satisfactoria (PLANPAM, 2013, p. 24).

Entre los problemas identificados se tienen:

i) Déficit calórico en personas adultas mayores. Es debido a métodos


alimenticios y nutricionales poco saludables, que conllevan a una insuficiente
ingesta calórica – proteica que afecta mayormente a los que viven en situación de
pobreza (PLANPAM, 2013, p. 25).

De acuerdo al Informe Técnico Nº 03 Situación de la Población Adulto Mayor,


elaborado por INEI: En el 23.6% de los hogares tienen un adulto mayor de 60 años
o más de edad con déficit calórico, llamando la atención que la mayor incidencia
de este problema se presenta en Lima Metropolitana (32.8%), y no en el área rural
(13.5%) como podría considerarse a priori, y esto se debe al descuido en su
alimentación (INEI, 2022, p. 8).
21

Desde la Perspectiva de la geriatría, Valera (2013, p. 183) afirma que el riesgo de


que los adultos mayores presenten mal nutrición se debería a “diversas causas
que están vinculadas con la reducción de la ingesta de alimentos, anorexia
asociada a factores psicosociales, problemas masticatorios y de deglución,
cambios fisiológicos en la función gastrointestinal, enfermedades crónicas
oncológicas y no oncológicas, polifarmacia, depresión, entre otros”.

Este problema se presenta diariamente en la persona mayor peruano, aunque en


la mayoría de los casos no llegan a ser de “interés” de los medios de
comunicación, no se informan, salvo casos en los que algún personaje mediático
denuncie o reclame en un caso concreto, como ocurrió en el caso recogido y
publicado en el Diario El Comercio, en su versión digital del 26 de abril de 2018,
que en una nota periodística da cuenta que la “Actriz Nataniel Sánchez denuncia
maltrato en Hogar Canevaro”, informando la denuncia de Nataniel Sánchez contra
el asilo Centro Geriátrico Ignacia Rudolfo Vda. De Canevaro (Hogar Canevaro),
ubicado en la ciudad de Lima. La victima es María Montoya de 89 años de edad
fue encontrada en mal estado. “Nuestra nana estaba en un estado deplorable,
completamente desaseada, con trapos en vez de pañales, sin atención médica
para la demencia ni otras dolencias, en completo estado de desnutrición (era
hueso y pellejo)”.
22

Según el reporte periodístico la anciana fue diagnosticada con “desnutrición


severa, infección urinaria crónica con daño a un riñón trombosis por falta de
movilidad y arritmia derivada de lo anteriormente mencionado”. Ante la denuncia
pública, las autoridades competentes decidieron sancionar a la directora del asilo
separándola del cargo.

ii) Limitado acceso a servicios de salud. Es debido, primero, a la creciente


demanda por el deterioro de la salud del adulto mayor, con el agravante de la
precariedad económica en que pueda encontrarse (desempleo, reducidas
pensiones). En su último informe técnico, el INEI (2021, p. 9) reporta que hasta el
trimestre enero-febrero-marzo de 2021, el 80,8% de las mujeres adultas mayores
y el 70.3% de hombres adultos mayores presentaron problemas crónicos de salud;
segundo, se verifica la ausencia de capacitación y sensibilización del personal de
los centros de salud pública.

Esta limitación, se agrava cuando el personal encargado de brindar servicios de


salud tiene actitudes indolentes e intolerantes ante las necesidades especiales del
adulto mayor: comunicación de la información que le es útil, atención preferencial,
etcétera.
Casos referentes a este problema se han informado a través de los medios de
comunicación peruanos:
23
24

iii) Deficiencia educativa. Deficiencia en su desarrollo educativo, que se


evidencia con el bajo nivel educativo que ha arrojado el último censo nacional, en
cuanto al total de adultos mayores en el territorio nacional, el 9,5 % no ha
estudiado o sólo alcanzó a estudiar el nivel inicial; mientras que el 36,0 % estudió
primaria y el 29.6 % estudió secundaria. El nivel universitario solamente fue
alcanzado por el 16.7 % de adultos mayores (INEI, 2021, p. 4)
25

También se identificó un alto porcentaje sobre adultos mayores analfabetos, con


mayor incidencia de analfabetismo en la zona rural, alcanzando el 15,0 % de
adultos mayores que no saben leer ni escribir, registrándose que es mayor el
número de mujeres analfabetas que el de hombres (INEI, 2021, p. 5).

En el PLANPAM (2013, p. 33) se identificó la carencia de programas educativos


pensados y dirigidos para el adulto mayor que respondan a sus “necesidades y
capacidades”; empero, desde el Estado se vienen realizando esfuerzos para
contrarrestar este obstáculo que impida al adulto mayor el goce pleno de sus
derechos fundamentales como la Educación Básica Alternativa bajo la dirección
del Ministerio de Educación, que cuentan con los CEBA, destinados a brindar
servicio educativo a personas que no pudieron acceder a la Educación Básica
Regular (Nivel Inicial, Nivel Primaria, Nivel Secundario).

iv) Pobreza. Precarización económica a causa de la reducción de sus ingresos o


pérdida total de ellos, pues del total de adultos mayores en el territorio nacional
(3’2497,576) solo el 57,7% están comprendidos en la PEA, con un número mayor
de hombres que mujeres, quedando fuera del mercado laboral el 42,3% (INEI,
2019 p.13).
26

El Ministerio de Trabajo (2020, p. 20) informó que ocho de cada diez trabajadores
adultos mayores se encuentran desempeñando trabajo de manera informal,
dentro de este grupo, el 71,8% trabajan en empresas informales que no tienen
RUC, mientras que el 7,4 % trabajan en empresas que teniendo RUC no les
reconocen beneficios sociales), situación que constituye un factor adicional de
vulnerabilidad para este grupo poblacional.

Esta precarización también se evidencia en las deficiencias que presentan los


sistemas pensionarios con su “reducida cobertura” y pensiones exiguas
27

(PLANPAM, 2013, p. 28).

En el reporte nacional correspondiente al trimestre julio-agosto-setiembre de 2019,


se identificó que del total de la población adulta mayor sólo el 38,1% tiene
cobertura pensionaria, y dentro de este grupo, son los hombres adultos mayores
quienes más cuentan con un sistema de pensión, en el orden de 48,6% mientras
que las mujeres tan solo alcanzan un 28,8% (INEI, 2019, p. 11). El 61,3% de
adultos mayores queda al margen de la protección de un sistema pensionario lo
que constituye un grave problema que afecte directamente a la propia
sobrevivencia de los adultos mayores.
28

Un esfuerzo estatal para revertir o paliar este problema es el Programa Pensión


65 implementado para brindar una asignación económica al adulto mayor en
estado de pobreza extrema, sin embargo, aun su cobertura es limitada contando
con 540,034 usuarios atendidos al mes de junio de 2019, lo que representa solo
una reducción de 27,1% respecto del total de adultos mayores que carecen de
cobertura pensionaria.

Respecto al monto de la subvención económica también se cuestiona su mínima


cantidad que no resulta suficiente para cubrir las necesidades específicas del
adulto mayor (gastos de salud – geriátricos), pues, el SNP el monto mínimo de la
pensión mensual asciende a quinientos soles (S/ 500.00) mientras que el monto
máximo asciende a ochocientos 92 (S/ 892.00) conforme al reajuste dispuesto
mediante D.S. Nº 139-2019-EF publicado el 02 de mayo de 2019, y en el caso de
la asignación económica del Programa Pensión 65 no sobrepasa los doscientos
cincuenta soles (S/ 250.00).

Las estadísticas nacionales reportan que en el trimestre julio-agosto-setiembre de


2019, el total de hogares jefaturados por adultos mayores sólo el 17,2% es
beneficiaria del Programa Pensión 65, concentrándose el mayor número de
beneficiarios en el área rural con un 45,0%, lo que pone en evidencia el limitado
alcance de este programa social que redunda en la precarización de la economía
de este sector poblacional.

v) Desaprovechamiento del tiempo libre. Desinterés por promover el


29

aprovechamiento del tiempo libre del adulto mayor, lo que no coadyuva a lograr
una vejez activa y saludable. En efecto, son escasos los programas públicos y
privados dirigidos a incentivar la participación del adulto mayor en actividades
artísticas, culturales, deportivas, turísticas, etc., lo que pasa también por gestionar
más espacios que permitan el desarrollo de estas actividades.

Entre los esfuerzos destacables por parte de entes estatales se tienen:

El PLANPAM (2013, p. 30) identifica dentro de este problema que los propios
adultos mayores necesitan estímulos para tomar conciencia de los beneficios del
aprovechamiento de su tiempo libre, es decir, que por sí mismos o con el aliciente
de su entorno familiar, social y del Estado comprenda que aún tiene mucho que
aportar a su entorno.

vi) Limitada participación de las personas adultas mayores en la sociedad.


Esto es debido a estereotipos que los muestran como personas disminuidas en
sus capacidades y habilidades.

El Reglamento de la Ley Nº 30490 define el derecho de los adultos mayores a


30

participar activamente como ciudadanos ante el derecho y la oportunidad


individual o colectiva, que tienen para expresar sus intereses y demandas a través
de actos, precisando que tiene como finalidad contribuir para formular y tomar
decisiones gubernamentales en los diferentes niveles: nacional, regional o local;
colaborando de esta manera a mejorar la gestión pública y la calidad de vida de
los ciudadanos.

Por lo tanto, queda claro que los adultos mayores mantienen incólumes sus
derechos ciudadanos y políticos a elegir y ser elegidos y a participar activamente
en la vida política, económica, social y cultural de la Nación, consagrados en los
arts. 2º, inc. 17, 31º y 35º de la Carta Magna del Perú.

Como parte del compromiso asumido por el Estado Peruano para promover una
vejez activa de su población, el MINJUS en su Plan Anual de Derechos Humanos
2018 – 2021, se planteó como objetivo estratégico: Garantizar y promover la
autonomía e independencia mejorando la condición de vida y el pleno ejercicio de
los derechos del adulto mayor, con su participación, destacando la acción
estratégica consistente en Respaldar el aumento de los niveles de participación
social y política del adulto mayor de manera que los integre como agentes del
desarrollo comunitario detallándose que consiste en la participación organizada
de las personas adultas mayores, en presupuesto participativos, planes de
desarrollo y otros espacios de toma de decisión.

vii) Discriminación de Género. El rol tradicional asignado a la mujer la


ubica como “natural” cuidadora de los miembros adultos mayores dentro del seno
familiar, lo que se acentúa cuando la mujer es adulta mayor, sin embargo, pese a
su fundamental contribución, no se le reconoce este aporte; por el contrario, es
sujeto de discriminación por su condición de mujer, por considerarla una
subordinada frente al poder del padre, cónyuge, conviviente, hermanos e hijos.
También se advierte la desatención a sus problemas de salud que en su mayor
parte “están asociados a las inequidades que sufren las mujeres a lo largo de su
ciclo vital y que afectan su salud y su calidad de vida, que empeoran al pasar los
años (PLANPAM, 2013, p. 31).

Un hito importante en el esfuerzo por cerrar la brecha de género y discriminación


por sexo es la formulación de políticas públicas como el Plan de Igualdad de
Oportunidades para Mujeres y Varones que a la fecha está en su tercera versión
2012 – 2017 y se sustenta en la Ley 28983, cuyo objeto es “establecer el marco
31

normativo, institucional y de políticas públicas… para garantizar a mujeres y


hombres el ejercicio de sus derechos a la igualdad, dignidad, libre desarrollo,
bienestar y autonomía, impidiendo la discriminación en todas las esferas de su
vida, pública y privada, propendiendo a la plena igualdad (art. 1 de la Ley).

En el art. 2 de la Ley N° 28983 se esboza una definición legal de discriminación:

Se reportó que las brechas de género en el Perú al 2010, se verificaban en la


inequidad en materia educativa, salud, violencia de género, empleo y trabajo,
identidad, ciudadanía y paridad. A este respecto, en el mes de marzo de 2019, la
ministra del MIMP informó ante el Congreso de la República, basada en el XII
Informe de avances en el cumplimiento de La Ley de Igualdad de Oportunidades
entre hombres y mujeres (Ley Nº 28983), que se están logrando avances con
respecto a la igualdad de género, tanto con la dación de normas orientadas a
erradicar la violencia de género, como en el incremento de cobertura de salud de
7,6% a favor de las mujeres (SIS), y un incremento en el financiamiento para la
ejecución de las medidas previstas en el Plan de Acción de la Comisión de
Emergencia encargada de plantear acciones para la protección, prevención y
atención de casos de violencia contra la mujer.

Resalta también la aprobación y publicación “de la PNIG”, mediante D.S. Nº 008-


2019-MIMP, como otro avance en la promoción de la igualdad de género en la
política pública nacional.

En el marco de la PNIG, dentro del ámbito de la igualdad de género, se ha


determinado que la discriminación estructural “es el conjunto de prácticas
reproducidas por patrones socioculturales instalados en las personas, las
instituciones y la sociedad en general”. Se ha identificado, asimismo, cómo se
expresa y evidencia esta discriminación enraizada en la sociedad: “Esta
32

discriminación se expresa en prácticas y discursos excluyentes y violentos que


son avalados por el orden social, donde hombres y mujeres se relacionan a nivel
social, político, económico y ético”. Así también, “esta discriminación se evidencia
en las diferentes oportunidades de desarrollo y de consecución de planes de vida
de las personas debido al hecho biológico de ser hombres o mujeres.”

viii) La violencia. La violencia afecta “los derechos fundamentales del


adulto mayor, y ha sido identificada como un problema social de graves
consecuencias para la salud, la economía y el desarrollo de las sociedades”
(PLANPAM, 2013, p. 30). La Defensoría del Pueblo remarca “ante el derecho del
adultos mayor a vivir libres de violencia”, es decir, vivir en un ambiente pacífico,
ejerciendo plenamente los derechos que le son reconocidos; sin embargo, pese a
la escasez de información estadística, se ha identificado en el total de adultos
mayores censadas, el 6,68% de los varones y el 7,69% de las mujeres padeció
violencia, en sus distintas formas: amenazas, intimidación, maltrato físico o
psicológico de parte de sus propios familiares, ofensas sexuales, extorsión, entre
otros.

La violencia es un problema que demanda una respuesta urgente de los Estados,


la sociedad y las familias “para salvaguardar la vida, integridad y dignidad del
adulto mayor”, y que por su alta incidencia se torna complejo y de difícil
erradicación.
33

La Defensoría del Pueblo (Perú) ha informado que en el periodo comprendido


entre el año 2015 e inicios del año 2017 se registraron 5,158 casos de violencia
psicológica, casos reportados por el PNCVFS, también se registró 2,325 casos de
violencia física, 169 de abandono y 150 casos de violencia sexual (Defensoría del
Pueblo, 15 de junio de 2017).

El MIMP en el año 2015, “a través de su Dirección de Personas Adultas Mayores”,


presentó un informe sobre “El Abordaje de la violencia contra las personas adultas
mayores”. Enfoque de Género, en el cual identificó “que clases de violencia se
ejercen hacia los adultos mayores”, precisando “que la violencia psicológica o
verbal, fue la más frecuente alguna vez en su vida desde los 60 años en las PAM
(24.2%), seguida de la económica y la física” y que “La violencia psicológica o
verbal, fue la más frecuente en los últimos 12 meses en las PAM (15,0%), seguida
del abandono, la económica y la física” (Mora, 2015).
34

Teniendo en cuenta el género de los adultos mayores violentadas, el índice es


mayor en contra de las mujeres (61.8%) frente a los hombres (38.2%), lo que
implica que dentro de este grupo poblacional adulto mayor, que es reconocido
“como un grupo de especial protección” (MINJUS, 2018), “las mujeres adultas
mayores se encuentran en situación de doble vulnerabilidad”.

Para el año 2022, el MIMP informó que existen 1694 de adultos mayores en
situación de riesgo con medidas de protección a su favor (MIMP. 2022. 60+. En
https://www.mimp.gob.pe/omep/estadisticas-btn-pam.php).
35

Se ha identificado también que, en relación al parentesco entre el victimario y la


víctima adulta mayor, son los hijos y la pareja los primeros agresores, seguido se
reportan denuncias contra otros miembros del entorno familiar (hermanos, yerno,
sobrino, cuñados, nietos, ex esposo, etc.), lo que significa que la familia no está
cumpliendo el rol tradicionalmente asignado de protección hacia sus miembros
vulnerables.

En el mismo estudio del MIMP, se identificó el “núm. de adultas mayores que


fueron atendidas” en los años 2012, 2013 y 2014 en los Centros de Defensa
Pública del MINJUS, requiriendo atención sobre diversos asuntos jurídicos de
orden patrimonial, pensionario, alimentos y violencia.
36

El INEI (2018), sobre la base de la información obtenida en los Censos Nacionales


2017, determinó que en el Perú – a esa fecha- existían 633,590 “personas adultas
mayores de 70 años de edad que viven solos, representando el 38,4 % del total
de la población de este rango de edad”. Precisó el INEI que el 61,8% de este grupo
de personas mayores de 70 años, vive con otra persona adulta mayor (pareja u
otro familiar), mientras que el restante 38.2% se encuentran viviendo solos.

De los datos censales obtenidos también se pudo establecer que el 87 % de este


grupo poblacional ocupan viviendas que son de su propiedad, identificándose que
sólo el 48.7 % cuenta con título de propiedad y el 39 % no ha registrado su derecho
de propiedad, finalmente, se identificó que el 6,2 % ocupa una vivienda mediante
una relación contractual de arrendamiento.

1.3 Situación de desprotección de los derechos subjetivos de las personas


adultas mayores

1.3.1 Derechos subjetivos vulnerados

Se anotó anteriormente que existe compromiso del Estado frente a los problemas que
aquejan al adulto mayor, lo que se traduce en la implementación de políticas públicas
(dación de normas jurídicas protectoras y planificación gubernamental para crear
espacios positivos en la sociedad y en el propio Estado); sin embargo, también es cierto
que esta tutela de los derechos del adulto mayor no ha tenido suficiente acogida en el
37

ámbito del Código Civil, cuerpo normativo fundamental en la tutela de los derechos
subjetivos de las personas, específicamente en la esfera privada.

Los problemas identificados y descritos en esta investigación tienen incidencia directa


en los derechos subjetivos del adulto mayor, derechos que están contenidos y regulados
en el Código Civil de forma general sin establecer o considerar la situación especial en
la que se encuentra este grupo poblacional.

Entre estos derechos subjetivos que necesitan tratamiento especial encontramos dos
derechos trascendentes que tienen incidencia directa en su propia subsistencia: el
derecho de alimentos y el derecho de propiedad.

No cabe duda de que toda persona necesita alimentos para su propia existencia y que
este derecho puede bien asegurarse mediante el pleno ejercicio de los atributos del
derecho de propiedad, escenario ideal que no siempre puede verificarse en la realidad
de los adultos mayores, pues, muchas veces no tienen patrimonio, e incluso, teniéndolo,
no les es redituable (no produce frutos aprovechables y que se traduzcan en dinero
efectivo, les genera obligaciones para su conservación como impuestos y otros gastos),
o en el extremo de la tragedia, ni siquiera tienen una fuente que les proporcione
alimentos indispensables para sobrevivir (desamparo familiar).

Reiteradamente se habla e informa sobre casos de abandono o desamparo en que se


hallan los adultos mayores, así como casos de despojo patrimonial que padecen,
supuestos que han sido identificados en la legislación como tipos de violencia: abandono
y violencia económica o patrimonial.

En el año 2014, en México, se discutía sobre la elevada incidencia de casos de despojo


de bienes contra los adultos mayores identificada como una práctica perversa que
realizan miembros de la propia familia. La entonces senadora mexicana Hilda Estela
Flores Escalera afirmó que la Ley de los Derechos de las Personas Mayores no es
suficiente para proteger el patrimonio de los adultos mayores, quienes son víctimas de
engaño o fraude por familiares o terceros, se ven despojados de sus bienes y privados
del dinero de sus pensiones (Boletín del Senado de la República Federal de México, 28
de agosto de 2014).

En el mismo año 2014, en el Perú, la Red Perú de HelpAge Internacional dio a conocer
que en un estudio del año 2012 lograron determinar que el 68% de adultos mayores han
sufrido abuso financiero, y de este total, un 14% afirmaba haber sido engañado respecto
de dinero, bienes o pensiones, un 17% sufrieron despojo de sus bienes y el 14% fueron
38

impedidos de recibir o acceder a una herencia. También se denunció que se había


detectado la indebida actuación de los Notarios que elevan escrituras públicas sin
cumplir con su obligación de garantizar el consentimiento informado que consiste en
“leer el texto y confirmar la voluntad del otorgante”, pues, lo que ocurre en realidad es
que las personas adultas mayores firman minutas y escrituras públicas coaccionadas
por sus propios hijos (Luis Silva Nole et ál, 20 de junio de 2014).

Esta cruel realidad generó que, en el mes de julio del año 2019, en el Estado de México,
el Pleno del Congreso aprobó modificaciones al Código Penal para introducir supuestos
fácticos agravantes cuando la víctima sea un adulto mayor, específicamente en los
delitos de extorsión y despojo agravado (Expansión Política, 30 de julio de 2019).

1.3.2 Vulneración del derecho alimentario

Como ya se advirtió, en el Perú, al cierre del año 2018, en el 21.7% de los hogares que
tienen entre sus integrantes a personas adultas mayores, existe por lo menos una
persona de 60 y más años de edad que presenta déficit calórico, es decir, estos adultos
mayores no pueden satisfacer el consumo de calorías que su cuerpo necesita, tienen
dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias que a la larga los pueden llevar
a la desnutrición.

Para la presente investigación se ha agotado la búsqueda de conflictos traslados a los


órganos jurisdiccionales peruanos respecto de personas adultas mayores reclamando
pensión alimenticia a sus descendientes, sin embargo, no se han ubicado procesos
judiciales, tampoco existen estadísticas judiciales sobre esta materia pese a que por
mandato legal se creó un sistema de atención preferente cuando se trate de causas
impulsadas por adultos mayores, siendo que los casos reportados se circunscriben a
demandas de carácter previsional contra estamentos públicos. La Defensoría del
Pueblo, en el año 2015, mediante Informe Nº 172, publicó los resultados de investigación
sobre el proceso de amparo en el Distrito Judicial de Lima, habiendo determinado que
el 51% de las demandas de amparo presentadas corresponden a adultos mayores, y
que de este porcentaje el 51% está dirigida contra la ONP (Defensoría del Pueblo, 2015,
p. 18).

Este dato negativo se corrobora con el prolijo estudio realizado por la Defensoría del
Pueblo, a través del Informe de Adjuntía - Informe N°001- 2018-DP/AAC, titulado “El
proceso de alimentos en el Perú: avances, dificultades y Retos”, publicado en el mes de
julio del año 2018, en el cual, como expresamente se declara en la introducción del
informe, se menciona el tratamiento del derecho al acceso a la justicia y la tutela
39

jurisdiccional efectiva, vinculado con el sector compuesto por las madres y los niños y
niñas necesitados de la provisión de alimentos, es decir, en la investigación desde el
inicio se parte de la idea de que los procesos de alimentos versan sobre la protección
del derecho alimentario de personas menores de edad.

Los investigadores inician preguntándose “¿Quién demanda alimentos?”, con lo cual


identifican quiénes son las personas que inician el proceso de alimentos presentando la
demanda. En este estudio se reporta que se han analizado un total de 3,512 expedientes
de procesos de alimentos, de los cuales el 95,3% fue iniciado por mujeres en su calidad
de madres y en favor de sus hijos, y que el 4,4% de los procesos fueron incoados por
hombres en su calidad de padres, también a favor de sus hijos. No aparece ningún dato
o reporte sobre procesos que hayan sido iniciados por personas adultas mayores por
su propio derecho.

A efecto de demostrar la vulneración a este derecho, se identificaron diversos casos que


ponen en la vulneración del derecho alimentario al adulto mayor:

- Despojo de sustento. Saturmina tiene 81 años, vive en una zona urbano


marginal de Huanta, acude al CEM porque su hijo la bota de la casa que
comparten. Señala que su nuera “le mete chismes” porque a veces sus gallinas
se meten en su casa y por ello le han amenazado con matarlas. Saturmina refiere:
“lo único que tengo son gallinitas, porque ponen huevos para poder vender y
mantenerme, para poder comer ya que mi hijo no me ayuda económicamente, ni
siquiera le importa si como o no mis alimentos; la otra vez para hacer las paces le
he llevado cuatro huevos a su cuarto de mi hijo, para estar bien con él, pero el
reaccionó violentamente, me dijo “me traes huevos, llévatelos o te los boto, porque
no te largas de mi casa”. Saturmina refiere que su hijo se molesta incluso cuando
toca alguna cosa de él. Ahora le ha quitado las llaves y ella tiene que rogar para
que la dejen entrar. La usuaria lamenta haberse quedado viuda, antes –dice- su
esposo le hacía respetar. La casa es de su hijo, no recibe ningún apoyo de él, por
lo que a veces pide limosna en la calle para alimentarse.

- Exposición a la mendicidad. Domingo tiene 78 años, vive en la calle y duerme


en la puerta de una iglesia; sus bienes se reducen a un colchón y algunas prendas
de vestir donadas; mendiga sus alimentos y presenta evidente estado de
desnutrición y aparente tuberculosis. Refiere tener dos hijos, de quienes se
desconoce el paradero. Tiene un primo hermano que lo visita esporádicamente y
le entrega alguna propina, pero no puede responsabilizarse de él, al igual que sus
40

hermanos y sobrinos; con quienes se hizo el contacto, manifestaron no poder


hacerse cargo de Domingo por no tener trabajo seguro ni espacio para cobijarlo.

En la jurisprudencia extranjera se conocieron interesantes casos que requirieron


sesudas discusiones de los magistrados para dilucidar el fundamento del derecho de
alimentos al adulto mayor en su condición de ascendientes, como se verá más adelante.

1.3.3 Vulneración del derecho de propiedad

En el Perú, como en otras experiencias internacionales, se ha advertido sobre la


situación de vulnerabilidad patrimonial en que se encuentran los adultos mayores, sea
porque no tienen ingresos económicos (según cifras del INEI al 2017, el 43,1% de
adultos mayores están al margen de la PEA), o porque su patrimonio es escaso y puede
consistir en una pensión de jubilación (según el INEI, al 2017 el 61,3% del total de
adultas mayores peruanas no cuenta con ningún sistema de pensión) o puede ser que
su patrimonio se circunscribe básicamente a la titularidad de un bien inmueble que si
bien le genera la seguridad de un techo, no rinde frutos para asegurar su subsistencia.

El Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las


mujeres e integrantes del Grupo Familiar - AURORA del MIMP, a partir de los registros
elaborados por los distintos programas sociales o asistenciales que administra, ha
formulado informes periódicos estadísticos para evaluar los casos de violencia en el
Perú, en los que se ha identificado los casos de violencia ejercida contra el adulto mayor,
así como los diversos tipos de violencia también se registran casos de violencia
económica o patrimonial.

De los registros publicados se determina que la violencia se ha incrementado año a año,


situación que preocupa al Estado y a la sociedad, padeciéndola también, la población
41

adulta mayor. Se ha verificado que en el año 2017 se atendieron 95,317 casos de


violencia, en el 2018 se registraron 133,697 casos y en el 2019 se contabilizó un total
de 181,885 casos registrados y atendidos por los CEM.

Se ha identificado que la violencia contra el adulto mayor se presenta en proporción de


74% en agravio de mujeres adultas mayores y 26% en agravio de hombres adultos
mayores, asimismo, se verifica que son los hijos los principales agresores (MIMNP,
2017-2018-2019).

De las cifras registradas en el periodo 2017-2019, se halló que la violencia económica


o patrimonial ejercida contra el adulto mayor se vienen reportando con mayor
recurrencia y sacan a la luz los abusos de los que son víctimas por parte de sus propios
familiares. En un estudio del año 2015, se determinó que las personas agresoras con
vínculo familiar con la persona adulta mayor violentada, en primer lugar, son los hijos o
hijas (45,9%), el cónyuge o conviviente (21,5%), el ex cónyuge o ex conviviente (1,8%),
yerno o nuera (7,5%), otros familiares (13,2%).

En el mes de junio de 2019, el Módulo de Vigilancia de Violencia contra el Adulto Mayor


del MIDIS, a cargo del programa social Pensión 65, informó que, en el periodo
comprendido entre junio de 2018 a mayo de 2019, en el territorio nacional se registraron
90 casos de agresiones hacia el adulto mayor que son beneficiarios del programa, de
los cuales 63 víctimas fueron mujeres y 27 víctimas fueron hombres, identificándose que
las formas de violencia fueron 43% abandono o negligencia, 21% violencia psicológica,
15% violencia económica y 7% violencia sexual. Un dato que, penosamente, se repite
es sobre la identidad del agresor y su relación con la víctima, que en este caso se
detectó que el 61% de agresores son los propios hijos o hijas, el 10% son otros familiares
y el 5.56% es la pareja de la persona adulta mayor.

Esta realidad estadística se ve confirmada con los distintos casos de despojo patrimonial
que se han ventilado a nivel administrativo y judicial. En el ámbito administrativo se han
identificado casos en el ámbito notarial, resueltos bajo la jurisdicción del Consejo del
Notariado, órgano del MINJUS y Derechos Humanos encargado de supervisar el
correcto ejercicio de la función notarial dentro del territorio peruano, y que entre sus
funciones principales está la de resolver en segunda instancia los procesos disciplinarios
seguidos contra los notarios autorizados a nivel nacional
(https://www.minjus.gob.pe/notariado/)

Entre los casos recurrentes se tienen aquellos en los que se engaña o coacciona a la
persona adulta mayor para que firme documentos con los que se puede disponer de su
42

propiedad como es el caso de poderes, o también se simula actos jurídicos de


transferencia de bienes del adulto mayor a favor de los hijos o de terceros.

Un primer caso identificado es resuelto mediante Resolución del Consejo del Notariado
Nº 041-2015-JUS/CA de fecha 7 de setiembre de 2015, presentándose los siguientes
hechos:

El Consejo del Notariado reconoció que la Ley de Notariado, artículo 54 inciso h),
prescribe que se expresará la fe del Notario de la capacidad, libertad y conocimiento
con que se obligan los otorgantes; es decir, basta la apreciación o juicio del notario, sin
que exista ninguna estipulación legal referida a exigir certificado médico de capacidad.
En este nivel de justicia administrativa no se discute sobre la anulación del acto jurídico
de compraventa celebrada por la persona adulta mayor, no está en entredicho su
capacidad porque esta se presume, sólo se limita a discutir sobre la observancia de la
formalidad de obligatorio cumplimiento por parte del notario.

Un segundo caso identificado fue resuelto mediante Resolución del Consejo del
Notariado Nº 008-2018-JUS/CN de fecha 1 de febrero de 2018, presentándose los
hechos siguientes:

- El denunciante es don Rubén Félix López Durán, quien se presenta como hijo de
doña Felipa Paulina Durán Espíritu de 62 años de edad.
- Afirma el denunciante que su padrastro Antonio Paul Romero Isla, en contubernio
43

con el Notario Jaime Gonzalo Tuccio Valverde, fraguaron minutas y escrituras


públicas de Poder y Revocatoria de Poder supuestamente otorgadas por doña
Felipa Paulina Durán, en el año 2011, con el fin de administrar sus bienes.
- Según consta en la escritura pública cuestionada, la otorgante estaba
imposibilitada de firmar (incapacitada físicamente), por lo que, requirió testigo de
ruego.
- El denunciante presentó documentos con los que acreditó que la persona adulta
mayor presentaba diagnóstico de Alzheimer, además, afirmó que el 26 de
diciembre de 2014 su madre no podría haber revocado el poder que le otorgó a
su favor por cuanto fue internada ese mismo día por la mañana en hospital para
una intervención quirúrgica.
- El Notario reconoció que no verifico la capacidad civil del adulto mayor, que fue su
asistente o dependiente quien lo hizo porque se encontraba de viaje, también
reconoció que no tuvo contacto con la otorgante.

Dadas las imputaciones controvertidas ante el Tribunal de Honor del Colegio de


Notarios, en este caso, no existía precepto legal que exija la exhibición o presentación
de certificado médico de capacidad, argumento que sustentó, a su vez, la confirmatoria
expedida por el Consejo del Notariado.

Un tercer caso identificado fue resuelto mediante Resolución del Consejo del Notariado
Nº 024-2018-JUS/CN de fecha 11 de abril de 2018, presentándose los hechos
siguientes:

- El denunciante es don Eduardo Gabriel Zirena Garay, quien se presenta como hijo
de doña Nilda Maximiliana Garay Feijoo Vda. De Zirena, persona de avanzada
edad como se consigna en la resolución administrativa, quien habría otorgado
poder por escritura pública el 13 de julio de 2017, a favor de Elva Lourdes Santos
Pilares para que dispusiera de sus bienes.
- El denunciante presentó certificados médicos que acreditan que la otorgante
adulta mayor, desde el año 2013, padeció infartos cerebrales, esquizofrenia y
demencia tipo vascular diagnosticada en el año 2014.
- En primera instancia se decidió no abrir investigación contra el Notario porque no
se cuestiona la fe notarial, tampoco existe la obligación de requerir certificado
médico de salud mental.

El Consejo de Notariado, una vez más, confirmó la decisión de primera instancia,


reiterando que no existe obligación legal de requerir Certificado Médico de salud mental
44

y que el notario se “cercioró que, al momento de celebrar el acto jurídico, la señora Nilda
Garay Feijoo Vda. De Zirena se encontraba en capacidad de celebrar actos jurídicos,
pues verificó que en todo momento se encontraba lúcida”.

El cuarto caso identificado fue resuelto mediante Resolución del Consejo del Notariado
Nº102-2018-JUS/CN de fecha 30 de octubre de 2018, presentándose los siguientes
hechos:

En este caso, al igual que los ya reseñados, el Consejo del Notariado desestimó la
denuncia alegando que no existe obligación legal de requerir certificado de salud mental
y que la fe notarial de la capacidad legal del otorgante y de su libertad para contratar era
suficiente. Se precisa en la resolución administrativa acotada que: “el notario no ha
certificado el estado de salud mental del otorgante, sino que ha dado fe que para el
otorgamiento de la escritura pública de dación en pago el señor Carlos Alberto Farach
Monroy tenía capacidad legal, liberad y conocimiento bastante para contratar”.

De los casos expuestos se evidencia que a nivel notarial y del Código Civil, no existen
medidas legales para proteger el patrimonio del adulto mayor, instrumentos que
permitan garantizar la plena capacidad de discernimiento de los adultos mayores al
momento de celebrar actos jurídicos.

En el ámbito jurisdiccional se ha hallado el proceso de anulación de acto jurídico, con


pronunciamiento casatorio, contenido en la Resolución Nº 683-2016-Callao, tramitado
ante la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, seguido
por Mary Beatriz Becerra, hija de Ciriaca Alpaca Villar de 70 años de edad, sobre
45

nulidad de contrato de compraventa de bien inmueble.

Los hechos son los siguientes:

En este caso, la Sala Suprema estableció, de acuerdo a historia clínica, informes


médicos e indicios, que la persona adulta mayor que aparecía como vendedora padecía
enfermedades (trastorno orgánico cerebral, demencia senil, crisis hipertensiva y
accidente cerebro vascular tipo isquémico) que determinaron que al momento de
celebrar la compraventa carecía de discernimiento, es decir, no estaba en condiciones
de entender los sucesos. También se estableció que en este caso la fe notarial no era
referente confiable, tanto por la incapacidad profesional del notario o por un acto de
corrupción.

Como puede notarse, en el ámbito jurisdiccional se ha reconocido la insuficiencia de


criterio o de conocimientos especializados por parte de los notarios para dar fe de la
plena capacidad del adulto mayor cuando intervienen en la realización de actos
jurídicos.

A nivel internacional, se ha encontrado el proceso seguido en instancia casatoria ante


la Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia de la República de Colombia
(Radicación 05001-31-03-007-2011-0048-01). En Bogotá, el 27 de noviembre de 2017
se expidió la sentencia casatoria por la cual se decidió no casar la sentencia de segunda
instancia por cuanto los errores que se denunciaron resultaron intrascendentes y como
tal no justificaban adoptar una decisión contraria a la impugnada. Sin embargo, en este
caso se puede advertir que se cuestionó a nivel judicial, en otro proceso, la inexistencia
o nulidad de los actos jurídicos de disposición de fondos de inversión mediante cartas
de cesión y endosos, actos realizados por Guillermo Restrepo Mejía de 90 años de
edad, quien al momento de realizar tales actos jurídicos padecía de hemiplejia,
bronconeumonía, dificultad para hablar y escribir, estado de confusión.
46

El día 15 de julio de 2017, el celebrante habría estado acompañado en el momento de


la realización de los actos jurídicos de su cónyuge de 80 años de edad, incapacitada y
que padecía Parkinson. Es en estas circunstancias en que es visitado por empleados
de la Notaría Nº 21 del Círculo de Medellín para que celebre actos jurídicos de
disposición de sus fondos que eran administrados por Valores Bancolombia S.A. –
Comisionista de Bolsa.

Los familiares de Guillermo Restrepo Mejía cuestionan los actos jurídicos por cuanto
sostienen que celebrante no se encontraba en capacidad de consentir el acto, además,
se realizaron los actos en circunstancias irregulares al ser solicitado por terceros y no
por el titular del dinero, se realizó ante una notaría alejada de la jurisdicción domiciliaria
de la persona adulta mayor pues en el despacho notarial competente si exigió el
certificado médico sobre el pleno uso de las facultades del disponente. En este proceso
se estableció en primera instancia la nulidad de los actos jurídicos cuestionados por
ausencia de consentimiento, empero, en segunda instancia se estableció la inexistencia
de los actos jurídicos por causas de forma (irregularidad en el trámite para autenticar la
firma de la persona adulta mayor, en específico por ser firma a ruego), en esta instancia
se consideró que no había duda sobre la habilidad o capacidad del celebrante dado que
sus limitaciones eran de orden físico y no intelectual o psíquico: “Desde luego, la
“sanidad mental” o “cabalmente sano de mente” de Guillermo Restrepo Mejía, son los
términos del citado fallo, es cosa que el juzgador de la época no puso en duda, en su
sentir, por cuanto durante todo el discurrir de esa diligencia, “(…) sus reflexiones, sus
deseos, su memoria, sus expresiones (…)”, simplemente daban cuenta de “(…)” una
limitación motora de algunos de sus músculos para la expresión oral con libertad y
agilidad (…)” (ii) Si bien unos testigos expusieron el presente deterioro de la salud física
de Guillermo Restrepo Mejía, ninguno mencionó el estado de sus facultades psíquicas.”

Los casos judiciales descritos son muestra de la situación de vulnerabilidad patrimonial


en que se hallan los adultos mayores, identificándose como primeros agresores a sus
propios familiares.
47

CAPÍTULO 2: BASES JURIDICAS QUE DESARROLLAN EL ENFOQUE

SOCIAL APLICADO

2.1 Persona adulta mayor

En el Perú, dada la importancia que ha adquirido el impacto del crecimiento de la población


de edad avanzada, el 21 de julio de 2016 se publicó en el Diario Oficial El Peruano La Ley Nº
30490 - Ley de la Persona Adulta Mayor, cuyo objeto es establecer el marco normativo que
garantice el ejercicio de los derechos de la persona adulta mayor, y a cuyo amparo se dictó el
D.S. Nº 007-2018-MIMP que aprobó el Reglamento de la mencionada ley, el cual contiene un
glosario de términos en el que se encuentra el término “persona adulta mayor” a la que define
como Persona mayor de 60 años, o conocida también como “persona de la tercera edad” o
últimamente “persona mayor”, refiriéndose a las personas que han entrado al proceso de
envejecimiento, al que el mencionado Reglamento define como “Proceso universal,
heterogéneo, continuo que se desarrolla durante el curso de vida y que conlleva cambios
biológicos, fisiológicos, psico-sociales y funcionales de variadas secuencias las cuales se
asocian con interacciones dinámicas y permanentes entre el sujeto y su medio”.

2.2 Envejecimiento

2.2.1 Definición

La Real Academia de la Lengua determina que la palabra “envejecimiento” es la acción


y efecto de envejecer o envejecerse, es decir, hacerse viejo.

Envejecer deriva etimológicamente del latino veterascere, veterescere. El


envejecimiento se caracteriza, según B. L. Strehler (como se citó en Instituto
Internacional de Estudios sobre la Familia, 2013, p. 4), por ser: i) deletéreo, al perderse
capacidades que hacia el final provocan un fallo general de la actividad; ii) progresivo e
irreversible, al no poder revertirse a etapas vitales anteriores, es un proceso que no se
detiene; iii) intrínseco por ser especifico, propia de cada especie, parte de su base
genética, pero se ve influenciado por factores ambientales, alimentación, ejercicio; y, iv)
universal al afectar a todos los seres vivos y ser su última etapa vital.

Martínez, Mitchell y Aguirre (2013, p. 2) definen al envejecimiento como “un deterioro


progresivo y generalizado de las funciones que produce una pérdida de respuesta
adaptativa al estrés y un mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con la edad”,
sostienen también “que el envejecimiento es un proceso dinámico, progresivo e
48

irreversible en el que confluyen diversos factores biológicos, psicológicos y sociales”, y


que por ende, al hablar del envejecimiento no se puede generalizar a partir de los
cambios que ocurren solo a nivel físico, pues cada sujeto “interpreta estos cambios de
acuerdo a sus esquemas mentales, su estructura, su personalidad, su creencias,
valores, los procesos de socialización a los que ha sido expuestos y al lugar que ocupe
dentro de un contexto social y ecológico particular”.

Esta complejidad exige que el envejecimiento debe continuar siendo objeto de estudio,
pues las teorías elaboradas hasta la actualidad aun no dan respuestas definitivas sobre
el proceso de envejecimiento. Por ello, Carbajo (2008, p. 251) sostiene que “el estudio
del envejecimiento es interdisciplinario y en él están implicados médicos, psicólogos,
sociólogos y asistentes sociales, juristas ecologistas y arquitectos, con el objetivo de
esclarecer las interacciones entre los factores que forman el proceso de envejecimiento,
es decir, los factores bio-psico-sociales”

Esta definición legal coincide con la definición teórica antes esbozada, respecto a que
el envejecimiento es una realidad compleja, heterogénea y que debe ser estudiada
desde distintos ámbitos del conocimiento.

2.2.2 Dimensiones del envejecimiento

La investigación del envejecimiento reconoce dos dimensiones: envejecimiento


poblacional y envejecimiento individual.

2.2.2.1 Envejecimiento poblacional.

2.2.2.1.1. Concepto. Llamado también envejecimiento demográfico.


Según el Plan Nacional para las personas Adultas Mayores – PLANPAM
2013-2017 (MIMP, 2013, p. 10), el envejecimiento poblacional viene a ser
“el aumento de la proporción de personas de edad avanzada (60 años y
más) con respecto a la población total.”. Las autoridades del MIMP, que
elaboraron este plan, reconocen que este proceso de envejecimiento se
genera por “la acción combinada de dos elementos fuertemente
relacionados entre sí, el demográfico y el epidemiológico”:

El primero, “se refiere a las transformaciones en la estructura de la


población, principalmente a causa de la disminución de la fecundidad y la
mortalidad”. El segundo, según Ham Chande “alude al cambio hacia una
menor incidencia, prevalencia y letalidad de las enfermedades infecciosas y
49

agudas, junto con el incremento de la incidencia, prevalencia y letalidad de


las enfermedades crónicas degenerativas e incapacitantes” (como se citó en
CELADE – CEPAL, 2011, p. 6).

Martínez, Mitchell y Aguirre (2013, p. 2) definen el envejecimiento


demográfico como una fase de transformación de la estructura de edad de
la población por el cual aumenta la cantidad de personas de edades
avanzadas...el resultado del avance de la transición demográfica, es decir al
tránsito de los regímenes de elevados niveles de mortalidad y fecundidad,
hacia otro de niveles bajos y controlados, nótese que su concepción del
envejecimiento también parte del estudio de los factores que inciden en este
fenómeno.

El envejecimiento poblacional supone un nuevo reto para los Estados


modernos, tanto si se trata de países con elevado nivel económico y
bienestar como en países menos favorecidos, pues se tendrá que gestionar
los recursos “para atender las necesidades de esta población mayor o
anciana”, pero resulta pertinente preguntarse ¿Cuándo se habla de una
población envejecida?, atendiendo a que se considera que una sociedad
tiene una estructura poblacional envejecida cuando “cierta cantidad de
personas de 60 años o más alcanza el 7 %. En el Perú la población de más
de 60 años llega actualmente al 13,3% según los datos publicados por el
INEI” (INEI et ál, 2022, p. 1).

2.2.2.1.2. Factores. Cuando se habla de factor o factores se aluden al


elemento o causa que actúa junto con otros, que, aplicado al estudio del
envejecimiento poblacional, “se analizan tomando en cuenta la interacción
de factores poblacionales como son la fecundidad, la mortalidad y la
migración” (CEPAL et ál, 2006, p. 19-21).

Así se tiene que se consideran como factores del envejecimiento


demográfico a la fecundidad, mortalidad y migración los siguientes:
50

Entre estos factores, son la fecundidad y la mortalidad las que marcan la


tendencia al envejecimiento o no de la población, por ello, existen estudios
en lo que no se menciona o no se considera a la migración.

Otros autores como Passanate (2015, p. 20) considera como factores


combinados, disminuir la natalidad, el descenso de la mortalidad y el
aumento de la esperanza de vida, resaltando la preeminencia de la caída de
la natalidad

2.2.2.2 Envejecimiento individual

2.2.2.2.1. Concepto. El envejecimiento individual, según Magno de


Carvalho y Andrade, citado (como se citó en CEPAL, 2006, p. 21), se integra
al proceso biológico que experimenta una persona cuando avanza su edad.
Se estudia el envejecimiento como proceso que afecta a la persona como
ser único e individual, es una dimensión microsocial. Es, por tanto, un
proceso paulatino y gradual de deterioro de la suficiencia del organismo, que
se inicia al finalizar la fase de crecimiento y madurez del individuo, y a la
larga conduce a la muerte del mismo” (Instituto Internacional de Estudios
sobre la Familia et ál, 2013, p. 3-4)

Según Tamez (2012, p. 13) al hablar sobre el proceso de envejecimiento


individual se tiene que éste se refiere “al proceso biopsicosocial
caracterizado principalmente por un deterioro físico y/o mental, además de
económico, presente en los individuos de 65 años y más años de edad”;
fenómeno que, generalmente, se relaciona “con la prevalencia de
enfermedades de tipo crónico degenerativo, así como en ocasiones, también
con la presencia de discapacidad y dependencia que impactan el nivel de
autonomía y funcionalidad del adulto mayor.”
51

Este complejo proceso genera un impacto importante no solo en la


estructura poblacional sino también en la experiencia personal y en la familia
que asumirá el reto de acompañar y sostener a la persona mayor.

2.2.2.3 Envejecimiento activo.

Reconocido el impacto importante del cambio en la estructura poblacional por


razón del envejecimiento demográfico, en la Segunda Asamblea Mundial de
Envejecimiento, celebrada en Madrid en el año 2002, se propuso el término
“envejecimiento activo” como “eje de las acciones y estrategias aprobadas por los
países participantes para el logro de la efectivización de los derechos de las
personas mayores” (Urbano, 2013, p. 261). Esta Asamblea produjo la Declaración
Política y Plan de Acción Internacional de Madrid, en la que los representantes de
los gobiernos entre ellos el Perú, declararon que celebran “el aumento de la
expectativa de vida en muchas regiones del mundo como uno de los
mayores logros de la humanidad”.

La OMS (2002, p. 79) define al envejecimiento activo como “el proceso de


optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad”, cuyo
objetivo es el de “mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”,
permitiendo maximizar “su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo
de todo su curso vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades,
deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección, seguridad y
cuidados adecuados.”

Con la introducción del término “envejecimiento activo” se busca promover una


visión positiva y optimista sobre la avanzada edad de la vida del ser humano;
permitiendo colaboren con las personas mayores en actividades económicas,
sociales, culturales, deportivas, y así mejoren su estado de salud.

En esta línea global, en el Perú, el Reglamento de La Ley Nº 30490 – Ley de la


Persona Adulta Mayor define al envejecimiento activo y saludable como un
proceso que posibilita optimizar “las oportunidades de bienestar físico, mental y
social” de las personas adultas mayores y que, a su vez, les permite “participar en
actividades sociales, políticas, económicas, culturales, espirituales y cívicas y,
contar con la protección, seguridad y atención en los otros aspectos que requiera,
con el objetivo de ampliar la expectativa y la calidad de vida saludable en la vejez,
y permitirle seguir contribuyendo activamente en el entorno familiar, la comunidad
y la nación…”.
52

2.3 Vejez

2.3.1 Definición.

Como ya se anotó, envejecimiento y vejez son conceptos que van entrelazados y sin
embargo son distintos. Así, vejez deriva etimológicamente del latín vetulus que significa
“de cierta edad”, “algo viejo” (Agulló et ál, 2001, p. 55).

La vejez es una etapa vital, a decir de Martínez, Mitchell y Aguirre et ál (2013, p. 3):

La vejez es una etapa vital, es irreversible porque a diferencia del envejecimiento que
se puede ralentizar -o detener o revertir en el caso del envejecimiento demográfico-, no
se detiene, se llega a la vejez se quiera o no, el solo paso del tiempo determina que se
arribe a esta etapa de la vida.

A decir de los especialistas, Huenchuan (1998, p.12), desde un punto de vista


sociológico, la vejez “es un concepto cultural”, “está marcada por la orientación de
nuevos modelos culturales de acuerdo al interés del grupo productor y a nivel
supraestructural es una construcción anómala formada por retazos y fragmentos de
elementos dispares previos provenientes de otras edades”.

En el Perú, el Reglamento de La Ley Nº 30490, define a la vejez como:


53

El máximo interprete constitucional en el Perú, el T.C., sostiene que “…la vejez es un


proceso irreversible hacia el cual se dirige toda persona, independientemente de su
estatus económico o social” ((Tribunal Constitucional, Segunda Sala, Expediente
Nº2834-2013/PHC/TC, 2017).

2.3.2 Terminología usada para referirse a la persona adulta mayor

Conviene a la presente investigación dilucidar los diversos términos o palabras


usualmente usadas para referirse a la última etapa vital del ser humano.

La variada terminología responde a las diversas formas de percibir la vejez en los


distintos periodos históricos, así se tiene que:

- Anciano, hace referencia a las personas que superaron “la edad de esperanza de
vida determinada por el desarrollo social del momento” (García Sanz, 1997, citado
por Agulló, 2001, p. 52).

Para la OMS son “viejos” o “ancianos” las personas de entre 75 y 90 años. Fabián
Romano (2015) refiere que la palabra “viejo” alude a “vetusto”: lo que se desecha,
mientras que la palabra “anciano” alude a lo “antiguo”: lo que se guarda.

- Mayores, designa a personas que han superado el límite de la actividad laboral a


una edad de 65 años, aunque no superan el límite de edad de la esperanza de
vida (García Sanz, citado por Agulló et ál, 2001, p. 52).

En 1994 la OMS empleaba los términos “mayor” o “adulto mayor”. Actualmente, la OMS
denomina “personas de edad” a las personas de 60 a 74 años de edad y personas “muy
viejas” a aquellas que rebasan los 90 años de edad.

Agulló (et ál, 2001, p. 55) afirmó que el término “tercera edad” fue acuñado en Francia
y se basa en identificar el ciclo de la vida con distintas edades: primera edad (niñez y
juventud), segunda edad (adultez), y tercera edad (posterior a la adultez).
54

2.3.3 Criterios para definir la vejez

Como se ha advertido hasta esta etapa de la investigación, la comprensión del


fenómeno de la vejez demanda un estudio multidisciplinar que permita vislumbrar cada
ángulo o aspecto del proceso de envejecimiento que conduce a la vejez.

El CELADE - CEPAL sostiene la existencia de diversos criterios o modelos que intentan


explicar y conceptualizar la vejez como etapa de vida, destacando la edad cronológica,
la edad fisiológica y la edad social (como se citó en el PLANPAM 2013 – 2017).

Martínez, Mitchell y Aguirre et al (2013, p. 6) consideran como criterios para definir la


vejez a:

Similares criterios reseña Huenchuan (1998, p. 2) al intentar definir a la vejez:

- Edad cronológica, biológica y se expresa en la edad en años.


- Edad fisiológica, proceso de envejecimiento fisiológico.
- Edad social, actitudes y conductas que se consideran adecuadas para una
determinada edad cronológica.
55

En el Perú, el PLANPAM 2013-2017 (2013, p. 9) considera tres criterios para


conceptualizar a la vejez:

2.4 Marco normativo de protección a la persona adulta mayor

2.4.1 Normatividad Internacional

2.4.1.1. Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).

Documento jurídico adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el


10 de diciembre de1948 y ratificado por el Perú el 9 de diciembre de 1959.)

Este trascendental instrumento jurídico reconoce que los valores como “la libertad,
la justicia y la paz en el mundo tienen por base de reconocimiento de la dignidad
56

intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la


familia humana”.

Esta declaración contiene una referencia expresa que engloba a todas las
personas sin distinción, en la que están incluidos también los adultos mayores,
como integrantes de la familia humana, reconociéndoles su dignidad intrínseca y
sus derechos, entre ellos, tener un nivel de vida adecuado, alimentación, servicios
sociales y seguros, en casos de desempleo. Manifestación de suma importancia
que fundamentó e inspiró a otros tratados y en particular a normatividad especial
de los adultos.

2.4.1.2. Convenio sobre la Seguridad Social (1952).

Conocida también como “Convenio relativo a la norma mínima de la seguridad


social”, fue adoptado por los Estados miembros de la OIT durante la 35º Reunión
de la Comisión Internacional del Trabajo del 28 de junio de 1952, con sede en
Ginebra, y se aplicó a partir del 27 de abril de 1955.

Este convenio se encuentra en vigor en el Perú, fue ratificado el 23 de agosto de


1961. Entre las prestaciones que reconoce e impone como mínimos de cobertura
obligatoria por los Estados firmantes, se encuentran las prestaciones de vejez
regulados en su parte V, artículos del 25 al 30.

Las prestaciones de vejez cubren la contingencia referida a “la supervivencia más


allá de una edad prescrita”, es decir, los Estados miembros se obligan a garantizar
la concesión de prestaciones (pensión de cesantía, pensión de jubilación o
análogo) a las personas que han alcanzado una edad determinada (edad
prescrita) que no supere los 65 años, pudiendo ser mayor si se tiene en cuenta la
capacidad de trabajo de las personas de edad avanzada. La prestación, según el
convenio, consiste en un pago periódico y corresponde cuando, además, se ha
cumplido con un periodo mínimo de cotización (aportación) o empleo.

En el Perú, este convenio se cumple a través de los sistemas pensionarios público


y privado que se regulan mediante normas especiales que han dado lugar a un
sistema complejo y en constante revisión. Así, se tiene el SNP, a cargo de la ONP,
regulado por el D. Ley Nº 19990. La ONP, además, gestiona otros regímenes
pensionarios administrados por el Estado (D. Ley Nº 19846 – Ley de Pensiones
Militar Policial, Decreto Ley Nº 20530, actualmente cerrado para afiliación, Ley Nº
30003 – Ley que regula el Régimen Especial de Seguridad Social para los
57

Trabajadores y Pensionistas Pesqueros).

Según datos proporcionados por el INEI este sistema tiene 2’518,800 de afiliados
y 570,337 tienen la condición de pensionistas (2016, p. 9). Comprende pensión de
jubilación, pensión de invalidez y pensiones de supervivencia (pensión de viudez,
pensión de orfandad y pensión de ascendencia), habiéndose establecido una
pensión mínima de S/. 500.00 y máxima de S/. 857.36, que corresponde al cumplir
los requisitos de edad (65 años) y de aporte (mínimo de 20 años).

Por otro lado, el Sistema Privado de Pensiones (SPP) fue creado mediante el
Decreto Ley Nº 25897, como alternativa a los regímenes pensionarios gestionados
por el Estado. El MEF precisa que el SPP “es un régimen de capitalización
individual, donde los aportes que realiza el trabajador se depositan en su cuenta
personal … la que se incrementa mes a mes con los nuevos aportes y la
rentabilidad generada por las inversiones del fondo acumulado” (MEF, 2004, p.
32).

En este sistema pensionario privado la gestión de los fondos acumulados producto


de las aportaciones de los afiliados lo gestiona el sector privado a través de las
aportaciones de los afiliados a las AFP, supervisadas por la SBS y AFP. En este
régimen las prestaciones se orientan a la cobertura de diversos riesgos, entre
ellos, la vejez a través de la pensión de jubilación, habiéndose establecido como
edad mínima sesenta y cinco años de edad, con un monto de pensión mínima de
S/ 500.00 y teniendo en cuenta el monto acumulado de aportaciones
independientemente del número de años de aportación, con un máximo de S/
893.00.

2.4.1.3. El Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento


(1982).

En el año 1978, la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó para el año
1982 a una Asamblea Mundial sobre el envejecimiento con el propósito de
constituir un foro “para iniciar un programa internacional de acción encaminado a
garantizar la seguridad económica, y social de las personas de edad, así como
oportunidades para que esas personas contribuyeran al desarrollo de sus países”,
buscando también que “las comunidades reaccionen plenamente ante las
consecuencias socioeconómicas del envejecimiento de las poblaciones y ante las
necesidades especiales de las personas de edad” (Asamblea General reunida el
11 de diciembre de 1980).
58

Esto dio lugar a que se concibiera el Plan de Acción Internacional sobre el


Envejecimiento, aprobado por la Asamblea Mundial sobre el envejecimiento
mediante Resolución 37/51 del 3 de diciembre de 1982. Los objetivos concretos
de este Plan se pueden resumir en la promoción de la comprensión, a todo nivel
y por todos, de las consecuencias que trae consigo el envejecimiento poblacional
y la conmoción de ello en el proceso de desarrollo nacional y mundial; y, la
proposición de políticas y programas públicos para generar bienestar y
oportunidades a las personas adultas mayores.

En el Plan de Acción se establece claramente que su misión es eminentemente


orientadora, a través de recomendaciones y el reconocimiento de principios
generales que guíen a la comunidad internacional, a los gobiernos y las
instituciones interesadas o competentes en su cometido de enfrentar al fenómeno-
problema del envejecimiento poblacional y a las necesidades de las personas que
integran este sector de la población.

Entre las recomendaciones propuestas en el Plan de Acción, se puede resaltar la


atención que se le presta a la familia en su relación con sus integrantes de edad
avanzada. Así, se parte de identificar a la familia como unidad básica de la
sociedad, y que, sea cual fuere la forma como se organiza, en ella se encuentran
conviviendo varias generaciones (bisabuelo, abuelos, padres), lo cual supone un
cúmulo de necesidades que deben ser atendidas, y en relación a esto, se advierte
también que se ha dado un cambio en el tradicional rol asignado a las mujeres
que les imponía el cuidado del adulto mayor; por ello, la recomendación va en el
sentido de que todos los miembros de la familia, hombres y mujeres, colaboren
con los quehaceres del hogar, que el cuidado de los miembros de avanzada edad
sea una labor compartida.

Este plan de Acción es la base que sostiene los Principios de las Naciones Unidas
en favor de las Personas de Edad adoptados en 1991 por la Asamblea General
de las Naciones Unidas.

2.4.1.4. Protocolo Adicional de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos en materia de Derechos Económicos Sociales y Culturales -
Protocolo de San Salvador (1988).

Con este protocolo internacional, los Estados partes se han obligado a,


progresivamente, adoptar las medidas convenientes para hacer realidad este
derecho reconocido a las personas adultas mayores. Entre las medidas que se
59

proponen son: atender las necesidades básicas de las personas mayores que
carezcan de medios para atender sus necesidades, mediante la facilitación de
espacios adecuados, alimentación, servicios de salud, programas laborales y el
estímulo para la creación de organizaciones sociales que coadyuven mejorando
la calidad de vida

Para efectos de cumplir con las obligaciones asumidas con este Protocolo los
Estados se comprometieron a adoptar medidas progresivas para establecer el
respeto a los derechos reconocidos en el mismo protocolo, para lo cual deberán
presentar informes periódicos ante la Secretaría General de la OEA. El Perú
ratificó este protocolo el 06 de abril de 1995 y se encuentra en vigor en el sistema
jurídico peruano.

2.4.1.5. Principios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de


Edad (1991).

La Asamblea General de las Naciones Unidas, el 16 de diciembre de 1991, por


Resolución 46/91, adoptó los “Principios de las Naciones Unidas en favor de las
Personas de Edad”, instrumento jurídico con el cual reconocen “las contribuciones
que las personas de edad hacen a sus respectivas sociedades”, así como, la
diversidad de las situaciones de las personas de edad, el incremento de la
población que alcanza una edad avanzada y en mejor estado de salud, el destierro
de falsos estereotipos sobre la inevitable e irreversible decadencia de la edad
avanzada, pero con el convencimiento de la necesidad de proporcionar a las
personas de edad posibilidades de participar y contribuir a las actividades que
despliega la sociedad, se anima a los Estados a introducir en sus programas
nacionales los principios de independencia, participación, cuidados,
autorrealización y dignidad.

2.4.1.6. Declaración Política y Plan de Acción Internacional de Madrid


sobre el Envejecimiento (2002).

En abril del año 2002 se celebró en Madrid la Segunda Asamblea Mundial sobre
el Envejecimiento como parte de las acciones de los Estados por enfrentar la
manifestación poblacional del envejecimiento, adoptando en esta Asamblea la
“Declaración Política y el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento de
Madrid” cuyo objetivo primordial es diseñar la política internacional sobre el
envejecimiento donde se priorice las necesidades de la creciente población de
avanzada edad.
60

Este compromiso se traducirá en medidas concretas, tanto en el orden jurídico


nacional como internacional: “en tres direcciones prioritarias: las personas de edad
y el desarrollo, la promoción de la salud y el bienestar en la vejez, y el logro de
entornos emancipadores y propicios (art. 1).”

Además, realizan una potente declaración en su artículo segundo “celebramos el


aumento de la expectativa de vida en muchas regiones del mundo como uno de
los mayores logros de la humanidad”, lo que constituye una concepción positiva
de la vejez y el envejecimiento, asumiendo los impactos y retos que esto conlleva.

En el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento se plantean


recomendaciones para la adopción de medidas en torno a diversos aspectos de
la vida de las personas mayores y su relación con las actividades que se realizan
en la sociedad, planteando medidas para asegurarles una vejez activa y
saludable. Los aspectos hacia los que se dirigen estas recomendaciones son su
aporte al desarrollo del país, salud y bienestar, entorno adecuado.

2.4.1.7. Carta Andina para la Promoción y Protección de los Derechos


Humanos (2002)

La Comunidad Andina de Naciones (CAN) se constituyó el 26 de mayo de 1969,


por cinco países sudamericanos Bolivia, Perú, Ecuador, Chile (se retiró del Pacto
en 1976, retornó como país asociado el 20 de setiembre de 2006) y Colombia,
mediante la suscripción del Acuerdo de Cartagena, con el objetivo de procurar un
desarrollo integral, equilibrado y autónomo de sus pueblos mediante la integración
andina.

Esta organización internacional sudamericana, en la reunión del Consejo Andino


de Guayaquil del 26 de julio de 2002, opto por el objetivo de proclamar la manera
conjunta los principios, objetivos y compromisos de la Comunidad Andina con los
DD.HH. (Preámbulo de la Carta Andina).

En su Parte III denominada Democracia y DD.HH. de la Carta Andina se reconoce


y compromete a promover y proteger los DD.HH. del adulto mayor: protegiéndolos
de la violencia y discriminación, atención oportuna de sus necesidades mediante
el acceso a servicios públicos y privados, participación en la toma de decisiones
que les concierne, garantizar su seguridad económica mediante una pensión de
jubilación, y promover su participación e integración en la vida social.
61

2.4.1.8. Estrategia Regional de Implementación para América Latina y El


Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid (2003).

Los países de América Latina y El Caribe, reunidos en Santiago de Chile del 19 al


21 de noviembre de 2003, en la Conferencia Regional Intergubernamental sobre
Envejecimiento: Hacia una estrategia regional de implementación para América
Latina y El Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el
Envejecimiento, reflexionan sobre la necesidad de impulsar en América Latina la
implementación de la Declaración Política y Plan de Acción Internacional de
Madrid sobre el Envejecimiento como medio efectivo para afrontar el
envejecimiento paulatino e inexorable de la población de este lado del hemisferio,
planteándose como meta general “Definir las prioridades para la implementación
del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento”, observando
los “Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad
(independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad) y se enmarca
en los compromisos de la Declaración del Milenio.”

Este documento jurídico plantea una estrategia basada en las recomendaciones


estructuradas en el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el
Envejecimiento.

2.4.1.9. Declaración de Brasilia (2007).

Los países afiliados a la CEPAL, adoptaron la Declaración de Brasilia destacando


su “determinación de adoptar medidas a todo nivel -local, nacional, subregional y
regional- en las tres áreas prioritarias de la Estrategia Regional: personas de edad
y desarrollo; salud y bienestar en la vejez; y entornos propicios y favorables”.

En esta declaración se tratan diversos temas relacionados con la problemática del


envejecimiento (demográfico e individual): DD.HH. y libertades de todas las
personas de edad; “evolución de la estructura de la población en cuanto al ritmo
del envejecimiento demográfico y sus consecuencias económicas, sanitarias,
sociales y culturales”; acceso a servicios de salud, y de prevención, tratamiento y
cuidado de las personas de edad afectadas por el VIH/SIDA y su impacto en su
entorno familiar; perspectiva de género; prioridad del envejecimiento en todos los
ámbitos de las políticas públicas, cobertura de pensiones y solidaridad en la
protección social, acceso a la educación, promoción de la colaboración hacia las
personas de edad en las políticas referidas a sus derechos e intereses, etcétera.
62

2.4.1.10. Carta de San José sobre los Derechos de las Personas Mayores de
América Latina y El Caribe (2012).

La CEPAL y el Gobierno de Costa Rica organizaron la Tercera Conferencia


Regional Intergubernamental sobre envejecimiento en América Latina y el Caribe
en San José de Costa Rica del 8 al 11 de mayo de 2012, con el fin de continuar y
evaluar las acciones tendientes a palear el impacto del envejecimiento poblacional
y a garantizar los DD.HH. de las personas mayores

Los países reunidos, mediante la Carta de San José sobre los Derechos de las
Personas Mayores de América Latina, se reafirmaron en el compromiso que
asumieron la suscribir la Declaración de Brasilia, es decir, sumar esfuerzos para
“promover y proteger los DD.HH. y las libertades fundamentales de todas las
personas mayores, trabajar en la erradicación de todas las formas de
discriminación y violencia y crear redes de protección de las personas mayores
para hacer efectivos sus derechos.

Entre los compromisos declarados en la Carta de San José, respecto de los


derechos de las personas mayores de América Latina y el Caribe, destacan el
incremento de la protección de los derechos humanos al interior de cada país,
fomentar su participación laboral, mejorar las condiciones de acceso a la salud y
a la educación, reconocer su condición de vulnerabilidad y asegurarles un
envejecimiento con dignidad.

2.4.1.11. Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos


Humanos de las Personas Mayores (2015).

La OEA, en su 45º Asamblea General aprobó el 15 de junio de 2015 la Convención


Interamericana para la Protección de los DD.HH. de las Personas Mayores, la cual
entró en vigor el 11 de enero de 2017, con el objetivo de ofrecer un marco
conceptual y legal que unifique los esfuerzos necesarios para desarrollar
estrategias sobre el envejecimiento.

En 41 artículos se desarrollan medidas concretas para reglamentar aspectos


relativos al envejecimiento activo y saludable. El Convenio, en su art. 1, establece
que su objeto es:
63

Asimismo, en el art. 2, se define a la vejez como la “construcción social de la última


etapa del curso de vida” y al envejecimiento como el “proceso gradual que se
desarrolla durante el curso de vida y que conlleva cambios biológicos, fisiológicos,
psico-sociales y funcionales de variadas consecuencias, las cuales se asocian con
interacciones dinámicas y permanentes entre el sujeto y su medio

Este Convenio es esencial, ante el derecho a la vida y a una vejez digna, a la


igualdad, a la no discriminación por causa de su edad, a la salud, educación,
trabajo, libertad de expresión, libertad personal, a una vivienda digna, a la
propiedad, derechos políticos comunes a todos los ciudadanos; así como, se les
reconoce derechos que garantizan la satisfacción de las necesidades que les son
propias a su grupo poblacional, como son el derecho a la participación e
integración comunitaria, a brindar consentimiento libre e informado en el ámbito
de la salud, a que reciba servicios de cuidado a largo plazo, a la atención prioritaria
en situaciones de riesgo y emergencias humanitarias.

Los Estados firmantes convivieron adoptar las medidas necesarias para alcanzar
la mayor difusión y capacitación progresiva de todos los miembros de la sociedad
sobre el contenido de la Convención, compromiso que se reflejó en el Perú, en la
adopción de ciertas políticas públicas y la promulgación de la Ley 30490,
quedando aún mucho por hacer.

En el Perú, pese a que la ratificación recién se aprobó en el Congreso el 14 de


diciembre de 2020, el Tribunal Constitucional al conocer y resolver causas
judiciales en las que se ven involucradas personas adultas que reclaman la
protección de sus derechos venía aplicando no sólo esta Convención
Interamericana sino también los otros instrumentos internacionales que se han
presentado en esta investigación, como parte de un sistema de “tutela reforzada
de los derechos de los ancianos”, y así se constata de las sentencias
constitucionales expedidas en el Expediente Nº 2834-2013-PHC/TC del 25 de
enero de 2017, fundamentos 22 y 27, en el que resuelve estableciendo la
obligación de la RENIEC de proteger el derecho a la identidad de las personas
adultas mayores, y de igual manera el Exp. N° 08156-2013-PA/TC, del 25 de enero
de 2017, fundamento 21, en el cual estableció, en la misma línea, que la ONP
64

otorgue pensión de jubilación a una persona adulta mayor

2.4.2 Evolución de la protección normativa de la persona adulta mayor en el Perú

2.4.2.1. A Nivel Constitucional.

Como se ha expuesto, la vejez y el envejecimiento son una preocupación actual


de los Estados, por ello se ha realizado diversas acciones para arribar a
consensos o acuerdos que les permitan enfrentar los retos de un reciente
envejecimiento poblacional, pero, más aun, asumir compromisos para respaldar
el pleno respeto hacia la dignidad de los adultos mayores y el reconocimiento de
sus derechos humanos, promoviendo un envejecimiento activo y saludable.

A nivel del Estado Peruano, el primer referente legal es la Carta Magna del Perú
que en su art. 1 consagra el respeto a la dignidad de la persona como uno de los
fines supremos de la sociedad y el Estado, que, si bien no hace referencia expresa
a las personas adultas mayores, si es un pilar fundamental para elaborar un marco
normativo y jurisdiccional que tenga al valor dignidad como núcleo protector y del
cual se irradie y desarrolle todos los derechos que permitan asegurar la
tranquilidad en la población peruana adulta mayor.

En este sentido se ha pronunciado el T.C. al debatir sobre la regulación de los


derechos fundamentales y la aplicación de las leyes en el tiempo:

Al conocer y solucionar casos concretos en los que se han invocado al Tribunal


Constitucional la protección de los derechos de adultos mayores, este órgano
constitucional se ha reafirmado sobre la obligación del Estado de tutelar los
65

derechos del adulto mayor, sustentándola en el valor dignidad consagrada en el


art. 1 de la Constitución Política: Al respecto, es importante precisar que aun
cuando el trato preferente a favor del adulto mayor tiene base en el principio de
dignidad, exactamente en el hecho material de respeto hacia el ser humana en su
etapa final de vida… (Tribunal Constitucional, Pleno Jurisdiccional, Expediente
Nº08156-2013- PA/TC, 2017)

El T.C. también ha invocado la específica protección que se encuentra en el art. 4


de la carta magna, afirmando que este precepto constitucional “ha establecido la
exigencia, que el Estado brinde un trato especial a este grupo, dado su condición
especial, al encontrarse en una situación de vulnerabilidad.” (Sentencia, Pleno
Jurisdiccional, Expediente Nº08156- 2013-PA/TC, 2017).

En efecto, en el art. 4 de la Carta Magna se ha establecido que “La comunidad y


el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano
en situación de abandono…”; advirtiéndose que la norma constitucional hace
referencia expresa al adulto mayor en estado de abandono; es decir, cuando la
persona de edad se halla en una situación de absoluta desprotección, material o
moral, en la que el Estado y la sociedad en general están obligados a actuar
solidariamente y velar por el bienestar de este grupo poblacional doblemente
vulnerable, pues, no solo se trata de su pertenencia al grupo de adultos mayores,
sino que además dentro esta vulnerabilidad generada en razón de su edad,
también se encuentra en riesgo en razón de la ausencia de la protección
económica y emocional que asegura el entorno familiar:

En tal sentido se pronuncia el Tribunal Constitucional al considerar el deber


constitucional de protección especial a las personas adultas mayores: “Tratándose
de personas que se encuentran dentro de la categoría de sujetos de especial
protección, como son los adultos mayores, el cumplimiento de los deberes
derivados del principio de solidaridad que coadyuvan a la protección y ejercicio
66

eficaz de sus derechos fundamentales se torna particularmente exigibles para el


Estado y la sociedad en general” (Tribunal Constitucional, Pleno Jurisdiccional,
Expediente Nº08156-2013-PA/TC, 2017)

La Carta Magna del Perú, en el párrafo tercero de su art. 6, establece los deberes
recíprocos entre padres e hijos: “Es deber y derecho de los padres alimentar,
educar y dar seguridad a sus hijos. Los hijos tienen el deber de respetar y asistir
a sus padres”, dispositivo normativo en el que no se hace referencia expresa a los
adultos mayores, pero se puede colegir que cuando se impone el hijo debe asistir
a sus padres, esto implica también darles asistencia a los padres cuando se
encuentran en su última etapa vital, y en la que requieren mayor consideración y
atención por parte de sus entorno familiar y social.

Extrañamente, pese a que se ha desarrollado extensamente los deberes de los


padres hacia sus hijos, ni la doctrina ni la jurisprudencia se ha detenido a
desarrollar el contenido y alcance de este deber de asistencia de cargo de los hijos
en favor de sus padres adultos mayores.

2.4.2.2. A nivel legal.

2.4.2.2.1. La Ley de la Persona Adulta Mayor – Ley Nº30490.

El 21 de julio del 2006 se publicó en el Diario Oficial El Peruano la Ley


Nº28803 – Ley de las Personas Adultas Mayores, cuyo objeto fue “Dar un
marco normativo que garantice los mecanismos legales para el ejercicio
plenos de los derechos reconocidos en la Constitución Política y los
Tratados Internacionales vigentes de las personas adultas mayores para
mejorar su calidad de vida y que se integren plenamente al desarrollo social,
económico, político y cultural, contribuyendo al respeto de su dignidad”. En
esta norma jurídica se estableció ya la edad de 60 años como edad prescrita
para considerar a una persona adulta mayor.

Esta ley sufrió varias modificaciones a través del tiempo y el 21 de julio de


2016, a diez años de su vigencia, fue derogada por la Ley Nº 30490 – Ley
de la Persona Adulta Mayor, la que tiene como objeto: “establecer un marco
normativo que garantice el ejercicio de los derechos de la persona adulta
mayor, a fin de mejorar su calidad de vida y propiciar su plena integración al
desarrollo social, político, económico y cultural de Nación”, pudiendo notarse
que el centro de interés de la norma es la persona adulta mayor y el pleno
67

goce de sus derechos a diferencia de la ley derogada que centró su objetivo


en “mecanismos legales” que es un aspecto secundario.

La nueva ley vigente, establece y desarrolla principios generales (Título


Preliminar, artículo único) que permiten un correcto tratamiento hacia los
DD.HH. de los adultos mayores, buscando dar respuesta a la problemática
que atraviesan, contando con la incorporación de enfoques, entre ellos, de
DD.HH., género, intergeneracional e intercultural.

Se destacan entre los principios generales que irradian el reglamento de


protección de las personas mayores los siguientes: el de promoción y
protección de los derechos de las personas adultas mayores; la seguridad
física, económica y social, protección familiar y comunitaria; y, la atención
de la salud centrada en la persona adulta mayor.

En el artículo 5 de la referida ley, determina si la persona adulta mayor, “es


titular de derechos y libertades fundamentales” y le reconoce la facultad de
ejercer una serie de derechos que garanticen su vida, una vejez digna, con
autonomía e independencia, gozar de la protección y cuidado de su familia,
protección frente a la violencia y a no ser sujeto de imagen peyorativa, a
participar activamente de la vida en sociedad (en sus diferentes ámbitos,
laboral, familiar, educativo, económica y política).

En el artículo 7, se establecen los deberes de la familia hacia su integrante


adulto mayor, prescribiendo que se velará por la integridad bio-psico-
emocional, satisfaciendo sus necesidades elementales, acompañarlo y darle
los cuidados que necesite, procurando que viva en la familia y en la
comunidad.

El propio Estado asume deberes frente a los adultos mayores, obligándose


a establecer, promover y ejecutar: “Las medidas administrativas,
legislativas, jurisdiccionales y de cualquier otra índole, necesarias para
promover y proteger el pleno ejercicio de los derechos de la persona adulta
mayor, con especial atención de aquella que se encuentra en situación de
riesgo” (art. 8).

Se regulan los centros de atención públicos o privados dedicados para


prestar servicios al adulto mayor: CIAM y Centro de Atención para Personas
Adultas Mayores, que deberán estar debidamente registrados ante las
68

autoridades competentes (Artículo 10 y ss).

La Ley Nº 30490 brinda ciertas orientaciones donde se pueda dar atención


de la persona en materia de salud (Artículo 19), previsional, seguridad social
y empleo (Artículo 20), educación (Artículo 21), cultura, recreación, deporte,
turismo (Artículo 22), participación y organización (Artículo 23), accesibilidad
a entornos físicos inclusivos, seguros, accesibles, funcionales, adaptables
(Artículo 24), protección social (Artículo 25) y medidas de protección
temporal a favor de aquellas personas adultas mayores en situación de
riesgo como: pobreza, dependencia o fragilidad, trastorno físico o deterioro
cognitivo, y las víctimas de violencia (Artículo 26).

Capítulo especial se asigna a la regulación expresa sobre el Buen Trato a la


Persona Adulta Mayor, que la ley entiende como “la ausencia de violencia
física, psicológica, sexual, económica, abandono, negligencia, estructural e
institucional” (art 27).

También aporta el concepto de violencia contra el adulto mayor:

El Estado ha establecido la obligación de las instituciones públicas y


privadas de brindar atención preferente, prioritaria y de calidad en los
servicios y solicitudes presentadas por los adultos mayores (Artículo 30); ha
asumido su obligación de fomentar una imagen positiva del envejecimiento
y la “intervención intergeneracional que permitan a las niñas, niños,
adolescentes, jóvenes, personas adultas y adultos mayores compartir
conocimiento, habilidades y experiencias de manera que se una conciencia
de respeto y apoyo mutuo” (art 32).

Para promover y concientizar en la población la imagen positiva del


envejecimiento se han asignado días especiales en el calendario nacional:
69

Habiéndose establecido que las entidades públicas y privadas incorporen en


su calendario institucional estas fechas conmemorativas con el fin de
promover la imagen positiva, revalorar y reconocer los derechos del adulto
mayor.

2.4.2.2.2. Reglamento de la Ley de la Persona Adulta Mayor – Decreto


Supremo Nº 007-2018-MIMP.

La Ley Nº 30490 – Ley de la Persona Adulto Mayor en su quinta disposición


complementaria final estableció que el Poder Ejecutivo, mediante D.S.,
refrendado por el titular del MIMP, debía reglamentar esta Ley, y por ello,
mediante D.S. Nº 007-2018-MIMP, se aprobó el Reglamento el cual su
objeto es desarrollar y precisar la aplicación de la Ley (Artículo 1).

En el artículo 4 de este Reglamento se desarrollan los enfoques que se


deben tener en cuenta para aplicar la Ley, enfoques necesarios para orientar
la política pública en esta materia. Estos enfoques son:
70
71
72

2.4.3. Deberes del Estado y de los integrantes del grupo familiar respecto de las
personas adultas mayores

El Reglamento de La Ley Nº30490 – Ley de la Persona Adulta Mayor también ha


establecido, expresamente, los deberes que tienen que observar el Estado y los
integrantes del grupo familiar en favor de las personas adultas mayores, con el fin de
que el Estado les garantice “la promoción, protección y el ejercicio de los derechos de
las personas adultas mayores sin discriminación de ningún tipo” y que reciban “buen
trato” de parte de su entorno familiar.

Conforme a lo prescrito en el art. 8 del Reglamento, los deberes del Estado son
fortalecer las medidas normativas, de toda naturaleza, que garanticen “un trato
diferenciado, inclusivo, preferencial y prioritario a la persona adulta mayor”, y promover
la mejora de las condiciones, espacios y accesibilidad de las personas adultas mayores
que les permitan ejercer plenamente sus derechos a participar e integrarse en la vida
social, económica, educacional, política y cultural de su comunidad.

2.4.4. Leyes que establecen medidas de protección y defensa de las personas


adultas mayores.

2.4.4.1. Ley que establece la Atención Preferente a las mujeres


embarazadas, las niñas, los niños, los adultos mayores en lugares de
atención al público.

Como parte de los compromisos asumidos por el Estado peruano en materia de


protección de las personas en estado de vulnerabilidad, en el mes de enero de
2001, se promulgó la Ley Nº27408 – Ley que establece la atención preferente a
las mujeres embarazadas, las niñas, los niños, las personas adultas mayores y
con discapacidad, por lo cual, en artículo único, se dispuso que los adultos
mayores sean atendidas preferentemente en aquellos lugares de atención al
público, sean estos de carácter público o privado.

Posteriormente, en el año 2006, se promulgo la Ley Nº28683 que modificó la Ley


Nº 27408, incorporando medidas concretas para el cabal cumplimiento de la citada
Ley. Así, se estableció mecanismos para facilitar la atención a las personas
beneficiarios de la Ley (adecuación de infraestructura, exoneración de turno o
espera, sistema o registro de quejas).

También se estableció la sanción de multa a imponerse a quienes incumplan la


73

Ley, estableciendo taxativamente las conductas sancionables constitutivas de


infracción.

El cumplimiento de la Ley quedó bajo la fiscalización de las municipalidades de


acuerdo a la jurisdicción de su competencia

2.4.4.2. Ley que modificó el artículo 323 del Código Penal sobre el tipo
penal de Discriminación- Ley N°28867.

El 09 de agosto de 2006 se publicó la Ley Nº28867 por la cual se modificó el art.


323° del T.C. Esta modificación impuso la sanción penal a “la discriminación por
razón de edad”: “El que, por si o mediante terceros, discrimina a una o más
personas o grupo de personas, o incita o promueve en forma pública actos
discriminatorios, por motivo racial, religioso, sexual, de factor genético, filiación,
edad, discapacidad, idioma, identidad étnica y cultural, indumentaria, opinión
política, o de cualquier índole o condición económica, con el objeto de anular o
menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos de la persona”…

Antes de la dación de esta Ley, solamente se sancionaba la discriminación por


razón de raza, etnia, sexual o religiosa no se consideraba la edad como un factor
de exclusión o marginación social, e incluso la pena consistía solo en servicio
comunitario

2.4.4.3. Ley que fortalece la tutela del adulto mayor.

El 17 de diciembre de 2010 se publicó la Ley Nº29633 - Ley que fortalece la tutela


del adulto mayor incapaz, incorporándose el art. 568–A C.C., dispositivo normativo
que estableció la facultad de la persona adulta mayor para designar a algún
curador, en caso de devenir en un futuro en incapaz o de ser el caso, decidir en
quien no debe recaer tal designación, mediante el otorgamiento de escritura
pública y su inscripción en el Registro Personal de la SUNARP.

Esta facultad expresamente reconocida a la persona adulta mayor es una


expresión concreta del respeto de su autonomía e independencia que no pierde
por arribar a la etapa vital de la vejez, tema que se desarrollara en el capítulo
siguiente de esta investigación.

2.4.4.4. Ley que establece medidas de protección y supervisión de las


condiciones generales de las pólizas de seguros médicos, de salud o de
asistencia médica.
74

En el mes de junio de 2012 se expidió la Ley Nº 29878 - Ley que establece


medidas de protección y supervisión de las condiciones generales de las pólizas
de seguros médicos, de salud o de asistencia médica y modifica la Ley Nº 26702
Ley General del sistema financiero y del sistema de Seguros y Orgánica de la
SBS, con la cual se estableció una prohibición de discriminación en esta materia
contra las personas adultas mayores.

Así, se incorporó el numeral 5 del art. 325° de la Ley Nº 26702 que señala las
actividades prohibidas a las empresas de seguros. Entre estas prohibiciones se
encuentra la de “Impedir renovar la póliza de seguro médico, de salud o de
asistencia médica interrumpidamente e incluir cualquier cláusula que impida al
tomador del seguro renovar su póliza por causa de su edad, a menos que no la
hubiera renovado sucesiva e ininterrumpidamente en los últimos cinco años.”

2.4.4.5. Ley que establece criterios de priorización para la atención de pago


de sentencias judiciales.

El Estado peruano, en diciembre del año 2013, promulgó la Ley Nº 30137, por la
cual se prevé como criterio de priorización la naturaleza previsional del proceso
judicial concluido, en el que se ha emitido sentencia con calidad de cosa juzgada
que identifica el derecho a favor del adulto mayor jubilados y establece
obligaciones de pago que deben ser cumplidas prioritariamente. Expresamente se
establece, también, como aspecto a tener en cuenta la edad de los acreedores,
donde quedan comprendidas las personas adultas mayores.

En esta misma línea de facilitar el acceso de las personas adultas mayores a la


justicia, el Poder Judicial expidió la Directiva Nº 006- 2016-CE-PJ, aprobada por
Resolución Administrativa N°134-2016- CE-PJ del 1 de junio del 2016, mediante
la cual creó el “Sistema de Alerta Judicial para personas adultas mayores” cuya
finalidad es “Garantizar la celeridad de los procesos judiciales en los que participan
las personas adultas mayores en condición de vulnerabilidad”.

En la Directiva Nº 006-2016-CE-PJ expresamente se señala como base normativa


del Sistema de Alerta Judicial para personas adultas mayores la Resolución
Administrativa Nº266-2010-CE-PJ que determino La adhesión del Poder Judicial
a la implementación de las 100 Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de
las Personas en situación de vulnerabilidad.

Este sistema de Alerta Judicial está definido como “una funcionalidad


75

implementada en el Sistema Integrado Judicial – SIJ, que advierte a los jueces


sobre la existencia de procesos judiciales en los que participan personas adultas
mayores, para garantizar la celeridad”.

Por este sistema, los procesos judiciales que tengan como actor o demandante a
una persona adulta mayor serán registrados automáticamente como prioritarios y
se notificará, mediante correo electrónico institucional y/o un mensaje de texto al
teléfono móvil del juez que conoce el proceso, advirtiendo sobre la existencia de
dicho proceso.

2.4.4.6. Programa Nacional de Asistencia Solidaria – Pensión 65.

El 19 de octubre de 2011 se publicó el D.S. 081-2011– PCM, por el cual se creó


el programa social denominado “Programa Nacional de Asistencia Solidaria
Pensión 65”, el cual se sustenta “en el art. 4 de la Constitución Política del Estado
que prescribe que es objetivo de la comunidad y el Estado otorgar protección a los
grupos sociales especialmente vulnerables”, dentro de los cuales están
comprendidos “los adultos a partir de los 65 años de edad que carezcan de las
condiciones básicas para la subsistencia”.

Mediante este programa, conforme lo prescribe el art. 1 del citado D.S., se otorga
“pensiones económicas a los adultos en condición de extrema pobreza a partir de
los 65 años”. Para ser beneficiario de esta subvención económica, que
actualmente asciende a S/. 250.00, no se debe percibir pensión o subvención que
provenga del ámbito público o privado, ni que se esté afiliado a ESSALUD o algún
otro programa social, con excepción del SIS y el PRONAMA.

Este programa favorece a los adultos mayores en condiciones de pobreza,


además, significa un apoyo directo a las familias pobres que tienen entre sus
miembros a un adulto mayor que demanda cuidados y atención máxime, si se
tiene en cuenta que las familias muchas veces son el único seguro de vejez que
les asiste.

2.4.5. Violencia contra las personas adultas mayores

2.4.5.1. Definición.

En el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud del año 2003, presentado por
la OMS, se define a la violencia como:
76

La OMS explica que esta definición:

En esta definición se deja en claro que el acto violento es un acto intencional, es


decir, hecho a sabiendas, determinado por la propia voluntad del agente, por tanto,
no es un acto biológico, innato al ser humano como si lo es la agresividad. En el
área de la Psicología se diferencia la violencia de la agresividad; esta última es
definida como “una tendencia connatural a todo ser humano que incluso tendría
un fin último positivo cuando, p. ej. se relaciona con la supervivencia”, por el
contrario, en la violencia está involucrada un rasgo eminentemente humano como
es el poder: “La violencia, en cambio, se caracteriza por una extrema asimetría de
poder, irrumpe contra el orden natural volcándose sobre un otro más débil o
debilitado, incapaz de defenderse por sus propios medios.” (Veccia, Levin y
Waisbrot, 2012, p. 14).

Definida la violencia, cuando este concepto se aplica al ámbito de estudio de las


personas adultas mayores, tanto los instrumentos jurídicos internacionales como
las leyes internas de los Estados comprometidos en la protección de este sector
de la población, han esbozado definiciones que coinciden en esencia aun cuando
presentan sutiles diferencias.

En el Derecho Internacional, la CIPDHPM (2015) se define a la violencia contra la


persona adulta mayor como “cualquier acción o conducta que cause muerte, daño
o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la persona mayor, tanto en el ámbito
público como en el privado”.
77

Además, en el mismo art. 9 de la Convención, se precisa que:

Dentro de esta definición de violencia se reconoce la violencia de carácter


económico, que incide en la obligación del Estado, la sociedad y la familia de
proteger y respetar el derecho de las personas adultas mayores a disfrutar de su
patrimonio sin que se vea amenazado por actos fraudulentos o de abuso de
confianza.

También se advierte que la violencia comprende el maltrato, que en la Segunda


Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento realizada en Madrid en el año 2002,
se define como “cualquier acto único o repetido o falta de acción apropiada que
ocurra en cualquier relación de confianza que cause daño o angustia a una
persona mayor”, concepto similar al propuesto en la Declaración de Toronto para
la Prevención Global del Maltrato de las Personas Mayores del 2002: “El maltrato
de personas mayores se define como la acción única o repetida, o la falta de la
respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde existía una
expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona
anciana”.

En la CIPDHPM se define al maltrato como “Acción u omisión, única o repetida,


contra una persona mayor que produce daño a su integridad física, psíquica y
moral y que vulnera el goce o ejercicio de sus DD.HH. y libertades fundamentales,
independientemente de que ocurra en una relación de confianza”. En esta
definición que data del año 2015 se aprecia la integración de las dos definiciones
esbozadas en el año 2002, propio del avance del estudio y comprensión de la
problemática que presenta la vejez en la población y la necesidad de protección
de los adultos mayores.

Violencia y maltrato son conceptos que están relacionados, empero se diferencian


en que el caso del maltrato no existe una relación de poder, una situación o
posición desigual entre los sujetos, como sí se evidencia en la violencia (asimetría
de poder). Ambos se suelen usar como sinónimos, reconociéndoles su origen en
78

diversos factores o causas, así para definir a la violencia en el Informe Mundial


(2003, p. 14) sobre la violencia y la salud se tomaron en cuenta factores biológicos,
sociales, culturales, económicos y políticos, mientras que, en el caso del maltrato
“convergen una serie de elementos de índole personal, familiar, social y cultural”
(Lathrop, 2009, p. 87). Por esta relación estrecha, es que las legislaciones a nivel
internacional y nacional regulan indistintamente sobre violencia o maltrato como
mecanismo jurídico para garantizar la protección integral de los adultos mayores,
con lo cual los Estados concretan las obligaciones asumidas en favor de este
sector de la publicación y así enfrentar los retos que plantea el envejecimiento
poblacional.

Otro concepto comprendido sobre la violencia contra el adulto mayor, es el


Abandono o Negligencia, que la OMS definió como el “descuido u omisión en la
realización de determinadas atenciones o desamparo de una persona que
depende de uno o por la cual uno tiene alguna obligación legal o moral. La
negligencia o abandono no puede ser intencionada”, nótese que trata
indistintamente a ambos conceptos; sin embargo, en el año 2015, la Convención
Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores ha diferenciado a la negligencia del abandono teniendo en cuenta si en
su comisión hubo intencionalidad, es decir, si fue un acto deliberado o no, siendo
que en el caso de la negligencia nunca será una conducta u omisión deliberada.

Estas medidas legislativas se justifican si se tiene en cuenta que la violencia contra


las personas adultas mayores es considerada ya un problema de salud pública,
pues, así lo reporta la OMS según “un estudio de 2017 basado en la mejor
evidencia disponible de 52 investigaciones realizadas en 28 países de diversas
regiones, incluidos 12 países de ingresos bajos y medianos durante el último año
el 15,7 de las personas de 60 años o más fueron objeto de alguna forma de
maltrato” (OMS, 15 de junio de 2021).

2.4.6. Violencia, maltrato, abandono, negligencia en la legislación extranjera

El envejecimiento poblacional es un fenómeno mundial que viene siendo tratado por los
Estados, tanto para enfrentar los retos que supone (demanda mayor de servicios
médicos geriátricos, debilidad de los sistemas pensionarios, etcétera) como para avalar
el pleno goce de los derechos fundamentales de los adultos mayores, para la cual han
adecuado o modificado su legislación interna o se están reconociendo derechos
específicos a su favor.
79

Países como Ecuador, Colombia, Paraguay, Argentina, México, Nicaragua y El Salvador


han promulgado leyes que tienen como sujeto de protección a los adultos mayores no
solo para efectos de reconocerles derechos, sino también para establecer medidas
concretas de protección contra la violencia en todas sus expresiones o modalidades que
incluyen el maltrato, el abandono y la negligencia. Entre las medidas legales adoptadas
pueden verse las siguientes:

2.4.6.1. La República de El Salvador, mediante la Ley de Atención Integral


para la Persona Adulta Mayor dada en el año 2002, estableció un derecho
fundamental para las personas adultas mayores el de recibir protección contra el
abuso o malos tratos de cualquier índole (artículo 5º, numeral 9), remitiendo la
prevención contra la violencia física, psicológica o sexual a la aplicación de la Ley
contra la Violencia Intrafamiliar, así como, la normatividad pertinente en materia
familiar, penal y procesal penal (artículo 24).

2.4.6.2. La República de Colombia, el 19 de julio de 2017, promulgó la Ley


Nº1850 denominada Medidas de Protección al Adulto Mayor en Colombia y
sanciona el maltrato intrafamiliar por abandono, mediante la cual redefinió la
violencia intrafamiliar (artículo 3), modificó el concepto de maltrato mediante
restricción a la libertad física (artículo 4) y adicionó el concepto de maltrato por
descuido.
80
81

2.4.6.3. La República Argentina, el 23 de diciembre de 2016, expidió la Ley de


Prevención y Protección Integral contra Abuso y Maltrato a los Adultos Mayores,
mediante la cual definió el abuso o maltrato contra las personas adultas mayores,
identificó a los agentes potenciales maltratadores y los tipos de maltrato o abuso.
82

2.4.6.4. La República de Nicaragua, el 06 de mayo de 2010, aprobó la Ley 720


83

– Ley del Adulto Mayor, por la cual se decreta la obligación de toda persona natural
o jurídica que tenga el cuidado y trato de un adulto mayor de proteger por una
buena atención y trato respetuoso (artículo 22).

El Estado nicaragüense reglamentó La Ley del Adulto Mayor mediante Decreto Nº


51-2010 publicado el 07 de setiembre de 2010, a través del cual define el
abandono o desamparo del adulto mayor (art 2) y las medidas de protección
integral de presentarse en cada caso, así como, cuando sea víctima de violencia.

2.4.6.5. Los Estados Unidos Mexicanos, se publicó la Ley de los Derechos de


las Personas Adultas Mayores, por la cual definió la violencia contra las personas
adultas mayores (art 3, norma XII) y determinó los tipos de violencia:
84
85

2.4.6.6. La República de Ecuador, promulgó la Ley Orgánica de las Personas


Adultas Mayores, que consagra el derecho a la seguridad a una vida libre de
violencia, priorizando la prevención contra la violencia (artículo 33) y atención a
las víctimas que la padecen (artículo 34).

2.5 Protección de los derechos de las personas adultas mayores en el Código


Civil peruano

2.5.1. Trascendencia del Código Civil como instrumento de protección de los


derechos subjetivos de las personas

El Estado peruano ha adoptado una serie de acciones para velar por los derechos de
las personas adultas mayores, protección que se ha centrado principalmente en el
ámbito de políticas públicas, protección institucional propia del derecho público. Empero,
como se ha advertido, existen problemas que aquejan a las personas adultas mayores
y que atacan directamente sus derechos subjetivos cuya fuente de protección primera
es el Código Civil, así tenemos los derechos alimentario y de propiedad, derechos del
orden civil, contenidos en el Derecho Civil, el cual es “el Derecho que regula las
relaciones del ser humano en su ciclo vital, esto es, en cuanto siendo persona es
86

protagonista de las relaciones jurídicas que crea, regula, modifica y extingue” (Vidal,
2014, p. 20), y que el maestro Fernando Vidal Ramírez llamó el “derecho troncal”. El
Derecho Civil, se mantiene como garantía de igualdad, de integridad física y mental, de
protección a la vida, de seguridad y no discriminación.

Los derechos subjetivos son entendidos como especial poder reconocido a las personas
naturales, una “facultad de obrar que se tiene para satisfacer un interés propio” y que
“constituye un medio para eliminar las necesidades que experimenta el hombre”
(Escobar, 1998, p. 298).

2.5.2. El rol de la familia ante las personas adultas mayores

En el Derecho del siglo XXI se continúa considerando a la familia como la célula básica
de la sociedad, lo cual es reconocido en la Carta Magna del Perú al establecer que es
una instituto natural y fundamental de la sociedad la familia (artículo 4). En esa línea, la
jurisprudencia constitucional ha reafirmado esta trascendente función de la familia al
resolver los distintos conflictos suscitados con ocasión de la defensa de las complejas
relaciones familiares que se presentan en la actualidad, para ello ha acudido a los
principios de interpretación constitucional, optimizando las disposiciones
constitucionales dentro de la concepción de la Constitución como un todo con fuerza
normativa e integradora de la sociedad y el Estado, como se aprecia de sus sentencias
en las que interpreta y aplica el artículo 4 de la Constitución, sale a luz los instrumentos
jurídicos internacionales como la DUDH, el PIDCP, la CADH: “7 (…) Así, cambios
sociales y jurídicos tales como la inclusión social y laboral de la mujer, la regulación del
divorcio y su alto grado de incidencia, las grandes migraciones hacia las ciudades, entre
otros aspectos, han significado un cambio en la estructura de la familia tradicional
nuclear, conformada alrededor de la figura del pater familias. Consecuencia de ello es
que se hayan generado familias con estructuras distintas a la tradicional, como son las
surgidas de las uniones de hecho, las monopaternales o las que en doctrina se han
denominado familias reconstituidas (T.C., Pleno Jurisdiccional, Expediente Nº01204-
2017-PA/TC LIMA, 2018).

Este ideal de familia no siempre se concreta en la realidad social y así lo ha establecido


la OMS en su Informe Mundial sobre el envejecimiento y la salud (OMS, 2015) al afirmar
que la piedad filial, como núcleo generador de deberes familiares, está debilitada:
87

En este informe de la OMS se identifica que han surgido situaciones que afectan a la
“piedad familiar”: tensión intergeneracional que supone el desinterés de los jóvenes por
prestar cuidados al adulto mayor que integra en su entorno familiar; la drástica reducción
del número de miembros de la familia (hay menos hijos “para compartir las
responsabilidades físicas, emocionales y financieras de los padres y abuelos al
envejecer”); la expedición de normas que imponen la obligación a los hijos de prestar
auxilio a sus ascendientes adultos mayores; y, la ausencia de descendencia en un
creciente núm. de personas adultas mayores, que los expone al desamparo o abandono.
A esta actual realidad se suma el hecho de que la piedad filial se expresa en remesas
de fondos y pagos de atención por parte de terceros, es decir, el calor del hogar familiar,
el tiempo en familia, se reemplaza con una fría transferencia de dinero o la contratación
de atención institucionalizada, situaciones que no garantizan, necesariamente, la
protección integral de los adultos mayores (2015, p. 15).

Ante este panorama, voces autorizadas critican que los Estados se hayan centrado en
marcar avances legislativos en materia de protección de los derechos de las personas
adultas mayores, pero sólo desde el ámbito de políticas públicas, desde una óptica
institucional, mas no se fortalece la defensa de sus derechos de orden subjetivo o
privados que se regulan a través de los códigos civiles (Davobe, 2015, p. 13). Así,
Kemelmajer (2006, p. 56) reconoce la escasa regulación civil referida a los “deberes y
derechos entre los ancianos y sus parentela”, para sustentar ello reseña las pocas
normas jurídicas que regulan la relación de los adultos mayores y sus descendientes:
los hijos deben respeto y obediencia a sus padres, se establece el deber de los hijos de
cuidar a sus padres en la ancianidad y proveer sus necesidades cuando requieran
auxilio, sobre prestación alimentaria a su favor, derecho a visitar a los nietos y la
protección frente a la violencia

Esta protección institucional se verifica “en la legislación nacional y comparada”:


88

Distinto es el caso de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores expedida
por el Estado mexicano, el cual establece que “La familia de la persona adulta mayor
deberá cumplir su función social, por tanto, de manera constante y permanente deberá
velar por cada una de las personas adultas mayores que formen parte de ella, siendo
responsable de proporcionar los satisfactores necesarios para su atención y desarrollo
integral…”, precisando la obligación de prestarles alimentos conforme a lo prescrito en
su Código Civil y de protegerlos frente a la celebración de actos jurídicos que pongan
en riesgo sus bienes y derechos (art 9).

2.5.2.1. Principio de Solidaridad Familiar como fundamento del deber


familiar de proteger a su integrante persona adulta mayor.

Es en el Derecho de Familia donde se desarrolla y consolida el Principio de


Solidaridad, pues, como bien afirma Marcos M. Córdova (12 de junio de 2014) no
suele hallarse en el derecho positivo una definición de solidaridad, y como se
constata en la práctica procesal, es a través de decisiones judiciales y creación
doctrinaria que el principio de solidaridad ha adquirido contenido.

Trasladado este principio a la esfera de las relaciones familiares, la Corte


Constitucional desarrolló el contenido nuclear (derechos fundamentales que
protege), así como la prelación para la exigencia (orden de imputación de los
sujetos llamados a observarlo) del Principio de Solidaridad Familiar. Este principio
informa sobre la responsabilidad que recae en cada miembro de la sociedad de
“ayudar a sus parientes cuando se trata del disfrute de sus derechos a la salud y
a una vida digna, deber que tiene mayor grado de compromiso cuando se trata de
las personas de la tercera edad, quienes se encuentran en situación de debilidad
manifiesta, debido a aflicciones propias de su edad o por las enfermedades que
89

los aquejan” (Corte Constitucional de Colombia, Cuarta Sala de Revisión,


Sentencia T-730/10, 2010).

El T.C. del Perú también se ha ocupado de establecer la trascendencia del


principio de solidaridad como faro que orienta la creación normativa, es este
principio el que justifica los deberes recíprocos que se imponen a todos los
miembros de la sociedad

Así también cabe advertir, con relación al principio de solidaridad, este Tribunal en
los Expedientes N°s 2945-2003-AA/TC y 2016- 2004-AA/TC ha precisado que: “La
solidaridad implica la creación de un nexo ético y común que vincula a quienes
integran una sociedad política. Expresa una orientación normativa dirigida a la
exaltación de los sentimientos que impulsan a los hombres a prestarse ayuda
mutua, haciéndoles sentir que la sociedad no es algo externo sino consustancial.
El principio de solidaridad promueve el cumplimiento de un conjunto de deberes,
a saber:

Fanzolato (como se citó en Kemelmajer, 2006, p. 56), identifica la relación de


dependencia mutua que se presenta entre la solidaridad y la familia, lo que explica
por qué la solidaridad resulta fundamental en el derecho familiar: “La solidaridad
es un deber moral que, al ser reconocido por la ley, asume la naturaleza de
obligación civil. La solidaridad y la familia son conjuntos solidarios que obedecen
a la ley de interdependencia universal porque nada es el producto exclusivo de la
fuerzas y desvelos de una sola persona”.

Esta solidaridad familiar es la que se invoca para sostener toda medida o acción
que tienda a proteger eficazmente el derecho de las personas adultas mayores a
un envejecimiento positivo que le garantice una vejez con dignidad, la cual ha sido
reconocida y definida por la jurisprudencia constitucional nacional y extranjera.
90

La legislación nacional y extranjera prescribe la obligación que recae sobre los


ascendientes (padres, abuelos, tíos, bisabuelos) de cumplir con solventar todas
las necesidades de los descendientes (hijos, nietos, sobrinos, bisnietos),
desarrollando cada aspecto (concepto de alimentos, deberes, subsistencia de la
patria potestad; concepto, prelación y criterios para fijar los alimentos), así
también, la doctrina abunda sobre los derechos de los hijos y deberes de los
padres para con ellos, y ni qué decir sobre los medios de comunicación que
bombardean con información sobre los derechos los hijos, obligaciones para con
los descendientes que no acaban ni cuando adquieren la mayoría de edad
(Cervilla, 2010, p. 1), sin embargo, cuando se trata de la protección de los
progenitores o demás ascendientes, la legislación es escasa, insuficiente, ineficaz.

Ante esta insuficiencia de medidas protectoras eficaces, dada la imperiosa


necesidad de salvaguardar de forma integral los derechos de las personas adultas
mayores, es que se ha acudido al Principio de Reciprocidad por el cual se invierte
el deber u obligación de cuidado, asistencia, ayuda o auxilio impuestas por el
principio de solidaridad sobre los ascendientes, para trasladarlos sobre las
espaldas de los descendientes. Cumpliendo su función de intérprete de la
Constitución, la justicia constitucional colombiana ha relacionado el deber-
obligación de los abuelos de asistir en sus necesidades básicas a sus
descendientes -nietos, bisnietos- ante la ausencia de los padres, con la
responsabilidad de los hijos y demás descendientes de acudir o asistir al adulto
mayor de la familia como consecuencia de la justa inversión de roles: “De allí que
normas como las contenidas en los arts. 251 y 252 del C.C., que invierten la
obligación para el cuidado y socorro provenga de los hijos emancipados frente a
los padres y demás ascendientes necesitados, corresponde a una reciprocidad o
protección familiar” (Corte Constitucional de Colombia, Sala Plena, Sentencia C-
451-16, 2010).

En este contexto normativo y judicial, los tribunales constitucionales de Perú y


Colombia, máximos intérpretes de la Carta Magna, han reconocido que la familia
es la primera línea de defensa para los adultos mayores, es en su seno que se
debe garantizar la especial protección que demandan y merecen, y que esta carga
que pesa sobre la familia se sustenta en el principio de solidaridad familiar. En el
caso peruano, el Tribunal Constitucional concluyó que “A partir de esta norma
constitucional, el Tribunal entiende, pues, que existe un compromiso social de la
familia y, sobre todo, del Estado de ofrecer una especial protección a las personas
91

ancianas o adultas mayores acorde con la dignidad de su condición.” (Tribunal


Constitucional, Pleno Jurisdiccional, Expediente Nº 8156-2013-PA/TC JUNIN,
2017). Por su lado, la justicia constitucional colombiana reconoció que “(…) la
Corte concluye que la obligación de cuidado y auxilio que los hijos deben a los
padres y a los demás ascendientes en línea recta que se encuentren en estado
de necesidad o de debilidad manifiesta, encuentra sustento originario en los
principios de reciprocidad familiar y solidaridad familiar, así como en el deber moral
y jurídico de brindarles la asistencia que requieran para sobrellevar una vida digna.
Tal socorro incluye el deber de brindar alimentos legales.” (Corte Constitucional
de Colombia, Sala Plena, Sentencia C- 451-16, 2010)

2.5.2.2. El Derecho de Alimentos en la doctrina y jurisprudencia peruana.

El Derecho de Alimentos, según la profesora Davobe (2015, p. 14), es el “derecho


deber”, considerado como “institución central del Derecho de Familia”, que en la
doctrina y jurisprudencia argentina se le ha reconocido su origen en el parentesco
y que responde al principio de solidaridad humana:

En el Perú, al comentar el capítulo del Código Civil referido a los alimentos,


Carmen Chunga Chávez (2003), afirma que el derecho de alimentos tiene
naturaleza sui generis dado su “contenido patrimonial y finalidad personal conexa
a un interés superior familiar”, de esta especial naturaleza fluye la relación
patrimonial de crédito-débito que reconoce la ley para imponer la obligación de
alimentarse entre los miembros de la familia.

Por otro lado, la doctrina es uniforme al establecer las siguientes características


92

del derecho alimentario: es asistencial e irrenunciable, inherente a la persona del


acreedor y deudor, inembargable, imprescriptible, no susceptible de ser cedido,
temporal, transmisible mortis causa, no compensable ni transigible, recíproco,
variable o revisable según las circunstancias del acreedor y deudor, irrepetible,
sustituible en su forma de prestarlo (Dabove, 2015, p. 14; Chunga, 2003; Zavaleta,
2006, p. 57; y, Plácido, 2002, 351).

Zavaleta Carruitero haciendo énfasis en las cualidades que caracterizan a los


alimentos, considera que es “la obligación temporal, sustituible, divisible recíproca
y personalísima que tiene una persona en favor de otra, por mandato de la ley,
para asegurar su subsistencia” (2006, p. 508).

Plácido incidiendo en su contenido y concepción amplia, sostiene que “se entiende


por alimentos, lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y
asistencia médica” (2002, p. 350), y que cuando se trata de los alimentistas
menores de edad, los alimentos “comprenden también su educación, instrucción,
capacitación para el trabajo”; esta opinión coincide con la noción de alimentos que
se esboza en el art. 472 del C.C., según el cual, componen la descripción de
alimentos “lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido,
educación, instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia médica y
psicológica y recreación, según la situación y posibilidades de la familia. También
los gastos del embarazo de la madre desde la concepción hasta la etapa de
postparto.”

Placido (2002) también considera que un concepto restringido de los alimentos es


el que se contempla en el art. 473 del C.C., aquél referido a los alimentos a favor
de las personas mayores de edad, pues, establece condiciones para que el
beneficiario alimentista, mayor de edad, tenga derecho a alimentos.

Palacio repitiendo el contenido considerado en la norma civil, afirma que los


alimentos comprenden “todo lo necesario para el sustento, habitación, vestido y
asistencia médica del alimentista” (1987, p. 430).

La CSJ de la República del Perú ha esbozado procesalmente el concepto de


alimentos como “una responsabilidad impuesto jurídicamente a una persona para
asegurar la subsistencia de otra persona…” (CSJ de la República, Sentencia de
Casación N°3820-2002- PIURA, 2003); empero, también la judicatura suprema ha
reconocido que este deber de prestar alimentos “no se circunscriben a lo
estrictamente necesario para su subsistencia” sino que se estimará también “el
93

contexto social en el que vive el alimentista” (CSJ de la República, Sentencia de


Casación N°3874-2007-TACNA), por lo que, resulta que la amplitud de su
contenido se establecerá en cada caso concreto y de acuerdo a lo que las partes
en conflicto logren probar ante el juez que conozca tal controversia.

En cuanto a la determinación de la prestación concreta que conlleva la obligación


legal de dar alimentos, deberá ser determinada por el juez conforme lo establece
el art. 481 del CC, el cual regula los criterios para fijar alimentos y que en el
práctica judicial se ha precisado que las necesidades de quien los pide y a las
posibilidades del que debe darlos, el juez ponderará las circunstancias personales
de ambos sujetos de la relación obligacional, con especial atención a las
obligaciones o cargas que pesen sobre el deudor alimentario (Corte Suprema de
Justicia de la República, Sentencia de Casación N°3874-2007-TACNA).

Las características que se atribuyen a los alimentos en el Código Civil peruano,


hablando desde la perspectiva del contenido de la prestación, son similares a las
atribuidas al derecho alimentario, en lo que cabe: es personalísimo (sólo exigible
por y ante aquél que la ley establece), inembargable (no susceptible de
apropiación o retención para satisfacción de otra obligación), temporal (vigente
durante el plazo de ley o se cumplan las condiciones exigibles para su
configuración), variable o revisable según las circunstancias de los sujetos de la
relación (artículos 482 y 483 del Código Civil), sustituible en su forma de prestarlo
(artículo 484 del Código Civil), e intransmisible, irrenunciable, intransigible e
incompensable (artículo 487 del Código Civil).

2.5.2.3. Alimentos de las personas adultas mayores en el Código Civil


peruano.

Cuando se regula los alimentos que se deben prestar en el área del Derecho de
Familia, sólo establece un precepto general que puede invocarse o aplicarse en
favor de un reclamo de pensión alimenticia que formule una persona adulta mayor.
Este precepto es el artículo 474 que se refiere a la reciprocidad del deber de
prestar alimentos. Así, en el inciso 2 de la norma citada se establece que existe
obligación de prestarse alimentos entre ascendientes y descendientes, es decir,
no sólo son los padres, abuelos o demás ascendientes quienes deben alimentar
a sus hijos, nietos o bisnietos, de ser el caso, sino que, también opera esta
obligación en forma inversa, es decir, los hijos, nietos o demás descendientes
están obligados a prestar alimentos a sus ascendientes, sin soslayar que para que
94

se fije el monto de la pensión alimenticia se deben satisfacer los criterios prescritos


en el art. 481 del C.C.

Es evidente que esta prescripción normativa se ha tornado insuficiente para


garantizar la propia sobrevivencia de las personas adultas mayores que estuvieran
en situación de desamparo económico, más aún cuando la Ley de la Persona
Adulta Mayor, en el literal b) de su art. 7, establece que es deber de toda familia
de un adulto mayor, satisfacer sus necesidades básicas de salud, vivienda,
alimentación, recreación y seguridad.

Advertida esta insuficiente protección, el 5 de diciembre de 2018, la Comisión de


Justicia y Derechos Humanos del Congreso de la República, presentó el Dictamen
sobre el proyecto de ley que propone la modificación de diversos arts. del C.C.,
proponiendo también la incorporación del artículo 473 – A con el que se pretende
establecer el derecho a los adultos de familia para reclamar a sus hijos mayores
de edad una pensión alimenticia.

Sin embargo, amén de la mala técnica legislativa que puede tornar confusa la
norma, y de que se invoca como sustento de dicha propuesta el deber de los hijos
de asistir a sus padres y que el Estado tiene la obligación de “salvaguardar los
derechos humanos y el respeto a la dignidad de la persona” y la necesidad de
observar lo prescrito en la Ley N°30490 – Ley de la Persona Adulta Mayor, esta
propuesta no hace más que restringir el ámbito de aplicación de la protección ya
establecida en el art. 474, inc. 2, del C.C. vigente, pues, este prescribe la
obligación alimentaria de forma recíproca entre ascendientes y descendientes sin
establecer límites en el grado de parentesco, es decir, esta obligación recae en
los hijos, y a falta de éstos, en los nietos y bisnietos.

Incluso, la propuesta resulta contradictoria con la misma Ley N°30490, que


estatuye, como adulta mayor a toda persona que tiene como mínimo 60 años de
edad (artículo 2), y como tal, a esta edad ya se es pasible de una especial
protección jurídica.
95

También se advierte que la norma propuesta redunda en un aspecto que está


claramente regulado en el art. 481 del C.C., al hacer referencia a las condiciones
en que sería exigible la pensión alimenticia, pues, las normas para fijar los
alimentos son regulados por el Juez “en proporción a las necesidades de quien
los pide y a las posibilidades del que deba darlos, atendiendo a las circunstancias
personales de ambos, especialmente a las obligaciones que se halle sujeto el
deudor”.

2.5.2.4. Alimentos de las personas adultas mayores en la legislación civil


comparada.

Para establecer la eficacia o ineficacia de la regulación contenida en el C.C.


peruano para proteger los derechos de los adultos mayores es imprescindible
analizar el estado de desarrollo de la regulación civil en los distintos códigos civiles
extranjeros, para conocer si existen medidas expresas en favor de las personas
adultas mayores y el alcance de estas medidas como mecanismos eficaces para
garantizar su derecho de alimentos que vele por su propia sobrevivencia y por sus
derechos patrimoniales que le aseguren el respeto a su derecho de propiedad,
medidas mínimas y fundamentales que les garanticen un envejecimiento positivo.
En el ámbito del derecho alimentario, se han revisado los Códigos Civiles y
Códigos de Familia de los países sudamericanos, centroamericanos y español,
teniendo en cuenta la afinidad de sus sistemas jurídicos.

En el Código Civil Colombiano se contempla la obligación de los hijos, aun


cuando gozaran de plena capacidad de ejercicio, de cuidar de sus padres adultos
mayores. Esta obligación de socorro se extiende en beneficio a todos los
ascendientes legítimos, como es el caso de los abuelos o bisabuelos cuando los
descendientes inmediatos no satisfacen sus necesidades.
96

En Ecuador, similar al Derecho Colombiano, el Código Civil prescribe la obligación


de los hijos de cuidar de sus padres adultos mayores, extendiendo también esta
obligación en favor de los abuelos y bisabuelos.

En Chile se ha regulado la expresa obligación a los hijos de atender de los padres


adultos mayores, en texto similar a los códigos civiles colombiano y ecuatoriano,
también extiende esta obligación a favor de los demás ascendientes.

Como se advierte, en Colombia, Ecuador y Chile se ha establecido una obligación


general que pesa sobre los hijos para “cuidar” a sus padres adultos mayores,
empero, no se establece ninguna prescripción referida a los alimentos que podrían
prestarse a los ascendientes.

En Cuba se ha expedido un código especial para regular las relaciones de familia,


esto es el Código de Familia. Sin embargo, en este cuerpo normativo sólo se
establece de modo general el deber recíproco de prestarse alimentos entre
ascendientes y descendientes, y permite que los alimentos se satisfagan a través
del pago de una pensión periódica o incorporando al beneficiado en la propia casa
del obligado.

La Republica de El Salvador también ha considerado regular de forma especial


las relaciones familiares a través de un Código de Familia. En este código se
establece como norma general el deber de asistencia que pesa sobre los hijos en
favor de sus padres, en especial cuando son ancianos; además, prescribe la
97

obligación de prestarse alimentos entre ascendientes y descendientes sólo hasta


el segundo grado de consanguinidad.

El Código Civil de la República Bolivariana de Venezuela, establece la


obligación de los hijos de proveer alimentos a sus padres y demás ascendientes,
incluso, prescribe el contenido esencial de esta obligación en todo cuanto posibilite
cubrir todas sus necesidades, así como los criterios o parámetros a tener en
cuenta para exigir el cumplimiento de esta obligación.

La República Oriental del Uruguay, en su Código Civil, no sólo impone la


obligación alimentaria a los hijos y demás descendientes, sino que extiende la
misma a los yernos y nueras, es decir, también se debe alimentos a los suegros.
98

Similar prescripción se halla en el Código Civil de la República Dominicana al


determinar, obligatorio a los hijos, yernos y nueras de prestar alimentos a sus
padres, ascendientes necesitados y suegros.

En el Código Civil de la Ciudad de México (Código Civil para el Distrito


Federal) se han establecido mayores protecciones al derecho alimentario al
establecer no solamente a los hijos y nietos están obligados a dar alimentos a sus
padres y abuelos, sino que, además, se precisa el contenido esencial de los
alimentos que corresponden a una persona adulta mayor, esto es, ante su
incapacidad económica, se debe cubrir su atención geriátrica e integración en el
seno familiar. Incluso, la norma civil establece la sanción ante el incumplimiento
de esta obligación al ordenar su constitución como deudor moroso y registrándolo
como tal en el Registro Civil.
99

En el Código Civil español también se ha regulado de forma general el deber


recíproco de prestarse alimentos entre ascendientes y descendientes, y que
procederá el reclamo de alimentos de un ascendiente respecto de su
descendiente de grado más próximo. Se establece, con acierto, que el Ministerio
Público tiene acción para solicitar ante el Juez que se dicten medidas cautelares
que aseguren que el alimentista goce oportunamente de pensión alimentaria.
También prescribe la opción de cumplir con la prestación de alimentos mediante
el pago efectivo de la pensión o acogiendo al alimentista en la propia casa del
obligado.
100

2.5.2.5. Derecho de alimentos para ascendientes en la jurisprudencia


mexicana.

La Primera Sala de la SCJN de México conoció el proceso de denuncia de


Contradicción de Tesis 19/2008-PS, por el cual se discutió sobre los siguientes
temas:

El proceso se consideró necesario para establecer una posición que oriente a la


judicatura mexicana sobre este tema, pues, en su interior existían dos tesis
contradictorias respecto “al derecho de un adulto mayor” a pedir alimentos a sus
descendientes.

La primera tesis sostenía que cuando, en una acción de alimentos, el acreedor es


una persona adulta mayor, éste tiene a su favor la presunción de necesitar
alimentos y sólo pesa sobre él la carga de evidenciar: a) entroncamiento familiar
con el demandado, y b) posibilidad de que el deudor pague la pensión; por el
101

contrario, es el deudor alimentario en quien recae acreditar que el demandante no


necesita alimentos. Se sostiene aquí que se debe considerar “la vulnerabilidad del
adulto mayor”, además, desde el punto de vista procesal, se trata de un asunto de
especial distribución de cargas probatorias.

La segunda tesis sostenía que cuando es el ascendiente quien reclama alimentos


a un hijo debe probar: a) el entroncamiento, b) que necesita los alimentos por no
estar en condiciones de obtener por sí mismo los medios necesarios para su
subsistencia; y, c) que el demandado está en posibilidad de proporcionárselas;
esta posición no reconoce la existencia de presunción de estado de
necesidad a favor del ascendiente, pues, considera que dicha presunción sólo
favorece al cónyuge y a los hijos del deudor alimentario. Esta tesis considera que
en el caso de una persona adulta “es evidente que, salvo prueba en contrario,
cuenta con los atributos suficientes para desempeñar cierta labor y obtener los
recursos indispensables para solventar sus necesidades elementales” y, por tanto,
debe probar su estado de necesidad desvaneciéndose cualquier presunción a su
favor.

La Sala Suprema mexicana consideró finalmente que: i) no existe presunción legal


de necesitar alimentos que beneficie a los ascendientes, ii) no está justificado
hablar de presunción humana general según la cual los ascendientes, en general,
sean personas adultas mayores o no, están en estado de necesidad, iii) no existe
justificación para admitir una presunción negativa u opuesta, de que no los
necesitan, distinto es el caso de los niños (menores de edad) en el que resulta
innegable admitir la presunción humana general de necesidad (son un grupo
altamente homogéneo, donde todos requieren protección y que se les provea
sustento). Por el contrario, cuando se trata de adultos mayores se debe advertir
que dentro de este grupo existen personas económicamente activas y otras
inactivas, personas con patrimonio suficiente que hace innecesario reclamar o
recibir apoyo económico de otros, y de ser el caso de aplicar una presunción
humana general podría generarse resultados injustos.

Finalmente, la Sala Suprema estableció, con carácter de jurisprudencia, que:


102

2.5.2.6. Derecho de alimentos para ascendientes en la jurisprudencia


colombiana.

La Corte Constitucional de Colombia conoció el proceso de tutela planteado por


Margarita Rojas de Moreno (70) contra sus hijas Blanca Aurora Moreno Rojas y
103

Leonor Moreno Rojas, por vulneración del derecho al mínimo vital y a la vida digna,
alegando que las demandadas no cumplían con pagarle la cuota alimentaria
acordada.

La acción de tutela se fundamentó en que la demandante acudía a la vía


constitucional invocando la protección de sus derechos constitucionales porque
no tenía recursos para solventar un juicio ordinario y que por su edad era urgente
que se le imparta justicia en un proceso célere. La accionante demostró estar
delicada de salud y no percibir ingresos

En este caso, la Corte Constitucional colombiana requirió opinión a la Defensoría


del Pueblo en su condición de defensor de los DD.HH. Al contestar la Defensoría
del Pueblo invocó la Constitución Política (artículos 86 y 46) que protegen a las
personas en estado de indefensión y la protección especial al adulto mayor; invocó
también el Código Civil (art. 411) que establece como titular del derecho de
alimentos a los ascendientes; además, también invocó la jurisprudencia
constitucional que ya había reconocido el derecho al mínimo vital de las personas
adultas mayores dentro de los derechos especialmente protegidos
constitucionalmente.

Para resolver esta causa, la Sala Constitucional repasó su jurisprudencia respecto


a, entre otros, los siguientes temas: i) la pensión de alimentos o cuota alimenticia
para las personas adultas mayores, ii) la afectación al mínimo vital cuando se
omite el pago de la cuota alimentaria en el caso de las personas adultas mayores,
y, iii) la protección constitucional a las personas adultas mayores.

El órgano jurisdiccional constitucional considera que la pensión de alimentos o


cuota alimenticia para las personas adultas mayores se fundamenta en los
principios de proporcionalidad y solidaridad, estableciendo que se debe considerar
la capacidad económica del alimentante como la necesidad del alimentista y que
esta obligación “se impone principalmente a los miembros de la familia”.

Como se está reclamando la afectación al derecho fundamental del mínimo vital,


la Sala Constitucional repasa su concepción y contenido desarrollado por la propia
Corte Constitucional: “A pesar de no existir un concepto generalmente aceptado,
podemos decir que el derecho al mínimo vital es de gozar unas prestaciones e
ingresos mínimos, que aseguren a toda persona su subsistencia y un nivel de vida
digno, así como también, la satisfacción de las necesidades básicas”.
104

En este punto, la Sala Constitucional determinó que si no se paga la pensión o


cuota alimentaria al adulto mayor cuya supervivencia depende de esta pensión,
entonces si se afecta el derecho fundamental al mínimo vital.

En cuanto a la protección constitucional de los adultos mayores, la Sala


Constitucional estableció que, pese a que el deber primordial de solidaridad se
encuentra en cabeza de la familia, el Estado también debe velar por el cuidado de
la vejez, debiendo implementar las medidas para la protección integral de las
personas adultas mayores, considerando que fundamentará uno de los extremos
del fallo que garantizará la protección real e inmediata de la accionante.

Teniendo como sustento las consideraciones expuestas por la Sala


Constitucional, mediante Sentencia T – 685/14 del 11 de setiembre de 2014, emitió
fallo en favor de la demandante al considerar que en el caso concreto se cumplen
los requisitos fijados por la jurisprudencia para exigir el cumplimiento de
obligaciones alimentarias: estado de necesidad, que no existe eximente de la
obligación alimentaria de cargo de las hijas de la demandante y que su derecho
alimenticio encuentra amparo en el art. 411 del C.C. Es más, se impone a la
Alcaldía de Bogotá que se incluya a la demandante como beneficiaria de
programas sociales (subsidio para adultos mayores)

2.5.2.7. Derecho de alimentos para ascendientes en la jurisprudencia


argentina.

En la jurisprudencia argentina se ha establecido que para que una persona adulta


mayor encuentre protección u amparo en una causa judicial que le favorezca con
alimentos deberá “acreditar su imposibilidad de suministrárselos y, en caso de
poseer algún beneficio previsional, deberá probar que le es insuficiente para
subsistir” (Dabove, 2015, p. 16), es decir, la persona adulta mayor deberá
demostrar su estado de necesidad.

Comentando fallos judiciales al respecto, Davobe afirma que para el derecho y


tribunales argentinos no resulta importante ni determinante la causa por la cual la
demandante persona adulta mayor se haya en situación de necesidad: “más allá
que los enojos hayan enturbiado en el pasado las relaciones entre padres e hijos,
es contra la naturaleza y la equidad que los descendientes se nieguen a
suministrar alimentos a la progenitora que ahora los necesita” (2015, p. 16-17)

2.5.3. El derecho de propiedad de los adultos mayores en la doctrina y la


105

jurisprudencia peruana

En el ámbito de los derechos patrimoniales, propiamente del derecho de propiedad,


revisando los códigos civiles mencionados, también se ha constatado que no existe
ninguna regulación referida a los derechos de este segmento poblacional, es decir, en
los códigos civiles los legisladores no se han ocupado de la protección del patrimonio
de los adultos mayores, no existe ninguna medida protectora, lo que da cuenta de que
pese a existir flagrantes y reiterados casos de abuso o despojo patrimonial que padecen,
no se han adoptado medidas para combatir este problema.

Como se ha expuesto, las personas adultas mayores vienen siendo víctimas de estafas,
engaños, violencia, abandono o desamparo, tanto por acciones de sus propios
familiares como por parte de terceros, sin embargo, aún no se asume la necesidad de
establecer medidas eficaces que resguarden sus intereses frente a situaciones que los
superan.

A raíz de la pandemia del Covid -19 que asoló a toda la humanidad, con la particularidad
de que esta enfermedad tuvo incidencia mortal entre el grupo poblacional conformado
por las personas adultas mayores, el profesor Manuel Bermúdez Tapia (2021, p. 29) -
al analizar las relaciones familiares en contextos de crisis- consideró que su impacto
será evidente en el ámbito de las relaciones familiares, arribando a la conclusión de la
importancia de una reforma legislativa que de mayor protección a las personas de la
tercera edad a través una mayor autonomía económica con la disposición total de su
patrimonio, incluso condicionando la sucesión hereditaria a la atención y cuidado que le
proporcionen sus potenciales herederos.

2.6 Instrumentos jurídicos para garantizar el derecho de alimentos de las


personas adultas mayores

Consultada la regulación jurídica de los alimentos a favor de las personas adultas mayores en
el C.C. peruano vigente, se ha constatado que no existe en este cuerpo normativo la
protección suficiente al sólo normarse de forma general la obligación alimenticia de las
personas frente a sus ascendientes, además, esta protección se desplegará cuando la
persona adulta mayor demuestre encontrarse en estado de necesidad y requerirá – más de
las veces- activar un proceso judicial, lo cual no siempre es posible, pues, existen situaciones
en las que las personas adultas mayores sí cuentan con patrimonio consistente en un
inmueble el cual destinan para su vivienda, único bien del cual podrían obtener provecho, sin
embargo, se convierte en una carga si el titular no cuenta con ingresos en efectivo para
106

mantenerse a sí mismo y para conservar dicho patrimonio (gastos tributarios y por mejoras
necesarias).

2.6.1 El contrato de alimentos (España y México)

2.6.1.1. Un contrato creado por los privados y a golpe de jurisprudencia.

Es tradicionalmente llamado “Vitalicio” en la experiencia española o, simplemente,


Contrato de Alimentos, nació como un medio para “canalizar las necesidades de
cuidado de los adultos mayores ante el previsible deterioro de su capacidad física
y mental” (Muñoz, 2018), y se reconoce como su antecedente al Contrato de Renta
Vitalicia, el cual fue desnaturalizado a fin de que aquellas personas que llegaban
a una avanzada edad pudieran celebrar acuerdos vinculantes con sus hijos u otros
familiares para que les proporcionen comidas a cambio de la cesión de bienes,
asegurando así su subsistencia mediante actos jurídicos privados.

Como está aceptado en la doctrina, ello se celebra con el fin de obtener una suma
de dinero u otro bien fungible (renta) sin que necesariamente la relación
establecida entre las partes se funde en sus cualidades personales, no teniendo
necesariamente un carácter personalísimo, lo cual sí se reconoce en el contrato
de alimentos, donde, además de la relación íntima (familiar) o de confianza
(cuando interviene terceros), se establece que la prestación puede variar en su
contenido de acuerdo al incremento de las necesidades del beneficiario
alimentista. Estas diferencias, fueron dando a lugar a que se creara una figura
jurídica nueva tradicionalmente llamada “Vitalicio” y que fue perfilada por las
decisiones de los tribunales españoles.

Del tradicional Vitalicio surge el moderno Contrato de Alimentos, cuya regulación


legal se concretó mediante la dación de la Ley N°41/2003 del 18 de noviembre de
2003, que introduce una alternativa a disposición de la mera voluntad de los
privados para crear una obligación alimentaria que, hasta ese momento, sólo
podía nacer de la Ley. En España, la obligación alimenticia se imponía por
mandato legal y sólo podía regularse por mandato judicial, por lo que, era
imposible que dicho vínculo jurídico fuera creado a través de un contrato. Esta
figura contractual no se crea especialmente para uso de adultos mayores, sino
que se introduce en el sistema jurídico español dentro del marco de protección de
las personas con discapacidad, entendiéndose que las personas adultas mayores,
por su condición de vulnerabilidad, son sus potenciales usuarios como así lo
afirma Calaza (2016, p. 250): “el legislador ha introducido el contrato de alimentos
107

por una razón de política económica, para abaratar los crecientes costes sociales
generados por la atención a nuestros mayores, empleando la fórmula de movilizar
el patrimonio privado forjado por los propios mayores, en mecanismos dirigidos a
atender a su subsistencia…”, finalidad que se torna más apremiante cuando
España proyecta que en el año 2023 “el sistema público carecerá de recursos para
afrontar el pago de las pensiones” (Calaza et ál, 2016, p. 247).

Demostrada la situación de indefensión o vulnerabilidad en que se hallan los


adultos mayores, se reconoce que instituciones jurídicas tradicionales como el
testamento, la donación, el anticipo de legítima, no son suficientes para garantizar
que cuenten con la atención integral que necesitarán en la etapa final de sus vidas,
sea porque no tiene hijos o teniéndolos no se ocupan de su cuidado (Muñoz, 2018,
p. 55); por ello, el Contrato de Alimentos se muestra como una opción eficaz donde
se pueda atender de forma integral las necesidades de los adultos mayores que
posean tienen bienes a los que pueden sacar provecho.

2.6.1.2. Concepto de contrato de alimentos. Es aquel contrato autónomo cuyo


contenido consiste en la prestación de alimentos, a cambio de laentrega de unos
bienes, durante la vida del acreedor de dichos alimentos o de tercera o terceras
personas (Calaza, 2016, p. 250).

En una concepción más integral, Chillón Peñalver (como se citó en Muñoz, 2018,
p. 57), da la siguiente definición:

El Código Civil español regula el contrato de alimentos en el Título XII De los


Contratos aleatorios o de suerte, artículos 1.791 al 1.797, definiéndolo así:
108

En este contrato son las partes quienes regulan el contenido de los alimentos,
definen aquello que le es indispensable al alimentista cedente: alimento
propiamente dicho, vestido, vivienda, que son llamados gastos ordinarios; así
como los gastos extraordinarios propios de los adultos mayores, los que incluyen
la atención médica farmacológica, cuidados domiciliarios, terapéuticos e incluso,
de ser el caso, los costos de vivienda en residencia para ancianos (Davobe, 2015,
p. 16)

2.6.1.3. Partes y caracteres del contrato de alimentos. En el contrato de


alimentos se identifican dos partes:

Entre sus caracteres, en la doctrina (Calaza et ál, 2016, 251-252, y Muñoz at ál,
2018, 59), se mencionan que es un contrato típico, nominado, consensual
(dejando atrás la idea del carácter real del contrato), bilateral (habiéndose olvidado
el carácter unilateral que se atribuyó al antiguo Vitalicio), oneroso (rechazándose
que pueda constituirse a título gratuito porque desnaturalizaría su estructura),
aleatorio (determinado por la duración incierta al depender del tiempo de vida del
alimentista cedente, y por la variabilidad del contenido de la prestación),
personalísimo o intuitu persone (las cualidades de los sujetos son esenciales al
basarse en la íntima y mutua confianza), de tracto sucesivo (tiene vigencia durante
el tiempo de vida del alimentista cedente), vitalicio (su extinción se determinará
por la muerte del alimentista cedente).

2.6.1.4. El Contrato de Alimentos como alternativa para asegurar el


109

derecho de alimentos de las personas adultas mayores. Como se ha visto este


contrato, por un lado, tiene como prestación la transferencia de un bien y por otro,
la satisfacción de asistencia alimentaria, no necesariamente la entrega de una
renta o pensión, sino que fundamentalmente cubrir las necesidades materiales,
afectivas, geriátricas y las que conduzcan al bienestar del transferente y a su vez
beneficiado con la asistencia alimentaria.

Es a través de esta forma de contrato como se evidencia la utilidad del patrimonio


de una persona en su beneficio cuando adolece de alguna limitación propia de la
edad que le impide acceder directamente y necesita de otra persona, quien puede
ser familiar, tercero e incluso institución que le asegure una calidad de vida en la
última etapa de su vida, quien cumplirá esta prestación a cambio de la adquisición
de un bien de propiedad del adulto mayor.

Este contrato está llamado a aliviar las carencias del adulto mayor, que cada vez
viven más años, no tienen familia o han sido abandonados pero que cuentan con
patrimonio propio.

No obstante, hay autores como Calaza (et ál, 2016, p. 246), que identifican como
una traba para el uso masivo del contrato de alimentos su elevado costo:
“regulación fiscal altamente gravosa que coarta su potencial versatilidad”,
haciendo referencia al pago de impuesto por la renta.

2.7. Protección del adulto mayor en el ámbito de los derechos patrimoniales

2.7.1. Patrimonio y derecho de propiedad

Patrimonio y propiedad son conceptos que se encuentran entrelazados por cuanto el


segundo constituye parte importante del contenido del primero, es decir, cuando se
adquiere el derecho de propiedad sobre bienes y derechos se forma o incrementa el
patrimonio del titular.

Según el profesor Torres (et ál 2006, p. 41), entre los caracteres del patrimonio se
pueden identificar: su legalidad, referido a que es una “creación del ordenamiento
jurídico”; que pertenece a un determinado sujeto, lo cual responde al conocido adagio
“no hay persona sin patrimonio, ni patrimonio sin persona”; es valorable en dinero,
atribuyéndosele un “valor de cambio”; su variabilidad, al fluctuar conforme a los
ingresos y egresos que se obtienen a través del tiempo.

En cuanto a la definición del derecho de propiedad, el art. 923 del C.C. peruano
110

establece, “La propiedad es el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y
reivindicar un bien.”, noción que destaca los atributos de este derecho, empero, la
jurisprudencia suprema ha esbozado una noción más compleja identificando su
naturaleza real y los límites de este derecho: “El derecho de propiedad es el derecho
real por excelencia, consagrado en el art. 70 de la Carta Magna del Estado, en virtud
del cual el titular puede utilizar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien, conforme al art.
923 del C.C.; siendo que este derecho sólo se realiza o desarrolla de manera plena
cuando excluye a otras personas en la participación del mismo derecho sobre
determinado bien; dado que es imposible sobre un mismo bien concurran dos idénticos
derechos de propiedad” (Corte Suprema de la República, Sentencia de Casación
N°3818-2012-LIMA NORTE, 2014).

Patrimonio y propiedad resultan conceptos trascendentes en el ámbito de protección de


las personas adultas mayores si se comprende que un envejecimiento positivo, a la que
aspiran las actuales legislaciones del mundo, se lograría con mayor eficacia a través del
pleno ejercicio de la autonomía e independencia de la que gocen los adultos mayores,
lo que pasa por asegurar que tengan medios suficientes para satisfacer sus crecientes
necesidades

Como se ha corroborado, en el Perú, las personas adultas mayores se encuentran en


situación de vulnerabilidad patrimonial, por cuanto carecen de patrimonio o el que tienen
es escaso o insuficiente: casi la mitad (43.7%) de adultos mayores censados en el año
2017 se hallan al margen de la PEA y más del 60% de este grupo poblacional no cuenta
con ningún sistema pensionario, incluso, aquellos que gozan del derecho propiedad,
éste está constituido por un único bien inmueble que usa como vivienda y que no le
genera renta.

Ante esta realidad de precariedad económica del adulto mayor, es necesario que los
legisladores creen fórmulas jurídicas que permitan garantizar el bienestar y respeto a
sus derechos, máxime si al revisar el Código Civil peruano vigente no se halla ninguna
disposición normativa que proteja su patrimonio, tampoco se ha preocupado el
legislador peruano en establecer medidas precautorias para garantizar que los adultos
mayores, al realizar negocios jurídicos, no sean vulnerados en sus derechos a
manifestar su voluntad y que esta sea prestada libremente informado.

2.7.2. Protección del patrimonio del adulto mayor en la legislación extranjera.

Dada la recurrente constatación de situaciones de violencia patrimonial o económica


que afectan a las personas adultas mayores, también en otros países, se han elaborado
111

diversas modificaciones a su normatividad civil para enfrentar este problema y proteger


con más eficacia los derechos del adulto mayor.

Esta necesaria protección de la esfera patrimonial del adulto mayor se vio reconocida
por la Corte IDH, en el caso Muelle Flores vs. Perú, cuando estableció que el derecho a
la pensión de jubilación forma parte del derecho de propiedad.

En tal dirección, a fin de incrementar la protección de los derechos del adulto mayor
frente a la violencia económica, se verifican importantes cambios en la normatividad civil
en distintos países, como los que se exponen a continuación.

2.7.2.1. El Patrimonio Protegido en la legislación española.

En el sistema jurídico español, mediante la Ley N°41/2003 del 18 de noviembre


de 2003, denominada “Ley de protección patrimonial de las personas con
discapacidad y de modificación del C.C., de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la
Normativa Tributaria con esta finalidad”, se introdujo la institución del “Patrimonio
Protegido”, entre cuyos fundamentos se reconoce a uno de los elementos que más
afectan en el bienestar de las personas con discapacidad es la existencia de
medios económicos a su disposición, suficientes para atender las específicas
necesidades vitales de los mismos (Exposición de Motivos), es decir, resulta
trascendental para su propia sobrevivencia que la persona en situación de
vulnerabilidad cuente con un capital mobiliario o inmobiliario que le rinda
provechos económicos para satisfacer sus necesidades.

Si bien en la exposición de motivos de la Ley N°41/2003 hace mención a las


personas con discapacidad, como sujetos destinatarios de su protección:
“Beneficiarios de este patrimonio pueden ser, exclusivamente, las personas con
discapacidad afectadas por unos determinados grados de minusvalía, y ello con
independencia de que concurran o no en ellas las causas de incapacitación judicial
contempladas en el art. 200 del C.C. y de que, concurriendo, tales personas hayan
sido o no judicialmente incapacitadas.”; en la doctrina se ha entendido que nada
impide que pueda comprenderse dentro del ámbito de su protección a los adultos
mayores que, por su avanzada edad y detrimento de sus habilidades o salud, se
hallen en situación de vulnerabilidad (dependencia física, emocional o
económica).

El Patrimonio Protegido concebido por la Ley N°41/2003 se constituye a través de


documento público o mediante decisión judicial, y se forma con el patrimonio del
112

propio beneficiario (patrimonio forjado por el adulto mayor) o con el patrimonio que
aporte un tercero; la administración de este patrimonio se establece en el título de
constitución (escritura pública) cuando es el propio beneficiario quien lo constituye,
designando al administrador, y, en el supuesto que sea un tercero (familiar o
autoridad competente en protección familiar) quien solicita la constitución del
patrimonio será en la sentencia que se regule la forma de administración.

2.7.2.2. La Hipoteca Inversa. Los autores ubican el origen de la Hipoteca


Inversa en el Reino Unido, en la década de los años treinta y configurada en su
forma actual alrededor del año 1965 (Illana, 2005, p. 14); reconocen en esta
figura a una herramienta útil para preservar o proteger la vida misma del adulto
mayor al posibilitarle que obtenga fondos dinerarios de forma periódica y continua,
con ello podrá asegurar la obtención de su sustento consistente en alimentos, así
como la atención en salud y compra de medicamentos.

En España se reguló la Hipoteca Inversa a partir de la dación de la Ley 41/2007


del 7 de diciembre de 2007. Al comentar sobre la introducción de la hipoteca
inversa en la legislación española, Quezada (2009, p. 137), afirma que ésta:

En el año 2016, México acogió la Hipoteca Inversa para introducirla en el Código


Civil con el objetivo de proteger el patrimonio del adulto mayor, permitiendo que
explote su propiedad y acceda así a recursos económicos mensuales a manera
de pensión con la cual pague sus gastos cotidianos, sin que pierda el lugar de su
vivienda.

La hipoteca inversa en las experiencias española y mexicana (Quezada, 2009, p.


146; y, Ramírez, Serrano y Vásquez, 2017, p. 1) no ha evidenciado gran acogida,
pues, se reconoce que primero debe superarse por parte de los adultos mayores
la idea arraigada de que tiene el deber de dejar un patrimonio a sus descendientes,
así los consumidores prefieren transmitir la vivienda a sus herederos, e incluso,
se resisten ante la idea de inseguridad por habitar una vivienda que podría ser
ejecutada por una entidad bancaria y perderla; así como que los hijos acepten,
113

desterrando conductas egoístas, que sus padres tienen toda la libertad de


disponer de su patrimonio. Además, en el sistema financiero tampoco ha tenido
mucha acogida, no existe ofertas atractivas lo cual sumado al desconocimiento
del público objetivo ha impedido su masivo uso. Se identifica como trabas a su
hipoteca inversa, gastos notariales y fiscales.

En el Perú, la Hipoteca Inversa está regulada por la Ley 30741 – Ley que regula
la Hipoteca Inversa, en cuyo artículo 1 se establece claramente que se le regula
con la finalidad de servir “como un medio que permitirá que las personas
complementen sus ingresos económicos, mediante el acceso a un crédito con
garantía hipotecaria cuyo pago será exigible recién al fallecimiento del titular o
titulares del crédito”. En el ámbito de la banca peruana, aún antes de su regulación
en el derecho nacional, se le concebía como “un producto hipotecario que permite
a las personas obtener liquidez sobre la base de propiedades inmobiliarias y como
una herramienta para la carga fiscal de los sistemas pensionarios estatales”; sin
embargo, desde ya se identificó aspectos negativos en su regulación, al exigir
como condición que la persona habite la vivienda, lo que ante una eventual
ausencia por salud o viaje, ocasionaría la resolución del contrato e inminente pago
de la deuda acumulada o la pérdida de la inmueble hipotecado, lo que refuerza en
el consumidor adulto mayor su temor a perder su vivienda y potencial patrimonio
sucesorio; también se identifica su alto costo en gastos notariales, seguro del
inmueble y tributos (Concha y Lladó, 2013, p. 27).

La propia ley, en su art. 2, establece que “por la hipoteca inversa una entidad
autorizada, comprendida “en el art. 5 de la presente ley, “otorga un crédito a favor
del titular o titulares del derecho de propiedad sobre un inmueble contra la
afectación en garantía hipotecaria del referido inmueble, siendo el reembolso del
crédito exigible y la garantía ejecutable al fallecimiento del referido titular o
titulares”.

Un punto de mucha importancia constituye lo regulado en el art. 9 de la Ley que


regula la hipoteca inversa, en el cual se establece el “Régimen de transparencia,
suministro de información y asesoramiento”, remarcando que “la hipoteca inversa
está adicionalmente sujeta a las disposiciones sobre transparencia, suministro de
información y asesoramiento al cliente que establezca el reglamento”,
desarrollando el derecho del cliente a la transparencia que “implica, al menos,
la publicidad de las características del producto, incluyendo los riesgos que este
implica; el suministro de información comprende, al menos, la entrega de folletos,
114

modelo de contrato y demás información que requiera el consumidor, incluyendo


la absolución de consultas que formule”, así como su derecho a asesoramiento,
lo cual “implica que previo al otorgamiento del crédito, el solicitante deberá
acreditar que ha recibido asesoría de un profesional especializado, registrado ante
la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de
Pensiones, el mismo que deberá ser ajeno a la entidad autorizada que sea parte
en la operación”. “El asesoramiento tendrá en cuenta, entre otros, la edad y
situación financiera del solicitante, así como los riesgos y consecuencias
económicas de la operación”.

El derecho al asesoramiento desarrollado por la Ley N°30741 debe concordarse


con los derechos prescritos en el art. 5, literales j) y l), de la Ley 30490 – “Ley de
la Persona Adulta Mayor”, referidos a recibir “información adecuada y oportuna en
todos los trámites que realicen los adultos mayores y a brindar su consentimiento
previo e informado en todos los aspectos de su vida”. Así, se tiene que una medida
protectora de los derechos patrimoniales de las personas adultas mayores es
garantizar su derecho a dar su “consentimiento informado”, concepto que sólo se
ha legislado en el ámbito de la salud conforme a lo promulgado en la Ley 29414 –
Ley que establece los derechos de las personas usuarias de los servicios de salud,
y que introdujo modificaciones a la Ley General de Salud:

Este trascendente derecho es precisamente el que no se observa celosamente


por parte de los Notarios Públicos, como detectó en el año 2014 la Red Perú de
HelpAge Internacional que dio a conocer la actuación negligente o dolosa de los
notarios que elevan escrituras públicas sin cumplir con su obligación de garantizar
el “consentimiento informado” de los adultos mayores (Luis Silva Nole, 20 de junio
de 2014), por lo que, se hace necesario que este derecho sea incorporado y
115

desarrollado en el C.C. peruano para que se garantice de forma eficiente la


protección de los derechos patrimoniales hacia el adulto mayor.

2.7.3. Propuesta para establecer limitaciones a la celebración de negocios


jurídicos en la experiencia legislativa chilena.

Otra experiencia se encuentra en debate en Chile. Un grupo de diputadas chilenas


presentó el Proyecto de Ley que “Modifica el Código Civil en materia de indignidades
para suceder, y de requisitos para la enajenación de un inmueble, cuando el
vendedor tuviese 75 años o más de edad, en las circunstancias que indica”
(Boletín N°12869-07), cuyos objetivos, a decir de la propia fundamentación de la
propuesta, son promover y asegurar el “Respeto por la capacidad civil de goce y ejercicio
del adulto mayor de 75 años”, así como, garantizar la “Protección del patrimonio del
adulto mayor” y la “Protección de la fe pública involucrada en la celebración de contratos
de compraventa o constitución de derechos reales sobre bienes raíces”.

La propuesta modificatoria consiste en incorporar un párrafo final en el art. 1801 del C.C.
chileno, en los siguientes términos:

Las legisladoras que suscriben el proyecto sostienen que la propuesta se cimenta en


que se ha registrado recurrentemente a adultos mayores que son víctimas de “fraudes,
estafas y otras formas de abuso patrimonial”, además, en el caso de que intervengan
como parte vendedora en el contrato de compraventa se ha verificado que “los
resguardos que actualmente se toman en el acto por el cual se enajena no son
suficientes para asegurar el debido respeto por los derechos de los adultos mayores”;
aunque reconocen que existe una presunción general de plena capacidad de las
personas adultas mayores, ya que, no se ha legislado incapacidad por razón de la edad,
116

alegan que es innegable que la avanzada edad de la persona puede suponer una
disminución de su capacidad que lo coloca en posición de indefensión frente al
aprovechamiento y mala fe de aquellos que busquen despojarlo de su patrimonio.

Proponen, en el supuesto de un vendedor mayor de 75 años de edad, con un único bien


inmueble como patrimonio, sea el juez civil quien evalúe y declare su plena capacidad
y verifique que exprese su consentimiento libre e informado, correspondiendo a este
funcionario garantizar que el adulto mayor enajenante no sea colocado en riesgo de
perder su capital inmobiliario ganado a lo largo de su vida.

Esta propuesta legislativa ha sido objeto de serios reparos por parte de la CSJ de Chile,
que mediante informe legal cuestionó que:

Esta observación por parte de la CSJ de Chile, respecto de la introducción de la


presunción legal de incapacidad al adulto mayor de 65 años o más de edad, encuentra
su símil en las decisiones de la Corte Suprema de Justicia de Colombia que
reiteradamente ha estimado que no puede ponerse en entredicho la voluntad de una
persona adulta mayor cuya capacidad no ha sido negada mediante un juicio de
interdicción, pues “El art. 1503 del C.C. sienta como principio general la presunción de
capacidad de ejercicio de toda persona natural y como excepción la incapacidad
(discapacidad) en los casos señalados por el legislador.” (CSJ de la República de
Colombia, Sentencia de Casación N°SC19730-2017, 2017).

Como se aprecia, el Patrimonio Protegido es una alternativa que posibilita a la persona


adulta mayor pueda gozar de autonomía a través del disfrute de su propio patrimonio,
117

con el cual se garantiza la satisfacción de sus necesidades básicas; sin embargo, las
investigaciones realizadas (Sagarra, 2019, p. 58) dan cuenta que esta figura no ha
tenido mucha acogida en su público objetivo, pues, en el año 2011, a ocho años de
vigencia, sólo se reportaron 200 patrimonios constituidos en las notarías, número que
no se incrementó notablemente al año 2019, acusándose ello a los escasos incentivos
fiscales que ofrece el Estado español.
118

CAPÍTULO 3: CONTRASTACIÓN DE LAS HIPÓTESIS

3.1. Análisis e Interpretación del Problema Planteado

3.1.1. Resultados

3.1.1.1. Del primer objetivo: Características y problemas que confrontan


los adultos mayores en la sociedad peruana actual.
119

3.1.1.2. Del segundo objetivo: Ineficacia del Código Civil Peruano en la


defensa de los derechos de los adultos mayores. Indicadores.

3.1.1.3. Del tercer y cuarto objetivo: Incorporación de derechos específicos


en la legislación civil
120

3.1.2. Presentación de la postura

3.1.2.1. La nueva realidad de los adultos mayores.

En este tema es pertinente mostrar las características y problemas que se


presenta actualmente en el adulto mayor. El aumento de este segmento
poblacional en el mundo, como lo indican las cifras de la OMS, constituye un
fenómeno social sin precedente, más aún, si también comienza a ser una corriente
en el mundo el decrecimiento de la tasa de nacimientos de las personas; en suma,
la tendencia es que los países irán presentando, como ya se hace en el norte de
Europa, una población predominantemente envejecida con los subsecuentes
nuevos problemas que los estados tendrán que afrontar y resolver.

La problemática que presenta población de adultos mayores está ligada


significativamente a los sistemas previsionales, a la economía y a la cultura de
cada país; como se ha visto, los casos presentados en este informe, tienen que
ver con carencias económicas de los ascendientes y el maltrato de los hijos.
121

En países como el Perú, el incremento de adultos mayores PAM, si constituye una


de las causas que agrava los variados problemas de este segmento poblacional,
porque no es lo mismo atender a dos millones de personas que a cuatro millones
de personas con los mismos recursos, teniendo en cuenta que las necesidades
particularmente en gastos de salud y geriátricos son mayores y en contraparte, su
población económicamente activa, disminuye, manifestándose en las dificultades
que se observan para el pago de jubilaciones u homologaciones y discriminación
laboral.

Por los resultados que se ven, se evidencia que las políticas de estado
emprendidas desde muchas décadas atrás, no contemplaron con rigurosidad y
solvencia la previsión del sostenimiento de una población que va en aumento, que
los costos por recuperación y mantenimiento de la salud serían mayores, que
cuidar de la subsistencia de la población adulta mayor, es también una prioridad,
como de toda persona, que están de por medio sus derechos fundamentales a la
vida, a la salud, al bienestar, a la no discriminación, reconocidos en la CIDH de los
Adultos Mayores, adoptada por la OEA el 15 de junio del 2015, en la Constitución
Política del Perú y otros instrumentos supranacionales que conforman el Derecho
Peruano.

El presupuesto para el sector salud (Perú) es uno de los más bajos de América
Latina a pesar del aumento que tuvo el 2019, respecto al 2018, en él se han
priorizado distintos programas entre ellos Materno Neonatal, Articulado
Nutricional, Cuna Más, entre algunos, pero no se ha incrementado alguno referido
a la vejez o a los adultos mayores, lo que confirma que la problemática de este
segmento poblacional aún es postergada, incluso desde el Estado, el que tiene
responsabilidad constitucional en la protección especial para los ancianos en
condición de abandono. Postergación con fatales consecuencias para estas
personas porque son las que más requieren de atención hospitalaria y ¿Qué
encuentran? Citas escasas y tardías, ausencia de médicos y personal asistencial,
también carencias de medicamentos, equipos y otros materiales, lo que se traduce
en la falta de idoneidad del servicio. Otra limitación que se suma es la falta de
atención adecuada a la salud mental, lo que es grave porque el 20% de los adultos
mayores carecen de ella, tal como delata el Informe N°180-2018 de la Defensoría
del Pueblo en su conclusión N°7.

A diferencia de la infancia, las personas llegan a la vejez en condiciones de salud


distintas, arrastran una historia de vida que los singulariza por lo que la
122

gerontología caracteriza al envejecimiento como heterogéneo, particularidad que


se evidenciada en las profundas y variadas desigualdades, sean estas sociales,
económicas, de género o culturales. La situación de un adulto mayor de las zonas
urbanas o rurales, con solvencia económica o no, con instrucción o sin ella, se
manifiesta, presentando a sujetos, con más años vividos pero con respuestas muy
diferentes ante los retos de esta etapa de vida, unos pasando a ser parte de la
población poco o escasamente activa, mayormente por temas de salud o
inmovilidad física, mientras otros, suman a lo que se conoce como envejecimiento
activo con calidad de vida, entendido esto, con poco o no afectación de su salud,
sin inquietud por sus gastos de subsistencia y participando en la vida social,
profesional o política, por lo que no se puede negar, la heterogeneidad
manifestada como característica de la vejez, también está presente en el Perú,
determinando que el tratamiento individual y colectivo de este segmento
poblacional sea más complejo.

El hecho que se limite la actividad laboral por cuestiones de edad, es discutible,


está de por medio el derecho a no ser discriminado, el tema es verificar las
condiciones físicas y mentales para desarrollar determinada labor. Efectivamente,
hay personas mayores que su salud física o mental se encuentra menoscabada
como parte del proceso de envejecimiento, pero por otro lado, hay personas,
mayores de 75 años, saludables, con experiencia, con mucha solvencia
profesional y moral, que no pueden seguir contribuyendo a mejorar el país por
motivos de edad, como sucedió para acceder a la Junta Nacional de Justicia,
siendo sujetos valiosos por su experiencia y la calidad de sus aportes, como lo
hicieron conocidos personajes de la historia. Este es sólo un ejemplo que por la
heterogeneidad de esta edad se llega a la discriminación, vulnerando el art. 2 inc.
2° de la Carta Magna del Perú.

La salud, va a contribuir en gran medida a determinar la expectativa de vida, grado


de vulnerabilidad y dependencia del adulto mayor. La mayoría de los gerentes
acuden a los hospitales públicos requiriendo de atención médica sea como
asegurado o a través del MINSA, que como se ha visto es muy precaria. Es la falta
de idoneidad del servicio de salud pública, la que orienta al enfermo a buscar mejor
servicio en clínicas y consultorios particulares y para eso, se necesita dinero,
entonces la existencia o no de este elemento, determinará un efecto favorable o
no, de no haber pensión u otro patrimonio del enfermo, es la familia llamada por
ley a satisfacer sus necesidades a mérito de su deber de protección y solidaridad
123

familiar a través de alimentos, instituto regulado en el C.C. peruano.

Agrava este problema que en el Perú no se tiene una cultura de respeto al


conciudadano, existe una notoria discriminación y desvalorización de la vejez por
cuanto se considera que ya no tiene ningún protagonismo activo y se le pospone.
Para la sociedad, según Simone de Beauvoir (1970). En su conocida obra “El
Viejo”, manifiesta: “el viejo, salvo excepciones, ya no hace nada. Se define por
una exis, no por una praxis.” expresión que refleja un concepto prejuicioso y
estereotipado que cataloga al anciano como pasivo, como una carga, apreciación
que se evidencia al ignorarlos, no escucharlos, no respetar sus cosas, haciendo
uso o disponiendo de ellas, sin su consentimiento o forzándolos a darlo.

3.1.2.2. La familia peruana ante el envejecimiento de sus miembros.

El alargamiento de la calidad de vida de las personas también ha impactado en


los hogares peruanos, cifras proporcionadas por el INEI recogidas en el último
censo poblacional 2017, el 41%, tenía entre sus miembros a una o más personas
de 60 años a más edad; dato que es razonable se haya incrementado en estos
últimos tres años, si ha aumentado la población del adulto mayor en general, es
propio que este crecimiento también se presente en los hogares. Es en este
ámbito, que emergen un conjunto de problemas relacionados con las relaciones
familiares, la convivencia se torna difícil, como se ha visto en los casos referidos
en la primera parte. Dada la longevidad de ciertos miembros, se presentan
situaciones como convivencia entre personas de distintas generaciones, con
diferentes ideologías, conceptos, estereotipos, ritmos y otras maneras de ser que
contribuyen a que las relaciones familiares se muestren carentes de respeto,
afecto, solidaridad y otros valores entre sus miembros y en particular hacia los
padres, o/y abuelos u otro familiar que llegaron a esta etapa de la vida.

Incide, como ya se viene disgregando, las condiciones físicas o psicológicas en


las que la persona llegue a esta edad y se le considere una carga en mayor o
menor medida cuando adolece de enfermedades crónicas y/o de movilidad. En
buen número de casos, los familiares ejercen distintas formas de violencia contra
sus ascendientes al no poder manejar la situación de cuidado, atención, gastos y
otros motivos

La familia peruana también ha sido afectada por los cambios sociales, los nuevos
modelos económicos y avances tecnológicos han contribuido a que la mujer ya no
esté en casa, como algunas décadas atrás para las labores domésticas o de
124

cuidado a los hijos o padres; ahora ella también está insertada en el mercado
laboral, los hijos tampoco permanecen por lo general en el hogar, salen a estudiar
o a otras ocupaciones o distracciones, generándose carencia de atención a las
necesidades del adulto mayor dependiente o vulnerable.

La familia ha dejado de ser el centro de producción y consumo, habida cuenta que


por lo general las actividades laborales se llevan fuera de casa y se presta menos
tiempo para compartir con la familia. El consumismo, ha ingresado a los hogares
y se sacrifica el afecto, la compañía por la adquisición de bienes materiales,
muchas veces innecesarios, pero impuestos por una sociedad de consumo, la que
impacta negativamente contra los niños y los ancianos.

Cuando el anciano carece de recursos económicos de toda índole y no puede


valerse por sí mismo, se presentan situaciones que pasan desde la carencia de
asistencia y afecto, hasta el maltrato y abandono de parte de sus familiares,
configurándose en esto último, una desnaturalización de la familia, cuya función
protectora no puede abandonarse, porque expresión de la humanización del ser,
es precisamente, el rol protagónico que realiza la familia en la formación,
desarrollo y cuidado de sus integrantes como también el amparo de sus
vulnerables; no sólo es legal, sino también mora

El que se tengan recursos económicos tampoco los libera del drama, los hijos se
patrimonio, despojándolos de sus bienes, dando lugar a lo que se conoce como
violencia familiar, en su modalidad violencia patrimonial contra los adultos
mayores.

3.1.2.3. Violencia familiar contra los adultos mayores.

La violencia constituye el flagelo más despreciable de la humanidad, se presenta


de muchas formas, incluso enmascarada, confundida e invisibilizada; evidencia la
deshumanización del ser humano, violencia es menoscabar, lesionar, es ir contra
el principio moral y jurídico de no dañar.

Si bien los Estados han adoptado leyes en contra de la violencia, no ha decrecido


y en el Perú, por el contrario, ha aumentado, incluyendo la violencia contra el
adulto mayor

A pesar de la vigencia de la Ley 30364, Ley para prevenir, sancionar y erradicar


la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, que en su art.
125

8 reconoce cuatro clases de violencia; física, psicológica, sexual y patrimonial o


económica; se ha evidenciado que la población adulta mayor, lastimosamente
también es víctima de todos los tipos preceptuados como se demuestra en los
casos presentados en el Informe de los CEM ya referidos, respecto a la violencia
contra los adultos mayores. Estudio que también revela que ésta es causada
mayoritariamente por los propios descendientes, vulnerando el deber jurídico de
respeto y asistencia de los hijos hacia sus padres plasmado en el art. 6 de la Carta
Magna vigente, así también contra las normas morales.

Violentar a los padres sea contra su persona o patrimonio, implica daño a su salud
(lesiones físicas, desnutrición, baja de defensa, enfermedades crónicas,
dificultades motoras, entre algunas manifestaciones) existiendo una relación
directa entre depresión y enfermedad; afecta también el bienestar y la economía
del adulto mayor, por cuanto, dado su estado de vulnerabilidad y dependencia son
víctimas de maltrato, sustracción de sus pertenencias, apropiación de su casa, o
de su chacra, que por lo general en este país, es escaso lo que tienen, con la
finalidad de despojarlos, llegando incluso a desalojarlos. Violencia patrimonial,
también es la negativa a prestarle alimentos y dejarlos en el más cruel abandono,
como se aprecia en la muestra presentada.

El derecho de propiedad también es vulnerado cuando el ascendiente es


presionado, chantajeado, engañado para que transfiera sus bienes sea vía de
anticipo de herencia, compraventa u otras formas, situación que comprende a
institutos normados en el Código Civil vigente, como Propiedad, Posesión,
Sucesión, Compraventa, Donación, Acto Jurídico y su nulidad, los que carecen de
una regulación específica que proteja a los adultos mayores en la problemática
descrita.

Si bien desde el año 2016, la violencia familiar contra un familiar que hubiera sido
sancionado constituye causal de indignidad, su impacto aún no se aprecia porque
en este país, existe en términos generales desconocimiento de las normas
jurídicas y más aún de los derechos que protegen a las personas; no se presta la
suficiente difusión por parte de las instituciones del Estado y si a esto se suma, la
onerosidad y lentitud de los procesos judiciales, se aprecia entonces, su poca
eficacia.

En el Perú, el ciudadano promedio, ante la falta de información, de medios


económicos, dificultades en el acceso a las instituciones de apoyo y escasa
126

confianza en el sistema de justicia peruano, más las limitaciones que impone la


edad, opta por no defender sus derechos que de suyo le pertenecen y resignarse
a una vida sin calidad, afectando su más preciado valor, su dignidad.

3.1.2.4. Respuesta del Estado peruano en esta problemática.

El Estado peruano, estuvo presente en todas las convocatorias efectuadas por los
organismos internacionales con motivo del preocupante tema sobre el
envejecimiento mundial; como se sabe, el Perú suscribió todos los acuerdos y
entre ellos el más importante, la Convención Interamericana sobre los DD.HH. de
las Personas Mayores, consecuente elaboró y publicó el 21 de julio de 2016 la
vigente Ley N°30490, Ley del Adulto Mayor, su objetivo es proporcionar un marco
normativo que asegure el ejercicio de los derechos de la persona mayor a fin de
mejorar su condición de vida, encargando la rectoría al MIMP. Si bien es un
avance, pero los resultados de implementación de las medidas establecidas se
verán a mayor plazo, comprendiendo que mejorará las calidades de vida de la
PAM, depende también de otros factores. En estos más de cinco años de vigencia
de la ley, las condiciones del adulto mayor no han variado, en el tema de salud y
de violencia, por el contrario, persiste el crecimiento de vulneración de sus
derechos como lo muestran las cifras ya presentadas.

Los esfuerzos por difundir y crear conciencia de esta ley en la población son
escasos, sólo se ha avanzado con el derecho a la atención preferencial, en el
mejor de los casos, aunque a un segmento de la sociedad les cueste entender
que es un derecho que les pertenece y no una dádiva o un favor.

Otro instrumento legal es el referido; Ley 30364, Norma establecida para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer e integrantes del grupo familiar,
en ella se encuentran disposiciones específicas referidas a los adultos mayores,
sean padres o abuelos. Estos ascendientes por lo general no denuncian los
agravios de los familiares, por temor a que sus hijos sean sancionados por la
autoridad o éstos se alejen de ellos o tomen algunas represalias como negarles la
asistencia o poder ver a los nietos.

Aún en el supuesto de denuncia de violencia de parte del anciano contra su hijo,


la decisión que dictamino el juez de familia a favor de la víctima resulta falaces,
habida cuenta que no hay personal policial que garantice el cumplimiento,
entonces el ascendiente continúa siendo violentado en su persona o bienes y sin
ánimo de volver a denunciar.
127

Las dos leyes mencionadas párrafos arriba, si bien en teoría, protegen los
derechos del adulto mayor, la no adecuación coadyuvante en su conjunto del
ordenamiento jurídico peruano y particularmente el civil, las tornan de poca
efectividad.

3.1.2.5. Trascendencia del Código Civil Peruano como instrumento de


protección de los derechos subjetivos de las personas.

El Estado peruano ha adoptado una serie de acciones para custodiar los derechos
del adulto mayor, protección que se ha centrado principalmente en el ámbito de
políticas públicas, protección institucional propia del derecho público. Empero,
como se ha advertido, existen problemas que aquejan a gran número de adultos
mayores y que atacan directamente sus derechos subjetivos, los que son
entendidos como especial poder reconocido a las personas naturales, una
capacidad de obrar que se tiene para satisfacer un interés propio y que constituye
un medio para eliminar las necesidades que experimenta el hombre (Escobar,
1998, p. 298), cuya fuente de protección primera es el Código Civil.

Se ha identificado entre los problemas medulares de estas personas, los que


tienen que ver con su subsistencia, a través del incumplimiento de la prestación
alimentaria por los obligados y el despojo de sus bienes, hechos que tienen que
ver con dos instituciones del Derecho Civil, el cual es “el Derecho que regula las
relaciones del ser humano en su ciclo vital, esto es, en cuanto siendo persona es
protagonista de las relaciones jurídicas que crea, regula, modifica y extingue”,
llamándolo también “derecho troncal” (VIDAL, 2014, P. 20).

Dejar los conflictos del adulto mayor al amparo de la Ley N°30490, resulta no
aquilatar la dimensión de los problemas y no conocer las limitaciones que la
referida ley contiene; es el Código Civil el que debe contribuir significativamente
con una regulación acorde con la problemática de la población de los adultos
mayores. Hasta la fecha, el referido código no ha incluido ninguna disposición
específica, abdicando de su principal función, regular las relaciones entre los
particulares, y para el tema en mención a las referidas a la asistencia y protección
familiar.

3.1.2.6. Respuesta del Código Civil peruano ante la vulneración de


derechos de los adultos mayores.

No obstante, la nueva legislación adoptada y aprobada en el Perú persiste, es un


128

hecho evidente, a todas luces que no se puede negar, razón por la que se
convierte en un tema de actualidad, mereciendo la atención de especialistas de
diferentes áreas del conocimiento, dando lugar a distintos enfoques como
posturas en cuanto al origen, el tratamiento y medidas a adoptar en esta
problemática. Estas motivaciones, originaron la presente tesis que tiene como
objetivo principal determinar si la protección a los derechos del adulto mayor,
regulada en el Código Civil peruano es eficaz frente a la realidad social actual.

Para alcanzar el objetivo referido, se tuvo que seleccionar adecuadamente cuáles


serían los indicadores de eficacia que mostraran los resultados esperados;
previamente se identificó los problemas que afrontaba este segmento poblacional,
entre ellos, discriminación, diversas formas de violencia, abandono, desnutrición,
carencia de recursos económicos, vivienda, afectación a la salud, también abuso
y despojo de sus bienes. Con este hallazgo, se cumplió con el primer objetivo
secundario de la investigación, lo que permitió aquilatar la naturaleza e
importancia de los problemas, determinándose, unos de naturaleza personal, que
tienen que ver con el sustento, la vivienda, la asistencia médica y otros de
naturaleza patrimonial, lo que conduce a vincularlos con los institutos de los
Alimentos y la Propiedad regulados en “el Código Civil peruano”, los que vistos
desde las circunstancias especiales de este grupo etario, son de gran
trascendencia porque tienen que ver con la vida, la sobrevivencia de estas
personas, por tal razón en esta investigación, la prestación de alimentos y el
disfrute pleno del derecho de propiedad, se seleccionaron como indicadores
de eficacia del C.C. Peruano.

3.1.2.7. La prestación de los alimentos y el disfrute pleno de la propiedad,


indicadores de eficacia del Código Civil en la protección de los derechos de
los adultos mayores.

- La prestación de alimentos: Como se ha apreciado en los casos


presentados, la negativa, renuencia o indiferencia de parte de los
descendientes para asistir a sus progenitores responde a una cultura que
considera un deber de los padres prestar alimentos a los hijos, más no ha
internalizado que también es una obligación legal de los hijos cuando
aquellos justificadamente los requieran. Los mismos padres en estado de
necesidad, prefiere pedir a un tercero antes que, a su propio hijo, justificando
que éste, tiene muchos gastos, o que no es su obligación, o le da vergüenza;
evidenciándose un desconocimiento de su derecho o un erróneo concepto
129

de la abnegación o sacrificio maternal o paternal. Lo cierto es que gran


número de los ancianos, padecen carencias al punto de exponer su salud y
vida. Innegablemente, se encuentran en estado de necesidad; tienen hijos,
es decir, obligados, pero no quieren demandarlos, temen que éstos vayan a
la cárcel por su culpa, o que tomen represalias, como no volverlos a ver o
ser maltratados.
Esta actitud de los padres, constituye un serio problema, como ya se ha
expresado, no solicitar los alimentos estando en estado de necesidad, atenta
contra su propia vida. Al respecto, Ley 30490 - Ley del Adulto Mayor, en su
art. 7, prescribe un conjunto de deberes de la familia, entre ellos velar por su
integridad física, mental y emocional como también satisfacer sus
necesidades. No obstante, no se encuentra en ella, ni en su reglamento,
algún precepto que garantice el cumplimiento de los deberes referidos, salvo
que el Ministerio Público denuncie por abandono o exposición a persona a
peligro u otro delito. Por tanto, esta ley no proporciona algún mecanismo
para iniciar un proceso de alimentos, cuando el anciano necesitado no
quiere hacerlo.
Ley N° 30364, previene, sanciona y erradicar la violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar en su art. 16 faculta al Juez de Familia,
en casos de violencia dictar una medida cautelar de alimentos, la que
constituye una protección legal preventiva, además, dígase en la práctica,
poco usada, teniendo en cuenta que los ascendientes rara vez denuncian a
sus hijos y para obtenerla, se necesita un proceso de violencia familiar.
El Código Civil peruano no contiene regulación especial que se refiera a los
adultos mayores o ancianos al regular los alimentos para los ascendientes
sólo prescribe la obligación y la reciprocidad alimentaria en sus artículos 474
y 475.
Se entiende que este cuerpo legal con más de tres décadas de existencia,
no avizoraba o pasó por alto la proyección de alargamiento de la perspectiva
de vida de las personas, tampoco reparó en los cambios familiares que se
venían porque la regulación resulta semejante a la del Código Civil de 1936.
Entonces con una normatividad tan antigua, ajena a los cambios sociales,
era de esperar que no haya normas efectivas para proveer alimentos a los
adultos mayores que ahora viven otra realidad. Esta inercia normativa,
afecta a la subsistencia de estas personas, no cumpliéndose la función
protectora del Derecho Civil, lo que genera en este aspecto, su ineficacia.
Ante la nueva realidad, es imperativo que la regulación sobre los alimentos
130

en “el Código Civil peruano”, sea modificada, incorporándose


especificaciones y garantías a través de normas que efectivicen el mandato
constitucional de protección al anciano. Entre ellas, establecer
expresamente obligar a los hijos de asistir y respetar a sus padres en su
vejez, en los alimentos, incorporar los gastos geriátricos, también dar acción
al Ministerio Público en el supuesto que el necesitado no pueda o no quiera
acudir al órgano jurisdiccional para requerir a los obligados cumplan con su
deber y su vida corra peligro. También normar diversas formas de garantizar
la viabilidad de su subsistencia.

- El disfrute pleno de la propiedad: Se ha informado en las páginas


precedentes con gráficos y cuadros estadísticos, elaborados por organismos
oficiales, ello significo que número de personas adultas mayores no puede
disfrutar plenamente de sus bienes a los que tiene derecho por ser el
propietario o poseedor, debido a que son víctimas de despojo patrimonial,
otra forma de transgredir los derechos de los mayores, este caso, se
presenta cuando el anciano posee o es propietario de algún bien, muebles
o inmuebles y es despojado de su titularidad, originándole carencias y mayor
vulnerabilidad, su existencia, resulta verificable a través de las cifras del INEI
presentadas en la primera parte de este trabajo de investigación; los medios
de comunicación también divulgan casos execrables contra ancianos, sea a
través de diarios o programas televisivos, reportajes o noticieros. Si bien,
algunos de ellos pueden tener una nota de espectacularidad, la realidad
tristemente, nos muestra hechos indiscutibles, difícilmente alguien en el
Perú, no vivió la experiencia de familiares, amigos, vecinos o conocidos,
víctimas de sus descendientes, quienes, aprovechando su vulnerabilidad los
despojaron de sus bienes.
Formó parte de la muestra de esta investigación la casuística presentada
por los CEM del MIMP, en la que se exponen las diferentes formas que usan
los descendientes para apropiarse de los bienes de sus progenitores en el
Perú. Se da con cierta frecuencia que los hijos adultos que formaron su
propia familia, pareja e hijos permanezcan en la casa de sus progenitores,
ocupándola casi en la totalidad, reduciendo el espacio a usar de los dueños
de casa, los padres, a una habitación (caso Isadora de 79 años-CEM
Cajamarca), dando lugar sin duda a un caso de despojo patrimonial.
También los hijos exigen y hostilizan para que les adelanten “su herencia”
recurren a engaños, como el caso presentado (Leonor 90 años),
131

causándoles no sólo daño patrimonial, sino también una gran pena y


sufrimiento.
Otras formas expuestas en la casuística, como la apropiación de bienes
muebles (menaje, ropa o también dinero), integran los diversos modos de
despojo patrimonial.
Esta conducta de los hijos, reprochable, por cierto, responde a varios
factores que se deben combatir, entre ellos, la cultura del “viejismo”, por la
que, lo viejo pierde valor y es desechable, conlleva la falta de respeto a la
persona y a los derechos del adulto mayor. También a distorsiones o
desconocimiento de la ley, por cuanto, los hijos se sienten dueños de los
bienes que tienen sus padres porque son sus “herederos” y con ese
convencimiento exigen se les adelante lo que les corresponde. Como ya se
ha manifestado, las personas son titulares de sus bienes hasta su
fallecimiento; una de las características de la propiedad es su perpetuidad,
de no disponer de ellos en vida, recién serán transmitidos a su muerte a sus
sucesores, como lo preceptúa, sin lugar a dudas el art. 660 del C.C.

- Los anticipos de herencia y el riesgo para los adultos mayores: La figura


del anticipo de herencia resulta actualmente polémica, podía entenderse
tiempo atrás, cuando la expectativa de vida era menor, pero ahora que las
personas viven más, necesitan conservar su patrimonio para prever una
vejez más autónoma y digna.
La causa del anticipo de herencia radica en la subsistencia de la legítima,
los hijos conocen los bienes que pertenecen a sus padres y tienen prisa para
que éstos pasen a su dominio. Esta actitud, resulta peligrosa, por un lado,
por lo general, los descendientes pierden el estímulo para forjar su propio
patrimonio a fuerza de su trabajo, ya que se atienen al de sus ascendientes;
por otro lado, va en contra de los propios progenitores, quienes son
presionados por los propios hijos para que les entreguen anticipadamente
“su herencia”, aún en algunos casos con el agravante que se trata del único
bien, en el que habita el padre, terminando siendo despojado total o
parcialmente del bien.
Si bien, uno de los fundamentos de la legítima fue la protección a la familia,
entendiéndose mayormente en provecho de la prole. No obstante, ahora los
hijos tienen mayores oportunidades para desarrollarse y lograr su propia
solvencia económica, mientras que los ascendientes, ahora viven más
tiempo. Entonces, es evidente que la vida y condiciones familiares han
132

cambiado, razón por la que no se justifica que el adulto mayor entregue el


uso, el disfrute y la disposición de sus bienes a sus descendientes cuando
aún los necesita. La postura mantenida en esta investigación es que el
adulto mayor que tiene bienes los conserve y los use para su provecho
porque éstos constituyen, por lo menos, una herramienta a su favor en la
vejez; carecer de bienes lo acerca a la vulnerabilidad, razón por la que el
Derecho Civil debe garantizar la protección eficaz del derecho de propiedad
del adulto mayor con normas especiales, obligación que no se cumple.
En consecuencia, el sistema jurídico que regula la figura de la legítima en el
art. 723 del C.C., amerita por lo menos en estos tiempos ser revisado y en
su caso ser reemplazado por el de libre disposición de bienes en
concordancia con lo preceptuado al art. 923 del C.C. que confiere al
propietario el poder decidir sobre sus bienes, sea con título oneroso o
gratuito, y si está viva o muerto.

- Desprotección del adulto mayor en actos de disposición patrimonial en


sede notarial: También la apropiación o despojo de los bienes del adulto
mayor se manifiesta cuando los padres ancianos, con ciertas limitaciones,
son inducidos a vender sus bienes por sus propios descendientes, sea para
apropiarse del dinero o para quedarse con el bien, siendo dramático cuando
se trata del único bien que incluso le sirve de morada. Las compraventas
aparentemente efectuadas contienen todos los requisitos de validez, existe
la comprobación del notario que da fe que el vendedor se encuentra en pleno
uso de sus facultades. En el caso de ser cierta, ahora se discute, si será
suficiente contar con el pleno uso de sus facultades. En el Perú, como lo
demuestran las cifras del INEI, existe un considerable número de ancianos
con deficiencia educativa, que no están familiarizados con los términos
legales, que no comprenden plenamente los efectos de la compra venta y
que son engañados respecto a su futura atención y manutención; además
una conducta reprochable de ciertos notarios, como los casos presentados
en esta investigación, no es suficiente que el notario se limite a dar fe de sus
facultades, debe instruir y prevenir al titular adulto mayor de las
consecuencias que produce el acto a realizar; lo que se denomina
consentimiento informado. Chile debate en el Congreso la incorporación del
consentimiento del transferente mayor de 75 años en sede judicial como
requisito en los casos de disposición de su único bien y que habita el adulto
mayor. Esta propuesta, sacrifica la celeridad de los actos jurídicos por la
133

seguridad y real protección del anciano, con lo que se pretende disminuir los
actos de abuso. Sin lugar a duda, siempre habrá formas de burlar estas
previsiones, pero ya está la mirada que cautela al vulnerable.
En la actualidad, de consumarse un acto dañoso, el afectado tendrá que
interponer acciones judiciales como nulidad de acto jurídico por decir una, la
que resulta onerosa y con mucha demora, sin previsibilidad de ser favorable,
más aún en casos dramáticos, sin contar con ayuda desinteresada. Si bien
el Decreto Legislativo N° 1384 incorporó el sistema de Apoyos y
Salvaguardas, no contiene normas específicas referidas a los adultos
mayores. Es necesario que sea socializado y recurrido para conocer su
efectividad.
El acceso a la justicia para los pobres, ancianos, carentes de educación y
salud, está muy lejana, razón por la que no acuden al órgano judicial,
sumado el temor a las represalias de los hijos. Es labor del Estado y la
sociedad, así lo indica el art. 4 de la Carta Magna del Perú, proteger al
anciano, implementando una cultura de respeto y protección de la persona
humana y en particular, de los ancianos.

3.1.3. Propuesta para la solución del problema

Se propone la modificación e incorporación de algunos artículos del Código Civil


peruano:

3.1.3.1. Incorporar el deber de respeto y asistencia a sus padres.


134

3.1.3.2. Incorporación de los gastos geriátricos en el contenido de los


Alimentos.
135

3.1.3.3. Incorporar a los tíos y los sobrinos en la obligación recíproca de


alimentos.
136

3.1.3.4. Incorporar a los tíos y sobrinos en la prelación de la prestación de


alimentos.

3.1.3.5. Incorporación del Ministerio Público como accionante.


137

3.1.3.6. Incorporar el Contrato de Alimentos.


138

3.1.3.7. Incorporar la pérdida de derechos sucesorios.


139

3.1.3.8. Limitación en los casos del único bien del adulto mayor.
140
141

3.1.4. Impacto social de la implementación de la propuesta

La propuesta se enfoca en los dos problemas principales que afectan al adulto mayor,
como son la carencia de alimentos y la falta de protección a su patrimonio.

El contenido de los alimentos incluirá sus gastos geriátricos, a los sobrinos como
obligados y permitirá que el Ministerio Público inicie la demanda de alimentos cuando el
adulto mayor no pueda o no quiera hacerla. Así mismo, el contrato de alimentos
propuesto dará utilidad al bien del propietario en su vejez.

La propuesta, acerca de la protección patrimonial de los bienes del adulto mayor


pretende disminuir los casos de despojo patrimonial con el ánimo que el propietario
disfrute de su bien, contando con los beneficios que éste le proporcione.

Si se contribuye a que más adultos en estado de necesidad, efectivicen su derecho


alimentario y que otros, puedan hacer uso y provecho de su patrimonio en los años, de
mayor necesidad, como es la vejez, entonces esta propuesta ocasionará un significativo
impacto social porque este segmento de la población podrá contar con bienestar y mejor
condición de vida, coadyuvándose a la paz social tan deseada.
142

CAPÍTULO 4: CONSECUENCIAS

4.1. Costos de la implementación de la propuesta


La implementación de la propuesta tendrá un costo cero, porque de acuerdo con el artículo
107º de la Constitución existen varios sujetos que tienen iniciativa legislativa para presentar
la propuesta, aunque lo más viable para el caso concreto es que la efectúe un congresista
comprometido e interesado en mejorar el estado de salud del adulto mayor. El congresista
impulsará el proceso de presentación de propuesta legislativa y los costos que de ella se
deriven ya están cubiertos por el Congreso de la República.
Habría que tener en cuenta también, que esta propuesta podría ser presentada al Congreso
con costo cero por la CSJ, el T.C. o el Fiscal de la Nación, por estar obligados a dar cuenta al
Congreso de la República de los vacíos y defectos de la legislación, como lo decreto el art. X
del Título Preliminar del C.C. Peruano.

4.1.1. Beneficios que aporta la propuesta


De convertirse en ley esta propuesta, se presentan beneficios que impactan
positivamente a la sociedad peruana en distintos aspectos:

• Social
La población del adulto mayor, cada día más creciente, podrá contar con la
asistencia familiar adecuada y en los casos que fuera, también disfrutar de sus
bienes, consecuentemente, los conflictos familiares, se aminorarán. Una
regulación jurídica con normas claras y específicas, en cuanto a los derechos
familiares, civiles y sociales que gozan los adultos mayores, contribuye a su
bienestar, respeto y dignidad. Las propuestas aportadas, no sólo benefician al
adulto mayor, también a la familia y a la sociedad peruana.
• Económico
Al cumplir los hijos con su deber de alimentar y cuidar a sus padres desde las
primeras etapas, el deterioro físico y mental que ocasiona la vejez disminuirá; de
igual modo, los gastos del Estado en geriátricos, hospitales y farmacia también
serán menores. Así mismo, la protección efectiva que brinde la ley al patrimonio
del adulto mayor contribuye al gozo los derechos establecidos sobre sus bienes y
aleja la figura del despojo patrimonial.
• Transformador e inspirador
Implica un cambio cultural y buen ejemplo para los descendientes, así como, el
respeto a la persona y a los bienes del adulto mayor contribuye a la preservación
de su identidad y dignidad.
143

CONCLUSIONES

1) El aumento acelerado de adultos mayores en el Perú constituye un fenómeno complejo


y multidimensional, acarrea situaciones nuevas y difíciles no previstas que desnudan las
fragilidades y carencias fundamentalmente en los sistemas de salud, pensionario y
jurídico, aumentando la vulnerabilidad de este grupo etario.

2) La vulneración del derecho a vivir dignamente es el problema principal que padece gran
parte de los adultos mayores en cuanto, los llamados a asistirlos en este trayecto de la
vida no lo hacen y en ciertos casos, son despojados de sus bienes

3) La prestación de alimentos oportuna y eficaz de parte de los obligados, proporciona


calidad de vida al anciano, caso contrario, afecta su subsistencia y ocasiona desamparo
al no existir otra persona legitimada para solicitar judicialmente los alimentos, si el
necesitado no lo hace y no autoriza, constituyendo esta negativa, otro de los problemas
identificados.

4) La conservación del patrimonio del anciano en su dominio, constituye una fortaleza y


contribuye al aseguramiento de una vida digna, por el contrario, el despojo patrimonial,
problema creciente del que es víctima, acentúa su vulnerabilidad, genera un estado de
dependencia y necesidad.

5) Ante el escaso conocimiento de temas legales de la población, las diversas formas de


despojo patrimonial actuado por los propios familiares de los adultos mayores, las
denuncias contra los notarios por actuaciones deficientes, no es suficiente que estos
últimos, se limiten a dar fe de las facultades de las partes.

6) El incremento de ancianos desamparados por sus familiares, el no cumplimiento de la


obligación alimentaria y el aumento del despojo patrimonial que son víctimas, la carencia
de garantías, medidas y sanciones expeditivas al respecto, determinan que la debida
protección a los derechos del adulto mayor, en el Código Civil peruano, resulte ineficaz.

7) Los Códigos Civiles de países vecinos, también México y España ha incorporado


normas específicas en protección a los derechos del adulto mayor, referidas a los
Alimentos y la Propiedad.

8) A fin de lograr una regulación eficaz y eficiente del Código Civil peruano, en materia de
protección hacia los derechos del adulto mayor, es necesario incorporar normas
específicas y pertinentes, teniendo presente, la nueva realidad de la sociedad actual.
144

9) La regulación jurídica contenida en el Código Civil Peruano, al no cumplir con su


finalidad de proteger adecuadamente los derechos personales y patrimoniales del adulto
mayor en la sociedad actual, resulta ineficaz.
145

RECOMENDACIONES

En la presente investigación se encontraron importantes temas que se recomienda, sean


investigados y se determine el aporte y su valor en la disminución de la problemática hacia el
adulto mayor. Entre ellos:

1) La promoción y adecuación de la Hipoteca Inversa a favor del adulto mayor, teniendo


en cuenta su realidad actual.

2) La viabilidad del Patrimonio Protegido del adulto mayor en el Código Civil Peruano (ya
regulado en España).

3) Incorporación de los concubinos como constituyentes y beneficiarios del Patrimonio


Familiar.

4) Revisión de la figura de los Apoyos y Salvaguardias aplicados específicamente al adulto


mayor.

5) Ante el incremento de la expectativa de vida, determinar si se justifica la figura del


anticipo de herencia en la actualidad.

6) La revisión y determinación de la pertinencia del sistema de limitación a la facultad de


disponer libremente del testador en la sociedad actual.
146

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

- Acerbi Cremades, Norma. (2013). Una mirada histórica: Y también la vejez tiene su
historia. Revista de Salud Pública XVII. Vol.4. Pag.69-73. Recuperado en:
https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved
=2ahUKEwjAkKGx2cfyAhV2TjABHesiAfQQFnoECAsQAQ&url=http%3A%2F%2Fwww.sal
udpublica.fcm.unc.edu.ar%2Fsites%2Fdefault%2Ffiles%2FRSP13_5_10_mirada%2520historica
.pdf&usg=AOvVaw0sRB6ZXeMvGBmt1pC7u9Bd
- Agulló Tomás, María Silveria. (2001). Mayores, actividad y trabajo enel proceso de
envejecimiento y jubilación: Una aproximación psico-sociológica (1ª edición). Madrid.
GRAFO S.A. Recuperado en: https://e-
archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/30729/mayores_agullo_2001.pdf?sequence=1&isAllo
wed=y
- Alamillo Ramírez, Itzel; Serrano Herrera, Carlos y Vázquez Herrera,Samuel. (2017).
Hipoteca Inversa para la ciudad de Mexico: Análisisinmobiliario. BBVA. Recuperado
en: https://www.bbvaresearch.com/wp-
content/uploads/2017/01/170109_Mexico_HipotecaInversa.pdf
- Alfageme Chao, Alfredo. (1998). Algunas desigualdades en el envejecer de los ancianos
españoles de los años noventa. Universidad Jaume 1 de Castellón. España. Reis 92(00),
93 – 112.
- Ariel Urbano, Claudio y Yuni, José Alberto. (2013). Envejecimiento Activo y
Dispositivos socio – culturales. ¿Una nueva forma de normativizar los modos de
envejecer? Letras e Artes. Ponta Grossa, 21(2),259-270. Doi:
10.5212/publicatioHuma.v.2li2.00011
- Bazo, María Teresa. Aportaciones de las personas mayores a la sociedad: Análisis
Sociológico. Universidad del País Vasco. España, Reis 73(96), 209 – 222.
- BBC News Mundo. (5 febrero 2019). ¿Por qué las mujeres viven más que los hombres?
Recuperado en:https://www.bbc.com/mundo/noticias-47117444
- Bermúdez-Tapia, M. (2011) La constitucionalización del derecho de familia. Lima:
Ediciones Caballero Bustamante.
- Bermúdez-Tapia, M. (2012) Derecho Procesal de Familia. Aproximación crítica no
convencional a los procesos de familia. Lima: Editorial San Marcos.
- Bermúdez-Tapia, M. (2013 a, noviembre) La atención de justiciables mayores de 75 años
o con enfermedad grave. Actualidad Jurídica, (240), 97
147

- Bermúdez-Tapia, M. (2013 b, diciembre) Las relaciones familiares entre adultos.


Actualidad Jurídica, (241), 77-78.
- Bermúdez-Tapia, M. (2017 a) El Derecho de Familia en la postmodernidad. Trujillo:
UPAO
- Bermúdez-Tapia, M. (2017 b) Los Derechos y Obligaciones Paterno Filiales. Bogotá:
Ediciones Nueva Jurídica
- Bermúdez-Tapia, M. (2018) El maltrato al adulto mayor con el fin de acceder a sus bienes.
Comentario a la sentencia recaída en la Casación Nº 588-2016, (pp. 445- 476), en Instituto
Pacífico (Ed.) Los procesos judiciales en el Derecho de Familia. Lima: Instituto Pacífico.
- Bermúdez-Tapia, M. (2019 a) Elementos procesales y probatorios en el Derecho de
Familia. Bogotá: Ediciones Nueva Jurídica
- Bermúdez-Tapia, M. (2019 b) La evaluación constitucional de derechos en el Derecho
de Familia. Lima: Gaceta Jurídica
- Bermúdez-Tapia, M. (2020, julio-diciembre) Análisis de grupos vulnerables en contextos
de violencia familiar. Iura, 5(2), 125-130
- Bermúdez Tapia, Manuel. (2021). Las relaciones familiares en contextos de conflictos.
Lex Biblioteca de Derecho Civil. Ediciones Olejnik. Argentina. Recuperado en:
https://www.researchgate.net/profile/Manuel-Bermudez-Tapia-2
- Boletín del Senado de la República Federal de México, 28 de agosto de 2014.
Implementar acciones para proteger patrimonio de adultosmayores: senadora Flores
Escalera. En: http://comunicacion.senado.gob.mx/index.php/informacion/boletines/14888-
implementar-acciones-para-proteger-patrimonio-de-adultos-mayores-senadora-flores-
escalera.html
- Bottini de Rey, Z., Passanante, M. I., De Janon Quevedo, L., Pantano,L., Romano, F.,
Petrelli, M. E., y Anselmino de Migliore, S. (2015). Familia y ancianidad: Aprendiendo
a aceptar los años y a acompañar a nuestros mayores. Editorial De La Universidad
Católica Argentina. Recuperado en:
https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7916/1/familia-ancianidad-nuestros-
mayores.pdf
- Carbajo Vélez, María del Carmen. (2008). La historia de la vejez. Ensayos.18. pag.237-
254. Recuperado en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3003504.pdf
- Calaza López, Alicia. (2016). Elementos distintivos del contrato de alimentos: el peculiar
“alea” y su acusado carácter “intuitu personae”. Revista De Derecho De La UNED
(RDUNED), (19), 245–282. DOI: https://doi.org/10.5944/rduned.19.2016.18484
148

- Cervilla Garzón, María Dolores (2010). Obligación de los hijos con los padres en el
Código civil español. Universidad de Cádiz. España. Recuperado en:
https://www.researchgate.net/publication/328637360_Obligacion_de_los_hijos_con_los_padres
_en_el_Codigo_civil_espanol
- Cicerón, Marco Tulio. (2001). Sobre la vejez. Ed. Tracastela. Madrid. p.p. 01-35.
Recuperado de: http://www.thelatinlibrary.com/cicero/sinectute.shtml.
- Cifuentes Cáceres, Raúl y Merchán Maroto, Esteban. (2014). Teorías Psicosociales del
envejecimiento. Castilla la Mancha: Universidad de Castilla La Mancha y Escuela 35
Universitaria de Enfermería de la Comunidad de Madrid, Universidad Autónoma de
Madrid. Recuperado en: http://asociacionciceron.org/wpcontent/uploads/2014/03/00000117-
teorias-psicosociales-del-envejecimiento.pdf
- Concha, Mauricio y Lladó, Jorge. (2013). La hipoteca revertida: una propuesta para mejorar
el acceso a las pensiones en el mercado peruano. Revista Moneda.
- Banco Central de Reserva del Perú. ISSUE 154. Pág. 24-28. Recuperado en:
https://ideas.repec.org/a/rbp/moneda/moneda-154-05.html
- Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).(2017) Derechos de
las personas mayores: retos para la interdependencia y autonomía. Recuperado en:
https://www.cepal.org/es/publicaciones/41471-derechos-personas-mayores-retos-la-
interdependencia-autonomia
- Córdova, Marco M. (12 de junio de 2014). La solidaridad es unprincipio general del
Derecho de Argentina. Derecho al Día. Año XIII.Edición 231. Recuperado en:
http://www.derecho.uba.ar/derechoaldia/notas/la-solidaridad-es-un-principio-general-del-
derecho-de-argentina/+5226
- Chunga Chávez, Carmen. (2003). Código Civil Comentado. GacetaJurídica.
- Curcio Borrero, Carmen Lucía. (enero - junio 2010). Investigación y envejecimiento: Del
dato a la teoría (Vol. 15). Hacia la Promoción de la Salud. Nº1. pág. 144-166.
Recuperado en: http://www.scielo.org.co/pdf/hpsal/v15n1/v15n1a10.pdf
- Davobe, María Isolina y Di Tullio Budassi, Rosana (2015). Prestaciones alimentarias en
la vejez multigeneracional: nuevas consideraciones del derecho argentino. Pontificia
Universidad Católicade Chile, Chile. Revista Chilena de Derecho. Vol. 42. N°1. Pag.7-
33. Recuperado en: https://www.jstor.org/stable/24721867
- Defensoría del Pueblo (2015). Informe Defensorial Nº172: Estudio delproceso de amparo
en el Distrito Judicial de Lima: fortaleciendo la justicia constitucional. Recuperado en:
https://www.defensoria.gob.pe/informes/informe-defensorial-no-172/
149

- Defensoría del Pueblo (2017). Violencia contra personas adultas mayores. Recuperado
en: https://www.defensoria.gob.pe/blog/entre-2015-y-2017-se-reporto-7-483-casos-de-
violencia-psicologica-y-fisica-contra-personas-adultas-mayores/
- Defensoría del Pueblo. (2019). ENVEJECER EN EL PERÚ: Hacia elfortalecimiento
de las políticas para personas adultas mayores. Recuperado en:
https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2019/08/IA-N%C2%B0-006-2019-DPAAE-
ENVEJECER-EN-EL-PER%C3%9A.pdf
- Diario Correo, 23 de abril de 2018. Casi 80 ancianos han sidomaltratados y otros sufren
de abandono económico. En: https://diariocorreo.pe/edicion/huancayo/casi-80-ancianos-han-
sido- maltratados-y-otros-sufren-de-abandono-economico-814980/
- Espinoza Espinoza, Juan. (5ta Ed.) (2006). Derecho de las Personas. Perú: Editorial
Rodhas.
- Expansión Política, 30 de julio de 2019. El Congreso de la CDMX reforma el Código
Penal: Estos son los cambios. En: https://politica.expansion.mx/cdmx/2019/07/30/el-
congreso-de-la-cdmx-reforma-el-codigo-penal-estos-son-los-cambios
- Feliciotti, Rosana (2017). El acceso a la justicia durante el procesode envejecimiento: El
acceso a la justicia como derecho humano fundamental: Normativa nacional e
internacional. En III Congreso Internacional: Descarte vs. inclusión. Hacia la
resignificación de los adultos mayores (pp.27-38). Universidad Austral. Instituto de
Ciencias para la Familia. Buenos Aires. Recuperado en:
http://www.recursosmayores.com.ar/assets/data/publicaciones/Descarte.pdf
- Fernández Arce, Cesar. (I al III) (2003). Código Civil – Derecho de Sucesiones. Perú:
Pontificia Universidad Católica del Perú.
- Fernández Sessarego, Carlos. (11ava. Ed.) (2009). Derecho de las Personas – Exposición
de motivos y comentarios al Libro Primero del Código Civil Peruano. Perú. Grijel
- González, Juan Antonio (8 de febrero de 2014). El anciano en la sociedad de Roma
antigua. Salamanca al día. Recuperado en: https://salamancartvaldia.es/not/40094/-el-
anciano-en-la-sociedad-de-roma-antigua
- Guzmán Castillo, Iveth (30 de mayo de 2017). Facebook Enfermera de EsSalud da
mala atención a anciano que reclama medicinas. Diario Correo. Recuperado en:
https://diariocorreo.pe/peru/facebook-anciano-reclama-medicinas-en-essalud-y-enfermera-da-
mala- atencion-video-752824/
- HelpAge International. (2015) Índice Global de Envejecimiento, Age Watch 2015.
Londres. Reino Unido. Recuperado en: http://www.helpagela.org/silo/files/gawi-2015-en-
150

profundidad.pdf
- Huenchuan Navarro, Sandra. (1998). Vejez, Genero y Etnia: Grandestemas para el Siglo
XXI. Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. Recuperado en:
http://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/congresos/reg/slets/slets-016-054.pdf
- Huenchuan, Sandra; Rodríguez-Piñero, Luis. (2006). Envejecimiento y derechos
humanos: situación y perspectivas de protección. CEPAL.Pag.19-21. Recuperado en:
https://www.cepal.org/es/publicaciones/3539-manual-indicadores-calidad-vida-la-vejez
- Huenchuan Navarro, Sandra. (2013). Envejecimiento, solidaridad yprotección social
en América Latina y el Caribe: La hora de avanzar hacia la igualdad. Comisión
Económica para América Latina y elCaribe (CEPAL). Santiago de Chile. Recuperado
en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/2617-envejecimiento-solidaridad-proteccion-social-
america-latina-caribe-la-hora
- Huenchuan, Sandra. (27 al 30 de junio de 2017). Cuarta Conferencia Regional
Intergubernamental sobre envejecimiento y Derechos de las Personas en América Latina
y el Caribe, Derechos de las Personas Mayores. Retos para la interdependencia y
autonomía Santiago, Chile. Naciones Unidas.
- Illana Conde, Antonio J. (2005). La protección de los mayores ensituaciones de
especial vulnerabilidad. Recuperado en:
https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:AOxuuXyuktgJ:https://copib.es/pdf/i
mserso-malostratos-01.pdf+&cd=4&hl=es- 419&ct=clnk&gl=pe&client=firefox-b-d
- Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia (2013). El papel dela familia en el
envejecimiento activo. Madrid. Recuperado en: https://fiapam.org/wp-
content/uploads/2013/06/Informe20132.pdf
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (2015). Perú:Brechas de
género: Avances. Recuperado en: https://www.iknowpolitics.org/es/learn/knowledge-
resources/data-and-statistics/per%C3%BA-brechas-de-g%C3%A9nero-2015-avances- hacia-la-
igualdad
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (2016). Perú: Cobertura del
Sistema de Pensiones: Síntesis Estadísticas. Lima. Recuperado en:
https://www.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/cobertura-del-sistema-de-pensiones-9345/1/
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (2018).Situación de la
Población Adulta Mayor Enero-Febrero-Marzo 2018. Informe Técnico N°2. Lima.
Recuperado en: https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/01-informe-tecnico-
n02_adulto_ene-feb_mar2018.pdf
151

- Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2018). Perú: Crecimiento y distribución


de la población total, 2017. Población censada más población omitida. Recuperado en:
https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1673/libro.pdf
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (diciembre2018). Situación de la
Población Adulta Mayor Julio-Agosto-Septiembre 2018. Informe Técnico N°4. Lima.
Recuperado en: https://www.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/ninez-y-adulto- mayor/1/
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (2019). Situación de la
Población Adulta Mayor octubre-noviembre-diciembre 2018. Informe Técnico N°1.
Lima. Recuperado en: https://www.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/ninez-y-adulto-
mayor/1/
- Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2020). En el Perú existen más de cuatro
millones de adultos mayores. Recuperado en:
http://m.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/noticias/np121_2020.pdf
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (marzo 2020).Situación de la
Población Adulta Mayor Julio-Agosto-Septiembre2020. INFORME TECNICO N°4.
Lima. Recuperado en: https://www.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/ninez-y-adulto-
mayor/1/
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (marzo 2021).Situación de la
Población Adulta Mayor Octubre-noviembre-diciembre 2020. Informe Técnico N°1.
Lima. Recuperado en: https://www.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/ninez-y-adulto-
mayor/1/
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (junio 2021).Situación de la
Población Adulta Mayor Enero-febrero-marzo 2021. Informe Técnico N°2. Lima.
Recuperado en:https://www.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/ninez-y-adulto- mayor/1/
- Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI. (2022). Situación de la Población
Adulta Mayor abril-mayo-junio 2022. Informe Técnico N°03. Lima. Recuperado
en: https://www.gob.pe/institucion/inei/informes-publicaciones/3601451-situacion-de-la-
poblacion-adulta-mayor-abril-mayo-junio-2022
- Kemelmajer de Carlucci, Aida. (2006). Las personas ancianas en la jurisprudencia
argentina ¿hacia un derecho a la ancianidad? Revista chilena de derecho. Vol.33. N°1.
Recuperado en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2650411
- Lathrop, Fabiola. (2009). Protección Jurídica de los Adultos Mayores en Chile. Revista
Chilena de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Vol. 36. N°1.
Pag.77-113. Recuperado en:
152

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0718-
34372009000100005&lng=es&nrm=iso
- Luna de Rubio, Leonor. (1991, Enero-Junio). El Anciano en laHistoria. Avances de
Enfermería Vol. IX Nº1. p.p. 21-25.
- Martínez, Héctor David; Mitchell, María Elena y Aguirre, Cristina Graciela. (2013).
Salud del adulto mayor – Gerontología y Geriatría. Manual de Medicina Preventiva y
Social I. Recuperado en: http://preventivaysocial.webs.fcm.unc.edu.ar/files/2014/04/Unidad-5-
Salud-Adulto-Mayor-V-2013.pdf
- Martínez Ortega, Mari Paz; Polo Luque, María Luz; Carrasco Fernández, Beatriz. (2002).
Visión histórica del concepto de vejez desde la Edad Media. Revistas Cultura de los
Cuidados. Año VI. N°11. Recuperado en: http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/4889
- Ministerio de Economía y Finanzas. (2014). Los Sistemas de Pensiones en el Perú.
Recuperado en: https://www.mef.gob.pe/contenidos/pol_econ/documentos/sistemas_p
ensiones.pdf
- Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2018-2021). Plan Nacional de Derechos
Humanos 2018–2021. Pág.62. Recuperado en:
https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/1539318/PLAN-NACIONAL-2018-
2021.pdf.pdf
- Ministerio de Economía y finanzas. (2021). Informe de actualización. Recuperado en:
www.mef.gob.pe
- Ministerio de Economía y finanzas. (2021). Informe de actualización de proyecciones
macroeconómicas 2021-2024. Recuperado en:www.mef.gob.pe
- Ministerio de la Mujer y Población Vulnerables. (2013). PLANPAM: Plan nacional para
las personas adultas mayores. CorpoGrafem. Recuperado en:
https://www.mimp.gob.pe/adultomayor/archivos/planpam3.pdf
- Ministerio de trabajo y Promoción del Empleo (31 de diciembre 2020).Informe Anual de
Empleo de la población adulta mayor. Lima. Recuperado en:
https://www.gob.pe/institucion/mtpe/informes-publicaciones/1476982-informe-anual-del-
empleo-de-la-poblacion-adulta-mayor-en-el-peru-iapam-2019
- Miquel. J. (2006). Integración de teorías del envejecimiento (parte I).Departamento de
Biotecnología. Universidad de Alicante. Alicante. España. Vol41. Nº1. Pág.55-63.
Recuperado en: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatria- gerontologia-
124-pdf-13084824
- Miralles, Ivana (2010). Vejez productiva: El reconocimiento de las personas mayores
153

como un recurso indispensable en la sociedad. Kairos: Revista de Temas Sociales. Nº26,


Argentina. Recuperado en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3702472
- Muñoz Alfonso, Y., León García, L., & Valdés Castillo, L. (2018). El contrato de
alimentos vitalicios una alternativa de protección para los adultos mayores en Cuba.
Universidad y Sociedad, 10(1), 55-67. Recuperado de http://rus.ucf.edu.cu/index.php/rus
- Observatorio de Salud y Envejecimiento. Mortalidad proporcional por grandes grupos de
causas en adultos mayores de Las Américas.
http:/observatorio.mayoressaludables.org/mortalidad-proporcional-por-grandes-grupos-de-
causas-en-adultos-mayores-de-las-americas.
- Observatorio de Salud y Envejecimiento. Principales causas demuerte en adultos
mayores de América.http:/observatorio.mayoressaludables.org/principales-causas-de- muerte-
en-adultos-mayores-de-america.
- bservatorio de Salud y Envejecimiento. Tendencia del adulto mayoren la región de las
Américas. http:/observatorio.mayoressaludables.org/proyecciones-de-la-mortalidad-en-adultos-
mayores-de-paises-de-bajos-y-medianos-ingresos-de-america.
- Observatorio de Salud y Envejecimiento. Se prolonga la vida hasta enedades extremas.
http:/observatorio.mayoressaludables.org/se-prolonga-la-vida-hasa-en-edades-extremas.
- Observatorio de Salud y Envejecimiento. Datos interesantes acercadel envejecimiento.
http:/www.who.int/ageing/about/facts/es.
- Oficina de Normalización Previsional. (2018). Beneficios del Sistema Nacional de
Pensiones Aplicación del Convenio de Seguridad Social Perú – España (PPT). Lima.
Recuperado en: http://www.consulado.pe/es/Barcelona/Documents/2018/PPT_VIDEO
CONFERENCIA_BARCELONA_20_06_2018.pdf
- Organización Mundial de la Salud. (2002). Envejecimiento activo: un marco político.
Revista Española de Geriatría y Gerontología. Vol. 34. Nº2. Pag.74–105. Recuperado en:
https://ccp.ucr.ac.cr/bvp/pdf/vejez/oms_envejecimiento_activo.pdf
- Organización Mundial de la Salud–OMS. (2003). Informe Mundial sobre la violencia y
la salud. Recuperado en:
https://www.bienestaryproteccioninfantil.es/fuentes1.asp?sec=10&sub
s=316&cod=2529&page=
- Organización Mundial de la Salud. (2015). Informe Mundial sobre el envejecimiento y la
salud. Estados Unidos de América. Recuperado en:
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/186471/WHO_FWC_ALC_15.01_spa.pdf;jsess
ionid=39B164C36B2AA5869D75BA15CAB134A0?sequence=1
- Organización Mundial de la Salud. (15 de junio de 2021). Maltrato de las personas
154

mayores. Recuperado en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/elder-abuse


- Ortiz Paredes, Bryan (16 de setiembre de 2018). Anciano se desmayatras reclamar por
pésima atención en hospital público. Diario Correo. Recuperado en:
https://diariocorreo.pe/peru/anciano-desmaya-atencion-hospital-publico-video-841981/
- Palacio Pimentel, Gustavo (1987) Manual de Derecho Civil. Lima Editora Huallaga,
1987. Tomo II. V. 2.
- Palacios Pimentel, Gustavo (2002). Derechos Reales. Editorial Huallaga.
- Passanante, María Inés. (2015–abril). Vivir más años. Desafíossociales y familiares. En
Familia y ancianidad. Aprendiendo a aceptar los años y acompañar a nuestros mayores.
Editorial de la UniversidadCatólica Argentina. Buenos Aires. p.p.19-30. Recuperado
en: https://repositorio.uca.edu.ar
- Polo Luque, María Luz y Martínez Ortega, Mari Paz. (2001). Visión histórica del
concepto de vejez en las sociedades antiguas. Revistas Cultura de los Cuidados. Año V.
Nº.10. Recuperado en: http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/4906
- Polo Luque, María Luz, Carrasco Fernández, Beatriz y Martínez Ortega, Mari Paz. (2002,
Primer Semestre, Año VI – Nº11). Visión Histórica del concepto de vejez desde la Edad
Media. Cultura de los cuidados. Madrid. p.p. 40-46.
- Plácido Vilcachagua, Alex Fernando (2013). El modelo constitucional de familia, la
orientación sexual de los padres y los derechos del hijo (Vol. 25). VOX JURIS. Nº.1, pág.
45-80. Recuperado en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5171133.pdf
- Quesada Sánchez, José Antonio. (2009). La Hipoteca Inversa ¿Una opción realmente
atractiva?. Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Revista del Ministerio
de Trabajo e Inmigración. N°81. Pág. 135-148.Recuperado en:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3024167
- Radio Programas del Perú (26 de setiembre de 2016). Adulto mayorrecibió mala
atención en Es Salud de Cajamarca. Recuperado en:https://rpp.pe/peru/cajamarca/adulto-
mayor-recibio-mala-atencion-en-essalud-de-cajamarca-noticia-990231
- Romano, Fabián. Los adultos mayores en nuestro tiempo. En Passanante, María Inés.
(2015–abril). Familia y ancianidad. Aprendiendo a aceptar los años y acompañar a
nuestros mayores. Editorial de la Universidad Católica Argentina. Buenos Aires. p.p.9-18
- Rojas Pérez, Marta de las Mercedes; Silveira Hernández, Pablo yMartínez Rojas,
Lázara de las Mercedes. (2014). Gerontología yGeriatría, un recuento de poco más de
un siglo. Revista Acta Médicadel Centro. Vol. 8 - Nº1. Recuperado en:
http://www.revactamedicacentro.sld.cu/index.php/amc/article/view/49/153
155

- Sagarra Moral, Álvaro (2019). El patrimonio protegido de las personas con discapacidad.
Tesis. Universidad de Valladolid. España. Recuperado en:
http://uvadoc.uva.es/handle/10324/38056
- Silva Nole, Luis. (20 de junio de 2014). Estafa patrimonial contra adultos mayores está
en aumento. Diario El Comercio. Recuperado en: https://elcomercio.pe/lima/estafa-
patrimonial-adultos-mayores- aumento-332154-noticia/
- Silva Nole, Luis. (9 de octubre de 2015). Adulto Mayor: ¿Qué tan difícil es envejecer en
el Perú? Diario El Comercio. En: https://elcomercio.pe/lima/adulto-mayor-dificil-envejecer-
peru-227284-noticia/
- Tamez Valdez, Blanca Mirthala y Ribeiro Ferreira, Manuel. (Enero–diciembre 2012).
El proceso de envejecimiento y su impacto socio- familiar (vol. 4). Revista
Latinoamericana de Estudios de Familia. Pág.11-30. Recuperado en:
https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwjCiuD
Uh6PxAhUsnuAKHUSDCn0QFjAAegQIAxAF&url=http%3A%2F%2Fvip.ucaldas.edu.co%2F
revlatinofamilia%2Fdownloads%2FRlef4_2.pdf&usg=AOvVaw2pwmu_ytITPK70YDLW7Q7a
- Torres Vásquez, Aníbal (2006). Derechos Reales. Tomo I. EditorialIDEMSA.
- Urbano, Claudio Ariel y Yuni, José Alberto. (2013). Envejecimiento activo y
dispositivos socio-culturales ¿Una nueva forma denormativizar los modos de envejecer?
Letras e Artes, Ponta Grossa, Vol.21. Pag.259-270. Recuperado en:
http://www.revistas2.uepg.br/index.php/humanas
- Valera Pinedo, Luis Fernando. (2013). Nutrición en el Adulto Mayor. Revista Médica
Herediana. Vol. 24. N°3. Pág. 183-185. Lima. Recuperado en:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1018-130X2013000300001
- Varsi Rospigliosi, Enrique. (2011). Tratado de derecho de familia:Matrimonio y uniones
estables (t.2). Lima: Gaceta Jurídica. Recuperado en:
https://repositorio.ulima.edu.pe/handle/20.500.12724/5230
- Venecia, Teresa; Levin, Eduardo; Waisbrot, Cecilia. (2012). Agresión, violencia y
maltrato en el grupo de pares. Aplicación de unametodología cualitativa multiétnica
con alumnos de séptimo grado deuna escuela pública de la ciudad de Buenos Aires.
Revista IIPSI. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Recuperado en:
https://revistasinvestigacion.unmsm.edu.pe/index.php/psico/article/view/2937/2502
- Zavaleta Carruitero, Wilvelder. (2002). Manual de Derecho deFamilia. Tomo II. Gaceta
Juridica.
156

REFERENCIAS JURISPRUDENCIALES

- Corte Constitucional de Colombia. (2010, 13 de setiembre). Cuarta Sala de Revisión.


Sentencia T-730/10.
- Corte Constitucional de Colombia (2016, 24 de agosto). Sentencia C-451-16.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2016/C-451-16.htm
- Corte Constitucional de Colombia. (1996, 3 de junio). Sentencia T-246/1996.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1996/T-246-96.htm
- Corte Interamericana de Derechos Humanos - CIDH. (2020) Pandemia y Derechos
Humanos en las Américas. Resolución 1/2020. Recuperado en:
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_375_esp.pdf
- Corte Suprema de la República. (2012, 23 de octubre). Sentencia de Casación N°3818-
2012-LIMA-NORTE.
https://jurisprudencia.pj.gob.pe/jurisprudenciaweb/faces/page/inicio.xhtml
- Corte Suprema de Justicia de la República de Colombia. (2017, 22 de febrero).
Sentencia de Casación N°SC19730-2017, 2017.
https://xperta.legis.co/visor/temp_jurcol_03ce4a63-f3c0-4d6f-947f-af363c9505e1
- Tribunal Constitucional. (2005, 3 de junio). Pleno Jurisdiccional. Sentencia.
Expediente Nº0050-2004-AF/TC.Recuperado en: https://jurisprudencia.sedetc.gob.pe/
- Tribunal Constitucional. (2017, 25 de enero). Segunda Sala. Sentencia. Expediente
Nº2834-2013-PHC/TC. Recuperado en: https://jurisprudencia.sedetc.gob.pe/
- Tribunal Constitucional. (2017, 25 de enero). Pleno Jurisdiccional. Sentencia.
Expediente Nº08156-2013-PA/TC. Recuperado en: https://jurisprudencia.sedetc.gob.pe/
- Tribunal Constitucional. (2006, 20 de abril). Pleno Jurisdiccional. Sentencia.
Expediente Nº2273-2005-PHC/TC.Recuperado en: https://jurisprudencia.sedetc.gob.pe/
- Tribunal Constitucional. (2018, 1 de octubre). Pleno del tribunal Constitucional.
Sentencia. Expediente N°01204-2017-PA/TC LIMA. Recuperado en:
https://jurisprudencia.sedetc.gob.pe/
- Tribunal Constitucional. Pleno Jurisdiccional. Expediente Nº00004- 2010-PI/TC
LIMA, 2011. Recuperado en: https://jurisprudencia.sedetc.gob.pe/
- Tribunal Constitucional. (2017, 25 de enero) Pleno Jurisdiccional. Expediente Nº8156-
2013-PA/TC. JUNIN. Recuperado en: https://jurisprudencia.sedetc.gob.pe/
157

También podría gustarte