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y la utopía republicana.
Representaciones públicas en los Andes
(algunas aproximaciones)*
Mauro Vega Bendezú
Universidad del Valle
Universidad de Zaragoza
* Una versión de este artículo fue presentado en el curso: Pensar la Historia, celebrar
el pasado: fiestas y conmemoraciones nacionales, Zaragoza, 5, 6 y 7 de noviembre de
2009. Agradezco a Ignacio Peiró Martín y Carlos Forcadell por su invitación al curso.
1
A principios del siglo XVII se publicaron tres crónicas que se convertirán a lo largo de los
siglos en la matriz discursiva del Perú moderno y contemporáneo, el primero fue la del
jesuita José de Acosta, Historia natural y moral de las Indias, seguidas por los textos de
Guamán Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno y del Inca Garcilaso de la Vega,
Comentarios reales de los Incas. Según Ballón estos autores elaboraron una visión sobre
«el «orden natural y moral» de las Indias, como un «mundo» discursivamente autónomo
que dotaba de identidad natural y consistencia moral a las poblaciones andinas como
un todo.» José Carlos Ballón, «Entre la utopía indigenista y la utopía modernista. Dos
historias sagradas», Patio de Letras, III/1 (octubre 2006), p. 18.
100 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
2
Nelson Manrique, «Perú: problema y posibilidad. El país de las oportunidades perdidas»,
Libros y Artes, 1 (mayo 2002), p. 4.
3
Si bien esta perspectiva ha sido dominante en la historiografía peruana, sin embargo
coincido con Paulo Drinot cuando señala: «Esta conciencia histórica esquizofrénica es
producto de que la mayoría de peruanos se ve expuesta a dos metanarrativas históricas
sumamente contradictorias y simplistas que tienen poco que ver con la historiografía
que hoy en día producen historiadores peruanos como extranjeros» (p. 1). «Historia,
identidad historiográfica y conciencia histórica en el Perú», Hueso Humero, 47 (2005).
www.huesohumero.perucultural.org.pe, revisado 11/05/2009.
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4
Los críticos de la «utopía andina» sostienen que es una versión actualizada del indi-
genismo, corriente política, literaria y artística de reivindicación del indígena que se
desarrolló entre los años 20 a los 40 del siglo XX, especialmente Mario Vargas Llosa
representa la postura más radical del antiindigenismo. En su estudio del novelista indi-
genista José María Arguedas, define el indigenismo como pasadista, reaccionario, intole-
issn
5
Alberto Flores Galindo y Manuel Burga fueron influenciados por la tercera generación de
los Annales. Ambos hicieron su doctorado en Francia y fueron discípulos de F. Braudel,
P. Villar, R. Romano y J. Le Goff. Flores Galindo se doctoró en la École Pratique des
Hautes Études de Paris. Su libro Buscando un Inca, obtuvo El Premio de Ensayo Casa
de las Américas, La Habana (1986), años después obtuvo el prestigioso Premio Clarence
Haring de la American Historical Association (1991). Otro de sus trabajos, Los rostros
de la plebe, ha sido publicada por la Editorial Crítica de Barcelona en 2001. Y reciente-
mente Buscando un Inca ha sido publicado en inglés con el título: In search of an Inca.
Identity and utopia in the Andes, Cambridge, Cambridge University Press, 2010. Mien-
tras que Burga se doctoró en la Université de Paris 1, La Sorbonne; Ruggiero Romano
fue director de su tesis (1973), y en su estancia académica entre 1981-82 trabajó con
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Jacques Le Goff.
6
En otro texto he señalado que la «utopía andina» tiene la influencia tanto del estructura-
lismo de la etnohistoria andina y de la historia social marxista. Mi mayor crítica se refie-
re al primer enfoque que por intentar caracterizar la peculiaridad del «mundo andino»
issn
7
Esta observación es clave porque se considera que los eventos traumáticos de la con-
quista tuvieron un impacto devastador y desestructurante de las sociedades andinas
que provocó una dislocación de los vínculos comunales, de las instituciones y de las
subjetividades. La fuerza del trauma no sólo enajenó al sujeto sino que también creó
comunidades traumatizadas, de ese modo la memoria con los años se transformó en
legados que estructuran y ordenan el campo de las representaciones. Para Francisco
Ortega, comentado el trabajo de Veena Das, señala que «la memoria de violencias pasa-
das trabaja sobre las relaciones actuales como si esa violencia tuviera el sentido de un
“pasado continuo”» (p. 24), «El trauma social como campo de estudio», en: Trauma,
cultura, historia, Bogotá-México, Universidad Nacional-Universidad Iberoamericana,
2010, www. unal.academia.edu/FranciscoAOrtega/, revisado 28/11/2010.
102 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
que la población indígena venía sufriendo desde la conquista española,
así la reinvención de lo inca era una forma de dignidad y de esperanza
histórica. issn
Para Flores Galindo la «utopía andina» son los «proyectos (en plu-
ral) que pretendían enfrentar esta realidad. Intentos de navegar contra
la corriente para doblegar tanto la dependencia colonial como la frag-
Jerónimo Zurita, 86. 2011: 99-130
8
Paulo Drinot, «Historia, identidad historiográfica», op. cit., p. 3.
9
Manuel Burga, Nacimiento de una utopía. Muerte y resurrección de los Incas, Lima,
Instituto de Apoyo Agrario, 1988, pp. 54-55.
10
Alberto Flores Galindo, Buscando un Inca: Identidad y utopía en los Andes, Lima, Edi-
torial Horizonte, 1988, p. 19.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 103
11
Manuel Burga, Nacimiento de una utopía, op. cit., p. 2.
12
Alberto Flores Galindo, Buscando un Inca, op. cit., p. 72.
13
Ibidem, p. 338.
14
Paulo Drinot, «Historia, identidad historiográfica», op. cit., p. 2.
104 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
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de los límites de la «modernidad periférica», este primer paso supone
aceptar las ausencias (homo economicus/homo faber) y las adversidades
de la modernidad. Sin embargo en este proceder la razón será llamado issn
15
Eduardo Cáceres Valdivia, «»No hay tal lugar». Utopía, ucronía e historia», Márgenes, 17
(2000), p. 3, www.casasur.facipub.com, revisado 11/09/2009.
16
Carmen Mac Evoy, La utopía republicana. Ideales y realidades en la formación de
la cultura política peruana (1871-1919), Lima, Fondo Editorial Pontificia Universidad
Católica del Perú, 1997, p. XII.
17
José Carlos Ballón, «Ética, modernidad y autoritarismo en el Perú actual: ¿Vigilar y
castigar?», en: ¿Un mundo sin certezas? Ética y saber en la modernidad, Lima, SUR
Casa de Estudios del Socialismo/Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, 1997, p. 15.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 105
[…] con los estereotipos dominantes, sostenidos sobre la idea de que la ciuda-
danía se obtenía plenamente de la ampliación y concesión gradual de derechos
por lo que los procesos americanos de los siglos XIX y XX resultaban anóma-
los y desviados, así como que las prácticas y los comportamientos electorales
desplegados en la región daban forma a un ejemplo fallido de modernidad.
Muchos de sus trabajos […] ayudan a desmontar la imagen historiográfica del
«fracaso» del liberalismo en América Latina, sin omitir, sin embargo, las difi-
cultades que éste encontró allí para su extensión desde los primeros años del
siglo XIX.20
18
Carmen Mac Evoy, La utopía republicana, op. cit., p. 5.
19
Cristóbal Aljovín de Losada y Nils Jacobsen (eds.), Cultura política en los Andes (1750-
1950), Lima, Fondo Editorial de la Universidad Mayor de San Marcos/Instituto Francés
de Estudios Andinos, 2007, pp. 14-15.
20
Nuria Tabanera García, «Sobre historia, cultura e historiografías iberoamericanas com-
partidas: presentación», Ayer, 70 (2008), p. 16.
21
«Comentario de Hilda Sabato: Acerca de El paradigma y la disputa. Notas para una ge-
nealogía de la cuestión liberal en México y América Hispánica, de Antonio Annino. Un
breve comentario» (12/06/2006), Foro ibero-ideas, www. foroiberoideas.cervantesvir-
tual.com/, revisado 23/06/2010.
106 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
y etnocidio.25 Como discursos historiográficos la «utopía andina» y la
«utopía republicana» expresan las preocupaciones de los historiadores
por encontrar respuestas al proceso complejo y tortuoso de la construc- issn
22
Ibidem.
23
«Respuesta de Antonio Annino al comentario de Hilda Sabato», Foro ibero-ideas,
(05/06/2006), www. foroiberoideas.cervantesvirtual.com/, revisado 23/06/2010. Véase,
Antonio Annino, «El paradigma y la disputa. La cuestión liberal en México y en la Améri-
ca hispana», en: Francisco Colom Gonzáles (ed.), Relatos de nación: la construcción de
las identidades nacionales en el mundo hispánico, Madrid, Iberoamericana/Vervuert,
2005, pp. 103-130.
24
Gonzalo Portocarrero, Racismo y mestizaje y otros ensayos, Lima, Fondo Editorial del
Congreso del Perú, 2007, pp. 345-346.
25
Mark Thurner, «Los indios y las repúblicas entre 1830-1880», en Historia de América
Andina, Vol. 5: Creación de la república y formación de la nación, Quito, Universidad
Andina Simón Bolívar, 2003, p. 178.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 107
26
Véase, Petra Schumm (ed.), Barrocos y modernos. Nuevos caminos en la investigación
del Barroco iberoamericano, Madrid, Iberoamericana/Vervuert, 1998; y Jean-Pierre
Bastian (coord.), La modernidad religiosa. Europa latina y América Latina en pers-
pectiva comparada, México, Fondo de Cultura Económica, 2004.
27
José Carlos Ballón, «La filosofía escolástica y el debate sobre las identidades en el Vi-
rreinato del Perú (siglos XVI-XVII)», en Francisco Colom Gonzáles (ed.), Relatos de
nación: la construcción de las identidades nacionales en el mundo hispánico, Madrid,
Iberoamericana/Vervuert, 2005, p. 533.
28
Ibidem, p. 537.
29
Ibidem, p. 539.
108 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
de bienes y mercancías que circulaban con una autonomía relativa, sin
embargo esto no impidió que los dispositivos de poder los integraran
dentro de un sistema simbólico y esquema de poder más amplio. En issn
30
Rosemarie Terán Najas, «La ciudad colonial y sus símbolos: Una aproximación a la his-
toria de Quito en el siglo XVII», en: Eduardo Kingman Garcés (comp.), Ciudades de los
Andes. Visión histórica y contemporánea, Quito, CIUDAD, 1992, p. 160.
31
Clifford Geertz, Negara. El estado-teatro en el Bali del siglo XIX, Barcelona, Paidós,
2000, p. 218.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 109
Las celebraciones urbanas de la primera mitad del siglo XVII manifiestan con
claridad este doble carácter, la exaltación del poder Real y de la fe, convocan-
do en ellas al conjunto de una sociedad teóricamente integrada. Pero esos
eventos crearon también los espacios de fastuosidad y solemnidad necesarias
para desplegar los signos de la estratificación. El sistema de precedencias en
la ritualidad pública, por ejemplo, apuntaba en ese sentido. Y, para esa época,
eran aparentemente marcos religiosos como los de las jerarquizadas cofradías
urbanas –y su exhibición pública– los sustentos de primer orden de los siste-
mas de prestigio de las élites laicas.33
32
Alejandra Osorio, «La entrada del virrey y el ejercicio de poder en Lima del siglo XVII»,
Historia Mexicana, LV/3 (2006), pp. 771-772. De esta misma autora véase, Inventing
Lima: Barroque modernity in Peru`s south sea metropolis, New York, Palgrave Macmi-
llan, 2008.
33
Rosemarie Terán Najas, «La ciudad colonial y sus símbolos…, op. cit., p. 167.
34
Véase, Bernard Lavallé, Las promesas ambiguas. Ensayos sobre el criollismo colonial
en los Andes, Lima, PUC, 1993; Mabel Moraña, «Ilustración y delirio en la construc-
ción nacional o las fronteras de la Ciudad Letrada», Latin American Literacy Review,
50, (julio-diciembre, 1997), pp. 32-33; y José Antonio Mazzotti, «La invención nacional
criolla a partir del Inca Garcilaso: las estrategias de Pedro Peralta y Barnuevo», en Daniel
Castillo Durante y Borka Satler (eds.), Perú en su cultura, Ottawa-Lima, University of
Ottawa/PromPerú, 2002, pp. 55-72.
110 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
superior entre la población indígena, cumpliendo así el papel de inter-
mediadores entre el poder central y la población indígena. Especialmen-
te en el Cusco, las élites del antiguo imperio incaico siguieron teniendo issn
35
Veamos la observación que hace Slavoj Zizek sobre la sospecha y la desconfianza de la
Ilustración sobre la religión en las sociedades premodernas: «Las sociedades premoder-
nas no creían directamente (en sus dioses), sino que lo hacían a través de una distancia,
y ésta es la interpretación errada de, digamos, la crítica que hace la Ilustración de los
mitos “primitivos”: los críticos toman primero la noción de que una tribu se originó
a partir de un pez o un ave como una creencia literal directa y luego la rechazan por
considerarla estúpida, “fetichista” e ingenua. Así es como imponen su propia noción de
creencia en el otro “primitivizado”» (p. 15). El títere y el enano. El núcleo perverso del
cristianismo, Buenos Aires, Paidós, 2006.
36
Jean Baudrillard, Cultura y simulación, Barcelona, Kairós, 2008, p. 45.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 111
37
Iris Gareis, «Los rituales del Estado colonial y las élites andinas», Bulletin de l’Institut
Français d’Études Andines, 37/1 (2007), p. 97.
38
Ibidem.
Jerónimo Zurita, 86. 2011: 99-130
39
Véase, Thomas A. Abercrombie, Pathways of memory and power. Ethnography and
history among an Andean people, Madison, University of Wisconsin Press, 1998; Rosa
María Acosta de Arias Schreiber, Fiestas coloniales urbanas: Lima, Cuzco, Potosi, Lima,
Otorongo, 1997; y Linda A. Curcio-Nagy, The great festivals of Mexico city: Performing
power and identity, New Mexico, University of New Mexico Press, 2004.
40
Teresa Gisbert, El paraíso de los pájaros parlantes. La imagen del otro en la cultura
andina, La Paz, Plural Editores, 1999, p. 252.
41
Carolyn Dean, Los cuerpos de los incas y el cuerpo de Cristo: El Corpus Christi en el
Cuzco Colonial, Lima, Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
2002; y Gerardo Fernández Juárez y Fernando Martínez Gil (coords.), La fiesta del Cor-
pus Christi, Cuenca, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2002.
42
Carolyn Dean, Los cuerpos de los incas y el cuerpo de Cristo, op. cit., p. 15.
112 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
destacar que los españoles divorciaron las formas festivas andinas de sus
creencias, porque una vez desacralizadas las prácticas andinas (como
las danzas) podían usarse en la celebración de las fiestas cristianas.47 issn
símbolos incas y andinos para integrarse a la fiesta del Corpus, esto ha-
bría posibilitado reafirmar las identidades étnicas, recordando sus oríge-
nes y a sus antepasados.
issn
49
Ibidem, p. 24.
50
Ibidem, p. 25 y ss.
51
Ibidem.
114 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
«Dos grandes movimientos van a sucederse entonces hasta encontrar
un equilibrio. La aspiración universal de la Iglesia que se traduce en
un esfuerzo de occidentalización: puesto que se debe incorporar a los issn
indios a una Iglesia única, sin distinciones locales, menos aún étnicas,
se les querrá enseñar un cristianismo culturalmente neutro. Pero el len-
guaje utilizado no lo es. Los códigos de representación occidentales van
Jerónimo Zurita, 86. 2011: 99-130
52
Natalia Majluf, «De la rebelión al museo: genealogía y retratos de los incas, 1781-1900»,
Los Incas, reyes del Perú (Arte y tesoros del Perú), Lima, Banco de Crédito, 2005,
p. 253.
53
John H. Rowe, «El movimiento nacional inca del siglo XVIII», Revista Universitaria, 107
(1954), pp. 17-47.
54
Manuel Burga, «Historia y antropología en la historiografía peruana (1987-1998)», en
Thomas Krüggeler y Ulrich Mücke (eds.), Muchas hispanoaméricas. Antropología, his-
toria y enfoques culturales en los estudios latinoamericanistas, Madrid, Iberoamerica-
na/Vervuert, 2001, p. 30.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 115
[…] la rebelión de Túpac Amaru fue un hecho traumático para los criollos.
Marcó en ellos un profundo recelo y temor frente a las poblaciones indígenas,
ahondando abismos, alimentando fantasías de horror […] Es decir, el despre-
cio y visión negativa del indio crecieron a la par de los temores de un «des-
borde» y la consiguiente necesidad del sometimiento de estas poblaciones. Y
si bien estas preocupaciones y temores fueron los del estado colonial luego de
Túpac Amaru, marcarían todavía más claramente la ideología de los criollos
que precisamente participaron en el proceso de emancipación. Porque eran
los criollos quienes tenían que disputar con los indios no sólo la legitimidad
del liderazgo en la lucha anticolonial sino y, sobre todo, el lugar que le co-
rrespondería a cada quien en una nueva, potencial, nación. La necesidad de
marcar distancias hacía más imperativa, y la consiguiente justificación de la
natural inferioridad e incapacidad de los indios más necesaria. Las ideas de
la ilustración, con su afán clasificatorio, regulador y jerarquizante, habrían
coadyuvado a moldear las nuevas percepciones de los criollos sobre los indios,
posibilitando la racionalización teórica de unos temores que eran producto de
una experiencia histórica sin duda decisiva.61
0044-5517
de las economías morales locales y la construcción cultural de un
orden social utópico».62 Después de la cruenta represión de los in-
dígenas, a principios del siglo XIX la elite indígena ya había perdido issn
59
Charles F. Walker, De Túpac Amaru a Gamarra. Cusco y la formación del Perú republi-
cano 1780-1840», Cusco, Centro de Estudios Regionales Bartolomé de las Casas, 1999.
60
David Cahill, Violencia, represión y rebelión en el sur andino: la sublevación de Túpac
Amaru y sus consecuencias, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, Documento de tra-
bajo, n.º 105, 1999, p. 13.
61
Cecilia Méndez, Incas sí, indios no: apuntes para el estudio del nacionalismo criollo
en el Perú, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, Documento de Trabajo, n.º 56, 2000,
p. 30.
62
Mark Thurner, «Guerra andina y política campesina en el sitio de La Paz, 1781. Aproxi-
mación etnohistórica a la práctica insurreccional a través de las fuentes editadas», en
Henrique Urbano (comp.), Poder y violencia en los Andes, Cusco, Centro de Estudios
Regionales Andinos «Bartolomé de Las Casas», 1991, p. 94.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 117
63
Sigue vigente el debate historiográfico sobre la naturaleza de la ideología criolla. La
peculiaridad de la cultura iberoamericana, según Chiaramonte, impulsó a racionalizar
el catolicismo para hacerlo compatible con la ciencia y la cultura de la Ilustración, al
Jerónimo Zurita, 86. 2011: 99-130
respecto véase, José Carlos Chiaramonte, «Modificación del pacto imperial», en Antonio
Annino y François-Xavier Guerra (coordinadores), Inventando la Nación. Iberoamérica
siglo XIX, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, pp. 85-113. Véase también, Da-
vid A. Brading, Orbe indiano. De la monarquía católica a la república criolla, México,
Fondo de Cultura Económica, 1991; y José Antonio Mazzotti (ed.), Agencias criollas. La
ambigüedad colonial en las letras hispanoamericanas, Pittsburgh, Instituto Interna-
cional de Literatura Iberoamericana/Universidad de Pittsburgh, 2000.
64
Marie-Danielle Demélas, «Estado y actores colectivos. El caso de los Andes», en: Antonio
Annino y François-Xavier Guerra (coords.), Inventando la nación. Iberoamérica siglo
XIX, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 349.
65
Blanca Muratorio, «Discursos y silencios sobre el indio en la conciencia nacional», en:
Simón Pachano (comp.), Ciudadanía e identidad, Quito, FLACSO-Ecuador, 2003.
118 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
Allí se leía durante las luchas por la independencia con nuevo entusiasmo la
poesía heroica de Alonso de Ercilla, La Araucana (tres partes, 1569, 1578 y
1589), en la que éste describió los conflictos entre los españoles y los arauca-
nos con gran simpatía por la inquebrantable voluntad de libertad de estos úl-
timos. En la época de la independencia muchos chilenos utilizaban el adjetivo
araucano como equivalente de «liberal», «amante de la libertad» y lo conver-
tían casi en un sinónimo poético de chileno, es decir antiespañol.69
0044-5517
Lo mismo ocurrió en la Nueva Granda con los antiguos zipas o con
el incaísmo de la primera etapa en la emergente nación en el Río de la issn
Plata.70 De este modo, los pasados indígenas fueron usados como recur-
sos simbólicos y retóricos para la invención del nacionalismo criollo. «La
mención de la historia indígena no significaba la adopción de contenidos
Jerónimo Zurita, 86. 2011: 99-130
66
Rebecca Earle, The return of the native: Indians and myth-making in Spanish Ameri-
ca, 1810-1930, Durham: Duke University Press, 2008.
67
Natalia Majluf, «De la rebelión al museo», op. cit., p. 270.
68
Cecilia Méndez, «Incas sí, indios no», op. cit.
69
Hans-Joachim König, Historia Mexicana, XLVI/4 (1996), p. 749.
70
Jesús Díaz-Caballero, «El incaísmo como primera ficción orientadora en la formación de
la nación criolla en las Provincias Unidas del Río de la Plata», A Contracorriente: Revista
de Historia Social y Literatura en América Latina, 3 (2005), pp. 67-113.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 119
71
Hans-Joachim König, «Discursos de identidad, Estado-nación y ciudadanía en América
Latina: viejos problemas-nuevos enfoques y dimensiones», Historia y Sociedad, No. 11
(2005), www.dialnet.unirioja.es/servlet/extaut, consultado 20/10/2009.
72
Cecilia Méndez, Incas sí, indios no», op. cit., p. 31.
73
Charles F. Walker, «“La orgía periodística”: prensa y cultura política en el Cuzco durante
la joven república», Revista de Indias, LXI/221 (2001), p. 24.
74
Palabras de San Martín citadas por el viajero inglés Basil Hall en: Colección Documental
de la Independencia del Perú, T XXVII, v 1:223, citado en Pablo Ortemberg, «Celebra-
ción y guerra: la política simbólica independentista del General San Martín en el Perú»,
www.americanismo.es, revisado el 21/10/2009.
120 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
Se adoptará por bandera nacional del país una de seda, o lienzo, de ocho pies
de largo, y seis de ancho, dividida por líneas diagonales en cuatro campos,
blancos los dos de los extremos superior e inferior, y encarnados los laterales;
con una corona de laurel ovalada, y dentro de ella un Sol, saliendo por detrás
de sierras escarpadas que se elevan sobre un mar tranquilo.76
0044-5517
75
Ibidem.
76
Gaceta del Gobierno de Lima Independiente, Lima, No. 14, 25 de agosto de 1821, ci-
tado en Natalia Majluf, «Los fabricantes de emblemas. Los símbolos nacionales en la
issn
lismos antecedieron a las naciones, en tanto, estábamos ante invenciones que debían
formar comunidades imaginarias, para Smith las naciones no eran entelequias sino
objetos reales que trascienden el marco cronológico del capitalismo pero que, llegada
esta fase, debían ser redescubiertas, reinterpretadas y formar parte de los proyectos
formulados desde la sociedad.» (p. 84), «Nacionalismo made in Occidente», Quehacer,
160 (mayo-junio 2006), pp. 81-86. Para una de las más importantes críticas a la tesis de
Anderson véase, Claudio Lomnitz, «El nacionalismo como un sistema práctico. La teoría
del nacionalismo de Benedict Anderson desde la perspectiva de la América española», en
Pablo Sandoval (comp.), Repensando la subalternidad. Miradas críticas desde/sobre
América Latina, Lima, Instituto de Estudios Peruanos/SEPHIS, 2009, pp. 345-389.
78
Natalia Majluf, «Los fabricantes de emblemas», op. cit., p. 217.
79
Pablo Ortemberg, «Celebración y guerra», op. cit., p. 18.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 121
Las ceremonias públicas también definieron una relación directa entre incas
y libertadores. En febrero de 1825, la Municipalidad orquestó una gran proce-
sión cívica para celebrar los recientes triunfos militares de los ejércitos inde-
pendentistas. El recorrido se iniciaba, significativamente, en el «antiguo tem-
plo del Sol», desde donde el busto de Bolívar salía hacia la Plaza del Regocijo,
para ser colocado sobre una pirámide construida frente al antiguo cabildo. Una
descripción de la ceremonia confirma el simbolismo evidente de la presencia
del busto de Bolívar en el Coricancha, al imaginar a los incas saliendo de sus
tumbas para bendecir «al Libertador de su paz». El héroe republicano quedaba
así legitimado por los antiguos monarcas del Cuzco, en un ritual político que
redibujaba el espacio urbano, tejiendo una densa red de relaciones entre el
pasado y el presente.81
80
Armando Muyolema-Calle, Colonialismo y representación. Hacia una relectura del
latinoamericanismo, del indigenismo y de los discursos étnico-clase en los Andes
del siglo XX, Tesis Ph.D., Faculty of Arts and Sciences, University of Pittburgh, 2007,
pp. 23-24.
81
Natalia Majluf, «De la rebelión al museo…», op. cit., p. 276.
82
Cecilia Méndez, «Incas sí, indios no…», op. cit.; y Blanca Muratorio, «Discursos y silen-
cios…», op. cit.
83
Natalia Majluf, «Los fabricantes de emblemas», op. cit., p. 221.
122 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
juntas de gobierno de los años 1809-1810, y las declaraciones de inde-
pendencia absoluta con respecto a la monarquía.
issn
De esta manera, ya en 1834 Venezuela había señalado como sus «grandes días
nacionales» los 19 de abril y 5 de julio. En Ecuador, como en la Nueva Grana-
da, la autoridad del calendario religioso y la competencia de las celebraciones
Jerónimo Zurita, 86. 2011: 99-130
84
Ibidem, p. 236.
85
Mark Thurner, «Una historia peruana para el pueblo peruano. De la genealogía funda-
cional de Sebastián Lorente», www.sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/, consultado el
22/10/2009, p. 19.
86
Ibidem, p. 20.
87
Hans-Joachim König, En el camino hacia la nación. Nacionalismo en el proceso de
formación del Estado y de la nación de la Nueva Granada, 1750-1856, Bogotá, Banco
de la República, 1994.
88
Natalia Majluf, «Los fabricantes de emblemas…», op. cit., p. 236.
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 123
dieran intervenir en las decisiones públicas mediante esta vía. Para ser ciu-
dadano era menester ser hombre, propietario, no ser sirviente doméstico ni
esclavo, y ganar determinada cantidad de dinero, entre otros requisitos. La
participación militar daba, en cambio, a las poblaciones rurales escasamente
89
Georges Lomné, «La comunidad simbólica del manto de Iris o la huella de un sueño»,
Análisis Político, 47 (septiembre-noviembre 2002), p. 25.
90
Rocío Trinidad, «Educación: ¿arma o instrumento para la construcción de la nación y
los nacionalismos?», Quehacer, 160 (mayo-junio 2006), pp. 87-97.
91
Victoria Orella Díaz-Salazar, «Más allá de la ciudad letrada. El intelectual, la ciudad y la
nación en la Virgen de los sicarios de Fernando Vallejo», Cauce, 31 (2008), p. 278.
124 DOSSIER: Pensar la Historia, celebrar el pasado
0044-5517
ese modo, los relatos y la escritura de la nación al estar socialmente
condicionados y moldeados por los imperativos de la cultura se presen-
tan como una suprarrepresentación97 a la que no se puede reemplazar issn
92
Cecilia Méndez, «Tradiciones liberales en los Andes: militares y campesinos en la forma-
ción del estado peruano», E.I.A.L, 15 (enero-junio 2004), p. 24.
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93
Victoria Orella Díaz-Salazar, «Más allá de la ciudad letrada», op. cit., p. 277.
94
Antonio Cornejo Polar, «Inmediatez y perennidad: La doble audiencia de la literatura de
la fundación de la república», Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, 20 (1984),
p. 49.
95
Rocío Trinidad, «Educación: ¿arma o instrumento para la construcción de la nación y
los nacionalismos?», op. cit., p. 89.
96
Para Fredric Jameson la historia «nos es inaccesible salvo en forma textual, y que nuestro
abordamiento de ella y de lo Real mismo pasa necesariamente por su previa textualización,
su narrativización en el inconsciente político» (p. 30), Documento de cultura, documento
de barbarie. La narrativa como acto socialmente simbólico, Madrid, Visor, 1989.
97
Con este término Jean-Luc Nancy no sólo se refiere al carácter colosal, saturado y des-
mesurado del aparato de representación o de espectacularización, sino también a una
Entre la utopía andina y la utopía republicana | Mauro Vega Bendezú 125
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quemar las poblaciones, exterminar a los mistis [«blancos» y «mesti-
zos»], repartirse la propiedad territorial y los capitales semovientes de
las ganaderías, destruirlo todo y restaurar el Imperio del Tahuantinsuyo issn
106
Ibidem, p. 131.
107
El aprismo se refiere al APRA (Alianza popular Revolucionaria Americana), partido po-
lítico fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924. Véase, Heraclio Bonilla y Paul
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contra, decide pedir la mano de Estrella. La madre de la princesa oculta sus amores a es-
condidas, su boda secreta. El sumo sacerdote Willka Uma descubre a Ollanta los peligros
de la ira del Inca. Esta es la introducción. A partir de aquí los amantes, ya separados, son
obligados a refugiarse. Estrella es encerrada en la casa de mujeres, el Acllahuasi, y Ollan-
ta huye a la ciudad que lleva su nombre, Ollantaytambo, y allí se atrinchera. El Inca
issn
cuenta con sus ayudantes, generales como Rumi Ñawi (Ojo de Piedra); Ollanta con los
suyos, como Urqu Waranqa (Mil Hombres). La primera batalla trae como consecuencia
la derrota de Rumi Ñawi. Tiempo después el Inca Pachacutec muere sin haber conse-
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guido sus propósitos: derrotar a Ollanta; le sucede Tupac Yupanqui (El estimado por la
realeza) el cual, mediante una trampa, consigue apresar a Ollanta. También la princesa
tiene a su favor a una de las vírgenes del Sol, la Cortesana del Acllahuasi Pitu Salla, pero
como fiera oponente a la dura Mama Qaqa (Madre Roca). Eso hace posible que, tras
diez años de férrea prisión, aún conserve alguna esperanza de salir de ella. El desenlace
llega cuando Ima Sumaq (Bella Niña), de diez años, conoce a su madre y, desde su niñez
valiente, osa caer de hinojos ante la presencia del nuevo Inca, que tiene preso a Ollanta
y sus generales. Ollanta es perdonado por el concurso del Sumo Sacerdote que siempre
hace de pacificador. El Inca se interesa más tarde por la mujer encadenada, recono-
ciendo en ella a su hermana (lo que es una bonita «anagnorisis») y oye de sus labios su
penosa historia. Entonces el Inca perdona a todos, reconcilia ante los ojos del espectador
a los esposos y les desea larga vida juntos». www.wikipedia, consultado 01/11/2009.
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issn
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Véase, Ramón Pajuelo, Reinventando comunidades imaginarias. Movimientos indíge-
nas, nación y procesos sociopolíticos en los países andinos, Lima, Instituto de Estudios
Peruanos/Instituto Francés de Estudios Andinos, 2007; Valérie Robin Azevedo y Carmen
Salazar-Soler (eds.), El regreso de lo indígena. Retos, problemas y perspectivas, Lima,
Instituto Francés de Estudios Andinos, 2009; Carmen Martínez (ed.), Repensando los
movimientos indígenas, Quito, FLACSO, 2009; y Marisol de la Cadena y Orin Starn,
«Indigeneidad: problemática, experiencia y agenda en el nuevo milenio», Tabula Rasa,
10 (enero-junio 2009), pp. 191-222.