Benhabib (2006)

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144 1 lAS REIVINDICACIONES DE lA CULTURA

y de los niños y niñas en las comunidades minoritarias. El esta- 4


tus de las mujeres y de los niños y niñas constituye una prueba El multiculturalismo
de fuego para las aspiraciones multiculturalistas y sus defenso- y la ciudadanía de género
res teóricos, porque la tensión entre una perspectiva universa-
lizante de derechos humanos y la defensa de prácticas cultural-
mente específicas -que pueden refutar dicha perspectiva de
derechos-- llega a su punto máximo en torno de estos temas.
En el capítulo 4 también trazaré el esquema del enfoque demo-
crático deliberativo para resolver conflictos multiculturales.
El modelo democrático deliberativo considera a las personas Desde que las culturas y las sociedades humanas han interac-
como seres capaces de elaborar narraciones y resignificaciones tuado y se han comparado entre sí, el estatus de las mujeres,
culturales, que a través de sus acciones se reapropian y trans- de los niños y las niñas, y los rituales del sexo, el matrimonio
forman sus legados culturales. Al contrario del esfuerzo unila- y la muerte han ocupado un sitio especial en la comprensión
teral de gran parte de la teoría liberal actual para encontrar intercultural. La discusión de Platón sobre el estatus de las
una respuesta jurídica a los dilemas multiculturales, hago énfa- mujeres y de los niños y niñas en la República constituye un
sis en los procesos de comunicación, controversia y resignifica- episodio memorable de esta historia. En el libro v de la Repú-
ción cultural que tienen lugar en la sociedad civil. Las medidas blica, Sócrates esgrimía su timidez astuta característica e intro-
y las directivas jurídicas, por cierto, cumplen un papel crucial ducía la idea de que los guardianes compartirían a sus esposas
al enmarcar los límites dentro de los cuales deben desarrollarse e hijos y se les pediría que se apareasen de acuerdo con los
nuestras acciones. Sin embargo, la comprensión intercultural principios de la selección eugenésica (Platón, 1968: 138). Cons-
se fomenta principalmente mediante los procesos de com- ciente de hasta qué punto sus propuestas eran una afrenta a las
prensión y comunicación dentro de la sociedad civil. visiones vigentes entre sus conciudadanos sobre el hogar
griego -el oikos--, y para compensar la pérdida de sentimientos
especiales de apego y lealtad entre los progenitores y su descen-
dencia que generarían sus propuestas, Sócrates luego se apro-
vecha del mito de que la tierra es la madre de todos.
Volviendo a este episodio, en la Política Aristóteles puso en
palabras algunos de los sentimientos comunes de los ciudada-
nos atenienses con respecto a la extrema experimentación
social de Platón y Sócrates. Aristóteles objetaba que Platón
tenía una idea equivocada sobre el tipo de unidad apropiada
para cada esfera de la vida humana. Según este autor, Platón
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El MULTICULTURALISMO Y LA CIUOAOANIA OE GÉNERO 1 147

intentó crear una unidad similar a la familia en la polis, mien- tido amplio incluye a mujeres, niños, niñas y la regulación del
tras que disolvía la unidad familiar en favor de la solidaridad sexo, el nacimiento y la muerte, provoque, también en nuestros
impersonal de aquellos "nacidos de la tierra" al final de un ciclo días, algunas de las luchas culturales más amargas y profunda-
de apareamiento específiccf(Aristóteles, 1941, 1261a: 10-25). Para mente divisorias. Cuando interactúan grupos culturales dife-
Aristóteles, el hecho de que los griegos no trataran a sus espo- rentes, las brechas de la diferencia intercultural se sienten más
sas ciudadanas como esclavas y, por el contrario, diferenciaran profundamente a lo largo de los límites que demarcan la esfera
cuidadosamente entre su estatus y el de las esclavas y concubi- pública y la privada.
nas-que por lo general no eran ni griegas ni atenienses- era un En un tratamiento exhaustivo sobre los enigmas de la coe-
point d'honneur. Para él, la libertad limitada de la esposa ciuda- xistencia multicultural, Bhikhu Parekh confecciona una lista
dana ateniense era evidentemente superior a la condición de de doce prácticas que con frecuencia provocan choques de
esclavitud femenina que según él prevalecía entre los persas. evaluación intercultural: la circuncisión femenina, la poliga-
Este intercambio filosófico entre Sócrates, Platón y Aristóte- mia, los métodos musulmanes y judíos para sacrificar a los
les es una de las instancias más tempranas del complejo diá- animales, los matrimonios arreglados, los matrimonios dentro
logo multicultural con respecto al estatus de las mujeres y de de grados de parentesco prohibidos, la laceración de las meji-
los niños y niñas. No sólo estas comparaciones intercultura- llas de los niños y niñas, o de otras partes de su cuerpo, la prác-
les, sino también el "tráfico de mujeres" -o el intercambio de tica musulmana de retirar a las niñas de ciertos ámbitos de
mujeres entre los varones de la especie humana a través del educación mixta como los deportes y las clases de natación, la
trueque y el matrimonio, la guerra y la conquista- han sido insistencia musulmana para que las niñas usen el hijab o
característicos de la mayoría de las sociedades humanas cono- pañuelo islámico cubriendo su cabello, la insistencia sikh de
cidas en todas partes del mundo. Por lo tanto, no debería sor- ponerse o quitarse los turbantes tradicionales, la negativa de
prendernos que el estatus de la esfera privada,' que en un sen- los gitanos y los amish a enviar a sus niños y niñas a escuelas
públicas, ya sea siempre o después de una determinada edad;
1 Distingo entre tres significados principales de esfera privada. Primero y
los pedidos de los hindúes para poder cremar a sus muertos, el
principal, en e1 Estado libera] la privacidad está referida al derecho del
individuo a determinar y escoger Jos dictados de su conciencia moral y estatus subordinado de las mujeres y todo lo que ello implica
religiosa. Un segundo conjunto de derechos privados se refiere a las (2000: 264-265). De las doce prácticas enumeradas por Parekh,
libertades económicas, como la libertad de contrato, intercambio de
siete conciernen al estatus de las mujeres en distintas cori:mni-
mercancías y trabajo asalariado. Tercero, la privacidad atañe a la "esfera
íntima", es decir, aJ ámbito del hogar, de la satisfacción de Jas necesidades
cotidianas de la vida, la sexualidad y 1a reproducción, e1 cuidado de Jos
utilizado los derechos privados en el primer sentido (es decir, las libertad~s.
jóvenes, los enfermos y los ancianos. Véase Benhabib, 1992: 107-109. Estos tres
de religión y conciencia) para proteger y legitimar prácticas que atañen a 1a
significados no sólo son con frecuencia equiparados; más significativo aun es
tercera esfera (es decir, el ámbito del hogar). Cuando esto ocurre, no es
que los legisladores y los ciudadanos individuales en eJ Estado libera]
posible distinguir con claridad el choque entre derechos y reivindicaciones
emplean un conjunto de derechos privados para legitimar prácticas en otros
implícito entre la libertad de conciencia de los sujetos masculinos, por un
ámbitos. En los conflictos multiculturales analizados en este capítulo, se han
Jado, y el trato igualitario para sus mujeres, niños y niñas, por el otro.
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dades culturales, dos involucran códigos de vestuario de am- y huida. 2 Los pasajes de entrada y salida de la vida humana
bos sexos (uso del turbante o del hijab), dos tienen que ver con usualmente están marcados por la presencia de lo femenino:
las líneas que separan la autoridad jurisdiccional pública de la siempre e inevitablemen,e, en el caso del nacimiento; por lo
privada en la educación de los niños y niñas, y las últimas dos general, aunque no necesariamente, en el caso de la muerte,
versan, una sobre códigos alimentarios y otra sobre ritos fune- puesto que los magos, los sacerdotes y los chamanes varones
rarios. ¿Cómo puede explicarse la preponderancia de prácticas también pueden cumplir un papel importante en la ceremonia
culturales concernientes al estatus de las mujeres, las niñas, el de la muerte. La mujer de la especie, que preside sobre estas
matrimonio y la sexualidad entre las causas de conflicto inter- funciones, controla instancias de enorme vulnerabilidad en la
cultural? vida humana: cuando entramos al mundo, estamos indefensos
La esfera de la vida sexual y reproductiva es un foco central como infantes; y cuando lo dejamos, estamos igualmente inde-
en la mayoría de las culturas humanas (Okin, 1999: 12-13). La fensos frente a la muerte. Dicha vulnerabilidad genera emocio-
regulación de estas funciones crea la línea divisoria entre natu- nes de intensa ambivalencia hacia las mujeres, que son consi-
raleza y cultura: todas las especies animales necesitan aparearse deradas las porteras de estos pasajes humanos. Desde un punto
y reproducirse para sobrevivir, pero la regulación del aparea- de vista ontogenético -es decir, en la vida del individuo
miento, la sexualidad y la reproducción de acuerdo con "reglas humano-, la esfera privada es la que primero se encuentra y,
de parentesco", tal como lo explicó Claude Lévi-Strauss en Las por lo tanto, deja las marcas más profundas de ambivalencia
estructuras elementales de parentesco (1969), es la línea que sobre la psiquis. Debido a que los procesos en esta esfera mar-
separa phúsis de nómos. La naturaleza no indica quién debe can la psiquis humana durantes sus estadios formativos más
aparearse con quién; sin embargo, todas las sociedades huma- tempranos, también son los que están más cercanos al meollo
nas conocidas regulan el apareamiento con fines reproductivos de las cuestiones identitarias. Los conflictos interculturales,
o no reproductivos y crean un universo simbólico de significa- que desafian el orden simbólico de estas esferas porque rem ue-
dos según las reglas de parentesco y los tabúes sexuales que se ven los resquicios más antiguos y profundos de la psiquis, son
establecen. Las mujeres y sus cuerpos son sitios simbólico-cul- más proclives a generar las respuestas emocionales más inten-
turales sobre los que las sociedades humanas inscriben su orden sas. Así, la pérdida de la propia cultura, el desarraigo cultural y
moral. En virtud de su capacidad de reproducción sexual, las la mezcla de culturas con frecuencia se presentan en términos
mujeres median entre la naturaleza y la cultura, entre la especie sexualizados: la propia cultura ha sido "violada'; afirman los
animal a la que todos pertenecemos y el orden simbólico que primordialistas, por las co ~tumbres y los hábitos nuevos que_se
1

nos convierte en seres culturales. le han impuesto; la mterrrl1xtura cultural a menudo es descnta
Desde El segundo sexo (1949) de Simone de Beauvoir, la teo-
ría feminista ha analizado en profundidad por qué esta fun- 2 De Beauvoir, 1949: 306 y ss.; y Ortner, "Is male to female as nature is to
ción de las mujeres como mediadoras entre naturaleza y cul- culture?" (1974) ["¿Es la mujer:con respecto al hombre lo que la naturaleza
tura las convierte a su vez en objeto de añoranza y temor, deseo a la cultura?", 1979.]
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como mestizaje. El uso de estas metáforas no es casual: los no reconocer las uniones de personas del mismo sexo como
movimientos fundamentalistas conocen muy bien los profun- matrimonios, el Estado también sostiene una concepción
dos resquicios de la vulnerabilidad psíquica que están pul- específica de familia. Vista como una institución dentro del
sando al usarlas (Kakar, 1990 ). Estado moderno, entonces, la familia no tiene nada de "pri-
Estas interconexiones entre la identidad psíquica, las prác- vado". De la misma forma, las líneas que separan la religión del
ticas de la esfera privada y la diferencia cultural presuponen Estado, o la estética de la política, siempre provocan un alto
una nueva configuración en las democracias liberales moder- grado de controversia.
nas. Estas sociedades demarcan lo público y lo privado a lo En este capítulo me concentraré en una serie de disputas
largo de los siguientes ejes: la esfera política, junto con la eco- multiculturales muy publicitadas en relación con la legislación
nomía y ciertos ámbitos de la sociedad civil, es considerada familiar y criminal, en las que las diferenciaciones tradiciona-
"pública" en diversos sentidos: todos acceden a ella, todos las les entre público y privado fueron objeto de controversia y
comparten, y es por el bien de todos. El hogar es considerado resignificación. Luego, retomo el debate de la teoría feminista
privado, en el sentido de que regula estrictamente el acceso a que inició Susan Moller Okin con una pregunta provocativa:
través del parentesco y el matrimonio y no se ocupa del inte- "¡El multiculturalismo es malo para las mujeres?" (1999 ). Sos-
rés general. En las sociedades liberales, los patrones institucio- tengo que esta forma de plantear la pregunta ha llevado a un
nales de regulación de las esferas pública y privada se susten- impasse y una polarización innecesarios, ya que tanto oposito-
tan asimismo en otros presupuestos. El liberalismo se basa en res como defensores del multiculturalismo, a pesar de procla-
la convicción de que la privacidad incluye aquellas creencias mar lo contrario, siguen defendiendo una visión errónea de las
muy profundas relacionadas con la religión, la cultura, la esté- culturas como totalidades unificadas, holísticas y autocohe-
tica y el estilo de vida. No sólo respeta "la privacidad" de la rentes. Por lo tanto, se ignoran los procesos culturales de resig-
esfera doméstica familiar; también requiere que el Estado no nificación y reinterpretación, en los que están involucradas las
regule sobre los asuntos concernientes a las creencias religio- mujeres de las comunidades étnicas minoritarias. Una política
sas, culturales y estéticas. Como dijera Thomas Hobbes hace ya multicultural democrática y deliberativa no relega a las muje-
muchos siglos, "la libertad de los sujetos es el silencio de las res, niños y niñas a sus comunidades de origen en contra de su
leyes" ( [1651], 1996). Por supuesto, las cosas nunca son tan sim- voluntad, sino que alienta el desarrollo de su agencia autó-
ples y la línea que divide público y privado es siempre contro- noma frente a las identidades que les son asignadas.
vertida. Desde el punto de vista del Estado liberal, la familia es En el capítulo 5 examino diversos enfoques filosóficos y
una institución pública en la que las prácticas que rigen el políticos sobre los dilemas multiculturalistas, todos los cuales
matrimonio y el divorcio se definen y regulan mediante nor- tienen en cuenta el conflicto potencial entre las reivindicacio-
mas jurídicas y políticas. El Estado le confiere un estatus fiscal nes por la diferencia cultural y las normas universalistas por
y económico a la familia, puesto que define la condición impo- los derechos humanos. En este contexto, desarrollo una argu-
sitiva de los considerados miembros de la familia. Asimismo, al mentación filosófica en favor de la democracia deliberativa.
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LA DEFENSA MULTICULTURAL Y LA LEGISLACIÓN PENAL cana aliogó a sus dos niños pequeños y luego intentó suicidarse;
los rescatistas la salvaron antes de que se ahogara. Luego explicó
En junio de 1996, Doriane Lambelet Coleman, de la Facultad que, en el Japón, sus acciones hubieran sido entendidas como la
de Derecho de la Universidad de Howard, publicó un artículo honorable costumbre centenaria del suicidio del progenitor-
en la Columbia Law Review titulado "Individualizar la justicia hijo/a (oya-ko-shinzu), provocado en este caso por la infidelidad
a través del multiculturalismo: el dilema de los liberales" del marido. La acusada sólo permaneció en prisión durante el
(1996). El artículo discutía una serie de casos legales que invo- año que estuvo en juicio. En otras palabras, fue absuelta.
lucraban a acusados inmigrantes, en los que "la defensa pre- En Nueva York, una mujer chino-americana fue asesinada a
sentó evidencia basada en criterios culturales como excusa golpes por su marido. Él explicó que sus acciones obedecían
para justificar la conducta criminal de los acusados inmi- a la costumbre china de limpiar la vergüenza que la infidelidad
grantes y la fiscalía o la corte la aceptaron" (1994). El presu- de su esposa había hecho caer sobre él. Lo absolvieron de todo
puesto vigente en estos casos era que la culpabilidad moral de cargo criminal.
un acusado inmigrante debía juzgarse de acuerdo con sus En California, una joven laosiana-americana fue secuestrada
propios estándares culturales. 3 Aunque ningún Estado en de su trabajo en la Universidad Estatal de Fresno y obligada a
particular reconoce legalmente el uso de la evidencia basada tener relaciones sexuales contra su voluntad. Su atacante, un
en criterios culturales como factor exonerante, Coleman inmigrante hmong (uno de los refugiados que huyeron de Cam-
señaló que algunos comentaristas y jueces han llamado a esta boya y Laos en botes en la última etapa de la Guerra de Viet-
estrategia "defensa cultural" (1994). nam), explicó que entre la gente de su tribu este comporta-
¿Cuáles fueron algunos de los casos en los que se empleó la miento es aceptado como la forma tradicional de escoger
"defensa cultural"? En California, una madre japonesa-ameri- novia. Se lo sentenció a 120 días en prisión y su víctima recibió
900 dólares por daños y perjuicios.

3 Me gustaría hacer una advertencia acerca del uso impreciso del término El empleo de la estrategia de defensa cultural en estos casos
inmigrante en este artículo, que desde todo otro punto de vista es excelente: -o lo que Bonnie Honig ha llamado en broma "mi cultura me
no M:: no~ indica el estatus legal de los acusados. ¿El marido chino es un obligó a hacerlo" (1999: 35-41)- subvierte algunos de los ele-
residente permanente o un ciudadano norteamericano reciente? ¿Qué hay de
la madre japonesa? Sabemos que la joven hmong era ciudadana mentos básicos de la cláusula antidiscriminatoria de la legisla-
norteamericana, ya sea nacida en los Estados Unidos, o que adquirió la ción de los Estados Unidos de dos maneras: 4 primero, en la
ciudadanía mediante el estatus de refugiados de su familia, quienes
probablemente estaban entre aque11os que huyeron de Laos y Camboya en 4 Jeremy Waldron hace una muy útil aclaración de lo que podría significar el
botes durante la última fase de la Guerra de Vietnam. Referirse a todas estas uso de la "cultura" como estrategia de defensa en los casos penales: (1) una
personas como "inmigrantes" puede 11evar a una vinculación demasiado fácil persona es acusada_ de asesinato y el cargo es "reducido", sobre la base de una
entre inmigración y criminalidad. Y en el último de los casos mencionados, "defensa culturat. (2a) Un cargo de homicidio es reducido a homicidio sin
resulta muy preocupante que e1 juez en cuestión le niegue el estatus de premeditación porque falta algún elemento esencial como evidencia de
ciudadana a la joven hmong para juzgarla de acuerdo con las prácticas de su homicidio. O (2b), un cargo de homicidio es reducido debido a que hubo
comunidad natal. una provocación, y se introduce un elemento cultural al caracterizar el
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medida en que la estrategia de defensa cultural se utiliza para respetarse sus propias costumbres, valores y leyes. Obvia-
exonerar a los perpetradores de la acusación penal, o para con- mente, la segunda argumentación abre las compuertas del
mutar las sentencias de los otros, se convierte en un caso de relativismo cultural y, en especial en los casos penales, puede
tratamiento desigual de los individuos pertenecientes a cultu- llevar al completo derrumbe de las cláusulas antidiscriminato-
ras extranjeras; segundo, la aceptación por parte de los tribu- rias y de protección igualitaria ante la ley de la constitución de
nales de normas culturales diferentes -algunas de las cuales los Estados Unidos.
son inherentemente discriminatorias porque devalúan a las Coleman llama "el dilema de los liberales" a los interrogan-
mujeres y a los niños y niñas y toleran su tratamiento como tes que genera el uso progresivo de la defensa cultural en los
seres moral y políticamente menos valiosos- debilita la propia tribunales de los Estados Unidos (1996). Podría haberlos deno-
agenda multiculturalista. El propósito de introducir la defensa minado perfectamente "la pesadilla de los liberales". El inten-
cultural en los casos criminales es ser justos con el acusado to por parte de los tribunales liberales de ser justos con el plu-
mediante la contextualización de sus acciones en el marco de ralismo cultural y con las variadas experiencias culturales de
su entorno cultural. Sin embargo, al ser justos con el acusado, los inmigrantes ha resultado en una mayor vulnerabilidad de los
se comete una injusticia con las víctimas de esta misma cul- miembros más débiles de estos grupos: las mujeres, los niños Y
tura. La defensa supone que "alguien criado en una cultura las niñas. A estos últimos, en todos los casos, y a las primeras,
extranjera no debería ser hecho plenamente responsable de en la mayoría de los casos, se les niega la plena protección de la
una conducta que viola la legislación de los Estados Unidos legislación norteamericana, porque su identidad legal se define
[ ... ] [si esta conducta] fuese aceptable en su cultura de origen" primero y principalmente según la pertenencia a sus comuni-
~Spatz, 1991, en Coleman, 1996: 1101). Para defender este presu- dades de origen. En el caso de la mujer laosiana-americana de
puesto, se argumenta que es probable que esta persona no haya la Universidad Estatal de Fresno, que era ciudadana estadouni-
tenido la oportunidad de aprender las leyes y costumbres de dense, el tribunal desechó su estatus ciudadano y, de acuerdo
los Estados Unidos; o que incluso si las conociera, deberían con una lógica primordialista cruel, la juzgó sobre la base de su
pertenencia a la comunidad hmong, aunque ella había obte-
"grado de razonabilidad" de la respuesta del acusado a dicha provocación.
nido su ciudadanía estadounidense por derechos de nacimiento
O (2c), la presencia de algún elemento particular-como ser la de por su estatus como refugiada. La comunidad hmong, en sí
"explicación o excusa razonable"- nos conduce a reducir un cargo de misma una minoría asediada, fue movilizada para escribir in-
homicidio en primer grado a homicidio en segundo grado. O (2d), se acepta
una exoneración total o parcial por demencia o coacción o responsabilidad
formes presentados como "amici curiae'' para explicar sus cos-
reducida, admitiendo elementos culturales como parte del argumento para tumbres y tradiciones a un sistema jurídico y a unos medios de
probar la existencia de una condición exonerante. O (2e), en las pautas comunicación estadounidenses que no las comprendían.
para la sentencia se menciona un factor cultural, o un acápite según el cual
pueda tenerse en cuenta un elemento cultural. O (2f), si las pautas para la
Sin embargo, ¿qué pasaría si la joven violada fuera una víc-
sentencia no son rígidas, el juez toma en cuenta consideraciones de tipo tima simbólica de una serie de sutiles negociaciones intercul-
cultural como factor atenuante (2001: 12). turales? Tal vez el juez que ordenó reducir la sentencia de su
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atacante también estaba reconociendo así las injusticias que jueces podrían haber impuesto sentencias más estrictas a los
los Estados Unidos habían cometido durante la Guerra de acusados, protegiendo así los derechos iguales de las mujeres,
Vietnam con los pueblos de Laos y Camboya. ¿Es posible que, los niños y las niñas según la Constitución. Esto hubiese sido
como en el caso de Ifigenia -la hija de Agamenón que debía ser una señal para el resto de las comunidades involucradas de que
sacrificada para aplacar la ira de los dioses y así éstos enviaran se enfrentaban a negociaciones culturales a través de las cuales
vientos a la flota ateniense-, al aceptar la costumbre de "matri- necesitarían aprender a mantener su integridad cultural sin
monio por violación" entre los inmigrantes hmong, el tribunal ejercer la discriminación ni la subordinación de sus mujeres,
estuviera reconociendo tardíamente la integridad de una cul- hijos e hijas. Al aceptar la defensa cultural de los acusados, los
tura que el gobierno de los Estados Unidos había intentado jueces confirmaron la visión de estas otras culturas como tota-
destruir sólo cinco décadas antes? ¿Sería una exageración ver lidades monolíticas, impermeables a la transformación y al
en todos estos casos una instancia del "tráfico de mujeres" a cambio internos. Es como si no hubiera alternativas aceptables
través del cual los varones de las culturas dominantes y mino- a la arrogancia de la cultura dominante, por un lado; o al dere-
ritarias se muestran su reconocimiento y respeto por las cos- cho de una comunidad dada a mantener los elementos más
tumbres del otro? ¿Qué espacio queda en estas situaciones regresivos de su cultura, por el otro. Tal como concluye Cole-
-espacio moral, político, legal y cultural- para cuestionar el man: "De hecho, permitir que la evidencia basada en criterios
presupuesto de que todas las personas socializadas en una cul- culturales sea determinante en los casos penales violó tanto el
tura deben actuar en forma similar y deben estar intensamente principio fundamental de que la sociedad tiene derecho a que
motivadas por valores e intereses semejantes? ¿Acaso todos los el Estado la proteja de los crímenes, como la doctrina de igual
hombres chinos que han sido engañados por sus esposas las protección ante la ley que sostiene que cualesquiera que sean
asesinan, como lo hizo el inmigrante de Nueva York? ¿Todas las las protecciones que el gobierno provee, éstas deben ser las
mujeres japonesas que han sido abandonadas por sus esposos mismas para todos, sin importar la raza, el género o el origen
intentan asesinar a sus hijos y luego matarse? La estrategia de nacional'' (1996: 1136).
defensa cultural aprisiona al individuo en una jaula de interpre- La influencia creciente del argumento de la defensa cultural
taciones culturales y motivaciones psicológicas unívocas. Las en los tribunales de los Estados Unidos es distinta en un
intenciones de las personas se ven reducidas a estereotipos cul- aspecto crucial con respecto a muchas otras prácticas legales
turales y la agencia moral se reduce al mero arte del titiritero. con las que se suele institucionalizar el multiculturalismo. En
De la misma forma, en estos casos los encuentros entre muchos países, entre ellos, la India, Israel, Australia y cada vez
prácticas culturales diversas se convierten en totalizaciones más Canadá y el Reino Unido (véase Shachar, 2000), el plura-
que eliminan el espacio para la renegociación, la resignifica- lismo legal (es decir, la aceptación de que la jurisdicción sobre
ción y el desplazamiento de las fronteras culturales. La culpa determinados aspectos de las acciones y las interacciones hu-
liberal blanca se contrapone a los "crímenes pasionales" come- manas puede basarse en comunidades distintas y más peque-
tidos por personas del Tercer Mundo. En todos estos casos, los ñas que las del Estado nacional) adquiere la forma de un código
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de derecho familiar y privado, administrado por estas comuni- EL MULTJCULTURALISMO Y EL DERECHO

dades culturales, sus tribunales y sus jueces. Por lo general, FAMILIAR Y PRIVADO
estas comunidades culturales subordinadas adhieren al código
penal y civil común -incluidas las leyes que rigen la economía- Shah Bano Begum, una musulmana divorciada, inició una que-
"
y reclaman la autonomía jurisdiccional sólo en cuestiones de rella por régimen de alimentos de acuerdo con el artículo 125 del
matrimonio y divorcio, cuota por alimentos, custodia de hijos Código de Procedimiento Penal de la Indicontra su marido, el
e hijas y, en algunos casos, herencia. 5 La práctica norteameri- abogado Mohammad Ahmad Khan (Das, 1994: 27 y ss.). Shah
cana de defensa cultural concierne a la legislación penal, que en Bano se había casado con Ahmad Khan en 1932 y fue desalojada
la mayoría de los otros casos está sujeta a la jurisdicción nacio- de su domicilio conyugal en 1975. En abril de 1978, inició una
nal. Sin embargo, estos otros casos relativos al estatus de las querella contra su esposo en el tribunal de la magistratura judi-
mujeres, los niños y las niñas revelan también el precario equi- cial, Indore, solicitando un monto de 500 rupias en concepto de
librio logrado entre las elites masculinas de las culturas domi- alimentos. El 6 de noviembre de 1978, el apelante (Khan) se
nantes y subordinadas, y también pone al descubierto cómo divorció de la apelada (Shah Bano) por medio de un talaq
las cuestiones concernientes a la justicia de género perturban la (divorcio) irrevocable permitido por la legislación privada
frágil paz multicultural. El famoso caso de Shah Bano es un musulmana. Mohammad Ahmad Khan presentó una apelación
ejemplo extraordinario de ambas cuestiones (véanse Das, 1994; penal contra Shah Bano Begum y otros, en la Suprema Corte de
Nussbaum, 1999). la India en 1985. Él sostenía que Shah Bano había dejado de ser
su esposa luego de que él se casara en segundas nupcias y que, de
5 Las prácticas relativas a la herencia de los cónyuges, hijos, hijas y familíares,
acuerdo con la ley musulmana, él había pagado una cuota por
así como el estatus de la propiedad individual o en común, antes, durante o alimentos durante dos años antes de la fecha en la que Shah
después del matrimonio, demuestran claramente cómo se entremezclan los Bano lo había demandado, y que había depositado 3.000 rupias
tres sentidos de la privacidad discutidos en la nota 1. ¿Deberían estas
prácticas estar sujetas a la ley religiosa, como lo reclaman las comunidades
por medio de una porción conyugal (Das, 1994: 27). La principal
ortodoxas de judíos y musulmanes? ¿Deberían sujetarse a la ley del país, disputa legal se centraba en si el artículo 125 del Código de Pro-
cualquiera que ésta sea( ¿O debería concebirse una especie de jurisdicción cedimiento Penal podía aplicarse a los musulmanes en la India.
múltiple? ¿Cómo compatibilizar estos arreglos diversos con el requisito de las
economías capitalistas de no obstaculizar la venta y el intercambio de bienes
La sentencia de la Suprema Corte de la India, que decidió
y servicios? Las disposiciones legales multiculturales, al igual que otras que de hecho sí se podía aplicar este Código a los musulmanes,
prácticas culturales y sociales) deben enfrentarse a la lógica de hierro del ordenó al apelante incrementar su cuota de alimentos a Shah
intercambio capitalista de mercancías. Con frecuencia, parecería que las
mujeres en los países del Tercer Mundo se ven obligadas a sustituir un
Bano de 70 a 130 rupias. Pero la decisión de la Corte fue mucho
conjunto de disposiciones opresivas -es decir, disposiciones multiculturales más lejos aun. El presidente de la Corte, Chandrachud, co-
sujetas a la ley religiosa- en favor de otro conjunto de disposiciones, es decir, mentó sobre la injusticia perpetrada contra las mujeres de
por la opresión de compañías globales y empleadores despiadados. Véase
Benhabib y M. Chen, "Cultural complexity, moral interdependence and the
todas las religiones, sobre la conveniencia de elaborar un có-
global dialogical comrnunity': en Nussbaum y Glover (1995: 235-255). digo civil común tal como lo vislumbraba el párrafo 44 de la
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Constitución Federal de la India y sobre las disposiciones de la A las motivaciones de los líderes de la comunidad musulmana
Shariat (la ley religiosa musulmana) concernientes a la obliga- que apoyaron a Mohammed Ahmad Khan se contrapusieron
ción de un marido hacia su esposa divorciada. De este modo, las de los jueces fle la Corte Suprema, que vieron este caso
según la mayoría de los intérpretes, la Corte Suprema de la como una opordrnidad para reflexionar acerca de la tarea
India abrió las compuertas a una serie de debates entre las inconclusa de la nación en su desarrollo hacia un código civil
comunidades india y musulmana, así como dentro de la propia común, poniéndole fin así a la autonomía de la comunidad
comunidad musulmana: entre "progresistas" y "fundamenta- musulmana en la determinación del derecho familiar y pri-
listas'; entre los grupos de mujeres y los líderes musulmanes, vado. Resulta iróryico que fueran los tribunales coloniales bri-
etc. Los debates políticos y las presiones a favor y en contra lle- tánicos quienes crearon, en 1937, la codificación de la Shariat
varon a la promulgación de la Ley de (Protección de Derechos para administrar el derecho privado. El acto de subsumir el
y Divorcio) de las Mujeres Musulmanas, de 1986. Resulta claro pedido de Shah Bano de aumentar la cuota de alimentos según
que el litigio Shah Bano planteó cuestiones que iban mucho el Código de Procedimiento Penal también provino de la
más allá del caso en sí, relacionadas con la esencia de la prác- herencia colonial,I ya que el artículo 125 del Código Penal tenía
tica del pluralismo legal, la coexistencia y la tolerancia religio- el propósito de prevenir la "vagancia, o al menos, sus conse-
sas y el significado de la unidad y la identidad nacional de la cuencias': de acuerdo con la intención de sir James Fitzjames
India. Como sostiene Upendra Baxi: Stephen, quien había diseñado el código (Das, 1994: 128).
La comunidad musulmana se vio obligada a rever las dife-
El verdadero significado del litigio Shah Bano fue el intento renciaciones y mJdalidades de coexistencia en vista de las cre-
de asegurar una revocación de dos sentencias previas del Tri- cientes demandas por el reconocimiento de la igualdad de las
bunal, que avalaban la manutención de las esposas musul- mujeres, por un lado, y los cambios en los patrones económi-
manas divorciadas según el artículo 125 del Código de Pro- cos y familiares, por el otro. Se puso en marcha así un movi-
cedimiento Penal. El litigio fue pensado para reinstaurar la miento para la womulgación de la Ley de Mujeres Musul-
Shariat. Y tuvo éxito en la primera instancia, cuando el juez mana. En 1986, esta ley estipuló que una mujer divorciada
Fazal Ali refirió explícitamente a un tribunal de cinco jueces la debía ser mantenida por los familiares, como por ejemplo her-
pregunta de si las decisiones anteriores eran coherentes con la manos e hijos varones, que estuviesen en la categoría de here-
Ley de la Shariat de 1937, que establecía que en todas los asun- deros, y cuando estos familiares fueran incapaces de mante-
tos de familia, incluidos el divorcio y la manutención, los tri- nerla, entonces er~ la responsabilidad de la comunidad hacerlo
bunales decidirían las cuestiones de acuerdo con la Shariat. 6 a través de las juntas de las waqf (organizaciones de caridad
forzosa). Resulta obvio que el propósito de esta ley, supuesta-
mente de reforma, era anclar la dependencia de las mujeres en
6 Baxi, Upendra, "Text of observations made at a public meeting on the
muslim women (Protection of Rights) Bill)", Hindustania Andolan, Bombay,
una estructura je~árquica dominada por varones, ya fuera de la
1986, citado en Das (1994: 127). familia natal o dd! consejo comunal. Se bloqueaba así la posi-
162 1 lAS REIVINDICACIDNES DE LA CULTURA El MUlT!CULTURALISMD Y lA CIUDADANÍA DE GÉNERD I 163

bilidad de asegurar la independencia de la mujer divorciada a <lúes" (citado en Mansfield, 1993: 145). Este compromiso fue
través de su integración en la sociedad en general y de conver- extendido luego a otros grupos. Pero la lógica de subsumir las
tirla, al menos en cierto punto, en una persona económica- prácticas de "herencia, matrimonio y casta" según los usos reli-
mente autónoma. Como en el caso de la joven hmong de la giosos no fue cuestionada en sí misma. En muchos casos, las
Universidad Estatal de Fresno, aquí también las instituciones escrituras y la propia práctica religiosa ofrecían mensajes con-
legales dominantes idearon acuerdos que encerraban a las tradictorios en relación con estas cuestiones; en otros casos, no
mujeres en sus familias y comunidades de nacimiento. Some- proponían ninguna regulación sobre ellas. El caso Shah Bano
tida a la presión de la comunidad musulmana, Shah Bano even- también podría haber provocado un debate mucho más pro-
tualmente retiró su demanda y aceptó el acuerdo por alimentos fundo sobre la identificación de la cultura con la religión, y la
establecido con anterioridad. Así, también en este caso el mala- visión de que las tradiciones religiosas santificaban los límites
barismo multiculturalista provocó la derrota de las mujeres. a trazar en torno de la esfera privada. Aunque las leyes que pro-
En su excelente relato de este caso, Veena Das plantea la pre- híben la discriminación basada en el sistema de castas han sido
gunta crucial: "¿Cómo deberían resolverse los conflictos que modificadas y puestas bajo la jurisdicción federal de los tribu-
surgen entre el deseo de preservar la cultura de acuerdo con la nales indios, se sigue manteniendo el estatus del derecho fami-
comunidad de filiación, como la de una minoría religiosa 0 liar basado en la religión que gobierna la esfera privada. El caso
étnica, y la de una comunidad similar aunque de afiliación, Shah Bano dejó al descubierto con todas sus contradicciones
como la comunidad de las mujeres, que desea reinterpretar esta este compromiso político-religioso, que yace en el corazón de
cultura según una serie diferente de principios?" (1994: 137). la India multicultural, democrática y secular.
Particularmente en una época de movilidad e integración glo-
bal crecientes, en la que las cuestiones de las mujeres se discu-
ten a nivel mundial en diversos movimientos, gobiernos y orga-
nizaciones no gubernamentales, las instituciones pluralistas MULTICULTURALlSMO, LAICISMO Y EL CASO
legales que bloquean las oportunidades económicas, educativas DEL PAÑUELO ISLÁMICO EN FRANCIA
y civiles de las mujeres en nombre del control de las fronteras
de la comunidad deben ser vistas con escepticismo. Consideremos ahora lo que se refiere al affaire foulard, o el caso
La existencia del derecho privado, administrado por cada del pañuelo islámico en Francia. Mientras que en los casos de
grupo religioso y sus tribunales, es también una herencia de la "defensa cultural" y en el de Shah Bano nos encontramos con
India colonial. Fue Warren Hastings, el gobernador general de que el Estado democrático liberal y sus instituciones reinscri-
la India, el que pidió en su plan de 1772 que respecto de las ben las identidades de las mujeres dentro de su comunidades
cuestiones de "herencia, matrimonio, casta y otras institucio- natales de creencia y cultura, en el caso del pañuelo islámico
nes o usos religiosos, se seguirán las leyes del Corán en relación nos encontramos con funcionarios e instituciones públicas que
con los mahometanos y las del Shaster en relación con los hin- al suprimir la práctica del velo supuestamente defienden la
164 1 LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTURA EL MULTICULTURALISMO Y LA CIUDADANÍA DE GÉNERO 1 165

emancipación de las mujeres de sus comunidades. En este identidades culturales y religiosas musulmanas y las culturas
caso, el Estado actúa como defensor de la liberación de las occidentales.
mujeres de sus comunidades de origen. Sin embargo, tal como El caso del pañuelo islámico se refiere a una larga e intermi-
veremos, algunas mujeres resistieron al Estado no tanto para nable serie de enfrentamientos públicos que comenzó en Fran-
confirmar su subordinación sexual y religiosa sino para pro- cia en 1989, cuando expulsaron de la escuela en Creil (Oise) a
clamar una identidad casi personal, independiente de la cul- tres niñas musulmanas que usaban el pañuelo islámico. El caso
tura francesa dominante. continuó con la exclusión masiva de veintitrés niñas musulma-
La práctica del velo entre las musulmanas es una institución nas de sus escuelas en noviembre de 1996, luego de una decisión
compleja que varía mucho entre los diversos países musulma- del Conseil d'État.7 Definido como un "drama nacional" (Gas-
nes. Los términos chador, hijab, niqab y foulard se refieren a las pard y Krosrokhavar, 1995: u), o incluso "trauma nacional"
prendas distintivas que usan las mujeres de diferentes comuni- (Brun-Rovet, 2000: 2), tuvo lugar tras la celebración de los dos-
dades musulmanas. Por ejemplo, el chador es esencialmente cientos años de la Revolución Francesa y parecía cuestionar las
iraní y consiste en un largo vestido negro con un pañuelo que bases del sistema educativo francés y su principio filosófico, el
se coloca en forma rectangular sobre el rostro; el niqab es un laicismo. Este concepto es difícil de traducir en términos de
velo que cubre los ojos y la boca, y sólo deja expuesta la nariz, "separación entre Iglesia y Estado" o incluso de secularización;
puede usarse junto con el chador o no. La mayoría de las musul- la mejor manera de comprenderlo es como la neutralidad pú-
manas de Turquía visten ya sea largos sobretodos y un foulard blica y manifiesta del Estado hacia todo tipo de práctica reli-
(un pañuelo en la cabeza o "pañuelo islámico") o un carsaf (una giosa, que se institucionaliza a través de la vigilancia y la remo-
indumentaria negra muy parecida al chador). Estas prendas ción de la esfera pública de símbolos, señales, prendas e iconos
cumplen una función simbólica dentro de la propia comuni- religiosos. Sin embargo, dentro de la República francesa, el
dad musulmana: mujeres de diferentes países se muestran unas equilibrio entre respetar el derecho de las personas a la libertad
a las otras su origen étnico y nacional por medio de su vesti- de conciencia y religión, por un lado, y mantener una esfera
menta, y también muestran su distancia o proximidad con la pública desprovista de toda simbología religiosa, por el otro, era
tradición. Cuanto más brillantes son los colores de sus sobreto- tan frágil que la acción de tan sólo un puñado de adolescentes
dos y pañuelos -azul brillante, verde, beige o lila en lugar de logró exponer esta fragilidad. El debate subsiguiente fue mucho
marrón, gris, azul marino y, por supuesto, negro--y cuanto más más allá de la disputa original e implicó la forma en que tanto
a la moda estén los cortes y el material según estándares occi- la izquierda como la derecha comprendían el republicanismo
dentales, es más probable que las mujeres que los usan estén
más alejadas de la ortodoxia islámica. Sin embargo, visto desde 7 Mi análísis de estos incidentes se basa ante todo en dos fuentes; Le foulard et
afuera, esta compleja semiótica de códigos indumentarios se la République, de Frarn;:oise Gaspard y Farhad Khosrol<havar (1995); y un
excelente trabajo de seminario escrito por Marianne Brun-Rovet, ''A
reduce a una o dos prendas, que entonces asumen la función perspective on the multiculturalism debate: Taffaire foulard' and laicité in
de símbolos clave en las complejas negociaciones entre las France, 1989-1999" (2000).
166 I IAS REIVINDl[A[IDNES DE LA CULTURA EL MULTl[ULTURALISMD Y LA [IUDADANIA DE GÉNERO 1 167

francés, el significado de la igualdad sexual y social y, también, pecto de su identidad privada sobre la esfera pública. Al ha-
el enfrentamiento entre liberalismo, republicanismo y multi- cerlo, cuestionaron la escuela y el hogar: dejaron de considerar
culturalismo en la vida francesa. a la escuela como un espacio neutral de aculturación francesa,
El caso comenzó el 19 de octubre de 1989, cuando Ernest manifestando abiertamente sus diferencias religiosas y cultura-
Cheniere, director de la escuela Gabriel-Havez de Creil, les les. Utilizaron el símbolo hogarei'lo en la esfera pública, man-
prohibió a tres nii'las -Fátima, Leila y Samira- asistir a clases teniendo la modestia que el Islam requiere de las mujeres al
con la cabeza cubierta. Todas ellas se habían presentado en cubrir sus cabezas. Sin embargo, al mismo tiempo, dejaron el
clase esa mai'lana luciendo el pai'l uelo islámico, a pesar del hogar para convertirse en actoras públicas en un espacio
acuerdo al que habían llegado directores y padres para alentar- público civil, desde el que desafiaron al Estado. Aquellos que
las a ir con la cabeza descubierta. Aparentemente, las tres nii'las vieron en las acciones de las nii'las simplemente un indicador
habían decidido volver a usar el pai'luelo luego de los consejos de su opresión, fueron tan incapaces de entender el significado
)'
de Daniel Youssouf Leclerq, presidente de una organización de sus actos como aquellos que defendieron sus derechos sim-
llamada Integrité y ex presidente de la Federación Nacional de plemente sobre la base de la libertad de culto. Como Antígona
Musulmanes en Francia (FNMF). Aunque el asunto pasó casi en la tragedia de Sófocles -que utiliza las obligaciones para con
desapercibido en la prensa, el hecho de que las nii'las hubieran su hogar y su religión para enterrar y así honrar a su hermano
estado en contacto con Leclerq indica que el uso del pai'luelo Polineces, que había desafiado a la ciudad-, estas nii'las utiliza-
era un gesto político consciente de su parte, un acto complejo ron los símbolos del ámbito privado para desafiar las orde-
de identificación y desafío. Al hacerlo, Fátima, Leila y Samira nanzas de la esfera pública.
reivindicaban, por un lado, el ejercicio de su libertad de culto Los sociólogos franceses Gaspard y Khosrokhavar captan
como ciudadanas francesas. Por el otro, exhibían sus orígenes estas negociaciones simbólicas complejas de la siguiente
musulmanes y norafricanos en un contexto que buscaba sub- manera:
sumirlas, como estudiantes de la nación, dentro de un ideal de
ciudadanía republicana secular e igualitaria. En los ai'los A los ojos de padres, madres y abuelos, [el velo] refleja las
siguientes, sus seguidores y defensores provocaron la irrupción ilusiones de continuidad, en tanto es un factor de disconti-
de aquello que el Estado francés prefería considerar un sím- nuidad; torna posible la transición hacia la otredad (moder-
bolo privado -una prenda individual- en la esfera pública nidad), bajo el pretexto de la identidad (tradición); crea el
compartida, desafiando así los límites entre lo público y lo pri- sentimiento de identidad con la sociedad de origen, en tanto
vado. Irónicamente, utilizaron la libertad que la sociedad y las su significado se inscribe dentro de la dinámica de las rela-
tradiciones políticas francesas les habían otorgado -entre las ciones con la sociedad receptora. [ ... ] es el vehículo de
cuales una de las más importantes era la disponibilidad de pasaje a la modernidad dentro de una promiscuidad que
educación pública obligatoria y gratuita para todos los nii'los y borra las distinciones tradicionales; el vehículo de acceso a la
nii'las que habitan en suelo francés- para yuxtaponer un as- esfera pública que estaba prohibido a las mujeres tradicio-
168 1 lAS REIVINDICACIONES DE lA CULTURA El MULTICUlTURALISMO Y LA CIUDADANIA DE GÉNERO 1 169

nales, como espacio de acción y constitución de la autono- giosas; pero esta libertad no les da permiso de ostentar
mía individual (1995: 44-45). [d'arborer] símbolos de pertenencia religiosa que, por su
naturaleza, por las condiciones en las que son utilizados
La complejidad de las negociaciones culturales y sociales ocul- individual o colectivamente, o por su carácter ostentoso o rei-
tas tras el simple acto de colocarse el velo provocó una decisión vindicativo, constituirían un acto de presión, provocación,
igualmente compleja y ambigua por parte del Conseil d'État proselitismo o propaganda que atente contra la dignidad o
francés. El 4 de noviembre de 1989, el ministro de Educación la libertad de el (la) estudiante en sí, o la de otros miembros
francés, Lionel Jospin, llevó el caso ante el Conseil d'État (la de la comunidad educativa, comprometiendo su salud o su
Corte Suprema francesa). La Corte dictó una sentencia noto- seguridad, perturbando la continuidad de las actividades
riamente ambigua. El ministro hizo tres preguntas, dos de las educativas, o el papel educativo de sus docentes. En suma,
cuales se relacionaban con el manejo administrativo de la res- [que] perturbaran el orden del establecimiento o el funcio-
puesta, que resultaría de una respuesta a la primera pregunta: namiento normal del servicio público.'
"Si, en virtud de los principios de la Constitución y las leyes de
la República y con respecto a la totalidad de las reglamenta- Esta sentencia salomónica intentó llegar a un equilibrio entre
ciones que hacen a la organización y el funcionamiento de la los principios del laicismo y de la libertad de culto yde concien-
escuela pública, el uso de símbolos que pertenecen a una co- cia. Sin embargo, en lugar de articular normas claras, la Corte
munidad religiosa es compatible o no con el principio del lai- dejó la correcta interpretación del sentido de estos símbolos al
cismo" (citado en Brun-Rovet, 2000: 28). La Corte respondió arbitrio de las autoridades escolares. Los factores decisivos para
citando la adhesión de Francia a textos legislativos y constitu- restringir la libertad de culto de las estudiantes no fueron sus
cionales y a acuerdos internacionales, e invocó desde el co- creencias individuales sobre lo que significaba para ellas un
mienzo la necesidad de basarse en dos principios: que se man- pañuelo islámico (o, para el caso, yarmulke), sino cómo las
tuviera el laicismo y la neutralidad del Estado en la provisión autoridades escolares interpretaron el sentido del pañuelo y si
de servicios públicos, y que se respetara la libertad de concien- podía considerarse un medio de provocación, enfrentamiento o
cia de los y las estudiantes. Toda discriminación basada en protesta, o no. No es dificil ver por qué esta sentencia alentó a
convicciones o creencias religiosas sería inadmisible. Luego, la ambas partes del conflicto a llevar más allá sus objetivos y
Corte concluía: derivó en más represión mediante la promulgación, el 10 de
septiembre de 1994, de las Normas Bayrou, emitidas por el
El hecho de que los y las estudiantes usen en las escuelas
símbolos por los cuales creen estar manifestando su adhe- 8 La decisión original está sacada de Avis du Conseil d~État du 27 Novembre
sión a una religión no es en sí mismo incompatible con el 1989. Fragmentos de esta decisión pueden encontrarse en
http://www.unc. eduldepts/europe/conferences/Veil2ooolAnnexes.pdf Puede
principio del laicismo, ya que constituye el ejercicio de la encontrarse más información sobre el caso del pañuelo islámico en
libertad de expresión y manifestación de sus creencias reli- <http:l!www.conseil-etat-fr!cedata/juris/jurisprudence/92/ensei92.h tm>.
170 1 LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTURA EL MULTICULTURALISMD Y LA CIUDADANÍA DE GÉNERO 1 171

ministro de Educación, Frarn;ois Bayrou. Lamentando las am- los dilemas de la identidad nacional francesa en la era de la
bigüedades de la sentencia de la Corte por transmitir una im- globalización y el multiculturalismo, es decir, cómo mantener
presión de "debilidad" frente a los movimientos islámicos, el las tradiciones francesas de laicismo, igualdad republicana y
ministro declaró que las estudiantes tenían derecho a usar sím- ciudadanía democrática en vista de la integración de Francia
bolos religiosos discretos, pero que el velo no estaba entre ellos en la Unión Europea, por un lado (véase capítulo 5), y las pre-
(Le Monde, 12 de septiembre de 1994: 10). siones del multiculturalismo generadas por la presencia de
La declaración de Bayrou endureció aun más los frentes de inmigrantes de países musulmanes de segunda y tercera gene-
diversos actores políticos: intelectuales, sindicatos docentes, ración en suelo francés, por el otro. ¿Serían lo suficientemente
diversas organizaciones islámicas, grupos antiinmigración, y flexibles y generosas las prácticas e instituciones de la ciudada-
otros similares. La población francesa ya estaba altamente nía francesa como para incluir las diferencias multiculturales
polarizada sobre la temática del Islam, la inmigración y la dentro de un ideal de igualdad republicana? Es obvio que este
seguridad nacional. En el verano de 1994, explotó una bomba caso aún no ha concluido. A medida que continúan la integra-
colocada en el metro de París por grupos fundamentalistas ción europea y las presiones multiculturalistas, Francia, al igual
musulmanes. Así, parecía que Francia, a pesar de sí misma, se que la India y los Estados Unidos, deberá descubrir nuevos
veía atrapada en el espiral de violencia proveniente de los gru- modelos de instituciones culturales, sociales, pedagógicas y
pos fundamentalistas islámicos y que sus tradiciones de tole- legales para lidiar con los imperativos duales de las democra-
rancia y pluralismo habían sido mal utilizadas por estos gru- cias liberales: preservar tanto la libertad de culto como los
pos para propugnar sus propios objetivos políticos y sectarios. principios del secularismo.9
La evolución de las actitudes de sos-Racisme en vista .de
estos acontecimientos es muy significativa. Durante el episodio 9 El caso del pañuelo islámico en Francia es seguido con mucha atención en
Turquía, una democracia multipartidaria secular, donde la mayoría de la
Creil en 1989, sos-Racisme -uno de los grupos antirracistas
población es musulmana. Durante la década de 1980, Turquía se enfrentó a
más militantes cuyos miembros son en su mayoría jóvenes-- su propia versión del caso del pañuelo islámico. A medida que crecía el poder
llevó a amplios sectores de la izquierda francesa a defender el de los partidos islámicos en el Parlamento y en la sociedad en general, en
particular del Partido de Bienestar, un número sin precedentes de mujeres
laicismo y protestar contra la exclusión de las niñas musulma-
turcas islarnistas comenzaron a cursar estudios superiores e insistieron en
nas. Pero para 1994, el nuevo presiden te de la asociación hizo usar el pañuelo para cubrir sus cabezas. Su argumento era que la ley islámica
un llamamiento a la prohibición de todos los símbolos religio- les prohibía mostrar su cabello descubierto en público y a los hombres que
no fueran parientes. El pañuelo islámico era un símbolo de modestia y
sos; para ese entonces, muchos habían llegado a la conclusión
pureza femenina. Sin embargo, para las autoridades del Estado turco, el
de que la recurrencia en el uso de los pañuelos islámicos no pañuelo era considerado como un desafio a los principios seculares y "laicos"
constituían incidentes aislados, sino que eran una provoca- que había adoptado Mustafa Kemal Ataturk, el fundador de la moderna
República de Turquía en 1923, siguiendo los principios republicanos
ción por parte del Islam organizado que había que enfrentar
franceses. El uso del pañuelo islámico por parte de un vasto grupo de
con acciones claras e inequívocas (Brun-Rovet, 2000). Final- mujeres jóvenes era visto corno una amenaza directa a la separación entre
mente, el caso del pañuelo islámico pasó a representar todos Estado y religión, y a la dirección estatal de la religión musulmana,
172 1 lAS REIVINDICACIONES DE lA CULTURA El MUlTICUlTURALISMO Y LA CIUOADANIA OE GÉNERO 1 173

iEL MULTICULTURALISMO ES MALO objeto de norrnativización y castigo por parte del Estado para
PARA LAS MUJERES? darle una lección a la nación ( corno en el caso del pañuelo
islámico en Francia). Por lo tanto, no es de sorprender que
Estos tres casos sugieren que las disposiciones institucionales Susan Okin haya enarbolado el grito de batalla de que "la
rn ulticulturales y los acuerdos legales con frecuencia funcionan mayoría de las culturas son patriarcales, y muchas (aunque
en detrimento de las mujeres. O las encierran en arreglos arca- no todas) de las minorías culturales que reivindican dere-
nos que las hacen depender de sus esposos y familiares varones chos corno grupo son más patriarcales que las culturas en
(corno en el caso de Shah Bano ); o las hacen vulnerables a la las que están inmersas" (1999: 17). Cuando estos grupos exi-
opresión al negarles la protección legal a la que tendrían dere- gen derechos especiales, es de esperar que éstos funcionen
cho de no ser consideradas miembros de minorías culturales en detrimento de las mujeres y las encierren en estructuras
(corno en los casos de defensa cultural en los tribunales de los de género opresivas y no igualitarias. De hecho, Okin estaba
Estados Unidos); o convierten a mujeres, niños y niñas en en lo correcto al plantear estas cuestiones, aunque el tenor de
su crítica a las culturas por ser todas más o menos patriarcales
practicada con suma atención por instituciones como la Dirección General y, sobre todo, su combativa insensibilidad en la forma de des-
de Asuntos Religiosos.
cribir gran parte de las prácticas religiosas de los grupos judíos
Según Yesim Arat, "en 1981, el Consejo de Ministros aprobó un estatuto que
requería que las empleadas en las instituciones públicas y las estudiantes en y musulmanes ortodoxos haya irritado a muchos.
las escuelas dependientes del Ministerio de Educación Nacional se vistieran En respuesta a la salva que lanzó Okin en este debate, Azizah
sin el pañuelo islámico. De acuerdo con esta decisión, en 1982 el Consejo de
Y. AI-Hibri acuñó la frase "feminismo patriarcal occidental".
Educación Superior prohibió el uso del pañuelo en las universidades. Grupos
·'islamistas y mujeres con la cabeza cubierta protestaron contra esta medida. AI-Hibri sostenía que aunque los planteos de Okin eran
Luego de la presión creciente de los islamistas, en 1984 el Consejo de importantes, su discurso reflejaba "la perspectiva del 'yo' cultu-
Educación Superior les permitió a las mujeres cubrir su cabellos con un
ral dominante, un punto de vista occidental cargado con los
turbante, un pañuelo atado atrás y que cubría sólo el cabello" (2002, en
prensa: 8). Luego de una serie de intervenciones, incluida la del presidente de problemas derivados de la inmigración y de los conflictos por
la República que prohibió el turbante en 1987, el Tribunal Constitucional de los derechos humanos que éstos generan" (1999: 41).
Turquía dictaminó en 1989 que el uso del turbante en las universidades era
En efecto, el discurso feminista contemporáneo con res-
inconstitucional y lo prohibió. Al igual que en el caso francés, las estudiantes
y las organizaciones islámicas que las representaban apelaron la decisión. El pecto a estas cuestiones está fuertemente polarizado: teóricas
artículo 24 de la Constitución turca de 1982 garantiza la libertad de culto y el corno Okin y Martha Nussbaurn, que plantean la preocupa-
artículo 10 prohíbe la discriminación por creencias religiosas y diferencias de
ción liberal sobre la igualdad y los derechos de las mujeres en
idioma, etnia y género. Tanto el Consejo de Estado como el Tribunal
Constitucional afirmaron que "antes que una costumbre inocente, [el contextos rnulticulturales, son acusadas de eurocentrisrno,
pañuelo islámico] se ha convertido en el símbolo de una cosmovisión imperialismo, feminismo patriarcal, o simplemente de arro-
opuesta a los principios fundamentales de la República" ( citado en Arat,
gancia, ignorancia e insensibilidad frente a otras culturas
2002: u; basado en una circular distribuida dentro de las universidades en
1998 denominada "Estatutos y sentencias legales referidas a los códigos (véase Okin, 1999). A su vez, los teóricos rnulticulturales de
indumentarios en las instituciones de educación superior"). ambos géneros son acusados de relativismo cultural, insensibi-
174 1 LAS REIVINDICACIONES 0E LA CUllURA El MULTICUllURAllSM0 Y LA CIUDADANÍA 0E GÉNERO 1 175

lidad moral, defensa del patriarcado, y de poner en peligro los siguientes principios, mencionados en la introducción, de reci-
derechos de las mujeres para preservar la pluralidad de tradi- procidad igualitaria, autoadscripción voluntaria y libertad de
ciones (Wolfe, 2001). Las reivindicaciones de autonomía polí- salida y asociación- puede ser un buen complemento al mul-
tica y moral contradicen la preservación pluralista de las tradi- ticulturalismo democrático discursivo-deliberativo.
ciones multiculturales que parecen no dar cabida a dicha
autonomía. Tal como lo sugiere mi discusión respecto de Tay-
lor y Kymlicka en el capítulo anterior, la autonomía y el plu-
ralismo cultural parecen irreconciliables. ¿Pero debe ser así PRÁCTICAS DEMOCRÁTICAS Y ESPACIOS
realmente? Casi no hay duda de que los intereses de las muje- MULTICULTURALES
res y el estatus de la esfera privada desenmascaran la vulnera-
bilidad de los arreglos multiculturales y dejan al descubierto He sostenido que el desacuerdo narrativo y la narratividad se
los acuerdos políticos y morales logrados a expensas de muje- originan en la estructura de las acciones humanas, que están
res, niños y niñas, sobre quienes usualmente se basan. ¿Pero conformadas de hechos y palabras. Los seres humanos identi-
qué sucedería si ambas posiciones se basaran en presupuestos fican lo que hacen al contar una historia, al hacer un relato de
epistemológicos errados con respecto a las culturas, que he lo que hacen; más aun, todas las culturas le atribuyen un valor
criticado en este libro? Si adoptáramos la perspectiva del diá- al mundo que nos rodea por medio de una serie de contrastes
logo multicultural complejo que propugno, ¿podríamos ser como bueno y malo, justo e injusto, sagrado y profano. No e;
justos tanto con las aspiraciones de libertad e igualdad de las sólo que las acciones se constituyen narrativamente, sino que
mujeres, como con la legítima pluralidad de las culturas también tenemos relatos de segundo orden que nos llevan a
humanas? calificar y clasificar lo que hacemos a la luz de estas valoracio-
Sobre la base del modelo epistemológico de cultura desarro- nes culturales.
llado en los capítulos anteriores, defenderé la creación y la La visión de las culturas como totalidades sin sutura, armo-
expansión de espacios multiculturales discursivo-deliberativos niosas y unificadas, que se expresan con una única voz narra-
en las democracias liberales. Compararé este enfoque con un dora, es -como ya se dijo- una visión de las culturas desde el
liberalismo defensivo que desea sostener la distinción entre afuera. Con la locución "el afuera" no me refiero al punto de
público y privado, colocando las cuestiones multiculturales del vista del extraño y del no-miembro. Quien está afuera es el
lado de lo privado en esta división. También tendré en cuenta o_bservador, diferenciado del actor. Quien está afuera y es con-
las propuestas de pluralismo legal o "jerarquías jurisdicciona- siderado un "extraño" a los ojos del grupo también puede ser
les entrelazadas'; elaboradas para debilitar el impacto de per- muy bien alguien de adentro, por el hecho de comprender
mitir que sean únicamente los grupos culturales los que defi- cabalmente las complejidades y las perplejidades de la cultura
nan el derecho familiar y privado (Shachar, 2000: 387-426). a la que se le niega acceso. El observador es el que busca com-
Sostengo que un modelo pluralista legal -compatible con los prender y controlar, clasificar y representar la cultura ante el
176 1 LAS REIVINDICACIONES DE LA CULTURA El MULTICULTURALISMO Y LA CIUDADANÍA DE GÉNERO 1 177

(los) otro(s). Sugiero que es el interés epistémico en el poder lo figura en su análisis. ¿La cultura de quién? ¿Qué cultura?
que lleva al silenciamiento de opiniones disidentes y perspec- ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Y tal como la practica quién?
tivas contradictorias, y resulta en metarrelatos hegemónicos No obstante, la visión de la crítica feminista a este respecto
de lo que la tradición cultural es, de quién está adentro y quién no es muy diferente de la del legislador. Los tribunales de los
está afuera. Este interés epistémico en el poder puede ser ejer- Estados Unidos reinscriben a las mujeres, niños y niñas en sus
cido por el jefe de la tribu, así como por el general enemigo, el comunidades de origen, al defender los derechos de los acusa-
antropólogo en busca de la verdad y el trabajador para el desa- dos a tener su propia cultura contra los derechos de igual pro-
rrollo que apunta al control social. tección ante la ley. Los tribunales indios son obligados a acep-
Tanto para los participantes como para los actores, su cul- tar la división jurisdiccional del trabajo entre un código penal
tura se presenta a sí misma como un conjunto de relatos anta- unificado y el derecho familiar y privado para las comunidades
gónicos y a la vez congruentes. De hecho, cuando los relatos de hindúes y musulmanas de la India. La Corte Suprema francesa
las tradiciones no están en controversia es porque están anqui- intenta defender los principios del laicismo y de la libertad de
losados y ya perdieron sentido, incluso si aún se cree en ellos. culto y de conciencia, pero coloca a las niñas con pañuelo islá-
Las valoraciones culturales pueden transmitirse de generación mico bajo el escrutinio creciente y la autoridad de sus supervi-
en generación sólo por medio de la resignificación y el com- sores escolares, desechando la forma en que las propias estu-
promiso activo y creativo. Una historia que no está bien con- diantes comprenden sus acciones. Estos casos sugieren que al
tada no será recordada. considerar las prácticas de las comunidades culturales minori-
Los debates en torno del feminismo y el multiculturalismo tarias y los derechos de sus mujeres, niños y niñas, quedamos
se polarizan rápidamente porque se le presta poca atención a atrapados entre la Escila de criminalizar y vigilar estas comu-
este aspecto de las culturas como divididas por la controversia nidades, y la Caribdis de la tolerancia multiculturalista, lo que
interna. Aunque Okin reconoce que el género es un clivaje, con frecuencia culmina con la indiferencia ante sus tribulacio-
escribe como si las culturas fuesen estructuras de sentido uni- nes. A lo largo de este debate, he sugerido que podemos evitar
ficadas en otros aspectos. "Muchas· de las culturas y tradiciones estas alternativas, tanto en la teoría como en la práctica, modi-
del mundo, incluidas las practicadas dentro de los estados- ficando la forma en que entendemos la cultura: rechazando el
nación antiguamente colonizados o conquistados -que por holismo cultural y teniendo más fe en la capacidad de los acto-
cierto incluyen a la mayoría de los pueblos de Africa, Medio res políticos comunes para renegociar sus propios relatos de
Oriente, América Latina y Asia- son definitivamente patriarca- identidad y de diferencia a través de los encuentros multicul-
les" (2000: 14). Okin traza mapas culturales sobre los estados- turales en la sociedad civil democrática. Los siguientes dos
nación y los continentes. No diferencia entre tradiciones cultu- capítulos estarán dedicados a delinear esta visión alternativa.
rales, pueblos, territorios y estructuras políticas. El absurdo de Los casos analizados en este capítulo ilustran lo que Ayelet
referirse a una única cultura latinoamericana o del Medio Shachar ha denominado "la paradoja de la vulnerabilidad
Oriente, excepto como una caricatura o una simplificación, no multicultural" (2000: 386). Según Shachar,
178 1 lAS REIVINDICACIONES DE lA CUlTURA

las políticas de convivencia bienintencionadas por parte del 5


Estado, que apuntan a equiparar el terreno entre las comu- La democracia deliberativa
nidades minoritarias y la sociedad en general, pueden sin y los dilemas multiculturales*
querer auspiciar el maltrato sistemático de personas perte-
necientes a la minoría a la que se intenta dar cabida. En oca-
siones, provocan un impacto tan severo que nulifica los
derechos de estas personas en tanto ciudadanos y ciudada-
nas (386).

La tensión, y en muchos casos el dilema moral, entre dar cabida Creo que la mejor forma de entender la democracia es como
a la diferencia y ser justo con todos los miembros de los grupos un modelo para organizar el ejercicio público y colectivo del
minoritarios impulsa el debate actual sobre el multicultura- poder en las instituciones más importantes de la sociedad,
Jismo hacia una nueva fase. Una vez que reconocen cómo las basándose en el principio de que las decisiones que afectan el
demandas por la convivencia multicultural pueden ser inevita· bienestar de una colectividad pueden verse como el resultado
blemente conflictivas dentro del Estado democrático liberal, los de un procedimiento de deliberación libre y razonada entre
teóricos multiculturales y democráticos deben entonces abo- personas consideradas moral y políticamente iguales. Es ver-
carse al tema de las reivindicaciones de ciudadanía diferenciada dad que cualquier definición de conceptos esencialmente con-
en las sociedades democráticas liberales. Quisiera distinguir trovertidos, como democracia, libertad y justicia, nunca es una
entre diversos modelos normativos que han lidiado con estas mera definición. Lo mismo sucede con la definición propuesta
temáticas: consenso liberal superpuesto, igualitarismo liberal, arriba. Mi propio enfoque de la democracia privilegia un
jerarquías de poder pluralistas entrelazadas y el enfoque de la modelo deliberativo por encima de otro tipo de consideracio-
democracia deliberativa. En el siguiente capítulo, delinearé los nes normativas. Esto no quiere decir que el bienestar econó-
contrastes entre ellos para resaltar las fortalezas y debilidades de mico, la eficiencia institucional y la estabilidad cultural no sean
los diversos enfoques sobre los dilemas del multiculturalismo, y también relevantes al juzgar la aptitud de una visión norma-
para explicar las razones por las que prefiero el modelo de tiva de democracia. Las reivindicaciones por el bienestar eco-
democracia deliberativa por encima de los otros. nómico y las necesidades de la identidad colectiva deben estar
satisfechas para que las democracias funcionen a Jo largo del
tiempo. Sin embargo, la base normativa de la democracia

* Partes de este capítulo han aparecido previamente en "The embattled public


sphere: Hannah Arendt, Jürgen Habermas, and beyond", Theoria: South
African Journal of Phílosophy, diciembre de 1997.

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