Violenciafamiliar 07

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/251080416

Por un enfoque integral de la violencia familiar

Article in Psychosocial Intervention · January 2006


DOI: 10.4321/S1132-05592006000300002

CITATIONS READS

74 5,358

2 authors, including:

Jose Manuel Alonso Varea


University of Barcelona
22 PUBLICATIONS 83 CITATIONS

SEE PROFILE

All content following this page was uploaded by Jose Manuel Alonso Varea on 05 October 2015.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


POR UN ENFOQUE INTEGRAL
DE LA VIOLENCIA FAMILIAR
AUTORES:
José Manuel Alonso Varea [email protected]
♦♦
José Luís Castellanos Delgado [email protected]

RESUMEN

Las manifestaciones de violencia que tienen su origen o justificación


en procesos disruptivos intrafamiliares cada vez se detectan mas
por los profesionales y por las propias victimas en una sociedad que
tiende a asumir como uno de sus valores fundamentales la
tolerancia cero frente a este tipo de conductas. Los enfoques
tradicionales basados en la atención de la victima y el agresor,
además de parciales y a posteriori, olvidan los numerosos puntos en
común que tienen estos fenómenos. Un enfoque integral de la
violencia familiar debería, en primer lugar, orientarse hacia la
prevención de la violencia en este ámbito creando competencias de
comunicación, relación afectiva y disciplina que superen las
habituales asociaciones entre violencia-machismo-autoridad. En
este articulo, los autores exponen los puntos en común y las
diferencias más significativas entre las distintas manifestaciones de
la violencia familiar, concluyendo con las ventajas, sobre todo a
nivel preventivo, de un enfoque integral.

PALABRAS CLAVE:
Violencia familiar, maltrato, prevención de la violencia

Publicado en la REVISTA INTERVENCION PSICOSOCIAL (2006)


www.copmadrid.org/publicaciones/psicosocial/


Psicólogo. Consultor. Master en Administración Pública (ESADE) Director del postgrado interdisciplinar

sobre violencia familiar www.il3.ub.edu/infocurso12.html

♦♦
Psicólogo. Jefe del Área de Programas sociales de Infancia. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales

1
1. AGRESIVIDAD Y VIOLENCIA
1.1. DEFINICIÓN DE VIOLENCIA

Es difícil ofrecer una definición única de violencia ya que se trata en primer lugar de
un término coloquial que expresa muchas y muy diversas situaciones. Parece, ante
todo, que se trata de un fenómeno complejo que puede abordarse desde muy
diversas ópticas. El debate, por ejemplo, sobre el origen cultural o innato de la
violencia sigue presente en nuestra sociedad y refleja la multiplicidad de causas que
la literatura científica ha relacionado con la aparición de las conductas violentas
(biológicas, psicológicas o sociales). Existe un importante grado de acuerdo en
ciertas condiciones que debe reunir una conducta para ser definida como violenta
(Doménech/Iñiquez, 2002): necesidad de un contexto social interpersonal o
intergrupal, intencionalidad y daño como consecuencia del acto agresivo. González
(2003) define violencia como acción de carácter intenso realizada con la intención
de herir o dañar a alguien o a algo, pero con algunos matices diferenciadores como
son su intensidad y su carga peyorativa, que no siempre están presentes en las
conductas agresivas. Esta definición abre el paso a una variante positiva de la
agresividad, en el sentido de conductas con una carga adaptativa o de
supervivencia. En esta misma línea, introduciendo una interesante diferenciación
entre agresividad y violencia, J.Sanmartin (2000) opina que “considerar que la
agresividad es innata en el ser humano no conlleva reconocer que, para el ser
humano, es inevitable comportarse agresivamente”. Es decir, el ser humano es
agresivo por naturaleza, pero pacifico o violento según la cultura en la que se
desarrolle.
Sin embargo, la explicación mas cómoda para nuestra cultura, que todavía es
básicamente violenta, a la violencia que observamos y padecemos es que los
humanos somos seres violentos por naturaleza. Según este punto de vista no
podríamos prevenir la violencia con ningún tipo de medida, ni pedir
responsabilidades ni hacer gran cosa para reducir la violencia ni los violentos se
verían impulsados a cambiar pues serian así de forma innata e inevitable.

En el cuadro 1 se esquematizan algunas diferencias entre la agresividad, que


tendría un sentido adaptativo, y la violencia que tendría un componente
básicamente cultural. Es la cultura la que convertiría la agresividad en
violencia, pues hasta los instintos pueden modelados por la cultura. Podemos
definir como violencia “cualquier acción (o inacción) que tiene la finalidad de
causar un daño (físico o no) a otro ser humano, sin que haya beneficio para la
eficacia biológica propia” (J. Sanmartin, 2000). La violencia seria, pues, gratuita
desde el punto de vista biológico,, y resultado de la interacción entre la agresividad
natural y la cultura.

Cuadro 1. Diferencias entre agresividad y violencia


AGRESIVIDAD VIOLENCIA
Innata Humana
Inevitable Evitable
Biológica No biológica
La cultura puede inhibirla Resultado de la evolución cultural
Impulso para la supervivencia Utiliza instrumentos

1.2. MANIFESTACIONES DE LA VIOLENCIA

2
Los fenómenos violentos están presentes en todos los contextos de los seres
humanos y evidentemente, existen relaciones entre aquellas manifestaciones de
violencia que se dan dentro y fuera del entorno familiar. Un clima social tolerante
con la violencia es uno de los factores macrosociales que puede favorecer la
aparición de violencia familiar, a su vez la violencia familiar puede producir
manifestaciones violentas dentro y fuera de la familia: como en el caso de la
violencia entre iguales en el caso de niños y adolescentes que viven un clima
familiar violento, agresiones a maestros, etc. En el cuadro 2 señalamos algunas
manifestaciones de la violencia en diferentes ámbitos sociales que influyen en
las familias. Existe una cierta aceptación social de la violencia fuera de las familias
que facilita la violencia dentro de ellas. En la mayoría de estas manifestaciones
podemos encontrar:
• componentes de violencia física, psicológica, intimidaciones, amenazas y
coacciones.
• La dimensión de género fruto de procesos de socialización diferenciales en
función del sexo del individuo.

Cuadro 2. Algunas manifestaciones de violencia en diferentes ámbitos


extrafamiliares

AMBITOS MANIFESTACIONES DIMENSIÓN DE GENERO

ESTRUCTURAL Injusticia social, infanticidio femenino,


racismo, etc.
ECONOMICA Acoso físico o moral en Acoso sexual
LABORAL el trabajo (mobbing) Diferente remuneración
Explotación laboral Menores oportunidades de empleo y
(menores, etc,) promoción
Explotación sexual de Tráfico y explotación sexual de mujeres y
menores niñas
Prostitución forzosa
ESCOLAR Entre iguales (bullying) -
MEDIOS DE Escritos, pantallas: Publicidad sexista
COMUNICACIÓN cine, tv, videojuegos,
Y OCIO internet, etc.
CONFLICTOS Violencia derivada de Acoso, violaciones, tráfico y explotación
ARMADOS/ los conflictos armados, sexual de mujeres y niñas
TERRORISMO refugiados, Prostitución forzosa
desplazados, etc.
SEXUAL Violencia sexual Violaciones
Mutilación genital femenina
DEPORTIVA Violencia en el deporte Agresiones verbales
(agresiones físicas y
verbales)
EN LA CALLE Agresiones Físicas Agresión Sexual
Violación

2. LA VIOLENCIA FAMILIAR

A comienzos de la década de los ‘70 se comenzó a hablar en algunos países


occidentales de la violencia dentro de las familias, iniciando un camino de
superación de la invisibilidad de este fenómeno ante la pantalla de privacidad
intrafamiliar que fue creciendo en la misma medida en que crecía el reconocimiento
y especificidad de los derechos humanos a colectivos como mujeres, niños/as y
discapacitados. La violencia familiar, en general, y los malos tratos infantiles, en

3
particular, son algunos de los problemas más graves que afectan negativamente al
desarrollo y socialización de los niños y niñas (Gelles, 1993).

A pesar de las condenas de la sociedad y de las leyes contra la violencia familiar,


todavía se tiende a diferenciar entre niveles aceptables de violencia familiar y los
niveles inaceptables. Un ejemplo de esta diferenciación queda patente en los datos
disponibles sobre la aceptación del castigo físico en España. Según datos de
encuestas del CIS, entre 1995 y el año 2004 el porcentaje de adultos que
consideraba necesario, a veces, dar un buen bofetón a un niño descendió del
40,5% al 25,6%. Los estudios retrospectivos muestran que antecedentes de
familias muy coercitivas o contradictorias, que mezclan episodios de fuerte castigo
físico con otros de permisividad, son un indicador de riesgo y conflicto social. Pero a
la población y a los profesionales les cuesta reconocer el riesgo que representan
este tipo de conductas y la necesidad de ofrecer pautas de autoridad y crianza
alternativas al comportamiento violento.

Culturalmente, de forma errónea, se ha asociado autoridad con violencia lo cual ha


ayudado a legitimar la violencia como una pauta adecuada de autoridad.
Igualmente de forma errónea se ha asociado amor con violencia y castigo con
violencia. En realidad, la violencia es el uso del poder en negativo. Otras formas de
poder son el amor y la autoridad (uso del poder en positivo). A su vez, el castigo
puede ser violento (físico, psicológico o sexual) o no violento (disciplina positiva)
(Horno, P. 2005). Esta autora detalla una metodología de trabajo con adultos en
donde se desmontan estos conceptos que favorecen el castigo físico y psicológico
como herramienta educativa. Hace énfasis en que la creación de vínculos
afectivos entre los seres humanos (ya sea entre padres e hijos o entre miembros
de la pareja) pasa igualmente por mostrar interés por el otro, compartir tiempo
para conocerlo, comprometerse, estar a su lado en dificultades, escucharlos,
aceptarlos como son mas allá de las expectativas sobre ellos, ser asertivos y
compartir actividades y diversión.

Autores como K. Browne y R.J. Gelles sugieren un enfoque global sobre el origen y
el mantenimiento de la violencia familiar que supera la visión reducida de cada
grupo de profesionales que atiende a cada tipo de víctima y de agresor. Estos
profesionales, con demasiada frecuencia, tienen una visión excesivamente centrada
solo en la mujer, o solo en los niños o solo en los agresores, lo cual impide dar una
respuesta de ayuda y de límites adecuados a todos los miembros del núcleo
familiar.

La utilización de la denominación “violencia familiar” no supone en ningún caso la


equiparación de los dos términos que la componen. Al contrario estimamos que se
trata de una perspectiva útil de estudio y de intervención temprana en unos
fenómenos que cada día están más presentes en nuestra sociedad.

2.1 - ¿QUE ES LA VIOLENCIA FAMILIAR?

La violencia familiar es…


• "Todo acto u omisión sobrevenido en el marco familiar por obra de uno de
sus componentes que atente contra la vida, la integridad corporal o
psíquica, o la libertad de otro componente de la misma familia, o que
amenace gravemente el desarrollo de su personalidad" (Consejo de
Europa, 1986).
• Abuso de poder, sobre personas percibidas vulnerables por el agresor
pues está asociado con variables como el género y la edad de las víctimas
y, entre ellas, las más vulnerables son las mujeres, los niños, los
adolescentes, las personas mayores y las personas con algún tipo de
disminución (física, psíquica o sensorial). La relación de abuso es una

4
situación en la que una persona con más poder abusa de otra con menos
poder para controlar la relación.
• Una forma de violencia estructural, pues para que ocurra es necesario un
cierto nivel de aceptación y tolerancia social (de la cultura, el derecho, la
ideología, etc.) hacia esa violencia.
• Es un tema político, la violencia familiar causa más víctimas que la
violencia política terrorista.
• Cualquier manifestación de violencia familiar es la expresión de dinámicas
familiares anomicas, basadas en una desigualdad o asimetría de derechos

Igualmente, la violencia familiar:


• No tiene cultura, raza, sexo, clase social ni edad.
• Se basa en el excesivo “respeto” vida privada: la sociedad se resiste a
intervenir.
• Es un estilo de vida: por frecuente se la considera normal. Se la ha de
hacer visible e inadmisible.
• Silenciarla es generarla: consentir modelos inadecuados.
• Afecta a los derechos humanos no sólo de las mujeres, también de
niños, adolescentes y mayores.
• Hace referencia a las distintas formas de relación abusiva que caracterizan
de modo permanente o cíclico al vínculo intrafamiliar y alude, por tanto, a
todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre los
miembros de una familia.

Merece especial atención la profusión y falta de consenso sobre la terminología de


estos fenómenos (Violencia domestica, violencia de genero, violencia de pareja,
etc). Nuestra propuesta opta por la denominación violencia en la pareja, frente a
otras denominaciones como:
• violencia domestica. Este concepto nos remite al espacio físico, no
sugiere relaciones, y no tiene en cuenta por tanto los casos en que no hay
convivencia o cuando la pareja está separada o divorciada. La violencia en
la pareja no acaba en el matrimonio ya que incluye la violencia contra la
mujer en las parejas que conviven sin estar casadas, en las parejas que
aun no conviven y en las parejas que ya se han separado. Además en este
espacio domestico se dan otros tipos e malos tratos además de contra las
mujeres.
• violencia de género o machista. Este concepto incluye toda la violencia
contra las mujeres no solo la violencia contra las mujeres en el ámbito
familiar, una de las expresiones más frecuentes de la violencia de género.
En la pareja no solo se produce violencia contra las mujeres sino también
violencia contra la pareja masculina y también podemos encontrar violencia
entre las parejas del mismo sexo. Así pues, la violencia hacia la mujer en la
pareja es uno de los subtipos de violencia de género.

En la figura 1 se representan las principales manifestaciones de la violencia familiar


y los principales agentes involucrados.

5
FIGURA 1. TIPOS DE VIOLENCIA INTRA-FAMILIAR Y SU CICLO DE DESARROLLO
(modificado de Browne, K./ Herbert, M., 1997)

Violencia realizada por los adultos

Entre la PAREJA

Realizada por los adultos

Contra los HIJOS

Entre los HERMANOS


Realizada por los hijos

Contra los PADRES

Realizada por adultos e hijos


Contra los MAYORES

Violencia realizada por los hijos

Detectar cualquiera de estos tipos de malos tratos depende de la concienciación,


del conocimiento y de la comprensión social, colectiva e individual que se tenga del
problema. Estas premisas determinan lo que ha de ser reconocido como un
maltrato, clasificado como tal y por tanto susceptible de actuar sobre el. Para
entender la ocultación del maltrato podemos revisar el modelo de H. Blumer (1971)
aplicado a los problemas públicos mediante el cual especifica que “un problema
social existe principalmente en los términos en que es definido y concebido en la
sociedad”. Asimismo prevé la existencia de las 5 etapas siguientes:

1.- Emergencia del problema en una sociedad


2.- Legitimación del problema por parte de la misma
3.- Movilización hacia la acción con respecto al problema
4.- Formulación de un plan oficial de acción por parte de los estamentos
representativos
5.- Implementación de este plan

En España en el caso de la violencia entre la pareja y de los malos tratos hacia


la infancia habríamos entrado muy recientemente en la quinta etapa. Por lo que
respecto a los malos tratos a las personas mayores y de la violencia de los
hijos contra los padres nos encontraríamos situados entre la primera y segunda
etapa.

En esta misma línea la opinión pública sobre el fenómeno de la violencia domestica


queda reflejada de forma patente en los barómetros que con carácter periódico
realiza el CIS. En concreto, en el realizado en marzo de 2005, el 91% de la
población cree que la violencia esta muy o bastante extendida hacia las mujeres, el
61% hacia la infancia y el 53% hacia las personas mayores. Todos los datos
disponibles apuntan, por lo tanto a que, aunque reciente (Doménech/Iñiquez

6
2002), la violencia familiar reúne todas las condiciones establecidas (Clemente,
1997) para configurarse como un problema social emergente.

2.2.- ¿LAS FAMILIAS PUEDEN FAVORECER O EVITAR LA APARICIÓN DE


VIOLENCIA FAMILIAR?

En nuestra sociedad existe el mito que nos dibuja a la familia como un entorno
pacífico e idílico. En efecto, la familia constituye el compromiso social más firme de
confianza, protección, apoyo mutuo y amor que existe entre un grupo de personas
(Rojas Marcos, 2005). Sin embargo, sus miembros sufren con mayor frecuencia
peleas y agresiones de diferente gravedad por parte de sus familiares que las que
pueden sufrir en cualquier otro lugar y por cualquier otra persona. Es por ello que
se ha definido la familia (Gelles, 1993) como la institución social más violenta de
nuestra sociedad, exceptuando el ejército en tiempos de guerra. Por otro lado, cada
vez hay un mayor contraste entre una cultura de la violencia, mayoritaria en el
ámbito de la ideología dominante, y una emergente cultura de paz que hace énfasis
en los derechos humanos y en la resolución alternativa de los conflictos.

La literatura especializada coincide en afirmar que existen dos grandes tipos de


carencias o factores que son propiciatorios de la aparición de conductas violentas;
se trata de la carencia de recursos (económicos, habitacionales, laborales, sociales,
etc) y las dificultades emocionales (empatía, frialdad emotiva, problemas de
identidad y autoestima, etc) (Milner, 1999, Gracia, /Musitu, 1993 Pérez/de Paul,
2002).

En cualquier caso, se han identificado algunas características específicas de la


estructura familiar como grupo social que se exponen en la primera columna
del cuadro 3. Paradójicamente, todas estas características pueden ser
favorecedoras o bien de un clima enriquecedor, cálido, íntimo, de apoyo y de fuente
de seguridad (factores de seguridad) o, todo lo contrario, favorecedoras del
incremento de tensiones y de violencia entre sus miembros (factores de riesgo), tal
y como se muestra en la segunda columna del mismo cuadro.

7
Cuadro 3. CARACTERISTICAS DE PROTECCION Y DE RIESGO DE LAS FAMILIAS
(Adaptado de R. J. Gelles/ M. Strauss (1979) y M. Strauss/ G. Hotaling (1979) citados por R. J. Gelles (1997).

CARACTERISTICA DE LA PROTECCION/ RIESGO


CONVIVENCIA FAMILIAR

Los miembros suelen Se pueden realizar una variedad de intercambios positivos entre los diferentes miembros o puede aumentar las
pasar mucho tiempo tensiones entre ellos.
juntos, en función de la
fase del ciclo vital de la
familia en el que se
encuentren
El nivel de implicación Esto puede favorecer el sentimiento de cercanía, pertenencia y solidaridad. Por otro lado, los comentarios y
emocional entre los advertencias (positivas o negativas) realizados entre los miembros pueden tener mas intensidad que los
miembros es muy realizados por personas que no son de la familia.
elevado, de hecho es quizá
el entorno en el que hay
mayor implicación de éste
tipo.
Diversidad de actividades Esta diversidad puede ser fuente de riqueza. Sin embargo, en caso de desacuerdo algunos miembros pueden no
e intereses estar dispuestos a negociar por lo que puede haber colisión entre intereses percibidos como antagónicos.

Se aprenden formas de Se puede aprender a negociar intentando que todos salgan beneficiados, o bien, se pueden aprender formas
gestionar conflictos. violentas de resolver conflictos mediante la fuerza, la amenaza, la coacción, etc.
Existe el derecho a Esta influencia puede realizarse con respeto o bien de una forma autoritaria que no tenga en cuenta las
influenciar sobre modelos, diferentes necesidades y fases de desarrollo de cada miembro.
valores, actitudes y
conductas

Diferencias de edad y de Estas diferencias se pueden integrar como modelos con diferente experiencia y puntos de vista. En otras
sexo ocasiones, esto puede suponer una fuente de batallas entre generaciones y sexos

Asignación de roles Los roles y responsabilidades se asignan en base a la edad y al sexo, y no en base al interés de cada miembro
en realizarlos ni en la competencia que tengan para ello. Esto puede potenciar tanto relaciones funcionales como
disfuncionales.
Privacidad Es importante la sensación de seguridad de que el exterior no se va a entrometer. Sin embargo, este
aislamiento a los ojos, oídos y normas de la sociedad hace que pueda haber impunidad y menor control social
Pertenencia involuntaria El hecho de que las relaciones sean involuntarias y no se puedan extinguir puede ayudar a mantener la ayuda
mutua. No obstante, cuando el conflicto aparece no es fácil salir del grupo y no estar implicado
Se aprenden formas de Los diferentes cambios que ocurren en la vida de las familias pueden ser superados entre los diferentes
gestionar el estrés miembros. Otras veces se transmiten fácilmente los efectos negativos del estrés debido a enfermedades,
desempleo, etc. de un miembro a otro.
Hay un conocimiento El conocimiento de puntos fuertes o debilidades, de gustos, de miedos, etc. puede ser usado como un factor de
profundo de la biografía vulnerabilidad para atacar a los demás y provocar conflicto.
de cada miembro
2. 3. TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL DE LA VIOLENCIA FAMILIAR

Gelles (1980) identifico la aparición de un “ciclo de la violencia” como uno de los


principales factores relacionados con la ocurrencia del maltrato infantil y de la
violencia conyugal. La transmisión intergeneracional de la violencia
(Yanes/Gonzalez, 2000) ha sido estudiada de forma recurrente a partir de los años
60 tratando de buscar un historial de maltrato en los padres maltratadores (GOMEZ
Y DE PAUL, 2002) y a partir de los años 70 como explicación de la violencia de
genero. Se sabe que presenciar situaciones de violencia familiar es uno de los más
potentes factores de riesgo, en el caso de los niños, para repetir esta pauta de
conducta en pareja cuando crezcan y, en el caso de las niñas, para asumir un papel
pasivo de aceptación de dicha violencia. Así pues, crecer en contextos familiares
donde existe violencia es un predictor para la aparición de diversos problemas
emocionales, cognitivos y de conducta, tanto a corto como a largo plazo (González
2003). Las pautas educativas que transmiten los padres son fundamentales en la
modulación de los conflictos internos de los hijos.

En cualquier caso los datos no son definitivos. A los problemas metodológicos


inherentes a investigaciones retrospectivas se añade la certeza de los numerosos
casos donde la exposición a la violencia familiar no ha generado patrones de
conducta violentos. Por lo tanto, en los últimos años se han puesto en valor
interpretaciones que hacen un mayor hincapié en los factores moduladores de tipo
cognitivo (creencias), proactivos, que en las tradicionales tesis basadas en las
teorías de aprendizaje o del apego.

La toma de conciencia sobre lo que les ocurrió a las victimas durante la infancia y la
ayuda por parte de alguna persona cercana sea profesional o no, son algunos de los
elementos que pueden contribuir a romper este círculo. Una lectura o interpretación
positiva de la violencia vivida en la familia de origen puede anular o impedir la
repetición de conductas violentas familiares en la próxima generación (Egeland,
1993, González, 2003). Yanes y González (2000) concluyen manifestando la
posibilidad de que las creencias estén afectando a la construcción de la experiencia
pasada. De hecho, se ha podido comprobar que las personas acomodan sus
recuerdos hasta hacerlos compatibles con sus creencias acerca de sus relaciones de
pareja (vid. Holmes y Murray, 1995).

3. MANIFESTACIONES DE VIOLENCIA FAMILIAR

Trataremos de las principales manifestaciones de violencia familiar (violencia contra


niños y adolescentes, en la pareja, y contra personas mayores) no habiéndose
incluido a efectos comparativos, las que hemos llamado “otras” formas de violencia
familiar (la violencia de hijos contra padres y madres, la violencia entre parejas en
periodo de formación y la violencia entre hermanos) que analizaremos más
adelante. En estas seis manifestaciones de violencia familiar señaladas podemos
encontrar los siguientes tipos de malos tratos (Browne/Herbert, 1997):

VIOLENCIA ACTIVA, ABUSO o MALTRATO


• Física. Infligir o amenazar con daño o lesiones, por ejemplo: empujones,
bofetadas, golpes, estirones de pelo, mordiscos, patadas, torcer los brazos,
golpear con objetos, quemaduras, etc. Coerción forzada y limitar
movimientos físicos.
• Sexual. Contacto sexual sin consentimiento, cualquier contacto sexual
coercitivo o con fines de explotación, por ejemplo: caricias, relaciones
sexuales vaginales o anales, ataques a zonas sexuales del cuerpo. Obligar
a ver imágenes o actividades sexuales y amenazar con contactos sexuales.
• Psicológico. Infligir angustia a través del control y limitación de acceso a
amigos, escuela o trabajo; aislamiento forzado, ser testigo involuntario de
actividades e imágenes violentas; intimidación, usar el miedo o el daño
físico, las amenazas, los chantajes, amenazas de suicidio y acoso hacia los
demás; destrucción de propiedades y mascotas.
• Emocional. Realizar de forma habitual críticas, humillaciones,
denigración, insultos, silenciar, dañar la autoimagen.
• Material (económico). Explotación financiera o ilegal y control de fondos
y otros recursos necesarios para la supervivencia económica y personal.
Obligar a una persona a ser dependiente económicamente.

VIOLENCIA PASIVA o NEGLIGENCIA

• negligencia voluntaria. Rechazo o fracaso en las obligaciones de cuidar,


incluyendo acciones intencionadas de causar stress físico o emocional, por
ejemplo: abandono deliberado o no proveer de dinero, alimentos, pobre
cuidado de la salud ausencia de afecto y de protección sexual, etc.
• negligencia involuntaria. Fracaso en las obligaciones de cuidar, sin
intención de causar stress físico o emocional, por ejemplo: abandono, no
provisión de dinero, alimentos, pobre cuidado de la salud, ausencia de
afecto y de protección sexual, etc. debido a ansiedad, conocimiento
inadecuado, pereza o enfermedad.

Generalmente la violencia psicológica precede a la violencia física y el maltrato


intrafamiliar precede al abuso extrafamiliar. Es habitual la coexistencia de
diferentes formas de violencia en la misma relación, así como el riesgo de
revictimización. Este es debido a que el maltrato incrementa el riesgo de
posteriores malos tratos por las mismas personas u otras de la propia familia y por
personas externas a la familia conocidas o desconocidas. La reproducción del ciclo
de violencia familiar puede, en muchas ocasiones, favorecer la aparición sucesiva y
a veces simultánea de diferentes tipos de violencia. La violencia realizada por los
hijos está influenciada por los antecedentes de violencia, la cual se puede transmitir
de una generación a otra.

3.1. LAS TIPOLOGIAS: PRINCIPALES ASPECTOS COMUNES Y


DIFERENCIALES
En el cuadro 4 se esquematizan sobre todo características comunes y algunas
diferenciales entre la violencia contra niños y adolescentes, en la pareja, y contra
personas mayores.
CUADRO 4. PRINCIPALES TIPOLOGIAS VIOLENCIA FAMILIAR. ASPECTOS COMUNES Y DIFERENCIALES.

Infancia y adolescencia Pareja Personas mayores


DEFINICION Toda violencia, perjuicio o Todo acto u omisión, sufrido por la pareja, Todo acto u omisión, sufrido por personas
abuso físico o mental, descuido que vulnere o ponga en peligro su integridad mayores en el medio familiar, en la
o trato negligente, malos tratos física, psíquica, sexual o económica, incluido comunidad o en instituciones que vulnere o
o explotación, mientras que el el principio de autonomía y el resto de ponga en peligro la integridad física, psíquica,
niño se encuentre bajo la derechos fundamentales. sexual o económica, incluido el principio de
custodia de sus padres, de un autonomía y el resto de derechos
tutor o de cualquiera otra fundamentales, constatable objetivamente o
persona que le tenga a su percibido subjetivamente por la persona.
cargo (Articulo 19 de la ALMERIA (1995)
Convención de los Derechos del
Niño. 1990)
RECONOCIMIENTO 1980-1990 1990-2000 2000…?
DEL PROBLEMA en Hay estudios nacionales Hay estudios nacionales No hay estudios nacionales
España
PLANES Y SI SI No hay planes nacionales
PROGRAMAS
DATOS DE PREVALENCIA (número de personas que padecen situaciones de maltratos)
Ámbito familiar Alguna forma de abuso sexual El 75% de la violencia en la pareja es 6% (OMS, 2002)
infantil: una de cada cinco exclusiva contra la mujer, el 2% lo es 5% (INPEA. Red Internacional para la
El 50% de las familias niñas (20%) y uno de cada contra el hombre y en el 23% ambos son Prevención del Maltrato a los Mayores)
han sufrido algún tipo diez niños (10%) menores de victimas de la violencia reciproca 35% de los usuarios mayores de 65 años
de violencia 17 años (López, 1994) (J.Sanmartin, 2000). atendidos por servicios sociales (Generalitat de
(J.Sanmartin, 2000) En España en 7 de cada 10000 Objetivamente 9% de las mujeres Cataluña, 1995)
niños son confirmados los Pero solo lo reconocen 2,3% (Instituto de
malos tratos (Centro Reina la Mujer, 2002)
Sofía, 1998) El 40% de las mujeres con discapacidades
La negligencia, el maltrato son maltratadas.
emocional y el físico por este Se producen situaciones de violencia en
orden, son las formas mas 2/3 de las parejas
frecuentes En España cada semana entre 1 y 2
mujeres son asesinadas por sus parejas.
En 2004 en España, 13,6 mujeres
extranjeras por millón fueron muertas por
su pareja o expareja frente a 2,6 por
millón de las mujeres españolas. Cuando la
mujer acaba la relación: 75% de riesgo de
ser atacada
Ámbito residencial No hay datos No hay datos 10% (INPEA)
TIPOLOGIAS todas se producen mas cuando la persona tiene alguna discapacidad
Maltrato físico X X X
Maltrato psicológico/ X X X
emocional
Abuso sexual X X X
Negligencia X X X
Institucional/ x X X
vulneración derechos
AMBITOS
Familiar (el mas difícil X X X
de conocer e intervenir)
Residencial X X X
Centros de día, no no X
hospitales, etc
Laboral no X no
MITOS
Sus efectos nocivos son evidentes en la intervención profesional:
Simplifican, minimizan y normalizan el problema lo cual conlleva una comprensión incompleta.
Evitan el dolor que nos provoca el contacto con el tema, crean distancia con la situación difícil y evitan que intervengamos.
Culpabilizan, juzgan y paralizan a las víctimas y justifican las acciones y discriminaciones de los agresores.
Los principales son:
La familia como entorno idílico
Sólo sucede en niveles socioeconómicos bajos
La victima miente y fantasea
Las víctimas se merecen el maltrato
Las víctimas repetirán el maltrato
Los niños fabulan y mienten
Las victimas provocan al agresor
Si pasara en nuestro entorno nos daríamos cuenta
Las manifestaciones de violencia familiar son muy poco frecuente
Las causas son el alcohol y las drogas, así como los trastornos psiquiátricos
No es obligatorio denunciar la violencia familiar
“A mi me pegaron de niño y no me paso nada”, “La letra con sangre entra”
PERFILES
VICTIMAS Dependencia del abusador, pobre relación con él, aislamiento emocional y social, depresión, ansiedad, poco control sobre la
situación, etc. Tienen más riesgo de sufrir malos tratos por parte de otras personas dentro y fuera de la familia.
AUTORES Percepción distorsionada de la víctima, falta de empatía, pobre autocontrol, falta de ayuda para dejar de maltratar,
dificultades en la relación de pareja. Utilización del poder de forma arbitraria, en beneficio propio, aislamiento social.
Adicciones (mas del 30%). Historia de abuso o abandono durante la infancia (se estima alrededor del 20%). Trastornos
mentales o de personalidad (sobre el 10%). Desbordamiento, baja autoestima y depresión
ASPECTOS VICTIMAS: Varían en función VICTIMAS: Atribuciones distorsionadas del VICTIMAS: Suelen ser “chivos expiatorios”. A
ESPECIFICOS del tipo de maltrato. agresor disculpándole, interiorización mayor deterioro cognitivo o trastorno
Se trata de un colectivo responsabilidad en el maltrato, auto- psicológico más riesgo de maltrato físico. A
vulnerable por la situación de culpabilización. mayor edad mas riesgo de negligencia.
dependencia en la que se
encuentran con respecto al
mundo adulto. Por lo tanto son
frecuentes las dobles
victimizaciones: sujeto de
violencia y dificultad para
expresar y reclamar sus
derechos.
AUTORES: Varían en función AUTORES: Agresividad, celos patológicos, AUTORES: cohabitar con anciano y dependencia
del tipo de maltrato. ”analfabetismo emocional”: dificultades de económica de el
expresar sus sentimientos de forma OBSERVADORES PASIVOS: Algunos vecinos,
En maltrato adolescente: Ver el adecuada amigos, banqueros, notarios, comerciantes,
trabajo de A. Oliva (2002) guardadores, tutores
3.2. LAS RESPUESTAS: PRINCIPALES ASPECTOS COMUNES Y DIFERENCIALES

En el cuadro 5 hacemos énfasis principalmente en los aspectos comunes a la intervención en los diferentes tipos de malos tratos, que
habitualmente se tienen poco en cuenta. Ello no implica desconsiderar aspectos específicos de la intervención en cada tipo de maltrato.

CUADRO 5. PROCESO DE INTERVENCION EN VIOLENCIA FAMILIAR. ASPECTOS COMUNES Y DIFERENCIALES

Infancia y adolescencia Pareja Personas mayores


DETECCION
DIFICULTADES
Ausencia de definiciones universales y consensuadas.
Silencio de las victimas (creen que se lo merecen, creen que es una situación normal, tienen miedo y vergüenza a las consecuencias,
desconocen o no tienen recursos, vulnerabilidad física o psicológica) y de los profesionales (No reconocen el fenómeno, no saben a
quien dirigirse o no lo hacen por sobrecarga laboral o miedo a las consecuencias legales).
Invisibilidad. Los malos tratos no existen, y son invisibles... si el observador no tiene ese concepto incorporado. Sólo existen si se piensa la
hipótesis de maltrato, si se la nombra y se la consensúa entre los profesionales que atienden la situación.
Muchos indicadores de que se dispone no son exclusivos ni específicos de malos tratos. No existe relación causa - efecto
INSTRUMENTOS DE DETECCION
Existen protocolos y circuitos de coordinación interinstitucional, pero en todos los casos es necesario generalizar su uso, evaluar la
efectividad e impulsar registros nacionales (Por ejemplo; el Registro Unificado de casos de maltrato infantil a partir de las hojas de
detección y notificación de casos de maltrato infantil).
Existen técnicas (factores de riesgo e indicadores que se asocian a malos tratos, entrevistas, cuestionarios, tests) que ayudan en la
detección y que requieren sensibilización y, para documentarla, formación especifica.
DIFICULTADES • Tabúes y estereotipos • Actitudes sexistas, tabúes y • Actitudes gerontofobicas, tabúes
ESPECIFICAS sobre la infancia. Mala estereotipos sobre las y estereotipos sobre los ancianos
aplicación del victimas mujeres y
concepto “patria hombres.
potestad”
EVALUACION •
ASPECTOS CLAVE A EVALUAR
Estado físico, estado psíquico, estado cognitivo, entorno, familia, el apoyo externo familiar, el apoyo formal e informal y calidad de vida.
Todos los actores que intervienen en el maltrato, tanto a la victima como al maltratador.
Gravedad y severidad del maltrato, capacidades de la victima, accesibilidad,
Recursos disponibles, objetivos y finalidad de la intervención.
INTERVENCION
Definir las características del problema de forma integral e integrada en el medio
Planificar y consensuar la intervención
Seguimiento de los casos y sus cambios.
RECURSOS DE ATENCION •
ESPECIFICOS SI SI TODAVIA NO HAY EN ESPAÑA
PREVENCION
primaria
Reducir la violencia social derivada de la pobreza y desigualdades, mejorando políticas sociales, familiares, educativas y de salud
Reducir el aislamiento social de las familias incorporándolas a redes comunitarias. Apoyo social por ejemplo a familias y a cuidadores de
personas mayores.
Eliminar normas que legitiman la violencia en la sociedad y en la familia (por ejemplo, sexismo de la sociedad)
Romper el círculo de la violencia, por ejemplo, enseñando alternativas a la violencia en la educación de los hijos.
Formación continuada y fomento asociacionismo en poblaciones afectadas, familias, profesionales ONG y voluntarios.
Concienciar de que existe: campañas sensibilización, implicación victimas reales y potenciales como sujetos activos.
Crear cauces de mediación y resolución de conflictos en la escuela.
Eliminar la “vinculación” entre violencia y masculinidad.
secundaria
Predicción e identificación temprana de factores asociados
Formación de profesionales en métodos de detección
Diversificar los recursos y darlos a conocer
Estrategias de mejora de situaciones familiares
terciaria
Reducir riesgo de repetición de la violencia
Promover la “dependencia segura” en el caso de las personas mayores respecto a sus cuidadores.
Impulsar la creación de los grupos de ayuda mutua
Prestar una atención especial y diferenciada tanto a victimas como a agresores, erradicando situaciones de exclusión y mejorando las
competencias sociales y afectivas.
4. OTRAS FORMAS DE VIOLENCIA FAMILIAR

Más allá de la violencia contra niños y adolescentes, en la pareja y a las personas


mayores, existen otras formas de violencia familiar emergentes, como son la
violencia de los niños y adolescentes contra los adultos, la violencia entre parejas
jóvenes y la violencia entre hermanos. Todas estas violencias, con orígenes
similares, se recogen aquí sobre todo para darles visibilidad a pesar de que hay
pocos estudios sobre ellas.

LA VIOLENCIA DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES CONTRA LOS ADULTOS

En los últimos años se esta produciendo en las sociedades occidentales un rápido


aumento de agresiones (tanto físicas como psicológicas) de hijos a sus padres. Este
hecho esta relacionado con cambios laborales, educativos, tecnológicos, de valores,
etc. de nuestras sociedades. Algunos datos son:
- En España en el año 2005 se realizaron 8000 denuncias de padres que habían
recibido agresiones de sus hijos (casi 3 veces más que el año anterior)
- Incremento de los delitos de violencia sobre familiares que llegan a las
fiscalias de menores (ver cuadro 6).
- Las madres son las víctimas principales de estas agresiones. Puede influir en ello,
la cultura machista, la percepción de que son más débiles físicamente y el hecho de
que pasen más tiempo con los hijos que los padres.
- En general, la mayor parte de estas agresiones son realizadas por chicos
varones de clase media y alta (hay una chica cada diez casos), entre 12 y 18
años (especialmente entre 15 y 17 años) (Moreno, 2005). En general, los padres
aguantan mucho tiempo la violencia de los hijos. Al principio la soportan pensando
que es algo “normal” (la edad, la afirmación de la personalidad, etc.). Cuando
aumentan en intensidad las agresiones las aguantan por el miedo a exponer su
“fracaso” como padres y por pensar que es un tema únicamente familiar que no
tiene solución. No se han encontrado factores genéticos en este tipo de agresiones
(Chartier, 2000).

Una parte de las agresiones realizadas por menores contra sus padres o familiares
engrosan las cifras de la justicia juvenil. Resumiremos una investigación pionera y
reciente (Romero y otros, 2005) sobre los 116 expedientes relativos a agresiones
de hijos a padres y calificados por los fiscales de menores de Cataluña como
hechos de violencia domestica desde enero de 2001 hasta diciembre del 2003

CUADRO 6. DENUNCIAS EN LAS FISCALIAS PROVINCIALES (ROMERO, F y otros,


2005)

violencia física sobre familiares violencia psíquica sobre


familiares o maltrato familiar
2001 23 3
2002 43 6
2003 63 4
2004 83 95

Este tipo de delitos supone el 3% del total de los registrados en el ámbito juvenil.

Sus principales características son:


- El 79,3% son chicos, con una tendencia al alza en el caso de las chicas.

- La mayoría nacieron en el Estado español (91,4%).

- Tienen dificultades para interiorizar normas y asumir responsabilidades.


- De los menores escolarizados, en un 67,2% el rendimiento escolar ha sido regular
o malo.
- El 32,8% refieren problemas conductuales, emocionales o cognitivos que tienen
un inicio precoz.
- Hay una importante presencia de conductas violentas en el ámbito social. El
35,3% manifiestan conductas violentas en la escuela.
- En el 44% de las familias la convivencia tiene lugar en el núcleo familiar originario
y el 56% vive en diferentes organizaciones familiares fuera del núcleo originario
(familias monoparentales, familias reconstituidas, convivencia con familia extensa o
en un centro de la Administración).
- El 76,7% de las familias ha vivido experiencias que ha modificado las
características del núcleo familiar (separación de los progenitores, formación de
nuevas parejas, muerte o distanciamiento de uno de los progenitores, problemas
de relación con los hijos). El 62,1% de las familias también ha presentado
dificultades por déficit de las figuras parentales, por el estilo de relaciones
establecido o por la presencia de factores distorsionantes (problemas de salud física
o mental, adicciones, no aceptación de la nueva pareja del progenitor).

Características del conflicto y de la denuncia

- La victima mas frecuente es la madre la cual recibe el 87,7% de las agresiones:


sola (42,2%), con otros hijos (16,4%), con el marido (15,5%), con marido e hijos
(6%), con abuelos (4,3%), etc.
- La persona que acostumbra a denunciar con más frecuencia es la madre (64,7%).
- En el 78,4% de los casos hay contacto físico en la agresión, como puñetazos,
patadas, empujones, intentos de ahogar. En el 21,6% de los casos han sido
insultos y vejaciones.

Dos grupos de jóvenes agresores familiares

En el primer grupo el único delito que consta en su expediente a justicia de


menores es de violencia doméstica (46,6%), encontramos que:
- Las familias de estos jóvenes son las que presentan un patrón más normalizado o
adaptado socialmente (no ha habido cambios en el núcleo de convivencia y el estilo
educativo del progenitor consta como adecuado).
- La situación de conflicto tiene una duración anterior a la denuncia de al menos de
seis meses.

El segundo grupo lo forman jóvenes con “carrera delictiva” (53,4%), con


expedientes abiertos a justicia de menores con motivo de otros tipos penales, antes
o después del de violencia doméstica. Las características más asociadas son las
siguientes:
- Tienen expedientes tanto anteriores como posteriores en delitos contra las
personas y contra la propiedad.
- Consumen sustancias legales (alcohol) e ilegales (cocaína y otras)
- Se dan conductas violentas en la escuela y hacia los iguales.
- Trayectoria escolar con absentismo y cambios de centro.
VIOLENCIA ENTRE PAREJAS JOVENES

Se disponen de escasos datos sobre la violencia entre parejas jóvenes y cuando


éstos aparecen, lo hacen de forma muy genérica. Por ejemplo, las propias
estadísticas del Instituto de la Mujer informan de la existencia de muertes
producidas entre novios o exnovios. Todos los estudios revisados concluyen en la
necesidad de realizar esfuerzos basados en la prevención primaria,
fundamentalmente en la adolescencia. El cambio de actitudes, valores y
estereotipos durante esta etapa y especialmente durante las primeras relaciones
afectivas entre parejas de novios pueden repercutir durante las posteriores
relaciones entre cónyuges (el tipo de relación familiar en el que aparece la mayor
prevalencia y que más muertes ocasiona).

Los datos de Rodríguez Franco/ Rodríguez Díaz (2004) indican:


• la existencia de conductas de maltrato en cualquiera de sus modalidades
(físico, emocional, sexual, social, etc) entre parejas de novios
universitarios, cuya prevalencia se incrementa cuando las encuestas se
realizan en el ámbito de Institutos de Educación Secundaria (con cifras que
oscilan entre el 3 y el 6%).
• cuando se le pregunta a los estudiantes que mantienen o han mantenido
relaciones de pareja acerca del grado en que tales conductas (esto es, las
que pueden ser constitutivas de violencia de género), son toleradas e
incluso aceptadas los porcentajes llegan a valores muy elevados. De hecho,
más del 60% de los encuestados dicen conocer parejas de novios
adolescentes que en la actualidad o en los últimos seis meses están
o han estado siendo víctimas de violencia de género.
• las peculiares y específicas formas de relación afectiva que se mantienen
durante el noviazgo de adolescentes (debidos al nivel de maduración, la
inexperiencia y los estereotipos de relación, entre muchos otros),
favorecen la mayor prevalencia de ciertos tipos de conductas de
violencia de género sobre otros más propios de la edad adulta. La
denominación de las mujeres con nombres de genitales, la claridad de las
insinuaciones o tocamientos de naturaleza sexual, las "persecuciones" a las
que se ven sometidas cuando se desea romper la relación, etc. son un
ejemplo de ello.

La relación entre violencia en parejas jóvenes con episodios de violencia en


sus familias de origen ha sido recientemente estudiada por González y Santana
(2001) en una muestra de 1146 estudiantes entre 16 y 18 años. El 12% de los
jóvenes ha presenciado, al menos una vez, como sus padres agreden físicamente a
sus madres (empujar o pegar). Sin embargo, solo el 6% ha observado la misma
conducta en sus madres. En sus relaciones de pareja, el 7,5% de los chicos y el
7,1% de las chicas señala haber empujado o pegado a su pareja, al menos una vez
(obsérvese el porcentaje tan similar entre sexos). Los autores indican que los
jóvenes que muestran más agresividad son aquellos que han observado más
violencia en sus madres y han recibido más castigo físico de sus padres.

Se ha evaluado la violencia psicológica (agresión verbal, comportamientos


dominantes o coercitivos y tácticas celosas) en las relaciones de noviazgo en la
juventud (González/ Muñoz, 2004). Analizaron la asociación entre el género y las
actitudes que justifican este tipo de violencia, determinando si las variables
consideradas pueden ser estimadas como importantes correlatos en la implicación
de las conductas violentas en edades tempranas. Trabajaron con una muestra de
221 estudiantes, pertenecientes a diferentes Universidades de la Comunidad de
Madrid de diferentes carreras, y con edades comprendidas entre los 18 y 27 años.
Sus resultados indican que:
• durante el noviazgo se presentan episodios violentos, donde la modalidad
más frecuente es la psicológica (agresión verbal, comportamientos celosos
y tácticas de dominancia). Al comparar los índices de violencia de ambos
géneros no se encontraron grandes diferencias significativas.
• las relaciones existentes entre cada una de las actitudes que justifican las
agresiones psicológicas (agresiones verbales, tácticas de dominancia y
comportamientos celosos) y los comportamientos propiamente dichos, se
observan que la mayoría de las correlaciones entre las variables objeto de
estudio son significativas, moderadas y positivas.
• la violencia psicológica forma parte de las relaciones afectivas de
los adolescentes y jóvenes. Donde las actitudes que justifican el uso de
la agresión como forma de resolver los problemas de pareja se considera
uno de los aspectos centrales en los programas de prevención,
posibilitando la actuación antes de que los estudiantes tengan parejas, y
diseñando estrategias que faciliten el cambio de actitudes y el desarrollo de
habilidades específicas para detectar y enfrentarse con este tipo de
relaciones.

Respecto a las relaciones sexuales no deseadas, un estudio (Ramos/ Fuertes


2005) entre una muestra 485 jóvenes con una media de edad de 20 años, el
40.9% de las chicas afirma haber mantenido algún tipo de estas relaciones. Las
chicas que afirman haber mantenido relaciones sexuales no cóitales no deseadas
porque un amigo utilizó la presión verbal o le incitó al consumo de alcohol u otra
drogas aceptan en mayor medida que está justificado que el varón emplee estas
estrategias si la mujer le ha "provocado" previamente. Por su parte, las mujeres
que informan haber mantenido contactos sexuales no cóitales porque su pareja
utilizó la fuerza física consideran en mayor grado que las mujeres pierden el
derecho a decir "no" una vez cruzados determinados límites respecto al resto de
chicas.

En una excelente revisión González, R. (2003) encuentra los siguientes factores de


riesgo en este tipo de conducta:
- Presencia de conductas previas humillantes, de control y/o aislamiento.
- Deseo de control sobre la pareja
- Presencia de violencia en la familia de origen
- Actitudes tradicionales respecto a roles de genero

VIOLENCIA ENTRE HERMANOS

Hay escasa conciencia sobre este tipo de violencia entre la población. De hecho la
investigación es escasa aunque la que existe apunta una realidad preocupante. Hay
muchos paralelismos entre la violencia entre hermanos y el fenómeno cada vez
mas popularizado entre la opinión publica del “bullying” (violencia física,
psicológica y/o sexual entre iguales sobre todo en la escuela y su entorno) y
muchas recomendaciones de intervención y prevención son igualmente similares.
De hecho, los niños y adolescentes que suelen ser agresivos en la escuela también
suelen serlo dentro de la familia. Después de la no obediencia la agresión es la
segunda queja de los adultos que tienen que cuidar a niños con dificultades.
Muchos adultos consideran como “normal” la agresión física y verbal entre
hermanos, como un buen entrenamiento para gestionar sus relaciones en el mundo
exterior. Incluso piensan que mejor eso que no inhibir las conductas agresivas. Sin
embargo los estudios científicos señalan que no hay evidencia de que
comportándose agresivamente se reduzca la agresividad en general.
Los datos internacionales de los que disponemos nos permiten entrever una
realidad incuestionable desde los últimos veinte años:
- En un estudio en USA con una muestra representativa de niños entre 3 y 17 años
(Straus, y cols, 1988) el 82% estaba involucrado durante el último año en un acto
agresivo hacia un hermano (lanzar objetos, golpear con un objeto, patadas,
mordiscos, etc.).
- Un estudio realizado en Gran Bretaña (Browne/Herbert, 1997) entre estudiantes
de secundaria señala que un 2% de los estudiantes habían sido abusados
sexualmente por hermanos cinco años mayor al menos en una ocasión. El abuso
sexual entre hermanos a menudo esta asociado con el maltrato físico.

Factores que pueden favorecer la aparición de violencia entre hermanos


- Ambiente de violencia familiar
- Familias en las que hay malos tratos hacia los hijos por parte de los padres
- Ausencia de ambiente calido y afecto positivo
- Ausencia de reglas claras sobre la disciplina
- En todas las edades las chicas son menos violentas que los chicos, pero las
diferencias son pequeñas.
- A medida que aumenta la edad disminuyen los porcentajes de niños y niñas
agredidos por los hermanos, pues se pueden defender mejor y pasan menos tiempo
juntos.
- El temperamento impulsivo es mas frecuente en agresores y la falta de
asertividad es mas frecuente en victimas.
- Son más vulnerables para ser victimas los niños con problemas de aprendizaje,
disfunciones orgánicas o algún problema físico o psicológico.
- Los hermanos que agreden a hermanos son menos empáticos hacia sus victimas
potenciales, no tienen menos habilidades sociales sino que tienen valores y
objetivos diferentes, además tienden a valorar las situaciones sociales como más
hostiles atribuyendo hostilidad a otros.

En resumen, la violencia constituye en la actualidad un problema social de primer


orden. Frente a las formas más graves y/o asentadas como fenómenos a combatir,
están apareciendo “nuevas” manifestaciones; episodios de violencia graves a
edades cada vez más tempranas, acoso escolar, violencia de hijos a padres, etc.
Esta situación esta motivando planes y estrategias de sensibilización, prevención e
intervención por parte de las administraciones públicas, organizaciones sociales y
colectivos profesionales. Muchos de estos fenómenos se producen en el entorno
familiar o es factible que su factor precipitador se encuentre en este ámbito. Frente
a la dinámica de intervención y explicación victima- agresor, este artículo se suma
a la corriente que aboga por la necesidad de un enfoque global sobre el origen y el
mantenimiento de la violencia que se produce en el seno de las familias (Giddens,
2000, Trujano et al, 2006). Se trataría de fortalecer las capacidades, las relaciones
afectivas y el equilibrio intrafamiliar, como vía para prevenir las conductas violentas
en el futuro, en cualquiera de sus expresiones.

Esta pespectiva puede ser especialmente util a la hora de diseñar orientaciones


preventivas generales (Moreno, 2005):

- La coherencia. Los padres deben tener y mantener el mismo criterio, que tiene
que ser firme, tiene que tener continuidad y permanencia para no crear confusiones
en el niño. Corregir desde el principio las conductas agresivas del hijo, no reírlas
cómo si fueran una “gracia” del niño.
- La educación para la empatía y transmitir al hijo un afecto y unos valores basados
en la comunicación y el respeto mutuos.
- La educación para la responsabilidad inculcando el binomio esfuerzo-
responsabilidad hacia la colectividad. Los padres han de aprender a decir no al hijo,
sin crispación, sin violencia, sin temor a que esta negativa provoque en el niño
reacciones negativas en el presente o en el futuro. La permisividad no es
educativa; inculcar pautas y pequeños hábitos de comportamiento hechos como
rutina pone los fundamentos de una vida futura en que el niño sea capaz de asumir
sus decisiones.
- Compartir tiempo de ocio y comunicación. No delegar la tarea educativa al mundo
del ocio comercializado, sino convertir este ocio en un diálogo activo y creativo
sobre los contenidos de los medios audiovisuales.
- La escuela ha de utilizar procedimientos inclusivos. La exclusión sistemática del
niño que molesta puede ser un procedimiento generador de violencia: del aula al
pasillo, del pasillo al patio y del patio a la calle.
- La intervención en los jóvenes por un delito por violencia doméstica tiene que ser
diferente a la que se hace por otras conductas delictivas, prioritariamente desde el
ámbito de la salud mental familiar o individual, de la mediación comunitaria y del
ámbito social (Romero y otros, 2005).

BIBLIOGRAFIA

ALBERDI, C. (2005) “Como reconocer y como erradicar la violencia contra las


mujeres” en Violencia: Tolerancia cero. Obra Social “La Caixa” Barcelona.
ALMERIA (1995) Primera Conferencia Nacional de Consenso sobre el anciano
maltratado,
BLUMER, H. (1971), “Social problems as collective behaviour”, Social problems,
Volumen 18, Numero 3, 1971, pp. 298-306.
BROWNE, K.; HERBERT, M. (1997) Preventing family violence. Chichester: John
Wiley & Sons Ltd.
CONSEJO DE EUROPA (1986) Violencia en la familia. Recomendación núm. R(85)4
adoptada por el Comité de Ministros el 26 de marzo de 1985. Estrasburgo
CHARTIER, J. P. [et alii] (2000) Los padres mártires. Madrid: Ed. Javier de Vergara.
CLEMENTE, M. (1997) psicología Social Aplicada. Ed Pirámide. Madrid.
DOMENECH, M./IÑIQUEZ, L. (2002) “La construcción social de la violencia” Atenea
digital 2.
EGELAND, B (1993) A history of abuse is a major risk factor for abusing the next
generation. En R. Gelles y D. Loseke (Edts), Current controversies on family
violence. Londres: Sage
GELLES, R.J. (1980) “Violence in the family: a review of research in the seventies.
Journal of marriage and the family, 42, 873-885.
GELLES, R.J. (1993) "Family violence", en HAMPTON, R.L; GULLOTA, T.P. (eds)
Family violence. Prevention and treatment. Londres: Sage Publications.
GELLES, R. J. (1997) Intimate Violence in Families. Thousand Oaks, CA: Sage
Publications.
GIDDENS, A (2000) “La transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y
erotismo en las sociedades modernas”. Madrid. Catedra.
GOMEZ, E./DE PAUL, J. (2002) “Transmisión intergeneracional del maltrato físico
infantil: un estudio sobre el rol del apego adulto”.En Bienestar y protección infantil.
Volumen I, Nº 3, Paginas 97 – 118.
GONZALEZ, R. (2003) “Jóvenes y violencia. De lo complejo a lo operativo”.
Encuentros violencia social y juventud. Gobierno de Canarias. Mimeografiado.
GONZALEZ, M. P./ MUÑOZ, M.J. (2004) Violencia psicológica en las relaciones
íntimas de jóvenes y adolescentes www.aepc.es/resumenes.php?q=ver&id=23
GONZALEZ, R/SANTANA, J. (2001) “Violencia en parejas jóvenes”. Psicothema Vol
13, nº 1. pags 127-131
GRACIA, E./MUSITU, G. (1993) “El maltrato infantil. Un analisis ecologico de los
factores de riesgo. Ed Ministerio de Asuntos Sociales. Madrid.
HORNO, P. (2005) “Amor, poder y violencia” Save the Children España. Se puede
descargar en www.savethechildren.es/interior.asp?IdItem=1166
INSTITUTO DE LA MUJER (2002). La violencia contra las mujeres. Madrid
LOPEZ, F. (1994) “Abusos sexuales a menores. Lo que recuerdan de mayores”.
Madrid. Ministerio de Asuntos Sociales.
MARTINEZ ROIG, A./ PAUL, J. (1993): Maltrato y abandono en la infancia. Ed.
Martínez Roca, Barcelona.
MILNER, J. (1999) “Factores de riesgo”. En Violencia contra niños. José Sanmartin
(Editor) Ed Ariel. Barcelona pags 39 - 58
MONTANGU, A. (1978): La naturaleza de la agresividad humana. Alianza
Universidad. Madrid
MORENO, F. X. (2005): Una violència emergent: els menors que agredeixen els
seus pares. Full Informatiu Julio. COPC
NAOURI, A. (2003) Padres permisivos, hijos tiranos. Barcelona: Ediciones B.
OLIVA, A. (2002) Maltrato adolescente. Revista Bienestar y Protección Infantil. Vol
1. Número 1. Paginas 71-89
PEREZ DE ALBENIZ, A./DE PAUL OCHOTORENA, J. (2002) “Empatia y maltrato
físico infantil”. En Intervención Psicosocial Vol 11, Nº 1 Pags 57-69
RODRIGUEZ, N. (2004) ?Quién manda aquí!: Educar a los hijos con una disciplina
coherente y efectiva. Barcelona: Ed. Juventud.
RAMOS, M./ FUERTES, A. (2005) Vulnerabilidad frente a la victimización sexual:
factores psicosociales y contextuales asociados. Universidad de Salamanca,
publicado en Revista de Sexología Integral Vol. 2 N? Enero-marzo
ROJAS MARCOS, L. (2005) “Semillas y antídotos de la violencia en la intimidad”. En
Violencia: Tolerancia cero. Ed La Caixa.
RODRIGUEZ, L./ RODRIGUEZ, F.J. (2004) Maltrato psicológico entre novios:
epidemiología y actitudes www.aepc.es/resumenes.php?q=ver&id=16
ROMERO, F/ MELERO, A./CANOVAS,C./ANTOLIN,M (2005) La violencia de los
jóvenes en la familia: una aproximación a los menores denunciados por sus padres.
CEJFE. Generalitat de Catalunya.
www.gencat.net/dji/cejfe/cataleg_investigacions/SC.1.064.05%20CAS.pdf
SANMARTIN,J. (2000): La violencia y sus claves. Ed. Ariel. Barcelona. 4a edición.
Pags. 13-21
STRAUS,M.A./ GELLES, R.J./ STEINMETZ (1988) Behind closed doors :violence in
the American Family (editors). Newbury Park, CA: Sage Publications.
TRUJANO, P./ NAVA, C./TEJEDA, E./ GUTIERREZ, S. (2006) Estudio confirmatorio
acerca de la frecuencia y percepción de la violencia. Intervención Psicosocial Vol 15,
Pags 95 – 110.
YANES, J.M./GONZALEZ, R. (2000) Correlatos cognitivos asociados a la experiencia
de violencia interparental. Psicothema Vol 12, nº 1. Pags 41 - 48

WEBS RECOMENDADAS
Violencia en general
Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia
www.gva.es/violencia
Sociedad Española de Psicología de la Violencia
www.sepv.org
Instituto Español de Agresión y Familia
www.agresionyfamilia.com/
International Society for Research on Agression-ISRA
www.israsociety.com/
Minnesota Center Against Violence and Abuse
www.mincava.umn.edu

Violencia contra la infancia y adolescencia


Observatorio de la Infancia (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales)
www.mtas.es/inicioas/observatoriodeinfancia/index.html
ISPCAN (International Society for Prevention of Child Abuse and Neglect)
www.ispcan.org
FAPMI (Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil)
www.fapmi.es/
Save the Children
www.savethechildren.es

Violencia en la pareja
Organización Mundial De La Salud (OMS) Prevención Violencia contra la mujer
www.who.int/violence_injury_prevention/en/
www.malostratos.com
Womens against Violence Europe www.wave-network.org
www.nodo50.org/mujeresred
Hombres por la igualdad www.hombresigualdad.com/ www.ahige.org/
www.fundacionmujeres.es/mercurio/

Violencia contra las personas mayores


IMSERSO / PORTAL MAYORES www.imsersomayores.csic.es/salud/maltrato/
Acción Contra Los Malos Tratos A Las Personas Mayores www.elderabuse.org.uk
Red Internacional Para La Prevención Del Maltrato A Los Mayores (INPEA)
www.inpea.net
National Center On Elder Abuse (NCEA) www.elderabusecenter.org
Organización Mundial De La Salud (OMS) www.who.int/hpr/ageing
www.preventelderabuse.org

View publication stats

También podría gustarte