Instituto Didaxis de Estudios Superiores Lectura 11 Lamas

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DOCTORADO EN EDUCACIÓN

LECTURAS DEL SEMINARIO EDUCACIÓN Y


SOCIEDAD

LECTURA: LAMAS ROBLES, R. Y OJEDA


DELGADO, A. EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA.

DRA. MARIA GUADALUPE CANDELAS


CADILLO

ALUMNA: JENNIFER MIROSHLAVA MUÑOZ


RIVAS
Educación y Tecnología: Una Relación Milenaria y sus Implicaciones Sociales

La relación entre educación y tecnología ha sido una constante a lo largo de la


historia de la humanidad. Desde tiempos primitivos, los seres humanos han
desarrollado y perfeccionado procedimientos e instrumentos para satisfacer sus
necesidades, marcando así los primeros pasos de la tecnología. Este conocimiento
tecnológico se ha transmitido a lo largo de generaciones, conformando un ciclo en
el que la educación y la tecnología se entrelazan de manera inextricable.

La aparición de la educación tecnológica formalizó este vínculo, reconociendo y


operando las relaciones de interdependencia entre la tecnología y la educación. Sin
embargo, este matrimonio no estuvo exento de desafíos. La resistencia al cambio,
impulsada por la implementación de nuevas tecnologías, generó marginación en
algunos grupos sociales, mientras que otros encontraron en la adopción de estas
tecnologías oportunidades para avanzar y crecer, incluso expandiendo sus
territorios y recursos económicos.

La resistencia a la tecnología no solo provocó divisiones sociales sino que también


alimentó un fenómeno más amplio: la globalización. Este proceso permitió un
crecimiento económico y mejoras sociales para algunos, pero no estuvo exento de
controversias y desigualdades. La adaptación y apropiación de las nuevas
tecnologías se convirtieron en un factor determinante para marcar la línea entre
grupos dominados y dominadores.

La globalización, impulsada por avances tecnológicos, transformó la naturaleza de


las interacciones humanas y económicas a escala mundial. La brecha entre aquellos
que abrazaron las nuevas tecnologías y aquellos que se resistieron se tradujo en
divisiones económicas y sociales a nivel global. La tecnología se convirtió en una
herramienta que podía impulsar el desarrollo y, al mismo tiempo, profundizar las
desigualdades existentes.

Este fenómeno plantea preguntas críticas sobre la equidad y la justicia en la relación


entre educación y tecnología. ¿Cómo pueden estas herramientas tecnológicas ser
accesibles para todos, garantizando que no se conviertan en fuentes de
desigualdad? ¿Cómo podemos aprovechar la tecnología para cerrar brechas
educativas en lugar de ampliarlas?

La respuesta a estos interrogantes radica en la conciencia y la acción colectiva. La


educación y la tecnología, cuando se abordan de manera inclusiva y equitativa,
tienen el potencial de ser fuerzas transformadoras para el bien común. Al enfocarse
en la accesibilidad, la educación tecnológica puede convertirse en un catalizador
para la movilidad social y el empoderamiento de comunidades marginadas.

En resumen, la interdependencia entre educación y tecnología es una realidad que


ha evolucionado a lo largo del tiempo, dando forma a sociedades y marcando el
curso de la historia. En la era actual, enfrentamos el desafío de dirigir esta
interrelación hacia una dirección que promueva la igualdad, la inclusión y el
progreso para toda la humanidad. La educación y la tecnología, cuando se unen de
manera consciente y ética, pueden ser motores poderosos de cambio positivo en
nuestra sociedad globalizada.

Educación y Tecnología: Desafíos y Estrategias para el Siglo XXI

En el siglo XXI, la interdependencia entre educación y tecnología ha alcanzado su


punto culminante, planteando desafíos significativos pero también oportunidades
sin precedentes. La educación se encuentra en la encrucijada de formar individuos
no solo en cantidad, sino también en calidad y pertinencia para operar, mejorar e
innovar las tecnologías que caracterizan esta era digital. Ante este escenario, la
responsabilidad de la educación es monumental, exigiendo una transformación
profunda en sus enfoques y estrategias.

El desafío primordial radica en garantizar la cantidad, calidad, pertinencia y equidad


de los programas de formación. Esto implica la necesidad de criterios,
procedimientos e instrumentos de evaluación objetiva que sustenten las estrategias
de innovación, fortalecimiento y consolidación. Estos estándares deben estar en
constante evolución para adaptarse a las cambiantes demandas de la sociedad y la
tecnología.
Para cumplir con esta misión, es esencial considerar seis estrategias
fundamentales:

Educación como Proceso Permanente: La educación debe concebirse como un


proceso continúo a lo largo de la vida. La rápida evolución tecnológica requiere que
los individuos estén preparados para aprender de manera constante, adaptándose
a nuevos conocimientos y habilidades a lo largo de su trayectoria.

Modelos Educativos Internacionales de Calidad: Se deben establecer y operar


modelos educativos que cumplan con estándares internacionales de calidad y
pertinencia. Estos modelos deben centrarse en el aprendizaje, desarrollando
capacidades como responsabilidad, análisis, discriminación, discernimiento y toma
de decisiones.

Formación Docente Continua: Los programas de formación profesional para


docentes deben ser acreditados y fomentar una formación continua y permanente.
Esto facilitará la movilidad estudiantil a nivel nacional e internacional, promoviendo
la excelencia educativa.

Promoción de la Evaluación: La evaluación debe ser una parte fundamental del


proceso educativo. Reconocer los objetivos y evaluar su alcance es esencial para
medir la eficacia de los programas y ajustar estrategias según sea necesario.

Inglés desde la Educación Inicial: La globalización exige habilidades de


comunicación en inglés. Introducir el aprendizaje del inglés desde la educación
inicial permitirá a los estudiantes informarse, expresarse y formarse críticamente en
un contexto globalizado.

Incorporación Temprana de Tecnologías: La informática, la computación y la


navegación por internet deben integrarse desde los niveles de educación básica.
Dotar a los estudiantes con habilidades tecnológicas desde temprana edad les
proporcionará ventajas significativas en un mundo cada vez más globalizado y
digitalizado.

Estas estrategias no solo responden a las demandas actuales, sino que también se
alinean con la aspiración de "educar para construir un sueño" dentro del marco de
"La educación como práctica de la libertad". Enfrentar los desafíos de la educación
en la era tecnológica implica no solo adaptarse, sino liderar el cambio hacia un futuro
donde la educación sea un catalizador para el desarrollo sostenible y la realización
personal en un mundo interconectado.

En la era actual, la tecnología se ha erigido como el motor impulsor del progreso en


todas las esferas de la vida. Desde las labores cotidianas en nuestros hogares hasta
las operaciones complejas en el sector productivo, la tecnología ha simplificado y
optimizado nuestras actividades diarias. En este escenario, la educación emerge
como un actor protagónico, desempeñando un papel crucial en la formación de
individuos capaces de aprovechar plenamente los beneficios de la tecnología.

La interdependencia entre educación y tecnología se manifiesta en una relación


simbiótica. La educación se convierte en el vehículo a través del cual las nuevas
generaciones adquieren las habilidades necesarias para utilizar, comprender y
avanzar en la tecnología. A su vez, la tecnología se convierte en la herramienta que
enriquece y transforma los métodos de enseñanza, permitiendo una educación más
dinámica, accesible y adaptada a las necesidades del siglo XXI.

Es innegable que esta simbiosis entre educación y tecnología tiene el potencial de


reducir las brechas sociales y disminuir la marginación de ciertos grupos. Sin
embargo, persisten desafíos significativos, como el acceso limitado o nulo a la
tecnología en algunas comunidades. Es fundamental abordar estas disparidades y
trabajar hacia la creación de un entorno educativo más inclusivo y equitativo.

A pesar de estos desafíos, la esperanza perdura. Con cada avance tecnológico y


reforma educativa, se vislumbra la posibilidad de que más grupos sociales accedan
a las tecnologías, participando activamente en el proceso de desarrollo y
contribuyendo a la construcción de un futuro más justo y próspero.

En este contexto, la educación se convierte en el catalizador del cambio social,


empoderando a las generaciones futuras con las habilidades necesarias para
navegar por un mundo cada vez más digital. Es imperativo continuar promoviendo
la equidad en el acceso a la tecnología, garantizando que todos tengan la
oportunidad de beneficiarse de las oportunidades que esta ofrece.

La educación y la tecnología, juntas, son fuerzas poderosas que pueden moldear


un futuro más brillante y equitativo. Es responsabilidad de la sociedad y los líderes
educativos trabajar en colaboración para asegurar que esta interdependencia siga
siendo una fuente de progreso y empoderamiento para todos. El futuro nos desafía
a construir puentes digitales que conecten a cada individuo, sin importar su origen
o situación, con las oportunidades que la tecnología y la educación conjunta pueden
ofrecer.

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