La Encrucijada de La Salud Entre Comida o Medicamentos
La Encrucijada de La Salud Entre Comida o Medicamentos
La Encrucijada de La Salud Entre Comida o Medicamentos
La encrucijada
de la salud:
entre comida o medicamentos
Informe sobre los resultados del
diagnóstico a beneficiarios del Centro
de Servicios Comunitarios (CSC) de
Acción Solidaria
Elaborado por
Unidad de
Exigibilidad de
Derechos Humanos
de la Asociación Civil
Acción Solidaria
RIF J-30304443-3
Tabla de contenido
Pág.
Abreviaturas 4
Resumen ejecutivo 5
Introducción 7
Metodología 9
Sección I: Datos generales 12
Información socioeconómica 14
Atención médica y medicamentos 16
Covid-19 17
Salud sexual y reproductiva 21
Sección II: Personas con VIH 25
Salud sexual y reproductiva 28
Datos socioeconómicos 30
Atención médica y medicamentos 35
VIH y otras condiciones crónicas de salud 39
VIH y Covid-19 40
Sección III: Mujeres 42
Datos socioeconómicos 44
Atención médica y medicamentos 46
Salud menstrual 47
Sección IV: Personas de la tercera edad 52
Información socioeconómica 53
Atención médica y medicamentos 57
Personas de la tercera edad y el COVID-19 65
Sobre salud sexual y reproductiva 68
Conclusiones 69
Abreviaturas
ARV Antirretrovirales
COVID-19 Coronavirus Síndrome Respiratorio Agudo Severo 2
CSC Centro de Servicios Comunitarios
DESC Derechos Económicos Sociales y Culturales
EHC Emergencia Humanitaria Compleja
ITS Infección(es) de Transmisión Sexual
IVSS o Seguro Social Instituto Venezolanos de los Seguros Sociales
PCD Personas con Discapacidad
Resumen ejecutivo
Acción Solidaria, desde su fundación, siempre ha desempeñado un rol de apoyo a
personas de la tercera edad y personas con VIH. Estos tres grupos tienen
CSC son personas que viven con una o más condiciones crónicas de salud, personas
que dependen de la fracturada seguridad social del país, con bajo porcentaje de
alimentación básica.
Todos estos elementos colocan a nuestros usuarios en una encrucijada: atender sus
particular que tienen las mujeres que reciben servicios de Acción Solidaria, en
tercera edad y vivir con condiciones crónicas. Esto resalta que las mujeres usuarias
encuestadas viven con una triple vulnerabilidad, que las hace más propensas a sufrir
VIH, ITS, pensión, medicinas, atención médica, salud sexual y reproductiva, personas
Introducción
Acción Solidaria es una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es el de apoyar
Venezuela desde el año 2016 atraviesa una EHC, cuyas consecuencias afectan
Uno de los derechos con mayor vulnerabilidad en esta EHC es el derecho humano a
nombrar algunos de los elementos que forman parte de la realidad del este sector
Visto desde una óptica interseccional, hay grupos de la población con mayor
evidencia los retos y roles basados en género que enfrentan las mujeres
Por su parte, las personas encuestadas que viven con VIH a pesar de gozar de acceso
Asimismo, las personas de la tercera edad, además de ser una parte importante de
los encuestados y beneficiarios de Acción Solidaria, son un grupo que viven además
Metodología
A continuación, presentamos cuáles son los criterios con base en los cuales se
El presente informe fue elaborado con base en los resultados de una encuesta
aplicada entre el 7 de marzo y 8 de abril del 2022 a 399 personas beneficiarias de los
mayoría preguntas cerradas, en las que el encuestado debía elegir entre respuestas
Solidaria para recibir diferentes los diferentes servicios que ofrece la organización.
DATOS
GENERALES
01
Pág.12
Pág 13
Sobre las fuentes de ingresos, hay que destacar que en líneas generales, las 3
fuentes de ingreso más comunes son los salarios o bonificaciones con ocasión a una
relación laboral, los bonos y ayudas que otorga el Estado y la pensiones o beneficios
para la tercera edad. En esta pregunta, que admitía múltiples respuestas, las
personas encuestadas respondieron de la siguiente manera:
– 167 personas indicaron como una de sus fuentes de ingresos a los salarios y
bonificaciones con ocasión a la relación laboral.
– 127 personas indicaron como una de sus fuentes de ingreso los bonos y
ayudas del Estado venezolano.
– 160 personas indicaron como una de sus fuentes de ingreso la pensión/
jubilación.
– 74 personas indicaron como una de sus fuentes de ingreso los honorarios por
actividades independientes.
– 26 personas indicaron las remesas como una de sus fuentes de ingresos.
– 23 personas indicaron no tener fuente de ingresos
– 7 personas marcaron la opción de otro.
Estos resultados se relacionan con los diferentes grupos etarios y los datos de
ocupación económica ya señalada. Una parte importante de los encuestados son
personas de la tercera edad, e igualmente otra parte importante se encuentra
empleada o tiene ingresos por trabajo informal o independientes, por lo que estos
resultados resultan coherentes con la información aportada por los encuestados.
los encuestados considera que sus ingresos son insuficientes o muy insuficientes, lo
que da cuenta de la grave situación socioeconómica de los beneficiarios
encuestados, que impacta notablemente en otros aspectos de la vida,
especialmente en la salud.
Sobre estos datos, tenemos que, en general, la mayoría de los encuestados no posee
seguro médico privado. Así, el 75% de los usuarios encuestados no posee este tipo
de servicio, siendo el alto costo la razón fundamental para no tenerlo.
Asimismo, la mayoría de los usuarios depende del SSP para poder recibir atención
médica, así como también para recibir medicamentos, aunque en este último
apartado se evidencia la importancia que tiene el sector privado de farmacias para
los usuarios encuestados al momento de buscar medicamentos.
De esta forma, 211 personas indicaron que acudían a farmacias privadas para
procurarse los medicamentos necesarios. Ahora bien, resalta igualmente la
importancia vital de programas humanitarios como los que ejecuta Acción
Solidaria, 285 personas manifestaron acudir a organizaciones como la nuestra para
retirar medicinas.
Por otro lado, la encuesta igualmente evaluó condiciones crónicas de salud con la
que viven las personas encuestadas. Así, la tres condiciones crónicas con mayor
incidencia entre los usuarios encuestados son:
Cabe destacar que por ser Acción Solidaria, una organización que trabaja
igualmente en la respuesta contra el VIH, es normal que el diagnóstico haya
arrojado estas cifras de personas con VIH.
Tratamiento en casa
Hospitalización
Otro
En cuanto a los tipos de vacunas aplicadas entre las personas encuestadas, tenemos
que 65% de las personas se han aplicado las dos vacunas de origen chino, Sinovac o
Sinopharm, 33% se han aplicado la Sputnik V y 2% de las personas encuestadas
recibieron otra vacuna. Estas cifras son consecuentes con el programa de
vacunación implementado con apoyo del mecanismo COVAX, a través del cuál
llegaron a Venezuela vacunas Sinovac o Sinopharm.
Las personas encuestadas fueron interrogadas por las estrategias que implementan
para prevenir contagios contra el Sars-Cov-2. En total se recibieron 1.834 respuestas,
ya que la pregunta permitía selección múltiple, así los resultados se distribuyeron de
la siguiente manera:
En este orden de ideas, los encuestados fueron interrogados sobre si consideran que
tienen suficientes estrategias para prevenir el contagio por COVID-19, el 17% de las
personas contestó que no consideran tener suficientes estrategias para prevenir el
contagio, siendo el costo de los equipos de protección personal, la principal razón
por la cuál respondieron de forma negativa a dicha pregunta.
En este sentido, 97% de los usuarios encuestados considera que la pandemia por el
Covid-19 es un peligro para su propia salud y la de sus familiares.
Sobre el tema de salud sexual y reproductiva, tenemos que el 97% de las personas
ya han iniciado su vida sexual y de estas, el 62% de las personas indicaron estar
sexualmente activas, esto es, han tenido relaciones sexuales dentro del año anterior
a la encuesta.
No
Sí
No lo sé
Ahora bien, los encuestados fueron interrogados nuevamente sobre este asunto,
pero esta vez analizando si consideran que actualmente consideran tener
información suficiente sobre salud sexual y reproductiva. En la gráfica siguiente se
podrá apreciar las respuestas:
No
Sí
No lo sé
34% indicó otras razones, en su mayoría por tener parejas fija, 3% indicó no sabe
cómo emplearlos, 1% indicó que los costos es la razón por la que no usan métodos
anticonceptivos y menos del 1% alegó la escasez como razón principal.
Por último, la sección referida a salud sexual y reproductiva finalizó con la pregunta
relativa a la legalización del aborto. En la siguiente gráfica podremos observar los
resultados:
No está de acuerdo
De acuerdo en situaciones
excepcionales
De acuerdo
De acuerdo hasta la semana 12
Otro
Estos datos revelan aún reticencia entre los encuestados hacia la legalización del
aborto, ya que aún no se concibe como un derecho u opción de las mujeres sobre
sus cuerpos.
PERSONAS
CON VIH
02
Pág.25
Pág 26
La disparidad que muestra el diagnóstico pareciera dar a entender que las mujeres
se encuentran aisladas a la respuesta que como organización estamos dando a la
situación del VIH en Venezuela, el motivo podría ser que el tema continúa siendo
tabú para este grupo. Actualmente, en el país, las políticas públicas orientadas a la
atención de mujeres con VIH son escasas o inexistentes, y esto las hace más
vulnerables.
Asimismo, esta situación revela una oportunidad para Acción Solidaria, de ofrecer
nuevamente servicios orientados a la atención de mujeres con VIH, brindando
alternativas que permitan paliar los efectos de la EHC y darles la atención
diferenciada que sus necesidades requieran.
0%
BISEXUAL
Así, entre las personas con VIH, el 96% indicó haber iniciado su vida sexual, y dentro
de este grupo el 87% manifestó haber tenido actividad sexual en el último año y a
los efectos del presente diagnóstico esa población se considera sexualmente activa.
Dentro del grupo de personas con VIH que han iniciado su vida sexual, poco más de
la mitad (52%) manifestó que no tenía suficiente información sobre salud sexual y
reproductiva cuando inició su vida sexual. Asimismo, 18% de las personas con VIH
encuestadas, declaró que aún consideran que no tienen suficiente información
sobre salud sexual y reproductiva, aunque el número disminuye, el porcentaje de
personas que declaran no tener suficiente información sobre salud sexual y
reproductiva es especialmente alto, y genera alarmas tratándose de personas con
VIH.
2% 3%
0
Preservativo másculino Preservativo femenino y másculino Pastillas anticonceptivas
Por su parte, solo existe una respuesta de una persona que indicó haber utilizado
preservativos femeninos o intravaginales, lo que refleja una realidad ampliamente
conocida, y es que este tipo de preservativos no está disponible en el mercado, en
su mayoría se consiguen en fundaciones o asociaciones sin fines de lucro como
Acción Solidaria.
Por otro lado, preocupa que un 16% de personas con VIH sexualmente activas indicó
que no usa ningún método anticonceptivo / barrera, la razón principal indicada
(73%) es que “no deseaban o querían utilizarlo”.
Estos datos del diagnóstico son especialmente importantes, ya que casi 2 de cada
10 personas con VIH sexualmente activas, no utiliza métodos barrera por su decisión
personal, es decir, el costo de los métodos barrera no se considera un problema para
que las personas con VIH sexualmente activas utilicen protección.
Estas conductas pudieran estar fundamentadas en la idea de personas con VIH con
buena adherencia al TAR y con carga viral indetectable, en cuyos casos las
probabilidades de transmisión son muy bajas, por lo que las personas no creen
necesario utilizar preservativos en sus encuentros sexuales. Sin embargo, estas
conductas no toman en cuenta los riesgos de transmisión de otras ITS que tienen
mayor prevalencia global que el VIH, como es el caso del VPH.
Para confirmar esta tendencia, si tomamos como referencia todas las personas con
VIH encuestadas que han iniciado su vida sexual, es decir, 79 de las 82 personas con
VIH, tenemos que el 77% de este grupo utiliza preservativos masculinos o
femeninos, mientras que el 20% no utiliza ningún tipo de método barrera. Por lo que
los datos se mantienen entre las personas con VIH que han iniciado su vida sexual.
Ahora bien, hay que hacer una acotación de relevancia, el instrumento aplicado no
midió si las personas encuestadas tenían parejas estables monógamas o si tenían
encuentros sexuales con diferentes personas, por lo que, es un factor que no se
considera en este informe, pero que tiene relevancia.
Haciendo un análisis de los datos recabados, es necesario destacar que 29% de las
personas con VIH, es decir, 24 personas, fueron diagnosticadas con la condición en
el último año. Sobre la coexistencia de otras ITS entre personas con VIH tenemos
que la sífilis es la que mayores casos presenta, con 8 personas, le sigue el VPH con 2
casos.
Durante la aplicación del diagnóstico entre nuestros usuarios se pudo extraer datos
socioeconómicos que permiten evaluar la situación de esa población y, en
consecuencia, determinar posibles necesidades en el contexto de la EHC.
Así, el 58% de las personas con VIH encuestadas declaró que tiene un trabajo formal,
ya sea, a tiempo parcial o completo, mientras que el 12% no tiene trabajo y no ejecuta
ninguna actividad económica, otro 10% declaró ejercer trabajo de forma
independiente. Todo esto puede observarse en la siguiente gráfica:
60
50
40
30
20
10
0
Trabajo formal No tiene trabajo Independiente Otros Trabajo formal
e independiente
Por otra parte, las personas encuestadas fueron interrogadas sobre cuál o cuáles
eran sus fuentes de ingresos. En esta pregunta se admitían múltiples respuestas, en
total fueron recibidas 100 respuestas por parte de las personas con VIH y se
distribuyeron de la siguiente forma:
Asimismo, hay que destacar que 1 de cada 10 respuestas indicaron los bonos y
ayudas del Estado como fuente de ingresos, por lo que, se resalta la dependencia
que una parte importante de la población tienen de este tipo de beneficios sociales,
que son programas no uniformes y exentos de críticas, pero que sí contribuyen a los
ingresos personales de las personas con VIH.
Por otro lado, las remesas de familiares en el exterior, no representan una fuente de
ingreso importante de las personas con VIH encuestadas. Igualmente, sucede con
las pensiones, esto no es de extrañar, ya que la media de edad de las personas con
VIH encuestadas es 35 años. Se trata entonces de una población económicamente
activa y con casi dos décadas de trabajo por delante.
Siguiendo esta misma línea, si comparamos las respuestas a las preguntas sobre la
fuente de ingresos, y la situación laboral, encontramos que el de salud porcentaje de
personas con VIH sin empleo formal rondaría el 37%, lo que demuestra una
situación de vulnerabilidad importante. Lo que demuestra una situación de
vulnerabilidad importante, reflejada en las tasas de desempleo de esta población.
Holgado
Suficiente
Mediano
Insuficiente
Muy insuficiente
Como se desprende, el 40% de las personas con VIH califica sus ingresos como
“Mediano”, 31% como “Insuficiente”, 6% como “Muy insuficiente”, en otras palabras,
casi 8 de cada 10 personas encuestadas calificaron sus ingresos entre “Mediano” e
“Insuficiente”, lo que se traduce en que las personas con VIH consideran que sus
ingresos apenas alcanzan para poder cubrir sus necesidades básicas.
Entre las personas con VIH se repite la tendencia establecida entre el resto de la
población encuestada, en lo que se refiere hacia dónde se dirige la mayor parte de
los ingresos. Estos datos pueden apreciarse en la siguiente gráfica:
Alimentos
Educación
Medicina / servicios médicos
Vivienda
de la población general del diagnóstico. Aunque vale la pena destacar algunos casos
donde indicaron tener bajo su responsabilidad hasta 5 personas o más.
Lo anterior, supone vulnerabilidades adicionales para las personas con VIH, que
viven con una constante presión en un contexto de poco acceso a empleo formal,
con cargas familiares, cubriendo gastos de alimentación, además, tener que cuidar
de su salud, que depende mayormente del SSP.
La primera pregunta de esta sección fue la referida a dónde acuden las personas al
momento de necesitar atención médica, al tratarse de una pregunta de selección
múltiple, en total hubo 113 respuestas que se distribuían de la siguiente forma:
Las personas con VIH encuestadas prefieren atenderse en centros de salud públicos
o centros de atención sin fines de lucro que ofrecen servicios gratuitos o a bajo coste.
La dependencia al SSP, con todas las deficiencias manifiestas que posee, y los
centros de salud sin fines de lucro que no tienen capacidad para atender a todos,
son muestra de los graves problemas que atraviesan las personas con VIH.
Por otra parte, en lo que se refiere a temas de accesibilidad física a los centros a los
cuales las personas con VIH acuden cuando requieren atención médica, estas
personas fueron cuestionadas sobre el medio o forma de transportarse hasta dichos
lugares. En este sentido, 64% de las personas con VIH contestó que utiliza el
transporte público para desplazarse hasta el centro donde recibe atención médica,
mientras que el 22% indicó que se desplaza por sus propios medios (camina) y 14%
indicó que llegan en vehículo particular (moto y/o carro propio o de tercero).
Los datos expuestos en el párrafo anterior, deben ser evaluados conjuntamente con
las respuestas recibidas por las personas con VIH sobre si consideran que tienen
dificultades para llegar a los centros donde reciben atención médica. Esta pregunta
era de selección múltiple, y en total se recibieron 93 respuestas que se distribuyeron
de la siguiente manera:
– 56 personas con VIH contestaron que no tienen dificultades para llegar hasta
el o los centros donde reciben atención médica,
– 20 personas con VIH indicaron que los centros a donde acuden para recibir
atención médica quedan muy lejos, a una distancia que les toma más de 30
minutos recorrer,
– 17 personas con VIH indicaron el transporte público como un problema para
acudir a los centros de salud, bien sea por escasez de efectivo, problemas de
combustible, pocas unidades, etc.
Además de las preguntas referidas a los centros a donde acuden a recibir atención
médica, las personas con VIH respondieron preguntas similares referidas a los
centros a donde acuden a retirar el tratamiento médico para sus condiciones de
salud, sean crónicas o no. Así, a la pregunta referida a donde acudían a retirar
tratamiento médico, se recibieron 138 respuestas por tratarse de una pregunta que
admitía múltiples respuestas que se distribuyeron de la siguiente forma:
En este punto vale la pena destacar, que en Venezuela el acceso a TAR se realiza casi
exclusivamente por el SSP y en contadas excepciones por organizaciones sin fines
de lucro, estando prohibido la venta de estos fármacos en el sector privado.
La encrucijada de la salud: entre comida o medicamentos © Copyright 2020 - Acción Solidaria
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Asimismo, a las personas con VIH se les preguntó sobre la forma o medio de
transporte que emplean hasta los centros de dónde obtienen las medicinas que
requieren. Así, 54% indicaron tomar transporte público, 36% lo hace a pie y 10% en
vehículo particular.
En cuanto a la pregunta sobre si las personas con VIH consideraban que tenían
dificultades para llegar hasta los centros donde retirar o compran medicinas, se
recibieron 90 respuestas distribuidas de la siguiente manera:
Cuando se analizan los resultados de estas preguntas, nos deja ver que la mayoría
de las respuestas (54%) de personas con VIH indicaron acudir a centros públicos o
entidades sin fines de lucro como Acción Solidaria para poder obtener sus
medicamentos, en dichos lugares, la regla es la gratuidad o bajo costo de los
fármacos, lo que explicaría esta tendencia.
De las 82 personas con VIH encuestadas, 28 personas, es decir, el 34% vive con
alguna otra condición crónica de salud, que a continuación se especifican:
En relación a las condiciones crónicas, de las personas con VIH, incluyendo esta
última, el 77% de los encuestados manifestaron que han recibido atención médica
en los últimos 6 meses previos a la encuesta, mientras que el 23% restante manifestó
no haber recibido atención médica por varias razones, pero la más repetida fue la
inoperatividad de los servicios especializados en el SSP.
que el costo fue la razón principal por la que no ha recibido tratamiento médico.
Analizando las cifras de vacunación entre las personas con VIH encuestadas,
tenemos que 59% se ha vacunado con esquema básico (dos dosis), 24% se ha
vacunado con la dosis de refuerzo (tercera dosis), 5% con una sola dosis y 12% no se
había vacunado para el momento de la encuesta.
Detallando en las respuestas, de las 4 personas con VIH que solamente se han
vacunado con una dosis al momento de responder la encuesta, 1 de ellas contrajo
COVID-19 entre dosis, 1 persona no había cumplido aún el tiempo recomendado
entre dosis, 1 persona indicó que no había vacunas disponibles o tenía problemas
para movilizarse hasta el centro de vacunación y 1 persona declaró que no confía en
las vacunas disponibles en el país, aun cuando ya tenía una dosis. Estas cifras revelan
una cobertura importante de vacunación dentro de la población con VIH
encuestada, que alcanza el 83%, ya sea con esquema básico o con dosis de refuerzo.
Estos datos revelan en general que las personas con VIH encuestadas estuvieron
dispuestas a vacunarse contra la COVID-19, lo cual es un aspecto positivo y que
permitirá lograr avances en cuanto a la protección general contra el virus.
MUJERES
03
Pág.42
Pág 43
Sobre estas cifras parciales, se puede observar una brecha de género importante en
materia de acceso a trabajo y, en consecuencia, de ingresos económicos. Como se
observa, los hombres tienen mejor y mayor acceso a trabajo formal, mientras que las
mujeres, en su gran mayoría, dedicadas al trabajo de hogar por el rol de género,
trabajan de forma informal, siendo la única manera en la cuál las mujeres
encuestadas puedan tener algún ingreso económico.
Evaluación de ingresos
Hombres Mujeres
60
52
50
40 40
30 30
24
20 18
17
10 9
6
4
0
0
Trabajo formal Insuficiente Mediano Suficiente Holgado
– Por cada hombre que indicó tener un ingreso “Muy insuficiente” hay 2
mujeres con ingresos “Muy insuficiente”, es decir, el doble,
– 7 de cada 10 mujeres indicaron tener ingresos “Insuficientes” o “Muy
insuficientes” en contraposición con 5 de cada 10 hombres que respondieron
lo mismo,
– Los hombres indicaron tener casi 3 veces más ingresos “Suficientes” a las
mujeres encuestadas,
– Por último, 4% de los hombres tienen ingresos “Holgados”, mientras que 0,4%
de las mujeres indicaron tener este tipo de ingresos.
Por otra parte, les pedimos a las personas encuestadas que indicaran la cantidad de
dependientes a su cargo, en este caso, no encontramos brechas entre hombres y
mujeres, quienes en promedio tienen la misma cantidad de dependientes (1 por
persona). Sin embargo, vale la pena destacar que, del análisis de cifras ya
presentadas, las mujeres tienen la misma responsabilidad que los hombres, pero, lo
hacen bajo peores condiciones de ocupación e ingresos económicos.
Hasta ahora, los resultados del diagnóstico nos muestran que a pesar de tener más
o menos el mismo nivel educativo entre hombres y mujeres, esto no se traduce en
igualdad de ocupaciones económicas e ingresos.
Existe una brecha muy importante entre los trabajos formales y del hogar,
particularmente, en la segunda es muy marcada el estereotipo de género que
asocia a las mujeres con las labores domésticas. A pesar de que actualmente se
conoce la importancia económica y el aporte al PIB que esta ocupación representa
para un país, sigue siendo un trabajo delegado casi exclusivamente al género
femenino y en países como Venezuela, es poco valorado.
La otra brecha marcada que podemos observar, se vincula a los ingresos, que se
explica por las diferencias entre las ocupaciones económicas entre hombres y
mujeres, aunque, repetimos, no exista una diferencia importante en el nivel
educativo. Las mujeres con ingresos muy insuficientes duplican porcentualmente a
los hombres, y estos tienen calificaron casi 3 veces más sus ingresos como
suficientes en comparación a las mujeres.
Este dato se explica no solamente por el hecho de la calificación general que hacen
los encuestados sobre sus ingresos y hacia dónde destinan la mayor parte de esos
recursos, sino también al factor individual de ingresos, donde en líneas generales lo
hombres califican mejor sus ingresos, lo que permitiría mayor acceso a servicios
como los de seguros privados.
Aunque este dato no revela una brecha de género importante, si da luces sobre la
mayor vulnerabilidad que, entre las mujeres encuestadas, tienen las que viven con
prevalencia a alguna discapacidad, razón por la cual son más propensas a sufrir
vulneraciones a sus derechos.
Esta pregunta se realizó a todas las personas que participaron en el diagnóstico, sin
importar si eran o no menstruantes, y tenía como objetivo principal medir la
percepción que se tiene en torno a un proceso biológico normal, pudiendo detectar
algún estereotipo o estigma asociado.
En este sentido, se les pidió a las personas encuestadas que mencionan 2 palabras
con las que relacionaban la menstruación y aunque no todas las personas
contestaron la pregunta, en total los encuestados formularon 174 palabras, de las
cuales las más repetidas fueron las siguientes:
Ahora bien, si hace una clasificación de todas las palabras por grupos comunes,
tenemos que:
– Otro 4% de las personas aportaron palabras dentro del grupo de aseo, como
baño, bañarse, higiene, limpieza o saneamiento.
– El 2% de las personas aportaron palabras que no se pudieron clasificar en
ninguna categoría. Entre ellas están rojo, prioridad, reposo o prevención.
El siguiente grupo con mayor número de palabras diferentes fue el de síntomas, con
34 palabras. Es decir, para los encuestados la menstruación está asociada a aspectos
negativos o sintomáticos, lo que aleja a la persona que vive estos procesos del centro
de la discusión. Estas ideas fortalecen y perpetúan el tabú en torno a los temas
asociados a la menstruación y que son necesarios abordar, para poder formular los
cambios que la sociedad requiere sobre este particular.
Ahora bien, del total de mujeres y hombres trans encuestados, solamente el 33% (76
personas) indicó que aún menstrúa, mientras que el porcentaje restante indicó no
estar menstruando en la actualidad.
A las mujeres y hombres trans que indicaron ser menstruantes, les fueron
formuladas varias preguntas relacionadas con la salud menstrual, así la primera de
ellas estaba referida a los tipo de artículos de higiene que utiliza durante la
menstruación.
Asimismo, el 21% de las personas que aún menstrúan, es decir 2 de cada 10,
indicaron que han sustituido los productos de higiene menstrual por opciones
caseras, y cuando estas personas fueron preguntadas sobre cuáles eran esas
alternativas caseras por las que optaron, las respuestas fueron:
No
Si
Como se observa en la gráfica anterior, el 83% de las encuestadas afirmó que hacía
seguimiento a su ciclo menstrual. Ahora bien, en cuanto al suministro de agua de
forma continua, solamente el 47% de las personas que aún menstrúan encuestadas
indicaron recibir agua de forma continúa.
Por otro lado, casi 6 de cada 10 personas que todavía menstrúan encuestadas
consideran que la calidad del agua que reciben no es óptima para mantener una
adecuada higiene menstrual. Estos datos son reflejo de la crisis de servicios públicos
que vive el país, y que en este caso tiene un impacto diferenciado en las mujeres y
hombres trans menstruantes, que no pueden mantener una adecuada higiene
menstrual.
En segundo lugar, las personas que aún menstrúan fueron cuestionadas sobre sí
han faltado al trabajo por falta de productos de higiene menstrual o por síntomas
asociados a la menstruación. En este sentido, el 75% de las personas de este grupo
encuestadas indicó que no han faltado a clases o al trabajo, mientras que el 22%
restante indicó que sí habían faltado al trabajo o a clases por las razones esbozadas
anteriormente.
PERSONAS
DE LA
TERCERA
EDAD
04
Pág.52
Pág 53
28%
Hombres
72%
Mujeres
2% 4% 12%
27%
47%
8%
Salario / Bonificaciones
Bonos o ayudas del estado
Honorarios / ingresos por actividad independiente
Pensión
Sin ingresos
Remesas
Cuando se analizan los datos de las dos gráficas anteriores, tenemos que la mayoría
de las personas de la tercera edad no trabaja y entre sus ingresos está la pensión o
jubilación. De hecho, haciendo un análisis más detallado, se obtuvo que, de las 175
personas de la tercera edad encuestadas, 144 se encuentran pensionados o
jubilados, en otras palabras, el 82% de las personas de la tercera edad encuestadas,
reciben la pensión o jubilación por parte del IVSS.
En este mismo orden de ideas, del total de personas de la tercera edad, 3 de cada 10
no recibe la pensión o jubilación, a pesar de ya cumplir con la edad mínima legal
para recibirla. Esta situación puede deberse a muchos factores, entre ellos pueden
estar que no han realizado la solicitud o no han cumplido con los demás requisitos
legales como las cotizaciones mínimas requeridas para optar al beneficio social, sin
embargo, la encuesta no midió las razones por las cuales estas personas de la
tercera edad no están recibiendo la pensión o jubilación del IVSS, por lo que estas
afirmaciones son hipotéticas.
Otro dato relevante dentro de este grupo, es el de las personas de la tercera edad
que reciben remesas de familiares en el exterior. Así, sólo el 4% de las personas de la
tercera edad encuestadas recibe remesas de familiares del exterior, es un
porcentaje relativamente bajo y que tiene comportamiento similar entre otros
grupos etarios que participaron en la encuesta.
Ahora bien, cuando las personas de la tercera edad encuestadas calificaron su nivel
de ingresos, 144 es decir el 82% considera que sus ingresos son insuficientes o muy
insuficientes, como lo indica la siguiente gráfica:
5%
13%
59%
23%
Otro dato igualmente relevante, y que además fue preguntado en otros grupos
etarios, es el de acceso a seguro médico. 80% de las personas de la tercera edad
encuestadas indicó que no cuenta con seguro médico privado, siendo el alto costo
de las primas la razón principal para no tener seguro con el 95% de las personas de
la tercera edad que no tienen seguro médico privado.
Caminar o moverse Ver, incluso con Oír, incluso con prótesis Lavarse o vestirse Recordar o aprender No tiene ninguna Otro
lentes auditiva dificultad
Estos datos revelan la vulnerabilidad con la que viven las personas de la tercera edad
encuestadas, que además de tener que vivir en condiciones socioeconómicas
limitadas, por los bajos ingresos, viven además lidiando con las barreras físicas que
limitan su calidad de vida.
Al igual que en otros casos, a las personas de la tercera edad se les interrogó sobre
el tipo de centro de salud al que acuden cuando requieren atención médica, al ser
una pregunta que admitía múltiples respuestas, fueron recibidas 234 respuestas
personas para poder costear sus gastos de salud, y más si viven con alguna
condición crónica de salud.
Estas cifras parciales, resalta una vulnerabilidad adicional, el 76% de las personas de
la tercera edad acuden a los centros donde reciben atención médica en transporte
público o a pie. Esta situación, llama la atención, ya que se trata de personas de la
tercera edad, que en nuestro estudio tiene un promedio de 66 años, que se
desplazan a pie o en transporte público y que además casi 4 de cada 10 tiene
prevalencia a alguna discapacidad, que se exponen a riesgos importante al salir a la
calle para recibir atención médica.
centros o farmacias privadas, tenemos que 223 respuestas caen entre ambas
opciones, lo que se traduce en que las personas de la tercera edad dependen de
alternativas privadas, para obtener los medicamentos necesarios, aunque el sector
aunque el sector público sigue siendo preponderante entre los encuestados de este
grupo.
Mención especial siguen teniendo las organizaciones sin fines de lucro, ya que casi
el 47% de las respuestas provinieron de personas de la tercera edad que dependen
de estas organizaciones para conseguir sus tratamientos, lo que resalta dos cosas: la
primera, el valor e impacto de los programas humanitarios implementados por
diversas organizaciones y la segunda, la vulnerabilidad extrema de las personas de
este grupo, quienes en su mayoría califican sus ingresos como insuficientes o muy
insuficientes y destinan la mayoría de sus recursos a cubrir su alimentación, por lo
que no tienen capacidad económica para adquirir medicinas en el sector privado.
Así, y tal y como se observa en la gráfica, el 55% de las personas de la tercera edad
utiliza el transporte público y otro 21% va a pie. Las personas de la tercera edad
tienen algunas limitaciones propias de su edad, y además entre el grupo
encuestado existe un porcentaje importante de personas con prevalencia de
discapacidad, por lo que exponerse a desplazarse a pie o en transporte público,
podría resultar peligroso.
En cuanto a la pregunta referida a las dificultades para poder llegar a los sitios
donde obtienen o retirar medicinas, por tratarse de una pregunta de respuesta
múltiple, se recibieron 197 respuestas en total, que se distribuyeron de la siguiente
manera:
Las personas de la tercera edad encuestadas son el grupo en donde hay más
diversas condiciones crónicas de salud. La pregunta referida a este apartado,
admitía múltiples respuestas, por lo que los datos a continuación deben ser
comparados por separado con el total de personas de la tercera edad.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, 33% de las personas de la tercera edad
No necesita o no lo considera
Otro
Costo
Servicio inoperativo
Como se observa en la gráfica anterior, el 63% de las personas de la tercera edad que
no recibió atención médica para sus condiciones crónicas de salud señaló al costo
como la principal razón de no haber recibido atención médica, probablemente
porque recurren a los servicios de salud privado y resulta inasequible.
En el apartado de acceso a medicinas para las condiciones crónicas de salud con las
que viven las personas de la tercera edad tenemos que 83% de las personas de la
tercera edad con alguna condición crónica, ha recibido sus medicinas para tratarla
en 6 meses previos a la encuesta.
– Casi 8 de cada 10 personas (78%) de la tercera edad con una condición crónica
de salud no consume medicamentos para tratar dicha condición por el costo
de los mismos.
– 18% de las personas de la tercera edad que vive con una condición crónica de
salud no consume medicamentos debido a diversas causas como: Decisión
propia, escasez o no ha podido realizarse chequeos de control.
– 4% de las personas de la tercera edad que vive con una condición crónica de
salud no toma medicamentos por falta de transporte público para
desplazarse.
Ahora bien, del grupo de personas de la tercera edad que requirió atención médica
producto del COVID-19, solo 11% requirieron de algún tipo de hospitalización,
mientras que 86% fue tratado en casa y solo el 3% tuvo que realizar cuarentena en
un hotel.
Yendo a las cifras de vacunación entre las personas de la tercera edad, el 49% de las
personas de este grupo se encuentran vacunadas con el esquema básico (dos
dosis), el 29% se encuentra vacunado con dosis de refuerzo (tercera dosis), dentro de
este grupo se encuentra el caso de una persona que se vacunó con la primera dosis
de la vacuna Sputnik V, y luego se aplicó el esquema de vacunación de Sinopharm.
2%
1%
1%
43%
54%
Sputnick
Sinopharm / sinovac
Pfizer
Astrazeneca
Esquemas combinados
Para la pregunta sobre las estrategias que utilizan las personas de la tercera edad
para prevenir el COVID-19, donde se admitían múltiples respuestas, se distribuyeron
de la siguiente manera:
Como se observa, en líneas generales las personas de la tercera edad son cautelosos
en uso de la debida protección contra el COVID-19, aunque 85% de los encuestados
de este grupo reutiliza su tapabocas, una práctica muy común entre los usuarios
encuestados, todo esto debido a, entre otras cosas, los costos de los equipos de
protección personal.
Ante la pregunta sobre si el COVID-19 sigue siendo un riesgo para la salud propia y
la de su familia, se obtuvieron los siguientes resultados:
Si No Fue un riesgo,
pero ya no lo es
El 52% de las personas de la tercera edad que inició su vida sexual, considera que no
tenía suficiente información sobre salud sexual reproductiva al momento de iniciar
su vida sexual. En contraposición, cuando se les preguntó sobre si consideran que
actualmente tienen suficiente información sobre salud sexual y reproductiva, el 87%
de las personas de la tercera edad, considera que actualmente si tienen suficiente
información.
Estos resultados se repiten en otros grupos, al momento de iniciar su vida sexual las
personas en general no consideran tener suficiente información sobre salud sexual
y reproductiva, no obstante, la tendencia es que luego de iniciada la vida sexual, las
Conclusiones
1. La población de usuarios de Acción Solidaria pertenecen a tres grupos
vulnerables importantes, mujeres, personas de la tercera edad, y personas con
VIH. Aunado a lo anterior, entre los beneficiarios de los diferentes programas de
la organización, se encuentran personas con otras condiciones crónicas de salud
que buscan medicamentos para tratarlas.
2. Las tres primeras condiciones crónicas de salud con mayor prevalencia son las
Hipertensión, la diabetes y el VIH. Excepto en el caso de las personas de la tercera
edad, donde la tercera condición crónica con mayor prevalencia es el Hipo/
hipertiroidismo.
6. Entre las ITS con mayor prevalencia entre los encuestados se encuentra el VIH, ya
que 20% de los encuestados manifestó vivir con esta condición, una cifra que se
explica a la luz del trabajo en esta área que realiza la organización desde su
fundación. Destaca la Sífilis como la segunda ITS con mayor prevalencia entre los
encuestados.
7. Entre las personas con VIH encuestadas, destaca una gran diferencia entre el
número de hombres y mujeres, situación que no se corresponde con la realidad
global, esto pareciera indicar que las mujeres se encuentran aisladas de la
respuesta en materia de VIH y sigue siendo un tema tabú.
9. Entre las personas con VIH, el 16% no utiliza ningún método barrera, lo cuál
representa un porcentaje importante. La razón de esta conducta puede deberse
a que son personas que están en TAR y con carga viral indetectable, por lo que el
riesgo de transmisión del virus es sumamente bajo, por lo que consideran
innecesario cuidarse con método barrera. Esta conducta no toma en cuenta la
transmisión de otras ITS.
10. En este mismo orden de ideas, la principal razón por la que las personas con VIH
no utilizan método barreras es la voluntad individual, por lo que el costo y la
disponibilidad, no pareciera ser un obstáculo para su utilización. Este dato se
repite en el resto de la población encuestada.
14. El acceso a agua potable entre las mujeres encuestadas es bajo y la calidad del
agua no es considerada como adecuada para poder mantener una higiene
menstrual óptima.
15. Entre las personas de la tercera edad, existen personas que aún se encuentran
trabajando en trabajos formales o informales, lo que denota que a pesar de
recibir pensión o jubilación, estas personas buscan completar sus ingresos para
poder sufragar gastos básicos.
16. Entre las personas de la tercera edad, existe una mayor prevalencia de
discapacidad que en otros grupos del estudio, los que le suma una
vulnerabilidad adicional.
19. El COVID-19 sigue siendo considerado entre los encuestados como una situación
riesgosa para la propia salud y la de sus familias, por lo que están propensos a
mantener las medidas de cuidados para prevenir contagios.