Procedimientos en Materia Migratoria Desde La Perspectiva de Género

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Procedimientos en materia migratoria

desde la perspectiva de género


Mariana Guadalupe Domínguez Flores*
* Maestra en Ciencias Jurídicas por la Universidad Panamericana, Ciudad de México. Abogada del
Área de Defensa Integral de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos
Humanos, A.C.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de género. I.
Intro- ducción; II. Obligaciones generales de las autoridades jurisdiccionales en
materia migratoria; III. Obligaciones específicas de las autoridades en
procedimientos de carácter migratorio; IV. Consideraciones finales.

I. Introducción

Gracias a su ubicación geográfica, así como a las condiciones económicas y


polí- ticas que le atraviesan, México es un país de extrema relevancia en
materia mi- gratoria en América; de hecho, es considerado como un país de
origen, retorno, y en los últimos años también de tránsito y destino para
migrantes de todo el mundo.

Si bien muchos de los flujos migratorios se realizan de manera irregular —lo


cual dificulta contar con cifras estadísticas certeras—, para dimensionar nuestra
situa- ción migratoria, la División de Población de las Naciones Unidas calcula
que, en el año 2020, en México había 1 197 624 inmigrantes —extranjeros que
resi- den en nuestro país—.1

Esta cifra implica que, desde el año 2000, la cantidad de inmigrantes ha aumen-
tado más de un 70% —considerando que en dicho año solo había 538 051
extran- jeros viviendo en el territorio nacional—.2 Esto obedece a un
sinnúmero de

1
División de Población de las Naciones Unidas, International Migrant Stock 2020, Disponible en «unde-
sa_pd_2020_ims_stock_by_age_sex_and_destination.xlsx (live.com)».
2
Id.

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causas que en los últimos tiempos se han presentado con mayor frecuencia alre-
dedor del mundo, y que obliga a las personas a desplazarse fuera de su lugar de
origen. Entre estas razones está la inseguridad, la pobreza, la falta de trabajo,
las guerras, la delincuencia organizada, el cambio climático, la inestabilidad
política, etcétera; sin embargo, estas causas también deben ser diferenciadas en
razón de género.

Además, si bien históricamente México ha sido un punto geográfico crucial


para personas de todo el mundo que intentan llegar a Estados Unidos de
América, la rígida política migratoria de ese país en los últimos años ha
provocado que se rompan récords de migrantes que intentan llegar a dicho país
a través de nuestra frontera norte. Según datos de la patrulla fronteriza, en el
año 2021 se registraron 1 734 686 intentos de cruces ilegales en la frontera sur
de Estados Unidos de América con México;3 mientras que miles de migrantes
están varados en ciuda- des fronterizas a la espera de la resolución de sus
solicitudes de asilo en el país vecino.4

Para muestra de lo anterior basta revisar los hechos del año 2018, cuando
grupos de migrantes provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador —
mejor cono- cidos como las “caravanas migrantes”—5 visibilizaron no solo la
gran problemá- tica de movimientos forzados por la pobreza, la violencia
extrema, los desastres naturales y el cambio climático, sino también la poca
preparación de las autori- dades mexicanas para enfrentar adecuadamente este
fenómeno colectivo.

3
U.S Customs and Border Protection, Southwest Land Border Encounters, Disponible en
«https://www. cbp.gov/newsroom/stats/southwest-land-border-encounters».
4
A partir de la implementación de los Protocolos de Protección a Migrantes —o Migrant Protection
Protocols-MPP por sus siglas inglés— durante el gobierno de Donald Trump, o también llamado el
programa “Quédate en México”, se acordó que Estados Unidos devolvería a México a migrantes que
hubieran solicitado asilo mientras sus procedimientos están en trámite. Si bien con la entrada del nuevo
presidente dichos protocolos fueron cancelados, en agosto de 2021 un Tribunal de Distrito de Estados
Unidos para el Distrito Norte de Texas determinó que estos deberían ser aplicados nuevamente. En res-
puesta a ello, la cancillería informó que no se retornarían a sus países de origen a ciertos migrantes que
tengan una cita para aparecer ante una jueza o juez migratorio en Estados Unidos para solicitar asilo.
5
V. Ahmed, et al., La caravana migrante enfrenta a México con su propia imagen y con Estados Unidos. Dis-
ponible en «https://www.nytimes.com/es/2018/10/23/espanol/caravana-migrante-mexico-estados-uni-
dos.html».
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género

El objetivo de este capítulo no es analizar ni explicar cada una de las causas de


la migración. Sin embargo, para lo que aquí compete, es importante resaltar que
los migrantes se encuentran inevitablemente en una situación de vulnerabilidad
no solo por las cuestiones que les han obligado a abandonar sus lugares de ori-
gen, sino por las nuevas situaciones a las que se enfrentarán para asentarse.
Entre ellas están el desconocimiento del marco legal nacional y de sus
derechos, las privaciones a su libertad o detenciones, el hecho de que los
procedimientos ad- ministrativos son complicados y tardados, la falta de acceso
a servicios de salud básicos, por mencionar algunas.

Aunado a ello, no se debe olvidar que dentro de las personas migrantes —ya de
por sí en una situación desaventajada—, se encuentran otros grupos que por
razón de origen, raza, religión, condiciones socioeconómicas o género pueden
encontrarse en una segunda, tercera o cuarta causa de vulnerabilidad.

Todas las autoridades que entren en contacto con personas migrantes no solo
deben tener presente dicha circunstancia —como ya se ha establecido en el
Protocolo para juzgar casos que involucren personas migrantes y sujetas de protección
internacional—,6 sino que también deberán considerar que el género de
aquéllas puede ser un factor que agudice aún más su situación de
vulnerabilidad. A este enfoque de valoración múltiple se le denomina
interseccionalidad,7 la cual ha sido estudiada a profundidad en el Protocolo para
juzgar con perspectiva de género.

Esta perspectiva es necesaria porque el género atraviesa todos los aspectos de


la experiencia migratoria, tanto de las mujeres como de los hombres. En ese
senti- do, puede afirmarse que “el género influye sobre los motivos para
migrar, la de- cisión de quién migra, las redes sociales empleadas para hacerlo,
las experiencias

6
Cf. SCJN, Protocolo para juzgar casos que involucren personas migrantes y sujetas de protección internacio
nal, p. XVII. Disponible en «https://www.scjn.gob.mx/derechos-humanos/sites/default/files/protocolos/
archivos/2022-01/Protocolo%20para%20juzgar%20casos%20que%20involucren%20personas%20
migrantes.pdf».
7
Cf. SCJN, Protocolo para juzgar con Perspectiva de Género, p. 82. Disponible en «https://www.scjn.gob.
mx/derechos-humanos/sites/default/files/protocolos/archivos/2020-11/Protocolo%20para%20juzgar
%20con%20perspectiva%20de%20g%C3%A9nero%20%28191120%29.pdf».
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de integración e inserción laboral en el país de destino, y las relaciones con el


país de origen.”8

Es decir, los operadores jurídicos deberán tomar decisiones considerando las


necesidades específicas de las mujeres y hombres, además deberán procurar al-
terar a su favor las relaciones de poder basadas en el género que impiden el
pleno goce de los derechos humanos.9

Al respecto, en la Recomendación General núm. 26 sobre las trabajadoras


migrato rias, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer
—Comi- té CEDAW— reconoció lo siguiente:

Aunque tanto los hombres como las mujeres migran, la migración no es un fenó-
meno independiente del género. La situación de las mujeres migrantes es
diferente en lo que respecta a los cauces legales de migración, los sectores a los
que migran, los abusos de que son víctimas y las consecuencias que sufren por
ello. Para com- prender las formas concretas en que resultan afectadas las
mujeres, es menester examinar la migración de la mujer desde la perspectiva de
la desigualdad entre los géneros, las funciones tradicionales de la mujer, el
desequilibrio del mercado laboral desde el punto de vista del género, la
prevalencia generalizada de la vio- lencia por motivo de género y la
feminización de la pobreza y la migración laboral a nivel mundial. La
incorporación de una perspectiva de género reviste, por tanto, una importancia
esencial para el análisis de la situación de las mujeres migrantes y la elaboración
de políticas para combatir la discriminación, la explotación y el abuso de que
son víctimas.10

Asimismo, no es ningún secreto que las personas migrantes que se encuentran


en una segunda, tercera o posteriores causales de vulnerabilidad —tal es el caso
de las mujeres, menores de edad, indígenas— están expuestas en mayor medida
a violencia y tortura sexual, trata de personas, trabajos forzados y a
discriminación en su lugar de origen, tránsito y destino. Lo cual hace patente la
necesidad de brindarles protección específica; por lo que las autoridades
mexicanas tienen la

8
Petrozziello, Género en Marcha, p. 22.
9
V. id.
10
CEDAW, Recomendación General núm. 26; sobre las trabajadoras migratorias, párr. 5.
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género

obligación de aplicar todos los métodos necesarios para salvaguardar sus dere-
chos humanos.

De la misma forma, las autoridades jurisdiccionales requieren realizar un


análisis diferenciado con perspectiva de derechos humanos y especialmente
con perspec- tiva de género, lo cual implica analizar los roles de género
otorgados tanto a las mujeres como a los hombres, identificar situaciones de
desequilibrio por cuestio- nes de género, analizar estas situaciones de manera
transversal, entre otras acciones que se mencionarán en los siguientes apartados,
con el objetivo de dar paso a un acceso a la justicia efectivo e igualitario.11

En el presente capítulo se abordarán las obligaciones que las autoridades juris-


diccionales deben cumplir en materia de perspectiva de género, al encontrarse
frente a un procedimiento de carácter migratorio.

II. Obligaciones generales de las autoridades


jurisdiccionales en materia migratoria

Si bien el Poder Ejecutivo goza de la discrecionalidad de dirigir la política


migra- toria, las autoridades jurisdiccionales juegan un papel importante para el
control de revisión e interpretación constitucional y convencional en dicha
materia. Lo an- terior, a partir de una serie de sucesos jurídicamente relevantes
que generaron nuevas obligaciones para todas las autoridades del Estado
Mexicano, las cuales se mencionan a continuación.

En primer lugar, se encuentra el expediente Varios 912/2010 que estableció el


modelo de control de constitucionalidad y convencionalidad, así como los
órga- nos jurisdiccionales facultados y los medios de control para llevarlo a
cabo:

• Se reconoció la competencia contenciosa de la Comisión Interameri-


cana de Derechos Humanos —en adelante CIDH— y de sus
criterios vinculantes y orientadores.

11
V. Tesis 1a. XCIX/2014 (10a.), Primera Sala, libro 4, tomo I, registro digital: 2005794.
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género

• Obligaciones concretas del Poder Judicial

🠺 Los jueces deberán llevar a cabo un Control de convencionalidad


ex officio en un modelo de control difuso de constitucionalidad.

🠺 El Poder Judicial de la Federación deberá implementar medidas


administrativas derivadas de la sentencia de la Corte
Interamerica- na de Derechos Humanos —en adelante Corte
IDH— en el caso Radilla Pacheco.

Derivado lo anterior, fue emitido el criterio jurisprudencial de rubro PASOS A


SEGUIR EN EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONA-
LIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.12

Por otro lado, las reformas constitucionales publicadas en el Diario Oficial de


la Federación los días 6 y 11 de junio de 2011, respectivamente, establecieron
un nuevo modelo en el que los derechos humanos adquirieron el papel
principal en el sistema procesal constitucional mexicano. En específico, la reforma
del 11 de junio tuvo por objeto reformar diversos artículos constitucionales,
cuyo aspecto

12
Tesis P. LXIX/2011(9a.), Pleno, libro III, tomo 1, p. 552, registro digital: 160525.
PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD
EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La posibilidad de inaplicación de leyes
por los jueces del país, en ningún momento supone la eliminación o el desconocimiento de la
pre- sunción de constitucionalidad de ellas, sino que, precisamente, parte de esta presunción al
permi- tir hacer el contraste previo a su aplicación. En ese orden de ideas, el Poder Judicial al
ejercer un control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos, deberá
realizar los si- guientes pasos: a) Interpretación conforme en sentido amplio, lo que significa que
los jueces del país —al igual que todas las demás autoridades del Estado Mexicano—, deben
interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte,
favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más amplia; b) Interpretación
conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando hay varias interpretaciones
jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las
leyes, preferir aquella que hace a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, para
evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, c) Inaplicación de la ley
cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la lógica
de los principios de división de poderes y de federa- lismo, sino que fortalece el papel de los
jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los derechos
humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado
Mexicano es parte.
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género

más importante fue el cambio en la redacción del artículo 1° constitucional.


En este, los derechos humanos contenidos en los tratados internacionales
fueron reconocidos de manera expresa, lo cual cobra relevancia ya que
estos, junto con los derechos humanos contenidos en la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos forman un nuevo bloque de
constitucionalidad. A partir de este momento todas las autoridades adquirieron
la obligación de velar por los derechos contenidos tanto en la Constitución
federal, como en los tratados inter- nacionales en los que el Estado Mexicano
sea parte.

Por otro lado, la Contradicción de tesis 293/2011 resolvió dos temas de suma
importancia, la posición jerárquica de los tratados internacionales en materia de
derechos humanos frente a la Constitución y el valor de la Jurisprudencia
emitida por la Corte IDH. Así pues, dio origen al criterio jurisprudencial
DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS
TRATA- DOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE
CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA
CONSTITU- CIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE
AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO
CONSTITUCIONAL.13

13
Tesis P./J. 20/2014 (10a.), Pleno, libro 5, tomo I, p. 202, registro digital: 2006224.
DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTER-
NACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTI-
TUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA
AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTI-
TUCIONAL. El primer párrafo del artículo 1°. constitucional reconoce un conjunto de derechos
humanos cuyas fuentes son la Constitución y los tratados internacionales de los cuales el Estado
Mexicano sea parte. De la interpretación literal, sistemática y originalista del contenido de las
reformas constitucionales de seis y diez de junio de dos mil once, se desprende que las normas de
derechos humanos, independientemente de su fuente, no se relacionan en términos jerárquicos,
entendiendo que, derivado de la parte final del primer párrafo del citado artículo 1°, cuando en
la Constitución haya una restricción expresa al ejercicio de los derechos humanos, se deberá estar
a lo que indica la norma constitucional, ya que el principio que le brinda supremacía comporta
el encumbramiento de la Constitución como norma fundamental del orden jurídico mexicano, lo
que a su vez implica que el resto de las normas jurídicas deben ser acordes con la misma, tanto
en un sentido formal como material, circunstancia que no ha cambiado; lo que sí ha
evolucionado a raíz de las reformas constitucionales en comento es la configuración del conjunto
de normas jurídicas respecto de las cuales puede predicarse dicha supremacía en el orden jurídico
mexicano. Esta transformación se explica por la ampliación del catálogo de derechos humanos
previsto dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual
evidentemente puede calificarse como parte del conjunto normativo que goza de esta supremacía
constitucional. En este
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 460
género

Estos cambios en nuestro sistema jurídico demuestran que las autoridades juris-
diccionales deben velar por la protección de los derechos humanos a través de
nuevas herramientas a su disposición. En materia migratoria específicamente,
las personas juzgadoras deberán tomar en cuenta todos los tratados
internacionales de los cuales el Estado mexicano sea parte y por lo tanto las
resoluciones de sus ór- ganos; deberá, entonces, realizar controles de
constitucionalidad y convenciona- lidad de la legislación en materia migratoria,
por mencionar algunas acciones.

Por otro lado, se encuentra la obligación de todas las autoridades de juzgar con
perspectiva de género, la cual ha sido desarrollada por la Suprema Corte de
Jus- ticia de la Nación —en adelante SCJN—. Así, resulta relevante retomar
algunos aspectos importantes respecto de dichas obligaciones.

Tomando en cuenta los criterios esgrimidos por nuestro tribunal supremo, 14 las
autoridades jurisdiccionales deben realizar las siguientes acciones con el
objetivo de dar cumplimiento a su obligación de juzgar con perspectiva de
género:

• Leer e interpretar una norma tomando en cuenta los principios ideo-


lógicos que la sustentan, así como la forma en que afectan de
manera diferenciada a quienes acuden a demandar justicia.

• Analizar el marco normativo e institucional a fin de detectar la


posible utilización de estereotipos sobre las funciones de uno u otro
género.

• Aplicar la perspectiva de género en todos los casos que involucren


rela- ciones asimétricas, prejuicios y patrones estereotípicos,
independien- temente del género de los involucrados, con el fin de
detectar y eliminar las barreras y los obstáculos que discriminan a las
personas por su pertenencia al grupo de “mujeres” u “hombres”.

sentido, los derechos humanos, en su conjunto, constituyen el parámetro de control de regulari-


dad constitucional, conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que forman
parte del orden jurídico mexicano.
14
Para mayor referencia se puede consultar el siguiente amparo que recopila la doctrina de la SCJN en
la materia, SCJN, Amparo Directo en Revisión 5999/2016, pp. 19-28.
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género

• Identificar si existen situaciones de poder que, por cuestiones de gé-


nero, expliquen un desequilibrio entre las partes de la controversia.

• Cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando estereotipos


o prejuicios de género, a fin de visualizar las situaciones de
desventaja provocadas por condiciones de sexo o género.

• Ordenar las pruebas necesarias para visibilizar situaciones de violen-


cia, vulnerabilidad o discriminación por razones de género, en caso
de que el material probatorio no sea suficiente para aclararlas.

• De detectarse una situación de desventaja por cuestiones de género,


cuestionar la neutralidad del derecho aplicable y evaluar el impacto
diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución
jus- ta e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por
condiciones de género.

• Evitar el uso del lenguaje basado en estereotipos o prejuicios, el cual


deberá remplazarse por un lenguaje incluyente.

De manera general, cuando las autoridades jurisdiccionales se encuentren


frente a un caso que pertenezca de manera originaria a la materia migratoria, el
género debe ser tomado como punto de partida para analizar las causas de la
migración, los posibles efectos diferenciadores futuros, y las necesidades de las
personas migrantes. Además, se debe analizar si el género ha impactado en el
caso, así como la manera en la que la legislación aplicable puede generar un
impacto dife- renciado en este.

Para determinar lo anterior, se propone que las juezas y jueces analicen caso
por caso de manera sistemática los siguientes elementos, y así concluir si son
aplica- bles al momento de emitir una determinación:

• Los factores que obligan a las personas a migrar y si estos se relacio-


nan a la desigualdad entre los géneros, los roles de género y las rela-
ciones de poder.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 462
género

• Identificar relaciones asimétricas basadas en el género.

• Identificar si la persona migrante se encuentra frente a una situación


de violencia por motivo de género, ya sea en su país de origen, o
bien en el territorio mexicano.

• Considerar el contexto general de la migración, especialmente la


femi- nización de la migración, entendiéndose como “el aumento
sostenido en la proporción de mujeres que migran de forma
independiente en búsqueda de empleo, en vez de hacerlo como
`dependientes familiares´ que viajan con sus esposos o se reunifican
con ellos en el exterior.15

• Identificar si se encuentra frente a un caso de feminización de la po-


breza —de acuerdo a la ONU, el 70% de las personas que sufren
hambre en el mundo son mujeres— ya que inevitablemente esto pro-
vocará una situación de desigualdad frente a sus similares varones.

• Investigar y analizar la situación familiar de cada una de las


personas migrantes ya que ello puede cambiar la dinámica familiar,
responsabi- lidades, deberes de cuidado, etcétera, basado en el
género de la per- sona extranjera.

• Considerar como punto de partida el desequilibrio del mercado labo-


ral —desigualdad en ingresos y cargas laborales por razones de
géne- ro— tanto en el país de origen de la persona extranjera, o bien
en el territorio mexicano.

• Analizar si la legislación aplicable prevé un proceso migratorio


neutral, ya que normalmente estos afectan más a las mujeres; o bien,
identifi- car si esta utiliza estereotipos sobre las funciones de uno u
otro género
—en contravención de derechos humanos— e inaplicarla a través de
un control convencional o constitucional.

15
Cf. Petrozziello, op. cit., p. 221.
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género

• Analizar y considerar siempre las necesidades particulares e indivi-


duales de cada persona migrante.

• Considerar cómo su determinación podría generar un impacto futuro


basado en el género.

Esto no debe entenderse como si se tuviera la obligación de que cada vez que
las personas juzgadoras estén frente a un caso de materia migratoria se tienen
que conceder las pretensiones solicitadas por una persona extranjera, solo por el
hecho de encontrarse en una situación de desventaja por su calidad migratoria o
por su género —inclusive si lo anterior pudiera implicar la inobservancia de la
ley o pasar por alto principios legales en materia migratoria—. Lo anterior,
pues en ningún momento se busca ignorar o invadir la facultad del Estado
mexicano de dirigir la política migratoria, sino armonizarla y aplicarla de
manera adecuada con el objetivo de garantizar el derecho de acceso a la
justicia.

Al respecto, resulta relevante traer a colación lo establecido por el Comité


CEDAW, en la previamente mencionada Recomendación General núm. 26,
sobre las tra- bajadoras migratorias:

Si bien los Estados tienen derecho a controlar sus fronteras y reglamentar la


migra- ción, deben hacerlo de manera plenamente conforme con sus
obligaciones como partes en los tratados de derechos humanos que han
ratificado o a los que se han adherido. Ello comprende la promoción de
procedimientos de migración seguros y la obligación de respetar, proteger y
facilitar el ejercicio de los derechos de la mujer en todas las etapas del ciclo
migratorio.16

En el mismo sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su


resolu- ción sobre Protección de los migrantes reiteró la “necesidad de que todos
los Esta- dos protejan plenamente los derechos humanos universalmente
reconocidos de los migrantes, en particular de las mujeres y los niños,
independientemente de

16
CEDAW, op. cit., párr. 3.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 464
género

su situación jurídica, y que los traten con humanidad, sobre todo en lo relativo
a la asistencia y la protección”.17

Esto se traduce en que los Estados no pueden liberarse de sus obligaciones en


materia migratoria basándose en las disposiciones de sus leyes nacionales, ya
que no pueden invocar su legislación interna como justificación ante el
incumplimien- to de sus obligaciones jurídicas internacionales, como lo
establece el artículo 27 de la Convención de Viena18 sobre derecho de los
tratados.

Lo que se apela es que las personas juzgadoras concilien las obligaciones en


ma- teria migratoria previstas en ordenamientos nacionales con aquellos
internacio- nales, así como con la situación particular de cada persona, con el
objetivo de facilitar el goce y el ejercicio de todos los derechos humanos a
favor de las perso- nas migrantes, especialmente de aquellas que por razón de
género pudieran en- contrarse en una situación de desigualdad, tanto de hecho
como de derecho.

III.Obligaciones específicas de las autoridades


en procedimientos de carácter migratorio

Si bien por la naturaleza de los procedimientos que a continuación se


mencionan, las autoridades administrativas —Instituto Nacional de Migración,
en adelante INM o Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, en adelante
COMAR y en algunos casos instituciones de seguridad pública— son las que
tendrán el primer contacto con las personas extranjeras, lo cierto es que las
autoridades jurisdiccio- nales también podrán tener un nivel de intervención de
gran relevancia en jui- cios de amparo e inclusive en juicios de nulidad
administrativos —en menor medida—.

Lo anterior, ya que muchos de los procedimientos que se explicarán en este


apar- tado involucran “alojamientos” o “presentaciones” —términos usados por
la Ley

17
Asamblea General de las Naciones Unidas, Resolución A/RES/54/166, Protección de los migrantes, p. 3.
18
Convención de Viena, art. 27: “El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no
podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un
tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 46”.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 465
género

de Migración—, que son materialmente privaciones a la libertad. 19 Por ello, las


personas juzgadoras podrán actuar como un control jurisdiccional extraordina-
rio ante dichas acciones, frente a la falta de uno propio en sede administrativa.

Es por ello que, a continuación, se mencionarán las obligaciones que las autori-
dades jurisdiccionales tienen a su cargo dentro de los procedimientos de
carácter migratorio; que ya han sido explicados y analizados a profundidad en el
Protocolo para juzgar casos que involucren personas migrantes y sujetas de
protección interna cional de esta SCJN, pero ahora desde una perspectiva de
género.

1. Procedimiento administrativo migratorio

A. Control migratorio

El artículo 86 de la Ley de Migración prevé que la internación de una persona


extranjera puede ser rechazada por el INM si esta no cumple con los requisitos
previstos en el artículo 3720 de dicho ordenamiento. Asimismo, el Reglamento
de

19
La SCJN, en el proyecto del Amparo en Revisión 282/2019, ya se ha pronunciado al respecto, y
materialmente equiparó los “alojamientos” y las “presentaciones” con privaciones de la libertad.
20
Ley de Migración, art. 37.
Para internarse al país, los extranjeros deberán:
I. Presentar en el filtro de revisión migratoria ante el Instituto, los documentos siguientes:
a) Pasaporte o documento de identidad y viaje que sea válido de conformidad con el derecho
inter- nacional vigente, y
b) Cuando así se requiera, visa válidamente expedida y en vigor, en términos del artículo 40 de
esta Ley; o
c) Tarjeta de residencia o autorización en la condición de estancia de visitante regional, visitante
trabajador fronterizo o visitante por razones humanitarias.
II. Proporcionar la información y los datos personales que las autoridades competentes soliciten
en el ámbito de sus atribuciones.
III. No necesitan visa los extranjeros que se ubiquen en alguno de los siguientes supuestos:
a) Nacionales de países con los que se haya suscrito un acuerdo de supresión de visas o que no se
requiera de visado en virtud de una decisión unilateral asumida por el Estado mexicano;
b) Solicitantes de la condición de estancia de visitante regional y visitante trabajador fronterizo;
c) Titulares de un permiso de salida y regreso;
d) Titulares de una condición de estancia autorizada, en los casos que previamente determine
la Secretaría; e) Solicitantes de la condición de refugiado, de protección complementaria y de la
determinación de apátrida, o por razones humanitarias o causas de fuerza mayor, y
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 466
género

la Ley de Migración establece que mientras se ejecuta el rechazo, la persona


debe permanecer en las zonas de tránsito en estancias temporales, las cuales
son ope- radas por la autoridad migratoria.

En primer lugar, de lo anterior se desprende que el acta de rechazo constituye


un acto administrativo derivado de un procedimiento de control migratorio que
acon- tece en los lugares de tránsito internacional de personas, lo cual tiene
como conse- cuencia la expulsión de la persona extranjera. Sin embargo, esto
podría ir en contra del principio de no devolución o nonrefoulement,21 que se
encuentra regulado en el artículo 33 de la Convención de 1951 sobre el Estatuto
de Refugiados —Con- vención de 1951—, y que “cubre cualquier medida
atribuible al Estado que pueda tener el efecto de devolver a un solicitante de
asilo o refugiado a las fronteras de territorios donde su vida o libertad pueden
verse amenazadas, o donde él o ella corra riesgo de persecución, incluyendo su
intercepción, rechazo en la frontera, o devolución indirecta”,22 el cual también
es aplicable en los casos de rechazo.

Asimismo, el acta de rechazo podría tener como consecuencia la violación a otros


derechos humanos e inclusive podría generar responsabilidad estatal, con la
con- secuente reparación integral del daño a favor de las personas extranjeras.

Para ilustrar esta situación, vale la pena traer a colación la Comunicación núm.
149/1999 del Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas23 —CAT por
sus siglas en inglés—. Si bien esta tiene como origen una petición de refugio y
no pro- piamente un acta de rechazo es importante en materia de perspectiva de
género y el principio de no devolución. Asimismo, dado que este caso
constituyó juris- prudencia, el Estado mexicano está obligado a seguir los criterios
ahí establecidos.24

f) Miembros de la tripulación de embarcaciones o aeronaves comerciales conforme a los compro-


misos internacionales asumidos por México.
21
Cf. ACNUR, El principio de no Devolución, párr. 4. Disponible en
«https://www.acnur.org/fileadmin/ Documentos/BDL/2002/01151.pdf».
22
Lo cual, materialmente ampara a las personas extranjeras de ser devueltas a su país de origen.
23
Comité contra la Tortura, Comunicación núm. 149/1999, CAT/C/25/D/149/1999 (jurisprudencia).
Disponible en «https://www.refworld.org.es/pdfid/5d7fc516c.pdf».
24
Se afirma lo anterior ya que el Estado mexicano, al ser parte de la Convención contra la Tortura y
Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, reconoció expresamente la competencia del
Comité contra la Tortura prevista en el artículo 22 de dicha convención.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 467
género

Este caso trata de una mujer musulmana de Irán, que después de que su primer
esposo muriera en circunstancias sospechosas fue obligada a casarse con un
líder religioso musulmán en contra de su voluntad. Posteriormente, inició una
relación con un hombre cristiano —lo cual está estrictamente prohibido según
dicha religión— y fue descubierta; por lo que su segundo esposo la golpeó bru-
talmente y su caso fue enviado a las autoridades locales correspondientes para
que ella fuera procesada de acuerdo a la legislación religiosa. Fue así que ante
el peligro que enfrentaba, huyó con uno de sus hijos a Suecia, en donde tramitó
su solicitud de refugio y tuvo conocimiento que había sido sentenciada a
muerte por lapidación por la supuesta comisión de adulterio. Sin embargo,
Suecia negó su solicitud de refugio, por lo que estaba en riesgo de ser devuelta
a Irán y en consecuencia a que se ejecutara dicha sentencia en su contra.

Al respecto, el CAT determinó que Suecia había violado el artículo 3 de la


Con- vención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degra- dantes —en específico, la regla en contra de la no devolución— al no
analizar con un estándar probatorio adecuado sus solicitudes de asilo y al no
evaluar las barreras sistemáticas y actitudes patriarcales que impiden que las
mujeres logren igualdad, respecto a los varones—. 25 Es por ello que el CAT
ordenó que Suecia se abstuviera de retornar a la mujer a Irán o a cualquier otro
país en donde corriera el riesgo de ser expulsada o retornada a dicho país.26 De
lo anterior se desprende que, si un Estado devuelve a una persona extranjera a
su lugar de origen, o in- clusive a otro en donde pudiera estar en riesgo de ser
sometida a tortura, puede constituir un trato cruel e inhumano.

Asimismo, de una interpretación sobre dicha Opinión, se puede concluir que el


CAT ya ha fijado su postura respecto al principio de no devolución cuando se
trata de mujeres, aunque se puede aplicar a cualquier persona, por razón de
género. Los Estados tienen la obligación de adoptar una perspectiva de género
en casos en los que involucren el posible retorno al país de origen, o cualquier
otro terri- torio que pudieran poner en riesgo a una mujer; lo cual puede
suceder a través

25
V. Comité contra la Tortura, CAT/C/25/D/149/1999.
26
Ibid., párr. 9.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 468
género

de un acta de rechazo en el caso mexicano. Dicha perspectiva deberá ser


adoptada no solo al momento de emitir la decisión correspondiente, sino
también para analizar las pruebas ofrecidas por la persona extranjera.

De manera que, frente a una orden de rechazo que ha llegado a sede jurisdiccio-
nal, las personas juzgadoras deben analizar el contexto político, religioso, social
y cultural de cada persona extranjera de manera individual y así identificar la
for- ma en la que incide el género al momento de analizar si su vida o libertad
pueden verse amenazadas o si correrá riesgo de persecución, tortura, malos
tratos, etcé- tera en su lugar de origen, antes de ordenar su rechazo —o
expulsión— del país.

En un primer momento, las juezas y los jueces podrán cumplir con dicha
obliga- ción otorgando la suspensión de plano para el efecto de que la persona
extranjera no sea expulsada del territorio mexicano; siempre y cuando su
órgano jurisdic- cional no esté adscrito al Primer Circuito ya que existe un
criterio —del Pleno de Circuito en Materia Penal— que concluye que, frente a
un acta de rechazo, no es procedente otorgar la suspensión de plano.27 Sin
embargo, nada impide que en dicho circuito se otorgue la suspensión a petición
de parte bajo las reglas estable- cidas en el artículo 128 de la Ley de Amparo
—y demás relativos y aplicables— con el objetivo de mantener las cosas en el
estado en el que se encuentran y así impedir que se ejecute el acta de rechazo.

En el resto de los circuitos en donde el criterio previamente mencionado no sea


obligatorio, no es el caso que las personas juzgadoras no pueden conceder la
sus- pensión de plano, dado que materialmente el acta de rechazo tiene los
mismos efectos que una deportación, o sea la expulsión de una persona
extranjera del país.28

Lo anterior debe realizarse a través de un razonamiento debidamente fundado y


motivado a través del cual se interpreten las normas aplicables al caso
evaluando

27
V. Tesis: PC.I.P. J/28 P (10a.), Pleno en Materia Penal del Primer Circuito, libro 39, tomo I, p. 658,
registro digital: 2013633; ACTA DE RECHAZO POR LA QUE LA AUTORIDAD MIGRATORIA
DECRETA LA INADMISIBILIDAD A TERRITORIO NACIONAL DE UNA PERSONA EXTRANJERA.
EN SU CONTRA ES IMPROCEDENTE LA SUSPENSIÓN DE OFICIO Y DE PLANO.
28
V. SCJN, Sentencia recaída en la Contradicción de tesis 1/2006-PL.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 469
género

si estas “provoca[n] una violación directa al derecho de igualdad al introducir


impactos diferenciados por razón de género, y si lo hace[n], entonces, se debe
preferir la opción interpretativa que elimine tal discriminación, o en su caso
optar por la inaplicación de la norma”.29 Lo anterior tendrá que llevarse a cabo
también al emitir la sentencia del procedimiento correspondiente, así como
cualquier otra determinación dentro del mismo.

B. Verificación y revisión

La Ley de Migración otorga atribuciones al INM para realizar acciones de


verifi- cación en lugares distintos a los destinados al tránsito internacional de
personas, con el objetivo de comprobar que las personas extranjeras que se
encuentren en territorio nacional cumplan con las obligaciones previstas en
dicha ley y su reglamento.30

Lo anterior se lleva a cabo a través de órdenes firmadas por el INM, en las


cuales se deberá precisar el responsable de la diligencia y el personal asignado
para su realización, el lugar o zona que ha de verificarse, el objeto de la
verificación, el alcance que deba tener y las disposiciones jurídicas aplicables
que la fundamen- ten y la motiven.31

En caso de que en dicha verificación las personas extranjeras no cuenten con


documentos que acrediten su situación migratoria regular en el país, el artículo
95 de la Ley de Migración establece que se pondrán a disposición del INM para
que se resuelva su situación migratoria; es decir, serán presentadas en
estaciones migratorias o en lugares habilitados para ello.

Lamentablemente, dichos artículos no hacen referencia alguna a grupos


vulnera- bles, simplemente se limitan a establecer que las personas extranjeras
serán tras- ladadas a estaciones migratorias. Lo anterior evidencia que la
legislación “neutral” puede ser perjudicial para dichos grupos, a pesar de que se
haga referencia a que

29
SCJN, Sentencia recaída en el Amparo Directo en Revisión 5490/2016, p. 13.
30
Cf. Ley de Migración, art. 92.
31
Id.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 470
género

se aplicará lo establecido en el Capítulo V —De la Presentación de Extranjeros—


del Título Sexto —Del Procedimiento Migratorio— de dicha ley. Así pues, es posible
afirmar desde una perspectiva de género que estas disposiciones generan un
efecto desproporcionadamente perjudicial a las mujeres.32

Por otro lado, cabe mencionar que las autoridades jurisdiccionales únicamen-
te podrán tener conocimiento de las órdenes de visitas de verificación, así como
sus consecuencias naturales —como la posible presentación ante estaciones mi-
gratorias, deportación, etcétera—, si son señaladas como actos reclamados por
las personas extranjeras en los juicios de amparo o a través de juicio de nulidad,
pero independientemente de la vía procesal en la que sean reclamadas, las auto-
ridades jurisdiccionales deberán aplicar las obligaciones generales en perspectiva
de género mencionadas en el apartado anterior, así como verificar si se
cumplie- ron con los requisitos y plazos establecidos en la ley y en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Además, se sugiere que caso por caso, las juezas y jueces valoren llevar a cabo
un test de proporcionalidad de los artículos de la Ley de Migración que le
permiten al INM llevar a cabo acciones de verificación; ya que estos parten de
“categorías sospechosas” pues legitiman y avalan que estas se lleven a cabo
con base en cri- terios subjetivos y discriminatorios como el género, pero
también otras caracte- rísticas como color de la piel —perfiles raciales—, la
condición social y otras formas prohibidas.33 Lo anterior con el objetivo de
determinar caso por caso la procedencia —o improcedencia— de las actas de
verificación y, en consecuencia, la presentación ante estaciones migratorias de
las personas extranjeras.

Asimismo, las autoridades tendrán que determinar si este trato diferenciado a


las personas extranjeras pudiese constituir discriminación. Al respecto, la Corte
IDH

32
Debido a la automática presentación de las personas extranjeras en estaciones migratorias como
consecuencia de las acciones de verificación, se sugiere consultar el subapartado “Presentación y alo-
jamiento” de este capítulo, donde se ahondará en los requisitos especiales que las estaciones
migratorias deben guardar desde una perspectiva de género.
33
Cf. Sin Fronteras, IAP, Discriminación hacia la población migrante, solicitante de asilo y refugiada en
México, p. 4. Disponible en «https://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CERD/Shared%20Documents/MEX/
INT_CERD_NGO_MEX_80_9645_E.pdf».
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 471
género

en la Opinión Consultiva OC-18/03 de 17 de septiembre de 2003 estableció que


para que la distinción no se convierta en discriminación debe cumplir ciertas
exigencias: que persiga un fin legítimo y que tengan carácter objetivo; la
diferen- cia debe ser relevante, poseer una importancia suficiente para justificar
un trato distinto, y ser necesaria y no únicamente conveniente o útil; debe haber
proporcio- nalidad entre la diferencia fáctica y la jurídica, entre los medios
escogidos y los fines; debe señalarse la proporcionalidad, razonabilidad,
idoneidad o adecuación.34

En el mismo sentido, la CIDH ha manifestado su preocupación por la práctica


de este tipo de actividades, comúnmente conocidas como “redadas” u
“operativos”. En el Informe sobre Inmigración en Estados Unidos: Detenciones
y Debido Pro- ceso estableció que, en dicho país, es una práctica común que las
autoridades migratorias, así como las que las auxilian, pasen por alto los
principios del debido proceso; que estas actividades tienden a criminalizar a las
personas migrantes y; que pueden involucrar graves violaciones a derechos
humanos dado que se reali- zan en domicilios particulares y lugares de trabajo
de las personas extranjeras.35

Las circunstancias anteriores pueden asimilarse al caso de nuestro país, por lo


que también se sugiere que las autoridades jurisdiccionales analicen caso por
caso si las acciones de verificación están motivadas o centradas en estereotipos
de géne- ro, por ejemplo, si estas se llevan a cabo en lugares de trabajo
asociados a oficios típicamente llevados a cabo por mujeres migrantes como
maquilas, residencias donde ejercen el trabajo del hogar, trabajo en el campo,
entre otros.

Es importante aclarar que no se debate la facultad de las autoridades


migratorias para vigilar lo relativo a la estancia regular en el país de las
personas extranje- ras o para llevar a cabo revisiones de documentación a
través de las acciones de verificación, sino que, frente a dicha facultad
administrativa, las autoridades ju- risdiccionales están obligadas a analizar caso
por caso con perspectiva de género

34
Cf. Corte IDH, Opinión Consultiva OC-18/03, párrs. 4-10. Disponible en «https://corteidh.scjn.gob.
mx/buscador/doc?doc=opinionesConsultivas/OC_18.html#OC_18_PARR114».
35
Cf. CIDH, Informe sobre Inmigración en Estados Unidos: Detenciones y Debido Proceso, párrs. 150-
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 472
género
152. Disponible en «http://cidh.org/countryrep/usimmigration.esp/Cap.IV.a.htm».
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 473
género

y verificar si el acta de revisión partió de una diferenciación basada en una


categoría sospechosa —por ejemplo, el género— que pudiera constituir discri-
minación, así como el impacto diferenciado que dicha acta podría generar en la
persona extranjera precisamente por su género.

Además, tampoco se debate la facultad que las autoridades migratorias tienen


relativa a la puesta a disposición de las personas extranjeras ante el INM en
caso de no acreditar su situación legal en el país, siempre y cuando esta se lleve
a cabo de “forma razonable, previsible y proporcional, conforme al principio de
no arbitrariedad en la privación de libertad de personas migrantes”. 36 Lo
anterior, de acuerdo a un nuevo criterio adoptado por la SCJN y del cual se
ahondará más adelante; esta circunstancia deberá ser verificada de manera
individualizada por las autoridades jurisdiccionales.

Al respecto, en el Amparo Indirecto 1333/2018 del índice del Juzgado Octavo


de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México se encontró que
es inconstitucional el artículo 100 de la Ley de Migración “la privación de la
liber- tad de la persona extranjera sujeta del procedimiento administrativo
migratorio constituye la regla ordinaria, rutinaria y automática que debe aplicar
la autoridad migratoria”.37 Es por ello que se sugiere que las autoridades
jurisdiccionales rea- licen un estudio individualizado para decidir si en un caso
en concreto, la auto- mática privación de la libertad de una persona extranjera
pudiera generar un impacto diferenciado en una persona por su género; en caso
de ser afirmativo, entonces también se podría declarar como inconstitucional
dicho artículo.

Por otro lado, la Ley de Migración prevé, en los artículos 97 y 98, las
revisiones de carácter migratorio, las cuales podían llevarse a cabo dentro del
territorio na- cional a efecto de comprobar la situación migratoria de los
extranjeros.

Sin embargo, el 18 de mayo de 2022, la Primera Sala de la SCJN al resolver el


Amparo en Revisión 275/2019 determinó la inconstitucionalidad de los
artículos

36
SCJN, Comunicado de Prensa 184/2022. Disponible en «https://www.internet2.scjn.gob.mx/red2/
comunicados/noticia.asp?id=6906».
37
Juzgado Octavo de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, Sentencia Recaída al
Juicio de Amparo Indirecto 1333/2018, p., 77.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 474
género

previamente mencionados al establecer que “la revisión migratoria, tal y como


está regulada, resulta violatoria del derecho a la igualdad y no discriminación,
por dos razones medulares: la primera, porque dada su generalidad y amplitud
es una norma sobreinclusiva, y la segunda, por generar impactos desproporcio-
nados en ciertos sectores de la población”.38

Asimismo, la Primera Sala estableció que el procedimiento de revisión migratoria


es inconstitucional por ser violatorio del derecho a la igualdad y no discrimina-
ción, y por restringir injustificadamente el derecho a la libre circulación y
tránsi- to. De acuerdo a la reforma constitucional del Poder Judicial de la
Federación del 11 de marzo de 2021, este criterio establece jurisprudencia por
precedente, por lo que es obligatoria para todos los órganos jurisdiccionales de
la Federación y de las entidades federativas.

C. Presentación y alojamiento

De acuerdo con el artículo 99 de la Ley de Migración, las personas extranjeras


en edad adulta podrán ser presentados en estaciones migratorias o en lugares
habi- litados para ello, en tanto se determina su situación migratoria en
territorio na- cional. De igual manera, el artículo 106 de dicho ordenamiento
equipara a las “estancias provisionales” a las estaciones previamente
mencionadas; es por ello por lo que cuando se hable de los requisitos que las
estaciones migratorias deben cumplir, deberá entenderse que estos también
aplicarán a las estancias. Asimis- mo, el artículo 222 del Reglamento de la Ley
de Migración establece que una vez que una persona extranjera sea puesta a
disposición de la autoridad migratoria, deberá iniciarse el procedimiento
administrativo migratorio.

En principio, debe notarse que lo anterior podría constituir una política neutral
desde la perspectiva de género. Sin embargo, de por sí, esta política
esencialmente implica un tipo de discriminación indirecta ya que esta parte
“desde el imaginario del hombre blanco, heterosexual, propietario cristiano y
educado”,39 lo cual no

38
SCJN, Sentencia Recaída al Amparo en Revisión 275/2019, párr. 160.
39
SCJN, Protocolo para juzgar con perspectiva de género… cit., p. 80.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 475
género

implica una visión que abarque todas las realidades. Ya que permite que las
mu- jeres extranjeras, en su calidad de grupo vulnerable, sean automáticamente
pri- vadas de su libertad, lo cual puede producir efectos desproporcionadamente
negativos en su perjuicio. Entre estas afectaciones se encuentra: el aumento de
casos de violencia sexual y basada en género derivados de las medidas de con-
finamiento; imposibilidad para acceder a servicios de atención o canales de
denuncia; falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, lo que
podría provocar una violación a su dignidad al no contar con insumos para la
higiene menstrual o específicas del género, etcétera. Es claro que estas
circunstancias no necesariamente generan la misma afectación a los varones,
por ejemplo.

Además, esta política neutral podría constituir una violación al derecho a la


igual- dad y no discriminación y por lo tanto provocar una situación de
discriminación indirecta. De acuerdo con la Corte IDH, las disposiciones
legales aparentemente neutrales pero que produzcan efectos negativos de
manera desproporcionada para un grupo en particular, pueden ser consideradas
discriminatorias;40 sin em- bargo dicha circunstancia deberá ser analizada por la
autoridad jurisdiccional de manera individual.

Por otro lado, conviene hacer hincapié en que, dado que la presentación de per-
sonas extranjeras en estaciones migratorias equivale a una detención o
retención pues es privativa de la libertad, el artículo 7.5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humano es aplicable a las detenciones de las
personas originadas con motivo de su estatus migratorio; razón por la cual, la
intervención de la autori- dad judicial gozará de la mayor importancia frente a
estos casos.

En ese sentido, surgen algunas de las primeras obligaciones para las


autoridades jurisdiccionales. En un primer momento, y si la presentación de la
persona extran- jera fue señalada como acto reclamado, las personas juzgadoras
deberán verificar que las garantías y el proceso previamente mencionados
hayan sido cumplidos por parte de las autoridades migratorias —sobre lo cual
se ha ahondado en el

40
Cf. Corte IDH, Nadege Dorzema y otros vs. República Dominicana, párr. 234. Disponible en «https://
www.corteidh.or.cr/CF/jurisprudencia2/ficha_tecnica.cfm?nId_Ficha=226».
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 476
género

Protocolo para juzgar casos que involucren personas migrantes y sujetas de protección
internacional—.

Ahora bien, de acuerdo con el artículo 107 de la Ley de Migración, las


estaciones migratorias deben cumplir con los siguientes requisitos mínimos en
favor de las personas extranjeras privadas de su libertad:

• Servicios de asistencia médica, psicológica y jurídica.


• Proporcionar alimentos.
• Mantener en lugares separados a hombres y mujeres.
• Mantener instalaciones adecuadas que eviten el hacinamiento.
• Contar con espacios de recreación deportiva y cultural.
• Acceso a representantes consulares, legales y personas de confianza.

Sin embargo, la realidad mexicana dista mucho de lo anterior. De acuerdo con


el Informe Especial. Situación de las Estaciones Migratorias en México, hacia
un nuevo modelo alternativo a la detención, publicado en 2019 por la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, se identificaron una serie de circunstancias
que son claramente violatorias de derechos humanos, por ejemplo:

• En Tapachula, Chiapas, se generaron condiciones inadecuadas para


garan- tizar una estancia digna y respetuosa de los derechos humanos, en
razón de que el sobrecupo generó falta de agua, alimentos, higiene en
colchone- tas, cobijas, dormitorios, y servicio médico, carencias que
implicaron que se presentaran diversas enfermedades en la población,
especialmente en niñas, niños, mujeres embarazadas y personas adultas,
sin que se les brin- dara la atención médica correspondiente ante la falta
de medicamentos.41

• El albergue que habilitó el Instituto Nacional de Migración en el recinto


ferial de Tapachula, Chiapas, era de puertas cerradas, con seguridad peri-
metral a cargo de la Policía Federal. En ese lugar fueron alojadas hasta
un

41
CNDH, Informe Especial. Situación de las Estaciones Migratorias en México, hacia un nuevo
modelo alternativo a la detención, p. 150. Disponible en
«https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/docu- mentos/2019-11/Informe-Estaciones-Migratorias-
2019.pdf».
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 477
género

aproximado de 3,000 personas, entre ellas niñas, niños, adolescentes, mu-


jeres, personas adultas, personas con discapacidad y hombres, quienes
permanecieron privadas de su libertad, a pesar de que eran solicitantes de
reconocimiento de la condición de refugiado.42

Asimismo, dicha institución documentó lo siguiente:

• En tres Estaciones Migratorias —Puebla, El Ceibo y Tampico— no


cuentan con dormitorios separados para hombres y mujeres.43

• En cinco de once Estancias Provisionales tipo A, no cuentan con


sepa- ración entre hombres y mujeres para tal efecto, estas son:
Campeche, Ciudad Cuauhtémoc, San Gregorio Chamic y
Zihuatanejo.44

Si bien estas circunstancias pueden no ser las imperantes en todas las


estaciones migratorias, puede ser indicativo que el resto de estas carecen de las
característi- cas esenciales para albergar a personas extranjeras. Por lo tanto,
esta privación de su libertad es violatoria de derechos humanos, especialmente
desde una perspec- tiva de género.

Es por lo que, en un segundo momento, se recomienda que las autoridades


juris- diccionales se alleguen caso por caso de las pruebas necesarias para
verificar si la estación migratoria en la que se encuentra privada de su libertad
la parte quejosa cuenta con las características y servicios necesarios para
salvaguardar su vida, salud y dignidad, de acuerdo a su género, edad, situación
familiar, etcétera, con el obje- tivo de pronunciarse respecto de la validez —o
invalidez— de su presentación.

Lo anterior se relaciona con lo establecido por la Corte IDH relativo a la situación


de las personas migrantes, quien manifestó que la vida comprende “no sólo el
de- recho de todo ser humano de no ser privado de la vida arbitrariamente,
sino

42
Ibid., p., 70.
43
Cf. ibid., p. 138.
44
Cf. ibid., p. 142.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 478
género

también el derecho a que no se le impida el acceso a las condiciones que le ga-


ranticen una existencia digna”.45

Es decir, para proteger efectivamente el derecho a no ser privado de la vida


arbi- trariamente, las autoridades judiciales deberán asegurarse de que las
personas detenidas en estaciones migratorias no estén impedidas a acceder a las
condicio- nes que le garanticen una existencia digna; en este caso haciendo
especial énfasis en su género.

Cabe mencionar que el hecho de que se concluya que una estación migratoria
no cumple con los requisitos esenciales para que una persona extranjera sea
privada de su libertad, no significa que también se deba incumplir con el
mandato pre- visto en el artículo 33 constitucional46 del ejecutivo de regular el
lugar y el tiem- po que dure la detención de las personas extranjeras, o el
mandato legislativo de regularizar la estancia o asistir el retorno de las personas
extranjeras, ya que la Ley de Migración establece otros mecanismos menos
lesivos

Así pues, surge otra obligación para las autoridades jurisdiccionales consistente
en continuar con estos procedimientos administrativos, pero prefiriendo otra
alter- nativa menos lesiva que la detención migratoria prevista en el artículo
102 Ley de Migración. Entre estas se encuentra la entrega en custodia a la
representación diplomática del país del que la persona migrante sea nacional, o
bien a la persona moral o institución de reconocida solvencia cuyo objeto esté
vinculado con la protección a los derechos humanos. Lo anterior, dependerá del
caso en concreto y de si se llega a la conclusión de que una estación migratoria
no cumple con los requisitos esenciales para una persona por su género, o que
podría provocar un

45
Corte IDH, “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros), párr. 144. Disponible en «https://www.corte
idh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_63_esp.pdf».
46
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, art. 33.
“Son personas extranjeras las que no posean las calidades determinadas en el artículo 30 constitucional
y gozarán de los derechos humanos y garantías que reconoce esta Constitución. El Ejecutivo de la
Unión, previa audiencia, podrá expulsar del territorio nacional a personas extranjeras con fundamento
en la ley, la cual regulará el procedimiento administrativo, así como el lugar y tiempo que dure la
detención. Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 479
género

efecto negativo de manera desproporcionada precisamente por su situación de


vulnerabilidad.

Al hacer lo mencionado previamente se respeta completamente la política


migra- toria del poder ejecutivo y, al mismo tiempo, las autoridades
jurisdiccionales cumplen con sus obligaciones constitucionales y
convencionales en materia de derechos humanos y perspectiva de género.

D. Estándares de derecho en los


procedimientos de carácter
migratorio

Estas acciones, mencionadas en los apartados anteriores, van de acuerdo con lo


establecido por la CIDH en los Principios Interamericanos sobre los Derechos
Humanos de Todas las Personas Migrantes, Refugiadas, Apátridas y las Víctimas
de la Trata de Personas, que establecen lo siguiente: que los Estados deben
tomar medidas para erradicar la detención de migrantes mediante leyes,
políticas y prácticas públicas; que la detención migratoria debe ser una medida
de último recurso, y que su aplicación debe ser legal, necesaria, estricta y
proporcional; debe tenerse en cuenta el efecto que provocará la detención en su
salud física y mental; y nunca debe detenerse a personas en situaciones de
vulnerabilidad, mujeres embarazadas, madres lactantes y víctimas de trata de
personas.47

En el mismo sentido, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los


Refu- giados —ACNUR— a través de las Directrices del ACNUR sobre los
criterios y estándares aplicables a la detención de solicitantes de asilo —las
cuales son obli- gatorias para el Estado Mexicano—, ha establecido lo
siguiente, respecto a la separación de mujeres y hombres detenidos:

Directriz 8:

Detención de mujeres Las mujeres solicitantes de asilo y las niñas adolescentes,


especialmente las que no llegan acompañadas, se encuentran particularmente en

47
V. CIDH, op. cit.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 480
género

situación de riesgo cuando se las obliga a permanecer en centros de detención.


Como regla general debería evitarse la detención de mujeres embarazadas en sus
últimos meses de gestación y de madres lactantes, que pueden necesitar
cuidados especiales.

Cuando se detenga a mujeres solicitantes de asilo, se las debe alojar separadas


de los solicitantes de asilo de sexo masculino, a menos que estos fueran
fami liares cercanos. A fin de respetar los valores culturales y mejorar la
protección física de las mujeres que se encuentren en centros de detención, se
recomienda que el personal de estos centros sea femenino.

A las mujeres solicitantes de asilo se les debería otorgar acceso a servicios


legales o de otro tipo sin discriminación en cuanto a su género, y a servicios
específicos que respondan a sus necesidades especiales. Particularmente,
deberían tener acceso a servicios de ginecología y obstetricia.48

Asimismo, dichas directrices establecen una serie de situaciones que deben ser
consideradas respecto al género:

Directriz 9.3 Mujeres, no se debe detener a las mujeres embarazadas ni a las lac-
tantes que tienen necesidades especiales, las medidas alternativas deben tomar
en cuenta las necesidades particulares de las mujeres, como el caso de que la
deteni- da haya sido víctima de abuso sexual.

Directriz 9.4 Víctimas o potenciales víctimas de la trata de personas, no se


puede utilizar la prevención de la trata de personas o el objetivo de evitar que
una persona vuelva a ser víctima de trata, como un motivo general para la
detención, salvo que pueda justificarse.49

En cuanto a la legislación nacional, el artículo 99 de la Ley de Migración


establece que, cuando las personas adultas se encuentren al cuidado de menores
de edad, debe evitarse la detención del grupo en su conjunto atendiendo al
principio de unidad familiar y al interés superior de niñas, niños y adolescentes.

48
ACNUR, Directrices del ACNUR sobre los criterios y estándares aplicables con respecto a la detención
de solicitantes de asilo, Directriz 8.
49
Ibid., Directriz 9.3 y Directriz 9.4
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 481
género

Para calificar la detención de una persona extranjera que por razón de su género
se encuentre en un grado mayor de vulnerabilidad, además de verificar que se
hayan cumplido los requisitos legales, constitucionales y convencionales, las
per- sonas juzgadoras deberán analizar sus circunstancias particulares del caso
con el objetivo de determinar si sus derechos humanos están siendo respetados,
y así determinar la validez de su presentación en las estaciones migratorias. De
esta forma, con base en lo mencionado anteriormente, dichas circunstancias —
que se mencionan de manera enunciativa mas no limitativa— pueden ser las
siguientes:

• Si viajan solas o acompañadas.


• Si fueron víctimas de abuso sexual.
• Si están embarazadas.
• Si se encuentran en proceso de lactancia.
• Si son responsables del cuidado de niñas, niños o adolescentes.
• Si son víctimas o potenciales víctimas de trata de personas.
• Si en la estación migratoria en la que serán presentadas cuenta con
una división entre hombres y mujeres.
• Si se encuentran en otra posible situación de discriminación.
• Los impactos que tendrán en su salud física y mental.

Cabe mencionar que las recomendaciones anteriores deberán llevarse a cabo


siempre (i) buscando que las necesidades básicas de las personas extranjeras
sean efectivamente satisfechas, dependiendo de su género, así como de otras
circuns- tancias que las pudieran poner en un plano de desventaja, y (ii) sin
demora y en forma tal que garantice el cumplimiento de la ley y el goce
efectivo de los dere- chos del detenido, tomando en cuenta su especial
vulnerabilidad.50

Por otro lado, las autoridades jurisdiccionales jugarán un papel muy importante
al tener la oportunidad de revisar periódicamente, a petición de la parte y caso
por caso a través de un test de proporcionalidad, que la detención siga siendo
necesaria, razonable, previsible y proporciona;51 esto, en cumplimiento con el

50
Cf. Corte IDH. Bayarri vs. Argentina, párr. 67.
51
La Corte IDH se ha pronunciado respecto a la privación de la libertad de individuos “nadie puede ser
sometido a detención o encarcelamiento por causas y métodos que —aún calificados de legales—
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 482
género

artículo 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo al


control judicial de la privación de la libertad. Lo anterior, con el objetivo de
veri- ficar que la duración de la privación de la libertad de las personas
extranjeras en las estaciones migratorias no supere los plazos establecidos por
la ley y por el derecho internacional de derechos humanos. También, en dicho
control se debe aplicar una perspectiva de género adecuada, precisamente
porque su estadía pro- longada podría generar un impacto futuro, perpetuar
ciclos de violencia basadas en género, o provocar impactos desproporcionados,
lo anterior por razón de género, entre otras situaciones violatorias de derechos
humanos.

Si bien este ejercicio individualizado de la acción jurisdiccional podría


significar la inaplicación o inclusive la declaración de inconstitucionalidad de
una variedad de artículos de la Ley de Migración o su Reglamento —de
acuerdo a las circuns- tancias de cada caso—, es importante hacer hincapié en
la disposición que esta- blece la duración de la privación de la libertad de las
personas extranjeras.

El artículo 111, fracción V de la Ley de Migración permite que el alojamiento


en las estaciones migratorias exceda los 60 días hábiles, si la persona extranjera
ha interpuesto un juicio de amparo y existe una prohibición expresa de la
autoridad competente para que esta pueda ser trasladada o para que pueda
abandonar el país. Al respecto, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria
de las Nacio- nes Unidas —WGAD por sus siglas en inglés— ha manifestado
su preocupación acerca de “cómo el recurso de amparo, concebido como un
medio expedito para la protección de derechos fundamentales, se ha traducido
en una causa para la prolongación de la detención, manteniendo a las personas
migrantes en una po- sición aún más vulnerable y dando cabida a posibles
violaciones adicionales de derechos fundamentales”.52 Estas circunstancias,
como se ha mencionado previa- mente, se podrían agravar aún más en razón
del género de la persona privada de su libertad y podrían constituir una
detención arbitraria.

puedan reputarse como incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales del individuo por
ser, entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o faltos de proporcionalidad” V. Corte IDH, “Niños de
la Calle”… cit., párr. 131.
52
WGAD, Opinión núm. 54/2019, relativa a José de la Paz Ferman Cruz y Aren Boyazhyan (México)*, A/
HRC/WGAD/2019/54, párr. 158.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 483
género

En atención a ello, las personas juzgadoras deberán analizar cuidadosamente si


la propia legislación migratoria permite o perpetúa violaciones a derechos
humanos sistemáticas, especialmente cuando se está frente a un caso de
privación de la libertad de personas extranjeras que pertenezcan a demás
grupos vulnerables.

2. Formas de terminación del


procedimiento administrativo
migratorio

Como se mencionó en el Protocolo para juzgar casos que involucren personas migran
tes y sujetas de protección internacional, una vez iniciado el procedimiento admi-
nistrativo, la persona extranjera puede solicitar la regularización de su situación
migratoria. De acuerdo con la Ley de Migración, el INM resolverá la solicitud
de regularización por los siguientes supuestos:53

• Por razones humanitarias.


• Por vínculo familiar.
• Por tener documento vencido o realizar actividades no autorizadas.
• Por haber alcanzado el plazo máximo de alojamiento en estación
migratoria.

Las autoridades jurisdiccionales podrán conocer de estas determinaciones en


cumplimiento de la necesidad de un recurso efectivo en favor de las personas
extranjeras, es por ello que deberán verificar que se hayan cumplido con las
for- malidades esenciales del procedimiento, el debido proceso y que las
determinacio- nes de las autoridades migratorias cuenten con una adecuada
fundamentación y motivación.

Además, deberán aplicar las acciones mencionadas en el apartado II de este


capí- tulo relativas a la perspectiva de género, con el objetivo de analizar si la
determi- nación del INM es adecuada respecto al contexto de la persona
extranjera y si se adecúa a sus necesidades específicas, en apego a la
legislación aplicable.

53
SCJN, Protocolo para juzgar casos que involucren personas migrantes… cit., p. 103.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 484
género

En cuanto al supuesto de regularización migratoria por razones humanitarias, se


recomienda que la persona juzgadora analice con un estándar probatorio ade-
cuado la afirmación de la persona extranjera que ha sido víctima o testigo de un
delito grave en el territorio nacional, así como el subsecuente reconocimiento
—o falta de reconocimiento— de la autoridad competente de dichas calidades.
Especialmente considerando que el INM puede realizar este reconocimiento,
de acuerdo al artículo 133, fracción III de la Ley de Migración, y que de ello
puede depender la regularización migratoria de una persona en estado de vulne-
rabilidad.

Al respecto, se sugiere que al revisar la determinación del INM relativo a la


regu- larización migratoria por este supuesto, se analice si la autoridad
migratoria tomó en consideración la vulnerabilidad a la que están sujetas las
personas migrantes en el territorio nacional, la naturaleza violenta de los delitos a
la que comúnmente son sujetos las personas migrantes54 —tales como tráfico
ilícito de migrantes, secues- tro, robo, etcétera—, el hecho que las mujeres son
más propensas a ser víctimas de delitos de carácter sexual —en caso de que la
persona que solicita la regulari- zación sea mujer—, y la falta de acceso a
servicios de justicia que en muchas ocasiones impide que las personas
extranjeras presenten las denuncias corres- pondientes, teniendo como
consecuencia una falta de investigación adecuada.

En caso de que dicha autoridad no haya realizado lo anterior, entonces la


persona juzgadora podrá estudiar de nueva cuenta dichas circunstancias y, en
su caso, emitir una nueva resolución.

Por último, conviene mencionar que existe un precedente judicial en San Luis
Po- tosí a través del cual se declaró inconstitucional el artículo 133, fracción III
de la Ley de Migración mencionado previamente, al considerar que:

[S]e emitió sin algún propósito, justificación o intención, lo cual provoca un trato
normativo diferenciado entre los extranjeros en situación migratoria irregular que

54
V. Secretaría de Gobernación, Boletín de Estadísticas sobre Delitos Perpetrados en contra de Personas Mi
grantes Irregulares en México. Disponible en «https://portales.segob.gob.mx/work/models/PoliticaMigra-
toria/CEM/Estadisticas/DelitosMigIrreg/2022/BMigIrregDelitos_2022.pdf».
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 485
género

sea víctimas, testigos u ofendidos de un delito no grave, que soliciten


permanecer en el país para darle impulso y continuidad a la investigación y
sanción del mismo a través de la regularización de su estancia por razones
humanitarias, pues a éstos se les niega dicha regularización porque el delito del
que hayan sido víctimas, testigos u ofendidos no sea grave.55

Asimismo, es importante mencionar que dicho criterio es relevante en materia


de perspectiva de género, pues reconoce diversos factores que provocan que
una persona migrante se encuentre en situación de vulnerabilidad:

[S]e advierte que la medida impuesta bajo el término categórico de que los mi-
grantes en situación irregular necesariamente deben ser víctimas o testigos de un
“delito grave” para acceder a regularizar su situación migratoria, se trata de una
carga adicional y poco razonable, en la medida en que se exige que la lesión del
bien jurídico protegido, por afectar de manera importante valores fundamentales
de la sociedad, sea de mayor entidad para determinados migrantes, simplemente
por su situación migratoria - de por sí ya vulnerable por el mero hecho de tener
que salir de su país de origen derivado de múltiples factores (económicos,
sociales, cultu- rales, de seguridad, falta de oportunidades, etcétera), pues la
mayoría migra para gozar de derechos humanos-; lo cual refleja y más aún
evidencia, un perjuicio en lugar del beneficio que aparentemente pretende
instaurar la ley en su favor.56

Lo anterior demuestra la obligación de las autoridades jurisdiccionales de anali-


zar todas y cada una de las interseccionalidades en las que se pueda encontrar
una persona migrante, como la, raza, nacionalidad, o el género —con especial
énfasis en este último por lo que compete a este capítulo—.

A. Retorno asistido

La Ley de Migración establece que el retorno asistido es un beneficio que


pueden solicitar las personas extranjeras que se encuentren en una situación
migratoria

55
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado de San Luis Potosí, Sentencia recaída al juicio de Amparo
Indirecto 321/2021, p. 14.
56
Ibid., p. 16.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 486
género

irregular con el objetivo de ser expulsados del territorio nacional; siempre y


cuando no exista restricción legal para que abandonen el país.57

Asimismo, el artículo 121 de dicha legislación establece que la persona


extranje- ra que esté sujeta a un procedimiento administrativo migratorio de
retorno asis- tido permanecerá en la estación migratoria, observándose lo
dispuesto en el artículo 111. En este caso, nos encontramos de nueva cuenta
ante una posible legislación neutral en cuanto al género, ya que no hace
ninguna distinción res- pecto a la situación de vulnerabilidad en la que se
pueden encontrar las personas extranjeras privadas de manera automática de su
libertad, precisamente, por su género.

Se afirma lo anterior, sin perjuicio de que se establezca —en el artículo 113—


que frente a un posible retorno asistido, el INM tomará las medidas pertinentes
A fin de que, si así lo requieren, se privilegie su estancia en instituciones públi-
cas o privadas especializadas que puedan brindarles la atención que requieren
en el caso de que las personas extranjeras sean mujeres embarazadas, personas
adultas mayores, personas con discapacidad, indígenas o bien, víctimas o testi-
gos de delitos graves cometidos en territorio nacional cuyo estado emocional
no les permita tomar una decisión respecto a si desean retornar a su país de
origen o permanecer en territorio nacional. Lo anterior, ya que las mujeres o
personas con expresiones de género diversas pueden encontrarse en una situa-
ción de vulnerabilidad, dadas las situaciones fácticas que guardan las estaciones
migratorias.

Así, si las personas juzgadoras se enfrentan a un caso de retorno asistido y


detec- tan una situación de desventaja por cuestiones de género, deberán
cuestionar la neutralidad de dicha disposición legal y evaluar el impacto
diferenciado de la solución propuesta —la privación de la libertad automática
— para buscar una resolución justa e igualitaria de acuerdo al contexto de
desigualdad por condicio- nes de género.

57
Cf. Ley de Migración, art. 114 y 118.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 487
género

Cabe mencionar que lo anterior podría ser analizado por una autoridad jurisdic-
cional solo si dicho retorno y la subsecuente presentación ante las autoridades
migratorias son señalados por la persona extranjera como actos reclamados, lo
cual podría suceder, a pesar de que el retorno asistido sea voluntario.

Lo anterior, ya que la necesaria presentación ante la estación migratoria es


priva- tiva de la libertad y podría no resultar necesaria, razonable, previsible y
propor- cional para asegurar que el retorno asistido se lleve efectivamente a
cabo. En ese sentido, se recomienda que la persona juzgadora realice un control
de la deten- ción y analizar la constitucionalidad y convencionalidad del
artículo previamente mencionado. También podrá determinar que la
presentación automática ante una estación migratoria de una persona que ha
solicitado el retorno asistido, al ser privativa de su libertad y debido a su
género, no es estrictamente necesaria para conseguir sus fines.

Por otra parte, de acuerdo con el Protocolo para juzgar casos que involucren
personas migrantes y sujetas de protección internacional, la persona que solicite el
retorno asistido tendrá derecho a lo siguiente:

i) la notificación y asistencia consular, si así lo desea; ii) la información sobre la


posibilidad de permanecer en el país; iii) comunicarse con sus familiares, repre-
sentante legal o persona de confianza; iv) recibir traducción o interpretación, en
caso de ser necesario; v) las garantías mínimas del debido proceso; vi) que sea
trasladada al país de su origen o residencia con sus efectos personales; vii) en
caso de ser rechazada, ser devuelta a México para definir su situación
migratoria.58

De lo anterior se desprende que las autoridades migratorias tienen diversas


obli- gaciones por cumplir en materia de retorno asistido con el objetivo
general de conseguir un consentimiento informado de las personas extranjeras.
Esta cir- cunstancia cobra especial relevancia considerando la naturaleza
voluntaria del procedimiento migratorio en comento.

58
SCJN, Protocolo para juzgar casos que involucren personas migrantes... cit., p. 104.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 488
género

En ese sentido, las autoridades jurisdiccionales también podrían analizar si las


autoridades migratorias cumplieron con sus obligaciones —y si realizaron ajus-
tes razonables dependiendo de las circunstancias particulares de las personas
extranjeras—. De no ser así, se ha de analizar caso por caso de qué forma esto
pudo haber generado un impacto diferenciado en razón del género de la
persona extranjera, y tomar la determinación adecuada y apegada a derecho,
consideran- do sus circunstancias y necesidades.

B. Deportación

El artículo 144 de la Ley de Migración establece como supuestos para la depor-


tación del territorio nacional de personas extranjeras los siguientes:

I. Se haya internado al país sin la documentación requerida o por un lugar


no autorizado para el tránsito internacional de personas;

II. Habiendo sido deportado, se interne nuevamente al territorio nacional sin


haber obtenido el Acuerdo de readmisión, aún y cuando haya obtenido
una condición de estancia;

III. Se ostente como mexicano ante el Instituto sin serlo;

IV. Cuando derivado de sus antecedentes en México o en el extranjero se


com- prometa la seguridad nacional o la seguridad pública;

V. Proporcione información falsa o exhiba ante el Instituto documentación


apócrifa, alterada o legítima, pero que haya sido obtenida de manera
frau- dulenta, y

VI. Haya incumplido con una orden de salida de territorio nacional expedida
por el Instituto.

En principio, es importante mencionar que, de acuerdo con criterios de la


CIDH, “la implementación de una decisión de expulsión de un extranjero
puede, por imperio de consideraciones humanitarias superiores, dar lugar a la
violación del
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 489
género

derecho a no ser sometido a un tratamiento cruel o inhumano”.59 Es por ello


que, para no incurrir en violaciones de derechos humanos, las personas
juzgadoras tienen la obligación de analizar todas y cada una de las
circunstancias particula- res de las personas extranjeras en los casos que
involucren deportaciones, para así identificar si existen cuestiones de género
que deban tomarse en cuenta.

Por ejemplo, si una persona extranjera promueve un juicio de amparo indirecto


en contra de la medida dictada por el INM mediante la cual se le ordena la
salida del territorio nacional, la persona juzgadora tendría que otorgar la
suspensión de oficio y de plano para el efecto de que no sea deportada, en
atención a los artícu- los 15, 126, 160 y demás relativos y aplicables de la Ley
de Amparo.

Además, en esa etapa procesal, la persona juzgadora también tendrá que


analizar el tiempo de permanencia de la persona extranjera en una estación
migratoria; es decir, deberá analizar si se encuentra dentro de los plazos legales
y constituciona- les, o si se está ante un acto ostensiblemente inconstitucional
que pudiera motivar que se otorgaran de manera provisional los efectos
protectores de una eventual concesión del amparo.60

También, para emitir la sentencia correspondiente, deberá analizar las


circunstan- cias personales de la parte quejosa tales como condición de salud,
condición socioeconómica, motivos por los cuales la persona abandonó su
lugar de origen, edad, origen étnico, religión, y, por supuesto su género.

Sirve como ejemplo de lo anterior el caso Andrea Mortlock vs Estados Unidos, re-
suelto por la Comisión Interamericana el 25 de julio de 2008. En este caso la
peticionaria era una mujer migrante, diagnosticada con VIH/SIDA, que se encon-
traba en peligro de ser deportada a su país de origen por parte del gobierno
esta- dounidense. Al respecto, dicha comisión estableció que, si bien ejecutar la
política migratoria es una facultad soberana de los Estados, esta no puede reali-
zarse sacrificando el respeto por los derechos humanos. 61

59
CIDH, Caso 12.534 Admisibilidad y fondo, Andrea Mortlock Estados Unidos, Informe núm. 63/08, párr. 81.
60
Cf. SCJN, Sentencia recaída a la Contradicción de tesis 140/2020, párr. 60.
61
Cf. CIDH, Caso 12.534… cit., párr. 78.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 490
género

Además, se marcó un estándar mínimo de prueba para los Estados que les
obliga a valorar, caso por caso, el impacto de las medidas de expulsión sobre la
persona extranjera. Es decir, además de las circunstancias particulares
mencionadas pre- viamente, las y los juzgadores deben ponderar entre la
expulsión de una persona extranjera al aplicar la política migratoria y las
consecuencias que podrían gene- rarse por el retorno obligado al lugar de
origen de esta, siempre a la luz del res- pecto de los derechos humanos.

Sin embargo, esta decisión también implica fallas. Ya que, a pesar de las intersec-
cionalidades en las que la peticionaria se encontraba, la decisión tomada por la
comisión no contempló un análisis del caso desde la perspectiva de género,
pues prácticamente se centró en el estudio de la enfermedad que esta padecía
como elemento principal para tomar su decisión. Este caso también sirve como
ejemplo de lo que las y los operadores jurisdiccionales mexicanos no deben
realizar, a saber, ignorar el género en una situación de deportación.

Otro caso que demuestra las obligaciones del Estado frente a un posible caso de
deportación es aquél resuelto por la CorteIDH en Nadege Dorzema y otros vs.
República Dominicana, en donde (i) se estableció la importancia de que los
Esta- dos respeten el debido proceso en todo procedimiento migratorio, con
indepen- dencia del estatus migratorio de la persona extranjera; (ii) se
reconoció la necesidad de prestar protección especial en favor de las mujeres,
especialmente aquéllas embarazadas y; (iii) se reconoció la importancia de
analizar individual- mente cada caso que involucre una posible deportación.62

Asimismo, dicha Corte estableció que en este caso existieron diversas


irregulari- dades por parte de las autoridades locales,63 a saber:

• No se respetó el debido proceso migratorio de las personas extranjeras.

62
V. Corte IDH, Nadege Dorzema vs. República Dominicana, párr. 234.
63
Id.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 491
género

• No se brindó protección especial a favor de una de las víctimas en su


calidad de mujer embarazada, lo cual acentuó la vulneración a su in-
tegridad psicológica, física y moral.

De lo anterior se desprende, que la situación migratoria regular o irregular de


una persona extranjera no puede dar lugar a que las autoridades le nieguen el
derecho al debido proceso previamente a ser expulsada del territorio nacional.
Pues la persona extranjera siempre será beneficiaria de la protección que se
establece a su favor en el artículo 22.6 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, entre otros.

Así las cosas, frente a un caso de deportación, las personas operadoras jurídicos
no solo deben analizar que las autoridades migratorias hayan cumplido con
todas las formalidades legales, constitucionales y convencionales para ordenar la
expul- sión de una persona extranjera, sino que también hayan tomado en
cuenta todas las interseccionalidades en las que esta se encuentra. Es decir, no
se debe ignorar el hecho de que el género puede agravar la situación de la parte
quejosa.

En el mismo sentido, tal como lo estableció el Comité CEDAW en su


Recomen- dación núm. 32, “los Estados parte tienen la obligación de garantizar
que ninguna mujer sea expulsada o devuelta a otro Estado en el que su vida, su
integridad física, su libertad y su seguridad personales se verían amenazadas o
en el que estaría en riesgo de ser objeto de formas graves de discriminación,
incluidas formas graves de persecución o violencia por razón de género”.64

3. Protección internacional

A pesar de que en el Protocolo para juzgar casos que involucren personas migrantes y
sujetas de protección internacional ya se ahondó acerca de la protección que el Es-
tado debe proporcionar —a través de las figuras de asilo político o
reconocimiento

64
CEDAW, CEDAW/C/GC/32, Recomendación General núm. 32 sobre las dimensiones de género del
estatuto de refugiada, el asilo, la nacionalidad y la apatridia de las mujeres, párr. 23.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 492
género

de la condición de refugiado, así como las características que las personas


extran- jeras deben cumplir para ser beneficiarios de dichas figuras, y las
consideracio- nes que deben tomar en cuenta las personas juzgadoras al
momento de enfrentarse a este tipo de casos—, conviene que en el presente
apartado se retomen algunos de estos conceptos de gran relevancia.

En principio, es importante resaltar la importancia de esta protección


internacio- nal a cargo de las autoridades del Estado mexicano; de acuerdo con
información de la ONU, “las solicitudes de asilo superaron las 116 000 en dos
mil veintiuno en México, lo que supone un incremento del 46% comparado con
2019, el año con el mayor registro de peticiones en el país”.65

Esto demuestra el gran reto al que se enfrentan las autoridades mexicanas:


consi- derando la necesidad de protección que tienen las personas solicitantes de
refugio, los principios que rigen este procedimiento específico, así como la
necesidad de que las autoridades jurisdiccionales revisen las determinaciones
de las autorida- des administrativas a través de un recurso efectivo.

Asimismo, dichos datos ponen en relieve el hecho de que los Estados son los
prin- cipales responsables de garantizar que no se violen los derechos que
otorga la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer —en adelante CEDAW por sus siglas en inglés—
a las mujeres solicitan- tes de asilo, refugiadas, solicitantes de nacionalidad y
apátridas en su territorio o bajo su control o jurisdicción efectivos, aunque no
se encuentren dentro de este, incluso cuando los autores de dichas violaciones
sean particulares y agentes no estatales.66 Lo cual cobra relevancia
considerando que la Convención de 1951 y su Protocolo de 1967, la
Convención de 1954 sobre el Estatuto de los Apátridas y la Convención de
1961 para Reducir los Casos de Apatridia —ordenamientos internacionales
que rigen la protección internacional que los Estados deben

65
ONU, México precisa fortalecer el sistema de asilo y adoptar alternativas migratorias: ACNUR, dispo-
nible en «https://news.un.org/es/story/2021/11/1500582».
66
V. CEDAW, CEDAW/C/GC/30, Recomendación general núm. 30 sobre las mujeres en la prevención de
conflictos y en situaciones de conflicto y posteriores a conflictos.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 493
género

proporcionar en determinados caso— carecen de disposiciones explícitas relati-


vas a la igualdad de género.

Como es internacionalmente reconocido y aceptado, de conformidad con el ar-


tículo 1, inciso A, numeral 2) de la Convención de 1951, para que una persona
sea reconocida como refugiado debe tener fundados temores de ser perseguida
por su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u
opiniones políticas. Sin embargo, no se hace mención alguna la persecución por
razón de género —aunque debe resaltarse que el artículo 13 de la Ley sobre
Re- fugiados, Protección Complementaria y Asilo Político sí establece como
motivo de persecución el género—.67

Es por ello que el Comité CEDAW se vio en la necesidad de emitir la mencionada


Recomendación General núm. 32 sobre las dimensiones de género del estatuto
de refugiada, el asilo, la nacionalidad y la apatridia de las mujeres. La cual
tiene como objetivos los siguientes:

[F] arantizar que los Estados parte apliquen una perspectiva de género a la hora
de interpretar los cinco motivos mencionados; consideren el factor de género
para reconocer la pertenencia a un determinado grupo social a los efectos de
conceder el estatuto de refugiado en virtud de la Convención de 1951; e
introduzcan otros motivos de persecución, concretamente el género y el sexo, en
la legislación y las políticas nacionales relativas a los refugiados y solicitantes
de asilo.68

A partir de lo establecido en dicha recomendación, así como en todos los


demás ordenamientos en materia de refugio y asilo mencionados previamente,
se pueden

67
Congreso de la Unión, Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, art 13:
“Artículo 13. La condición de refugiado se reconocerá a todo extranjero que se encuentre en territorio
nacional, bajo alguno de los siguientes supuestos: I. Que debido a fundados temores de ser perseguido
por motivos de raza, religión, nacionalidad, género, pertenencia a determinado grupo social u opi-
niones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos
temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose,
a conse- cuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera residencia habitual, no
pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él”.
68
CEDAW, op. cit., párr., 13.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 494
género

establecer una serie de obligaciones para la COMAR y para las autoridades encar-
gadas de revisar las determinaciones de la COMAR; responsables de otorgar el
reconocimiento de la condición de refugiado. A continuación, se enumeran
dichas obligaciones:69

• Considerar las formas exacerbadas o acumulativas de discrimina-


ción como una forma de persecución.

• Tener presente que las formas de persecución relacionadas con el


gé- nero son las que van dirigidas contra una mujer por el mero
hecho de serlo o que afectan en forma desproporcionada a las
mujeres.

• Son motivos legítimos para invocar la protección internacional: la ame-


naza de mutilación genital femenina, el matrimonio forzoso o a edad
temprana, la amenaza de violencia o los denominados “delitos de
ho- nor”, la trata de mujeres, los ataques con ácido, la violación y
otras formas de agresión sexual, las formas graves de violencia
doméstica, la imposición de la pena capital u otras penas físicas
contempladas en los sistemas de justicia discriminatorios, la
esterilización forzada, la persecución política o religiosa por
manifestar opiniones feministas o de otra índole, y las consecuencias
persecutorias de no acatar las nor- mas y convenciones sociales
prescritas en relación con el género o por reivindicar sus derechos en
virtud de la CEDAW.

• La violencia y el maltrato por razón de género deben ser


consideradas como tortura.

• Se debe ayudar a las mujeres reconocidas como refugiadas a, entre


otras cosas, buscar un alojamiento adecuado y oportunidades de
capa- citación o de empleo, y de proporcionar asistencia jurídica,
médica y psicosocial a las víctimas de traumas y ofrecer clases de
idiomas y otras medidas que faciliten su integración.

69
Esta serie de obligaciones se desprenden de una interpretación que la presente autora ha realizado de
la CEDAW, Recomendación General núm. 32.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 495
género

• Resolver sobre la base de la igualdad de una forma justa, imparcial y


oportuna las solicitudes de refugio de las mujeres.

• El daño perpetrado por los agentes no estatales constituye


persecución en aquellos casos en los que el Estado no puede o no
quiere evitar tal daño ni proteger a la solicitante debido a las
políticas o prácticas dis- criminatorias vigentes en dicho Estado.

• El hecho de que una mujer solicitante de asilo no haya buscado la


protección del Estado o no haya presentado una denuncia ante las
auto- ridades antes de abandonar su país de origen no debería influir
en su solicitud de asilo.

• Evaluar las solicitudes de asilo de las mujeres sin prejuicios y sin


apli- car conceptos estereotipados de las mujeres basados en la
inferioridad o superioridad de algún sexo.

• Tener en cuenta las necesidades específicas de las víctimas de


abusos y explotación sexuales, traumas y torturas o malos tratos, así
como las de otros grupos de mujeres y niñas especialmente
vulnerables.

• Considerar la condición de lesbiana, bisexual o transgénero u otras


identidades y expresiones de género minoritarias a la lista de
motivos que justifican la solicitud del estatuto de refugiado.

• Garantizar a las mujeres la posibilidad de presentar solicitudes de


asilo de forma independiente y de ser escuchadas por separado,
aunque formen parte de una familia de varios integrantes que
soliciten asilo.

• No cuestionar la credibilidad de las mujeres solicitantes de asilo por


el simple hecho de carecer de documentación que apoye su
solicitud; se debe considerar el testimonio de las mujeres, así como
realizar un análisis de contexto diferenciado.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 496
género

• Identificar a mujeres con necesidades específicas de protección y de


asistencia.

• La comunicación tardía por parte de la solicitante, durante el proce-


dimiento de asilo, de actos de violencia sexual y otros actos
traumáti- cos no deben ser considerados de manera automática como
elementos que cuestionen su credibilidad.

Algunas de estas obligaciones han sido aplicadas en una serie de casos


resueltos internacionalmente, por ejemplo, el caso Collins y Akaziebie vs.
Suecia resuelto por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. A través del cual
se determinó que la mutilación genital femenina está contenida en el artículo 3
del Convenio Euro- peo de Derechos Humanos que prohíbe la tortura, y otros
tratos o penas crueles o degradantes, e impide a los Estados que retornen a las
personas no-nacionales en caso de estar en riesgo de ser torturadas.70

Otro caso que nos demuestra una aplicación adecuada de la perspectiva de


géne- ro es el llamado Islam (A.P.) vs. Secretario de Estado del Ministerio del
Interior vs. Tribunal de Apelación de Inmigración y Otros, Ex Parte Shah (A.P),
resuelto en 1990 por la Cámara de los Lores del Reino Unido. En este asunto se
resolvió que “las mujeres de Pakistán” cumplen con los requisitos para la
protección, de acuerdo con la Convención de 1951, pues constituyen un grupo
social particular; ade- más, se reconocieron las demandas de asilo por motivos
de persecución basadas en el género, lo que implica que ya no es necesario
demostrar un nivel de cohe- sión o evidenciar que cada una de las mujeres del
grupo es perseguida. Dicho razonamiento puede extrapolarse y afirmar que “las
mujeres” pueden constituir un grupo social debido a las políticas
discriminatorias de un gobierno o por su falta de voluntad para frenar la
discriminación.71

Sobre el mencionado caso CAT/C/25/D/149/1999 72 conviene reiterar lo que se


ordenó ahí respecto a las obligaciones de los Estados: de analizar con un
estándar

70
V., TEDH, Collins y Akaziebie v. Suecia.
71
V., Cámara de los Lores, Islam (A.P.) vs. Secretaría de Estado del Ministerio de Interior; Regina vs. Tribunal
de apelaciones de inmigración y Otro Ex Parte Shah (A.P.) (demandas unidas).
72
V. supra, n. 24.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 497
género

probatorio adecuado las solicitudes de asilo y; de evaluar la demanda con una


perspectiva de género en lo que respecta, específicamente, las barreras
sistemáti- cas y actitudes patriarcales que impiden que las mujeres logren
igualdad respecto a los varones.73

Por otro lado, es importante mencionar que las autoridades jurisdiccionales po-
drán intervenir no solo para revisar la determinación de la COMAR relativa al
reconocimiento de la condición de refugiado, sino también frente a las
omisiones de las autoridades. Estas omisiones consisten en: no ayudarles a
buscar un alo- jamiento adecuado y oportunidades de capacitación o de empleo;
no proporcio- nar asistencia jurídica, médica y psicosocial a las víctimas de
traumas; no ofrecer clases de idiomas y otras medidas que faciliten su
integración; no resolver de manera oportuna las solicitudes de reconocimiento
de la condición de refugiado, dentro de los plazos legales establecidos; que no
sean consideradas las necesi- dades específicas de las víctimas de abusos y
explotación sexual; entre otras cues- tiones que podrían generar un impacto
diferenciado basado en el género.

Dentro de los asuntos que las autoridades jurisdiccionales podrán revisar en


materia de asilo, debe resaltarse aquélla relacionada a las estaciones
migratorias. En principio, diversos organismos han señalado que, por regla
general, los solici- tantes de asilo no deberían ser detenidos74 a pesar de entrar a
determinado territorio de manera irregular, ya que solicitar y obtener asilo es un
derecho humano.

Sin embargo, aunque existen excepciones,75 para la detención de solicitantes de


asilo de acuerdo con la ONU, siempre se debe tener en cuenta si es razonable

73
V. CAT, op. cit.
74
V., ACNUR, Directrices del ACNUR sobre los criterios y estándares aplicables con respecto a la detención de
solicitantes de asilo, (Directriz 2: Principio General) y CIDH, Principios Interamericanos sobre los
Derechos Humanos de Todas las Personas Migrantes, Refugiadas, Apátridas y las Víctimas de la Trata de
Personas (Principio 69, inciso f).
75
La Directriz 3 del ACNUR, op. cit., establece una serie de excepciones a la detención de solicitantes
de asilo, a saber:
(i) para verificar la identidad, (ii) para determinar los elementos sobre los cuales se basa la solicitud de
asilo o reconocimiento de la condición de refugiado, (iii) en casos en los que los solicitantes de asilo
han destruido sus documentos de viaje y/o identidad; o han utilizado documentos falsos para despistar
a las autoridades del Estado en el cual tienen la intención de solicitar asilo, (iv) para proteger la segu-
ridad nacional o el orden público.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 498
género

hacerlo y si la medida es proporcional con los objetivos a lograr; de juzgarse


necesaria, la detención no debería ser discriminatoria y se debería imponer por
un período mínimo.

Ahora bien, en el caso mexicano, lamentablemente la presentación ante


estaciones migratorias de personas solicitantes de refugio es una práctica
común. Al respec- to, el WGAD, en su Opinión 54/2019, ha fijado su postura
respecto a esta situa- ción nacional al señalar que “solicitar asilo no es un delito
y no puede ser el único motivo de privación de libertad”. 76 Asimismo, señaló
que la prolongada deten- ción de las autoridades del INM hacia los solicitantes
de refugio, “basada en su condición migratoria y en el ejercicio de su derecho a
solicitar protección inter- nacional y legal en condiciones de igualdad, es
arbitraria bajo la categoría II”.77 Lo anterior, tomando en cuenta que la
privación de libertad resulta del ejercicio de los derechos o libertades
garantizados por los artículos 7, 13, 14, 18, 19, 20 y 21 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos y, respecto de los Esta- dos partes, por los
artículos 12, 18, 19, 21, 22, 25, 26 y 27 del Pacto Internacio- nal de Derechos
Civiles y Políticos.

Considerando lo anterior, así como todo lo que se ha mencionado relativo a que


la privación de la libertad en las estaciones migratorias puede generar un
impacto diferenciado por razón de género, es que hay que recalcar el deber de
las perso- nas juzgadoras. Cuando estas se encuentran revisando un asunto que
involucre a una persona detenida y que sea solicitante de refugio, deberán
siempre preferir otro tipo de medidas en razón de su género, precisamente por
su inminente es- tado de vulnerabilidad y riesgo diferenciado; con el objetivo
de no incurrir en una detención arbitraria.

Finalmente, como se puede observar, las personas solicitantes de refugio se encuen-


tran en un grado mayor de vulnerabilidad —frente a las personas que son solo
migrantes—, por lo que se sugiere que las personas juzgadoras analicen cuida-
dosamente todas y cada una de sus causales de vulnerabilidad.

76
WGAD, op. cit., párr., 155.
77
Id.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 499
género

IV. Consideraciones finales

Existen muchos motivos por los cuales el papel de las autoridades


jurisdicciona- les es de extrema relevancia en materia migratoria: el volumen
de personas mi- grantes y solicitantes de refugio que México recibe
anualmente, la vulnerabilidad de las personas migrantes, el hecho de que
existen diversos supuestos en el proce- dimiento migratorio que restringen la
libertad ambulatoria de las personas extran- jeras, la ausencia en la legislación
migratoria de un control de legalidad de las detenciones practicadas con motivo
del procedimiento migratorio, entre otras.

Dado que las personas juzgadoras podrán conocer en diferentes momentos y


etapas procesales el procedimiento migratorio, estas tienen la obligación de rea-
lizar controles legales constitucionales y convencionales de las normas que
rigen dicha materia, así como aplicar efectivamente la perspectiva de género de
acuer- do con las necesidades específicas de cada caso.

Con base en lo expuesto en el presente capítulo, se evidencia que para las


juezas y jueces existe una gran oportunidad de garantizar el goce de los
derechos huma- nos de las personas migrantes con una perspectiva de género
con el propósito de cambiar el paradigma que criminaliza a la migración y
eliminar las malas prácticas en materia migratoria.

Es por ello que, a lo largo del presente capítulo, se han señalado una serie de
obli- gaciones concretas para las personas juzgadoras en materia migratoria, las
cuales tienen su origen en una gran variedad de ordenamientos y
jurisprudencias inter- nacionales y nacionales, opiniones de expertos de
organismos internacionales, etcétera. Si bien lo anterior no resulta nada
sencillo, a través de una serie de casos concretos se ha ejemplificado la manera
en que deben abordarse casos que invo- lucren a personas migrantes que por su
género se pueden encontrar en un estado de vulnerabilidad aún mayor. Sin
embargo, estos ejemplos demuestran la gran variedad de escenarios a los que
las autoridades jurisdiccionales pueden encon- trarse, así como las
posibilidades para resolverlos, siempre teniendo en cuenta su obligación de
aplicar la perspectiva de género.
Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 500
género

Bibliografía

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• Ley de Migración.
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• Reglamento de la Ley sobre Refugiados y Protección Complementaria.

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Tesis 1a. XCIX/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 4,
Tomo I, marzo de 2014, p. 524. Registro digital 2005794, de rubro
“acceso a la justicia en condiciones de igualdad. todos los órganos
jurisdiccionales del país deben impartir justicia con perspectiva de
género”.

Tesis P./J. 20/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro
5, Tomo I, abril de 2014, p. 202. Registro digital 2006224, de rubro
“derechos humanos contenidos en la constitución y en los tratados
internacionales. constituyen el parámetro de control de regularidad
constitucional, pero cuando en la constitución haya una restricción
expresa al ejercicio de aquéllos, se debe estar a lo que establece el texto
constitucional".

Plenos de Circuito

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Procedimientos en materia migratoria desde la perspectiva de 502
género

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Hernández, 26 de marzo de 2007.

Varios 912/2010, Ministro Ponente Margarita Beatriz Luna Ramos, 14 de julio de


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Primera sala

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Ortiz Mena, 6 de noviembre de 2013.

Amparo Directo en Revisión 5490/2016, Ministro Ponente Arturo Zaldívar


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Amparo en Revisión 275/2019, Ministra Ponente Ana Margarita Ríos Farjat, 18 de


mayo de 2022.

Proyecto de Amparo en Revisión 282/2019, Ministra Ana Margarita Ríos

Farjat. Contradicción de Tesis 140/2020, Ministra Ponente Norma Lucía Piña

Hernán-
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Juzgados de distrito

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Juzgado Tercero de Distrito en el Estado de San Luis Potosí, sentencia recaída


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