Novena en Honor A La Virgen Del Carmen 2024

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De entre toda creación salida de la mano de Dios, en la cual estamos incluidos

nosotros, existe una creatura modelo de dialogo y libertad para seguir como ejemplo en
nuestro proyecto vocacional. Ella es María. Es la mujer en la que se manifiesta la
libertad electiva. Si Dios la eligió y la predestinó, aun ella tuvo la libertad de aceptar el
proyecto de Dios, y así lo hizo con libertad de conciencia. Esta no es una Virgen
encontrada en el último momento, ni por casualidad, fue elegida de entre todas las
mujeres y en su madurez juvenil, supo discernir y aceptó el amor Divino

María es la imagen de la elección divina de toda criatura, elección hecha desde la


eternidad y totalmente libre, misteriosa y amante. Elección que, normalmente, va más
allá de lo que la criatura puede desear para sí: que le pide lo imposible y le exige sólo
una cosa: el valor de fiarse. Nosotros, bautizados y fieles seguidores de su hijo Jesús
también hemos sido elegidos para pronunciar ese sí igual que María.

La Virgen María es también para el Carmelita modelo de la libertad


humana en la respuesta a esta elección. Ella es la muestra de lo que Dios
puede hacer cuando encuentra una criatura libre de acoger su propuesta.
Libre de decir sí, libre de encaminarse por la larga peregrinación de la fe,
que será también la peregrinación de su vocación de mujer llamada a ser
Madre del Salvador y Madre de la Iglesia. Un sí todavía más misterioso y
doloroso que la hará ser plenamente madre. Es un sí de María Mujer
Obediente, mujer de escucha, mujer Clemente, mujer Valiente, Madre de
esperanza, modelo de Servicio, mediadora ante el Padre y Mujer de
Confianza.

Que esta Novena sea signo de entrega y servicio como María.


Dispón un lugar fijo con una imagen de María donde realizar la novena e invoca la
presencia del Espíritu Santo, para que ayudado por su gracia, puedas verdaderamente
gozar y evidenciar los beneficios que por la Santísima Virgen recibirás. Es conveniente
acompañar esta oración con el rezo del Santo Rosario.

Dirígete hacia el día correspondiente de la novena y lee con atención la Introducción,


seguidamente la iluminación bíblica y finalmente la reflexión.

Regálate unos minutos de silencio y deja que la Palabra de Dios sea quien ilumine tu
vida.

Ve hacia la página 21, donde se encuentra el Oficio a nuestra Madre. De ser posible,
entona o reza a dos coros los gozos a María, con alegría y regocijo, uniéndote en
oración con toda la familia Carmelita.

No olvides finalizar cada día con el canto carmelita por excelencia:

Flor del Carmelo, Viña Florida,

Esplendor del cielo, Virgen sin mancilla,

Singular.

Madre cariñosa, intacta de hombre

A los Carmelitas, proteja tu nombre,

Estrella del Mar.


Oración Inicial: ¡María, ejemplo de obediencia, no permitas que me quede
como mero espectador de la obra redentora de Dios, ayúdame a comprometerme
en la salvación del mundo, a colaborar de manera activa en los planes de Jesús, a
implicarme con obediencia y gratitud en la obra de Dios, al servicio de Dios, a su
llamada a la misión. Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que contigo vive y reina
en la unidad del espíritu y es Dios por los siglos de los siglos. Amen

(San Juan 14, 23)

En toda la historia de la salvación, en la que Dios se ha hecho cercano a nosotros y


espera pacientemente nuestros tiempos, incluyendo nuestras infidelidades, alienta nuestros
esfuerzos y nos guía. En la oración aprendemos a ver los signos de este plan misericordioso
en el camino de la Iglesia. Así, crecemos en el amor de Dios, abriendo la puerta a fin de que
la Santísima Trinidad venga a morar en nosotros, ilumine, transforme y guíe nuestra
existencia. "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él,
y haremos morada en él", dice Jesús, prometiendo a sus discípulos el don del Espíritu
Santo, que enseñará todo. San Ireneo dijo una vez que en la Encarnación el Espíritu Santo
se ha habituado a estar en el hombre. En la oración, nosotros debemos habituarnos a estar
con Dios. Esto es muy importante, que aprendamos a estar con Dios, para poder ser
testigos de lo que significa estar con Él, que es la redención.

"Guardar la palabra" significa no solo leer y conocer las enseñanzas de Jesús, sino
también aplicarlas activamente en nuestra vida diaria. Amar a Jesús se manifiesta en algo
concreto. No es solo palabras bonitas. El que ama a Jesús lo demuestra cumpliendo su
palabra, lo que nos pide en el Evangelio. Es fácil conocer la palabra de Dios, pero requiere
dedicación, compromiso y esfuerzo para aplicarla en nuestro día a día. Esto incluye
practicar la humildad, el amor, el perdón y la gratitud en todo momento.

Siempre existe la tentación de la desobediencia, que se manifiesta en el deseo de


organizar nuestra vida al margen de la voluntad de Dios. Esta es la enemistad que insidia
continuamente en la vida de los hombres para oponerlos a la voluntad de Dios. Por eso, se
nos presenta a María como ese vivo ejemplo de obediencia a Dios, ella al escuchar el gran
proyecto salvífico anunciado por el ángel Gabriel no duda en aceptar y entrar en la órbita de
la historia de la salvación. María supo escuchar y guardar en su corazón la Palabra de Dios.
La fe que habilitó a María para obedecer vino por su inmersión en la Palabra de Dios, pues,
lo vemos reflejado en el tan conocido “Magnifica” donde nos muestra su profundo
conocimiento de las Escrituras y ese conocimiento la ayudó a entender la profecía del
ángel: “He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra”, su actitud de servicio
y obediencia a Dios nos demuestra que su vida no apuntaba a sí misma, revelándonos que
el verdadero protagonista de su vida es Dios.

Por eso queridos hermanos, en esta novena que iniciamos en honor a Nuestra
Señora del Monte Carmelo esforcémonos en seguir las enseñanzas de Jesús y guardar su
palabra, para que podamos estar seguros de que somos amados por el Padre y que la
presencia divina está con nosotros dondequiera que nos encontremos. Que esta
celebración de Santa María del Monte Carmelo sea no sólo un motivo de alegría para todos
los devotos de Nuestra Señora del Carmen, sino también un motivo para rezar con más
fuerza al Padre por este inmenso don de su amor y al mismo tiempo, para cantar las glorias
de María en la contemplación de su misterio y de su misión de Madre de todos los hombres
y Reina del Carmelo.

Religioso Carmelita - Edo. Aragua


Oración Inicial: María, mujer de la escucha, abre nuestros oídos; para que
sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil palabras de este
mundo; haz que sepamos prestar atención a la realidad en la que vivimos cada
persona que encontramos, especialmente aquella que es pobre, necesitada o en
dificultad. Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que contigo vive y reina en la
unidad del espíritu y es Dios por los siglos de los siglos. Amen

(San Lucas 11, 28)

Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen , el texto nos da la
clave de la felicidad la que es buscada a tiempo a destiempo, María es feliz porque ha
escuchado la palabra de Dios, ha creído en ella, acogió, se puso a su entera disposición
asumiendo el Hágase en mi según tu palabra encarna el ideal del creyente consecuente
hace un camino a la luz de la palabra que resuena en su corazón sabiendo guardar desde la
escucha todas las cosas .pidamos a María que la gracia de escuchar la palabra de Dios y
hacerla vida, este itinerario de fe nos centre en nuestra vocación y nos comprometa a
renovar nuestro si desde la escucha.

Esto no está lejos de la realidad humana, María es el mejor referente en la experiencia


de la escucha. He aquí la esclava del Señor. Nos reafirma que está atenta para escuchar el
querer de Dios, esta atención es fruto de un silencio sonoro y activo que tienes su impacto
en la historia de salvación y repercute hasta nuestro día ,leyéndote como ,confianza,
abandono, fe interioridad agradecimiento, regocijo ,silencio, compromiso ,riesgo y mirada
amplia capaz de mirar y contemplar a Dios y caminar con la humanidad en un gesto de
servicio, solidaridad antes las necesidades del otro.
La escucha de María nos desafía a nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, a culti-
var una actitud de atención y apertura a Dios y a los demás. En un mundo cada vez más
ruidoso y distraído, necesitamos aprender de María a hacer espacio en nuestros corazones
para escuchar la voz de Dios y las necesidades de quienes nos rodean.

Que María, mujer de la escucha, interceda por nosotros y nos ayude a ser más atentos
y receptivos a la presencia de Dios y al prójimo en nuestras vidas.

Carmelita del Sagrado Corazón de Jesús

D/¡Virgen del Carmen que sintamos tu protección de Madre y vivamos alegres de saber y
experimentar que nos amas como hijos!

T/Ave María o canto …

D/¡Madre del Carmen! Que seamos entusiastas propagadores del santo Escapulario para
que nuestro prójimo, vistiéndolo, los libre del pecado y de todo mal.

T/Ave María o canto …

D/¡Virgen del Carmen! Concédenos la gracia de ser siempre creyentes que bendicen y
reciben con agradecimiento ser bendecidos.

T/Ave María o canto …

Seguidamente se realiza el Oficio en honor a nuestra madre del Carmen. Pág. 22


Oración Inicial: ¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón
maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y
hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos
juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos
hijos del único Padre celestial. Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que contigo
vive y reina en la unidad del espíritu y es Dios por los siglos de los siglos. Amen

(1 Timoteo 1, 16)

El objetivo de esta presentación es meditar como vivimos la vocación Carmelita desde


la mirada de la Virgen María como Madre y hermana nuestra. La Virgen María es modelo de
fe, amor, fidelidad perseverancia, humildad, alegría, clemencia, espiritualidad, oración,
piedad y perdón….
La piedad de María es un acto de amor y compasión, es el dolor que sintió al sostener
en sus brazos a su hijo Jesús después de haber sido crucificado y muerto en la cruz. María,
es mujer de fe, confía plenamente en los designios de Dios y acepta el dolor que le causó la
muerte de su hijo amado…
María, mujer clemente y misericordiosa, después de haber vivido la resurrección de
Jesús sabe curar las heridas, consolar las penas enjugar las lágrimas, interceder ante su hijo
para el perdón de nuestros pecados, en fin, María se preocupa por todos sus hijos
especialmente por todos los pecadores, para que se reconcilien con Jesús, es por que sin
duda María es justa y misericordiosa.
En María, en la advocación de Nuestra Señora del Carmen, he encontrado desde mi
niñez un camino espiritual, de muchos años la formación y experiencias con la guía de los
Padres Carmelitas, desde que llegaron en 1955 a la Victoria.
A través de nuestra Madre Santísima he vivido la fe, la humildad, la perseverancia el
dolor, la alegría, la oración, la fraternidad y la piedad en obsequio de nuestro Señor
Jesucristo, que me llamo a proclamar su palabra en mi familia, amigos, vecinos y en mi sitio
de trabajo.

La clemencia de María es un reflejo del amor y la misericordia de Dios. Ella nos invita
a cultivar en nosotros mismos esa actitud de compasión, solidaridad y acogida hacia los
demás, especialmente hacia los más necesitados y sufrientes. Que María, mujer clemente,
interceda por nosotros y nos ayude a ser instrumentos de la misericordia de Dios en el
mundo. Teniendo firmemente la convicción que el Señor obrara en todo momento, para que
con alegría vayamos propagando lo que hemos conocido y vivido; y que de esta manera el
Reino de Dios siga pasando por los Terciarios Carmelitas en toda Venezuela.

Nuestra Señora del Monte Carmelo piadosa y clemente ruega por nosotros.

Tercera Orden Carmelita - La Victoria Edo. Aragua

D/ Madre mía del Carmen, has que nosotros escuchemos la palabra de Dios y la
llevemos a la práctica.

T/Ave María o canto …

D/¡oh María, Madre del Carmelo!, que sepamos amar a la iglesia y a los más necesitados
como tú los amas.

T/Ave María o canto …

D/¡Oh María, Madre del Carmelo!, que de ti aprendamos a guardar las pequeñas cosas
de Dios en lo secreto de nuestro corazón.

T/Ave María o canto …

Seguidamente se realiza el Oficio en honor a nuestra madre del Carmen. Pág. 22


Oración Inicial: ¡ Oh Virgen valiente, que fuiste siempre solícita y
dispuesta a recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también
nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos
mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por
nuestros padres. Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que contigo vive y reina
en la unidad del espíritu y es Dios por los siglos de los siglos. Amen

(Deuteronomio 31, 8)

Contemplar a María como modelo de Valentía significa dirigir la mirada a algunos


momentos específicos de su vida que se encuentran en el Evangelio. En primer lugar,
(Lucas 1, 26-38) relata el modo como asumió nuestra Madre la noticia de ser la elegida para
que en su vientre se encarnará el Hijo de Dios, en principio, no huye ante semejante
acontecimiento, sino que se interpela, ¿cómo podrá ser esto?, y ante la respuesta del ángel
ella refleja su profundo abandono en Dios, confiando en que él no la dejará ni desamparará
expresa: "He aquí la sierva del Señor".

Posteriormente en (Lucas 1, 39-56), lejos de quedarse encerrada por lo que implicaba


estar embarazada y sin esposo, la condenación que recibiría de su pueblo; ella fija su
atención en que el ángel le ha anunciado que su prima ya anciana Isabel está en el sexto
mes de embarazo y sale de prisa a ayudarle. Se necesita una gran determinación y valentía
para emprender un largo viaje siendo una mujer, embarazada y sola. Pero ella sabe que
Dios va delante de ella (Dt 31,8) y por eso expresa el Cántico del Magníficat, glorificando a
Dios por su misericordia.
Así también, tuvo que enfrentarse a las calumnias, humillaciones, injurias Que sufrió
Jesús cuando anuncia el Reino, este sufrimiento debió asumirlo con la certeza de que Dios
le acompaña, ella sabía quién era Jesús, por eso en medio de todo no se intimida, aunque
sufre, sabe que el bien triunfará sobre el mal y que el Padre exaltará a su hijo, ella
permanece fiel a la voluntad de Dios y espera la resurrección.

Luego, cuando los discípulos huyen y se esconden atemorizados, allí está María con
ellos, acompañándolos, orando y animándolos a confiar en que Dios está allí y es
providente, ve antes que ellos lo que necesitan y se los concede.

Y así continúa presente en el cuerpo místico de Cristo, su Iglesia; donde nuestra


Madre camina con sus hijos y nos enseña todo lo que deben llegar a ser en este mundo:
signo y reflejo del Reino, que buscan la voluntad del Padre, discípulos de Jesús que se
dejan santificar por el Espíritu Santo. Adelantando el cielo en la tierra como miembros de la
Iglesia viva en la que Jesús es la cabeza.

Carmelita de Madre Candelaria

D/¡Virgen del Carmen que sintamos tu protección de Madre y vivamos alegres de saber y
experimentar que nos amas como hijos!

T/Ave María o canto …

D/¡Madre del Carmen! Que seamos entusiastas propagadores del santo Escapulario para
que nuestro prójimo, vistiéndolo, los libre del pecado y de todo mal.

T/Ave María o canto …

D/¡Virgen del Carmen! Concédenos la gracia de ser siempre creyentes que bendicen y
reciben con agradecimiento ser bendecidos.

T/Ave María o canto …

Seguidamente se realiza el Oficio en honor a nuestra madre del Carmen. Pág. 22


Oración Inicial: María, Madre de la esperanza, ¡camina con nosotros!
Enséñanos a proclamar al Dios vivo; ayúdanos a dar testimonio de Jesús, el
único Salvador; haznos serviciales con el prójimo, acogedores de los pobres,
artífices de justicia, constructores apasionados de un mundo más justo; intercede
por nosotros que actuamos en la historia convencidos de que el designio del
Padre se cumplirá. Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que contigo vive y reina
en la unidad del espíritu y es Dios por los siglos de los siglos. Amen

(1 Pedro 3, 15)

Aceptar a Cristo como nuestro Señor a ejemplo de María, que con un sí cargado de
valentía no dudo ante Dios dando el gran “Hágase en mi lo que has dicho”. Que como ella
preparemos nuestro corazón para que en medio de nuestra juventud hable de la esperanza
de un Cristo vivo que llegue a nuestros hermanos y que en amor y fraternidad seamos
testimonio vivo del amor y la esperanza del bien que logra Cristo.

Cultivar una fe sólida y comprender las razones detrás de esa fe es esencial en la


juventud. Esto implica estar dispuestos a compartir esa esperanza con humildad y respeto,
viviendo con convicción, compasión y consideración hacia los demás. Servir al prójimo de
manera desinteresada es la mejor forma de honrar a Dios.

Al igual que María, que fue designada como madre de toda criatura al pie de la cruz,
debemos acoger y acobijar a nuestros hermanos con un amor inigualable, guiándolos hacia
el encuentro con Jesús. Este amor y fraternidad son testimonio vivo del bien que Cristo
puede lograr, y es a través de esta entrega que llevamos la esperanza a nuestros
hermanos, especialmente a todos los jóvenes que se encuentran perdidos en medio del
mundo.

La Virgen María, Madre de la Esperanza, nos enseña a confiar en Dios incluso en los
momentos más oscuros y a mantener viva la esperanza en su promesa de salvación. Ella
nos inspira a ser testigos de la esperanza en un mundo que a menudo se siente
desesperanzado. Que María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos ayude a
ser Jóvenes portadores de la esperanza de Cristo vivo y resucitado.

Juventud Carmelita - Tejeria, Edo. Aragua

D/ Madre mía del Carmen, has que nosotros escuchemos la palabra de Dios y la
llevemos a la práctica.

T/Ave María o canto …

D/¡oh María, Madre del Carmelo!, que sepamos amar a la iglesia y a los más
necesitados como tú los amas.

T/Ave María o canto …

D/¡Oh María, Madre del Carmelo!, que de ti aprendamos a guardar las pequeñas cosas
de Dios en lo secreto de nuestro corazón.

T/Ave María o canto

Seguidamente se realiza el Oficio en honor a nuestra madre del Carmen. Pág. 22


Oración Inicial: María de Nazaret, ejemplo de caridad y compromiso
fraterno, te pusiste al servicio de todos, vivías para los demás; concédenos el
don de la fraternidad, y ayúdanos a crecer en la fe, la esperanza y el amor para
así hacer presente y palpable con nuestras vidas, el Reino de Dios. Por nuestro
Señor Jesucristo tu hijo, que contigo vive y reina en la unidad del espíritu y es
Dios por los siglos de los siglos. Amen

(Romanos 12, 1)

La monja Carmelita, fiel a la rica tradición de la Orden, presta un servicio inestimable al


pueblo de Dios, gastando su vida en la presencia de Dios, en el ardor de la oración y del
celo apostólico. En íntima unión con María, vivimos la vida interior. En María nuestra Madre
encontramos el modelo del servicio y de nuestra entrega para la Iglesia y la humanidad, que
hoy necesita de un encuentro vivo con Jesucristo, en su historia y su cotidianidad.

María, como la mujer del servicio que estuvo atenta y pronta a las necesidades de sus
hijos, la Carmelita lleva en el corazón las necesidades de la humanidad, las angustias,
sufrimientos y dolores de tantos hermanos nuestros. A ejemplo de María que en la visita a
su prima Isabel, de prisa y gozosa se pone en camino, impulsada por el amor. También
llevamos en nuestras entrañas espirituales por medio de la oración al hermano. Desde
nuestro silencio y el servicio en las tareas más sencillas, las mismas conque María sirvió a
su Hijo, préstamos a la Iglesia ese servicio.

En el pasaje de las Bodas de Caná, María se preocupa ante la necesidad de los


esposos y acudió confiadamente a Jesús en favor de ellos. En nuestra Madre como fiel
discípula nos adelantamos para interceder ante su Hijo por la salvación de las almas. En
ella, en María nuestra Madre y Hermana encontramos ese amor que nos mueve a morir
para que otros reciban vida.

Nuestro apostolado se convierte así en una energía y fuerza para la humanidad.


Cuando el egoísmo, la lucha por el poder, el placer y la riqueza hacen que el mundo se
vuelva de espaldas a Dios, es que la carmelita contemplativa desde la oración, el sacrificio
es capaz de ayudar a la conversión de las almas.

Ese mismo celo, diligencia y prontitud, nos llevará a vivir que el servicio nos adentra a
la unión con Dios, que vino a servir y no a ser servido. Es el amor al servicio lo que hace
fecunda nuestra entrega oculta con Cristo. Y así cada Monasterio se convierte en un
cenáculo dónde, en compañía de María, la Madre de Jesús, las monjas imploran con la
plegaria la acción del Espíritu Santo en el Pentecostés permanente de la Iglesia.

Monja de Clausura - Edo. Barinas

D/¡Virgen del Carmen que sintamos tu protección de Madre y vivamos alegres de saber y
experimentar que nos amas como hijos!

T/Ave María o canto …

D/¡Madre del Carmen! Que seamos entusiastas propagadores del santo Escapulario para
que nuestro prójimo, vistiéndolo, los libre del pecado y de todo mal.

T/Ave María o canto …

D/¡Virgen del Carmen! Concédenos la gracia de ser siempre creyentes que bendicen y
reciben con agradecimiento ser bendecidos.

T/Ave María o canto …

Seguidamente se realiza el Oficio en honor a nuestra madre del Carmen. Pág. 22


Oración Inicial: Emperatriz de los ángeles y de los hombres, Madre del
Verbo Humanado, a ti, que eres la Reina muy amada de la Corte del cielo
acudimos los que aclamamos a Cristo Rey en la tierra. María, Madre de inefable
clemencia, te pedimos que intercedas ante tu Hijo, nuestro Rey, Jesús, para que
experimentemos los efectos de su misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo tu
hijo, que contigo vive y reina en la unidad del espíritu y es Dios por los siglos de
los siglos. Amen

(San Juan 2, 4-5)

En el segundo capítulo del evangelio de San Juan se relata el acontecimiento de la


boda de Caná, un hecho maravilloso que ha inspirado profundas reflexiones a tantos santos
sobre la intercesión de María ante su Hijo y la necesidad que enfrentaba la joven pareja que
quedaba sin vino en dicha fiesta tan importante para ellos.

Ante esta necesidad María recurre a su Hijo para presentar la ausencia de vino e
inmediatamente con una fe firme dice a los sirvientes “Hagan lo que él les diga”. El carmelita
vive un consejo evangélico llamado obediencia, y nuestra Hermana es maestra en esto. El
que es obediente indudablemente es orante, porque es en este dialogo donde cada uno
tiene un momento de hablar y escuchar.

El carmelita es un siervo de amor que diligentemente atiende la súplica de la buena


Madre que pide no obediencia a ella, sino a aquel que es Dios, y hoy nos invita a seguir
escuchando atentamente la voz del Señor quien es capaz de transformar lo simple de
nuestras vidas en vino de alegría y salvación, especialmente en una realidad donde la
indiferencia azota cruelmente la sociedad, donde no queremos escucharlo a Él, sino a
nosotros mismos. María sigue insistiendo al pedirnos que hagamos lo que su Hijo diga no
por un simple ideal, sino porque ella es testigo del amor y misericordia del Señor, porque
ella sabe que el hombre solo es pleno cuando es capaz de escucharle y responder a su
llamado.

Pidamos con confianza al buen Dios que seamos capaces de escuchar y atender su
voz, que imitando a los siervos cumplamos con prontitud su designio de amor en lo sencillo
de cada día, y compartamos el vino de la alegría con aquellos que lo necesitan, que
podamos mantener la imagen de María atenta y obediente siempre presente en nuestras
vidas pues ella simboliza un modelo de perfecto seguimiento de Cristo, y es importante
contemplar en la Virgen el esplendor y fertilidad del monte Carmelo, donde crecen con
prontitud y vigor las más hermosas flores de las virtudes cristianas.

Religioso Carmelita - Edo. Merida

D/ Madre mía del Carmen, has que nosotros escuchemos la palabra de Dios y la llevemos a
la práctica.

T/Ave María o canto …

D/¡oh María, Madre del Carmelo!, que sepamos amar a la iglesia y a los más necesitados
como tú los amas.

T/Ave María o canto …

D/¡Oh María, Madre del Carmelo!, que de ti aprendamos a guardar las pequeñas cosas de
Dios en lo secreto de nuestro corazón.

T/Ave María o canto …

Seguidamente se realiza el Oficio en honor a nuestra madre del Carmen. Pág. 22


Oración Inicial: Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la
voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí
nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a
través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo tu
hijo, que contigo vive y reina en la unidad del espíritu y es Dios por los siglos de
los siglos. Amen

(Proverbios 3, 5-6)

La Virgen María se destaca por su profunda confianza en Dios a lo largo de su vida.


Ella es un modelo admirable de fe y abandono en las manos del Señor, mostrando cómo la
confianza en Dios puede transformar nuestras vidas.

Sí todos los seres humanos confiáramos en la palabra de Dios todopoderoso y no en


nuestro vago conocimiento y pretensiones de ser los seres más sabios y arrogantes que
existen todo sería diferente. La humanidad cambiaría para bien.

Debemos confiar plenamente en la voluntad de Dios, así como María. Él nos tiene a
cada uno un plan perfecto. La confianza de María en Dios es un ejemplo inspirador para
nosotros. Ella nos enseña a abandonarnos con fe en las manos del Señor, a confiar en su
providencia y a creer en su plan de salvación, incluso cuando las circunstancias parecen
difíciles o incomprensibles.

Nuestras acciones deben tener a Dios presente en todo momento y veremos sus
maravillosas obras echas realidad, él nos guiará a ser mejores cristianos y tomar decisiones
sabias cada día.

María es el ejemplo más palpable y sincero cuando acepto su destino de ser la madre
del salvador, del verbo hecho carne, del cordero de Dios que entregó su vida para limpiar el
pecado del mundo.

Abramos nuestro corazón y aceptemos la voluntad de Dios y nuestra vida será más
plena. Que María, mujer de la confianza, interceda por nosotros y nos ayude a cultivar una
fe inquebrantable en Dios, que nos lleve a vivir con esperanza y abandono en su voluntad.

Servidor Carmelita - La Victoria, Edo. Aragua

D/¡Virgen del Carmen que sintamos tu protección de Madre y vivamos alegres de saber y
experimentar que nos amas como hijos!

T/Ave María o canto …

D/¡Madre del Carmen! Que seamos entusiastas propagadores del santo Escapulario para
que nuestro prójimo, vistiéndolo, los libre del pecado y de todo mal.

T/Ave María o canto …

D/¡Virgen del Carmen! Concédenos la gracia de ser siempre creyentes que bendicen y
reciben con agradecimiento ser bendecidos.

T/Ave María o canto …

Seguidamente se realiza el Oficio en honor a nuestra madre del Carmen. Pág. 22


Oración Inicial: Te suplicamos Señor, que venga en nuestra ayuda, la
intercesión poderosa de la Santísima Virgen María, Madre y Reina del Carmelo,
para que, bajo su protección, lleguemos a Cristo, monte de salvación. Por
nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que contigo vive y reina en la unidad del
espíritu y es Dios por los siglos de los siglos. Amen

(Jeremías 2, 7)

El pasaje de Jeremías 2, 7 nos invita a reflexionar sobre el regalo de Dios y nuestra


respuesta a Su generosidad. Dios nos habla de la tierra fértil que nos ha dado, un símbolo
de Su amor y providencia. Sin embargo, la respuesta del pueblo fue contaminar esta tierra,
un acto de ingratitud y alejamiento de la voluntad divina.
En el contexto carmelita, encontramos en María un modelo perfecto de cómo
responder a los dones de Dios con fidelidad y pureza. María, la Madre de Dios, recibió el
don más grande: ser la Madre del Salvador. Su respuesta no fue de ingratitud ni
contaminación, sino de total entrega y obediencia a la voluntad de Dios. Ella es el ejemplo
sublime de cómo debemos recibir y cuidar los dones que Dios nos otorga.
Los carmelitas, desde sus orígenes en el Monte Carmelo, han visto en María una guía
y modelo. La vida de María refleja la vida ideal a la que aspiran los carmelitas: una vida de
contemplación, de escucha atenta a la palabra de Dios, y de acción en consonancia con Su
voluntad. Al igual que María, los carmelitas están llamados a ser custodios de la gracia
divina, a mantener la pureza del don recibido y a vivir en gratitud y obediencia.
María nos enseña a reconocer la tierra fértil que es nuestro corazón, preparada por
Dios para dar fruto. Ella nos muestra que, para evitar la contaminación de esta tierra,
debemos estar siempre dispuestos a escuchar y cumplir la palabra de Dios, dejando que Su
voluntad guíe nuestras acciones. En su vida, María ejemplifica una relación íntima y pura
con Dios, algo a lo que todos los carmelitas deben aspirar. Como Carmelitas, estamos
llamados una y otra vez a mirar a María como el modelo perfecto para seguir a Jesús, que
es el monte de la salvación. En María encontramos la guía y el ejemplo que necesitamos
para vivir plenamente nuestra vocación y nuestro compromiso con Dios.
María es el mayor símbolo de fertilidad, pues nos ha dado, como fruto de su fe,
fidelidad a Dios y compromiso con su plan salvador, al mismo Salvador. El mayor y más
hermoso fruto de María es Jesucristo, pero también vemos en ella los frutos de la
obediencia, la fidelidad, la compasión, la misericordia y la alegría. Cada uno de estos frutos
nos muestra un camino a seguir, una manera de vivir nuestra fe de manera auténtica y
plena.
Como Carmelitas, no podemos vivir sin un rumbo, sin un ideal, sin un modelo. María
representa para nosotros todo lo que necesitamos para siempre estar orientados hacia
Jesús. Ella es nuestra estrella guía, nuestra madre y protectora, que nos muestra con su
vida cómo podemos acercarnos cada día más a Dios. Su ejemplo de humildad, entrega y
amor es la inspiración que necesitamos para mantenernos firmes en nuestro camino
espiritual.
Cuando perdemos el rumbo en nuestra vida espiritual, no debemos dudar de que en
María siempre vamos a encontrar el apoyo que necesitamos para regresar a Jesús. Ella es
el refugio seguro al que podemos acudir en momentos de dificultad, sabiendo que su
intercesión y su ejemplo nos llevarán de nuevo al camino de la verdad y la vida.
Alejarnos de Jesús representa la esterilidad; acercarnos a Él representa la fertilidad.
María es nuestro mayor apoyo en ese camino, la que con su amor maternal nos conduce
siempre hacia su Hijo. En ella encontramos la fortaleza y la inspiración para vivir nuestra
vocación carmelita de manera plena y fecunda, entregándonos con todo nuestro ser a la
misión que Dios nos ha encomendado.

Religioso Carmelita - Edo. Aragua

D/ Madre mía del Carmen, has que nosotros escuchemos la palabra de Dios y la llevemos
a la práctica.
T/Ave María o canto …
D/¡oh María, Madre del Carmelo!, que sepamos amar a la iglesia y a los más necesitados
como tú los amas.
T/Ave María o canto …
D/¡Oh María, Madre del Carmelo!, que de ti aprendamos a guardar las pequeñas cosas
de Dios en lo secreto de nuestro corazón.
T/Ave María o canto …
D/ Celebremos en este día honores a la Virgen María,
ella es la hermosa Flor del Carmelo, de cuyo seno bendito brotó Jesús.

T/ Cantan ya mis labios - palabras benditas.


En honra a la virgen – Madre de los carmelitas

Dios te salve nube – vista del Carmelo,


Para todo el mundo – anuncio más bello.
Fue en esta figura – que Elías vio,
El pueblo devoto – ya te distinguió.
Que suba la nube – la nube Eliana,
Que baje la lluvia – la lluvia de gracia.
Oh nube bendita – Oh nube hermosa,
De gracias y vida – eres portadora.
Oh bendita hora – por Dios proferida,
Cuando en Nazaret – tú fuiste nacida.
Fuiste elegida – Madre del Señor,
Respondiste sí – con mucho valor.
Dios te salve Virgen – sierva del Señor,
Madre de Jesús – nuestro salvador.
Madre siempre fiel – al amor de Dios,
Guarda en tu pecho – todos mis clamores.
Allá en el Calvario – tú nos recibiste,
Y con tu manto – tú nos protegiste.
En este purgatorio – oh Madre bendita,
Tu escapulario – es señal de amor.
Oh Virgen bendita – Señora del lugar,
Eres del Carmelo – Madre protectora.
Las flores alfombran – tu Monte Carmelo,
Te sirven de orquesta – las aves del cielo.
Dios te salve Madre – del Carmelo flor,
Dulce esperanza – de nuestro amor.
Ampara a todos - que, en la opresión,
Buscan en Jesús – su liberación.
Gloria al Padre y al Hijo – y al amor también,
Dios que te creó – para nuestro bien.
Ahora y siempre – y sin fin amén,
Ahora y siempre – y sin fin amén .

Oremos Juntos: ¡Oh Dios! que venga en nuestro auxilio la gloriosa intercesión de Nuestra
Señora del Carmen, para que podamos bajo su protección, subir al Monte que es Cristo. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

D/ Imploremos juntos el auxilio de Dios a través de los clamores a María

Oh flor del Carmelo – oh viña florida,


Proteja tu nombre – a los Carmelitas.

A nuestra familia – patrona bendita,


Y a todos tus hijos – da fuerza en la vida.

Nuestro amor inspira – himnos y cantares,


A nuestra señora – la Virgen del Carmen

La flor del Carmelo – que es divina Madre,


Nos mira piadosa – la Virgen del Carmen.

Del mar de la vida – que cruza mi nave,


Es radiante faro – la Virgen del Carmen.

Como te ama Cristo – queremos amarte,


Como tú nos amas – Oh Virgen del Carmen

D/ Ruega por nosotros Virgen Bendita,


T/ ¡Oh Patrona de los Carmelitas!

Oración final: Señora del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, acepta los dones que te
traemos. En tus manos acepta nuestra capacidad de creer y amar, de servir y esperar.
Confiamos a ti todo lo que somos, tenemos o hacemos, nuestra mente y cuerpo, nuestra
salud o enfermedad, nuestra alegría y dolor, nuestras dificultades y destino.
Haznos crecer ¡oh Madre del Carmen! Cada día más en la fe, en la esperanza y en la
caridad. Enciende en nuestros corazones el fuego del amor, a fin de que toda nuestra vida
sea una agradable ofrenda a Dios. Amén.
Colaboradores

• R.P. Fr. Alexio Ordoñez O.Carm


• R.P. Fr. Felix Avendaño O.Carm
• R.P. Fr. Ecson Álvarez O.Carm
• R. Fr. Obeimer Rivas O.Carm
• Hna. Coromoto de los Ángeles O.C
• Hna. Mariangelly Ramírez
• Hna. Canda Cuevas
• Sra. Mercedes Salcedo TOC
• Sr. Raul Cordova
• Emmarian Hernández JUCAR

Redacción, Diagramación y Diseño:


Fray Manuel Villarreal O.Carm.

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