Formas de Gobierno Contemporaneas
Formas de Gobierno Contemporaneas
Formas de Gobierno Contemporaneas
CONTEMPORANEAS
PARLAMENTARISMO
CARACTERES
El sistema parlamentario que ha tenido origen en
Inglaterra, toma su nombre del Parlamento que es su
esencia. Esta forma de gobierno constituye el modo de
adaptación progresiva y empírica de la institución
monárquica a las exigencias determinadas por la
participación popular en la gestión del Estado, que
condujeron al predominio del Parlamento, y dentro de su
ámbito, al de la Cámara de los Comunes.
No es un tipo de gobierno uniforme u homogéneo
ya que comprende una variedad de modalidades que tienen
en común la real preeminencia del Parlamento sobre el
órgano ejecutivo y una dependencia política e institucional
del órgano ejecutivo frente al Parlamento.
En los sistemas parlamentarios la constitución y
subsistencia del titular del órgano ejecutivo dependen de la
voluntad del parlamento. Se trata de una doble elección
donde la asamblea, elegida para hacer leyes, tiene en
realidad como función principal, crear y conservar el Poder
Ejecutivo.
PODER EJECUTIVO
El Poder Ejecutivo es agente del Parlamento porque
necesita que le preste su apoyo o respaldo, el cual se
exterioriza a través del voto de confianza. Si, por el
contrario, el voto es de censura, el Poder Ejecutivo debe
presentar su dimisión.
Dentro del Poder Ejecutivo existe una dualidad de jefaturas:
por un lado encontramos el Jefe de Gobierno y por el otro,
el Jefe de Estado.
Jefatura de Gobierno: encontramos al Gabinete o
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Ministerio presidido por el Primer Ministro, que es quien
traza la dirección política general pero con responsabilidad
ante el Parlamento. Es el Poder Legislativo el que elige al
personaje encargado de ser nominalmente el Primer
Ministro y ese personaje es el líder de la Cámara de los
Comunes.
El Primer Ministro difiere del Presidente en el sistema
presidencialista en cuanto no es elegido directamente por el
pueblo, sino por los representantes del pueblo. Este
Gabinete resulta extremadamente sensible a las
fluctuaciones de la opinión pública.
Junto a él comparte el ejercicio de la función
ejecutiva un Jefe de Estado políticamente irresponsable,
dotado de funciones prevalentemente formales.
Este otro órgano que es el Jefe de Estado, puede ser un Rey
si es una monarquía como Gran Bretaña, Dinamarca,
Noruega, Holanda, etc. o, si se trata de una Republica, se
llama Presidente (por ejemplo Italia, Alemania, Francia).
RESPONSABILIDAD POLITICA
El Gabinete tiene responsabilidad política
ante el Parlamento.
El Jefe de Estado no tiene responsabilidad
política frente al Parlamento. En los
regimenes parlamentarios republicanos es
designado generalmente por el
Parlamento, cuyos componentes son los
únicos que revisten un mandato conferido
por elección popular.
El Gabinete refrenda los actos del Jefe de
Estado y asume las responsabilidades
políticas.
El Jefe de Estado puede disolver el
Parlamento. Una nueva composición
parlamentaria dará lugar a la formación de
otro Gabinete distinto al anteriormente
censurado.
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PRESIDENCIALISMO
CARACTERES
Encuentra su origen en la Constitución de Estados
Unidos de 1787, donde la forma de gobierno presidencial
ha obtenido éxito con su sistema bien construido de frenos
y contrapesos.
Concentra la función ejecutiva en un órgano
Independiente del Legislativo y Judicial. No existe dualidad
de Jefaturas como en el sistema parlamentario ya que la
Jefatura del Estado y la Jefatura del Gobierno son asumidas
por el Presidente de la Republica.
Los mandatos del Presidente no son afectados por
los votos en la Legislatura.
PODER EJECUTIVO
El órgano ejecutivo es unipersonal. Es elegido en
forma directa o indirecta por los ciudadanos y permanece en
su cargo con prescindencia de la confianza del órgano
legislativo.
El presidente no necesita del apoyo ni de la confianza del
Parlamento. El Presidente gobierna, administra y ejecuta
libremente.
La independencia entre los órganos gubernamentales es
mucho mas clara e intensa que en el parlamentarismo.
Los integrantes del órgano legislativo no pueden ser
designados para ejercer cargos ejecutivos en forma
simultánea.
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En los sistemas presidencialistas la continuidad en su cargo
por parte del presidente no puede ser alterada por el órgano
legislativo salvo a través del mecanismo del juicio político.
El Primer mandatario nombra a sus Ministros.
EL PRESIDENCIALISMO ARGENTINO
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con la reforma Constitucional de 1994, en modo alguno
significa que se hubiera abandonado la tradicional
organización presidencialista.
PRESIDENCIALISMO Y PARLAMENTARISMO: UN
DEBATE PENDIENTE
I.-Introducción
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bien construido de frenos y contrapesos, idóneo para
concentrar en el Presidente las facultades en las
particulares situaciones de emergencia, pero con la
posibilidad de reestablecer un balance mas equilibrado en
los periodos de administración normal.
En los otros Estados, tanto americanos como africanos o
asiáticos, en los cuales la misma forma de gobierno ha
encontrado aplicación, las circunstancias ambientales
inadecuados han producido distorsiones mas o menos
acentuadas en su funcionamiento, haciendo que sean muy
difíciles los juicios globales sobre los resultados de
conjunto obtenidos en cada caso particular, en relación con
los múltiples y graves obstáculos que han sido necesario
afrontar. …Factores ambientales como el bajo nivel social,
el amplio analfabetismo, la debilidad y el carácter
meramente personalista de los partidos, la actitud
conservadora que observo el clero por largos decenios, que
han llevado a conferir a las personalidades de cierto
prestigio elevadas al cargo de Jefe de Estado, una
preeminencia absoluta en el plano de los valores
políticos”...
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Desde ya adelanto mi postura favorable a esta segunda
alternativa que implica un rediseño del presidencialismo,
atento que constituye el sistema de gobierno que mejor se
adapta a nuestra idiosincrasia y nuestras tradiciones
institucionales. Sin que ello signifique desdeñar el liderazgo
político que subyace en el sistema presidencialista, sino
ajustarlo en su ejercicio dentro del marco del estado de
derecho, apuntando a la calidad institucional.
Y este nuevo diseño debe ser enfocado desde una
doble perspectiva: desde lo estructural – normativo,
adecuando las regulaciones en aquellos aspectos que así lo
requieran pero también, y sobre todo, incrementando los
controles que la Constitución les asigna al Congreso y al
Poder Judicial, asumiendo el compromiso ineludible por
parte de los poderes del Estado del cumplimiento efectivo
de las instituciones.
Requiere de un esfuerzo tanto por parte del
gobierno como también de la oposición para tornar posible
el equilibrio del que da cuenta la doctrina de la división de
poderes pergeñada por Montesquieu y completada por Karl
Loewenstein con su teoría de los controles.
La oportunidad histórica que se presenta
seguramente se convertirá en el elemento facilitador del
ajuste que requiere inexorablemente nuestra forma de
gobierno presidencialista.
Nos hallamos frente a un peculiar escenario institucional al
haber perdido el Gobierno los comicios el 28 de junio de
2009. Ya no existe un Poder Ejecutivo fuerte, avalado por
mayorías ciudadanas y por consiguiente el presidencialismo
se desplaza hacia las formas parlamentarias, en las que
deberá jugar un rol preponderante el Jefe de Gabinete de
Ministros, tal como fuera concebido en la reforma
constitucional de 1994.-
II.-Recomendaciones
A modo de contribución para este rediseño de
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nuestra forma de gobierno presidencialista, sugerimos
algunas medidas a adoptar tendientes a una mayor calidad
institucional, a saber:
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Nos parece que esta es la vía adecuada, que permite
evitar una crisis política derivada de los adversos resultados
electorales y fortalecer la gobernabilidad, tal como fuera el
propósito de la reforma constitucional de 1994 al incorporar
esta figura.
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ser delegables y cuales, por sus características, nunca
podrán serlo, así como también, abocándose al análisis del
mejor camino y el menos dañino para los intereses de la
republica respecto de la delegación de facultades
impositivas.-
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función jurisdiccional y asimismo, liberar a la CSJ de tareas
administrativas y económicas.
Pero con desazón hoy podemos afirmar que en lugar de
eficientizar, transparentar y mejorar la justicia, agudizo
muchos de sus problemas.
En efecto, no ha resultado para nada eficiente la
administración del Poder Judicial por parte de este
organismo. Baste observar que no cuenta con un plan
edilicio que resuelva los graves problemas que este Poder
padece desde años. Al extremo de que, por ejemplo, jueces
en lo penal tributario trabajando en un edificio en peligro de
derrumbe han debido ser mudados a un edificio de la AFIP
!!!...
También se observan serios retrasos en la
informatización de los juzgados en desmedro de la agilidad
en la tramitación de las causas.
En cuanto a la integración de los tribunales
inferiores tampoco ha actuado con la eficacia que era de
esperar, demorando injustificadamente la cobertura de
vacantes, tal el caso de la Cámara del Trabajo que tiene
tantas vacantes que le impide realizar acuerdos generales.
Muchos jueces, además, son victimas de presiones
por parte del estamento político que compone este
organismo.
Nadie ignora que en función de la actual
composición del Consejo y merced a una manipulación de
los mecanismos de acceso, promoción y remoción de
magistrados y del manejo del presupuesto judiciario, es
factible consumar un eficaz sistema de no independencia
del Poder Judicial, quebrando el equilibrio de poderes base
de la Republica.
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-La elaboración del presupuesto judicial debe estar a cargo
de la Corte Suprema, así como también la ejecución del
mismo.
-Se recomienda la urgente modificación de la actual ley
reglamentaria del Consejo de la Magistratura a efectos de: -
alcanzar, como dispone el Art. 114 de la CN, una
composición equilibrada, en la que no tenga una clara
preponderancia el poder político sobre el estamento
judicial,
- garantizar la transparencia de los concursos, para lo cual
deberá devolverse al jurado la facultad de evaluar los
antecedentes de los postulantes, así como también
- devolverle la presidencia del organismo al Presidente de la
CSJ, perdida a partir de la nueva ley del año 2006.-
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Por estas razones las provincias cuentan con muy
pocos recursos para afrontar sus graves problemas
económicos y sociales, lo que puede conducir a muchas de
ellas a la cesación de pagos y, como otrora, a la reaparición
de las cuasi monedas. Los numerosos juicios promovidos
contra la Nación en la Corte Suprema dan prueba de ello.
Hoy no alcanza solo con la ley de presupuesto
nacional para la determinación de los recursos (que
requerirá políticas de aliento a la inversión, especialmente
en materia agropecuaria) y la reasignación del gasto
público; además debe atenderse la reestructuración de sus
respectivas deudas, externa e interna.
La gravedad de la situación requiere de un modo
urgente negociar un nuevo pacto fiscal de índole federal que
reasigne recursos entre Nación y Provincias.
El Gobierno Nacional será quien deberá articular
políticas consensuadas con el Parlamento, de modo tal de
armar esquemas institucionales estables y no sujetos a los
vaivenes políticos coyunturales, que alejen definitivamente
el fantasma de constituir la ley de coparticipación
impositiva el instrumento político por naturaleza para
disciplinar a los gobernadores.-
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su eficacia por la simple razón de que no han sido
utilizados.
Es lamentable que esto ocurra siendo que
constituyen un parámetro ideal para monitorear la opinión
publica, sus necesidades, el mayor o menor grado de
satisfacción con las políticas públicas, sirviendo tanto al
Gobierno como a la oposición para medir y eventualmente
corregir el rumbo de su accionar.
Esta es una deuda pendiente para toda la clase política.
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- Impedir las listas testimoniales.
- Reducción del nivel de fragmentación de los partidos.
- Mayor transparencia del financiamiento de los partidos
políticos.-
III.-Conclusión
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autocrático, del que están llenas las narraciones de los
historiadores y las reflexiones de los escritores políticos.
IV. BIBLIOGRAFIA
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