La Energía Solar
La Energía Solar
La Energía Solar
La recogida natural de energía solar se produce en la atmósfera, los océanos y las plantas de la
Tierra. Las interacciones de la energía del Sol, los océanos y la atmósfera, por ejemplo, producen
vientos, utilizados durante siglos para hacer girar los molinos. Los sistemas modernos de energía
eólica utilizan hélices fuertes, ligeras, resistentes a la intemperie y con diseño aerodinámico que,
cuando se unen a generadores, producen electricidad para usos locales y especializados o para
alimentar la red eléctrica de una región o comunidad.
Casi el 30% de la energía solar que alcanza el borde exterior de la atmósfera se consume en el
ciclo del agua, que produce la lluvia y la energía potencial de las corrientes de montaña y de los
ríos. La energía que generan estas aguas en movimiento al pasar por las turbinas modernas se
llama energía hidroeléctrica. Gracias al proceso de fotosintesis, la energía solar contribuye al
crecimiento de la vida vegetal (biomasa) que, junto con la madera y los combustibles fósiles que
desde el punto de vista geológico derivan de plantas antiguas, puede ser utilizada como
combustible. Otros combustibles como el alcohol y el metano también pueden extraerse de la
biomasa.
Asimismo, los océanos representan un tipo natural de recogida de energía solar. Como resultado
de su absorción por los océanos y por las corrientes oceánicas, se producen gradientes de
temperatura. En algunos lugares, estas variaciones verticales alcanzan 20 °C en distancias de
algunos cientos de metros. Cuando hay grandes masas a distintas temperaturas, los principios
termodinámicos predicen que se puede crear un ciclo generador de energía que extrae energía de
la masa con mayor temperatura y transferir una cantidad a la masa con temperatura menor. La
diferencia entre estas energías se manifiesta como energía mecánica (para mover una turbina, por
ejemplo), que puede conectarse a un generador, para producir electricidad. Estos sistemas,
llamados sistemas de conversión de energía térmica oceánica (CETO), requieren enormes
intercambiadores de energía y otros aparatos en el océano para producir potencias del orden de
megavatios.
La recogida directa de energía solar requiere dispositivos artificiales llamados colectores solares,
diseñados para recoger energía, a veces después de concentrar los rayos del Sol. La energía, una
vez recogida, se emplea en procesos térmicos o fotoeléctricos, o fotovoltaicos. En los procesos
térmicos, la energía solar se utiliza para calentar un gas o un líquido que luego se almacena o se
distribuye. En los procesos fotovoltaicos, la energía solar se convierte en energía eléctrica sin
ningún dispositivo mecánico intermedio. Los colectores solares pueden ser de dos tipos
principales: los de placa plana y los de concentración.
En los procesos térmicos los colectores de placa plana interceptan la radiación solar en una placa
de absorción por la que pasa el llamado fluido portador. Éste, en estado líquido o gaseoso, se
calienta al atravesar los canales por transferencia de calor desde la placa de absorción. La energía
transferida por el fluido portador, dividida entre la energía solar que incide sobre el colector y
expresada en porcentaje, se llama eficiencia instantánea del colector. Los colectores de placa
plana tienen, en general, una o más placas cobertoras transparentes para intentar minimizar las
pérdidas de calor de la placa de absorción en un esfuerzo para maximizar la eficiencia. Son
capaces de calentar fluidos portadores hasta 82 °C y obtener entre el 40 y el 80% de eficiencia.
Los colectores de placa plana se han usado de forma eficaz para calentar agua y para calefacción.
Los sistemas típicos para casa-habitación emplean colectores fijos, montados sobre el tejado. En
el hemisferio norte se orientan hacia el Sur y en el hemisferio sur hacia el Norte. El ángulo de
inclinación óptimo para montar los colectores depende de la latitud. En general, para sistemas que
se usan durante todo el año, como los que producen agua caliente, los colectores se inclinan
(respecto al plano horizontal) un ángulo igual a los 15° de latitud y se orientan unos 20° latitud S o
20° de latitud N.
Además de los colectores de placa plana, los sistemas típicos de agua caliente y calefacción están
constituidos por bombas de circulación, sensores de temperatura, controladores automáticos para
activar el bombeo y un dispositivo de almacenamiento. El fluido puede ser tanto el aire como un
líquido (agua o agua mezclada con anticongelante), mientras que un lecho de roca o un tanque
aislado sirven como medio de almacenamiento de energía.
Colectores de concentración
Para aplicaciones como el aire acondicionado y la generación central de energía y de calor para
cubrir las grandes necesidades industriales, los colectores de placa plana no suministran, en
términos generales, fluidos con temperaturas bastante elevadas como para ser eficaces. Se
pueden usar en una primera fase, y después el fluido se trata con medios convencionales de
calentamiento. Como alternativa, se pueden utilizar colectores de concentración más complejos y
costosos. Son dispositivos que reflejan y concentran la energía solar incidente sobre un zona
receptora pequeña. Como resultado de esta concentración, la intensidad de la energía solar se
incrementa y las temperaturas del receptor (llamado ‘blanco’) pueden acercarse a varios cientos, o
incluso miles, de grados Celsius. Los concentradores deben moverse para seguir al Sol si se
quiere que actúen con eficacia; los dispositivos utilizados para ello se llaman heliostatos.
Hornos solares
Los hornos solares son una aplicación importante de los concentradores de alta temperatura. El
mayor, situado en Odeillo, en la parte francesa de los Pirineos, tiene 9.600 reflectores con una
superficie total de unos 1.900 m 2 para producir temperaturas de hasta 4.000 °C. Estos hornos son
ideales para investigaciones, por ejemplo, en la investigación de materiales, que requieren
temperaturas altas en entornos libres de contaminantes.
Receptores centrales
Enfriamiento solar
Se puede producir frío con el uso de energía solar como fuente de calor en un ciclo de enfriamiento
por absorción. Uno de los componentes de los sistemas estándar de enfriamiento por absorción,
llamado generador, necesita una fuente de calor. Puesto que, en general, se requieren
temperaturas superiores a 150 °C para que los dispositivos de absorción trabajen con eficacia, los
colectores de concentración son más apropiados que los de placa plana.
Electricidad fotovoltaica
Las células solares hechas con obleas finas de silicio, arseniuro de galio u otro material
semiconductor en estado cristalino, convierten la radiación en electricidad de forma directa. Ahora
se dispone de células con eficiencias de conversión superiores al 30%. Por medio de la conexión
de muchas de estas células en módulos, el coste de la electricidad fotovoltaica se ha reducido
mucho. El uso actual de las células solares se limita a dispositivos de baja potencia, remotos y sin
mantenimiento, como boyas y equipamiento de naves espaciales.
Un proyecto futurista propuesto para producir energía a gran escala propone situar módulos
solares en órbita alrededor de la Tierra. En ellos la energía concentrada de la luz solar se
convertiría en microondas que se emitirían hacia antenas terrestres para su conversión en energía
eléctrica. Para producir tanta potencia como cinco plantas grandes de energía nuclear (de mil
millones de vatios cada una), tendrían que ser ensamblados en órbita varios kilómetros cuadrados
de colectores, con un peso de más de 4000 t; se necesitaría una antena en tierra de 8 m de
diámetro. Se podrían construir sistemas más pequeños para islas remotas, pero la economía de
escala supone ventajas para un único sistema de gran capacidad.
Debido a la naturaleza intermitente de la radiación solar como fuente energética durante los
periodos de baja demanda debe almacenarse el sobrante de energía solar para cubrir las
necesidades cuando la disponibilidad sea insuficiente. Además de los sistemas sencillos de
almacenamiento como el agua y la roca, se pueden usar, en particular en las aplicaciones de
refrigeración, dispositivos más compactos que se basan en los cambios de fase característicos de
las sales eutécticas (sales que se funden a bajas temperaturas). Los acumuladores pueden servir
para almacenar el excedente de energía eléctrica producida por dispositivos eólicos o fotovoltaicos.
Un concepto más global es la entrega del excedente de energía eléctrica a las redes existentes y el
uso de éstas como fuentes suplementarias si la disponibilidad solar es insuficiente. Sin embargo, la
economía y la fiabilidad de este proyecto plantea límites a esta alternativa.
La energía solar
Una energía garantizada para los próximos 6.000 millones de años
El Sol, fuente de vida y origen de las demás formas de energía que el hombre ha
utilizado desde los albores de la historia, puede satisfacer todas nuestras necesidades, si
aprendemos cómo aprovechar de forma racional la luz que continuamente derrama sobre el
planeta. Ha brillado en el cielo desde hace unos cinco mil millones de años, y se calcula
que todavía no ha llegado ni a la mitad de su existencia.
Durante el presente año, el Sol arrojará sobre la Tierra cuatro mil veces más energía que
la que vamos a consumir.
España, por su privilegiada situación y climatología, se ve particularmente favorecida
respecto al resto de los países de Europa, ya que sobre cada metro cuadrado de su suelo
inciden al año unos 1.500 kilovatios-hora de energía, cifra similar a la de muchas regiones
de América Central y del Sur. Esta energía puede aprovecharse directamente, o bien ser
convertida en otras formas útiles como, por ejemplo, en electricidad.
Sería poco racional no intentar aprovechar, por todos los medios técnicamente posibles,
esta fuente energética gratuita, limpia e inagotable, que puede liberarnos definitivamente de
la dependencia del petróleo o de otras alternativas poco seguras, contaminantes o,
simplemente, agotables.
Es preciso, no obstante, señalar que existen algunos
problemas que debemos afrontar y superar. Aparte de las
dificultades que una política energética solar avanzada
conllevaría por sí misma, hay que tener en cuenta que esta
energía está sometida a continuas fluctuaciones y a
variaciones más o menos bruscas. Así, por ejemplo, la
radiación solar es menor en invierno, precisamente cuando
más la solemos necesitar.
Es de vital importancia proseguir con el desarrollo de la
todavía incipiente tecnología de captación, acumulación y
distribución de la energía solar, para conseguir las
condiciones que la hagan definitivamente competitiva, a
escala planetaria.
El sol
Es una masa de materia gaseosa caliente que irradia a una temperatura efectiva de unos
6000ºC. De la distribución espectral de la radiación de esta fuente de energía, medida fuera de
la atmósfera terrestre, aproximadamente la mitad esta en la región visible del espectro, cerca de
la otra región visible del espectro, cerca de la otra región infrarroja y un pequeño porcentaje de
la región ultravioleta. El sol esta a una distancia de 149490000 kilómetros de la Tierra, y la
constante solar, esto es, la intensidad media de radiación medida fuera de la atmósfera en un
plano normal la radiación es aproximadamente 1.94 cal/min. cm3.
La intensidad de la radiación solar que llega a la superficie de las Tierra se reduce por varios
factores variables, entre ellos, la absorción de la radiación, en intervalos de longitud de onda
específicos, por los gases de la atmósfera, dióxido de carbono, ozono, etc., por el vapor de agua,
por la difusión atmosférica por la partículas de polvo, moléculas y gotitas de agua, por reflexión
de las nubes y por la inclinación del plano que recibe la radiación respecto de la posición normal
de la radiación.
Kilocal/m2 Kilocal/m2
El total de la energía solar que llega a la Tierra es enorme. Lo EE.UU., por ejemplo, reciben
anualmente alrededor de 1500 veces sus demandas de energía total. En un día de sol de verano,
la energía que llega al tejado de una casa de tipo medio seria más que suficiente para satisfacer
las necesidades de energía de esa casa por 24 hora. En la tabla 1 se dan valores típicos de la
radiación que se recibe en la superficie de la Tierra. La figura 2, muestra la cantidad de radiación
recibida en superficies orientadas de modo diferente en días claros (latitud 42ºN).
m=0 1 2 3 4 5
Calefacción domestica
Refrigeración
Calentamiento de agua
Destilación
Generación de energía
Fotosíntesis
Hornos solares
Cocinas
Evaporación
Acondicionamiento de aire
Control de heladas
Secado
Se han ensayado todos los usos citados de la energía solar en escala de laboratorio, pero no se
han llevado a la escala industrial. En muchos casos, el costo de la realización de estas
operaciones con energía solar no pueden competir con el costo cuando se usan otras fuentes de
energía por la gran inversión inicial que es necesaria para que funcionen con energía solar y por
ello la mayor parte de los estudios de los problemas de utilización de esta energía esta
relacionado con problemas económicos.
Las instalaciones solares pueden considerarse clasificadas por tres tipos de aplicación. Primero,
hornos solares, usados como medio de laboratorio para obtener altas temperaturas en diversos
estudios y propuestos para usos semi industriales. En segundo lugar los usos potenciales de
disposiciones solares sencillas, como cocinas, refrigerantes y bombas de irrigación en regiones
no industrializadas, con radiación segura y en donde los actuales recursos de energía no son
satisfactorios o resulten caros. Un tercer grupo de aplicación de energía solar podrá competir en
el futuro económicamente con otras fuentes de energía en algunas zonas de países
industrializados, como los EE.UU., si los adelantos técnicos en este campo o los cambios en el
costo de la energía de otras fuentes llegan a alterar su costo relativo.
Los problemas con que se tropieza para recoger la energía solar, almacenarla y usar la energía
resultante, son los mismos para numerosos usos potenciales de esta fuente de energía y se
estudian uno por uno en lo que sigue. la discusión acerca de los usos posibles se estudia mas
adelante.
En lo que sigue se discuten mas detalladamente los principios expuestos en relación con las
diferentes aplicaciones de la energía solar para calefacción, enfriamiento y refrigeración de
recintos, evaporación y destilación, generación de energía, hornos solares y diferentes usos.
La calefacción solar tiene interés principalmente por dos razones; en primer lugar, la calefacción
para bienestar importa en los EE.UU. aproximadamente un tercio de las demandas totales de
energía para calefacción, y en segundo lugar, las módicas temperaturas empleadas para
calefaccionar recintos permiten uso de colectores de plancha plana que funcionan a
temperaturas relativamente bajas y con rendimiento razonablemente bueno. Los estudios de
calefacción domestica indican que el colector de plancha plana orientado en la posición indicada
e incluido en la estructura del edificio como parte integrante de ella, es el tipo de colector para
esta aplicación. El almacenamiento de calor por transiciones de fase en productos químicos, por
calentamiento de lechos de guijarros, con colectores de aire o mediante tanques de agua con
colectores calentadores de agua.
Enfriamiento y refrigeración.
El uso de energía solar para enfriamiento de recintos o acondicionamiento de aire tiene atractivo
porque hay una buena relación entre el suministro de energía y la demanda de enfriamiento y
por la posibilidad de usar una parte de todo el sistema de calentamiento solar para el
acondicionamiento del aire. Se han propuesto varios sistemas básicos para el acondicionamiento
de aire por energía solar, entre ellos los sistemas de deshumectacion y de enfriamiento por
absorción de calentados por el sol.
La solución de glicol absorbe humedad del aire y vuelve a circular por cambiadores temidos
adecuados hasta una cámara de rociado y despojo donde se pone en contacto con el aire
calentado por el sol y se seca para volver a circular hacia el absorbedor de la corriente de aire
que circula hacia la casa y se devuelve a la atmósfera en el aire calentado por el sol que
atraviesa la cámara de despojo. Puede usarse un refrigerante de evaporación para enfriar el aire
seco. Este tipo de unidad seria útil e regiones de humedad relativamente alta.
Los hornos solares son reflectores parabólicos o lentes construidos con precisión para enfocar la radiación solar en
superficies pequeñas y de este modo poder calentar "blancos" a niveles altos de temperatura. El limite de temperatura
que puede obtenerse con un horno solar esta determinado por el segundo principio de la termodinámica como la
temperatura de la superficie del sol, esto es 6000 ºC, y la consideración de las propiedades ópticas de un sistema de
horno limita la temperatura máxima disponible. Se han usado hornos solares para estudios experimentales hasta 3500
ºC y se han publicado temperaturas superiores a 4000 ºC. Las muestras pueden calentarse en atmósferas controladas y
en ausencia de campos eléctricos o de otro tipo si así se desea.
El reflector parabólico tiene la propiedad de concentrar en n punto focal los rayos que entran en el reflector
paralelamente al eje.
Como el sol comprende un ángulo de 32', aproximadamente, los haces de rayos no son paralelos y la imagen en el foco
del receptor tiene una magnitud finita. Como regla empírica, el diámetro de la imagen es aproximadamente la razón de
longitud focal/111. La longitud focal determina el tamaño de la imagen y la abertura del reflector la cantidad de energía
que pasa por el área focal para una velocidad dada en incidencia de radiación directa. El cociente entre la abertura y la
longitud focal es, pues, una medida de flujo de energía disponible en el área focal y con arreglo a este flujo se puede
calcular una temperatura de cuerpo negro.
La utilidad de los hornos solares aumenta con el uso de heliostatos, o espejo plano móvil, para llevar la radiación solar al
reflector parabólico. Esto permite el montaje estacionario de una parábola de ordinario en posición vertical, con lo cual
se pueden colocar aparatos para atmósfera controlada y movimiento de muestras, soportes de blancos, y otros, sin
necesidad de mover todo el equipo. El poder de reflexión del heliostato varía de 85 a 95% según su construcción, por lo
que resulta para el horno una perdida de flujo del 5 al 15%, y la disminución correspondiente a las temperaturas que se
alcanzan. La tabla III muestra algunas propiedades de cuatro hornos solares.
Se construyen hornos solares de hasta 3 metros de diámetro con espejos de una sola pieza de aluminio, cobre o de otros
elementos y se han construido hornos mas grandes de múltiples reflectores curvos.
El reflector o blanco usado en los hornos solares puede ser de varias formas. Las sustancias pueden fundirse en si
mismas en cavidades de cuerpo negro, encerrarse en envoltura de vidrio o de otra materia transparente para
atmósferas controladas, o introducirse en un recipiente rotatorio "centrifugo".
a b c d
La medición de las temperaturas del blanco en los hornos solares se hace por fusión de
sustancias de punto de fusión conocidos y por medios pirometricos ópticos o de radiación.
Se usan hornos solares en gran variedad de estudios experimentales, entre ellos, la fusión de
materiales refractarios, la realización de reacciones químicas e investigación de las relaciones de
fase en sistemas de alto punto de fusión como sílice alúmina.
La estabilización del oxido de circonio refractario por adición de pequeñas cantidades de CaO en
recipientes centrífugos es uno de los muchos trabajos publicados por Trombe, quien también ha
eliminado flúor de mezcla de fosfatos por calentamiento en un horno en presencia de sílice y
vapor de agua, según la reacción:
Se ha preparado, con buen rendimiento, oxido de circonio calentando silicato de circonio a 1400
ºC con carbonato de sodio, Según la ecuación:
Entre otros usos propuestos para los hornos solares figuran los experimentos de pirólisis
instantánea en investigación química inorgánica y orgánica y estudios geoquimicos de rocas y
minerales.
Más allá de las aplicaciones de baja temperatura, hay varios campos de aplicación potenciales
para la energía solar térmica en procesos de temperatura media y medio-alta, lo que representa
una cantidad significativa de calor. Por ejemplo, la demanda de calor industrial representa
aproximadamente el 15% de la demanda global de energía total en los países de la Unión
Europea. La demanda actual en la UE para temperaturas medio y medio-altas se estima en unos
300 TWh /a.
De una serie de estudios sobre la demanda de calor industrial, han sido identificados varios
sectores industriales con condiciones favorables para la aplicación de la energía solar. Los
procesos industriales más importantes que utilizan el calor a un nivel de temperatura media son
la esterilización, pasteurización, el secado, la hidrólisis, la destilación y la evaporación, lavado y
limpieza, y la polimerización. Algunos de los procesos más importantes y el rango de las
temperaturas requeridas para cada uno se muestran en la Tabla 1.
Las aplicaciones solares a gran escala para calor de proceso se benefician por el efecto de
escala. Por lo tanto, los costes de inversión debe ser relativamente bajos, incluso si los costes
para el colector son más altos. Una forma de garantizar términos económicos es el diseño de
sistemas sin almacenamiento de calor, es decir, el calor solar alimenta directamente a un
proceso adecuado (ahorro de combustible). En este caso, la tasa máxima a la que el sistema de
energía solar proporciona la energía no debe ser muy superior a la velocidad a la que el proceso
utiliza la energía. Este sistema, sin embargo, no puede ser rentable en los casos en que el calor
se necesita en las primeras o últimas horas del día, o durante noche, cuando la industria opera
en un régimen de doble turno.
Pasteurización 60–80
Esterilización 100–120
Láctea Secado 120–180
Concentrados 60–80
Agua de alimentación 60–90
Esterilización 110–120
Pasteurización 60–80
Comida enlatada
Cocción 60–90
Blanqueo 60–90
Termodifusión 80–100
Subproductos de la Secado 60–100
madera Pre-calentamiento de agua 60–90
Preparación de pulpa 120–170
Preparación 120–140
Destilación 140–150
Separación 200–220
Plásticos
Extensión 140–160
Secado 180–200
Mezclado 120–140
Los tipos de industria que habitualmente utilizan más energía son las industrias alimentarias y
las de fabricación de productos minerales no metálicos. Algunos determinados tipos de industrias
alimentarias pueden emplear calor de proceso solar son las industrias lácteas (centrales
lecheras), de embutidos (salchichón, salami, etc) y en la industria de la cerveza. La mayoría del
calor de proceso en los alimentos y la industria textil es utilizado para aplicaciones tan diversas
como el secado, cocción, limpieza y extracción. Existen condiciones favorables en la industria de
alimentos porque el tratamiento y almacenamiento de alimentos son procesos con alto consumo
de energía y larga duración. Las temperaturas de estas aplicaciones puede variar desde cercanas
a la temperatura ambiente hasta vapor a baja presión, y la energía se puede ser proporcionada
tanto por una placa plana o colectores de bajo radio de concentración.
El principio de funcionamiento de los colectores y otros componentes de los sistemas de energía
solar convencionales se aplican también a las aplicaciones de calor de procesos industriales. Sin
embargo, estas aplicaciones tienen algunas características únicas, entre las que se destacan la
escala en que se aplican y la integración del abastecimiento de energía solar con una fuente
auxiliar de energía convencional y el proceso industrial.
Otro factor importante que se requiere para la determinación del sistema más adecuado para
una aplicación particular es la temperatura del fluido que alimenta al colector. Otros requisitos
se refieren al hecho de que la energía puede necesitarse a una temperatura determinada o en
un rango de temperaturas y también de posibles requerimientos de saneamiento de la planta
que deben ser cumplidos, por ejemplo en aplicaciones de procesamiento de alimentos.
El sistema central de suministro de calor en la mayoría de las fábricas utiliza agua caliente o
vapor a presión a la temperatura necesaria para el proceso que requiera mayor temperatura. El
agua caliente o vapor a baja presión a temperatura media (< 150 ° C) puede ser utilizado para
el pre-calentamiento de agua (u otros líquidos) y utilizarse para los procesos (lavado, teñido,
etc.), para la generación de vapor, o para la conexión directa del sistema solar a un proceso
individual que trabaje a temperaturas inferiores a la del suministro central de vapor. En el caso
del pre -calentamiento de agua se pueden utilizar colectores solares de baja tecnología que
funcionan eficientemente.
Los dos tipos de aplicaciones que emplean colectores solares de aire son las aplicaciones de
circuito abierto y de recirculación. En un circuito abierto, el aire caliente se utiliza en aplicaciones
industriales donde, a causa de los contaminantes, la recirculación del aire no es posible. Algunos
ejemplos de ello son la pulverización de pintura, el secado, y el suministro de aire fresco a los
hospitales. Cabe señalar que calefacción de aire exterior es una operación ideal para los
colectores, ya que funciona de forma muy cercana a la temperatura ambiente, y por lo tanto es
más eficiente.
Del mismo modo, los dos tipos de aplicaciones que emplean colectores solares de agua son los
sistemas de calefacción de agua de un solo paso y los de recirculación. Estos últimos son
similares a los sistemas de calefacción doméstica de agua. Los sistema de un solo paso se
emplean por ejemplo en el agua para limpieza en las industrias de alimentos donde el reciclado
del agua utilizada no es práctico debido a los contaminantes recogidos por el agua en el proceso
de limpieza.
Sistema industrial de calefacción de proceso simple con una configuración en serie con la
calefacción auxiliar.
Un sistema de energía solar puede entregar energía a la carga, ya sea en serie o en paralelo con
la calefacción auxiliar. En un arreglo en serie, la energía se utiliza para pre-calentar el fluido de
transferencia de calor de carga, que, si es necesario, puede calentarse más por el calentador
auxiliar para alcanzar la temperatura requerida. Si la temperatura del líquido en el tanque de
almacenamiento es superior a la requerida por la carga, se utiliza una válvula de tres vías,
llamada también válvula de templado, para mezclar con fluido de alimentación o de retorno más
frío. En la configuración paralela, puesto que la energía no puede ser entregada a la carga a una
temperatura inferior a la de la temperatura de la propia carga, el sistema solar debe ser capaz
de alcanzar la temperatura requerida antes de que la energía pueda ser entregada.
Sistema industrial de calefacción de proceso simple con una configuración en paralelo con la
calefacción auxiliar.
Sistema industrial de calefacción de proceso simple con una configuración en paralelo con una
caldera de vapor .
Por lo tanto, es preferible una configuración serie a una paralela, ya que proporciona una menor
temperatura media de funcionamiento del colector, lo que conduce a una mayor eficiencia del
sistema. La alimentación en paralelo, sin embargo, es común en los sistemas de producción de
vapor.
Una de las características de diseño más importantes a considerar cuando se diseña un sistema
solar de calefacción industrial es la adecuación de la fuente de energía solar a la carga. La carga
de calefacción y refrigeración varía día a día. No obstante, en los sistemas de calefacción de
procesos industriales las cargas son bastante constantes y las pequeñas variaciones se deben a
la variación estacional de la temperatura del agua de alimentación.
PANELES SOLARES
PARA ELECTRICIDAD
INFORMACIÓN GENERAL
Captan la Energía Lumínica del Sol transformándola en Eléctrica,
pudiendo ésta, ser utilizada directamente y/o almacenada. Este Sistema
es de fácil aplicación en todo tipo de Viviendas, Comercios, Complejos
Turísticos, Establecimientos Rurales Casa Rodantes etc...,
especialmente en lugares donde no hay Red Eléctrica Pública o el costo
de la electricidad resulta oneroso, siendo además interconectable con
otros Sistemas Alternativos.
ESTACION SOLAR ESQUEMA CASA SOLAR
LA ENERGÍA SOLAR
APLICADA PARA OBTENER ELECTRICIDAD
EL PRINCIPIO
Se basa en el aprovechamiento de la Radiación Solar (fotones),
que al impactar una Celda Fotovoltaica genera electricidad. La
radiación promedio del Sol sobre la tierra es aproximadamente de
1000 Watts/m2/hora, variable de acuerdo a las estaciones del año,
latitud, condiciones climáticas, orográficas, orientación y horario.
Las células o celdas solares son dispositivos que convierten energía solar en electricidad, ya sea
directamente vía el efecto fotovoltaico, o indirectamente mediante la previa conversión de
energía solar a calor o a energía química.
La forma más común de las celdas solares se basa en el efecto fotovoltaico, en el cual la luz que
incide sobre un dispositivo semiconductor de dos capas produce una diferencia del fotovoltaje o
del potencial entre las capas. Este voltaje es capaz de conducir una corriente a través de un
circuito externo de modo de producir trabajo útil.
Los orígenes de celdas solares
Aunque las celdas solares eficientes han estado disponibles recién desde mediados de los años
50, la investigación científica del efecto fotovoltaico comenzó en 1839, cuando el científico
francés, Henri Becquerel descubrió que una corriente eléctrica podría ser producida haciendo
brillar una luz sobre ciertas soluciones químicas.
El efecto fue observado primero en un material sólido (el metal selenio) en 1877. Este material
fue utilizado durante muchos años para los fotómetros, que requerían de cantidades muy
pequeñas de energía. Una comprensión más profunda de los principios científicos, fue provista
por Albert Einstein en 1905 y Schottky en 1930, la cual fue necesaria antes de que celdas
solares eficientes pudieran ser confeccionadas. Una célula solar de silicio que convertía el 6% de
la luz solar que incidía sobre ella en electricidad fue desarrollada por Chapin, Pearson y Fuller en
1954, y esta es la clase de célula que fue utilizada en usos especializados tales como satélites
orbitales a partir de 1958.
Las celdas solares de silicio disponibles comercialmente en la actualidad tienen una eficiencia de
conversión en electricidad de la luz solar que cae sobre ellas de cerca del 18%, a una fracción
del precio de hace treinta años. En la actualidad existen una gran variedad de métodos para la
producción práctica de celdas solares de silicio (amorfas, monocristalinas o policristalinas), del
mismo modo que para las celdas solares hechas de otros materiales (seleniuro de cobre e indio,
teluro de cadmio, arseniuro de galio, etc).
Las celdas solares de silicio se elaboran utilizando planchas (wafers) monocristalinas, planchas
policristalinas o láminas delgadas
Las planchas monocristalinas (de aproximadamente 1/3 a 1/2 de milímetro espesor) se cortan
de un gran lingote monocristalino que se ha desarrollado a aproximadamente 1400°C, este es
un proceso muy costoso. El silicio debe ser de una pureza muy elevada y tener una estructura
cristalina casi perfecta.
Las planchas policristalinas son realizadas por un proceso de moldeo en el cual el silicio fundido
es vertido en un molde y se lo deja asentar. Entonces se rebana en planchas. Como las planchas
policristalinas son hechas por moldeo son apreciablemente más baratas de producir, pero no tan
eficiente como las celdas monocristalinas. El rendimiento más bajo es debido a las
imperfecciones en la estructura cristalina resultando del proceso de moldeo.
En los dos procesos anteriormente mencionados, casi la mitad del silicio se pierde como polvo
durante el cortado.
El silicio amorfo, una de las tecnologías de lámina delgada, es creado depositando silicio sobre
un substrato de vidrio de un gas reactivo tal como silano (SiH4). El silicio amorfo es una de
grupo de tecnologías de lámina delgada. Este tipo de célula solar se puede aplicar como película
a substratos del bajo costo tales como cristal o plástico. Otras tecnologías de lámina delgada
incluyen lámina delgada de silicio multicristalino, las celdas de seleniuro de cobre e indio/sulfuro
de cadmio, las celdas de teluro de cadmio/sulfuro del cadmio y las celdas del arseniuro de galio.
Las celdas de lámina delgada tienen muchas ventajas incluyendo una deposición y un
ensamblado más fácil, la capacidad de ser depositadas en substratos o materiales de
construcción baratos, la facilidad de la producción en masa, y la gran conveniencia para
aplicaciones grandes.
Un átomo del silicio tiene 4 electrones de valencia (aquellos más débilmente unidos), que
enlazan a los átomos adyacentes. Substituyendo un átomo del silicio por un átomo que tenga 3
o 5 electrones de la valencia producirá un espacio sin un electrón (un agujero) o un electrón
extra que pueda moverse más libremente que los otros, ésta es la base del doping. En el doping
tipo p, la creación de agujeros, es alcanzada mediante la incorporación en el silicio de átomos
con 3 electrones de valencia, generalmente se utiliza boro. En el dopaje de tipo n, la creación de
electrones adicionales es alcanzada incorporando un átomo con 5 electrones de valencia,
generalmente fósforo.
Una vez que se crea una unión p-n, se hacen los contactos eléctricos al frente y en la parte
posterior de la célula evaporando o pintando con metal la plancha. La parte posterior de la
plancha se puede cubrir totalmente por el metal, pero el frente de la misma tiene que tener
solamente un patrón en forma de rejilla o de líneas finas de metal, de otra manera el metal
bloquearía al sol del silicio y no habría ninguna respuesta a los fotones de la luz incidente.
Para entender la operación de una célula fotovoltaica, necesitamos considerar la naturaleza del
material y la naturaleza de la luz del sol. Las celdas solares están formadas por dos tipos de
material, generalmente silicio tipo p y silicio tipo n. La luz de ciertas longitudes de onda puede
ionizar los átomos en el silicio y el campo interno producido por la unión que separa algunas de
las cargas positivas ("agujeros") de las cargas negativas (electrones) dentro del dispositivo
fotovoltaico. Los agujeros se mueven hacia la capa positiva o capa de tipo p y los electrones
hacia la negativa o capa tipo n. Aunque estas cargas opuestas se atraen mutuamente, la
mayoría de ellas solamente se pueden recombinar pasando a través de un circuito externo fuera
del material debido a la barrera de energía potencial interno. Por lo tanto si se hace un circuito
se puede producir una corriente a partir de las celdas iluminadas, puesto que los electrones
libres tienen que pasar a través del circuito para recombinarse con los agujeros positivos.
Por ejemplo, las celdas solares de silicio monocristalino actualmente no pueden convertir más el
de 25% de la energía solar en electricidad, porque la radiación en la región infrarroja del
espectro electromagnético no tiene suficiente energía como para separar las cargas positivas y
negativas en el material.
Las celdas solares de silicio policristalino en la actualidad tienen una eficiencia de menos del
20% y las celdas amorfas de silicio tienen actualmente una eficiencia cerca del 10%, debido a
pérdidas de energía internas más altas que las del silicio monocristalino.
Una típica célula fotovoltaica de silicio monocristalino de 100 cm2 producirá cerca de 1.5 vatios
de energía a 0.5 voltios de Corriente Continua y 3 amperios bajo la luz del sol en pleno verano
(el 1000Wm-2). La energía de salida de la célula es casi directamente proporcional a la
intensidad de la luz del sol. (Por ejemplo, si la intensidad de la luz del sol se divide por la mitad
la energía de salida también será disminuida a la mitad).
La potencia entregada por una célula solar se puede aumentar con bastante eficacia empleando
un mecanismo de seguimiento para mantener el dispositivo fotovoltaico directamente frente al
sol, o concentrando la luz del sol usando lentes o espejos. Sin embargo, hay límites a este
proceso, debido a la complejidad de los mecanismos, y de la necesidad de refrescar las celdas.
La corriente es relativamente estable a altas temperaturas, pero el voltaje se reduce,
conduciendo a una caída de potencia a causa del aumento de la temperatura de la célula.
Otros tipos de materiales fotovoltaicos que tienen potencial comercial incluyen el diselenide de
cobre e indio (CuInSe2) y teluo de cadmio (CdTe) y silicio amorfo como materia prima.