Propuesta Estética Proyecto Cultural

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LA CANTATA DE LA REVOLUCIÓN PROPUESTA ESTÉTICA MUSICAL

Para la puesta escénica de “la Cantata de la revolución”, se propone una innovación frente al
formato instrumental como tal, que implica la incorporación de los músicos instrumentistas a la
escena de la obra, ya sea como personajes terciarios o extras, en adición, los cantantes formarán
parte del montaje como actores principales y secundarios de la misma.

Gran parte de la música elegida, corresponde a lo que se conoce como canción protesta
latinoamericana, entendida ésta como pieza trascendental en la transmisión del mensaje que
busca entregar la obra; cabe aclarar que dicha música, no busca reemplazar los textos hablados
propios del teatro, sino más bien sublimar su significado y resaltar los fragmentos para los cuales
ha sido elegida, como núcleos de la historia que se pretende contar.

Por otro lado, es preciso destacar que, pese a su carácter popular dentro del contexto musical, las
canciones elegidas han sido sometidas a la realización de arreglos de carácter académico que
involucran el formato mencionado a continuación y claro está, la correcta interpretación a nivel
técnico de las mismas:

Formato instrumental:

 3 violines: Vn I, Vn II, Vn III


 1 viola
 2 violonchelos
 1 contrabajo
 2 percusionistas: timbales sinfónicos, bombo, redoblante, platos, percusión menor.
 1 trombón
 1 trompeta
 1 flauta/quena
Formato vocal:

 Soprano lírica
 Mezzosoprano
 Tenor ligero
 Bajo-Barítono

Según Chirinos (2008), ya en el siglo XIX y es probable que un poco antes, se producían canciones
que “acompañaban a las luchas políticas y sociales de las masas populares de campesinos, obreros
y trabajadores en general, contra la represión, explotación y todas las formas de exclusión social y
política”; sin embargo lo que ya hoy en día recibe el nombre de “canción protesta” o “canción
necesaria”, emerge como tal hacia la segunda mitad de la década de los sesenta en un contexto
sociopolítico y cultural problemático como uno de los fenómenos más representativos en
Latinoamérica.

El año 1967, de acuerdo a la Cronología 900 a.C. - 1985 de la Biblioteca Ayacucho, contiene una
serie de acontecimientos políticos y culturales no sólo en Latinoamérica si no en el mundo, entre
los que se destacan la captura y posterior muerte del Che Guevara en Bolivia y los movimientos
guerrilleros latinoamericanos que comienzan a tomar preponderancia, siendo que se funda uno en
Brasil y se extiende la idea del foquismo como la teoría según la cual, la revolución no debe
esperar las condiciones propicias para su desarrollo sino más bien crearlas, en este punto, el arte y
más específicamente la música, se convierte en un elemento que trasgrede sin necesidad de dañar
a los opresores; en Argentina y Uruguay mientras tanto, se persiguen sindicatos y dirigentes
populares, hecho que no dista mucho de la situación que aún en pleno siglo XXI, se evidencia
cuando las masas y sus líderes quieren exigir sus derechos.

La Cantata de la Revolución surge como respuesta artística a la caza de líderes sociales e injusticia
a la que están siendo sometidos, siendo que no se le puede llamar de otra manera, pues cada vez
más ideales se tiñen de sangre a manos de los inclementes poderosos que buscan acallar al pueblo
y explotarlo sin ofrecer mayor acto de justicia que la que con cinismo, fingen los mismos.

Para el montaje de la obra, se hará uso del himno nacional, música tradicional ecuatoriana, música
incidental y canciones protesta de diferentes autores, que ordenadas cronológicamente según su
aparición dentro de la obra, son las siguientes:

 Himno nacional (coro)


 Gracias a la vida – Violeta Parra (Soprano lírica solista)
 Solo le pido a Dios – León Gieco (1978) (Bajo-barítono solista)
 El pueblo unido jamás será vencido – Inti-Illimani (coro)
 El Matador – Los Fabulosos Cadillacs (Tenor solista)
 El Aparecido – Víctor Jara (Coro)
 La Vasija de Barro – Tradicional ecuatoriana (Mezzosoprano solista)
 Canción final (coro)

Solo le pido a Dios – León Gieco: posteriormente al exilio de Mercedes Sosa, durante la dictadura
en su país y el posible conflicto bélico entre Chile y Argentina, León Gieco compone la canción
“solo le pido a Dios”, aun cuando no estaba del todo convencido de incluirlo en su discografía, se
ve influenciado a hacerlo gracias al consejo de Charly García, llegando a ser una de sus canciones
más conocidas.

Gracias a la vida – Violeta Parra: considerada como un himno por muchos artistas, “gracias a la
vida” es una de las canciones más trascendentales de Violeta Parra y una de las que ella creía,
según sus propias palabras, “una de las más "maduras", "lindas" y "enteras" que compuso”.
Lanzada en 1966, justo tres meses antes de que Violeta se quitara la vida, la canción representa
para muchos una despedida en donde ella agradece a la vida, pero la comprende a través de toda
su complejidad, esto sin mencionar además, que “hay quienes se refieren a ella como un canto a la
vida, pero en una clave de absoluta nostalgia (...) es una canción que suena derechamente triste"
(Herrero. 2017)

El pueblo unido jamás será vencido – Inti-Illimani: grabada en vivo apenas tres meses antes de la
dictadura militar de Augusto Pinochet, “el pueblo unido jamás será vencido”, estaría inspirado
inicialmente en la frase que pronunciara Jorge Eliécer Gaitán durante un discurso en la década de
1940.

El Matador – Los Fabulosos Cadillacs: haciendo alusión a la revolución, nace “el Matador” para
contar la historia de un líder revolucionario, de quien se desconoce la identidad real y que es
perseguido y posteriormente asesinado por la policía; también hace alusión a la dictadura
Pinochet incluyendo en la canción a Victor Jara.

El Aparecido – Víctor Jara: en el año de 1967 Victor Jara escribe el aparecido como homenaje al
Che Guevara tras la persecución a la que fue sometido (el Che) por parte de los rangers bolivianos
y su posterior huida forzosa.

La Vasija de Barro – Tradicional ecuatoriana: según el relato de Gonzalo Benítez, “la vasija de
Barro” habría sido una creación colectiva producto de una noche de copas, donde cada uno de sus
amigos escribiera una estrofa para que posteriormente, Benítez la musicalizara, entre los autores
figuran Jorge Carrera, Hugo Alemán, Jaime Valencia y Jorge Enrique Adoum.

El nombre de la canción, haría alusión a una pintura de Oswaldo Guayasamín donde representaba
una vasija de barro y dentro de esta, unos esqueletos pequeños, de niños. Mientras Oswaldo
explicaba que los Incas enterraban a sus familiares dentro de la vasija junto con alimentos, Carrera
habría empezado con la creación de la primera estrofa de la canción seguido de Alemán, Valencia
y Adoum respectivamente.

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Jiménez, B. (1994). Religión y canción de protesta en América Latina; un ensayo de


interpretación. Revista de Ciencias Sociales (Cl), (4).
Chirinos, S. (2008). Cantores latinoamericanos de la década de los sesenta y setenta. La apertura
de una tradición política cultural. Revista Estudios Culturales, (1), 137-154.

De la Torre, A., & Gutiérrez, P. G. (2006). Gonzalo Benítez: tras una cortina de años (Vol. 2).
FONSAL, Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural de Quito.

Pentz M. (2017). El misterio detrás de "Gracias a la vida", la canción más emblemática de Violeta
Parra. Ahora Noticias. Recuperado de: https://www.ahoranoticias.cl/noticias/ el 19 de marzo de
2019.

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