El Quinto Evangelio Conferencias de Rudolf Steiner Noruega 1913

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Esta obra es resultado de las profundas investigaciones

de un notable explorador de lo sublime. Cada palabra,


cada párrafo suyo, responde a una línea de pensamiento
cuyo origen se inserta en los reg¡stros akáshicos,
y se dinamiza a través de la percepción clarividente.
Y es de la "Memoria del Universo". que Rudolf Steiner
extrae la asombrosa urdimbre de estos escritos,
originariamente disertaciones que él pronu nciara
en 1913, en Cristianía (actual Oslo), Noruega,
ante itna aucliencia exclusiva de la Sociedad Antroposófica,
de la que era miembro dignísirno. El Ouinto Evangelio
tiene peculiar importancia para la época actual,
por lo quc su difusión representa u¡: pos¡tivo mensaie
para todos nosotros. Como lo afirma el mismo Steiner,
el Ouinto Evangelio "aún no ex¡ste como documento escrito,
pero en t¡empos venideros de la humanidad seguramerlte
existirá en bíen definida forma escrita" y "en cierto
sentido también se podría decir que es tan ant¡guo
como los otros cuatro". Hay en estas páginas un contenido
espiritual de riquísimos matices. Desentrañarlo es deber
de esta hora, y el premio máximo será, sin duda,
privilegiado esclarecim¡ento y mejora integral del ser.

TAPA:

Horacio Cardo
Otras obras del mismo autor
EIOuinto
Teosof ía
Guía para el Conocimiento de Si Mismo
Significado Oculto de la Sangre
Evangello
La Filosof ía de la Libertad según Ia
Cómo se Adquiere el Conocimiento de los
Mundos SuPeriores Crónica del Akasha
La Ciencia Oculta
La Educación Práctica del Pensamiento
El Cristianismo como Hecho Místico
Reencarnación y Karma
El lmpulso del Cristo y la Conciencia del Yo
Profundos Secretos del Desarrollo Humano
Atlántida y Lemuria
Los Guías Espirituales del Hombre y la Humanidad
La Vida entre la Muerte y el Nuevo Nacimiento
y muchas otras

t
RUDOLF STEINER

EI Ouinto
Evangelio
según la
Crónica del Akasha
Cinco conferencias pronunciadas en Cristianía (actual
Oslo), Norueg4del 1 al 5 de octubre de 1913

Versión castellana de
Francisco Schneider

Primera edición

R
EDITORIAL KIER S.A.
Av. SANTA FE 1260 - 1059 Buenos Aires - Argentina
Título original alemán

"Aus der Akasha- Forschu ng


Das Fünfte Evangelium'l

NOTA DEL TRADUCTOR

Primera edición argent¡ na


Editorial Kier, S.A. Buenos Aires, 1982
A la pregunta: ¿Quién es el autor del Quinto Evange-
lio?, habrá que responder: He aquí otro resultado de la
investigación espiritual de Rudolf Steiner, fundador de
la ciencia espiritual de orientación antroposófica' La
eterna Crónicá del Akasha, la "Mernoria del universo",
LIBRO DE EDICION ARGENTINA es la fuente de lo que en estas conferencias se expone
como conocimiento que confirma y amplía, a la vez, el
contenido de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamen-
to.
Estas conferencias fueron pronunciadas (en 1913) pa-
ra un auditorio exclusivo de miembros de la Sociedad
Antroposófica. Pero se expresa, en la primera de ellas,
que ef contenido de este "Quinto Evangelio" es de sin-
l Diagramación de la taPa: gular importancia para el tiempo presente, por lo que se
I
justifica i incluso debe considerarse necesario darle am-
i
Horacio Cardo plia difusión, haciéndolo conocer a la humanidad en ge-
I

neral. A este Evangelio, Rudolf Steiner también lo llamó


EL EVANGELIO DEL CONOC.MIENTO.
Todo el texto se basa en apuntes taquigráficos que
luego fueron dados a publicidad sin revisión previa por
parte del autor.

l.s.B.N. 950-17 -1 124-2

Oueda hecho el depósito que marca la ley 11.723


@ 1982 by Editorial Kier, S.A. Buenos Aires
lmpreso en la Argentina
Printed in Argentina
7
PRIMERA CONFERENC¡A

Creo que, con respecto al tiempo en que vivimos, es


de peculiar importancia el tema sobre el cual voy a ha-
blar en este ciclo de conferencias. Ante todo, deseo po-
ner en claro que el haber elegido semejante tema no se
debe, en absoluto, al afán de producir sensación, ni co-
sa parecida. Pues espero poder mostrar que, en un senti-
do de singular importancia para el tiempo presente, se
justifica hablar de un quinto Evangelio, y que para lo
que ello sigaifica, la denominación ,.El euinto Evange-
lio", es, eféctivamente, la .más apropiada. Este Evanle-
lio aún no existe -como se explicará- como documenlo
escrito; pero en tiempos venideros de la humanidad, se-
guramente existirá en bien definida forma escrita. Mas
en cierto sentido también se podría decir que el quin-
to Evangelio es tan antiguo como los otros cuatro Evan-
gelios.
Para poder hablar sobre este tema es preciso contem-
plar, a modo de introducción, algunos puntos que son
tan importantes como necesarios para la plena com-
prensión de lo que ahora queremos llamar el
euinto
Evangelio. Al respecto, quisiera partir de que con toda
seguridad qe aceica el tiempo en que desde la enseñan-
za primana y en el rnarco de la más simple instrucción,
la ciencia.que comúnmente se llama historia, se enseña-
rá de un modo algo distinto de como hasta ahora se ha-
bía enseñado. En cierto sentido, este.ciclo de coñferen-
cias nos dará la prueba de que en la historiografía del

9
-__
pero, si examinamos la evolución espiritual en cl ctrrso
futuro e incluso en la historia más elemental' el concep-
to V fa idea acerca del Cristo serán de mucho más impor- de los siglos, se nos presenta, de siglo en siglo, la cxtcnsa
iuntiu que hasta ahora. Sé que, en realidad' con este y honda ciencia dedicada a comprender la venida y la
pre- obra de Cristo. A través de los siglos, la humanidad recu-
aserto digo algo totalmente paradójico' Tengamos
sente que"en tiempos pasados, no muy lejanos' un
sinnú- rrió a las más altas y más importantes ideas con el fin de
*.io á" hombres, inciuso de los más cultos de los países comprender al Cristo. Por eso podría parecer que sólo
y
á".iá"ntuf.s, dirigían hacia el Cristo el corazón el sen- las más importantes actividades espirituales podrían con-
timiento, de una manera mucho más intensa que ahora' ducir a la comprensión de la natlraleza del Cristo. ¿pe-
Q"i.n páse revista a la literatura actual, quien reflexione
ro, es efectivamente así? Una muy sencilla reflexión
puede darnos la prueba de que no es así.
riU.. tt que principalmente interesa al hombre de nues-
tra época^y ló que más hondamente le habla al corazón'
ii"¿ia ta impreiion de que van disminuyendo el entu- Coloquemos, por decirlo así, sobre una balanza espi-
Cristo' prin-
;;; y ta emocio.t por ias ideas acerca del pettenecer ritual todo aquello de erudición y ciencia e incluso la
cipalmente en las personas que pretenden
a antroposofía; todo lo que hasta ahora ha contribuido a
fo. q"" poseen cierla cultura conforme a nuestra época' la comprensión del concepto y la naturaleza del Cristo.
Á p"iut áe ello, y según lo que acabo de expresar' hemos Coloquémoslo sobre uno de los platillos de la balanza
de esperar que nuesiro tiempo esté en camino para dar espiritual; y sobre el otro ptatillo todos los sentimien-
en el tuturo mucho más importancia que hasta ahora' a tos profundos, todos los impulsos en el alma de los hom-
iá¡ i¿"^ sobre el Cristo, dentro de la historiografía uni- bres que a través de los siglos se dirigieron hacia la enti-
versal. ¿No hay en ello, aparentemente, una absoluta dad que llamamos el Cristo; y se verificará que todo
contradicción? cuanto la ciencia, la erudición y hasta la antroposofía
pueden contribuir a la explicación de la naturaleza del
Acerquémonos ahora desde otro punto de vista a este Cristo, bruscamente hace subir el platillo;y que los pro-
problema. En muchas conferencias del pasado, incluso fundos sentimientos e impulsos que la humánidad diri-
in esta ciudad, he hablado sobre el significado y el con- gió hacia la entidad y el mundo de Cristo, hacen bajar
iáni¿o de las ideas concernientes al Cristo; y en muchos hondamente el otro platillo. Sin exagerar, podemos aiir-
pu- mar que la esfera del Cristo influyó enorrnemente sobre
libros, como resültado de la ciencia espiritual, se ha
blicado 1o expuesto sobre los sqcretos de la entidad del la humanidad, y que el mero saber de lo que es el Cristo
ó;"t;- Quiei estudie el contenido de esos libros llegará ha ejercido el menor efecto en tal sentido. Verdadera-
a decirse que para la plena comprensión de la entidad de mente, la posición del cristianismo hubiera quedado
Cristo hact fatta un vasto conocimiento, y que se debe muy poco favorable si las gentes, para apegarse al Cristo,
para ele- hubieran tenido que basarse en las doctas disquisicionei
fartir de los más profundos conceptos e ideas de la Edad Media, de los escolásticos y de los eruditos
,o.r.olaverdadcracorllprensióndelanaturalezade
Cristo, como asimismo del impulso de Cristo que obró a eclesiásticos, o también en lo que la antroposofía contri-
través de los siglos. En cierto modo podría pensarse
que buye al conocimiento acerca del Cristo. Muy poco po-
primero hay que conocer toda la antroposofía para as- dría alcanzarse con todo ello. Estimo que quierrconside-
cender a la correcta idea de la naturaleza del Cristo' Ern- re objetivamente el devenir del cristianismo en el curso

10 l1
--

de los siglos, nada podrá objetar a esto-s pensamientos' ' a considerar lo que realmente sucedió, sin recurrir a los
Pero acerquémonos,'ade'más, a ellos desde otro punto de Evangelios, a Los Hechos de los Apóstoles, ni a las Epís-
vista. tolas de San Pablo, ¿Qué es lo que sucedió?
re-
Remontémonos a los tiempos precristianos' Basta Si empezamos por fliar la vista en el Sur de Europa,
i; que es de pleno cónocimiento de la mavoría tenemos una época de la más alta cultura espiritual hu-
".;¿;;
ál tot uqui pr.r.rtes: que la antigua tragedia griega'
mana, cuyo representante fue Aristóteles, a quien acaba-
principalmente eri sus fórmas primitivas' al caractenzar mos de nombrar; vida espiritual altamente desarrollada
;i h¿;;" divino, o bien al hombre en óuya alma vivía la
el es- que en los siglos subsiguientes tuvo un singular cultivo.
lucha del Dios, en cierto modo exp?esaba' desde En la época en que el c¡istianismo comenzó a tomar su
e inmediata visiÓn del divino obrar
..nu¡o, .rnu camino por el mundo, hubo en el Sur de Europa muchos
"iuru que en la gran obra poética- de Ho-
V t.:"i'grtta señalar hombres.de cultura griega; hombres que habíán adheri-
*.rá t"¡" el obrar dé lo espiritual; basta nombrar Con
las
do a la vida cultural griega. Si examinamos el desarrollo
gt".d".-iiguras de Sócrates, Platón, Aristóteles' es-
del cristianismo hasta Celso, célebre por sus ataques con-
suprema vi-
tos nombres se presenta a nuestra alma una tta el cristianismo, y, más tarde, en el sqgundo y tercer
da espiritual en-un determinado campo' Si únicamente
siglo poscristianos, hay en el Sur de Europa, en las pe'-
uiro,"or la vista hacia la figura de Aristóteles que vivió nínsulas greca e itálica, hombres de la más alta'cultura
I áüro unos siglos antesque di la fundación del cristianis- espiritual, numerosos hombres que habían acogido las
;;, ; nos preienta lo en cierto sentido hasta en
sublimes ideas de Platón; hombres cuya sagacidad fue
nuestro tiempo no ha sido superado ni ulteriormente como la continuación de la de Aristóteles; espíritus fi.
desarrollado. El pensamiento y il procedimiento
cientí-
que po- nos y fuertes de la .cultura.griega; romanos de cultura
fico de Aristótelés son de tan inmensa cate§oría griega, que a la sutilqza del espÍritu helénico añadieron
nivel supremo
demos afirmar que se había alcanzado un lo agresivo y personal del romanismo.
humáno de manera tal que hasta ahora no se
áel p"nsar
ha pioducido un acrecentamiento, al respecto' En este mundo penetra el impulso del cristianismo, al
que para aquel tiempo puede caracteizarse como sigue:
Por un instante, vamos ahora a establecer una
singu-
en cuanto a la intelectualidad y al tesoro del saber, los
hr ñipóte.sis que Ls necesaria para la que no existie-
prosecugió1.9"
representantes del impulso cristiano de aquel tiempo,
,r".tiu, cbnfeiencias. Represeniémonos la comparados con la cultura dg numerosos hombres ro-
."., fo. Evangelios como fuente de información sobrepri-
"ngrt" mano-griegos, aparecen verdaderamente como gente
los
¿" C.irto. Supongamos 9u:. no existiesen
inculta. En el mundo de madura intelectualidad, se in-
to-
m"itivos documentoi q"1 comó Nuevo Testamento que troducen hombres sin cultura. Y allí se nos presenta un
caso omiso de lo
mamos en la mano. Vámos a hacer singular espectáculo: esas gentes de naturaleza sencilla,
r"-t. *.ifto o dicho sobre la fundación del cristianismo; los portadores del primitivo cristianismo, extienden este
sólo tomaremos en consideraciÓn el devenir del
cristia-
en la-huma- cristianismo en el Sur de Europa, con relativamente gran
;ñ;.;;;o hecho histórico, lo que sucedió
Vamos rápidez. Si ahora, con lo que por la antroposofía nos es
nidad en el transcúrso de los siglos poscristianos' posible comprender, consideramos a esos hombres de

t2 l3
I

I
el cris- cristianismo, y lo mismo lo que en espíritu gricgo y
natural sencillo que en aquel tiempo difundieron
no romano aquellos hombres de alto nivel intelectual :rtlrr-
tianismo, podemos decirnos: esas gentes sencillas cían desde el punto de vista de la filosofía griega, se nos
nada de la naturaleza de Cristo: -nohace
".-pt""¿án da la impresión de que todos ellos no comprendían el
iuttu p"rru. en la gran idea cósmica de Cristo;podemos impulso de Cristo. Vemos que el cristianismo va exten-
aquellos portadores
f.n.ui en ideas mucho más simples- desarro- diéndose debido a portadores que no entienden nada de
ááf iáp"fto cristiano, colocados e¡ la altamente na- la naturaleza del cristianismo, y es combatido por una
Itudu c,.rttrrra griega, no comprendían absolutamente
al
contribuir es- alta cultura que no es capaz de comprender la significa-
áut" toOo alueilo. Nada póseían para.únicamente su in- ción del impulso de Cristo. Curiosamente, el cristianis-
de la vida gr""o"otnuna, sino
""nu.io en sí mis- mo viene al mundo de manera tal que ni adictos, ni ad-
lj;ilil personall h que habían desarrollado
le te- versarios llegan a comprender su verdadero espíritu. Y
Áo. .o.o ,u afecto peisonal al Cristo amado;pues de sin embargo, hubo hombres dotados de la fuerza del al-
nían este afecto como si se tratara de un miembro
y el ma para hacer triunfar en el mundo el impulso de Cristo.
una familia amada. Lo. qr" dentro del helenismo
que hasta nuestro
romanismo enraizaron el cristianismo'
no eran teósofos
ii;;; ha seguido desenvolviéndose' teósofos
ni intelectuales en general' Los cultos de Si pasamos a los que, como Tertuliano, con cierta
"rtto., elevado' por cier- grandeza se consagraban a defender al cristianismo, ve-
uár.Lii.*po, los gnósticós, se-habían pudieron
io, a suUllmes ideas sobre el Cristo' pero no mos en él a un romano quien, si nos fijamos en su modo
poner sobre de hablar, es el cuasi-creador de una nuevalengua roma-
dar otra cosa que aquello qug debemos 'el
dependi na; un hombre que por su acierto en el uso vivo de las
;i;,il; qr" ,ru" ur.t"'*tni"' Si todo hubiese
no hu- palabras, se nos presenta como una personalidad impor-
io ¿" los gnósticos, es seguro que el.cristianismo
No fue una inte- tante. No obstante, si nos preguntamos ¿qué hay de-
biera tomado su camino pot el mundo'
ieciuafi¿a¿ particularm"ntt d"tut'ollada lo que desde trás de las ideas de Tertuliano?, resulta que todo cambia.
el hundimien- Descubrimos que en verdad posee bien poco de intelec-
el Este peneirÓ y con cierta rapidez causó
todelhelenismoyromanismoantiguos.Heaquíelas- tualidad y nivel espiritual: los que defienden al cristia-
pecto que se Presenta Por un lado' nismo tampoco contribuyen mucho. Pero semejantes
personajes como lo fue Tertuliano, a cuyos argumentos
hombres de alto los griegos cultos no daban mucho crédito, dc toclos mo-
Considerado por el otro, tenemos los
nivel intelectual; empezando con Celso' el enemigo del dos, por su actuar, ejercían influencia. Por algo TcrtLrlia-
exponía todo lo no influía en forma irresistible; pero ¿debido a t1ué'l He
cristianismo, quien yu "' 'qutl tiempo
que hasta hoy se sucle aducir; hasta el filósofo en el aquí 1o importante. Seamos col-lscicntcs dc quc aquí
la mirada en los neopla- realmente surge una pregunta. ¿A quú se clcbc que van
trono, Marco Aurelio. Fijemos
tónicos cle l'ina cultura quienes entonces expresaban influyendo sobre la evolución, los portadorcs clcl impul-
de muy
iJ"r., ,f laclo de las cuales la filosofía. actual es so de Cristo, si ellos mismos entiencle'n poco dc la natu-
p."r'*U'ttancia' En su nivel y amplitud de horizonte raleza del impulso de Cristo? ¿,A quú' se debe que van in-
eran ideas ,r,uy ,uf".iores a las de nuestro
tiempo' Pt: fluyendo los Santos Padres, incluso Orígenes, quienes
filósofos sostenían contra el dan la impresión de que les falta habilidad? ¿Qué es lo
ro si miramos lo i'" esos

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la Edad Media se observa como el cristianismo en exl)an-
qu; de la naturaleza del impulso de C-ristb ni la cultura slon.
gfecorromana es capaz de comprender?
Consideremosa Copérnico y toda la ciencia natural
Pero demos otro paso más. El referido fenómeno se moderna, hasta el siglo XIX. Podría parecer que la cien-
qos presenta en forma más acentuada si consideramos.la cia natural, lo que desde Copérnico se ha infundido en la
historia. Vemos llegar los siglos en que el cristianismo cultura espiritual de Occidente, hubiese contrariado al
va extendiéndose dentro del mundo europeo, entre pue- cristianismo; y hechos exteriores podrían corroborarlo"
blos como, por ejemplo, los germánicos, que habían te- Por ejemplo, hasta la segunda década del siglo XIX, la
nido cultos religiosos muy distintos; pueblos aparente- Iglesia Católica había puesto en el Index a Copérnico.
mente unificados por sus ideas religiosas, los cuales, no Fero esto es cosa exterior que no impidió que Copérn!
obstante acogían con plena fuetza el impulso de Cristo, co f,uera canónigo. Lo mismo ocurre con Giordano
como si hubiera sido su verdadera vida. Si miramos los Bruno que fue quemado por heréje. Ambos habían
mensajeros germánicos más activos, vemos que no eran, llegado a sus ideas, basándose en el cristianismo, y ac-
de modo alguno, hombres de preparaciÓn escolástico' tuaban por el impulso cristiano. Mal lo comprende
teológica. Pór el contrario,'eran aquellos que de alma quien, ateniéndose a lo que dice la Iglesia, pensase que
más tien sencilla actuaban entre las gentes y les habla- aquello no haya sido fruto del cristianismo. Los hechos
ban con ideas sencillísimas, pero directamente al cora- que acabo de exponer, dan prueba de que la Iglesia no
zón. Sabían expresarse en forma tal que sus palabras lle- ha comprendido bien lo que son frutos dei cristianismo.
gaUan a lo máJ hondo del alma de quienes los escucha- Quien considere las cosas más profundamente recono-
par-
Éan. Eran hombres sencillos que se dirigían a todas cerá que todo lo que los pueblos hicieron, hasta en los
tes y que actuaban de la manera más eftcaz' siglos recientes, fue resultado del cristianismo, y que por
el cristianismo el hombre llegó a mirar desde la Tierra
Por un lado tenemos la expansión del cristianismo a hacia las vastedades celestes, como lo muestran las leyes
través de los siglos; por otro lado admiramos que este copérnicanas. Esto sólo fue posible dentro de la cultura
mismo cristianismo es motivo de importante erudición, y por el impulso del cristianismo. Para el que considere
ciencia y filosofía. No tenemos en poco esta filosofía, la vida espiritual no en la superficie sino en sus profun-
pero ahora vamos a dirigir la mirada sobre el singular didades, resultará algo que, si lo enuncio, parecerá para-
ienómeno que hasta h Eáad Media, el cristianismo se di-
-fundía dójico; no obstante, es cierto. Para la profunda contem-
y se arraigaba'en el alma de pueblos que'hasta plación resulta que sin el c¡istianismo hubiera sido im-
entoncei habían albergado ideas totalmente distintas; posible el surgimiento de un Haeckel, tal como él se nos
y en un futuro no muy lejano, al hablar de la expansiÓn presenta, con toda su oposición al Cristo. Sin la existen-
áel ccristianismo, se expondrán otras cosas más. Cuando cia de la cultura cristiana, no hubiera sido posible el fe-
se habla del.efecto del impulso cristiano, el que lo oye nómeno de Ernst Haeckel. Ytodalaevolucióndelamo-
comprenderá fácilmente que los frutos,de'la expansión derna ciencia natural, por más que se esfuerce en desa-
del cristianismo se eviflenciaron en el entusiasmo que rrollar oposición al c¡istianismo, es realmente fruto de
tal expansión ha producido. Empero, si llegamos a los este mismo cristianismo, una continuación inmediata
tiempós modernos, parece menguar lo que a trayés de
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l6
cristianismo, ni el darwinismo; pues se estará lejos dcl
del impulso cristiano. Cuando la moderna ciencia natu- verdadero espíritu, tanto del cristianismo como del dar-
ral haya superado los defectos de su primitivo desarro- winismo. En cambio quien se compenetre del genuino
ifo,-iu"ttu*anidad llegará a comprender lo que significa espÍritu del darwinismo, por materialista que fuere, será
quá el punto de partida de dicha ciencia, en su conse- capaz de remontarse en la evolución terrestre, al
c.r"rt" prosecución, realmente conduce a la ciencia es- punto 'de reconocer que jamás el ser humano puede
piritual; se comprenderá que existe un camino que con- haberse desenvuelto de formas animales inferiores,
siguientemente conduce de Haeckel a la ciencia espiri- sino que necesariamente debe de ser de origen espi-
tíat. Bsto también hará comprender que Haeckel'cris- .si ritual. Rgmontándose, se llega al punto en que se per-
Uien et mismo no lo sabe, es un genio enteramente cibe al hombre como ser espiritual, apareciendo en
iiuro. Los impulsos cristianos no sólo han producido 1o lo alto sobre .el mundo terrenal. Empero, quien se
q"" t" llama, o se llamaba, cristiano, sino también aque- aleje de esé buen espíritu puede creer, si es adep-
lio que se tiene por opuesto al cristianismo' Examinando to a la idea de reencarnación, que en alguna errca-r-
tas óosas no solámeni. po. los conceptos sino
por la rea-
nación pasada él mismo puede haber vivido como
liáad, se llegará a tal convicción' En mi opúscul".f'9y' mono. El verdadero darwinismo jamás puede conducir
iiriit¡a" y- Kor*o se expone que un camino directo
terrenales a semejante creencia. Si al darwinismo no se le quita lo
conduce dél darwinisrno a la idea de las vidas
cristiano, se verificará que hasta en nuestro tiempo los
repetidas. impulsos darwinianos surgieron del impulso de Cristo,
y que los impulsos cristianos ejercen su influencia, in-
Para juigarlo correctamente, es preciso. contemplar cluso donde se los niega. Resulta pues que tenemos nr¡
.in pt":üi"iás el obrar de los impulsos cristianos' El que solamente el fenómeno que en los primeros sigios el cris-
comprénde el haeckelismo y el darwinismo conoce
y
tianismo se difunde aisladamente de la erudición y el
;; noá lo que Haeckel no álcanzÓ a conocer -Darwin' saber de los adeptos; que en la Edad M.edia los doótos
en óambio, sábía ciertas cosas- comprenderá que el dar- escolásticos contribuyen muy poco a su difusión, sino
winismo sólo fue posible como movimiento cristia-la que también tenemos el fenómeno paradójico que el
;; que consiguieniemente conduce a la idea decla- cristianismo, como contra-imagen, aparece en el darwi-
,e"rr"uinación. Quien, además, posee cierta fuerza nismo. Toda la grandeza de la idea del darwinismo re-
rividente, llegará, poi este camino, al origen espiritual cibió de los impulsos cristianos su energía; y estos im-
lar-
del géneio trumano. Ciertamente, es un camino más pulsós que le són inmanentes, conduciñn-de por sí a
go p""ro, con la ayuda de la clarividencia, un correcto ca-'
que esta ciencia supere al materialismo.
espi-
ñir" qú" del haóckelismo conduce a la concepción
rituat áet origen de la evoluciÓn terrestre' Pero también ¡Hay algo curioso en los impulsos cristianos! parece
puede sucedér que, sin compenetrarse del principio vi- que nada contribuyen a su difusión, la intelectúalidád,
ial del darwinismo, se lo tome tal como hoy se presen- el saber, la erudición y el conocimiento. Diríamos que
ta; dicho de ótro modo: si se toma al darwinismo como el cristianismo se extiende, no importa eJ pensar en su
impqlso, sin poseer la viviente comprensiÓn del cristia- favor o en su contra; más aun, que en el moderno ma-
Con
;il. que te es inherente, se llegará a algo extraño' ni el terialismo aparece, en cierto modo, como convertido en
r.Á":urit. disposición anímica no se comprenderá

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ro Cristo quien realmente va de lugar a lugar, de alrt¡i¡
Nq son las
lo contrario. ¿Qué es 1o que se extiende? a alma; quien penetra en ellas; no importa lo que ellas
iá"as ¿et cristünismo, no és la ciencia cristiana, lo que misgras piensen acerca del Cristo. Lo voy a comparar
rc-.*ti."¿". Se podría afirmar: 1o que se extiende es el con algo trivial: cuántos hombres hay que nada entie-n-
tá"ti*it"to moia'l que el cristianismo infundió a la hu- den de la composición de los alimentos y que, no obs-
.""iá¡¿. Pero si se considera la moraüdad que en aquel tante, se nutren primorosamente. Nutrirse, nada tiene
tiempo imperaba, se verá justificado mucho de cuanto que ver con entender algo de las substancias alimenti-
se describe como enfurecimiento de los adeptos al
c{¡; cias. Lo característico es que la penetración del cristia-
o supuestos. Ni
tianismo contra sus adversarios efectivos nismo en el mundo, de ninguna manera dependía de la
moralidad que reinaba comprensión de parte de los hombres. He aquí un se-
tu*po.o puede impresionarnos la
., üt almas de aita cultura intelectual, incluso en su creto que sólo se puede esclarecer si se contesta la pre-
pensar realmente cristianr¡. ¿Qué es 1o singular que se di- gunta: ¿Cómo obra el Cristo mismo en el ánimo del
i":.á"r ¿Qué es lo que triünfalmente se expandela en sl hombref Con respecto a esta pregunta la atención de
mundo?"Preg¡rntemoi lo que al respecto nos dice cien- la ciencia espiritual es atraída por un acofltecer cuyo
Itpitit"J, el conocimiento clarividente'que ¿Qué e.s lo significado, en el fondo, sólo puede revelarse por la vi-
"ia
q¡" 1áp.t" í oUra en los hdrnbres incultos desde el sión clarividente, un acontecimiento que concuerda ple-
Este penetran en el helenismo y romanismo altamente namente con io que acabo de exponer. Además, vere-
.uftot: ¿Qué impera en aquello^s qlte llevan el cristianis- mos que ya pasó el tiempo en que de la manera caracte-
mo al uj!"o *rr"¿o germánico? ¿Qué es lo que impera rizada el Cristo influyó en la evolución; ahora ha llega-
en la moderna ciencia natural materialista en que' en do el tiempo en que es necesario que los hombres lleguen
cierto modo, la doctrina todavía cubre su rostro-con un a conocer, a comprender al Cristo.
g" fin, ¿qué es lo que reina en todas esas almas' si
"Liti
no ,on impulüi intelectuales, ni siquiera morales? Es el Por la misma razbn también es preciso contestar la
óiirto mismo quien va de corazón a cordzón,.de alrha a pregunta por qué a nuestra época ha'bía precedido la
alma; quien pasa por el mundo, poco importa que en
ei otra en que el impulso de Cristo pudo extenderse sin ha-
correr áe los siglos las almas le comprendan o no' ber sido comprendido. El acontecimiento a que la con-
ciencia clarividente es conducida, es el de Pentecostés,
la Venida del Espíritu Santo. La visión clarividente, sus-
Debemos prcscindir de nuestros conceptos' de toda citada por la realidad del impulso de Cristo, en sentido
iiencia; señalar lo que es la realidad y hacer Ver
que el antroposófico; primero fue dirigida al acontecimiento de
Pentecostés, la Venida del EspÍritu Santo.
óririo ,nirrno, misteriosamente, obra en millares de im-y
;ñ;;, t.;uído fo.*u en lasmiles almas, compenetraado-
de hombres' En los ¿Qué sucedió en aquel instapte de la evolución
terres-
estando presente en miles'y
;;L;;t';cillos es el Crislo mismo quielCristo anda por el tre, el cual, al principio bastante incomprensible, se nos
el mismo describe como el descenso del Espíritu Santo sobre los
*".0" griego e itálico; más tarde,.es cristianismo Si se investiga con la vista clarividente lo que
íunto a los maestros que el apóstoles?
A;i;;;ñá" llevan
El 'mismo' el verdade- allí sucedió, la ciencia espiritual obtiene una respuesta,
;"i;;;i*bñ sermánicos; es

2l
20
una explicación de lo que se relata: que hombres senci-
llos, como también lo eran los apóstoles, súbitamente
comienzan a hablar en otras lenguas, diciendo lo que
desde las profundidades del espíritu debían expresar, y
que de ellos no se esperaba. Realmente, en aquel mo- SEGUNDA CONFERENCIA
mento el cristianismo, los impulsos cristianos, comenza-
ron a difundirse de una manera lndependiente de la
comprensión de parte de los hombres entre los que se
propagaba.

Partiendo del acontecer de Pentecostés.fluye la co- Empecemos por contemplar. -como lo hemos enun-
rriente que hemos caractenzado. ¿Qué fue,-en realidad, ciado-elacontecimiento de Pentecostés. En la primera
ese acontecimiento de Pentecostés? Para la ciencia espi- conferencia ya se ha aludido a que la mirada de lá in-
ritual surgió esta pregunta; y el Quinto Evangelio co- vestigación clarividente, primero ha de dirigirse a dicho
mienza con la respuesta que la misma ciencia espiritual acontecer; pues éste se presenta a la visión retrospecti-
puede dar a esta pregunta. va cual un despertar que ha sido experimentado, en el
día que por la fiesta de Pentecostés se sonmemora, por
las personalidades generalmente llamadas los apóstoles
o discípulos de Cristo Jesús. No es fácil evocar una ima-
gen exacta de los respectivos fenómenos, sin duda extra-
ños;'y, con el fin de obtener una idea exacta con rela-
ción al tema de este ciclo de conferencias, será necesario
recordar, . digamos, en la profundidad del alma, mucho
de lo tratado en anteriores contemplaciones antroposó-
ficas.

En aquel momento, los apóstoles tuvieron la sensa-


ción de un despertar, la sensación de que durante mucho
tiempo habían vivido en un inusitado estado de con-
ciencia. Efectivamente, fue cual un despertar de un pro-
fundo sueño, péro un sueño extraño, un estado onírico,
de tal manera -estoy hablando del estado de conciencia
cle los apóstolcs mismos- que en todo momento, como
honlbre rcgularmente sano, se cumple con los Quehace-
res cotidianos, de modo que los demás ni se dan cuenta
de que uno se halla en otro estado de conciencia. De to-
dos modos, llegó el momento en que los apóstoles tu:

22 23
vieron la sensación de haber pasado varios días en un es- haberlo entendido antes. Ahora, en aqucl lnsl:rrrtt., urr
tado de ensoñación, del cual despertaron con el aconte- gió ante el ojo del alma, la comprensión de lo rcalrrrr:r¡tt.
cimiento de Pentecostés. Este despertar lo experimenta- sucedido en Gólgota. Y si miramos en el alma dcl a¡xis
ron de un modo singular: tuvieron la sensación de que tol a quien en los otros Evangelios se llama pedro, su in-
del universo hubiera bajado sobre ellos algo que sólo terior anímico revela a Ia visión clarividente retrospecti-
podría llamarse la substancia del amor cósmico. Los va que, a partir del instante que en los otros Evangelios
apóstoles sintiéronse como despertados del citado esta- es llamado la negación, su conciencia terrenal en cierto
do onírico y fecundados desde lo alto por el amor que sentido había quedado como totalmente cortada. Aho-
impera en todo el universo. Tuvieron la sensación de ha- ra, en cierto modo percibió aquella escena de la nega-
ber sido despertados por todo aquello que como la prís- ción, cuando le habían preguntado si él había estado
tina fuerza del amor compenetra y da calor al universo, con el Galileo; ahora estuvo consciente de que en aquel
como si la prístina fuerza del amor hubiera penetrado en momento lo había negado, porque su conciencia se ha-
el alma de cada uno de ellos. A los demás, al observarlos bía ofuscado y h¿bía entrado en un estado parecido a lo.
como entonces hablaban, les causaba una extraña,impre- onírico, como alejado a un mundo totalmente distinto.
sión; pues sabían que los apóstoles habían vivido, hasta Fue para él como cuando alguien, al despertar, recuerda
entonces, de una manera sumamente sencilla, si bien en lo sucedido el día anterior antes de haberse dormido.
los últimos días algunos se habían comportado de un Así también recordó Pedro lo que comúnmente se llama
modo algo extraño, óomo sumergidos en la ensoñación. la negación; el haber negado tres vebes, antes que el gallo
Pero ahora parecieron hombres transformados, que efec- hubiera cantado dos. Y así como se va haciendo de no-
fivamente habían adquirido un estado del alma total- che, sobreüno ahora un estadb intermedio de la con-
mente nuevo; hombres que habían dejado atrás toda es- ciencia de Pedro; pero no un estado lleno de imágenes
trechez y todo egoísmo de la vida, y que habían ganado de ensueño sino de visionbs como de una conciencia su-
infinita amplitud del corazón y extensa tolerancia inte- perior, un participar de hechos puraáente espirituales.
rior, junto con una profunda comprensión por todo lo Todo lo que desde aquel entonees había sucedido y que
humano sobre la tierra. Adernás, tuvieron la capacidad Pedro, en cierto modo, había presenciado durmiénáo,
para expresarse de tal manera que cualquiera los enten- surgió ahora ante su alma como de un'ensueño clarivi-
día. En cierto modo dieron la irnpresión de que eran ca- dente. Ante todo llegó a percibir el acontecimiento, del
paces de mirar en el corazón y el alma del prójimo para que realmente puede decirse que lo había presenciado
descubrir los profundos secretos del alma y poder con- durmiendo, porque para su plena comprensión se requie-
fortar y decir lo que cada uno necesitaba. re la fecundaiión por el amor cósmico universal. Ahora
percibió las imágenes del Misterio de Gólgota, tal como
N¿turalmente, causó asombro que semejante transfor- con la conciencia clarividente retrospectiva podemos
mación pudiera producirse'en unes guantos hombres. evocarlas, si establecemos las condiciones pertinentes.
Ellos mismos, que por el espíritu del amor cósmico ha-
bían sido despertados, sintieron en sí mismos una nueva Francamente, no es fácil decidirse a expresar con pa-
comprensión; comprendieron 1o que, por cierto, en ínti- labras lo que se révela al penetrar con la mirada en la
ma comunidad de las almas había tenido lugar, pero sin conciencia de Pedro y los demás que estuvieron reuni-

24 25
f
dos en aquella fiesta de Pentecostés; sólo con el más bre se presenta de un modo totalmente distinto. t)t:-
hondo respeto es posible hablar de estas cosas' Diría jo aparte todo lo producido por el arte y la técnica hu-
que emociona sobrernanera saber que se pone pie en manas en cuanto al aspecto que ofrece el eclipse solar.
suelo sagrado de la conciencia humana al expresar con Se requiere un ánimo fortalecido y la certeza de que to-
palabras lo que aquí se abre a la visión del alma. A pe- do eso debió producirse para resistir a las potencias de-
iar de ello y a raíz de cieitas condiciones anímicas de moníacas que durante'un eclipse solar se alzan de la gro-
nuestro tiempo, resulta necesario hablar de estas cosas; sera técnica extbrior. Mas no quiero extenderme sobre
pero plenamente consciente de que vendrán tiempos este asunto, sinb llamar la atención sobre el hecho de
áistirrtos a los nuestros, tiempos que considerarán estas que en tal momento se presenta.lleno de luz lo que, de
cosas con mayor comprensión que los nuestros' Pues otro modo, sólo se alcanza por muy difíciles meditacio-
para comprender mucho de lo que al respecto hemos nes: se percibe entonces de manera distinta todo lo vege-
áe decir, será preciso que el alma humana se libre de tal y lo animal; cada mariposa presenta un aspecto dis-
diversos elementos que ella necesariamente contiene, -. tinto. Es algo gue en profundo sentido conduce a la con-
debido a la civllización de la época. vicción de que en el cosmos existe una íntima relación
entre la vida sobre la tierra y una vida espiritual que per-
En primer lugar, la visiÓn clarividente percibe algo tenece al sol y que en cierto modo tiene su cuerpo físico
que parece ofender a la actual conciencia científico-na- en lo que como sol se percibe. Y cuando la luz física for-
tural. No obstante, me veo precisado a expresar con pa- zadamente se obscurece poreue se interpone la luna, no
labras, lo mejor que pueda, 1o que a la visión del alma se es lo mismo que cuando de noche simplemente no hay
presenta. No tengo la culpa si lo que debo decir acaso sol. Durante el eclipse solar el aspecto de lo terrestre que
penetre en almas no suficientemente preparadas y luego nos circunda es muy distinto del simplemente nocturno.
iea exagerado, de modo que no pueda sostenerse frente Cuando hay dclipse solar, se nota un erigirse de las almas
a conceptosde la ciéncia actual- grupales de vegetales y animales; un debilitarse de la cor-
La visión clarividente es atraída por un cuadro que poreidad física de vegetales y animales, y un esclarecer
presenta una ¡ealidad, a la cual también en los otros de todo lo que representa el modo de ser del alma gru-
b,vangelios se alude, pero que de todos modos ofrece pal.
un singular aspecto dentro de la profusión de imágenes
que la visión clarividente retrospectiva percibe- Esta vi- Todo lo expuesto lo percibe la visión retrospectiva
riOn efectivamente atraída por un obscurecimiento clarividente si se dirige hacia el instante que, dentro de
"'. Se reproduce la sensación del singular ins-
terrestre- la evolución terrestre, se denomina el Misterio de Gól-
tante en que durante horas, cómo en el caso de un gota. Entonces surge algo que podría describirse así:
intenso eclipse solar, el sol físico sobre Palestina, so- se aprende a descifrar lo que significa aquel singular
bre el lugar de Gólgota, se había obscurecido. Da signo de la naturaleza que a la visión clarividente retros-
la impresión, la que. incluso ahora la clara visión cien- pectiva se presenta en el cosmos. Repito que no es cul-
tífico-espiritual cs capaz de verificar cuando real- pa mía si me veo precisado a leer, según la escritura
mente sobreviene un eclipse solar; que en tal momento, oculta, un fernómeno de la naturaleza -por lo demás
para la visión del alma, todo lo que circunda al hom- común- que tuvo lugar justamente en aquel punto de la

26 27
evolución terrestre; a leerlo, tal corno espontáneamente be el obscurecimiento por el saber del tiempo anli¡¡rro,
se presenta, en contradicciÓn con todo conoiimiento .de las regiones espirituales superiores del mundo, sabcr
maierialista actual. Es como cuando se abre un libro y que se colocó ante el verdadero conocimiento, tal como
se lee lo allí escrito; lo mismo ocurre al presentarse la luna eclipsa al sol cuando se produce el eclipse solar.
aquel fenómeno cuyos mismos signos indican lo que de- Y el acontecimiento exterior se convierte en expresión
bé leerse. Esos signos del cosmos nos obligan a leer lo de que la humanidad había aléanzado un grado de desa-
que la humanidad debe llegar a conocer' Da la impresión rrollo en que el saber adquirido dentro de la esfera de la
d. t.rru palabra escrita en el cosmos, un signo cósmico' humanidad misma, se colocó ante el conocimiento supe-
rior, como la luna ante el sol, en el eclipse solar. En
¿Qué es lo que lee allí el alma que se abre? En la con- aquel obscurecimiento del sol se percibe escrito en el
feróniia anteriór he expuesto que al llegar la época de la cosmos, mediante un grandioso signo de la escritura
cultura griega, la humanid ad alcanzí un nivel evolutivo oculta, el obscurecimiento solar de la humanidad, den-
que en nutO, y Aristóteles se elevó a un muy alto grado tro de la evolución terrestre. He dicho que la conciencia
áe desarrollo del alma humana y de la intelectualidad' humana del presente lo sentirá como una ofens¿, porque
En muchos respectos, en los tiempos posteriores, el ya no tiene capacidad para entender el obrar del espíritu
saber alcanzado por Platón y Aristóteles no fue supera- en el universo. No quiero hablar de milagros en sentido
do, pues en cierto modo la intelectualidad había llega- corriente, o sea de un quebrantar las leyes de la natura-
do.i un nivel supremo. Si se considera este saber inte- leza, pero no puedo menos de enunciar cómo aquel obs-
lectual que por el actuar de predicadores viandantes, cureciiniento del sol puede leerse, y que no hay otra al-
precisamente en la época del Misterio de Gólgota, se ternativa que mirar con el alma y, en cierto modo, leer
irabía popularizado enormemente en las penínsulas lo que aquel fenómeno de la naturaleza expresa: con el
-. griega " itálicu, si se considera que dicho saber se había saber lunar se había producido un obscurecimiento,
áifrr¿iAo de una manera que hoy no se comprende, se frente al mensaje solar superior.
tiene la impresión comparable a un leer de aquel signo
oculto que, escrito en el cosmos, apareció. Con la ion- Entonces aparece ante la conciencia clarividente la
ciencia ólarividente así desarrollada nos decimos enton- imagen de la Cruz de Gólgota con el cuerpo de Jesús, en-
ces: todo este saber que la hurnanidad ha reunido, a que tre los. dos ladrones. Y luego otra imagen -la que se man-
en el tiempo precristiano se ha elevado, tiene como sig- tiene tanto más firme cuanto más se trata de rehuirla-
no la Luná, la cual, para el punto de vista terrenal, anda la imagen del Dbscendimiento de la Cruz y de la Sepul-
por el universo; ese signo es la Luna porque para la cog- tura. Con ella se presenta otro grandioso signo, escrito
niciOn superior de la humanidad este saber no ha actua- en el cosmos, y que débe leerse para entenderlo como
do como para esclareceÍ, paÍa dar solución a enigmas, un símbolo de 1o realmente sucedido dentro de la evolú-
sino para obscurecer, tal como por el eclipse solar, la lu- ción de la humanidad: al contemplar con la mirada del
na obscurece al sol. He aquí lo que se lee- alma, la imagen del Jesús descendido de la cruz y la de la
Sepultura, se experimenta un sacudimiento, producido
Todo el saber de aquel tiempo no esclareqió, sino que por un terremoto que tuvó lugar en aquella región.
obscureció el enigma del mundo; y el clarividente perci-

28 29

t"
Es de esperar que a su tiempo la ciencia natural com- fe; sólo se cree lo que se puede réproducir exl)e ur¡r('n
prenderá mejor la relación entre este terremoto y el obs- talmente. Pero esto es insostenible, pues Renán scgrrrir
iurecimiento del sol, pues ya existen, aunque en forma mente cree que etistió el período glacial, aunque no (:s
incoherente, ciertas teorías que señalan una relación en- posible reproducirlo experimentalmente. Es absoluta-
tre eclipse solar y terremoto e incluso explosiones en mi- mente imposible retraer la época glacial; sin émbargo,
nas. Aquel terremoto ocurrió a consecuencia del eclipse todo naturalista cree que existió. También es imposible
solar. Ese mismo terremoto sacudió el sepulcro en que que aquel signo cósmico vuelva a presentarse a la huma-
se había puesto el cuerpo de Jesús y'arrastró_la piedra nidad. No obstante, tuvo lugar.
que allí se había colocado; se abrió unahendidurayella
acogió al cuerpo. Un nuevo sacudimiento volvió a cerrar Unicamente por la visión clarividente po{emos abrir
la hendidura sobre el cuerpo. Cuando a la matlana si- el camino hacia esos acontecimientos, si ante todo ahon-
guiente acudió la gente al sepulcro, éste estaba vacío, damos la mirada en el alma de Pedro u otro de los após-
porque la tierra había acogido al cuerpo de'Jesús;mas la toles que en la fiesta de Pentecostés se sientieron fe-
piedra se encontraba al lado de la tumba. cundados por el amor cósmico universal. Unicamente
si con la visión penetramos en el alma de esos hombres
para percibir lo que en ellos vivió, nos será posible -por
Contemplemos una vez'más la sucesión de las in:áge- este camino más largo- llegar a la visión de la Cruz de
nes. En la-cruz de Gólgota muere Jesús- Cae la obscuri- Gólgota, el obscurecimiento y el temb(or que le siguió.
dad sobre la tierra. En el sepulcro abierto se pone el No se niega, de modo alguno, que en sentido físico
cuerpo de Jesús. Un temblor sacude el suelo, y la tierra aquel obscurecimiento y el terremoto fueron fenómenos
acoge al cuerpo de Jesús. La hendidura producida por el comunes a la naturaleza. Empero, para el que los exami-
temblor, vuelve a cerrarse; la piedra es arrastrada a un la- na a través de la clarividencia, aparecen tal como lo he
do. Son sucesos que efectivamente ocurrieron y debo expuesto; y esto lo afirma decididamente quien en su al-
describirlos de esta manera. Por más argumentos en con- ma ha creado las condiciones pertinentes. En la concien-
tra que los hombres de la ciencia natural aporten,la-vi- cia de Pedro lo expuesto fue, efectivamente,'algo que en
sión clarividente lo ve tal como acabo de relatárlo' Y si el contorno del largo sueño se cristalizó, En.la concien"
alguien quisiera sostener que no es posible que cn el cos- cia de Pedro, entre diversas imágenes, se desJagaron cla-
mos apareciese, como poderoso lenguaje en signos, un ramente: la Cruz de Gólgota, el obscuiecimiento y el
símbolo como expresiÓn de que algo nuevo ha entrado temblor, como primeros frutos de la fecundación. de
en la evolución de la humanidad; si alguien quisiera de- Pentecostés, por el amor cósmico. Entonces supo, lo que
cir que las potencias div'inas no escriben en la tierra, por antes, efectivamente, había ignorado:que el cuerpo en
meclio de semejante lenguaje en señas, como' por ejem- la cruz era el mismo con el cüal muchas veces en la vicla
plo, un obscurecimiento del sol y un terremoto, yo res- liabía cafuinado. Ahora.fue consciente de que Jesús mu-
pondería: respeto vuestra creencia de que no puede ser; rió en la cruz. pero que en verdad esa muertc fucr u¡1 ¡¡-
pero sin embargo, es verdad que sucedió. Me imagino cimiento, el nacimiento del Espíritu .que en la liersta dc
que un Ernesto Renán,'quien escribió aquel curioso li- Pentecostés, como amor univcrsal, se dcrra¡ll«i cn cl allna
bro Vida de Jesús, diría: semejantes cosas no merecen de los apóstoles..Pedro lo sintió como un rcsplunclor tlcl

30 3l
rrn sueño que se mantenía durante el acontecimiento dc
amor eterno, el amor que reina por los siglos de los si- (iólgota. De este sueño irradió lo que, balbuceando, aca-
glos. Lo siniió como aquello que nació, cuando Jesús bo de relatar. Pedro, Juan y Jacobo recordaron que ha-
- áurió en la cruz. Y en el alma de Pedro se suscitó la bían caído en ese estado, y ahora, pára la mirada
grandiosa verdad: es simplemente apariencia que en la retrospectiva, aparecieron, al principio opacamen-
cruzhaya tenido lugar una muerte. te, los grandes acontecimientos que habían tenido
lugar en torno al cuerpo terrenal de Aquel con quien
En verdad, esa muerte, a la que había precedido infi- habían caminado. Lentamente, tal como ensueños
nito sufrimiento, fue el nacimiento del cual ahora un olvidados vuelven a surgir, aparecieron en la concien-
resplandor penetró en el alma de Pedro, con la muerte cia. y en el alma de los apóstoles aquellos sucesos. En
de Jesús naciÓ para la Tierra aquello que antes, por to- csos días no los habían presenciado con conciencia nor-
das partes, se había encontrado fuera de ella: el amor rnal. Ahora, todo apareció para la conciencia normal;
cósmico universal. En forma abstracta, parece fácil prb- apareció todo el tiempo vivido desde el acontecer de
nunciar semejantes palabras, sin embargo, hemos de te- (iólgota hasta Pentecostés. Tuvieron la sensación de que
ner presente que el alma de Pedro por primera vez lo sin- cse tiempo lo habían pasado como sumergidos en un
tió: para la Tierra nació 1o que antes sÓlo había existido
I

¡rrofundo sueño. Ahora, a la visión retrospectiva, les apa-


nació en el instante en que Jesús de Naza- rcció, día por día, el tiempo pasado entre el Misterio de
",
reth"i murió
"ot*os;
en la cruz de Gólgota. La muerte de Jeslis de (iólgota y la así ilamada Ascensión de Cristo Jesús. Lt¡
Nazareth fue el nacimiento, dentro de la esfera de la tie- lrabían vivido pero sólo ahora surgió de una manera muy
rra, del amor cósmico- singular.
He aquí, en cierto modo, la prirnera revelación que se
Pido perdón por insertar una observación personal:
nos da en 1o que llamamos el Quintó Evangelio. Con lo
tlebo decir que me sorprendió sobremanera la visión de
que en el Nuevo Testamento se describe como la Veni-
Io que surgió en el alma de los apóstoles, lo que ellos ha-
da, el derramar del Espíritu, comicnza lo que acabo de bían vivido en el tiempo entre el Misterio de Gólgota y
relatar. Por todo el estado de su alma, los apóstoles úni
lrr Ascensión. Es extraño cómo se suscitó la visión en el
camente habían sido capaces de presenciar con concien-
;rlma de los apóstoles. Surgieron imágenes como esta:
cia anormal el acontecimiento de la muerte de Jesús de
t:ic-rtamente, tú estuviste reunido, te encontraste con lo
Nazareth.
r¡Lre nació en la cmz;como si al despertar a la mañana,
5c recordase cual un sueño: durante la noche estabas
Otro momento más de lo vivido debieron recordar Pe-
rcunido con este o aquel. De un modo cxtraño surgieron
dro, como asimismo Juan y Jacobo: aquella escena que Ios distintos acontecimientos en el alnla de los apóstoles,
sólo por el. Quinto Evangelio se nos presenta en toda su r sicmpre se preguntaron: ¿,pcro quión es Aquel con
g¡andeza. Aquel con quien allí habían caminado, los ha-
,¡rricn estamos reunidos? Y siempre de nuevo fallaron en
bía conducido al monte y les había dicho: ¡velad! Pero ( ()nocerle. Sabían: es seguro que con El habíamos
ellos habían quedado dormidos. Ya había empezado cami-
rr;rtlo, pero no reconocieron la figura con la que habían
aquel estado de sus almas que cada vez más se intensifi- , slrrdo y que ahora apareció en la imagen. al haber reci
caba: la conciencia normal se adormecía; ellos caían en
aa
32 i'
JJ
trándose frente a un ser espiritual. Para conocct' :r r.:;tt..
bido la fecundaciÓn por el amor universal' Se vieron a
la imagen se transformó, manteniéndose ella misnra, u l;r
uiÁir*o, caminando, después del Misterio de Gólgota, vez, en la de la Ultima Cena que ellos habían celebraclo
Cristo. También pelcibieron que entonces El les con Cristo Jesús. Hay que imaginarse que tal apóstol tu-
"t, "t dado enseñanzas acerca del reino del Espíritu'
había vo la visión suprasensible de haber caminado con el Re-
días
Aprendieron a comprender que durante cuarenta sucitado y, detrás de esta imagen, la de la Ultima Cena.
cruz' y que
náUian caminado con ese Ser que nació en la De esta manera los apóstoles reconocieron que Aquel
ese Ser -el amor universal que del cosmos nació en la
con quien en el pasado habían caminado fue el mismo
Tierra- había sido su nlaestro, pero que no habían llega-
que el que ahora, en la apariencia que El habÍa adoptado
que con
do a la madurez para comprender su enseñanza: después del Misterio de Gólgota, les enseñó. Fue un total
y
,uU"orrt"i"ntes fuerzas del alma le habían escuchado' confluir del recuerdo correspondiente al estado de con'Cien-
al lado del Cris-
;;. ;;-t sonámbulos habían caminado cia que en cierto modo había sido un estado de sueño,
á, sin poder concebir con el intelecto comúll' lo que habían
ese con las imágenes de recuerdo del tiempo anterior. Como
3..'f"t'enseñaba. Durante esos cuarenta días le dos imágenes, una sobre la otra, lo experimentaron:
escuchado con la conciencia extraña, la que sólo ahora, la imagen tornada de lo vivido después del Misterio de
al haber experimentado el acontecer de Pentecostés'
des- (iólgota, y la otra, con su luz del tiempo anterior al
habÍan escuchado' El ofuscamiento de su propia conciencia. Así reconocieron
;;;it en elios. Como sonámbulos espiritu-al' y les ha-
ies había aparecido como el maestro la unidad: la entidad del Resucitado y Aquel con quien,
polqYe
bía reveladb secretos que e1los sólo comprendían lrreve tiempo atrás, en el cuerpo físico, habían camina-
El los había puesto ü otro estado de conciencia' Sólo do. Ahora pudieron decirse: antes de nuestro despertar
ahora vieron claramente que habían caminado con el en virtud de haber sido fecundados por el amor univer-
y
Cristo resucitado, ahora comprendieron lo que había sal, habÍamos estado como enajenados de nuestro esta-
sucedido. ¿Cómo llegaron a comprender que realmen- tl<¡ de conciencia común. Y el Cristo resucitado estaba
te habían eitado con Aquel con quien, en su cuerpo' an- con nosotros; El nos acogía inconscientes en su reino,
tes dei Misterio de GÓlgota habían caminado? Lo
com- t'aminaba con nosotros revelándonos los secretos de su
prendieron de la siguiente manera' rcino; secretos que ahora, después del Misterio de Pentc-
, ostés aparecen como un sueño.

el al-
Supongamos que' después de Fentecostés' ante Caüsa realmente asombro este coincidir de las imáge-
aparecido esta imagen:
ma ¿e uno d. los apóstoles haya ncs de los apóstoles: una de 1o vivido con el Cristo ¿/es-
pero no ie re-
;i; ;rt había caminado con el Resucitado conocerlo' ¡tués de Gólgota, y otra antes del Mistcrio clc Ciólgota,
conoció. Vio un ser celeste espiritual, sin Se
Lr de lo vivido conscientemente, cn cl cucrpo físico,
mezclándose con la imagen puramente on el Cristo.Jesús.
añadió entonces, ,
atpl.it"ut, otra itnagen, la que representaba un acontecer
qrr" to. upó.tol", realnienté habían vivido' antes del Mis-
el
terio de GÓlgota, con Cristo Jesús: una escena donde pero
(lon lo que precede hemos comenzado a comunicar k¡
C.i.to les hibía hablado del secreto del Espíritul ,¡rrc puede le.erse en el así llamado Quinto L,vangelio, y
qr" ellos hubiesen reconocido al Cristo'.sino encon-
s;ln

35
34
para terminar este primer anuncio, deseo agregar algunas ningún modo quiero decir que ya ahora soy crrprrz tlt' rrr
palabras que también deben decirse, aparte de aquellos terpretar exactamente lo que figura en la escrilr¡r:r ( \¡'r
hechosl En cierto modo, siento el deber oculto de ha- ritual, pues siento cierta dificultad para leer las inrir,,'
blar, en nuestro tiempo, de estas cosas. Sé muy bien que nes de la Crónica del Akasha que se refieren al cristirurrr
vivimos en una época en'que'para el cercano porvenir de mo. Sólo con cierto esf'uerzo logro cristalizar y consc¡-
la humanidad. están preparándose diversos cambios, y var las imágenes. Considero que según mi karma tengo cl
que nosotros, dentro de la Sociedad Antroposófica, de- deber dé expresar lo que acabo de decir. No cabe du-
b.*ot concebir la idea de que hay algo que en el alma da que todo 1o haría con menos esfuerzo si en mi in-
humana necesariamente debe prepararse para el futuro' fancia hubiera recibido -al igual que otros coetáneos-
Vendrán tiempos en que será posible hablar de estas co- una educación realmente cristiana, la que no se me ha
sas de una manera muy distinta de 1o que nuestro tiem- dado, pues me he criado en un ambiente enteramente
po permite. Todos pertenecemos a esta época; pero se racionalista. He sido educado de un modo puramente
acerca un tiempo en que será posible hablar de un modo científico; debido a ello no me es fácil encontrar las co-
más exacto, en que probablemente mucho de lo que sas, de las que tengo el deber cle hablar.
ahora sólo puede conocerse en principio, se conocerá
por la crónica espiritual del devenir de un modo mucho Por dos razones me permito hacer esta advertencia
más exacto. Estos tiempos vendrán, por más qué la hu- personal: primero, porque precisamente ahora, de mala
manidad actual lo considere fuera de lo previsible:.Preci- lc, se ha difundido una disparatada difamación en'cuan-
samente por esta raz6n es, en cierto sentido, una obliga- Io a relaciones que yo haya tenido con ciertas corrien-
ción hablar de ello. Si bien me cuesta mucho hablar de tes católicas; de lo cual ni una sola palabra es verdad.
este tema, predomina, no obstantó, el deber frente a lo Scmejante imputación ha tenido su origen en círculos
que en nuestro tiempo tiene que prepararse;y esto me tcosóficos; y esto hace ver a qué extremo ha llegado lo
ha conducido a hablar sobre este tema, ahora por prime- (lue a veces suele llamarse Teosofía. Las circunstancias
ravez, en esta ciudad. nos obligan a no pasarlo por alto, sino a contraponerle
la verdad. Por otra parte, debido a que, cuando joven.
Si digo que me cuesta mucho, hay que entenderlo tal cstuve ajeno al cristianismo, me siento tanto más librc
cual Iro expreso. Pido explícitamente tomar como una liente a él y creo que sólo por el espíritu he sido conrlu-
suerte de alusión lo que ahora expongo, como algo que cido al cristianismo y al Cristo. Creo que precisamcntt.
ciertamente en tiempos venideros podrá decirse mejor cn este campo tengo el derecho de hablar imparcialnrcn-
y mucho más exactamente. Una observación personal lc y sin prejuicios. Quizás, en esta hora de la historia
explicará mejor el porqué vacilo en hablar sobre este te- rrniversal, se dará más crédito a la palabra de un hombre
ma. Sé muy bien que para la investigación espiritual a tlc cultura científica, el que, cuando joven, estuvo ajeno
que me dedico, resulta a veces bastante difícil, precisa- rrl cristianismo, que a uno que desde su infancia'haya te-
mente cuando se trata de cosas de esta índole, descifrar rriclo contaco con é1. Con estas palabras también se alu-
la escritura espiritual del mundo; y no sería nada extra- tlc a lo que vive en mí mismo, si ahora tengo que hablar
ño si a la palabra "alusión" hubiera que darle un signi- tlr: los misterios del así llamado Quinto Evangelio.
ficado más amplio de lo que ahora podría parecer. De

36 37

t
4

TERCERA CONFERENCIA

Si en la conferencia anterior he dicho que en el mo-


mento de la fiesta de Pentecostés, las personalidades a
quienes llamamos los apóstoles de Cristo Jesús, experi-
rnentaron, en cierto sentido, un despertar, esto no quie-
re decir que en ese mismo momento todo aquello que
tengo que exponer como contenido del Quinto Evan-
gelio, haya estado presente, en la misma forma en que lo
relato, en la clara y plena conciencia de los apóstoles.
Ciertamente, si con el conocimiento clarividente se pe-
netra en el alma de ellos, sedescubren allí aquellas imá-
genes; sin embargo, en los apóstoles mismos, todo vivió
no tanto como imagen sino que existió, por decirlo así,
cromo vida, como experiencia espontánea, como senti-
nriento y potencia del alma. Lo que entonces los apósto-
lcs pudieron expresar, dando el impulso inicial de la evo-
lución cristiana, y que incluso a los griegos de aquel
{iompo dejó maravillados; lo que en los apóstoles hubo
r:omo potencia del alma, potencia del ánimo, era fruto
rlc lo que en su alma vivió como fuerza viviente del
t)uinto Evangelio. Pudieron hablar y obrar de esa marle-
rir porque tuvieron en el alma lo que nosotros descifra-
nros como contenido del Quinto Evangelio, si bien no lo
rlicron con las mismas palabras con que ahora corresponr
,le relatarlo. Pues ellos habían recibido, por una suerte
,lt' despertamiento, la fecundación por el amor cósmico
rrrriversal; y como fruto de tal fecundación siguieron
,,hrando. A través de ellos obró lo que el Cristo había

39
{

Resulta, pues, que en el Cristo se nos prcsr:rrtrr r¡llir (.¡r


llesado a ser. Y esto nos conduce al punto en que' en tidad frente a la cual hemos de moclificar t«-¡tr.s rt»s crrr.
;"ri;id" á.i-ó"*to Evangelio, nos toca hablar de la vida ceptos que hasta ahora, con respecto a la succsión clt, los
terrenal de Cristo. distintos estados de la vida humana, hemos aclquiritr..
Después del breve tiempo intermedio, llamado purgatt,-
tiempo no
Para los conceptos que imperan en nuestro rio (Kama-Yoka), el hombre pasa al mundo espirñual,
pulubtui, de qué aquí se trata' Pero
es fácil expresar para preparar su próxima vida terrenal, vale decir quc
"on la ciencia espiri-
mediante diversos conceptos e ideás de después de la muerte el hombre,entra en una vida espi_
supremo misterio terres-
tual podemos acercarnoi a este ritual. A partir del acontecer de pentecostés, el Crisio
Cristo es preciso em-
;;. É; compr"nder la entidad de
que ya poseemos experimentó el penetrar en la esfera de la Tierra lo que
plear, en forma modificada, conceptos para El fue lo que para el hombre es el traspaso al país
io. ír.rt.us contemplaciones científico-espirituales' del espíritu. En vez de entrar en una región espiritual,
de 1o que
el devacán, como sucecle para el hombre después de lá
Partamos, paia comprender de qué se trata' muerte, el Cristo hizo el sac¡ificio de establecir, o bien,
el cual'
.or*nÁ.rt'e^se llama el bautismo en el Jordán
se nos presenta
de buscar su cielo en la Tierra. El hombre deja la tiení
a la vida terrenal de Cristo' para cambiar esta su morada por la del cielo. El Cristo,
"á.^t".p""," humana
á.-.i qlrirto Evangelio como.una. concepción desde el en cambio, dejó el cielo para cambiar su morada celestial
terrenal: lo compre-nderemos si la vida de Cristo por la de la tierra. Hay que contemplarlo bien para sen_
ü;;ai;" hasta el Misterio de Gólgota' la comparamos tir profundamente lo que tuvo lugar por el Miiterio de
desenvolvimiento del germen humano en el seno
Gólgota y lo que hizo el Cristo: que su sacrificio consis_
"o" "f que en cierto sentido fuq una
á. in ,nuOre. Quiere decir el bautis- tió en que El ha dejado las esferas espirituales para vivir
la que el Cristo vivió desde
con la Tierra y con los hombres sohre ella; para prose-
"i¿"
nlo "*U¡or*iu
Jordán hasta el Misterio de Gólgota. Y el Mis-
guir por este impulso la evolución de la humanidid ,o-
"l "i
terio de Gólgota mismo, lo hemos de comprender como
bre la Tierra. Con esto se evidencia que antes del bautis_
la muerte de Jesús como el
el nacimiento t"r,"nut;ó sea, mo en el Jordán, esta entidad no había pertenecido
terrenal' en senti
nacimiento terrenai Oet C¡sto' Su vida
a la esfera terrestre; ella vino a la Tierra désde esferas
de GÓlgo-
á" pt"pl", debe buscatse despué.s del Misterioquienes en- extraterrenales. Y lo vivido entre el bautismo y el
cón los apóstoles
ii i"á'r¿,i el Cristo estuvo
-en
de conciencia' tal acontecimiento de Pentecostés, debió cumplirse para
tonces habían viviáo otro estado
transformar el ser celeste del Cristo en la entidud t"-
la conferencia anterior' Esto es
f" he explicado en rrenal.
"á-á del Cristo' Lo que
i; a;" siguió ai verdadero nacimiento
1l

se describe iu Ár.ensión y, después,la Venida del


"o*o
Espíritu, OeU" enienderse en sentido igual que -aquello Es de infinita importancia el que este miste¡io se ex_
;;;; ;1-;;ducirsetát la muerte del hombre' consideramos prese con las palabras: desde el acontecer de pentecos_
pomo el entrar mundos espirituales' La ulterior vi- tés, el Cristo está con las almas humanas sob¡e la Tierra;
"n a partir de 1a
da de Cristo dentró de la esfera terrestre' antes no había estado con ellas sobre esta Tierra. Lo que
Ascensión, o Uien, del acoritecimiento
de Pentecostés'
en el así el Cristo experimentó entre el bautismo por Juan y lo
debe compararse .t" fu vida del alma humana
llamado dévacán, o país del espíritu'
4t
40
la
acontecido en Pentecostés, se realizó para cambiar dre". Para los primeros cuatro grados basta con dccir
en la esfe-
rnoiuáu en el mundo espiriiual por la morada que se conducía al iniciando cada vez más profundanrcn-
ra terrestre. Esto ." t.áli,ó para que la entidad divino-a te a la experiencia espiritual. En el quinto grado obtenía
..pi¡i"ái oe Cristo.pudiera adoptar la.formaadecuada la facultad de una más amplia conciencia la que le conf c-
su obrar con las álmas humanas' He aquí ría la capacidad para convertirse en guardián espiritual
"n "o*u.táad
porqre tuvieron lugar los acontecimientos de Pales- de todo su pueblo. Por esta raz6n se le daba el nombre
"i
tina. del respectivo pueblo; y tal iniciado participaba de la vi
da espiritual de un modo bien definido.

Con ello, también se pone de manifiesto que el acon- En otro ciclo de conferencias he explicado que los
tecimiento de Palestini .. de singular característica; distintos pueblos son conducidos por las entidades espi-
p""t aontitte en el descender a la esfera terrestre de una rituales llamadas arcángeles. El iniciado del quinto grado
intidad superior, extra-terrestre; y en que esta entidad se había elevado a dicha esfera, por lo que tomaba parte
que és-
cósmica permanecerá en la esfera terrestre hasta de la vida de los arcángeles. El cosmos tenía necesidad
;;, ;;t influjo de aquélla, hava alcanzado aquel la debida de iniciados del quinto grado;y por esta razbn los había
presente que desde mo- en tierra. Cuando en los Misterios tal iniciado había ad-
iián.rot u"ión. Tengamos
mento el Cristo ejerce su actividad en la Tierra' quirido en su alma todo el contenido perteneciente al
quinto grado, sucedió que, asi como nosotros leemos un
libro para conocer lo necesario por hacer esto o aquello,
el arcángel leyó en el alma de ese hombre. En el alma de
los iniciados del quinto grado, los arcángeles leyeron lo
de Pen-
Para la plena comprensión del aconte-cimiento que un pueblo necesitaba. En la vida terrenal deben de
tecostés, en sentido del Quinto Evangelio'
hemos dt I!- crearse iniciados de quinto grado, para que los arcánge-
currir a los conceptos que nos ofrece la ciencia espiri- les puedan guiar de la justa manera. Estos iniciados son
il;i.-H";"s senaládo qr" .n los tiempos iniciación'
antiguos exis-
por los intermediarios entre el guía de un pueblo y el pueblo
;il;, los Misterios con sus métodos de mismo: en cierto modo, ellos llevan a la esfera de los ar-
participar de la vi-
t* árutes el alma humana ascendía a
nos presen-
cángeles 1o nece§ario para conducir al pueblo de la jus-
da espiritual. Estos Misterios precristianos se
[a m.anera.
lla-
tan lá más concretamente si contemplamos los así
madosMisteriosiranios.deMithra.Comprendíansiete
paso el iniciando fue
;;;á;; de iniciación. Como primer del "Cuervo"; después al
al grado
ior¿"ci¿oio".rlto". simbólióo En los tiempos precristianos este quinto grado no po-
un "Lu-
;il; ;; En el
un
tercer grado
"León"; y
llegó
en el
a ser
quinto se le
día alcanzarse mientras el alma humana quedaba dentro
Etuáor", en el cuarto del cuerpo; era necesario sacarla. La iniciación precisa-
del pueblo que él pertenecía' En el sex- mente consistía en que se desligaba del cuerpo el alma
ái" námbre a
"f
tá-gt"¿" fue un "fiéroe del Sol", y en el séptimo el "Pa- del hombre; y ésta experimentaba fuera del cuerpo lo

42 43
derarán necedades; pero aquí cabe la palabra de San lra-
que le proporcionaba el contenido que acabo de descri- blo: que la sabiduría de este mundo es necedad para con
¡ir. nt álma debía abandonar la tierra y ascender al mun- Dios. Durante el tiempo de su iniciación, el Héroe del
do espiritual para adquirirlo necesario. Sol vivía junto con todo el sistema solar; el sol era su
morada al igual que el hombre común vive en la Tierra
como en su planeta; y como montañas y ríos están en
ñ alcanzar el sbxto grado de la antigua iniciación, el torno de nosotros, así también hallábanse los planetas
grado de Héroe del Sol, se suscitaba en el alma de tal ini- del sistema solar en torno del Héroe del Sol, durante el
ciado algo superior a lo que se requiere para la conduc- tiempo de su iniciación. En los Misterios antiguos esto
ción de un pueblo. Si consideramos la evolución terres- sólo se lograba al estar el iniciando fuera de su cuerpo. Y
tre de la humanidad, observamos que los pueblos nacen cuando volvía a éste, se acordaba de toclo lo vivido fuera
y se extinguen,lo mismo que el hombre como individuo del cuerpo y lo empleaba como fuerza activa para la evo-
nace y muere. Entpero. lo qtte un puc-blo cotltribuye pa- lución de la humanidad.
ra la evolución tcrr,.'tl lr' tl,'lrr' .( )ll\trvarse dentro de la
ulterior evolución. Durante los tres días y medio de su iniciación, es de-
cir, mientras los Héroes del Sol andaban -así podemos
llamarlo- sobre el sol, estaban en comunidad con el Cris-
to, el que antes del Misterio de Gólgota todavía no se
Cada pueblo no solamente debe ser guiado sino que el encontraba en la Tierra. Todos los Héroes del Sol de la
fruto de su trabajo debe conservarse para los tiempos antigüedad habían ido a las esferas superiores espiritua-
que sobrepasan los del pueblo mismo. Para este traspaso les,"pues sólo allí afuera pudieron vivir en comunidad
de lo realizado por los pueblos debían obrar los Héroes .con el Cristo;y El descendió a la Tierra desde ese mu"lr-
del Sol. En los mundos superiores puede leerse lo que vi- do. Por consiguiente, podemos decir: lo que en los tiem-
ve en el alma de un Héroe del Sol;y del modo indicado pos antiguos pór todo aquel pro.cedimiento de la inicia-
se lograban las fuerzas para traspasar e integrar de la
jus- ción, se había alcanzado para unos pecos, fue dado en
11 ta mánera el trabajo de un pueblo al trabajo de toda la los días de Pentecostés, como por un acaecimiento natu-
humanidad. El obrar del Héroe del Sol se elevaba por en- ral, a los apóstoles del Cristo. Mientras que antes los
cima del trabajo de cada pueblo' Y así como en los anti- hombres debían ascender al encuentro con el Cristo, El
guos Misterios el aspirante al quinto grado de iniciación descendió ahora a los apóstoles; y ellos se convirtieron
ienía que hallarse fuera de su cuerpo para experimentar en hombres que en sí mismos tuvieron el contenido que
lo necésario, así también el que debía convertirse en Hé- antiguamente los Héroes del Sol habían tenido en su al-
roe del Sot, deUia abandonar su cuerpo y, durante el ma. La fuérza espiritual del sol se derramó en el alma.d.e
tiempo respectivo, morar realmente en el So1. los hombres y a partir de entbnces siguió obrando en la
evolución de la humanidad. Para que esto fuera posible,
tuvieron que producirse los acontecimientos de palesti-
na.
Ciertamente, para el modo de pensar de nuestro tiem-
ti po, estas verdadis parecerán fabulosas, o bien se consi-
45
44
bía vivido en condiciones muy distintas a las terrestrcs.
.;En oué se originó el unirse del Cristo con la Tierra?
"del ¿Qué significa este hecho de que ese ser espiritual había
F"8;i i.*io¿o sufrimiento más profundo' de un
imaginación humana vivido en condiciones totalmente distintas de las terres-
r"iii*l.rto que sobrepasa toda justa a este respecto' tres? Expresado con términos antroposóficos, ello signi-
á.i Jor.t. Para formarie la idea pensar de fica que ese ser espiritual tampoco ha tenido karma te-
también hay que remover contrariedades del rrenal. Hay que tenerlo bien presente: una entidad espi
;;t- tieápo. Aquí tengo que intercalar otra obser-
ritual vivió tres años en el cuerpo de Jesús de Nazareth
vación. sin tener en su alma un karma terrenal. Debido a ello,
toda la vida y todas las experiencias habidas, tuvieron
ii Hace poco aparecló un libro cuya lectura recomien- para el Cristo un significado enteramente distinto del de
y el conte-
do, po.qr. el autor es un hombre ingenioso' las experiencias de una alma humana. Si nosotros sufri-
lo que con res-
nido ¿.*u"stra cuán disparatado resulta mos, si tenemos experiencias, sabemos que el sufrimien-
hombres inteligentes suelen- ex-
;;;i; ;;tas espirituales la muerte" de to tiene en el karma su razón de ser. No fue así para el
;;;.- refiero al libro titulado ,"De
'uiiie Me Maeterlinck' Entre otras cosas insensatas tam- Cristo-Espíritu; El tuvo que cumplir una experiencia
vez muer- trienal sin que jamás hubiera tenido un karma. Esto fue,
bién figura allí la aserción que el hombre' una por consiguiente, sufrimiento sin sentido kármico, sufri-
to, es'espíritu Y, Por haber dejado su cuerpo físico' ya
hombre tan ingenioso' se miento inmerecido, inocente. El Quinto Evangelio es el
;;
-fru.á;;J; sufrii.'üaeterlinck,
puede sufrir y que' Evangelio antroposófico que nos evidencia la única vida
p"tt la ilusión que sÓlo lo físico terrenal de tres años a la que no se puede aplicar el con-
pái fá tanto, el difunto no puede sufrir' No se da cuenta cepto de karma, en sentido humano.
á.-to ub.r.do del pensar que únicamente pueda sufrir
el
y
cuerpo físico que .. físicas
de fuerzas subs-
"ompont que su-
tancias químicis. ¡CÓmo si una qitdtu tuviera Pero la ulterior contemplación de este Evangelio nos
i;ti L" que sufre no es el cuerpo físico sino lo anímico'
revela otra cosa más con respecto a esta vida trienal. Es_
iu f,".u"l¿ad ha llegado a tal punto que sobre las cosas Si la ta vida terrenal de tres años que hemos consitlcraclo co_
Á?s sencillas se piens'a lo contrario de lo razonable' mo una vida embrionaria, tampoco produjo karma, ni
pudiera sufrir, no podría haber sufri-
uiáa espiritual nb acarreó culpa alguna. Fue una vida terrenal cle tres años,
produce
miento en el Kama-Yoka, el que justamente se no condicionada por karma y sin protltreir kurnta. Es
halla privado del cuerpo físico'
;;;;r; lo anínrico se
no puede sufrir' no llegará a preciso concebir en todo su profundo sc¡rlido rodos es-
b;i;" opina que el espíritu
tos conceptos e ideas; así se ganani nlucho para lajusta
;t;;#".." .1 irfiriio sufrimiento que el Cristo-Espí-
comprensión de estos extraorcl inarios acontecimientos
ritu padeció durante los días de Palestina' de Palestina los que, de otro nlorlo. r1rÍcclarán en mu-
Empero, antes de hablar de este sufrimiento' tengo
chos respectos inexplicablcs. ¡Cr-ránl.as ctrestiones sur-
clue llamar la atención sobre otro punto más' Hay
que
el bautismo en el Jordán descen- gieron en la evolución de la humanidad, con rclición a
tener presente que con
estos acontecimientos, y de qué manera fueron rnalen-
dió a ia Tierra y vivió en lo físico, durante tres años' un tendidos! ^A. pesar de todo ¡cuán inmensarnente obraron
ser espiritual que después sufrió la muerte de Gólgota'
corno impulso! Cuando se tomen estas cosas en su justo
u* t". espirituál que antes del bautismo en el Jordán ha-

46 47
a

y profundo significado, se llegará a pensar sobre ellas de engaños. Renán no siente ninguna repugnancia; por cl
de un modo bien distinto.
contrario, emplea palabras de alabanza y de entusiasnto
para con tal personalidad. Es realmente curioso. por otra
parte da prueba de la gran afición por el Cristo, aunque
No se presta la debida atenciÓn a muchas cosas de
práfrn¿o significado. Voy a dar un gjgmplo' En el año la gente no comprenda nada de su verdadera naturaleza.
i-gLJ uput"c"ió el libro "Vida de Jesús" de Ernesto Re' Y así se llega al extremo de convertir la vida de Cristo en
;á;. l; gente 1o lee sin tomar en consideración lo sig- una novela vulgar en Ia que, no obstante, no faltan las
palabras de alabanza para dirigir la atención hacia esa
nificativodesucontenido.Quizásentiemposvenide- personalidad. Esto sólo es posible con respecto a una en-
ros llamará la atención el que muchos hayan leído este
libro sin darse cuenta de lo extraño de su cornposición' tidad como la de Cristo Jesús. Ciertamente, se hubiera
Esunamezcladesublimeexposiciónynovelónvulgar; acumulado mucho karma en los tres años de la vida te-
para rrenal de Cristo, si esta vida hubiera sido como Renán Ia
esto es lo llamativo del citado libro' Naturalmente'
Renán el Cristo es, ante todo, el Cristo Jesús; y lo des- describe. Mas en tiempos venideros se llegará a compren-
cribe como héroe quien, al principio obra con la mejor der que semejdnte descripción se desvanece ante el he-
cho de que allí hubo una vida ferrenal libre de karma.
ini.t.iOr, como bienhechor de la humanidad' de pero
la He aquí el mensaje del Quinto Evangelio.
quien, después, se deja llevar por el entusiasmo
multiiud, óediendo cada vez.más, a lo que complace a

la gente.
Se trata, pues, del acontecimiento en el Jordán, el
bautismo realizado por Juan. El Quinto Evangelio nos
trll
dice que las palabras que figuran en el Evangelio de Lu-
En amplia escala, Ernesto Renán aplica a la naturale-
cas transmiten correctamente lo que entonces la bien de-
za r\e Cristo lo que a menudo se emplea en sentido co-
sarrollada conciencia clarividente hubiera oído: "Este es
rriente. Ocurre por ejemplo, que la gente con respecto
mi muy amado Hijo, hoy lo he engendrado." Esta es la
a la teosofía que va difundiéndose, aplica la siguiente correcta interpretación de lo realmente sucedido en el
crítica: al priniipio habíais procedido con la mejor in- Jordán: el engendramiento, la concepción por la cual el
tención; déspués llegaban los acleptqs en busca de las Cristo entró en la entidad Tierra.
cosas interesantes; y a raíz de eso claudicasteis
cada vez
*er. Bt así como Renán considera a.Cristo Jesús' No le
de Lázaro como En las próximas conferencias nos referiremos a la ca-
tla vergüenza describir la resurrección racterística de la entidad que descendió sobre el cuerpo
,r, .ruii engaño cometido con fines propagandistas' No cle Jesús. Por ahora vamos a considerar que Jesús de Na-
le da vergüenza conducir a Cristo".Jesús a una suerte de zareth había venido para dar el cuerpo al Cristo. Ahora
delirio y"de ser víctima de los instintos de la multi- bien, el Quinto Evangelio nos dice Jo leemos con la mi-
tud. De esta manera se entteteje un novelÓn vulgar con rada clarividcnte retrospectiva- que desde el principio de
sublimes descripciones que ese libro también contiene' su andar sobre la tierra, el Cristo no se unió totalmente
Es extraño que el sentimiento saro no sienta repugnan- con el cuerpo de Jesús de Nazareth, sino que sólo hubo
la
cia ante la descripción de un ser que al'principio tiene tuna unión libre entre la entidad Cristo y el cuerpo de Je-
mejor intención, pero que después es víctima de los ins-
sírs de Nazareth. No fue la unión de cuerpo y alma como
tinios de la multitúd o incluso deja cometer toda clase

48 49
r
asemejándose al microcosmos humano. ¡Justamentc al
en el hombre común sino de tal índole que en todo m-o- revés!
mento en que era necesario, el Cristo podía volver a de-
Jesús se ha-
¡ai el cuerpo de Jesús. Mientras el cuerpo de La unión con el cuerpo de Jesús de Nazareth fue la
llaba en aigún lugar, como durmiendo, el Cristo, como
falta'
más libre al principio de la vida terrenal de Cristo, inme-
entidad, anduvo allí o allá, según hacía
diatamente después del bautismo en el Jordán. Entera-
mente fuera del cuerpo de Jesús estuvo la entidad Cris-
El Quinto Evangelio nos revela que no siempre, cuan- to. Al andar sobre la Tierra, el obrar del Cristo fue toda-
do la entidad Cristo aparecía a los apóstoles, estuviese vía algo enteramente celestial. La entidad Cristo rcalizí
presente también el cuerpo de Jesús de Nazareth, sino curaciones que ninguna fuerza humana podría hacer. La
que muchas veces el cuerpo de Jesús había quedado en intimidad con que habló a los hombres, fue intimidad
aigún lugar y que Cristo-Espíritu aparecía a los apósto- divina. La entidad Cristo, atándose Ella misma al cuerpo
tei. No óuttánf", ellos tuvieron la aparición por el cuer- de Jesús de Nazareth, obró colno entidad celeste. Sin
po de Jesús de Nazareth. Se dieron cuenta, por cierto' embargo, fue.asemejándose, cadavez más, al cuerpo de
resultó lo
irr" ".u algo diferente, peto la diferencia noLos cuatro Jesús, comprimiéndose y amoldándose a las condiciones
zuficiente como para verificarla claramente'
sí lo evi- terrestres, de modo que la fuerza divina se desvaneció,
Evangelios ap"nui lo dicen; el Quinto Evangelio
de dis- más y más. Por todo esto pasó el Cristo, asemejándose al
dencá. Los apóstoles no siempre fueron capaces
cugrpo de Jesús; en cierto sentido fue una evolución des-
cernir: ahora nos aparece el Cristo Jesús en su cuerpo' o cendente. El Cristo tuvo que experimentar que la poten-
ahora es sólo el Cristo-Espíritu. En la mayoría de los ca- cia y la fuerza del Dios paso a paso le abandonó, al ase-
sos, la aparición la tuvieron por el Cristo'Jesús, quiere mejarse al cuerpo de Jesús de Nazareth. El Dios fue con-
decir poi el Cristo-Espíritu en cuanto le reconocieron en viertiéndose en hombre.
el cuerpo de Jesús de Nazareth. Empero, lo que en los
tres añós de esa vida terrenal tuvo lugar, fue que, en cier- Como un hombre que con infinito sufrimiento siente
to modo, el Espíritu se unió cada vez más firmemente el extinguirse de su cue{po, así también el Cristo experi-
con el cuerpo de Jesús de Nazareth; o sea, que la entidad mentó el desvanecimiento de su substancia divina, al ase-
Cristo, como naturaleza etérea, se asemejó más y más al mejarse, como naturaleza etérea, al cuerpo terrenal de
cuerpo físico de Jesús de Nazareth. Jesús. de Nazareth, hasta el punto de sentir angustia,
igual que un hombre. He aquí lo que también los otros
Obsérvese bien qu'á referente a la naturaleza del Cristo Evangelios relatan, cuando con sus discípulos el Cristo
sucedió atgo distinto que en cuanto al cueipo del hom- Jesús llegó al monte de los Olivos y El, en el cuerpo de
bre común. El hombre común es un microcosmos frente Jesús de Nazareth, estando con angustia, tuvo sudor en
al macrocosmos, un trasunto de todo el macrocosmos' la frente. En el Cristo dominó, cada vez más, la natura-
Lo que el hombre terrenal llega a ser, es reflejo del gran leza humana. A medida que su naturaleza etérea,iba ase-
cosmos. En cuanto a la naturaleza del Cristo ocurre todo mejándose al cuerpo de Jesús, el Cristo devino hombre.
en sentido inverso- La entidad macrocósmica solar se
La sublime fuerza divina gradualmente se desvaneció.
amolda a la configuraciÓn del microcosmos humano; se
Vemos, pues, toda la pasión a partir de poco tiempo des-
comprime y se restringe cada vez más, de modo que va

50
5l
r ,I

pués del bautismo en el Jordán, cuando la gente' al ha- irnpulso del Cristo se nos presenta en la ulterior evolu-
L", pr"r.rrciado lo que'el Cristo tealiz6, decía: jamás ción de la humanidad.
ningin ser sobre la tierra ejecutó semejantes acciones'
E.tá fre cuando el Cristo se parecía muy poco al cuer- Hay que tenerlo presente, para comprender en toclo
po de Jesús de Nazareth. En el curso de tres años' a par- su alcance el significado de este impulso, en el sentido
iir ¿" este maravillarse de parte de los admiradores en del futuro de la humanidad; para que el hombre pueda
torno de é1, la naturaleza de Cristo va asemejándose al proseguir su camino evolutivo cultuial.
cuerpo de Jesús a tal punto que dentro de este enfermi-
zo cuerpo ya no cupiz de responder a las preguntas d9
",
ilÁr,^"i de Herodei o Caifás. La naturaleza decadavezCristo
había áevenido tan parecida al cuerpo de Jesús'
más débil y más eifermizo, que a la pregunta: ¿tú
has
dicho que puedes derribar el templo y en tres días reedi-
Jesus' el
n.utfot ya no habló, del quebraáizo-cuerpo dejudíos;y
Cii.to y quedó callado ante el pontífice de los
quedó iallado ante Pilatos quien le preguntó: ¿tú has di-
óho qo" eres el ReY de los Judíos?
Así se nos presenta el camino desde el bautismo en el
Jordán hasta la plena debilidad. Y poco después, la mul-
titud que antes liabía admirado las celestiales fuerzas mi-
lagrosás, estuvo ante la cruz' ya no asombrada, sino bur-
láñdose'de la impotencia del Dios que había devenido
hombre, y diciénáole: si tú eres Hijo de Dios, desciende
de la cruL. A otros salvaste, ahora sálvate a ti mismo' He
aquí la pasiÓn, infinito sufrimiento, a lo que se sumó el
pé.ut pót la humanidad que había descendido a las con-
ái"iorr", en que se hallaba, precisamente en la época del
Misterio de Gólgota.

Pero este sufrirniento engendró el Espíritu que en la


fiesta de Pentecostés se derramó sobre los apóstoles' De
estos dolores nació el amor cÓsmico universal que en el
instante del bautismo descendió de las extraterrenales
esferas celestes,'a la esfera terrenal; el amor cósmico que
se había asemejado al hombre, quedando pafecido a un
cuerpo humano, y que viviÓ el instante de la máxima
impotencia divina, para engendrar el impulso que como

52 53

)
CUARTA CONFERENCIA

I¿s últimas palabras del Evangelio de Juan resultan,


en cierto modo, cotlciüantes con lo que en esta confe-
rencia me propongo comunicar, como parte del Quin-
to Evangelio. Recordemos que allí se dice que con re-
lación a Cristo Jesús hay otras muchas cosas, aparte de
lo relatado en los Evangelios, y eue, para darlo todo,
en el mundo no cabrían los libros que se habrían de
escribir. De modo que nadie pondrá en duda que apar-
te de lo registrado en los libros, muchas.cosas pueden
haber sucedido. Con el fin de hacer comprensible lo que
en este ciclo de conferencias quiero exponer, como con-
tenido del Quinto Evangelio, comenzaré ahora a dar re-
latos de la vida de Jesús de Nazareth, a partir apróxima-
damente, del momento al que ya me he referido en otras
conferencias en que se han comunicado pequeñas partes
del Quinto Evangelio.

Voy a relatar algunos pormenores de la vida de Jesús,


a partir de los doce años de edad. Fue esta la edad en
que, como ya sabemos, por un acto místico, el yo de
Zoroastro, que se había incorporado en uno de los dos
niños Jesús que en aquel tiempo habían nacido, pasó al
otro niño.Jesús, o sea, al que principalmente en los pri-
meros capítuloss del Evangelio de Lucas se describe.
Comenzaremos pues nuestro relato con el instante de Ja
vida de Jesús de Nazareth en que el niño Jesús del Evan-
gelio de Lucas había acogido en sí mismo el yd de Zo-

55
roastro. Sabemos que en el Evangelio se alude a este ins- Ie admiraban como niño prodigioso. pero
después sc l)r¡,
tante de la vida de Jesús de Nazareth, por el relato de so cada vez más calladoy se limitó a escuchai lo qr" L,._
que, en oportunidad de un viaje a Jerusalén, para la fies- cÍan los demás. No obstante, en aqueltos aáos J;;;;"
ta de Pascua, se había extraviado el niño Jesús del Evan- se suscltaron en el.alma propia delesús grandes
id;,r.\
gelio de Lucas y, al ser hallado, estuvo sentado en medio máximas de moralidad y, principalmente, importantes
de los doctores, y todos se pasmaban de sus poderosas impulsos morales. Las palabras di ros escribas
reunidos
respuestas. También sabemos que esas grandiosas res- en su casa, le causaban cierta impresión, pero
una impre_
puestas se debían a que en el yo de Zoroastro todo sión que a menudo le producíai*urgrru, porque
tenía
cuanto le surgía como por recuerdo espiritualmente re- la sensación -nétese bien: ya tan jov"en_ Oé que mucho
velado, se traducía en las sorprendentes respuestas de Je- era bastante dudoso, tendiente u áoor"r, en
lo que los
sús de Nazareth. Sabemos, además, que por la muerte de doctores pronunciaban con respecto a las viejas
tradicio_
la madre, por un lado, y del padre, por el otro lado, se nes y los Libros del Antiguo Testamento.
Bitaua con er
unieron las dos familias en una sola, en la cual siguió vi- alma oprimida cada vez que se le decia que
en tiempos
viendo el niño Jesús fecundado por el yo de Zoroastro. antiguos el espíritu había inspirado a los profetas y
qu"
Dios mismo los había inspiraáo, p..o qu.iho.a
ta inspi-
En los años siguientes -esto resulta del contenido del ración se ha retirado de las nr.ua, jeneraciones.
Mas
Quinto Evangelio- tuvo lugar un singular cambio en su escuchó profundamente impresionadó cuando
a veces
desarrollo. Al principio, los que rodeaban al joven Jesús los doctores se referían a algó que él mismo
iba a experi_
de Nazareth habían quedado profundamente impresio- mentar: ciertamente, ya no habla más el alto y poA"ro.o
nados, precisamente por aquellas grandiosas respuestas espíritu que, por ejernplo, había inspirado a fiiar; p..o
que había dado en el Templo;habían puesto grandes es- todavía está hablando -y algunos de los escribas
creían
peranzas en é1, y en cierto modo ya le habían considera- haberlo experimentado,_corno inspiración
desde las altu_
do como futuro doctor de la ley, de un extraordinario ras espirituales- una voz más débil, pero
algo que ,tguro,
irivel de erudición. La gente había empezado a captar ca- ,c¡e9n
oir, y que el espíritu de yavé mismo lés da.-Bath-
da palabra que él pronunciara. Pero Jesús de Nazareth se Kol se llamaba esa extraña voz) unavoz inspiradora
más
puso cada vez más callado, al punto de resultar antipáti- cierto", de categoría infe¡ior al espíritu que
co para con los demás, mientras él sostenía una vehe- IÍl1L ry: a los antiguos profetas,
ora rnsprrado
ha_
pero de todós mo_
mente lucha interior. Esta lucha interior la sostuvo entre
los doce y dieciocho años de edad. En su alma hubo un
9or.yl, cosa parecida- En escritos judíos posteriores
también se habla de csta Bath-Kol.
despertar de tesoros de sabiduría, yacentes en su inte-
rior; como si a través de la erudición judía hubiera irra- Ahora he de insertar algo que en rigor no pertenece
al
diado el sol de la antigua sabiduría de Zaratustra. Quinto_ Errangelio, pero que puede conducirnos a la ex-
plicación de la Bath-rot: un po.o rna.
tarde hubo una
Al principio le había parecido que debía prestar ínti- controversia entre dos Escuelas rabínicas: el
céIebre ra_
ma atención y también responder a las palabras de los bino Elieser ben Hirkazo sostenía una áeterminada
doc_
numerosos escribas que venían a su casa; e incluso que- trina para cuyo testimonio alegabu _"rto también
figura
daban asombrados los doctores quienes allí aparecían y en el Talmud- que él era capiz de hacer milagros.
Este

56
57
rr

rabino hizo desarraigarsb y volver a plantarse a cien va- espíritu realmente podría revelarme la verdad sobre el
ras de distancia un algarróbo; mandÓ a un río fluir hacia ulterior camino del pueblo judío.
atrás; y como tercera prueba invocó una voz del cielo de
que su doctrina había de quedar revelada. A pesar de Fue un momento horrible, un tremendo impulso,
ello, la Escuela rabínica opositora no le prestó fe. El ra- cuando parecía que la Bath-Kol le reveló que él mismo
bino Josué respondió: "Por más que el rabino Elieser ha- no podía continuar obrando según la antigua revelación;
, algarrobos trasplantarse,de un sitio a otro; por más
ga que en cierto modo tendría que considerarse a sí mismo
. que mande ríos fluir hacia arriba, o que invoque la Bath- inapto para continuar el antiguo judaísmo. Así le pare-
Kol, la Ley estipula que las leyes eternas de la existencia ció haber perdido todo fundamento, y hubo momentos
deben expresarse por la boca del hombre y encontrarse en que se decía: Todas las fuerzas de mi alma con las
en el corazón humano. Si el rabino Elieser quiere persua- que me consideraba agraciado, sólo me conducen a com-
dirnos: que no invoque la Bath-Kol sino que apele a lo prender que en la substancia evolutiva del judaísmo ya
que el corazín humano es capaz de concebir." Doy este no existe el poder para ascender a las revelaciones del es-
relato porque nos hace ver que en ciertas Escuelas rabí- píritu divino.
nicas, ya poco tiempo después de la fundación del cris-
tianismo, la Bath-Kol gozaba de poca autoridad;pero Pongámonos por un instante en el espíritu, en el alma
en cierto modo había florecido, entre rabinos y escribas, del joven Jesús de Nazareth que tuvo que pasar por se-
como voz inspiradora. mejantes experiencias anímicas. En aquel tiempo, de los
dieciséis a dieciocho años, él hacía también viajes, en
Al escuchar y scntir todo aquello, el joven Jesús mis- parte a raíz de su oficio, o por otros motivo§. Estos via-
mo recibió la inspiración por la Bath-Kol. Lo notable jes le conducían a diversas regiones de Palestina y distin-
fue que por la fecunclación de su.alma con el yo de Zo- tos lugares fuera del país. En aquel tiempo -la visión cla-
roastro, Jesús tlc Nazareth efectivamente fue capaz de rividente de la C¡ónica del Akasha lo evidencia con toda
apropiarse rápidanrente de todo cuanto sabían los que le claridad- se extendía sobre los territorios del Asia Occi-
rodeaban. No solamente que a los doce años de edad dental, e incluso de Europa, un culto asiático, un culto
había dado las grandiosas respuestas a los doctores de la mezclado con diversos otros cultos, pero que principal-
ley, sino que también pudo percibir en el alma propia la' mente representaba el culto de Mithra. En muchos lu-
voz dé la Bath-Kol. Pero precisamente este hecho,la ins- gares de los más diversos territorios había templos del
piración por la Bath-Kol, influyó en Jesús, a la edad de culto de Mithra. En algunos lugares se asemejaba al cul-
dieciséis, diecisiete años, de tal manera que le causó to de Atis, pero esencialmente era de Mithra. Había tem-
amargas y profundas luchas interiores. Pues la Bath-Kol plos y otros lugares en que se cumplían sacrificios a
le reveló, y él estaba seguro de percibirlo, que en lo suce- Mithra y a Atis. En cierto sentido eran cultos paganos,
sivo, dentro de la.corriente del Antiguo Testamento, ya pero compenetrados de ritos y ceremonias de Mithra y
no hablará el mismo espíritu, el que antes había hablado Atis. Cuán extendido era este culto, lo muestra el ejem-
a los antiguos maestros judíos. Y llegó.el día en que. pa- plo de que la Basílica de San Pedro en Roma setafla en
ra espanto de su alma, Jesús tuvo la impresión de que la el mismo sitio en que otrora existía semejante templo;
Bath-Kol le revelase: no llego más a las alturas donde el e incluso hay que decir, lo que a muchos católicos po-

58 59
pre sentía amargura, cuando Jesús observatra cl obr¡rr rlt.
dría parecer una blasfemia: la forma exterior del cere- los demonios, en cierto modo engendrados por L.ucif't:r
moniál de la Basílica de San Pedro y todo cuanto de él y Arimán, y al darse cuenta de que el paganismo había Ilc-
se deriva, no se diferencia en mucho del antiguo rito de -
gado al extremo de tener por dioses a los demonios, y
Atis, en cuyo antiguo sitio se halla ahora dicha Basílica' más aún, de representar en los ídolos, imágenos de las
Y en muchos sentidos el culto actual de ésta, es una con- potencias demoníacas atraídas por las ceremonias, cle-
tinuación del antiguo culto de Mithra. monios que penetraban y se posesionaban de las gentes
que allÍ oraban.'Las amargas experiencias que Jesiis túvd
Jesús de Nazareth, a los dieciséis, diecisiete, dieciocho que sufrir, condujeron entonces a un acontecimiento fi-
años, después de haber comenzado su peregrinación, lle- nal.
gó a conocer lo que entonces existía en semejantes luga-
res de culto y continuó viajando. De esta manera cono- Apróximadamente a los veinticuatro años de la vida
ció por su propia experiencia exterior, el alma de los pa- de Jesús de Nazareth¿conteció lo que, después de la de-
gu.,ót. Por el grandioso proceso del haber pasado a su al- cepción sufrida a raíz de lo experimentado con la Bath-
ma el yo de Zoroastro, se había desarrollado en é1, de
Kol, fue otra grave experiencia. Tengo que describirla, si
una manera natural y en alto grado, lo que otros sólo ad- bien hasta ahora no me ha sido posible escudriñar en
quieren por penoso esfuerzo: una gran fterza clarividel- qué punto de su viaje tuvo lugar; pero he podido desci-
te. Y debido a ello experimentó en esos cultos muchas frar, en alto grado, la escena misma. Creo -sin estar segu-
cosas que otros no experimentan: tuvo experiencias con- ro de ello- que fue en un lugar fuera de palestina.
movedoras. Por fabuloso que parezca, debo decir que Je-
sús de Nazareth, al observar que ante altares paganos el A la edad dé veinticuatro años, Jesús de Nazareth lle-
sacerdote hacía el sacrificio, percibió que por el mismo gó al lugar de un culto pagano, doncle se hacía ofrenda
acto eran atraídos diversos seres demoníacos. Además, a determinada divinidad. Allí había únicamente gente
descubrió que cier.tos ídolos que allí se adoraban eran triste, afebtada por toda clase de pavorosas enfermeda-
imágenes, no de entidades de las jerarquías espirituales, des psíquicas que se manifestaban hasta en lo corpóreo.
sino de potencias demoníacas; e incluso observó que a Los sacerdotes,desde hacía tiempo, habían abandonado
veces estas potencias demoníacas penetraban en los fie- el lugar; y Jesús oyó a la gente lamentarse de que los sa-
les que participaban de los actos. Por razones muy com- cerdotes la habían abandonado, que ahora carécía de la
prensibles, estos hechos no figuran en los otros Evange-
bendición del sacrificio y que sufiía de lepra y otras en_
lios y, en el fondo, sólo en el seno de nuestro movimien- fermedades, precisamente porque los sacerdotes la ha_
to espiritual es posible hablar de semejantes hechos, bían abandonado. El sufrimiento de esa gente le causó a
puesto que sólo en nuestro tiempo el alma humana pue- Jesús profundo pesar, y en su alma se encendió inmensa
de verdaderamente comprender aquellas profundas y caridad para con esos oprimidos. parece que ellos, aban_
grandiosas experiencias que en el joven Jesús de Naza- donados por los sacerdotes, como asimismo, como cre-
reth tuvieron lugar. ían, por su Dios, en cierto modo se dieron cuenta y que_
daron profundamente impresionados por el a-o, qué .n
Las peregrinaciones prosiguieron hasta los veinte, el alma de Jesús se había suscitado. En el corazOn Oe la
veintidós, veinticuatro años de edad, y en el.alma siem-

60 6l
!7

maioría de ellos, repentinamente surgió algo que encon- Existen, por cierto, deberes ocultos. Obcclc:cicntJo a
tró su expresión en que esa gente, percibiendo en el ros- semejante deber ocultó tuve que enunciar entonccs lo
tro de Jesús el reflejo de su inmenso amor, le dijo: Tú que, por la transformada voz de la Bath-Kol, Jesús dc:
eres el nuevo sacerdote que nos ha sido enviado. Le obli- Nazareth había percibido al realizarse lo que acabo dc
garon a colocarse en el altarpagano, y le pidieron hacer el relatar. Estas. son las palabras que Jesús percibió:
sacrificio para procurarles la bendición de Dios. Al réali-
zarse todo esto sucedió que Jesús cayó como si hubiera AUM, Amén.
müerto; su alma quedó como enajenada, y la gente que Impera el Mal,
había creído que su Dios había vuelto, percibió lo ho- testigo de yoidad que se desenlaza,
rrible de que cayó como si hubiera muerto, aquel a deuda del propio ser, por otros acarreadtt,
quien habían tenido por su nuevo sacerdote, ehviado del oiaida en el pan de cada día,
cielo. Pero el alma enajenada de Jesús de Nazareth se en que no domina la aoluntad de los cielos,
sintió elevada como a reinos espirituales, como a la esfe- poique el bo,mbre se separó de t¡uestro reino
ra del Sol. Y como resonando desde las esferas del Sol, Y olaidó nuestro nombre,
oyó ahora palabras como, por la Bath-Kol, muchas veces Vosotros, Padres en los cielos.
las había percibido. Pero la Bath-Kol estaba ahora trans-
formada, convertida en algo totalmente distinto. Ade- Unicamente así puedo traducir
más, la voz le llegó de otra dirección; y lo que ahora Je- 'la a nuestro idioma lo
que en aquel momento, cual transformada voz de la
sús de Nazareth percibió, traducido a nuestro idiomat Bath-Kol, Jesús de Nazareth había percibido. ¡No es po-
puede sintetizarse en las palabras, que por primera vez sible traducirlo de otro modo! Con estas pálabras se ex-
he podido enunciar cuando, hace poco, se colocara la presa lo que vivió en el alma de Jesús de Nazareth, al
piedra fundamental de nuestra sede central en Dornachz despertar del desmayo que le había causado el enajena-
miento de su alma. Cuando, al haberse despertado, Jesús
I N. d. T. "traducido a nuestro idioma": debido a la responsabi- quiso volver los ojos a la multitud de los afligidos y opri-
lidad que la traducción de esta oracién involucra, insertamos el midos que le habían puesto en el altar, todos habían
texto original alemán: huído. Y al dirigir la mirada clarividente hacia la lejanía,
AUM. Amen! ., sólo percibió unas cuantas potencias demoníacas, seres
Es walten die Ubel, demoníacos vinculados con esa gente.
Zeugen sich lósender lchheit,
Von andern ercchuld et e S elbsthei t schuld, Esto fue el segundo acontecimiento importante, al
Erlebet im ttiglicheh Brote, terminar los distintos períodos de la vida de Jesús de Na-
In dem nicht waltet der Himmel Wille,
Da der Mensch sich schied von Eurem Reieh zareth, desde la edad de doce años. Ciertamente, no fue-
Und vergass Euren Namen. ron acontecimientos placenteros, ni dichosos los que
Ihr Vriter in den Himmeln. más impresionaron al alma del joven Jesús de Nazareth,

2 L¿ colocación de la piedra fundamental del primer Goethe- sófica General, había tenido lugar el 20 de septierirbre de'1913;
anum en Dornach (Suiza), sede central de la Sociedad Antropo- dos semanas antes de esta conferencia.

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63
* ¡

sino que antes de llegar al bautismo en el Jordán, esta al- De esta manera, Jesús de Nazareth no sólo estuvo (l()
ma debió conocer los abisnlos de la naturaleza humana. tado de profunda sabiduría, sino que, en cierto motlo,
la vida misma le había convertido en iniciado. Y llega-
Después de esta peregrinación Jesús de Nazareth vol- ron a tener conocimiento de ello hombres que en aquel
vió a casa. Fue aproximadamente a la edad de veinticua- tiempo se habían reunido en la orden conocida en todo
tro años, en el tiempo en que murió el padre, quien ha- el mundo como Orden de los Esenios. Los esenios eran
bía quedado en casa. El alma de Jesús estaba entonces hombres que en.determinados lugares de Palestina culti-
impregnada de la viviente y poderosa impresión de los vaban una especie de enseñanza oculta; una orden de se-
efectos demoníacos que habían penetrado en elemen- veras observancias. Para ingresar en esta orden había que
tos de la antigua religión pagana. Pero así como determi- pasar por una rigurosa etapa preparatoria de por lo me-
nados grados del conocimiento superior sólo se alcanzan nos un año; casi siempre, de más tiempo. A través de la
después de conocer los abismos de la vida, así también conducta, los modales, el servicio para con las supremas
fue que Jesús cle Nazareth, alrededor de los veinticuatro potencias espirituales, el amor a la justicia y la igualdad
años, debido a que tan hondamente había mirado en las de hombre a hombre, como asimismo por el renuncía-
almas humanas en las cuales, en cierto modo se había miento a los bienes exteriores, etc., el pretendiente de-
concentrado toda la desolación anímica de la humani- bía mostrar que era digno de ser iniciado. Después había
dad de aquel tiempo, había llegado a profundizar la sabi- clistintos grados de ascender a la vida esenia destinada a
durÍa, la que, en verdad, penetra el alma cual hierro can- acercarse al mundo espiritual; dentro de cierto aisla-
dente, pero también la conduce a la clarividencia, al miento del mundo de los demás, de severa disciplina mo-
punto de percibir la luz de las vastedades del espíritu. nástica y ciertas reglas de castidad, con el fin de alejar
De tal modo, esta alma, más bien joven, había llegado a todo lo corporal y anímicamente indigno. Esto también
poseer el tranquilo y penetrante ojo capaz de leer Io es- se expresa en ciertas leyes simbólicas de la orden de los
piritual. Jesús de Nazareth habíase convertido en un esenios. En la Crónica del Akasha se ha podido descifrar
hombre capaz de percibir los profundos secretos de la vi- que el nombre "esenio" se deriva o, al menos, se relacio-
da, de percibirlos más profundamente que nadie hasta na con la palabra judía "essin", o "assi.n" que significa
entonces los había percibido, porque nadie en la tierra algo así como pala, palita; porque los esenios'llevaban
había observado hasta qué grado el infortunio humano consigo, como distintivo, una palita, costumbre que has-
puede acrecentarse. Ciertamente, había visto miseria ta en nuestros días se conserva en algunas comunidades
concentrada, había visto que como por magia, por me- monásticas. Los principios esenios también se expresan
dio de ceremonias religiosas, se atrae a toda clase de se- en ciertas costumbres simbólicas: de no llevar monedas
res demoníacos. Nadie en esta tierra sino Jesús de Naza- consigo, de no pasar por un portal cubierto de pinturas,
reth, había observado tan profundamente la desolación o cerca del cual había cuadros. Y puesto que la orden dc
hurnana; y nadie sino él había experimentado en el alma los esenios . gozaba entonces de cierto reconocimiento
tán inmenso y profundo sentimiento ante esa gente po- exterior, se habían construido en Jerusalén puertas sin
sesionada por los demonios. Nadie estaba tan honda- pinturas, de modo que también los esenios poclían ir a l:r
mente preparado para preguntarse: ¿Cómo puede con- ciudad. Cuando un esenio llcgaba a una puerta con ¡rin-
trarrestarse la extensión de tanta miseria en la tierra? 'siempre
turas, debía volver atrás. Dentro clc la ortlcll

64
6-5
nios, frente a este sabio holnbre jovcn, so tt)r¡litlott t:tllt
misma existían antiguas Escrituras,
y
tradiciones sobre fiadosycomunicativosencuantoasussccrctos.lil.t'cli-
la orden
;;;;;;a;nioo to."*iembros enseñar lo observaban
de vamente, en esta orden de los esenios, Jesús llcgír a co-
que dentro
uü.ot,rtu discreción. Sólo podían a la or-
nocer secretos antiguos mucho más profundos t¡uc los
á; i" orden habían up'""lido' Quien ingresaba
recibidos de parte de los escribas- También oyó mucltrs
tiempo ha-
den, debía traspasarle su fortuna' E'n aquel cosas que él mismo, a través de la Bath-Kol había cono-
ríacuatroocincomilesenios;detodaspartesdelmun-
a las
cido como por ilumiiación de su alma' En fin, hubo un
á" O" entonces llegaban hombres que se sometían vivo cambio de ideas entre Jesús de Nazareth y los ese-
una casa
J**át i"gr"s liorden' Muchos queoposeían
de
más distante' la
nios. De esta manera, él llegó a conocer, a los 25 ,26,27,
;;ñ; l"gar lejano, en Asia Menor' 28 años y hasta más allá, casi todo cuanto la orden de
que por to-
;;;;üb", aia orden de los esenios' de modo casas' jardines'
los esenios poseía. Pues, lo que no se le comunicaba con
;;?;;-t' ésta obtenía propiedades: si no ingresaba to-
palabras, lo recibió por medio de las más diversas impre-
;prE etc. No se aclmitia a nadie' Todo era bien
iion.s clarividentes. Jesús tuvo importantes impresiones
áát lu.'Ul"nes al bien couún cle la orden' clarividentes, ya sea dentro de la comunidad de los ese-
."*r,.'elindividr-ronoposeíanada.Unaleymuyseve- nios. o bien más tarde en su casa en Nazareth donde, en
,u, lo*purada con las óondiciones de ahora' disponía
podía ayudar.a
el marco de una vida contemplativa, él acogió en su alma
qi" .on^tu fortuna de la orden el esenio lo que provenía de fuerzas que a los esenios eran ajenas,
menos a los de
ioiu g"nt" necesitada o con sobrecarga' pero que él recibió en su alma.
la propia familia.
Hemos de destacar particularmente una de esas impre-
una colonia
A raízde una donaciÓn hubo en Nazareth Nazareth
siones interiores, porque ella puede iluminarnos todo el
, de la orden de los esenios, por lo que Jesús de
de curso de la ,evolución de la humanid4d, Como fruto de
En el'centro
:t"iá*"rt. entró en la esfeia dedeaquella'
la profunda sabiduría
su cambio de ideas con los esenios, Jesús de Nazareth tu-
la orden se tuvo conocimiento
en el al-
vo una visión muy importante, pot la cual, como por
que, de la manera descripta, se habia inculcado enajenamiento, le apareciÓ el Buda como realmente prc-
los más prominentes
ma de Jcsús; v precisamente entre sente. Puede decirse que en aquel tiempo tuvo lugar ull
de los cse nios se produjo cierto estadode ánimo'Ellos diálogo espiritual entre Jesús y Buda. Es preciso, crl
se
que podríarnos caracte-
habían formado Llna concepciÓn nuestro tiempo, hablar de estos importantes secretos clc'

tirui profética: De entre los hombres de este mun- la evolución de la humanidad. En aquel diálogo cspiri-
"o*"
Jo tluU.iu d! surgir una alma nucva que obraría
como un
tual, el Buda dirigió a Jesús palabrás como estas: Si rni
encontrarían aimas
,r"rir.. Por ello habían buscatlo si se enseñatrza se realizara como ella se ha dado, todos los
particularmente sabias, y habian quedado profundamcn-
hombres tendrían que convertirse en esenios' Pero esto
de 1o quc se ha-
i. i*pr.tionados al tenór conocimieuto dc Nazareth' De ahí
no pue,Je ser. Este fue el error de mi enseñanza' Tam'
bía desarrollaclo en el alma de Jesús bién los esenios sólo pueden progresar en su desarrollo si
,"1*piit" que los eseniosadmitierana Jesirs' sin quc é1 se apartan de los demás; para ellos tiene que haber almas
grados inferiores'
tuviese que pasar por la prueba de los distintas de las demás. Relizándose mi enseñanza, torlos
Le admitieron en ia comunidad como externo -no digo los hombres llegarían a ser esenios; y esto no puede ser'
en la orden misma- e incluso los más sabios de los ese-
67
66
tl('
do en el alma la firme impresión dc quc llt itvt'l§l()rr1,rr
Para Jesús de Nazareth, este diálogo fue
un acontecer de t¡tlt' v1'¡
los esenios a las pinturas en las puertas tcnía
de su relación con los seres, y qtlc ¡rltrrt ltts
,rlrru *portancia comá resultado ia-atracción mágica de semejantes
('sr'nioS. Lt.riot tales pinturas eran como trasuntos de Lucilt't y
unas cuantas veccs'
Arimán. Esto lo había advertido
a cono-
Otra experiencia consistió en que Jesús llegó
."r-, otró hombre, también joven'
.
casi de la misma
El alma que las experimenta no se inclina ¿ ¡sflcrxio-
en relaciÓn' si bien de una cott-
;d"ü ;ri;, había ántrado los .,p, mrr"tto éobre estas cosas, porque son demasiado
con la orden de que el pensamienttr
manera bien distinta áe la de Jesús, Áovedoras, y pronto llega a sentir
esenio: tle
p"to quien tampoco fue- verdaderamente humano no basta para añondar en ellas, no es capaz
"r"niot,
Juan el Bautista, quien ditíu*os' como lego dentro Péro las impresiones no sólo se imprcg-
'i'ió
;;;;;;"nidaá de los esenios' Vestía como los esenios '.n lo profundo
"o.p"n.tturlas.
nun del alma, sino que-se convierten en
pelo de ca- vin-
á"f*át en invierno se ponían vestimenta de
la doctri
;;; ;il áá ta ni¿a anímica misma' Uno se siente ex-
il.fio- Pero jamás p,,Oo "amUiar para sí mismo ;Ir.il la parte del alma en que se acumulan esas
,r l"¿iu poi tu eáseñanza de los esenios' No obstante' " e incluso a las experiencias mismas' que nos
;;;; de vivirde los.esp-
esta sabiduría v tocla la manera "á¡"n"iut
acomPañan Por el resto de la vida'
vivía'
,iá.,- f" causaban profunda impresión' él también ins-
lego, de esta manera; cada vez más' se dejaba De este modo, Jesús de Nazareth siguió llevando
en el
"á*b
pirar y, paso a paso, iba llegando a.lo que en los Evange-
alma las dos imágenes, la de Lucifer y la de' Arimán quc
reípecto a Juan el B-autista' Muchas ve- Al principio,
lios se relata, con Y ái-t rui, visto en las puertas de los esenios.
Jesús de Nazareth con Juan el Bautista' esto no le había causado otro efecto sino el de
darse
"., "orrr*ó
cierto día ocurrió -sé lo que significa hablar de estas co-
de algún vínculo misterioso entre estos seres espi-
que' conver- "r""t"
sas, sin embargo es preciso hacerlo- sucedio en
lo e-xperimentado el
ante la ¡ir"i"t v loi esenios- Después de
rríOá ¡".t, Juan el Bautista, desapareció
uitnu O"-¡ósús, también resultó difícil entenderse mutua-
"ón y
vista ¿e aquél la corporalidad física del Bautista Jesús puclo
mente, puesto que en su alma vivía algo que él no
tuvo la viiión de ElÍás. He aquí el segundo importante .án"iánu. al hablar con los esenios, ya que cada vez'.lo
u.nnt"""t en el alma de Jesús, dentro de la comunidad las puertas de los esenios' le imped íit
t-;:x: "-pltiÁ""tudo
proseguir. "t
también otros acontecimientos. Desde ha- Después de una conversaciÓn sumamente importaltlc'
cía algún tiempo, Jesús había observado lo siguiente' quá se había hablado de lo sublime espiritual' al sit-
Cuand*o llegabia sitios donde había puertas de los ese- "n
i; ñ;6-puerta del edificio principal de los esenios' Jc-
nios, las que no tenían pinturas, no podía pasar por se- tút a" Naiareth dio con las figuras de las cuales élsabÍa
mejantes puertas sin sufrir amargas experiencias' Veí.a á* .to, Lucifer y Arimán' Entonces él vio que los tlos
puertis sin pinturas, pero para él había en ellas imá- huían de la puerta del convento de los esenios; y cll stl
genei espiritualós: a ambos lados siempre aparecía lo
"ras
alma surgió una pt"gunta' No que él mismo
prcgttnlltrit'
[r" "n lá ciencia espiritual cQnocemos cort los nombres surgió cn su i¡l¡ttit
,ino q*-.on inrnensa fuerza elemental
ác Arimán y Lucífer. Y con el tiempo se le había forma-
lr()
(rfl
a dónde huyen Luci-
la pregunta: ¿A dÓnde huyen ellos; de los
;r";i;,;nl suuiu á'* io sagrado del convcnto
su alma quedó
esenios los había a¡uyentado,'?t9'en Esta pregun-
dónde huyen? OUINTA CONFERENCIA
i*ñgru¿u la preguntá: ¿A
i;;;1" pudo árrancar disu a" alma; esta pregunta encen-
hora en hora' de minuto
dió su alma, y áitu
'i'iO Después del
"o"
en minuto, durante las semanas siguientes'
por la puerta del edi-
diálogo espiritual, ;;;üp"sado la pregun-
en su álma
i*.?trr.rpal de'los esenioi' ardíaArimán? En la conferencia anterior hemos echado una mirada
ir,^
¿Á Jo"áe huYen Lucifer Y
sobre la vida de Jesús de Nazareth, desde los doce hasta
de lo que Jesús cerca de los treinta años de eclad. Por lo que he comuni-
En la próxinia conferencia hablaremos pregunta que
bajo la impresión de_esta cado se comprenderá, seguramente, que durante dicho
.ig;¿'d;i""do y' además' de lo que él período sucedieron muchas cosas de suma importancia
se había inrp."gnuiJ t"i''"r-t para el alma de Jesús, pero también de profundo signi-
ae la Bath-Kol' al ha-
había oído como ii i"' camuiadi pagano; y finalmen-
ficado para toda la evolución de la humanidad. Por la
berse caído junto ¡ uiiu. del
culto
de lo que acabo de relatar' ciencia espiritual sabemos que todos los hechos de esta
;;á;i**ficado evolución se relacionan entre sí; de modo que lo expe-
rimentado por el alma de Jesús, que atañe en muchos
sentidos a toda la humanidad, también ha de ser tle su-
ma importancia para la evolución terrestre. Dc la más
variada manera aprendemos a conocer el significado del
acontecimiento de GÓlgota; y en este ciclo de conferen-
cias se trata de conocerlo por la contemplación dc la vi
da de Cristo Jesús mismo. Por lo tanto vamos a tlirigir la
mirada, con que ayer hemos considerado dicho pcríoclo,
una vez más sobre el alma de Jesús de Nazareth, para
contemplar lo que ella habrá sentido después de haber
experimentado, hasta la edad de veintiocho, veintinue-
ve años, los significativos acontecimientos a que en la
conferencia anterior me he referido.

Para poder sentir lo que entonces vivió en el alma de


Jesús, voy a relatar un suceso que tuvo lugar hacia fines
del tercer decenio de la vida de Jesús de Nazareth. Se
trata- de un diálogo que él sostuvo con su tnadrc, es decir

7t
70
una sola las dos Sería totalmente errónco crt:cr (¡t(. lr;rsllr lor. tlor r,
con la que desde que se habían unido en años este niño Jesús hubiesc tcnido rltllt:s t.spt.t.r;rlt,s ,.rr
madre' Con ella siempre
i"áiiilt, había llegado a ser su mucho me- sentido exterior. Había poseído ternura dcr c«rr.lrzirr¡, pr,r
t" f.rÚlá entendidó perfecta e íntimamente'
miembros de la familia;o funda comprensión por lo humano y vivicntt: serrsilrill
il;;;;" io¿ot üs demás dad, ánimo benigno angelical. A los cloce años, torlo csl«r
'Ui"r, éf se entendía con todos, mas ellos no se entendían
conver- pareció haberle abandonado súbitamente, y ahora rocor-
io-lnir*o con é1. Anteriormente, Jesús ya habíaque en su dó y sintió cómo, antes de la edad de doce años,.había
ráJo su madre sobre diversas impresiones
"o, el citado momento tu- estado vinculado a todo lo profundo del espíritu tlcl
;ñ; ; habían formado; pero en
importante' que nos de- mundo y que su alma había estado abierta a las inflnit¡rs
irg- un diálogo sumailente vastedades espirituales; y cómo, a partir de los d«rct:
"á mii;; *" ü prJr,ndo de su alma' Por las experiencias
:"" años, se sintió en.su alma apto para apropiarse la crtrtli-
qfi;;; iirictenzado, Jesús habia llegatlo a ser sabio' ción hebrea, la que espontáneamente acogió como tlc sí
sabiduría' Pero
de modo que su rostio ieflejaba infinita mismo; cómo, viajando, llegó a conocer los cultos ¡rr¡la-
en su interior cierta tristeza:
l;;Úié, ," t uuiu formado su mirada ha- nos; que tuvo ante el alma el saber y la religiosidad tlcl
iu-ruli¿"riu le había dado el fruto de que
verdaderamente le cau- paganismo; y, además, que entre los dieciocho y vcinti
cia los hombres en torno suyo,
cuatro años de edad, vivió con las conquistas civiliz.¿ltlo.
A esto se sumó el que hacia-fines
saba mucha tristeza. ras de la humanidad; y que, aproximadamcnte a Ia cclltl
horas
á"i t"r"", decenio de su vida, cada vez más' en sustraía a de veinticuatro años, ingresó en la comunidad dc los cst.
á.-q"i.t"¿, recordaba un determinado acontecer:
años se había pro- nios, donde conoció a una doctrina oculta y a lrolnlrn.s
ru ni"*o.iá el hecho de que a los doce dedicados a ella. Todo esto lo recordó muchas vcct:s. llt.
en su alma
ducido el importante cámbio, la revolución ro también fue consciente de que con ello, en e I li»trlo,
En los
oor el traspaso a su ser del alma de Zaratustra' no reunió en el alma sino Io que desde Ia antigüctlurl cl
;;t*;;; ñ*pot ¿ttp"ésmodo del penetrar.en su ser el alma
sólo había sentido en sí hombre ha.bía acumulado en sí mismo; vivi(r cirn lo ,¡rrc
de Zaratustra, en cieito se ofrecía como tesoros humanos de sabidurí:¡, «lt r:t¡l-
A1 final de
*ir.o el infinito enriquecimiento interior' Zatattstrare- tura, de conquistas morales. También recordír, lrruclr¿rs
., i"..", decenio aún no sabía que él eraaños se había veces, su vida anterior a los doce años, cuantkl él sc lrir_
Ln.uáuOo, mas sí sabía que a ios doce
producido en su alma un profundo cambio' Y ahora' bía sentido vinculado al origen divino dc Ia cxisttrncilr,
'*uctras veces le surgiÓ el séntimiento: ¡Cuán diferente cuando todo en él se había basado en lo clclrrr:ntll y ltr
menudo re- primitivo, cuando todo surgió de su áninl«r rr,b«¡surrtt:.
había sido mi vida antes de aquel cambio! A caluroso y lleno de amor, en íntima consonancia c«l¡r las
En su infan-
cordó el infinito calor anímicó de entonces' demás fuerzas del alma humana.
t utiu estado ensimismado, con caluroso afecto en
ioAo fo que de la Naturaleza habla al hombre' poca
"iu y con
poseído Estos sentimientos condujcron c:ntorrccs a un bicn dc-
il;t ; todo lo sublime en ella' Pero habíasaber humano' finido diálogo con su madrc. Ella lc anlabir inrncnsarnen-
disposición para adquirir los tesoros del te y a menudo había hablado con él sobrc todo lo hcr-
ñoóo r. habia intereiado lo que se aprende por la educa-
moso y grandioso que en él se había fbrmado clcsde sus
ción escolar.
doce años de edad. Al principio, él no había confesado a

7? 73
que ello había suscitado en su
in- a. de J.C. .4 d. de J.C.). Jcsús sabíu ntrry lrrcrr t¡rrt llrl
su madre la disonancia visto lo hermoso y lel, el Viejo, aún en los tiempos dc Hcrotlt.s (.n (¡r('r()
terior, de modo que ella sólo había
era fácil ganar prestigio, era muy aprcciarlo tlt'¡rlro rlt.l
-i'"iá;:.i::^:"'"1*.'**?""0;"1ff,1?"'i"l'."oüi' judaísmo; también sabía que Hil-lel había ¡rrorrrrrrcirr
cual una conlesron Hubo en do fervorosas palabras. De él se había dicho: cn c:l ¡rue-
il; il;";r,ó inti*'uátnie v dt todo corazón'de Jesús v
del sentimiento blo judío, la Tora desapareció, pero Hil-lel la restablcciír.
ella una íntima
de que él añoraba
"t*;;;;;ián
iá';;;;";s de los doce años había Para los que le comprendieron, Hil-lel apareció cor.uo rc-
todo lo hermo- novador de la primitiva sabiduría judía. El anduvo de lu-
p".Ii¿". rirto ¿e "á"ülarle' destacando en él' gar en lugar como uno de los maestros de la sabiduría;
so y sublime que t#;';;l;;;s
había aparecido
Le recordó .r '.rurgi*l.nto
d. las grandes doctrinas, la cual un nuevo mesías anduvo por territorio del pueblo
áel judaísmo v todo judío. Era de carácter muy apácible. Todo esto se rela-
sabiduría y .t t".olo;; i;l"v"t opri-
corazón ta incluso en el Talmud, y también lo verifica la erudi-
cuanto por é1 t" nuüiu i""tir"tiádt19:l 1o"t queél conside- ción exterior. La gente le elogiaba con entusiasmo y dc-
apreciar
mido, Jesús escucná a fu madre Todo esto será cier-
ró como rtgo r.'p"'udl;; i;;;;ddió:
cía que era un hombre que hacía mucho bien. Sólo pue-
;;il;;"rdi ilñi;'"lu ?Y"d'tener
Para ra huma-
hitit'un resurgir todos los
do citar algunos ejemplos para caracterizar cómo Jesús
nidad, si por *' o pl'-ot'o '"
1

I de Nazareth habló a su madre aludiendo al estado aní-


I
antiguos magniflcovs";;;;
t;p;ituales del judaísmo? mico de Hil-lel. Los relatos le caracterizan como hombrc
l
lo que de tal manera bondadoso y apacible que por su benevolencia y amor
En el fondo,
"u'"t]t"dá-importancia si ahora en torno hacía muchísimo bien.
;;;;; ;;,'ir"'tuit"' Ciértamente' que tuyiese oídos para
nuestro existiera "rru'f'"*unidad
Se conserva un relato profundamente significativo
I

entonces sí
oír el lenguaje de i;; ;;;ft"t antiguos'tesoros de sabidu-
's91ia
que demuestra la gran paciencia y complacencia de Hil-
orovechoso rru."r r.t,iüi los
antiguos
H"ññ';-;;;;;ñ'ra Elías -así habló Jesús- para lel. Dos personas hacÍan una apuesta sobre la posibilic'lad
experimentado en las vas- de encolerizar a Hil-lel; pues era sabido que éste de nin-
enunciar lo mejor áue él había
tedades celestes; i""*ft""
los hombres que tendrían gún modo podría enfurécerse. Uqo de los dos quc ha-
de Elías' ni de los profetas cían la apuesta decÍa: haré todo io posible para conso-
oídos para oír ru't"uuü"iiu guir que Hil-lel se encolerice. En el momento en (luc
de los demás' hasta llegar 'a
anteriores, ni O" frilit¿t' ni
posiul"- enunciar lo que ellos
Abraham. Hoy ;;riá
éste estaba sumamente ocupado con los trabajos pre p¿r-
sus palabrat:
habían dado; 'jtti" tt llevaríavalor lo que vo l'::^:l ratorios para el sábado, aquel hombre de la apuesta lla-
"f crera mó a la puerta de Hil-lel y le dijo, no en tono cortés rii
ffi;; á"trráv, no titn" ningún
dándole el tratamiento de rigor -ya que Hil-lcl era pre-
haber adquirido'
sidente de la suprema autoridad rcligiosa- sino r¡uc sinr-
plemente llamó: " ¡Hil-lel, rápido, ven afucra!" E,l, po-
AsíhablóJesúsdeNazarethyserefirióaque,hacía
habían quedado
poco, las putuu'u' ;; ;; gran maestrode la altura de los
niéndose una prenda, salió pacientemcntc. Lll hornbrc,
perdidas. Si Uien no f'" in maestro
en tono vehemente, dijo: "Tengo que prcguntarte al-
profetas antiguos" iut' no oUttante'
un importante y go". Hil-lel respondió: "Mi querido ¿qué pregunta tie-
profundo maest;:,'ti'u""¿áááto
Hit-l"t' el Viejo (75 nes?" El otro: "Tengo que preguntarte ,. por qué los

75
74
Ciertamente Hil-lel había nacido en Babilonia, y sólo
babiloniostienenlacabezatandelgada?"Hil-lel'ento-
i'pt'"t, mi querido'los babilonios más tarde había sido trasladado.al territorio judío. Pero
no suave, le contestat parteras de era descendiente de la estirpe de David; de tiempos re-
tienen la citbeza tan O"tgu¿á p"lqYg.ii"'en
glll:t motos venía su parentesco con la estirpe de David, de la
se había man-
,r."'ir"üiliáá¿". rt otro se r"iiró' minutos' el otro vol- que también provenían Jesús y los suyos. Y dijo Jesús:
i"rid;;t*ible., Después de uno-s * ven afuera' ten-
*Por más que yo hablara cómo habíá
habládo ese gran
uiO v ffu*O con tono brusco: ¡Hil-lel'. frombre, Hil-lel, como hijo de David, hoy no existen los
poniéndose el abrigo'
so que preguntarte algo!" Hil-lei' tienes hombres que podrían oírlo"; semejantes palabras resul-
i"rtil i" f¡f';rueslmi queridoque ¿qué pregunta tan ahora fuera de lugar; en los tiempos rernotos eran
preguntarte'
áno.ui" Responde aquél: "Íengo - ¿por
Hil-lel' adecuadas. Ya no existcn los quc tendrían oídos para
ti"nÉn-ios go! tu-n chiquitos?"
;;;^l;t e.uü..,"rponáió: "Él desierto es tan grande;1os oír. Todo lo que de esta manera se dijese, resultaría fú-
afablement" t" --irar til e inútil. Como ¡esumiendo lo que en este senticlo te-
el enorme desierto"' El hombre
;;';; ;.hican al a su trabajo' y nía que decir, Jesús de Nazqreth dijo a la ma«lrc: ,,ya
de la apuesta se aternorizÓ' Hil-lel volvió no es apropiado a esta tierra lo enunciado por el anti-
por tercera vez'
;;ñA á" uro. ..minutos, el otro llamó tengo que pre$un; guo judaísmo, pues no están más los antiguos judíos.
.n-ionn brusco: ¡Hil-lel, ven afuera, y Hay que considerarlo como algo sin valor en nuestra
tarte algo!" Hil-lel-; p;;t el abrigo'p.reguntar?" "Ten-
salió ql-tqlrrtó
qu€ tierra". De un modo poco común la madre oyó hablar-
afablemente: "Ahora ¿qué tienes los pies le de la futilidad de lo que para ella era lo más sagrado;
go que preguntarte, ¿pót qué los egipcios tienen pero le amaba de todo corazón, y sólo sintió infinit<r
tan pantanoso"'
?u'n-piuno.í" "Po'qtiá el ierritorió es
de pocos amor. Debido a ello se suscitó en la madre algo como
r"rpárálé Hil-lel y volvió a su trabajo' Despuésquería p'-"c.::: una íntima comprensión de lo que él quiso 'decirle.
ahora no
ffi;;; áquél voivió v dijo'que la apuesta cle conseguu Jesús siguió hablando y pasó a relatar lo que había ex-
tar nada, pero que había hecho perimentado en los lugares del culto pagano. Recordó
enfurecerle y que nosabÍa cÓmo hacerlo' Y Hillel le di-
;:Mi querido, espreferible que tú pier- en espíritu que se había caído junto al altar pagano, y
jo apaciblemente: que había oído la yoz cambiada de la Bath-Kol. y se
tut i"ap".sta a que Hil-lel se encolerice"' encendió en él la luz cual una renovación de la antigua
Hil-lel' pacien- sabiduría de Zaratustra. Aún no sabía claramente c¡ue
Esta leyenda atestigua la paciencia de en sí mismo portaba el alma de Zaratustra, pero mien-
cierto sentido'
cia con cada uno ¡'t lt molestaba'
En
antiguo profeta; así tras hablaba,. surgieron en él la sabiduría y el impulso
semejante hombre-* put*"" a-un
qu: de Zaratustra. En comunidad con su madre, vivió en
palabras-
lo explicó Jesus a 'u'ÁuOt"' una renovación de {"
Muchas
la él el grandioso impulso de Zaratustra. En su alma sur-
Hil-lel conocemos, suenan como
hermosas gió todo lo hermoso y grandioso de'la antigua sabidu-
¿" los antiguoé profetas' Jesús citó algunas ría solar. Recordó las palabras de la Bath-Kol y las pro-
"iá y dijo: "Mira' querida madre'
p"f"Ut"t ¿" Hij-lei t""go nunció para la madre:
como un antiguo profeta
á" Uif-f.t dic.en qu'e el es les-ur-
proviene única-
gido. Yo pienso que todo mi saber no AUM, Amén.
mente del judaísmo"' Impera el Mal,

77
76
tiquísima sabiduría sagrada, una oración (lt¡(' l)crl('n('( I'r
testiso de Yoidad que se desenlaza'
al tesoro espiritual de todos los Misterit)s, onre irrtt ,¡ttt'
;;;:i;;;íp,ii¡o i", Por otros acarreada'
había caído en el olvido, pero que en él surgió al llrttrt'tst'
t:iaida ,n ,l Pán de cada día'
de los cielos' caído junto al altar pagano. Pero también vio, y lo cx-
;';';;; ;, iomina la aoluntad
presó en aquel diálogo, que ya no había posibiliclatl ¡rarl
;i;;r; liÁu" se seParó de ouestro reino
'u nombre, hacerlo comprender. Continuando el diálogo, Jesús ct¡tt-
oú¡id.ó auestro
"Vosotros, Padres en los cielos' tó a su madre lo que conoció en la comunidad do los
esenios; habló de lo hermoso, grandioso y de la gloria tlc
incluso la enseñanza de los esenios, de su benevolencia y clc su
Con estas palabras, todo lo -grandioso' por geniali- 'd'el
afabilidad. Y entonces agreg6, como tercera palabra sig-
como
culto de Mithra, uiulá "n su almasobre 1a grandeza. y nificativa, lo que habia llegado a comprender en su diri-
ááJ-int"rior. Hauto "o" " madre 1o que vivía en los logo visionario con el Buda: no todos los hombrcs ptl(:-
tir"ri"-á"i "*tto págano, y sobre mucho de lo cual den convertirse en esenios. Cuán acertadas fueron las prt-
Misterics de los pt'"tlo''untig'ot; labras de Hil-lel: no te separes de la comunidad, atttt:s
se había unido ttlittáos del Asia Occidental
-ftio
"n't*
v del Sur de n"topu' tn su alma ta1Ule1,ll'^t- bien, trabajay actia dentro del conjunto de todos. Pues,
-il
ál sentimiento de que paso a paso ese cutro' a! udLr ¿qué soy si me quedo solo? Pero así proceden los cst:-
nios: se apartan de los demás, los que de este motlo st
i"nuencia á" pót"n"ius dem.oníacas' había ex-
su-
ü"¡" había vuelven desafortunados. Después contó a la madrc lo
;rid" ;"; transforÁa"ión, lo que é1 mismo
edad de veinti- que en la conferencia anterior he relatado: "Cuantlo t¡n
perimentado up,o*i*uáaá"ttte a ta
y entonces' también día salí, después de un íntimo e importante diálogo corr
cuatro años. Todo eso to recordó' los esenios, percibí en la puerta que Lucifer y Aritruirr
como algo para '
iJ *üiJ".i a de Zaratustra le apareció
de entonces' Lo ex- huían; y desde entonces sé, mi querida madrc, (lt¡t' l)()r
1o cual ya no .,u upto el hombre más que su vida y su doctrina oculta, los esenios sc prolt'¡r.t'tt rt st
"Por
presó con estas palabras significativa¡: grandioso de
lo mismos de tal manera que de sus pucrtas dcbcn lttti¡ l,rl
se aunasen todos I"t ñ;t;i;s
con todo
los h,ombres.va no existen-'^p^ara cifer y Arimán. Pero con esto los esenios envír¡n rr l,t¡ei
i;t-;i;;;;.s pasados,
yo saliera para enunüar'a fer y Arimán a los demás, para hacersc af ortt¡rurtl«rs l
oirto. Todo eso es inútil' Si cambiada de la Bath- sí mismos." Esta palabra irlpresiclnó prolittttlrttrrcrrlt' ll
los hombres to qtte áJ "o-o lávoz alma afectuosa de la maclre ;y sc sinl.i(> lt sí ntistrur eottto
secreto por qué el hombre en su
Iár,'ti v" hablara del-p'ede vivir en comunidad con los transformada y en armonía con .lcsirs. I'cro .le s[¡s tlt' Nl¡
cuerpo físico ya no zareth tuvo la sensación cot.l-to si cotl rrslt' tl ililolio totlo
podrían compren-
rtririiiios, no existen ios hombres que No exis- lo que poseía en su interior sr: hubit:so lcti¡'lrrlo tle ú1. l,o
demoníaca'
derlo; todo se pt-átiitiu en fuerzá
Los hombres vio, y la madre 1o vio. Cuanto ttlis hltblltlrrr cotl llt tlllttlle .
mis palabras'
tirían oídos para "o-p'"n¿"r cuanto más ella le escuchablt, ttt tlto nliis lrt utitrltc sttprl
lo que antaño se había
han perdido lu .uputi¿uO pata oír cuánta sabiduría había viviclo cn ú1, tlcstlc lrr ctlarl rlc tlo-
enunciado Y escuchado"' ce años. Mas todo resultó colntl tlosvltrlcrcitlo; crt cit:t-ttr
t] había oí- modo, Jesús había puesto cn cl cor¿tz(rrr tlc la nlttl rc to-
Porque ahc¡ra Jesús sabía que aquello 9": una an- do lo vivido y lo expcrimentarlo por ('1.
,rn-**á la transformada voz dc ia Bath-Kol' fue
79
18
1

cuerpos físico, etéreo y astral de Jcsils trt.N.¡r,rr.rrr


Conesecliálogoéltambiénfuetransformado'yesto Cristo descendió a estos tres cuerpos, con¡() cllos ltrrlr
il
y parien-
¿" tui *un.ru qr"" a los hermanastros los demás
trrrr
devenido a través de los treinta a¡os'de vitlu tlrrt,
mental'
ies les pareciÓ que él había perdido la lucidez
1r,.,,,1,.
descripto. Libre de todo, el Cristo vivió lo t¡uc rrt.,rr,,.,,
tlccían ellos, ya que él fue tan sa- e
cómo ló lamentant()s. le tocó experimentar.
ya no
bio; siempre csltnrr llltlY callado, peroahora perdido'
está
., L" iri.io. Y le et'nsitleraban como hombre estado de
La Crónica del Akasha y el euinto Evangelio
nos intli_
Efectivantctlte , tl ías cuteros anduvo como en can que Cristo primero fue conducido a la soledatl. Jc-
somnolencia: el yo de Zaratustra estuvo a
punto de -el
sús- de Nazareth, en cuyo cuerpo
Y finalmente ahora estaba el Cristo,
abandonar el cuerpo de Jesús de Nazareth' se había.privado de todo lo qúe le había
la deciiión quele condujo, corno nrovido me- vinculado con
;;i¿; é1 el mundo; y el cristo, que sóró ahora había
arribado a ra
cáricamente, al ya conocido Juan el Bautista' tierra, ante todo fue atraído por lo que, debido
a las im_
presiones conservadas en la memoriá,
firmemert" se ha_
Aconteció entonces el bautismo en el Jordán
a que
bía grabado en el cuerpo astral. En cierto modo,
el Cris_
*.,.hu.vecesmehereferido.Coneldiálogoconlama- to se decía a sí mismo: este es el cuerpo que había
ái" ." había retirado el yo de zaratustra, y con edad
ello_hu-
to que Arimán y Lucifer huyeron, y que había sentido vis-
Üo ,u"ru.ente lo que había existido hasta la de
que los esenios, en su aspiru.,
Con el bau- hacia los demás
doce años, p"ro uar"i.ntado, más grandioso' a Arimán y Lucifer. Hacia estos "rnpr¡u,
áos, el Cristo ," ,iniiá
tir*o él'Jordán se sumergió en este cuerpo el Cristo; atraído, pues son ellos con quienes ios hombres
"nmismo instante en que ocurrió el bautismo' la deben
V ., luchar. A la soledad, para luciar .on Ári*á,
fr.ii.r,
madre"fsintió algo como el fin de aquella transfQrmación' fue atraído el Cristo, que por primera vez vivió V
Tenía entonces cuarenta y cinco a cuarenta y seis años' cuerpo humano.
en un
del alma cle
v-.. tiriiO a sí misma como compenetrada
íu Áu¿t" que había muerto, la del niño Jesús que a
los
doce años había recibido el yo de Zaratustra' El espíri- . Creo que en gran medida es verdadera la escena que
ahora voy a relatar. Observar semejantes
tu d" la otra madre descendiÓ y se unió con la madre cosas en Ia Cró_
nica del Akasha es muy difícil, pó. fo que advierto
fu cual Jesús había sostenido aquel diálogo; y ésta presamente que ciertos pormenores poslbl"mente ex-
"ár
se sintió como aquella joven madre, la del niño Jesús qr¡e modiflcarlos en forma insignificinte; pero haya
del Evangelio de Lucas
lo esen-
cial está. Muchas veces me he ieferido a que
la escena
de la tentación, los Evangelios la relaian según
distintos
Representémonos de la justa manera la infinita impor- aspectos. Me he esforzado en investigarla, y
voy a contar
tanciá de aquel acontecimiento, y tratemos de sentir el i rn parcialmente cómo
ella realmente"f"".
significado á" q.r" con ello vivió en la tierra un ser sin-
grii.tt el Cristoien un cuerpo humano, una entidad que En la soledad, el Cristo en el cuerpo de Jesús ID

Iamás había vivido en un cuerpo humano;


que hasta en- rt'th, primero encontró a Lucifer, Ia entidaddcque Naza-
iorr"", no había conocido ninguna vida terrenal, sino ;r¡rroxima al hombre presuntuoso, ialto
de humiklacll
sc

únicamente los reinos espirituales. De lo terrenal sólo su- conciencia del propio ser. Lucifer se clirige
po lo que en cierto modo se había acumulado en los al falso orgu_

80 8l
-
Ll último ataque lg emprendió Arimán solo, dicicntlt,
llo y a la altanería del hombre. Lucifer se enfrentó al
;rl Cristo lo- que enóuentra su expresión en el Evangclio
Crisio, diciéndole, aproximadamente, lo que también fi- tlc Mateo: Haz que lo mineral se conirierta en pan;ii t"
gura en los otros Evangelios: ¡Mírame! Los reinos en
frrctas de poseer fuerzas divinas, di que estas piedras se
[ue el hombre ha sido colocado, fundados por los anti- lragan pan. Mas el Cristo respondió: no sólo áe pan vi_
guos dioses, ya son anticuados. Yo voy a fundar un nue- virá el hombre, sino de lo espiritual que proviéne de
vo reino y te daré todo lo que de belleza y gloria en los k¡s mundos espirituales. Esto lo sabía muy úien el Cris-
antiguos reinos existe, si tú entras en mi reino' Pero de- to, porque acababa de descender de los mundos espiri-
bes iepararte de los otros dioses y reconocerme a mí' tuales. Pero Arimán le respondió: por más que tú ien_
Lucifer le describió toda la belleza de su propio mundo, gas razón, realmente esto no me impide tenerte sujeto,
y todo lo que hablaría al alma humana, si ella tuviera un cn cierto sentido. Tú únicamente sabes lo que haóe ei
poco de oigullo. Pero como Cristo había venido de los espíritu que desciende de las alturas;jamás estuviste en
mundos espirituales, sabía quién es Lucifer y a qué debe el mundo humano. Aquí abajo, en el mundo humano,
atenerse el alma para no ceder a la tentación. Cristo no viven hombres que verdaderamente necesitan que lai
conocía la tentación de Lucifer, pero El sabía cómo se piedras se hagan pan, pues no les es posible nutrirse de
está al servicio de los dioses,y poseíalafuerza pata recha- espíritu solamente.
, zar z Lucifer.
Este fue el momento en que Arimán decÍa al Cristo
Para un segundo ataque, Lucifer llamó a Arimán para algo que en la tierra se podía saber, pero que el Dios
que éste le ayudase; y ambos se dirigieron al Cristo' Uno que en aquel momento había descendido,, desconocía.
tiató de incitarle al orgullo:Lucifer; el otro habló a su El no sabia que aquí abajo hacía falta convertir en pan
miedo: Arimán. De estamañera,aquél le dijo: Con mi el mineral, el metal. Y Arimán respondió que aquí aba_
espiritualidad, con lo que yo puedo datte, no te hará jo el hombre se ve en la necesidad de nutrirse con el di_
falta lo que ahora necesitas por haber adoptado, como punto en que Arimán todavía tenía po_
Cristo, un cuerpo humano. Este cuerpo te subyuga, te 1ero._-He aquí el
der. Y él dijo entonces: ¡Voy a valerme de este poder!
obliga a reconocer las leyes de la gravitación. Si yo te
arrojo al abismo, el cuerpo humano te impide quebran- Esto es el verdadero relato de la tentación. En ella
tar la ley de gravitación. Pero si tú me reconoces a mí, quedó un punto sin resolver. Los problemas no encon_
yo voy a anular las consecuencias de la caída, y nada traron solución definitiva. Los problemas concernientes
te pasará. Arimán le dijo: yo voy a librarte del miedo, a Lucifer se resolvieron, por cierto, no así los referentes
¡arrójate! Ambos le acosaron, pero como en su acosa- a A¡imán. Para ello hace falta algo más.a
miento en cierto modo se equilibraron, el Cristo pudo
librarse de ellos; El encontró la fuerza que en la Tierra
el hombre debe encontrar para elevarse sobre Lucifer y
3 N. del Tr. Lo aquí expuesto arude a la necesidad de crear en
el
mundo u¡ nuet)o orden social. Ins problemas de conüvenc¡a
Arimán. hu-
mana, desde todos los tiempos, y ahora en forma
más pronuncia-
da, en gran parte tienen s¡ origen en el concepto qub
Arimán dijo entonces a Lucifer: tu presencia me es- dinero y en el uso que del mismo se hace, clntrario
se tiiláá
torba; en vez de aumentar mis fuerzas, la§ disrninuiste- a las leyes

82 83
-
Al salir de la soledad, el Cristo Jesús se sintió llevado de aquellos que en los otros Evangelios son llamados
los do-' los publicanos y pecadores, porque pára ellos era nece-
m¿, uita de todo lo vivido y aprendido a partir de
unot; ilt tiO reunido el Espíritu-Cristo con lo que en sario que las piedras se hicieran pan. A ellos principal-
""
Jesús hábía vivido antes de la edad de doce años'
En ver- mente los visitó.
áá¿, yu ,o se sintió vinculado a lo que en la humanidad
que
h;bi; quedado envejecido y árid9' Y§tu el lenguaje Pero ahora se había llegado a algo nuevo. Muchos de
L"-* á"noo se hábiaba, lé dejó indiferente"y al princi- esos hombres le conocían de antes de sus treinta años,
pues ya como Jesús de Nazareth había estado con e llos,
pio, incluso quedó callado.
quienes habían conocido su naturaleza apaciblc, su amor
Anduvo por las cercanías de Nazareth y algo más-allá; y sabiduría. En cada casa, en cada albergue se le había
uiriiO muchos de los lugates, por los que ya como
Jesús amado profundamente. Este amor había quedado, y
de-Ñazareth había pa.ádo, y entonces sucedió algo su- mucho se habló del amor de ese hombre, Jesús de Na-
mamente notable. zareth, que había estado en aquellas casas y en esos lu-
garesl Y como por efecto de leyes cósmicas sucedió lo
Téngase bien presente que relato lo que pertenece al siguiente: me refiero a escenas muchas veces repetidils.
puungelió, y no vendría al caso que alguien qui- reveladas por la investigación clarividente. Los miem-
Ouinio"
siera descubrir contradicciones con respecto a los
otros bros de familias, donde Jesús de Nazareth había traba-
.rut.o Evangelios- Me atengo al contenido del Quinto jado, se habían reunido después de la puesta del sol,
Evangelio. hablando entonces del amor y la caridad de ese hom-
bre que como Jesús de Nazareth había estado en sus
Muy callado, como no teniendo nada en común con casas, como asimismo de los calurosos sentimientos
,., Árrao circundante, el Cristo anduvo, al principio' de que él había suscitado en sus almas. Y muchas veces
áiU.tgr" en albergue, trabajando- con la gente en los res- habÍa sucedido que, después de horas enteras de senre-
-Lo-vivido
;."tt ;; lugares. con lo que Arimán le habia jaUtes reuniones, entraba en la habitación, como por
Ai"no sobró el pan, le había dejado profundamente im- una visión común de todos los miembros.de la familia,
pilsiona¿o. En-todas partes, en los lugares donde a¡tes la imagen de Jesús de Nazareth. Efectivamente, él los
iruUiu trabajado, volvié a encontrar gente conocida'
Esos visitaba en espíritu, o también, ellos se creaban su ima-
t ámUr"s se acordaron de El, y allí realmente encontró gen espiritual. Podemos imaginarnos los sentimientos
para
la gente a la cual Arimán debe tener acceso, porque que surgieron en el seno de semejantes familias, que an-
pan
Jfí imprescinaible que las piedras se hagan el metal' o' lo tes habían tenido esa visión en común, cuando, después
'que "tes lo mismó, convertir en pan el dinero' del bautismo en el Jordán, El volvió. Ellos le reconocie-
Ño hacía falta ir a la gente que observaba las máximas ron poq su semblanza exterior, sólo que ahora el brillo
morales de Hil-lel o de otros; pero entró en las moradas de los ojos era más intenso. Vieron el rostro resplande-
ciente que otrora los había mirado con tanto amor;vie-
que desde un punto de vista gspiritual le son inmanentes'
ron al hombre que en espíritu había estado con ellos.
'-Ñutrr¿*tit., .. trata de un tema que requiere un estudio Podemos imagin4rnos lo extraordinario que ahora suce-
exhaustivo. dió en esas familias y en.los pecadores y publicanos,

84 85
Padres en los cielos, los nonrbres de los seres espiritua-
a todos
riuienes, debido a su karma, estaban expuestos les de las jerarquías supcriorcs. Además, sintió que no
lls seres demoníacos de aquel tiempo' había hombres capaces dc oír la voz de los antiguos
prof-etas. Ahora supo (lllc la vicla basada en el pan de
Ahora se puso de manifiesto la naturaleza cambiada cada día separó al hor¡lbrc clc lc¡s rcinos celestes, y quq
hombres
de-óristo ¡ests; principalmente en semejantes esta vida hacc brotar cl cgoísrrro y conducc al hombre
q," por el habitar del Cristo en Je-
r" frir" evidentó 1o hacia Arimán.
;ú. á" Nazareth, ésie había llegado a ser' Antes' y su
esos
natu-
hombres habían sentido su amor' su bondad Cuando, entregado a semejantes pensamientos, Cris-
raleza apacible; pero ahora emanó de
El un poder má- ttr Jesús caminaba por las distintas comarcas, acontc-
gi.".-Si'rrtes elios sólo se habían sentido confortados' ció que se convirtieron en sus discípulos y le siguieron,
ii'roru se sintieron curados' También llamaron a
sus ve- los que más profundamente sintieron la transformación
si éstos también estaban oprimidos' De tal ma- que en Jesús de Nazareth se había producido. De diver-
"inor, a Lucifer'
nera sucedió que, después de haber vencido sos albergues llevó consigo a este o aquel que le siguió,
Arimán ióto t" quedaba el agudón' Cristo movido por el profundo sentimiento a que me refiero.
;l .uunao de al dominio
Jcsús pudo hacer, para los hombres sumidos De modo que pronto hubo en torno de El un grupo de
lo que en la Biblia se describe como la ex- discípulos; hombres que en cierto sentido habían adqui-
de Arimán,
aquellos demonios rido un nuevo estado de su alma, hombres que por la
fulsión de los demonios. Muchos de junto al altar pa-
r*uia visto cuando había caido fuerza del Cristo habían llegado a distinguirse de los que
i""-Ji El, como Cristo Jesús'
J"-., "t "t, sc retiraron, cuando -como lo había dicho a su madre- ya no eran capaces de
(stuvo frente a esos hombres' Los demonios percibieron oír lo antiguo. Y en El se encendió la experiencia terre-
el
*"., u,tu.rrario. Cuando ahora anduvo por la campiira' huma-
nal del Dios: tengo que enseñar a la humanidad, no co-
*.rrrpo.tu-iento de los demonios enjunto las almas mo los dioses condujeron al hombre de 1o espiritual a la
;;;,-i" hizo recordar que había caíclo al altar del tierra, sino como él ha de encontrar el camino de la tie-
cstaban los de-
sacrificio, donde en lúgar de ios dioses rra al espíritu.
iiioniot, y q,r" ¿t no p*odía celebrar el culto' También
,* o.o.¿O ¿c ta gattr-Itol que le había enunciado lá ora- Nuevamente recordó la voz de la Bath-Kof y ahora supo
r:ión de los antiguos Misterios; principalmente tuvo
en que habría que renovar las fórmulas y oraciones de los
nrcntc la palabra: "vivida en el'^pan de cada día"' Los tiempos antiguos, y que el hombre deberá buscar el ca-
irombres á quienes visitó ahora, clebían dc las
pieclras mino desdc abajo hacia los mundos espiritúales. I-as úl-
a los que sólo
ii,i."t pun. It'iuchos de ellos pertenecían oración
timas palabras de la oración las cambió, dándoles senti-
;; ;"; li.6"n vivir. Y'la palabra dc la la sintió en lo
antigua do inverso, adccuado al hombre del tiempo nuevo, y
prgur-,r: "vivida en el pan de cada dÍa" porque había quc ponerlas en relación no con todo el
piáiu.¿, del alnta; sintió lo que significa la incorpo- coro de las entidat.les cspirituales dc las jerarquías, sino
iación tlel ser humano en el mundo físico' y
que' en con el Ser espiritual único: "Padre nuestro en el cielo."
cl curso de la evolución de la humanidad' debido a esa \Y las palabras que El habÍa oído como en penúltimo lu-
necesiclacl, la incorporación fÍsica del hombre había con-
-los
gar de la oración de los Misterios: "y olvidó vuestro
Juciclo u qr.r" los hombres oividasen los nonlbres de

87
86
F--
T
nombre", las cambió para adecuarlas a la humanidad del do el Cristtl alttlitlr:t llo¡ l¿¡r, 'llEllll!tq , r,¡tilr:¡a r lr r! t.¡ rl!
tiempo nuevo: "santificado sea tu nombre". Y las pala- efecto extratlrtliluu ro ',olr¡ lnr ,lr lt,lu I .l,rl,.r l,.r| : l. r

bras en el antepenúltimo lugar que decían: "porque el to, en conlttltitllltl r'olt 1,r,, ,llrlrlllr,. ! urllr r', ,,,r,¡., I I

hombre se separó de vuestro reino", las invirtió: "venga gra gl Cristtl, l'ttt' t,,ttt,r ¡1i rtrr rrrl,llr, rl, , ..ru. i, ., . r¡ .l
tu reino a nosotros". Las palabras "en.que no domina la CUerpO; Sin<l r¡ttt'r'lt 1,,', lttl,,rr,,, 1,,,r ,l,,ri,l, r¡'lrl, r u,,
voluntad de los cielos", también las invirtió, dándoles el día que uno tl rlltil l, trt,r l,r ,i rr r, r,,lr rl, ¡1il, ' il ,rilrl
sentido adecuado a cómo ahora los hombres pudiesen mO eStUVitrSr, Itl.',1 ¡¡¡, , l t l t,, l, rrtr lr ., l,,rr r,rr rlr
oírlas, ya que ahora no había nadie que pudiera oír la que en C:J llllrt;r lrtiil'r,l , .1,¡1, r I r , ¡rlr,l.r,l ¡,, rlr ll( ( r{ nl( .rl
fórmula antigua. Un total cambio del camino a los mun- CfiSto Jcsils t l,rl lr,,rrrl,r, , nrl,,,',rl,,r,r t t¡,tr':;rtt llts ¡tltllt-
dos espirituales debía producirse, por lo cual las invirtió: bras t¡ ttt'('n rr.rlr,l,r,l ',,,1,r , l ('n:,lo.lt'srrs lrubicra pocliclo
"sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en decir. Al ( nr (,rlr.u',r' (()n lit ¡le tttc Ul y sus discípulos,
la tierra." El misterio del pan, o sea, de la incorporación succ(l iit ('nl()n( ('s (lr-lc quien hablaba no era en todos los
en el cuerpo físico, el secreto de todo lo que ahora, por c¿rsos ,.'l ('r rsf t¡ Jesús mismo, sino que también hablaba
el aguijón de Arimán se le había revelado, lo transformó r-lno r.r otro de los discípulos; pues El tenía con los dis-
de tal manera que el hombre pudiese sentir que el mun- cípulos todo en común, inclusive la sabiduría.
do físico también proviene del mundo espiritual, aun-
que el hombre no lo reconozca espontáneamente. Francamente, me sorprendió sobremanera el percatar-
Por eso, las palabras acerca del pan de cada día las trans- me que en el diálogo con los saduceos a que se refiere el
L

formó en el ruego: "danos hoy nuestro pan de cada Evangelio de Marcos, el Cristo Jesús no habló a través
día". Las palabras "deuda del propio ser, por otros acarrea- del cuerpo de Jcsús, sino dc la boca de uno de los discí-
da" las cambió así: "perdónanos nuestras deudas como pulos. También sucedía que, cuando a veces el Cristo
también nosotros perdonamos a nuestros deudores" Y las Jesús dejaba a sus discípulos, estaba, no obstante,
palabras que en la oración de los antiguos Misterios re- entre ellos; ya sea que entonces caminaba con ellos en
sonaban en el segundo lugar: "testigo de yoidad que'se espíritu, o bien, estando lejos, aparecía a ellos en su
desenlaza", las invirtió así: "mas líbranos", y las prime- cuerpo etéreo. Su cuerpo etéreo o estaba con ellos, o
ras: "Impera el Mal", las transformó, agregando "del andaba por la campiña; y muchas veces no era posible
Mal. Amén." Por la inversión de la transformada voz de distinguir si lil, por clccirlo así, llevaba el cuerpo físico
la Bath-Kol, que Jesús de Nazareth había oído al haber- consigo, o si sc trataba de la aparición del cuerpo etéreo.
se caído junto al aItar, el Padrenuestro del cristianismo
se nos presenta como la oración de los nuevos Misterios
que el Cristo Jesús nos ha d.ado. De un modo similar Así fue cl vínculo con los discípulos y con otros hom-
-aparte de mucho que aún habrá que exponer- tarnbién bres cuando Jcsús dc Nazareth había devenido Cristo Je-
fue dado el sermón del monte y otras cosas más que sús; pero E,l nlisrno cxpcrimentó lo que ya he menciona-
Crlsto Jesús enseñó a sus discÍpulos. do: mientras quo cn los primeros tiempos la entidad de
Cristo se hallaba rclativamente independiente del cuerpo
El Cristo Jesús influyó en sus discípulos de un modo de Jesús de Nazareth, clebió, cada vez más, asemejarse a .

singular. Hay que tener presente que simplemente estoy este cuerpo. A medida que corría el tiempo iba intensifi-
describiendo lo que se lee en el Quinto Evangelio. Cuan-
B8 89
q

cándose la atadura al cuerpo de Jesús


de Nazareth;y en dinero llegó a conrctcr li¡ lr:rit'irjrr l'l v f rrr'ul, r rlr' ( 't r,,lr r

debido a esta con Judas consistía crr r¡rrr' t'lr l:¡ t'..t t'rr;r rlc l;r lrnl,rr r,,rr
el último año apareció un profundo dolor
debilitado' de Jesus de había tenido lttgitr lo r¡ttt'('s ('()nrl)rr'rr,rlrlr r'rr cl l)r,,', I
atadura al cuerpo, ya bastánte I

sucedía que Cristo iba de lu- no sabía t¡ttc s(ll«r ¡lltt;t t'l t lt'lo t", r rt'rlrr (¡l(' l'.rr.t r.l p,rrr
Ñazareth. No oUstaáte, aún
de un ya bastante numeroso 1-lo sc ltcc('silrrrt ¡rrctlrts. l.:r lr;rrr ron it' lrrzo I,rrIlr' ,,\ll
gui .n lugar, acompañado
aquel lugar uno de ellos hablaba' mátl ltltlli:t tt'lt'trtrlo t'l :r¡',rrrlon Arlr'ltr:i:,, t.l ('r..l,r rl,.l,r',
;;;p; Criando en este o el stllttctctsc ltl rlorttitrio tlt' ltr lltucrlr', I)()r r'u:urlr) (llt(' /\tr
podía creerse que era Cristo mismo quien hablaba'
lttán tictrc poclcr sobrc ésta.'llc a<¡rrí t'l vínt r¡kr rlr. l¡r t'..
pues El hablaba por la boca de todos'
cena de la tentación y del Misterio dc (iírl¡¡otrr r:o¡r lrr
Hubo, por ejemplo, un diálogo- entre los escribas'
podría
traición de Judas.
Ellos decían: para áborrecimiento del pueblo se
prender y matar a cualquiera de ellos' pero se tomarí4
mo-
quizás, u t rro por otro, pues todos hablan de igual
por nada, ya que posible- Mucho más habría que enunciar concerniente al Quin-
do. lo tanto, esto nó resuelve
mente el verdadero Cristo Jesús sobreviviria'
Es preci- to Evangelio, pero las demás partes del mismo segura-
mente se daráñ a"conocer en el curso de la evolución de
so prender al Cristo mismÓ'
la humanidad. Pcir los relatos escogidos he tratado de
'Sólo los discípulos mismos fueron capaces de hacer la dar una idea de cómo es este Evangelio. Y ahora, al final
de estas conferencias, siento nuevamente, en lo profun-
¿iJinciOn; pero ellos, naturalmente, no-iban a decir
al
enemigo quién era el verdadero Cristo' dtto ahora' Ari- do del alma, 1o expresado en la primera conferencia,
es decir, que son las necesidades de nuestro tiemp.o las
rne, nlUiá adquirido fuerza suficiente con respecto a la
pregunta que había quedado-sin resolver, pregunta que
que exigen hablar del Quinto Evangelio. Y lo expuesto
en esta oportunidad también requiere que sea acogido
it óirto n'o pudo Oeói¿ir en los mundos espirituales, si- en concordancia con estas condiciones.
noúnicamenteenlatierra.Porelhechomásgravetuvo
q,r. .ono".r lo que significa hacer-pan de las piedras'
Éues Arimán recurrió i la complicidad de Judas Iscario-
te.PorlamaneradecómoelCristoobraba,nohubiera
quién' Sabcmos que la ciencia espiritual y nuestro movirnien-
existido ningún recurso espiritual para descubrir
que le veneraban, era el Cristo' Pues to antro¡-rosófico tienen muchos enemigos, y que ellos
en medio dé tos procedcn dc una manera bastante extraña. De$de hace
lo supremo de la fuerza per-
donde.el espíritu, incluso
no fue pgsible apoderarse un tiempo, huy pcrsonas que dicen que nuestra ciencia
suasiva, e3eriía su influencia
espiritual cst¿i contanlinada dc un estrecho cristianismo
de El. Unicamente se logró aprehenderle donde actua-
y que e incluso <.le jcsLritisnl<1. Pcro tllnlli(:n ocurre c¡uc en for-
ba quien empleaba el medio desconocido al Cristo
sino por el acto más grave sobre la ma increíble sc procc,rlc a firlsif ic¿¡r nucstra cicncia. Un
El no llegó a conocer
otro medio hubiera sido posible reco- hombre que venía dc Anlóricr la acogió rlcnlro tlc cic,rto
ti"tru. Pór ningún tiempo, tomó apuntes y lucgo, cn firrlrra clcsf iguracla, la
nocerle sino únicamente porque interyino quigl se
puso
Arimán, quien efectivamente sólo por el llevó consigo a Nortcalnóricu, rlontlc crc(r y publicó, en
al servicio de

90
9l
Y

grado de veracidad y, ltl r¡ttt'('s l)('ot, lrt ¡qr'ttlr ll,, Er',ltl


"Teosofía Rosacruz"' Admi- cuenta de ello.
base a lo aquÍ acogido, una cosas' pero que
;;;; aprendidó de nosotros muchas quienes le en-
después ha sido Uu*u¿á
por los maestros Mucho sc lt¡tltl¡t ltoy rlt'r",¡rltllll ',llt lt'llr'l irlr'¡t rlr'ctt
negó haber aprendido fealidad. Ilxistc, ¡lrlt t'¡t'ttt¡rlil tllt ll,rllll'tr rltlr ll¡l l¡¡ltt¡lrlil
señaron mucho *at"l]i Jttutgo'
de nosotros, lo profundo
q" ?t t'uU¡u sacado de nues- muchtl ¡lrcsli¡iirl, jttslrlttr, ttlt' lr,rl,lllr '¡lr llll'lr lt,rlrlrl ,l' I
aquel entonces aún no espíriltr. Mt' tt'f irto ,r litr'l ,ll I tt' 1" tt I )trl' tt l' 'r ''rt" li
il';;;i;;"á"
l,,ir,tl"á"ó. i;t. r;';;;;;*e
"ánr""n"iut'(en
9n
N9r¡eamérica pode-
igual,que Hil-lel, el viejo;
llftls t'tlt'ottltltt.i r¡ttr' ;tllt "r,'rrt¡rlr ',r' lll,l'¡1, ¡ lr i''ltlrllll
t:sltÍritt¡, t:s¡tÍr'ilrr! lrs:tsl toltt,r lt,,\ ',, lt,tl,l,r rl, l,'.,1'ltlltt
mos mantenernos "p"'iúr"r,
exteriorizado por olT.:' porque se es clelllasiatl<¡ cotttotlo o rlt tlt;t',t,rrl, .tll.tltr't,
sin embargo, ..p'oit"it"oó ró
se ha dicho que también
en Europa existe una cosmovl- para penetrar hasta las fuentcs lltisltttts tlcl t's¡rlt rlrt litrr
y jesuíti- embargo, estos hombres gozan de muclttl Ptt'sltt',tr), v ('rr
sión rosacruz, ptto á* "u'acterísiica-estrecha podido pros-
ca, y que aquella n""uu ii"n"ia' ¡sólo.ha Así proceden nuestra ápoca será difícil hacerse comprendcr c:ott ¡t'lrt
p"'u ot cálirornia!
;"; il;ái,ootrt* contemplarlo con *ryt:
tos como los del Quinto Evangelio, tan concrctatltctrlt
tomados de lo espiritual. Esto requiere seriedad y vcra-
nuestros udu*,'u"o''-Podemos
pero no hay que cerrar cidad interior. Uno de los últimos libros de Eucken sc ti-
gencia y hasta con compasión'
Preferiría no hablar de tula: "¿Todavía podemos ser cristianos?" Se componc
los ojos ante semela'itt"Ñ"f'"t'
estas cosas, p",o ur-'L*1"1á
¿" la verdad es necesario ha- cle una larga serie de distintos capítulos donde se habla,
cosas con claridad' a través de muchos tomos, de alma y espíritu, espíritu y
cerlo, pues hay que mirar las
alma. Pues se adquiere prestigio y fama, si se da la im-
toleran Io que es de ín- presión de saber algo de espíritu, y la gente ni se da
Hay gentes que justamente no
huv odio más sin- cuenta de la falta de veracidad. Hay un pasaje en que sc
dole del Quinto E";;;;il;f
quizás
13
de. manifiesto en las críticas dice que la humanidad. ya no cree en demonios, y quo
cero que uqr.t qu" 'lponÍá perteneciente al Quin- ya no se puede esperar que exista quien pueda crecrlo.
con respecto ur rniittio' también
El verdadero antro- Y en otro pasaje del mismo libro se da con la extraña
to Evangelio, ¿" to' áot niRot Je-sús' este Quinto Evan-
i' ¡ñiu u"iit"¿ ante frase: "Donde se tocan lo divino y lo humano, sc protlu-
;;i;;;;;*"'¿
t" n' ¿aáo áe buena fe' v que no debe ser tra- cen potencias demoníacas." De modo que aquí habla clc
;;;;^;r; tlemonios, después de haber expresado, e n el nlismo Ii-
iado ir resPetuosamente'
bro, lo que primero he citado. Debería rccltaz.¿trsc sclllc-
que se basan en la investiga- jante ciencia del espíritu que tan groseramcntc lirlta a la
Con semejantes verdades
para nuestro tiempo' nos verdad. Sin embargo, parece que nucstros contclltporri-
ción clarividente, tan necesarla
hallamos ante el ¿t]Áirrio cle
la civilización d'e ta !n!i,]' neos no se dan cuenta de esta falsedad.
Puede decirse qut, el fondo' en nuestro tiempo exts-
"
te un genuiro urlti*io de espíritu;
pero la gente es dema- Es prcciscl tcncrlo r:n mcntc pun¡ conlprcndcrquc dc-
insuficiente como para
siado arrogante o de capacidad- bemos prcparilr nttr:stro cor¿¡2.ón, si t¡ttcrctttcls scr ¡rartíci-
Ante todo hace fal- pes del anunciariicnto tlc lo espiritual y de la nucva vida
interesars;e pot tr "Jáuairo "tpitit"'
poder oír el anuncia- espiritual que la humanidad debc e:ncontrar. Si por la
ta suscitar amo''á la verdad-para no existe tal
miento ¿"t
"l.'pi'íi'i;;-il;;fual óultura
93
92
I

con lio hemos tlc tlot:ir: ('on r.l lr(.n,,,¡ ,¡rr, lr,r\ r¡r1,, r,r r rr l,r
ciencia espiritual tratamos de unir el alma humana hunllttlitlrrtl, tto t's ¡rostlrlr' ',, 1,t1r l,l , r.,,lrr, l,n , ,l,ir¡lrr,rl
de tener éxito frente a la
el Cristo, hay poca esperanza Ptll'clltl t's tltt'tlt'slr'l ;tilr'¡rlrrlu'., \ r.lllrr.n , | 11,,,1,, ¡lr
contenta con ideas que
cultura de la época, si ella se
y teólogos difunden: la creen- I)ctlsl¡¡.. (.)ttlt'tlr". ttrl lCtr¡',ilr ,l,tt,rrrr, lr], I'1, ,,il1r lÚ rIlr
ioOos tos sabios filósofos cxislt' y lo r¡trt' rlt'lrt' v,'rtr n.',r r\ r.lr rlr l,t,l.nrr, rrl, ¡r lr,
;;á;" ya antes de la venida del que Cristo haya existido un
el culto e incluso t¡ttc lt llr ltttltl;tltltl:trl lt:¡,t'l;rll.r { {rnr. r t{ tr r.r ¡ .lrlrlr,rl
o. Ellos demuestran
"ri.iiu"it
ciertos relatos típicos ya antes, en Oriente' habían exis-
afirman-que
iiOo ." forma igual;y por ello esos teólogos
de lo
el cristianismo no .t ottu cosa que la continuación
(Para terminar este ciclo de conlcrcr¡t'rrrs, l(rr,l,,ll litr.r
Nuestros contemporáneos dan
á""- V.-tt-tía existido. sin saber ner se despidió del auditorio con las siguir:nlt's p;rl;rlrr,r:. )
iir.liu importancia'a la literatura respectiva'
cómo las cosas se relacionan entre sí' Dar este Quinto Evangelio ha sido para mf rrn s;r¡',rrrrl,,
deber. Y al despedirme de vuestro corazón y dc vrrt.rilu
SisehabladelaentidadespiritualdelCristoqueha alma, expreso el deseo que el lazo que nos une haylr r¡rrr.
descendido a la tierra y que es venerada dentro-
de.los
que ot.ó'u han sido venerados los dio- dado estrechado por la investigación espiritual solrrt. t.l
mismos cultos en
y hgcho se emplea para n€- Quinto Evangelio al que me siento íntimamente vincul¿r
,.t pugunot si, aáemás, este
do. Apelando al más caluroso sentimiento de vuestro co-
realidad del Cristo, se está aplicando
;;;;;;b;ttíto'la que el raz6n y vuestra alma, os digo: aunque físicamente tcngl-
una lógica que sQ basa en lo siguiente: puesto mos que estar separados por algún tiempo, quedarcrnos
de
Cristo en cierto sentido empleó la vestimenta exterior unidos y sentiremos conjuntamente lo que tenem«)s (luc
que en
los antiguos cultos, la gente no llega a reconocer
vestidu- trabajar y lo que nos exige el deber que en nuestro ticnl-
realidad el Cristo sólo ie la ha puesto como una po el espíritu impone al alma humana.
iu, V q"" e§ el Cristo mismo el que se presenta en el mar-
co de los cultos antiguos.
Aquello a que aspiramos progresará de la justa nlancnt
y por el trabajo de cada uno de vosotros. (lon cslc
Tomemos entonces la suma de las bibliotecas de las tlt.sc«r
todo esto me despido de vosotros, al concluir cslc c:iclo rlt.conli.
actuales consideraciones científicas monistas:
del vestido exte- rencias-
ao, p*"¡us, e incluso pruebas veraces'
se acep-
¡ot ¿" la entidad de Cristo. Y toda esta ciencia
presente
ta como profunda sabiduría. Debemos tener es-
con el inte-
te cuadro si queremos acoger, no solamente
lecto sino con el sentimiento, lo que como Quinto Evan-
gelio se ha expuesto. Este Evangelio nos quiere decir-que
óon nuestra verdad debiéramos sentirnos situados de la
justa manera en nuestro tiempo, para ver que no es posi-
ble hacer comprender al tiempo antiguo lo qll como
nuevo mensaje debe venir- Según la palabra del Evange-
r),¡
94
INDICE

Primera Conferencia 9

Segunda Conferencia 23

Tercera Conferencia 39

Cuarta Conferencia 55 t

Quinta Conferencia 7l

Esta Edición de 3.000 elemplares se terminó de


imprimir en los Talleres Gráficos ERRECE -
Balbastro 5902 - Buenos Aires - Rep. Argentina
en el mes de abril de 1982

e TIERÉBIA IEO§OFICI
Rro ESANCO r4t4
Tcl. 90839C
MO¡¡TEV¡DEO

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