Historia Del Derecho Bancario en Honduras

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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE HONDURAS (UMH)

ASIGNATURA: Banca y Seguros.

ASUNTO: Historia del Derecho Bancario en Honduras.

DOCENTE: MSc. Michelle J. Bustillo.

ALUMNA: Gladys Marilú Ayala Batres 202200242


Julio 2024
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Historia del Derecho Bancario en Honduras.

La historia del derecho bancario en Honduras está intrínsecamente ligada al


desarrollo económico y político del país. Desde el período colonial hasta la
actualidad, el sistema bancario ha evolucionado significativamente. Una visión
general de esa evolución, destacando los hitos más importantes:

Período Colonial y Siglo XIX

Durante la época colonial y los primeros años de independencia, Honduras no


contaba con instituciones bancarias formales. El comercio se realizaba
principalmente a través de trueque, y el poco dinero que circulaba estaba
controlado por instituciones coloniales.

En el siglo XIX, después de la independencia de Honduras en 1821, el país


comenzó a establecer las bases de un sistema financiero y bancario. Sin embargo,
el desarrollo fue lento debido a la falta de infraestructura y la inestabilidad política.

Primeras Instituciones Bancarias

El primer banco formal en Honduras fue el Banco de Honduras, fundado en 1880,


durante el gobierno del presidente Marco Aurelio Soto. Este banco jugó un papel
crucial en la emisión de moneda y en la financiación de proyectos de
infraestructura. Fue uno de los primeros bancos de carácter privado que se fundó
en el país centroamericano a finales del siglo XIX, debido a que al Estado de
Honduras le habían dado autorización para fundar bancos comerciales, los
primeros en crearse fueron el Banco Centro-Americano y el Banco Nacional
Hondureño ambos con facultad de emitir billetes, con la fusión de estos dos entes
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bancarios fue que nació el Banco de Honduras, S.A. con un capital de 400,000
Lempiras.

Estuvo ligado con la empresa estadounidense Rosario Mining Company que


explotaba yacimientos mineros en el sector de San Juancito, Tegucigalpa y
alrededores. Uno de sus mayores accionistas fue el magnate señor Washington
S. Valentine un empresario estadounidense que además era copropietario de la
empresa minera Rosario Mining Company, también era promotor del Ferrocarril
Nacional de Honduras (FNH) que funcionaba en la costa norte, además accionista
y amigo del empresario también estadounidense Samuel Zemurray que tomó
posesión a la muerte de Valentine como "El rey de Honduras" debido al potencial
económico que proporcionaba sus empresas bananeras en la etapa dorada de
Honduras. El banco fue el primero en aceptar "papel moneda china" debido a la
inmigración de este colectivo asiático al país, que generaba potencial económico
y comercial a finales del siglo XIX y principios del XX.

En 1965 se afilió al First National Citibank de Nueva York que adquirió el 50 % de


las acciones.

Su sede se encontraba en un emblemático edificio con arquitectura europea,


frente a la "Plaza Morazán" en la ciudad de Tegucigalpa; el mismo indicaba el
poderío bancario hondureño, este edificio fue demolido en la década de los
setenta.

En el mismo período, el sistema bancario en Honduras comenzó a crecer


lentamente, pero el país seguía enfrentando numerosos desafíos, como la
inestabilidad política, las guerras civiles y la dependencia de las exportaciones
agrícolas.

Desarrollo en el Siglo XX

El siglo XX fue un período de expansión y desarrollo para el sistema bancario


hondureño. Poco después, en 1914 se formó en La Ceiba el Banco Atlántida, que
toma su nombre del Departamento homónimo en el norte del país y que podía
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operar además en Yoro y Colón y que también estaba autorizado para emitir
dinero. Banco Atlántida emitió sus primeros billetes, denominándolos pesos. En el
año de 1913, inició operaciones otro banco, denominado Banco del Comercio, que
recibe autorización para emitir monedas en 1915. Este banco continuó operando
hasta el año de 1917, cuando fue liquidado y adquirido por el Banco Atlántida.

Las condiciones en las cuales se autorizó a los primeros bancos para emitir
monedas eran muy prudentes y restrictivas pues estaban en función de su capital,
que en aquel tiempo era muy modesto. Esto condujo a que se registrara un déficit
crónico de monedas y billetes en la economía, lo que dio lugar a que se
considerara el dólar estadounidense como moneda oficial, se utilizara el patrón
oro para su respaldo y se importaran billetes y monedas de Estados Unidos para
complementar la oferta monetaria.

El 3 de abril de 1926, la administración del Doctor Miguel Paz Barahona emitió el


Decreto # 102, que adopta el Lempira como moneda nacional y establece el tipo
de cambio frente al dólar estadounidense en dos lempiras por dólar.

Posteriormente, en 1931, por decreto legislativo en la administración del Doctor


Vicente Mejía Colindres, se ratifica la creación del Lempira y se establece el primer
cono monetario, con denominaciones de Un (1.00) Lempira y de Cincuenta (0.50),
Veinte (0.20), Diez (0.10), Cinco (0.05) y Un (0.01) centavos. Además se establece
que las monedas se acuñan en plata de 0.900, en aleaciones de níquel con acero
y de cobre con zinc. También se ratifica el tipo de cambio de dos lempiras (L2.00)
por cada dólar estadounidense.

En 1932, el Gobierno autoriza al Banco de Honduras y a Banco Atlántida, para


imprimir papel moneda en billetes, de las denominaciones de Un Lempira (L1.00)
y Cinco Lempiras (L5.00). Ambos bancos realizaron esa labor hasta el año de
1950, sin embargo hasta el año de 1943 todavía circulaba mucha moneda
extranjera, sobre todo en la Costa Norte del País.
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En consecuencia, en el año de 1949 bajo la administración del Doctor Juan Manuel


Gálvez, Honduras solicitó al FMI una misión de asistencia técnica que, junto con
una comisión mixta nombrada por el Congreso de la República, propusiera la
legislación necesaria para organizar la banca central y el sistema tributario del
país. El Banco Central de Honduras inició operaciones el 1 de julio de 1950. Para
su primera emisión de billetes, utilizó las placas del billete de cinco (L5.00)
lempiras emitidos por Banco Atlántida, a las cuales se les hicieron las
correspondientes modificaciones y que comenzó a circular el mismo día del inicio
de operaciones del BCH.

Para ese entonces, ya existían cuatro bancos comerciales, puesto que en 1948
se formó el Banco de la Capitalizadora Hondureña (BANCAHSA) y el Banco de
Occidente, que inició operaciones en el año de 1951 en la ciudad de Santa Rosa
de Copán. En 1951 inicia también operaciones en San Pedro Sula, el Banco del
Comercio.

En esa década, inició operaciones en Honduras el Banco de Londres y Montreal


(1953) de capital extranjero y poco después, el Bank of América. En 1960 también
inició operaciones el Banco del Ahorro Hondureño, que se desprendió de El Ahorro
Hondureño, ahorros y seguros, compañía que había iniciado operaciones en 1917.

En febrero del año 1950, se emitieron una serie de leyes para organizar el sistema
financiero del país: la Ley Monetaria (Decreto N° 51), la Ley del Banco Central de
Honduras (Decreto N° 53), la Ley para Establecimientos Bancarios (Decreto N°
63), la Ley del Banco Nacional de Fomento (Decreto N° 71) y la Ley de
Organización de la Banca Nacional (Decreto N° 72).

En 1950, se fundó el Banco Central de Honduras, que se convirtió en la institución


principal para la emisión de moneda y la regulación del sistema bancario. El Banco
Central fue responsable de establecer políticas monetarias y cambiar la estructura
del sistema bancario para adaptarse a las necesidades del país.
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En las décadas de 1960 y 1970, Honduras experimentó un crecimiento económico


y una diversificación de su economía. El sistema bancario creció en respuesta a
esta demanda, con la creación de nuevos bancos comerciales y cooperativas de
crédito.

Crisis y Reformas en los 80 y 90

En la década de 1980, Honduras enfrentó una crisis económica significativa. La


alta inflación y la depreciación de la moneda afectaron el sistema bancario. En
respuesta, el gobierno implementó reformas económicas y legales para estabilizar
el sistema. Se introdujeron nuevas regulaciones para supervisar la banca y se
adoptaron políticas para fomentar la inversión y el crecimiento.

En la década de 1990, se llevaron a cabo reformas adicionales, incluyendo la


apertura del sistema bancario a la inversión extranjera y la liberalización del sector
financiero. Esto permitió una mayor competencia y el crecimiento de nuevos
bancos y productos financieros.

Posteriormente, ya en el año de 1976 y 1974 respectivamente, se fundaron dos


bancos más, el Banco Financiera Centroamericana (FICENSA) y el malogrado
Banco Continental, que recientemente fue declarado en liquidación forzosa a raíz
de la inclusión de sus principales accionistas y administradores como Sujetos
Especialmente Designados bajo la Ley Kingpin emitida en la Administración
Obama en Estados Unidos para combatir el narcotráfico y el lavado de dinero.

El 8 de agosto de 1979 se creó el Banco de las Fuerzas Armadas (BANFFAA) que


adquirió los activos y pasivos del Bank of América; poco después, el 14 de febrero
de 1980 inició operaciones el Banco Mercantil y en el año de 1981 y bajo otra ley
especial, nació el Banco Hondureño del Café (BANHCAFE). Entre finales de la
década del 70 y mediados del ochenta, surgieron también las denominadas
Asociaciones de Ahorro y Préstamo [1], instituciones dedicadas a proveer
financiamiento para vivienda, las cuales a la fecha ya todas salieron del mercado.
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No surgieron nuevos bancos sino hasta el inicio de la década de los años noventa,
al iniciar operaciones el Banco del País, Banco de la Exportación, Banco de la
Producción, Banco Corporativo, Banco Capital, Banco Hondureño de Crédito y
Servicio y Banco Financiera Comercial Hondureña, todos entre 1992 y 1996, en
consonancia con la tendencia de liberalización económica de la administración
Callejas Romero.

En el año de 1995, se aprobó la legislación que dio origen a la creación de la


Comisión Nacional de Bancos y Seguros como organismo regulador del sistema
financiero, labor que desde 1959, recaía en el Banco Central y antes de eso en el
Ministerio de Hacienda.

Los años noventa se caracterizaron por grandes cambios económicos. La


globalización económica trajo consigo grandes cambios en materia de regulación
bancaria, la cual pasó de fundamentarse en una política de establecimiento de
límites, cupos, precios y restricciones sobre los productos financieros, a una de
desregulación y mayor libertad para incursionar en nuevos productos de
financiamiento y atender otros sectores productivos, así como la oportunidad de
crear y profundizar la prestación de servicios financieros a personas naturales. La
asimilación de estos cambios y del efecto que el nuevo marco de política
económica produjo en la estructura de la economía nacional, en los precios
relativos, en los mercados de bienes y servicios y adicionalmente, los cambios
introducidos por la adopción de los principios de Basilea para la supervisión
bancaria que evidenció la insuficiente capacidad financiera de los accionistas de
algunas instituciones para lograr mantenerlas en el mercado, se combinaron con
debilidades por mala gestión, excesiva toma de riesgos, deficiencias de
gobernanza y administrativas y con el otorgamiento de créditos a partes
relacionadas fuera del marco legal, provocando una serie de ajustes y
movimientos en la propiedad de las empresas financieras, que se inició a finales
de la década de los años noventa y terminó a mediados de la década siguiente.
Esos ajustes consistieron en una serie de transformaciones, materializadas en
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liquidaciones forzosas y voluntarias, adquisiciones y fusiones que sirvieron para


consolidar el sistema bancario y prepararlo para una siguiente ola de cambios
fundamentales, como la que se vive hoy en día.

Siglo XXI: Modernización y Regulación

En el siglo XXI, el sistema bancario en Honduras ha experimentado una


modernización significativa. La adopción de nuevas tecnologías y la digitalización
han transformado la banca, permitiendo a los clientes acceder a servicios
financieros de manera más eficiente.

El sistema bancario también ha estado sujeto a regulaciones más estrictas para


prevenir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. El gobierno y las
instituciones financieras hondureñas han trabajado para cumplir con estándares
internacionales y mejorar la transparencia.

Además, el derecho bancario se ha adaptado para abordar problemas


contemporáneos como la protección al consumidor y la ciberseguridad. El sistema
bancario ha jugado un papel importante en el desarrollo económico del país,
fomentando la inclusión financiera y apoyando el crecimiento empresarial.

El derecho bancario en Honduras ha evolucionado desde sus modestos inicios en


el siglo XIX hasta un sistema moderno y regulado en el siglo XXI. A través de los
desafíos y las reformas, el sistema bancario ha demostrado ser un pilar
fundamental para el crecimiento económico y el desarrollo del país.
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Bibliografía.

https://cdihh.ihah.hn/antigua-casa/

file:///C:/Users/enman/Downloads/RECONSTRUCCION_DE_SERIES_DE_VA
LOR_D EL_COMERCIO_EXTERIOR_DE_HONDURAS_18801930_.pdf

http://vuelvealcentro.com/no-sabe-antiguo-banco-honduras/
https://proceso.hn/bicentenario-breve-historia-de-la-banca-en-honduras/

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