24 Preventiva 05042024
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HEPATITIS VIRALES
1. INTRODUCCIÓN
Se estima que cada año las hepatitis víricas ocasionan la muerte
de 1,4 millones de personas por infección aguda y por cáncer
hepático y cirrosis asociados a las hepatitis, una mortalidad
comparable con la del VIH y la tuberculosis.
De esas muertes, aproximadamente el 47 % son atribuibles al
virus de la hepatitis B, el 48 % al virus de la hepatitis C y el
resto al virus de la hepatitis A y al de la hepatitis E. Las hepatitis
víricas son también una causa creciente de mortalidad entre las
personas con VIH. Aproximadamente 2,9 millones de personas
con VIH están coinfectadas por el virus de la hepatitis C, y 2,6
millones por el virus de la hepatitis B.
A nivel mundial, aproximadamente 240 millones de personas padecen infección crónica por el virus de la hepatitis B,
y entre 130 millones y 150 millones de personas padecen infección crónica por el virus de la hepatitis C. Sin una
respuesta amplia y acelerada, se prevé que el número de personas que viven con el virus de la hepatitis B se mantenga
en los mismos niveles durante los próximos 40 a 50 años, lo que significará una cifra acumulada de 20 millones de
muertes entre 2015 y 2030. El número de personas con el virus de la hepatitis C va en aumento, a pesar de que existe
una cura eficaz.
Los cinco virus de la hepatitis son muy diferentes, presentan
distintos modos de transmisión, afectan a poblaciones
diferentes y arrojan resultados sanitarios distintos. Para que la
respuesta sea eficaz es preciso adoptar diversas medidas
comunes para los cinco virus, y a la vez llevar a cabo
intervenciones dirigidas específicamente a cada uno. La
prevalencia más alta de VHB está en África subsahariana y en
el Extremo Oriente, donde el 5-10% de la población padece
infección crónica. El VHC es más prevalente en el
mediterráneo oriental, Europa y Asia central. Se estima que el
67% de los ADVP están infectados de VHC.
2. VIRUS DE LA HEPATITIS
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COMISIÓN 24 05/04/2024
Irene Flores Ramírez Sara Pérez García
Lorena Pacheco Quintero Medicina Preventiva
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3. HEPATITIS A
En la infancia, la Hepatitis A, es prácticamente asintomática. A mayor edad, la clínica, las complicaciones y la muerte
asociada aumentan, aunque nunca cronifica, por lo que lo ideal es pasarla en la infancia. En caso de hepatitis
fulminante el único tratamiento es el trasplante hepático urgente. Se transmite mediante contacto personal (doméstico,
sexual, guarderías); la sexual hasta ahora es principalmente hombres que tienen sexo con hombres teniendo 4 veces
más probabilidades de contagiarse. También se transmite mediante agua y alimentos contaminados y vía sanguínea,
aunque esto es raro.
Debido a que la transmisión principal es el agua contaminada, es más frecuente en países en vías de desarrollo. Por
esto mismo, en estos países se pasa en la infancia, por lo que se adquiere inmunidad, siendo raras las complicaciones.
España es de endemicidad muy baja. Generalmente los brotes se producen cada 1-3 años en varones homosexuales.
Prevalencia en España. Cada vez es menor la población que ha tenido contacto con el virus debido a la cloración del
agua.
Corredor endémico de 2017
Se produjo un brote de hepatitis A, habiendo en Canarias más de
200 casos. El brote se produjo entre HSH. Tras esto se vacunó al
colectivo expuesto (varones jóvenes homosexuales). Actualmente,
se sigue vacunando a los varones que se declaran homosexuales
como prevención de un segundo brote.
Como excepción, dada la variabilidad de la respuesta vacunal en los TPH, se recomienda, siempre que sea posible,
realizar serologías postvacunales para determinar la necesidad de administrar una segunda dosis o serie de dosis y para
evaluar la necesidad de dosis de refuerzo en el seguimiento. Se hace mediante determinación de anticuerpos IgG frente
a VHA al mes de la administración de la última dosis.
4. Hepatitis B
La hepatitis B es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis B. Puede ser aguda, siendo corta y grave,
o crónica. Si se cronifica,conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer de hígado.
Media (2-7%) 43% de la población mundial Riesgo de infección durante la vida: 20- 60%
Infección en todos los grupos de edad
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Baja (>2%) 12% de la población mundial Riesgo de infección durante la vida <20%
Infección en grupos de riesgo
En España la tasa de riesgo es baja, al igual que la mayoría de países de su entorno (desarrollados). La prevalencia es
de unos 500 casos anuales, correspondiendo principalmente a personas adultas que no fueron vacunadas correctamente
en la infancia. con una prevalencia de HBsAg entre 0,1% y 0,4% y de AntiHBc entre 5% y 6%, con una infección
neonatal rara y una infección infantil infrecuente.
La tasa de letalidad es de aproximadamente 1% y es más alta en personas mayores de 40 años. En embarazadas y en
recién nacidos de madres infectadas son más frecuentes los casos de hepatitis fulminante.
Además, en personas con infección crónica se ha objetivado muerte prematura debido a cirrosis o carcinoma
hepatocelular en el 25% de las mismas.
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La vacunación es universal para todos los niños con una serie de tres dosis. La primera dosis se inicia a los 2
meses, las segunda a los 4 meses y la tercera dosis a los 6 meses (2-4-11 meses de edad) de acuerdo con el calendario
aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
La administración de la serie de tres dosis puede iniciarse a cualquier edad. Los niños y adolescentes no vacunados
deberán recibir la serie completa de vacunación. Se administrarán 3 dosis con pauta 0, 1 y 6 meses.
La vacunación de los grupos de riesgo para la adquisición de la infección se dirige, entre otros, a aquellas personas
que por su ocupación están expuestas a sangre, productos sanguíneos o fluidos corporales que pueden contener el
virus: Personas bajo custodia en centros penitenciarios, residentes en instituciones para deficientes psíquicos, personal
que trabaja en dichos centros e instituciones, convivientes y contactos sexuales de personas con infección aguda o
crónica por el VHB, hemofílicos y otros receptores habituales de transfusiones de sangre u otros hemoderivados,
pacientes sometidos hemodiálisis, pacientes en programas de trasplantes, personas con infección por VIH enfermos
con hepatopatías crónicas e inmunodeprimidos.
A las mujeres embarazadas se les debe realizar la determinación de AgHBs al comienzo de cada embarazo y
sobre todo en el tercer trimestre. Se actuará en cada caso según el resultado de la serología. Las embarazadas que no
hayan adquirido la infección, que no estén vacunadas correctamente y estén en riesgo de infección por VHB durante el
embarazo (ej. más de un compañero sexual durante los 6 meses previos, uso reciente o actual de drogas intravenosas,
haber tenido un compañero sexual AgHBs (+), haber sido evaluada o tratada de infección de transmisión sexual, etc.)
deben de recibir o completar la serie de vacunación. El embarazo no es contraindicación para recibir la vacuna de la
hepatitis B.
En el caso de ser portadora crónica, la primera dosis se administrará en las primeras 24 horas de vida del recién nacido
junto con inmunoglobulina anti-HB. La segunda vacuna se pautaría a los dos meses, por lo que el niño ya estaría
protegido (0-2-4-11 meses).
5. Hepatitis C
5.1. Historia natural de la infección
El virus de la hepatitis C puede dar una enfermedad aguda o crónica. Las personas con infección aguda generalmente
son asintomáticas o con clínica leve y un 20-30% tiene síntomas (fiebre, fatiga, molestias abdominales, falta de
apetito, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares, ictericia, elevación de las transaminas). Sin embargo, esta
enfermedad puede evolucionar a una enfermedad crónica grave (con cirrosis y hepatocarcinoma).
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Aproximadamente, un 15-45% de las personas infectadas eliminan el virus de forma espontánea en 6 meses y entre el
55-85% restantes desarrollan la infección crónica, que en un plazo de 20 años, el 15-30% evolucionará a cirrosis
hepática.
5.3. Incidencia
La incidencia en 2020 fue de 2,33 casos /100.000 habitantes (con mucha
variabilidad entre comunidades autónomas). De los 809 casos notificados, el
7,2% (58) fueron casos nuevos agudos, 401 (49,6%) fueron casos nuevos
crónicos, y el 43,3% restante no hay información sobre la clasificación. Las tasas
más elevadas se encontraron en la Comunidad Valenciana y Murcia, y las más
bajas en el País Vaco. Los casos agudos se produjeron en personas más jóvenes
mientras que los casos crónicos afectaron a personas más mayores.
5.5. Tratamiento
Existen distintas opciones terapéuticas según el genotipo, pero también existen regímenes pangenotípicos de
tratamiento combinado con SOFOSBUVIR, con buena respuesta (98% de resolución viral) . Es importante valorar la
respuesta viral sostenida a las 12 semanas tras la finalización del tratamiento.
5.6. Prevención
● PREVENCIÓN PRIMARIA: El objetivo es evitar la infección, y lo más importante es que no disponemos
de vacunas por lo que debemos:
- Hacer un cribado de donantes de órgano sólido, hemoderivado y semén
- Inactivación viral de plasma y derivados. Este punto y el anterior se han realizado muy bien por lo
que la transmisión de hepatitis C por transfusiones de sangre o donación de órganos es prácticamente
nula.
- Seguridad en inyecciones, tatuajes, piercings. Sigue siendo un área de mejora debido a que la
mayoría se realizan en centro ilegales por lo que es difícil su control.
- Consejo y educación sanitaria.
- Buenas prácticas de esterilización y desinfección de alto nivel (con ácido paracético) y fomentar el
uso de material desechable a nivel sanitario (muchas veces no es posible por motivos económicos).
● PREVENCIÓN SECUNDARIA: el objetivo es un diagnóstico precoz de la infección para evitar la
transmisión a otras personas y evitar el daño hepático posterior, identificando a las personas de riesgo.
● Educación y formación
● Micro eliminación: En grupos que tienen algún hábito de riesgo concreto por ejemplo la gente que va a
los CAD (centros de atención a las drogodependencias). Existen dificultades porque esta población no tiene
un comportamiento continuo, acuden y dejan de acudir a los CAD, sufren muchas reinfecciones por
diferentes serotipos y por lo tanto son personas poco dadas a seguir un tratamiento aunque sea relativamente
corto como es el de acción directa de la hepatitis C. Otro grupo de riesgo es el de personas que acuden a
centros ilegales a realizarse acupuntura, tatuajes o piercings, lo hacen porque es mucho más barato que un
sitio legal con la diferencia de que los establecimientos legales están sometidos a controles e inspecciones por
la consejería de sanidad para la utilización y desinfección de las agujas utilizadas. En Canarias aún no se ha
detectado ningún brote relacionado con estos procedimientos pero en Andalucía se detectó un brote de 200
casos de hepatitis C en personas que acudían a una casa a realizarse piercings. Teniendo en cuenta que la
hepatitis C es una enfermedad curable en el 100% de los casos según los digestivos (afirman que los que no se
curan lo hacen por no cumplir correctamente con el tratamiento) lo importante es detectar los casos en la
población de riesgo.
● Macro eliminación: A nivel poblacional, se va a realizar en los nacidos entre 1955 y 1975 a lo largo de 3
años. El principal problema de la macro eliminación es que comprende una franja de edad muy grande y se
corresponde con el baby boom por lo tanto es mucha gente. El cribado se realizará de forma oportunista,
cuando una persona en esa franja de edad acuda a un centro de salud por cualquier motivo se le ofrecerá una
prueba de hepatitis C aunque no tenga relación con el motivo de consulta, debido a que se encuentra en una
franja de edad en la que se concentra el 80% de la población con hepatitis C. Este cribado es difícil porque
depende de que los médicos de atención primaria lo recuerden además de las otras muchas cosas que deben
hacer por lo que se plantea utilizar la automatización, como ya se realiza con el VIH. En el caso del VIH
cuando el sistema detecta que el paciente cumple una serie de características, se abre una ventana emergente
que indica al médico que a dicho paciente hay que pedirle una prueba de VIH, el problema es que se ha
detectado que la ventana emergente aparece hasta 20 veces y el médico no pide la prueba de VIH, como se
piensa que sucederá lo mismo con la hepatitis C se considera que hace falta un nivel mayor de automatización.
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Esta automatización consistiría en que al detectar que el paciente cumple con una serie de características, el
sistema solicite automáticamente una prueba de hepatitis C y cite al paciente en el laboratorio que le
corresponda para la extracción de sangre, sin que el médico haga nada. Además, se quiere automatizar
también la interconsulta a digestivo ante resultados positivos validados por un microbiólogo, ya que se ha
detectado que hay ocasiones en la que se solicitan pruebas de hepatitis C por médicos que no van a volver a
tener al paciente en consulta hasta un año más tarde, durante el cual el paciente puede transmitir la
enfermedad a otras personas si el resultado es positivo. Actualmente, se intenta implantar este tipo de
automatizaciones que ya se utilizan en otras CCAA en Canarias, aunque se ha encontrado resistencia por parte
de ciertas personas.
En conclusión, es necesario tener un listado de pacientes activos dado que la serología va permanecer positiva y
realizar un seguimiento de los casos diagnosticados, porque muchos se pierden en el sistema (en la petición, resultado,
comunicación del resultado…) por lo que se quiere automatizar, al igual que la interconsulta al digestivo, el
tratamiento y la realización de una PCR posterior que compruebe la curación. Es necesario realizar una búsqueda
activa de dónde falla el sistema y recuperar a esta población que puede ser marginada: prisiones, CAD, sintecho…
RESPUESTAS: 1E; 2A; 3C (porque ya está inmunizado); 4A; 5C; 6C; 7A; 8B; 9B; 10A
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