Leyendas de Mexico
Leyendas de Mexico
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Sac Nicté
Dice la leyenda que Sac-Nicté era una antigua princesa cuando Mayapán, Uxmal y
Chichén Itzá conviven como las grandes urbes de la cultura maya. Era una época en
la que sus reyes habían hecho un pacto de paz y no existían los ejércitos. Cuando
Canek tuvo 3 veces 7 años se convirtió en rey de Chichén Itzá y vió por primera vez
a la princesa Sac Nicté teniendo ella apenas 3 veces 5 años. Desde ese momento,
ambos supieron que sus vidas estarían destinadas a estar juntos por la eternidad.
En cambio, Sac-Nicté había sido destinada por su padre, rey de Mayapán, para ser
esposa de Ulil, un sub heredero del reino de Uxmal.
En Uxmal todo se preparaba para la boda, la ciudad entera había sido decorada
para la gran ocasión. Justo cuando Sac-Nicté estaba a punto de contraer
matrimonio, Canek apareció con sus guerreros y se llevó a la princesa frente a la
mirada de todos, dejando al príncipe Ulil plantado.
Este hecho terminó con la paz y Uxmal y Mayapán se unieron en guerra en contra
de Chichén Itzá. Antes de que la guerra estallara, los habitantes del Chichén Itzá
partieron una noche con la luz de la luna para salvar su ciudad. Cuando llegaron los
enemigos de Uxmal y Mayapán se encontraron la ciudad de Chichén Itzá vacía, la
cual decidieron incendiar. Desde entonces la ciudad quedó abandonada hasta
nuestros días.
Fuente: https://www.culturagenial.com/es/leyendas-mexicanas/
El árbol del amor
Cuenta la leyenda que entorno a 1860 vivía una joven llamada Oralia en una casa
señorial. Era una joven que contagiaba a todos su alegría de vivir. Juan era un
humilde joven que se había enamorado en silencio de Oralia y soñaba con mejorar
su situación laboral, pues sentía que su condición lo alejaba de la muchacha.
Por las tardes, cuando Juan salía de la mina se convertía en aguador, e iba a toda
prisa para entregarle el agua a Oralia. Con ella, la joven regaba las plantas de su
jardín, especialmente un árbol al que cuidaba con esmero.
Pronto, la muchacha también empezó a enamorarse de Juan. En cambio, había
otro joven interesado en Oralia, Philippe Rondé.
Con el paso del tiempo Oralia se sentía confundida, ya que no podía decidirse por
ninguno de los dos. Entonces, debía tomar una decisión.
La muchacha se sintió tan triste que rompió a llorar y se dirigió a su jardín. Allí un
árbol que había sembrado hace años y que Juan había regado ya estaba muy
grande. Oralia se sentó bajo su sombra y siguió llorando. Sus lágrimas regaban la
tierra.
Pronto, las ramas del árbol se posaron en el regazo de la joven y empezaron a caer
gotas de agua. Eran las lágrimas del árbol, que pronto se convirtieron en flores
blancas. Entonces Oralia se decidió: debía quedarse con Juan.
Al día siguiente, Philippe Rondé le dijo a Oralia que debía volver a su país. La
muchacha se sintió aliviada. Esa misma tarde, la muchacha fue a buscar a Juan a
quién abrazó y besó.
Desde entonces, todos los enamorados zacatecanos querían sellar su afecto bajo
aquel árbol que, con el paso del tiempo, fue talado.
Fuente: https://www.culturagenial.com/es/leyendas-mexicanas/
La leyenda de Tepoztécatl
Tepoztécatl es un personaje de leyenda de la región mexicana de
Morelos. Se dice que fue el hijo de una princesa embarazada a
través de la magia a través de un pequeño pájaro que se posó en su
hombro. Como no estaba casada, los padres de la princesa se
enfadaron con ella, y la joven se vio forzada a separarse del bebé
una vez se produjo el nacimiento.
Al entrar, se sentó en la barra y el barman le dijo que estaban cerca de lo hora de cierre
por lo que se apresuró a beber un trago, a lo que se acercó una señora a hacerle
conversación y le invitó otro trago mientras platicaban. Entre los diálogos el hombre le
compartió a la mujer que visitaría a su madre por el 2 de noviembre al panteón como
todos los años y que ese año no sería la excepción. Con el bar apunto de cerrar el hombre
se fue a su casa ya que debía estar temprano en el panteón como había acordado con sus
amigos.
Luego de la visita al panteón los tres amigos se dirigieron a la dirección donde estaba el
bar, y el letrero era mucho más pequeño y más dañado del que uno de ellos recordaba. La
puerta de entrada estaba abierta a lo que el hombre decidió entrar, en el lugar sólo
quedaban ruinas, quedó desconcertado. Estaban los vasos que había ocupado así como su
dinero. Ahí recordó lo que siempre le dijo su madre: “el 2 de noviembre los muertos
visitan a los vivos”. Se cuenta en Mexicali que cada día de muertos el bar abre sus puertas.
Fuente: https://www.infobae.com/america/mexico/2020/05/10/cinco-leyendas-
mexicanas-para-erizar-la-piel/
Se dice que en ese lugar existe una cueva donde el diablo fue liberado, pues trabajadores
que laboraban al rededor aseguraban escucharlo dentro de ella.
En su interior se puede visualizar el perfil de lo que pareciera ser una cabra, su ojo, cuerno
hacia arriba y hocico, es zona de rituales satánicos, magia negra y se llegan a encontrar
muñecos vudú, escritos, ropa, y hasta huesos humanos enterrados con cinta roja.
En temporada de vacaciones es muy visitada pues llama la atención de los turistas por la
imagen de un diablo que se presenta al frente en la entrada para así evitar el paso de los
mismos, se dice que los que se atreven a entrar quedan prisioneros a ella hasta el día
siguiente y salen oliendo a azufre.
Sin embargo de lo único que se tiene constancia es que la cueva sirvió como depósito de
dinamita cuando el cerro era utilizado para extraer material con el que se construyó el
malecón de olas altas y fue por el olor a azufre que salía del túnel lo que llevo a que la
bautizaran con el nombre de la Cueva del Diablo.
Sea cierto o no, de lo que si estamos seguros es que es una de las leyendas urbanas
mexicanas más populares proveniente de Mazatlán.
Feunte: https://viajesdeunchapin.com/leyendas-de-mexico/
El hombre vivía en una de estas trajineras, y la razón por la que juntaba las
figuras era para ahuyentar a los espíritus de lago. Específicamente, Don Julián
ofrecía estas muñecas en símbolo de paz para ahuyentar el espíritu de una
niña que murió ahogada ahí mismo.
Actualmente existe una pequeña isla con las muñecas recolectadas por Don
Julián en los canales de Xochimilco, y dicen que el alma de este hombre
vuelve constantemente para cuidarlas. De sta manera, esta leyenda
mexicana ha dado paso a una leyenda urbana cuya realidad transcurre en el
tiempo presente.
Fuente: https://psicologiaymente.com/cultura/leyendas-mexicanas-cortas
La Dama Enlutada
Esta escalofriante leyenda urbana mexicana de principios del siglo XIX es muy
conocida en la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, y fue
popularizada por los serenos de la ciudad que vigilaban sus calles por la
noche y se encontraban apariciones fantasmales.
Feunte: https://psicologiaymente.com/cultura/leyendas-mexicanas-cortas
Cuando el sol comienza a esconderse y las gallinas trepan los árboles para
dormirse, las madres meten a sus hijos, las puertas de las casas son
atrancadas y los viajeros apresuran el paso mientras rezan. Nadie quiere
encontrarse con el Charro Negro.
Dicen que es porque los solitarios son una presa fácil. Quizá sea por el miedo
que sienten y que a veces los incita a tomar malas decisiones.
Pero ¿sabías que aquel espectro alguna vez perteneció al mundo de los
vivos? La leyenda del Charro Negro cuenta que se trató de un hombre
traicionado por su propia ambición y avaricia.
El inicio de la maldición
Tiempo después, murieron sus padres. Al quedar solo, la miseria del Charro
aumentó considerablemente por lo que tomó una decisión que cambiaría su
vida: invocar al diablo para pedirle riqueza.
No se sabe cómo lo consiguió, pero finalmente, Lucifer se apareció. Aquella
entidad supo leer los ojos y el espíritu del hombre que lo había llamado, así
que de inmediato le ofreció cantidades de dinero que ni siquiera en dos vidas
podría gastar. Lo único que pedía a cambio, era su alma.
El cobro de la deuda
El Charro ya se había olvidado de aquel trato que lo maldijo. Por eso, cuando
se le apareció el diablo para recordarle que la hora del cobro estaba cerca, se
asustó como nunca.
Sin embargo, el diablo se dio cuenta de que el Charro faltaría a su palabra así
que volvió a aparecer frente al jinete y su caballo pero esta vez, con el fin de
llevárselo.
—Iba a esperar a que murieras para cobrar la deuda que tienes conmigo,
pero, como te ocultas cobardemente, te llevaré ahora —dijo el diablo.