Una Alegre Intercesión
Una Alegre Intercesión
Una Alegre Intercesión
BENI JOHNSON
Una Alegre Intercesión, por Beni Johnson
© Derechos Reservados 2009 - Beni Johnson
Publicado Originalmente en los Estados Unidos pcon el título de The Happy Intercessor por Destiny
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Todos los derechos reservados.
He leído no menos de 40 libros sobre intercesión. Algunos me desafiaron a orar más, otros me
ayudaron a ver el diseño de Dios para la oración, pero pocos mantuvieron mi atención absorta como
“Una Alegre Intercesión” de Beni Johnson.
Este es uno de los libros más interesantes sobre intercesión que he leído. Beni tiene el la capacidad
única de combinar lo celestial con lo práctico a través de sus propias historias y su conocimiento
bíblico. Es una lectura obligada para cada persona llamada a la intercesión, especialmente para los
que tienen problemas para ser constantes en ello.
John Paul Jackson
Fundador de Streams Ministries International
Autor de Desenmascarando el Espíritu de Jezabel
Conozco a Beni Johnson desde hace más de treinta años. He visto cómo su relación con Dios se
convirtió en una de las más hermosas historias de amor que jamás se hayan contado. En tan solo unos
minutos, despertará en ti el hambre por más intimidad con el Padre y te recordará tu primer amor.
“Una Alegre Intercesión” es más que un buen libro de oración; es un viaje del Espíritu Santo hacia el
mismísimo corazón del Padre. Este libro puede revolucionar la manera en que te relacionas con Dios
en todos los niveles. ¡Que comience la aventura!
Kris Vallotton
Cofundador de Bethel School of Supernatural Ministry
Autor de De Mendigo a Príncipe y Desarrollando un Estilo de Vida Sobrenatural
Este libro hace que la intercesión sea atractiva, emocionante y, me atrevo a decir, ¿estimulante? Creo
que va a provocar una revolución entre la gente como yo que necesitan conocimientos nuevos e
innovadores sobre cómo orar “sin cesar” manteniéndote lleno de energía. Por otro lado, podemos
reclutar un ejército de "ovejas agresivas" para vigilar los cielos en cada comunidad y en la cima de
cada montaña de influencia. ¡Disfruta la batalla!
Lance Wallnau
Fundador de Lance Learning Group
“Una Alegre Intercesión” es un manuscrito único en su tipo que proporciona información valiosa
sobre el ámbito de la intercesión, a menudo incomprendido. Extraordinario como su autor, este libro
es refrescantemente honesto, real y con los pies en la tierra. “Una Alegre Intercesión” captura
hábilmente el verdadero corazón de la intercesión de una manera sencilla, pero poderosa en
aplicación.
Larry Randolph
Fundador de Ministerios Larry Randolph
Autor de Spirit Talk, The Coming Shift, y User Friendly Prophecy
ÍNDICE
PRÓLOGO
1. EL VIAJE
2. ORANDO DESDE EL CORAZÓN DE DIOS
3. UN ESTILO DE VIDA A LA OFENSIVA
4. PROPIEDAD
5. JESÚS, NUESTRO EJEMPLO DE GOZO
6. LAS TRES ESFERAS
7. RUTAS AÉREAS
8. GUERRA POR MEDIO DE LA ALABANZA Y EL GOZO
9. EL REPOSO INTERIOR
10. ENFRENTANDO LOS RETOS
11. LOS MÍSTICOS, LAS EXPERIENCIAS MÍSTICAS Y LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA
EPÍLOGO
APÉNDICE
PRÓLOGO
Escribir una opinión o un prólogo para un libro es un gran honor. Y es
especialmente cierto cuando se conoce al autor y se ha visto cómo ha vivido
el mensaje que ha escrito. Siendo éste el caso, nunca me sentí más honrado
de escribir en nombre de ningún otro autor como lo hago ahora por mi
esposa.
Cada vez que presento a Beni en mis viajes o presento sus CD´s de
aprendizaje, menciono que ella es una señal y una maravilla, es una
intercesora feliz. Ese comentario suele hacer reír porque es un área de la
vida de la iglesia donde la dureza, la intolerancia y la depresión han sido
considerados el precio de entrada. Esa risa nerviosa también revela la
esperanza de que podría ser diferente. Hemos descubierto como iglesia que
puede y debe ser diferente.
Yo estuve allí cuando se hizo la declaración profética sobre su vida,
sobre convertirse en intercesora. Ambos habíamos estado expuestos a
intercesores que nos habían hecho querer cualquier cosa, menos ese
llamado en la vida. La carga que decían llevar, que descubrimos más tarde
que era solo una manera elegante de llamar a la depresión, no era una
imagen muy atractiva para los que estábamos realmente queriendo aprender
a orar. Pero ella ya conocía lo suficiente como para no rechazar aquella
palabra.
Recuerdo la noche en que mi esposa cambió de ser tímida a audaz, de
ser el tipo de persona que está detrás de la escena, a pasar al frente
dirigiendo. Ocurrió en una sola noche. Fue en un encuentro que tuvo con el
Señor en Toronto, en el que se sacudía como trapo. Fue impresionante e
increíble ver cómo todo el miedo al hombre y la intimidación parecían salir
de ella. Esa noche nació una leona.
Su viaje en la intercesión comenzó de la mejor manera posible. Ella era
una mujer que amaba a Dios ante todo, y ése fue el contexto de todo su
aprendizaje. A veces simplemente no conoces las claves y los principios
profundos para lograr un avance significativo en un área; pero siempre
puedes tomarte un tiempo para amar a Dios. Esa es su historia. Aunque las
percepciones y experiencias de Beni son verdaderas y profundas, no las
aprendió por el deseo de ser poderosa. Todas nacieron por el deseo de
conocer y amar a Dios con cada aliento posible. Creo que el secreto de la
oración eficaz es amar a Dios, y punto. Porque amar a Dios nos asocia con
Él. Y es mucho más divertido orar con Dios que simplemente orarle a Él.
Bill Johnson
1. EL VIAJE
No siempre fui una intercesora. Sin embargo, todavía me acuerdo de la
primera vez que me declararon esas palabras hace unos 20 años. Mi esposo
Bill y yo éramos los pastores de una iglesia en Weaverville, California. Le
habíamos pedido a nuestro amigo, el profeta Dick Joyce, que viniera y
ministrase en nuestra iglesia. Dick me llamó a que saliera al frente para
profetizar sobre mí y dijo, “Has sido llamada a interceder. No es para este
tiempo sino para uno venidero”.
Recuerdo que, mientras subía para recibir esta profecía, le susurré al
Señor, “Me quedo con cualquier don menos el de la intercesión”. Pero, de
alguna manera, aún cuando Dick me dijo esas palabras, recuerdo que no me
sorprendió. Era casi como si mi espíritu supiese lo que se avecinaba. En
aquel entonces, fueron las palabras de Dick, “no para este tiempo sino para
uno venidero” las que me trajeron el mayor consuelo porque, en ese tiempo,
no quería ser una intercesora.
En esa época, ya sabía que a veces es necesario poner ese tipo de
palabras proféticas “en el estante” durante un tiempo. Recuerdo que alguien
me dijo una vez que si recibías una profecía que no tenía sentido en ese
momento, tenía que “ponerla en el estante” y guardarla hasta que fuese el
tiempo para que se cumpliese. Sabía que ésta era una palabra del Señor,
pero el tiempo de su cumplimiento podría ser más adelante. Y eso a mí me
parecía bien. Necesitaba tiempo para entender verdaderamente qué era la
intercesión.
Tal vez te preguntarás por qué le susurré al Señor que no quería el don
de la intercesión. Verás, crecí en una iglesia donde la mayor parte del
tiempo, los “intercesores” no tenían pinta de ser gente feliz. Desde mi
limitada perspectiva, todos los que eran intercesores eran los que caminaban
por ahí con lo que a mí me parecían cargas pesadas. Los intercesores
siempre me parecían tristes y no recuerdo verlos sonreír.
A medida que crecí recuerdo que pensé, “no quiero ser una intercesora”.
Había crecido pensando eso; si eras un intercesor, tenías que llevar unas
cargas pesadas siempre, porque eso es lo que yo había visto. No sabía que
era posible que los intercesores fueran felices. Tenía mucho que aprender.
Yo Era “La Callada”
Durante muchos años no supe que yo era una intercesora. Cuando miro
atrás, puedo ver todas las señales: me pasaba mucho tiempo llevando tantos
sentimientos por dentro y los interiorizaba como si fuesen propios. Por
ejemplo, a menudo entraba en una habitación llena de gente y empezaba a
sentir y oír sus pensamientos—pensamientos que eran en su mayoría muy
negativos.
Sin embargo, no me daba cuenta de que todos esos sentimientos que
estaba experimentando eran el don que la Biblia denomina “discernimiento
de espíritus”, y llevaba esas emociones cargantes como si fueran mías en
vez de liberarlas en oración. Como resultado de todo esto estaba deprimida.
Me convertí en “la callada”.
Cuando era niña se me dijo que era tímida. Mis padres no sabían esto,
pero otros sí lo sabían. Desafortunadamente, debido a que tanta gente me
decía que era tímida, una y otra vez, empecé a pensar que era tímida. Tomé
esas palabras como si fueran verdad. Estuve de acuerdo con esas palabras y
las recibí como mi identidad.
Tristemente, ser tímida se convirtió con el tiempo en una fortaleza en mi
vida que me empezó a controlar. Recuerdo estar tan asustada de la gente,
que se me hacía difícil hablar en voz alta. Tenía miedo de decir cosas
inapropiadas y miedo de que se me olvidaría lo que iba a decir en medio de
la frase. También recuerdo lo atormentador que era para mí hablar en
público. Prefería sacar una mala calificación en un examen oral, que tener
que levantarme delante de la clase.
NOTAS FINALES
1. Dutch Sheets, Intercessory Prayer (Ventura, CA: Regal Books,
1996), 116.
3. UN ESTILO DE VIDA A LA
OFENSIVA
En los Estados Unidos el fútbol americano es toda una sensación. La
gente se vuelve loca con sus equipos. Nuestra familia siente debilidad por
los 49’s de San Francisco. Hubo un tiempo en el que volvíamos a casa
después de la reunión y no podíamos esperar ni un minuto más para ver a
nuestro quarterback favorito de todos los tiempos, Joe Montana, haciendo
su magia en el juego.
En un equipo de fútbol tienes un equipo que actúa de defensa y otro que
ataca—a la ofensiva. El equipo de defensa intenta quitarle el balón al
equipo de la ofensiva del contrincante. El equipo de defensa intenta
dilucidar las estrategias y juegos del equipo contrario que actúa a la
ofensiva. El equipo que actúa a la ofensiva, sin embargo, tiene la ventaja de
que son ellos los que tienen el balón. Con su habilidad y diferentes juegos,
continúan llevando el balón al final del campo para hacer un touchdown. El
equipo que juega a la ofensiva es el que está al mando ya que es éste el que
tiene la posesión del balón.
Este capítulo trata sobre controlar la posesión del balón. Para los
intercesores, es extremadamente importante entender que Dios ya nos ha
dado el balón. Somos el equipo que ataca. Si no entiendes eso, si no estás
jugando desde la victoria, entonces vas a ser un intercesor cuya vida de
oración se verá marcada por la derrota. Serás aquél que siempre está
intentando proteger de los planes del enemigo lo que Dios te ha dado, o
peor aún, yendo tras el diablo y tratando de averiguar qué está haciendo.
¿Por qué está eso mal? Si no entiendes que Dios ya te ha dado el balón,
vivirán en temor y orarás desde un lugar de necesidad.
Cuando Joe Montana tiraba el balón en el campo, él sabía perfectamente
hacia donde se dirigía—a las manos del receptor. Era algo de gran belleza.
Gran cuadro para nosotros sobre cómo vivir como gente del Reino y
conocer los juegos del Cielo.
Un buen jugador está tan centrado en su meta que parece que no hay
nadie más a su alrededor. Un buen jugador no tira el balón por ahí sin más.
De la misma manera, nosotros no podemos tirar nuestras oraciones para acá
y para allá.
Como Joe, somos el equipo que ataca. Los equipos que juegan en la
ofensiva son los que dictan qué juego se va a hacer. Deben tener la
confianza de que van a ganar. Tienen que creer que van a ganar porque
saben que controlan el balón. Como intercesores, como equipo que está en
la ofensiva, nuestra tarea es tomar el territorio y no correr detrás de un
enemigo intentando robarle el balón. El diablo perdió el balón en el
Calvario.
Como intercesores necesitamos recordar siempre que estamos jugando
en el equipo que ataca. En el equipo que ataca, todo el equipo sabe hacia
dónde se dirigirá la pelota y quién la va a agarrar. Todo el equipo sabe hacia
dónde debe correr. Tienen una meta: hacer un touchdown. Como
intercesores, debemos oír las instrucciones que el Señor está dando y orar
por ellas para que el equipo pueda agarrar la pelota y hacer un touchdown.
Nuestra tarea no es pasarnos todo el tiempo preocupándonos de las
estrategias del enemigo. Tenemos que hacer los juegos que Dios diga.
Muchos intercesores se pasan todo el tiempo preocupándose sobre lo
que el enemigo va a hacer después, pero su tarea es centrarse en Dios y
asociarse con Sus planes. Como intercesor, tu tarea es averiguar lo que Dios
quiere hacer, esto es lo opuesto a lo que el enemigo está diciendo. Entonces
empiezas a orar lo que Dios quiere. No permites que el enemigo traiga
distracción. Tienes que decidir no asociarte con el temor.
Así es como los intercesores viven una vida de ataque. Oran de acuerdo
con los planes de Dios y oran desde la victoria.
Como resultado, no somos más niños echados de acá para allá por
las olas y llevados por todo viento de doctrina, por los engaños del
hombre, por las estratagemas engañosas (Efesios 4:14 NASB).
Sin lugar para el temor
Cuando nuestra tercera nieta Haley nació, su mamá Jenn, tuvo una
infección y el doctor tuvo que hacer una cesárea de urgencia. Al sacar al
bebé de la sala y llevarla rápidamente a una unidad de cuidados intensivos,
nos dijeron que Haley no estaba respondiendo como se esperaba.
A los bebés cuando nacen les hacen una prueba que se llama el test de
Apgar. Es una prueba que se puntúa siendo el 10 la mejor puntuación
posible. La puntuación de Haley era 2. Después nos enteramos de que los
bebés que puntúan con un 2 normalmente no viven. Cuando nos dieron esta
noticia, nosotros como familia tuvimos que tomar una decisión. ¿Nos
pondríamos de acuerdo con estas malas noticias? Nunca me olvidaré de ese
sentimiento. Era la primogénita de nuestro hijo. Todo era tan nuevo y
emocionante; y después este mal resultado. Me acuerdo que fui y me senté
en una silla en la sala de espera. Puse mi cara entre mis manos y le pregunté
a Dios qué estaba ocurriendo. Oí estas palabras, “Sencillamente es una
guerra. Di ‘¡no!’” Y eso es lo que hice. Toda la familia oró. Esto no debía
ocurrir. A los 10 minutos la enfermera salió y nos dijo que el test Apgar de
Haley había subido a 7 y que estaría bien. Al escribir este libro, Haley está
muy viva y bien, cambiando el mundo que la rodea para Jesús.
El temor tiene sus maneras de venir a ti y morderte. Todo parece ir
maravillosamente bien en tu vida y estás caminando en paz. De repente, el
temor está intentando envolverte, intentando destruir tu paz. Como creyente
tenemos que hacer una elección para resistir el temor. Como familia
tuvimos que tomar la decisión de que no nos asociaríamos con el temor. El
diablo tiene derechos legales sólo si nos ponemos de acuerdo con él. La
herramienta que utiliza para pillarnos es el temor. No tiene un juego limpio
con nosotros. Va directo a nuestros puntos débiles.
NOTAS FINALES
1. Dutch Sheets, Intercessory Prayer (Ventura, CA: Regal Books,
1996), 116.
2. Allan Moorhead, “Law Verses Grace, Part 1” (2003),
http://mayimhayim.org/Allen/Law%20vs%20Grace%201.htm
(accessed 17 Sept 2008).
4. PROPIEDAD
Considero a Redding, California, mi hogar. No sólo es mi hogar, es mi
tierra. Creo que lo que hablo y oro sobre mi ciudad va a marcar la
diferencia. Esto mismo es cierto para vosotros; el lugar donde vives es tuyo.
Somos líderes espirituales de nuestra tierra. Como intercesores, necesitamos
tomarlo en serio.
Hace varios años, hubo un asesinato brutal en nuestra ciudad. Dos
jóvenes asesinaron a otros dos hombres simplemente porque eran
homosexuales. Me desperté esa mañana y leí el periódico para enterarme de
lo que había ocurrido en nuestro país. Las noticias me entristecieron. Me fui
a la casa de oración y lloré delante de Dios. Le pedí perdón por los
asesinatos que habíamos cometido en nuestra ciudad. Lloré por
misericordia para que Dios sanase nuestra tierra del derramamiento de
sangre.
Son tantas las naciones que has saqueado que los pueblos que se
salven te saquearán a ti; porque es mucha la sangre que has
derramado, y mucha tu violencia contra este país, contra esta
ciudad y sus habitantes… “¡Ay del que construye una ciudad con
asesinatos y establece un poblado mediante el crimen!” (Habacuc
2:8,12)
Como intercesora que soy, mi tarea es apropiarme de las cosas que
ocurren en esta zona. Tal vez digas, “espera, obviamente no has sido tú
quien ha cometido el crimen, o sea que ¿por qué te echas la culpa?” Porque
yo me he “apropiado” de mi tierra, cuando algo malo y pecaminoso ocurre
en esta zona me lo tomo como si fuera mío. Si algo ha salido mal, veo que
es mi responsabilidad el arreglarlo a través de la confesión y del
arrepentimiento.
Hace muchos años, un grupo de gente de la Primera Nación fue
masacrada en nuestra zona. Cuando ocurrió la masacre, ni siquiera había
nacido. De hecho, no jugué ningún papel en esta atrocidad tan horrible.
Pero, ya que Dios me ha colocado en esta zona, creo que Dios me ha dado
la responsabilidad de luchar a favor de esta región. Esta región en el Norte
de California es más que mi hogar; es el lugar que amo.
Como resultado de esto, me he convertido en una reconciliadora, una
persona que ora por reconciliación, que ora por sanidad para la tierra. De
hecho, un reconciliador ayuda a que la gente se reúna. La reconciliación
quiere decir “traer propiciación; el acto de armonizar o hacer que algo sea
consistente; traer acuerdo entre cosas aparentemente opuestas o
inconsistentes”.
Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos
reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la
reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al
mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y
encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación (2
Corintios 5:18-19).
Al arrepentirme de este pecado por un grupo de personas y por una
tierra, estaba reconciliando. A través de nuestra intercesión y
arrepentimiento traemos armonía al ambiente que nos rodea. Jesús se
apropió de los pecados que otras personas habían cometido, aunque Él era
sin pecado. Cuando nos apropiamos de los pecados que han ocurrido en una
región y nos arrepentimos en lugar de esas personas, como si fuésemos las
personas que han cometido los pecados, nos apropiamos de la tierra.
Un día, mientras estaba orando, sentí que el Señor me dijo que orase por
el gobierno. El sentimiento era que ésta debía ser una meta a largo plazo,
algo que tendría que orar durante el resto de mi vida, hasta tal punto que mi
primera dirección de correo electrónico tenía la frase “prayfor5” (ora por 5)
como parte del nombre.
Uno de los significados del número cinco es el gobierno quíntuple. ¿Por
qué tipo de gobierno quería Dios que orase? Las tres áreas clave son (1) el
gobierno físico de nuestra nación, (2) el gobierno espiritual de nuestra zona
y (3) los oficios gubernamentales quíntuples de la Iglesia —apóstol, profeta,
evangelista, pastor y maestro.
Mientras escribo este libro, ya han pasado 12 años y el objeto de mi
oración no ha cambiado. Sigue habiendo tres áreas clave en mi vida. Estas
áreas de oración han hecho que tenga unas aventuras muy sorprendentes.
Dios ha traído a muchas personas con un sentir similar para ayudar con esta
aventura. Las estrategias y los actos proféticos que han salido a relucir han
sido tremendamente divertidos y activos y están llenos de la energía del
Espíritu Santo.
Estaba leyendo un libro sobre la historia del país en el que vivo. A
medida que leía sobre las masacres que se les hicieron a los indios, me di
cuenta de que se debía hacer algo. Empecé a orar y a preguntarle a Dios lo
que deberíamos hacer para traer sanidad a nuestra tierra.
Los indios Wintu eran los nativos de la zona de Redding. Son los
primeros propietarios de esta región. He llegado a conocer a varios de ellos
y son personas maravillosas y generosas. A pesar de sus heridas, son unas
personas valientes que siguen trabajando para mantener su buen nombre.
Hace muchos años se les dejó de reconocer como pueblo y perdieron su
nombre y siguen sin ser reconocidos por nuestro gobierno. Hay muchos
reglamentos y leyes con los que se tienen que enfrentar. Ha sido una batalla
dura. Pero son personas muy fuertes.
Dios trajo a una maravillosa mujer Wintu a mi vida cuyo nombre es
Donna. O, tal vez debería decir, yo fui traída a su vida. Nos sentamos y
hablamos y oramos juntas. Me dio información acerca de su pueblo. Un día
Donna me vino a visitar y me preguntó si había oído el dicho de “enterrar el
hacha”. Le dije que sí. Me dijo que eso es lo que hacían cuando querían
arreglar algo, terminar con una disputa.
Acabábamos de terminar nuestra casa de oración, aunque todavía no
habíamos terminado con las labores de paisajismo. Decidimos que
“enterraríamos el hacha” en la parte del norte de la casa de oración. Ese
sería un lugar perfecto. Tomamos a un grupo pequeño de personas y, como
acto simbólico, enterramos un hacha. Donna trajo un hacha india y la
enterramos.
Ese fue uno de los primeros actos proféticos que hicimos juntos en
nuestra región. Donna, muchos otros intercesores y yo hemos ido por todo
nuestro condado y hemos orado y liberado limpieza en el ambiente. Al
hacer eso, nosotros como reconciliadores de Dios estamos diciendo, “Dios,
sabemos que nos has dado la responsabilidad de traer el ministerio de la
reconciliación, y nos estamos apropiando de ello. Haremos todo lo que
quieras que hagamos, cuando quieras que lo hagamos y Tú nos mostrarás
cómo hacerlo”.
Fui a una conferencia en Redding hace años. Habían invitado a un
orador que era un líder de las Primeras Naciones. A medida que hablaba
sobre ayudar a las gentes de las Primeras Naciones, mencionó la ayuda
monetaria. Me di cuenta de que teníamos que poner el dinero en el lugar de
nuestras palabras.
Teníamos una cierta relación con el pueblo Wintu a través de nuestra
amiga Donna, pero ahí se acababa todo. Uno de los ancianos de nuestra
iglesia también estaba en la conferencia. Nos envió un correo electrónico y
mencionó que había oído esto mismo en una reunión y que había pensado
que sería una gran idea el hacer una donación a la tribu Wintu.
Llamé a nuestra amiga y le pregunté si Bill y yo nos podíamos reunir
con el concilio de la tribu. Ella hizo los preparativos. Mientras tanto,
escribimos una carta para la tribu Wintu que le daríamos junto con un
cheque. En la carta nos referimos a ellos como los primeros propietarios de
esta zona y les honramos por lo que son. También explicamos que la iglesia
de Betel, nuestra iglesia, les entregaría un cheque mientras que Betel
existiera.
Esa noche, en la reunión tribal, no había ni un solo ojo seco en ese lugar.
Fue un momento que nunca olvidaré. La reconciliación que tuvo lugar en
todos nuestros corazones cambió de manera permanente la atmósfera de
nuestra ciudad. Sí, todavía hay heridas y dolor, pero tenemos amigos ahora
y seguimos orando y ayudando cuando se nos pide que lo hagamos.
Esa noche, en la reunión se intercambiaron muchos regalos. Uno de
estos regalos fue un árbol de retoños rojos que recibimos de la tribu. Lo
plantamos en el jardín de la casa de oración. Desde entonces, hemos
recibido más árboles de la tribu como confirmación de nuestra relación.
Poco después de esta reunión, empezamos a ver cómo se empezó a
hablar de los pueblos de las Primeras Naciones en las noticias. Vimos que
todavía había luchas, pero empezó a surgir el reconocimiento. Se empezó a
dar honra a quien se la merecía (ver Romanos 13:7).
Hay muchos ejemplos de intercesores en la Biblia, el mayor de ellos,
Jesús. Cuando Jesús dijo, “Consumado es”, (Juan 19:30) se acabó Su
ministerio de intercesión en la tierra. Recuerda, un intercesor hace un ruego
a favor de otra persona ante alguien que está en autoridad, especialmente si
esa persona va a ser castigada. Jesús era nuestro intercesor. Él se colocó
entre Dios y el pecado humano. No sólo se colocó a favor nuestro, sino que
también se convirtió en pecado por nosotros.
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él
(2 Corintios 5:21 RV60).
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la
carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y
a causa del pecado, condenó al pecado en la carne… (Romanos 8:3
RV60).
Otra ocasión que nunca olvidaré es cuando nuestra ciudad dedicó
nuestro Sun Dial Bridge el 4 de julio del 2004. Para empezar, la ciudad le
pidió al jefe de la tribu Wintu que vinieran y fueran los primeros en pisar el
Puente y orar sobre él. Así que, mientras una gran multitud de personas
estaban observando en uno de los extremos del puente, el jefe de la tribu y
un delegado del concilio de la tribu atravesaron el Puente desde el otro
extremo.
Nunca había oído de nada parecido que honrase a la tribu en Redding.
Mientras nuestra ciudad observaba la ceremonia, algunos lloramos porque
sabíamos que la reconciliación que había tenido lugar en esa reunión con el
concilio había sido la causa de este efecto dominó sobre nuestra ciudad.
Cuando el concilio de la tribu terminó su parte de la ceremonia, la madre
del jefe, que estaba de pie al lado de su hijo, se volvió a mí y con los labios
dijo, “gracias”. Ambas sabíamos el por qué.
Eso es apropiarse; tomar tu lugar como propietario que carga con la
responsabilidad. En un negocio, el propietario hace lo que sea para
mantener ese negocio en un lugar de favor ante la comunidad. Bueno, como
intercesores hacemos lo mismo. Hacemos lo que sea necesario para
mantener nuestra región en un lugar de favor delante de Dios. Cuando nos
arrepentimos en nombre de la gente que ha cometido los pecados de la
tierra, lo denominamos arrepentimiento por identificación.
En el contado de Shasta, se cosecha marihuana durante dos meses y
medio al año. Ya que gran parte del condado de Shasta es remoto y se
encuentra en las laderas de los montes del norte del estado de California, se
cultiva mucha marihuana, no sólo en nuestro condado, sino también en los
condados que lo rodean. Es un gran negocio. El dinero que se recauda como
consecuencia de su cultivo se utiliza, a su vez, para crear otras drogas.
Cuando trabajé como ayudante de un profesor hace muchos años, todos
los profesores tenían que hacer un curso de concientización sobre el abuso
de drogas e impartir una clase de educación preventiva. Nos dijeron que la
marihuana era la puerta de entrada al mundo de la droga, que cuando
empiezas a utilizar marihuana es tan sólo cuestión de tiempo para empezar
a experimentar con otras drogas. También es la droga que te suministra el
dinero para comprar drogas más peligrosas.
Una de las mujeres de nuestra iglesia me dijo que uno de sus hijos
quería hablar conmigo acerca del negocio de las drogas en nuestra zona.
Este joven no era salvo y él mismo era traficante. Estuve de acuerdo en
reunirme con él para hablar. Empezó a contarme muchas cosas interesantes
acerca de nuestra zona y de lo que estaba ocurriendo. Fue una charla muy
esclarecedora ya que la información me conmovió por dentro para que
orase. Le pedí a Dios que me mostrase cómo orar de manera estratégica.
Me gusta ver en televisión el canal del tiempo y también me gusta leer
la página del tiempo en nuestro periódico local. Mi esposo no entiende por
qué me siento y veo el canal del tiempo. Creo que debe ser porque es algo
que se predice. Te informa de lo que está por venir.
Había estado orando durante dos semanas acerca de todo este asunto del
anillo de drogas en nuestra comunidad. Una mañana estaba leyendo la
página del tiempo en nuestro periódico y me di cuenta de que había un
pequeño cuadro con las fases de la luna. Nunca le había prestado atención a
eso, pero captó mi atención esa mañana. Ese pequeño cuadro me mostraba
la fecha y ocasiones donde habría luna llena y luna nueva. Mentalmente
almacené esa información y terminé de leer el periódico. Cuando acabé,
cogí mi Biblia y empecé a leer donde me había quedado la vez anterior:
Salmo 81. Leí hasta el versículo 4 y me paré. Decía así:
Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de
nuestra fiesta solemne. Porque estatuto es de Israel, ordenanza del
Dios de Jacob (Salmos 81:3-4 RV60).
Algo me detuvo y me di cuenta de que no era un error que acabase de
leer acerca de las fases de la luna en el periódico para, acto seguido, leer
acerca de eso mismo en la Biblia. Ahí sentada, supe instantáneamente lo
que iba a hacer. En ese momento supe lo que Dios me estaba diciendo que
hiciera.
A esto se le llama el lenguaje del Espíritu. Es el hombre espiritual que
capta el movimiento del Cielo. Sentí que debía ir al límite norte de nuestro
estado y tocar el shofar en la fase de la luna al amanecer. Hemos aprendido
por experiencia que, cuando se ora al amanecer, el Cielo está abierto. Parece
como que hay un hilo directo entre el Cielo y la tierra.
Una de mis amigas conoció a un líder espiritual nativo americano que la
miró y le dijo, “Ah, tú oras pronto por la mañana, ¿verdad?” Ella respondió,
“Sí”. Él le dijo que, cuando se ora al amanecer, hay más apertura.
Con esta información, llamé a una amiga y le conté lo que estaba
pasando y la pregunté si vendría conmigo. Esperamos hasta la siguiente
fase de la luna y nos dirigimos hacia el límite norte del estado. Llegamos
ahí justo al amanecer y tocamos el shofar. Cuando nos volvimos a meter en
el coche, empezamos a orar. De mi boca surgieron estas palabras: “Señor, te
pido que nos perdones por permitir que un espíritu de brujería entre en
nuestra región”. Nos sobrevino un profundo clamor al interceder por
nuestro estado pidiéndole a Dios que nos redimiese y que tuviese
misericordia. Como siempre, terminamos con un tiempo de gozo y
alabanza. Después nos fuimos a casa.
Resultó ser el tiempo de la cosecha de marihuana. Pasó una semana. Un
día, mirando el periódico, vi nuestra primera respuesta: había habido un
decomiso de droga. Durante los dos meses y medio siguientes vimos
diariamente más y más “buena” cosecha. No solo eso, sino que también
hubo más decomisos de droga.
Un camión estaba viajando por la autopista interestatal 5 hacia el sur de
donde nos encontrábamos. Tuvo un accidente, volcó y derramó todo un
laboratorio de meta-anfetamina. En otra ocasión, la policía de carretera paró
a un hombre por cambiar de carril ilegalmente, nada por lo que hubiera sido
arrestado, pero el otro policía se paró y acercó a su perro en el coche de este
hombre. El perro estaba adiestrado para encontrar contrabandos de droga.
Abrieron el maletero de este hombre y encontraron un millón cien mil
dólares en cocaína. Este hombre iba de camino a Canadá.
Al final de la época de la cosecha, el periódico anunció que había sido la
mayor cosecha policíaca de marihuana en la historia del condado de Shasta.
Recibí una llamada del joven que me había dado toda la información. Me
dijo que uno de sus amigos de Canadá le llamó preguntándose qué estaba
ocurriendo porque casi no estaban llegando drogas.
Te tengo que decir que, cuando el joven salió de la oficina ese día, le
dije que pronto se daría cuenta de quién era. A las dos semanas, vino al
Señor y fue salvo. Con el tiempo, se graduó en nuestra escuela de
ministerio. ¡Vaya! Fue una época muy interesante en la que las oraciones
estaban siendo respondidas debido a una gran estrategia que funcionaba.
Uno de los ministerios, aquí en nuestra ciudad, ha realizado una gran
tarea a la hora de reunir a los líderes políticos y a los líderes espirituales de
la ciudad. Nos reunimos de vez en cuando para almorzar y hablar. En una
de estas reuniones, le pidieron a nuestro sheriff que compartiese sobre lo
que estaba ocurriendo en nuestra ciudad. No sólo dio buenas noticias ese
día. Pero fue bueno oír lo que dijo para que pudiésemos orar de una manera
más efectiva como líderes espirituales.
Una de las buenas cosas que contó fue la manera en la que el
departamento de policía estaba trabajando para combatir el problema de la
droga en nuestra ciudad. Nos dijo que acababan de completar una operación
de cosecha de plantas de marihuana. En dos semanas habían recolectado
284.000 plantas, y para el final de la estación tenían proyectado recolectar
365.000 plantas. Cinco mil plantas producen mil seiscientos millones de
dólares.
Quiero retroceder en esta historia y hablar acerca de la oración que
hicimos en el límite del norte del estado: “Perdónanos por permitir que haya
un espíritu de brujería en nuestra región”. Hay tres versículos en la Biblia
que hablan de brujería: 2 Crónicas 33:6, Gálatas 5:20 y Apocalipsis 18:23.
En 2 Crónicas 33:6, la palabra brujería es la palabra hebrea kashaph, que
quiere decir “practicar la brujería, brujo, bruja”.
En los dos otros versículos en Gálatas y en Apocalipsis, la palabra
brujería es una palabra griega, farmakeia, que quiere decir, “el uso o
administración de drogas, envenenar, brujería, artes mágicas”. Cuando
oramos ese día en el norte, estábamos en lo correcto. Una vez más,
estábamos apropiándonos. Estábamos pidiendo que hubiera una limpieza en
la tierra.
Esto tiene mucho sentido y nos da el entendimiento para penetrar en la
vida de adicción a las drogas. Es como un encantamiento. Al orar por
aquéllos que amamos y que son adictos y están atrapados en esa maldición
del diablo, recordemos que tenemos que dirigirnos a la brujería que ha
venido a destruirles. Que seamos el intermediario para aquéllos que
sabemos que están viviendo con adicciones.
Una de mis historias favoritas sobre apropiarse en la Biblia se encuentra
en Génesis 26.
Hay una hambruna en la tierra e Isaac va de camino a Egipto. Por el
camino, se para en Gerar. Dios le habla y le dice que se quede ahí y que no
baje a Egipto. En el versículo 2, Dios le dice que habite en la tierra que “Yo
te diré” (ver Génesis 26:2). Dios dice en los versículos 3-5 que quiere que
Isaac habite en esta tierra, que bendecirá a Isaac y a sus descendientes:
Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te
bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras,
y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.
Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a
tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la
tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi
voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis
leyes (Génesis 26:3-5).
En el versículo 6 dice que Isaac habita en la tierra como Dios le mandó
hacer y en el versículo 12 dice que Isaac sembró en la tierra (ver Génesis
26:6,12). Pero en los versículos 7-11, Isaac le miente a Abimelec diciéndole
que Rebeca es su hermana en vez de su esposa.
¿Te has preguntado alguna vez, como yo, por qué los versículos 7-11
están en la Biblia? Estoy segura de que hay muchas razones por las que
esos versículos están ahí. Tal vez es porque su padre, Abraham, hizo lo
mismo y hay una lección que debe ser aprendida. O, tal vez, es
sencillamente que Dios nos cubre cuando hacemos tonterías. Esa pequeña
mentira de Isaac podría haberle causado la muerte a alguien. Tal vez hasta
una guerra, ¿quién sabe? Pero Dios. Siempre es Dios.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por
nosotros (Efesios 2:4).
Me encantan estas partes de la Biblia que muestran hasta qué punto
necesitamos la misericordia de Dios cada minuto.
Al continuar con esta historia de Isaac, entendemos que Isaac está
habitando y sembrando la tierra. Cuando Dios le dice a Isaac que habite en
la tierra, Dios le está diciendo, “Quiero que te quedes bastante tiempo. Esta
es tu tierra”. Porque eso es lo que habitar quiere decir: “vivir como
residente”. Y eso es lo que hizo Isaac. Isaac sembró la tierra. Eso quiere
decir que era agricultor. Dice que Isaac sembró en esa tierra y segó ese
mismo año al ciento por ciento, y el Señor le bendijo. La Biblia dice que
Isaac fue tan bendecido y próspero que los filisteos que vivían allí le
envidiaban. Hasta el rey les pidió que se fueran de allí.
En Génesis 21:22-34, Abraham había cavado un pozo y el siervo del rey
Abimelec le había robado el pozo. A causa de este robo, el rey había pedido
a Abraham que fuese propicio para con él y no le hiciese daño ni a él ni a su
pueblo. Con motivo de este acuerdo, los dos hombres hicieron un pacto. El
acuerdo había sido que el pozo le pertenecía a Abraham y este pozo se
llamaría Beerseba (el juramento). (Ver Génesis 21:22-34).
Ahora, te estarás preguntando por qué es tan importante este pozo. Si
alguna vez has estado en Israel y has viajado a la parte sur donde está
Beerseba, sabrás lo importante que es el agua. Esa zona es muy seca, pero
no sólo eso. Cuando alguien cavaba un pozo, él o ella reclamaba el terreno
que rodeaba al pozo. Así, cuando Abraham cavó el pozo de Beerseba,
estaba diciendo, “Esta es mi tierra y es tierra de mis descendientes”.
El versículo 15 de Génesis 26 nos dice que los filisteos habían tapado
los pozos que Abraham había cavado (ver Génesis 26:15). Lo que estaban
haciendo —y creo que sabían exactamente lo que estaban haciendo— era
esconder cualquier evidencia de que la tierra le perteneciese a otra persona.
Al estudiar este versículo, me di cuenta de que no sólo llenaban los
pozos con tierra, sino que también metían animales muertos en el pozo para
que pareciese que ahí no había habido nada antes. Es interesante que el
mismo acto que se utiliza para hacer un pacto, se usa para romperlo.
Pienso que, mientras Isaac estaba sembrando la tierra, descubrió los
pozos de su padre. La Biblia dice que el volvió a cavar todos los pozos de
su padre y les volvió a dar sus nombres (ver Génesis 26:18). Isaac llegó a la
tierra, se encontró con lo que le pertenecía, y se apropió de ello de nuevo.
La historia sigue diciendo que cavó cinco pozos más en esa región, y que el
rey vino y le dijo, “Ciertamente hemos visto que Jehová está contigo. Haya
ahora un juramento entre nosotros” (Génesis 26:28). Isaac tan sólo volvió a
tomar lo que era suyo por derecho.
Cuando oramos sobre nuestra tierra volvemos a cavar los pozos —estas
cosas que fueron una vez lugares de vida— y encontramos pozos nuevos de
agua viva, hacemos exactamente lo que hizo Isaac. Reclamó su tierra;
reclamamos nuestra tierra. Entonces Dios mostrará Su favor hacia nosotros
y veremos ese favor sobre nosotros y sobre la tierra que Dios nos ha dado.
5. JESÚS, NUESTRO EJEMPLO DE
GOZO
Fuimos pastores en la iglesia en Weaverville, California, como ya
mencioné, durante 17 años. Fue un gozo para nosotros criar tres hijos muy
vivarachos en una pequeña comunidad de montaña. La iglesia era una
familia. Durante varios años, cuando llegaba la fecha de Semana Santa,
teníamos la reunión al amanecer y luego íbamos a diferentes hogares a
tomar el desayuno de Pascua. Especialmente para nuestro segundo hijo,
Brian, que en aquél entonces tenía tres años, la comida era algo muy
especial.
Le encantaban esos momentos especiales porque también había dulces.
Estábamos en la mesa tomando nuestro desayuno de Pascua, pero Brian
lo estaba pasando mal para terminar los huevos porque ya había visto que
los rollos de canela estaban encima de la cocina. Intentar razonar con él no
nos estaba llevando a ningún lado, así que Bill, siendo un hombre lleno de
sabiduría, tomó a Brian con su palto de huevos, caminó con él hasta la
cocina y le dijo, “Brian, si te comes los huevos, podrás comer un rollo de
canela”. Así que Brian se sentó ahí, sobre las rodillas de Bill, comiéndose
los huevos sin quitarle los ojos de encima a los rollos de canela. Cuando
terminó, le dimos su bollo. Había sufrido la cruz (los huevos) por el gozo
(bollo) puesto delante de él. Tal vez esta sea una historia muy tonta, pero
ilustra un buen punto.
Los intercesores deberían ser las personas más felices del planeta porque
conocen los planes de Dios. Dios está de buen humor y quiere dar buenas
dádivas a Sus hijos. Como intercesores, nuestra tarea es estar de acuerdo
con esos planes. Como intercesores, debemos poder admitir que a Dios le
gusta motivarnos con dones. Podemos verlo en las Escrituras.
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual
por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios (Hebreos 12:2
RV60).
Jesús aguantó mucho mientras estuvo en la tierra y lo aguantó por la
promesa de gozo que fue colocada delante de Él. ¡A Jesús le gusta el gozo!
Aquí vemos que el Rey de reyes y el Señor de señores se hizo hombre, lo
escogió Él. Y lo aguantó (sufrió) todo por gozo. Eso en sí mismo era
suficiente como para darle toda la perseverancia que necesitaba; soportar el
sufrimiento de estar en el cuerpo de un hombre después de haber vivido en
el nivel celestial lleno de luz, poder y gozo. En mi opinión, el gozo es lo
que le mantuvo soportando la vida terrenal y la muerte.
Tenemos escuela de primaria en nuestra iglesia en Redding. Cada año
tiene un programa de danza y drama. Tiene que ver con la creación, la vida
de Jesús y la guerra entre el nivel demoníaco y el nivel angelical. Una de las
escenas muestra a los ángeles de pie en el Cielo observando cómo Jesús es
acusado, golpeado y crucificado en la cruz. Los ángeles se sienten tan
molestos porque se les ha dado instrucciones de no ir a defenderle. En
ningún otro momento se les había retenido para no ir a ayudar a Jesús. Las
Escrituras dicen que sufrió esto a causa del gozo.
Como pueblo del poder de Dios, creemos que estamos trayendo el Cielo
a la tierra. El gozo es una parte muy importante del Cielo. El Cielo está
lleno de gozo. Es nuestra responsabilidad traer eso aquí, a la tierra.
No hay depresión en el Cielo, así que no tenemos ningún derecho legal
para estar deprimidos. Si estás deprimido, necesitas reevaluar tu vida.
Descubre por qué y, en beneficio tanto del Cielo como de la tierra,
arréglalo. El mundo necesita ver gente feliz, gozosa y viva que aman y
sirven a causa del gozo.
Si acaso digo: «Olvidaré mi queja, cambiaré de expresión,
esbozaré una sonrisa» (Job 9:27).
Tal vez pienses, “¿Pero, qué pasa con todas las cosas horribles que están
ocurriendo en el mundo? ¿No deberían afectarnos?” Sí, deberían. Me
encontré con una mujer en nuestra iglesia que quería contarme algunas
cosas que estaban ocurriendo en nuestra ciudad en lo que respecta al
ocultismo.
Después de vernos, me fui directamente a la casa de oración. Me sentía
algo cargada y necesitaba saber cuál era el punto de vista de Dios sobre
todo lo que acababa de oír. Al caminar por el jardín de oración, tuve una
visión.
En la visión, estaba en un lugar familiar con Jesús. Estábamos andando
agarrados de la mano, de forma parecida a cómo dos muy buenas amigas se
darían la mano, hombro con hombro. Parecía como si estuviésemos
compartiendo secretos íntimos. Estaba hablando con Él acerca de la
información que acababa de recibir.
Miré a Su otra mano que estaba cerrada. Podía notar que, en secreto,
estaba agarrando algo en esa otra mano. Le pregunté qué era lo que tenía en
Su otra mano. La abrió y vi que estaba agarrando el mundo. Parecía tan
pequeño. Cuando lo vi, se fue toda mi pesadez y me di cuenta de que todo
estaba bajo Su control y en Su mano. Ahora, eso no quiere decir que dejase
de orar sobre estos asuntos que conciernen a mi ciudad. Pero sí significa
que no llevaba la pesadez anterior. Ves, Jesús ya hizo eso. Él lo llevó todo
en la cruz.
Lo que acarrea la obra completa de Jesús en la cruz es que ahora
podemos luchar desde la victoria y no para conseguir la victoria. Como
intercesores estamos orando y rogando a Dios por cosas que ya son nuestras
a causa de lo que hizo Jesús en la cruz.
Cuando Jesús dijo, “Consumado es”, ¿puedes imaginar lo que ocurrió en
el Cielo y en la tierra? Puedo ver al nivel demoníaco decir, “Sí, consumado
es y hemos ganado”, para después sorprenderse a los tres días cuando Jesús
venció a la muerte. Sí, estaba consumado para los demonios del infierno.
Tenían que volver a escribir en la pizarra un plan totalmente nuevo. Pero en
el Cielo, sabían lo que Jesús estaba diciendo. Ahora todo estaba completo,
todo lo que vino Jesús a hacer en la tierra, incluyendo el ser un ejemplo
para nosotros. Había terminado Su labor.
Es muy importante que, como intercesores, tengamos una revelación de
lo que Jesús hizo mientras estaba aquí en la tierra. Jesús vino a liberar a los
cautivos. Sanó a los enfermos, levantó a los muertos y echó fuera demonios
(ver Lucas 4:18). Si estamos llevando continuamente una atmósfera de
penas, llevando a cuestas lo que Jesús ya llevó en la cruz (todos los pecados
y sentimientos que acompañan a ese dolor), entonces estamos negando lo
que Jesús hizo por la humanidad.
¿Te das cuenta que he dicho “llevar”? Estoy hablando a aquéllos que
“llevan” el peso y la carga de otra persona por ahí, aun cuando Jesús ya lo
ha llevado a la cruz en nuestro lugar. Jesús dijo, “¡Consumado es!” Mi
esposo tiene un sermón en el que dice lo siguiente, “¿Qué parte de
‘consumado es’ no entiendes?” Si podemos captar este pensamiento y
ponerlo en nuestros corazones, nuestras vidas de oración van a cambiar.
Vamos a estar confiados en lo que Jesús hizo y nos convertiremos en
aquéllos que van repartiendo Su Reino aquí, en la tierra.
No estoy diciendo que no haya veces en que orando profundamente no
sintamos y oremos con una carga. Podemos llevar esto en tiempos de
oración, pero siento que no se nos permite llevarlo fuera de nuestras
intercesiones. Hay un programa de intercambio a nuestro alcance. Le damos
las cargas pesadas; Él nos da paz.
Me he dado cuenta de que la gente con un don de misericordia parece
luchar con el hecho de llevar esta pesadez más que otras personas sin este
don. Tienen que ver cómo se lleva a cabo la misericordia y la justicia, y
cuando esto no ocurre, pueden llevar el dolor y las heridas. Se puede ver en
sus ojos. Se convierte en una misericordia no santificada porque se lleva en
la fuerza humana. La solución mejor es intimar más con Dios y recibir Sus
palabras. Cuando vi ese mundo tan pequeño en la mano de Jesús, todo mi
temor y preocupación se desvaneció.
El Factor Miedo
El temor es nuestro enemigo. Puedes encontrar el temor alrededor de
cualquier tema de tu vida que no esté centrado en las cosas del Reino. Una
anotación sobre los espíritus familiares: son familiares y a veces son las
únicas cosas que nos pueden traer consuelo, aunque sea falso. Por lo tanto,
nos podemos sentir bien cuando estamos envueltos de esa forma. Cuando
tienes un encuentro radical con Dios, obtienes las herramientas para
contraatacar.
En la iglesia en Weaverville, mi esposo dirigía la reunión de oración los
viernes por la noche. Una vez, llegué tarde a la reunión. Me sentía muy baja
de moral y deprimida. Estábamos atravesando todo un cambio en nuestro
ministerio y había abierto la puerta a un espíritu familiar. Debería haber
sabido actuar mejor. Pensé que me podía permitir el sentirme un poco
preocupada por mí. Ese fue mi error.
Entré en la habitación y fui directamente hacia donde estaba Bill. Él
estaba al teclado dirigiendo el tiempo de adoración. Me senté a sus pies. Me
dijo después que, cuando me senté, me miró y sobre mi pierna había un
pequeño demonio. Se inclinó para apartarlo de mí y éste le mordió antes de
irse.
Extraño, pero creo que ese demonio era un espíritu familiar que había
sido enviado para atormentarme. Esa noche entendí algo. Cuando Dios te da
libertad es tú responsabilidad mantenerla. No puedes ir por ahí abriendo
antiguos sentimientos y antiguos patrones de pensamiento bajo los que
estuviste esclavizado. Cuando haces eso, le das permiso al atormentador
para que venga. Esa noche fui liberada, gracias al discernimiento de mi
esposo.
Esto es lo que 2 Corintios 10:3-5 señala cuando dice:
Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo
hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo,
sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.
Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para
que se someta a Cristo.
El Gozo de Jesús
Hay mucho sufrimiento en este mundo. Jesús sufrió. Pero Jesús sabía
dónde estaba Su fuerza. Él experimentó gran gozo en el Cielo. Todo el
Cielo es gozo. La Biblia dice que entraremos al gozo del Señor un día (ver
Mateo 25:21). Mientras Jesús vivió sobre esta tierra, creo que Él sabía
cómo vivir desde el gozo, aún en medio del sufrimiento.
Recuerda, Jesús es nuestro ejemplo perfecto de cómo se vive en la
tierra. En la película La Pasión, hay una escena en la que Jesús está en Su
casa fabricando una mesa. Su madre sale y se ríen juntos. Esa es una de mis
partes favoritas de la película. Sé que es algo que el autor añadió a la
película, pero me puedo imaginar que es así como Jesús vivió. Creo que
Jesús reía mucho y le gustaba la vida. Era capaz de traer el gozo del Cielo a
la tierra.
Si nos alimentamos a base de vida, gozo y de lo que Dios está haciendo
aquí en la tierra, viviremos como Jesús vivió en el mundo. Pero si nos
alimentamos siempre a base de malas noticias, si ese es nuestro enfoque en
la vida, entonces viviremos en temor y desesperación.
Historias de Gozo
Me gusta imaginar cosas. Dios nos ha dado una herramienta
maravillosa: nuestra imaginación. Cuando leo las historias en la Biblia, uso
mi imaginación para mirar toda la historia. ¿Qué ves cuando lees acerca de
Jesús sanando a un enfermo? ¿Ves que sanó al enfermo o puedes ver el
gozo a Su alrededor cuando le sanó? Sé que cuando oramos por los
enfermos y son sanados, hay mucho gozo por todas partes. Todo el mundo
está feliz. Algunos se emocionan hasta tal punto que puedes ver danza y
celebración.
No creo que fue diferente para Jesús y Sus discípulos. Cuando los ojos
de los ciegos fueron abiertos y la persona que había estado sorda durante
toda su vida pudo oír por primera vez, había gozo y emoción. Es ahí donde
tenemos que vivir. Somos los que repartimos el Cielo y todo lo que el Cielo
encierra.
¿Piensas que cuando Jesús sopló vida sobre la niña en Marcos 5:38-42
no hubo gozo? Puedes ver cómo el gozo fue liberado al leer esta historia en
la versión de la Biblia The Message:
Entraron en la casa del líder y se abrieron camino a través de las
murmuraciones en busca de la historia y a través de los vecinos
que traían comida. Jesús fue abrupto: “¿Por qué hay aquí tanto
dolor, trajín y murmuración? Esta niña no está muerta; está
durmiendo”. Provocados al sarcasmo, le dijeron que no sabían de
lo que estaba hablando. Pero cuando les hubo enviado a otro lugar,
tomó al padre y a la madre de la niña, junto con Sus acompañantes,
y entraron en la habitación de la niña. Tomó la mano de la niña y
dijo, “Talitha koum”, que quiere decir, “Niñita, levántate”. Nada
más decir eso, ¡se levantó y empezó a andar! Esta niña tenía doce
años. Ellos, por supuesto, estaban fuera de sí a causa del gozo
(Maros 5:38-42; Traduc. de MSG).
¿No te encanta esto? Ellos, por supuesto, “estaban fuera de sí a causa
del gozo” (Marcos 5:42 Traduc. de MSG). Esa es la verdadera vida en
Cristo. Él trajo el Cielo a la tierra, y el Cielo está lleno hasta rebosar de gran
gozo. El Cielo está, sencillamente, esperando a derramarlo sobre nosotros.
En Juan 10:10, Jesús dice, “El ladrón viene a robar, matar y destruir. Yo
he venido a dar vida y vida más abundante”. Entonces en 1 Juan 3:8 dice,
“El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del
diablo”.
Esto debería hacernos a todos saltar de gozo. Pero esto mejora.
En Mateo 28:18-19, ¡se nos transfiere la autoridad! Jesús dice:
Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto,
vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:18-
19).
Nos está entregando Su autoridad para que vayamos. Ir y hacer las cosas
que Él dice que hagamos. En Mateo 10;8, nos dice “Sanen a los enfermos,
resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra,
expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo
gratuitamente”.
Momentos de Gozo
Hablando de una vida de gozo, cuando viajamos a diferentes lugares del
mundo tenemos el gozo de orar por cientos de personas. Una de las cosas
que más me gusta es ver a la gente cuando oye que Dios está de buen
humor y que quiere bendecirles. Cuando entienden eso, tienen la autoridad
para hacer lo que Jesús hizo y empiezan a usar su autoridad por primera
vez. Verlos orar por los enfermos y cómo algunos son sanados por su mano
por primera vez es increíble. En ese momento hay mucho gozo.
Estábamos en México haciendo una cruzada de sanidad. Fue al final de
una reunión y Bill llamó a nuestro equipo para que oraran por los enfermos.
Nos habíamos traído un equipo de casa. Uno de los chicos del equipo nunca
había orado por los enfermos. La primera persona que vino a él era sorda de
un oído. Al empezar a orar, la persona fue totalmente sanada.
Todos estaban emocionados, incluyendo al miembro del equipo que
había orado por esta persona para que se sanase. La noticia de que él era la
persona a la que acudir si estabas sordo corrió como la pólvora. Acabó con
una fila de personas. Todas las personas que se pusieron en esa fila, con la
excepción de una, fueron sanadas esa noche. Mucha gente feliz se fue a su
casa esa noche. La sanidad y el gozo fueron liberados, y las obras del diablo
fueron destruidas. ¡Sí, Dios!
Dios nos quiere dar gozo. El gozo es el pulso del Cielo; traigámoslo a la
tierra.
6. LAS TRES ESFERAS
Cuando comencé este viaje por la intercesión, no dije, “bien, ahora voy
a ser una intercesora”. En vez de eso, sencillamente me topé con la tercera
esfera del Cielo y me enamoré perdidamente del Espíritu Santo. Toqué una
esfera que nunca había experimentado. Ahora soy adicta a Su presencia; Su
esfera es donde quiero morar siempre.
Una de las cosas que hemos sentido en todos nuestros viajes es la
importancia de llevar Su gozo por donde quiera que vayamos. Esa es la
tarea que el Cielo nos ha encomendado. Recuerda que hay gran gozo en el
Cielo y que ese es nuestro modelo para la vida y el ministerio aquí, en la
tierra.
Mas del Hijo dice: «Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro
de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y
aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con
óleo de alegría más que a tus compañeros» (Hebreos 1:8-9).
Dios está hablando acerca de Su Hijo Jesús porque ha amado la justicia
y aborrecido la maldad. Dios le ha dado óleo de alegría. Tenía más gozo que
el resto de Sus compañeros. Hasta sufrió la cruz a causa del gozo que tenía
delante de Él. Esto nos dice que el gozo es uno de los mayores tesoros del
Cielo.
Dios ha ungido a Jesús con alegría. Esa palabra alegría es “gozo
exuberante”. Es con eso con lo que fue ungido Jesús: gozo exuberante.
Sabemos que Jesús es nuestro ejemplo. Por lo tanto, debemos llevar esa
misma unción. Unción quiere decir, en el diccionario hebreo, “untar”. En el
diccionario New World, la palabra ungir quiere decir “restregar aceite o
ungüento sobre algo”. La unción, ese gozo exuberante que fue derramado
sobre Jesús, es lo que Él llevaba sobre sí.
Cuando estamos en la presencia de Jesús durante un tiempo, entramos
en contacto con ese gozo. ¿Has notado cómo una pareja que lleva muchos
años casada acaban pareciéndose el uno al otro? Y hasta llegan a reaccionar
de la misma manera. Cuanto más tiempo estamos con Jesús, más nos
asemejamos a Él. ¿Quieres más gozo? Haz lo que hizo el salmista en el
Salmo 73. Fue delante de Dios. Derramó su corazón delante de Dios;
encontró la presencia de Dios. Es necesario que vayamos delante de Dios y
nos quedemos ahí hasta que sintamos que hemos cambiado.
Tengo algunos amigos que están ansiosos por viajar alrededor del
mundo para orar. Nuestro primer viaje juntos fue a Alaska. Un día había
estado orando y el tema de oración había sido Alaska. Cuando el Espíritu
Santo descarga nuevas ideas, empiezo a meditar y a orar sobre esas cosas,
ya como un hábito. Y Alaska fue una de esas cosas.
Un día se lo mencioné de pasada a una de mis amigas y dijo que a ella le
estaba pasando exactamente lo mismo. Obviamente, nos dimos cuenta de
que teníamos que profundizar en este pensamiento. Empezamos a estudiar y
a recabar revelación sobre por qué debíamos orar. Decidimos que teníamos
que ir a Alaska.
La siguiente decisión fue a dónde ir. Cuando obtienes una estrategia del
Cielo es divertido; empiezas a recibir todo tipo de confirmación. Un joven
de nuestra iglesia vino a mí durante esta época con un sueño. Después de
haber tenido el sueño, sintió que me lo debía contar. No sabía que
estábamos planificando un viaje de oración a Alaska.
En el sueño, él estaba dirigiendo a un grupo de personas hacia arriba.
Con él se encontraba un ángel guía. Llegaron a una segunda planicie y
decidieron quedarse ahí porque era muy bonita. El guía le dijo que no se
quedara ahí sino que subiese más. El nombre de esta segunda planicie era
Sinar. Cuando se despertó, le vino una escritura: Génesis capítulo 11.
Génesis 11 es el relato de la Torre de Babel. El versículo 2 dice, “Y
aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de
Sinar, y se establecieron allí” (Génesis 11:2). Sinar es Babilonia. Durante
siglos se le consideró el lugar más fértil de la tierra. Cuando este joven me
dio el sueño, sabía que era un sueño al que tenía que prestar atención.
Había leído un gran libro escrito por George Otis Jr., The Twilight
Labyrinth (El Laberinto del Crepúsculo)1. Me encanta leer historia. Este
libro te lleva hasta el principio. Con este sueño y ese libro, empecé a
obtener muy buena revelación para planificar nuestro viaje. En el libro,
George Otis Jr. habla acerca de las migraciones de los grupos étnicos. En
Génesis 11:6-8, la Trinidad está hablando y Jesús dice,
…y se dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma;
esto es solo el comienzo de sus obras, y todo lo que se propongan lo
podrán lograr. Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para
que ya no se entiendan entre ellos mismos». De esta manera el
Señor los dispersó desde allí por toda la tierra, y por lo tanto
dejaron de construir la ciudad
Dios descendió y confundió los idiomas del pueblo.
El pueblo de Dios poco a poco se reveló y se apartaron de la presencia
celestial y de la relación que sus antepasados habían experimentado. Habían
perdido a Dios. En Génesis 11:4, se impusieron la tarea de hacer un nombre
para ellos. Francis Schaeffer llama a esto “la primera declaración de
humanismo”2. No era el mero edificar de una torre; era la actitud detrás de
esto.
Cuando Dios vino y confundió su idioma, hubo una gran migración a
todas las partes del mundo. Uno de esos recorridos migratorios fue el de la
gente que vino a Alaska a través del Puente de la Tierra de Bering. Un
punto central para nosotros era lo que trajeron cuando vinieron: la práctica
del samanismo, una religión del norte de Asia en la que los samanes pueden
interceder entre la humanidad y los poderosos espíritus malignos.
Orando a las Puertas del Cielo
Decidimos atravesar el Puente de la Tierra de Bering a causa de lo que
se había introducido por ahí en la esfera espiritual. Decidimos ir a Nome,
Alaska, a la entrada entre Rusia y Alaska. Sentimos que cuando fuésemos
Dios traería sanidad y redención a la tierra y abriría una puerta. Nos llevó
ocho años hasta que ocho de nosotros (número de los nuevos comienzos)
partimos hacia Alaska. Ocho mujeres de viaje a Alaska puede ser tema de
todo tipo de conversaciones. Ya que teníamos un vuelo que salía tan
temprano desde Anchorage hasta Nome esa mañana, decidimos dormir en
el aeropuerto. (No duermas nunca en el suelo de un aeropuerto,
especialmente en Alaska, hace mucho frío).
Al embarcar esa mañana, la azafata nos preguntó a qué iban ocho
mujeres a Nome. Los hombres van a Alaska a cazar; eso tiene sentido. Pero
¿ocho mujeres y en particular a Nome? Nome es famosa por una cosa. Es la
meta de la carrera de trineos tirados por perros de Iditarod. No hay nada en
ese lugar.
Así que le dijimos que íbamos allí a orar y abrir una puerta espiritual. Se
emocionó al oír esta información. Nos dijo que ella había hecho la misma
cosa. Hacía dos semanas, había llevado un equipo a Barrow, Alaska, y en el
espíritu abrieron allí una puerta. (Creo que hay puertas en la esfera celestial
que tienen que ser abiertas para dar más acceso a la esfera celestial de Dios.
También se les puede llamar a estas puertas, portales. Creo que cuando
abres acceso a estas puertas o portales, estás abriendo un lugar para que más
Cielo llegue a esa región). Cuando oímos esto, nos emocionamos con ella.
Aquí es dónde la historia se vuelve muy emocionante. Cuando pudo
hablar con nosotras otra vez, nos preguntó de dónde veníamos. Le dijimos
que éramos de California. Se volvió a emocionar. Hacía un año, había
recibido una palabra profética de que un equipo iba a venir de California y
que, cuando viniera, abriría una puerta en la esfera espiritual. Bueno, todas
nos emocionamos. Todas sabíamos ya que estábamos yendo por una razón.
La Bendición en Nome
Aterrizamos en Nome y fuimos al hotel. Sentimos que debíamos orar en
nuestra habitación primeramente y después ir a la calle a orar. Como
intercesores, nos emocionamos bastante en nuestras oraciones y hacemos
mucho ruido a veces. Ésta no fue una excepción. Tuvimos un tiempo
excelente liberando y profetizando sobre esta región. Vimos un águila que
venía e iba por aquel territorio. Una de las chicas se puso de pie en medio
de la habitación y empezó a orar en lenguas. Las lenguas sonaban como un
dialecto indio. Fue intenso y sorprendente. Terminamos nuestro tiempo
inundadas por una risa santa. Esa fue una nueva experiencia para nosotras.
Todavía pienso que la risa fue la cosa más eficaz que hicimos en todo el día.
Justo cuando estábamos terminando nuestro tiempo, llamaron a la
puerta. Pensamos que a lo mejor nos iban a echar del hotel por hacer tanto
ruido. Una de las chicas abrió la puerta. Allí había tres mujeres de la
limpieza que, creo yo, eran las únicas mujeres de la limpieza del hotel.
Estaban sosteniendo una cesta de jabones y champús que no habíamos
pedido. Estaban ahí sencillamente para agradecernos el haber venido a orar
por Nome. Nos dijeron que nunca había venido nadie para orar. Eso nos
hubiera merecido el viaje—ir y bendecir a la gente y a los lugares, llevar a
un pequeño pueblo a su destino. Menuda emoción asociarse con el Cielo y
traer bendiciones.
Después de orar en el hotel, nos fuimos a la calle y empezamos a
caminar. Había traído una llave vieja. Nos gusta dejar llaves donde quiera
que vayamos como un acto profético y simbólico de libertad. Así que
arrojamos esta llave en el Mar del Estrecho de Bering para liberar a los
habitantes nativos de la región.
Al pasar al lado de un bar, una pareja salió. Empezamos a hablarles y
nos enteramos de que la esposa estaba enferma. Pudimos orar por ella y se
sintió muy bendecida. Una de las amigas nativas americanas que vivía en
nuestra ciudad me dio bisutería hecha a mano para regalar. Al darle a esta
mujer un collar le dije que era de otra americana nativa de nuestro hogar.
Eso fue muy divertido.
Luego nos encontramos con una joven en la calle principal. Era la única
que estaba caminando por la calle. Le preguntamos si nos podía hacer una
foto. Ella nos preguntó qué estábamos haciendo en Nome. Le dijimos por lo
que habíamos venido y dijo, “¿Podrían venir a casa? Me mudé aquí hace un
año y he estado orando por toda Alaska.” Otra cita divina. Fuimos a su casa.
Nos sacó mapas y papeles. Nos echamos en el suelo con ella y oramos
sobre Alaska. Fue glorioso. Acabamos estando dos horas con ella, ¡vaya!
A la mañana siguiente nos levantamos temprano y dejamos Nome. La
misma azafata estaba en el avión. Cuando nos vio se sintió muy aliviada.
Nos dijo que había estado orando por nosotras y que teníamos que embarcar
en este vuelo porque era el único que iba a salir de Nome en los próximos
días. Venía una gran tormenta y nos hubiéramos quedado atrapadas durante
días.
Un par de días después de este viaje, una de las mujeres me llamó y me
dijo que había estado mirando en Internet las noticias sobre Nome. El
periódico de Nome estaba contando que la única juez federal mujer iba a
venir a Nome para dar una charla sobre los americanos nativos y cómo el
sistema judicial puede ayudarles con sus problemas. El artículo también
decía que Nome sería su parada número ocho. Había planificado ir a 20
lugares diferentes de Alaska. Nuestro viaje se tuvo como un éxito y siempre
quedará como una experiencia memorable. Siendo el primer viaje de
oración, se convirtió en una marca para empezar nuestro peregrinar en
oración por todo el mundo. Desde entonces hemos ido a muchos lugares
para orar como esa vez.
Las Esferas
Los intercesores tienen la habilidad de captar muchas cosas que están
pasando en la esfera espiritual. A menudo parece que los intercesores se
centran tanto en lo que el diablo está haciendo que no miran a lo que Dios
está haciendo. La cuestión no es, qué está haciendo el diablo. La cuestión
debería ser ¿qué está haciendo Dios? Este debería ser el lema de por vida
de todo el pueblo de Dios. Pero este es el asunto. Hay veces que los
intercesores pueden captar cosas de la esfera demoníaca y algunos
intercesores se atascan en eso y viven desde ese lugar. Empiezan a vivir a
partir de la primera y segunda esfera.
Déjame que lo explique. Hay tres “esferas” que se mencionan en la
Biblia. La palabra esfera quiere decir “región, esfera o área”. La Biblia
habla específicamente de la primera esfera, la segunda esfera y la tercera
esfera.
La primera esfera es el nivel que puedes ver con tus propios ojos. Es la
esfera física. “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el
primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el
mar” (Apocalipsis 21:1) Así que aquí puedes ver que el primer cielo es la
esfera terrenal, o lo que puedes ver ahora. Nuestros cuerpos, nuestros
hogares y nuestras ciudades existen en la esfera terrenal. Deuteronomio
10:14 dice, “Al Señor tu Dios le pertenecen los cielos y lo más alto de los
cielos, la tierra y todo lo que hay en ella”. De acuerdo con la versión de la
concordancia exhaustiva de la Biblia New American Standard, la palabra
cielo quiere decir “astrología, compás, Tierra, cielo, cielos y el cielo más
alto, desde el principio, Dios creó la tierra y los cielos y los cielos más
altos”.
El segundo cielo, o “el cielo de en medio” de Apocalipsis 14:6
(Traducción de The Message), “Vi volar por el cielo de en medio a otro
ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la
tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”, es la esfera demoníaca y
angelical donde luchan los unos con los otros. En Daniel, la segunda esfera
también se ve que es la esfera demoníaca y angelical (ver Daniel 10:13).
Después está la tercera esfera. En esta esfera es donde se encuentra la
gloria de Dios. Es la esfera de la hermosura. El apóstol Pablo llama al tercer
cielo el “paraíso”. Es donde podemos ver los grandes planes del Cielo.
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el
cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue
arrebatado hasta el tercer cielo (2 Corintios 12:2 RV60).
Continua en el versículo 4, “…donde oyó palabras inefables que no le
es dado al hombre expresar…”.
La tercera esfera es donde debería vivir el creyente. Todos los creyentes
deberían vivir desde un lugar de victoria, sabiendo y asociándose con las
estrategias de Dios. Efesios 2:6 dice que Dios “nos resucitó, y asimismo
nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”. Habrás oído el
dicho, “tan celestialmente enfocado que es terrenalmente inservible”. Ese
es un dicho muy imposible. Creo que si estás centrado en las cosas de
arriba, vas a ser muy beneficioso para esta tierra.
Sin embargo, he descubierto que muchos intercesores no viven en un
lugar de gozo porque se quedan atascados en el primer o segundo cielo.
Cuando los intercesores se quedan atascados en la primera esfera, están
preocupados con la lógica y la razón. Entonces sus oraciones se centran en
lo que parece lógico, ¡que tiene poco que ver con lo que Dios mira la
mayoría de las veces! Y después están esos intercesores que se quedan
atascados en la segunda esfera. Esta esfera es la esfera oscura y demoníaca
que produce desesperación, mal augurio y temor.
El problema es que, cuando los intercesores deciden orar desde
cualquiera de esas esferas, terminan orando a la defensiva. Así es como
termina. Estás viendo la televisión o leyendo el periódico y te cruzas con
alguna mala noticia. De repente estás al tanto del primer cielo (la esfera
física). Te pones a la defensiva en tus oraciones y oras en un nivel humano.
O, ves lo que ocurre en la esfera demoníaca. Algo malo se está cociendo. A
veces lo sientes como si fuese presión, como que tienes que orar ahora
mismo. Parece que estás persiguiendo al diablo, y que si no oras
inmediatamente, todo el mundo va a ser destruido. Sé que eso es un poco
extremo, pero captas la idea. He aprendido que el diablo está más contento
cuando entramos en sus esquemas y estrategias si eso nos distrae de lo que
el Cielo está haciendo.
En la parte del norte de California, hay una preciosa montaña de unos
5.000 metros de altura sobre el nivel del mar, el monte Shasta. Muchas
personas creen que la montaña tiene poder y consideran que éste es un
lugar alto de adoración. Hay un lugar en esta montaña que se llama las
Planicies de la Pantera. Ahí hay un manantial que brota de la tierra y es el
nacimiento de uno de nuestros ríos. Desafortunadamente, este lugar se usa
para prácticas impías. Hace muchos años, según cuenta la historia, un
hombre subió a esta planicie y tuvo una visitación de un santo en la forma
de una pantera negra. A causa de esta visión surgió el nombre de esta
planicie que se ha convertido en un lugar de culto internacional.
Al encontrar esta información y darme cuenta de que este era un lugar
precioso que Dios había creado, pensé que sería bueno empezar a llevar
equipos ahí arriba para adorar y orar. Había sido usado por tantos otros
para adorar a otros dioses que debería ser un lugar de adoración piadosa.
Una de estas veces, sentí que teníamos que subir la montaña y tomar la
comunión, orar y tocar el shofar. Tenía 150 personas en el equipo ese día
así que era un grupo cargado de poder y estaban dispuestos a ver a Dios.
Estuvimos caminando por la planicie por un tiempo y orando y después
nos reunimos alrededor del manantial y tomamos la comunión juntos.
Después una amiga tocó su shofar. Después de que hiciera sonar el shofar
por tercera vez, todos gritamos alabanzas a Dios.
Pensamos que éramos los únicos en la montaña ese día. Estábamos
equivocados. Al irnos de la planicie y empezar a caminar, unas cuantas
personas nos pasaron en el sendero que iba por la parte más baja. Al
caminar, pasamos al lado de un árbol, y podíamos oír como algo estaba
siseando.
De repente, un joven saltó de detrás del árbol y corrió todo lo rápido
que le daban las piernas pasándonos y yendo planicie abajo. En el
momento en que esto ocurrió, nos encontramos con una mujer que estaba
sentada en la posición del loto (una forma de meditación) intentando
canalizar. Cuando canalizan, usan un sonido, como un shh, shh, shh,
repitiéndolo de manera suave y despacio.
Una de mis amigas que estaba con nosotros solía practicar esto antes de
ser salva, así que sabía lo que estaba pasando. El aire que rodeaba a esta
señora había sido conmocionado con nuestras oraciones y ahora estaba
gritando su shh, shh, shh. Mi amiga me miró y me dijo, “Bueno, no va a
llegar a ninguna parte hoy”. Ah, parar los planes del diablo—¡qué día tan
maravilloso!
Me encanta esta historia porque es un gran ejemplo de cómo, siendo
intercesores, fuimos a orar a un lugar que era conocido por su actividad
demoníaca y nos centramos en Dios. Las estratagemas del enemigo no nos
distrajeron. Todo lo que hicimos fue mirar a Dios y le dejamos que Él
hiciera el resto.
Jesús es el intercesor supremo y Él pudo ver más allá de las trampas del
diablo. El diablo intentó una y otra vez llevarlo a una conversación acerca
de Su identidad. Jesús nunca cedió. El diablo estaba buscando solo un poco
de acuerdo.
¿No te da la sensación de que Jesús estaba en control total de la
conversación? Ni una sola vez le dio al diablo combustible para alimentar
su locura. En la primera tentación, cuando el diablo dice, “Si eres el Hijo
de Dios ordena que esta piedra se convierta en pan”, estaba intentando que
Jesús luchase en sus términos (ver Mateo 4:3).
Ya que Jesús estaba terminando un ayuno de 40 días, hubiera sido muy
fácil hacer precisamente eso, convertir la piedra en pan para demostrarle al
diablo quién era Él. Eso hubiera sido crear un acuerdo con el diablo. Jesús
no tenía tiempo para esta esfera de pensamiento. Jesús ni siquiera se refirió
a la parte sobre su identidad en la pregunta. Jesús sabía quién era Él. Trajo
la situación bajo la perspectiva celestial: Escrito está: “No solo de pan vive
el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (ver Mateo
4:4).
Jesús era completamente humano mientras era completamente Dios.
Escogió esto porque quería ser un ejemplo perfecto para nosotros. Podría
haberse inclinado ante el diablo al convertir esa piedra en una barra de pan,
pero para poder ser un ejemplo perfecto no lo hizo. Él nos mostró una
manera mejor de combatir al enemigo: “Traigamos el Cielo a esta
situación. ¿Qué diría el Cielo?” Siempre estaba mirando en la dirección del
Cielo.
Ciertamente les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su
propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque
cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo (Juan
5:19).
El estar centrado en el primer y segundo cielo nos aleja del tercer cielo y
nos mantiene centrados en el diablo o aquellas cosas en la vida que nos
preocupan. Cuando oramos o profetizamos a partir de estas dos primeras
esferas, no estamos orando de acuerdo con el Cielo. La mayor parte del
tiempo, estamos orando por temor. Las oraciones que están basadas en el
temor no son oraciones que producirán una respuesta celestial.
¿Podemos saber lo que está ocurriendo en esas dos primeras esferas o
deberíamos ignorarlas por completo? Está bien el saber lo que está
ocurriendo, especialmente en el segundo cielo (la esfera demoníaca y
angelical). Hace que estemos mejor informados a la hora de orar. Reúne la
suficiente información suficiente para que te ayude. Pero tenemos que
asegurarnos de que no vivimos ni oramos a partir de esas esferas. En vez de
eso, tenemos que asegurarnos de que nos mantenemos centrados en Dios y
en lo que Él está haciendo. La clave es preguntarle a Dios continuamente,
“Padre, ¿qué estás haciendo?”
Recuerdo lo emocionada que estaba cuando empecé a investigar en la
historia. (A esto lo llamo hacer un mapa de oración). ¡Me encantaba! Casi
se convirtió en una obsesión porque me encontré pasando mucho tiempo
indagando en la historia de nuestra región. Al empezar a estudiar más y
más, me di cuenta de que cada vez estaba más deprimida. Entonces me di
cuenta, “Ah, estoy recabando demasiada información proveniente del
primer y segundo cielo y no suficiente del tercer cielo”. Obtener demasiada
información puede ser una distracción que nos aparta de lo que
verdaderamente deberíamos estar haciendo. Empecé a recabar solo la
suficiente información como para ser una intercesora informada.
Cuando estudio ahora, me mantengo muy sensible y puedo sentir
cuando me estoy pasando. Puedo sentir cuando no estoy centrada en el
tercer cielo porque el problema empieza a parecer más grande que la
respuesta. No puedo permitirme ser impresionada por el diablo. Ese
sentimiento sobrecogedor empieza a aparecer y sé que es el momento de
parar. Tengo suficiente información para el momento.
El Salmo 73 nos da mucha luz en lo referente a la tercera esfera, la
esfera celestial. En la primera mitad del salmo el autor está mirando a los
que prosperan. No entiende por qué les va tan bien.
Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara. Sentí
envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados
(Salmo 73:2-3).
Estaba viendo a través del primer nivel de este mundo—la esfera física.
Estaba mirando en la esfera equivocada. Lo que estaba viendo era real, pero
tenía que entenderlo desde otra esfera. Entonces, en los versículos 16 y 17,
empieza a cambiar:
Cuando traté de comprender todo esto, me resultó una carga
insoportable, hasta que entré en el santuario de Dios; allí
comprendí cuál será el destino de los malvados (Salmo 73:16-17).
Hasta que no entra en el santuario de la presencia de Dios no entiende lo
que les ocurrirá a sus enemigos. Déjame explicarlo. En el Antiguo
Testamento, el santuario era donde moraba la presencia de Dios. “Después
me harán un santuario, para que yo habite entre ustedes” (Éxodo 25:8).
Cuando Jesús murió por nuestros pecados y resucitó, el Antiguo
Testamento terminó y empezó el Nuevo Testamento. Cuando eso ocurrió, la
salvación tuvo lugar. Y ahora la presencia de Dios mora en nosotros.
¡Caramba! Es sorprendente que Dios escogiese vivir en nuestro hombre
espiritual. Ahora podemos tener acceso a la presencia de Dios que está
dentro de nosotros. Podemos decir junto con el salmista, desde lo más
profundo de nuestro ser, “siempre estás conmigo”.
Se me afligía el corazón
y se me amargaba el ánimo
por mi necedad e ignorancia.
¡Me porté contigo como una bestia!
Pero yo siempre estoy contigo,
pues tú me sostienes de la mano derecha.
Me guías con tu consejo,
y más tarde me acogerás en gloria.
¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,
pero Dios fortalece mi corazón;
él es mi herencia eterna.
Perecerán los que se alejen de ti;
tú destruyes a los que te son infieles.
Para mí el bien es estar cerca de Dios.
He hecho del Señor Soberano mi refugio
para contar todas sus obras. (Salmo 73:21-28).
Puedes ver que el corazón y la mente del salmista cambian. Puedes ver
que el entendimiento le vino después de que ha estado algún tiempo en el
tercer cielo. Tu perspectiva cambia; tiene que ser así. Todo lo que tiene un
valor más débil que viene a la esfera de Dios tiene que ser echado a un lado.
Se convierte en algo sin importancia. Todo lo que quieres ahora es a Él. Lo
puedes decir como lo dijo el salmista:
¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada
quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,
pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna (Salmo
73:25-26).
No es que los problemas desaparezcan, pero tienes un punto de vista
celestial y entiendes que Dios lo tiene todo bajo control. Este es también un
lugar de autoridad para el creyente, “sentado en lugares celestiales en
Cristo” (ver Efesios 2:6). No es meramente una perspectiva divina. Es el
lugar donde se refuerza lo que Cristo llevó a cabo en el Calvario.
Mi esposo lo dice de la siguiente manera: “Mira hacia arriba antes de
mirar hacia abajo”. Juan 4:35 RVA dice, ¿No dicen ustedes: “Todavía faltan
cuatro meses para que llegue la siega”? He aquí les digo: ¡Alcen sus ojos y
miren los campos que ya están blancos para la siega! Si estamos mirando
hacia arriba, veremos cómo lo hace Dios. Y Dios tiene una respuesta para
todo.
NOTAS FINALES
1. George Otis Jr., The Twilight Labyrinth (Grand Rapids, MI:
Chosen Books, 1997).
2. Francis A. Schaeffer, Genesis in Space and Time: The Flow of
Biblical History (Ventura, CA: Regal Books, 1972), 62.
7. RUTAS AÉREAS
Los propietarios de las rutas aéreas, controlan la atmósfera. Las rutas
aéreas son el clima espiritual que hay sobre una ciudad. Es nuestra
responsabilidad apropiárnoslas y reclamar la atmósfera. Cuando hacemos
eso, tiene lugar un cambio, empezamos a ver señales de avivamiento y
ciudades enteras son transformadas por las cosas de Dios. Cuando esto
ocurre, vemos más luz y menos oscuridad en regiones enteras.
Me gusta caminar. Me encanta caminar por ahí y orar y regocijarme
en la belleza de lo que Dios nos ha dado. Durante una época sólo
caminaba en una zona de la ciudad. Un día, durante una de esas
caminatas, sentí que debía preguntarle al Espíritu Santo qué debería orar
esa semana. Escuché y oí estas palabras, “Ora por las líneas de
comunicación”. Lo que sentí es que debía orar para que las líneas de
comunicación demoníacas se estropearan.
Así que, sin saber verdaderamente cómo orar, pero sabiendo que el
Espíritu Santo me daría luz para esa semana, terminé mi caminata esa
mañana con el propósito de orar con esta nueva estrategia. Cuando llegué
a casa ese día, encendí la televisión para ver las noticias del canal Fox.
Era la época en la que la guerra de Iraq acababa de comenzar. Al
encender la televisión, oí estas palabras, “El líder que está a cargo de
todas las comunicaciones en Iraq ha sido arrestado”. Bueno, como poco,
me emocioné muchísimo y supe una vez más que el Espíritu Santo estaba
confirmando Sus palabras.
Lo que no sabía en aquél entonces es que esta estrategia para la
oración se convertiría en una de las prioridades en mi vida de oración—
romper las líneas demoníacas y liberar las líneas puras y santas de
comunicación.
Esto se vio más ilustrado durante nuestro viaje a Mozambique en
2007. Estábamos con Rolland y Heidi Baker de Iris Ministries. Nos
habían pedido que fuéramos al retiro que iba a hacer su personal y le
habían pedido a mi esposo Bill que le hablase al grupo. Rolland, Heidi, y
su personal proveniente de todo el mundo se reúnen una vez al año para
empaparse de la Presencia y orar juntos y compartir vida. Fue un tiempo
maravilloso en el que nos sentamos y oímos los milagros que estaban
ocurriendo en todo el mundo.
Nuestra primera noche allí, en la cena, nos sentamos al lado de dos
mujeres que habían empezado un ministerio con los niños en Sudán.
Escuchamos durante más de media hora sus historias de grandes riesgos,
valentía, milagros y sanidades con los niños y con ellas mismas. Era
asombroso. Muchos las llamarían necias por ir a un país tan volátil. Me
sentí impresionada por su emoción. Habían nacido para ver cómo venía
el Reino de Dios a la tierra, y se notaba.
Durante el transcurso de nuestra charla, una de las mujeres mencionó
montañas parlantes. Y de forma pensativa dijo, “Los que toman las rutas
aéreas son los que controlan la atmósfera”. Yo no podía estar más de
acuerdo. Cuando hablo acerca de rutas aéreas, estoy diciendo que éste es
el clima espiritual de nuestra ciudad. Hay poderes espirituales que
gobiernan nuestras ciudades y nuestras regiones. Estos poderes
espirituales pueden controlar la atmósfera.
Hace varios años, me di cuenta de que estábamos tomando el control
de las rutas aéreas de nuestra región. Estábamos hablando de apropiarnos
de la atmósfera. Algunas de las cosas que estábamos viendo en nuestras
calles, con los equipos de ministerio, incluían un incremento en milagros,
transformación en nuestras escuelas, favor de manera generalizada y
puertas que se nos abrían en nuestra ciudad.
Una unidad estaba teniendo lugar dentro del gobierno de nuestra
ciudad y del pueblo de Dios. Muchos de los líderes gubernamentales de
nuestra ciudad son creyentes nacidos de nuevo. Es muy fácil ir a un
establecimiento de comidas y ver personas con sus Biblias sobre las
mesas conversando acerca de lo que Dios está haciendo. Muchas de las
historias que leerás en este libro son el resultado de retomar el clima
espiritual de nuestra ciudad.
Guerra en los Cielos
Vamos a mirar más de cerca la Biblia en lo que respecta a este asunto.
En Daniel, capítulo 10, Daniel recibe un mensaje, pero tenía que entenderlo.
Estuvo ayunando durante 21 días. Al final de esos 21 días, un ángel vino a
él y le dijo:
Entonces me dijo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue
escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar
entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy
aquí. Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso, así
que acudió en mi ayuda Miguel, uno de los príncipes de primer
rango. Y me quedé allí, con los reyes de Persia (Daniel 10:12-13).
En el caso de Daniel, un ángel fue enviado para darle entendimiento y
que comprendiera el mensaje. Pero el príncipe que gobernaba el reino
demoníaco retuvo al ángel. Necesitó a Miguel, el ángel guerrero, para que
viniera a luchar contra el príncipe de Persia. El ángel mensajero fue enviado
al principio del ayuno de Daniel, pero necesitó 21 días para que el mensaje
pudiese llegar (con la ayuda de Miguel). Hay un mundo muy real, aunque
invisible, a nuestro alrededor, que afecta a nuestro mundo visible.
Ahora, llevemos esto más lejos para que entendamos cómo podemos
orar y permitir a esta esfera espiritual que infecte de manera positiva el
mundo físico que nos rodea.
Una de las creencias que tenemos en Betel es que debemos infiltrar el
sistema. Tenemos que ser como la levadura buena. Mateo 13:33 dice, “Les
contó otra parábola más: «El reino de los cielos es como la levadura que
una mujer tomó y mezcló en una gran cantidad de harina, hasta que
fermentó toda la masa»”.
Al penetrar en nuestras ciudades como levadura, tanto la ciudad como la
atmósfera que la rodea se verán afectadas.
El Palpitar del Cielo
Alguien podría preguntar, “¿Cómo sabremos si hemos tomado las rutas
aéreas?”
Cuando era niña, me pasaba la mayor parte del tiempo observando a la
gente. Creo que la curiosidad es un don. Viene muy bien para el don de
intercesión. Todavía lo utilizo. Puedes enterarte de muchas cosas
simplemente oyendo y observando, prestando atención a lo que está
pasando a tu alrededor y en tu ciudad, leyendo artículos de tu periódico,
reuniendo trozos de información para saber que Dios se está moviendo y te
está dando autoridad sobre tu región. Como intercesor conoces la
importancia de averiguar cuáles son las estrategias del Cielo para lo que
estés orando, o de asegurarte de que el palpitar del Cielo está en tu oración.
¿No te atrae este pensamiento—“el palpitar del Cielo”?
Un hombre de nuestra iglesia murió y al cabo de cuatro minutos volvió a
nosotros. Dijo que había ido al Cielo durante ese tiempo. Una de las cosas
que nos contó fue que en el Cielo hay mucho ruido, hay tanto ruido que
tienes que tener oídos nuevos. El Cielo está lleno de intercesión. Entonces
empezó a llorar y nos dijo que no dejemos de interceder con el Cielo.
Todo el Cielo estaba intercediendo a todo pulmón. Si has experimentado
ese sentimiento, sabes cómo está intercediendo el Cielo. No es sólo una
cosa; no puedes señalar sólo una. Son todas las cosas que se reúnen en un
solo palpitar. Un ritmo. Oír ese palpitar trae éxtasis.
Cuando Llega el Cambio
Sabrás cuándo estás orando con el Cielo porque al hacerlo, empiezas
a ver cambios. Tenemos una escuela de ministerio en nuestra iglesia,
Bethel School of Supernatural Ministry (Escuela del Ministerio
Sobrenatural de Bethel). Yo enseño en una de las clases de entrenamiento
para el ministerio avanzado sobre oración e intercesión. Cuando nos
reunimos, yo enseño y luego nos tomamos el tiempo para ir a orar en
diferentes lugares de nuestra ciudad.
Durante uno de esos viajes de oración en el que íbamos a ir a una
extensión deshabitada de tierra, sentí que íbamos a liberar ese terreno de
una maldición. Durante años había estado vacío. La historia de este
terreno de propiedad privada es que una vez hubo un bar y ocurrieron
cosas malas.
Una vez, hacía muchos años, un hombre que estaba borracho salió del
bar para meterse en el coche, atropelló a una chica joven y la mató. El
padre de esta joven era amigo de uno de los hombres de nuestra iglesia.
El hombre de nuestra iglesia estaba tan dolido por esta pérdida que, al
conducir una noche de camino a casa por donde se encontraba el bar, lo
miró y dijo, “Ojalá ese bar se incendiara”. Esa noche el bar se incendió.
Eso ocurrió en los años ’70 y desde ese momento el terreno había
estado desocupado hasta ahora. No creo que orar que el bar se incendiara
fuera una maldición. Creo que el hecho de que el bar estuviese ahí y la
atmósfera que atraía consigo, era lo que había traído la maldición a esa
tierra.
Un día, cuando estaba orando acerca de dónde llevar a los
estudiantes, me acordé de este trozo de terreno y de la historia que le
rodeaba. Sentí que era hora de que la maldición sobre esta propiedad
fuera rota. La tierra tenía que ser liberada.
Ir allí iba a ser una gran oportunidad para que los estudiantes
practicasen cómo orar y liberar la gracia de Dios. El último día de mi
clase unos cuarenta de nosotros fuimos a orar sobre esta propiedad. Al
conducir hasta allí y aparcar, nos dimos cuenta de que había dos chicos al
otro lado de la calle que nos estaban mirando. No ocurre todos los días
que un grupo de cuarenta personas se presenten en una propiedad vacía,
salgan del coche y empiecen a caminar y a orar en voz alta.
Les pedí a los estudiantes que empezasen a orar para que ellos
supiesen lo que Dios estaba diciendo acerca de la tierra. Tomé a dos de
ellos para que vinieran conmigo y fuimos al otro lado de la calle para
hablar con esos dos hombres. Uno estaba en una silla de ruedas. Les
preguntamos si podíamos orar por él. Él dijo, “sí”. Así que empezamos a
orar por su sanidad. También empezamos a hablar con ellos para
contarles lo que estábamos haciendo.
Uno de los hombres, cuando se enteró de lo que estábamos haciendo,
dijo, “ah, sé la historia de este lugar. Mis padres se separaron en este sitio
cuando yo tenía cinco años”. También nos dijo que hacía tres años había
tocado fondo y terminó viviendo en un hogar de acogida en una misión
de la ciudad. Nos dijo que poco después de eso, fue salvo. Dios le dio un
buen trabajo y ahora iba a nuestra iglesia. Yo me tenía que ir para reunir
al resto de los estudiantes para orar, pero dejé a los estudiantes que
habían venido conmigo para que orasen por esos dos hombres.
Reuní a los estudiantes en un círculo y les dije que declarasen lo que
Dios estaba haciendo y, a través de la declaración, liberasen a la tierra de
la maldición. Creemos en hacer “actos proféticos” cuando estamos
orando. Un acto profético es hacer algo en la esfera natural que trae una
liberación sobrenatural. Hacer algo así hace que la respuesta venga a la
esfera física. Así, dedicamos la tierra derramando aceite sobre ella.
Dimos un grito de alabanza juntos que puso fin a nuestro tiempo. Les
dije, “Ahora esperemos la respuesta”.
En una semana, uno de los estudiantes me dijo que unos cuantos días
después de haber orado por nuestra tierra, un hombre fue a la comisión
de urbanismo de nuestra ciudad y dijo que quería desarrollar ese terreno
y edificar hogares ahí.
Esa sería la evidencia de tomar la atmósfera. Esa respuesta llegó muy
rápidamente. Al llevar allí a los estudiantes ese día, llevamos a cabo dos
cosas: (1) se les proporcionó un ambiente seguro y de responsabilidad
para explorar los caminos de la oración, y (2) creo que el Cielo fue
movido para responder a nuestras oraciones.
¿Puedes ver lo que estaba ocurriendo en la esfera espiritual? Utiliza
tu imaginación en este caso y observa lo que estaban haciendo los
ángeles. Habían sido enviados para llevar a cabo los planes del Cielo. Es
como si estuvieran diciendo, “Vale, nos toca a nosotros. La maldición ha
sido rota. Ahora tenemos permiso para trabajar”. Puedo ver a los ángeles
viniendo al hombre que quería desarrollar esta propiedad y susurrarle en
el oído, “¿Te acuerdas de la idea que tienes de desarrollar esa propiedad?
Ahora es el momento de hacerlo”.
Cuando trabajas y colaboras con Dios, el trabajo se lleva a cabo. Esta
es una de esas ocasiones en la que la respuesta llegó de manera rápida. El
hecho de que estuvieran limpias las líneas de comunicación espirituales
trajo resultados rápidos. ¡Qué emocionante es poder ver eso! Tengo que
decirte, sin embargo, que sabía que iba a ver una respuesta, lo que no
sabía era que iba a ser tan rápida.
Materia Efectiva
Somos un pueblo que tenemos la increíble oportunidad de cambiar
nuestro entorno. Dentro de nosotros está viviendo el Espíritu Santo. El
Espíritu Santo no sólo es poder, sino que es mucho poder. Está viviendo en
nosotros para que podamos ser dispensadores de ese poder. Nos ha puesto
aquí para que este mundo pueda tener un encuentro poderoso con el Dios
celestial.
Creo que hay tanto poder dentro de nosotros que, aunque muramos,
todavía llevamos poder. Está en nuestros huesos. ¿Sabes que toda la materia
tiene memoria? Una vez estaba estudiando “la memoria de la materia” y
descubrí que no sólo la materia viva sino la inerte también tiene vida.
Pensando en eso, viajé en mi mente a lo largo de la Biblia intentando
recordar cualquier historia que confirmase este descubrimiento. ¿Te
acuerdas de la historia de los huesos de Eliseo? En 2 Reyes 13:21, estaban
enterrando a un hombre y, de repente, ven una banda de ladrones que se
acerca. Pusieron al hombre en la tumba de Eliseo, cuando el hombre fue
colocado ahí abajo y tocó los huesos de Eliseo, el hombre revivió y se puso
de pie. Ese poder sanador estaba todavía en los huesos muertos. Ahí
estamos hablando de materia muerta. Y en Lucas 19:40, Jesús les dice a los
fariseos que, si Sus discípulos no lo alabasen, las piedras empezarían a
clamar inmediatamente.
Si toda la materia tiene memoria, entonces eso quiere decir que los
árboles, las plantas, las rocas, todo ello tiene memoria también. Un buen
ejemplo de esto ocurrió cuando saqué a algunos estudiantes a orar, una de
las estudiantes vio cómo una roca se manifestaba delante de sus ojos.
De vez en cuando, llevamos a nuestros estudiantes a viajes de oración al
Monte Shasta para hacer una caminata de oración por el pueblo. Todos nos
dividimos en pequeños grupos. Les dije que caminasen por las calles,
entrasen en las tiendas y orasen para que la bendición de Dios cayese sobre
el pueblo. Creemos que tenemos que bendecir a la gente y a sus negocios.
Cuando salimos a orar por los negocios, liberamos lo que Dios está
haciendo.
No maldecimos los negocios, sino que creemos que traer una bendición
puede conmover la esfera espiritual y atrae a Dios al cuadro. Me llevé a una
estudiante conmigo y entramos en una tienda de la nueva era; resulta que
había varias de estas tiendas en este pequeño pueblo en el norte de
California.
Al entrar en la tienda, yo me fui por un lado y mi compañera por otro.
Después salimos de la tienda y me explicó lo que le había pasado. Se había
arrodillado delante de una estantería de cristal que tenía unas piedras
preciosas de colores en el estante de abajo. Sintió que debía hablar en
lenguas sobre las piedras. Cuando dejó de hablar en lenguas, dos de las
piedras empezaron a vibrar.
Esto, obviamente, la sorprendió y lo volvió a hacer para asegurarse de
que no se lo estaba inventando. Volvió a ocurrir. ¡Hablando de materia con
memoria! ¿Habían sido dedicadas esas piedras para algún propósito impío?
No lo sé. Todo lo que sé es que cuando se pusieron en contacto con el Reino
de Dios, tuvieron que clamar. Cuando llevamos el Reino de Dios con
nosotros y hacemos las cosas del Reino, afectamos a la materia que nos
rodea.
Orando por las Líneas de la Falla
Vivimos en California, y retrocediendo a cuando era niña, recuerdo oír
hablar de California y de los terremotos. Recuerdo estar en una playa del
sur de California cuando era una adolescente el mismo día que toda la línea
de la costa se suponía que iba a ser tragada por el océano a causa de un
terremoto. Estas predicciones sobre terremotos en California, tanto en el
mundo secular como en la Iglesia, han sido constantes durante años. La
costa del Pacífico es parte del Anillo de Fuego. Si no estás familiarizado
con esto, déjame que te lo explique.
El Anillo de Fuego es una zona que rodea la cuenca oceánica del
Pacífico en la que hay frecuentes terremotos y erupciones
volcánicas. Tiene la forma de una herradura y una longitud de
40.000 kilómetros. Está asociada con una serie casi continua de
zanjas oceánicas, arcos insulares y cordilleras montañosas y/o
movimientos de placas tectónicas. A veces se le denomina el
cinturón del Pacífico o el cinturón sísmico del Pacífico.1
Ya ves por qué este asunto está siempre tan trillado por aquéllos que
vivimos aquí en la costa Oeste. Sabemos que hay presión bajo la tierra y
que ésta tiene que ser liberada. Por lo que nuestra oración ha sido, “Señor,
libérala en cantidades pequeñas”. Dios lo ha hecho y está respondiendo
nuestras oraciones y nos está dando pequeñas porciones de movimientos
sísmicos.
En 2004, recibimos otra palabra profética de que iba a venir un gran
terremoto a California. Por alguna razón, esta palabra me conmovió de
verdad. Ahora, recuerda que éstas han sido declaraciones frecuentes para
los que vivimos en California. Cuando oyes estas declaraciones una y otra
vez, acabas ignorándolas. Esta fue diferente. Tal vez fue a causa de la
persona que nos dio la palabra profética.
Fuere lo que fuere, me turbó de verdad. Me pasé días pensando y orando
acerca de la profecía. Un día, mientras estaba orando, me vino la idea de ir
a tres áreas de la parte del sur de California. Llamé a mi amiga, con la que
había estado hablando de esta profecía y la pregunté si vendría conmigo.
Los tres lugares a los que decidimos ir en el sur de California fueron
Baskersfield, Lost Hills y la parte superior de Grapevine (una parte de la
autopista interestatal 5). Estos tres lugares fueron los que llamaron nuestra
atención. La línea de falla de San Andrés atraviesa estos tres lugares.
San Andrés es la falla “maestra” de una red de fallas muy intrincada que
atraviesa California en la zona de la costa. Toda la falla de San Andrés tiene
más de 1.280 kilómetros de longitud y una profundidad de al menos 16
kilómetros.
Decidimos hacer un viaje en carretera y orar sobre el territorio que nos
queda al sur. El primer punto que escogimos fue la cima del Grapevine.
Pasamos la noche en la cima del Vine. Sentimos que debíamos tocar el
shofar esa mañana cuando amaneciera. Hemos aprendido que tocar el
shofar libera un sonido en la atmósfera que rompe el poder demoníaco y
trae confusión al campamento del enemigo.
Cuando tocamos el shofar, mi amiga y yo tuvimos una visión doble
(ambas vimos la misma cosa a la vez). Vimos un tubo largo con sangre seca
y vieja. Cuando tocamos el shofar, sangre fresca empezó a fluir a través del
tubo. Ambas supimos que era la sangre de Jesús que estaba fluyendo por
esa región.
Hicimos lo mismo en los próximos dos lugares. El propósito que
habíamos sentido al hacer el viaje era acallar la línea de falla, hablarle paz.
Se había declarado algo sobre nuestra área que yo no quería que ocurriera.
Dios está esperando que tomemos responsabilidad y que nos levantemos y
digamos, “¡Durante mi turno, eso no!”
Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en
la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la
destruyese; y no lo hallé (Ezequiel 22:30 RV60).
Vio que no había hombre alguno y se preguntó por qué no había
intercesor:
…y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su
brazo, y le afirmó su misma justicia (Isaías 59:16 RV60).
¿No te encanta este versículo? Estos dos versículos me desafían. Para
mí, lo que dicen es: “¿qué estás esperando?” Levántate y dile a Dios, “Aquí;
yo; yo lo haré; seré el que se levante; seré el muro”. No quiero que Dios se
pregunte por qué no hay intercesores. Quiero que esté satisfecho con lo que
ve en mí. Eso me emociona—estar delante de Dios para interceder por
causa de la injusticia y la impiedad.
En la oración, hay ocasiones en las que siento que soy como un muro
entre Dios y el pecado, que estoy clamando para que Dios tenga
misericordia. Una manera de explicar esto más claramente procede de los
días de antaño cuando las personas formaban vayas usando arbustos y
plantas. Cuando había un agujero o una brecha en el arbusto, se aseguraban
de que alguien se ponía en ese lugar para proteger los rebaños de cualquier
mal hasta que alguien pudiera venir para reparar la brecha.
Dios amenazó con destruirlos, pero no lo hizo por Moisés, su
escogido, que se puso ante él en la brecha e impidió que su ira los
destruyera (Salmo 106:23).
Echémosle un vistazo a Moisés durante un rato. De la misma manera
que Jesús es el gran ejemplo de intercesión en el Nuevo Testamento, Moisés
lo es del Antiguo Testamento. Hubo muchas ocasiones en las que Moisés
venía delante de Dios para rogar por el pueblo obstinado. Veamos un par de
estas ocasiones.
La primera historia es la del becerro de oro. Éxodo 32 nos dice que
Moisés había estado en el monte Sinaí durante cierto tiempo. El pueblo se
impacientó y decidió resolver las cosas a su manera. Hicieron que Aarón les
construyese un dios que pudiera ir delante de ellos. Dios pudo ver todo lo
que estaba ocurriendo y se enfadó. Le dijo a Moisés que bajase del monte:
Ya me he dado cuenta de que este es un pueblo terco —añadió el
Señor, dirigiéndose a Moisés—. Tú no te metas. Yo voy a descargar
mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran
nación». Moisés intentó apaciguar al Señor su Dios, y le suplicó:
Señor, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo,
que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa? ¿Por
qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con
la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de
la tierra? ¡Calma ya tu enojo! ¡Aplácate y no traigas sobre tu
pueblo esa desgracia! Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e
Israel. Tú mismo les juraste que harías a sus descendientes tan
numerosos como las estrellas del cielo; ¡tú les prometiste que a sus
descendientes les darías toda esta tierra como su herencia eterna!
Entonces el Señor se calmó y desistió de hacerle a su pueblo el
daño que le había sentenciado (Éxodo 32:9-14).
Dios había hecho un pacto con Abraham, Isaac e Israel, un pacto que
Dios juró por sí mismo, un pacto para multiplicar su descendencia como las
estrellas. Moisés tomó también ese pacto y se lo recordó a Dios. Moisés se
metió en la brecha ese día. Llenó la brecha. Reparó el agujero de la pared,
por así decirlo. Y, a causa de lo que Moisés dijo, Dios cambió de idea. ¿Has
oído esto? Dios cambió de idea. Eso es increíble.
La Tierra Prometida
Otra ocasión en la que Moisés reparó la vaya fue cuando Dios estaba
repartiendo la Tierra Prometida entre los Hijos de Israel. En Números 13 y
14, Dios envía espías para ver la tierra y lo fructífera que era. Dos de los
doce espías creían que el pueblo podía tomar esta tierra, pero el resto tenía
miedo. El pueblo tomó partido a causa del temor y rehusaron ir a la tierra de
la promesa. Los intercesores deben tener fe. Una fe que mira a Dios. El
temor sólo ve lo imposible y lo imposible se convierte en la realidad.
Observa lo que ocurre después:
Entonces el Señor le dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo esta gente me
seguirá menospreciando? ¿Hasta cuándo se negarán a creer en mí,
a pesar de todas las maravillas que he hecho entre ellos? Voy a
enviarles una plaga que los destruya, pero de ti haré un pueblo más
grande y fuerte que ellos». Moisés le argumentó al Señor:
«¡Recuerda que fuiste tú quien con tu poder sacaste de Egipto a
este pueblo! Cuando los egipcios se enteren de lo ocurrido, se lo
contarán a los habitantes de este país, quienes ya saben que tú,
Señor, estás en medio de este pueblo. También saben que a ti,
Señor, se te ha visto cara a cara; que tu nube reposa sobre tu
pueblo, y que eres tú quien lo guía, de día con la columna de nube y
de noche con la columna de fuego. De manera que, si matas a todo
este pueblo, las naciones que han oído hablar de tu fama dirán:
“El Señor no fue capaz de llevar a este pueblo a la tierra que juró
darles, ¡y acabó matándolos en el desierto!”. Ahora, Señor, ¡deja
sentir tu poder! Tú mismo has dicho que eres lento para la ira y
grande en amor, y que aunque perdonas la maldad y la rebeldía,
jamás dejas impune al culpable, sino que castigas la maldad de los
padres en sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos. Por tu gran
amor, te suplico que perdones la maldad de este pueblo, tal como lo
has venido perdonando desde que salió de Egipto».
El Señor le respondió: «Me pides que los perdone, y los perdono»
(Números 14:11-20).
Mira ese último versículo (Números 14:20). Dios cambió de idea a
causa de lo que había dicho Moisés. Moisés habló con Dios para que no
matase a los hijos de Israel. Había una brecha tremenda y Moisés
permaneció ahí hasta que Dios cambió de idea. Veo una actitud en estas dos
historias. Debemos permanecer y ser como Moisés. Dios le había dado la
promesa y aun cuando Dios quiso cambiar lo que había prometido, Moisés
permaneció firme. Moisés llevaba consigo misericordia y fe y, a causa de
eso, cambió la atmósfera que le rodeaba.
Sin Palabras
He observado que hay diferentes maneras con las que cambiar la
atmósfera. No siempre tiene que ser mediante palabras.
Como dirigen los esclavos la mirada hacia la mano de su amo,
como dirige la esclava la mirada hacia la mano de su ama, así
dirigimos la mirada al Señor nuestro Dios, hasta que nos muestre
compasión (Salmo 123:2).
Tenemos muchas montañas muy bellas alrededor de nuestra ciudad. Una
vez estábamos de camino a la cima de una de ellas para orar sobre nuestra
ciudad. Me había estado preguntando cómo deberíamos orar cuando
llegásemos arriba, preguntándole a Dios si había algo que debiera llevar
para usar como acto profético. Había hecho un chal con una tela púrpura y
un cordoncillo dorado en los bordes. Decidí llevar ese chal a la cima de la
montaña.
Las vistas desde lo alto de esta montaña te dejaban sin palabras. Había
un mirador justo en la cima y desde este sitio se podía ver todo lo que
rodeaba a la montaña. Era un día precioso. La brisa estaba soplando. Ese
día, todo lo que me salía era estar al borde de la montaña y levantar mi chal
púrpura y dejar que el viento lo moviera. Y ahí estuve con mis manos por
encima de la cabeza, sosteniendo mi chal púrpura dejándolo que se menease
con el viento. Esto fue un acto profético físico. El cordoncillo de oro era la
gloria que rodea a la realeza y a la intercesión.
A medida que el viento de Dios lo movía, estaba liberando sobre la
región la realeza, la intercesión y la gloria del Reino. Lo sé; parece una
locura, pero me sentí muy bien y fue muy divertido. Tal vez te preguntes:
“¿De verdad tenías que hacer eso?” Bueno, tal vez no, pero creo que a Dios
le gusta lo que hacemos por Él, aún si parece que es una locura de vez en
cuando. Hacer estos actos pueden parecerles una locura o algo súper-
espiritual a los demás, pero al hacerlos, creo que estamos permaneciendo
como intercesores y eso está cambiando las rutas aéreas que nos rodean.
NOTAS FINALES
1. “Pacific Ring of Fire,” Crystalinks, http://www.crystalinks
.com/rof.html (visitado 13 Abril 2008).
8. GUERRA POR MEDIO DE LA
ALABANZA Y EL GOZO
Un día, estaba enseñando acerca de la intercesión en nuestra escuela de
lo sobrenatural. Al final de mi clase, les pregunté si tenían alguna duda.
Uno de nuestros jóvenes, que de vez en cuando subía a la plataforma para
danzar durante nuestra adoración, hizo el comentario de que no creía que él
fuese un intercesor. Le miré y le dije, “¿Estás bromeando?” Le dije que era
un intercesor y que su intercesión era la danza.
Verás, su idea de lo que era un intercesor era de alguien que,
simplemente, usaba palabras para interceder. Le expliqué que hay diferentes
tipos de intercesión y que cuando él danzaba, estaba intercediendo. Le dije
que su intercesión era la adoración que se convertía en una forma de guerra.
Hay dos elementos en la guerra que siento que son nuestras mayores
armas de intercesión: la adoración y el gozo. Creo que estas dos armas traen
confusión al campamento del enemigo más que cualquier otra cosa. Estas
dos armas de guerra surgen de nuestra relación íntima con nuestro Padre
Dios. Exploremos estas dos armas.
El Beso
La palabra griega para adoración es proskuneo; quiere decir “besar”. Es
un sentimiento o una actitud interior que nos mantiene cerca de Dios. No es
tan sólo venir a la iglesia los domingos y cantar durante la alabanza.
Aunque una cosa importante que hacemos juntos, no es lo más importante.
La adoración viene desde adentro y va con nosotros a lo largo del día.
Cuando adoramos a Dios, le estamos besando.
La adoración, como arma de guerra, es actuar usando los términos de
Dios, no los del diablo. Estamos centrados en Dios, lo cual da entrada a Su
poder y presencia en nuestras intercesiones.
Estaba en una de nuestras reuniones de alabanza un domingo por la
mañana y, en mi espíritu, no dejaba de distraerme. Me sentía como si
hubiera brujas en la habitación. Me encontré totalmente fuera de la
adoración. Recuerdo que miré a mi alrededor para ver si podía entender lo
que estaba pasando. Lo hice varias veces. Después oí al Espíritu Santo
susurrarme, “Estás siendo distraída para que no estés conmigo;
sencillamente adórame”.
Fue un pequeño toque del Espíritu, pero lo entendí. Me di cuenta de que
lo que tenía que hacer era sencillamente estar con Dios y adorar. Él trataría
con los problemas espirituales de la habitación. Mi arma de guerra esa
mañana era adorarle.
Una vez Dios habló de forma audible a mi esposo y le dijo, “Él vigila
sobre la vigilia de aquéllos que vigilan al Señor”. Está claro que el tener
nuestros ojos centrados en Él es nuestra postura más responsable ya que es
entonces cuando Dios vigila las cosas que nos importan.
Sencillamente Adora
Cuando adoramos, tenemos acceso a la esfera celestial. Al adorar, nos
salimos de las esferas inferiores dónde podemos captar todas las cosas
negativas y terminamos en la esfera de la gloria rodeados de Su presencia.
Hace muchos años escuché una historia acerca de un hombre cristiano
que estaba muy deprimido. Estaba tan desesperado porque Dios le
ayudase… Estaba un día clamando a Dios y oyó que el Señor le decía,
“Durante un año, quiero que Me adores”. Dios le siguió diciendo que no
quería que le pidiera nada cuando orase. Simplemente que adorase. Después
de pasar el año, fue liberado de la depresión en la que se había visto sumido
durante tanto tiempo. Estoy segura de que aprendió una lección de mucho
valor durante ese año.
Alguien preguntó a mi esposo cómo era su vida de oración. Él dijo, “Si
tengo una hora para orar, normalmente adoro durante unos 45 minutos y oro
el resto”. Es sorprendente por cuántas cosas puedes orar en diez o quince
minutos”.
La Adoración Deshace la Resistencia
Cuando adoramos, podemos liberar la presencia de Dios y de Su Reino
en la habitación. Hace años, estábamos teniendo unas reuniones en Alaska.
En varias de esas reuniones, durante la alabanza y el tiempo de adoración,
no había la parte de adoración. La alabanza era buena, pero no estábamos
entrando en un lugar íntimo de adoración. Sentí que había una pared entre
Dios y nosotros. Habíamos traído a nuestra bailarina principal en este viaje.
Es muy divertido llevarla en los viajes a causa de la adoración que expresa
cuando danza. Cuando queremos que algo se rompa en la esfera espiritual,
le decimos que se levante y adore. Ella no danza para hacer la guerra, pero
su danza de adoración se convierte en guerra. Ni siquiera le decimos lo que
está ocurriendo, solo queremos que adore. Después de estar en dos de estas
reuniones en Alaska, mi esposo pensó que sería una buena oportunidad para
que ella danzase. Se levantó y empezó a hacerlo, y sea lo que fuere esa
pared, desapareció y el Cielo descendió a la habitación.
Había un caballero en esa reunión que podía ver en la esfera espiritual.
Estaba a nuestro lado mientras que nuestra bailarina estaba danzando. Nos
dijo lo que vio, después de que ella terminó. Esa noche había estado
observando demonios en la habitación. Estaban sentados alrededor de ésta.
Dijo que cuando nuestra bailarina se levantó para danzar, los demonios
empezaron a gritar y salieron de la habitación tan pronto como pudieron. Sí,
aún en esto no adoramos a causa del efecto que tiene sobre la oscuridad;
sino que lo hacemos porque Dios es digno.
La adoración, en la forma que sea—danza, adoración que sale de nuestra
boca, o cualquier otro tipo de adoración—aterroriza al mundo demoníaco.
Creo que no pueden soportar oír y ni siquiera estar cerca de aquéllos que
son verdaderos adoradores. He visto a nuestro hijo, Brian, tomar su guitarra
y tocar para una persona atormentada y he visto cómo venía la paz.
Conozco a una mujer que va a los hospitales para convalecientes en nuestra
ciudad y toca su flauta sobre los pacientes de Alzheimer y éstos se
apaciguan.
Que la Adoración Guíe
2 Crónicas 20 nos da luz sobre la estrategia a la hora de usar la
adoración para ganar una batalla. Josafat estaba enfrentando un gran
ejército que venía contra toda Judá. Lo primero que hizo Josafat fue buscar
al Señor y proclamar ayuno.
Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar
a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá (2 Crónicas 3:20
RV60).
Me gusta este versículo porque dice que “humilló su rostro” para buscar
a Jehová. Eso quiere decir que puso su rostro en una dirección. Puedo ver a
Josafat volver con una actitud de no me voy a ir de aquí hasta que haya
oído de Dios. Me gusta el coraje y la determinación en el corazón de este
rey. La segunda cosa que ocurrió fue lo que oraron. La gente vino de todas
partes para ayunar y preguntar al Señor lo que deberían hacer.
Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también
de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová (2
Crónicas 20:4).
Empiezan su oración adorando a Dios por lo que era y es.
Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y
tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en
tu mano tal fuerza y poder, que no hay quién te resista? (2 Crónicas
20:6 RV60).
Le están diciendo a Dios, “Tú eres grande y no hay ningún otro”.
Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante
de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu
amigo para siempre? Y ellos han habitado en ella, y te han
edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: Si mal viniere
sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos
presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu
nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones
clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás (2 Crónicas 20:7-9
RV60).
Parece como si le estuvieran recordando a Dios quién es y lo que ha
hecho por Su pueblo. También parece que están recordando quién es Dios y
lo que ha hecho. Éste es un buen hábito: traer siempre el testimonio de Dios
delante de nuestros ojos para recordar Su grandeza.
En el versículo 9, Josafat habla acerca de entrar en el templo y en la
presencia de Dios (ver 2 Crónicas 20:9). La oración se vuelve bastante
desesperada en el versículo 12:
¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay
fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no
sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos (2 Crónicas 20:12
RV60).
Básicamente están diciendo, “Vienen contra nosotros y no sabemos qué
hacer, pero nuestros ojos están puestos en Ti”. ¿Alguna vez has orado eso?
¿No sabes qué hacer y ni siquiera cómo orar? En momentos así, este
quebrantamiento ocurre en nuestro interior. Este quebrantamiento debe
guiarnos a Dios, y no alejarnos de Él. Debemos poner nuestros ojos sobre el
que es verdadero y confiar en Él. Pienso que el versículo 13 es clave para la
iglesia ahora mismo. Estamos en una lucha para que el Reino de Dios sea
revelado.
Ahora, todo Judá, con sus pequeñines, sus esposas y sus hijos vinieron
delante del Señor. Creo que va a ser necesario que todos nosotros, jóvenes y
viejos, vengamos delante del Señor en Su presencia con nuestros ojos fijos
en Él. Todos somos sacerdotes. Nuestros pequeñines tienen el poder de
Dios obrando en su interior para hacer grandes cosas para el Reino, y no
hay un “Espíritu Santo Junior”.
Observar a los Niños
Cada año, durante una de nuestras conferencias, apartamos un tiempo
para tener gabinetes proféticos. La gente puede pedir una cita para apartar
un tiempo para reunirse con un equipo escogido de antemano, para
profetizar sobre las personas. En los últimos años hemos incluido a los
niños para que formen parte de estos equipos. Al principio, la gente se
sentía un poco escéptica hasta que se sentaron en la silla y un niño, como
nosotros diríamos, les “leía el correo” y les describía detalles íntimos de sus
vidas.
Ahora, cuando vienen a recibir ministerio profético, preguntan si los
niños van a profetizar. Nos hemos dado cuenta de que los niños tienen una
pureza en su ministerio, sin añadidos, sencillamente las palabras del cielo
sin adornos. Cuando miramos atrás a la historia de Josafat, vemos que él
sabía que toda la nación—hombres, mujeres y niños—tenían que estar en
esta oración. Era un asunto de vida o muerte. Tenían que estar juntos como
una sola nación, una tribu, desesperada porque Dios viniese. Así que Dios
envió al profeta para decirle al pueblo lo que tenía que hacer:
Y dijo Jahaziel: «Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y
escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo
ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no
es de ustedes, sino mía
(2 Crónicas 20:15).
Entonces el profeta les dijo que no tendrían que batallar en esta guerra
sino, sencillamente, posicionarse, quedarse quietos y ver la salvación del
Señor. Hay muchos videos que quiero ver cuando vaya al Cielo, y éste es de
los primeros en la lista por lo que ocurre después.
La tercera cosa que ocurre en esta historia es que adoran al Señor.
Dios había respondido a Su pueblo y, como consecuencia, ellos se
inclinaron ante el Señor y adoraron. Había una alabanza que se levantó en
la congregación. Y la cuarta cosa que ocurrió fue que alabaron al Señor. La
palabra alabanza se traduce del hebreo tehillah que viene de una raíz
hebrea hallel. Tehillah es “alabar” y hallel es “gloriarse, actuar
alocadamente, conducir salvajemente, dar alabanzas”. Esta era su
oportunidad de dejar las emociones libres, de dar alabanza salvaje a su
Dios.
Josafat le dijo al pueblo que creyese en el Señor y en los profetas. Puso
a aquéllos que cantarían al Señor y los que cantarían alabanzas a la belleza
de la santidad.
Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían
al frente del ejército para cantar al Señor y alabar el esplendor de
su santidad con el cántico: «Den gracias al Señor; su gran amor
perdura para siempre». Tan pronto como empezaron a entonar este
cántico de alabanza, el Señor puso emboscadas contra los
amonitas, los moabitas y los del monte de Seír que habían venido
contra Judá, y los derrotó. De hecho, los amonitas y los moabitas
atacaron a los habitantes de los montes de Seír y los mataron hasta
aniquilarlos. Luego de exterminar a los habitantes de Seír, ellos
mismos se atacaron y se mataron unos a otros. Cuando los hombres
de Judá llegaron a la torre del desierto para ver el gran ejército
enemigo, no vieron sino los cadáveres que yacían en tierra.
¡Ninguno había escapado con vida! Entonces Josafat y su gente
fueron para apoderarse del botín, y entre los cadáveres
encontraron muchas riquezas, vestidos y joyas preciosas. Cada uno
se apoderó de todo lo que quiso, hasta más no poder. Era tanto el
botín que tardaron tres días en recogerlo (2 Crónicas 20: 21-25).
El resultado: Dios les puso una emboscada para que cuando el pueblo de
Dios entrase en la batalla, ésta hubiese terminado. Esta es una historia tan
sorprendente de la estrategia de confiar en Dios y dejar que la alabanza y la
adoración vayan delante y ganen la batalla.
Más tarde, todos los de Judá y Jerusalén, con Josafat a la cabeza,
regresaron a Jerusalén llenos de gozo porque el Señor los había
librado de sus enemigos (2 Crónicas 20:27).
El pueblo de Dios luchó la batalla por medio de la adoración. Su
adoración puso un cambio en movimiento en la esfera celestial, y Dios hizo
el resto.
Guerra por medio del Gozo
Creo que tenemos que ser un pueblo que tiene el gozo de Jesús de lleno
dentro de él. Tenemos que ser así en cada área de nuestra vida y ministerio.
Uno de los elementos que falta en muchos de los que están intercediendo
según veo yo, es que necesitan que sus vidas sean llenadas del gozo
celestial. Me encantaría ir al Cielo de visita y ver lo lleno de gozo que está
el Cielo. La intercesión en el Cielo no es de trabajo y ardua labor. No hay
nada de eso en el Cielo. Creo que la intercesión del Cielo se hace desde el
gozo, un lugar de conocimiento.
Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana (Mateo 11:30).
La traducción de la Biblia The Message lo dice de esta manera:
“Permanece a Mi lado y aprenderás a vivir de una manera libre y sin
cargas”.
Fácil y Ligera
Un hombre de nuestra iglesia vino a contarme con un sueño que había
tenido. Me dijo que había visto un río y sobre el río un grupo de mujeres y
yo estábamos andando como suspendidas en el aire. Vinimos flotando por
encima del río, riéndonos y llenas de gozo. Estábamos encargándonos de
los problemas con risa y gozo. No era difícil. Había cierta ligereza en lo que
estábamos haciendo. A las laderas del río había vasijas de cristal rotas.
Teníamos una aspiradora sobrenatural e íbamos y limpiábamos las cosas
rotas. Dijo que mientras nos observaba, parecía algo muy ligero y que
parecía ser muy fácil. Me reí y le dije, “sí, es así como oramos”.
Para algunos, eso puede parecer un imposible. Te diría que es la manera
más refrescante y efectiva de hacer la guerra. Uno de los trucos del enemigo
es que nos pongamos a su altura, hacer que vivamos en su campo de juego.
El mundo de Satanás está lleno de trabajo y de lucha. Si entramos en esa
esfera lo único que vamos a experimentar es que nos vamos a quemar. Ese
es el plan del enemigo, agotarnos por completo. No es que no estemos
continuamente orando; es nuestra actitud durante ese orar continuo. ¿Hay
lucha en nuestras oraciones donde somos nosotros los que hacemos todo el
trabajo? ¿Hay un peso con el que cargamos?
Aprendimos una lección dura, pero de mucho valor hace varios años.
Había un pequeño grupo de mujeres intercesoras con las que me sentía muy
cercana. Una de las chicas era una joven cristiana, nueva en el mundo de la
intercesión. Durante esa época, la intercesión era mucho trabajo y poca
relación con el Padre. Cuando íbamos a la iglesia, buscábamos problemas y
orábamos contra ellos. Pasábamos el tiempo mirando hacia todos lados,
menos hacia Jesús. Esto es todo lo que conocíamos en aquél entonces.
Hacíamos lo que creíamos que era nuestro trabajo. Sentíamos que era
nuestra responsabilidad tratar con todas las cosas demoníacas que estaban
ocurriendo en la habitación. Te diré que era mucho trabajo y nos íbamos a
casa cansadas y agotadas.
Un día recibí una llamada de mis amigas contándome que nuestra joven
amiga había dejado la iglesia. Se había hartado y no quería tener nada más
que ver con nosotros. Eso nos devastó a todos. ¿Qué había ocurrido? ¿Qué
había hecho que sufriese ese cambio tan brusco en su vida?
Pasaron varios meses y a mi marido se le pidió que hablase en una
iglesia. La joven oyó que veníamos y decidió ir a la iglesia a oír a Bill. Al
final de la reunión, el Espíritu Santo empezó a caer sobre la gente por todo
el edificio. Esta joven terminó en el suelo llorando. Me tiré al suelo con ella
y sencillamente me quedé ahí orando por ella. Pude preguntarle qué había
pasado. ¿Por qué se había ido? Las palabras que salieron de su boca
cambiaron mi vida. Me dijo que se había cansado tanto de luchar y trabajar
en la oración que no quería hacerlo más. Pensó que esa era la vida cristiana
normal. Era todo lo que había visto. Se quemó. No se dio cuenta de que hay
un lugar de gozo en el que se puede entrar y refrescarse; ese es el lugar
donde debemos vivir.
Sentía tanto lo que había ocurrido. Ese día me arrepentí mucho en mi
corazón. Hasta el día de hoy, esa joven no ha vuelto a la iglesia. ¿Creo que
todavía ama a Dios? Sí, lo creo. Es una historia triste, pero creo que
tenemos que oírla. Dios quiere quitar el estrés y la lucha de nuestras
intercesiones. Necesitamos estar constantemente llenos para no quemarnos.
Definiendo el Gozo
Pero ahora vengo a Ti; y estas cosas hablo en el mundo para que
Mi gozo sea completo en ellos (Juan 17:3 Traduc. de NASB).
Para definir el gozo, tenemos que decir lo que significa gozo:
“excitación o un sentimiento placentero causado por la adquisición o
expectación de algo bueno: felicidad, placer, deleite, espíritus regocijados”.
Cuando salimos a orar por la tierra, ya hemos estudiado y sabemos que
han ocurrido cosas que son malas. Pero, también sabemos que Dios está
trayendo algo ahí que va a cambiar el clima espiritual de esa área en
cuestión. Eso nos pone muy contentos. Entonces podemos salir con gozo y
liberar sobre la tierra lo que ésta necesite. El gozo viene cuando tienes ese
sentimiento y esa expectación de que viene algo bueno.
Cuando utilizas el gozo en la guerra, es porque estás esperando que algo
bueno ocurra. Llevé a mis interinos a un monasterio budista de nuestra
zona. Pensé que sería una buena experiencia para ellos el orar en un lugar
donde se sirve a otro dios. Fuimos ahí para orar. Había estado en este lugar
varias veces antes y me había dado cuenta que éste era un lugar en el que se
podía orar fácilmente.
Cuando llegamos allí, les dije que anduviesen por los alrededores y
empezasen a orar y a sentir lo que Dios quería que hicieran. Mientras
estábamos caminando, una de mis interinas vino corriendo hacia mí,
sonriendo y riendo. Me gusta llamarla Tigger. Me encanta orar con ella
porque siempre está encontrando el corazón de Dios. Me dijo en una voz
melodiosa que había muchos demonios ahí y que era muy fácil orar.
Cuando experimentas la presencia de Dios a tu alrededor, aún en una
atmósfera demoníaca, puedes sentir que orar es fácil. No necesito decir que
nos lo pasamos muy bien orando ese día. Cuando llevas el gozo del Señor
contigo, todo tipo de cosas ocurren. El gozo trae emoción al ambiente y eso
libera vida. De verdad, libera todo el Cielo. Me encuentro en los sitios más
oscuros emocionada por lo que siento que Dios quiere liberar sobre el lugar
o la situación. Somos dispensadores. Se supone que debemos vencer la
oscuridad con la luz. ¿Quieres traer confusión a la oscuridad que está
intentando gobernarte a ti y a otras personas?
En Él había vida, y la vida era la Luz de los hombres. La Luz brilla
en la oscuridad, y la oscuridad no pudo comprenderla (Juan 1:4-5
Traduc. de NASB).
Eso quiere decir que la oscuridad no puede vencer a la luz. No la
entiende. La oscuridad mira a la luz y se confunde. El hecho de saber eso
cuando oras te dará un gozo que explotará dentro de ti. La versión New
King James Spirit-Filled Life Bible dice, acerca de la palabra comprender;
“El gozo del cristiano está en saber que la luz no sólo es mayor que la
oscuridad, sino que también es más duradera que la oscuridad”.
Gozo, el Factor Sorpresa
Hablemos acerca de “hacer guerra por medio del gozo” y de utilizarlo
como “factor sorpresa”.
En tiempos de guerra, tienes que usar un principio muy importante: el
factor sorpresa. En la revista, The Armchair General (El General del
Sillón), Robert R. Leonhard escribe:
La sorpresa es un principio viable de la guerra. Las técnicas
usadas para retrasar la detección del enemigo incluyen la
utilización de un escudo, el camuflaje, el engaño, las medidas de
seguridad operativa y la aproximación indirecta. Una emboscada,
por ejemplo, tiene como meta desbordar al enemigo y no solo
con armas de fuego, sino también con confusión, ruido y miedo.
La sorpresa, por lo tanto, es un principio de guerra que está vivo
y bien. Es una característica de la guerra que perdura, porque sus
componentes—el tiempo y la perpetua falta de preparación—son
inmutables. De la misma manera como lo han hecho a lo largo de
la historia, los comandantes seguirán buscando maneras para
retrasar la detección, acelerar el contacto y variar el método de
ataque para poder exponer la falta de preparación del enemigo,
darle la vuelta al flanco del tiempo del enemigo y así ganar.1
Así es como me siento acerca de “la guerra por medio del gozo”. Es
como el factor sorpresa. Creo que este gozo trae confusión al campamento
del enemigo. El enemigo no sabe cómo combatir el gozo de una persona.
Este gozo toma al mundo demoníaco por sorpresa. Tenemos una reunión de
oración los domingos por la noche antes de la reunión. Se le llama la
oración pre-reunión. Me encanta cuando veo a los visitantes entrar. La
verdad es que debería llamarse la reunión de oración feliz.
Buena Medicina
Cuando entras en la habitación, te encuentras con gente que está
sentada, tumbada en el suelo, caminando en círculos alrededor de la
habitación. Algunas personas caminan con sus brazos alrededor de sus
amigos, otros están tirados en el suelo empapándose de Su presencia,
otros están sentados leyendo sus Biblias. La razón por la que observo a
los que nos visitan es porque no creo que muchos de ellos han estado
antes en una reunión de oración como ésta. A veces parece que no saben
qué hacer o cómo actuar. Definitivamente no es el momento para estar
serio. Es un tiempo de gozo en la casa.
Normalmente, cuando terminamos, hay personas tiradas por los
suelos, o mejor aún, personas riéndose por toda la habitación. Sentimos
que a los ángeles les gusta de verdad esa atmósfera y parece que se
presentan a pasárselo bien también. La manera cómo luchamos es con
mucho gozo. La risa es una buena medicina.
Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los
huesos (Proverbios 17:22).
La definición para la palabra alegre es “estar en un buen humor
desbordante; divertido; alegre; contento; ruidoso"2.
Conozco a un pastor que hace que un grupo de su gente se siente en
círculo. Por turnos comparten sus problemas. Cuando terminan, hace que se
rían de los problemas. Se ríen hasta que los entienden y sus problemas no
parecen tan grandes y abrumadores.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Maryland en Baltimore han comparado los efectos de ver una película
divertida y una estresante con los siguientes resultados:
El estrés causa que el flujo sanguíneo disminuya en un 35%
aproximadamente, pero la risa lo incrementa en un 22%
aproximadamente; dieron el informe a la Facultad Americana de
Cardiología.
Michael Millar, el director de cardiología preventiva del Centro
Médico de la Universidad de Maryland, que dirigía la
investigación, dijo: “El endotelio es lo primero que sufre cuando se
desarrolla arterosclerosis o endurecimiento de las arterias, así que,
dados los resultados de nuestra investigación, es concebible que la
risa sea importante para mantener un endotelio sano y reducir el
riesgo de enfermedades cardiovasculares”.
“Por lo menos, la risa descompensa el impacto del estrés mental,
que es perjudicial para el endotelio.”. Añadió: “Treinta minutos de
ejercicio, tres veces a la semana, y 15 minutos de risa diaria
probablemente es bueno para el sistema vascular”.
Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría (Salmo
30:11).
NOTAS FINALES
1. Robert R. Leonhard, “Surprise,” The Armchair General, LTC,
www.jhuapl.edu/areas/warfare/papers/surprise. pdf (visitado 13 Abril
2008).
2. “Laughter ‘boosts blood vessels,’” BBC News, March 7, 2005,
http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/4325819.stm (visitado 13 Abril
2008).
9. EL REPOSO INTERIOR
Es mejor tener un puñado con tranquilidad que tener dos puñados
con mucho esfuerzo y perseguir el viento (Eclesiastés 4:6 NTV).
Las verdaderas experiencias celestiales siempre cambian la vida.
Cuando estoy teniendo una experiencia de estas, me siento como si todo
mi ser se estuviese despertando a ese momento. Recientemente,
experimenté un encuentro celestial donde Jesús me levantó y me dio
vueltas. Inmediatamente, estábamos delante de una casita rural que se
parecía a las casitas inglesas con un jardín al frente.
Me llevó bajo una preciosa pérgola llena de flores. Entonces me dejó
en el suelo y me puso en el sendero que llevaba a la casita. Sabía que esta
era mi casita. Estaba ahí mirando y del patio de al lado venían todos los
nietos. Nuestra nieta mayor, Kennedy, fue la primera en venir y la oí
decir, “Ah, bien, la abuela está aquí; ya podemos jugar”. Entonces todos
se fueron a jugar.
El próximo sentimiento que tuve fue que estaba en presencia de todos
mis familiares. No los podía ver a todos, pero sabía que estaban ahí. Otro
sentimiento que tuve fue que este era el final del tiempo; estábamos todos
en el Cielo y la vida terrenal había terminado.
En ese momento, en el lado que quedaba a mi izquierda, apareció una
de mis abuelas, a la que llamábamos “Granny” (abuelita). Granny era una
mujer grande con generosos rasgos, y amigo, ella sí que se reía. Estaba
casada con un predicador y su vida era difícil. Había mucha amargura en
su vida que creo que dañó a su cuerpo físico. Antes de morir, dejó que
todo ese dolor saliera. Pero, por encima de todos los dolores de su vida,
Granny sabía cómo reírse y cómo pasárselo bien. Echaba su cabeza para
atrás y abría su boca de tal manera que podías verle las anginas y
entonces es cuando soltaba una gran carcajada. A todos les gustaba.
Cuando la vi en este lugar celestial, miré hacia donde estaba mientras
echaba la cabeza hacia atrás y soltaba una de esas carcajadas. Igual que
siempre lo había hecho. Era Granny. Pensé, “ah, se lo está pasando bien
en el Cielo”.
Nada más ver a Granny, miré detrás de mí y vi a mi otra abuela, la
madre de mi papá. Una de las cosas que le encantaba a mi abuela era
enseñar escuela dominical. La enseñó durante 25 años. El domingo por la
mañana que dejó de enseñar escuela dominical, la iglesia hizo una
ceremonia para honrarla. Mientras estaba en la plataforma, sufrió una
apoplejía. Cinco días después de la apoplejía, se fue al Cielo. Al darme la
vuelta para mirar a mi abuela, estaba con un montón de niños a su
alrededor. Yo estaba muy contenta por ella porque estaba haciendo justo
lo que le gustaba hacer aquí en la tierra.
Mientras todo esto ocurría, tenía un sentimiento que había sentido
antes cuando he estado en la presencia de Dios. Era paz. Pero esta vez era
diferente. Era la paz más completa que jamás he experimentado. Déjame
que me explique. Lo que hacía que esta paz fuera diferente era que la
cabeza la tenía despejada. No había estrés, no había presión por todas las
cosas que nublan nuestras mentes. Todo se había ido. Me deshizo de tal
manera que estaba llorando como un bebé mientras veía la visión—no un
lloro triste, sino un llanto gozoso—Pensé, “esto es el Cielo. Así es como
se siente uno cuando está en el Cielo”. ¿Te puedes imaginar cómo será
cuando estemos en el Cielo para siempre y toda la basura que llena
nuestras vidas no esté? Eso es paz. Es el descanso del Cielo. Es tan
completo que no hay nada que desees más que eso.
Un Lugar de Descanso
Es gracioso que la palabra desasosiego venga de la palabra sosiego. La
palabra desasosiego quiere decir menos sosiego. Recuerdo una vez que me
sentía como si estuviese cargando con mucha responsabilidad en la oración.
En ese tiempo, uno de nuestros estudiantes vino a mí un día y me dijo
básicamente que todo estaba bien, que no tenía que sentir o llevar toda la
responsabilidad de la oración. Lo que me dijo me animó tanto ese día
porque era por eso por lo que estaba pasando entonces. Vino a mí como una
bocanada de aire fresco. Recibí la palabra y volví al lugar de descanso.
No quiere decir que dejé de orar por lo que había en mi corazón. Pero
me sacó de la lucha y de la necesidad de cumplir que a menudo se
entremezclan con nuestras agendas de oración (la fe es más bien el producto
de rendirse más que de luchar).
Hay una mentalidad de estar siempre ocupado que puede aferrarse a
nosotros e impulsarnos a hacer cosas por Dios que Él no nos está pidiendo.
Cuando eso ocurre, nos saca de nuestro descanso. Podemos sentir como que
necesitamos hacer algo por Dios para que Él nos acepte. Pensamos que al
hacer esto Dios nos aceptará más y, tal vez, nos amará más.
Te lo digo, no tienes que hacer nada por Dios y Él no te amará menos.
Hemos creído tanto que es necesario que trabajemos y hagamos cosas por
Dios para que podamos adquirir una identidad y podamos ser aceptados.
Pero empezamos nuestra andadura en el Reino siendo aceptados. De ahí es
de dónde se forma nuestra identidad.
Como intercesores, necesitamos orar desde esa nueva identidad, esa
creencia esencial que dice, “¡Ya he sido aceptado! ¡Ya soy amado! ¡Ya
tengo favor con Dios!” Ves, ya hemos sido aceptados.
Desafortunadamente, muchas de las experiencias de nuestra vida no nos
enseñan esto. En la vida se te recompensa o recibes aprobación si haces esto
o aquello. El Reino de Dios no funciona así. Dios no está sentado en el
Cielo esperando a que hagas algo por Él para amarte. Está mucho más
interesado en que entremos en Su amor y su descanso. Vamos a mirar más
en profundidad el descanso del Señor.
El Verdadero Día de Reposo
Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus
pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al
perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos
pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos
era adversa, clavándola en la cruz. Desarmó a los poderes y a las
potestades, y por medio de Cristo los humilló en público al
exhibirlos en su desfile triunfal. Así que nadie los juzgue a ustedes
por lo que comen o beben, o con respecto a días de fiesta religiosa,
de luna nueva o de reposo. Todo esto es una sombra de las cosas
que están por venir; la realidad se halla en Cristo (Colosenses
2:13-17).
Esto nos relata lo que hizo Jesús cuando vino y ofreció Su vida a favor
nuestro. El canceló lo que nos ataba—todas esas reglas y decretos
legalmente vinculantes. Todo fue clavado en la cruz. Las potestades y los
principados fueron desarmados. Nuestro Cristo triunfó sobre todo. Así, el
verdadero día de reposo se convierte en el reposo de Dios. De la misma
manera como Dios descansó, y después de la misma manera como Jesús
hizo Su obra y descansó, así nosotros también podemos entrar en un
verdadero reposo.
Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo
de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa
también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas
(Hebreos 4:9-10).
El significado de la palabra reposo tanto en hebreo (shabat) como en
griego (katapausis) es “cesar, celebrar, desistir de la fatiga, dejar, poner a
un lado, reposar, morar”. Creo que el verdadero día de reposo significa
cesar de tus obras, tus propios esfuerzos, tus propias actividades. Con esto
no quiero implicar que dejas tu ministerio o tu trabajo para el Reino. Lo
que te digo es que debes tener un corazón de descanso. Eso quiere decir
cesar de tus propios esfuerzos, tus propias luchas, y depender de las obras
de otro: Dios. Cuando empiezo a sentirme abrumada y siento como vuelve
la lucha, me paro y vuelvo a entrar en el descanso del Señor. Cuando
caminamos en este reposo, vivimos nuestras vidas de una manera más
plena y somos más efectivos en nuestros ministerios y dones.
Manteniendo Tu Reposo
Como intercesores, si queremos mantenernos en un lugar de reposo,
tenemos que aprender a orar y hacer nuestra parte y después devolverle
nuestras cargas al Señor.
Nuestra hija Leah, trabajó de cuidadora de niños durante cinco años.
Empezó a supervisar a dos niñas que eran increíbles. Una de las niñas
pequeñas podía ver en la esfera espiritual. Podía utilizar su sentido del tacto
y su sentido de la vista para comprender lo que estaba pasando.
Llamé a Leah un día y le pregunté si podíamos ir a comer. Nos
encontramos en un restaurante de la zona. Cuando empezamos a entrar en el
restaurante nos dimos cuenta de que (la llamaremos así) Rachel empezó a
esconderse detrás de Leah. Cuando llegamos a nuestra mesa, estaba muy
turbada y se daba constantemente la vuelta. Le pregunté qué le pasaba. Me
dijo que la señora que estaba sentada detrás de nosotros estaba triste y que
le dolía el corazón. Rachel sólo tenía tres años en aquél entonces.
Me di cuenta que Rachel estaba viendo en la vida de esta persona. Así
que oramos ahí mismo y le pedimos a Jesús que ayudase a esta mujer y
sanase su corazón. Rachel seguía inquieta. Le dije que oraríamos más
tiempo. Lo hicimos y después le dije que teníamos que darle este
sentimiento a Jesús y así dejar que se fuera. Lo hicimos y Rachel se quedó
satisfecha y volvió a ser como era ella, feliz. Yo estaba sorprendida y pensé
para mí, “ojalá hubiera podido aprender esa lección cuando era joven. Esa
lección me hubiera ahorrado mucho dolor de corazón”.
Creo que es posible llevar con nosotros ese descanso porque Dios no
nos está pidiendo que llevemos el mundo sobre nuestros hombros. Nos está
pidiendo que entremos en un descanso que es interno. Mi esposo es, en mi
opinión, una de las personas más ocupadas del planeta. Para él es un desafío
tomarse el tiempo para descansar. Pero una cosa que he notado a lo largo de
los años que llevamos juntos es que lleva por dentro un reposo que es del
Señor. Es muy fuerte en él. Sabe dónde está su fuente y, a menudo, hace uso
de ella. Si no tuviera esa fuerza interior, no podría seguir adelante con su
ritmo de vida. No tenemos un plan “B”. Dios es nuestro plan “A” y Él es
nuestra fuente.
“Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados y Yo les
daré descanso. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí,
porque soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso
para sus almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga es ligera”
(Mateo 11:28-30 Traduc. de NASB).
Aquí se menciona el descanso dos veces. La primera vez Jesús está
diciendo, “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados y Yo les
daré descanso” (Mateo 11:28). La segunda vez dice, “Encontrarán
descanso” (Mateo 11:29). Primeramente venimos a Él y Él nos da ese
descanso. Después, a medida que seguimos tomando Su yugo, aprendemos
de Él. Hemos entrado en la escuela del Espíritu Santo. A medida que
crecemos en Él y en Sus caminos, y hasta en Su presencia, encontraremos el
descanso para nuestras almas.
Jesús nos dio un ejemplo de esto en Mateo 8.
Descansando en la Tormenta
Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De repente, se
levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban
la barca. Pero Jesús estaba dormido. Los discípulos fueron a
despertarlo. «¡Señor»—gritaron—, «sálvanos, que nos vamos a
ahogar!». «Hombres de poca fe» —les contestó—, «¿por qué tienen
tanto miedo?» Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las
olas, y todo quedó completamente tranquilo. Los discípulos no
salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que
hasta los vientos y las olas le obedecen?» (Mateo 8:23-27).
Al leer esta historia, tenemos que preguntarnos cómo pudo dormir Jesús
en una tormenta cuando parecía que todos iban a perecer. Jesús hasta les
preguntó después de que le hubieran llamado, “Hombres de poca fe, ¿por
qué tienen tanto miedo?” (Mateo 8:26). Jesús vivía en una seguridad
interna. Era tan fuerte en Él que nada le podía conmover de esa realidad. Él
podía dormir en una tormenta. Él practicaba y es un modelo para nosotros
en esta historia, dándonos un ejemplo de qué es tener descanso en el
corazón.
Una Cosa Sencilla
Aunque podemos llevar el descanso de Dios con nosotros, seguimos
necesitando aprender cómo entrar en Su descanso. Recuerdo una de las
primeras veces que empecé a practicar esto de entrar en el descanso de
Dios. Fue hace algunos años e iba en coche hacía la ciudad para hacer
algunas compras. En ese viaje de una hora, el vehículo que estaba
conduciendo decidió rendirse y dejar de funcionar. Mi primera respuesta fue
tener pánico y enfadarme muchísimo. “¿Cómo ha podido pasar esto? A
partir de ahora todo será un desastre”. Ya sabes como podemos tomar estas
cosas algunas veces.
Me encontré con un teléfono público (no había móviles en ese entonces)
para poder llamar a mi esposo. Al empezar a marcar el número, pensé,
“¿Por qué estoy actuando así? ¿Por qué estoy tan enfadada?” Entonces me
di cuenta de algo que era muy sencillo pero que cambió mi vida. A veces
son las cosas sencillas de la vida las que producen ese cambio en nosotros
con respecto a nuestra manera de pensar.
Pensé, “Sabes, creo que me voy a calmar y voy a entrar en reposo
interior, podré ver lo que Dios puede hacer en esta situación”. Así que tomé
una sencilla decisión y escogí permitirle a Dios que tuviera en sus manos
este pequeño problema del día. Por supuesto, una vez que tomé esa
decisión, todo tomó su lugar y empezó a funcionar. Escogí el “descanso del
Señor” para mi vida ese día. Pienso a menudo en ese día. En lo que parecía
ser una cosa trivial, Dios me permitió que viera que podía acudir a Su
descanso en cualquier momento que lo necesitase. Era mi decisión.
¿Has jugado alguna vez a “y si…”? Por ejemplo, ¿Y si los discípulos
hubieran tomado la decisión y hubieran entrado en ese descanso que Jesús
tenía? ¿Qué hubiera ocurrido en esta historia? ¿Y si tú entras en el
“descanso del Señor” ahora mismo? ¿Qué pasaría? La historia de tu vida
sería bastante diferente, ¿no?
Dios nos está llamando a que escojamos Su descanso y a que lo
cultivemos en todo lo que hacemos.
10. ENFRENTANDO LOS RETOS
Me pasé casi dos años en los que, casi cada vez que iba a la iglesia,
lloraba sintiendo y discerniendo cosas del mundo espiritual. A veces
lloraba porque sentía la presencia de Dios de una manera muy fuerte en la
reunión.
Gran parte de esa época me la pasé en encuentros celestiales
gloriosos. Pero cuántos saben que si lloras en un lugar público más de lo
normal, la gente empieza a preguntarte si estás bien y qué te está pasando.
Recuerdo que muchas personas vinieron a preguntarme si estaba bien
durante esa época. Les decía que estaba sintiendo a Dios de verdad y les
contaba lo que Dios estaba haciendo. Pero creo que era muy difícil para
la gente entender que este periodo de llanto que estaba experimentando
no era una cosa mala. Desde fuera, probablemente parecía que algo no iba
bien. Pero, para mí, las cosas no podían ir mejor.
Durante esa época, había veces en las que sencillamente iba detrás del
escenario y me escondía e intercedía. Fue un tiempo de aprendizaje
tremendo para mí y para otros. Dios empezó a moverse de maneras
sorprendentes en nuestras reuniones. Fue durante este tiempo que la
intercesión en nuestra iglesia salió verdaderamente fortalecida. Pero
quiero aclarar que no oramos por el avivamiento. No tuvimos reuniones
especiales de oración en las que orábamos para que viniera el
avivamiento. Para nosotros, el avivamiento vino y después empezamos a
tener reuniones de oración. Dios sencillamente vino y se movió y desde
ahí creció nuestra intercesión.
El ministerio de oración intercesora dentro de la iglesia es un
ministerio de ayuda. Como intercesores tenemos que orar por los pastores
y los líderes al igual que por los ministerios de la iglesia. Estamos ahí
para bendecir al liderazgo, para orar por sus ministerios para que se
expandan y sean bendecidos y crezcan; y para orar para que haya
protección sobre ellos y sobre sus familias. Como intercesores, estamos
ahí para que las cosas les sean más fáciles a los líderes. Eso es lo que
sentimos que estábamos haciendo. Sentimos que estábamos ayudando.
Durante este tiempo, sentimos que debíamos tener intercesores orando
durante las reuniones. Pusimos intercesores para cubrir al equipo de
alabanza y para cubrir al orador durante las reuniones. Estábamos orando
por bendición, por unción y para que Dios viniera. Así empezamos a
asignar a ciertas personas para que orasen detrás del escenario los
domingos. Dios estaba sencillamente derramando y nosotros estábamos
de acuerdo con Él y no queríamos perdernos nada de lo que Él estuviese
haciendo. Esos intercesores se convirtieron en una cubierta para el equipo
de alabanza y para la persona que hablase ese domingo.
Confrontando los Malos Sueños
Recuerdo que muchas personas empezaron a captar “cosas negativas”
durante ese tiempo. Pienso en cosas negativas como sueños, visiones y
pensamientos que no revelan los planes que Dios tiene para bendecir la
tierra.
Verás, la gente estaba captando sueños y visiones y pensamientos de la
segunda esfera. La gente venía a mí con tanta negatividad que sentí que no
estábamos viendo correctamente. Cuando fui al Espíritu Santo para que me
diese consejo y entendimiento, sentí que me dijo que Él estaba permitiendo
que esta información saliera porque quería que aprendiésemos cómo orar
desde la perspectiva del Cielo. Así que cuando la gente venía a mí con lo
negativo, el discernimiento y los sentimientos de la segunda esfera, les
decía que Dios les estaba permitiendo ver esto por una razón. Ahora era la
responsabilidad de cada uno el ver eso desde la perspectiva del Cielo. Les
dije que tenían que preguntar a Dios cuál era Su intención. Verás, cuando
ves algo negativo siempre tienes que ir a Dios y decirle, “Vale, Dios, ¿qué
estás haciendo?” ¿Qué estás diciendo a través de esto? ¿Cómo quieres que
ore?”
Siempre es fácil encontrar basura. Pero Dios quiere que busquemos más
allá de la basura y encontremos el tesoro. Las Escrituras dicen,
Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el
investigarlo (Proverbios 25:2).
Viendo Como Dios Ve
Déjame que te dé un ejemplo de cómo buscar el tesoro. Un domingo por
la mañana, me encontré en el suelo con Dios. Me trajo una imagen de un
hombre que era el propietario de un establecimiento donde se hacen tatuajes
en la ciudad. Había visto a este hombre un día en su tienda. Podía saber
cómo era simplemente con mirarle. Los ojos te dicen todo lo que necesitas
saber. Eso es lo que vi ese domingo por la mañana. Vi odio y enfado. En
vez de maldecir al hombre y a su negocio, empecé a ver el corazón de Dios
hacia él. ¡Ay, Dios mío!, me deshizo. Oré para que su destino se cumpliese
y oré para que Dios derramase Su amor sobre él y se llevase el enfado y el
odio. Nunca llegué a oír si el joven cambió de vida o si el odio y el enfado
se fueron. Pero, a causa del intenso tiempo de oración, sé que Dios estaba
detrás de algo esa mañana. Yo era la que estaba en la brecha por ese
hombre, rogando delante de Dios por su situación.
Permítele a Dios que tome tu corazón. Déjale que te lleve a un lugar de
intercesión. Quédate quieto y conoce que Él es Dios. Cuando estaba orando
por este joven, le estaba viendo como Dios le veía. Es lo que llamamos,
“encontrar el oro en alguien”.
Al encontrar el oro en alguien, tienes que cavar más hondo. Nunca es
difícil encontrar basura, pero debemos profundizar más para encontrar el
oro, eso es ver a la persona como Dios le ve. Cuando vemos las cosas malas
que nos rodean, todo lo que tenemos que hacer es profundizar en Dios y
encontrar el oro. Encuentra las cosas que Dios está diciendo. Entonces
podemos ponernos de acuerdo con respecto al oro. ¡Vaya! ¡Qué concepto
orar el Cielo!
Como intercesora que soy, quiero que los líderes por los que estoy
orando sientan que soy una bendición y no una carga. Una tarde me reuní
con un pastor para hablar. Después de haber hablado en su iglesia, le
pregunté cómo le iba su relación con sus intercesores. Me dijo, “¿de verdad
que lo quieres saber?” Le dije, “sí”. Me dijo, “Para ser honesto contigo, me
agotan”. Continuó, “Me traen todos sus sueños, sus advertencias, lo que
debería ocurrir aquí, y es tanto que a mí me agota”.
Le sugerí que tuviera un intercesor que actuara de cabecilla y que, tal
vez una vez al mes, él (esto es, el pastor) debería ir a hablar con el grupo de
intercesión para mantener el contacto. El hecho de tener una persona a la
cabeza le ayudaría porque él/ella podría dirigir al grupo bajo la cubierta del
pastor. Entonces si esta persona sintiera la necesidad de venir a hablar con
el pastor sobre lo que fuera, podría hacerlo.
No Te Ofendas
Vivimos en una cultura tan profética que, si cualquier domingo
dejásemos a nuestra gente libre, estaríamos ahí todo el día oyendo lo que
Dios está diciendo. Recuerdo que cuando llegamos a Bethel, los domingos
por la mañana teníamos muchas personas que tenían una palabra profética o
un sentimiento de lo que deberíamos hacer después en la reunión. Era
nuestra tarea tratar de resolver cuáles usar y cuáles dejar. Durante esa
época, descubrimos que es la responsabilidad del líder decidir qué hacer
con la palabra profética o dirección que te trae el intercesor, y no de la
persona intercesora.
Sé que ese tiempo fue difícil para algunos porque no siempre usábamos
lo que nos traían. Pero esta es una buena lección para nosotros como pueblo
intercesor bajo un líder. Como intercesores, venimos con lo que sentimos
que es la palabra o dirección de Dios y se la damos a nuestros líderes.
Entonces, debemos confiar en ellos para que hagan lo que consideren que es
lo mejor. Debe haber una relación que esté llena de confianza entre el pastor
y el intercesor. Recuerda intercesor, tú vienes para ayudar al pastor o al
líder. Vienes a su lado para pedir protección sobre ellos.
El Arte de la Intercesión
Creemos que hacer intercesión a través de las artes es una parte muy
importante de nuestra oración en Betel. Tenemos dos modelos de oración
que utilizamos que son un ejemplo de cómo fluyen las artes con la oración.
A continuación hay una descripción de nuestra plataforma de
intercesión:
Los intercesores que escogemos para la reunión son individuos que
se mueven específicamente en la intercesión a través de la
adoración, personas que quieren asociarse con Dios para ver como
la atmósfera misma cambia cuando entran en un lugar de adoración.
Animamos a nuestros equipos a que respondan de manera creativa a
través de la adoración y manifiesten los movimientos del Cielo,
como para liberar una demostración física de lo que se siente en la
atmósfera.
Los equipos se forman a través de la relación y de estar conectados
los unos con los otros. Yo creo que a medida que caminamos en
relación y en comprensión, al producirse un cambio en la
atmósfera, lo sentiremos más fácilmente y podremos responder
como se merezca y en unidad. Los intercesores están diseñados
para tener una relación con los equipos de adoración y para
cubrirles en oración. Al edificar estas relaciones podemos
movernos en unidad y como uno solo en el Espíritu con una mayor
autoridad.
Como líder, he sido bendecida con intercesores que vienen llenos y
listos para dar, que están emocionados y expectantes sabiendo que
Dios es bueno siempre y anticipando que ocurrirán cosas nuevas.
Nosotros, en Betel, promovemos el gozo y queremos ser
dispensadores del amor de Dios. Nos presentamos una hora antes
de la reunión y empezamos a orar por los músicos de la adoración
mientras ellos practican. Esto le permite al equipo tener tiempo para
conectarse en el Espíritu con los músicos y con lo que Dios está a
punto de hacer en la reunión.
Durante la práctica de la adoración, el líder ora para obtener una
guía sobre dónde debe colocar a los miembros del equipo. Siento
que es importante, a la hora de situar a los intercesores, que el líder
libere autoridad y cobertura sobre cada miembro. Ya que tenemos
más de una reunión, tenemos varios líderes dentro de todo el grupo.
El intercesor principal siempre está colocado detrás del líder de
adoración. Los intercesores se ponen cerca del equipo de adoración
entendiendo que todos tienen su propio espacio espiritual, una vez
más reforzando la necesidad de tener una relación los unos con los
otros.
Después de que termina la adoración, nos reunimos como grupo y
oramos juntos para cubrirnos los unos a los otros para la semana
venidera. El hecho de tener a tus intercesores cubiertos por medio
de la autoridad es el don más importante que les puedes dar.
Utilizo el mismo principio para el arte como medio de intercesión.
Al tratar con nuestros artistas, animo a los individuos a que se
muevan por su arte como si su pintura fuera una reflexión de lo que
está ocurriendo en el Espíritu.
Al estar siempre vigilantes para capturar la esfera invisible cuando
pintamos desde la perspectiva del Cielo, empezamos a movernos en
la sanidad y liberación de Dios. Estamos aprendiendo a liberar un
movimiento de sonidos, colores e imágenes de pinturas que dan la
bienvenida a las visitaciones angelicales.
Mi deseo es revelar el corazón de Dios a través del arte, inspirar a
los demás a que vivan sus vidas libres de limitaciones que les
mantienen en las dimensiones naturales de este mundo. ¿Qué
pasaría si pudiéramos salir de la esclavitud y entrar en la libertad a
causa de la pintura? ¿Qué pasaría si el cuadro de un ángel abriese
camino para una visitación de Dios? He sido testigo de cómo el arte
que ha sido pintado a raíz de un encuentro celestial me habla y
confirma mi espíritu. Dios se manifiesta continuamente a través de
todas las artes y Él tiene mucho más que expresar a través de las
artes.
A veces los artistas tienen sueños y visiones que los llevan a un
lugar al que me gusta llamar, arte viva, arte que es interactiva y que
cobra vida. Aquí los artistas entran en la obra de arte misma y es
como si se convirtiesen en parte del cuadro. Otros artistas captan un
montón de colores. Empiezan a liberarlos en la atmósfera y se
aferran a lo que está ocurriendo en lo sobrenatural. A todos los que
no están familiarizados con el arte como forma de intercesión,
piensan que son sencillamente colores y movimiento, pero a cada
sonido, a cada color que se libera, se produce una oportunidad para
experimentar un nuevo nivel en la creatividad de Dios.1
Durante la práctica de la adoración, el líder ora para obtener una guía
sobre dónde debe colocar a los miembros del equipo. Siento que es
importante, a la hora de situar a los intercesores, que el líder libere
autoridad y cobertura sobre cada miembro. Ya que tenemos más de una
reunión, tenemos varios líderes dentro de todo el grupo. El intercesor
principal siempre está colocado detrás del líder de adoración. Los
intercesores se ponen cerca del equipo de adoración entendiendo que todos
tienen su propio espacio espiritual, una vez más reforzando la necesidad de
tener una relación los unos con los otros.
Después de que termina la adoración, nos reunimos como grupo y
oramos juntos para cubrirnos los unos a los otros para la semana venidera.
El hecho de tener a tus intercesores cubiertos por medio de la autoridad es
el don más importante que les puedes dar.
Utilizo el mismo principio para el arte como medio de intercesión. Al
tratar con nuestros artistas, animo a los individuos a que se muevan por su
arte como si su pintura fuera una reflexión de lo que está ocurriendo en el
Espíritu.
Al estar siempre vigilantes para capturar la esfera invisible cuando
pintamos desde la perspectiva del Cielo, empezamos a movernos en la
sanidad y liberación de Dios. Estamos aprendiendo a liberar un movimiento
de sonidos, colores e imágenes de pinturas que dan la bienvenida a las
visitaciones angelicales.
Mi deseo es revelar el corazón de Dios a través del arte, inspirar a los
demás a que vivan sus vidas libres de limitaciones que les mantienen en las
dimensiones naturales de este mundo. ¿Qué pasaría si pudiéramos salir de
la esclavitud y entrar en la libertad a causa de la pintura? ¿Qué pasaría si el
cuadro de un ángel abriese camino para una visitación de Dios? He sido
testigo de cómo el arte que ha sido pintado a raíz de un encuentro celestial
me habla y confirma mi espíritu. Dios se manifiesta continuamente a través
de todas las artes y Él tiene mucho más que expresar a través de las artes.
A veces los artistas tienen sueños y visiones que les llevan a un lugar al
que me gusta llamar, arte viva, arte que es interactiva y que cobra vida.
Aquí los artistas entran en la obra de arte misma y es como si se
convirtiesen en parte del cuadro. Otros artistas captan un montón de
colores. Empiezan a liberarlos en la atmósfera y se aferran a lo que está
ocurriendo en lo sobrenatural. A todos los que no están familiarizados con
el arte como forma de intercesión, piensan que son sencillamente colores y
movimiento, pero a cada sonido, a cada color que se libera, se produce una
oportunidad para experimentar un nuevo nivel en la creatividad de Dios.
Durante una de nuestras conferencias, algunos amigos que tenían
amigos en Fiji nos alertaron de que se acercaba un tsunami a esas islas. Nos
pareció que era muy importante orar por esto. Así que empezamos a orar de
forma corporal. Durante este tiempo de oración, alguien se dio cuenta de un
cuadro que había en la plataforma que había pintado uno de nuestros
intercesores la noche antes. Corrió a la plataforma y trajo el cuadro al frente
para que todos lo vieran claramente.
El cuadro era un dibujo de una ola enorme que se dirigía a la tierra.
Pero, entre la ola gigante y la tierra, había una pared de ladrillos muy
grande. Sin exagerar, todos nos sorprendimos. Nuestro nivel de fe llegó
hasta el techo porque sabíamos que Dios iba a parar el tsunami. No había
ninguna duda en nuestras mentes. Poco tiempo después de haber orado, nos
llegó noticia de que lo que iba a ser una ola destructora se disolvió y se
convirtió en nada. Sentimos que a través del cuadro Dios ya había visto el
problema aproximándose y había dado la respuesta.
Otra área de oración y de artes creativas que hemos visto despegar es un
ministerio denominado 48HOP (por sus siglas en inglés 48 hours of prayer,
que traducido al castellano significa 48 horas de oración), cuarenta y ocho
horas de oración que incluye expresión artística. Nuestro hijo mayor, Eric,
sintió la necesidad de empezar una reunión de oración que durase 48 horas
en su iglesia. Desde ahí ha evolucionado a un ministerio y ha llegado a
varios lugares por todo el mundo. Su intención era ver a todo el pueblo, y
no sólo a los que se llaman a sí mismos “intercesores”, atraído a un estilo de
vida de oración.
Algunos amigos suyos le mostraron un pasaje en Zacarías 1:18-21:
Alcé la vista, ¡y vi ante mí cuatro cuernos! Le pregunté entonces al
ángel que hablaba conmigo: «¿Qué significan estos cuernos?» Y el
ángel me respondió: «Estos cuernos son los poderes que
dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén». Luego el Señor me
mostró cuatro herreros. Le pregunté: «¿Y estos qué han venido a
hacer?» Y el Señor me respondió: «Los cuernos son los poderes
que dispersaron a Judá, a tal punto que nadie pudo volver a
levantar la cabeza. Los herreros han venido para aterrorizarlos, y
para deshacer el poder de las naciones que levantaron su cuerno
contra la tierra de Judá y dispersaron a sus habitantes» (Zacarías
1:18-21).
Así que 48HOP incluye hacer muchas cosas con el arte, la música y la
creatividad. Al entrar en la habitación, está llena con música en directo y/o
CD’s de adoración. Por toda la habitación hay cubículos de oración. Puede
haber un espacio de oración dónde te sientes y pintes como un acto de
intercesión de adoración. Puede haber un lienzo con el mundo pintado en él.
La gente puede venir a este lienzo y con un rotulador escribir oraciones
sobre diferentes partes del mundo. Otro cubículo puede tener un archivador
con palabras proféticas para que la gente las lea y ore por ellas.
Hay un cubículo donde puedes escribir un diario con tus oraciones
mientras estás en el cuarto de oración. Hay un cubículo de escritura creativa
donde te puedes sentar frente a una mesa y expresarte con Dios por medio
de la escritura. Después, cada cierto tiempo, un líder viene y nos dirige en
alguna oración conjunta. Hay un micrófono disponible y la gente puede
venir y orar en voz alta sobre lo que se esté orando en ese momento.
Lo que hace que este evento sea tan maravilloso es que la gente que
normalmente no se entregaría a la oración o a la intercesión se da cuenta de
que la oración está en sus expresiones artísticas. Algunas personas nos han
dicho que esto ha hecho que su vida de oración vuelva a prender. La oración
no debe ser aburrida, jamás. A los niños les encanta el 48HOP.
Recuerdo una vez que lo tuvimos en la iglesia que una de nuestras
maestras de la escuela de primaria se lo ofreció a su clase de primero. La
música de adoración estaba sonando y ella les dijo que se tumbasen en el
suelo y se impregnasen de la presencia de Dios. Fue una escena increíble.
Después, pasados algunos minutos dejó a los niños a que fuesen a alguno de
los cubículos para que orasen mediante expresiones creativas.
En el Shepherd’s Rod 2005 (El Callado del Pastor—2005), Bob Jones y
Paul Keith Davis mencionan que “la Hueste Celestial” se va a presentar en
casas de oración. Después de uno de los 48HOP, nuestro hijo estaba
empezando a cerrar pero sin querer hacerlo de verdad porque la hueste del
Cielo no había visitado esta casa de oración. Total que él, junto con otros
tres, se quedaron pasadas las 48 horas destinadas para ese evento. Él estaba
adorando al piano y algo empezó a ocurrir.
Los ángeles empezaron a aparecer por toda la habitación. Había rayos
dorados y blancos. Empezaron a aparecer destellos de luz en diferentes
áreas de la habitación. Sabía cuándo entraban los ángeles porque estaban
entrando por la puerta de atrás y cuando entraban la puerta se inclinaba y se
doblaba ligeramente. Estos ángeles empezaron a caminar por los pasillos
que había entre las sillas. Sus pies eran visibles y estaban muy ocupados
caminando rápidamente por toda la habitación. Estaban ahí con un
propósito; estaban ahí para establecer la gloria de Dios. Esto continuó así
durante 30 o 45 minutos. Fue una noche muy buena.
Dios permitió a Su pueblo que viviera con expresión y que fueran
dispensadores de esa expresión. No es diferente con la oración. Deberíamos
poder mostrar los diferentes tipos de expresión en la oración, ya sea en
forma de arte, en forma de palabra o en cualquier otra forma.
Intercesión Profética
A continuación hay una descripción de nuestro grupo de oración en la
iglesia.
Tenemos un grupo grande de intercesores organizados dentro de la
iglesia. Enseñamos a nuestros intercesores a que esperen al Espíritu Santo y
le pidan Su dirección. La Biblia dice,
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues
qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles (Romanos
8:26).
Una de las cosas que es tan divertida acerca de las reuniones de
intercesores es que, debido a que nuestros intercesores esperan a la
dirección del Espíritu Santo antes de empezar a orar, cada reunión es
diferente. El Espíritu Santo es tan progresivo y creativo… Nuestros
intercesores emplean tiempo para empaparse en la presencia del Espíritu
Santo antes de empezar a orar. Esperan en Él al preparar sus cuerpos, almas
y espíritus para trabajar como uno solo. Nuestros intercesores descubren
que está haciendo Él antes de empezar a orar.
Honor
Creo que una de las cosas que hace que nuestro grupo de intercesores
tenga tanto éxito es que tienen la confianza y el honor del liderazgo de la
iglesia. A causa de la relación existente, sabemos como líderes que
podemos entregar este ministerio a un grupo de personas muy devotas y
sabemos que llevarán nuestra visión.
Un Buen Reporte
Un joven vino a verme al final de una de nuestras conferencias. Nos
estaba visitando y había tenido la oportunidad de pasar algo de tiempo
con uno de nuestros intercesores. Me dijo que le había encantado estar
con nuestros intercesores porque estaban muy felices. Estaban muy llenos
de gozo. Le dije que eso estaba en nuestro ADN. Fue el mejor halago que
jamás podría haber recibido.
Somos un pueblo lleno del Cielo, y el Cielo es un lugar que está lleno
de gozo.
Pastores, los animo a que honren y desarrollen una relación de
confianza con aquéllos de su iglesia que sean los intercesores. Tal vez
sean algo raros y hagan cosas alocadas, simbólicas, proféticas, pero si les
ofrecen la cobertura y les dejan volar, se dedicarán a ustedes hasta la
muerte.
Intercesores, si ustedes están bajo sus líderes y someten su ministerio
de oración y servicio, hallarán la satisfacción que han estado anhelando.
Merece la pena trabajar para conseguir una relación entre el pastor y los
intercesores.
Oraciones con Trasfondo de Brujería
¿Alguna vez has oído a alguien orar de esta forma, “Dios te pido que
enseñes a mi pastor y que le muestres que tiene que cambiar su manera de
pensar”? Esa es una oración de manipulación y control. Esa es la naturaleza
de la brujería. Las brujas controlan echando embrujos sobre las personas y
las cosas.
El intentar controlar viene a causa del temor a que no te controlen.
Surge de la inseguridad. Orar oraciones de control es algo peligroso.
Muchos ni siquiera se dan cuenta de los que estamos haciendo cuando
intentamos controlar con nuestras oraciones. Hay una línea que podemos
cruzar cuando decidimos que sabemos qué es lo mejor en una situación en
particular y qué es lo que debe ocurrir.
Puede parecerse a esto: “No estoy contento con la manera en la que mi
líder está dirigiendo por lo que voy a orar para que cambie y empiece a
actuar de la manera que creo que debería hacerlo”. ¿Puedes ver el error en
esto? Como intercesores, nuestra tarea es apoyar a nuestros líderes y
bendecirles, estar a su lado y servirles. Me encanta cuando la gente viene a
nosotros y nos dice que están orando para que obtengamos bendición y que
quieren ayudar de cualquier manera posible en servicio hacia nosotros.
Seamos honestos, nuestros líderes necesitan toda la ayuda que puedan
recibir. Después de todo también son humanos.
Muchos de nosotros hemos orado estas oraciones sin querer. Si tú has
sido de aquéllos que ha controlado con tus oraciones, pídele al Señor que te
perdone y empieza a bendecir a aquéllos a los que has maldecido sin querer.
Algunos lo han hecho intencionadamente y necesitan empezar de nuevo.
Tal vez necesites hacer un compromiso delante de Dios de que vas a honrar
y a empezar a servir a tus líderes.
Hablando Amor
He aprendido a lo largo de los años que aquéllos que son críticos con los
líderes a menudo son los que tienen un don de intercesión. Necesitan
convertir su crítica en intercesión. Necesitan orar lo opuesto a lo que están
hablando y necesitan dejar de vivir bajo la influencia de la segunda esfera.
Me gustaría pensar que Dios no puede oír las palabras de crítica, pero que sí
puede oír esas palabras u oraciones que están llenas de bendición y de amor.
Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser
libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a
sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor (Gálatas
5:13).
Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su
amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado
(Romanos 5:5).
Hay mucho amor dentro de nuestros espíritus, y necesitamos cultivar ese
amor. A medida que sacas de ese amor que hay en tu interior, empezarás a
ver a la gente con los ojos de amor de Dios. En vez de orar o hablar
palabras de muerte, empezarás a orar y a hablar palabras de vida y de amor.
Párate ahora mismo y acalla tu corazón y siente Su amor; este amor que
nos da libertad a medida que destruye el temor; este amor que nos da
libertad para amar a los demás.
Una Advertencia
Estábamos viajando y visitando una iglesia en la costa este. Durante una
de esas reuniones, mi esposo tuvo una palabra de conocimiento acerca de
una mujer que iba a experimentar un aborto natural o algo así. Había varias
mujeres que salieron para que se orase por ellas. A mí me parecía que había
demasiadas mujeres ahí esperando. Ese mismo día, a la hora de la comida,
estaba sentada al lado de la esposa del pastor. Le pregunté acerca de todos
los abortos naturales que estaban ocurriendo. A medida que me contaba lo
que estaba pasando, sentí que debía preguntarle qué habían estado haciendo
los intercesores. Le expliqué que hay veces en las que podemos participar
en una guerra que Dios no ha ordenado.
Empezó a contarme que hacía un tiempo se habían asociado con otro
grupo de intercesores y que habían subido a una montaña que se llamaba
“La Montaña de la Bruja”. Habían rechazado el principado sobre esa
región. Me dijo que se sintió un poco aprensiva con eso pero que se había
unido a ellos de todas formas.
Al escuchar a la esposa del pastor mientras me explicaba los tipos de
oraciones que su equipo de oración había estado haciendo, empecé a captar
un cuadro de lo que había estado pasando. Sentí que el Señor me mostró
que lo que habían hecho no había sido guiado por Dios. Creo que entraron
en un área en la esfera espiritual dónde Dios no les había mandado y
terminaron sin cobertura.
El resultado fue que había pérdida de vida. Así que hicimos un plan para
la reunión de esa noche. Para romper esta maldición sobre la iglesia,
llamamos al frente a todas las mujeres que no podían quedar embarazadas,
que habían tenido abortos o situaciones similares. Había toda una fila de
mujeres esa noche. Bill y yo estuvimos bastante tiempo orando por cada
una de ellas. Cuando Bill y yo nos acercamos a una joven, ella me susurró
al oído, “Me acabo de enterar de que estoy embarazada”. Sentí que era
como si Dios estuviera diciendo, “Estas son las primicias de la sanidad”.
Como intercesores, necesitamos tener cuidado y ser sensibles con lo que
Dios quiere que hagamos. Nunca debemos temer al diablo. Pero tampoco
debemos luchar contra él en nuestras propias fuerzas. Si permitimos que
Dios dirija y dé poder, siempre habrá avance y victoria.
Si sientes cierta duda en tu espíritu, escúchalo y espera en el Señor. Ha
habido veces cuando he salido para orar con las mejores intenciones, y Dios
me ha susurrado, “ahora no” o “no toques eso en oración”. Esto no es para
poner temor en nosotros y para que paremos nuestro ministerio de
intercesión, sino que necesitamos ser sabios y aprender a escuchar y a ser
sensibles al mover del Espíritu Santo. La gracia de Dios es tan grande y
amplia y fuerte que cuando cometemos un error, nos arrepentimos y
seguimos adelante.
Para un Momento Como Éste
A lo largo de toda la historia Dios ha levantado un ejército de soldados
que están dispuestos a poner sus vidas por la causa. ¿Cuántas veces te ha
despertado Dios y te ha atraído a Sí mismo para un momento como éste?
Tal vez no siempre entiendas por qué, pero tienes que unirte a Él. Que la
historia te pertenezca, intercesor. Entra en lo que eres y zambúllete en las
profundidades de Sus riquezas.
NOTAS FINALES
1. Renee Cooper, Líder de Arte e Intercesión en Bethel Church.
Usado con permiso.
11. LOS MÍSTICOS, LAS
EXPERIENCIAS MÍSTICAS Y LA
ORACIÓN CONTEMPLATIVA
Los verdaderos contemplativos no buscan
experiencias poco comunes ni, sobre todo,
poder personal. La meta que les consume
es tener intimidad con Dios
—Santa Juliana de Norwich
Oh Dios, tu camino está en el santuario (Salmo 77:13; Traduc. de
NKJV).
Este capítulo está dedicado a los místicos, a los contemplativos; a
aquéllos que están presentes y a los que nos precedieron, aquéllos que han
vivido en una profunda comunión con la Trinidad. Los místicos denominan
a su comunión “éxtasis”. Mi esperanza y oración a medida que lees este
capítulo es que experimentes los diferentes niveles de éxtasis, los niveles a
los que has sido llamado en las profundidades de Dios, y que Su agua fluya
sobra ti.
Me he sentido atraída a aprender todo lo que pueda acerca de ellos. En
mi opinión, son personas que han puesto a un lado toda su vida para
proceder a la búsqueda de una sola cosa: el corazón de Dios. Una de las
cosas que diferencia a los “místicos” del resto de las personas es que sólo
tienen un deseo, conocer a Dios en Su plenitud.
Los místicos son personas que viven en una relación correcta con Dios y
que se han rendido a conocerle más de una manera auténtica, sin
importarles el precio. No buscan fama, ni gloria, ni deseos mundanos, sino
que han escogido poner toda su vida para que puedan oír el latido del Cielo.
Son personas que están constantemente conscientes de Dios.
Los místicos no se sienten satisfechos con lo que tiene enfrente. Quieren
ver más. Ven más allá de esta realidad, ven la esfera espiritual.
Para ellos, Dios es más real que la vida. Dios es su vida. Los místicos
ven cómo se conecta el mundo espiritual con el terrenal. En otras palabras,
ven cómo el Cielo está invadiendo la tierra. Toman todas esas conexiones,
las unen y hacen que todo tenga sentido para ellos. Pueden ver en el mundo
espiritual y utilizarlo para ayudar a definir lo que está pasando en el mundo
terrenal. En este sentido, ayudan a traer el Cielo a la tierra.
Para el místico, el mundo espiritual es un lugar seguro. Para todos ellos,
muy a menudo, el mundo espiritual puede parecer más real que el mundo
terrenal. De hecho, encuentran mejor cuando experimentan el mundo
celestial.
Hay diferentes tipos de místicos. Uno de ellos es al que algunos
denominan el morador de cavernas. Los Padres del Desierto que a menudo
vivían como ermitaños son denominados así a veces. A un morador de
cavernas le gusta estar a solas con Dios y estaría todo el tiempo a solas con
Dios si fuera posible.
Una vez, mientras viajaba, conocí a un joven que, inmediatamente, vi,
que era un morador de cavernas. Se lo pregunté y estuvo de acuerdo
conmigo en que, efectivamente, lo era. No puedo explicar a ciencia cierta
cómo supe que era un morador de cavernas, pero lo sabía. Lo podía ver en
sus ojos y en su cara y en todo lo que le rodeaba en el mundo espiritual.
Sabía que era el tipo de persona que prefiere pasar tiempo a solas con Dios.
Sabía que él era un amigo de Dios.
El vidente es otro tipo de místico. Un vidente puede ver en el mundo
espiritual y discernir los tiempos y las sazones en los que estamos viviendo.
Un ejemplo de ese tipo de místico es Bob Jones. Bob Jones es un profeta
vidente.
Conexión con Dios
Sé cuando estoy en ese lugar en el que me siento completamente
conectada con Dios porque tengo una paz instantánea. Cuando estoy en ese
lugar, parece cómo que todo tiene sentido y todo se “centra” en un instante.
En ese lugar, experimento una paz y una calidez que se podrían describir
como verdaderamente divinas. Es parecido a decir, “aaaah” en mi espíritu,
alma y cuerpo. No hay nada en la tierra que se parezca a ese sentimiento. Es
puro éxtasis.
Me he dado cuenta de que, a causa de emplear tiempo en la presencia de
Dios, he aprendido cómo se accede a Su presencia y me resulta más fácil
conectarme con Dios. Y, ya que he desarrollado esa conexión, cuando
vuelvo mi atención a Dios, puedo empezar a sentir Su presencia de manera
inmediata.
Ya que sé cómo me siento al estar conectada con Dios, estoy más
consciente de cómo me siento cuando he perdido esa conexión. He
aprendido que cuando no estoy caminando en ese lugar de conexión con
Dios donde siento Su presencia, empiezo a verme insegura.
La mejor forma en la que puedo describir este sentimiento es que, de
repente, todo empieza a estar fuera de lugar, y tengo que volver a
conectarme con el corazón de Dios y con Su presencia para ver que todo
vuelve a estar en el lugar correcto y, una vez que las cosas están en su sitio,
empiezan a estar “perfectamente encajadas”.
Another way that I can tell if I’m not at that connecting place with God
is that I begin to let outside influences affect my emotions, my spirit man,
and my decisions because I am not connected to what is truly real. “While
we do not look at the things which are seen, but at the things which are not
seen, for the things which are seen are temporary, but the things which are
not seen are eternal” (2 Cor. 4:18).
Cuando nos conectamos con Dios, somos conscientes de que está ahí
siempre. Y he aprendido que puede experimentar esa realidad de la
presencia de Dios sin que importe dónde estoy o lo que esté haciendo. Es la
certeza de que está ahí cuando voy en el coche, cuando voy a caminar o a
jugar con mis nietos. Al haber invertido tiempo con Dios, centrándome en
Su presencia, me doy cuenta de que tengo acceso a una conexión
instantánea.
Lo Místico—Súper y Natural
En mi opinión, los místicos son personas normales. Son personas
normales consumidas por la presencia de Dios, a las que les gusta estar con
Dios y que saben cómo entrar y salir del lugar secreto.
Solía pensar que los místicos eran personas que se recluían con Dios y
se escondían de la gente y del mundo. Pero muchos de ellos no estaban
recluidos. De hecho, vivían en el mundo y tocaban al mundo. Los santos
Patrick y Columba son ejemplos de dos místicos que decidieron impactar al
mundo que les rodeaba con el Reino de Dios. Estos dos hombres eran
grandes evangelistas que se movían en señales y prodigios. Aunque vivían
gracias al latido del Cielo, también decidieron traer el Reino del Cielo a la
tierra. Ellos sabían cómo tocar el corazón del Padre y, a la vez, se movían
entre las personas ministrándoles. Y, hace mucho tiempo decidí que si ellos
podían hacer las dos cosas, yo también puedo.
Muchas veces, cuando la gente piensa en los místicos, piensan en
personas apartadas que huyen de todo, pero no siempre es así. Algunas de
las personas a las que describiría como místicos de la era moderna viven
una vida extremadamente normal. Algunas que conozco pueden funcionar
en el mundo que les rodea aunque invierten gran parte de su tiempo en el
mundo espiritual. Su vida y su aliente proceden del lugar secreto. Para ellos,
lo más importante es buscar el rostro de Dios y tienen un deseo y una
pasión por saber lo que Dios está haciendo y por oír lo que está diciendo.
Están desesperados por oír el latido del Cielo. Sin esa conexión con el
Cielo, empiezan a sentirse desequilibrados.
Los místicos no son diferentes de ti y de mí. Son personas normales y
corrientes que han elegido poner sus vidas y buscar a Dios. No limitan a
Dios. Buscan a Dios de todo corazón. Van delante de Dios y dicen, “Dios,
Tú eres todo lo que deseo. No importa lo que parezca, o lo que me cueste,
debo tener más de ti”. El clamor del corazón del místico es, “Toma el
mundo, pero dame Tu Persona”.
En la Biblia, el rey David era un místico. Se adelantó a su tiempo. Por
ejemplo, David puso la adoración al alcance de todo el mundo. La puso a la
disposición de todo el pueblo para que pudiese adorar y estar con Dios en el
tabernáculo. Puso la adoración a su disposición. Dijo, todos podemos hacer
esto.
Una persona mística que esté en una relación correcta con Dios y con la
humanidad va a abrir las puertas de una manera natural para que otras
personas puedan ir a los mismos lugares en el mundo espiritual que a los
que él o ella ha descubierto. Vemos esto en el Salmo 27:4, en él David
clama, “Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en
la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura
del Señor y recrearme en su templo”.
Hay tantas cosas que podemos recolectar de la vida de David. Cuando
leemos la Biblia vemos que cometió muchos errores. Pero Pablo escribe y
alude al Antiguo Testamento en Hechos 13:22, citando lo que Dios le dijo a
David, “He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, él
realizará todo lo que yo quiero”.
David era un hombre de acuerdo al corazón de Dios. Él siguió a Dios y
a Su presencia y estaba desesperado por conocer el corazón de Dios de
manera íntima. David era un hombre justo. Tenía un corazón de acuerdo al
de Dios. Y, el corazón de David que seguía a Dios tenía una esencia mística.
Podemos verlo cuando escribe los Salmos, en su diligente deseo de ser uno
con su Hacedor y de ser conocido por su Dios. Este es el clamor del
corazón del místico: ser uno con Dios.
La Unidad
Cuando invierto tiempo en el lugar secreto a solas con Dios, me
envuelvo en Su presencia hasta tal punto, que todos los demás deseos
pierden su importancia. Cuando permito que Su presencia me consuma, me
rindo a Su voluntad tan completamente que mis deseos empiezan a encajar
con los Suyos. Me encuentro tan absorta en Su presencia, tan perdida en el
mar de Su belleza y tan cautivada por Su amor. En ese lugar hay plenitud de
gozo, plenitud de paz, plenitud de amor y plenitud de aceptación. En ese
lugar, soy una con Él. Y en ese lugar soy “llevada” a muchos tipos de
experiencias místicas.
Experiencias Místicas
Dios quiere que entendamos Su mundo y Su Reino. Quiere que sepamos
todo lo que hay que saber acerca de Él y que le conozcamos íntimamente.
Quiere contarnos Sus secretos y compartir Su corazón con nosotros. A
menudo, cuando experimentamos estas cosas, se nos presentan a través de
experiencias místicas. Para nuestras mentes terrenales las experiencias
místicas, casi siempre son difíciles de entender. Es como si procedieran de
otro mundo, como si fueran secretos que son susurrados desde el Cielo.
Hace varios años, en una de nuestras reuniones, tuve un encuentro con
el Cielo que describiría como místico. Durante esta experiencia, el Señor
me llevó a una visión en la que estaba caminando por la parte superior de
una preciosa colina. Había una luz tenue sobre la colina. Al dirigirme a esta
colina, vi hacia la derecha a Jesús sentado en un lugar que daba a un gran
valle. Miré al valle. No terminaba nunca. Parecía que no hubiese fin a ese
valle. En él había miles de personas que estaban de pie, sin más. La mejor
forma de describirles es que parecían hombres muertos andantes. Tenían
forma humana pero estaban vacíos por dentro. Lo gracioso es que todos
llevaban maletas.
Al seguir mirando, me di cuenta de que estaban empezando a ascender a
la cima de la colina de uno en uno. Cuando el primer hombre subió la
colina, vino y se paró justo enfrente de mí. El sentimiento que tenía era de
que todos ellos tenían una necesidad muy acuciante porque estaban muertos
por dentro. Necesitaban que alguien les ayudase. Pero a la vez, no sabían
que necesitaban ayuda.
Miré a Jesús y no entendí por qué no iba a ayudarles. No tuvimos
ninguna conversación verbal Jesús y yo, pero nos comunicábamos de
espíritu a Espíritu, lo que entiendo que es el lenguaje espiritual. Al mirar a
Jesús, vi que de detrás de Él vino volando el Espíritu Santo. No estaba en
forma humana sino en una forma de energía blanca y azul. Era una forma
energía sorprendente que volaba por todas las direcciones. Vino sobre el
hombre muerto y empezó a volar y a hacer círculos a su alrededor.
Jesús me comunicó que en ese momento era mi responsabilidad ayudar
a este hombre. Lo que tenía en su maleta era la clave para recibir su ayuda.
Me agaché y abrí la maleta para sacar ropa. La ropa era espiritual. Era el
destino, sus dones personales y la identidad verdadera del hombre. Empecé
a vestirle y el Espíritu Santo le equipaba revoloteando a su alrededor. Al
vestirle en lo que había sido llamado a ser, la muerte le abandonó. Estaba
vivo en el espíritu. Ese fue el final de la visión. La visión me llenó de
mucha emoción. La que me impresionó más que nada fue lo de tener que
asociarme con el Espíritu Santo que es luz y energía.
He pensado muchas veces acerca de esa visión. Ahora me doy cuenta de
que, en la visión, Jesús no hizo nada porque Él ya había obrado en la cruz.
El Espíritu Santo vino porque fue enviado para ayudarnos. En esa visión
aprendí que el Espíritu Santo es salvaje y está lleno de energía celestial.
Nunca se detiene. Siempre está en movimiento. Estoy tan agradecida por
esa visión porque me ha dado un entendimiento más profundo sobre la
Trinidad. Cuando Dios nos da visiones y sueños, éstos son para darnos
instrucción y revelación en lo referente a Su Reino. Lo hace para que
entendamos el profundo mundo del Espíritu. “Te daré los tesoros de las
tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que
yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre” (Isaías 45:3).
Que Caigan los Muros
Algunas personas temen estar en los lugares íntimos del Señor. Tienen
miedo de que Dios no les va a proteger porque no es bueno. Temen los
asuntos de Dios y del mundo espiritual. Como resultado, construyen muros
que les separen de Dios porque tienen miedo. Pero cuando llegamos al lugar
donde verdaderamente creemos que Dios es bueno, que Él es nuestro Padre
Celestial, podemos dejar esos temores a un lado e introducirnos en los
nuevos niveles del Espíritu y empezar a experimentar la plenitud de la
bondad de Dios.
Diferentes Tipos de Oración
Hay tantos tipos diferentes de oración y tantas maneras diferentes de
orar. Crecí creyendo que si iba a orar tenía que utilizar palabras. He
descubierto que es sólo una manera de orar. Hay muchas otras formas de
hacerlo. A menudo cuando estoy en oración, no utilizo palabras para nada.
Y a veces, cuando estoy en ese lugar, el Señor me trae diferentes tipos de
oración o de experiencias intercesoras donde la manera en la que oro
empieza a cambiar. No estoy experimentando con estas cosas, pero a veces,
cuando estoy en ese lugar, me vienen. Algunos de esos diferentes tipos de
oración son el “dolor de parto”, la meditación, los éxtasis y ciertos tipos de
oración contemplativa.
Dolores de Parto
Un tipo de oración es la de dolores de parto. Dolor de parto es una
oración que tiene lugar cuando una persona “tiene dolores” en la oración.
Un gran ejemplo de los dolores de parto es lo que Jesús hizo en Getsemaní.
En Lucas 22:44 dice, “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era
su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”.
El dolor de parto es un sentimiento intenso de dar a luz algo. Durante los
dolores, tus oraciones son clamores profundos y gemidos que vienen de tu
hombre interior. Hay veces cuando todo lo que puedes hacer es actuar de
una manera física con lo que está ocurriendo en el mundo espiritual. Estos
actos físicos se convierten en proféticos. Se convierten en la cosa que va a
hacer que haya una apertura en lo que estás pidiendo.
Sería más fácil describir qué es el dolor de parto mediante un ejemplo.
Una noche, en la iglesia, Bill y yo nos dimos cuenta de que una de las
mujeres jóvenes no estaba bien. En aquél entonces, ella tenía una relación
bastante cercana con una persona a la que se le había diagnosticado cáncer.
La joven vino a nosotros y empezó a llorar y a temblar. Supe
inmediatamente que estaba empezando a tener dolores. Supe que no era
algo que ella había escogido hacer porque no es para nada así.
Le expliqué lo que estaba ocurriendo y le dije que estaba teniendo
dolores de parto. Oré con ella a través de todo este proceso y la dejé con sus
dolores de parto durante el resto de la adoración. Me senté con ella mientras
grandes gemidos salían de su interior. Después de un tiempo, supe que
necesitaba ser liberada del dolor de parto y le dije que entregase al Señor la
carga de oración que estaba experimentando. Tan pronto como se la hubo
entregado, se pudo notar la liberación que la invadió. La joven me preguntó
si podía usar una de las banderas y subir a la plataforma. Esto estaba tan
fuera de lo ordinario para ella que supe que venía de Dios.
Se subió al escenario y utilizó la bandera como adoración. Cuando lo
hizo, sentí que hubo una liberación para ella y que era algo que necesitaba
hacer, algo en el nivel físico que era el fruto de lo que acababa de ocurrir en
el mundo espiritual. Dejó de cargar con el dolor o la pesadumbre; los había
liberado y entregado a Dios.
Déjame que te dé otro ejemplo de dolor de parto. James Goll, un
ministerio itinerante, estaba visitando nuestra iglesia hace años porque
teníamos una conferencia. Durante esta conferencia, James se me acercó y
me denominó la intercesora que llora. En ese punto en mi vida, esas
palabras eran agua que refrescaba mi espíritu. Tenía razón al llamarme así.
Sentí que eso era todo lo que hacía, llorar y estar de parto sin parar.
Le estaba preguntando a Dios, “¿Por qué estoy llorando tanto?” Muchos
sentimos a Dios de maneras diferentes. Y, a veces, mostramos
manifestaciones físicas de esos sentimientos. Cuando siento a Dios,
normalmente lloro. Podría ser porque estaba sintiendo Su presencia de una
manera muy fuerte y Su deseo o Su amor hacia el mundo. Sentir Su amor
hacia este mundo es un sentimiento muy intenso y cada vez que lo
experimentas te deshace. Su amor es muy vasto y grande y esas palabras no
llegan a describir Su amor hacia nosotros.
A veces, cuando una persona está de parto, puede parecer casi como si
estuviese en el proceso de dar a luz. Recuerdo a muchas personas que
entraron en los dolores a finales de los 90 cuando estaba habiendo tanto
cambio en la atmósfera espiritual de la iglesia. Lo podía sentir todo. Era
sorprendente sentir y ver lo que Dios estaba haciendo. Estaba empujando en
el mundo espiritual.
En la iglesia, estábamos teniendo reuniones de oración durante la
semana. Había reuniones que estaban repletas de dolor y de gran
celebración. La gente en la iglesia podía sentir lo que estaba ocurriendo. No
sé si entendimos lo que estaba ocurriendo, pero sabíamos que Dios estaba
haciendo algo muy grande. Había actos proféticos con dolor físico durante
esas reuniones. Parecía como si estuvieran dando a luz las cosas de Dios
mediante sus oraciones. Algunas personas hubieran llamado a esto “falsas
contracciones”. En una de nuestras reuniones, recuerdo que había varias
mujeres (yo incluida) que empezamos a doblarnos con síntomas parecidos a
los dolores de parto. Parecía como si estuviésemos teniendo contracciones.
Durante esa época, nos pasábamos las horas riendo y llorando juntas. No
teníamos ni idea de lo que Dios iba a establecer en los años venideros. Lo
sentíamos pero no teníamos una definición completa de lo que estaba
ocurriendo.
Los dolores de parto son un llamado profundo que se encuentra en tu
espíritu. Todo lo que hay en ti está explotando con gemidos que las palabras
no pueden expresar. Te conmueve hasta lo más íntimo. El Salmo 42:7 dice:
Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas
tus ondas y tus olas se han precipitado sobre mí.
Piensa en este versículo. El sonido de Dios, como el de cascadas, te ha
llamado a que vayas al lugar profundo; todas Sus olas te envuelven. Sí y
cuando eso ocurre, tú te conviertes en un desastre. Te conviertes en un
desastre completo para Dios. Te hace clamar a Dios aún más.
Desafortunadamente, algunas personas se permiten quedarse en ese
lugar de dolor más tiempo del que Dios les ha llamado a que estén. Si no
tienen cuidado y siguen llevando esos sentimientos de ese nivel, y los
convierten en sentimientos anímicos, sólo les traerá dolor.
No te puedo decir cuántos intercesores han terminado consumidos por el
dolor de este mundo. Tenemos que entender que el diablo no juega de
manera justa. Va a tomar cada momento ungido, lo va a retorcer y dar la
vuelta y te vas a encontrar en un estado de depresión porque has
sobrellevado esa carga durante demasiado tiempo. En pocas palabras, algo
engendrado por el Espíritu se puede convertir en carnal si no tenemos
cuidado.
Meditación
Hay veces en las que el Espíritu Santo nos trae situaciones específicas
por las que orar. Y éstas no se van. Eso es meditar, un tipo de oración en el
que uno se “sienta” y “reflexiona” sobre un asunto por el que se está
orando.
Pensé que utilizaría esta herramienta de la oración un día cuando vino a
verme una madre para que orase por su hijo que estaba en la cárcel. Él
necesitaba a Dios. Compartí con ella lo que sentía acerca de esta meditación
en el Espíritu Santo. Oramos y le pedimos al Espíritu Santo que viniera y la
cubriera para que la vida le fuese devuelta.
Poco tiempo después de este incidente, ella volvió y me dijo que su hijo
había entregado su vida al Señor. Recuerdo haber pensado, “qué rapidez”.
Así que empecé a usar esta herramienta cada vez que un padre me pedía
oración por su hijo.
En una ocasión, un padre vino a verme pues estaba roto por las
decisiones que había tomado su hija. Se había apartado de Dios. Al orar,
dejamos al Espíritu Santo libre para que fuera y la cubriera para que pudiera
sentir Su presencia. El padre volvió a verme la semana siguiente con un
reporte excelente. Se había reunido con ella después de que pasó una
semana y se fueron de paseo. Ella se abrió a él y le dijo, “No sé lo que has
hecho, papá, pero he sentido a Dios esta semana. Es como si estuviera a mi
lado”.
Cuando el Espíritu Santo se “mueve” sobre el vacío, las cosas sin
sustancia, la vida puede ser el único resultado. Cuando estamos en este
lugar de meditación, estamos muy centrados en nuestras oraciones. Somos
dirigidos por el Cielo para poder ver respuestas.
La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el
Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas (Génesis
1:2).
Cuando meditamos, ponemos todas las cuestiones “bajo nuestras alas”
para hablar y mantenerlas cerca de nuestro corazón y orar hasta que llegue
el nacimiento. Es el libro de Dutch Sheets Intercessory Prayer (La Oración
de Intercesión) encontramos un gran estudio etimológico de la palabra
“revolotear”1. Es una palabra creativa. Cuando el Espíritu Santo “revoloteó”
o “se movió” o “meditó sobre”, produjo vida dónde había habido vacío y
nada. La palabra “revolotear” se usa como término para expresar el
momento en el que una gallina cubre a sus polluelos.
Los Polluelos
Déjame que te cuente una historia para ilustrar el concepto de la oración
de meditación. Hace años, uno de nuestros hijos era muy pequeño,
decidimos que íbamos a criar pollos. Fue muy divertido. Los niños y yo
corríamos al gallinero para ver cuántos huevos podíamos agarrar ese día.
Una mañana me di cuenta de que una de las gallinas estaba sentada
sobre sus huevos. Así que, cada mañana, mirábamos dentro del nido para
ver el progreso. Estábamos tan emocionados y esperábamos con tanta
impaciencia que salieran los pollitos. Una fría mañana al dirigirme al
gallinero, la mamá gallina se levantó y de debajo de sus alas salieron dos
pollitos. Los había visto nacer y eran sorprendentes. A menudo recuerdo
esta imagen cuando pienso acerca de la oración.
Muchas veces eso es lo que estamos haciendo cuando intercedemos.
Estamos sentados sobre algo, forzando a la vida a que se manifieste. Nunca
llegué a ver esos huevos cuando la madre estaba sentada encima. Estaban
escondidos. Era un lugar secreto. Esa gallina estaba protegiendo esos
polluelos con todas sus fuerzas. ¿Puedes ver el gozo de la anticipación en
todo este proceso de la meditación? Sí, es trabajo y requiere paciencia, pero
hay cierta excitación porque sabes que la respuesta está al llegar. La mamá
gallina sencillamente se sentó y esperó. Hacemos lo mismo. Esperamos y
protegemos, creando una atmósfera que facilita el nacimiento. ¡Qué gozo!
Causa y Efecto
Una amiga vino y me dijo que había visto que yo estaba orando por tres
cosas. La imagen que vio era el de una gallina que estaba sentada sobre sus
huevos. Cuando me lo dijo, me ayudó a identificar lo que estaba sintiendo
acerca de tres cosas diferentes por las que había estado orando.
Estaba produciendo o creando algo en mis oraciones que estaba
haciendo que la vida surgiera; estaba trayendo una respuesta. Es la causa y
el efecto—la manera en la que las perspectivas, los objetivos y/o las
medidas interactúan en una serie de relaciones causa-efecto—y que
demuestra el impacto que tiene al alcanzar cierto resultado.
Eres la persona correcta en el momento correcto que hace que haya un
crecimiento a medida que oras. Muchas veces los intercesores sienten que
están meditando sobre un asunto y que el Padre está haciendo que algo
nazca en ellos. Pueden sentir cómo viene la vida a medida que oran.
A veces, el Espíritu Santo hace que “meditemos” sobre un asunto por el
que estamos orando. En mi caso, muchas de las cosas en las que me
encuentro “meditando” son asuntos de una trascendencia más global.
Cuando esto ocurre, Dios me va mostrando estrategias en la oración de
manera paulatina y me siento sobre ese asunto hasta que veo la respuesta. Y
sé cuando ha nacido porque veo cómo se aproxima la respuesta. A veces, lo
que veo es un proceso de respuestas o una progresión de oraciones
respondidas.
Por ejemplo, a veces oigo acerca de la respuesta a algo sobre lo que he
estado meditando, en una historia que cuentan en las noticias o en una
conversación al azar. Me aseguro de que, cuando estoy meditando sobre
algo, esté buscando de manera constante una respuesta porque sé que Dios
siempre responde mis oraciones. Sé que es así.
Oraciones de Aliento
Hay algunas oraciones que parecen surgir de tu hombre interior. A éstas
las llamo oraciones de aliento. No son oraciones largas, pero sí tienen el
aliento del espíritu. Muchas veces cuando estoy nutriéndome en la
presencia de Dios, experimento este aliento. Empieza en el interior y me
conmueve hasta el punto en el que me falta la respiración. Muchas veces no
salen palabras, sólo puedo inspirar lo que Él es y expirar mis oraciones.
Un Sitio Angosto
Se le conoce como sitio antosto a un lugar en el que el Cielo y la tierra
están cerca. Es más fácil experimentar el mundo espiritual en estos lugares.
Muchas veces, se puede saber que estás en un “sitio angosto” porque hay
muchas personas espirituales o creativas en ese lugar. Ejemplos de esto
pueden ser Sedona, Arizona; Ashland, Oregón; y muchas partes de Irlanda
que es famosa por estos sitios angostos. En la oración contemplativa, se
descubre que la atmósfera que te rodea se vuelve muy fina y delgada hasta
el punto en el que no hay división entre el Cielo y la tierra.
Una amiga y yo estábamos un día paseando por un sendero para ir a un
arroyo en el que sentíamos que queríamos orar. Orábamos mientras
caminábamos. Ambas entramos al mismo tiempo a un sitio angosto. Las
dos nos detuvimos y dijimos, “vaya, ¿sentiste eso?” Sentimos que nos
habíamos metido en un lugar dónde nuestro mundo y el mundo Celestial
colisionaban. Nos sentimos tan embriagadas del Espíritu por haber entrado
en ese sitio angosto que nos fue muy difícil terminar el resto del camino
hasta nuestro destino.
La Noche Oscura del Alma
Hay veces en las que atravesamos cosas muy difíciles en nuestras vidas.
Podemos hacer una de dos cosas: huir de Dios o correr hacia Él. Me he
dado cuenta que correr hacia Él es la única respuesta. Durante esta noche
oscura del alma Dios nos permite llegar a un punto de quebrantamiento que
nos trae a un lugar de plena rendición. Si nos volvemos a Él en rendición y
Le entregamos todo, la paz vendrá y se aposentará en nuestro interior. Da la
sensación de que fuera un bálsamo de sanidad que esté siendo derramado
sobre y dentro de nosotros. La dulzura de esta paz quita el quebrantamiento.
Hay otras ocasiones en las que estamos pasando un gran dolor a causa
de algo. La carga puede ser tan sobrecogedora que sentimos como si
fuésemos a morir. Éstas son las veces en las que necesitamos estar muy
cerca de Él y entregarle de manera constante la carga. Necesitamos
entregarle la noche oscura del alma. El mundo no necesita nuestra tristeza,
necesita nuestro gozo.
Éxtasis
Podemos definir éxtasis como un período de tiempo de oración en el que
la consciencia del alma se ve en suspenso y el único enfoque que tiene la
persona es la increíble presencia del Señor.
A veces, mi única oración es, “Dios quiero ser una contigo”. El único
deseo de mi corazón es conocerle y ser conocida por Él. Cuando estoy en
ese lugar, a veces me encuentro experimentando éxtasis con Dios. Cuando
me deslizo en un éxtasis con Dios, me adentro en un mundo eterno en el
que estoy tan consumida por la presencia de Dios que parece como que dejo
de existir fuera de Su bondad. En ese lugar estoy totalmente consumida por
Él. En ese lugar soy totalmente conocida por Él. En ese lugar soy una con
Él.
Una mística que a menudo experimentaba “éxtasis” era Santa Teresa de
Ávila. Autora de (entre otros libros y relatos) Castillo Interior, un libro
clásico que trata de la unión con Dios y la oración contemplativa, Teresa de
Ávila era una mística española que vivió desde 1515 has 1582. A
continuación está cómo describe su experiencia de unión con Dios:
Le agradó a nuestro Señor que pudiera ver una visión recurrente.
Vi un ángel que estaba a mi lado, a la izquierda, de manera visible.
Esto no era algo que veía a menudo, sólo en contadas ocasiones…
En esta visión le agradó al Señor que lo viera de la siguiente
manera. No era alto, sino bajo, maravillosamente bello, con un
rostro que brillaba como si fuera uno de los ángeles más
importantes, que parecía estar en llamas: debe ser de aquéllos a
los que llamamos serafines… Vi que en sus manos había una
espada larga de oro y en la punta del metal parecía haber una
pequeña hoguera. Ésta la penetró varias veces en mi corazón y
penetró hasta mis entrañas. Cuando sacó la espada, parecía que
sacaba mi interior juntamente con ella, dejándome ardiendo con el
maravilloso amor de Dios. El dolor era tan grande que me
obligaba a emitir ciertos quejidos; y, a la vez, tan extremadamente
dulce es este enorme dolor que es imposible querer deshacerse de
él, o que el alma se contente con nada que no sea Dios.2
La Oración Contemplativa
La oración contemplativa es una oración interior, una oración de
espíritu a espíritu, una forma de meditación, un morar en Él. También
podría definir la oración contemplativa como estar consciente de Dios.
Muchos de los diferentes tipos de oración que han sido mencionados en este
libro son tipos de oración contemplativa. Cuando me encuentro en un lugar
de oración contemplativa, podría decir que estoy en un lugar en el que estoy
consciente de la presencia de Dios.
Me encuentro que entro en la oración contemplativa cuando me acallo
delante de Dios y empiezo sencillamente a adorarle. En mi caso,
simplemente observo la bondad de Dios y me encuentro yéndome con Él.
No entro en ese lugar a través del estrés ni de la lucha; sino sencillamente
rindiéndome a Su presencia.
La lectura busca, la meditación encuentra (significado) la oración
pide, la contemplación saborea (a Dios).
La lectura da alimento sólido, la meditación mastica; la oración
consigue un sabor; la contemplación es la dulzura que refresca.
La lectura está en la superficie; la meditación penetra en la
sustancia interior; la oración pide porque desea; la contemplación
experimenta mediante el deleite.
—Santa Teresa de Ávila3
Algunas personas, cuando contemplan a Dios, toman un versículo o una
palabra sobre Dios, como puede ser Su grandeza, y empiezan a meditar en
ello. Al entrar en este lugar apacible, empiezan a estar conscientes de Dios
y de Su presencia, que habita en ellos. Es aquí donde las palabras ya no son
importantes; es el tipo de comunicación del Espíritu. Hay muchos que, a
partir de este lugar, empiezan a tener experiencias celestiales.
Meditación
La meditación cristiana formal empezó en la vida monástica
cristiana de la antigüedad con la práctica de leer la Biblia de una
manera pausada. Los monjes, a medida que leían, consideraban
cuidadosamente el significado más profundo de cada versículo.
Esta manera de leer la Escritura reflexiva y lentamente y la
ponderación de su significado era su meditación. Esta práctica
espiritual se denomina “lectura divina” o lectio divina.
A veces, los monjes se encontraban de manera espontánea orando
como resultado de su meditación de la Escritura y su oración les
dirigía a un enfoque sencillo y amoroso sobre Dios. Este amor sin
palabras hacia Dios es lo que denominaban contemplación.
La progresión de la lectura de la Biblia a la meditación a la oración
a amar a Dios, fue descrita por primera vez por Guigo II, un monje
cartusano y padre prior de La Gran Cartuja en el siglo XII. Guigo
denominó los cuatro pasos de esta “escalera” de oración con
nombres latinos: lectio, meditatio, oratio y contemplatio.4
Todas estas personas tenían la misma cosa en común: una pasión y un
fuego interior que buscaba a Dios. No podemos tener miedo de entrar en
este nivel con Dios. No podemos tener miedo de que pueda haber algo
demoníaco. Durante años en la iglesia la meditación ha sido malinterpretada
como algo que se encuentra tan sólo en determinadas sectas. Escucha,
muchas de las cosas de las sectas son meras perversiones de lo auténtico. La
práctica de la meditación, en muchas sectas, es la práctica de vaciar nuestra
cabeza de todas las cosas. Es a eso a lo que llaman meditación. Como
creyentes, cuando meditamos en el Señor, estamos llenando nuestras
cabezas con Dios y con Su grandeza.
Pónganse a temblar, y no pequen; más bien, mediten en sus camas
y guarden silencio (Salmo 4:4).
En este punto, ya habrás descubierto que tener una relación íntima con
el Trío, la Santa Trinidad, es vital para la vida del intercesor. Debemos
aprender a conocer al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ser justo quiere
decir que estamos en la postura correcta con Dios, la Trinidad. La Biblia
dice que la oración ferviente y eficaz del justo puede (beneficia) mucho (ver
Santiago 5:16). La versión Message Bible lo dice así: “La oración de la
persona que vive de manera correcta con Dios es algo poderoso ante lo que
se debe rendir cuentas”. Debemos tener una relación constante con la
Trinidad y debemos ser constantes en nuestra búsqueda de esta presencia
celestial. Debemos experimentar a la Trinidad.
Piérdete en Él
Todas las palabras de este libro se reducen a una cosa: invertir tiempo
con Dios. Hay un lugar en nosotros que no puede ser llenado con ninguna
otra cosa que no sea Dios. Es un lugar profundo en el que moramos con
nuestro Padre Celestial. Para poder llegar a este lugar, debemos acallarnos
por dentro y aprender a conocerle y a sentirle.
Esta noche, al recostar tu cabeza sobre tu almohada, deja que todas las
cosas del día se desvanezcan y empieza a pensar en Él. Medita en tu
corazón acerca de Su bondad. Lee un versículo o escoge una palabra que le
describa y empieza a conectar tu espíritu con el Suyo. Tómate tiempo y
practica estar delante de Él. Las palabras no serán necesarias. Uno de los
significados propuestos para la palabra selah es “pausar y ponderar”.
Pondera las cosas de Dios. Al practicar esto, pronto te habrás perdido y
encontrado en Su presencia. Empezarás a entender Su mundo.
NOTAS FINALES
1. Dutch Sheets, Intercessory Prayer (Ventura, CA: Regal Books,
1996), 157.
2. Santa Teresa de Avila, citado en Allison E. Peers, Studies of the
Spanish
3..“Teresa of Avila Lectio,” http://www.prayingchurch.org/
teresa.html (visitado 13 Abril 2008).
4. “Christian Meditation,” http://en.wikipedia.org/wiki/
Christian_meditation (visitado 13 Abril 2008).
EPÍLOGO
PREGUNTAS SOBRE LA ORACIÓN Y LA
INTERCESIÓN