Ahorro y Consumo

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Ahorro:

El ahorro y la eficiencia energética de los consumidores determinará la


salud futura del planeta.
El ahorro de energía ayuda a proteger el medio ambiente, y en
términos más personales, ayuda también a mejorar nuestra economía
doméstica. Sin darnos cuenta, desperdiciamos una gran cantidad de
energía en nuestro hogar y en nuestro entorno. Creemos que la
energía es inagotable, pero el uso excesivo de algunas materias
primas está produciendo su rápido agotamiento de tal manera que no
las da tiempo a regenerarse. Por eso tenemos que mentalizarnos de la
necesidad de realizar un uso consciente y responsable de la energía a
diario. Llegaríamos a una situación de "ganar-ganar", bueno para el
medio ambiente y bueno para nosotros.

En realidad es algo muy sencillo y enriquecedor. Ahorrar energía


significa reducir su consumo consiguiendo los mismos resultados que
gastando más, siendo beneficioso porque ahorra dinero y protege el
medio ambiente. El carbón, el petróleo o el gas son fuentes naturales
preciosas que generan energía, pero limitadas.

La gestión responsable de la energía eléctrica en casa está en


nuestras manos. Sólo debemos tomar consciencia real de ello y
cambiar unos cuantos hábitos. Es importante adaptar los recursos a
cada estación del año y situaciones personales. Sí es cierto que en
invierno hacemos un mayor uso de la energía (con la calefacción,
iluminación artificial, secadora, etc.) pero aún así hay trucos que
pasamos por alto. ¿Sabes qué es el consumo fantasma? Es el
consumo de electricidad de los aparatos electrónicos conectados
permanentemente a la red, es decir, el consumo de los aparatos
cuando están en stand by. Hay muchos aparatos eléctricos que
dejamos enchufados durante todo el día sin estar utilizándolos, como
por ejemplo la televisión o la impresora. ¿Sabías que la televisión
gasta más que un ordenador cuando la dejas en stand by? Hay
soluciones sencillas, por ejemplo usar temporizadores para
desconectar automáticamente los aparatos que no utilicemos de
noche. Si incorporamos en nuestra rutina estos hábitos de ahorro, al
igual que tenemos ya interiorizados los de consumo, iremos viendo
poco a poco una mejora en las facturas.

En realidad es posible ahorrar energía directamente de muchas


formas en casa, sin grandes inversiones: según la potencia, los
diferentes aparatos eléctricos, el momento del día, época del año.

Consumo:
actual hiperconsumo de los países desarrollados responde a
comportamientos depredadores, con la utilización por parte de muy
pocas generaciones, en muy pocos países, de tantos recursos como
los usados por el resto de la humanidad presente y pasada a lo largo
de toda la historia y prehistoria.

Hay que poner fin a la presión, guiada por la búsqueda de beneficios


particulares a corto plazo, para estimular el consumo: una publicidad
agresiva se dedica a crear necesidades o a estimular modas efímeras,
reduciendo la durabilidad de los productos y promocionando productos
de alto impacto ecológico por su elevado consumo energético o
efectos contaminantes.

La gente necesita moverse hacia nuevas formas de satisfacer las


necesidades humanas, adoptar patrones de consumo y producción
que mantengan los sistemas de soporte de vida de la Tierra y
salvaguardar los recursos requeridos por futuras generaciones y
además esto afectaría de manera positiva en la convivencia. Pero si
las tendencias presentes en el crecimiento de población, consumo de
energía y materiales, y degradación ambiental persisten, muchas
necesidades humanas no serán satisfechas y el número de
hambrientos y pobres aumentará.

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos


consumiendo, bien sea mediante el uso de agua o electricidad o
adquiriendo nuevos productos o servicios. Sin embargo, ¿lo hacemos
de forma responsable? ¿Somos conscientes del gasto energético o
alimentario que estamos generando?

El consumo responsable es una actitud que implica la toma de


decisiones bien pensadas sobre los productos que se compran o los
servicios que se contratan considerando las consecuencias
ambientales, sociales y económicas.

El Consumo Responsable tiene que ver con entender que los recursos
naturales pueden agotarse. También tiene que ver con comprar de
acuerdo a las tres erres (Reducir, Reutilizar y Reciclar) o elegir una
marca por su precio y su calidad a la vez que por su respeto
medioambiental o las condiciones de trabajo en su elaboración.

La idea de un consumo responsable, consciente y crítico, empleando


eficientemente los recursos de los que se dispone, tiene que ver con
un modelo de consumo respetuoso con el medio ambiente que
satisfaga las necesidades básicas de una comunidad o población y
reduzca los excesos y el daño ambiental

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