Sociedad Dual - Tscsxxi

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SOCIEDAD DUAL

Una de las consecuencias de la economía actual es la transformación de la estructura social


producto del aumento de la desigualdad y con esto la profundización de la brecha social que
separa a los que más tienen de los que menos tienen.
Es que, las sociedades están dejando de lado su tradicional división en clases baja, media y
alta. La tendencia actual es que la capa superior (clase alta) se dispara hacia arriba y la base
(clase baja), mientras que la parte media se reduce aceleradamente.
John Gray dice que “la clase media vive una situación de inseguridad económica porque su
trabajo es flexible, además ya no cuenta con la protección social del Estado.
La diferencia entre los que más tienen y los que menos tienen es cada vez más pronunciada. El
10% de la población mundial posee el 86% de los recursos del planeta, mientras que el 70%
más pobre (más de 3.000 millones de adultos) sólo cuenta con el 3%.
Esta situación da forma a la “sociedad dual”, una sociedad formada por los que están
integrados al modelo económico y los que están excluidos de dicho modelo.
La cuestión ya no es quién tiene más o menos dinero para gastar, sino que hoy todo pasa estar
dentro o fuera del circuito económico y laboral.

“La Sociedad 20/80”.


Es aquella sociedad formada por un 20% de imprescindibles para el funcionamiento de la
maquinaria globalizadora y un 80% de trabajadores precarios, inseguros, temporales o
informales. Es una estructura de ganadores y perdedores.
En países como Estados Unidos, los salarios medios de las familias comenzaron a descender a
partir de la década de 1990. Pero, al mismo tiempo, los salarios de los más ricos, aumentaron
entre 1979 y 2007 aumentaron. El 20% más rico de los norteamericanos vio elevarse su
riqueza en un 65%, mientras que el 20% inferior de la escala social vio incrementarse sus
ingresos un 18%.
Por dar un ejemplo, cuando comenzó el proceso de transformación económica, en 1970, un
trabajador en Estados Unidos ganaba 27 veces menos que un director ejecutivo de una
corporación, En 2008 esa diferencia había crecido a 262 veces menos.
Un Informe de la OCDE establece que la diferencia entre el 10% de la población más rica y el
10% de la población más pobre de los países centrales aumentó entre 2007 y 2010.
Actualmente, en Estados Unidos, el 15% de su población es pobre, en los países de la Unión
Europea el índice es del 16%.
Al mismo tiempo, entre 1995 y 2005, el número de millonarios en el mundo se duplicó y solo
en 2017 la fortuna de las personas más ricas del mundo se acrecentó un 17% y la cantidad de
multimillonarios un 10%.
El economista serbio-norteamericano Branko Milanovic, identifica seis características de la
desigualdad:
1) La riqueza de los trabajadores asalariados ocupa una proporción menor de la riqueza
general.
2) El dinero está en muy pocas manos, y su rendimiento crece mucho más que el capital en
manos de los trabajadores, profesionales o emprendedores.
3) Los que obtienen más ganancias por tener mayor capital, también obtienen ganancias por
trabajo, es decir, ricos ya no son ociosos.
4) Las mujeres ricas se unen a hombres ricos en la cima de la pirámide.
5) Creciente participación de los ricos en la política, ya sea directamente, involucrándose de
manera directa o apoyando candidatos, buscando defender sus posiciones económicas. Así, los
ricos toman las riendas del control de los estados.
6) Creciente capacidad de transmitir la riqueza a sus hijos, por la reducción o anulación de los
impuestos a la herencia en los países occidentales. Por eso, la mayor parte de los ricos actuales
tiene su riqueza heredada y no obtenida por sus méritos.
Economistas como Paul Krugman indican que, cuando la riqueza está en pocas manos, los
países aumentan su nivel de desigualdad social. En países como EEUU, ese nivel no ha dejado
de crecer. Igual sucede en Gran Bretaña, con la notoria diferencia entre el aumento del sueldo
de los empleados, comparado con el de los ejecutivos. En Seis años, los primeros aumentaron
sus ingresos un 6%, en tanto que los segundos lo hicieron en torno al 100%.
Parece increíble, pero en esta séptima economía del mundo que es la británica uno de cada 4
niños vive en la pobreza.
En Argentina el, modelo de dualización se reproduce de igual manera. Debemos tener en
cuenta que el aumento de la desigualdad social y dualización de la sociedad ocurrió durante el
nuevo modelo económico que reemplazó al Estado de Bienestar, entre 1976 y profundizado
durante la década de 1990.
En 2016, en nuestro país, el 10% más rico ganó 13,7 veces más que el sector asalariado más
pobre de la población. En 2015 esa diferencia era de 12,3 veces.
En Latinoamérica el Coeficiente Gini, que mide los niveles de desigualdad social, arroja claras
señales que sostienen esta afirmación. El 20% más rico de los latinoamericanos tiene ingresos
20 veces superiores al 20% más pobre
El Coeficiente Gini, es la estadística que mide la desigualdad en el mundo. Va de 0 a 1, siendo 0
la igualdad absoluta y 1 la desigualdad absoluta. Cuánto más cerca de 0 más igualitaria la
sociedad

Incluidos y Excluidos
El nuevo modelo social del Siglo XXI ya no tiene una sociedad de clases alta, media y baja;
porque aparece un factor que rompe esa estructura: el excluido o marginado.
Hasta bien entrado el Siglo XX, los pobres, a pesar de su condición, estaban incluidos en la
dentro de una sociedad a la que servía esa pobreza como, por ejemplo, mano de obra barata.
En cambio, hoy los excluidos son aquellos que nada tienen y no están dentro del sistema
social, porque el sistema no los necesita.
Si le damos formato de pirámide, la sociedad actual tiene en la parte más alta, una minoría de
ganadores, sectores empresariales y gerenciales. Más abajo, aparecen, por ejemplo, los
trabajadores calificados (médicos, abogados, ingenieros, etc.). Viven del sector mejor
posicionado, pero no toman las grandes decisiones.
En la parte más baja, están los sumergidos, trabajadores no calificados y de bajo salario
(empleados), son los pobres incluidos.
Finalmente, aparecen los excluidos o marginados, los que están fuera del sistema,
esencialmente por carencia de empleo.
Para Robert Castel, los excluidos no pudieron acomodarse al nuevo modelo económico,
porque no tuvieron ayuda ni acompañamiento. Su condición es de no-empleo, con una
población joven que ni siquiera ha podido acceder a su primer trabajo.
Para los excluidos, países como Argentina, dispusieron inicialmente políticas de asistencia
transitorias (Planes), pero esas medidas, pensadas como políticas temporarias y de emergencia
para superar la crisis, se fueron convirtiendo en políticas de asistencia permanentes, ya sea
con el objetivo de sacar ventajas políticas (Clientelismo político) o por la falta de capacidad y
decisión política para generar trabajo genuino.
En la mayor parte de los países existen las ayudas sociales.
El futuro parece privilegiar a una minoría rica, y bien formada. Dando lugar a una “edad
oscura” para los menos calificados, los pobres y los “innecesarios”, aquellos de los que el
sistema puede prescindir.

Elites Articuladas, Masas Fragmentadas


Una de las preguntas que surgen al analizar las consecuencias de una Sociedad Dual es ¿por
qué no hay una reacción general de las mayorías en contra de un modelo que los perjudica? E
incluso una pregunta más dura ¿Por qué ese sector claramente perjudicado es el que
acompaña con sus votos en todo el mundo a los políticos que implantan un modelo que los
margina?
En tiempos del viejo paradigma, las injusticias sociales generalizaban rebeliones y
revoluciones. Hoy, eso no sucede, más allá de las protestas que podemos ver en los
movimientos sociales.
En el nuevo modelo social, económico y político los cientos de miles de excluidos se
encuentran desconectados y hasta enfrentados, atados a una realidad en la que apenas
pueden sobrevivir.
Al contrario de los excluidos, los poderosos están integrados y organizados para asegurarse su
presencia en cada país (Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional o las grandes bancos y
empresas multinacionales que están en todo el mundo, por ejemplo, Coca Cola, las empresas
farmacéuticas que fabrican vacunas y medicamentos, las tecnológicas como Amazon, Netflix o
las petroleras como Shell, etc.)
En tanto, el psicoanalista francés Christopher Dejours, dice que vivimos en un sistema que
produce sufrimiento, injusticia y desigualdad y los perjudicados lo asumen como natural,
normal y justo (El que no trabaja es porque no quiere o no se esfuerza).
Los excluidos piensan que no merecen atención ni acción social, adhieren al
hiperindividualismo (sálvese quien pueda), eso los vuelve responsables de sus dramas sociales.
Vemos, por ejemplo, a trabajadores argentinos enfrentados con inmigrantes paraguayos o
bolivianos que salen de sus países buscando trabajo. O oímos a los consumidores que
reclaman comprar barato sin importar si el producto fue elaborado por trabajadores esclavos.
Es esta fragmentación social de las masas, esta falta de dignidad, la que permite que unos
pocos poderosos impongan un modelo de sociedad a las mayorías que se encuentran divididas
luchando por sus intereses particulares.
Los ricos habitan en comunidades aisladas, atrincheradas tras las barreras de los countries y
los barrios cerrados, así como circulan por lugares exclusivos y seguros para sus encuentros
sociales y comerciales.
Esta lógica de aislamiento se da también en los marginados, pero con una diferencia, los
espacios toman en la forma de villas miserias y asentamientos ilegales.
Vivimos en una sociedad fragmentada cultural y económicamente, encerrada en espacios que
llamaremos los nuevos Guetos.

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