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Derecho Civil V

Derecho de la Responsabilidad Civil

Xumilova
Octubre, 2023

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Derecho Civil V: Responsabilidad civil y enriquecimiento sin causa
Primera parte: Introducción a la responsabilidad civil
1. Noción
Conjunto de efectos o consecuencias que debe asumir una persona natural o jurídica por los daños
causados a otra y siempre que se reúnan los requisitos legales. Cada vez que se reúnen ciertos
requisitos, el más importante el daño, un sujeto que se llama agente, victimario, dañador tendrá
que asumir ciertos efectos frente a otro que es la víctima, acreedor, con la prevención que en los
contratos bilaterales, ambas partes tienen la calidad de acreedor y deudor a la vez.
Se suele señalar que hay noción amplia y restringida de responsabilidad civil:

• Amplia ➝ Configurada por todos los efectos y consecuencias que debe soportar el dañador
frente a la víctima, esto sería constitutivos de responsabilidad civil, por lo tanto, las
acciones judiciales que se entenderían vinculadas por este concepto amplio, serían la acción
indemnizatoria, restitutoria, de cesación y adicionalmente en el campo contractual, las
acciones de resolución y cumplimiento.

• Restringida ➝ En el ámbito restringido solo se alude a la de indemnización. Es el único


sentido de la responsabilidad civil, la cuestión de la indemnización.
Cabe recordar que las obligaciones pueden surgir de distintos lugares o fuentes, desde Gayo se
dice que esas fuentes son 5 (contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito y la ley), pero luego se
corrigió y se unificó el delito y cuasidelito como hechos ilícitos, porque la idea de delito y
cuasidelito apunta si hay dolo o no en la conducta, que si bien tiene relevancia en sede penal no es
así en el ámbito civil. Por ejemplo, en materia extracontractual se debe responder por los daños
independiente del dolo o culpa, el monto de indemnización se mide por el daño y no por la
intención.
A esta fuente de las obligaciones (hechos ilícitos) se refieren los arts. 1437, 2181, 2184 Código
Civil. La obligación que surge de esta fuente es la obligación indemnizatoria, esta surge cuando se
cumplen determinados requisitos (conducta voluntaria, capacidad, imputabilidad, imputación,
daño).
Para que haya responsabilidad civil no basta con que haya solo daño, deben concurrir los demás
requisitos. Además, no todo daño genera responsabilidad civil, este debe estar revestido de
distintas características, debe ser directo, cierto, personal, de magnitud suficiente y que agreda un
interés legítimo.
Solo excepcionalmente hay lugar a la responsabilidad civil cuando una persona resulta afectada de
alguna manera, la responsabilidad civil es excepcional, solo se configura cuando comparecen estos
rigurosos requisitos. La regla general en cuanto a la afectaciones que padecemos las personas en
nuestras vidas recaen en nuestro propio patrimonio, es decir, el de la víctima.

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Cada vez que alguien sufre una determinada afectación, padecimiento, somos nosotros quienes
soportamos las consecuencias patrimoniales y extrapatrimoniales de ese padecimiento. Solo
respecto de algunos dan derecho a la víctima a obtener indemnización.
*Causales de justificación que obstan la culpabilidad: estado de necesidad, legítima defensa, etc.
Para que haya responsabilidad civil, tanto contractual como extracontractual, se deben cumplir
ciertos requisitos:
• Conducta voluntaria
o Sede contractual➝ Incumplimiento del contrato.

• Capacidad ➝ El número de personas cuya conducta da lugar a la responsabilidad


extracontractual es más amplio que el de la contractual.

• Imputabilidad ➝ Tiene que haber un factor que permita atribuirle responsabilidad al


individuo que se pretende obtener una condena por responsabilidad civil, por regla general es
la culpabilidad pero existen otros modelos distintos de los que se basan en la culpabilidad.
Existe el subjetivo, el cual se exige culpabilidad y, el objetivo, el cual se desprende por completo
de la culpabilidad, por lo tanto, la responsabilidad surge por el solo hecho que haya una conducta
que provoque un daño de manera directa. Existe otro modelo que también es objetivo porque no
exige culpabilidad, en este caso, el factor de atribución de imputabilidad es el defecto, es un punto
medio entre la responsabilidad objetiva y subjetiva porque si bien no hay discusión culpabilística
se requiere atribuir a un sujeto que el defecto que ha causado el daño ha sido provocado por ese
individuo. Este modelo se parece al modelo subjetivo de culpabilidad pero no son lo mismo.

• Imputación o causalidad ➝ Se requiere que la conducta y el daño haya una relación directa
o inmediata.
Existe en la constelación de efectos o de consecuencias que produce una conducta multiplicidad
de perjuicios que se derivan de la conducta, pero al ser infinitos jurídicamente hablando dentro de
esa constelación se deben considerar solo los jurídicamente relevantes, los que quedan fuera no
procede el resarcimiento (v.g ejemplo del carnicero).

• Daño ➝ Es el requisito más importante, es el presupuesto que define la responsabilidad civil,


no hay responsabilidad civil sin daño. Puede faltar uno de los requisitos anteriormente
señalados pero nunca el daño. Puede haber responsabilidad penal sin daño pero jamás
responsabilidad civil sin daño.
Sin perjuicio que hay un requisito que es propio de la responsabilidad contractual que es la mora.

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2. Diferencias entre la responsabilidad contractual y extracontractual
a) Materia de daño

• Contractual ➝ El deudor culposo responde por los perjuicios directos y previstos. En cambio,
el doloso responde por los directos, previstos e imprevistos, esto es un castigo por su proceder
deliberado (art. 1558).

• Extracontractual ➝ Solo por los perjuicios directos previstos, pues se requiere la


concurrencia del factor de la previsibilidad, es un factor que se exige para configurar la
culpabilidad y la causalidad.
Esta diferenciación que puede parecer potente en la práctica no lo es, pues los casos de dolos son
más bien marginales, normalmente son supuestos de negligencias.
b) Acreditación de la culpabilidad

• Contractual ➝ Se contempla el art. 1547 que señala que la culpa se presume, es decir, el
acreedor no debe probar la culpa del deudor.

• Extracontractual ➝ La víctima tiene que probar la culpa del victimario (art. 1698).
Existen numerosas presunciones de culpabilidad, por ejemplo, la presunción por hecho propio,
ajeno y por el hecho de las cosas (arts. 2320-2322)
La llamada presunción por el hecho ajeno o de dependientes se aplica por regla generalísima, por
ejemplo, el daño producido por empresas o empresarios. Todos los daños que produce la empresa,
a la luz de las normas del Código Civil, se presumen que han sido causados culpablemente por la
empresa, no es la víctima que tiene que acreditar la culpabilidad sino que la culpa se presume.
c) Solidaridad

• Extracontractual ➝ Se aplica el art. 2317, es decir, el daño cometido por 2 o más personas
dan lugar a la solidaridad.

• Contractual ➝ La doctrina lo aplica en el ámbito contractual en cuanto a 2 o más deudores


que incumplen negligentemente el contrato.

d) Prescripción
En materia de prescripción de la acción, la regla general es de 5 años desde que se hace exigible
la obligación, aquí hay que distinguir si es pura o simple o sujeta a modalidad.
La acción para pedir la responsabilidad extracontractual es de 4 años desde que perpetra el acto,
pero la doctrina dice que se cuentan desde manifiesta el daño o la víctima tiene conocimiento de
éste.

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3. Fines de la responsabilidad civil
Se alude a los propósitos y objetivos que cumple esta institución de la responsabilidad civil.
Tradicionalmente se encuentra a propósito de la responsabilidad extracontractual pero lo siguiente
se aplica a ambas.
En la responsabilidad contractual existe un cierto “paraguas” que delimita los daños indemnizables
y, por ende, la finalidad que cumple.

i. Finalidad retributiva ➝ Su propósito es castigar, sancionar a quien causa un daño. Lo


central para esta función es que la víctima ha sufrido un daño, por tanto, al que lo causó
hay que sancionarlo, esta función es la que prima cuando surge dicha institución, la cual
cuando nace no se distinguía entre responsabilidad civil y penal.

ii. Finalidad compensatoria ➝ Implica que la responsabilidad civil busca que se repare a la
víctima por el daño sufrido. Esta finalidad pone el acento en la víctima en la medida que la
víctima tiene derecho al resarcimiento por el perjuicio que sufrió.
Se suele decir, en tercer lugar, que si bien la responsabilidad civil tiene una finalidad retributiva y
una finalidad compensatoria, ninguna de estas 2 finalidades consideradas aisladamente puede
explicar de manera adecuada el funcionamiento y lógica de la responsabilidad civil, por eso se dice
que tiene una finalidad que busca conseguir la justicia correctiva o conmutativa.

iii. Finalidad correctiva / conmutativa ➝ En virtud de esta finalidad que se le asigna a la


responsabilidad civil se dice que es cierto que cumple un rol retributivo y un rol de
reparación, pero que no se pueden considerar aisladamente sino que se tienen que vincular
estrechamente ambas finalidades, esto daría lugar a otra finalidad distinta que integra a
ambas que sería la finalidad correctiva que no busca considerar de forma aislada a las
personas que interactúan sino que tiene la virtud de considerar a ambos individuos.
Clase 09.08
Históricamente se han propuesto varios fines en relación a la responsabilidad civil, se ha señalado
que los estatutos y regulación de la responsabilidad civil en la legislación gira en conseguir
determinados propósitos y fines. En primer término inicialmente a partir de cuando surge esta
institución en la historia, básicamente en el derecho romano, en la época que se comienza a
distinguir la responsabilidad civil de la penal, se asume por parte de los juristas que la finalidad de
la responsabilidad civil es el del castigo, de la sanción, retribución, se pone acento en la idea de
que cada vez que un individuo padezca una daño, es decir, la víctima, el que se lo causó tiene que
resarcir, reparar, por lo tanto, esta reparación constituiría la consecuencia por la circunstancia de
que un individuo dañe a otra. La consecuencia sería la retribución ante esta conducta dañosa, un
castigo, una sanción, esa es la finalidad retributiva. Lo que busca la responsabilidad civil es
retribuir, castigar, sancionar.
Se plantea también con el tiempo que los estatutos de la responsabilidad civil lo que busca es una
finalidad que aspira a la consecución de un propósito compensatorio, lo que se buscaría es palear

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el daño padecido por la víctima. El acento está puesto está en la víctima, ella es la que tiene el
derecho de que se le resarza el perjuicio padecido.
En tercer término se ha señalado que la responsabilidad civil busca conseguir una finalidad de
justicia correctiva, siguiendo la clásica distinción que hace Aristóteles que distingue entre justicia
correctiva y, por la otra, justicia distributiva. En el ámbito del derecho privado la idea de justicia
que prima es la correctiva, se señala que la responsabilidad civil busca conseguir lo uno y lo otro,
por una parte, la retribución, y por otra, la compensación. En el sentido de que la lógica interna del
derecho privado consiste en enfrentarse a una relación entre individuos y no a los sujetos o
conductas de los sujetos determinados. No basta poner el acento en la conducta del autor pero
tampoco solo en la persona de víctima sino que debe analizarse en términos de que configura una
relación de derecho privado, por lo tanto, ambos extremos son importantes, tanto la del dañador
como la de la víctima.
Esta lógica de la idea de la justicia correctiva que es la que prima al interior del derecho privado
resulta mucho más compleja, sofisticada y precisa que la lógica anteriormente señalada, pues es
un campo donde se presenta una relación entre dos sujetos, eso significa que básicamente no
solamente hay que poner el acento en el daño de la víctima sino también en la conducta del agente
que causó el daño.
Esto llevó en algún momento de la evolución a que se comenzara a desarrollar decidida y
significativamente un requisito que es básico al orden de la procedencia de la responsabilidad civil
que es la culpabilidad, en el fondo lo que se dice con esta idea de la finalidad correctiva es que
solamente el dañador responde por el perjuicio causado cuando éste es imputable a su conducta.
El factor más destacado de la imputabilidad es la culpabilidad, que se puede construir por la
concurrencia de la culpa, negligencia o del dolo, siendo el más sobresaliente el de la culpa. La gran
mayoría de los supuestos de responsabilidad civil son de culpa o negligencia. Lo distintivo es que
no solo se desencadena por el daño sino por la concurrencia de la imputabilidad, el daño tiene que
ser atribuido a una conducta del agente, esa atribución es la imputabilidad.
El reproche en que consiste la responsabilidad civil es un reproche, un cuestionamiento a una
conducta determinada, el juicio de responsabilidad civil es un análisis respecto de una conducta,
de la conducta del dañador. Este análisis es de carácter normativo, porque el reproche no se le hace
al autor en concreto o considerando su particularidades sino que se le hace a su comportamiento,
eso significa que para determinar si en un caso ha habido culpabilidad o no, el comportamiento
del agente que causó el daño se tiene que comparar con la de un molde, patrón, prototipo de un
individuo, un sujeto prudente (buen padre de familia). Esta finalidad es la que se impone en la
actualidad, de la justicia correctiva o conmutativa, lo que se trata es examinar esta institución
considerando que a ella subyace una relación entre individuos.
Contemporáneamente, desde fines del siglo pasado, se le viene atribuyendo a la responsabilidad
civil otros propósitos que son adicionales a los propósitos principales, de justicia correctiva.
Básicamente en este sentido, se suelen agregar 2 fines:

i. Finalidad preventiva o disuasoria ➝ Lo que se busca con la regulación de la


responsabilidad civil es una finalidad preventiva, por el hecho de que se imponga

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responsabilidad civil lo que se estaría consiguiendo es reducir las posibilidades de que en
el porvenir, los individuos en general o el dañador en particular, vuelvan a provocar un
daño como el que cometieron.
A semejanza de lo penal, la responsabilidad civil cumpliría un propósito de prevención general,
pues se estaría enviando una señal en aras de que eviten comportarse de la manera que lo hicieron.
Más bien se dice que la responsabilidad civil no cumple tanto un propósito de prevención general
sino especial porque se trata de una institución que envía una señal en concreto al sujeto que
incurrió en la conducta reprochada. No es la finalidad principal.
En una reformulación de la idea inicial de que la responsabilidad civil persigue la retribución, se
ha señalado, contemporáneamente, que en ciertas ocasiones la responsabilidad civil cumple o
debería cumplir un propósito punitivo, en virtud de esta idea se ha señalado que en ciertos ámbitos
se le debe imponer al dañador una indemnización extra compensatoria, un daño punitivo. De
alguna manera se rompe con el principio de la responsabilidad integral del daño, esto significa que
no puede pagar ni más ni menos, la institución de la indemnización extra compensatoria implica
una revisión de esta segunda faceta, pues el legislador establece un monto indemnizatorio mayor
al provocado por la víctima.
Los ordenamientos como el nuestro han sido reticentes al establecer esta figura en virtud del
principio de la responsabilidad integral del daño. Sin embargo, en el derecho anglosajón existe una
tradición antigua de imponer daños punitivos que son estas compensaciones extras. En Chile se ha
dicho que no procede la institución del daño punitivo.
Sin perjuicio de que históricamente se ha dicho que existen ciertas figuras en nuestro ordenamiento
que tienen tintes punitivos, en las cuales se pagaría más que el daño causado (v.g cláusula penal,
art. 1548 CC). Se suele mencionar en estos casos la figura del daño moral o extrapatrimonial,
históricamente se ha utilizado para aumentar los montos a pagar por indemnizaciones por parte de
los tribunales.
Es frecuente que los tribunales ante conductas dolosas hacen pagar al dañador un monto de
indemnización más elevado, por ello se dice que estaría actuando con una finalidad punitiva.
Esta discusión en Chile se terminó hace poco cuando se reguló la ley del consumidor, pues se
estableció que el dañador, proveedor que causa un daño al consumidor, siempre que se reúnan las
circunstancias agravantes de la conducta infraccional (v.g reincidencia), tendrá que pagar el monto
de la indemnización compensatoria más el 25% sobre ese monto. Con esto, Chile se integra a cierta
tendencia del daño punitivo de algunos países latinoamericanos.
*La única forma de homologar el monto de indemnización de los daños morales es a través de
una ley, como en España que en la ley del tránsito se atribuye puntaje a cada parte del cuerpo.

ii. Finalidad de justicia distributiva ➝ Ámbito del derecho público.


Se señala que la responsabilidad civil busca conseguir socializar los riesgos de padecer accidentes,
como sociedad tenemos que hacer el esfuerzo de que cuando las personas resulten dañadas puedan
obtener una indemnización con independencia si alguien ha tenido culpa o no, esto se aleja de la
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responsabilidad civil y se instala en el “derecho de daños”, el cual procede por la sola concurrencia
del daño sin considerar otros factores como la culpabilidad, imputabilidad, etc.
Históricamente la responsabilidad civil no ha tenido en cuenta esta idea, porque para que proceda
la responsabilidad civil tienen que cumplirse ciertos requisitos, de forma que procede
indemnización cuando concurren estos requisitos, no basta con que una persona tenga daño para
tener derecho a la indemnización, para ello alguien tiene que haberle provocado ese daño, además,
de verificarse un factor de imputabilidad y causalidad.
Cuando se postula que la responsabilidad civil tiene o debe tener un rol asociado a la consecución
de mayores niveles de justicia distributiva, la sociedad tiene que hacer un esfuerzo para que las
personas víctimas de daño siempre sean indemnizadas sin otras consideraciones ajenas. Lo que se
pretende es que con la responsabilidad civil se cumpla un rol que históricamente ha cumplido el
derecho público, se le pretende dar al derecho privado un cariz social o más social del que tiene.
Esta finalidad de justicia distributiva se ha buscado históricamente a través de los seguros, que
pueden ser públicos o privados, que son aquellos que las personas contratan ante los daños que
eventualmente puedan padecer en el porvenir (v.g seguro contra robos, incendios, viajes, etc.)
También hay seguros que sirven para cubrir los determinados daños que el sujeto le cause a un
tercero, por ejemplo, el SOAP, seguros médicos, etc.
Los otros que son menos conocidos del sector público son los seguros de seguridad social (v.g
pensiones que paga el estado PJU). Por esta vía con independencia de los factores externos a la
vejez, el beneficiario tiene derecho a cobrar esta pensión, la cual es universal.
Estas tesis de la justicia distributiva básicamente proponen 2 cosas para cumplir su idea de que se
amplíe el campo de individuos que reciban indemnizaciones por los daños que padezcan:

i. Estatutos de responsabilidad objetiva ➝ Se consiguen más fácilmente indemnizaciones,


ya que, no hay discusión culpabilística alguna, se responde por la mera concurrencia del
daño y causalidad.

ii. Daños punitivos ➝ Castigar a quienes cometen un daño o realizan una conducta dañosa
y reprochable.
Esta finalidad de justicia distributiva históricamente ha estado asociada al derecho público, por
tanto, es un papel que no ha cumplido la responsabilidad civil en su historia.
Se ha planteado que debería haber más casos de responsabilidad objetiva (daño, causalidad sin
culpabilidad). En Chile hay muy pocos casos de esto. En otros países se ha planteado la
responsabilidad objetiva en el ámbito del derecho de consumo, no así como en Chile que es
responsabilidad subjetiva. En España, no hay evaluación culpabilística del empresario, sino que
solo por el defecto del producto. Tratándose de los empresarios, hay una presunción de
culpabilidad (presunción simplemente legal), si hay culpabilidad pero el peso es para el
empresario, no para el consumidor. La tendencia en los países de vanguardia es caminar hacia la
ampliación de supuestos de responsabilidad objetiva en el ámbito del consumo. Por ejemplo, en

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España la ley del consumidor, tratándose de los productos defectuosos, existe una presunción de
culpabilidad.
La idea de ampliación de la responsabilidad objetiva responde a la idea de que a la medida que los
empresarios generan un nivel de riesgos y que disponen de los medios probatorios, se deben
ampliar los casos de responsabilidad objetiva o semi objetiva.
Estas teorías de la justicia distributiva suelen ser las que defienden la finalidad preventiva de la
responsabilidad civil y las que suelen postular el establecimiento de daños punitivos. Para vincular
esta idea con alguna teoría mayor, los grandes referentes de estas tesis provienen del ámbito del
análisis económico del derecho que surge así mismo de la teoría del estado de bienestar. Todas
estas ideas son vinculadas con la socialdemocracia.
Esto ha conducido, incluso, a un cambio de nombre de la institución de la responsabilidad civil
que se le ha llamado “derecho de daños”. Este último no es un derecho de la responsabilidad civil,
en la medida que se centra en el daño y busca que las víctimas sean compensadas por la sola
concurrencia del daño y no de otros factores como la culpabilidad.
Naturalmente el ámbito de la responsabilidad civil clásica basada en la justicia correctiva sigue
siendo el que prima prácticamente sin contrapeso. Han ido proliferando instituciones y figuras que
responden a consideraciones vinculas con la justicia distributiva y la finalidad preventiva, como la
ampliación de los sistemas objetivos y la imposición de los daños punitivos, son ciertos pero siguen
siendo un espectro mínimo dentro del amplio campo de la responsabilidad civil.
4. Modelos de la responsabilidad civil
Existen básicamente 2 modelos de responsabilidad civil, el subjetivo y objetivo. El que ha primado
en la historia es el subjetivo, que se consolida básicamente a partir de la edad media por influencia
de la iglesia católica (derecho canónico).
a) Modelo subjetivo.
Este modelo implica que la responsabilidad civil surge no solo por el daño sino en virtud de la
circunstancias de que el agente ha desarrollado una determinada conducta a la cual se puede
atribuir el daño.
Lo central es que siempre debe haber daño, pero además, se dice que el daño tiene que ser atribuido
a la conducta del dañador, es por eso que se construye el “factor de imputabilidad”, por tanto, se
dice que ese daño tiene que poderse asignar, jurídicamente hablando, a ese sujeto (victimario), por
eso se habla de responsabilidad subjetiva (proviene de sujeto).
No basta con el puro daño, debe haber imputabilidad, es decir, culpabilidad. El daño que causó
determinado individuo se le tiene que poder atribuir jurídicamente a su conducta, eso va a ocurrir
cuando haya actuado con culpa o con dolo.
La responsabilidad civil implica hacerle un reproche a un sujeto determinado, por eso se habla de
régimen o modelo subjetivo. Sin embargo, aunque se hable de responsabilidad subjetiva. porque
ello implica atribuir a un sujeto el daño causado, se dice que este sistema desde otro punto de vista

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ha terminado teniendo un cariz objetivo, porque el juicio de culpabilidad implica un análisis
normativo. Es así como tradicionalmente se dice que la culpa se aprecia en abstracto pero se
determina en concreto.
Que la culpa se aprecie en abstracto significa que la conducta enjuiciada se debe comparar con la
de un sujeto ideal (buen padre de familia), ósea que la culpa se determine en abstracto implica que
la evaluación preliminar del juicio de culpabilidad no es acerca de la personalidad o las
características del dañador.
La culpa finalmente se determina en concreto, esto quiere decir que para que el tribunal determine
si el demandado ha sido culpable tiene que comparar su conducta con el molde, en los términos
dichos, pero considerando las circunstancias en las que actuó el dañador. Hay un primer paso que
es abstracto, pero no se puede llegar a esa conclusión sin considerar las situaciones y circunstancias
exactas en las que se devolvió el agente, por eso el segundo paso es que la culpa se determine en
concreto a la luz de las circunstancias en las que obró el dañador, pues hay factores particulares
que se deben considerar para determinar la culpa. Por lo tanto, esta idea de que la culpa se aprecie
en abstracto y se determine en concreto, permite introducir dosis de objetividad que permite
otorgar certeza jurídica.

o Casos médico-sanitarios ➝ Si un paciente resultó con un daño, ¿Cómo habría actuado el


médico prudente?, luego se deben considerar las circunstancias (v.g si la intervención fue
realizada en una clínica con recursos a diferencia de un hospital precario).
*El modelo que rige en Chile, casi sin contrapeso, es el subjetivo.
b) Modelo Objetivo.
El modelo objetivo tiende a prescindir del requisito de la culpabilidad, se aprecia o se subdivide
en 3 submodelos:

i. Sistema objetivo propiamente tal o responsabilidad estricta ➝ Solamente se responde


por el hecho de haber daño y causalidad, sin necesidad de que haya discusión en materia
culpabilística alguna. Estos son los casos de los servicios domiciliarios básicos del sistema
español, no se puede exonerar de responsabilidad al dañador si es que prueba que fue
diligente, la culpabilidad no tiene incidencia.

ii. Sistema semi objetivo ➝ Tampoco hay discusión en materia culpabilística, se responde
por el defecto, por el solo hecho de que el produzco o servicio de que se trate tenga un vicio
o una falla. El defecto de alguna manera se parece a la culpabilidad, pero no lo es.
Si explota una bebida en la cara de un cliente y lo deja con secuelas graves, el cliente en el juicio
no debe acreditar que la empresa fue culpable, es decir, no se debe comprobar que hubo negligencia
en el proceso productivo, en ese caso. A su vez, la empresa tampoco se puede exonerar de
responsabilidad probando su diligencia, la discusión culpabilística no importa, solo el defecto.
*En Chile en el Código Sanitario hay una norma que produce responsabilidad por productos
sanitarios defectuoso por una reforma a propósito de la ley Ricarte Soto. En el sistema español,

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el caso de los anticonceptivos que provocó el embarazo de muchas mujeres, la empresas hubieran
tenido que responder por el solo defecto sin necesidad de que haya discusión culpabilística.
*Nunca se prescinde de la causalidad, en ningún modelo y estatuto. La prueba el demandante.

iii. Presunciones de culpabilidad ➝ No son las víctimas que deben probar la culpabilidad,
la culpabilidad del dañador se presume, de manera simplemente legal. Es un sistema
subjetivo pero morigerado porque la responsabilidad tiene a objetivarse en el sentido de
que no es la víctima quien tiene que probar la culpabilidad sino que es el demandado quien
puede probar su diligencia, por tanto, exonerarse de responsabilidad.
Estas presunciones son habituales, en sede contractual está consagrada en el art. 1547, es decir,
en Chile los incumplimientos contractuales se presumen culpables, a la luz del art. 1547, sin
perjuicio de la distinción entre obligaciones de medio y resultados. Más aun en sede
extracontractual existen presunciones de culpabilidad, por el hecho propio art. 2329, por hecho
ajeno los arts. 2320 y 2322 del Código Civil. También hay presunción de culpa por el hecho de las
cosas.
Estas presunciones en realidad le alivian la vida a los demandantes cuando el demandado es una
empresa, eso es lo que buscan estas presunciones, se basan en la idea de que el demandante no
tiene a su disposición los medios probatorios para acreditar la culpabilidad del demandado.
5. Estatutos de la responsabilidad civil
Tradicionalmente los distintos ordenamientos establecen 2 estatutos de responsabilidad civil, el
contractual y el extracontractual.
El estatuto contractual se aplica cuando se incumple un contrato y se reúnen los demás requisitos
de la responsabilidad civil (causalidad, daño, culpabilidad). Mientras que el estatuto
extracontractual (aquiliana) se aplica cuando se infringe el deber general de no dañar, se aplica
cuando una persona resulta dañada por una determinada conducta no consistente en el
incumplimiento de un contrato.
En términos de paralelo, para que concurran cualquiera de las responsabilidades tienen que
concurrir requisitos similares; conducta voluntaria (contractual se traduce en el incumplimiento de
contrato); daño; culpabilidad y causalidad. La diferencia de los requisitos consiste en que para que
haya responsabilidad contractual hay un requisito adicional que es la mora.
Lo importante es que estos estatutos presentan grandes diferencias legislativas:
• Materia de daño:
o Contractual ➝ Se indemniza por los perjuicios directos previstos e imprevistos (éste
último solo cuando hay dolo en virtud del art. 1558).
o Extracontractual ➝ Se indemniza por los perjuicios directos previstos solamente.
• Culpabilidad:
o Contractual ➝ La culpa contractual se presume (art. 1547)

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o Extracontractual ➝ No existe una presunción general de culpabilidad, la víctima la
debe probar.
• Solidaridad:
o Extracontractual ➝ Si 2 o más individuos causan un daño, responden solidariamente
(art. 2317).
• Prescripción:
o Contractual ➝ 5 años desde que la obligación se hace exigible.
o Extracontractual ➝ 4 años desde la manifestación o conocimiento del daño.
Estas diferencias que pueden parecer significativas en términos teóricos, en términos prácticos no
resultan relevantes porque, por ejemplo, respecto del daño en la praxis solo se indemnizan los
daños directos previstos, tanto en sede contractual como extracontractual, porque probar el dolo
no suele ser sencillo. Además, en materia de culpabilidad en la práctica en los casos más
importantes (demandas hacia empresas) se aplican presunciones de culpabilidad.
Si bien en sede contractual no hay un equivalente al art. 2317 se dice que ese artículo respecto del
dolo es amplio, por tanto, también habría solidaridad por aplicación de esa norma en sede
contractual, ósea de los 2 o más deudores que incumplen dolosamente un contrato, quedando
circunscrito el problema en el caso de los 2 o más deudores que incumplen negligentemente un
contrato, pero los autores dicen que esos casos se solucionan aplicando también la solidaridad, en
virtud de la teoría de la solidaridad imperfecta. Por tanto, siempre habrá solidaridad cuando hay 2
o más personas causan un daño, tanto en sede contractual como extracontractual.
En los términos de prescripción, no hay una interpretación que diga que el plazo es el mismo pero
la diferencia de tiempo es tan pequeña que en los hechos resulta tan irrelevante. Los casos situados
entremedio (entre los 4 y 5 años) son marginales y escasos. Además, esa interpretación que dice
que el plazo de prescripción de la acción de la responsabilidad extracontractual se cuenta desde la
manifestación o conocimiento del daño atenúa esta importancia relativa a la prescripción.
Esta ausencia de importancia práctica entre las diferencias teorías o legales de ambos estatutos ha
hecho que en la jurisprudencia se haya producido una progresiva tendencia de unificación de
ambos estatutos. Los tribunales, sobre todo en el ámbito médico-sanitario, han ido diciendo que si
bien hay 2 estatutos, en la práctica terminan no siendo relevantes, por tanto, la víctima puede elegir
el estatuto que mejor satisfaga sus intereses (teoría de la opción de responsabilidad).
En el ámbito médico-sanitario surge la duda sobre qué estatuto aplicar, se presenta el problema del
cúmulo o concurso de responsabilidades, aparentemente en principio pueden aplicarse ambos, pero
¿cuál se aplica?
Esto se discute porque en el ámbito médico-sanitario las negligencias médicas involucran un
incumplimiento del contrato por un lado, y por otro, la afectación de intereses extrapatrimoniales
o la afectación de intereses distintos de los que se lesionan típicamente con el incumplimiento de
un contrato (v.g daños fisiológicos).
*La teoría de la opción de responsabilidad se comienza a instaurar en Chile por el caso Fernando
vs Arino Vilches, sentencia de la CS del año 2016.
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Se ha discutido cuál es el estatuto común en los casos en los que no se tiene estatuto en materia de
responsabilidad civil, básicamente la discusión se presenta respecto de 2 casos:
1) Obligaciones precontractuales
2) Obligaciones legales (v.g pagar alimentos).
Algunos autores dicen que se aplica el estatuto contractual porque hay un vínculo previo en ambos
casos. Otros dicen que se aplica el extracontractual porque no hay contrato.
Clase 21.08
Es posible, en principio, estudiar unitariamente los requisitos de la responsabilidad civil con
independencia del estatuto aplicable, los requisitos consisten en que comparezca una conducta
voluntaria (contractual= incumplimiento del contrato), daño, imputabilidad (culpabilidad) y
causalidad. En la responsabilidad contractual se agrega otro requisito que es la mora del deudor.
Nuestro Código Civil regula de manera separada ambas responsabilidad, es posible realizar un
estatuto unitario porque pese a las diferencias legislativa entre ambas, en la práctica en la
generalidad de los casos estas diferencias que efectivamente existen en la ley, han terminado no
siendo muy significativas por obra de la jurisprudencia principalmente.
En particular, sin perjuicio de que existen importantes diferencias, en términos prácticos estas
diferencias tienden a difuminarse. De manera que aquellos casos donde surge la pregunta sobre
cual aplicarse, la respuesta tiende a ser indiferente puesto que se llegaría a la misma conclusión,
es decir, el mismo monto indemnizatorio, tanto si se aplica el contractual o extracontractual.
Esto es así porque en ambas sedes solo de indemnizan los daños directos y previstos, en ambas
rigen importantes presunciones de culpabilidad y en ambas es posible aplicar la solidaridad cuando
son 2 o más agentes del daño. Si bien hay una diferencia en el plazo de prescripción, en sede
contractual es un plazo de 5 años desde la exigibilidad de la obligación, en cambio, la
extracontractual son 4 desde el conocimiento o manifestación del daño. Aun así, la diferencia de
plazos es tan menor que los casos fronterizos en la vida real son escasos. En la práctica, estas
diferencias no son tan potentes como teórica y legislativamente se muestran.
Tratándose del estatuto aplicable, surgen 2 inconvenientes:

1. ¿Qué estatuto se aplica donde no hay norma expresa? (estatuto común) ➝ La generalidad
de los casos está cubierto por ambos estatutos. Existen ciertos supuestos de daño donde no
resulta claro el estatuto a aplicar, son 2 casos:

a. Responsabilidad precontractual.
b. Responsabilidad por incumplimiento de obligaciones legales.
En el primer caso, la conducta de un individuo desplegada con anterioridad a la celebración de un
contrato provoca daños en otro (v.g incumplimiento de la obligación de informar). El otro caso es
por el incumplimiento de obligaciones legales, como la obligación de pagar la pensión de
alimentos que surge de manera inmediata a partir de la ley y no de otra fuente.

13
Apuntes Catalina Rivera Monichi
¿Por qué surge esta duda? ➝ Porque no hay un contrato donde haya derivado la obligación pero
igualmente se dice que hay una vinculación previa entre las partes, cosa que no ocurre en los
supuestos de responsabilidad extracontractual. En la medida que no hay una norma que diga
expresamente que estatuto aplicar, surge la discusión.
Hay quienes dicen que en ambos supuestos se debe aplicar la contractual, pues entre el dañador y
la víctima hay una relación previa, al igual que los contratos. Tratándose de las obligaciones legales
y las relaciones precontractuales no hay en rigor un contrato pero si una relación previa que se
asimila con la de un contrato, por eso se dice que el estatuto seria el contractual.
Otros dicen que no hay contrato y en la medida que los daños provocados existen sin un contrato
de por medio, corresponde aplicar la responsabilidad extracontractual.
Cabe decir que existen casos claros de responsabilidad contractual como aquel en que el comprador
no le paga al precio al vendedor y casos claros de responsabilidad extracontractual, como el de un
conductor que atropella a una persona. En el primer caso hay contrato, por ende, aplica el estatuto
contractual.
Sin embargo, hay casos que atendida la situación de que se trata resulta discutible si el estatuto
aplicable es el contractual o el extracontractual, a estos problemas se les llama cúmulo o concurso
de responsabilidades.

2. Cúmulo o concurso de responsabilidades ➝ Son aquellas situaciones en las que en principio


podría aplicarse uno u otro estatuto, son supuestos que habiéndose celebrado un contrato, una
de las partes resulta dañada a consecuencia de la conducta de la otra que no implica un
incumplimiento prestacional típico, son daños que se acercan a los típicos daños
extracontractuales (v.g daños a la salud).
El ejemplo paradigmático es el de la responsabilidad médico-sanitaria, en los casos de negligencia
médica suele discutirse el estatuto aplicable, en aquellos casos donde habiéndose celebrado un
contrato, entre la víctima y el prestador de salud (v.g clínica, hospital), se le provoca a la víctima
daños en la salud (fisiológicos). En los casos médicos-sanitarios existe un concurso de voluntades
previo entre el paciente y el prestador de salud, ese acuerdo es un contrato consensual.
A esta tendencia unificadora impulsada principalmente por obra de los tribunales se le llama
“unificación de la responsabilidad civil”. Esta tendencia ha provocado en la jurisprudencia la
inclinación por la opción de responsabilidades, donde la víctima puede elegir el estatuto que mejor
satisfaga sus intereses. Esto ha sido reconocido en nuestra jurisprudencia en el médico-sanitario a
partir del caso Fernández vs Vilches.
*Lo que resulta recomendable en la práctica es que hay que demandar por un estatuto en lo
principal y por el otro en subsidio.
En la práctica es muy difícil probar el dolo, siempre se acredita la negligencia, por tanto, la mayor
parte de los casos de incumplimiento contractual son por negligencia, por ende, se cubren
únicamente los daños directos y previsibles, que son los mismos que los que circunscribe el
estatuto extracontractual.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Segunda parte: Responsabilidad Contractual
1. Consideraciones generales
En el ámbito contractual se habla de responsabilidad civil para aludir al conjunto de consecuencias
o efectos que se derivan del incumplimiento del negocio cuando se reúnen determinados requisitos.
En este sentido, se alude a la responsabilidad civil en sentido amplio para referirse a la totalidad
de efectos y consecuencias los cuales están representados por acciones judiciales como la de
cumplimiento, resolutoria e indemnizatoria. En sentido restringido, se alude únicamente para la
acción indemnizatoria, éste es el sentido en que se estudia responsabilidad contractual en este
curso, es decir, solo la faceta restrictiva, la indemnización de perjuicios.
2. Requisitos

• Conducta voluntaria ➝ Incumplimiento del contrato.

• Capacidad

• Imputabilidad ➝ Factor que permite atribuir el daño a la conducta del deudor


incumplidor. Este factor se ha dicho que es la culpabilidad (dolo o culpa), pero han
comenzado a surgir ideas o normas que postulan que el factor de imputabilidad en el ámbito
contractual no sería la culpabilidad sino otro, que sería el defecto como ocurre en el ámbito
del consumo con los productos o servicios defectuosos. En los casos más extremos, como
el sistema objetivo o estricto donde se responde por el puro daño y causalidad. En una
análisis más fino, tratándose de los regímenes de responsabilidad objetiva también hay un
factor de imputabilidad pero super global y amplio, es decir, no tan preciso que es el factor
riesgo.

• Daño ➝ El más importante de todos, no puede haber responsabilidad civil sin daño. Es el
requisito que distingue la responsabilidad civil de la penal.

• Causalidad ➝ Implica que debe haber una relación directa e inmediata entre el
incumplimiento del contrato y el daño.

• *Mora del deudor ➝ Requisito adicional exclusivo de la sede contractual.


*Son todos requisitos copulativos.
a) Incumplimiento.
Consiste en la inejecución o insatisfacción de las prestaciones que resultan exigibles en virtud del
contrato.
Hay que recordar que nuestro Código Civil define contrato como un acto por el cual una parte se
obliga para con otra a dar, hacer o no hacer algo. Ha sido criticada esta definición porque

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
confundiría el objeto del contrato con el objeto de la obligación. El objeto del contrato son los
derechos y obligaciones que el contrato crea y el objeto de la obligación es la prestación.
No hay que olvidar que los contratos pueden ser uni o bilaterales, en los últimos hay obligaciones
para ambas partes, de forma que ambas partes son acreedor y deudor a la vez.
Tradicionalmente se ha dicho que para que el cumplimiento genere responsabilidad civil debe ir
acompañado de otros requisitos, pero básicamente del requisito de la imputabilidad. No basta con
el puro incumplimiento (material), sino que se requiere que a ese incumplimiento se le agregue la
imputabilidad como la culpabilidad, que es el factor de imputabilidad más importante, al menos
en Chile. Para hacer alusión al incumplimiento que va acompañado de imputabilidad se le llama
“incumplimiento imputable”.
Respecto de esta idea cabe señalar que nuestro derecho, por estar inspirado en el derecho francés,
no basta con que haya un incumplimiento material puesto para que haya responsabilidad se
requiere sobre todo imputabilidad, la concurrencia de un factor de atribución de responsabilidad,
que destacadamente en Chile es la culpabilidad. Sin embargo, modernamente y por influencia
sobre todo de la convención de Viena sobre la compraventa internacional de mercaderías y de los
instrumentos de “Soft Law”, se postula una nueva noción de incumplimiento en el sentido de que
bastaría con él para que haya responsabilidad civil sin necesidad de que haya culpabilidad.
Respecto de este punto hay que puntualizar cierta cosas:

I. Progresiva ampliación de los estatutos de responsabilidad sin culpa ➝ Son los


estatutos semi objetivos (defecto) o el objetivo/estricto donde se responde por el puro daño
y causalidad.
Un ejemplo destacado es el derecho del consumo, en los países de vanguardia en esta área del
ordenamiento, con el objetivo de facilitar la vida de los consumidores, desde el punto de vista del
factor de imputabilidad, en el caso de los productos se produce responsabilidad por el puro defecto
y tratándose de los servicios se establecen presunciones de culpabilidad. En el caso de los servicios
domésticos se establece un estatuto de responsabilidad objetiva por la pura concurrencia del daño
y la causalidad, no hay discusión sobre la culpabilidad. En el caso de corte de servicios que
producen daños, en España habría responsabilidad civil (v.g por el corte de luz se provocan daños
a pacientes dependientes de máquinas).
La ley del consumidor en Chile dice que para que haya responsabilidad se debe probar la
negligencia del proveedor. A la luz del Código Civil, las víctimas no deben probar culpabilidad
porque esta se presume tanto en la sede contractual (art. 1547) o extracontractual (arts. 2329, 2330
y 2332), pero la ley del consumidor señala que el consumidor debe señalar la culpa del empresario.
Esta tendencia de la prescindencia de la imputabilidad se traduce en que en verdad nunca en sede
contractual se exige el factor de imputabilidad. Tratándose de las obligaciones de resultado basta
para que haya responsabilidad el solo incumplimiento del contrato sin que se requiera una conducta
culpable. Tratándose de las obligaciones de medio tampoco hay discusión culpabilística porque la
acreditación de la culpabilidad no es más que la comprobación de la obligación del médico.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Si el médico se quiere exonerar de responsabilidad debe señalar la conducta que debió ejecutar, no
es que alegue que fue diligente, lo que sucede es que la acreditación de la “negligencia” no sería
más que la esencia del cumplimiento de la obligación. Si se dice que si acreditó que fue diligente,
sencillamente se está acreditando que realizó la conducta que debió realizar. Esta doctrina que
tiende a prescindir de la idea de la culpabilidad llega a la conclusión que basta con el
incumplimiento para que haya responsabilidad civil contractual sin que exista discusión sobre la
culpabilidad. Por eso se termina hablando de un incumplimiento objetivo o neutro y postulando, a
consecuencia de lo que dicen, 2 ideas:
• El deudor debe responder en casos de imposibilidad, tanto inicial o sobrevenida.

• El acreedor debe contar con la más amplia gama para defender su interés insatisfecho, las
cuales se conocen hoy como los remedios contractuales, que serían las típicas acciones
judiciales.
En relación con estas tesis modernas habría que agregar que postulan que contrariamente a lo que
pasa en ordenamientos clásicos como el nuestro, lo importante es hablar del incumplimiento del
contrato y no de las obligaciones. Entendiendo que el contrato es un acuerdo de voluntades
generador de obligaciones, para estos autores el contrato es un programa convenido, siendo la
finalidad principal del contrato cumplir un propósito práctico, antes que cumplir obligaciones se
cumple un propósito práctico o satisfacer en todo caso el interés del acreedor. Para estos autores
solo importa satisfacer el interés del acreedor, cumplir un proyecto que las partes trazaron en el
contrato, estos autores restan importancia a la imputabilidad porque lo importante es proteger el
interés del acreedor, siendo eso lo único importante, no interesa si ese propósitos no se satisfizo
por una causa inimputable al deudor.
Sin embargo, en Chile el factor determinante sigue siendo la culpabilidad.
Clase 23.08
Seguimos con el requisito del incumplimiento.
Existe incumplimiento del contrato cada vez que no se satisfacen las prestaciones asumidas por
las partes, en este sentido, naturalmente el caso habitual es aquel en que no se ejecutan las
obligaciones emanadas del contrato. El art. 1546 consagra el principio de la buena fe objetiva que
sirve como complemento para determinar cuando el deudor ha incumplido el contrato, esa norma
señala que hay cumplimiento cuando se satisfacen las prestaciones o las obligaciones
comprometidas por las partes pero, en virtud del principio de la buena fe, también para evaluar el
cumplimiento del deudor debe considerarse aquellas prestaciones o conductas que deberían
emanar de la naturaleza del contrato, de la propia ley y la costumbre, de manera que el deudor no
solamente se obliga aquello a lo que se comprometió en virtud del contrato sino que también a
todo aquello que derive de la naturaleza del contrato, y todo lo que imponga la ley y la costumbre.
*Esta noción de incumplimiento puede desprenderse del art. 1556 del CC.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Artículo 1546 Código Civil:

Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos
se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación,
o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.

a. Tipos de incumplimiento
Tanto la ley como la dotrina y jurisprudencia han clasificado el incumplimiento del contrato en
distintos tipos:
i. Voluntario e involuntario:
Hay incumplimiento voluntario cuando este lleva a cabo una determinada conducta que implica
no cumplir con el contrato, el caso más importante y conocido de incumplimiento voluntario es
aquel en que el deudor por culpa o dolo no satisface la prestación, naturalmente hay lugar a
indemnización.
Sin embargo, hay otros casos donde el deudor incumple de manera voluntaria y no dan lugar a
indemnización de perjuicio, por ejemplo, cuando incumple el contrato por un acuerdo con el
acreedor relacionado a determinados modos de extinguir las obligaciones como la remisión o la
transacción. En ambos casos naturalmente el deudor, de forma voluntaria, no cumple su obligación
pero no surge para el responsabilidad civil.
Otro ejemplo de incumplimiento voluntario por parte del deudor pero, que no da lugar a
responsabilidad civil, es cuando ocurre la mora del acreedor (art. 1552 – excepción de contrato no
cumplido).
Si una parte está en mora de cumplir en un contrato bilateral, su contraparte no se puede considerar
que está en mora, porque la mora de uno purga la mora de otro, de forma que en los contratos
bilaterales cuando el deudor no cumple asilándose que, a su vez, su contraparte no ha cumplido o
no está llano a cumplir, este incumplimiento no da lugar a indemnización de perjuicios.
Otro caso sería en materia de nulidad e ineficacia del contrato, el contrato se torna o es declarado
ineficaz, por lo tanto, el deudor no está obligado a cumplir con la prestación, pues el contrato ha
sido declarado ineficaz. No surge el deber de indemnizar al acreedor.
Cabe mencionar en este listado de casos, el caso de la prescripción liberatoria que opera cuando
transcurre el plazo establecido por la ley de vigencia de la acción judicial. El deudor puede no
cumplir con su obligación transcurrido el plazo, sin que haya responsabilidad civil.
Si el deudor cumple voluntariamente una obligación prescrita, el acreedor tiene derecho a retener
ese pago siempre que haya sido de forma voluntaria por parte del deudor (obligación natural).
Por su parte, puede haber incumplimiento involuntario, es decir, haber incumplimiento del contrato
pese que no haya habido una conducta voluntaria del deudor, esto se presenta cuando estamos en
presencia de caso fortuito, el cual está definido en el art. 45 del Código Civil como el imprevisto
al cual no es posible resistir. Se requieren 2 presupuestos para que haya caso fortuito:

18
Apuntes Catalina Rivera Monichi
• Imprevisibilidad.
• Irresistibilidad.
El caso fortuito puede ser natural o por un hecho humano, respecto de éste último el caso célebre
está relacionado por las medidas de autoridad adoptadas por la pandemia a partir del año 2020 en
Chile.
ii. Total o parcial (art. 1556 CC):
El incumplimiento total ocurre cuando la obligación no es cumplida en manera alguna por parte
del deudor, esto sucede cuando estamos frente a una insatisfacción íntegra del contrato o cuando
estamos frente del llamado cumplimiento imperfecto, se presenta cuando la conducta desplegada
por el deudor no satisface la prestación comprometida.
Hay incumplimiento total cuando el deudor no ejecuta ninguna conducta en orden a la satisfacción
del contrato, en ese caso estamos frente a un incumplimiento íntegro, también hay incumplimiento
total cuando estamos frente al cumplimiento imperfecto, si bien el deudor realiza un determinada
conducta, esa conducta no satisface jurídicamente hablando la prestación. Un caso claro de
incumplimiento íntegro es el supuesto donde el vendedor no entrega la cosa comprometida.
Hay incumplimiento total cuando estamos frente al cumplimiento imperfecto que en realidad es
un incumplimiento, se presenta cuando el deudor realiza cierta conducta con miras a cumplir el
contrato pero esa conducta no satisface la prestación comprometida, por tanto, hay incumplimiento
total.
o Es el caso, por ejemplo, de “sociedad agrícola y forestal vista el volcán” y “Cara” del año
2017. Hubo entrega por parte del deudor orientada a cumplir, pero esa entrega no pudo
entenderse como cumplimiento porque el abono o producto contenía niveles tóxicos o
venenos de boro. En este caso hay una entrega, pero si bien hay un cumplimiento
imperfecto, en realidad es un incumplimiento. No se entregó el abono comprometido, hay
un incumplimiento.

o El otro caso es el de “José Valdivia Lucero con Same Madrid y Madrid y compañía
limitada”, año 2013. Lo comprometido era una entrega de una casa, se entregó pero sin
sistema eléctrico y recepción de obra. La CS señaló que había habido entrega de la cosa
comprometida materialmente hablando, pero jurídicamente, no hubo cumplimiento porque
la casa no servía para el propósito comprometido, pues no tenía sistema eléctrico y
recepción de obras.
En este última caso se aplica la doctrina “aliud pro alio1”, que es la doctrina del gato por liebre, se
comprometió la entrega de una determinada cosa, satisfecha solo en apariencia, y por ello, se
termina concluyendo que no se cumplió.

1
Establece que el deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a que reciba otra diferente, aun cuando fuera de
igual o mayor valor que la debida.

19
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Estos casos de incumplimiento por cumplimiento imperfecto hay que distinguirlo de otros casos
parecidos que son los casos de vicios redhibitorios. Un ejemplo sería el de la casa con terminas, es
un objeto que presenta un vicio redhibitorio, en ese caso, las norma relativa a la compraventa le
dan al comprador ciertas acciones para satisfacer sus intereses frente a esos vicios, estas acciones
son la acción resolutoria e indemnizatoria. Esto debe ser distinguido del caso de cumplimiento
imperfecto. Hay cumplimiento pero con vicios, es distinto el supuesto de la casa que no tiene
sistema eléctrico.
El incumplimiento parcial, en cambio, el deudor satisface solamente en parte la prestación o la
cumple tardíamente, por ejemplo, si el deudor debe 20 millones y paga 10 solamente, hay
incumplimiento parcial. Se cumple una parte pero se incumple otra, por ejemplo, se tenía que
entregar un auto con un remolque pero se entrega solo el auto y no el remolque.
Para que el incumplimiento parcial tenga lugar el acreedor debe aceptar los 10 millones o el auto
sin el remolque, porque si no lo acepta estaremos frente a un incumplimiento total. En todos los
casos, parcial o total, si se reúnen los requisitos habrá lugar a indemnización de perjuicios.
iii. Definitivo o temporal:
Es definitivo cuando ha llegado a ser claro y seguro que el deudor no podrá cumplir aquello a lo
que se comprometió, por ejemplo, el deudor debía entregar un auto pero se destruyó o el mismo lo
destruyó. No es posible cumplir porque no hay auto en el ejemplo. Otro ejemplo, el deudor era un
pintor famoso a quien se le había encargado un cuadro pero éste fallece.
Por su parte, tratándose del incumplimiento temporal este se presenta cuando el deudor se
encuentra en mora, es decir, cuando no ha cumplido oportunamente con su obligación y, además,
ha operado una interpelación.
Para que haya lugar a indemnización de perjuicios uno de los requisitos es que haya mora y para
que esta concurra se deben cumplir ciertos supuestos:
• Retardo de parte del deudor.
• Interpelación.
Para que haya lugar a indemnización tienen que reunirse los requisitos de la responsabilidad civil,
que uno de ellos en sede contractual, es la mora del deudor.
Tratándose del incumplimiento definitivo la única posibilidad, desde el punto de vista
indemnizatorio, es que el acreedor demande al deudor la indemnización de perjuicios porque no
puede pedir el cumplimento porque la prestación ya no es posible que se ejecute.
En el incumplimiento temporal el deudor tendrá que pagar la indemnización moratoria (procede
en virtud de la mora del deudor) que deriva de la circunstancia de que ha sido constituido en mora.

*Indemnización compensatoria ➝ Reemplazo o equivalente de la prestación no ejecutada.

20
Apuntes Catalina Rivera Monichi
iv. Incumplimiento que genera responsabilidad civil y la que no genera:
Todos los supuestos anteriores dan lugar a indemnización pero necesariamente tienen que
cumplirse con todos los demás requisitos de la responsabilidad civil, pero sobre todo debe haber
imputabilidad, es decir, culpa o dolo.
*En los casos donde no hay imputabilidad no habrá responsabilidad civil.
Cabe hacer referencia a la prueba del incumplimiento, regulada por los art. 1698 y 1547. El art.
1698 es la regla general en carga de la prueba y el art. 1547 establece la presunción de
incumplimiento imputable de las obligaciones contractuales.

Artículo
Artículo 1547
1698 Código
Código Civil:
Civil:

El deudorprobar
Incumbe no es las
responsable sinoode
obligaciones su la culpa lata
extinción en los
al que contratos
alega aquéllasque por su naturaleza sólo
o ésta.
son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se hacen para beneficio
recíproco
Las pruebasde consisten
las partes;enyinstrumentos
de la levísima, en losocontratos
públicos privados,en que el presunciones,
testigos, deudor es el único que
confesión
reporta
de parte,beneficio.
juramento deferido, e inspección personal del juez.

El deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora (siendo
el caso fortuito de aquellos que no hubieran dañado a la cosa debida, si hubiese sido entregada
al acreedor), o que el caso fortuito haya sobrevenido por su culpa.

La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba del caso
fortuito al que lo alega.

Todo lo cual, sin embargo, se entiende sin perjuicio de las disposiciones especiales de las leyes,
y de las estipulaciones expresas de las partes.
El incumplimiento no se prueba, ninguna de las partes debe probarlo, el acreedor demandante no
tiene que acreditar el incumplimiento. Esto no quiere decir que no se deba acreditar el
incumplimiento, no es el acreedor el que tendrá que acreditarlo pero, evidentemente se tiene que
dar por probado, esto se dará de manera indirecta, pues se probará la existencia de la obligación y
la indiligencia del deudor. Hay 3 ideas al respecto:

1) ¿Qué se prueba en el juicio indemnizatorio? ➝ El acreedor debe probar la obligación del


deudor, debe probar el contrato.

2) La extinción de la obligación tiene que acreditarla quien la alega ➝ El deudor demandado


tiene que comprobar que su obligación se extinguió. Deberá comprobar que la extinguió
porque pagó. La otra posibilidad es que pruebe que su obligación se extinguió por caso
fortuito. En ninguno de los 2 supuestos el deudor demandado tendría que pagar
indemnización.

3) Tratándose de la alegación de cumplimento del deudor demandado, el art. 1547 establece


una presunción de incumplimiento culpable en los contratos, de manera que al acreedor

21
Apuntes Catalina Rivera Monichi
demandante le basta con acreditar la obligación, y en el otro lado, el deudor demandado
tendrá que acreditar la extinción de su obligación, el cumplimento.
Si no lo hace, se presume que su incumplimiento es culpable, por lo tanto, tendrá que pagar
indemnización en virtud del art 1547 que establece un presunción de culpabilidad en sede
contractual. Este artículo constituye la regla matriz en materia de acreditación de culpabilidad.
Cabe agregar que la doctrina y jurisprudencia han distinguido entre obligaciones de medio y
resultado, en la última el deudor se obliga a materializar un objetivo y en las primeras a desplegar
una determinada conducta observando cierto nivel de diligencia.
Se ha señalado que pese a lo establecido, esa relación de culpabilidad se aplicaría solo a las
obligaciones de resultado, de manera que tratándose de las obligaciones de resultado bastaría con
que el acreedor demandante acredite la obligación y si el deudor demandado no comprueba la
entrega, tendrá que responder civilmente.
En cambio, en las obligaciones medio el acreedor demandante tendría que acreditar la obligación
del demandado y, además, que la conducta del médico, por ejemplo, no se ajustó a los estándares
de diligencia exigibles (lex artis), es decir, que actuó negligentemente.
Sin embargo, hay que considerar que esta norma no distingue entre obligaciones de medio y
resultados, por lo tanto, cabe aplicar a todo tipo de obligaciones el art. 1547, por ende, en las
obligaciones de medio, en el contexto médico-sanitario, el paciente tendría que probar solo la
existencia de la obligación (opinión del profesor), el médico debería probar su diligencia para
exonerar su responsabilidad, porque por esa vía estaría extinguiendo su obligación por el modo de
extinguir pago.
El incumplimiento no lo tiene que probar nadie, simplemente la comprobación del incumplimiento
surge de la circunstancias de que se haya probado la existencia de la obligación por parte del
acreedor demandante y, que el deudor demandado no haya logrado probar la extinción de su
obligación.
b) Capacidad.
*Remisión a Derecho Civil II.
Uno de los requisitos de validez del acto jurídico es la capacidad, ósea para que el acto jurídico
sea eficaz y valga, las partes tienen que ser capaces o si no lo son, cumplir con la respectiva
formalidad habilitante.
La capacidad puede ser de goce o ejercicio, todas las personas tienen la capacidad de goce. Cuando
se habla de la capacidad como requisito de validez se habla de la capacidad de ejercicio o la de
obrar. Esta figura es aludida por los arts. 1445, 1446, 1447 y 1448.
La regla general es que las personas tengan capacidad de ejercicio, sin embargo, hay personas que
por ley son consideradas incapaces. La incapacidad puede ser absoluta o relativa, llegado el caso
estos incapaces deben actuar en la vida jurídica cumpliendo determinadas formalidades que los
habilitan a actuar en la vida jurídica.

22
Apuntes Catalina Rivera Monichi
• Incapaces absolutos ➝ Demente, impúberes (personas que no han llegado a la pubertad -
niñas menores de 14 y niños menores de 12-) y los sordos-mudos que no se dan a entender
claramente.
La única posibilidad de actuación en vida jurídica de estas personas es a través de sus
representantes legales. Si no actúan a través de ellos, los actos presentan un vicio de nulidad
absoluta que podrán llevar a la declaración de nulidad absoluta.

• Incapaces relativos ➝ Menores adultos (niños mayores de 14 pero menores de 18 y niñas


mayores de 12 pero menores de 18 años) y el prodigo interdicto.
Estas personas pueden actuar de 3 formas en la vida del derecho:

1) Igual que los incapaces absolutos ➝ Representados por su representante legal.

2) Ellos personalmente siempre que hayan sido autorizados por su representante.

3) Excepcionalmente hay una tercer vía que les permite a los menores adultos que tienen
peculio profesional o industrial (un patrimonio configurado gracias a su trabajo), actúen
personalmente y sin autorización en la vida jurídica, pero solo respecto de ese conjunto de
bienes el legislador los considera capaces, solo para ese ámbito patrimonial.
Si un incapaz relativo celebra un contrato sin las formalidades habilitantes, el acto presenta un
vicio de nulidad relativa.
El Código Civil no tiene normas especiales de capacidad en materia de responsabilidad
contractual, las normas anteriores (1445, 1446, 1447 y 1448 CC) se refieren a celebrar contratos
pero no hay normas específicas en sede contractual. Sin embargo, hay que señalar que estas reglas
relativas a la celebración del contrato se aplican también para que las personas puedan asumir
responsabilidades contractuales e indemnizatorias.
Naturalmente en los casos en que surja una incapacidad sobreviniente, que le otorgue incapacidad,
es decir, el sujeto fue capaz pero ya no, en esos supuesto se aplican las reglas civiles
correspondientes a obtener de su parte la indemnización de perjuicios, enterado el acreedor de que
su deudor es incapaz, tendrá que demandarlo, llegado el caso tendrá que demandar al
guardador/tutor/curador de la persona que habiendo celebrado el contrato en perfectas condiciones
de salud mental, posteriormente ha devenido en incapaz, al que el Código le llama demente.
La capacidad en sede extracontractual, como no hay un acto previo, el legislador establece reglas
relativas a la capacidad para asumir la responsabilidad extracontractual, son reglas bastante
distintas a las de capacidad contractual.
c) Mora.
Es un requisito raro, complejo. Se suele pensar que por el mero hecho del retardo ya ha surgido la
obligación indemnizatoria, es lógico pensar así pero nuestro ordenamiento exige mora, es decir,

23
Apuntes Catalina Rivera Monichi
no basta con el retardo en el cumplimiento de la obligación, se requiere para que haya lugar a
indemnización algo más. Ese algo más que se agrega al retardo es la interpelación.
a. Noción de mora (Arts. 1538 y 1557)
Consiste en el retardo imputable del deudor en el cumplimiento de la obligación sumado a la
correspondiente interpelación. A la luz de esta definición se extraen los requisitos de la mora del
deudor:
• Retardo.
• Interpelación.
Hay que distinguir la mora del deudor de la mora del acreedor. La mora del acreedor es una figura
totalmente distinta que no se parece en nada a la mora del deudor, ni si quiera correspondería
estudiarla, si bien conceptualmente no tiene nada que ver, la mora del acreedor si tiene algo de
incidencia en la mora del deudor.
La mora implica retardo + interpelación, no basta con el mero retardo.
El retardo que permite configurar la mora puede operar tanto en el incumplimiento definitivo como
en el temporal. En principio se piensa que la mora solo está relacionada con los incumplimientos
temporales, pero también se requiere la constitución en mora tratándose de los incumplimientos
definitivos en orden de la indemnización compensatoria.
Este requisito de la mora no se exige tratándose de las obligaciones de no hacer, esto es así por el
art. 1557.
La mora se exige tanto tratándose de la indemnización compensatoria como moratoria.
La indemnización compensatoria busca reemplazar la prestación incumplida, asciende al valor del
auto, por ejemplo, que debía entregar el vendedor pero que no entregó. Si el acreedor pide el
cumplimiento no puede pedir la indemnización compensatoria porque esta última reemplaza el
cumplimiento, si se piden ambas se estaría pidiendo 2 veces lo mismo.
La indemnización moratoria es aquella que hace frente al retardo en el cumplimiento de la
obligación por parte del deudor.
La utilidad de la mora es que en verdad sirve solo porque en Chile la ley lo exige, sin embargo,
debería prescindirse de su exigencia. Como es lógico, debería bastar con el solo retardo de parte
del deudor para que hay indemnización sin que se requiera la interpelación.
La mora se exige tanto respecto de la indemnización compensatoria como de la moratoria, esto es
así porque la norma sobre la mora no distingue, la exigen para todo tipo de indemnización, atendido
del art. 1553. El requisito de la mora se exige tanto para la indemnización compensatoria como
moratoria.
Si se quiere seguir con este requisito por parte del legislador, se debería solo circunscribir solo
para la indemnización moratoria.

24
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Hay un tipo de obligaciones en el que lógicamente solo procede la indemnización moratoria, que
son las obligaciones de dinero, en estas obligaciones evidentemente en la medida que no procede
la indemnización compensatoria, solamente procede la indemnización moratoria, es decir, la
indemnización por la mora del deudor. No procede la indemnización compensatoria porque ésta
siempre consiste en una suma de dinero, por lo tanto, a la solicitud del acreedor que pide que se le
pague el dinero que se debía, no puede pedir indemnización compensatoria, por tanto, solo puede
solicitar la acción de cumplimiento que puede sumar la solicitud de indemnización moratoria, que
está representada por los intereses (intereses moratorios).

• ¿Por qué se exige la mora? ➝ Por una razón de seguridad jurídica, se quiere tener un hito
determinado que le haga saber al deudor que está retrasado y que esa demora le produce
perjuicios al acreedor. Se busca certeza para el deudor en orden a que está retardado en el
cumplimiento de su obligación. De manera que, el solo hecho que haya un retardo,
objetivamente hablando no constituye al deudor en mora, porque para que haya mora debe
existir ese retardo y la interpelación, que le permite saber al deudor que está oficialmente
retrasado y que ese retardo le provoca perjuicios al acreedor.

b. Requisitos de la mora
Son básicamente 3:

i. Retardo imputable al deudor ➝ Las obligaciones del deudor se deben cumplir en cierto
momento, si es pura y simple, inmediatamente. Si en cambio, está sujeta a modalidad, la
exigibilidad de la obligación se produce una vez que se cumple la respectiva modalidad.
Cuando llega el momento de la exigibilidad de la obligación, una vez que llega ese instante sin
que el deudor haya cumplido, hay retardo. El retardo consiste en que el deudor no cumple la
obligación en el momento de su exigibilidad.
Tradicionalmente se señala que para que el retardo configure la mora del deudor, debe ser
imputable al deudor (art. 1558). No es un requisito propio de la mora, sino que de la
responsabilidad civil. La imputabilidad en el retardo no es un requisito propio de la mora sino un
requisito general de la indemnización de perjuicios. Si bien ese requisito surge a partir del art.
1558, ese artículo utiliza un lenguaje impropio porque habla de la mora producida por fuerza mayor
o caso fortuito, añadiendo que esa mora no da lugar a indemnización. De ahí se desprende ese
requisito de la imputabilidad. El artículo señala que puede existir una mora por el caso fortuito,
pero habiendo caso fortuito no hay indemnización, por lo tanto, no hay mora. El caso fortuito es
una causa de exoneración de responsabilidad civil.
Tratándose de un caso importante y peculiar de contrato, a cuyo respeto se ha discutido acerca de
la mora o del retardo, un contrato importante es el de promesa porque en términos generales hay
retardo cuando el deudor no ha cumplido cuando debía hacerlo, sin embargo, tratándose del
contrato de promesa atendida a su naturaleza, resulta que se puede señalar que si el deudor no ha
cumplido pero está llano a cumplir, debe entenderse que no hay mora pero solo aplicado al caso
del contrato de promesa.

25
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Esto se debe a la naturaleza del contrato de promesa que para cumplirse requiere de la colaboración
de ambas partes. En la promesa bilateral se comprometen a celebrar un contrato definitivo, para
que se cumpla la obligación del contrato de promesa se requiere la participación de ambas partes,
por lo tanto, si no hay la colaboración de la contraparte, la parte que está interesada en celebrar el
contrato definitivo, no se podrá considerar en mora por el hecho que no haya cumplido el contrato
de promesa porque se requiere la participación de la contraparte, si no ha cumplido no se le
considera en mora siempre que esté llana a cumplir el contrato definitivo.

Artículo 1558 Código Civil:

Si no se puede imputar dolo al deudor, sólo es responsable de los perjuicios que se previeron o
pudieron preverse al tiempo del contrato; pero si hay dolo, es responsable de todos los
perjuicios que fueron una consecuencia inmediata o directa de no haberse cumplido la
obligación o de haberse demorado su cumplimiento.

La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito no da lugar a indemnización de perjuicios.

Las estipulaciones de los contratantes podrán modificar estas reglas.

ii. Interpelación ➝ El hito mediante el cual el deudor toma conocimiento de que está
retrasado en el cumplimiento y que este retraso perjudica al acreedor.
En virtud de la libertad contractual las partes pueden acordar que la mora se produce por el solo
retraso.
Existen distintos tipos de interpelación. A la luz del art. 1551 puede ser de carácter contractual o
extracontractual (RG):
• Contractual (Art. 1151 n°1 y 2): La interpelación puede ser expresa o tácita. La expresa
es la más habitual de las interpelaciones contractuales, la más frecuente.

o Expresa (art. 1551 n°1) ➝ Si las partes han convenido un plazo para que el deudor
cumpla, el deudor se entiende constituido en mora por el solo hecho que haya vencido
el plazo sin que haya cumplido su obligación. El retardo es sinónimo de mora en estos
casos.
Solo se refiere a los plazos convencionales, no se aplica el art. 1551 n°1 a otros tipos de plazos
(legales, judiciales) ni tampoco a otras modalidades (condición). Tratándose de las obligaciones
pagaderas en cuotas cabe señalar que la constitución en mora del deudor se produce en relación
con cada una de las cuotas cuando llega al momento de cumplirlas y no las cumple. (v.g se
constituye en mora solo por cuota, por ejemplo, si no pago la de septiembre, estaré en mora en la
cuota de septiembre). Sin embargo, existen casos en los que se acuerda en que el incumplimiento
de una cuota hace exigible las demás (cláusula de aceleración).
Existen casos de plazos convencionales en los que la ley puede haber señalado algo distinto sobre
la constitución de la mora, esto es excepcional. Tratándose del contrato de arrendamiento

26
Apuntes Catalina Rivera Monichi
(art.1977) se exige que el acreedor lo conmine a pagar lo que no ha pagado, solo se aplica respecto
de este contrato.

o Tácita (art. 1551 n°2) ➝ Hay un plazo que se estima o se asume que fue acordado por
las partes pero no de manera expresa. Hay casos donde el plazo se desprende que el
deudor tiene un plazo para cumplir pese que no se haya pactado expresamente atendida
la naturaleza de la obligación. A este plazo se llama “plazo tácito” (v.g casa para
veranear o plazo de los juegos panamericanos).

• Extracontractual (Regla general):

o Judicial (art. 1551 n°3) ➝ Se aplica tratándose de obligaciones puras y simples, sujetas
a condición y sujetas a plazo legal o judicial. Consiste en un requerimiento que debe
hacer el acreedor ante un tribunal que se produce con la notificación de la
correspondiente acción al deudor demandado.
En todos los demás casos, para que el deudor quede constituido en mora el acreedor tiene que
accionar judicialmente en su contra y notificársele al deudor, este requerimiento judicial será la
notificación de la demanda indemnizatoria. Sin embargo, considerando que el Código Civil no
habla de demanda indemnizatoria, se acepta que cualquier acción judicial, a través de la cual el
acreedor le hace presente al deudor que está retardado, sirve para constituir en moral al deudor, no
solo sirve la acción indemnizatoria sino también la resolutoria, etc.

iii. Acreedor que no esté en mora ➝ Contrariamente a lo que pasa con la mora del deudor,
esta mora no está regulada en el código en términos detallados. Sin embargo, algo dicen a
su respecto algunas normas del código, básicamente los arts. 1548, 1680, 1827, se refieren
a la mora del acreedor pero en términos parciales porque concierne a un solo tipo de mora
del acreedor, estos artículos se refieren a una sola modalidad de mora del acreedor.
Hay mora del acreedor cuando el incumplimiento del deudor se debe a una conducta del acreedor
coetánea o posterior al ofrecimiento por parte del primero del pago de la obligación.
A la luz de esta noción se han planteado 2 supuestos de mora del acreedor:

1) Caso que el acreedor se niega a recibir el pago de parte del deudor ➝ Caso regulado
en los artículos mencionados, único caso regulado en el Código (v.g el acreedor se niega
a recibir el auto).
En este caso, naturalmente el deudor no va a estar constituido en mora preliminarmente porque el
acreedor se negó a recibir el auto, como es obvio el deudor a pesar de que el acreedor se niega a
recibir el pago, tiene que realizar el pago por consignación. No es que quede libre para siempre
por el hecho de la negación del acreedor, igual tiene que pagar por consignación. Tratándose de
obligaciones de dinero, el deudor igualmente debe pagar el dinero pero no al acreedor (porque se
negó) sino a la tesorería municipal respectiva.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
El beneficio para ese deudor que quiso pagar cuando el acreedor se negó, es que la indemnización
que eventualmente deberá pagar, será inferior.

2) Cuando el incumplimiento del deudor se produjo por culpa o dolo del acreedor ➝
Aquellos casos que para cumplir de la obligación el deudor necesita de la colaboración del
acreedor, por ejemplo, contrato de promesa. Otro ejemplo sería el caso donde se acordó
que el pago se realizaría en un determinado lugar al que debía comparecer el acreedor, el
deudor estaba en ese lugar en el momento acordado y el acreedor no llegó, por tanto, no
desplego la conducta para cumplir su obligación.
No está regulado en el Código Civil pero que se plantea en el derecho comparado.
c. Efectos de la mora del deudor

i. Da derecho al acreedor de pedir indemnización de perjuicios (art. 1557):


Hay que distinguir entre indemnización compensatoria y moratoria, tratándose de la compensatoria
la mora del deudor se requiere para que se pueda exigir la indemnización compensatoria, ósea
tratándose de esta indemnización, la mora es un requisito de exigibilidad (art. 1672). Tratándose
de la indemnización moratoria, lo mora del deudor es un requisito para que se comiencen a
devengar los perjuicios moratorios, es decir, el acreedor se tiene que “apurar” en demandar al
deudor porque mientras no lo haga no corren perjuicios moratorios. Para que nazcan los perjuicios
moratorios el acreedor tiene que constituir en mora la deudor, es decir, aplicando la regla general
debe demandarlo y notificarle la demanda. (art. 1559)
Mientras no se demande, no se están produciendo perjuicios moratorios para al acreedor,
jurídicamente hablando, no se puede pedir indemnización por los perjuicios anteriores sino por los
que se vayan presentando con posterioridad a la notificación.
ii. El deudor responde por el caso fortuito con ciertas excepciones:
Si el deudor está en mora y durante su mora se produce un caso fortuito que le impide cumplir
tiene que indemnizar al acreedor, en virtud de los arts. 1547 inc2, art 1672, 1674 y 1590 CC. Según
estos artículos resulta que obviamente si el deudor está en mora y surge un caso fortuito que lo
impide cumplir, debe pagar indemnización. Se altera la regla general del caso fortuito.
Pero como el deudor ya está constituido en mora, como se produjo después de este hito tiene que
responder salvo algunos casos de excepción mencionados en esos mismos artículos, donde se
vuelve a la regla general. Básicamente ese caso excepcional es muy lógico, el deudor no tendrá
que indemnizar pese a que el caso fortuito se haya producido en su mora si demuestra que ese caso
fortuito se hubiera producido igualmente en caso de cumplir oportunamente la obligación.
iii. El deudor soporta el riesgo por la pérdida fortuita de la especie debida:
La teoría de los riesgos está regulada en los arts. 1550 y 1820, estas normas dicen que básicamente
la pérdida fortuita de la especie debida es de riesgo del acreedor, en la compraventa el acreedor es
el comprador, en los contratos bilaterales la pérdida fortuita de la especie debida extingue la
obligación del deudor (vendedor) pero mantiene subsistente la obligación que tenía el comprador,
28
Apuntes Catalina Rivera Monichi
el acreedor de la especie soporta el riesgo por la pérdida fortuita de la cosa debida. Sin embargo,
esta regla se altera si la pérdida fortuita de la especie debida se produjo durante la mora del deudor,
el riesgo deberá soportarlo el deudor de la cosa.
d. Efectos de la mora del acreedor

i. Se disminuye o atenúa la responsabilidad del deudor (Art. 1680 y 1827 CC) ➝ Esta
atenuación consiste en que solo responderá por dolo o culpa grave de su parte, por tanto,
si era un deudor que debía responder por culpa leve o levísima, no deberá responder.
Responde solamente en caso de culpa o dolo grave. Habiendo mora del acreedor, el deudor
cualquiera sea el caso, solo responderá de dolo o culpa grave. En aquellos casos donde el deudor
responde por culpa leve o levísima, no responderá. Responde solo en caso de dolo o culpa grave,
no sobre la culpa leve o levísima.
Este deudor habiendo mora del acreedor, no paga los perjuicios moratorios.
ii. El acreedor a consecuencia de su mora deberá pagar los perjuicios que haya incurrido
al deudor por su mora (Art. 1827) ➝ El acreedor debe pagar indemnización de perjuicios
al deudor, estos se traducen en los gastos de conservación de la cosa derivado de la mora
del acreedor.
No hay que confundir la mora del acreedor con la excepción de contrato no cumplido. Esta última
figura es propia de los contratos bilaterales que consiste en la defensa del contratante demandado
por el incumplimiento de un contrato bilateral cuando el demandante, a su vez, no ha cumplido
con su obligación o no está llano a cumplirla, es una defensa que paraliza la correspondiente acción
cuando el demandante no ha cumplido con su propia obligación o esta llano a cumplir.
La mora del acreedor se relaciona con la condición de acreedor de una parte, en cambio, la
excepción de contrato no cumplido se relaciona con la condición de deudor del demandante, frente
a cuya demanda el demandado le hace presente que no ha cumplido, por tanto, paraliza la acción
deducida por el demandante.
El demando no saca a colación la mora del acreedor sino que está sacando a colación la mora del
demandante en cuanto que es deudor y no en cuanto a acreedor.
Clase 28.08
d) Imputabilidad.
a. Consideraciones generales
Para que haya responsabilidad civil debe haber imputabilidad, es decir, el daño causado por el
deudor que incumple el contrato debe ser atribuible a un determinado factor que dependerá del
modelo de responsabilidad civil que rija, de acuerdo a ello el factor puede ser o la culpabilidad o
el riesgo, en este sentido hay que recordar que cuando estudiamos los sistemas, pueden ser de 2
tipos:

29
Apuntes Catalina Rivera Monichi
• Subjetivos ➝ Quien causa un daño responde cuando ha obrado culpablemente, es decir,
con negligencia o dolo.

• Objetivos ➝ Se prescinde por completo del requerimiento de la culpabilidad o se atenúa


la exigencia de este requerimiento.
Los sistemas objetivos pueden ser de manera absoluta, estricta, en que se responde solo por la
concurrencia del daño y causalidad meramente o si se quiere ser más preciso, se señala que en
estos casos el factor de imputabilidad no es la culpabilidad sino el riesgo, el riesgo que ha creado
el dañador o que lo ha beneficiado, según eso, el riesgo puede ser creado o provecho.
Hay responsabilidad por la sola concurrencia de daño y causalidad, hay quienes dicen que en
verdad también se requiere un factor de imputabilidad, que es el riesgo, es decir, el peligro que un
individuo crea con su conducta o el peligro de la conducta de un individuo que le genera beneficios.
Respecto de la responsabilidad objetiva, en una versión más atenuada, se establece que esta
procede por el defecto o defectuosidad de un determinado producto o servicio, sería el caso de un
modelo objetivo en la versión semi objetivo, es un supuesto en que se prescinde de la exigencia de
culpabilidad y la responsabilidad surge de la sola circunstancias de que el producto o servicio haya
tenido un defecto, falla o vicio.
Los modelos semi objetivos son así porque se encuentran a medio camino entre el camino subjetivo
y el sistema objetivo, en que no se exige culpabilidad. Entonces este medio camino está
representado por el defecto.
Hay ciertos modelos que manteniéndose en el sistema subjetivo, atenúan su rigor, estableciendo
presunciones de culpabilidad, hay también casos en que se establece que para que haya
responsabilidad tiene que haber culpabilidad, pero no es la víctima quien deba probarla sino que
se presume. Los casos de presunción de culpabilidad se atenúa en la medida que no es la víctima
quien debe probarla, sino que se presume. Es una presunción simplemente legal porque admite
prueba en contrario.
Históricamente el sistema responsabilidad civil consagrado en códigos decimonónicos es un
sistema subjetivo porque exige culpabilidad para el nacimiento de la responsabilidad civil. Con
independencia a las modificaciones de los distintos ordenamientos que revelan el incremento de
la objetivación, cosa que no ha pasado tanto en nuestro medio, la regla general sigue siendo la
responsabilidad subjetiva o por culpabilidad.
Cabe reiterar que si bien el sistema subjetivo se llama así, porque pone el acento en la conducta
del individuo, igualmente, desde el punto de vista jurídico se trata de un sistema objetivo. Sin
embargo, luego resulta que en verdad esa evaluación culpabilística que realiza el tribunal, es a la
postre objetiva porque supone comparar la conducta de ese individuo no con su biografía sino que
comparar la conducta con la de un parámetro, pese a su denominación, en términos prácticos se
trata lógicamente de un sistema objetivo.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Tratándose de la responsabilidad contractual, al menos en Chile, rige sin contrapeso el sistema
subjetivo. Sin embargo, para el sector de la doctrina que distingue entre obligaciones contractuales
de medio y de resultado, ocurre que tratándose de las obligaciones de resultado la responsabilidad
sería objetiva puesto que el juicio el juez simplemente se tendría que limitar a constatar si el deudor
entregó la cosa debida o no. Por lo tanto, la discusión culpabilística quedaría reservada solo para
las obligaciones de medio (es en estas en que el juez debe evaluar la diligencia del sujeto, y en este
sentido subjetiva), de manera que para ciertos autores, muy numerosos, en el terreno contractual
un amplio espectro de obligaciones implicaría que en juicio resarcitorio no hay culpabilidad, y por
lo tanto, sería un caso de responsabilidad objetiva, es decir, sin necesidad de que haya un análisis
sobre la culpabilidad, ante caso fortuito los autores dirían que no hay causalidad. Sin embargo,
otro sector de la doctrina señala que tratándose de las obligaciones de resultado puede haber
discusión culpabilística, lo que implica aceptar que el deudor puede excusarse del incumplimiento
demostrando ausencia de culpa, lo acreditará cuando señala que no cumplió con su obligación
porque pese a que hizo todos sus esfuerzos para hacerlo, es decir, observó la diligencia debida
finalmente no pudo, es una figura aparte del caso fortuito que legitima el incumplimiento (falta de
causalidad).
La ausencia de culpa, lo que dice el deudor, es que para haber evitado el incumplimiento tendría
que haber desplegado una conducta o un nivel de diligencia superior al que le resultaba exigible.
A diferencia del caso fortuito, que se refiere a la imposibilidad e irresistibilidad de cumplir con la
obligación por una situación o hecho imprevisible. Cuando el deudor alega ausencia de culpa, no
alega caso fortuito.
En general se acoge el sistema subjetivo por esta razón, para que haya responsabilidad debe haber
culpa o dolo, estos siendo los factores de imputabilidad más importantes en nuestro medio.
Atendido a las dificultades probatorias del dolo la regla general consiste en que los
incumplimientos contractuales cuando dan lugar a una condena del deudor se consideran
negligentes. Esto puesto que la noción de culpabilidad incluye tanto a la culpa como al dolo, pero
comúnmente solo se aplicaría en la mayoría de los casos la figura de la culpa.
b. La culpa

i. Noción ➝ La inobservancia de un deber de cuidado o de conducta, en este caso, en el


cumplimiento del contrato. En sede contractual sería la inobservancia en el deber de
cuidado en el cumplimiento de un contrato.
Para que haya lugar a responsabilidad tiene que haber culpabilidad, es decir, un juicio de reproche
a la conducta del deudor, eso significa determinar y analizar si se actuó de manera diligente o
negligente. Si se actuó diligentemente, pese a haber incumplido, no se deberá indemnizar, no así
si se prueba la negligencia.
Esta negligencia suele estar expresada en una omisión, frecuentemente la negligencia en sede
contractual está representada por una omisión consistente en que el deudor no realiza en manera
alguna la prestación. Por ejemplo, el vendedor que debía entregar la cosa, no lo hace.

31
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Habitualmente la negligencia en este terreno está representada por una omisión completa o
absoluta. Lógicamente también la negligencia del deudor puede provenir de una acción, en la que
hay una actuación a través de la cual el deudor incumple el contrato, el caso paradigmático es en
las obligaciones de no hacer. Hay otros casos en que hay una omisión dentro de una acción, en
estos casos, el comportamiento marco del deudor es de una acción, el deudor hace algo pero dentro
de esa acción realiza omisiones. Por ejemplo, tratándose del contrato médico-sanitario, el médico
efectivamente realiza un procedimiento (v.g cirugía) pero dentro de esa actuación hay omisiones,
por ejemplo, se hace una cirugía pero no como se debía hacer. Su accionar está constituido por
omisiones.
La pregunta que surge es, ¿Cómo se sabe cuáles son los deberes de cuidado que debe observar el
deudor en el cumplimiento de un contrato? Hay un marco o paraguas que permite saber con relativo
nivel de certeza qué deberes cumple el deudor, estos deberes de conducta fluyen del contrato
mismo, en las cláusulas o estipulaciones hay un marco de certeza que no se tiene en el ámbito
extracontractual. El deudor actúa negligentemente incumpliendo los deberes de cuidado cuando
incumple las obligaciones contractuales.
Los deberes de conducta que debe respetar el deudor emanan del contrato mismo obviamente. En
segundo término, una segunda fuente de estos deberes de conducta que asume el deudor es la ley,
por regla general no es común que la ley establezca los deberes de conducta del deudor pero existen
casos en que el legislador determina los niveles de conducta del deudor en relación con distintos
contratos.
Si uno quiere buscar un hilo conductor en esta decisión de imponer deberes a los contratantes por
ley, la respuesta es porque se trata de contratos en que existen notables asimetrías entre las partes
o que tienen relación con el bienestar general de la sociedad (v.g contrato de consumo,
inmobiliarios). La ley del consumidor establece en varias normas deberes del proveedor, se busca
proteger a la parte débil (consumidor).
En todos estos casos el deudor no solamente tiene que para cumplir, efectuar las cláusulas del
mismo contrato sino que con los deberes que establece la ley.
En tercer término, una tercera fuente son los llamados “usos normativos” que provienen de la lex
artis, esta última es el conjunto de principios y reglas aplicables a una determinada actividad. Hay
ocasiones en que la discusión relativa a si el deudor cumplió o no un deber trasciende las meras
estipulaciones contractuales y las del legislador, no basta con examinar el contrato y lo que dice la
ley, sino hay que ir más allá y determinar los principios y reglas que rigen la determinada actividad.
Es frecuente que los distintos oficios estén sujetos a la observancia de determinadas prácticas,
costumbres que se han ido imponiendo a lo largo de la historia al ejercicio de la respectiva
actividad.

¿Dónde se encuentra la lex artis? ➝ No se encuentra en una ley positiva sino que se construye a
partir de las prácticas que se han ido desarrollando en el tiempo en cada actividad. Se ha plasmado
en distintos instrumentos, por ejemplo, los manuales, códigos de ética, tratados, protocolos,
documentos con guías u orientaciones para el desarrollo de determinadas actividades. La propia

32
Apuntes Catalina Rivera Monichi
jurisprudencia ha ido dando cuenta de estas prácticas. A esta altura hay muchas leyes positivas que
recogen principios y reglas que no estuvieron positivados, por ejemplo, la ley sobre derechos y
deberes del paciente, por ello casi ni corresponde hablar sobre lex artis porque sería una ley del
estado.
En todos aquellos supuestos en donde no resulte claro si el deudor tenía determinados deberes de
conductas, el juez para fallar en este conflicto tiene que llegar a determinar, ex post, cuál era el
deber de conducta que recaía sobre el deudor, si tenía ese deber y lo incumplió, hay negligencia,
pero si no lo tenía no hubo negligencia, por ende, no hay responsabilidad civil.
En todos los casos donde no le resulta claro al tribunal sobre los deberes de cuidado que debía
tener el deudor, es el juez quien finalmente determina.
En el contrato médico-sanitario, el paciente llega a la consulta por dolores de rodilla, el médico
determina que ese paciente se tiene que someter a una extirpación de la rodilla, por lo tanto,
reemplazar esa parte del cuerpo con una prótesis. Al día de la operación se le coloca una prótesis,
pero posteriormente el paciente queda con efectos negativos, al asesorarse con otro médico se llega
la conclusión que no era recomendable extirpar sino una prótesis parcial, el contrato no dice algo
así de específico, la ley tampoco, en este caso, el juez debe determinar que correspondía hacer.
Esto lo tendrá que evaluar bajo el aforismo “la culpa se aprecia en abstracto pero se determina en
concreto”.

ii. Graduación ➝ El art. 44 CC distingue 3 tipos de culpa: leve, grave, levísima, definiendo
cada una. El art. 1547 dice el grado de culpa al que responde el deudor bajo la regla que
ese grado de culpa depende del tipo de contrato que se haya celebrado. Sin perjuicio de que
la ley pueda alterar esa regla general del art. 1547 señalando que el deudor responda por
otro grado de culpa.
Nuestro legislador, siguiendo la tradición romana, optó por graduar y clasificar la culpa en estas 3
tipologías. He aquí una diferencia con la responsabilidad extracontractual, pues no existe esta
graduación. En sede extracontractual se llega a la conclusión de que el dañador responde por culpa
leve, es decir, un grado de diligencia media.
En la práctica se prescinde de la calificación tripartita de la culpa, se entrega a la evaluación del
tribunal si el deudor ha actuado con culpa o no, sobre todo porque la exigencia correlativa a la
culpa levísima es completamente excesiva. Naturalmente al CC le hubiera bastado exigir un nivel
de cuidado medio. Evidentemente la culpa leve es la regla general, si el legislador no estableció
expresamente, se debe entender que el deudor responde por la culpa leve, es lo lógico porque
implica comparar la conducta del deudor con una persona media.

33
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Artículo 44 Código Civil:

La ley distingue tres especies de culpa o descuido.

Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos
con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus
negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo.

Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los
hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra
calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o
cuidado ordinario o mediano.

El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta
especie de culpa.

Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso
emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la
suma diligencia o cuidado.

El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro.

Artículo 1547 Código Civil:

El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su naturaleza sólo
son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se hacen para beneficio
recíproco de las partes; y de la levísima, en los contratos en que el deudor es el único que
reporta beneficio.

El deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora (siendo
el caso fortuito de aquellos que no hubieran dañado a la cosa debida, si hubiese sido entregada
al acreedor), o que el caso fortuito haya sobrevenido por su culpa.

La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba del caso
fortuito al que lo alega.

Todo lo cual, sin embargo, se entiende sin perjuicio de las disposiciones especiales de las leyes,
y de las estipulaciones expresas de las partes.

34
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Clase 30.08

• La culpa grave o lata ➝ Consiste en no actuar con el nivel de diligencia con el que actúan
habitualmente las personas menos diligentes.

• La culpa leve ➝ Consiste en no actuar en un nivel de diligencia de una persona diligente


o razonable. Las personas diligentes.

• La culpa levísima ➝ Es aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la


administración de sus negocios importantes.
La regla genera es la culpa leve, si nada se dice se presume que la culpa que se responde en la ley
es la culpa leve, sin perjuicio de que el art. 1547 señala específicamente el tipo de culpa que se
responde por cada tipo de contrato que se menciona.
No es una tendencia clasificar la culpa, sencillamente se establece que en sede contractual el
deudor responde por culpa o negligencia, quedando al juez el criterio de evaluación de la culpa.
En efecto, resulta que al menos la categoría de la culpa levísima es extremadamente exagerada,
implica imponerle al deudor que responde de este grado de culpa un estándar de diligencia muy
elevado, prácticamente el deudor responde de un nivel de diligencia demandable respecto de
“santos”, personas extremadamente diligentes.
Lo que correspondería es la eliminación de esta categorización de la culpa del art. 1547, para que
en todos los supuestos se responda de culpa, lo que implica que el juez tendría que evaluar si el
deudor ha actuado con negligencia o no. Al menos lo que procediera es que el art. 44 se eliminara
la categoría de la culpa levísima.
El art. 1547 del CC señala el grado de culpa de que responde el deudor por el incumplimiento del
contrato, distinguiendo entre los contratos onerosos y los gratuitos. En los contratos onerosos el
deudor responde de la culpa leve, es decir, se exige al deudor observar un nivel de diligencia
mediano (en términos del código “buen padre de familia”).
En estos contratos se responde por el punto medio porque en estos contratos ambas partes se
benefician, son la regla general de la práctica (v.g compraventa).
Tratándose de los contratos gratuitos se distingue entre aquellos que solo benefician al deudor o
solo al acreedor:

o Ejemplo de contrato gratuito que solo beneficia al deudor ➝ Comodato


En este contrato el deudor responde por el mayor grado de diligencia, por ende, culpa levísima.

o Ejemplo de contrato gratuito que solo beneficia al acreedor ➝ Depósito.


El deudor responde por la culpa grave o lata.
Esta clasificación cuando señala que se responde por culpa leve, significa que se responde por
cuestiones leves. En cambio, en la culpa grave solo se responde de cosas de groso modo o graves.

35
Apuntes Catalina Rivera Monichi
A lo largo del Código Civil hay algunas normas que respecto de ciertos contratos en particular se
señalan grados de culpa específicos, pero en realidad esos casos específicos son una repetición de
la regla general (art. 1547).
Los actos de conservación demandable respecto de estos sujetos (deudor de culpa grave, leve,
levísima) van a ser distintas. Si en el contrato se comprometió a entregar ese auto transportándolo
en un tren y ocurre un determinado evento, un sismo por ejemplo, que obstaculiza la posibilidad
de cumplimiento, al vendedor le bastara con acreditar el esfuerzo medio de llevar el auto al
ferrocarril y subirlo. En cambio, el comodatario se le exigirá un nivel de diligencia mayor, por lo
tanto, tendrá que hacer un esfuerzo superior, quizás no basta con acreditar que el temblor impidió
que el tren funcionara, pues quizás debió llevar el auto en un camión. Al depositario se le pide un
nivel de diligencia mucho menor, el deudor en este caso enterándose del temblor, decidió no hacer
ningún trámite para transportar el auto.

iii. Determinación ➝ ¿Cómo el tribunal evalúa si la conducta del deudor ha sido culpable o
no? En este sentido, es tradicional que se señale que la culpa se aprecia en abstracto pero
se determina en concreto.
Esto quiere decir que la conducta del deudor se debe comparar con la de un patrón, molde, modelo
razonable o diligente (sistema subjetivo de responsabilidad con dosis de objetividad). Esto excluye
la consideración de todo tipo de peculiaridades personales del deudor (se excluye la atención de
rasgos de la personalidad del deudor). Por otra parte, se tiene que determinar la culpa en concreto,
es decir, se deben considerar las circunstancias en las que obró el deudor, los hechos en los que se
movió el deudor.
Por ejemplo, no es lo mismo el médico que luego de haber celebrado un contrato con el paciente
lleva a cabo un determinado procedimiento en una clínica de primer nivel a que el médico opere
en un hospital público en zonas rurales del país.

iv. Prueba de la culpa ➝ A la luz del art. 1547 la culpa contractual se presume, el demandante
simplemente alegará en la demanda la existencia de la obligación del demandado que
deberá probar (art. 1698), probado eso se entenderá automáticamente que hay un
incumplimiento imputable por parte del deudor, pero es una presunción simplemente legal,
por ende, el demandado se puede exonerar de responsabilidad probando su diligencia o
alguna otra causal de exoneración de responsabilidad, por ejemplo, caso fortuito.
Gran parte de la doctrina, al efecto de determinar cómo opera la prueba de la culpa, distingue entre
las obligaciones de medio y resultados, diciendo que la presunción de culpa solo aplica para las
obligaciones de resultado. En este caso, como en la compraventa, bastaría con que se pruebe la
obligación por parte del acreedor para que se presumiera el incumplimiento imputable del deudor
demandado.
Sin perjuicio que respecto de las obligaciones de resultado en verdad en el juicio resarcitorio se
debe prescindir completamente de consideraciones culpabilísticas, por ende, la responsabilidad
por el cumplimiento de las obligaciones de resultado serían objetivas. Es decir, bastaría con que el
comprador acreditara la obligación del vendedor de entregar la cosa, si el vendedor no acredita

36
Apuntes Catalina Rivera Monichi
que la entregó, no es que se presumiría su culpa, sino que se le haría responsable sin necesidad de
discusión culpabilística.
Pero en virtud de la figura de la ausencia de culpa se acepta que pueda haber discusión
culpabilística respecto de las obligaciones de resultado, probando la diligencia (es una vía distinta
del caso fortuito). Con esta figura la cuestión culpabilística tendría relevancia en el juicio
resarcitorio de las obligaciones de resultado. Es una figura que aún se discute doctrinalmente, no
está regulada aun.
Tratándose de las obligaciones de medio no se aplica la presunción de culpa del art. 1547, en esos
casos el demandante tendría que probar la culpa del demandado.
Hay una regla en el art. 2158 inciso final que altera esta regla del art. 1547 diciendo que el
demandante debe probar la culpa del demandado. Los que defienden la tesis de que las
obligaciones de medio el deudor debe probar la culpa, se amparan en este artículo.

v. Efectos de la culpa ➝ El principal efecto es que el deudor debe pagar indemnización,


reuniéndose los demás requisitos de la responsabilidad. El monto dependerá del daño
efectivamente provocado.
Pero tratándose de la culpa grave o lata el art. 44 la asimila al dolo desde antiguo, con el aforismo
de que “la culpa grave se equipara al dolo”, básicamente implica que quien incumple un contrato
con culpa grave o lata manifiesta, expresa tal nivel de desconsideración por el otro, es tan grosera
su conducta, que no puede no concluirse que actúo con dolo. Por ende, se aplican todos los efectos
del dolo pero se discute uno, pues a la luz del art. 1558 quien incumple dolosamente un contrato
debe indemnizar los perjuicios directos previstos e imprevistos, es decir, el deudor doloso debe
pagar más indemnización.

Artículo 1558 Código Civil:

Si no se puede imputar dolo al deudor, sólo es responsable de los perjuicios que se previeron o
pudieron preverse al tiempo del contrato; pero si hay dolo, es responsable de todos los
perjuicios que fueron una consecuencia inmediata o directa de no haberse cumplido la
obligación o de haberse demorado su cumplimiento.

La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito no da lugar a indemnización de perjuicios.

Las estipulaciones de los contratantes podrán modificar estas reglas.

Para construir la culpa el factor indispensable es la previsibilidad, desde este punto de vista, la
culpa se presentaría cada vez que el deudor, a la luz del nivel de diligencia que le resultaba exigible,
no previó lo que debía prever. A la luz de esta fórmula, evidentemente el deudor culposo solo
responde de los perjuicios previstos, aquellos que tuvo en condición de representarse. Para
construir la previsibilidad el factor determinante es la probabilidad.
El art. 1558 es una sanción para quien incumple dolosamente el contrato, el castigo es que debe
pagar más perjuicios. Esto es una gran diferencia con la responsabilidad extracontractual, pues en
37
Apuntes Catalina Rivera Monichi
la responsabilidad extracontractual da lo mismo si el hechor ha actuado con culpa o dolo, no
interesa esa discusión.

¿Se aplica esto a la culpa grave (art. 1558)? ➝ Si, pues se equipara al dolo, pero, ¿la culpa grave
se presume como toda culpa o se tiene que probar como el dolo? La culpa se presume (1547) pero
el dolo se debe probar (1459), ¿se aplica este efecto también? Resultaría que todos los deudores
que responden por culpa grave tendrían que indemnizar automáticamente los perjuicios directos,
previstos e imprevistos, eso sería un exceso.
La respuesta es positiva, pero ¿significa eso que vamos a mantener la regla que dice que la culpa
se presume o se debe probar como el dolo? La respuesta es que depende, si el demandante quiere
obtener más perjuicios (los que corresponden al dolo) tiene que probar la culpa grave al igual que
dolo, pues estaría consiguiendo un resultado que implica que se le pagará un monto indemnizatorio
mayor, pero si no pretende obtener la indemnización por los perjuicios imprevistos, se le aplica la
regla de que la culpa se presume.
Si se quiere obtener lo propio del dolo, debe probar. En cambio, si quiere obtener lo propio de la
culpa, no se debe probar y solo se presume, al igual que la regla genera en materia de culpa (art.
1547).
c. El dolo

i. Noción ➝ Definido por el art. 44 como la intención positiva de inferir injuria a la persona
o propiedad de otro.
El código está definiendo básicamente lo que en derecho penal es el dolo directo. Sin embargo, se
ha dicho que la noción de dolo del Código Civil es muy restringida porque deja fuera de sí muchas
conductas que deberían considerarse dolosas o que son dolosas en otras ramas del derecho o que
son las que ocurre en la mayoría de los casos. Esto último es importante porque en los contratos
se suelen incumplir no con el afán de perjudicar al acreedor sino para beneficiarse con el
incumplimiento.
La mayoría de los casos se incumplen con “dolo eventual”, pues la intención está en la conducta
misma y no en el resultado, incumplimiento deliberado.
La voluntad puesta en la conducta misma, el deudor incumple el contrato cuando lo incumple
porque quiere. Se ha señalado que el dolo se constituiría en la voluntad consciente del deudor de
que con su conducta puede dañar al acreedor.
En términos prácticos, esta distinción no tiene relevancia porque como el dolo hay que probarlo,
es decir, acreditar una voluntad interna incomprobable, en la generalidad de los casos resulta que
las demandas indemnizatorias se basan en la culpa del deudor y no en el dolo.
En la prueba del dolo se aplica la regla matriz del art. 1459 pero también resultan importante los
arts. 1698 y 706. Básicamente el dolo se debe probar, el demandante de indemnización debe probar
que el deudor demandando ha actuado dolosamente. El art. 706 señala que la buena fe se presume,
por tanto, la mala fe se debe probar.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Se debe probar por medios directos (v.g documentos, testigos).
ii. Efectos del dolo:

• Se da lugar a indemnización.

• Agrava la responsabilidad civil, en 2 sentidos, en primer lugar el art. 1558, y en el art. 1680,
por la mora del deudor se debe responder por el caso fortuito.

• Si dos o más deudores incumplen dolosamente un contrato, responden solidariamente (art.


2317) aplicación por analogía en sede extracontractual, se dice que en todos los casos que
se actúe por dolo, se responde solidariamente.

• Está prohibida la condonación del dolo futuro (art. 1465). Las partes en el contrato no
pueden estipular una cláusula en virtud de la cual se perdone un dolo en el porvenir, pero
el dolo que ya ha ocurrido el acreedor puede condonarlo. Si se pactara, estamos en
presencia de objeto ilícito.

d. Causales de exclusión de la imputabilidad


Los supuestos de las causales que excluyen la responsabilidad del deudor por inimputabilidad.
i. Caso fortuito:

Noción ➝ Definido en el art. 45. Se trata de la principal causal de exclusión de responsabilidad


por falta de culpabilidad. Sin embargo, hay quienes señalan que el deudor no responde por
inimputabilidad sino por falta de causalidad.

Artículo 45 Código Civil:


Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir, como un
naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un
funcionario público, etc.
Con independencia de la tesis que se siga, el efecto práctico es que se elimina la responsabilidad
del deudor. Esto es así porque cualquiera fuera el supuesto, atendido a los requisitos que deben
concurrir para el caso fortuito, concurriendo el caso fortuito falta la previsibilidad, la cual es un
factor que sirve para construir tanto la culpabilidad como la causalidad. Es un factor ubicuo.
El art. 45 debe complementarse con otros preceptos como el art. 788 y 934, que agregan ejemplos
de caso fortuito a los ejemplos que pone el art. 45, y con los arts. 1670 a 1680 que regulan la
pérdida de la cosa que se debe.
En el derecho contemporáneo el caso fortuito se suele estudiar como un supuesto de imposibilidad
del cumplimiento, es decir, como un supuesto que le impide de manera absoluta al deudor cumplir,
un supuesto inimputable.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Nuestro Código Civil no regula el caso fortuito como una causal de exoneración de la
responsabilidad civil sino como un modo de extinguir las obligaciones que es la pérdida de la cosa
debida, se reemplaza esta terminación por la imposibilidad de la ejecución del cumplimiento para
abarcar no solo las obligaciones de dar una especie sino también las obligaciones de hacer y no
hacer.
Nuestro Código Civil hace sinónimos los conceptos de caso fortuito y fuerza mayor. El caso de la
pandemia, en otros países, sería fuerza mayor, por ejemplo, sobre el caso de los cierres de frontera,
toque de queda, cuarentena, etc.

Requisitos ➝ A la luz del art. 45 se desprende que hay 2 requisitos y, a la luz del 1547 se desprende
otro requisito:
• Imprevisibilidad: Se construye con cargo al factor probabilidad, un suceso es previsible si
al momento de celebrarse el contrato era probable que ocurriera. Cuando el deudor al
momento de celebrar el contrato no estuvo a momento de proyectar, es decir, no era
probable que el suceso que finalmente se materializó, se materializara.
Por regla general en Chile, el terremoto no es caso fortuito, pues su ocurrencia es probable. La
evaluación relativa de la previsibilidad se hace al momento de la celebración del contrato. Respecto
de las epidemias y aluviones aplica lo mismo.
Cuando se habla de caso fortuito relativo al COVID 19 se hace referencia a las medidas adoptadas
por la autoridad a consecuencia de la pandemia, pue estas implicaron muchos incumplimientos
contractuales (v.g toque de queda, cierres fronterizos, aduanas, restricción de circulación). Sin
perjuicio de que la enfermedad misma también pueda considerarse caso fortuito (v.g caso cantante
que se enfermó de COVID y no pudo presentarse al show).
Hay que distinguir momentos, por ejemplo, los contratos celebrados en el 2019 la pandemia era
imprevisible. Los contratos celebrados entre enero-marzo se puede discutir, pero los contratos
celebrados de marzo en adelante no se podría alegar caso fortuito, pues se sabía a lo que se
exponían.
El caso fortuito puede ser por un hecho de la naturaleza o un tercero.
• Irresistibilidad: El deudor no puede atajar el suceso, evento respectivo. El análisis es al
momento en que ocurre el acontecimiento del caso fortuito, es decir, el deudor no tiene
ninguna posibilidad de evitar el suceso. Esta imposibilidad absoluta es lo que lo diferencia
del resto de las figuras.

• Exterioridad (art. 1547): Suceso imprevisible e irresistible proveniente del hecho de la


naturaleza o de un tercero.
Lo interesante es preguntar, ¿Qué pasa si ese tercero que depende de la responsabilidad del deudor
genera el incumplimiento, debe el deudor responder (art. 1679)? Cualquier conducta de un tercero
por el cual el deudor es responsable, le genera responsabilidad al deudor, sería el equivalente de la
culpa por un tercero.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Todos los requisitos del caso fortuito se deben probar, esto es así por el art. 1698, 1547 y el 1674
inciso primero.
Hay 2 teorías. La primer teoría afirma que esta figura aplica para los casos en que expresamente
el código establece que el deudor responde por los hechos de un tercero que se encuentra bajo su
responsabilidad, son casos acotados. Estos arts. son 1915, 1926, 1929, 1941, 1947 tratándose del
arrendamiento. Art. 2000, 2014, 2015, 2003 n°3.
La otra tesis dice que se aplica respecto de todos los casos en que el individuo que dependen del
deudor y generan incumplimiento contractual, el deudor debe responder. Esto se traduce en que
todos aquellos individuos de que el deudor tiene responsabilidad sobre ellos que genera
incumplimiento, hacen responsable al deudor.
o Yo encargo a maría paz que entregue unos encargos a un matrimonio, pero maría paz no
fue, debo responder yo a los novios.

Efectos del caso fortuito (arts. 1547, 1558 y los arts. 670 y ss) ➝ El efecto es que exonera de
responsabilidad al deudor y no debe pagar indemnización. Sin embargo, si el caso fortuito le
impide parcialmente, debe cumplir la parte que si puede y se exonera solo respecto de la parte que
no pudo cumplir.
Si el caso fortuito impide al deudor cumplir temporal o transitoriamente, no debe pagar
indemnización por la demora, pero luego debe cumplir cuando pase el caso fortuito.
Existen ciertas excepciones, según las cuales el deudor por caso fortuito si debe pagar
indemnización, se refieren los arts. 1547, 1672, y 1590:
• Cuando el caso fortuito sobreviene por culpa del deudor: no hay caso fortuito que exonere
su responsabilidad.

• Caso de que el caso fortuito ocurra durante la mora del deudor.

• Se estipule por las partes que el deudor va a asumir el caso fortuito, en virtud de la
autonomía de la libertad. Es un tipo de cláusula bastante habitual en muchos contratos.

ii. Ausencia de culpa:


La causal central de exoneración de responsabilidad por falta de culpabilidad es el caso fortuito.
Sin embargo, hay autores que han señalado que hay una figura que está a medio camino del caso
fortuito y la negligencia que es la ausencia de culpa. Se podría construir a partir de los arts. 1547
y 1670.
Esta figura permite exonerar de responsabilidad al deudor cuando ha incumplido el contrato y no
se reúnen los requisitos del caso fortuito, se puede acreditar que el deudor tuvo la diligencia
exigible conforme al tipo de contrato que celebró, si prueba su diligencia en esos términos pese a
que no pruebe el caso fortuito, va a resultar exonerado de responsabilidad.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Clase 04.09
iii. Imprevisión:
La teoría de la imprevisión es una de las instituciones que resultan importantes tratándose de los
contratos onerosos conmutativos y onerosos aleatorios en la medida que esta teoría se aplica solo
en los primeros (v.g contrato de compraventa o prestación de servicios). En general contratos de
consumo.
La pregunta central que busca responder la teoría de la imprevisión es si determinadas
imposibilidades de incumplimiento relativas a un contrato pueden entenderse que no dan lugar a
indemnización. Tratándose del caso fortuito éste constituye una casual de exclusión de
responsabilidad civil contractual con la circunstancia de que se reúnan ciertos requisitos muy
rigurosos pero para que se aplique el caso fortuito como causal de exoneración de responsabilidad
la imposibilidad de que se trata debe ser absoluta. El caso fortuito exige para materializarse el
cumplimiento de requisitos que son:
• La imprevisibilidad.
• La imposibilidad.
• La tercería.
En términos de imposibilidad, esta debe ser absoluta, es decir que el suceso constitutivo de caso
fortuito debe impedir de forma absoluta al deudor de cumplir. Si eso ocurre el deudor que no
cumplió queda exonerado de responsabilidad.
Tratándose de la teoría de la imprevisión, la situación que genera el incumplimiento se parece al
caso fortuito pero es, jurídicamente hablando, muy distinta, toda vez que tratándose de los casos a
los que se refiere la teoría de la imprevisión también hay una imposibilidad de cumplir pero se
trata de una imposibilidad relativa y no absoluta.
*En nuestro medio no está claro que ésta teoría se deba acoger.
Para que nos encontremos en el terreno de la imprevisión, luego de la celebración del contrato
sobreviene una circunstancia inimputable al deudor que no es que le impida cumplir como en el
caso fortuito sino que hace que el cumplimiento le resulte excesivamente más oneroso. El deudor
puede cumplir, pero a costa de un sacrificio o esfuerzo exorbitante. En otros ordenamientos se
habla de la teoría de la excesiva onerosidad sobrevenida.
La teoría de la imprevisión busca incluir consideraciones éticas en las relaciones jurídicas, surge
por los canonistas en la Edad Media.
La institución o principio que busca atenuar la teoría de la imprevisión es el principio de la fuerza
obligatoria de los contratos o del pacta sum servanda, que es un principio rector de los contratos
(Art. 1545). El articulo agrega que solo se puede aceptar el incumplimiento de las partes cuando
hay un acuerdo entre éstas y aceptan el incumplimiento del deudor, esto es un mutuo disenso o
resciliación. El mismo artículo dice que se admite la posibilidad que se termine el contrato por
cualquier otro motivo causal legal, estos son los modos de extinguir las obligaciones mencionados
en el artículo 1567, uno de los cuales es el caso fortuito.
42
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Tratándose del caso fortuito, éste extingue obligaciones sin lugar a dudas. Sin embargo entre las
casuales legales que menciona nuestro ordenamiento no hay una regla general para la imprevisión
como acontece en otros ordenamientos.
En principio en Chile no se aplicaría la teoría de la imprevisión. Por lo que, pese a que al deudor
le resultare excesivamente oneroso el cumplimiento de la obligación en virtud de una causa
sobreviviente, es decir inimputable a él, igualmente debe cumplir, si no lo hace debe indemnizar.
Hay una imposibilidad relativa porque el deudor puede cumplir, pero el esfuerzo es excesivo. La
pregunta en el fondo es si se hace exigible este cumplimiento tan exigente, de manera que si no lo
hace puede resultar exonerado de responsabilidad.
Aunque la teoría de la imprevisión en la generalidad no está recogida en Chile, hay ciertas normas
del Código Civil que de alguna u otra forma se refieren a ella, ya sea para aceptar su procedencia
o para descartarla, pero no hay una norma general.
Las normas que aceptarían esta teoría son:

• El artículo 1496 que se refiere a la caducidad del plazo ➝ Específicamente a


circunstancias externas que hacen exigible la obligación antes del vencimiento del plazo. Se
quiere decir con esta hipótesis que en obligaciones que exigen un plazo se puede aceptar
excepcionalmente que el contrato se cumpla antes o se haga exigible la obligación antes del
vencimiento del plazo en atención a la configuración de circunstancias externas.

• Artículo 2180 tratándose del comodato ➝ Habilita al comodante para pedir la restitución
anticipada de la cosa dada en comodato en caso de que le surja una necesidad imprevista y
urgente. En virtud de esta norma se estarían alterando las reglas del comodato porque el
comodatario tiene que devolver la cosa en determinado momento y la norma le permite al
comodante solicitar la restitución anticipada de la cosa cuando le ha solicitado una necesidad
imprevista y urgente.
Por ejemplo, doy mi auto a un amigo y resulta que me lo tiene que entregar el 30 de septiembre y
me surge una necesidad imprevista y urgente el 22 del mismo mes, tengo que usarlo para viajar al
norte porque mi mama está gravemente enferma, por tanto se lo pido anticipadamente.

• Artículo 2227 tratándose del depósito ➝ Dice que el depositante que está guardando o
conservando la cosa del depositante, el depositario puede anticipar la entrega de la cosa
cuando peligre en su poder o le cause perjuicios.
En este caso el depositario que es quien tiene la cosa en su poder debe restituirla en determinado
momento, ese es el compromiso contractual. Sin embargo, el precepto 2227 autoriza que devuelva
la cosa antes cuando ésta corra peligro en su poder o le cause perjuicios. Supongamos que es el
ejemplo del auto pero al revés, le pasé el auto a mi amigo para que me lo guarde y mi amigo se da
cuenta que en el sector está aumentando los delitos y que el auto que le pedí que me guardara corre
mucho peligro, por lo que me lo devuelve anticipadamente.

43
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Estos son casos acotados en que el ordenamiento acepta el término anticipado de los contratos. Lo
acepta en estos tres casos como supuestos excepcionales.
Al revés, hay casos en el código en que se rechaza derechamente la variación de las condiciones
del contrato:
• Articulo 1983 inc 1 tratándose del contrato de arrendamiento de predios rústicos.

• Artículo 2003 Tratándose del contrato de construcción de una obra material ➝ Este
tiene la peculiaridad de que para un supuesto desecha la posibilidad de aplicar la teoría de la
imprevisión y para otro la acepta. Este articulo mezcla las dos situaciones. La regla primera
deshecha la idea del caso fortuito en la construcción de una casa. La regla segunda dice que
al revés, que se acometa la variación del contrato.
Al margen de esta norma no existe en Chile una regla general que establezca la teoría de la
imprevisión o de la excesiva onerosidad sobreviviente.
Sin embargo, hay una distinción que cada cierto tiempo se reactiva que es la discusión de si aceptar
o no la teoría de la imprevisión al margen de estos casos que hemos leído. En el último tiempo los
casos más relevantes fueron los incumplimientos contractuales producidos por las medidas
dictadas por la autoridad a raíz de la pandemia del COVID 19.
La mayoría de la doctrina y toda la jurisprudencia no acoge la teoría de la imprevisión. Sin
embargo, el 2021 empezaron a surgir varios planteamientos que buscaban que los tribunales
acogieran esta teoría.

La pregunta es ➝ Si el evento de que se trata no lo podemos considerar un caso fortuito que extinga
la responsabilidad del deudor, ¿al menos podríamos considerarlo como un caso de imprevisión?
Uno de los requisitos que se suelen mencionar en otros países para la teoría de la imprevisión o los
efectos que se producen en que corresponde aplicar la teoría de la imprevisión, consisten
básicamente en que se acepta que el tribunal le “puede meter mano al contrato”, por la vía de
modificarlo, o aceptar su modificación sin que se cobren indemnizaciones por su retraso o en casos
más radicales, llegar a la terminación del contrato.
Hay un punto intermedio en el que se acepta que el juez le proponga a las partes una aproximación
de acercamiento en aras de que sean las propias partes las que revisen el contrato y no el juez.
Recordar que la teoría de la imprevisión se aplica en circunstancias súper excepcionales. No es
que se acepte en todos los supuestos en que para el deudor sea más caro cumplir, es en aquellos
casos en que es extremadamente más caro cumplir.
Si se llegara a la conclusión de que en Chile no se aplica la teoría de la imprevisión porque no está
regulada, habría que aplicar la teoría de la ausencia de culpa para beneficiar al deudor. Aquí se
establece que no hay un caso fortuito, ya que, el deudor no cumplió debiendo cumplir, pero
considerando el grado de culpa de que responde ese deudor (grado de diligencia que debía
observar), pedirle que cumpla a toda costa de un sacrificio monumental implicaría ir contra el

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
requisito de la culpabilidad, éste deudor debería acreditar que hizo todos sus esfuerzos por
responder por su grado de culpa y, a pesar de hacer esos esfuerzos, no pudo cumplir.
Por la vía de la ausencia de culpa el deudor podría exonerarse de responsabilidad, pero en realidad
la mayoría de la doctrina tampoco acepta que en Chile se aplique la ausencia de culpa.
Respeto de la teoría de la imprevisión, se han señalado argumentos para recepcionarla y son los
siguientes:

1) Articulo 1560 CC ➝ Dice que los contratos se deben interpretar conforme a la intención de
los contratantes.
Lo que debe hacer el juez a la hora de determinar el real sentido y alcance de las cláusulas del
contrato es configurar la real intención de las partes. El argumento es que no se puede decir que la
real intención del deudor al contratar haya sido que pese a que el cumplir le hubiera significado un
esfuerzo desmesurado, igual hubiera tenido que hacerlo. Ningún deudor en su sano juicio contrata
pensando que debe cumplir cueste lo que cueste, contrata pensando en una situación de
normalidad.
La réplica a este argumento es que se le olvida considerar al acreedor. Los acreedores quieren que
se les cumpla su contrato si o si, y no estar pensando en los esfuerzos que tenga que hacer el deudor
para que se les cumpla.

2) Se dice que habría un enriquecimiento injustificado del acreedor ➝ Si el deudor tuviera


que cumplir el contrato cueste lo que cueste, es decir, incluso a costa de un sacrificio
exorbitante, el acreedor se enriquece injustificadamente
La réplica dice que no hay un enriquecimiento injustificado, ya que, no es que se le esté
cumpliendo de más, si bien es verdad que al deudor le cuesta más cumplir, solamente está
cumpliendo con aquello a lo que se obligó. No es sin causa, ya que la justificación es el contrato.

3) Se dice que en estos casos faltaría la causa ➝ La causa es un requisito de existencia de los
actos jurídicos y de los contratos.
Estos autores dicen que faltaría la causa porque tratándose de los contratos bilaterales, la causa de
la obligación de una de las partes es la obligación recíproca de la otra. La réplica a este argumento
es que la causa se evalúa al momento de la formación del consentimiento, por lo que basta que en
ese momento concurra la causa. La causa no puede desaparecer sobrevenidamente, o la hay o no
la hay.
4) Se dice que aquí habría lesión, que es una figura que opera tratándose de los contratos
onerosos conmutativos.
Las críticas son que para que haya lesión, el vicio de que se trata también tiene que presentarse en
el momento de la celebración del contrato, de manera que no hay lesiones de este tipo
sobrevinientes. En Chile los casos de lesión son los 7 que establece la ley y ninguno más (ninguno
es de este tipo).

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
5) Principio de la equidad ➝ Se dice que junto al principio de la fuerza obligatoria del contrato,
implica que el contrato debe dar lugar a una relación justa, equitativa y esa justicia se rompe
cuando el acreedor pretende exigirle al deudor que cumpla a toda costa, incluso pidiéndole que
para cumplir lleve a cabo un sacrificio o esfuerzo desmedido y excesivo. Eso no es justo.

6) La interdependencia de las obligaciones ➝ Tratándose de los contratos bilaterales que son


la mayoría en la práctica, el principio rector es el de interdependencia de las obligaciones que
implica que las obligaciones de ambas partes se encuentran indisolublemente ligadas. Eso
repercute en términos prácticos en que todo lo que le ocurra a una de las partes le termina
ocurriendo a la otra. Si un determinado suceso torna excesivamente oneroso para un sujeto
cumplir con su obligación, también se tiene que ver afectada la posición del acreedor que no
puede exigirle al deudor que cumpla a todo evento.

7) Principio de la buena fe objetiva ➝ Implica que durante la vida del contrato las partes se
tienen que comportar con la corrección, honestidad, transparencia, lealtad con la que se
comportaría un individuo que actúa de esta forma. Es decir, no es lo propio de un acreedor que
actúa en la vida jurídica correctamente exigirle al deudor que cumpla con su obligación a costa
de un sacrificio descomunal.
Entonces, los requisitos para que opere la teoría de la imprevisión, que es excepcionalísima, son
por un lado la imprevisibilidad y la imposibilidad relativa.
En el caso de la inflación ésta no aplica para la teoría de la imprevisibilidad, ya que se considera
previsible. Quizás casos de inflaciones extremas si pueden considerarse eventos imprevisibles.
Entonces, los requisitos para la teoría de la imprevisión son:
• Debe tratarse de un contrato oneroso conmutativo en donde las prestaciones de las partes
se mira como si fueren equivalentes.

• Deben ser contratos de tracto sucesivo o de ejecución diferida.

• Un suceso sobreviniente inimputable al deudor.

• Debe tornarse excesivamente más oneroso para el deudor cumplir. Debe ser
exorbitantemente más caro.
En virtud de la autonomía de la voluntad, las partes podrían determinar cláusulas que fijen sucesos
imprevistos y el modo en el que se harían cargo las partes, exonerando o no la responsabilidad. A
estas cláusulas que solucionan la teoría de la imprevisión en un contrato se les llama “cláusula
hardship”. Sin embargo, tratándose de los contratos de consumo, hay que considerar que el artículo
16 de la ley del consumidor regula las cláusulas abusivas estableciendo un listado de varias
cláusulas que son abusivas en todo caso y una hipótesis general de abusividad en la letra G, que
señala que es abusiva toda cláusula que defrauda la buena fe y produce un perjuicio significativo
al consumidor (Ley 19.496).

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
e) Daño
a. Noción
Habitualmente se le define como la lesión de un interés legítimo de carácter patrimonial o
extrapatrimonial, cierto, personal, directo y significativo.
El daño es la columna vertebral de la responsabilidad civil. pues se requiere daño para que se dé
lugar a responsabilidad civil, que es una diferencia importante respecto al derecho penal en el que
puede haber responsabilidad penal sin daño (como en los casos fortuitos). La excepción a esto es
la cláusula penal, en la que teóricamente podría operar sin daño, aunque lo habitual es que de todas
maneras en esa cláusula haya daño.
Considerando la definición de daño se suele señalar que este debe cumplir ciertos requisitos para
ser indemnizado. Es verdad que el principio rector en materia de responsabilidad civil es que “todo
daño debe ser indemnizado” pero jurídicamente hablando se deben cumplir ciertos presupuestos:
El daño debe cumplir con ciertos requisitos para ser indemnizado:

• El interés del lesionado debe ser legítimo ➝ No solo la afectación de derechos de las
personas puede dar lugar a indemnización sino que más genéricamente la lesión de cualquier
interés aun cuando no esté ese interés configurado como un derecho subjetivo, lo central es
el interés. Además, resulta que la lesión de ese interés debe ser legítimo, ósea un interés
amparado por el derecho, los intereses no amparados por el derecho que son lesionados no
dan lugar a un daño resarcible.
Por ejemplo, si una persona me vende ropa de una marca y era falsificada, si no le pago y la
persona me demanda para que le pague una indemnización, hay un interés lesionado pero éste no
es legítimo. Distinto es el caso en que el acreedor se encuentra en una situación ilegítima, en que
puede tener un interés legítimo. Por ejemplo, la persona que sube al transporte público y no paga,
y a consecuencia de una negligencia del conductor resulta lesionada, esa persona está en una
situación ilícita pero su interés en el resguardo de su integridad era completamente legítimo, por
lo que tiene derecho a indemnización. Habría un incumplimiento del contrato de transporte, pero
pese a que no hubo pago de tarifa hay indemnización.

• Daño debe ser cierto, real ➝ No especulativo, no se indemnizan los daños hipotéticos,
inciertos. Solo se indemnizan los daños que ya se han producido, los que se están produciendo
y los que con seguridad se van a producir en el porvenir.
Un ejemplo de daño incierto en el contrato médico-sanitario de un estudiante de derecho que se
somete a cirugía y resulta con un daño fisiológico grave como una paraplejía que lleva a que el
estudiante se retire de la universidad. Hay daños ciertos como el gasto en medicamentos, el daño
moral, etc. Ahora supongamos que se trata de un estudiante brillante y el abogado pretende que se
indemnice por el dinero que se le iba a pagar, ese es un gasto incierto, ya que no se puede asegurar
con certeza que en su futuro se iba a forrar.
El llamado lucro cesante puede ser pasado, presente y futuro. Tratándose del daño emergente, este
también puede ser futuro. Tratándose de los casos médico-sanitario lo habitual es el que está

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
teniendo lugar, como la plata de los exámenes y los medicamentos, pero también es posible
concebir como daño emergente los que no ha ocurrido aun. Supongamos que la negligencia del
médico llevo a que le tuvieran que poner una prótesis de rodilla, las prótesis se tiene que cambiar
cada 7 años, el médico no solo va a pagar solo esa prótesis sino que todas las venideras.
Clase 06.09
El lucro cesante opera en la misma lógica que el daño emergente, ambos pueden ser pasado,
presente, futuro. Lucro cesante en la medida que son las utilidades dejadas de recibir pueden haber
acontecido respecto de utilidades que la víctima no recibió a consecuencia del incumplimiento
negligente del contrato, a utilidades que están a punto de recibir en el minuto o que el futuro con
seguridad no se van a recibir.

• El daño debe ser significativo o anormal ➝ Esto implica que debe escapar o superar
determinado nivel o umbral.
En la vida de relación se está expuesto a padecer innumerables daños, no todos naturalmente son
indemnizables, muchos de ellos son considerados simples perturbaciones que no dan lugar a
indemnización.
Pese a que el principio de la responsabilidad civil es el de la reparación integral del daño que
implica que se debe resarcir todo los perjuicios causados a la víctima, igualmente se debe llegar a
una fórmula de razonabilidad que implique que determinadas perturbaciones no se deben
indemnizar porque se encuentran bajo determinado umbral de significación o de entidad.
En la vida estamos expuestos a muchísimas perturbaciones que debemos tolerar, pues son los
riesgos de vivir una vida de relación; laboral, familiar, personal, social, etc. Constantemente
estamos sufriendo perturbaciones a consecuencia de la conducta de otros, los ejemplos más típicos
son los de responsabilidad extracontractual, por ejemplo, en el ámbito de las relaciones de vecindad
tenemos que soportar muchas molestias que se nos provocan a consecuencia de la conducta o
comportamiento de los vecinos (v.g ruidos molestos aceptados por la normativa, determinadas
convivencias o fiestas pero siempre que estén dentro del parámetro de la norma) esos daños no son
indemnizables.
En la vida familiar es lo mismo, el ámbito familiar es probablemente el ámbito en que se viven
mayores molestias, pues se tratan de relaciones de muy larga duración, permanentemente los hijos
están expuestos a producir molestias a conducta de los padres y viceversa, lo mismo con los
conyugues, convivientes entre sí, no todas esas molestias podrían dar lugar a indemnización,
eventualmente, algunas de ellas como casos de violencia intrafamiliar.
En el terreno contractual, ocurre lo mismo con el contrato de matrimonio o el de unión civil, resulta
que la mayor parte de las molestia que se viven en la vida de pareja no deben dar lugar a
indemnización, por ejemplo, con la infidelidad.
En materia de contracto de matrimonio entra la discusión relativa a si la infracción de deberes
conyugales debería dar a indemnización o no, obviamente que lesiones que superen o vulnerar
determinado umbral son indemnizables (v.g injurias, calumnias, violencia intrafamiliar, etc.), pero

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
está la discusión si se deben indemnizar la infracción de deberes como la infracción del deber de
fidelidad o de cohabitación, que son deberes del matrimonio.
La perturbación consistente en el desamor, descariño, frustración, pérdida de confianza que se
siente por el incumplimiento del deber de fidelidad, no son indemnizables, otra cosa es que esa
infidelidad esté vinculada con consecuencias posteriores que si pueden resultar indemnizables, por
ejemplo, la transmisión de una enfermedad venérea o casos de ocultación de paternidad en el
matrimonio (casos de jurisprudencia).
La mayor parte de la doctrina en Chile dice que las consecuencias derivadas de la infracción de
deberes conyugales como el de fidelidad o cohabitación son indemnizables. Las sentencias sobre
estos asuntos ninguno apoya la discusión sobre la indemnización por infidelidad o abandono de
hogar.
En general, en el ámbito de las demás relaciones, como las laborales, sociales, se debe otorgar un
margen de dañosidad, las perturbaciones que están bajo determinado umbral no son indemnizables,
por eso, el principio de reparación integral del daño implica que todo daño significativo o anormal
se debe indemnizar.
En el ámbito negocial, más propiamente contractual, cotidianamente celebramos múltiples
contactos y muchas veces estamos expuestos a molestias, normalmente en el ámbito del consumo.
Si la perturbación que se nos provoca por parte del proveedor supera determinado umbral, nos
tiene que indemnizar, pero hay muchas perturbaciones de menor envergadura debemos soportar,
pese a la molestia que generen.

• El daño debe ser directo ➝ Debe ser una consecuencia inmediata del incumplimiento del
contrato, el daño padecido del acreedor debe ser una consecuencia directa del incumplimiento
del contrato por parte del deudor. El ejemplo típico es el del carnicero que termina
suicidándose por la venta de carne podrida de su proveedor. El juez en cada caso debe medir
“hasta qué punto” se deben indemnizar los daños, los demás daños no serán indemnizables
por no ser producidos de manera directa por el incumplimiento del contrato.
En el ámbito contractual la determinación de los daños directos o indirectos es mucho más sencilla,
pues hay un marco de intereses protegidos, ese marco es el contrato, es mucho más fácil saber las
lesiones directas a los intereses respectivos porque esos intereses están determinados en el
contrato. En cambio, en el ámbito extracontractual como no existe este marco previo, este trabajo
de la determinación de los daños directos e indirectos es más dificultoso.

• Daño personal ➝ Afectación de un individuo en particular.


Sin embargo, desde hace algún par de décadas ha comenzado a ganar importancia los “daños
colectivos” que tienen presencia sobre todo en el ámbito del consumo. Las leyes de consumo en
el mundo y en nuestro caso, regulan las acciones colectivas que buscan proteger intereses
supraindividuales, cuando resultan lesionados los intereses de un grupo de consumidores (desde
50 consumidores, que es el mínimo para interponer la acción en Chile, hasta millones), se

49
Apuntes Catalina Rivera Monichi
contempla la vía de la acción colectiva; la propiamente colectiva y la para proteger los intereses
difusos.
Respecto de la acción propiamente colectiva, la lesión se le produce a consumidores en particular,
identificables, en cambio, en el caso de las acciones para proteger un interés difuso el daño se le
provoca a un grupo indeterminado de consumidores.
Tratándose de estas acciones colectivas, se señala que este principio que el daño debe ser personal
se rompe, pues se trata en estos supuestos es de indemnizar a grupos de individuos y no a
individuos en particular. Sin embargo, tratándose de las acciones colectivas propiamente dichas,
la idea del daño personal se mantiene porque se tiene que acreditar en el juicio resarcitorio de
consumo la afectación de consumidores determinados, aunque sean muchos, el principio del daño
personal sigue en pie. Solamente se podría hablar que hay una especie de excepción tratándose
de las acciones colectivas para proteger un interés difuso, pues en ese caso la indemnización es
para un grupo indeterminado de sujetos, es similar a lo que ocurre por la reparación de daño
medioambiental, no hay un daño personal sino un daño a la comunidad o a la sociedad sin que
haya identificación de dañados en particular.
Existen excepciones respecto al principio del daño personal:

*Víctimas por repercusión o rebote ➝ Aquellas que no resultan dañadas de forma principal pero
si de manera refleja, son aquellas que no resultan ser las víctimas principales sino que se
transforman en víctimas porque hay una víctima principal, y a consecuencia del daño que sufre,
surgen estas personas que son víctimas por reflejo o rebote, por ejemplo, el caso del padre o
madre producto de la conducta de un tercero, su hijo fallece.
El ejemplo resulta interesante porque la figura misma se llama víctima por rebote, por lo que se
da la idea de que quien pide la indemnización no sería el dañado personalmente. Sin embargo, es
un nombre meramente didáctico en orden a entender que estamos frente a un sujeto que puede
pedir indemnización porque, primero, resultó dañado alguien como víctima principal, pero en
verdad estas víctimas son directas en verdad, pues piden indemnización por el daño que
personalmente sufrieron, en el ejemplo de los padres, sería el daño moral que ellos mismos
padecen por el fallecimiento de su hijo a consecuencia de un tercero.
Tratándose del caso de víctimas que siendo titulares del derecho a pedir una indemnización
fallecen, el hecho de que sus herederos puedan pedir esa indemnización que a ellos les
correspondía, se debe sencillamente a la aplicación de las reglas sucesorias, por ende, no estamos
frente a un supuesto donde un sujeto ejerce una acción que no le corresponde personalmente,
pues si le corresponde personalmente toda vez que el derecho a pedir indemnización que tiene
surge de la circunstancias de que su causahabiente tenía ese derecho y que se lo transmitió al
momento de morir.
Existen una multiplicidad de casos en que un individuo puede demandar indemnización
poniéndose en el lugar de la víctima pero esto es así por la aplicación de las reglas de la
representación (tanto legal como convencional), como el caso de las víctimas incapaces, por
tanto, sus representantes pueden pedirla.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Clase 24.09
Recapitulación clase pasada
El requisito daño en la responsabilidad contractual y su noción sería que implica que
necesariamente deben concurrir ciertos presupuestos en orden de que el daño sea indemnizable.
Para efectos didácticos se suele apuntar que, todo daño es indemnizable, en rigor, sólo se
indemnizan los daños con ciertos requisitos.
El daño consiste en la lesión a un interés legítimo, no necesariamente a un derecho subjetivo.
• El daño debe ser cierto (no hipotético, sino un daño real y efectivo, pudiendo ser futuro).

• El daño debe ser directo ➝ Requisito vinculado con la causalidad e implica que, el daño de
que se trata para ser indemnizado debe ser una consecuencia inmediata del incumplimiento
del contrato del deudor, sólo indemnizando daños directos que son producidos de forma
inmediata del incumplimiento del deudor.
Remisión al ejemplo del carnicero que vende carne descompuesta. Sólo se indemniza los daños
causados inmediatamente y no los daños indirectos, que son aquellos producidos por
incumplimiento de manera mediada. En el juicio indemnizatorio, el juez fija una línea divisoria
señalando hasta qué punto llegan los daños directos.
Tratándose del deudor que incumple dolosamente el contrato, tiene que indemnizar los perjuicios
directos, tanto los previstos como imprevistos, es una sanción para el deudor que incumple
dolosamente el contrato. Es decir, en los términos de la definición del Código, incumple con la
intención de dañar al acreedor. Por otro lado, quien incumple negligentemente sólo indemniza
daños directos previstos y no los imprevistos. Esto se entiende sin perjuicio de la culpa grave o
lata que se equipara al dolo. Es decir, el deudor doloso y el culposo grave pagan perjuicios directos
previstos e imprevistos, en cambio, los negligentes que incumplen con culpa leve o levísima sólo
pagan los perjuicios directos previstos. De manera que, los perjuicios indirectos no se pagan, ya
que, si estamos frente a un perjuicio indirecto, falta el requisito indispensable de causalidad.
• El daño debe ser anormal, ya que en la vida estamos expuestos a padecer innumerables
daños. La regla es que quien debe soportar los daños es quien los padece. Pero para que el
daño sea soportado por otro, debe ser un daño significativo, de magnitud suficiente o anormal.
Esto es así, porque en la vida en relación (sociales, negociales, de amistad, familiares, vecindad,
etc.), sería invivible si la sociedad quienes todos se sienten víctimas de una determinada molestia
tuvieran el derecho a una indemnización. Todos los días padecemos una gran cantidad de molestias
de la más variada índole pero solamente alguna de estas darán lugar a indemnización por superar
cierto umbral.
Por ejemplo, el vecino que perturba escuchando cierto tipo de música dentro de los niveles de
decibeles aceptables, las relaciones conyugales, etc. La única normativa en que en Chile se
encuentra este principio es la ley de medioambiente, ya que el daño tiene que ser significativo.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
• El daño debe ser personal, es decir, padecido por el individuo o sujeto que demanda o solicita
la indemnización. En caso de la responsabilidad contractual, el sujeto es el acreedor. Sin
embargo, existen las acciones colectivas del derecho del consumidor, que busca salvaguardar
el interés colectivo o el interés difuso.
Las acciones colectivas buscan salvaguardar el interés colectivo de los consumidores o el interés
difuso. Estamos en presencia de interés colectivo cuando estamos ante un grupo determinado de
consumidores y, un interés difuso cuando el grupo es indeterminado. En ambos supuestos, sería
una excepción de que el daño para que sea indemnizable ha de ser personal, ya que no sólo lo
solicitan las víctimas que padecen el daño, sino que un grupo de personas que están habilitados
para actuar colectivamente. Sin embargo, es una excepción aparente porque esos grupos de
individuos están conformados por los sujetos que fueron afectados, por lo que no significa que el
demandante es uno o algunos de los sujetos específicamente dañados.
Las víctimas por rebote o indirectas son aquellos individuos que resultan dañados a consecuencia
del daño que antes padeció otro. Es una denominación que se ha puesto a este tipo de víctimas de
manera didáctica en la medida que no son ellas las directamente dañadas por el hecho inicial sino
que resultan dañadas luego de que ha resultado dañada un sujeto anterior. El daño del sujeto
anterior repercute en este otro individuo que también entonces resulta dañado, es decir, rebota el
daño del primer individuo en la situación de esta otra víctima.
Por ejemplo, contrato médico sanitario o el de transporte, en que el paciente o pasajero pierde la
vida por la negligencia del deudor que sería el médico o transportador. Esa muerte repercute en
otros sujetos y, si alguien muere a causa de la negligencia de una persona, ciertos individuos tienen
derecho a pedir indemnización, como la madre del paciente que murió, el cónyuge, conviviente
civil o los hijos. No sería una auténtica excepción, ya que estos individuos piden indemnización
por el propio daño que le provoca el fallecimiento de la víctima directa en el ejemplo. Pero es
posible que pidan indemnización por daño no sólo moral, sino que también patrimonial, ya que la
víctima era el solvente de la víctima, es decir, manteniendo o sustentando económicamente a estas
víctimas.
Se trata de una situación semejante a la de los herederos, pero la diferencia estriba en que la víctima
indirecta es por la muerte directa e inmediata de la víctima directa por un acto negligente y, el caso
de los herederos es de aquellos daños que padece la víctima directa que posteriormente la llevan a
la muerte. Es decir, no lo lleva a la muerte, sino que sobreviene con posterioridad. En estos casos,
resulta que el derecho a la indemnización ingresa al patrimonio de la víctima y al fallecer transmite
este derecho a sus herederos, de manera que los herederos en este supuesto terminan deduciendo
la acción indemnizatorio a título personal porque son los continuadores de la persona del causante.
Se presenta un problema cuando una persona obtenga dos calidades de víctima, como víctima por
rebote y por calidad de heredero. La ley no lo soluciona. Otro caso complejo es que pretendidas
víctimas por repercusión pidan indemnización por el daño padecido por otro sujeto cercano.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
b. Tipos de daño
Existen diversas clasificaciones.
i. Daño patrimonial y extrapatrimonial.
El daño patrimonial es aquel detrimento a un interés avaluables en dinero y, el extrapatrimonial se
le suele llamar daño moral, pero es más preciso decir extrapatrimonial. Este último es el detrimento
no avaluable en dinero.
El daño patrimonial, se divide entre daño emergente y lucro cesante (art. 1556):

• El daño emergente ➝ Es el perjuicio que efectivamente se ha causado o causará.


• El lucro cesante ➝ Es la pérdida de utilidades.
Ambos pueden ser daño presente y futuro, tanto el daño emergente como el daño futuro. Se suele
pensar que el daño emergente es un daño presente y respecto del lucro cesante se suele pensar que
solo es futuro, pero ambos pueden ser presentes como futuros.
El daño emergente puede ocurrir en la compraventa en caso de que el vendedor no entrega el
producto, cuyo daño emergente es el valor de la cosa. El daño emergente puede ser futuro, como
el contrato médico sanitario, en que el médico deba indemnizar al paciente por daños que aún no
se han producidos, pero se producirán con certeza, como los cambios de prótesis.
El daño emergente es el que más se indemniza en la práctica, ya que el lucro cesante implica
pérdida de utilidades, puede ser presente (la que ya ha tenido lugar) y el futuro (cuando aún no se
ha producido la pérdida de utilidades con certeza).
Tratándose del lucro cesante, hay utilidades que aún no se han perdido, pero con seguridad se van
a perder y, el dañador debe indemnizar. Por ejemplo, por negligencia médica la víctima permaneció
hospitalizada y no recibió utilidades en su laburo como taxista, está claro que habrán utilidades
venideras que no va a percibir por su trabajo como taxista, se deben indemnizar las pérdidas
presentes y futuras. Pero, si por ejemplo, la víctima era un joven deportista destacado que trabajaba
de taxista pide indemnización porque estaba seguro que en unos años más iba a ganar un torneo
de alta competición, ¿puede pedir indemnización? No, pues no hay certidumbre ni certeza.
Los jueces son reticentes a indemnizar el lucro cesante por la incertidumbre y relación directa, no
suelen dar indemnización por lucro cesante por lo difícil de probar. Esto tiene relación con el
ejemplo del carnicero que dejó de ganar mucho por el incumplimiento del proveedor que le vendió
carne en descomposición.
El daño extrapatrimonial o moral (es mejor hablar de daño extrapatrimonial) es aquel detrimento
no avaluable dinero que puede ser de la más variada índole. Una por las cuales es el llamado daño
moral. El daño moral se comienza a indemnizar en Chile en sede extracontractual en el primer
cuarto de siglo XX, los casos que llevaron a este tipo de indemnización son los casos familiares
por el sufrimiento padecido por atropello por trenes. Hasta antes de eso, las indemnizaciones por
el sufrimiento, dolor, etc., no eran indemnizables, y se comienza a indemnizar en sede

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
extrapatrimonial por los casos de accidentes ferroviarios, básicamente porque el art. 2329 del
Código Civil dice que todo daño es indemnizable.
En sede contractual, la aceptación de la indemnización del daño moral fue muy posterior,
prácticamente el primer fallo chileno que reconoce indemnización por daño moral es de la CS del
año 1984. Pero la discusión no ha sido pacífica en manera alguna, porque si bien se acepta la
indemnización del daño extrapatrimonial o moral en sede contractual, tanto la doctrina como la
jurisprudencia, se hace en forma muy condicionada. Por ejemplo, si mi hermano le vendo un auto
y no me paga el precio, sí tengo derecho a indemnización, siendo daño emergente. Pero ¿y si me
dio mucha pena que mi hermano incumpliera el contrato? ¿Ese daño debe ser indemnizado? En
multitud de ocasiones puede ser que un incumplimiento contractual puede provocar daños no
avaluables en dinero, pero no siempre serán indemnizables.
Básicamente, porque a su respecto no cumple con los presupuestos de daño directo, relación de
causalidad, etc. Se agrega como argumento que el contrato es un instrumento o una figura, una
institución que solamente resguarda ciertos tipos de intereses que, en general, son de carácter
patrimonial. En la medida que el contrato busca salvaguardar cierto tipo de intereses, generalmente
patrimoniales, en la medida que se presenten perjuicios para al acreedor que implique lesiones
distintas que salvaguarde el contrato, no serían indemnizables porque escapan de este marco. Por
eso que, tratándose del contrato de compraventa, el vendedor no tiene derecho a que se le
indemnice el daño extrapatrimonial o moral porque el contrato de compraventa es un marco
configurado para tutelar intereses de carácter patrimonial o económico.
Sin embargo, hay que reconocer que existen otros contratos e incluso, muy importantes, en los que
se salvaguardan intereses no avaluables en dinero, es decir, intereses extrapatrimoniales. En estos
casos, en la medida de que el incumplimiento involucre una lesión a intereses no avaluables en
dinero, se debe indemnizar y eso sería la indemnización de daño extrapatrimonial. Caso destacado
es el de los contratos que imponen expresa o tácitamente el deber de seguridad, ósea que el deudor
asume el deber de proteger y tutelar la seguridad del acreedor. Es decir, casos en que se le impone
el deber al deudor de salvaguardar la seguridad psíquica o física del acreedor (v.g destacadamente
en los contratos de consumo en general, en los contratos médico sanitario y de transporte).

o El contrato de consumo ➝ Es una manera de llamarle a un contrato que participa el proveedor


y consumidor. Son básicamente contratos de consumo los de compraventa y servicios. El
proveedor asume el deber de seguridad del consumidor, por lo que debería indemnizar los
daños patrimoniales, pero también los daños extrapatrimoniales, ya que se compromete a
salvaguardar su seguridad, por lo que si me explota una bebida me deben pagar los daños
causados en el rostro. Si fui a reparar al taller el auto y dejan malos los frenos y choco, el
taller debe indemnizar por la fractura.

o El contrato médico sanitario ➝ Es el supuesto más paradigmático de procedencia de la


indemnización del daño extrapatrimonial o moral. Es frecuente que, ante negligencias
médicas, los pacientes y la víctima tengan derecho a que no sólo se le indemnice el daño
patrimonial (v.g medicamentos, procedimientos, etc.), sino también el daño extrapatrimonial
(daño psíquico, por depresión o daños fisiológico o corporal).

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
En caso de que un médico recete un medicamento muy fuerte, responde por las secuelas y la
adicción, solamente si es que se comprueba los requisitos de la responsabilidad civil, como el daño
(adicción), culpabilidad y causalidad, y para esto requiere el factor de previsibilidad. Esto va muy
ligado al cumplimiento de la obligación de informar, por lo que en principio, si el médico o el
establecimiento informó adecuadamente sobre los efectos del medicamento, debería quedar
exonerado de responsabilidad de la adicción en caso de que haya informado, y en caso de no
informar, debería indemnizarse.

o El contrato de transporte ➝ Si el pasajero a consecuencia de la negligencia del chofer sufrió


un daño físico o psicológico, el deudor lo tendrá que indemnizar. Es decir, si me caigo en el
Transantiago porque el chofer se pasó un semáforo en rojo.

o Contrato de trabajo ➝ Accidentes laborales.


En verdad, más allá son ejemplos que caen en el ámbito del consumo, aunque suele pasar
desapercibido, ya que el contrato de transporte es un contrato de consumo. Tratándose del contrato
médico sanitario, la ley del consumir excluye expresamente en los contratos de salud la calidad de
las prestaciones, por lo tanto, en general los juicios indemnizatorios por responsabilidad médico-
sanitaria no son juicios de consumo, pese a que el contrato sea de consumo, de manera
injustificada.

• Problemas del daño moral ➝ Algunos de los problemas se presentan también en el daño
extracontractual:
El primer problema es de los tipos de daño extrapatrimonial. Históricamente se hablaba de daño
moral, pero hoy se habla de daño extrapatrimonial, por lo tanto, el daño moral es uno de los
posibles daños extrapatrimoniales.
El primer problema, ¿Se indemniza el daño moral en sede extracontractual? Sí, cuando el contrato
de que se trata intenta salvaguardar intereses extrapatrimoniales como el contrato de consumo. Se
agrega que el principio de reparación integral del daño conduce a esta conclusión. En segundo
lugar, se dice que el art. 1546 al hablar de daño emergente se refiere al daño efectivamente causado,
que puede ser patrimonial o un daño moral. Por último, se dice que cuando el código excluyó la
indemnización del daño moral lo hizo en sede extracontractual en el art. 2331, que se refiere a un
caso específico, por tanto, la regla general sería que en todos los ámbitos, tanto en sede contractual
como extracontractual.
El segundo problema es el de los tipos, la cual tipos de daño extrapatrimonial son varios:

1) Daño moral ➝ Consiste en el dolor que sufre una persona por culpa del hechor o del
deudor. Hay sólo pena y no comprobado por peritos médicos.

2) Daño psíquico ➝ Alude al perjuicio a la salud mental diagnosticado que causa el


incumplimiento contractual del deudor al acreedor, por ejemplo, la depresión.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
3) El daño fisiológico o corporal ➝ Son daños que se deben indemnizar en intereses
extrapatrimoniales, ya que no se sabe cuánto vale la salud mental, un brazo, o un dedo.
Aquí si es comprobado que la víctima tiene depresión.

4) Daño estético ➝ Daño a la imagen física o corporal del acreedor. Por ejemplo, tratándose
del contrato de salud, de transporte, de consumo. Como la gaseosa que estalla en la cara.

5) Daño sexual ➝ Es el perjuicio en la capacidad del acreedor de tener relaciones sexuales


normalmente. Hay un daño corporal y un daño a la posibilidad de mantener relaciones
íntimas.

6) Daño a los derechos de la personalidad ➝ Distinto de los mencionados anteriormente, por


ejemplo, el derecho a la privacidad. En caso de celebrar un mandato judicial con un
abogado, en que el deudor asuma el deber de confidencialidad y divulga una información
sensible, produce un daño a la privacidad; derecho al honor y a la honra, etc.
Se habla incluso de la pérdida de los placeres de la vida. Se dice que el deudor al incumplir un
contrato debe indemnizar al acreedor por la pérdida de todos los placeres de la existencia que haya
experimentado el acreedor a consecuencia del incumplimiento del contrato, una vez que reúna
todos los requisitos. Por ejemplo, si queda parapléjico, debe indemnizarse por cualquier pérdida
de placer de existencia.
Este amplio abanico de partidas indemnizatorias del daño extrapatrimonial ha sido criticado por la
doctrina, al llevar a una superposición injustificada de indemnizaciones. Estas nomenclaturas
sirven para evitar la discrecionalidad judicial. Las sentencias de los tribunales en materia de daño
moral es que por concepto de daño extrapatrimonial el acreedor tiene cierta cantidad de dinero, sin
ningún tipo de razonamiento.
*En la práctica, las indemnizaciones por daño moral no son muy elevadas.
Los críticos de asumir estas variadas clasificaciones de daño extrapatrimonial se contentan con
decir que sólo hay 2 tipos de daño extrapatrimonial; el corporal (incorpora el físico y psíquico) y,
el perjuicio de agrado, ósea todos los demás mencionados.
El tercer problema es la cuantificación del daño extrapatrimonial. Tradicionalmente se ha dicho
que la función de la responsabilidad civil es la de compensar (justicia correctiva), de manera que
el monto de dinero en que consiste la indemnización representaría exactamente el daño causado.
Esto es así tratándose del daño patrimonial, pues el auto tiene un precio. En cambio, tratándose de
la lesión de intereses extrapatrimoniales no es posible de racionalizar en estos términos, por tanto,
no se estaría ante una compensación, ya que nunca sabremos cuánto vale un brazo o una pierna,
sino que estamos frente a una reparación o frente a un paliativo del perjuicio padecido del deudor
a la víctima. Sin embargo, el hecho de que la indemnización del daño moral busque palear
detrimentos de intereses no avaluables en dinero, produce problemas de disparidad de soluciones
entre las sentencias de los tribunales. Por ejemplo, la plata que concede por una negligencia médica
un tribunal de Concepción es distinta a la que concede el tribunal de Arica y de Punta Arenas.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Se ha ido planteando soluciones para disminuir la disparidad de criterio y, ha surgido tanto en el
mundo como en Chile 2 tipos de soluciones:
▪ Que la ley fije montos indemnizatorios.

▪ Los baremos son criterios. Hay barómetros contenidos en libros elaborados por académicos
para determinar cuánto es lo que corresponde a indemnizar (v.g analizando todos los casos
se concluye que en promedio se concede 3 millones por un dedo). En Chile lo ha hecho la
UDEC, que tiene dos libros de baremos.
Un cuarto problema es del daño extrapatrimonial de las personas jurídicas. El daño
extrapatrimonial se aplica a las personas naturales, pero se debe preguntar si las personas jurídicas
pueden padecer daño extrapatrimonial. Se trataría de los derechos de la personalidad, como el
derecho al honor o a la honra, o reputación.
Un quinto problema es la prueba en juicio. Si bien se tiene que probar, ya que el art. 1698 señala
que incumbe probar las obligaciones a quienes las alega, en este caso, la obligación indemnizatoria,
teniendo que probar el daño. La discusión relativa si es que se tiene que probar, está relacionada si
se puede probar a través de medios indirectos de las presunciones (si se puede probar por prueba
directa). La jurisprudencia ha sido oscilante, ha dicho que sí y otras que no. La pregunta se reduce
a los casos en que concurre un indicio que permita arribar a la conclusión de que se ha producido
un daño extrapatrimonial. Unos dicen que no se puede, ya que la presunción no es prueba, sino un
razonamiento judicial, obviamente tiene que haber un medio de prueba directo que permita
construir el indicio que lleva a la configuración de la presunción, ya sea mediante testigos, peritaje,
etc. Otros dicen que se puede aplicar por presunciones. Por ejemplo, una mamá no tiene que probar
que sufre a causa de la muerte de su hijo por una negligencia médica. Pero no se sabe si todos los
padres y madres sufren por la muerte de un hijo. Ergo, para los que dicen que no, dicen que se
debe probar con prueba directa y, la otra tesis dice que se presume.
La gran parte de la doctrina y jurisprudencia, tratándose del daño moral, daño psíquico, asumen la
tesis de la presunción, siempre que se acredite el indicio de la presunción.
Un sexto problema es de la trasmisibilidad del daño extrapatrimonial. El problema es que si en
caso de muerte instantánea de la víctima a consecuencia de una negligencia, sus herederos
adquieren el derecho que habría ingresado en el patrimonio de la víctima a obtener la
indemnización. Es decir, si la víctima muere de forma instantánea, cabe preguntarse si trasmite
algo a sus herederos. En ese nanosegundo entre el accidente y la muerte, ingresó en el patrimonio
de la víctima, pero otros dicen que no ingresó nada, ya que murió en el mismo momento en que se
produjo el daño (no se confunde la indemnización por daño por rebote).
ii. Daño previsto o previsible e imprevisible.
Surge del art. 1558 CC. El factor de previsibilidad sirve para construir tanto la culpabilidad como
la causalidad y, la distinción entre daños previsibles e imprevisibles, ambos tienen importancia
porque el deudor doloso y culposo grave deben pagar los perjuicios directos e indirectos. Es decir,
los primeros pagan más plata, siendo una sanción del art 1558. Sin embargo, el deudor culposo,

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
salvo que sea negligencia grave, paga los perjuicios directos previstos o previsibles, pero no los
imprevisibles.
El daño indirecto no lo paga nadie, ya que es indirecto.

Artículo 1558 Código Civil:

Si no se puede imputar dolo al deudor, sólo es responsable de los perjuicios que se previeron o
pudieron preverse al tiempo del contrato; pero si hay dolo, es responsable de todos los
perjuicios que fueron una consecuencia inmediata o directa de no haberse cumplido la
obligación o de haberse demorado su cumplimiento.

La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito no da lugar a indemnización de perjuicios.

Las estipulaciones de los contratantes podrán modificar estas reglas.

iii. Daño compensatorio y daño extra compensatorio o punitivo.


Se suele ocupar esta nomenclatura en relación de los daños punitivos que suele darse a cierto tipo
de daños y sería mala traducción del derecho anglosajón. La expresión daño punitivo alude a la
indemnización que tiene que pagar el dañador o deudor sobre el monto del daño efectivamente
causado. Si el deudor tiene que pagar indemnización a título de daño punitivo siendo la
indemnización de 100 millones, la indemnización por daño punitivo sería de 125 millones. Más
que hablar de daño compensatorio de lo que procede hablar en rigor es de indemnización
compensatoria y extra compensatoria o punitivo.
Clase 25.09
Más que hablar de daños lo que procede en este aspecto es hablar de indemnización compensatoria,
la que busca resarcir al acreedor a consecuencia del daño padecido por la conducta culpable del
deudor. Sin embargo, existe otro tipo de indemnización a la que se le llama extra compensatoria y
que más típicamente se conoce como daño punitivo, es aquella en virtud de la cual al deudor que
incumple el contrato culpablemente se le impone pagar una suma de dinero superior al monto del
daño que causó, de ahí el nombre “extra compensatoria”, es un pago adicional.
Uno de los motivos por los cuales se impone esta indemnización es el castigo del dañador, se llama
“daño punitivo” porque es una indemnización que se impone a título de castigo o pena. Esta
denominación se debe a que se trata de una traducción de la figura que originalmente surge en el
derecho anglosajón, incluso según algunos autores se puede remontar al siglo XVIII.
En nuestro ordenamiento ha habido reticencia por parte de los autores para aceptar esta figura pero
diversas normas de nuestro ordenamiento, acotadas, establecen casos de indemnización extra
compensatoria, algunas son normas del Código Civil y otras son de otras leyes, por ejemplo, de la
ley de telecomunicaciones, la de propiedad intelectual y la de protección de la vida privada. Sin
embargo, la norma más relevante sobre este aspecto, atendida a su redacción, es el art. 53 C) c) de
la ley del consumidor.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
La doctrina mayoritaria ha sido reacia con los daños punitivos, esto es así por la aplicación del
principio de la reparación integral del daño que estaría consagrado en el art. 2329, según el cual el
dañado tiene derecho a que no se le pague menos que el monto del perjuicio que experimentó pero
tampoco corresponde aplicar una indemnización superior a la del daño efectivamente causado.
Tradicionalmente, desde el derecho romano, la responsabilidad civil cumple una finalidad
meramente correctiva, de manera que la indemnización es una compensación que busca corregir
el desequilibrio producido por la conducta del hechor, por lo tanto, solamente el monto de
indemnización puede ascender al del daño causado y nada más. Sin embargo, resulta que los
juristas han ido asignándole a la responsabilidad civil funciones que van más allá de la correctiva
y han dicho que si bien es la función principal, la indemnización aspira y cumple con otros
propósitos como son el castigo, sanción y la prevención o disuasión.
También es cierto que la indemnización cumple otros propósitos, en primer lugar, el de sancionar,
por ello la indemnización funciona como una pena civil porque se trata de un monto extra
compensatorio, se puede imponer al hechor un monto extra compensatorio como castigo,
retribución, sanción para que ese monto no vaya al patrimonio fiscal sino que al patrimonio del
propio afectado, en este caso al acreedor, por eso se llama multa privada o civil. Esto debería
ocurrir cuando la conducta del hechor es especialmente grave y reprochable, porque precisamente
lo que busca esta figura es castigar cuando la conducta es altamente reprochable o grave.
Se dice que la responsabilidad civil cumple un rol de disuasión, es decir, disuadir y evitar que el
hechor vuelva a realizar el mismo tipo de conducta. Además, busca en ciertos casos evitar que el
resto de los agentes desarrolle conductas graves.
Los jueces no podrían aplicar daños punitivos en Chile por el principio de reparación integral del
daño y, porque nuestro sistema tiene un fin compensatorio y no sancionatorio. Estos autores que
se han opuesto a esta figura de los daños punitivos dicen que esta figura atenta con garantías, sobre
todo procesales y administrativas.
En términos específicos se dice que los daños punitivos violaría el principio legalidad, pues no
puede haber una pena sin que una ley lo establezca previamente. En segundo lugar, se atentaría
contra el principio non bis in idem, es decir, sancionar 2 veces una misma conducta, pues hay una
sanción administrativa y otra sanción civil.
Con independencia de esta discusión, lo cierto es que nuestro Código Civil existen varias normas
que tienen visos punitivos, quizás no son exactamente normas que recojan de manera directa los
daños punitivos pero se parecen mucho, por ejemplo, en materia de sociedad conyugal. Hay 2
normas relevantes que establecerían figuras parecidas a los daños punitivos:

• Art. 1558 CC ➝ Castiga a quien incumple dolosamente un contrato, haciendo que deba
pagar los daños directos previsibles e imprevisibles. Es una norma que establecería una
indemnización extra compensatoria, precisamente para castigar una conducta dolosa o
ejecutada con culpa grave.

• Cláusula penal ➝ Involucra una indemnización convencional y anticipada que puede


traducirse en que el deudor incumplidor deba pagar perjuicios al acreedor a pesar de que
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Apuntes Catalina Rivera Monichi
éste no haya sufrido ningún perjuicio o también se puede aplicar esta figura para pagarle
al acreedor una indemnización superior a los perjuicios causados.
En la práctica, tratándose del daño moral, los tribunales suelen imponer montos indemnizatorios
superior a quienes desarrollan conductas graves, es decir, a quienes se comportan de manera
dolosa.
La ley que más claramente en Chile establece una indemnización extra compensatoria es la ley del
consumidor que, faculta al juez en los juicios colectivos para imponer una indemnización del 25%
sobre el valor de la indemnización compensatoria cuando comparezca alguna de las causales
agravantes del art. 24 inciso quinto de la misma ley. Si concurre en la conducta del proveedor una
de las conductas agravantes de la responsabilidad infraccional, el tribunal puede para imponer
como indemnización extra compensatoria que debe llegar al 25% del valor de la compensatoria.
El juez si opta por imponer indemnización extra compensatoria, solo puede hacerlo por el 25%.
Esto es solo tratándose de juicios colectivos.

Artículo 24 inciso quinto Ley del Consumidor 19.496:


Se considerarán circunstancias agravantes:
a) Haber sido sancionado con anterioridad por la misma infracción durante los últimos
veinticuatro meses, contados desde que esté ejecutoriada la resolución o sentencia
sancionatoria. En caso de tratarse de una micro o pequeña empresa en los términos del inciso
segundo del artículo segundo de la ley N° 20.416, si ha sido sancionada por la misma infracción
durante los últimos doce meses contados de la misma manera.
b) Haber causado un daño patrimonial grave a los consumidores.
c) Haber dañado la integridad física o psíquica de los consumidores o, en forma grave, su
dignidad.
d) Haber puesto en riesgo la seguridad de los consumidores o de la comunidad, aun no
habiéndose causado daño.
Artículo 53 C c) Ley del Consumidor 19.496:
En la sentencia que acoja la demanda, el juez, además de lo dispuesto en el artículo 170 del
Código de Procedimiento Civil, deberá:
Declarar la procedencia de las correspondientes indemnizaciones o reparaciones y el monto
de la indemnización o la reparación a favor del grupo o de cada uno de los subgrupos, cuando
corresponda. En aquellos casos en que concurran las circunstancias a que se refiere el inciso
quinto del artículo 24, el tribunal podrá aumentar en el 25% el monto de la indemnización
correspondiente.

En Chile tratándose de los ilícitos contra la libre competencia es discutible que se puedan aplicar
daños punitivos porque la ley del consumidor los aplica cuando se infringe dicha ley, por lo tanto,
no se podrían aplicar, pues los ilícitos contra la libre competencia están contenidos en otra ley.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
iv. Daños provocados por un deudor y daños causados por 2 o más deudores
Puede ser un sujeto o más de uno los que provoquen daño. En sede extracontractual la cuestión
está resuelta, pues si el daño lo produjo un solo hechor él responde, en cambio, si lo provocaron 2
o más hechores, el art. 2317 dice que hay solidaridad, es decir, la víctima puede cobrar a cualquiera
de los victimarios la totalidad de la indemnización. En sede contractual no hay una norma tan clara
como en sede extracontractual.
¿Qué sucede si la obligación la incumplen 2 o más deudores? Hay que distinguir 2 situaciones:

1) Hecho o culpa de un deudor ➝ Se aplica la regla general, y es que ese deudor que provocó
el daño debe indemnizar, esto es así como es lógico tanto cuando el deudor es uno solo,
tanto si son 2 o más. (Art 1526 n°3 tratándose de las indivisibilidades de pago, art. 1521
tratándose de las obligaciones solidarias, art. 1533 inciso segundo, arts. 1334, 1540 estos
últimos 3 tratándose de la cláusula penal).
Existen excepciones a esta regla en las obligaciones solidarias tratadas en el art. 1521. La segunda
excepción es tratándose de la cláusula penal.

2) Hecho o culpa de 2 o más deudores ➝ Hay que distinguir si estamos frente a dolo o culpa
grave. Los autores dicen que se aplica el art. 2317 inciso segundo, que dice que si 2 o más
individuos provocan un daño con dolo hay solidaridad.
El inciso primero de este precepto se refiere a la responsabilidad extracontractual porque habla de
ilícitos y el inciso segundo habla de todo dolo, abarcando por tanto, el dolo en sede contractual.
¿Qué pasa si 2 o más deudores incumplen un contrato con culpa leve o levísima? No hay una
norma expresa pero vía interpretación se puede llegar a la conclusión que la obligación a
indemnizar es simplemente conjunta, pues solo hay solidaridad para el primer caso mencionado
(dolo o culpa grave). Se agrega que el art. 1533 inciso primero aplica esta solución tratándose de
las obligaciones indivisibles, por lo tanto, más aún se aplica para las divisibles.
c. Avaluación del daño
En orden a la procedencia de la indemnización contractual se tiene que dilucidar 3 cuestiones:
i. Existencia del daño.
ii. Naturaleza del daño.
iii. Cuantía del daño.
¿Cómo se determina este último aspecto? En primer lugar, por la avaluación judicial realizada por
el tribunal, avaluación legal por la ley, y por último, avaluación convencional a través de la cláusula
penal.
i. Avaluación judicial
Es la regla general por la sencilla razón que solo procede la legal cuando el legislador lo evaluó
como es el caso del art. 1559 o cuando las partes lo hicieron a través de la cláusula penal. Ante el
tribunal se va a discutir acerca de la existencia, naturaleza y de los montos de los perjuicios.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
En los casos de avaluación legal y convencional obviamente hay juicio pero estos aspectos ya están
acreditados, pues la ley ya dijo los perjuicios indemnizables o las partes ya lo hicieron en la
cláusula penal.
ii. Avaluación legal
La regula el art. 1559 que se refiere a las obligaciones de dinero.
En Chile las obligaciones de dinero están reguladas en el Código Civil a propósito de ciertos
contratos, destacadamente del contrato de mutuo y el de compraventa. Sin embargo, la ley más
importante que regula estas obligaciones es la ley de operaciones de crédito n°18.010, que define
estas obligaciones en el art. 6, que son aquellas que el deudor se obliga a pagar una suma de dinero.
A su turno, esta ley hace aplicable sus disposiciones a los saldos de precio de compraventa, a pesar
de que la compraventa no es una operación de crédito de dinero, hace aplicable todas sus normas
a los saldos de precios de la compraventa.
Clase 27.09
Regulada en el art. 1559 a propósito de las obligaciones de dinero. A su respecto lo que hace la
norma es señalar derechamente a cuánto ascienden los perjuicios cuando se incumple una
obligación de dinero, esto es lógico porque tratándose de estas obligaciones, considerando que la
indemnización de perjuicios siempre consiste en el pago de una suma de dinero, resulta
enteramente razonable que el legislador haya fijado el monto de la indemnización que tiene que
pagar el deudor por el incumplimiento de la obligación de dinero.

Artículo 1559 Código Civil:

Si la obligación es de pagar una cantidad de dinero, la indemnización de perjuicios por la mora


está sujeta a las reglas siguientes:

1ª. Se siguen debiendo los intereses convencionales, si se ha pactado un interés superior al


legal, o empiezan a deberse los intereses legales, en el caso contrario; quedando, sin embargo,
en su fuerza las disposiciones especiales que autoricen el cobro de los intereses corrientes en
ciertos casos.

2ª. El acreedor no tiene necesidad de justificar perjuicios cuando sólo cobra intereses; basta el
hecho del retardo.

3ª. Los intereses atrasados no producen interés.

4ª. La regla anterior se aplica a toda especie de rentas, cánones y pensiones periódicas.

La norma está hablando de la indemnización moratoria y no de la compensatoria, esta última se


debe por el incumplimiento de la obligación en la que reemplaza a la prestación incumplida, de
ahí el nombre pues compensa al acreedor. Además, está la indemnización moratoria que es la que
se debe por el retardo en el cumplimiento de la obligación. Un ejemplo de la compraventa, si el

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
vendedor no entrega oportunamente la cosa, debe indemnizar, la compensatoria consistirá en el
valor del vehículo y la moratoria es por los daños padecidos por el comprador a consecuencia del
retardo del vendedor.
El art. 1559 no habla de este tipo de ejemplo, solo es para recordar cómo funciona este tipo de
indemnizaciones.
En las obligaciones de dinero la indemnización solamente es la moratoria por la sencilla razón de
que no acabe aplicar la idea de indemnización compensatoria, pues esta es la suma de dinero que
reemplaza a la prestación principal, resulta que en este tipo de obligaciones la obligación principal
es el dinero, por tanto, no tendría sentido hablar de indemnización compensatoria. De hecho, este
precepto en 2 momentos exige la mora de deudor para que haya lugar a la indemnización, no
tendría por qué haberlo hecho, pues la mora es un requisito, es reiterativo. Por haberlo dicho, queda
claro que en realidad la indemnización que se trata es únicamente la moratoria.
Esta indemnización moratoria a la que se refiere la norma se traduce en el pago de intereses, los
cuales son moratorios.
Las obligaciones de dinero no están reguladas en nuestro medio de manera sistemática, pese a que
son las más importantes en la práctica. Sin embargo, en el Código Civil se encuentran muchas
normas diseminadas que se refieren a este tipo de obligaciones. En este sentido, el lugar donde con
mayor sistematicidad regula este tipo de obligaciones es a propósito del contrato de mutuo, en este
contrato hay una parte que se llama mutuante, que le entrega al mutuario una cosa, el que la recibe
se compromete a devolverla oportunamente. El mutuo del Código Civil puede ser de cualquier
cosa, no solamente de dinero, y a la luz de esta normativa se puede prestar cualquier cosa,
naturalmente la cosa prestada más importante es el dinero, pero también se pueden prestar otras
cosas, por ejemplo, 50 sacos de harina. Adicionalmente, la ley 18.010 regula con detalle las
llamadas operaciones de crédito de dinero, están definidas en el art. 1 de dicha ley, básicamente
como aquellas en que una parte le entrega a otra o se compromete a entregar a otra una suma de
dinero. Sin duda estas constituyen un mutuo, por tanto, el mutuo más importante en la práctica es
regulado por esta ley.
Pensando en los 2 tipos de mutuo que habitualmente se celebran en la vida cotidiana, y más
conocidos como créditos, es el crédito de consumo y el hipotecario. Estos 2 tipos de mutuo se rigen
por esta ley especial y no por el Código Civil.
Adicionalmente, el art. 26 de la ley 18.010 señala que ciertas normas de ella se aplican a los saldos
de precio de compraventa. Las normas relevantes de esta ley, que se aplica a los saldos de precio
de la compraventa, es el art. 2 que define los intereses, y el art. 8 que establece la sanción para el
caso que se pague un interés superior. Los remanentes que queda debiendo un comprador por la
compraventa no se regirían por esta ley, sin embargo, el art. 26 de esta ley dice que el art. 2 que
define qué son los intereses y el art. 8 que establece una sanción por establecer el interés
convencional, esos 2 preceptos se aplican tratándose de los saldos de precio de la compraventa.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
ii.i Análisis art. 1559

1) La primera regla consiste en que ➝ “Se siguen debiendo los intereses convencionales, si se
ha pactado un interés superior al legal, o empiezan a deberse los intereses legales, en el caso
contrario; quedando, sin embargo, en su fuerza las disposiciones especiales que autoricen el
cobro de los intereses corrientes en ciertos casos”. Lo que está diciendo esta regla es que si se
incumple una obligación de dinero, el deudor debe pagar intereses al acreedor, esta es la
indemnización moratoria.

¿Qué son los intereses? ➝ Los rendimientos del dinero, son un fruto civil, utilidades que da el
dinero. Están definidos en el art. 2 de la ley 18.010, esta ley dice que los intereses es toda suma de
dinero que se paga sobre el capital reajustado. Si la obligación es reajustable el interés se paga
sobre ello, si no es reajustable, el interés es lo que se paga sobre el capital. Esta definición se aplica
a los saldos de interés de la compraventa.

Artículo 2 Ley 18.010:


En las operaciones de crédito de dinero no reajustables, constituye interés toda suma que recibe
o tiene derecho a recibir el acreedor, a cualquier título, por sobre el capital. Se entiende por
tasa de interés de una operación de crédito de dinero no reajustable, la relación entre el interés
calculado en la forma definida en este inciso y el capital.
En las operaciones de crédito de dinero reajustables, constituye interés toda suma que recibe o
tiene derecho a recibir el acreedor por sobre el capital reajustado. Se entiende por tasa de interés
de un crédito reajustable, la relación entre el interés calculado en la forma definida en este
inciso y el capital.
En ningún caso, constituyen intereses las costas personales ni las procesales.

El art. 1559 usa la expresión “interés legal” como base, pero desde la dictación de esta ley
corresponde hablar de “interés corriente”, dicha ley dice que cada vez que una ley habla de interés
legal se debe entender cómo interés corriente.

¿Qué es el interés corriente? ➝ Definido en el art. 6 de la ley 18.010, básicamente lo que dice esta
norma es que es el promedio de interés que cobran los bancos en sus operaciones habituales,

¿Quién saca ese cálculo? ➝ La comisión del mercado financiero (CMF).


Las partes pueden pactar como interés moratorio el que estimen conveniente con un límite, ese
interés que pacten las partes se llama “interés convencional” (art. 19 Ley 18.010), a este límite se
le llama “interés convencional máximo”, este es un tope al interés que estipulen las partes.

¿Cuál es este interés convencional máximo? ➝ Se refieren a este tope los arts. 6, Bis y Ter de la
ley 18.010.

¿Qué sucede si se traspasa ese límite? ➝ La sanción implica que los intereses que superen el
convencional máximo se deben rebajar al interés corriente. Esta regla de la rebaja la establece el

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
art. 8 de la ley 18.010 y el art. 2206 del Código Civil y el art. 39 de la Ley de Protección al
Consumidor, esta regla del art. 8 se aplica también para los saldos de precio de la compraventa.
También se configura un castigo penal que es el delito de usura.
Hay que distinguir los intereses del reajuste, pues éste último consiste en la actualización del dinero
a valor presente conforme a un determinado índice. Históricamente se ha dicho que en Chile si las
partes no lo pactan, no hay reajuste, esto lo decía expresamente el Código Civil pero esa norma la
derogó la ley 18.010. Sin embargo, el art.1569 del Código Civil que es un artículo del pago, señala
que las obligaciones se deben cumplir en los términos convenidos, a la luz de este artículo se
interpreta que el deudor por mucho que el dinero se haya desvalorización en virtud de la inflación,
debe pagar el monto nominal en virtud de la contratación. Por ello rige el principio nominalista,
aunque no se haya pactado.
La ley 18.010 en su art. 3 dice que las partes pueden pactar el sistema de reajustabilidad que
estimen conveniente. Hay varios sistemas de reajustabilidad, incluso las partes pueden inventar
uno. Uno de los sistema de reajustabilidad es la UF, el IPC, la UTM, el ingreso mínimo
remuneraciones que se suele aplicar tratándose de las pensiones alimenticias.

¿Son reajustable las obligaciones de dinero? ➝ Según el Código Civil no, pues había una norma
del mutuo que lo prohibía pero esa norma se derogó pero, aun así, quedó la norma del art. 1569
que dice que se tienen que cumplir exactamente en los términos convenidos. Sin embargo, en la
práctica siempre se establecen los reajustes, y eso lo establece el art. 3 de la ley 18.010

2) Segunda regla del art. 1559 ➝ “El acreedor no tiene necesidad de justificar perjuicios
cuando sólo cobra intereses; basta el hecho del retardo”. Si se piden intereses moratorios no
se deben probar perjuicios en el contexto de un juicio indemnizatorio, pues el monto de esos
intereses moratorios se saben previamente, puede ser el corriente o el convencional, por tanto,
en términos probatorios el acreedor no debe probar los perjuicios.
A contrario sensu, si el acreedor quiere cobrar perjuicios adicionales, ¿puede hacerlo? La norma
no está redactada de la mejor forma, por tanto, está completamente abierta la posibilidad de pedir
una indemnización mayor que los montos moratorios, pero el acreedor deberá probarlos. Esto no
es habitual.
Esta posibilidad la ratifica el Código Civil en el art. 2370 a propósito de la fianza y en el art. 2083
en el contrato de sociedad. La redacción del art. 1559 no es clara, por tanto, queda abierta esta
posibilidad y se llega a dicha conclusión, además de otros artículos que lo ratifican.

3) Tercera regla del art. 1559 ➝ “Los intereses atrasados no producen interés”. El precepto
habla de los intereses moratorios, corresponde aclarar que existen 2 tipos de intereses que son
por el uso del dinero y los moratorios. El art. 1559 se refiere a los moratorios pero existen otros
que son los intereses por el uso que son aquellos que el acreedor le cobra al deudor por el hecho
de que el deudor ha utilizado su dinero. En la práctica bancaria lo habitual es que cobren ambos
intereses.
*Si el cliente no se atrasa, solo paga el interés por el uso, en cambio, si se atrasa paga ambos.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
La regla tercera, se refiere a los intereses moratorios, esta regla está prohibiendo el anatocismo 2
que es el cobro de intereses sobre intereses o la capitalización de los intereses atrasados.
Supongamos que el capital es de 100 y el cliente se atrasó, tiene que pagar un interés del 1% el
primer mes, el segundo mes siguió sin pagar, ¿se entiende que el siguiente interés moratorio por el
retraso se va a calcular sobre los 100 o sobre los 100 + 1%? El art. 1559 regla 3, prohíbe que los
intereses atrasados se sumen al capital y lo abulten. El capital permanece siempre inalterado, sin
perjuicio del reajuste. No corresponde que el cálculo del segundo mes se haga sobre el interés del
mes primero, sino sobre el capital. Si esto no fuera así, con el correr del tiempo el capital
comenzaría a crecer exponencialmente.
El art. 1559 prohíbe que los intereses moratorios atrasados se sumen al capital, a esta figura se le
llama “anatocismo”. Sin embargo, tratándose de los interés por el uso, la ley 18.010 permite pactar
el anatocismo, si no se pacta convencionalmente, se aplica de pleno derecho, es decir, dicha ley
acepta el anatocismo convencional como el de pleno derecho tratándose únicamente de los
intereses por el uso (art. 9 Ley 18.010).
*Se puede pactar que no aplique el anatocismo, pero no es para nada habitual.

Artículo 9 Ley 18.010:


Podrá estipularse el pago de intereses sobre intereses, capitalizándolos en cada vencimiento o
renovación. En ningún caso la capitalización podrá hacerse por períodos inferiores a treinta
días.
Los intereses capitalizados con infracción de lo dispuesto en el inciso anterior se consideran
interés para todos los efectos legales y especialmente para la aplicación del artículo precedente.
Los intereses correspondientes a una operación vencida que no hubiesen sido pagados se
incorporarán a ella, a menos que se establezca expresamente lo contrario.

4) Cuarta regla del art. 1559 ➝ Se limita a remitirse a la regla tercera.

iii. Avaluación convencional


Implica hablar de la cláusula penal, definida en el art. 1535. Es la forma a través de la cual se
cuantifican los perjuicios, esta cláusula consiste en aquella cosa, generalmente dinero, que el
deudor se compromete a pagarle al acreedor en caso de incumplimiento de la obligación.

Artículo 1535 Código Civil:


La cláusula penal es aquella en que una persona, para asegurar el cumplimiento de una
obligación, se sujeta a una pena, que consiste en dar o hacer algo en caso de no ejecutar o de
retardar la obligación principal.

2
Es la acción de cobrar intereses sobre los intereses de mora derivados del no pago de un préstamo.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Se deben reunir todos los requisitos de la responsabilidad civil. Es una obligación adicional,
accesoria, este pago puede consistir en lo que sea, cualquier cosa, incluso puede comprometerse
una abstención.
Es una figura muy utilizada en la práctica, por ejemplo, en los contratos de promesa, corretaje,
prestación de servicios, etc.
La cláusula penal tiene varias gracias, en primer término es una indemnización pero su principal
característica es que es una garantía para el acreedor, una caución personal que asegura al acreedor
un determinado monto de dinero a todo evento ante el incumplimiento imputable del deudor.
ii.i Características de la cláusula penal:

1) Se perfecciona de manera consensual ➝ Por el mero consentimiento de las partes,


generalmente se acuerda por escrito. No se requiere una formalidad.

2) Es una indemnización de perjuicios pero que tiene varias peculiaridades que la diferencian
de la indemnización de perjuicios ordinarias:

a. Es una avaluación anticipada de perjuicios, la cuantificación de los perjuicios se hace


antes de que los perjuicios se produzcan, se fija el monto de los daños anteladamente.
Desde ya, pueden no haber perjuicios y aplicarse la pena igualmente, incluso pudiendo verse
beneficiado el acreedor. Es distinta la cláusula penal de la avaluación legal y judicial, pues estas
operan una vez que han nacido los perjuicios.
b. La indemnización ordinaria consiste en una suma dinero y la indemnización de la
cláusula penal puede consistir en cuestiones distintas, en obligaciones de dar, hacer y
no hacer.

c. Se puede cobrar la pena aunque el acreedor no haya sufrido perjuicios, incluso si el


acreedor sea beneficiado.

d. A través de la cláusula penal se puede establecer la indemnización moratoria o la


compensatoria.

3) Es una caución personal porque el deudor o quien se obliga a pagar la pena (podría ser un
tercero) compromete su patrimonio íntegro, globalmente considerado y, no bienes
determinados como ocurre con las cauciones reales. Hay que decir, por lo tanto, que es una
garantía en la medida que le asegura al acreedor o le da cierta seguridad de que el deudor va a
cumplir.
El hecho de que sea una caución personal significa que la cláusula penal es accesoria.
4) Es una garantía porque le permite al acreedor cobrar la pena a pesar de que no haya
experimentado perjuicios, incluso si se ha beneficiado.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
En segundo lugar, si se estipula el acreedor puede cobrar la obligación principal y la pena, ambas
cosas. En tercer término, implica que el acreedor, en virtud de una estipulación, el acreedor puede
cobrar la pena más una indemnización ordinaria. La cláusula penal permite al acreedor, llegado el
caso, cobrar lo que quiera, es decir; la multa sola; la multa + la obligación personal; la multa + la
obligación principal + indemnización ordinaria.
5) Que la cláusula penal sea accesoria implica que todo lo que acontezca a la obligación personal
afectará a la cláusula, esto tiene especial repercusión en la extinción de la obligación. La
cláusula penal se puede extinguir vía principal (cuando ella fenece sin que muera la obligación
principal, por ejemplo, declarándose nula la cláusula penal) por vía consecuencial,
extinguiéndose la obligación principal, por ejemplo, prescribiendo la obligación personal o la
nulidad (art. 1556/1536).
ii.ii Efectos de la cláusula penal:
El gran efecto, naturalmente, es que en caso de reunirse los requisitos de la responsabilidad civil
(salvo la verificación de perjuicios), el deudor tiene que pagarle al acreedor la pena. (Arts. 1542 y
1537)
El art. 1539 se refiere al caso del incumplimiento parcial, en ese caso, el monto de la pena se debe
ajustar al porcentaje del incumplimiento que se produjo.
¿Qué puede demandar el acreedor del deudor? Hay que tener la idea de que el acreedor puede pedir
todas las posibilidades:
• El acreedor puede demandar el cumplimiento de la obligación o la pena (art. 1537), salvo
que por una novación se haya estipulado que solamente se puede pedir la pena y no el
cumplimiento (art. 16 47).

• El acreedor puede demandar la indemnización de perjuicios ordinarias (art. 1543). Esto


puede ocurrir cuando el monto de la indemnización ordinaria sea superior al de la pena, en
ese caso debe probar los perjuicios

• El acreedor puede pedir la pena más la obligación principal en ciertos casos:

o Cuando al pena ha sido pactada como indemnización moratoria (art. 1537).


o Tratándose de la pena compensatoria cuando las partes la hayan pactado.
o Tratándose del contrato de transacción según lo que dispone el art. 2463.

• El acreedor puede pedir la pena + la indemnización ordinaria si es que se estipuló


previamente (art. 1543).

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
ii.iii Límites de la cláusula penal
Hay un límite al monto de la cláusula penal, el art. 1544 establece este límite, se refiere la norma
a la cláusula penal enorme. La primera hipotesis es respecto de los contratos conmutativos, la
segunda es respecto del mutuo y, la tercera es de los contratos de obligaciones de valor inapreciable
o indeterminado, en estos casos procede la rebaja de la multa pactada cuando esa pena supera
determinado límite, cuando es enorme, la sanción en cada una de las 3 hipotesis es distinta.

Artículo 1544 Código Civil:

Cuando por el pacto principal una de las partes se obligó a pagar una cantidad determinada,
como equivalente a lo que por la otra parte debe prestarse, y la pena consiste asimismo en el
pago de una cantidad determinada, podrá pedirse que se rebaje de la segunda todo lo que exceda
al duplo de la primera, incluyéndose ésta en él.

La disposición anterior no se aplica al mutuo ni a las obligaciones de valor inapreciable o


indeterminado.

En el primero se podrá rebajar la pena en lo que exceda al máximum del interés que es permitido
estipular.

En las segundas se deja a la prudencia del juez moderarla, cuando atendidas las circunstancias
pareciere enorme.

• Contratos conmutativos ➝ En los casos de los contratos conmutativos la pena es enorme


cuando supera el doble de la obligación principal. La sanción consiste en que se rebaja al
tope.

• Contrato de mutuo ➝ Tratándose del contrato de mutuo, el art. 1544 dice que cuando se
exceda el interés convencional máximo, se reduce hasta este mismo interés, es una
excepción a la regla planteada en el art. 1559.

• Obligaciones de valor inapreciable o indeterminado ➝ Respecto de las obligaciones


valor inapreciable o indeterminado, el precepto dice que en este caso de obligaciones el
juez prudencialmente podrá determinar si es enorme o no, si es enorme, deberá rebajarla
hasta el monto que el considere justo.
Clase 02.10
f) Causalidad
Solamente se indemnizan los daños provocados de manera inmediata o directa por el
incumplimiento del contrato por parte del deudor, la causalidad implica que tiene que haber una
relación directa o inmediata entre la conducta, en este caso, el incumplimiento del contrato y los

69
Apuntes Catalina Rivera Monichi
daños que se han provocado. Por tanto, solo se indemnizan los daños directos, es decir, causados
de manera inmediata por el incumplimiento contractual del deudor.

*Ejemplo del carnicero ➝ Si el carnicero perdió su clientela, y eso lo lleva la quiebre, y luego a
conflictos familiares con su cónyuge hasta llegar a la muerte. Hay una serie de daños que en
términos fácticos provienen del incumplimiento, en el sentido de que ninguno de los daños
hubieren sido padecidos si no se hubiera entregado carne podrida. Sin embargo, se deben
determinar en términos jurídicos los daños que corresponden atribuir al incumplimiento del
deudor, que son los daños directos.
Resulta que a la luz del art. 1558 en el ámbito contractual, el deudor que incumple dolosamente el
contrato tiene que pagar un monto indemnizatorio mayor, puesto que tiene que solventar no
solamente los perjuicios previstos sino que también los imprevistos, por tanto, quien incumple un
contrato culposamente solo debe pagar los perjuicios previsibles. El art. 1558 establece un castigo
para el deudor que incumple dolosamente el contrato, quien debe pagar los perjuicios directos
previsibles e imprevisibles.
Una diferencia con la responsabilidad extracontractual es que en este ámbito nunca se indemnizan
los perjuicios imprevisibles, tratándose de perjuicios imprevisibles no hay indemnización de este
tipo de daños.
Los problemas de causalidad en sede contractual suelen ser menos intensos, pues el contrato
determina ex ante el ámbito de los perjuicios o la extensión de los perjuicios indemnizables, en
cambio, tratándose de la responsabilidad extracontractual en la medida que no hay marco previo,
el problema de la causalidad es intenso.
Para construir la causalidad en el ámbito jurídico no basta con que se compruebe en el juicio que
luego del cumplimiento del contrato han sucedido una serie de consecuencias más o menos
extensas para que ellas deban ser indemnizadas por el deudor incumplidor. La causalidad no es un
requisito que se construya de forma meramente fáctica. La determinación por parte del tribunal de
los daños indemnizables supone un ejercicio fáctico sobre cuáles fueron los daños que en los
hechos en la realidad se produjeron, pero en segundo lugar, se requiere una reflexión normativa
desde el punto de vista del derecho, lo que significa que no todos esos daños jurídicamente lo
serán.
Para construir la causalidad en términos facticos se recurre a la teoría de la equivalencia de las
condiciones o la fórmula sine qua non3 que considera como causas del daño todas aquellas
conductas o hechos sin los cuales el daño no se había ocasionado. No considera daños
indemnizables todas aquellas conductas o hechos con los cuales el daño igualmente se habría
producido. Con este mecanismo no se puede solucionar el problema en términos jurídicos.
Para construir la causalidad desde un punto de vista jurídico se recurren a 2 teorías:

3
Que una conducta es causal del resultado cuando de ser suprimida mentalmente, el resultado desaparece. Esta fórmula
exige un proceso de eliminación hipotético, imaginario, es decir, si suprimo en mi cabeza la conducta y si desaparece
el resultado, la conducta es causal del resultado.

70
Apuntes Catalina Rivera Monichi
• Teoría de la adecuación.
• Teoría de la imputación objetiva.

3. Acciones judiciales
a) Consideraciones generales
Se suele hablar de responsabilidad civil en un sentido amplio para aludir a todas las acciones
judiciales y a todos los efectos jurídicos que se derivan del incumplimiento del contrato, en
términos procesales están representados por el nacimiento de diversas acciones.
Cuando se incumple el contrato por parte del deudor y, se reúnen los requisitos de la
responsabilidad civil, el acreedor tiene derecho a deducir distintas acciones, hay algunas que son
las principales y básicas y otras que son auxiliares.
En términos de acciones principales:

• Acción de cumplimiento ➝ Se puede pedir en un juicio declarativo cuando no se reúnen


los requisitos para acudir a un juicio ejecutivo.

• Acción resolutoria ➝ El acreedor pide la resolución del contrato, supone el cumplimiento


de la condición resolutoria.

• Acción indemnizatoria ➝ Básicamente la responsabilidad civil, es decir, la


indemnización por parte del deudor. Se realiza a través de un juicio ordinario, sin perjuicio
de que existe un tipo de juicio indemnizatorio que no se rige por las reglas del juicio
ordinario que es la demanda colectiva en un juicio colectivo, regulada en la ley del
consumidor.
El acreedor dispone de ciertos remedios o derechos auxiliares como la acción pauliana o
revocatoria, la acción oblicua o subrogatoria, también están las medidas conservativas.
La acción más importante para este curso es la indemnizatoria.
4. Extinción
Las acciones que dispone el acreedor se extinguen por distintos medios. Tratándose del modo de
extinguir las obligaciones de la prescripción extintiva, la gran diferencia entre ambos estatutos es
sobre el plazo de prescripción. En sede contractual hay un plazo de 5 años de prescripción desde
que la obligación se hace exigible, si es pura y simple corre inmediatamente el plazo, pero hay que
distinguir si hay modalidades como el plazo o la condición.
En cambio, en sede extracontractual el plazo de prescripción es de 4 años desde la perpetración
del daño.

71
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Tercera Parte: Responsabilidad extracontractual
1. Consideraciones generales
La responsabilidad civil extracontractual también se conoce como responsabilidad atiliana, es un
nombre que proviene desde el derecho romano
Los artículos básicos que se refieren a este tipo de responsabilidad son los arts. 1437, 2284, 2314,
2329 del Código Civil.
A la luz de estos preceptos se dice que la responsabilidad civil extracontractual implica que quien
daña a otro en virtud de su conducta, cumpliéndose ciertos requisitos, debe resarcirlo, con la
prevención que ese comportamiento no puede consistir en el incumplimiento del contrato.
Hay responsabilidad civil extracontractual cada vez que un individuo no está vinculado con otro
mediante un contrato y produce un daño, el victimario debe indemnizar al otro.

o Ejemplos ➝ Accidentes de tránsito; daños producidos por animales; víctima que llega a
urgencias en estado de inconsciencia a un establecimiento de salud sin mediar una
convención con el prestador de salud.
A la luz del Código Civil se suele distinguir 3 tipos de hipótesis de responsabilidad
extracontractual:

i. Hecho propio ➝ El daño lo produce la misma persona que debe pagar la indemnización.
ii. Hecho ajeno.
iii. Hecho de las cosas.
Tratándose de todo tipo de responsabilidad civil deben concurrir los mismos requisitos, es decir,
los mismos que deben concurrir para que haya responsabilidad contractual (conducta voluntaria,
imputabilidad, daño, causalidad).
Si el daño lo produce quien debe pagar la indemnización se trata del hecho propio, en cambio, si
el daño lo produce o un individuo distinto o una cosa, en estos casos, el individuo que tiene que
indemnizar es distinto de la entidad o ente que provoca el daño.
Un ejemplo de responsabilidad por el hecho propio sería si voy manejado y atropello a una persona.
Por otra parte, un caso de responsabilidad por hecho ajeno sería el de responsabilidad de la empresa
(arts. 2320 y 2322), es decir, si en el ámbito del consumo un proveedor nos produce un daño, debe
indemnizar la empresa. En las hipótesis del hecho ajeno se da en casos que por intervenir 2
individuos (empresario y dependiente), la responsabilidad civil se puede perseguir contra el
principal, en este caso, el empresario.
2. Responsabilidad por hecho propio
a) Noción
Se presenta la responsabilidad por hecho propio cuando el individuo que causa el daño debe
indemnizar. Se responde por el hecho propio.

72
Apuntes Catalina Rivera Monichi
b) Requisitos
Son los mismos que la responsabilidad contractual, menos respecto de la mora.
c) Conducta voluntaria
Se desprende de los art. 1437, 2284, 2314 y 2329. El comportamiento enjuiciado tiene que haber
sido desarrollado de manera libre por el agente o dañador, a pesar de que en términos prácticos no
se suele notar esta diferencia, resulta que los autores suelen decir que para que haya conducta
voluntaria deben concurrir 2 elementos:

• Material ➝ Consiste en la conducta en sí misma, es decir, la conducta a secas. Puede estar


configurado por una acción, omisión o por una mezcla.
Para que haya indemnización respecto de la omisión pura, la responsabilidad civil puede surgir
cuando el dañador tenga posición de garante.

• Subjetivo ➝ Voluntariedad o la libertad en la conducta. Implica que el hecho o conducta


puede ser atribuido al demandado (no se considera la culpabilidad aun).
Lo habitual es que este requisito se cumpla, sin embargo, es posible que este supuesto no se
cumpla, por tanto, no se puede hablar de conducta voluntaria. Por ejemplo, el agente causa un daño
porque le vino un ataque de epilepsia y se cayó encima de mí y me quebró la muñeca, otro caso
puede ser respecto de la fuerza moral, es decir, por una amenaza. El estado de necesidad no sería
un supuesto donde se excluye este requisito sino respecto de la culpabilidad, acá hay un individuo
que realiza una conducta libre y causa un daño a otro pero lo hace para evitar un mal mayor.
Clase 04.10
d) Capacidad
Para que surja capacidad extracontractual el agente debe tener capacidad, puede definirse como la
aptitud para discernir acerca de lo que es correcto o apropiado jurídicamente hablando. En nuestro
ordenamiento la regla general es que las personas sean capaces, sin embargo hay ciertos individuos
que no son considerados capaces.
En la responsabilidad contractual el ámbito de sujeto capaces es más acotado. En la
responsabilidad extracontractual el art. 2319 señala quienes son incapaces, son 2 tipos de sujetos:

• Demente ➝ Persona privada de razón por una causa patológica.


Para que el juez en el proceso indemnizatorio concluya que el agente es demente, y por tanto, que
no tiene capacidad extracontractual, tiene que hacer una doble evaluación. Por un lado de carácter
fáctico, es decir, el juez debe determinar si el dañador está afectado por demencia, a este efecto
bastara en general con la prueba pericial. Sin embargo, para establecer que un individuo es incapaz
por demencia debe darse una segunda evaluación. La segunda evaluación es jurídica, no basta con
la constatación de la patología, puesto que se tiene que comprobar así mismo que el agente no
tenía la aptitud para discernir entre lo correcto e incorrecto, jurídicamente hablando.

73
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Mientras que la evaluación fáctica consiste en evaluar si existe demencia o no por medio de una
prueba pericial, la segunda evaluación la debe realizar el tribunal, viendo si el grado de demencia
del sujeto le impedía, en el momento de causar el daño, discernir entre lo correcto e incorrecto en
términos jurídicos.
El decreto de interdicción del demente en sede contractual tiene la importancia consistente en que
a partir de ese decreto se presume de derecho que todos los actos realizados por el demente fueron
ejecutados bajo esta condición de salud (art. 475). En cambio, tratándose de la responsabilidad
extracontractual, el decreto de interdicción del demente no tiene la relevancia que tiene en sede
contractual, es decir, no por el solo hecho de que el demente esté en interdicción se tiene que
considerar derechamente como incapaz (como ocurre en sede contractual), sin perjuicio de que ese
decreto de interdicción constituye un antecedente poderoso para que el juez determine acerca de
que el agente obró bajo estado de privación de razón atribuible a la demencia, por tanto, constituye
un antecedente que mueve al juez a determinar que el demente interdicto, al causar el daño, obró
en estado de privación de razón por su demencia, pero podría probarse lo contrario (v.g si la
persona estaba en tratamiento, por tanto, que estaba en condición de discernir de lo bueno y malo).
Si un demente causó un daño no tiene que responder civilmente.
En virtud de la llamada de la doctrina de las acciones libres en su causa, aquellos individuos que
voluntariamente se pusieron en una situación de privación de razón (drogas, alcohol), y causan un
daño, deben responder. La privación de razón transitoria igualmente genera responsabilidad civil,
pues voluntariamente se pusieron en la circunstancia de privación de razón, además, que no son
considerados dementes por el Código Civil, pues si condición no deriva de una patología. En casos
excepcionales, en que una persona haya sufrido privación de razón por obra de otro, por ejemplo
que la drogó, y en ese estado de inconsciencia atribuible a drogas comete un perjuicio, esa persona
no tendrá que responder civilmente.
• Menores de 7 años.
Los niños entre 7 y 16 años su responsabilidad dependerá de si el juez considera si al momento de
actuar tuvieron discernimiento o no, si no lo tuvieron no responden civilmente. Hay una diferencia
con el estatuto contractual, y además, una diferencia con el derecho penal, pues no hay
responsabilidad penal bajo los 14 años. En sede extracontractual la plena capacidad comienza a
los 16, sin perjuicio que entre los 7 y 16 puede haber responsabilidad si es que el juez considera
que actúo con discernimiento.
Esta evaluación del discernimiento que hace el juez debe hacerla en las circunstancias concretas,
evaluando al sujeto particularmente y con un patrón o molde.

¿Quién responde por los hechos de los incapaces? ➝ La incapacidad excluye la responsabilidad
civil del dañador. Sin embargo, pueden responder por ellos las personas que están bajo su cuidado
(art. 2319). Para que respondan se tendrá que acreditar que el cuidador o guardador obraron
negligentemente o no emplearon el cuidado debido.
Esta figura de la responsabilidad por los hechos por incapaces se parece mucho a la responsabilidad
por el hecho ajeno a que se refiere el art. 2320. El art. 2320 se refiere a la responsabilidad por
74
Apuntes Catalina Rivera Monichi
hechos de terceros que son capaces, a esa figura se le llama “responsabilidad civil por el hecho de
terceros o dependientes”, estos sujetos son plenamente capaces, por ello se aplica una norma
distinta del art. 2319.

Artículo 2320 Código Civil:

Toda persona es responsable no sólo de sus propias acciones, sino del hecho de aquellos que
estuvieren a su cuidado.

Así los progenitores son responsables del hecho de los hijos menores que habiten en la misma
casa.

Así el tutor o curador es responsable de la conducta del pupilo que vive bajo su dependencia y
cuidado.

Así los jefes de colegios y escuelas responden del hecho de los discípulos, mientras están bajo
su cuidado; y los artesanos y empresarios del hecho de sus aprendices o dependientes, en el
mismo caso.

Pero cesará la obligación de esas personas si con la autoridad y el cuidado que su respectiva
calidad les confiere y prescribe, no hubieren podido impedir el hecho.

Un ejemplo clásico del art. 2320 es la del empresario por las conductas dañosas de sus empleados.
Debe responder el agente principal y el dependiente, el monto de la indemnización es el monto del
Lea más: https://leyes-cl.com/codigo_civil/2320.htm
daño, eso no significa que el agente principal y el dependiente deba pagarle el monto del daño,
pues se estaría enriqueciendo injustificadamente. El art. 2320 le facilita la vida de la víctima para
que pueda obtener la indemnización del patrimonio más solvente que sería el del empresario, hay
que recordar que opera la solidaridad cuando 2 o más sujetos cometen un ilícito civil.
*Si empresario tuvo que responder tiene acción de restitución contra el dependiente.
El art. 2320 consagra una presunción de culpabilidad en el sentido de que señala que los daños
causados por un dependiente tiene que responder el principal, en el ejemplo sería el empresario.
Constatados los requisitos de la responsabilidad civil del dependiente se presume la culpabilidad
del agente principal, es una presunción simplemente legal, por tanto, el empresario puede
exonerarse de responsabilidad civil si demuestra su diligencia. El empresario tiene acción de
restitución contra el dependiente.
Mientras el art. 2320 consagra una presunción de culpa, el art. 2319 no establece presunción de
culpa. La segunda diferencia estriba en que tratándose del art. 2320 hay 2 responsabilidades, la del
dependiente y la del principal, mientras que en el art. 2319 hay una sola responsabilidad que es la
del cuidador o guardador.
En sede contractual también se presenta esta discusión de la responsabilidad por el hecho ajeno
pero no hay normas tan claras como en sede extracontractual, pero se podría decir que, hay en sede
contractual, responsabilidad por el hecho de dependientes o de personas de las cuales alguien se

75
Apuntes Catalina Rivera Monichi
sirve para cumplir el contrato. El art. 1679 lo menciona pero la no en términos tan claros, habrá
discusión sobre cuando, en sede contractual, el deudor debe responder por los hechos de terceros,
la respuesta es que el deudor debe responder cuando esos terceros han generado el incumplimiento
del contrato cuando esos terceros son personas bajo su cuidado, como los hijos mejores de edad,
personas que lo representan o personas de las que sirvió el deudor para cumplir el contrato.
a. Capacidad de las personas jurídicas
No hay una norma del Código Civil que diga que las personas jurídicas tienen capacidad
extracontractual pero es evidente, pues el derecho las considera como personas, por tanto, tienen
que responder civilmente. El. art. 58 inciso segundo del CPP se refiere a las personas jurídicas
como sujetos capaces de responder civilmente.
Las personas jurídicas tiene que responder o por las conductas de sus órganos o por las conductas
de sus agentes o por las conductas de sus representantes o por la culpa en la organización o
anónima. Hay distintas alternativas en virtud de las cuales se puede considerar que el hecho dañoso
fue proveniente de una persona jurídica:
• Cuando el daño deriva de una conducta ejecutada por los órganos de las personas, como el
directorio de la S.A. El daño será causado por la personas jurídicas.

• Los agentes de la personas jurídicas, como un gerente, hayan causado un daño.

• Los representantes legales de la personas jurídicas haya causado un daño.


En todos estos casos, se considera que la personas jurídicas causó un daño.
Por último, se dice que la personas jurídicas tiene que responder tratándose de la culpa por la
organización o culpa anónima que se presenta cuando no se puede determinar exactamente quien
o quienes fueron los individuos específicos que causaron el daño, pero se sabe con claridad que la
conducta dañosa provino de la persona jurídica. Por ejemplo, un medicamento que tienen niveles
tóxicos de un compuesto, no se sabe quién fue el empleado que actuó dañosamente (caso ADN).
Esta responsabilidad de las personas jurídicas puede ser por el hecho propio, como el caso
anteriormente (órganos, agentes, representantes o la organización en sí), pero también puede serlo
por el hecho ajeno que es lo que acontece en el art. 2320.
Si en el ejemplo se determinara que determinado empleado de la industria fue que introdujo niveles
inapropiados del producto, igualmente tiene que responder la persona jurídica pero es por el hecho
de un tercero, en este caso, un dependiente de la empresa.
e) Imputabilidad
Nos referimos a esto en sede contractual y nos remitiremos a eso debido a que resulta aplicable.
Las consideraciones formuladas sobre la imputabilidad en sede contractual tienen mucha
pertinencia en sede extracontractual, sobre todo tratándose de casos en que un incumplimiento
contractual produce a la vez, responsabilidad extracontractual, este es un caso de cúmulo o

76
Apuntes Catalina Rivera Monichi
concurso de responsabilidades (suele darse en los contratos de trabajo, de transporte, de consumo
o médico-sanitario).
Nuestro sistema de responsabilidad civil es subjetivo, por tanto, el hechor debe asumir las
consecuencias de sus conductas. La responsabilidad civil implica un juicio de reproche por la
conducta del agente. En ese sentido, para que haya responsabilidad civil el daño tiene que ser
atribuido a la conducta del agente. Los factores de imputabilidad son 2, la culpa y el dolo.
En la práctica generalmente en ambas sedes la responsabilidad civil será por culpa, considerando
la dificultad probatoria del dolo.
a. La culpa
i. Consideraciones generales
Se suele definir como el incumplimiento o insatisfacción de los deberes que se deben observar en
la vida de relación. Cada vez que se infringen deberes de conducta que deberíamos haber respetado
en nuestra vida relacional (relaciones sociales, familiares, de negocio, amistad, etc.), y se reúnen
los demás requisitos de la responsabilidad civil, hay culpa o negligencia, por tanto, responsabilidad
civil.
La gran diferencia con la responsabilidad civil contractual es que en este estatuto hay un paragua
o un marco (contrato) que delimita los deberes de las partes. En la responsabilidad civil
extracontractual ese marco así de definido no existe. En sede contractual es más fácil determinar
si hay culpa o no, pues el mismo contrato delimita estos deberes. En cambio, en la responsabilidad
extracontractual estos deberes no están estipulados o consagrados en ninguna parte.
Contrariamente a lo que sucede en sede penal, donde la antijuricidad y culpabilidad son requisitos
distintos para que se configure responsabilidad penal, en sede extracontractual la culpa y
antijuricidad son lo mismo, son sinónimos. En sede penal puede suceder que una persona se
comporte de manera culpable pero que no haya antijuricidad. Pero en sede civil son lo mismo. En
sede civil no hay que hacer el esfuerzo de construir la antijuricidad como factor aparte de la
culpabilidad.
¿Por qué quien se pasa un disco en rojo y choca a un muro tiene que responder? Porque actuó con
culpa, porque no observó un deber que debía observar, como el de detenerse en un disco pare. El
deber en este ejemplo está en la ley, pero en los demás casos en que los deberes no están
establecidos por la ley, ¿Quién determina los deberes de cuidado? Existen 2 posibilidades:
• Lex artis.
• El juez.

ii. Tipos de culpa

• Se distingue entre culpa leve, grave o levísima (art. 44). Cuando se hable de culpa a secas
se refiere a culpa leve.

77
Apuntes Catalina Rivera Monichi
Es una clasificación que tiene trascendencia en sede contractual, pues dependiendo si el contrato
es oneroso o gratuito (distinguiendo a su vez a quién beneficia), se determina el grado de culpa del
deudor. En sede extracontractual no hay una norma parecida, por ello es que la generalidad de los
autores señala que en la responsabilidad extracontractual se debe responder por culpa leve, por lo
que establece el art. 44. Por lo demás, para determinar si ha habido culpa o no, el juez debe
comparar la conducta del hechor con la de un individuo prudente, estos son sujetos medios y no
santos. Desde el punto de vista de la construcción de la culpabilidad es lógico que en la
responsabilidad extracontractual se deba responder únicamente por culpa leve, con un nivel de
diligencia mediano.
Una doctrina mínima dice que en sede extracontractual se debe responder por todo tipo de culpa,
incluida la levísima.
• La segunda clasificación distingue entre culpa en la acción y culpa por omisión.
En la culpa por acción el agente realiza una conducta positiva, un acto o actuación. Es la regla
general, lo habitual es que la culpa sea por comportamientos positivos pero también puede haber
culpa por omisión que se presenta de manera excepcional, ocurre cuando el agente debiendo haber
obrado en determinado sentido no lo hace y, a consecuencia de eso, se produce un daño, esto es
excepcional porque lo habitual es que el ordenamiento no le exija a las personas que ante
determinadas circunstancias deban desplegar una conducta con efecto de prevenir un daño.
El derecho no exige que las personas nos comportemos como superhéroes, nos exige que cuando
realizamos actuaciones obremos con diligencia pero no nos exige actuar para evitar que alguien
padezca un daño, en general las omisiones no dan lugar a responsabilidad civil. Salvo que exista
una posición de garante respecto de la víctima, es decir, el agente haya tenido que actuar para evitar
el daño de la víctima considerando su posición con la víctima.
Hay cierta ocasión donde la ley establece casos en que un sujeto es sancionado por no actuar, por
abstenerse de proceder en ciertos sentidos, como el art. 494 n°13 y 14 del CP (omisión de socorro).
La exigencia de actuar respecto de cierto individuo se justifica, atendido a los rigurosos requisitos,
para que se le sancione penalmente por abstenerse de realizar cierta conducta que pudo haber
evitado el daño de la víctima.
La conducta que genera responsabilidad civil puede ser una mezcla de acciones y omisiones pero
en verdad estamos frente a una culpa por acción, que puede tener dentro de sí omisiones.
Las omisiones relativas a la posición de garante para diferenciarla de las omisiones cometidas
dentro de una o varias acciones, se les denomina “omisión propiamente tal o pura”.
Si hay una mezcla de acciones y omisiones, y se produce un daño culpablemente, el dañador tiene
que responder no porque sea garante de alguien sino porque desplegó una acción culpable.
iii. Determinación de la culpa
Cabe reiterar que la culpa se aprecia en abstracto pero se determina en concreto, esto significa que
el juez para que en el juicio indemnizatorio considere que el demandado es culpable tiene que
comparar su conducta con un patrón o molde (abstracción), pero se debe determinar en concreto,

78
Apuntes Catalina Rivera Monichi
es decir, ese parámetro abstracto debe considerarse en las circunstancias específicas en las que
obró el agente. Hay un doble ejercicio que debe hacer el juez.
¿Cómo habría obrado ese patrón en las circunstancias en que se desarrolló el dañador? Esa
necesidad de concreción que demanda la consideración de las circunstancias del caso no puede
llegar al extremo de considerar las características personales del hechor. Las características
personales del hechor no son relevantes, solo los hechos que rodearon su actuación. Sin embargo,
para la doctrina y jurisprudencia hay cierto factor asociado a las características personales que el
juez si debe considerar, que es el grado de experticia del hechor.
iv. Fuentes de los deberes de conducta
Básicamente son 3:

• La ley ➝ Culpa infraccional.


• Usos normativos ➝ Lex artis.
• El juez.
El deber de conducta puede estar establecido por la ley, si se infringe se incurre en la culpa
infraccional (v.g ley del tránsito, ley del consumidor).
Si se infringe un deber se presume la culpa, por ello se habla de culpa infraccional que constituye
una presunción de culpa, aunque admite prueba en contrario (presunción simplemente legal). El
hecho de que el dañador haya cumplido con los deberes de esa ley, en principio, se dice que ha
actuado diligentemente pero ello no obsta a que deba responder en algunos casos, es decir, aun
respetando los deberes de la ley igualmente se puede actuar con culpa. Por ejemplo, voy manejando
con los límites de velocidad pero me percato que hay manifestantes en la vereda y los choco,
igualmente debo responder por mucho que haya ido con los límites permitidos por la ley del
tránsito.
Una segunda fuente es sobre la lex artis, definida como un conjunto de principios y reglas que
rigen una determinada actividad, generalmente de carácter profesional. Hay ciertas actividades que
se rigen por determinadas directrices que se plasman en diversos instrumentos, como protocolos,
guías, etc. Se contienen también estos principios y reglas en los textos de doctrina o de autores de
referencia. También los códigos de ética.
Si no se observan las reglas de la lex artis y se causa un daño, hay culpa. El dañador puede
exonerarse probando su diligencia.
Cuando el deber no fluye ni de la ley positiva y ni la lex artis, el juez debe determinar cómo habría
actuado un sujeto en las circunstancias del hechor. No es el que juez construya un deber ex post,
sino que el juez devela ese deber que debió observar el agente al momento de proceder. El factor
determinante es el de la previsibilidad, es un factor ubicuo, pues sirve para construir la culpabilidad
y causalidad.
En términos de culpabilidad, el tribunal se preguntara si para el individuo medio, puesto en esas
circunstancias, era previsible el daño que causaría un tipo de daño como el que causó.

79
Apuntes Catalina Rivera Monichi
La diferencia es que la previsibilidad relativa a la culpabilidad está relacionada con el primer daño,
es decir, el daño inicial, y en la causalidad está relacionada con los daños subsecuentes, posteriores
al daño inicial, comprendiendo un espectro de daños.
v. Causales de justificación de la culpabilidad
Son todas aquellas hipótesis en donde la culpa y negligencia se excluyen, por tanto, la
responsabilidad civil. Hay una conducta dañosa que no se considera culpable, la acusación del
daño se considera justificada. Acá se borra la culpa.
Están mencionadas en el art. 10 CP.

• Actos autorizados u ordenados por el derecho ➝ Si el agente ha causado un daño porque


el ordenamiento le impuso comportarse de esa manera o porque aprueba que se haya
comportado de esa manera, no debe indemnizar.
Es el caso de los sujetos que tienen ciertas potestades y de las personas que ejercen derechos
subjetivos. Por ejemplo:
o El policía que detiene a un sujeto.
o El médico que me saca la vesícula y me deja una cicatriz.
o Caso de los deportistas ➝ Las reglas del juego son usos normativos (lex artis).
o Caso del receptor judicial para retirar especies.
o Libertad de expresión e información.

• Obediencia debida ➝ Si alguna persona causó un daño porque otro que tenía autoridad
sobre él y se lo ordenó, no hay responsabilidad civil por falta de culpa, el que ejecutó la orden
si podría incurrir en responsabilidad civil.
Esta causal de justificación tiene parámetros muy delimitantes. Se exige que para que se configure
esta causal el subalterno no puede cumplir una orden manifiestamente ilegal, si es así, debe
manifestárselo a su superior. Por lo tanto, no queda exonerado de responsabilidad civil si cumple
una orden que es claramente ilegal.

• Voluntad de la víctima de aceptar el riesgo ➝ Si la víctima manifestó su consentimiento


de exponerse ante determinado riesgo y resulta dañado, evidentemente el dañador no tiene
culpa, por tanto, no tiene responsabilidad civil.
Sin perjuicio de que no se puede condonar el dolo futuro (art. 1456) y no se puede renunciar a los
derechos indisponibles (art. 12), por ende, no se podría matar a alguien si la víctima lo pide.
o Caso del piloto de pruebas.
o Caso de la persona que se somete al testeo de medicamentos.
o Caso de deportes riesgosos.
o Caso del paciente que llega para ser atendido de urgencia, se dice que hay un
consentimiento presunto o hipotético.

80
Apuntes Catalina Rivera Monichi
• Estado de necesidad ➝ Se presenta cuando el dañador provoca un perjuicio a la víctima
para evitar un mal mayor, es decir, consecuencias peores. Deben concurrir determinados
requisitos; se debe tratar de bienes jurídicos en notoria desproporción; el peligro no debe ser
originado por el dañador; y que no se haya tenido otros medios disponibles menos nocivos.

• Legítima defensa ➝ Implica que el dañador causa un perjuicio a la víctima para defender a
una persona o los derechos de una persona. Se deben reunir rigurosos requisitos; debe haber
una agresión actual, ilegítima e inminente; que no haya mediado provocación suficiente de
parte del dañador; y la defensa debe ser necesaria y proporcionada.
Apuntes 16.10
vi. Prueba de la culpa
Se aplica el art. 1698 CC que, incumbe probar las obligaciones a quienes la alega y la víctima
alega la acción indemnizatoria debiendo probarla, ya que es ella que tiene la carga de la prueba.
Existen casos en que, no resulta fácil o no resulta lógica exigirle al demandante la negligencia del
demandante, ya que no es justo que la víctima pruebe la culpa porque se trata de supuestos en que
es el demandado, atendida a la asimetría, dispone de la prueba o el acceso a la prueba, ya sea
porque el demandante no tiene la prueba o es difícil acceder a ella.
No resulta justo porque se trata de supuestos en que es el demandado el que atendida la simetría
existente entre ambas partes es el que dispone de la prueba o del acceso a la prueba. Esta regla
suena lógica en principio, sin embargo, hay varios casos en que esto es extremadamente dificultoso
y no resulta lógico exigirle al demandante que pruebe. Para esos casos desde antiguo, distintos
ordenamientos cuentan con ciertas reglas que corrigen ese efecto negativo, lo que hace el legislador
es invertir la prueba, por vía presunciones o por vía de la carga dinámica de la prueba.
Tradicionalmente en Chile se ha usado la vía de las presunciones, en el CC existen distintos tipos
de presunción de la culpa del demando, son supuestos en que el demandante no tiene que acreditar
la culpa sino que esta se da por concurrente, de manera simplemente legal, es decir, se presume la
culpa pero el demandado puede acreditar la negligencia y por tanto, exonerarse de responsabilidad
civil. Son casos donde resulta evidente la culpa del demandado.
En nuestro ordenamiento existe la presunción de culpa por el hecho propio, por el hecho ajeno o
de dependientes y la por el hecho de las cosas.
Presunción por el hecho ajeno se aplica tratándose en que el demandado es una empresa, por
ejemplo, en el ámbito médico-sanitario si el daño lo padece la víctima a consecuencia de la
conducta o un hecho atribuible a un empleado, la culpa de la empresa se presume. Se deben
acreditar todos los requisitos de la responsabilidad civil respecto del dependiente para así poder
presumir la culpa de la empresa.
Se pude probar la culpa por cualquier medio, se valora en conformidad a la ley, cabe añadir que la
prueba de la culpa es una cuestión normativa, de derecho, y no fáctica.

81
Apuntes Catalina Rivera Monichi
La otra posibilidad es por la regla de la carga dinámica de la prueba, que en Chile no existía hasta
una reforma de LDPC que respecto de los juicios individuales el juez imponga la prueba a
determinadas partes que están en mejor posición de probar, generalmente el empresario.
Presunción de culpa por el hecho propio, establece esta presunción el art. 2329, este artículo tiene
una cláusula general que establece una presunción y varios ejemplos que son aplicación de esa
cláusula. Una primera teoría dice que se ratifica la regla general del art. 2314, ósea que para que
haya responsabilidad debe haber culpa. Una segunda tesis es que el art. 2329 establece una
presunción de culpa, en el sentido es que hay ciertas conductas tan groseras tan claramente
reveladoras que fueron ejecutadas con culpa que ase asumen que fueron ejecutadas con culpa. Es
una presunción simplemente legal. “dejar que las cosas hablen por si solas o por si mismas”.
b. El dolo
i. Consideraciones generales
Para que haya responsabilidad civil debe haber imputabilidad, lo normal es que sea por negligencia
o culpa pero también puede haber dolo, no es lo habitual, pues es muy difícil probar el dolo además
que no operan presunciones y supone acreditar un estado subjetivo radicado en el fuero interno del
sujeto.
Al demandante le da lo mismo probar culpa o dolo, ya que, en sede extracontractual la culpa y el
dolo producen el mismo efecto, consistente en que el dañador debe resarcir a la víctima los
perjuicios directos y previstos.
El dolo está definido en el art. 44.
ii. Tipos de dolo
Se clasifica entre directo y eventual. En el ámbito contractual, el dolo directo es aquel en que hay
intención de dañar y que calza con la definición del art. 44, sin embargo se agrega que también es
dolo el eventual que es aquel en que no hay intención pero si la realización de una conducta
deliberada, por tanto, el dolo sería el querer en la realización, hay dolo cada vez que se realiza una
conducta de forma deliberada, con independencia si se quiere dañar a otro.
iii. Efectos
Son lo mismo tratándose de la culpa o dolo, el monto de la indemnización depende del daño.
iv. Prueba
El dolo se debe probar, según el art. 1459 no se puede presumir el dolo, no hay presunción de dolo.
Clase 18.10
f) Daño
Consiste en una lesión a un interés legítimo que cumple con ciertos presupuestos. Se aplica la idea
en sede extracontractual de que hay responsabilidad civil cada vez que se vulnere el principio de
no dañar a nadie.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Lesión a un interés legítimo que cumple con ciertos requerimientos, contrariamente a lo que pasa
en el ámbito contractual, en la medida que no hay un marco previo que delimite los daños
indemnizables se aplica la idea de que hay responsabilidad civil cada vez que vulnere el principio
de no dañar a otro, cada vez que se cauce un perjuicio o un detrimento por parte de un sujeto a la
persona o los bienes de toro, habrá lugar a la responsabilidad civil siempre y cuando se reúnan los
requisitos.
Existen casos en que se plantea la cuestión de que pese a haberse celebrado un contrato igualmente
se puede aplicar el estatuto extracontractual nos referimos al concurso o cúmulo de
responsabilidades, se presenta cuando se celebra un contrato que genera deberes de protección o
de seguridad y la víctima resulta dañada, por un lado hubo incumplimiento del contrato y perjuicios
que van más allá del incumplimiento del contrato, es el caso de los contratos de consumo, médicos-
sanitarios, de transporte. Se discute acerca de cual es el estatuto aplicable.
Lo que importa en estos supuestos, la jurisprudencia se ha ido inclinado hacia la tesis que la víctima
puede elegir el estatuto que mejor satisfaga sus intereses (opción de las responsabilidades).
Resulta relevante en escoger el estatuto por distintas diferencias por ejemplo respecto a la
procedencia de la solidaridad, daños, plazo de prescripción de la acción, extensión del daño,
acreditación de la responsabilidad, etc.
a. Requisitos del daño
Pese a que en este terreno rige el principio que todo daño debe ser indemnizado en verdad solo se
indemnizan daños que cumplan ciertos requerimientos. Los presupuestos para que el daño sea
indemnizable son los siguientes:
• Lesión de un interés, no necesariamente un interés.

• Daño indemnizable debe constar en la lesión de un interés legítimo ➝ Amparado por el


derecho

• Daño debe ser cierto, real. Sin perjuicio que se puedan indemnizar daños futuros cuando
hay certidumbre que se producirán en el porvenir.

• Debe ser personal, es decir, padecido por el individuo que demanda la indemnización. Sin
embargo, existen ciertos supuestos excepcionales que en realidad no constituyen
excepciones sino más bien casos extraños pero reconducibles a esta idea, que son los daños
colectivos del ámbito del consumo y el caso de las llamadas víctimas por repercusión o
rebote.

• Debe ser significativo o anormal. No todo daño debe ser resarcido solamente aquellos
que superen determinado umbral y tengan cierta envergadura que los transforme en daños
significativos. Por lo tanto, los daños que no son anormales no deben ser indemnizados.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
• Solamente se indemniza el daño directo, esto está relacionado con el requisito de la
causalidad. Daños que sean una consecuencia directa el hecho ilícito, efecto inmediato de
la conducta ilícita. Remisión al ejemplo del carnicero. Solo se indemnizan los daños
previstos y previsibles, aquellos que un individuo medio estuvo en condiciones de
proyectar razonablemente que se podrían terminar produciendo a consecuencia de su
conducta. No se indemnizan los daños mediatos ni los imprevisibles pues impiden construir
la causalidad.

b. Tipos de daño
*Remisión a los tipos de daño de la responsabilidad contractual.
Tradicionalmente la clasificación más importante de los daños es al que distingue entre daño
patrimonial y extrapatrimonial.
El daño patrimonial es la lesión a un interés susceptible de avaluación pecuniaria, puede ser de 2
tipos: daño emergente (perjuicio efectivamente causado) y lucro cesante (pérdida de utilidades).
El daño extrapatrimonial es un tipo de perjuicio que el ámbito extracontractual se indemniza desde
el siglo pasado, por los accidentes ferroviarios. Este daño moral consiste en la lesión de un interés
no avaluable en dinero, presenta distintos tipos, históricamente se dijo que este daño de esta índole
solo era el moral pero se han ido ampliado éste catálogo:
• Daño fisiológico o corporal.
• Daño estético ➝ Perjuicio a la imagen física de la víctima.
• Daño sexual ➝ Impide a la víctima tener o seguir manteniendo relaciones sexuales de
forma normal.
• Daño a los derechos de la personalidad ➝ Ocurre tratándose de los delitos de calumnia o
injuria o delitos contra la intimidad.
• Pérdida de los placeres de la vida o daño existencial.
Hoy también es posible indemnizar el daño moral colectivo a propósito de una reforma de la ley
del consumidor. También gracias a esta ley también se habla del daño punitivo que permite al juez
establezca una indemnización extra compensatoria que sea del 25% sobre el valor de la
indemnización compensatoria (finalidad preventiva). Esta norma dice que los daños punitivos lo
puede imponer el juez cuando se verifique una de las causales agravantes de la responsabilidad
infraccional como la reincidencia o reiteración.
Finalmente, al igual que en el juicio de responsabilidad civil contractual, en la responsabilidad
civil extracontractual el demandante deberá probar la existencia del daño, el tipo del daño y la
cuantía del daño.
g) Causalidad
En el ámbito contractual se cuenta con un marco o paraguas que permite deslindar de manera más
sencilla los daños indemnizables sin la necesidad que el tribunal tenga que entrar en
consideraciones profundas para construir la causalidad.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
En el ámbito de la responsabilidad extracontractual tampoco se presentan problemas de la
causalidad, lo frecuente es que para el tribunal será sencillo acreditar los daños directos producidos
por la conducta ilícita. Sin embargo, igual se presentan en este terreno ciertos casos complejos
donde no resulta posible al tribunal si ciertos daños que ha experimentado la víctima son directos
o no. Estos problemas se presentan tratándose de los daños subsecuentes, que son aquellos daños
posteriores del daño inicial.
Estos problemas no suelen ser frecuentes por lo que existe un enorme desequilibrio en la doctrina
en el tratamiento de la causalidad.
a. Noción
Es una relación directa o inmediata entre la conducta ilícita y el daño. Si se verifica esta relación,
es decir, que el daño ha sido provocado directa por la conducta ilícita del hechor habrá lugar a la
responsabilidad.
b. Determinación de la causalidad
La causalidad la debe probar la víctima. En la medida que respecto de la causalidad no hay
presunciones de causalidad, la víctima debe acreditarla en el juicio indemnizatorio.
Hay cierto sector de la doctrina ha dicho que el art. 2329 constituye una presunción de causalidad.
Para determinar la causalidad el juez, en los casos complejos, debe realizar una doble operación
intelectual:
i. Determinar cuales son los hechos o conductas que fácticamente pueden considerarse como
causantes necesarios del daño.

ii. El tribunal debe proceder a realizar una operación que implique determinar en términos
jurídicos cuales de todos esos comportamientos o acciones pueden considerarse
jurídicamente hablando causas del daño.
En este sentido el tribunal debe determinar cual o cuales de los acontecimientos o sucesos pueden
considerarse que son desencadenantes en sentido fácticos del daño, que condiciones pueden
catalogarse como necesarias para la producción del daño. Para proceder a esta reflexión
tradicionalmente la doctrina señala que el juez debe recurrir a la teoría de la equivalencia de las
condiciones, determinado cual o cuales de la multiplicidad de factores necesarias en la producción
del daño. Esto lo hace a través de la supresión mental hipotética, ese ejercicio consiste en que el
juez tiene que ir tomando cada una de las condiciones que orbitan al daño, sacándolas
intelectualmente de manera que se van a considerar como causas del daño que aquellas que
suprimiéndolas del escenario en términos hipotéticas, el daño no se produce, entonces esas
condiciones son causas del daño.
Igualmente en muchos supuestos el juez llegará a la conclusión que son muchísimas las
condiciones necesarias en orden a la producción del daño, por tanto, solo se eliminan ciertas
condiciones pero siguen manteniéndose muchas. Por tanto, debe proceder una segunda operación
con miras a ver cuáles son, en términos jurídicos, las causas del daño.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
En virtud de este segundo ejercicio, el juez dentro de esta constelación de supuestos, selecciona
aplicando ciertos criterios jurídicos, aquellas situaciones que pueden considerarse causales del
daño. A esta segunda fase se le suele llamar como la imputación objetiva.
El tribunal realiza este ejercicio para determinar cuales jurídicamente hablando son causas del
daño y cuales no son condiciones causantes del daño. Para hacer esta determinación los autores
han planteado 2 criterios para considerar qué conductas son causales del daño:

• Criterio de la adecuación ➝ Solo se deben indemnizar los daños subsecuentes que van
en la misma línea del daño inicial. Cuando no se alejan del daño inicial, es decir, son del
mismo tipo o carácter, se enmarcan dentro del mismo curso causal del daño inicial.

• Criterio del riesgo ➝ Se señala que se debe responder por los daños subsecuentes
solamente cuando con su conducta haya generado o incrementado un riesgo existente.
En la práctica ambos criterios se aplican de manera mezclada, no es que sean excluyentes. Los
tribunales en casos complejos suelen recurrir a ambos criterios para construir la causalidad.
c. Prueba de la causalidad
Debe ser acreditados por la víctima. Sin perjuicio de que en muchas ocasiones esta acreditación
no resulta problemática.
d. Exclusión de la causalidad
También se puede excluir la causalidad y, por tanto, no haber lugar a la responsabilidad civil.

• Caso fortuito ➝ Remisión a lo mencionado en el requisito de culpabilidad.

• Culpa o hecho de la víctima ➝ El art. 2330 señala que la apreciación del daño está sujeta
a reducción si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente. Este precepto señala
que el monto de la indemnización se puede rebajar si la víctima se expuso imprudentemente
a padecer el daño. Esta norma no señala que se pueda excluir la causalidad cuando
intervenga la conducta de la víctima , solo que se pueda rebajar. Sin embargo, es obvio que
si la conducta de la víctima es que exclusivamente produjo el daño, evidentemente no hay
responsabilidad civil por falta de causalidad.
Puede decirse que el daño fue causado en parte por conducta del hechor y de la víctima, en este
caso el juez puede bajar el monto de indemnización.

• Pérdida de oportunidades o de chance ➝ Consiste en la supresión de una oportunidad,


opción o una chance real y cierta de obtener un beneficio o evitar una pérdida.
En este tipo de casos se discute acerca de si una determinada afectación intermedia, es decir,
ubicada entre la conducta y la afectación final debe dar lugar a indemnización o no. El ámbito
típico que se presenta esta discusión es en el médico-sanitario, cabe agregar los casos del tsunami
posterior al terremoto de 2010.

86
Apuntes Catalina Rivera Monichi
La pregunta es si determinadas conductas de los médicos pueden entenderse como causantes de la
agravación del mal estado de salud del paciente o como causantes de su muerte, por ejemplo, caso
de diagnósticos médicos errados que impiden al paciente someterse oportunamente e un
tratamiento que podía haber postergado su fallecimiento. Resulta claro que la muerte o la
agravación de hubiere producido de todas formas pero el paciente habría tenido la oportunidad o
chance de mejorar su calidad de vida o de morir con posterioridad. Resulta claro que el médico no
tiene que indemnizar por la muerte o la agravación del mal estado de salud de la víctima pero surge
la pregunta si deben pagar indemnización por algún otro motivo, por haber diagnosticado
erróneamente a la víctima. Algunos dicen que no habría causalidad porque la conducta del médico
no produjo jurídicamente hablado el resultado final, la muerte o agravación del estado de salud.
Otros dicen que el médico si debe indemnizar porque privó al paciente de una oportunidad de tener
una mejor vida o de vivir más tiempo.
Hay quienes dicen que la pérdida de la oportunidad sería un tipo de daño, como emergente, lucro
cesante o un daño autónomo. Hay otros que dicen que el problema de la pérdida de la chance es
un asunto de causalidad, se dice que la conducta no ha causado el daño final pero si ha causado un
resultado intermedio consistente en la privación de una chance de la víctima de obtener un
beneficio o evitar un perjuicio. Se presenta el problema de determinar el monto de indemnización,
hay quienes dicen que si la conducta del hechor contribuyó a producir el resultado respectivo en
menos de un 50%, el hechor no tiene que indemnizar porque puede decirse que en la medida que
en su conducta contribuyó un menos de 50% en producir un resultado, no se puede considerar
causante del resultado.
Otra tesis dice que el hechor debe pagar un monto de indemnización proporcional según el
porcentaje que contribuyó a producir el resultado.
3. Responsabilidad por el hecho ajeno
a) Consideraciones generales
Existe en nuestro ordenamiento la posibilidad de que un individuo tenga que responder por los
daños causados por otros sujetos. En nuestro medio, esta posibilidad de responder por el hecho
ajeno se concreta, en primer lugar, por presunciones de culpabilidad y también a través de la
responsabilidad de hechos de incapaces.
b) Presunciones de culpa
a. Noción
Consiste en la verificación por parte del legislador de que cumpliéndose determinados requisitos
un sujeto debe responder por el hecho o por los daños ocasionados por otro. En estos supuestos
verificándose los requisitos de la responsabilidad civil de un sujeto se presume la responsabilidad
civil de otro sujeto, el caso célebre es el de los empresarios.
Estas presunciones están establecidas en los arts. 2320 y 2322 CC. a la luz de estas normas hay
que considerar que existe una presunción general de culpa y también presunciones específicas o
especiales que son concretizaciones de la presunción general.

87
Apuntes Catalina Rivera Monichi
La presunción general de culpa en nuestro medio está establecida en el art. 2320 en el primer
inciso. En virtud de esta norma resulta que si una persona causa un daño a otra tiene que responder
por este daño pero no solo esa persona sino que también la persona que ejerce una autoridad sobre
esa persona o que cuida al que causó el daño. A la luz de esta norma resulta que si alguien provoca
un daño, tiene que responder pero también deben responder aquellos individuo que cuidan o
ejercen autoridad sobre la persona que causó el daño.
Presunciones especiales, mencionados en el art. 2320 y 2322. Los demás incisos del art. 2320 y el
art. 2322 consagran presunciones específicas de culpabilidad y que son concreción de la regla
general del inciso primero del art. 2320.
i. Los padres son responsables de los hechos de sus hijos menores que habiten en la misma casa.
Cada vez que un hijo menor de edad cause un daño, deben responder los padres.
Con la eventual responsabilidad de los padres hay que distinguir varias hipotesis:
▪ Hijo incapaz (menor de 7 daños o tiene entre 7-16 y se considera sin discernimiento)
➝ Los padres responden por los daños causados por el incapaz pero en virtud del art.
2319. No hay responsabilidad del hijo.

▪ Si el hijo es menor de edad pero tiene capacidad ➝ Aplica el art. 2320, por tanto,
responde el hijo pero también deben responder los padres. Esto sería así solamente si
los hijos viven con los progenitores.

▪ ¿Qué sucede con los hijos menores de edad que son capaces pero que no viven dentro
del mismo hogar? ➝ No cabe aplicar la presunción en específico pero si por la
presunción general del art. 2320.

▪ Si el hijo no está al cuidado de sus progenitores sino de un guardado o de un empleador


➝ todas estas hipótesis se refieren los otros incisos del art. 2320 y hacen responder a
los daños causados por el niño a la persona que está a su cuidado.

▪ El art. 2321 del CC establece un caso de responsabilidad de los progenitores causado


por los hijos menores de edad que es de carácter objetivo, no se requiere la acreditación
de la responsabilidad civil por la conducta del hijo, debiendo responder los padres de
manera objetiva.

ii. Así el tutor o curador es responsable de la conducta del pupilo que vive bajo su dependencia
y cuidado. ¿Qué pasa en los casos en que en el momento de causar el daño no haya estado
bajo dependencia del guardador? Igualmente debe responder por aplicación de la
presunción general del art. 2320.

iii. Así los jefes de colegios y escuelas responden del hecho de los discípulos, mientras están
bajo su cuidado. Responden siempre y cuando el daño se produjo cuando estaban bajo su

88
Apuntes Catalina Rivera Monichi
cuidado, por ejemplo, dentro de la jornada estudiantil. En el caso de la educación superior
en principio la norma no se podría aplicar, pues la norma está pensada para casos de
hechores menores de edad que sean capaces, normalmente en la universidad van personas
mayores edad. Excepcionalmente tendría que responder él y sus guardadores pero no el
establecimiento de educación superior.
Todos estos casos se debe acreditar los requisitos de la responsabilidad civil del hechor, y además
se debe acreditar el vínculo de dependencia con el individuo que debe responder por él.
Acreditados estos requisitos se presume la responsabilidad del tercero.
Responsabilidad de hechos de incapaces, regulada en el art. 2319, debe responder un solo
individuo, la persona que los tiene a su cuidado. La diferencia con el art. 2320 estriba en que en el
caso de los incapaces solo hay un responsable, en el caso de las presunciones del art. 2320 hay 2
responsables.
Responsabilidad del empresario. Una empresa puede ser responsable en 2 hipotesis: hecho propio
o por el hecho ajeno. Por el hecho propio ocurre en 3 hipotesis:
• Daño se produjo a consecuencia de la conducta ilícita de un representante.
• Lo mismo respecto de un órgano.
• Cuando se ha detectado que el daño se produjo en el contexto productivo de la empresa sin
que se haya individualizado a un hechor.
La segunda vía es que al empresa responda por la presunción de culpa por el hecho ajeno de los
arts. 2320 y 2322. El empresario debe responder por los daños causados por sus empleados o
dependientes. Esto es así siempre que se acrediten los requisitos de la responsabilidad civil
respecto de la conducta del dependiente. Adicionalmente debe acreditar que existe una relación de
dependencia entre el empresario y el individuo que causó el daño. Acreditándose todos estos
requisitos se presume la culpa del empresario. Esto es así para todos los casos del art. 2320.
Sin embargo, es una presunción simplemente legal, por tanto, admite prueba en contrario.
Pese a su denominación, esta presunción es una responsabilidad por el hecho propio del
empresario, responde por no haber empleado el deber de diligencia que debió observar, como el
haber contratado una persona que no es diligente.
Responsabilidad vicaria- por el solo hecho de que se demuestre la responsabilidad civil del
dependiente y la relación de dependencia, el empresario debe responder si o si sin poder
exonerarse, es un tipo de responsabilidad estricta. Ocupada en otras legislaciones.
Clase 23.10
4. Responsabilidad por los daños provocados por cosas
Aparte de los casos de responsabilidad por el hecho propio donde se asumen consecuencias por
las conductas del dañador directo, existen supuestos donde el daño es provocado por una cosa, en
estos supuestos el legislador, dependiendo de los distintos ordenamientos, lo que suele hacer es o

89
Apuntes Catalina Rivera Monichi
establecer presunciones de culpabilidad o derechamente supuestos de responsabilidad objetiva,
estricta o por el riesgo.
Tratándose de los daños provocados por cosas en otros países, como en Francia, se establece una
responsabilidad estricta, objetiva cuando un daño es provocado por una cosa, por ejemplo,
tratándose de accidentes del tránsito, daños causados por el mal estado de un inmueble, daños por
caídas de árboles, por uso de maquinaria industrial, etc. En Francia tratándose de los daños
causados por cierto tipo de cosas, como el caso de los daños provocados por accidentes de tránsito,
derrumbe de edificios, utilización de instrumentos quirúrgicos, cuando la actividad de que se trata,
en cuyo contexto se produce el daño, es especialmente riesgosa.
En otros países se suele establecer un estatuto de responsabilidad estrictica, es decir, el dueño o
custodio de la cosa debe responder por el solo hecho de que comparezca el daño y la causalidad
sin que se requiera la culpabilidad. Tratándose de los estatutos de responsabilidad objetiva, estricta
o por riesgo, el responsable, el dueño o el custodio de la cosa para que sea responsable no tiene
que comprobarse culpabilidad.
En Chile, el daño provocado por cosas solamente se establece una presunción de culpabilidad para
ciertos casos particulares, es decir, no existe una presunción de culpabilidad del daño causado en
cosas en general sino respecto de ciertas hipótesis, donde el dueño o custodio de la cosa debe, en
principio responder por el hecho de que se presume su responsabilidad, pero respecto de ciertos
daños en particular.
Al igual que las otras presunciones se admite prueba en contrario, por ende, es una presunción
simplemente legal, es decir, el custodio o dueño de la cosa puede probar su diligencia y exonerarse
de responsabilidad.
¿Cuáles son estos casos?

• Casos de los daños provocados por ciertos animales ➝ Art. 2326.

• Casos de los daños causados por la ruina de edificios ➝ Art. 2323 y ss; 2003 regla tercera
Código Civil, art. 18 Ley de Urbanismos y Construcción, art. 52 de la Ley de
Municipalidades.

• Caída de objetos de la parte superior de un edificio ➝ Art. 2328, en este artículo hay 2
excepciones, en primer lugar, hay una excepción a la prueba de la culpa (art. 1698) y
también una excepción respecto de la solidaridad, pues aquí las indemnizaciones son
simplemente conjuntas. La norma se refiere a personas que “habitan”, por lo que aplica
para los arrendatarios.

5. Responsabilidad estricta, objetiva o por el riesgo


Se aplica por disposición de la ley el demandado debe responder sin necesidad de que se acredite
su culpabilidad. Se trata de que el demandado responde por la concurrencia de todos los requisitos
de la responsabilidad civil menos de la culpabilidad, pues no se exige.

90
Apuntes Catalina Rivera Monichi
En general, se establece este tipo de responsabilidad en otros países básicamente en los siguientes
supuestos:

• Daños provocados por actividades riesgosas ➝ Esto es así porque en los casos donde se
desarrollan actividades peligrosas es lógico que el legislador imponga responsabilidad a
quienes desarrollan este tipo de actividades, además del lucro que se genera. Se aplica
tratándose de las empresas.

• Caso de los dependientes (Responsabilidad Vicaria) ➝ En Chile se responde por esta


hipótesis bajo la presunción del hecho ajeno o de terceros.

• Casos de relaciones muy asimétricas, básicamente en 2 casos ➝ Esto hace que se llega a
la conclusión de que atendida a la asimetría, los daños causados a estos sujetos por el
empresario o por el proveedor se rigen por la responsabilidad objetiva.

oDaños causados a consumidores.


oDaños causados a trabajadores.
Sin embargo, en Chile en ninguno de estos 2 ámbitos hay responsabilidad estricta. En el ámbito
del consumo la responsabilidad es subjetiva, es decir, se debe acreditar la culpa del proveedor.
Existen 2 fórmulas de responsabilidad estricta:

• Pura ➝ Se responde básicamente por la concurrencia del daño y la causalidad.

• Responsabilidad estrictica calificada ➝ Se responde por el defecto de un producto o


servicio.
El defecto se parece a la culpabilidad pero son distintos, pues el defecto significa un reproche a la
cosa misma, en cambio, tratándose de la responsabilidad por culpa el reproche es a la conducta del
dañador y no al bien en sí.
Se dice que es responsabilidad objetiva porque no es un reproche a la conducta del hechor, sin
embargo, esta denominación es confusa porque en realidad nuestro sistema subjetivo tiene una alta
dosis de objetividad, pues para ver si el hechor es culpable se le debe comparar con un patrón, por
lo tanto, la responsabilidad fluye por la comparación con un molde, lo cual es puramente objetivo.
También a la responsabilidad civil estricta se suele denominar responsabilidad por el riesgo porque
igual hay un juicio de imputabilidad, igualmente se requiere un factor de imputabilidad que es el
riesgo. El agente responde porque creó un riesgo o se dice que responde porque se benefició del
riesgo que creó. La responsabilidad estricta pura también hay un factor de imputabilidad, este
factor es el riesgo, del cual el hechor creó o se benefició.
Tratándose de la responsabilidad estricta calificada el factor de imputabilidad es el defecto. Es el
sistema que mayor rige en el mundo en el ámbito del consumo.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Por último, se habla de responsabilidad estricta para señalar que es una responsabilidad que se
aplica solo para los casos establecidos por la ley, es decir, son casos de responsabilidad acotados a
la hipótesis señaladas en la ley.
¿Cuáles son los casos que en Chile señala la ley?:

• Caso animales ➝ Art. 2327 Código Civil. También hay que mencionar la Ley 21.020
sobre tenencia responsable en su artículo 13 dice que el dueño de un animal tiene que
responder por los daños que cause, salvo excepciones.

• Cosas que se caen o arrojan en un edificio ➝ Art. 2328 Código Civil.

• Caso del dueño o del tenedor de un vehículo motorizado que tiene que responder de
manera objetiva por los daños causados por el chofer del vehículo, salvo que pruebe que
lo usó contra su voluntad.

• Casos de las aerolíneas, hay responsabilidad objetiva en el explotador de la aeronave. Se


regula en el código de aeronáutica ➝ Puede darse responsabilidad contractual (contrato de
compraventa entre aerolínea y pasajeros) o extracontractual (daños a una casa, ya que es
donde cayó el avión). La contractual tiene un tope 4 mil UF y, en la responsabilidad
extracontractual depende de muchos factores (peso del avión por ejemplo). Se responde
objetivamente, sea contractual o extracontractual.

• Caso de los plaguicidas (producto de fumigaciones).

• Caso de derrame de hidrocarburos en el mar ➝ Caso que se aleja de la regla general en


los daños medioambientales, pues en esos casos se responde por la culpa.

• Daños causados por manejo de residuos peligros.

• Daños causados por construcciones.

• Instalaciones nucleares.

• Responsabilidad el estado ➝ Mucho tiempo se pensó que la responsabilidad del estado


era objetiva. Sin embargo, tratándose de la responsabilidad del estado se requiere un factor
de imputabilidad que es la falta de servicio, se parece mucho a la responsabilidad por culpa
del Código Civil. Se busca determinar si el fisco o los organismos del estado observaron el
nivel de conducta debido para prestar servicios de manera óptima.

92
Apuntes Catalina Rivera Monichi
6. Responsabilidad precontractual
En la fase anterior al contrato que se desarrolla con miras a su celebración se presentan variadas
acciones u omisiones que pueden provocar daños, por tanto, necesaria la aplicación de la
responsabilidad civil. Se habla de responsabilidad precontractual porque se desarrolla en la fase
con miras a desarrollar el contrato, no es contractual porque aún no hay contrato y no es
extracontractual porque hay una etapa desarrollada con miras a la celebración del contrato.
Surge la discusión sobre cuál es el estatuto aplicable, es decir, qué estatuto se aplica o cual es el
común, algunos dicen que es contractual porque se ha producido una relación entre las partes con
aras a celebrar un contrato, otros dicen que extracontractual porque no hay un contrato de por
medio.
¿Cuáles son los presupuestos?

• Daños causados por la infracción de la obligación de informar ➝ Tiene mayor presencia


tratándose de las relaciones de consumo.

• Ruptura injustificada de negociaciones ➝ Si esta negativa de celebrar el contrato es


injustificada se debe pagar indemnización.
*Respecto del contrato de promesa como se trata de un contrato aplica la responsabilidad
contractual.
Clase 25.10
7. Acciones judiciales
Clase 30.10
Enriquecimiento injustificado
Consideraciones generales
Estudiamos esta figura en el curso de derecho civil I como un principio del derecho civil, también
se estudia como una fuente de las obligaciones. A la luz de esto, el enriquecimiento injustificado
tiene 2 roles, como un principio y una fuente autónoma de las obligaciones.
En tanto como principio inspira variadas instituciones o reglas del Código, por ejemplo, las
prestaciones mutuas, detrás de esta figura subyace la idea de evitar que un individuo se enriquezca
injustificadamente a costa de otro, también sucede lo mismo tratándose de las recompensas en la
sociedad conyugal.
También este principio subyace a otras instituciones, es norma inspiradora como cuasicontrato;
comunidad; pago de lo no debido; agencia oficiosa. En todos estos casos, el legislador establece
expresamente que un determinado individuo tiene que restituirle a otro una determinada cantidad
de dinero o bienes .Sin embargo, históricamente ha surgido la pregunta sobre qué sucede en los
casos no regulados por el legislador donde hay un enriquecimiento injustificado, en este sentido
se dice que siendo el enriquecimiento injustificado un principio rector debiese también operar

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como una fuente autónoma de obligaciones, de manera en que todos los casos donde exista
enriquecimiento injustificado y que no estén regulados por ley, debería la parte afectada contar con
una acción restitutoria que se conoce “actio de in rem verso”.
El enriquecimiento injustificado genera la obligación de restituir, hay algunos supuestos que están
expresamente resueltos por la ley, hay consenso doctrinario es que al margen de estos casos el
enriquecimiento injustificado al ser reprochable da lugar a una restitución (actio de in rem verso).
Esto es así en nuestro ordenamiento porque no está regulado como fuente autónoma de las
obligaciones contrariamente a lo que pasa en otros países (Alemania, Italia, Suiza).
Requisitos
Para que proceda la actio de in rem verso se deben reunir los siguientes requisitos.

• Enriquecimiento ➝ En el ámbito del derecho en general se tolera el enriquecimiento de un


patrimonio a costa de otro, es enteramente habitual y normal. Salvo en casos donde el
legislador ha intervenido en casos de lesión, como el caso de la compraventa voluntaria de
inmuebles.
Hay un enriquecimiento no solo cuando el patrimonio aumento sino también cuando se evita una
pérdida y el patrimonio queda intacto.

• Empobrecimiento ➝ Lo hay cuanto un patrimonio decrece, disminuye porque un bien o


dinero sale de él o también hay empobrecimiento cuando debiendo haber habido beneficio
finalmente no se beneficia.

• Correlación entre ambos ➝ El enriquecimiento tiene que ser el que produce el


empobrecimiento, debe haber una relación entre ambos, no pueden estar desconectados.

• Falta o ausencia de causa o justificación ➝ Habitualmente en la práctica hay frecuentes


enriquecimientos/empobrecimientos pero en la medida que sean justificados. Sin embargo,
el enriquecimiento/empobrecimiento que se reprime son aquellos que jurídicamente
hablando carecen de justificación

• Falta o ausencia de otra acción ➝ No debe haber otra acción destinada a enfrentar esta
situación. La actio de in rem verso es subsidiaria, opera solo cuando no hay otra acción
para enfrentar la situación del enriquecimiento sin causa.
Efectos
Es una fuente autónoma de las obligaciones, genera la obligación de restituir, quien se enriquece
tiene que restituirle al afectado aquello en lo que se enriqueció. Los artículos 1458, 2316, ambos
artículos otorgan una acción judicial en contra de el tercero que se aprovechó del dolo ajeno para
obtener la restitución, estos 2 artículos contemplan una acción de enriquecimiento injustificado
pero contra un tercero. Sin embargo, estas normas no están hablando de que procede la acción
contra el enriquecido sino contra un tercero.

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Apuntes Catalina Rivera Monichi
Reuniéndose los requisitos nace la acción restitutoria.
Ejemplos:
o Caso de un agricultor que arrendaba un predio rural, tenía una plantación de betarragas, el
contrato terminó y se tuvo que ir del predio pero dejó plantadas las betarragas, luego el
dueño del predio se lo vendió a un tercero incluyendo la plantación. El agricultor que plantó
las betarragas demandó al tercero pidiendo restitución del valor de las betarragas.

o El caso de un profesor de música que espontáneamente decide darle lecciones a un niño


para contribuir a su formación y mejore su técnica, en estos casos se dice que el profesor a
quien no se le pagó podría ejercer acción restitutoria a los padres del niño.

o Casos en que una persona hace uso de una creación ajena, una persona decide tomar la obra
creada por otra y la presenta, sin su autorización y obtiene una ganancia.
Algunos autores dicen que no es necesario un empobrecimiento más solo el enriquecimiento
injustificado.
Cuasicontratos
Es una de las fuentes de las obligaciones, busca agrupar a la fuente de las obligaciones que no son
hechos ilícitos y contratos, por ello se define como hecho lícito que no es convencional que genera
obligaciones. Todo lo que no cabe dentro de las obligaciones legales, contratos y hechos ilícitos
son cuasicontratos, son hechos voluntarios, lícitos y no convencionales que generan obligaciones.
Su regulación es acotada, solo respecto de 3 figuras: pago de lo no debido, agencia oficiosa y
comunidad.

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