Tarea Leyendas Urbanas

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LEYENDAS URBANAS

ANTECEDENTES: Es un relato, hecho o persona


reales, deformado o magnificado por la fantasía o la
admiración.
LA APUESTA DEL CEMENTERIO

La siguiente leyenda puede variar, como es normal en la mayoría de las historias


populares. Los protagonistas suelen ser una chica con un vestido o un chico con una capa,
pero la trama es la misma. Desde FCINCO, nos quedamos con la joven. La protagonista,
cuyo nombre se desconoce, era una joven tímida. Por el trabajo de su padre, ella y su
familia cambiaban constantemente de ciudad y de amigos.

En uno de esos tralados, un grupo de compañeros retó a la joven a una prueba de valentía:
debía ir al cementerio de noche y clavar una nota en la última tumba del camposanto en la
que decía "Yo estuve aquí". La chica, con ansias de ser una más y poder integrarse
rápidamente en el grupo, aceptó el reto y esa misma noche se dispuso a cumplir su
tenebrosa misión.

Aunque el cuerpo le pedía correr y abandonar el juego, la joven saltó la valla. Caminó
entre el frío mármol, las siluetas de las cruces y las sombras de los ramos de flores
posados encima de las tumbas.

Cuando por fin llegó a la última tumba, sus ojos estaban empañados de lágrimas y sus
manos temblaban por el miedo contenido. Con una chincheta clavó la nota en la que
demostraba su valentía y al levantarse para salir corriendo, algo tiró de su falda,
atrapándola.
La mañana siguiente, al no tener noticias de la joven, el grupo de chicos se dirigió al
camposanto. Allí encontraron su cuerpo inerte, con la falda de su vestido clavada con una
chincheta a la última tumba del cementerio. Había muerto... de miedo.

LA SONRISA DEL PAYASO

La historia de la sonrisa del payaso es un clásico en los colegios mayores de Madrid,


aunque se ha ido extendiendo al resto la comunidad universitaria.
Una joven esperaba el autobús de noche en una de las marquesinas de la zona de
Metropolitano, el principal núcleo de colegios mayores de la capital. La zona está rodeada
de los parques que forman el campus universitario y, junto con las facultades vacías, logran
un perfecto escenario de película de terror.

La espera de la joven fue interrumpida cuando un grupo de jóvenes, supuestamente de


aspecto skinhead, que la sacó de sus pensamientos. Empezaron a hablar y a burlarse de
ella y, después, comenzaron a forzarla. Para hacer aún más macabro el forcejeo, le
dibujaron la 'sonrisa del payaso' para poder violarla sin que ella pudiese gritar.

Este tipo de tortura consiste en hacerle a la víctima un corte en cada lado de la comisura
de los labios, de forma que si abre la boca para gritar, la herida se desgarra.

Los rumores de este tipo de agresión fueron tan fuertes que, en 2003, los directores de
varios colegios mayores madrileños tuvieron una serie de reuniones para investigar e
intentar poner fin a esta alarma que se extendía entre los jóvenes universitarios. Como la
mayoría de las leyendas, no se pudieron contrastar los hechos, ya que ningún hospital de
Madrid había registrado un paciente con ese tipo de agresión.

LA NIÑA DE LA CURVA

La leyenda de la niña de la curva es, sin duda, la más célebre de todas las historias de
terror. No hay Halloween en que no se escuche esta misteriosa historia, y puede que haya
sembrado el pánico en más de un Blablacar. Como muchas historias populares, se
desconoce su autor y la localización del suceso. Se cuenta en decenas de países. En Suecia
donde se la conoce como Vita frun; en Italia, donde la llaman la Dama Bianca; en
República Checa, que la bautizó Bílá paní...

En España, el suceso paranormal protagonizado por esta joven se ha ubicado


históricamente en varios puntos geográficos: de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor
al municipio ibicenco de San Antonio. Una noche de espesa niebla, un joven iba
conduciendo por una carretera desconocida. Las luces del coche alumbraban lo poco que
la niebla dejaba ver a su paso pero, de repente, una joven vestida de un blanco impoluto
apareció a un lado de la calzada. Aunque la chica permanecía inmóvil, el conductor
interpretó que estaba haciendo autostop y decidió parar para invitarla a subir.

La misteriosa joven accedió a subir al asiento de atrás del automóvil, aunque sin mediar
palabra. Durante el recorrido, el conductor intentó entablar conversación sin éxito hasta
que, de pronto, la joven dijo: "Cuidado con la curva. Ahí morí yo". El joven, creyendo que
era una broma, se giró hacia la chica y descubrió con estupor que ya no había nadie en el
asiento. Cuando giró la cabeza hacia la carretera aterrorizado, ahí estaba. La curva.
LA FIGURA EN LA NIEBLA

En un pequeño pueblo rodeado de densos bosques y misteriosas nieblas, se cuenta la


leyenda de "La Figura en la Niebla". Se dice que, durante noches de luna llena y niebla
espesa, una figura oscura y desfigurada se materializa en las afueras del pueblo. Se cree
que esta figura es el espíritu vengativo de un leñador que murió en un trágico accidente
hace décadas.

La historia cuenta que el leñador solía adentrarse en los oscuros bosques en busca de
madera, desafiando los peligros que acechaban en la niebla espesa. En una noche
particularmente nebulosa, la leyenda narra que el leñador tropezó con una extraña y
antigua piedra tallada, desencadenando una maldición ancestral. Desde entonces, su alma
atormentada deambula en las noches de luna llena, buscando venganza contra cualquier
persona que se atreva a aventurarse en la niebla.

Aquellos que afirman haberse encontrado con "La Figura en la Niebla" cuentan historias
aterradoras de su presencia. Dicen que su aparición es precedida por un silencio
perturbador, en el que los sonidos normales de la noche se desvanecen y el aire se vuelve
espeso y cargado. Los valientes que se atreven a enfrentarlo describen una figura espectral
con rasgos retorcidos y ojos brillantes que parecen perforar el alma. Se rumorea que quien mire
a los ojos de la figura quedará atrapado en un estado de terror paralizante.

EL SILVÓN
Según la leyenda, en vida era un joven terco, caprichoso, maleducado y consentido al
extremo, desde pequeño lo tenían acostumbrado a ser complacido con todo. Él se la
pasaba de cantina en cantina desperdiciando su vida con el alcohol. Le apodaban el Silbón
porque eso era lo que mejor sabía hacer: "Silbar", pero una noche, se enojo por lo que vio
que le habían servido en la mesa, ya que le dijo a su madre que quería asaduras de ciervo
para cenar. Luego él se levantó se fue de su casa furioso hacia la cantina para calmar su ira,
por lo que la mujer le pidió a su esposo que fuera al bosque para cazar un ciervo para su
hijo; acto seguido sin embargo, el pobre hombre no pudo lograr cazar nada con éxito.

Después de beber hasta quedar ebrio, el Silbón de regreso a casa se encontró con su
frustrado padre quien trató de explicarle porque no había podido cazar el ciervo que él
quería, sin oír razones y en medio de su borrachera golpeo brutalmente a su padre y
cuando cayó al suelo con el rifle de cacería le disparó constantemente hasta matarlo ahí
mismo y luego con el cuchillo de caza de su padre le sacó las tripas sin remordimiento
alguno, y finalmente las empacó en la tela de la camisa y se las llevó a casa. Tras este
hecho, le llevó las tripas a su madre, la cual al ver las últimas, sospechó un poco, así que le
preguntó varias cosas y hasta que la madre se dio cuenta de que estaba cocinando las
tripas de su marido entró en pánico y comenzó a gritar pidiendo auxilio y de castigo su
abuelo lo mando a que lo ataran a un poste en el medio del campo, a destruirle la espalda
a violentos latigazos, para que luego sus heridas fueran lavadas con agua ardiente y sábila,
y al liberarlo lo pusieran junto a dos perros hambrientos y rabiosos. Después de haberlo
torturado, su abuelo lo condeno a vagar siendo perseguido por los perros llamados "Perros
Tareco" o "Perros del Diablo" y según la leyenda los perros lo perseguirán hasta el fin de
los tiempos . Antes de liberarlo su abuelo lo maldijo y condenó a portar los huesos de su
padre por toda la eternidad.[3][4] Diciendo:
Maldito eres y maldito serás para el resto de la eternidad hasta que Dios tenga piedad de
tu alma
Después de ser condenado fue a donde estaba el cadáver de su padre, el cual los animales
silvestres se habían encargado de limpiar. Para luego en un saco sucio comenzar a meter
los huesos de su padre, después se echó el saco al hombro y terminó llevándoselos con él ,
seguido de cerca por los perros tarecos para convertirse en una leyenda.

Según los que supuestamente lo han visto pasearse por el llano venezolano o colombiano
lo describen como un hombre adulto delgado que llega a medir 6 metros de altura, que
viste ropa desgastada, lleva un sombrero enorme en su cabeza y lleva cargado un saco
lleno de huesos, que se pasea por los llanos y entre las copas de los árboles mientras
emite sus escalofriante silbido. Se pasea por el llano matando a personas mujeriegas y
borrachas para beberse su sangre alcoholizada directo de sus ombligos. Se dice que su
silbido suena como la melodía del "Do, re, mi, fa, sol, la, si, do" pero de una forma
espeluznante que suena en un sombrío y fantasmal eco. Hay veces en las que se sienta
frente a las casas para contar con detenimiento los huesos de su saco uno a uno, si las
personas de esa casa lo escuchan no pasa nada si es que no hay borrachos o mujeriegos
entre ellos, pero si no lo escuchan cuando pasa eso, al otro día habrá velorio en la casa. Se
dice que cuando el silbido es grueso es porque va por un hombre pero cuando el silbido es
suave es que va por una mujer.

La mejor forma de evitarlo es llevando un látigo, un ají picante o llevando un perro


doméstico, estas tres cosas lo espanta, además de que no se debe ser mujeriego o ir
borracho por los llanos venezolanos durante la noche.

Salió a la luz gracias a un obrero de La Portuguesa llamado Rafael. Se dice que "Cuando su
silbido se escucha cerca es porque está lejos, así que no hay peligro, pero cuando se
escucha lejos, ahí si es mejor tener cuidado por parte de los viajeros que caminen solos
por los llanos en altas horas de la noche, porque significa que el Silbón esta cerca".

Y así va el Silbón por los llanos junto a los perros tarecos, los cuales lo perseguirán
desatando muerte y desgracia por donde vayan a sus desafortunadas víctimas hasta la
consumación de los tiempos
EL LUISÓN

El Luisón (en guaraní, Luisõ),[1][2] también llamado Lobizón o Juicho; es uno de los siete
monstruos de la mitología guaraní, es el séptimo hijo de Tau y Keraná. [3][4][5] Se trata de
una criatura mitad hombre y mitad bestia, cuya figura guarda similitudes con la leyenda
europea del hombre lobo. Es un ser mitológico propio del acervo cultural de Paraguay,
muy popular en dicho país y en el nordeste de la Argentina, sur de Santa Cruz (Bolivia),
norte de Uruguay y los estados de Mato Grosso do Sul, Río Grande do Sul, Santa Catarina y
Paraná (Brasil). Existe la popular creencia de que el séptimo hijo varón de una familia de
exactamente siete hijos varones sin excepciones, al llegar a los quince años de edad, se
transforma en el Luisón.

Luisón es el séptimo hijo de Tau y Keraná en la mitología guaraní, sobre él cayó la mayor
maldición que pesaba sobre los progenitores. Su solo nombre aterroriza. Este ser
espeluznante se encuentra ubicado en la encrucijada de los caminos de la vida y de la
muerte. Es el monstruo más temido y aborrecido de los siete engendros malditos.

Otros mitos emparentados traen justicia y venganza, castigos a los que se exceden;
protegen la flora y la fauna; otros devoran hombres y mujeres, otros roban niños y silban
aterrorizando a todo aquel que escuche. Luisón daña más que todos estos penantes. Hace
imposible la vida del más allá. Juega con el destino del alma, que se vuelve irremediable
una vez que él interviene en el colmo de su obra maléfica, una de las tantas razones por la
cual es tan temido.
Los días viernes y martes al comenzar las sombras de la noche sale adueñarse de pueblos,
villas y ciudades en su avance penumbroso, Luisón pierde su forma humana para
transformarse en un perro de horrible aspecto, con unos dientes afilados y de diabólico
intento que busca los cementerios para revolcarse encima de los cadáveres y alimentarse
de ellos. A la media noche, con ojos relampagueantes sale en busca de seres humanos
para convertirlos en otros Luisónes, lo que logra besándolos en la frente y pasando por
debajo de las piernas de los hombres que sorprende en su maléfico paseo nocturno. A
veces jaurías de perros lo persiguen y ladran sin acercarse por el miedo que estos le
sienten. Un olor nauseabundo e insoportable lo acompaña, su aspecto hiela la sangre de
las venas y enloquece a los hombres que se dejan sorprender.

Su andar termina al clarear el nuevo día, retornando su forma humana, donde se lo ve


sucio, cansado, esquivo, de mirada doliente y cabello desgreñada. La gente no sabe si
tenerle lástima o sentir miedo ante la duda hiriente de que sea un Luisón o no.

Es similar el caso de los vampiros, al presentirlo todos se santiguan y callan. Es el hombre -


lobo temible y de hábito atroz, capaz de hacer perder al hombre su condición humana
transformándolo en bestia y demoniaca. Devora la carne de los muertos y el alma de los
vivos. No conocen los guaraníes y los paraguayos mayor desgracia que la de esta temible
bestia.

Dice el mito que al nacer Luisón brilló en los cielos la conformación de estrellas conocidas
como Las Siete Cabrillas en señal de que la maldición que afligía a Taú y Keraná había
cesado. Según la Mitología Guaraní este monstruo y sus seis hermanos deambulan sobre
la tierra aterrorizando a todos el que viva en la "Región Guaraní".

EL CHARRO NEGRO
El Charro Negro es un fantasma demoniaco con apariencia de galán mexicano, pero es más
peligroso de lo que se lee, pues su historia es tan tenebrosa como él mismo. Se dice que se
le aparece a unos cuantos, en especial a los que están desesperados por conseguir éxitos
en su vida y por alguna razón no lo logran. Es cuando el famoso personaje entra en acción,
pues él, al igual que todas esas personas, deseaba riquezas en vida, pero el infortunio de
un encuentro lo condenó a vagar por el país condenado a encontrarse con el rechazo y el
temor.

La leyenda del Charro Negro es imperante en varios lugares de México, casi un must en las
carreteras y en algunos caminos; sin embargo, pocos conocen la historia que esconde este
famoso espectro demoniaco con traje de charro que camina por todo México. Nosotros te
desmenuzamos la historia para que tengas cuidado la próxima vez que un charro galante
se aparezca en tu camino.
Se dice que al anochecer, en algunos caminos de México se escuchan las espuelas de un
charro, se siente frío y de pronto aparece entre la niebla un hombre vestido de negro. Es
un ajuar de, en efecto, un charro elegante con detalles en oro y plata. Lleva un sombrero
enorme y hay quien dice que porta un gabán si es que hace mucho frío, así como botas y
una apariencia excéntrica, pero atractiva. Se le puede ver montado en su caballo negro
como la noche, pero éste es muy extraño porque sus ojos brillan en la oscuridad como
bolas de fuego que impregnan miedo en quien lo mira.

Se cree que éste se le aparece a los viajeros, pues su ruta central es cualquier carretera; sin
embargo, se puede aparecer en las calles y caminos. Siempre llega frente a su víctima si
están lejos de la ciudad y si va en soledad. Ahí, cara a cara, él ofrece riquezas y sueños que
aparecen lejanos, pero no gratuitamente, sino con costo muy alto: el alma del viajero. Pero
no lo hace por gusto, sino porque está condenado a tal acción hasta encontrar alguien tan
avaro que sea capaz de dar su alma a cambio de todo lo que siempre soñó. Justo como él
lo hizo.

EL AUTOBUS FANTASMA
Esta leyenda urbana tiene su origen en la ciudad de Toluca. Se trata de una historia
aterradora basada en un episodio real que tuvo lugar durante los años ochenta del siglo
XX, cuando un autobús que transitaba por una carretera nocturna jamás llegó a su destino.
El misterioso suceso dio pie a diferentes versiones sobre los acontecimientos que hoy en
día se siguen transmitiendo.

Cuenta la leyenda que, en una vieja y peligrosa carretera que unía Toluca con Ixtapan de la
Sal, un autobús circulaba de madrugada de Ixtapan de la Sal hacia Toluca.

Todo iba bien hasta que comenzó a llover, momento en que el autobús tenía que tomar
curvas muy peligrosas y pasar por un puente en el que solo cabe un vehículo.

De repente, los viajeros se asustaron al ver que el autobús había tomado más velocidad. El
conductor se percató de que los frenos estaban fallando. Pronto, en una de las curvas, el
autobús se precipitó al vacío dejando víctimas y sin sobrevivientes. El autobús número 40
se incendió y jamás llegó a su destino.

Dice la leyenda que desde entonces, si transitas por esa carretera durante la madrugada e
intentas subirte a un autobús, posiblemente sea el número 40. Si subes al autobús, no
deberás hablar en ningún momento. Antes de bajar, jamás deberás mirar hacia atrás en el
autobús. Si lo haces no sobrevivirás.
LA CASA DE LAS BRUJAS

Esta leyenda surge de una vivienda situada en la ciudad de Guanajuato, cuya construcción
data del año 1895. Actualmente forma parte de un hotel, pero los rumores sobre ruidos
por las noches siguen persistiendo y despertando la curiosidad de aquellos interesados en
fenómenos paranormales.

Cuenta la leyenda que el dueño de esta casa ubicada en Guanajuato vivía allí con su
pequeña hija Susan cuando lo mandaron a la cárcel por cometer un delito.

Así, la niña quedó con sus tías, las cuales no la trataron nada bien. Las mujeres la
encerraron en un sótano y no le proporcionaban alimentos. Días después, los vecinos
aseguraban escuchar lamentos cuando fue hallado el cuerpo sin vida de la joven.

Se dice que en las noches de luna llena la casa se vuelve terrorífica, quienes transitan por
ahí aseguran ver a una joven asomándose por una de las ventanas

LA ISLA DE LAS MUÑECAS


El origen de esta leyenda urbana de Xochimilco es relativamente reciente ya que data de la década
de los 50 del siglo XX.

La isla de las Muñecas, situada en los canales de Xochimilco, se ha convertido en una atracción
turística para curiosos y visitantes de la zona. Es un sitio tan aterrador como misterioso que
impresiona a quienes ven un lugar repleto de muñecas de todo tipo.

Dice la leyenda que, allá por los años 50, un hombre llamado Julián Santana decidió recolectar
todas las muñecas que aparecían en la zona del canal, después de que una joven muriera allí
ahogada.

El hombre decía que había oído los lamentos de la muchacha y, desde entonces, decidió colocar
allí las muñecas o partes de ellas que iba encontrando como supuesto símbolo de paz y protección,
a fin de espantar a los espíritus malignos.
NO SOLO LOS PERROS LAMEN

La siguiente historia muchos la localizan en una pequeña localidad francesa pero, como
todas las demás, el boca a boca ha borrado la pista de su origen. Una niña de 9 años es la
protagonista de la leyenda. La pequeña era la única hija de un matrimonio con gran
influencia política y una ajetreada vida social que hacía que la niña pasase demasiado
tiempo sola.

Para aliviar su soledad, los padres decidieron regalarle un perro, que podría proteger a la
niña en su ausencia. Niña y can se hicieron inseparables. Un día, mientras dormían, la niña
empezó a escuchar cómo su mascota arañaba el suelo y gruñía. Para tranquilizarlo, bajó su
brazo de la cama para que él la lamiera: era un código entre ellos para saber que ambos
estaban bien.

Al día siguiente, cuando la niña despertó, en la pared se podía leer con sangre: "No sólo
los perros lamen", y a su perro asesinado en el suelo. Cuando encontraron a la niña, ella
sólo preguntaba quién le había estado chupado la mano toda la noche. Cuenta la leyenda
que la niña acabó enloqueciendo.

EL CARRO ROJO
Esta leyenda urbana viene de Morelos. Se dice que en la carretera rumbo al DF alguna vez
se aparecía un auto rojo, especialmente a muchachos que pedían aventón o a los que se
detenían a las orillas del camino. En el auto rojo, un coche de mucho lujo, convertible y
veloz, iban a bordo dos o tres mujeres, todas muy bellas y de buen cuerpo, quienes
invitaban a los muchachos a dar un paseo o a llevarlos hasta donde tenían que ir. Al
aceptar, los chicos se subían en la parte trasera, sin imaginarse lo que venía. Las mujeres
no eran más que súcubos, demonios femeninos que engañaban a los hombres para
seducirlos y luego devorarlos. Es ahí cuando el auto rojo desaparecía con una nueva
víctima cada noche. ¿La curiosidad habrá matado al gato (o al que pedía aventón)? Lo más
seguro era que estos pobres hombres amanecían en otro lugar, más alcoholizados que
botella de Tonayan…

MUÑECOS ASESINOS
Chucky, tiembla canijo… En México la euforia por los Pitufos alcanzó su mayor auge en los
80’s, cuando todos los niños querían una de estas figuras. Hasta que, presumiblemente,
empezaron a aparecer niños muertos, estrangulados o incluso acuchillados por estos
muñecos, que tenían vida propia. En la década de los 90’s, los trolls empezaron a tener la
misma fama que los Pitufos, por la misma causa: se decía que si comprabas un troll (una
de esas figuras de duendes con grandes narices y orejas), tenías que cuidarlo como un
niño, dándole leche y comida por las noches. Quien no lo hiciera, podía sufrir maltrato y
hasta morir en manos de estos seres. Lo bueno era escuchar que alguno de tus cuates
metió el suyo al horno de microondas mientras lo estaba estrangulando, y el muñeco
estalló. ¡El chavito salvó el día!

TUNELES SECRETOS DEL METRO

No hay duda de que el Metro en la Ciudad de México es el transporte público por


excelencia, con miles de pasajeros al día que lo usan para ir a trabajar, a la escuela o solo
para pasear. Sus cientos de estaciones han sido escenario de varias leyendas… una de las
más famosas es la que habla de que en ciertas vías del tren hay túneles secretos. Se
asegura que sirven para trenes secretos del ejército, con los cuales los soldados llegan más
rápido a sus destinos, o que incluso llegan hasta pirámides ocultas, estaciones privadas de
políticos y presidentes o a un lago subterráneo donde se efectúan rituales. Aunque todo se
escuche muy fantástico, estos túneles sí existen, pero solo sirven para desviar algún tren
que haya sufrido una avería a medio camino. Si de pura casualidad, en su siguiente viaje
por estos lugares, se vuelve a descomponer el tren (cosa que casi no pasa, ¿verdad?),
anímense a buscar estos túneles. Igual uno de ellos da a un puesto de tacos al pastor
secreto del gobierno…

EL CHUPACABRAS
¡Cómo olvidar al favorito de la familia y de todo México! Aunque empezó como un hecho
registrado en Centroamérica, no tardó en difundirse en México y en gran parte del sur de
Estados Unidos. Se trataba de un animal con apariencia de canguro o perro salvaje que
atacaba a los animales de las granjas, sacando la sangre de sus cuerpos. Muchos decían
que se trataba de un experimento de los gringos en sus laboratorios secretos, y otros
hablaban de extraterrestres. Hasta Maussan, en su famoso programa Tercer Milenio, habló
de él hasta que el tema se agotó, y hasta hubo quién pensaba que era puro invento del
gobierno para subir más los impuestos del pueblo. No tardó en tener muñecos,
apariciones en telenovelas (Lola la Trailera vs El Chupacabras), y hasta una línea de
teléfono donde llamar con el supuesto animal. ¡Ya ni la muelan!

LA PATASOLA

La patasola, en el folclore narrativo de Colombia, es una mujer monstruosa que se


caracteriza porque tiene una sola pierna que termina en forma de pezuña.[1] Su aspecto
es aterrador: cabellera enmarañada, pequeños ojos de tigresa, boca grande y colmillos
enormes. Según la leyenda, es el alma en pena de una mujer infiel que deshonró a su
marido[2] y nunca lo supo valorar ni querer.

En Colombia se dice que tiene que ver con una traición amorosa, pues cuentan que una
bella mujer estaba casada con un campesino muy trabajador que se dedicaba a vender las
cosechas de su patrón, pues la esposa del arrendatario tenía 3 hijos. Aprovechando las
ausencias del campesino, el patrón la coqueteaba a la bella mujer y ella no le era
indiferente a sus piropos y regalos; los vecinos se dieron cuenta y un buen día le contaron
todo al marido.

A la mañana siguiente el campesino decidió hacer como si saliera a vender la cosecha


fuera del pueblo, pero esperó escondido cerca de la casa. Al anochecer entró súbitamente
y encontró a los amantes abrazados en la cama. Lleno de ira, el campesino desenvainó su
machete con furia, se arrojó sobre ellos y le cortó la cabeza de un solo machetazo al
patrón. La mujer, entre sorprendida y horrorizada, quiso salir huyendo pero el enfurecido
marido, de un solo machetazo le cortó una de sus piernas ocasionándole la muerte.

El patrón y la esposa del arrendatario murieron casi a la misma hora, el campesino, sin
pensarlo dos veces, le prendió fuego al rancho en donde vivía y se llevó a sus hijos fuera
de la región.

Al atardecer, el alma de Patasola se dirigió al rancho saltando con dificultad con una sola
pierna y viendo los frutos de su engaño. En una mezcla de arrepentimiento y furia, se
convierte de una hermosa mujer en un monstruo malvado y horroroso que lanza
tenebrosos gritos.

Las personas aseguran haber visto su alma saltando con una sola pierna por sierras,
cañadas y caminos, destilando sangre y dando gritos lastimeros.

Se les aparece como una hermosa mujer para después atraerlos y enamorarlos. Luego, los
lleva a la oscuridad del bosque en donde se transforma en una horrible mujer con ojos de
fuego, boca desproporcionada y dientes de felino. Se lanza sobre su víctima y le chupa la
sangre y tritura los huesos con sus colmillos. Y en medio de una nube mortecina,
desaparece con su presa.
La Patasola: no tiene sino una sola pierna, es una mujer muy hermosa de cabellos rubios y
según la leyenda popular va de un lado para el otro; por ejemplo ella es capaz de ir
rápidamente utilizando el viento de sí misma. Cuando la Patasola ojea a alguien le tuerce
los ojos, les enferma con grillos en los oídos y sapos en el estómago. Para curar al ojeado
los curanderos dicen la siguiente oración:

Señora: Yo, como sí, pero como ya se ve, suponiendo que así fue, lo mismo que antes así,
si alguna persona a mí echare el mismo compás, si acaso, porque, quizás esto fue, de
aquello pende, supongo que ya me entiende, no tengo que decir más Patasola no hagas
mal que en el monte está tu bien.

A simple vista la "oración" parece no decir nada. Pero según los curanderos, este rezo aleja
a la Patasola y cura el maleficio de la misma. Esto es cosa que la ciencia no tiene por cierta.
Si no fuera porque se la tiene por bruja sería uno de los personajes simpáticos de la
tradición popular tolimense. Pero como es bruja, no le cae bien a nadie.

EL SEÑOR DE LAS BOLSAS

Otra del Metro. Cuenta la historia que un hombre subió en hora pico… presumiblemente
en la línea 3 (de Indios Verdes hasta Universidad). Llevaba cargando una bolsa de mujer.
Una de las usuarias, por la gran cantidad de gente dentro del vagón, se queda muy cerca
de aquel hombre, y sin querer observa el contenido de la bolsa. Para su sorpresa, dentro
había manos humanas, la mayoría de mujeres, con pulseras de diamantes, carísimos
anillos de oro y joyas de otro tipo. La mujer gritó, y el hombre escapó antes de que llegara
la policía. Se dice que jamás atraparon al “ladrón”, quien aún sigue buscando víctimas para
apoderarse de sus joyas.

EL ARBOL DE LOS VAMPIROS

Hace muchos años atrás la ciudad de Guadalajara era un pueblo pequeño y muy tranquilo.
Era común que los extranjeros se mudaran a este lugar para pasar sus días de descanso.
Pero de repente, la paz de este poblado se terminó. Un día apareció un perro muerto, algo
que al principio parecía común, pero al mirar de cerca era algo verdaderamenteextraño,
pues el perro no tenía sangre. Parecía que le habían succionado todo el líquido. La policía
pensaba que se trataba de un animal mucho más grande, lo que generó algo de
tranquilidad. Al otro día apreció un gato a quien le sucedió lo mismo, y al otro día lo
mismo pero a todo un grupo de gatos, y así por varios días. La población se sentía algo
asustada. El miedo llegó a la cúspide cuando una mañana encontraron una persona sin
una gota de sangre. Muy pronto todo el pueblo empezó a comentar que se trataba de un
vampiro. Los rumores crecieron cuando al día siguiente apareció otro hombre en las
mismas condiciones. Guadalajara ya no era un pueblo tranquilo y la gente ya no se atrevía
a salir de noche por miedo a encontrarse con el "vampiro". Tanto el pueblo como la policia
se reunieron para tratar el problema y llegaron a la conclusión de que había que buscar al
vampiro por la noche y matarlo con un palo de madera. El carpintero del pueblo propuso
que la estaca tenía que ser de madera de camachín, porque esa era la que era buena para
matar a los vampiros. Todas y todos buscaron la madera de camachín y se fabricaron
estacas. Los hombres del pueblo y los policías se fueron a cazar al vampiro y después de
buscar y buscar por fin lo encontraron y le clavaron la estaca en el corazón, e
inmediatamente murió. Se dieron cuenta que el vampiro era un extranjero que provenía
de Inglaterra y al jubilarse se mudó a Guadalajara. Las autoridades ordenaron enterrar al
vampiro en el Panteón de Belén y pidieron poner una piedra gigante encima para que
jamás pudiera escapar. Pasado un tiempo, un trabajador del panteón, se dio cuenta de que
de la tumba estaba brotando una rama de un árbol de camachín, la misma madera de la
cual estaba fabricada la estaca con la que atacaron al vampiro. La rama comenzó a crecer y
nadie la pudo detener. Esta se convirtió en el árbol de camachín que hoy la gente visita en
el Panteón de Belén, como recordatorio de que allí descansan los restos del vampiro.
Desde entonces ese árbol es conocido como el árbol del vampiro.

LA FANTASMA DE LA MONJA

Esta historia sucedió en el siglo XVI en las calles de Guatemala y Argentina en el centro
histórico de la Ciudad de México. Los protagonistas de la historia son los hermanos Ávila:
Alfonso, Gil y María. Ellos tenían la fortuna de contar con una buena posición económica.
Esto les daba acceso a una vida llena de lujos. Un hombre de apellido Arrutia pretendía
casarse con María, pero no tenía intenciones honestas. Lo único que buscaba era poder
acceder a la fortuna de su familia. Esta información llegó a oídos de los hermanos de
María, por lo que buscaron evitar el matrimonio. Lo primero que hicieron fue buscar al
novio para pedirle que no lo hiciera. Este se negó, pero una vez que le ofrecieron el
suficiente dinero, decidió marcharse. Al final, eso es lo que quería. María al ver esto, se dio
cuenta de las verdaderas intenciones de aquel hombre. Pero saber esto le causó mucho
dolor y le hizo caer en una depresión profunda por más de dos años. Sus hermanos, no
sabiendo que hacer, pensaron que sería buena idea recluirla en un convento. Para ello, la
llevaron al antiguo convento de la Concepción. Pensaron que ese ambiente y el
acercamiento a Dios le harían bien. A pesar del tiempo que pasó ahí, rezando todos los
días y buscando evitar el dolor, simplemente no pudo. Y un día, se rindió. En el patio del
convento existe un árbol de durazno, en donde tomó una cuerda y decidió ahorcarse. En
ese mismo lugar terminaron por enterrarla las monjas y parecía que había terminado la
historia. Pero, aproximadamente un mes después, notaron cosas raras en el ambiente.
Algunas monjas juraban haber visto en el patio, por la zona donde está el árbol, a una
monja vagando de madrugada. Incluso, algunas juraban que al estar por la fuente de agua
que se encontraba cerca, podía verse el rostro de María. El terror que esto les provoca era
indescriptible. Los años pasaron y las apariciones continuaron. Incluso las mismas
religiosas estuvieron ofreciendo toda clase de rezos y misas para intentar alejar al espíritu.
Pero pasaron los años y las apariciones continuaban. Sus hermanos murieron tiempo
después de forma

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