Clase Magistral - Oscar Alvarado 07 Noviembre de 2011

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República Bolivariana de Venezuela.


Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.
Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”.
Núcleo Apure.

CLASE MAGISTRAL.
DICTADA POR EL FACILITADOR:

OSCAR ADOLFO ALVARADO,


PADRINO ACADÉMICO DE LA CCXCIV PROMOCIÓN DE
LICENCIADOS EN:

 EDUCACIÓN INTEGRAL.

 EDUCACIÓN MENCIÓN
DOCENCIA AGROPECUARIA.

 EDUCACIÓN INICIAL.

 ADMINISTRACIÓN DE
RECURSOS MATERIALES Y
FINANCIEROS.

 ADMINISTRACIÓN DE
EMPRESAS
AGROPECUARIAS.

07 DE NOVIEMBRE DE 2011.
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EXORDIO.
“El que tiene tanto que decir, apenas puede evitar que se le atropellen las
palabras en la boca.” (Simón Rodríguez).
Con esta frase pronunciada por el adalid del pensamiento americano, Don
Simón Rodríguez, he querido dar inicio a la enorme responsabilidad, y para mí el
inmenso honor, de dictar la Clase Magistral, que como suele establecer el
protocolo académico, se efectúa cada vez que se realiza un Acto de Graduación
en las instituciones universitarias de nuestro país; pues realmente apenas puedo
evitar -o podré evitar- que las palabras se me atropellen en la boca, por los tantos
asuntos a los cuales quisiera referirme en este momento, y que además, desearía
se llevarán en su pensamiento para el análisis, la reflexión y la adecuada
confrontación de las ideas que nos hace desarrollar la capacidad de abstracción
intelectual a la vez genera progreso conceptual, con mayores niveles de
racionalidad o comprensión, asuntos éstos muy importantes para el ejercicio futuro
de las respectivas profesiones en las cuales ustedes, mis estimados participantes
circunstanciales, recibirán el título correspondiente, de manos de la Rectora de
esta casa de estudios superiores.
Debo decir que además de la responsabilidad y honor que me confieren
ustedes hoy día, este hecho es para mí la llegada a una meta más de las tantas
que me he impuesto lograr en la vida, pues siendo lo que se denomina
popularmente hijo natural de una modesta mujer de origen campesino y el haber
crecido en medio de muchas carencias económicas, en consecuencia no ha sido
fácil para mí, como seguramente a otros profesionales más de origen campesino
en este pueblo, allanar el escarpado camino de las dificultades que se le
presentaban a todos los hijos de la gente pobre en nuestra Venezuela del pasado,
quienes deseábamos poder ingresar a una universidad y salir de ella con un título
profesional. Por fortuna esta tierra de tan difícil condiciones naturales, que durante
la mitad del año el invierno nos ahoga y la otra mitad el Sol nos calcina, ha parido
mucha gente recia y a la vez noble, solidaria y dispuesta a sacar de la propia
entraña campestre, el alimento y los productos que permiten el sustento de la
existencia humana.
Permítanme entonces en este momento tan especial, la licencia de agradecer
por mi presencia en este mundo a mi Abuela Francisca Fabiana Alvarado Bello, ya
en el infinito, a mi madre Rafaela Alvarado y a sus Cinco hermanas, Dos de las
cuales, Livia y Elvia, acompañan a mi abuela en el parnaso de la ternura y el
amor. Son todas ellas la principal guía y ejemplo para el desarrollo de mi vida
propia y la formación de mis Cinco hijos, uno de los cuales, el Mayor de ellos, Luis
Adolfo, está entre ustedes y recibirá el título de Licenciado en Educación Integral.
Estimados integrantes de la 294, Promoción de Licenciados en Educación
Integral, Educación Inicial, Docencia Agropecuaria y Licenciados en
Administración Mención Recursos Materiales y Financieros y de Empresas
Agropecuarias, permítanme anunciarles que en lo consiguiente la responsabilidad
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que ustedes me otorgan, la dedicaré a dictar la clase magistral haciendo mis


consideraciones acerca de lo que he titulado:
EL DESAFÍO DE LOS PROFESIONALES VENEZOLANOS DENTRO DEL
PROCESO DE TRANSFORMACIÓN Y LIBERACIÓN NACIONAL
ANTIIMPERIALISTA.
Antes de continuar quiero dejar claro, sin ambivalencias o ambigüedades,
como docente de esta universidad, que personalmente soy de los más firmes
convencidos de lo que establece el texto de la Ley Orgánica de Educación, en
cuanto a que:
“La educación como derecho humano y deber social
fundamental orientada al desarrollo del potencial creativo de
cada ser humano en condiciones históricamente
determinadas, constituye el eje central en la creación,
transmisión y reproducción de las diversas manifestaciones
y valores culturales, invenciones, expresiones,
representaciones y características propias para apreciar,
asumir y transformar la realidad.”(Artículo 4°)
Así mismo que
“La educación universitaria tiene como principios rectores
fundamentales (…) el ejercicio del pensamiento crítico y
reflexivo, la inclusión, la pertinencia, la formación integral, la
formación a lo largo de toda la vida, (…)
la educación universitaria está abierta a todas las corrientes
del pensamiento y desarrolla valores académicos y sociales
que se reflejan en sus contribuciones a la sociedad.”(Artículo
33)
Ahora bien, expresado lo anterior y entrando en el meollo del asunto les
exhorto a crearse prejuicios de valoración sobre el título de la clase y más bien
atender a su contenido para que veamos, en primer término, cuáles son:
I.- Las lecciones de nuestro pasado.
En este fragmento, quiero enarbolar al viento -y que se anide en sus ideas
estimados amigos del auditorio- una frase de Simón Bolívar, su Excelencia El
Libertador, quien dijo:
“De nada sirve evaluar la historia si no aprendemos de ella; la
historia no es el pasado depositado en viejas bibliotecas, el
pasado es una ventana hacia el futuro que nos permite
enfrentar realidades actuales y por venir, que se repiten una y
otra vez”
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Ciertamente, durante muchas etapas del proceso educativo cumplido por


ustedes para llegar a este peldaño, de transformarse en profesionales de la
República Bolivariana de Venezuela, algunas historias han transcurrido en lo
individual de cada uno, en lo colectivo de la sociedad que integramos, en nuestra
nación y en la nave espacial -Planeta Tierra- donde actualmente viajamos por el
universo sideral. Sin embargo, muchas veces de forma indiferente pretendemos
obviar los sucesos pretéritos, confiados equivocadamente en ser dueños de las
verdades absolutas e imaginando que nada de lo anterior recurre sobre nuestras
realidades actuales y o las que han de venir. Al respecto, el autor Denes Martos
apunta lo siguiente:
“Gran parte de esta actitud se debe a que tenemos Historia
pero no somos conscientes de que formamos parte de ella.
Estudiamos Historia como si la misma le hubiera sucedido a
otros. Nuestros hijos recitan la lección en el colegio del
mismo modo en que nosotros la recitamos en su momento y
la enorme mayoría de las veces nadie se forma una idea,
siquiera aproximada, acerca de ¿qué tiene todo eso que ver
con nosotros? Egipto, Grecia, Roma, el Medioevo, son como
historias que le han pasado a otros. Son como cuentos de un
país de hadas que narran hechos sucedidos en otro lugar, en
otras partes, a otra gente. Ni nos damos cuenta de que esas
historias, en muchísimos casos, encierran la biografía de
nuestros antepasados.”(Los Desafios del Siglo XXI, p.2)
Y agrega este mismo autor:
“Cada secta, cada moda filosófica, cada profesión, cada
ideología tiene su propia Historia acomodada
convenientemente a sus necesidades, objetivos y prejuicios.
(…) Miramos hacia nuestro pasado a través de un catalejo
cuya óptica se halla tallada por los anhelos y los propósitos
de nuestro presente. Usamos a la Historia para demostrar
que nuestras opiniones actuales son acertadas; la utilizamos
como prueba de la rectitud de nuestras intenciones; para
tranquilizarnos con la certeza de que estamos ubicados en la
"dirección histórica correcta". No la vemos como el origen de
lo que somos. La consideramos como un argumento para
justificar lo que quisiéramos llegar a ser. En si mismo, el
hecho no es, en realidad, tan objetable; lo peligroso es que
no nos demos cuenta de ello y lo inadmisible es que lo
neguemos a la hora de tener que soportar algunas críticas.”
(Ibídem)

En consecuencia, sería oportuno que ustedes, que de ahora en adelante dejan


de ser Bachilleres y asumen, de hecho y de derecho, el ejercicio de una Profesión,
que se dediquen, aunque un poco, a razonar cuál ha sido el devenir histórico de
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nuestro pueblo venezolano y sus relaciones con las demás naciones de este
Continente, así como también como ha sido la intervención de los países
desarrollados para someter, subyugar y explotar a los habitantes y recursos
naturales de estas tierras del Sur, Centroamérica y el Caribe. Comprender, por
ejemplo, desde la lucha de resistencia de nuestros aborígenes, los precursores de
la independencia, el legado de Bolívar El Libertador y la continuidad histórica
perseverante de luchas, en la que hoy día militan enormes cantidades de pueblos
americanos quienes han entendido la necesidad de darle un vuelco a la situación
del neocolonialismo y el neoliberalismo depredador para en consecuencia, echar a
andar la carreta de la historia con el rumbo de la integración, la solidaridad, la
cooperación y la complementación, entendiendo que es posible la unidad en
medio de la diversidad.
Cada uno de ustedes recibirán de la mano de la rectora su correspondiente
título en una de las Dos más importantísimas de las profesiones que cumplen un
rol fundamental en la transformación bolivariana y revolucionaria de la Venezuela
actual, me refiero a la Educación y la Administración.
Acerca de la primera carrera, Educación; decía el más extraordinario adalid del
pensamiento americano y epónimo de esta universidad, Don Simón Rodríguez, o
el Sócrates de Caracas, como lo llamaba su más preclaro pupilo, convertido luego
en Libertador, lo siguiente:
"El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar,
esto es al que enseña a aprender; no al que manda a
aprender, ni al que aconseja que se aprenda. El maestro que
sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñando
virtualmente todo lo que se aprende después, porque enseñó
a aprender".
En cuanto a la Segunda carrera, Administración, un informe de la Secretaría
del Consejo Económico y Social de las Naciones señala que:
“Un gobierno democrático eficaz y una administración
pública eficiente se cuentan, sin duda alguna, entre los
elementos más importantes de la promoción del programa de
desarrollo nacional de un país.”
(http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/un/unpan0
04499.pdf)
Seguramente muchos de ustedes serán incorporados al ejercicio de sus
profesiones por entidades públicas del Estado venezolano y el resto se
incorporará al sector privado, bien sea como trabajador en empresas de diversas
finalidades, o bien desarrollando individualmente sus capacidades. Sin embargo
todos de una u otra forma estarán contribuyendo al desarrollo general del país y
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he allí el desafío de los profesionales venezolanos dentro del proceso de


transformación y liberación nacional antiimperialista.
Pues aunque algunos de ustedes no comparta el sendero ideológico que
asume la actual administración del Poder Público Nacional, tanto como en los
niveles regionales y municipales, es obvio que todos desean mejores estándares
de vida, es decir, mayor bienestar socio-económico, porque ese fue uno de los
estímulos que les impulsaron a conquistar la meta a la cual hoy arriban victoriosos,
alegres y esperanzados.
Entonces -estimados graduandos- Venezuela ha llegado a la actual fase
revolucionaria de liberación nacional porque la mayoría del pueblo escogió este
camino. Hasta hace pocos años lograr la oportunidad para ingresar a la
universidad, mantenerse en ella y egresar graduado fue una odisea. Hoy día las
posibilidades y facilidades se multiplican exponencialmente, sin las exclusiones del
pasado; si alguna duda hay al respecto bastaría acceder a páginas de internet
donde las estadísticas dan demostraciones fehacientes de tal verdad. La historia
nos permite conocer ese pasado nuestro para tratar de comprender este presente
y mediante el auxilio de otras disciplinas científicas, además de nuestras propias
experiencias, acciones y convicciones, podemos prefigurarnos el porvenir y
decidirnos por cual camino es que vamos a transitar de ahora en adelante, en
particular ustedes, ahora profesionales, deberán preguntarse y definir la respuesta
sobre hacia donde quieren dirigirse en la senda existencial de la vida que rumbo al
futuro los ha de llevar.
Ahora debemos tener claro, en particular los más jóvenes, las dificultades de
este presente, por ello entonces me referiré a:
II.- El Siglo que vivimos.
Recorremos un Milenio que se ha iniciado marcado por las guerras de
ocupación a naciones subdesarrolladas, por parte de potencias militares en
búsqueda de los recursos energéticos de aquellas; la escases de alimentos se
acrecienta; la crisis financiera mundial del sistema capitalista genera la perdida de
millones de empleos y principalmente los jóvenes del mundo se levantan en un
gran movimiento denominado los indignados, una ola generalizada de protestas
en las grandes capitales de los países que se creían el modelo de la civilización
mundial, la quiebra de un sistema capitalista depredador de la especie humana
comienza entonces otra de sus crisis nefastas, donde precisamente se torna más
peligroso el modo de producción capitalista, pues mientras mayor se vea afectado,
en esa misma medida tratará de saquear pueblos para resolver parte de sus
deficiencias. Tal situación ocurre con mayor relevancia en los habitantes del Norte
de América y en el muy antiguo y experimentado continente europeo, sin
embargo, como habitamos una “Aldea Global”, muchas de las secuelas afectan
nuestras naciones de la América Latina, de allí la importancia de tener claro la
responsabilidad y el desafío de los profesionales venezolanos, porque para
ninguno de ustedes debe ser “secreto de Estado”, que en nuestro caso particular
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de país petrolero, tenemos la más importante, reconocida y apetecida reserva


mundial de hidrocarburos, es decir, tenemos gran parte de la energía que mueve
al mundo.
Esa realidad no puede pasar desapercibida para un profesional venezolano de
este Siglo, comienzos del Milenio, no es correcto ser ingenuo al respecto, no es
inteligente y tampoco aceptable, mirar hacia otro lado o entretenernos
candorosamente creyéndonos que nada de lo que ocurre y destroza a la
humanidad en otras naciones nos es ajeno… no mis estimados estudiantes
circunstanciales de esta clase, nada de eso puede ser ignorado por ustedes y
nosotros todos, aunque las grandes transnacionales de los medios de
comunicación manipulen la verdad o nos quieran hacer creer, que si es cierto la
existencia de “pajaritas preñadas y avionetas que depositan huevos en un nido”.
Muchas veces atrapados en nuestros problemas particulares tratamos de
escaparnos de esa realidad, Martos lo dice de esta forma:
“Hemos generado mil formas de escapismo. Desde las
drogas hasta nuestros más inocentes entretenimientos, toda
la industria del esparcimiento está dirigida a hacernos olvidar
- aunque más no sea por unos momentos - la realidad
cotidiana. De hecho, nos pesa horrores la rutina; esa gris
reiteración de actos casi automáticos que constituye la
mayor parte de nuestras vidas. Nos fugamos de ese
aburrimiento recurriendo a la pantalla del televisor. Y en esa
pantalla esperamos ver, en imágenes, el mundo que nos
niega nuestra propia realidad. Así, por televisión, corremos
las carreras de las que nunca participamos; admiramos a
mujeres que jamás conocimos; miramos los paisajes que no
visitamos; peleamos las guerras que nunca libramos y los
norteamericanos han llegado hasta a ganar en la pantalla las
guerras que perdieron en la realidad.”
Al decir estas palabras no pretendo ser el arúspice de las desgracias, el
augur del desconsuelo, ni el predicador de la inminente llegada del Apocalipsis,
nada de eso es mi intención, al contrario, soy de los más fervientes convencidos
de la necesidad de luchar, de avanzar sin descanso, de confrontar las dificultades,
vencerlas y consolidar los espacios conquistados. En mis palabras les estoy
tratando de sensibilizar para que asuman una conciencia y una condición distintas
para el próximo desempeño de sus profesiones particulares, mi persona,
muchísimos apureños y venezolanos más, a lo largo y ancho de esta geografía,
hoy día hacemos nuestras las palabras de Niko Kazantzakis, al decir:
“Vencer también la última, la más grande tentación, la
esperanza. Luchamos porque nos gusta, cantamos aunque
no exista oído que nos escuche. Trabajamos, aunque no haya
un patrón que, al atardecer, nos pague un salario… ¿Dónde
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vamos? ¿Venceremos alguna vez? ¿Para qué todo este


batallar? ¡No preguntes: combate! La esencia de nuestro Dios
es el combate.” (Sant Roz, José, Maldito Descubrimiento p. 15)
Si mis amigos, en este siglo que vivimos cada día el Sol sale para todos pero
algunos vecinos terrícolas aspiran cogerlo para ellos nada más; si existiera la
posibilidad de acaparar la energía solar y el aire que respiramos, imagínense
ustedes el nivel de dependencia que tendrían nuestras naciones latinas con tan
modesto desarrollo tecnológico que hoy tenemos. Insisto, esa es una inobjetable
realidad de este Siglo que debe ser transformada por y para los pueblos del
mundo, ya en América estamos dando ejemplos importantes y ustedes pueden
sumarse voluntariamente al esfuerzo creador, integracionista y constructor, el
mismo camino del cual los prohombres de la independencia nacional iniciaron, en
una primera fase, que ahora nos corresponde darle continuidad hacia espacios
superiores de soberanía nacional en todos los aspectos del acontecer social,
político, económico y cultural.
Dicho esto, quiero ahora expresar, con el criterio surgido de la construcción
colectiva de los marxistas venezolanos, una muy breve concepción general sobre:
III.- La Fase de liberación Nacional y Antiimperialista de la Revolución
Bolivariana.
En Venezuela se desarrolla una revolución bolivariana y antiimperialista en su
fase de liberación nacional. Esto significa que: “Una revolución de liberación
nacional implica un proceso de ruptura de la dominación de los grandes poderes
imperialistas sobre los países coloniales, semi-coloniales y dependientes en
general; esta ruptura conlleva, entre otras conquistas, el rescate y fortalecimiento
de la soberanía nacional, el establecimiento de un Estado nacional eficiente de
carácter democrático-popular revolucionario, el desarrollo económico
independiente, la industrialización con progresivo desarrollo científico-tecnológico
autónomo y productividad creciente, el logro de la soberanía agroalimentaria, y el
establecimiento de las bases para el desarrollo pleno de la identidad nacional.”
“Indiscutiblemente, a lo largo de estos Doce años se han producido en Venezuela
cambios de importancia en varios de los aspectos mencionados. Hubo, por
ejemplo, un esfuerzo intenso, sostenido y razonablemente exitoso para modificar
el patrón de distribución de la renta petrolera nacional, especialmente a través de
las diversas Misiones sociales, lo que queda en evidencia en la evolución
favorable de indicadores de desigualdad social tales como el “Índice Gini”.
También se han impulsado políticas, proyectos y planes con el objetivo de
establecer mecanismos que viabilicen un modelo de “democracia participativa y
protagónica”, aunque con resultados aún insatisfactorios. Igualmente constatamos
importantes cambios en determinados aspectos de la subjetividad colectiva,
produciendo avances en la conciencia antiimperialista de amplias capas del
pueblo venezolano.”
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En este esfuerzo confluyen vastos sectores de la sociedad nacional, donde sin


lugar a dudas, están presentes muchos que anteriormente jamás pensaron en
llegar a esta coyuntura política, gente perteneciente a sectores sociales con
mediana y alta capacidad económica, es decir, los capitalistas nacionales, quienes
viendo la oportunidad y la posibilidad de quitarse de encima o desplazar a los
dueños del capital transnacional para luego ellos reemplazarlos en beneficio
propio, se acomodaron acercándose al liderazgo revolucionario e incluso
envolviendo parte del mismo en vahos de marrullerías y halagos. Con tal actitud
están allí, se presentan como revolucionarios y seguramente son necesarios,
incluso aliados eventuales, en esta fase de confrontación con el imperialismo; sin
embargo, no están ganados para darle continuidad o empujar el esfuerzo hacia la
perspectiva socialista y trabajar de verdad afanosamente a favor de los más
necesitados, lo que realmente desean es ocupar puestos de comando, decisorios,
controlar espacios de gobierno para usufructuar y alimentar sus ambiciones. Esa
situación puede durar un tiempo más y solo será superada cuando las grandes
mayorías de trabajadores nacionales tomen ciertamente el control del aparato
productivo y sea socializada la producción. Por ello decimos que actualmente
vivimos esa fase transitoria de Liberación Nacional Antiimperialista.
Es posible que a esta altura de la Clase Magistral, que tiene que ver con la
realidad dinámica de la Venezuela Bolivariana, algunos estarán pensando que el
Padrino Académico de la Promoción vino a lanzarse un discurso político, cuando
se esperaba un discurso académico… a los que eso piensan –y seguramente
también comentan entre murmullos- déjenme decirles que tienen la razón, además
lo de pensarlo y comentarlo entre compañeros de grado, no es delito, ni eso que
los religiosos llaman pecado; en mi época de graduando también lo hice, no lo
olvido nunca. La diferencia actual, en mi caso particular, es que hoy Yo estoy más
consciente, y por ello también quiero decirles que todos y cada de nosotros aquí
presentes, sin excepción somos:
IV.- Homo politicus.
La política forma parte de nuestra existencia humana y nos acompañará,
aunque no lo creamos o no lo queramos, hasta el fin de la existencia, cuando
nuestros deudos expresen: “Que descanse en Paz”. La globalizada humanidad
solo acepta como apolíticos a aquellos seres incapacitados por naturaleza para
pensar desde su nacimiento, o como consecuencia de una infortunada
enfermedad o accidente de cualquier tipo. Para un profesional actual es mayor
todavía el error de no estar consciente de ello… déjenme pedir prestadas las
palabras del poeta alemán, militante comunista, Bertolt Brecht, quien lo dice de la
siguiente forma:
“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no
habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe
que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la
harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen
de decisiones políticas. El analfabeto político es tan torpe
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que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la


política. No sabe que de su ignorancia política nace la
prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los
bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de
las empresas nacionales y multinacionales”
Pues bien, mis estimados amigos, nadie vaya a sentirse aludido y molesto por
la cita anterior, pues realmente la mayor parte de las veces lo que existe entre
muchísimos venezolanos, no es ignorancia per sé, es una enorme confusión entre
el concepto de lo que es el accionar dentro de una Organización Político-
Partidista, es decir, lo que popularmente se ha dado en llamar “activista político” y
lo que es, por legítimo derecho constitucional, la posibilidad a la participación y al
protagonismo, muy bien expresados en el artículo 62, del texto magno, que dice:
“La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión
pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su
completo desarrollo, tanto individual como colectivo.”
En síntesis, a nosotros todos no puede dejar de interesarnos la realidad de
nuestra cotidianidad social porque si formamos parte de la humanidad, en nuestro
espacio geográfico, algo debemos hacer para interactuar y hacer a favor del
colectivo, pues la indiferencia y la abulia terminan por enterrarnos aunque
andemos caminando muy tranquilos; y eso no es nada nuevo ni estoy anunciando
el descubrimiento de la forma de tibiar el agua, el propio Albert Einstein, en su
tiempo aseguró lo siguiente: “La vida es muy peligrosa. No por las personas
que hacen mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa” y Vladimir I.
Lenín, por su parte expresó:
“Los hombres han sido siempre en política víctimas necias
del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguirán
siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las
frases, declaraciones y promesas morales, religiosas,
políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”(Tres
Fuentes y Tres partes integrantes del Marxismo)
En consecuencia no tengo la menor duda que, desde la perspectiva
profesional, una parte de ustedes irá en lo futuro a ocuparse de algunas políticas
educativas y los otros de algunas políticas administrativas… El desafío está en
determinar si ustedes lo harán para el mezquino provecho individual solamente, o
si en contrario, lo harán para, además de resolver lo personal o individual, ayudar
en el impulso del fortalecimiento de la clase obrera, esto es: de las grandes
mayorías.
La Venezuela de hoy reclama de sus hijos un mayor esfuerzo para fortalecer el
desarrollo científico-tecnológico del país, necesitamos diversificar la producción,
asegurar la capacidad alimentaria de autoabastecernos, masificar el desarrollo
cultural, planificar con mayor pertinencia y desplegar sistemas de seguimiento,
control, evaluación y retroalimentación de las políticas públicas para el bienestar
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de la nación. Ustedes tienen la inmensa posibilidad de incorporarse en ese


esfuerzo. Para asumir tal actitud de querer ayudar en ello, no es necesario que su
vestimenta sea de color Escarlata, Blanco, Verde, Amarillo, color Tierra o, en el
peor de los casos, transparente -para justificar la condición de independiente. Las
posibilidades son para todos y las disponibilidades deberían ser de todos los que
así lo estimen conveniente. No permitamos que los caminos sean cerrados por
quienes manipulan la verdad y tampoco nos pongamos un tapabocas porque nos
apesta el otro semejante humano, quien no tiene simpatía por nuestras ideas.
Venezuela nos necesita a todos y las ideas se moderan con las ideas; en ese
asunto también es importante un gran:
V.- Sentido de Pertenencia e Identidad Nacional y Regional.
Muchas veces nos hemos encontrado con profesionales que una vez
conquistado el título respectivo se alejan para no volver o, en el mejor de los
casos, regresar apenas de vacaciones a sus lugares de origen o nacimiento.
Parece que en algunos mortales el título les convierte en alérgicos al lar nativo y a
su clase social. Recuerden hoy y siempre algo que Yo siempre repito en los
ambientes de clase, EL TÍTULO NO HACE A LA GENTE, ES LA GENTE QUIEN
HACE LOS TÍTULOS, así que obtenerlos no significa la trasmutación inmediata
de modesto ciudadano en Noble integrante de la corte monárquica.
No es que aquí tengamos la pretensión de mantener a todos los seres
humanos petrificados en el tiempo y sus condiciones de carencia, no es eso
porque sería la actitud de un soberano idiota. Todo el que estudia aspira ascender
hacia mejores estadios de existencia y bienestar, pero esa aspiración no tiene
porque ser exclusiva ni excluyente de los más hermosos valores humanos de la
solidaridad, la cooperación y el compartir, pues las realidades histórico-sociales
nos apuntan que mientras mayores sean los logros colectivos en esa medida se
irá acrecentando la posibilidad de superar etapas una sobre otras en forma
ascendente. ¿O acaso existe alguien que comience a subir la escalera a partir del
último peldaño?
La gran mayoría de ustedes son de origen popular, bien sea de Barrios
modestos de la zona urbana o bien sea de comunidades rurales esparcidas en
esta pampa libertaria de los llanos venezolanos; pues bien, cuál será la respuesta
de ustedes a esta interrogante que planteo: ¿Porqué si han estudiado toda la vida
en instituciones públicas pagadas por el estado y luego que terminan titulándose,
cuando van a ejercer un cargo dentro de las dependencias gubernamentales para
muchos el esfuerzo que cumplen es ineficiente e ineficaz? Y ¿Porqué cuando son
empleados por empresas del sector privado se esmeran, la puntualidad es casi
exacta y hasta tiempo extra regalan? Estas interrogantes valen para las Dos
profesiones donde se gradúan ustedes y para el resto de las que se imparten en
las universidades de Venezuela.
Imagino que ya algunas respuestas bullen en sus estructuras mentales y varias
ya circulan entre ustedes como rumores, no tengo duda. Pero yo voy a dar mi
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particular apreciación de forma general y comenzaré por citar a Don Simón


Rodríguez: “la costumbre es como el vendaval, arrastra lo que encuentra y
vuelca lo que se le opone” pues bien, aquí se ha tomada por costumbre (y en
esto nos parecemos al ganado que cada tarde regresa al paradero por el mismo
camino aunque la sabana es bastante amplia) que la administración privada es
eficiente porque es mejor organizada, instruida y disciplinada; mientras que en el
sector público todo es desorden, ignorancia y anarquía. Ese cliché casi nos lo
agregan al biberón desde niños y con él crecemos y envejecemos; sin embargo,
resulta que la inmensa mayoría de los trabajadores de las empresas privadas son
de origen popular y lamentablemente muchos de ellos se profesionalizan y luego
su preparación -costeada por la nación- se utiliza como elemento para seguir
explotando a su clase social, y lo que es peor a veces, para hundirla más. Un
ejemplo vivo está en aquellos que trabajan en los Dos sectores con diferentes
turnos: al de la administración pública llegan tarde, no cumplen las metas o las
cumplen a medias y cada momento el “reposo médico” es la justificación a la falta;
mientras que al turno privado ni el cantar del Gallo les gana en exactitud del
tiempo de llegada, la dedicación es esmerada y si alguna afección les afecta se
llevan el medicamento al sitio de trabajo “para que no les pongan el ojo”… Ah
pero cuando valoramos los beneficios contractuales de uno y otro sector, el
primero (público) les garantiza mayores beneficios, estabilidad y la jubilación
respectiva, pero el otro (privado) apenas el salario y de “vainilla”… pues al menor
pelón lo colocan en la calle y no hay “reposo médico” que valga. Eso es
absolutamente cierto y también se aplica en cuanto al sentido de identidad
territorial cuando se prefiere lo foráneo a lo propio.
Visto esto es necesario que nuestros nuevos profesionales revisen cual es la
identidad que prefieren y si están dispuestos a enfrentar el desafío de cambiar tal
realidad vergonzosa, o de lo contrario hacer el papel del pesimista y expresar al
unísono: “eso no tiene remedio”. Yo estoy convencido que lo primero es posible,
cambiarlo todo y asumir una acción proactiva porque ustedes han sido
capacitados para hacerlo y lo que es más importante hoy… ustedes tienen en
este proceso de transformación nacional, todo un inmenso mar de posibilidades
para hacerlo, algo que en el pasado nuestro era casi una quimera.
Vayan pues mis estimados amigos, no olviden su universidad y valoren las
dificultades que lograron trasponer, reciban sus títulos profesionales y cuales
gladiadores combativos, enfrenten el desafío de construir el futuro que esta patria
anhela con pasión y vehemencia. No se queden en medio de la indiferencia y la
apatía; oigan las palabras de Su Excelencia El Libertador, las mismas que todavía
retumban en este continente: “Una vida pasiva e inactiva es la imagen de la
muerte, es el abandono de la vida; es anticipar la nada antes de que llegue.”.
(Carta al Gen. Sucre, .20 ene. 1825). Incito particularmente a los hijos de Apure
para que ayuden nuestra región a salir de una vez por todas de la postración en
que todavía se mantiene, porque esa languidez ha sido de tal magnitud, que ni
siquiera los inmensos recursos invertidos en estos más de Doce años ha logrado
que superemos los estadios de pobreza y carencias que nos agobian.
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Si mis palabras les parecen latosas y necias, no puedo disculparme porque


aquí he venido con toda la buena intención de decir algo a favor de la gente de mi
tierra llanera y entonces insisto en que debemos cada uno de nosotros asumir
una posición auténtica en la vida, no dejarse llevar por la mediocridad de quienes
quieren convertirnos en autores del fracaso propio, No olviden nunca que el
conocimeinto adquirido, la luz que ahora se contiene en sus pensamiento e ideas
debe servir para la liberación definitiva de nuestro Apure y nuestra Venezuela.
Ahora para concluir y en razón de la alegría inmensa que me da contar entre
ustedes a mi hijo mayor, me permito decirles con el palpitar de mi corazón y con
versos prestados de Julio Cesar Sánchez Olivo; lo siguiente:
Aquí estoy llanura mía,
como siempre, siendo el mismo,
cantando golpes llaneros
sin ponerles más aliños
que la pimienta del alma
de un llanero bien nacido.
Soy hermano del mastranto,
Del Turpial y del Cubiro,
Me basta mi propio aroma
Y también mi propio trino.
Si yo tengo algún valor
Fue porque nació conmigo,
Mi calidad no la cambio
Ni por el Oro más fino,
Para mí lo que más vale
Es ser del llano un buen hijo.
(Aquí estoy Llanura Mía, p.43)

Una sincera y gigantesca felicitación para todos ustedes y el mayor deseo de


éxitos en el ejercicio de sus profesiones.

Muchas gracias por la paciencia y la atención prestada;

He concluido.

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* Esta clase fue dictada el día Miércoles 07 de Diciembre de 2011, en las


instalaciones del Club Árabe –Venezolano, Carretera Biruaca – Achaguas (Troncal
19), Municipio Biruaca del Estado Apure.
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

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del Siglo XVII. Biblioteca Fundamental del Hombre Moderno – N°
98/Centro Editor de América Latina S. A. Buenos Aires/Argentina.1973.
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Fundamental del Hombre Moderno – N° 39/Centro Editor de América Latina
S. A. Buenos Aires/Argentina.1971.

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