Función Social Del Currículo

[AFO0289Q9] Sociología de la
Educación [MOD0248LH]
Sociología de la Educación
[UDI15100F] Función social del
Introducción
El currículo tiene varias definiciones en el ámbito escolar, en función del criterio que se utilice para
ello. En cuanto al alumnado, indica el proceso formativo que ha llevado una persona a lo largo de su
ciclo educativo. En cuanto al profesorado, señala el programa formativo que debe preparar en base
a lo establecido por el Gobierno para que el alumnado reciba determinados contenidos básicos.
De todas formas, el currículo educativo no siempre ha sido el mismo, sino que con la evolución y el
paso de las etapas históricas se ha ido adaptando a las necesidades sociales del momento.
A lo largo de esta Unidad Didáctica se conceptualiza el currículo en base a sus principales
características, así como se realiza un viaje histórico para analizar la evolución social del mismo.
También se hace alusión a factores que determinan el currículo, como las relaciones en el aula, la
jerarquía de saberes y el espacio y tiempo escolares.
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Resultados del aprendizaje
Definir currículo y destacar sus principales características y propiedades.
Analizar la evolución social del currículo a lo largo de la historia.
Analizar factores que determinan el currículo, como las relaciones en el aula, la jerarquía de
saberes y el espacio y tiempo escolares.
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Mapa Conceptual
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1. Definición del currículo
Atendiendo al Ministerio de Educación de Ecuador, el currículo va a ser la expresión del
proyecto educativo que los integrantes de un país o de una nación elaboran con el fin de promover el
desarrollo y la socialización de las nuevas generaciones y en general de todos sus miembros; en el
currículo se plasman en mayor o menor medida las intenciones educativas del país, se señalan las
pautas de acción u orientaciones sobre cómo proceder para hacer realidad estas intenciones y
comprobar que efectivamente se han alcanzado.
Un currículo sólido, bien fundamentado, técnico, coherente y ajustado a las necesidades de
aprendizaje de la sociedad de referencia, junto con recursos que aseguren las condiciones mínimas
necesarias para el mantenimiento de la continuidad y la coherencia en la concreción de las
intenciones educativas garantizan procesos de enseñanza y aprendizaje de calidad.
Las funciones del currículo son, por una parte, informar a los docentes sobre qué se quiere
conseguir y proporcionarles pautas de acción y orientaciones sobre cómo conseguirlo y, por otra,
constituir un referente para la rendición de cuentas del sistema educativo y para las evaluaciones de
la calidad del sistema, entendidas como su capacidad para alcanzar efectivamente las intenciones
educativas fijadas.
La Constitución de la República del Ecuador (2008), en su artículo 26, estipula que “la
educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable
del Estado” y, en su artículo 343, reconoce que el centro de los procesos educativos es el sujeto que
aprende; por otra parte, en este mismo artículo se establece que “el sistema nacional de educación
integrará una visión intercultural acorde con la diversidad geográfica, cultural y lingüística del
país, y el respeto a los derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades”.
La Ley Orgánica de Educación Intercultural, en el artículo 2, literal w): “Garantiza el derecho de
las personas a una educación de calidad y calidez, pertinente, adecuada, contextualizada,
actualizada y articulada en todo el proceso educativo, en sus sistemas, niveles, subniveles o
modalidades; y que incluya evaluaciones permanentes. Así mismo, garantiza la concepción del
educando como el centro del proceso educativo, con una flexibilidad y propiedad de contenidos,
procesos y metodologías que se adapte a sus necesidades y realidades fundamentales. Promueve
condiciones adecuadas de respeto, tolerancia y afecto, que generen un clima escolar propicio en el
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proceso de aprendizaje”.
Además, la Ley Orgánica de Educación Intercultural, en el artículo 22, literal c), establece como
competencia de la Autoridad Educativa Nacional: “Formular e implementar las políticas educativas,
el currículo nacional obligatorio en todos los niveles y modalidades y los estándares de calidad de la
provisión educativa, de conformidad con los principios y fines de la presente Ley en armonía con los
objetivos del Régimen de Desarrollo y Plan Nacional de Desarrollo, las definiciones constitucionales
del Sistema de Inclusión y Equidad y en coordinación con las otras instancias definidas en esta Ley”.
Por último, el artículo 10 del mismo Reglamento, estipula que “Los currículos nacionales pueden
complementarse de acuerdo con las especificidades culturales y peculiaridades propias de las
diversas instituciones educativas que son parte del Sistema Nacional de Educación, en función de
las particularidades del territorio en el que operan”.
Un currículo organizado por áreas de conocimiento

Tanto para el nivel de Educación General Básica como para el de Bachillerato General Unificado, los
estudiantes, para avanzar hacia el perfil de salida, deben desarrollar aprendizajes de las siguientes
áreas de conocimiento: Lengua y Literatura, Matemática, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales,
Lengua Extranjera, Educación Física y Educación Cultural y Artística. Estas áreas se desarrollan a
través de las siguientes asignaturas:
ÁREAS DE CONOCIMIENTO ASIGNATURAS PARA EGB ASIGNATURAS PARA BGU

Lengua y literatura Lengua y literatura Lengua y literatura
Lengua extranjera Inglés Inglés
Matemática Matemática Matemática
Ciencias naturales Ciencias naturales Química
Biología
Física
Ciencias sociales Estudios sociales Historia
Filosofía
Educación para la Ciudadanía
Educación física Educación física Educación física
Educación cultural y artística Educación cultural y artística Educación cultural y artística
Interdisciplinar Emprendimiento y gesión
Los aprendizajes contenidos en cada uno de los bloques curriculares de las distintas áreas que
conforman la educación obligatoria se ordenan en torno a los objetivos que en cada subnivel de la
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Educación General Básica marcan la secuencia para el logro de los objetivos generales del área al
culminar el nivel de Bachillerato General Unificado. Estos objetivos están expresados en términos de
capacidades que se pretenden alcanzar y son el núcleo sobre el que se articulan todos los elementos
del currículo.
Esta organización del currículo permite mayores grados de flexibilidad y apertura curricular y
responde al objetivo de acercar la propuesta a los intereses y necesidades de los estudiantes, a la
vez que permite que esta se adapte de mejor manera a sus diferentes ritmos de aprendizaje.
Se abre así una posibilidad real de atender la diversidad de las aulas, respondiendo a los
requerimientos del marco legal, anteriormente expuesto; no obstante, la observancia de este
mandato implica una distribución de responsabilidades en la tarea de desarrollo de la propuesta
curricular.
Si la Autoridad Nacional es responsable de diseñar el currículo obligatorio, las unidades
educativas deben acercar este diseño a la realidad de sus contextos a través del Proyecto Educativo
Institucional y su correspondiente Proyecto Curricular Institucional y los docentes han de negociar
los contenidos en el espacio del aula atendiendo a los intereses y necesidades de sus estudiantes.
Para llevar a cabo este trabajo de desarrollo del currículo es necesario conocer cuáles son sus
elementos y cómo se articulan.
Elementos del currículo

Los currículos de Educación General Básica y Bachillerato General Unificado, que constituyen
la propuesta de enseñanza obligatoria, están conformados por los siguientes elementos: el perfil de
salida; los objetivos integradores de los subniveles, que constituyen una secuencia hacia el logro del
perfil de salida, y los objetivos generales de cada una de las áreas; los objetivos específicos de las
áreas y asignaturas para cada subnivel; los contenidos, expresados en las destrezas con criterios de
desempeño; las orientaciones metodológicas; y, los criterios e indicadores de evaluación.
Principios para el desarrollo del currículo

Como ya se ha dicho, el presente currículo ha sido diseñado mediante destrezas con criterios de
desempeño que apuntan a que los estudiantes movilicen e integren los conocimientos, habilidades y
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actitudes propuestos en ellas en situaciones concretas, aplicando operaciones mentales complejas,
con sustento en esquemas de conocimiento, con la finalidad de que sean capaces de realizar
acciones adaptadas a esa situación y que, a su vez, puedan ser transferidas a acciones similares en
contextos diversos.
De este modo, se da sentido a los aprendizajes, se establecen los fundamentos para aprendizajes
ulteriores y se brinda a los estudiantes la oportunidad de ser más eficaces en la aplicación de los
conocimientos adquiridos a actividades de su vida cotidiana.
Este enfoque implica que el proceso de enseñanza y aprendizaje debe abordarse desde todas las
áreas de conocimiento y por parte de las diversas instancias que conforman la comunidad educativa.
La visión interdisciplinar y multidisciplinar del conocimiento resalta las conexiones entre diferentes
áreas y la aportación de cada una de ellas a la comprensión global de los fenómenos estudiados4.
Las destrezas no se adquieren en un determinado momento ni permanecen inalterables, sino que
implican un proceso de desarrollo mediante el cual los estudiantes van adquiriendo mayores niveles
de desempeño en el uso de estas. Para implementar este enfoque es preciso el diseño de tareas
motivadoras para los estudiantes que partan de situaciones-problema reales y se adapten a los
diferentes ritmos y estilos de aprendizaje de cada estudiante, favorezcan la capacidad de aprender
por sí mismos y promuevan el trabajo en equipo, haciendo uso de métodos, recursos y materiales
didácticos diversos.
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2. Evolución social del currículo
Desde que se construyó el sistema educativo, el itinerario curricular ha ido modificándose en base a
las relaciones que se han establecido entre el ámbito escolar y el ámbito social. La relación que tiene
una persona con su entorno social le va a condicionar en su aprendizaje, tanto en el procedimiento
como en los métodos.
No solo las relaciones con las personas más cercanas, como puede ser familiares, amistades,
vecindad, etc., sino que también las relaciones de poder han influido en la elaboración y promoción
del currículo escolar. Así, el currículo puede estar influenciado por los estatus sociales, por las
diferentes culturales y las reglas éticas y morales de la zona donde se localice el centro escolar. Es
decir, no es el mismo itinerario curricular el que se ofrece en un entorno religioso que en un entorno
donde la religión no tiene tanta presencia.
En la Edad Antigua, fecha señalada de surgimiento y desarrollo de las primeras civilizaciones, se
presta una mayor atención a la escritura como forma principal de desarrollo educativo. Sin embargo,
no todo el mundo podía acceder a este método, sino que solamente aquellos “privilegiados” eran
merecedores de recibir dicha educación. Aunque no existía un currículo educativo como tal, la
educación se basaba en los principios de la Filosofía y la Retórica.
Durante la Edad Media, se distinguieron dos ramas de conocimiento educativo: por una parte, la
educación griega estaba basada en la educación general (enkyklios paideia), y por otro, la educación
romana se centró en las artes liberales (trívium y quadrivium).
Tras la caída del Imperio Romano, apareció la educación cristiana, por lo que la Filosofía se
relacionó con la Teología. Gracias a esta unión educativa se comenzaron a construir diferentes
centros educativos, tales como universidades, catedrales, etc., dando lugar a una amplia variedad a
nivel curricular.
Atendiendo a Occidente, la Edad Moderna se caracteriza por el humanismo renacentista, que
incluye nuevos conocimientos de la ciencia y pretende aunar dichas dialécticas con el saber clásico.
Sin embargo, existe un enfrentamiento entre humanismo y mecanicismo, sin destacar uno sobre el
otro ni llegar a un acuerdo sobre la importancia de ambos.
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La Edad Contemporánea supuso una orientación curricular hacia la ciencia como método de
conocimiento principal que permite especializar las áreas curriculares. Desde una perspectiva
tecnocrática, el currículo se conceptualiza como un método de enseñanza que promueve el saber
como algo objetivo y distinto y externo al/la alumno/a, que no se puede evaluar de forma crítica
puesto que el conocimiento es el que es, y no es posible modificar la información.
Además, la parte que más importancia adquiere del currículo escolar es la valoración final de los
contenidos enseñados, es decir, los resultados finales.
El currículo será valorado como acertado o fallido en base a los resultados que haya obtenido el
alumnado tras finalizar el curso académico, y de la misma forma, tras acabar el ciclo educativo.
Por tanto, esta perspectiva del currículo promueve la competitividad del alumnado en superar al
resto de compañeros/as, y conseguir así la máxima puntuación para poder ser considerado como
“el/la mejor”. El/la alumno/a no centra su atención en aprender, sino que se concentra para superar
la evaluación y obtener así el mejor resultado de todos.
Desde esta concepción del currículo escolar, el alumnado se encuentra inmerso en una sociedad de
competición, donde los resultados son más valorados que el aprendizaje real que adquiere cada
persona, y, por tanto, lo que prevalece es el poder y el control.
Sin embargo, tal y como se ha comentado al principio, el entorno social influye en la forma en que
aprende una persona. A partir de las teorías sociológicas de los años 70, con autores como Bernstein
o Young entre otros, se hizo crítica del enfoque tecnocrático del currículo, indicando que lo
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fundamental de un currículo escolar debía ser el aprendizaje del/la alumno/a, el fomento del
conocimiento experto de cada materia y el desarrollo de las habilidades de las personas en base a
dicho conocimiento.
Estas teorías sociológicas apuntan hacia un currículo escolar que promueva la igualdad. En base a
ello, se propone la existencia de límites entre los contenidos, separando el conocimiento por áreas y
especializaciones. De esta manera, una persona puede especializarse en un área específica de
conocimiento y adquirir así una formación curricular más orientada y adecuada a su interés.
No obstante, dichos límites no comprometen la independencia del conocimiento, sino todo lo
contrario. A pesar de la existencia de límites, las áreas de conocimiento deben estar relacionadas
entre sí, de manera que existan relaciones que permitan aunar la información y así mejorar el
desempeño del conocimiento. Por ejemplo, la Medicina y la Enfermería son dos áreas de
conocimiento diferentes y tienen objetivos y funciones diferentes. Sin embargo, la interacción de
conocimientos entre ellas permite que un/a paciente hospitalizado/a pueda ser diagnosticado/a por
el/la médico/a y recibir atención sanitaria por parte del equipo de Enfermería.
Otro aspecto a tener en cuenta de la nueva conceptualización del currículo escolar es que las
relaciones entre profesor/a y alumno/a, o lo que es lo mismo, la relación pedagógica que se establece
se puede clasificar también en un rango de mayor a menor fortaleza.
Bernstein acuña el término “marco de referencia” para referirse al contexto en que se da la relación
pedagógica entre profesor/a y alumno/a. Dicho marco de referencia se puede considerar de dos
formas diferentes:
Marco fuerte: Un marco de referencia fuerte es aquel que se produce cuando existen
contenidos con límites muy estrechos, marcando una relación del/la profesor/a con el alumnado
de distancia y poder, en el que el alumnado no puede escapar ni tomar decisiones.
Marco débil: Un marco de referencia débil se define como la relación laxa entre
conocimientos, indicando que los límites son más conectivos y permite una mayor flexibilidad
al/la profesor/a para interactuar con el alumnado.
Las teorías sociológicas abogan por un marco de referencia débil, puesto que permitiría un
acercamiento entre profesor/a-alumno/a con el conocimiento, superando las relaciones de poder y
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jerarquía que se establecen en un currículo escolar rígido y tecnocrático.
Por tanto, se establecería una relación comunicativa del profesorado, considerado como ente de
conocimiento, y el alumnado, que promueve la cooperación con los/as alumnos/as y con su entorno.
La figura del profesor se conceptualizaría diferente: se produce una transición desde la figura de
autoridad rígida y experta en la materia hacia una nueva figura de autoridad y experiencia menos
estricta y más colaborativa en la adquisición de conocimientos por parte de alumnado, favoreciendo
relaciones interactivas y cooperativas entre ambas partes.
Dicha relación no solo favorece el aprendizaje de los/as alumnos/as, sino que también promueve una
forma de adquirir información sobre los puntos fuertes y las necesidades de mejora en cuando a la
adaptación del currículo a las necesidades del alumnado.
Por tanto, como se indicaba al principio, el currículo escolar está relacionado con el entorno del
alumnado, y debe adaptarse a las necesidades de este. Así, desde los años 70 y 80 hasta la
actualidad, se trabaja con un modelo de acción comunicativa que permite recopilar información
sobre el desempeño del currículo escolar en los/as alumnos/as y la repercusión desde las
perspectivas sociales y educativas.
Con este modelo de currículo, el objeto principal será la valoración de la persona y de su mundo,
así como igualar las oportunidades de aprendizaje para todos.
En el s. XXI el currículo educativo se encuentra orientado a las necesidades sociales, así como
adaptado a la tecnología e informática, de manera que abre un mundo de oportunidades de acceso a
la información principal establecida por el currículo, así como ampliar el conocimiento en aquellos
aspectos que se consideren oportunos para la mejora curricular.
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3. Relaciones sociales en el aula
El ser humano es un ente social, y como tal, se relaciona con su entorno de una forma o de otra, y
en todas las áreas sociales. Una de ellas es el aula, donde las personas pasan gran parte de los
primeros años de vida junto a otras personas de igual, menor y mayor edad, que influirán en el modo
de percibir el mundo y las relaciones en general.
Las relaciones a continuación descritas no solo se encuentran en el ámbito educativo, sino que
también se observan en el ámbito social, personal y laboral, entre otros. Sin embargo, se centra la
atención en el ámbito educativo por su relación con el tema abordado en el manual.
A. Poder y validez
A la hora de poner en práctica el itinerario curricular en el aula, el profesorado y el alumnado se
encuentran inmersos en un entorno que se construye en base a dos tipos de relación: poder y
validez.
Diferentes autores han desarrollado en sus teorías sociológicas dichos conceptos como una forma de
establecerse las relaciones dentro del aula educativa, como por ejemplo Habermas.
Dichas relaciones se definen de la siguiente forma:
Poder: la relación o pretensión de poder se define como el establecimiento de una relación en
base a la posición que ocupan los miembros implicados en ella. Desde esta perspectiva, se da
mayor importancia a la persona que argumenta.
Validez: la relación o pretensión de validez se define como el establecimiento de la relación a
partir de los argumentos aportados por los miembros de la misma, sin diferenciar la posición
que ocupa cada miembro. Desde esta perspectiva, se da mayor importancia al argumento, y no
tanto a la persona.
Estas relaciones pueden darse entre profesor/a-alumno/a y entre alumnos/as, y se observan con
independencia del tema a tratar, es decir, sea cual sea la temática, se pueden observar estas
relaciones entre ambos grupos escolares.
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Al proponer un tema de debate, el profesor tiene dos opciones:
Poder: imponer su opinión, en base a la lógica establecida por un conocimiento inamovible.
Validez: aceptar la opinión de los/as alumnos/as, siempre y cuando aporten un razonamiento
basado en la lógica y en el conocimiento.
La relación de validez promueve el debate y el acercamiento a la construcción de un nuevo
conocimiento, aproximando opiniones y fomentando la participación y el aprendizaje interactivo.
Esta misma relación se puede en el caso del alumnado. Ante un debate, un/a alumno/a puede ejercer
su posición de líder ante la experiencia en el tema y no aceptar otra opinión por parte de otro/a
compañero/a (relación de poder) o bien llegar a un acuerdo desde el respeto y la cooperación entre
los/as compañeros/as, aunque haya diferencia de opiniones (relación de validez).
Aportación de conocimiento
Teniendo en cuenta las posibles relaciones sociales establecidas en el aula, se puede contribuir al
currículo escolar mediante el aporte de diferentes perspectivas que indiquen nuevas formas de
concebir una definición o una teoría.
De esta forma, un currículo basado en relaciones de validez y menos en pretensiones de poder
estimula la adquisición de conocimiento por parte del alumnado y promueve el interés por la
educación. Además, captará la atención de los/as alumnos/as hacia una enseñanza dinámica y
divertida.
No solo se enriquecerá con las aportaciones entre profesorado y alumnado, sino que también se
establecerán relaciones del mismo tipo con familiares y comunidad en general, permitiendo una
participación y una superación de conflictos más cercana y próxima a la realidad.
B. Segregación o inclusión
Dentro del currículo educativo se pretenden abordar temáticas sociales debido a que es una de las
grandes necesidades que presenta el entorno social en la actualidad. Existe una amplia diversidad
de culturas y modos de vida que los/as alumnos/as deben conocer y aprender cómo funcionan.
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Las relaciones establecidas dentro del aula son fundamentales para la forma en que se desenvolverá
una persona en su entorno fuera del centro educativo. De la misma forma, el diseño del itinerario
curricular debe estar orientado a abordar dichas cuestiones, que repercutirán en el éxito o fracaso
escolar.
Dentro del currículo se pueden destacar dos tipos de relación:
Segregación: separación y exclusión de aquello diferente, por motivos discriminatorios,
racistas o separatistas.
Inclusión: aceptar la diversidad e introducirlo en el esquema de percepción.
Esto es, un currículo que esté diseñado bajo los principios de segregación, o lo que es lo mismo,
diferenciación y apartado de aquello diferente a lo “políticamente establecido” va a dirigir la actitud
del alumnado hacia un rechazo de aquello que no es igual a sí mismo o a su grupo de referencia.
Por tanto, teorías de nueva aportación no serán aceptadas, porque son diferentes al conocimiento
establecido hasta ahora, así como tampoco serán aceptados aquellos/as compañeros/as que tengan
un pensamiento diferente al propio, o que posean alguna característica que los diferencie (etnia,
religión, color de piel…).
Sin embargo, un currículo que esté diseñado bajo los principios de la inclusión, o lo que es lo mismo,
la aceptación de la diversidad y diferencias como parte de la naturaleza del entorno, permitirá “abrir
la mente” hacia nuevos conceptos, nuevas perspectivas y nuevos modos de afrontar un mismo
concepto, así como también aceptar las diferencias entre compañeros/as y acceder a los beneficios
que aporta la diversidad.
Aportación de conocimiento
Bajo esta perspectiva, ambos tipos de relaciones aportan un tipo de conocimiento social; sin
embargo, la valencia e interpretación de dicho conocimiento repercutirá de forma positiva o
negativa al desempeño escolar del alumnado.
Desde una relación de segregación, se fomenta el establecimiento de límites y diferencias entre
profesor/a y alumno/a, y entre alumnos/as:
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En el primer caso:
La figura del profesor que confecciona como el ente de conocimiento rígido e inflexible, que
solo puede aportar conocimiento teórico de forma general o específica que ya se conoce, como
algo global y objetivo, sin aceptar nuevas perspectivas sobre el tema.
Por su parte, la figura del alumno se construye desde una perspectiva pasiva, que recibe el
conocimiento que el ente de autoridad le aporta, aceptándolo como verdad absoluta e
inamovible.
De esta relación, el alumnado recibe la información de que solo lo que se conoce y está aceptado
“políticamente hablando” es lo verdadero y real, y que el resto de las teorías alternativas no aportan
nada al conocimiento fundamental.
Tanto es así, que el alumnado extrapola dicha lección a sus relaciones sociales, fomentando la
aparición y generación de estereotipos hacia aquellos/as compañeros/as que no tengan las mismas
características que uno/a mismo/a, por tener un ritmo de aprendizaje más lento, por no conseguir las
mismas notas en un examen…
En definitiva, se obtiene como resultado la división por niveles en el alumnado bajo los criterios de
diferencias intragrupo, en los que:
Todo compañero/a que no tenga las mismas características que uno/a mismo/a (elegidas según
relevancia para el/a alumno/a en cuestión) será apartado y no incluido en el grupo de iguales
próximo y cercano.
Todo compañero/a que comparta ideales y aficiones será aceptado dentro del grupo.
Por su parte, desde una relación de inclusión, la relación profesor/a-alumno/a no tendrá limitaciones,
y se fomentarán las actividades de cooperación y colaboración en la construcción del aprendizaje.
Siguiendo el esquema anterior:
La figura del profesor se construye como el ente de conocimiento que permite explorar
diferentes perspectivas y construye un nuevo conocimiento a partir de la opinión y evidencias
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del alumnado.
La figura del alumno se conforma como la persona que, mediante la ayuda del/la profesor/a,
podrá construir una visión global y holística de su entorno y del conocimiento en general.
La información que aporta este tipo de relación es de dinamismo, aceptación y diálogo a través del
empleo de un lenguaje positivo de motivación y curiosidad por el conocimiento.
La aceptación de diferentes puntos de vista sin cuestionar cuál es más válido que otro aporta al
alumnado una forma de ver las relaciones sociales más factibles e interactivas, sin buscar las
diferencias con los demás.
Ello no quiere decir que el alumnado no observe o no sea consciente de las diferencias, sino que las
acepta como parte de la persona y las utiliza en aras de construir una relación social más productiva
y enriquecedora.
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4. Jerarquía de saberes dentro del currículo educativo
Uno de los grandes debates sobre la educación que existen en la actualidad es la desigualdad entre
conocimientos que se establecen en los centros educativos. Dentro de este debate, se pueden
diferenciar varios principios que en sí mismos conforman un tema a debatir con entidad propia.
Se habla de que hasta el momento el itinerario curricular ha estado dirigido a corrientes científicas y
de conocimiento relacionado con el mundo exterior, es decir, con elementos futuros que encontrará
el alumnado una vez termine su etapa escolar. Las materias incluidas en el currículo han estado
orientadas a la neutralidad y especialización de las diferentes disciplinas científicas, aportando una
valoración del aprendizaje como algo estático e implantado, con una mínima e improbable
posibilidad de cambio.
Según diferentes autores sociológicos, entre ellos Apple, indica que el currículo no debería estar
diseñado por el gobierno de cada zona escolar, puesto que ello implica seguir un orden establecido
previo, aportando los conocimientos escolares de forma predeterminada y sin consentir la
modificación de estos.
Se observan diferencias en el itinerario curricular en cuanto al desempeño de trabajo. Por ejemplo,
se fomenta la biología y la geografía como áreas de conocimientos relevantes, pero no se fomenta la
agricultura o el turismo, dos de las profesiones con mayor demanda de trabajo.
Otro aspecto que destaca en la jerarquía de saberes dentro del currículo educativo es el tipo de
materias que se incluyen dentro del itinerario curricular, que están orientadas hacia un determinado
tipo de trabajo, mientras que otras profesiones no son tan tratadas dentro del mismo. Un ejemplo de
ello se observa con las profesiones orientadas al arte.
En el sistema educativo, el aprendizaje de materias relacionadas con la creatividad se centra en los
primeros años de la Educación Primaria y parte de la Educación Secundaria, y se realiza a través de
la música y actividades manuales orientadas al dibujo. Sin embargo, no incluyen materias
relacionadas con la escultura, la cerámica, la construcción, el canto, etc.
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Conocimiento Intelectual y Emocional

Se habla de que la enseñanza se ha centrado en el fomento de habilidades intelectuales, y han
aportado menos interés a las habilidades sociales y emocionales.
Desde el sistema educativo tradicional, se fomenta la enseñanza de conocimientos que tengan
relación con el entorno en el que se desenvuelven las personas: matemáticas, lenguaje, biología,
química, tecnología… Dichas áreas de conocimiento representan diferentes aspectos de la vida
cotidiana en cuanto al desempeño de una función ejecutiva.
Bajo esta perspectiva, el currículo educativo está orientado a la promoción de diferentes
conocimientos y habilidades que permitirán al alumnado formarse para desempeñar un determinado
tipo de trabajo, dependiendo del área en el que tenga mejores capacidades y obtenga mejor
rendimiento y resultados.
En este sentido, las llamadas “habilidades intelectuales” son aquellas que se desarrollan con este
tipo de educación. El almacenamiento y conocimiento de diferentes temáticas “prácticas” permitirán
a las nuevas generaciones labrarse un currículo escolar cuyo objetivo sea el desempeño de un oficio
cuando termine la etapa escolar.
Sin embargo, con las diferentes reformas educativas, así como con la movilización de diferentes
asociaciones de padres y madres y de profesionales en la materia, se está consiguiendo que el
itinerario curricular atienda también diferentes conocimientos relacionados con su comunidad.
Se habla de la necesidad de fomentar en el centro educativo:
Inteligencia emocional.
Habilidades sociales.
Tareas domésticas.
Creatividad e imaginación.
Resolución de conflictos sociales.
Atención a la minoría.
Todas ellas son necesidades que surgen en la comunidad en la que se desenvuelven los/as
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alumnos/as y que aprenden por observación e imitación de las personas que le rodean, por los
medios de comunicación, por los libros y videojuegos, entre otros medios.
La mayoría del alumnado no conoce el concepto de felicidad o de amistad, ni tiene las habilidades
necesarias para resolver un conflicto de forma apropiada. Sencillamente, se conforma con aprender
qué es la felicidad o amistad en base a las relaciones que entabla con su entorno y con sus iguales, y
de estas relaciones aprende y generaliza a las demás áreas vitales.
De la forma de resolver un conflicto por parte de sus padres o familiares más cercanos aprenderá
que es la mejor manera, o al menos, eso aceptará como verdadero. Otro ejemplo más que se puede
incluir es la inteligencia emocional. Esta se define como la capacidad de conocer las emociones y
aprender a utilizarlas para desenvolverse en el entorno.
Por todo ello, como se menciona anteriormente, las diferentes asociaciones y expertos en la materia
promocionan la inclusión de estas áreas educativas en el currículo escolar, de forma que, desde
pequeños/as, los/as alumnos/as sean capaces de establecer relaciones sanas y asertivas con sus
iguales y con el entorno.
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5. Espacio y tiempo escolar
En el currículo educativo, entre otros aspectos, tienen especial relevancia el espacio y tiempo que
se invierte en el centro educativo. A continuación, se define cada uno de estos aspectos con mayor
detenimiento.
Espacio escolar
El espacio escolar se define como el lugar seleccionado para abordar las diferentes temáticas
escolares propuestas en el itinerario curricular. Por lo general, se habla de espacio físico, ya que es
el mayor problema que se encuentran en las aulas. Para estimar el espacio escolar necesario para
una actividad, es preciso tener en cuenta lo siguiente:
Tipo de actividad a desarrollar: El tipo de actividad determinará las características del
espacio que se requieren para su realización. No se requiere el mismo espacio para una
actividad física que para una actividad matemática.
Tiempo estimado de duración: Dentro de las actividades escolares existe una amplia
variedad en cuanto al tiempo de duración. Esto será importante para elegir el espacio escolar
que se necesita, ya que el/la profesor/a deberá coordinarse con el resto de profesorado para no
ocupar un espacio al mismo tiempo.
Cantidad de alumnos/as que realiza la actividad: Para estimar el espacio que se requiere
para el desarrollo de la actividad, es preciso calcular la cantidad de alumnos/as que
participarán en ella. El espacio será mayor cuanta mayor cantidad de alumnos/as haya.
Necesidades adaptativas de alumnado que lo requiera: Se tendrá en cuenta aquel
alumnado que tenga dificultades para el acceso a cualquier espacio, facilitando la selección de
espacios donde éste pueda acceder sin problemas. En caso de que no se tenga esta opción, se
deberá adaptar el espacio para facilitar la estancia a los/as alumnos/as.
Disponibilidad del espacio solicitado: Dentro de un centro educativo existen espacios
limitados y reducidos a la edificación y la distribución que alcance, así como la capacidad que
posea. Además, tendrá que hablar con el resto de profesorado para reservar el espacio
seleccionado y así garantizar que estará disponible en el momento en que se vaya a desarrollar
la actividad.
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El espacio escolar también hace referencia a la distribución que poseen los/as alumnos/as en el
centro educativo, concretamente en el aula donde se desarrollan las clases.
Se habla de que una distribución en forma de U o C puede favorecer el aprendizaje de los contenidos
del currículo educativo, puesto que todo el alumnado tiene visible al/la profesor/a en todo momento,
éste/a podrá tener a la vista a todos/as los/as alumnos/as y se producen interacciones donde todos/as
pueden participar.
Sin embargo, una distribución en forma línea vertical u horizontal promueve el individualismo, que
el/la alumno/a de las primeras filas sean los que más contacto con el/la profesor/a tenga y que no
puedan ver las caras de los/as compañeros/as que interactúen o participen en las actividades. Sin
embargo, esta distribución es adecuada para la realización de exámenes y pruebas individuales que
requieren gran capacidad de concentración.
Ello, a fin de cuentas, repercutirá en la aceptación del contenido enseñado, puesto que la atención
del alumnado estará dirigida en función del tipo de distribución que se utilice.
Tiempo escolar
El tiempo escolar se define como la cantidad de horas que pasan los/as alumnos/as y los/as
profesores/as en el centro educativo. Para cada uno de ellos es diferente el tiempo escolar:
Alumnado: el tiempo escolar se determina con el horario escolar, es decir, de 08:00h a 15:00h,
por ejemplo, durante el cual tienen clases y múltiples oportunidades de relacionarse con su
entorno social y educativo.
Profesorado: el tiempo escolar para ellos se determina a través de las horas lectivas y del
trabajo que realizan preparando los materiales necesarios para ello. Se engloba dentro de su
jornada laboral, junto con las reuniones de familiares y las reuniones con el resto de
profesorado y/o dirección del centro educativo.
En muchas ocasiones, el tiempo escolar no consigue adaptarse a las necesidades que pretende
cubrir. En este aspecto, una hora de entrada al colegio muy temprana puede suponer que el
alumnado no tenga motivación para despertarse por las mañanas e incluso que se queden dormidos
y lleguen tarde a las aulas. En cambio, una hora demasiado tardía provocaría retrasos en las
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jornadas laborales de los padres y madres que llevan a sus hijos/as al centro educativo.
Bajo este aspecto, la integración y el interés de los familiares permite que se realicen reuniones con
el profesorado para acordar una hora apropiada entre todos, de forma que se favorezcan y se dé
respuesta a las necesidades de la familia, comunidad y educación.
Tiempo y currículo
En relación con el currículo, el tiempo escolar se determina como la programación temporal que se
realiza de los contenidos incluidos dentro del itinerario curricular.
Antes de comenzar el curso académico, el profesorado se plantea una programación curricular sobre
los contenidos que se deben abordar en dicho curso y para el tipo de alumnado que atienden. Es
decir, la programación varía en función de si el alumnado pertenece a Educación Primaria o a
Educación Secundaria.
El diseño del itinerario curricular conlleva, además, la programación de las diferentes actividades
y temáticas a abordar a lo largo de un curso académico, es decir, para todo un año, así como
implementar y añadir actividades y temáticas alternativas para completar el programa curricular
indicado por el Gobierno.
Todo ello debe estar establecido dentro de una temporalización adaptada al número de horas de la
materia, número de horas a la semana que le corresponde por materia, momento del día a la que se
llevarán a cabo las clases, tiempo de duración de cada temario abordado y de las actividades
propuestas…
La gestión del tiempo será fundamental para poder dar cabida a todos los contenidos propuestos,
integrando además diferentes actividades extraescolares que puedan complementar la formación del
alumnado en aras de cubrir de múltiples formas diferentes las competencias propuestas.
La aplicación práctica de este itinerario curricular requiere organización y distribución. Hargreaves
acuña el término “visión técnico-racional del tiempo” para referirse a la conceptualización del
tiempo como un recurso más que puede utilizarse para todo el alumnado por igual y con diferentes
fines educativos, alcanzando todos/as las metas propuestas en el mismo tiempo. La aplicación de la
teoría conlleva que todos/as los/as alumnos/as del primer curso de Primaria tengan las mismas horas
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y el mismo programa curricular.
Por contraposición, también utiliza el término “tiempo fenomenológico”, que hace referencia a que
cada alumno/a requiere un determinado tiempo único y personal para afrontar los conceptos y
contenidos de una materia.
Se pueden distinguir dos conceptos del tiempo, según la teoría de Hall:
Visión monocrónica: el trabajo se configura en un periodo de tiempo lineal, en el que se
realiza una tarea en un tiempo determinado y en progresión lineal a través de las diferentes
etapas educativas. Además, el tiempo invertido en la realización de las tareas es el tiempo
estimado inicialmente, y tiene poca sensibilidad a cambios externos. Permite la administración
controlada del espacio.
Visión policrónica: el trabajo se configura como un periodo en el que se pueden realizar
varias tareas al mismo tiempo, adaptando el tiempo a cada tarea siempre y cuando permita la
correcta realización de esta. Posee una alta sensibilidad a los cambios externos, y tiene un
control administrativo bajo, teniendo libertad de elección y autonomía del espacio.
En este sentido, el currículo educativo debe atender a un compendio de las dos visiones del tiempo
escolar, puesto que requiere que cada actividad tenga su tiempo, pero además tener la oportunidad
de realizar varias actividades al tiempo que estén relacionadas y así complementar el conocimiento
de diferentes maneras.
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Recuerda
Un currículo sólido, bien fundamentado, técnico, coherente y ajustado a las necesidades de
aprendizaje de la sociedad de referencia, junto con recursos que aseguren las condiciones
mínimas necesarias para el mantenimiento de la continuidad y la coherencia en la concreción
de las intenciones educativas garantizan procesos de enseñanza y aprendizaje de calidad.
Las destrezas no se adquieren en un determinado momento ni permanecen inalterables, sino
que implican un proceso de desarrollo mediante el cual los estudiantes van adquiriendo
mayores niveles de desempeño en el uso de estas.
Las teorías sociológicas abogan por un marco de referencia débil, puesto que permitiría un
acercamiento entre profesor/a-alumno/a con el conocimiento, superando las relaciones de
poder y jerarquía que se establecen en un currículo escolar rígido y tecnocrático.
El ser humano es un ente social, y como tal, se relaciona con su entorno de una forma o de
otra, y en todas las áreas sociales. Una de ellas es el aula, donde las personas pasan gran parte
de los primeros años de vida junto a otras personas de igual, menor y mayor edad, que influirán
en el modo de percibir el mundo y las relaciones en general.
Uno de los grandes debates sobre la educación que existen en la actualidad es la desigualdad
entre conocimientos que se establecen en los centros educativos.
El espacio escolar se define como el lugar seleccionado para abordar las diferentes temáticas
escolares propuestas en el itinerario curricular. Por lo general, se habla de espacio físico, ya
que es el mayor problema que se encuentran en las aulas.
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[AFO0289Q9] Sociología de la

A lo largo de esta Unidad Didáctica se conceptualiza el currículo en base a sus principales

jerarquía de saberes y el espacio y tiempo escolares.

Resultados del aprendizaje

Definir currículo y destacar sus principales características y propiedades.

Analizar la evolución social del currículo a lo largo de la historia.

saberes y el espacio y tiempo escolares.

1. Definición del currículo

Atendiendo al Ministerio de Educación de Ecuador, el currículo va a ser la expresión del

desarrollo y la socialización de las nuevas generaciones y en general de todos sus miembros; en el

comprobar que efectivamente se han alcanzado.

Un currículo sólido, bien fundamentado, técnico, coherente y ajustado a las necesidades de

necesarias para el mantenimiento de la continuidad y la coherencia en la concreción de las

intenciones educativas garantizan procesos de enseñanza y aprendizaje de calidad.

educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable

país, y el respeto a los derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades”.

La Ley Orgánica de Educación Intercultural, en el artículo 2, literal w): “Garantiza el derecho de

las personas a una educación de calidad y calidez, pertinente, adecuada, contextualizada,

actualizada y articulada en todo el proceso educativo, en sus sistemas, niveles, subniveles o

procesos y metodologías que se adapte a sus necesidades y realidades fundamentales. Promueve

competencia de la Autoridad Educativa Nacional: “Formular e implementar las políticas educativas,

complementarse de acuerdo con las especificidades culturales y peculiaridades propias de las

las particularidades del territorio en el que operan”.

Un currículo organizado por áreas de conocimiento

áreas de conocimiento: Lengua y Literatura, Matemática, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales,

través de las siguientes asignaturas:

ÁREAS DE CONOCIMIENTO ASIGNATURAS PARA EGB ASIGNATURAS PARA BGU

responde al objetivo de acercar la propuesta a los intereses y necesidades de los estudiantes, a la

requerimientos del marco legal, anteriormente expuesto; no obstante, la observancia de este

mandato implica una distribución de responsabilidades en la tarea de desarrollo de la propuesta

Si la Autoridad Nacional es responsable de diseñar el currículo obligatorio, las unidades

Institucional y su correspondiente Proyecto Curricular Institucional y los docentes han de negociar

elementos y cómo se articulan.

Elementos del currículo

desempeño; las orientaciones metodológicas; y, los criterios e indicadores de evaluación.

Principios para el desarrollo del currículo

actitudes propuestos en ellas en situaciones concretas, aplicando operaciones mentales complejas,

conocimientos adquiridos a actividades de su vida cotidiana.

Las destrezas no se adquieren en un determinado momento ni permanecen inalterables, sino que

diferentes ritmos y estilos de aprendizaje de cada estudiante, favorezcan la capacidad de aprender

2. Evolución social del currículo

una persona con su entorno social le va a condicionar en su aprendizaje, tanto en el procedimiento

como en los métodos.

donde la religión no tiene tanta presencia.

En la Edad Antigua, fecha señalada de surgimiento y desarrollo de las primeras civilizaciones, se

educación se basaba en los principios de la Filosofía y la Retórica.

romana se centró en las artes liberales (trívium y quadrivium).

Atendiendo a Occidente, la Edad Moderna se caracteriza por el humanismo renacentista, que

otro ni llegar a un acuerdo sobre la importancia de ambos.

tecnocrática, el currículo se conceptualiza como un método de enseñanza que promueve el saber

puesto que el conocimiento es el que es, y no es posible modificar la información.

contenidos enseñados, es decir, los resultados finales.

la evaluación y obtener así el mejor resultado de todos.

persona, y, por tanto, lo que prevalece es el poder y el control.

especializaciones. De esta manera, una persona puede especializarse en un área específica de

No obstante, dichos límites no comprometen la independencia del conocimiento, sino todo lo

conocimiento diferentes y tienen objetivos y funciones diferentes. Sin embargo, la interacción de

se puede clasificar también en un rango de mayor a menor fortaleza.

de distancia y poder, en el que el alumnado no puede escapar ni tomar decisiones.