Tercia de Reinas
Tercia de Reinas
Tercia de Reinas
de:
Elena Guiochins
PERSONAJES:
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1. LAS ENTRADAS
SOLEDAD: (LLAMA AL MESERO) ¡Oiga joven, una piñita colada, por fa!
2
SOLEDAD: De ahora en adelante soy Sol sin Edad. El Sol es luz, es calor,
playa, hombres guapos en traje de baño, Acapulco, Can Cún, Veracruz, ¡el sol
es vida!
DOLORES: Menos…
SOLEDAD: ¿Dónde?
DOLORES: Cuernavaca…
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DOLORES: Te queda muy bien el rojo.
SILENCIO INCÓMODO.
SOLEDAD: ¡Ya te dije qué no! Pero si me sigues preguntando puede que…
SOLEDAD: ¿Y?
DOLORES: ¡No me digas! La última vez que nos vimos la vi muy bien.
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SOLEDAD MIRA DE ARRIBA ABAJO AL MESERO, SE CONCENTRA
EN SUS NALGAS.
DOLORES: Pobrecita.
SOLEDAD: ¿Pobrecita?
SOLEDAD: Quién sabe, a veces más vale sola que mal acompañada.
DOLORES: Eso lo dices por ti, ¿verdad? Porque yo estoy muy feliz con mi
marido.
SOLEDAD: Depende.
SOLEDAD: De qué te hace feliz. (FUMA) Se ve que la está pasando muy mal.
DOLORES: No me digas…
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SOLEDAD: ¿Qué me estás confundiendo o ya se te subió el tequilita? ¡Yo ya
llevo tres divorcios! Y de mis tres ex maridos no se hace uno solo.
MILAGROS: ¿De veras? Qué bueno que lo dices porque me siento de la patada.
¿Qué están tomando?
DOLORES: Pobrecita.
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SOLEDAD Y MILAGROS CRUZAN MIRADAS.
DOLORES: ¿Por qué se me quedan viendo así? ¿Qué, dije algo malo?
DOLORES: Bueno salud, pero no se les olvide que yo sigo felizmente casada
¿eh?
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DOLORES: No sé, yo solamente pensaba en mi marido.
MILAGROS: ¡Hay una gran diferencia entre “ser amable” y “ser auténtico”!
DOLORES: A lo mejor su problema es que son muy exigentes con ellos y los
abruman con todas sus necesidades a los pobrecitos.
MILAGROS: ¡¿Pobrecitos?!
SOLEDAD: Yo por eso tengo perros, perros, perros, sin incluir a los hombres.
Por suerte hace mucho que descubrí que son mejores los perros que los
hombres.
DOLORES: ¡Ay sí, son tan lindos! Yo tengo dos salchichas monísimos.
SOLEDAD: El perro es el ser vivo más noble. (LEVANTA SU COPA) ¡Brindo por
el perro!
DOLORES: ¡Ay sí, yo también los adoro! Son tan lindos cuando mueven la cola.
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DOLORES: Los salchichas no tanto porque son chaparritos.
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CAMBIO DE TIEMPO.
MILAGROS DEJA DE LLORAR DE GOLPE. HABLA A PÚBLICO.
DOLORES: (A SOL) Dale chance, como la que se quedó con el papel fuiste tú…
SOLEDAD: ¿Y? Milagros sabía que las dos íbamos a audicionar para el mismo
papel. Ella no se quedó y yo sí. ¿Por qué tanto drama?
MILAGROS: ¡Porque estoy hasta la madre de que siempre la que se queda con
todo eres tú!
SOLEDAD: ¡Claro que no! ¡No me levantes falsos chaparrita, eso sí que no!
MILAGROS: ¡Mejor para que todos se enteren de la clase de mujer qué eres tú!
DOLORES: ¡Ay por dios, mejor ya no digan nada! No vale la pena tanta alharaca
y menos por un pinche papel de hada madrina en la comedia musical de
Cenicienta!
SOLEDAD: ¡No me salgas con esas, Lola! ¡Tú también te morías por ese
“pinche” papel! ¡Es más, tú me dijiste que te morías de ganas por bailar y cantar
el solo con la varita mágica en la mano!
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DOLORES: Tanto así como morirme de ganas por bailar con la varita mágica en
la mano, no. Tampoco es para tanto.
MILAGROS: Pues con varita o sin varita esas son…¡Mejor aquí le paro!
MILAGROS: ¡Tu talento! ¿Le llamas talento obtener un papel después de irte a
cenar y seguramente a otro lugar más a-coge-dor con el productor?
SOLEDAD: Y si fuera cierto, ¿qué tiene? ¿Es pecado que una actriz acepte irse
a cenar con el productor de su obra?
DOLORES: ¡¿Por un solo con varita mágica le hiciste sexo oral a ese gordo
horrendo?!
DOLORES: Claro que lo somos, pero parece que siempre que un elemento
masculino entra en escena nuestra amistad desaparece como por arte de magia.
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MILAGROS: ¿Entrarle al ruedo o entrarle a la cama?
2. A LA CARTA
DOLORES: ¡Salucita!
DOLORES: ¡Pero por qué! Si estabas super bien en tu papel de, de…
MILAGROS: ¡Ay por dios Lola! Estamos hablando del personaje no de nuestra
amiga. (MIRANDO A SOL) ¿O si?
SOLEDAD: Pues por andar con gente del medio, me ha ido medio mal en la
chamba.
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DOLORES: ¿O sea que sigues acostándote con actores, productores, directores
y anexas?
MILAGROS: ¿Y?
SOLEDAD: De lo que sea: hermana menor, hija ilegítima, madre soltera, mujer
guapa que come sopa instantánea, enfermera amante del doctor en turno,
veinteañeras en busca del amor eterno, ama de casa vital realizada con su
nuevo detergente y etcétera, etcétera, etcétera.
SOLEDAD: ¡Dame más ánimos! Supongo que si me ofrecen ese tipo de papeles
es porque no me veo tan dada al cuás. Además yo siempre me he visto más
jovencita a diferencia de otras…
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PRIMER ENTREMES.
SOLILOQUIO DE SOL.
CAMBIO DE TIEMPO. SOLEDAD OBSERVA LA MESA DONDE
ESTÁN SENTADAS SUS AMIGAS QUE HAN QUEDADO
CONGELADAS COMO EN UNA FOTOGRAFÍA.
SOL: Nos conocemos de toda la vida. Somos una especie de trillizas unidas
voluntariamente por no sé qué fuerza del destino. Ahí están: Milagros y Lola. El
tiempo ha transcurrido atestiguando nuestra amistad. La vida nos ha unido y la
vida también nos ha distanciado. Somos como moléculas que se disuelven y
desaparecen para volver a reunirse. Cada vez que siento que empiezo a
salirme de esta fotografía emblemática, ¡zas!, algo pasa. Una de las tres marca
un número telefónico y volvemos a encontrarnos. Y aquí estamos, de nuevo
juntas, sentadas en la mesa de un café, de un restaurante, de un bar. ¡Da lo
mismo! Me pregunto, ¿por qué siempre me da tanto gusto volver a ver a este par
de locas? Aunque a veces sienta que tenemos poco o nada que decirnos porque
nuestras vidas difieren tanto una de la otra.
SOLEDAD: ¿Qué haría yo sin mis amigas? Me reiría menos de mi misma, sin
duda.
3. PRIMER PLATO.
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SOLEDAD: Seguro lo descubriste cuando te miraste al espejo.
MILAGROS: Pues este trozo de carne que tengo no está en mi mente, está en
mi boca y sabe delicioso.
MILAGROS: ¿Quiénes?
SOLEDAD: Se nota.
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DOLORES: Claro que por eso mismo casi no nos vemos y no viajamos tanto
como yo quisiera. Pero por lo menos cada quince días salimos a Cuernavaca a
visitar a mi suegra.
DOLORES: ¿Y qué más les iba a contar? ¡Ah, casi se me olvida! Hace quince
días me sacaron la matriz.
MILAGROS: ¡Qué!
DOLORES: Ajá…
MILAGROS: ¡Lola!
MILAGROS: ¿Y es maligno?
DOLORES: ¿Quién?
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DOLORES: Cuando tenga tiempo.
DOLORES: ¿Mañana? No. Mañana no puedo, tengo el día a tope…Yo creo que
la semana que entra.
DOLORES: ¡Qué rica está la comida! ¿Verdad? Ahorita vengo, voy al baño.
SOLEDAD: ¡Claro que no! ¡Pero no soy una mustia como otras y digo lo que
pienso!
MILAGROS: Pues parece que piensas con las patas, no más bien con otra cosa
que tienes entre las patas.
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SOLEDAD: ¡Se me olvidaba que tú eres de las que no toman, no fuman pero
que tal le ponen!
SOLEDAD: ¡Pues tú deberías de hacer uno de desenfriol! Con la cara que traes
no necesitas ni maquillaje. ¡Das todo el tipo!
SOLEDAD: Parece que ya llegó la hora de las netas, la hora netil. ¡Ándale pues!
Hablemos de las netas. Empieza tú, soy toda oídos:
SOLEDAD: Claro, el calvo prematuro. ¡Ese no fue un baje, sólo fue un faje y
nada más! No hubo penetración digo, compenetración.
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SOLEDAD: Pues pobre de ti.
MILAGROS: Sí, nada más que ahora usa otro nombre artístico.
MILAGROS: No.
MILAGROS: No.
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DOLORES ERUCTA SIN QUERER.
DOLORES: Claro que no. Así me pasa cuando tomo mucho tequilita.
MILAGROS: No.
MILAGROS: Sí.
MILAGROS: No.
MILAGROS: Sí.
MILAGROS: A veces.
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MILAGROS: ¡No, era puto!
DOLORES: ¡¿Cómo?!
DOLORES: ¿Qué?
DOLORES: ¿Y qué tienen contra la cirugía plástica? Los hombres también son
vanidosos. ¡Ni que fuera para tanto!
SOLEDAD: ¡Ay Lola, tú no tienes remedio! ¡No se operó la cara, sino otra cosa!
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DOLORES: ¡Qué horror! (DUDA) ¿Qué cosa?
DOLORES: (EN VOZ BAJA) No necesitas gritar para que te entienda. Mira cómo
se nos quedan viendo. (AL MESERO) Joven, ¿me trae otro tequilita?
SEGUNDO ENTREMES.
SOLILOQUIO DE MILAGROS.
CAMBIO DE TIEMPO.
QUEDAN CONGELADAS SOL Y LOLA.
4. SEGUNDO PLATO.
CAMBIO DE TIEMPO.
LAS TRES AMIGAS SIGUEN PLATICANDO.
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MILAGROS: Pues yo a estas alturas del partido lo único que temo en la vida es
el viaducto y la mediocridad.
DOLORES: ¡Ay Sole…digo Sol sin edad, qué cosas dices de veras! (PAUSA) ¿A
poco tú te haces el favor sola?
MILAGROS: ¿No me digas que es ese que tiene unas orejitas que son la neta,
vibran y hacen maravillas?
SOLEDAD: ¡Ese mero! Lo bauticé “el duracel” porque sigue y sigue y sigue
hasta que te…
MILAGROS: Oye Lola, ¿y de pura casualidad los puntitos giran sobre su propio
eje?
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DOLORES: Dice que la relaja.
DOLORES: ¡Le encanta! Tanto, que a veces lo ha llegado a usar hasta tres
veces al día.
SOLEDAD: Creativa.
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DOLORES: ¡Como se llamen! Yo jamás me metería animales exóticos,
vibradores o esas cosas en, en…¡Ahí pues!
SOLEDAD: Pero si no eres tú la que tiene que entrarle, son esas cosas las que
entran en ti.
DOLORES: Además yo he oído que ese tipo de aparatos son para lesbianas.
DOLORES: Sí te digo.
SOLEDAD: ¡Pues bien por ellas porque también se la han de pasar a gusto con
sus juguetitos!
DOLORES: Por ahí me contaron que la otra vez te vieron con una “amiga” en un
bar gay.
MILAGROS: ¡Yo también iba con mi ex marido muy seguido a esos lugares! ¡A
Luigi le fascin…! (PARA SI) ¡Pero de veras qué bruta era!
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SOLEDAD: ¿Mi admiradora?
SOLEDAD: ¡Ay Lola, ya llovió! Eso pasó hace mucho tiempo, ya ni me acordaba.
SOLEDAD: Yo le di…
SOLEDAD: Tres.
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MILAGROS: ¡Qué horror!
SOLEDAD: No tanto como Luigi pero también tenía lo suyo. ¡Le encantaba
meterse sus periquitos y entonces era cuando se ponía efusivo!
SOLEDAD: ¡Exacto!
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SOLEDAD SACA UNA CAJETILLA NUEVA. DOLORES PRENDE UN
CIGARRO Y TOSE UN POCO.
MILAGROS: Y luego…
SOLEDAD: Mi ex marido decía que el acto sexual era muy importante y que
había que hacerlo en un momento especial porque si no se podía volver
monótono. Pero él y yo ni a eso llegábamos.
SOLEDAD: Un día me dijo que me quería dar una sorpresa. Y me pidió que lo
esperara en traje de baño.
MILAGROS: ¿Y?
DOLORES: ¿Y?
MILAGROS: ¿Y?
SOLEDAD: Que me tapa los ojos y que me dice: “Mini, ¿qué crees que te traje?”
SOLEDAD: Ojalá.
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DOLORES: ¡Ay dios! ¿Qué te hizo ese hombre? ¿Qué era?
DOLORES: ¿Amaestrada?
SOLEDAD: Peor. Quería que fornicáramos los tres juntos en el agua. ¡Hazme
favor! ¡Un menage a trois con una foca!
SOLEDAD: Esa fue la última que le aguanté a Tito. Una cosa es el aspecto
animal-macho pero ¡con una foca!
MILAGROS: Hiciste bien Sol, porque si le hubieras seguido el juego quien quita
y lo que te esperaba era fornicar con una galería de especies en extinción.
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SOLEDAD: ¿Por qué a los hombres se les olvida que su pene también forma
parte de su espíritu?
DOLORES: Ni tanto, hay algunas tribus que hasta los tallan en madera y les
rinden tributo.
DOLORES: (TODA FRÍVOLA) Pero somos encantadoras. Así que: que esto que
lo otro: ¡salud!
SOLEDAD: ¿Cómo le haces para poder ser tan feliz Lola? Con todo y tu cáncer.
DOLORES: Mira Sol, tú eres el tipo de mujer que todo lo relaciona con el sexo.
Estás obsesionada con el asunto. Tu disponibilidad sexual está asociada a tu
experiencia de vida que a estas alturas ya es muy larga. No tienes idea de lo
que es el sentido de la permanencia en un matrimonio. ¿Voy bien o me regreso?
SOLEDAD: Ajá…
DOLORES: Se te olvida que se necesita algo más que una erección para
sostener un matrimonio.
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SOLEDAD: ¿No me digas? ¿Y qué será “eso” tan necesario que obviamente yo
no tengo?
SOLEDAD: ¿Qué estás diciendo Lola? ¿No será que el tumor que te
encontraron lo tienes en la cabeza?
DOLORES: Por lo menos el amor es algo que hago y no algo que espero que
venga a mi.
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MILAGROS: ¡Tómala! (CORRIGE) Digo, tómense un tequila conmigo ¿si?
DOLORES: No.
DOLORES: No.
DOLORES: ¡No!
TERCER ENTREMÉS.
SOLILOQUIO DE DOLORES.
SOLEDAD Y MILAGROS SE CONGELAN COMO EN UNA
FOTOGRAFÍA.
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EL MESERO TRAE LA CUENTA Y SOLEDAD PAGA.
DOLORES: Yo me acabé todo el tequila del mundo, luego fui al baño a vomitar
y...No me morí. El tumor no fue maligno. No sé cuánto pasó para volver a
reunirnos pero las tres dejamos de vernos por mucho tiempo. Dejamos de
llamarnos por teléfono y…
DOLORES: Durante años viví convencida de que disfrutaba de una vida muy
agradable, era una especie de esposa respetada y remunerada. Había
construido un reino de posesiones materiales y emocionales donde yo era la
soberana. Y la mejor inversión eran mis hijos. Voluntariamente caí en la trampa
de un estilo de vida al que llamaba “familia”. Pero la verdad era otra. El término
“mi marido” significaba proveedor de esperma y dinero. Yo a mi vez era la
responsable incuestionable de complacer a todos en ese sencillo entramado de
realidad y valores. ¿Qué beneficio más grande podía obtener una mujer como
yo? Suplantadas mis necesidades personales asumía el control, establecía las
reglas de mi hogar y los límites. Hasta que me di cuenta que una cosa es
construir un reino y otra una familia. No. No me convertí en feminazi.
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5. LOS POSTRES
SOLEDAD: A ninguna.
MILAGROS: Increíble.
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MILAGROS: O sea que tuviste que irte hasta allá para poder encontrarte a ti
misma.
SOLEDAD: Algo así, aunque la mera verdad el viaje se dio de otra forma.
SOLEDAD: Satya.
SOLEDAD: Todos esos años que estuve lejos de aquí fueron buenísimos.
SOLEDAD: Durante mucho tiempo pensé que mi destino era interpretar una
infinidad de papeles en la vida, hasta que me di cuenta que ninguno de esos
papeles tenían que ver con quién era yo.
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MILAGROS: ¿Y quién eres tú?
DOLORES: Supongo que es muy profundo lo que nos estás diciendo, pero la
mera verdad yo no entiendo nada.
SOLEDAD: Lo que quiero decir Lola, es que ahora estoy libre de todo papel. Me
transformé.
SOLEDAD: ¿Botox?
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SOLEDAD: Quiero decir que te ves tan bien que no se te nota la restirada.
MILAGROS: No.
MILAGROS: Tampoco.
SOLEDAD: Entonces…
MILAGROS: Luigi.
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SOLEDAD: ¡Que bueno que entré a la meditación!
DOLORES: Y yo que creía que eso sólo pasaba en las películas de Almodóvar.
MILAGROS: Así como lo oyen. ¡Su amiga Milagros ha vuelto a los escenarios!
MILAGROS: Ahorita estoy ensayando una nueva obra con una compañía de
teatro codependiente.
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MILAGROS: Es sobre un grupo de amigas disfuncionales a las que les pasa de
todo: divorcios, traiciones, fracasos sentimentales, adicción al sexo, a la cirugía
plástica en fin, ya se imaginan.
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SOLEDAD: Pues por lo visto han cambiado mucho las cosas desde la última vez
que nos vimos.
SOLEDAD: ¿Cuernavaca?
DOLORES: Sí, Mili estuvo muy deprimida mucho tiempo pero le conseguimos
otro salchicha y ya se recuperó. Se llama…Sol.
DOLORES: Nada, nada…Todo bien. (PAUSA) Bueno, la mera verdad hay algo
más.
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SOLEDAD Y MILAGROS: ¿Qué?
SOLEDAD: Lola, ya sabes que todo lo que se diga en esta mesa queda entre
nosotras.
MILAGROS: ¡¿Cómo?!
MILAGROS: (A SOL) Pellízcame por favor porque creo que estoy alucinando.
DOLORES: Para nada. ¡Y no crean que estoy hablando de ese tipo de juguetes
exóticos que tanto les gustan!
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DOLORES: ¡Y muy bien puestos!
DOLORES: Pobrecita.
SOLEDAD: ¿Cuál?
SOLEDAD: Exactamente.
MILAGROS: ¿Y?
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DOLORES: Entonces, brindemos por tu celibato.
DOLORES: Él es…José.
SOLEDAD: ¡Brindo por todo! (MIRA A LOLA) ¡Tu galán, mi celibato y por…
(MIRA A MILAGROS) ¿Cómo dijiste que se llama la obra que estás ensayando?
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MILAGROS: Tercia de Reinas.
6. LA CUENTA.
FIN DE LA OBRA
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