El Punto Ciego Parte1
El Punto Ciego Parte1
El Punto Ciego Parte1
Junto con los poetas Fabio Doctorovich y Carlos Estévez, el poeta, editor y escritor argentino Jorge
Santiago Perednik (infortunadamente fallecido en diciembre de 2012, a los 59 años), puso en marcha
un extraordinario trabajo editorial que es un conjunto de textos historiográficos y una muy amplia
selección de obras de artistas de su país bajo el título EL PUNTO CIEGO. Antología de Poesía
Visual Argentina: de 7000 AC al Tercer Milenio, que actualmente se encuentra en proceso de
edición. Hago aquí una primicia, con aprobación de los responsables editoriales.
Retornando al Punto Ciego, la edición quedó a cargo del poeta experimental, editor e investigador
Fabio Doctorovich, quien ha tenido a su cargo por bastantes años la página de poesía experimental
POSTYPOGRAPHICA y es autor de numerosas obras y ensayos sobre la experimentación poética y
poesía digital. En la edición del volumen lo acompaña el también poeta experimental Carlos Estévez,
quien tuvo a su cargo la selección de las obras de la antología.
Así pues, no hay por qué espantarse de que existan diversos y pintorescos
saltos de autoidentificación y renovación de conceptos. Pero también creo que
la idea de “poesía visual” tuvo un papel relevante en el siglo XX y seguirá teniéndolo en el XXI, como
un sistema no acabado de búsqueda, imbricación de formas y lenguajes y de reforma poética.
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¿Qué es la poesía visual? Una visión siempre discutida
Al mismo tiempo, entre las desventajas o reparos señala que el más importante es alejarlo de la
noción científica de experimento, que va por caminos opuestos a los que pretende este tipo de
poesía: el experimento científico es algo reproducible y que va a dar siempre los mismos resultados.
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Jorge Santiago Perednik, 3
poemas de Variaciones Pad
In, 1996. (de www.postypographika.com.ar)
Destaca el aspecto de que esas manos no son un dibujo o una pintura que quisiera imitar manos,
sino impresiones que no son la representación de la mano real sino su huella. Y esta huella es signo,
por medio de la mano, de una presencia, y en tanto signo es en sí mismo un rudimento de lenguaje,
que es un conjunto de signos.
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De ese modo está muy cerca de lo que hoy se puede entender como arte. Es decir, la situación de
imagen sin representación y al mismo tiempo de firma o signo sin escritura, pensada como hecho
artístico, ubica la obra en el límite entre dos áreas, en este caso la plástica y la literatura,
precisamente uno de los bordes reclamados por la aquí llamada poesía experimental o poesía visual.
Tal situación de embestida es una interpretación posible de un gran mamífero cuadrúpedo, que por
sus formas anatómicas muy bien podría ser un toro, al que le faltan las dos extremidades delanteras
y la cabeza, en cuyo reemplazo está eso que parece una runa o letra gigante. Esto trae consigo la
hipótesis de una posible incursión vikinga en el cono sur americano. Perednik lo llama el Btoro,
palabra que tiene la virtud de ser ella misma monstruosa y reproducir en su letra con bastante
fidelidad la figura que alude.
Algunas muestras de esta otra concepción poética, que en el libro se denomina teléstica, fue que
predominó en actos de homenaje, para cantar elogios de personajes sobre todo en ocasiones
fúnebres: muerte de reyes, de virreyes o de personajes notables, y en forma pública, es decir, en las
calles; la característica más notable en ella es la forma de estos poemas, donde prevalece el uso del
acróstico y del laberinto, como también de los dibujos que puede trazar la escritura sobre el blanco
del papel.
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Al fin: el siglo XX, los tiempos de “el sonido y la furia”
Sarah Grilo
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integración de ambos elementos, en términos de que la imagen sea el texto y el texto la imagen, los
dos uno.
Hacia la segunda mitad de los años 30 produce varias obras que incluyen esa palabra en el título,
recordando por un lado la escritura taquigráfica, y por otro lado textos de escritura árabe que
conjugan la búsqueda de la belleza visual y la posibilidad de lectura para quien conozca el idioma. La
obra Muros y escaleras, de 1944, presenta cortado por el borde superior un semicírculo que bien
podría representar la luna, el cual ostenta signos caracterizados como grafías plastiútiles.
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Para 1954, con su esposa se instala en una pequeña
casa en el Delta del Tigre, misma que él diseñó y
construyó. Xul trabaja entonces, sistemáticamente, en
las grafías. Al mismo tiempo, incluye en sus trabajos
arquitectónicos fachadas “legibles”, como la que dice
san villa roxa del teorreino, la Iglesia de María, u otras
en las que incorpora letras no hiladas en un texto al
modo de las escrituras occidentales, con sentido lineal.
Más tarde, hacia fines de los años 1950 y principios de
los 1960, retoma este proyecto de manera más
sistemática y genera a partir de éste una obra
abundante.
http://www.revista.escaner.cl/node/7781
REFERENCIAS:
http://ludion.com.ar/radar.php?artista_id=20
César Horacio Espinosa Vera. Mexicano. Escritor, docente, investigador privado (de arte y poesía), promotor y curador de poesía
visual. Creó y fue coorganizador de las Bienales Internacionales de Poesía Visual y Experimental (1985-2009). Autor de libros y
ensayos sobre poesía, arte, política cultural y comunicación; uno de ellos -en coautoría con Araceli Zúñiga- La Perra Brava. Arte,
crisis y políticas culturales, del cual una selección de textos aparece en Ediciones Especiales de esta revista virtual.
e-mail: [email protected]
Blog: http://profunbipoviex.blogspot.com
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FACEBOOK:PRO FUNDACIÓN BIENALES INTERNACIONALES DE POESÍA VISUAL/EXPERIMENTAL
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