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Escuela superior de formación de maestros

“Ismael Montes”

Estrategias metodológicas y didácticas para procesos educativos en el


modelo socio comunitario

Nombre: Diego Delgadillo Aguilar


Unidad de formación: didáctica
Docente: Lic. Lenny Trujillo
Año de formación: 1ºer Año

Cochabamba – Bolivia
Introducción

En el ámbito educativo, la evolución de los enfoques pedagógicos refleja un profundo


deseo de responder a los desafíos sociales y culturales de cada época. Hoy en día,
vivimos un momento en el que las sociedades exigen una educación más inclusiva,
participativa y contextualizada, capaz de preparar a las personas no solo para ser
competentes en el mundo laboral, sino también para ser ciudadanos críticos,
comprometidos y capaces de transformar su entorno. En este contexto, el **modelo
educativo socio comunitario productivo** ha surgido como una respuesta a estas
demandas, proponiendo una serie de estrategias metodológicas y didácticas que buscan
conectar el aprendizaje con la vida cotidiana y la comunidad. Este ensayo explora estas
estrategias, profundizando en cómo los momentos metodológicos, los campos de
saberes, los ejes articuladores, las dimensiones del ser, saber, hacer y decidir, y el
proyecto socio productivo contribuyen a la transformación del proceso educativo.

1. La Visión Metodológica del Modelo Educativo Socio Comunitario

Cuando se habla del modelo educativo socio comunitario, es imposible no pensar en la


influencia de grandes teóricos de la pedagogía, como “Paulo Freire” y su visión crítica
de la educación. En su obra clásica, “Pedagogía del oprimido”, Freire (2005) describe la
educación como un acto de amor, en el que tanto el docente como el estudiante
participan en un diálogo constante, donde ambos aprenden y se transforman. Esta
concepción de la educación como un proceso dialógico y comunitario está en el corazón
del modelo socio comunitario, que busca trascender las prácticas tradicionales y
estáticas de la enseñanza, para crear un espacio de reflexión y acción colectiva.

Este modelo se centra en la idea de que el conocimiento no puede ser algo impuesto de
manera unilateral desde una autoridad (el docente), sino que debe ser un proceso
construido colectivamente, en diálogo con la comunidad. Así, el proceso educativo no
se limita al aula ni a los textos académicos, sino que se expande a la vida cotidiana,
integrando las experiencias y saberes locales en una propuesta pedagógica más amplia.
En este sentido, la visión metodológica del modelo intenta responder a las limitaciones
y ausencias de las concepciones educativas que sólo han dirigido su interés al desarrollo
del nivel cognitivo del aprendizaje, es decir que han hecho de la teoría y su transmisión
la finalidad de la educación.

La “visión metodológica” del modelo socio comunitario no es estática ni rígida. Está


basada en la idea de que cada comunidad y cada individuo tiene algo valioso que
aportar al proceso educativo, y que el rol del docente es facilitar este intercambio de
saberes, promoviendo un aprendizaje contextualizado y significativo. Este enfoque
desafía las tradicionales jerarquías en la educación y reconoce que los estudiantes no
son "contenedores vacíos" que deben ser llenados de información, sino sujetos activos
con sus propias experiencias, que pueden contribuir a la construcción del conocimiento
(Freire, 2005).

2. Las Estrategias Metodológicas en la Transformación de los Procesos Pedagógicos

Una de las contribuciones más significativas del modelo socio comunitario es su énfasis
en las estrategias metodológicas que buscan transformar el proceso educativo desde la
base. Estas estrategias no solo invitan a una reflexión crítica sobre el contenido que se
enseña, sino también sobre el “cómo” se enseña y “para qué”. El aprendizaje, bajo este
enfoque, no es solo un fin en sí mismo, sino un medio para generar cambios reales en la
vida de los estudiantes y sus comunidades.

En este sentido, el modelo reconoce que no todas las estrategias metodológicas son
igualmente útiles en todos los contextos. La transformación educativa requiere una
flexibilidad metodológica que permita a los docentes adaptar sus enfoques según las
necesidades específicas de sus estudiantes y las realidades de su entorno.

2.1. Momentos Metodológicos: Práctica, Teoría, Valoración y Producción

Una de las innovaciones más notables del modelo socio comunitario es la estructuración
del proceso educativo en “cuatro momentos metodológicos”: práctica, teoría, valoración
y producción (Ministerio de Educación de Bolivia, 2012). Estos momentos reflejan la
manera en que el aprendizaje se construye de manera dinámica, partiendo de la
experiencia directa de los estudiantes, pasando por la reflexión crítica, y culminando en
la producción de soluciones tangibles para los problemas identificados.

1. Práctica: El primer momento, la práctica, es donde el proceso educativo comienza


con la observación de la realidad. Aquí, los estudiantes tienen la oportunidad de
identificar problemas reales dentro de su comunidad o entorno, lo que hace que el
aprendizaje sea inmediatamente relevante. Este enfoque responde a la crítica de que
muchas veces la educación es percibida como algo abstracto, desconectado de la vida
diaria de los estudiantes. Al comenzar con la práctica, el modelo asegura que el
aprendizaje está siempre enraizado en la realidad concreta.

2. Teoría: Una vez identificado el problema, el siguiente paso es el análisis teórico. Los
estudiantes, con el apoyo del docente, investigan y estudian los conceptos y teorías que
les permitan comprender el problema de manera más profunda. Este momento permite
una conexión vital entre los saberes locales y los académicos, enriqueciendo ambos.
Aquí se pone en juego el concepto de aprendizaje significativo de Ausubel (1983), que
sugiere que los estudiantes aprenden mejor cuando pueden relacionar la nueva
información con sus conocimientos previos.

3. Valoración: Después de aplicar la teoría a la práctica, los estudiantes reflexionan


sobre los resultados obtenidos. En este momento de valoración, se analiza críticamente
lo que ha funcionado y lo que no, lo que permite una mayor comprensión del proceso y
la mejora continua. Es un momento clave porque enseña a los estudiantes a ser
reflexivos y críticos, habilidades fundamentales en cualquier ámbito de la vida.

4. Producción: Finalmente, el proceso culmina con la producción de soluciones


tangibles. Este paso es crucial porque refuerza la idea de que el conocimiento no es solo
para entender el mundo, sino también para transformarlo. Los estudiantes, después de
haber reflexionado críticamente sobre sus acciones, están en condiciones de proponer
soluciones que no solo beneficien a su comunidad, sino que también refuercen su
sentido de agencia y capacidad para generar cambios.

2.2. Campos de Saberes y Conocimientos

El aprendizaje en el modelo socio comunitario no se organiza de manera fragmentada,


como ocurre en los sistemas educativos tradicionales. En lugar de dividir el
conocimiento en disciplinas aisladas, este modelo propone la integración de los saberes
en “campos de conocimientos”. Estos campos incluyen tanto el conocimiento
académico formal como los saberes locales y ancestrales, lo que enriquece
enormemente el proceso educativo (Quispe, 2013).

Este enfoque interdisciplinario es fundamental en una sociedad diversa y multicultural


como la boliviana, donde los saberes indígenas han sido históricamente marginados por
la educación formal. El reconocimiento de estos saberes no solo democratiza el acceso
al conocimiento, sino que también fortalece la identidad cultural de los estudiantes, al
validar las tradiciones y conocimientos de sus comunidades. La educación, en este
sentido, se convierte en un espacio de “resistencia cultural” y empoderamiento.

2.3. Los Ejes Articuladores

El modelo socio comunitario se organiza también en torno a “ejes articuladores”, que


transversalizan el currículo y aseguran que los procesos educativos sean coherentes con
los valores y principios fundamentales de la comunidad (Ministerio de Educación de
Bolivia, 2010). Los ejes más relevantes incluyen la equidad de género, la sostenibilidad
ambiental, la interculturalidad y la participación ciudadana. Estos ejes no son
simplemente temas adicionales, sino que forman la base de todo el proceso educativo,
garantizando que el aprendizaje sea siempre pertinente y alineado con las necesidades
sociales.

El eje de la interculturalidad es quizás uno de los más importantes en este modelo. En


un mundo cada vez más globalizado, donde las identidades culturales pueden verse
amenazadas por la homogeneización, el modelo socio comunitario propone una
educación que valore y celebre la diversidad. Esto no solo fomenta una mayor tolerancia
y respeto entre los estudiantes, sino que también asegura que las diferentes culturas y
modos de vida sean reconocidos y respetados dentro del proceso educativo (Walsh,
2010).

2.4. Enfoques: Las Dimensiones del Ser, Saber, Hacer y Decidir

El enfoque metodológico del modelo socio comunitario productivo se basa en un marco


integral que abarca las dimensiones del “ser, saber, hacer y decidir”. Estas dimensiones
no solo estructuran el proceso educativo, sino que también reflejan una concepción
holística del desarrollo humano:

1. Ser: La dimensión del ser se refiere al desarrollo integral de la persona, no solo en


términos cognitivos, sino también éticos y emocionales. El objetivo es formar
individuos conscientes de sí mismos y de su entorno, capaces de actuar con empatía y
responsabilidad (Freire, 2005).

2. Saber: El saber se refiere a la adquisición de conocimientos, pero en un sentido


amplio. No solo se trata de aprender conceptos abstractos o teóricos, sino de integrar
diferentes formas de conocimiento, incluyendo los saberes locales y ancestrales.

3. Hacer: La dimensión del hacer implica la capacidad de aplicar los conocimientos


adquiridos en la resolución de problemas concretos. En este sentido, el aprendizaje no
es un fin en sí mismo, sino un medio para generar cambios en el entorno.

4. Decidir: Finalmente, la dimensión de decidir se refiere a la capacidad de tomar


decisiones informadas y responsables. Los estudiantes no solo
deben aprender a resolver problemas, sino también a reflexionar críticamente sobre las
consecuencias de sus acciones y a tomar decisiones éticas.

2.5. El Proyecto Socio Productivo

Uno de los componentes más innovadores del modelo educativo socio comunitario es el
“proyecto socio productivo”. Este proyecto integra los conocimientos adquiridos a lo
largo del proceso educativo y los aplica en la creación de soluciones productivas para la
comunidad. No solo se trata de un ejercicio académico, sino de una forma de involucrar
a los estudiantes en la transformación de su entorno, promoviendo una visión del
aprendizaje como herramienta de cambio social.

3. Proceso de Organización

El éxito del modelo socio comunitario depende de una adecuada organización y


planificación del proceso educativo. Esto implica no solo la coordinación entre
docentes, estudiantes y comunidad, sino también la creación de espacios de diálogo y
participación donde se puedan discutir y evaluar los avances. El “Ministerio de
Educación de Bolivia” (2010) destaca la importancia de estos espacios participativos,
donde todos los actores involucrados en el proceso educativo pueden aportar sus
perspectivas y experiencias.
El proceso de organización comienza con la planificación curricular, donde se
establecen los objetivos de aprendizaje, los contenidos, y las estrategias pedagógicas
que se emplearán a lo largo del ciclo académico. Es fundamental que esta planificación
sea flexible y se adapte a las necesidades del contexto y de los estudiantes, para asegurar
una educación inclusiva y equitativa.

La gestión de recursos es otro aspecto crucial. Los recursos incluyen no solo materiales
como libros, tecnología, y herramientas didácticas, sino también recursos humanos
como los docentes, los especialistas y la comunidad educativa en general. Es
fundamental que los recursos se gestionen de manera eficiente, garantizando que todos
los actores educativos tengan acceso a lo necesario para llevar a cabo el proceso de
enseñanza-aprendizaje.

La coordinación entre los diferentes actores educativos es esencial para que las
estrategias metodológicas y didácticas sean efectivas. Esta coordinación debe incluir no
solo a los docentes, sino también a los estudiantes, los padres de familia, los
administradores escolares, y la comunidad en general. Una comunicación fluida y una
colaboración efectiva entre todos los actores educativos son clave para lograr una
enseñanza de calidad.
Finalmente, la creación de un ambiente de aprendizaje adecuado es esencial para el
éxito del proceso educativo. Este ambiente debe ser inclusivo, respetuoso, y seguro,
promoviendo el bienestar emocional y físico de los estudiantes. Un ambiente de
aprendizaje positivo no solo facilita la adquisición de conocimientos, sino que también
fomenta el desarrollo personal y social de los estudiantes, permitiéndoles crecer como
individuos íntegros y responsables.

Conclusión

El modelo educativo socio comunitario productivo representa una propuesta


profundamente transformadora en el ámbito educativo. Al integrar la teoría con la
práctica, los saberes locales con los conocimientos académicos, y la reflexión crítica con
la acción, este modelo no solo busca mejorar el rendimiento académico de los
estudiantes, sino también prepararlos para ser ciudadanos activos y comprometidos con
la transformación de su entorno. En un mundo en constante cambio, donde los desafíos
son cada vez más complejos, este modelo ofrece una vía para una educación más
inclusiva, equitativa y pertinente.

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