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Atalanta

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2011

ATA L A N TA
Manual de estilo de Ediciones Atalanta
INDICACIONES GENERALES PARA
LA PRESENTACIÓN DE LAS TRADUCCIONES

—La traducción debe entregarse en un solo archivo.


—Es conveniente justificar todo el texto (incluido el de
las notas al pie) y numerar las páginas.
—No es necesario dar forma estética a la página, es
decir, centrar títulos, emplear diferentes tamaños de letra
o aplicar sangrados complejos.
—Los preliminares (dedicatorias, índices, agradeci-
mientos, etcétera) deben presentarse con el mismo tipo de
letra que el texto principal. Cada uno de los preliminares
irá separado del resto mediante un salto de página.
—Puede emplearse la cursiva siempre que se considere
oportuno (véase el apartado «5. Cursiva/redonda»), pero
hay que evitar su abuso. Debe tenerse en cuenta que en al-
gunas lenguas (sobre todo, en inglés) la cursiva se emplea
a menudo como mero elemento enfático; para conseguir
ese mismo efecto, en castellano disponemos de superlati-
vos, intensificadores, etcétera.
—Salvo en casos muy especiales, hay que evitar el uso
de la negrita y del subrayado. En cuanto a las versalitas,
véase el apartado «10. Versalitas».

3
—Para el sangrado de la primera línea de párrafo, debe
aplicarse un solo golpe de tabulador. En ningún caso debe
emplearse la barra espaciadora. Por otro lado, hay que
tener presente que en Atalanta también aplicamos el san-
grado de primera línea al primer párrafo de cada capítulo.
—En general, entre un párrafo y el siguiente no ha de
añadirse ninguna línea blanca. Si en el original hay una se-
paración entre dos párrafos, entonces en la traducción se
introducirán dos líneas blancas. Si la separación entre pá-
rrafos coincide con un cambio de página, no es necesario
señalarlo con asteriscos (como sí suele hacerse en inglés).
—En el caso de citas, cartas o poemas intercalados, se
añadirán dos líneas blancas antes y otras dos a continua-
ción.
—Empleamos comillas angulares o latinas (« »), que se
obtienen mediante la siguiente combinación de teclas: Alt
+ 0171 y Alt + 0187, respectivamente. Si dentro de un en-
trecomillado aparece otro, entonces el secundario va entre
comillas inglesas (“ ”). Y si, a su vez, este nuevo entreco-
millado contiene otro, emplearemos comillas simples (‘ ’).
Por ejemplo:

El fragmento comenzaba así: «Y entonces Sara pensó:


“Si Juan me ha dicho: ‘¡Ven enseguida!’, es que se encuen-
tra en un verdadero aprieto”».

—En los diálogos empleamos el guión medio (–), que se


obtiene mediante la siguiente combinación de teclas: Alt +
0150. Sobre la combinación de los guiones medios con
otros signos de puntuación, véase el apartado «8.4. Guio-
nes medios».
—En cuanto a las notas al pie que no son del autor, y
salvo en las ediciones críticas, únicamente se aceptan aque-

4
llas que resultan imprescindibles para seguir la lectura del
libro, es decir, las que explican aspectos que sobreentiende
el lector medio en la lengua original pero no el lector
medio en lengua española.
—Sobre la referencia a una obra, véanse los apartados
«3. Bibliografía» y «7. Notas al pie». En el caso de las
obras en lengua extranjera, es conveniente buscar si hay
traducción reconocida al español y anotar a continuación,
entre corchetes, la referencia correspondiente.
—Es de gran utilidad para el editor la entrega de un do-
cumento que contenga una lista de problemas no resueltos
y soluciones provisionales. Además, es conveniente co-
mentar si hay algún juego de palabras especialmente deli-
cado o vocabulario específico que deba comprobarse.
Asimismo, hay que informar de la existencia de remisiones
al propio texto o de cualquier otra incidencia importante
de cara a la corrección.

5
ÍNDICE NORMAS ORTOTIPOGRÁFICAS
Y DE ESTILO

1. Abreviaturas
2. Acentuación
2.1. Adverbio «sólo» / adjetivo «solo»
2.2. Pronombres demostrativos / adjetivos demostrati-
vos
2.3. «Cómo» / «como»
2.4. «Aún» / «aun»
2.5. «Quién» / «quien»
2.6. «Período» y palabras acabadas en «-íaco»
2.7. «Guión»
2.8. Palabras con hache intercalada entre dos vocales
que forman hiato
3. Bibliografía
4. Cifras y letras
5. Cursiva / redonda
6. Mayúsculas /minúsculas
7. Notas al pie
8. Signos de puntuación
8.1. Apóstrofo
8.2. Coma

7
8.3. Comillas
8.4. Guiones medios
8.5. Paréntesis
8.6. Puntos suspensivos
9. Traducción, transliteración, conversión
10. Versalitas

Apéndice
I. Algunas preferencias de Atalanta
II. Recopilación de errores frecuentes
III. Tablas de equivalencias

8
1. Abreviaturas

1.1. En general, en el interior de un texto es preferible


no emplear abreviaturas. Por ejemplo, en lugar de: etc., dr.,
sr. y mlle., escribiremos: etcétera, doctor, señor y made-
moiselle, respectivamente. Se exceptúan a.C., d.C. y ca.
(circa, es decir, «aproximadamente»), además de las abre-
viaturas que suelen aparecer en las notas al pie cuando se
cita una obra o se alude a personajes históricos (véase el
apartado «7. Notas al pie»), es decir, las siguientes:

1.ª, 2.ª, 3.ª, etcétera


§, §§ («párrafo», «párrafos»)
art. («artículo»)
cap., caps.
col. («colección» / «columna»)
ed.
esp. («español»)
estr., estrs. («estrofa», «estrofas»)
fig., figs.
ibid.
lám., láms. («lámina», «láminas»)
m. («muerto en el año»; por ejemplo: «Zhu Shuzhen
(m. 1131)»)

9
núm., núms.
n., nn. («nota», «notas»)
op. cit.
pág., págs.
pass. (passim: «aquí y allá»)
p. ej.
r. («reinado»; por ejemplo: «Wu Zetian (r. 684-705)»)
s., ss. («siglo», «siglos»)
sec, secs. («sección», «secciones»)
trad. («traducción»)
v., vv. («verso», «versos»)
vol., vols.
s.f. («sin fecha», en referencia a publicaciones)
s.l. («sin lugar», en referencia a publicaciones)
y sigs. («y siguientes»)
? («fecha desconocida», en referencia a un personaje;
por ejemplo: «He Yan (?-249)»)

1.2. Dejamos un espacio entre las iniciales de los nom-


bres propios: F. G. Lorca, J. M. G. Le Clézio.

1.3. En las siglas, no ponemos puntos: ONU, OTAN,


POUM. Las siglas, además, son invariables en cuanto al
número: las ONG.

2. Acentuación

2.1. Acentuamos el adverbio «sólo» en oposición al ad-


jetivo «solo», aunque la RAE opte por emplear siempre la
forma no acentuada, incluso en casos de posible ambigüe-
dad.
2.2. Igualmente, acentuamos los pronombres demostra-

10
tivos («éste», «ése», «aquél») para diferenciarlos de los ad-
jetivos demostrativos.
Hay que prestar especial atención a algunos casos en
que los demostrativos se acentúan erróneamente:
—Si el nombre va delante del demostrativo, éste conti-
núa siendo un adjetivo, no un pronombre, luego no ha de
acentuarse. Por ejemplo:

Cuidado con el coche ese.

—Cuando el demostrativo es antecedente de un pro-


nombre relativo o precede a un adjetivo, tampoco se acen-
túa:

¡Afortunados aquellos que escapan a la crueldad de la


desgracia!
Este último es el que más me ha gustado.
Diles a esos dos que vengan pasado mañana.

2.3. Únicamente se acentúa «cómo» si funciona como


adverbio interrogativo o exclamativo, tanto en oraciones
interrogativas o exclamativas directas como indirectas,
para diferenciarlo de la palabra átona «como». Por ejem-
plo:

¿Cómo has resuelto el problema?


No sé cómo fue capaz de hacer algo así.
Me gustaría saber el cómo y el porqué de semejante
destrozo.
¡Cómo me emocionó verla!
Ya sabía ella cómo se ponía de los nervios.
Cómo no, ahora mismo se lo traigo.

11
En ocasiones, sin embargo, se tiende a acentuarlo erró-
neamente cuando acompaña a verbos de percepción como
«ver», «oír», «sentir» o «notar», pese a actuar como mera
conjunción completiva equivalente a «que», introduciendo
oraciones subordinadas sustantivas de complemento di-
recto:

Se podía oír *cómo hablaba del poeta.


Vi *cómo le daban una paliza.
Sentía *cómo le remordía la conciencia.
Las dos bailarinas notaron *cómo alguien las agarraba.

Tal como señala el Diccionario panhispánico de dudas


en su edición online, en estos casos el «como» se vuelve tó-
nico por influencia del adverbio interrogativo de sentido
modal «cómo», ya que, con los verbos de percepción, la
noción de modo está también presente. Así, en la oración

Vi *cómo le daban un tortazo

la percepción del hecho en sí [«vi que le daban un tor-


tazo»] es indisociable del modo en que se ejecuta la acción
[«vi de qué modo le daban un tortazo»]. Pero a pesar de
pronunciarse tónico, el «como» conjuntivo debe seguir es-
cribiéndose sin tilde para diferenciarlo del adverbio inte-
rrogativo «cómo». Además, esta distinción es en algunos
casos determinante para interpretar correctamente un
enunciado. Por ejemplo, en la frase

Ya verás como juega Manuel

se transmite al interlocutor la seguridad de que Manuel va


a jugar, mientras que en

12
Ya verás cómo juega Manuel

se pondera anticipadamente ante el interlocutor el modo


de jugar de Manuel.

2.4. Otro error bastante común es la acentuación del


adverbio «aun». Recordemos que únicamente se acentúa
si puede sustituirse por el adverbio «todavía», sea éste
temporal o de modo con valor ponderativo:

¿Aún no te has leído el libro?


Su coche es aún más grande que el tuyo.

Sin embargo, cuando equivale a «incluso», «hasta» o


«también», o bien cuando tiene un sentido concesivo,
tanto en las locuciones conjuntivas «aun así» y «aun
cuando» como en el caso de que le siga un adverbio o un
gerundio, se escribe sin acento. He aquí algunos ejemplos:

Aun los más veteranos tuvieron que pasar una prueba.


Aun así, no deberías confiarte.
Aun cuando no te lo pidan, es mejor que lo lleves siem-
pre encima.
Aun brevemente, deberías hacer una pequeña intro-
ducción.
Aun conociéndola, has acabado prestándole dinero.

2.5. En oraciones subordinadas introducidas por el pro-


nombre «quien» y que dependen de los verbos «haber» o
«tener», también seguimos el criterio que propone el Dic-
cionario panhispánico de dudas:
—Cuando la oración subordinada lleva el verbo en

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forma personal, no acentuamos «quien», pues considera-
mos que se trata de un relativo:

Aquí no hay quien viva.


No tengo quien me eche una mano en el taller.

—Sin embargo, cuando la subordinada lleva el verbo en


infinitivo, consideramos que se trata del interrogativo
«quién»:

Por fin tiene a quién contarle sus penas.


En la residencia se encontró con que no había en quién
confiar.

2.6. Acentuamos «período» y las palabras acabadas en


«-íaco»: austríaco, cardíaco, elegíaco.
2.7. Preferimos la forma «guión», acentuada, pues es la
que se ajusta a su pronunciación en España.
2.8. La presencia de una hache intercalada entre las vo-
cales de un hiato no impide su acentuación según las reglas
generales. Por ejemplo: prohíbe, rehízo, rehúye, rehúsa.

3. Bibliografía

—En la bibliografía que se adjunta al final de un libro


como apéndice, cada referencia ha de seguir el siguiente
orden: Apellido, Nombre, Título, Editorial, Lugar, año.
Por ejemplo:

Piglia, Ricardo, La ciudad ausente, Anagrama, Barce-


lona, 2003.

14
—Siempre deben acabar con punto y se aplica sangría al
doblar la línea:

Schechter, Ronald, Obstinate Hebrews: Representations of


Jews in France, 1715-1815, University of California
Press, Berkeley, 2003.

—Si aparecen varias obras de un mismo autor, a partir


de la segunda ha de ponerse una raya (que se obtiene me-
diante la combinación de teclas: Alt + 0151) en lugar del
apellido y el nombre:

Piglia, Ricardo, La ciudad ausente, Anagrama, Barcelona,


2003.
—, Blanco nocturno, Anagrama, Barcelona, 2010.

—Si el libro tiene más de un autor, la referencia debe


adoptar alguna de estas dos formas:

Cernuda, Pilar, Joaquín Bardavío y Fernando Jáuregui,


Servivios secretos, Plaza y Janés, Barcelona, 2000.

Cernuda, Pilar, et al., Servivios secretos, Plaza y Janés, Bar-


celona, 2000.

(En este caso, el latinismo «et al.» lo ponemos en re-


donda para no confundirlo con el título de la obra, que ha
de ir en cursiva.)

—Si la obra es extranjera, debe comprobarse si hay tra-


ducción reconocida en español y, en caso afirmativo, ano-
tar a continuación, entre corchetes, la referencia corres-
pondiente:

15
Adams, Douglas, The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy,
Pocket Books, Nueva York, 1979. [Trad. esp. de Benito
Gómez Ibáñez: Guía del autoestopista galáctico, Ana-
grama, Barcelona, 1983.]

—En el caso de una traducción, opcionalmente adjun-


taremos al final el nombre del traductor, en este caso sin
corchetes:

Adams, Douglas, Guía del autoestopista galáctico, Ana-


grama, Barcelona, 1983. Trad. de Benito Gómez Ibá-
ñez.

—Si se trata de una recopilación de textos, como autor


debe figurar el editor, tras cuyo nombre se añadirá «(ed.)»:

Witrow, George (ed.), Einstein: The Man and His Achieve-


ment, Dover Publications, Nueva York, 1967.

—Si se trata de un artículo, ha de seguirse el siguiente


formato: Apellido, Nombre, «Título del artículo», en
Nombre de la revista o publicación, núm., vol., Editorial,
Lugar, año, págs. Por ejemplo:

Waszek, Norbert, «Un sujet de dissension entre Cohen et


Rosenzweig: Heinrich Heine», en Revue de méta-
physique et de morale, núm. 5, Presses Universitaires
de France, París, 2011, págs. 121-154.

—El número de las revistas o publicaciones ha de ir con


números arábigos; el de los volúmenes, libros, partes y ca-
pítulos, en números romanos y en mayúscula (aunque con

16
un cuerpo algo menor que el del texto general; esto se re-
aliza en la fase de maquetación). En cuanto a los volúme-
nes, en ocasiones se incluye también el número total de
volúmenes que componen una obra; en este caso se han de
emplear números arábigos.
—El nombre de las ciudades ha de adoptar la forma tra-
dicional en español: Nueva York en lugar de New York,
Londres en lugar de London, Pekín en lugar de Beijing,
Tokio en lugar de Tokyo, Basilea en lugar de Basel, Tu-
binga en lugar de Tübingen, Maguncia en lugar de Mainz,
Oporto en lugar de Porto, etcétera.

4. Cifras y letras

—En general, preferimos escribir los números con le-


tras, excepto en los siguientes casos:
a) Los días del mes: «El 2 de julio tomaron un tren
rumbo a París».
b) Los años: «Nació en 1976 como un diario indepen-
diente, de calidad».
c) Las cifras con decimales: «Le costó 1.556,47 euros».
Y, ojo, porque empleamos coma, no apóstrofo.
d) Cuando interesa resaltar el valor de una magnitud fí-
sica: «El bólido alcanzó una velocidad de 350 kilómetros
por hora».
e) En algunos casos, los grados de temperatura: 13 ºC.
g) Las horas exactas: «El tren sale a las 15.47». Cuando
en una novela el autor desea mostrar la hora que marca un
reloj digital, normalmente se reproduce el formato digital:
08:34, por ejemplo.

Algunas observaciones:

17
—Ponemos punto para marcar las unidades de millar y
de millón: 1.648 unidades, 1.289.325 dólares. EXCEP-
CIÓN: los años; por ejemplo: «el año 1977».
—Para marcar un período de tiempo o un conjunto de
páginas, escribimos completa la segunda cifra: «1870-
1883» (en lugar de «1870-83»), «págs. 456-478» (en lugar
de «págs. 456-78»).
—Para algunas denominaciones, deben emplearse ci-
fras: «la generación del 98».
—Los tantos por ciento, especialmente cuando apare-
cen en una obra científica, deben ponerse en cifras y, en
ocasiones, con el símbolo correspondiente: 26% (el sím-
bolo del tanto por ciento lo ponemos pegado al número).
—La conjunción copulativa «o» no se acentúa cuan-
do aparece entre dos cifras: «Nació en el año 103 o 104
d.C.».

5. Cursiva/redonda

5.1. Escribimos en cursiva:


—Los latinismos: mutatis mutandis, ad infinitum,
supra, op. cit., ibid., pass.
—Los extranjerismos y neologismos que no hayan sido
acomodados al español:

El coaching no es más que una moda.


Huyó y se convirtió en un outsider.
Es más fácil hacer un best seller hoy en día que hace
treinta años.

—Cuando en un ensayo científico se emplee repetidas


veces un extranjerismo, lo pondremos en cursiva la pri-

18
mera vez que aparezca en cada capítulo o apartado, y en
redonda el resto de ocasiones.
—Aquellas expresiones que el autor desea resaltar. Sin
embargo, como apuntamos más arriba, debe tenerse en
cuenta que en algunas lenguas (sobre todo, en inglés) la
cursiva se emplea a menudo como mero elemento enfá-
tico; para conseguir ese mismo efecto, en español dispo-
nemos de superlativos, intensificadores, etcétera.
—El título de cualquier publicación que adopte forma
de libro (novelas, ensayos, manuales, antologías, etcétera),
así como de periódicos y revistas.
El título de los libros sagrados, por el contrario, se es-
cribirá en redonda: la Biblia, las Sagradas Escrituras, el
Corán, el Apocalipsis, el Deuteronomio. No obstante, si
se trata de un determinado ejemplar, emplearemos la cur-
siva: la Biblia de Ripoll.
—El título de cualquier obra artística (pintura, escul-
tura, música, cine): Saturno devorando a un hijo, de Goya;
Blowin’ in the Wind, de Bob Dylan (en este caso, si se
menciona el título del álbum al que pertenece la canción,
ésta irá en redonda y entre comillas, mientras que aquél se
escribirá en cursiva); la película La guerra de las galaxias.
—Nombres propios de aviones, barcos, etcétera:

El Mayflower zarpó de Southampton en agosto de


1620.

—Nombres propios de fenómenos meteorológicos: el


huracán Tomás.
—Nombres propios de animales:

A Niebla, la perra que teníamos en Madrid, le encan-


taba jugar con los niños.

19
—Nombres en latín de microorganismos, plantas o ani-
males: Escherichia coli, Homo erectus.
—Alias y apodos, cuando acompañan al nombre real (y
sólo la primera vez): Manuel Benítez, el Cordobés. Si apa-
recen solos, en redonda: el Cordobés. EXCEPCIÓN: Al-
fonso X el Sabio.
—El adverbio sic. Además, lo pondremos entre parén-
tesis, excepto si se emplea en una transcripción, donde op-
taremos por los corchetes.
—Los nombres de las notas musicales:

¿Cómo se toca el re sostenido en la flauta travesera?

—En el metalenguaje:

El inglés actual conoce la expresión to muse con el sig-


nificado de «meditar, reflexionar, estar ensimismado».

5.2. Escribimos en redonda:


—Los nombres de marcas. Si además son genéricos, lle-
van inicial minúscula:

Con el dinero se compró un Audi A-3.


Fui al bar de la esquina y me tomé una coca-cola.

—Los extranjerismos y neologismos ya asimilados en la


lengua común: internet, pop, rock, jazz, whisky (plural:
whiskies), hippy (plural: hippies).
—Los tratamientos extranjeros (que, además, van con
inicial minúscula): lady, lord, mister, miss, madame, ma-
demoiselle, monsieur, sir. (En alemán, sin embargo, van
con inicial mayúscula: Herr, Frau, Fräulein.)

20
Observación:
—Los paréntesis, los corchetes, las comillas y los signos
de entonación deben mantener la misma grafía (cursiva o
redonda) que la palabra o término que encierran. Si aque-
llo que encierran combina la cursiva con la redonda, pon-
dremos ambos signos de puntuación en redonda. Por
ejemplo:

¿Te has leído Olvidado rey Gudú?


¿Qué libro has dicho que te has leído? ¿Olvidado rey
Gudú?
Ricardo Piglia (autor de Blanco nocturno) visitó ayer la
redacción de El País.
Su novela más reciente (Blanco nocturno) ha cosechado muy
buenas críticas.

6. Mayúsculas/minúsculas

—Todas las mayúsculas se acentúan.


—Tras dos puntos, ponemos inicial mayúscula cuando
a continuación habla un personaje o se reproduce una cita
o expresión textual, así como tras el encabezamiento de
cartas y documentos. Por ejemplo:

–Si no me crees, le diré que venga para que la veas. –Y


le dijo a Yuxiao–: Trae a esa nueva criada, que padre la vea.
Se ha limitado a preguntar adónde había ido padre, y
me ha dicho: «Envía a alguien a buscarlo, tengo algo ur-
gente que hablar con él».
–Dice el refrán: «Si las huestes se lanzan, el general las
detiene; si se desborda el agua, los terrones la contienen».

21
En medio de la conversación les llegaron las voces de
«¡Abrid paso!», y entonces apareció Ximen Qing.

Querido Manuel:
Te escribo para contarte que [...].

En cualquier otro caso (y a no ser que tras los dos pun-


tos se abra un nuevo párrafo), ponemos inicial minúscula.
Por ejemplo:

Siempre que la sexta hace un ketou, lo hace de la misma


manera: se inclina, se levanta, se retira un par de pasos y
saluda.
Ordenó a los criados que hicieran venir al sastre para
pedirle que cortara varios conjuntos a cada una de las mu-
jeres: uno de brocado y otro estampado.
Estimados espectadores, escuchad: hablando en térmi-
nos generales, este tipo de monjes, monjas y casamenteras
no son en absoluto de fiar.

—Se escribirán con inicial minúscula los nombres geo-


gráficos comunes (isla, mar, río, etcétera), aunque vayan
seguidos de un nombre propio: islas Canarias, macizo de
Sierra Nevada, mar Mediterráneo, montes de Toledo,
montañas Rocosas, océano Atlántico, polo Norte, polo
Sur, río Ebro, trópico de Cáncer.
EXCEPCIONES (cuando el nombre geográfico forma
parte de la denominación del lugar): los Picos de Europa,
el Río de la Plata, la Selva Negra.
—Períodos y acontecimientos históricos, movimientos
artísticos, religiones:
Antigüedad
Antiguo Régimen

22
Art Nouveau
Barroco (aunque con inicial minúscula si se emplea ge-
néricamente: de estilo barroco)
Contrarreforma
Edad Media
Ilustración
Renacimiento
Romanticismo
Semana Trágica
Siglo de las Luces
Siglo de Oro

Imperio romano
Revolución francesa
Revolución industrial

cristianismo
futurismo
gótico
impresionismo
islam, islamismo
judaísmo
modernismo
naturalismo
la generación del 98

—Nombres de guerras y batallas: batalla de San Quin-


tín, guerra de la Independencia, guerra de los Seis Días;
PERO: Guerra Civil (cuando nos referimos a la ocurrida
en España), Gran Guerra (cuando hacemos referencia a la
Primera Guerra Mundial cuando aún no se había dado la
segunda), Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mun-
dial.

23
—Reuniones y documentos, ya sean políticos, diplo-
máticos o religiosos: el Tratado de Versalles, el Concilio
de Trento, la Conferencia de Yalta, el Protocolo de Kioto.
—Nombre de vías urbanas: calle Villarroel, avenida
María Cristina, parque Güell, plaza de España; PERO: la
Calle 42, la Quinta Avenida (de Nueva York).
Para evitar la cursiva, se pone en mayúscula la inicial
de los equivalentes en lengua extranjera de esas palabras:
Rue de Lappe, Piazza di Spagna, Central Park.
—Nombres de monumentos: arco de Triunfo, capilla
Sixtina, estatua de la Libertad, torre de Pisa.
—Nombre de establecimientos comerciales:
Si la denominación forma parte del nombre propio del
establecimiento, lleva inicial mayúscula: Hotel de Las Le-
tras, Café de Oriente.
Si no, la inicial es minúscula: hotel Saint-Georges, cine
Urgell, café Zurich, bar Kentucky.
Como en el caso de las vías urbanas, si el nombre del
establecimiento aparece en lengua extranjera, pondremos
la inicial en mayúscula: Hôtel du Saint-Esprit, Caffè di San
Marco.
—Palacio/palacio:
Se escribe con inicial mayúscula si se trata de una casa
destinada a residencia de reyes, papas, arzobispos u obis-
pos, o bien de un edificio destinado a asuntos oficiales: Pa-
lacio Real, Palacio de la Zarzuela, Palacio Apostólico,
Palacio de la Moncloa.
Sin embargo, se escribe con inicial minúscula si es la re-
sidencia de un personaje o sus descendientes: el palacio de
Liria, el palacio de Pedralbes.
En lengua extranjera lo escribimos con inicial mayús-
cula: Palazzo Malipiero.
—Nombre de instituciones, entidades y organismos: el

24
Ayuntamiento, el Gobierno, la Casa Blanca, Universidad
Complutense de Madrid, Facultad de Filosofía, Real Aca-
demia Española de la Lengua, Ministerio de Hacienda,
Museo Nacional de Arte Moderno.
—Empleamos minúscula para los tratamientos de res-
peto y cortesía, así como para los nombres de títulos, dig-
nidades y cargos: su majestad, su excelencia, su santidad,
señor, doña; rey, emperador, duque, infanta (PERO: el
Führer, el Caudillo, el Duce); el presidente del Gobierno,
el ministro del Interior, el director general de la Guardia
Civil.
—También empleamos la minúscula para los nombres
de las disciplinas de estudio:

Doctor en historia, estudió además filosofía.


PERO: Facultad de Filosofía.

—Estado/estado:
Si hace referencia a la nación, se escribe con mayúscula:
el Estado español, golpe de Estado; también: Estado de de-
recho, Estado de bienestar.
Si se usa genéricamente o hace referencia a una división
administrativa dentro de un país, se escribe con minúscula:
los estados totalitarios, el estado de Rhode Island; tam-
bién: el debate sobre el estado de la nación.
—Iglesia/iglesia:
Con el sentido de «templo cristiano» se escribe con ini-
cial minúscula: la iglesia de San Antonio (y ojo, porque si
nos referimos al santo: san Antonio), la iglesia parroquial.
En el resto de casos, con inicial mayúscula: la Iglesia
católica, la Iglesia anglicana.
—Reino/reino:
Cuando forma parte del nombre oficial de un país, se

25
escribe con inicial mayúscula: Reino de España, Reino de
Nápoles, Reino de las Dos Sicilias.
En cualquier otro caso, con inicial minúscula: el reino
de Aragón, el reino de los Cielos.
—Siempre escribiremos «papa», con inicial minúscula,
aunque no aparezca acompañado del nombre propio: el
papa Benedicto XVI, el papa reinante, los últimos papas.
—Los números romanos aplicados a reyes o papas han
de ir en mayúsculas: Juan Pablo II, Felipe IV.
—Las partículas del tipo «de», «dos», «van» o «von»
que introducen un apellido se pondrán con inicial mayús-
cula en el caso de que no aparezcan precedidas del nombre
correspondiente: Thomas de Quincey, PERO el escritor
británico De Quincey; Hans Guido von Bülow, PERO el
director de orquesta Von Bülow.
—Pondremos en mayúscula los premios y condecora-
ciones:

Fue galardonado con el Premio Nobel de Física en


1966.

PERO en minúscula cuando el nombre del premio se


aplica al premiado para denominarlo:

Makoto Kobayashi, premio Nobel de Física, ofreció


una conferencia sobre sus últimas investigaciones.

—Los puntos cardinales van en minúscula: norte, sur,


este, oeste, EXCEPTO cuando forman parte de una de-
nominación concreta: Corea del Norte, Europa del Este.
—Sol/sol, Luna/luna:
Cuando se hace referencia exclusiva al astro, se escribe
con inicial mayúscula. En cualquier otro caso (incluyendo

26
aquellos en que forma parte de una expresión o frase
hecha), con inicial minúscula:

Admitiendo que el Sol no se extinga, ¿no sería posible


que la Tierra se alejase de él?
Como hacía mucho sol, colocamos la mesa a la sombra
de los pinos.
Has tomado demasiado el sol.
Vieron como los rayos de sol atravesaban en un ins-
tante la ventana, y la sombra de las flores se desli-
zaba entre los asientos de los invitados.

Creo, afirmo incluso, que la Luna ha sido habitada por


una raza humana organizada como la nuestra.
luna creciente, luna llena, luna menguante, luna nueva,
claro de luna, luna de miel.
Estar de mala luna, estar en la luna, quedarse a la luna
de Valencia.

—Tierra/tierra:
Cuando se hace referencia exclusiva al planeta, se es-
cribe con inicial mayúscula. En cualquier otro caso, con
inicial minúscula:

Quince años era mucho tiempo para andar perdido en


cualquier parte, especialmente en un sitio tan sobrecoge-
doramente aburrido como la Tierra.
Besar la tierra, echar por tierra, tomar tierra, tierra que-
mada.
¡Trágame tierra!

—Nombre de festividades: Año Nuevo, Nochebuena;


día de los Inocentes, día del Padre; las navidades, el car-

27
naval.
—En las referencias bibliográficas, se escriben con ini-
cial minúscula: libro, año, parte, oda, canto, estrofa (como
cap. y vol.). En el caso de los capítulos, volúmenes, odas,
cantos y estrofas, la numeración romana va en mayúsculas
(y en un cuerpo menor que el del texto general; como se ha
indicado más arriba, esto se realizará en la fase de maque-
tación).
En cuanto a los títulos de las obras, en castellano hemos
de distinguir dos casos:
a) En los periódicos y revistas, los nombres y adjetivos
de la denominación llevan inicial mayúscula: La Gaceta de
los Negocios, El Heraldo Andaluz.
b) En los títulos de libros u obras artísticas, únicamente
se ponen con inicial mayúscula la primera palabra y los
nombres propios; el resto, con inicial minúscula. Lo
mismo ocurre en francés y en italiano.
Sin embargo, en inglés (también en portugués) llevan
inicial mayúscula todos los sustantivos, adjetivos y ver-
bos, mientras que en alemán únicamente los sustantivos.
Por ejemplo:

La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de


su abuela desalmada
L’incroyable et triste histoire de la candide Erendira et
de sa grand-mère diabolique
Incredibile e triste storia della candida Eréndira e della
sua nonna snaturata

The Incredible and Sad Tale of Innocent Eréndira and


Her Heartless Grandmother
A Incrível e Triste História da Cândida Eréndira e da
sua Avó Desalmada

28
Die unglaubliche und traurige Geschichte von der ein-
fältigen Eréndira und ihrer herzlosen Großmutter

7. Notas al pie

—Es conveniente vincular las llamadas de nota con su


correspondiente nota al pie.
—Hay que poner las llamadas de nota con números
arábigos y reiniciar la numeración en cada nuevo capítulo.
—La llamada de nota siempre ha de ir tras el signo de
puntuación que la acompañe, no antes, y sin que medie
ningún espacio. Por ejemplo:

Todos sus sueños sobre el futuro se confundían con


pinturas de Ammalat-Bek,1 de mujeres circasianas, de
montañas, de precipicios y de amenazas.

Primero fue la señorita Yu la que representó para ellas


«El estudiante Zhang visita la pagoda».6

—En general, al final de cada nota se añadirá (N. del


T.). Si la nota es del autor, se pondrá (N. del A.), y (N. del
E.) si es del editor. En libros con un gran aparato crítico,
sin embargo (del tipo de la Historia de mi vida, de Casa-
nova, o el Jin Ping Mei, por ejemplo), no se añadirá nada
al final de las notas.
—En general, es conveniente ofrecer la traducción al
pie de aquellas expresiones que aparecen en una tercera
lengua.
—En las remisiones se prefiere la forma «véase» (en
lugar de «ver», «cf.», «v.» o «vid.»).

29
—La primera vez que se menciona una obra, se han de
especificar, en el siguiente orden y separados por comas,
los siguientes datos: Nombre y apellidos del autor, Título
completo, Editorial, Lugar de edición, año, páginas co-
rrespondientes. Por ejemplo:

1. Véase Jean Gebser, Der grammatische Spiegel,


Oprecht, Zúrich, 1944, pág. 36.

—Si más adelante vuelve a mencionarse una determi-


nada obra, basta con poner: Apellido del autor, op. cit., pá-
ginas. Así:

7. Véase Gebser, op. cit., pág. 48.

—Sin embargo, si del autor en cuestión se han mencio-


nado más obras, entonces, en lugar de op. cit., habrá que
especificar el título de aquella a la que se hace referencia.
En este caso no es necesario poner op. cit. después del tí-
tulo. Por ejemplo:

9. Véase Gebser, Der grammatische Spiegel, pág. 19.

—Si se hace referencia a la misma obra que en la nota


inmediatamente anterior, basta con poner:

10. Ibid., pág. 23.

Observaciones:
—En el caso de que recurrentemente se indique al pie
la referencia de obras incluidas en la Bibliografía, se puede
optar por poner simplemente el apellido del autor y el año
de la obra:

30
11. Véase Gebser, 1944, pág. 35.

—En tal caso, además, si aparecen dos obras del mismo


autor y año, pueden distinguirse con la adición de una
letra (siguiendo un orden alfabético) tras la fecha, tanto en
la Bibliografía como en las correspondientes notas al pie:

12. Véase Gebser, 1944a, pág. 35.


13. Véase Gebser, 1944b, pág. 78.

8. Signos de puntuación

8.1. Apóstrofo
El apóstrofo (’) –no confundir con la tilde o el índice
(´)– indica la elisión de una letra o, en el caso del inglés, el
llamado «genitivo sajón». No debe haber un espacio ni
antes ni después del apóstrofo. Por ejemplo:

Ayer comimos en el restaurante Nemo’s.


Los ciclistas están a punto de emprender la mítica as-
censión al Alpe d’Huez.

8.2. Coma

8.2.1. Nunca debe escribirse coma entre el sujeto y el


predicado, incluso aunque el primero esté compuesto por
varios elementos separados por comas. Hay que tener en
cuenta que cuando el sujeto es largo, suele hacerse oral-
mente una pausa antes del comienzo del predicado, pero
esta pausa no debe marcarse gráficamente con una coma:

31
Quines hoy y en el futuro ayuden a divulgar este libro
|| acumularán innumerables méritos.

Mis abuelos, mis tíos, mis primos, mis amigos me die-


ron la enhorabuena.

Como señala el Diccionario panhispánico de dudas, sólo


hay dos excepciones a esta regla: cuando el sujeto es una
enumeración que se cierra con «etcétera» y cuando inme-
diatamente después del sujeto se abre un inciso. Por ejem-
plo:

Mi abuelo José, mis tíos Manuel y María, mi prima Ro-


cío, el profesor Rodrigo, etcétera, me dieron la enhora-
buena.

Mis abuelos, a quienes hacía muchísimo tiempo que no


veía, me dieron la enhorabuena.

8.2.2. Las oraciones de relativo especificativas (aquellas


que restringen la significación del nombre al que comple-
mentan) no han de ponerse entre comas:

Los alumnos que poco antes habían leído el Quijote


aprobaron el examen.

(Significa que sólo los alumnos que recientemente ha-


bían leído el Quijote aprobaron el examen; el resto no
aprobó.)

Sí se pondrán entre comas las oraciones de relativo ex-


plicativas:

32
Los alumnos, que poco antes habían leído el Quijote,
aprobaron el examen.

(Significa que todos los alumnos habían leído reciente-


mente el Quijote y aprobaron el examen.)

Así pues, en ocasiones el uso de la coma no es una mera


cuestión de estilo sino de sintaxis, y es fundamental para
determinar el significado de una oración.

8.2.3. No debe ponerse coma delante de la conjunción


«que» cuando ésta tiene sentido consecutivo y va prece-
dida, inmediatamente o no, de «tan(to) o tal»:

Se lo pensó tanto que al final se le acabó el tiempo.


La situación era hasta tal punto insostenible que tuvie-
ron que dar marcha atrás.

8.2.4. Tras las conjunciones «y», «pero», «aunque»,


«porque» o «así que», no debe ponerse coma antes de una
pregunta o admiración, salvo que en medio haya un inciso.
Por ejemplo:

Y ¿cómo dijiste que se llamaba?


Y, dicho sea de paso, ¡qué guapa está!
Pero ¿qué es esto?
Pero ¡qué me dices!
Pero, ¿sabes?, lo que más me preocupa es el estado de
María.
Porque ¿cómo dijo que se hacía?
Así que ¿por qué no nos calmamos todos un poco y
empezamos de cero?

33
8.2.5. En general, no debe escribirse coma antes de la
conjunción «y» al finalizar una enumeración (se trata de
un anglicismo ortográfico). Hay casos, sin embargo, en
que es necesario poner una coma antes de la conjunción
«y»:
—Entre dos oraciones coordinadas, cuando la primera
tiene una cierta extensión y ambas tienes sujetos diferen-
tes:

Los trinos de las golondrinas no cesaban en el hermoso


pabellón decorado, y sus sentimientos amorosos se co-
rrespondían uno a uno.

—Cuando la secuencia que encabeza la conjunción en-


laza con todo el predicado anterior, no únicamente con el
último de sus miembros coordinados:

Cogió el bolso, el monedero y las llaves, y abandonó la


casa.

—Cuando la secuencia encabezada por «y» indica una


conclusión o una consecuencia:

Repasó mentalmente los últimos detalles, tomó una


cena ligera, durmió ocho horas, y al día siguiente todo
salió como estaba previsto.

8.2.6. Cuando la conjunción «y» tiene valor adversa-


tivo, puede ir precedida de coma:

Le dije que tuviera cuidado, y él siguió a lo suyo.

8.2.7. Dentro de los incisos de un diálogo, tras el sujeto

34
del verbo de habla correspondiente, es conveniente que la
«y» vaya precedida de coma:

–Podríamos aprovechar para celebrar entonces su cum-


pleaños –asintió Bojue, y le pidió que se acercara–: Anda,
apura esta copa de vino por mí.

8.2.8. No debe ponerse coma tras las fórmulas de sa-


ludo en cartas y documentos, pues es un anglicismo orto-
gráfico. En su lugar hemos de poner dos puntos:

Querido Manuel:
Te escribo para contarte que [...].
Con cariño,
María.

8.3. Comillas

8.3.1. En general, las comillas se emplean para delimi-


tar:
a) el significado de una palabra o expresión;
b) el pensamiento de un personaje;
c) una cita en el interior del texto (es decir, no aislada
entre líneas blancas);
d) el título de artículos, poemas o relatos que formen
parte de una publicación mayor (cuyo título irá en cur-
siva);
e) el título de un libro cuando éste forma parte de otro:

El profesor nos recomendó que leyéramos la Introduc-


ción a la «Ilíada» de J. A. Cejudo.

35
f) el título de una canción si se menciona el álbum al
que pertenece (cuyo título irá entonces en cursiva); en caso
contrario, el título de la canción se escribirá en cursiva.

8.3.2. No se emplean comillas:


a) en las citas formadas por uno o más párrafos (aisla-
das entre líneas blancas), así como en los poemas interca-
lados, pues posteriormente, al maquetar el texto, se
reducirá el tamaño de la fuente para distinguirlos del texto
principal;
b) en las citas que encabezan los libros y los capítulos;
c) en los carteles, que irán en versalitas (véase el apar-
tado «10. Versalitas»).

8.3.3. Uso combinado de comillas de cierre y signos de


puntuación:
—Cuando el entrecomillado constituye una frase inde-
pendiente, el punto va antes de las comillas de cierre. Por
ejemplo:

Nose hizo un gesto a Kuga, que seguía junto a la mesa


esperando el pedido y le arrojó una mirada cómplice.
«Estoy seguro de que no va a permitir que beba el mismo
whisky que usted.» Luego hizo una reverencia resignado
y se fue.

—En cualquier otro caso (incluido aquel en que el en-


trecomillado va después de dos puntos), al no constituir
una frase independiente, el punto irá después de las comi-
llas de cierre (aun cuando el entrecomillado se abra en un
nuevo párrafo). Por ejemplo:

Era eso a lo que debía de referirse Tokita al decir que

36
«está cundiendo el pánico».

Osanai contestó con una sonrisa como diciendo: «Sabía


que dirías eso».

—Cuando en el interior de un entrecomillado hay un


inciso, antes de éste se cierran comillas y después vuelven
a abrirse. El punto final de la frase ha de ir antes de las co-
millas de cierre:

«¡Bendito sea Dios», pensé, «la he matado!»


«He conseguido traérmelo», se dijo a sí misma sin-
tiendo un escalofrío. «He conseguido traerlo del sueño a
la realidad.»

8.3.4. Se emplean comillas de seguir (»):


a) en los diálogos, al inicio de un párrafo para indicar
que continúa hablando el mismo personaje que en el pá-
rrafo anterior:

–Está ahí –musitó señalando la habitación. Luego se in-


corporó. Había llegado el momento de contarles todo, así
que empezó a hablar:
»Está bien, os contaré todo pasando por alto el hecho
de que me encuentro ante un oficial de policía [...].

b) en la reproducción de un texto, cada vez que se abre


un nuevo párrafo. (Si el texto reproducido incluye un diá-
logo, también hay que poner comillas de seguir antes de
los guiones medios que abren la intervención de cada per-
sonaje.)

Manuel apuró la copa de vino, se sentó en el sofá y

37
cogió la carta. Se quedó un momento contemplando el re-
mite y finalmente la abrió. Decía así:

«Querido Manuel:
»Te escribo para contarte que [...].
»Con cariño,
»María».

Observaciones:
—Si la intervención de un mismo personaje está com-
puesta por varios párrafos y contiene un entrecomillado,
se emplearán comillas inglesas.
—La extensión y el tipo de texto reproducido determi-
narán si simplemente se emplea un cuerpo menor (sin
poner comillas) o bien se emplean únicamente comillas al
inicio de cada párrafo.

8.4. Guiones medios


—En los diálogos y en los incisos empleamos guión
medio (–). Se obtiene con la combinación de teclas: Alt +
0150.
—En un diálogo, el guión que da inicio al parlamento
de un personaje va siempre pegado al comienzo de ese par-
lamento. Además, en todos los párrafos de un diálogo hay
que aplicar sangría de primera línea, aunque inicien un ca-
pítulo o vayan después de líneas blancas.
—Igualmente, tanto el guión que abre un inciso como
el que lo cierra van pegados al texto. Si el inciso acaba con
un punto y aparte, no hay que poner guión de cierre.
—Ejemplos del uso combinado del guión medio y los
diferentes signos de puntuación:

–¿Qué? –replicó Atsuko–. ¡Es increíble!

38
–De no ser así no podría ser fiel a la verdad de los acon-
tecimientos. Pero antes de eso… –Atsuko se retorció y
gritó–: ¡Dejad que coma algo! ¡No he probado bocado
desde el desayuno!

–¡Anda! Si es el edificio que apareció en tu sueño. Una


embajada o algo así. –La foto estimuló su memoria–.
¿Existe en realidad?

–¡Todavía no hemos brindado por estar aquí todos reu-


nidos! –exclamó Nose volviéndose hacia Kuga.

–¿Así que ahora sale hasta Hashimoto? –dijo Paprika


mirándolo–. Es increíble. Ahora todos los sueños están
mezclados.
»Me pregunto cómo acabará todo esto.

8.5. Paréntesis
—Como en el caso de las comillas, cuando su conte-
nido constituye una frase independiente, el punto va antes
del paréntesis de cierre. Por ejemplo:

[...] tanto, la plena identidad de la tierra y del cielo. (La


posible objeción de que aquí podría tratarse de un dalto-
nismo primitivo no es concluyente; quien aplique ese con-
cepto en este contexto incurre en un anacronismo.) Esta
identidad de tierra y cielo [...]

8.6. Puntos suspensivos


—Cuando la frase que aparece entre signos de admira-
ción o interrogación tiene pleno sentido, los puntos sus-
pensivos van fuera; en caso contrario, si está incompleta,

39
dentro. Por ejemplo:

¡Fuera los vestidos, amigas mías!...


¡Quítame las manos de...!

—La presencia de puntos suspensivos no impide la co-


locación de la coma o el punto y coma allí donde corres-
ponda:

Wu Song, tan valiente y aguerrido, era el modelo per-


fecto…, pero aquello era cosa de chiquillos.
Ésta sí posee belleza, lujo, poder y, sobre todo, unas
descripciones de lo más explícitas…; prepárate para arder,
es puro fuego.

—Tras los puntos suspensivos (si no hay signo de en-


tonación, comillas, paréntesis o guión), debe añadirse un
espacio.

—En citas textuales, para indicar que falta una parte,


ponemos puntos suspensivos entre corchetes: [...]

9. Traducción, transliteración, conversión

9.1. Si en el texto se menciona un libro, su título se pon-


drá directamente en español si de él existe una edición re-
conocida en nuestra lengua: Las uvas de la ira, El
principito, El mercader de Venecia. Y lo mismo para las
obras artísticas: La tocata y fuga en re menor, Lo que el
viento se llevó.
En los ensayos, si no existe traducción al español de la
obra mencionada y se cree conveniente traducir su título,

40
puede añadirse a continuación, entre corchetes y en re-
donda, una traducción aproximada:

Hugo von Hofmannsthal comienza, por ejemplo, su Bal-


lade des aüßeren Lebens [Balada de la vida exterior] con
el verso «Und Kinder wachsen auf mit tiefen Augen» [Y
los niños crecen con ojos profundos].

9.2. Para el nombre de ciudades extranjeras, en general


optamos por la forma tradicional en español, y la acen-
tuamos de acuerdo con las reglas ortográficas de nuestra
lengua: Múnich, Zúrich, Los Ángeles, Ámsterdam, Tai-
wán, Hawái, Tokio, París.
9.3. En cuanto a la transliteración de nombres propios
procedentes de lenguas con un alfabeto no latino, hay que
hacerlo siguiendo las normas ortográficas del español y te-
niendo en cuenta la pronunciación en la lengua original.
Algunos ejemplos del ruso: Chéjov, Tolstói, Bulgákov,
Dostoievski, Rostropóvich, Gógol, Pushkin, Gorbachov,
Brézhnev, Vladímir Nabókov, Chaikovski, Borís Godu-
nov, Konstantín Makárich, Vasílievski, Mariínski, Kazán,
Iván.
9.4. En general, es conveniente pasar las diferentes uni-
dades de medida al sistema métrico decimal, que es el que
conoce el lector medio en lengua española. Así, habría que
pasar pulgadas a centímetros, pies y yardas a metros, mi-
llas a kilómetros, acres a hectáreas, libras a kilos, galones
a litros, grados Fahrenheit a grados Celsius, etcétera.
(Véase la tabla de equivalencias incluida al final del pre-
sente documento.)

41
10. Versalitas

—Las versalitas van siempre en minúscula y conservan


los acentos.
—Aplicamos versalitas a la numeración de los siglos y
al texto de las inscripciones, los carteles y los titulares de
prensa.

42
APÉNDICE

I. Algunas preferencias de Atalanta

—En general, en los ensayos no ponemos artículo antes


de los nombres de países. En las obras literarias, en fun-
ción del tono del libro, sí puede emplearse: la China, el
Perú.
—En general, empleamos «estadounidense» o «nortea-
mericano» como gentilicio de Estados Unidos, en lugar de
«americano».
—Ponemos el prefijo «ex» separado del sintagma no-
minal al que afecta: «ex mujer», «ex alto cargo de las Na-
ciones Unidas».
—Preferimos «entretanto» y «enseguida», en una sola
palabra.
—«Quizá» (en lugar de «quizás»).
—«Sudeste», «sudoeste», «sudamericano» (con «-d-»).
—«Posfacio» (en lugar de «postfacio»), «sustancia» (en
lugar de «substancia»), «conciencia» (en lugar de «cons-
ciencia»; además, ojo, porque ambas formas no son inter-
cambiables en todos los contextos), «oscuro» (en lugar de
«obscuro»), «facsímil» (en lugar de «facsímile»).
—«Psique», «psicología», «septiembre»; PERO: «seu-
dónimo».
—«Jersey» (en lugar de «suéter»).
—«Ucraniano» (en lugar de «ucranio»).
—Empleamos el verbo «escuchar» únicamente cuando

43
hay intencionalidad por parte del sujeto. Así pues, prefe-
rimos evitar su uso en lugar de «oír», que simplemente sig-
nifica «percibir con el oído los sonidos».
—Para evitar la vacilación en el empleo de «a
donde»/«adonde»/«adónde», seguimos estas reglas bási-
cas:
a) En oraciones interrogativas, siempre «adónde»:
No sé adónde pretende ir a estas horas.
¿Adónde pretende ir a estas horas?
b) Cuando hay antecedente, siempre «adonde»:
La ciudad adonde se mudará el próximo verano está
llena de museos.
c) Cuando no hay antecedente, siempre «a donde»:
Iré a donde tú me digas.

II. Recopilación de errores frecuentes

1. El único caso de leísmo admitido por la RAE es el


uso de «le» en lugar de «lo» como complemento directo
cuando el referente es una persona de sexo masculino.
Ahora bien, cuando el referente es masculino y plural, no
se admite el uso de «les» por «los» como pronombre di-
recto.
2. Se considera incorrecta la locución «en relación a».
Debe usarse «en relación con» o «con relación a».
3. En las oraciones introducidas por una subordinada
condicional en modo subjuntivo, lo más indicado es em-
plear el condicional en la oración principal:

Si hubieras estudiado, habrías sacado buenas notas.


(En lugar de: «Si hubieras estudiado, hubieras/hubie-
ses sacado buenas notas».)

44
4. La palabra «mientras» puede emplearse como adver-
bio o como conjunción temporal:
a) Como adverbio, equivale a «mientras tanto» y se es-
cribe aislada del resto de la oración:

María se puso a limpiar; mientras, Javier sacó la basura.

b) Como conjunción, no se separa con coma del verbo


que introduce:

María se puso a limpiar mientras Javier sacaba la ba-


sura.

La locución conjuntiva «mientras que», por su parte,


debe emplearse únicamente para contraponer dos accio-
nes simultáneas (su sentido es equivalente a «en cambio»):

María no estuvo en absoluto de acuerdo con Manuel,


mientras que Javier se mostró más conciliador.

5. Con verbos que implican dirección debe emplearse el


adverbio interrogativo «adónde», no «dónde»:

¿Adónde vais? (NO ¿Dónde vais?).

6. Puesto que «adelante» contiene implícita la idea de


movimiento, para evitar la redundancia es preferible em-
plear «hacia delante» en lugar de «hacia adelante».
7. Debe evitarse el uso de «tener lugar», pues se trata
de un galicismo. Ha de sustituirse por «ocurrir», «produ-
cirse», «celebrarse», «desarrollarse».
8. Debe evitarse el empleo de «en base a». En su lugar
pueden emplearse «con base en» o, preferiblemente, cual-

45
quiera de estas formas: «en función de», «de acuerdo con»,
«basándos en».
9. Deber + infinitivo/deber de + infinitivo
a) Para denotar obligación, únicamente es válida la
forma deber + infinitivo. Por ejemplo:

Debería esforzarse más; si no, es difícil que apruebe.

b) Para denotar probabilidad o suposición, son válidas


ambas formas, con preposición y sin ella (eso sí, en un
mismo texto hay que procurar emplear siempre la misma
forma):

Debe (de) pesar unos tres kilos.

10. Es incorrecto el uso de «delante» y «detrás» con po-


sesivos: *«delante mío», *«detrás suyo». En su lugar de-
bería escribirse «delante de mí», «detrás de él» (o «tras de
sí»).
11. No es lo mismo «de vuelta (regreso) a casa» que «de
vuelta (regreso) en casa». La primera locución hace refe-
rencia al transcurso del camino que lleva a casa (es equi-
valente a «volviendo a casa»), mientras que la segunda
indica que ya se está en casa (es equivalente a «de nuevo en
casa», «una vez que hube regresado a casa»):

De vuelta a casa me encontré a Pedro y estuvimos char-


lando un rato.
De vuelta en casa, deshice las maletas y tomé un baño
caliente.

12. Seguida de sustantivo, la locución «en tanto (que)»


se usa erróneamente como equivalente de «en calidad de».

46
Por ejemplo:

La madre *en tanto objeto de deseo del padre.

En su lugar, lo correcto sería emplear «como», «en


cuanto» o «en calidad de»:
La madre como objeto de deseo del padre.

13. No debe usarse «cuanto menos» con el sentido de


«por lo menos, como mínimo». En su lugar emplearemos
«cuando menos».
14. Evitar el uso de «el mismo» como mero elemento
anafórico. Normalmente puede sustituirse por otros ele-
mentos más propiamente anafóricos, como los demostra-
tivos, los posesivos o los pronombres personales, o
simplemente eliminarse. Por ejemplo:

El autor discrimina con claridad lo explícito del en-


cuentro y las palabras utilizadas en función de quiénes son
las protagonistas *del mismo.

Bastaría con poner:

El autor discrimina con claridad lo explícito del en-


cuentro y las palabras utilizadas en función de quiénes son
sus protagonistas.

15. Hay que prestar especial atención al antidequeísmo.


Son incorrectas las perífrasis «estar seguro que», «tener
miedo que» o «en el sentido que».
16. Es un error escribir sin «que» la locución conjuntiva
«una vez que» (cuyo significado es «cuando, después de
que»). Por ejemplo:

47
Una vez que estés sentado, le contaré a la gallinita: «Es
el honorable caballero que me prestó su ayuda. Se lo agra-
dezco infinitamente».

17. Debe evitarse el giro «es por eso que», pues se trata
de un galicismo. Basta escribir «por eso» o «por ello».
18. Debe evitarse el abuso de posesivos por influencia
del inglés, sobre todo cuando se hace referencia a las par-
tes del cuerpo. Por ejemplo:

Con *su cabeza gacha, se marchó enseguida a su habi-


tación.

Lo correcto es:

Con la cabeza gacha, se marchó enseguida a su habita-


ción.

19. Lo correcto es «a ojos vistas» (no «a ojos vista» ni


«a ojos vistos»).

48
III. Tablas de equivalencias

Unidades de medida propias de los países Sistema métrico decimal


anglosajones

1 milla 1.609 m

1 yarda 0,91 m

1 pie 0,3 m

1 palmo 20 cm

1 pulgada 2,54 cm

1 acre 0,4 hectáreas = 4.000 metros cuadrados

1 libra 0,45 kg

1 galón (Gran Bretaña) 4,546 l

1 galón (Norteamérica) 3,785 l

(ºF - 32) x (5/9) = ºC


grados Fahrenheit (ºF)
Ejemplo: 56 ºF = 13,3 ºC

Inglés Español

1 billion (Estados Unidos) = 109 Mil millones (o un millardo)

1 billion (Gran Bretaña) = 1012 1 millón de millones (o un billón)


Sistema de notación musical inglés Sistema de notación musical latino

C do

D re

E mi

F fa

G sol

A la

B si

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