2 SL Revista
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Revista
Educaciónpara
Educación paralalaVida
Vida y el
y el Trabajo
Trabajo • Ciencias
• Lengua y comunicación
Saber leer
DISTRIBUCIÓN GRATUITA
Educaciónpara
Educación paralalaVida
Vida y el
y el Trabajo
Trabajo • Ciencias
• Lengua y comunicación
Coordinación académica
Maricela Patricia Rocha Jaime
Autoría y recopilación
Fabián Jiménez Flores
Gonzalo Hernández Mendiola
Maricela Patricia Rocha Jaime
Maricela Alba López
Índice
Revisión de contenido
Ma. de Lourdes Aravedo Reséndiz
Lilia Mabel Encinas Sánchez Editorial 3
Margarita Palacios Sierra
Espacio abierto al diálogo 5
Coordinación gráfica Espacio dedicado a usted. Mande a nuestra
y cuidado de la edición redacción sus comentarios, dudas o sugerencias.
Greta Sánchez Muñoz
Adriana Barraza Hernández
10 consejos para obtener placer con la 6
Seguimiento editorial lectura
Tania Fernández Urías El lector se hace, no nace. Sólo leyendo
Ma. del Carmen Cano Aguilar se aprende a leer.
Revisión editorial Testigos prehispánicos 8
Ma. Eugenia Mendoza Arrubarrena Gracias al deseo de trascender y a otras formas
Marcela Zubieta
Eliseo Brena Becerril
de escritura, podemos conocer la vida de los
Greta Sánchez Muñoz pueblos mesoamericanos, no deje de leer
Laura Sainz Olivares La escritura, imagen viva del mundo.
Diseño Conversaciones a distancia 12
Bertha Ramírez Gallegos Extraordinarios hallazgos: una carta escrita en
1875 por Lewis Carroll y la carta a un zapatero
Diagramación
Bertha Ramírez Gallegos
de Juan José Arreola.
Jorge Alberto Nava Rodríguez
Cinco vidas, cinco obras 17
Ilustración Que nadie le cuente, entérese usted mismo de
Ma. Isabel Gómez Guízar la vida de los famosos y de alguna de sus grandes
Ricardo Pérez Rovira obras.
Gabriel Alejandro Loyo Romero
Rocío Cristina Salazar Macías
Medio tiempo 23
Ilustración de portada Un cuento y un poema que no se puede perder
Enrique Ramírez Torralba para esa lectura recreativa que siempre desea.
Diseño de portada La hora del ocio 28
Ricardo Figueroa Cisneros Tenemos una solución para sus papeles de reuso:
la papiroflexia. Un divertido pasatiempo para
Saber leer. Revista Dilema. D. R. ©
chicos y grandes.
Instituto Nacional para la Educación
de los Adultos, INEA. Francisco Márquez
No. 160, Col. Condesa, México, D.F., 06140.
Primera edición 2007.
Impreso en México.
A fuego lento 31
Nuestra sección de cocina se fue al sur del país a traernos una receta
para manchar los manteles:
¡fácil y deliciosa!
Curiosidades de la lengua 42
Con la colaboración de nuestros lectores, hacemos esta sección.
Ahora no creerá lo que verán sus ojos.
Debate 54
Tres voces literarias dan su punto de vista sobre los cambios del
mundo.
Venza al aburrimiento 56
No podía faltar nuestra sección de entretenimiento que esta vez
promete ponerle en serios apuros.
De lector a lector 56
Los 12 libros más leídos de la mediateca. Una de las tantas formas de
conocer un libro es que otro lector lo recomiende. Aquí, algunos que
encontrará en la mediateca de plazas comunitarias.
Editorial
Saber leer
Revista
Espacio abierto
al diálogo
Algunos puntos valiosos acerca de Dilema
Aunque la Revista intenta recuperar información de índole
literaria, también busca mostrar algunos aspectos de la
vida cotidiana.
Saber leer
2. Siga una meta aunque los caminos se crucen. Recuerde que al empezar
a leer debe tener ya un propósito. Ese propósito servirá como guía de
lectura. A partir de sus metas, puede encontrar información útil e inte-
resante que le ayude a iluminar y construir, desde nuevas perspectivas,
su propia vida. Un texto puede tener muchas interpretaciones, pero el
propósito de lectura, cual si fuera un faro maravilloso, debe
permitirle llegar a donde tenía previsto.
Revista
conozca el lector, en la medida que sepa y anticipe dónde se encuen-
tran las curvas y las rectas, podrá avanzar más rápidamente y con mayor
seguridad. Cuando uno ya conoce la carretera, maneja más velozmente,
desde luego, más apasionadamente. La velocidad siempre excita. Lo mis-
mo pasa con la lectura. Todo buen lector, viendo una palabra, una frase o
una oración que funcionan como esas señales, puede saber qué es lo que
sigue dentro del texto.
6. Busque tesoros entre las líneas del texto. Entienda qué dice el autor,
descubra qué sugiere, porque en ello radica la comprensión de un signifi-
cado más amplio y profundo. No es lo mismo mirar el cielo estrellado,
que mirar las estrellas del cielo. Esto es, debe descubrir qué hay del otro
lado de las palabras. Sin duda, eso es un reto; que si se resuelve, también
es un triunfo.
7. Viva al máximo sus emociones. El mundo creado por los textos encierra
muchas emociones. Un buen lector se deja llevar por ese torrente de
emociones. Ese proceso, en cierto modo, significa poder vivir la vida de
otra persona; experimentar otras vivencias; y finalmente, empezar a ver
con nuevos ojos el mundo y la realidad.
9. No basta leer, hace falta releer. Lea para que su visión del mundo se
amplíe; pero relea para que su visión del mundo se profundice. Cuando
una persona lee el mundo y la vida cobran nuevas dimensiones; pero
cuando relee las dimensiones de ese mundo adquieren mayor significado.
Por ello, es conveniente que ejercite su lectura y relectura de la mayor
cantidad de tipos de texto, con paciencia pero con constancia, con tran-
quilidad pero con tenacidad.
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3
6
Las construcciones estaban dedicadas a alguno de los dio-
ses a los que los mexicanos rendían culto. En muchas de
esas construcciones pueden verse todavía paredes, din-
teles, estelas, columnas. glifos tallados sobre piedra, que
simbolizan fechas, nombres y muchas cosas más.
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Los textiles también constituyeron otra forma de expresión. Se usaban, por lo regular, en
ofrendas a los dioses. Cada textil tenía su propia característica y significación.
La civilización construida por los mexicanos permaneció viva por mucho tiempo. Pero fue
con la llegada de los españoles, que estas culturas tomaron otro rumbo. La escritura de los
antiguos mexicanos se vio influida por la de los conquistadores.
La imagen 7, pertenece a Las 100 maravillas de México, vol. XI, p. 821. Reproducción autorizada por el
Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Imagen 8, vol. XII, núm 70, pp. 69.
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Saber leer
Conversaciones
a distancia
L a carta es un medio de comunicación que si bien antes fue uno de los más utilizados, ahora
se usa menos. Sin embargo, la tecnología, la misma que provocó su decadencia, nos presen-
ta hoy en día una modalidad nueva de correspondencia: el correo electrónico. La carta es una
conversación en reposo y sosiego, meditada; sobre todo, meditada, pues quien escribe debe
cuidar el significado de las palabras que selecciona para evitar malas interpretaciones o causar
incertidumbre. A continuación le presentamos dos cartas de autores de épocas distintas.
Carta a Gertrude*
Querida Gertrude:
9 de diciembre de 1875.
–La verdad, no mucho, francamente
¿Sabes una cosa? Ya no se pueden enviar –dije con tristeza.
besos por correo: el paquete pesa tanto –Procure no recibir más cartas como ésta
que resulta muy caro. Cuando el cartero –dijo él–, al menos, que no sean de esta
me trajo la última carta, me miró con aire niña. La conozco bien y es bastante mala.
severo y me dijo: ¿Verdad que no es cierto? No creo que te
–Tiene que pagar dos libras, señor. Ex- haya visto siquiera. Y tú no eres mala, ¿o
ceso de peso. sí? Con todo, le prometí que nos escri-
–¡Por favor, señor cartero –le dije hincan- biríamos muy poco.
do gentilmente una rodilla en tierra (ten- –Sólo dos mil cuatrocientas setenta cartas
drías que haberme visto arrodillándome –le dije.
delante del cartero; es una imagen muy –¡Ah! –dijo él–, si son tan pocas no tiene
bonita)–, perdóneme por esta vez! Es de importancia. Lo que yo quise decir es que
una niña. no escribieran “muchas”.
–¿De una niña? –gruñó–. ¿Y qué tienen Ya ves, a partir de ahora tendrás que lle-
de especial las niñas? var la cuenta y cuando lleguemos a dos
–Que son de azúcar y canela –empecé a mil cuatrocientas setenta, no nos escribi-
decir–, y de todo lo que... remos más, a menos que el cartero nos dé
Pero él me interrumpió: permiso.
–¡No me refiero a esto! Quiero decir qué
tienen de bueno las niñas que mandan Tu querido amigo
cartas tan pesadas. Lewis Carroll
*Lewis Carroll, “Carta a Gertrude” en Español. Lecturas 6to grado. México, SEP, 1996, pp. 103-104.
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Revista
Cuento
Carta a un zapatero que
compuso mal unos zapatos*
Juan José Arreola
Estimable señor:
Como he pagado a usted tranquilamente el de transferirle las palabras violentas que susci-
dinero que me cobró por reparar mis zapatos, taron mis esfuerzos infructuosos.
le va a extrañar sin duda la carta que me veo Mis pies no pudieron entrar en los zapatos.
precisado a dirigirle. Como los de todas las personas, mis pies es-
En un principio no me di cuenta del desas- tán hechos de una materia blanda y sensible.
tre ocurrido. Recibí mis zapatos muy contento, Me encontré ante unos zapatos de hierro. No
augurándoles una larga vida, satisfecho por la sé como ni con que artes se las arregló usted
economía que acababa de realizar por unos cuan- para dejar mis zapatos inservibles. Allí están en
tos pesos, un nuevo par de calzado. (Éstas fueron un rincón guiñándome burlonamente con sus
precisamente sus palabras y puedo repetirlas). puntas torcidas.
Pero mi entusiasmo se acabó muy
pronto. Llegado a casa examiné de-
tenidamente mis zapatos. Los en-
contré un poco deformes, un tanto
duros y resecos, no quise conceder
mayor importancia a esta metamor-
fosis. Soy razona-ble. Unos zapatos
remontados tienen algo de extraño,
ofrecen una nueva fisonomía, casi
siempre deprimente.
Aquí es preciso recordar que mis
zapatos no se hallaban completa-
mente arruinados.
Usted mismo les dedicó frases elo-
giosas por la calidad de sus mate-
riales y por su perfecta hechura.
Hasta puso muy alto su marca de
fábrica. Me prometió, en suma, un
calzado flamante.
Pues bien no pude esperar hasta
el día siguiente y me descalcé para
comprobar sus promesas. Y aquí
estoy con los pies doloridos, diri-
giendo a usted una carta, en lugar
* Juan José Arreola, Estas páginas mías, México, FCE, 1985, pp. 139-143.
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Saber leer
Cuando todos mis esfuerzos fallaron, me puse brillante y lujosa que la primera. Además esta
a considerar cuidadosamente el trabajo que costumbre que tenemos las personas modestas
usted había realizado. Debo advertir a usted de renovar el calzado es, si no me equivoco el
que carezco de toda instrucción en materia de modus vivendi de las personas como usted.
calzado. Lo único que sé es hay zapatos que me Debo decir que del examen que practiqué a su
han hecho sufrir y otros, en cambio, que recu- trabajo de reparación he sacado muy feas con-
erdo con ternura así de suaves y flexibles eran. clusiones. Por ejemplo, la de que usted no ama
Los que les di a componer eran unos zapatos su oficio. Si usted dejando aparte todo resen-
admirables que me habían servido fielmente timiento, viene a mi casa y se pone a contem-
durante muchos meses. Mis pies se hallaban en plar mis zapatos, ha de darme toda la razón.
ellos como pez en el agua. Mire usted que costuras ni un ciego podía
Más que zapatos, parecían ser parte de mi pro- haberlas hecho tan mal.
pio cuerpo, una especie de envoltura protectora La piel está cortada con inexplicable descuido:
que daba a mi paso firmeza y seguridad: Su piel los bordes de las suelas son irregulares y ofrecen
era en realidad una piel peligrosas aristas. Con
mía, saludable y resis- toda seguridad usted ca-
tente. Sólo que daban rece de hormas en su
ya muestras de fatiga.
Las suelas sobre todo
“Pero introduzca taller, pues mis zapatos
ofrecen un aspecto in-
unos amplios y profun- su mano dentro definible.
dos adelgazamientos me Recuerde usted, gasta-
hicieron ver que los za- de ellos. Palparía dos y todo, conservaban
patos se iban haciendo
extraños a mi persona,
usted una ciertas líneas estéticas.
Y ahora...
que se acababan.
Cuando se los llevé a
caverna siniestra” Pero introduzca su mano
dentro de ellos. Palpará
usted, iban ya a dejar usted una caverna sinies-
ver los calcetines. tra. El pie tendrá que
También habría que decir algo acerca de los transformarse en reptil para entrar. Y de pronto
tacones: piso defectuosamente, y los tacones un tope, algo así como un quicio de cemento
mostraban huellas demasiado claras de este an- poco antes de llegar a la punta. ¿Es posible?
tiguo vicio que no he podido corregir. Mis pies señor zapatero, tienen forma de pies,
Quise con espíritu ambicioso, prolongar la vida son como los suyos, si es que acaso usted tiene
de mis zapatos. Esta ambición no me parece extremidades humanas.
censurable al contrario es señal de modestia y Pero basta ya. Le decía que usted no le tiene
entraña una cierta humildad. amor a su oficio y es cierto. Es también muy
En vez de tirar mis zapatos estuve dispuesto triste para usted y peligroso para sus clientes,
a usarlos durante una segunda época, menos que por cierto no tienen dinero para derrochar.
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A propósito no hablo movido por el interés. Soy pobre pero no mezquino. Esta carta no
intenta abonarse la cantidad que yo le pagué por su obra de destrucción. Nada de eso le
escribo sencillamente para exortarle a amar su propio trabajo. Le cuento la tragedia de mis
zapatos para infundirle respeto por ese oficio que la vida le ha puesto en sus manos, por ese
oficio que usted aprendió con alegría en un día de juventud...
Perdón usted es todavía joven. Cuando menos tiene tiempo para volver a comenzar. Si es
que ya olvidó cómo se repara un par de calzado.
Nos hacen falta buenos artesanos, que vuelvan a ser los de antes, que no trabajen solamente
para obtener dinero de los clientes, sino para poner en práctica las sagradas leyes del tra-
bajo. Esas leyes que han quedado irremisiblemente burladas en mis zapatos.
Quisiera hablarle del artesano de mi pueblo, que remendó con dedicación y esmero mis
zapatos infantiles. Pero esta carta no debe catequizar a usted con ejemplos:
Sólo quiero decirle una cosa: si usted, en vez de irritarse, siente que algo nace en su corazón
y llega como un reproche hasta sus manos, venga a mi casa y recoja mis zapatos, intente en
ellos una segunda operación, y todas las cosas quedarán en su sitio.
Yo le prometo que si mis pies logran entrar en los zapatos, le escribiré una hermosa carta de
gratitud, presentándolo en ella como cumplido y modelo de artesanos:
Soy sinceramente
su servidor.
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Saber leer
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Revista
Cinco vidas,
cinco obras
Margarite Duras
Nació en Indochina en 1914 y murió en 1996. En 1932, se trasladó a París, donde es-
tudió derecho, matemáticas y ciencias políticas. Cuarenta y un años después de publi-
car su primera novela, con El amante (1983) Maragarite Duras se convirtió de la noche
a la mañana en una autora solicitada por todos los públicos. Además, recibió poco
después, en noviembre de 1984, el Premio Goncourt. A todos emociona sin duda esta
narración autobiográfica en la que la autora expresa, con la intensidad del deseo, esa
historia de amor entre una adolescente de 15 años y un rico comerciante chino de 26.
Esa jovencita bellísima, pero pobre, que vivía en Indochina, no es otra que la propia
escritora quien, después recuerda las relaciones apasionadas, de intenso amor y odio.
Estas relaciones desgarraron a su familia y grabaron prematuramente en su rostro los
implacables surcos de la madurez. Pocas personas —y en particular las mujeres— per-
manecen inmunes a la contagiosa pasión que emana de este libro.
Juan Rulfo
Nació en Sayula, México, en 1918 y murió en la Ciudad de México, en 1986.
Juan Rulfo creció en el pequeño pueblo de San Gabriel, villa rural dominada por
la superstición y el culto a los muertos, y sufrió allí las duras consecue ncias de las
luchas cristeras en su familia más cercana. Su padre fue asesinado. Esos prime-
ros años de su vida habrían de conformar en parte el universo desolado que Juan
Rulfo recreó en su breve pero brillante obra.
En 1934 se trasladó a la Ciudad de México, donde trabajó como agente de inmi-
gración en la Secretaría de Gobernación. A partir de 1938, empezó a viajar por
algunas regiones del país en comisiones de servicio y publicó sus cuentos más
relevantes en revistas literarias.
En los quince cuentos que integran El llano en llamas (1953), Juan Rulfo ofreció
una primera sublimación literaria, a través de una prosa sucinta y expresiva, de la
realidad de los campesinos de su tierra, en relatos que trascendían la pura anéc-
dota social.
En su obra más conocida, Pedro Páramo (1955), Rulfo dio una forma más per-
feccionada a dicho mecanismo de interiorización de la realidad de su país, en un
universo donde cohabitan lo misterioso y lo real, y obtuvo la que se considera una
de las mejores obras de la literatura iberoamericana contemporánea.
Rulfo escribió también guiones cinematográficos como Paloma herida (1963) y
otra novela corta magistral, El gallo de oro (1963). En 1970 recibió el Premio
Nacional de Literatura de México, y en 1983, el premio Príncipe de Asturias de
la Letras en España.
Elena Garro
Nació en México en 1920 y murió el 23 de agosto de 1998. Escritora de incompa-
rable talento, es mundialmente conocida por su novela Los recuerdos del porvenir.
Los dos temas principales de la escritora mexicana son el tiempo y las memorias. La
singular maestría de la técnica de Elena Garro se ha comparado a la de Juan Rulfo
y a la de los fantásticos rioplatenses.*De lo que no cabe duda; sin embargo, es de
la singular visión íntima que nos brindan los personajes de la escritora, dueña de un
consagrado espacio en el mundo de las letras. Recién casada con Octavio Paz, lo
acompañó en 1937 a España al II Congreso Internacional de Escritores en Defensa
de la Cultura. Reunió sus primeras obras teatrales en Un hogar sólido (1958), donde
yuxtapone y evoca varias realidades. En Felipe Ángeles (1979), dramatiza con una
conciencia política ejemplar un episodio de la Revolución Mexicana poco analizado.
En Y Matarazo no llamó (1991), escenifica una lucha sindical. En los cuentos de La
semana de colores (1964), destaca “La culpa es de los tlaxcaltecas”, en el cual el tiem-
po presente y el pasado (la Conquista) se amalgaman y crean una atmósfera insólita.
En los cuentos Andamos huyendo Lola (1980) intensifica el clima de persecución, en
el que aparece, de manera obsesiva y biográfica la figura de su hija Elena.
*E
xistió en Argentina un grupo de escritores cuyas obras tendieron a la creación de una
literatura fantástica, donde la realidad se volvía delirante. El autor más destacado de ese
grupo fue Roberto Arlt autor de la novela El juguete rabioso.
**Elena Garro, Recuerdos del porvenir, España, Joaquín Mortiz, 2002, p. 11.
19
Saber leer
Jorge Ibargüengoitia
Pensó dedicar su vida al estudio y a la práctica de la ingeniería, pero encandilado
por la literatura terminó cambiando los números, los puentes y los caminos veci-
nales por las letras. Lo hizo cuando llevaba tres años en la Facultad de Ingeniería
de la UNAM.
Nació el 22 de enero de 1928 en Guanajuato, una ciudad de provincia que era
entonces casi un fantasma. Creció entre mujeres que lo adoraban. Querían que
fuera ingeniero. En ese camino estaba, cuando un día, a los veintiún años, faltán-
dole dos para terminar la carrera, decidió abandonarla para dedicarse a escribir.
Entró a la Facultad de Filosofía y Letras en 1951, para tomar la clase de Teoría y
Composición Dramática, que impartía Rodolfo Usigli. La huella que su maestro
y amigo le dejó fue imborrable. Lo marcó para siempre como escritor, al hacerle
una pequeña alabanza sobre su primera comedia, Cacahuates japoneses o Llegó
Margo.
El primer montaje de una obra de Jorge Ibargüengoitia se debe a la intermedia-
ción de Usigli, el profesor y amigo. Luego dejó el teatro, para escribir novelas y
cuentos. En 1963, publicó Los Relámpagos de agosto, escrita en 1963, con la que
ganó el premio de novela Casa de las Américas en 1964. Fue editada en México
en 1965 y ha sido traducida a siete idiomas. En la actualidad, se vende más que
nunca.
A partir de esa fecha, 1964, ganó todos los premios que existían en México para
narrativa. Ganó también dos veces el premio Casa de las Américas de Cuba.
Refugiado en su casa de Coyoacán, primero, y más tarde en París, se dedicó a
escribir sus seis novelas.
Falleció el 27 de noviembre de 1983, víctima de un accidente aéreo.
Laura Esquivel
Nació en la Ciudad de México el 30 de septiembre de 1950. Desde joven se dedicó
a la docencia y escribió obras de teatro infantil y guiones de cine.
Su primera novela, Como agua para chocolate (1989), tuvo un éxito tan extraordinario
que el director de cine Alfonso Arau rodó la película, con el guión de la autora, que
supuso la consagración de esta obra. Como agua para chocolate entusiasmó por la
atmósfera indecible que creó la autora para narrar la historia de un amor imposible
e imperecedero en medio de ollas y sartenes; es decir, en el ámbito tradicionalmente
femenino por excelencia: la cocina y sus hechizos. No se trata ya de realismo mágico,
sino de magia directa. La novela fue traducida a más de treinta idiomas y, en 1994,
su autora recibió el Premio ABBY (American Bestseller Book of the Year, es decir, el
libro más vendido del año), galardón que por vez primera fue concedido a un escritor
extranjero. Laura Esquivel ha continuado escribiendo otras obras, como La ley del
amor (1995) o su libro de cuentos Íntimas suculencias (1998), recopilación de relatos
acompañada de recetas de cocina en el que la autora vuelve a retomar la consigna de
que desde la cocina es posible transformar el mundo. Les siguieron Estrellita mari-
nera (1999), El libro de las emociones (2000) y Tan veloz como el deseo.
*Laura Esquivel, Como agua para chocolate, España, RBA Editores, 1993, p. 170.
21
Saber leer
22
Medio
tiempo
Textos sugeridos por nuestros lectores, que, definitivamente,
no puede dejar pasar:
Leyenda
La hermosa hechicera*
La deslumbrante belleza de unos ojos verdes en un rostro moreno, hizo que Alonso vol-
teara con la boca semiabierta para seguir viendo a la joven que acababa de pasar a su
lado. De inmediato preguntó a su acompañante: -¿Quién es esa muchacha?
–Será mejor que no te hagas ilusiones con ella –respondió su amigo. Es muy seria, algo
extraña. La llaman la Mulata, y dicen que ningún hombre le hace caso.
Para Alonso Balbanera esas palabras fueron como un reto que aumentó sus ansias de
conquistarla. Su padre lo había enviado hacía poco tiempo a la Nueva España, para
hacer fortuna, y en la floreciente ciudad de México había entrado con el pie derecho.
Era apuesto y venía de la península Ibérica, además presumía de cierto parentesco con
el entonces virrey, contaba en su haber con muchos amoríos y se consideraba irresistible
para cualquier ser del sexo femenino. Desde que se topó con la Mulata, su objetivo fue
que los ojos hermosísimos de la joven se vieran amorosamente en los suyos.
Ante los balcones de hierro forjado de la casa donde ella vivía con su abuela, Alonso
llevó dulces serenatas; con criados de la casa, convencidos con pródigas dádivas, le
envió varios recados a la muchacha pero no su-
cedió nada. Trató de ser presentado a la joven por
alguna amistad de ésta, pero la gente le dijo que
ella no frecuentaba ningún círculo social, y que si
salía era sólo a misa y muy temprano.
Al alba y muy en contra de su costumbre se le-
vantó un día Alonso para poder ver a la Mulata.
A la salida de la iglesia de Santo Domingo, descu-
briéndose la cabeza le hizo una reverencia con el
sombrero y le lanzó su mirada y sonrisa más seduc-
toras; esperó unos segundos inclinado, seguro de
que ella correspondería siquiera con una mirada. Pero garbosa y altiva pasó junto a él
y se fue presurosa con su acompañante, un mocetón muy alto y fornido de piel oscura
que sí miró a Alonso, pero con fiereza y frunciendo el ceño.
Alonso Balbanera, el galán que rompía corazones, padeció desde ese día un dolo enorme
en su orgullo. Rabiaba por el desdén de la hermosa morena. Sus amigos ya le hacían
burlas por el fracaso de sus intentos.
Una noche salió de una taberna muy envalentonado, debido al exceso de alcohol que
había ingerido. Llegó a la casa de su adorado tormento y saltando por un balcón que es-
taba abierto, entró a la habitación donde la muchacha estaba leyendo. Ella al verlo gritó,
soltó el libro y éste derribó el candelero que iluminaba su lectura.
Un gato negro que dormitaba sobre un sillón se irguió erizando la pelambre y la luz de
las velas volcadas, proyectó una sombra siniestra que le causó mucho temor al intruso.
Esto y el rumor de criados que ya acudían, hicieron que Alonso saliera rápidamente de
la misma forma en que había entrado.
A partir de entonces el pretendiente frustrado, se dedicó a regar infundios por todos
lados sobre la muchacha.
–Ese negro que la acompaña es el mismísimo demonio, –decía y agregaba: y ella es una
hechicera, igual que su abuela.
“Yo lo vi transformarse en felino, lo juro” –decía persignándose, para hacer verídico su
relato. La abuela de la Mulata, doña María Ignacia, era una anciana apacible y bon-
dadosa que ayudaba a cuanta gente podía, y como sabía las virtudes de las plantas, a
veces daba a las personas enfermas, pomadas, emplastos y cocimientos de hierbas para
curar sus dolencias.
En su juventud fue esclava y sirvió en casa de un hombre rico que enamorado de ella,
la hizo su esposa y tuvieron dos hijas. Enviudó y sus hijas se casaron con unos hombres
que las hicieron felices. María Ignacia fue abuela de una linda niñita y de un varón;
pero sus hijas y los maridos de éstas fallecieron por una epidemia de tifo y quedaron a
su cuidado sus nietos: la Mulata y su primo, aquel muchacho fortachón de piel oscura
que recientemente había llegado de Veracruz, donde atendía negocios de su abuela.
Los chismes que iniciara Alonso con respecto a la familia, resbalaron como serpientes
de boca en boca, hasta los largos oídos de la Santa Inquisición. En aquella época la
Iglesia Católica tenía esta vergonzosa institución para juzgar y castigar severamente
cualquier acción que afectara sus intereses. Cualquier persona, pobre o rica, plebeya o
de la nobleza, estaba expuesta a caer en las garras de ese tribunal. También podía ser
acusada anónimamente, en muchísimas ocasiones fueron denunciadas personas ino-
centes, por venganzas personales e incluso perdieron sus bienes.
A las tenebrosas cárceles de la Perpetua, situadas en lo que hoy es la esquina de Venezue-
la y Brasil, fueron llevados aquellos dos jóvenes y su frágil abuela, que falleció después
de unos días de reclusión en la insalubre mazmorra a la que fue confinada. El joven, a
pesar de su fuerza no pudo sobrevivir luego de haber sido atormentado en el potro, in-
fame instrumento de tortura, donde le jalaron los brazos y piernas hasta descoyuntarlo,
24
Revista
mientras lo presionaban sus verdugos diciéndole: “¡Tú eres Satanás! ¡Confiésalo, negro
inmundo!”
Cuando la muchacha supo del terrible fin de sus únicos familiares en el mundo, los
seres más queridos en su vida, no lloró, ya no tenía lágrimas.
Su dolor era inconmensurable. Pidió un sacerdote para confesarse, y cuando éste llegó
a la inmunda celda, la muchacha le dijo: “Me han acusado de algo que no soy, pero
ahora voy a serlo”.
El tono de su voz, la determinación con que habló y la mirada que había en sus ojos asus-
taron al fraile, que retrocedió temblando y salió del calabozo murmurando oraciones.
Al día siguiente un carcelero escuchó extraños ruidos en la celda y al asomarse por la
mirilla de la puerta vio que la joven dibujaba un navío con una piedra filosa sobre una
de las toscas paredes. Delineaba con habilidad las pequeñas velas con sus dos palos; era
un bergantín goleta, realizado con tanta perfección que el hombre murmuró asombrado:
“Sólo le faltaría navegar”.
La muchacha volvió el rostro y enigmáticamente le dijo: “¿Quieres que navegue? Lo
hará”. Después sin dejar de mirarlo a los ojos, se acercó a la puerta y le dijo: ”Imagina
tú el mar”.
El custodio no pudo resistir la mirada de la joven y cerró sus ojos, porque lo deslumbró
la intensidad de una luz que emanaba de ellos.
Al abrirlos, la muchacha ya no estaba, ni el hermoso navío dibujado sobre la pared:
habían desaparecido. Sólo escuchaba el rumor del agua; como de olas rompiéndose
sobre el casco de una embarcación.
Se hizo una investigación; se inte-
rrogó exhaustivamente al carcelero,
que una y otra vez repetía con an-
gustia lo que había sucedido.
-¡Desapareció! ¡Se fue en su embar-
cación!
Y aunque se sospechó que el carce-
lero la había dejado escapar, no se
tenían pruebas y nada pudieron
impugnarle.
Por su parte el infame galán Alonso
Balbanera fue recluido en un hospi-
tal para enfermos mentales, pues se
la pasaba diciendo, con ojos desor-
bitados, que un enorme gato lo per-
seguía, además gritaba y manoteaba,
pidiendo que le quitaran a la fiera de
encima; sin que nadie viera nada.
25
Saber leer
Poesía
Cuatro negaciones*
No ves la tinta sino una mano,
No ves la tinta con que escribo. pero el rumor que escucho
Es otra la que ves, es de un jardín más claro.
y no la miras,
evaporada por la forma Yo no te busco
de las letras, Yo no te busco
ya seca en el papel pero estas palabras
que ahora ves, llamado por la tinta. van a tu encuentro.
No mueve
No mueve el viento Aurelio Asiain
las hojas a mi espalda
*Aurelio Asiain, “Cuatro negaciones” en Letras Libres, vol. I, núm. 9, 1999, p. 63.
26
Revista
27
Saber leer
La paloma de la paz
Únicamente necesita una hoja cuadrada de su 1
color preferido y un plumón del color que
usted elija. Siga con mucho cuidado estos sen-
cillos pasos:
28
Revista
29
A fuego
Revista
lento
En nuestra sección de cocina, nuestra amiga Cruz Elena Hernández de Tehuan-
tepec, Oaxaca, nos envía esta receta que desde el nombre se antoja.
Manchamanteles 1/2 cucharada de azúcar
(5 porciones) hierbas aromáticas
1/2 cucharada de vinagre
1 pollo joven y tierno 3 cucharadas de aceite vegetal
250 gr de lomo de cerdo 1/2 plátano macho
400 gr de jitomate 1/2 camote mediano
4 chiles anchos 2 perones
1 rebanada de pan de caja 125 gr de chicharitos de cambray
1 cucharada de cacahuates pelados 1 rebanada de piña pelada
1/2 cebolla chica manteca
1 diente de ajo chico Sal
Procedimiento:
El día anterior, tostar, desvenar y quitarle las semillas a los chiles. Luego, ponerlos a remojar
en agua caliente con sal y vinagre. Al día siguiente, escurrirlos y molerlos con la cebolla, el ajo,
los cacahuates, el pan frito, y los jitomates previamente pelados y sin semillas.
El pollo, bien limpio y lavado, ponerlo a cocer en agua caliente, junto con la cebolla, el ajo
y las hierbas aromáticas.
Freír los ingredientes molidos y agregarles el caldo de pollo, formando la salsa. Freír el lomo
de cerdo aparte con un poco de manteca. Cuando esté cocido, cortarlo en tiritas.
Hervir la salsa unos minutos, agregarle el pollo trozado, el lomo, el vinagre,
el azúcar, las rebanadas de plátano y el perón, los chicharitos (cocinados
aparte), la piña en trocitos y las rebanadas del camote (pelado y
cocinado aparte).
Sazonar con sal y hervir hasta que las frutas estén bien
cocidas y la salsa espesa.
Servir bien caliente.
31
Revista
Festivales culturales,
la otra cara de México*
Siempre es importante tener opciones para saber a dónde ir cuando tenemos
un poco de tiempo, aquí le presentamos algunas para todas las edades y para
los distintos gustos.
Aguascalientes
Festival Internacional de la Cultura Aguascalientes
Baja California
El Festival se celebra en la segunda quincena de octubre
Campeche
Festival Regional de Teatro
Coahuila
Festival Nacional de Danza Contemporánea zona centro
“Raúl Flores Canelo” Homenaje a Alberto Dallal
Colima
Festival Colima de Danza
34
Revista
Chiapas
Festival Internacional de la Cultura y las Artes
Chihuahua
Festival de Teatro Siglo de Oro, marzo
Este festival año con año nos presenta algunas obras para
deleite del público que gusta de las artes escénicas. El Go-
bierno del estado, a través del Instituto Chihuahuense de
la Cultura, en coordinación con el Instituto de Bellas Artes
de la Universidad Autónoma de Chihuahua, los espera.
http://www.chihuahua.gob.mx/ichicult/Plantilla5.asp?cve_Noticia
=2609&Portal=ichicult
Distrito Federal
Festival de México en el Centro Histórico, abril
Estado de México
Festival Internacional Vallesano de Arte y Cultura, Festival de
las Almas, noviembre
Guanajuato
Festival Internacional Cervantino, octubre
Guerrero
Concurso y Festival Internacional de Guitarra de Taxco, julio
Jalisco
Festival Onésimo González, septiembre
Michoacán
Festival Internacional de Guitarra, abril
36
Revista
Morelos
Festival Internacional de Títeres, agosto
Nuevo León
Feria Internacional del Libro Monterrey, octubre
Oaxaca
Festival Costeño de la Danza, noviembre
37
Saber leer
Puebla
Festival Mundial de Coros Puebla, julio
Querétaro
Encuentro Internacional de Teatro del Cuerpo, septiembre
Sinaloa
Festival Internacional de Guitarra
Sonora
Fiestas Tradicionales de Santa Rosalía, septiembre
Tabasco
Encuentro Iberoamericano de Poesía, febrero
Tamaulipas
Festival Internacional Tamaulipas, octubre
39
Saber leer
Veracruz
Festival del Son, septiembre
Yucatán
Festival de Cortometrajes Yucatán, marzo
Zacatecas
Festival Cultural de Zacatecas, marzo
40
Revista
41
Saber leer
Curiosidades de
la lengua
Y el dueño se achicó, si es que podía hacerlo todavía y
fue el hombre increíblemente encogido, pulgarcito
o meñique, el genio de la botella al revés y
se fue haciendo más y más chico,
pequeño, pequeñito, chirriquitico
hasta que desapareció por
un agujero de ratones al
fondo-fondo-fondo,
un hoyo que
empezaba
con
o.
Nuestro amigo Alfredo Juárez nos mandó para esta sección un par de palabras larguísimas,
espera ser superado por alguna otra que usted encuentre. No dude en enviarla.
Otorrinolaringólogo
Esternocleidomastoideo
42
Revista
Esta sección busca recoger noticias periodísticas antiguas que fueron publi-
cadas en el diario Tiempo de Mexico,* con el fin de conocer cómo se ha ido
configurando el rostro cultural de México. Al interior de estas noticias aparecen
pequeñas curiosidades de diversos personajes: músicos, literatos, arquitectos y
cantantes.
43
Saber leer
Siqueiros,
el maestro
Ciudad de México, 20 de septiembre de 1932.
Talentoso e inquieto el pintor mexicano
David Alfaro Siqueiros ha revolucionado
con una técnica nueva la pintura mural, y
ello con un éxito sorprendente que viene
a establecer una modalidad maravillosa en
el arte.
Santa habló
Ciudad de México, 31 de marzo de 1932. La
primera película mexicana sonora, Santa, se
estrenó ayer y constituyó todo un aconte-
cimiento. Desde El cantante de jazz de Al
Jolshon, para los cinéfilos ya no es novedad
que las figuras de la cinta de plata hablen,
pero nunca lo habían hecho en nuestro es-
pañol, pues los doblajes de películas de habla
inglesa al madrileño o al bonaerense nunca
convencieron. Además estaba el atractivo
adicional de ver trasladada al cine la trama
de una de las obras, si no buenas, sí muy
populares de nuestra literatura.
44
Revista
Poesía
circulante
Xavier Villaurrutia, magnífico poeta
mexicano; acaba de publicar sus Noc-
turnos, cuyo contenido nos revela
un mundo desconocido: el mundo
de la sombra y de la muerte.
Agustín Lara:
el poeta Ciudad de México, 15 de diciembre
de 1929. Pálido como un regicida,
espiritado, con cara de asceta o de
orgiasta, con los ojos hundidos y fe-
briles. Tal es la estampa de Agustín
Lara, el autor que se ha ganado la
admiración unánime, así de técnicos
como de profanos.
45
Saber leer
Allí nuestros ojos deben detenerse no sólo a leer, sino a mirar, pues el oriente,
tan impresionante para Tablada, nos lo trae literalmente pintado en forma de
poemas. «Ideograma» es el nombre de este invento admirable. El ideo-
grama es al mismo tiempo dibujo y poema: una figura hecha con letras.
Algo muy bello y trascendentalmente renovador.
46
Revista
47
Saber leer
El arte de la arquitectura
Ciudad de México, 18 de octubre de 1929.
Ha sido un buen año para la arquitectura y
el urbanismo en nuestra ciudad. Se ha cons-
truido como se debe y donde se debe. Los
nuevos estilos están integrando, en las zonas
vírgenes de Chapultepec, Tacubaya, Roma y
sobre todo Condesa, una bella y armónica
zona de arquitectura moderna.
La Torre Latinoamericana
Ciudad de México, 23 de abril de 1956. Símbolo del México moderno, y
triunfo de la ingeniería nacional, hoy será inaugurada la Torre Latinoameri-
cana. Situado en la esquina que forman las avenidas de Madero y San Juan
de Letrán el flamante rascacielos de 44 pisos ocupa un área de 1,171
metros cuadrados.
48
Revista
El alma del
pueblo
Ciudad de México, 28 de marzo de
1960. Francisco Goitia, pintor ator-
mentado, retrató el alma del pue-
blo mexicano. Ayer, a las 6:55 horas
dejó de existir. Patriarca de Xochi-
milco, dio expresión a la miseria y
a los sufrimientos de los pobres, dejando más de 150 obras pictóricas, las
cuales le valieron obtener el premio en la Bienal Internacional de Pintura y
Grabado de 1958.
Músico excepcional*
Ciudad de México, 6 de octubre de 1940. Silvestre
Revueltas, músico como pocos en México, falleció
el día de ayer. Su acervo de composiciones incluye
obras inigualables como Sensemayá, Esquinas, Ja
nitzio, Redes. Este mismo año estrenó su obra La
coronela, en el Palacio de Bellas Artes.
La carrera de este gran compositor no tuvo límites. Inició desde muy niño
a tocar el violín y a componer. En 1928 recibió el premio a su dedicación
cuando Carlos Chávez, nombrado director del Conservatorio Nacional, lo
llamó para impartir la cátedra de composición.Tiempo después, marchó a
España para seguir estudiando música, que siempre fue su pasión. De este
modo, se ha ido Revueltas, pero no su espíritu, porque éste nos lo dejó
en su música.
* Redactado especialmente para esta edición. 49
Saber leer
El triunfo alcanzado por Peralta en Milán, Italia, demuestra que con talento
y trabajo puede llegarse muy lejos.
Rivera en Chapingo
Chapingo, Estado de México, 30 de junio de 1927. Hay una serie de nuevos
frescos, en las paredes donde habían estado los altares de la capilla (ahora
auditorio de la Escuela Nacional de Agricultura) del viejo edificio barroco
español.
Muere un grande
Ciudad de México, 31 de diciembre de 1960. El
año que hoy termina ha sido trágico para la in-
teligencia mexicana. Una de sus figuras funda-
mentales, Alfonso Reyes, se ha ido.
Entrevista imaginaria
a Mario Vargas Llosa
En la madrugada del 28 de marzo de 1936, Mario Vargas Llosa nació en Are-
quipa, Perú. Pero los recuerdos de su niñez idílica no provienen de aquí, sino de
los años que vivió con sus abuelos en Cochabamba, Bolivia, y luego en Piura, en
el norte del Perú. Desde muy temprano, los libros y la literatura entraron en su
vida, transformándola para siempre. Luego, empezó a escribir, hasta convertirse
en el excelso novelista que es.
—Por principio de cuentas, señor Vargas Llosa —¿Cómo fueron sus primeros momentos en
qué recuerdos guarda de su infancia? esa nueva vida, después de que usted había
vivido durante años sin la figura paterna?
—Mi familia me había hecho creer que mi
padre estaba muerto, supongo que porque —Yo asocio mucho esos primeros tiempos
se avergonzaba del divorcio de mi madre, una de vida familiar, con mi madre y mi padre,
familia conservadora, el divorcio, pues, era solos en Lima, a la idea de la soledad. Yo me
un escándalo, y un buen día, de manera un sentía muy solo...
poco súbita, mi madre me dijo esa frase que
yo tengo siempre muy viva en la memoria, —¿Y qué hizo para no sentirse tan solo, como
“tú sabes que tu papá no está muerto”, en- dice que se sentía?
tonces, yo recuerdo haberle dicho “sí claro.”
En primer lugar, la relación con mi padre fue —Como digo, mi gran refugio fueron los li-
muy mala, en parte por culpa de él, en parte bros, mis amigos fueron los personajes de los
por culpa mía. libros de ficción, y empecé a vivir mucho en
la fantasía, en la imaginación...
—¿Para usted fue un cambio importante el que
su padre haya regresado a vivir con su madre? —¿En aquellos años cuáles eran los libros que
más lo entusiasmaban?
—Claro, hasta entonces, mi madre y yo cons-
tituíamos una especie de pareja, y esa pareja —Yo recuerdo haber vivido hechizado, fasci-
pues desapareció. Mi madre pasó a vivir con nado por las series novelescas de Dumas. Las
mi padre. series de los mosqueteros, desde luego, y re-
52
Revista
cuerdo todavía episodios que a mí me deja- ir al teatro.Y vi cosas muy bonitas, pero vi so-
ban desvelado, que me provocaban enorme bre todo una obra que a mí me provocó una
felicidad y también enorme sufrimiento, la verdadera revolución que fue La muerte de
muerte de Portos me pareció una muerte un viajante de Arthur Miller.Y a mí esta histo-
espectacular. ria de Willi Lotman, del agente viajero, con-
tada de esa manera, saltando en el tiempo
—¿Y cómo veía su familia, sobre todo su padre, hacia el pasado, hacia el futuro, me conmovió,
su afición y pasión por las letras? me deslumbró, y bueno, me lanzó a escribir
teatro. Así que escribí esa obrita.
—Mi padre veía con mucha desconfianza mi
afición a la literatura. Su idea de la literatura —¿Cómo fue que usted comenzó a trabajar en
era, más bien, la de una bohemia, de una per- el periodismo?
sona que iba a llevar una vida muy marginal,
que iba a fracasar en la vida, en lo importante, —Mi padre era gerente de una compañía de
que era ganar dinero, tener una posición. noticias. Esa agencia de noticias le daba un
servicio exclusivo al diario La crónica. Y en-
—Aun así, usted mantuvo su interés en la lite- tonces entré a los quince años a La crónica
ratura. Cuál fue el momento en el que empezó como redactor, estuve cuatro meses ahí; el
a escribir? periodismo era un mundo muy bohemio, se
trabajaba hasta altas horas de la noche. Lue-
—En el colegio empecé a escribir profesio- go los periodistas salían a divertirse.
nalmente; empecé a escribir cartas para las
enamoradas de mis compañeros, que me —Finalmente, tuvo usted algún maestro que lo
pagaban con cigarros; novelitas eróticas, que haya marcado?
también me pagaban con cigarros. Era una
manera de justificar una vocación que, de —Mi mejor recuerdo académico fue Raúl
otra manera, hubiera sido seguramente mal Porras Barrenechea, era un profesor de his-
vista. Yo encontré una coartada para poder toria, el más elegante y elocuente expositor
justificar esa vocación, que ya estaba muy que yo he conocido. A mí me impresionaron
fuerte dominando mi vida, la de escribir, la de tanto las clases de Porras, que en algún mo-
leer de esa manera. mento yo llegué a pensar en seguir historia
en lugar de literatura.
—¿Cuál fue la primera obra que escribió usted?
—¿Qué libro recomendaría leer?
—La huida del Inca. Fue lo primero que es-
cribí en serio, realmente, porque no sólo era —La noche quedó atrás, de Jean Valtin. A mí
larga, era una obra de teatro, sino que la re- ese libro me deslumbró y sobre todo me
escribí, la hice varias veces. A mí me gustaba hizo soñar con una vida semejante. Un revo-
mucho el teatro, los sábados, los domingos, lucionario arriesgado, viviendo aventuras he-
cuando tenía salida, si había teatro procuraba roicas y trabajando por cambiar el mundo.
53
Saber leer
Debate*
A propósito de un Congreso Estatal de Asesores surgió la siguiente conver-
sación en torno a la cultura, los libros y la lectura. A continuación repro-
ducimos algunos fragmentos de este debate en el que participaron cuatro
asesores.
Eliseo (moderador):
Desde hace tiempo se dice que México es permite asomarnos a nuevos mundos. Pero
un país que no lee y que su actividad cultural existen otras manifestaciones que enriquecen
es cada vez menor. No sé si esto sea verdad. nuestras vidas. Por supuesto, tampoco pode-
Pero tengo la impresión de que vivimos en mos olvidarnos del uso de la tecnología. En un
un mundo de constantes cambios, y eso ge- mundo como el nuestro es muy importante.
nera, posiblemente, que la gente cambie sus
costumbres. A mí me gustaría preguntarle a Efraín:
Roberto, qué piensa de este tema. ¿Cómo Pienso que en estos tiempos, es más impor-
ves este problema desde tu comunidad? tante la educación tecnológica, que la de una
cultura amplia y general. Entre más sepan
Roberto: las personas de tecnología, más fácilmente
En efecto, Eliseo, yo creo que vivimos en un podrán conseguir empleo y un mejor estilo
mundo de constantes cambios.Vivimos en un de vida. A ver, pregunto ¿de qué nos sirve
mundo marcado por el uso de la tecnología. conocer toda la cultura si no encontramos
Ahora muchas cosas se resuelven por medio trabajo?
de los teléfonos o la computadora. Me pa-
rece, entonces, que esto genera una atracción José Manuel:
muy grande, desplaza el interés por los libros. En parte creo que tienes razón Efraín; sin em-
En todo caso, creo que, nosotros como edu- bargo, no creo que sea así. Una educación
cadores, debemos ofrecerle a las personas integral tiene que permitirnos saber de todo.
las herramientas tecnológicas pero sin que Entre más sepamos, mejor podremos mover-
nos olvidemos de fomentar la lectura. nos en la vida. Conocer la tecnología es im-
portante, porque el mundo así lo exige; pero
Juan Luis: también es importante que nos cultivemos
Creo que Roberto tiene razón, nuestro pa- en otras áreas. Después de todo, lo más vali-
pel como educadores consiste en fomentar oso es que las personas puedan crearse un
la lectura en las personas. Pero, al mismo juicio por sí mismas, sean libres y sean capa-
tiempo, creo que debemos acercarlas a todas ces de construirse una vida mejor. Y pienso
las manifestaciones culturales, como el teatro, que para eso, necesitamos ofrecerles lo más
el cine, la pintura. La lectura es buena; nos que se pueda a las personas.
54
Venza al
aburrimiento
El siguiente juego es un reto para Mi primera negación
su imaginación, para cultivar más mi segunda consonante,
su ingenio y perspicacia. Disfrútelo, el artículo la tres
estamos seguros que le hará pensar y el todo muy interesante.
mucho. (Novela)
Juego de sílabas
Es una variante de las adivinanzas, pero para Parte del cuerpo sin prima,
formar la solución, la cual es una palabra, ten- sin la segunda mujer,
drá que combinar las sílabas de las respuestas un animal sin tercera,
que vaya encontrando (prima, segunda, tercia, y del todo vegetal es.
etc.) de todo o palabra clave. (Avena)
* José Luis Gárfer y Concha Fernández, Juegos de palabras, España, Edimat Libros, 2001, p. 154.
De lector
a lector Los 12 libros más leídos de la mediateca
56
Revista
1
Guido I. Tamayo. Editorial Panamericana.
2
Ray Bradbury. Editorial SM.
58
Revista
3
Edgar Allan Poe. Editorial Panamericana.
4
Margarete Many. Editorial SM.
5
Isabel Juárez. Editorial Diana.
59
Saber leer
En días
de muertos6
La familia Artega decide cruzar la
frontera, pues la situación en el
pueblo ya es insostenible. Aferra-
dos a la tradición van dejando a lo
largo del camino rastro para que
los difuntos los sigan. Así podrán
celebrar juntos, un año más, los
días en que las almas de los vivos
y los muertos se funden en una.
Berta Hiriart nació en México.
Desde 1970 se dedica al teatro,
el periodismo y la coordinación de
talleres creativos relacionados con
estas actividades. Ha publicado El poeta
cuentos, novelas, obras de teatro y los lunáticos7
para niños y adultos. Actualmente
es miembro del Sistema Nacional Gale, el protagonista de los cuen-
de Creadores Artísticos. tos incluidos en este volumen es
pintor y poeta. Dedica mucho de
su tiempo a la silenciosa reflexión,
al ejercicio de la imaginación, a ob-
servar detenidamente su entorno,
es decir, a lo que algunos llaman
“perder el tiempo”. Gilbert Keith
Chesterton nació en Londres en
1874 y murió en la misma ciudad
en 1936.
6
Berta Hiriart. Editorial Everest.
7
Gilbert Keith Chesterton. Editorial Panamericana.
60
El mundo
Saber leer
(Sucesos del año 2005)
Aniversario de obras
Se conmemoró el aniversario número 400 de la publi-
cación de la primera parte del libro más conocido escri-
to en lengua española: El ingenioso Hidalgo don Quijote de
la Mancha. La segunda parte apareció diez años después,
en 1615. Este maravilloso texto cuenta las aventuras de
un hombre que decide recorrer todos los rincones de
la Tierra para impartir justicia. Las actividades para con-
memorar el nacimiento del Quijote se llevaron a cabo
en todo el mundo. Investigue si se organizó alguna den-
tro de su comunidad.
62
Revista
de las letras
Premios literarios
Mario Benedetti, escritor uruguayo y magnífico na-
rrador, poeta, novelista y crítico, fue galardonado con
el premio internacional Menéndez Pelayo, otorgado
en España, por su brillante y prolífica carrera. Entre
sus libros más destacados se encuentran La tregua y
Montevideanos. Este premio se otorga anualmente a
las personas más destacadas en la creación literaria
y científica. Entre otros autores han sido distinguidos
los mexicanos Octavio Paz (1987) y Carlos Fuentes
(1992) y el peruano Mario Vargas Llosa (1999).
Fallecimientos
El 21de febrero de 2005 falleció en Londres uno de
los autores más brillantes de la literatura latinoameri-
cana: el cubano Guillermo Cabrera Infante. Cabrera
Infante fue autor de muchos libros entretenidos e
interesantes por su propuesta. Muchas personas afir-
man que este autor renovó, como pocos, la lengua
castellana, pues, creó novedosos juegos de palabras,
por medio de los cuales los lectores, al momento de
la lectura, no podían contener la risa. Entre sus obras
más destacadas se encuentran Tres tristes tigres y La
Habana para un infante difunto.
63
Saber leer
64
Revista
Revista
Educaciónpara
Educación paralalaVida
Vida y el
y el Trabajo
Trabajo • Ciencias
• Lengua y comunicación
Saber leer
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y el Trabajo
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